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CAPÍTULO 7. CULMINACIÓN DEL PROCESO CONTABLE Bienvenido al capítulo 7. Si, llegaste al capítulo final! En el capítulo anterior aprendiste a registrar en el libro diario y en el libro mayor todos los acontecimientos o hechos económicos que involucraron a la organización durante el ejercicio económico. Estamos al final del período y los usuarios de la información contable, sobre todo quienes conducen a la organización, quieren saber cómo le fue. Quieren saber si siguen con la misma actividad para el año que viene o si hacen cambios y en qué rubros. Quieren saber cuánto se vendió, cuantos impuestos tendrán que pagar, si hay que despedir empleados o se podrá invertir en máquinas nuevas. Los proveedores de la organización quieren saber si está en condiciones de cumplir con sus obligaciones y también los bancos. Todos están deseosos de leer el informe contable del final del período bajo análisis. Pero resulta que todas las registraciones sueltas y dispersas que hicimos hasta el momento en los diferentes libros no sirven para darles esa información. Si quisiéramos entregarles los libros, tal como los fuimos asentando para que se enteren por si solos de lo que nos preguntan, no sería posible pues desconocen el lenguaje contable. Pasarían hojas y hojas sin entender nada. Para ello tendremos que proceder primero a cerrar las cuentas del mayor, es decir sumarlas y restarlas para obtener una cifra neta de cada una de ellas que se denomina saldo. El listado de todos los saldos de las cuentas nos dará una aproximación a la realidad de la organización. Pero de acuerdo con lo que dijimos en el capítulo 1, la contabilidad debe reflejar la realidad, sin embargo a veces las cifras procesadas pueden tener errores de imputación y no reflejar esta realidad. Para tomar conocimiento de la realidad será necesario en la etapa previa al informe realizar cotejos de los saldos de las cuentas con las existencias, mediante la elaboración de inventarios, arqueos y conciliaciones, entre otros relevamientos, validando así la información que emitimos. Ajustadas las cuentas, se procede a decodificar nuevamente la información de lenguaje contable a la lengua castellana, relatando en el balance y en la memoria, los hechos económicos que impactaron en el patrimonio de las organizaciones durante el período y el resultado final. Solo así podrá ser interpretada por los diferentes usuarios internos y externos que desconocen el lenguaje contable. Tal como te prometimos al inicio de la lectura de este material, en el capítulo 7 ibas a poder elaborar tu primer balance, por lo que has llegado a la meta. Por supuesto que existen mayores complejidades en la reparación de los balances formales que irás aprendiendo en las sucesivas asignaturas del área contable, pero podríamos afirmar que la esencia estará aprendida. Observarás que el término “balance” ha cobrado popularidad y se utiliza frecuentemente en el lenguaje cotidiano cuando se quiere evaluar la vida de una persona o su trayectoria o un acontecimiento en un período pasado. Precisamente eso es el balance, un relato de lo ya acontecido, pero que sirve también para corregir situaciones del futuro. A continuación te sugerimos como actividad práctica de autoevaluación la resolución del caso completo para una organización que te proponemos, allí aplicarás todo lo aprendido hasta aquí.
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