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INTRODUCCIÓN Aunque los primeros ejercicios terapéuticos res- piratorios de Tissot datan de finales del siglo XVIII, las raíces históricas de la Rehabilitación Respirato- ria (RR) se remontan a finales de los años 40 y prin- cipios de los 50, cuando en Estados Unidos y en otros lugares se crearon las primeras unidades espe- cializadas, fundamentalmente dedicadas a la reha- bilitación integral de pacientes con tuberculosis y poliomielitis1. Inicialmente descrita (1974; American College of Chest Physicians) como “un arte de la práctica médica…”, en los últimos 15 años la situación de la RR se ha modificado de forma muy importante ya que los métodos de evaluación de sus resultados han permitido pasar del “arte” a la “evidencia” 2. Así, en 1999, se publica la definición de RR adoptada por el comité de expertos de la American Thoracic Society como “un programa multidisciplinario de cuidados para pacientes con incapacidad respi- ratoria crónica, que es diseñado y ajustado de manera individual para conseguir una óptima funcionalidad y autonomía física y social”. La RR ha experimentado un importante des- arrollo en los últimos tiempos, sobre todo como parte esencial del tratamiento integral del enfermo con EPOC, ya que a menudo, para obtener mayo- res efectos terapéuticos, como son mejoras en la capacidad de ejercicio, de los índices de disnea y de calidad de vida, en necesario añadir la RR al tra- tamiento farmacológico óptimo. Las más impor- tantes guías de práctica clínica, tanto nacionales como internacionales,3-8 así lo recomiendan. Según el documento de consenso sobre el manejo de la EPOC auspiciado por la Organización Mundial de la Salud, GOLD, la RR se debe considerar en pacien- tes con un FEV1 por debajo del 80% del valor teó- rico, debiendo ser el ejercicio físico el componen- te fundamental del programa.7 Los estudios que han avalado dichas recomendaciones se han rea- lizado con las garantías metodológicas necesarias y así, por ejemplo, en la más reciente revisión Coch- rane (año 2002), los expertos concluyen que la RR ha demostrado ampliamente su eficacia en la EPOC y no son necesarios más estudios que validen su utilidad.8 Incluso se ha demostrado que el añadir RR al tratamiento del EPOC estable puede oca- sionar mayores ventajas en su tolerancia al ejerci- cio que añadir otro broncodilatador. Sin embargo, la aplicación de la RR se puede extender a otras numerosas enfermedades respira- torias crónicas y en situaciones clínicas en las que haya que prevenir y/o tratar complicaciones pulmo- nares de enfermedades no respiratorias (Tabla I). Rehabilitación respiratoria. Aplicaciones P. Cejudo Ramos, F. Ortega Ruiz, H. Sánchez Riera, T. Montemayor Rubio 163 14 REHABILITACIÓN RESPIRATORIA EN LA EPOC Objetivos El objetivo fundamental de la RR es conse- guir que el individuo con enfermedad respiratoria crónica alcance el máximo grado de autonomía y mejore su calidad de vida. Específicamente la RR pretende disminuir la disnea e incrementar la capa- cidad de ejercicio del paciente con EPOC, permi- tiéndole una mayor actividad en su vida diaria y en la relación con el entorno.4 Los diferentes compo- nentes del programa deben tener el propósito de mejorar no sólo la función física y psico-social de los pacientes, sino también mejorar su conocimiento de la enfermedad y del automanejo de la misma.9 Como se deriva de la definición de RR ante- riormente reseñada, los programas de rehabilita- ción deben ser desarrollados según las necesida- des individuales de cada paciente y desde una pers- pectiva de actuación coordinada multidimensio- nal y multidisciplinaria, que en un modelo ideal implicaría la colaboración de diversos trabajado- res de la salud: médicos (neumólogo, rehabilitador, atención primaria), fisioterapeutas, ATS especiali- zados, terapeuta ocupacional, psicólogos, dietistas, y asistente social. Selección de pacientes Una adecuada selección de los pacientes es fundamental para que un programa de RR tenga éxito. La RR está indicada en todo paciente con enfermedad respiratoria crónica en fase estable de su enfermedad que, a pesar de recibir un trata- miento médico adecuado y completo, manifiesta disnea persistente, intolerancia al ejercicio y una restricción de sus actividades habituales.4 Además, debe tratarse de un paciente motivado, ya que el 164 P. Cejudo Ramos, F. Ortega Ruiz, H. Sánchez Riera, T. Montemayor Rubio A. Enfermedades respiratorias crónicas • E.P.O.C. (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica) • Asma bronquial • Bronquiectasias • Fibrosis Quística B. Enfermedades de la caja torácica • Escoliosis, cifoescoliosis • Espondilitis Anquilosante • Traumatismos torácicos C. Enfermedades neuromusculares • Lesionado medular • Miopatías, distrofias, enfermedades degenerativas • Síndrome post-polio D. Afectaciones pleurales • Derrame pleural, empiema E. Enfermedades intersticiales parénquima pulmonar F. Cirugía • Pre y post-transplante pulmonar • Pre y post-cirugía de reducción de volumen • Cirugía de resección pulmonar • Cirugía abdomen alto • Transplante cardiaco G. Enfermo geriátrico Tabla I. ¿Qué pacientes pueden beneficiarse de la Rehabilitación Respiratoria? proceso de la RR supone a menudo un importan- te esfuerzo físico, psicológico y de tiempo, si bien en ocasiones es posible incrementar el nivel de motivación de un paciente a medida que asiste a las sesiones de RR.4 La accesibilidad es un factor importante para garantizar la adherencia al trata- miento, por lo que se deben dar facilidades al paciente, incluso con los medios de transporte.6 En caso de pacientes fumadores, no existen razones para que sean excluidos, aunque evidentemente es deseable que dejen de fumar y deben partici- par en programas de deshabituación tabáquica.6,9 No existen criterios de exclusión absolutos para realizar un programa de RR, salvo la existencia de trastornos psiquiátricos que impidan la colabora- ción del paciente y de otras enfermedades que no permitan una práctica segura del ejercicio. En oca- siones, la coexistencia de enfermedades osteoarti- culares, cadio-vasculares, metabólicas o muscula- res, únicamente exige modificar, que no a excluir, alguno de los componentes del programa4. Tam- poco la edad y la severidad de la enfermedad supo- nen impedimento alguno a la hora de plantear un programa de RR, ya que los beneficios son inde- pendientes de ambas circunstancias6, y así, es posi- ble obtener buenos resultados de la RR en pacien- tes con edades incluso por encima de los 75 años o en los muy severamente afectados10. Beneficios de la Rehabilitación Respiratoria La RR reduce los síntomas, incrementa la capa- cidad funcional y mejora la calidad de vida en pacientes con enfermedad respiratoria crónica, aún cuando existan alteraciones irreversibles de la arqui- tectura pulmonar.4 Es posible obtener estos bene- ficios ya que muchas de las disfunciones presen- tes en los pacientes con enfermedad pulmonar, no se derivan de la propia enfermedad respiratoria per se, sino de morbilidades secundarias a la misma, que pueden ser identificadas y tratadas (Tabla II). a. Beneficios en la capacidad de ejercicio Los pacientes con EPOC manifiestan estar limi- tados es su actividad física e incluso la tienen que interrumpir, por culpa de la disnea o también por fatiga muscular6. Esto condiciona que los sujetos con EPOC tiendan a ser sedentarios, con escasa motilidad, contribuyendo a la debilidad muscular y el decondicionamiento general que manifiestan los pacientes. Es por eso que el ejercicio físico es el componente fundamental de los programas de RR para EPOC, demostrando aumentar la capacidad física, con un grado máximo de evidencia (Tabla III) y traduciéndose en una mejoría en el estado de salud de estos pacientes7. A nivel muscular, la RR ha demostrado que mejorala fuerza11 y la fatiga- bilidad, revierte parcialmente la disfunción oxidati- va muscular, e incluso aumenta el área de sección muscular9. Los efectos de la RR en la capacidad de ejer- cicio deben ser valorados mediante las pruebas de esfuerzo ya descritas en otro capítulo del pre- sente libro y que son habituales en los programas de rehabilitación: pruebas de esfuerzo máximo incremental (en cicloergómetro o en tapiz rodan- te), submáximas a carga constante, y de paseo. Estas últimas son simples, baratas y muy fisioló- gicas, porque sólo se exige al paciente caminar. La distancia recorrida en metros es la variable prin- cipal controlada. Ejemplos más conocidos y vali- dados son el test de 6 minutos12 y el Shuttle Wal- king Test13. En los tests de esfuerzo máximo, los datos recientes disponibles9 atribuyen unos incrementes medios en las variables principales Wmax (carga de trabajo máxima) y VO2max (consumo de oxígeno máximo), del 18% y 11% respectivamente. Los aumentos de la capacidad de tolerancia de esfuer- zos submáximos son aún mayores, del orden del 87% de media. En el test de paseo de 6 minu- tos, el incremento medio en la distancia recorrida es de 49 metros, siendo mayor en los programas de más duración (34,5m < 28 sesiones vs. 50,3m >28 sesiones). Probablemente, los mecanismos que susten- tan esta mejora de la tolerancia al ejercicio tras RR son una combinación de los siguientes: aumen- to de la fuerza muscular y de su capacidad oxida- tiva, mejor eficiencia mecánica muscular, y adap- taciones en el patrón ventilatorio que tienen como consecuencia una menor hiperinflación dinámica9. 165Rehabilitación respiratoria. Aplicaciones b. Beneficios en disnea La disnea de esfuerzo es el síntoma más común entre los pacientes a los que se les indica la RR. La reducción en la disnea tras cumplimentar un pro- grama de rehabilitación ha sido demostrada en numerosos trabajos y revisiones7,8 de la literatura, con un grado de evidencia máximo. (Tabla III). Como mecanismos responsables podemos implicar a la disminución de los requerimientos ven- tilatorios para una carga de trabajo y un nivel de consumo de oxígeno determinados. Además, los pacientes describen una menor sensación de dis- nea a niveles idénticos de ventilación, que puede ser consecuencia de una menor hiperinflación diná- mica y de la desensibilización a la disnea. Sólo en los pacientes con debilidad muscular inspiratoria, el aumento de la fuerza muscular inspiratoria tras rehabilitación, podría estar implicado en la mejoría de la sensación de disnea9. c. Beneficios en la calidad de vida relacionada con la salud La RR ha demostrado producir ganancias en la calidad de vida de los pacientes, aunque sus efec- tos pueden no ser apreciables para el paciente de forma tan inmediata como los efectos sobre la tolerancia al ejercicio, ya que requieren adaptacio- nes en su estilo de vida6. La revisión de la literatu- ra publicada recientemente muestra que la mejo- ría en calidad de vida relacionada con la salud, cuan- do se utilizan cuestionarios específicos para la EPOC (CRQ, Chronic Respiratory Questionnaire), no sólo es estadísticamente significativa, sino que excede claramente la diferencia mínima clínicamente impor- tante.8 Estos efectos beneficiosos se han obtenido tanto en programas de RR hospitalaria, como en régimen ambulatorio o domiciliario. Incluso se ha observado que se pueden obtener mejorías en la calidad de vida aunque no se obtengan en capa- cidad de ejercicio, si bien el mantenimiento de las mismas sólo se consigue si ha existido un efec- to significativo en la tolerancia al ejercicio9. Los efectos de la RR en el bienestar psico-social de los pacientes, sobre todo en lo referente a la ansiedad y depresión han sido menos estudiados. Los resultados publicados hasta ahora son discre- pantes, probablemente porque sólo cabría esperar efectos en aquel subgrupo de pacientes que están ansiosos o deprimidos antes de empezar la RR y que se estiman podrían estar entre el 20-40% de los pacientes referidos para rehabilitación9. A pesar 166 P. Cejudo Ramos, F. Ortega Ruiz, H. Sánchez Riera, T. Montemayor Rubio A. Disfunción muscular periférica Mecanismos: decondicionamiento, miopatía esteroidea, malnutrición, disminución masa muscular, hipoxemia, desequilibrios ácido-base, trastornos electrolíticos, inflamación sistémica B. Disfunción muscular respiratoria Mecanismos: desventaja mecánica 2ª a la hiperinflación, malnutrición, fatiga diafragmática, miopatía esteroidea. C. Alteraciones nutricionales Mecanismos: obesidad, caquexia, disminución masa libre de grasa D. Disfunción cardiaca Mecanismos: decondicionamiento, cor pulmonale E. Enermedad esquelética Mecanismos: osteoporosis F. Déficits sensoriales Mecanismos: tratamientos con esteroides, diuréticos, antibióticos G. Alteraciones psicosociales Mecanismos: ansiedad, depresión, pánico, déficit cognitivo, trastornos del sueño, disfunción sexual Tabla II. Manifestaciones sistémicas en la EPOC. de que dichos efectos no pueden simplemente deducirse de los resultados de los cuestionarios de calidad de vida, se ha demostrado cierta interrela- ción entre los síntomas ansiedad y depresión y la calidad de vida relacionada con la salud9. Por otro lado, es conocido que el entrenamiento al ejerci- cio en pacientes sanos y de edad avanzada pro- duce mejorías en el estado de ánimo comparables a los antidepresivos. Dada la mencionada interre- lación, mejoras en depresión y ansiedad obtenidas tras RR contribuirían a las mejoras de los índices de calidad de vida. d. Beneficios en la utilización de los recursos sanitarios La evidencia que soporta el beneficio de la RR sobre el uso de los recursos sanitarios y del coste- efectividad de esta intervención, es del tipo B (Tabla III), ya que existen pocos estudios, y algunos de ellos son no controlados o se han realizado con muestras pequeñas. Sin embargo, los resultados son importantes, por el potencial ahorro sanitario a obtener, ya que se demuestra que en un año de seguimiento tras la aplicación de la RR, disminuye el número de hospitalizaciones14 y el número de días de hospitalización15. Otros efectos son la dis- minución en las visitas domiciliarias y en el núme- ro de reagudizaciones. Aunque en un medio dife- rente al de nuestro país, los programas más fre- cuentes, los extrahospitalarios en régimen ambu- latorio, también han demostrado ser costo-efecti- vos9. e. Beneficios en supervivencia Los efectos de la RR sobre la supervivencia ana- lizados hasta ahora, no aportan una evidencia lo suficientemente clara. Sin embargo, al realizar un análisis conjunto de los trabajos publicados, se obtie- ne una estimación de la reducción del riesgo de muerte a corto plazo tras RR, de un 31%, aunque sin significación estadística9. En la actualidad, se considera que la capacidad de esfuerzo de los sujetos con EPOC es uno de los determinantes principales de la mortalidad, inde- pendientemente del FEV1 y de la edad16, siendo la valoración de la tolerancia al ejercicio, mediante tests de paseo (12 minutos o 6 minutos), los pro- cedimientos más estudiados y a la vez eficaces para predecir riesgo de muerte17. También se ha demos- trado que una baja calidad de vida y niveles ele- vados de disnea se relacionan, respectivamente, con más hospitalizaciones y una mayor mortalidad. Dado que si la RR ha demostrado mejorar la dis- nea, la calidad de vida y la tolerancia al ejercicio, Beneficios Grado de evidencia Mejora la capacidad de ejercicio A Reduce la intensidad en la percepción de disnea A Mejora calidad de vida relacionada con la salud A Disminuye el número de hospitalizaciones y nº días hospitalización A Reduce ansiedad y depresión asociada a la EPOC A Entrenamiento de fuerza y resistencia de las extremidades superiores mejora la funcionalidad de losbrazos B Los beneficios perduran más allá del periodo inmediato de entrenamiento B Mejora la supervivencia B El entrenamiento de los músculos respiratorios es beneficioso, sobre todo cuando se combina con entrenamiento general C La intervención psicosocial es útil C Tabla III. Beneficios de la Rehabilitación Respiratoria en pacientes con EPOC. 167Rehabilitación respiratoria. Aplicaciones todas ellas circunstancias que parecen relacionar- se con una menor mortalidad, entonces, no sería extraño que pudiéramos obtener beneficios evi- dentes de la RR sobre la supervivencia. De todos modos, debemos decir que en la actualidad, las evidencias al respecto son débiles y serían nece- sarios realizar estudios de, al menos, 3 años de seguimiento para que tengan suficiente calidad metodológica9. Evaluación del paciente pre y post- rehabilitación: valoración clínica y funcional Dependiendo de la complejidad del programa que podamos ofrecer al paciente, las mediciones a tener en cuenta para valorar a los pacientes refe- ridos a RR son muy diversas. Por otro lado, algunas de estas valoraciones son imprescindibles para esti- mar los resultados del programa de RR. Recientemente se ha propuesto un sistema multidimensional graduado, el BODE, para cate- gorizar mejor la enfermedad de EPOC ya que se incluye la valoración de los aspectos sistémicos de la enfermedad. 17 Su ventaja reside en que a pesar de lo simple de las variables que contiene, tiene un alto poder para predecir el riesgo de muerte por causa respiratoria y por otra causa cualquiera, en pacientes con EPOC. Este índice integra únicamente 4 variables; el índice de masa corporal, el grado de obstrucción aérea, disnea funcional medida por la escala MMRC (escala Medical Research Council modificada) y la capacidad de ejercicio medida por el test de 6 minutos. Sin embargo, no sabemos aún cual sería su utilidad como indicador a la hora de valorar una intervención terapeútica, como la RR, pero podría suponer una gran simplificación del proceso. Se recomienda que la valoración del paciente con EPOC que va a cumplimentar un pro- grama de rehabilitación incluya la mayor parte de los aspectos que se recogen en la tabla IV. Algunos de ellos son variables fundamentales para la indi- cación individualizada del tratamiento de RR, ade- más de para medir sus resultados. Finalmente, tanto para la realización de las prue- bas descritas, como para la inclusión el un pro- grama de rehabilitación, debe darse información suficiente al paciente, además de pedir su con- sentimiento escrito. COMPONENTES TERAPÉUTICOS DE LA REHABILITACIÓN RESPIRATORIA Dado lo amplio del concepto de Rehabilitación Respiratoria, ésta abarca un extenso abanico de intervenciones terapéuticas, que se pueden resu- mir en la tabla V18. Nos centraremos en los más importantes: Entrenamiento general al ejercicio Es ampliamente aceptado que la disfunción muscular esquelética existe en la EPOC y es un fac- tor limitante de la tolerancia al ejercicio en una parte importante de estos pacientes. Se caracteriza por una disminución de la fuerza y la resistencia mus- culares, de la capacidad oxidativa muscular y una mayor proporción de fibras musculares tipo II (pre- dominio metabolismo glicolítico). Aunque varios mecanismos puedan estar implicados, los factores causantes de la disfunción muscular esquelética de la EPOC, son desconocidos. La inactividad es un factor fundamental, pero también parecen influir el tratamiento con corticosteroides orales, la inflama- ción sistémica, el estrés oxidativo, la pérdida de peso y masa libre de grasa, fenómenos de apop- tosis muscular, y el papel del genotipo en la pre- servación de la fuerza muscular, todas ellas cir- cunstancias que, recientemente, se han demostra- do ocurren en la EPOC9. Independientemente de las causas, el revertir la disfunción funcional mus- cular o minimizar sus consecuencias, es el objeti- vo fundamental de los programas de entrenamiento al ejercicio. a. Entrenamiento tipo aeróbico o de “endurance”. Miembros Inferiores. Es la modalidad de ejer- cicio más utilizada en RR, alcanzando una eficacia máxima (Tabla II, Fig. 1). El ejercicio aeróbico es aquél que se realiza con esfuerzos submáximos mantenidos durante un tiempo prolongado y que implica a amplias masas musculares. Son ejemplos de ello el caminar, pedalear en bicicleta, caminar en tapiz rodante, bicicleta estática, baile, etc. En 168 P. Cejudo Ramos, F. Ortega Ruiz, H. Sánchez Riera, T. Montemayor Rubio base a los principios básicos de prescripción de ejer- cicio: intensidad, duración y frecuencia, podemos decir que un correcto entrenamiento a “enduran- ce” debe: - Realizarse a una intensidad de al menos el 60% de la carga máxima o del VO2max alcanzado en la prueba de esfuerzo previa, ya que son mayores los efectos fisiológicos a niveles altos de intensidad, en torno al 80% de sus valores máximos.9 La FC no es un buen predictor de la intensidad de trabajo en los pacientes EPOC, pero sí lo es el nivel de disnea de esfuerzo medido por la escala de Borg modificada 6(un nivel de 4-6 asegura una intensidad de entre- namiento adecuada). En ocasiones, cuando los pacientes no logran alcanzar los niveles de esfuerzo aconsejables, que sobre todo ocurre en los más afectados funcionalmente, es nece- sario adoptar estrategias que faciliten el tra- bajo respiratorio a dichos pacientes y que pue- A. Historia clínica • Hº tabáquica, ingresos, oxigenoterapia domiciliaria • Comorbilidades: cardiopatía isquémica, HTA, problemas osteoarticulares, deformidades esqueléticas, claudicación intermitente etc • Síntomas respiratorios:disnea, tos, expectoración (repercusión en la vida diaria del paciente) • Situación laboral, entorno familiar y social, grado independencia funcional, motivación y disponibilidad para RR. B. Exploración física • taquipnea o taquicardia basal, asincronías respiratorias, tiraje, respiración paradójica • estado nutricional, peso, talla, musculatura espiratoria y abdominal competente • balance articular de extremidades C. Valoración funcional respiratoria • espirometría, volúmenes pulmonares estáticos, estudio de difusión pulmonar y gases arteriales D. Valoración capacidad ejercicio • Pruebas de paseo: Test de 6 minutos, Shuttle walking test • Pruebas de esfuerzo máximo: bicicleta ergométrica/tapiz rodante. • Pruebas de resistencia o submáximas E. Valoración fuerza muscular • Fuerza muscular periférica: clínica de 0 a 5, test de 1 RM, dinamómetros • Masa muscular: medición circunferencias, medición de áreas transversales mediante TAC, RMN y ecografía. • Fuerza músculos respiratorios: Presión inspiratoria y espiratoria máximas (PImax,PEmax) F. Valoración estado nutricional • Índice de masa corporal G. Valoración disnea • diagrama de coste de oxígeno, escala del Medical Research Council MRC (grados de 1 al 5, o de 0 a 4 en la versión modificada), índice basal/transicional de disnea de Mahler (BDI/TDI), escalas de Borg y analógica visual H. Valoración calidad de vida • CRQ (Chronic Reparatory Questionnaire), St. George I. Valoración psicológica • Ansiedad y depresión Tabla IV. Evaluación del paciente pre y post-rehabilitación: valoración clínica y funcional. 169Rehabilitación respiratoria. Aplicaciones den ser útiles: realizar el ejercicio con suple- mento de oxígeno, administrar ventilación asis- tida proporcional (PAV) o enseñar a adoptar la respiración de labios fruncidos durante el ejer- cicio.9 - El ejercicio se debe mantener durante, al menos, 20 minutos de manera continua, o en intervalos (interval training)9. Para conseguir alcanzar el nivel de trabajo deseado, se debe ir progresando en duración o bien en carga. - Las sesiones de entrenamiento deben repetir- se de 3-5 veces por semana - La duración total óptima del programa de ejer-cicio no se ha establecido aún, pero parece necesario un mínimo de 8 semanas para alcan- zar efectos substanciales, aunque programas más prolongados pueden tener mayores y más duraderos efectos9. Los dos últimos nos sirven como principios generales para todo tipo de entrenamiento de ejer- cicio en EPOC. Miembros superiores. El entrenamiento de endurance de MMSS es de gran importancia por la implicación de los mismos en numerosas activi- dades de la vida diaria y su aplicación en EPOC tiene evidencia suficiente (Tabla II) Entrenar los MMSS de un modo “aeróbico” puede hacerse mediante el uso de cicloergómetros de brazos o con pesos pequeños. b. Entrenamiento de fuerza, de MMII y MMSS La mayoría de los investigadores coinciden al afirmar que el ejercicio de endurance para extre- midades inferiores debe ser la modalidad principal de ejercicio, en cambio, el papel del entrenamien- to del tren superior o de la modalidad de fuerza, no está lo suficientemente aclarado6-8. Los benefi- cios del entrenamiento de fuerza no sólo alcanzan a la musculatura periférica, aumentando su fuerza y resistencia, sino que también se obtienen efec- tos sistémicos, con mejoras en la distancia reco- rrida en el test 6 minutos o en el VO2max.9 Incluso, en un muy reciente meta-análisis (año 2005)19 en el que se comparan las distintas modalidades de entrenamiento en RR, se concluye que los datos disponibles sugieren que el entrenamiento de fuer- za produce mayores mejorías en calidad de vida que el entrenamiento de endurance. No obstante, cuando se añaden ejercicios de fuerza al clásico de endurance, en programas combinados, se obtie- nen efectos específicos de un entrenamiento a fuer- za, pero no se producen beneficios adicionales en calidad de vida o en disnea11. 170 P. Cejudo Ramos, F. Ortega Ruiz, H. Sánchez Riera, T. Montemayor Rubio A. Medidas generales • Educación del paciente y su familia • Programa de deshabituación tabáquica • Intervención nutricional B. Medidas especiales • Entrenamiento de ejercicio • Entrenamiento músculos respiratorios • Terapia Ocupacional • Fisioterapia C. Medidas especiales • Oxigenoterapia • Ventilación mecánica domiciliaria • Rehabilitación Psicosocial • Asistencia domiciliaria Tabla V. Componentes de la Rehabilitación Respiratoria. Habitualmente, para un entrenamiento de fuer- za se recurre a los ejercicios de levantamiento de pesas (Fig. 1), con cargas elevadas (normalmen- te al 70-85% del peso máximo que se puede movi- lizar en una única maniobra o test 1RM) y pocas repeticiones. Un programa típico consistiría en 2-4 series de 6-8 repeticiones de 5-6 ejercicios, al 70% del 1RM.11 c. Entrenamientos combinados Se trata de programas que incluyen ambas modalidades de ejercicio endurance/fuerza, pero manteniendo la duración, frecuencia e intensidad que los programas con únicos tipos de ejercicio, compartiendo el tiempo de cada sesión entre ambos. La ventaja es que resulta un ejercicio mucho más variado y se obtienen beneficios comple- mentarios (de fuerza y de endurance)11; y aunque ya hemos mencionado que no se traducen en beneficios adicionales en calidad de vida/disnea, la aplicación de programas combinados se reco- mienda en la actualidad9. d. Otras modalidades En los últimos años se han probado otros méto- dos físicos para mejorar la disfunción muscular del EPOC. Entre ellos, se ha utilizado la activación de los músculos periféricos, normalmente de extre- midades inferiores, mediante la estimulación con corrientes de baja intensidad (por estimulación neu- romuscular transcutánea o por estimulación elec- tromagnética)9 Los resultados han sido muy posi- tivos, sobre todo en pacientes con severa afecta- ción muscular y dificultad para cumplimentar un programa de ejercicios habitual. Entre otras venta- jas, puede aplicarse en el domicilio, es barato y apa- rentemente seguro. e. Entrenamiento de los músculos respiratorios El entrenamiento de los músculos inspiratorios no es hoy por hoy un componente esencial de la RR.6 El entrenamiento inspiratorio es barato y puede realizarse con distintos dispositivos y procedimien- tos: dispositivos de umbral de presión, espiróme- Figura 1. Figura I. Entrenamientos de resistencia y de fuerza de extremidades inferiores 171Rehabilitación respiratoria. Aplicaciones tro incentivo, ventilación isocápnica, etc., pero requie- re una estrecha supervisión. Sólo cuando la carga de trabajo es apropiada (> 30-40% PImax) y se controla el patrón ventilatorio, el entrenamiento muscular inspiratorio reduce la disnea, mejora la función muscular inspiratoria e incluso provoca adap- taciones fisiológicas y estructurales a nivel muscu- lar.20 En cambio no está muy clara la repercusión de este tipo de entrenamiento en parámetros de ejercicio o de calidad de vida, ni tampoco que añada beneficios al entrenamiento general.9 Sí parece que pueden obtener beneficios del entrenamiento ven- tilatorio los pacientes con debilidad muscular ins- piratoria, por lo que finalmente, ésa debería ser la indicación principal9. f. Otros componentes de los programas de RR. Educación. Los programas de RR suelen incluir educación del paciente y de sus familias, para faci- litar el mejor conocimiento de la enfermedad y la mejor cumplimentación del tratamiento. Sin embargo, si se aplica fuera del contexto de un pro- grama multidimensional de rehabilitación, los bene- ficios son mínimos.9 Los programas educaciona- les de más éxito son aquellos que incluyen la ense- ñanza del “automanejo”. En la actualidad, se estu- dia la repercusión de la educación en las reagu- dizaciones, hospitalizaciones, síntomas y calidad de vida. Fisioterapia. Las técnicas de fisioterapia respi- ratoria se dividen en 2 tipos básicamente: técnicas facilitadoras de la expectoración y ejercicios respi- ratorios. Las primeras están indicadas en proce- sos hipersecretores, en las alteraciones de las pro- piedades del moco, disfunción ciliar y alteracio- nes del mecanismo de la tos, para mantener la vía aérea libre de secreciones. En los pacientes con EPOC su aplicación rutinaria no suele ser necesa- ria, pero sí son útiles en pacientes con abundante producción de secreciones o en caso de reagudi- zación. Las técnicas de la respiración de labios frun- cidos y los ejercicios respiratorios diafragmáticos, aunque populares entre los pacientes, no son ruti- nariamente recomendados porque no han demos- trado tener efectos beneficiosos sobre la disnea. La respiración diafragmática tiene el inconveniente de que aumenta el trabajo respiratorio y en gran parte de los pacientes no llega a automatizarse o es usada sólo temporalmente.6 Intervención nutricional. La desnutrición se asocia a un mayor grado de deterioro de la fun- ción pulmonar y a un peor estado de salud. En definitiva, es un factor de mal pronóstico de super- vivencia.9,17 El papel de la nutrición en la EPOC no está muy claro, aunque se trata de un campo de gran interés para la investigación, por los poten- ciales avances terapéuticos a alcanzar. En los pacien- tes delgados y por debajo de su peso ponderal teórico, la terapia de repleción nutricional ha teni- do pocos resultados. También es controvertida la elección de dietas pobres en hidratos de carbo- no y ricas en grasas, o las opciones de tratamien- tos con hormona del crecimiento y anabolizantes para ganar masa muscular. Lo más razonable es intentar que el paciente mantenga su peso lo más cercano posible al ideal, mediante una dieta equi- librada. En otros casos, la existencia de obesidad en este tipo de pacientes compromete la mecá- nica ventilatoria, por lo que las dietas hipocalóri- cas deben estar indicadas9. Apoyo psicosocial. La incidencia de depresión en pacientes con EPOC es aproximadamente 2.5 veces mayor que en la población general9. Los pro- gramas de RR que incluyen intervenciónpsicológi- ca mejoran más la ansiedad y depresión que aque- llos con únicamente entrenamiento al ejercicio.Den- tro de los programas de RR, el tratamiento psico- lógico también supone un apoyo fundamental en las terapias de deshabituación tabáquica para los pacientes que continúan fumando9. Terapia ocupacional. Facilita la transforma- ción de las mejoras fisiológicas alcanzadas con la RR, en beneficios relevantes en las actividades de la vida diaria, lo que es crucial para el éxito final del programa. Incluye entrenamiento funcional de las actividades de la vida diaria, estrategias para la conservación de energía y uso de ayudas para deambulación. Recientemente, se ha demostrado que el uso de un andador para pacientes muy seve- ros aumenta la capacidad ventilatoria y la eficien- cia al caminar9. 172 P. Cejudo Ramos, F. Ortega Ruiz, H. Sánchez Riera, T. Montemayor Rubio ORGANIZACIÓN DE LOS PROGRAMAS DE REHABILITACIÓN RESPIRATORIA La mayoría de los programas de RR son reali- zados por equipos hospitalarios, en régimen ambu- latorio supervisado, que ha demostrado ser la moda- lidad más eficaz en comparación con regímenes domiciliarios poco controlados. Sin embargo, pro- gramas domiciliarios diseñados con suficiente inten- sidad, frecuencia y duración, han demostrado bene- ficios sustanciales.21 Por otra parte, tras un progra- ma de RR, los programas domiciliarios pueden tener una gran importancia para intentar mantener las mejorías, haciendo que los pacientes se acostum- bren a integrar el ejercicio en su vida cotidiana. REHABILITACIÓN RESPIRATORIA EN OTRAS PATOLOGÍAS DISTINTAS DE LA EPOC Existe poca información científica disponible sobre la efectividad de la RR en enfermedades dis- tintas al EPOC. Tampoco se conoce la intervención específica necesaria ni los componentes a aplicar4. Asma bronquial Programas de RR multidimensional, que inclu- yan educación, deshabituación tabáquica, ejercicio físico, fisioterapia etc. pueden tener utilidad. El ejer- cicio físico en asmáticos moderados-severos persi- gue una mayor adaptación cardio-pulmonar y una mayor eficiencia muscular, mientras que la fisiote- rapia intenta reducir el trabajo respiratorio, facilitar la expectoración, corregir la ansiedad y enseñar las técnicas de soporte para superar adecuadamente una agudización. Fibrosis Quística y Bronquiectasias Los programas de RR son útiles tanto para los pacientes con FQ como con bronquiectasias. Son fun- damentales las técnicas fisioterápicas facilitadoras de la expectoración, desarrollándose en los últimos tiem- pos procedimientos que favorezcan una menor depen- dencia del fisioterapeuta. En niños y adolescentes afectos de FQ se ha demostrado que el entrenamiento a resistencia de los grupos musculares de las extre- midades mejora la resistencia de los músculos ins- piratorios y su tolerancia al esfuerzo. Enfermedades músculo-esqueléticas y deformidades de la caja torácica Tienen en común el síntoma disnea que limi- ta su capacidad funcional. Otros problemas a abor- dar son la tos y la dificultad para expectorar, la movilidad, pérdida de peso o la dificultad para la ingesta de alimentos. La RR en los pacientes con enfermedad neuromuscular debe enfocarse tanto a los músculos esqueléticos como respiratorios. La prevención de la rigidez de la caja torácica, facilitar el trabajo diafragmático, adaptar el ejer- cicio aeróbico al grado de debilidad muscular, pro- gresión de la enfermedad y fatigabilidad, son importantes. Esta última se puede reducir con regímenes de entrenamiento de ejercicio en inter- valos22. En pacientes con deformidades torácicas, el papel de la fisioterapia es importante para faci- litar la eliminación de secreciones y el del ejerci- cio parece lógico para minimizar la debilidad gene- ralizada22, aunque no hay estudios publicados al respecto (un proyecto de investigación finan- ciado por Neumosur investiga en la actualidad este tema). Cirugía de reducción de volumen y transplante pulmonar Nuevas estrategias terapéuticas como la ciru- gía de reducción de volumen en EPOC y el trans- plante pulmonar requieren pacientes bien acon- dicionados, por lo que la RR se está convirtiendo en un componente crucial de la estrategia tera- péutica. Los resultados del estudio NETT (National Emphysema Treatment Trial)23 han impulsado espe- cialmente la RR en los Estados Unidos9.Dicho estu- dio establece que la cirugía de reducción de volu- men es una opción terapéutica eficaz en pacientes seleccionados, si previamente han realizado RR. Antes de considerar la cirugía, los pacientes deben ser sometidos a un programa de RR y si la inca- pacidad de ejercicio es persistentemente severa y la afectación enfisematosa se localiza en lóbulos superiores, se indicaría cirugía de reducción de volu- men, con garantías de éxito. Tras la cirugía, los pro- gramas de ejercicio también son beneficiosos. En el transplante pulmonar, la RR es de vital impor- tancia antes y después de la intervención. 173Rehabilitación respiratoria. Aplicaciones BIBLIOGRAFÍA 1. DeLisa J, Bach J. Rehabilitation of the patient with res- piratory dysfunction. En: DeLisa, JA (ed): Rehabilitation Medicine: Principles and Practice.2nd ed. Philadelphia: JB Lippincott; 1993. pp: 952-972. 2. Sobradillo Peña, V. Rehabilitación Respiratoria: de filo- sofía a la evidencia. En: Güell R, De Lucas P: Rehabili- tación Respiratoria. Madrid, Medical & Marketing Com- munications. 1999; pp: 19-29. 3. ACCP/AACVPR Pulmonary Rehabilitation Guidelines Panel. 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