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TÍTULO “CLASIFICACIÓN DE LOS PACIENTES PORTADORES DE ENFERMEDAD DE MÉNIÈRE CON BASE EN LA GUÍA DE DIAGNÓSTICO DE LA ASOCIACIÓN AMERICANA DE OTORRINOLARINGOLOGÍA DEL AÑO 1995, EN EL SERVICIO DE AUDIOLOGÍA Y OTONEUROLOGÍA DE LA UMAE HOSPITAL DE ESPECIALIDADES “BERNARDO SEPÚLVEDA GUTIÉRREZ”, CENTRO MÉDICO NACIONAL SIGLO XXI IMSS EN EL PERIODO COMPRENDIDO DE ENERO A DICIEMBRE DE 2010” TESIS QUE PRESENTA DRA. MAYRA CANO CÁRDENAS PARA OBTENER EL DIPLOMA DE ESPECILIDAD COMUNICACIÓN, AUDIOLOGÍA Y FONIATRÍA ASESOR MÉDICO DRA. MARGARITA DELGADO SOLIS ASESOR METODOLÓGICO M. EN C. JOSÉ LUIS OLVERA GÓMEZ MÉXICO D.F FEBRERO 2012 UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO DIVISIÓN DE ESTUDIOS DE POSGRADO FACULTAD DE MEDICINA INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL DELEGACIÓN SUR DEL DISTRITO FEDERAL UMAE HOSPITAL DE ESPECIALIDADES “DR. BERNARDO SEPÚLVEDA GUTIÉRREZ” CENTRO MÉDICO NACIONAL “SIGLO XXI”, IMSS. UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. DRA. DIANA MÉNEZ DÍAZ JEFE DE DIVISIÓN DE EDUCACIÓN EN SALUD UMAE HOSPITAL DE ESPECIALIDADES CENTRO MÉDICO NACIONAL SIGLO XXI IMSS _____________________ DRA. MARGARITA DELGADO SOLÍS. MEDICO ESPECIALISTA EN AUDIOLOGÍA,OTONEUROLOGÍA Y FONIATRÍA. ADSCRITA AL SERVICIO DE AUDIOLOGÍA Y OTONEUROLOGÍA HOSPITAL DE ESPECIALIDADES DR. BERNARDO SEPÚLVEDA CENTRO MÉDICO NACIONAL SIGLO XXI IMSS PROFESOR TITULAR (UNAM) DEL CURSO UNIVERSITARIO DE LA ESPECIALIDAD DE AUDIOLOGIA, OTONEUROLOGÍA Y FONIATRÍA. UMAE HOSPITAL DE ESPECIALIDADES CENTRO MÉDICO NACIONAL SIGLO XXI IMSS ___________________ M EN C. JOSÉ LUIS OLVERA GÓMEZ DIVISIÓN DE EVALUACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN COORDINACIÓN DE INVESTIGACIÓN EN SALUD EDIFICIO ―B‖ DE LA UNIDAD DE CONGRESOS, 4° PISO CENTRO MÉDICO NACIONAL SIGLO XXI IMSS ____________________ DEDICATORIA Esta tesis no es solo el producto de un trabajo personal, detrás de este proyecto están las dos personas más importantes de mi vida; que con su amor, paciencia y apoyo incondicional hicieron de mi la mujer y profesionista que soy, es de ustedes y para ustedes. A mis padres Mami gracias por darme la vida, por estar conmigo, atenderme y cuidarme siempre, por todos los momentos divertidos que hemos compartido, por ser mi mejor amiga, enseñarme como ser una mujer con valores y principios, por ser un gran ejemplo a seguir y un reto para igualar, pero lo más importante por darme a la mejor familia del mundo. Papi gracias por estar conmigo, por apoyarme y aconsejarme, por ser mi mejor amigo, por compartir tantos momentos, por siempre estar orgulloso de mi, enseñarme que en la vida el esfuerzo y la dedicación nos permite lograr todas nuestras metas y que ningún objetivo es imposible si se desea de todo corazón. Los amo!!!! AGRADECIMIENTOS A Dios por haberme otorgado la oportunidad de vivir, la familia que tengo, pero sobretodo porque en esos momentos de soledad, angustia y desesperación me dio la fuerza y la fe para seguir luchando y salir adelante. A mis padres, por creer en mí y por su apoyo incondicional en todas las decisiones de mi vida. A mi hermano por su apoyo, cariño y preocupación, por estar siempre a mi lado, cuidarme, defenderme y consolarme y por darme a la mejor cuñada del mundo y al sobrino más adorable. A mis familiares, gracias a todos los que me impulsaron y apoyaron en esta parte del camino, donde la distancia y el tiempo nos unieron aún más. A mis amigos que estando cerca o lejos físicamente, estuvieron siempre en mi corazón. Principalmente a ti Eduardo, porque sin importar el tiempo y la distancia, estabas ahí para impulsarme a seguir adelante y animarme en esos días difíciles, pero sobretodo por recordarme que yo soy capaz de lograr todos mis propósitos y que nunca debo darme por vencida. TQM. Ana muchas gracias por otorgarme tu amistad, tus enseñanzas, paciencia, los buenos momentos, viajes y fiestas, pero sobretodo por compartir el mismo sueño. TQM. Cyn muchas gracias por otorgarme tu amistad, tu compañía, tus bromas, los buenos momentos, tus consejos de vida, pero principalmente por compartir una meta en común.TQM. Mara y Luisa muchas gracias por compartir su tiempo, su amistad y su cariño, serán unas excelentes especialistas, continúen echándole ganas y no se preocupen les irá muy bien. Cuentan conmigo. Las quiero mucho. Alice y Bethza aún queda mucho camino por recorrer y cosas por aprender, pero estoy segura que serán unas grandes especialistas, muchas gracias por permitirme entrar en sus vidas y otorgarme su amistad, cuentan conmigo para lo que se les ofrezca. Las quiero mucho. A mis profesores A la Dra. Margarita Delgado Solís por aceptar ser mi asesora de tesis, por todas sus enseñanzas, por su apoyo y respaldo, pero sobretodo por inculcarme el amor a mi especialidad. Muchas gracias. Al M. en C. José Luis Olvera Gómez por ser mi asesor metodológico, por su paciencia, por su compromiso con este proyecto y por aguantar las molestias que le ocasioné, porque definitivamente sin su ayuda no lo habría logrado. Muchas gracias. A la Dra. Dulce María Mendoza Ugalde por ayudar a mi formación profesional, por sus enseñanzas, apoyo y consejos. Muchas gracias. Al Dr. Arturo Torres Valenzuela por ayudar a mi formación profesional, por estar siempre dispuesto a la enseñanza, por su apoyo, por sus consejos, pero principalmente por su preocupación no solo en lo profesional sino en lo personal. Mil Gracias. INDICE Apartado Página Resumen 1 Introducción 3 Antecedentes científicos 5 Principios Anatomo-Fisiológicos básicos 9 Enfermedad de Ménière; Definición y etiología 33 Epidemiología 34 Diagnóstico 37 Diagnóstico Diferencial 48 Estadios Evolutivos 50 Tratamiento 53 Evaluación de la discapacidad ocasionada por la enfermedad de Ménière 61 Planteamiento del problema 63 Justificación 64 Objetivos 68 Hipótesis 70 Metodología 71 Variables del estudio 73 Descripción general del estudio 76 Análisis estadístico 77 Aspectos éticos 78 Recursos 79 Resultados 80 Discusión 91 Conclusiones 97 Bibliografía 98 Anexos 109 1 RESUMEN TÍTULO: ―Clasificación de los pacientes portadores de Enfermedad de Ménière con base en la guía de diagnóstico de la Asociación Americana de Otorrinolaringología del año 1995, en el servicio de Audiología y Otoneurología de la UMAE Hospital de Especialidades ―Bernardo Sepúlveda Gutiérrez‖, Centro Médico Nacional Siglo XXI IMSS en el periodo comprendido de Enero a Diciembre de 2010‖. OBJETIVO: Clasificar a los pacientes portadores de Enfermedad de Ménière con base en la guía de diagnóstico de la Asociación Americana de Otorrinolaringología del año 1995, en el servicio de Audiología y Otoneurología de la UMAE Hospital de Especialidades ―Bernardo Sepúlveda Gutiérrez‖, Centro MédicoNacional Siglo XXI IMSS en el periodo comprendido de Enero a Diciembre de 2010. MATERIAL Y MÉTODO. Tipo de Diseño: Observacional, retrospectivo, transversal, descriptivo. Tamaño de muestra: 152 expedientes clínicos. Población de estudio: Expedientes electrónicos de los pacientes con el diagnóstico de enfermedad de Ménière que acudieron al servicio de Audiología y Otoneurología. Periodo de estudio: Del 1 de Enero al 31 de Diciembre del 2010. Diseño muestral: No probabilístico, por conveniencia Lugar: En el servicio de Audiología y Otoneurología de la UMAE Hospital de Especialidades, ―Dr. Bernardo Sepúlveda Gutiérrez‖, Centro Médico Nacional Siglo XXI, IMSS en México D.F. RESULTADOS: Se revisaron 150 expedientes de pacientes con el diagnóstico de enfermedad de Ménière. De los 150 pacientes, el 69% (104) fueron del sexo femenino, la edad máxima de los pacientes fue de 84 años y la mínima de 17 años, con una desviación estándar de 12.26 y una media de 53 años. De las patologías asociadas que presentaban nuestros pacientes, encontramos enfermedades de tipo vascular, metabólicas, otológicas, neurológicas y pulmonares, pero las 2 patologías asocidas con mayor frecuencia fueron hipertensión arterial sistémica con dislipidemia 39.3% (59) e hipertensión arterial sistémica en un 8% (12). Con base en las características clínicas y audiométricas de cada paciente y de acuerdo a la clasificación de la guía de diagnóstico de la asociación Americana de otorrinolaringología del año 1995, el 87% (130) correspondió a la categoría de definitivo, 12% (18) a la de probable y el 1% (2) a la de posible. CONCLUSIONES: La categoría diagnóstica más frecuente es la definitiva. Predomina en el sexo femenino, afecta sobretodo en la edad adulta, principalmente entre la 5ta y la 7ma década de la vida. El oído más afectado es el izquierdo. El tiempo de evolución promedio es de 1 a 7 años. En las mujeres portadoras de la enfermedad de Ménière, a mayor edad, se relaciona más con la categoría diagnóstica definitiva. Palabras Clave. Enfermedad de Ménière, categorías clínicas, Asociación Americana de Otorrinolaringología. 2 Autor. Doctora Mayra Cano Cárdenas. Residente de tercer año de la especialidad de Audiología, Otoneurología y Foniatría, en la UMAE Hospital de Especialidades "Dr. Bernardo Sepúlveda Gutiérrez", Centro Médico Nacional "Siglo XXI", D.F. IMSS. Número telefónico: 044-55-14-14-88-73 Correo electrónico: ARYAM_1719@hotmail.com Asesor clínico. Doctora: Margarita Delgado Solís. Médico Audiólogo, Otoneurologo. Adscrita al servicio de Audiología y Otoneurología en la UMAE Hospital de Especialidades "Dr. Bernardo Sepúlveda Gutiérrez", Centro Médico Nacional "Siglo XXI", D.F. IMSS. Número telefónico: 56276000 ext. 21514 Correo electrónico: del_sol_mar 2@hotmail.com Asesor Metodológico. M en C. José Luis Olvera Gómez División de Evaluación de la Investigación Coordinación de Investigación en Salud Edificio 'B' de la Unidad de Congresos, 4to. Piso; CMN SXXI, IMSS Número Telefónico. 56276900 ext. 21223 Correo electrónico: jose.olverag@imss.gob.mx ―Clasificación de los pacientes portadores de Enfermedad de Ménière con base en la guía de diagnóstico de la Asociación Americana de Otorrinolaringología del año 1995, en el servicio de Audiología y Otoneurología de la UMAE Hospital de Especialidades ―Bernardo Sepúlveda Gutiérrez‖, Centro Médico Nacional Siglo XXI IMSS en el periodo comprendido de Enero de 2010 a Diciembre de 2011‖ 111 páginas. 2012 mailto:del_sol_mar%202@hotmail.com mailto:jose.olverag@imss.gob.mx 3 -INTRODUCCIÓN- El vértigo puede definirse como la expresión subjetiva de la orientación espacial perdida. Etimológicamente, el término vértigo deriva de la raíz latina vertere, que significa girar. Es un síntoma de alarma que traduce una alteración de la orientación en el espacio. La lesión de los receptores, de sus vías aferentes o de los centros de integración y elaboración de las informaciones puede conducir a un trastorno en la percepción de las relaciones con el espacio exterior, lo que habitualmente se manifiesta como una sensación vertiginosa. Las causas capaces de producir vértigo y mareo son múltiples y pueden asentar en los órganos sensoriales, en el sistema nervioso central, en el sistema nervioso periférico, en los vasos que los irrigan o en los sistemas de control neurohormonal. El mareo es la tercera molestia más frecuente en personas que buscan cuidado ambulatorio. En general, la prevalencia de mareo, desequilibrio y vértigo en la población general es de 5 a 10%; aumenta a 40% después de los 40 años de edad. El vértigo es la causa del 1% de consultas médicas en Estados Unidos. La misión fundamental del médico frente a un paciente con cuadro vertiginoso, es su identificación y clasificación, con el fin de orientar el diagnóstico y tratamiento con la máxima eficacia, para que éste pueda reincorporarse a sus actividades regulares en el menor tiempo y con las menores secuelas posibles. La Enfermedad de Ménière es una afección del oído interno de evolución progresiva, pero variable que se caracteriza por la presentar crisis vertiginosas recurrentes, hipoacusia perceptiva fluctuante, acúfeno y sensación de plenitud ótica. Es una patología de difícil cuantificación, además de que es tratada por diferentes especialidades médicas. 4 A pesar del gran número de artículos que se publican cada año sobre la enfermedad de Ménière, la información epidemiológica de ésta se encuentra dispersa, debido al problema para establecer el diagnóstico así como el número y método para estudiar a los pacientes. Con respecto a la frecuencia, según artículos publicados se presenta en 46 pacientes por 100.000 habitantes en Suecia, en Gran Bretaña la incidencia es de 16:10.000, y en Chile se estimó una prevalencia de acuerdo a su población (en ese momento de 12.000.000 de habitantes) de 48.000 a 300.000 enfermos (4 a 25 por 1.000 habitantes), con 12.000 casos nuevos al año, pero no hay estadísticas globales que actualicen lo anterior. Wess, en 1997, publica los resultados del seguimiento de los enfermos portadores de enfermedad de Ménière, excluyendo aquellos en que la hidropesía presente una causa específica, encontrando que un 3% de las consultas de otoneurología serían por enfermedad de Ménière, con un 88,1% de inicio de síntomas entre los 21 y 60 años, y que un 30% de los pacientes estudiados presentan una enfermedad bilateral en el transcurso de los años. Esta enfermedad representa un costo social alto, debido al número de licencias médicas otorgadas, jubilaciones por enfermedad y ausentismo laboral. 5 Marie Jean Pierre Flourens (1794 –1867) Fig. 1 -ANTECEDENTES CIENTÍFICOS- A pesar de que Marie –Jean Pierre Flourens (Fig. 1) ya había establecido la relación entre el sistema vestibular y la función del Equilibrio, al realizar experimentos en palomas y conejos, al retirar el cerebelo notó la afección del equilibrio y la coordinación motora, mientras que al destruirlo les causó la muerte. La comunidad científica anterior a Prosper Ménière siguió considerando que los vértigos tenían un origen central; hasta que las comunicaciones de Ménière les atribuye un origen laberíntico. Ménière hace mención a los hallazgos de Flourens, quién encontró que la ablación del canal semicircular en el cerdo producía una pérdida del equilibrio1. Prosper Ménière (1799-1862) (Fig. 2), en 1861 presentó una serie de informes a la Academia Imperial de Medicina de París en los que describió un cuadro clínico causante del vértigo y acúfenos por lesión del oído interno que hasta entonces se conocía con el exótico nombre de congestión cerebral apoplectiforme. En estos informes se puede leer como, un año antes de su muerte, señala a sus compañeros2.―Si aquellos que han tenido la ocasión de observar la aparición súbita de vértigo, náusea y vómito en sus pacientes se tomaran la molestia de explorar con cuidado el aparato auditivo, si midieran el grado de hipoacusia en ambos oídos, si preguntasen a los pacientes sobre lo que sintieron en esos órganos desde la aparición de los accidentes congestivos del encéfalo, se percatarían que el sitio de lesión es el oído interno, punto de origen de síntomas que con anterioridad parecían peligrosos para la vida, y contra el que habían utilizado un rigor terapéutico tan incómodo como inútil, un tratamiento violento cuya inconveniencia no sólo es dañina para el paciente sino también puede provocar que se dude de la inteligencia del médico” 2. Prosper Menière (1799-1862) Fig. 2 6 Al igual que ha ocurrido con otros avances notables de la historia de la medicina, el concepto innovador propuesto por Ménière de que los trastornos vertiginosos se debían a procesos patológicos del oído interno y no del cerebro, no fue aceptado, sino hasta después de 70 años de debates2. El cuadro que Ménière describe no corresponde a la lesión del oído interno que hoy se conoce con su nombre (hidropesía endolinfática), sino a una hemorragia laberíntica por leucemia mieloide. No obstante, el mérito de Ménière se debe a la demostración de que la combinación vértigo, hipoacusia, nauseas y vómito podría tener su base en una enfermedad del oído interno. Además, indicó que todas las formas de vértigo no eran simplemente variedades de congestión cerebral apoplectiforme y animó a sus contemporáneos a contar con un sistema mejor de clasificación de los trastornos vertiginosos2. En 1871, Knappa fue el primero en sugerir que esa enfermedad era resultado de una elevada presión intracoclear, análogo al glaucoma ocular, en un estado que denominó glaucoma aural. Esta teoría fue muy adelantada para su tiempo, ya que no se pudo confirmar histológicamente hasta 50 años después3. A comienzos del siglo XX los conocimientos de la enfermedad de Ménière habían evolucionado poco, los trastornos vertiginosos no se clasificaban bien y los tratamientos eran totalmente empíricos 2. El impulso a la fisiología del sistema vestibular, lo dio Bárány (Fig. 3), al definir las respuestas normales y anormales a diferentes estímulos térmicos aplicados al órgano de la audición, enfocándose principalmente a la función de laberinto y a los canales semicirculares del oído. Mediante sus investigaciones, describió signos y síndromes, e ingenió pruebas para el estudio de la función vestibular y su relación con el cerebelo4. Como cirujano, describió procedimientos para tratar la otosclerosis y sirvió como cirujano durante la Primera Guerra Mundial, siendo pionero en el tratamiento de las heridas por armas de fuego en el cerebro. En 1914 fue galardonado con el Premio Nobel de Medicina por sus Robert Bárány (1876-1936) Fig. 3 http://es.wikipedia.org/wiki/Laberinto http://es.wikipedia.org/wiki/Canales_semicirculares http://es.wikipedia.org/wiki/Vestibular http://es.wikipedia.org/wiki/Cerebelo http://es.wikipedia.org/wiki/Cirujano http://es.wikipedia.org/wiki/Otosclerosis http://es.wikipedia.org/wiki/Primera_Guerra_Mundial http://es.wikipedia.org/wiki/1914 http://es.wikipedia.org/wiki/Premio_Nobel_de_Medicina 7 trabajos en la fisiología y patología del aparato vestibular. Estos sirvieron para que muchos clínicos y científicos comenzasen a estudiar el sistema vestibular4. Así Senator Georges Portmann de Burdeos, propone la apertura transmastoidea del saco endolinfático para el tratamiento de la enfermedad de Ménière, realizando las primeras intervenciones, las descompresiones del saco endolinfático a partir de 19264. Parry en 1902 realizó la primera sección del nervio vestibular pero casi de forma única ya que la mortalidad era muy grande. Con respecto a esta intervención, Walter Dandy (Fig. 4), un discípulo del gran pionero de la neurocirugía Harvey Cushing, en 1941 aporta un gran informe de 400 enfermos operados. A lo largo del siguiente decenio el método de este autor para la sección intracraneal del nervio vestibular fue mejorando con otros procedimientos menos invasores5. Pero la realización de la neurectomía implicaba múltiples dificultades y no estaba al alcance de todo el mundo, por lo que se utilizaron diversas cirugías otológicas destructivas como las inyecciones de alcohol a través del conducto semicircular externo o de la platina del estribo, la electrocoagulación del conducto semicircular externo o simplemente la apertura del laberinto con aspiración de su contenido. Cawthorne propone la laberintectomía transmastoidea como medio para destruir el laberinto y esta técnica fue la que predominó durante la década de los 40 y 50. La técnica cada vez fue más refinada por Cawtthorne en Inglaterra y Harold en EEUU6. En la primera mitad del siglo XX, cualquier patología laberíntica se encuadraba confusamente como síndrome de Ménière o complejo sintomático de Ménière. Se comenzaron diversos tratamientos para esta enfermedad que iban desde la punción de LCR, hasta la administración Walter Dandy 1886-1946 Fig. 4 http://es.wikipedia.org/wiki/Fisiolog%C3%ADa http://es.wikipedia.org/wiki/Patolog%C3%ADa http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Aparato_vestibular&action=edit&redlink=1 8 Estereocilios Fig. 6 de los fármacos más inverosímiles: pilocarpina, atropina, adrenalina, extractos hipofisarios, quinina, vacunas bacterianas, etc. Nada tenía éxito6. La primera innovación acertada en el tratamiento médico de la enfermedad de Ménière fue aportada en 1934 por Albert C. Furstenberg (Fig. 5) de Michigan, al estudiar la posibilidad de que una alteración en el metabolismo del agua, fuese la responsable de un trastorno productor de acumulación de líquido dentro del laberinto. Sus estudios revelaron de manera concluyente que los síntomas de ésta enfermedad se debían a la retención de sodio en el cuerpo, aconsejando para la prevención de los síntomas una dieta baja en sodio. Este concepto es aún en parte vigente, pero sin estar del todo científicamente comprobado7. La siguiente aportación al conocimiento de la enfermedad de Ménière se refiere a los cambios histológicos que se producen. Hallpike y Cairns, en 1938 por una parte, y Kyoshiro Yamakawa de Osaka al mismo tiempo por otra, encuentran la causa de esta enfermedad, es una dilatación del laberinto membranoso por aumento de la tensión de la endolinfa y realizan la primera descripción histopatológica de los cambios característicos en el laberinto. Este concepto histopatológico de que radica en la existencia de un hidrops endolinfático, posteriormente, ha sido confirmado por numerosos autores8. En 1960, Pietrantoni y Lurato mejoran las descripciones de las lesiones histopatológicas que el cuadro produce, al incorporar a sus investigaciones el microscopio electrónico e identificar la pérdida de los estereocilios (Fig. 6) y degeneraciones citoplásmicas en las células ciliadas y de las crestas ampulares9. En la década de los 60 surgen numerosas técnicas quirúrgicas dirigidas al tratamiento de la enfermedad de Ménière. William House (Fig 7) describe la sección del nervio vestibular superior mediante una técnica Albert C. Furstenberg 1890-1969 Fig. 5 William House Fig. 7 9 que sirve también para la descompresión del conducto auditivo interno. House realizó además de la descompresión del saco endolinfático, la derivación entre el saco y el LCR. Shea utiliza una película de Teflón para drenaje auxiliar. Se diseñaron otras intervenciones para descomprimir el sáculo dilatado. Fick propuso perforar el sáculo de manera directa a través de la platina, mientras que Cody creó un procedimiento de tachuela, en que se introducía una especie de tachuelapuntiaguda que descomprimía automáticamente el sáculo cuando éste se dilataba. Incluso Golding-Wood intentó la simpatectomía quirúrgica. Pocas de estas técnicas innovadoras gozan aún de uso10. PRINCIPIOS ANATOMO-FISIOLÓGICOS BÁSICOS El oído está conformado por tres partes, que reciben el nombre de oído externo, oído medio y oído interno, de acuerdo a su ubicación en el cráneo (Fig. 8).11,12 Fig. 8 Anatomía de Oído Oído externo: Consta de dos porciones, el pabellón auricular u oreja y el conducto auditivo externo. El pabellón auricular es un órgano flexible de forma ovoide, constituido por cartílago elástico, tejido celular subcutáneo y piel (Fig. 9). La cara externa del pabellón presenta una serie de eminencias y depresiones: un reborde prominente denominado hélix, que es un pliegue saliente, el más periférico de la cara externa y que comienza en el fondo de la concha y 10 termina en el borde posteroinferior del pabellón para continuarse con el lóbulo. El antihélix es un repliegue colocado por delante del hélix, que empieza por delante de la cola del hélix y bifurca en 2 ramas que forman un espacio deprimido denominado fosa del antihélix (fosita escafoidea o fosita triangular del pabellón). El trago es un repliegue triangular situado por delante de la concha y cuya base se continúa con la porción cartilaginosa del conducto auditivo externo, su cara interna cubre la parte interior de la concha, en la que se encuentra la barbula hirci.11, 12 En la parte anterior y medial de la oreja se encuentra la concha, que es una excavación acentuada de unos 20mm de alto por 15-18mm de ancho y en ella se encuentra la entrada al conducto auditivo externo. Por delante de la concha se encuentra una prominencia triangular llamada trago. El antitrago que pliegue saliente colocado hacia atrás y abajo de la concha y se continúa con la porción inicial del antihélix. El lóbulo está formado por un repliegue cutáneo de forma triangular, oval o cuadrilátera, semiadherido a la piel de la cabeza, es el polo inferior del pabellón, es la única parte carente de cartílago (Fig 10). 11,12 Fig. 9 Pabellón auricular. Fig. 10 Eminencias y depresiones del pabellón El conducto auditivo externo inicia en la convexidad de la concha, se dirige hacia abajo, adentro y adelante y termina en la membrana timpánica, está constituido por dos proporciones una ósea y una fibrocartilaginosa. En el adulto tiene una longitud aproximada de 24mm correspondiendo, 8 mm aproximadamente a su porción cartilaginosa y 16mm a su porción ósea (Fig 11). Consta de dos caras una externa o lateral y medial o interna. La cara externa o lateral forma de un orificio elíptico cuyo eje mayor es oblicuo continúa en la concha mientras que la cara interna o medial es en donde se encuentra la membrana timpánica en un plano oblicuo 11 hacia abajo, adentro y atrás. Tiene 4 paredes; anterior o temporomaxilar, posterior o mastoidea, superior craneal e inferior o parotídea. Se encuentra recubierto por una cubierta cutánea que es más gruesa en la parte externa hasta quedar reducida a su capa epidérmica al llegar a la membrana timpánica. 11,12 Fig. 11 Conducto auditivo externo El oído externo se encarga de captar las ondas sonoras y dirigirlas hacia la membrana timpánica. El pabellón auricular que funciona como pantalla captadora y el conducto auditivo externo a través del cual pasan dichas ondas hasta llegar a la membrana timpánica. Asimismo protege las estructuras del oído medio contra daños y minimiza la distancia del oído interno al cerebro, reduciendo el tiempo de propagación de los impulsos nerviosos.11, 12. Oído medio: Es un sistema cavitario par y simétrico, contenido en su totalidad en el espesor del hueso temporal a excepción del segmento faríngeo de la trompa de Eustaquio. Por dentro, en la profundidad de esta porción media del oído, se encuentra el oído interno excavado en el peñasco del temporal. Está compuesto por la caja timpánica, el sistema neumático del temporal (antro y celdas mastoideas) y la trompa de Eustaquio (Fig. 12). 11,12 Fig. 12 Oído medio 12 La caja timpánica tiene una forma de lente bicóncava, con aproximadamente 15mm de altura y 15mm de eje anteroposterior. Tiene un volumen de entre 1 y 2cc. Se distinguen 3 pisos que de arriba hacia abajo son. 1. Epitímpano o ático: ocupado por la cabeza del martillo y el cuerpo y rama horizontal del yunque. 2. Mesotímpano o atrio, en el que se instala la membrana timpánica con el mango del martillo, la rama larga del yunque y el estribo. 3. Hipotimpánico o receso hipotimpánico. Las paredes de la caja están tapizadas por mucosa respiratoria y el epitelio pierde cilios a medida que se aleja del orificio timpánico de la trompa de Eustaquio. Esta mucosa posee glándulas de secreción. Se distinguen 6 paredes; externa o miringiana, interna o laberíntica, inferior, suelo o pared yugular, anterior o tubocarotídea, posterior o mastoidea (Fig. 13 y 14). Cada pared compuesta por diferentes estructuras (Tabla A). 11,12 Fig 13.Paredes de la caja timpánica (vista anterior). Fig. 14 Paredes de la caja del tímpano (vista lateral). 13 Tabla A Estructuras que conforman cada pared de la caja timpánica. Pared: Estructuras: Externa Surco timpánico Membrana timpánica Interna Conducto del músculo del martillo Promontorio Ventana oval y redonda Acueducto de Falopio Porción saliente del conducto semicircular externo Inferior Golfo de la yugular Superior Sutura petrotimpánica Anterior Orificio del conducto del músculo del martillo Orificio de la trompa de Eustaquio Posterior Orificio del aditus ad antrum Pirámide Acueducto de Falopio El oído medio se encarga de modular e intensificar la señal sonora, para transmitirla al oído interno. 11,12 Oído interno se encuentra situado en el interior del peñasco del temporal, medial a la caja del tímpano. Por la complejidad de su forma y estructura se llama laberinto. Existe un laberinto óseo, constituido por una serie de espacios excavados en el hueso y en comunicación unos con otros, y un laberinto membranoso, formado por unas estructuras membranosas alojadas dentro del laberinto óseo (Fig.15). 11-14 Fig. 15 Oído Interno 14 El laberinto está ocupado por líquidos o linfas. Las estructuras del laberinto membranoso están llenas de endolinfa. El laberinto membranoso ocupa solamente una parte de la compleja cavidad que es el laberinto óseo, existiendo entre ambos un espacio que, por esta repleto de perilinfa, se denomina espacio perilinfático. 11-14 Laberinto óseo: está formado por tres partes: una media, denominada vestíbulo, una anterior, llamada cóclea o caracol, y otra posterosuperior, constituida por los conductos semicirculares. La cóclea constituye el laberinto anterior, vestíbulo y conductos semicirculares forman el laberinto posterior. 11-14 Vestíbulo Es una cavidad ovoidea de unos 4mm de diámetro, que se encuentra situada transversalmente e inclinada oblicuamente hacia adelante. Constituido por seis paredes. 11-14 1. Pared externa: se relaciona con la caja timpánica. En ella se encuentran: la ventana oval, ocluida por la platina del estribo con el ligamento anular, y la ventana redonda, cerrada por el falso tímpano. 11-14 2. Pared interna: se corresponde con la mitad posterior del fondo del conducto auditivo interno. En su parte media y anterior, presenta dos fosas: una superior o fosita semiovoidea, en la que se apoya el utrículo, y otra inferior o fosita hemiesférica, en la que se apoya el sáculo; ambas están separadas por una cresta horizontal llamada cresta del vestíbulo. Estas fositas están perforadas por varios orificios que darán paso a filetes nerviososutriculares y saculares. Por detrás de la fosita hemisférica existe una tercera fosa, la fosita coclear, que se denomina así por su relación con la cóclea membranosa o conducto coclear. Por detrás de la fosita semiovoidea se encuentra el orificio de entrada al acueducto del vestíbulo, por el que discurre el conducto endolinfático. 11-14 3. Pared posterior y superior. En ellas se encuentran los orificios de comunicación con los conductos semicirculares. 11-14 15 4. Pared anterior: por arriba se corresponde con la primera porción del acueducto de Falopio, por debajo tiene un orificio semilunar que comunica con la rampa vestibular de la cóclea. 11- 14 5. Pared inferior: está representada por una delgada lámina ósea que es el origen de la lámina espiral de la cóclea. 11-14 6. Acueducto del vestíbulo: es un conducto óseo estrecho, que parte de la zona posterosuperior de la pared interna del vestíbulo, de un lugar situado por delante del orificio común de los conductos semicirculares posterior y superior. 11-14 Conductos semicirculares. Los conductos semicirculares óseos son tres estructuras cilíndricas arqueadas en forma de herradura. Se encuentran situados posterosuperiormente con relación al vestíbulo. Son perpendiculares entre sí, están situados en los tres planos del espacio. 11-14 Se abren al vestíbulo por sus dos extremos, uno de los cuales está dilatado por una ampliación en forma de ampolla. Por lo tanto tienen un brazo ampular y uno no ampular. 11-14 Debido a su orientación, los conductos semicirculares se denominan: superior, posterior y horizontal (o externo). 11-14 Conducto semicircular superior es vertical y perpendicular al eje del peñasco. Determina en la cara anterosuperior del peñasco la eminencia arcuata. 11-14 Conducto semicircular posterior es vertical y paralelo al eje del peñasco. El brazo simple o no ampular de los dos conductos semicirculares verticales (superior y posterior), que se unen formando un brazo común llamado crus communis que desemboca en el vestíbulo. 11- 14 El conducto semicircular horizontal o externo forma un ángulo de 25° con el horizontal. 11-14. Cóclea o caracol. Su nombre hace referencia a su forma característica. En la cóclea ósea distinguimos 3 porciones. 11-14 16 a) Columnela de Braschet o modiolus de Valsalva. Llamado también eje del caracol, está atravesada por unos pequeños conductos de la base a la punta visibles por su cara cóncava basal que muestra en conjunto de perforaciones organizadas en espiral o criba espiroidea. 11-14 b) Lámina de los contornos o tubo del caracol. Da dos vueltas y media de espira alrededor de la columnela. La primera espira o circunvolución basal protruye sobre la cara interna de la caja del tímpano y da lugar al promontorio. Ésta desemboca en la pared anterior del vestíbulo. 11-14 c) Lámina espiral. Se encuentra dentro de la lámina de los contornos y va unida a su pared interna. Divide así parcialmente al caracol en dos pisos o rampas, uno anterior y otro posterior. 11-14 La lámina espiral empieza dentro del vestíbulo dividiéndolo en dos pisos, el vestíbulo propiamente dicho (arriba) y el piso o cavidad subvestibular (abajo), y termina en la cúpula de la cóclea. El helicotrema es un orificio que se forma en el vértice o cúpula de la cóclea, al final de la lámina espiral, y que une los dos pisos descritos. 1111-14 Estos pisos también llamados rampas o escalas. La rampa anterior o vestibular desemboca en el piso vestibular y se comunica con la caja del tímpano a través de la ventana oval. La rampa posterior o timpánica desemboca en el piso subvestibular y se comunica con la caja del tímpano a través de la ventana redonda. 11-14 El acueducto del caracol es un pequeño conducto óseo que se extiende desde el caracol hasta el borde posterior del peñasco. Este pequeño conducto comienza en la rampa timpánica, próximo a la ventana redonda, y termina en la fosita petrosa excavada en el borde posterior del peñasco, debajo del conducto auditivo interno. Éste lleva una venilla y un conducto que prolonga el espacio perilinfático. 11-14 17 Conducto auditivo interno. Es un tubo de 1 cm de longitud y un calibre de 0.5cm, recorre el peñasco de atrás hacia adelante y de adentro hacia afuera. Por su interior discurren los pares craneales VIII y VII y el nervio intermediario de Wrisberg. 11-14 El fondo del conducto auditivo interno está divido en cuatro cuadrantes formados al cruzarse una cresta horizontal (cresta falciforme) y otra vertical (Barra de Bill). 11-14 En el cuadrante anterosuperior se encuentra el orificio donde comienza el acueducto de Falopio, por el que penetra el nervio facial acompañado por el nervio intermediario de Wrisberg. 11-14 En el cuadrante anteroinferior se proyecta la base de la columnela, perforada por los orificios de la criba espiroidea, por los que salen las raíces nerviosas que constituyen el nervio coclear. 11-14 En el cuadrante posterosuperior afloran las perforaciones de la fosita semiovoidea del vestíbulo. Por ellas salen los filetes nerviosos del nervio utricular y los de los nervios ampulares de los canales semicirculares superior y posterior. 11-14 En el cuadrante posteroinferior se muestran las perforaciones de la fosita hemiesférica, por las que surgen los filetes que conforman el nervio sacular. El nervio ampular del canal semicircular posterior sale independientemente por un orificio específico, el foramen singulare de Morgagni, situado detrás de la fosita hemiesférica. 11-14 Laberinto membranoso. En el laberinto membranoso distinguimos un laberinto posterior, del que forman parte el vestíbulo membranoso constituido por el utrículo y sáculo, y los conductos semicirculares membranosos, y un laberinto anterior constituido por la cóclea o caracol membranoso (ductus cochlearis). 11-14 18 Vestíbulo membranoso. Lo constituyen dos sacos o vesículas de paredes membranosas: el utrículo, que se apoya en la fosa semiovoidea, y el sáculo, que se apoya en la fosita semiesférica. 11-14 De la parte interna del utrículo y el sáculo parten las fibras nerviosas utriculares y saculares, que atraviesan los orificios de sus respectivas fositas que aparecen en los cuadrantes posteriores del conducto auditivo interno, contribuyendo así a formar el nervio vestibular (que junto con el coclear conforman el VIII par). 11-14 Ambas vesículas, llenas de endolinfa, están ampliamente alojadas en el vestíbulo óseo, por lo que queda por fuera de su superficie libre exterior un espacio bañado por perilinfa. 11-14 En el utrículo se abren los canales semicirculares membranosos. El sáculo está unido al ductus cochlearis a través del ductus reuniens o de Hensen. El utrículo y sáculo están comunicados entre sí por el conducto endolinfático. 11-14 De la pared interna del utrículo y del sáculo nacen dos pequeños conductos que se dirigen hacia atrás y arriba y se unen dando lugar al conducto endolinfático. Éste se introduce en el acueducto del vestíbulo y termina en la fosita ungueal (cara posterosuperior o cerebelosa del peñasco del temporal). Bajo la duramadre, forma un abultamiento: el fondo del saco endolinfático. 11-14 Conductos semicirculares membranosos. Éstos reproducen la forma de los óseos. Son estructuras tubulares de membrana, semicirculares, que en un extremo tiene una zona dilatada o ampolla. Tienen un calibre de 1mm, los óseos de 4mm. Están adheridos al borde externo de los conductos semicirculares óseos, el resto de su superficie está bañada por perilinfa. Los tres se abren en el utrículo. 11-14 De la pared interna de cada una de las ampollas de los tres conductos semicirculares membranosos parten fibras nerviosas que formarán los tres nervios ampulares. Estos nervios llegan al conducto auditivo interno junto con las fibras del nervio utricular, excepto el nervioampular del canal semicircular posterior (agujero de Morgagni). 11-14 19 ESTRUCTURA DE LOS RECEPTORES DEL LABERINTO POSTERIOR Máculas acústicas: epitelio pavimentoso plano que posee unas zonas diferenciadas, que hacen relieve hacia él interior, que tapiza las paredes del utrículo y del sáculo. Estos son receptores sensoriales de cambios en el campo gravitatorio, fundamentales para el mantenimiento del equilibrio. La mácula acústica del utrículo se llama lapillus y la del sáculo sagitta. 11-14 Presentan una estructura típica. Tienen una membrana basal que se sitúa encima del tejido conectivo del utrículo o del sáculo, esta membrana tiene pequeños agujeros por los que penetran las fibras nerviosas. Situados sobre la membrana basal se encuentran las células de sostén, que tienen su núcleo en posición basal y sobre las que se asientan las células ciliadas. Las células ciliadas son las células sensoriales, que poseen unos cilios que se dirigen hasta el espesor de una capa gelatinosa que cubre la mácula. 11-14 Entre los cilios de éstas células distinguimos un kinocilio y numerosos estereocilios. En el utrículo los kinocilios se sitúan en el extremo de la célula que mira hacia una línea central de la mácula denominada striola. En el sáculo los kinocilios se sitúan en el extremo opuesto al que mira la striola. El calcio controla la rigidez por medio de la tubulina, que está presente en la raíz de sus filamentos de actina. 11-14 Sobre la capa gelatinosa que cubre la mácula existen unos granos calcáreos denominados otolitos u otoconias. Los otolitos, con los movimientos corporales, se desplazan y ejercen presión o tracción sobre los cilios de las células ciliadas, que se estimulan y mandan su información por el nervio vestibular. 11-14. La mácula del utrículo se estimula por flexión ventral y se relaja por flexión dorsal, mientras que la del sáculo se estimula por movimientos laterales. 11- 14 Crestas ampulares o crestas acústicas: El epitelio interno que reviste la ampolla de los conductos semicirculares membranosos muestra una importante especialización. En las ampollas se forma una estructura en forma de repliegue semilunar, perpendicular al conducto 20 semicircular correspondiente; las crestas ampulares que son receptores sensoriales fundamentales en el mantenimiento del equilibrio. 11-14 Estas crestas acústicas o crestas ampulares tienen, así mismo, una membrana basal, unas células de sostén y unas células ciliadas. Las células ciliadas o sensoriales, poseen un kinocilio y numerosos estereocilios y se apoyan en las células basales, aunque a veces reposan directamente sobre la membrana basal. 11-14 Por encima de este conjunto aparece una masa gelatinosa en forma de campana que se denomina cúpula ampular. Esta formación posee unos pequeños conductos verticales en los que se introducen los cilios de las células sensoriales. Entre las células y la cúpula ampular hay un espacio que se comporta como una cápsula articular. 11-14 Con los movimientos de rotación, la cúpula (impulsada por la endolinfa) rota deslizándose por encima de la cresta y tira de los cilios. Las células reconocen la tracción y transmiten el estímulo al nervio vestibular, informando de este modo las rotaciones de la cabeza. 11-14 En los epitelios sensoriales del laberinto posterior se han descrito dos tipos de células: 11-14 a) Tipo I o en garrafa: poseen una capa cuticular que ocupa toda la superficie apical de la célula, menos la zona de inserción del kinocilio, que constituye una malla filamentosa para la inserción de los estereocilios. Se encuentran en número de 60 a 100 por célula y su longitud aumenta a medida que se aproximan al kinocilio (Fig. 16). Tienen un filamento central o raíz que ancla en el plano cuticular. La envoltura externa del estereocilio es continuación de la membrana plasmática de la célula sensorial. El kinocilio se encuentra siempre situado a un lado de los estereocilios. La terminación aferente de estas células tiene forma de cáliz o copa. A veces engloba dos o más células. La terminación nerviosa eferente tiene forma abotonada. 11-14 Fig. 16. Célula Tipo I 21 b) Células tipo II o prismáticas. Se diferencian de las tipo I por su forma cilíndrica y por su región sináptica. Las terminaciones nerviosas aferente y eferente son muy similares, ambas tienen forma abotonada (Fig. 17). 11-14. En las células neurosensoriales o ciliadas, cualquier estímulo que provoque inclinación de los estereocilios hacia el kinocilio origina un aumento o excitación de la respuesta nerviosa por encima del nivel de actividad espontánea (o de reposo), mientras que los movimientos que provocan inclinación de lo estereocilios hacia el lado opuesto al que ocupa el kinocilio producen una disminución o inhibición de la respuesta por debajo del nivel de actividad nerviosa espontánea. 11-14 Cóclea membranosa. La estructura membranosa de la cóclea se denomina conducto coclear o ductus cochlearis. Este conducto tiene forma de prisma triangular, está enrollado en espiral igual que el caracol óseo. Ocupa el espacio comprendido entre el borde libre de la lámina espiral y la lámina de los contornos, separando completamente las dos rampa, vestibular y timpánica. 11-14 Al tener forma de prisma triangular presenta tres caras o paredes. 1. Externa: que es un espesamiento del periostio interno de la lámina de contornos. Recibe el nombre de ligamento espiral. 11-14 2. Superior: en relación con la rampa vestibular que se denomina membrana de Reissner o membrana vestibular. 11-14 3. Inferior: que prolonga la lámina espiral. Está en relación con la rampa timpánica y se llama membrana basilar. En ella se asienta el órgano de Corti. 11-14 La cóclea o caracol óseo es un conducto, el tubo del caracol o lámina de los contornos, se encuentra enrollado sobre un eje central o columnela de Braschet. Este conducto está dividido en tres sistemas tubulares que lo recorren en toda su extensión formando tres pisos, escalas o rampas. La continuidad de lámina espiral y conducto coclear separa dos pisos, arroba la rampa Fig. 17 Células tipo II 22 vestibular y abajo la rampa timpánica. El interior del conducto coclear constituye la tercera escala denominada rampa media. (Fig 18) 11-14 Ligamento espiral: es la pared externa del conducto coclear que se apoya sobre la cara interna del tubo del caracol. Es un tracto de tejido conectivo que muestra en su parte superior una eminencia, la cresta vestibular, en la que se inserta la membrana de Reissner. En su parte inferior protruye la cresta basilar para la inserción de la membrana basilar. Un poco por encima de esta cresta basilar existe un abultamiento llamado prominencia espiral por el cual discurren grandes asas capilares. (Fig 18) 11-14. El ligamento espiral está tapizado desde la prominencia espiral hasta la cresta vestibular por un epitelio denominado stria vascularis. Está constituido por tres capas de células y es el único epitelio que tiene vasos. Posee células secretoras, ricas en vesículas, que vierten su producto en la endolinfa del conducto coclear. La existencia de un notorio sistema vascular dentro de su trama, al margen de darle su denominación de stria vascularis, presupone que esta estructura desempeña un papel metabólico y funcional de gran importancia dentro de los mecanismos bioquimicoeléctricos. (Fig 18) 11-14 Membrana vestibular de Reissner: Es una finísima membrana bicelular que separa el conducto coclear de la rampa vestibular. Una capa de sus células mira hacia el conducto coclear y la otra hacia la rampa vestibular. Entre ambas existe una membrana basal. La membrana de Reissner tiene como objetivo el separar dos líquidos, la perilinfa y la endolinfa, de características y situación iónica diferentes. Debido a si escaso espesor y a que tiene poros puedefacilitar determinados intercambios entre ambos espacios. (Fig 18) 11-14 Membrana basilar. Órgano de Corti. La membrana basilar parte de la lámina espiral como una prolongación y se inserta en la cresta basilar del ligamento espiral. Separa el conducto coclear de la rampa timpánica. Aumenta en anchura durante su recorrido desde la espira basal hacia el ápex de la cóclea, donde logra su mayor longitud. Fig. 18 Caracol membranoso 23 Está conformada por 3 capas: 11-14 a) Media: constituida por fibras elásticas y colágenas de dirección bien organizada que se denominan cuerdas de Hensen-Nüel. Estas cuerdas dan gran consistencia y elasticidad al conjunto. b) Colindante con el conducto coclear sirve de apoyo a los elementos celulares de sostén del órgano de Corti, haciendo funciones de membrana basal. c) La capa que mira hacia la rampa timpánica está constituida por una fina serie de células endoteliales bañadas por la perilinfa. (Fig 18) 11-14 El órgano de Corti es un epitelio especializado que se ha desarrollado sobre la cara superior o endolinfática de la membrana basilar. Sobre la membrana basilar se sitúan dos hileras de células muy especializadas llamadas pilares de Corti o células de pilar, las internas están inclinadas sobre las externas de modo que la membrana basilar y ambos pilares forman un conducto triangular o túnel de Corti. Las células de pilar tienen una zona basal ensanchada donde se encuentra el núcleo y otra porción superior, que es el pilar propiamente dicho, constituida por sustancia hialina fibrilar. (Fig. 19) 11-14 Fig. 19 Órgano de Corti 24 Por fuera de los pilares se disponen las células de sostén o células de Deiters, sobre las que van a apoyarse las células ciliadas. Las células de Deiters, por su extremo basal, descansan sobre la membrana basilar. Su otro extremo muestra aspecto de copa y es donde se asentará la célula ciliada. Las células ciliadas van a recibir su fibra nerviosa a través del canal perforado en estas células de sostén. (Fig. 19) 11-14 Por fuera de las células de Deiters se disponen unas células cilíndricas, las células de Hensen. Estas células disminuyen gradualmente de altura, transformándose en unas células cúbicas llamadas células de Claudius que se continúan insensiblemente con el epitelio del ligamento espiral. (Fig. 19) 11-14 Las células ciliadas se sitúan a ambos lados del túnel del Corti. Por fuera hay tres hileras de células ciliadas denominadas células ciliadas externas, por dentro una sola hilera, llamadas células ciliadas internas. (Fig. 19) 11-14 Sobre las células ciliadas se sitúa la membrana tectoria, las células ciliadas externas tienen el extremo distal de sus cilios introducido en esta membrana, mientras que las células ciliadas internas tienen sus cilios próximos a la membrana tectoria pero no hacen contacto con ella.(Fig. 20) 11-14 Fig. 20 Órgano de Corti 25 La membrana tectoria tiene un importante cometido funcional, pues se sitúa a modo de techo sobre el órgano de Corti; consta de dos porciones, una de anclaje que se une sólidamente al limbo espiral y otra libre que es la que cubre al órgano de Corti. Tiene estructura fibrilar y está compuesta por colágeno, glicoproteínas y glicosaminglicanos. En el ápex de la cóclea es más larga que en la base y durante su recorrido de base a ápex llega a duplicar sus dimensiones. (Fig. 20) La cara de la membrana tectoria que mira al órgano de Corti tiene unos orificios en forma de W en los que se anclan los estereocilios de las células ciliadas externas. La función de esta membrana, además de servir de techo a estos estereocilios para lograr su inclinación cuando se produce el movimiento de la membrana basilar/órgano de Corti. (Fig 21) 11-14 Fig. 21 Células ciliadas Las células ciliadas externas son cilíndricas y delgadas, con formas de dedal. En su extremidad superior presentan de 100 a 200 estereocilios que se encuentran implantados en forma de W y forman entre cinco y siete filas. Las células de Deiters las rodean en su tercio inferior, estando el resto de la célula bañada por un líquido denominado cortilinfa. Las células ciliadas se despolarizan (activan) al ser desplazados sus cilios contra la membrana tectoria tras el movimiento de la membrana basilar, esta activación provoca la contracción de las células ciliadas externas, disminuyendo su longitud. (Fig. 21) 11-14 CCI CCE 26 Las células ciliadas internas son de forma ovoide que se estrecha en el ápex, recuerdan a una vasija. En la extremidad apical presentan unos 60 estereocilios, que están implantados entre cinco y siete filas. Las células de Deiters rodean en su totalidad a las células ciliadas internas. Éstas son los elementos receptores del sonido. Se despolarizan (activan) al ser desplazados sus cilios tras el movimiento de la onda viajera, modificándose entonces la actividad bioeléctrica de la fibra aferente que parte de ella. Se inicia así el mensaje neural que por la vía coclear llega a la corteza cerebral auditiva. 11-14 La extremidad superior de las células ciliadas externas e internas tiene un espesamiento donde van anclados los cilios, recibe el nombre de membrana cuticular. (Fig 22) Los cilios se anclan en la membrana cuticular por una raíz que tiene filamentos de miosina; son flexibles, es decir, aunque no tienen capacidad de movimiento activo, se dejan desplazar de manera pasiva. Los cilios están unidos entre sí por puentes de glicoproteínas y, al ser desplazados, se abren los canales iónicos situados en su zona más apical. Las células ciliadas de la cóclea no tienen kinocilio. 11-14 La extremidad inferior de la célula ciliada o extremidad sináptica está en contacto con las fibras nerviosas que llegan desde las neuronas bipolares del órgano de Corti. 11-14 Fig.22 Membrana reticular 27 Las fibras destinadas a las células ciliadas internas alcanzan éstas sin ninguna torsión espiral. A cada una llegan unas 20 fibras nerviosas (axones de las neuronas tipo I), por lo que son más numerosas, 90-95% de las fibras del nervio coclear. 11-14 Las fibras destinadas a las células ciliadas externas (axones de las neuronas tipo II) tienen un recorrido espiral. Al llegar a la región de las células ciliadas externas forman tres plexos, uno debajo de cada hilera. Prolongaciones de estos plexos son las encargadas de contactar funcionalmente con las células ciliadas externas. En general cada fibra inerva entre unas 15 o 20 células ciliadas externas. 11, 12, 13,14 .Funcionalmente las células ciliadas externas, con su contracción se acercan la membrana tectoria al órgano de Corti; las células ciliadas internas con las que perciben los estímulos acústicos. 11-14 La membrana basilar se ondula con el movimiento perilinfático (onda viajera) y transmite el movimiento al órgano de Corti. Cuanto más agudo es el sonido la onda viajera se agota en una zona coclear más basal, más próxima al estribo. Sin embargo, en los sonidos graves la onda viajera estimula zonas más distales, más próximas al helicotrema. 11-14 El ganglio auditivo, espiral o de Corti. Está ubicado en el conducto espiral de Rosenthal. Como cada célula ciliada interna recibe los axones de entre 15 y 20 neuronas de tipo I. Por ellos discurre hacia el cuerpo celular situado en el ganglio de Corti el potencial de acción que ocurre al despolarizarse las células ciliadas internas. Además, al órgano de Corti llegan fibras eferentes. A la región sináptica de las células ciliadas internas llegan botones sinápticos terminales eferentes que hacen sinapsis con los axones aferentes de las neuronas de tipo I. Por otro lado, las fibras eferentes establecen contactos directos con la región sináptica de las células ciliadas externas. 11-14 A la cóclea llega inervación simpática por fibras procedentes del ganglio cervical superior a través delsimpático pericarotídeo y del nervio petroso superficial mayor y el ganglio cervical inferior (ganglio estrellado) por el simpático perivascular de la arteria vertebral y de la arteria 28 coclear. Estas fibras simpáticas no llegan a los capilares cocleares ni a la stria vascularis y no alcanzan el órgano de Corti. 11-14 Líquidos laberínticos. Todas las estructuras del laberinto membranoso están comunicadas entre sí. Los conductos semicirculares desembocan en el utrículo, gracias al conducto endolinfático se comunican utrículo y sáculo, y el ductus reuniens une sáculo con conducto coclear. Todo este conjunto de estructuras membranosas intercomunicadas está repleto de un líquido incoloro semejante al agua, la endolinfa, y constituye el compartimento o espacio endolinfático.13 La endolinfa es un líquido de tipo endocelular. En función de sus componentes iónicos, pobre en sodio (139mEq/l) y rico en potasio (144mEq/l). Se produce y se absorbe en la estría vascular y en la vecindad de las células ciliadas de las crestas ampulares. El volumen de endolinfa de 2.76mm3. 13 Entre el laberinto óseo y las estructuras del laberinto membranoso se constituye el compartimento o espacio perilinfático ocupado por perilinfa. Es un espacio trabeculado por tubérculos y tractos surcados por microvasos que discurren desde el laberinto óseo al membranoso. 11, 13 La perilinfa es un líquido de tipo extracelular y composición parecida a la del líquido cefalorraquídeo, con el que se une en el fondo del conducto auditivo interno. Es pobre en iones potasio (4 mEq/l) y rico en iones sodio (139mEq/l). Su producción es lenta, al igual que su circulación, y establece intercambios iónicos con la endolinfa a través de la membrana de Reissner. El volumen de perilinfa de 78.3mm3, es más rica en proteínas que el líquido cefalorraquídeo y la endolinfa. 11-13, La cortilinfa es un líquido de tipo extracelular, con una concentración de iones potasio y sodio parecida a la perilinfa, y está situada en el túnel de Corti. La linfa subtectorial ocupa el espacio delimitado entre la cara superior del órgano de Corti y la membrana tectoria. El comportamiento y función de estas dos linfas no está aún aclarado. 11,13 29 Los líquidos del oído interno tienen 4 propósitos fundamentales: 1. Proveer de nutrientes y remover productos metabólicos con los que están en contacto. 2. Proveer un ambiente iónico óptimo para la adecuada generación de biopotenciales necesarios para la función auditiva y vestibular. 3. Proveer un equilibrio de presiones en el oído interno. 4. Transmitir vibraciones desde la platina del estribo al oído interno. 11-14 La endolinfa, perilinfa, sangre y líquido cefalorraquídeo están en íntima relación, comunicándose a través de distintas barreras, el nombre barreras se refiere no sólo al bloqueo, sino también a absorción y secreción, selectivas, a la facilitación de penetración de algunas sustancias, y a la presencia de bombas iónicas activas con una circulación sanguínea constante, también se refiere a que hay sustancias que las atraviesan libremente (por ejemplo agua). Dentro de éstas, se incluyen la barreras hemato-perilinfática, hemato-endolinfática, laberíntica- líquido cefalorraquídeo y endolinfática-perilinfática. 11,13, Barrera hemato-perilinfática: Está en los microvasos existentes entre el laberinto óseo y el membranoso. Barrera hemato-endolinfática: Está en la estría vascular, en las células oscuras vestibulares y en el saco endolinfático. Barrera laberíntica-líquido cefalorraquídeo: Está en el saco endolinfático y en el acueducto del caracol. Barrera endolinfática-perilinfática. Está en la membrana de Reissner en la cóclea y las paredes del utrículo y el sáculo en el laberinto posterior.11,13, 30 Circulación. Existen dos teorías acerca de la circulación de la endolinfa. La teoría longitudinal y la radial.13 Teoría longitudinal: sugiere que la endolinfa es secretada por la estría vascular y fluye a través del ducto coclear para ser eventualmente absorbida en el saco endolinfático. 13 Teoría radial sugiere que la endolinfa es secretada y absorbida por las estructuras del ducto coclear. 13 La evidencia actual sugiere que la circulación de endolinfa es longitudinal, pero que el intercambio de sustancias es radial y a través de la escala media. Vascularización del oído interno. El cerebro está irrigado por cuatro troncos arteriales principales: las dos carótidas internas y las dos arterias vertebrales. Éstas últimas se unen para formar el tronco basilar. Ambos sistemas (carotídeo y vertebrobasilar) se unen en la base del cráneo y forman un círculo anastomótico, el polígono de Willis. 11-13 La arteria auditiva interna o laberíntica es rama de la arteria cerebelosa anteroinferior, aunque en algunos casos parte directamente del tronco de la basilar. La arteria auditiva interna penetra por el conducto auditivo interno y en su fondo se divide en 2 ramas: la arteria coclear común y la arteria vestibular anterior. 11-13 La arteria coclear común entra en el conducto central de la columnela y se divide en arteria coclear principal y arteria vestibulococlear. La arteria vestibulococlear, a su vez, se ramifica en la arteria vestibular posterior y en los ramos cocleares. 11-13 La distribución de estos vasos es la siguiente: La arteria coclear principal irriga ¾ de la cóclea, incluido el modiolo. 31 Los ramos cocleares irrigan el ¼ basal de la cóclea y el modiolo adyacente. La arteria vestibular anterior irriga la mácula del utrículo y una pequeña parte de la del sáculo, la cresta ampular y los conductos membranosos superior y horizontal, y la cara superior del utrículo y del sáculo. La arteria vestibular posterior irriga la mácula del sáculo, cresta y el conducto membranoso semicircular posterior y la cara inferior del utrículo y del sáculo. 11-13 La arteria auditiva interna y sus ramas son arterias terminales sin anastomosis con otros vasos del oído medio o endocraneales, por ello la interrupción de su flujo causa un rápido deterioro en las estructuras del oído interno. 11-13 Sistema venoso. Los principales conductos venosos de la cóclea son las venas espirales anterior y posterior, que se unen en la extremidad basal de la cóclea para formar la vena modiolar común que desemboca en el seno petroso inferior. 11-13. La vena vestibular anterior drena la sangre del utrículo y de las ampollas de los conductos semicirculares superior y horizontal. 11-13. La vena vestibular posterior drena el sáculo, la ampolla del conducto semicircular posterior y la extremidad basal de la cóclea. 11-13. La confluencia de estas dos venas vestibulares, junto con la vena de la ventana redonda, da lugar a la vena vestibulococlear. 11-13 Los conductos semicirculares son drenados por venas que se dirigen hacia su extremidad utricular para formar la vena del acueducto vestibular, la cual acompaña al conducto endolinfático y drena en el seno lateral. 11-13 Sistema linfático. Están representados por los espacios endolinfático y perilinfático. Estos están en comunicación con los espacios subaracnoideos por el acueducto del vestíbulo (conducto y saco endolinfático) y por el acueducto del caracol (conducto perilinfático). 11-13 32 Nervio cocleovestibular o estatoacústico . 12 Las fibras nerviosas que proceden de las células ciliadas externas y las células ciliadas internas se unen en la base de la columnela en un tronco nervioso denominado nervio coclear, que sale por el cuadrante anteroinferior del fondo del conducto auditivo interno. 11,12 Al unirse los nervios vestibular y coclear forman el VIII par craneal, nervio cocleovestibular o nervio estatoacústico. Tiene una longitud de total de aproximadamente 2.5cm desde su constitución porunión de las ramas coclear y vestibular hasta su entrada en el tronco del encéfalo por el surco bulboprotuberancial. De estos 2.5cm, 1.5cm son empleados para recorrer la extensión del conducto auditivo interno, por ello desde el surco bulboprotuberancial hasta la entrada del CAI, el trayecto del nervio tiene sólo 1cm, tramo en el que el nervio discurre por la cisterna pontocerebelosa. 11,12. El oído interno es la parte esencial del órgano de la audición. En el laberinto anterior (cóclea o caracol), se produce la transformación de la onda sonora (energía mecánica) en impulsos nerviosos (energía eléctrica) y el análisis de los sonidos. 33 También en el laberinto posterior (conductos semicirculares, utrículo y sáculo), se aloja el órgano periférico del sentido del equilibrio. 11,12. Enfermedad de Ménière Definición. Es una afectación del oído interno, particularmente del laberinto membranoso, de evolución progresiva pero variable, caracterizada por presentar crisis vertiginosas recurrentes, hipoacusia neurosensorial fluctuante, acúfeno y sensación de plenitud ótica. Tiene como correlación patológica el hidrops endolinfático. De causa precisa desconocida, mientras que el síndrome de Ménière presenta las mismas características clínicas que la enfermedad, pero la causa es conocida (otosclerosis, trauma, infecciosas, alérgica, genética, etc).12-14 Etiología. El hidrops endolinfático es un hallazgo histopatológico que se caracteriza por una dilatación del espacio endolinfático del laberinto membranoso. El término hidrops (del griego hydor-agua) se define como acumulación anormal de líquido seroso en el tejido celular o en una cavidad corporal.13 Aunque es evidente que en esta enfermedad hay alteración de la fisiología de los líquidos del sistema endolinfático, no se ha logrado establecer el origen de este trastorno. Las teorías etiológicas de mayor aceptación son: 1. Alteración de la dinámica de la presión perilinfática y endolinfática que puede relacionarse con cambios anatómicos en el conducto endolinfático y el acueducto coclear. 2. Alergia local del oído interno, causante de edema y trastornos de la regulación autónoma. 3. Trastornos locales del equilibrio hidroelectrolítico que conducen a ―edema‖ de la endolinfa. 4. Trastornos de la regulación autónoma del sistema endolinfático. 5. Trastornos vasculares del oído interno, en especial de la estría vascular. 34 6. Manifestación laberíntica de una alteración metabólica sistémica que afecte el metabolismo tiroideo, adrenal o de los glúcidos. 7. Trastornos del saco o del conducto endolinfático que perturban la absorción de la endolinfa.12 Con respecto a los síntomas y a las alteraciones que los provocan; se ha identificado que la crisis vertiginosa típica de la enfermedad de Ménière, es consecuencia del aumento de la endolinfa en el interior del laberinto membranoso que provoca la ruptura del mismo, que al mezclarse ambos líquidos genera una intoxicación de la perilinfa por la endolinfa, lo que provoca una súbita despolarización de las células ciliadas vestibulares y cocleares. 15,16 Sin embargo, una vez equiparadas ambas presiones, la zona de la ruptura de la membrana se sella y poco a poco los líquidos laberínticos recuperan sus características, y las células sensoriales su función, lo que nos explicaría la hipoacusia fluctuante, excepto cuando se pierde la función de las células sensoriales, así como la pérdida de la motilidad de las células ciliadas, lo que se traducirá en una hipoacusia progresiva. 15,16 Epidemiología. A pesar del gran número de contribuciones científicas que se publican año con año sobre la enfermedad de Ménière, los datos epidemiológicos son dispersos. A la fecha la verdadera incidencia y prevalencia de la enfermedad de Ménière es desconocida. El panorama actual de ésta enfermedad del oído interno y su historia natural es pobremente conocida, excepto por un número no determinado de casos clínicos moderados-severos. La estimación de la incidencia y prevalencia tiene múltiples variaciones por distintas razones: 1. Inconsistencia para establecer el diagnóstico: Con tomarse unos minutos para realizar un interrogatorio apropiado, un diagnóstico topográfico puede hacerse, establecer el diagnóstico, iniciar el tratamiento sintomático y evitar dar malos pronósticos. 17 2. La historia natural de la enfermedad: la enfermedad de Ménière puede cursar con formas atípicas que complican aún más el diagnóstico, si los pacientes solo refieren la hipoacusia, 35 se le puede atribuir a múltiples causas, hasta que el componente vestibular aparece, los largos periodos de remisión pueden enmascarar el cuadro clínico. 18 3. Problemas con los métodos de recolección y análisis de los datos: muchos de los estudios epidemiológicos tienen sus propias fallas, la recolección de datos varía en calidad y su interpretación es limitada por la coherencia, exactitud, disponibilidad e integridad de la fuente de datos. Además algunos tienen la tendencia de mezclar conceptos epidemiológicos, el tipo de estudio es en su mayoría retrospectivo, lo que se traduce a prevalencia, ya que la incidencia representa el número de nuevos casos, en un periodo de tiempo especifico dividido entre la población de riesgo. Solo los estudios prospectivos pueden determinar la incidencia. 18 4. Múltiples criterios diagnósticos. En 1972 el Comité de Audición y Equilibrio de la Academia Americana de Otorrinolaringología propusieron la definición de enfermedad de Ménière, su guía de evaluación, con base en los reportes de tratamiento19, 20. En 1995 ésta definición, así como los criterios diagnósticos, se volvieron más flexibles, haciéndolos más aplicables. Existen múltiples estudios acerca de la enfermedad de Ménière, sin embargo la mayoría no cuentan con criterios diagnósticos establecidos. 19,20 Kotimäki y colaboradores establecieron la prevalencia de la enfermedad de Ménière en la población Finlandesa (5 millones de personas) de acuerdo a los criterios diagnósticos establecidos por la Academia Americana de Otorrinolaringología-Cirugía de Cabeza y Cuello. Su estudio fue retrospectivo basándose en los expedientes de 306 pacientes tratados por enfermedad de Ménière en 7 hospitales Finlandeses entre 1992 y 1996. Después de una cuidadosa re-evaluación, un total de 131 (42.8%) casos definitivos fueron identificados. Una prevalencia de al menos 43 por cada 100,000 y un promedio de incidencia anual de 4.3 por 100,000 fue obtenido. 21 36 Es más común en adultos, con un promedio de edad de inicio en la cuarta década, los síntomas inician generalmente entre los 20 y 60 años. Wladislavosky-Waserman y colaboradores reportaron de un total de 180 pacientes, que la edad de inicio de la enfermedad es entre los 11 y 88 años22, mientras que Watanabe y colaboradores reportaron un promedio de edad de inicio de 42.2 años para los hombres y de 41.1 años para las mujeres23. A pesar de considerarse una patología que se presenta más en la edad adulta, se ha encontrado en aproximadamente 3% de todos los pacientes en el grupo de edad pediátrica que sufren de vértigo o mareo. 24 Respecto a la relación hombre/mujer, dependiendo de los artículos revisados varía, algunos refieren que la distribución es equitativa o con ligera preponderancia del sexo femenino 1.3:1.25- 27 En cuanto a si existe predominancia sobre alguno de los oídos, Heerman trató de determinar si existía lateralidad, presencia de hipoacusia súbita, acúfeno y daño en el oído interno, él encontró diferencia estadísticamente significativa, encontrando predominancia del oído izquierdo28, sin embargo Paparella y colaboradores concluyeron que ésta afecta a ambos oído por igual29,30. La incidencia de Meniere bilateral ha sido estimada entre 2% a 78%.31 Historia familiar positiva o al menos síntomas sugestivosen familiares directos, fueron encontrados en 1 de cada 5 pacientes, lo que sugiere una predisposición genética para algunos pacientes25-27,29 Watanabe y colaboradores encontraron enfermedad de Ménière definitiva de manera estadísticamente significativa en personas casadas, con carácter ansioso y personalidad obsesiva, así como una incidencia menor en personas obesas. 32 Existen estudios que trataron de identificar si existía una relación de presentación de acuerdo a las épocas del año; Wladislavosky-Waserman y colaboradores encontraron que se presenta durante todo el año, con un ligero incremento al final del invierno e inicio de la primavera22. 37 Mizukoshi y colaboradores encontraron resultados similares33, sin embargo en otro estudio japonés Naito reportó que el incremento de los casos era en otoño e invierno34. Diagnóstico. El diagnóstico se realiza basándose en la historia clínica y la audiometría, y con estos dos datos suele ser suficiente. El resto de las pruebas complementarias aportan pocos datos que apoyen el diagnóstico. 12,14 Diagnosticar con certeza una enfermedad de Ménière, sobre todo en sus comienzos, cuando la enfermedad ha provocado sus primeras crisis, no es tarea fácil, la historia clínica y la audiometría facilitan más el diagnóstico cuanto más evolucionado esté el proceso. 12,14 En 1972 Academia Americana de Otorrinolaringología y su Comité de Audición y Equilibrio definió la enfermedad de Ménière en 2: Enfermedad de Ménière vestibular o hidrops vestibular, para denominar un cuadro en que la enfermedad se restringe al vestíbulo produciendo episodios vertiginosos recurrentes idénticos a los de la enfermedad de Ménière pero sin hipoacusia, es decir, sin participación coclear. Enfermedad de Ménière coclear, o hidrops coclear, cuando la enfermedad se restringe a la cóclea presentando un cuadro de hipoacusia y acúfenos similar a la enfermedad de Ménière, es decir, en crisis pero sin vértigo. 19,20 Y propusieron los siguientes criterios diagnósticos para la enfermedad de Ménière: Hipoacusia sensorineural fluctuante, progresiva. Episodios de vértigo de 20 minutos de duración en 24 horas. El paciente se encuentra plenamente consciente, no acompañado de sintomatología ni secuelas neurológicas, nistagmo vestibular siempre presente. Usualmente acúfeno. Los ataques son caracterizados por periodos de remisión y exacerbación. 19,20 38 El comité reconoció que estos criterios variaban mucho, por lo que era necesario criterios uniformes para el diagnóstico, evaluación y reporte de los resultados del tratamiento. Después de ésta, hubo otras 2 actualizaciones. En 1985 se consideró que la definición de la enfermedad de Ménière necesitaba restringirse a aquellos casos con los signos y síntomas completos, ya que no existía evidencia del Ménière coclear o vestibular, puesto que ambos se basan en el mismo proceso patológico. 35,36. Los criterios eran: Hipoacusia fluctuante, progresiva, sensorineural asociada a acúfeno (el déficit se caracteriza por pérdidas en las frecuencias graves o una curva plana). Vértigo espontáneo, sensación de movimiento, acompañado de inestabilidad, que dura de minutos a horas. Más de un ataque es necesario para establecer el diagnóstico. Definitivo: a menudo postración, generalmente acompañado de náusea y vómito. El paciente orientado y consciente, no secuelas neurológicas. Nistagmo horizontal u horizonte- rotatorio está siempre presente. 35,36 En 1995 se realizaron los criterios con el objetivo de simplificar la definición de enfermedad de Ménière, tener más flexibilidad, lo que los haría más útiles a una gama amplia de ajustes. En esta última se establecen unos criterios diagnósticos creando una escala diagnóstica con cuatro categorías. Para considerar un caso como enfermedad de Ménière bilateral se exigen los mismos criterios para cada uno de los dos oídos. 37 Los criterios diagnósticos de la enfermedad de Ménière: Vértigo recurrente espontáneo y episódico. *Definitivo: Vértigo rotacional espontáneo que dure al menos 20 minutos (comúnmente horas), a menudo postración, acompañado de desequilibrio que puede durar varios días; usualmente náusea (comúnmente vómito), sin pérdida del estado de conciencia. Nistagmo horizontal u horizontorrotatorio a está siempre presente. 39 Hipoacusia de tipo sensorineural, debe de estar constatada audiométricamente al menos en una ocasión. Aunque lo habitual es que la audición fluctúe, este fenómeno no es esencial para el diagnóstico, siempre que se haya constatado la hipoacusia coclear. También acúfeno o sensación de plenitud ótica (o ambos).38 Exámenes audiovestibulares: Audiometría tonal y logoaudiometría: la pérdida auditiva en la enfermedad de Ménière, es predominantemente sensorineural, fluctuante y progresiva. La hipoacusia tiende a comprometer las frecuencias bajas de manera temprana en el curso de la enfermedad, las frecuencias altas también pueden ser afectadas, y algunos tienen picos, o una curva audiométrica con morfología de V invertida.39 Con el tiempo, la curva audiométrica adquiere una morfología plana, menos variable.40 De cualquier manera, no existe una morfología audiométrica característica de la enfermedad de Ménière, y su configuración no va en relación al tiempo de evolución de la enfermedad. 40,41Las fluctuaciones en los umbrales del reconocimiento de las palabras son comúnmente notables. En pacientes con un padecimiento mayor a 10 años, tanto el promedio de umbrales de tono puros en el oído afectado se estabiliza cerca de los 50dB, lo que significa que el promedio de reconocimiento de palabras alcanza como mínimo 50%.40 Una pérdida profunda ocurre solo en el 1-2% de los pacientes.42 La pérdida sensorineural es de etiología coclear, con distorsión asociada, reclutamiento, y una reducción en la discriminación fonémica en proporción al promedio en los tonos puros. 42 Es importante mencionar que una pérdida superficial en bajas frecuencias de tipo conductivo, no es raro que se observe en el curso de la enfermedad, se propone que es una ―hipoacusia conductiva del oído interno‖, como resultado del incremento del volumen la presión (relacionado con el hidrops endolinfático) amortiguando la movilidad de la platina.43 De acuerdo a la guía clínica de la Academia Americana de Otorrinolaringología de 1995, la hipoacusia debe de tener cualquiera de las siguientes características: 40 1. Promedio de los umbrales tonales en 250,500 y 1000 Hz, por lo menos 15dB por arriba del promedio de 1000, 2000 y 3000Hz. 2. En caso de afecciones unilaterales, el promedio de los umbrales en 500, 1000,2000 y 3000 es al menos 20dB menor en el oído afectado que en el contralateral. 3. En casos de afecciones bilaterales, el promedio de los umbrales en 500, 1000,2000 y 3000 es mayor de 25dB en el oído estudiado. O 4. El médico considera que la pérdida auditiva del paciente cumple de manera razonable con los criterios audiométricos característicos de la enfermedad de Ménière. 44 Un cambios de 10dB en el promedio de los umbrales en 500, 1000,2000 y 3000 o un 15% en la discriminación fonémica se considera como una fluctuación significativa.44 Reclutamiento: para el soporte del diagnóstico de enfermedad de Ménière, algunos médicos e investigadores han explorado el fenómeno psicoacústico del reclutamiento, que se define como una percepción anormal del estímulo, cada vez con mayor intensidad.45 La prueba que se utiliza es el TEST DEL BALANCE ALTERNANTE BINAURAL DE VOLUMEN, en esta prueba el estímulo se presenta en ambos oídos, la intensidad del estímulo en el oído sospechoso se ajusta hasta que su volumen se percibido igual en el otro oído.45 Pruebas vestibulares: los resultados de las pruebas vestibulares no se incluyen en la Guía clínica de la AAO-HNS, y en
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