Logo Studenta

Atlas hematologia sampler

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

At las de hemato log ía
M
an
ua
le
s
Aura Rosa Manascero
Atlas_hematologia_CUBIERTA.indd 1 25/06/2014 09:46:40 a.m.
AtlAs de hemAtologíA
AtlAs de hemAtologíA
Aura Rosa Manascero Gómez
Reservados todos los derechos
© Pontificia Universidad Javeriana
© Aura Rosa Manascero Gómez
Primera edición: julio del 2014
ISBN: 978-958-716-694-1
Número de ejemplares: 00 
Impreso y hecho en Colombia
Printed and made in Colombia
Editorial Pontificia Universidad Javeriana
Carrera 7 # 37-25, edificio Lutaima, of. 1301
Teléfono: 3208320 ext. 4752
www.javeriana.edu.co/editorial
Bogotá, D. C.
Prohibida la reproducción total o parcial de este material, sin autorización por escrito de la Pontificia 
Universidad Javeriana.
CorreCCión de estilo:
Ella Suárez
diseño de ColeCCión:
Carmen María Sánchez Caro 
diagramaCión:
Nathalia Rodríguez G.
montaje de Cubierta:
Nathalia Rodríguez G.
impresión:
Javegraf
mAnuAles
Facultad de Ciencias
Manascero Gómez, Aura Rosa
Atlas de hematología / Aura Rosa Manascero Gómez. -- 1a ed. -- Bogotá : Editorial Pontificia Univer-
sidad Javeriana, 2014. -- (Manuales (Pontificia Universidad Javeriana)).
159 p. : ilustraciones, láminas a color; 24 cm.
Incluye referencias bibliográficas.
ISBN: 978-958-716-694-1
1. HEMATOLOGÍA -- ATLAS. 2. ANÁLISIS QUÍMICO DE LA SANGRE. I. Pontificia Universidad Jave-
riana. Facultad de Ciencias.
CDD 616.15 ed. 21
Catalogación en la publicación - Pontificia Universidad Javeriana. Biblioteca Alfonso Borrero Cabal, S.J.
 
dff. Junio 20 / 2014
3
Contenido
Introducción 13
Capítulo 1 
Células sanguíneas normales, hematopoyesis, 
función, bioquímica, morfología y cinética 15
Hematopoyesis 15
Eritroblasto 19
Normoblasto basófilo 20
Normoblasto policromático 20
Normoblasto ortocromático 21
Reticulocito-eritrocito policromático 22
Eritrocitos 23
leucopoyesis 29
Mieloblasto 30
promielocito 30
Mielocito neutrófilo 31
Mielocito eosinófilo 32
Mielocito basófilo 33
Metamielocito neutrófilo 33
Metamielocito eosinófilo 34
Metamielocito basófilo 34
Banda neutrófila 35
Banda eosinófila 36
Banda basófila 36
Neutrófilo 37
Eosinófilo 37
Basófilo 38
Cinética de los granulocitos 39
linfoblasto 41
prolinfocito 41
linfocitos 42
linfocito pequeño 43
linfocito grande 43
Células plasmáticas 44
Cinética de linfocitos 45
Monoblasto 46
promonocito 46
Monocitos 47
Cinética de monocitos-macrófagos 48
Metabolismo de los leucocitos 48
Megacarioblasto 49
promegacariocito 50
Megacariocito 50
plaquetas 51
Cinética de las plaquetas 52
Referencias 52
Capítulo 2 
anormalidades de glóbulos rojos detectadas en el frotis 
de sangre periférica y enfermedades relacionadas 55
acantocitos 57
anulocitos 58
Célula en champiñón 58
Codocitos 59
Dacriocitos 60
Drepanocitos 60
Eccentrocito 62
Eliptocitos 62
Esferocitos 63
Estomatocitos 64
Equinocitos 64
Esquistocitos 65
Knizocito 66
leptocitos 66
ovalocitos 67
Queratocito 67
anormalidades en la afinidad cromática 68
Hipocromía 68
policromatofilia 68
Células inmaduras de línea eritroide 69
Normoblastos 69
Normoblastos con cariorrexis o displásicos 69
Inclusiones 70
punteado basófilo 70
Cuerpos de Howell-Jolly 71
anillos de Cabott 72
Cuerpos de pappenheimer 73
asociación de inclusiones 74
parásitos intracelulares 74
anormalidades en el ordenamiento 75
Fenómeno de Rouleaux 75
autoaglutinación 76
Enfermedades relacionadas con anormalidades de los eritrocitos 77
anemias normocíticas normocrómicas 78
anemias microcíticas e hipocrómicas 81
anemias macrocíticas 89
anemias hemolíticas 92
Referencias 99
Capítulo 3 
anormalidades de glóbulos blancos detectadas en el 
frotis de sangre periférica y enfermedades relacionadas 103
Enfermedades relacionadas con anormalidades 
adquiridas de los leucocitos 116
Neoplasias del tejido hematopoyético y linfoide 117
Neoplasias mieloides y linfoides con eosinofilia 
y anormalidades de pDgFRa, pDgFRB o FgFR1 126
Síndromes mielodisplásicos 127
leucemia mieloide aguda 130
lMa con anormalidades citogenéticas recurrentes 131
lMa con cambios displásicos asociados 133
lMa y SMD relacionados con terapia 133
lMa no categorizable en otras 134
Sarcoma mieloide 139
proliferaciones mieloides asociadas a síndrome de Down 139
Neoplasia de células dendríticas plasmocitoides 139
Neoplasias de células linfoides 139
Neoplasias de precursores linfoides 139
Neoplasias de células B maduras 141
Neoplasias de células t y NK citotóxicas naturales maduras 142
Referencias 148
Capítulo 4 
anormalidades de plaquetas detectadas en el frotis 
de sangre periférica y enfermedades relacionadas 151
trombocitopenia 151
Seudotrombocitopenia 151
trombocitopenias hereditarias 152
trombocitopenias adquiridas 153
trombocitosis y trombocitemia 155
Morfología 156
Referencias 159
13
Introducción
Este atlas ha sido diseñado como un instrumento para facilitar el aprendizaje de la 
morfología de las células sanguíneas y su asociación con patologías de origen he-
matológico y no hematológico.
En el capítulo 1 se estudian las características de las células sanguíneas desde 
diferentes perspectivas: funcional, cinética y morfológica. Las características morfo-
lógicas de las células se describen y se presentan a través de fotos editadas en dos o 
tres partes; en la primera parte se encuentra la foto tomada con aumento de 100X, y 
en algunos casos se aclara que se tomaron en 10X. A continuación se presentan dos 
ampliaciones: la primera del campo microscópico, la cual se resalta en un recuadro 
rojo, y la segunda que permite identificar de forma más clara sus características.
En los capítulos 2, 3 y 4 se presentan las anormalidades celulares y las enferme-
dades relacionadas con los eritrocitos, los leucocitos y las plaquetas. Se realiza una 
descripción de la patología y a través de fotos se presentan las principales caracterís-
ticas morfológicas observadas. 
Todas las fotos fueron tomadas a partir de láminas coloreadas con tinción de 
Wright y las coloraciones de hierro se realizaron con azul de Prusia.
15
Capítulo 1 
Células sanguíneas normales, hematopoyesis, 
función, bioquímica, morfología y cinética
hemAtopoyesis
Hematopoyesis (hemat = sangre; poyesis = formación) es el término utilizado para 
describir el proceso mediante el cual a partir de células madre o troncales hematopoyé-
ticas se forman las células sanguíneas: eritrocitos, leucocitos y plaquetas. Su formación 
requiere procesos individuales de proliferación, diferenciación y maduración. Acorde 
con la célula en desarrollo, se denominan eritropoyesis, leucopoyesis y trombopoyesis.
La hematopoyesis fetal se inicia desde la segunda semana después de la ferti-
lización en los islotes hemáticos del saco vitelino. Cerca de la sexta semana de vida 
embrionaria, el hígado se convierte en el principal sitio de producción de células 
sanguíneas, en menor grado se producen en el bazo, los riñones, el timo y los gan-
glios linfáticos, función que irá asumiendo progresivamente la médula ósea y que 
se convertirá en el sitio principal de hematopoyesis desde el tercer trimestre de la 
gestación. Después del nacimiento, en el individuo sano la hematopoyesis se realiza 
exclusivamente en la médula ósea.
Todas las células sanguíneas se originan a partir de la diferenciación de un pro-
genitor común indiferenciado y pluripotencial: la célula madre (CD34+). Esta célula 
tiene cuatro propiedades que han sido muy estudiadas y que han permitido su utiliza-
ción en diferentes tipos de terapias en el ámbito clínico (1-3). Estas propiedades son:
 – Autorrenovación: se autorrenuevan en procesos de mitosis típica para producir 
nuevas células madre idénticas a la progenitora“inmortalidad”.
 – Diferenciación: realizan mitosis atípica. Se dividen y generan células diferenciadas 
de las diferentes líneas celulares que se producen en la médula ósea.
 – Repoblación funcional: es la que permite que las células sean renovadas.
 – Plasticidad o transdiferenciación: esta propiedad le permite ser retirada del ambien-
te médular y ser expuesta a nuevos microambientes que estimulen su diferenciación 
a otro tipo de células para la regeneración de tejidos dañados. Se ha reportado 
diferenciación hacia células de músculo cardiaco, músculo estriado, endotelio 
vascular, hígado, entre otras. 
La célula madre hematopoyética se puede diferenciar hacia dos linajes: el mieloide o el 
linfoide, una unidad formadora de colonias granulo, mono, mega, eritroide (UFC-GMME), 
16
AtlAs de hemAtologíA
llamada también Progenitor mieloide común (PMC), o una unidad formadora de colo-
nias linfoide (UFC-L), también llamada Progenitor linfoide común (PLC). Estas, a la vez, 
se diferencian hacia precursores llamados células bipotentes y otras unipotenciales (4). 
De la UFC-GMME se forman UFC bipotentes, una UFC-GM o una UFC-ME. Esta 
última permite la producción de eritrocitos y plaquetas, y la primera, de granuloci-
tos y monocitos. Las células progenitoras y sus precursores son estimulados hacia la 
diferenciación por varios mensajeros químicos que pueden ser hormonas altamente 
especializadas como la eritropoyetina (EPO) (5) y trombopoyetina (TPO), una gran 
variedad de interleucinas y otros factores estimulantes de colonias de granulocitos 
(FEC-G) y de colonias de granulocitos-macrófagos (FEC-GM). La interleucina 3 (IL-3) 
estimula la formación de UFC-GM y favorece la proliferación de todo tipo de células 
mieloides; la IL-2, la formación de los linfocitos T auxiliares; la IL-4, la diferenciación 
de basófilos y de células B; la IL-5, la diferenciación de los eosinófilos, y la IL-11, la 
formación de plaquetas (6-8) (figura 1).
Como todos los procesos fisiológicos, la hematopoyesis debe ser regulada; para 
esto el organismo cuenta con diferentes mecanismos: el primero es el control en la 
producción de citocinas, que estimulan la médula y que son producidas principalmente 
por las células estromales. El segundo es el control simultáneo en la producción de 
las citocinas estimulantes, que son de origen exógeno y provienen de macrófagos y 
linfocitos T activados. El tercero se puede definir como la respuesta funcional; es el 
caso del aumento o disminución en la secreción de hormonas como la eritropoyetina, 
dependiente de la tensión de O2. El cuarto consiste en la regulación en la expresión 
de los receptores para las citocinas hematopoyéticas, tanto en las células pluripo-
tentes como en las unipotentes que van madurando. Finalmente, está el control de 
las poblaciones de células maduras mediante la estimulación de la muerte celular 
programada (apoptosis) (9).
Adicionalmente, todo proceso del ciclo celular, incluido el de la hematopoyesis, 
depende de la disponibilidad de nutrientes esenciales que actúan como cofactores en 
la síntesis del ADN y de las proteínas, tal es el caso de las vitaminas B6, B12, el ácido 
fólico y el hierro. En la estructura de la médula ósea se observan dos tipos de células: 
las células grasas que constituyen la médula ósea amarilla y las células precursoras 
hemáticas que constituyen la médula ósea roja (foto 1).
Foto 1. aspirado de médula ósea normal
10X 100X
En aumento de 10X se resaltan en rojo las células de la línea megacariocítica, y en amarillo, algunas de 
las células grasas. En aumento 100X se observan células inmaduras de las diferentes líneas celulares; en 
amarillo, la línea eritroide; en azul, la línea mieloide, y en verde, la línea linfoplasmocitoide.
Células sanguíneas normales
17
CÉLULA MADRE
PLURIPOTENCIAL
CD34+ 
FSCGMME FECL
UFC-GMME
EPO/TPO
UFC-EM
EPO
EPO
EPO TPO
IL3/FSCG IL5 IL4
TPO
EPO
EPO
EPO
ERITROBLASTO
Normoblasto
basófilo
Normoblasto
policromático
Normoblasto
ortocromático
Reticulocito
ERITROCITO PLAQUETAS NEUTRÓFILO EOSINÓFILO BASÓFILO MONOCITO
MIELOBLASTO
MONOBLASTO
Promonocito
Promielocito
Mielocito
neutrófilo
Mielocito
eosinófilo
Mielocito
basófilo
Metamielocito
neutrófilo
Metamielocito
eosinófilo
Metamielocito
basófilo
Banda
neutrófila
Banda
eosinófila
Banda
basófila
TPO/EPO/IL11
Promegacarioblasto
Megacarioblasto
Megacariocito
FSCG/IL3
FSCM/IL3
UFC-GM
IL3-FSCGM
IL7
IL3 IL4/IL10
Progenitor
LT
Progenitor
LB
PROLINFOCITO
PROLINFOCITO
LT
LB
CÉLULA
PLASMÁTICA
NK
IL12
UFC-L
FigurA 1. Diferentes procesos hematopoyéticos 
IL: interleucina; EPO: eritropoyetina; TPO: trombopoyetina; LB: linfocito B; LT: linfocito T; NK: natural 
killer; UFC-L: unidad formadora de colonias linfoides; UFC-GMME: unidad formadora de colonias 
granulo, mono, mega y eritroide; UFC-GM: unidad formadora de colonias granulomonocíticas; UFC-ME: 
unidad formadora de colonias megaeritroides; FSC-GM: factor estimulador de colonias granulocíticas 
monocíticas; FSC-G: factor estimulador de colonias granulocíticas; FSC-M: factor estimulador de 
colonias monocíticas.
La eritropoyesis es el proceso mediante el cual se producen los eritrocitos o gló-
bulos rojos. Representan del 30 % al 35 % de las células nucleadas de la médula ósea. 
Se inicia con la estimulación hormonal de las células pluri, bi y unipotentes eritroides; 
la hormona principalmente relacionada con eritropoyesis es la eritropoyetina (10). 
Durante la vida fetal, el hígado es el sitio predominante para la formación de eritropo-
yetina. Luego del nacimiento se desvía a los riñones, y en la actualidad se cree que el 
lugar de su producción es en las células del intersticio peritubular renal. La actividad 
eritropoyética es regulada principalmente por un mecanismo de retroalimentación 
que involucra la tensión de O2 tisular.
18
AtlAs de hemAtologíA
La proliferación y la diferenciación de los normoblastos se realiza en torno a un 
macrófago médular, los cuales tienen un papel relevante de “célula nodriza” en este 
proceso. La asociación de estas dos células se conoce como islote eritroide o islote 
eritroblástico (11-13) (foto 2).
Foto 2. aspirado de médula ósea donde se observa un islote erotroblástico con-
formado por normoblastos en diferente estadio de maduración
Normoblastos en 
diferente estadio 
de maduración
La réplica eficiente incluye 4 divisiones mitóticas, de tal forma que de una célula 
comprometida se obtienen 16 glóbulos rojos como se muestra en la figura 2. 
FigurA 2. proceso de eritropoyesis a partir de una célula comprometida, de donde 
se obtienen 16 glóbulos rojos
EPO EPO
EPO
EPO
ERITROBLASTO
NB
NP
NO NO
GR GR
RET RET
NP
NO NO
GR GR
RET RET
UFC-E
EPO
NB
NP
NO NO
GR GR
RET RET
NP
NO NO
GR GR
RET RET
EPO
EPO
ERITROBLASTO
NB
NP
NO NO
GR GR
RET RET
NP
NO NO
GR GR
RET RET
EPO
NB
NP
NO NO
GR GR
RET RET
NP
NO NO
GR GR
RET RET
UFC-E: unidad formadora de colonias eritroides; EPO: eritropoyetina; NB: normoblasto basófilo; NP: 
normoblasto policromático; NO: normoblasto ortocromático; RET: reticulocito; GR: glóbulo rojo.
Células sanguíneas normales
19
El proceso de maduración gira en torno a la producción de la hemoglobina, su 
proteína funcional y de la batería enzimática que le permite llevar a cabo reacciones 
bioquímicas que aseguran su viabilidad y funcionalidad. De igual forma, durante esta 
etapa de maduración se debe convertir en una célula desprovista de núcleo y otros 
organelos citoplasmáticos, factor que facilita la deformabilidad celular. 
La secuencia de maduración se inicia con el pronormoblasto en la médula ósea, 
que gradualmente disminuyesu tamaño celular y nuclear, aumenta la condensación 
de la cromatina e inicia la producción de hemoglobina. Esta maduración pasa por los 
estadios de normoblasto basófilo, policromático y ortocromático. Cuando termina la 
maduración del normoblasto ortocromático, el núcleo es exocitado, y ello origina el 
reticulocito. Hasta este punto el tiempo de maduración ha oscilado entre 5 y 7 días.
El reticulocito es una célula anucleada con restos de organelos, como mitocon-
drias, retículo y ribosomas, en la que se termina de realizar la síntesis de moléculas 
de hemoglobina que quedaron transcritas antes de exocitar el núcleo. El tiempo que 
tarda en madurar el reticulocito es de 3 a 4 días. De estos, 3 días está en la médula 
ósea y el último día está en la periferia. A medida que este madura, va endocitando 
el retículo granulofilamentoso hasta transformarse en un eritrocito maduro (figura 2).
eritroblAsto
El eritroblasto, llamado también pronormoblasto y proeritroblasto, es la célula más 
inmadura de la serie roja, capaz de ser identificada ópticamente. Su tamaño es grande: 
de 20 a 25 µ; tiene un núcleo redondo central de gran talla que ocupa la mayor parte 
de la célula. La cromatina muestra una estructura finamente reticulada, y posee uno o 
dos nucléolos mal limitados. El citoplasma es intensamente basófilo, debido a su gran 
riqueza en polirribosomas, y queda reducido a una franja perinuclear delgada en la 
que se aprecia una zona más clara, de forma semilunar, que corresponde al centro-
soma de la célula. En ocasiones presenta unas protusiones citoplasmáticas a modo de 
casquetes bastante característicos de este estadio de la maduración. En condiciones 
normales está desprovisto de inclusiones y vacuolas. Expresa en su membrana marca-
dores de línea como la glicoforina A y B, denominadas CD235a y CD235b (foto 3).
Después de la estimulación específica, se divide y madura, y así se convierte en 
un normoblasto basófilo.
20
AtlAs de hemAtologíA
Foto 3. aspirado de médula ósea en el que se resalta un eritroblasto, presenta 
un citoplasma hiperbasóflo y la presencia de múltiples nucléolos
normoblAsto bAsóFilo
El normoblasto basófilo es una célula de menor tamaño que su precursor. Mide de 
16 a 18 µ, y al igual que el eritroblasto, posee un núcleo central, pero su cromatina 
es algo más madura, pues se observan algunas condensaciones cromatínicas que 
ocultan el nucléolo. Pueden notarse unas pocas masas de cromatina aglutinadas a 
lo largo del borde de la membrana nuclear. El citoplasma todavía tiene un color ba-
sófilo intenso (foto 4). 
Foto 4. aspirado de médula ósea en el que se resalta un normoblasto basófilo
Cromatina
condensada
Citoplasma 
basófilo
normoblAsto policromático
El normoblasto policromático (foto 5) tiene un tamaño entre 8 y 12 µ. El núcleo es 
redondo y central, y la cromatina está fuertemente condensada. El citoplasma, en el 
que se ha iniciado poco a poco la síntesis de hemoglobina, va perdiendo basofilia, 
adquiriendo una tonalidad gris rosada, conferida por la hemoglobina. Es la última 
célula de esta línea con capacidad mitótica. 
Nucléolos
Cromatina
laxa
Citoplasma 
hiperbasófilo
Células sanguíneas normales
21
Foto 5. aspirado de médula ósea en el que se resalta un normoblasto policromático
Cromatina
pignótica
Citoplasma 
policromático
normoblAsto ortocromático
El normoblasto ortocromático (foto 6) tiene un tamaño pequeño de 7 a 10 µ. El nú-
cleo está en posición excéntrica o ligeramente excluido, es intensamente picnótico 
(fragmentado y sin estructura), lo que le da un aspecto de cromatina homogénea y 
muy condensada. El citoplasma es acidófilo y va aumentando su contenido hemo-
globínico hasta adquirir la tonalidad propia del hematíe maduro. Este normoblasto 
no posee capacidad mitótica, pero puede sintetizar hemoglobina. Una vez finalizada 
su maduración, el núcleo es exocitado y fagocitado por las células del sistema mo-
nonuclear fagocítico de la médula ósea. 
Foto 6. aspirado de médula ósea en el que se resaltan las característica 
de un normoblasto ortocromático
Núcleo
pignótico y
excéntrico
Citoplasma 
acidófilo
22
AtlAs de hemAtologíA
reticulocito-eritrocito policromático 
Con la pérdida del núcleo o exocitosis, el normoblasto ortocromático se transforma 
en un reticulocito o célula policromática. Es una célula anucleada que todavía posee 
cierta capacidad de síntesis de proteínas, en especial de hemoglobina, por la cantidad 
de ARNm (Ácido Ribonucleico mensajero) que ha quedado transcrito y los ribosomas y 
restos de reticuloendoplasma que aún conserva. Su tamaño es de 8 a 9 µ, algo supe-
rior al del eritrocito maduro, y conserva un cierto grado de basofilia que le da el tinte 
policromático observado con coloraciones de Romanowsky. Tras la tinción supravital 
con azul de metileno o azul de cresilo brillante se observan en su interior partículas 
reticuladas de tipo gránulo-filamentosa. Ello obedece a la precipitación del colorante 
sobre restos de ribosomas, ARN retículo endoplásmico.
El reticulocito tarda cuatro días en madurar, tres de estos está en la médula ósea 
y uno en sangre periférica. El recuento del número de reticulocitos en la sangre peri-
férica es un dato muy útil para establecer el índice de efectividad de la eritropoyesis 
y determinar el origen central o periférico de una anemia, así como para enjuiciar 
su carácter regenerativo o arregenerativo (anemia respondedora o no respondedo-
ra, regenerativa o no regenerativa). Los valores normales de los reticulocitos para el 
adulto en la sangre periférica oscilan entre 35 y 75 × 109/L, o del 0,5-2 %. Cuando 
el hematocrito es inferior al 35 %, es necesario corregir los reticulocitos y calcular el 
índice de producción de reticulocitos (IPR) (fotos 7 y 8) (14). 
Foto 7. Extendido de sangre donde se observa un glóbulo rojo policromático
Anucleada
Citoplasma 
policromático
Células sanguíneas normales
23
Foto 8. Coloración de azul de cresilo brillante de sangre proveniente de un pa-
ciente con anemia hemolítica autoinmune
Los reticulocitos se resaltan con un círculo rojo. Es necesario diferenciarlos de otras células que también 
tienen ARN como leucocitos, plaquetas y normoblastos
eritrocitos
El eritrocito recibe también el nombre de glóbulo rojo o hematíe (foto 9) y es la célu-
la más madura de la eritropoyesis. Normalmente tiene forma redondeada, con una 
depresión o zona más clara en el centro. En el corte transversal tiene forma de disco 
bicóncavo, de unos 2 µ de espesor, con un diámetro aproximado de 7 µ. Son células 
anucleadas y el citoplasma está constituido por una proteína funcional (la hemoglo-
bina) que se caracteriza por su capacidad para fijar y transportar gases. Es una célula 
muy especializada encargada del transporte de gases O2 y CO2. Cuando se une al O2 
se denomina oxihemoglobina; con CO2 carbaminohemoglobina. La hemoglobina se 
une también con CO y forma una molécula altamente tóxica conocida como carboxi-
hemoglobina. De igual forma, además de gases, es capaz de fijar otras moléculas de 
la sangre, como la glucosa, y forma hemoglobina glucosilada (HbA1c), un compuesto 
de interés clínico en el seguimiento de los pacientes diabéticos.
La hemoglobina le confiere carácter acidófilo a la célula; en condiciones nor-
males es un citoplasma desprovisto de gránulos u otro tipo de inclusión. Su función 
depende de la calidad de la hemoglobina, en cuanto que su cantidad y calidad sean 
las adecuadas (foto 9). 
24
AtlAs de hemAtologíA
Foto 9. Eritrocitos maduros, algunas plaquetas y un neutrófilo
La molécula de la hemoglobina es una proteína globular conjugada de 64 kDa 
compuesta por un grupo proteico denominado globina y un grupo prostético deno-
minado hem o hemo. La globina está conformada por cuatro cadenas polipeptídi-
cas, que son dos pareso dímeros; cada par posee una idéntica estructura primaria, 
y según el tipo de cadenas, la hemoglobina del adulto está conformada en el 97 % 
por hemoglobina A1 (α2β2): las α tienen 144 aminoácidos, y las β, 146. En el 2 % 
está conformada por hemoglobina A2 (a2d2). Y el 1 % está conformada por he-
moglobina fetal HbF (a2g2). A cada una de estas cadenas polipetídicas se aúna un 
grupo hem, formado por cuatro grupos pirrol que se unen a manera de anillo para 
conformar la protoporfirina IX y un átomo de hierro en estado ferroso en el centro del 
anillo pirrólico (15).
Las reacciones reversibles con el O2 se efectúan con el hierro del hem, el cual 
se debe encontrar en su forma reducida. Normalmente, en el glóbulo rojo el 99 % del 
hierro es reducido (Fe++) y el 1 % es oxidado (Fe+++), a fin de formar metahemoglo-
binemia, incapaz de fijar oxígeno. La hemoglobina, ante la presencia de sustancias 
oxidantes, transforma su hierro ferroso (Fe++) en férrico (Fe+++) y se convierte en meta-
hemoglobina, porque pierde la capacidad de transportar oxígeno. Para contrarrestar 
el efecto oxidante, el eritrocito utiliza dos sistemas enzimáticos reductores: uno NADH 
dependiente (95 %) o metahemoglobinemia reductasa y otro NADPH dependiente 
(5 %). Este último es producto del metabolismo del glóbulo rojo, obtenido por la vía 
de glucosa-6-fosfato-deshidrogenasa (E.C.1.1.1.49).
El hierro es un elemento traza esencial, por su rol en el metabolismo celular 
oxidativo. Está en diferentes metaloproteínas, como las transportadoras de oxígeno y 
en diferentes enzimas que participan en procesos de óxido-reducción.
El organismo obtiene el hierro de la dieta, ya sea unido a proteínas, y se conoce 
como hierro hémico, o unido a alimentos no proteicos, y se denomina no hémico. 
Este último es más difícil de absorber, pues fácilmente puede ser quelado y eliminado 
en forma de sales; además, requiere condiciones especiales de pH para ser absor-
bido. El ser humano consume un promedio de 15 mg/día de hierro; de estos unos 
Células sanguíneas normales
25
3 mg son absorbidos por las células intestinales, de los cuales aproximadamente 
1 mg pasa al torrente sanguíneo. Así, acoplándose a una proteína especializada 
en su transporte, denominada transferrina, esta transporta el hierro a todas las cé-
lulas del organismo que lo necesitan para su subsistencia. Dichas células expresan 
en su membrana citoplasmática receptores para la transferrina, y la unión a estos 
receptores se realiza en el sitio donde transporta los dos átomos de hierro, para que 
posteriormente el complejo transferrina-hierro-receptor sea internalizado sin sufrir 
ningún tipo de transformación enzimática. Una vez liberados los átomos del mine-
ral que son transferidos hacia la mitocondria, el complejo transferrina-receptor es 
devuelto a la superficie externa de la membrana, donde la transferrina es liberada 
para que pueda reiniciar el ciclo.
El hierro que no es utilizado por el organismo es almacenado por la ferritina, 
proteína que representa la fuente principal de hierro para el organismo. Se encuentra 
en mayor concentración en los hepatocitos, la médula ósea, el plasma y la mucosa 
intestinal (16,17).
El hierro corporal se puede evaluar mediante la determinación de la ferritina 
sérica, así como las concentraciones de hierro plasmático y las de transferrina. El as-
pirado de médula ósea y tinción con azul de Prusia (foto 10) para evaluar los depósi-
tos de hierro solía ser la prueba reina para evaluar el estado del hierro; no obstante, 
dicho método ha sido reemplazado por la prueba de ELISA, para la determinación 
de ferritina sérica, que es directamente proporcional al hierro almacenado en tejido. 
Foto 10. Coloración de azul de prusia a una muestra de médula ósea donde se 
observan cúmulos normales de hierro (100X)
La observación del hierro medular sigue teniendo utilidad, especialmente cuan-
do se quiere observar el porcentaje y la morfología de los sideroblastos, que son los 
normoblastos que contienen partículas de hierro dispersas en su citoplasma; el por-
centaje normal de sideroblastos oscila entre el 30 % y el 60 %.
26
AtlAs de hemAtologíA
Adicional a las características propias de la hemoglobina, existen otras condi-
ciones que se deben cumplir para que el eritrocito pueda realizar su función. Una de 
ellas es que debe ser un corpúsculo flexible, deformable de manera tal que le permita 
pasar a través de los capilares del bazo. Esta deformabilidad de la membrana está 
dada gracias a su composición y a que tiene mayor superficie que volumen; de allí 
su biconcavidad. Dicha propiedad es reversible y sucede cuando la célula cambia 
de forma geométrica, pero el área de superficie se mantiene constante. La estructura 
química de la membrana y su composición controlan las funciones de flexibilidad y 
transporte a través de la membrana; además, determinan las propiedades antigéni-
cas de la célula. 
La membrana eritrocitaria es un complejo proteínico bifosfolípido compuesto 
por un 52 % de proteínas, un 40 % de lípidos y un 8 % de carbohidratos. La superficie 
externa de la membrana es relativamente rica en fosfatidilcolina, esfingomielina y 
glucolípidos. La porción interna contiene en su mayoría fosfatidilcolina, fosfatidileta-
nolamina y fosfatidilinositol. El colesterol está presente en una proporción molar 1:1 
en relación con los fosfolípidos y se encuentra en un intercambio rápido con el coles-
terol no esterificado del plasma. El colesterol influye en el área de la superficie de la 
célula y es responsable de la permeabilidad pasiva de cationes de la membrana. Una 
pequeña parte de los lípidos de membrana son glucolípidos en forma de glucoesfin-
golípidos, los cuales son responsables de algunas de las propiedades antigénicas de 
la membrana (18).
Cerca de la mitad de la masa de la membrana está formada por dos clases 
de proteínas: las proteínas integrales, en especial glicoforina C, y banda 3 o Inter-
cambiador iónico, que penetran la bicapa lípidica y están en contacto con el medio 
acuoso en ambos lados.
Las glicoforinas A, B y C están conformadas en tres dominios: el citoplásmico, 
el hidrofóbico y el extracelular en la superficie externa de la membrana. El dominio 
extracelular está glucosilado. Las glicoforinas se encargan de la expresión de Ag. La 
A expresa Ag MN; la B, los Ag Ssu, y la C, el antígeno Gerbich. Esta última también 
adhiere el esqueleto proteínico en el lado citoplasmático a la doble capa lipídica a 
través de su interacción con la proteína 4.1.
A la proteína banda 3 se le ha asociado con la actividad de difusión de anio-
nes a través de la membrana. Es importante en la adhesión del complejo esquelético 
proteínico a la doble capa de lípidos.
Las proteínas periféricas constituyen la zona reticular en la superficie interna de 
la membrana o citoesqueleto y están organizadas en una red entretejida bidimensio-
nal, que forma una lámina en el lado interno de la doble membrana de lípidos. Las 
uniones horizontales sirven como esqueleto de soporte para la capa de lípidos de la 
membrana. Las interacciones verticales son útiles para atar la red entretejida con la 
capa de lípidos de la membrana. Las proteínas del esqueleto le dan a la membrana 
sus propiedades viscoelásticas y determinan la forma bicóncava del eritrocito y mu-
chas de sus propiedades mecánicas, tanto de deformabilidad como de estabilidad.
Las proteínas periféricas o del esqueleto de la membrana son la espectrina, la 
actina, la anquirina (banda 2.1), la banda 4.2 aducina, la banda 4.9 y la tropomiosi-
na, que proporcionan soporte estructural para la doble capa de lípidos. La anquirina 
Células sanguíneas normales
27
interactúa con las bandas 4.2 y 3 para asegurar el esqueleto estructural a la capa de 
lípidos de la membrana.
La espectrina es una proteína dimérica grande compuesta de dos cadenas α(banda 1) y β (banda 2), las cuales están enlazadas. Su función se relaciona con la 
determinación de la forma bicóncava del eritrocito (19).
El 5 % de las proteínas del eritrocito constituyen el paquete enzimático que le 
permite obtener la nicotinamida adenina dinucleótido (NADH) y glutatión reducido 
por la vía de la pentosa fosfato, que se encargan de mantener la hemoglobina en 
estado reducido. Por la vía glucolítica de Embden-Meyerhof obtiene trifosfato de ade-
nosina (ATP), y por la vía de Luebering-Rapaport, el 2,3 difosfoglicerato necesario en 
la regulación del proceso de cesión de oxígeno hacia los tejidos. El ATP eritrocitario 
es necesario para la captación de glucosa del plasma, la conservación de niveles 
intracelulares de sodio y potasio, el mantenimiento de la forma bicóncava e, indi-
rectamente, la conservación de la hemoglobina en estado reducido, al servir como 
cofactor en la reducción del glutatión.
Con las cualidades mencionadas de la hemoglobina, de la membrana y del 
metabolismo de los eritrocitos, se reúnen una serie de características que aseguran 
en alguna medida que los eritrocitos puedan cumplir tanto con su función como con 
las expectativas de vida media de 120 días. Sin embargo, para que lleven a cabo su 
función no basta con que estas características se cumplan; es necesario que su número 
en circulación sea suficiente; para esto dependen de la función eritropoyética de la 
médula ósea y de que se den las condiciones de microambiente indispensables, como 
por ejemplo, la presencia en cantidad suficiente de los cofactores que intervienen en la 
síntesis de ADN. Entre los más importantes están la vitamina B12 y el ácido fólico, de 
tal suerte que en su deficiencia la eritropoyesis no es normal y es lo que se verá en el 
capítulo 2, como una de las causas de anemias con eritropoyesis ineficaz o ineficiente. 
El ácido fólico se obtiene de la dieta, especialmente de los vegetales verdes y 
frescos. Su absorción se realiza, sobre todo, en el yeyuno, llega al intestino en forma 
de poliglutamato, y para que sea absorbido debe convertirse primero en monoglu-
tamato, conversión catalizada por la enzima folato hidrolasa (E.C.3.3.1.1.), la cual 
también es activada por zinc. Los monoglutamatos son absorbidos rápidamente, el 
metil FH4 por simple difusión, y en el caso de los monoglutamatos restantes, mediante 
transporte activo. 
La mayor parte del folato presente en el suero se encuentra en forma libre y 
solamente una pequeña porción está unida a proteínas séricas como la albúmina. 
Dentro de las células, los folatos son convertidos en poliglutamatos, lo que garantiza su 
permanencia en el interior de esta. La poliglutamación requiere una reducción previa 
del ácido fólico a ácido FH4, o la desmetilación de la forma circulante 5 metil-FH4, 
dependiente de la vitamina B12.
Respecto a su función, el FH4 tiene la capacidad de transferir un átomo de carbo-
no de una molécula a otra y actuar como coenzima en todos los sistemas metabólicos 
donde se produzca este tipo de reacción. Entre otras, tenemos las de biosíntesis de 
nucleótidos y gran número de reacciones de metilación que emplean la S-adenosil-
metionina y que requieren, por lo tanto, un suministro constante de metionina.
28
AtlAs de hemAtologíA
La vitamina B12 o cianocobalamina es otro cofactor importante en la síntesis 
de ADN y debe ser necesariamente aportada por los alimentos. La mayor fuente die-
tética de vitamina B12 se encuentra en las proteínas animales, ya que las frutas, los 
cereales y las verduras, por lo general, carecen de esta vitamina. Los requerimientos 
mínimos diarios de vitamina B12 oscilan alrededor de los 2 mg, cantidad que puede 
ser completamente cubierta por una alimentación mixta normal que contenga entre 
5 y 30 mg de cobalamina, de los que se absorben de 1 a 5 mg.
En la absorción de vitamina B12 intervienen dos proteínas importantes: una 
secretada por las glándulas salivales (la proteína R) y la otra por las células parietales 
del fundus y el cardias, el factor intrínseco (FI). En el estómago, la vitamina B12 es 
liberada del alimento por digestión péptica; una vez es liberada del alimento, se une 
a la proteína R, y cuando los complejos proteína R-vitamina B12 pasan al duodeno, 
son expuestos a las proteasas pancreáticas y al pH alcalino del intestino, la proteína R 
es degradada y la vitamina B12 es liberada del complejo y se une al FI para formar 
el complejo vitamina B12-FI. Estos complejos son muy resistentes a la digestión, por 
lo que transitan a través del intestino delgado hasta llegar al íleon, que es el sitio de 
su absorción. Al alcanzar el íleon, los complejos vitamina B12-FI comienzan a unirse 
a receptores específicos de la membrana de las microvellosidades de la célula mu-
cosa, proceso que se realiza a pH entre 6,4 y 8,4 y requiere la presencia de cationes 
divalentes, especialmente calcio. 
Posteriormente, el receptor unido al complejo vitamina B12-FI es internalizado 
por endocitosis y pasa a los lisosomas, donde después de un periodo de 4 a 5 horas 
se libera la vitamina B12. Las moléculas de receptores reciclan hacia las microvellosi-
dades para la captación de nuevos complejos vitamina B12-FI. La vitamina B12 libre 
en el citosol del enterocito se une a la transcobalamina II, glicoproteína de transporte 
que se encarga de su distribución a los tejidos y los hematíes, y pasa al sistema portal 
para su almacenamiento. 
Las reservas corporales son suficientes para cubrir los requerimientos diarios 
durante un periodo de 3 a 4 años después que se ha instaurado un régimen de baja 
ingesta o mala absorción de vitamina B12.
Las funciones metabólicas de la vitamina B12 están asociadas con reacciones 
bioquímicas que implican la redistribución de hidrógenos o de carbonos. En los seres 
humanos está identificada su participación tanto en la síntesis de la metionina a partir 
de la homocisteína, reacción que no solo requiere metilcobalamina, sino también fola-
tos (la coenzima, por ejemplo), como en el catabolismo del propionato, la conversión 
del metilmalonil-CoA a succinil-CoA.
La deficiencia de vitamina B12 conduce a la deficiencia de ácido fólico por el 
fallo en la trampa de los folatos necesaria en el metabolismo del ácido fólico. 
En ausencia de ácido fólico, de vitamina B12, o de ambos, la enzima timidilato 
sintetasa (E.C.2.1.1.45) continúa ejerciendo su función, pero de manera alterada, y 
el desoxiuridina-monofosfato (dUMP) se convierte en desoxiuridina-trifosfato (dUTP) a 
un ritmo superior al de su catabolismo, lo que condiciona una acumulación de dUTP 
y su incorporación errónea a la cadena de ADN en formación, donde ocupa el lugar 
del desoxitimidina-trifosfato (dTTP). Esta incorporación errónea del dUTP a la cadena 
de ADN obliga a muchas escisiones, resíntesis y reparaciones sobre las regiones en 
Células sanguíneas normales
29
que debería haber dTTP, lo que trae como consecuencia tanto la disminución de la 
velocidad de la síntesis de ADN como la formación de un ADN alterado con errores 
en la secuencia.
Lo anterior se expresa en la médula ósea con la presencia de una eritropoyesis 
megaloblástica, con la aparición de células megaloblásticas, morfológicamente ca-
racterizadas por una alteración en la relación núcleo-citoplasma y con la presencia 
de anormalidades morfológicas como la hipersegmentación de los macropolicitos y 
la presencia de normoblastos con cambios diseritropoyéticos o con cariorrexis carac-
terizadas por la aparición de fragmentos y cúmulos irregulares de ADN. En la periferia 
se observan macrocitos, ovalocitos, cuerpos de Howell-Jolly y otras inclusiones como 
anillos de Cabot, como manifestación de una granulopoyesis ineficaz, a partir de la 
cual es posible observar macropolicitos.
leucopoyesis 
Es el proceso mediante el cual se producen leucocitos, y su desarrollo se realiza a 
partirde células progenitoras pluripotenciales primitivas en la médula ósea. Por me-
dio de la estimulación de una hormona leucopoyética específica (figura 1), la célula 
progenitora prolifera y madura, y así se convierte en uno de los diversos tipos de leu-
cocitos acorde con las necesidades del organismo, bien sean neutrófilos, eosinófilos, 
basófilos, monocitos y linfocitos (20,21). Al madurar, estas células son liberadas a la 
sangre periférica o permanecen en la médula ósea en un fondo común o reserva de 
almacenamiento hasta que sean necesarias.
La formación de granulocitos o granulopoyesis se inicia cuando la IL-3 estimula 
una célula pluripotencial hacia una UFC-GM. A partir de esta se realiza la diferen-
ciación a mieloblasto. En general, el proceso de la granulopoyesis, desde mieloblasto 
hasta segmentado se demora aproximadamente de 7 a 11 días. Las interleucinas 
que intervienen principalmente en este proceso son la IL-3, en la diferenciación hacia 
neutrófilos, y la IL-5, en la formación de eosinófilos.
Durante este proceso de producción, en la médula ósea los granulocitos se divi-
den en tres compartimentos: el primero, denominado mitótico, está conformado por 
las células que realizan esta actividad mitótica (blastos, promielocitos y mielocitos). El 
segundo es el de maduración, conformado por metamielocitos y bandas. Y el tercero 
está conformado por neutrófilos y algunas bandas. Una vez salen a la periferia se 
dividen en dos compartimentos, cada uno con una distribución del 50 %: uno es el 
circulante y el otro es el marginal, que se encuentra adosado al endotelio vascular.
A continuación se mencionan las características morfológicas de las células en 
la línea de proliferación de las células granulocíticas.
30
AtlAs de hemAtologíA
Mieloblasto 
El mieloblasto es la primera célula diferenciada de la serie granulocítica (foto 11). Se 
trata de una célula de tamaño comprendido entre 15 y 20 µ, de forma redondeada u 
oval y de contorno liso. El núcleo, de gran tamaño en relación con el diámetro celular, 
es redondo y está provisto de una cromatina finamente reticulada, con presencia de 
dos a cuatro nucléolos bien visibles. El citoplasma no contiene gránulos, es de color 
basófilo, con hiperbasofilia, aunque menos intensa que el del pronormoblasto; por lo 
general, la hiperbasofilia es periférica o moteada. Expresan marcadores de inmadurez 
(como CD34) y específicos de linaje (como la MPO y el CD33).
Foto 11. aspirado de médula ósea donde se resalta una célula con características 
morfológicas del mieloblasto
Nucléolos
Cromatina laxa
Hiperbasofilia
periférica
Citoplasma
promielocito
El promielocito (foto 12) tiene un tamaño de 16 a 25 µ, ligeramente superior al de su 
precursor, y es la célula de mayor tamaño de la granulopoyesis normal. Su forma es 
redondeada u oval. El núcleo posee cromatina inmadura, algo más densa que el mie-
loblasto, tiene de cero a dos nucléolos y se sitúa en posición excéntrica. El citoplasma 
es amplio y basófilo. Característicamente contiene un número variable de gránulos 
primarios o azurófilos, grandes, gruesos que se disponen alrededor del núcleo, que 
deja una zona más clara, agranular, que corresponde a la zona centrosómica. Los 
gránulos azurófilos tienen afinidad por los colorantes ácidos; por lo tanto, toman 
una coloración rojo-violácea con las coloraciones de Romanowsky. Los promieloci-
tos son citoquímicamente positivos a la mieloperoxidasa (E.C.1.11.2.2), fosfatasa 
ácida (E.C.3.1.3.2), arilsulfatasa (E.C.3.1.6.1) y naftol-AS-D-cloro-acetato-esterasa 
(E.C.3.1.1.6). Su contenido en mieloperoxidasa es responsable de la positividad con 
el negro Sudán. El citoplasma posee glucógeno, detectable por citoquímica con la 
tinción del ácido peryódico de Schiff (PAS). 
Células sanguíneas normales
31
Foto 12. aspirado de médula ósea donde se resalta una célula con características 
morfológicas del promielocito como un célula inmadura pero diferenciada de la 
serie granulocítica
Un nucléolo
Cromatina 
laxa
Citoplasma 
basófilo
Gránulos 
azurófilos
Mielocito neutrófilo
A partir de este estadio de mielocito se empiezan a diferenciar las células granulocíti-
cas, ya sean eosinófilos, basófilos o neutrófilos. A medida que progresa la maduración 
del promielocito, este se transforma en mielocito (fotos 13 a 15). Morfológicamente 
es la célula que más variaciones presenta, ya que su evolución hacia metamielocito 
consiste básicamente en un proceso de maduración del citoplasma que pasa por 
diferentes grados de basofilia; aumento, así mismo, de acidofilia, en el caso de neu-
trófilos y basófilos; disminución de la talla de los gránulos azurófilos, y aparición de 
gránulos secundarios específicos sean neutros, basófilos o eosinófilos.
Desde el estadio de mielocito, la proporción relativa de gránulos primarios 
desciende, mientras que se incrementa la de gránulos específicos o secundarios. Es 
una célula redondeada de tamaño entre 12 y 18 µ. El núcleo, también redondeado, 
posee una cromatina condensada en cúmulos, de color violeta oscuro y sin nucléolo 
visible. Algunas veces el núcleo se puede presentar ligeramente alargado o con algún 
grado de indentación. 
32
AtlAs de hemAtologíA
Foto 13. aspirado de médula ósea donde se observan varios mielocitos neutrófi-
los. Se resaltan las características morfológicas de uno de ellos, los cambios en el 
citoplasma con la disminución del tamaño de los gránulos primarios, la aparición de 
gránulos específicos neutros y el aumento progresivo de la acidofilia del citoplasma
Citoplasma 
acidófilo
Gránulos: azurófilos 
puntiformes y neutros
Citoplasma 
basófilo
Puntos compactos 
de cromatina
Mielocito eosinófilo
Foto 14. aspirado de médula ósea donde se resalta una célula con características 
morfológicas del mielocito eosinófilo. Cuando pierde algunos gránulos se alcanza a 
observar el citoplasma basófilo como se muestra en la foto
Citoplasma
basófilo
Núcleo sin lobular. 
Cromatina inmadura
Gránulos 
acidófilos
(eosinófilos)
Células sanguíneas normales
33
Mielocito basófilo
Foto 15. aspirado de médula ósea donde se resalta una célula con características 
morfológicas del mielocito basófilo. los gránulos cubren gran parte de la célula 
pero se alcanza a ver algo del citoplasma acidófilo
Metamielocito neutrófilo
El metamielocito tiene un tamaño entre 10 y 15 µ. Morfológicamente se caracteriza 
por presentar un citoplasma maduro, acidófilo en el caso de basófilos y neutrófilos, y 
basófilo en el caso de los eosinófilos; con gránulos azurófilos puntiformes y gránulos 
específicos de cada serie de neutrófilos, eosinófilos o basófilos. El núcleo conserva 
características de inmadurez, y aunque ya no se observan nucléolos, empieza a reducir 
su volumen y a presentar indentación. Así adopta un aspecto reniforme con la parte 
convexa situada en la periferia celular y la cóncava, dirigida hacia el centrosoma, y 
podría verse también en forma de banda ancha. Esta célula ha perdido la capacidad 
mitótica (foto 16). 
Foto 16. aspirado de médula ósea donde se resalta una célula con características 
morfológicas del metamielocito neutrófilo, el citoplasma maduro, el acidófilo con 
granulaciones neutras y primarias. Se empiezan a observar cambios nucleares, au-
menta la condensación de la cromatina y cambia la forma hacia arriñonado
Gránulos
basófilos
Núcleo redondeado 
Cromatina laxa
Citoplasma 
acidófilo
Puntos compactos 
de cromatina
Núcleo con 
escotadura
Citoplasma acidófilo. 
Gránulos neutros y azurófilos
34
AtlAs de hemAtologíA
Metamielocito eosinófilo
Foto 17. aspirado de médula ósea donde se resalta una célula con características 
morfológicas del metamielocito eosinófilo, citoplasma basófilo con gránulos eosi-
nófilos y el núcleo arriñonado
Puntos compactos 
decromatina
Gránulos acidófilos (eosinófilos) 
en citoplasma y sobre el núcleo
Núcleo con 
escotadura
Citoplasma
basófilo
Metamielocito basófilo
Foto 18. aspirado de médula ósea donde se resalta una célula con características 
morfológicas del metamielocito basófilo y citoplasma acidófilo con grandes gránu-
los basófilos que cubren gran parte del citoplasma y el núcleo
Gránulos: basófilos en 
citoplasma y sobre el núcleo
Citoplasma
acidófilo
Núcleo 
sin lobular 
Células sanguíneas normales
35
Banda neutrófila
Al progresar en su maduración, el metamielocito estrecha su núcleo hasta que este 
se transforma en una delgada banda que origina la célula —y por esta característica 
recibe el nombre de banda—. Puede adoptar diferentes formas en C, ?, I, S. Lo im-
portante es que es una banda perfecta que no presenta indicios de lobulación. Las 
bandas tienen un tamaño algo inferior al del metamielocito, con las características 
morfológicas del citoplasma idénticas a las de su precursor. La mayor parte de estas 
células se localizan en la médula ósea y hacen parte del compartimento de reserva 
granulocítica medular o pool de almacenamiento medular. En condiciones normales, 
entre el 2 % y el 5 % de bandas neutrófilas (foto 19) pasan a la sangre periférica. Esta 
proporción aumenta, entre otros, en los procesos infecciosos. Las bandas eosinófilas 
y basófilas no se encuentran normalmente en la sangre periférica.
Los granulocitos segmentados se originan a partir de las bandas por segmenta-
ción nuclear y son los elementos más maduros de la granulopoyesis. Circulan por la 
sangre periférica donde ejercen sus funciones de fagocitosis y lisis bacteriana. Según 
el tipo de granulación específica se identifican los neutrófilos, los eosinófilos y los ba-
sófilos. En el polimorfonuclear adulto, el 10 % de sus proteínas totales corresponden 
a actina, y el 1 % a miosina, lo cual está relacionado con el aumento de su capacidad 
de movilización. 
En general, los granulocitos están comprometidos con el proceso de fagocitosis 
y poseen receptores de superficie para la porción Fc de las inmunoglobulinas y fac-
tores del complemento (C3b), que facilitan la unión de estas células con el antígeno 
(opsonización).
Foto 19. aspirado de médula ósea donde se resalta una célula con características 
morfológicas de la banda neutrófila, citoplasma acidófilo con gránulos puntiformes 
primarios y específicos neutros y el núcleo en banda que muestra algunos puntos 
de cromatina compactan en la foto resaltada. la banda ha adquirido forma de C
Núcleo en 
forma de C
Cromatina madura/ 
compacta
Citoplasma acidófilo. 
Gránulos neutros y azurófilos
36
AtlAs de hemAtologíA
Banda eosinófila
Foto 20. aspirado de médula ósea donde se resalta una célula con características 
morfológicas de la banda eosinófila, abundantes gránulos eosinófilos. Se alcanza 
a observar una porción del citoplasma basófilo y el núcleo en banda que muestra 
algunos puntos de cromatina compacta
Citoplasma basófilo. Gránu-
los acidófilos (eosinófilos)
Cromatina
madura
Núcleo en 
forma de C
Banda basófila
Foto 21. aspirado de médula ósea donde se resalta una célula con características 
morfológicas de la banda del basófilo, citoplasma acidófilo con gránulos grandes, 
basófilos y el núcleo en banda que muestra algunos puntos de cromatina compacta
Núcleo en 
forma de C
Citoplasma acidófilo. 
Gránulos basófilos
Cromatina 
madura
Células sanguíneas normales
37
Neutrófilo
También llamado polimorfonuclear neutrófilo, tiene un tamaño de 9 a 15 µ de diáme-
tro. La segmentación del núcleo oscila entre 2 y 5 lóbulos. La cromatina condensada 
se tiñe de morado oscuro. El citoplasma es acidófilo y contiene gránulos primarios y 
específicos (foto 22). Los primarios o azurófilos son pequeños y abundantes, de color 
rojo-rosado, y son ricos en mieloperoxidasa (E.C.1.11.2.2), que cataliza el peróxido de 
hidrógeno, hidrolasas ácidas como la lisozima o muramidasa (E.C.3.2.1.17) y enzimas 
proteolíticas o proteasas como colagenasa (E.C.3.4.24.4), elastasa (E.C.3.4.21.37) 
y catepsina G (E.C.3.4.21.21).
Foto 22. Extendido de sangre donde se resaltan las características de un neutrófi-
lo: núcleo con 5 lóbulos, citoplasma acidófilo y gránulos neutros y primarios
Núcleo lobulado (5 lóbulos) 
Cromatina madura
Puente de 
cromatina
Citoplasma acidófilo. 
Gránulos neutros y azurofilos
Los secundarios o específicos contienen lactoferrina, que actúa como un 
elemento bactericida quelante del hierro, fosfatasa ácida (E.C.3.1.3.2) y alcalina 
(E.C.3.1.3.1), glucoronidasa (E.C.3.2.1.31) y nucleasas. Estos gránulos se sintetizan 
en el aparato de Golgi y su característica principal es el alto contenido en enzimas 
hidrolíticas y proteolíticas, como en agentes bactericidas, que se utilizan en el proceso 
de la fagocitosis. Con el colorante de Wright los gránulos específicos se tiñen de color 
gris, razón por la cual reciben el nombre de neutros.
El neutrófilo es el leucocito más abundante en la sangre periférica del adulto (del 
55 % al 60 % de los leucocitos totales). Al nacer, la concentración de neutrófilos es de 
cerca del 60 %. Este nivel desciende al 30 % entre los 4 y 6 meses de edad. Después 
de los 4 años de vida, la concentración de neutrófilos aumenta de manera gradual 
hasta los valores adultos, los cuales se alcanzan a los 6 años de edad. 
Eosinófilo
Tiene un diámetro de 12 a 17 µ. El núcleo en forma de anteojo tiene de 2 a 3 lóbulos, 
generalmente 2 acompañados de un tercero central y muy pequeño. El citoplasma 
está completamente lleno de gránulos gruesos, esféricos de color rojizo naranja de 
tamaño uniforme distribuidos de forma regular en todo el citoplasma (foto 23).
38
AtlAs de hemAtologíA
Foto 23. Extendido de sangre donde se resaltan las características de un eosinófi-
lo; núcleo con dos lóbulos unidos por un puente de cromatina, el citoplasma basó-
filo con grandes gránulos eosinófilos tangentes entre sí
Núcleo lobulado (2 lóbulos) 
Cromatina madura
Puente de 
cromatina
Citoplasma basófilo. 
Gránulos acidófilos (eosinófilos)
Estos gránulos se hallan limitados por una membrana fosfolipídica y tienen una 
porción central cristaloide rodeada por una matriz cuyas características tintoriales y 
la acidofilia están dadas por su riqueza en proteínas catiónicas, ricas en arginina, 
que además tienen acción citotóxica contra algunos parásitos. El contenido de sus 
gránulos degradan las larvas para que puedan ser fagocitadas por los neutrófilos y 
los macrófagos. El eosinófilo modula y regula las reacciones alérgicas, posee elemen-
tos antihistamínicos (la histaminasa), antinflamatorios (la catalasa [E.C. 1.11.1.6]), 
que inactiva al peróxido de hidrógeno), y arilsulfatasa (E.C.3.1.6.1), que inactiva la 
“sustancia de reacción lenta de la inflamación o anafilaxia” (leucotrienos) y otras en-
zimas como peroxidasa (E.C.1.11.1.7), glucuronidasa (E.C.3.2.1.31) y fosfolipasa 
(E.C.3.1.4.11). Las concentraciones de los eosinófilos se mantienen entre el 1 % y el 
5 % durante toda la vida. 
Basófilo
El tamaño del basófilo oscila entre 10 y 13 µ. El núcleo posee una cromatina densa y 
suele ser bilobular, pero su conformación real muchas veces se oculta por la presencia 
de gránulos suprayacentes. El citoplasma es un acidófilo que pocas veces se observa, 
ya que suele estar oculto por los gránulos. Posee gránulos grandes (0,2 a 1 µ) de co-
lor negro morado. Están distribuidos irregularmente en todo el citoplasma, e incluso 
cubren el núcleo (foto 24). Se encuentran en muy bajo número en la sangre, pues son 
las células menos abundantes en cantidad, con una presencia que oscila entre el 0% 
y el 1%. Es común no encontrar basófilos en un recuento diferencial de 100 células. 
El hallazgo de una basofilia absoluta es muy importante, ya quecon frecuencia indica 
la presencia de una malignidad hemática.
Células sanguíneas normales
39
Foto 24. Extendido de sangre donde se resaltan las características de un basófilo; 
núcleo lobulado con cromatina madura, el citoplasma acidófilo con grandes 
gránulos basófilos
Núcleo lobulado (2 lóbulos) 
Cromatina madura
Citoplasma
acidófilo
Gránulos basófilos. 
En citoplasma y sobre el núcleo
Las propiedades de sus gránulos se han considerado semejantes a las de los 
mastocitos o células cebadas tisulares, que se encuentran en gran cantidad en el tejido 
conectivo asociadas a los vasos sanguíneos. Sus gránulos se observan metacromá-
ticos, debido al contenido en glicosaminoglicanos sulfatados (mucopolisacáridos). 
También son ricos en heparina, histamina y serotonina, que son aminas vasoactivas 
que cuando son liberados por degranulación en el proceso inflamatorio, producen 
aumento de la permeabilidad vascular y vasodilatación. 
Además, contienen una sustancia de reacción lenta de anafilaxia (SRL-A), com-
puesta de leucotrienos C4, D4 y E4. Estas sustancias son mediadores químicos que 
modulan la inflamación, además de ser ricos en aminas vasoactivas que inician el 
proceso inflamatorio y liberan factores quimiotácticos para neutrófilos y eosinófilos. La 
liberación masiva del contenido de sus gránulos puede causar un choque anafiláctico, 
que puede llegar hasta la muerte, si no es controlado. 
cinéticA de los grAnulocitos
La producción y distribución de los granulocitos se lleva a cabo en tres fases: intrame-
dular, intravascular y tisular. En la primera, o de granulopoyesis, todos los granuloci-
tos del organismo, aproximadamente el 58 % de ellos, están ubicados en la médula 
ósea. Esta fase, a la vez, se divide en tres etapas: 1) proliferación o mitosis, que está 
constituida por células en activa división como mieloblasto, promielocito y mielocito; 
2) maduración o posmitótica, formada por células que ya no se dividen como meta-
mielocitos y bandas, y 3) almacenamiento o reserva, constituida por células de núcleo 
segmentado, en especial neutrófilos y algunas bandas que cubren las demandas tisu-
lares exageradas e impiden un agotamiento o depleción medular. 
En la fase intravascular o sanguínea, aproximadamente el 2 % de los granulocitos 
del organismo se encuentran en el torrente sanguíneo, ya que una vez dejan la médula 
40
AtlAs de hemAtologíA
ósea, pasan por la sangre hacia los tejidos. En los vasos sanguíneos se consideran 
dos compartimentos funcionales de granulocitos. Las células que se encuentran cir-
culando libremente por el lumen, constituyen el pool circulante y las que se adosan a 
las paredes de los vasos sanguíneos conforman el pool marginal o reserva marginal. 
El pool circulante se renueva aproximadamente 2,5 veces al día. Las células de ambos 
compartimentos están en continuo intercambio y pueden moverse de uno hacia el otro.
Los granulocitos circulantes deben marginarse o adosarse al endotelio vascular 
para emigrar hacia los tejidos cuando son atraídos por factores quimiotácticos du-
rante el proceso inflamatorio. Cuando se obtiene una muestra de sangre venosa, esta 
representa los granulocitos del pool circulante sanguíneo. El tiempo de permanencia 
de los granulocitos en la sangre es corto, si se compara con los eritrocitos y las pla-
quetas. Para los neutrófilos se describe una vida media en la circulación de 6 a 7 h. 
La vida media de los eosinófilos en la sangre es muy corta (30 min). 
Finalmente, la fase tisular, como el nombre lo indica, se da en los tejidos. Los 
granulocitos se encuentran principalmente en las zonas de entrada de gérmenes como 
las vías respiratorias, el tubo digestivo, las vías genitourinarias y el tejido subcutáneo. 
La fase tisular la constituyen aproximadamente el 40 % de los granulocitos del orga-
nismo. Una vez que los granulocitos salen a los tejidos, no regresan a la sangre, es 
decir, no recirculan.
Los granulocitos pasan desde la circulación hacia los tejidos atraídos por un 
gradiente quimiotáctico producido por productos bacterianos y virales, complejos 
Ag-Ac, factores del complemento (C3a, C5a), linfocinas, productos del leucocito 
polimorfonuclear, plaquetas y macrófagos. Existen algunos factores quimiotácticos 
propios para cada célula, como la histamina y derivados, fibrina y fibrinógeno para 
los eosinófilos. Los granulocitos salen de los vasos sanguíneos, pasan por las células 
endoteliales y migran por diapédesis hacia los tejidos dañados, donde cumplen la 
función de fagocitosis. La vida media de los leucocitos polimorfonucleares en los te-
jidos es corta (aproximadamente 4 a 5 días).
La linfopoyesis ocurre dentro de los órganos generadores o tejidos linfoides 
primarios, donde los linfocitos expresan por primera vez los receptores antigénicos y 
alcanzarán la madurez fenotípica y funcional. Comprenden la médula ósea, gene-
radora de todos los linfocitos, y el timo, donde las células T maduran y alcanzan su 
funcionalidad; las células B lo hacen en el hígado fetal y en la médula ósea. 
La característica principal de la linfopoyesis es la disminución progresiva del 
tamaño celular y el incremento de la relación núcleo-citoplasma. A diferencia de lo 
que ocurre con el resto de células sanguíneas, los linfocitos se multiplican y diferen-
cian fuera de la médula ósea. La médula ósea es considerada un órgano linfoide, al 
mismo tiempo primario y secundario. Las respuestas inmunitarias se producen en los 
órganos linfoides secundarios. El proceso tiene lugar en los tejidos del sistema inmune 
como respuesta a condiciones y estímulos inmunológicos determinados en los órganos 
linfoides secundarios o periféricos: bazo, ganglios linfáticos y tejido linfoide asociado 
a mucosas (MALT: amígdalas, adenoides, placas de Peyer, tejido linfoide bronquial, 
lámina propia y tejido linfoide urogenital). 
Durante el desarrollo de los linfocitos se reconocen los estadios previos de lin-
foblasto y prolinfocito.
Células sanguíneas normales
41
linfoblasto
Es una célula de tamaño entre 15 y 20 µ de diámetro. Posee menos nucléolos que el 
mieloblasto (uno o dos) y tiene una membrana nuclear densa y una zona perinuclear 
clara. El citoplasma con hiperbasofilia —por lo general periférica— está desprovisto 
de gránulos, incluso en condiciones patológicas (foto 25). Desde muy temprano ex-
presan marcadores de linaje como el TdT, CD38, CD19 y CD10.
Foto 25. Blasto linfoide. Se observa el núcleo con cromatina laxa, un nucléolo, 
y en el citoplasma, hiperbasofilia periférica
Un nucléolo
Hiperbasófilia periférica 
Citoplasma
Cromatina
laxa
prolinfocito
El prolinfocito es más pequeño que el linfoblasto, pues mide entre 11 y 15 µ de diáme-
tro. El núcleo es esférico u ovalado; ocupa la mayor parte de la célula, la cromatina 
está ligeramente condensada y presenta un nucléolo prominente, excéntrico, que da el 
aspecto de “ojo de pescado” (foto 26). La membrana nuclear es densa y puede obser-
varse una zona clara perinuclear. En este estadio el citoplasma pierde hiperbasofilia.
Foto 26. Sangre periférica de un paciente con leucemia prolinfocítica. Se resalta 
un prolinfocito al que se le observa el nucléolo prominente excéntrico, que es la 
principal característica de esta célula
Un nucléolo excéntrico 
(apariencia de ojo de pescado)
Citoplasma
basófilo
Puntos compac-
tos de cromatina
42
AtlAs de hemAtologíA
linfocitos
Los linfocitos representan un grupo de células heterogéneas desde el punto de vista 
morfológico y funcional. Morfológicamente en la sangre se diferencian células de 
distinto tamaño, denominadas linfocitos pequeños y grandes. Estos, a la vez, son 
granulares o no granulares. 
Funcionalmente, acorde con el fenotipo, se identifican dos poblaciones: las cé-
lulas B y T y varias subpoblaciones de linfocitos T, las cuales no son distinguiblesmor-
fológicamente entre sí, por las técnicas de tinción corriente usadas en hematología. Su 
identificación fenotípica es posible hacerla por metodologías inmunológicas basadas 
en el uso de anticuerpos monoclonales, que reconocen la presencia de marcadores 
y receptores celulares específicos de superficie, entre los que están los linfocitos T 
helper, supresores y citotóxicos. Los marcadores celulares de los linfocitos son en su 
mayoría receptores para distintos tipos de elementos como antígenos, fragmentos de 
inmunoglobulinas y del complemento, mitógenos y virus. 
Los linfocitos T proceden de la célula primitiva linfoide ubicada en la médula 
ósea. El estadio inicial en la formación del linfocito T se ha denominado protimocito. 
Este último, al ponerse en contacto con el epitelio tímico y bajo la influencia hormonal, 
evoluciona hacia los diferentes estadios de diferenciación. Se reconocen tres pobla-
ciones de timocitos: los inmaduros o iniciales, los corticales tardíos y los medulares.
Los linfocitos T llegan con la sangre a los órganos linfoides periféricos, y bajo la 
influencia de un primer estímulo antigénico dan lugar al inmunoblasto T, que origina 
posteriormente los linfocitos T dotados de memoria inmunológica. Los linfocitos T se 
relacionan con la inmunidad celular. Sus distintas subpoblaciones de células actúan 
en la iniciación de la respuesta inmune (linfocitos inductores o helper), regulación de 
ella (linfocitos supresores) y citotoxicidad celular (linfocitos citotóxicos).
Ambos tipos de linfocitos B y T participan en la respuesta inmune específica, con 
una población heterogénea de células con funciones diversas. Los linfocitos B, respon-
sables de la inmunidad humoral, estimulados frente a un antígeno, se transforman en 
células plasmáticas que son las responsables de la síntesis de las distintas clases de 
inmunoglobulinas o anticuerpos específicos contra ese antígeno. 
Los linfocitos B derivan también de una célula germinal linfoide pluripotente y 
adquieren su competencia inmunológica. En el hombre, en la médula ósea, el hígado 
fetal y, posiblemente, la placenta. Los diferentes estadios madurativos que se reconocen 
son: progenitores linfoides pro-B, pre pre-B y pre-B, linfocito B intermedio y linfocito B 
maduro (22). Los linfocitos B constituyen la minoría del pool linfocitario circulante, 
pues se asientan en los órganos linfáticos periféricos en las zonas B-dependientes. 
Los linfocitos maduros pasan de la médula ósea a la sangre periférica y se diri-
gen a los órganos linfáticos periféricos para ubicarse en los folículos linfoides. Aquí, 
bajo un estímulo antigénico adecuado, se activan y proliferan formando el centro 
germinal en el interior del folículo linfoide. Los linfocitos B, que han seguido el proce-
so de estimulación y transformación en el centro del folículo linfoide hasta el estadio 
de células no hendidas de gran tamaño, salen del centro del folículo y se sitúan en 
los cordones medulares, donde siguen aumentando de tamaño hasta transformarse 
en inmunoblastos. Estos pueden seguir el proceso de estimulación hasta las células 
Células sanguíneas normales
43
plasmáticas secretoras de inmunoglobulinas, o bien regresar al estado de pequeño 
linfocito B con memoria inmunológica.
Las células plasmáticas, secretoras de inmunoglobulinas, representan el esta-
dio final de la transformación antigénica del pequeño linfocito B. En este estadio las 
inmunoglobulinas, en lugar de expresarse en la membrana, pasan a ser secretadas y 
pueden ser fácilmente detectadas en el citoplasma. Una vez que reconocen un antí-
geno, experimentan una transformación blástica y producen una serie de efectores o 
linfocinas que amplifican y modulan la respuesta inmune.
linfocito pequeño
Tienen un tamaño de 7 a 10 µ. Estas células tienen el núcleo del tamaño aproximado 
de un eritrocito y ocupa cerca del 90 % del área celular. La cromatina está intensa-
mente condensada y en grumos, y se tiñe de un color morado oscuro intenso. Este se 
encuentra rodeado por una cantidad reducida de citoplasma de color azul cielo. Se 
pueden observar unos cuantos gránulos azurófilos (foto 27).
Foto 27. Extendido de sangre donde se observa un linfocito pequeño. Núcleo 
compacto, escaso citoplasma basófilo 
Cromatina compacta
Citoplasma 
basófilo, escaso
linfocito grande
Los linfocitos grandes son heterogéneos y de un tamaño que varía de 11 a 16 µ de 
diámetro. La cromatina nuclear es de un aspecto parecido a la de los linfocitos peque-
ños. El citoplasma es abundante con un color azul más claro que se puede presentar 
con mayor basofilia periférica (foto 28).
En ocasiones, los linfocitos grandes pueden presentar gránulos, que correspon-
den a un porcentaje pequeño de la población de linfocitos. Su aspecto es similar al 
linfocito grande con la diferencia que presenta gránulos azurófilos que se tiñen con 
la eosina: gránulos grandes y gruesos, que por lo general son contables (foto 29).
44
AtlAs de hemAtologíA
Foto 28. Extendido de sangre donde se observa un linfocito grande. Núcleo com-
pacto, citoplasma basófilo y abundante
Cromatina compacta
Citoplasma 
basófilo, abundante
Foto 29. Extendido de sangre donde se observa un linfocito grande granular. Nú-
cleo compacto, citoplasma basófilo donde se observan gránulos azurófilos conta-
bles que tienen afinidad por la eosina
Gránulos azurófilos (aci-
dófilos) grandes y gruesos
Citoplasma
basófilo
Cromatina
compacta
Células plasmáticas
Las células plasmáticas secretoras de inmunoglobulinas representan el estadio final 
de la transformación antigénica del linfocito B. En este estadio, las células plasmáticas 
son capaces de secretar inmunoglobulinas que pueden ser fácilmente detectadas en 
el citoplasma. La célula plasmática expresa el CD38 y se localizan en los cordones 
medulares de los ganglios linfáticos, el bazo, el timo, la médula ósea, la piel y el intes-
tino. La célula plasmática tiene un tamaño de 12 a 15 µ, y forma ovalada. El núcleo, 
casi siempre excéntrico, posee una cromatina condensada en fuertes cúmulos, cuya 
disposición radial adopta el aspecto morfológico “en rueda de carro”.
El eje mayor del núcleo forma un ángulo recto con el eje mayor de la célula, 
lo cual es muy característico. El citoplasma es abundante e intensamente basófilo en 
toda su extensión, excepto en la zona centrosómica de la célula, donde adquiere una 
tonalidad blanquecina. Está desprovisto de granulación, y puede contener algunas 
Células sanguíneas normales
45
vacuolas o cuerpos de Russell, que son inclusiones de 2 o 3 µ de color rosa claro, o 
incoloras, y que corresponden a inclusiones inmunoglobulínicas (foto 30). 
Foto 30. aspirado de médula ósea donde se observa una célula plasmática. 
Núcleo compacto y excéntrico, abundante citoplasma hiperbasófilo
Núcleo excéntrico con 
cromatina compacta
Citoplasma abundante 
hiperbasófilo
cinéticA de linFocitos
Como se ha mencionado, los linfocitos T y B se originan en la médula ósea y otros 
órganos linfoides, que incluyen el timo, los ganglios linfáticos y el bazo; así como en 
el tejido linfoide asociado al tubo digestivo, placas de Peyer, amígdalas y apéndice. 
En los órganos linfoides primarios, los linfocitos adquieren sus receptores antigé-
nicos específicos, así como la capacidad de discriminar entre los antígenos propios y 
los ajenos. De allí, posteriormente los linfocitos pasan a poblar los órganos linfoides 
secundarios (bazo, ganglios linfáticos y tejido linfoide asociado a mucosas), donde 
finalmente se producen las células inmunocompetentes en respuesta a estímulos an-
tigénicos. En estos órganos linfoides secundarios, los linfocitos interactúan entre sí y 
con los antígenos para generar y amplificar la respuesta inmune. 
Los linfocitos T se distribuyen en el timo, los nódulos linfáticos, la sangre, el bazoy la médula ósea. Los linfocitos B se encuentran principalmente en la médula ósea, el 
bazo, la sangre, los nódulos linfáticos y un bajo porcentaje en el timo. Los linfocitos 
T y B ocupan distintos sitios en los órganos linfoides: por ejemplo, los linfocitos B se 
ubican en la corteza de los folículos y nódulos linfáticos, en tanto que los T se localizan 
en la paracorteza. Las células inmunocompetentes están continuamente recirculando, 
se detienen en los órganos linfoides secundarios, para luego salir a la circulación y 
regresar (23,24). 
Los monocitos se originan en la médula ósea (monopoyesis) de la misma célula 
pluripotencial que origina los granulocitos UFC-GM. En la etapa de diferenciación 
y maduración, que dura aproximadamente dos días, se observan dos células pre-
cursoras: el monoblasto y el promonocito, aunque algunos autores reconocen el 
monoblasto como la única célula precursora. La monopoyesis se caracteriza por una 
reducción del tamaño celular y una indentación progresiva del núcleo (25).
46
AtlAs de hemAtologíA
Monoblasto
Dada la similitud en el inmunofenotipo y en lo subjetivo de las diferencias morfológicas, 
algunos autores dicen que monocitos y granulocitos tienen un progenitor común. No 
obstante se pueden observar algunas características que los diferencian, como por 
ejemplo, el tamaño de los monoblastos que es superior al de los mieloblastos (de 15 
a 25 µ). El núcleo por lo general redondo o ligeramente clivado, con una cromatina 
muy laxa en la que se pueden observar algunos pliegues precursores de la posterior 
“cromatina peinada” del monocito, posee varios nucléolos usualmente prominentes. 
Su citoplasma, más abundante que el del mieloblasto, es basófilo con una tonalidad 
azul plomiza con las tinciones habituales de Romanowsky (foto 31). Su inmunofeno-
tipo no se diferencia del encontrado en el mieloblasto a excepción de la expresión 
parcial de CD64. Hay diferencia en la citoquímica, ya que el monoblasto presenta 
una intensa positividad esterasa. 
Foto 31. Extendido de sangre de un paciente con lMa-M5 (FaB) donde se observa 
un monoblasto. Núcleo laxo, arriñonado, nucléolos. Citoplasma basófilo sin gránulos 
Nucléolos
Cromatina 
laxa
Citoplasma
basófilo
promonocito
Los promonocitos se pueden identificar con claridad en la médula ósea; poseen un 
tamaño de 15-20 µ y una elevada relación núcleo-citoplasma. El núcleo, de aspecto 
morfológico irregular, con pliegues e indentaciones —aspecto característico de las 
células de este linaje—, posee una cromatina algo más condensada que la de su 
precursor, y se le pueden observar uno o dos nucléolos (foto 32). El citoplasma es 
basófilo con escasas granulaciones azurófilas. Citoquímicamente, los promonocitos 
contienen fosfatasa ácida (E.C.3.1.3.2), naftol-As-D-acetatoesterasa (E.C.3.1.1.2) 
fluorosensible, α-naftilbutiratoesterasa (E.C.3.1.2.29), peroxidasa (E.C.1.11.1.7), 
N-acetil-β-glucosaminidasa (E.C.3.2.1.52) y arilsulfatasa (E.C.3.1.6.1).
Células sanguíneas normales
47
Foto 32. Extendido de sangre de un paciente con lMa-M5 (FaB) donde se ob-
serva un promonocito. El núcleo presenta partes de cromatina compacta y otras 
laxa, indentado, un nucléolo. Citoplasma basófilo con gránulos azurófilos 
Núcleo irregular. 
Cromatina laxa
Un 
nucléolo
Citoplasma
basófilo
Gránulaciones 
azurófilas
Monocitos
Son las células de mayor tamaño de la sangre periférica. Su tamaño oscila entre 15 
y 30 µ de diámetro. El núcleo, situado en posición central, es voluminoso y adopta 
formas abigarradas en herradura, indentado o doblado. La cromatina es la menos 
densa de las células maduras, tiene aspecto como peinada en finas franjas cromá-
ticas. El citoplasma es amplio con ocasionales mamelones periféricos, de color azul 
plomizo, y contiene un número variable de gránulos azurófilos puntiformes; puede 
contener alguna vacuola (foto 33).
Foto 33. Extendido de sangre periférica donde se resaltan las características 
de un monocito 
Granulaciones 
azurófilas
Núcleo arriñonado. Cromatina 
compacta (acordonada)
Citoplasma
basófilo (gris)
Vacuola 
citoplasmática
Los monocitos suelen constituir del 4 % al 10 % de leucocitos. Son células fago-
cíticas con gran capacidad bactericida. Ante estímulos de sustancias químicas siguen 
a los neutrófilos en la reacción inflamatoria. Poseen dos funciones: 1) la fagocitosis de 
bacterias, parásitos, células dañadas o envejecidas como eritrocitos, restos de tejidos, 
complejos inmunes, realizada por los macrófagos profesionales, y 2) la presentación 
48
AtlAs de hemAtologíA
de partículas antigénicas procesadas a los linfocitos B y T (células presentadoras de 
antígenos [CPA]). Ambos tipos de células, monocitos y macrófagos, forman una verda-
dera red en los tejidos, antiguamente se les conocía como sistema retículo-endotelial. 
Cuando pasan a los tejidos, los monocitos se transforman en macrófagos fi-
jos y libres, y experimentan cambios morfológicos y metabólicos. Los macrófagos 
son de mayor tamaño, poseen más inclusiones citoplasmáticas y enzimas (lisozima 
[E.C.3.2.1.17] y peroxidasa [E.C.1.11.1.7]) que los monocitos. Ambos tipos de célu-
las poseen una batería enzimática semejante a los granulocitos neutrófilos, así como 
elementos bactericidas que utilizan durante la fagocitosis. Existen macrófagos fijos 
característicos de ciertos órganos y tejidos, como las células de Kupffer del hígado, 
las células mesangiales del riñón, los macrófagos alveolares del pulmón y las células 
microgliales del cerebro. Entre los libres se destacan los macrófagos pleurales, los 
peritoneales y los que se acumulan en los sitios de inflamación. Las CPA se encuentran, 
sobre todo, en la piel, los nódulos linfáticos, el bazo y el timo. 
cinéticA de monocitos-mAcróFAgos
La etapa de maduración medular de esta célula dura aproximadamente dos días. 
Pasan a la circulación sanguínea y los monocitos-macrófagos permanecen en ella 
durante un día. Luego migran a los tejidos, donde experimentan cambios morfológicos 
y metabólicos, para transformarse en macrófagos tisulares, con una vida funcional 
variable entre semanas y años. Los monocitos circulan por la sangre durante uno o 
dos días y después originan los macrófagos tisulares. También pueden dar origen a 
células dendríticas CD16+ (26). Los macrófagos tisulares son más numerosos que 
los monocitos circulantes, en una relación 50:1. 
metAbolismo de los leucocitos
Los leucocitos, como todas las células del organismo, poseen la mayoría de los 
constituyentes como lípidos, glicógeno, aminoácidos, ácidos nucleicos, vitaminas, 
coenzimas y metales traza como zinc, hierro, magnesio, entre otros. Los granulocitos 
y los monocitos contienen, además, una importante batería enzimática, algunas de 
las cuales permiten la identificación de las células mediante técnicas histoquímicas, 
como la fosfatasa alcalina (E.C.3.1.3.1) y la mieloperoxidasa (E.C.1.11.2.2). 
Tanto los leucocitos polimorfonucleares como las células mononucleares desa-
rrollan las vías anabólicas y catabólicas tradicionales. La energía para sus procesos 
biológicos la obtienen en un 90 % de la glicólisis y en un menor porcentaje del ciclo 
de las hexosas. La utilización de la glucosa es mayor en las células fagocíticas como 
neutrófilos y monocitos, que en los linfocitos. 
Las células fagocíticas estimuladas por complejos antígeno-anticuerpo vierten el 
contenido de sus gránulos primarios y secundarios, liberando su batería de enzimas 
proteolíticas e hidrolíticas en el interior del fagosoma; siendo diferentes en el caso 
Células sanguíneas normales
49
de los leucocitos polimorfonucleares y monocitos-macrófagos. Al mismo tiempo, se 
sintetizan compuestos microbicidas dependientes del oxígeno o radicales libres, que 
actúan sobre bacterias, virus y hongos, siendo los principales el radical superóxido

Otros materiales

Materiales relacionados

83 pag.
Atlas de Hematologia Clínica

ESTÁCIO

User badge image

Leandro Souza

83 pag.
ATLAS HEMATOLOGIA pp

UNINASSAU FORTALEZA

User badge image

PRISCILLA MARTINS

70 pag.
Casos clinicos Hematologia

UFOB

User badge image

Letícia Souza