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L A S C L A V E S D E Colección LIIS CLIIVDS DEL ARTE Dirección editorial: Jual Capdeulla Asesor: Juan-Ramón Trladó Diseño gráfico: Jo¡é ltf.' Nbanell Primera edición: 1987 Derechos exclusivos para todo el mundo: @ Editorial A¡iel, S.A. ISBN: 84-344-0333-1 Depósito legal: B. 7.072-87 Impreso en España por: Grafos, S. A. Arte sobre papel Ba¡celona Editorial Ariel, S.A. Córcega, 270 - 08008 Barcelona Ninguna parte de esta publicación, ¡ncluido el diseño d€ la cubierta, pu€de ser reproducida, almacenada o transmitiü en manen alguna ni por ningún medio, ya sea eléctrico, quimico, mecánico, óptico, de grabac¡ón o de fotoco- pja, sin p€rm¡so previo del €d¡tor. FR¡NK LL0YD WRICHT¡ Casa l{aufmann o Cosa de la Cascadq, 1934.1936. Pennryhrania, Bear Rt¡¡. Situada sobre una cascada, la Casa Kaufmann está construida a partir de un núcleo vertical situado €n la fachada posterior; de él salen en loladizo, gracias a un audaz uso del hormigón armado, una serie de volúm€nes flotantes que se proyectan en el espacio. A nivel estilístico hallamos influencias del Cubismo y de De Stijl. Esta obra, que se funde armónicamente con la natural€za qu€ la rodea, ha sido calificada como la última construcción romántica de Wright, Como \remos, la Íotografía permite la comprensión de los valores superficiales y volum¿tricos de un edificio: apreciarnos con claridad eljuego de volúmenes en voladizo. INTRODUCCION Definición y caracteústicas f a arquitectura se define comúnmente como el arte Lde proyectar y constru¡r edificios o espacios para el I-J uso del hombre, siendo considerada "arte. desde el momento en que conlleva una búsqueda estética. Ya Vitruvio, en De Architectua (siglo r a.C.), señalaba como características de la arquitectura la Íirmitu, o seguridad a nivel técnico y constructivo, la utilitas, o función a que se destina, y la uenuslas o belleza que posee. Se deriva de estas definiciones que Ia arquitectura pre- senta ciertas peculiaridades que la diferencian de las demás artes. Una de ellas es la preponderancia de lo3 aspectos materialer y técnicos. La técnica constructiva es aquella parte de la arquitectura que se ocupa de Ia correcta utiliza- ción de los materi¿les, en función de sus cualidades y de su naturaleza de modo que cumplan satisfactoriamente las condiciones de solidez, aptitud y belleza. La técnica cons- tructiva de una sociedad depende, entre otras cosas, del nivel tecnológico que esa sociedad posea y de las necesida- des que se pretenda cubrir y que son, obviamente, varia- bles según las épocas y culturas. El aspecto funcional es otra de las características dife- renciadoras de la arquitectura. Que una arquitectura debe K. F. vo¡ SCHINNEL: Casa Fellner. 1829. Bcrlí¡. (Se¡iún Hitchcock.) Construida en ladril lo y terracota para un fabricante de estos materiales, la Casa Feilner presenta algunos de los invariantes de las arquitecturas construidas a partir del lenguaje clásico: simetria, repetición de elementos, pr€dominio d€ las superficies... Las r€pr€sentacion€s frontaies, que sólo reproducen dos dimensiones o magnitudes, presentan €videntes inconvenientes. La imposibilidad de representar adecuadamente los volúmenes, asi como las diferentes calidades de los materiales y la diversa incidencia de la luz sobre €llas, hace que la información que nos porporcionan resulte insuficiente. Fn¡NCESCO BORROMIM¡ Sant'Ioo della Soplenza. 16.12.1650, noma. (Se¡lútr Wittlower.) Para el diseño de la planta de Sant'lvo, Borromin¡ r€curr¡ó, como en otras 4 ocasiones, a la geometría del t¡iángulo equilátero. En este caso Superpone oos 'triángulos, uno de ellos invertido, formando un h€xágono r€gular estrellado, Las plantas son uno de los medios de representación arquitectón¡ca m¿is útiles de que d¡sponemos. A paftir de ellas podemos juzgar el organismo arquitectónico, ya que nos permit€n conocer su fo¡ma y su sistema de cubrición. servir para aquello para lo que ha sido creada es obvio. Sin embargo, la paradoja surge al comprobar que, a pesar de su funcionalidad, que nos lleva a vivir €n permanente con- tacto con ella, el lenguq¡e d€ la arquitectura parece ser el más desconocido, el más lejano para la mayoría de noso- tros. La mayor dificultad radica tal vez en sus formas no figurativas, en su abstracción. Dn este aspecto, el aprendi- zaje al que nos ha somet¡do la pintura abstracta contempo- ránea resulta esp€cialmente importante, por cuanto nos ha hecho comprender el valor intrÍnseco de las formas, des- nudas de significaciones figurativas. Pero aun conviniendo en que la arquitectura sea el arte de diseñar y construir edificios, en que la preeminencia de los elementos materiales y técnicos, y los valores funciona- Ies sean características diferenciadoras, y en que posea un lenguaje formal abstracto susceptible de ser interpretado, no es en estos rasgos en los que se halla su esencia. El elemento que verdaderamente caracteriza al fenómeno ar- quitectónico, diferenciándolo de las demás artes, es el er- f paclo. Espacio interior que, definido por unos límites físi- cos -muros-, determina un volumen, al tiempo que posibilita la función arquitectónica y el recoffido int€rior del edificio. De esta posibilidad de un recorrido interior se desprende un nuevo factor: el temporal, el del tiempo in- vertido en la realización del mismo. A estas peculiaridades de la arquitectun, hemos de aia- dir otra más: la de su extrem¡ locdlz¡clón. Los edificios no pueden ser t¡asiadados, no pueden realizarse exposicio- n€s de arquitectura convincentes que puedan sustituir la €xperiencia personal del edificio... por ello, nuestro conoci- miento arquitectónico real se reduce al de aquellos edifi- cios en los que transcurre nuestn cotidianidad y al de aquellos otros visitados en el curso de viajes. De este factor de localización se desprende otro hecho: nuesha indefen- sión, el no poder .huir, o dejar de ver un edificio, sea cual sea su calidad, una vez ha sido construido. Estas cancterísticas de la arquitoctura conllevan graves problemas de representación y esto r€percute, lógic¿men- t€, en el desconocimiento generalizado que se tiene de ella. Si no puede decirse que se conoce un edificio hasta que se ha "estado, en é1, experimentado su interor y analizado las relaciones de éste con el €xterior, es evidente que, como señalamos anteriormente, nueska experiencia arquitectó- nica es reducida. Las publicaciones sobre arquitectura, con el propósito de ampliar los conocimientos de sus lectores, A. PALT,IIDTO/ V. SCAüOZZII Ieqt a Oümptco, 1585. Vlcenz¡. En 1579 la Academia degli olimpici de Vicenza, decidió construir un teatro y en 1580 Palladio comenzó las obr¿s, que terminaron en 1585 bajo la dirección de St¿mozzi. Su mayor curiosidad reside en el esc€nario p€rsp€ctivÍstico €n el que se representan cinco calles. Esta perspectiva es la síntesis plástica de las arquitecturas ilusorias iniciadas con el Quattroc€nto. '...-l t_ _ j , , , introducen planos de plantas, cortes transversales y longi- tudinales, dibujos de fachadas, perspectivas axonométricas, fotografías, etc.,que, si bien constituyen poderosos auxilios y cada uno de ellos posee reconocidos valores, resultan insuficientes para representar satisfactoriamente el espa- cio, para sustituir la múltiple experiencia personal del edi- ficio. Otros medios de representación arquitectónica son las maquetas tridimensionales y €l cine. Las maquetas son útiles en cuanto que reflejan las relaciones volumétri- cas existentes en el edificio, pero engañosas respecto de la escala humana real. El cine, por su parte, puede suplir al ojo humano y sus recofridos, con múltiples puntos de vis- ta. en el interior del edificio. CHARLES RENME üAC|{!I{TOSI|¡ Escueh dc /¡fa 1896-1909. Gl¡súo$. (Scfú¡ Fnmpton,) La vista axonométrica br¡ndamayor información que el dibujo frontal de la fachada y que los cortes transversales o longitudinales del edificio, por cuanto añade la representación volumétrica. Mackintosh alojó los espacios destinados a estudios en el cuerpo principal del edificio, el que se sitúa detrás de la fachada principal, complementándolo con otros volúmenes post€riores dedicados a biblioteca, museo, etc. El resultado final fue un plano en forma de D mayúscula. Tipos de arquitectura videntemente, no todas las arquitecturas son igua- les, básicamente porque no todas pretenden respon- der a unos mismos obietivos. A menudo se distingue entre arquitectura histórica o estilístirca, arguitecturc po' tular o tradicionaf y arquitecturo menmenle funcional. Para los historiadora del arte, la arquitectura se reduce a aquellas obras que toman en consideración el espacio y Ios lenguajes artrsticos. limitándose a estudiar una -selec- ción, de arquitecturas-clave, especialmente significativas dentro del desa¡rollo de la historia del arte. Estas obras podrán encontrarse indistintamente en el hábitat rural y en el urbano. Definir la arquitectura popular plantea dificultades. Po- demos establecer una distinción entre Ia arquitectura ver- nácula, que llamaremos popular, y la arquitectura primiti- va. Las diferencias básicas entre ambas se derivan. Dor una parle. del diferente grado de complejidad lecnici y. por otra, de la existencia o no de alusiones a la arquitectura histórica o estilística. La arquitectura primitiva tiende ha- cia la definicion lerrilorial con indicaciones jerarquicas y rituales (la cabaña del jefe, del brujo, el recinto sagra- d0...), mientras que la arquitectura popular busca, ante todo, Ia solución óptima de la función. Como caracterÍsti- RENZO PIANO y RICIIARD ROGERSI Centn Pompldou 1972-1927. Parír, (Según Fr.mptor) Ei cort€ fansversal nos aporta una infomación válida, aunqu€ fragment¿ria, sobre la distribución interior d€ una construcción. En esta ilustrac¡ón se evidencia la falta de especificidad de los espacios cr€ados en las div€rsas plantas del Centre Pompidou. De hecho, ha sido necesario construir otro "edificio, dentro del primer volumen estructural, a fin de facilitar superfici€ mural suficient€ y recintos ad€cuados para los serv¡cios que el edificio €staba d€st¡nado a albergar: exposiciones artisticas, biblioteca, etc. ICTINO/CAIICRATES: Pa¡tenón, 448-1gl a.C. Atena!, AcróDolls. Arquitectura clásica por antonomasia, el Partenón fue construido en vida de Pericles. Es un tempio pe ptero, o sea que posee una columnata ex€nta en todo su perímetro, €s octóst¡lo, por presentar ocho columnas en sus fachadas m€nores, y es qe oríen dórico. Según las categorías de Wolfflin, nos hallamos frente a una arquitectura .l ineal". por cuanto las formas están perf€ctamente definidas por lineas limpias y pr€cisas, sin desdoblamientos nl sombras. FNANCESCO DA GIORGIO! Pe¡sp€ct rra ds uno Cludad hlcal. La ciudad y su arquitectura pasan a Sef una preocupación explícita de teór¡cos y eruditos durante el R€nacimiento. Es L. B. Alb€rti quien; €n su trat¿do De re aedil¡catoría, escrilo hacia 1450 y publicado en 1485, da las primeras ¡ndicaciones acerca de cómo conseguir una .Ciudad ldeal', describiendo cómo deben ser y disponerse sus edificios: ",,,Ia calle resultará muy bella si todos los pórticos están hechos del mismo modo y los edificios destinados a vivi€ndas, bien alineados a uno y otro lado, y n0 mas alto uno que otro..." cas de la arquitectura popular señalemos el protagonismo de Ios materiales y de las técnicas constructivas propias de la zona, la participación directa del usua¡io en el proyecto y en la realización, el empleo de un repertorio formal de gran sencillez, con algunas referencias puntuales a los len- guajes cultos y, especialmente, la perfecta adecuación a las necesidades funcionales. En la arquit€ctura popular estas soluciones se dan s¡n pretensión de "estilo,, ni de .artisti- cidad", pero no por ello sus realizaciones carecen de sensi- bilidad ni quedan completamente al margen de la estética. La arquitectura popular, al igual que la denominada estilís- tica, puede darse en el hábitat rural y en el urbano. Existe una arquitectura que no puede ser considerada estilística ni popular. Ds aquella arquitectura cuyo único objetivo es la utilidad, sin ningún tipo de vinculación con el lenguaje de la arquitectura histórica y sin pretensión de artisticidad: es la arquitectura meramente funcional que llena nuestras ciudades. Las diferencias establecidas entre los tipos de arquitectu- ra vistos hasta ahora no han existido desde siempre, sino que cada época histórica ha tenido sus propias concepcio- nes de la arquitectura, de lo que debía considerarse como tal y de dónde debía situarse el limite o franja divisoria entre la verdadera arquitectura y la edilicia o mera cons- trucción. Para los grandes imperios del Aicnle hóximo, EÉipto y Mesopotamia, la .arquitectura" era la gran arquitectura monumental de los templos y los palacios. Se trataba de una edilicia sacra y aúlica dedicada a la exaltación y glorifi- cación de dioses y soberanos. La concepción de la arquitectura experimenta una varia- ción en Grecia, donde se llega a concebir al hombre como medida de todas las cosas. Existe una gran arquitectura, eminentemente religiosa o ceremonial, pero junto a ella aparecen grandes conjuntos arquitectónicos dedicados al hombre y a sus actividades. Los arquitectos griegos cons- truyen teatros, palestras, odeones, mercados públicos... con la misma atención y cuidado con que se dedican a levantar .moradas de dioses". No obstante. se considera _¡ FIANCESCO BOnnOülM¡ 8ñ. CúIo allc Quottt,o fonfc¡¡c. (163t) 1665.1667. Rona. En San Carlino, Borromini utiliza formas cóncavas y convexas que se articulan en un muro ondulante, lo que da como resultado un espacio interior dinámico. La cubi€rta de este complejo organismo es una c¡lpula ovalada sobre un área de transición con pechinas. Los .motivos del artesonado del interior de la cúpula, octágonos, hexáEonos y cruces, disminuyen de tamaño hacia la linterna, con lo que se crea una sensación ilusionista de mayor profundidad. La luz prov¡ene de dos puntos: de la linterna y de las ventanal situadas sobre el anillo ornamental que remata la cornisa que da paso a la cúpula: .de este modo, l¿ cúpula, con su brillante blancura y su luz uniforme sin profundas somDfas, parece estar suspendida inmaterialmente sobre las formas sólidas y compactas del edificio en las que el espectador se mueveo(Wittkower). que la arquitectura posee un rango inferior al de las demás artes, dado su carácter manual. Durante el Imperio Romano y siguiendo a Vitruvio(siglo r a.c.), la arquitectura es considerada como una dis- ciplina teórico-práctica que se encarg¡ "ds la construc- ción. de la hidráulica. de la construcción de cuadrantes solares, de la rnecánica y de sus aplicaciones en la arqui- tectu¡a civil y en la ingeniería militar'. L¿ "arquitectura" se dedica, en Roma, a construir edificios religiosos, civiles públicos y palacios. Los fundamentos estéticos y técnicos del mundo antiguo fueron transmitidos a la Edad Media por el tratado de Vitrwio De orchitectul¿. En el Medievo el término .arqui- tectura, se restringía a las grandes obras religiosas y, sólo en un segundo plano, hallamos algunas construcciones ci- viles de rango aulico que revelan preocupación por cues- tiones estilísticas, si bien lo habitual en la arquitectura civil del momento es el interés por la estricta funcionali- dad de los edificos. En el Liure de Portraiture de Yillard G. lttENGOMr Calcrío Vlttotlo Dmmanuele. 1E65.1t7?. Mllán. En la s€gunda mitad del s¡glo xH, con el advenimiento d€ la arquitectura de hierro y vidrio, se construye €n Milán la C¿lleria Vittorio Emmanuele tl,galería en forma de cruz, con un espacio octogonal en la intersección de los brazos. Dsta construcción un€ la nueva ingeniería con la decoración de superficies al modo tradicional hast¿ el momento. En palabras de Hitchcock, la galeria de Mengoni *impresiona por su tamaño, por la elaboración de sus detalles y, sobre todo, por su incalificable audacia,. d'Honnecourt (s¡glo xnr) se dan algunas observaciones so- bre arquitectura que resultan las miís ilustrativas que se escribieron durante la Edad Media. En este período comienza a darse una diferenciación clara entre el "operarius', que dirige la construcción y el "artif€x", que es quien trabaja €n ella, dándose una eviden- te relevancia del primero. A finales de la Edad Media una nueva tipología civil alcanza el rango de gran arquitectura: son las lonjas, arquitectura civil pública que se sitúa junto a ¡glesias y palacios. La concepción vitruviana de la arquitectura reaparece en el siglo xv $n la obra de L. B. Alberti D¿ re aedificatoria(Florencia [1450], 1485), primer trat¿do arquiteciónico del Renacimiento. En él se confirma Ia consideración de las iglesias, los palacios y la arquitectura civil pública como los temas o tipologías principales de la *gran arquitectura, y, por primera vez, se despierta el sentido histó¡ico de valoración del pasado arquitectónico. Así, dentro de esta tendencia podemos encuadrar la generalizada opinión des- favorable hacia el mundo medieval, que es calificado despectivamente d¿ "gótico' o "bá¡baro,. El propio Alber- ti, en su creencia de qu€ el arte sólo florece con la prospe- ridad y el poder político, afirma que la buena arquitectura antigua surge y decae con el Imperio Romano y no hace ninguna mención de las grandes catedrales medievales que forzosamente conoció. l 0 El el srglo xvr y especialmente con Palladio, Vignola y Scamozzi, una nueva tipología entra a formar parte de la considerada "arquitectura,: la villa suburbana, entendida como residencia de recreo o. como en el caso de las villas \,énetas, como centr0 de una economÍa agricola. Durante el Barroco, junlo al triunfo de la arquitectura representativa y propagandÍstica (iglesias, palacios), se da una gran atención por la ordenación urbanística de los conjuntos monurnentales y de las ciudades (recordemos el urbanismo de la Roma barroca o las ordenaciones urbanÍs- ticas de Bath, lnglaterra, en el siglo xwrl. El Neoclasicismo, si bien no introduce ningún cambio en lo referente a las construcciones consideradas como .arquitectura" durante el perÍodo barroco, estilistica y for- malmente representa un abierto ataque a su estética (obras teóricas de: Bellori, Winckelmann, Milizia...). A finales del sr.q/o rn y especiaimente durante el Moder' n¿smo, la residencia de la alta burguesía se constituye en objeto de consideración artística. Con el advenimiento de nuevos materiales (hierro, vidrio, acero, hormigón...), al- gunas construcciones consideradas en principio como obras de ingenieria, alcanzan el grado de arquitectura artÍstica. En el s¡glo xr, con los tipos tradicionales de la arquitec- tura -monumental, religioso o áulico coexisten otros, de significado diferente; por ejemplo, la búsqueda de solu- ciones al acuciante problema del alojamiento para una po- blación cada vez más numerosa, ha llevado a interesantes conquistas que han permitido integrar, en algunos casos, la arquitectura de "viviendas" dent¡o de Ia categoría de construcciones con rango de "arquitectura". ALVAR AA.LTO¡ Politécnico. ( Concu¡so. r949.) Otaniemi. Las construcciones de Alvar Aalto participan de los principios de la arquitectura orgánica, acomodando las diferentes soluciones al paisaje y a usos específicos. Utiliza, con frecuencia, la piedra, la tier¡a coc¡da, el hierro. el hormigón y la madera. ADI,ER & SULLTVAN! Gua¡ant! Ru¡úlrng' 1894-1895. Nreva York. La novedad bái¡ca de los prim€ros rascaci€los americ¿nos radica en la util¡zación de un armazón de hierro, hasta entonces usado únicamente en fábricas y €n construcciones de inÉenieria. El Cuar¿nty, si b¡en por sus soluciones t¿cnicas y su verticalidad apunta a la arquitectura del siglo LX, por la decoración que se sup€rpone a la5 estructuras s€ sitúa aún en el Mod€rnismo. 1 1 ¡ i E. üONTUORI y otros: Estoclón Te¡minal, 1951. Roma. La estación Terminal es una de las edificaciones italianas de mayor envergadura y de miis calidad de la posguerra. Se comenzó s€gún proyecto de Angiolo Mazzoni, pero fue Eug€nio Montuor¡ quien. en 1947, realizó el proyecto definitivo. La obra se terminó en 1951. Mótodos de aproximación f\ adas las complejas caractensticas del fenomeno ar- | | cuitectonico. son multiples los metodos de conociI-l miento con que los esludios se acercan a ella, se-gun valoren más uno u otro de sus elementos. Las doctrinas más populares son: el funcionalismo, las teorías espacialistas, las interpretaciones positiv¡stas y las forma- listas, entre otras. El funcion¡lismo, formulado por L. H. Sullivan(1856-1924), afirma que, en toda experiencia verdadera de la arquitectura, la forma viene determinada por su fun- c¡ón, adecuándose perfectamente a ella. Pero no existe una sola definición de funcionalidad. La función existencial d.e la arqu¡tectura, tal vez una de las más imDortant€s. es aquella que brinda un lugar para vivir, para existir al hom- bre {Norberg-Schulz). la funcionalidad técnica es la per- fecta adecuación de la forma a la función a la que se refería Sullivan. L¿ funcionalidad puramente utilitaiia es la que viene dada por el uso al que se destina el edificio (relisio- so, publico. privado, etc.). Toda arqu¡tectura se debe lóAi. c¿mente al uso de la destinac¡dn del edificio v. si no es util para el uso, aquella construccion es un frac¿so. L¿s funciones de la arquitectura no se agotan en su vertiente ex¡stencial, tecnici o funcional: ooiee t¿mbien una frincion int¡mamente ligada a la idea de iignificado. Es decir, existen arquitecturas que tienen como función co- municar unos determinados mensajes ideológicos. En la definición miís corriente de funcionalidad, la de la 12 ti perfecta adecuación de la forma a la función, la forma queda reducida al medio para obtener la función: no es un objetivo en sí misma, sino un mero agente. El funcionalis- mo debe contemolarse como una reafirmación de los valo- res puramente arquitectónicos (espacio, volumen...) frente a los pictó¡icos y escultóricos (tratam¡ento superficial de muros, decoraciones...) que habían invadido el campo de la arquitectura. En la verdade¡a arquitectura la forma es inseparable de la función y, según los funcionalistas, la experiencia estéti- ca de una arquitectura se identifica con la experiencia de la función. La utilidad es una de las propiedades fundamenta- les de un edificio, y éste no puede ser comprendido si no se toman en considención sus aspectos funcionales. Los criterios funcionalistas no bastan para definir la naturaleza de la arquitectun, puesto que son aplic¡dos a posteriori, como una doctrina crítica, en el análisis de la adecuación del edificio, una vez construido, a la función para la que ha sido creado. Otro grupo metodológico es el integrado por aque- llas teorías que considenn que la esencia de la arquitectu- ra es el erpaclo. Como señala Bruno Zevi, ya Focillón(1881-1943) había intuido esa idea al afirmar que ....es tal vez en la mxa intema donde reside la profunda originali- dad de la arquitectura como tal". Esta concepción se impuso con fuerza a partir de la pubJicación de las obras de Wólfflin y Frankl, y ha sido defendida con entusiasmo por Zevi y Ciedion. Todos ellos buscan el elemento c¡rac- terizador de la arquitectura €n un algo ajeno a la función. r3 r i Castlllo de Neuschwanstein 1869-1886. Baeiera, Schea¡fiaü. El castillo de Neuschwantein fue construido en el último cuarto del siglo xlx,por los mrsmos años en que Labrouste aplicaba ei hierro visto a Ia sala de lectura de la Bibl¡oteca Nacional de París. Se trata de un fenómeno incomprensible si no se t¡€ne en cuent¡ la romántica vuelta a la Edad Media, que se daba por aquel entonces en Alemania, asi como si se desconoce quién fue su creador: Ludwig Il de Baviera (1845-1886), el llamado .rey loco,. D . -1 ,618 +A "Secclón óurea, Desde la Antigüedad se creia en la existencia de una proporción privileÉiada que, en el R€nacimiento fue formulada por Luca Pacioli en so obta De Di\ina Proportione l),496). l larnándola .sección áurea,. La armonia entre dos dimensiones es considerada perfecta cuando ambas están entre si en Ia misma proporc¡ón que la mayor de ellas y la suma de las dos. 0 sea, si las dos magnitudes t 4 Pero el espacio por sí solo no puede explicar todo el valo¡ de un edificio. Si realmente sólo contara el espacio in- terior, contenido por unos muros, no importaría la calidad de éstos, su material, sus formas esculpidas o modeladas, la ornamentacién, la luz que incidiera sobre ellos, no importaría siquiera su existencia, ya que, como afirma Scruton, en el espacio sin límites estarían contenidas todas las fo¡mas posibles de espacios interiores, incluso las más perrecras. Aun cuando Zevi afirma que .la esencia de la arquitec- tura no ¡eside en Ia limitación material impuesta a la li- bertad espacial, sino en el modo en que el espacio queda organizado...", no omite el estudio de esos lÍmites, del mismo modo en que Giedion, al tratar la teoría espacialis- ta, no deja de conectarla con un cierto análisis histórico. En la opinión de este último, se dan tres etapas en el desarrollo de la arouit€ctura. Una primera, en que el espacio adquiere realidad por la interacción de volúmenes (Egipto, Sumer, Grecia...), época en que no se tenía €n cuenta el espacio interior y se pres- taba especial atención al exterior. La segunda fase comien- za corr el Imperio Romano y representa la conquista del espacio interior. y. finalmente. la tercera. que se inicia a comienzos de nuestro siglo y que, como resultado de la revolución óptica que representó el cubismo, que acabó con Ia perspectiva de punto de vista único, inició las rela- ciones entre espacio interior y espacio exterior. Lo cierto es que el espacio, si bien es condición necesa- ria para la existencia de la arquitectura, no agota su expe- riencia ni su sentido. Ex¡ste un numeroso grupo de tcoías positivfutas que explican la arqu¡tectura por las condiciones que la han originado. En €ste apartado situarÍamos las teorías l¿sfoz- c¡s1¿s, que ven los diferentes estilos de la arquitectura como expresiones del tiempo histórico en que se crearon, Dsto plantea evidentes conflictos: si un edificio manifiesta el espÍritu de su época, lo mismo ocurre con todos los demás del mismo periodo; si es así, ¿dónde radica la dife- rencia entre un buen y un mal edificio? Este tipo de in- terpretación se aplica a posteriori, como la funcionalista. Es decir, puede aplicarse a los edificios una vez termina- dos. nero no afecta a la naturaleza intrÍnseca del edificio. son X eY,s iendo X Ia I + 5/2 = 1.61083 = ¡renor, tenemos: X,ry = Y/X número de oro. El X Y. si damos a X un valor r€ctángulo cuyos lados X : I lenemos: lry = Y/l guardan esta proporción es + Y; Y' Y I = 0t Y = el que presentamos. G I E oDaLon, de Lc Corüu¡lcr. La creenc¡a de Le Corbusier d€ que Ia arquitectura es orden y que la armonía se puede conseguir obedeciendo las leyes universales de la proporción, Ie llevó a pres€nt¿r, después de la II Guerra Mundial, su sistema üoddor, o sistema de medida destinado a la obtención de proporciones armónicas en las obras arqu¡t€ctónica5, En estos estudios tomó como base dos series halladas a través del .número de oro, y las proporciones humanas. L¿ m€d¡da base es de 216 cm, que correspond€ a un ser humano de 175 cm de altura con un brazo en alto. Cada término de serie, obtenido por la multiplicación del precedente por el núm€ro de oro(1,618), es a la vez igual a la suma de los dos que le preceden. l 6 Burkhardt fue el iniciador de esta teoría, que busca en la historia la explicación de las formas arquitectónicas, y de él llega, a través de Wiilfflin y Frankl, a Ciedion y a Pevsner. Existen numerosas int€rpretaciones deterministas, se- gún las cuales la morfología de las arquitecturas se explica a través de las condiciones geográficas y geológic¿s, o por Ia técnica y los material€s de que se dispone en cada tiem- po y en cada lugar, etc. Es también muy nutrido el grupo de los partidarios de las lntetarctacioner fom¡ltstar. Como asegura Arn- heim, "la forma puede ser desdeñada, pero no es posible prescindir de ella,. En este apartado hallamos teorras como Ia de la "visibilidad pura' de Wolfflin, para quien las formas y su evolución son las protagonistas del arte, y otns basad¿s en la composición. Dntre ést¿s sobresalen las teorías que tienen su clave en la proporclón, una regla o un conjunto de reglas para la creación y combinación de las partes. No obstante, y a pesar del paralelismo que puede establecerse entre la mate- mática y la arquitectura, las teorías de la proporción no afectan a la esencia de Ia arquitectura, no ofrecen ninguna estética general de la construcción. Entre estás teorías po- demos señalar el denominado *número de oro" de Lucca Pacioli, la serie Fibonacci y el *modulor, de Le Corbusier. La actual crític¡ arquitectónica no niega la utilidad de las teoríx de la proporción, puesto qu€ resultan útiles para entender Ia armonía, la adecuación, el orden, pero dicen poco de la signrficación estética. Junto a las teorias vist¿s hasta aqui, existen otras que vinculan arquitectura y voluntad artística, otras que es- t¡blecen una cierta "simpatía, simbolica entre las formas y su significado (horizontal, como expresión de racionalidad, de immanencia; vertical, con connotaciones de infinitud; línea recta que expresa decisión, rigidez, mientras la curva sugiere flexibilidad y la helicoidal es el símbolo del ascen' so, de la liberación de la materia terrena, etc...), y otras que afirman que sólo en la percepción estética y en el placer experimentado a través de ella puede basarse la compresión de la arquitectura. Como hemos visto, muchas de estas te0rías resultan in- teresantes y permiten el acercamiento al fenómeno arqui- tectónico, pero ninguna de ellas en solitario puede ser considerada como Io teoría que explique y permita la total interpretac¡dn de la arquitectura. En consecuencia. cree- mos que debe realizarse un¿ sintesis de todas ellas, eligien- do sus aspectos más positivos y que más luz puedan arro-jar sobre el campo de la experimentación de la arqui- rectura. AMOM GAtlDf¡ Ca¡¡ Aaarró. 1005.190?. Ba¡cclon¡. L¿ Casa Batlló no es un edificio o estructura nueva, sino una reforma que Anton¡ Caudí llevó a cabo entre 1905 y 1907. Las dos plantas ¡nferiores están habajadas en p¡edra. Sus formas curvilíneas, casi óseas, imprimen una ondulación a la fachada que el liso paramento recoge en los pisos superiores. El material cerámico que recubre todo el frontispicio, combinado con fragmentos de vidrio, tiene ad€más de su función decorativa, la de poner de manifiesto la agit¡ción del paramento. ELEMENTOS MATERIALES Y TECNICOS üaterialcs constructlüos y decoratfuos /l I comenzar €ste texto nos hemos referido a Ia pre- f{ ponderancia d€ los aspectos materiales y técnicos en L lla arauitectura. El material es una condicirin de existencia para todas las artes pliisticas, si bien hay que decir que, aun cuando es una condición necesria, no es suficiente. El arquitecto, el artista, puede elegir el material pero en ningún caso podrá inventarlo; diríamos, pues, con Berger, que .la intervención d€l artista no alcanza a la naturaleza del material, sino al uso quehace de é1,. El material es considerado en función de su utilidad v ésta deriva de las cualidades que aqudl ofrece: plasticidad o prop¡edad de la materia que le permite tomar una forma y conservarla, y resistalc¡l u oposición activa del material a la acción del artista. El grado de plasticidad y el de resist€ncia varían de un material a otro. Así, por ejemplo, CHARLES NENME üACNINTOSHT Escuela de ,Íe, 1896.1909. GlarÉoú. La Escuela de Arte de Glasgow fu€ construida €n piedra de granito gris, propia de la región, en tres de sus lados y con ladrillo visto en el cuarto. Hierro y vidrio €stán asimismo pr€sentes €n la obra de Mackintosh, especialmente en la fachada principa¡, en los grandes ventanales de los estudios, aun cuando él había afirmado siempre que el vidrio y el hierro, .a causa de su carenc¡a de masa,, nunca ocuparian el lugar de la piedra. la resistencia de la madera será menor que la del mármol. Decimos de est¿ resistencia que es activa desde el momen- to en que manifiesta sus virtudes y, en cierta medida, impone su cirácter al artista. De este modo, artista y ma- teria -aquello a través de lo cual la forma se hace sensi- ble- son artífices protagonistas en un grado de igualdad.' Podemos hablar también de una cierta .simpatia, d€ los materiales o de cómo actúan sobre nosotros y nos transmi- ten estados de ánimo diferentes: así decimos que la madera es ciílida y el mármol es frÍo. Dl material arquitectónico cumple dos funciones: la constructiva y Ia ornamental. Tradicionalmente estas fun- ciones han ido ligadas a la habitual clasificación de los materiales en.nobles' (mármol, madera...), que pueden ir vistos, que no precisan revestimiento que los oculte, y los "pobres' (lad¡illo, hormigón...) que, repetidamente, en- contramos a lo largo de la historia camuflados bajo capas de estuco, mosaicos, ladrillos vidriados o placados de piedra. Los materlales con¡tructivos pueden ser clasificados según su origen. Así tenemos: l. materiales pétreos natu- rales (piedras de todos los tipos); 2. materiales pétreos l 8 FERNANDO CASAS Y NQllOAz Fachath del Obrofui¡o. 1719. S¡ltl¡fo dc Comportela. La fachada d€l obradoiro s€ levanta d€lante del Pórtico de la Cloria de la Catedral de Santiago de Compostela, a modo de inmensa pantalla que protege, al tiempo que permite el paso de l¿ luz a través d€ los grandes ventanales para iluminar las escuituras y relieves del maestro Mat€o, En la arquitectura barroca gall€ga se un€n calidad y abundancia de piedra y una innatn dispos¡ción de los arquitectos gailegos para el tallado de la piedra o .estereotomía", artificiales (cerámicas, vidrios), 3. materiales aglomerantes(cales y cementos) y aglomerados (hormigones),4. mate- riales metiílicos (hierro, acero), 5. materiales orgánicos(madera, corcho...), 6. materiales Dlásticos. I¡ plcdra es u4 material de construcción tradicional utilizado desde tiempos prehistóricos. Son adecuadas para la construcción todas aquellas piedras que por sus condi- ciones de compacticidad y dureza son aptas para ser talla- das. Para trabajarla se usa la maza y el pico de cantero, si es blanda, y las cuñas y Ia sierra si es dura. Cuando está tallada en forma de paralelepípedo o prisma regular se lla- ma sillar, si es pequeña y sólo tiene una o dos de sus caras talladas se denomina sillarejo y si es grande y únicamente estii desbastada se la denomina bloque. El modo en que se disponen los sillares para construir un muro o cualquier otra parte de una edificación se conoce con el nombre de aparejo y puede ser de diversos tipos: inglés, a soga, a tizón, belga, escocés, etc. El ladrtllo, situado en el grupo de los materiales pé- treos artificiales, pertenece a la rama de la tejería o de los productos cerámicos que adquieren consistencia por pro- cesos fÍsicos como la cocción. Si bien el ladrillo ha venido ¡ r9 ^P¡n f ro co t co 0 IL^ ( ¡L \aa Tlpos de aparcjo. (Segút Fulla¡a.) Aparejo es Ia forma en que se distribuyen los sillares o ladril los de un mufo, o cualqui€r otra parte d€l edificio. Según a qué obra vaya destinado, el aparejo podrá tomar una disposición u otra, ajustándose al tipo de material, a su forma y proporciones. Según la disposición de los sillares d¡remos que están a tizon(cuando su d¡mensión mayor queda perpendicular al paramento), a soga (cuando su dimensión mayor queda dispu€sta paralelament€ al muro) o a sardin€l (cuando los sillares o ladrillos están sent¡dos de canto y adosados por sus c¿ras mayores). A'AFEJO P5E!OO SODOMO 20 siqndo considerado material .pobre", ha demostrado, a lo largo de Ia historia de Ia arquitectura, ser un material capz de afortunados logros lanto a nivel ¡structural (s¡ste- ma de arcos y bóvedas) como a nivel decorativo. Ha sido utilizado como material de construcción visto en Mesooo- tamia, en etapas del arte hispano-musulmán (en Andalucía y Aragón), en algunos momentos del Barroco, durante el Modernismo, etc., y como material decorativo de recubri- miento, en su versión vidriada, en los grandes imperios del Orienl.e Proximo. También el aidrio pefienece al grupo de i0s materiales petreos artificiales, según las clasificaciones de Orus Asso, obteniéndose por la fusión de ciertos óxidos. Los materlale¡ a¡ilom€nnter son aquellos que tienen la propiedad de adherirse a otros y se usan en construcción para unir los materiales, para recubrirlos o bien para for- mar pastas llamadas morteros u hormigones que pueden extenderse o disponerse en moldes (encofrados) oue al se- carse adquieren el estado sólido. EI primer aglómerante utilizado en la hisio¡ia fue la arcilla; en los paisés cerc¿nos al Mar Muerto (Asiria, Babilonia), el betún. Son materiales aglomenntes lx cales, los cementos, el nmrtero y el hor- ,?¿i¿ín. El hormigón se obtiene mezclando un aglomerante{hoy el cemento) con arena. grava o piedra machacada y agua. Para darle forma se utilizan unos moldes de madera o encofrados, dentro de los cuales se seca y adquiere carac- teristic¡s de bloque sólido. Estos bloques deben se¡ inclui- dos en el grupo de materiale¡ aglomctador. El hormi-gón ya se empleó en Asia y Egipto. Dn Crecia existieron acu€ductos y depósitos de agua hechos con este material, y en Roma se utilizó en la construcción de las grandes obras públicas. Antes del descubrimiento del cemento (siglo xx), se usaban como aglomerantes las cales grasas e hid¡áuli- cas. Desde finales del s¡glo pasado, el ñormigon se usa HENRI UIBROUSTET SaIa dc lzctwa. 1863.1868. Paríl, Blblloteca Naclonal. Entre 1843 y 1850 Labroust€ había construido la Biblioteca de Sainte C€nevi€ve de París, en la que se aplicaban por primer¿ vez a un edificio público estructuras de hierro torjado, desd€ los cimientos hasta la cúspide. Aquí su obra cumbre: el interior de la Sala de Lectura de la Bib¡ioteca Nacional, en la que esbeltos arcos y columnas de fundición vista sostienen cúpulas de terracota, con una abertura u oculo €n su part€ central, 2l iIIES van der ROIIE¡ Seagrom Ralld¡ng. 1956.1958. Nüeva Yorl, La célebre frase de Mies van der Rohe .Menos es más' parec€ resumir las característicai del edificio Seagram d€ Nueva York. Torre de oficinas de 39 pisos, estii totalmente construida en bronce y cristal Dardo, y en elia domina absolutamente la verticalidad, acentuada por el formato de las ventanas y de la estructura. En el Seagram Building, Rohe logró la perfección por el uso de las formas puras, de un código reducido. asociado al hierro, denominándose hormigón armado, es- pecia¡mente utilizado en la construcción de puentes y de- pósitos. Una variación del anterior es el llamado hormigón pretensado, cuyas armaduras metálicas han sido previa- mente tensadas para que lo compriman. De los materiales constructivos metálicos el más utiliza- do es el hierro. Había sido usado ya en tiempo de los griegos como materialauxiliar (grapas para reforzar unión de sillares o almas para unir los tambores de las columnas) y durante el Renacimiento en forma de tirantes para suje- tar las delicadas arquerias cuatrocentistas. Pero el uso sis- temático del hierro llega en el siglo xx, en el que materia- les que en un principio sólo fueron considerados en función de su utilidad y ligados al mundo de la ingenieria, como el vidrio, el hierro y el acero, recibieron un nuevo tratamiento que les confirió rango artístico. El acero fue utilizado por primera vez por la Escuela de Chicago y des- de entonces viene usándose con frecuencia, al igual que el aluminio y el cobre. 22 La Alhanbm, lilglo lllt, Crarada. El arte nazari tiene en la Alhambra .La Roja,- su construcción más dest¿cada. L¿ Alhambra es un palacio fortific-ado construido en el centro de una c¡udad. El núcleo del palacio está constituido por los llamados .Cuarto d€ Comares', con los palios d€ Mexvar y de los Arrayan€s, y "Cuarto de los Leones", con su fuente y las Sa¡a5 de Abencerrajes y de Dos H€rmanas. Se trata de una arquitectura realizada con materiales frágil€s, estructuralment€ débil, que, gracias a la decoración en estuco, rica y bien trabajada (lazos y ataunques €n tos muros, mocárabes en las cúpulas), alcanza una gran belleza,Entre los materiales orgánicos hallamos la madera, elcorcho, las cañas, las cuerdas, etc. La madera es el princi- pal material constructivo en aquellas regiones en las que la piedra es escasa. Dada su abundancia, es muy utilizada en el norte de Europa, en los Estados Unidos y en Canadá, mientras que en el resto de países occidentales su uso suele limitarse al entibado, a los andamiajes y a la carpin- teria. Sus niveles de plasticidad y resistencia la hacen fácil de trabajar y su carácter aislante sólo tiene una contrapar- tida en el peligro de incendios. Es sabido que los orígenes de la arquitectura son lignarios. Es conocida la versión que afirma que las formas pétreas de los templos griegos tienen su origen en las antiguas partes realizadas en madera (co- lumnas = troncos; triglifos = extremos de las vigas de ma- dera; gotas = clavos...). Resta una breve referencia a los rnateriales plásticos, recientemente introducidos en el campo de la arquitectu- ra. Son sustancias de origen generalmente orgánico, pro- 23 FABnIC¡ IIEL BUEI{ nBnnot Gabtnete dc Porcelona, 1765.U70. üadrld, Palaclo Real, China y su porcelana eran bien conocidos en Europa durante el siglo xuü. Su mundo imaginativo, libr€ de la ley de los estilos que dominaba Occidente, subyugó a las Cortes europeas. En la península lbérica, en Francia, en Alemania, se imitan las formas china¡: Carlos lll funda en 1738 una manufactura de porcelana en Capodirnonte (Nápoles) que, al pasar al trono de España en 1759, transporta al Buen Retiro. A est¿ fábrica pertenece €l Cabinete de Porcelana del Palacio Real de Madrid, semejante a los €xistentes en Aranjuez o en Capodimonte, proveniente de Port¡ci, cerc¿ de Nápol€s. Saa ücrcor. Slglo n. venecla. Durante la Segunda Edad de 0ro (siglos tx-xrr) del arte bizantino s€ construyó San Marcos de Venecia. Su planta es una cn¡z gnega con tres ábsides y la cubierta present¿ cúpulas de media naranja sobre cada uno de los br¿os, sobre el crucero y, de menor tamaño, sobre el nárt€x. El interior está tot¿lmente recubierto con fastuosos mosaicos de fondo dorado, que evidencian una fuert€ influencia oriental y un gr¿n interés por Io divino y lo espiitual, en contraposición a lo humano. 24 ducidas por medios químicos, capaces de adquirir forma por el c¿lor y la presión, conservándola después y alcan- zando grandes niveles de resistencia mecánica. Estas ca- racterísticas, unidas al aislamienio térmico y acústico que pueden proporcionar, los hacen muy indicados para la ar- quitectura. Entre los materialc¡ utilizados habitualmente como or¡arnent¡clón hallamos los eslucos y los enlucidos, lu geseríos o yeso tallado, los mosaicos, las porcelana, los placados de piedra o de madera, entre otros. Hast¿ la se-gunda mitad del siglo xrx, con el advenimiento de una arquitectura más sincera, que no temía dejar al descubier- to el material constructivo, fuese cual fuese, los materiales decorativos mencionados se utilizan solamente para ocul- tar un material estructural o constructivo considerado poco "noble" o para dar impresión de opulencia. En la elección de los materiales, el artista tendrá que considerar, además de las cualidades que lo hagan apto para la función a que se destine, el punto de acaLado io- rrecto que exige cada mate¡ial, asÍ como el qrado v la calidad de Ia luz que incidirá sobre é1. Éstas sonionsir.lera- ciones de cariz escultórico válidas para la arquitectura, en cuanto que ésta utiliza materiales que deben ser tratados en superficies como si fueran esculturas. 25 FRANCTSCO HI'RTADO IZQITIERDO¡ SaülEtía dc la Caúia de G¡onada, (r7r8l 1727.1764, Gr¡¡¡d¡, Cartqjr, La paternidad de la obra es aún discutida, barajándose,junto al nombre de Francisco Hurt¡do, los de Teodosio Sánchez de Rueda, José de Bada o un posible arquitecto d€ Ia generación ant€rior, pues si bien la obra fue autorizada en 1713, las yes€rfas no se comenzaron hasta 1742. Nos hallamos frente a un espaclo n0 Darroco, que carece en absoluto de movilidad propia, revestido por una exuberante decoración en yeso blanco de gran efecto. Los estucos, por su bajo coste y facilidad de elaboración, fueron un elemento decorativo muy utilizado en Andalucía y Aragón, zonas en las que la influencia del arte hispano-musulmán, con sus lacerías y atnuriques, estaba pr€sente, Sistema¡ constructlttos xisten diversas formas de construir, según el tiempo y el lugar. La forma de construir depende del nivel tecnológico de la sociedad que construye y de las necesidades que esa sociedad manifiesta. En cualquier caso, el sistema constructivo utilizado por una comunidad refleja parte de su personalidad, puesto que al construir se Dretende transformar el medio natural en un medio artifi- iiat, adaptado a las necesidades del hombre, y el proceso de transformación revela las necesidades a cuya solución conduce. Según lohn Gloac, desde que el hombre abandonó el refugio que le brindaba la cavema hasta hoy, han ocurrido tres d€scubrimientos estructurales que han dado lugar a la 26 aparición de otras tantas maneras de construir, a tres sis- temas constructivos diferentes. Dn primer lugar, €l hom- bre observó que dos elementos verticales pueden soportar un tercero horizontal y de aqui se deritó la arquitectura ad¡ntelada o arquitrabada, constru¡da a base de pies dere- chos y dinteles o arquitrabes. Dl segundo descubrimiento fue el arco, del que nació la arquitectura abouedada. El arco permite salvar grandes espacios sin apoyos int€rme- dios y transmitir el peso de grandes masas de piedra, por trayectoria curva, hacia las paredes y los contrafuertes. Tanto en el sistema adintelado como en el abovedado, los edificios son soportados c¿si completamente por paredes o pilares que les dan una robusta estructura externa. El ter- cer descubrimiento cambió esta estructura externa, a modo de caparazón de crustiíceo, por una estructura in- terna que convierte el organismo arquitectónico en verte- brado. El advenimiento del hierro, del acero y de las mo- dernas variedades del hormigón, representó la posibilidad de dotar de un esqueleto intemo al edificio y de crear audaces voladizos, con las tnnsformaciones que todo ello conlleva. El sistcma adintelado es el miís antiguo. Su origen se halla en la arquitectura lignaria de la que no nos quedan testimonios. Las primeras muestras de arquitectura adinte- lada pétrea las encontramos en los dólmmes prehistóricos, en los que grandes losas de piedras verticales sostenían Catednl de Sre¡¿. S¡flo6 n.nv. Siena. El matsrial aparec€, unavez más, como pr€€minent€ €n l¿ construcción arquiteclónica. Aqui, su valor más explotado, amén de lo constructivo, es el cromático: se han aprovechado las diversas tonalidades del mármol para, con su alternancia, conseguir un efecto ornamental de gran riqu€za. La vertica¡idad d€ los soport€s s€ atenúa por la horizontalidad de las franjas bl¿nc¿rs y negras que, por otro lado, acentúan la profundidad de la p€rspectNa. 27 AITIADEO/BRIOSCHI: Cattüa de Paoia, 16O0. Paúa. Lo dicho para el interior de la catedral de Siena puede aplicarse para el exterio¡ de la Cartuja de Pavia. Aqui nos hallamos con una obra representativa del cromatismo propio del norte italiano. La decoración de la Cartula influyó decisivamente en los motivos decorativos del Plaleresco español. 0tras colocadas horizontalmenle sobre ellas. Si la distancia entre las piedras verticales era demasiado amplia para una sola losa, se realizaba la denominada .falsa bóveda, por el proced¡miento de "aproximación de hiladas": cada hilada de piedras está en saledizo con respecto a la inferior; así, dos muros paralelos en su base llegarán a tocarse en su parte superior. Tambrén Egipto utilizó el sistema adintelado en sus grandes obras. Al igual que €n la arquitectura megalítica, la elevación de los dinteles para su colocación representaba considerables dificultades: se realizaba mediante rampas de t¡erra qu€ posteriormente eran retiradas. Crecia llevó el sistema adintelado a la perfección, Los bloques de piedra eran extraÍdos de la cantera y transportados a la obra, don- de se acababan de tallar y sólo se pulimentaban una vez coloc¿das en su emplazamiento definitivo. Si bien se cono- cían los materiales aglom€rantes, se prefirió reservar el perfecto ajuste de los silla¡es de los edificios a una idónea labor de esterotomía qu€ aseguraba su solidez. La gran aportación griega a la arquitectura son los tres órdenes cliísicos: dórico, jónico y corintio, u ordenaciones de las diversas partes del soport€ y de la cubierta de los edificios. La cubierta de las construcciones adinteladas griegas es obviamente plana, si bien solía estar protegida por un teja- do de doble vertiente. A lo largo de la historia de la arqui- tectura occidental el sistem¿ adintelado coexiste con el abovedado, sin llegar a ser substuido totalmente. Con el Neoclasicísmo, experimenta un notable resurgimiento que carece de interés a nivel estructural. 28 Dentro del sistema adintelado podríamos incluir la ar- quitectura del s¿glo x1,{, que utiliza pies derechos y vigas de hierro, así como las actuales estructuras de hormigón armado. Pero, si bien a nivel estructural responde a un mismo principi0, sus cualidades posibilitan soluciones absolutamente nuevas y por ello los tratamos más abajo. Otro sistema que sí podemos considerar una variedad del adintelado es el de los muros o paredes de cargo, mé- todo mucho más económico, usado especialmente en la arquitectura popular doméstica. El skt€ma abovedado tiene su base en el arco o ele- mento suslenlante destinado a salvar un espacio. mas o menos grande, formado por dovelas o piedras talladas en forma de cuña, que originan empujes laterales y desvían la carga vertical que soportan hacia los puntos de apoyo del arco (impostas). La bóueda d€ caión presenta la misma estructura que el arco de medio punto, pero prolongado en profundidad. De este tipo de bóveda derivan otros como la de ¿,"rs/a, resultado del cruce perpendicular de dos bóvedas de cañón de la misma altura, o la cubiert¡ en forma de cúpula de media naranja o semiesférica, resultado de la intersección de infinitas bóvedas de cañón de idénticas di- mensiones. En sus orígenes, el sistema abovedado va ligado a la arquitectura de ladrillo. Apareció en el Oriente Próximo, territorio en el que la carencia de piedra y de bosques obligo a la busqueda de nuevx soluciones. Los arcos y las bóvedas de piedra deben ser construidos con la ayuda de una cimbra, estructura desmontable de madera que sólo puede ser retirada cuando se ha termina- do el arco. Roma tomó el sistema abovedado de los etrus- cos, pueblo de procedencia oriental, y lo usó para cubrir impres¡onantes espacios. A nivel técnico hay que destacar el uso que los romanos hicie¡on del hormigón aplicado aL, arcos y bóvedas, posibilitando y de hecho propiciando, la construcción de grandes volúmenes arquitectónicos, in- tencionadamente representntivos de la grandeza y la mag- nificencia ¡omanas. Tras Roma, .Bbanclb continúa el desa- rrollo de la arquitectura de arcos y bóvedas, y la transmite a una extensa área oriental. En occidente, la c¿ída de Roma coincide con la ascensión del Crist¡anismo y con la concretización de sus necesidades. Una de ellas, y no la me- nor, era crear espacios adecuados para la reunión de los fieles para escuchar la palabra de Dios. La planta elegida es la de las basilicas romanx, edificios longitudinales, de tres naves, más alta la central, con ábsides en los extremos menores. Por otro lado, el proyecto germánico del Sacro Imperio desembocó en la creación de una nu€va arquitec- tura, basada en la revisión del mundo clásico romano y de Elementos de un arto.(Según Ware Beatt¡r.) Un arco es una construcción de forma curva que cubre un espac¡o €ntre dos pilar€s, Está formado por douelas o piedras talladas en forma de cuña. La dovela central recib€ el nombre de clar¿. El ancho d€l arco se denom¡na 1uz, mientras que Ia altura, o perpendicular trazada desde la linea de arranque del arco hasta la clave, se llama,{¿cl¡a. 29 ar. "../ i \ t , . i ; ----r . - -- Í - -7- -- Y [ + ] l f ^a"o oa "ar*orr 30 a¡co coñoPt lo ttaf{Gato sus sistemai constructivos. La suma de estos elementos dio lugar a la aparición del Románico hacia el año 1000. El Romónico uti\zó sistemáticamente el sistema abovedado. En sus cubiertas se utilizaba la bóveda de medio cañón con arcos fajones. Cada arco fajón se corresponde en el exterior con un contrafuerte, que es el encargado de soportar las tensiones constructivas. Dn las zonas situadas entre con- trafuerte y contrafuerte, libres de empu¡es c0nstructivos, se pueden abrir venlanas. En los exleriores romanicos en- contramos columnas cuyas proporciones nada tien€n €n común con las clásicas, con fustes lisos y capiteles histo- riados o decorados con ornamentación vegetal. Los sopor- tes del interior de los templos, que reciben el empuje de los arcos fajones de la bóveda y de los arcos formeros o divisorios de las naves, deben aumentar su res¡stencia, por lo que se convierten en pilares de base cruciforme. Conso- lidada sobre estos principios la arquitectura románica, su evolución hacia la gótica será rápida. Dl Gó1¡co presenta evidentes diferencias con respecto al Románico: una diferente articulación espacial, mayor nú- mero de aberturas, y la aparición de un sislema que, si bien debe ser considerado dentro del denominado aboveda, do, presenta Ia peculiaridad de articularse a traves de ner- vios y líneas de fuerza. El elemento sustentante del edificio gótico es el pilar. Un pilar constituido por un núcleo cen- tral (circular o cuadrangular) de hormigón, recubierto de piedra, y unas columnas adosadas que, cuando son muy finas, se denominan baquetones. Si el arco típico del Ro- mánico era el de medio punto, en el Gótico es e[ arco apuntado y, del mismo modo la bóveda de med¡o punto se ve sustituida por la de crucería. El punto donde se cruzan los nervios de los arcos que la forrnan se llama clave, 1, el relleno de la bóveda se denomina Dlementeria. Los robus- tos contrafuertes del Románico se ven aligerados por la introducción del sistema de arbotantes. oue. trasladando Ios empujes de las cargas más allá de los mu¡os del edifi, cio, posibilita que los muros puedan hacerse miis ligeros, tNTÉRsrccróN oE oos sóvtD^s o€ c^NoN FO¡¡lANoo UNA SóVEDA POR ARI ' ¡ ^falott 8ÓVEOA EN NN'ÓN o€ cL^utTro o cLAUsTn^L PLANTA Y V¡STA ÉXIE¡IOI EI Codseo, 72.80 d.C, nom¡. Mientras Crecia utilizó el sistema arquitrabado en sus construcciones, Roma conoció y aplicó el sistema abovedado, a base de arcos y bóvedas. En el exterior del Coliseo se combinan los dos sistemas constructivos. Los tres órdenes clásicos se sup€rponen según su (peso, teóricor dórico, jón¡co, corint¡o, y en los intercolumnios se abren arcos de medio punto soportados por pilastras. con más aberturas: es el nacimiento de las grandes vi- drierx. En el Renacimiento, el Gótico es sustituido por las for- mas propias del período, tomadas del mundo clásico. A nivel estructural, ni el Renacimiento ni el Barroco ni el Neoclasicismo aportan avance tecnológico alguno. La arquitectura basada en las líneas de fuerza, como la gótica, resurge en el siglo xrx, con el adumimimto del hieno y de Ia ingmiería, por una parte, y con la aparición 32 del Neogótico, por otra. Las nuevas construcciones, como el Cristal Palace (1851) o la torre Eiffel (1889), son una muestra de las posibilidades de los nuevos materiales apli- cados a Ia vieja teoría de las líneas de fuerza. Al comenzar este c¿pítulo mencionábamos tres descu brimientos estructurales de la humanidad: hemos visto los dos primeros (adintelado y abovedado); veamos ahora el[ercero. Nos referimos a la arquitectura nacida del uso de nuevos rnateriales, especialmente del hormigón 33 Soa Clemente de Tahull. Siflo n. Cataluúa, valle de Bohi, Técnicam€nte, las iglesias pr€rrománicas y románicas catalanas presentan rasgos peculiares. El grueso de los ¡¡uros está en relación al tipo de cubierta: de rnadera, ligeras y fáciles de construir, o bóvedas de piedra, más resistentps y mucho más pesadas. Los material€s utilizados en Ia construcción son la piedra, el fango y el mortero de cal. Existen diversos tipos de aparejo. Uno de los más peculiares es el denominado de "reble, o cascajo, en €l que piedras, a menudo de formas irreflulares, €stán caizadas por otras más pequeñas. armado, que permlte crear un esqueleto totolmmte in lmo para el edificio, del que pueden proyectarse en vola drzo placas del m¡smo malerial. con lo que se enriquecen las posibilidades compositivas en planta y en volumen. Al concentrarse los empujes en el esqueleto interior, los mu- ¡os del edificio apenas tienen otra ¡azón de ser que la de servir de llmites al espacio inlerior. Libres de tunciones sustentantes, los muros pueden convertirse en liÉeras mamparas de vidrio tmuro-corlina,l y adoptar cualquier forma deseada. Junto a las posibilidades derivadas dé los nuevos mate¡iales deben destacarse los hallazÉos ¡ealizados en el campo de los sistemas -prefabricados-, entendiendo como tales, no sólo aquellos elementos constructivos reali- zados fuera de la obra, que serÍan prácticamente todos, sino al montaje en la misma de grandes paneles que se encajan y se ensamblan como elementos de fachada. suelo. techo, etc. 0lra variedad de la prefabricación es la que trabaja con elementos tridimensionaies o .cajas" de hór- m¡gón que se van a¡mando con la ayuda de gnias, para formar un edificio. El mayor coste de estos sistemas reside hoy en el transporte y en el montaje, asr como en la ma-quinaria utilizada nara ello. Nótre Dame. Ilffi.f 250, Parí¡. Los arbotante góticos pued€n ser considerados los .r€stos, de los contrafuertes románicos. Un s¡stema bavdo en arcos y bóvedas sustentados por pilares y muros, va evolucionando hasta conv€rt¡rse en un srstema de nerv¡os y lin€as de fuerza. Est¿s forman un caparazón diáfano al que se suj€tan los paramentos de par€d o las vidrieras. PAXTON/FOX/IIEI{DER- SONI Palacio de C¡istal. 1E50. Londre¡. Los orígenes del uso del hierro en arquitectura se sitúan en Franci¿ y en Inglaterra. El Palacio de Cristal fue construido para la Gran Exposición d€ 1851 en Londres y reconstruido en Sydenham en 1853. Pugin se refierió a este edilicio denominándolo "el monstruo de cr¡st¿I" y Ruskin lo calificó como "estructura de pepino,, Pero lo cierto es qu€ el Palacio de Cristal ac€ieró l¿ creación de una nueva arquitectura basada €n Ios nuevos materiales. 35 ELEMENTOS FORMALES IIERüANOS ASAü¡ S¿¡ Juan Nepomuceflo. 1733.1735. üu¡ich, La iglesia de San Juan Nepomuceno pertenece a una ext€nsa sefre oe construcciones que se levantaron en los valles de Austria, Bohemia y Baviera durante el siglo nrl, en las que la invención decorativa prevalece sobre la estructural. Son edificios que parecen proyectados del interior hacia el exterior, exterior que se l imita a ser una simple envoltura de calidad g€neralm€nte inferior a la del interior. En el interior, elementos estructural€s y decorativos se combinan en perfecta continuidad visual. a forma es Ia apariencia sensible de las cosas, y la forma artística es la que surge de las manos del artista. En el oroceso creador. la forma se une a la materia, sin la cual, como dijimos anteriormente, la pri- mera no existiria. Las formas arquitectónicas constituyen, como ias pictó- ricas o fas escultóricas, tn lmguaje que puede transmitir- nos mensajes. Los elementos formales básicos del lenguaje arqu¡tectónico son la columna, el pilar, el arco, la bóveda, etc. Todos ellos forman parte de sistemas constructivos determinados (adintelado, abovedado) y, a la vez, de un ¡enguaje arquitectónico concreto. Al modo en que este lenguaje arquitectónico se articula y se aplica podemos denominarlo eslr'lo. La forma y sus lecturas f a arquitectura. como todas I¿s artes plasticas. pre- I senta unas determinadas formas irsic¿s. En la arqui- LJtectura estas formas son puras. no figuralivas, por lo que han de ser valoradas por ellas mismas, puesto que no cabe una reinterpretación relacionada con identificaciones con la realidad, como ocurre con determinadas tendencias de Ia pintura y la escuitura. El estudio de las formas arquitectónicas puede realizarse según métodos diversos. Arnheim, por ejemplo, propone un análisis basado en la mera Derceoción'. .Un edificio es en todos los aspectos un hecho del espÍritu humano. Una experiencia de los sentidos, de la vista, y del sonido, tacto y calor, frio y comportamiento muscular, así como de los pensamientos y esfuerzos resultantes., Las formas tienen, en definitiva, un determinado efecto psicológico sobre quien lx contempla, derivado de sus intrÍnsecas cualidades expresivas: así, la Iínea horizontal comunic¿ estabilidad, la vertical es sÍmbolo de infinitud, de ascensión; una voluta ascendente es alegre, mientras que si es descendente co- munica tristeza; la linea rect¿ significa decisión, fuerza, estabilidad, mientras que la curva indica dinamismo, flexi- bilidad; el cubo representa la integridad, el círculo comu- J / R. lllrAü! ,nrerto¿ lfc¡nood llou¡e. Si bien el siglo xvrrr no realizó ninguna aportación espacial nueva, hacia mediados de siglo se produjeron dos hechos de singular relieve: el redescubrimiento del arte helénico y las excavaciones de Pompeya y Herculano. La arqueología influyó de un modo decisivo en un nuevo estilo de decoración de interiores que Dor aquel entonces creó Robert Adam, Adam realizó un tipo de ornamentación basada en los estucos romanos que se combinaba con la delicadeza de los int€riores rococó y las superficies planas, la simetría y el geometrismo propios del Neoclasicismo. nica equilibrio y dominio, al tiempo que la esfera y la semiesfera (cúpulas) representan la perfección. La elipse, por su parte, al contar con dos centros, es sumamente inouiet¡... etc. Otro sistema de análisis formal es el de la uisibilidad pzra, formulado por Wólfflin. A partir de cinco pares de conceptos opuestos, éste realiza el análisis de las formas de cualquier obra de arte. Este método es aplicado ya común- mente en pintura y en escultura,pero aún no ha sido adoptado unánimemente por la crítica arquitectónica de la que, por cierto, andamos tan necesitados. Los pares de conceptos aludidos son los siguientes: -lineal,- "pictórico,; . superliciol *.prcfundo,', -forma cenada * *forma abier- ta,; .múltiple,-.unitario, y ^claridad absoluta,- "claridad relatiaa,. Posiblemente, a medida que la crítica arquitectónica vaya adoptando estos conceptos, surjan tér- minos miís idóneos para ser aplicados a la arquitectura. No obstante, por hoy, lo importante radica en usar los "con- ceptos fundamentales' wólfflinianos con corrección (he- rnos de hacer notar que dichos conceptos sólo son aplica- bles a la arquitectura moderna con algunas reservas). "Ll,neab-"plctórlco". Dxtrapolando estos conceptos a Ia arquitectura tendríamos q:l.e la arquitectura lineal es aquella cuyx superficies están dominadas por la línea, por Ias formas de contornos limpios y precisos. A nivel tectóni- co poseen un volumen principal, un t€ma absolutamente preeminente. En ellas, la luz y la sombra están al servicio 38 de la forma y sólo existen por su vinculación con ésta(Partenón, siglo v a.C., Crecia). La arquitectura pictór¡ca, por su parte, invaiida la lÍnea como limitadora. multinli- cando los bordes y complicando las formas, evitando su aislamiento y contribuyendo a que la ordenación se dificul- te y a que una ligera vibración parezca adueñarse d€ los muros. Presenta muchos aspectos y no un tema preponde- rante. Las luces y ]as sombras se independizan de las for- mas, penetrando en los interiores, entremezclándose con autonomía del material constructivo (interior de San Juan Nepomuceno de los hermanos Assam, sigio xvru, Munich). El estilo pictórico en arquitectura logra su mayor intensi- dad en ios interiores. "Superficial'-"profundo,. La arquitectura Dlana o superficial es aquella que no ofrece sensacion alÉuna de prufundidad. aun cuando verdaderamenle la nosea. dado que se trata de una profundidad estructurada en una serie de zonas, de diferentes planos situados simplemente unos tras otros (Villa Famesina, obra de Peruzzi, siglo xvr, Roma). Dxiste, asimismo, una decoración superficial que cenlra su interes en los panos de pared y en los motivos pianos (decoraciones realizadas durante el Neoclasicismo por R. Adam). En oposición a la arquitectura superficial, podriamos hablar de una orquitecturo con .profundidad" que evita las impresiones planas y busca el efecto de pro- fundidad en la intensidad de las perspectivas. Para acen- tuarlas, utiliza la luz y las cesuras en los riimos del trayec- FILIPPO BRUNELLESCHI: Ospedale degll Innocentl. 1,i19. Flore¡cia. tl pórtico del Ospedale está formado por nueve "campatas" {o f¡guras obten¡das al enlazar las cuatro impostas de la bóved¿ y, abajo, las bases de las columnas y los puntos que en l¡ pared se corresponden a ¿stas), de planta cuadrada, cubiertas por bóvedas vaídas que, con Brunelleschi, suslituyen a las tradicionales bóvedas de arista. Es una composición clara, fácilmente comprensible, como es caracterÍst¡co del Renacimento. 39 FnANQOIS CIMLLTÉS¡ Teatrc dc Ia Resldencla, 1751-1768. üu¡lcb. EI teatro de la Residencia de Munich, obra de Cuvilliés, arquitecto que supo ad¿ptar el Rococó francés al gusto alemán, es un ejemplo de arquitectura .indistint¡,, o sea, que posee una claridad relativa, En esta6 arquitecturas, luz, color, sombras, formas complejas forman un todo unit¿rio que dificulta su inmediat¿ comprensión. El c¿so contra¡io es el de las arquit€cturas (claras,, como las renacentistas, en las que todo el organismo es comprensible desde una primera observación. to (Sc¿la Regia del Vaticano, de Bernini, siglo xvlt). La decoración podrá tener profundidad con la ayuda de las pinturas ilusionistas y de los espejos que conhibuyen a modific¡r la real¡dad física de los límites del espacio in- terior del edificio (Calería de los Espejos de Versalles, J. H. Mansart, siglo xvn). "Fom¡ ccrrad¡"-"Forma ¡blcda". Si bien en un principio debernos convenir en que todas las arquitecturas son de formas cerradas o tectónicas porque eso está €n su propia naturaleza, juz€uemos ahora cuál es la impresión que producen, cuál la imagen que dan. La arquitectura que denominar€mos a partir de ahora ./ectónica, se cztac- teriza por la importancia dada a Ia estructura, por la impo- sibilidad absoluta de desplazamiento y por el uso de formas delimitadas. bien cerradas. Todo ello produce la sensación de plenitud, de satisfacción. Es propio de este tipo de ar- quitectura el elemento geométrico y proporcionado, al igual que las formas rígidas que les confieren impresión de quietud y reposo (Capilla Pazzi, de Brunelleschi, siglo xv, Florencia, o Palázzo Comunale de Siena, siglos xiIFxIv). La arquitectura de formas abiertas o "atectónica, es la que, sin prescindir totalmente del orden, quiere dar apariencia de libertad. Jueg con la irregularidad y disfruta ocultando la regla que la rige y que su opuesta o *tectónica, gozaba en comunicar. Usa formas abiertas, aparentemente inaca- 40 DOn¡CODon¡co tóN¡co badas, desprovistas de limites y que, consecuentemente, dan la sensación de no estar colmadas. de no estar sacia- das. Son formas fluidas que parecen tomadas del mundo 0rgánico, formas que parecen haberse ablandado súbita- mente, henchidas por una nueva vida interior (son las for- mas del Modernismo: Gaudí, Horta). . "Pluralirfarf"-.unldail". Dn-la arquitectura plurul cada lorma se expr€sa con autonomia, y su belleza se maniliesta con clara individualidad. Es obvio que entre las diversas formas. aun individualizadas, existe siempre una solidari- dad que les permite formar un conjunto. Este fenómeno es. segun Wolfflin, propio de lenguajes jovenes, que aun sienten la necesidad de precisar uno a uno los signos de su código. Serian arquitecturas plurales la griega 0la rena- centista. Por el conlrario,la arguitectura unitaria es aqre- lla en la que prima el efecto de conjunto por encima de las formas singulares. Las diversas partes de la composición arquitectónica se funden en una sola masa, en la cual es difícil individualiza¡las. Este tipo de arquitectura tiende a acentuar alguna de sus partes, como por ejemplo los ejes centrales de las fachadas, que se constituyen en elemento preferente al cual se subordinan los motivos restantes (Mu- seo Guggenheim, 1956-1959, Nueva York, obra de Wright). "Claridad absoluta"*,claridad rclaüva". Estos con- ceptos son equiparables a los de "61¿¡s" ¿ .i¡di5ti¡!s", q¡s CORIN¡O litdenes grlegos. lSegírt Ware Beatty) Orden arquitectónico es la disposición que deben adoptar los elemenlos principales que integran un edificio, r€fi€riéndose especialmente a la forma, proporc¡ones y decoración de la columna y del entablamento. Crecia creó los érdenes dórico, .jónico y corintio, que aplicó a su arquitectura adintelada o arquitrabada. 4 1 oÓ¡tco tóNrco Menes ,v.monol. lscelú[ Warc Be¡tS) Roma añadió dos órdenes propios a los ya formulados por Grecia: el toscano y el compuesto. Los órdenes clásicos son el núcleo del denominado "lenguaje clásico, de la arquitectura, que se ha mantenido a lo largo d€ l¿ h¡storia de la construcción como código fundamental. coñIl¡lrt col¡l{Yp @a¡ tEoE¡YAL fOS€ NO son los que vamos a usar. Dl concepto de c/aro debe apli- carse a aquella arquitectura en la cual la belleza es sinóni- mo de absoluta y comprensible visualidad. La forma se presenta abiertamente, en un contexto ordenado de pro- porciones geométricas fácilmente aprehensibles, de in- mediata comprensión. Un ejemplo de este tipo de arquitec- tura nos lo brinda la arquitectura para la cual la razón de la belleza reside, precisamente, en el misterio qu€ se des- prende de su aparente confusión formal. Se trata de una arquitectura lndrslm¡¿, de la que se puede decir que posee una claridad relativa. Luz, sombra,formas complicadas, interrupciones, múltiples puntos de vista, son sus caracte- rísticas más destacadas. La diferencia entre lo claro y lo indistinto no radica en una mayor o menor comprensibili- dad, sino en la comprensibilidad de conjunto o parcial(Teatro de la Residencia de Munich, obra de Cuvilliés, si- glo xu ). III LenSuqies arqüitectónicos ¡guiendo a Wiilfflin, hemos visto que se pueden ha- cer diversas lecturas de las formas arquitectónicas y de su manera de articularse, pero ¿cuáles son es- tas formas?, ¿configuran diferentes lenguajes?, ¿cuáles son éstos?... Indudablemente, el lenguaje arquitectónico más anti- guo, mejor codificado y más extendido, tanto temporal como geográficnmente, es el lenguaje cliísico. El lcnlnqie cládco surge con la arquitectura griega y la ¡omana, y reaparece en todos aquellos edificios en los oó¡tco 42 BR/IüANTE: Temfietto, 1502. Roma, Sen Pletro in üontorlo. En 1502 se inició la construcción d€ un templet€ que debía coronar el lugar en que San Pedro fue crucificado. Bramante diseñó un edificio circular, de reducidas dimensiones, que debía estar rodeado por una columnata. El lenguaje utilizado es el propio del Cinquecento romano: sencillo y potente. Según las c¿t€gorías wolfflinianas, el Tempietto es una arquit€ctura lin€al, de contornos limpios y precisos.que existe una alusión, por mÍnima que ésta sea, a los ór- denes antiguos. O¡den es la sucesión de las diversas par- t€s pertenecientes al soporte y a la cubierta, según reglas referidas a la forma, a la escala y a la decoración. En Crecia aparecieron los órdenes dórico, jónico y corintio, que Roma complementó, más tarde, con el toscano y el compuesto. El orden dórico posee un pedestal o zócalo de tres esc¿- lones que se denomina .esterobato', siendo el superior el .estilobato". [a columna, o soporte propiamente dicho, carece de basa y está compuesta por el fuste, con 16 o 20 estrías en arista viva, y una altura de 6 diiímetros y medio, y el capitel, constituido a su vez por el equino y el iíbaco. Sobre él descansa el ent¡blamento, formado por el arqui- trabe, el friso con triglifos y metopas, y la comisa, sobre la que descansa el frontón, con su tímpano decondo. Es el orden miás sobrio y sencillo, y sus proporciones son las más robustas. El orden jónico tiene un pedestal similar al del dórico. La columna se levanta sobre urn basa formada oor un plinto y una sucesión de molduras o escocias. El fuste de la columna presenta 24 ac¡naladuns con los bordes pla- nos, y su altura debe ser de 9 diiímetros. El capitel es algo 43 LEON B¡TTISTA ALBERI¡ S¿nra üaría Nooe a, 1156, Florcncla. En la facháda de Santa Maria se ponen de nuevo de manifiesto las armónic¿s relaciones matemáticas que deben regir los organismos renacentist¿s. L¿ fachada puede inscribirse en un cuadrado. La relación entre ambos pisos eslí definida por otro cuadrado cuyo lado es igual a la mitad del d€ el cuadrado mayor. El cuerpo inferior puede contener dos de estos cuadrados menor€s, m¡entras que en el superior sólo cabe uno. Las posibilidades de seguir dividiendo o multiplicando los cuadrados prosigue. A.LITO ROSSIT ,, ft¡r¡o del I undo. 1919, Vc¡ecla. Realizado para la Bienal T€atro/Arqu¡tectura, el Teatro del Mundo se inauguró el ll de noviembre de 1979 y se colocó frente a la Dogana de Venecia. La idea de la Bienal fue rememorar los teatros que circulaban sobre el agua, característicos del siglo xrln venecia¡0. El concepto de Rossi mantuvo sobre todo el concepto de teatro nave d€ esos edificios. Construido en los astilleros d€ Fusina, el Teatro se levanta sobre una balsa de vigas de hierro soldadas. Su altura total es de 25 metros, inlcuyendo la balsa: consta de un cubo de 9,5 m de lado por ll de alto y un octógono en la part€ superior de 6 m de altura. La estructura es de tubo de hierro, revestida de madera. 44 miís complicado que el del orden dórico, al adornarse e| equino con grandes volutas. El entablamento del ordenjónico presenta algunas variaciones con respecto al ante- rior: el arquitrabe está form¿do por tres franjas, cada una de ellas en ligero voladizo en relación con Ia inferior, y su friso suele estar decorado por un relieve continuo. Segui- damente, una comisa, semejante a la dórica, da paso al f¡ontón. El orden corinlio es. en realidad. una variación orna- mental del orden jónico. El capitel está profusamente adornado con motivos veget¿les (hojas de acanto, caulicu- los y roset¡s) y sus proporciones son las más esbeltas: 12 diámetros y medio de altura. [¡s romanos, como hemos dicho miás arriba, añadieron dos órdenes mi¡ a esta relación: el toscano, que parcce tener orígen€s etruscos y no es sino una simplificación del dórico (su columna tiene basa pero, en cambio, no posee estrías), y el compuesto, en el que se combinaban los ele- mentos decorativos del c¿pitel jónico y del corintio. La primera descripción completa de los órdenes la da Vitruvio en De Archilectura (siglo t d.C.). Dn el siglo xv, Alberti, en De re aediñcatoia (1450-85), revisa esa des- cripción con sus observaciones realizadas sobre las ruinas romanas. Serlio, en el siglo xvt, es quien lleva a cabo la compilación definitiva de esa gramática clásica, ilustrando los órdenes y clasificiindolos según sus proporciones. Como asegura Summerson, los órdenes pasaron .de mano en mano como un juego completo,: lo cierto es que todos los manuales sobre arquitectura de los siglos si- guientes comenzaban por una lámina en la qu€ estaban representados todos los órdenes clásicos. El Renacimienio reformuló el lenguaje cliísico al tomar los elementos gramaticales de la Antigüedad y articularlos creando nuevas composiciones. Así Io hicie¡on Brunelles- chi, Alberti, Bramante, Palladio, etc. Durante el Manieris- mo se da una reacción contra la rígida normativa renacen- tista, y los órdenes, en manos de Rafael y de Giulio Romano, ganan una libertad que perdurará durante el Ba- ¡nr¡shir 't '!{d ! r i l t , : . ilt, t^f.l A¡lw ruf{ l lt t t t t l LE CORBUSIER¡ l{dtrc-Damcda.Eout, 1050"f955, nonch¡mt. P€rteneciente a la últirna época d€ l¿ producción de Le Corbusiet, Nótre-Dame-du-Haut es una obra profunümente personal. Concebida como una inmensa escultura, cuya influencia sobre el lenguaje moderno, no clásico, ha sido ' muy not¿ble. Así, por ejemplo, las ventanas, por su número y variedad, ejemplifican uno de los invariantes de la arquit€ctura moderna: disponer de un catrílogo y elegir, de entre sus posibilidades, la solución más adecuada para cada uno de sus elementos, sin ceñirse a la repetición o a Ia simetrÍa. rroco. Los elementos del lenguaje son los mismos: c¿pite- les, columnas, entablamentos, frontones, ménsulas, tímpa- nos... varía su sintaxis o modo de ordenarlos, así como sus propofciones. El lenguaje utilizado por Palladio en sus villas de la Terraferma veneciana pasa a Inglaterra por mediación del arquitecto lñigo Jon€s, quien, a raíz de un viaje a ltalia, había quedado muy impresionado por é1, y de Jones lo recoge lord Burglinton. El lenguaje cl¡ísico pasa de lnglate- rra a Améric¿ del Norte, donde se constnlyen innumera- bles residencias de estilo Georgiano. En Europa, se perpe- túa en el Neoclasicismo y, en nuestro siglo, en multitud de edificios que present¡n sus elementos formales o su tipo de composición. En estos últimos años ha surgido el movi- miento postmodemo, que, en arquitectura, se concreta en una welta decidida a las formas cliísicas, aunque, eso sí, con la incorporac¡ón de los progresos tecnológicos y los nuevos materiales. El movimiento postmode¡no se c¡racte- riza por su eclecticismo y por su carácter lúdico y orna- mental. Son cultivadores de esta tendencia Robert Venturi, Aldo Rossi y Ricardo Bofill, entre otros. Los conceptos de simetría, proporción d€ las partes,
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