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o en algunos casos del segmento de íleon donde asienta, es lo indicado. Cuando el pedículo que une el divertículo al íleon es muy delgado (semejante al meso apendicular) , puede realizarse la diverticulectomía, utilizando igual proceder que para la apendicectomía. Si la base del divertículo es ancha, se extirpará seccionando su base cerca del íleon y en sentido diagonal para realizar el cierre a 1 o 2 planos, pero en sentido transversal a la luz del íleon. Si la base de inserción del divertículo está tomada por el proceso inflamatorio, se realizará resección segmentaria de íleon que comprenda al divertículo y anastomosis termino- terminal. Como norma durante las laparotomías, si existe un divertículo de Meckel inflamado o no, debe resecarse, siempre y cuando no se incremente el riesgo quirúrgico en el paciente. Aspecto a resaltar, es que en ocasiones se puede descubrir un divertículo de Meckel durante la realización de un tránsito intestinal. En el paciente asintomático no debe hacerse nada. Si se aqueja de molestias abdominales que pueden relacionarse con el divertículo, deberá aconsejarse su extirpación quirúrgica (Fig. 7.2). Fig. 7.2. Divertículo de Meckel, en su vértice se encuentra tejido pancreático aberrante. Divertículo descubierto durante un tránsito intestinal. Respecto a la diverticulosis del colon esta es asintomática y solo se tratan aquellas que han desarrollado abscesos o perforación, los cuales llevan a estas complicaciones a un cuadro abdominal agudo. De las mismas 4 %, por lo general, son de indicación quirúrgica inmediata. Los divertículos del colon pueden ser adquiridos o congénitos, siendo mucho más frecuentes los primeros y pertenecen a la categoría de divertículos por pulsión o herniaciones mucosas que se desarrollan en los puntos débiles de la pared del colon bajo el influjo de la presión intraluminal aumentada. Su mayor frecuencia es en colon sigmoides y su clínica se describe como propia de una apendicitis del lado izquierdo. Los divertículos en colon derecho son infrecuentes, pero más de la mitad de los divertículos que producen hemorragia masiva están en el colon derecho. Sin embargo, en colon izquierdo la inflamación diverticular puede progresar a la formación de abscesos, a la perforación de la cavidad abdominal, o al desarrollo de fístulas con los órganos vecinos, en especial la vejiga. La inflamación de los divertículos solitarios del ciego puede causar síntomas y signos que prestan a confusión con la apendicitis aguda, absceso apendicular o carcinoma. Establecido el divertículo en colon sigmoides, el advenimiento de su inflamación (diverticulitis) sigue un proceso en el cual la materia fecal del colon tiende a penetrar en el divertículo, pero al carecer éste de capa muscular, le es imposible expulsarla, erosionándose la mucosa lo cual provoca edema, que ulteriormente llega hasta la submucosa, obstruyéndose la "boca del divertículo", causando una cavidad cerrada en la cual habrá sobrecrecimiento bacteriano por el estasis y posteriormente la abscedación del divertículo. La diverticulitis se presenta generalmente en la edad media de la vida o en pacientes ancianos, aunque puede afectar a pacientes más jóvenes. La aparición de divertículo, principalmente de colon izquierdo es un fenómeno casi normal del envejecimiento. Las manifestaciones clínicas de la diverticulitis por su orden de frecuencia son: dolor abdominal, fiebre, estreñimiento o diarrea, distensión abdominal, disuria, polaquiuria, tumor abdominal palpable, náuseas, vómitos, sangrado digestivo bajo, hematuria y cierto grado de irritación peritoneal. El dolor es constante, aunque a menudo se acompaña de exacerbaciones cólicas. Generalmente, hay dolor a la palpación, puede haber espasmo o no y rigidez, lo cual se localiza en la región dolorosa. Puede presentarse como un dolor lumbar. La fiebre suele presentarse en la mayoría de los casos, cuando es alta sugiere un absceso o perforación y en la mayoría de las veces se acompaña de escalofrío, síntoma que hace pensar que ha ocurrido una perforación libre en cavidad abdominal. Se puede encontrar como síntomas la constipación o la diarrea (cambios en el hábito intestinal). Un síntoma frecuente es la distensión abdominal, que cuando se acompaña de dolor, fiebre-escalofrío, signos de irritación peritoneal, presencia de aire libre en la cavidad abdominal (rayos X), pulso taquicárdico, fórmula leucocitaria elevada con aumento de polimorfonucleares y desviación a la izquierda, no habrá dudas de estar ante un cuadro peritoneal agudo (inflamación-sepsis, perforación). Cuando los leucocitos rebasan los 20 000 por campo debe sospecharse perforación. Se debe tener presente, que cuando existe inflamación en los divertículos sus principales efectos se ejercen sobre los tejidos pericolónicos, lo cual es resultado de macro o micro perforaciones y no de la inflamación de la pared diverticular. Esta peridiverticulitis se manifiesta en forma de peritonitis local o de formación de absceso. Cuando los divertículos son del colon y más frecuentes del sigmoides manifestándose una diverticulitis abscedada o perforación, el síndrome peritoneal es la regla. En casos de perforación, el contenido intestinal vertido en la cavidad abdominal es muy séptico llevando rápidamente a una peritonitis grave por la alta concentración de microorganismos del tractus gastrointestinal que se localiza en el colon, identificándose hasta 1011 anaerobios/g de heces fecales o mililitro del producto de la aspiración. También hay bacterias coliformes en concentración de 108 /g y otros microorganismos. La infección que se observa después de una perforación libre, generalmente es grave debido a la liberación masiva de microorganismos patógenos en la cavidad abdominal, con una alta morbimortalidad (40 %) siendo clásico encontrar en estos enfermos peritonitis, shock séptico, colección purulenta localizada en cualquier espacio de la cavidad peritoneal, al igual que sepsis severa de la herida quirúrgica pos operatoria y alrededor del sitio de la colostomía debido al alto grado de posibilidad de contaminación, ya sea por la cantidad excesiva de fluidos intraabdominales, inadecuada manipulación de órganos y de la herida quirúrgica, o por el compromiso inmunitario de estos pacientes que generalmente son de la tercera edad. Durante la exploración en las complicaciones por inflamación o absceso peridiverticular, habrá dolor en fosa ilíaca izquierda o región suprapúbica con defensa abdominal (depende del grado de inflamación sigmoidea y peritonitis localizada). Si se está en presencia de una peritonitis generalizada, se hallará un abdomen difusamente distendido y doloroso. Puede detectarse una masa palpable en fosa ilíaca izquierda. Por el tacto rectal se puede encontrar, dolor en la pelvis, o la presencia de un tumor o masa en fosa ilíaca izquierda y sangre al tacto rectal. El tratamiento de la diverticulitis sin llegar al absceso o perforación y una vez establecido el diagnóstico será médico, el tratamiento quirúrgico se reserva para las crisis recidivantes de la diverticulitis y como parte de su tratamiento causal. La intervención quirúrgica inmediata está planteada ante la existencia clínica de un abdomen agudo y en este caso por una diverticulitis aguda abscedada o perforación con peritonitis localizada o generalizada, y la operación consistirá en drenaje de la región con colostomía derivativa. Otros prefieren extirpar el foco primario durante el proceder de urgencia, realizando resección primaria del segmento de colon sigmoideo afectado con anastomosis término-terminal y colostomía descompresiva o resección del segmento afectado, colostomía proximal y cierre del cabo distal del colon según procedimiento de Hartman, para después de 3 a 6 meses restablecer la continuidad