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¿INDEPENDENTISMO O DEMOCRACIA? 
 
Apreciados amigos y colegas brasileños. Ante la actual situación política en Catalunya no he podido 
más que escribirles un breve relato de los acontecimientos. El motivo responde a la necesidad de 
trasladar a la comunidad internacional los sucesos que estamos viviendo, tras la proclamación de la 
República Catalana el pasado viernes 27 de octubre. Son muchas las voces que se han levantado 
para hablar de legalidad, legitimidad, democracia y otros tantos conceptos que, descontextualizados, 
no hacen más que poner en peligro a los más de 7,5 millones de habitantes de Catalunya. Para 
aquellos que no entienden qué ha llevado al pacífico pueblo de Catalunya a proclamar la 
independencia respecto al reino de España, resultará necesario hacer un poco de historia, no solo 
para hablar de una nación antigua, sino a su vez para exponer los paralelismos existentes en la 
actualidad con la historia más y menos reciente de Catalunya. 
 
¿Qué es Catalunya? 
 
Lejos de centrarme en los orígenes territoriales de una Catalunya prehistórica o de las raíces iberas, 
griegas y latinas entre otras, es preferible dar un salto en el tiempo. Así, es importante explicar que 
las instituciones de autogobierno catalanas tienen una larga tradición que se remonta –pese a un 
germen anterior en el año 1000– al año 1359, momento en que nace la Generalitat, con los ejes de 
autogobierno que la forman. Este dato hace que resulte importante ver que la creación de Gobierno 
legítimo de Catalunya se remonta, como mínimo, a 200 años antes de la monarquía hispánica. Así 
como la lengua catalana proviene, en su origen latino de la época romana, como idioma, el catalán 
se remonta según fuentes entre los siglos IX y XIII; mediante estos dos datos se muestra obvio el 
peso de la tradición e historia de Catalunya. 
 
La República Catalana 
 
Para acercarnos a la situación actual, en primer lugar cabe señalar una cuestión importante. La 
actual proclamación de la República Catalana no es la primera vez que se ha llevado a término, sino 
que en sus diferentes formas, el pasado viernes 27 de octubre de 2017 fue la quinta ocasión en que 
se ha declarado l'Estat Català. La primera proclamación data de 1640, y fue sofocada en poco más 
de una década por la monarquía de Felipe IV haciendo volver a Catalunya, en 1652, al estado 
anterior al de dicha proclamación. Este Felipe IV es el mismo que reinó en Portugal hasta 1640. 
 
En 1710 y 1716 Felipe V, borbón, como el actual monarca del reino de España Felipe VI, llevará a 
cabo uno de los ataques más fulminantes contra la cultura catalana y sus instituciones. Mediante los 
conocidos como Decretos de Nueva Planta prohibirá el uso de la lengua catalana, y se liquidará la 
Generalitat, “les Corts” (Las Cortes) y las Corporaciones municipales aludiendo al “justo derecho 
de conquista,” acabando así con siglos de autogobierno y abocando a Catalunya al más puro 
absolutismo monárquico. 
 
No será hasta el siglo XIX que se proclamará nuevamente la República Catalana. No sin que antes, 
Barcelona, viviera una revuelta ante la dictadura del coronel Juan Prim, el cual ordenó al General 
Espartero en 1840 el bombardeo, en defensa de la dictadura, de la ciudad de Barcelona desde 
Montjuic. Dicho bombardeo, destruyó de modo considerable la ciudad con más de mil proyectiles 
lanzados contra la población y edificios de la ciudad a modo de castigo. El mismo Espartero será 
recordado por la frase “Hay que bombardear Barcelona cada 50 años para mantenerla a raya”. En 
1873, los aires del liberalismo europeo, que habían impregnado la política, harán que se proclame 
por segunda vez la República Catalana, en este caso la República Catalana Federada. Dicho suceso 
se produciría, pese a los intentos de eliminar la cultura catalana y en especial su lengua e 
instituciones de autogobierno, mediante leyes represivas que continuaban bajo la sombra e 
inspiración de los Decretos de Nueva Planta del siglo anterior. Esta proclamación duró unos meses. 
 
La tercera proclamación sucederá en el año 1931. La conocida como “dictadura con rey”, de 1925, 
consistió en el apoyo explícito de Alfonso XIII, abuelo del actual rey de España Felipe VI, a un 
gobierno encabezado por el militar Miguel Primo de Rivera. La pérdida de la simpatía hacia el rey y 
otros grupos de poder, en un momento de aires liberales, forzaron la dimisión de Primo de Rivera, 
entonces se produciría la “dictablanda” del general Berenguer. En 1931, tras la cada vez más 
evidente pérdida de soportes de la monarquía por diversos motivos, que incluían la dictadura de 
Rivera, se plantean elecciones de carácter plebiscitario para decidir entre monarquía y república. 
Los partidos políticos Estat Català –Francesc Macià– y el Partit Republicà Català –Lluís 
Companys– se unirán en este plebiscito y nacerá ERC (Esquerra republicana de Catalunya, 
actualmente en el Govern català, su vicepresident está en la cárcel acusado de rebeldía y sedición 
desde el pasado 2 de noviembre). El rei borbón Alfonso XIII, a causa del triunfo del republicanismo 
se retiró a Estoril, Portugal. Como resultado, Francesc Macià, proclamó la República Catalana 
como “Estado integrado a la Confederación de Repúblicas Ibéricas” días después llegaron a 
Catalunya desde Madrid tres ministros que deshicieron la Confederación Ibérica y tras 
negociaciones diversas, se reinstauraba la Generalitat en detrimento de la recién proclamada 
República Catalana. 
 
En ese momento nace un Estatut d'autonomía (Estatut de Núria). El Estatut que debía aprobarse en 
Madrid sufrió un cambio que lo dejó irreconocible tras las presiones anticatalanistas de intelectuales 
como Valle Inclán y José Ortega y Gasset. Este último tuvo bien claro algo que nos conduce al 
presente, era necesario eliminar del imaginario colectivo la noción de ciudadanía catalana: “es 
preciso raer de ese proyecto todos los residuos que en él quedan de equívocos con respecto a la 
soberanía; no podemos aceptar que en él se diga que el poder de Cataluña emana del pueblo, 
amputemos esa extraña ciudadanía catalana”. 
 
A partir de este momento los paralelismos con la actual situación son sobradamente destacables y 
poco halagüeños. Una vez muere en el año 1933 Macià, y ante la amenaza del gobierno central 
español de derechas, gracias al éxito cosechado en las elecciones por ERC, Companys, proclamará 
por cuarta vez la República Catalana, concretamente proclamaría: “ L'Estat Català dins la República 
Federal Espanyola”. Eso sería en el año 1934. A posteriori, el peso de las fuerzas de derechas, en 
concreto un alzamiento militar llevado a cabo por el General Franco, terminaría por instalar la 
dictadura en la República Española tras la Guerra Civil de 1936-1939, acabando así con el resultado 
legítimo de las urnas, de izquierdas y republicano. El militar del ejército español general Francisco 
Franco recibiría para ello la inestimable ayuda de Adolf Hitler y Benito Mussolini que ayudaron a 
bombardear Bilbao, Madrid, y Barcelona. La Guerra Civil finalizaría con el triunfo del bando 
sublevado y se instauraría la dictadura de Franco. 
 
Las medidas, a nivel cultural fueron drásticas, se acabó, entre muchas cuestiones con los profesores 
de la república. Cosa que en Catalunya se puso de manifiesto en la substitución sistemática de los 
maestros de la república que fueron encarcelados y/o fusilados y se pusieron en su lugar, para 
ejercer como maestros, a curas y heridos de guerra cuya única exigencia radicaba en saber hablar 
español y haber pertenecido al bando sublevado. Franco murió en la cama en noviembre de 1975 
tras una dictadura que dejó más de 150.000 muertos, y todo bajo la consigna del 
nacionalcatolicismo del dictador que pudo erigirse comotal, y así lo leíamos en las monedas “por la 
gracia de Dios”. Muchos, como yo, somos hijos de la ilusión y la promesa de democracia tras la 
muerte del dictador que, repito, murió en la cama. Sin embargo ya Franco dijo en el mensaje de 
Navidad del año 1969 “todo queda atado y bien atado con mi propuesta y la aprobación por las 
cortes de la designación a título de rey del príncipe don Juan Carlos de Borbón”. De ese modo de 
una República española y catalana el militar dictador restauró la monarquía. Una vez que el 
heredero a la corona, Alfonso de Borbón (Alfonsito), murió en extrañas circunstancias por un 
disparo de una pistola que Franco regaló a su hermano Juan Carlos de Borbón, padre del actual Rey 
en 1956 cuando tenía 15 años y su hermano Juan Carlos tenía 18, este último terminó por erigirse 
como rey hasta que abdicó en favor de su hijo en 2014, siendo el actual rey de España Felipe VI. 
 
 
Hacia la quinta y actual proclamación de la República Catalana 
 
Los paralelismos entre algo más de una década y la proclamación de la República Catalana de 1931 
son bastante claros. Para empezar tras un proceso de trabajo entre 2004 y 2006 salió un Estatuto que 
terminaría siendo aprobado por el pueblo catalán mediante referéndum. El candidato a presidente de 
España del PSOE por entonces, Jose Luis Rodríguez Zapatero había asegurado en 2003 “Apoyaré la 
reforma del Estatuto que apruebe el Parlamento catalán”. En este sentido, el paralelismo con el 
Estatut de Núria de 1931 y el Estatut de Miravet de 2006 alcanza su similitud en el momento en 
que, pese a las promesas del ya salido de las urnas en 2004 Presidente del Gobierno, Rodríguez 
Zapatero –2004-2011– el Estatut termina siendo llevado al constitucional y se deja, en palabras de 
Alfonso Guerra “Cepillado [por el constitucional] como un carpintero”. No hay que olvidar que 
Alfonso Guerra fue vicepresidente del Gobierno del PSOE (Partido Socialista Obrero Español) de 
1982 a 1991. Es decir, en los albores de la transición y de corte supuestamente progresista y del 
mismo partido político que Zapatero, aquel que había prometido apoyar la reforma del Estatut 
catalán. El mismo Alfonso Guerra los últimos meses ha dedicado multitud de discursos alentando al 
gobierno español actual, de Mariano Rajoy, a aplicar el artículo 155 de la constitución, que sirve 
para restituir el gobierno en el marco constitucional. A partir de la ruptura de la promesa de 2003 y 
el destrozo del Estatut de Miravet de 2006 el independentismo empezó a rebrotar. La negativa de 
respetar el Estatut hizo que poco a poco se empezase a pedir un referéndum para poder proclamar la 
independencia. 
 
Vale la pena recapitular. Sobre todo respecto a los actores del momento actual y la situación política 
en Catalunya. Así, por ejemplo, resulta importante señalar que la llamada transición española del 
1978 está plagada de actores como mínimo sospechosos. Fijémonos, en primer lugar cabe apuntar a 
que el PP (Partido Popular) nacido en 1989 fue fundado por Manuel Fraga, fundador a su vez de 
AP (Alianza Popular) en plena transición en 1976. Fraga fue presidente de ambos partidos y 
fundador de los mismos. No podemos pasar por alto dos temas de suma importancia. El primero, 
Fraga fue ministro de Franco entre 1962 y 1969. Y el segundo, una vez ya muerto el dictador, 
Franco (noviembre de 1975), Manuel Fraga era en 1976 ministro responsable de las fuerzas del 
orden. En ese momento había una manifestación en el País Vasco cuyo desenlace será conocido 
como los sucesos de Vitoria. Unas 5000 personas concentradas en la calle fueron disueltas por dos 
responsables. El primero, el mismo Fraga, pese a no encontrarse en España en ese momento, y en 
segundo lugar por aquel al que dejó en funciones como Ministro Secretario General del 
Movimiento: Adolfo Suárez. Para disolver la concentración se utilizó la fuerza bruta mediante balas 
de goma y, siguiendo el modelo de la dictadura, fuego real. Murieron 5 personas y más de 150 
resultaron heridas. Ese mismo año, Adolfo Suárez fue puesto a dedo como Presidente de España por 
el rey Juan Carlos I. Y dos años después elegido en la urnas como primer presidente electo de la 
transición española bajo la consigna de partido moderado centrista, CDS (Centro Democrático 
Social). Como se pudo comprobar, lo único democrático que sucedió en la transición fue el uso y 
abuso del nombre de democracia a lo que fue, y es, un gobierno representativo que tras la muerte 
del dictador dejó que siguieran gobernando las oligarquías en toda España, incluyendo también a 
Catalunya. Más de 20 años de pujolismo en Catalunya, centrada en la corrupción y el saqueo 
constante se fraguó a base de pactos con los gobiernos de España, principalmente con los del PP. 
Este otro partido no se queda corto, actualmente ha sido calificado como el partido más corrupto de 
Europa con más de 800 cargos imputados por corrupción. El problema es que es el partido que 
gobierna España. 
 
En 2015, tras el “cepillado” del Estatut de Catalunya los herederos del pujolisme, CiU –
Convergencia i Unió– y los herederos de la República Catalana de 1931 y 1934 ERC se presentaron 
de forma plebiscitaria a las elecciones bajo el nombre de Junts Pel Sí. Gracias al apoyo de la CUP –
Candidatura d'Unió Popular– pudieron formar gobierno en términos soberanistas. La CUP exigió la 
destitución de Artur Mas (President 2010-2016), al que acusaron de acabar con el estado del 
bienestar en Catalunya. No olvidemos que CiU, y con él Artur Mas, delfín de Jordi Pujol (President 
desde 1980 hasta 2003), han sido, bajo la consignas de la moderación de centro derechas, quienes 
han gobernado en Catalunya durante más de 30 años. A partir de 2016 Carles Puigdemont se 
convierte en President de la Generalitat. 
 
Estatut d'autonomia, referendum, Llei de transitorietat jurídica y suspensión del autogobierno 
 
Los intentos de pactar un referéndum con el Estado español habían llevado a realizar una consulta, 
no vinculante, como previa a un referéndum. La negativa sistemática del Estado y su prohibición 
expresa nos lleva hasta los días 6 y 7 de este mes de septiembre. En el Parlament se vota una ley de 
transitoriedad jurídica. Según esta, en caso de victoria independentista en el referéndum que se 
llevaría a cabo el 1 de octubre se proclamaría la República Catalana. El Gobierno de Rajoy deja 
claro que no permitirá la realización del referéndum. La Llei 20/2017 de transitorietat jurídica i 
fundacional de la República termina por aprobarse el día 8 de septiembre. El día 20 de septiembre 
se pone de manifiesto la ofensiva por parte del Estado para intervenir el autogobierno. En un ataque 
sin precedentes, tras la dictadura que finalizó con la muerte de Franco en 1975, el Estado manda 
detener a 13 altos cargos miembros del Govern. Estos, pertenecen a la conselleria d'Economia i 
Hisenda (Hacienda), a la Oficina d’Afers Exteriors (Asuntos exteriores); Patrimonio, al CCTI 
(Centre de Comunicació i Tecnologia i informàtica); Gabinete de la Conselleria de Governació 
entre otros. A su vez, el Estado se apropia del control de las cuentas de la Generalitat interviniendo 
los bancos, de modo ilegal. Al día siguiente, el President Carles Puigdemont afirmará: "L'estat 
espanyol ha suspès 'de facto' l'autogovern de Catalunya i ha aplicat 'de facto' un estat d'excepció." 
 
La suspensión de facto del autogobierno y la aplicación de facto de un estado de excepción se pone 
de manifiesto con el control de las cuentas y la hacienda de la Generalitat, pero también con el 
control de los medios informáticos de la misma. Sin embargo, el estado de excepción termina 
tomando forma con el envío de 12.000 efectivos policiales, guardia civil y policía nacional, que en 
dos barcosesperarán órdenes en el puerto de Barcelona. El día 1 de octubre, pese a la negativa a 
permitir la celebración del referéndum por parte del Estado, tras 14 años de intento de realizar un 
nuevo Estatut d'autonomia para Catalunya así como también el intento de realizar un referéndum 
pactado con el Estado, tal como así lo pedía más del 80% de la población de Catalunya, finalmente 
se realiza el referéndum. 
 
Las semanas anteriores se persiguen las imprentas en busca de papeletas para la votación, se buscan 
urnas y se intenta por todos los medios bloquear, por ejemplo, mediante la detención de altos cargos 
de la oficina de tecnología e informática, cualquier posibilidad de votación al intervenir incluso 
páginas web. Así se verá el mismo día de la votación del primero de octubre. Sin embargo, el 
movimiento para la votación del referéndum tiene su base en la ciudadanía, desde el principio las 
dos grandes asociaciones civiles Òmnium Cultural y ANC (Assemblea Nacional Catalana) habían 
llenado las calles cada 11 de Septiembre “diada de Catalunya”, con millones de personas que, de 
manera completamente cívica y pacífica, habían mostrado su voluntad de votar en un referéndum, 
desde 2013, cosa que no prohibe la constitución española, pero que sí que prohibió el Gobierno del 
PP. 
 
1 octubre de 2017, Represión policial y referéndum 
 
El día 1 de octubre, los CDR (Comités de Defensa del Referèndum) formados por ciudadanos, y no 
por partidos políticos, se organizaron para permitir que fuera posible la votación. Pese a la negativa 
del Gobierno del Estado, finalmente ese día hubieron urnas, papeletas y sobres. La organización 
ciudadana se levantó para proteger con sus propios cuerpos el último atisbo de democracia. Ante la 
prohibición de la votación en toda Catalunya se ocuparon de manera pacífica los colegios y centros 
de secundaria con actos festivos desde el viernes 29 de septiembre por la tarde noche, una vez que 
cerraron los colegios, y el sábado 30, para evitar que el Estado los cerrara. 
 
El día 1 por la mañana los colegios empezaron a rodearse en algunos casos de cientos de personas, 
en otros casos de miles de personas y se organizó un cordón de seguridad para que las personas 
mayores pudieran votar las primeras. Bajo la lluvia, el día 1 de octubre, y pese al ataque 
desproporcionado contra ancianos, hombres, mujeres, adolescentes y niños más de 2 millones de 
personas salieron a votar y permanecieron en las calles rodeando y protegiendo los colegios 
electorales y sus urnas. La guardia civil, la policía nacional y los mossos d'esquadra cerraron los 
colegios que pudieron mediante el uso de la violencia los dos primeros cuerpos de policía, y con 
cierta astucia los últimos. 
 
El mensaje era claro, en España solo se vota si lo permite el Estado y la manera de evitarlo es el 
recurso a la violencia. Las páginas de los censos fueron cerradas por la guardia civil, el 1 de octubre 
más de mil personas sufrieron ataques desmesurados por la policía. Las imágenes hablan por si 
solas. El ministro de Exteriores, Alfonso Dastis fue entrevistado en la cadena británica de la BBC 
para negar la realidad de los hechos y las imágenes. El periodista que lo entrevistaba, ante la 
insistencia por parte del ministro de negar la veracidad de las imágenes, tuvo que recordarle que las 
imágenes las había grabado su misma cadena: BBC. 
 
Huelga General 3 octubre 2017 
 
La violencia y contundencia policial hizo que el día 3 de octubre se produjera una “aturada de país”, 
una huelga general en la que solo en Barcelona se manifestaron más de 1 millón de personas, en el 
resto de Catalunya las manifestaciones tuvieron también un gran seguimiento. Los ciudadanos 
volvieron a demostrar su carácter reivindicativo pacífico. Hay que recordar que en 4 años con 
millones de personas manifestándose no se había roto ni una papelera, el carácter festivo ha sido 
una constante. Las imágenes de las personas en los colegios son una clara muestra de ello, personas 
con los brazos en alto, desarmados, recibían los golpes de las porras de la policía mientras otros 
rompían con hachas puertas y ventanas de los colegios. Los cuerpos de “seguridad” del Estado, con 
espray de pimienta y lanzando pelotas de goma, prohibidas en Catalunya, llegaron a hacer que un 
ciudadano perdiera un ojo y otros mil resultasen heridos. 
 
Más de 2 millones de votos, de los cuales un 90%, eran partidarios del Sí a la independencia, un sí 
que para muchos se había convertido en un sí a la democracia sin más. No se puede olvidar que 
entre los tres cuerpos del orden cerraron colegios electorales en los que debían votar más 700.000 
personas. Por otro lado, la Generalitat hizo viable un censo universal, por tanto, no es posible 
afirmar que ese sea el número real de personas que no pudieron votar. A su vez, la violencia policial 
ejercida desde primera hora sirvió para que muchas personas tuvieran miedo de ir a votar a los 
colegios, las imágenes hablan por si solas. 
 
Tras multitud de estados similares a los de una montaña rusa, el día 10 de octubre, siguiendo la Llei 
20/2017 de transitorietat jurídica i fundacional de la República, el President Carles Puigdemont, 
traslada los resultados del referèndum, en el que siguiendo el mandato popular salido de las urnas se 
proclamaba la República Catalana, 6 segundos después suspendía, a la espera de diálogo con el 
Estado, el mandato popular y con él la proclamación de la República. La negativa del Estado y los 
partidos constitucionalistas PP, PSOE y C'S llevó tras negociaciones fallidas a la activación del 
artículo 155 el día 27 de octubre. Unos minutos antes, se había proclamado la República Catalana 
en el Parlament, al votarse la resolución que continuaba con el mandato surgido de las urnas el día 1 
de octubre y que ya se remontaba a las elecciones de carácter plebiscitario de 2015. A su vez, el 16 
de octubre se encarcelan, acusados de sedición, a los líderes de Òmnium y ANC. La inventiva 
judicial lleva afirmar que son culpables de llevar a cabo “tumultos pacíficos”, de momento estarán 
en prisión preventiva durante 2 años. Los “Jordis” son un ejemplo de politización de la justicia, y a 
casi nadie se le escapa el carácter de presos políticos de mantener en prisión a simples ciudadanos 
que han logrado movilizar a millones de personas de manera pacífica durante años. 
 
Aplicación del artículo 155. 
 
La semana siguiente a la proclamación, acusados de rebeldía, sedición y malversación de fondos 
públicos, el Govern, se encuentra encarcelado en casi su totalidad. El President Carles Puigdemont, 
en Bruselas, intentando internacionalizar el problema. 
 
En Catalunya nos encontramos con un Govern legítimo salido de las urnas en 2015 encarcelado o 
perseguido. Hay que recordar que en España no hay ninguna ley que permita disolver el gobierno 
de una autonomía, y se ha hecho, solo el President de la Generalitat puede convocar elecciones, y el 
fiscal lo ha hecho mediante el artículo 155 realizando un ataque por la puerta de atrás a Catalunya. 
 
Los ciudadanos en pleno estado antidemocrático, con un estado de excepción que ya no es de facto, 
al haberse aplicado el artículo 155. La paradoja nos conduce a la siguiente situación, el PP (Partido 
Popular) que gobierna en España, solo tiene un 8% de votos en Catalunya. Mediante la aplicación 
del 155 se atribuye el Govern de Catalunya y ha puesto al mando a la vicepresidenta de España 
Soraya Sáenz de Santamaría, hija de Jose Antonio Sáenz de Santamaría, un militar que perteneció al 
bando golpista sublevado del general Franco (1936-1939) y cuya carrera llegó hasta la transición y 
a la llamada democracia actual española, en la que hijos y nietos de la dictadura continúanocupando puestos de gobierno. Lo que no se podía hacer mediante la política se ha hecho mediante 
el poder judicial. Así, el fiscal general del estado José Manuel Maza, puesto a dedo por el PP, fue 
reprobado en mayo de este 2017 por el congreso de los diputados y es el mismo que ha mandado 
activar el artículo 155 en Catalunya. 
 
Sin duda, hay multitud de cuestiones más, pero espero las preguntas en directo. Las dudas respecto 
a los intereses partidistas son múltiples, la ingenuidad no es buena consejera y la duda asalta en 
multitud de momentos y situaciones. Solo una cosa, la democracia ya ha sufrido un gravísimo 
atentado en Catalunya. Y la convocatoria de elecciones para el 21 de diciembre nace con políticos 
en la cárcel, escogidos libremente por los ciudadanos, y con la amenaza de que, en caso de ganar el 
bloque independentista, se mantenga el artículo 155. Así: ¿cómo lo ven? ¿independentismo o 
democracia? 
 
Personalmente pienso que nos han repetido en tantas ocasiones que vivimos en una democracia que 
el único problema que ha tenido el pueblo catalán ha sido habérselo creído.

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