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BORQUEZ, E. El gran acuerdo.

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Elvira Concheiro Bórquez
EI gran acuerdo
Gobiemo y empresa rios en la modemización salinista
Ulliversidad Nacional
Autónoma de México
Instituto de Investigaciones
Econúmicas
Colección
Problemas de México
Edicioncs Era
Primem Edici6n: 1996
ISBN:9G$-411.385-'1
DR" Ifl9G, EdiciollCSSEra. S. A. de C. v,
Cnllc dei Trólb:tjo :11. 14269 Mtxico. D. F.
Illlp'"cSO Y hccho cn México
Pl'illlf'l/ a/ld I/II/(/f' ;" 1\10,:;(0
Este lihl'o 110 puc<lc ser fOIOCOpi:'Hlo, ni rcpmc!uciuo (01;11o p;lrci:lhn~llle,
por ning:llll medio o método. sin la rnHOl"i7.:'ICi6npor ('snito dei editor.
Thi.( lultlk 11m." 11M b(, f/'jlf(l(/lIcl'Il, i'l lItltof(! ar ill Im,,',
in flll)'JUI1I1, lI'iI/wlIl "lI"ill,," pf'J1l1i.uiOlI from Ih •• plIMúhns.
Índice
!ntroducción, 11
I. DE LA CRISIS A LA MODERNIZACIÓN, 17
La crisis, madrc de todas las modernizaciones, 19
Crisis y empresarios, 26
lI. Dos REQUISITOS PARA EL ACUERDO MODERNIZADOR Y UN
PROGRAMA, 39
Primer requisito: lIn nllevo aCllcrdo político entre empresarios
y gobierno, 40
Scgundo requisito: la reforma dei Estado, 54
Hacia la unidad programática de los emprcsarios, 63
EI gobiel11o y sus programas modemizadores, 69
m. PRIVATIZAR ES MODERNIZAR, 71
EI inicio privatizador, 75
De lIeno en la privatización; 79
Los compradores de paraestatales, 87
La ingeniería privatizadora, 90
La gran subasta de los bancos, 93
Los nuevos banqueros, 99
Casos de la venta bancaria, 105
La modemidad privatizadora dei campo, 108
TV. LA MODERNA APERTURA ECONÓMICA, 119
Ape11ura comercial, 123
La inversión extranjera, 127
.r•.,.••••••••••;.
!.:.•••••••••.,.'.,.,.i.,
•.~
I
'~).J
••
EI Tratado de Libre Comercio y los
el11presarios mexicanos, 130
--;'"j --
•••••••••••••••••••••••••••
V. LAS MODERNAS RELACIONES LABORALES, 139
Un dillcil acuerdo por la prodllctividad, 143
EI empresariado ante la modcrnización laboral, 148
ANEXO: Los bancos almol11cnto de su reprivalizaeión,
Notas, 173
Bibliografia, 199
155
AIIMSA
AMCB
AMIS
ANEP
ANEPC
ANIT
Asemex
AT&T
l1CH
BMV
Canacintra
Canaco
CAPS
CCE
rFE.c:::r
CEMAl
Ccmex
Cctes
Comccso
CMIJN
CNA
CNC
COECE
Conacyt
Conc3m in
LISTA DE SIGLAS
Altos Hornos de México, S.A.
Asociación Mexicana de Casas de Bolsa.
Asociación Mexicana de Instilllciones de Seguros.
Acuerdo Nacional para Elevar la Prodllctividad.
Acuerdo Nacional para Elevar la Productividad y la Calidad.
Asociación Nacional de Jndustriales de la Transformacióll.
Aseguradorn Mexicana.
American Tclegraph &Telephone.
Banco eleCédulas Hipotecarias.
Bolsa Mexicana de Valores.
Cámara Nacional de la Industria de la Transformaeión.
Cámara Nacional de Comercio.
Celtifícados eleAporlación Patrimonial.
Consejo Coorelinador Empresarial.
Centro de Estudios Eeonómicos dei Sector Privado.
Consejo Empresarial Mexicano para Asuntos Internacionales.
Cementos Mexicanos.
Certitlcados de la Tesorería.
Consejo Mexicano de Ciencias Soeialcs.
Consejo Mexicano de Hombres de Negocias .
Consejo Nacional Agropecuario.
Confederación Nacional Campesina.
Coordinadora de Organismos Empresariales para el
Comercio Exterior.
Consejo Nacional de Ciencia y Tccllología.
Confederación Nacional de Cámaras Industriales.
7
INTRODUCC1ÓN
En México se hall procluciclo, CGn relativa rapidez, UI1 gran número de
cambios que tiencn efcctos profundos en la cstruetunl de dOlllinacióll cn el
país. Las relaciones entre las c1ases sociales de éstas COIl los gobernantcs
se l1lodificaron en importnlltes aspectos. !-Ia cambiado el papel que caclH
segmento soci(ll venÍ8 cLll1'1plienclo en la estructura ele poder. Ello tiene
mayor relev3ncia, como pucde entenderse f<.lcilmcnt'e, en lo que se refierc
ai sector más poderoso econômica y socialmente, es cleeir, el gran empre-
sariado nacional,
Ellla úllima década se rue tejicndo un acuerdo eseneial entre este sector
y el grupo gobernante. En especial, durantc el sexenio de 1988-1994 se
collsol idaron los nuevos v ;llcuios 1'0Iiticos establecidos entre am bos actores
saciales y se dia paso a una profunda recomposición econômica. Éste es eI
lema que abordn la presente obra.
A I terminar los ochcnta, la palabrn modernizaC'iún se volvió lenguajc de
liSO corrientc CIl Méxic.o, como suele oClIt'rir con todas las expl'csiollcs que
el gobicrno en turno uti liza para denominar a sus programas y publicar StlS
acciones. Gobernantes~ cmpresarios y algl.lllos illtelectuaies hablaban
continuamente de modernizar el país. En cl scxenio salinista losprogl'olllas
modernizar/ores se disenaron para la indllstria y el comercio, yn sean gran-
des, medianas o pequenas empresas; para el campo, la cc!ucación, los ener-
géticos, la producción científica y tecnológica, los servicios Y:también, para
el Estado. Se repetía una y otm vez que era necesario modernizarlo lodo.
Baja el gobierno de Carlos Salinas las autoridades cntcnclieron moder-
nizar como puner ai día ai país, superar la crisis y entrftf aI Illundo c1esa-
rrollado mediante la consolidación delnucvo modelo económico y social.
Los gol)(.:~rnantes hicieron slIYos plenamente el discurso neolibcral y los
11
••
~••••••••••••••••••••••••••••
proyectos económicos disefíados por los centros linancieros mundiales, asi
C01110 las demandas empresariales) tanto nacionales como extranjeras; su
principal objetivo fue la inserción dei país enla economia internacional bajo
las nuevas modalidades derivadas de lo que se ha dado en Ilamar
globalización.
EI Estado mexicano ha sido el protagonista principal dei conjunto de
medidas adaptadas para abrir paso a este proyccto modernizador pese a que
entre los propósitos centrales ha estado la drástica reducción de participación
estatal en la economia. Es el Estado el que ha de modernizar a la sociedad
mexicana; bajo su tutela los mexicanos habrán de producir más y mejoL los
hará competitivos en elnivel internacional; es la burocracia estatal la que
habrá de conducir a los empresarios nacionales a la realización de nuevus
y grandes negocias, definielldo:, cn buen3 medida, la conformación y rear-
ticulación de los grupos linancieros emergentes; es el poder estatal el que
se Jl1uestnl tolerante, prOl11ueve y da unas garantías ai crecimiento de la
inversión extranjera sin precedentes en .Ia historia. Se trata -se decía- de
fortalecer a la sociedad civil, ya no ai Estado, pera sin qne aquéIJa actúe por
si sola pues ello ya implicaria un aspecto que la model'llizaciól1 de los goher-
nantes no incluyó durante todo el sexenio de Carlos Salinas: eI de la política,
el dei desarrollo democrático .
Por otra parte, en el discurso empresarial, modernizar ha significado hasta
ahora, principalmente, una serie de exigencias ai gobierno. Los grandes
empresarios pidieron, antes que nada, la privatización de todo, poner en
venta las empresas estatales. Oebia acabarse -senalaba- el Estado que
com pite con la iniciativa privada en la aetividad económica, para dar paso
ai Estado que eficientemente crea las condiciones para e[ desempeno dei
capital privado.
A partir de eslo, para los duelios dei capital, modernizar es abrirse aI
exterior, tener una economía' sin regulaciones ni trabas para permitir la
expansi6n y la asociación de la grall empresa eOIl el capital extranjero, dando
paso a la más ]ibre cOlllpetencia. En t::Icorto plazo, abrircamino a la Illoder-
nización exigía abatir la inflación, lo que a $lJ vez significaba eliminar el
déficit público, o sea, reducir en forma drástica el gasto coniente, la inver-
sión pública, los subsidias y cl servicio de la deuda. Para los empresarios,
la modernización de México requiere la profundización de la reforma fiscal
12
de manera que la carga impositiva les sea disminuida a ellos. Se necesita
también una reforma educativa quc abra las puel1as de los particulares. Y se
reclama, en forma tajante, la reformulación de los términos de la relación
laboral. Modernizaciónes, en suma, [o que los empresarios entienden por
una mayor pal1icipación de la "sociedad", es decir, eliminar la excesiva inter-
vención gubernamental, para dar lugar aI desarrollo dei papel protagónico
de la Ilamada iniciativa privada cn los procesos económicos, politicos y
sociales .
La politica económica Ilevada a cabo durante el sexenio J 982-1988, con
la drástica reducción dei gasto social. el inicio dei proeeso de privatización
de las empresas públicas, cl impulso ai surgimiento y desarrollo de grupos
financieros, el despi iegue de la entonces Ilamada reconversión industria I, los
intentos de reactivar el sector exp0l1ador y el ingreso de México ai GAn', así
como el violento descenso dei sala rio real, sentó las bases que hicieron
posibJe el despliegue de la política JIIudemizaduru de la administración
salinista. Lo que entonces se anunció como bases dei eambio es/rue/um!
logró, en efecto~abrir el camino para el despliegue de UIl nucvo modelo
socioeconómico, anunciado COIl gran revuelo en llll contexto internacional
especialmente propicio.
Es Carlos Salinas, como candidato pri ista a la Presidencia de la República
y en sus afíos en e] gobjerno~ qllien hace de la ll10denúzación un lema que
identifica su programa y SllS actos de gobierno. Y, simll[táneamente, es a
partir de la campaiia electoral de 1988 y a lo largo de los primeros allOS dei
sexenio salinista, cu ando sectores dirigentes dei empresariado mexicano
ar1iculan lIn detallado pograma modernizador y se disponen a iniciar una
nueva etapa en el quehacer económico y político de los capitalistas mexi-
canos, ai ver puestas en práctica, como acciones de gobierno, muchas de sus
viejas y anheladas demandas .
Todo lo senalado, sin embargo, no hubiera podido desplegarse con tal
franqueza sin la recomposición de las relaciones entre dirigentes empre-
sariales y gobernantes, [as cuales cn allOS anteriores habian sufrido lIn
persistente proceso de deterioro, especialmente con la nacionalización de la
banca decretada en 1982 por el entonces presidente José López Portillo. A
lo largo dei gobierno de[amadridista y no obstante los precarios resultados,
la burocracia gobernante re(llizó Ilumerosos esfuerzos para recompoller t(lles
13
relaciones. Será a partir de 1988, en condiciones pollticas sumamente
difieiles para el grupo en el poder y bajo una situaeiôn de crisis econômica
quc parccía habcr tocado fondo. cuando empresarios y gobierno arriban ai
grol1 acuerdo que tiene como eje la ll1ulticitada l11odern;zacióJ1.
EI surgimiento de [111nuevo programa gubernamcntaJ. alll1dentro de los
cauces dei priismo. es la respuesta estatal a una larga crisis que se produjo
luego dei agotamiento de un viejo modelo de erecimiento econômico y ordc-
naciôn social. basado en la centralidad de la funeiôn eeonôm ica dei Estado,
lantu pur la regulaeián legal de la economia como por la eanalización de
grandes recursos hacia la actividad productiva. comercial y de servieios bajo
el mando de funcionarios públicos. La protección de las empresas y la
produceiôn naeionales. los subsidios. cl crecimiento de las empresas
públicas y el severo déficit presupuestaJ. cntre otros, fueron pautas que
gradualmente se desarticularon. promovicndo desequilibrios en la economia
y generando una enorme corrupción.
La crisis econômica -clmarco de recesión-inflación- se COl1virtió CllUIl
factor decisivo en la modilicación de las eoneepeioncs y programas de la
burocracia gobernante. ante la anscneia de grandes fuerzas politieas y
soeiales que sostuvieron plataformas alternativas diferentes a las que
provenían de los círculos teocráticos dei gobierno y gran empresa privada.
Esa misma crisis generó una reariiclIlacióll de gran capital: los grupos eco-
nômicos se desarrollaron más rápidamente en los anos de turbuleneia que
en las décadas de estahilidad. Como veremos. no se trata solamente dei
crecimiemo y crcación de cmporios cmpresariales. sino de una cOllcen-
tracióll de nqueza CI1 unos cualltos grandes capitallcs de las tinanzas, la
industria. el comcrcio y los scrvicios. En tal direeciôn, el capital financicro,
quc centra Iiza el mando sobre numerosas empresas de diverso tipo, fOlia-
leeiá su pusieián de Iiderazgu indiscutible dentro de la clase de los capita-
listas y elevó notoriamente su influencia en la economia y en las deeisiones
de los órganos estatales.
En térm inos gCllcra les. junto a Ins pcl it icas gubernamcntaies, la voz aqui
analizada es la de algunos grandes empresarios y la de los directivos de sus
principales agrupamientos. A difcrcncia de lo que suecdia a1'iosatrás, dia-
riamente y en tooo lo~ I11crlim; rle conlllnic~cióll cs~ voz ~horrl~los más
diversos e impol1antes temos dei momento. Prácticamente no existe proble-
14
málica sobrc la cuallos representonles empresariales no externen sus p"ntOS
de vista, cn forma tal que la opinión pública ya se ha familiarizado con cllos.
Es eiel10 que ai seguir los puntos de vista de los grandes duenos dcl capital
o dc los dirigentes de las organizaciones empresariales se está estudiando a
un rcducidismo núcleo de personas. Sin embargo, como se verá. es esc
pequeiio grupo el que represcma los princípales intereses capitalistas en
nuestro pais; eneabeza el progroma modernizador y en esa medida. pese a
los cuestionamientos Cnsu eontro, representa hoy a esc diverso y disperso
conglomerado social que se denom ina clasc capitalista, es deeir, los dueilos
de la industria y la agroindustria. el comercio, los servieios y el dinero.
Se trata de un núcleo social que sc fortaleeió bajo la erisis eeonómica.' Ha-
blamos dC-llIl número rcducido de individuos que controlan la mayor parte
dei capital privado dei pais; cabczas de todos los principales grupos eco-
nómicos; los únicos posibles compradores de las empresas paraestatales
puestas a la venta. inc.luidos los bancos; representantes. en el país, de una
considerable partc dei capital extranjero: due,ios de las poeas cmpresas que
eoncentran !loy la actividad exportadora dei país; dirigentes (formoles o de
facto) de easi todas las agrupaciones patronales. Ias voluntarias y las que la
ley establece; ascsores presidenciales; ideólogos, muchos de ellos dei sector
empresarial; ínterloeutores todos y únicos beneficiarios de los programas
l11odernizadores dei gobierno.
La recomposieión que se ha producido en estc sector dei capital privado
mexicano y el Iluevo esquema socioeconôm ico en el que sus integrantes se
inse'1an cn forma protagónica !lan modificado sustancialmente la eompo-
sieión de las diferentes fraccioncs empresariales, unificando muchos de los
puntos de vista predom inantes cn cl gron empresariado y homogeneizando
su vínculo privilegiado con cl poder estatal.
Es nccesario, Jlor esto, el análisis pormenorizado que permita distinguir
las diferencias entre los integrantcs de esa cúpula empresarial, SllSdistintas
opiniones sobre varios aspectos dei proceso modernizador, la feroz eompe-
tencia econômica desatada entre ellos, los dive-rsos y complejos vínculos que
establecen y la manera en que unos son más favorecidos que otros por el
grupo gobernante.
En sus declaraeiones y estudioso los emprcsarios han dado múltiples
definiciones y han senalado diversos mati.ccs sobre la l11odel'11ización dei
15
••••••.1•••••••••••••••••••••••••••I.
••••••••••••••••••••••••••••••••••
país. Durante los últimos anos, prácticamente cualquier tema de la vida
económ ica, social o política ha tenido que ver con aquélla. Sin embargo, se'
pueden ubicar tres aspectos centrales en los que se sustenta, en los hechos .
lo que !la ido adquiriendo perfil de un definido proyecto empresarial: la más
amplia privatización económ;ca, la más completa apertura ai exterior y la
reestructuración y flexibilidad de las relaciones laborales.
Alrededor de estas elementos centrales se dia elnuevo encuentro entre
empresarios y gobierno, quienes en "estratégica alianza" y en elmarcode
una profunda "reforma" de Estado~ iLl:lIUII, op~ilf1isl(JS, la bandera de la
lI1odemizacio17 e, implacables, sometieron a la nación a sus dictados.
En efecto, como veremos, uo se trata de nuevas demandas, ya que todas
ellas !lan ido enarboladas en diversos momentos por algunos sectores dei
empresariado y, desde !lace por]o menos quince anos, repetidas cada vez con
más energia. Lo peculiar, por tanto, es que éstas se Ilevan a la práctica,
a11iculadas a un proyec1'O Il1;1S generaL en cl que se reestructuran las rela~
ciones de dominación en la sociedad mexicana. Detenerse a analizar estas
aspectos permitírá apuntar las perspectivas que se !lan abierto para la clase
dominante, los cambias operados en su interior y los retos que enfrentará,
en consecuencia., la nación mexicana en los próximos anos.
]6
",,
I. DE LA CRISIS A LA MODERNIZACIÓN
Desde principias de los anos setenta, con el gobíerno de Luis Echeverría, y
a lo largo de toda la década de los ochenta, el poder dei Estado fue a la
búsqueda de ]0 que desde entonces empezó a lIamarse "modernización dei
país". Se probaran estrategias diferentes, muchas de ellas impugnadas abier-
tamente por los detentadores de] poder económico. Por momentos pesó la
inercia deI modelo seguido durante tantos afios; en otras ocasiones, la vorá-
gine de la crisis hizo que se nublaran las perspectivas, que cada uno de los
duefios dei capital viera por sus propios y excluyentes intereses y que, por
tanto, los aliados dei proyecto modernizador parccicran ser sus enemigos .
Veinte afias han transcurrido desde entonces. Dos décadas en las que
a]gunos procesos pudieron ya madurary otros mostrarse recientemente con
plena claridad. Es un periodo en el que el país vivió serias desajustes, se
lanzó a la búsqueda, hubo lucha. Finalmente, empresaríos y gobernantes,
ante la ausencia o debilidad de otras fuerzas aJiiculadas, encontraran en la
lI1odernizacÍó17 la forma de consolidar nuevas relaciones dentro dei bloque
dominante y la pauta para reconquistar un país que la crisis modíficó
considerablemente .
No es propósito de este trabajo hacer un minucioso recuento de esas dos
décadas, pera se hace necesario, ai menos, seJlalar sus rasgos principales a
fin de entender los grandes cambias que se observan en los últimos afias;
descubrir el origen dei nuevo sector empresarial dominante y desentrafiar
el sustento de la actual política que permite el amplio despliegue de la fuerza
económica y política de ese seclOr.
Durante los últimos quince afias, los empresarios mexicanos se empe-
l1amn en hacer predominar una visión que los exculpa de toda responsa-
bilidad en e] deterioro de la economÍa nacional y de las condiciones de vida
17
de la mayoría de los mexicanos y que, en cambio, ubica la causa de la crisis
económica en el gasto público, la corrupción y el dispendio gubernamen-
tales.' Pero además, los capitalistas no sólo salieron sin responsabilidad de
la crisis, sino que algunos dcstacados representantes de esa clase social
obtuvieron de ésta enormes ganancias. Bajo la misma lógica, para ellos la
recuperación económica debía atravesar necesariamente por la privatización
de las empresas estatales, cierta desregulación de la economia y un nuevo
papel dei Estado. Todo el10 se hace aparecer ahora como solución aI pro-
fundo desajuste económico que el pais vivió en aquellos aiios críticos.
Pero la prolongada crisis que azotó aI país también dejó ver el tipo de
gran empresariado que se había forjado cn México en los a,ios de estabilidad
económ ica y de control y proteccionismo cslatal: un scctor privado que, eu
términos generales, carece de visión nacional y que frente a la adversidad
económica responde sólo por sus intereses particulares. En realidad, la
scvcridad de la crisis en nuestro país no sólo correspondió a la política
aplicada porquienes tenían la responsabilidad gubernamentaJ, sino también
a la conducta adoptada por los dueiíos dei capital que, impasibles, contem-
plaron la nestmcción de la planta productiva nacional; enérgicos, impusieron
el creciente deterioro de los salarios de sus trabajadores e, indiferentes,
optaron por la especulación y la exportación de sus capitales, cuando todo
ello les reportabajugosas ganancias a un alto costo para el pais. Un sector
que, después de 10selialado, no titubeó en culpar aI gobierno dei deterioro
económico y, cuando se decidió a emprender la acción política abierta,
desató campa lias de rumores y apoyos a la oposición conservadora agudi-
7..andoel clima de inestabilidad.
La opinión pública no ocultó su asombro cuando los medios de comu-
nicación informaban de los enormes recursos líquidos de algunos empre-
sarios nacionales con los cuales adquirían importantes empresas estatales
y, particularmente, los bancos. Las cifras billonarias en las que fueron
adquiridas las instituciones de crédito (varios de los nuevos banqueros
declararon incluso que les resultó "barato") y los audaces proycctos dc
inversión en el extranjero de algunos grupos industriales con pretensiones
de convertirse en lrasnacionales son sólo dos botones de muestra dei
cuantioso capital que pocos empresarios se permiten exhibir públicamente.
i,De dónde provienen tan sorprendentes sumas de dinero? i,Qué es lo que
18
! .
explica que a la sombra de lo que aparecia como severa dificultad econó-
mica, ausencia de recursos bajo una .inflación desbocada y severo control
dei salario se haya podido acumular tal cantidad de riqueza? i,De dónde ha
surgido la capacidad económica de empresarios como Roberto Hernández,
cuyos antecedentcs relevantes no van más aliá de la década de los ochenta
y nunca desarrol1aron actividades productivas, pel'o pueden hoy controlar
el principal banco y grupo financiero deI país? i,Cómo surgieron algunos
nuevos emporios, como el poderoso grupo Carso-Inbursa, el mayorconsor-
cio industrial=-financieru tlc::l país, 4uc:::eu pocos aJ10s ha pasado a controlar
un enorme número de emprcsas y es decisivo en varias ramas de la econo-
mía, y cómo sortearon algunos otros serias dificultades financieras para;
como succdió con Alfa, mantenerse dentro de los primeros lugares en la
lista de los más importantes grupos a pesar de haber estado en franca
insolvencia ai inicio de la década de los ochenta? i,Quiénes son los empre-
sarios que hoy dominan dentro de la clase capifali~ta mexicana, quiénes los
que sostienen con vehemcncia el l1amado proyeclo modernizado/', cómo
intervienen en la actual política gubemamental y qué vinculo han establecido
con la nueva burocracia dei Estado?
LA CRISIS, MADRE DE TODAS LAS MODERNIZACIONES
Hacia principios de la década de los setenta, los indicadores económicos
mostraban el fin de los alios de estabilidad, de sostenida industrialización dei
pais, de altas tasas de ganam.:ia, t1~ lIlíuillla inflacjón y plena seguridad cn
las inversiones.' EI agotamiento de una forma de acumulación de capital
específica, desarrollada en México durante tres décadas consecutivas, trajo
como consccucncia mós de diez anos de crisis económica, con Sl1S depre.
dadores fenómenos de recesión, inflación, fuga de capital y conversión dei
país en tribufario de los grandes centros financieros. Con todo ello se da,ió
la esfructura producfiva exi~tente; secontrajo el mercado interno; se dete-
rioraron de manera dramática las condiciones de vida de la mayoría de la
población mexicana, generando que un sector grande de ella viva en condi-
ciones que se denominan ahora de "extrema pobreza"; se causó una grave
descapitalización y el empobrecimiento dei campo; se dejó sin empleo a
19
-----.l
i.I.
I
••
••••••••••••••••••••••••••
millones de trabajadores: se lIevó a la quiebra a miles de empresas, espe-
cialmente pequeiias y medianas, pero también alglmas grandes salvadas con
los recursos públicos.
Toda crisis entrana un problema de realización y de alguna manera un
estrechamiento dei campo de las inversiones,con las conocidas bajas dei
ritmo de crecimiento dei empleo. Más recientemente, la inf1ación se asocia
a la crisis económica, con una fuerza tal que depauperiza rápidamente a
grandes franjas de la sociedad, pero también favorece a otras, especialmente
las ligadas a la especulaciún. Tudo esta ocurrió en México, poco a poco, en
medio de un cada vez mayor deterioro de las finanzas públicas y un rápido
endeudamiento, no solamente dei Estado, sino también de las empresas
privadas .
AI lanzarse hacia adelante la plataforma petrolera dei pais, cuando el
precio dei crudo subia incontenible en elmercado intemaeionai. Ias cuentas
de.!Estado paredan ai fin balancearse y generar un efecto de multiplicación
económica hacia los negocios privados. Pero ya la crisis estaba en curso .
En los aJ10s anteriores a 1976 la economia nacional crecía bajo una gran
presión dei gasto público que se expandia como por magia sin que la recalJ-
dación fiscal se incrementara realmente. EI consumo rebasaba la inversión
productiva, hasta que el petróleo se presentó como la salvación. "Seremos
ricos", afirmó el entonces director de Pemex y, tras esa euforia, los grupos
financieros dei país acumulaban grandes sumas de dinero líquido, pero no
impulsaban suficientemente la inversión productiva privada.
Con tan cuantiosos recursos, empresarios y gobierno vislumbraron el
renacimicnto de México en la 117ode;nidad.Modernizar ai país -<lecía en
amplia retórica el entonces presidente-era convocar a una mayorproducción
y productividad, superar el rezago tecnológico, reafirmar el cam ino de la
economia mixta y, también, descentralizar, impulsar "un nuevo esquema
de desarrollo industrial", completar la infraestructura y hacer eficiente la
producción agrícola.4
Cuando el precio dei petróleo cayó, el Estado y las mayores empresas
privadas habian incrementado sus deudas con el extraJÜCro.EI país acrecentó
rápidamente su carácter de nación deudora y sus obl igaciones de pago no
tenÍan relación con su producción y sus exportaciones. La crisis dei petróleo
fue la supresión súbita dei paréntesis dei auge mundial dei crudo y dei
20
aumento de la plataforma de exp0l1ación de Pemex. Pero sólo eso. Detrás
de todo, la crisis económica existia, pero ahora se presentaba con mayor
fuerza, pues el país estaba mucho más endeudado y las finanzas públicas
se encontraban en total bancarrota: ai día siguiente de la expropiación de la
banca privada, el Banco de México no tenía, sencillamente, divisas; todas
las habían sacado dei pais los duenos dei dinero, con tan sólo enviar órdenes
desde los tele.tipos de las illstituciones bancarias.
De la Madrid planteó, entonces, cl "cam bio estructural" y la "planeación
democrática". 1::1 nuevo programa dei gobierno abarcó inmediatamente la
definición precisa dei sector estatal, la apertura de la banca nacionalizada
hacia el sector privado, con e134% dei capital, la creación de un mecanismo
estatal para asegurar el servicio de la deuda externa privada, la creación de
la Ilamada banca paralela, el ingreso de México ai GAIT y el inicio, aunque
con poco éxito, de la privatización de empresas dei Estado. La crisis, sin
embargo, persistió en lugar de menguar.
Así. Iamodernización fue concebida como la anulación dei déficit público
con el.neccsario retiro dei Estado de las actividades empresariales. Moder-
nizar es considerar que la sociedad debe decidir con sus propias fuerzas
económicas qué debe producírse, para quiénes y bajo qué condiciones. El
Estado rector debe entonces emitir leyes y disposiciones para encauzar la
economÍa. La libre empresa es la solución de la crisis, que justamente se ha
producido -según se dice- debido ai gasto social incontrolado y a la falta
de garantias para los negocios.
Los grandes empresarios, acusados de saquear ai pais, se presentan nueva-
mente en la palestra, pero ahora como salvadores de la patria gracias a que
ellos si podrán invertir, de lo cual depende la suerte dei resto de los más de
80 millones de mexicanos. Los dólares, sin embargo, tardarían seis aJ10sen
empezar, a cuentagotas, su regreso .
La continuidad y profundización de la política económica de Miguel de
la Madrid, por el que fuera su sec.retario de Program3ción y a partir de 1988
presidente de la República, fueron alentadas por la recuperación económica
que empezó a observarse durante el primer al10 de gobierno de Carlos
Salinas .
EImétodo para encarar la crisis, no resuelta bajo De la Madrid y tampoco
realmente por Salinas. consistió en tres mecanismos principales: el Pacto
21
I'
para la Estabilidad y el Crecimiento Económico (PECE),la renegociación
de la deuda externa pública con la consecuente apertura ai exterior e inte-
gración con el capital extranjero, y la superación de la crisis de las finanzas
públicas.
EI PECEfue un mecanismo de regulación de precios, es decir, un dique ai
fllllcionamiento libre dei mercado, a partir de la consideración de que era
necesario atemperar las diferencias no justificadas de precios de diversos
productos y servicios. Con ello, el gobierno logró que los propios empre-
sarias lllovieran los precios de sus produetos y servi cios en la fonl13 más
ordenada posible, a cambio de que el Estado realizara incrementos a los
suyos mediante el acuerdo previo con las organizaciones empresariales.
Pero, antc todo, la basc firmc cn la quc sc movió cl PECEha sido la austcridad
salarial que pennitió quc se mantuvieran aquellas inmensas pérdidas en las
percepciones dei trabajo y, aún más, que continuara el deterioro salarial en
grandes franjas de la fuerza laborai.
EI objetivo central dell'EcE fue la.recuperación de la tasa de ganancia y
una relativa estabilidad de precios que permitiera a las empresas planear
sus inversiones. Sin embargo, la estrategia deI gobierno y los grandes empre-
sarios no garantizó por si misma la ampliación deI campo de las inversiones,
ai menos en el nivel necesario para remontar diez aílOSde desinversión en
sectores clave de la economia.
Como instrumento antinflacionario, el gobierno se comprometió, prime-
ro, y logró después, liquidar el déficit de las finanzas públicas. Más alIá de
este objctivo, se inauguró una etapa en la que el Estado se convirtió por un
tiempo en superavitario, con lo cual recogia de la socíedad mayores recursos
que los que devolvia a ésta.'
La política económica fue encauzada, así, hacia la disminución dei con-
sumo como medio de control de la inflación. Toda pujante relacíón con el
exterior fue condicionada desde el gobierno a la conquista de una tasa de
inflación semejante a la de Estados Unidos. De esta manera, el crecimiento
de la economia no pudo desbocarse hacia las tasas históricas dei pais debido
ai fuel1e riesgo de un mayor crecimiento de los precioso Asi, una de las
mayores promesas de la política económica oficial-alcanzar un incremento
dei 6% en el producto interno hrmo-, sencillamente fue sustituida por otra:
mantener el crecimiento de la economia por encima dei aumento de la
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r
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población. En ese marco surgió una nueva versión dell'EcE: el Pacto para
la Estabilidad, la Competitividad y el Empleo,
La otra via principal de la estabilidad y posterior recuperación económica
fue la renegociación de la deuda externa. EI gobierno logró en 1989 un
ahorro de alrededor de J 500 millones de dólares en el servi cio anual de la
de\lda pública con el extranjero. Este acontecimiento no representó en si
mismo un elemento decisivo cn la estrategia gubernamental, pero permitió,
por una parte, iniciar el camino de las reducciones de saldos'l', por la otra,
n::l,.;u1J1ar la capacidad de captación de ahorro externo por parte de la
economia mexicana, perdida casi totalmente a partir de la situación de
insolvencia en que se habían ubicado el Estado l' no pocas de las grandes
empresas privadas.
La mitad de la deuda renegociada se pactó con un interés anual de 6.25%,
significativamentemenor que cl predominante en el mercado, lo que para
J 992 se tradujo en pérdidas cuando las tasas de interés habían bajado en el
sistema financiero internacionai.'
EI Producto Interno Bruto dei país logró tasas de crecimiento positivas
aún modestas (1989: 2.9%; 1990: 4.4; 199 I: 3.6; 1992: 2.6; 1993: 0.4), pero
ya suficientes para que el gobierno considerara que la crisis había desapa-
recido, a pesar de que 1992 fue un ai'iode desaceleración de la producción
industrial, lo que marcó el inicio dei fenómeno de contención dei crecimien-
to. Por su parte, el rápido incremento de las importaciones y los indicios de
que las exportaciones no podrian mantener el ritmo de expansión alcanzado
hasta 1990, arrojaron saldos muy desfavorables en la cuenta corriente de la
balanza de pagos.'
La modernización es entendida también como una acción tendiente a
entrar en la disputa por los capitales. En esa dirección, la politica económica
ha promovido cambios legislativos y rcglamcntarios de grnn importancia.
EI primero de ellos fue la emisión de un reglamento de la ley para fomentar
la inversión nacional y regular la extranjera, lo que abrió nuevos cambios
para los inversionistas foráneos. EI segundo fue la apel1ura de la bolsa ai
capital deI exterior, mediante una nueva legislación.
En relación con las nuevas facilidades para las empresas extranjeras, el
resultado inmediato fue la creación de 2 028 nuevas sociedades entre 1989
l' 1991, de las cuales I 280 son de capital foráneo mayoritario l' las restantes
23
••••••••••••••••••••••••••••••••••
•••
."l"••••••••••••••••••••••••••••••.'
748 con capitai mexicano predominante en las que los empresarios nacio-
nales invirtieron solam ente 585. I milJones de dólares, frente a una inversión
extranjera total, en empresas y en cartera, de] 7 789.] milJones de dólares,
en ese mismo lapso.9
La mayor parte de la inversión extranjera que ingresó aI pais hasta 1994
se alojó en la Bolsa de Valores y proviene de [ondos privados, general mente
de pensiones o de otros instrumentos de ahorro, que se canalizan a través de
American Depositm~v Receipts (ADR) y de la compra directa de valores y
banas cn eJ.mercann. Este tipo de operaciones busca la rcalización de uti li~
dades persistentes, es decir, concurre ai pais debido a la existencia de una
inflación bursátil y unas tasas de utilidad y de interés considerablemente
mayores que las predominantes en Estados Unidos. La inversión en cartera,
ai cierre de ]993, era de 28 43] milJones de dólares. En el último informe
de gobiemo, Carlos Salinas declaró: "Entre 1989 y julio de 1994 los flujos de
inversión extranjera ascendieron a casi 50000 milJones de dólares, con lo
cual se duplicó la meta sexenaL Globalmente, el superávit en la cuenta de
capital de la balanza de pagos fue de 3 I 000 millones de dólares en ]993, y
el flujo de recursos foráneos en el primer semestre de 1994 ha sido de ]2 000
miJlones de dólares." EI 31 de octubre de ] 994, las reservas dei Banco de
México ascendieron a 17242 millones de dólares. 10 Esta circunstancia
amarraba ya toda la politica financiera dei pais y, especialmente, elevaba
la importancia dei comportamiento de los mercados bursátil y monetario .
Salinas consideró siempre la captación de ahorro externo como un com-
plemento dei interno. Más aún, en la visión dei gobierno, la inversión foránea
gcncraría una iendcncia hacia d f0I1alecimiento dei ahorro doméstico. La
realidad fue exactamente lo contrario: en el transcurso de la segunda mitad
dei sexenio salinista el ahorro interno pasó de más dei 20% dei PISa "niveles
cercanos ai 15%" hacia 1994.11
La apertura comercial consistió en la rebaja unilateral de los aranceles y
la eliminación de los permisos previos a casi todos los productos. Estas
decisiones, tomadas de manera discrecional por eJEjecutivol se cOl1virtieron
en la tarjeta de presentación en las negociaciones dei Tratado de Libre
Comercio con Estados Unidos y Canadá. Todo el tiempo usado en la redac-
ción dei TLC fue aprovechado por el gobierno mexicano para promover
inversiones estadounidenses en el pais, de tal manera que cuando se vis-
24
r lumbraban algtmos problemas en la mesa de negociación, los capitalesforáneos en caI1era se movian, provocando reducciones en el índice gene-
ral de la Bolsa de Valores,
La apertura unilateral dei comercio exterior no sólo significó el abandono
de la vieja via de sustitución de importaciones, sino también una presión
más grande, proveniente dei gobierno, sobre la mayoría de las empresas
cuyo nivel técnico se encuentra muy por debajo dei estadounidense. Se
trataba, en efecto, de una modernización productiva forzada desde arriba y
promovida a través de los instrumentos de la política económica dei Estado .
La apertura comercial tuvo el propósito central de reducir el ritmo de
crecimiento de los precios mediante una competencia con los bienes de impor-
tación que presionara sobre los productores nacionales, lo cual generó ai
mismo tiempo una sustitución de producción interna por compras foráneas
de mercancias más baratas.
De los tres mecanismos principales en que se basó la estratcgia gubcr-
namental, la apertura comercial y financiera hacia el exterior, consecuencia
de la renegociación de la deuda externa tal como se lIevó a cabo, constituyó
el pllnto fie i1111<=trre Cjuepronto generó una Illleva crisis dei finaneiamiento
dei pais y, por esa vía, de la economia en su conjunto.
La devaluación de la moneda mexicana, producto dei retiro deI Banco
de México dei mercado cam biario a finales de diciembre de 1994, expresó
una insolvencia provocada por la emigración masiva de capitales ubicados
en los mercados de dinero y capitales. Enunas cuantas semanas, las reservas
internacionales dei pais, de más de 17 000 millones de dólares, ya disminui-
das durante el alio, cayeron prácticamentc a nada, si se toma en cuenta que
los depósitos mexicanos en los organismos multilaterales son parte de [a
reserva pcro no pueden operarse directamente.
EI inmcnso déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos, asi como
la naturaleza especuladora de los capitales captados para cubrir ese déficit
fueron factores seIlalados con insistencia como elementos nocivos para la
economia, sin que el gobierno de Carlos Salinas se propusiera medidas
efectivas para hacerles frente antes dei desencadenamiento de la crisis. En
realidad, el modelo en el que se inscribió la apel1ura comercial y financiera
desencadcnó proccsos que no podían ser dctenidos sin modificar las bases
mismas de la poJitica económica .
25
Las metas niac.raec.onómicas para 1995, expresadas tanto en los c.ritcrios
gcncrales de política económica para ese alio, como en el prayecto de
presupuesto enviado a la Cámara de Diputados por Ernesto Zedillo eran:
I) crecimicnto económico dc, por lo menos, el doblc que cl dc la población:
2) tasa de inllación dei 4% anual; 3) equilibrio en las finanzas dei sector
público; 4) estabilidad de los mercados financicros: j) abatimiento gradual
de las tasas de interés, y 6) pol itica cambiaria conforme a lo establecido en
elmarco dell'acto para cl Bicneslar, la Estabilidad y cl Crecimiento.11
Sin ern~argo: pocas días después: el cie-lo tcrriblc de insolvcncia finan-
ciera, dcvaluación, inllación y rccesión volvió a apareccr tras seis alios de
rcforma cconómica pactada entre el gobierno y los grandes capitalistas. Los
planes dei nuevo gobierno se flleron abajo, lo que evidenció que Ernesto
Zedillo los había diseliado sin entendcr la verdadera situación cn la quc se
encontraba el país.
CRISIS Y EMPRESA RIOS
A lo largo de los alios de crisis, cn el sector privado se desarrollan procesos
quc dan por resultado una recomposición dc su propia estructura social,
producto de su mayory más concentrado peso cconómico y de la reubicación
dei capital y las nucvas formas de operacióll de éste. Es decir, ai salir dei
túnel de la crisis económica.hacia 1989-1991, el país se encuentra con un
sector empresarial. si no totalmente nuevo, por lo menos bastante rccom-
puesto. Junto 3 105 viejos y trndiciollOlc5 npcllidos que dctcntoJ1 cl grall
capítal, aparcccn nucvos pcrsonajes, mientras algul10s otras han desa-
parecido de la escena cconóm ica. EI grannúmero de empresas il1cone,xasha
cedido slllllgar a 1I110Scuantos poderosos grupos corporativos, industriales,
comcrcialcs y financicros, que poseen ahora la mayor parte de los recursos
productivos y dinerarios dei país.
La depuración de capitales. resultado inherente a la crisis económica. y
la inyccción dc cuantiosos recursos durante los alios dei boom petrolera,
hicieron que desde la segunda mitad de la década de los setenta se produjera
un impulso sin precedente cn el proccso monopolizador de la economia
mexicana. Ello implicó. cntre otras cosas, una mayor concentración dei
26
•
capital, que lIevaría a la reorganización y desarrollo de los grupos indus-
triales más poderosos dei país.
Es entonces cuando ocurre un rápido crecimiento de gnlpos corporativos
como los cuatro que se desprendieron dei entonces Ilamado Grupo Mon-
terrey, el cual a su vez había surgido a partir de la Cerveceria Cuauhtémoc:
los grupos Alfa, Vitro (ai principio denominado FIC), Visa y Cydsa. También
se desaJTollan otros consorcios como Desc, formado porvarios grupos encla-
vados principalmentc en la industria petroquím ica. EI grupo ICA, de la indus-
tria de la const'rucción: cl grupo minero Peiiole.s, eJGrnpo Inrlll~trial SaJtillo.
así como el Grupo Induslrial Minera México, son algunos ejemplos más de
corporaciones industriales que logran su eonsolidación en aquellos alios.
También se produjo l111modernizador cambio enlas formas de opcraclOn
dei gran capital como resultado de la mayor centr~lización impuesta
emonces, aunque, a su vez, las nuevas fornlas corporativas coadyu~aron ai
desarrollo acelerado de la centralización de los capitales. EI surg11111ento
de las cmpresas tenedoras de ac.ciones, o holdings," y su rápida prolifer~ción
permitieron que el conjunto de empresas individuales existentes, prop,edad
de un mismo grupo de capitalistas, c.ontaran con una forma de admll11s-
traciónunificada a través de la tenedora, y se canalizaranmayores recursos
ai grupo industrial sin poner en riesgo el manejo de sus empresas."
De esta forma. con las holdings se crea una sociedad, la cualmaneja la
propiedad de un ~onglomerado, desapareciendo la propiedad por acciones
de empresas aisladas, con lo que es posible desplegar una estrategla corpo-
rativa "centralizando las dccisiones de inversión, crecimiento y diver-
sificación en la 'holdillg', que sc apoya en los flujos de capital intra-grupo
)' fuera de éL optimizando rendimientos, liquidez y oportunidades, y campos
de inversión con una visión de conjunto. Todo ello con un menor control
fiscal dei Estado"."
La transfonnación operada en la banca a partir de 1975, su conversión
en banca múltiple, conlo que se concentró en una sola instituciónuna.serie
de operaciones antes dispersas y se abrió un rápido proceso de fuslOnes
bancarias." asi como el impresionante crecimiento dei poder dei cap,tal
financier;. mostrado en las cada vez más numerosas e importantcs empresas
vinculada~ conJos bancos, fueron fenómenos de aquelJos alios que se suma-
ron ai imperio oligopólico que ensanchaba y alargaba su cam;no en el pais.
27
•••
'.••••••••••••••••••••••••••••••'.•
•••••••••••••••••••••••••••••••••:
EI grado entonces alcanzado de concentración de la industria, el comercio
y los servicios se apoyó en las políticas proteccionistas dei Estado y en la
transferencia de los cuantiosos recursos que éste realizaba ai sector privado
mediante concesiones, subsidios de toda e1ase, producción de materias
primas destinadas a la gran industria privada v la construcción de orandes• b
obras de infraestructura. Aunque algullos segmentos empresariales veían
con receio la creciente participación económica dei Estado, y en especial
el discurso populista dei entonces grupo gobemante, la mayor parte de esta
cbse social lo aceptaba como requcrimicnto de aquellos ticmpos y, ai fin y
ai cabo, como parte de un proceso que los beneficiaba ampliamente.
Durante todo el sexenio de José López Portillo. con la clara excepción
de 5US últimos actos ele gobierno, se mantuvo ]a política que propiciaba
abiel1amente ese proceso concentrador. La recuperación de la cOI1[ial1za
empresarial en el uuevo gobierno, resquebrajada durante el sexenio de Luis
Echeverría, habia pasado por el apoyo estatal a una serie de proyectos de
inversión con las más grandes empresas dei pais, la compensación a los lati-
fundistas sonorenses afectados en 1975, la reducción y exención de
impuestos, asi como el apoyo con buena cantidad de recursos a los grandes
exportadores, además de una serie de medidas exigidas por los empresarios,
tales como un mayor control dei gasto público y la severa contención salarial.
A paltir de esto, y con los cuantiosos capitales con los que 0.1país contó
a finales de los aJ10s setenta gracias a las exportaciones petroleras y el
desmedido endeudamiento externo. los empresarios. lo mismo que los
gobernantes, se sintieron con las manos lIenas y con recursos que nunca se
açalmrían. No sólo proliferaron los conglomerados corporativos, sino que
los grandes grupos industriales comenzaron entonces una desenfrenada y
voraz expansión, que los Ilevó a multiplicar elnúmero de sus empresas y a
entrar en tina grall divcrsidad de ralllas econólllic~s~ sin racionalidad en
buena palte de los casos .
Si hacia la segunda mitad de la década de los setenta, con la aparición de
las holdings, existíanunos cuantos grupos consolidados, para 1980 cranmás
de 100 los consorcios impoltantes, muchos de los cuales operaban ya a través
de las empresas tenedoras de acciones. La expansión de los grupos fue muy
acelerada en todos los casos. aunque los más espectaculares fneroll los de
Alfa (que en aquel aiío Ilegó a contar con 157 empresas): Visa (que
28
contrai aba 103); el Grupo Chihuahua (63); Vitro (57), y el de Industrias
PeJ10les (54 empresas)."
En el caso de Alfa, el gran número de empresas adquiridas lo lIevó a
diversificar enormemente las ramas en las que pal1icipaba. Además de en
la siderurgia incufsioná en las industrias química, electrónica, alimentaria,
de autopartes, hotelera, en la mineria, la televisión, la construcción, y en
los servicios comerciales y turisticos .
Los bancos que directamente eran manejados por los mayores grupos,
como Serfin que estaba bajo contrai de Visa, Banpaís de Vitro, COlTlcnncx
dei Grupo Chihuahua, Cremi de Industrias PeJ1oles. y los que estaban
vinculados, como el Banco dei Atlántico con ICA, Bancomer con Frisco y
Banamex con un gran número de empresas cn las que tcnía paquetes
accionarios, algunos de considerable importancia como Condumex, Cela-
nese Mexicana, Industrias Nacobre, desempefiaron un papel de primera
importancia en ese proceso de expansión y crecimie,nto.
Pera los bancos no sólo actuaroll para canalizar enormes sumas de capital
que requerían un pUllado de grupos industriales, sino que propiciaron que
los capitales entraran en actividades especulativas, auspiciando la dolari-
zación de la economia y la más espectacular fuga de capital en la historia
dei país, hasta ese momento.
Con la nueva y más profunda crisis de 1982, el desplome deI precio dei
petróleo, la crisis de las finanzas públicas y la escandalosa descapitalización
dei pais, se puso ai descubielto que los sectores más poderosos de los capita-
listas estaban decididos a sacarei mayor provecho posible de la adversidad
económica nacional, aunque ello significara una profundizacióll sin prece-
dentes de la crisis .
Mientras el gobierno buscaba plazos mayores para hacer frente a sus
compromisos financieros con el exterior, la demanda de dólares por parte
de los grandes empresarios seaceleraba inusitadamente. En escasas semanas
salieron dei pais, a través de los bancos, una enorme cantidad de dólares.
Algunos lJegaron a calcular enmás de 50 000 miJlones la cantidad acumu-
lada de exportación de capital hasta 1982."
La crisis económica que azotó ai pais por más de una década no sólo
afectó en forma diferente a los distintos sectores dei capital privado produ c-
tivo, sino que, COmOhemos visto, la respuesta misma de los grupos más
29
poderosos generó, a su vez, proeesos depredadores. tales eomo la espeeu-
lación y la fuga masiva de capitales. los cuales sacaren la competencia intra-
capitalista dc la órbita propiamente productiva.
Una guerra cconómica se había dcsatado y la respuesta gubernamental
fue de la dimensión que requerian los fenómenos que su prepia política habia
propiciado. La nacionalización de la banca y la imposición dei control
generalizado de cambios. aunque en forma tardia. buscaba frenar la crisis,
pero afectó temporalmente la propiedad de los grandes empresarios-
financieros dei pais. En realidad. con el decreto dei 10 de scptiembre de 1982
pudo abrirse l1l1nuevo periodo de la historia económica de México con el
que se revi,tiera el proceso de monopolización de la economia. Eluso dei
capital dinero podria haber cambiado de semido y objetivos; eI desarrollo
de la industria podria ordenarse en función de intereses nacionales y no
solamente empresariales; la relación de precios entre los productos agrope-
cuarios y los industriales podria empe7..ara rcvcrtirse en favor de los prime-
ros; el erecimiento dei mcrcado interilo podria volver a tener la prioridad.
Pero nada de esto ocurrió.
Con esta scgunda y más importante afectación19 de sus intcreses por parte
dei gobierno, los grandes capitalistas mexicanos se dispusieron a una larga
y perseverante bata lia. En los meses anteriore,s a la nacionalización los
grandes empresarios habian ya mostrado su poder. su capacidad para
colapsar la eeonom ia y desprestigiar ai grupo gobernante. Tras la respuesta
gubcrnamental de septiembre de 1982, la mayoria optó por la negociación
individual y secreta con el nuevo gobierno que se instaló ello de diciembre.
lo que le permitió ai gran empresariado la paulatina recomposición de su
poder económico in icialmente afeetado, ai tiempo que lograba afianzar un
claro compromiso gubernmnental en relación con una política económica
más abicrtamente vinculada a sus intereses.
Durante los primeres tiempos dei gobiemo de Miguel de la Madrid, varios
capitalistas financieros recuperaron todas las acciones de empresas no
bancarias que la banca habia tcnido bajo su control y un tercio de las acciones
propiamenle bancarias. adcmás de una magnánima retribución por la
propiedad expropiada.'o La pérdida de la banca, como instrumento central
de las opentciones financieras de los grandes grupos~ fue inmedi:ltamente
sustituida por un poderoso sistema financiero paralelo a los bancos, que fue
30
apuntalado por el gobierno con medidas tales como la autorizaeión para la
apertura de casas de bolsa y la colocación de valores gubernamentales a través
de ellas.
Algunos antiguos banqueros. varios de los cuales contaban ya con la
propiedad de casas de bolsa, pasaron a conformar en los hechos 11l1eVOS
grupos finaneieros, cada uno de los cllHlescontrolaba empresas dc seguros,
arrendadoras, afianzadoras, etcétera.
Asi, por ejemplo, Agustin F. Legorreta, exdirect.or de Banamex, encabezó
el grupo Inverlal: que ndcmós de la casa de bolsa delmisl1"Jol1ombrf" r.ol1tro-
laba Seguros América, la Arrendadora Inverlat, una cmpresa de factoraje,
la casa de cambio Fomento de Divisas y una comercializadora. Alberto Bai-
lIeres, expropielario de Cremi, mantl1vo la casa de bolsa que lIeva ladenomi-
nación dei banco, además mantuvo el control de Seguros La Provincial y la
Compai'íia de Seguros La Nacional, una casa de cambio y dos afianzadoras:
Compa,lia Mexicana de Garantias y Crédito Afianzador. Carlos Abedrop
Dávila, expresidcnte dei Banco dei Atlántico, consolidó su casa de bolsa
Fimsa, la afianzadora Americana de Fianzas y Seguros Olmeca. Los dueíios
hasta 1982 de Banca Confia, los Aarón Sáenz y Vega iíiiguez, mantuvieron
Seguros Atlas, Arrendadora Atlas y Fianzas Atlas. Los Garza Sada, anliguos
dueíios de Serfin y Banpaís, aparecieron en varias casas de bolsa, pero ai
frente de Arka y de Vamsa (Valores Monterrey), que si bien no tenia casa
de bolsa. controlaba una afianzadora, una aseguradora, una arrendadora, una
almacenadora y una empresa de factoraje.
Bajo una inflación galopante, el valor de la moneda nacional cada dia
perdia terreno frente aIdólar. La ~IIUlllle deuda privada COIl cI exterior fue vista
como un elemento inflacionario y surgió asi cl Fideicomiso para la Cobertura
de Riesgos Cambiarios (Ficorca), ai cual pudieron recurrir, especialmente,
las grandes empresas con capacidad de liquidez, que enlregaban SI1dinere
en pesos trasladando el riesgo devaluatorio ai Estado. Con el instrumento
que significó Ficorca. todas las grandes empresas que, como hemos
sellalado, recurrieron a nn enorme endeudamiento con el exterior para sus
preyectos expansivos de principios de la década de los ochenta, conlaron
conl1n enorme subsidio camhiario que utilizaron en la carrera especulativa
desatada a mediados de la década en la Bolsa Mexicana de Valores."
Las casas de bolsa. primero. y después los grupos financieros, organiza-
31
•••••••.,.,
••••••••••••••.,
•••••••••••
••••••••••••••••••••••••••••••••=
dos a partir de aquéllas, confonnaron desde sus orígenes, y de acuerdo con
lo que ya venia siendo el capital financiero a Iravés dc los bancos comer-
ciales, un oligopolio en manos de un número reducido de familias financie-
ras." No sólo los antiguos dueiios de bancos constiluían ese núcleo selecto
de financieros, sino también algunos cuyo origen radica en la propia activi-
dad bursátil, la cual, haSla finales de la década de los selenta, carecía en
realidad de gran relevancia.
Con la promulgación, en 1975, de la Ley dei Mercado de Valores, asi
como con las medidas fínancicras y físcalcs adaptadas por el gobie.rno de
José López POliillo y, sobre todo, después de la nacionalización bancaria,
con la gran emisión gubernamental de valores y otras medidas de apoyo
financiero que impulsó Miguel de la Madrid, el mercado de valores en
México cmpezó a adquirir verdadera fuerza, ai punIa que se le considcró
una auténtica banca paralela .
En 1986- J 987 la Bolsa Mexicana de Valores entró en un nuevo y más
pronunciado boom especulalivo. Las.casas de bolsa invitaban a todo aho-
rrador, por pequena que fuera la suma de su dinero, a invertir en la actividad
especulativa de la bolsa, propiciando una súbita inDación de precios
bursáti les .
EI crack de la bolsa, en octubre de 1987, fue en realidad lm gran negocio
que favoreció a un punado de individuas que, a veces violando la legislación,
contaban con información privilegiada que les permitió realizar su inmensa
ganancia financiera a costa del pequeno o mediano ahorrador que sofió con
hacer grandes fortunas en pocos dias. Unos cuantos sagaces financieros
salieron de la bolsa, ese lunes negro" y los dias posteriores, con nuevos y
cuantiosos capitales .
De la banca paralela surgió un nuevo grupo granempresarial: los
bolsistas. Se Irala de aquellos expelios en el mecanismo bursálil que leniall
capacidad de maniplJiación dei mercado, a la par que podían adquirir el
conlrol de empresas en crisis o francamente quebradas, a precios muy bajos .
EI trabajo de éstos era colocar dincro ajcno en actividades bursátiles, de lo
que alcanzaban grandes porcentajes por elmanejo de las carteras. A parlir .
de aqui, el capital dinero procedente de las comisiones se reinvertia en activi-
dades especulativas y en la adquisición de paquetes de acciones haratas .
Estos bolsislas pasaron de las actividades bursátiles a las directivas en
32
las empresasadquiridas y posteriormente a la confonnación o fortale-
cimiento de grupos financieros con gran capacidad de captación de capital
dinero.
Enlre los principales bolsistas cstán: Carlos Slim Helü y Juan Antonio
Pérez Simón, de Carso-lnbursa; Roberto Hernández y Alfredo Harp Helú,
de Accival; José Madariaga Lomeli, de Probursa; Manuel Somoza Alonso
y Eduardo Creel, de lnverméxico; Aguslín F. LegolTeta, de lnverlal; Eduardo
Legorreta, de OBSA y Carlos Abedrop Dávila, de Fimsa .
Algul10s de los bolsistas h3bí::t11 est::trlo ~I fren1e de illstituciones bancarias
expropiadas en J 982, pero en su mayoria surgieron de actividades empre-
sariales menores; una gran parte de éstos adquirieron el contrai de empresas
dei Estado mediante operaciones de ingenieriafÍ/lOl1ciera," tales como las
de Mexicana de Aviación y Teléfonos de México, asi como de bancos
privatizados.25
Es necesario destacar que algunos de los bolsistas no han pasado todavia
a controlar más empresas que bancos, casas de bolsa y otras enumeradas
dentro dei conceplo convenciona Imente denom inado servicios financieros,
y no tienen control de empresas industriales, comerciales y de servicios, o
bienno han incorporado a és!as en un mismo mecanismo de decisión formal
o virtua!' Sin embargo, el proceso de centralización está en marcha, con lo
cual esos bolsistas, especialmente quienes se encuentran a la cabeza de
bancos, se están convirtiendo en capitalistas financieros en una acepción
más completa. Algunos olros bolsistas, incluso quienes todavia no conlrolan
bancos, ya eral1 financieros. en eI sentido cn que aquí se entiende esetérmino,
antes de la repJivatización de las institucioncs de crédito .
La reprivatización de la banca, como proceso viliualmenle cerrado a los
grupos financieros ya existentes, más algunos otros en proceso de f0ll113Ciól1,
le otorgó velltaja a los bolsistas y a varias viejos finaneieros que tal11bién
habian participado en el desarrolJo delnuevo mercado bursátil. A la cabeza
de casi todo grupo financiero figura ya un banco. que tiene la capacidad de
ohtener recursos dei gran público a través de decenas o centenares de
sucursales. Más adelante se anaJizará cn detalle el proceso reprivatizador,
pera es llecesario seiiaJar que éste constituye un gran cambio cualitativo en
el reforzamiento dei capital financiero mexicano.
De esta forma, desde la nacionalización bancaria de 1982 hasta las medi-
33
das adoptadas por el gobierno salinista en la aplicación rigurosa dei modelo
neoliberal (privatización y apertura económica principalmente), se desa-
rrolla un conjunto de procesos que han dado por resultado la rearticulación
de los grandes capitalistas mexicanos. Por una parte, se ha producido una
concentración y centralización extraordinarias dei capital y la producción,
cn la que llll pequeílo y selecto número de poderosas empresas induslriales
y comerciales conforman consolidados grupos financieros, la mayor parte
dc los cualesdominan monopólicamente ramas enteras de la economía dei país.
AIguno5 de éstos~ cuyo ejemplo más relev::J.ntees el Grupo Cnr5o.lnbur5n~
de Carlos Slim, emergieron recientemente como resultado de los buenos
negocios que supieron hacer durante la crisis y las concesiones gubernamen-
tales de las que han gozado,"
En realidad, la crisis económica de la década de los ochenta resultó un
bucn ncgocio para unos cuantos cmpresarios. Como se ha empezado a difun-
dir, la economia nacional es hoy mucho más centralizada que en los atlOS
setenta debido no sólo a una tendencia intrínseca ai modelo cconómico
seguido, sino también por las batallas libradas durante casi diez anos: quiebra
de una buena cantidad de pequeílas y medianas empresas; descontrolada
carrem de precios; empréstitos gubernamentales destinados a salvar a algu-
nos de los más grandcs grupos económicos dei país, c impulso a la actividad
financiera especulativa.
La década de los ochenta presenció una recomposición dc muchas dc las
grandes empresas industriales dei país. Después de 1982, la devaluación
de la moneda hizo estragos en no pocos grupos industriales, los cuales tuvie-
roo que rcestructurarsc Y CIl nu poças m.:asiullt:s v~IH.1l:r t:lllfJrt:sas Jilialts y
suspender proyeetos de inversión." Las fusiones fueron elemento muy
socorrido para enfrentar las adversidades económicas." Pero los reajustes,
las posibilldades de ereeimiento, el aprovechamiento de oportunidades para
adquirir empresas en quiebra o con serias dificultades, c'ltre otras cosas,
generó condiciones para el rápido desarrollo dei fenómeno económico que
a mediados de los setenta apenas comenzaha: la creación y consol idación
de un pequeno número de poderosos grupos que hoy concentran la parte
principal de la actividad industrial, comercial y de intennediación financiem
dei país,
Aunque desde finales de los anos sesenta encontramos algunos impor-
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tantes grupos monopólicos, gran parte de los grupos económicos hoy cons-
tituidos surgieron en plena crisis económica en la década de los ochenta y
otros adquirieron en esos tiempos nuevas formas corporativas, Entre cllos
destacan el Grupo Carso-Inbursa, que preside Carlos Slim; Grupo Sidek.
de Jorge Martinez Güitrón; Grupo Sinkro. que controlan Crescencio Balles-
teros, Claudio X. González. Agustín r-. Legorreta y Antonio RuizGalindo;
Grupo Cifra, de Jerónimo Arango; Corporación Sanluis, de Antonio Madero
Bracho. Migucl Alemán Velasco v Crescencio Ballesteros; Grupo Camesa.
de Agl;stín .....F. Lcgorreta y Prlld~nc.io Lópe7.~ Grupo Privado J\1exicallo
(Prime), de Antonio dei Valle Ruiz, y Grupo Diblos, de Juan Sánchez
Navarro. Só lo algunos import.antes, como Desc, Industrias Peiíoles, Grupo
Industrial Saltillo y los cuatro consorcios regiomontanos de la familia Gal7..a
Sada (Visa, Vitro, Alfa y Cydsa), entre los principalcs. operan desde
mediados de los allOSsetenta como grupos corporativos a través de sus
compaiíías tenedoras de acciones.
Todos estos grupos sonlos que han tenido mayor capacidad de transfor-
marse internamente en diversos aspectos de su operación. Se ha mencionado
ya la centralización que significaron las empresas tenedoras de acciones.
En esos aiíos no sólo se generalizó esta forma de operar sino que se hizo
aún más compleja, pues empezaron a aparecer holdings que poseen holdings.
EI manejo familiar, que aún en los setenta y buena parte de los ochenta
caracterizaba a unnúmero impol1ante de grandes grupos, ha quedado dcfini-
tivamente atrás. Hoy, elmanejo corporativo y su cotización en la Bolsa de
Valores es el denominador común de todos ellos.
EII lu~1I1limos aílos, COI1 In consolidnción y cl reagrupamiento de. l::ts
corporaciones económicas no sólo se ha desarrollado un evidente proceso
de centralización (frente ai cual las empresas aisladas no tienen la menor
posibilidad de competir), sino también una mayor concentración dei capital
en un número reducido de grupos. En una muestra elaborada en 1994 por la
revista Expol1s;ÓI1, de los 91 grupos principales dei país tan sólo los diez
primems concentraron el 55% de las ventas, el 56% dc los recursos y el
48% dei empleo durante 1993. Estos diez grupos son: Vitro, Carso, Cem ex,
Alfa, Visa, ICA, Televisa, Aerovías de México, Desc y Empresas LaModema.29
Pero la concentración dei capital se expresa también de manera indi-
viduai. Unos pocos capitalistas, quienes controlan a los grupos económicos
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principales, poseen fortunas familiares inmensas. Como veremos más ade-
lante, los paquetes de control de los 18 bancos comerciales reprivatizados
están en manos de 274 personas. Según la revista estadounidense Forbes,
24 mexicanos se encuentran entre las 358 personas más ricas dei mundo:
en el número 12 de la lista de fortnnas plnripersonales aparece Carlos Slim
(Carso-Inbursa), con 6 600 milloncs de dólares, peroes nbicado como el
cuarto lugar en füIiunas individuales; Emilio Azcárraga (Televisa) figura
en el número 24, con 5 400 millones; la familia Zambrano (Cemex) con 3 100
millnnes; A lejo Peralta (lUSA), por vez primera en esta clasificación, con
2500 millones; a Jerónimo Arango (Cifra) se le asigna una fOliuna de 2 200
millones; Alfonso Romo (La Moderna), 2 200; Alberto Bailleres (Penoles),
1900; Pablo Aramburu Zavala, I 600; la familia González Nova (Comercial
Mexicana), 1 500; la familia Molina (Gemex), I 400; Adrián Sada González
(Vitro), 1 300; Ángel Lozada Gómez (Grupo Gigante), 1 300; la familia
Salinas Pliego (Elektray TV Azteea), Bernardo Garza Sada (Alfa), Lorenzo
y Roberto Servitje Sendra (Bimbo); I 200 cada uno; Roberto González
Barrera (Maseca), Jorge Larrea (Minera México) y Eugenio Garza Lagüera
(Visa-Bancomer), con 1 100cada uno; Antonio y Moisés Cosio Arino (Carso-
]nbursa), la tamilia Martinez Güitrón (Sidek), Roberto Hernández (Accival-
Banamcx), Alfredo Harp Helú (Accival-Banamex), familia Franco (Infra)
y David y Adriana Pefíaloza (Tribasa), con alrededor de 1 OOO'millonesde
dólares cada uno."
Otra caracteristica de los grupos económicos, a partir de la crisis, ha sido
la asociación con el capital extranjero. Hasta antes de finales de los anos
ochcnta prcdominaban Cl1 cl país grupos de capital social e.xdu~jvamt:nte
mexicano, aunque con grandes créditos dei exterior, es decir, con inversión
extranjera indirecta. Posteriormente, el fenómeno se revierte y se inicia un
periodo de amplia asociación empresarial con los capitalistas extrnnjeros,
principalmente estadounidenses .
En los 104 grupos considerados más importantes, el capital extranjero
directo pasó entre 1989 Y 1990, dei 4 ai 1i%, En 45 de estas grupos, estaba
presente el capital trasnacional y de ellos en sólo cuatro casos se repottaba ca-
pital exclusivamente extranjero; en siete casos la inversión foránea era
superior ai 50%, y en los 34 casos restantes menor que la mitad dei capital
social.Jl
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Bajo la consideración de la complejidad que han adquirido los procesos
productivos debido ai desarrollo tecnológico, muchas grandes empresas
asumen que por si solas sería imposible alcanzar los recursos financieros y
humanos necesarios, por lo que se hacen necesarias las lIamadas alianzas
estratégicas. Éstas se han realizado en prácticamente todos los sectores
económicos mediante participación accionaria, transferencia de tecnologia,
creaeión de nuevas empresas o redistribución de nichos de mercado. En
febrero de 1994 se informó que, con motivo de la entrada en vigor dei TLC
se preSeJllarOIl 1 500 pruyt::l'lus de cujllv~rsióll y a!ümzas estratégicC:!s. Lus
grupos y/o empresas que más destacan en este proceso son: Vitro, que se
asoció con Corning Glass; Fcmsa con la Philip Morris y con la canadiense
John Labbat; Prolexa con Pepsi, Burlington Notthern Railroad, Notthern
Teleeom y Circle K, entre otras; OIS con la ATT y Cisco Systems; IMSA con
Durex; Condumex con Sealed Power, Pakard Electric y Maremont; Cifra
con \Val.Mart Stores y Sam.s; Comercial Mexicana con Price Club;
Liverpool con Kmart, JC Penney y Dillard. s, y Gigante con Fleming, Tandy
y la francesa Carrefour .
Más de un centenar de grupos económicos han sido clasificados pero
someramente estudiados. En realidad, varias gmpos están dirigidos por las
mismas personas y no todos tienen la significación de ser corporaciones
financieras. Estas últimas son las que cuentan con dos cualidades distintivas:
controlan empresas industriales, comerciales y/o de servicios y, almismo
ticmpo, cuentan con instrumentos de captaeión de capital dinero. EI capital
financiero es aquel que convielie el capital dinero, mediante la captación,
en capital productivo, bajo un mismo mando."
En esta acepción sc trata de entender el papel social de ese tipo especifico
de capital que controla no sólo procesos productivos, comerciales o de
s~rvicios sino que, además, cuenta con canales propios para captar dinero
procedente de la sociedad, manteniendo el control delmismo, con lo cual
se distingue dei capital industrial, dei comercial y dei bancario vistos por
separado .
Desde este punto de vista, los grupos financieros adquieren la capacidad
deliderazgo dentro de las diversas funciones específicas dei capital, dando
hlgar a una oligarqllía financiera cuya funcióll principal es centralizar eI
mando de los procesos eeonómicos .
37
En México existen históricamente dos vias principales a través de las
cuales se dio la formación dei capital financiero. Por una parte, grandes
conglomerados industriales establecieron instituciones para caplar ahorro
dei público y canalizar tales recursos hacia sus empresas productivas; este
proceso se inició en Monterrey desde I890, aunque adquirió mayor impulso
en 1936 con la formación de la Compaiiía General de Aceptacioncs y, en el
centro dei pais, hacia 1934 con la fonnación de Crédito Minero y Mercantil."
Por la otra, instituciones bancarias empezHron desde principios de siglo a
adquirir partes sociales de empresas illdustriales y comcrcinlcs hasta lIegar
en algunos casos a asumir el control de las compaiiias, con lo cualusaban
los ahorros de sus clientes para actividades distintas a los objetivos de los
bancos como institucioncs de ahono y crédito.'4
Conla nacionalización de la banca comercial en 1982, y la reprivatización
de la misma en 1991- I992, asi como el desarrollo de la banca paralela du-
rante esa década, los mecanismos de la formación dei capital financiero se
desprenden de la utilización de fortunas personales en la adquisición de
bancos y empresas no bancarias. Estas fortunas se derivaron de la enorme
liquidez de la economia y de la gran especulación desatada en el pais. Los
bolsistas y algunos de los viejos empresarios financieros lograron aglutinar
a una gran cantidad de socios que, sin embargo. carecen de capacidad
directiva en los grupos. Se ha desarrollado asi una poderosa oligarquia
financiera.
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lI. DOS REQUISITOS PARA EL ACUERDO
MODERNIZADOR Y UN PROGRAMA
Hijo de más de una década de aguda crisis económica, enmarcado en la
deslcgitimación politica y electoral dei grupo gobernante encabezado por
Carlos Salinas de Gortari, y teniendo como sujeto primordial de las trans-
formaciones propuestas ai sector dueiio dei gran capital privado, el proyecto
modernizador planteó e,1requerimiento de resolver antes que nada la relación
política entre los gobernantes y los representantes de los grandes empresarios
dei pais. Esta cuestión implicaba cambios en el vinculo de los actores de
este proceso con el poder estatal y exigia un nuevo enfoque sobre el papel
que debe cumplir el Estado mexicano, asi como una nueva ideologia dei
poder y las instituciones públicas.
Hasta mediados de los anos setenta el sector privado dei pais había
aceptado, en lo fundamental, las regias establecidas por el sistema político
preside,ncialista y de partido de Estado, Sin embargo, a partir de los aiios
en que comenzaron las dificultades económicas, las relaciones políticas entre
los empresarios y la burocracia estatal sufrieron un notorio desajuste: la crisis
económica y los nuCVOSrequerimientos politicos que mauurarulI cn el
empresariado modificaron las necesidades y aspiraciones de éstc, por lo que
empezó a desplegar un papel político más abierto y a rechazar su eompla-
ciente subordinación a la burocracia estatal, de forma quc durante estos
últimos veinte anos se produjo un complejo proceso que abrió paso a rea-
justes importantes en la relación politiea entre los dos promotores dei
proyecto modernizador de México.
Asimismo, en consccuencia con la reformulación política en el bloque
dominante y con los presupuestos de las transformaciones económicas y
sociales modernizantes que se planteaban, se abrió la necesidad de recom-
poner las formas dei dominio de manera que expresaran las nuevas bases
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sociales e ideológicas sobre las que se despliega la Ilamada modern;zaciól1,
es deci,., lo que Carlos Salinas denominó la "reforma dei Estado".
Como veremos, tanto la recomposición de las relaciones políticas entre
gobernantes y representantes dei gran capital mexicano, como los cambias
en el papel dei Estado, fueron requisitos previos para dar curso acelerado a
un nuevo esquema socioeconómico en el que, en el conjunto de medidas
adaptadas por el grupo neoliberal comandado por Carlos Salinas, se produ-
jeron importantes rearticulaciones y cambios en el sector dominante dei
empresariado nacional.
PRIMER RFQlJlS1TO; lJN NLJEVO AClJERDO POLíT1CO
ENTRE EMPRESARlOS Y OOBI ERNO
Durante el gobierno de Miguel de la Madrid se habian lIevado a cabo
numerosos esfuerzos -poco exitosos- encaminados a restablecer el con-
venio sllstanciai entre cmpresarios y gobierllo, severamente maltrecho en
1982 con la nacionalización de la banca,
Sobre la base de conceder muchas de las demandas deI sector privado,
tales como la reprivatización parcial de la banca, el fortalecimiento de
un circuito financiero paralelo, el inicio de la venta de paraestatales, la
severa reducción dei gasto público, el estricto control salarial, los múltiples
apoyos a las grandes empresas en dificultades financieras, entre otras, el
gobierno delamadridista intentó superar los obstáculos que impedian que
los empresarios nacionales arriarao la bandera de la desconfiaJ1w con la
cual justificaban sn negativa a invertir y la persistente fuga de sus capitales.
Los pactos económicos impulsados entonces con el objetivo de contener
la inflación y reactivar la economÍa fucroIl cI mayor acucrdo logrado entre
empresarios y gobierno, aunque siempre fueron puestos en duda por la con-
troversia permanente que generaron en las filas dei sector privado y la forma
corporativa COIl la que se establecicrol1 .
La actitud empresarial mantcnida en esos alios, regida por la persistencia
de lapolítica de la deSC01!fial1zadei sectorprivado," expresaba la decisión de
$1Idirigencia de ir l11t1chomás lejos y comprometer en forma más contun-
dente ai poder dei Estado. La severa agudización de la crisis económica,
40 ,
con los altos niveles a que lIegó entonces la inflación; el reducido alcance
de las desincorporaciones de empresas cstatales y la forma en que se
realizaron: las modificaciones ai texto constitucional cn las que se definió
la economia mixta y el sector social'" y se rcfrcndó la rectoria económica
dei Estado, pesaron más en el ánimo empresarial que todas las concesiones
hechas .
Aunque bajó el tono agresivo y se detuvo la campaiia de rumores que
tantos estragos hizo durante los gobiernos de Luis Echeverria y José López
PortiJlo, a lo largo de todo eI sexcnio delamadridista los dirigentes deI sectar
privado sostuvieron su actitud escéptica y desplegaron un discurso politico
opositor que, entre otras cosas, exigia rápidos resultados de la polltica econó-
mica sostenida desde el poder; aspiraba a una modificación susrancial dei
papel dei Estado en la economia; reclall1aba una democratización de algunos
aspectos dei régill1en polltico y, en particular, queria una clara limitación
de las atribuciones presidenciales, fundamentalmente enio que se refiere a
la afectación de la propiedad. Muchos cmpresarios pasaron a una
part;cipación politica mayor ymás abiel1a; alglmos abandonaron su discreta
pertenencia ai partido oficial, mientras que otros se decidieron a una pública
y destacada militancia en el Pm1ido Acción Nacional (rAN) .
En esencia, desde el punto de vista empresarial, la mayor parte de las
medidas adaptadas por Miguel de la Madrid, con las que el sector privado
expresó abiertall1ente su acuerdo, no habian alcanzado sus objetivos por la
persistencia e, inclnso, fortalecimiento, dei modelo gubernamental interven-
tor y proteccionista, asl como por la ausencia de participación directa y
efectiva de los empresarios en los planes de gobierno.
En el primertrienio dei gobiemo de Miguel de la Madrid la actitud empre-
sarial fue bastante cautelosa pese a que estaba fresco el golpc expropiador
de 1982. Recordemos yue eran los InOlnenlos ell los y"e se realizaba la in-
demnización a los antiguos duclios de la banca, se vendia e134% de las ac-
ciones de ésta y se devolvlan los valores no bancarias que poselan las
instituciones de crédito. Eran también los momentos en los que se ponla en
marcha el Ficorca, que se incorporaba México ai GAn, se impulsaba ai sector
exportador y se propiciaba la constitución y amplio desarrollo de los inter-
mediarios no bancarias, es decir, de las casas de bolsa y de otras empresas
de servicios fínancieros .
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de Solidaridad Económica (I'SE) entre dirigentes de las organizaciones em-
presariales, las centrales obreras y campesinas oficialcs y el gobierno, con
el fin de contener el proceso inflacionario. que ese alio alcanzó un nivel
superior ai 150%. Frente a esta iniciativa gubernamental, las rcacciones dei
sector privado fueron públicamente contradictorias. Por una parte, a la firma
dei pacto no sólo concurrieron todas las agrupaciones empresariales, tanto
las confederacioncs de industrialcs y comcrciantcs, la Asociación de Seguros
y la de Casas de Bolsa, asi como el Consejo Coordinador Empresarial y la
Coparmex, sino que, además, se eonvocó directamente a cerca de cien
empresas, algunas de ellas de los más grandes eonsorcios industriales. Entre
éstos se encontraban Vitro, Alfa, Visa, Desc; los principale.s centros
comerciales como Cifra (Aurrerá y filiales), Comercial Mexicana, Gigante,
Liverpool, Palaeio de Hieno, Soriana de México: las más importantes
empresas de conservas)' prodllctos enlatados como HerdeI., Del Monte,
Clemente Jacques, Prodlletos de Maíz, jllnto a los mayorcs fabricantes de
alimentos. de fánnacos dei clladro básico de medicamentos. de bienes para
la industria automotriz y de com pUladoras; la Asociaeión Nacional de
Productores de Aguas Envasadas y el Consejo Nacional de Productores
Agropecuarios; además, la Cámara Nacional de la !ndustria Panificadora y
la Cámara de la Industria Uantera se sumaron enio individual ai pacto pese
a que las confederaciones a las que pertenecen ya lo habian finnado." Junto a
esta amplia convocatoria enla firma dei PSE, se produjo toda clase de doela.
raciones de los dirigentes de las agrupaciones empresariales y de no pocos
directivos de empresas en las que se destacaban las virtudes de la conc.er-
tación de los sectores prorlllc1 ivos para contener la innación.
Pero, por otra parte, continuamente se conoeieron las opiniones contrarias
ai pacto vertidas por un buen número de representantes empresariales. Para
algllnos, esta eoneertación carecia de posibilidades de éxito; para otros, tenía
propósitos muy ambiciosos y era poeo realista, además de ser la muestra
fehaciente de que el Estado reeonoeia su incapacidad para resolver los pro.
blemas econômicos; hubo quien se negó a firmarlo y condenô la actitud
corporativista de las organizaciones empresariales mostrada con motivo dei
pacto. No pocos negaron que el eompromiso empresarial hubiese sido
detener el aumento de los precios de sus productos.
Todos los heehos senalados muestran que "I gobierno de Miguel de la
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En la segunda mitad de ese sexenio, a partir de los procesos eleetorales
de 1985 y 1986, en los que además de las eleccione.s federales para renovar
el poder legislativo se realizaron elecciones para gobernador en más de seis
estados de la República, entre cllos Nuevo León. Sonora y Chihuahua,
sectores dirigentes dei empresariado desplegaron una actividad política
abierta, desafiaron las tradiciones y entraron de lIeno a la actividad partidisla,
pero ya no sólo en el Pal1ido Revolucionario Institucional (I'RI), sino también
en partidos opositores, principalmente el PAN. Varios crearon, además,

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