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E°sH Süül 1355 -Slffl y&írouacj ¡Hfg Winnicott P A R A P R I N C I P I A N T E S Winnicott para Principiantes/8' © de los textos: Eduardo Smaliansky y Daniel Ripesi © de las ilustraciones: Eulogia Merle © Era Naciente SRL Director de la serie: Juan Garios Kreimer Corrección: Claudia Menéndez Diseño: Carlos Almar Para Principiante? es una colección de libros de Era Naciente SRL Fax:(5411)4775-5018 Buenos Aires, Argentina www.paraprincipiantes.com Ripesi, Daniel César Winnicott para principiantes / Daniel César Ripesi y Eduardo Smaliansky; Ilustrado por Eutogla Merle. - laed. lareimp. - Buenos Airea : Era Naciente, 2010. 176 p.: il.; 20x14 cm. - (Para principiantes / Juan Carlos Augusto Kreimer) ISBN 978-987-555-055-1 1. Psicología. I. Smaliansky, Eduardo II. Eutogia Merte, flus. III. Titulo CDD150 Queda hecho e! depósito que prevé la Ley 11.723. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida, almacenada o transmitida de manera alguna por ningún medio, ya sea electrónico, químico o de fotocopia, sin permiso previo escrito del editor. Esta edición de 2000 ejemplares se terminó de imprimir en la planta impresora de Sevagraf S.A., Buenos Aires, República Argentina, en setiembre de 2010. ¿Por qué Winnicott? Donald Woods Winnicott (1896-1971) es un prestigioso pediatra y psicoana- lista inglés que, a diferencia de sus colegas, toma en cuenta de manera muy especial la influencia ambiental que rodea a los bebés en los primeros me- ses de vida. Su formación inicial en pediatría le permite agregar a su mira- da de psicoanalista de niños una serie de variables no consideradas hasta ese momento en la relación madre-bebé. EL BEBÉ RECHAZA EL PECHO DE LA MADRE PORQUE IMAGINA QUE ESTE PECHO DESEA ATACARLO EN LUGAR DE AUMENTARLO... EVIDENTEMENTE, EL NIÑO ESTÁ PARANOICO Y TEME SER ENVENENADO... Si LA MADRE PUDIERA ESTAR A SOLAS CON EL BEBÉ, EN TRANQUILA INTIMIDAD CON SU HUO, QUIZÁS SE SENTIRÍA MÁS CONFIADA EN SÍ MISMA COMO PARA BUSCAR SU MODO MÁS PERSONAL DE CONECTARSE CON SU HUO. Para Winnicott, descubrir y enfatizar las condiciones que favorecen el des- pliegue sano de un individuo (por ejemplo, cómo lograr una buena expe- riencia de lactancia entre ia madre y su bebé) tiene tanta importancia como destacar aquellos factores que producen enfermedad o la detención del desarrollo. Para él, lo que se entiende como "enfermedad que se tiene que curar" es, a menudo, una detención del desarrollo que se resuelve aportan- do a la persona en cuestión las condiciones mínimas necesarias para un despliegue natural. El valor de la espontaneidad La principal contribución de Winnicott es ir más aflá de la mera explicación de las causas y del tratamiento de la enfermedad mental, para explorar tam- bién las posibilidades que cada individuo tiene -cualquiera sea el grado de salud mental que posea- de aportar algo personal a su propio desarrollo y de ofrecer una contribución original al medio cultural en el que vive. ESTE NIÑO SE ESTÁ RESISTIENDO A MI INTERVENCIÓN... INTENTO CURARLO DE SU SUFRIMIENTO, ESTÁ TAN ENFERMO QUE NO PUEDE HABLAR DE SÍ MISMO NI DE LO QUE LE PASA. NO QUIERO ESTE NIÑO PfcOTESE Su Hní*irDAD y DESEA SER RESPETADO EN SU FjtVÍ̂ CiDAD, DEBERÉ ESFORZARME POS CONF^NZA LO COMO PARA QUE A EXPRESAR LO O. INTIMIDAD Y QUIERA* PROPIO ALMO. PUEDA HABLARME, NO COMO DESDE SÍ UN AMBIENTE DE MENTE SÓLIDO IR ANIMÁNDOSE :RVA EN su su Liberar a una persona de la enfermedad no implica que ésta tenga deseos de seguir viviendo... A Winnicott le importa, esencialmente, que el indivi- duo OU6 sufre reniñara oeo ¡mmii»« —— '- J A:J- - ' ... , c a e n e , que e nv- duo que sufre recupere ese impulso que le da sentido a la vida y que se asocia estrechamente a una capacidad creativa que él mismo posee pero desconoce. Es necesario, en una psicoterapia, llevar a la persona que con- sulta a un estado de espontaneidad def que puedan surgir sus más ínti- mos impulsos. La psicoterapia, autocuración con otro Mientras que sus colegas psicoanalistas buscan diagnosticar, antes que na- da, el tipo y la gravedad de la enfermedad que padece un paciente para po- der "atacar" dicha dolencia, Winnicott prefiere evaluar cuan sana está esa persona como para impulsar, desde ese margen de salud que aún se con- serva, el desarrollo de la cura, Es decir que, si los otros psicoanalistas de su época intentan curar a sus pa- cientes, Winnicott los ayuda y acompaña en un proceso de autocuración a partir de sus propios recursos. Sin embargo, este proceso terapéutico no ocurre sin la presencia de un psicoanalista, que debe organizar, para el pa- ciente, una experiencia apropiada y controlada para esa autocuración. Aceptar la vulnerabilidad En la travesía terapéutica que propone Winnicott, los pacientes deben aban- donar sólidas defensas, construidas para evitar diversos sobresaltos emo- cionales que les resultarían insoportables, de modo que cada tratamiento supone para ellos el desafío inevitable de asumir cierto estado de fragilidad existencial. USTED NO ME ESCUCHA, NO ME ENTIENDE, ES DEMASIADO CONDESCENDIENTE CONMIGO. ES PREVISIBLE QUE EN UN TRATAMIENTO AUMENTE LA SENSIBILIDAD DE UN PACIENTE. ME PRESUNTO S>\O QUE NOS MOTIVA COMO TERAPEUTAS ES LA BONDAD O LA CRUELDAD... Winnicott advierte a sus colegas que, si una psicoterapia obtiene cierto éxi- to, el paciente se convertirá -inevitablemente- en una persona que sufre; la vida se le tornará algo más precaria, pero tendrá así la oportunidad de em- pezar a sentir que participa más comprometidamente de la vida. El adulto "en" el niño U experiencia inicial de Freud, el creador del psicoanálisis, se nutre exclu- sivamente de pacientes adultos. Esa experiencia conduce al descubrimien- to del "niño en el adulto", es decir, la supervivencia de la sexualidad infan- til en el hombre maduro. En sentido inverso, cuando Winnicott dirige su mi- rada clínica a los niños, descubre al "adulto que hay en el niño", es decir, la impronta del adulto que lo cría y te impone su propia personalidad a partir de los cuidados que le prodiga en los primeros años de vida. Mi ESPOSO NOS ABANDONÓ, ESTO DEBE SER TERRIBLE PARA TOMÁS. TU MAMÁ LLORA PORQUE ESTÁ MUY ANGUSTIADA PENSANDO QUE ESTÁS MUY ENFERMO Y SUFRES ENORMEMENTE DE SOLEDAD. YO CREO QUE ELLA MISMA NECESITA MÁS AYUDA QUE TÚ, PORQUE VEO QUE PUEDES PERMANECER JUSANDO TAN ENTRETENIDO A PESAR DE TODO... Junto con Melanie Klein y Anna Freud, Winnicott es uno de los primeros psi- coanalistas en aplicar el método psicoanalítico al tratamiento de niños con graves trastornos emocionales. A menudo su observación clínica determina que, en la consulta por un niño, está comprometido un conjunto de circuns- tancias que merecen todavía más atención que aquel niño que se trae co- mo víctima del conflicto. Explicar lo obvio Cuando Winnicott desea comunicar a sus colegas el resultado de sus ex- ploraciones clínicas y elaboraciones teóricas, pone especial esmero en que sus complejos desarrollos sean transmitidos de manera clara y sencilla, ya que uno de sus anhelos es que su teoría resulte comprensible aun para un público no especialista. A menudo comenta que los psicoanalistas tienen la obligación de explicar, también, lo que parece obvio. Así, pone su mayor em- peño en desmontar al discurso pstcoanalítico de toda jerga pseudocientífi- ca que únicamente busca reforzar vínculos de complicidad erudita entre los analistas, pero que no hace la menor referencia a las verdaderas dificulta- des que impone la tarea clínica. AUNQUE PAREZCA OBVIO, QUIERO DECIR QUE AFUERA EStÁN BOMBARDEANDO LA CIUDAD. SUPONGO QUE USTED SE ESTÁ REFIRIENDO A LA TRANSFERENCIA '"*• -JESATIVA QUE ABRE EL FENÓMENO RESISTENCÍAL ...SI, PERO TOMANDO EN CUENTA EL VALOR DE OBJETO DEL ANALISTA. Las cualidades más definidas de Winnicott son su extraordinaria empatia con los niños, la aguda consideración del rol que cumple el medio ambien- te en el desarrollo de un niño para dar fundamento a su salud, su compren- sión de las realidades psicosomáticasbasada en su práctica de la pediatría, el don de comunicar ideas complejas y originales en límpida prosa y sus vastos y profundos intereses culturales. ¿Winnicott, psicoanalista de niños? Si bien se identifica a Winnicott con la clínica de niños y sus observaciones y desarrollos teóricos apuntan a ese campo, el efecto de esos desarrollos im- pacta profundamente en la clínica con pacientes adultos que él lleva ade- lante en la misma proporción. Paralelamente, Winnicott reconoce que el tra- tamiento de los adultos enseña más sobre la psicología infantil que la propia psicoterapia con los niños pequeños. La otra pauta de salud a tomar en cuenta es el desarrollo de cierta capacidad de jugar, para enriquecer la experiencia infantil y la vida adulta. ES TAN IMPORTANTE PARA UNA PERSONA EL NO SER ENCONTRADO, COMO ATERRADOR EL ADVERTIR QUE NO SE ESTÁ SIENDO BUSCADO. En cierto sentido las categorías "niño"-"adulto" pierden sustancia en la teoría psicoanalítica. Winnicott se resiste a hacer del criterio de "inmadu- rez" el eje que divida aguas entre unos y otros. Siempre se debe alcanzar un grado aceptable de madurez en cada etapa del desarrollo de un indivi- duo. Más allá de obvias diferencias (dominio del lenguaje, estado de de- pendencia e indefensión, etc.), lo importante es el modo en que se tramita -se trate de niños o adultos- el estado de inevitable dependencia respecto de otros seres humanos, que se registra en cualquier etapa de la vida. El tratamiento, el riesgo de una nueva oportunidad Para Winnicott, cada tratamiento ofrece a muchos de los pacientes que lo consultan por una psicoterapia la inusual oportunidad de establecer, por pri- mera vez en sus vidas, un contacto con otro ser humano; de atenuar algo la soledad insoportable que los aisla y protege de todo sufrimiento; de cons- truir un diálogo posible con el mundo y permitir -así- que las resonancias de ese diálogo reflejen algo de sus propios temores y deseos. HlCE UN TRATAMIENTO ANALISTA REQUERÍA QUE ASÍ QUE ME DEDIQUÉ A SATISFECHC^CONMISO; AHO' USTED B E R Sí PUE, ANTES YO ESE Pero, para abrirse al riesgo de ese autodescubrimiento, en una experiencia compartida con el terapeuta, estos pacientes necesitan que dicha expe- riencia quede confinada a los límites estrictos que ofrece un determinado lugar y tiempo, y sobre todo, desarrollar una cierta confianza en el profe- sional que dirige la cura, al igual que los niños que, cuando juegan, esta- blecen un control -en un área limitada- de sus tendencias personales más temidas, pero también más necesarias y genuinas para construir una vida más plena. 10 Territorios de intimidad y riqueza psíquica El nombre de Winnicott -Dónala- significa en celta "poderoso", y su apelli- do deriva del vocablo antiguo en inglés Winn, que significa "amigo" y Cott, que alude a hogar (o cabana). D. W. Winnicott nace a finales del siglo xix en Plymouth, una localidad algo ale- jada de Londres, situada en medio de una campiña de naturaleza muy dife- rente de la geografía y de las costumbres de la capital. Ese entorno aldeano favorece, en su infancia y juventud, una actitud de libertad, inquieta y explora- toria de su entorno. EL MUNDQ SE HACE INTERESANTE SI CRECE A PARTIR DE LA CALLE EN QUE ESTÁ NUESTRA CASA O DEL PATIO DE ATRÁS... CONTIGO IRÍA HASTA EL FIN DEL MUNDO, La madurez de una persona, para Winnicott, depende de su capacidad para lanzarse sin temores a la conquista de territorios cada vez más vastos de su entorno geográfico y humano. Tendiendo un puente, las experiencias per- sonales llevan a un ser humano desde la simplicidad de unas pocas refe- rencias cercanas en la infancia (familia, amigos, etc.) hasta la complejidad -en amplitud y profundidad- de espacios y circunstancias (sostener un tra- bajo, casarse, criar los propios hijos, etc.). 11 Confianza necesaria Es preciso que el primer habitat de un ser humano posea una estabilidad suficiente como para permitir una confianza que se hace necesaria para lanzarse a toda exploración ulterior. Únicamente se puede partir de zonas que se han hecho familiares e íntimas. En esas zonas cada uno se recono- ce a sí mismo con la mayor seguridad y, por otra parte, es reconocido por otros que -a su vez- son reconocibles y familiares. L HOGAR £5 NUESTRO PUNTO DE PARTIDA. CUANDO (3RACAS, EUIOT, POR SU APORTE A Mi TEORÍA Sólo si esa confianza inicial se construye en los primeros años de vida, el individuo puede aventurarse en espacios cada vez más extraños y comple- jos en donde -al perderse las referencias más seguras de la propia identi- dad- logra hacer frente a nuevos desafíos y se facilita el descubrimiento de diversas facetas y capacidades de sí mismo. 12 Lugares seguros, lugares de encierro El temor inhibe las búsquedas y, sin nuevas experiencias en el mundo, se empobrece el propio conocimiento de uno mismo. En rigor, no hay autoco- nocimiento real sin pasar por la exploración de lo ajeno, y -en un recorrido inverso- no hay apropiación de lo más insospechado de uno mismo si no es por lo que refleja un entorno que se ha hecho familiar y confiable. La inma- durez detiene el crecimiento de una persona por su necesidad de perma- necer agazapada en lugares seguros, bien conocidos y protegidos. Para Winnicott, cada nueva experiencia de búsqueda y exploración es un desprendimiento de lo más seguro y conocido para una persona. Para abrir- se a sorpresas que enriquecen la estructura psíquica de un ser humano, hay que abandonar ciertos hábitos que atan a lo indubitable y consabido. Este enriquecimiento personal es consecuencia de la experiencia misma de la acción de explorar y no tanto de lo "encontrado" en dicha búsqueda. 13 El ambiente del niño Winnicott Winnicott crece rodeado de un típico paisaje provinciano, en el seno de una familia acomodada. Es el menor de los hijos, con dos hermanas cuatro y cinco años mayores que él. El ambiente hogareño es bullicioso y alegre. Su casa de infancia está llena de vida y actividad, es amplia, con un gran jar- dín y numerosos árboles frutales. YA TENEMOS ESTANQUE EN CASA. Ningún inconveniente doméstico, por grave que sea, llega a convertirse en drama o catástrofe en la casa de los Winnicott. Esa actitud, que podría to- marse como un simple "ver siempre el lado bueno de las cosas", trans- puesta más tarde a los desarrollos teóricos de Winnicott, supone la percep- ción del carácter potencial de los hechos: se abre un espacio de juego en la "catástrofe", si el charco de una gotera es también un estanque; esto per- mite manejar mejor la situación y solucionaría creativamente. 14 Semipresencias: su padre Su padre, Frederíck Winnicott, llega a ser dos veces alcalde y "Ciudadano de Honor" de Plymouth. Es un hombre culto, comunicativo y, como casi toda la familia, muy aficionado a la música. Sin embargo, Winnicott lamentará con tristeza que su padre, absorbido por su trabajo, lo dejara con demasiada fre- cuencia a cargo de las numerosas mujeres de la casa (madre, hermanas mayores y niñera). TORO SENTADO CAMBIAR DE OPINIÓN, QUERER COMER HOMBRE BLANCO. TORO SENTADO, TÚ ME DIJISTE QUE ME IBAS A LIBERAR SI MIS SOLDADOS NO ATACABAN TU PUEBLO. Para Winnicott, el aspecto más positivo de la presencia de un padre no se concreta solamente por lo que éste pueda dar a su hijo de buena voluntad y de un modo consciente, sino, de un modo más importante, por lo que el propio hijo "logra arrancarte" a partir de sus propias necesidades. La cuali- dad de un padre, para sostener un buen desarrollo emocional del hijo, es es- tar a mano para "dejarse arrancar" lo que su hijo necesita de él (y que el padre no está demasiado seguro de poder dar). En este sentido, un padre es lo que cada hijo logra forzar desde su propia necesidad, y para esto, de na- da sirven los "manuales de la buena crianza de los hijos". 15 Amor-odio al padre La relación con su padre es de marcada ambivalencia, admiración y des- aliento. Siendo niño, Winnicott destroza con un palo de croquet la cara de una muñeca de cera que pertenecea una de sus hermanas. Su furia se de- be a que con esta muñeca su padre suele hacerle bromas. TIENE NOVIA! ¡DÓNALO TIENE NOVIA! B= ARRESLA. SE ARRESLA. Para alivio de Winnicott, su propio padre repara, con la ayuda del calor de unos fósforos, el daño ocasionado: aquella violencia asestada a la muñeca, evidentemente, está dedicada a él. Ese acto violento, más la respuesta re- paratoria de su padre, seguramente llevan a Winnicott, más adelante, a des- tacar lo valioso de la actitud parental, que, frente a las provocaciones de un hijo, aunque actúe con necesaria firmeza, no reacciona vengativamente. La presencia de un padre frente a su hijo, es decir, el modo en que interviene para transmitirle una pauta de conducta que él considera apropiada, debe surgir desde lo que impulsa su propia iniciativa, y no como mera reacción frente a las provocaciones del hijo. 16 La madre, su dolor La madre de Winnicott es una mujer emprendedora y vital, aunque sufre de fases depresivas que anulan, por determinados períodos, la habitual joviali- dad del movimiento familiar. Esos periódicos derrumbes anímicos marcan profundamente la personalidad de Winnicott y estimulan algunos de sus posteriores desarrollos teóricos relacionados con madres que inoculan en sus hijos sus propios sufrimientos y pesares. Compara a estas mujeres con personas hipocondríacas que, en vez de su- frir el dolor de un "órgano interno" -contenido en sus propios cuerpos-, to- man a sus hijos como si fueran un órgano sufriente de ellas. Ponen en sus hijos las propias frustraciones y los comprometen en la tarea de tener que superar una tristeza y una depresión que no les pertenece a ellos mismos. 17 Trabajar para las madres Es habitual que, en los momentos de tristeza, Winnicott niño se refugie sobre las ramas de un árbol del jardín de su casa (como sucede cuando, á los trece años, se entera de que debe irse a estudiar a la Escuela de Leyes de Cambridge). Ese mismo árbol, asociado a momentos de dolorosas separaciones, queda evo- cado en un poema que Winnicott escribe recor- dando a su madre. Mi MADRE LLORA, L APRENDÍ A A DETENER A REM A CURAR SU Los efectos negativos que ejercen en los niños las madres desvitalizadas y que por momentos pierden el deseo de vivir llevan a Winnicott a pensar có- mo un niño puede quedar atrapado en la tarea de mejorar el estado de ánimo de una madre deprimida, sin poder ocuparse de sus propios intere- ses. Así, por ejemplo, el niño se muestra jovial y chistoso sólo para mante- ner entretenido a este tipo de madre, sin poder generarse para sí mismo un estado de seriedad y concentración necesario para la consideración de sus propios asuntos y juegos. 18 Una decisión oportuna Por efecto, quizás, del sentimiento de soledad que le imponen un padre de- masiado absorto en sus propias ocupaciones y los frecuentes retraimientos depresivos de su madre, Winnicott empieza a dar muestras de un estado de ánimo inestable. Hacia los trece años, el agradable ambiente familiar que rodea su infancia comienza a mostrar, para él, penosos cambios. Se torna irritable con su familia y empieza a desarrollar, en su propio hogar, un com- portamiento de carácter antisocial. ¡¡¡OTRA VEZ ESTA COMIDA DE PORQUERÍA, YA ESTOY PODRIDO DE COMER SIEMPRE PESCADO!!! IRÁS A CAMBRIDGE A COMPLETAR TUS ESTUDIOS SECUNDARIOS... AMISTADES QUE DE LAS FRECUENTAS. Su padre reacciona y, con el fin de apartarlo de supuestas malas influen- cias, decide enviarlo a la Escuela de Leyes en Cambridge. Se trata de un ins- tituto bastante alejado de su hogar, donde debe permanecer internado de lunes a viernes, (¿da vez que Winnicott recuerda aquel "golpe de timón" que el padre impone a su vida, lo hace con un profundo agradecimiento. Re- almente piensa que fue una decisión correcta, en el momento oportuno. 19 Un mundo de hombres La Escuela de Leyes es exclusivamente para varones. Ese traslado a Cam- bridge impone a Wlnnicotí una dolorosa separación de su madre y de un ambiente familiar dominado por numerosas presencias femeninas que lo miman. Winnícott se aficiona a los deportes e incluso una de sus metas es participar de los juegos olímpicos internacionales de Berlín en 1916, en la disciplina de equitación. Estaba seleccionado por su destreza, pero, lamen- tablemente, una lesión en la cadera le frustra el proyecto. EL QUE LO HACE MEJOR SE SANA EL POSTRE DE LOS DEMÁS EN LA CENA DE ESTA NOCHE. DALE! En este pasaje por la Escuela de Leyes, Winnicott se ve comprometido en diversas experiencias de competencia y camaradería que impone un mun- do de varones. Esta separación de una casa llena de "madres" y los efec- tos de la pérdida de las referencias más familiares en la vida de un ser hu- mano nutren más tarde sus desarrollos sobre las consecuencias derivadas de la evacuación de sus hogares de niños durante la Segunda Guerra Mun- dial. Para 1914 concluye su paso por aquella institución y finaliza sus estu- dios con la especializaron en ciencias. 20- La universidad, la guerra Cuando termina sus estudios secundarios, decide quedarse en Cambridge para ingresar en la Universidad y cursar allí los estudios como alumno de Medicina. Durante su primer año, estalla la Primera Guerra Mundial. Por su condición de estudiante de esa carrera, pasa a ser ayudante enfermero en Cambridge. Esta situación lo exceptúa de tener que estar en el frente de ba- talla. Pero, lejos de encontrar en ello un beneficio, se llena de dolor. Winni- cott repite el poema que dedicó a su madre... APRENDÍ A HACERLA SONREÍR, A DETENES SLiS LÁGRIMAS, A REMOVER SU CULPA, A CURAR SU MUERTE INTERIOR. Lo consterna recibir la noticia de que algunos de sus amigos mueren en las zonas de conflicto. Un profundo sufrimiento le hace pensar que, en su vida, también debe responder por esas pérdidas. Motivado por ese conflicto per- sonal, hace todo lo posible para ser aceptado en la Marina y logra ingresar como cirujano ayudante. Es enviado finalmente al frente de batalla en un destructor y desarrolla una intensa labor hasta el fin de la guerra. 21 El primer encuentro con el psicoanálisis Cuando finaliza la guerra, Wi'nnicott completa sus estudios de Medicina en el Hospital St. Bartholomew y se forma como pediatra en el Hospital de ni- ños de Paddington Green. Llega a presidir la Sección de Pediatría de la So- ciedad Real de Medicina. En sus primeros años de formación en el hospital, Winnicott se ve muy impactado e influido por las enseñanzas de un jefe de Sala, el Dr, Morder, quien destaca la importancia de la relación entre el pa- ciente y el médico. ES MUY SIGNIFICATIVA LA O ==RENTE EVOLUCIÓN QUE TIENEN DOS PACIENTES CGN LA MISMA ENFERMEDAD Y TRATAMIENTO, SEGÚN LA ATENCIÓN QUE LE OFREZCAN SUS PADRES Y EL MÉDICO DURANTE SU INTERNACIÓN. Es posible que sea este docente quien despierta en el joven Winnicott un in- terés por la lectura de diversas teorías psicológicas que explican el lazo afectivo que se establece entre el médico y sus pacientes. Se supone que es el Dr. Morder también quien lo aproxima al campo del psicoanálisis. Así, mientras cursa su carrera médica tiene la oportunidad de encontrarse con un escrito de Sígmund Freud que le provoca especial curiosidad: La inter- pretación de los sueños. 22 ¿Médico rural o psicoanalista? Winnicott pasa largas horas en la librería médica de un hombre llamado Le- wis quien lo orienta en diversas lecturas de tipo humanístico. Entre ellas le propone textos del filósofo Henri Bergson, quien parece influenciarlo con su concepto del Elan Vital (si se toma en cuenta la noción winnicottiana de "continuidad existencial"). Paralelamente, la lectura de los trabajos freudia- nos y del psicoanalista inglés Pfister empieza a imponerle un nuevo hori- zonte profesional a su inicial deseo de ser médico rural. En 1923, Winnicott inicia su actividad profesional como pediatra asumiendo la responsabilidad de dos cargos en distintas instituciones, el Queen's Hospital for Children y el Hackney. Ese mismo año se casa con su primera mujer, Alice Taylor, cuyafragilidad psíquica recuerda la de la propia madre de Winnicott. Este entrecruzamiento de nuevos y exigentes compromisos existenciales, más su interés intelectual por el psicoanálisis, lo decide a iniciar una psicoterapia con James Strachey, miembro prestigioso del primer grupo de psicoanalistas residentes en Londres, traductor oficial al inglés de la obra de Freud. 23 El contacto con el sufrimiento de los niños En sus primeros años como médico pediatra, Winnicott hace contribuciones al estudio psicológico de trastornos orgánicos como el reumatismo infantil y las posteriores enfermedades cardíacas reumáticas, además de la corea, en- fermedades muy comunes en aquella época. Luego ingresa en el Padding- ton Green Hospital y trabaja allí duran- te 40 años. En ese contexto se le presenta la oportunidad de ver una gran cantidad de niños en consulta. Es- te sitio se convierte en un centro de nutrida expe- riencia clínica. SERÍA UNA BUENA IPEA COMPRAR L'NA MASCOTA PARA ESTE NIÑO; ÉL SÓLO ESTÁ APENADO PORQUE PIENSA QUE, CON EL NACIMIENTO DE SU HERMANITQ, BASARÁ A UN SEGUNDO PLANO, No VAMOS A RECETARLE NINSÚN MEDICAMENTO NI A INDICAR TRATAMIENTO ALGUNO POR ESTA CONSTIPACIÓN. SIMPLEMENTE CONTESTEN SIN TEMOR A TODAS LAS PREGUNTAS QUE EL NIÑO LES HAGA CON RESPECTO A DE DÓNDE VIENEN LOS BEBÉS Y COSAS RELACIONADAS CON EL TEMA. ' ••— —-*~™a*a«>B3B!aaeaaaBiB DOCTOR, ESTAMOS PREOCUPADOS PORQUE OMMY ÍCTICAMENTE NO COME, D - JARD,N DE INFANTES, EMpKÓ A' PULGAR Y ESTÁ MUY CONSTIPADO. i Winnícott plantea que toda alteración de la salud no tiene por qué ser consi- derada necesariamente un síntoma de enfermedad, sino la búsqueda de un equilibrio por el impacto de conflictos y tensiones emocionales. Un niño al que, por ejemplo, le "ha nacido" un hermanito puede pasar por un largo período de inapetencia, perder peso de un modo Inquietante, estar constipado, ponerse enurético o prolongar una convalecencia bastante más allá de lo normal. n A La enfermedad psíquica Winnicott piensa que ningún estudio de la enfermedad física del niño pue- de considerarse completo si no se presta atención, al mismo tiempo, a la fantasía que el propio niño se hace de los síntomas que sufre. En esa apro- piación del sufrimiento que el niño realiza mediante su imaginación, le otor- ga un sentido a su malestar, un origen posible o un cierto desenlace. El chico, con su imaginación, ofrece un simbolismo que "hace hablar" a los síntomas revelando la historia secreta que lo atrapa en determinados sufrimientos. Hay, incluso, niños con malestares muy agudos, pero muy difusos en cuan- to a su localización concreta en el cuerpo. MIRE, DOCTOR, MI HIJO SE QUEJA DE FRECUENTES DOLORES DE PANZA. 24 Es como si esos niños no hubieran "decidido" exactamente dónde ubicar su dolor. Esos dolores encuentran su verdadero sentido si el médico es capaz de captar la imaginación que el niño tiene de ellos. Según van pasando los años, Winnicott se ocupa cada vez menos de la clínica pediátrica y más de los aspectos psicológicos de fa enfermedad de los niños. Sin embargo, nun- ca pierde su vocación por la pediatría, llamándose a sí mismo "un psicoa- nalista aferrado a la pediatría". 25 La imaginación de los niños Winnicott advierte que muchísimas de las dolencias físicas por las cuales al- gunos niños son llevados al pediatra tienen un claro -y exclusivo- origen psicológico. Su sensibilidad clínica lo impulsa a prestar atención al tipo de vinculo afectivo que une a esos niños con su familia y entorno inmediato, y a la relación que ese vínculo tiene con el sufrimiento del que ellos se quejan. También observa que es muy importante la fantasía que los propios padres se hacen de la salud o enfermedad de sus hijos. Lo que un padre algunas veces considera signo de enfermedad en un hijo, puede resultar únicamen- te del contraste que se da entre el estilo personal en que los hijos se des- arrollan emocionalmente y las ideaciones que el padre o la madre tienen de cómo debería ser y comportarse ese hijo en especial, en tanto varón o niña. En tales casos esta frustración de los ideales y las fantasías párenteles pro- duce un rechazo en los padres, que es lo que despierta, en el desarrollo del hijo, síntomas de enfermedad. 26 La Sociedad Británica de Psicoanálisis Durante cerca de diez años, seis veces por semana, Winnicott asiste a su tratamiento psicoanalítico con J. Strachey. Este analista, de quien Winnicott comenta: "No era un gran hombre pero será siempre mi ejemplo favorito de psicoanalista", lo acompaña en circunstancias vitales de enorme importan- cia: los primeros años de su espinoso matrimonio con Alice -de quien se se- para en 1949-, sus primeros y difíciles pasos como pediatra, la penosa muerte de su madre en 1927, después de 17 días de enorme sufrimiento. L-A5 PÉRDIDAS Y LAS SEPARACIONES QUE SUFRÍ A LO LARGO DE MI VIDA REPRESENTARON NO SÓLO UN ENORME DOLOR, SINO TAMBIÉN LA MANERA DE APROPIARME DE MIS RECUERDOS Y DE MI HISTORIA. Es este primer contacto con la experiencia analítica, y el estí- mulo que en ese mismo contexto recibe de Strachey orien- tándolo al estudio psicoanalítico de los niños, lo que impulsa a Winnicott a iniciar su formación como analista. En 1927 se inscribe en el Instituto Psicoanalítico de Londres. En 1934 se certifica como analista de adultos y, recién un año más tarde, como analista de niños. 27 Encuentro con Melanie Klein Strachey observa la profunda sensibilidad de Winnicott para conectarse con el sufrimiento de los niños, el modo en que él interpreta sus problemas emo- cionales, y le sugiere que estudie con Melanie Klein, una analista que empie- za a trabajar en un campo inexplorado hasta entonces por el psicoanálisis, las psicoterapias de niños perturbados emocionalmente. Klein (1882-1960), for- mada en Hungría y Alemania, es pionera en el campo infantil, alentada por im- portantes psicoanalistas de aquella época como Sandor Ferenczi y Kart Abra- ham. Es Ernest Jones quien la invita a radicarse en Londres, después de que ella da allí una conferencia de gran impacto en 1925. f ME HA RESULTADO SORPRENDENTE COMPRENDER EL PSIQUISMO INFANTIL A PARTIR DÉ LAS IDEAS DE KLEIN; ALLÍ DONDE DESDE LA CULTURA SE VELA AL NIÑO COMO UN SER SIMPLE Y PRIMITIVO, PUEDO ENTENDER CÓMO, AUN DESDS LOS COMIENZOS, EXISTEN INTENSÍSIMAS TENDENCIAS QUE PUcSNAN POR EXPRESARSE Y PREVALECER. Winnicott toma contacto por primera vez con Melanie Klein a través de un articulo suyo que Alix Strachey (esposa de su analista) Scet^a len- gua inglesa: «Sobre el psicoanálisis infantil». Este trabajo le UanTooriem. sámente la atención por la originalidad de las ideas que Ztea decida conocerla personalmente para solicitarte que fuf en los casos de niños en los que él empezaba a trabajar. 28 Winnicott analiza al hijo de Klein En 1927, poco tiempo después de la muerte de su madre, Winnicott toma al fin contacto personal con Melanie Klein. Se trata de una mujer de carácter muy fuerte y dominante, y de enorme influencia entre los analistas de la Sociedad Británica de Psicoanálisis. Lo que verdaderamente desea Winni- cott es comenzar un nuevo análisis con Klein. En ese momento, Winnicott pasa un período de conflicto personal a raíz de agudas crisis emocionales de su esposa. Sin embargo, Melanie Klein se nie- ga a tomarlo como paciente, ya que prefiere que él atienda a su hijo Eric. Winnicott se transforma en el terapeu- ta del hijo de Klein y comienza su propio trata- miento psicoanalítico con una discípula dilecta de Mela- nie Klein -que ella misma le sugiere-: Joan Riviére. El carácter enérgico e intrusivo de Klein hace que ella quiera supervisar el análisis de su hijo, pero Winnicott no accede y establece un adecuado límite a la personalidad avasallante de su maestra. Para entonces las peleas internas en la comu- nidad psicoanaiftica británica -por distintos modos de entender la teoría- son incesantes. 29 ¿Es posible el análisis de niños? Las agudas polémicas en el seno de la Sociedad Británica de Psicoanálisis tienen su momento desencadenanteen torno a la discusión sobre la con- veniencia -o no- de tratar niños con el psicoanálisis. Estas discusiones pronto se radicalizan dividiendo a los analistas en dos grupos, uno liderado por Melania Klein y otro por Arma Freud, hija del fundador del psicoanálisis y contraría a las ideas de Melanie. NO PUEDEN INTERPRETARLES A LOS NIÑOS SUS DESEOS INCONSCIENTES, SE HARÁN INDOMABLES. ELLOS MJSMOS, AÚN INMADUROS, NO PODRÁN DOMINAR sus PROPIAS TENDENCIAS AGRESIVAS.,. AL CONTRARIO, LOS NIÑOS, CONSCIENTES DE SUS TENDENCIAS, PODRÁN CONTROLARLAS MEJOR Y DARLES UN CAUCE ÚTIL RARA SUS VIDAS. ADEMÁS, LOS NIÑOS SUELEN SOMETERSE A UNA SEVERIDAD MORAL MÁS DRÁSTICA Y RÍGIDA O.UE LOS ADULTOS... DEJEMOS A LOS NIÑOS INMADUROS EN LAS MANOS DE sus PADRES, SÓLO REFORCEMOS -SI TENEMOS QUE INTERVENIR EN ALGÚN CASO COMO ANALISTAS- SU AUTORIDAD CON INTERVENCIONES QUE REFUERCEN SU EDUCACIÓN. EL PSICOANÁLISIS NO ESTÁ HECHO RARA DAR EDUCACIÓN, SINO PARA LIBERAR AL INCONSCIENTE DE LAS FANTASÍAS QUE DETIENEN EL DESARROLLO DE UN INDIVIDUO... LOS NIÑOS NO PUEDEN EXPRESARSE ADECUADAMENTE ANTE EL ANALISTA, NO HAY POSIBILIDAD DE QUE COMUNIQUEN SUS CONFLICTOS Y FANTASÍAS. PERO LOS NIÑOS JUEGAN, Y ESE ES UN VEHÍCULO DE COMUNICACIÓN TAN CLARO Y COMPLEJO COMO EL LSNSUAJE DS LOS ADULTOS. Hasta la iniciativa de Melanie Klein, sólo se había tratado con psicoanálisis a pacientes adultos. Sus novedosas ideas revolucionan el campo de la psi- cología infantil y su estilo frontal y enérgico escandaliza al establishment psicoanalftico, que pronto la enfrenta duramente. 30 Sobre la "inmadurez" de los niños El eje esencial de la polémica (de ella derivan otros ejes de carácter teóri- co-clínicos) entre Anna Freud y Melanie Klein pasa por el grado de "madu- rez" o "inmadurez" que cada una les atribuye a los niños. Para la pri- mera, el niño menor de cinco o seis años no ha absorbido las normativas culturales que regulan adecuadamente su comportamiento y es la presencia constante de los padres (o distin- tas autoridades) lo que asegura el cumplimien- to de las diversas exi- gencias culturales que deben observar (control de tendencias pulsionales, respeto, obediencia, etc.). ¿QUÉ ES EL NIÑO: UNA ESPECIE DE ANII-IAUTO QUE AÚN NO HA MADURADO Y QUE NECESITA SEP DOMESTICADO, O UNA ESPECIE DE ADULTO EN MINIATURA QUE SE ENFRENTA EN SU INTERIOR CON FANTASÍAS DEMONÍACAS QUE NO SABE COMO CONTROLAR? Melanie Klein considera que los niños, incluso los muy pequeños, poseen -por no decir "padecen"- una estructura de condicionamientos morales -para regular su conducta- severísima. Desde este punto de vista, los ni- ños son tan complejos psíquicamente como los adultos. El complejo de Edi- po, que es la estructura que para Freud define y ordena la inclusión en la cultura de un ser humano, se consolida en el aparato psíquico -según su punto de vista- aproximadamente a los cinco años. Klein afirma -en cam- bio- que el complejo de Edipo ya "viene dado desde el mismo nacimiento" (la experiencia de amamantamiento ya tiene -para ella- todos los ingre- dientes del conflicto edtpico: incesto, culpa, angustia, separación, etc.). 31 La influencia de lo ambiental Anna Freud piensa que con los niños no es necesario -y, más aún, no es conveniente- asumir como analistas una posición sostenida en la neutrali- dad y en la abstinencia. Los niños son para ella demasiado niños-por así decir-, de modo que no hay neutralidad. Por el contrario, hay que reforzar la autoridad parental y ejercer cierta "influencia educativa" sobre el niño en lugar de interpretar sus deseos inconscientes. ESTOY DE ACUERDO CON LA IMPORTANCIA QUE ANNA FREUD LE DA A LA ATENCIÓN QUE LOS PADRES LE BRINDAN AL NIÑO; RENSO QUE ES FUNDAMENTAL PARA COMPRENDER EL DESARROLLO DEL PSIQUiSMO INFANTIL. No hay abstinencia, porque -lejos de ello- es necesario seducir al niño para convocar una transferencia de carácter exclusivamente positiva que actúe como soporte de una alianza terapéutica en el trabajo clínico. Esto permite el trabajo analítico con los niños, al fomentar -de ese modo- un vínculo de carácter amistoso con ellos. 32 El "Superyo" infantil Para Anna Freud, el argumento para dejar de lado abstinencia y neutralidad con los niños es la extrema inmadurez del Superyo infantil. Éste sena incapaz de controlar la convulsiva vida pulsional que se abriría con el juego analítico clásico. Las interpretaciones del analista debilitarían las ya frágiles represio- nes del niño. En lugar de abstinencia y neutralidad, Anna Freud propone como un objeto amable y severo al mismo tiempo; en tanto amable, seduce, busca una complicidad; en tanto severo, refuerza la autoridad parental. Se evita así la interpretación y se enfatíza una cierta acción pedagógica. DEJEMOS AU NIÑO SOLO, ASÍ NO LO INTERRUMPIMOS Y PUEDE ELESIR LIBREMENTE A LO QUE QUIERE JUGAR. Melanie Klein -por su parte- responde que, tomando en cuenta la eviden- cia clínica que le imponen sus pequeños pacientes, lejos de la debilidad su- peryoica de la que habla Anna Freud en los niños, ella no ha visto Superyo más salvaje, sádico y tiránico que en éstos y que ei trabajo con los niños es justamente atenuar la economía tiránica de ese Superyo, para que haya en ellos un mayor despliegue pulsional que pueda impulsarlos así a un vigoro- so desarrollo emocional. 33 La interpretación de la vida pulsionaf Desde el punto de vista kleiniano, la cultura no se nutre tanto de los niños dóciles como de los más provocativos y audaces -que la sociedad los tole- re o no, es otra cosa-. Para Melanie Klein, en el psicoanálisis de niños, en- tonces, al igual que en el tratamiento de adultos, el analista debe mantener la más rígida abstinencia y neutralidad: nada de emparentar la función del analista con una tarea educativa -como lo proponía Anna Freud-, y nada de seducción, ofreciéndose al pequeño paciente como un objeto (exclusiva- mente) amoroso. LA INTERPRETACIÓN ME PARECE CORRECTA, PERO CREO QUE SERLA MEJOR NO FORMULARLA PARA PERMITIR EL DESARROLLO DE ESE JUESO. Melanie Klein apuesta ciegamente al fantasma inconsciente; por tanto, lo interpreta sistemáticamente en los tratamientos: ninguna incidencia nor- mativa de la realidad podría ejercer la menor educación en el campo pul- sional (los padres tienen la severidad que la fantasía inconsciente del niño les atribuye y no la que realmente tienen). Anna Freud apuesta, en cambio, a cierto refuerzo normativo de la vida pulsional desde la realidad, como si la represión dependiera de un factor "exterior" a la propia subjetividad. 34 "Lo externo, lo interno y lo potencial" Enfrentado a esta polémica -que opone una posición teórica que otorga en los primeros meses de vida un peso determinante a la realidad concreta del entorno para la maduración de un individuo y otra posición que diluye todo peso a la realidad "en cuanto tal" en beneficio de lo que la propia subjetivi- dad del niño construye desde sus fantasmas-, Winnicott desarrolla una teo- ría que lo diferencia radicalmente tanto de Anna Freud como de Melanie Klein. PARA PENSAR QUÉ ES UN BEBÉ, ES NECESARIO TENER EN CUENTA A LA REALIDAD EXTERNA, SUS PADRES Y LA REALIDAD INTERNA, SU MUNDO PULSIONAL. EL PSK3USMO INFANTIL SE DESARROLLA EN UNA ZOMA A LA QUE DENOMINAREMOS INTERMEDIA O POTENCIAL. Ni la confianza ingenua en una realidad que tiene efectos en la subjetividad sin mediaciones imaginativas del propio individuo ni ei encierro en una pu- ra fantasía que desconoce los rigores de la realidad permiten explicar a Winnicott el origen del desarrollo emocional de los seres humanos; el ori- gen de la subjetividad es, para Winnicott, la aceptación de una paradoja: no hay realidad o fantasía separadas o en estado "puro", toda realidad es una fantasía y toda fantasía es una realidad. 35 Melante Klein y "el lenguaje muerto" Winnicott rechaza la radicalizaron de las dos posturas encarnadas por Anna Freud y Melaníe Klein, y propone su propia perspectiva. Reconoce y valora la agudeza especulativa y la percepción clínica de Klein, pero recha- za la actitudautoritaria y militante de plantear su teoría, estilo dogmático que ella misma, de un modo u otro, fomenta en sus discípulos. ¡USTED NO EMPLEA MIS TÉRMINOS PARA LA DESCRIPCIÓN DE LOS TRATAMIENTOS QUE CONDUCEl DEAS AJENAS SI NO NERÍA DE M! PROPIA MENTE, CUANDO ESO 'E DÓNDE PARTIERON... PERO, WINNICOTT, ES NB QUE MI DISCURSO SE IM LAS DEFORMACIONES PRETENDEN IMPONER ANNAFREUDLANOS; ¡PARA ESO TODOS TENEMOS QUE USAR LAS MISMAS EXPRESIONES Y TÉRMINOS! Las 'EAS SÓLO PERDURARÁN EN •SCUBIERTAS Y REFORMULADAS ¡NAL POR OTROS ANALISTAS Y :iO PARA SUS PROPIAS . es, USANDO SUS PROPIAS PALABRAS... RECUERDE, SRA. KLEIN, "LA LECCIÓN DE lONESCO", QUE NOS DICE QUE LA TENTACIÓN DEL MAESTRO ES LA MUERTE DEL DISCÍPULO... su ra Klein se repiten como un credo incuestionable entre sus no admite asimilarse de ese modo al pensamiento de :ir la jerga kleiníana que todos deben emplear pa- ;ias clínicas, una jerga a la "•- "«—'--- •*—**-- Grupo intermedio Sin apartarse del todo, Winnicott empieza a tomar distancia de su maestra, tratando de explorar el campo de la psicología de los niños desde una posi- ción menos sujeta a tener que confirmar una posición teórica previa. Tanto Anna como Melanie están llenas de "respuestas" para todo lo que observan, ya no queda para ellas ningún misterio, en tanto Winnicott afirma una y otra vez que el terror del científico es, justamente, quedarse sin preguntas... LA ÚNICA COMPAÑÍA DE QUE DISPONGO CUANDO ME INTERNO EN ESE TERRITORIO DESCONOCIDO DE CADA NUEVO PACIENTE ES LA TEORÍA QUE SIEMPRE ESTÁ CONMIGO, QUE SE HA CONSTITUIDO EN PARTE DE MI SER Y A LA QUE NI SIQUIERA NECESITO RECURRIR DE UN MODO DELIBERADO. Y UNA TEORÍA DE LA QUE NO ME PUEDO "APROPIAR", SEGÚN MI PUNTO DE VISTA, ME SIGUE SIENDO DEMASADO AJENA Y NO ME SIRVE PARA NADA. 36 Finalmente, Winnicott, junto con otros analistas, funda el "grupo intermedio" para diferenciarse de las posturas teóricas que enfrentaban a Melanie Klein y a Anna Freud. No se trata de un grupo conciliador y ecléctico (que tome as- pectos de ambas teorías en pugna, o que intente conciliar dichas posiciones teóricas antagónicas), sino de una agrupación que desarrolla y propone, para la Sociedad Británica de Psicoanálisis, sus propias ideas de un modo positivo. 37 El aislamiento Por consejo de Melanie Klein, Winnicott está en tratamiento con Joan Rivié- re, su discípula más cercana. En la medida en que éste empieza a elaborar su propia teoría del desarrollo emocional y a apartarse de las enseñanzas de Melanie Klein, Riviére (fuertemente alineada con las enseñanzas de Klein) lo empieza a criticar duramente en el marco de las reuniones científicas de la Sociedad Británica de Psicoanálisis. Winnicott se lamenta, en la intimidad, de que Riviére lo "analice públicamente" durante esas reuniones. i ¿SABE UNA COSA, SRA. RMÉRE? \Y PREPARANDO UN LIBRO \E LA IMPORTANCIA PEL MEDIO AMBIENTE EN EL \O EMOCIONAL. Si USTED ESCRIBE UN LIBRO SOBRE EL MEDIO AMBIENTE, LO CONVERTIRÉ EN RANA. ¡DlOS MÍO, ISUAL QUE EN LOS CUENTOS DE BRUJAS... En cierta oportunidad, Joan Riviére proclamó en el departamento médico de la Sociedad Británica de Psicoanálisis que Winnicott hacía teoría a partir de su propia enfermedad, Et malestar del grupo kleiniano por las innovado- ras ideas de Winnicott fue de tal envergadura, que prohibió a sus miembros la lectura de sus escritos publicados por la Clínica Tavistock de Londres. 38 El "bebé de Klein" y "el bebé de Winnicott" Para Melanie Klein, el bebé, casi desde su nacimiento, posee una madurez psíquica suficiente como para relacionarse activamente con su madre, ma- nifestando su amor y sus enojos, según ella satisfaga o frustre sus necesi- dades. La madre, para el bebé, no se percibe como una persona total, sino dividida en dos objetos parciales: un "pecho bueno" que alimenta y gratifi- ca, un "pecho malo" que frustra y le genera odio. SERÍA CONVENIENTE QUE LA MADRE DE ESTE NIÑO ESTE BEBÉ, AL ̂ XjK/tSsl VINIERA A ATENDERLO LO SENTIRSE FRUSTT?AD~XV5c ANTES POSIBLE... SIENTE EL DOLOR INSOPORTABLE QUE LE PRODUCE EL HAMBRE. RARA MANEJAR ESTA SENSACIÓN DESAGRADABLE, CONSTRUYE TEMPRANÍSIMAS • IMAGINACIONES, EN LAS QUE SUPONE QUE LA FRUSTRACIÓN DEVIENE DE UN PECHO MALO QUE LO ATACA DESDE EL INTERIOR DE sus "TRIPAS". En oposición radical a las ideas de Melanie Klein, Winnicott destaca el ex- tremo grado de dependencia y vulnerabilidad del bebé durante sus prime- ros meses de vida. La idea de un pecho como "objeto" que posibilita un vínculo entre él y su madre es un asunto muy complejo para el bebé y su- pone -en el pensamiento de Winnicott- un prolongado proceso de desarro- llo. Es la madre quien posibilita con sus cuidados que su pecho se consti- tuya en el primer símbolo para el encuentro y comunicación con ella, y no a la inversa -como lo piensa Melanie Klein-, que sea la simbolización tem- prana del pecho materno por parte del bebé -según lo frustre o satisfága- lo que construya luego una relación posible con la madre. 39 "Los bebés no existen" En la concepción kleiniana, el bebé establece tempranas "relaciones de ob- jeto". Desde el nacimiento, instrumenta diversas estrategias para vincular- se con el mundo (que se reduce, para el bebé -en una primera etapa, de O a 3 meses-, a un pecho que "satisface" o "frustra"). Estas relaciones de ob- jeto se establecen a partir de la producción de fantasías en el bebé que ha- cen del malestar la idea de un objeto "malo" que ataca desde el exterior, y de la satisfacción, el efecto benéfico de un pecho "bueno" que da alimento y cariño. Winnicott afirma que, cuando ve a un bebé, lo que en realidad observa es cómo lo sostiene la madre. Sin el cuidado de una madre, un bebé no puede empezar a desarrollarse. El propio bebé no está constituido al nacer como una unidad movida por algún tipo de intención subjetiva como las que des- cribe Melanie Klein en términos de fantasías. Winnicott rechaza la noción kleiniana de "relaciones de objeto" para pensar el vínculo del bebé con la madre como una relación de un ser no integrado y absolutamente depen- diente. Piensa que es un conjunto de cuidados lo que permitirá la progresi- va estructuración psíquica del bebé. 40 El factor ambiental La novedad que propone Winnicott es la consideración de los factores am- bientales que rodean al niño, para destacar cómo gravitan en el curso de su desarrollo. Los estímulos que le llegan al bebé deben mantenerse en un determinado nivel, lo más bajo posible. Si son excesivos, perturban su ca- pacidad para soportarlos y generan un efecto traumático; pero, si son de- masiado pocos, no se registran los estímulos necesarios que impulsen un crecimiento adecuado. ¡AHHH!, OTRA VEZ QUIERES QUE TE ALCEN Y HAGAN MIMOS... ¿O TE DUELE LA RANCITA? Pero, para Winnicott, los estímulos que llegan al bebé nunca son "puros", siempre están tamizados y vehiculizados por la intervención de la madre. Para Klein, el bebé ya puede "pensar" al mundo y otorgarle algún tipo de sentido a sus estímulos y sensaciones (por ejemplo, interpretando el dolor que le produce el hambre como algo que lo ataca desde "adentro"); para Winnicott es la madre -con sus cuidados- quien Ee va significando al bebé los posibles sentidos de sus estímulos. La idea de un "adentro"-Hafuera" no es -para Winnicott- algo que esté estructurado en la mente del bebé des- de el nacimiento. 41 Maternaje Por su extrema prematuración al nacer, el bebé debe ser preservado en todo momento de estímulos que puedan superar su precaria capacidad de tole- rancia. Oe modo que los cuidados maternos actúan como una barrera an- tiestímulos (contra el hambre o frío excesivos, ruidos estruendosos o visitas inoportunas que, por ejemplo, lo despiertan cuando ya está descansando, etc.). La madre -dice Winnicott- le presenta el mundo en pequeñas dosis... Incluso, las primeras experiencias de amamantamiento requieren de una delicada disposición materna para "presentar" ia teta de un modo que pue- da ser recibida por el recién nacido, EL ESTAPO DE FRAGILIDADEN QUE SE ENCUENTRA LA MADRE ] EN LOS PRIMEROS MESES DE VIDA DE SU BEBÉ ES UNA SUERTE DS ENFERMEDAD NORMAL QUE PIENSO COMO UNA "PREOCUPACIÓN MATERNA PRIMARIA". EN ESTE PERÍODO, LA MADRE Sg IDENTIFICA CON LA PROPIA FRAGILIDAD DE SU BEBÉ, PARA PODER INTUIR SUS NECESIDADES Y, ASÍ, ATENDERLAS, El desarrollo emocional del pequeño bebé, al abrigo de los cuidados maternos, ^•'WiüMWl "* avanza desde un estado de tranquilidad no perturbada -que Winnicott llama "continuidad existencial"- hacia estados excitados del bebé en los que éste, a partir de una exploración activa del entorno, hace un descubrimiento es- pontáneo y pausado del mundo. Con los cuidados matemos, el bebé no se ve obligado a tener que reaccionar a estímulos que él no puede ni prever ni ma- nejar. Son los cuidados los que permiten que sea el bebé mismo el que salga al encuentro del mundo antes que el mundo lo impacte con sus estímulos. 42 "Madre suficientemente buena" Winnicott llama de este modo, o "madre de dedicación comente", a una madre que es, simplemente, una mujer "común y corriente", en conexión con su hijo, que va aprendiendo de la propia experiencia de la maternidad, sin estar pendiente de libros especializados o del saber de otras mujeres. Lleva adelante la tarea de maternaje partiendo desde su propio gesto es- pontáneo. Hay un importante respaldo para su tarea en lo que le aporta la tradición cultural del medio en que vive, pero esto no debe anular nunca su propio criterio e iniciativa. SEGURO QUE SON LOS PAÑALES... La capacidad de maternaje de la madre implica el enfrentarse con un importante margen de dudas e incertidumbre -inevitables- en el cuidado de su bebé. Durante esta etapa, es relevante la función del padre para atender y cuidar que la madre tenga un entorno no pertur- bador para realizar con tranquilidad su tarea. La madre atiende las diversas y exigentes necesidades de su hijo, que se encuentra en estado de "depen- dencia absoluta" (la dependencia es "absoluta", porque el bebé no tiene la menor conciencia de dicho estado). El bebé, para Winnicott, es una suerte de ser potencial, que necesita del sostén materno para ir encontrando dis- tintas formas de realización; un determinado carácter, distintas modalida- des de entretenerse, de relacionarse con sus objetos, etcétera. 43 Las funciones maternas Winnicott asigna a la madre, sea cual fuera su estilo personal para llevarlas a cabo, tres funciones maternas básicas y primordiales: sostén, manejo y presentación objeta!. Cada una de estas funciones permite un logro madu- rativo del bebé que lo lleva de un estado de extrema dependencia a otro de progresiva independencia respecto de la atención materna. Por supuesto, la independencia afectiva siempre es relativa y la madurez implica cómo cada individuo tramita y se hace cargo, responsablemente, de la dependencia inevitable que siempre gravita en todo vínculo. «OÊ aáSSS»1̂ La madre, con sus cuidados estables y un estado de ánimo previsible en su quehacer, es decir, sin repentinos arranques de fuña ni bruscos "ataques" de amor, permite que las experiencias que va viviendo el bebé tomen cre- ciente significación para él. Con cada una de las funciones maternas, la ma- dre hace que su bebé vaya logrando un estado de confianza y tranquilidad, que será la base del desarrollo de su funcionamiento psíquico. 44 La falla materna De las funciones maternas -pensadas como una estructura de cuidados ge- neralizable a toda madre- se desprende una madre única y personal para cada hijo que ella está criando. La singularidad de cada madre surge de las variables fallas que se van sucediendo en su quehacer materno (sus apuros o indolencias, sus distracciones o su exagerada dedicación, etc.). La falla materna construye para el bebé el carácter personal de la madre, es el ras- go que la torna reconocible. Si SIGO ASÍ, NO VOY A PODER TENER TODO LISTO PARA CUANDO EL BEBÉ SE DESPIERTE... MAMA £5 UN POCO ANSIOSA, PERO SIEMPRE TIENE LÍSTO LO QUE YO NECESITO. _— Así, la "falla materna" sólo indica el especial ritmo de una mujer para en- carnar tareas (que sólo idealmente pueden ser pensadas como perfectas). Cuando falla, la madre se recorta como algo "no-yo", y fuerza al bebé a te- ner que "pensarla" como algo distinto. La falla abre a la percepción de ese "algo" que cuida: la madre. De modo que la madre es el resultado de su fa- lla en el marco de sus buenos cuidados. La madre suficientemente buena resurta ser aquella que falla de un modo confiable (no caóticamente). 45 La función de sostén El sostén materno se corresponde con el estado más crítico de la "depen- dencia absoluta" del bebé, imperante en los primeros meses de vida. Duran- te ese período, el bebé está a expensas de innumerables estímulos a los que no puede responder por su prematuración neurofísiológica al nacer (incoor- dinación motriz por falta de mielinización de los axones neuronales, falta de pautas que le permitan ordenar con signifi- cación la estimulación que le llega). El bebé se limita a sufrir un malestar o a disfrutar un bienestar -que suceden o de- jan de suceder sin lógica algu- na para el bebé-, etc. AHORA TENGO LA SENSACIÓN DE EXISTIR COMO UNA UNIDAD. O O En este período, el bebé se caracteriza por su estado de no-integración sen- sorio-motriz, lo que le impide adaptarse adecuadamente al ambiente. La madre, al alzarlo, acunarlo, mirarlo y nombrarlo (diversas modalidades de lo que Winnicott llama "sostén" materno), va permitiendo la progresiva inte- gración de su hijo. Con este aporte materno del sostén, el niño va logrando poco a poco un creciente pero precario sentimiento de unidad psicosomá- tica (la de existir como unidad en un determinado lugar, poseer un cuerpo, estructurar una membrana limitante entre lo "yo" y lo "no-yo", etc.). 46 "Tener una historia" U integración que favorece el sostén materno no sólo permite al bebé ad- quirir un sentimiento de unidad corporal, sino que hace que sus experien- cias empiecen a organizarse según las coordenadas temporales sujetas a las variables de un "principio", un "desarrollo" y un "fin". Es decir que el sostén materno promueve la integración del bebé en el espacio (sentimien- to del propio cuerpo como unidad, lo que a la larga se reunirá en el recono- cimiento de un nombre propio) y en el tiempo. CON ESTA MÚSICA NOS CONOCIMOS CON PARA Y NOS ENAMORAMOS, QUISIMOS VIVIR JUNTOS Y TENER UN HUO TAN LINDO Y BUENO COMO VOS. QUISIERA QUE, CUANDO SEAS SRANDE, TE GUSTE TRABAJAR CON MADESiA Y HACER MUEBLES COMO ÉL HACE... El sostén permite al bebé una organización temporal de su transcurrir exis- tencial al organizarío en ritmos -con sus "inicios" y "finales", sus "ahora", sus "después"-, un modo de ordenar el devenir que aporta -poco a poco- la matriz necesaria para ir construyendo una historia personal (con sus pre- suntos "antes" y sus eventuales "después"). La madre, con la función de sostén "en el tiempo", incluye a su hijo en una historia familiar que le da pertenencia, ciertos ideales y referencias que marcarán su futuro. Cada gesto materno orienta al bebé y le permite que, en el futuro, se reconozca en sus gustos y proyectos; a todo esto Winnicott lo llama "sostén" materno. 47 Hacia la integración El corolario del proceso de integración que facilita el sostén es un sentimien- to de unidad que culmina en esa ficción tan parecida como distante de uno mismo: ser "fulano de tal". Se construye así un sentimiento de mismidad en un ser humano, que permite cierto autorreconocimiento y "carta de presenta- ción" en el mundo. Al proceso de integración contribuye un vanado entrecru- zamiento de contingencias (al que no escapan las "fallas maternas") que de- terminarán un especial tipo de carácter, además de una historia familiar que antecede e impone proyectos más o menos ajenos al bebé. £S INCREÍBLE, TAN CHIQUITO Y ME PARECE QUE VA A SER ARTISTA. EL OTRO DÍA LO LLEVÉ AL MUSEO DE BELLAS ARTES Y N0 SASES CON QUÉ INTERÉS MIRABA LAS PINTURAS- Este precipitado del Ser que Winnicott llama"integración", alrededor de un cuerpo, un nombre y una historia, esa reunión de lo atomizado que es el caos originario sensorio-motriz del bebé, es la atenuación de un movimien- to que empieza a organizarse a partir de brazos firmes que sostienen y de la mirada anhelante y viva de una madre que proyecta futuro en el destino de su hijo. Sostén es rfarun lugar (brazos, cuna, historia familiar) y ofrecer un tiempo (ideales, futuro, destino). 48 "El Dios viviente" Marión Miiner, una psicoanalista inglesa muy próxima a los desarrollos de Winnicott, ilustra la función materna de sostén del bebé recién nacido di- ciendo que éste se encuentra en los brazos de un Dios viviente, agregando que, si bien esta situación es realmente inquietante, peor aún es que este Dios "abra los brazos" y lo deje caer... ESTAR SOSTENIDO POR OTRO SER HUMANO, Si BIEN PUEDE APORTAR UN SENTIMIENTO DE ^ SEGURIDAD, TAMBIÉN 4? T;ENE ALSO DE / PROFUNDAMENTE INQUIETANTE, PORQUE UNO ESTÁ SUJETO A SUS VARIABLES ESTADOS DE ÁNIMO Y EVENTUALES CAPRICHOS, CAMBIOS . DE LOS QUE NO SE SABE QUÉ CIRCUNSTANCIAS PUEDEN PRODUCIRLOS. Aunque la madre no "abra" los brazos, cuida al bebé en el marco de muchas otras preocupaciones que demandan su presencia, de modo que, más allá de la solidez de su sostén, hay en sus cuidados vacilaciones esperables. Sin embargo, dejar caer al bebé es dejarlo sin el sentimiento de poseer un cuer- po, una historia donde inscribirse, un lugar desde donde iniciar su vida. El bebé comenzaría su existencia con la sensación de una caída sin fin. 49 Sensación de no existir Un modo en que ese "Dios viviente" puede "abrir los brazos" es el caso de una madre psíquicamente muy perturbada, que no puede aportar ninguna significación a los gestos de su hijo (llanto, sonrisas, silencios) y, por lo tan- to, que no es capaz de atender a sus necesidades. Al no poder recortar, en las diversas manifestaciones afectivas de su hijo, algún patrón de significa- ción expresiva ("ahora estás enojado", "ahora quieres mimos", "ahora tie- nes hambre", etc.), deja al bebé con una sensación de aislamiento e inco- municación radical. NO MOLESTES, QUE ESTOY MIRANDO LA NOVELA. También las "caídas" del bebé son producto de una atención de las necesi- dades del bebé realizada de un modo mecánico o impersonal, sin el sopor- te afectivo de amor -y también, a menudo, de fastidio- que implica para la madre cuidar al hijo. Este modo de atención mecánico, de un "estar sin es- tar" realmente con él, es un modo de inasistencia materna que impone al bebé un estado radical e insoportable de soledad. El mundo comienza a re- cortarse con algún relieve si la madre misma empieza a ofrecer al bebé, con sus cuidados, una geografía afectiva de sí misma, con sus "buenos" y no tan buenos momentos. 50 Caer para siempre La falla severa o caótica (distinta de la falla natural y confiable de una ma- dre común y corriente) son caídas desde el sostén materno al "vacío". Es- tas caídas son para el bebé -por su extrema inmadurez y dependencia- "¡mpensables". Como no posee aún una estructura psíquica ya desarrolla- da, Winnicott dice que: "le pasa algo a alguien que aún no está", pero ese "algo" queda registrado de todos modos como un núcleo de locura en la in- timidad del ser. A UN PACIENTE LE ES MÁS FÁCIL RECORDAR UN TRAUMA QUE RECORDAR QUE NADA PASÓ CUANDO PODRÍA HABER PASADO. Ese núcleo de locura, producto de una experiencia que desbordó la capaci- dad psíquica del bebé, queda sin simbolización y, con frecuencia, lo impul- sa a actos que ponen en riesgo su vida. En los tratamientos, el paciente que sufrió tales faltas en el sostén materno necesita "recordar" ese suceso "in- imaginable" ocurrido durante su período de dependencia absoluta, pero no puede recordar algo que sucedió antes del desarrollo de su capacidad de pensar. Hay una suerte de "pánico" inscripto en la vida del paciente, que lo pone en estado de permanente zozobra y angustia. 51 Recordar actuando El individuo que sufrió caídas impensables desde el sostén materno mani- fiesta una sensibilidad muy aguda a las eventuales desatenciones de su analista en el curso de un tratamiento (demoras, silencios prolongados, ol- vidos, cambios de horarios, mudanzas, etc.), porque tales "fallas" del ana- lista hacen resonancia con los traumas sufridos en el momento de su de- pendencia absoluta -y que por su inmadurez quedaron fuera de su control-. Hará objeto una y otra vez de violentas acusaciones y exigentes reclamos al analista como un intento de poner bajo su control traumas que experimen- tó muy temprano de manera absolutamente imprevista. Estas manifestaciones son un modo de recordar la experiencia de una lo- cura vivida -y perdida para lo psíquico- en los primeros días de vida. El analista ayuda a simbolizar, por primera vez, la naturaleza de esta compul- sión agresiva del paciente que desata sus "fallas", vinculadas a las fallas caóticas de una madre "loca" que el paciente padeció en su infancia. 52 "Continuidad existencial" En el proceso normal, el sostén materno intenta prolongar para el bebé una experiencia del devenir temporal similar al que acontece en la vida intrau- terina. En aquel primer habitat, reina un espacio carente de los rigores de la ley de gravedad, e impera un devenir que no posee los apremios del dis- currir temporal (sucesión de: "día-noche", "hambre-espera-saciedad", "dormir-despertar", etc.). Al nacer, la madre procura alargar para su bebé una existencia consistente en un tiempo sin fi- suras ni desniveles. Winnicott llamará a ese discurrir "continuidad existencia!", que es -según sus propias palabras- un "estar siendo". La "continuidad existencial" es una experien- cia sencilla de durar que no se ve afectada por vector temporal alguno. De modo que la madre procura para el bebé un "estar siendo", donde no haya ni un "antes" ni un "después91, ni antecedentes ni prospectivas, sólo un prolongado y apacible "durante". El carácter inaltera- do de ese devenir, que no posee las marcas de la menor expectativa, pre- vención o nostalgia, es posible gracias a las funciones maternas que ope- ran como "barrera antiestímulos" y que facilitan una adecuada constancia en el nivel de excitaciones de su hijo. 53 Rupturas de la "continuidad existencia!" Por supuesto, el estado de "continuidad existencia!" se logra apenas -y con Inevitables contratiempos-. Sólo de a ratos, a partir de una retracción des- de momentos excitados, el infans -por los cuidados confiables de su ma- dre- es devuelto a cierto estado de descanso, donde puede vivir un "estar siendo" sin perturbaciones. Son las inevitables "fallas" maternas en el sos- tén lo que permite la inscripción de momentos disruptivos en la pretendida continuidad del bebé: puntos en los que una excitación esperó demasiado tiempo su atención, donde la leche estuvo demasiado fría o el abrigo algo apretado, etcétera. BEBÉ, YA TE DESPERTASTE, ENSEGUIDA V0Y Y TE PREPARO UNA MAMADERA. Nada fuera de lo común, fallas que indican que el cuidado de la madre es un cuidado "vivo", sujeto a las alternativas propias de una sensibilidad atenta pero también -y por suerte- falible. Sin la natural falla materna, no hay madre ni bebé: por ejemplo, la tardanza de! pecho que se instala en el devenir impasible del infans abre la novedad de una "espera" e inaugura la experiencia de una distancia y diferenciación madre-bebé. 54 "Madre suficientemente buena" - "madre loca" Winnicott destaca condiciones que son propias del pequeño bebé, más allá de las fallas maternas, y que también alteran su continuidad existencial. En principio, el devenir del bebé se ve afectado por sus propias necesidades vi- tales. Una de ellas, el hambre, retorna con cierta irregularidad cada tres ho- ras, Al atender a este ciclo, la madre introduce un ritmo que va más allá de lo estrictamente vital. Según su ansiedad, entusiasmo o desgano, etc., al ali- mentarlo, introduce un compás, con sus aceleraciones o detenciones, que posee ya un valor significante determinado. /-SE VE 3UE TENÍAS HAMBRE, DESPUÉS VAMOS A HACER UN PROVECHITO PARA QUE NO TE DUELA LA PANCITA... YA TE DUE QUE TÚ TAMBIÉN TE TIENES QUE OCUPAR DEL CHICO PORQUE YO ESTOY COMPLETAMENTE HARTA. Es propio del sostén de la madre con sus cuidados -y sus inevitables y natu- rales fallas- lo que reviste con significación los ritmos vitales de su niño (san- cionándolos de diverso modo, como caprichos, mimos, enojo, etc.). Si las co- sas van bien, se establece en el bebé -y se interioriza en su psiquismo- un núcleo de confianza mínima que le permite vivir cada una de sus experien- cias sin necesidad de establecer excesivas prevenciones (se trata de la inte- riorización de los cuidados maternos confiables); de lo contrarío, si la madre ha fallado demasiado severamente en su función, lo que el bebé acumula es una experiencia de inestabilidad esencial en su psiquismo. En este último ca- so, el bebé busca un exagerado control y previsibilidad en sus vivencias. 55 "Fallar para ser" U consolidación en el funcionamiento psíquico de una estructura temporal con sus ritmos y puntos de orientación ordinarios (pasado-presente-futuro) y el reconocimiento de la presencia materna son dos acontecimientos si- multáneos para el bebé. El tiempo toma cuerpo, profundidad y magnitud a partir de las "fallas maternas", y la falla construye la advertencia paulatina de la presencia necesaria de la madre (el primer "otro") para la vida. Cuan- do el bebé empieza a tomar conciencia de su "dependencia", empieza, a la vez, a apropiarse del tiempo y del espacio, QUERO QUE TE QUEDES CONMIGO Y ME CUENTES CUENTOS DURANTE TODA LA NOCHE PORQUE YO ME QUEDARÉ DESPERTÓ COMO SIEMPRE... La madre se hace real para el bebé como duración, es decir, como ritmo temporal basado en la alternancia de su presencia-ausencia en sus cuida- dos. Ella se hace pensable de un modo significante como tiempo (es ansio- sa o pausada, afanosa o indolente, solícita o distante, etc.) y como espacio (brazos que sostienen con firmeza o fragilidad, regazo que cobija o expulsa, mirada que controla o no observa, etc.). 56 La continuidad y la falla El buen cuidado materno le da al bebé el estado de confianza necesario (sentimiento de continuidad existencia!) para tolerar -sin hundirse en un es- tado insoportable de zozobra- sus fallas (rupturas de la con- tinuidad existencia!). Las fallas se hacen, enton- ces, pensables para el bebé at abrir una es- tructura temporal que ordena con sentido las experiencias (mamá tarda, pero ya vendrá...). DÉJENME, ME VOY A PORTAR BIEN Y ANTES DE IR VOY A HACER LA TAREA, EXTRAÑO MUCHO A MIS PADRES, PUEDO LLAMAR POR TELÉFONO A CASA? La falla que abre al tiempo mensurable (la ruptura de la continuidad exis- tencia! del bebé) es -al mismo tiempo- un descubrimiento del "otro" que cuida, saca de cierta soledad cerrada y esencial del "estar siendo" y per- mite construir esquemas significantes para asimilar y para poder dialogar con lo "no-yo". Nada acorta más a! tiempo que "pasada bien", nada lo alar- ga más que una "espera sin esperanzas"; el tiempo sin revestimiento sig- nificante se hace anodino o insoportable. Es la madre, al encarnar con su propio ritmo las funciones maternas, quien aporta una consideración per- sonal del transcurrir. 57 Integración/no-integración: el movimiento de lo psíquico El cuidado materno sólo puede ser pensado en el marco de una falla más o menos tolerable. La madre sostiene en su quehacer un movimiento que os- cila entre, por un lado, restituir al bebé a estados de continuidad existencia! (momentos de descanso en los que el bebé no se ve obligado a prestar atención a ningún estímulo) y, por otro, hacerle vivir experiencias de una ruptura (también tolerable) de dicha continuidad. AH, TE ASUSTASTE, PENSASTE QUE MAMÁ SE HABLA IDO. Las rupturas de la continuidad existencia) obligan al bebé a tener que ela- borar una vinculación más activa con su madre, cuando -por ejemplo- ex- plora atentamente sus movimientos y debe registrar ciertos aspectos del medio ambiente que lo rodea o evalúa gritar y patalear para llamar su aten- ción, etc. En los estados de "integración", el bebé se asume como una uni- dad que puede invocar a otra unidad "no-yo". Estas integraciones se dan en el marco de estados de no-integración; momentos en que el bebé descan- sa y se desconecta del entorno, sin tener que llevar a cabo ningún esfuerzo psíquico de atención o elaboración psíquica de estímulos porque la propia madre se ocupa de ello con sus cuidados. 58 El mundo en pequeñas dosis Winnicott ilustra esta función de la madre suficientemente buena con el mo- delo de la primera experiencia oral del bebé con el pecho materno. En esos primeros encuentros del niño con la madre, ésta coloca su pecho en el mo- mento y lugar indicados como para que el bebé tenga la sensación de ha- berlo creado (y no de que se le ha dado). Se trata de la intuición natural de presentar el pecho unos momentos antes de que dicha necesidad se haya desamarrado en voracidad desesperada, pero nunca antes de que el bebé empiece a inquietarse por el despertar perturbador de una necesidad que moviliza un gesto espontáneo de búsqueda. PARA QUE EL BEBÉ TOME EL PECHO Y, EN DEFINITIVA, "RECIBA AL MUNDO", LA MADRE TIENE QUE ESTAR MÁS ATENTA A LOS RITMOS Y NECESIDADES DE SU HIJO QUE LO CONTRARIO, AUNQUE, POR SUPUESTO, SIEMPRE SERÁ UN POCO Y UN POCO. SE ME ESTÁ\O TARDE PARA LLEGAR A LA REUNIÓN, PERO, BUENO, NO QUERÍA DESPERTARTE ANTES DE TIEMPO, DORMILÓN... DALE, DALE, CHUPA LA TETA, QUE MAM1 SE TIENE QUE IR CORRIENDO A UNA OTA. El encuentro con el pecho ilustra cómo la madre va introduciendo al bebé en la experiencia de tomar contacto -y tratar- con "otro ser humano". En el ritmo de sus presencias-ausencias, sus ánimos y desánimos, etc., la madre va introduciendo a su hijo en la complejidad de un intercambio con un otro de quien se depende. La teta es el primer objeto de un intercambio simbó- lico en el que "alguien" da algo a "alguien" que recibe. 59 Crear lo dado En ese momento mítico -que Winnicott llama "primera mamada hipotéti- ca"-, puede suponerse que el bebé siente hambre "por primera vez", lo que le provoca una inquietud totalmente desconocida para él. Cierto malestar lo mueve a la realización de un gesto de búsqueda. Ese gesto es espontáneo porque no sabe a qué dirigirse ni qué cosa se está buscando... Es entonces cuando la madre percibe esta inquietud de su hijo y le ofrece el pecho y sus ganas de alimentarlo. Ese pecho se presenta, en la experiencia del bebé, co- mo la prolongación del propio gesto de búsqueda del bebé, no como algo dado desde el exterior por otra persona. La ilusión del bebé es pensar que la realidad exterior se corresponde con su propia capacidad de crear. Se trata de una experiencia de omnipotencia que la madre permite que su bebé viva en los primeros intercambios con la te- ta. Sólo progresivamente el bpbé tiene que ir admitiendo que la realidad es ajena a sus intenciones de control y de dominio. De todas formas, siempre perdurará en la vida de todo individuo la necesidad de sentir que, de un mo- do u otro, se interviene de manera personal y creativa en ía concepción y en el modo de ver y experienciar al mundo. 60 El "objeto transicional" Cuando la madre le da al bebé el pecho en el momento y lugar en que éste puede crearlo, posibilita a su hijo la experiencia de una paradoja: "crear lo dado". Es decir, le da la oportunidad de empezar a sentir que la realidad se corresponde con sus propias ideaciones subjetivas y de relacionarse con el mundo desde su propia motivación. Hay un tránsito paulatino entre el sentimiento del bebé de haber creado los obje- tos de su entorno y el recono- cimiento de que éstos ya es- tán efectivamente "allí", en la rea- lidad, esperando ser encontrados. ¿ES MI CABALLITO O ES LA ESCOBA DE MAMÁ? O o DANI, ¿DÓNDE ESTÁ MI ESCOBA? El resultado final para un desarro- llo emocional sano es que estos dos as- pectos (el subjetivo y el objetivo, el que el pecho sea algo "dado",pero también algo "creado" por él) nunca están enteramente discriminados y disociados. El primer objeto sig- nificativo para un ser humano debe estar a mitad de camino entre lo subje- tivo (lo que él tiene la ilusión de haber creado) y lo objetivo (lo que le fue da- do). Revestido de esa cualidad de paradoja (un objeto "creado-dado"), se constituye el primer objeto simbólico para un ser humano y que Winnicott llama "objeto transicional". Un objeto que está a mitad de camino, para el lactante, entre lo "yo" y lo "no-yo". 61 Entre presencia y ausencia Los objetos transicionales, como su nombre lo indica, son objetos que en- carnan para el bebé una transición o movimiento (entre lo yo y lo no-yo, lo extraño y lo familiar, lo propio y lo ajeno, el adentro -lo imaginado- y el afuera -lo percibido objetivamente-), y, además, acompañan al bebé cuan- do él mismo está en tránsito (por ejemplo, el típico muñeco de peluche, o la frazadita, al cual el bebé se aterra en su movimiento desde la vigilia hacia el dormir). En un principio, e) objeto transicional representa a la madre cuando ella es- tá ausente, pero no anula la realidad de su no-presencia. No es un objeto fetiche. Son símbolos que la recuerdan -sin confundirse con ella-, le ayu- dan al bebé a sostener una espera y una soledad para que no resulte de- masiado angustiosa. 62 El valor de la ausencia Para Melanie Klein (la referencia teórica más importante anterior a los des- arrollos de Winnicott), cuando un bebé tiene hambre y el pecho que alimen- ta no aparece para gratificarlo, esa inasistencia del pecho no es pensada por el bebé -según Klein- como una ausencia temporaria del pecho grati- ficante que se anhela, sino como la presencia efectiva -en su fantasía- de un pecho "malo", que obtiene placer en frustrarlo. EL PRIMER SÍMBOLO -RARA EL BEBÉ- REPRESENTA SIEMPRE LA PRESENCIA DE UN OBJETO AUN CUANDO NO ESTÁ. QUE EL NIÑO PUEDA SIMBOLIZAR LA AUSENCIA DE LA MADRE SERÁ EL ORISEN DE TODA SIMBOLIZACIÓN POSIBLE. Para Winnicott, en cambio, el objeto transicional puede simbolizar la ausen- cia de! pecho que se demora en llegar, pero no lo sustituye -negando su au- sencia, como si le dijera al bebé "acá no falta nada ni nadie"-. Este objeto representa un movimiento en la función materna, que simboliza el ritmo de su presencia y su ausencia, haciendo de su ausencia una "presencia poten- cial" (está ausente pero disponible si se la necesita), y de su presencia una ausencia potencial (la madre está presente pero no de un modo intrusivo, de- ja hacer al bebé cuidando de su estado de soledad en su compañía). 63 Hacer contacto con el mundo A través del objeto transicional, el bebé puede tomar contacto -y, a su vez, mantener una distancia- con la madre; lo ayuda a reconocer que ella está motivada por deseos que no lo tienen como único protagonista. De un mo- do más abarcativo, este primer símbolo del bebé representa un poco lo que el propio deseo del bebé quiere que sea el mundo y lo que la realidad le im- pone sin su consentimiento. El objeto transicional, como mediador simbólico, es un símbolo que une y separa al mismo tiempo. En algunos casos, el objeto transicional encarna en algún objeto especial para el bebé, un objeto que iuego él necesita llevar siempre consigo, sobre todo en los momentos en que siente una angustia de soledad y ia separación se apodera de él. 64 El uso en lo transicional La handling del objeto transicional, el llevarlo de aquí para allá, el ponerle nombre, maltratarlo, abrazarlo, olvidarlo y volver a buscarlo para jugar con él, implica una experiencia de "apropiación" de lo que es ajeno y aportado por la cultura (como cuando se pronuncian las primeras palabras, pero aportando una entonación que es absolutamente personal). OTRA VEZ TE ESCAPASTE, AHORA TE VAS A IR CASTISADO A LA CAMA Y SIN POSTRE. , En esa apropiación de lo dado, hay una aceptación necesaria -al mismo tiempo- de la herencia cultural, que se enriquece con ef uso que cada ser humano le va dando a esa dotación "ajena". Sólo se puede ser original, di- ce Winnicott, sobre la base de la tradición. 65 Ni tuyo ni mío, ni realidad ni fantasía Acerca del objeto transicional -comenta Winnicott- puede decirse que se trata de un convenio entre la madre y el bebé al presentarle al primer obje- to, la teta -en la experiencia de amamantamiento-. En ese momento, la ma- dre no debe formular la pregunta: ¿concebiste esto o te fue presentado des- de fuera? lo importante -dice Winnicott- es que no se espera del bebé de- cisión alguna al respecto (¿es tuyo o mío?; ¿es una realidad o tu fantasía?). Por supuesto, la ¡dea de formular o no la pregunta se pone de relieve para el bebé por cierta actitud de la madre en sus cuidados. ESTA MADRE, EN LUGAR DE ADAPTARSE A LA NECESIDAD DE SU HIJO, IMPONE SUS PROPIAS NECESIDADES; DE ESE MODO, LA REALIDAD QUE LE PRESENTA A SU HUO RESULTA MUY AJENA Y EXTRAÑA AL BEBÉ, QUE NO PUEDE ENMARCARLA EN SU PROPIO RITMO VITAL. JUSTO AHORA QUE QUERÍA SALIR A CAMINAR UN POCO TE ASARRA HAMBRE!! DALE, DALE, APÚRATE... Aunque la madre "no formule la pregunta", el hecho de que la teta aparez- ca siempre -e inevitablemente- un poco antes o un poco después del mo- mento en que se la necesita, impone al bebé, desde un principio, ia duda (¿me lo dan o lo estoy creando?, ¿lo domino o escapa a mi control?). 66 Rupturas de la continuidad Si el pecho tarda demasiado en llegar cuando el bebé lo necesita, escapa totalmente a su gesto espontáneo y se produce una ruptura (modelo de "ruptura existencia!") entre el movimiento de encuentro con el mundo -del bebé- y tos objetos (que "deberían estar allí", al alcance de su intención y de su mano...). Los objetos resultan ser entonces muy ajenos para él, y se produce, de un modo demasiado anticipado en la vida del ser humano, el descubrimiento de la propia dependencia. Pero si el pecho no "tarda nada" (por la presencia de una madre que está excesivamente atenta y solícita a los signos de inquietud o malestar que manifiesta su hijo, casi anticipándolos), el pecho parece mágico y no se lo vive como algo real y distinto de sí. Sólo con su progresiva madurez, el be- bé desarrollará la capacidad de distinguir realidad de fantasía, pero ningún ser humano estará jamás totalmente seguro de dónde termina una cosa y dónde empieza la otra. Se puede decir que la salud es soportar esa duda y "sacarle partido" construyendo una realidad acorde con los sueños. Sólo los sujetos muy enfermos, en los que la madre ha fallado severamente en la función de "presentación objetar, intentan estar totalmente seguros del lí- mite "realidad-fantasía". 67 Simbolismo y objeto transicional En definitiva, el objeto transicional surge, para el bebé, de una primera ex- periencia de relación y contacto con otro ser humano -s\i madre- y se constituye en el primer símbolo que da la posibilidad de un intercambio con ella .Inaugura el uso de los símbolos que permitirán al bebé expresarse y establecer un dialogo con los demás y con el mundo A partir de la instauración -entre madre y bebé- del objeto transicional, el niño irá conquistando progresivamente la significación de los diversos ob- jetos que lo rodean, hasta configurar, con ese conjunto, un universo en el que podrá encontrar un lugar y hacer la experiencia de ir integrándose en el propio medio cultural -sin enajenar su iniciativa personal 68 Dar lo que será creado En ios primeros intercambios con el bebé, la donación del pecho sólo ocurre si la madre lo ofrece -únicamente- cuando ese pecho deja de ser suyo y pa- sa a ser la creación de su hijo. Es decir que la madre sólo "tiene" un pecho "para dar" cuando el bebé puede crearlo. Pero, al mismo tiempo, el bebé só- lo se siente dueño de un pecho si admite que puede crearlo únicamente cuando se lo dan... El objeto transicional es un límite a la omnipotencia tan- to del bebé como de la madre: ambos lo poseen pero ninguno de los dos pue- de dominarlo, sólo así pueden vivir juntos una experiencia de intercambio. PARA QUE LA TETA ENTREEN UN INTERCAMBIO ENTRE MADRE E INFANS, CACA UNO DEBE SOPORTAR UN LÍMITE DE LA PRORA OMNIPOTENCIA; AMBOS LA POSEEN, PERO NO LA CONTROLAN O DOMINAN A SU ANTOJO En esa "primera mamada hipotética" que describe Winnicott, es engañoso ver a una madre dar un pecho "que le pertenece" a un bebé que lo recibe pasivamente. Para que ese intercambio funcione (sosteniendo la ilusión de que alguien "da" y otro "recibe"), se deben dar ciertas condiciones: que ese "objeto" que circula entre ellos no está en entero control y dominio de nin- guno de los dos. 69 El reconocimiento de una deuda El límite de la omnipotencia de experienciar el "crear lo dado", visto desde el bebé, supone que cada vez que éste crea al pecho debe admitir una deu- da, ya que el objeto le es dado por otro ser humano. La madre favorece que esa deuda se inscriba en el bebé de un modo soportable (permitiendo que en parte el bebé sienta que lo ha creado). ¿QUÉ SE DICE...? LE AGRADEZCO \E QUE\E HAYA ELESIDO A MÍ PARA QUEDARME DESPUÉS DE HORA HACIENDO ESTE TRABAJO EXTRA, Y ENTIENDO PERFECTAMENTE QUE NO TENSA EL DINERO SUFICIENTE PARA ABONAR ESTAS HORAS EXTRAS, ADEMÁS LE AGRADEZCO... La vida de un ser humano depende de cómo se inscriba en lo psíquico y se sobrelleve esa deuda: demasiada deuda con lo que lo que los demás ofre- cen, inhibe toda iniciativa personal y genera un estado de dependencia in- validante; desconocerla por completo encierra en la soberbia y el aisla- miento de la omnipotencia, la sensación de "no deberle nada a nadie". 70 Una zona de no exigencia El objeto transicional hereda -para nutrir ia economía significante de todo objeto cultural- la paradoja de "crear lo dado" (que la madre permite expe- rienciar al bebé en los primeros intercambios con el pecho). Cada objeto simbólico encarna, para el ser humano, el valor de una deuda con lo que la cultura le ha ofrecido desde antes de su nacimiento, pero a partir de lo cual cada ser encuentra un modo personal de expresarse. Lo dado es punto de apoyo de una creación subjetiva. NO ME SUELTES, NO ME SUELTES... f YO TE SOSTENGO, *\QUÉDATE TRANQUILO. QUÉ SUERTE QUE PAPÁ ME SOSTIENE Y ASÍ NO ME CAIGO. CÓMO HA CRECIDO, CON QUÉ SEGURIDAD ANDA SOLO... U deuda que supone asimilar lo ya dado por el acerbo cultural implica un compromiso que se salda con lo que cada ser humano puede aportar de lo más propio e íntimo de su subjetividad (el gesto espontáneo a partir del cual cada uno se apropia de lo "dado"). El llamado objeto transicional no anula las diferencias "dado-creado", "mío-tuyo", "realidad-fantasía", "familiar- extraño"; simplemente suspende por un instante -o atenúa el máximo po- sible- el peso de una pregunta que en muchas personas adquiere una for- ma agobiante: la pregunta sobre si vale o no vale la pena vivir la vida. 71 Crear el propio lenguaje compartido La experiencia de crear lo dado es -fundamentalmente- una paradoja que permite sentar las bases de una apropiación, por ejemplo, la del lenguaje articulado. De ese modo, el lenguaje se hace heredero de la economía sig- nificante del objeto transicional y se mantiene con valor simbólico en el in- tercambio con otros. KSUA, ESTANDO YA ESTABLECIÓ* (TICA Y VOCABLOS- ÍUISTAQA POR UOS UNO PE LAS En un diálogo, las palabras se comportan como objetos transicionales: se las "usa" pero no se fas domina, porque siempre faltan las más adecuadas para expresar el propio pensamiento. Las palabras son símbolos que "unen y separan" al mismo tiempo con el in- terlocutor (expresan y ocultan algo del propio pensamiento). Un diálogo só- lo es posible si el que habla, en vez de obstinarse en "convencer", da lugar a las palabras de los otros. El interlocutor, al escucharlas y aportar su inter- pretación de lo que se fe dice, "crea lo dado". 72 Campo de fenómenos transicionales El objeto transicional encuentra su lugar de aparición en un campo inter- medio de experiencias que se va construyendo entre la madre y su hijo. Winnicott llama a este espacio "campo de fenómenos transicionales". Se trata de un espacio de juego configurado entre los gestos espontáneos de exploración del bebé y los gestos de cuidados y mimos de la madre. En ese territorio, el bebé va descubriendo el mundo de una manera confiada y crea- tiva. Allí también se encuentran las primeras palabras de ese lenguaje (di- chas por Ea madre a veces con amor y otras con fastidio), de las que el be- bé debe apropiarse para empezar a hablar con los propios sentimientos. El concepto de objeto transicional y de fenómenos transicionales lleva a Winnicott a estudiar esa zona intermedia que será, desde un principio, la materia prima de toda experiencia del vivir... La experiencia cultural -dice Winnicotfc- es una extensión directa del juego de Eos niños y, en verdad, de los gestos que un bebé intercambia con su madre desde su nacimiento... 73 La capacidad de compartir un campo de ilusión El espacio de intercambio madre-bebé es un espacio de ilusión, y ambos comparten ese lugar para hacer una experiencia de crecimiento. Sin "ilusión" no hay contacto ni diálogo entre dos seres humanos. La ilusión con que un in- dividuo sale al encuentro del mundo en general no coincide enteramente con la ilusión de otros (diversos puntos de vista que, generalmente, se agrupan dando una peligrosa homogeneidad a los distintos pensamientos). La similitud de ilusiones que agrupa a los individuos no puede negar las po- sibles diferencias entre ellos, porque, de lo contrario, se instituye la base de un pensamiento fanático y delirante, propio de las sectas. Por otra parte, sin respeto por las diferencias se hace imposible compartir un patrimonio co- mún; cada individuo intenta dominar la experiencia de intercambio con los otros según su propia "ilusión". 74 La función de handling La función materna de "handling, que consiste en el manejo general de la criatura, implica acciones concretas y supone la capacidad de la madre de "ir más allá" de pensar lo que "idealmente se debería hacer" con el bebé, para hacerlo realmente. Ese hacer materno no siempre es sencillo de asu- mir para algunas mujeres emocionalmente atadas a un tipo de funciona- miento que se pretende perfecto, sin contratiempos ni fallas. Cada acto de la madre reconoce una variable distancia entre un maternaje ideal y un cuidado posible del bebé; en esa distancia -combinada con lo adecuado del acto-, el bebé va logrando una apropiada cohesión psicoso- mática (sensaciones que le permiten la apropiación de su propio cuerpo, la adquisición de la propia piel como un límite corporal, etc.). U experiencia de las funciones y sensaciones de la piel y del movimiento muscular se en- trelazan con las ideas y fantasías que el bebé empieza a construir. Ciertas fantasías omnipotentes del bebé respecto del manejo de su propio cuerpo empiezan a limitarse, algunas ideaciones pueden llevarse a cabo; otras, no. 75 Cuerpo a cuerpo de los cuidados ambientales La relación de la madre con su bebé recién nacido es ciertamente de estre- cha y profunda intimidad corporal. Dicho vínculo está cerrado en una serie de gestos delicados, de silencios prolongados y de delicada sensualidad mutua. Hay un "cuerpo a cuerpo" en el que la madre se deja usar (chupar, arañar, vomitar, etc.) y el bebé se presta a los mimos maternos. Todo trans- curre en un borde de furiosa tiranía -por parte del bebé- y furia pasional, por parte de una madre que por momentos "se lo comería" y por momen- tos desearía que desapareciera un largo rato para poder descansar... Agarrar, soltar, tocar, acariciar, construyen la sensación de un límite en la continuidad que une a la madre con el bebé. Ese límite también contribuye a abrir un espacio de juego entre ambos para que puedan empezar a ex- pwewse y a distanciarse si fuera necesario. 76 Habitar un cuerpo El bebé parte de un funcionamiento somático no-integrado (multiplicidad de sensaciones internas y externas que determinan un caos sensorio-motriz); a partir de la función de handling, se desarrollará en el bebé unfunciona- miento psíquico que en la salud queda gradualmente anclado en el soma (se empiezan a discriminar y ordenar las experiencias de acuerdo con un "adentro"-"afuera", "placer"-"displacer", etc.). Lo psíquico da un sentido imaginario al funcionamiento corporal; asi, el ni- ño elabora diversas teorías respecto de lo que sucede dentro de él cuando come, cuando le duele la panza, cuando hace pis, etc. Esas fantasías de- muestran el grado de familiaridad o extrañeza con que reconoce y habita su cuerpo. 77 Integración corporal La función de handling-que dispone la madre con sus cuidados- facilita el temprano desarrollo emocional del bebé, que tiene como logro que lo psí- quico se aloje y vaya tomando cuerpo en lo somático. Este "habitar el cuer- po" (la conquista psíquica por parte del bebé de esa diversidad inicial de movimientos caóticos que lo gobiernan y de sensaciones que lo asaltan, a menudo inquietantes y extrañas) es un logro facilitado por cierto tipo de ex- periencias que la madre le propone con sus cuidados y que otorgan al re- vestimiento cutáneo el valor de un límite. ESPERO QUE ESTA LOCA NO SE LO TOME EN SERIO Y ME DEVUELVA MI CUERPO, QUE LO VOY A NECESITAR, El cuerpo habitado por lo psíquico impide la disociación psicosomática de un individuo y logra que la perspectiva que se tiene del mundo y de sí mis- mo se realice desde un borde a partir del cual el cuerpo puede "pensar" y lo psíquico puede hacer una experiencia sensual de cada vivencia. 78 Psique-soma De todos modos, aun en la salud, los límites de la psique y del cuerpo nun- ca llegan a coincidir del todo. La articulación psique-soma es un logro, si bien precario, como se evidencia en las enfermedades psicosomáticas. A menudo, las ideaciones psíquicas con las que un individuo pondera la propia potencia corporal se adelantan a la maduración somática que se posee en un determinado momento, o bien, fantasea posibilidades del funcionamien- to somático que no reconocen del todo los límites de cierto envejecimiento. Todo individuo posee una tendencia heredada desde su nacimiento mismo hacia la integración psicosomática, dando un sentimiento de unidad a par- tir del cual el bebé, si pudiera hablar, diría: "YO SOY" (existo como ser indi- vidual y diferenciado de lo que "yo no soy"). De modo que el funcionamien- to corporal refuerza el sentimiento yoico de ser una unidad, y éste influye en el tono muscular, la coordinación, funcionamiento motor, etcétera. 79 La enfermedad psicosomática Para Winnicott, la enfermedad psicosomática, en general, indica una falla severa en la función materna de handling y los síntomas de dicha enferme- dad son una suerte de estrategia desesperada por parte del niño para man- tener una unión entre la psique y el soma. Así, por ejemplo, una irritación grave de la superficie cutánea, con fuerte picazón y ardor generalizado, ha- ce que el sujeto tenga que rascarse una y otra vez, reforzando la presencia cutánea como continente. Todo aflojamiento o pérdida del vínculo psicosomático implica una angustia denominada "despersonalización". En rigor, el padecimiento de un trastor- no psicosomático no es la enfermedad en sí misma. La enfermedad psico- somática es el intento de solución a una disociación en el individuo entre la psique y ef soma. 80 La disociación psique-soma La disociación psique-soma afecta el sentimiento de identidad del niño, que queda disociado, por ejemplo, en una permanente actividad física compul- siva o en una actividad psíquica también compulsiva (metalización). En el caso del desborde motriz, la acción no es meditada ni ajustada adecuada- mente a alguna intención previa que la gobierne desde el sentimiento uni- tario de un self. El niño vive en un permanente estado de inquietud y exci- tabilidad motriz que le impide adaptarse a juegos compartidos. En este ca- so, el cuerpo excede a las pautas e intenciones del juego. ÜR QUÉ >TÓMAGO, JANDO DESDE LA MAÑANA Y NO MAQA flALO DESDE ENTONCES; EN REALIDAD NO GQM? NADA, PERO ESC" La otra expresión de la disociación psique-soma puede ser una fuerte ten- dencia a la mentalización compulsiva que no le permite al niño incluir al cuerpo en los juegos. Hay, en este caso, un déficit de lo corporal en el in- tercambio con otros (temor a lastimarse, a ser torpe o excesivamente vio- lento, etc.). Una fantasía imaginativa omnipotente (que nunca "encuentra" en sí misma al cuerpo apropiado para imptementar los actos necesarios pa- ra un juego) también es un ejemplo de disociación psique-soma que empo- brece el desarrollo emocional de un niño. 81 Mentalizacíón Cuando un pronunciado desarrollo psíquico aventaja las posibilidades cor- porales del niño, se desarrolla una especie de "superinteligencia" que deja a la experiencia corporal desplazada o inhibida en el intercambio con los demás. El niño evita entonces todo tipo de experiencias que comprometan lo corporal, estableciendo un vínculo exclusivamente intelectual consigo mismo y el mundo. ¿NO QUIERE QUE SE HASA AMIGO DE LOS OTROS NIÑOS? Esto puede encontrar su origen en fallas severas de una madre que, en su función de handling, sólo puede conectarse con su bebé evitando al máxi- mo el contacto con él, o porque la domina una sensación extremadamente angustiosa de que "una cosa tan frágil se le puede caer de las manos" o por no poder identificarse con las necesidades de manejo que la fragilidad de su pequeño hijo exige. La madre no puede aportar, entonces, la firmeza ne- cesaria en las maniobras que exigen los actos concretos de la crianza. Evi- dentemente, ella misma no puede comprometer su cuerpo en la tarea de maternaje e intenta disociarlo de su vínculo con el bebé. 82 Tomar cuerpo En la falla severa relacionada con la función materna de handling, el bebé empieza a crecer con la sensación de que nada "toma cuerpo", sus propias experiencias no consolidan resultados estables y seguros: todo debe ser pensado una y otra vez. Su existencia no encarna en ningún proyecto com- prometido, sus relaciones se hacen frivolas, et mundo en el que vive es só- lo "calculable", el universo se vuelve "especulativo", todo pierde consisten- cia y solidez y se hace irreal. ME PARECE QUE NO SÓLO UE DEDICARSE A LO INTEL R LLEVÉMOSLO A LA En el buen funcionamiento psicosomático, el niño empieza a registrar y es- tablecer relaciones temporales, a ligar el pasado con el presente y el futu- ro, a enriquecerse con recuerdos y proponerse proyectos, a construir un setf desde donde relacionarse con la realidad extema, todos logros que hacen evidente que en ese cuerpo hay una persona con rasgos de carácter defini- dos, individual y consciente de sí misma. 83 Ser espontáneo o reaccionar En términos generales, lo que permite un buen cuidado materno (las fun- ciones de sostén, presentación objetal y handlinfi es la construcción pro- gresiva en fa intimidad del niño de un estado de confianza. A partir de ese estado, el bebé puede vivir experiencias que se despliegan según su propio estilo y ritmo personales. A esto Winnicott lo llama "continuidad existencial" del ser. ESTE NIÑO PUEDE DESPLEGAD MOVIMIENTOS MÁS O MENOS INCOOPD1NADOS, A PARTIR DE LOS CUALES EMPIEZA A EXPLORAR Y DESCUBRIR EL MUNDO, = ACUMULANDO EXPERIENCIAS PERSONALES DE SU ENTORNO MÁS INMEDIATO. Los movimientos espontáneos del bebé, que son un hacer natural y despreocupado con su self, son el despliegue de su potencial heredado. Estos gestos, ligados a los cuidados maternos, van dando expresión a lo que Winnicott denomina "verdadero self", la expresión más íntima y real de un ser humano. 84 Gesto espontáneo El gesto espontáneo de un bebé permite construir una personalidad que im- pulsa al niño desde sus deseos más íntimos y vitales. Cuanto más gesto es- pontáneo hay en el comportamiento de un ser humano, menos atado está éste a lo que ordena la expectativa de los demás. Es el núcleo de la perso- nalidad más íntimo y vital de un individuo que aporta lo más singular y cre- ativo de sí mismo. LE DUE AL JEFE QUE PODÍAMOSARMAR UNA CENA Y BRINDIS CON TODOS LOS EMPLEADOS DE LA OFICINA PARA FESTEJAR EL RN DE AÑO... ...PERO LA VERDAD QUE ME HUBIERA GUSTADO DECIRLE QUE, AL FINAL DEL BRINDIS, UNAS CHICAS SALIERAN DE ADENTRO DE UNA TORTA EN ROPA INTERIOR... De todos modos, por más original que pretenda ser una persona en sus pun- tos de vista y su conducta, su pensamiento y comportamiento siempre es- tarán orientados por pautas socialmente establecidas y compartidas por la comunidad en la que crece y vive. Todo lo que una comunidad marca como aceptable y esperable en el comportamiento de ios individuos que Ea com- ponen nutre un aspecto de "sociabilidad" del ser humano que Winnicott lla- ma "falso self". 85 Un equilibrio dinámico Con un exagerado predominio del falso self en la personalidad, la vida de una persona será experimentada como abstracta, impersonal, aburrida y extremadamente fútil (sólo se hace lo que "se debe hacer" y lo que otros esperan que se haga). El niño siente que debe aceptar y adaptarse a todo lo que los demás proponen (autoridades y pares), y se fomenta en él un esta- do de exagerada docilidad y obsecuencia. ES MUY IMPORTANTE COMER SIN ENSUCIARSE Y SERIAMENTE PARA HACER LA DIGESTIÓN. Si bien Winnicott señala que el niño, en su crecimiento, debe adaptarse a ciertas condiciones y pautas ambientales, establece que también debe ha- cer su propio aporte personal para alterar otras. Así, el mundo se enriquece por lo que se puede dar desde el potencial creativo y espontáneo del bebé (verdadero self). Al mismo tiempo, el bebé se enriquece con lo que el medio ambiente le ofrece, aunque no se corresponda con sus deseos y creatividad. Se da siempre en la conducta de todo ser humano un equilibrio dinámico entre el verdadero y el falso self. 86 Valor positivo del falso self El falso self se materializa sobre la base de diversas identificaciones del be- bé con las personas que revisten importancia afectiva para él (sus costum- bres, sus ideales, sus valores, etc.). Toma a sus padres, especialmente, pe- ro también a otras autoridades de su entorno, como modelos y los imita, en- contrando en ellos una historia que se comparte y que lo incluye, etc. Esto le servirá para el desempeño de diversos roles y funciones en el marco de su creciente socialización. QUERIDA, HOY VOY A VOLVER TARDE DE LA OFICINA PORQUE ME TENGO QUE QUEDAR TRABAJANDO DESPUÉS DEL HORARIO. YA TE DIJE QUE QUIERO QUE VUELVAS TEMPRANO PARA OCUPARTE DE LOS NIÑOS, ASÍ QUE DILE A TU JEFE QUE SE TERMINARON LAS HORAS EXTRAS. El falso self -si no se exacerba como protección que inhibe exageradamen- te a la expresión del verdadero self- tiene una función útil e Aportante pa- ra el establecimiento de una personalidad más o menos estable y la incor- poración de pautas aceptadas y previsibles para distintas relaciones socia- les adultas. 87 Entre ocultar y mostrarse En la madurez, el contacto con los demás se establece en gran medida des- de las pautas que ordena el falso self. Son fas convenciones formales que regulan todo intercambio entre los seres humanos de un modo civilizado. El falso self protege y oculta al verdadero self, que pasa a formar parte de la intimidad de una persona y que no es compartida con extraños. LES CUENTO QUE ME VOY A COMER ESTA ÚLTIMA MASITA, Pero, cada tanto, todo individuo se siente especialmente vivo y creativo cuando puede infiltrar en su relación "civilizada" con los demás aspectos de su personalidad que se desentienden de cuan agradables u hostiles pue- dan resultar para otros (verdadero self). El "deber ser" y lo casi "antisocial" Si bien, para Winnicott, permanecer "oculto" en los rituales de intercambio social que regulan toda conducta da la seguridad de ajustarse a lo estable- cido y esperable, también es cierto que una persona siente profunda satis- facción ai salirse del libreto y ser "descubierto" como resultado de sus ocu- rrencias personales. Finalmente, algunas circunstancias permiten a un ser humano desarrollar gestos espontáneos, y otras, cuando se incrementa un sentimiento de amenaza y desconfianza, le exigen un repliegue para poner- se ai amparo del falso self. |MlRE, TRÁISA, UN CAFÉ, GJ ESTOY APU NO TENGO DE HABLAR ¿QUÉ SE VA A SERVIR HOY... QUE ESTÁ TAN LINDA? CON AZÚCAR O EDULCORANTE? El verdadero self es la expresión de lo menos premeditado de un ser hu- mano, lo menos atado a convenciones y al "deber ser". El verdadero self es una suerte de sorpresa de uno mismo, la propia persona como un hecho in- esperado. Y por esto mismo es su expresión más creativa, pero, hasta cier- to punto, se aproxima -por estas mismas características- a lo más antiso- cial de un individuo, lo más provocativo páralos demás. 89 La palabra Con la adquisición def lenguaje, el niño ya evidencia el grado de síntesis o disociación que existe entre su verdadero y su falso seíf, evidenciado en el uso mismo de la palabra como elemento simbólico. En su valor expresivo, la palabra devela tanto como oculta y protege al propio pensamiento. Ex- presa y disimula, alude y elude. Un aspecto de la palabra se comporta como un signo formal y "repite" siem- pre una misma significación convencional y compartida por todos (falso self), y, en otro aspecto, escapa a esa convención y expresa algo muy per- sonal que parece decir algo por "primera vez" (verdadero self). i CÓMO LA KA PASADO? TUVE UNA NOCHE MARAVILLOSA, PERO NO FUE PRECISAMENTE ESTA. En el silencio absoluto de un diálogo "con uno mismo", el acuerdo es máxi- mo, pero, cuando se trata de intercambiar ideas con otras personas, nunca parece poder subsanarse del todo la distancia entre lo que se piensa y lo que se dice. Cuando la palabra -en su valor convencional- falla y expresa algo distinto de lo pretendido, puede emerger un elemento sorpresivo que enriquece al propio pensamiento con una idea no premeditada y que man- tiene vivo el diálogo con los demás. 90 El "riesgo" de existir Cada gesto o comportamiento en el que se compromete algo del verdadero self de una persona implica una amenaza de sorpresa (agradable o des- agradable) de sí mismo para la propia persona que realiza el gesto y una confesión de lo más íntimo y desconocido de sí. Esto implica la capacidad de salirse de lo esperado y esperable y la capacidad de correr el riesgo de exponer algo de la propia intimidad. ¿QUÉ SE VA A SERVIR HOY, QUE SE VINO TAN BONITA? -i— _ —• ¿Y QUÉ SUGIERE USTED, QUE HOY ESTÁ TAN SIMPÁTICO Y ATRACTIVO? ¿Y AHORA DE QUÉ ME DISFRAZO...? Si el diálogo se hubiera atado a lo que el menú propone, uno y otro estarían bien protegidos en sus roles, uno como mozo y el otro como cliente. El mo- zo, con su chaqueta, la bandeja en su mano, la servilleta en el brazo, está decididamente bien definido en su función y en lo que se espera de él. Pe- ro él expresó más que lo que lo convencional propone; ese "exceso" -ba- sado en cierto estado de confianza y entusiasmo- arriesgó a confesar algo que puede -o no- ser recibido y aceptado por el interlocutor (y, a partir del gesto espontáneo de uno de ellos, pueden empezar a jugar un juego im- pensado para ellos hasta ese momento). 91 Vivir, jugar A menudo se destaca ta importancia que Winnicott otorga al desarrollo de la capacidad de jugar en un niño como indicador de su crecimiento sano. Esto también se evidencia en el grado de asociación o de disociación que se establece entre el verdadero y el falso self, y de nuevo se aprecia cla- ramente en la capacidad que una persona tiene -o no- de "jugar" con las palabras. SEÑOR, ¿USTED NO NADA NADA? Dentro del marco estricto de una gramática, con sus leyes constantes y pre- cisas (aspectos de "lo dado", "lo ambiental"), con reglas a fas que hay que "someterse" para ordenar al decir (aceptación de lo establecido por parte del falso self), se puede dialogar-jugar con otros, nutriendo a la palabra de insospechadas resonancias significantes que se fundan en haber logrado una perspectiva personal y una singular entonación de palabras que -por otra parte- están "a disposición decualquiera". 92 Extensión de la idea del "jugar" Todo el campo de las producciones culturales abarca, para Winnicott, la ex- periencia de un jugar (por momentos, con un carácter más bien convencio- nal y restringido en sus reglas y, por momentos, mas abierto y creativo). To- da innovación y toda aceptación por parte de un ser humano de lo que la tradición ofrece, toda asimilación y todo rechazo de lo establecido se vin- cula con la capacidad adquirida en los primeros meses de vida -gracias a los cuidados maternos- de jugar, capacidad íntimamente relacionada con el despliegue del verdadero self EL SABER POPULAR Y CIENTÍFICO UBICA LA SEXUALIDAD SÓLO A FUNCIÓN SENITAL DE j ADULTOS. PERO, Así como Freud extiende la experiencia de la sexualidad desde el mundo de los adultos hacia el universo infantil, descubriendo en la infancia una am- plia gama de conductas eróticas, que lo llevan a modificar la concepción po- pular de la sexualidad adulta, así Winnicott extiende ta idea del jugar -des- de el primitivo territorio de la infancia hacia el complejo mundo de los adul- tos-, modificando el modo de concebir los intercambios humanos en térmi- nos de sofisticados juegos. 93 El jugar, las primeras experiencias lúdicas La capacidad de jugar se establece muy tempranamente, en los primeros intercambios entre la madre y su bebé. La madre suficientemente buena "deja hacer" al niño, de modo que pueda construirse un juego azaroso que a menudo la involucra (en un toqueteo de su blusa, en un chupeteo de su mano, etc.). Ese juego va ampiiándose partiendo del entorno más inmedia- to del bebé, que va "descubriéndose y experimentándose". Se trata del gesto espontáneo vinculado a la expresión del verdadero self y al senti- miento de la continuidad existencia!. ASÍ QUEDA ALLANADO EL CAMINO PARA UN JUGAR JUNTOS EN UNA RELACIÓN. AH, ¿Y DE POSTRE QUÉ ME PREPARÓ? En algún momento, la madre va introduciendo su propio modo de jugar y el bebé empieza a desarrollar una capacidad para aceptar o rechazar ideas que no le son propias. La madre puede generar las condiciones de seguri- dad y confianza necesarias para que el niño comience a desarrollar sus pri- meros gestos exploratorios que suponen el incipiente movimiento de un ju- gar espontáneo. 94 La capacidad de jugar con otros El jugar implica para el niño un creciente grado de madurez en cuanto a contemplar y reconocer la presencia y los intereses de los demás y la posi- bilidad de iniciar un diálogo con ellos. Un aceptable perfil competitivo no de- be inhibir la posibilidad de establecer juegos en los que el resultado final no sea necesariamente "ganar" o "perder", sino compartir una experiencia que modifica a los participantes en otros términos. ¡NO QUIERO QUE ME QUITEN MI PELOTA! Dos personas juegan juntas cuando comparten una ilusión que no es ente- ramente igual para ambas. Esa diferencia puede enriquecer el juego con nuevos elementos que cada uno aporta o arruinarlo por el capricho de im- poner la propia fantasía. 95 El jugar con otros Para que la experiencia de un jugar compartido se despliegue, es necesario que cada integrante se salga un poco de lo convenido cufturalmente para "ese" juego (para enriquecer con distintas alternativas lo que el juego com- promete como esquema tradicional de intercambio). Pero, si en la expe- riencia del jugar, alguno de los participantes cree tener la posesión del ver- dadero "sentido" del juego, se ata y ata a los demás a un argumento rígido que impone roles y comportamientos. En la incapacidad de jugar se somete a los compañeros de juego a un capricho absolutamente personal que anula la posible contribución de los demás. JUEGO ES MÁS DIVERTIDO. UN CABALLITO! También podría inhibir la experien- vj cía de jugar atándola a reglas total- mente despersonalizadas, que no pue- den apartarse de lo enteramente con- vencional. Para que el jugar se sostenga como una experiencia compartida, cada partici- pante compromete algo de su propia fantasía, pero también resigna parte de ella. Algo parecido a lo que sucede en un diálogo, si se toma como un ju- gar compartido con las palabras: el flujo de un diálogo se empobrece y se detiene si alguno de ellos cree estar en posesión de una "única verdad"; el interlocutor debe callar y, únicamente, prestar atención. 96 La precariedad del jugar El jugar pone a los participantes en ese lugar precario que está "entre" la sumisión de los jugadores a reglas excesivamente rígidas -que hace aburri- do y demasiado repetido y previsible al juego- y la modificación que cada uno de los participantes desea hacer en su beneficio. Recordamos que a ese campo intermedio, heredero de los primeros intercambios entre el be- bé y su madre, Winnicott lo llama "campo de fenómenos transicionales". Tú ERES EL LADRÓN; TÚ, UNA ENFERMERA, ETC..., Y YO SOY EL POLICÍA... El juego más enriquecedor es aquel que, a partir de ciertas pautas mínimas, va generando, en su despliegue, el destino mismo de los jugadores y las al- ternativas de la historia que comparten. El jugar oscila entre poder estable- cer las pautas del juego y ser lo que el juego ordena en su propio desarrollo. 97 Aceptar y transformar La experiencia de jugar depende de la capacidad del niño de lograr estados que Winnicott llama de "no-integración" (cercanos al gesto espontáneo del verdadero self), es decir, de lograr un estado de despreocupación respecto de lo que lo rodea (confianza en que nada ni nadie interrumpirá súbitamen- te el juego). La confianza permite el grado de concentración necesario en lo que está llevando a cabo en el jugar (sin permanentes distracciones que lo alejen de la atmósfera necesaria para una experiencia que es muy íntima). TE TIENES QUE RENDIR PORQUE LE SANAMOS AL TERRORISMO. LOS EXPULSAREMOS DE NUESTRAS TIERRAS POR HABERNOS INVADIDO. La experiencia de jugar produce riqueza psíquica y ayuda a los seres hu- manos a recrear de un modo original el mundo y a los demás. El niño pue- de ir adaptándose a las exigencias que le impone la cultura de la socie- dad en la que vive, sin necesidad de demasiados renunciamientos perso- nales, pero puede también provocar modificaciones en las pautas cultu- rales establecidas, sin conmover en exceso ciertos hábitos sociales ple- namente instituidos... 98 El jugar en Winnicott. El juego en Melanie Klein En la década del veinte, Melanie Klein establece el valor del juego en los tra- tamientos de niños pequeños. Frente al lenguaje restringido de los niños, el juego reemplaza la comunicación verbal de los adultos y permite un modo de comunicación en los tratamientos que simboliza los diversos conflictos que aquejan al niño. ES LA ÚLTIMA VEZ QUE SOPORTARÉ QUE LOS NIÑOS SE PORTEN MAL, YA QUE, SI NO, DEBERÉ CASTIGARLOS SEVERAMENTE.- - *. ^_—- ESTÁ INTENTANDO ELABORAR SUS CONFLICTOS ESCOLARES, ACTUANDO COMO SUJETO LO QUE SUFRE PASIVAMENTE. Winnicott extiende el jugar al análisis de adultos, como algo que se mani- fiesta, por ejemplo, en la elección de las palabras, en las inflexiones de la voz, en el sentido del humor, en la espontaneidad de sus planteos, en el mo- do de presentarse y de habitar el espacio del consultorio, etc. La ausencia de esa capacidad indica un serio problema psíquico en las personas, y la psicoterapia debe ocuparse, en esos casos, de ayudar a) paciente a recu- perar la capacidad de jugar... 99 Juego y elaboración Para Melanie Klein los juegos de los niños se sostienen, esencialmente, en fantasías que los excitan y que, a su vez, permiten la descarga de una exci- tación erótica. Winnicott considera que ese elemento de excitación está completamente ausente de los juegos: "No hay excitación física, de lo con- trario el juego se detendría...", sostiene Winnicott. ES EVIDENTE QUE ESTÁN EVACUANDO* SUS TENDENCIAS PULSIOMALES, AGRESIVAS. ES CIEPTO, PERO ESA AGRESrVIDAD NO ES UNA DESCARSA, £>NO EL MEDIO QUE ELLOS ENCUENTRAN PARA RECONOCER SUS PROPIAS FUERZAS, RESPETANDO EL LÍMITE QUE LES IMPONE EL JUESO QUE ELLOS MISMOS KAN CREADO- En la teoríawinnicottiana, el jugar no es un acto solitario y compulsivo (co- mo la actividad masturbatoria que presume Klein), sino que conecta con el mundo y los demás seres humanos, y se constituye en un modo privilegia- do de comunicación. 100 Jugar, crear, explorar El propio juego es considerado por Winnicott como terapéutico en sí mismo, es decir, una experiencia siempre creativa y creadora, ocasión -para el ser humano- de importantes descubrimientos. En el marco de una psicoterapia, el paciente puede relajarse y dejar fluir sus pensamientos sin demasiada an- siedad, como si se tratara de un niño que juega, entregado a una experien- cia de búsqueda sin objetivos demasiado premeditados. YO NO BUSCO, ENCUENTROll Winnicott piensa que, en el encuentro psicoterapéutico con sus pacientes, el verdadero self debe ponerse necesariamente en juego y nutrir la comu- nicación con el terapeuta. Para que esto pueda suceder, se debe dar ia su- ficiente confianza como la que se da entre dos personas que pueden jugar juntas, sin someterse mutuamente a las propias fantasías o caprichos, y permitiendo el mutuo despliegue espontáneo. 101 "Jugar es hacer" En la experiencia de jugar, el niño mide los alcances de su imaginación, encuentra un límite a sus ambiciones personales (no siempre se puede ser el protagonista de la trama que asocia a otros niños). Pero el jugar permite participar de un terreno donde proyectar las propias fantasías. Se establece así una confrontación donde se expresa la torpeza o la habili- dad de su cuerpo. En esa experiencia de un "jugar juntos", paciente y psicoanalista pueden aproximarse y comprender las causas y las condiciones que mantienen vi- gente una situación de sufrimiento y enfermedad. •102 Superposición de dos áreas de juego Winnicott establece que la psicoterapia se da en la superposición de dos áre- as de juego: ia del paciente y la del psicoanalista. Si el paciente no ha des- arrollado la capacidad de jugar, el analista debe llevarlo desde esa situación de imposibilidad al despliegue de dicha capacidad. Pero si es el analista quien no puede jugar, está incapacitado totalmente para realizar su tarea. DEJARÉ ENTE SE EXPLAYE TODO LO NECESARIO, 'MANECER EN SILENCIO LARGO RATO O E PARECEN CARECER DE SENTIDO, SIN INTERVENIR NI INTERPRETAR. ¡ME ATERRA PENSAR CUÁNTO PROCESO NATURAL INTERRUMPÍ, ALTERANDO EL ESTADO RELAJADO DE MIS 'AGIENTES, SOLO POR PARECER INTELIGENTE CON MIS INTERVENCIONES! únicamente posibilitando un estado de confianza en los reciendo su espontaneidad, ellos pueden llegar a un verdadero conocimien- to de sí mismos. La psicoterapia es para Winnicott una forma de juego do- tendida entre el paciente y el psicoanalista. 103 Lo transicional del jugar En un tratamiento, las intervenciones del analista sólo pueden ser usadas por ef paciente como herramientas que le permiten a él mismo una aproxi- mación a su intimidad, si éste puede apropiárselas encontrándoles un sen- tido personal. De modo que las intervenciones se transforman en objetos transicionales que median entre el valor que tienen para el analista y el mo- do creativo en que el paciente las recibe y "transforma". De esta manera, se recrea la paradoja de "crear fo dado", que permite sostener la experien- cia de un jugar en la psicoterapia. ESTA CUERDA NOS UNE Y NOS SEPARA AL MISMO TIEMPO, NOS PERMITE TEJER UNA RED TRANSICIONAL EN DONPE ENCONTRARNOS Y PODER DESCUBRIR JUNTOS QUÉ LO 'ATA" EN SU DESARROLLO. >/T~" /ESTO DEBE QUERER DECIR LO QUE ' / TANTAS VECES ME MACHACABA MI / ANTERIOR ANALISTA DE QUE YO I VIVO ATADO A M!S AUTOEXIGENOAS "\ SERIEDAD EXAGERADA, Como en ciertas experiencias fuertes de la vida -Winnicott pretende que un tratamiento psicoanalítico lo sea-, del "jugar compartido paciente-analis- ta no se sale del mismo modo como se entró. 104 Distinta cualidad de falla materna Recordemos que, para Winnicott, en las funciones maternas que atribuye a la madre suficientemente buena (sostén, handling y presentación objetat), se pueden producir fallas que, o bien son naturales, o bien son fallas "severas" (resultado de lo que Winni- cott llama una "madre caótica"). ES UN PROBLEMA PARA LA MEDICINA Y EL PSICOANÁLISIS CÓMO GENERAR LAS CONDICIONES^ DE FACILITACIÓN PARA QUE LO QUE ESTAS MADRES HACEN "ESPONTÁNEAMENTE" POR EN CONEXIÓN CON SUS BEBÉS SEA POSIBL OTRAS QUE NO "SABEN" QUÉ En el caso de estas últimas, las fallas severas en el cuidado del bebé mien- tras éste se encuentra en estado de dependencia absoluta hacen que el be- bé sufra angustias de naturaleza psicótica (efecto de fallas severas en la función de sostén, que producen angustias de desintegración; en la función de handling, ocasionando trastornos psicosomáticos, y en la función de pre- sentación objeta! dando fenómenos de despersonalización). 105 Las angustias primitivas Con las angustias de desintegración, el bebé siente que se fragmenta en in- numerables sensaciones caóticas en Ea medida que nada ni nadie lo con- tiene dándole la experiencia de ser una "unidad" a la que le pasan esas va- riadas sensaciones. Finalmente, los trastornos de despersonalización aluden a estados que se manifiestan cuando llega el momento de consolidar vínculos e intercambios sociales, de modo que el individuo no puede establecer contacto con los de- más, buscándose diversas formas de aislamiento. 106 Deprivación: fallas tardías Winnicott describe, en el desarrollo emocional del niño, otro tipo de patolo- gía a partir de fallas maternas que suceden un poco más tardíamente en su desarrollo emocional, es decir, cuando el bebé ya aban- donó el estado de dependencia absoluta y alcanza un grado un poco más avanzado de madurez e integración. Como consecuencia de tales fallas, se desarrolla lo que Winnicott llama "tendencias antisociales". ESA NIÑA, MÁS QUE ROBAR, TOMA LO QUE CONSIDERA SE LE DÉSE, PERO ADEMÁS LO HACE DE FORMA LO SUFICIENTEMENTE OSTENSIBLE COMO PARA QUE LOS ADULTOS QUE LA CUIDAN SE DEN CUENTA. HACE UNOS MESES QUE NOTO QUE TE QUEDAS CON LAS MONEDAS DE LOS VUELTOS Y ME PARECE QUE ESTÁS COMPRANDO GOLOSINAS CON ESE DINERO. NUNCA M E \A CON AU5O QUE NO ME PERTENECE. Son niños que han alcanzado un desarrollo más o menos satisfactorio has- ta -alrededor de- los dos años, momento en el cual sufren la pérdida de al- gún aspecto de la vida hogareña que resultaba esencial hasta ese momen- to de pérdida. Winnicott llama a este tipo de falla que altera de manera esencial y severa el entorno habitual y confiable del niño "deprivación" (pér- dida repentina de alguno de los padres, alejamiento forzado del ámbito fa- miliar, nacimiento de un hermanito que desplaza radicalmente del centro de la escena, pérdida laboral de uno de los padres que se hace sentir por su impacto económico y afectivo, etc.). 107 El límite en el otro No necesariamente la conducta antisocial implica una conducta delictiva. El niño busca con el acto antisocial recuperar una estabilidad y confianza en el marco hogareño a partir de episodios como enuresis, pequeños robos o mentiras, romper cosas, etc. La reacción del medio ambiente, que sólo bus- ca sancionar "moralmente" al desafío planteado por la tendencia antisocial, no permite averiguar cuál es la verdadera "respuesta" que la conducta es- tá forzando. ESA NIÑA, DE MANERA INCONSCIENTE, ESTÁ INTENTANDO HACER "JUSTICÍA"; ESTÁ TOMANDO POR SUS PROPIOS MEDIOS LO QUE SIENTE QUE DEBERÍA DÁRSELE. AL MISMO TIEMPO LO HACE PE UNA MANERA LO SUFICIENTEMENTE DESCUIDADA COMO PARA QUE SU MADRE PUEDA DARSE CUENTA DE QUE AU5O ESTÁ SUCEDIENDO PRESTANDO UNA MÍNIMA ATENCIÓN. Por supuesto, una respuesta contemplativa o meramente "comprensiva" también es ineficaz y con frecuencia empeora las cosas obligando al niño a redoblar sus impulsos antisociales. Si la provocación del niño es desatendi- da por el entorno, a la larga, la conducta antisocial sí se convierte en una actividad compulsiva que pierde su motivación inicial y que empieza a bus- car beneficios secundarios de estricto orden delictivo (ventajas ybeneficios que anulan por completo la original búsqueda de una respuesta de conten- ción firme que brinde segundad al niño antisocial). Llegados a este punto se hace inútil emprender una psicoterapia, y es la sociedad, con sus recur- sos asistenciales, legales, etc., quien debe hacerse cargo de la situación. 108 Atender a las necesidades En el caso de la falla temprana (muy anterior a la que Winnícott llama "de- privación"), el sentimiento de deuda y de necesidad respecto de otro ser hu- mano que cuida no se ha hecho evidente aún para el bebé, y la falla severa del cuidado en ese momento no puede "organizarse" como un reproche a otro, en el sentido de una queja por su "desatención". Et otro de los cuida- dos aún no está configurado como tal. NO, PORQUE TENSO QUE SAUR A HACER LAS COMPRAS ANTES DE QUE CIERREN. NO, PORQUE AHORA TENEMOS' QUE COMER. NO TENSO TIEMPO, YA ME TENSO QUE IR. NO, PORQUE TENGO MUCHO QUE HACER Y ADEMÁS TENSO QUE HABLAR POR TELÉFONO CON UNAS PERSONAS. NO, PORQUE ESTUVE TRABAJANDO MUCHO Y ME DUELE LA CABEZA. DORMIR, QUE ES E Y NO PUEDE QUE TODO EL DÍA TE LA PASES ¡IRANDO TELEVISIÓN. En la falla llamada deprivación, el ambiente (conformado por diversas figu- ras afectivamente significativas para el niño porque le ofrecen seguridad y confianza) ya se valora como existente y absolutamente necesario para la propia subsistencia. En este caso, la falla es adjudicada a "alguien" y la re- acción tiene su destinatario, lo cual supone, comparativamente, una organi- zación de la experiencia muy compleja. 109 Adaptación y acatamiento Es el estallido de la Segunda Guerra Mundial y el compromiso que asume Gran Bretaña en ella lo que impone a Winnicott una inesperada experiencia profesional que lo conduce a elaborar su teoría relacionada con los fenó- menos antisociales. A poco de iniciarse la guerra, Winnicott acepta el cargo de psiquiatra especialista en la evacuación de niños, en Oxfordshire. NIÑOS QUE ANTE TAN :LEN TENER ION NIFIESTAN SU LJE TIENEN LA ENTRADA SU UACIÓN PONE, SUELEN IDAD PARA BIOS. Durante el desarrollo de la guerra, Winnicott se hace responsable de unos 285 niños distribuidos en distintos albergues para su protección, y se ha- ce cargo de ellos desde 1939 hasta 1946. Esta experiencia Ee permitió a Winnicott profundizar en el valor traumático que implica el alejamiento de los niños de sus ambientes más familiares y del contacto directo con sus seres queridos. Al momento inicial de desorientación de los niños evacua- dos y del repliegue solitario en el que caían, les seguía un estado de eno- jo y confusión que daba paso a conductas de difícil manejo para los cela- dores de los albergues en que estaban temporalmente alojados. 110 La conducta antisocial Winnicott advierte que Eos niños evacuados desarrollan variados síntomas, como enuresis, reacciones alérgicas y todo tipo de "accidentes", en los que se ocasionan -u ocasionan a otros- graves lesiones, etc. A estos síntomas de origen emocional se asocian diversas conductas "semi" delictivas (in- cendio de elementos de las instituciones, robos, peleas, etc.) a las que Win- nicott empieza a estudiar como conducta antisocial derivada de la "depri- vación" de sus objetos y situaciones familiares y cotidianas. ESTE NIÑO NOS PUSO A PRUEBA Y, ASÍ COMO HUBO MUCHOS MOMENTOS DE AMOR, TAMBIÉN LO ODIAMOS INTENSAMENTE. HABLAMOS ACORDADO CON ÉL QUE, CUANDO NO PUDIERA CONTROLARSE Y SE TORNARA INSOPORTABLE, LO PONDRÍA DE PAUTAS EN LA CALLE, CON UNOS CHELINES PARA QUE PUDIERA LLAMARNOS POR TELÉFONO CUANDO SE TRANQUILIZARA. ESTO FUNCIONÓ EN ALGUNAS OPORTUNIDADES, PERO CREO QUE NO LO VOLVERLA A HACER CON OTRO NIÑO. La pasión con que Winnicott desarrolla su tarea y su investigación lo lleva a refugiar en su propia casa, durante tres meses, a uno de estos jovencitos evacuados. Fueron tres meses de -según la expresión de Winnicott- verda- dero "infierno", que terminan con el robo -y choque- de su propio auto por parte del niño en cuestión. Por otro lado, Winnicott para esa época (1949) se está separando de Alice, su primera esposa. 111 La "puesta a prueba" La tendencia antisocial se evidencia como una conducta de destrucción (cuando la falla ambiental se relaciona más con la falla de la función pa- terna), por una parte, y/o como una compulsión a robar, por otra (cuando se relaciona más estrechamente con la falla de la función materna). El niño antisocial roba de un modo simbólico soto aquello que alguna vez te per- teneció por derecho. Es decir que, sin darse cuenta, intenta compensar la deprivación que experimentó en la relación con la madre o el padre y po- ner de manifiesto esa "injusticia". ¿QUÉ CLASE DE HUA SOS, QUE ESTAMOS TODO EL TIEMPO A TU SICIÓN, PRESTÁNDOTE ATENCIÓN, QUE OBTENEMOS COMO •MPENSA ES QUE LE ROBES CADAMENTE A TU MADRE? El acto antisocial es un regreso at lugar donde el ambiente le falló al niño, regreso a la búsqueda de la causa de lo que le falta. Vuelta a Eos vacíos que el niño experimenta dentro de sí. Con la conducta que busca dañar o des- truir, se busca confirmar la firmeza del medio antes de entregarse a él de manera confiada. Winnicott afirma que el objeto sólo se hace real cuando se lo odia y maltrata, así el niño lo pone a prueba. La función de los padres es "sobrevivir" (no reaccionar) a esos intentos fallidos de destrucción (es también lo que busca el niño, padres que soporten los embates). 112 El momento de las "separaciones" En su trabajo como supervisor psiquiátrico de los albergues para niños eva- cuados durante la guerra, además del material necesario para el desarrollo de su teoría de la tendencia antisocial, Winnicott conoce a Clare Britton, con quien se casa en 1951. Publicaron juntos los artículos "Los problemas de los niños sin hogar" (1944) y "La organización en las instituciones como tratamiento para niños difíciles" (1947). Se inicia así un período muy prolí- fico en los desarrollos teóricos de Winnicott. Su separación de las ideas kleinianas se hace cada vez más profunda, y llega a publicar su artículo sobre los "obje- tos y fenómenos transicionales", verdadero manifiesto de ruptura con el pensamiento de Melanie Klein. las ideas de Melanie Klein han sido revo- lucionarias para que podamos entender y pensar el psiquismo infantil; sin embargo, mi experiencia me ha llevado a pensar que lo ambiental es determinante para entender el desarrollo de los procesos de maduración en los niños. Clare es asistente social y llega a ser psicoanalista en 1961. Su primer analis- ta fue Clifford Scott (analista también de Alice, la primera esposa de Winnicott). Más tarde prosigue su análisis con Melanie Klein. Clare y Winnicott documen- taron los efectos devastadores de lafatta de los padres durante el tratamiento hospitalario de los niños. Juntos contribuyeron a dar la información necesaria (oral y escrita), procedente de todas las zonas de evacuación de Inglaterra, pa- ra el desarrollo de la ley de Menores de 1948, para el Comité Curtís. 113 Lo antisocial como búsqueda Winnicott hace visitas semanales a los albergues de evacuación, en los que Clare lo pone al tanto del impacto y confusión que los niños antisociales pro- vocan en el personal que los atiende. Este personal pretende que Winnicott dé respuesta a cada uno de los interrogantes que los niños plantean con su con- ducta, pero, en lugar de ello, se va desplegando, en las reuniones que mantie- nen, un espacio de reflexión y debate para pensar cada situación de conflicto y tensión en función de la responsabilidad que le corresponde a cada uno y el grado en que se van involucrando en la vida cotidiana de estos niños. Poco a poco vana el primer enfoque "delictivo" de la situación que la con- ducta antisocial provoca, y se la puede abordar sin tener que reaccionar compulsivamente frente a ella. Se diluye, de este modo, el cortocircuito en la comunicación entre los responsables del cuidado de los niños. La expre- sión "tendencia antisocial" no tiene para Winnicott valor diagnóstico, ya que puedeacompañar distintos cuadros clínicos. Es el grado de madurez del yo al momento de la falla ambiental lo que permite el surgimiento de la ten- dencia antisocial en vez de una psicosis. 114 La madurez de Winnicott Concluida la guerra, Winnicott es presidente de la Sociedad Británica de Psi- coanálisis durante dos períodos: 1956-1959 y 1965-1968. íntimamente se reprocha no tener un conocimiento más profundo y erudito de la obra de Sigmund Freud como para justificar la res- ponsabilidad de ocupar semejante cargo. Durante su segunda presidencia, reúne los fondos necesa- rios para realizar la estatua de bronce de Freud, que se en- cuentra muy próxima a la última vivienda que éste habi- tó en Londres. /DURANTE LA KAYOR PARTE DE Ool MI VIDA PROFESIONAL, INTENTÉ \R MI PROPIO | LENGUAJE Y HACER UN USO b I PERSONAL DE LA TEORÍA PARA * ENTENDER EL SUFRIMIENTO DE LAS PERSONAS. CREO QUE ESTO FUE EN DESMEDRO DE CONOCER ACABADAMENTE LA OBRA DE QUIENES CONSIDERO MIS MAESTROS. Winnicott lleva a cabo dos grandes giras por tos Esta- dos Unidos de Norteamérica en 1962 y 1963. Vuelve en dos oportunidades más (en 1967 y en 1968) a la Socie- dad Psicoanalítica de Nueva York. Da conferencias en Glasgow, Helsinki, Pa- rís, Roma, Ginebra, Copenhague... 115 La enfermedad propia En 1960 Winnicott debe restringir el intenso ritmo de su trabajo debido a sus graves problemas cardíacos. El golpe más duro es, para él, tener que abandonar el Hospital Infantil de Paddington Green en 1963. Sin embargo, aunque se retira del servicio nacional de salud, sigue trabajando con in- terés en varios casos clínicos, escribiendo proyectos y realizando tareas administrativas. Si ME DUERMO MIENTRAS ESTAMOS TRABAJANDO, NO SE PREOCUPE NI SE OFENDA. Mi SALUD NO SE ENCUENTRA BIEN Y DEEO TOMARME ESOS PEQUEÑOS DESCANSOS INVOLUNTARIOS. Continua dando seminarios para jóvenes estudiantes de psicoterapia de la famosa Tavistock Cllnic, en el curso de formación de analistas infantiles y en la Clínica Hamstead de terapia infantil. Su estilo es sumamente Informal, trabaja sobre casos clínicos propios o de alguno de sus alumnos propo- niendo un debate franco y abierto. Las reuniones son difundidas de "boca en boca" y son muftltudinan'as. 116 -- El costo de ser "usado" A pesar de su frágil salud, emprende un viaje a los Estados Unidos para dar una serie de conferencias. En uno de esos encuentros, los asistentes hosti- gan duramente a Winnicott por su artículo "El Uso del Objeto". Al parecer, su lenguaje típicamente británico no es comprendido por sus colegas esta- dounidenses y esto despierta malos entendidos y cierta hostilidad de su au- ditorio. Al volver al hotel, tiene un ataque cardíaco que fragiliza aún más su delicado estado de salud. EN EL MEJOR DE LOS CASOS, EL ' USA DESPIADADAMENTE A SU PARA DEJAR EL LUGAR DE Y PASAR A SER UN SU, De regreso en Londres, decide retrabajar el artículo tan criticado por sus pa- res norteamericanos, en el que Winnicott desarrolla la idea de generar en los pacientes la capacidad de usar al tratamiento y al analista "hasta gas- tarlo y poder abandonarlo". En descargo de Winnicott, el psicoanalista es- tadounidense Langs dice que los analistas de su país no contemplan la po- sibilidad de "ser usados por sus pacientes". 117 "Usar" al analista La idea de "uso de objeto" es esencial para entender la dirección de los tra- tamientos desde la perspectiva winnicottiana. Sin esa capacidad de "uso del analista" por parte de los pacientes, los tratamientos se hacen intermi- nables y fútiles. "Usar" al analista implica algo así como "sacarle el jugo" a su capacidad de ayuda terapéutica, un proceso en que se lo va "gastando" y en el que, finalmente, con el tiempo, en el trabajo analítico, se perderá irre- mediablemente. QUIERO QUE SEPA LO QUE HE DECIDIDO; PROBABLEMENTE USTED NO ESTÉ DE ACUERDO, PERO TENGO LA NECESIDAD DE CONTÁRSELO Y DESPUÉS REALIZARLO AUNQUE ME LO PROHÍEA. PROBABLEMENTE USTED TENSA LA NECESIDAD DE PELEARSE CONMIGO, COMO NO PUDO HACERLO CON SU PADRE; NO QUIERO QUE PIERDA ESA OPORTUNIDAD, PERO CONSIDERE QUE QUIZÁS PODAMOS ESTAR DE ACUERDO. La idea de uso está íntimamente asociada a la capacidad de duelo de cada individuo; sin esa capacidad, los pacientes sólo se dedican a "cuidar" a sus terapeutas, mostrándose siempre de acuerdo con sus intervenciones y pre- tendiendo ser "buenos pacientes". Paciente y analista se sienten cómodos, uno se afirma con tal "asociando" y el otro, encontrando siempre la '-inter- vención" más lúcida, que es siempre aceptada con total docilidad. 118 El "objeto analista" Winnicott reconoce dos niveles en el vínculo que un paciente establece con su analista, uno que se refiere a lo que él llama "relación de objeto", y otro que se liga a la noción de "uso de objeto". En el primer caso, el analista que- da articulado, de un modo u otro, a las fantasías del paciente. El analista realiza su trabajo orientado por el lugar que esas fantasías le confieren (ob- jeto temido, amado, sabio, idiota, etc.). A partir de la "relación de objeto", el analista conjetura la posición subjetiva que regula Eos intercambios del pa- ciente con el mundo. CREO QUE SI USTED FUERA MÁS CRUEL CONMISO, ME PODRÍA PELEAR CON USTED SIN EXPERIMENTAR ESA CULPA ESPANTOSA CON LA QUE YA NO QUIERO CAREAR. INTENTARÉ SER MÁS CRUEL, PERO CREO NO PODER EVITARLE LA ANGUSTIA DE SOPORTAR LAS DIFERENCIAS CON LOS OTROS. El analista no coincide enteramente con la fantasía que el paciente se hace de él. Siempre hay un margen de su presencia que queda por fuera de sus expectativas inconscientes, un aspecto inquietante y extraño en el "objeto analista", que el paciente no puede controlar ni predecir. 119 Uso y experiencia Lo que no coincide con la fantasía que el paciente se hace del analista, es de- cir, lo que escapa a lo que se llama "relación de objeto", es algo que el paciente no puede comprender tomando en cuenta sus experiencias infantiles con otros objetos que fueron profundamente significativos para él. Por esta razón, no de- ben ser "interpretadas" como motivadas por alguna significación inconscien- te, porque no la tienen. Un analista puede parecería a su paciente particular- mente cansado ese día y este último puede suponer que su tratamiento es una pesada carga para él, pero la realidad es -cosa que el analista puede incluso comentarle a su paciente- que la noche anterior casi no pudo dormir. QUIERO TENER LA GARANTÍA DE QUE, SI DESCARGO TODO MI ODIO SOBRE USTED, USTED SESUIRÁ ALLÍ COMO SI NADA HUBIERA PASADO. LE ASESURO QUE QUISIERA GARANTIZÁRSELO, PERO FALTARÍA A LA VERDAD SI ASÍ LO HICIERA Y NO NOS PODRÍAMOS DAR ESE LUJO. El paciente puede "usar al analista" cuando éste cae fuera del control omni- potente de su fantasía, cuando el analista se recorta como un objeto separa- do e independiente de sus deseos, con su propia vida e intereses. "Usar al analista" se vincula con la posibilidad de aceptar esa distancia que se abre con el control y dominio de los objetos de quienes se depende afectivamente. 120 Uso y control Es sobre todo con pacientes esquizoides o psicóticos, que han sufrido se- veras fallas en la etapa de dependencia absoluta, con quienes el analista siente el impacto del "uso" de sus pacientes. Son estos quienes manifies- tan demandas exigentes de atención y cuidado por parte de sus analistas y reaccionan violentamente contra ellos cuando interpretan que éstos han "fallado" en su tarea. La exigencia de estos pacientes deriva de su necesidad de mantener todo el tiempo bajo el control omnipotente de sus ideaciones a la presencia del analista. Esto es así porque, en la etapa de dependencia absoluta, sus pro- pias madres no articularon adecuadamente, en la experiencia de sus cuida- dos, un desprendimiento paulatino, y elaborable psíquicamente, de su dis- ponibilidad (al principio, casi absoluta para el bebé), aportando de un modo progresivo el margen de ausencia y falla inevitable en sus cuidados. 121 Diferencia entre falla y fracaso Que eí analista se "deja usar" suponeque se hace cargo de la extrema an- gustia que implica tornarse un extraño para su paciente. No reacciona (in- terpretando) frente al profundo odio que desata en su paciente la sensación de que él se ha hecho un ser desconocido y distante, fallando en prodigar un cuidado absoluto y exclusivo. El paciente se siente profundamente angustiado cuando se confronta con que el analista no está enteramente condicionado por sus propios deseos. En esa desesperación, se abre la posibilidad para el paciente de simbolizar, por primera vez, en relación con su analista, ciertos aspectos dramáticos en el proceso de las tempranas experiencias de separación del objeto que lo sostenía en su etapa de dependencia absoluta. 122 El discípulo Winnicott forma a un discípulo, un analista tan destacado como polémico pa- ra sus pares británicos. Nacido en la India, príncipe de la familia Khan de Pa- kistán, su nombre es Masud Khan. Masud ingresa en la Sociedad Británica de Psicoanálisis y pide a Winnicott que sea su analista. Más tarde Winnicott también supervisa su tarea como psicoanalista y Khan colabora activamen- te en la preparación de los libros de su maestro. La relación se mantuvo du- rante dos décadas hasta la muerte de Winnicott, en 1971. KHAN, TENSO MUCHO INTERÉS EN QUE VEA A UNA PACIENTE, ES IMPORTANTE QUE NO SE MUESTRE DEMASIADO INTELIGENTE CON ELLA. A ELLA LE ENCANTARAN SU VESTIMENTA Y SUS MODOS NOBLES. Poco antes de su muerte, por un cáncer de garganta que demanda nume- rosas intervenciones quirúrgicas, Masud Khan es expulsado de la Sociedad Británica de Psicoanálisis (que parece esperar hasta ei fallecimiento de Winnicott, su protector, para hacerlo). Los motivos de la expulsión se basan en los escritos publicados en su libro Cuando llegue la primavera, en el que Khan no evita señalar las costumbres "de organizada hipocresía" de la so- ciedad inglesa. 123 Transferencia de trabajo Winnicott y Khan construyen un vínculo mutuo de confianza, cuidado, inti- midad y, al tiempo, de respetuosa distancia. Si, por un lado, Masud recono- ce en dicho vínculo el amor y la admiración a un padre, por el otro se pue- de advertir, en esa relación, la cualidad de un sostén -por parte de Winni- cott- como el que se proporciona a un hijo para su crecimiento. E LLEVÓ A •MPARTíR CON , AUNQUE JAR CON" OS REALES... Masud Khan refiere -justamente en uno de los trabajos de su polémico li- bro Cuando llegue ¡a primavera- la enorme capacidad de trabajo de Winni- cott, su pasión y la experiencia de juego que compartía con quienes discu- tía sus trabajos teórico-clínicos. El valor prestado a los detalles, a las cere- monias de "buen inglés" y al lugar sagrado que destinaba a sus afectos... Y finalmente, Khan comenta los sufrimientos de Wínnicott en sus últimos años de vida, no sólo los que debe soportar por las anginas de pecho, sino tam- bién los de las heridas infligidas por sus pares, sus colegas ingleses. 124 Colaboración y aprendizaje En los últimos años de Winnicott, él y Masud Khan se reúnen todos los do- mingos por la mañana, y trabajan alrededor de dos horas. En 1970, la fuer- za y la salud de Winnicott se deterioran críticamente, pero Winnicott desea dar forma definitiva a su libro Realidad y juego para su publicación y Khan lo ayuda en esa tarea. MIRE, WINNICOTT, USTED DEBERLA CITAR EN ESTE CAPÍTULO LAS FUENTES BIBLIOGRÁFICAS... SABE USTED, KHAN, CASI PERO NO PUDE PORQUE su PRESENCIA AQUÍ ME ESTORBÓ/ EL CAMINO DEL SUEÑO. Masud Khan siente enorme placer en ayudar a Winnicott. Analizan juntos notas o materiales clínicos mecanografiados y las trabajan hasta darles una forma adecuada para la publicación. En esos encuentros -según recuerda Khan- Winnicott suele hablar con libertad y variedad, rara vez permanece largo tiempo trabajando sobre e! texto mecanografiado, se entreduerme o juega como un niño dando vueltas en su silla giratoria. 125 Los últimos tiempos Masud Khan comenta que Winnicott solía desconcertarlo a partir de pre- guntas repentinas y de apariencia ingenua -casi tontas-; esto lo obligaba a pensar con mayor profundidad su trabajo teórico y clínico. Cuando Winnicott sufre sus frecuentes anginas de pecho, se encuentran pa- ra trabajar en el dormitorio de éste. Cada vez que la salud de Winnicott decae, ambos se ponen sumamente an- siosos y juegan un juego (que Khan calificaba de "tonto juego británico") que consiste en hacer de cuenta que nada pasa. Para Khan, Winnicott ha- bía nacido en ese juego y en él lo habían criado. 126 Producir un texto Como ocurre cada vez que se encuentran por las noches, la tetera está en el fuego junto a unos bizcochos digestivos en un plato, con trozos de queso cheddar. También hay una botella de whisky de malta, una jarra de agua y dos vasos. Winnicott bebe en esas ocasiones whisky de malta muy diluido porque cree que así es más rápido ei efecto para aplacar sus intensos dolo- res de pecho. Khan le reprocha amistosamente que agregue agua al whisky por considerarlo un verdadero desperdicio. ¿HA TENIDO TIEMPO DE ECHARLE UNA MIRADA AL BORRADOR A MÁQUINA REVISADO DEL- CAPÍTULO X? HASTA LA SEÑORA COLES SE ESTÁ HARTANDO DE VOLVER A PASARLO A MÁQUINA TANTAS VECES. PARECE QUE NO LOGRO EXPRESAR BIEN LA DIFERENCIA ENTRE FANTASÍA Y FANTASEO, SESÚN ME DICEN. ¿POR QUÉ LES PIDE SU OPINIÓN? USTED NUNCA LOS TOMA EN SERIO. Eso NO ES JUSTO, KHAN. REALMENTE TOMO NOTA DE LO QUE DICEN. PERO TIENE RAZÓN, NO TENDRÍA QUE MOSTRÁRSELO A TANTOS. PERO SI ASÍ LO HASO, TERMINAN HABLANDO MAL DE USTED, KHAN: DICEN QUE ME IMPIDE RELACIONARME CON ELLOS. ¿A USTED LE IMPORTA LO QUE DICEN, WlNNICOTT? A MÍ, NO. [ YA HEMOS TRATADO ESTE TEMA CIEN \, D. W. W. -ASÍ LO LLAMABA-. ' \LAISSEZ ALL£d Si ME INCOMODAN DEMASIADO, SIEMPRE PUEDO IRME A PARÍS. POR LO DEMÁS, LA SEÑORITA FREUD SISUE MUY FIRME Y SALUDABLE. DE MODO QUE, POR FAVOR, NO SE PREOCUPE. A Masud Khan y a la secretaría de Winnicott (la señora Coles) los im- pacienta que Winnicott no termine de hacer correcciones de último momento en sus escritos, a los que hay que arrancarle literal- mente de las manos y decir "está terminado" para que se detenga. Sí, ME IMPORTA, KHAN. TEMO QUE LE HAGAN DAÑO CUANDO YO YA NO ESTÉ. 127 Un psicoanalista, un padre En 1970, un año antes de su muerte, Winnicott siente una necesidad ur- gente de dejar definitivamente listo su libro (Realidad y juego), Masud Khan trabaja al máximo ayudándolo en esto y compara esta tarea con la que ya había realizado con su propio padre, Khan Bahadur Raja Fazaldad Khan, durante ef último año de su vida. YA HE AYUDADO A MI PADRE A OR(SANI2AR PROLIJAMENTE SUS VASTAS POSESIONES Y A DISTRIBUIRLAS ENTRE SUS OCHO HIJOS Y DOS ESPOSAS, SESÚN SUS DESEOS, POCO ANTES DE MORIR; RECUERDO QUE ÉL HABÍA TOMADO CONOCIMIENTO DEL HECHO DE QUE SU FIN HABLA LLESADO Y LO HABÍA ACEPTADO 5ILENC^̂ ^̂ ^̂ ^̂ ^gNTE... AHORA TENGO LA SENSACIÓN rejariGHHHBHBfa WINNICOTT. Winnicott tiene 70 años, pero, desde los 50, sus problemas cardíacos lo tie- nen a maltraer. En aquellos últimos encuentros, Winnicott suele dejarse lle- var por sus pensamientos y rememorar aspectos de su vida, entrando in- cluso en breves momentos de ensoñación. Si bien Khan reconoce que no hay dos personas que pudiesen ser más diferentes, en la mayoría de los as- pectos, que su padre y Winnicott, pone de relieve algunas similitudes: una inagotable energía de vivir, una capacidad de trabajo infatigable y un com- promiso total con el cuidado y el bienestar de los demás. Ambos eran bru- talmente exigentes, sin darse cuenta -aclara Khan-, con quienes ellos res- petaban o querían. 128 El final Durante sus últimos meses de vida, Winnicott trabaja intensamente en varias obras, una de ellas, su autobiografía, Not less than Everything (Poca cosa, menos que nada), que no llega a terminar. En ella escribe: "Dios mío, que es- té vivo cuando muera". En su diario íntimo escribe que "difícil es morir cuan- do no se tuvo hijos para matarlo a uno imaginariamente y sobrevivitlo". > - ESTAR EJJCONDK30NE9; PERO N¿'SET¿ Í̂AP^SíBl PROTAGONIZARÍA PROPIA>JUERTE« En el invierno de 1971 comienza, dolorosamente, a despedirse de sus ami- gos. La muerte es un tema que aborda con su esposa Clare, de hecho exis- te un testamento donde expresa su deseo acerca del destino de sus obras, escritos y objetos queridos. 129 Decepciones Días antes de su muerte, recibe la noticia de que un escrito suyo es recha- zado para su publicación al ser considerado un material cuya tendencia no es psicoanaiftica. El Dr. Varma, editor del libro, quien lo había invitado a pu- Diicar dicho texto, se siente responsable y avergonzado e intenta disculpar- se, wmmcott termina aliviándolo por este penoso episodio. En su último libro, poco antes de morir, Masud Khan comenta: "Es inusual que uno encuentre un personaje de la estatura y la anciana madurez de D. W. W. y pueda descubrir una relación mutua tan gozosa y espontánea, D. W. W. me lle- vaba aproximadamente un cuarto de siglo. Pero he advertido que los ingleses tienen un auténtico talento para promover tales amistades con las generacio- nes más jóvenes, con la debida ceremonia y el debido afecto. Yo siempre fui Khan para él, y él fue, en privado, D. W. W. En público, doctor Winnícott". 130 Una relación cercana e imposible: Winnicott y Lacan A principios de la década del sesenta, Lacan goza de considerable prestigio. En los seminarios desarrolla diversos aspectos de la teoría psicoanaiftica tradicional pero enriquecida con lúcidos y originales aportes tomados de otras disciplinas, como la lingüística, la lógica, la óptica y las matemáticas. En torno a su enseñanza, se reúne una numerosa concurrencia de analistas un poco cansados y desilusionados de los estereotipos teóricos que les ofrece la formación en la institución psicoanaiftica oficial. Entre los asisten- tes a sus clases, se observan exponentes muy destacados del espectro in- telectual francés. 131 Los seminarios Lacan se siente incomprendido y sin interlocutores válidos en el campo psi- coanalítico para poder medir sus enseñanzas. Siente que sus propuestas teóricas están provocando una verdadera ruptura con el saber instituido en la Sociedad Francesa de Psicoanálisis, ruptura que, curiosamente, él propo- ne a sus discípulos como un "retorno a Freud". DEBEMOS DIRIGIR NO AL PACIENTE SINO A LA CURA; NO BUROCRATICEMOS SESÚN LOS ESTÁNDARES DE LA SOCIEDAD P5ICCANAÜTICA OFICIAL EL TIEMPO DE LAS SESIONES; RECORDEMOS QUE ESE TIEMPO ES EL TIEMPO PEL INCONSCIENTE... Introduce en sus seminarios ideas que provocan la irritación de las auto- ridades de la Asociación Psicoanaíítica de Francia, quienes empiezan a desplegar una encendida política de marginación del "rebelde" Lacan y se empeñan en lograr su completo alejamiento de los circuitos de enseñan- za oficial. 132 Lacan-Winnicott En este contexto de aislamiento, Lacan toma contacto con un artículo de Winnicott; se trata de un escrito en el que se condensa la esencia del pen- samiento winnicottiano: "Objetos transicionales y fenómenos transiciona- les". Lacan encuentra en este trabajo el desarrollo teórico de alguien que también "habla distinto" en psicoanálisis. Lacan se deslumhra con este psicoanalista británico que ofrece a la conside- ración de sus colegas ingleses novedades y problemas teóricos que rompen -como sus propios desarrollos- con la forma tradicional de pensar la subjeti- vidad y su vinculación con el mundo (según las fórmulas consagradas de la te- oría de Melanie Klein). En un intento de salir de su estado de soledad, Lacan se interesa vivamente por Winnicott y busca una aproximación posible con él. 133 El lugar donde vivimos En el artículo que tanto deslumhra a tacan, Winnicott plantea problemas tan cruciales e insólitos como, por ejemplo, ¿dónde suceden las cosas verda- deramente importantes en la vida de un ser humano? ¿Cuál es el lugar ne- cesario para el despliegue de una expen'encia con y "del" otro? ¿Cuáles son los espacios en que más reales nos sentimos y más íntimamente nos ex- presamos y nos descubrimos? ¿DÓNDE ESTÁ SUCEDIENDO ESTE INTERCAMBIO QUE ESTAMOS TENIENDO AHORA? ¿EN M! CABEZA, QUE RAZONA CADA UNA DE MIS PALABRAS Y ESPECULA EL EFECTO QUE ELLAS VAN PRODUCIENDO EN USTEDES, O EN. EL INTERIOR DE CADA UNO DE USTEDES, QUE VAN MIDIENDO Y MEDITANDO LA CONSISTENCIA Y EL VALOR DE LO QUE INTENTO DECIRLES? Winnicott propone que las experiencias de intercambio simbólico entre los seres humanos, diálogos y reciprocidades que producen algún tipo de con- tacto y crecimiento en ellos, no suceden "dentro" de los seres humanos o "fuera" de ellos, sino en una tercera zona de experiencia. Esa zona no está ni adentro ni afuera de cada sujeto, pero está adentro y afuera al mismo tiem- po, se trata de un "espacio potencial" que se construye -o no- entre ellos... 134 De! "dos" al "tres" La idea winnicottiana de proponer una tercera área de experiencia para el despliegue de la personalidad es sumamente escandalosa en el medio psi- coanalm'co inglés, fuertemente dominado por el pensamiento kleiniano. En términos generales, todos los psicoanalistas pensaban que las experiencias subjetivas se ordenaban a partir de sólo dos términos: adentro - afuera. EL BEBÉ TIENE UN MUNDO INTERNO EN EL QUE HAY OBJETOS QUE LO ATACAN; TRATA DE LIBERARSE DE ELLOS PROYECTÁNDOLOS AL EXTERIOR, PERO UNA VEZ AU-Í ESTOS OBJETOS PARECEN AMENAZARLO: LC-S VIVE COMO A UNA TETA U OBJETO MALO QUE QUIERE COMÉRSELO. Una lógica "del dos" domina al psicoaná- lisis inglés y francés: la experiencia que vi- ve un sujeto es, o bien, puramente fantasea- da, deformada por sus propios deseos in- conscientes (entonces sucede "adentro") o es puramente objetiva y descontaminada de los propios impulsos (sucede "afuera"). U "lógica del dos" también divide a los objetos con los que el bebé se relaciona (el pecho de la madre en primer ins- tancia) en un dos: "bueno (porque gratifica) o malo {porque frustra)". 135 Ideas comunes La propuesta de pensar el intercambio de los seres humanos en términos de "tres" (tercera área de experiencia) lleva a Winnicott a inventar, como objeto del interés subjetivo, a un objeto distinto; lo llama "objeto transicionar. Es- te es un objeto que escapa a la lógica de lo "interno-externo" a la que están sometidos los objetos parciales (bueno y malo) que plantea Melanie Klein. YA LES SEÑALÉ LA IMPORTANCIA DE LOS TRES REGISTROS, EXISTE EN INGLATERRA UN PSICOANALISTA QUE TAMBIÉN MENCIONA UNA . TERCERA ÁREA. Estas ideas impactan fuertemente en Lacan, quien también habla en sus se- minarios de un tercer lugar necesario para el ordenamiento de las expe- riencias intersubjetivas -terceridad del orden llamado simbólico-. Y tam- bién inventa -como Winnicott-, para eludir la lógica kleiniana del dos (ob- jeto "bueno"-objeto "malo"), un objeto que llama "objeto a". 136 Fascinación El artículo de Winnicott que tanto impacta a Lacan ("Objetos tradicionales y fenómenos transicionales") es publicado por él -por primera vez para el público francés- en 1959. Es notable que alguien tan preocupado como La- can por el valor significante de los "nombres propios11 cometa un desliz que bien puede ser considerado como todo un síntoma: el nombre de Winnicott aparece en la publicación con una sola "t" final... ESTE ANALISTA TIENE DEAS SEMEJANTES A LAS MÍAS, ME PARECE QUE ESTE ANALISTA ENTIENDE CÓMO QUIERE MIS IDEAS, NO LO LLEGO A ENTENDER DEL TODO PERO ME PARECE MUY INGENIOSO LO QUE PLANTEA. En la enorme fuerza de atracción que el autor inglés provoca en Lacan, hay "algo" que éste no puede aprehender y reproducir con claridad. Winnicott seduce a Lacan por ciertas intuiciones del autor inglés que le parecen ge- niales, pero sin prestar demasiada atención a los fundamentos teóricos que el propio Winnicott ofrece para esas intuiciones. 137 El juego de las semejanzas Winnicott recibe en 1959 ef número de La Psychanatyse (que Lacan dirige en Francia) en el que aparece su artículo y le envía una carta de agradeci- miento en donde no deja de señalarle a Lacan el "lapsus" cometido con su nombre. De pasole confiesa que no comprende demasiado los alcances de lo que Lacan quiso desarrollar en su escrito en homenaje a Ernest Jones, ¡justamente allí donde Lacan deseaba que Winnicott midiera la afinidad de sus pensamientos! |POR DlDS!, DEBE DISCULPARME POR EL ERROR EN SU APELLIDO, TA ESTÁ CORRESIDO... PERO ME DUELE TANTO QUE NO PUEDA VALORAR EL ALCANCE TEÓRICO DE MI TRABAJO... POR OTRA PARTE, SU "OBJETO TRANSiaONAL" ESTÁ ESTRECHAMENTE ASOCIADO A MI "OBJETO A". La atracción que Lacan siente por Winnicott no es sólo de carácter teórico, él se ve reflejado en el relativo aislamiento que Winnicott también sufre en el seno de la Sociedad Británica de Psicoanálisis por sus originales planteos y su modo especial de proponer los problemas. Ambos solitarios, ambos marginados. 138 Encuentros y desencuentros Lacan se conmueve profundamente con fas propuestas "rupturistas" de Winnicott -respecto de la hegemonía kleiniana en psicoanálisis- y dicta, en los años 1956-1957, un seminario sobre las relaciones de objeto en donde critica y se aparta de las mismas premisas de la teoría de Melanie Klein que Winnicott critica en su artículo. Las referencias que Lacan hace de Winnicott en ese seminario son variadas y numerosas. _ESPERO QUE QUEDE CLARO QUE EL OBJETO DEL QUE ESTOY HABLANDO NO ES EL OBJETO QUE PLANTEA MELANIE KLEIN EN SUS DESARROLLOS DE LA "TEORÍA DE LAS RELACIONES DE OBJETO". LOS FINOS DESCUBRIMIENTOS DE UN EXCELENTE AUTOR (WINNICOTT) ME AYUDARON A PENSAR, A PARTIR DEL OBJETO TRANSIQONAL, MI "OBJETO A". Pero ni Winnicott responde a las expectativas teóricas de Lacan, ni Lacan puede asimilar adecuadamente la "ruptura" teórica que produce Winnicott De tan próximos, no pueden encontrarse. 139 Winnicott, Bion y una madre severa Wilfred R. Bion es un prestigioso analista inglés discípulo de Melanie Klein. A diferencia de Winnicott, las originales ideas de Bion reciben una considera- ción y una tolerancia por parte de Klein que el propio Winnicott nunca pudo obtener de ella. Esto despierta en éi un profundo recelo al mismo tiempo que una inocultable admiración por algunos de los desarrollos teóricos de Bion. ¡MUY BIEN! ¡MUY BIEN! ...PERO, ¿POR QUÉ PONE TANTO ÉNFASIS EN LA DEPENDENCA DEL BEBÉ EN LOS PRIMEROS MESES DE VIDA? El bebé tiene para Klein una enorme capacidad psíquica para pensar sus primitivos sentimientos de gratificación y frustración. Muy tempranamente, con ayuda de fantasías omnipotentes, el bebé puede defenderse de las an- gustias que le generan sus estados de ansiedad. 140 La "ensoñación materna" Bion tiene la audacia de decir que, en un principio, no es el bebé quien pien- sa sus sentimientos (con ayuda de sus fantasías), sino la propia madre. En ese proceso la madre interpreta las necesidades del bebé, lo que le permi- te actuar en consecuencia calmándolo. Llama a esta capacidad de la madre "capacidad de revene?. Revene significa "ensoñación". Se trata de la capacidad materna de poder entramar psíquicamente a ese pequeño bebé que aún no habla ni puede ex- presarse claramente pero que exige máxima atención. Reverie es -para Bion- la posibilidad materna de darle al bebé un lugar en sus sueños, an- helos, historia, para desde allí interpretar sus necesidades y demandas. A través de sus cuidados, la madre devuelve ai bebé, con algún significado, el malestar que mueve sus pedidos en forma de inquietud o llanto ("ahora tie- nes frío", o "tienes sueño", o "tienes necesidad de mimos", etc.). 141 La respuesta materna La capacidad de reverle está muy cercana a la función de "reflejo" que des- taca Wínnicott en los cuidados maternos, una función materna que también devuelve al bebé sus propias sensaciones pero con una significación que él no puede atribuir a lo que siente. PUEDE PARECER INCREÍBLE, PERO A MI ENTENDER LA MADRE SUEÑA LOS SUEÑOS QUE EL BEBÉ TODAVÍA NO ESTÁ EN CONDICIONES DE SOÑAR. Si en Melanie Klein la significación del mundo (que en principio se umita al comportamiento de una teta que satisface o frustra) parte del bebé, que im- pone sus propias fantasías de un pecho "bueno" -si alimenta- o de un pe- cho "malo" que ataca -si frustra-, en Bion y Winnicott la significación de las experiencias del bebé parte de la madre, que las interpreta con sus propias fantasías para poder atenderlo. 142 "Me robó" Winnicott también reprocha a Bion que hable -como si nadie lo hubiera he- cho antes- de "terror sin nombre" para definir las angustias más primitivas de un bebé cuando él mismo lo hizo en los mismos términos (llamándolas también "angustias impensables"). Sin embargo, recurre a Bion para pedirle que -como discípulo de Melanie Klein- advierta a la comunidad kleiniana sobre el abuso de un lenguaje dog- mático y jergoso en la comunicación de la experiencia analítica a sus pares, descalificando a todo aquel que no hable en esos mismos términos. 143 Envidia y celos Los sentimientos de Winnicott respecto de Bion son marcadamente ambi- valentes: por un lado, lo considera original y agudo (lo halaga con concep- tos como estos: "[Usted es] ...el gran hombre del futuro en la Sociedad Psi- coanalítica Británica [...] [augurándole] Como espero que usted sea pronto Presidente de la Sociedad.."). Pero, al mismo tiempo, piensa que es un me- ro descubridor de sus propias ideas, aunque formuladas en otro lenguaje. A esto último se agregaba, ciertamente, un monto de envidia: ¿por qué Mela- nie Klein toleraba en Bion formulaciones que en él no aceptó jamás? Finalmente, Winnicott buscó alguna articulación entre sus ideas. Le escribe en 1961: "Estoy tratando de elaborar la relación entre sus enunciados y mi afán por dar cuenta de los procesos intelectuales, como medio utilizado por e| bebé para aminorar la herida narcisista del principio de realidad...". Pero, concretamente, jamás se citaron uno al otro, ni hicieron referencia alguna a sus respectivos desarrollos teóricos. 144 Preocupación por transmitir La preocupación de Winnicott es Jiacer coincidir ética, práctica y teoría pa- ra mantener viva a la palabra y para que conserve su poder de significación en los intercambios entre los psicoanalistas. Y, en este poder, la palabra en- cuentra su virtud y su falla: la palabra goza de la riqueza -no arbitraria- de hacerse amplia- mente evocativa y sugerente, pero al precio inevitable de perder algo de su precisión "científica". incluso en esto Bion puede estar de acuerdo. También él pretende una pa- labra "viva". Leemos en su pluma: "El problema está en transformar formu- laciones como 'espacio1, 'tiempo', 'distancia1, de modo que la reformulacion no sea tan abstracta como para convertirse en un malabansmo verbal, ni tan cargada de significación como para obstruir el progreso". 145 El lenguaje del psicoanálisis Tanto Winnicott como Bíon aspiran a una palabra que no tenga la pretensión de nombrar de manera plena e inequívoca, con la virtud de una presunta ob- jetividad absoluta; tampoco anhelan una palabra portadora de dudosas in- tuiciones de lo inefable. Ni el "malabarismo verbal" -como dice Bion- del cientificista ni la "acrobacia verbal" del poeta. ES UNA MADRE SUFICIENTEMENTE BUENA Y ESO SE NOTA EN LA FORMA EN QUE SOSTIENE A SU HUO. EñA MADRE ESTÁ DECODIFICANDO ADECUADAMENTE LOS ELEMENTOS ALFA PARA PERMtTIR SU TRANSFORMACIÓN EN ELEMENTOS BETA, Bion agrega en uno de sus trabajos: "Es fatal para el buen análisis que la aplicación prematura de una teoría se convierta en un hábito, que le impide al psicoanalista el ejercicio de su intuición sobre el material nuevo y por lo tanto desconocido" (...) "En la carrera de todo psicoanalista debe hallar su propio camino y llegar a las teorías bien conocidas y verificadas a través de las experiencias de su propio modo de percibir situaciones". ¿Era su modo de enunciar la paradoja winnicottiana de "Crear lo dado..."? 146 Winnicott y Ferenczi Aunque son escasas las referencias directas en la obra de Winnicott a San- dor Ferenczi, se trasluce fuertemente la influencia de este notable psicoa- nalista húngaro, discípulo dilectode Freud. La definición de salud que utili- za Winnicott evoca la idea de John Stuart Mili acerca de la imaginación co- mo la capacidad de "entrar en la mente y en las circunstancias de otro ser". La idea de reciprocidad de la relación profesional es completamente afín al controvertido planteo de Ferenczi sobre el análisis mutuo. Ferenczi, durante la mayor parte de su carrera, centra su preocupación so- bre cómo el vínculo con el paciente afecta al analista, y cómo esa afecta- ción incide sobre el tratamiento. Desde esa perspectiva, es indispensable que el analista se conecte con su propio acontecer psíquico y no proyecte sobre el paciente todo aquello que le resulta desagradable. Ambos autores hacen, quizás de un modo irreverente, una revisión radical de las "pieda- des" psicoanalíticas convencionales. 147 Lealtades y rebeldías Ferenczi, al igual que Winnicott, es muy sensible con respecto al sufrimien- to. Winnicott solicita, como pediatra, dejar de hacer las famosas rondas de sala de pacientes, para no acostumbrarse al dolor de los niños, es decir, pa- ra no perder esa sensibilidad indispensable para un psicoanalista. ESTOS DISCÍPULOS NUESTROS HAN SIDO LOS MEJORES, LOS MÁS DESTACADOS Y LOS QUE MÁS DOLORES DE CABEZA NOS HAN TRAÍDO. Y HAY QUE ADMITIR QUE LOS HUOS MÁS REBELDES SON LOS QUE MÁS INTENSOS VÍNCULOS SOSTIENEN CON SUS PROGENITORES. Ambos psicoanalistas comparten el haber buscado, durante toda su tra- yectoria, una manera personal y original de trabajar como psicoa- nalistas. Ferenczi vive para se- pararse de su maestro, Freud. Más que un discípulo preferido, es el único que lo enfrenta. De una manera similar, Winnicott lucha para recortar su propio espacio y lenguaje dentro del psicoanálisis, lo que lo lleva a fuertes enfrenamientos con Melanie Klein, aunque también la reconoce como su maestra. 148 De lo activo a lo ambiental Las afinidades entre Ferenczi y Winnicott son esencialmente tres. Una, la afinidad teórica con relación al trauma psíquico: ambos conceden impor- tancia a la realidad del trauma, más allá de la fantasía. Otra, la afinidad téc- nica en cuanto a considerar que el lugar del analista es de abstinencia, pe- ro no de neutralidad. El analista está inevitablemente implicado en la trans- ferencia y debe realizar un trabajo introspectivo para evitar "actuarla11 co- mo forma de rechazo al paciente que está atendiendo. SIEMPRE ME INTERESARON sus CLÍNICAS Y LA INEVITABLE OBSERVACIJ Por último, existe una afinidad personal entre los dos en la manera crítica en que se apropian del dispositivo analítico, en la actitud que debe asumir un analista a partir de lo que establece Freud y en la relación de ambos con la persona y con la obra de Freud. 149 Bebé Winnicott escandaliza a su auditorio de psicoanalistas diciendo: "Eso que lla- man bebé no existe". Se refiere al hecho de que, cada vez que observa a un bebé, lo que realmente ve es a la madre que lo sostiene. Es entonces ese sos- tén materno lo que hace posible la existencia del bebé, definido por Winnicott como una pura potencialidad que los cuidados maternos van realizando. El bebé nace en estado de no-integración, despliega movimientos motores y sensoriales puros. Estos movimientos son gestos espontáneos, pues no hay una estructura psíquica que fos pueda regular o premeditar. 150 Continuidad existencial Si el bebé es preservado de estímulos indeseables -que él no puede ni an- ticipar ni pensar-, vive un estado que Winnicott llama "continuidad existen- cial". Este estado es una experiencia de estar confiado que hereda aspec- tos limitados de lo que fue la vivencia intrauterina. DUEÑO, YA ES LA HORA DE COMER. Los cuidados maternos introducen poco a poco y de manera tolerable, en formas de "rupturas de la continuidad existencia!", la realidad que rodea al bebé. También sus fallas naturales le dan noticias al bebé de las estimula- ciones ambientales. El gesto espontáneo es el fenómeno visible, la mate- rialización de la continuidad existencial. 151 Dependencia absoluta En la medida en que, al nacer, el bebé no posee una estructura psíquica des- arrollada, nt un yo capaz de asumir funciones de evaluación y juicio res- pecto de los estímulos propioceptivos y ambientales, está en dependencia absoluta de los cuidados maternos. La dependencia es absoluta, pues el propio bebé no es consciente de ella. El desarrollo emocional parte de esta dependencia absoluta hasta alcanzar una dependencia relatwa, con el progresivo reconocimiento de los cuidados recibidos y la asunción dte diversas responsabilidades de autopreservación y de cuidados hacia te cuernas. 152 Potencial heredado El bebé, que nace en estado de no-integración, es "potencial heredado". Es- te potencial se pone en relación con un ambiente facilitador que da susten- to y oportunidad de desarrollo a dicho potencial. ESTE BEBÉ ESTA DIEZ PUNTOS. La madre sostiene con sus cuidados el despliegue de este potencial, que constituye la base más personal de una subjetividad. Junto con los concep- tos de continuidad existencial y de gesto espontáneo, define el estado ini- cial det ínfans en dependencia. 153 Preocupación materna primaria Winnicott describe el estado en el que una mujer que espera un hijo va in- gresando desde los inicios de su embarazo hasta el parto y los primeros me- ses de maternidad. Se trata de un estado de introversión y repliegue; em- pieza a dedicarse de un modo casi excluyente a comunicarse con las nece- sidades de su hijo recién nacido sobre la base de identificarse con él. APARENTEMENTE NO LE PASA NADA MALO; SIN EM&ARSO, A MÍ ME DA LA SENSACIÓN DE QUE ESTÁ POR ENFERMARSE, LO NOTO RARO; ASÍ QUE, si SISUE ASÍ, VOY A LLAMAR AL PEDIATRA. Por el grado de fragilidad y vulnerabilidad en el que entra la madre en los primeros meses de vida de su hijo, Winnicott llama a este estado una "en- fermedad normal". La función paterna es cuidar a la madre de toda preo- cupación y proveerla de toda la tranquilidad necesaria para realizar su ta- rea de maternaje. 154 Madre suficientemente buena De un modo más genérico, Winnicott llama a la madre "madre suficiente- mente buena", una mujer normal y corriente dedicada a la crianza de su hi- jo. Es una mujer confiable y previsible para su hijo, a pesar de las inevita- bles fallas en su tarea. BUENO, AHORA PREPARO LA COMIDA PARA PAPÁ Y DESPUÉS TE VA A TOCAR A TI, ASÍ QUE QUÉDATE TRANQUILO. Sus funciones son la de preservar ai bebé de angustias impensables en fun- ción de su inmadurez, ejerciendo las tareas de "sostén", "manejo" y "pre- sentación objeta!". Se trata de funciones vitales para el desarrollo emocio- nal y físico del niño, que, progresivamente, va metaforizando en su psiquis- mo dichas funciones. 155 Sostén Con esta función, la madre permite la integración de su hijo. Al sostenerlo físicamente, reflejarlo con su mirada, nombrarlo, al disponer para él una atención sensible, va logrando que, en esa suma de movimientos espontá- neos e incoordinados que es su hijo, se vaya configurando un ser unitario. QUÉ BIEN, EL BEBÉ YA PUEDE PARARSE BOLO. El sostén materno contribuye a que el bebé construya una membrana limi- tante que distingue lo "yo" de lo "no-yo". El bebé puede construir una iden- tidad en el tiempo y el espacio. 156 Manejo (handling) En su quehacer, la madre maniobra concretamente con el cuerpo de su hi- jo, al bañarlo, cambiarlo, acunarlo, etc. Ayuda al bebé a que, desde cierto es- tado de ingravidez que reinaba en la vida intrauterina, a partir de su naci- miento asimile la experiencia de "sentir" el peso de su cuerpo, pueda fami- liarizarse con este nuevo sentimiento corporal y apropiárselo. EL BEBÉ AHORA ESTÁ LIMPIO, TIENE LA COLITA SUAVE Y HUELE MUY BIEN, EN EL ROS! DEL BEBÉ SE ADVIERTE MUCHA El logro de un buen manejo es una buena cohesión psicosomática, "la men- te habita el soma", dice Winnicott. Un fracaso en esta función se evidencia por los trastornos psicosomáticos. 157 Presentación objetal Con esta función, la madre torna significante al mundopara su hijo. De ese modo, el bebé empieza a tomar contacto con los objetos que lo rodean, en- tramándolos en diversas experiencias que le permiten consolidar su rique- za psíquica. ¿PERO QUIÉN ES ESE NENE TAN LINDO QUE ESTÁ ALU? La madre presenta al mundo en "pequeñas dosis", comenta Winnicotl, así su hijo es capaz de explorarlo sin temor, apropiarse de los objetos, nom- brarlos, aceptarlos como algo que escapa a su control, incluirse en el mun- do de la cultura. 158 Objeto transicional El primer símbolo que construye un niño es el "objeto transicional". Cuan- do la madre no se halla presente, el objeto transicional se hace símbolo de su presencia en reconocimiento de su ausencia. Winnicott usa el modelo de una primera mamada hipotética para situar en el pecho materno la emergencia del objeto transicional. El objeto transicional depende de que la madre permita al niño la experien- cia de una paradoja: "crear lo dado" en el encuentro con el pecho. Según esta paradoja, el objeto no era ni una fantasía, ni ajeno ni propio, no está ni "adentro" ni "afuera", y ocupa todos esos lugares al mismo tiempo. 159 Angustias impensables La madre suficientemente buena cuida al bebé de situaciones traumáticas debido a la inmadurez de su hijo, que no puede prevenirlas o tomar debidas precauciones frente a los peligros. Si falla de un modo demasiado severo, dejando expuesto al bebé, vulnerable y sin defensas, provoca lo que Winni- cott llama "angustias impensables". El daño resulta irreparable y se trata de la etiología de las psicosis. Las angustias resultan impensables (Winnicott también las llama "agonías primitivas"), porque el bebé no cuenta con una estructura psíquica que le permita articular de algún modo la experiencia sufrida. 160 Falla El ejercicio de la maternidad implica lo que Winnicott llama un "descuido vi- vo". Esto significa que la madre, como ser de "carne y hueso", afectada por diversas preocupaciones, falla inevitablemente en su quehacer. Esta cir- cunstancia habla de un cuidado no mecanizado -o falsamente sentimen- tal-, lo que sí resulta dañino para el desarrollo de su hijo. NO ME DI CUENTA Y SE ENFRIÓ, Y SÉ QUE TE GUSTA MÁS BIEN CALIENTE, ASÍ QUE LO ARREGLASE AGREGÁNDOLE A6UA. Sucede que la inevitable falla materna se da en el marco de lo previsible y no afecta la contabilidad de sus cuidados generales. Hay que distinguir es- ta falla de la falla atormentadora (sin lógica ni anticipación posible), que produce angustias impensables. 161 Verdadero self El bebé que logra desplegar su gesto espontáneo para explorar, descubrir y habitar al mundo, debido a los cuidados confiables de su madre, pone en juego su verdadero self. Son las formas menos premeditadas de "presen- tarse" en el mundo y a los demás. ESE NIÑO PUEDE DESPLEGAR ESPONTÁNEA Y CREATIVAMENTE SU . gESTO, QUE ES RECIBIDO_POR EL OTRO. El verdadero self está en directa relación con la continuidad existencia! y el gesto espontáneo. Es un desarrollo de la personalidad a partir de su espon- taneidad sin tener que construir una posición frente a los demás y al mun- do por pura "reacción" a los estímulos. 162 Falso self El falso self cumple una función protectora del verdadero self permitiendo que este último se ponga en juego en una relación, cuando se dan ciertas condiciones de contabilidad. Asume el rol de asimilarse a ciertas conven- ciones de convivencia y sociabilidad. ESE NIÑO SE SOBREADAPTA SATISFACIENDO LAS NECESIDADES DE LOS PADRES DE PULCRfTUD Y BUENA CONDUCTA. EL COSTO QUE PASA ES RENUNCIAR A SUS PROPIAS INQUIETUDES. NO QUIERO ENSUCIARME NI TRANSPIRAR. ¿JUESAS A LA PELOTA? De ningún modo existen de manera disociada el verdadero y el falso self, están interpenetrados y mutuamente articulados. El verdadero self da un sentimiento de realidad y de verdadera autoexpresión en el diálogo con los demás y el falso self da marco y formalidad a las experiencias. 163 Fantaseo Es la actividad mental que se disocia de su enraizamiento corporal. Es una rumia compulsiva que aisla al individuo y lo aleja de la posibilidad de com- partir con otros diversas experiencias. VAYA A BAILAR LE VOY A DECIR ¿QUIERES BAILAR CONMIGO?, NO, MEJOR LE VOY A PREGUNTAR EL NOMBRE Y, CUANDO ME LO DIGA, LE VOY A DECIR: QUÉ BONITO O, MEJOR AÚN, ME VOY A QUEDAR EN CASA HACIENDO FIERROS, ASÍ CUANDO BAILE, LAS MUJERES SE VAN A ENAMORAR DE MÍ... ETC., ETC., ETC. Por medio del fantaseo, una persona intenta controlar situaciones y expe- riencias sin vivirlas realmente. La persona que "fantasea" no puede hacer contacto con los demás y siente toda experiencia como algo superficial o frivolo. Tampoco puede establecer contacto consigo misma, con lo que la estimula o lo que desea realmente. 164 Salud La madurez, comenta Winnicott, es un movimiento que va desde la de- pendencia hacia la independencia (que no existe como algo absoluto). Es- to supone que las diversas tendencias individuales pueden desarrollarse, lo cual depende, a su vez, de un ambiente suficientemente bueno, es de- cir, facilitador. ME DA UN POCO DE VERGÜENZA, PERO TE QUERÍA DECIR QUE TIENES MUY LINDOS OJOS. MENOS MAL QUE TE ANIMASTE, YA ESTABA UN POCO CANSADA DE ESPERAR. Finalmente, un individuo sano llega a la convicción de que es;tá viviendo.«su propia" vida, asumiendo la responsabilidad que emana de sus actos, y se siente acreedor de sus éxitos y responsable de sus fallas. 165 Creatividad La creatividad surge del verdadero seíf y de la oportunidad de dar curso al gesto espontáneo. Esto supone un actuar en el mundo a partir de la propia motivación y no por reacción a estímulos. ¿HACE MUCHO QUE NO HABLAS CON SlLVlA? ¿PERO TIENES SANAS PE HABLAR CON ELLA? Sí, PORQUE COMO ELLA NO ME LLAMA, YO NO LA LLAMO. Sí, ME MUERO DE (SANAS. La creatividad forma parte del estar vivo, del no tener que someterse cons- tantemente a las exigencias del entorno, pudiendo tener entonces la sensa- ción de habitar de modo personal al mundo, con un punto de vista propio y que define de algún modo la propia particularidad. 166 Psicoterapia Para Winnicott la psicoterapia se da en la superposición de dos áreas de juego, la de paciente y la de analista. Si el paciente no puede jugar, la tarea psicoterapéutica es llevarlo a recuperar esa experiencia. Winnicott advierte que interpreta a sus pacientes para mostrar más los li- mites de su comprensión que los alcances de su saber... Y que en otras oca- siones interpreta, porque, si no, los pacientes se van pensando que éf en- tendió todo... 167 Caos A diferencia del estado de no-integración inicial del bebé, que es un estado simple de un ser que vive su experiencia de continuidad existencia), el be- bé puede sufrir estados de desintegración ante fallas severísimas del cui- dado materno. El individuo puede proseguir con su desarrollo, pero el factor traumático que dio lugar al sentimiento de desintegración permanece disociado en su ex- periencia emocional. El sujeto vive una amenaza permanente de volverse loco y está sometido a una compulsión de controlar toda experiencia per- diendo espontaneidad y la posibilidad de vivir creativamente. 168 Deprivación La deprivación está directamente vinculada a la etiología de la conducta an- tisocial y se diferencia de las fallas más tempranas en el desarrollo emocio- nal (anteriores a aproximadamente los dos años), a las que se les dio el nom- bre de "privación". Hubo un comienzo del desarrollo satisfactorio, con un am- biente facilitador aceptable y marco confiable para las experiencias, pero de pronto algo importante de ese entorno varía o se pierde súbitamente. ESE MUCHACHO PARECE QUE ESTUVIERA ROBANDO; \O ES QUE NO LO HAGA, PERO EN REALIDAD SIENTE t QUE HACE JUSTICIA, QUE TOMA LO QUE NO SE LE DA ESPONTÁNEAMENTE Y QUE EN ÚLTIMA INSTANCIA TIENE LA "ESPERANZA" DE SER DESCUBIERTO, PARA QUE SE ATIENDA LA INJUSTICIA QUE EXPERIMENTA. Lo que impulsa al niño, entonces, es la restauración, mediante el acto anti- social: un restablecimiento de las condiciones previas a la deprivación. 169Agresión A Winnicott le resulta crucial la naturaleza de la agresión y su papel en el desarrollo, y en alguna medida, a partir de su comprensión, llega a separar- se de Melanie Klein. Klein propone una teoría que da por sentada en el niño una destructividad innata que llama "odio" y que se opone al "amor". Para Winnicott el "odio" es engañoso y exageradamente simplificador. En "Criterio moderno sobre el desarrollo emocionar, escrito en 1958, afirma: "La motiiidad es la precursora de la agresión, un término que va adquirien- do significado a medida que el niño crece". SENTÓ QUE MI BEBÉ ES MUY AtSRESfVO, COMO SI LE TUVIERA BRONCA A LA TETA, PARECE QUE SE LA QUIERE DEVORAR. Mi BEBÉ TAMBIÉN ES MUY SLOTÓN, PERO YO SIENTO QUE ESA ENERÓLA QUE PONE CUANDO SE AUMENTA, Y QUE POR MOMENTOS PARECE AGRESIVA, ES SU MANERA DE INCORPORAR TODO LO BUENO QUE LE PUEDO DAR. En "La agresión en relación con el desarrollo emocional", Winnicott afirma: "Antes de la integración de la personalidad, hay agresión y una agresividad original es casi siempre sinónimo de actividad". Al principio de la vida la agresión es "parte de la expresión primitiva del amor... tiene una cualidad destructiva, aunque no es propósito del bebé destruir ya que el impulso se experimenta en la era previa a la piedad". Desde el punto de vista del niño, podríamos decir que ama negligentemente, se trata de una virtuosa cruel- dad original. 170 Ilusión En general se interpreta a Ea ilusión como engañosa o que nos aparta de una realidad inaceptable. Winnicott propone que el contacto del niño con la rea- lidad es posible gracias a la ilusión, y que sólo a través de la ilusión el niño puede alcanzar la realidad. Cuando el niño tiene hambre, fantasea con un pecho "bueno", instante en el que la madre pone a su alcance el pecho real. En ese momento de ilusión, el niño experimenta el haber creado la madre que él come. NADA POR AQUÍ, NADA POR ALLÁ, ABRACABAS PATA DE CABRA... A través de la identificación de la madre con el deseo del niño, éste puede suponer que, cuando siente hambre y la madre le da el pecho, ha creado lo que de hecho ha encontrado. Este momento de ilusión requiere la superpo- sición de dos deseos. El niño tiene necesidades urgentes e ideas destructi- vas. La madre tiene el pecho y la idea de que le gustaría ser comida por el niño. Al principio el niño sólo tolera ser alimentado por un objeto que él cree poseer y controlar, de modo que la madre se adecúa a ese deseo. Así el des- arrollo comienza con un acto de magia que consiste en que el niño conjure a la madre que necesita. 171 Jugar Para Winnicott el diálogo psicoanalftico resulta análogo al juego y lo opues- to al juego no es el trabajo, sino la coerción. Esto significa que el analista también debe poder jugar, para contribuir a la constitución de ese espacio intermedio, donde tiene lugar la comunicación. El jugar se interrumpe cuan- do el analista adopta una actitud dogmática. El jugar desde esta perspectiva reemplaza al conocer como fin y medio del análisis. Es a través del jugar que el niño incluye en su mundo las cosas para las que está listo, las que le interesan y de las que disfruta. Para Winnicott la capa- cidad para jugar es esencial al proceso evolutivo y considera completa- mente secundario el conocimiento de sí mismo. Jugar es el proceso de en- contrar lo que nos interesa a través del placer, es una forma de conocer creativamente y nunca definitiva. 172 Uso El concepto de "uso" es tan relevante en la obra de Winnicott que lo lleva a escribir un artículo cuyo nombre es "El uso de la palabra 'uso'". El signifi- cado que le asigna a "uso" es positivo, no tiene un sentido negativo, utilita- rio o instrumental, se refiere al "uso que el bebé hace de su madre en una experiencia sana con ella". También, al "uso que el paciente puede hacer de un analista". USTED SABE QUE ME CUESTA ENOJARME Y MUCHO MÁS DECÍRSELO AL OTRO; BUENO, ME FUI ENOJADO CON USTED PORQUE NO ME GUSTÓ LO QUE ME DIJO, PIENSO QUE ESTÁ EQUIVOCADO Y QUE FUE INJUSTO. BABLEMENTE ME HAYA ERO ME ALEGRO CONMIGO RMELO, Si el paciente es incapaz de usar al analista, la principal tarea de éste es ca- pacitarlo para que sea capaz de usar, con su corolario: ser capaz de ser usa- do. Muchas veces los síntomas de los pacientes les impiden hacer uso del analista, y esos tratamientos se transforman en interminables extensiones de no uso, por temor a confrontar el problema. Es deseable que, en estos casos, el analista comparta con el paciente la responsabilidad sobre lo que permitiría el pasaje entre el no uso y el uso. 173 Abstinencia: 32,33,34,149 Angustia: 31,51,64,80,105,106, 110,119,122,140,143 Angustias impensables: 143,155,160, 161 Articulación psique-soma: 79 Ausencia: 56,59,62,63,121,159 Autocuración: 5 Autoridad párenla!: 32,33 Bergson, Henri: 23 Bion, Wílfred: 140,141,142,143,144, 145,146 Britton, Clare: 113,114, Campo de fenómenos transicionales: 73,97 Caos: 48,77,168 Cohesión psicosomática: 75,157 Complejo de Edipo: 31 Conducta antisocial: 108,111,114, 169 Confianza inicial: 12 Continuidad existencia!: 23,42,53,54, 55,57,58,84,94,151,153,162, 168 Cuerpo a cuerpo: 76 Dependencia absoluta: 43,46,51,52, 105,107,121,122,152 Deprivacíón: 107,109,111,112,169 Desarrullo emocional: 15,33,35,38, 39,42,61,78,81,107,152,155, 169 Desborde motriz: 81 . Despersonalización: 80,96,105,106 Deuda- 70,71,109 Disociación psique-soma: 78,81 Elan Vital-, 23 Enfermedad psicosomática: 80,81 Ensoñación materna: 141 Espacio potencial: 134 Espera: 53,54,57,62 Espontaneidad: 4,99,103,162,168 Falso self: 84,86,87,88,89,90,92, 163 Falla materna: 45,48,54,55,56,105, 107,161 Falla severa o caótica: 51 Fallar para sen 56 Fantasía: 25,26,30,31,34, 35,40,63, 66,67,71,75,77,81,95,96,100, 101,102,119,120,127,140,141, 142,149,159 Fantasma inconsciente: 34 Fenómenos transicionales: 73,97, 113,133,137 Ferenczi, Sandon 28,147,148,149 Freud, Anna: 7,30,31,32,33,34,35, 37 Freud, Sigmund: 7,22,23,31,93,115, 132,147,148,149 Gesto espontáneo: 43,59,67,71,85, 91,94,98,151,153,162,167 Grupo intermedio: 37 Guerra: 20,21,22,110,113,115 Handlinff. 65,75,77,78,80,82,83, 84,105,157 Ilusión: 60,61,69,74,95,171 Influencia educativa: 32 Inmadurez: 9,13,31,33,51,52,155, 160 174 Integración: 46,47,48,58,78,79, 105,106,107,150,153, 156,168, , 170 Jugar, juego: 9,91,92,93,94,95,96, 97,98,99,100,101,102,103,104, 167,172 Khan, Masud: 123,124,125,126,127, 128,130 Klein, Melanie: 28,29,30,31,33,34, 36,39,41,63,99,100,136,140, 142,144,170 Lacan, Jacques: 131,132,133,134, 136,137,139 Lacan-Winnicott:133 Langs:117 Lenguaje: 72,73,90,99,146 Lenguaje muerto: 36 Límite: 69,70,76,78,100,102,108 Lógica del dos: 135 Madre loca: 55 Madre suficientemente buena: 43,45, 55,59,94,105,155,160 Madurez: 9,11,39,44,67,88,165 Manejo: 44,75,155,157 Matemaje: 42,43,75 Medio ambiente: 8,38,58,86 Milner, Marión: 49 Mili, John Stuait 147 Mismidad: 48 Morder, Dr: 22 Neutralidad: 32,33,34,149 No-integración: 46,58,98,150,153, 168 Not less than everythinff. 129 Objeto a: 136,138 Objeto analista: 119 Objeto transicional: 61,62,63,64,65, 66,68,69,70,71,73,136,138,139, 159 Pfisten 23 Potencial heredado: 84,153 Presencia: 16,31,56,62,63,159 Presentación objetal: 44,59,67,84, 105,155,158 Primera mamada hipotética: 60, 69,159 Realidad y juego: 125,128 Relación de objeto: 119,120 Retomo a Freud: 132 Revene, capacidad de: 141,142 Riesgo: 10,91 R i vi ere, Joan: 29,38 Ruptura existencial: 67 Sociabilidad: 85,163 Sostén: 44,46,47,48,51,53,55,155, 156 Strachey,Alix:28 Strachey, James: 23,27,28 Superinteligencia: 82 Superyo infantil: 33 Tendencia antisocial: 105,108,112, 113,114 Tercera área: 134,136 Terror sin nombre: 143 Usar al analista: 118,120,173 Uso del objeto: 117 Verdadero self: 84,86,87,88,89,90, 91,93,94,96,101,162,163 175 Los autores Eduardo Smalinsky es licenciado en Psicología (DBA), trabaja como psicoanalista, supervisor y docente en el Centro de Salud Mental N.° 3 "Dr. A. Ameghino" y en su Escuela de Posgrado. Ha sido docenteen la Facultad de Psicología de la UBA y de la UNLP. En la actualidad colabora en www.espaciopotencial.com.ar y se dedica a la inves- tigación de los fenómenos transicionales en la clínica psicoanalítica. E-mail: eduardosmalinsky@psi.uba.ar Daniel César Ripesi es licenciado en Psicología (UBA), profesor titular de la cátedra Psicoanálisis Escuela Inglesa en la UCES, de posgrado en el Centro de Salud Mental N.° 3 "Dr. A. Ameghino" y supervisor en di- versas instituciones hospitalarias de Buenos Aires, Es autor del libro Quemarlas naves, ensayos winnicottlanos, publicó artículos en Pági- na/12, fíumbos, Intercambios (Papers de psicoanálisis, Barcelona) y otras revistas, colabora en las páginas web de la Facultad de Psicología (UBA), de Psicoanálisis de Luxemburgo, Psiconet, etc. Dirige www.espaciopotencial.com.ar. E-mail: danielripesi@ar- net.com.ar La ¡lustradora Eulogia Merle nace en 1979, en Buenos Aires. En 1999 co- mienza a trabajar ilustrando clásicos literarios: La vida de las abejas, de Maurice Maeteriinck; La Celestina, de Fernando de Rojas; Cumbres borrascosas, de Emilie Bronté; Rashomon, de Ryunosuke Akutagawa; Benito Cereño, de Hermán Melville; La Peste, de Albert Camus; El Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes; La conciencia de Zeno, de ítalo Svevo, etc. También, libros de texto y cuentos infantiles para las editoriales Edelvives y Planeta. Es colaboradora del diario La Nación (Argentina), B País (España) y de su suplemento literario «Babelia», ilustrando textos de Tomás Eloy Martínez, Antonio Lobo Antunes, Fontanarrosa, Fogwill, Enrique Vlla-Matas, y de las revistas Letras Ubres (Mé- xico) y Uñng (Argentina). Actualmente vive y trabaja en Buenos Aires y en Madrid. Ha ilustrado Psicoterapias pa- ra Principiantes. Una muestra de su obra puede verse en http://eulogia.muttiply.com. Email: eulogia@gmail.com. www.paraprincipiantes.com ESPECIAL PARA DOCENTES: Una Guia para usar los Para Principiantes en ei aula, www.paiajrincieLantes.com/htj^l/docentes^himl ^^ Puede ser baiada a su computadora gratuitamente como archivo Adobe Aeraba! POP 32 páginas con propuestas didácticas winnicott_para_principiantes 192669317-164585626-Winnicott-Para-Principiantes-Completo-Copia.pdf