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Belleza para el pueblo se refiere a la vida cotidiana

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Belleza para el pueblo, el deseo de Egar Murillo o sobre las identidades póstumas.
…. la necesidad de ver la ciencia con la óptica del artista, y el arte, con la de la vida... 
 Nietzsche. El origen de la tragedia según el espíritu de la música ...
……Que debemos aprender a crear, a ser nuestra propia agua, nuestro pr pio sol, nuestra propia tierra... AB YA-YALA
La vida urbana contemporánea no es bella. En los espacio del darwinismo social, del punk, del desamor, del desarraigo, del torbellino de la historia, la tarea de ver y recordar, las tareas de la experiencia y la memoria, en nuestra cultura visual ess mas objeto de genealogía, que de historia.
La genenalogia de esas identidades postumas, esas identidades de la figura varias veces centenaria de las tradiciones populares, ya Bajtin lo señalo la figura de la muerte embarzada, de la muerte que da vida, de la muerte de la cultura de la risa, y no de la muerte de la cultura de lo serio, la que nos quita la vida de forma irreversible.
 Pero no es una vuelta a las preguntas por las identidades sustanciales, inextsitentes al fin, no es un viaje a la noche conservadora de los buenos viejos tiempos, sino de las identidades que rompen con las clasificaciones y jerarquías. Se trata de afirmar no lo que clausura la experimentación y la creatividad, lo que cierra, o intenta hacerlo con la sustancia plástica de la vida, sino lo que abre después de la devastación, la renovada promesa de belleza.
La vida urbana contemporánea no es bella en los espacio del darwinismo social, del punk, del desamor, del desarraigo, del torbellino de la historia, las peripecias de la acontecimientos, de la miríadas de saberes, de visione y de pensamientos visuales, participan de la dispersión de lo que fue en algún momento fuera reprimido. 
La obra de Edgar Murillo se mueve en estas coordenadas genealógicas. 
¡Si! No es la historia, es la genenalogia. Y la genenalogia sabe que NINGUN comienzo es de gloria y majestad, la sobria pureza del origen real es siempre una mentira a develar. Nietzsche sabe que todos los comienzos han sido humildes, erróneos, minimos, un acontecimiento es siempre por definición algo caprichoso, inesperado, un pequeño tajo en el lienzo desata la narración del fin de la representación, de lo bello comercial, se lo que no nos permite elegir.
La cita, la parodia pero no el pastiche, lejos de la mancha cool,y la busquedas ciegas de la insignificancia del supuesto buen vecino, o delas búsquedas apolíticas de los oportunistas de siempre la obra de murillo tiene una continuidad en el tiempo, se vuelve testimonio de la epoca nuestra de la posdictadura, de las identidades postumas, nuestro tiempo.
Tal como lo señlara GustavoBuntix hoy en el sur del sur, se trata de esa paradoja, sobre la figura de aquello que murió pero dio vida; el detenido desaparecido. Por eso no la postidentidad –categoría demasiado singular y abstracta– sino las identidades póstumas.
Esta búsqueda se refiere a los objetos estéticos de la vida cotidiana, a los que pueblan la vida que nos sucede, la experiencia de la existencia, el tiempo humano real. Historicidad sin melancolía, dureza, puntos de máxima intensidad, planos plenos saturados traducen el espacio vivido, ese tiempo sin tiempo en el que la experiencia de lo bello sobredimenciona lo cotidiano, nos abre recorridos otros, son esos los viejos y conocidos recorridos, sin duda el objeto del pensamiento visual de Edgar Murillo. 
El ejercicio de la vida contemporanea , el trabajo de enfrentar hoy el lado opaco y oscuro de la existencia social se ha revelado al campo, se ha manifetado la emergencia de los sujetos que no son protagonistas de la historia, sino que luchan en los intersticios, no son los autores de la trama pero tejen otros relatos de vida. Si las clasificaciones, el orden y la tipología estabilizan y a veces, cristalizan la cultura por suerte las identidades son electivas, plásticas y emergentes. 
En primer lugar este nuevo trabajo político del arte propuesto en esta muestra, se diferenciará de la relación moderna entre arte y política, de la ligazón, específicamente construida y sellada por el romanticismo, tanto del proyecto de llevar el arte a la vida, propios de la vanguardia, como en el de la experimentación infinita en busca de un lenguaje puro. En este sentido podríamos decir que en las dos versiones del arte moderno, tanto en el arte de vanguardia, como en el modernismo, se juega la misma tarea política, se trata de representar al Otro, y en el caso del arte latinoamericano, ese Otro siempre es un nosotros mismos. Pero ya no estamos en el tiempo moderno, la Obra de Murillo va mas alla del arte moderno. 
Murilo establece en su pintura una identidad por la acción, y no por la representación, simplemente el régimen representativo del arte, va a ser reemplazado por el régimen estético del arte. 
Como se llega a esta situación posromántica?
La relación romántica entre arte y sociedad es la creencia en el poder de la obra, como fuerza magmática capaz de suscitar una transformación radical de las condiciones de la vida colectiva. La obra es objeto que revoluciona las condiciones de la vida social. Este objeto “rabioso” suscita una experiencia sublime inicio de una praxis transformadora de las condiciones ontológicas de una sociedad cuya estructura ha sido develada en el jeroglífico mismo de la mercancía. Se busca estremecer, lo sublime moderno, sacudir, espantar, horrorizar a un público burgués, para que las masas tomen conciencia política, y comiencen su heroica lucha hacia ese futuro absoluto de la poshistoria, la maravillosa, luminosa lucha que nos lleva a ese otro mundo prometido. El artista, es profeta, vate dirige a la tropa porque ya conoce el camino. Pero esto nos condujo a los sueños culturales ajenos, extraños, milenaristas. El camino de lapintura murillana nos lleva en dirección contraria. Se trata de una pintura genealógica.
Este pacto romántico entre arte y política, propia de la época del arte como representacion se ha de reformular, Ranciere nos dice que esto es precisamente el cometido de la estítica pensar en esos “partages du sensible”, las partición, la clasificación, las esferas de activad, sus competencias, los mundos posibles, los mundos sociales, los grupos. Supone una experiencia del tiempo y del espacio. Lo dionisiaco y lo apolíneo, el desborde y la regla, lo sublime y lo bello, las categorías de la estética, nombran y exploran esos lugares, y a veces los reclasifican. Pero la suma de esas trazas, de esas líneas de demarcación, nos están indicando, la economía moral de los objetos, su régimen de significación y las jerarquías y dignidades de los productores, pero también de los fruidores. 
El arte contemporáneo viene a re-estructurar esta relación entre arte y política. Es el producto de una redistribución, esta vez, se desmonta del relato del arte moderno, la teología del nuevo y el autoritarismo de la vanguardia, que indica un camino y una dirección inapelable. Siempre apoyados en una filosofía de la historia. 
La nueva radicalidad del arte contemporáneo tiene dos ejes. Rescatar la vida cotidiana, es decir, la vida de todo hombre y deconstruir el patriarcalimo y más específicamente entre nosotros el paternalismo violento. Se trata de crear espacios y tempos de una nueva racionalidad. 
Como definir esta nueva alianza, Ranciere señala dos actitudes frente la nueva articulación arte política en la “presente posutópico” del arte 
La primera actitud es propia de filósofos e historiadores del arte, predica la desarticulación de la experimentación, el objeto imposible, rabioso, rebelde de las utopías estética que anticipa un modo de vida radicalmente distinto de este, y de todos los anteriormente conocidos. La nueva poética de la vida cotidiana construye un mundo cotidiano fuera de la utopía moderna, pero también fuera de la aceptación a critica de lo dado. No re presentar, sino intervenir en los mundos socialescontemporáneos,
Así el objeto/obra no una cosa otra propia del mundo radicalmente nuevo y por lo tanto emergente, y necesariamente mejor que el anterior, sino que el objeto llama a u na experiencia cotidiana, insignificante como acontecimiento histórico, publico y por lo tanto, sin consistencia, son como los objetos del desayuno (el muestrario de envoltorios mantequilla de Alemania del este de Beuys, por ejemplo) “la realización nihilista de la utopía estética” (políticas estéticas. p. 11) pero también es la condena a un presente infinito producto de la renuncia a un futuro absoluto. El signo de una ruptura imposible de componer entre radicalismo artístico y utopía estética. El anhelo de un proyecto de emancipación colectiva se hace imposible, la clase universal ha muerto. Se glorifica lo dado. La segunda actitud, Ranciere, la refiere a los artistas, críticos y curadores que adhiere la renuncia a la capacidad transformadora del objeto artístico se sustituye por una micropolítica de buenos vecinos, más bien cínica y lúdica, que critica y denunciadora. Ambas actitudes son posible y dan testimonio da la función comunitaria del arte: la de construir un espacio específico, una forma inédita del reparto del mundo común, del mundo de los objetos que pueblas vida cotidiana de todo hombre. Alli donde el artista critico pintaba los iconos chillones de la dominación mercantil o de la guerra imperialista, el artista contemporáneo manipula ligeramente los video clips y los mangas, allí donde marionetas gigantes ponían en escena la historia contemporánea, como si fuera un relato épico, globos y peluches “interrogan” nuestros modos de vida. La reduplicación, ligeramente desplaza, de los espectáculos, accesorios e iconos de la vida cotidiana no nos invitan ya a leer los signos sobre los objetos para comprender los resortes de nuestro mundo. (el objeto develaba la estructura del mundo). Pretende aguzar a la vez, nuestra percepción del juego de los signos, nuestra fragilidad de los procedimientos de lectura de los mismos signos y el placer que experimentamos al jugar con lo indeterminado. 
Se construye un juego de analogías, el misterio la resonancias de una palabra, cor corazón y color, el juego de los desplazamientos nos hace recorrer los objetos, si el principio del arte moderno es el espíritu de colagge, la reunión de los opuestos en un mismo espacio, ahora se trata de develar el juego del objet truove donde se trata de descubrir las referencias y las intertextualidades, la retorica de la profundidad se va a sustituir por la retorica de las superficies y de las remitencias. 
La puesta en cuestión entonces deja de ser la búsqueda de un ir más allá de la representación para poner en discusión la economía moral de las cosas, el régimen de distribución de los objetos, los bienes, personas y mensajes, para participar, intervenir, tomar la palabra, hacerse visibles, crear sobre todo espacios nuevos de experiencias social compartida. Se trata de inventar lugares y prácticas de emergencia. La vida urbana contemporánea no es bella en los espacio del darwinismo social, del punk, del desamor, del desarraigo, del torbellino de la historia, las peripecias de la acontecimientos, de la miríadas de saberes, de visione y de pensamientos visuales, participan de la dispersión de lo que fue en algún momento fuera reprimido. 
Bibliografia
Bountix, Gustavo. EL MOMENTO CHAMÁNICO EN LONQUÉN 10 AÑOS DE GONZALO DÍAZ. En : Beyond Identity: Latin American Art in the 21st Century, Universidad de Texas, 1995
Ranciére, Jacques. Sobre políticas estéticas. Barcelona, UAB, 2005
------------------------Aiesthesis. Bs As, Manantial, 2013.
-----------------------. El malestar en la estética. Bs As, capital intelectual, 2011.
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