Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
~ii RAFAEl ECHEVERRIA li fI o;, ..~? \ ..L=o;;;,:::~~~:!~~5- F ONTOlOGIA DEL LENGUAJE ;. ..•. 1 . ill'1 . !' .•.. ~, CAPITULO 2: SOBRE EL LENGUAJE HUMANO Hemos dicho que los seres humanos, en tanto individuos, son seres lingüísticos, seres que viven en ellenguaje. En esta sección exploraremos, primero, Ia naturaleza dellenguaje, particular- mente del lenguaje humano, y segundo, Ia relación entre el lenguaje y el individuo. Una vez acometido 10 anterior, volve- remos aI tema de Ia ontología dellenguaje. ELLENGUAJE Ellenguaje como dominio consensual Normalmente comprendemos ellenguaje como una capacidad individual, como Ia propied.ad de una persona. Decimos así, que los individuos tienen una capacidad para ellenguaje. Esta, como podemos ver, le otOrga precedencia aI individuo con tespecta allenguaje. Implica que es el individuo el que habla y escucha. Asume aI individuo como precondición dellenguaje.------....---. ----- ----- _. -- Nos oponemos a esta visión. Postulamos, aI cDntrario, que los individuos -no como miembros particulares de una espe- cie, sino tal como hemos identificado aIos individuos huma- nos, esta es, como personas- se constituyen asimismo en el lenguaje. Esto implica que le .9-E9~gamosprecedencia allenguaj~ ~ respect~ aI individuo. Y ello, como veremos, no es un postulado banal. Por supuesto, no estamos negando que, una vez constituido, el individuo hable y escuche y que, por 10 tanto, tenga Ia aludida capacidad de lenguaje. Pero aI tomar aI individuo como ya constituido, para derivar de él ellenguaje, ) se nos cierra precisamente Ia posibilidad de compren der su{ propio proceso de constitución en cuantO individuo. 49 ';>V i.. .pV.2.. \~.Ji ! Está claro que, para que un ser humano sea capaz de hablar, deben darse ciertas condiciones biológicas. Como el biólàgo Humbert~en quien nos apoyaremos fuertemente en esta seCClón- siempre insiste en recordárnoslo, sólo pode- mos hacer 10 que nuestra biología nos permite; no podemos tr~spasar los límites de nuestras capacidades biológicas. Sin Ia estructura particular del sistema nervioso humano, y sin los desarrollados sentidos con los que están equipados los seres humanos, no tendríamos Ia capacidad de oír y hablar en Ia forma en que 10 hacemos. Pero el ~.!:!:aje no es generado por nuestras capacida~gicas. Los «ninos-lobo» -(aqu~llõS ninos criados en Ia selva por los lobos y no por seres humanos), que tienen todas estas capacidades biológicas, no desarrollan aquello que conocemos como ellenguaje humano. Ellenguaje, postulamos, no es desarrollado por un ser humano aislado. El } lenguaje nace de Ia interacción social entre los seres humanos. En consecuencia, el lenguaje es un fenómeno social, no biológico. Es en Ia interacción entre diferentes seres humanos particu- lares -antes incluso de que podamos hablar de un proceso de individualización en el que nos constituimos como personas- donde aparece una precondición fundamental dellenguaje: Ia constitución de un dominio consensual. Hablamos de consensualidad dondequiera que los participantes de una interacción social comparten el mismo sistema de signos (ges- \ tos, sonidos, etcétera) para designa.r objetos, acciones o aconte- cimientos en orden a coordinar sus acciones comunes. Sin un dominio consensual no hay lenguaje. Una vez que aceptamos 10 anterior, no podemos seguir considerando aI lenguaje como una propiedad individual. EI dominio consensual se constituye en Ia interacción con otros en un espacio social. Un mundo lingüístico de entidades lingüísticas Es importante hacer notar, sin embargo, que estamos hablando !) sobre el lenguaje a través y desde el lenguaje. No podemos evitado, y esto implica una trampa de Ia que debemos precaver- nos. Los signos, 10s objetos, los eventos y Ias acciones son 50 constituidos como tales en el 1enguaje. En cuanto tales, no existen por sí mismos. Solemos citar a Gertrude Stein diciendo que «una rosa es una rosa es una rosa.» Pero una rosa no es una rosa independien- temente dellenguaje. Sea 10 que sea, es 10 que es para nosotros en ellenguaje. Lo que sea en sí misma, independientemente del lenguaje, no 10 sabemos. Una rosa es una rosa para nosotr~s, para los que 1aven como una rosa en un dominio consensua1 dado. Es una rosa sólo como una entidad designada en el lenguaje, una entidad que resulta de una distinción lingüística, que separa Ia entidad, en tanto entidad, del resto. Un objeto es siempre una relación lingüística que estable- cemos con nuestro mundo. Los objetos son constituidos en el lenguaje. En tanto tales, traen siempre nuestra propia marca humana y siempre dicen algo de nosotros. Una taza de té es sólo ,una taza de té para nosotros, no para Ia mosca que vemos posada sobre ella. Y Ia mosca sólo es una mosca para nosotros, no para Ia arana que vemos acercársele. Y así podemos seguir ad infinitum. Insistimos: No existe otro camino que el dellen- guaje; fuera dellenguaje no existe un lugar en el que podamos apoyarnos. Los sei"eshumanos vivimos en un mundo lingüís- tico. Ellenguaje como coordinación de coordinación de acciones N uevamen te, siguiendo a Maturana, plan teamos que un domi- nio consensual, importante factor en numerosas formas de comunicación, aún no es suficiente para producir el fenómeno dellenguaje. Hablamos de lenguaje sólo cuando observamos un tipo particular de comunicación. Muchas especies se comuni- cano Siempre que vemos a miembros de una especie coordinan- do acciones comunes, hablamos de comunicación. Sin embargo, decimos que hay lenguaje -y con ello esta- mos sugiriendo una determinada convención para referirnos aI lenguaje- sólo cuando ocurre un tipo particular de coordina- ción de acciones: cuando observamos aIos miembros de una especie en Ia coordinación de Ia coordinación del comporta- miento. El lenguaje, en cuanto fenómeno, es 10 que un 51 ·6 . ~ observador ve cuando ve una coorclinación consensual de Ia coordinación de acciones -cuando los miembros participan- tes de una acción coordinan Ia forma en que coordinan juntos Ia acción. Ellenguaje, sostenemos, es coordinación recursiva del comportamiento. Tomemos un ejemplo que puede ilustrar Ia forma en Ia que esos dos sistemas de coordinación de acciones -implicados en Ia coordinación recursiva- funcionan juntos. Le digo a mi hijo Tomas: «~Podrías abrir esa puerta, por favor?» EI contesta: «Bueno». Examinemos 10 que ha sucedido. Hice algunos soni- dos que tomamos por signos compartidos en un dominio consensual ya constituido. Basándose en los significados com- partidos ligados a estos sonidos, Tomás respondió a mi pregun- ta. AI hacerlo, también emitió algunos sonidos, sonidos dife- rentes aIos mÍos. N uevamente, ambos le otorgamos a estos sonidos un significado particular que resulta de nuestro domi- nio consensual compartido. Hasta ahora, 10 que hemos hecho es muy parecido a una danza. Hemos coordinado Ia acción en el nivel de producción de los sonidos. Podemos notar Ia gran diferencia que existe para los que comparten este dominio consensual con respecto a los que no 10 comparten. Para los extranos a este dominio consensual, 10 que hemos hecho Tomas y yo suena muy parecido a una ji:rigonza, a una seguidilla impredecible de sonidos. Sin embar- go, éste no es el caso para nosotros. Antes bien, estamos danzando juntos en un dominio consensual bien orquestado. Por medio de los sonidos que pronunciamos, ambos escucha- mos palabras que designan objetos de nuestro mundo común, y escuchamos una pregunta y una respuesta, etcétera. La danza no termina aquÍ. Ademas ~e este primer nivel de coordinación de acciones, puede esperarse que tenga lugar otra danza, otro nivel de coordinación de acciones. Tomas puede dirigirse a abrir Ia puerta. Una vez mas, esta acción no es arbitraria. SUrge directamente de 10 que ocurrió en el primer nivel de coordinación de acciones, cuando ambos pronunciaba- mos sonidos. Hubiera sido extrano, por ejemplo, que hubiera 52 ~ fI II ,L ido a abrir Ia ventana. O que no hubierahecho cosa alguna. Una vez que haya abierto Ia puerta, Tomas puede esperar de mÍ que le diga «Gracias», alo cual podría replicar«De nada». Si en vez de eso me dijera «cachorritos», probablemente me parecerÍa nuevamente extrano. El ejemplo anterior nos muestra que ellenguaje surge a partir de Ia generación de un dominio consensual que es producido en Ia interacción social. Pera, esta interacción entre Tomas y yo 2es excepcional? En absoluto. Nosotros, los seres humanos, no somos Ias únicas especies que han desarrollado este patrón dual de coordinación de acciones que llamamos lenguaje. Este es un rasgo que encontramos a menudo en otras especies. Un c1asico ejemplo de ello es Ia danza oscilante de Ia abeja, decodificada en 1945 por el biólogo aleman Karl von Frisch. Los pajaras también han desarrollado sistemas de lenguaje. Por medio de Ia acción de cantar, coordinan otras acciones. Los mamíferos igualmente muestran sistemas de lenguaje bien estructurados. Un típico ejemplo de esto es ellenguaje de los delfines. La capacidad recursiva dellenguaje humano La ~iferencia prin..siRalentre Ia ca~i~ad lingüÍsti~ de l()sser~s ~nos y Ia que mue~traR otras eSE.eciesvivi entes es, primero, riuestra capacidad para abarcar un número muy grande de signos consensuales y, especialmente, para crear nuevos. Existe un segundo facto r importante de diferenciación entre ellen- guaje humano y el que observamos en otras especies. Le llama- moda capacidad recursiva dellen~aje humano. Hemos dicho que ellenguaje es Ia coordinación recursiva del comportamiento. Decimos, ahora, que ellenguaje humano es lenguaje recursivo. Esto significa que nosotros, los seres; humanos, podemos hacer girar el lenguaje sobre sÍ mismo. \ Podemos hablar sobre nuestra habla, sobre nuestras distincio- ) •••.......~---~-- nes lingüísticas, sobre nuestro lenguaje, sobre Ia forma en Ia que coordinamos nuestra coordinación de acciones. Y podemos hacerlo una y otra vez. Podemos decir, por ejemplo, «2qué quieres decir con esto?» o «2de qué puerta estás hablando?» 53 Los individuos como fenómenos sociales EL INDIVIDUO COMO CONSTRUCCION LINGUISTICA alterar nuestro equilibrio físico y a facilitar la posición erecta. Esta última, permite a los seres humanos liberar sus manos para Ia recolección de alimentos y Ia fabricación de herramientas. A su vez, unos gIúteos más abultados pueden haber contribuido a Ia expansión de Ia pelvis femenina, permitiendo el nacimiento de nifíos con una mayor capacidad craneana y, por 10 tanto, con cerebros más grandes. Con una pelvis femenina más angosta, como sucede de hecho en otras primates, esos nifíos simple- mente no podían nacer. Los seres vivos con cerebros más grandes tienen Ias capacidades neurológicas necesarias para formas de Ienguaje más desarrolladas. Hay que aclarar, sin embargo, que este tipo de explicaciones no logran realmente dar cuenta del surgimiento del lenguaje propiamente tal. Sólo explican el desarrollo de Ias condiciones biológicas que se necesitan para hacerlo posible. Como dijimos antes, ellenguaje no es una capacidad individual, sino un rasgo evolutivo que, basándose en condiciones biológicas específicas, surge de Ia interacción social. Una vez que Ias capacidades biológicas están en su lugar, necesitamos de Ia interacción social como caldo de cultivo para el surgimiento dellenguaje. 55 Hemos postulado que los seres humanos son seres lingüísticos. Examinemos el significado de este postulado. Un aspecto importante de 10 que estamos diciendo tiene que ver con que el individuo, en términos de Ia persona que somos, es un fenóme- no Iingüístico. En tanto individuos, somos un tipo de ser vivo que, como condición de su propia existencia, vive constrefíido a su capacidad de generarle un sentido a su vida, siempre interpretándose a sí mismo y aI mundo aI que pertenece. Ello 10 hacemos en cuanto operamos en ellenguaje. La forma en que damos un sentido a nuestras vidas, es obviamente lingüística. Basta preguntarle a alguien «~quién J i } f 1. J r 1 ) J- i .~ i.L54 Esta capacidad recursiva dellenguaje humano es Ia base de 10 que llamamos reflexión y es Ia base de Ia razón humana. Si viéramos Ia reflexión como 10 hicieron Ios metafísicos, como una propiedad individual, como Ia actividad de una facultad individual que ellos llamaron «Ia mente>', escindida de toda conexión con ellenguaje, y si aceptamos que esa reflexión _ que, como 10 hemos dicho, es Ia base de Ia razón- es un rasgo tÍpicamente humano, podemos comprender por qué los meta- físicos llegaron a caracterizar a Ios seres humanos como seres racionales. La razón, sin embargo, esuna función dellenguaje. Somos seres racionales porque somos seres lingüísticos vivien- do en un mundo lingüístico. Condiciones estructurales e históricas para el surgimiento deI lenguaje humano ~Cómo es posible que Ios seres humanos hayan desarrollado esta . capacidad especial para ellenguaje? Esta es una pregunta que puede ser respondida aI menos de dos maneras: de una manera estructuraI y de una manera histórica. Cuando Ia contestamos de una manera estructural, debe- mos examinar Ias condiciones biológicas que nos permiten operar en ellenguaje. Esto nos conduce a examinar Ia estructura de nuestro sistema nervioso y de nuestros órganos vocales y auditivos. EI trabajo pionero del biólogo Norman Geschwind ha constituido un pivote en el estudio de Ia relación entre el Ienguaje y el cerebro. Philipp Lieberman ha hecho importantes contribu.ciones en el campo de la fisiología de Ia dicción. En el sentido de una explicación histórica o evolutiva, permítaseme compartir Ia hipótesis que me sugiriera una vez mi amigo, el biólogo y genetista de población, Carlos Valenzuela. EI sugería que el desencadenamiento de factores evolutivos que conducen aI surgimiento dellenguaje en Ios seres humanos podría deberse aI abultamiento de Ios gIúteos de Ias hembras. Este es un rasgo físico que distingue a Ios humanos de Ios otros primates. Los gIúteos de Ia hembra humana, especulaba Valenzuela, podrían haber sido el factor desencadenante que contribuyó a .•.•..._. ,\ (~. ,, eres?», para reconocer que 10 que obtenemos de vuelta es un relato, una historia en Ia que «relatamos» quiénes somos. N uestra iden tidad está directamen te asociada a n uestra capaci- dad de generar sentido a través de nuestros relatos. AI modificar el relato de quiénes somos, modificamos l1Uestra identidad. Se podría objetar 10 que estamos diciendo y argüir que no podemos confundir Ia historia que tenemos de nosotros (o de otros) con el sujeto aI que se refiere el relato en cuestión. Una cosa es, se nos podría contradecir, el relato y, otra cosa muy diferente, el sujeto del relato. Pero el punto es precisamente que el individuo no puede ser separado de su relato. Ese relato es constitutivo de 10 que el individuo es, ya que es, en los relatos que hacemos de nosotros y de otros, donde generamos 10 que somos. La gente con diferentes relatos sobre ellos mismos son diferentes individuos, aunque puedan haber pasado por expe- riencias muy similares. Somos el relato que nosotros y los demás contamos de nosotros mismos. Reiteramos, aI modificar ese relato, modificamos 10 que somos. Lo sefialado, sin embargo, no agota nuestra comprensión de los individuos como seres lingüísticos. EI problema principal que hay con ello es que sigue siendo una comprensión indivi- dual del individuo y, como tal, no toma suficientemente en cuenta el carácter social del lenguaje. Se debe establecer, por consiguiente, un segundo punto importante a este respecto. Postulamos que, en tanto individuos, somos 10 que somos debido a Ia cultura lingüística en Ia que crecemos y a nuestra posición en el sistema de coordinación de Ia coordinación deI comportamiento (esto es, del lenguaje) aI que pertenecemos. En este sentido, el individuo, no sólo es construcción lingüís- tica, es también una construcción social. Aunque pertenecemos a una tradición que tiende a separar aI individuo de 10 social, e interpreta a ambos comotérminos opuestos de una polaridad, el individuo, postulamos, es un fenómeno social. Examinemos este postulado detalIadamente. La forma en que nos damos un sentido y Ia forma en que aetuamos en la vida no es arbitraria y no nos es posible, en tanto individuos, .56 i I I I I i I I I I I I I II [ I J 'I; í ,'( ...1 "t .'- 1 1! r 1 I J trascenderla por completo. Las formas como conferimos senti- do y como actuamos descansan tanto en Ia historia como en Ias prácticas vigentes de Ia comunidad a que pertenecemos. Las historias que contamos de nosotros y de los demás están fabricadas a partir de un trasfondo de relatos e historias gene- rados históricamente por Ia comunidad para darse un sentido. Nosotros, en tanto individuos,nos constituimos siempre den- tro y a partir del trasfondo de esos metarelatos que lIam amos discursos históricos. Si queremos comprender mejor a un individuo, debemos conocer los discursos históricos a partir de Ios cuales éste se constituye. Es dentro de los principios de coherencia de estos discursos históricos donde podemos asir Ia . coherencia que hace de un ser humano el individuo que es. Ellenguaje, sin embargo, va más allá de nuestra capacidad de contar historias, va más allá del discurso. Ellenguaje, hemos dicho, es un sistema de coordinación de Ia coordinación -del comportamiento y está presente en nuestras acciones. La pro- ducción de relatos es sólo una forma, aunque muy importante, de actuar en Ia vida. Existen muchas otras formas de enfrentar Ia vida que no siempre están incluidas en los relatos que contamos sobre nosotros. Y cada comunidad desarrolIa sus propios modos de enfrentar Ia vida, de hacer Ias cosas. Estos modos de hacer I~scosas, de Ia manera como Ias hace Ia com uni- dad, los llamamos Ias prácticas sociales. La forma en que Ia gente se comporta en una comunidad es a menudo muy diferente de como Ia gente se comporta en otra comunidad. Aunque se atienda a asuntos similares (tales como asuntos relacionados con Ia familia, Ia intimidad, Ia muerte, el trabajo, etcétera) Ia manera como nos hacemos cargo de ellos son muy diferentes de una comunidad a otra. Por ello es que tenemos costumbres distintas, formas diferentes de ejecutar el cortejo, de alimentamos, de vivir en familia, etcétera. Nuestra coordinación de Ia coordinación del comportamiento cambia de una comunidad a Ia otra. Los franceses, Ios chinos, Ios somalíes, los mexicanos, son todos diferentes porque pertene- cen a diferentes sistemas de lenguaje. Pertenecen a diferentes 57 !I! 'I' ,~ d ! i lI! ;11, ~irli' f~l 1ft, li' i I !I ,. ~ li :)1 ;1 59 Un sistema de lenguaje no es un espacio uniforme. AI contrario, es una estructura de interacción diversifica da en Ia que cada miembro de Ia comunidaddesempefia un papel dife- rente. En el sistema de coordinacÍón de Ia coordinación del comportamiento, no todos ocupan el mismo lugar ni efectúan Ias mismas acciones. EI sistema de lenguaje es una estructura de relaciones, y Ia posición de cada miembro de Ia comunidad dentro de esta estructura es un aspecto importante a considerar en el proceso de individualización, en Ia constitución de los individuos como individuos. Somos 10 que somos a partir de Ias relaciones que establece- mos con los demás. EI indivíduo es constituido como Ia suma de sus relacÍones con los demás. Las individualidades serán diferentes si en un sistema somos el empleador o el empIeado, el padre o el hijo, el hijo mal'or, el del medio o el menor, el actor o el espectador, etcétera. Uno de los principales méritos de Ia psicología sistémica ha sido precisamente reconacer Ia función de los sistemas sociales (en especial el de Ia familia) en Ia configuración deI proceso de individualización. La historia nos provee de mul' buenos ejemplos de personas que se convirtieron en los personajes que los hacen famosos debido, precisamente, a Ia posición que ocuparon en Ia estruc- tura social. Un ejemplo clásico es el de Thomas Beckett durante el reinado de Enrique II, en Ia Inglaterra del siglo XII. Beckett había sido el gran amigo de infancia de Enrique l', por 10 tanto, fue a quien éste escoge, una vez Rel" para suceder aI Arzobispo de Canterburl' cuando éste.fallece, en medio de una gran disputa entre Ia Iglesia y Ia Corona. AI nombrar a Beckett como nuevo Arzobispo, Enrique cree haber resuelto el conflicto a su favor. Sin embargo, en su nueva posición, Beckett se transforma en un individuo diferente. Su comportamiento ahora, l'a no es el de antiguo amigo del Rel', sino el que Beckett interpreta que corresponde a Ia principal autoridad de Ia Iglesia en Inglaterra. Su nueva posicián, por 10 tanto, 10 convierteen el gran enemigo de Ias acciones emprendidas por Ia Corona inglesa. Beckett muere asesinado en Ias puertas de su catedral, por cabal1eros de Ia Corona, presuntamente enviados por Enrique. .':L_,-",_ . ! !I f ! 1 :! t ! Los individuos se constituyen como tales a partir dellugar que 10s seres humanos ocupan dentro de sistemas lingüísticos más amplios. discursos históricos y prácticas sociales que nacen precisamente de diferentes caldos de «cultivo» l', en consecuencia, de diferentes «culturas», para Ia emergencia de distintos tipos de individuos. Diferentes culturas lingüísticas producen diferentes individuos. Como dicen los miembros del puebIo Xhosa de Sudáfrica, «sol' porque somos». Los individuos son generados dentro de una cultura lingüística dada, dentro de un sistema de coordina- ción de Ia coordinación del comportamiento dado, dentro de un lenguaje dado, dentro de una comunidad. Una vez que asimos el lenguaje de Ia comunidad, podemos comprender mejor aI individuo. Ya hemos hablado acerca de Ia importancia, para el individuo, de aquellos metarelatos que hemos llamado discursos históri- cos. Constitul'en un aspecto importante del lenguaje de una comunidad. Pero son sólo un elemento particular dentro de ese lenguaje. Visto como una totalidad, ellenguaje es el sistema de Ia coordinación de Ia coordinación de acciones mantenida por una comunidad l', como tal, está enclavado en sus prácticas sociales, en Ia forma en que sus miembros interactúan entre elIos. Sabemos que no todos los individuos franceses, somalíes o mexicanos son similares. Existen fuertes diferencias individua- Ies entre ellos. Claro está, algunas de estas diferencias pueden ser atribuidas a factores biológicos, l'a que todos tenemos diferencias genéticas que surgen como distintas predisposicio- nes biológicas. Sin embargo, no es sólo en el campo de Ia biología donde podemos fundamentar Ias diferencias indivi- duales, puesto que el individuo siempre es una entidad lingüís- tica, una unidad significativa dentro de un sistema más amplio de lenguaje. Las diferencias biológicas, cul'a importancia no negamos, adquieren su significado l' su sentido dentro del sistema de lenguaje. 58 t, ,~ La relación mutua entre 10s sistemas lingüísticos y el com- portamiento individual U n principio básico del enfoque sistémico es el reconocinlÍento de que el comportamiento humano es modeIado por Ia estruc- tura dei sistema aI que pertenece el individuo y por Ia posición que ocupa en ese sistema. Cuando Ia estructura dei sistema cambia, puede esperarse que también cambie eI comportamien- to individual. Lo que se hizo alguna vez puede no ser hecho nuevamente, y/o 10 que parecía imposible en eI pasado puede súbitamente volverse posible, para los mismos miembros del sistema. Esto es algo que muchas veces pasainadvertido. No nos damos cuenta de cómo los sistemas a los que pertenecemos nos hacen ser como somos. Nos percatamos a menudo, por ejemplo, de que algunas empresas parecen reclutar a gente capaz mientras que otras parecen hacer 10 contrario. La diferencia reside frecuentemen- te, sin embargo, no en el reclutamiento sino en los distintos sistemas de comportamiento que esas empresas sono Diferentes sistemas de administración, por ejemplo, generan tipos diferen~ tes de individuos, que son capaces (o no) de hacerIas cosas de muy distintos modos y, por 10 tanto, de volverse (o no) cada vez más capaces. Lo dicho con respecto a Ias empresas es igualmente válido en reIación a cualquier otro sistema social (v.g. sistema familiar, sistema educativo, sistema de salud, sistema de gobier- no, etcétera). Basándonos en 10 recién dicho, podríamos fácilmente caer en Ia adopción de una estrecha aproximación determinística estructural que postularía que 10 que somos en cuamo indivi- duos está determinado por Ia estructura de los sistemas a los que pertenecemos. Siendo éste, en un cierto nivel, un postulado válido, necesÍta sin embargo ser equilibrado, en otro niveI, por un postulado opuesto. No podemos olvidar que, miemras que eI sistema condiciona 10 que somos en tanto individuos, no es menos válido que somos nosotros, en tanto individuos, los creadores de ese mismo sistema. 60 i I I I I , t I I f I \ I ~Cómo puede ser esto posible? Si aceptamos que los indivi- duos son fenómenos sociales, ~cómo pueden entonces ser aI mismo tiempo los disenadores de su espacio social? No hay aquí ninguna contradicción. Una vez constituidos como individuos, debido a Ia capacidad recursiva dei lenguaje humano, somos capaces de observarnos a nosotros mismos y aI sistema aI que pertenecemos, y de ir más allá de nosotros y de esos sistemas. Podemos convertirnos en observadores del observador que somos y podemos actuar según nuestras posibilidades de ac- ción. Nuestra capacidad de reflexión nos permite especular, entablar conversaciones conlos demás (y con nosotros mismos) acerca de nuevas posibilidades, arriesgarnos e inventar - despojándonos de nuestras ataduras respecto de nosotros mis- mos y de nuestro medio social. El fenómeno dei liderazgo arroja luces precisamente sobre esta capacidad humana de intervenir en eI diseno de nuestros entornos sociales y, aI hacerlo, de intervenir también en eI diseno de muchos otros individuos. Y elliderazgo, postulamos, está basado en un conjunto de capacidades lingüísticas determi- nadas. Es una de Ias más claras manifestaciones de Ia capacidad generativa dellenguaje. Dijimos anteriormente que no sólo actuamos de acuerdo a corno somos, sino que también somos de acuerdo a corno actuamos. Ha llegado Ia hora de complementar esa tesis con otra que nos lleva de Ia reIación entre el ser y Ia acción a Ia polaridad entre eI individuo y eI grupo (o sistema) social aI que aquél pertenece. Basándonos en 10 dicho anteriormente, reco- nocemos, por 10 tanto, que los seres humanos son seres histó- ricos, seres que viven y operan en eI marco de ciertas condicio- nes históricas. No todo es posible para un individuo. Por el contrario, 10 que es posible es siempre un movimiento histórico dado, bajo condiciones sociales específicas e influenciado por eIlas. Los individuos no pueden hacer cualquier cosa. Operandemro de los límites de 10 que les es históricamente posible. Y 10 que es 61 f históricamente posible para un individuo está en función de los sistemas de lenguaje a que pertenece. Aunque los individuos trasciendan 10 que está histórica- mente dado, aunque inventen nuevas posibilidades, aunque generen nuevas realidades históricas, y aunque se proyecten a sí mismos hacia el futuro, 10 hacen como resultado de 10 que les es históricamente posible. Esto nos lleva aI tercer principio de Ia ontología dellenguaje. T ercer principio: Los individuos actúan de acuerdo a los sistemas sociales a Ios que pertenecen.Pero a través de sus acciones, aunque condicionados por estos sistemas sociales, también pue- den cambiar tales sistemas sociales. Sólo nuestra estrecha ideología individualista puede cegar- nos respecto del poderoso efecto de los sistemas sociales en nuestra formación como individuos. Si queremos crear siste- , mas más efectivos, como por ejemplo 10 están haciendo los i japoneses en el campo de Ia empresa y los negocios, debemos ! abrimos aun nuevo examen de Ia relación entre los individuos ! y los sistemas sociales. ! Los seres humanos están en Ia intersección de dos sistemas !I muy diferentes. Por un lado, somos un sistema biológico yj estamos determinados por nuestra estructura biológica. En este f nivel es donde podemos situar nuestra capacidad biológica para I ellenguaje. Pero, como 10 hemos ya sefialado, nuestra capaci- dad biológica para ellenguaje no genera ellenguaje. Ellenguaje surge de Ia interacción social, de Ia convivencia de unos con otros. Por 10 tanto, nos constituimos como individuos desde el sistema de relaciones que mantenemos con los demás. Los individuos son componentes de un sistema social más amplio, el sistema dellenguaje. Su posición dentro de ese sistema es 10 que los hace ser los individuos particulares que sono El énfasis, sin embargo, no debe ser puesto en el sistema social ni en sus componentes individuales. Es en Ia relación entre el sistema 62 social y el individuo, entre el todo y sus partes, que se produce Ia dinámica del devenir. El sistema social constituye aI indivi- duo, del mismo modo en que el individuo constituye aI sistema social. VUELTAA LA ONTOLOGIA DEL LENGUAJE La visión aquí presentada, Ia ontología dellenguaje, no es sólo una interpretación más sobre el ser humano. Desafía los presu- puestos básicos sostenidos durante siglos por el programa metafísico. Representa un serio intento de ir más allá de los dogmas básicos de Ia metafísica y lleva a su fin 10 que hemos llamado Ia deriva metafísica. Lo hace de varias maneras. En primer lugar, sustituye el tradicional «1enguaje del ser» por un nuevo «lenguaje del devenir». Para ello, introduce como principio fundamental Ia noción de «Ia nada». La nada, en este contexto, no debe ser confundida con el nihilismo pasivo. No se detiene en el reconocimiento pesimista de Ia falta de sentido de Ia vida humana, sino que se convierte en Ia fuerza motriz que permite a los seres humanos crear y regenerar un sentido de vida, necesario para sobrellevar nuestra existencia. En segundo lugar, Ia ontología dellenguaje toma distancia del concepto metafísico de Ia verdad, concepto que marca el objetivo primordial del pensamiento racional. Supone, por el contrario, que sólo existen interpretaciones más o menos pode- rosas: relatos que pueden abrir y cerrar diferentes posibilidades para los seres humanos. El poder, y no Ia verdad, es el kriterio1'l (palabra griega que designa el estándar de un juicio válido) fundamental. Las posibilidades no existen por sí mismas, no son independientes de los individuos para quienes resultan ser posibilidades. La búsqueda de aquellos universales abstracws (aquellas verdades buscadas por los inetafísicos) capaces de erigirse por sÍ mismos, independientemente de los seres humanos, es vana. Como 10 proclamara Protágoras -quien, junto con Heráclito, es otro de los pensadores contra quien escriben los primeros metafísicos- «el hombre es Ia medida de todas Ias cosas». La distinción entre Ias proposiciones verdaderas y falsas -una 63 ·, distinción importante- sólo tiene sentido dentro de! trasfon- do compartido de una comunidad. En tercer lugar, Ia ontoIogía de!lenguaje logra 10 que h~bía sido destruido por e! programa metafísico: Ia unidad entre e! orador, e! Ienguaje y Ia acción. Reconoce que todo 10 dicho siempre es dicho por aIguien, restabIeciendo 10 que hemos llamado e!Iazo roto entre e!lenguaje y el orador. Postula que el lenguaje es acción y, por 10 tanto, evita Ia separación entre ambos, particularmente entre el pensamiento y Ia acción. Finalmente, postula que Ia acción (que abarca aI Ienguaje) genera ser y que ésta, por 10 tanto, constituye aI individuo que habla (el orador) y aI que actúa (e! actor). Como sefialara Nietzsche «e! actor es una ficción, e! hecho 10 es todo.» . i- AI mismo tiempo que reemplaza Ia importancia de! «ser», f sostenida por los metafísicos, por una comprensÍón renovada j de! «deveni[», Ia ontoIogía de!lenguaje coloca a Ia acción en el II centro de su argumentación. AI conectar e! lenguaje con Ia I acción se produce una comprensión nuevade Ia acción huma- r na. Nos converti mos ahora en observadores de aquellas accio- 1 nes -los aetos lingüísticos- que no habíamos visto como J acciones en el pasado y, más aún, también somos capaces de I reconstruir Ia acción humana en términos lingüísticos, dando J así un paso muy importante en nuestra capacidad de disefio. i Con todo, Ia mayor fuerza de Ia ontoIogía de! Ienguaje residej :~ en Ia interpretación que proporciona sobre eI individuo -es. decir, sobre eI fenómeno de Ia persona humana- y su mundo. . AI tratar tanto aI individuo como a su mundo como construccio- i nes lingüísticas, esta nueva aproximación ofrece una enorme expansión de Ias posibilidades humanas. Examinemos algunos campos en los que esta expansión se torna evidente. EI primero es el campo deI sufrimiento humano. EI sufri- miento, postulamos, es un fenómeno lingüística. Eso es 10 que : 10 diferencia del dolor. EI dolor se debe a razones biológicas. :1 Cuando sufrimos, en cambio, 10 hacemos a partir de nuestras .. interpretaciones sobre nosotros, sobre los demás y sobre los acontecimientos en Ios que participamosen nuestras vidas. 5in .. ;'\ 64 lenguaje no habría sufrimiento. AI mismo tiempo, aI intervenir mediante Ia conversación en nuestros juicios e interpretaciones (relatos) somos capaces de lidiar efectivamente con el sufri- miento. Es así, por 10 demás, como nos aliviamos del sufrimien- to, aunque rara vez advirtamos que eso es 10 que hacemos. Hay que sefialar que aI reconocer el carácter lingüístico de Ia persona, podemos intervenir de un modo mucho más pode- roso. La ontología dellenguaje, aI ser usada en Ia práctica del «coachi71.g» ontológico, nos guía hacia ellugar en el que debemos buscar Ia fuente del sufrimiento y, por consiguiente, hacia 10 que necesita ser transformado para aliviarlo. La ontología del lenguaje no ofrece eliminar el sufrimiento, ya que el sufrimien- to es constitutivo de Ia vida humana. Pero nos muestra que existe mucho sufrimiento que podemos evitar una vez que hayamos comprendido cómo éste se genera en eIlenguaje. En un campo relacionado, postulamos que Ia ontología dei lenguaje nos ofrece una poderosa herramienta para lidiar con uno de los rasgos más sobresalientes de nuestro tiempo: Ia crisis de sentido (de Ia vida) a Ia que hoy nos enfrentamos. Vivimos en un mundo posmoderno, un mundo caracterizado por e! agotamiento progresivo dei poder de Ias metanarrativas, de esos discursos sociales primordiales del pasado, a partir de los cuales conferimos un sentido a nuestras vidas. Los seres humanos están siempre intentando darse un sentido a ellos y a su mundo. Esto representa una suerte de «pecado original», una condición original que nace deI hecho de que somos seres lingüísticos. No podemos vivir sin darnos un sentido a nosotros y aI mundo. Durante siglos nos hemos apoyado en discursos sociales fundamentales -sean religiosos, políticos, filosóficos, etcéte- ra- para generar eI sentido que necesitábamos para seguir viviendo. Esos metarrelatos contestaban Ias preguntas acerca de por qué Ia vida, nosotros y el mundo tenían un sentido. EI ~ebilitamiento de esos discursos fundamentales y su creciente lncapacidad para generar por sí solos eI sentido pleno de Ia vida que necesitamos, es un rasgo de nuestros tiempos. Este rasgo 65 f'l 11 I ,[i histórico, llamado Ia condición posmoderna, nos deja en una recurrente crisis de sentido, donde Ias respuestas religiosas, políticas, filosóficas, etcétera, del pasado no pueden darnos salidas tan efectivamente como 10 hicieron alguna vez. Muchos de los males sociales de hoy han sido respuestas, frecuentemen- te respuestas deses- peradas, ai sentido del que carecemos. Una de Ias mayores contribuciones de Ia ontología del lenguaje es Ia competenciaque ofrece a Ias personas para ' inventar y regenerar un sentido en sus vidas. La ontología del lenguaje nos confronta con el hecho de que no podemos esperar siempre que Ia vida genere, por sí misma, el sentido que ! requerimos para vivida. Pero, simultáneamente, nos muestra cómo generamos sentido a través del lenguaje: mediante Ia , invención permanente de relatos y mediante Ia acción que nos permite transformarnos como personas y transformar nuestro mundo. La ontología dellenguaje nos permite hacernos plena- mente responsables de nuestras vidas. Nos permite elegir Ias acciones que nos llevarán a convertirnos en aquel ser que hayamos escogido. Es un instrumento de importancia funda- mental en el disefio de nuestras vidas, de nosotros y del mundo. Digamos, finalmente, que existe -en nuestra opinión- otra importante contribución de esta nueva comprensión de los seres humanos. En el pasado, cuando éramos moldeados por esas metanarrativas que dábamos por hechos, cuando pensába- .mos que Ia verdad existía y que estaba a nuestro alcance - 'Icuando no Ia poseíamos-, sucede que vivíamos en guerra, matándonos unos a otros, destruyendo nuestro entorno natu- ' ral, condición de nuestra existencia. Hoy no podemos eludir el reconocimiento de un lado oscuro en los supuestos asociados a Ia idea metafísica de racionalidad. 't En un mundo global, en un mundo como es elnuestro hoy t en día, en eI que nos enfrentamos a Ia rápida disolución de Ia :~ nación-Estado, en el que todos los seres humanos dei planeta ~ hemos devenido económicamente interdependientes, yen el que hemos llegado a acumular una fuerza tan increíblemente destructiva, Ia aproximación metafísica no nos permite, dentro de sus fronteras, reIacionarnos los unos con los otros con 66 respeto mutuo. Se necesita una nueva comprenslón del ser humano si hemos de sobrevivir. Una comprensión que nos permita observar y aceptar nuestras diferencias, y disefiar me- jores vías para salvar esas mismas diferencias y vivir juntos. En Ia ontología dellenguaje hay un espacio para Ia esperanza de que eso suceda. Tal como hemos dicho ai inicio, Ia ontología dellenguaje no es sólo un desarrollo que nace únicamente del terreno de Ias ideas. Ha habido importantes condiciones históricas que han facilitado el surgimiento de Ias ideas que representan su centro teórico. La emergencia de nuevas formas de comunicación - que hemos llamado lenguaje electrónico- constituye, en nues- tra opinión, una de esas fuerzas históricas fundamentales que apuntan en esa dirección. Vemos, por 10 tanto, a Ia ontología del lenguaje capaz de llenar una necesidad histórica en el tratamiento de muchos de los asuntos que desafían ai mundo de hoy (culturales, políticos, económicos, individuales, etcétera). En este sentido, Ia qntología del lenguaje es un buen ejemplo del resultado de Ias condiciones de nuestros sistemas sociales actuales, asícomo también representa un inmenso recurso para lidiar con Ias deficiencias de esos sistemas y para contribuir a sus necesarias transformaciones futuras. 67 'I"I,':' ~ .1 I"" ~; t' r, ~. '~ I j ,li, " i.t
Compartir