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4 
Staff 
Ann Farrow 
 
Julie 
Anna Karol 
Vane Black 
AnnyR 
Jadasa 
Ann Farrow 
Mely08610 
Miry 
Dakya 
Joselin 
Umiangel 
Genevieve 
Gesi 
IsCris 
Mary Warner 
Ma.sol 
DiaNaZ 
Val_17 
Beatrix 
 
Vane Black 
Naaati 
Beatrix 
Julie 
Sahara 
Umiangel 
Jadasa 
Joselin 
Anna Karol 
Daliam
 
Vane Black 
 
Anna Karol 
 
 
5 
Indice 
 
Sinopsis 
Capítulo 1 
Capítulo 2 
Capítulo 3 
Capítulo 4 
Capítulo 5 
Capítulo 6 
Capítulo 7 
Capítulo 8 
Capítulo 9 
Capítulo 10 
Capítulo 11 
Capítulo 12 
Capítulo 13 
Capítulo 14 
Capítulo 15 
Capítulo 16 
Capítulo 17 
Capítulo 18 
Capítulo 19 
Capítulo 20 
Epílogo 
Area 51 
Sobre la Autora 
 
 
6 
Sinopsis 
 
Estar comprometida con Alex Waters, capitán del equipo y el 
jugador NHL mejor pagado de la liga, es increíble. ¿Cómo podría no serlo? 
Además de ser un increíble jugador de hockey, es un romántico 
incurable con un corazón XL y un palo de hockey XXL en sus pantalones. 
Y él sabe cómo usarlo. Increíblemente, orgásmicamente bien. Alex es el 
paquete completo y más. Literalmente. Al igual que su paquete es una 
locura. Material absoluto de poseedor del récord mundial. 
Así que tiene todo el sentido que Violet Hall no pueda esperar para 
clavarlo en el colchón matrimonial y convertirse en la Sra. Violet Waters. 
Es tan romántico. 
Violet está totalmente feliz de fijar una fecha. 
Finalmente. En algún momento. Probablemente antes del próximo 
milenio. O cuando Violet deje de tener urticaria cada vez que alguien 
menciona la boda, y sus madres dejen de conspirar en lugares de tamaño 
estadio. Lo que sea que venga primero. 
Pucked #4 
 
 
 
7 
1 
 
Traducido por Julie 
Corregido por Vane Black 
 
Violet 
 
Hoy es nuestro primer aniversario con Alex, y apesta al pene de un 
burro. Bueno, es uno de nuestros “aniversarios”. A Alex le gusta celebrar 
todos y cada uno de los hitos de nuestra relación porque es así de cursi 
y romántico. También le gusta tener una excusa para comprarme regalos. 
Muchos. Extravagantes. Para mi cumpleaños, me compró un auto. Un 
buen auto. Con asientos con calefacción y todo automático. Los autos 
nuevos dan miedo porque no tienen abolladuras, y necesitan 
mantenimiento. 
De todos modos, estoy divagando. Aniversarios. Este mes 
celebramos nuestro aniversario de la “Primera cita oficial”. A Alex le gusta 
considerar la primera vez que tuvimos sexo como nuestro “verdadero” 
aniversario, pero como apenas nos conocíamos en ese entonces, aparte 
de cómo encajaban nuestros genitales, prefiero adelantar un mes a 
cuando no pensaba con mi castor. Al menos, no por completo. 
Sigue en debate si el día en que me encerró en la sala de 
conferencias de mi trabajo y me obligó a tomar un café con él más tarde 
fue nuestra primera cita oficial. Opto por la noche en que me invitó a 
cenar y terminamos en su casa, follando en su sofá, que es lo que 
celebramos esta noche. Está marcado en nuestro calendario. Incluso hay 
una pegatina con una cara sonriente. Yo declaro a este nuestro segundo 
sexo-aniversario porque es la segunda vez que tuvimos relaciones 
sexuales y porque molesta a Alex. 
Tristemente, es posible que no tengamos la oportunidad de follar 
como si fuera nuestra tercera vez, lo hicimos dos veces esa primera vez 
para aquellos que llevan la cuenta en casa, nuevamente esta noche. Alex 
se encuentra actualmente en un autobús de regreso a Chicago con el 
equipo después de una serie de cuatro partidos lejos de casa. Ha estado 
allí por más de una semana. Una tormenta de nieve sopla hacia el norte 
 
8 
a través del medio oeste, y lo último que supe de él fue que se quedaron 
estancados en algún lugar de descanso, a más de dos horas de casa, y 
eso sin que la nieve los frenara. 
Ya son las tres de la tarde. Si no pueden regresar antes de que 
oscurezca y la tormenta aumente el ritmo, se quedará atrapado en un 
hotel toda la noche. Es posible que podamos tener sexo telefónico, pero 
eso no es lo mismo que abrazar su tronco con mi castor. Entonces, es por 
eso que este aniversario apesta. 
E incluso si llega a casa esta noche, está obligado a tener sexo, lo 
que puede entorpecer el sexo-aniversario. No es que él no funcione. Lo 
hará. Siempre lo hace. Pero no será con el nivel de exuberancia al que me 
he acostumbrado durante el año pasado. Es posible que solo tenga dos 
orgasmos de su parte en lugar de los tres o cuatro que normalmente 
busca. 
Charlene, mi mejor amiga y colega en Stroker and Cobb Financial 
Management, asoma la cabeza en mi cubículo. Parece incorpórea por la 
forma en que el resto de su cuerpo está fuera de la vista. También sonríe 
como si perteneciera a algún tipo de manicomio. 
—¿Qué pasa? —pregunto. 
—Tienes una entrega. 
—¿Qué tipo de entrega? 
A Alex le gusta enviarme obsequios al trabajo. Una vez trajo a un 
chico vestido de castor, que me cantó una canción de amor. Fue 
mortificante. Jimmy, uno de los otros contadores juveniles, lo grabó y lo 
publicó en YouTube. Obviamente lo obligué a quitarlo, pero ya se había 
vuelto viral. 
—Una entrega de Alex. 
Me preparo para la humillación mientras gruñe, moviendo mi 
regalo a la vista. 
No digo nada durante unos largos segundos. Alex exagera con todo. 
Pero también, cuando eres el jugador de la NHL mejor pagado de la liga, 
puedes permitirte el lujo de ser extravagante y muy ridículo. 
—¿No es lo que esperabas? —pregunta Charlene, mordiéndose el 
labio para evitar estallar en carcajadas. 
—¿Qué se supone que tengo que hacer con esto? —Le hago un 
gesto al castor de peluche de un metro veinte con una camiseta de 
hockey. Es casi tan ancho como alto—. Ni siquiera sé si entrará en mi 
auto. 
Tampoco quiero llevarlo por todo el edificio. 
—Estoy segura de que podemos hacer que entre. —Ignoro el 
movimiento de cejas de Charlene. Está haciendo referencia a la polla 
 
9 
monstruosa de mi prometido. Tampoco hablo de un gallo mascota1. Su 
pene es enorme. Me encanta tanto, aunque ponerlo en mi boca es un 
entrenamiento por sí mismo. 
Agarro el castor por las orejas, metiéndolo en mi cubículo para que 
ya no bloquee todo el espacio para caminar entre mi oficina y la que está 
frente a mí. Gracias a Dios, Jimmy no está allí o ya estaría aquí. Debo 
esconder el castor. No tengo que ver la parte posterior de la camiseta para 
saber que tiene el apellido y el número de Alex. Esta es una versión 
gigante del castorcito que Alex me envió cuando me acosaba por primera 
vez. Porquesoy tan increíble en la cama. Y le encanta mis tetas. Y le dije 
que me encantaba su pene. Fue un típico primer encuentro. 
Mi relación con Alex Waters, centro y capitán del equipo de 
Chicago, comenzó como una aventura de una noche. Una mal pensada. 
Me habría encontrado con él después de nuestra noche de pasión ya que 
mi hermanastro, Buck, está en su equipo, pero no lo pensé tanto cuando 
le metí las manos en los pantalones hace un año. 
El castor está sosteniendo una caja en forma de corazón. Lo 
arranco de sus patas mientras Charlene le pone el brazo alrededor y se 
toma una selfie. Abro la tarjeta; por supuesto, es algo relacionado a un 
castor: una pareja de castores de dibujos animados con corazones 
pequeños sobre sus cabezas. Están enamorados, como Alex y yo. 
La abro, esperando la habitual hilaridad de Alex, que es como 
empieza, pero al final estoy a punto de llorar. Es tan dulce: 
 
Violet, 
Hace un año estuviste de acuerdo en ir a tomar un café conmigo, y 
luego tus tetas accedieron a tener una cita de verdad. Viniste a mi vida y 
la pusiste patas arriba de la mejor manera. Nunca miraré los pijamas de 
Spiderman de la misma manera, o los boxers de los comic Marvel. 
Me encanta cada centímetro de ti, todas tus divertidas y 
extravagantes costumbres, todas las cosas ridículas que dices mientras 
duermes, y cuando estás despierta. Tus interminables elogios para la PM 
tampoco hacen daño. 
Sé que no crees en el amor a primera vista, pero creo que algunas 
personas están destinadas a estar juntas. Tal vez nos juntamos por lujuria 
y Tom Fielding, pero permanecimos juntos por amor. 
Eres mía para siempre, 
Alex 
 
Suspiro y sostengo la tarjeta en mi pecho, absorbiendo sus 
palabras en mi corazón. En realidad, no. De hecho, estoy considerando 
la posibilidad de consultar Google para ver si copió esto de un sitio de 
 
1 Cock puede significar pene o gallo. 
 
10 
poemas de amor sentimentales e hizo algunas modificaciones para que 
se nos adapte mejor. Sin embargo, Alex estudió literatura en la 
universidad, así que es posible que se le ocurriera todo esto por su 
cuenta. 
Guardo la búsqueda de Google para más tarde y abro la caja en 
forma de corazón. Espero encontrar chocolate adentro, pero me 
sorprende gratamente descubrir que está lleno de esos caramelos de 
azúcar de arce que tanto me encantan. También hay una bolsa de dulces 
Swedish Fish. 
—Ustedes dos son la pareja más extraña de la faz de la tierra. Lo 
sabes, ¿verdad? 
—Prefiero el término extravagante, pero sí, lo sé. 
Charlene agarra un caramelo de arce antes de que pueda cerrar la 
caja. Cierto, hay muchos. Si tuviera que arriesgarme a adivinar, diría que 
hay cientos de caramelos ahí dentro. Estaré en un coma de azúcar de 
arce al final del día, seguro. No puedo parar una vez que he empezado. 
Agarro mi teléfono del cajón superior de mi escritorio, pero antes 
de que pueda buscar el contacto de Alex, Charlene me lo quita de la 
mano. 
—¿Qué estás haciendo? 
—Debes posar con el castor para que podamos enviarle a Alex una 
foto —dice, como si esto fuera obvio. Lo cual debería serlo. Soy de la 
generación donde todo lo que hacemos se publica en línea para que la 
gente aburrida lo vea. Bienvenido al maravilloso mundo de las malas 
decisiones bien documentadas. 
Muevo el castor. No es fácil ya que es enorme, y mi cubículo es 
pequeño. Pongo mi silla en una esquina y coloco el castor entre mis 
piernas. Lo empujo hacia abajo para que su cabeza esté a la altura de mi 
cintura, y Charlene saca unas cuantas fotos. Luego lo volteamos, 
riéndonos como idiotas mientras arreglo mi falda sobre la cabeza para 
que parezca que el castor se dará un festín con mi castor. 
Hago varias poses diferentes, incluyendo una cara de orgasmo 
falsa, que es el momento exacto en que mi jefe entra en nuestra pequeña 
fiesta. 
—¡Señor Stroker! ¡Oiga, hola! —Alejo el castor de mi entrepierna, 
pero es demasiado tarde. Ya me vio abusándolo sexualmente. 
—Señorita Hoar. —Mira a Charlene, luego a mí—. Señorita Hall. —
Sus brazos están cruzados sobre su pecho, y su expresión es remota. No 
deja ver nada—. Ustedes dos parecen estar trabajando mucho. 
Estamos en tantos problemas. 
—Lo siento mucho, señor Stroker. Alex me envió esto para nuestro 
aniversario… —Le hago un gesto al gigantesco castor—… y Charlene y yo 
pensamos en enviarle una foto para que supiera que lo recibí. No estamos 
 
11 
seguras de si el equipo va a regresar esta noche, debido a la tormenta. —
Muevo mi mano hacia las ventanas. Está nevando como loco. 
No es que eso le impida despedirme. 
—¿Te envió una marmota de peluche para su aniversario? 
—No es una marmota; es un castor —dice Charlene. 
Levanta una ceja. —No estoy seguro de querer una explicación. 
Violet, me gustaría verte en mi oficina. 
—¿Ahora? 
—Ahora, sí. 
Mi estómago da un vuelco, pero me levanto y aliso mi falda 
arrugada, lanzando a Charlene una mirada de terror. Me dice lo siento, 
pero no es su culpa. Hubiera hecho algo igual de estúpido con o sin su 
ayuda. 
Sigo al señor Stroker por el pasillo hacia su oficina. Cierra la puerta 
detrás de mí y gesticula hacia la silla frente a su escritorio. Estoy 
totalmente a punto de ser despedida. Este es el sexo-aniversario más de 
mierda de todos los tiempos. 
—Lo siento mucho, señor Stroker. Estábamos siendo tontas. Sé 
que no fue un comportamiento apropiado para el trabajo. 
Levanta una mano para detenerme. —Violet, ¿viste algunos de los 
videos que Jimmy y Dean muestran en sus presentaciones? Lo que sea 
que hacías con ese castor no se compara en nada con esos dos. 
Sé exactamente de lo que habla. Jimmy y Dean son los otros 
contadores menores en nuestra firma. Son incluso más ridículos que 
Char y yo. La semana pasada colocaron una diapositiva en su 
presentación con dos jugadores de hockey aplastados contra vidrio 
pexiglas con la leyenda “¡Feliz mitad de semana!”. Parecía que había más 
que folleteo2 en la imagen. Y ese es uno de sus más sosos. 
—Aun así, no volverá a suceder. —Me dejo caer en la silla, incapaz 
de ocultar mi alivio. Honestamente, pensé que me iba a decir que 
empacara mis cosas de la oficina. Entonces sería la prometida 
desempleada de un famoso jugador de hockey en lugar de una modesta 
contribuyente financiera para nuestra asociación. 
—Me parece bien. 
El señor Stroker revuelve los archivos en su escritorio. Reconozco 
el que está en la cima como uno que preparé, porque se encuentra en 
una carpeta de color violeta. Alex las compró para mí. Piensa que son 
lindas. 
—Revisé tu archivo de la cuenta Darcy. Creo que has tomado 
algunas decisiones muy sabias en cuanto a los fondos que seleccionaste. 
 
2 Happy hump day, hump se utiliza en esa frase como mitad de semana y como follar. 
 
12 
Las ganancias han sido altas en los últimos dieciocho meses, y has 
equilibrado bien su cartera. 
—Oh. Bueno, gracias. —Esto no es en absoluto para lo que pensé 
que venía aquí. Su alabanza es inesperada. Es un hombre de números, 
como muchos de nosotros en este departamento. Siempre se trata de los 
resultados: ya sea que estemos generando o no dinero para nuestros 
clientes o salvando su trasero de una posible bancarrota. 
Mitch Darcy juega de defensa para Chicago. Lo conocí a través de 
Alex. Una noche después del juego, su esposa se encontraba allí y 
comenzamos a hablar. Me preguntó qué hacía para ganarme la vida, así 
que le dije. Parecía sorprendida de que tenga otro trabajo que no fuera 
estar al servicio del increíble pene de Alex. 
Dos semanas después, la señora Darcy hizo una cita y preguntó 
por mí específicamente. El señor Stroker se arriesgó al permitirme 
elaborar una propuesta para la cuenta. Por supuesto, tuvo que revisarla 
antes de que se pueda implementar algo, pero es una oportunidad que 
no tendría sin todas mis conexiones. Esas, a veces, me hacen impopularen el trabajo. 
—Esto es algo importante, Violet —dice el señor Stroker, chocando 
su bolígrafo contra la carpeta. 
—Sí, señor. 
—Sabes que Darcy renovó su contrato por cinco años más con 
cuatro millones al año. 
—Sí, señor. También tiene promociones con Power Juice y Sports 
Mind por un total de otros dos millones anuales durante los próximos 
tres años. 
—¿Crees que estarás lista para presentar esto a los Darcy la 
próxima semana? 
Me siento derecha. —¿Quiere que lo presente? 
—Su esposa es bastante insistente en que seas tú. 
—Pero nunca antes lo presenté a un cliente así de grande. 
—Has estado manejando la cuenta de Miller durante el año pasado 
sin problemas —argumenta. 
Stroker se está refiriendo a mi hermanastro, Buck, cuyo verdadero 
nombre es Miller. Todos recientemente comenzaron a llamarlo por su 
nombre, pero a mí me cuesta. Todavía no estoy allí. 
Por lo general, las cuentas que manejo son de medio millón o 
menos. La cartera de los Darcy es mucho más significativa. Mucho más 
grande que cualquier cosa que haya tocado, aparte de las cuentas de 
Buck, y siempre hice que el señor Stroker mirara esas cosas antes de 
hacer cualquier tipo de cambio. No quiero ser responsable de arruinar la 
fortuna de Buck. 
 
13 
—Lo manejas muy bien. ¿Por qué no los llamas y organizas una 
reunión para la próxima semana? Estoy disponible la mayoría de las 
mañanas. 
—Bien, excelente. Consultaré su cronograma de juego y veré qué 
funciona mejor. 
—Perfecto. Arréglalo, revisa las notas que hice en PowerPoint, y al 
final de la semana, por ejemplo, el viernes por la tarde, reservaré una 
hora y podrás hacer un ensayo para que te sientas preparada. ¿Cómo 
suena eso? 
—Eso suena increíble, señor Stroker. 
—Dime William, Violet. Puedes dejar la formalidad ahora. 
Me dijo esto antes, pero encuentro su apellido entretenido3. —Por 
supuesto. Bien, William. 
Le da a Randy Balls, otro compañero de equipo de Alex, 
competencia con los nombres sucios. 
—Estupendo. Las tres de la tarde del viernes está disponible para 
mí. Cuando salgas, reserva la sala de conferencias con Edna. —Pasa por 
alto la carpeta y levanta el teléfono, lo que significa que puedo irme. 
Le agradezco y me detengo para arreglar las cosas con su asistente 
en el camino de regreso a mi cubículo. 
Charlene se encuentra sentada en su escritorio, mordiéndose las 
uñas y fingiendo hacer algún tipo de investigación. Cuando me ve, me 
agarra del brazo y me empuja hacia su cubículo. —¿Por qué no estás 
llorando? ¿No te despidieron? 
—No. Stroker no me despidió. 
Charlene suspira con alivio. —Lo siento mucho. Raramente baja 
por aquí. —Es verdad. Los contadores subalternos generalmente solo ven 
al jefe de la sala de conferencias al reunirse el lunes, que fue esta 
mañana—. Nunca volvamos a tomar fotos así mientras estamos en el 
trabajo. 
—De acuerdo. Deberíamos haber esperado hasta llegar a casa. 
Entonces podríamos haber posado al castor sobre la cama para que 
parezca que me está tomando por detrás o sosteniendo mis tetas. 
—Qué buenas ideas. Entonces, ¿qué dijo Stroker? 
—Le presentaré el trabajo a Mitch Darcy y a su esposa la próxima 
semana. 
—¿Tú qué? —Prácticamente chilla, así que cualquiera que esté al 
alcance del oído, que es la mayoría de la oficina, asoma la cabeza por el 
borde de la pared de su cubículo. 
 
3 Stroker: literalmente significa acariciador, en este caso lo toma como masturbador. 
 
14 
—Está bien, todos. Le dije a Charlene que estoy pensando en ser 
vegana. 
Jimmy parece haber regresado de su descanso para el café. Luce 
sospechoso, y con razón, soy la primera en pedir un sánduche de tiras 
con carne y queso cuando ordena comida, pero está hablando por 
teléfono, por lo que vuelve a su llamada. El resto de la oficina está 
acostumbrado a nuestra ridiculez, por lo que reanudan lo que sea que 
estén haciendo, también. 
Bajo mi voz a un susurro. —Voy a tener una presentación. 
—Esa es una gran cuenta —susurra Charlene. 
—Lo sé. 
—Eso es increíble. 
Sé que lo dice en serio, pero reconozco la mirada melancólica en 
sus ojos. Somos unidas, pero todavía estamos compitiendo entre 
nosotras, y con Jimmy y Dean, para un puesto de contable principal 
cuando surja. Tener una presentación ante unos de los clientes más 
grandes me da una ventaja sobre todos los demás. 
La gente que no me quiere en la oficina ahora realmente me odiará. 
 
 
15 
2 
 
Traducido por Anna Karol & Vane Black & AnnyR’ 
Corregido por Naaati 
 
Violet 
 
Recibo un mensaje de Alex al final del día, diciéndome que todavía 
faltan horas para que llegue a casa. Estoy muy decepcionada. Juro que 
no sólo porque no conseguiré tener sexo increíble después de una semana 
con solo Buddy el Castor, mi vibrador súper especial que de verdad 
parece un castor, para encargarse de mis necesidades orgásmicas. Tan 
lindo como es, es un mal reemplazo para la polla de Alex. Y el resto de 
Alex, también. Lo extraño. 
Charlene revisa su teléfono, sonriendo en secreto. Me imagino que 
por los mensajes de su novio, que resulta ser el mejor amigo y compañero 
de equipo de Alex, Darren Westinghouse. 
—¿Cómo se siente Darren acerca de pasar otra noche con Alex? 
Charlene levanta su mirada. —Oh, ya sabes, decepcionado de que 
no llegue a cucharearme esta noche. 
—Mi castor necesita algo para abrazarse, aparte de la polla de 
plástico —refunfuño. 
Charlene me da una palmadita en el hombro. —Has esperado una 
semana. ¿Qué es otro día? 
—Tengo ansiedad de separación de la Polla Monstruosa. 
No entiendo cómo puede verse tan poco afectada por la demora de 
los chicos, pero la relación de Charlene y Darren es un poco extraña, y 
no me refiero a “extraña” como Alex y yo. Darren es un tipo tranquilo y 
reservado, por lo que la atención de los medios que su relación ha 
cosechado, y toda la extraña especulación al respecto, significa que han 
tenido algunos momentos difíciles en el camino. 
Además, Charlene puede ser frívola. Se desenamora tan rápido 
como se enamora. Que hayan estado saliendo constantemente, o de 
 
16 
manera consistente, durante más de medio año es realmente 
sorprendente. 
—¿Por qué no salimos a cenar a alguna parte? Podemos celebrar 
que conseguiste presentar la cuenta de Darcy. 
—No sé si siento ganas de... 
—Podemos dejar tu auto aquí. Conduciré para que puedas tomar 
un trago y te dejaré en casa. 
—¿Qué tal mañana por la mañana? 
—Te recogeré. 
—¿En serio? —Charlene apenas puede llegar a tiempo, así como 
está. 
—Se supone que debe nevar así toda la noche. Si llegamos tarde 
mañana, podemos echarle la culpa a las barredoras —sugiere. 
Miro por la ventana y hacia las calles de abajo. Están cubiertas de 
blanco, y el tráfico es estúpido: la gente toca la bocina, se desliza y frena. 
No me gusta mucho manejar en invierno, y definitivamente no con este 
tipo de tráfico. Charlene es una conductora mucho mejor, no es que 
alguna vez se lo admita. Ahora que no tengo a nadie por quien ir a casa, 
creo que la cena parece una buena opción. 
—Sí. Bien. Tal vez debería llamar a Sunny y Lily para ver si quieren 
unirse a nosotras. Todas podemos estar sin pene juntas. —Sunny es la 
hermana menor de Alex. Está saliendo con Buck. En enero se mudó de 
Guelph a Chicago, que es una linda ciudad pequeña en Ontario, Canadá. 
Ahí es donde ellos crecieron. 
Su casa en Chicago fue comprada por Alex. Ella paga el alquiler, 
pero en lugar de gastarlo en la hipoteca, él coloca el dinero en una cuenta 
de inversiones para ella. Es todo lo que sé sobre esto porque Stroker trata 
directamente con la cuenta de Alex. Lo cual es perfecto. A veces siento 
que Alex quiere que yo lo haga, pero no me siento cómoda con la 
sorprendente cantidad de dinero que gana. Aún no. 
Ver lo bien que cuida a su familia me dice en lo que me meteré 
cuando nos casemos, y algunas veces, eso me pone nerviosa. No quiero 
ser responsable de invertirloy de disfrutarlo. Como dije, al menos no 
todavía. Quiero decir, mi salario anual es menos que el costo del 
automóvil que Alex me compró recientemente. Con efectivo. 
Lily es la mejor amiga de la infancia de Sunny, quien también se 
mudó a Chicago recientemente. Vive con Sunny, y está saliendo con 
Randy “Balls” Ballistic, el mejor amigo de la infancia de Buck y otro 
jugador de hockey de Chicago. Lo llamo Cachondo Saco de Bolas, a veces 
en su cara, a veces a sus espaldas. Es muy conveniente que todas seamos 
putas del hockey. Pasamos mucho tiempo juntas cuando los chicos 
viajan para juegos fuera de casa. 
Saco mi teléfono, lista para enviarle un mensaje a Sunny, pero 
Charlene levanta una mano. —Estoy en ello. Tú guarda tus cosas. 
 
17 
Me encojo de hombros y apago mi computadora, tiro algunos 
archivos a mi bolsa para laptop y agarro mi abrigo. Charlene reaparece 
en mi cubículo, lista para salir. —Sunny sugirió que nos encontremos en 
un restaurante cerca de su lugar ya que ambas ya están en casa. 
Hago una mueca. —No es vegano, ¿verdad? —Sunny no come 
animales o productos de origen animal. No tengo ningún problema con 
esto, pero si no recibo el bastón de carne de Alex esta noche, bien podría 
disfrutar de una hamburguesa o algo repugnante y digno de hinchazón. 
—Lily dice que el restaurante tiene una amplia selección. Además, 
no cree que sea una buena idea que Sunny maneje con este clima. 
Suspiro. —Bien. —Tiene sentido ir por ese camino, y no sólo porque 
llegar al centro de la ciudad llevaría mucho tiempo en este clima para 
Sunny y Lily. Ir a ellas nos pondrá a medio camino de la casa de Alex. Y 
Sunny conduce peor que yo, lo que dice mucho. 
Charlene y yo cargamos mi castor de peluche al elevador. Tenemos 
algunas miradas extrañas, pero la mayoría de la gente de nuestro 
departamento no se inmuta con nosotras ahora. Charlene toma la cola, 
y yo sostengo la cabeza mientras nos deslizamos y pasamos por la acera 
resbaladiza hacia el estacionamiento frente a nuestro edificio. Debimos 
haber estacionado nuestros autos en el estacionamiento subterráneo 
esta mañana, pero no quedaban lugares. Con Alex y Darren lejos, a veces 
hacemos pijamadas y nos quedamos despiertas hasta muy tarde. 
Entonces nos cuesta mucho levantarnos por la mañana. Anoche fue una 
de esas ocasiones. 
Poner el castor en la cajuela del auto de Charlene es una hazaña, 
pero después de empujarlo y golpearlo, lo apiñamos. 
Lleva tres veces más tiempo de lo habitual llegar al vecindario de 
Sunny. El tráfico es terrible. Definitivamente me alegra no haber 
conducido o estaríamos en una zanja. 
Terminamos en un lindo y pequeño lugar que no es sólo para 
personas que no comen carne. Sin embargo, sí tienen una buena 
selección de alimentos sin caras para Sunny. Miro el menú. Incluso con 
el calor a tope en el auto de Charlene, y nuestro lugar acogedor en la 
parte trasera del restaurante, todavía estoy congelada. 
—Tal vez debería pedir la sopa de cebolla francesa y los palitos de 
mozzarella. 
Charlene frunce el ceño. —¿Es realmente una buena idea, Vi? 
¿Cebollas y queso? Es la peor combinación del mundo para ti. 
Estoy triste porque no veré a Alex esta noche. Comer lácteos es la 
forma en que enfrento el estrés y la desilusión. Sin embargo, también me 
inflamará más tarde. Los lácteos ya son difíciles en mi sistema; agrega 
cebollas a la mezcla y me vuelvo letal para cualquiera dentro de un radio 
de tres metros. —Alex no estará en casa para presenciar las 
consecuencias. 
Lily y Sunny intercambian una mirada. 
 
18 
—Sí, pero ¿y si las consecuencias siguen hasta mañana como suele 
pasar? —dice Charlene. 
Reflexiono sobre eso por un momento, antes de aceptar de mala 
gana. —Buen punto. 
Opto por una hamburguesa y papas fritas, mantengo las cebollas, 
pero agrego una copa de vino. No necesito hinchazón por cerveza para 
acompañar la hinchazón por la hamburguesa. 
Sunny sigue revisando su teléfono durante toda la cena, lo que no 
es inusual. Ella y Buck pasan mucho tiempo enviándose mensajes entre 
sí cuando está lejos, y cuando no lo está. Están tan enamorados. Es tan 
dulce como sorprendente. Buck solía ser un gran mujeriego. Como, 
épicamente puto. 
Sunny ha hecho un gran trabajo en domesticarlo. Es como un yeti 
grande, bien arreglado y amante de la diversión cuando se trata de ella. 
Después de que ordenamos, nos instalamos con nuestras bebidas. 
Sólo Lily y yo tenemos bebidas divertidas, ya que Charlene está 
conduciendo y Sunny no bebe. 
—¿Cómo está el nuevo trabajo, Lily? —pregunto. 
Alex ayudó a Lily a conseguir un trabajo enseñando patinaje a los 
niños que buscan convertirse en profesionales del hockey cuando decidió 
mudarse a Chicago. Es una patinadora increíble. Debió ser una 
competidora olímpica, pero el dinero se interpuso en su sueño cuando 
era adolescente. Sin embargo, no parece permitir que eso la frene. 
—¡Asombroso! No me hallaba segura de cómo se sentiría el cambio, 
pero me encanta. Realmente aprecio que Alex me haya recomendado. 
—Alex está feliz de poder ayudar. —Mi prometido es increíblemente 
generoso, especialmente cuando se trata de la familia. Si bien Lily no está 
técnicamente relacionada, creció con la familia Waters, por lo que es 
como una segunda hermana para él—. Supongo que tener acceso 
ilimitado a las bolas de “Balls” tampoco duele, ¿verdad? 
—Dios mío, ella se queda allí casi todas las noches que ellos están 
en casa —dice Sunny. 
Lily se sonroja y baja la mirada. —Él es genial. Conoceré a su madre 
este fin de semana. 
—¿De verdad? ¿Ya? ¡Eso es una locura! —dice Charlene. 
Lily se mete el cabello oscuro detrás de la oreja y mira alrededor de 
la mesa, repentinamente insegura. —¿Lo crees? 
Le doy una patada a Charlene, al menos creo que lo hago, pero 
Sunny es quien se estremece, así que le doy un golpe a Charlene al 
costado de una teta. —No es una locura en absoluto. No todos tienen que 
esperar un año antes de las presentaciones familiares. 
—¿Un año? —Los ojos de Lily se abren. 
 
19 
Lily parece una muñeca de porcelana. Excepto que no es 
espeluznante. Una distinción muy importante. Es hermosa y delgada, 
con ojos almendrados del color del chocolate oscuro y un corte de cabello 
tipo Uma Thurman en Pulp Fiction. Ella y Randy han estado saliendo 
oficialmente por menos de dos meses. Pero han sido inseparables desde 
el verano pasado, así que no es tan irrazonable que ella conozca a su 
madre. 
Charlene ahueca su pecho y me lanza una mirada molesta. —No 
hemos estado saliendo un año. Y mi madre vive en Nueva York, y los 
padres de Darren en Carolina del Sur. No es que podamos pasar a cenar. 
Quiero señalar que los padres de Darren han estado en la ciudad 
en más de una ocasión y ella todavía no ha aprovechado la oportunidad 
para conocerlos, pero no es mi relación, así que mantengo la boca 
cerrada. Por ahora. 
—Creo que es genial que te encuentres con la madre de Randy. ¡Te 
amará! —dice Sunny, redirigiendo la conversación. Representa su 
nombre, irradia positividad y calidez todo el tiempo. También es rubia y 
de ojos azules, piernas interminables y una cara impresionante e 
inocente. 
Lily toma su mojito. —Seguro espero eso. 
—Presenté a Miller a mis padres el día después de conocernos, y 
ellos lo amaron de inmediato. Bueno, hasta que Alex les dijo por qué lo 
cambiaron a Chicago. 
Fue cambiado el año pasado por esta época después de ser 
atrapado en un baño público con la sobrina de su entrenador. La puerta 
estaba abierta. 
Sunny mueve su mano en el aire, luego gira un mechón rubio 
alrededor de su dedo. —Pero lo amaron otra vez, así que eso es todo lo 
que importa. 
Nuestra cena llega y como mi hamburguesa y papas fritas. Pido 
otra copa para celebrar tanto mi sexo-aniversario no cumplido con Alex 
como la presentación que haré la próxima semana. Soy la única que bebe 
como si fuera viernes por la noche, pero Lily probablemente recuerda su 
terribleresaca de la última vez. Y todas tenemos que trabajar mañana. 
No tengo prisa por irme a casa, pero el teléfono de todos las demás 
sigue sonando. Le envío un mensaje de texto a Alex, pero no recibo una 
respuesta. Es decepcionante en un día tan especial. O un día que Alex 
ha construido para ser interpretado como tal. Supuse que habría amor 
verdaderamente épico basado en la ostentación del regalo de esta tarde. 
Desafortunadamente, su último mensaje fue enviado hace varias horas 
diciendo que todavía se encontraban atascados, que su teléfono se 
quedaba sin batería y que no creía llegar a casa esta noche. 
Yo y mi castor estamos tristes. 
Charlene sugiere que nos vayamos, y Sunny y Lily están de acuerdo 
con más entusiasmo de lo necesario, lo que me parece extraño. Todavía 
 
20 
nieva cuando salimos del restaurante, así que puedo ver el punto de 
Charlene sobre llegar a casa. A pesar de que Sunny y Lily viven a dos 
cuadras de distancia, se amontonan en la parte trasera de su auto para 
que podamos llevarlas también. Probablemente lleve tanto tiempo como 
caminar, pero al menos no tienen que lidiar con el frío helado y la nevada. 
Ambas están acurrucadas en sus chaquetas, envían mensajes de 
texto en sus teléfonos y se miran unas a otras mientras veo el perfil de 
Alex en Facebook en busca de signos de vida. No ha publicado nada desde 
esta mañana, y esa fue una actualización cursi sobre cuánto me ama. Es 
dulce, pero me deja aún más decepcionada. 
Charlene se detiene en la casa, manteniéndose a una distancia 
segura de la acera, para que las chicas abran la puerta y no se caigan de 
bruces al banco de nieve de sesenta centímetros. 
—¿No es esa la camioneta de Randy? —pregunto. 
—Oh, eh, um, la dejó aquí durante toda la semana para que yo 
pueda conducirla en lugar de mi auto. Los neumáticos son mucho 
mejores — responde Lily. 
—Guau. ¿Ya te deja conducir su camioneta? —Pasó una eternidad 
antes de que Alex me dejara conducir su automóvil deportivo. Y luego lo 
abollé y me quitó mis privilegios. Ni siquiera las mamadas parecen ser 
capaces de devolverlos. 
Lily se encoge de hombros. —¿Eso es raro? 
—¡Gracias por el aventón, Charlene! ¡Nos vemos pronto, chicas! —
Sunny sale del auto y tira de Lily junto con ella. 
—Adiós. ¡Gracias, Char! Hasta pronto. —Lily se despide con la 
mano y corre por la calle, de la mano con Sunny. 
Me imagino que Charlene y yo volveremos a su casa y pasaremos 
el rato un poco más ya que está cerca. En ocasiones, me quedo en su 
casa cuando Alex y Darren están fuera, porque no siempre me gusta estar 
sola en su gran casa. Me vuelvo loca a pesar de que hay un loco sistema 
de alarma. Pero en lugar de ir hacia la derecha, va a la izquierda, hacia 
la casa de Alex. 
—Podemos ir a tu lugar. Estoy segura de tengo un cambio de ropa 
—sugiero. 
—Estoy un poco cansada. No seré muy divertida. —Charlene 
bosteza, como para demostrar su punto. 
No entiendo por qué todos están actuando de manera extraña esta 
noche. Usualmente ese es mi trabajo. 
El teléfono de Charlene suena, y luego vibra un par de veces más. 
Espera hasta que estamos en un semáforo antes de que revisar. Hago lo 
mismo con el mío, pero Alex no ha enviado ningún mensaje. Él realmente 
no es así. Siempre está en contacto. Tal vez no puede encontrar un 
cargador para su teléfono. 
 
21 
No digo mucho en el viaje. Cuando Charlene se estaciona en el 
camino de entrada de Alex, la luz del porche ilumina la puerta y la corona 
de festividades que aún tengo que desmontar. El camino de entrada fue 
despejado de nieve, así como las escaleras. Si sigue nevando así, los 
chicos de mantenimiento tendrán que dar la vuelta y volver a hacerlo. 
—¿Estás segura de que no te quieres quedar un rato? ¿Podemos 
ver televisión o algo así? ¿Tomar un trago? —Ya estoy un poco mareada; 
uno más ayudará a ponerme a dormir, y posiblemente aleje mi mente de 
mi decepción. 
Puedo fingir que no me gustan todos los obsequios y las excesivas 
celebraciones del sexo-aniversario, pero me he acostumbrado, al igual 
que me estoy acostumbrando al dinero que ingresa a mi cuenta todo el 
tiempo. 
—No debería beber con las carreteras como están. —Charlene hace 
un gesto hacia la blanca pelusa que roza el parabrisas. 
—Podrías quedarte. 
—No tengo una muda de ropa, y todas tus cosas son demasiado 
pequeñas. Excepto en el pecho. —Pone su auto en neutral—. ¿Quieres 
ayuda con tu castor? 
—¿Qué? —Al principio, creo que se refiere a mi verdadero castor, 
pero luego me doy cuenta de que no me está haciendo una proposición—
. Oh. Correcto. No, puedo con él. 
—Está bien. —Me da una sonrisa brillante, seguida de un gran 
bostezo—. ¡Te veo en la mañana! 
Entiendo que nadie más está celebrando su sexo-aniversario, pero 
siento que soy la única que está realmente enojada porque los chicos no 
van a estar en casa esta noche. 
Sacar el castor del baúl es más difícil de lo que esperaba. Está 
bastante abarrotado allí, y el baúl de Charlene es pequeño y apretado, 
casi exactamente como Alex describiría a mi verdadero castor. 
Tiro hasta que se libera, cierro el baúl de Char y la saludo con la 
mano por la ventana trasera. Toca la bocina y se aleja mientras muevo al 
castor para poder ver las escaleras. 
Volver a casa, a una casa vacía, es como torcerse una muñeca 
mientras miras porno: frustrante e insatisfactorio. Estúpida maldita 
tormenta de nieve. 
Subir las escaleras a la puerta de entrada tampoco es tan fácil 
como debería ser. Me tropiezo en el último escalón y me caigo, pero 
afortunadamente el castor actúa como un cojín, evitando que me lastime 
a mí misma. Quito la nieve de la cara de castor y lo arrastro hacia la 
puerta. Perforando el código, me abro camino hacia adentro. La entrada 
frontal está oscura, lo cual es inusual. Las luces se sincronizan por la 
noche, a menos que el sistema no funcione bien. Tal vez sea así. Alex 
tendrá que llamar al tipo que arregla su ridículo sistema de seguridad. 
 
22 
Lanzo el castor al vestíbulo y golpeo algo. No tengo idea de qué, ya que 
no puedo ver mucho. 
Golpeando la pared a mi lado, cierro la puerta, bloqueando al viento 
gélido. Finalmente encuentro el interruptor de la luz y lo enciendo. El 
cuál es el momento exacto en que grito como un hombre con sus nueces 
atrapadas en un tornillo. 
El vestíbulo está lleno de recortes de cartón de Alex. Su publicidad 
de preservativos de tamaño real está en primer plano, seguida de su 
promoción de bebidas deportivas, la de palos de hockey, el anuncio de 
lavado corporal e incluso la del gel que alivia los dolores musculares. 
Todos mis recortes de Alex me están dando la bienvenida a casa, lo cual 
sería genial, excepto que significa que alguien ha estado dentro de la 
casa, reorganizando mi mierda. Eso es aterrador. 
—¡Tengo un arma! —grito. Esto es una mentira total. Ni siquiera 
he sostenido una maldita arma. Alex, que es de Canadá, donde ni 
siquiera creen en las pistolas, ha sostenido un arma pistola, pero yo no. 
Me siento petrificada de que accidentalmente dispararé a alguien, o a mí 
misma, así que no puedo acercarme a una. Alex piensa que es dulce. 
En este momento, desearía haber tenido las pelotas para ir al 
campo de tiro al menos una vez cuando Sidney, mi padrastro, se ofreció 
a llevarme este otoño, porque esto se siente como el comienzo de una 
película de terror realmente mala. Muevo el castor gigante frente a mí, 
como si fuera a protegerme del maldito asesino en serie con un fetiche de 
los recortes de Alex. 
Una figura sale de detrás de uno de los recortes, y grito de nuevo. 
Esta vez es espeluznante. Aparto al castor de mí, derribando el primer 
recorte de cartón de Alex. Sigue un efecto dominó, las versiones 
bidimensionales de mi hombre caen al suelo con un silbido y una serie 
de golpes sordos. Me doy vuelta y comienzo a tirar de la puerta, tratando 
de salir, pero la cerré con llave, por lo que no se abre. Y me estoy volviendoloca. 
—Violet, cariño, soy yo. —La voz de Alex penetra la bruma de mi 
terror. Dejo de intentar escapar y me vuelvo para mirarlo. Ahí está en 3D, 
parado en medio de las versiones caídas de sí mismo. 
—¡Me asustaste muchísimo! —Le lanzo mi bolso. 
Se lanza para atraparlo antes de que pueda golpear el piso. Se 
hallaba a un vergonzoso metro de alcanzarlo. 
—Lo siento. Quería sorprenderte. —Está sonriendo a través de sus 
disculpas, lo que me molesta. 
Lo señalo. —No es gracioso. ¡Casi me das un ataque al corazón! 
Pensé que un psicópata irrumpió en la casa. 
—No quise hacer eso. —Sus manos están levantadas, 
probablemente para asegurarme que no es un holograma, sino de hecho 
mi verdadero prometido, y que realmente lo siente. No estoy segura de 
creerle; todavía tiene un hoyuelo apareciendo. Da pasos tentativos hacia 
 
23 
mí, solo en caso de que decida hacerle kung fu en las pelotas o algo así, 
supongo. 
—Bueno, considérame sorprendida. —Es bueno que no haya 
consumido lácteos o me hubiera cagado en mis malditos pantalones—. 
¿Por qué no me llamaste para avisarme que ibas a estar en casa? 
—No habría sido una gran sorpresa, ¿verdad? 
Repito la cena en mi cabeza: todos los textos que las chicas 
recibían, su entusiasmo por ir a casa a camas sin pollas. 
—¿Cuánto tiempo has estado planeando esto? —Cruzo los brazos 
sobre mi pecho. 
La mirada de Alex se lanza hacia abajo y se queda allí, a pesar del 
hecho de que llevo una enorme chamarra de invierno y mis tetas están 
ocultas. —Solo desde que nos quedamos atrapados en el descanso hoy 
más temprano. Realmente no me encontraba seguro de si íbamos a llegar 
a casa. Luego volvimos a la carretera y decidí sorprenderte. Llegué aquí 
hace media hora. Tuve el tiempo justo para establecer esto. —Hace un 
gesto hacia los caídos Alex, y luego hacia el castor que yace boca abajo 
en el suelo—. Veo que tienes mi regalo. 
Le doy mi ceño de perra. Pasé las últimas tres horas pensando que 
mi castor dormiría solo esta noche. Aún estoy superando eso, así que no 
soy tan buena como debería ser. —Gracias por enviarlo a mi trabajo. 
—¿No te gusta? Las imágenes que me enviaste parecen indicar lo 
contrario. 
Pongo los ojos en blanco. —Es ridículo. 
—Por eso te encanta. —Coloca mi cabello húmedo detrás de mí 
oreja, rozando mi mejilla con dedos cálidos. 
Intento permanecer molesta. —¿Dónde lo vamos a poner? 
—Pensaba que podríamos llevarlo a la cabaña de Chicago. Puede 
ser nuestra mascota. 
Alex tiene dos cabañas. Le gusta comprar propiedades. La cabaña 
de Chicago es tan bonita como su cabaña de Ontario, a solo dos horas de 
distancia, en el lago Geneva, en lugar de un viaje en avión seguido de dos 
horas en automóvil. El castor sería apropiado en la cabaña de Ontario, 
ya que está en Canadá, pero no creo que lo dejen entrar en el avión. La 
cabaña de Chicago no es una mala segunda opción. No es que esto sea 
relevante para nada. 
No he visto a Alex en ocho días. Es nuestro primer sexo-aniversario 
en una cita real, y no esperaba que estuviera aquí esta noche. Aunque 
mi corazón todavía siente que va a explotar de mi pecho por una multitud 
de razones, todo lo que quiero es frotarme contra él como un oso en un 
árbol, o un castor en un tronco. De cualquier manera, debe haber 
frotamiento. Preferiblemente que conduzca a un orgasmo. 
 
24 
Me acerca, envolviéndome en sus brazos, y me hundo en él. Es tan 
cálido, sólido y perfecto. —Me alegra que estés en casa, incluso si casi me 
das un ataque al corazón. 
—Yo también. Te extrañé. —Sus manos se mueven hacia mi 
trasero, y aprieta suavemente. Se inclina para besarme, lo que es cuando 
huelo algo rancio, a cebolla asquerosa. 
Frunzo mis labios y arrugo mi nariz. —Huele como si hubieras 
ligado con una Big Mac. 
Hace una mueca. —Así de mal, ¿eh? 
Está hablando muy cerca, así que, aunque trato de no respirar, 
todavía soy golpeada con otra dosis de asco. Huele a escape de diesel, 
sudor enmascarado con desodorante y comida rápida. 
—¿Qué comiste? ¿Un plato de cebollas crudas? 
—Paramos en un restaurante. Comí una hamburguesa. —Suena 
arrepentido. Nuestras cenas coincidieron. 
Por mucho que lo extrañé, no tendré sexo con él así. Podría haberlo 
hecho hace un año, pero ahora puedo esperar hasta que se duche y se 
cepille los dientes. Probablemente yo debería hacer lo mismo. 
—Vamos a asearnos —sugiero. 
Alex me recoge y me lleva a caballito, de frente, y me traslada 
escaleras arriba. No me molesto en tratar de hacer una conversación; 
Estoy demasiado ocupada besando su cuello, que sabe salado, pero por 
lo demás está bien. Alex ajusta su agarre cuando llegamos al dormitorio 
y empuja la puerta para abrirla. Las velas arrojan un tenue resplandor 
alrededor de la habitación y los pétalos de rosa reales, no falsos basados 
en el olor, cubren el edredón. No es de extrañar que no haya tenido tiempo 
para bañarse. Ha estado organizando una reunión romántica, aparte de 
enloquecerme con el ejército de recortes de cartón, de todos modos. 
Poco sabe que tengo planes propios para nosotros, y todo lo 
importante está abajo, en la sala de estar junto a la chimenea. El resto 
está en la nevera. Sin embargo, está bien. Si no llegamos allí esta noche, 
siempre habrá mañana o un día después. 
Me pone en la cama y se inclina, apoyando la cabeza en mis tetas 
para poder frotar su nariz ahí. Cuando se aleja después de lo que siento 
es demasiado poco tiempo, subo mis piernas alrededor de su cintura. 
Cambia de posición, su barbilla descansa en el valle de mis tetas. 
Su expresión es seria, pero sus ojos revelan su diversión. —No me puedo 
asear si no me dejas ir. 
Pasa una gentil mano por la parte exterior de mi muslo, 
deteniéndose en la parte posterior de mi rodilla, instándome a soltarme. 
Puedo sentir la polla monstruosa. Ya está emocionada por estar cerca de 
mi castor, por lo que soy reacia a dejarlo ir. Sin embargo, Alex tiene un 
punto. 
 
25 
Mi falda está agrupada alrededor de mi cintura, pero estoy usando 
medias opacas, por lo que no puede ver nada importante. Como mi ropa 
interior. No puedo recordar cuáles me puse esta mañana, teniendo un 
poco de prisa. 
Alex se endereza con sus palmas aún enganchadas debajo de mis 
rodillas. Sus manos son ásperas; Puedo escuchar la tela de nylon siendo 
atrapada mientras amasa la parte posterior de mis pantorrillas. Sin 
embargo, no me importa, me está tocando, y ha pasado más de una 
semana, así que estoy bien con la necesidad de comprar medias nuevas. 
Puedo permitirlo. 
Sus ojos se mueven por mi cuerpo, como si estuviera estudiando 
un mapa familiar. Se frota la barba desaliñada. —¿Quieres que me afeite? 
—Por favor. — Mi piel es extremadamente sensible en el invierno. 
No quiero que todo se irrite, de lo contrario, afectará los tiempos sexys 
esta semana. Cada vez que Alex llega a casa después de estar fuera, 
tenemos mucho sexo para compensar las ocasiones perdidas. 
Alex levanta la camisa sobre su cabeza y la deja caer al suelo. 
Nunca me cansaré de mirar su cuerpo duro y caliente. No me atrevo a 
mirar hacia otro lado mientras hace estallar el botón en sus pantalones 
vaqueros y baja la cremallera. Los empuja a sus tobillos y se los quita. 
Entonces los calcetines salen. Presiono mis rodillas mientras desliza sus 
pulgares en la cintura de sus calzoncillos y los arrastra hacia abajo. Es 
como un striptease sin música, excepto por el rápido latido de mi corazón 
y el gemido que suelto accidentalmente. 
Está gloriosamente desnudo y duro. Su erección sobresale 
directamente, mirándome directamente. Tal vez la ducha no es tan 
importante después de todo. Puedo lidiar con el aliento de cebolla y el 
olor de los gases de escape. Me levanto y lo alcanzo, pero da un paso 
atrás. 
Una pequeña sonrisa tira de la esquina de sus gruesos labios. —
Pensé que querías que me limpiara primero. 
—Cambié de opinión. 
—¿Qué tal afeitarme? 
—Afeitarse es para coños. Tráeloaquí. —Hago un gesto para que 
se acerque, pero no se mueve, así que me quito la camisa por encima de 
la cabeza. 
Que es cuando me doy cuenta de que estoy usando un sujetador 
realmente feo. Es viejo, y aunque alguna vez fue blanco, ahora está 
descolorido y grisáceo en las tiras. Incluso hay un agujero en la tela 
satinada sobre mi pecho izquierdo. 
Alex levanta una ceja mientras su enfoque cambia de mi cara a mi 
pecho. —Bonito. 
—¡Iba a cambiarme después del trabajo! —Mi plan inicial era 
vestirme con ropa interior nueva, que compré a principios de la semana 
 
26 
cuando Alex habló de celebrar el próximo sexo-aniversario, antes de tener 
la errónea impresión de que no estaría en casa esta noche. Me apresuro 
a desabrocharlo, pero por supuesto, incluso eso no está en la mejor 
forma, por lo que es más difícil de lo normal. Estoy retorciéndome en la 
cama como una anguila eléctrica. 
Alex se ríe y se dirige al baño, gritándome por encima del hombro—
: Desnúdate y ven a la ducha conmigo. 
Se acerca a la ducha y abre el grifo, ajustando la temperatura. Está 
medio inclinado, dándome una vista fabulosa de su culo perfecto y 
apretado. Su trasero realmente es fantástico, tan musculoso, tan 
increíble para sostenerse cuando me está llevando al orgasmo. 
Alex abre el tocador y saca su kit de afeitar. Podría omitir por 
completo esa parte, y sabe que no me quejaré, pero ahora me está 
torturando. Lo que sea. Dos pueden jugar este juego. 
Me arrodillo en la cama y finjo que lo estoy mirando, lo que por 
supuesto hago. También puedo ver mi reflejo en el espejo, lo que significa 
que también él puede. Ahora que el horrible sujetador se ha ido, me tomo 
mi tiempo para quitarme el resto de la ropa mientras usa la navaja. 
Bajará su barba lo suficiente como para hacer posible afeitarse con una 
navaja. 
Alex me mira mientras arrastro la cremallera de mi falda y la dejo 
caer sobre la cama. Antes de hacer lo mismo con mis medias, saco la 
pretina y echo un vistazo a mis bragas. También son feas y en condiciones 
horribles, así que acelero mi striptease improvisado y las empujo sobre 
mis caderas junto con las medias. 
Gracias a Dios, tuve la previsión de cuidar mi arbusto de castor 
antes de que Alex llegara a casa. Voy al baño. Ni siquiera está prestando 
atención a lo que le está haciendo a su cara. Sigue recorriendo el mismo 
lugar repetidamente mientras observa cómo me acerco. 
La habitación ya se está llenando de vapor. Cuando estoy lo 
suficientemente cerca, presiono mis pechos contra su espalda y lo abrazo 
por detrás. 
Paso mis manos sobre sus abdominales, luego más abajo, más allá 
de su ombligo. Me detengo antes de llegar a su erección masiva, que 
incidentalmente está descansando sobre el tocador con recortes de barba 
salpicados sobre ella. En lugar de agarrar su polla, busco mi cepillo de 
dientes y la pasta de dientes. Si se toma la molestia de refrescarse, yo 
también debería hacerlo. 
Me mira con algo cercano al desprecio, o tal vez es pura lujuria 
animal. De cualquier manera, es una reminiscencia de la apariencia que 
usa cuando está en la banca de castigo. El sexo después de los juegos 
cuando Alex ha recibido una penalización es siempre el mejor. Se irrita 
tanto. Llevo mi cepillo de dientes a la ducha conmigo, limpiando la niebla 
del interior para poder ver a Alex a través del cristal. 
 
27 
Esta noche tiene un humor divertido. No puedo medirlo. Es lento y 
metódico con la rutina de afeitado. Me doy cuenta de que esto tiene un 
propósito. Lo negué cuando entré por la puerta. Puede que no haya tenido 
nada que ver con si lo quería, pero a pesar de todo está ofendido. Mi 
prometido es sensible. 
Una vez que ha terminado de afeitarse, pasa a cepillarse los 
dientes. Luego se enjuaga con enjuague bucal y sigue con una tira fresca 
para el aliento Listerine. Probablemente sea exagerado, pero es cortés de 
esa manera, y el aliento de cebolla es la razón por la que actualmente no 
tenemos sexo. Cuando comienza a asearse solo, decido que ya he tenido 
suficiente espera. 
Me echo un poco de gel de baño en las palmas y las froto, luego lo 
masajeo en mi pecho. 
—¿Alex? —Espero hasta que me mire antes presionar mis tetas 
contra el vidrio—. ¿Estás listo para mí? 
Sus párpados bajan y el tic debajo de su ojo izquierdo me dice lo 
que ya sé: seguro como el infierno que lo está. 
Deja caer la crema de afeitar en el tocador, o al menos intenta 
hacerlo, pero falla y golpea el suelo con un golpe seco. No parece darse 
cuenta cuando abre la puerta de la ducha y entra. Ni siquiera tengo la 
oportunidad de darme la vuelta antes de que se esté presionado contra 
mí. Pasa una mano por mi clavícula y por mi cuello. Girando mi cabeza 
hacia él, besa la comisura de mi boca. 
—¿No tienes nada que decirme hoy? —pregunta en voz baja. 
—Te extrañé. 
—Lo sé. Yo también te extrañé. ¿Algo más? —Roza mi costado con 
su mano libre, y me sacudo cuando pasa rozando el punto sensible. 
—Te amo. 
—También lo sé. —Sus dedos viajan por mi cadera y luego bajan, 
deteniéndose a escasos centímetros mi muy hambriento sexo. 
Está esperando algo, pero no estoy segura de qué. Filtro a través 
de nuestras conversaciones de texto hoy… acepté el castor, y estoy segura 
de que le di las gracias por ello. Entonces me doy cuenta. 
—Feliz sexo-aniversario, Alex. 
Se queda quieto, las yemas de sus dedos enterrándose en mi piel. 
—Aniversario, Violet. Es nuestro aniversario. 
—Pensé que lo celebramos el mes pasado. Además, todos los 
aniversarios que tenemos incluyen sexo, que suena más divertido —
explico. 
—Mmm. Entiendo tu argumento. Pero creo que este es 
particularmente especial ya que acordaste hacer algo más que solo 
dejarme entrar en ti. —Suena un poco herido. 
 
28 
—Feliz aniversario, Alex —murmuro, apaciguándolo. 
Siento su sonrisa en mi mejilla. Porque ha ganado. Estoy de 
acuerdo con eso; al final, ambos ganaremos. Gira mi cabeza para que 
pueda llegar a mi boca. Es un beso suave, cálido y húmedo y mentolado. 
Quiero darme la vuelta para estar frente a frente, pero todavía me tiene 
apretada contra el vidrio. Cuando empujo mi culo, mueve sus caderas 
hacia adelante y su erección se desliza sobre mi piel húmeda. Me ahueca 
con su palma ancha, y gimo, anticipando sus dedos. 
Ahora no me malinterpreten, me masturbo como el resto de la 
población femenina cuando nuestra pareja está fuera de la ciudad, pero 
no es tan gratificante como cuando la persona que amas hace el trabajo 
por ti. 
—Feliz aniversario, bebé. Me alegro de haber llegado a casa para 
celebrar contigo. 
La mano sobre mi coño se mueve hacia arriba en lugar de hacia 
abajo, y empiezo a protestar, pero la lengua de Alex se extiende para 
enredarse con la mía. Agarro su cabello y estiro mi cuello, inclinándome 
hacia él, tratando de acercarme, aunque no haya espacio entre nosotros. 
Palmea uno de mis pechos y gime, bajo y profundo. Jesús. Estamos tan 
jodidamente calientes. Esta primera ronda va a ser rápida y sucia. 
Alex me suelta la barbilla y da un paso atrás así ya no estoy 
presionada contra el cristal. Ahora que tengo espacio para moverme, trato 
de girar, pero aprieta su brazo alrededor de mi cintura. Con los labios 
sobre mi hombro, arrastra su antebrazo por el vidrio, limpiando la niebla. 
La puerta del baño está abierta y el ventilador está encendido, lo 
que permite que escape el vapor y evita que el espejo del tocador se 
oscurezca. A través del cristal con manchas de agua, tengo una vista 
perfecta de Alex, que tantea mi pecho con su boca sobre mi piel. Estoy 
tan contenta de haber usado mis lentes de contacto hoy. 
Es mucho más grande que yo. La cima de mi cabeza apenas llega 
a su barbilla cuando está derecho, y sus hombros son dos veces más 
anchos que los míos. Su presencia debería ser intimidante, pero sé que 
debajo de todo ese maldito músculo es el hombre más dulce, más 
romántico y sensible del planeta. A veces no puedo creerque me las haya 
arreglado para conseguir un buen bombón. 
—¿Quieres que te tome con calma? —pregunta, chupando mi 
cuello. Probablemente va a dejar algunas marcas. No es que importe; 
Llevaré mi cabello suelto, si ese es el caso. 
—No, gracias. Lo opuesto a eso sería bueno ahora mismo. 
Exhala un aliento duro. —Joder, te amo. 
Alex me sostiene contra su pecho con una mano cubriendo mi teta, 
sus dedos separados para que mi pezón se asome entre ellos. Una vez 
más, esto es intencional. Ama mis pechos casi tanto como ama al resto 
de mí. Es poco probable que lo suelte a menos que sea absolutamente 
necesario. 
 
29 
Su otra mano se desliza por mi estómago, y esta vez no se detiene 
hasta que alcanza mi clítoris. Comienza a frotar círculos, gentil pero 
insistente. Me agarro de su nuca por la posibilidad de que mis piernas 
decidan ceder. Cuando estoy jadeando y gimiendo, Alex baja, deslizando 
primero un dedo dentro, luego otro y otro. 
Esto es absolutamente esencial. No importa que hayamos estado 
juntos por un año o que me meta su polla monstruosa regularmente. Alex 
no tiene el tipo de paquete en el que puedo saltar sin ningún tipo de 
preparación. 
Es una aberración. Y por aberración, quiero decir que es enorme. 
Como para material del Libro de los Records Guinness a nivel mundial. No 
estoy exagerando en su nombre, tampoco. Alex y yo utilizamos mucho 
lubricante, aunque sobre todo para el sexo de pechos. Pero esta vez 
estamos en la ducha, y estoy mojada y resbaladiza, así que estamos listos 
para empezar. 
Sin embargo, creo que Alex tiene planes de que me venga antes de 
que entre en mí. Ha pasado más de una semana, así que no me siento 
tan paciente. Mis ojos están pegados a nuestro reflejo en el espejo. La 
ducha se empaña nuevamente, así que deslizo mi palma por la superficie 
lisa para despejarla, y luego alcanzo detrás de mí la polla de Alex. 
Ambos gemimos cuando deslizo la cabeza a lo largo de la grieta de 
mi culo, tratando de no tensarme cuando pasa por mi puerta trasera. 
Alex hace todo tipo de bromas sobre pasar tiempo allí, lo cual es 
imposible. Nunca encajaría en un millón de años. Nunca. No lo creo. 
—Santa… Violet, ¿qué estás…? —Hay un temblor de emoción en 
su voz, como si realmente pensara que podría ofrecerle dejarlo intentarlo. 
Pero luego paso mi Área 51 y lo alineo con la puerta número uno. No 
reacciona más que para doblar los dedos una última vez, y golpear ese 
punto especial, antes de retirarse. 
Sus labios son suaves sobre mi hombro. Su expresión se convierte 
en éxtasis cuando empuja dentro. —Dios, te extrañé mucho. 
—Yo también. Quiero decir, te extrañé. No a mí. 
La primera vez que tenemos sexo después de que ha estado ausente 
es siempre sorprendente, pero la segunda vez suele ser más intensa. No 
estoy segura de que sea el caso esta vez. Nunca he sido muy voyeur, pero 
ser capaz de ver lo que me está sucediendo, mientras está sucediendo, es 
impresionante. 
Aprieto una mano sobre el vidrio y amplío mi postura, dándome 
una mejor vista mientras Alex embiste y retrocede. No es de extrañar que 
los hombres estén centrados en las tetas o el castor, porque esto se ve 
fantástico. También se siente increíble, por lo que los dos combinados 
hacen que la experiencia sea fenomenal. 
Alex pone su mano sobre la mía, obligándome a inclinarme hacia 
adelante. Significa que no puedo ver tanto, pero va más profundo, y 
 
30 
todavía puedo ver su cara y mis tetas están rebotando, por lo que obtiene 
un pulgar arriba. 
—No voy a durar así —advierte Alex. 
—Está bien —gimo. Estoy cerca de todos modos. Me inclino y froto 
el botón del castor. 
—¿Quieres volver a hacerlo después de la ducha? —jadea, 
acelerando. 
Sus ojos se encuentran con los míos en el espejo, así que asiento. 
Su sonrisa es toda hoyuelos y satisfacción masculina primordial. Aparta 
mi mano del camino y toma el control de la fricción. 
No sé cómo puede hacer esto mientras todavía está empujando. Se 
necesita una cantidad increíble de coordinación. Es como cuando se 
supone que debes acariciarte la cabeza y masajearte la barriga al mismo 
tiempo. Son dos acciones muy discordantes, por lo que técnicamente 
debería ser imposible. Pero Alex es súper sorprendente, así que puede 
hacer ambas cosas. 
El cristal se sigue empañando incluso cuando lo limpio, tal vez 
porque estoy jadeando contra él, así que bajo la mirada a la mano de Alex 
moviéndose furiosamente entre mis muslos. Está en una misión para 
hacer que me venga, Dios bendiga su alma generosa. 
La siento entonces, la calidez reveladora que comienza como un 
hormigueo y se convierte en una quemadura. Llega rápido y golpea con 
fuerza. 
Alex es lo suficientemente considerado como para mantener su 
brazo alrededor de mi cintura para evitar que aplaste mi cara contra el 
cristal. Me agarro de todos modos, buscando algún tipo de tracción, 
porque dulce Jesús, todo lo que puedo ver son estrellas y unicornios 
galopantes y borrosos arcoíris. 
—Joder, sí, cariño. Te sientes tan jodidamente bien. 
Alex no usa excesivas blasfemias. En realidad, es bastante educado 
la mayor parte del tiempo, pero parece que pierde esa ventaja civilizada 
cuando tenemos sexo, más específicamente cuando me vengo. Me gusta 
que esté tan entusiasmado con eso. 
Su concentración feroz me dice que se está acercando. Desliza su 
brazo sobre el vidrio para despejar la niebla. 
—No me voy a venir dentro de ti —gruñe. 
—¿Por qué no? 
—Porque todavía quiero comerte el coño. 
—Buena razón. —¿Ves por qué lo amo? Es un planificador. 
Empuja dos veces más y se retira. Bombea su polla, gira a la 
derecha mientras giro y caigo de rodillas. Abro la boca y señalo mis senos, 
dándole opciones. Sus ojos rebotan entre los dos, su indecisión obvia. 
 
31 
Hago la elección por él cuando me inclino hacia adelante, envuelvo mis 
labios alrededor de la cabeza y chupo. 
Alex maldice como un camionero cuando se viene. Trago, porque 
es más educado que escupir. Cuando termina, cae de rodillas y me besa. 
Sin embargo, no invita mucho a la lengua, no es que lo culpe, ya que 
ahora tengo aliento de semen. 
—Es tan bueno estar en casa —dice. 
Estoy de acuerdo. Alex es el mejor lugar del mundo para estar. 
 
 
 
 
32 
3 
 
Traducido por Jadasa, Vane Black & Ann Farrow 
Corregido por Beatrix 
 
Alex 
 
Odio las alarmas. Especialmente cuando he pasado la mitad de la 
noche teniendo sexo. Con mi prometida. 
Violet gime desde debajo de su almohada y golpea la mesita de 
noche, al buscar su teléfono para poder apagarlo. Ruedo sobre ella, lo 
agarro y presiono para silenciarlo. Aparto la almohada del camino, busco 
a través de su cabello hasta que llego a su cuello. Beso su piel tibia por 
dormir, y le digo—: No vayas a trabajar hoy. 
—No puedo no ir a trabajar, Alex. 
—Haré que valga la pena. —Giro mis caderas contra su culo. 
Violet hace un ruido, como si apreciara dónde está mi polla, y lo 
duro que estoy, pero dice—: No puedo. 
—¿Por qué no? —Sueno quejumbroso. No es muy varonil, pero he 
estado sin Violet durante ocho días, y quiero compartir tiempo con ella. 
Hoy, su trabajo lo hace difícil. No me gusta lo difícil. Me gusta obtener lo 
que quiero. 
Violet me da un codazo en las costillas, entonces hago una flexión. 
Ella voltea. Intento poner una rodilla entre sus muslos, pero las mantiene 
juntas. En cambio, me veo obligado a montarla. Mi polla descansa sobre 
su estómago, la cabeza se clava contra su ombligo. 
Pasa sus dedos por mi mandíbula. —Hoy tengo reuniones con 
clientes. Buck necesita que revise algunas cosas para él, y tengo una 
presentación para la que prepararme. 
—¿No puedes reprogramarlas y hacer el resto desde casa? —
Intento sonar menos petulante, y más como si tratara de seducirla con 
la idea. 
 
33 
Exhala por la nariz. —No, no puedo. Además, si me quedo en casa, 
no haré nada. Entonces, tendré que quedarme mañana hasta tarde, lo 
cual no funcionará porquetienes un juego, y quiero ir. 
Suspiro, frustrado. No va a ceder. Ya lo sé. Violet puede ser terca. 
Me encanta esto sobre ella, pero también lo odio, porque significa que no 
cede por mí tanto como yo quisiera. —Simplemente deberías renunciar. 
Aprieta los labios y empuja mi pecho. Cuando no me muevo, lo 
hace más fuerte. —Córrete. 
—Eso es lo que intento hacer, pero no me lo permitirás. —Empujo 
mi pene contra su ombligo otra vez. 
—No estoy bromeando, Alex. Bájate de mí. 
Mierda. Está enojada. Usualmente, mis avances matutinos son 
bienvenidos, incluso cuando ya hemos tenido mucho sexo, y 
especialmente después de que estuve lejos por unos días. 
—Vamos, Violet. Sabes que estoy bromeando. 
Eso es una mentira. No bromeo en absoluto. No necesita trabajar. 
Jamás. Gano más que suficiente dinero para brindarnos a ambos una 
vida cómoda. Y a nuestros hijos. Cuando los tengamos. Eventualmente. 
—¡Mentiroso! Ahora deja que me levante. Necesito ducharme. No 
puedo ir a trabajar oliendo a tu esperma. 
Me doy por vencido y ruedo hacia un lado. 
Arroja a un lado las sábanas y se levanta de la cama. Está desnuda. 
Tan, tan desnuda. Su culo respingón se ve mordible cuando cruza hacia 
el baño y cierra la puerta. Ups. Quizás está por tener su período o algo 
así. Generalmente, no se irrita con facilidad. Bueno, si no puedo 
convencerla de que se quede en casa, al menos puedo disfrutar de sexo 
en la ducha antes de que vaya a trabajar. 
Me levanto y me dirijo al baño. Giro la perilla, empujo y no llego a 
ninguna parte. Lo intento de nuevo, pero la perilla no se mueve. —Nena, 
¿quieres abrirme la puerta? —grito. 
—Estoy en la ducha —grita en respuesta. 
—Oh, sí. Lo entiendo. Pensé que tal vez podría unirme. 
—Lo siento. ¡No puedo oírte sobre el agua! 
Obviamente, puede escucharme bien. Maldición. ¿Qué diablos hice 
mal? Bajo la mirada a mi erección y le doy una palmadita tranquilizadora, 
aunque tengo la mala sensación de que no voy a poder usarla como 
esperaba esta mañana. 
Cuando unos minutos más tarde deja de correr el agua, Violet toma 
duchas rápidas cuando no estoy allí con ella, apoyo mi frente contra la 
puerta y toco. Incesantemente. 
—Hay otros cinco baños en esta casa, Alex. ¡Si necesitas orinar, 
usa uno de ellos! 
 
34 
No digo nada, solo sigo golpeando. 
—Por el amor de Dios —refunfuña desde el otro lado de la puerta. 
Oigo la cerradura girar, así que retrocedo. Abre—. ¿Qué? 
Está cubierta por una toalla. Pero hay escote. —¿Por qué estás 
enojada conmigo? —le digo a sus tetas. 
Chasquea sus dedos en mi cara. Levanto la mirada. Sus mejillas 
están rojas y sus ojos brillan como llamas ardiendo, aunque no con 
lujuria, a pesar de que mi erección la señala, en espera de que la use 
como asa. 
—¿Por qué? —pregunta, incrédula. 
—Sí. ¿Qué hice? 
Levanta sus manos en el aire. —¿Qué hiciste? 
—No sé qué hice enojarte de esta manera, pero lo lamento, sea lo 
que sea. 
—Que ni siquiera lo sepas, es un problema. —Se da vuelta, pero al 
menos no me cierra la puerta. Lo veo como un progreso. 
Repaso los eventos desde que nos despertamos. Quizás mi 
problema fue rodar sobre ella, pero lo hago todo el tiempo. —¿Es porque 
mi pene estaba cerca de tu trasero otra vez? Prometo no intentar entrar 
allí. 
Resopla, abriendo el tocador. —No es un problema anal, Alex. 
Me rasco la nuca. —¿Es porque te pedí que te quedaras en casa 
hoy conmigo? 
—No. —Agarra su cepillo y lo pasa bruscamente a través su cabello, 
se encoge cuando se enreda en un montón de nudos. 
Mierda. Sé lo que hice mal. —Es porque dije que deberías renunciar 
a tu trabajo. No hablaba en serio, Violet. 
Una vez más, estoy mintiendo; pero no quiero que esté enojada. Y 
aún estoy muy duro, entonces sí puedo volver a simpatizarle, podría ser 
capaz de obtener algo de acción antes de que se vaya a trabajar. Estoy 
realmente excitado. 
Violet se da vuelta, su cabello húmedo me golpea el pecho. La 
cabeza de mi pene roza su cadera y empuja contra su estómago a través 
de su toalla. Usa la punta de su cepillo para empujarme hacia atrás, así 
mis partes emocionadas ya no la tocan. —Te das cuenta de que esta es 
la quinta vez en los últimos dos meses que me has dicho que debería 
renunciar a mi trabajo, ¿verdad? 
Sé que he dicho algo al respecto anteriormente, pero no me di 
cuenta de que fueron tantas veces. —Tuviste que trabajar mucho durante 
las vacaciones. 
—No trabajé toda la semana entre Navidad y Año Nuevo. 
 
35 
—Pero mi familia se encontraba aquí, por lo que no tuve mucho 
tiempo a solas contigo como quería. Y has trabajado hasta muy tarde 
desde entonces. Siempre jugamos a ponernos al día después de que 
vuelvo de los juegos fuera, y luego me voy de nuevo. No me gusta. Y estás 
enojada conmigo. 
Violet suspira, su expresión se suaviza. —Me siento frustrada. Mi 
madre y Sidney invirtieron todo ese dinero en mi educación. No quiero 
que se desperdicie. Y me gusta mi trabajo. Un montón. Soy buena en eso. 
—¿Qué pasa cuando tengamos hijos? No querrás trabajar 
entonces, ¿verdad? —Me estremezco por la manera en que he formulado 
esa pregunta y el cambio en la postura de Violet. Se tensa, y no en el 
buen sentido. 
—Espera. Ni siquiera estamos casados todavía; ¿por qué estamos 
hablando de hijos? ¿Y qué pasa con el plural? No hay nada de malo con 
ser hijo único. 
—Podemos hablar de eso más tarde. —Solo puedo imaginar que 
tan grandes serán sus tetas cuando esté embarazada. Estoy tan 
jodidamente excitado por eso: sus tetas, casarnos, que tenga a mis bebés. 
Llevo su mano a mis labios y beso sus nudillos—. No es malo que quiera 
estar contigo tanto como pueda, ¿verdad? 
—Querer pasar tiempo conmigo es diferente a querer que renuncie 
a mi trabajo. 
—Pero si no tienes que preocuparte por un trabajo, nos veremos 
más. No es que no pueda darme el lujo de cuidar de ti. Además, ocupas 
todas esas horas, ¿y para qué? Menos de cien mil al año. 
Aparta su mano de golpe, y presiona sus labios en una delgada 
línea. —Entiendo que ganas mucho más dinero que yo, pero eso no niega 
mi necesidad de tener un propósito más allá de ser tu prometida. Si no 
ganaras millones, mi salario sería realmente bueno. Incluso, genial. 
—Lo lamento. No quise decirlo en esa manera. —Arrastro una 
palma sobre mi rostro—. Es solo que… estoy en casa por menos de una 
semana, y luego de nuevo me tengo que ir, y vas a estar trabajando 
durante los próximos cuatro días. No me deja con mucho. 
Violet ajusta su toalla y apoya su mano sobre mi corazón. —¿Qué 
haría con todo mi tiempo libre si dejo mi trabajo, Alex? 
—Acompañarme a los juegos de fuera. 
—¿En el autobús contigo y el equipo? ¿Voy a volar a todas partes? 
¿Qué hay de las prácticas y sesiones de entrenamiento? ¿Iré también a 
esos, o me voy a sentar en una habitación de hotel? No, espera, pasaré 
todos los días en un spa, recibiendo tratamientos así me veo de veintitrés 
para siempre. 
—Algunas de las otras esposas… 
—No puedo pasar mi tiempo a la espera de que regreses de los 
juegos o de las prácticas. Sé razonable. Esa no es una vida. 
 
36 
Tiene razón. Violet no es el tipo de mujer que disfrutaría de los 
mimos interminables. Lo hará de vez en cuando, pero no es algo a lo que 
pueda ver que quiera acostumbrarse. Tiene suficientes dificultades con 
los pocos grandes que pongo en su cuenta cada mes. 
Esta conversación no está yendo como quiero. Agarro el cepillo que 
aún tiene en la mano y lo meto debajo de mi brazo. Luego tomo su mano 
y juego con su anillo de compromiso. El que le di en agosto. 
Todavía no hemos fijado una fecha. Las bodas estresan a Violet. 
Tiene urticaria cada vez que hablamos sobre eso. Aparentemente, tuvo 
una experiencia terrible con la boda de su madre; era solo una 
adolescente, y aún no la ha superado. He preguntado al respecto, pero es 
vaga con su explicación. 
—No me gusta estar lejos de ti —le digo—. Los juegos fuera son 
difíciles. Te extraño. 
—Yo también teextraño, pero eso no significa que debería 
renunciar a mi trabajo más de lo que deberías renunciar al tuyo. —
Arquea una ceja, como si estuviera esperando que de nuevo hable de 
más. 
Es astronómica la diferencia entre nuestros salarios anuales, pero 
no lo menciono porque no quiero cavar mi propia tumba. Y entiendo, y 
aprecio, su necesidad de un propósito, incluso si estoy siendo un idiota 
egocéntrico al respecto. —Siento que no tengo suficiente tiempo contigo. 
—Nos acostumbraremos a ello. La temporada acabará antes de que 
nos demos cuenta, y luego estarás en casa todo el tiempo y te volveré 
loco. 
—No me volverás loco. 
—No hemos estado viviendo juntos mucho tiempo, Alex. Solo 
espera. 
—¿Quizás cuando mis juegos sean en Chicago podrías ver si 
puedes trabajar desde casa de vez en cuando? ¿Crees que tu jefe 
aceptaría algo así? —La miro. 
—Puedo hablar con él —dice después de un momento. 
—Está bien. —Paso mi nariz a lo largo de su hombro hasta su 
cuello, luego sigo con mis labios. 
—Necesito alistarme para el trabajo —dice suavemente. 
—Te daré un orgasmo rápido. 
—Ya son las siete y media. 
—Seré súper rápido. —Empujo mi erección contra su estómago—. 
No quiero esperar todo el día para deshacerme de esto. 
—Ya estoy tarde, Alex. 
Beso su hombro desnudo, mordisqueando. —Que sea unos pocos 
minutos tarde. 
 
37 
Me detiene antes de que pueda tirar de su toalla. —Esta mañana 
tengo una reunión con un cliente a primera hora. No puedo llegar tarde. 
—Esperarán. 
—No deberían tener que hacerlo. No es profesional. —Nuevamente 
es rápida—. ¿Podemos esperar hasta que llegue a casa esta noche? En 
realidad, no tengo ganas. 
—Está bien. —Me alejo—. Podemos esperar. 
La dejo sola en el baño y me pongo un par de pantalones para 
correr y una camiseta. No pasa mucho tiempo para que mi erección se 
esfume, considerando que mi prometida me rechazó. Violet nunca 
rechaza el sexo. Nunca. Debo de verdad haber presionado sus botones 
esta mañana. 
Intento redimirme haciendo una taza de café. Y tuesto un panecillo 
para ella, untándolo en queso crema sin lactosa para que no tenga que 
irse a trabajar con hambre. 
Esta mañana definitivamente no está yendo según lo planeado. 
Violet se precipita por las escaleras a las ocho y cinco. La encuentro 
en la puerta con su taza de viaje y su panecillo. —¿Qué es esto? 
—Desayuno. Es ese café moka que te gusta y uno de esos panecillos 
tostados franceses con queso crema extra sin lactosa. 
Me abraza y apoya su mejilla en mi pecho. Devuelvo el abrazo lo 
mejor que puedo con las manos llenas. —Gracias. Lamento haberme 
enojado contigo esta mañana. Es solo que mi trabajo es importante para 
mí. Ya me cuidas en muchos niveles. Ya ni siquiera tengo que lavar mi 
propia ropa. Más allá de necesitar un propósito, no quiero perder el 
conjunto de habilidades que he adquirido, porque Dios sabe que me falta 
mucho en el departamento de limpieza. Además, ya tenemos a alguien 
que viene y hace todas esas cosas en las que no soy buena. No tenemos 
hijos, y no haremos ninguno pronto. No creo que pueda pasar todo el día 
actualizando mi perfil de Facebook y usando latas enteras de laca 
Aquanet en mi cabello. 
Se refiere a mi madre con esa última parte. —Creo que usa Aussie. 
—La misma diferencia. 
—Aussie huele un poco mejor. 
Violet me suelta, pone sus manos sobre mis hombros y besa mi 
barbilla. —Le daré a Súper PM un abrazo grande y cálido cuando llegue 
a casa esta noche, ¿está bien? 
—Difícilmente podemos esperar. —Dejo caer mi cabeza para poder 
darle un beso real, con algo de lengua. 
Violet agarra mi camisa, inclinándose hacia atrás mientras sigo 
inclinándome. —Realmente tengo que irme —murmura alrededor de mi 
lengua. 
 
38 
—No te voy a detener. 
Se da cuenta de que estoy en lo cierto. Mis manos están llenas. No 
mantengo nuestras bocas fusionadas, ella lo hace. Me suelta y respira 
largamente. Sonrío, al haber logrado que no esté enojada conmigo más, 
y ahora probablemente esté pensando en sexo. Bien. No puede ocuparse 
de sus necesidades en la oficina de la misma manera que yo en casa. 
Todo el maldito día, si quiero. 
—Te veré esta noche. —Le paso el panecillo y el café y abro la puerta 
que conduce a la cochera. 
Violet se detiene en seco. —Mierda. 
Su auto no está en su lugar. —¿Dejaste el auto en el camino de 
entrada? —A veces hace esto. Violet no es la mejor parqueando. Abolla 
las esquinas o golpea los espejos todo el tiempo. Usualmente conduzco 
cuando estamos juntos, principalmente para no perder la cabeza. 
—Está en el trabajo. Charlene me trajo a casa. 
—Te llevaré. Me da más tiempo contigo. —Beso su mejilla. 
—Eres muy bueno para mí. Te amo. —Luce arrepentida ahora. 
—Quiero cuidarte tanto como me dejes. —Le doy una palmada en 
el culo—. Sube al auto; Me pondré los zapatos. 
Violet agarra las llaves del SUV y vuelvo adentro, espero hasta que 
no pueda verme antes de sonreír. Estoy ganando todo tipo de puntos. Es 
perfecto. Prepararé la cena cuando llegue a casa, y luego ella podrá ser el 
postre. En ese momento, mi comentario sobre que renuncie a su trabajo 
debería estar casi olvidado. 
Violet está en el coche devorándose su panecillo mientras me 
deslizo en el asiento del conductor. Levanta su mano para cubrirse la 
boca. —Esto está tan bueno. 
—Extra cremoso, de la manera que te gusta. —Estiro mi brazo por 
el asiento para poder frotar su nuca mientras salgo de la cochera. Los 
chicos de mantenimiento han vuelto a pasar, por lo que el camino de 
entrada está despejado, pero las calles no están en las mismas 
condiciones. 
—Tan cremoso. Siento que te debo una buena mamada o algo por 
negar a la Súper PM esta mañana. 
—Echa de menos tu boca —le digo, como si mi pene es realmente 
una persona. 
Violet lo nombró, lo viste de vez en cuando, e hizo una escultura de 
plastilina Play-Doh, así que supongo que de alguna manera se define por 
sí mismo. 
—Eso es porque en serio doy asombrosas mamadas. —Da un 
mordisco a su panecillo y el queso crema sale por la comisura de su boca, 
como lo haría el semen si hubiera decidido chuparme en el auto. 
 
39 
—Eso es verdad. —Muevo mi erección en mis pantalones para 
correr, así que sobresale, haciendo una carpa en ellos. La cabeza 
descansa sobre la base del volante, cubierta por una tela gris. 
—Guau, estás realmente entusiasmado por una mamada, ¿eh? 
—Oh, sí. Siempre estoy entusiasmado acerca de tu boca en mi 
polla. 
Violet toma otro bocado de su panecillo, ajena a mi sugerencia. O 
tal vez la ignora. Entonces trato de ser más obvio. Bajo la pretina para 
que mi erección salga, el aire frío hace que mis bolas se tensen. 
Violet baja la mirada. —¿Qué estás haciendo? 
—Dijiste que te sentías mal. Hago que sea más fácil aliviar tu 
conciencia culpable. 
—Usar más de una palabra difícil en una oración no va a hacer que 
te dé una mamada en el auto. 
Le acaricio la nuca. —Me has dado mamadas en el auto antes. 
—Sí, pero eso fue en el verano, y estábamos en carreteras 
secundarias, no en el medio de la ciudad. —Hace un gesto hacia el tráfico 
que nos rodea, que se llena rápidamente mientras discutimos. 
—Las ventanas están teñidas. Nadie puede ver. 
—Los caminos están resbaladizos. No quiero que tu atención se 
divida entre yo subiendo y bajando en tu polla y conducir. Esto no es 
Canadá, Alex. No todos aquí creen en los neumáticos para nieve. Necesito 
que te centres en nuestra seguridad, no en lo cálida y húmeda que está 
mi boca, ni en lo lejos que puedo llevar tu pene por mi garganta. 
—¿Solo por un minuto? —Estoy suplicando en este punto, pero es 
muy descriptiva, puedo imaginar lo bien que se sentirá. 
—No puedo entrar al trabajo con labios de mamada. —Se mete el 
último pedazo del panecillo en la boca, empujándolo hacia un lado por lo 
que una de sus mejillas se hincha, recordándome exactamente cómo se 
ve cuando hace lo que estamos hablando, menos el masticar.—¿Labios de mamada? 
Traga, luego se pasa el dorso de la mano por la boca para 
deshacerse de las migas. —Ya sabes, cuando están todo hinchados y 
enrojecidos, como si los hubiera estado lamiendo demasiado. Charlene 
se dará cuenta. 
—¿Por qué importaría si Charlene se da cuenta? —Él todavía está 
expuesto, pasando el rato, completamente solo, así que lo agarro y le doy 
un golpe, atrayendo la atención de Violet allí. 
—Jimmy y Dean lo notarán también. 
Esos tipos trabajan en el departamento de Violet. Los cuatro 
trabajan juntos en muchos proyectos. Me preocuparía más la cantidad 
de tiempo que pasa con ellos, excepto que una vez, Violet me informó 
 
40 
amablemente que están mucho más atraídos por mí que por ella. —
Podrías tocarlo en su lugar. —Me estremezco ante mi tono suplicante. 
Gano más de ocho millones de dólares al año. Soy capitán del 
equipo y centro. Tengo las segundas mejores estadísticas de puntaje en 
la liga. Mi polla es enorme. Soy agradable de ver, y estoy en gran 
condición física. No debería tener que suplicarle a mi prometida que me 
toque la polla; debería querer montarla cada minuto de cada día, en mis 
fantasías de todos modos. En realidad, sé que no es así como funciona la 
vida. 
—No creo que tampoco sea una buena idea tocarte. Te distraerías 
demasiado igual. Además, ya estamos aquí. —Hace un gesto hacia su 
trabajo, el cual casi paso. En cambio, aparco en doble fila y hago enojar 
a los autos que tengo detrás. 
—Te veré esta noche. —Se inclina y me besa, luego baja la cabeza 
y planta uno en la cabeza de mi pobre y palpitante polla—. Te chuparé 
más tarde. 
Salta hacia atrás sin ni siquiera una lamida o una caricia, sonríe 
alegremente. —¡Gracias por traerme! Será mejor que salga antes de que 
alguien se vuelva loco detrás de nosotros. —Le sigue el sonido de la 
bocina, entonces abre la puerta—. ¡Te amo! 
Una ráfaga de viento frío me obliga a meter mi polla dura en mis 
pantalones. —No hay problema. Nos vemos. 
Cierra la puerta y corre hacia el edificio, dejándome solo a mí y mis 
furiosas bolas azules. Otra bocina estalla detrás de mí, así que saco mi 
pie del freno y me muevo. Mantengo una mano en el volante y con la otra 
sostengo mi mango todo el camino a casa. 
Tan pronto como estoy adentro, me masturbo, apoyándome contra 
la puerta lateral. Logro llegar a la lavandería, donde me vengo en el 
fregadero. El dolor en mis bolas lo hace menos agradable de lo que 
debería ser. Además, las manos de Violet son mucho más suaves que las 
mías, lo cual es un gran factor en lo bien que se siente. 
Cuando termino de resolver mis problemas, llamo a Darren para 
ver si quiere ir al gimnasio temprano. Tenemos una sesión de 
entrenamiento temprano esta tarde, pero mi hombro derecho no ha 
estado actuando del todo bien durante los últimos meses, y quiero hacer 
algunos ejercicios adicionales para resolver los problemas. Además, 
necesito una liberación para toda la energía que esperaba quemar hoy 
con Violet. 
Darren está de acuerdo, probablemente porque estamos en el 
mismo barco hoy: mujeres en el trabajo y nosotros en casa. Me pongo mi 
equipo de gimnasio, empaco mi bolsa de lona con ropa extra y lo recojo. 
Arroja su mochila en la parte trasera y se desliza a mi lado. 
—¿Qué tal? 
Se ajusta sus gafas de sol y me da una de sus sonrisas privadas. 
—Pasé una buena noche y una mañana aún mejor. ¿Tú? 
 
41 
Darren no es un tipo de detalles. Pero entonces, no necesita serlo. 
Su postura relajada y su tono lo dicen todo. 
—Ayer por la noche fue genial. —Sale agudo. 
—¿Tu mañana no fue bien? ¿Sacaste el tema de la boda con Violet 
otra vez o algo? 
Darren es una de las pocas personas con las que hablo 
abiertamente sobre las cosas de la boda, o la falta de cosas para la boda. 
—No lo he mencionado en semanas. 
Después del fiasco que fue nuestra fiesta de compromiso, dejé el 
tema de lado por un tiempo. Nuestras madres se fueron por la borda con 
la lista de invitados e invitaron a doscientas personas a celebrar en mi 
patio trasero. A Violet no le gusta ser el centro de atención en una 
multitud así. Terminó con un grave caso de urticaria, lo que llevó a 
establecer una fecha fuera de la mesa. 
En las vacaciones, supuse que lo habría superado, pero cada vez 
que nuestras madres empezaban a programar una fecha, Violet estallaba. 
Hemos pasado por muchos Benadryl en los últimos meses. 
Ahora entiendo que a Violet le sucedieron cosas embarazosas a lo 
largo de los años. Algo sobre un mal funcionamiento serio del 
guardarropa en la boda de su madre es todo lo que sé. Pero entiendo sus 
preocupaciones. 
Violet dice que es como la mayoría de las veces, y lo que sea que 
aparezca en su cabeza usualmente sale de su boca. Es lindo y divertido 
cuando solo somos nosotros o nuestros amigos, pero en situaciones muy 
públicas, puede ser mortificante para ella, y a veces para otras personas. 
Le he dicho varias veces que podemos mantener nuestra boda pequeña, 
pero todavía está reacia a fijar una fecha. —No progresos allí, ¿eh? —
pregunta Darren. 
—No. —Toco el volante con agitación. 
—Lo siento, hombre. Sé que quieres que esto suceda. —Su teléfono 
vibra en su bolsillo—. ¿Te importa si contesto? 
Hago un ademán. —No. Adelante. 
—Hola, sexy. ¿Qué pasa? 
Es Charlene. Darren la ha estado viendo por un largo tiempo ahora. 
Siempre fue un chico de bajo perfil, pero desde que comenzaron a salir, 
ha recibido mucha más atención de los medios. Realmente no le gusta, 
pero le gusta Charlene, por lo que trata con ello. 
—No tuviste suficiente de mí anoche o esta mañana, ¿no es así? —
pregunta en voz baja. 
Trato de no escuchar a escondidas, pero está sentado a mi lado y 
estamos en mi auto, así que es imposible. 
 
42 
—Oh, ¿en serio? —Darren hace un chasquido con su lengua—. Eso 
suena muy divertido, pero estoy de camino al gimnasio con Alex, así que 
tendrás que poner ese pensamiento en espera... Ajá... Sí, puedes venir a 
mi casa. Eso funcionará mejor de todos modos. Mmm... creo que el rojo. 
—Se mueve en su asiento—. Eso depende enteramente de ti. 
Cuando lo miro, levanta las cejas. Hay una larga pausa, durante la 
cual su sonrisa crece aún más. 
—Sabes lo que me gusta, Charlene. Bueno. Te veré alrededor de las 
seis... Estoy deseando que llegue. —Termina la llamada y guarda el 
teléfono en su bolsillo. 
—¿Las cosas se ponen serias allí? —pregunto. 
Se encoge de hombros. —Me gusta, y pasamos un buen rato juntos. 
No es una respuesta, pero así es Darren. 
—Entonces, ¿qué pasó esta mañana? —pregunta. 
—Todo estuvo bien hasta que bromeé acerca de que Vi renuncie a 
su trabajo. 
—¿Por qué harías eso? —Parece incrédulo. 
—No lo sé. Solo... los juegos fuera no son mis favoritos. No me 
gustan los largos períodos de tiempo lejos de ella, y no tiene que trabajar. 
Gano más que suficiente, ¿verdad? —Estoy buscando algún tipo de 
confirmación. Sin embargo, es probable que Darren sea la persona 
equivocada para preguntarle, teniendo en cuenta que su relación con 
Charlene no se parece en nada a mi relación con Violet. 
—¿Tiene esto algo que ver con la cuenta de Darcy? —pregunta 
Darren. 
—¿Qué? 
—La cuenta de Darcy. ¿Estás preocupado por eso? 
—¿De qué estás hablando? 
Darren me mira. —Mitch Darcy. ¿Sabes, nuestro compañero de 
equipo? 
—¿Te dijo algo? Tiene su propia maldita esposa. Necesita 
mantenerse jodidamente lejos de la mía. 
—Tranquilízate, Waters. ¿No te lo dijo Violet anoche? 
La ansiedad hace que cada músculo de mi cuerpo se tense. —
¿Decirme que? 
—Jesús, estás nervioso hoy. 
—Sí, bueno, mi prometida, que no elegirá una maldita fecha de 
boda, me negó el sexo esta mañana después de haber estado fuera por 
una semana, y ahora tienes información que yo no, así que hay algo que 
me está ocultando. 
 
43 
—No creo que te lo oculte. Aparentemente, Violet hizo una 
propuesta para su cuenta y la presentará la semana próxima. 
—Oh. ¿Eso es todo? —Cuandola esposa de Darcy, Bunny, 
descubrió que Violet maneja las finanzas de los deportistas profesionales, 
obtuvo su información de contacto. Recuerdo vagamente a Violet 
diciéndome acerca de crear una propuesta hace unas semanas. Ha tenido 
que quedarse hasta tarde un montón de veces en los últimos meses. 
—¿Qué quieres decir con eso es todo? Es un gran trato. 
—¿Lo es? ¿Cómo lo sabes? 
—Charlene me dijo. Los contadores principiantes no se presentan 
en cuentas multimillonarias. 
—Ella ya administra las cuentas de Miller. 
—Sí, pero esto es diferente. Darcy no es familia, y Bunny la solicitó 
específicamente. Charlene dijo que esto es atípico. 
—Oh. No me di cuenta de eso. Bueno, supongo que eso explica su 
reacción esta mañana. Ojalá hubiera dicho algo. 
—Me sorprende que no lo haya hecho. 
—Estuvimos algo ocupados anoche, con otras cosas. 
—Aparentemente. 
Me gusta Darcy lo suficiente. Es un buen tipo, y Bunny siempre es 
agradable. Parece ser la que está a cargo en esa relación. Tamborileo el 
volante con el dedo, tomo en cuenta mis opciones y cómo las cosas 
podrían haber sido diferentes si hubiera sabido esta información. 
—Debería hacer algo bueno por ella esta noche. Planear una cena 
o algo así. 
—Buena idea. Entonces tal vez tengas algo de acción y no estarás 
de mal humor en el hielo mañana por la noche. Realmente podríamos 
necesitar una victoria en casa. 
—Sí, lo sé. 
Si bien logramos ganar los primeros dos partidos fuera de casa, 
apenas, en este último viaje, perdimos los otros dos. Ha sido así en esta 
temporada: un montón de altibajos, y no mucha consistencia. 
Mi promedio de anotaciones también ha disminuido, y Randy 
Ballistic, que es nuevo en el equipo, ha sido responsable de más goles 
que yo últimamente. Es bueno para él, pero no tan bueno para mí. 
Estoy en silencio por el resto del viaje al gimnasio. Darren no 
presiona por conversación, lo cual es bueno porque estoy reflexionando. 
Por mucho que me decepcione que no haya escuchado esta noticia de 
Violet, también estoy un poco aliviado de que sea Darren quien me lo 
haya dicho. Me da tiempo para procesar. 
Tan emocionante como esto es para Violet, también significa que 
estará ocupada planeando la presentación esta semana. Lo que significa 
 
44 
que tendremos menos tiempo juntos. Estoy feliz por ella, porque trabaja 
duro en su trabajo, y es increíble en eso, pero esto no se trata solo de 
esta semana. Cuanto más mejore, más subirá y más tiempo nos quitará. 
Cuando era niño, mi madre siempre estaba allí: me llevaba al 
patinaje o al hockey, preparaba el desayuno, trabajaba en la tarea con 
Sunny. Siempre imaginé que sería lo mismo para mis hijos. Quiero eso 
para mi familia, y tengo la capacidad de proporcionarlo. Tal vez Violet no 
está lista para verlo de esa manera. 
Tan pronto como llegamos al gimnasio, me pongo mis auriculares 
para no tener que hablar con nadie y voy a la cinta de correr. Darren me 
deja en paz. Sabe mejor que nadie que a veces necesito tiempo para 
pensar. 
Lance Romero, uno de mis compañeros de equipo y un buen amigo 
de Miller, se sube a la caminadora a mi lado y asiente. He llegado a 
conocerlo un poco mejor en los últimos meses. Es un famoso fiestero, y 
hace un tiempo tuvo una aventura con la entrenadora del equipo, Tash, 
lo que resultó en que obtuviéramos un nuevo entrenador. Apestó para 
todos, pero desde entonces parece haberse calmado un poco. 
Me quito un auricular. —¿Cómo te va, Romero? 
—Todo bien. 
Se ve cansado, como si hubiera estado despierto hasta tarde la 
noche anterior, probablemente con una conejita. 
—¿Vas a estar listo para el juego de mañana? —pregunto. 
—Malditamente correcto. No vamos a dejar que Toronto se acerque 
a la red. —Un indicio de acento escocés aparece, eso me dice que está tan 
animado como yo por las pérdidas que hemos sufrido últimamente. 
Pasamos la mayor parte de las tres horas haciendo ejercicio, 
aunque no todo es entrenamiento pesado. Una hora de eso es 
estiramiento para mí, trabajo en las torceduras en mi hombro derecho. 
Necesito programar un masaje para más adelante en la semana para 
poder estar bien en todo. No solo este es mi brazo para lanzar, también 
es mi mano de follar con los dedos Violet. No puedo tener nada que 
interfiera con mi carrera o con mi habilidad para hacer que se venga. 
Decido ordenar comida para llevar de su restaurante favorito, así 
como una botella de champaña, sus flores favoritas y algunos chocolates. 
Eso debería cubrir todas las bases y recuperar algunos de mis puntos 
perdidos de esta mañana. También reconozco que esta oportunidad es 
un gran negocio para ella, y quiero celebrar sus logros. Entiendo que en 
este momento esto es lo que quiere, así que la apoyaré. Su ética de trabajo 
es honorable, si no siempre fácil de manejar. 
Después del entrenamiento, paso unas horas en la casa de Darren 
viendo los juegos de Toronto y planificamos nuestra estrategia para 
mañana. Llego a casa alrededor de las cuatro y media, lo que me da 
mucho tiempo para preparar las cosas para la cena romántica. Primero, 
remuevo las efigies de cartón de mí mismo del salón principal. El castor 
 
45 
de peluche gigante encuentra un nuevo hogar en la sala de estar, donde 
descubro una instalación tipo picnic frente a la chimenea. 
Mis colchonetas de entrenamiento, cubiertas con sábanas mullidas 
y almohadas, están tendidas cerca de la chimenea: es de gas, así que no 
hay que preocuparse por incendiar la casa. Papel rosado cubre el área 
circundante. Me agacho y tomo uno; tiene forma de polla, con bolas y 
todo. Algunos tienen pequeñas capas rojas pegadas a ellos en honor a 
Súper PM. 
Parece que ya la mitad del trabajo fue hecho para mí. Al parecer, 
Violet tenía algunos planes elaborados anoche. Ayer no pasé de la cocina, 
demasiado concentrado en preparar los recortes de cartón y el dormitorio 
para un serio maratón de sexo, con solo media hora para lograrlo todo. 
Junto a la pila de mantas hay una caja de rollitos de fruta. No estoy 
seguro para qué son, así que los dejo donde están y voy a la bodega. El 
champagne nunca dura mucho con Violet, así que también quiero tener 
su vino favorito a mano. 
Una vez que todo está organizado, me ducho y me afeito, tiro 
sábanas limpias sobre la cama y espero. 
La cena llega puntualmente a las seis. Lo pongo todo en el horno a 
temperatura templada, aparte de la ensalada, que va en la nevera. Ya 
está llena. Violet tiene una especie de fuente de fruta y un montón de 
salsas, que incluye chocolate y crema batida deslactosada. Muevo las 
cosas para que todo encaje. 
A las seis y cuarto estoy inquieto. Por lo general, Violet está en casa 
a esta hora, así que le envío un mensaje para verificar su estado. 
Recibo uno cinco minutos después: 
¡Saliendo del trabajo en 10! 
Está acompañado por un emoticono de cara besando. Eso es 
decepcionante. Le toma unos veinte minutos llegar a casa, y eso con buen 
clima. Comenzó a nevar de nuevo alrededor de las tres. Solo son ráfagas, 
pero la retrasarán. Eso significa que estará aquí en al menos otros 
cuarenta minutos. Si no más. Me mantengo ocupado poniendo la mesa y 
encendiendo velas. Pongo la botella de champán en hielo y descorcho un 
vino Riesling. 
A las siete menos veinte, recibo otro mensaje suyo: 
¡Lo siento, me atrasé! Estoy saliendo por la puerta ahora. En 
casa pronto <3 
Esto definitivamente no está yendo como lo planeé. Compruebo la 
cena. Todavía está caliente, así que está bien, pero ha estado en el horno 
durante casi una hora. Me imagino que no hay nada que pueda hacer 
excepto esperar, así que me dejo caer en el sofá, enciendo el televisor y 
paso canales. 
 
46 
Media hora pasa, y Violet todavía no está en casa. No quiero 
molestarla, pero estoy empezando a preocuparme. Justo cuando estoy a 
punto de enviarle otro mensaje, suena la alarma de la casa. 
—¡Estoy en casa! —dice. 
Me levanto del sofá, aliso mi camisa, que ahoraestá arrugada, y la 
saludo en la puerta lateral. Está apoyada contra la pared, quitándose las 
botas. Se quita el abrigo y lo deja caer, junto con su bolso. En el piso 
junto a ella hay una caja de archivos. 
Se aparta el cabello de la cara y abre los brazos, inclinándose hacia 
delante mientras voy a ella. Aplasta su cara contra mi pecho. —Podría 
dormirme aquí mismo. 
Mi irritación por su tardanza mengua. —¿Día largo? 
—Muy largo, y duro. Como tu polla. 
Me río. —¿Hambrienta? 
—¿Por tu pene? 
Me río de nuevo. —Para la cena, pero puedes tenerlo de postre, si 
quieres. 
Se aparta de mí. Parece hacer algo de esfuerzo. Realmente parece 
que podría desmayarse de pie. —Jimmy me consiguió comida para llevar 
de ese lugar tailandés calle abajo hace un par de horas. 
Jodido Jimmy. Arruina mi plan de cita. —Oh. 
—Lo siento. Quiero decir, si quieres pedir comida para llevar estoy 
segura de que podría tener algo pequeño. —Toca el cuello de mi camisa—
. Oh. ¿Planeabas llevarme fuera? 
—No. Yo, eh, pedí para nosotros. Darren me contó sobre la 
propuesta para la cuenta de Darcy, y pensé que podríamos tener una 
especie de celebración dual. Ya sabes, como celebrar nuestro aniversario 
y la cuenta al mismo tiempo, ya que no pudimos cenar anoche. 
—Oh, Alex, eres el más dulce. Quería decírtelo, pero luego nos 
desnudamos y obviamente me olvidé. No comí demasiado, y fue como a 
las cinco, así que puedo volver a comer. 
Desliza una mano detrás de mi cuello y me tira hacia abajo para 
un beso. Sin embargo, es rápido, sin lengua. 
—Podemos comer en la sala de estar —ofrezco—. Parece que te 
preparabas para un picnic o algo allí anoche. 
Violet muerde su labio y sus ojos se ensanchan con travesura. —
¡Oh Dios mío! ¡Me olvidé por completo de eso! Tendremos que guardar 
espacio para mi postre. 
—¿Para acompañar mi polla? 
—Mmm. —Acaricia mi bulto—. Tengo planes especiales para él. 
 
47 
Sonrío. —Me encantan los planes especiales. ¿Por qué no vas a 
sentarte a la sala de estar y te pones cómoda? Te traeré la cena. 
—¿Estás seguro de que no quieres ayuda? 
—Tengo esto bajo control. —Beso desde su cuello hasta su mejilla, 
luego la envío por el pasillo. 
Supongo que habría sido una buena idea decirle lo que planeaba 
en lugar de asumir que estaría en casa a las seis como de costumbre. Me 
desvío al comedor y limpio la mesa, apago las velas y guardo los platos 
para que no los encuentre más tarde y se sienta mal. Traigo el champagne 
y las copas conmigo a la cocina. Me lleva un tiempo encontrar la 
ensaladera. Está en el armario equivocado. 
Saco la cena del horno. Parece un poco seca, pero huele fantástico. 
Le doy a Violet una pequeña porción, en caso de que se sienta obligada a 
comerlo todo, y paso los platos a una bandeja. 
Al cruzar a la sala de estar, noto que ha cambiado la estación de 
hockey a TLC. Me detengo cuando la encuentro tendida en la cama 
improvisada junto a la chimenea. 
Su falda está en el piso, pero está usando mallas, por lo que todavía 
está vestida. Los primeros tres botones de su camisa están abiertos, con 
su sostén de encaje asomándose. Parece que está lista para divertirse. Mi 
pene también lo piensa así, y de inmediato se para por atención. Excepto 
que sus ojos están cerrados y sus labios están separados, y no porque 
tenga su mano en sus bragas. 
Pongo la bandeja sobre la mesa de centro. Su pecho sube y baja a 
intervalos regulares. Me hundo a su lado, paso un dedo por su mejilla. 
—¿Violet? ¿Bebé? —No se mueve en absoluto. 
Podría despertarla, pero obviamente está agotada de lo de anoche. 
Y probablemente estresada por presentar su propuesta para los Darcy. 
Presiono un beso en su frente, la cubro con una manta y tomo el control 
remoto. Sentado en el sofá al otro lado de la habitación, cambio el 
televisor de vuelta al hockey y me acomodo con mi cena. 
Tanto para una noche increíble de celebraciones y mamadas. 
 
 
48 
4 
 
Traducido por Mely08610 & Anna Karol 
Corregido por Beatrix 
 
Violet 
 
Me levanto a las tres de la mañana. La primera cosa que noto es 
que muero de hambre. Y que también estoy en la cama. Con Alex, lo cual 
tiene sentido considerando la hora que es. Excepto que no tengo ningún 
recuerdo de como llegue aquí. Y estoy completamente despierta, como, 
lista para empezar mi día lo cual es una locura, si considero que es casi 
la mitad de la noche. 
Alex está dormido en su lado, un enorme brazo metido debajo de la 
almohada. Y con la otra mano cubre protectoramente mi pecho. Está 
frunciendo el ceño en su sueño. Tiene un juego esta noche, y cuando está 
preocupado por su competencia, a veces se pone ansioso. Están jugando 
contra Toronto, y Alex odia desde hace mucho tiempo a uno de sus 
jugadores. 
Mi estómago retumba ruidosamente, así que me deslizo fuera de la 
cama. Un bocadillo de media noche ayudará a calmar la bestia dentro de 
mi vientre. Estoy usando una camiseta sin mangas y un par de 
calzoncillos de los comics de Marvel. No usaba esto cuando fui al trabajo 
hoy, y no recuerdo haberme cambiado. 
Confundida por mi falta de memoria, tomo mi bata de baño, deslizo 
mis pies en mis zapatillas y camino por el pasillo. La luz que proviene de 
la cocina ilumina las escaleras lo suficiente para que no me caiga. Me 
dirijo directamente a la nevera. Dentro hay unas cajas de comida para 
llevar de mi restaurante favorito, y el plato de frutas que preparé hace 
dos días. 
Hago un repaso de lo que paso cuando llegué a casa anoche del 
trabajo. Estaba cansada, eso es seguro. Después de una noche de muy 
poco sueño y muchos orgasmos para compensar el tiempo con Alex, más 
nuestra pelea antes del trabajo, pasé toda la mañana en reuniones, en la 
tarde trabajé en las cuentas de Buck y finalmente, al final del día logré 
 
49 
hacer tiempo para revisar los cambios en mi presentación para la cuenta 
de Darcy. 
No debería haber sido difícil. Todo el trabajo preliminar ya se ha 
realizado, pero es mi primera presentación, y la cuenta es enorme, así 
que no quiero joderla. Me quedé trabajando mucho más tarde lo que 
planeé. 
Alex me dijo que tenía preparada una cena agradable para celebrar 
nuestro sexo-aniversario más reciente y la cuenta de Darcy. Fui a pasar 
el rato en la sala de estar para esperarlo. Incluso, refresqué mi castor en 
el baño y luego me acosté. 
Oh mierda. 
Me dormí. 
Le debo una mamada a Alex. Probablemente más de una ahora. 
Todavía no he tenido la oportunidad de usar todas las divertidas 
golosinas y artículos que compré para celebrar nuestro sexo-aniversario. 
No es como si ya no hayamos hecho un buen trabajo celebrándolo, solo 
que tenía otros sabrosos planes para llevarlo a cabo. 
Reviso la caja para llevar. Alex ordenó pollo parmesano del lugar 
que usa queso sin lactosa. Es estúpidamente caro, pero sabe increíble, y 
no me da esos gases. Él es tan dulce y considerado. 
Me hace sentir mal por negarle sexo ayer por la mañana y luego 
burlarme de él con la perspectiva de una mamada en el auto, pero su 
falta de atención a mi trabajo es frustrante. Mi modesto salario no 
significa que mi carrera no tenga valor. Me gusta lo que hago, y también 
ayuda a las personas. Por un lado, sé que evité que Buck arruinara su 
futuro monetario, además mi mínima contribución financiera al menos 
me permite fingir que tengo algún tipo de independencia. 
Estoy viviendo en la enorme casa de Alex, conduzco el auto que me 
compro, uso ropa que su tarjeta de crédito paga, y llevo un gran 
diamante. Necesito mantener al menos una pequeña parte de mi yo 
anterior. Mi maldito trabajo es la forma en que estoy manejando esto. Soy 
buena en eso. Me da algo que hacer con mi tiempo. Tengo amigos allí, y 
algunos enemigos, pero en su mayoría están celosos. Lo que es 
comprensible. Recibo muchas ventajas, y no solo porque sé cómo 
manejar el dinero. 
Mi mamá podría ser algo hippie, pero me enseñó algunas cosas, 
como nunca ser dependiente de alguien para alimentarte.Nunca confió 
en nadie para pagar las cuentas o hacer la vida más fácil. Hicimos 
nuestra vida lo que era. En el momento que llegué a tener la edad para 
poder tener un trabajo de medio tiempo, tuve uno. Fui voluntaria, tutora, 
y siempre tenía dinero en mi cuenta del banco porque lo ponía ahí. 
No quiero terminar siendo una de esas mujeres excesivamente 
consentidas, cuya vida entera gira entorno a su hombre. No me estoy 
refiriendo a las que tienen niños, porque no puedo ni imaginarme lo que 
haces con esas cosas después de que salen disparadas de tu vagina. 
 
50 
Estrellitas doradas para ellas. Me refiero a las mujeres que existen desde 
una cita para el almuerzo o una inyección de Botox a la siguiente. El 
hecho de me haga las uñas cada tres semanas ya me parece 
excesivamente indulgente. 
Mientras odio cuando Alex está lejos, en realidad es algo bueno 
para mí. De lo contrario, probablemente dejaría de salir con mis amigas 
y solo pasaría tiempo con él. Renunciar a mi trabajo me acerca un paso 
más a esa realidad, y nunca quiero ser esa chica. 
Quiero decir, eventualmente voy a reducir las horas, o trabajar 
desde casa o algo así. Un día querré tener los pequeños bebés jugadores 
de hockey de Alex, pero eso está a muchos años de distancia. Primero 
tenemos que atar la soga. Necesito ser su grillete por un mínimo de tres 
años antes de que su súper esperma empiece a hacer su trabajo natural. 
Me imagino que podemos comenzar con uno y ver cómo nos va con eso. 
Si eso no arruina totalmente mis pechos, podemos ir por el segundo. 
El microondas suena y saco mi comida recalentada. Los bordes del 
pollo parmesano están secos y algunos de los fideos están crujientes, pero 
sigue siendo sabroso. 
Son las cuatro de la mañana cuando termino mi comida. Y todavía 
no me siento casada. Considero levantar a Alex con una mamada 
sorpresa, pero con el partido de esta noche no es una buena idea. 
Necesita estar bien descansado. Si se levanta antes que me vaya al 
trabajo, me pondré de rodillas y me ahogaré con su polla. 
Ha estado estresado desde que Balls fue intercambiado al equipo 
esta temporada. Es un delantero y más joven que Alex. Es rápido en el 
hielo y muestra su valor en el equipo. Eso le preocupa a Alex, no solo 
porque Balls es un excelente jugador, sino porque su hombro ha estado 
dándole algunos problemas últimamente, y cree que está afectando su 
juego. 
Soy consciente de que volver a la cama no tiene sentido, dejo mis 
platos en el lavaplatos y agarro mis documentos sobre la cuenta de Darcy. 
Podría trabajar un poco si estoy despierta. 
A la seis estoy cansada de nuevo. Camino en silencio al segundo 
piso para dormir una hora antes de que suene mi alarma. Alex está 
extendido en la cama, y abraza mi almohada. Me ajusto a su cuerpo, y 
de inmediato me jala hacia él, acaricia con su nariz mi cabello. Pone su 
mano en mi pecho y su polla se acurruca contra la división de mi trasero. 
Me tenso por un segundo, pero estoy utilizando ropa interior, no es como 
si pudiera intentar hacer una invasión. Además, dijo que no lo haría. 
Murmura algo y vuelve a quedarse dormido. Cierro mis ojos y me 
voy a la deriva, arrullada por la cálida comodidad de su cuerpo. 
Mi alarma suena a las siete y diez. Los brazos de Alex se aprietan 
alrededor de mi cintura cuando logro alcanzar el teléfono. 
—Si quieres una mamada mañanera, necesitas dejarme apagar la 
alarma. 
 
51 
Me suelta al instante. Me río entre dientes y apago la música a todo 
volumen de mi teléfono. Cuando me giro para mirar a Alex, ya ha quitado 
las sábanas. Su erección está erguida, como un mastil lleno de emoción. 
Sus dedos están entrelazados detrás de su cabeza, sus gruesos bíceps 
están flexionados y el contorno de su nuevo tatuaje salta con ese 
movimiento. 
Tengo que admitirlo, es malditamente sexi. Es un diseño tan genial 
con la copa y el logo de su equipo entrelazados. Fui con él cuando se lo 
hizo. Su tatuador es un maldito sueño húmedo, incluso si es súper 
intimidante. Todos los artistas en esa tienda son hermosos. Es como un 
semillero de chicos sexis cubiertos de tatuajes y piercings. 
Definitivamente iré cuando termine con el color para poder entrar en otra 
sesión. Casi me hace querer un tatuaje, excepto que duelen, y no me 
gusta el dolor. 
Levanto mi dedo. —Dame un segundo. 
—No necesitas cepillarte los dientes, está bien. —La voz de Alex 
tiembla con anticipación. 
—Solo un segundo. En serio. —Salto fuera de la cama y corro hacia 
el baño, lleno una taza pequeña con enjuague bucal, lo pongo en mi boca 
y luego lo vuelvo a llenar mientras agito y escupo. Corro de regreso a la 
cama, con cuidado de no tirar la taza con el enjuague bocal. Le doy a Alex 
la taza y trepo a horcajas sobre él. 
Paso mis manos por sus abdominales, arrastrando mis uñas 
suavemente sobre su piel camino abajo. Se estremece, y luego inclina la 
taza hacia su boca, lo agita unas cuantas veces antes de volver a escupir 
dentro. Un poco cae por su barbilla, pero se la quita y me sonríe. 
—Estoy listo. 
—Apuesto que lo estás. —Me arrastro por su cuerpo, su erección 
golpea mi estómago mientras me inclino para besarlo en los labios—. 
Siento lo de anoche. 
Estable sus manos en mi cintura —Lo siento por lo de ayer en la 
mañana. 
—Sé que no lo quisiste decir en serio, no en la manera en la que 
salió. —Le doy un beso en el centro de su pecho y me muevo más abajo, 
me detengo en cada músculo definido a lo largo de su estómago. Y 
mientras más me acerco a la polla monstruosa, levanto mi mirada. 
Los párpados de Alex bajan y gime cuando mi pecho choca contra 
la cabeza de su polla. 
Agarro mis pechos y los aprieto juntos. —¿Tal vez quieres deslizarte 
entre estos en su lugar? 
—Lo quiero todo —rechina. 
—¿Pechos, boca, castor? ¿En ese orden? 
Asiente con una sonrisa oscura. 
 
52 
—Mmm… ¿Te sientes avaricioso? 
—No tienes la menor idea. —Se incorpora rápidamente, luego me 
da la vuelta, para quedar arriba. Me quita las bragas y las arroja al borde 
de la cama. Se acomoda entre mis piernas y su monstruosa erección hace 
contacto con la Tierra del Castor. Así que, por supuesto gimo, porque 
¿qué otro sonido es adecuado para expresar mi amor por él y por su pene 
súper-especial? 
Alex me besa, su lengua caliente y mentolada. Luego agarra el 
lubricante del tocador, chorrea una cantidad generosa en su polla y 
empieza a acariciarse. Tengo el sentimiento de que voy a estar caminando 
raro esta mañana. 
 
 
 
Y no me encontraba equivocada. Después de deslizar su polla entre 
el valle de mis tetas y lamer su polla como una paleta, Alex me folló y me 
dio tres orgasmos. Vestirse no es fácil cuando mis huesos están hechos 
pudin. 
El trabajo está bien, pero se corrió la voz de que presentaré la 
cuenta de Darcy, y obtengo muchas miradas de las personas que han 
estado trabajando como esclavos mucho más tiempo que yo. Y muchas 
de esas miradas no son muy amigables. 
Charlene se detiene en mi escritorio a la hora de almuerzo. —
¿Quieres ir al frente y comer algo? 
—No puedo. Necesito trabajar en esto. —Le señalo a mi pantalla y 
luego mi escritorio. Se ve como si una bomba de papeles explotó. La 
presentación está esencialmente terminada ahora, pero estoy tan 
estresada de poder arruinarlo que no puedo dejar de revisar las 
estadísticas, dos, tres veces para asegurarme que todo está correcto para 
mi presentación con Stroker al final de la semana. 
—Sólo tómate quince minutos. Iremos por algo y regresaremos. 
Podemos comer en la sala de conferencias, y tú puedes contarme de tus 
labios de mamada de esta mañana. 
Le saco el dedo de en medio, pero cedo. 
Tiene razón. Necesito tomar un descanso. He estado en esto por al 
menos cuatro horas y mis ojos están comenzando a ponerse bizcos. 
Agarro mi abrigo y bolsa, y caminamos hacia los elevadores. Dean 
sale del baño de hombres mientras nosotras pasamos. Está usando su 
abrigo y un sombrerode fieltro. Pensé que la moda de usar sobrero pasó, 
pero parece funcionar en él. 
 
53 
—¿Señoritas, van por el almuerzo? —pregunta, caminando con 
nosotras. 
—Iremos a comprar algo y regresaremos a la oficina, eres 
bienvenido a unirte. 
—Gracias. 
—¿Dónde está Jimmy? —Él y Dean suelen estar juntos. 
Dean pone sus manos dentro de sus bolsillos. —Tiene una reunión 
con un cliente en veinte, así que también le traeré algo. 
El elevador llega y va lleno, pero logramos entrar. Quedo parada 
frente a Charlene y miro su mejilla durante todo el recorrido mientras 
ella mira el cuello de Dean. Soplo su cabello solo para molestarla. 
—Entonces, tengo que preguntar, ¿cómo se siente Waters de que 
hayas tomado la cuenta de Darcy? —pregunta Dean una vez que 
logramos salir del elevador. 
—La presentaré, eso no significa que la cuenta será mía. —
Sinceramente espero que esa cuenta sea mía, pero siempre existe la 
posibilidad de que diga algo o que lo arruine y pierda todas mis 
posibilidades. Usualmente con las cosas de trabajo logro mantenerme 
unida, a diferencia de mi vida personal, cuando mi botón de censura no 
es requerido la mayor parte del tiempo. 
—Oh, vamos Vi, sabes que si eres genial te darán la cuenta. Y 
contigo administrando la cuenta financiera de Butterson y casándote con 
Waters, lo tienes en la bolsa. —Dean no suena alentador, más como si 
estuviera irritado y celoso. 
—No manejo el dinero de Alex. 
—Pero obviamente tiene contactos, y pronto manejarás sus 
finanzas. ¿O te hará firmar un contrato prenupcial? 
—¿Me hará firmar qué? —Tropiezo cuando paso un parche 
resbaladizo en la acera y logro agarrar el brazo de Charlene para 
conservar el equilibrio. 
—Honestamente, no puedes pensar que se casará contigo sin hacer 
un contrato prenupcial. Quiero decir, vale una fortuna. Solo su casa debe 
valer unos dos punto cinco millones y todas las otras propiedades que 
posee, ¿más lo del banco? 
Le frunzo el ceño. —Nunca ha mencionado un contrato prenupcial. 
—Ni siquiera han fijado una fecha, Dean —espeta Charlene. 
—Sólo estoy diciendo. No te sorprendas si lo hace. Está protegiendo 
sus activos. Difícilmente puedes culparlo. 
No digo nada en respuesta. Obviamente no deseo aprovecharme de 
Alex si nuestra relación no funciona en la manera que nosotros 
queremos, pero un prenupcial parece mucho como si fracasar es una 
expectativa. Eso indica de nuevo porque debo de mantener este trabajo. 
 
54 
No puedo imaginarme quedarme sin nada y sin ninguna perspectiva de 
empleo. Supongo que puedo ver el punto de Dean, pero sería doloroso si 
Alex dejara caer algo así sobre mí sin ni siquiera discutirlo primero. 
Especialmente porque constantemente me está dando dinero. Me 
pide que compre cosas sexys para una de nuestras noches de citas y 
luego deja caer tres mil dólares a mi cuenta. ¿Qué clase de ropa sexual 
compraré? Uno de estos días voy a deslumbrar mi vagina con cristales de 
Swarovski para ser arrogante. 
—Entonces, de todos modos, volviendo a mi pregunta original... —
Dean me observa expectante. Cuando lo miro inexpresivamente, pone los 
ojos en blanco—. ¿Waters? ¿Cómo se siente con respecto a la cuenta de 
Darcy? 
—Está feliz por mí, ¿creo? —A pesar de sus repetidos comentarios 
sobre dejar mi trabajo, quería celebrar que llegara a presentar la cuenta, 
así que eso tiene que ser bueno. 
—¿En serio? Eh. —Dean levanta sus perfectamente arregladas 
cejas de villano y abre la puerta del café, guiándonos a Charlene y a mí 
delante de él. 
Acepto su caballerosidad. —¿Qué se supone que significa eso? 
Dean parpadea inocentemente. —Nada. 
Nos ponemos en la fila, y miro a Charlene, quien hace un trabajo 
terrible al ignorarme mientras lee el menú. Señala con entusiasmo el 
especial. —¡Oh, mira! ¡Tienen quiche de champiñones! 
Arrugo la nariz. —Los champiñones son repugnantes. Me 
recuerdan a cabezas de pollas cortadas. 
Dean hace un sonido de náuseas. —Necesitas un terapeuta, Violet. 
—Las personas que comen hongos necesitan terapeutas —
respondo. 
—¡Shh! —Señala Charlene. 
Ruedo mis ojos; es una cafetería ruidosa. —A nadie le importa mi 
aversión a los hongos con forma de falo. 
Una pequeña anciana frente a nosotros se gira para mirar. 
Supongo que sus audífonos están funcionando bien. Le sonrío hasta que 
mira hacia otro lado, y luego me dirijo a Charlene—: Entonces, no lo 
entiendo. ¿Cuál es el asunto con la cuenta de Darcy? Quiero decir, aparte 
de que todo el mundo esté enfadado que podría obtenerla, aunque no 
tengo ninguna experiencia real tratando con grandes cantidades de 
dinero, aparte de la de Buck. 
Ella y Dean intercambian otra mirada. 
Levanto las manos en señal de frustración. —En serio, ustedes dos, 
si intentan estar de incógnito acerca de esta mierda, están fallando. ¿Cuál 
es el maldito asunto? 
 
55 
Dean intenta sonreír, pero parece más un extraño tic facial. —
Supongo que no has escuchado los rumores. 
—¿Qué rumores? —A veces Dean es peor con los chismes que una 
chica de trece años. De vez en cuando, su estilo también me recuerda a 
ese grupo de edad en particular. 
—Son swingers. 
Parpadeo hacia él. Está ruidoso aquí. Tal vez lo escuché mal. —
¿Perdón? 
—Swingers —lo dice lentamente, convirtiéndolo en dos sílabas, 
como si fuera una idiota, lo cual, sin duda a veces soy. Pero está siendo 
un pendejo, y no de una manera divertida. Más de una manera 
intencionalmente antagónica. 
—Asumo que no quieres decir que tienen un fetiche de trapecistas 
o algo así. 
—No. 
—Entonces, ¿se acuestan con las parejas de otras personas? —
¿Quién diablos hace eso en esta década? 
—Ese es el rumor. 
—Bueno, ¿de dónde vino el rumor? ¿Y cómo sabes que es verdad? 
Quiero decir, seamos racionales. La gente solía pensar que Alex era un 
mujeriego que dormía con tres chicas en una noche, y todos sabemos que 
eso no es cierto. 
—Pero no lo sabemos realmente, ¿verdad? Sólo te dijo que no 
sucedió, y tú le crees —señala Dean. 
—Refutó la evidencia, y la gente que estuvo con él esa noche lo 
corroboró —respondo. 
—Y todas esas personas son su gente. Como su hermana. —Dean 
alza la ceja del villano de nuevo—. Por supuesto que defendería su 
posición. 
—¿Su posición? —resoplo, a pesar de que mi estómago está 
haciendo horribles saltos mortales —. Este no es un caso penal. Y Sunny 
no sabe mentir. Es peor que yo. ¿Alguna vez la has visto intentando 
mentir? Es ridículo. Alex no folló a tres chicas en una noche. Fin de la 
historia. 
—Si tú lo dices. —Dean sonríe de nuevo. 
—¿Por qué estás siendo así hoy? 
—Sólo hago un punto. Usualmente hay algo de verdad en los 
rumores. Waters puede no haber follado a un montón de conejitas, pero 
seguro metió la lengua en muchas de sus bocas. Quién sabe si lo hizo 
con su pene, también. 
—¡Dean! —sisea Charlene, golpeándolo. 
—¿Qué? —Mira a su alrededor. 
 
56 
La gente está mirando, y por una vez, no soy la causa de la 
vergüenza. Pero seguro que siento los efectos. Estoy bastante segura de 
que mi cara está sonrojada. Miro al suelo y dejo que mi cabello proteja 
mi rostro de todas las miradas curiosas. 
Afortunadamente es nuestro turno en la fila. Me acerco al 
mostrador y pido un emparedado de tocino, lechuga y tomate y una 
bebida, luego me alejo. No digo nada más mientras estamos en el café, y 
Dean está ocupado en su teléfono, haciendo lo que sea que haga cuando 
aparentemente no está siendo un gilipollas conmigo. 
Una vez que tenemos nuestra comida, regresamos a la oficina. No 
estoy interesada en saber más sobre los hábitos swinger de los Darcy, los 
pensamientos de Dean sobre el historial sexual de Alex, o un potencial 
contrato prenupcial. 
—Realmente necesito volver al trabajo. Eso demoró mucho más de 
lo que esperaba. —No es una mentira total. Ir por comida tomó todos los 
veinte minutos que tenía para almorzar. 
Charlene parece estar en conflicto. —Ven y siéntate con nosotros 
durante cinco minutos antes devolver al trabajo. 
—No puedo. Tengo mucho que hacer. Está bien. Te alcanzaré más 
tarde. Tenemos el juego esta noche, de todos modos. Si no quiero tener 
que llevar una carpeta de archivos llena de trabajo, necesito volver a ello. 
—Oh, es cierto, tienen asientos geniales, ¿no? Debe ser agradable 
tener todas esas conexiones. —Dean toma un descanso de sus mensajes 
de texto, o correos, o de ver Snapchat para unirse a nuestra conversación 
nuevamente. 
—¿Olvidaste tomar tus píldoras para el síndrome premenstrual 
hoy? —pregunta Charlene. 
Dean se queda boquiabierto. Gira y sale hecho una furia por el 
pasillo. 
Charlene espera hasta que esté lejos antes de decir—: No tomes 
nada de lo que diga en serio, Vi. Creo que tiene algunas cosas personales 
en juego, y la semana pasada cometió un error de contabilidad y se metió 
en problemas por eso. Está celoso. 
—Eso no significa que pueda ser un idiota conmigo. 
—No lo estoy defendiendo. Sólo te digo lo que sé. 
—Bien. Bueno. Todavía voy a volver a mi escritorio. No necesito 
soportar eso. 
—Podría ir contigo. 
—Está bien. Realmente estaré trabajando, así que no seré 
divertida. 
—Bueno. Te veré en un rato. 
La agarro del brazo antes de irse. —Pero ¿crees que tenga razón? 
 
57 
—¿Sobre qué? 
En ese momento, algunas de las mujeres del departamento de 
contabilidad senior dan vuelta por la esquina. Sus risitas se detienen 
cuando nos ven, y se colocan sonrisas falsas para acompañar sus saludos 
falsos. 
—Nada. No importa. Te veré después del almuerzo. 
Charlene las sigue. Mirando por encima de su hombro, mete la 
lengua en su mejilla como si estuviera haciendo una mamada. Sonrío y 
espero a que desaparezca en la esquina antes de dejar caer mis hombros. 
Definitivamente estoy empezando a sentir la división entre ellas y yo. Y 
no estoy segura de cuánto me gusta eso. 
De vuelta en mi escritorio, me dejo caer en mi silla y coloco mi 
emparedado al lado de mi teclado. Salgo del abrigo, enciendo mi monitor, 
y espero mi mensaje de inicio de sesión. 
Dean tiene un punto válido. Mientras que no era un mujeriego, Alex 
se lio con muchas chicas antes de salir conmigo. Hay literalmente cientos 
de imágenes de él con su lengua en la boca de varias tipas. Ahora, no sé 
cuántas de esas chicas alguna vez colocaron sus manos bajo sus 
pantalones, o se pusieron de rodillas e intentaron hacer caer su enorme 
cañón por la escotilla, pero me imagino que hubo al menos unas pocas. 
Tal vez más que unas pocas. 
Combina esa revelación con la conversación acerca de un acuerdo 
prenupcial, y ahora me siento menos segura. Además, el rumor de que 
los Darcy son swingers es desconcertante, incluso si sólo se trata de una 
especulación. No quiero pensar en ellos follando a otras personas 
mientras presento su cartera financiera la próxima semana. 
Pensé que el swinging era popular en los años sesenta y setenta, 
cuando todo el mundo hacía tonterías y no entendía las consecuencias 
de follar a todo tipo de personas. Me estremezco ante la idea de que Alex 
ponga sus manos, o cualquier otra parte de su cuerpo, sobre la esposa 
de Darcy. 
Su nombre es Bunny. ¿Qué tan irónico es eso? También tiene 
pechos grandes. Más grandes que los míos. Aunque, creo que los suyos 
podrían ser sintéticos. No es que importe mucho. Las tetas son tetas. Si 
Alex puede agarrarlos y poner su polla entre ellas, es un hombre feliz. 
¿Qué pasa si quiere deslizar su polla entre sus tetas? ¿Qué pasa si ella 
quiere acariciar las mías? ¿Qué pasa si Mitch quiere tener sexo conmigo, 
y Alex quiere mirar? ¿Por qué mi vida de repente se convirtió en una 
porno vulgar? 
Intento concentrarme en el trabajo, pero me distraen los escenarios 
porno que involucran a Alex y Bunny. Necesito respuestas. Internet 
tendrá algunas, pero no son necesariamente confiables, como he 
aprendido con el tiempo. 
 
58 
Buck es una buena opción. Tomo mi teléfono de trabajo bajo la 
apariencia de hacer mi trabajo real y marco su número. Responde al 
tercer timbre. 
—Oye, Vi. ¿Cómo te va? 
—Bien. Maravilloso. Genial. ¿Y a ti? 
Entra en modo inmediato de hermano protector. —¿Qué pasa? 
—¿Por qué pensarías que algo anda mal? 
—¿De verdad? 
—No, en serio, ¿qué te dice eso? 
—Suenas como un chico preadolescente. 
—Tengo algo en la garganta. 
—No, no es cierto. 
—Bueno. No, no es verdad. —Necesito mejorar en la mentira. Me 
pregunto si hay clases para ese tipo de cosas. 
—Así que, ¿qué está mal? ¿Waters y tú se pelearon o algo así? 
¿Quieres que le rompa la nariz otra vez? 
—No. Por favor no hagas eso. Todavía no ronca, y si le rompes su 
bonita cara, eso podría cambiar, y me gusta dormir al lado de su sexi 
cuerpo. Especialmente cuando está desnudo, y yo estoy desnuda, y no 
hay nada más que piel caliente. —Inhalo una de esas respiraciones 
profundas y la suelto para que el sonido de Darth Vader suene cuando 
exhalo en el receptor. 
—Gracias por compartir todo eso. Sunny me dice que soy como una 
manta tibia y abrazable cuando dormimos desnudos. —Buck devuelve el 
exceso de información. 
—Eso es porque eres una manta. Una gran manta yeti. 
—Ah, ahí vamos. Lo que sea que esté mal no puede ser tan malo. 
Entonces, ¿cuál es el problema? 
—¿Mitch Darcy y su esposa son swingers? 
Buck tose, como si quizás le hubiera hecho ahogarse con algo. —
¿Dónde oíste eso? 
—No importa dónde lo escuché. ¿Es verdad? 
—Mierda. No lo sé, Vi. Hay rumores, pero siempre hay rumores, 
¿sabes? ¿Por qué estás preguntando? ¿Waters quiere que vayas a una 
cita doble con ellos o algo así? Voy a meter mi puño en el agujero de su 
polla. 
Hago un sonido de náusea. —No, Buck, Alex no quiere ir a una cita 
doble con ellos. Y por favor, no pongas imágenes de tu puño cerca de la 
polla de Alex en mi cabeza. Eso es horrible. Se supone que debo presentar 
una propuesta para la cuenta de Darcy la próxima semana, y Dean me 
dijo que son swingers. 
 
59 
—¿Quién es Dean? 
—Otro chico que trabaja aquí. 
—Oh. —Buck está en silencio por unos segundos—. Entonces, 
¿qué tienen que ver ellos siendo swingers contigo administrando su 
cuenta? 
—No lo sé. Me imagino que nada. Quiero decir, me preguntaba si 
tal vez quieren que administre su cuenta porque tienen una agenda 
secreta para que Alex y yo podamos cambiar de pareja o algo así. 
—Sí, no sé mucho sobre swinging, porque quiero ser el único que 
coma la galleta de Sunny, pero no creo que sea así como funciona todo. 
Si Darcy se dedica a joder a las mujeres de otras personas y su esposa 
quiere montar las pollas de otros, no van a perseguir a sus compañeros 
de equipo y sus parejas. Eso parece una idea súper mala. 
Asiento, a pesar de que no puede verme. Tiene razón. —¿Algo así 
como cuando te atraparon con la sobrina de tu entrenador en el baño 
público? 
—Gracias por mencionarlo. 
—Lo siento. Sabes que no es con mala intención; Sólo hago una 
comparación. 
—Realmente no creo que joder con una chica en el baño e 
intercambiar esposas sean lo mismo. 
—Sí. Lance follando a la entrenadora en el vestuario parece una 
mejor comparación. 
—Sí. Supongo. 
—¿Cómo está él, de todos modos? —pregunto. Ahora estoy 
haciendo una pequeña charla. Además, todavía sigo a Tash en Instagram, 
y sigue publicando deprimentes frases inspiradoras sobre los errores que 
las personas cometen y que no pueden recuperar, y dejar que las cosas 
se vayan, así que podría estar buscando información, un poco. 
Oigo un pitido en el fondo del lado de Buck. —Es su yo habitual. 
Bueno, no del todo, pero está bien. ¿Por qué preguntas por Lance? 
—No lo sé. Sin razón. 
—Sunny me dijo que Tash ha estado enviándole mensajes 
últimamente, preguntando por él, así que si quieres saber qué pasa entre 
esos dos, no tengo una respuesta. Lo folló, y él aun no lo supera. Eso es 
todo lo que sé. 
—Tampoco parece que ella lo haya superado. 
—Sí, bueno, fue quien lo jodió, aparentemente, y Lance es bastante 
bueno guardando rencores, así que no puedoverlo volviendo a eso, pero 
nunca se sabe. 
—Sí. Bueno. Las relaciones son muy complicadas. 
 
60 
—Sólo porque las hacemos de esa manera. —Hace un sonido 
sordo—. ¿Necesitas hablar conmigo sobre cualquier otra cosa? 
A veces Buck es sorprendentemente profundo. 
—No ahora. 
—Bueno. Bien, voy a rellenar mi cara con este guiso sobrante que 
hizo Sunny y luego iré a buscar a Balls para poder ir a la arena y 
prepararnos para el juego. 
Y a veces sólo es Buck. 
—Oh, espera. Tengo una pregunta más. 
—Dispara. 
—¿Crees que Alex solicitará un contrato prenupcial antes de que 
nos casemos? 
Buck se queda en silencio por unos segundos. —No lo sé. ¿Tal vez? 
Quiero decir, el tipo vale más de cuarenta millones, y aún le quedan tres 
años de su contrato con Chicago. Entonces vienen otros veinticuatro 
millones. Supongo que es posible, ¿tal vez incluso probable? 
Buck sabe mucho sobre el salario de Alex; Supongo que es de 
conocimiento común. —Oh. 
—No sería personal si lo hiciera, Vi. Tiene que protegerse incluso si 
ustedes dos terminan juntos para siempre. 
—Sí. 
—¿Lo mencionó o algo así? 
—No. Dean lo mencionó. 
—¿Este es el mismo tipo que te dijo que Darcy era un swinger? 
—Sí. —Veo imágenes de Darcy y su esposa de internet. Es 
realmente hermosa, curvilínea, tetona, de piernas largas. Apuesto a que 
lo deja ponerlo en su culo. Puta. 
—Este tipo suena como un perturbador de mierda. ¿Necesitas que 
vaya allí y lo ponga en su lugar? 
—Es una buena oferta, pero no es necesario que castigues a mis 
compañeros de trabajo. Yo puedo apañármelas sola. 
—Estoy casi seguro de que lo de Darcy es pura mierda, pero Alex 
lo conoce mejor que yo, ya que han jugado juntos por más tiempo. Podrías 
preguntarle. —Sigo viendo más imágenes. 
—Sí. Bueno. Debería volver al trabajo. Te veré esta noche después 
del juego. 
—Está bien, Vi. Trata de no preocuparte por la cosa del contrato 
prenupcial, o por Darcy. 
—Bien. 
 
61 
Intento concentrarme en el trabajo después de colgar, pero tengo 
la capacidad de atención de un niño pequeño con un nivel alto de azúcar. 
Y estoy emocional. Termino escondiéndome en el baño para poder llorar 
en silencio por unos minutos. Tengo una sensación horrible y no sé a qué 
atribuirla. 
El juego de esta noche será un bienvenido descanso de todo lo 
demás. Han pasado semanas desde que vi a Alex jugar en vivo. Espero 
que podamos tener momentos sexys, calientes y enérgicos después del 
partido, y mañana pueda estar exhausta por las razones correctas. No 
porque no pueda dejar de preocuparme. 
 
 
 
62 
5 
 
Traducido por Miry & Ann Farrow 
Corregido por Julie 
 
Violet 
 
Llamo a Alex alrededor de las cinco. El partido no comienza hasta 
dentro de unas horas, pero no podré verlo hasta que se acabe, y apagará 
su teléfono a las seis para poder entrar al modo juego. 
Responde la llamada al primer timbre. —Hola, ¿llegarás a casa 
temprano para poder verte antes de irme al estadio? 
—Aún no salgo, así que no creo que llegue antes de que tengas que 
irte. —Miro la pila de papeles en mi escritorio y la interminable lista de 
cosas que necesito terminar. Sí, no hay forma de que llegue a casa, 
entonces la parte de “creer” es solo para aliviar el golpe de la decepción. 
Lamentablemente, no funciona. 
—¿Qué hay con mi beso de buena suerte antes del juego? ¿Cómo 
obtendré eso de ti si no te veo antes de irme? —Su voz es baja, como 
cuando piensa en sexo. 
Cruzo las piernas cuando la fuente del castor se enciende. —Te di 
muchos besos de buena suerte esta mañana. ¿Esos no te ayudarán? 
Sus palabras salen aún más ásperas. —Eso fue hace horas. No 
cuentan. 
Es tan lindo. —¿Ninguno de ellos cuenta? ¿Ni siquiera los que le di 
a Súper PM? ¿O el que mi castor le dio? 
Alex gime. —Esa visión está grabada en mi cerebro por toda la 
eternidad. Sabes que esto significa que tengo que frotarme en solitario, 
¿verdad? 
—Prometo que castor y yo nos encargaremos de ti y Súper PM esta 
noche después del juego, ¿de acuerdo? 
 
63 
Alex suspira. —Bien. Sin embargo, ven al vestuario de camino a tu 
asiento. Me aseguraré de que sepan que vienes. 
—¿Te sientes nostálgico? ¿Quieres follarme en el vestuario otra 
vez? 
Soy recompensada con otro suspiro. —Sí, pero no es por eso por lo 
que quiero que pases por aquí. Obtendré mi beso antes de salir al hielo 
esta noche. Necesitamos una victoria, y necesito tus labios. 
Me estremezco ante su tono. Últimamente ha sido intenso en la 
cama, como cuando fue intenso en el vestuario. 
—Está bien, y después del juego puedes tenerlos en cualquier lugar 
que los quieras. 
—Me gusta el sonido de eso. 
Miro alrededor de la oficina para asegurarme de que nadie escuche 
y bajo la voz. —Mi castor ya está babeando. 
—Jodidamente me encanta lo mojada que te pones por mí. 
—Solo por ti, Alex. 
Esa es una pequeña mentira. Quiero decir, nadie me excita como 
Alex, pero no se necesita mucho para que mi castor babee. Siempre he 
sido así. 
Sin embargo, Alex no necesita saberlo, y cualquier tipo de caricia 
al ego, especialmente después de perder los últimos dos partidos, es 
bueno para su moral previa al juego. 
—Eso es correcto. Solo por mí, bebé. 
—Por ti y Súper PM. Te veré pronto, ¿está bien? 
—Ajá. Te amo, Violet. 
Cuelga antes de que pueda responder, probablemente porque está 
masturbándose. 
 
 
 
Tal como me pidió, me paso por el vestuario antes de instalarme en 
mi asiento de la primera fila en el centro del hielo, y como dijo, los tipos 
de seguridad me esperan. Por supuesto, no esperan que Charlene, Lily y 
Sunny me sigan. Y tampoco lo espera Alex. 
En lugar de ser él y yo, de repente somos ocho: cuatro olorosos y 
cachondos chicos de hockey, porque no importa cuánto laven sus 
camisetas y sus almohadillas, siempre huelen al interior de una bolsa de 
hockey, y cuatro mujeres igualmente cachondas. 
 
64 
La posibilidad de una seria follada de boca se encuentra frustrada 
por la incomodidad de demasiados testigos, al menos para mí, pero no 
parece impedir que Balls y Lily intenten hacerse venir el uno al otro con 
la ropa puesta. Me conformo con una menos agresiva mini follada de boca 
con la promesa de mas más tarde, cuando nadie mire o escuche, y Lily 
no esté gimiendo a mi lado. 
Buck tiene que quitar a Balls de encima de ella para que pueda 
terminar de prepararse. Es todo almohadillas y no camiseta, y en realidad 
es bastante entretenido. Incluso con Buck pegado a su espalda, no deja 
sola a Lily. 
—En verdad eres un Cachondo Saco de Bolas, ¿no? —pregunto. 
Sonríe, posiblemente debido a mi comentario, pero no me mira en 
absoluto. En cambio, frota el labio inferior de Lily con su pulgar. —¿Qué 
dices de no dormir esta noche, exquisita? 
—Suena divertido. —Muerde su pulgar. 
—Lo cual todos sabemos es código para sexo. Bien, vámonos, Balls. 
Tenemos un partido que jugar antes de que puedas desnudarla. —Buck 
solo tiene éxito porque Lily retrocede y Sunny arrastra a Lily detrás de 
ella, ocultándola de la vista. Eso parece sacar a Randy de su trance, para 
que puedan acorralarlo en el vestuario. 
—¿Planean encontrar un baño para follar después del juego? —le 
pregunto a Lily. 
Solo bromeo un poco. Lily y Randy parecen tener una afinidad 
extraña por hacerlo en los baños, incluso cuando hay habitaciones 
perfectamente buenas disponibles. 
—Depende de si Randy puede esperar hasta que regresemos a su 
lugar esta noche. —Lily parece extrañamente seria. 
Nos abrimos paso a través del estadio hasta nuestros asombrosos 
asientos. Mi madre y Sidney, mi padrastro, ya están ahí, hablando con 
una pareja. En realidad, Sidney habla mientras mi madre y la otra mujer 
lo miran fijamente. Siempre conoce a alguien, al ser un explorador, el 
padre de Buck y todo. Nos acomodamos en los asientos y ordenamos 
bebidas y refrigerios. 
Los juegos se han vuelto mucho más divertidos ahora que todas 
salimos con estos jugadores de hockey súper ardientesy asistimos a ellos 
juntas. No puedo creer que solía leer libros mientras jugaban. Ahora no 
puedo quitar la mirada de la acción. 
—Espero que ganen esta noche —dice Sunny desde mi izquierda, 
y sorbe lo que parece jugo. Además de no comer animales, a Sunny no le 
gusta la cerveza. No es que una cosa esté relacionada con la otra de 
alguna manera. 
Chicago necesita una victoria para recuperar algo de moral. 
Perdieron contra Buffalo cuando Lance recibió una penalización de cinco 
minutos, dejándoles con un jugador menos en el último período del juego. 
 
65 
Buffalo anotó no uno, sino dos tantos durante ese tiempo, y Chicago 
nunca recuperó la ventaja. También perdieron el partido antes de ese, 
pero no hubo una penalización para culpar, solo un juego descuidado y 
un comportamiento agresivo. 
Alex se ha mantenido fuera de la banca de castigo en su mayoría, 
pero puedo ver su frustración en el hielo cuando las cosas no van como 
le gustaría. Es difícil después de llevarse a casa la Copa; la expectativa 
de repetir lo de la temporada anterior es irrazonable, pero aún quieren la 
gloria. Llegar a la final la temporada pasada significa que tuvieron un 
receso más corto y menos tiempo para recuperarse, lo que los pone en 
desventaja esta temporada desde el comienzo. 
Añádase a eso un cambio en el entrenador del equipo: Tash, que 
entrenó a los muchachos durante los últimos dos años, fue reemplazada 
recientemente por un tipo llamado Evan Smart, y ha sido una temporada 
difícil. 
La multitud de Chicago se vuelve loca cuando el equipo sale al 
hielo. Las mujeres gritan los nombres de los jugadores con los que 
quieren desnudarse. Una chica a unas pocas filas comienza a gritar el 
nombre de Ballistic. Lily, quien logró convertirlo de un mujeriego a 
hombre de una sola vagina, se da vuelta para mirar a la cantante de 
tirolesa. Palidece y tose una palabrota, así que me doy vuelta para ver 
qué sucede. 
Hay una chica rubia vestida con muy poco, teniendo en cuenta que 
estamos en un frío estadio rodeado de hielo, sostiene un cartel hecho en 
casa. Parece algo que yo podría haber hecho al iniciar la secundaria. Una 
fotografía de ella y Randy, a color, ocupa la mitad de la cartulina. Está 
subtitulada con: ¡QUIERO SER FOLLADA4 POR BALLISTIC OTRA VEZ! 
Rodeo mi boca con las manos y grito—: ¡Buen cartel! ¡Súper 
elegante! 
Probablemente debería mantener la boca cerrada, si me baso en la 
mirada de muerte que obtengo de ella, pero su reacción alimenta mi deseo 
de golpearla con un conocido palo, aunque no del tipo que ella quiere 
agarrar. 
—¡Llegas un poco tarde! Esta chica de aquí en realidad es la dueña 
de las bolas de Balls. —Sonó más gracioso en mi cabeza. 
Lily se encorva en su asiento. Charlene mira hacia atrás para ver a 
quién le grito y me da un codazo. —¿Qué haces? 
—Ser una idiota. 
La rubia puta del hockey me muestra el dedo medio y gira su 
mirada rabiosa hacia la parte posterior de la cabeza de Lily. 
 
4 Get balled en el original. Referencia al apellido de Randy. 
 
66 
—¿Qué sucede cuando tengas que ir a orinar y te siga hasta el baño 
y te rocíe los ojos con su espray de brillo corporal? —pregunta 
tranquilamente Charlene. 
—Serás mi guardaespaldas. O haré que mi mamá venga y pueda 
mortificarla para que me deje sola. 
El equipo patina alrededor de la pista y, por supuesto, Alex hace 
una pausa para tocar el cristal y guiñarme. Darren lo sigue y se toma un 
momento para detenerse frente a Charlene. Tira de la parte delantera de 
su camiseta. Charlene se desenreda la bufanda alrededor de su cuello y 
toca el collar de perlas que lleva puesto. 
Es tan extraño que eso sea lo suyo. Ya hemos hablado de collares 
de perlas, pero pensé que era más una broma. Quizás no lo sea. Tal vez 
a Darren realmente le gusta eyacular en la garganta de ella. El collar 
sugeriría eso. En realidad, es más una gargantilla. 
Miro a Darren de nuevo a tiempo de verlo gesticular: Tu culo es mío. 
Al menos eso es lo que parece que dice. 
—Oh Dios mío. ¿Lo dejaste entrar a tu Área 51? —grito. Por suerte, 
el estadio se halla lo suficientemente ruidoso que la mayoría de la gente 
no puede oírme. 
Darren se aleja, y Charlene dirige su atención hacia mí. —¿Qué? 
—¡Tu Área 51! ¿Dejaste que Darren se acercara? 
Charlene parece confundida mientras acaricia las perlas alrededor 
de su cuello. Por mucho que constantemente le comparto mis hazañas 
sexuales, no ha estado compartiendo mucho conmigo, aparte de las 
conversaciones que hemos tenido sobre las mamadas. Obviamente, ella 
y Darren tienen sexo. A menudo. Quiero decir, dice que sí, y no tiene 
ningún motivo para mentir. 
—¿A qué se refiere ese código? —pregunta finalmente. 
—¿A qué se refiere qué código? 
Elevo la mirada para ver a Buck pasar por ahí y darle un beso a 
Sunny. Varias chicas detrás de ella comienzan a gritar como si tuvieran 
espontáneos orgasmos simultáneos. 
—¡Tranquilicen sus tetas, señoras! —grito mientras señalo a 
Sunny—. Se la folla regularmente. 
Sunny me mira con lo que parece ser horror, lo cual es apropiado. 
No puedo controlar mi boca esta noche, y solo he bebido un sorbo de mi 
cerveza. Se lo atribuyo al estrés. 
—Miller y yo no follamos. Tenemos sexo o hacemos el amor —me 
informa Sunny—. Además, tus padres están aquí. 
—Lo siento. Sin embargo, hacer el amor no suena tan rudo cuando 
tratamos con las conejitas. —Señalo con el pulgar por encima del hombro 
a las putas chillonas. 
 
67 
Sunny asiente como si esto tuviera sentido. —A veces, cuando está 
muy emocionado y yo también, tenemos sexo intenso. Es mi favorito. 
Tengo que preguntarme qué significa intenso para Sunny. No le 
preguntaré. Es una persona tan suave, así que realmente no puedo verla 
balanceándose desde las vigas. A Lily, por otro lado, puedo imaginarla 
enloquecer totalmente, teniendo en cuenta su inclinación por el amor 
público. 
—Y cuando hace buen clima, a Miller le encanta tener sexo afuera. 
—Sunny se frota los labios con la punta de una de sus finas trenzas. 
Tengo que morderme la lengua, literalmente, para evitar decir algo 
sobre cómo los yetis son conocidos por el sexo al aire libre. Por fortuna 
para Sunny, Randy me distrae cuando llega corriendo a la barrera de 
plexiglás. 
Se arroja contra ella, asustando a la gente que se encuentra al lado 
de Lily y haciendo que la rubia detrás de nosotros enloquezca. Pero se 
enfoca solo en Lily. La señala, dice algo que no podemos escuchar, y luego 
golpea las tablas un par de veces antes de alejarse patinando. 
—Es casi tan malo como tú —dice Charlene. 
—¿Cierto? Es como si fuéramos gemelos de lo inoportuno o algo 
así. —Lily sigue encorvada en su asiento, ahora con su capucha puesta. 
Encuentro su vergüenza irónica considerando la frecuencia con la 
que Randy la arrastra a la habitación más cercana con una puerta cada 
vez que ha estado ausente por más de cinco minutos. La vagina de esa 
chica tiene que estar hecha de cuero por todas las penetraciones que 
toma. 
Pero la atención y la mierda de los medios lleva algo de tiempo para 
acostumbrarse. Antes, cuando ella y Randy solían follarse en la intimidad 
de un baño o un dormitorio, Lily no tenía que lidiar con la basura 
publicitaria. Ahora son oficiales, Randy demuestra ser un jugador 
increíble y recibe atención y respaldo, lo que significa que tiene un perfil 
más alto en el mundo del hockey. 
Lily aprendió rápidamente que la gente siempre está observando, y 
que un beso caliente atrapado en el teléfono con cámara de alguien es 
todo lo que se necesita para que su relación se vuelva viral. Últimamente 
ha estado recibiendo odio de las conejitas. Es un rito de iniciación para 
las novias de los jugadores de la NHL. 
—Así que de regreso a tu Área 51 —le digo a Charlene mientras 
Toronto entra al hielo. 
—¿Qué es eso exactamente? 
Bajo la voz —Tu trasero. 
—¿Trasero? 
—Sí, trasero. 
—¿Quién incluso dice eso?68 
—Alex. Es algo canadiense. Al igual que los castores son vaginas, 
trasero es una palabra más agradable para culo. A menos que prefieras 
máquina de chocolate. 
—Trasero está bien. —Charlene toma su cerveza. 
—¿Entonces? 
—¿Entonces qué? 
—¿Darren tiene acceso a tu Área 51? —Hace frío en el estadio, así 
que no puedo estar segura, porque sus mejillas ya están rosadas, pero 
puede estar sonrojándose—. ¿Charlene? 
—¿Alex dijo algo? 
—¿Por qué Alex sabría sobre el acceso a tu Área 51? 
La cima de su cerveza de repente es muy interesante. —Ya sabes 
cómo hablan los chicos. 
Claro que sí. Pero tengo la sensación de que Charlene y yo somos 
mucho peor de lo que Alex y Darren podrían ser. O al menos yo lo soy. 
Toma unos segundos para que lo que no dice se asimile. —¡Espera un 
segundo! ¿Eso significa que Darren si tiene acceso al Área 51? 
—¡Shh! —Charlene golpea mi brazo y mira alrededor. 
Algunas personas nos miran, pero no saben de lo que hablamos. 
Bajo la voz. —¿Cómo funciona eso? Quiero decir, ¿acaso no está bien 
equipado? ¿Cómo encaja? 
—La piel se estira, Violet. 
—No tanto. —Pongo la cerveza entre mis rodillas y envuelvo mis 
dedos alrededor de mi muñeca para demostrar. 
—Darren no es tan grueso, pero sí, esencialmente. 
La miro boquiabierta, con la boca muy abierta, porque en serio, eso 
es una locura. 
—Honestamente, Vi, no es un gran asunto. No sé por qué haces 
tanto alboroto al respecto. —Se ríe y mira a su alrededor antes de 
inclinarse y bajar la voz hasta susurrar—: ¿Alex no le ha hecho cosquillas 
alguna vez a tu estrella de mar de chocolate? 
Me encuentro tomando un sorbo de cerveza cuando dice eso, así 
que lo escupo por todo el plexiglás… y en ella. Char usa mi bufanda para 
limpiarse la cara, y finjo una tos para cubrir mi accidente. 
—Es decir, seguro, Alex ha metido un dedo en mi agujero de acceso 
denegado. Y sí, se sintió bien. —Hago una pausa y considero esto por un 
momento. Lo hizo una vez. Cuando vivía en mi apartamento. Fue un sexo 
caliente. Puedo sentir el calor en mis mejillas—. Bueno, tal vez mejor que 
bien, pero hay una gran y enorme diferencia entre el tamaño de su dedo 
y su polla monstruosa. No puedo imaginarlo alguna vez metiéndolo ahí. 
Se encoge de hombros, reacia a comentar, posiblemente porque nos 
hallamos en un estadio muy público. Eso está bien. Puedo continuar esta 
 
69 
conversación yo sola. Sus expresiones faciales son las únicas respuestas 
que necesito. 
—No entiendo la fascinación. ¿Por qué las vaginas y bocas no son 
suficientes? ¿Por qué los chicos necesitan meter sus penes en todos los 
agujeros, no solo en los que encajan más fácilmente? 
—¿De qué hablan ustedes dos? —pregunta mi madre. Sidney sigue 
de pie en el pasillo, hablando con un tipo. No tengo idea de cuánto tiempo 
ha estado escuchando a escondidas. 
—¡Nada! —Charlene me mira. 
Mi mamá palmea su mano y guiña. —Está bien, mi amor. Ya sabes, 
es totalmente natural querer experimentar con el juego anal. 
—¡Mamá! 
Sonríe y pone los ojos en blanco como si fuera una mojigata por no 
querer que invadan mi trasero. 
—Ahora, Sidney tiene un gran paquete. —Mi madre hace un gesto 
hacia su entrepierna—. Pero eso no significa que sea imposible. Solo se 
necesita un poco más de trabajo para hacerlo realidad. 
Charlene está absolutamente horrorizada, basada en lo amplios 
que lucen sus ojos. No va a perdonarme pronto por esto. Tampoco creo 
que vaya a perdonarme a mí misma. Esto es probablemente lo último que 
alguna vez quise saber sobre mi madre y su vida sexual con Sidney. Y sé 
mucho. Más que cualquier hija debería, eso es seguro. 
—Gracias por eso, mamá. 
No toma la indirecta para dejar la conversación, que es 
probablemente de donde proviene mi gen sin censura. En cambio, sigue 
hablando, como si fuera normal conversar con su hija adulta y mi amiga. 
—Hay algunos lubricantes excelentes que ayudan mucho. No los que 
entumecen, sino los relajantes. ¿Verdad, Charlene? 
Charlene asiente y toma un trago gigante de su cerveza. 
—Espera. ¿Hay diferentes tipos de lubricante? Es decir, ¿aparte de 
las cosas normales? 
Charlene baja su cerveza y me dispara dagas de odio. 
—¿Qué? Sé que existen cosas que son afrutadas, cosas que se 
calientan, cosas que tienen silicona, y cosas que son solubles en agua —
digo, defendiendo mi conocimiento sobre el lubricante. 
—¡Deberíamos ir a comprar juguetes sexuales! —dice mi madre. 
Charlene sonríe. Es terriblemente malvada. —Tienes razón, Skye. 
Deberíamos. Y podemos llevar a Sunny y Lily. Será muy divertido. 
Podemos hacer eso para tu despedida de soltera, Vi, una vez que hayas 
elegido una fecha para la boda. 
—¡Oooh! ¡Esa es una gran idea! —Mi mamá aplaude. 
 
70 
—¿Has elegido una fecha para la boda? —pregunta Sunny, 
inclinándose. 
Me rasco la nariz con mi dedo medio hacia Charlene, quien aún 
lleva puesta su sonrisa malvada. Me vuelvo hacia Sunny. —Aún no. 
Estamos tratando de averiguar qué funciona mejor. 
Esto es algo cierto. Alex ha ofrecido un montón de fechas, todas 
fuera de temporada y completas con lugares disponibles. Mi problema es 
que quiero mantenerlo pequeño, y nuestras madres quieren que todo el 
mundo esté allí. 
Cada lugar que Alex sugirió tiene capacidad para más de 
doscientos invitados. Me gustaría que sean nuestros amigos y familiares 
inmediatos. De esa manera, si hago algo tonto, lo cual es probable, habrá 
menos testigos. 
La cara de Sunny decae. —Oh. 
—Tiene que ser fuera de temporada, por supuesto. Creo que tal vez 
el próximo verano sea mejor en lugar de este verano. Más tiempo para 
planear, ¿sabes? —digo, esperando no sonar con voz tan aguda para ella 
como lo hago para mí. 
—Sí. Por supuesto. —Me da una sonrisa pequeña. 
—Lo resolveremos pronto. 
No es que no quiera casarme con Alex. Quiero. No puedo imaginar 
mi vida sin él. Es dulce, romántico, alfa en todos los momentos correctos, 
inteligente, espléndido y tan increíble en la cama. Es todo lo que podría 
desear. Entonces, ¿por qué no puedo poner una fecha y dejar que esto 
suceda? Está relacionado con la ansiedad. 
Tuvimos una fiesta de compromiso hace varios meses, antes de que 
comenzara la temporada de hockey. Acabé con el peor caso de urticaria. 
Tomé tanto antihistamínico que estuve drogada durante dos días. 
Después de eso, Alex retrocedió, pero nuestras madres siguieron 
sobre mí durante las festividades, y terminé con urticaria otra vez. Alex 
ha esquivado la conversación desde entonces; es probable que esté 
dándome un respiro. 
Sin embargo, sé que va a volver a plantearlo pronto, y voy a tener 
que defender mi caso suavemente para que la boda sea el próximo verano 
en lugar de este verano. Cuando se propuso, dijo que podríamos tener un 
compromiso largo. No creo que dos años no sean razonables. Nos da 
tiempo de una planificación adecuada. 
Alex puede ser particular. Va a querer involucrarse en todo. Bueno, 
su mano solo toca mi vagina5, pero será muy participativo en esto, lo sé. 
Así fue con la fiesta de compromiso. Y va a querer que sea perfecto. Solo 
lo mejor de todo. 
 
5 Juego de palabras intraducible: He’s going to want his hand in all the pies. Well, his 
hand only ever goes in my pie. 
 
71 
Me sorprendería si no termina montado en un caballo blanco, 
vistiendo una armadura como si hubiera salido de un cuento de hadas. 
Es tan romántico. A veces me siento como el hombre en esta relación. 
Como, después del sexo, siempre quiere acurrucarse durante al menos 
quince minutos. A veces me desmayo sobre él mientras habla. 
La campana suena, atrayendo mi atención a la pista, y los chicos 
toman el hielo con Alex enfrentando el centro. Me encanta verlo jugar. Mi 
castor babea tanto. Y tenemos el mejor sexo después de los juegos, gane 
o pierda. Es más necesitado cuando pierde y más agresivo cuando gana. 
Me gusta de ambas maneras. Me gusta en todos los sentidos, en realidad. 
Alex toma elcontrol del disco y patina hacia el portero. Se lo pasa 
a Darren, quien evita fácilmente la defensa del equipo contrario. Alex y 
Darren han estado jugando juntos por años, así que conocen los 
movimientos del otro. A estas alturas también deberían ser predecibles 
para sus oponentes, pero elaboran estrategias cada semana, ideando 
maneras de deshacerse del otro equipo y sacudir las cosas. 
Darren no se lo pasa a Alex de inmediato; juega con el disco, lo 
entrega a Lance, quien comprueba a un jugador de Toronto en la barda 
mientras le tira el disco a Alex. Reconozco el nombre en la parte posterior 
de su camiseta. Es Cockburn, el chico con quien Alex tuvo una pelea el 
año pasado. Fue expulsado del juego, y tuvimos sexo caliente en el 
vestuario. 
Alex está frente a la red ahora, pero su disparo pega en el poste, y 
el portero lo agarra, sacándolo del juego. 
Sacude su cabeza de manera furiosa cuando Darren se acerca para 
darle una palmada en el hombro. Está decepcionado. Estoy segura de 
que esperaba un gol rápido para mejorar la moral del equipo. 
El juego se reanuda, pero la primera mitad del período permanece 
sin goles, con varios fallidos goles cercanos para Chicago. Luego, Toronto 
anota con cuatro minutos restantes en el período. 
Alex no está feliz. Pasa una mano agresiva por su cabello mientras 
él y Darren hablan de cerca. Están hombro con hombro, y Darren está 
tranquilo y calmado, mientras que Alex no. Mi hombre puede ponerse 
nervioso cuando siente que no está funcionando lo suficientemente bien. 
Odia decepcionar a la gente. 
Estoy tan ocupada observando a Alex y Darren, que me pierdo lo 
que sucede en el hielo hasta que Lily salta de su asiento. 
Golpea sus puños contra la barrera de plexiglás. —¡Diablos sí, 
cariño! ¡Ese es mi hombre! 
Observo la escena: Randy está sonriendo ampliamente y recibiendo 
palmadas, y el puntaje ha sido empatado. Aplaudo y vitoreo, vigilando a 
Alex. Ha estado luchando últimamente con el lugar de Randy en el 
equipo. 
Alex dice que es material de capitán. Alex podría ser más ágil, pero 
tiene que trabajar mucho más para mantener el ritmo que solía tener. Y 
 
72 
es fácil hablar de lo que quiere hacer cuando termine de jugar, pero la 
realidad es mucho más difícil de aceptar. Está recibiendo muchos 
respaldos, y tiene algunos años más con Chicago, pero después de eso, 
pues, nunca hay garantía de que renovarán, o de que tendrá muchas más 
temporadas en el hielo. 
Creo que esa es parte de la razón por la que está presionando tanto 
para una boda. Quiere algo para estar ansioso. Quiere seguridad y 
sentirse tranquilo porque su trayectoria de hockey está cambiando. Eso 
es lo difícil del hockey; es una carrera corta, dura para el cuerpo y el ego. 
Alex palmea a Randy en el hombro cuando se cruzan. La sonrisa 
de Randy es enorme, al igual que la de Lily cuando se vuelve para decirle 
algo a Sunny. 
El gol es excelente para Chicago, los ayuda a sobrellevar todo hasta 
el final del segundo período. Desafortunadamente, Toronto logra otro gol 
mientras Alex está en el hielo al comienzo del tercero, empatando el juego 
nuevamente. 
Su frustración consigo es obvia mientras intercambia con Randy. 
Esta vez, Randy tampoco anota. No estoy segura de si esto es bueno o 
malo. Chicago necesita la victoria. Con tres minutos restantes en el juego, 
Alex regresa. 
Toma el control del disco de inmediato, volando por el hielo con un 
enfoque singular. Quiere tanto esto; que es doloroso mirar. Patina 
alrededor de los jugadores, moviendo el disco a medida que avanza. Está 
tan absorto en acercarse a la red, que no ve a Cockburn acercándose 
desde la derecha. 
Los muchachos hablaban de él el otro día. Junto con Lance están 
luchando por el primer puesto en la liga por el número de sanciones y la 
mayoría de las peleas. Hace que Alex se vea como un santo. También es 
enorme. 
Alex lo ve cuando se acerca al campo de tiro, pero la defensa de 
Toronto se ocupa de ello, bloqueando su disparo. Se lo pasa a Darren, y 
cambia de rumbo, patinando detrás de la red. 
Ahí es cuando sucede. Cockburn engancha el patín de Alex y lo 
golpea por detrás, enviándolo de cabeza a la barda. 
El crujido hace eco en el estadio. Salgo de mi asiento antes de que 
Alex golpee el hielo. Mi cerveza se escapa de mis dedos, y el contenido 
salpica mis piernas. El rugido de la multitud es ensordecedor. La rabia 
se expande y consume a los fanáticos de Chicago, cubriendo el estadio 
en una protesta explosiva. Y grito junto con ellos. 
Darren deja caer su palo y patina hacia Alex al tiempo que un 
árbitro hace lo mismo. 
No se está moviendo. 
Alex no se está moviendo. 
 
73 
Y grito. Como si estuviera en llamas. Como si el mundo estuviera 
terminando. Como si me hubiera vuelto loca. Salto y agarro el borde de 
la barrera de plexiglás que me impide llegar hasta él. Soy muy baja. No 
significa que no sigo intentando. 
La gente se reúne alrededor de Alex como un imán hasta que ya no 
puedo verlo. Entonces Randy salta la barda, sin palo. Él y Buck se alejan 
de Alex. No entiendo por qué, hasta que sigo su camino hacia el caos 
encarnado. 
Lance tiene a Cockburn en el hielo, y lo está golpeando hasta casi 
matarlo. Cuando levanta el puño, es un borrón rojo. Salpicaduras 
vibrantes manchan el hielo. Buck atrapa su puño en la siguiente subida, 
y Randy agarra a Lance por la cintura, arrastrándolo. La cara de 
Cockburn está cubierta de sangre. Podría escupir dientes mientras se 
gira hacia un lado. 
Quiero sentir algo más que una despiadada gratitud por la agresión 
de Lance, pero no puedo. 
Cuando Lance intenta ir por Randy, Randy lo pone sobre el hielo y 
lo sostiene allí con su antebrazo en su nuca. Golpean los cascos. Me 
recuerda a los toros de lidia con cuernos que chocan, excepto que, en su 
lugar, son cascos y hockey. Todo esto no lleva más que unos pocos 
segundos. 
Sigo gritando y tratando de escalar la barrera cuando un brazo 
agarra mi cintura. —¡Bájame! ¡No se está moviendo! ¡No puedo verlo! ¡Lo 
necesito! —Mis palabras salen en una corriente de tonterías a través de 
mi lloriqueo. 
—Cálmate, Violet. —La voz profunda de Sidney es fuerte en mi 
oído—. Cálmate. Tenemos que irnos, y no podemos hacer eso si estás 
enloqueciendo. 
—Vi, cariño, tenemos que irnos ya —dice mi madre suavemente, 
pero con firmeza. 
Dejo de pelear y gritar, dándome cuenta de que tienen razón. No 
puedo llegar a él de esta manera. Tenemos que dar la vuelta. Estoy 
demasiado asustada para hacer cualquier cosa que no sea agarrar los 
brazos ofrecidos por Charlene y mi madre. 
Necesito llegar a Alex. 
Mi estómago siente que el contenido corre el riesgo de reaparecer. 
Sidney lidera el camino, y me tropiezo detrás de él. Realmente no llevo mi 
propio peso. Son mi madre y Charlene las que lo están manejando. 
La voz aterrorizada de Sunny viene detrás de mí, junto con la 
calmada de Lily. Estiro el cuello para echar un vistazo a cualquier cosa, 
pero todavía no puedo ver a Alex. Los paramédicos inundan el hielo. La 
mayoría de ellos van a donde Alex está rodeado, pero uno se dirige a 
Cockburn. Él se está moviendo, entonces no es la principal preocupación. 
 
74 
Sidney saca su tarjeta de reclutador al momento que llegamos a la 
seguridad. Cuanto más nos acercamos a Alex, más frenética estoy. Me 
libero de mi madre y de Charlene, pero uno de los guardias de seguridad 
me agarra del brazo antes de que pueda llegar a algún lado. 
—¡Déjame ir! ¡Soy su prometida! —Elevo mi mano con el diamante 
monstruo. 
—No puedo dejarte entrar al hielo. —Su cara es dura. 
Tiro de su mano, pero no afloja su agarre. Sus dedos son como 
acero. No me está lastimando, pero podría, y podría lastimarme a mí 
misma si no puedo calmarme. 
Pero no estoy tranquila. Estoy desesperada y aterrorizada. Mi voz 
es ronca por todos los gritos. —¡Necesito saber que está bien! —Las 
lágrimas corren por mi rostro, nublando mi visión mientras gesticulohacia el hielo. Lo más cerca que puedo estar es el plexiglás, así que me 
aprieto contra él y observo mientras los paramédicos estabilizan el cuello 
de Alex con una de esas abrazaderas. 
Está muy lejos. Tengo demasiadas preguntas. Estoy tan asustada. 
—¿Por qué hacen eso? ¿Por qué no se mueve? —Miro a Sidney en busca 
de respuestas, pero no tiene ninguna. 
Sunny me abraza y me doy cuenta de que está tan asustada como 
yo. Es su hermano. Es mi vida. Y no tenemos idea de cuáles son sus 
lesiones o qué tan malo es. Lo levantan a la camilla y lo cargan hacia 
nosotros. 
—¡Fuera del camino! —grita el paramédico. 
Sunny y yo somos apartadas. Logro un breve vistazo de Alex. De 
su cara cenicienta. De la laceración que atraviesa el puente de su nariz. 
El rastro de sangre manchando su mejilla 
Todas esas cosas me aterrorizan, pero nada se compara con el 
miedo aplastante que me traga ante su completa y absoluta quietud. 
Y luego estamos corriendo. Sidney prácticamente me carga en 
tanto seguimos a los técnicos de emergencias médicas. Estoy agarrando 
la mano de Sunny sobre la marcha. Estoy tan desesperada por tocarlo. 
Estar cerca de él. Sentir el movimiento de su pecho y asegurarme que 
respira. Luces parpadeantes nos reciben cuando las puertas se abren de 
golpe. Están listos para él, levantando la camilla en la ambulancia, el 
cuerpo flácido de Alex se balancea con el movimiento. 
—¡Esperen! —Intento liberarme del agarre de Sidney, pero me 
agarra aún más fuerte—. Voy en esa ambulancia. 
Uno de los paramédicos levanta las manos. —Tiene que calmarse, 
señora. 
—¡Soy su prometida! ¡Tengo que ir con él! —No puedo respirar, y 
mis palabras salen forzadas. 
 
75 
—Lo siento, señora. No puedo dejarla ir en su condición. No es 
seguro. —Mira a Sidney, cuyos brazos me encuentro arañando, tratando 
de liberarme para poder estar con Alex. 
Debajo de mi histeria, sé que tiene razón, que probablemente soy 
una distracción y un peligro, pero no puedo detener el pánico. 
—No quiero que esté solo. —Estoy llorando de nuevo, luchando sin 
éxito de mantenerme calmada. 
Sunny avanza con la mano en alto. —Soy su hermana. ¿Puedo ir? 
El paramédico evalúa su estado. Está mucho más tranquila. —
Entra. Tenemos que irnos. Ahora. 
Sunny me mira, como si necesitara permiso. No puedo hablar más, 
así que muevo una mano débil hacia la ambulancia. 
Uno de los paramédicos la ayuda a subir. Ya están conectando a 
Alex a los monitores. Los hombros de Sunny caen hacia adelante; una 
palma se presiona contra su rostro, y la otra se apoya en el brazo de Alex. 
Yo debería estar allí. No puedo respirar. Él es todo para mí. 
Las puertas se cierran con un golpe fuerte, cortando mi visión, y 
alejándose con mi vida, las sirenas a todo volumen. 
Así sonaría mi corazón si también pudiera gritar. 
 
 
76 
6 
 
Traducido por AnnyR’ & Jadasa 
Corregido por Julie 
 
Violet 
 
Afortunadamente, la muchedumbre aún no ha salido del estadio 
para atascar el estacionamiento y las salidas. Sidney está conduciendo 
con mi madre en el asiento del pasajero. Estoy en la parte de atrás, entre 
Charlene y Lily. El viaje al hospital es doloroso. Siento que voy a vomitar. 
Todo mi cuerpo está entumecido e hiper alerta al mismo tiempo. 
Buck llama a mi teléfono minutos después de que salimos del 
estacionamiento. Intento responder, pero me tiemblan demasiado las 
manos como para apretar el botón. 
—Dame. Déjame atender. —Charlene suavemente saca el teléfono 
de mis manos y se lo lleva a la oreja—. Hola, Miller... Está aquí conmigo. 
Está en la ambulancia, y lo estamos siguiendo. Sunny fue con él. Vi lo 
está pasando mal. Lo sé... Sí... No. 
—Quiero. Hablar. Con él. —Tengo hipo a través de las palabras y 
extiendo mi mano. 
—Vi quiere hablar contigo. 
Charlene me pasa el teléfono. No puedo controlar el temblor. Creo 
que esto es estar en shock. Agarro mi teléfono con ambas manos y lo 
acerco a mi oreja. —¿Buck? —Sale como un horrible sollozo. 
—Shh. Está bien, Vi. Va a estar bien. —Sin embargo, su voz se está 
quebrando, así que no sé si debería creerle. 
—N-no se movía. E-él n-n-n-o… no p-p-puedo. —Me ahogo con un 
jadeo. Estoy enloqueciendo de nuevo, no es que tuviera algo bajo control 
en primer lugar. 
—Recibió un golpe, Vi. Sucede. Tienes que confiar en que estará 
bien. Nos veremos en el hospital. Todos vamos a estar allí contigo. ¿Está 
bien? 
 
77 
—¿En c-cuánto tiempo estarás allí? 
—Media hora máximo. Estamos justo detrás de ti. 
—¿Lo saben Daisy y Robbie? 
—Hablé con ellos. Están en el primer vuelo de salida. Estarán aquí 
por la mañana. 
Trato de no pensar en cuántas horas son y qué podría pasar de 
aquí a entonces. —E-está bien. 
—Va a estar bien, Vi. 
—Tiene que estarlo. 
—Pon a Lily un segundo. 
—B-bien. 
Tan pronto como le paso el teléfono a Lily, Charlene pasa un brazo 
sobre mi hombro y me lleva a su lado. Soy un desastre llorón y sollozante. 
No puedo parar, y me dificulta la respiración. —Estoy asustada. 
—Lo sé. Todos lo estamos. —Esto es lo que amo de mi mejor amiga. 
No me dice que va a estar bien cuando no sabe si eso es verdad. Solo está 
aquí para mí. 
Noto que Lily está al teléfono con Randy por su tono. Estoy llorando 
demasiado para escuchar. Parece que lleva una eternidad llegar al 
hospital. Perdemos la ambulancia en un semáforo en rojo, así que 
empiezo a entrar en pánico nuevamente. Mi madre se da vuelta en su 
asiento y extiende su mano. Quiero arrastrarme a su regazo y hacer que 
me diga que todo es un mal sueño, como si fuera una niña pequeña, 
aunque sé que no es así. 
Sidney se detiene en la entrada de emergencia y salimos en tropel. 
Tropiezo-corro a través de las puertas. El lugar está ocupado, brillante y 
ruidoso. Todo se mueve muy rápido y muy lento. 
—Vi, respira, cariño. —La mano de mi madre está en mi espalda. 
—Solo quiero verlo. —Busco el cabello rubio de Sunny, pero hay 
demasiada gente, y parece que no puedo enfocarme en nada. 
Mi mamá me guía al ingreso, que es donde encontramos a Sunny. 
No está en un estado mucho mejor que yo. 
—¿Se despertó? —pregunto. 
Su labio inferior tiembla. —Hizo un ruido cuando le pusieron la 
intravenosa, pero eso fue todo. Ha tenido una conmoción cerebral antes, 
pero nunca ha estado así… 
No tiene que decir más. Las dos empezamos a llorar otra vez, 
porque simplemente no lo sabemos. 
No hay respuestas, y todas las preguntas siguen acumulándose, 
enterrándome hasta que siento que voy a sofocarme bajo la presión. 
 
78 
Con la información médica de Alex ya revisada, no tenemos que 
pasar por el proceso de completar formularios. Una enfermera muy dulce 
nos lleva a una sala de espera privada, mientras que un equipo de 
médicos evalúa a Alex. Tendrá los mejores cuidados, pero no proporciona 
mucho consuelo cuando ninguno de nosotros tiene idea de qué tan grave 
es el daño. 
Mis rodillas se sienten débiles, así que me hundo en una de las 
sillas. —Ni siquiera entiendo lo que pasó. Un minuto estaba bien y al 
siguiente… ¿y si…? —No termino la declaración. No puedo pensar en los 
y sí. Mi madre se sienta a mi lado, y Charlene está en mi otro lado. Sunny 
y Lily están acurrucadas al otro lado de la habitación. 
—¿Entonces todo lo que hizo fue un ruido? ¿No abrió los ojos? ¿Ni 
siquiera por un segundo? ¿Dijeron los encargados de la ambulancia algo? 
—Le lanzo demasiadas preguntas a Sunny, buscando algo positivo a lo 
que aferrarme en esta situación de pesadilla. 
Sunny se frota la frente. —Fue solo el ruido. Um, creen que tal vez 
tenga una clavícula rota y posiblemente un hombro dislocado. ¿Podría 
tener la columna vertebral comprimida? Les preocupa las fracturas. Y 
algún trauma en el cerebro. Dijeron algo al respecto. 
Nada de lo que dice me hace sentir mejor. —Pero usaba un casco. 
Su cerebro debería estar bien. Debería estar bien. Tiene que estar bien. 
—Las palabras se derraman en corrientes forzadas mientras trato de 
tranquilizarme. 
—Ha tenidolesiones antes. —Eso es todo lo que dice Sunny, porque 
¿qué otra cosa puede decirme? 
Asiento. Las palabras están todas trabadas, y parece que no puedo 
hablar más. Bajo la vista hacia mis manos. Siguen temblando. Enderezo 
mi anillo de compromiso, mi súper ostentoso y gigante diamante brilla en 
las horribles luces fluorescentes. Es exactamente el tipo de anillo que 
esperaba de Alex: excesivo, hermoso y mucho más de lo que merezco. No 
me permitiré considerar lo que significa si él no está bien. 
Veinticinco minutos después, lo que parece un millón de años de 
espera en el hospital, Buck aparece en nuestra pequeña sala de espera 
seguido de Randy, Darren, Lance y el entrenador. Sus figuras gigantes 
llenan la habitación, con sus profundas y bajas voces masculinas cuando 
hacen las mismas preguntas que yo. 
Sunny prácticamente cae en los brazos de Buck, sus sollozos los 
sacuden a los dos. La coloca en su regazo y acaricia su cabello, todo suave 
y dulce, tan diferente del hermanastro que conocía hace menos de un 
año. Randy se acerca a Lily, agachándose frente a ella, rozando sus 
mejillas con las yemas de sus dedos. Lily es como de la familia. Alex es 
su hermano, a pesar de que no están emparentados, por lo que está tan 
mal como Sunny, pero maneja las cosas mucho mejor que yo. 
Me sorprende cuando Darren no se dirige automáticamente hacia 
Charlene. En cambio, viene a mí. Me paro. Tengo la boca seca, las palmas 
 
79 
sudorosas, y cuando me abraza, casi me vuelvo a desmoronar. No es la 
persona que necesito en este momento, pero es mejor que ver a todas las 
personas a las que amo cuidar el uno al otro, recordándome lo que está 
en juego. 
Cuando me deja ir, Lance se coloca a su lado. Su cara está 
magullada, y su labio está ensangrentado. Tiene una venda sosteniendo 
una hendidura en su ceja. Bajo la mirada, donde sus pulgares se hallan 
enganchados en los bolsillos de sus vaqueros. Sus nudillos están 
envueltos, pero la sangre se filtra a través de ello, el rojo se extiende de 
manera desigual a través del blanco. 
—¿Has visto a un médico? Deberías ver a un médico. 
Su semi-sonrisa está distorsionada por la hinchazón en el lado 
derecho de su cara. —Sí, estaré bien. Son solo heridas superficiales. 
En este momento, escucho claramente el acento que está oculto la 
mayor parte del tiempo. 
Levanto una mano temblorosa hacia su rostro. Sus ojos brillan, 
pero no se aleja cuando presiono mi palma contra su mejilla. —Gracias 
por joder a Cockburn. 
—Valió la pena la suspensión de cinco partidos. 
Una risa burbujea en mí, pero se libera como un sollozo histérico. 
Lance, el más duro de estos chicos, el que menos conozco, pero que es 
claramente leal más allá de la comprensión, me abraza. 
—No entiendo lo que está pasando —murmuro en su pecho duro. 
—Es fuerte. Saldrá de esto. 
Solo estoy preocupada por la condición en la que estará cuando 
salga de esto. 
 
 
 
Parece como si esperáramos por siempre las noticias. Sidney ha 
desaparecido dos veces para hablar con una enfermera. Diez minutos 
después de que regresa sin noticias, Darren se levanta y sale de la 
habitación. Miro a Charlene. 
—Conseguirá respuestas —me asegura. 
No veo cómo será capaz de hacer que las cosas sucedan cuando 
Sidney no, pero la ansiedad de la nada es la peor tortura. 
Una enfermera nerviosa que ninguno de nosotros ha visto antes, 
aparece en la puerta con Darren detrás. Ella mira por encima de su 
hombro, y él sonríe. Ahora, Darren es un tipo guapo. Sus rasgos son 
 
80 
angulosos, casi severos, pero cuando sonríe, todo se suaviza y luce 
deslumbrante. 
La enfermera se vuelve hacia nosotros y esperamos. —Alex está 
respondiendo… 
Salgo de mi silla antes de que pueda terminar su oración. —¿Está 
despierto? ¿Puedo verlo? Necesito verlo. 
Levanta la mano, su sonrisa paciente y practicada. Quiero golpear 
su cara dulce. 
—Está despierto, pero los doctores necesitan terminar de colocarle 
el hombro. Tan pronto como terminen, alguien vendrá a verte. 
—¿Tiene el hombro dislocado? ¿Está bien? 
—El médico tendrá los resultados de sus rayos X y su tomografía 
computarizada en breve. 
Odio la falta de respuestas casi tanto como odio la espera. Darren 
la detiene antes de que pueda alejarse y murmura algo. En lugar de 
regresar hacia la entrada de emergencia, se dirige en otra dirección. 
—Está buscando un médico —dice en voz baja. Pero esa es la única 
forma en que Darren habla alguna vez. Suavemente. Es deliberado con 
sus palabras. Por lo general, es más observador. No sé por qué me doy 
cuenta de esto o por qué es importante. 
Quince minutos más tarde, un médico entra sosteniendo un 
portapapeles. Alex tiene lo que llama una conmoción cerebral “moderada 
a grave”. Estuvo inconsciente por más de unos minutos, lo cual es una 
gran preocupación. También experimenta una pérdida de memoria, los 
médicos lo llaman amnesia retrógrada, que aparentemente no es inusual 
para este tipo de traumatismo craneoencefálico. 
La frase traumatismo craneoencefálico causa más lágrimas. Mi 
mamá pone su brazo alrededor de mi hombro, pero estoy adormecida, de 
manera que no puedo sentir nada más que un pánico burbujeante. 
El doctor sigue hablando. La mitad es jerga médica, pero entiendo 
las partes importantes. No sufrió ninguna lesión en su médula espinal, 
gracias a Cristo. La idea de que Alex tenga que pasar el resto de su vida 
en una silla de ruedas inicia una nueva ronda de lágrimas. No puedo 
controlarme en absoluto. Debería sentirme avergonzada, pero no puedo 
encontrar en mí que me importe ser un desastre. 
Alex tiene un hombro dislocado, una clavícula fracturada y una 
costilla rota. Pudo haber sido mucho peor. Está lúcido, pero con 
analgésicos, y experimentó confusión y cierta agresividad cuando 
acababa de volver en sí. 
—¿Agresión? —pregunto. 
—No es raro tras una conmoción cerebral como esta. ¿Usualmente 
es una persona agresiva? 
—No —digo. 
 
81 
—A veces —dice Darren al mismo tiempo. 
Nos miramos el uno al otro. 
—No fuera del hockey —digo. 
Buck tose. 
—O cuando se trata de mí, o de su hermana. —Retuerzo mis manos 
a medida que más de uno carraspea—. Está bien, a veces es agresivo. 
Pero solo cuando está muy enojado. —Dios. Sueno tan a la defensiva—. 
Jamás es agresivo conmigo. Nunca. 
—Vestuario —murmura Buck. 
Giro para enfrentarlo. —¡Eso fue sexo caliente! Nunca le he tenido 
miedo. 
La habitación está en silencio, aparte del médico que tamborilea su 
bolígrafo contra su portapapeles. 
Buck suspira. —No intento ser un idiota, Vi. Solo digo, Alex tiene 
un historial de comportamiento agresivo, y aunque generalmente lo dirige 
hacia alguien que no seas tú, es importante recordar que ha sufrido una 
conmoción cerebral y, a veces, la gente se pone rara y actúa de una 
manera que generalmente no es normal en ellos después de algo como 
eso. ¿Verdad, doc? 
Los ojos del doctor se mueven entre Buck y yo, luego asiente. —A 
veces, el trauma en el cerebro causa un comportamiento atípico. Lo 
observaremos atentamente durante las próximas cuarenta y ocho horas 
y decidiremos si necesitamos vigilarlo más tiempo. Hay pruebas 
adicionales programadas para la mañana. 
—¿Qué tipo de pruebas? 
—Solo pruebas estándar luego de este tipo de lesión. 
Sé lo que dice entre líneas. Quiere asegurarse de que el cerebro de 
Alex funciona correctamente, que no haya sufrido un daño cerebral 
permanente. Más allá de ser un increíble jugador de hockey, Alex tiene 
una mente hermosa e inteligente. Es demasiado aterrador el pensar en 
esa parte de él afectada por esto. 
El médico nos permitirá verlo, pero solo se nos permite entrar de 
dos en dos, y las visitas deben ser breves. Sunny y yo seremos las 
primeras. 
—Ya no es agresivo, pero está teniendo dificultades con la memoria 
y algo de confusión, así que sean pacientes con él. 
Si Alex no puede recordarme, será como esa película de Adam 
Sandler donde van a su primera citauna y otra vez. 
Agarro la mano de Sunny cuando el doctor abre la puerta, porque 
al mismo tiempo me siento tanto aliviada como aterrada. Él está bien, 
pero no. 
—Tienes visitas, Alex. 
 
82 
No estoy preparada cuando aparece a la vista. Las luces son 
tenues, pero todavía puedo ver el daño, y eso es lo obvio. Tiene moretones 
oscuros debajo de sus ojos y el puente de su nariz tiene puntadas y una 
venda. Su brazo tiene una férula y su hombro está vendado. Puedo verlo 
debajo del camisón del hospital. Sus ojos lucen cansados y vidriosos, la 
medicación lo hace lento para reaccionar. 
Tan grande como es, se ve frágil conectado a todos los monitores y 
máquinas con pitidos. Y lo que es peor, me mira con curiosidad, no con 
familiaridad. 
Protejo mi rostro con mi cabello para que no pueda ver mis lágrimas 
frescas. Aun así, puedo verlo. La confusión es la emoción más fuerte en 
su rostro, aparte del dolor. 
—Oh, Alex —susurra Sunny entrecortadamente. 
—Me veo tan mal, ¿eh? —Rompe en una débil sonrisa. 
—Has estado más guapo —dice. Es una broma, pero sale con un 
sollozo tartamudo al final. 
Ninguna de los dos es muy buena en este asunto de “mantener la 
calma”. Ojalá pudiera ser más fuerte. 
Suelto la mano de Sunny y corro hacia él, deteniéndome cuando 
llego al lado de su cama, insegura de si debería tocarlo o en dónde. —Me 
sentí tan asustada. —Me limpio las lágrimas, pero siguen cayendo. 
Se concentra en mi mano, la que tiene la roca enorme. No sé si 
realmente sabe quién soy, o está sacando conclusiones basadas en la 
deducción. 
—Ven, nena. —Toca el borde del colchón. 
Me siento cautelosamente junto a él y tomo su mano. Hay una 
aguja intravenosa pegada a ella, y está fría y húmeda. La levanto a mis 
labios y beso sus nudillos, luego froto mi mejilla húmeda contra el dorso 
de sus dedos. 
—Te amo —le digo—. Pensé... no sabía. Fue tan rápido, y no te 
movías, y no sa-sa-sabía... —No puedo respirar lo suficientemente 
profundo como para pronunciar las palabras. 
Alex acuna mi mejilla contra su palma. —Se ve mucho peor de lo 
que es —susurra roncamente. 
No le creo. Es obvio tanto el dolor en sus ojos como en su voz. 
Sunny viene a pararse del otro lado de la cama. Alex la mira sin 
mover la cabeza. Ella le da una sonrisita, luego extiende la mano para 
apartar el cabello de su frente antes de darle un tentativo abrazo con un 
brazo. Él necesita un corte de cabello. Lo ha pospuesto por un tiempo. 
—Nos tenías preocupados —dice en voz baja. 
—Voy a estar bien. 
 
83 
Asiente, pero también está llorando, alivio mezclado con miedo. —
Mamá y papá estarán aquí por la mañana. Están bastante 
conmocionados. 
Frunce el ceño y luego se relaja. —¿Saben que estoy bien? 
—Saben que estás consciente —responde, probablemente porque 
el “está bien” es subjetivo. Alex respira y está consciente, pero eso no 
significa que honestamente se encuentra bien. 
Tras otro minuto, se vuelve claro que el hablar está consumiendo 
toda la energía de Alex. Sus parpadeos se alargan en tanto lucha para 
evitar que sus ojos permanezcan cerrados. 
Sunny dice que irá a buscar a Darren. Nadie hace que me vaya. En 
cambio, alternan en parejas, ignorando la regla de dos personas en tanto 
me siento en la cama junto a Alex, sosteniendo su mano entre las mías. 
Cada vez que entra una persona nueva; la curiosidad y confusión 
dominan su expresión. Pero siempre sonríe, aunque parece que le toma 
un minuto recordar con quién habla… a excepción de Darren y Lily. Los 
reconoce casi de inmediato. Luego de diez minutos, el médico viene a 
decirnos que Alex necesita descansar. 
No quiero ir a ningún lado, pero suena a que no me dan muchas 
opciones. Soy lenta para ponerme de pie. 
Alex me toma de la mano con fuerza. —No. 
Paso mis dedos a través de su cabello. Está grasiento, pero no me 
importa. Se encuentra lúcido y parece tener todas sus facultades. Por 
ahora. Nos han advertido que la confusión y la pérdida de memoria 
pueden persistir y volver a ocurrir. —Necesitas descansar. 
—Dormiré mejor si estás aquí. Traerán una cama plegable para ti. 
Miro al médico, quien no parece pensar que sea una buena idea, 
teniendo en cuenta su expresión tensa. 
—Es mi esposa. Se queda. 
Mi cabeza se mueve rápidamente. O quizás no tiene todas sus 
facultades. Me alegra que el doctor no pueda verme la cara, porque estoy 
segura que tengo una expresión de conmoción. Alex no me está mirando; 
fulmina con la mirada al doctor como si lo retara a decir que no a lo que 
exige, porque ciertamente no era una petición. 
—O mi esposa se queda conmigo o me voy a casa. 
—No firmaré tus documentos de alta. 
La sonrisa de Alex es tensa y cansada. —Entonces supongo que se 
quedará. 
El doctor carraspea y mira su portapapeles. Es extraño. No es que 
Alex pueda levantarse de la cama y golpearlo ni nada. O quizás puede. 
—Haré que una enfermera traiga una cama plegable y algunas 
mantas. 
 
84 
Alex afloja su agarre en mi mano, y su cuerpo se relaja. Tan pronto 
como el doctor abandona la habitación, cierra los ojos. 
Me inclino, beso su frente y susurro—: Alex, no estamos casados. 
Una pequeña sonrisa hace que su hoyuelo derecho aparezca 
brevemente. —Lo sé, pero lo estaremos, y me salí con la mía, ¿no? 
Me río un poco. —Siempre te sales con la tuya. Iré a despedirme de 
todos. Estaré de vuelta enseguida. 
—De acuerdo. —Ya está medio dormido. 
Me abrazan, incluso el entrenador. El estado de ánimo es sombrío, 
con un alivio cauteloso. Él está bien, pero qué tan bien es la pregunta. 
Para cuando regreso, la enfermera aún no trae la cama plegable y 
Alex está durmiendo otra vez. Acerco una silla al borde de la cama y apoyo 
mi mejilla sobre la sábana cerca de su mano. 
Tengo que creer que va a estar bien. Los accidentes en el hielo 
ocurren todo el tiempo, pero generalmente son moretones y dolores que 
duran unos días. Esto es muy diferente. Me hace consciente de cuán 
peligroso puede ser este juego. Y lo mucho que nunca quiero perder a 
este hombre. 
Deslizo mi mano debajo de la suya, y curva sus dedos alrededor de 
los míos. Observo cómo sube y baja su pecho, y la venda en el puente de 
su nariz. No creo que esté rota nuevamente, lo cual es bueno. Ya tiene 
una protuberancia decente. Otra fractura sería mala. Los moretones 
debajo de sus ojos se oscurecen cada vez más, y hay algo de hinchazón. 
Quiero arrastrarme a la cama con él, pero ocupa casi todo el 
espacio, por lo que me quedo en la silla, sosteniendo su mano y espero la 
cama plegable. Estoy agotada, emocional y físicamente. El miedo le hace 
eso a una persona. De manera que cierro los ojos y escucho el sonido de 
Alex respirando hasta que mi respiración coincide con la suya. 
 
 
85 
7 
 
Traducido por Dakya & Joselin 
Corregido por Julie 
 
Alex 
 
Todo duele. 
Mi cabeza se siente como si fuera a explotar. Me duele la cara, y mi 
brazo derecho y mi hombro gritan de dolor. ¿Qué mierda pasó? 
—Está bien, necesito que despiertes. Abre tus ojos. 
No conozco esa voz. 
No quiero abrir los ojos. No quiero hacer nada. Solo quiero dejar de 
sentir dolor. Hay mucho. Hago un ruido, pero eso es todo lo que puedo 
hacer. 
—Esto solo tomará un minuto. Necesito que abras los ojos, Alex. 
Alex. 
¿Ese soy yo? Eso suena bien. Es familiar de todos modos. 
Abro mis párpados. Me toma mucho esfuerzo. Mi visión es borrosa. 
La habitación está oscura, por lo que debe ser de noche, pero hay luz en 
alguna parte. Mis ojos arden. Intento levantar mi brazo para protegerlos, 
pero hay algo pesado encima. Pesado y mojado. 
—Ahí estás. Ya me empezaba a preocupar. 
Intento girar la cabeza hacia la voz, pero esto hace que las luces 
exploten detrás de mis ojos. Gimo. 
—Necesito controlar tu ritmo cardíaco y tomarte la presión arterial. 
—¿Dónde estoy? —Mi boca está demasiado seca para decir 
cualquier otra cosa. 
—Estás en el hospital, querido. ¿Recuerdas lo que pasó? 
 
86 
Esto se sientecomo una conversación que tuve recientemente. 
Parpadeo un par de veces más, aclarando mi visión. Busco en mi mente 
eventos, cosas, lugares, pero todo es confuso, indistinto. Pensar empeora 
el dolor en mi cabeza. 
Un gemido femenino vibra a través de mi mano. Bajo la mirada y 
noto que hay una chica, no, una mujer, durmiendo en una silla con su 
cabeza en la cama. Estoy acunando su mejilla en mi mano. Luce familiar, 
a diferencia de la mujer que revisa mi ritmo cardíaco. 
—Hubiera llevado a tu esposa al sofá, pero no quise despertarla —
dice la enfermera. 
¿Esposa? 
Busco en mi cerebro brumoso y lento una boda. Parece que debería 
ser un evento monumental, algo que recordaría, incluso fuera de mí como 
estoy. 
Mi esposa se frota la cara contra mi palma y gime. —Alex. 
Deslizo mi mano por debajo de su mejilla, limpio el sudor de las 
sábanas, y acaricio su cabello. Es suave. Ondas de color caoba caen sobre 
sus hombros y sobre su cuello. 
Sí. Esta mujer es mía. 
Mi cerebro podría no estar funcionando, pero mi cuerpo sí. La 
agonía en mi lado derecho disminuye a medida que la toco, como si me 
hubieran administrado morfina. 
Levanta la cabeza, con los párpados cargados de sueño en tanto 
parpadea. Se pasa la mano por la boca y se lame los labios. —¿Alex? 
Su voz borra la bruma. Los recuerdos se filtran, como el comienzo 
de una lluvia. 
Un sujetador rosa estampado de leopardo. 
Un primer beso que comenzó una búsqueda para que salga 
conmigo; té verde con leche y pastel que no debería haber comido porque 
tenía productos lácteos; mi mesa de hockey de aire; yo afuera de su 
apartamento, rogando que me deje entrar; una declaración pública; una 
propuesta; una fiesta de compromiso: amarla, estar dentro de ella, 
desearla, necesitarla. 
Puede que no sepa cómo llegué aquí, o qué pasó para ponerme en 
el hospital, pero sé que amo a esta mujer más de lo que probablemente 
sea racional. Todavía no recuerdo nada de esta aparente boda. 
—¿Bebé? ¿Estás bien? ¿Sabes dónde estás? 
—El hospital —grazno. 
—¿Sabes cómo llegaste aquí? 
Niego con la cabeza, pero esas luces blancas irrumpen en mi visión 
y se roban mis pensamientos, haciéndolos pedazos. Inhalo y gimo, 
luchando por reconstruir el mosaico de recuerdos fragmentados. 
 
87 
—¿Alex? ¿Qué te duele? 
Mi esposa coloca una gentil mano en mi mejilla. Es cálida, suave. 
Levanto la mano que no duele para mantener el contacto. 
—Todo. 
—¿Podemos darle algo para el dolor, por favor? —le pregunta a la 
enfermera, pasando los dedos de su mano libre por mi cabello. 
—Vuelvo enseguida —dice la enfermera. 
—¿Agua? —Una palabra parece ser todo lo que puedo manejar. 
—Por supuesto. —Desaparece en el pasillo, dejándonos solos. 
Levanto la mirada de nuevo mientras mi esposa se inclina y besa 
mi frente. Luego se sumerge más abajo y roza sus labios con los míos. Es 
breve, pero se siente como amor. 
—¿Recuerdas lo que pasó? —Se sienta en el borde de la cama. 
—No. 
—¿Sabes quién eres? 
—Alex. —Apoyo mi mano en su muslo. 
Está usando vaqueros. Son apretados. Es pequeña, incluso 
diminuta, pero es curvilínea y hermosa. Dios, es simplemente hermosa. 
Perfecta. 
—¿Cuál es tu apellido? 
Me lleva un segundo encontrar la información. —Waters. 
Entrelaza sus dedos con los míos y los lleva a sus labios, exhalando 
un aliento tembloroso. —¿A qué te dedicas, Alex Waters? 
—A amarte. 
Sonríe. La hace aún más bella. —Y lo haces muy bien. Pero hablo 
de tu trabajo. ¿Qué haces para ganarte la vida, además de amarme? 
Cierro los ojos y pienso. Me palpita la cabeza. —Juego hockey. 
Suelta otra larga bocanada de aire. —Eso es correcto. Juegas 
hockey profesional. Eres el capitán del equipo. 
—Para Chicago. 
—Exactamente. —Besa mis nudillos—. ¿Sabes quién soy? 
—Mía. 
Asiente, una suave sonrisa curva sus labios otra vez. Devuelvo la 
sonrisa, pero me duele la cara, así que es efímera. 
—¿Cuál es mi nombre, Alex? —Su voz es tan suave, que apenas 
escucho la pregunta sobre el sonido de las máquinas. 
Mantengo mis ojos en ella en lugar de cerrarlos. Veo morado. 
Flores. —Violet. —Una sola lágrima baja por su mejilla. La retiro con la 
yema de mis dedos—. No llores, nena. Sé todas las cosas importantes. 
 
88 
—Estaba asustada anoche —susurra. 
—Ven aquí. —Deslizo mi mano a su nuca y la impulso más cerca. 
Pone su cabeza sobre mi pecho, y la sostengo con el brazo que funciona. 
Respirar duele. Pensar duele. Todo duele. 
Todavía hay muchas piezas faltantes, como lo que sucedió para 
ponerme en este tipo de dolor, pero estoy demasiado cansado para pensar 
más. 
La enfermera regresa y me da agua, que bebo. Me siento enfermo. 
Luego engancha otra bolsa al lado de la intravenosa, presiona un botón 
y no siento nada más que calor. Violet se aleja de mí y quiero protestar, 
pero mi lengua no funciona. 
 
 
 
Me despierto un poco después confundido, desorientado y 
adolorido. Todavía es de noche y me toma un buen minuto o dos recordar 
quién soy y dónde estoy. Violet, mi prometida, quien dije era mi esposa, 
porque lo será, ha jalado una cama rodante junto a mi cama. 
Tiene el brazo estirado y los dedos agarrados a la manga de mi bata 
de hospital. Reviso el reloj. No creo que haya estado dormido por mucho 
tiempo. La enfermera sigue entrando, mirándome, alumbrando con una 
maldita luz en mis ojos. La última vez le dije que no tenía dolor. Ojalá 
hubiera mentido porque ahora sí lo tengo. 
—¿Violet? —Sale rasposo. 
Abre los ojos y se sienta. —¿Alex? ¿Estás bien? 
—¿Podemos llamar a la enfermera? —Las palabras se arrastran. 
Violet acaricia mi cabello —¿Tienes dolor? 
—Sí. 
Presiona el botón, no para llamar a la enfermera, sino para liberar 
una dosis de analgésicos. Olvidé que no necesitamos a la enfermera para 
eso. 
Violet se sienta en el borde de la cama, acariciando mi cabello. Se 
siente agradable. La medicación empieza a funcionar. Presiona sus 
cálidos labios en mi frente. —Te amo, Alex. —Se mueve como para 
levantarse. 
Agarro su muñeca. —Acuéstate conmigo. 
Mira la cama. Apenas hay espacio para ella, pero no la quiero lejos 
de mí. 
—No sé si a la enfermera le gustará eso —dice. 
 
89 
—Qué se joda la enfermera. 
—No es mi tipo. Prefiero los penes, el tuyo específicamente. 
Sonrío, a pesar de que aumenta el dolor en mi cara. Tiro de su 
muñeca y levanta los pies, estirándose cuidadosamente a mi lado. Ajusta 
las cobijas, descansando una pierna sobre la mía porque no hay espacio 
para dos cuerpos en esta cama. Está justo contra el riel de la cama, pero 
al menos ya no está fuera de mi alcance. 
Apoya su cabeza en mi pecho, y respiro profundamente cuando la 
presión hace que un dolor agudo me baje por el costado. 
—¿Estás bien? ¿Te estoy lastimando? Tal vez debería volver a la 
cama plegable. 
—No. —Mantengo mi brazo alrededor de ella. 
—Alex. 
—No. 
—Eres tan terco. —Se relaja, pero coloca su cabeza en el hueco de 
mi brazo y mi hombro, lo que no causa dolor. 
Gruño porque tiene razón. Quiero decirle que ya me paso la mitad 
de las noches sin ella a mi lado, y no estoy dispuesto a perder más, pero 
la medicación me está atontando, así que cierro los ojos. 
La próxima vez que la enfermera entra para revisarme, me echa un 
vistazo. Sostengo la teta de Violet, y su mano cubre cómodamente mi 
pene. Lo que sea. No me importa. Tengo lo que necesito justo a mi lado. 
Mi sueño se interrumpe repetidamente, y estoy exhausto y con más 
dolor cuando el sol comienza a salir. Cada vez que me despierto, estoy 
confundido de nuevo, y tengo que esperar a que regresen algunos de mis 
recuerdos. Al menos puedo recordar quién soy y quién es Violet, pero a 
excepción de lo que la gente me ha dicho, todavía no tengo nada que me 
vincule a por qué estoy acostado en esta cama. 
He recibido golpes antes, pero los recuerdos siempre han vuelto, 
incluso si ha tomado un tiempo. Es aterrador que todavía no tenga nada 
de este. Soy consciente de que demasiados golpesson malas noticias. 
Mis padres se pasan temprano en la mañana. Violet sigue medio 
dormida, acurrucada a lo largo de mi costado, cuando entran a la 
habitación. Todavía estoy sosteniendo su pecho. Muevo mi mano a sus 
costillas y le doy un pequeño apretón. Me acaricia, y la mano metida 
debajo de su barbilla se despliega y alisa mi pecho, bajando. No tengo 
forma de evitar que deslice los dedos debajo de las sábanas y agarre mi 
pene semi-duro. Me duele demasiado como para tener una erección, 
gracias a Dios. 
—Violet, cariño, despierta. Mis padres están aquí. 
Sus ojos se abren y retrae su mano como si mi pene la hubiera 
mordido. —¡Robbie! ¡Daisy! ¡Hola! —Violet se levanta y se quita las 
mantas. Lo cual estaría bien, ya que está completamente vestida, excepto 
 
90 
que mi bata de hospital ha subido durante la noche, y ahora mi pene 
semi-duro está en exhibición. 
Mi madre jadea y se voltea. 
Mi padre levanta los ojos al techo mientras Violet baja mi bata y 
vuelve a subir las sábanas, pronunciando Mierda. ¡Lo siento!, a mí. Estoy 
demasiado medicado para preocuparme, pero parece avergonzada. 
Salir de la cama es más incómodo para ella de lo que debería ser, 
pero está nerviosa, así que está aún más descoordinada que de 
costumbre. Es muy bien coordinada en el dormitorio, pero fuera de él... 
no tanto. 
—Estoy tan feliz de que estés aquí. —Abraza a mi padre, quien la 
aprieta con fuerza. 
—Ojalá fuera en circunstancias menos angustiosas, pero me alegro 
de que estemos aquí también. —Me mira, su preocupación es obvia. 
Mi madre se para con la palma de la mano cubriéndole la boca, y 
las lágrimas dejan rayas negras por sus mejillas. Debo lucir horrible. 
Se apresura, sus manos revolotean en el aire alrededor de mi cara. 
—¡Mi bebé! Oh, Dios. —Parece que quiere tocarme, pero tiene miedo de 
hacerlo—. Eso va a dejar una cicatriz. ¿Robbie? ¿Eso dejará una cicatriz? 
—Señala mi rostro. 
—Estoy seguro de que un cirujano plástico hizo eso. Apenas sabrás 
que sucedió en un par de años. —Mi papá vuelve a su conversación en 
susurros con Violet. 
—¡Pero la boda! Tendremos que cubrirlo. 
Lleva aquí menos de un minuto, y ya estamos con el asunto de la 
boda. Miro a Violet para ver su reacción, pero no parece que se haya dado 
cuenta ya que está hablando muy de cerca con mi papá. 
—Ahora tienen Photoshop, mamá, y ni siquiera tenemos fecha. 
—Si hubieras ido a las Olimpiadas como debiste, tu hermosa cara 
no se vería así. 
—¡Daisy! —reprende mi papá. 
Oh, mierda. Lo último que necesito es que mis padres discutan, o 
que Violet tenga que escuchar los proyectados sueños perdidos de mi 
mamá. 
Violet se separa de mi padre, y su expresión refleja muchas cosas: 
preocupación, estrés, ansiedad, miedo, amor. —Daisy, debes estar 
exhausta. ¿Puedo traerte algo de la cafetería? ¿Quizás te gustaría venir 
conmigo? —Me mira—. Alex, ¿necesitas algo? 
Es entonces cuando veo su sujetador rojo de encaje colgando del 
pie de la cama. Reviso su pecho. Oh sí, no lleva sujetador. Sus pezones 
están endurecidos. 
 
91 
Bajo la mirada, luego la subo de nuevo, y vuelvo a bajar hasta que 
nota su sujetador. 
Lo arrebata del final de la cama, abrazándolo a su pecho. —
¡Primero necesito usar el baño! —Cruza la habitación y cierra la puerta 
detrás de sí. Lo que me alerta sobre el hecho de que necesito hacer mis 
necesidades. Y llegar allí no va a ser fácil con toda la mierda a la que 
estoy conectado. 
—¿Está bien? —pregunta mi papá. 
—Sí. Quiero decir, la conmocionó, pero lo está manejando bien. —
Al menos, eso creo. 
—¿Estás bien? 
—Me duele, pero eso es de esperar. —Lo estoy minimizando. Tengo 
que; de lo contrario, mi madre se asustará—. ¿Vinieron directamente del 
aeropuerto? 
Mi madre asiente. —Habríamos estado aquí antes si hubiéramos 
podido. —Ajusta mi almohada y acomoda las sábanas. 
Su cabello es un desastre. Su cara está manchada. Estoy seguro 
de que ha estado en pánico desde que me vio caer sobre el hielo. Siempre 
miran mis partidos, y por lo general es una agradable velada frente al 
televisor. He asustado a mucha gente. 
—Voy a estar bien, mamá. 
Está a punto de replicar eso cuando Violet sale del baño, con 
sujetador. —Está bien, Daisy, vamos a buscar algunos bocadillos. Alex, 
debes estar muriéndote de hambre. 
Estoy demasiado drogado para pensar en la comida, pero Violet 
necesita cuidarme o mantenerse ocupada, así que le digo que lo que sea 
que me consiga estará bien. Une los brazos con mi madre y acaricia su 
mano cuando salen de la habitación. 
Mi padre espera hasta que se van antes de empezar con sus 
preguntas. —¿Recuerdas lo que pasó anoche? 
—Todavía no, pero estoy bien, papá. 
Levanta una ceja. —¿Has visto tu cara? 
—No puede ser mucho peor que cuando Buck me rompió la nariz 
—bromeo. 
Cuando se para allí, estoico, sé que tal vez sí es muy malo. 
—Necesito orinar. 
Toca la barandilla. —¿Quieres una bacinilla o el baño? 
—No voy a orinar en una bacinilla. 
—Cuarto de baño entonces. —Baja la barandilla que me impide 
caerme de la cama, no es que pudiera hacerlo porque no me he movido 
 
92 
en horas, y utiliza los controles para colocarme en una posición 
mayormente sentada. 
Gimo mientras paso las piernas por el borde. Tengo moretones en 
las pantorillas. Hay otros en mis brazos, tan oscuros que son casi negros. 
Me duelen todos los músculos del cuerpo. Me palpita la cabeza y se me 
nubla la vista. 
—¿Quieres que busque una silla? 
—Puedo caminar. 
—¿Estás seguro, hijo? 
—Tengo que caminar. 
Mi padre suspira. Está acostumbrado a mi terquedad. —Vamos a 
intentarlo, entonces. —Mueve mi intravenosa para que tenga algo que 
sostener. 
La agarro y respiro profundo antes de levantarme. Duele 
muchísimo. No hay límite para las molestias: mis piernas, mi hombro, mi 
cara, mis costillas. El dolor irradia hasta que todo lo que puedo hacer es 
respirar alrededor de las manchas blancas en mi visión y el dolor agudo 
y punzante que hace que sea imposible moverme. 
—¿Alex? —Mi papá pone una mano en mi hombro. 
—Dame un segundo. 
—Puedo conseguirte una silla. 
—Solo estoy rígido. He estado acostado durante horas. —Avanzo 
arrastrando los pies, y se me revuelve el estómago. He recibido golpes 
antes. He tenido algunos moretones y golpes, puntos de sutura, un par 
de conmociones cerebrales previas, pero no fueron nada como esto, y 
nunca me he roto nada, y mucho menos múltiples cosas. 
Sostengo la intravenosa más fuerte y doy algunos pasos con más 
cautela. No tener el uso de un brazo lo hace todo más difícil. Mi equilibrio 
está muerto, y los dolores son peores de lo que esperaba. 
Aprieto los dientes y sigo. Tres metros parecen tres kilómetros. Mi 
papá mantiene su mano cerca de mi codo. Incluso si me caigo, no podrá 
hacer nada para detenerme. El sudor gotea por mi frente y mi espalda. 
Un viaje al baño nunca ha sido tan difícil. Finalmente, llego al baño y me 
dejo caer en el asiento, respiro con dificultad. 
—Te daré un poco de privacidad y traeré una silla para el viaje de 
regreso —dice mi papá. 
No discuto. 
Cierra la puerta, y dejo caer mi barbilla. Incluso ese pequeño 
movimiento hace que mi cabeza dé vueltas. Estoy asustado. Nunca me 
he lastimado tanto. Hago mis necesidades, pero no creo que me quede la 
energía para levantarme y lavarme las manos. Todo lo que quiero hacer 
es acostarme y cerrar los ojos. 
 
93 
Un golpe en la puerta me recuerda que sigo sentado en el baño. —
Dame un minuto. 
—¿Necesitas ayuda allí? 
Es Violet. Mierda. —Estoy bien. 
Después de una pausa, dice—: Está bien. Tu papá tiene una silla 
aquí, así que cuando estés listo, puedo meterla para ti. 
Definitivamente no quiero que me vea así. —Puedes enviar a mi 
papá con eso. 
—E-está bien. 
Conversación amortiguada se filtra a través del falso panel de 
madera antes de que se abra. Mi padre vuelve al baño con la silla. Violet 
le está sosteniendo la puerta, así que termina viéndome de todosmodos, 
sentado como un idiota en el maldito inodoro porque levantarse es muy 
difícil. Baja los ojos y se gira, sus dedos dirigiéndose hacia su boca. 
Entonces la puerta se cierra, y solo somos mi padre y yo. 
Por lo general, es un hombre despreocupado, apacible, no interfiere 
mucho con mi vida y mis decisiones, pero hoy parece mucho menos 
pasivo que de costumbre. Frunce el ceño, dudando. Hay muy pocas cosas 
que odio más que parecer débil, mental o físicamente. Ahora, siento las 
dos cosas. 
Me muevo a la silla de ruedas. Mi papá tira de la cadena y me lleva 
al fregadero, donde finalmente puedo ver mi cara. Parece que he estado 
en una pelea seria. Con un camión. Tengo los dos ojos negros y los puntos 
de sutura en el puente de la nariz están oscuros con sangre, lo que hace 
que parezca peor de lo que estoy seguro que es. Mi cara está hinchada, 
sin mencionar los moretones en el lado izquierdo de mi mandíbula. 
—Fue un golpe duro, Alex. Te quitó el casco. Veíamos el partido. 
Puedes dejar de fingir que no es tan malo. 
Bueno, eso explica los puntos y la mandíbula magullada. Lavo la 
mano que puedo mover, centrándome en mis dedos. —Estoy bastante 
jodidamente asustado. 
Apoya una palma en mi hombro. —¿Estás preocupado por tu 
carrera? 
—Sí. 
—Debido a la conmoción cerebral. —Es una afirmación. 
—Nunca he tenido una tan mala. Sigo despertando confundido. —
Una conmoción cerebral seria es manejable, tal vez incluso un par, pero 
después de cierto punto, las apuestas aumentan y el impacto residual se 
vuelve demasiado arriesgado. 
—Ni siquiera sabemos la magnitud del daño, Alex, o el tiempo de 
recuperación proyectado. Concentrémonos en aceptar que no volverás a 
estar en el hielo la próxima semana y avanzar desde allí. 
 
94 
Tiene razón. Sé esto. Pero escucharlo lo hace más real de lo que 
quiero que sea. Tengo que esperar lo mejor, que es una curación rápida 
y una recuperación rápida para poder volver al juego antes de que 
termine la temporada. 
Cuando mi padre me saca del baño, encontramos a Violet y a mi 
madre teniendo una conversación susurrada. Las dos tienen los ojos 
rojos. Violet se da vuelta cuando oye que se abre la puerta y viene a mí, 
tal vez con la intención de ayudar, pero no hay nada que pueda hacer ya 
que no puede levantarme. Me las arreglo para meter mi propio culo en la 
cama, pero permito que ella y mi madre se preocupen por arroparme. 
Recibo otra dosis de drogas, y luego vuelvo a la tierra de la fantasía. 
 
 
 
Paso los próximos tres días en el hospital. Violet se niega a irse. 
Charlene y mi mamá le traen su portátil y algunos documentos para que 
pueda trabajar, y una muda de ropa, algo más cómodo que vaqueros. 
Intento decirle que puede ir a trabajar, sé que tiene esa propuesta 
que preparar, pero me dice que soy más importante que el trabajo, lo que 
me hace sentir bien y mal al mismo tiempo. 
Después de más de setenta y dos horas de observación, el médico 
me da su veredicto el domingo por la mañana antes de que me den de 
alta. Violet, mi padre y mi entrenador están conmigo cuando me da el 
resumen. Los puntos en mi cara son la menor de mis preocupaciones. El 
hombro dislocado se complica aún más por la fractura de la clavícula y 
la costilla rota. Tengo al menos cuatro semanas antes de que pueda 
comenzar cualquier tipo de rehabilitación en mi hombro, que ya me 
molestaba antes del golpe. Mi costilla tendrá que permanecer vendada 
durante las próximas tres semanas. 
La peor parte de la discusión gira en torno a mi conmoción cerebral. 
Todavía no recuerdo los eventos que llevaron al golpe o cualquier cosa 
que sucedió después. 
Los primeros recuerdos que se quedaron conmigo desde la lesión 
son cuando desperté con Violet en la cama del hospital, e incluso eso es 
confuso. Quieren vigilar de cerca mi actividad cerebral en las próximas 
semanas, probando el impacto residual, supongo. Me pone nervioso. 
Incluso si termino progresando rápidamente con rehabilitación, lo 
cual comienza a sonar poco probable, todavía pasaría un buen mes 
sentado en mi culo antes de poder comenzar a entrenar de verdad. 
Después de eso, pasarán otras cuatro o seis semanas antes de que pueda 
volver al hielo. Ya es mediados de marzo. A menos que podamos mantener 
 
95 
una sólida racha ganadora, no tenemos muchas posibilidades en las 
eliminatorias este año. 
Lo que significa que estoy fuera por el resto de la temporada. 
Con solamente tres años restantes en mi contrato, este tipo de 
lesión podría cambiar mucho. Y no en el buen sentido. 
Cumplí veintiséis recientemente. Si bien las carreras de hockey son 
cortas, nunca imaginé que la mía ya hubiera terminado. Pensé que 
tendría al menos otros cinco años antes de tomar decisiones sobre lo que 
vendrá después. He estado planeando, pero nada inmediato. Asumí que 
Violet y yo podríamos comenzar una familia para cuando mis días de 
jugar hockey terminaran. Tendríamos un par de bebés, tal vez con más 
en el camino. 
Estoy feliz de pasar el rato y ser padre en algunos años, tomar algo 
de tiempo de inactividad; para entonces, Violet podría estar trabajando 
desde casa, si es que lo hace, para que podamos viajar y disfrutar de la 
vida. Luego entraré al área de entrenamiento, si eso es algo que se siente 
bien. ¿Para qué ganaría millones de dólares para seguir trabajando si no 
tengo que hacerlo? 
Pero se supone que todo sería más tarde, dentro de unos años. Aún 
no estoy listo para detenerme. 
Me quedo callado mientras escucho la plática del doctor, asintiendo 
y acordando cuando decide lo que será un período de descanso, seguido 
de un régimen de rehabilitación bastante riguroso que comenzará dentro 
de varias semanas. Pero mi mente está dando vueltas, y todo lo que puedo 
pensar es en lo duro que trabajé para llegar hasta aquí, y cómo un golpe 
podría eliminarlo todo. 
Violet agarra mi mano, su garganta sube y baja mientras traga con 
fuerza. Le doy un apretón y me mira. Su sonrisa es débil y las lágrimas 
pesan sobre sus pestañas. Su miedo es mío. 
Espero que esta temporada sea lo único que voy a perder. 
 
 
96 
8 
 
Traducido por Anna Karol & Umiangel 
Corregido por Julie 
 
Violet 
 
Una vez que sabemos que Alex está fuera de peligro, llega a casa el 
domingo. Robbie va al aeropuerto una vez que Alex es dado de alta para 
poder llegar a tiempo a sus reuniones el lunes por la mañana. No estoy 
segura de que implican esas reuniones aparte de hablar de marihuana, 
ya que su trabajo es investigar y perfeccionar las variedades médicas de 
marihuana, pero parece necesario que esté allí. 
Daisy se queda, instalándose en un dormitorio de invitados. Le 
encanta cocinar y le encanta consentir a Alex, por lo que está 
completamente en su elemento. No estoy acostumbrada a que Alex deba 
ser atendido. 
Es generalmente autosuficiente. En todo caso, soy yo a quien 
consienten la mayor parte del tiempo. Alex se despierta temprano algunas 
mañanas para prepararme el desayuno y el café. Es quien se asegura de 
que los víveres se agreguen a la lista cuando nos estamos quedando sin 
suministros. Con él fuera de servicio, eso caerá sobre mí. ¿Estoy un poco 
consentida? Sip. Pero a Alex le gusta así. Y, sinceramente, también me 
gusta, tal vez más de lo que debería. Nunca he estado con alguien que 
me cuide de la manera en que lo hace. 
Pero eso no quiere decir que no pueda hacerlo cuando sea 
necesario. Crecer sin papá durante todos esos años significaba que mi 
madre y yo teníamos que arreglárnoslas solas. Estábamos bien. Ella tenía 
un buen trabajo, y nunca anhelé nada. Es decir, obviamente no conseguí 
el pony de mascota, pero si alguna vez hubo problemas financieros, 
nunca supe sobre ellos. Ambas trabajamos juntas e hicimos funcionar 
las cosas. 
Luego, Sidney apareció en mi adolescencia y nuestro estilo de vida 
cambió significativamente. Nos mudamos a una casa más grande. Se 
sumó un hermanastro molesto. Buck solo estuvo presentedurante unos 
 
97 
seis meses antes de ser reclutado, e incluso antes, siempre estuvo en la 
práctica de hockey, “estudiando” en su habitación con una de sus tutoras 
o saliendo con sus compañeros de hockey. 
Pasé mi tiempo tomando clases extra y estudiando con mis amigos 
nerd, o trabajando a tiempo parcial en una firma de contabilidad, porque 
incluso en la escuela secundaria me gustaba trabajar con números. 
En este momento estoy muy lejos de mis raíces autosuficientes, así 
que tener a Daisy aquí como observadora de mis deslucidas habilidades 
domésticas es preocupante. Nuestra relación comenzó tumultuosamente, 
y aunque las cosas son mucho mejores de lo que eran, Alex siempre será 
su bebé, y siempre seré la mujer que lo alejó de ella. 
Agrega a eso la presentación para la cuenta de Darcy, y estoy 
bastante segura de que pronto tendré algún tipo de crisis nerviosa. El 
señor Stroker obviamente me está dando cierta indulgencia, y 
posponemos la reunión hasta el final de la semana. Espero que para 
entonces Alex esté mejor y las cosas sean menos locas. 
De todos modos, la presentación está lista. La cargué en la cuenta 
compartida del trabajo para que Charlene pudiera revisarla, y se lo envié 
a Stroker, quien le dio el visto bueno, aparte de pequeños retoques. Sin 
embargo, a pesar de estar lista, todavía no estoy en condiciones de 
presentar una cartera multimillonaria. Por importante que sea este 
trabajo, necesito estar en casa con Alex. Y necesito dormir y una ducha 
muy larga. 
Una vez que estamos en la casa, Daisy decide que necesitamos 
comestibles, lo cual es cierto. No he vuelto desde el partido hace cuatro 
días, así que nuestras sobras son menos que frescas, y las verduras están 
marchitados de acuerdo con los estándares de Daisy. Agarra las llaves de 
mi auto, y se va. 
Aprovecharé del tiempo a solas con Alex, ya que no he tenido 
ninguno en los últimos días. Una enfermera o un médico parecían estar 
constantemente apareciendo en la habitación para ver cómo se 
encontraba, lo que provocó más de un momento casi embarazoso. 
El golpe que Alex recibió me asusta más de lo que lo dejo ver… o al 
menos más de lo que lo he dejado ver desde mi primer ataque cuando 
todo sucedió. Me temo que no solo porque se hirió, sino porque no hay 
garantía de que sea la última vez. Si se lastima así de mal otra vez, su 
carrera está terminada, y no sé qué tan bien Alex tomaría eso. 
Además, no puedo dejar de preocuparme sobre lo diferente que 
podría ser si sus heridas fueran más severas, y ya son bastante malas. 
Podría tener una cobertura médica increíble y mucho dinero, pero la vida 
puede cambiar en un instante con una lesión en la cabeza. ¿Y si Alex ya 
no era el mismo después de esto? Trato de no pensar en eso mientras 
subo las escaleras hacia nuestra habitación. Quiero animarlo, ser un 
consuelo, no una carga. 
 
98 
No he estado sola con él desde la mañana del juego. Me preocupa 
que nuestro desacuerdo sobre mi continuo compromiso con mi trabajo 
haya contribuido indirectamente a su estrés en el hielo. 
La culpa es mi mayor enemigo en este momento. Y me hace querer 
ingerir mucho lácteo, lo cual es una muy mala idea. Espero que estar en 
casa haga que Alex se sienta más normal. Y a mí. Ha estado callado desde 
que recibió la noticia de que estará ausente por el resto de la temporada. 
Estoy nerviosa acerca de cómo procesará esa información una vez que lo 
asimile completamente. 
Por todos estos motivos, y probablemente algunos más, no espero 
nada asombroso para castor cuando llego al dormitorio. Alex se cansa 
fácilmente, y todavía siente dolor, en parte porque le están quitando los 
súper asombrosos medicamentos para el dolor. Todavía tiene el Tylenol 
extra potente y un antiinflamatorio recetado, pero no tiene nada que ver 
con lo que le suministraban vía intravenosa cuando se hallaba conectado 
a las máquinas. 
Cuando entro en la habitación, Alex está tumbado en un lado de la 
cama, mirando al techo. 
—¿Puedo darte un baño? 
Sus ojos van a los míos. —¿Vas a unirte a mí? 
—Si eso te agrada. 
Su mirada recorre mi cuerpo y retrocede. —Sería genial. Mi madre 
generalmente tarda mucho tiempo cuando compra comestibles. 
—Oh, ¿en serio? 
—De verdad. 
—Voy a templar la bañera, entonces. 
—Suena bien. 
Intento, una vez más, decirle a mi castor que se calme. Alex no está 
en condiciones para un paseo con la polla monstruosa, pero la baba ya 
ha empezado. Es como el perro de Pavlov6; cualquier posible contacto de 
la PM la entusiasma. 
Corro el agua, lanzando algunas sales Epsom para ayudar a 
controlar los dolores. Cuando la bañera está medio llena, me quito la ropa 
y vuelvo al dormitorio para buscar a Alex. 
Sus ojos están cerrados. Al principio, creo que está descansando, 
pero luego noto que su pecho sube y baja uniformemente. El costo físico 
y mental que esto le está cobrando es inmenso. Vuelvo al baño y cierro la 
llave del agua para que la bañera no se desborde. Luego camino 
lentamente por el piso, temblando mientras me subo a la cama con él. 
Me cubro con las sábanas y me acurruco a su lado. 
 
6 Pavlov utilizó un metrónomo para llamar a los perros a comer, y, después de varias 
repeticiones, los perros comenzaron a salivar en respuesta al metrónomo. 
 
99 
Ninguno durmió particularmente bien en el hospital, y estoy feliz 
de estar de vuelta en nuestra cama tamaño king con nuestras lindas 
sábanas y mi almohada favorita. No cierro los ojos; solamente lo miro, 
agradecida de que esté lo suficientemente bien como para estar acostado 
a mi lado. 
Es en este momento que me doy cuenta de que el único futuro que 
quiero es uno junto a él. Mis temores sobre hacer algo estúpido en 
nuestra boda pueden tratarse. Este trabajo al que me aferro no es tan 
importante como Alex. Nada lo es. Y eso es algo a lo que hay que darle 
las gracias, porque todo esto podría haber sido muy diferente. 
Podría haberlo perdido. 
Decido que la próxima vez que se mencione la boda, elegiremos una 
fecha. Y podremos comenzar a planearla. No quiero que mis miedos se 
interpongan en mi futuro. 
 
 
 
Al final, debo haber dejado de mirar el perfil de Alex y quedarme 
dormida, porque tengo pesadillas sobre el viaje al hospital. Estoy 
corriendo, pero nunca puedo acercarme lo suficiente como para tocarlo, 
y todos mis gritos son silenciosos. 
Me despiertan sacudiéndome suavemente. —¿Violet, cariño? 
Abro mis ojos. La luz entra por un pequeño espacio entre las 
cortinas. Alex está acostado a mi lado, con pliegues en la frente y la 
mandíbula apretada. Su tensión nunca lo deja, incluso en el sueño. 
Me doy la vuelta y encuentro a Daisy sonriéndome tristemente. —
Creo que tenías una pesadilla. 
Mi cara se siente húmeda. Levanto una mano y rozo mi mejilla. 
Está mojada. 
—¿Te gustaría que te deje volver a dormir? —Aparta mechones de 
cabello mojados de mi cara—. Sé que debes estar agotada. 
Reviso el reloj. Son las cuatro de la tarde. Aunque no voy a trabajar 
mañana, si sigo durmiendo, estaré despierta toda la noche. 
Niego con la cabeza y me salgo de debajo de las sábanas. Los ojos 
de Daisy se abren. Ahí es cuando recuerdo que me metí en la cama 
desnuda. Me apresuro a tirar de las mantas sobre mí. 
—Nos encontraremos abajo. —Las mejillas de la pobre Daisy están 
rojas mientras sale corriendo de la habitación, cerrando la puerta detrás 
de ella. 
 
100 
Mierda. Me exhibí ante mi suegra. Vio mi castor desnudo. Estoy 
avergonzada, pero en realidad no es una gran sorpresa, teniendo en 
cuenta mi tendencia a la humillación. Tengo cuidado de no empujar a 
Alex cuando me levanto, me acerco a mi tocador y me pongo unos 
leggings, un sujetador deportivo y una sudadera. 
Cuando bajo, Daisy está en la cocina, ocupada cortando verduras 
frescas. Encontró el único delantal que tengo, que muestra una imagen 
del cuerpo caliente de Alex en un par de boxers. Me preguntosi sabe que 
está usando el torso de su hijo. 
Levanta la vista de la cabeza de brócoli que está cortando y me da 
una sonrisa brillante, como si no hubiera visto mi castor momentos 
antes. —¿Dejaremos que Alex duerma hasta la cena? 
—Claro. —Me paro en el medio de la cocina de Alex, que también 
es mi cocina, y me siento perdida—. ¿Puedo ayudar? 
—Compré algunas botellas de vino. Los blancos están en la nevera. 
¿Por qué no escoges una y nos sirves una copa a cada una? 
—Está bien. —Abro la nevera y veo que Daisy nos ha abastecido 
con una despensa digna. Hay frutas, verduras frescas y el pan integral 
que le gusta a Alex; esa cosa con todas las semillas y nueces, como si 
alguien lo hubiera tirado en una caja de granola y hubiera estropeado 
una comida perfectamente buena. Daisy también compró una hogaza de 
pan Wonder blanco enriquecido y una barra de queso sin lactosa. Para 
mí. Tres botellas de vino blanco se alinean en el estante del medio, todos 
mis favoritos. 
Estoy abrumada por la emoción. Lo cual es decir algo si analizamos 
los últimos días. Daisy siempre trata de ser útil. Y también le gusta estar 
muy involucrada en las vidas de sus hijos, lo que a veces significa que se 
inmiscuye un poco. Pero esa no parece ser su intención. 
Su habilidad para mantenerse fuerte me hace preocuparme sobre 
cuán desastrosa seré como esposa. No puedo cocinar, al menos no una 
buena comida. Claro, puedo manejar macarrones Kraft con queso o poner 
una pizza en el horno, pero aparte de abrir una lata o calentar algo del 
congelador, soy bastante inexperta. 
Ni siquiera pude hacer la cena de Navidad, y eso es solo pavo, papas 
y algunas verduras. O al menos eso es lo que pensé. Resulta que es una 
preparación bastante laboriosa. Daisy estuvo aquí para ayudarme a 
manejar eso. En realidad, usurpó mi cocina, y yo fui casi un espectador, 
atendiendo órdenes. 
Ni siquiera tengo que limpiar esta casa. No es que quisiera limpiar 
mil doscientos metros cuadrados de espacio habitable, pero puedo dejar 
mi ropa interior en una pila en el medio de la habitación, y desaparecerán 
una vez por semana y reaparecerán limpias en mi cajón cada viernes. 
No obstante, soy capaz de dar una mamada memorable. Y tengo 
unos pechos estupendos. Así que está eso. 
 
101 
No puedo decidir si me siento agradecida o inútil. Decido que es 
una combinación de ambas. Las estúpidas lágrimas caen mientras saco 
el vino canadiense de la nevera y agarro dos copas. Ahogo un sollozo 
molesto. 
Daisy suelta el cuchillo. —¿Violet? ¿Estás bien? 
Agito la botella y las copas en el aire y casi me golpeo en la cara. —
Estoy bien. —Mi respuesta sale aguda y poco convincente. 
Toma la botella y las copas, probablemente para no herir a alguna 
de nosotras, y las coloca suavemente sobre la encimera. Luego me 
abraza. Giro la cabeza a tiempo para evitar su casco de cabello y apoyo 
mi mejilla en su hombrera. 
Palmea mi espalda mientras lloro. Soy un desastre. —No sé qué me 
pasa —sollozo. 
—Han sido unos días difíciles. 
Asiento en su hombro. Cruje. Se siente como si estuviera lleno de 
espuma. 
—Va a estar bien. Es un hombre fuerte. Superará esto. Y estarás 
aquí para ayudarlo. 
—Va a ser muy difícil para él. —Me alejo y me limpio la nariz con 
la manga, dejando atrás un asqueroso rastro de moco—. ¿No jugar el 
resto de la temporada? No sé cómo va a lidiar con eso. El hockey es su 
mundo. 
—Alex siempre ha sido una persona fuerte. —Acaricia mi cabello—
. Cuando le apasiona algo, pone toda su energía en ello, y eso no está 
limitado a su carrera. Es un hombre muy motivado, y algunas veces tiene 
dificultades con la moderación. Cuando quiere algo, va con todo; 
trabajará el doble para ser el mejor. Es lo que ha hecho durante los 
últimos seis años con el hockey, y antes de eso, en la escuela y el patinaje 
artístico. 
—Lo entiendo. 
—Y ahora es así contigo también. —Su voz es suave, y también su 
expresión. 
—Ama duramente. —Y por una vez no lo digo de una manera 
pervertida. 
—Hace todo con dureza. —Estoy casi segura de que Daisy tampoco 
quiere decir eso de una manera pervertida. 
Tampoco creo que Alex ponga algo duro ahora mismo. Ni siquiera 
estoy segura de que pueda tener una erección. Bueno, está bien, puede 
ponerse duro. Lo vi lucirse unas cuantas veces en el hospital, pero no sé 
si tiene la energía para hacer algo al respecto. 
—Estar sentado no va a ser fácil para él. Se reprime7 mucho. 
 
7 Pent up en el original. También significa tener una erección. 
 
102 
Daisy parece no encontrarle sentido a mi referencia inapropiada 
accidental. 
—Encontrará una forma de manejarlo, estoy segura —dice. 
Dudo que logre eso masturbándose constantemente, pero ahí es 
donde va mi mente, tal vez porque no he tenido un orgasmo en días, y 
ahora que estamos en casa puedo hacerlo. Ahora no, sino más tarde. 
Cuando todos los demás estén durmiendo, puedo sacar a Buddy y darme 
un pequeño golpe de castor. Contengo una risa entre resoplidos, por lo 
que suena ronco y lloroso. 
—Puedo quedarme todo el tiempo que me necesiten, por supuesto. 
—Gracias, Daisy. Sé cuánto Alex ama tu cocina. 
—Podría enseñarte cómo hacer algunos de los favoritos de Alex 
mientras estoy aquí, si quieres —dice. 
—¿Harías eso? 
Sus labios rosados eléctricos se extienden hasta que aparecen sus 
hoyuelos. —¡Por supuesto! Le encanta el desayuno para la cena, así que 
pensé que podríamos hacer tortillas esta noche. 
Entonces eso es lo que hacemos. Cuando la cena está casi lista, 
voy arriba y levanto a Alex. Se necesita un poco de persuasión para 
sacarlo de la cama. Está dolorido y gruñón, pero cuando le digo lo que 
cenaremos, se levanta. Bajar las escaleras es lento. 
Daisy le sirve como si fuera el rey del mundo, y él engulle la comida, 
gimiendo de placer. El sonido es una evocación a su gemido de orgasmo. 
O tal vez estoy caliente. 
Excepto que entonces lo miro, y todas las vibraciones en mi castor 
se detienen. Alex está comiendo como un cerdo. Su boca está a cinco 
centímetros del plato, y sigue metiendo más comida antes de tener la 
oportunidad de tragar. También come con la mano izquierda en lugar de 
la derecha, por lo que trozos de huevo caen de su plato, sobre la mesa. 
—Esto es mucho mejor que la basura del hospital. Gracias, mamá 
—dice entre un bocado de tortilla. 
—Violet ayudó. —Daisy se sienta con gracia con su servilleta en su 
regazo. Tiene buenos modales. Mis piernas están cruzadas como si 
estuviera sentada en un tapete de yoga. Me enderezo para sentarme bien, 
a pesar de que no son visibles para nadie. 
Alex se detiene con el tenedor a medio camino de su boca. —¿De 
verdad? 
Me concentro en mi plato. No debería lastimarme su sorpresa. Por 
lo general, saco algo del congelador y sigo las instrucciones que el chef 
personal de Alex nos ha dejado. Aparece todos los lunes para hacer las 
comidas de una semana cuando Alex no está en la carretera. 
Daisy palmea mi mano. —Hizo un gran trabajo. Incluso hizo su 
propia tortilla. 
 
103 
Alex mira mi tortilla irregular y deforme, y luego vuelve a lo que 
queda de la suya perfecta, que hizo su madre. —Eso es genial. 
—Gracias —digo. Necesito dejar de ser tan sensible. Daisy está aquí 
para ayudar, no para mostrarle a Alex que soy un pobre material de 
esposa. 
Cuando los muchachos están de viaje, Charlene y yo trabajamos la 
mitad del tiempo. La otra mitad comemos fideos instantáneos como en la 
universidad, o macarrones Kraft con queso, y de vez en cuando, cuando 
Charlene se siente particularmente ambiciosa, hace pastel de carne, pero 
con esas papas falsas, porque machacar las reales requiere trabajo. 
Espero que Daisy pueda enseñarme cómo hacer algo aún mejor que eso. 
Comer consume toda la energía de Alex. Entonces, tan pronto como 
termina la cena, vuelve al piso de arriba. Planeo ayudar a Daisy con los 
platos. Insiste en lavar la mayoría de ellos a pesarde que tenemos un 
lavaplatos, que generalmente cargo hasta el tope y a menudo olvido 
sacarlos. El ama de llaves se ocupa de eso cuando no lo hago. Daisy 
parece más que feliz de lavarlos a mano. 
Busco un paño de cocina para secarlos, pero pone su mano en mi 
brazo. 
—Puedo ocuparme de esto. Estaré bien por el resto de la tarde. ¿Por 
qué no subes y ves si Alex te necesita? 
—¿Estás segura? 
—Por supuesto, cariño. 
—Gracias, Daisy. —Beso su mejilla, porque se siente bien. 
Su sonrisa aparece junto con un hoyuelo. Acaricia mi mejilla y 
vuelve a los platos, tararea mientras se pone un par de guantes amarillos 
y moja sus manos en agua jabonosa. 
Alex está luchando con su sudadera con capucha cuando voy 
arriba, maldiciendo por lo bajo. Cierro la puerta con un clic silencioso y 
pongo el cerrojo. 
—¿Necesitas ayuda? 
—Debería poder desnudarme yo solo. —Ha logrado sacar un brazo, 
pero no puede con su cabeza. 
Camino hacia la cama y acaricio el colchón. —Ven y siéntate, 
cariño. 
Resopla, pero hace lo que pido. Toco sus rodillas, y abre las piernas 
para que pueda estar en medio. Le desabrocho el cabestrillo y se lo quito 
por encima de la cabeza, teniendo cuidado con los puntos y moretones 
en su rostro. Los hematomas en su brazo lesionado están moteados y tan 
púrpura que es casi negro en algunas áreas. 
Rozo el costado de su cuello. —¿Quieres ese baño ahora? 
 
104 
Alex levanta la mirada, deteniéndose brevemente en mi pecho antes 
de encontrarse con mis ojos. —Eso sería bueno. 
—¿Quieres que me una contigo? 
—Por favor. 
—De acuerdo, déjame calentar el agua. 
—Bien. Esta vez no me dormiré. 
Me inclino y lo beso suavemente. —Vuelvo enseguida. 
Corro al baño y verifico la temperatura del agua. Está apenas tibia. 
Dreno la tina y la lleno de nuevo, vertiendo nuevas sales Epsom y 
lavanda, ya que es relajante. 
Me quito la ropa, la tiro al cesto, refresco mi castor muy rápido y 
miro alrededor del marco. 
Alex está acostado de nuevo. Pero su cuerpo entero no está en la 
cama, lo cual es buena señal. Espero. Sus pies siguen plantados en el 
piso, la mitad superior de su cuerpo está sobre el colchón. Cuando me 
acerco, abre los ojos y lentamente gira la cabeza. 
Gime. Suena como una palabra, pero no estoy segura. 
—¿Necesitas algo de Tylenol? ¿O un antiinflamatorio? 
—No. No del tipo de antiinflamatorio que se toma en una píldora, 
de todos modos. 
Camino alrededor de la cama y me doy cuenta de que mi ansiedad 
es innecesaria. Hay una gran carpa en los pantalones de Alex. Sonrío, me 
alegro de que mis senos tengan el efecto deseado. —Levanta el trasero —
ordeno. 
Alex frunce el ceño, pero hace lo que le pido. Engancho mis dedos 
a cada lado y tiro hacia abajo. Súper PM aparece. Es enorme. Y su cabeza 
morada se asoma por el cuello de tortuga. —Parece que alguien necesita 
atención. 
Asiente sombríamente. 
Alex tiene un deseo sexual intenso. Han pasado varios días desde 
que tuvo algún alivio. Rozo la hendidura con la yema del dedo; sale 
mojado. 
Gime. Seguiría adelante y me lamería el dedo, porque estoy segura 
de que lo volvería loco, pero desde que entró en el hospital no se ha 
bañado o se ha duchado, aparte de que lo lavé con una esponja. No estoy 
tan interesada en saber a qué sabe su sucio pene preeyaculatorio. 
Más tarde, después de que haya sido enjabonado, soy toda amante 
de lo que quiera que haga. No estoy segura de que el sexo esté sobre la 
mesa, considerando todas sus partes rotas, pero un castor puede soñar. 
—Vamos, vamos a limpiarte para poder hacer cosas malas a tu 
pene. 
 
105 
No tengo que pedirlo dos veces. Alex se sienta con una mueca de 
dolor. Tiene que respirar unas cuantas veces antes de que pueda hacer 
algo más. Suavemente paso mis manos sobre sus anchos hombros, con 
cuidado de evitar los moretones en el derecho. Alex está construido. 
Nunca me he gustado el tipo alfa. Antes de él, siempre salía con hombres 
que se enfocaban más en actividades intelectuales que en la aptitud 
física. Estar con Alex significa que tengo los dos. 
Mis tetas están en su cara, que fue el punto de acercarse. Solo tiene 
uso de una mano, y su cara está golpeada, por lo que gira la cabeza y 
presiona su mejilla contra una teta mientras besa la hinchazón de la otra. 
Cierra los ojos y suspira. Lo dejo acurrucarse por otro minuto, hasta que 
su respiración sea tan regular como sea posible. También ha comenzado 
a amasarme el trasero. 
—Estoy lista para ser tu enfermera desnuda, si estás listo para la 
hora del baño. 
 
 
106 
9 
 
Traducido por Genevieve 
Corregido por Sahara 
 
Alex 
 
No me importa cuánto duela mi hombro, mis bolas duelen más. 
Probablemente podría ocuparme de la situación por mi cuenta, pero no 
quiero hacerlo. Quiero que Violet se encargue de las cosas por mí. Y está 
tan desnuda. Tan perfectamente, magníficamente desnuda. 
Extiende una mano y yo la tomo. Aún me duele moverme, pero me 
arrastro detrás de ella, miro cómo se sacude su culo. Excepto que no es 
tan jugoso como solía ser. Suelto su mano y tomo su trasero. 
Definitivamente se ha puesto firme en los últimos meses. 
Chilla y sostiene su trasero. —¿Qué estás haciendo? 
—¿Has estado ejercitando? 
—Sunny me ha estado haciendo hacer yoga cuando ustedes se van. 
Es mucho más difícil de lo que pensé que sería. No es todo tararear y 
decir Namaste y pretender ser un árbol. 
—¿Es eso correcto? —Mi hermana es instructora de yoga, entre 
otras cosas—. Bueno, tu culo se ve bien. 
—No tengas ninguna idea sobre mi culo. 
—Solo me daba cuenta de que se veía bien. Eso no quiere decir que 
quiera tomarlo. 
—Mentiroso. —Sostiene las mejillas de su trasero. 
Tiene razón. Estoy mintiendo. Nunca me importó el sexo anal hasta 
que comencé a salir con Violet y dejó claro que sería imposible. Llama a 
su culo Área 51. Así que ahora he empezado a bromear sobre cómo llegar 
allí, excepto que ya no bromeo más. Estoy seguro de que puede sentir mi 
obsesión. 
 
107 
Pero no es que tenga nada de qué preocuparse. Apenas tengo la 
energía para llevar mi culo al baño, y mucho menos intentar cualquier 
cosa en el suyo. Especialmente algo así. 
Me siento en el borde de la bañera y levanto una pierna, luego la 
otra. No tener el uso de un brazo hace que sea difícil mantener el 
equilibrio, y estoy lo suficientemente golpeado ya. No necesito partes 
rotas adicionales. 
Violet espera hasta que me instale en la bañera. Es profunda, así 
que solo la punta de mi erección flota sobre el agua. Se sienta en el borde, 
frente a mí, y levanta una pierna. Obtengo una impresionante vista de su 
coño. Está demasiado lejos para tocarlo, lo cual es completamente 
inaceptable. 
Estoy tan jodidamente deprimido, que me molesto conmigo mismo. 
Sumerge un dedo del pie, probando para ver si está demasiado 
caliente. Violet tiene una piel sensible cuando se trata de cosas calientes, 
y a veces mi esperma. Decidimos que las alitas muy picantes podrían ser 
las culpables. Baja una pierna. 
Hago un gesto con el dedo. —Acércate. 
Se inclina hacia adelante hasta que puedo alcanzar su tobillo. —
¿Así está bien? 
Levanto mi mano por su pantorrilla hasta su rodilla. —Casi. 
Su piel produce ese sonido húmedo y chicloso cuando se desliza 
un poco más. Dejo un rastro mojado mientras paso mi mano por el 
interior de su muslo. 
Mira mis dedos moverse más alto. —¿Qué estás haciendo, Alex? 
Me lamo los labios, centrándome en el lugar donde no he estado en 
varios días. —¿Qué parece que estoy haciendo? 
Se cubre con una palma. —Se supone que debo cuidar de ti, no al 
revés. 
—¿Has tenido un orgasmo en los últimos tres días? 
—No. 
—Así que debería darte uno. 
—O yo podría hacerlo —sugiere tímidamente. 
Cuando Violet y yo lo estamos haciendo, generalmente soy quien 
se ocupa de las cosas por ella. Me gusta ser quien le dé orgasmos, y 
parece que no tiene ningún problema con que tome el control en ese 
departamento. Es bastante vocal sobrelo mucho que disfruta lo que 
puedo hacer por ella. Es grandioso para mi ego. 
Pero cuando se trata de tocarse a sí misma, le da pánico escénico. 
Es lindo. Y sexy. Hasta que se relaja, es un poco reservada, especialmente 
si estoy mirando. Estamos trabajando en ello. Bueno, estoy trabajando 
en eso. 
 
108 
Me imagino que estoy en una buena posición de negociación. He 
tenido algunos días de mierda. También ella. No estoy seguro de poder 
manejar el sexo real. Me gustaría, pero cada parte de mi cuerpo duele. 
Así que voy a utilizar toda mi influencia para ayudar a Violet a sentirse 
más cómoda conmigo mirándola, y luego espero que quiera echarme una 
mano para hacer desaparecer al menos un dolor. 
—¿Por qué no empiezo? —Ofrezco, paseando mis dedos por el 
interior de su muslo. 
Se acerca, como si estuviera de acuerdo con esa idea. Cuando me 
acerco a su coño, mueve su mano a un lado. Me encantaría enterrar mi 
cara allí, pero mi mandíbula me está matando, así que no podré. 
Paso mis dedos hacia atrás y adelante sobre su piel suave y lisa. 
Su clítoris ya se asoma, así que gime ante el contacto. 
—¿Te parece bien, bebé? —Sigo con mi toque sensible. La vuelve 
loca e increíblemente húmeda. 
—Muy bien —susurra. 
—¿Me extrañaste? 
Sus ojos se levantan desde donde la estoy tocando. —Tanto. 
Hay más en el peso de esas palabras que necesidad. Hay miedo. 
Lo entiendo. Lo comparto. Pero Violet no debe estar preocupada, 
estoy en camino de la recuperación. Mis miedos van más profundo. Ahora 
hay mucho más en juego que moretones y una costilla rota. 
Aparto esos pensamientos, porque me sacan de este momento, el 
que necesito más que cualquier otra cosa. Esto lo puedo controlar: la 
respuesta de Violet a mí, lo que le hago, cómo la hago sentir. Le rodeo el 
clítoris con un nudillo, lento, provocador. No me empuja a ir más rápido, 
solo se agarra al borde de la bañera para mantenerse firme y separa las 
piernas. 
Cuando comienza a mover sus caderas, voy más abajo y meto un 
dedo. Violet gime mi nombre, y hace eco en los azulejos. Se tapa la boca 
con la mano para sofocar el sonido. 
Me hace sentir como un adolescente otra vez. Excepto que cuando 
era adolescente, no tuve que hacer callar a las chicas, porque en realidad 
no tenía la oportunidad de salir. 
—¿Cerraste la puerta de la habitación? —Rozo mi pulgar sobre su 
clítoris. 
Toma aliento. —Creo que sí. 
—¿Quieres que pare para verificar? —Estoy a punto de retirar los 
dedos, pero Violet cubre mi mano con la de ella. 
—Tu madre lava los platos; se tomará un tiempo, ¿verdad? 
—Sí, probablemente. 
 
109 
—Puedo ser silenciosa. —Los ojos de Violet ruedan cuando doblo 
mi dedo, y sus dientes presionan su labio con tanta fuerza que su piel se 
vuelve blanca. 
—¿Estás segura de eso? 
Se agarra al borde de la bañera y alarga el pie, su pie toca la puerta. 
Se cierra con un clic silencioso. 
—Está bien, deberíamos estar bien. —Roza mi muñeca con las 
puntas de los dedos, y gime suavemente cuando agrego un segundo dedo 
en el siguiente empuje lento. 
Estoy tan duro. La cabeza de mi polla es visible, el agua lamiéndola. 
Si tuviera una mano libre, la acariciaría. Pero esa no está funcionando 
demasiado bien, así que tendrá que esperar. 
El siguiente movimiento de mi dedo hace chillar a Violet. Todavía 
estoy frotando su clítoris con mi pulgar, y no es lo más fácil de hacer. 
—Puedes ayudarme si quieres. —Mi voz es grave. 
Los ojos de Violet vuelven a bajar, y me da una sonrisa recatada. 
—Me encanta ayudarte. 
La mano que ha estado descansando en la base de su garganta 
comienza el descenso. Hace una pausa en su pecho derecho. 
Mordiéndose el labio, me mira, y luego hacia su pezón alegre. Está duro, 
porque está excitada. Lo rodea con una uña bien cuidada. Está pintada 
de rojo, con un pequeño logotipo del equipo, y mi número está en la 
siguiente. Algunos trocitos marcan los bordes, no ha tenido tiempo de 
arreglarlas, porque me hallaba en el hospital. 
Aprieta su teta y su pezón, mirándome y apartándose con la misma 
rapidez. Continúa sobre su estómago hasta que alcanza la cresta de su 
pelvis. Luego desliza dos dedos entre sus labios húmedos e hinchados, 
capturando su clítoris. Ver a Violet tocarse es lo único que me gusta más 
que hacerlo yo mismo. 
Duda al principio, como esperaba, pero a medida que se siente más 
cómoda, hace círculos apretados y agresivos, frotando más rápido y más 
fuerte que yo. Agrego un tercer dedo, en caso de que haya una posibilidad 
de que pueda brindar otro tipo de alivio después de que se corra. El agua 
caliente está aliviando algunos de mis dolores, al igual que está haciendo 
que Violet se corra en mis dedos y los de ella. 
Sus gemidos se hacen más fuertes y más frecuentes. Entonces 
comienza el canto; esta vez es un bajo fóllame en repetición. —Oh, 
mierda, Alex. —Su boca se abre cuando el éxtasis cruza su rostro 
perfectamente asombroso. Se corre sobre mi mano. 
Espero hasta que sus hombros caigan antes de sacar mis dedos. 
Luego los lamo. 
—Oh, Dios. 
 
110 
—Es lo más cerca que estoy de comerte hasta que mi mandíbula 
sane, así que al menos puedo probar. 
—Cuando estés listo, me alegría sentarme en tu cara. 
—Te haré cumplir esa oferta jodidamente pronto. —Violet se 
estremece, y extiendo una mano—. Métete conmigo. 
Echa un vistazo a la cabeza de mi pene, meneándose bajo el agua 
y luego hacia mí. —¿A dónde debería ir? 
—Me moveré. Puedes montarme a horcajadas. 
—¿Tus piernas no duelen? Tienes algunos feos hematomas. —Pasa 
el pulgar hacia adelante y hacia atrás sobre mis nudillos. 
—Solo sé gentil conmigo. —Le guiño, aunque estoy hablando en 
serio. 
Violet se agarra al toallero y pone su pie al lado de mi cadera. Sin 
embargo, no hay tratamiento anti resbalones en la bañera, por lo que no 
tiene tracción. Extiendo mi mano buena, con miedo de que se caiga, pero 
se las arregla para mantenerse firme. Ambos respiramos con alivio. Es 
extremadamente cuidadosa mientras coloca su peso sobre mis muslos. 
No se siente tan mal, probablemente porque está sentada cerca de mi 
polla, y sé que pronto seré tocado por alguna parte de ella. 
Se inclina hacia delante, apoyando una mano a cada lado de mi 
cabeza y me besa. —Gracias por cuidarme. ¿Puedo cuidar de ti ahora? 
Tomo su mejilla y trazo su labio inferior. —Por favor. 
—Tan buenos modales canadienses. —Me besa de nuevo, 
deslizando su lengua dentro de mi boca mientras se frota contra mi polla. 
Tal vez pueda lidiar con el sexo. Lo deseo. A ella. Quiero estar dentro de 
ella. 
Gime, y sé que puede probarse a sí misma. Finalmente, rompe el 
beso y se sienta. No apoya gran parte de su peso en mis piernas, lo cual 
es bueno, porque tiene razón, hay una gran cantidad de hematomas. 
Violet agarra la base de mi pene y pasa la yema del dedo por la 
ranura en la punta, una y otra vez, dando vueltas y vueltas. Gimo. El 
toque es muy suave. Mi polla se mueve en su palma. Envuelvo mi mano 
buena en la suya y aprieto su agarre, guiándola en sus movimientos. 
—Tienes que correrte, ¿verdad? —susurra con esa voz que me da 
ganas de llevarla de vuelta al vestuario y repetir todo ese evento, sin que 
nos atrapen al final. 
—Jodidamente lo necesito. 
—Quieres que use mi mano, o crees que estaría bien... —se detiene, 
insegura. 
—Si te lo tomas con calma, podemos… —Ni siquiera termino la 
oración antes de que se levante. Frota mi polla sobre su clítoris y va más 
abajo hasta que la cabeza desaparece dentro de ella. 
 
111 
—Oh, joder. 
—No te preocupes, no espero que dures mucho. 
Agarro su muslo y cierro los ojos mientras se hunde, el agua 
caliente es reemplazada por piel aún más caliente. —Eso está bien, 
porque no lo haré. 
Tan pronto como estoy dentro, quiero comenzar a embestir, pero 
ese no es un gran plan, a menos que quiera lastimarme más. Violet 
sostiene el borde de la bañera con una mano y la barra de toallas con la 
otra mientras comienza a rodarsus caderas. Se siente jodidamente 
increíble. Me acerco y acaricio su pecho. 
Hace todo el trabajo, porque realmente no puedo ayudar mucho 
más que sostener su pecho. No parece importarle. Sigue moviéndose 
sobre mí, lento y fácil. Eventualmente, se inclina y apoya su peso detrás 
de mí. Sus pezones rozan mi pecho. 
—Realmente te necesitaba así. —Sus labios tocan los míos. 
—Yo también, nena. 
—Temía que fuera a perderte —dice en voz baja, con la voz 
quebrada. 
Paso mis dedos por el cabello en su nuca, pasando mi pulgar a lo 
largo de las crestas de su espalda. —Estoy aquí. 
—No me asustes así otra vez. —Me besa, sin dejarme responder, lo 
cual es bueno, porque esa no es una promesa que pueda hacer o 
mantener. 
Sus besos son tan suaves y lentos como la forma en que me ama. 
Estoy tan cerca. No creo que hayan pasado ni siquiera tres minutos—. 
Violet… 
—Te amo. —Su nariz roza la mía. 
Aprieto mi agarre en su nuca, besándola mientras gimo su nombre. 
Intento no tensarme, pero es imposible con la forma en que el orgasmo 
me golpea en la columna. De hecho, parece que me están golpeando en 
la costilla fracturada, pero bloqueo el dolor para poder concentrarme, al 
menos por unos segundos, en el placer. 
Violet no se corre otra vez, lo que no me gusta, pero tampoco tengo 
la capacidad de controlar eso ahora. No se mueve cuando termino. En 
cambio, me pasa los dedos por el cabello y me besa con la misma 
languidez con la que hicimos el amor. O con la que me hizo el amor, 
porque seguro que no hice mucho. Aun así, incluso ese esfuerzo me ha 
aniquilado. No me gusta eso tampoco. 
—Probablemente debería lavarte, ¿eh? —pregunta después de un 
rato. 
—Puedo hacerlo yo mismo. —Le acaricio el costado, acariciando 
intencionalmente su pecho con cada pasada. 
 
112 
—¿Dónde está la diversión en eso? —No se aparta. En cambio, 
toma su esponja, echa mi espuma de baño y comienza en mi cuello, 
bajando por mis brazos y mi pecho. Aunque apesta sentirse como una 
mierda, y no soy partidario de ser incompetente, es bueno que me cuide 
así. 
Cuando termina con la parte superior de mi cuerpo, se levanta. Me 
he suavizado, pero todavía estoy decepcionado. Por lo general, podría 
volver a estar duro de nuevo e ir por la segunda ronda, pero mi pene es 
más lento en recuperarse que de costumbre, como el resto de mí. Al 
menos el agua todavía está caliente, por lo que no hay choque de frío. 
—Dame un segundo. —Sale de la bañera, se seca. Agarrando del 
gancho la túnica roja con mi número en la parte posterior, se la pone y 
la ata sin apretar en la cintura. Violet posee mucha ropa roja ahora. Y se 
ve increíble en ella. 
Se arrodilla en la alfombra junto a la bañera. Su nariz se arruga, y 
luego sonríe. —Te das cuenta de que te estás bañando en tu propia 
esperma, ¿verdad? 
Me río y luego gimo por la aguda punzada en mi costado. —Gracias 
por señalar eso. 
—Aparentemente es una gran crema hidratante. —Violet se ocupa 
de la mitad inferior de mi cuerpo, prestando mucha atención a mi pene, 
lo que finalmente me pone duro otra vez. Es un alivio que no haya perdido 
la capacidad de hacer eso también. Se encarga de esto con sus manos 
esta vez. Cuando le advierto que estoy a punto de correrme, no agarra el 
paño. En cambio, cubre la cabeza con su boca y traga. 
La amo muchísimo. Por muchas razones. 
 
 
113 
10 
 
Traducido por Gesi, IsCris & Mary Warner 
Corregido por Umiangel 
 
Violet 
 
La semana siguiente al accidente de Alex está compuesta 
principalmente por citas con el médico, aprender a cocinar nuevas cosas 
con Daisy, cortas visitas periódicas de amigos, apariciones frecuentes de 
Sunny, muchas canastas de frutas con tarjetas de recupérate, y sexo 
tristemente infrecuente y muy delicado. 
No voy a trabajar, hago lo que puedo desde casa mientras Alex 
duerme. Lo cual es a menudo. En el año que hemos estado juntos, nunca 
lo he visto con tanta falta de energía y motivación. No poder hacer nada 
no es bueno para su bienestar psicológico. 
Sorprendentemente, la presencia de Daisy en la casa no es una 
completa pesadilla. Aparte del abrumador olor de fijador para el cabello, 
es muy agradable tenerla alrededor. Claro, es un desafío tener a otra 
mujer invadiendo mi territorio, especialmente una que es tan buena con 
la mierda doméstica, pero he aprendido algunas cosas nuevas, así que 
eso es una ventaja. 
Mi madre nunca ha sido maravillosa en esa parte. Siempre fue 
divertida, pero comimos mucha comida rápida cuando era joven. No fue 
hasta que Sidney entró en escena que se interesó activamente en comer 
cosas que no vinieran de la sección de congelados en el supermercado. 
Mientras Alex comienza a sentirse mejor, Daisy toma la 
oportunidad para salir a almorzar e ir a la manicura con mi mamá. Esas 
dos se llevan perturbadoramente bien. Lo que me asombra 
completamente es que ninguna ha mencionado nada sobre la boda, o la 
falta de ella. 
Estoy esperando el momento correcto para traer el tema a colación 
con Alex. Casi lo mencioné más de una vez, pero retrocedí porque no 
 
114 
quería que creyera que era por el accidente. Porque no es así. No 
directamente, de cualquier manera. 
Al final de la semana, después de una larga conversación con él en 
la cual expreso mi culpa y me asegura que está más que bien que lo deje 
por algunas horas, decido ir a trabajar el viernes. Ha pasado una semana 
y media desde el accidente. Reprogramamos la presentación de Darcy, y 
ofrecieron volverla a posponer, pero no la quiero colgando sobre mi 
cabeza y desviando mi atención, que debería estar en Alex. 
Además, necesito salir de la casa y Daisy puede ser abrumadora 
con lo mucho que se preocupa por Alex. Es un hombre maduro, no un 
bebé. 
Me detengo para recoger a Charlene en mi camino. Con ella 
cubriéndome en el trabajo, yo ocupándome de Alex, y Daisy estando allí, 
no hemos tenido mucho tiempo para hablar. En general, nos hemos 
reducido a breves conversaciones y textos en los cuales le digo que estoy 
bien, a pesar de que no lo estoy. 
Charlene entra y me da un abrazo de medio cuerpo. —¿Cómo 
estás? ¿Puedo decirte cuanto menos emocionante ha sido el trabajo sin 
ti? 
—¿Jimmy y Dean no te mantienen entretenida? —Me alejo del 
borde de la acera. 
—Jimmy y Dean son odiosos y aburridos sin ti. 
—Eso es porque no dices ni haces la mitad de la estúpida mierda 
que hago. 
—Extraño nuestra ridiculez —dice. 
—Yo también. —Charlene es la única persona que extraño ver 
todos los días en el trabajo. 
Cuanto más nos acercamos a Stroker and Cobb, más ansiosa me 
pongo. Trabajar desde casa ha sido lindo, más de lo que esperé. Estoy en 
conflicto de ir hoy, y no solo por la culpa. 
En realidad, Alex está sorpresivamente bien físicamente. Mental y 
emocionalmente es otra historia. Ha mirado obsesivamente los juegos 
que se perdió, repitiendo cada gol, la mayoría de los cuales han sido 
anotados por Randy. El equipo ganó los últimos dos partidos, lo cual 
debería ser bueno, pero me preocupa, porque probablemente preocupa a 
Alex. Estar lejos de él me preocupa. 
—¿Estás bien? —pregunta Charlene. 
—Estoy bien. —Evito mirarla directamente. Tengo puesto 
maquillaje, incluyendo máscara de pestañas, la cual no estoy segura de 
que sea a prueba de agua, y la acumulación de emociones amenaza con 
abrumarme. Tal vez necesito conseguir un trabajo de tiempo parcial en 
Hot Topic para poder sumergirme en lo emo en que se ha convertido mi 
vida. 
 
115 
—¿Violet? ¿Cómo estás, de verdad? Sé que esto no debe ser fácil 
para ti. Puedes hablar conmigo. 
—¿Podemos hablar de los asuntos serios más tarde? ¿Después de 
que la presentación de Darcy esté hecha y no me sienta como si fuera a 
vomitar? 
—Está bien. Seguro. ¿Cómo te sientes sobre eso? ¿Además de 
nauseabunda? 
—Bien, supongo. Quiero decir, estoy tan preparada como alguna 
vez voy a estarlo. ¿Puedes abrir la guantera? 
Golpea el botón y una bolsa de caramelos masticablesSwedish 
Fish cae en su regazo. 
—¡Gracias a Dios! —Agarro la bolsa y la abro con mis dientes. 
—¿Vas a comer eso ahora? 
—Necesito algo para calmar mi estómago. 
—¿Entonces vas tras el azúcar y cafeína? —pregunta mientras 
entro en el servicio de auto de Starbucks. 
—Y gelatina. No olvides la gelatina. —Inclino la cabeza hacia atrás 
y arrojo algunos pescados a mi boca, saboreando el sabor artificial de 
fruta. Por supuesto, este es el momento exacto en el que el auto delante 
de mí avanza y debo hablar al altavoz—. ¿Qué quieres? —pregunto a 
través de una boca llena de caramelos. 
Charlene ordena un latte y alguna mierda saludable de clara de 
huevo mientras mastico furiosamente. Trago a tiempo para asegurar mi 
propia dosis de cafeína, agregando uno de esos cuadrados dulces de 
azúcar y un pastel de chocolate. 
—Guau. Hoy realmente estás decidida a destrozarte el estómago —
dice—. Saldremos a comer, las dos, y vamos a hablar como lo estás 
manejando. No hemos tenido tiempo de chicas en casi dos semanas. 
—He estado ocupada con Alex estando herido. 
Frunce los labios, pero no dice nada mientras meto otro puñado de 
pescados en mi boca. 
Soy hábil para esconder dulces de Alex. De lo contrario, se los come 
y se culpa. El hombre quema cinco mil calorías por día, pero durante la 
temporada tiene la dieta más aburrida del mundo. Es ultra saludable. 
Incluso más que Sunny, y eso es mucho que decir, ya que ella no come 
nada que esté relacionado con animales. Estaría tan triste si tuviera que 
renunciar a la vaca y al cerdo. 
Mi segundo escondite de dulces es mi “oficina” en la casa. Alex 
remodeló una de las seis habitaciones después de que me mudé. No hago 
mucho trabajo allí, hasta la última semana de todos modos. Antes de eso, 
era donde mantenía todas las cosas con las que no sabía qué hacer, y 
mis suministros de costura para poder hacerle disfraces a la Súper MP 
de Alex. 
 
116 
Una vez que tenemos nuestros cafés, el desayuno normal de 
Charlene, y mi fiesta de azúcar, regresamos al camino. 
—Además de Jimmy y Dean siendo un dolor en el trasero, ¿ha 
estado bien el trabajo? —pregunto. 
—Lo usual. 
—¿Qué hay sobre Darren? ¿Lo ves mucho? —Me siento como una 
mala amiga, aunque creo que probablemente tuve una razón sólida para 
no estar tan comprometida con el resto de mi vida recientemente. 
Desliza sus dedos debajo de la bufanda que se ha puesto y 
encuentra las perlas debajo. —Nos vimos justo antes de los partidos 
fuera, y lo veré esta noche. Extraña a Alex. Todo el equipo lo hace. 
—Sí. A Alex le molesta no poder estar con ellos. 
El equipo ha estado en la Costa Oeste la mayor parte de la semana. 
Regresaron anoche. Alex y Darren se envían mensajes y hablan por 
teléfono cuando pueden, pero no se han visto desde que salió del hospital 
ya que el equipo estuvo fuera. 
—Un almuerzo mañana debería estar bien para que pasen tiempo 
juntos. 
—Sip. Daisy tiene establecido el menú más elaborado. Ha ido al 
supermercado todos los días de esta semana. Es loco. 
—No sé como tiene tiempo con todo el cuidado de cabello que tiene 
que hacer —bromea. 
—En serio. Es tan grande. Y tan duro. Y no del tipo de una buena 
polla bien dotada. Pensé que tal vez cuando ella y mi madre fueron al spa 
podría regresar con un nuevo peinado, pero no hubo tanta suerte. 
—Es tan malo. 
—Sí. Gasta una cantidad insana de fijador. He encontrado tres 
latas de aerosol en la basura. Creo que debería comprar más suministro 
o deberíamos organizar una intervención. 
—Esa es una idea asombrosa. 
—¿Comprar suministros de fijador? —Recojo otro puñado de 
pescados. 
—No, la intervención. Deberías deshacerte de su fijador. 
—Irá a comprar más. 
—No si lo haces en la mitad de la noche. Entonces puedes salvar el 
día ofreciéndole arreglar su cabello. 
Hago una pausa con una mano llena de pescados a mitad de 
camino hacia mi boca. —Oh por Dios. Eso es brillante. No puedo creer 
que no se me haya ocurrido antes. 
 
117 
—No quieres que tenga ese cabello para las fotos de tu boda, ya 
sabes, para cuando sea que decidas establecer la fecha. —Sus ojos son 
amplios, como si tuviera miedo de haber dicho la cosa incorrecta. 
—Sí. Definitivamente necesitamos tener ese casco bajo control 
antes de eso. —No digo nada más sobre bodas y fechas. Esa es una 
conversación para después. 
Pero sé que quiero atar el nudo este verano. Y también sé que 
cuanto más espere para decir algo, hay menos posibilidades de que 
podamos asegurar un lugar excesivamente grande. 
Entro en el estacionamiento subterráneo y estaciono en el espacio 
vacío entre un caro auto deportivo y un Land Rover. Con carpetas y café 
en mano, caminamos hacia el elevador. Aún estoy nerviosa. Y 
angustiada. 
Alejo los pensamientos de potenciales planes de boda y dejo de 
preocuparme por como estará Alex para poder concentrarme en lo 
importante, que es la presentación. Por supuesto, eso me hace pensar en 
cómo conseguir esta cuenta podría hacer que las cosas sean realmente 
diferentes en el trabajo, y ya estoy experimentando un montón de 
cambios como está. 
Últimamente, me estoy dando cuenta de que mi trabajo, en cual 
soy buena, pero me está causando conflicto y estrés, es en verdad la 
última cosa verdadera que tengo, la única parte de mi vida que es la 
misma antes de Alex. Creo que la razón por la que he estado reteniendo 
la rutina de nueve a cinco, oponiéndome incluso la flexibilidad de trabajar 
desde casa, es porque es normal, y ya no hay nada más en mi vida que 
lo sea. 
A veces me pregunto cómo mi vida se volvió tan complicada, y luego 
recuerdo que estoy comprometida con un jugador de hockey profesional 
que actualmente está herido. Mientras el ascensor sube, me doy cuenta 
de que cada persona en esta oficina sabe cuan herido está. Ha estado por 
todas las noticias, así también como la masiva suspensión que recibió 
Cockburn. 
Charlene pone una mano en mi hombro. —¿Oye? ¿Estás segura de 
que estas bien? 
—¿Qué? —Me estoy comiendo las uñas de los dedos, así que dejo 
caer la mano—. Oh, sí. Solo preparándome para toda la falsa simpatía. 
—No es falsa, Vi. La gente está realmente preocupada por ti. 
—No, no lo están. Están preocupados por si Alex va a jugar el final 
de la temporada y cuánto va a afectar esto a los tiros de Chicago en las 
eliminatorias. 
Abre la boca para responder, pero el elevador suena. 
No estoy muy preparada cuando las puertas se abren y entramos 
a la oficina. Es como ser golpeada en el rostro por una polla de empatía. 
Todas estas personas salen de sus cubículos, la mitad de los cuales ni 
 
118 
siquiera sé el nombre, para abrazarme y decirme que soy tan genial y bla 
jodido bla. 
Me toma diecisiete minutos llegar a mi cubículo. Estoy agotada y 
al borde de las lágrimas cuando lo hago. Necesito tranquilizarme. Jimmy 
asoma la cabeza antes que Charlene pueda siquiera irse. Está 
sosteniendo una caja de bollos de canela. Mis favoritos. Mi estómago ya 
está alterado por la basura que le he metido. 
—Oye, chica, ¿cómo estás? —Hace una mueca, indicando que 
puedo verme como la basura de ayer—. Ohh, ¿comienzo duro? —Abre la 
caja de bollos—. ¿Quieres uno? 
—No, gracias. —Mi sonrisa se siente estreñida. 
Mi relación profesional y personal con Jimmy no ha sido la misma 
desde que Alex y yo nos comprometimos. No sé si es porque él 
secretamente esperaba que los rumores sobre Alex siendo gay desde hace 
años fueran verdaderos, o porque he sido lo suficientemente afortunada 
para conseguir algunas dulces oportunidades, como gestionar el dinero 
de Buck y ahora la cuenta de Darcy, si no lo jodo. Es mucha atención 
personal de Stroker, quien por lo general es mezquino. Si tuviera que 
adivinar, diría que es una combinación de los dos. Jimmy siempre tuvo 
un enamoramiento con Alex. 
—¡Es tan bueno que estés aquí! ¿Solo viniste a conseguir algunas 
cosas? Creía que Strocker te dejó trabajar desde casa por un tiempo. —
Revisa detrásde él antes de hacer su habitual gesto de masturbarse. 
—Gracias. Lo estaba; lo está… 
—¿Quién está lidiando con la cuenta de Darcy? ¿Aún la 
presentarás? Revisé el PowerPoint. Espero que no te moleste. 
Charlene pone una mano delante de su rostro. —Calma tus bolas, 
Jimmy. 
Deja caer su mano hacia su entrepierna. —¿Qué? No he visto a Vi 
en, como, una semana. Estoy siendo un buen amigo. 
—Ni siquiera le preguntaste por Alex. 
—¿Cómo está Alex? He visto todas las noticias y esas cosas, pero 
algunas probablemente están desvirtuadas, ¿verdad? Realmente no está 
fuera por el resto de la temporada. —Su voz se eleva en lugar de bajar en 
la última pregunta. 
Debí saber que pasaría esto, pero aun así me sorprende. Alex aún 
no ha dado ninguna entrevista. Quiere esperar hasta que su rostro no 
esté tan destrozado. 
No consigo contestar porque la cabeza calva del señor Strocker 
aparece en la cima de mi cubículo. —Violet, ¿puedo verte en mi oficina? 
—Por supuesto, señor Strocker. —Charlene y Jimmy salen del 
camino para que pueda seguirlo hacia su enorme y cómoda oficina al 
final del pasillo. 
 
119 
Señala una de sus sillas de felpa, donde me siento. En lugar de 
sentarse detrás de su escritorio, toma la silla que está frente a la mía y 
alza las manos. —No voy a preguntar cómo estás, porque estoy bastante 
seguro de que ya sé la respuesta. 
—Aprecio eso. —No creo que requiera más de una respuesta. 
—¿Estás segura de que quieres presentarte a lo de Darcy hoy? 
—Estoy segura. 
—Sabes que solo es una formalidad en este punto. Están muy 
seguros de tenerte a ti para gestionar las cuentas. 
—Bueno, es bueno saberlo, pero creo que lo mejor para mi es 
presentarlo. Es una experiencia que aún no he tenido. 
—Tienes un montón de experiencia en presentaciones, Violet. Lo 
haces cada semana en tus reuniones. 
—Esto es diferente. —Golpeo el brazo de la silla con mis uñas. 
Necesitan un retoque. Anoche antes de irme a la cama tuve que retocar 
todas las puntas, así hoy no tendría las manos de una puta barata. 
El Sr. Stroker me mira por lo que parece una eternidad, pero lo 
más probable es que solo sea por diez segundos. Aun así, es un largo 
tiempo ya que estoy tratando de no inquietarme o ponerme emocional. Y 
mi estómago no está feliz. 
Golpea el brazo de la silla con su mano, sorprendiéndome. —Está 
bien, entonces, encuéntrame en la sala de conferencias en cinco minutos, 
y tendremos un breve informe antes de que lleguen. ¿Suena bien? 
—Suena genial. —Esto es lo que necesito. Lo de siempre. Un 
recordatorio de por qué quiero estar aquí, haciendo este trabajo que en 
realidad no necesito. 
Me dirijo a mi cubículo con determinación, con una sonrisa en mi 
rostro. Recogiendo mis notas, reviso mi cara en el pequeño espejo al lado 
de la computadora. Me veo cansada, pero por lo demás estoy bien, y voy 
directamente a la sala de conferencias para arreglar todo. 
Tengo mi presentación de PowerPoint lista para cuando llega el Sr. 
Stroker. Ya son las diez menos veinte. Los Darcy estarán aquí pronto. 
Stroker y yo discutimos toda la propuesta, no cara a cara, sino a través 
de correo electrónico, así que me siento bien al respecto. 
Esta no es una visita social, así que estoy menos nerviosa de lo que 
estaría en, por ejemplo, una actividad del trabajo o en mi propia fiesta de 
compromiso. A la que los Darcy asistieron y atestiguaron mi urticaria. No 
los ha disuadido hasta ahora, así que supongo que no pudo ser tan malo 
como lo recuerdo. 
Hago clic en las diapositivas y le doy al Señor Stroker una breve 
explicación. Me faltan tres por terminar cuando recibimos la llamada 
para informarnos que están aquí. 
—Es hora del juego —dice el Sr. Stroker. 
 
120 
Me encuentro con los Darcy en la sala de espera. Bunny me abraza 
fuertemente. Sus tetas son duras y firmes. Ahora estoy segura de que no 
son reales. O su sujetador está hecho de acero. Puedo sentir su nariz 
contra mi cuello. Cuando retrocede, me da una de esas sonrisas de 
simpatía. No es realmente una sonrisa, pero en realidad tampoco es un 
fruncido de ceño. Es más como un frunrisa, o un sonrifrun. 
Definitivamente tiene cirugía en la cara, ya que sus cejas no se mueven 
cuando su expresión cambia. Es un poco desconcertante. 
—¿Cómo estás? ¿Cómo está Alex? 
—Está bien. Los médicos lo tienen descansando, y ya sabes cómo 
es eso. —Dios, sueno como una esposa. Una esposa del grupo de 
jugadores de hockey. 
Bunny me da una sonrisa de complicidad y guiña, pero su ojo solo 
se cierra a mitad de camino. —Estos muchachos son tan duros de 
mantener, ¿verdad? 
 —Sí que lo son. 
Lo dejé con una carpa en las sabanas esta mañana. Pero no creo 
que eso sea lo que quiere decir, o tal vez lo sea. 
Espero que Mitch me dé la mano, pero viene por un fuerte abrazo. 
—Estará bien; no te preocupes. 
He escuchado esa frase lo suficiente para hacerme querer golpear 
a alguien en las bolas. O a múltiples personas. Sé que es para 
reconfortarme, pero sinceramente, no es una lesión de recuperación 
inmediata, así que la parte buena parece que va a tomar mucho tiempo 
en llegar. 
Dirijo la conversación fuera del tema de Alex, porque hablar de él 
me hace sentir culpable por no estar en casa. 
La propuesta va de maravilla hasta que llego a la penúltima 
diapositiva. Cuando hago clic, la pantalla se llena con una foto de Alex y 
yo la noche en que nos conocimos. Estamos follando nuestras bocas, 
como muy duro. Las palabras Dispuestos a Follar giran en la pantalla 
debajo de mi lengua deslizándose en su boca. Mitch se aclara la garganta. 
Bunny se ríe. 
—Oh Dios mío. Lo siento mucho. Esto no es parte de mi 
presentación. Quiero decir, obviamente mirarme a mí y a Alex follándonos 
la boca no tiene nada que ver con la administración de su cartera 
financiera. Yo no ... —Me atraganto con las palabras mientras paso a la 
siguiente diapositiva, con la esperanza de deshacerme de la imagen 
horriblemente inapropiada. Pero aparece otra diapositiva de Alex y yo 
besándonos. Pulso el botón Atrás, volviendo a enseñar la anterior hasta 
que finalmente llego a una que no es embarazosa. 
—Me disculpo —dice el Sr. Stroker. 
Puedo sentir las lágrimas. Están tan cerca de derramarse. No 
quiero mirarlo, porque puedo escuchar lo enojado que está. Lo he 
 
121 
arruinado. No sé cómo esas imágenes terminaron en mi presentación, 
pero ahora de seguro he perdido la cuenta y, posiblemente, mi trabajo. 
Esta es la peor semana de mi vida. 
—Violet tiene algunos colegas a quienes les gusta hacer bromas 
pesadas. Lamentablemente, su elección del momento es de pésimo gusto. 
—Toca el botón del teléfono junto a él. Edna, su secretaria personal, 
responde con una voz más alegre—. ¿Qué puedo hacer por usted, Sr. 
Stroker? 
—Que Jimmy y Dean de contabilidad vengan a la sala de 
conferencias B, por favor. 
—Por supuesto. 
—¿Qué está haciendo? —susurro, no que importe, los Darcy aún 
pueden oírme. 
 —Necesitan disculparse. 
—Está bien. Quiero decir, no lo está. Pero no es como si todos no 
hubieran visto esas fotos. Se hallaban en todas partes por un tiempo. Y 
a Alex y a mí nos han atrapado haciendo cosas peores. —Desearía poder 
evitar que mi boca se abriera y siguiera escupiendo palabras. 
—Como en el vestidor. —Bunny me guiña—. ¡Mitch me contó todo 
sobre eso! 
Jesús. ¿Esto podría ser más embarazoso? 
Las cejas de Stroker se levantan, arrugando su frente. Intento no 
reaccionar, pero puedo sentir el calor en mi cara. 
—No necesitamos ver nada más, Violet —dice Mitch —. Bunny ha 
investigado sobre ti y sabemos qué harás un excelente trabajo 
manejándonos. 
Mi mente está atascada en algún lugar de alguna alcantarilla 
gracias a las imágenes folla-bocas porque cuando Mitch dice 
"manejándonos", creo entender que se refiere a su entrepierna, no a su 
cartera financiera. Afortunadamente, un golpe en la puerta me impide 
decir algo aún más embarazoso. 
Jimmy asoma la cabeza en la habitación. Deanestá justo detrás de 
él, empujándolo hacia adelante para poder entrar, también. —Saludos, 
Sr. St- —Jimmy se detiene cuando ve a los Darcy, y sus cejas 
perfectamente formadas se disparan hacia su cabello ingeniosamente 
peinado. 
—Oooohhhh … —Dean se lleva la mano a la boca. 
 Estoy bastante segura de que estamos a juego con nuestras 
expresiones de horror. 
—Supongo que saben por qué están aquí. —El Sr. Stroker ha 
puesto su rostro enojado. Es súper convincente, tal vez porque realmente 
está molesto. 
 
122 
—Creo que sí —dice Jimmy lentamente. 
En caso de que hubiera alguna pregunta, el Sr. Stroker menciona 
el PowerPoint y va a las diapositivas incriminatorias. Cierro los ojos para 
bloquear la vista de mi lengua en la boca de Alex. 
—Lo siento mucho. Puse las diapositivas con las imágenes folla-
bocas hace un tiempo y olvidé quitarlas. —Jimmy se encoge cuando 
Dean le da un codazo en el costado—. Me refiero a las diapositivas con 
las fotos con besos. Violet lo llama folla-bocas, lo cual creemos es 
gracioso... 
—Cállate —susurra Dean. 
—Está bien —murmuro —. ¿Puede solo...? 
—No está bien, Violet. Este es un comportamiento poco profesional. 
¿Qué pasaría si los Darcy no fueran tan comprensivos? —El Sr. Stroker 
hace un gesto hacia la imagen masiva en la pantalla. Mi lengua se ve del 
tamaño de mi cabeza. 
Me hundo en la silla, deseando que Stroker tome la indirecta y 
cambie la diapositiva. Le echo un vistazo a los Darcy. Los ojos de Mitch 
se mueven entre mi lengua en la boca de Alex, Jimmy y Dean, y luego de 
vuelta a Bunny. 
Mi humillación no tiene fin. 
Levanto mi mano. —Señor Stroker. 
—Sí, Violet. 
—¿Podemos cambiar la diapositiva a algo en donde no esté con mi 
lengua en la boca de Alex, por favor? 
Levanta la mirada. —Oh. Cierto. Aclaraba la situación. 
—Creo que está hecho. 
—Ustedes dos, vayan a mi oficina y esperen allí. Me ocuparé de 
ustedes cuando terminemos aquí. —Stroker los saca. 
Jimmy y Dean se tropiezan para escapar. No tengo idea de cuál fue 
el maldito punto con esto. 
—Bueno, esta debe ser la reunión financiera más entretenida a la 
que he asistido. —Bunny se pasa el cabello por el hombro y me da lo que 
debería ser una sonrisa, pero sus labios apenas se mueven. Me pregunto 
cómo sería recibir una mamada de ella. 
Pasamos la siguiente media hora hablando de manera informal, y 
no de follar bocas. Tan emocionada como estoy, esta es una gran 
responsabilidad. También viene con un incentivo significativo. Las 
cuentas grandes significan más dinero. Obtendría un uno por ciento de 
lo que sea que gane para los Darcy, y ya que manejaría más de treinta 
millones de dólares, es mucho. Nada como lo que hace Alex, pero es 
mucho más de lo que estoy haciendo ahora. 
 
123 
Bunny me abraza de nuevo en su salida. —Cuando Alex se sienta 
a mejor, avísanos e iremos a cenar. Y si quieres juntarte conmigo y tener 
un poco de tiempo de chicas, ya sabes, tratamientos faciales, Botox, 
compras de sujetadores, cosas así, ¡solo llama! 
—Por supuesto. Muchas gracias. —Trato de no leer nada en ello. 
Estoy segura de que solo quiere que seamos amigas. E incluso si los 
rumores no son falsos, Buck dijo que dudaba que los Darcy se metieran 
con alguien del equipo de todos modos. 
—Nosotras, las esposas del hockey, tenemos que permanecer 
unidas. —Bunny me guiña otra vez. Tal vez es un tic. 
Me llamó esposa del hockey. Estoy dándome cuenta lo que eso 
significa realmente. Es más que cambiar mi apellido de Hall, lo que me 
hace sentir como en una película de terror de bajo presupuesto, a Waters, 
lo que lo convierte en un dulce romance. 
Va a significar mudarse si Alex cambia de equipo, y posiblemente 
más de una vez cuando finalmente cambie toda su carrera. Ya tiene 
veintiséis. Sé las estadísticas sobre las carreras de hockey y su 
longevidad. Es mi trabajo conocer esa información para ayudarlos a 
planificar su futuro. Es surreal pensar que se acerca al final de su 
primera carrera cuando apenas empiezo la mía. 
Stroker palmea mi hombro una vez que las puertas del ascensor se 
cierran detrás de los Darcy. —Hiciste un gran trabajo, Violet, incluso con 
las imágenes de lengua. 
—Gracias. 
—Deberías almorzar algo, o quizás ir a casa por el resto del día. 
Probablemente estés agotada. 
—¿Está seguro? —Estoy totalmente acabada. No me di cuenta de 
cuánta energía consumiría toda la experiencia de la oficina. 
—Afirmativo. Sé que esto con Alex ha sido difícil para ti. El que 
incluso vinieras a hacer esto hoy es digno de elogio. —Mete sus manos 
en los bolsillos y tintinea sus llaves, mirándome cuidadosamente—. 
Sabes que algunos de nuestro equipo sénior hacen mucho de su trabajo 
desde casa, y según lo que has logrado mientras has estado fuera de la 
oficina y tratando con todo lo demás, creo que eso podría funcionar para 
ti, si es algo que te interesa. 
—Uhh ... —Esto es exactamente lo que Alex ha pedido, lo que me 
hace sospechar —. ¿Alex lo llamó o algo? 
Stroker frunce sus labios. Lo que hace que parezca que está 
chupando un limón. —¿Por qué Alex me llamaría? 
—No lo sé. Por ninguna razón. 
—De todos modos, piensa en ello, y podemos hablarlo luego. Voy a 
tratar con Tonto y Re-tonto. 
 
124 
—¡Oh, Dios! Me olvidé de que se encontraban esperando en su 
oficina ¿Qué hará con ellos? —pregunto. 
—Hacerlos que revisen todos los archivos de la cuenta de Phillips. 
—Hay una sala completa de cajas dedicadas a esa cuenta. 
Stroker sonríe. Es muy a lo Guasón. —Exactamente. 
—Eso les llevará semanas. 
—Sí. Y estarán demasiado ocupados para jugar cualquier otra 
broma infantil. 
—Buen punto. 
Su rara sonrisa se desvanece. —Muy bien. Ve a buscar a Charlene 
y dile que puede tomar un descanso prolongado para almorzar contigo. 
—Se da vuelta para alejarse otra vez. 
De repente, siento que recibo un trato especial que no merezco. —
¿Señor Stroker? 
—¿Sí? —Mira por encima de su hombro. 
—¿Por qué me da todos estos privilegios adicionales? 
Ríe. —¿No lo sabes? 
—¿Porque estoy comprometida con Alex y no quiere perder su 
cuenta? 
—Realmente lo dices como es, ¿no? 
—Desafortunadamente, sí. —Puedo sentir las manchas de jirafa 
apareciendo en mi cuello. 
Saca sus llaves de su bolsillo y las gira en su dedo. —No es la 
cuenta de Alex lo que necesito. Eres tú. 
—Yo no… ¿qué? 
—He estado tratando con atletas profesionales durante mucho 
tiempo, Violet. No olvides que mi padre fue profesional. Estar casado con 
uno de estos tipos es un trabajo de tiempo completo. Eres brillante con 
los números. Aún no te he visto tomar una mala decisión cuando se trata 
de administrar la cuenta de Miller, o cualquiera de las otras que te he 
entregado, así que, si ser flexible me compra más tiempo para tenerte 
como miembro de mi equipo, así es como jugaré. 
Ni siquiera sé qué decir. Quiero decir, sé que soy buena en lo que 
hago, pero viniendo de Stroker, quien definitivamente no es alguien que 
te haga sentir mejor, significa muchísimo. Abro la boca para decir algo, 
pero todo lo que hago es un sonido que se escucha como un gimoteo. 
Comienzo a llorar. 
Mueve una mano en mi dirección. —Bien, te vas a poner emocional, 
y esa no es mi área. Ve a buscar a Charlene y almuerza. Hablaremos la 
próxima semana. 
 
125 
—Está bien. —Exhalo fuerte mientras lo veo ir por el corredor, lejos 
de mi reacción llorosa a su amabilidad. 
Limpio mis ojos con el dorso de mi manga y le envío un mensaje a 
Charlene, pidiéndole que me encuentre en el vestíbulo con mi abrigo y mi 
bolso para no tener que lidiar con nadie más. Menos de dos minutos 
después, viene caminando rápido y casi choca contra mí. 
—¿Cómo te fue? ¿Estás llorando? ¿Qué pasó? —Aprieta 
frenéticamente el botón para bajar del ascensor. 
—Obtuve la cuenta. 
—¿Son estas lágrimas de felicidad, entonces? —Hurga en su bolso 
y saca un pañuelo destrozado. Luego trata de secarme la cara con eso. 
—¿Qué estás haciendo? ¿Te has sonado la nariz coneso? —Escudo 
mi cara con mis manos. 
—¡No! —Inspecciona el pañuelo —. Al menos no lo creo. Pero en 
serio, ¿por qué lloras? 
—Te explicaré cuando comamos. —Las puertas del ascensor se 
abren. Hay personas dentro, así que sonreímos cortésmente y no decimos 
nada hasta que estamos en la calle. 
—Entonces tienes la cuenta, ¿entonces qué? ¿Pasó algo con Alex? 
¿Está bien? 
—Alex está bien. Al menos creo que lo está. —Me detengo en el 
medio de la acera y reviso mi teléfono, para estar segura. 
Tengo seis mensajes nuevos de él. Hay muchas caras mandando 
besos y emoticones con ojos de corazón. También descubrió cómo hacer 
un pene con los símbolos alternativos, y unas tetas. 
—Alex está bien. —Le muestro mi teléfono. 
—¿Son esas tetas? 
—Sí. 
—¿Qué hay entre ellas? 
—Un pene, creo. 
—De acuerdo. Bien. Debe sentirse mejor entonces. 
—Sí. —Guardo mi teléfono en el bolsillo. Quiero decirle en persona 
que conseguí la cuenta. 
—Entonces, si Alex está bien y tienes la cuenta, ¿por qué las 
lágrimas? ¿Estás con el síndrome premenstrual? Espera. Dios mío, 
¿estás embarazada? 
—¿En serio, Charlene? 
—Lo siento. Jimmy ha estado viendo muchos malos programas de 
televisión y luego me ha dado detalles de los episodios durante el 
almuerzo. Realmente te extraño. —Me da un abrazo lateral—. ¿Así que 
definitivamente no estás embarazada? 
 
126 
—No. 
—Está bien, genial, porque creo que necesitamos bebidas. 
Nos sientan inmediatamente. El anfitrión me conoce, no solo 
porque comemos aquí al menos una vez por semana, sino también por 
Alex. Pedimos bebidas y luego movemos nuestro culo al buffet. 
Una vez de vuelta a la mesa, Charlene retoma sus preguntas—: 
Entonces conseguiste la cuenta, y estás feliz por eso, ¿no? 
Meto una albóndiga a mi boca y asiento mientras mastico. —
Definitivamente feliz. Nerviosa porque es algo importante, pero feliz. —Le 
doy el informe detallado, incluyendo la desastrosa situación con las 
diapositivas de Dispuestos a Follar y el folleteo de bocas. 
Un tenedor lleno de fideos cae sobre la mesa. —Oh, Dios mío. 
—Sí. 
—¿Cómo reaccionaron los Darcy? 
—Bueno, Mitch me ha visto mayormente desnuda y me ha oído 
venirme, entonces, ya sabes, pudo haber sido peor. 
—¿Qué sobre Bunny? 
—No parecía muy preocupada por mi lengua en la boca de Alex. 
—Bueno, eso es bueno, ¿cierto? 
—Sí. Definitivamente. Fue muy amable, ofreciéndose a salir para el 
almuerzo y Botox, o lo que sea. 
—Me encanta que almuerzo y botulismo sean una cosa. —Charlene 
pone una cara. 
—¿Cierto? Pero parece agradable, a pesar de eso. Sin embargo, la 
estoy pasando mal con los rumores de que es swinger. Sigo examinando 
sus motivos. 
—Honestamente, pienso que Jimmy estaba siendo un imbécil, pero 
puedo averiguarlo por ti. —Coge su teléfono y escribe algo. 
—¿Qué estás haciendo? 
—Preguntándole a Darren. —Su teléfono suena, así que lo 
contesta—. Estoy almorzando con Violet ahora mismo, así que eso no es 
posible… no puedo disculparme y salir por un minuto… mmm, ajá. 
Entiendo eso, y estoy bien con ello. —Empieza a jugar con el collar de 
perlas en su cuello—. Sí, Darren. ¿Cuál rosa? Pero pensé… por supuesto. 
Cierto. Definitivamente quiero estar lista para eso. —Coloca el dorso de 
su mano en la mejilla—. ¿Mi pregunta? Oh. Eso pensaba. Gracias, sexy. 
Termina la llamada y coloca su teléfono en la mesa, mirando al 
espacio. 
—¿Char? —Ondeo una mano frente a su cara. 
Se libera de cuál sea el trance donde se encontraba. —¿Eh? 
 
127 
—¿Son o no swingers? 
—Oh, cierto. Darren dice que no; no cree que sea cierto. 
—¿Pero no está seguro? 
—Nunca puedes estar cien por ciento seguro de algo, pero ha 
estado jugando con el chico por un largo tiempo, así que está muy seguro. 
—Bien. Eso es bueno. Aun no estoy segura de ir al spa con Bunny. 
Me gusta mucho que mi cara se mueva. 
—Buen punto. Como sea, ¿Alex está mejor? 
—Físicamente, sí. Aún está incomodo, pero las lesiones están 
sanando, y no camina como si perteneciera a una vieja casa de campo, 
así que eso es un plus. Sin embargo, realmente no le gusta que lo cuiden. 
Se frustra. 
—No es de sentarse y vegetar… ninguno de esos chicos lo es. Sé 
que Darren extraña a su compañero de entrenamiento. 
—Sí, yo igual. 
—No sabía que entrenabas con Alex. 
—Esa no es la clase de entrenamiento de la que hablo. 
Entendimiento se refleja en sus ojos. Mira alrededor y baja su voz 
cuando pregunta—: ¿No están las cosas bien en castorlandia? ¿Daisy lo 
está volviendo un desafío? 
—Realmente, Daisy no es el problema. —Empujo la comida en mi 
plato. 
—Oh Dios mío, ¿lastimó su musculo en la ingle o algo así? Sé que 
fue un duro golpe. ¿Por qué no dijiste nada antes? 
—No se lastimó el musculo de la ingle. Súper PM aun funciona 
bien. Tiene más que ver con el nivel de frustración de Alex que otra cosa. 
Solía tener un montón de resistencia, y por el momento, bueno, no lo 
tiene, así que tengo que hacer todo el trabajo. Como sea, es bueno que 
he estado haciendo yoga con Sunny, porque mis piernas en serio se están 
entrenando. El sexo hace que me duelan los abdominales. 
—¿Cierto? —exclama Charlene—. Algunos días siento como si he 
hecho un entrenamiento P90X de 90 días después de una noche con 
Darren. 
—Especialmente después de los juegos fuera de casa. Sunny 
debería idear algún ritual de yoga pre-sexo, así no tengo que caminar 
como un robot por tres días después de ello. —Estoy bromeando, porque 
de otra forma corro peligro de llorar. Tengo las emociones a flor de piel 
hoy. 
—De acuerdo. 
Nos quedamos en silencio por un minuto, Charlene probablemente 
porque probablemente esté pensando en todo el sexo que ha tenido y 
tendrá esta noche, y yo porque estoy pensando en todo el sexo que me 
 
128 
estoy perdiendo. Bueno, no es el sexo lo que está faltando, es que Alex no 
se encuentra en las condiciones adecuadas para golpear al castor de la 
forma que siempre lo hace. 
Sin embargo, a pesar de que disfruto cuan dulce puede ser, y cuan 
considerado es durante el sexo, extraño algo de la intensidad y agresión. 
Pero sé que regresará. 
—Honestamente, Char, puedo lidiar con la falta temporal de sexo 
ardiente. Estoy más que agradecida con que se encuentre bien. Pudo 
haber sido mucho peor. 
—Pero sabemos que estará bien. 
—Eso es lo que los doctores dicen. —La amnesia retrógrada 
persiste, con las horas cercanas al accidente aún perdidas, pero por lo 
demás parece bien. Aparto mi plato. Estoy muy afectada. Porque bien es 
relativo. Maldición. Las lágrimas empiezan a salir. 
—¿Vi? ¿Estás bien? 
Tomo un par de respiraciones, tratando de calmarme. —Estoy bien. 
—No, no lo estás. 
—Han sido un par de semanas difíciles. Yo solo… no lo sé. Es decir, 
ahora tengo esta cuenta, y eso es asombroso, pero será un montón de 
trabajo, y ahora mismo todo en lo que puedo pensar es en estar con Alex, 
y cuan peor pudo haber sido el accidente. Está mejorando, pero aún tiene 
un largo camino para estar totalmente bien. ¿Qué si hubiera tenido una 
lesión cerebral sería? ¿Qué si…? —No puedo terminar la oración. 
Charlene coloca su mano sobre la mía. —Pero no fue así, y está 
bien. Va a estar bien. Tienes que creerles a los doctores. Solo toma 
tiempo. 
—Lo sé. Pero eso es ahora. No hay garantía de que no volverá a 
pasar. 
—Trata de no pensar de esa forma, Vi. 
Miro mi plato. —Pero es la realidad de esta profesión. Cosas malas 
pueden pasar. 
Char aprieta mi mano fuerte. —Entonces, ¿qué significa eso? 
—Todo en lo que puedo pensar realmente es en cómo no quiero 
perderlo. —Siento la onda construyéndose dentro de mí. He mantenido 
la compostura desde que Alex regresó a casa del hospital, pero hoy parece 
que estoy al borde del colapso. Una lágrima cae en mi arroz pegajoso—. 
Amo este trabajo, pero estoy empezando a darme cuenta de que el horario 
de nueve a cinco es algo que no voy a ser capaz de mantener en un 
tiempo. Y no creo que querré.Así que necesito determinar que es realista 
y ajustar mis planes. 
Charlene se sienta derecha, contemplando. —Has pensado mucho 
esto. 
 
129 
—Lo he hecho. 
—También creo que deberías considerar cuan estresada has 
estado. El accidente de Alex, la cuenta de Darcy, es mucho de manejar 
para alguien. 
Bajo mi tenedor, mi apetito se ha ido, lo cual es triste, porque la 
comida aquí es asombrosa. —Lo sé, pero me ha hecho revaluar lo que es 
importante. 
—¿Lo cual es? 
—Quiero colocar una fecha para la boda. 
—¿En serio? 
—Sí. Si algo he aprendido de esto, es que la vida es demasiado 
impredecible para dejar que mi propensa conducta a la auto humillación 
me detenga de dar el sí. Quiero pasar el resto de mi vida con este hombre, 
y posponer el inicio de eso porque me voy a humillar a mí misma es 
estúpido. Así es como soy. Esperar no va a cambiarlo. 
 
 
 
Después del almuerzo, empaco una caja de archivos y me voy a 
casa, sintiéndome más ligera. Convencí a los Darcys, trabajaré desde 
casa por un tiempo, y tan pronto como sea el momento adecuado, le diré 
a Alex que debemos fijar una fecha. 
Lo encuentro en la sala, acostado en el sofá con el control remoto 
apuntando a la televisión. Retrocede y luego presiona continuar, 
subiendo el volumen. No me nota observándolo. Miro a la pantalla y me 
doy cuenta demasiado tarde que es el video de su lesión. El crujido 
cuando golpea la barda es amplificado por el sonido envolvente. Luego 
los gritos de los fanáticos se tragan lo demás. 
El ángulo de la cámara cambia, dándome una vista diferente de los 
eventos de la que tuve en el juego. Mientras me hallaba asustada, sus 
compañeros de equipo estaban ahí buscando una respuesta en él. Todo 
el asunto viene de vuelta con un miedo renovado. Me llevo la mano a la 
boca para silenciar mis sollozos, pero no soy lo suficientemente rápida. 
De repente, Alex se da cuenta que estoy aquí. Detiene el video y 
palmea el cojín junto a él. —Ven aquí. 
Está usando su uniforme actual: una sudadera y pantalones, y yo 
aún llevo mi pantalón de vestir y blusa. Se mueve así puedo poner mi 
culo sobre el pedazo de cojín. 
—¿Por qué estás viendo eso? —le pregunto con un lloriqueo. 
 
130 
—Para ver si eso refresca mi memoria. Seguro como el demonio eso 
explicará por qué luzco así. —Pone una sonrisa. 
Trato de darle una de vuelta, pero no puedo. —Me alegra que 
Cockburn obtuvo una suspensión de veinte juegos. 
—Se lo merece. —Acaricia mi mejilla—. Debiste estar muy 
asustada. 
Asiento, tragando el peso en mi garganta. No hemos hablado en 
serio de esto, en su mayoría porque Alex no tiene ningún recuerdo del 
golpe. 
—Cuando no te levantaste, y luego te llevaron junto a mí en la 
camilla y no te movías… pensé que iba a perderte. No podía controlarme 
lo suficiente para meterme en la ambulancia contigo. Sunny tuvo que ir, 
y todo en lo que podía pensar era que nunca te iba a… —No continuo. 
Las palabras son innecesarias. 
—Pero voy a estar bien ahora. 
Respiro profundo, tratando de calmarme. He evitado el video a 
propósito hasta este punto. —Fue entre una hora más o menos que no 
supe si iba a estar bien de nuevo. Fue horrible. 
—Siento haberte asustado, nena. 
No me promete no hacerlo de nuevo, y sé que es porque no quiere 
mentirme. Lo que me asusta incluso más. Se estira, llevando mi boca a 
la suya. Es un beso suave, y no hay nada de lengua, pero lo termina con 
una mordida a mi labio. Cuando ha terminado, retrocedo unos 
centímetros para que sus ojos no se fusionen. 
 —Hablemos de algo agradable. —Mira al reloj—. Estás en casa 
más temprano de lo que esperaba. ¿La presentación estuvo bien? 
—Conseguí la cuenta. 
—Eso es increíble. —Lo dice en serio; puedo decirlo por el hoyuelo 
que aparece en su mejilla izquierda. 
Beso ese lugar. —Tengo una pregunta sobre los Darcys. 
—¿Oh? ¿Qué es? —Enrolla un mechón de mi cabello en su dedo. 
—Hay un rumor… 
—Siempre hay un rumor. ¿Qué es esta vez? ¿Ese que dice que son 
swingers? 
—¿Cómo lo supiste? 
Alex rueda sus ojos. —Las personas son idiotas. Fueron invitados 
a participar en un evento en un hotel hace un par de años. Había dos 
fiestas al mismo tiempo en el mismo lugar. Una era de una fundación y 
la otra para swingers. Accidentalmente fueron a la otra, pero Darcy ha 
estado luchando con el rumor desde entonces. 
—Guau. Las personas en serio son imbéciles. 
 
131 
—¿Quién te dijo eso? 
—Dean. 
—En serio no me gusta ese chico. 
—Solo estaba siendo un idiota. —Trazo la línea de su ceja—. Tengo 
otras buenas noticias. 
—¿Oh? ¿Qué es? 
—Hablé con Stroker sobre trabajar más desde casa. 
Alex parpadea en sorpresa. —¿En serio? 
—En serio. Y dijo que sí. 
—¿Y estás bien con eso? —Frota mi labio inferior con su pulgar. 
—Estoy más que bien con ello. 
Esta vez cuando sonríe, consigo los dos hoyuelos. 
Beso de nuevo sus labios. Soy recompensada con un poco de 
lengua. —¿Dónde está tu mamá? 
—Fue a comprar más comida. Puede que necesite comprar otra 
nevera si no se detiene pronto. —Ahora estamos hablando entre besos, y 
las manos de Alex empiezan a vagar más abajo, de mi hombro hacia mi 
seno. 
—Toda la nevera está llena de carnes para los próximos tres meses. 
¿Hace cuánto tiempo se fue? 
—¿Tal vez veinte minutos? 
—Entonces, ¿no regresará pronto? — Toco uno de los botones de 
mi blusa hasta que se abre, revelando el escote. 
—Probablemente no. 
—¿Quieres ir arriba así puedo abrazar a Súper PM con mi castor? 
Alex se sienta y acaricia mis senos. —Eso suena como la mejor 
jodida idea en el universo. 
 
 
132 
11 
 
Traducido por Anna Karol 
Corregido por Jadasa 
 
Violet 
 
Mi cabello post-sexo está húmedo, y me encuentro acurrucada 
contra el costado de Alex. 
Aparta el cabello de mi frente. —Seré mucho más feliz cuando 
pueda darte más de un orgasmo a la vez. 
—Hay muchas mujeres en el mundo que tienen que fingir cada 
orgasmo que tienen, así que no creo que debas sentirte tan mal por darme 
un orgasmo a la vez por unas pocas semanas. 
Alex hace un sonido de disgusto. —¿Qué dice eso sobre los 
hombres con quienes están esas mujeres? 
—Realmente no puedes culparlos cuando las mujeres fingen 
venirse. 
—No lo sé. Pensarías que sería obvio cuando una mujer lo está 
fingiendo. 
—No si lo simula desde el principio —discuto. 
Alex se mueve para poder mirarme a los ojos. Luce particularmente 
intenso. —Nunca lo has fingido conmigo, ¿verdad? 
—¿Es una pregunta seria? 
—Sí. 
—No, Alex, en ningún momento tuve que hacer ejercicios Kegel 
para cubrir la falta de orgasmo. 
—¿Estás segura? —Su inseguridad es entrañable. 
—Me haces venir todo el tiempo. Súper PM es el alma gemela de mi 
castor. 
Ríe. —Te amo, Violet Hall. —Por alguna razón, suena triste. 
 
133 
—Yo también te amo, Alex Waters. 
Nos quedamos allí unos minutos y empiezo a pensar en la 
conversación que tuve con Charlene hoy. Podría decirle a Alex ahora que 
quiero fijar una fecha para la boda. Probablemente debería. 
Levanto mi cabeza. Sus ojos están cerrados, y su respiración es 
uniforme. —¿Alex? 
No obtengo respuesta. 
—¿Bebé? 
Aún nada. Está fuera de combate. El hombre puede quedarse 
dormido más rápido que la Bella Durmiente. 
Exhalo, molesta conmigo misma por haber perdido una 
oportunidad perfecta para hacerlo feliz. Presiono mis labios contra su 
sien y susurro—: No puedo esperar para ser Violet Waters. 
Cuando está claro que Alex está realmente dormido y mi mente 
demasiado ocupada dando vueltas como para que pueda acompañarlo, 
me levanto de la cama y me visto. 
Mientras Alex duerme y Daisy está de compras para llenar nuestra, 
a punto de reventar, alacena y bodega fría; me meto sigilosamente en su 
baño, abro la ventana y vacío sus aerosoles de laca para el cabello. Hay 
tres sobre el mostrador. Dejo un poquito en uno y luego escondo otro en 
el fondo de mi armario. 
Termino la misión: Eliminar el Cabello de Cascode Daisy cuando 
suena la alarma de la casa, lo que indica que ella ha vuelto. No dejo que 
la culpa me devore demasiado, porque hago esto por una mujer cuya 
peluquera claramente no sabe en qué década está. Alguien tiene que 
intervenir. 
 
 
 
A la mañana siguiente, Daisy llama a la puerta de nuestra 
habitación a una hora impía. Salgo de la cama y tomo mi bata. Estoy 
usando pantalones cortos y una camiseta, pero, aun así. La camiseta es 
blanca, y Daisy ya ha visto más que suficiente de mí en el tiempo que 
lleva aquí. Toca de nuevo, pero a menudo no espera hasta que obtenga el 
visto bueno para entrar. 
Me coloco la bata y me dirijo a la puerta en puntillas antes de que 
los golpes despierten a Alex. Ha tenido sueños de ansiedad por el 
rendimiento, por lo que su sueño es entrecortado, y también el mío. 
También está acostumbrado a dormir en su lado derecho la mayor parte 
del tiempo, para poder cucharearme y anidar su pene en la hendidura de 
mi culo, y no puede hacerlo debido a su hombro. Para compensar, se 
 
134 
aferra a una parte de mí, lo que esté más cerca: mi brazo, mi cabello, mi 
teta. Esta última es la más común. 
Compruebo para asegurarme de que no tengo baba seca en la 
mejilla antes de salir al pasillo y cerrar la puerta detrás de mí. —¿Está 
todo bien, Daisy? 
—Lamento mucho despertarte, pero es una emergencia. —Sus ojos 
están frenéticos. Su cabello luce lacio y húmedo. 
—¿Qué sucede? 
Se toca el cabello. —Bueno, tengo que recoger a Robbie del 
aeropuerto a las nueve, y no me queda ningún spray para el cabello. 
—Oh. —Tengo que reprimir mi sonrisa de victoria. 
—¿Me preguntaba si tendrías una lata? Podría arreglármelas con 
un atomizador si eso es todo lo que tienes. 
—Puedo verificar. 
Suelta un aliento tenso. —Eso sería genial. 
Regreso a la habitación. Echando un vistazo al reloj, me horroriza 
ver que son solo las seis y cuarto de la mañana. Debe tomar una cantidad 
de tiempo considerable y laca para el cabello crear esa apariencia de 
“casco duro como una roca”. 
Escondida en el baño, le doy un buen minuto o dos de búsqueda 
falsa antes de tomar un producto alternativo para el cabello. Cuando 
salgo al pasillo, pongo mi cara triste. —Lo siento mucho, Daisy. No tengo 
ningún spray, pero tengo gel. —Sostengo la botella. Sé que no es 
remotamente lo mismo, pero finjo ser útil. 
—Eso realmente no funcionará. ¿Crees que haya alguno en las 
habitaciones libres? 
—Podemos verificar. —Sé con certeza que no, porque me he 
encargado de eliminar todos los rastros de laca de la casa. La primera 
fase de mi misión está completa; ahora estamos en la fase dos: Arregla el 
Casco. 
Puede ser desagradable estar despierto un sábado por la mañana, 
pero voy a aguantar y superarlo si significa que finalmente puedo abrazar 
a Daisy sin tener un bocado de cabello tieso y lleno de spray. 
Camino mientras Daisy se cierne detrás de mí, cada vez más 
angustiada. Cuando vuelvo con las manos vacías, comienza a llorar. 
—No tengo tiempo para ir a una tienda y comprar más laca. ¿Qué 
voy a hacer? No puedo recibir a Robbie luciendo así. —Señala su cabeza. 
Es lo más normal que su cabello se ha visto en el tiempo que Alex 
y yo hemos estado juntos. Daisy es realmente hermosa debajo de ese 
peinado excesivo. Ella y Sunny parecen casi idénticas, aparte del hecho 
de que Sunny es rubia y Daisy es más castaña. Espero envejecer tan 
 
135 
elegantemente como Daisy. Le palmeo el hombro. —Tranquila. Veré lo 
que puedo hacer. 
Daisy mira mi cabello, su aprensión es clara. Y comprensible. No 
puede ser bueno, pero me despertó y soy una durmiente muy activa. 
Probablemente parece que algo decidió anidar allí. Salgo del baño y ella 
me sigue, ya que realmente no hay otra opción. La envío de vuelta a su 
habitación y entro en la mía para buscar mis productos para el cabello. 
Una vez que estoy armada con mi arsenal, llamo a su puerta y 
espero, porque definitivamente no quiero ver las partes de Daisy que ha 
visto de mí. No tengo idea de si está luciendo un arbusto de castor muy 
grande que coincide con el de su cabeza, y no tengo ningún deseo de 
tener la respuesta a ese misterio de la vida. 
Daisy aparece con los ojos rojos, y experimento un remordimiento 
grave. Esto ha sido duro para ella. Ha estado cuidando a su único hijo, 
que siguió una carrera que no apoyó por completo, por una variedad de 
razones, incapaz de cuidar de sí mismo debido a una lesión que nos 
sacudió a todos. Y ahora su cabello está sin spray. 
Pero mi tormento tiene un propósito. Algún día tendré fotos de mi 
boda. Probablemente pronto. Daisy estará en ellas. Me gustaría, 
egoístamente, que tuviera el cabello normal ese día, por lo que creo que 
es razonable hacerla llorar si eso significa que no tengo que enfrentar 
esta batalla más tarde. Además, está tres décadas retrasada. Es hora de 
superar los días gloriosos de la universidad. 
La hago sentar sobre el asiento del inodoro, en parte para que no 
pueda verse a sí misma, y también porque soy baja y ella es alta. Utilizo 
un cepillo redondo para aumentar el volumen, consciente de que vamos 
a tener que alejarnos de su terrible cabello por etapas. Primero, tenemos 
que eliminar casi por completo la necesidad de utilizar laca; luego nos 
enfocaremos en atenuar más el volumen. En realidad, sin spray, su 
cabello se verá abultado durante los primeros diez minutos, y luego se 
asentará muy bien. 
Ahora, no soy estilista. Sé lo básico de maquillaje, y sé cómo usar 
una plancha en mi cabello. Pero estoy bastante segura de que puedo 
hacer que Daisy luzca decente hasta que podamos visitar a una 
profesional a la que no tenga que visitar mediante un túnel del tiempo. 
Paso los próximos veinte minutos haciendo mi magia. Cuando 
termino, el cabello largo de Daisy se riza suavemente alrededor de sus 
bonitas y delicadas facciones. Sé que probablemente lo arruine con su 
maquillaje al estilo de los ochenta, pero es del tipo de cosas de un paso a 
la vez. 
Dejo el secador y el cepillo, acomodo con los dedos algunos 
mechones caprichosos para someterlos y hago un gesto hacia el espejo. 
—Échale un vistazo. 
Daisy se levanta vacilante, alisando con sus manos el vestido que 
ya no encaja con su cabello. Necesito que mi mamá la lleve de compras. 
 
136 
Cualquier cosa es mejor que las hombreras. Bueno, excepto tal vez las 
minifaldas de mi madre, pero además de eso, su gusto es decente. Se da 
vuelta y se enfrenta a su reflejo. Sus ojos se abren, no estoy segura si es 
de horror o sorpresa. En cierto modo se ven iguales en Daisy. Alza la 
mano para tocar su cabello, luego se detiene. 
—Puedes pasar los dedos por él. —Lo demuestro tirando del mío 
por la de abajo, lo que ayuda a darle más volumen, para que no extrañe 
el aspecto de casco. 
Exhala un aliento largo e inestable y se acaricia el cabello. Toma 
uno de los rizos. —Es tan suave. 
Sonrío, porque en serio, ¿qué otra reacción hay? Siento que soy 
una presentadora de ese programa de TLC en el que humillan a una 
persona, poniéndolas en la televisión nacional, luego les dan cinco mil 
para comprar un nuevo guardarropa y dejar de vestirse como un 
vagabundo o un personaje de dibujos animados. Por una vez, no soy la 
que está bajo el microscopio. También hago una buena acción, más para 
mí que para Daisy, pero ambas ganamos si le gusta este aspecto. 
—¿Te gusta? —pregunto. 
—Yo... creo que sí. —Se toca el cabello una vez más, y me da una 
sonrisa vacilante. No puedo decir si solo trata de ser amable, hasta que 
gira y me tira a un abrazo que rompe mis costillas—. Gracias, Violet. No 
sé lo que habría hecho si no hubieras estado aquí para ayudarme. 
Me lleva unos segundos reaccionar. Esto está lleno de amor 
maternal. Podría emocionarme al respecto. Eso parece ser normal estos 
días. 
Cuando nos separamos, ambas limpiamos nuestros ojos. Daisy no 
se ha maquillado, así que no hay riesgo de manchar toda su cara todavía. 
Es el tipode momento de unión que necesitábamos, uno que no está 
relacionado con el accidente o Alex. A pesar de lo útil que ha sido, es 
difícil no sentir que se está haciendo cargo de mi lugar, particularmente 
con lo mucho que adora a Alex y lo mucho que parece quererlo. 
Vuelvo de puntillas a mi habitación y tomo mi cámara para poder 
registrar este momento en la historia antes de que Daisy se ponga su 
maquillaje de carnaval. Con su cabello así de suave, es asombroso su 
parecido con Sunny. 
Me ofrezco a acompañarla al aeropuerto, pero me dice que duerma 
un poco más y se disculpa por haberme despertado tan temprano. Estoy 
casi decepcionada de no ser testigo de la reacción de Robbie cuando vea 
su nuevo cabello. Me escapo de vuelta a la cama; Alex todavía duerme. 
Lamentablemente, parece que no puedo volver a dormirme. Mi 
madre, Sidney, Miller y Sunny vienen a almorzar, junto con el resto de 
nuestros amigos cercanos, y espero que alguien mencione la boda y la 
falta de una fecha determinada. Acostada allí, mirando el perfil de Alex y 
la sombra de barba cubriendo sus mejillas y barbilla, me doy cuenta de 
algo importante: incluso con toda la incertidumbre, ni una sola vez me 
 
137 
consideré incapaz de manejar esta situación. Demonios, incluso asumí 
una misión extra con el cabello de su madre. Sé que estoy lista para esto, 
para estar en esta vida con él, sin importar los desafíos que conlleve. 
Hoy es el momento perfecto para fijar una fecha. Todas las 
personas importantes involucradas estarán aquí, por lo que no hay razón 
para no hacerlo. Además, con Alex fuera por el resto de la temporada, 
necesita algo para ocupar su tiempo. Planear una boda parece ser la 
distracción perfecta. 
Y así yo no tendré que hacerlo, y todos ganamos. 
 
 
138 
12 
 
Traducido por Ma.Sol & DianaZ 
Corregido por Jadasa 
 
Alex 
 
Me despierto con una húmeda y cálida succión. Soy lento para 
abrir los ojos, repaso los dolores de mi cuerpo hasta que solo siento 
placer. 
Bajo la mirada para encontrar a Violet arrodillada a mi lado, su 
cabello recogido en una coleta. Está hacia un lado sobre su hombro y 
fuera del camino por lo que no impide mi vista. Y eso es estupendo, 
porque sus labios en este momento están envueltos alrededor de mi polla. 
Gimo su nombre y extiendo la mano sana para acariciar su mejilla. 
Hace esa cosa donde desliza la cabeza por el interior de su mejilla antes 
de sacarla de su boca. 
—Buenos días. —Sonríe, entonces vuelve a inclinarse. 
—Seguro que sí. — Sentarme es una tarea que exige más de lo que 
en este momento puedo hacer, de manera que me conformo con 
reorganizar mi almohada para tener una mejor vista. Luego vuelvo a 
acariciar su mejilla y su hombro, con la esperanza de que capte la pista 
y se mueva más cerca para poder sostener su teta mientras me chupa. 
Violet, al ser la mujer intuitiva que es, se mueve sobre la cama y 
coloca su seno en mi palma en tanto continúa succionándome. 
Realmente me encantaría ponerla de espaldas y deslizar mi polla entre 
sus tetas, después tener sexo alucinante, pero mi velocidad de follada 
todavía está en el geriátrico. Es patético. Sé que no va a ser así para 
siempre, pero me molesta. 
Trato de concentrarme nuevamente en lo que Violet está haciendo, 
pero ahora que estoy pensando en lo que no puedo darle, es difícil 
concentrarme en cualquier otra cosa. Mi erección comienza a desinflarse. 
Mientras está en su boca. 
 
139 
Eso nunca sucedió antes. Jamás. Bajo la mirada al seno que estoy 
amasando y hago rodar el pezón entre mis dedos. Usualmente eso ayuda. 
Necesito volver a la dureza máxima rápidamente, pero las cosas parecen 
ir en la dirección opuesta. 
Violet la saca de nuevo, frunciendo el ceño a medida que me 
acaricia. —¿Alex? 
—¿Mmm? —Se dio cuenta. Puedo decirlo. Mierda. 
—¿Está todo bien? —Suelta su agarre. 
—Está bien, eso se siente bien. —El quiebre en mi voz no ayuda en 
absoluto. 
—Pero estás… —Se calla—. ¿Estás adolorido? ¿Debo conseguirte 
algo? Quizás esto no es… 
—Estoy bien. —Ni siquiera estoy cerca de bien. 
Dejo de toquetearla y cubro su mano con la mía. Entrelazando 
nuestros dedos, aprieto con fuerza y comienzo a acariciar, fuerte y rápido. 
Violet se vuelve a poner de rodillas, su otra mano en lo alto de mi 
muslo. Pero necesito más que su mano o su boca. Necesito estar dentro 
de ella. Extraño muchas cosas, pero ser capaz de amarla y, a veces, 
simplemente follarla, está en lo alto de la lista. 
—Móntame —gruño. 
Los ojos de Violet resplandecen. —¿Estás seguro? 
—Deseo estar dentro de ti. —Casi parezco cabreado, 
probablemente porque lo estoy. Quiero cuidarla, y parte de eso es 
demostrarle cuánto la deseo, el efecto que tiene en mí. 
Exhala un aliento rápido, pero no hace más preguntas. En su 
lugar, cuidadosamente me monta a horcajadas, trata de evitar los 
moretones en mis piernas. Luce insegura. Puedo entender por qué. 
Normalmente soy un amante considerado, y me aseguro de cuidar 
a Violet de la manera en que lo necesita. No soy normalmente agresivo o 
prepotente a menos que esté cabreado, como lo estuve esa vez en el 
vestuario. Sin embargo, incluso entonces me aseguré de que Violet se 
viniera mucho antes que yo, y más de una vez. Pero mi habilidad para 
hacer eso está limitada. 
Suavizo mi tono al hacer una sugerencia. —Por qué no te preparas 
para mí, nena. 
Desliza la mano que no está en mi polla entre sus muslos y frota 
su clítoris, lentamente al principio y luego más rápido. Continúo con las 
caricias recíprocas, y disminuyo cuando regreso a un nivel razonable de 
dureza. 
—Métete el dedo, Violet. — De nuevo sale más como una orden que 
como una petición educada. 
 
140 
—Sí, señor, señor Waters, señor. —Incluso me hace un saludo 
militar. 
Quiere ser sarcástica; de todos modos, definitivamente ayuda con 
la inflación, especialmente cuando empuja el primer dedo dentro y gime 
mi nombre. 
—Cuidado. Las paredes no están insonorizadas —advierto. No 
necesito que mi madre nos escuche. 
—Tu madre está en camino al aeropuerto para buscar a tu padre. 
Olvidé que es fin de semana. —¿Estamos solos? 
Asiente y utiliza un segundo dedo, gimiendo. 
—En ese caso, sé tan entusiasta como quieras. 
Sonríe, y es tan dulce como tímida. —Bueno. 
Bombea un par de veces, luego hace círculos en su clítoris antes 
de deslizar un tercer dedo. Sin embargo, sus manos son mucho más 
pequeñas que las mías, de manera que sus tres dedos son muy diferentes 
a mis tres dedos. 
—¿Quieres que abrace a Súper PM ahora? —pregunta, un poco sin 
aliento. 
—Deberías usar un dedo más primero. 
Arquea una ceja. —No pondré toda mi mano allí. 
Resoplo. —No te estoy pidiendo que te folles con el puño, Violet. 
—¿Qué me folle con el puño? —Suena horrorizada, incluso 
perturbada—. Puedo manejar tus interminables bromas sobre entrar a 
mi Área 51, porque aparentemente es lo que hay que hacer en estos días, 
pero si comienzas con otras solicitudes extrañas, revocaré por completo 
el sexo de tetas. 
Intento no sonreír demasiado. —¿Más raras que tú vistiendo mi 
polla? 
—Eso es lindo, no raro —dice Violet. 
Todavía tiene sus dedos donde voy a estar pronto y su otra mano 
envuelta alrededor de mi polla. Aprieto mi erección para llamar su 
atención allí. —Mira el tamaño de tus manos en comparación con las 
mías. 
Mira nuestros dedos. —Oh, eh… supongo que tiene sentido. 
Acaricio hacia arriba, deslizando mi pulgar sobre la cabeza. Violet 
siguiéndome con la suya, y gimo. —Sabes qué, deberías tomar el control 
aquí, y yo me haré cargo de ti. 
—De acuerdo. —Saca los dedos y los une con su otra mano, por lo 
que ambas rodean mi polla. Luego se mueve para tener el acceso que 
necesito. Es una gran vista, y se siente jodidamente increíble con lo 
resbaladiza que está su mano. 
 
141 
Froto su clítoris con un nudillo, saboreando su gemido silencioso, 
antes de empujar. 
—Oh, Dios, Alex. Me encantan tus dedos.—¿Eso se siente bien? —Ya sé que sí, pero también me gusta 
escucharlo, y necesito que alimenten mi ego. 
—Muy bien. —Su agarre sobre mí se tensa cuando agrego otro 
dedo, y gime. Ruidosamente. 
—Es un poco diferente a tus tres dedos, ¿no? 
—Aja. 
Su pecho está lleno de manchas, como ocurre cuando la charla 
sucia la excita. 
—¿Quieres que te haga venir? 
—Por favor. 
Curvo mis dedos y froto su clítoris con mi pulgar. Es incómodo ya 
que es mi mano izquierda en lugar de la derecha, pero presiono más y 
froto más rápido, como lo hizo ella, para ver si funciona mejor que mi 
método habitual. 
Baja la mirada donde mis dedos desaparecen en su interior. —Alex, 
yo… ¡Oh, santo orgasmo! 
Violet se inclina en tanto gime mi nombre. Obligada a soltarme 
cuando casi se cae sobre mi pecho. Apoya una mano a cada lado de mi 
cabeza, moviendo sus caderas mientras folla mi mano. Su rostro a un 
centímetro del mío. Puedo sentir cada jadeo caliente en mis labios cuando 
susurra lo bien que la hago sentir y lo mucho que desea mi polla y ama 
mis manos. 
Es realmente sensual, y por primera vez desde este estúpido jodido 
accidente, me siento legítimamente bien. Todavía puedo cuidar de mi 
prometida como se supone que debo hacerlo. 
Se estremece y succiona suavemente mi labio inferior. 
—¿Fue bueno? 
Hace un sonido que probablemente es una palabra, pero su lengua 
está en mi boca por lo que es incomprensible. 
—¿Qué fue eso? 
Deja de besarme lo suficiente como para decir—: Quiero follarte. 
—Bueno, probablemente deberías subirte sobre mi polla entonces 
¿no? 
—Debería. Definitivamente me subiré sobre tu polla. 
Espero hasta que Violet se incorpora y sienta sobre mis muslos 
antes de retirar mis dedos. Se levanta, sostiene y contonea. Sin embargo, 
no baja rápidamente. Ahora que ha tenido un orgasmo, Violet entra en 
 
142 
modo juguetón. Su cabeza cae, sus ojos se concentran en donde está 
frotando la cabeza de mi polla sobre su clítoris. 
—Hola, Súper PM. ¿Estás emocionado por los abrazos de castor? 
—susurra. 
Parte de mi intensidad se disipa. No es raro que Violet hable con 
mi pene como si fuera a responderle. 
Flexiono para que se mueva contra su mano. Salta y se ríe. —¡Ohh! 
Está muy emocionado, ¿no? 
—Parecería de esa manera. Tal vez deberías detenerte con las 
burlas y darle lo que está buscando. —El que también me refiera a mi 
polla como una persona es probablemente algo por lo que la mayoría de 
las personas sugeriría terapia. 
Violet toma en serio mi comentario y mueve sus caderas hacia 
adelante, alineándonos. Me tenso cuando baja, tomando la cabeza y 
todos los dolores en mi cuerpo se agudizan hasta que me relajo de nuevo. 
—Sabes… —se queda así durante unos segundos—, si Súper PM 
pudiera respirar, el sexo sería como una asfixia erótica, ¿cierto? 
—¿Qué? —No tengo idea de qué está hablando. 
—Ya sabes, esas personas que les gusta que les corten el oxígeno 
durante el sexo. 
—Creo que necesitas tomarte un descanso de algunos de los libros 
obscenos que estás leyendo. 
—Es culpa de Charlene. Es la que me los sigue recomendando. 
—¿Podemos no hablar de Charlene cuando estamos a punto de 
tener sexo, por favor? 
—Cierto. Lo siento. —Se deja caer hasta que su culo se apoya en 
mis muslos. 
Gimo y curvo mis manos en puños, lo que hace que mi hombro 
derecho cante con dolor, y espero a que se mueva. No puedo decidir si 
me gusta estar a su merced o no. Violet hace girar sus caderas, y sus 
suaves gemidos me mantienen en el presente en lugar de pasar el rato en 
mi cabeza, sintiendo pena por mí mismo. Me siento mal que ella tenga 
que hacer todo el trabajo, pero es jodidamente sexy verla. 
—¿Está bien? ¿Se siente bien? —pregunta. 
—Tan bueno. 
Sigue moviéndose sobre mí. Sé que está tomando las cosas con 
calma, sin saber exactamente qué me hace sentir bien o mal. Aunque 
aprecio la vista, me gustaría que esté más cerca. Además, es más 
probable que se venga de nuevo si se está frotando contra mi pelvis, y en 
realidad no puede hacer todo el trabajo y frotarse al mismo tiempo. 
—Ven aquí. —Hago un movimiento con el dedo. 
 
143 
Se inclina y pone una palma a cada lado de mi cabeza otra vez. Sus 
pezones rozan mi pecho, pero sostiene su propio peso. —Es algo bueno 
que Sunny me obligará a practicar yoga, ¿eh? 
Está sudorosa, y sus mejillas sonrojadas. Se ve hermosa y sexy. —
Definitivamente algo bueno. 
Hace un poco más de movimientos de cadera y gemidos. —Esto 
requiere mucha coordinación. 
—Lo estás haciendo increíble, nena. —Agarro su nuca y acerco sus 
labios a los míos. 
Le cuesta mantener su ritmo y besarme al mismo tiempo, por lo 
que la suelto tras un minuto. Sin embargo, se mantiene cerca, sus tetas 
golpeando mi pecho mientras me monta. Decido que no me importa 
mucho. Hago lo que puedo, pero estoy limitado en el departamento de 
embestidas por el momento. 
Sé que se está acercando cuando comienza el canto del amor a la 
polla. Lo cual es bueno, porque estoy allí con ella. Sus brazos están 
temblando; está luchando para sostenerse. Normalmente tomaría el 
control ahora y le daría otro orgasmo, o dos. —¿Estás casi allí? —
pregunto. 
Asiente frenéticamente. —No puedo, voy a… —Sus músculos se 
tensan—. Oh Dios. Tu pene es increíble. 
Esa es la señal de que estamos listos para ir. Dejo que el orgasmo 
me golpee en tanto Violet sigue gimiendo. Cuando termina, sus brazos se 
rinden y se deja caer sobre mi pecho. Gruño, pero aprieto los dientes 
contra el pico de dolor en mis costillas. La mayoría de las veces, después 
del sexo, nos acurrucamos un poco. A Violet le gusta seguir abrazando 
mi polla hasta que está casi suave. Ensuciamos muchas sabanas de esa 
manera, pero no me importa ya que no soy quien las lava. 
Acaricio su espalda y beso la cima de su cabeza, disfrutando de su 
peso, incluso si eso está matando mis costillas. 
—¡Oh, mierda! —Se da vuelta rápidamente hacia su derecha. Es 
sin duda uno de sus movimientos más elegantes—. ¡Lo siento! ¡Me olvidé 
de cuán roto estás! 
—No estoy roto. 
—Pero tus costillas. —Pasa sus dedos sobre la venda que me une—
. Y me acosté sobre ti. —Agarra su almohada y la empuja junto a la mía, 
luego se acurruca junto a mi lado bueno. 
—No estoy hecho de vidrio. 
—Lo sé. —Pone su mano sobre mi pecho, sobre mi corazón, y 
suspira—. Eso fue mucho trabajo. Estoy tan sudorosa. 
—Me gustas sudorosa. 
—Es desagradable; necesito ducharme, y estas sábanas tendrán 
que irse. Además, ahora estoy goteándote y a mí por todos lados. —Violet 
 
144 
acaricia mi pezón con una uña—. Lo haces ver tan fácil pero obviamente 
no lo es. 
—Soy un atleta, Vi. El sexo no es un ejercicio duro; es divertido. 
—Tengo una nueva apreciación de tu nivel de resistencia cuando 
tenemos sexo. 
—Hacer que te vengas no es trabajo. Me gusta cuidarte. Quiero 
hacerte sentir bien. Esto… —Señalo hacia mi hombro herido—. No me 
gusta no poder darte lo que necesitas. 
—Acabas de hacerlo. 
—No, tú te hiciste venir, yo no. 
Violet se levanta, así puede mirarme a los ojos. —Tú me hiciste 
acabar la primera vez. Ambos lo hicimos la segunda vez. Súper PM es una 
gran parte de esa ecuación. Esto es solo temporal, Alex. Estarás 
follándome hasta el olvido nuevamente lo suficientemente pronto. 
—Estoy deseando hacerlo. 
Violet toma una toalla tibia y me limpia. Con esta parte estoy bien. 
Que tome una ducha sin mí es otra cosa que en estos días me molesta 
constantemente. Podría entrar allí con ella, pero bañarme es complicado, 
y entonces querrá hacerlo por mí. Una cosa es cuando está siendo 
juguetona, pero tener que ser mi enfermera en realidad es diferente. Tiene 
suficiente trabajo extra para hacer en este momento. 
La observo desde la cama. Frota sus tetas por todo el vidrio y luego 
se da vuelta y hace lo mismo con su culo. En cualquier otro momento me 
levantaría de la cama para hacer algo acerca de todas las burlas, pero el 
sexo me ha agotado, así que me quedodonde estoy y admiro la vista. 
Al salir Violet de la ducha, suena mi teléfono con un mensaje de 
texto de mi papá. Hemos conversado diariamente, y ha habido muchos 
mensajes sobre cómo me siento y sobre el progreso, o la falta, que estoy 
haciendo. Esta vez me hace saber que él y mi mamá llegarán en unos 
quince minutos. Me pongo unos pantalones limpios y encuentro una 
sudadera con cremallera para no tener que forzar demasiado mi hombro. 
—Entonces, hice algo, y no quiero que estés enojado conmigo —
dice Violet. 
Dejo de luchar contra la cremallera y la miro. 
Está usando un sujetador rojo y bragas a juego. Son satinados. Y 
me distraen. Esto se siente como una trampa. 
—No se puede utilizar eso para empezar una conversación sin 
poner nervioso a alguien, Violet. 
—Lo estoy haciendo sonar peor de lo que es. —Se acerca y ajusta 
la cremallera, subiéndola por mí—. Así que pensé que tu mamá 
necesitaba ayuda con su cabello. 
 
145 
—¿Qué hiciste? —Sueno irritado, porque si hay algo con lo que 
nadie debería meterse, es el cabello de mi mamá. Podría haber pasado 
dos o tres décadas, pero es perfecto, es la forma en que lo lleva y nadie, 
ni siquiera mi padre, ha sido capaz de hacerla cambiar. No ayuda que su 
peluquero desde hace mucho tiempo, apoye el uso excesivo de productos 
para el cabello y peinado. 
—Anoche, vacié todas las latas de laca para el cabello que trajo con 
ella, y luego me aseguré de que no tuviéramos más en la casa. 
—¿En qué diablos pensabas? 
—¡En que tu madre está viviendo en un túnel del tiempo, y me 
gustaría poder abrazarla sin preocuparme por el envenenamiento 
químico o quedar atrapada en su red de laca para el cabello! Está bien. 
Maneje la situación. —Violet acomoda su sujetador, empujando sus 
pechos juntos. 
—¿Cómo lo hiciste? —Su escote es increíble, por lo que es imposible 
no mirar. Espero que el próximo fin de semana no esté tan rígido. 
Entonces quizás podríamos hacerlo con sus tetas. Lo extraño. 
—Arreglé su cabello por ella esta mañana. 
—¿Tú qué? —Me estoy poniendo duro de nuevo, lo cual es una 
buena señal. 
—Puedes sostener una si eso te ayuda a prestarle más atención a 
esta conversación. —Toma mi mano y la pone sobre su seno izquierdo. 
Luego me pone un dedo debajo de la barbilla y me alienta suavemente a 
mirarla a los ojos—. Le peiné el cabello. Si pudieras mencionar lo bien 
que se ve, sería útil. Ojalá a tu padre le guste, y podemos convencerla de 
que no vuelva a los años ochenta. 
—¿La peinaste? ¿Cuándo? 
—Esta mañana, a las seis y media. Vino cuando no pudo encontrar 
laca para el cabello. 
—Fue muy amable de tu parte. 
Violet se encoge de hombros. —Tenía un propósito egoísta. No 
quiero que tenga el cabello como un casco para nuestras fotos de la boda. 
Además, es hora de que cambie de peinado al siglo veintiuno. Después 
tendremos que llevarla a comprar ropa. Voy a hablarle a mi mamá sobre 
eso. 
Miro fijamente a Violet y continúo sosteniendo su seno. En primer 
lugar, no sé por qué nadie más ha pensado alguna vez en hacer algo como 
esto para curar a mi madre de los ochenta. En segundo lugar, Violet 
mencionó la boda sin hacer una mueca como si hubiera comido algo 
podrido y sin ninguna sugerencia externa de mi parte. 
Aparta mi mano y me deja de pie en el medio de la habitación 
mientras toma un atuendo. Elige un par de pantalones vaqueros, que yo 
mandé a hacer específicamente para que abracen su culo, y una sexy 
camiseta roja que exhibe un pequeño indicio de escote. 
 
146 
—¿No te vas a poner pantalones? —Señala mi mitad inferior—. No 
se puede esconder una erección en esos. 
Bajo la mirada. Tiene razón, tengo una obvia erección. No he usado 
nada más que pantalones deportivos desde que llegué a casa desde el 
hospital. Las cremalleras y los botones son un desafío. Violet desaparece 
en el clóset y regresa con un par de pantalones vaqueros. Luego me ayuda 
a vestirme. La pone a la altura de mi pene. No hace nada más que darle 
una palmada y reorganizarlo para que esté acomodado en un buen 
ángulo. 
Todavía soy lento en las escaleras, pero es mejor que cuando llegué 
a casa por primera vez. Estamos en la cocina cuando entran mis padres. 
—Simplemente actúa de manera natural —dice Violet. 
—Está bien. —No puedo imaginar que un cambio en el peinado 
vaya a marcar una gran diferencia cuando mi madre todavía se viste 
como si fuera 1986. Supongo que estoy tan acostumbrado que se ha 
vuelto normal para mí. 
Esperamos que aparezcan, pero todo lo que escucho son risitas de 
mi mamá y luego nada. Violet y yo nos miramos y nos dirigimos al 
vestíbulo. Ahora siento una gran curiosidad por saber qué está 
ocurriendo. 
Los atrapamos en las escaleras. Mi papá parece que está tratando 
de embestirla por detrás. 
—Hola, ¿a dónde van? 
Mi mamá se sobresalta y se mueve al siguiente escalón, lejos de mi 
padre. —¡Oh, Alex! ¡No esperaba que ustedes dos estuvieran despiertos! 
Llevábamos la bolsa de tu papá a la habitación. 
Echo un vistazo a la puerta de entrada donde se encuentra la 
maleta de mi padre. —Ayuda un poco si la llevan con ustedes. 
—¡Oh! ¡Ups! Bueno, está bien. Podemos hacerlo más tarde. 
Mi papá no parece muy entusiasmado con hacerlo más tarde. Más 
bien, se ve molesto; pero vuelve a bajar las escaleras y le da una sonrisa 
a Violet. 
—Hola cariño. ¿Cómo estuvo tu semana? Alex es una mierda 
sombría cuando no se siente bien. Espero que no te haya estado volviendo 
loca. —La abraza y me lanza una mirada por encima del hombro de Violet. 
—Él ha sido bueno, manteniendo el llanto al mínimo en su mayor 
parte. 
Mi madre se aclara la garganta como si se estuviera ahogando con 
algo. No he sido tan malo. No lo creo. 
Mi padre le susurra algo a Violet, y ella se ríe. 
Dirijo mi atención de nuevo a mi madre, quien baja las escaleras 
para unirse a nosotros. Está tocando su cabello, girándolo alrededor de 
 
147 
su dedo como Sunny a menudo hace cuando está nerviosa o pensando. 
Parece diez años más joven. 
—Guau, mamá, te ves genial. 
—¿No es así? —Mi padre mira a mi madre como yo lo hago con 
Violet después de haber estado en una serie de juegos fuera de casa, 
como si quisiera desnudarla y hacerle cosas sucias. Es un poco raro. 
Debieron haber estado dirigiéndose escaleras arriba para hacer sus cosas 
raras antes de que los detuviéramos. 
Mi padre me abraza y refunfuña algo acerca de que soy un 
bloqueador de pollas, luego me da un golpe en la espalda, haciéndome 
gemir. Se calma. —¿Todavía bastante dolorido? 
—Está mejorando. 
Asiente y no me presiona para que diga algo más, lo cual es bueno, 
porque hablar de cuánto tiempo me tomará recuperarme de esta lesión 
me pone de mal humor. Tras los primeros días, me sentía seguro de que 
estaría bien para fin de mes. Pero teniendo en cuenta la lenta progresión 
de esta semana y lo que he leído, estoy empezando a aceptar el hecho de 
que estaré en la banca bastante tiempo. Ni siquiera puedo empezar la 
rehabilitación durante al menos dos semanas más, y estará limitado a la 
bicicleta reclinada y solo la parte inferior del cuerpo. Los hombros 
dislocados son casi tan malos como los huesos rotos, y las conmociones 
cerebrales tan graves como la mía significan un período de recuperación 
significativo. La próxima temporada nunca ha parecido tan lejana. 
Mi papá y yo nos sentamos en la isla y comemos el plato de frutas 
que Violet prepara en tanto mi mamá coloca pan fresco en el horno. Mi 
papá come la fruta casi tan rápido como Violet la corta. Todos deberían 
estar aquí pronto. Junto con los padres de Violet, mi hermana y Miller, 
Charlene, Darren, Lily y Randy están por llegar. Lance podría incluso 
pasar por aquí. Siento un renovado respeto por él desde que fue enviado 
a la banca por cinco juegos luego de golpear a Cockburn. 
Por otro lado, me siento ambivalente sobre la reciente serie de 
logros de Randy. El equipo ha ganado los últimos dos partidos fuera de 
casa, gracias a sushabilidades. Tan bueno como eso es, no lo es para mi 
posición cuando regrese al hielo. Estaré en el partido de mañana en casa, 
a pesar de que eso significa calentar la banca y ver a Ballistic conseguir 
mi tiempo en el hielo. 
Skye y Sidney son los primeros en llegar, y Skye se pone como loca 
por el cabello de mi madre. Es extraño ver a dos mujeres adultas 
emocionadas por cualquier cosa, mucho menos cabello, pero la atención 
parece hacer feliz a mi madre. 
Sid me da una palmadita en la espalda en tanto Violet abraza a su 
madre y hablan de lo maravilloso que es el cabello de mi madre. 
Me pone nervioso que nuestras madres estén juntas hoy, porque 
es poco probable que puedan evitar preguntarle a Violet sobre la boda. 
 
148 
Puede haberlo mencionado por su propia cuenta esta mañana, pero no 
quiero que nadie la presione. No si finalmente estoy haciendo progresos. 
Ya le he pedido a mi mamá que no toque el tema, porque han 
ocurrido suficientes cosas, pero eso no significa que Skye no va a decir 
algo. 
—¡Traje algunas cosas! —Skye pone una bolsa de comestibles 
sobre la encimera. En realidad, no es una bolsa de comestibles. Es jugo 
de naranja y varias botellas de champaña. 
—¡Mimosas! —dice mi mamá, aplaudiendo con entusiasmo. 
No estoy tan seguro de que Skye sea la mejor influencia para mi 
madre. A Skye le gusta beber, y no le afecta. Mi mamá, por otro lado, lo 
intenta, pero le afecta rápidamente. Esta debería ser una comida 
interesante. 
Violet corta una piña mientras su madre saca copas de champán y 
comienza a mezclar bebidas. Violet casi corta uno de los dedos de mi papá 
porque parece que no puede esperar hasta que ponga la fruta en el plato. 
—¡Robbie! ¡Ten cuidado! Necesitas esos dedos —advierte mi madre. 
Skye susurra algo al oído de mi mamá, y ambas se ríen como 
adolescentes. 
Violet pone los ojos en blanco y sigue cortando. Apuñala un pedazo 
con un palillo y extiende su brazo a través de la isla. En lugar de tomarlo 
con la mano, lo muerdo. 
—Parece que los hombres Waters están interesados en obtener algo 
de acción más tarde. Deberías ponerte en eso también, Sidney. —Skye le 
guiña. 
—Mamá, por favor. 
—¿Qué? —Skye toma un sorbo de su bebida, probándola—. 
Demasiado jugo de naranja. 
—¿Podemos tener una reunión familiar sin que necesite terapia 
después? —murmura Violet. 
—No dije nada. 
—Mamá... 
—Bueno, ya sabes lo que dicen sobre la piña —susurra Skye. 
Mi mamá inclina la cabeza y gira su cabello alrededor de su dedo. 
Violet habla antes que Skye—: En serio. Por favor, no le digas a 
Daisy que la piña hace que el esperma tenga mejor sabor. No es así. Es 
una mentira inventada por un hombre para que las mujeres traguen 
gustosamente un montón de semen. 
Sidney golpea el mostrador. —Creo que deberíamos sentarnos en 
la sala de estar y dejar que las chicas hagan lo suyo. 
 
149 
Mi papá agarra la bandeja de fruta y lo sigue. Violet me lanza una 
mirada que me dice que no estará tan emocionada si me voy, pero me 
encojo de hombros y me alejo de la isla. No hay forma de que me quede 
a conversar sobre el sabor del esperma. 
 
 
150 
13 
 
Traducido por AnnyR’ & Gesi 
Corregido por Jadasa 
 
Violet 
 
Alex sale de la cocina, dejándome sola para lidiar con mi madre y 
Daisy y las conversaciones sobre el esperma con sabor a piña, ya que 
aquí no hay nadie más que pueda actuar como amortiguador. Después 
de todos mis esfuerzos y sudor de esta mañana, estoy menos que 
impresionada con la elección de Alex para escapar. Afortunadamente, 
Charlene y Darren aparecen poco después. 
Se detienen en la cocina para saludar, pero Darren pronto 
desaparece en la sala de estar con el resto de los hombres. Al salir agarra 
un trozo de piña de la tabla de cortar y se lo mete en la boca. Por 
supuesto, mi mamá y Daisy comienzan a reír de nuevo. Ambas ya 
bebieron media jarra de mimosas. No he tocado la mía. Si hoy voy a fijar 
una fecha para la boda, o al menos comprometerme a establecer una, 
estaré jodidamente sobria. De esa manera, nadie me puede convencer de 
hacer algo que no quiero. Como hacer que lo televisen. 
—Charlene, tal vez puedas ayudarnos —dice mi madre—. Violet 
piensa que la piña no cambia el sabor de… —Hace un gesto significativo 
hacia su entrepierna—. Pero Daisy y yo no estamos de acuerdo. 
—No tienes que responder eso. —Me adelanto—. De hecho, es 
probablemente mejor si no alientas a estas dos. —Entrecierro mis ojos 
hacia ambas. 
Mi mamá chasquea su lengua. —¿Desde cuándo te volviste tan 
mojigata, Violet? 
—¿Mojigata? ¿En serio? ¿No hay límites aquí? ¿Desde cuándo es 
apropiado hablar sobre el sabor del esperma con mi mamá y la madre de 
mi prometido? 
—Creo que es una discusión perfectamente normal. ¿No es así, 
Daisy? —Mi madre espera la confirmación de la madre de Alex. 
 
151 
—Creo que es genial que tú y Violet tengan una relación tan 
abierta, Skye —dice Charlene con una sonrisa malvada—. Desearía poder 
hablarle a mi madre sobre este tipo de cosas, pero es un poco reservada. 
Le doy una patada a Charlene, así que me pellizca el costado. Su 
madre no es reservada para nada. 
Mi mamá coloca su mano sobre el hombro de Charlene. —Sabes 
que siempre puedes hablarme sobre este tipo de cosas, cariño. Me divertí 
mucho antes de establecerme con Sidney, si sabes a qué me refiero. 
—Robbie es el único hombre con el que he estado. —Daisy está 
haciendo esa cosa de girar su cabello de nuevo. 
Mi mamá definitivamente está camino a emborracharse, si 
tomamos en cuenta lo sensible que se ha vuelto. Tira de Daisy para un 
medio abrazo. —Como ya sé que la manzana no cae lejos del árbol en el 
departamento de paquetes, ¡puedo ver por qué habrías reclamado a 
Robbie tan pronto como pudiste! 
—Fue un poco aterrador la primera vez. 
—Por el amor de… —Suena el timbre—. ¡Yo abriré! —grito, ya en 
movimiento. Justo ahora aceptaría una laceración a ser cosida para salir 
de esta discusión. 
—¡Iré contigo! —Charlene me sigue por el pasillo hacia la puerta 
principal. 
—Gracias por alentar eso. Las facturas de mi terapia van a estar 
por las nubes después de hoy. —Le doy un codazo en el costado. 
—Esas dos están locas. 
—¿Crees que seremos así cuando tengamos su edad? 
—Seguro como el infierno que espero que sí. 
Abro la puerta de entrada para encontrar a Buck y Sunny, Balls y 
Lily, y Lance parados en el umbral de la puerta. La enorme Hummer verde 
lima de Lance está estacionado en el camino de entrada detrás de ellos. 
Es como un tanque, pero mucho más llamativo. Como Lance. 
—Adelante, muchachos. Lily, Sunny, llegan justo a tiempo para 
que se asusten emocionalmente al escuchar a mi madre y a Daisy hablar 
sobre esperma. 
—Entonces ¿lo de siempre? —Lily entra para darme un abrazo. 
—¿Ustedes hablan sobre algo más que sexo? —Randy ayuda a Lily 
a quitarse el abrigo y ajusta la correa de su vestido, inclinándose para 
besar su hombro. Esos dos irradian hormonas. 
—No realmente —responde Charlene. 
—Estoy más que dispuesto a pasar el rato y hablar sobre sexo con 
ustedes chicas —dice Lance. 
—Sobre mi maldito cadáver, Romance —dice Randy. 
 
152 
—Tan territorial. —Lily pone los ojos en blanco, pero está 
sonriendo. 
Lance me guiña y me aprieta el hombro. —¿Cómo está el capitán? 
—Está mejorando. Es un proceso lento, pero ya no luce tanto como 
la víctima de un asalto. 
—Es bueno escucharlo. Se lo extraña en el hielo. 
—Deberías decirle eso. Creo que su ego está casi tan roto como su 
cuerpo. 
Me gusta Lance mucho más desde que golpeo a Cockburn. No 
debido a la violencia recíproca, sino por el castigo. También pasó por el 
hospital más de una vez. Sigo pensando que es el peor mujeriego de toda 
la liga; pero es un buen tipo, incluso con su dedicación y los problemas 
de manejo de ira. Es un blandengue bajo esa montaña de músculos y 
furia. Me ha enviado un mensaje todos los días y ha llamado para ver 
cómo estamos Alex y yo. Es dulce.Buck y Sunny están de pie a un lado, susurrando. Buck está 
acunando su mejilla en su palma y tiene el ceño fruncido, Sunny parece 
pálida. 
—¿Todo está bien con esos dos? —le pregunto a Lily, ya que no 
parecen estar prestando atención a nadie fuera de su burbuja. 
—Estuvimos jugando a decirlo con mímicas hasta tarde —dice 
Lily—. Y bebimos demasiado vino. 
—Decirlo con mímicas, ¿eh? 
—Los chicos se negaron a jugar al strip póker. —Lily se encoge de 
hombros. 
—Solo yo te veo desnuda —gruñe Randy. 
Me estoy perdiendo toda la acción. Con Alex herido y Daisy aquí, la 
compañía no ha sido una opción, y no me agrada la idea de salir a 
divertirme mientras Alex sufre solo. 
Buck y Sunny finalmente se separan. Es normal que la adule, pero 
esto parece excesivo. —Dulzura, creo que deberías sentarte —le dice. 
—Honestamente, estoy bien, Miller. —Acaricia su mano y sonríe, 
pero parece cansada, y sus ojos están rojos e hinchados cuando se gira 
hacia mí—. ¿Cómo está todo? ¿Mi madre te está volviendo loca? ¿Qué 
pasa con Alex? 
—No he tenido que hacer una comida desde que llegó aquí, y Alex 
está bien, a pesar de todo. 
—A ella realmente le encanta cocinar. 
—Creo que tenemos comida hasta el próximo mes. 
—Si necesitas ayuda con eso, házmelo saber; siempre estoy 
disponible para cenas en días fuera del juego. —Lance acaricia su loco 
paquete de seis cubierto por la camisa. 
 
153 
—Nosotros también. —Randy desliza su brazo alrededor de la 
cintura de Lily y la atrae hacia sí. Probablemente para que pueda frotar 
su polla contra ella. 
—Puedo cocinar muy bien. —Lily se ve legítimamente ofendida. 
—Puedes hacerlo exquisita, pero solo estoy ofreciendo nuestra 
excepcional compañía en caso de que Vi y Alex lo necesiten. Además, me 
gustan sus baños. 
Señalo con el dedo a Lily, porque es tan mala como Randy con lo 
de escaparse para tener sexo. —Ustedes dos no pueden desaparecer 
arriba. Daisy está durmiendo en la habitación en la que a ustedes dos les 
gusta follar. 
—Hay muchas habitaciones en esta casa, y las camas están 
totalmente sobrevaloradas. —Randy frota su barba contra el cuello de 
Lily y ella se estremece. 
Es como porno de barba. No sé cómo Lily lo soporta. No puedo 
soportar la cara desaliñada de Alex en el invierno. Mi piel se pone roja, 
luego se irrita y descama. No es sexy. 
—Deberías ignorar a esos dos. —Sunny les hace un gesto a Lily y 
a Randy—. Es como la temporada de apareamiento. 
—¿En serio? ¿Vas a hablar conmigo sobre el apareamiento? —
responde Lily. 
Los ojos de Sunny brillan, y Lily hace una mueca como si se 
hubiera cagado los pantalones. 
—¿Dónde está Alex? —pregunta Buck. 
—Están todos en la sala de estar. Se marcharon cuando nuestras 
madres empezaron con la charla del sabor de esperma. 
Sunny finge que no dije eso o lo ignora por completo. —Sin 
embargo, ¿Alex ha estado bien? Puede ser difícil cuando no se siente bien. 
—¡Oh, Dios! ¿Recuerdas cuando Alex contrajo gripe, y vomitó en el 
medio del pasillo después de comer un combo Big Mac? Esa fue la peor 
idea de la historia. —Lily hace un sonido de náuseas. 
Sunny pone su mano sobre su boca. Creo que podría estar 
legítimamente sintiendo náuseas. —Necesito el baño. —Se apresura por 
el pasillo y cierra la puerta. 
—Supongo que no usaremos ese baño más tarde —le dice Randy a 
Lily. 
—¿Está bien? —pregunto. 
—Solo se siente mal, eso es todo. Estará bien. —Me tranquiliza Lily. 
Buck se frota la nuca. —Ustedes adelántense. Me aseguraré de que 
Sunny esté bien. 
—Puedo quedarme con ella si quieres —ofrece Lily. 
 
154 
—Está bien. Tengo esto. 
Lily le da una palmadita en el hombro, y dejamos a Buck en el 
pasillo, tocando la puerta del baño. 
—Debe haber sido un infierno de noche. —No estoy segura de sí 
estoy decepcionada porque me he estado perdiendo de la diversión, o 
preocupada porque Sunny se emborracha tanto que está enferma al día 
siguiente. 
Cuando llegamos a la cocina, mi madre y Daisy están sosteniendo 
bananas y hablándoles de cerca. Ni siquiera quiero saber qué está 
pasando allí. 
Mi mamá deja caer la banana sobre la encimera y se limpia las 
manos en el trasero. —¡Randall! ¡Es tan bueno verte! No puedo recordar 
la última vez que conversé contigo. ¿Cómo has estado? ¿Cómo está tu 
familia? 
La emoción de mi madre por la llegada de Randy es inesperada. Su 
voz adopta ese tono alto y femenino que hace temblar a todos a su 
alrededor, excepto a Daisy. 
—Recuerdo cuando tú y Buck solían tener granos, y olían más a 
cabras que a chicos. Realmente has crecido, ¿no? ¿No es así? —Se vuelve 
hacia mí como si estuviera buscando algún tipo de confirmación. 
—¿Cómo podría saberlo? Solo conocí a Balls este año, cuando él y 
Miller se metieron en problemas por el estúpido asunto de las conejitas. 
Mi madre ignora el comentario de las conejitas. —Oh, por supuesto. 
Te hallabas demasiado ocupada enseñando y siendo parte de los 
Matefrikis para molestarte en ir a los juegos cuando Randall y Buck 
jugaban como representantes en su equipo. 
—Mateatletas, mamá, no Matefrikis. —Ya es obvio que soy una 
nerd matemática. No necesito que mi madre revele mi estado friki de la 
escuela secundaria. 
—¿Eras una Mateatleta? —pregunta Lance. 
—Necesitaba un programa extracurricular para aplicar a la 
universidad, y los deportes no eran una opción —murmuro. 
Lance me mira, pero no de la manera típica y pervertida de Lance, 
más como si estuviera evaluando mi nivel de aptitud física. —Pareces 
atlética para mí. 
—Amigo. —Randy lo golpea en el hombro. 
—¿Qué? Es una observación. —Lance pone los ojos en blanco—. 
De todos modos, yo también era un Mateatleta en la escuela secundaria. 
—¿En serio? —No sé por qué estoy sorprendida. A estas alturas, 
soy consciente de que muchos de estos muchachos no solo son 
increíblemente competentes físicamente, sino que también son 
inteligentes para igualar. 
 
155 
—Ganamos el campeonato estatal en mi último año. Todavía tengo 
el trofeo. 
—¡Aún tengo el mío, también! Creo que está empaquetado en una 
caja en mi oficina en alguna parte. 
Mientras con Lance nos deleitamos en nuestro nerdismo, mi mamá 
rodea la isla y se acerca a Randy. Él y Buck han sido amigos por un largo 
tiempo, y obviamente en tanto me hallaba afuera siendo una súper nerd 
en la escuela secundaria, mi mamá se ocupó en ser una buena madrastra 
para Buck. 
Abraza a Randy, lo cual es algo normal; pero debería saber que es 
mejor no esperar que sea apropiada, particularmente teniendo en cuenta 
que ella y Daisy ya se han tomado una botella de champaña. Mamá coloca 
las manos a ambos lados de la cara de Randy y acaricia su barba. Luego 
pasa los dedos a través de ella. —Esto es realmente impresionante. 
—Mamá, ¿qué estás haciendo? —Seré honesta, en realidad 
consideré hacer eso en más de una ocasión. Es una barba realmente 
asombrosa. 
Lily se ríe disimuladamente. —Es suave, ¿verdad? 
—¡Tan suave! —Mamá asiente en acuerdo—. Daisy, necesitas 
sentir esto. Nunca me di cuenta de que una barba podía ser tan suave. 
—Le pone un montón de acondicionador. —La cara sonriente de 
Lily probablemente tiene mucho que ver con el número de veces en que 
esos dos terminaron en el baño con Randy de rodillas. 
—¿De verdad? —pregunta Daisy. 
—No tan a menudo como probablemente acondicionas tu cabello 
para que sea así de suave. —Randy acaricia el extremo del cabello ya no 
solido de Daisy, y ella se ve como si pudiera arder. Balls tiene ese efecto 
en las mujeres. 
Él mete sus manos en los bolsillos en tanto las madres acarician 
su barba. Su sonrisa coincide con la de Lily. —Pero la lavo con champú, 
como a mí cabello. 
Puedo ver que las ruedas de mi madre están girando, y sé con 
certeza que la próxima pregunta que salga de su boca será embarazosa. 
Aplaudo para distraerlos. —De acuerdo, bien ¡creo que ya es suficiente 
de acariciar la barba por hoy! Los chicos están en la sala de estar, 
probablemente viendo deportes y bebiendoescocés del caro, así que 
ustedes chicos pueden ir hacia allí y también hacerlo. 
Las madres se detienen con el amor hacia la barba y los chicos 
desaparecen. 
—¿No venían con ustedes Sunny y Miller? —pregunta Daisy. 
—Están aquí. Sunny no se siente bien esta mañana —dice Lily. 
—¿Oh? 
 
156 
—Está en el baño. Creo que está vomitando —ofrezco. 
Daisy y mi mamá intercambian una mirada, la cual después 
comparten con Lily. 
—Regresaré enseguida. —Daisy lanza su paño de cocina a la isla y 
sale en dirección al baño del piso principal. 
—¿Sucede algo? —pregunto. 
—Sabes cómo nos preocupamos nosotras las madres —dice la mía. 
Recuerdo claramente sus reacciones a mis resacas cuando solía 
vivir en la casa de la piscina. Me llevaría una botella de Gatorade y eso 
era todo. 
Cinco minutos después, mientras colocamos la comida en la mesa, 
Sunny aparece junto a Daisy. Juro que podrían pasar por hermanas 
ahora mismo. Buck camina detrás de ellas. Luce estresado. 
Quiero acorralarlo y descubrir qué está sucediendo, pero todos se 
están reuniendo en el comedor para comer, de manera que no tengo la 
oportunidad de hacerlo. 
Mi mamá termina sentada frente a Randy. Coloca su mano sobre 
el brazo de Sidney. —Sid, ¿crees que podrías dejarte crecer una barba 
como esa? 
—¿Cómo cuál? 
Ella señala hacia su barba. —Como la de Randall. 
—Probablemente. ¿Por qué? 
—Creo que deberías. 
—Las barbas son lo mejor. —Lily apoya su cabeza contra el hombro 
de Randy mientras lo mira con los ojos entrecerrados. 
La señalo con mi dedo. —No desaparezcan en el cuarto de 
lavandería. 
Randy sonríe en tanto los ojos de Lily se amplían. —Tengo un 
cuarto de lavandería en mi propia casa, así que ya no necesito el tuyo. 
—Oh, Dios mío. —Lily lo codea en el costado y agacha la cabeza, 
su cabello apenas le cubre las mejillas enrojecidas. 
—¿No funcionaba tu lavadora? —pregunta mamá. 
—Es una forma de decirlo. 
—¡Vamos a comer! —grito, mucho más fuerte de lo que quería, 
porque es eso o degradar más el nivel de nuestra conversación y 
avergonzar a Lily aún más al explicar como se corrió en mi lavadora 
durante una sesión de follada en seco con Balls. Después de limpiarla 
con antiséptico, Alex y yo lo probamos, excepto que estábamos desnudos 
y la máquina encendida. 
Momentos después, todos están hablando y comiendo, excepto 
Sunny que está empujando su comida alrededor del plato. Buck sigue 
 
157 
murmurando contra su oído y frotándole el hombro. Lily hace lo mismo 
de vez en cuando desde el otro lado. Definitivamente está sucediendo 
algo. 
Daisy y mi mamá están sentadas una al lado de la otra, y escucho 
la palabra boda. Alex se tensa. Puedo sentir sus ojos sobre mí. Lleva 
mucho tiempo sin mencionar el fijar una fecha. Ha sido tan comprensivo 
sobre esto. Quizás demasiado. 
—¡Oh! Esa es una idea genial. Violet, tu madre está llena de ideas 
asombrosas. —Las manos de Daisy vuelan en el aire. 
—¿Sobre qué? —Coloco mi mano sobre el muslo de Alex y le doy 
un ligero apretón. 
—¡Tú y Alex deberían casarse en el estadio! 
—Mamá, pensé que hablamos… —comienza Alex. 
Daisy lo interrumpe—: ¿No es fantástico? ¡Es dónde se conocieron 
por primera vez! —Coloca su cabello, que ya no está cubierto de laca, 
sobre su hombro. 
Quería ser quien planteara esto hoy, no las mamás, y decidirlo, con 
Alex, dónde y cuándo va a ser. 
—¿No estamos buscando una boda durante la temporada baja? —
Señalo—. ¿Por qué nos casaríamos en un estadio helado? ¿No es el punto 
de una boda de verano que haga calor? ¿No es eso lo mismo que tomar 
un crucero hacia Alaska en pleno invierno? 
—Podríamos tener la recepción afuera —dice mi mamá. 
—No creo que ahora… —Alex vuelve a intentar meterse, pero ya 
estoy en una tangente. 
—Creo que todos nos estamos olvidando de que soy tan coordinada 
como un huevo con patas. Probablemente me caería de cara y mis dientes 
se saldrían si tuviera que estar en patines. O peor, mataría a alguien. Y 
luego iría a la cárcel. —Miro a Balls—. ¿Recuerdas cuando tuvimos esa 
charla? ¿Sobre mí yendo a prisión por un asesinato con patines? 
Randy asiente lentamente. Sus ojos siguen saltando entre Alex y 
yo, como si estuviera inseguro de si se le permite responder. 
—Podría darte clases —ofrece Lily—. Hiciste tanto progreso cuando 
practicamos antes. 
—¿Qué si eres mi víctima de asesinato? ¿Qué haría Balls con sus 
bolas entonces? —Me estremezco en mi asiento, reprimiendo embestir 
con mi cadera. 
Randy se atraganta con su bebida. 
Buck carraspea. —Uh, Vi… 
—Además, Alex y yo nos conocimos en el bar del hotel cuando 
accidentalmente les mostré mi sujetador a todos. 
Alex tose. Tan embarazoso como es, es verdad. 
 
158 
—Eso es un tecnicismo —dice mamá—. ¿No te acuerdas de cuando 
Alex se estrelló contra el pexiglas frente a nosotros en el juego? Estabas 
concentrada en leer algo, sin prestar ni un gramo de atención a lo que 
sucedía en el hielo, ¡y luego allí se encontraba él! Fue amor a primera 
vista. 
—Estoy muy segura de que fue lujuria a primera vista. Y derramé 
toda mi cerveza sobre mí. —Todavía estoy tomando mi primera mimosa, 
por lo que no puedo culpar a mi boca de nada más que repentinos 
nervios. 
—Creo que es perfectamente romántico —dice mamá. 
Alex vuelve a interrumpir, como si estuviera intentando salvarme 
de esta conversación. —Ahora no es probablemente el mejor momento 
para esto, mamá. 
No puedo seguir poniéndolo en esta situación donde siente la 
necesidad de protegerme de lo que debería ser un momento emocionante. 
Reconozco que estamos destinados a estar juntos. Mirando hacia atrás, 
puedo ver claramente que antes no me daba cuenta de ello. 
Recuerdo cada detalle de la noche en que nos conocimos. Desde 
Alex irritado en la banca de castigo, hasta él chocando contra el pexiglas 
y asustándome hasta la muerte. Recuerdo cuán hermosos eran sus ojos 
y cómo me atraparon. Recuerdo el babeo inmediato en mis bragas y cómo 
aumentó cuando se metió en la pelea. Lo recuerdo sentado a mi lado en 
el bar, con su brazo duro como una roca rozando el mío. Me esforcé 
mucho para no mirarlo directamente, porque su mandíbula cincelada y 
su sexy y golpeada cara eran más sensuales de lo que quería que fueran. 
Su cara está en un estado similar en este momento. 
También recuerdo mi mortificación por mostrarle a todo el equipo 
mi ridículo sujetador, y tomar el cigarrillo cuando me escapé de él y me 
mimé con mi hábito falso. Y después recuerdo mi sorpresa y asombro 
ante la presentación de Súper PM, mi accidental canto de amor por la 
polla, y cuán dulce fue Alex, y cómo, aunque me volví a escapar de él, 
siguió persiguiéndome. Porque ya sabía en ese momento lo que a mí me 
llevó meses descubrir: estamos destinados a estar juntos. 
Y ahora aquí estamos, comprometidos desde agosto mientras ha 
estado pacientemente esperando a que esté lista para fijar una fecha. Soy 
tan idiota, e increíblemente afortunada de que Alex sea lo suficientemente 
seguro como para no tomarlo personal. Eso espero, de todos modos. Creo 
que le debo una cantidad desmesurada de favores sexuales. 
Antes de que pueda decir lo que necesito decir, lo cuál es que estoy 
lista para casarme, Sunny se aleja de la mesa, su silla hace un horrible 
sonido de rechinamiento sobre la madera y aleja la atención de mí y Alex. 
Está inquietantemente pálida cuando se pone de pie y dice dos 
palabras que totalmente no esperé oír. 
—¡Estoy embarazada! 
 
 
159 
14 
 
 Traducido por Dakya & Jadasa 
Corregido por Joselin 
 
Violet 
 
Toda la mesa se calla. Buck se encuentra al lado de Sunny, con el 
rostro cenizo. Lo que me dice que Sunny no está diciendo mentiras como 
un intento de distracción amable. Además, es una mentirosa abismal. 
—Oh, dulzura… —Buck pone su mano en su espalda baja. 
—Oh. —Se tapa la boca con una mano, con los ojos llorosos 
mientras examina la mesa. Estoy segura de que mi sorpresa se refleja en 
la habitación. El muslode Alex se tensa bajo mi mano. Me gustaría 
apretarlo más, pero tiene muchos moretones. 
Sunny se vuelve hacia Buck. —Lo siento. Se me escapó. 
Alex empuja hacia atrás su silla como si estuviera a punto de 
levantarse y aventársele a Buck. —Me estás jodiendo, ¿verdad? 
—Alex, lenguaje —dice Daisy. 
Luce incrédulo. —¿En serio? Sunny nos dice que está embarazada, 
¿y te preocupa mi lenguaje? 
—No queríamos que sucediera. —Sunny hace esa cosa de girar su 
cabello. 
No estoy segura de qué decir. Quiero decir, supongo que debería 
ser una felicitación, pero si quedara embarazada, no creo que estaría tan 
emocionada. Alex y yo recién estamos comenzando. No soy muy madura. 
Soy muy consciente de mi incapacidad para administrar más que tartas 
Pop-Tarts la mayoría de los días, y mucho menos ser responsable de 
todas las necesidades de los demás. 
El hecho de que Daisy esté aquí ha hecho evidente que tengo 
mucho trabajo por hacer antes de poder ser considerada una ama de 
 
160 
casa consumada. Debería ser capaz de hacerlo mejor que los cuatro 
platos que he dominado hasta ahora. 
Sunny y Buck solo han estado juntos oficialmente durante unos 
meses, aunque han estado saliendo durante la mayor parte de un año. 
Ni siquiera están viviendo juntos. Esto va a cambiar sus vidas enteras. O 
ya lo ha hecho. Mucho como el accidente de Alex ha cambiado 
inadvertidamente las nuestras. 
Presiono mis pechos contra el brazo de Alex, esperando que lo 
calmen. Aprieta el puño, no parece estar nada contento de que Sunny 
esté embarazada. 
—Debería… —Alex respira profundamente. 
—¿Qué vas a hacer, Waters? ¿Patear mi culo? Estoy bastante 
seguro de que no vas a ganar la pelea esta vez. 
Por supuesto, esto es como arrojar fluido de encendedor sobre un 
petardo en llamas. Alex se levanta de su silla. Como estoy agarrando su 
brazo, me levanto con él. Me da vergüenza decir que mi castor babea un 
poco. 
—Buck —le advierto. 
—¿Qué? No es como si planeáramos esto —dice bruscamente. 
—¿Has oído hablar de control de la natalidad, cabrón? —
responde Alex. 
Robbie arroja su servilleta a la mesa. —Alex, estás haciendo enojar 
a tu hermana. Siéntate. 
Por alguna razón, Robbie no parece sorprendido por esto. Quizás 
no lo está. De hecho, mientras inspecciono la habitación, puedo ver que 
Charlene, Darren, Alex y yo somos los únicos que parecemos un poco 
sorprendidos con esta noticia impactante. Lily parece ansiosa, y Randy 
se siente incómodo, tal vez porque Alex está siendo sobreprotector como 
siempre y él es el mejor amigo de Buck. 
—Deberías disculparte con Miller —dice Sunny—. No es un 
imbécil. Me ama, y lo amo, y sé que tú tampoco usas condones, Alex. A 
veces suceden cosas que están fuera de nuestro control. —Hace un gesto 
hacia su rostro que se está curando lentamente—. Debes saber esto. 
—¿Felicidades? —Mi voz es demasiado fuerte, y surge como una 
pregunta en lugar de como si estoy feliz por ellos. 
Sunny me da un pequeño y acuoso—: Gracias, Violet. 
—Tienes que abrazar a tu hermana —le susurro a Alex mientras 
doy vuelta a la mesa para hacer eso. 
Hay una ráfaga de charla femenina mientras todas nos reunimos 
alrededor de Sunny y la abrazamos como si hubiera ganado la lotería, no 
como si fuera a pasar los próximos nueve meses engordando y 
sintiéndose incómoda. Y los próximos veinte años lidiando con mucha 
responsabilidad. 
 
161 
Sunny acaba de convertirse en ciudadana legal en los Estados 
Unidos. Y ahora va a ser madre. Está a la mitad de terminar la escuela. 
Enseña yoga, que no puede ser fácil con una pelota de baloncesto 
colgando de la parte delantera de su cuerpo. Es más de lo que puedo 
entender. 
Y Buck, bueno, Sunny es la primera chica con la que ha tenido una 
relación seria. Quiero decir, él es realmente serio, pero los bebés son 
mucho trabajo. Más que plantas de interior, eso es seguro. No me puedo 
imaginar que esté listo para ese tipo de responsabilidad total e 
interminable. ¿Por qué diablos la gente tiene bebés? Apenas puedo 
manejar mi propia vida, y cuidar a Alex mientras se recupera de su 
accidente de hockey es como ser golpeada en la teta por la realidad. Y ni 
siquiera he tenido que hacerlo sola todavía. 
La vida no es solo rosas y pedos de unicornio hechos de purpurina 
y Chanel N°5. Hay tantos altibajos. Necesito aprender cómo manejarlos. 
Nadie menciona la boda de nuevo durante el almuerzo. 
Todo el enfoque se ha desplazado al inminente nacimiento de la 
inseminación accidental de Sunny y Buck. 
Un hecho positivo es que ninguno de los dos menciona compromiso 
antes de que aparezca el bebé. Si Sunny y Buck brincan al carro de 
bodas, será más difícil para Alex y para mí. No es que no lo entendería. 
Pero sé que Alex tendría algo que decir sobre que se casen primero, 
porque Sunny es más joven y a Alex le gusta ser el número uno, en todos 
los sentidos de la palabra, excepto en el contexto egoísta. Yo siempre 
estoy primero. 
 
 
 
A las tres de la tarde, es obvio que la cantidad de personas en la 
casa le ha pasado factura a Alex. El hecho de que su hermana esté 
embarazada y, de repente, planee un baby shower probablemente 
tampoco haya sido útil. Así que no es una gran sorpresa cuando 
comienza a cabecear en el sofá mientras la gente está charlando. 
Solo ha estado en casa una semana. Todavía se está recuperando. 
Entonces todos se van, excepto sus padres, por supuesto. Hay una 
conversación pendiente. Sé esto. Pero Alex no está en condiciones de 
tenerla. Lo despierto, gentilmente, y lo hago deambular hacia la 
habitación. 
No me deja ir cuando se acuesta; su único brazo bueno es lo 
suficientemente fuerte como para evitar que me vaya, no es que quiera 
hacerlo de todos modos. 
 
162 
Dejo que me jale hacia él. Espero completamente que se duerma 
nuevamente, pero eso no es lo que sucede. Yace allí con su brazo a mí 
alrededor, respirando constantemente, pero puedo decir que no está 
dormido. 
—¿Estás bien? —pregunto, abriendo la puerta a pueblo enojado. 
—No lo sé. 
—Debido a que Sunny está embarazada —lo digo más que 
preguntar. 
—Sí. No. No lo sé. —Suspira, y su agarre en mi cintura se tensa. 
—¿Qué no sabes? 
Su pecho sube y baja varias veces. —Yo solo… ella no está lista. 
—No creo que nadie esté listo. 
—Miller está menos preparado. 
Pienso sobre eso. Acerca de cuán bueno es Buck con los niños. 
Cuan paciente, cuan cuidadoso. También considero su dislexia, la cual 
maneja bien, y cómo lo tendrá en cuenta con un niño, y qué 
probabilidades hay de que se lo trasmita. No sé las estadísticas sobre este 
tipo de cosas, pero sé que es algo de lo que él se preocupará. 
Conociendo a Buck como lo hago, siento que es algo por lo que 
estará súper estresado. Luchó mucho con la escuela y las expectativas. 
Lo matará si tiene que ver a su propio hijo pasar por lo mismo. Pero su 
experiencia lo hará capaz de manejarlo mejor. Al menos espero que así 
sea. Estoy segura que así será. Es una persona hermosa. Peludo como 
un hijo de puta, pero un gran humano. 
—Pedirá ayuda si la necesita. Siempre lo hace. Será un padre 
increíble. 
Alex está callado por un tiempo, por lo tanto, no estoy segura si no 
está de acuerdo o se quedó dormido. —¿Crees que seré un padre 
increíble? 
No hay dudas en mi respuesta. —Por supuesto. —Será cariñoso, 
maravilloso, y probablemente muy sobreprotector. Señor, ayúdanos si 
tenemos una chica en el futuro—. Ya sabes, por muy impactante que sea 
y cómo el tiempo no es el indicado, podría ser mucho peor. 
—¿Cómo es eso? —pregunta Alex. 
—Bueno, antes que nada, al menos no es el bebé de su ex novio. 
—¿Te refieres a Kale? 
—Sí. Ese tipo es un idiota. 
Alex asiente. —Realmente lo es. Miller es un buen tipo; sé eso. 
Siento que todo esto ha sucedido realmente rápido para los dos, y Sunny 
siempre ha querido una carrera. Esto va a poner eso en espera. 
 
163 
Repito las palabras de Sunny. —Suceden cosas que están fuera de 
nuestro controltodo el tiempo, Alex. 
Suspira. —Pensé que tendríamos hijos antes que ellos. 
Lo considero mientras me acaricia la nuca con el pulgar. Es más 
suave de lo normal, posiblemente porque no ha estado en el hielo, usando 
esos guantes o levantando pesas. 
Por muy joven que sea, Alex es una persona muy competitiva. Está 
acostumbrado a ser el centro de atención todo el tiempo, y Sunny nunca 
ha sido una persona que se robe el protagonismo. Hasta ahora. Creo que 
tenía razón Esto realmente lo está molestando. —¿Se trata de ser el 
primero? ¿O porque Sunny se está robando tu foco? 
—¿Qué? 
Levanto mi cabeza de su pecho para poder mirarlo. —¿Esto es 
porque Sunny es más joven y lo hace primero? 
Alex me mira durante un buen rato mientras se muerde el labio 
inferior. —Tener hijos siendo jóvenes no es lo peor del mundo. 
No dejo de notar que no ha respondido la pregunta. Cuando todo 
lo que hago es mirar, Alex aprovecha la oportunidad para explicarme. 
—Piénsalo, Violet, ese niño va a estar fuera de casa antes de que 
esos dos tengan cincuenta años. 
—¿Y? ¿Qué importa eso? 
—Tendrán todo este tiempo después de retirarse para hacer lo que 
quieran. Para el momento en que estén en sus cuarentas, el niño, o la 
niña, básicamente hará lo suyo. Piensa en todo ese tiempo juntos. Solos. 
Sin más responsabilidades que asegurarse que los niños no arruinen su 
educación postsecundaria. 
—Buck se retiró después del primer semestre de la universidad y 
Sunny va a obtener un diploma que podría nunca usar —señalo. 
—Puede enfocarse en una carrera más adelante, si quiere una —
argumenta Alex. 
—¿Si quiere una carrera? ¿Crees que no quiera? 
Levanta su hombro bueno en respuesta. 
—Podría haberse mudado aquí, haber abandonado la universidad 
y haber vivido a costas de ti, pero no lo hizo. Paga el alquiler, y en realidad 
piensa que eso va a la hipoteca. 
—Invertir dinero en acciones para ella es una buena inversión 
financiera. 
—No estoy diciendo que no lo sea. Pero muy fácilmente podría 
haberse acostado con Buck y no pagar el alquiler en absoluto. Eligió no 
hacerlo. Justo como elegí vivir en ese apartamento de mierda por un 
tiempo con mi vecino acosador, apestoso y amante del metal. Al igual que 
quiero mantener mi trabajo en cierta forma, al menos por unos años más 
 
164 
hasta que me acostumbre a todo esto. —Indico la habitación y la enorme 
cama sobre la que estamos acostados. 
—No quiero quitarte las cosas que te hacen ser tú, Violet. —Alex 
parece angustiado, tal vez por los paralelos que he dibujado entre Sunny 
y yo—. Esa nunca ha sido mi intención. Quiero construir una vida que te 
permita hacer todo lo que quieras y más. 
Toco su bonita y golpeada cara. —Sé eso. Es solo... Puede ser 
espeluznante estar comprometida con un hombre que puede darme todo, 
porque esto es todo lo que tengo. —Muevo mi mano hacia mis pechos, 
tratando de levantar el peso de esta conversación. 
Alex no muerde el anzuelo. —Bebé, subestimas lo increíble que 
eres. Aunque es un desafío y, a veces, un serio inconveniente para mí, 
me encanta que afirmes tu independencia, que tengas tu propia mente. 
Su reconocimiento me hace sentir toda caliente y sensible, como 
caramelos derretidos. —Entonces entiendes que Sunny necesita ser ella 
misma. Tampoco quiere ser definida por con quién está. Es un poco la 
razón por la que dudaba en salir con Buck al principio. 
—Dudaba sobre Miller porque se follaba a cualquier cosa con 
pulso. 
—Está bien, bueno. En parte fue eso. Pero quiere hacerse cargo de 
sí misma, no tener a nadie más que lo haga por ella. Y no quería terminar 
siendo como tu mamá. 
—No hay nada de malo en la forma en que mi mamá hizo las cosas. 
—Quizás la forma en que tu mamá hizo las cosas fue la correcta 
para ella, pero eso no significa que lo sea para todos. ¿No le corresponde 
a Sunny decidir qué es lo correcto para sí misma? 
—Por supuesto que sí. Pero los bebés cambian las cosas, Violet. 
Las prioridades cambian. 
Tiene razón. —Bueno. Puedo ver eso. Quizás decidirá renunciar a 
la carrera y tener suficientes hijos para comenzar un equipo de hockey. 
—Me estremezco ante la posibilidad de disparar a varios niños fuera de 
mi vagina. 
—Dices eso como si fuera algo malo. 
—¿Tienes alguna idea de qué le ocurre a una vagina cuando una 
camada de bebés es expulsada de ella? No quiero terminar con un castor 
holgado. 
—No terminarás con un castor holgado por tener unos pocos hijos. 
—¿Unos pocos? —Dijo algo similar antes. Quiero saber lo que 
constituye unos pocos—. ¿Como más de dos? 
—Me gusta la idea de una gran familia. —Alex acaricia el costado 
de mi teta con las yemas de los dedos. 
 
165 
Me apoyo sobre un brazo para poder mirarlo directamente a los 
ojos. —Cuando dices grande, ¿qué quieres decir, exactamente? 
Alex luce inseguro. —No lo sé. Cuatro niños parece razonable, 
quizás más. 
—¿Cuatro? —Si sueno incrédula, es porque lo estoy. 
—¿Crees que son demasiados? 
—Uh, definitivamente tendré un castor holgado si pujo a cuatro 
niños. 
—Las cosas vuelven a la normalidad. 
—No, no lo hacen. 
—Vamos, Violet. Realmente no puede ser tan malo. 
—¿Es eso tu hipótesis, ya que en realidad no puedes sacar un disco 
de hockey del agujero de tu pene? 
Alex se encoge, lo cual puedo entender. La imagen que he creado 
es bastante poco atractiva. 
—Sigues apretada como la primera vez que tuvimos sexo, y hemos 
estado juntos durante más de un año. Pensarías que, si fuera a estirar 
las cosas, ya habría sucedido. 
Tiene una sonrisa medio engreída, medio excitada en su rostro 
medio curado. 
—Sí, pero estás comparando una lata de cerveza con una sandía. 
No es lo mismo. Puedo ver que después de pujar una sandía, las cosas 
podrían volver a la normalidad en su mayoría, y quizás no notarías muy 
flojo mi castor. Pero después de tres o cuatro, las cosas no van a ser lo 
mismo. 
Me mira de esa manera, como si pensara que estoy siendo 
dramática. 
—¿No has visto ese documental con esa estrella porno que tuvo 
todo ese sexo anal? Tenía un Área 51 lindo y normal hasta que ya no lo 
era. Ahora está todo suelto y holgado, al igual que mi castor lo estará si 
tuviera que pujar a tantos bebés como para un equipo de hockey. 
—Entonces ¿no quieres una familia grande? 
—Soy hija única, Alex. Creo que salí casi bien a pesar de que nunca 
tuve un hermano hasta que era adolescente. Imagino que, si tengo dos 
hijos, se enloquecerán mutuamente; no estarán solos y se tendrán el uno 
al otro para apoyarse cuando seamos viejos y malhumorados. 
—¿Y si llegamos a un acuerdo de tres? 
—Los números impares no funcionan para mí. No me gustan. Si tu 
número en el equipo fuera impar, creo que existe la posibilidad de que no 
te encontrara atractivo. 
—Mi número es impar. 
 
166 
—No cuando los sumas. 
Estoy siendo una idiota, pero en serio. Alex está hablando de lo que 
parece ser un mínimo de cuatro niños. Le haré una contra oferta algo 
más razonable, como dos, y si consigue más de eso, parecerá una victoria 
para él. 
Sin embargo, honestamente, no me puedo imaginar el daño que 
tres bebés le harán a mi cuerpo. Me gustan mis tetas, Alex ama mis tetas. 
Tres bebés las convertirán en sacos vacíos, de acuerdo a todas las 
horribles conversaciones que he escuchado de las mujeres con las que 
trabajo. Y los bebés interfieren con el sexo. Tampoco quiero lidiar con eso. 
—No sé por qué estamos hablando de bebés cuando ni siquiera 
planeamos nuestra boda. 
La mandíbula de Alex se tensa, y aparta su brazo de mí alrededor. 
Oh, mierda. He herido sus sentimientos. Parece que está a punto de 
levantarse y posiblemente dejar la habitación. 
—De lo cual creo que deberíamos hablar —agrego. 
Está a medio camino de sentarse. Se deja caer sobre la almohada 
y me mira con cautela. Se ve inseguro. Temeroso, incluso. 
Me incorporo y lo miro, cruzando las piernas. —Vas a tener algo de 
tiempo libre en tanto esperas a que tu hombro se cure. 
Sigue luciendoinfeliz. 
—Entonces creo que probablemente sea una buena idea planear 
algo para el verano, antes de que tengas que empezar el extremo 
entrenamiento de pretemporada. 
Me mira fijamente sin comprender. 
—A menos que creas que vas a estar demasiado ocupado con la 
terapia física. Quiero decir, quizás deberíamos esperar hasta la siguiente 
pretemporada... —Hurgo el agujero en mi calcetín hasta que mi dedo 
medio del pie se asoma. 
—¿Quieres casarte este verano? —Alex suena como si tuviera 
dificultades para creer que podría ser posible. 
—Tendrás tiempo para ayudarme a planificarla. Sé que soy 
organizada con los números, pero eso es realmente lo único en lo que lo 
soy. Probablemente no habrá otro año en el que el tiempo esté de nuestra 
parte. Podemos sacar lo mejor de una situación desafortunada. —Lo miro 
de reojo. Todavía está frunciendo el ceño—. Creí que te emocionaría fijar 
una fecha. 
—Lo estaría si no sintiera que solo haces esto para hacerme sentir 
mejor por estar fuera de la temporada. —Está enojado. Es tan tierno. Y 
sensible. 
—¡No tiene nada que ver con eso! —digo. Luego considero mis 
razones y decido que debería reformularlas—. Está bien, entonces tiene 
mucho que ver con que no juegues esta temporada. 
 
167 
Alex se incorpora. Agarro su brazo bueno antes de que pueda 
escaparse. No es que sea muy rápido, pero no quiero que se lastime a sí 
mismo. —Me estás malinterpretando. Este accidente me abrió los ojos a 
muchas cosas, la más esencial es lo importante que eres para mí. 
Eso lo detiene. Se mueve para poder mirarme. Aún está tenso, pero 
es sensible, así que supongo que intenta calmar su frágil ego. 
—Sé lo difícil que esto es para ti. Sé que te está matando ver a 
Randy hacerlo tan bien. No es por eso que quiero casarme contigo este 
verano. Esto… —Hago un gesto hacia su cuerpo, porque hay muchas 
partes que todavía están lastimadas—, me hizo muy consciente de cómo 
solo tenemos una oportunidad en la vida. 
—No quiero que esta decisión esté basada en el miedo —dice Alex. 
—No lo está. —Tomo su mano y juego con sus dedos. Sus uñas 
están más largas de lo normal. Probablemente porque no puede cortarlas 
por sí mismo—. Mira, la boda de mi mamá no fue divertida para mí. Y 
sabes cómo soy cuando me meto en un grupo de personas. Siempre hago 
de mí una idiota. Pero estoy dispuesta a enfrentar ese tipo de humillación 
potencial si eso significa que pasaré el resto de mi vida contigo. 
Me mira por un largo momento. —¿De verdad quieres casarte este 
verano? 
Asiento. 
—¿Y no es porque te sientas mal por mí? 
—No me casaría contigo solo para que te sintieras mejor contigo 
mismo, Alex. Por lo general, tu ego es bastante grande sin mi ayuda, de 
todos modos. 
Tiene una pequeña sonrisa engreída. —¿Entonces quieres casarte 
conmigo para reclamar mi polla? 
—Súper PM merece una boda propia. Tendremos una ceremonia 
privada para Súper PM y castor. —He pensado mucho en esto. Incluso 
investigué sobre el atuendo. No es que Alex necesite saber esto. Un castor 
solo se le promete a su Súper PM una vez en la vida. 
—Eso suena divertido. —Su sonrisa se ensancha. 
—Lo será si mi castor tiene algo que ver con la planificación. 
Adularlo es lo mejor que puedo hacer por ambos. Además, es 
verdad. Alex es muchas cosas… seguro de sí mismo en el dormitorio, es 
increíble en el hielo, pero también necesita muchos refuerzos positivos. 
Solía pensar que era por cortesía cuando preguntaba si yo lo disfrutaba 
cuando teníamos sexo. 
En parte es así. Le gusta saber que me está haciendo sentir bien. 
También es porque quiere la afirmación de que me está haciendo venir. 
Ama que canturree mi amor por su polla cuando me corro. Es el golpe de 
ego más grande del mundo para él. Me he dado cuenta de que es así con 
todo. Cuantos más elogios recibe, mejor se siente consigo mismo. 
 
168 
Eso no quiere decir que sea ególatra. Mejora con el refuerzo. Y no 
me opongo a facilitarle las cosas. Mi hombre puede ser una flor delicada. 
Es una contradicción sexy para el jugador de hockey rudo que puedo ver 
en el hielo. 
Excepto por el resto de esta temporada, de ahí la necesidad de 
llenar el vacío. ¿Y qué mejor manera de hacerlo que con una boda? 
Tengo muchas ideas sobre bodas. Principalmente, siento que son 
un método arcaico y patriarcal para reclamar un castor. Lo cual podría 
haber sido necesario en las edades oscuras, pero ahora no tanto. 
Más allá de eso, estoy un tanto emocionada por vestirme como una 
princesa por una tarde, siempre y cuando pueda usar zapatillas debajo 
del vestido, porque apesta usar tacones. 
—¿De manera que estás segura sobre este verano? 
—Sip. 
—Puedo visitar los juzgados esta semana —ofrece. 
—Eso sería maravilloso. —Punto para Violet. Tal como lo planeé, 
no tendré que hacer todos los preparativos, y Alex tendrá algo en que 
ocupar su tiempo a medida que se recupera. 
Sin embargo, no soy una sabia sobre bodas. No tengo ni idea de 
cuánto tiempo y esfuerzo se necesita para planificar una, o qué tan difícil 
será contener a Daisy y a mi mamá una vez que les digamos que va a 
ocurrir. 
Tampoco tengo idea de cuán entusiasta va a estar Alex sobre la 
boda. Y debería saberlo. Porque sé cómo es sobre todo lo demás en su 
vida. 
Es buenísimo en ser el mejor jugador de hockey. 
Es excelente en ser el mejor distribuidor de orgasmos. 
Es fabuloso en ser el mejor prometido. 
De manera que, por supuesto, va a mejorar su juego cuando 
planifique una boda. Debería saberlo, pero en todo lo que puedo pensar 
es en cómo me estoy haciendo la vida más fácil en tanto acaricio su ego. 
Para este momento, en verdad, debería saberlo mejor. 
 
 
169 
15 
 
Traducido por Ann Farrow, Joselin♡& Anny’R 
Corregido por Anna Karol 
 
Violet 
 
Mi teléfono suena por enésima millonésima vez. Es un mensaje de 
un grupo que incluye a mi madre y a Daisy. Todo comenzó esta mañana. 
A las seis en punto. En un sábado. Ha sido interminable desde que Daisy 
se fue hace tres semanas, y solo parece ganar impulso. 
—Deberías apagarlo —dice Charlene—. El objetivo de esta tarde es 
relajarse, y tu teléfono zumbando constantemente es lo contrario a eso. 
—De seguro son solo algunas imágenes. —Meto un biscocho en mi 
boca, así no puedo responder preguntas. 
Después tomo un sorbo de mi latte sin lactosa. Mis antojos de 
lácteos se han ido por las nubes. Está directamente relacionado con los 
incesantes mensajes de texto de mi madre y Daisy. 
Daisy y Robbie vendrán de visita el próximo fin de semana. No estoy 
segura de por qué, ya que hablo con ella todos los días. 
Sobre la boda. 
La maldita boda. 
Y, por supuesto, los datos del embarazo de Sunny abundan. Bodas 
y bebés son la dosis de crack de Daisy Waters. Y la de mi mamá. No tenía 
idea de que estuviera tan loca por los bebés hasta que Sunny se impregnó 
con el engendro yeti de Buck. 
A pesar de los mensajes de texto y correos electrónicos sin parar, 
no me arrepiento de haber aceptado la boda este verano. No un 
arrepentimiento real. No de la clase en la que estoy toda, mierda, 
conjeturemos cómo será si alguien es asesinado antes de que esto termine 
y me vea obligada a tener una relación carcelaria con Alex, donde me 
pongan en una instalación que no permita visitas conyugales. Tendré que 
meter pepinos en mi vagina para poder venirme. 
 
170 
Nop. No, de verdad que no me inquieta cualquier cosa relacionada 
con un asesinato. 
No es así en absoluto. Para nada. Más o menos. 
Los pepinos deben tener una gran demanda en las cárceles de 
mujeres. 
Me doy por vencida cuando mi teléfono registra once mensajes 
nuevos y los reviso. 
Hay diez fotos, todas las ubicaciones posibles para nuestra boda. 
Lo cual Alex ha estado buscando desde que le di el visto bueno para 
comenzar a planearla. 
—No entiendo por qué Daisy no puede encontrar un lugar que aloje 
a menos de doscientas personas. De hecho, no entiendo por qué está 
buscando lugares. Necesitoque esto sea pequeño. 
—Es que mi madre cree que doscientas personas son pocas —dice 
Sunny. Da vuelta al esmalte de uñas y lee la letra pequeña en la parte 
posterior—. ¿Debería preocuparme por los químicos en esto? ¿Los aceites 
que usan aquí son naturales? —Se palmea el estómago, su barriga casi 
plana. Realmente no está mostrando nada todavía. Se ve como si hubiera 
comido mucho sin haberlo digerido del todo. 
—Investigué todo antes de programar las citas —le asegura Lily. 
Frota un poco el mini bulto de su mejor amiga—. Todo es seguro para 
bebés. 
Las cuatro hemos pasado mucho tiempo juntas. Mientras Alex está 
ocupado planificando nuestra boda, con la interferencia innecesaria de 
nuestras madres (no sé por qué no solo le mandan mensajes de texto a 
él), estoy ayudando a Lily a planear un baby shower para Sunny. Las 
cosas para bebés son mucho más divertidas de lo que esperaba; es todo 
lindo y pequeño. 
—Sí, bueno, mi idea de pequeño es algo así como cuarenta 
personas. Podríamos hacerla en el patio trasero y terminar con eso. 
—Tuviste doscientas personas en la fiesta de compromiso en el 
patio trasero —señala Lily. 
—Me sorprende que lo recuerdes, ya que pasaste la mitad de la 
noche encerrada en una habitación de invitados siendo follada por 
Cachondo Saco de Bolas. 
—Suenas celosa, Vi. —Lily ha adoptado el tono sarcástico de Randy 
y su sonrisa de suficiencia. Es casi tan lindo como molesto. 
Normalmente no estaría celosa, pero el estado físico de Alex ha 
afectado al amor del castor. Está mucho mejor de lo que se hallaba 
cuando llegó a casa del hospital, y los abrazos de Súper PM están 
aumentando en frecuencia, pero no se encuentra en su nivel de 
resistencia previo al accidente. Lo está volviendo loco. Mis piernas se ven 
bien, así que eso es una ventaja. 
 
171 
Aun así, la vida sexual de Lily es algo que envidiar. Si alguien 
debería estar embarazada en esta habitación, es ella. Creo que consigue 
más polla que cualquiera de nosotras. Posiblemente combinadas. Esos 
dos son maniacos folladores. 
En lugar de adueñarme de mis celos, devuelvo el sarcasmo. — 
¿Celosa de tu vida sexual? Apenas. Mi vida sexual hace que tu vida sexual 
parezca una prostituta barata. 
—¿Una prostituta barata? —se burla Lily—. En todo caso, mi vida 
sexual es la prostituta mejor pagada que existe. 
La mujer que trabaja en las uñas de mis pies tose. 
Charlene le da a Lily un choque de palmas y se ríe. —Uh, por todas 
las quejas que has estado haciendo últimamente, diré que son patrañas 
del castor. 
—Estoy recibiendo inyecciones de la polla monstruosa —espeto. 
—No suficiente, basándome en lo malhumorada que estás y en 
cuantas veces has visto la escena final de Magic Mike XXL. 
Le disparo a Charlene una mirada. —Es un gran bailarín. 
—Cierto. Y es por eso que ves esa escena todo el tiempo y luego 
desapareces en el baño. 
—¡Eso es una mentira! Solo lo hice una vez. —Soy demasiado 
ruidosa. 
Afortunadamente, somos solo nosotras cuatro y las mujeres que 
trabajan en el spa, además de una señora mayor y demasiado operada 
que se hace una pedicura en sus aterradores pies. Pero asumo que es 
demasiado vieja para espiar o para entender el contenido de nuestra 
conversación. 
—Sé de al menos tres ocasiones en las que hiciste referencia a esa 
película y rodar la canica —replica Charlene. 
Maldita sea, y maldita sea por arrojarme debajo del autobús. 
—No pienso en nadie más que Miller cuando estamos teniendo sexo 
—dice Sunny. 
—Randy hace que sea imposible concentrarse en nada más que en 
él. La lengua de ese hombre. Dios. —Lily medio suspira, medio gime. 
—Estoy totalmente comprometida al follar con Alex, pero 
últimamente hay menos de lo que estoy acostumbrada, y a diferencia de 
Lily Bolas Blancas aquí, Alex y yo no nos enviamos videos de 
masturbación cada cinco minutos. 
Lily jadea, y golpea a Sunny en el brazo. —¡Se supone que es un 
secreto! 
De inmediato salgo en defensa de Sunny. No es la razón por la que 
sé sobre el porno amateur. —No me lo dijo. Se le escapó a Miller. 
 
172 
Aparentemente, Randy le envió sin querer uno de los videos que quería 
enviarte. 
Lily toma su teléfono, pero se lo arrebato antes de que pueda hacer 
algo estúpido, como llamar a Randy y enojarse. 
—Fue un video de su salchicha y frijoles. —Me estremezco, porque 
mi referencia de salchicha podría confundirse con insensibilidad—. Lo 
siento, no quise decirlo en la forma en que suena. 
Lily me desestima, aparentemente aliviada de que Buck no haya 
recibido una foto de su castor. Su castor mágico de titanio. 
—Estoy segura de que Miller ha visto la polla de Randy muchas 
veces. Siempre y cuando no sean mis partes las que vea, creo que 
estamos bien —dice. 
—Antes de mudarme a Chicago, Miller y yo solíamos tener sexo por 
Skype. Y todavía lo hacemos cuando está en los juegos fuera, obviamente 
—dice Sunny y suspira—. No estoy segura de que tenga ganas de hacerlo 
cuando tenga un gran vientre de bebé. 
—Nunca sabes. Tal vez sea uno de esos tipos a los que les encanta 
el porno de embarazo. Definitivamente puedo ver a Buck gustándole eso. 
—Trato de ser solidaria, no sonar como una imbécil, pero basada en las 
miradas de las mujeres que trabajan en el spa, no tengo éxito. 
—Quiero decir, está bien contigo estando embarazada —agrego, 
como aclaración. 
—En realidad está muy emocionado. Y ahora que estoy a solo unas 
semanas de graduarme, yo también. —Sunny le da una palmadita 
cariñosa a su pancita inexistente. 
—Serás la madre más increíble, Sunny. —La sonrisa de Lily es cien 
por ciento genuina. 
—Eso es cierto —concuerdo. La he visto con sus perros. Puede 
compararse a eso. Esto podría haber sido una sorpresa, pero está 
emocionada. Tengo que decir que siento envidia de cuán fácilmente 
maneja los cambios que alteran su vida. 
Sin mencionar que Buck parece haber adoptado una actitud de 
papi inminente ahora que la conmoción se ha desvanecido. Creo que le 
preocupaba mucho la reacción de la familia. 
Skye no puede esperar para convertirse en abuelita, y Sidney, 
bueno, creo que está aliviado de que Buck esté realmente comprometido. 
Robbie no amenazó con asesinar a Buck por embarazar a Sunny; 
aparentemente ese es el papel de Alex. E incluso eso no duró mucho. 
Daisy ha estado insinuando que tal vez Alex y yo queremos subirnos al 
tren de bebés para que Sunny y yo podamos lidiar con los pequeños 
percebes de la felicidad juntas. 
Alex, que ya ha expresado su deseo de producir una descendencia 
para formar un equipo de hockey, no parece tener ningún problema en 
 
173 
poner un bollo en mi horno ahora que ha superado toda la fase de ira y 
furia, que fue mucho más breve de lo que esperé, con una resaca de 
irritación residual de veinticuatro horas. 
Aunque estoy emocionada por Sunny y Buck, no me siento en la 
misma página que Alex cuando se trata de crear niñitos. Ni siquiera estoy 
leyendo un libro en la misma maldita serie. 
No bebés. Todavía. Primero nos casamos y tenemos mucho sexo de 
casados. 
Me rasco el brazo e inmediatamente reviso si hay urticaria por 
estrés, generalmente solo aparece durante las discusiones relacionadas 
con la boda. Comienza en el mismo lugar cada vez: unos cinco 
centímetros debajo de un pequeño lunar en mi muñeca derecha. Si la veo 
a tiempo, puedo evitar que se extienda por mi brazo y cubra mi pecho. Si 
no lo hago, me cubrirá de la cabeza a los pies dentro de una hora más o 
menos. Afortunadamente, ha sido infrecuente estas últimas semanas. 
Estoy atribuyéndolo a la cantidad de yoga que he estado haciendo para 
estar toda Zen. 
Llevo mis antihistamínicos en mi bolso para evitar un posible 
problema. La urticaria molesta a Alex porque cree que significa que tengo 
reservas sobre la boda, cosa que no hago. La interferencia de nuestras 
madres es el verdadero problema. Tomo una cápsula, bajándola con mi 
agua de limón. 
Honestamente, no me importa un carajo dónde noscasemos. 
Podría ser en nuestro maldito baño. 
Bueno. No es verdad. Nuestro baño es bastante asqueroso la mayor 
parte del tiempo, a pesar de que alguien va a limpiarlo regularmente. 
Pero más allá de eso, la ubicación es simplemente un medio para 
un fin. Todo lo que quiero es ser Violet Waters y estar guapa por un día. 
Entonces anhelo vestir la polla de Alex con un esmoquin pequeño, o tal 
vez una capa de superhéroe, y hacer que se case con mi castor. 
—¿Vi? 
Levanto la mirada de mi teléfono. —¿Sí? 
—¿Escuchaste algo de lo que dije? —pregunta Charlene. 
—Oh, sí, por supuesto. —Asiento en señal de afirmación. 
Me mira dudosamente. —¿De veras? ¿Entonces piensas que es una 
gran idea que le dé una mamada a Darren en la ceremonia de tu boda? 
—Uh, creo que ya hemos determinado que darle una mamada a 
Darren en un lugar público no es apropiado. Pero si digo o hago algo 
estúpido durante la ceremonia, y decides que quieres hacer ese truco 
para salvarme de la humillación personal, por supuesto, adelante. 
—¿Le diste una felación pública a Darren? —Sunny parece más 
intrigada que perturbada. 
 
174 
Lily se muerde las uñas con esta pequeña sonrisa tirando de la 
esquina de su boca. 
Charlene se burla. —Se llama mamada en el auto, chicas. 
La sonrisa de Lily se hace más grande. 
—¡Le has dado totalmente una mamada en el auto a Cachondo 
Saco de Bolas! —La señalo un dedo acusador. 
—¡Por supuesto! Es la mejor manera de asegurarse que dure la 
primera vez que tengamos sexo después de los juegos fuera —dice. 
—¡Eso es! —Levanto mis manos y casi pateo en la cara a la chica 
que trabaja en los dedos de mis pies—. Mierda. Lo siento. —Palmea mi 
tobillo. La veo una vez cada tres semanas porque a Alex le gusta cuando 
los dedos de mis pies y manos lucen bonitos, así que está acostumbrada 
a mis payasadas—. Esto es de lo que hablo. Eso es pensar con 
inteligencia, chica. Aunque, basada en tu uso de los condones, no estoy 
tan segura de que tengas que hacer eso antes de ser follada por Balls. 
Lily se encoge de hombros. —Pasó muchos años sin la alegría de 
las mamadas. Se merece cada una de ellas. 
—A veces le doy a Alex el tratamiento del chupete para que no sea 
tan duro con castor —agrego. 
Recibo murmullos de aprobación, a excepción de Charlene. Se 
encuentra callada con este tema. Tal vez porque le da acceso a Darren a 
su Área 51. 
—Al menos tienes sexo de tetas como opción —señala Lily. 
Miro mis tetas y les doy a las chicas un apretón cariñoso, y luego 
clavo mi dedo en la teta mucho más pequeña, pero todavía linda, de Lily. 
—Lamento que no tengas montañas para deslizarse entre ellas. 
Lily se encoge de hombros. —Me las arreglo con lo que tengo, y 
Randy las adora. 
Mi teléfono suena con varios mensajes nuevos, todos de Daisy y mi 
madre. Me rindo y los reviso. Aparentemente hay cierta urgencia por 
reservar uno de estos lugares, ya que tienen cinco personas interesadas 
en rentarlas el mismo fin de semana de agosto que Alex y yo sugerimos. 
Este lugar en particular tiene capacidad para cuatrocientas personas. 
Es excesivo e innecesario. 
Sigo diciendo que quiero mantenerlo pequeño, y Alex está de 
acuerdo. Les he enviado mensajes a las mamás expresándoles eso, 
también Alex, pero luego su madre me envía cosas como esta, y me 
pregunto si vamos a poder celebrar la boda que queremos. O más de lo 
que quiero. Alex no tiene nada contra las bodas extravagantes. Solo 
quiere que sea feliz y me convierta en su esposa. Pero no estoy segura de 
que incluso él tenga el poder suficiente para mantenerlas bajo control. 
Aunque en su defensa, no le he contado sobre la reciente interferencia. 
 
175 
Creo que están teniendo problemas para entender que él se está haciendo 
cargo de ello. 
Pasamos el resto de la tarde siendo mimadas y comiendo esos 
pequeños sándwiches de té con las cortezas cortadas. Es lujoso y ridículo, 
pero siento que me lo merezco con el accidente, el embarazo, y ahora los 
planes de la boda. 
Cuando terminemos, Charlene deja a Lily y Sunny en su casa 
primero. Creo que el plan es que Buck se mude allí tan pronto como 
pueda. 
Reviso mi teléfono nuevamente y suspiro. Veintitrés nuevos 
mensajes de mi madre y Daisy han aparecido entre dejar el spa y ahora. 
Dos más son de Alex. Esos son los que reviso. Quiere un tiempo estimado 
en el que llegaré para que pueda comenzar la cena. También dice que 
tiene una idea para el lugar de la boda perfecta. Realmente espero eso. 
Le devuelvo el mensaje para hacerle saber que estoy en camino. 
Después me dice que tiene buenas noticias y que no puede esperar 
hasta que esté en casa para contarme. Me pregunto si está relacionado 
con la boda, y luego me felicito por la incipiente madurez que me permite 
ver algo relacionado con la boda como una buena noticia. 
—¿Alex está totalmente en lo de la boda? —pregunta Charlene. 
—Muy en eso. Pensé que estaría emocionado ya que no tiene mucho 
para mantenerlo ocupado en estos días. Me ha quitado la mayor parte de 
los detalles de las manos, lo que es bueno porque no soy una 
planificadora de eventos, como lo demuestra la fiesta de compromiso y la 
forma en que nuestras madres asumieron el control. 
—¿Así que no te está volviendo loca? 
—Sorprendentemente, no. Ha sido muy bueno al respecto. 
Nuestras madres son el problema. Siguen enviándome mensajes de texto. 
—Tienes que poner fin a eso. 
—Estoy segura de que una vez que encontremos el lugar, todo 
estará bien. —Todos los buenos lugares que le gustan a Alex están 
reservados hasta el próximo verano. Ahora entiendo por qué las personas 
planifican las bodas con mucha antelación. 
—Eso espero, por el bien de tu cordura. ¿Cómo va la rehabilitación 
de Alex? 
—Más lento de lo que le gustaría. —Solo pudo comenzar 
entrenamientos livianos la semana pasada, pero se ha limitado a la parte 
inferior del cuerpo y quiere hacer más de lo que debería. 
—Darren dice que se está esforzando mucho. 
—Está acostumbrado a lesiones menores. Lógicamente, sabe que 
no volverá a jugar esta temporada, pero le molesta no estar en el hielo 
durante las eliminatorias. 
 
176 
Charlene asiente. —Ha sido una temporada difícil para el equipo. 
—Realmente lo ha sido. También le preocupa cómo será la próxima 
temporada. Le tomará todo el verano reacondicionar su hombro. —Me 
muerdo la uña, pero me detengo antes de arruinar mi manicura—. Cree 
que Randy tomará su posición como centro principal. 
—No sé sobre eso. 
—Randy realmente mejoró desde que Alex salió. —Me siento como 
una traidora diciéndolo en voz alta. 
—Eso no significa que vayan a entregarle el lugar de Alex. 
—Lo sé, pero le preocupa. Si no está planeando nuestra boda, está 
viendo los juegos repetidamente. Toma nota de los movimientos de 
Randy, pero si pregunto, lo toma como si solo se estuviera poniendo al 
tanto de las cosas. 
—Es tan competitivo. 
—Lo es. Y es muy consciente de que se está haciendo mayor. No 
hay muchos jugadores que pasen de los treinta. Alex teme que esta lesión 
pueda acelerar su retiro. —Me rasco la muñeca. Ya tomé un 
antihistamínico. No puedo ir a casa con urticaria. 
—Sin embargo, tiene un plan para lo que quiere hacer una vez que 
termine su carrera en el hockey, ¿verdad? 
—Oh, seguro que sí. Quiere embarazarme para que pueda dar a luz 
a su próximo equipo de hockey. 
Charlene suelta una carcajada. —Tú y Alex tendrán lindos bebés 
de hockey. Esperemos hereden su coordinación; de lo contrario, serán 
contables eruditos. 
—Amén a eso. Sería bueno tener niños cuyos promedios de 
calificaciones no se vean afectados por calificaciones de mierda en 
educación física. Sabes, si hubiera una clase como Tai Chi o algo así, 
podría haber tenido la esperanza de obtener una B legítima y sólida. 
—En cambio, tus senos la consiguieron por ti. 
—Tengo que amar las ventajas de senos firmes. Estaré triste 
cuando empiecen a caerse. 
—¡Shh! —Charlene agarra una de las suyas—. No hables de cosascomo esas. Además, podrás permitirte el lujo de levantar a las niñas si 
estás desesperada por desafiar la gravedad. 
—Tan cierto. Pero todo esto de casarse con un jugador de hockey 
es mucho más complicado de lo que imaginé. 
—Al menos encontraste al amor de tu vida. Trabajarás en todas las 
partes duras. 
—Realmente es increíble. Puedo lidiar con las complicaciones si eso 
significa pasar el resto de mi vida con él. 
 
177 
Hablando de partes duras, estoy deseando saltar sobre Alex 
cuando llegue a casa. Mis uñas no son lo único que decoré esta tarde. 
 
 
 
Música extra fuerte me da la bienvenida cuando abro la puerta, al 
igual que el olor a tocino y panqueques. Descubrí que a Alex le gusta 
cocinar, y es bueno en eso. Estar fuera por el resto de la temporada 
significa que también es menos restrictivo con su dieta, por lo que no 
todo es de grano entero y de alto contenido en fibra. 
Lo encuentro en la cocina, de pie frente a la estufa haciendo 
panqueques. En sus calzoncillos bóxer. Sus boxers de Súper PM. En la 
parte posterior dice “TRASERO de Violet”. En el frente hay un logotipo 
como el de Superman con PM en el medio en lugar de una S. 
Su cabello está mojado. Todavía es más largo de lo habitual en 
estos días, se enrosca alrededor de sus orejas. Lo observo por un minuto, 
ya que todavía no nota que estoy en casa, gracias a la música que explota 
a través de los altavoces. Esta no es la elección de música habitual de 
Alex. Escucho la letra mientras miro su culo, su súper apretado culo, 
envuelto en algodón rojo. 
Me doy cuenta de que conozco esta canción. Es de mi película 
favorita, y se trata de tríos. En realidad, se trata de lamer vaginas, y es 
súper obscena. Alex se detiene cuando el coro se acerca y sacude un poco 
su trasero. Es impresionante. Y lindo, y algo sexy. 
No es hasta que voltea los panqueques que me doy cuenta de que 
su brazo no tiene el cabestrillo, y que sus costillas no están vendadas. 
Los moretones desaparecieron, sin contar algunas manchas amarillentas 
en el hombro y las piernas. 
—¿Que pasa aquí? 
Alex se sobresalta y mira por encima del hombro. —Oh, hola. No te 
oí entrar. —Toma el control remoto del mostrador y baja el volumen. 
—No llevas tu cabestrillo. 
Dejo caer mi bolso sobre el mostrador y me acerco. Serpenteando 
un brazo alrededor de su cintura, presiono mis pechos contra su espalda. 
Su piel es cálida y huele a mi gel de baño favorito. 
—¡Eso es lo que quería decirte! El doctor me dio el visto bueno. No 
más cabestrillo. 
Ha pasado más de un mes desde el accidente, pero los médicos 
proyectaron al menos seis semanas antes de retirarle el cabestrillo. —¿De 
verdad? 
 
178 
Alex mueve la sartén de la hornilla y gira para que mis senos se 
presionen contra sus abdominales en lugar de su espalda. Y ahora su 
erección está presionada contra mi estómago. 
Me coloca el cabello detrás de la oreja con la mano involucrada con 
su brazo y hombro lesionados. —De verdad. Y parece que tampoco hay 
ningún impacto residual negativo por la conmoción cerebral. 
Lo abrazo con fuerza, aliviada. Más que las partes del cuerpo rotas 
y las heridas físicas obvias, eso era lo que más nos preocupaba. —Son 
noticias fantásticas. ¿No significa esto que estás por delante de lo que los 
médicos proyectaron? 
—Sí, por casi dos semanas. El doctor dijo que puedo comenzar un 
programa de ejercicios modificado para rehabilitar mi brazo. 
—Eso es tan bueno, Alex. 
—También lo creo. Tengo muchas ganas de recuperar mi 
resistencia. —Mueve las caderas para que pueda sentirlo crecer. 
—Me encanta tu resistencia. 
Me roza los brazos con la punta de sus dedos, desengancha mis 
manos de su cintura para poder ver mis uñas. —¿Pasaste un buen rato 
con las chicas? —Es una manicura francesa, a excepción de mis dedos 
índices. Esos están pintados de blanco con calcomanías con el logotipo 
de Súper PM que hice por diversión. 
—Nos divertimos como siempre lo hacemos. 
Besa el dorso de mi mano. —Me gustan estas. 
—Eso pensé. 
Alex tiene una extraña fijación con las uñas bonitas. 
Definitivamente está más duro ahora. 
—¿Te hiciste algo más hoy? —Besa la punta de cada dedo. 
—Mis pies. 
—Oh ¿sí? ¿Eso es todo? Te fuiste la mayor parte del día. —Muerde 
mi dedo meñique. 
—Nop. 
—¿Qué más te hiciste? 
 Me encojo de hombros. —Solo lo normal. 
—¿Lo normal? 
—Ya sabes, depilarse, arrancarse el vello con cera, ese tipo de 
cosas. 
—¿Eso significa que estás demasiado sensible? 
—¿Demasiado sensible para qué? —Pretendo que no sé de qué 
habla; obviamente quiere decir su pene, porque está duro. 
 
179 
—¿Qué crees? —Pasa sus manos por mis costados, luego extiende 
la mano y palmea mi trasero, tirando de mí más fuerte contra él. 
—¿Qué hay de los panqueques? 
—Permanecerán calientes en el horno. 
—¿Quieres ir arriba? 
—De hecho, no. —Alex me quita la camisa por la cabeza. No se 
molesta en acariciar previo a quitar el sujetador; suelta rápidamente el 
broche y se muerde el labio cuando las correas caen y mis pezones 
aparecen. 
Suspira y ahueca mis senos. 
—¿Sabes lo que realmente extrañé? —Me lleva hacia atrás hasta 
que mi trasero golpea la encimera. Entonces me levanta por la cintura y 
me pone en el mostrador. 
—¿Qué cosa? 
—Poder usar ambas manos sobre ti al mismo tiempo. 
Agarra mis senos de nuevo e inclina la cabeza, empujando su cara 
contra mi escote. —Y mi boca. 
Los puntos en el puente de su nariz salieron hace dos semanas, y 
la marca no es tan mala como esperaba, gracias al cirujano plástico. La 
cicatriz se ajusta con el ligero golpe de su nariz que se ha roto más de 
una vez. 
Paso mis manos por su cabello y sobre sus hombros. Los músculos 
de su espalda se flexionan con mi toque, y su profundo gemido vibra a 
través de mi cuerpo. 
Desde el accidente, Alex se sintió comprensiblemente frustrado por 
las restricciones y limitaciones. Su incapacidad para tomar el control de 
las cosas ha sido una fuente de angustia e irritación. Traté de hacer lo 
que pude para hacerlo más fácil para él, pero no creo que me diera cuenta 
de cuánto afectó a su impulso sexual hasta ahora. Porque cuando levanta 
la cabeza, la expresión en su rostro es inquietantemente similar a la que 
usó cuando me folló contra los casilleros en el estadio. 
O la vez que me folló contra la pared cuando viví (aunque sea 
brevemente) en ese edificio de apartamentos. Mi castor se anima de 
inmediato, se pone seductora y húmeda, preparándose para lo que creo 
que va a ser una seria sesión de magnifico sexo en nuestra encimera de 
la cocina. 
Alex pasa sus dedos por mi cabello y besa mi garganta y mi barbilla. 
Retrocede lo suficiente para poder mirarlo a los ojos, aunque todavía me 
está sosteniendo el cabello. Sus ojos vagan por mi cara. Dios, parece 
intenso. Y totalmente en control. Oh, Cristo, creo que mi hombre ha 
vuelto. 
—¿Sabes lo que quiero hacer ahora, cariño? 
 
180 
—¿Hacerme el amor de forma dulce? —Respiro, esperando que la 
respuesta sea no. 
Su labio se curva. Es más una mueca lasciva que su linda sonrisa 
con hoyuelos. Sacude la cabeza. 
—¿No quieres tener sexo? —Estoy jugando a no saber otra vez. Mi 
castor está muy emocionada. Si tuviera dientes legítimos estaría 
gruñendo a través de mis bragas para llegar a su tronco. 
La cabeza de su pene se asoma por la solapa de comodidad de sus 
calzoncillos. Las luces sobre nosotros resaltan el hecho de que la punta 
brilla. 
—Quiero tener sexo. —Muerde mi barbilla—. Simplemente no del 
tipo dulce. —Sus labios tocan los míos de nuevo, suaves y tiernos, tan 
contrarios a su tono y palabras. 
Utilizo la voz de operadora sexual y recorro con mi pie la parte 
trasera de su pierna—: ¿Qué tipo de sexo quieres tener, Alex? 
Arrastra besos por el borde de mi mandíbula hasta mi oreja y 
susurra—: Del tipo sucio. 
Me estremezco. 
Y luego, porque no importa qué, Alex sigue siendo un hombre 
canadiense educado, incluso cuando quiere tenersexo caliente y sucio, 
agrega—: Pero solo si te parece bien. 
Arrastro mis uñas por su pecho y sobre las crestas de sus 
abdominales. —Tal vez deberías decirme qué tipo de cosas sucias quieres 
hacerme, así puedo decidir. 
Después de haber estado con Alex durante un año, puedo decir con 
absoluta certeza que el sexo con él nunca es aburrido ni predecible. A 
veces es un amante dulce y gentil, y otras veces, como ahora, es bueno 
para una follada intensa y dura. 
Besa su camino de regreso a mi boca y desliza su lengua dentro, 
acariciando suavemente. Al mismo tiempo, su agarre en mi cabello se 
tensa. Está de buen humor esta tarde. No hemos tenido sexo intenso 
desde antes del accidente. Tengo ganas de caminar como si hubiera 
montado un caballo. 
Antes de que pueda profundizar el beso, Alex retrocede. En 
realidad, usa mi cabello para apartarme del beso. —Primero, te voy a 
desnudar aquí mismo. ¿Estás a bordo con eso? 
—Totalmente a bordo. 
—Excelente. —Me besa de nuevo, pero esta vez no hay lengua. 
Cuando rompe la conexión, gimo y sonríe. Es tan siniestro. Y caliente. 
Jesús. No puedo esperar a ser follada—. Y luego te follaré con mis dedos 
hasta que te vengas por toda mi mano. ¿Suena bien? 
 
181 
Hago otro ruido. Es similar a los chirridos de engranajes. —Eso 
suena jodidamente fabuloso, Alex. —Desabrochó el botón de mis 
pantalones vaqueros y bajo la cremallera. 
Todavía está de pie entre mis muslos y sosteniendo mi cabello, así 
que no puedo hacer mucho más sin ayuda. 
Afloja su agarre. —Recuéstate para mí, por favor, cariño. 
Hago lo que me pide, porque… ¡mierda! Después de más de un mes 
de montarlo y sintiéndome obligada a tener cuidado, nos vamos a follar. 
Pero, como beneficio adicional, mi trasero nunca ha estado tan apretado. 
Me estremezco cuando mi espalda toca el frío granito, y me 
estremezco cuando me golpeo la cabeza en mi entusiasmo por obedecer. 
Alex hace una pausa con los pulgares enganchados en mis 
presillas. —¿Estás bien? ¿Hace demasiado frío? ¿Debería llevarte arriba? 
Y ahí está, mi dulce e increíble prometido, siendo su yo considerado 
incluso cuando está más caliente que el infierno y listo para joderme 
hasta que vea estrellas y la Vía Láctea salga disparada de mi vagina. 
—No, no quiero subir. Quiero desnudarme, y quiero que hagas lo 
que dijiste que harías. —Empujo mis vaqueros y mis bragas sobre mis 
caderas y subo mis rodillas para poder quitármelas. 
Alex se une al esquema y ayuda. Excepto que tengo tanta prisa por 
quitarme los pantalones, que no me molesto en quitarme los calcetines 
primero, lo que complica las cosas. Por bien que se vean los vaqueros 
ajustados, pueden ser un fastidio para quitar. Finalmente, nos las 
arreglamos para liberarme de ellos. Retrocedo en la isla hasta que mi 
cabello cuelga de un extremo, y puedo plantar los pies en el otro. 
Si girara noventa grados, tendría mucho más espacio, pero las 
manos de Alex ya acarician mis pantorrillas, y no voy a detenerlo. 
Abro mis piernas ampliamente, así tiene mucho espacio para 
trabajar. Se detiene en mis rodillas, frunciendo el ceño mientras mira mi 
castor desnudo. —Uh… ¿Violet? 
Bajo la mirada para ver qué lo tiene tan preocupado. Entonces 
recuerdo que decoré mi castor. 
—¡Oh! Um… ¡sorpresa! —Lanzo mis manos en el aire y las agito. 
Alex desliza los dedos sobre la maravilla que cubre mi desnudo 
montículo de castor. —¿Cómo conseguiste esto aquí? 
—Con pegamento. ¿Te gusta? 
—Uh… 
—¿No te gusta? 
—No, no, me gusta —dice rápidamente. Traza el contorno de las 
letras que deletrean de Waters en cristales rojos de Swarovski. Debajo 
hay un pequeño castor hecho de más cristales—. ¿Tengo que tener 
cuidado? Como, ¿tengo que preocuparme por la fricción? ¿Los quitaré? 
 
182 
—Uh, ¿no? Están pegados bastante bien. Creo. —Mi embellecedor 
de cera/castor prometió que permanecerían por al menos una semana si 
los cubría con plástico antes de ducharme. Imagino que también se 
quedarán aun con la fricción, pero no pregunté eso. Sin embargo, no voy 
a perderme el sexo caliente para preservar mi vagazzling8. 
—Esto debe haber llevado un tiempo. —Coloca ambas manos en la 
cara interna de mis muslos. 
—Alrededor de una hora. 
—Voy a hacerte una pregunta importante, ¿está bien, Violet? —Sus 
manos se deslizan hacia abajo, los pulgares rozando mis labios de castor. 
De ida y vuelta, arriba y abajo. Está a medio centímetro de mi clítoris a 
cada lado. Extiendo más las piernas, con la esperanza de alentar un poco 
de frote de clítoris mientras conversamos sobre mis partes 
deslumbrantes de niña. 
Me quejo en vez de usar palabras, porque todo lo que quiero es que 
me toque, maldita sea, y no lo está haciendo. 
—¿Cuál es el nombre de la persona que hizo esto por ti? 
Esa es una pregunta extraña. —Jamie. 
Los ojos de Alex se elevan hacia los míos. El lado derecho de su 
mandíbula salta. Oh, mierda. He visto esa mirada antes algunas veces. 
—¿Qué aspecto tiene Jamie? —pregunta. 
Pongo los ojos en blanco cuando me doy cuenta de lo que quiere 
saber. —Jamie es una chica, Alex. No hay varones que hagan esto. 
—Correcto. Por supuesto que no. 
Sin embargo, no voy a decirle que Jamie tiene novia. No soy su tipo, 
de todos modos, y me gusta mucho el pene, especialmente el suyo. De lo 
cual definitivamente estoy recibiendo una dosis pronto, si puede dejar de 
preguntar sobre la decoración de mi castor. 
Podría ser menos tolerante con su inseguridad si no supiera que 
luchaba por no haber sido su completo alfa, su yo protector, durante el 
mes pasado. Pero porque sé lo desafiante que ha sido, soy mucho más 
paciente. Además, sus dedos están cerca de mi vagina. 
Y luego obtengo lo que he estado esperando: Alex roza mi botón de 
castor. 
Suelto un gemido de puta fuerte y claro. También levanto mi pelvis 
para alentar más contacto. 
Alex murmura un joder y comienza a provocar giros con sus dedos, 
lento y suave. Me está matando, pero lo tomaré. La tortura 
definitivamente valdrá la pena. Tenemos más de cuatro semanas de sexo 
 
8 El término Vajazzling significa colocarse cristales o diamantes en el pubis. En este 
caso, hace un juego de palabras con vagina y vajazzling. 
 
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caliente en espera retenido para liberar, y es probable que esta sea la 
primera ronda de muchas cuando Alex recupere su resistencia. 
Tendré que asegurarme de tener a mano las sales relajantes. 
—¿Sabes lo que amo? —La voz de Alex es toda ronca y sexy. Su 
atención está fija en sus dedos, todavía dando vueltas. 
Tengo la sensación de que ya sé la respuesta a esta pregunta, pero 
Alex quiere decirme, porque a veces le gusta decir cosas sucias. —¿Qué 
amas, Alex? —Su nombre sale como un gemido. 
Sus ojos van a los míos. Madre de todas las cosas orgásmicas, la 
expresión en su rostro es suficiente para enviarme a Corretrópolis. 
Desliza uno de sus increíbles dedos dentro de mí. Mis ojos ruedan, 
quitando mi fantástica vista por un segundo. Espera hasta que vuelvan 
a bajar antes de responder—: Lo mojada que siempre estás para mí. 
Alex a menudo comenta sobre el estado de mi vagina como un 
bosque lluvioso cuando está entusiasmado y haciéndome sentir bien. Es 
como si mi humedad fuera una prueba de fuego para su sensualidad. 
—No puedo evitarlo —le digo—. Eres tan bueno haciendo que me 
excite. 
Agrega otro dedo, penetrando más rápido. —¿Te hago sentir bien? 
—Tan bien. —Agarro el borde del mostrador detrás de mi cabeza y 
comienzo a rodar mis caderas para ayudarlo a alcanzar la meta. Tengo la 
sensación de que voy a recibir muchos orgasmos. 
El primero es como recibir un puñetazo en el clítoris con una bolsa 
de regalos de algo increíble. Gimo el nombre de Alex en voz alta. 
—Eso es todo, Violet. No puedo esperar para follarte con mi lengua. 
—Dios mío, sí, por favor. 
Ni siquiera he terminado de correrme cuando cubre mi clítoris con 
la boca y comienza a chupar. Grito y trato de alejarme

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