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1 El poder de los esquemas El repertorio gráfico fundamental consta de las Imágenes, los Textos y los Esquemas. En este artículo se explica la superioridad de los esquemas en la transmisión de información. 1. ¿Cómo se perciben los elementos de la página de un diario? Una de las preocupaciones de la prensa escrita es llegar a conocer el comportamiento visual del lector. En 1990, el Poynter Institute de Miami, prestigioso centro de estudios periodísticos, creó el Eyetrack, una sofisticada herramienta de video que permite registrar con precisión milimétrica cómo observan nuestros ojos las páginas de un medio de comunicación. Sin duda, para un medio ilustrado como las revistas del corazón plagadas de fotografías, rumores y paparazzis, los hábitos del lector son muy distintos de los de un medio informativo como un diario. Es obvio, por tanto, que dichas revistas se venden por las imágenes que alimentan el cotilleo y el morbo. Pero para quienes quieren ser informados, en el sentido que la teoría matemática de Shannon da a este término; quienes quieren saber qué ocurre en el mundo, buscan la veracidad de la noticia y de los datos que la acompañan en la prensa diaria. Los resultados de la investigación que aquí comentamos, no por evidentes resultan menos sorprendentes. Y ponen de manifiesto el ascenso de la búsqueda de información veraz en nuestra cultura visual. ¿Cómo se perciben los elementos de la página de un diario? Según el último estudio, las fotografías (78%) y los esquemas infográficos (76%) son los elementos privilegiados para la visión. Los titulares bajan a un 34%, y los textos a un 17%. ¿Dónde se detiene la mirada del lector? Aquí la respuesta es netamente favorable a los esquemas infográficos con el 77%. En segundo lugar, las fotografías (61%) y los titulares (36%). ¿Cuáles son los principales elementos que inducen a la lectura? Es interesante constatar el aumento del poder de los esquemas infográficos en este punto, 2 donde las fotografías han sido descabalgadas de la estadística. Poder de inducción a la lectura: Esquemas infográficos 87%; titulares 41%. Si lo analizamos bien, el primer resultado refleja el comportamiento visual ante la página de un diario, y por eso, el ojo jerarquiza para orientar las decisiones. Imágenes y esquemas es lo primero que atrae la atención. Sin embargo, el segundo resultado constata la intención informacional del observador y entonces aumenta su atención hacia los esquemas en detrimento de las fotos y los titulares. Lo que muestra el tercer resultado es la fuerza de lo que induce a la lectura. Y aquí los datos son concluyentes: los esquemas atraen al 87% de los lectores; los titulares, al 41%. Vistos estos resultados, se comprueba que las imágenes, fotografías, ilustraciones y esquemas infográficos, junto con la publicidad, son los primeros y más llamativos elementos de una página vista en conjunto. Como bien afirma Jaime Serra, “la cultura humana es visual, nacemos sabiendo mirar y sólo después de los años aprendemos a leer. La mirada elige detenerse, de modo destacado en los esquemas, lo cual es lógico, porque a diferencia de los otros elementos visuales ellos contienen texto, cifras e información precisa”, además de que hacen visibles los fenómenos y los procesos. Finalmente, si lo que el esquema nos explica y el modo en qué lo hace nos resulta interesante, leeremos el texto que lo acompaña1. 1 J. Sierra, “Siguiendo los ojos”, La Vanguardia, Barcelona, 2 marzo 2014. 3 2. ¿Cuál es la atracción especial de los esquemas? Es lo que cabe preguntarse después de las anteriores constataciones. Tenemos tres respuestas: � Los esquemas muestran la información -datos útiles- y ésta es completa e inmediata. Por el contrario, las fotografías son realistas, pero ambiguas en términos informacionales. Los textos sí contienen información, pero ésta debe ser decodificada y extraída por medio de la lectura, lo que conlleva tiempo -y no gratifica a la percepción estética, como hacen los esquemas-. � Los esquemas muestran lo invisible. Véase por ejemplo el despliegue informativo mediático del 18 de marzo y siguientes acerca de la detección de las ondas gravitacionales, ecos directos del Big Bang (13.800 millones de años después), divulgado por los científicos del telescopio BICEP2. ¿Qué habría sido de este gran descubrimiento sin la información visual, la NSF, Science, las revistas científicas, los videos, la televisión y la prensa general, repletos de esquemas y diagramas infográficos? Las ondas gravitacionales. Las vibraciones generan un leve pero claro patrón de giro en la radiación de fondo que ha captado el telescopio BICEP 2, con las zonas azules y rojas mostrando las fluctuaciones de temperatura y las líneas, la rotación de la polarización en sentido o contrasentido del reloj. (Fuente: El País, 18 marzo 2014, Madrid). La diferencia competitiva de los esquemas frente a los lenguajes gráficos comentados, tiene aquí todas las de ganar. Pero eso no es todo. Queda todavía el efecto último: su arma secreta. 3. El arma secreta de los esquemas He aquí la tercera respuesta. El interés visual que despiertan los esquemas -sean infográficos o dibujados a mano alzada, da lo mismo-, junto con la credibilidad de la información que contienen, hace de ellos su propiedad principal en términos de comunicación: su fuerza de convicción. Una fotografía nos deja opinar sobre gustos, si es buena o mala, estética o fea, y admite sospechas sobre si es verdadera o manipulada. Pero ante un esquema, los 4 ojos aceptan lo que ven sin juzgarlo, y el entendimiento asume el sentido, el significado de la información. Esta capacidad de credibilidad que tienen los esquemas, su fuerza de convicción, ya fue estudiada por filósofos de la importancia de Leibniz y Frege y después, Wittgenstein, Kant y, sobre todo, Peirce. En su “filosofía matemática”, Kant rinde tributo al paradigma de ver. Según él, las matemáticas proceden por construcción a priori en la intuición pura por medio de esquemas mentales. Ahora bien, el esquematismo kantiano ha conocido una fortuna singular en Charles Sanders Peirce (1839-1914), un pensador esencialmente volcado a la elaboración de una semiótica compleja y sofisticada que distingue entre los signos que representan su objeto por semejanza formal (las imágenes, del griego eikon y del latín imago) y, entre esos signos, los que visualizan la estructura de sus objetos: los esquemas y diagramas. Peirce se adhiere a un constructivismo y al esquematismo de Kant, pero renovados por la semiótica. “Cuando una demostración es claramente aprehendida, nosotros somos conducidos a admitir la conclusión. Ella es evidente y nosotros no podemos pensar de otro modo”, sostiene Peirce en su Collected Papers.2 En la teoría peirceana de la percepción, el juicio de la percepción es en efecto “absolutamente impuesto a mi aceptación, y lo es por un proceso que yo soy totalmente incapaz de controlar y, por consiguiente, de criticar”. Afirma que “el diagrama es el único signo apto para comunicar la evidencia y hacer que la reconozcamos directamente”. Y añade: “Cuando contemplamos la premisa (el esquema como mensaje), nosotros percibimos mentalmente que si ésta es cierta, la conclusión es cierta. Y digo: percibimos, porque un conocimiento claro sigue a la contemplación del esquema sin ningún proceso intermediario”.3 Wittgenstein acuerda una importancia decisiva a la forma gráfica pregnante del esquema en la configuración de la prueba, mediante lo cual el filósofo invoca la“fuerza de convicción geométrica” de las demostraciones esquemáticas, que ninguna convicción lógica sabrá superar. Wittgenstein subraya así la importancia del carácter visual o “evidente” de la prueba (el esquema como prueba de la veracidad de su contenido), dando gran importancia a la escritura de los signos y al trazado de la figura global del esquema. Peirce, por su parte, invoca “la insistencia”, “la fuerza de percusión” de lo que percibimos en los esquemas y diagramas para explicar que nosotros aceptamos la prueba (el esquema) como prueba (de la realidad). Wittgenstein invoca aquí, además de la fuerza de “convicción geométrica” que transmite la prueba y su carácter de übersichtlich (la visión ha de poder recorrer rápidamente el esquema), nuestra decisión de aceptar la prueba como prueba. Somos nosotros quienes erigimos la prueba en prueba. Frege se sitúa del lado de Leibniz (más intelectualista) y Peirce del lado de Kant y de su esquematismo que da autoridad a lo visual y a lo gráfico en la prueba, cuyo trazado es investido de un valor demostrativo. Peirce es un 2 Collected Papers of C. S. Peirce, vol. 8, Harward University Press. Cambridge, 1931-1958. 3 C. S. Peirce, New Elements of Mathematics, vol. 4, Mouton, La Haya, 1976. 5 filósofo del ver, por el cual vemos la prueba como prueba. En materia de demostración, es el ojo el que tiene la última palabra. Ya en mi libro La esquemática. Visualizar la información (Paidós, 1998) hablo de la capacidad de convicción que poseen los esquemas. Y explico cómo se desarrolla el proceso de percepción, que sigue las leyes de la visualidad en la formación de la convicción.4 4 Sin embargo, en mi libro citado dedico un capítulo a cómo se les hace mentir a los esquemas. Atención a los esquemas tramposos. 6 En efecto, los esquemas tienen una propiedad que es común a las imágenes en tanto que configuraciones visuales. Es la propiedad gestáltica instantánea (opuesta a la lectura), donde todo lo que hay que ver está aquí de una vez ante nuestros ojos. Pero lo que más distingue a los esquemas por comparación con las imágenes es que éstas no alcanzan el valor de “prueba”, porque hay mucha manipulación, mucho photoshop y mucha superficialidad en las fotografías. Los Textos explican. Las Imágenes muestran. Los Esquemas, además, demuestran. Aquí reside su fuerza de convicción. © Joan Costa Para más información sobre el tema, véase: Elementos de una gramática del lenguaje gráfico convencional y Especificidad de la imaginería didáctica en www.joancostainstitute.com/investigacion jci@joancostainstitute.com
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