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Elvira Concheiro Bórquez EI gran acuerdo Gobiemo y empresa rios en la modemización salinista Ulliversidad Nacional Autónoma de México Instituto de Investigaciones Econúmicas Colección Problemas de México Edicioncs Era Primem Edici6n: 1996 ISBN:9G$-411.385-'1 DR" Ifl9G, EdiciollCSSEra. S. A. de C. v, Cnllc dei Trólb:tjo :11. 14269 Mtxico. D. F. Illlp'"cSO Y hccho cn México Pl'illlf'l/ a/ld I/II/(/f' ;" 1\10,:;(0 Este lihl'o 110 puc<lc ser fOIOCOpi:'Hlo, ni rcpmc!uciuo (01;11o p;lrci:lhn~llle, por ning:llll medio o método. sin la rnHOl"i7.:'ICi6npor ('snito dei editor. Thi.( lultlk 11m." 11M b(, f/'jlf(l(/lIcl'Il, i'l lItltof(! ar ill Im,,', in flll)'JUI1I1, lI'iI/wlIl "lI"ill,," pf'J1l1i.uiOlI from Ih •• plIMúhns. Índice !ntroducción, 11 I. DE LA CRISIS A LA MODERNIZACIÓN, 17 La crisis, madrc de todas las modernizaciones, 19 Crisis y empresarios, 26 lI. Dos REQUISITOS PARA EL ACUERDO MODERNIZADOR Y UN PROGRAMA, 39 Primer requisito: lIn nllevo aCllcrdo político entre empresarios y gobierno, 40 Scgundo requisito: la reforma dei Estado, 54 Hacia la unidad programática de los emprcsarios, 63 EI gobiel11o y sus programas modemizadores, 69 m. PRIVATIZAR ES MODERNIZAR, 71 EI inicio privatizador, 75 De lIeno en la privatización; 79 Los compradores de paraestatales, 87 La ingeniería privatizadora, 90 La gran subasta de los bancos, 93 Los nuevos banqueros, 99 Casos de la venta bancaria, 105 La modemidad privatizadora dei campo, 108 TV. LA MODERNA APERTURA ECONÓMICA, 119 Ape11ura comercial, 123 La inversión extranjera, 127 .r•.,.••••••••••;. !.:.•••••••••.,.'.,.,.i., •.~ I '~).J •• EI Tratado de Libre Comercio y los el11presarios mexicanos, 130 --;'"j -- ••••••••••••••••••••••••••• V. LAS MODERNAS RELACIONES LABORALES, 139 Un dillcil acuerdo por la prodllctividad, 143 EI empresariado ante la modcrnización laboral, 148 ANEXO: Los bancos almol11cnto de su reprivalizaeión, Notas, 173 Bibliografia, 199 155 AIIMSA AMCB AMIS ANEP ANEPC ANIT Asemex AT&T l1CH BMV Canacintra Canaco CAPS CCE rFE.c:::r CEMAl Ccmex Cctes Comccso CMIJN CNA CNC COECE Conacyt Conc3m in LISTA DE SIGLAS Altos Hornos de México, S.A. Asociación Mexicana de Casas de Bolsa. Asociación Mexicana de Instilllciones de Seguros. Acuerdo Nacional para Elevar la Prodllctividad. Acuerdo Nacional para Elevar la Productividad y la Calidad. Asociación Nacional de Jndustriales de la Transformacióll. Aseguradorn Mexicana. American Tclegraph &Telephone. Banco eleCédulas Hipotecarias. Bolsa Mexicana de Valores. Cámara Nacional de la Industria de la Transformaeión. Cámara Nacional de Comercio. Celtifícados eleAporlación Patrimonial. Consejo Coorelinador Empresarial. Centro de Estudios Eeonómicos dei Sector Privado. Consejo Empresarial Mexicano para Asuntos Internacionales. Cementos Mexicanos. Certitlcados de la Tesorería. Consejo Mexicano de Ciencias Soeialcs. Consejo Mexicano de Hombres de Negocias . Consejo Nacional Agropecuario. Confederación Nacional Campesina. Coordinadora de Organismos Empresariales para el Comercio Exterior. Consejo Nacional de Ciencia y Tccllología. Confederación Nacional de Cámaras Industriales. 7 INTRODUCC1ÓN En México se hall procluciclo, CGn relativa rapidez, UI1 gran número de cambios que tiencn efcctos profundos en la cstruetunl de dOlllinacióll cn el país. Las relaciones entre las c1ases sociales de éstas COIl los gobernantcs se l1lodificaron en importnlltes aspectos. !-Ia cambiado el papel que caclH segmento soci(ll venÍ8 cLll1'1plienclo en la estructura ele poder. Ello tiene mayor relev3ncia, como pucde entenderse f<.lcilmcnt'e, en lo que se refierc ai sector más poderoso econômica y socialmente, es cleeir, el gran empre- sariado nacional, Ellla úllima década se rue tejicndo un acuerdo eseneial entre este sector y el grupo gobernante. En especial, durantc el sexenio de 1988-1994 se collsol idaron los nuevos v ;llcuios 1'0Iiticos establecidos entre am bos actores saciales y se dia paso a una profunda recomposición econômica. Éste es eI lema que abordn la presente obra. A I terminar los ochcnta, la palabrn modernizaC'iún se volvió lenguajc de liSO corrientc CIl Méxic.o, como suele oClIt'rir con todas las expl'csiollcs que el gobicrno en turno uti liza para denominar a sus programas y publicar StlS acciones. Gobernantes~ cmpresarios y algl.lllos illtelectuaies hablaban continuamente de modernizar el país. En cl scxenio salinista losprogl'olllas modernizar/ores se disenaron para la indllstria y el comercio, yn sean gran- des, medianas o pequenas empresas; para el campo, la cc!ucación, los ener- géticos, la producción científica y tecnológica, los servicios Y:también, para el Estado. Se repetía una y otm vez que era necesario modernizarlo lodo. Baja el gobierno de Carlos Salinas las autoridades cntcnclieron moder- nizar como puner ai día ai país, superar la crisis y entrftf aI Illundo c1esa- rrollado mediante la consolidación delnucvo modelo económico y social. Los gol)(.:~rnantes hicieron slIYos plenamente el discurso neolibcral y los 11 •• ~•••••••••••••••••••••••••••• proyectos económicos disefíados por los centros linancieros mundiales, asi C01110 las demandas empresariales) tanto nacionales como extranjeras; su principal objetivo fue la inserción dei país enla economia internacional bajo las nuevas modalidades derivadas de lo que se ha dado en Ilamar globalización. EI Estado mexicano ha sido el protagonista principal dei conjunto de medidas adaptadas para abrir paso a este proyccto modernizador pese a que entre los propósitos centrales ha estado la drástica reducción de participación estatal en la economia. Es el Estado el que ha de modernizar a la sociedad mexicana; bajo su tutela los mexicanos habrán de producir más y mejoL los hará competitivos en elnivel internacional; es la burocracia estatal la que habrá de conducir a los empresarios nacionales a la realización de nuevus y grandes negocias, definielldo:, cn buen3 medida, la conformación y rear- ticulación de los grupos linancieros emergentes; es el poder estatal el que se Jl1uestnl tolerante, prOl11ueve y da unas garantías ai crecimiento de la inversión extranjera sin precedentes en .Ia historia. Se trata -se decía- de fortalecer a la sociedad civil, ya no ai Estado, pera sin qne aquéIJa actúe por si sola pues ello ya implicaria un aspecto que la model'llizaciól1 de los goher- nantes no incluyó durante todo el sexenio de Carlos Salinas: eI de la política, el dei desarrollo democrático . Por otra parte, en el discurso empresarial, modernizar ha significado hasta ahora, principalmente, una serie de exigencias ai gobierno. Los grandes empresarios pidieron, antes que nada, la privatización de todo, poner en venta las empresas estatales. Oebia acabarse -senalaba- el Estado que com pite con la iniciativa privada en la aetividad económica, para dar paso ai Estado que eficientemente crea las condiciones para e[ desempeno dei capital privado. A partir de eslo, para los duelios dei capital, modernizar es abrirse aI exterior, tener una economía' sin regulaciones ni trabas para permitir la expansi6n y la asociación de la grall empresa eOIl el capital extranjero, dando paso a la más ]ibre cOlllpetencia. En t::Icorto plazo, abrircamino a la Illoder- nización exigía abatir la inflación, lo que a $lJ vez significaba eliminar el déficit público, o sea, reducir en forma drástica el gasto coniente, la inver- sión pública, los subsidias y cl servicio de la deuda. Para los empresarios, la modernización de México requiere la profundización de la reforma fiscal 12 de manera que la carga impositiva les sea disminuida a ellos. Se necesita también una reforma educativa quc abra las puel1as de los particulares. Y se reclama, en forma tajante, la reformulación de los términos de la relación laboral. Modernizaciónes, en suma, [o que los empresarios entienden por una mayor pal1icipación de la "sociedad", es decir, eliminar la excesiva inter- vención gubernamental, para dar lugar aI desarrollo dei papel protagónico de la Ilamada iniciativa privada cn los procesos económicos, politicos y sociales . La politica económica Ilevada a cabo durante el sexenio J 982-1988, con la drástica reducción dei gasto social. el inicio dei proeeso de privatización de las empresas públicas, cl impulso ai surgimiento y desarrollo de grupos financieros, el despi iegue de la entonces Ilamada reconversión industria I, los intentos de reactivar el sector exp0l1ador y el ingreso de México ai GAn', así como el violento descenso dei sala rio real, sentó las bases que hicieron posibJe el despliegue de la política JIIudemizaduru de la administración salinista. Lo que entonces se anunció como bases dei eambio es/rue/um! logró, en efecto~abrir el camino para el despliegue de UIl nucvo modelo socioeconómico, anunciado COIl gran revuelo en llll contexto internacional especialmente propicio. Es Carlos Salinas, como candidato pri ista a la Presidencia de la República y en sus afíos en e] gobjerno~ qllien hace de la ll10denúzación un lema que identifica su programa y SllS actos de gobierno. Y, simll[táneamente, es a partir de la campaiia electoral de 1988 y a lo largo de los primeros allOS dei sexenio salinista, cu ando sectores dirigentes dei empresariado mexicano ar1iculan lIn detallado pograma modernizador y se disponen a iniciar una nueva etapa en el quehacer económico y político de los capitalistas mexi- canos, ai ver puestas en práctica, como acciones de gobierno, muchas de sus viejas y anheladas demandas . Todo lo senalado, sin embargo, no hubiera podido desplegarse con tal franqueza sin la recomposición de las relaciones entre dirigentes empre- sariales y gobernantes, [as cuales cn allOS anteriores habian sufrido lIn persistente proceso de deterioro, especialmente con la nacionalización de la banca decretada en 1982 por el entonces presidente José López Portillo. A lo largo dei gobierno de[amadridista y no obstante los precarios resultados, la burocracia gobernante re(llizó Ilumerosos esfuerzos para recompoller t(lles 13 relaciones. Será a partir de 1988, en condiciones pollticas sumamente difieiles para el grupo en el poder y bajo una situaeiôn de crisis econômica quc parccía habcr tocado fondo. cuando empresarios y gobierno arriban ai grol1 acuerdo que tiene como eje la ll1ulticitada l11odern;zacióJ1. EI surgimiento de [111nuevo programa gubernamcntaJ. alll1dentro de los cauces dei priismo. es la respuesta estatal a una larga crisis que se produjo luego dei agotamiento de un viejo modelo de erecimiento econômico y ordc- naciôn social. basado en la centralidad de la funeiôn eeonôm ica dei Estado, lantu pur la regulaeián legal de la economia como por la eanalización de grandes recursos hacia la actividad productiva. comercial y de servieios bajo el mando de funcionarios públicos. La protección de las empresas y la produceiôn naeionales. los subsidios. cl crecimiento de las empresas públicas y el severo déficit presupuestaJ. cntre otros, fueron pautas que gradualmente se desarticularon. promovicndo desequilibrios en la economia y generando una enorme corrupción. La crisis econômica -clmarco de recesión-inflación- se COl1virtió CllUIl factor decisivo en la modilicación de las eoneepeioncs y programas de la burocracia gobernante. ante la anscneia de grandes fuerzas politieas y soeiales que sostuvieron plataformas alternativas diferentes a las que provenían de los círculos teocráticos dei gobierno y gran empresa privada. Esa misma crisis generó una reariiclIlacióll de gran capital: los grupos eco- nômicos se desarrollaron más rápidamente en los anos de turbuleneia que en las décadas de estahilidad. Como veremos. no se trata solamente dei crecimiemo y crcación de cmporios cmpresariales. sino de una cOllcen- tracióll de nqueza CI1 unos cualltos grandes capitallcs de las tinanzas, la industria. el comcrcio y los scrvicios. En tal direeciôn, el capital financicro, quc centra Iiza el mando sobre numerosas empresas de diverso tipo, fOlia- leeiá su pusieián de Iiderazgu indiscutible dentro de la clase de los capita- listas y elevó notoriamente su influencia en la economia y en las deeisiones de los órganos estatales. En térm inos gCllcra les. junto a Ins pcl it icas gubernamcntaies, la voz aqui analizada es la de algunos grandes empresarios y la de los directivos de sus principales agrupamientos. A difcrcncia de lo que suecdia a1'iosatrás, dia- riamente y en tooo lo~ I11crlim; rle conlllnic~cióll cs~ voz ~horrl~los más diversos e impol1antes temos dei momento. Prácticamente no existe proble- 14 málica sobrc la cuallos representonles empresariales no externen sus p"ntOS de vista, cn forma tal que la opinión pública ya se ha familiarizado con cllos. Es eiel10 que ai seguir los puntos de vista de los grandes duenos dcl capital o dc los dirigentes de las organizaciones empresariales se está estudiando a un rcducidismo núcleo de personas. Sin embargo, como se verá. es esc pequeiio grupo el que represcma los princípales intereses capitalistas en nuestro pais; eneabeza el progroma modernizador y en esa medida. pese a los cuestionamientos Cnsu eontro, representa hoy a esc diverso y disperso conglomerado social que se denom ina clasc capitalista, es deeir, los dueilos de la industria y la agroindustria. el comercio, los servieios y el dinero. Se trata de un núcleo social que sc fortaleeió bajo la erisis eeonómica.' Ha- blamos dC-llIl número rcducido de individuos que controlan la mayor parte dei capital privado dei pais; cabczas de todos los principales grupos eco- nómicos; los únicos posibles compradores de las empresas paraestatales puestas a la venta. inc.luidos los bancos; representantes. en el país, de una considerable partc dei capital extranjero: due,ios de las poeas cmpresas que eoncentran !loy la actividad exportadora dei país; dirigentes (formoles o de facto) de easi todas las agrupaciones patronales. Ias voluntarias y las que la ley establece; ascsores presidenciales; ideólogos, muchos de ellos dei sector empresarial; ínterloeutores todos y únicos beneficiarios de los programas l11odernizadores dei gobierno. La recomposieión que se ha producido en estc sector dei capital privado mexicano y el Iluevo esquema socioeconôm ico en el que sus integrantes se inse'1an cn forma protagónica !lan modificado sustancialmente la eompo- sieión de las diferentes fraccioncs empresariales, unificando muchos de los puntos de vista predom inantes cn cl gron empresariado y homogeneizando su vínculo privilegiado con cl poder estatal. Es nccesario, Jlor esto, el análisis pormenorizado que permita distinguir las diferencias entre los integrantcs de esa cúpula empresarial, SllSdistintas opiniones sobre varios aspectos dei proceso modernizador, la feroz eompe- tencia econômica desatada entre ellos, los dive-rsos y complejos vínculos que establecen y la manera en que unos son más favorecidos que otros por el grupo gobernante. En sus declaraeiones y estudioso los emprcsarios han dado múltiples definiciones y han senalado diversos mati.ccs sobre la l11odel'11ización dei 15 ••••••.1•••••••••••••••••••••••••••I. •••••••••••••••••••••••••••••••••• país. Durante los últimos anos, prácticamente cualquier tema de la vida económ ica, social o política ha tenido que ver con aquélla. Sin embargo, se' pueden ubicar tres aspectos centrales en los que se sustenta, en los hechos . lo que !la ido adquiriendo perfil de un definido proyecto empresarial: la más amplia privatización económ;ca, la más completa apertura ai exterior y la reestructuración y flexibilidad de las relaciones laborales. Alrededor de estas elementos centrales se dia elnuevo encuentro entre empresarios y gobierno, quienes en "estratégica alianza" y en elmarcode una profunda "reforma" de Estado~ iLl:lIUII, op~ilf1isl(JS, la bandera de la lI1odemizacio17 e, implacables, sometieron a la nación a sus dictados. En efecto, como veremos, uo se trata de nuevas demandas, ya que todas ellas !lan ido enarboladas en diversos momentos por algunos sectores dei empresariado y, desde !lace por]o menos quince anos, repetidas cada vez con más energia. Lo peculiar, por tanto, es que éstas se Ilevan a la práctica, a11iculadas a un proyec1'O Il1;1S generaL en cl que se reestructuran las rela~ ciones de dominación en la sociedad mexicana. Detenerse a analizar estas aspectos permitírá apuntar las perspectivas que se !lan abierto para la clase dominante, los cambias operados en su interior y los retos que enfrentará, en consecuencia., la nación mexicana en los próximos anos. ]6 ",, I. DE LA CRISIS A LA MODERNIZACIÓN Desde principias de los anos setenta, con el gobíerno de Luis Echeverría, y a lo largo de toda la década de los ochenta, el poder dei Estado fue a la búsqueda de ]0 que desde entonces empezó a lIamarse "modernización dei país". Se probaran estrategias diferentes, muchas de ellas impugnadas abier- tamente por los detentadores de] poder económico. Por momentos pesó la inercia deI modelo seguido durante tantos afios; en otras ocasiones, la vorá- gine de la crisis hizo que se nublaran las perspectivas, que cada uno de los duefios dei capital viera por sus propios y excluyentes intereses y que, por tanto, los aliados dei proyecto modernizador parccicran ser sus enemigos . Veinte afias han transcurrido desde entonces. Dos décadas en las que a]gunos procesos pudieron ya madurary otros mostrarse recientemente con plena claridad. Es un periodo en el que el país vivió serias desajustes, se lanzó a la búsqueda, hubo lucha. Finalmente, empresaríos y gobernantes, ante la ausencia o debilidad de otras fuerzas aJiiculadas, encontraran en la lI1odernizacÍó17 la forma de consolidar nuevas relaciones dentro dei bloque dominante y la pauta para reconquistar un país que la crisis modíficó considerablemente . No es propósito de este trabajo hacer un minucioso recuento de esas dos décadas, pera se hace necesario, ai menos, seJlalar sus rasgos principales a fin de entender los grandes cambias que se observan en los últimos afias; descubrir el origen dei nuevo sector empresarial dominante y desentrafiar el sustento de la actual política que permite el amplio despliegue de la fuerza económica y política de ese seclOr. Durante los últimos quince afias, los empresarios mexicanos se empe- l1amn en hacer predominar una visión que los exculpa de toda responsa- bilidad en e] deterioro de la economÍa nacional y de las condiciones de vida 17 de la mayoría de los mexicanos y que, en cambio, ubica la causa de la crisis económica en el gasto público, la corrupción y el dispendio gubernamen- tales.' Pero además, los capitalistas no sólo salieron sin responsabilidad de la crisis, sino que algunos dcstacados representantes de esa clase social obtuvieron de ésta enormes ganancias. Bajo la misma lógica, para ellos la recuperación económica debía atravesar necesariamente por la privatización de las empresas estatales, cierta desregulación de la economia y un nuevo papel dei Estado. Todo el10 se hace aparecer ahora como solución aI pro- fundo desajuste económico que el pais vivió en aquellos aiios críticos. Pero la prolongada crisis que azotó aI país también dejó ver el tipo de gran empresariado que se había forjado cn México en los a,ios de estabilidad económ ica y de control y proteccionismo cslatal: un scctor privado que, eu términos generales, carece de visión nacional y que frente a la adversidad económica responde sólo por sus intereses particulares. En realidad, la scvcridad de la crisis en nuestro país no sólo correspondió a la política aplicada porquienes tenían la responsabilidad gubernamentaJ, sino también a la conducta adoptada por los dueiíos dei capital que, impasibles, contem- plaron la nestmcción de la planta productiva nacional; enérgicos, impusieron el creciente deterioro de los salarios de sus trabajadores e, indiferentes, optaron por la especulación y la exportación de sus capitales, cuando todo ello les reportabajugosas ganancias a un alto costo para el pais. Un sector que, después de 10selialado, no titubeó en culpar aI gobierno dei deterioro económico y, cuando se decidió a emprender la acción política abierta, desató campa lias de rumores y apoyos a la oposición conservadora agudi- 7..andoel clima de inestabilidad. La opinión pública no ocultó su asombro cuando los medios de comu- nicación informaban de los enormes recursos líquidos de algunos empre- sarios nacionales con los cuales adquirían importantes empresas estatales y, particularmente, los bancos. Las cifras billonarias en las que fueron adquiridas las instituciones de crédito (varios de los nuevos banqueros declararon incluso que les resultó "barato") y los audaces proycctos dc inversión en el extranjero de algunos grupos industriales con pretensiones de convertirse en lrasnacionales son sólo dos botones de muestra dei cuantioso capital que pocos empresarios se permiten exhibir públicamente. i,De dónde provienen tan sorprendentes sumas de dinero? i,Qué es lo que 18 ! . explica que a la sombra de lo que aparecia como severa dificultad econó- mica, ausencia de recursos bajo una .inflación desbocada y severo control dei salario se haya podido acumular tal cantidad de riqueza? i,De dónde ha surgido la capacidad económica de empresarios como Roberto Hernández, cuyos antecedentcs relevantes no van más aliá de la década de los ochenta y nunca desarrol1aron actividades productivas, pel'o pueden hoy controlar el principal banco y grupo financiero deI país? i,Cómo surgieron algunos nuevos emporios, como el poderoso grupo Carso-Inbursa, el mayorconsor- cio industrial=-financieru tlc::l país, 4uc:::eu pocos aJ10s ha pasado a controlar un enorme número de emprcsas y es decisivo en varias ramas de la econo- mía, y cómo sortearon algunos otros serias dificultades financieras para; como succdió con Alfa, mantenerse dentro de los primeros lugares en la lista de los más importantes grupos a pesar de haber estado en franca insolvencia ai inicio de la década de los ochenta? i,Quiénes son los empre- sarios que hoy dominan dentro de la clase capifali~ta mexicana, quiénes los que sostienen con vehemcncia el l1amado proyeclo modernizado/', cómo intervienen en la actual política gubemamental y qué vinculo han establecido con la nueva burocracia dei Estado? LA CRISIS, MADRE DE TODAS LAS MODERNIZACIONES Hacia principios de la década de los setenta, los indicadores económicos mostraban el fin de los alios de estabilidad, de sostenida industrialización dei pais, de altas tasas de ganam.:ia, t1~ lIlíuillla inflacjón y plena seguridad cn las inversiones.' EI agotamiento de una forma de acumulación de capital específica, desarrollada en México durante tres décadas consecutivas, trajo como consccucncia mós de diez anos de crisis económica, con Sl1S depre. dadores fenómenos de recesión, inflación, fuga de capital y conversión dei país en tribufario de los grandes centros financieros. Con todo ello se da,ió la esfructura producfiva exi~tente; secontrajo el mercado interno; se dete- rioraron de manera dramática las condiciones de vida de la mayoría de la población mexicana, generando que un sector grande de ella viva en condi- ciones que se denominan ahora de "extrema pobreza"; se causó una grave descapitalización y el empobrecimiento dei campo; se dejó sin empleo a 19 -----.l i.I. I •• •••••••••••••••••••••••••• millones de trabajadores: se lIevó a la quiebra a miles de empresas, espe- cialmente pequeiias y medianas, pero también alglmas grandes salvadas con los recursos públicos. Toda crisis entrana un problema de realización y de alguna manera un estrechamiento dei campo de las inversiones,con las conocidas bajas dei ritmo de crecimiento dei empleo. Más recientemente, la inf1ación se asocia a la crisis económica, con una fuerza tal que depauperiza rápidamente a grandes franjas de la sociedad, pero también favorece a otras, especialmente las ligadas a la especulaciún. Tudo esta ocurrió en México, poco a poco, en medio de un cada vez mayor deterioro de las finanzas públicas y un rápido endeudamiento, no solamente dei Estado, sino también de las empresas privadas . AI lanzarse hacia adelante la plataforma petrolera dei pais, cuando el precio dei crudo subia incontenible en elmercado intemaeionai. Ias cuentas de.!Estado paredan ai fin balancearse y generar un efecto de multiplicación económica hacia los negocios privados. Pero ya la crisis estaba en curso . En los aJ10s anteriores a 1976 la economia nacional crecía bajo una gran presión dei gasto público que se expandia como por magia sin que la recalJ- dación fiscal se incrementara realmente. EI consumo rebasaba la inversión productiva, hasta que el petróleo se presentó como la salvación. "Seremos ricos", afirmó el entonces director de Pemex y, tras esa euforia, los grupos financieros dei país acumulaban grandes sumas de dinero líquido, pero no impulsaban suficientemente la inversión productiva privada. Con tan cuantiosos recursos, empresarios y gobierno vislumbraron el renacimicnto de México en la 117ode;nidad.Modernizar ai país -<lecía en amplia retórica el entonces presidente-era convocar a una mayorproducción y productividad, superar el rezago tecnológico, reafirmar el cam ino de la economia mixta y, también, descentralizar, impulsar "un nuevo esquema de desarrollo industrial", completar la infraestructura y hacer eficiente la producción agrícola.4 Cuando el precio dei petróleo cayó, el Estado y las mayores empresas privadas habian incrementado sus deudas con el extraJÜCro.EI país acrecentó rápidamente su carácter de nación deudora y sus obl igaciones de pago no tenÍan relación con su producción y sus exportaciones. La crisis dei petróleo fue la supresión súbita dei paréntesis dei auge mundial dei crudo y dei 20 aumento de la plataforma de exp0l1ación de Pemex. Pero sólo eso. Detrás de todo, la crisis económica existia, pero ahora se presentaba con mayor fuerza, pues el país estaba mucho más endeudado y las finanzas públicas se encontraban en total bancarrota: ai día siguiente de la expropiación de la banca privada, el Banco de México no tenía, sencillamente, divisas; todas las habían sacado dei pais los duenos dei dinero, con tan sólo enviar órdenes desde los tele.tipos de las illstituciones bancarias. De la Madrid planteó, entonces, cl "cam bio estructural" y la "planeación democrática". 1::1 nuevo programa dei gobierno abarcó inmediatamente la definición precisa dei sector estatal, la apertura de la banca nacionalizada hacia el sector privado, con e134% dei capital, la creación de un mecanismo estatal para asegurar el servicio de la deuda externa privada, la creación de la Ilamada banca paralela, el ingreso de México ai GAIT y el inicio, aunque con poco éxito, de la privatización de empresas dei Estado. La crisis, sin embargo, persistió en lugar de menguar. Así. Iamodernización fue concebida como la anulación dei déficit público con el.neccsario retiro dei Estado de las actividades empresariales. Moder- nizar es considerar que la sociedad debe decidir con sus propias fuerzas económicas qué debe producírse, para quiénes y bajo qué condiciones. El Estado rector debe entonces emitir leyes y disposiciones para encauzar la economÍa. La libre empresa es la solución de la crisis, que justamente se ha producido -según se dice- debido ai gasto social incontrolado y a la falta de garantias para los negocios. Los grandes empresarios, acusados de saquear ai pais, se presentan nueva- mente en la palestra, pero ahora como salvadores de la patria gracias a que ellos si podrán invertir, de lo cual depende la suerte dei resto de los más de 80 millones de mexicanos. Los dólares, sin embargo, tardarían seis aJ10sen empezar, a cuentagotas, su regreso . La continuidad y profundización de la política económica de Miguel de la Madrid, por el que fuera su sec.retario de Program3ción y a partir de 1988 presidente de la República, fueron alentadas por la recuperación económica que empezó a observarse durante el primer al10 de gobierno de Carlos Salinas . EImétodo para encarar la crisis, no resuelta bajo De la Madrid y tampoco realmente por Salinas. consistió en tres mecanismos principales: el Pacto 21 I' para la Estabilidad y el Crecimiento Económico (PECE),la renegociación de la deuda externa pública con la consecuente apertura ai exterior e inte- gración con el capital extranjero, y la superación de la crisis de las finanzas públicas. EI PECEfue un mecanismo de regulación de precios, es decir, un dique ai fllllcionamiento libre dei mercado, a partir de la consideración de que era necesario atemperar las diferencias no justificadas de precios de diversos productos y servicios. Con ello, el gobierno logró que los propios empre- sarias lllovieran los precios de sus produetos y servi cios en la fonl13 más ordenada posible, a cambio de que el Estado realizara incrementos a los suyos mediante el acuerdo previo con las organizaciones empresariales. Pero, antc todo, la basc firmc cn la quc sc movió cl PECEha sido la austcridad salarial que pennitió quc se mantuvieran aquellas inmensas pérdidas en las percepciones dei trabajo y, aún más, que continuara el deterioro salarial en grandes franjas de la fuerza laborai. EI objetivo central dell'EcE fue la.recuperación de la tasa de ganancia y una relativa estabilidad de precios que permitiera a las empresas planear sus inversiones. Sin embargo, la estrategia deI gobierno y los grandes empre- sarios no garantizó por si misma la ampliación deI campo de las inversiones, ai menos en el nivel necesario para remontar diez aílOSde desinversión en sectores clave de la economia. Como instrumento antinflacionario, el gobierno se comprometió, prime- ro, y logró después, liquidar el déficit de las finanzas públicas. Más alIá de este objctivo, se inauguró una etapa en la que el Estado se convirtió por un tiempo en superavitario, con lo cual recogia de la socíedad mayores recursos que los que devolvia a ésta.' La política económica fue encauzada, así, hacia la disminución dei con- sumo como medio de control de la inflación. Toda pujante relacíón con el exterior fue condicionada desde el gobierno a la conquista de una tasa de inflación semejante a la de Estados Unidos. De esta manera, el crecimiento de la economia no pudo desbocarse hacia las tasas históricas dei pais debido ai fuel1e riesgo de un mayor crecimiento de los precioso Asi, una de las mayores promesas de la política económica oficial-alcanzar un incremento dei 6% en el producto interno hrmo-, sencillamente fue sustituida por otra: mantener el crecimiento de la economia por encima dei aumento de la 22 r t I I I I I f J I población. En ese marco surgió una nueva versión dell'EcE: el Pacto para la Estabilidad, la Competitividad y el Empleo, La otra via principal de la estabilidad y posterior recuperación económica fue la renegociación de la deuda externa. EI gobierno logró en 1989 un ahorro de alrededor de J 500 millones de dólares en el servi cio anual de la de\lda pública con el extranjero. Este acontecimiento no representó en si mismo un elemento decisivo cn la estrategia gubernamental, pero permitió, por una parte, iniciar el camino de las reducciones de saldos'l', por la otra, n::l,.;u1J1ar la capacidad de captación de ahorro externo por parte de la economia mexicana, perdida casi totalmente a partir de la situación de insolvencia en que se habían ubicado el Estado l' no pocas de las grandes empresas privadas. La mitad de la deuda renegociada se pactó con un interés anual de 6.25%, significativamentemenor que cl predominante en el mercado, lo que para J 992 se tradujo en pérdidas cuando las tasas de interés habían bajado en el sistema financiero internacionai.' EI Producto Interno Bruto dei país logró tasas de crecimiento positivas aún modestas (1989: 2.9%; 1990: 4.4; 199 I: 3.6; 1992: 2.6; 1993: 0.4), pero ya suficientes para que el gobierno considerara que la crisis había desapa- recido, a pesar de que 1992 fue un ai'iode desaceleración de la producción industrial, lo que marcó el inicio dei fenómeno de contención dei crecimien- to. Por su parte, el rápido incremento de las importaciones y los indicios de que las exportaciones no podrian mantener el ritmo de expansión alcanzado hasta 1990, arrojaron saldos muy desfavorables en la cuenta corriente de la balanza de pagos.' La modernización es entendida también como una acción tendiente a entrar en la disputa por los capitales. En esa dirección, la politica económica ha promovido cambios legislativos y rcglamcntarios de grnn importancia. EI primero de ellos fue la emisión de un reglamento de la ley para fomentar la inversión nacional y regular la extranjera, lo que abrió nuevos cambios para los inversionistas foráneos. EI segundo fue la apel1ura de la bolsa ai capital deI exterior, mediante una nueva legislación. En relación con las nuevas facilidades para las empresas extranjeras, el resultado inmediato fue la creación de 2 028 nuevas sociedades entre 1989 l' 1991, de las cuales I 280 son de capital foráneo mayoritario l' las restantes 23 •••••••••••••••••••••••••••••••••• ••• ."l"••••••••••••••••••••••••••••••.' 748 con capitai mexicano predominante en las que los empresarios nacio- nales invirtieron solam ente 585. I milJones de dólares, frente a una inversión extranjera total, en empresas y en cartera, de] 7 789.] milJones de dólares, en ese mismo lapso.9 La mayor parte de la inversión extranjera que ingresó aI pais hasta 1994 se alojó en la Bolsa de Valores y proviene de [ondos privados, general mente de pensiones o de otros instrumentos de ahorro, que se canalizan a través de American Depositm~v Receipts (ADR) y de la compra directa de valores y banas cn eJ.mercann. Este tipo de operaciones busca la rcalización de uti li~ dades persistentes, es decir, concurre ai pais debido a la existencia de una inflación bursátil y unas tasas de utilidad y de interés considerablemente mayores que las predominantes en Estados Unidos. La inversión en cartera, ai cierre de ]993, era de 28 43] milJones de dólares. En el último informe de gobiemo, Carlos Salinas declaró: "Entre 1989 y julio de 1994 los flujos de inversión extranjera ascendieron a casi 50000 milJones de dólares, con lo cual se duplicó la meta sexenaL Globalmente, el superávit en la cuenta de capital de la balanza de pagos fue de 3 I 000 millones de dólares en ]993, y el flujo de recursos foráneos en el primer semestre de 1994 ha sido de ]2 000 miJlones de dólares." EI 31 de octubre de ] 994, las reservas dei Banco de México ascendieron a 17242 millones de dólares. 10 Esta circunstancia amarraba ya toda la politica financiera dei pais y, especialmente, elevaba la importancia dei comportamiento de los mercados bursátil y monetario . Salinas consideró siempre la captación de ahorro externo como un com- plemento dei interno. Más aún, en la visión dei gobierno, la inversión foránea gcncraría una iendcncia hacia d f0I1alecimiento dei ahorro doméstico. La realidad fue exactamente lo contrario: en el transcurso de la segunda mitad dei sexenio salinista el ahorro interno pasó de más dei 20% dei PISa "niveles cercanos ai 15%" hacia 1994.11 La apertura comercial consistió en la rebaja unilateral de los aranceles y la eliminación de los permisos previos a casi todos los productos. Estas decisiones, tomadas de manera discrecional por eJEjecutivol se cOl1virtieron en la tarjeta de presentación en las negociaciones dei Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá. Todo el tiempo usado en la redac- ción dei TLC fue aprovechado por el gobierno mexicano para promover inversiones estadounidenses en el pais, de tal manera que cuando se vis- 24 r lumbraban algtmos problemas en la mesa de negociación, los capitalesforáneos en caI1era se movian, provocando reducciones en el índice gene- ral de la Bolsa de Valores, La apertura unilateral dei comercio exterior no sólo significó el abandono de la vieja via de sustitución de importaciones, sino también una presión más grande, proveniente dei gobierno, sobre la mayoría de las empresas cuyo nivel técnico se encuentra muy por debajo dei estadounidense. Se trataba, en efecto, de una modernización productiva forzada desde arriba y promovida a través de los instrumentos de la política económica dei Estado . La apertura comercial tuvo el propósito central de reducir el ritmo de crecimiento de los precios mediante una competencia con los bienes de impor- tación que presionara sobre los productores nacionales, lo cual generó ai mismo tiempo una sustitución de producción interna por compras foráneas de mercancias más baratas. De los tres mecanismos principales en que se basó la estratcgia gubcr- namental, la apertura comercial y financiera hacia el exterior, consecuencia de la renegociación de la deuda externa tal como se lIevó a cabo, constituyó el pllnto fie i1111<=trre Cjuepronto generó una Illleva crisis dei finaneiamiento dei pais y, por esa vía, de la economia en su conjunto. La devaluación de la moneda mexicana, producto dei retiro deI Banco de México dei mercado cam biario a finales de diciembre de 1994, expresó una insolvencia provocada por la emigración masiva de capitales ubicados en los mercados de dinero y capitales. Enunas cuantas semanas, las reservas internacionales dei pais, de más de 17 000 millones de dólares, ya disminui- das durante el alio, cayeron prácticamentc a nada, si se toma en cuenta que los depósitos mexicanos en los organismos multilaterales son parte de [a reserva pcro no pueden operarse directamente. EI inmcnso déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos, asi como la naturaleza especuladora de los capitales captados para cubrir ese déficit fueron factores seIlalados con insistencia como elementos nocivos para la economia, sin que el gobierno de Carlos Salinas se propusiera medidas efectivas para hacerles frente antes dei desencadenamiento de la crisis. En realidad, el modelo en el que se inscribió la apel1ura comercial y financiera desencadcnó proccsos que no podían ser dctenidos sin modificar las bases mismas de la poJitica económica . 25 Las metas niac.raec.onómicas para 1995, expresadas tanto en los c.ritcrios gcncrales de política económica para ese alio, como en el prayecto de presupuesto enviado a la Cámara de Diputados por Ernesto Zedillo eran: I) crecimicnto económico dc, por lo menos, el doblc que cl dc la población: 2) tasa de inllación dei 4% anual; 3) equilibrio en las finanzas dei sector público; 4) estabilidad de los mercados financicros: j) abatimiento gradual de las tasas de interés, y 6) pol itica cambiaria conforme a lo establecido en elmarco dell'acto para cl Bicneslar, la Estabilidad y cl Crecimiento.11 Sin ern~argo: pocas días después: el cie-lo tcrriblc de insolvcncia finan- ciera, dcvaluación, inllación y rccesión volvió a apareccr tras seis alios de rcforma cconómica pactada entre el gobierno y los grandes capitalistas. Los planes dei nuevo gobierno se flleron abajo, lo que evidenció que Ernesto Zedillo los había diseliado sin entendcr la verdadera situación cn la quc se encontraba el país. CRISIS Y EMPRESA RIOS A lo largo de los alios de crisis, cn el sector privado se desarrollan procesos quc dan por resultado una recomposición dc su propia estructura social, producto de su mayory más concentrado peso cconómico y de la reubicación dei capital y las nucvas formas de operacióll de éste. Es decir, ai salir dei túnel de la crisis económica.hacia 1989-1991, el país se encuentra con un sector empresarial. si no totalmente nuevo, por lo menos bastante rccom- puesto. Junto 3 105 viejos y trndiciollOlc5 npcllidos que dctcntoJ1 cl grall capítal, aparcccn nucvos pcrsonajes, mientras algul10s otras han desa- parecido de la escena cconóm ica. EI grannúmero de empresas il1cone,xasha cedido slllllgar a 1I110Scuantos poderosos grupos corporativos, industriales, comcrcialcs y financicros, que poseen ahora la mayor parte de los recursos productivos y dinerarios dei país. La depuración de capitales. resultado inherente a la crisis económica. y la inyccción dc cuantiosos recursos durante los alios dei boom petrolera, hicieron que desde la segunda mitad de la década de los setenta se produjera un impulso sin precedente cn el proccso monopolizador de la economia mexicana. Ello implicó. cntre otras cosas, una mayor concentración dei 26 • capital, que lIevaría a la reorganización y desarrollo de los grupos indus- triales más poderosos dei país. Es entonces cuando ocurre un rápido crecimiento de gnlpos corporativos como los cuatro que se desprendieron dei entonces Ilamado Grupo Mon- terrey, el cual a su vez había surgido a partir de la Cerveceria Cuauhtémoc: los grupos Alfa, Vitro (ai principio denominado FIC), Visa y Cydsa. También se desaJTollan otros consorcios como Desc, formado porvarios grupos encla- vados principalmentc en la industria petroquím ica. EI grupo ICA, de la indus- tria de la const'rucción: cl grupo minero Peiiole.s, eJGrnpo Inrlll~trial SaJtillo. así como el Grupo Induslrial Minera México, son algunos ejemplos más de corporaciones industriales que logran su eonsolidación en aquellos alios. También se produjo l111modernizador cambio enlas formas de opcraclOn dei gran capital como resultado de la mayor centr~lización impuesta emonces, aunque, a su vez, las nuevas fornlas corporativas coadyu~aron ai desarrollo acelerado de la centralización de los capitales. EI surg11111ento de las cmpresas tenedoras de ac.ciones, o holdings," y su rápida prolifer~ción permitieron que el conjunto de empresas individuales existentes, prop,edad de un mismo grupo de capitalistas, c.ontaran con una forma de admll11s- traciónunificada a través de la tenedora, y se canalizaranmayores recursos ai grupo industrial sin poner en riesgo el manejo de sus empresas." De esta forma. con las holdings se crea una sociedad, la cualmaneja la propiedad de un ~onglomerado, desapareciendo la propiedad por acciones de empresas aisladas, con lo que es posible desplegar una estrategla corpo- rativa "centralizando las dccisiones de inversión, crecimiento y diver- sificación en la 'holdillg', que sc apoya en los flujos de capital intra-grupo )' fuera de éL optimizando rendimientos, liquidez y oportunidades, y campos de inversión con una visión de conjunto. Todo ello con un menor control fiscal dei Estado"." La transfonnación operada en la banca a partir de 1975, su conversión en banca múltiple, conlo que se concentró en una sola instituciónuna.serie de operaciones antes dispersas y se abrió un rápido proceso de fuslOnes bancarias." asi como el impresionante crecimiento dei poder dei cap,tal financier;. mostrado en las cada vez más numerosas e importantcs empresas vinculada~ conJos bancos, fueron fenómenos de aquelJos alios que se suma- ron ai imperio oligopólico que ensanchaba y alargaba su cam;no en el pais. 27 ••• '.••••••••••••••••••••••••••••••'.• •••••••••••••••••••••••••••••••••: EI grado entonces alcanzado de concentración de la industria, el comercio y los servicios se apoyó en las políticas proteccionistas dei Estado y en la transferencia de los cuantiosos recursos que éste realizaba ai sector privado mediante concesiones, subsidios de toda e1ase, producción de materias primas destinadas a la gran industria privada v la construcción de orandes• b obras de infraestructura. Aunque algullos segmentos empresariales veían con receio la creciente participación económica dei Estado, y en especial el discurso populista dei entonces grupo gobemante, la mayor parte de esta cbse social lo aceptaba como requcrimicnto de aquellos ticmpos y, ai fin y ai cabo, como parte de un proceso que los beneficiaba ampliamente. Durante todo el sexenio de José López Portillo. con la clara excepción de 5US últimos actos ele gobierno, se mantuvo ]a política que propiciaba abiel1amente ese proceso concentrador. La recuperación de la cOI1[ial1za empresarial en el uuevo gobierno, resquebrajada durante el sexenio de Luis Echeverría, habia pasado por el apoyo estatal a una serie de proyectos de inversión con las más grandes empresas dei pais, la compensación a los lati- fundistas sonorenses afectados en 1975, la reducción y exención de impuestos, asi como el apoyo con buena cantidad de recursos a los grandes exportadores, además de una serie de medidas exigidas por los empresarios, tales como un mayor control dei gasto público y la severa contención salarial. A paltir de esto, y con los cuantiosos capitales con los que 0.1país contó a finales de los aJ10s setenta gracias a las exportaciones petroleras y el desmedido endeudamiento externo. los empresarios. lo mismo que los gobernantes, se sintieron con las manos lIenas y con recursos que nunca se açalmrían. No sólo proliferaron los conglomerados corporativos, sino que los grandes grupos industriales comenzaron entonces una desenfrenada y voraz expansión, que los Ilevó a multiplicar elnúmero de sus empresas y a entrar en tina grall divcrsidad de ralllas econólllic~s~ sin racionalidad en buena palte de los casos . Si hacia la segunda mitad de la década de los setenta, con la aparición de las holdings, existíanunos cuantos grupos consolidados, para 1980 cranmás de 100 los consorcios impoltantes, muchos de los cuales operaban ya a través de las empresas tenedoras de acciones. La expansión de los grupos fue muy acelerada en todos los casos. aunque los más espectaculares fneroll los de Alfa (que en aquel aiío Ilegó a contar con 157 empresas): Visa (que 28 contrai aba 103); el Grupo Chihuahua (63); Vitro (57), y el de Industrias PeJ10les (54 empresas)." En el caso de Alfa, el gran número de empresas adquiridas lo lIevó a diversificar enormemente las ramas en las que pal1icipaba. Además de en la siderurgia incufsioná en las industrias química, electrónica, alimentaria, de autopartes, hotelera, en la mineria, la televisión, la construcción, y en los servicios comerciales y turisticos . Los bancos que directamente eran manejados por los mayores grupos, como Serfin que estaba bajo contrai de Visa, Banpaís de Vitro, COlTlcnncx dei Grupo Chihuahua, Cremi de Industrias PeJ1oles. y los que estaban vinculados, como el Banco dei Atlántico con ICA, Bancomer con Frisco y Banamex con un gran número de empresas cn las que tcnía paquetes accionarios, algunos de considerable importancia como Condumex, Cela- nese Mexicana, Industrias Nacobre, desempefiaron un papel de primera importancia en ese proceso de expansión y crecimie,nto. Pera los bancos no sólo actuaroll para canalizar enormes sumas de capital que requerían un pUllado de grupos industriales, sino que propiciaron que los capitales entraran en actividades especulativas, auspiciando la dolari- zación de la economia y la más espectacular fuga de capital en la historia dei país, hasta ese momento. Con la nueva y más profunda crisis de 1982, el desplome deI precio dei petróleo, la crisis de las finanzas públicas y la escandalosa descapitalización dei pais, se puso ai descubielto que los sectores más poderosos de los capita- listas estaban decididos a sacarei mayor provecho posible de la adversidad económica nacional, aunque ello significara una profundizacióll sin prece- dentes de la crisis . Mientras el gobierno buscaba plazos mayores para hacer frente a sus compromisos financieros con el exterior, la demanda de dólares por parte de los grandes empresarios seaceleraba inusitadamente. En escasas semanas salieron dei pais, a través de los bancos, una enorme cantidad de dólares. Algunos lJegaron a calcular enmás de 50 000 miJlones la cantidad acumu- lada de exportación de capital hasta 1982." La crisis económica que azotó ai pais por más de una década no sólo afectó en forma diferente a los distintos sectores dei capital privado produ c- tivo, sino que, COmOhemos visto, la respuesta misma de los grupos más 29 poderosos generó, a su vez, proeesos depredadores. tales eomo la espeeu- lación y la fuga masiva de capitales. los cuales sacaren la competencia intra- capitalista dc la órbita propiamente productiva. Una guerra cconómica se había dcsatado y la respuesta gubernamental fue de la dimensión que requerian los fenómenos que su prepia política habia propiciado. La nacionalización de la banca y la imposición dei control generalizado de cambios. aunque en forma tardia. buscaba frenar la crisis, pero afectó temporalmente la propiedad de los grandes empresarios- financieros dei pais. En realidad. con el decreto dei 10 de scptiembre de 1982 pudo abrirse l1l1nuevo periodo de la historia económica de México con el que se revi,tiera el proceso de monopolización de la economia. Eluso dei capital dinero podria haber cambiado de semido y objetivos; eI desarrollo de la industria podria ordenarse en función de intereses nacionales y no solamente empresariales; la relación de precios entre los productos agrope- cuarios y los industriales podria empe7..ara rcvcrtirse en favor de los prime- ros; el erecimiento dei mcrcado interilo podria volver a tener la prioridad. Pero nada de esto ocurrió. Con esta scgunda y más importante afectación19 de sus intcreses por parte dei gobierno, los grandes capitalistas mexicanos se dispusieron a una larga y perseverante bata lia. En los meses anteriore,s a la nacionalización los grandes empresarios habian ya mostrado su poder. su capacidad para colapsar la eeonom ia y desprestigiar ai grupo gobernante. Tras la respuesta gubcrnamental de septiembre de 1982, la mayoria optó por la negociación individual y secreta con el nuevo gobierno que se instaló ello de diciembre. lo que le permitió ai gran empresariado la paulatina recomposición de su poder económico in icialmente afeetado, ai tiempo que lograba afianzar un claro compromiso gubernmnental en relación con una política económica más abicrtamente vinculada a sus intereses. Durante los primeres tiempos dei gobiemo de Miguel de la Madrid, varios capitalistas financieros recuperaron todas las acciones de empresas no bancarias que la banca habia tcnido bajo su control y un tercio de las acciones propiamenle bancarias. adcmás de una magnánima retribución por la propiedad expropiada.'o La pérdida de la banca, como instrumento central de las opentciones financieras de los grandes grupos~ fue inmedi:ltamente sustituida por un poderoso sistema financiero paralelo a los bancos, que fue 30 apuntalado por el gobierno con medidas tales como la autorizaeión para la apertura de casas de bolsa y la colocación de valores gubernamentales a través de ellas. Algunos antiguos banqueros. varios de los cuales contaban ya con la propiedad de casas de bolsa, pasaron a conformar en los hechos 11l1eVOS grupos finaneieros, cada uno de los cllHlescontrolaba empresas dc seguros, arrendadoras, afianzadoras, etcétera. Asi, por ejemplo, Agustin F. Legorreta, exdirect.or de Banamex, encabezó el grupo Inverlal: que ndcmós de la casa de bolsa delmisl1"Jol1ombrf" r.ol1tro- laba Seguros América, la Arrendadora Inverlat, una cmpresa de factoraje, la casa de cambio Fomento de Divisas y una comercializadora. Alberto Bai- lIeres, expropielario de Cremi, mantl1vo la casa de bolsa que lIeva ladenomi- nación dei banco, además mantuvo el control de Seguros La Provincial y la Compai'íia de Seguros La Nacional, una casa de cambio y dos afianzadoras: Compa,lia Mexicana de Garantias y Crédito Afianzador. Carlos Abedrop Dávila, expresidcnte dei Banco dei Atlántico, consolidó su casa de bolsa Fimsa, la afianzadora Americana de Fianzas y Seguros Olmeca. Los dueíios hasta 1982 de Banca Confia, los Aarón Sáenz y Vega iíiiguez, mantuvieron Seguros Atlas, Arrendadora Atlas y Fianzas Atlas. Los Garza Sada, anliguos dueíios de Serfin y Banpaís, aparecieron en varias casas de bolsa, pero ai frente de Arka y de Vamsa (Valores Monterrey), que si bien no tenia casa de bolsa. controlaba una afianzadora, una aseguradora, una arrendadora, una almacenadora y una empresa de factoraje. Bajo una inflación galopante, el valor de la moneda nacional cada dia perdia terreno frente aIdólar. La ~IIUlllle deuda privada COIl cI exterior fue vista como un elemento inflacionario y surgió asi cl Fideicomiso para la Cobertura de Riesgos Cambiarios (Ficorca), ai cual pudieron recurrir, especialmente, las grandes empresas con capacidad de liquidez, que enlregaban SI1dinere en pesos trasladando el riesgo devaluatorio ai Estado. Con el instrumento que significó Ficorca. todas las grandes empresas que, como hemos sellalado, recurrieron a nn enorme endeudamiento con el exterior para sus preyectos expansivos de principios de la década de los ochenta, conlaron conl1n enorme subsidio camhiario que utilizaron en la carrera especulativa desatada a mediados de la década en la Bolsa Mexicana de Valores." Las casas de bolsa. primero. y después los grupos financieros, organiza- 31 •••••••.,., ••••••••••••••., ••••••••••• ••••••••••••••••••••••••••••••••= dos a partir de aquéllas, confonnaron desde sus orígenes, y de acuerdo con lo que ya venia siendo el capital financiero a Iravés dc los bancos comer- ciales, un oligopolio en manos de un número reducido de familias financie- ras." No sólo los antiguos dueiios de bancos constiluían ese núcleo selecto de financieros, sino también algunos cuyo origen radica en la propia activi- dad bursátil, la cual, haSla finales de la década de los selenta, carecía en realidad de gran relevancia. Con la promulgación, en 1975, de la Ley dei Mercado de Valores, asi como con las medidas fínancicras y físcalcs adaptadas por el gobie.rno de José López POliillo y, sobre todo, después de la nacionalización bancaria, con la gran emisión gubernamental de valores y otras medidas de apoyo financiero que impulsó Miguel de la Madrid, el mercado de valores en México cmpezó a adquirir verdadera fuerza, ai punIa que se le considcró una auténtica banca paralela . En 1986- J 987 la Bolsa Mexicana de Valores entró en un nuevo y más pronunciado boom especulalivo. Las.casas de bolsa invitaban a todo aho- rrador, por pequena que fuera la suma de su dinero, a invertir en la actividad especulativa de la bolsa, propiciando una súbita inDación de precios bursáti les . EI crack de la bolsa, en octubre de 1987, fue en realidad lm gran negocio que favoreció a un punado de individuas que, a veces violando la legislación, contaban con información privilegiada que les permitió realizar su inmensa ganancia financiera a costa del pequeno o mediano ahorrador que sofió con hacer grandes fortunas en pocos dias. Unos cuantos sagaces financieros salieron de la bolsa, ese lunes negro" y los dias posteriores, con nuevos y cuantiosos capitales . De la banca paralela surgió un nuevo grupo granempresarial: los bolsistas. Se Irala de aquellos expelios en el mecanismo bursálil que leniall capacidad de maniplJiación dei mercado, a la par que podían adquirir el conlrol de empresas en crisis o francamente quebradas, a precios muy bajos . EI trabajo de éstos era colocar dincro ajcno en actividades bursátiles, de lo que alcanzaban grandes porcentajes por elmanejo de las carteras. A parlir . de aqui, el capital dinero procedente de las comisiones se reinvertia en activi- dades especulativas y en la adquisición de paquetes de acciones haratas . Estos bolsislas pasaron de las actividades bursátiles a las directivas en 32 las empresasadquiridas y posteriormente a la confonnación o fortale- cimiento de grupos financieros con gran capacidad de captación de capital dinero. Enlre los principales bolsistas cstán: Carlos Slim Helü y Juan Antonio Pérez Simón, de Carso-lnbursa; Roberto Hernández y Alfredo Harp Helú, de Accival; José Madariaga Lomeli, de Probursa; Manuel Somoza Alonso y Eduardo Creel, de lnverméxico; Aguslín F. LegolTeta, de lnverlal; Eduardo Legorreta, de OBSA y Carlos Abedrop Dávila, de Fimsa . Algul10s de los bolsistas h3bí::t11 est::trlo ~I fren1e de illstituciones bancarias expropiadas en J 982, pero en su mayoria surgieron de actividades empre- sariales menores; una gran parte de éstos adquirieron el contrai de empresas dei Estado mediante operaciones de ingenieriafÍ/lOl1ciera," tales como las de Mexicana de Aviación y Teléfonos de México, asi como de bancos privatizados.25 Es necesario destacar que algunos de los bolsistas no han pasado todavia a controlar más empresas que bancos, casas de bolsa y otras enumeradas dentro dei conceplo convenciona Imente denom inado servicios financieros, y no tienen control de empresas industriales, comerciales y de servicios, o bienno han incorporado a és!as en un mismo mecanismo de decisión formal o virtua!' Sin embargo, el proceso de centralización está en marcha, con lo cual esos bolsistas, especialmente quienes se encuentran a la cabeza de bancos, se están convirtiendo en capitalistas financieros en una acepción más completa. Algunos olros bolsistas, incluso quienes todavia no conlrolan bancos, ya eral1 financieros. en eI sentido cn que aquí se entiende esetérmino, antes de la repJivatización de las institucioncs de crédito . La reprivatización de la banca, como proceso viliualmenle cerrado a los grupos financieros ya existentes, más algunos otros en proceso de f0ll113Ciól1, le otorgó velltaja a los bolsistas y a varias viejos finaneieros que tal11bién habian participado en el desarrolJo delnuevo mercado bursátil. A la cabeza de casi todo grupo financiero figura ya un banco. que tiene la capacidad de ohtener recursos dei gran público a través de decenas o centenares de sucursales. Más adelante se anaJizará cn detalle el proceso reprivatizador, pera es llecesario seiiaJar que éste constituye un gran cambio cualitativo en el reforzamiento dei capital financiero mexicano. De esta forma, desde la nacionalización bancaria de 1982 hasta las medi- 33 das adoptadas por el gobierno salinista en la aplicación rigurosa dei modelo neoliberal (privatización y apertura económica principalmente), se desa- rrolla un conjunto de procesos que han dado por resultado la rearticulación de los grandes capitalistas mexicanos. Por una parte, se ha producido una concentración y centralización extraordinarias dei capital y la producción, cn la que llll pequeílo y selecto número de poderosas empresas induslriales y comerciales conforman consolidados grupos financieros, la mayor parte dc los cualesdominan monopólicamente ramas enteras de la economía dei país. AIguno5 de éstos~ cuyo ejemplo más relev::J.ntees el Grupo Cnr5o.lnbur5n~ de Carlos Slim, emergieron recientemente como resultado de los buenos negocios que supieron hacer durante la crisis y las concesiones gubernamen- tales de las que han gozado," En realidad, la crisis económica de la década de los ochenta resultó un bucn ncgocio para unos cuantos cmpresarios. Como se ha empezado a difun- dir, la economia nacional es hoy mucho más centralizada que en los atlOS setenta debido no sólo a una tendencia intrínseca ai modelo cconómico seguido, sino también por las batallas libradas durante casi diez anos: quiebra de una buena cantidad de pequeílas y medianas empresas; descontrolada carrem de precios; empréstitos gubernamentales destinados a salvar a algu- nos de los más grandcs grupos económicos dei país, c impulso a la actividad financiera especulativa. La década de los ochenta presenció una recomposición dc muchas dc las grandes empresas industriales dei país. Después de 1982, la devaluación de la moneda hizo estragos en no pocos grupos industriales, los cuales tuvie- roo que rcestructurarsc Y CIl nu poças m.:asiullt:s v~IH.1l:r t:lllfJrt:sas Jilialts y suspender proyeetos de inversión." Las fusiones fueron elemento muy socorrido para enfrentar las adversidades económicas." Pero los reajustes, las posibilldades de ereeimiento, el aprovechamiento de oportunidades para adquirir empresas en quiebra o con serias dificultades, c'ltre otras cosas, generó condiciones para el rápido desarrollo dei fenómeno económico que a mediados de los setenta apenas comenzaha: la creación y consol idación de un pequeno número de poderosos grupos que hoy concentran la parte principal de la actividad industrial, comercial y de intennediación financiem dei país, Aunque desde finales de los anos sesenta encontramos algunos impor- 34 ..•... \' ~ \ I J I l j I I• I tantes grupos monopólicos, gran parte de los grupos económicos hoy cons- tituidos surgieron en plena crisis económica en la década de los ochenta y otros adquirieron en esos tiempos nuevas formas corporativas, Entre cllos destacan el Grupo Carso-Inbursa, que preside Carlos Slim; Grupo Sidek. de Jorge Martinez Güitrón; Grupo Sinkro. que controlan Crescencio Balles- teros, Claudio X. González. Agustín r-. Legorreta y Antonio RuizGalindo; Grupo Cifra, de Jerónimo Arango; Corporación Sanluis, de Antonio Madero Bracho. Migucl Alemán Velasco v Crescencio Ballesteros; Grupo Camesa. de Agl;stín .....F. Lcgorreta y Prlld~nc.io Lópe7.~ Grupo Privado J\1exicallo (Prime), de Antonio dei Valle Ruiz, y Grupo Diblos, de Juan Sánchez Navarro. Só lo algunos import.antes, como Desc, Industrias Peiíoles, Grupo Industrial Saltillo y los cuatro consorcios regiomontanos de la familia Gal7..a Sada (Visa, Vitro, Alfa y Cydsa), entre los principalcs. operan desde mediados de los allOSsetenta como grupos corporativos a través de sus compaiíías tenedoras de acciones. Todos estos grupos sonlos que han tenido mayor capacidad de transfor- marse internamente en diversos aspectos de su operación. Se ha mencionado ya la centralización que significaron las empresas tenedoras de acciones. En esos aiíos no sólo se generalizó esta forma de operar sino que se hizo aún más compleja, pues empezaron a aparecer holdings que poseen holdings. EI manejo familiar, que aún en los setenta y buena parte de los ochenta caracterizaba a unnúmero impol1ante de grandes grupos, ha quedado dcfini- tivamente atrás. Hoy, elmanejo corporativo y su cotización en la Bolsa de Valores es el denominador común de todos ellos. EII lu~1I1limos aílos, COI1 In consolidnción y cl reagrupamiento de. l::ts corporaciones económicas no sólo se ha desarrollado un evidente proceso de centralización (frente ai cual las empresas aisladas no tienen la menor posibilidad de competir), sino también una mayor concentración dei capital en un número reducido de grupos. En una muestra elaborada en 1994 por la revista Expol1s;ÓI1, de los 91 grupos principales dei país tan sólo los diez primems concentraron el 55% de las ventas, el 56% dc los recursos y el 48% dei empleo durante 1993. Estos diez grupos son: Vitro, Carso, Cem ex, Alfa, Visa, ICA, Televisa, Aerovías de México, Desc y Empresas LaModema.29 Pero la concentración dei capital se expresa también de manera indi- viduai. Unos pocos capitalistas, quienes controlan a los grupos económicos 35 ••••• •~•••••.; •••••• ••."••••••••••••••••••••••••••••••.' principales, poseen fortunas familiares inmensas. Como veremos más ade- lante, los paquetes de control de los 18 bancos comerciales reprivatizados están en manos de 274 personas. Según la revista estadounidense Forbes, 24 mexicanos se encuentran entre las 358 personas más ricas dei mundo: en el número 12 de la lista de fortnnas plnripersonales aparece Carlos Slim (Carso-Inbursa), con 6 600 milloncs de dólares, peroes nbicado como el cuarto lugar en füIiunas individuales; Emilio Azcárraga (Televisa) figura en el número 24, con 5 400 millones; la familia Zambrano (Cemex) con 3 100 millnnes; A lejo Peralta (lUSA), por vez primera en esta clasificación, con 2500 millones; a Jerónimo Arango (Cifra) se le asigna una fOliuna de 2 200 millones; Alfonso Romo (La Moderna), 2 200; Alberto Bailleres (Penoles), 1900; Pablo Aramburu Zavala, I 600; la familia González Nova (Comercial Mexicana), 1 500; la familia Molina (Gemex), I 400; Adrián Sada González (Vitro), 1 300; Ángel Lozada Gómez (Grupo Gigante), 1 300; la familia Salinas Pliego (Elektray TV Azteea), Bernardo Garza Sada (Alfa), Lorenzo y Roberto Servitje Sendra (Bimbo); I 200 cada uno; Roberto González Barrera (Maseca), Jorge Larrea (Minera México) y Eugenio Garza Lagüera (Visa-Bancomer), con 1 100cada uno; Antonio y Moisés Cosio Arino (Carso- ]nbursa), la tamilia Martinez Güitrón (Sidek), Roberto Hernández (Accival- Banamcx), Alfredo Harp Helú (Accival-Banamex), familia Franco (Infra) y David y Adriana Pefíaloza (Tribasa), con alrededor de 1 OOO'millonesde dólares cada uno." Otra caracteristica de los grupos económicos, a partir de la crisis, ha sido la asociación con el capital extranjero. Hasta antes de finales de los anos ochcnta prcdominaban Cl1 cl país grupos de capital social e.xdu~jvamt:nte mexicano, aunque con grandes créditos dei exterior, es decir, con inversión extranjera indirecta. Posteriormente, el fenómeno se revierte y se inicia un periodo de amplia asociación empresarial con los capitalistas extrnnjeros, principalmente estadounidenses . En los 104 grupos considerados más importantes, el capital extranjero directo pasó entre 1989 Y 1990, dei 4 ai 1i%, En 45 de estas grupos, estaba presente el capital trasnacional y de ellos en sólo cuatro casos se repottaba ca- pital exclusivamente extranjero; en siete casos la inversión foránea era superior ai 50%, y en los 34 casos restantes menor que la mitad dei capital social.Jl 36 Bajo la consideración de la complejidad que han adquirido los procesos productivos debido ai desarrollo tecnológico, muchas grandes empresas asumen que por si solas sería imposible alcanzar los recursos financieros y humanos necesarios, por lo que se hacen necesarias las lIamadas alianzas estratégicas. Éstas se han realizado en prácticamente todos los sectores económicos mediante participación accionaria, transferencia de tecnologia, creaeión de nuevas empresas o redistribución de nichos de mercado. En febrero de 1994 se informó que, con motivo de la entrada en vigor dei TLC se preSeJllarOIl 1 500 pruyt::l'lus de cujllv~rsióll y a!ümzas estratégicC:!s. Lus grupos y/o empresas que más destacan en este proceso son: Vitro, que se asoció con Corning Glass; Fcmsa con la Philip Morris y con la canadiense John Labbat; Prolexa con Pepsi, Burlington Notthern Railroad, Notthern Teleeom y Circle K, entre otras; OIS con la ATT y Cisco Systems; IMSA con Durex; Condumex con Sealed Power, Pakard Electric y Maremont; Cifra con \Val.Mart Stores y Sam.s; Comercial Mexicana con Price Club; Liverpool con Kmart, JC Penney y Dillard. s, y Gigante con Fleming, Tandy y la francesa Carrefour . Más de un centenar de grupos económicos han sido clasificados pero someramente estudiados. En realidad, varias gmpos están dirigidos por las mismas personas y no todos tienen la significación de ser corporaciones financieras. Estas últimas son las que cuentan con dos cualidades distintivas: controlan empresas industriales, comerciales y/o de servicios y, almismo ticmpo, cuentan con instrumentos de captaeión de capital dinero. EI capital financiero es aquel que convielie el capital dinero, mediante la captación, en capital productivo, bajo un mismo mando." En esta acepción sc trata de entender el papel social de ese tipo especifico de capital que controla no sólo procesos productivos, comerciales o de s~rvicios sino que, además, cuenta con canales propios para captar dinero procedente de la sociedad, manteniendo el control delmismo, con lo cual se distingue dei capital industrial, dei comercial y dei bancario vistos por separado . Desde este punto de vista, los grupos financieros adquieren la capacidad deliderazgo dentro de las diversas funciones específicas dei capital, dando hlgar a una oligarqllía financiera cuya funcióll principal es centralizar eI mando de los procesos eeonómicos . 37 En México existen históricamente dos vias principales a través de las cuales se dio la formación dei capital financiero. Por una parte, grandes conglomerados industriales establecieron instituciones para caplar ahorro dei público y canalizar tales recursos hacia sus empresas productivas; este proceso se inició en Monterrey desde I890, aunque adquirió mayor impulso en 1936 con la formación de la Compaiiía General de Aceptacioncs y, en el centro dei pais, hacia 1934 con la fonnación de Crédito Minero y Mercantil." Por la otra, instituciones bancarias empezHron desde principios de siglo a adquirir partes sociales de empresas illdustriales y comcrcinlcs hasta lIegar en algunos casos a asumir el control de las compaiiias, con lo cualusaban los ahorros de sus clientes para actividades distintas a los objetivos de los bancos como institucioncs de ahono y crédito.'4 Conla nacionalización de la banca comercial en 1982, y la reprivatización de la misma en 1991- I992, asi como el desarrollo de la banca paralela du- rante esa década, los mecanismos de la formación dei capital financiero se desprenden de la utilización de fortunas personales en la adquisición de bancos y empresas no bancarias. Estas fortunas se derivaron de la enorme liquidez de la economia y de la gran especulación desatada en el pais. Los bolsistas y algunos de los viejos empresarios financieros lograron aglutinar a una gran cantidad de socios que, sin embargo. carecen de capacidad directiva en los grupos. Se ha desarrollado asi una poderosa oligarquia financiera. 38 r t I i ", I t " lI. DOS REQUISITOS PARA EL ACUERDO MODERNIZADOR Y UN PROGRAMA Hijo de más de una década de aguda crisis económica, enmarcado en la deslcgitimación politica y electoral dei grupo gobernante encabezado por Carlos Salinas de Gortari, y teniendo como sujeto primordial de las trans- formaciones propuestas ai sector dueiio dei gran capital privado, el proyecto modernizador planteó e,1requerimiento de resolver antes que nada la relación política entre los gobernantes y los representantes de los grandes empresarios dei pais. Esta cuestión implicaba cambios en el vinculo de los actores de este proceso con el poder estatal y exigia un nuevo enfoque sobre el papel que debe cumplir el Estado mexicano, asi como una nueva ideologia dei poder y las instituciones públicas. Hasta mediados de los anos setenta el sector privado dei pais había aceptado, en lo fundamental, las regias establecidas por el sistema político preside,ncialista y de partido de Estado, Sin embargo, a partir de los aiios en que comenzaron las dificultades económicas, las relaciones políticas entre los empresarios y la burocracia estatal sufrieron un notorio desajuste: la crisis económica y los nuCVOSrequerimientos politicos que mauurarulI cn el empresariado modificaron las necesidades y aspiraciones de éstc, por lo que empezó a desplegar un papel político más abierto y a rechazar su eompla- ciente subordinación a la burocracia estatal, de forma quc durante estos últimos veinte anos se produjo un complejo proceso que abrió paso a rea- justes importantes en la relación politiea entre los dos promotores dei proyecto modernizador de México. Asimismo, en consccuencia con la reformulación política en el bloque dominante y con los presupuestos de las transformaciones económicas y sociales modernizantes que se planteaban, se abrió la necesidad de recom- poner las formas dei dominio de manera que expresaran las nuevas bases 39 ••••••••••••••••••••••••••••••••••••• sociales e ideológicas sobre las que se despliega la Ilamada modern;zaciól1, es deci,., lo que Carlos Salinas denominó la "reforma dei Estado". Como veremos, tanto la recomposición de las relaciones políticas entre gobernantes y representantes dei gran capital mexicano, como los cambias en el papel dei Estado, fueron requisitos previos para dar curso acelerado a un nuevo esquema socioeconómico en el que, en el conjunto de medidas adaptadas por el grupo neoliberal comandado por Carlos Salinas, se produ- jeron importantes rearticulaciones y cambios en el sector dominante dei empresariado nacional. PRIMER RFQlJlS1TO; lJN NLJEVO AClJERDO POLíT1CO ENTRE EMPRESARlOS Y OOBI ERNO Durante el gobierno de Miguel de la Madrid se habian lIevado a cabo numerosos esfuerzos -poco exitosos- encaminados a restablecer el con- venio sllstanciai entre cmpresarios y gobierllo, severamente maltrecho en 1982 con la nacionalización de la banca, Sobre la base de conceder muchas de las demandas deI sector privado, tales como la reprivatización parcial de la banca, el fortalecimiento de un circuito financiero paralelo, el inicio de la venta de paraestatales, la severa reducción dei gasto público, el estricto control salarial, los múltiples apoyos a las grandes empresas en dificultades financieras, entre otras, el gobierno delamadridista intentó superar los obstáculos que impedian que los empresarios nacionales arriarao la bandera de la desconfiaJ1w con la cual justificaban sn negativa a invertir y la persistente fuga de sus capitales. Los pactos económicos impulsados entonces con el objetivo de contener la inflación y reactivar la economÍa fucroIl cI mayor acucrdo logrado entre empresarios y gobierno, aunque siempre fueron puestos en duda por la con- troversia permanente que generaron en las filas dei sector privado y la forma corporativa COIl la que se establecicrol1 . La actitud empresarial mantcnida en esos alios, regida por la persistencia de lapolítica de la deSC01!fial1zadei sectorprivado," expresaba la decisión de $1Idirigencia de ir l11t1chomás lejos y comprometer en forma más contun- dente ai poder dei Estado. La severa agudización de la crisis económica, 40 , con los altos niveles a que lIegó entonces la inflación; el reducido alcance de las desincorporaciones de empresas cstatales y la forma en que se realizaron: las modificaciones ai texto constitucional cn las que se definió la economia mixta y el sector social'" y se rcfrcndó la rectoria económica dei Estado, pesaron más en el ánimo empresarial que todas las concesiones hechas . Aunque bajó el tono agresivo y se detuvo la campaiia de rumores que tantos estragos hizo durante los gobiernos de Luis Echeverria y José López PortiJlo, a lo largo de todo eI sexcnio delamadridista los dirigentes deI sectar privado sostuvieron su actitud escéptica y desplegaron un discurso politico opositor que, entre otras cosas, exigia rápidos resultados de la polltica econó- mica sostenida desde el poder; aspiraba a una modificación susrancial dei papel dei Estado en la economia; reclall1aba una democratización de algunos aspectos dei régill1en polltico y, en particular, queria una clara limitación de las atribuciones presidenciales, fundamentalmente enio que se refiere a la afectación de la propiedad. Muchos cmpresarios pasaron a una part;cipación politica mayor ymás abiel1a; alglmos abandonaron su discreta pertenencia ai partido oficial, mientras que otros se decidieron a una pública y destacada militancia en el Pm1ido Acción Nacional (rAN) . En esencia, desde el punto de vista empresarial, la mayor parte de las medidas adaptadas por Miguel de la Madrid, con las que el sector privado expresó abiertall1ente su acuerdo, no habian alcanzado sus objetivos por la persistencia e, inclnso, fortalecimiento, dei modelo gubernamental interven- tor y proteccionista, asl como por la ausencia de participación directa y efectiva de los empresarios en los planes de gobierno. En el primertrienio dei gobiemo de Miguel de la Madrid la actitud empre- sarial fue bastante cautelosa pese a que estaba fresco el golpc expropiador de 1982. Recordemos yue eran los InOlnenlos ell los y"e se realizaba la in- demnización a los antiguos duclios de la banca, se vendia e134% de las ac- ciones de ésta y se devolvlan los valores no bancarias que poselan las instituciones de crédito. Eran también los momentos en los que se ponla en marcha el Ficorca, que se incorporaba México ai GAn, se impulsaba ai sector exportador y se propiciaba la constitución y amplio desarrollo de los inter- mediarios no bancarias, es decir, de las casas de bolsa y de otras empresas de servicios fínancieros . 41 43 :••••••••••••••- ....• de Solidaridad Económica (I'SE) entre dirigentes de las organizaciones em- presariales, las centrales obreras y campesinas oficialcs y el gobierno, con el fin de contener el proceso inflacionario. que ese alio alcanzó un nivel superior ai 150%. Frente a esta iniciativa gubernamental, las rcacciones dei sector privado fueron públicamente contradictorias. Por una parte, a la firma dei pacto no sólo concurrieron todas las agrupaciones empresariales, tanto las confederacioncs de industrialcs y comcrciantcs, la Asociación de Seguros y la de Casas de Bolsa, asi como el Consejo Coordinador Empresarial y la Coparmex, sino que, además, se eonvocó directamente a cerca de cien empresas, algunas de ellas de los más grandes eonsorcios industriales. Entre éstos se encontraban Vitro, Alfa, Visa, Desc; los principale.s centros comerciales como Cifra (Aurrerá y filiales), Comercial Mexicana, Gigante, Liverpool, Palaeio de Hieno, Soriana de México: las más importantes empresas de conservas)' prodllctos enlatados como HerdeI., Del Monte, Clemente Jacques, Prodlletos de Maíz, jllnto a los mayorcs fabricantes de alimentos. de fánnacos dei clladro básico de medicamentos. de bienes para la industria automotriz y de com pUladoras; la Asociaeión Nacional de Productores de Aguas Envasadas y el Consejo Nacional de Productores Agropecuarios; además, la Cámara Nacional de la !ndustria Panificadora y la Cámara de la Industria Uantera se sumaron enio individual ai pacto pese a que las confederaciones a las que pertenecen ya lo habian finnado." Junto a esta amplia convocatoria enla firma dei PSE, se produjo toda clase de doela. raciones de los dirigentes de las agrupaciones empresariales y de no pocos directivos de empresas en las que se destacaban las virtudes de la conc.er- tación de los sectores prorlllc1 ivos para contener la innación. Pero, por otra parte, continuamente se conoeieron las opiniones contrarias ai pacto vertidas por un buen número de representantes empresariales. Para algllnos, esta eoneertación carecia de posibilidades de éxito; para otros, tenía propósitos muy ambiciosos y era poeo realista, además de ser la muestra fehaciente de que el Estado reeonoeia su incapacidad para resolver los pro. blemas econômicos; hubo quien se negó a firmarlo y condenô la actitud corporativista de las organizaciones empresariales mostrada con motivo dei pacto. No pocos negaron que el eompromiso empresarial hubiese sido detener el aumento de los precios de sus productos. Todos los heehos senalados muestran que "I gobierno de Miguel de la I,.• ;, f I ~2 En la segunda mitad de ese sexenio, a partir de los procesos eleetorales de 1985 y 1986, en los que además de las eleccione.s federales para renovar el poder legislativo se realizaron elecciones para gobernador en más de seis estados de la República, entre cllos Nuevo León. Sonora y Chihuahua, sectores dirigentes dei empresariado desplegaron una actividad política abierta, desafiaron las tradiciones y entraron de lIeno a la actividad partidisla, pero ya no sólo en el Pal1ido Revolucionario Institucional (I'RI), sino también en partidos opositores, principalmente el PAN. Varios crearon, además,
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