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INVESTIGACIÓN Y DOCUMENTACIÓN JURÍDICAS ISABEL VILLASEÑOR RODRÍGUEZ JUAN ANTONIO GÓMEZ GARCÍA 2.ª edición ISABEL VILLASEÑOR RODRÍGUEZ JUAN ANTONIO GÓMEZ GARCÍA INVESTIGACIÓN Y DOCUMENTACIÓN JURÍDICAS (2ª EDICIÓN) ISABEL VILLASEÑOR RODRÍGUEZ JUAN ANTONIO GÓMEZ GARCÍA INVESTIGACIÓN Y DOCUMENTACIÓN JURÍDICAS (2ª EDICIÓN) D Todos los derechos reservados. Ni la totalidad ni parte de este libro, incluido el diseño de la cubierta, puede reprodu- cirse o tramitarse por ningún procedimiento electrónico o mecánico. Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográfi cos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47). © Copyright by Isabel Villaseñor Rodríguez y Juan Antonio Gómez García Madrid Editorial DYKINSON, S.L. Meléndez Valdés, 61 - 28015 Madrid Teléfono (+34) 91 544 28 46 - (+34) 91 544 28 69 e-mail: info@dykinson.com http://www.dykinson.es http://www.dykinson.com Consejo editorial véase www.dykinson.com/quienessomos ISBN: 978-84-9031-762-4 Depósito Legal: M-35167-2013 Maquetación: B V , S.L. - german.balaguer@gmail.com Impresión: SAFEKAT, S. L. - www.safekat.com Imagen de portada: Biblioteca del Senado (Madrid) www.dykinson.com/quienessomos http://www.dykinson.com http://www.dykinson.es mailto:info@dykinson.com mailto:german.balaguer@gmail.com ÍNDICE PRÓLOGO A LA SEGUNDA EDICIÓN ...........................................11 INTRODUCCIÓN ................................................................................13 PRIMERA PARTE LA INVESTIGACIÓN JURÍDICA CAPÍTULO 1: LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA. LA INVES- TIGACIÓN EN CIENCIAS JURÍDICAS 1.1. Investigación e investigación científi ca ..................................19 1.2. Conocimiento y ciencia ..........................................................20 1.3. Método, método científi co y metodología científi ca ..............23 1.4. Objeto y condiciones objetivas de la investigación cientí- fi ca ...........................................................................................26 1.5. Sujeto de la investigación científi ca: el investigador cien- tífi co ........................................................................................28 1.6. Clases de investigaciones científi cas 1.6.1. Investigación pura y aplicada .......................................29 1.6.2. Investigación exploratoria y descriptiva 1.6.3.Investigación experimental 1.6.4. Investigación analítica y sintética ..................................30 Índice8 1.6.5. Investigación documental y de campo ..........................30 1.6.6. Investigación primaria y secundaria 1.7. La investigación en Ciencias jurídicas ....................................31 CAPÍTULO 2: METODOLOGÍA DE INVESTIGACIÓN CIEN- TÍFICA EN DERECHO 2.1. El plan de trabajo investigador ...............................................35 2.1.1. Determinación del objeto de la investigación ...............36 2.1.2. Propuesta general del plan de trabajo y sus fases ..........37 2.1.3. Calendario 2.2. Fases del trabajo de investigación 2.2.1. Primera fase: elección del tema y diseño del índice provisional .....................................................................39 2.2.2. Segunda fase: documentación y búsqueda del material. Las fuentes de información en Derecho ........................42 2.2.3. Tercera fase: la interpretación y crítica del material. Las fi chas de investigación 2.2.4. Cuarta fase: redacción del trabajo .................................45 2.2.5. Quinta fase: presentación fi nal ......................................46 2.3. Tipos de trabajos de investigación en Derecho. La tesis doctoral ...................................................................................47 CAPÍTULO 3: EL DERECHO EN LA LLAMADA SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN 3.1. Concepto de sociedad de la información ................................53 3.2. Sociedad de la información y sociedad del conocimiento ......55 3.3. El papel del Derecho en el contexto de la sociedad de la información .............................................................................56 3.4. La incidencia del Derecho en la sociedad de la informa- ción: el Derecho de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) ............................................................58 3.5. La informática jurídica 3.6. Principales instrumentos y acciones jurídicas internaciona- les al socaire de la sociedad de la información ......................60 Índice 9 SEGUNDA PARTE LA DOCUMENTACIÓN JURÍDICA CAPÍTULO 4: LA DOCUMENTACIÓN JURÍDICA .......................65 4.1. La Documentación y las fuentes de información ....................65 4.2. Concepto y caracterización de la Documentación Jurídica ....70 4.3. Una tipología de Documentación jurídica ..............................72 CAPÍTULO 5: METODOLOGÍA DEL REPERTORIO BIBLIO- GRÁFICO ..............................................................................................75 5.1. Etapas del método bibliográfi co .............................................75 5.2. Algunos modelos de descripción bibliográfi ca .......................78 CAPÍTULO 6: FUENTES DE INFORMACIÓN JURÍDICA DOCUMENTALES...............................................................................81 6.1. Guías de fuentes de información o fuentes documentales terciarias ..................................................................................82 6.2. Fuentes documentales primarias .............................................88 6.3. Fuentes documentales secundarias .........................................90 6.3.1. Diccionarios y enciclopedias ........................................94 6.3.2. Fuentes de información biográfi ca 6.3.3. Directorios ....................................................................96 6.3.4. Fuentes de información bibliográfi ca ............................99 CAPÍTULO 7: FUENTES DE INFORMACIÓN JURÍDICA PERSONALES E INSTITUCIONALES 7.1. Fuentes personales ................................................................107 7.2. Fuentes institucionales ..........................................................109 BIBLIOGRAFÍA .................................................................................119 ANEXO LEGAL .................................................................................123 PRÓLOGO A LA SEGUNDA EDICIÓN Cuatro años después de la publicación del presente libro, allá por finales de 2009, se impone una segunda edición por diversas razones. En primer lugar, la necesidad de actualizar las fuentes de información reseñadas en la primera edición y de recoger otras nuevas que han venido apareciendo desde entonces; esta circunstancia no puede ser obviada en una obra con vocación práctica como es ésta. En segundo lugar, la legislación que regula los estudios de doctorado también ha cambiado desde entonces. En tercer lugar, se han incorporado a la bibliografía los más importantes trabajos que han ido apareciendo sobre la temá- tica tratada. Y finalmente, en cuarto lugar, se ha creído oportuno revisar el texto que, si bien se ha mantenido sustancialmente invariado, ha sido modificado en algunos pasajes que, creemos, han mejorado su redacción. Confiamos en que el texto, ya actualizado y revisado, mantenga el mismo interés que ha venido suscitando desde el momento en que apareció, y que siga resultando útil, tanto para los estudiosos como para los estudiantes en el ámbito de las disciplinas jurídicas, con la esperanza de que, dentro de sus modestas posibilidades, pueda contribuir a mejorar metodológicamente sus trabajos de investigación. LOS AUTORES Madrid, noviembre de 2013 INTRODUCCIÓN El libro que el lector tiene en sus manos es un manual que aborda todos los problemasfundamentales que atañen a la investigación y su metodología en el ámbito del Derecho, y al acceso a la información y documentación jurídicas, tanto desde un punto de vista teórico como práctico. Todo ello se enfoca desde una perspectiva metódica integral, en el sentido de considerar ambos aspectos (metodología de la investigación y documentación) como realidades estrecha- mente relacionadas. Creemos muy importante hoy una obra de esta naturaleza, teniendo en cuenta las exigencias y las dinámicas educativas y pedagógicas actuales, en el contexto de la profunda reforma llevada a cabo hace algunos años de los planes de estudio universitarios, de acuerdo con los principios y los procedimientos impuestos por el Espacio Europeo de Educación Superior, en los cuales se requiere obligatoriamente la realización de un trabajo de investigación para obtener el título universitario de Grado (no digamos ya los Posgrados y el Doc- torado, donde el estudiante ejerce plenamente una actividad investigadora). A pesar de esto, y de una cierta proliferación, cada vez mayor, de obras de este tipo, consideramos que todavía este es un campo específico en el que existe una bibliografía muy escasa y poco actualizada. En su primera parte, se pretende ofrecer una orientación didáctica básica en lo relativo a los criterios científicos-técnicos para la elaboración y desarrollo de procesos y trabajos de investigación en el ámbito del Derecho, con el fin, naturalmente, de que satisfagan las exigencias y condiciones conceptuales y metodológicas que les otorguen la validez científica y social de los trabajos Introducción14 de investigación jurídica. Partiendo de un planteamiento general en torno a la naturaleza conceptual y epistemológica de la investigación científica, su método y sus clases, incidiendo especialmente en la investigación en el ámbito jurídico, se pasa a abordar después cuestiones puramente metodológicas para el desarrollo concreto de una investigación en general y en el campo jurídico en particular (planteamiento riguroso de un trabajo de investigación, sus fases de desarrollo, sus condicionantes en cada fase, etc…), con el propósito de que el lector adquiera un conocimiento fundamental sobre las técnicas específicas para llevarla a cabo con ciertas garantías iniciales de éxito. Se ha incidido además en el quizá sea el trabajo académico de investigación por excelencia, la tesis doctoral, de forma que el lector interesado en su realización tenga elementos de juicio para ello. Por último, esta primera parte del libro se cierra con una reflexión relativa al contexto en que han de realizarse tales investigaciones: el marco actual de la llamada sociedad de la información. De esta manera, se persigue que el inves- tigador tome una conciencia mucho más ajustada y realista de su quehacer, ya que este nuevo contexto ha significado un cambio de una enorme magnitud en lo que afecta a una actividad como la investigadora. Asimismo, en tanto que se trata aquí específicamente de la investigación en el ámbito del Derecho, se plantea una sucinta toma en consideración de la naturaleza y del papel de lo jurídico en el nuevo entorno. Así pues, este libro desarrolla detalladamente en su primera parte los contenidos mínimos necesarios en un proyecto de investigación en Derecho, describiendo con brevedad, precisión y claridad aquello que debe tenerse en cuenta e incluirse en cada apartado de cada uno de esos proyectos, sin olvidar la permanente referencia al actual contexto socio-cultural en que tal investigación se lleva a cabo. En su segunda parte se trata sobre todas aquellas cuestiones y problemas que tienen que ver directamente con la Documentación jurídica. El investigador no puede iniciar su trabajo sin el conocimiento previo de las fuentes que le van a proporcionar la información necesaria para conseguir su propósito; su trabajo de investigación le llevará a la búsqueda y localización de la información que le interesa y necesita. En todo proceso de investigación, cualquiera que sea su nivel (trabajo de curso, tesis doctoral, redacción de libros, etc.), se hace imprescindible el uso de determinados instrumentos de trabajo para alcanzar la información necesaria al investigador. Los distintos métodos ofrecidos por estudiosos del tema para guiar al investigador hacia su objetivo, incluyen (como se indica en la primera parte de este libro) una fase inicial que, denominada de Investigación y documentación jurídicas 15 una forma u otra, se refiere a la necesidad que tiene el investigador de conocer en qué estado se encuentra el tema que va a ser objeto de estudio. Para ello inicia la fase de investigación bibliográfica y documental, también llamada fase de documentación, con el fin de obtener la información que precisa, buscando el material y compilándolo. El investigador inicia su trabajo manejando aquellas fuentes que sabe que le servirán para conocer el estado de la cuestión. Pero además de serles útiles en esta fase inicial, las fuentes le servirán, a lo largo de la investigación, para controlar y aprovechar las aportaciones que vayan produciéndose, y para completar y profundizar más en sus progresos. Y, en algunas ocasiones, las fuentes pueden ser ellas mismas el objeto de estudio del investigador. Se estudian también los diversos tipos de fuentes de información que puede utilizar el investigador (personales, institucionales, documentales) y las formas en que puede acceder a tales fuentes poniendo el acento, sobre todo, en los procesos de búsqueda documental, ya que resulta de gran importancia que el investigador tome conciencia, desde el principio, del problema de la accesibilidad a las fuentes, determinando si son fácilmente accesibles, dónde son accesibles y si está capacitado para manejarlas. Y todo ello se considera desde la perspectiva de la Documentación, al ser la disciplina que nos va a pro- porcionar los conocimientos necesarios para poder, no sólo identificar aquellos recursos informativos de interés para el trabajo propuesto, sino también para saber valorarlos cuando haya que seleccionar los que más nos convengan y saber describirlos a la hora de elaborar la bibliografía final. De esta manera, en la segunda parte del presente libro se afronta, pues, cuatro asuntos esenciales relacionados con lo dicho hasta el momento: qué se entiende por Documentación y cuál es su objeto de estudio, qué caracteriza a la Documentación jurídica y qué tipos existen, cuáles son las fuentes de informa- ción de mayor interés para los que deseen iniciarse en la investigación jurídica y cómo se hace una bibliografía. En consecuencia, el libro constituye una contribución didáctica al desarrollo de los procesos generales propios de la investigación científico-jurídica. Aspira a llegar a ser una referencia básica para toda persona que desee introducirse y profundizar en el vasto ámbito de la investigación científica en relación con lo jurídico, y que pretenda conocer las más significativas fuentes de información al respecto, así como adiestrarse en su manejo. El público destinatario de esta obra sería, así, toda persona interesada en estos temas, y específicamente, estudiantes de Ciencias de la Documentación, de Derecho y, en general, profesionales tanto de un campo como del otro. Su aspiración principal es que los lectores estén en Introducción16 condiciones óptimas para preparar trabajos de investigación en estas ramas por sí mismos y para valorar suficientemente los ajenos. En este sentido, sería un libro de uso especialmente recomendado en el contexto de los estudios de Grado y Posgrado (Master y Doctorado) en Biblioteconomía y Documentación y en Derecho, y en cualesquiera otros estudios relacionados con estas materias. LOS AUTORES PRIMERA PARTE LA INVESTIGACIÓN JURÍDICA CAPÍTULO 1: LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA. LA INVESTIGACIÓN EN CIENCIAS JURÍDICAS 1.1. INVESTIGACIÓN E INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA De manera general, elconocimiento está íntimamente ligado al descubri- miento, al hallazgo de algo. A tal descubrimiento que genera conocimiento se llega mediante la ejecución de una determinada actividad: la investigación. El Diccionario de la Real Academia de la Lengua define el término investigar como “hacer diligencias para descubrir una cosa”. Más concretamente, inves- tigar tiene que ver, en el plano teórico, con el anhelo de conocer (desiderium sciendi, en terminología escolástica) y, en el práctico, con la resolución de un problema particular cuyo éxito va a procurar un mayor bienestar para quien lo resuelve y/o para la sociedad en general. En consecuencia, investigar comporta una profundización, un desarrollo y, en el fondo, una búsqueda de algo nuevo, que va a implicar como resultado un nuevo conocimiento o un replanteamiento del ya existente. Sin embargo, no toda actividad investigadora es igual; existen diversos tipos de investigación en función del sujeto, el objeto, los medios, los procedimien- tos aplicados y los objetivos perseguidos, y que, por lo tanto, van a dar lugar a distintos resultados. Aquí nos interesa un tipo de investigación en particular, el más complejo y sofisticado: la investigación científica. La investigación científica es la investigación por excelencia y consiste en un proceso intelectual, reflexivo, sistemático, controlado y crítico que, mediante la aplicación de métodos científicos, pretende obtener, bien un conocimiento nuevo, verdadero, relevante y neutral, bien la ampliación, verificación, correc- Isabel Villaseñor Rodríguez y Juan Antonio Gómez García 20 ción y aplicación de un conocimiento ya existente. La actividad investigadora tiene una dimensión individual, subjetiva, con relevancia para un sujeto inves- tigador en particular y, asimismo, una dimensión social, objetiva, en tanto que sus resultados se presentan, contrastan y validan en el seno de la comunidad científica como útil y productiva en relación con el estado del conocimiento, ya que la investigación científica está relacionada con la existencia de un corpus de conocimiento consolidado que determina los problemas, la naturaleza y los objetivos actuales de la actividad investigadora en ese ámbito. Toda aproximación a la temática de la investigación científica exige plan- tearse, como cuestión previa, qué se entiende por Ciencia. Ciertamente, si no se dejan claros la naturaleza conceptual y el alcance del ámbito en el que se aspira a desarrollar una actividad investigadora en verdad científica, difícilmente se puede entender con justeza el status epistemológico de esta actividad. 1.2. CONOCIMIENTO Y CIENCIA La investigación científica, hemos dicho, aspira a obtener conocimiento científico. Qué se entienda por conocimiento científico está predeterminado por lo que se entienda por conocimiento en general, y por ciencia en particular. Una primera aproximación al concepto de conocimiento nos la ofrece, de nuevo, la definición convencional del Diccionario de la Real Academia Es- pañola de la Lengua: “acción y efecto de conocer”, entendiendo por conocer, “averiguar por el ejercicio de las facultades intelectuales la naturaleza, cuali- dades y relaciones de las cosas”. En consecuencia, el conocimiento en general está relacionado con la puesta en práctica de las facultades intelectuales de los sujetos sobre el mundo. El problema del conocimiento es uno de los más importantes en la reflexión filosófica occidental desde sus inicios en la Grecia clásica, hasta el punto de que, actualmente, sigue siendo un problema fundamental, no resuelto de manera pacífica, constituyendo el eje en torno al cual se articula toda una disciplina filosófica autónoma (para algunos filósofos, la única verdaderamente legítima): la Teoría del conocimiento o Epistemología. Hoy día, toda la complejidad del problema se puede reducir a las siguientes tematizaciones: a) El problema de la posibilidad del conocimiento. La cuestión central es si es posible conocer o no. Su respuesta oscila entre posiciones contrapuestas: aquellas que afi rman la plena posibilidad de conocer (optimismo gnoseológico) y las que la niegan (pesimismo gnoseoló- Investigación y documentación jurídicas 21 gico). Esta tensión se resuelve actualmente en una postura ecléctica: ciertamente sí es posible conocer, aunque se trata de una actividad no exenta de condicionantes y difi cultades, especialmente en relación con la cuestión de a partir de qué o cuándo se puede hablar de auténtico conocimiento. b) El tema del sujeto del conocimiento. Se analiza aquí la naturaleza del sujeto-agente de conocimiento, sus características, las condiciones de su actividad cognoscente, etc… c) El tema del objeto del conocimiento. Se hace referencia a las cosas, al mundo, al objeto de conocimiento, a la realidad (sensible, inteligible) que es posible ser conocida: a su naturaleza, sus especifi cidades, su relación con el sujeto cognoscente, etc… d) La cuestión de las formas del conocimiento. Se atiende a los modos en que pueden conocerse las cosas en función de múltiples factores: de los medios para el conocimiento, de la mayor o menor implicación o distancia existente entre el sujeto y el objeto de conocimiento (cono- cimiento inmediato, mediato), etc… e) El tema de las causas y fi nes del conocimiento. Se indaga aquí en los motivos y objetivos del conocimiento: sobre el llamado desiderium sciendi (anhelo de conocer) como motivo fundamental del conocimien- to, sobre si se pretende obtener un determinado progreso (individual y/o social) o la consecución de determinados valores (bienestar individual y/o social, desarrollo de capacidad humana, ...), etc… f) Finalmente, el problema de la descripción o fenomenología del cono- cimiento. Lo que interesa aquí es la mera descripción del acto de apre- hender el objeto de conocimiento por parte del sujeto cognoscente. En esta acción de aprehender se plantean diversas cuestiones: el signifi cado de esta acción, la naturaleza del objeto en tanto que es aprehendido y la proporción de elementos sensibles, intelectuales, emotivos, etc... que intervienen en este acto. En función de estas aproximaciones al problema del conocimiento y de los resultados por mor de ellas obtenidos, cabe afirmar la existencia de dos grandes tipos de conocimiento: el conocimiento llamado vulgar (doxa) y el co- nocimiento científico (episteme). El primero hace referencia a un conocimiento de carácter subjetivo, coyuntural, falible, opinable y asistemático; mientras que el segundo es un conocimiento objetivo, permanente, infalible, riguroso y sistemático. Isabel Villaseñor Rodríguez y Juan Antonio Gómez García 22 La investigación está vinculada al conocimiento en general, mientras que la investigación científica se encuentra ligada al conocimiento científico. Para definir lo que quepa entenderse por éste, debemos plantearnos, como cuestión previa, como hemos dicho, qué deba entenderse por ciencia. Nuevamente el Diccionario de la RAE nos ilustra al respecto: ciencia es “conocimiento cierto de las cosas por sus principios y causas. Cuerpo de doctrina metódicamente formado y ordenado, que constituye una rama particular del humano saber”. En esta definición se especifica la naturaleza del conocimiento científico frente al conocimiento en general. Ahora bien, el concepto de ciencia es un concepto equívoco, puesto que ha sido formulado de muy diversas formas y desde perspectivas ideológicas muy distintas. Un intento esclarecedor de dar cuenta de todos los significados posibles del término es el ofrecido por el filósofo Gustavo Bueno en su tipología de sentidos a que cabe referirse bajo ese rótulo: 1. Ciencia como saber hacer, esto es, como arte o técnica especial. Ejem- plos de esta acepción es la ciencia puesta en práctica por el abogado, el médico, el artesano o el arquitecto. 2. Ciencia como sistema de proposiciones derivadas de principios. Así se entendía en la Antigüedad y en la Edad Media(el propio de la episte- me y la scientia) y es el que ejercía el fi lósofo escolástico o el teólogo cristiano. 3. Ciencia en el sentido moderno, o ciencia en sentido propio. El para- digma es la ciencia experimental (las llamadas Ciencias naturales: la Biología, la Física, la Química, etc…), ejemplifi cado por los científi cos que trabajan en laboratorios. 4. Ciencia en el sentido contemporáneo (impropio) de ‘ciencias’ humanas, ‘ciencias’ sociales, ‘ciencias’ culturales, etc… Incluiría disciplinas tales como las llamadas Ciencias de la Educación, las Ciencias Económicas, las Ciencias de la Información, etc…, y ejemplos de científi cos en es- tos campos serían los pedagogos, los economistas, los sociólogos, los profesionales de la información, etc… Así pues, existen diversos modos de concebir el término ciencia, que, en tanto que diversos, responden a distintos criterios epistemológicos que justifican cada uno de ellos. En el primer sentido de los apuntados, se trata de un criterio de utilidad inmediata: la resolución de problemas prácticos. En el segundo sen- tido sería una necesidad de carácter sistemático en un intento de reducir todo a un concreto formato lógico mediante principios, derivando unos conocimientos de otros y vinculándolos a postulados comunes. En el tercer sentido, el criterio Investigación y documentación jurídicas 23 viene dado por la aplicación de un modelo de conocimiento específico, el expe- rimental con base matemática, a la totalidad de los ámbitos del conocimiento. Finalmente, el cuarto sentido es producto de las clasificaciones académico- administrativas que han organizado el conocimiento, sobre todo desde el siglo XX hasta hoy, en razón de las necesidades ordenadoras impuestas por el Estado, empleando así el término ciencia en un sentido claramente ideológico. De las cuatro, la acepción más, valga la expresión, fuerte, es la tercera, ya que es la que ha tenido mayor influencia en la epistemología contemporánea desde Kant, constituyéndose así en el patrón metodológico desde el cual se ha enjuiciado y valorado toda forma de conocimiento. De ahí que, desde una valoración rígida, las llamadas ciencias humanas no puedan ser entendidas en puridad como ciencias. 1.3. MÉTODO, MÉTODO CIENTÍFICO Y METODOLOGÍA CIENTÍFICA Como ya se dijo, la actitud y predisposición del sujeto para conocer son algo común, tanto para el conocimiento científico como para el conocimiento vulgar. La diferencia entre ambos radica en el modo en que se opera para ob- tener uno u otro. La investigación científica está condicionada principalmente por la aplicación de un método científico, es decir, de un método que garantiza la consecución de soluciones científicas. Ciertamente, toda actividad intelectual se sustenta y desarrolla (no puede ser de otro modo) sobre la base de un criterio concreto que actúa como referencia or- denadora de tal actividad. En este sentido, hablamos de método en general; como dice el Diccionario de la RAE, se alude aquí a un “modo de decir o hacer con orden una cosa”. Se trata de la concepción genérica de método, cuya especificación en el ámbito científico se entiende –prosigue el Diccionario– como “procedimiento que se sigue en las ciencias para hallar la verdad y enseñarla”. Por lo tanto, la investigación en general precisa de la aplicación de un método, mientras que la investigación científica tiene lugar cuando se aplica un método científico. El término método procede de los vocablos griegos metha (más allá de) y odos (camino) y significa etimológicamente camino para ir más lejos. Con ello se quiere hacer referencia a la idea de medio, de instrumento para llegar a un fin o lugar determinados. Ello exige un plan prefijado y unas reglas concretas y adecuadas para lograr el fin propuesto inicialmente. En consecuencia, el método científico es el camino que ha de seguirse hacia el conocimiento científico. Isabel Villaseñor Rodríguez y Juan Antonio Gómez García 24 El llamado problema del método constituye el tema central de la reflexión metodológica moderna y contemporánea. Sobre la naturaleza y diversidad de métodos a la hora de abordar y elaborar una investigación científica existen múltiples concepciones, en principio todas ellas aceptables en la medida en que son coherentes con la perspectiva filosófica que, de fondo, las inspira y articula, y se adecuan al objeto de estudio al que se aplican. En el fondo, no son otra cosa que diferentes ideas de orden para regir la actividad investiga- dora científica. Caben, así, métodos empírico-analíticos, métodos dialécticos, métodos hermenéuticos, métodos lógicos, métodos fenomenológicos, métodos sistémicos, métodos analógicos, etc…; todos ellos con el mismo grado de le- gitimidad epistemológica en la medida en que son adecuados para lograr el fin que se propone ab initio todo método de investigación científica: la consecución de conocimiento científico válido. Tal condición de validez del conocimiento para ser auténticamente científico se funda en que haya sido obtenido mediante procedimientos e instrumentos fiables para ser considerado como tal, tanto desde la propia naturaleza de la disciplina en cuestión, como por parte de la comunidad académica y científica en que se hace público. En consecuencia, el método científico presenta las siguientes características particulares: a) No depende del azar, aunque en determinados casos pueda infl uir (recuérdese, por ejemplo, el hallazgo casual de la tumba del faraón Tutankhamon por parte del arqueólogo Howard Carter, que signifi có un extraordinario avance en los estudios de Egiptología). b) Es posible que, como decimos, por la aplicación de distintos métodos, se logren los mismos resultados (pluralismo metódico). Ello depende de que el método aplicado a la realidad que se estudia, sea adecuado al objeto de investigación. c) Carácter falible y no autosufi ciente del método. El método está sometido a reconsideración y crítica permanentes en función de los resultados obtenidos por su ejercicio. d) Existe un ámbito (como se ha dicho, para algunas tendencias fi losófi cas, el único) de refl exión en la fi losofía que se ocupa del método científi - co: la metodología, la cual se incardina dentro de la epistemología o teoría del conocimiento científi co1. La metodología proporciona los 1 Haciéndonos eco de la concepción tradicional al respecto, aquí distinguimos Epistemolo- gía, entendida en el sentido apuntado (como Teoría del conocimiento científi co) de la Gnoseo- logía, que tiene un signifi cado más genérico, puesto que se ocupa de la teoría del conocimiento Investigación y documentación jurídicas 25 fundamentos y las reglas para la articulación técnica de los distintos métodos en aras de su mejor puesta en práctica para la realización de una investigación concreta. Se suele distinguir, así, entre método, regla y técnica: la regla es el criterio, la guía para la ejecución del método general, y la técnica es el instrumento concreto para resolver un proble- ma específi co en el contexto de una rama del saber. Estos son los tres grandes ejes sobre los que se articula la metodología científi ca. Toda investigación científica responde, de manera general, a la aplicación del siguiente procedimiento metodológico: 1) Enunciado de preguntas bien formuladas y previsiblemente fecundas con respecto al objeto de la investigación que se pretende tratar. 2) Planteamiento de conjeturas fundadas y contrastables con la experiencia investigadora en torno al objeto considerado para resolver inicialmente las preguntas. 3) Derivación de consecuencias lógicas de las conjeturas iniciales. 4) Aplicación de técnicas para contrastar las conjeturas, sometiendo también estas técnicas a contraste para verifi car su importancia y fi a- bilidad. 5) Contraste e interpretación de los resultados obtenidos por los procedi- mientos anteriores. 6) Valoración de la utilidad y de la pretensión de veracidad de las conjeturas yde las técnicas empleadas. 7) Determinación de los ámbitos en los que son científi camente válidas y se confi rman, tanto las conjeturas como las técnicas. 8) Formulación de los nuevos problemas originados por la investigación llevada a cabo. Hemos hablado de la posibilidad de aplicar múltiples métodos a un objeto de investigación determinado, en función de la predisposición del investigador, del modo de acercamiento al objeto, de los medios disponibles y de los fines que se persigan. Este pluralismo metódico puede reducirse fundamentalmente a los siguientes tipos de métodos, los cuales, a su vez, no se excluyen entre sí, sino que pueden combinarse en razón del tipo de investigación científica que se lleve a cabo: en general. Ambos términos se emplean con frecuencia como sinónimos, en un sentido o en otro, incurriendo, a nuestro juicio, en una imprecisión conceptual. Isabel Villaseñor Rodríguez y Juan Antonio Gómez García 26 - Método espontáneo: cuando el investigador no es consciente de su modo de proceder. Es el propio de una investigación no científi ca. - Método empírico: cuando el procedimiento se basa solamente en la experiencia. - Método racional: cuando el procedimiento se rige por principios cien- tífi cos, sistemáticos. - Método sintético: cuando se llega a lo complejo partiendo de los ele- mentos constitutivos, de lo más simple. - Método analítico: al contrario que el sintético, cuando se parte de lo complejo y se llega a lo más simple, a los distintos elementos que lo conforman. Sea cual sea el que apliquemos, el correcto ejercicio de un método científico da como resultado, como hemos dicho, un conocimiento científico; un cono- cimiento metodológicamente caracterizado por su objetividad, reflexividad, sistematicidad, su precisión en cuanto a la delimitación de su objeto, su carácter crítico, su cualificación específica en cuanto a sus instrumentos y resultados, y su trascendencia social en el ámbito de la comunidad de científicos (forma mentis científica); en definitiva, un conocimiento metódico. El método cientí- fico, pues, como criterio metodológico que condiciona y delimita la noción de conocimiento científico. 1.4. OBJETO Y CONDICIONES OBJETIVAS DE LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA Una vez establecido el marco teórico en que se da la investigación científi- ca, profundizamos ahora propiamente en el aspecto práctico de esta actividad con el fin de fijar con precisión las características del objeto y de los medios objetivos sobre los que se sustenta. La actividad investigadora nunca parte de la nada, sino desde un determina- do punto de partida o estado de la cuestión. Ello se debe a que toda investigación científica responde a una tradición, a un legado acumulado de conocimientos científicos que no puede obviarse. Complementariamente, es necesaria la delimitación lo más precisa posible del objeto a investigar para evitar divaga- ciones disolventes de la actividad; y desde el punto de vista subjetivo (como luego veremos), una actitud abierta de curiosidad, de búsqueda; un anhelo de conseguir auténtico conocimiento científico desde una rigurosa autoexigencia de orden, objetividad y crítica permanentes. Investigación y documentación jurídicas 27 La investigación científica reviste una intensa proyección social, en la medi- da en que es una actividad que está cada vez más institucionalizada, producién- dose una constante e intensa interacción recíproca entre ciencia y sociedad. El investigador cumple un papel social de gran relevancia y, por ello, los poderes públicos han comenzado a promover y a responsabilizarse de la investigación, a través de políticas específicas y medidas legislativas dirigidas a su fomento y respaldo, al considerarla un elemento dinamizador social y de progreso de primera magnitud. En efecto, los avances científicos tienen una aplicación práctica cada vez más inmediata en la sociedad, y el investigador posee, por la propia naturaleza de su actividad, una importante responsabilidad educativa y social como formador de investigadores. Teniendo en cuenta estos factores, desde un punto de vista logístico, la investigación científica plantea las siguientes condiciones y exigencias obje- tivas: a) La necesidad, en muchos casos, de instrumentos técnicos costosos y muy sofi sticados, especialmente en el ámbito de las ciencias exactas, físicas y experimentales. b) Una buena organización y una rigurosa división del trabajo investiga- dor en institutos y equipos, debido a la complejidad que actualmente caracteriza a cualquier proyecto de investigación serio. Es importante realizar una subdivisión y un reparto de la temática en especialidades muy bien fi jadas y en grupos de trabajo diferenciados, con el consi- guiente aumento de la especialización y de la concreción en la tarea investigadora, con el fi n de avanzar en el conocimiento científi co con mayor base. c) En relación estrecha con los puntos anteriores, dependencia con respecto a las fuentes de fi nanciación, derivada de la profesionalización y de la dedicación que exige la investigación científi ca. d) Una situación de fuerte competencia por la prioridad en la publicación de los conocimientos y por la innovación tecnológica. e) Existencia de una normativa específi ca al respecto (actualmente, en España, el Programa I+D+i por ejemplo) que regule con detalle las condiciones institucionales en que debe garantizarse una efi caz actividad investigadora. f) La investigación ha de fundamentarse en el conocimiento heredado, en la integración de otras aportaciones y en la interacción entre el científi co y la comunidad científi ca en aras de la universalidad del saber científi co (dimensión académica de la investigación científi ca). Isabel Villaseñor Rodríguez y Juan Antonio Gómez García 28 1.5. SUJETO DE LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA: EL INVESTIGADOR CIENTÍFICO Una vez fijado el objeto de la investigación científica, el aspecto práctico de ésta se completa con la toma en consideración del sujeto de la actividad investigadora. Las condiciones subjetivas de la investigación científica vienen expresadas en la figura del investigador, esto es, en la persona, en el intelectual, que obtiene conocimiento científico a partir de su actividad investigadora, y se integra así en la tradición acumulativa de conocimientos propia de su dis- ciplina. En tanto que la investigación es una actividad muy particular, que exige una formación, una dedicación y un esfuerzo notables, reviste un carácter vo- cacional muy acusado. Se requiere así, como predisposición inicial, una actitud de curiosidad, de permanente ansia de conocimiento y de respeto a la verdad que no puede responder a otra causa, como decimos, que a un impulso emi- nentemente vocacional, aun cuando, a medida que se desarrolla la formación del investigador y va adquiriendo experiencia, su ejercicio se vaya perfilando técnicamente. La tarea de investigación científica presenta los siguientes aspectos sub- jetivos relevantes, los cuales, en conjunto, conforman el perfil general del investigador: a) El investigador es, ante todo, un científi co, ya que su actividad se desa- rrolla en un concreto ámbito científi co y consiste en ofrecer soluciones a problemas previamente planteados en ese ámbito. b) También es un metodólogo, ya que fi ja y emplea un método particular para su trabajo. c) Asimismo, es un usuario de la documentación, puesto que la búsque- da, el análisis y el procesamiento de la documentación existente en su materia constituye un instrumento fundamental para desarrollar su trabajo. d) El investigador es un documentalista, al poner a disposición de la co- munidad de investigadores de su campo, con su trabajo, un repertorio documental selectivo y especializado. e) Finalmente, también es maestro y formador de nuevos investigadores, porque, a medida que adquiere experiencia, conocimientos y prestigio como científi co, está llamado a iniciar y formar a futuros investigadoresque continúen la senda por él fi jada. Investigación y documentación jurídicas 29 1.6. CLASES DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS Como ocurre siempre, las tipologías y clasificaciones tienen un carácter eminentemente convencional, de ahí que puedan resultar en muchas ocasiones imprecisas, superficiales, incluso arbitrarias. Sin embargo, cumplen una función teórica muy importante como medios para reflejar el modo de ser, los fines, las funciones, los procedimientos y los resultados de las definiciones iniciales. En el ámbito de la teoría y metodología de la investigación científica existen múltiples clasificaciones. Aquí nos vamos a hacer eco de la ofrecida por Ario Garza Mercado, una de las más comunes y operativas que se han aportado. Según este autor, en razón de distintos criterios, puede distinguirse entre: 1.6.1. Investigación pura y aplicada La investigación pura se da cuando el investigador realiza su actividad sin preocuparse por la aplicación directa o inmediata de los resultados. La aplica- da ocurre cuando el investigador tiene como objetivo fundamental aplicar el conocimiento a la resolución de problemas de importancia para el bienestar y beneficio de individuos y/o comunidades. De manera general, la investigación pura suele identificarse con la investi- gación en Ciencias formales (Matemática, Lógica), Ciencias naturales (Biolo- gía, Botánica,…) y Humanidades (Estudios Clásicos, Filologías,…); mientras que la aplicada se entiende como propia de las Ciencias sociales (Sociología, Derecho,…) y Tecnológicas (Ingenierías, Arquitectura,….). No obstante, esta identificación no es cerrada ni concluyente, puesto que investigaciones en disciplinas científicas, a priori puras, pueden realizarse con una intención bá- sicamente práctica (una investigación teórica en torno al concepto de derecho subjetivo para elaborar normativas sobre los derechos humanos, por ejemplo), y viceversa (una investigación en Matemática para mejorar el rendimiento de los ordenadores). Los objetivos de la investigación no siempre coinciden con sus resultados: es frecuente que una investigación pura concluya como aplicada, y viceversa. Además, es probable que, en ocasiones, no se pueda discernir realmente el tipo de investigación que, en este sentido, se está realizando por el propio desarrollo del trabajo en sí mismo. Isabel Villaseñor Rodríguez y Juan Antonio Gómez García 30 1.6.2. Investigación exploratoria y descriptiva La investigación exploratoria pretende familiarizar al investigador con el objeto de estudio, preparando, seleccionando, adecuando o perfeccionando los medios materiales y los procedimientos para una investigación posterior. La descriptiva tiene por objeto la exposición de los caracteres del objeto estudiado. La exploratoria sirve, pues, como base para la descriptiva. 1.6.3.Investigación experimental Es un tipo de investigación que se basa en procedimientos metodológicos de carácter empírico para contrastar y validar sus resultados. Entendemos aquí procedimiento empírico en el sentido más amplio que quepa entenderse, esto es, no sólo aquel que se articula desde la experiencia sensible (por ejemplo, la percepción sensitiva), sino también aquel que se sustenta en bases inteligibles (por ejemplo, la verificación –a través de su manipulación– de hipótesis cuyas variables expresan una relación causal). 1.6.4. Investigación analítica y sintética El procedimiento analítico consiste en estudiar un objeto descomponiéndolo en los elementos que lo constituyen, con el fin de tomarlos en consideración de manera separada. El sintético es el procedimiento contrario: establece relaciones entre distintos elementos, componiéndolos en una unidad más compleja. En función de tales procedimientos metodológicos, la investigación analí- tica emplea, pues, el método deductivo, consistente en formular proposiciones particulares a partir de proposiciones generales. La sintética se sirve, tanto del método deductivo como del inductivo, y consiste, al contrario que la anterior, en establecer proposiciones generales a partir de proposiciones particulares. 1.6.5. Investigación documental y de campo La investigación documental es aquella que utiliza principalmente docu- mentos (registros gráficos, visuales y sonoros) como fuentes de información científica. La investigación de campo emplea las formas de observación y exploración (encuestas, experimentos, etc…) del ámbito a estudiar para la obtención de resultados científicos. Investigación y documentación jurídicas 31 1.6.6. Investigación primaria y secundaria Fuente de información primaria es el objeto de estudio propiamente dicho y, a falta de éste, el primer registro derivado de él; mientras que fuente de in- formación secundaria es todo registro derivado de la primaria. Así pues, la investigación primaria es aquella que se basa fundamentalmen- te en fuentes primarias, aunque pueda servirse de secundarias para el plantea- miento de la misma y la interpretación de aquéllas. La secundaria se refiere al resto de los casos posibles. 1.7. LA INVESTIGACIÓN EN CIENCIAS JURÍDICAS Si hay un problema complejo, no resuelto aún en el contexto de la Metodolo- gía jurídica, ya que depende en última instancia de la concepción jurídica (como se sabe, múltiples y muy diversas a lo largo de toda la historia del pensamiento jurídico) que se sostenga de base, es el del carácter propiamente científico de la llamada Ciencia jurídica. Es una cuestión que surge con fuerza en el siglo XIX, con la irrupción de los positivismos en el ámbito de los estudios jurídicos, y que sigue latiendo actualmente en el marco de la reflexión epistemológica en torno al Derecho sin que se haya llegado a soluciones pacíficamente aceptadas por todo el mundo. No vamos a entrar aquí en los procelosos debates doctrinales en torno a la naturaleza epistemológica de la Ciencia jurídica (si es propiamente una ciencia, una técnica, un saber, una doxa, un arte, etc…), y apoyándonos en mayoritarias razones doctrinales y académicas que atesoran una opinión favorable a su cien- tificidad específica, partimos aquí de la tesis de que el Derecho (en cualquiera de los sentidos en que quepa pensarse) es un objeto susceptible de ser conoci- do científicamente y que, por lo tanto, la Ciencia jurídica es eso, ciencia; más en concreto, Ciencia social, en tanto que el Derecho es un producto humano eminentemente social. Y es que, desde la tipología que consideramos arriba cuando hablamos de las diversas concepciones existentes en torno a la ciencia, es posible sostener esta afirmación: 1. El primero de los sentidos de ciencia (ciencia como saber hacer, como arte) viene expresado en la clásica iurisprudentia romana, ya que se trataba de una actividad sometida a reglas, de un saber hacer con el fi n de resolver problemas prácticos concretos. Isabel Villaseñor Rodríguez y Juan Antonio Gómez García 32 2. El segundo sentido (ciencia como sistema de proposiciones derivadas de principios) es el característico del iusnaturalismo racionalista moder- no, puesto que se sustenta sobre un conjunto de deducciones derivadas a partir de principios (las distintas concepciones sobre la naturaleza humana) no sometibles a discusión. 3. El tercer sentido (ciencia en sentido propio) está ejemplifi cado en el modelo de ciencia característico de la concepción de Ciencia del De- recho de la Dogmática jurídica alemana del siglo XIX, o también en la llamada Teoría pura del Derecho de Hans Kelsen. Ambos son intentos de trasladar los modelos científi cos de las Ciencias naturales al ámbito jurídico. 4. El cuarto sentido (ciencia en sentido impropio, académico-ideológico) corresponde a los diferentes contenidos que se imparten en el ámbito académico de las Facultades de Derecho, y son científi cos porque la autoridad académico-administrativa los defi ne como tales. En consecuencia, como ciencia en general y como ciencia social en par- ticular, la Ciencia jurídica posee una metodologíaespecífica, deudora genéri- camente de los principios y reglas expuestos a lo largo de todo este capítulo, cuyo ejercicio garantiza y avala el rigor de la actividad investigadora llevada a cabo en su ámbito disciplinar. Esto se demuestra en el hecho de que, en el ámbito de las distintas Ciencias jurídicas, puede darse la totalidad de tipos generales de investigaciones rese- ñadas anteriormente: a) Cabe una investigación pura en el ámbito de los conceptos, de la Teoría y la Filosofía del Derecho, y una investigación aplicada en el contexto de las disciplinas que estudian el Derecho positivo para llevar a cabo aplicaciones prácticas, por ejemplo, en el marco de la interpretación de las normas jurídicas. b) Cabe una investigación exploratoria cuando se plantea la viabilidad de un determinado trabajo de investigación con carácter previo (si, por ejemplo, es posible un estudio de una institución jurídica concreta desde una perspectiva disciplinar cualquiera), y una investigación descriptiva cuando, por ejemplo, se expone la estructura conceptual de cualquier rama del Derecho positivo. c) Cabe una investigación experimental en el marco de las disciplinas jurídicas más marcadamente empíricas, como por ejemplo la Historia y la Sociología jurídicas. Investigación y documentación jurídicas 33 d) Cabe una investigación analítica en el contexto de la refl exión teórica en torno al Derecho, como por ejemplo la Teoría y Filosofía el Derecho, y sintética en la Teoría general del Derecho y en las Partes Especiales de las distintas Dogmáticas jurídicas, o en la Historia y la Sociología jurídicas. e) Cabe una investigación documental y/o de campo, según nos aproxi- memos al Derecho desde una perspectiva más o menos empírica, o ba- sándonos más o menos en documentos para nuestras investigaciones. f) Cabe, fi nalmente, una investigación primaria y/o secundaria, según se manejen fuentes jurídicas (o de conocimiento jurídico) directamente (las normas jurídicas, por ejemplo), o bien indirectamente, como cuando se estudia el Derecho a través de la doctrina jurídica. Dicho esto, vamos a considerar ahora cómo se investiga en concreto en el ámbito de las Ciencias jurídicas. CAPÍTULO 2: METODOLOGÍA DE INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA EN DERECHO Ya adelantamos antes que toda investigación científica en el ámbito de la Ciencia jurídica (y en cualquiera de los ámbitos de la ciencia en general) ha de responder a las exigencias de un método científico si aspira a ser verdadera- mente rigurosa desde un punto de vista epistemológico, de forma que ciencia y metodología son dos conceptos estrechamente vinculados. Teniendo en cuenta esto, resulta cierto que, de manera general, desde un punto de vista metodológico existe un proceso técnico-metódico al que obedece toda investigación que se quiera científica en cualquier ámbito de la ciencia. Éste se concreta en la elaboración inicial de un plan de trabajo de investigación que sirva como punto de partida y en la fijación de una serie de secuencias articuladas cronológicamente para llevarlo a efecto. La comprensión de estos procesos nos llevará a entender aún mejor el carácter de nuestra labor y el tipo de trabajo de investigación que estaremos realizando y que más se ajusta a nues- tros intereses como investigadores dentro de nuestra disciplina. Examinemos ahora todo esto con detalle. 2.1. EL PLAN DE TRABAJO INVESTIGADOR Esta primera secuencia en la elaboración de todo trabajo de investigación es un proceso complejo y dependiente de múltiples variables derivadas de la misma naturaleza de la disciplina científica en que se incardine y del tema o problema científico que está llamado a clarificar o resolver. No obstante, en aras de la operatividad, tal complejidad se puede reducir desde el siguiente esquema metodológico general que concreta los momentos y las tareas a realizarse: en Isabel Villaseñor Rodríguez y Juan Antonio Gómez García 36 primer lugar corresponde determinar con la mayor precisión posible el objeto de la investigación, en segundo lugar ha de proponerse genéricamente la es- trategia de trabajo y sus fases, y en tercer lugar debe elaborarse un calendario cronológico para llevarla a cabo. 2.1.1. Determinación del objeto de la investigación Resulta absolutamente necesario realizar esta tarea previa para delimitar los perfiles y los contornos de la actividad investigadora concreta a emprender. Si no se plantea como cuestión previa qué o sobre qué se va a investigar, ma- lamente se puede llevar a efecto nada con sentido. En este momento surge un problema metodológico fundamental: qué se entiende por objeto de la investigación. Por tal se concibe todo tema, problema o conjunto de temas y problemas científicos que pueden ser materia de cono- cimiento por parte del investigador. Se trata, pues, de un objeto especialmente complejo y difícil de conocer, de ahí que requiera unas exigencias epistemo- lógicas y metodológicas específicas para llegar a ser captado con precisión, y que se concretan de manera general en la necesidad de lo que denominamos actividad investigadora. Debe resaltarse que, en numerosas ocasiones, no está claro desde el prin- cipio cuál sea el objeto particular de la investigación a emprenderse; existe un primer indicio o planteamiento inicial que permite arrancar con la actividad investigadora y que pone en marcha la tarea, y a partir de ahí, se va configuran- do simultáneamente al propio desarrollo de la investigación. Otras veces, sin embargo, se puede precisar con mayor exactitud desde el inicio. Son factores que dependen, en definitiva, del carácter y de la magnitud de la investigación que vaya a realizarse. El acceso al objeto de conocimiento a través de la actividad investigadora depende de múltiples elementos, que fundamentalmente pueden reducirse a dos categorías: a) Elementos extrínsecos. Son elementos que le vienen dados al investiga- dor desde fuera para realizar su actividad, como por ejemplo las fuentes documentales (archivos, bibliotecas, etc...), instrumentos de laboratorio e informáticos, mobiliario, ambiente científi co, etc... Son medios de gran importancia para llevar a buen fi n su trabajo de investigación. Investigación y documentación jurídicas 37 b) Elementos intrínsecos. Constituyen los condicionantes intelectuales del investigador y los metodológicos del trabajo de investigación que intervienen en la actividad investigadora. 2.1.2. Propuesta general del plan de trabajo y sus fases Esta fase demuestra hasta qué punto debe concebirse la investigación como actividad, más que como el cumplimiento estricto de unas normas establecidas a priori. El plan de trabajo consiste en la ordenación cronológica y en la sistemati- zación conceptual concreta de la actividad investigadora. Sin un plan de trabajo más o menos detallado no es posible desarrollar la actividad investigadora. El plan de trabajo presenta las siguientes características: A) Es la base y referencia iniciales de la actividad investigadora. En tal tarea, es necesario, en su caso, el concurso del director de investigación en su formulación. B) Constituye la ordenación sucesiva y temporal de la actividad, de modo que cada fase del plan condiciona a la siguiente, son interdependien- tes. C) Contiene el ciclo completo de la investigación. Este ciclo se articula, a su vez, sobre los siguientes puntos: 1. Elección del tema y título del trabajo, según las condiciones objetivas de éste: según su naturaleza (tesis doctoral, tesina de licenciatura, etc....), según los medios de que se disponen, el dominio o no de idiomas por parte del investigador, etc..., y según las condiciones subjetivas, las aptitudes, la formación, la disponibilidad y los inte- reses del investigador. En este momento resulta muy recomendable (si se trata del caso) el concurso del director de investigación, puesto que su experiencia como investigador permite aquilatar con mayor precisión esta difícil fase. Asimismo,el título otorgado al trabajo debe refl ejar inicial- mente, de la manera más fi el y precisa posible, el objeto de la investigación. Con ello se obtiene un marco temático referencial muy útil para encauzar la actividad investigadora. 2. Diseño del índice provisional, el cual ha de refl ejar las cuestiones que van a ser estudiadas y, en la medida de lo posible, debe ser lo más aproximado al índice fi nal del trabajo de investigación. Isabel Villaseñor Rodríguez y Juan Antonio Gómez García 38 3. Documentación. Su fi n es conocer el estado de la cuestión del pro- blema objeto de estudio para evitar reiteraciones o duplicidad en el esfuerzo investigador. Se concreta en la recopilación exhaustiva de los documentos científi cos sobre el tema. En caso de tratarse de un trabajo de investigación dirigido por otro investigador, en esta fase son esenciales las primeras orientaciones que puedan ser proporcionadas por el director del mismo. 4. Diseño de la metodología a emplear, con el objetivo de fi jar la es- trategia investigadora mediante la cual se va a abordar el tema. La importancia de esta fase es enorme, ya que sin este planteamiento metodológico previo, es muy probable que el trabajo de investiga- ción carezca del rigor sufi ciente y, en consecuencia, resulte inade- cuado para la consecución de los fi nes que se propone. 5. Producción de nuevas ideas. Constituye la fase nuclear del trabajo de investigación en la que el investigador, con el apoyo de los ma- teriales de trabajo, obtiene nuevas ideas científi cas. A partir de ahí, elaborará el mensaje científi co fi nal. Aun cuando exista un director que supervise la investigación, se trata de una fase netamente indi- vidual donde se expresa el talento, el rigor y la creatividad científi ca del investigador. 6. Redacción del trabajo y elaboración de las conclusiones. Esta fase consiste en la conversión del mensaje científi co obtenido en un documento científi co apto para su comunicación. Es fundamental aquí utilizar con rigor y correctamente el lenguaje científi co en razón del tema que se trate. Las conclusiones son las respuestas obtenidas por el investigador al problema científi co planteado. Vienen a ser el punto de llegada resultante de toda la actividad investigadora, de ahí su gran impor- tancia de cara a la resolución del tema o problema planteado y a emprender investigaciones futuras sobre los mismos. 7. Presentación y defensa del trabajo de investigación ante un tribunal (si se trata de una tesis doctoral o de cualquier otro trabajo de inves- tigación evaluable académicamente) o ante la comunidad científi ca. Hablamos aquí de la publicación del trabajo en cualquier medio académico-científi co con el fi n de contrastar las nuevas ideas y los resultados obtenidos con la comunidad científi ca. Investigación y documentación jurídicas 39 2.1.3. Calendario Representa la referencia principal para el desarrollo temporal del trabajo, ya que es la concreción de la exigencia cronológica que, de suyo, acompaña a toda actividad investigadora. La ausencia de un calendario, o una descuidada atención al mismo, pueden redundar en una pérdida de referentes y hábitos para el trabajo investigador, llegando incluso a significar su anacronismo si no se concluye en el tiempo adecuado. Ni que decir tiene que, partiendo de las exigen- cias temporales y de los plazos académicos a que está sometida la realización de una tesis doctoral u otros trabajos de investigación académicos, la confección de un buen calendario resulta de primera necesidad para estos casos. 2.2. FASES DEL TRABAJO DE INVESTIGACIÓN Ya hemos comprobado la gran importancia que tiene lo que hemos denomi- nado como fases del trabajo de investigación para el planteamiento y desarrollo de una investigación concreta. Así pues, vamos a detenernos a estudiar con profundidad cada una de estas fases para tomar conciencia de la diversidad de situaciones y características que atañen a cada una de ellas por separado y que pueden presentársenos durante su ejecución. 2.2.1. Primera fase: elección del tema y diseño del índice provisional Como hemos indicado arriba, surge aquí la necesidad de plantearnos la noción de problema científico, ya que subyace siempre a la elección del propio tema de investigación científica. Ello se debe (como cabe intuirse según lo di- cho) a que no todo problema es científico. Para que un problema sea susceptible de ser calificado así, debe presentar las siguientes características: a) Carácter objetivo. Ello signifi ca que su resolución no se conoce ini- cialmente por parte de nadie. Los diferenciamos de los subjetivos, ya que estos últimos son problemas para un/os determinado/s individuo/s, pero están ya resueltos por otro/s, de tal modo que su problematicidad es indubitada. b) Factibilidad en su resolución. Un problema es científi co porque su re- solución es, en principio, factible según los medios y las condiciones de que se parte para ello. Isabel Villaseñor Rodríguez y Juan Antonio Gómez García 40 c) Facilitador de la solución de otros problemas en su ámbito de conoci- miento. d) Su planteamiento ha sido realizado por un científi co de ese ámbito. Así, se toma conciencia de la situación, se inserta en un determinado corpus de conocimiento y se intenta resolver con el máximo rigor científi co posible. e) Carácter implícitamente novedoso de la respuesta al problema planteado. Si la respuesta es la misma o análoga a las aportadas, pierde en gran medida su carácter científi co. La novedad de una investigación estriba, en gran medida, en que el problema esté bien concebido, planteado y formulado, desde el principio y en su desarrollo, hasta su resolución fi nal. La elección de un tema o problema de investigación también está condi- cionado por múltiples requisitos; no obstante, de manera general, se pueden agrupar en dos tipos: a) Requisitos subjetivos, tales como la personalidad y la formación del investigador, los cuales determinan la adecuación del tema a las mismas, como el manejo de idiomas para utilizar las fuentes, las motivaciones personales; y para el caso de investigaciones supervisadas, la orientación científi ca del director de las mismas. b) Requisitos objetivos: son los que se derivan del propio objeto de inves- tigación. Entre éstos pueden enumerarse los siguientes: - Selección de un ámbito en un determinado área de conocimiento, sondeando la situación actual mediante lecturas del campo disci- plinar nuclear y de los campos colindantes, y a través de consultas a especialistas. - Uso de criterios de relevancia científi ca con el fi n de constatar la existencia de un problema científi co cuya resolución es oportuna y posible con los medios disponibles. - Constatación de la existencia de material bibliográfi co y documental, y de medios en general para realizar la investigación deseada. - Comprobación fehaciente de que el problema no ha sido resuelto o que exige en su caso un replanteamiento. - Ubicación del tema de investigación en un programa o línea de investigación de una institución. - Enunciado correcto del tema, distinguiendo entre tema principal y temas colaterales. Es de resaltar la gran importancia de este aspecto, Investigación y documentación jurídicas 41 ya que de ello depende en grandísima medida el éxito fi nal de la investigación. Ya hemos indicado al hablar de la elección del tema, la enorme relevancia de poner un título desde el principio al trabajo de investigación. Ciertamente, así se puede conocer en todo momento el rumbo general y el marco del objeto de la investigación. Constituye la carta de presentación de un trabajo y de su buena elección depende en gran medida el interés que pueda suscitar. En este sentido, debe procurarse que ponga de manifiesto el tema de investigación y, por ello, debe estar bien enunciado, ser concreto y estar bien delimitado. Es interesante, pues, que sea conciso, breve, expresivo e inteligible porlos inves- tigadores del campo, con el fin de fijar bien el camino correcto a seguir. No hay que descartar el uso de un subtítulo que permita la acotación total y definitiva del ámbito de investigación. Como apoyo del título inicial debe realizarse el diseño de un índice provi- sional, el cual plasme las presuntas cuestiones que van a ser objeto de investi- gación. Se obtiene así un guión inicial que marcará las pautas del trabajo, y que se irá modificando con el propio desarrollo del mismo. De forma más concreta, el índice provisional cumple las siguientes funciones metodológicas: a) Constituye una aproximación inicial hacia el objeto de investigación. b) Representa una guía o plantilla del trabajo, un marco conceptual y epistémico de la sucesión lógica de las cuestiones a tratar en el trabajo y un medio de ordenación de los materiales que van a ser empleados en cada parte, capítulo, etc... c) Es un medio de autocontrol del trabajo por el investigador y, en su caso, de control por parte del supervisor de la investigación sobre la calidad del mismo. Es aconsejable que el índice provisional tenga las siguientes partes, de ma- yor a menor extensión: partes, capítulos, epígrafes, subepígrafes y apéndices. La titulación de cada uno de ellos se hará según las pautas dadas para la titu- lación general del trabajo. No obstante, a continuación realizamos la siguiente propuesta de índice-standard, válido, en principio, para cualquier trabajo de investigación: - Título del trabajo según lo expuesto. - Capítulo I: introducción al tema de investigación. Ha de contener la exposición del objeto del trabajo, el cual se plasma en la defi nición del problema científi co central y colaterales a tratar y resolver, en la justifi - cación del tratamiento y en la necesidad de tratar ese objeto, en mostrar las consecuencias de su exitosa resolución y en una breve explicación Isabel Villaseñor Rodríguez y Juan Antonio Gómez García 42 de la estructura general del trabajo exponiendo los objetivos a cubrir en cada capítulo. Asimismo, este primer capítulo puede incluir la exposición del méto- do de trabajo utilizado (connatural al trabajo de investigación), de las fuentes y de la bibliografía valorando la importancia de las mismas, y las vicisitudes seguidas para su conocimiento y obtención; así como la formulación de hipótesis y de las posibles soluciones que podrán elevarse a defi nitivas después. - Capítulo II: temática general a abordar en los sucesivos capítulos, es decir, la aproximación al núcleo concreto de problemas a tratar con el fi n de situarlos en su contexto o ámbito de investigación. - Capítulos siguientes: tratamiento del núcleo temático de la investiga- ción desde la base del capítulo anterior de apoyo, y en los cuales se van desarrollando las demostraciones de las diversas hipótesis para convertirlas en tesis. - Conclusiones: último capítulo, el cual contiene las respuestas a los problemas planteados en la investigación y las aportaciones al mismo, esto es, la tesis científi ca del trabajo propiamente dicha. - Apéndices para apoyar la demostración y las tesis del trabajo. Los más comunes en el ámbito jurídico son los siguientes: repertorio bibliográ- fi co (referencias de los trabajos utilizados y punto de partida para otro investigador que desee continuar o profundizar en la investigación), documentos inéditos o de difícil consulta que se desee aportar para fundamentar las tesis (correspondencia personal, etc...), legislación, en su caso, e índices de cuadros estadísticos, gráfi cos, ilustraciones, etc... 2.2.2. Segunda fase: documentación y búsqueda del material. Las fuentes de información en Derecho Estamos ante una fase fundamental de la elaboración de un trabajo de in- vestigación, puesto que las ideas no surgen de la nada, sino que hay que seguir las huellas y trabajos dejados por otros científicos para establecer el estado de la cuestión relativo al tema. Por lo tanto, hay que considerar al investigador también como un documentalista, como un usuario de la documentación que realiza un trabajo de búsqueda, recopilación y evaluación de documentos con el fin de establecer el repertorio documental final. Investigación y documentación jurídicas 43 La información documental obtenida debe estructurarse en un fichero bi- bliográfico manual o en una base de datos bibliográfica, para después llevar a cabo una selección de los documentos tras su examen y lectura, y una crítica y evaluación de los mismos. En todos estos procesos, debemos plantearnos un concepto de extrema im- portancia: el concepto de fuentes de información; es decir, corresponde ahora preguntarse sobre qué y cuáles son los instrumentos que permiten el hallazgo y la recuperación de la información que nos interesa. Según Isabel Villaseñor, fuentes de información son “... todos aquellos instrumentos y recursos que sirven para satisfacer las necesidades informativas de cualquier persona, se hayan creado o no con ese fin y sean utilizados directa- mente o no por un profesional de la información como intermediario”; esto es, precisa la autora, “... los recursos necesarios para poder acceder a la información y al conocimiento en general”2. En la medida en que cabe una diversidad enorme de fuentes de información, pueden plantearse distintas tipologías para abarcarlas conceptualmente; no obstante, la tipología más significativa es aquella que, basándose en el criterio de su origen y procedencia, las divide en personales, institucionales y documentales: a) Personales. Hacen referencia a personas, o grupos de personas, entre las que hay una relación generalmente profesional, que ofrecen in- formación en torno a sí mismas y originariamente de forma oral, aun cuando posteriormente puedan transformarse en documento. Ejemplos de este tipo de fuentes son los llamados colegios invisibles (foros de discusión, relaciones epistolares, telefónicas, etc... entre un conjunto de científi cos y estudiosos con temas y objetivos de investigación afi nes, etc...), las asociaciones profesionales, la ponencia de un congreso leída y no publicada después por escrito, información oral o por cualquier tipo de correo de, por ejemplo, un director de tesis a su doctorando en torno a la materia de su trabajo, etc... b) Institucionales. Ofrecen información sobre una institución que tiene interés informativo y que, además, es ella misma la que proporciona la información que se precisa. En este grupo las más importantes e inte- resantes para el ámbito que nos ocupa son los archivos, las bibliotecas y los centros de documentación. Éstas tienen la ventaja añadida de que 2 VILLASEÑOR RODRÍGUEZ, Isabel: “Los instrumentos para la recuperación de la información: las fuentes”. En: Las Fuentes de Información. Estudios Teórico-prácticos, bajo la dirección de la Profra. Dra. Dña. Isabel de Torres Ramírez. Madrid, Síntesis, 1998, p. 31. Isabel Villaseñor Rodríguez y Juan Antonio Gómez García 44 pueden ofrecer información, no sólo sobre sí mismas, sino también sobre otras instituciones, hasta tal punto que muchas de ellas se constituyen en redes institucionales agrupadas por intereses comunes, como por ejemplo, en España, la Red de Bibliotecas Universitarias (REBIUN), la red de bibliotecas públicas de titularidad estatal, etc... c) Documentales. Dan información a partir de, o sobre, un documento, es decir, el origen y el medio a través del cual se transmite la información es el documento, o bien proporcionan información sobre un documen- to. Éstas se clasifi carían, a su vez, en tres grupos, teniendo en cuenta su contenido, es decir, su grado de originalidad o de remisión a otras fuentes: c1) Primarias. Transmiten una información original y en su estado ori- ginario. En este grupo se incluyen las monografías, las publicaciones periódicas y en serie y la denominada literatura gris (informes científi cos y técnicos, tesis doctorales no publicadas, programas de investigación, actas, memorias,etc...). En relación con las pri- meras, en nuestra disciplina podrían citarse, en general, todo tipo de tratados y monografías que tuviesen como objeto de tratamiento fundamental algún o algunos temas propios de ella. Como puede fácilmente colegirse, sería una tarea casi titánica intentar ofrecer aquí una relación completa de las mismas. c2) Secundarias. Contienen información y datos referentes a las pri- marias. Constituyen el grupo de las llamadas obras de referencia, en el sentido de que remiten a la consulta de otros documentos. Entre ellas cabe destacarse los diccionarios, las enciclopedias, los catálogos, las bibliografías, los repertorios legislativos, etc... c3) Terciarias. Albergan datos e información referentes a las secunda- rias. En este tercer grupo se incluirían las bibliografías de biblio- grafías, las guías de obras de referencia y los manuales de fuentes de información. El repertorio documental final constituye el resultado último de todo el proceso documental sobre el que se sustenta materialmente la investigación. En este repertorio caben diversas posibilidades de ordenación de las referencias: cronológicamente, alfabéticamente, según importancia para la investigación, etc...; sin embargo, el criterio más usual, en el ámbito jurídico, suele ser el citar las fuentes de información por orden alfabético. Investigación y documentación jurídicas 45 2.2.3. Tercera fase: la interpretación y crítica del material. Las fi chas de investigación Todo trabajo de investigación precisa, lo acabamos de decir, de la lectura y evaluación crítica de las fuentes de información, de ahí la importancia de ma- nejar preferiblemente las fuentes originales por su veracidad y autenticidad. Si ello no fuera posible, pueden emplearse fuentes secundarias que sean fiables. En esta fase se pretende, ante todo, conocer las ideas de otros investigadores y valorarlas críticamente, es decir, enjuiciar sus aciertos o deficiencias en las conclusiones y evaluar su utilidad para nuestro trabajo. El elemento en que se plasman todas las valoraciones anteriores es la lla- mada ficha de investigación. Ésta constituye propiamente la elaboración del mensaje científico. La redacción de una ficha de investigación ha de reunir los siguientes puntos fundamentales: a) Formulación de descriptores o palabras-clave para la identifi cación inmediata del mensaje científi co en ella contenido. Ha de tratarse de que estos descriptores se adecuen a los del índice o subíndices para facilitar la ordenación y la búsqueda informativas. b) Diferenciación clara entre las ideas tomadas fi elmente de otro investi- gador y las obtenidas mediante comentarios o paráfrasis. Tales aspectos se materializan estructuralmente en las partes que se rela- cionan a continuación: 1ª) Referencia al documento leído con mención expresa de las páginas y del contexto global en que se inserta. 2ª) Extracto de las ideas obtenidas en el texto, bien literal, bien resumi- damente, indicando siempre con total precisión el lugar en que se encuentran dichas ideas (las páginas, las notas, etc...) 3ª) Mención de las ideas propias en relación con el material examinado. 4ª) Consignación de las palabras-clave para identifi car la materia a la que se refi eren. 2.2.4. Cuarta fase: redacción del trabajo La redacción representa la fase posterior a la elaboración material del tra- bajo científico. Permite su conversión en documento científico apto para ser valorado públicamente y, por lo tanto, la transmisión de nuevas ideas. Isabel Villaseñor Rodríguez y Juan Antonio Gómez García 46 Exigencia general de un correcto proceso de redacción es que sea escalo- nado, esto es, por capítulos, epígrafes, etc.... En consecuencia, la redacción se compone de las siguientes fases: uso de las fichas de investigación clasificadas, primera redacción según criterios de presentación del tema, del estado de la cuestión, crítica y argumentación personal y propuesta de conclusiones; lectura detenida del texto para corregir el estilo y la solidez de las argumentaciones y versión final. El estilo lingüístico en la redacción de un trabajo de investigación es un tipo de estilo que se denomina científico. Se caracteriza por la importancia del lenguaje científico como vehículo a través del cual se transmiten las ideas científicas, de ahí que sea un lenguaje especializado con las siguientes carac- terísticas: a. Economía expresiva. Sólo importa la transmisión rigurosa de las ideas científi cas. Ha de buscarse, pues, la precisión y la concisión en el len- guaje. b. Claridad en la expresión, lo cual implica que el lenguaje científi co sea un lenguaje no literario. c. Sencillez en el estilo, el cual debe basarse en la estructura sintáctica sujeto-verbo-complemento, ha de ajustarse a una exposición lógica de los conceptos, debe contener frases no excesivamente largas con predo- minio de la yuxtaposición y la coordinación, uso del plural mayestático, etc... Junto al texto principal, es muy recomendable incluir el aparato crítico sobre el que se sustenta materialmente la investigación. Se entiende por tal, el conjunto de datos anexos al texto o cuerpo principal de cada capítulo. Las funciones del aparato crítico son las de indicar el lugar de donde se ha extraído un dato o idea (en el texto remitiendo al repertorio bibliográfico final, o a pie de página) para que pueda comprobarse la fuente –esto constituye un deber ético del investigador–; y completar el contenido del texto principal con elementos que se consideran no esenciales en el mismo y que se estima que lo enrique- cen. Conviene, asimismo, evitar toda cita inútil para el correcto desarrollo del mensaje científico. 2.2.5. Quinta fase: presentación fi nal Constituye la carta de presentación formal del trabajo hacia el exterior. Ha de procurarse la máxima calidad tipográfica y de diseño para la buena presenta- Investigación y documentación jurídicas 47 ción del trabajo. Tal circunstancia facilita la transmisión del mensaje científico y lo hace viable para su puesta en conocimiento general a través, bien de su valoración por un tribunal si es tesis doctoral o tesina, bien para su lectura y valoración por la comunidad científica si se publica como trabajo científico. 2.3. TIPOS DE TRABAJOS DE INVESTIGACIÓN EN DERECHO. LA TESIS DOCTORAL En el ámbito jurídico, atendiendo a un criterio estrictamente metodológi- co, los principales tipos de trabajos de investigación pueden resumirse en los siguientes: 1. Trabajos de síntesis. Tratan de poner de manifi esto la totalidad del contenido de una materia o tema exponiendo sus partes principales y esenciales. A su vez se dividen en: a) Trabajos de divulgación. Persiguen poner al alcance del gran público un tema determinado. Han de caracterizarse por su claridad, más que por su vocación de profundidad o exhaustividad. Para ello es necesario que plasmen los puntos básicos para que el lector simple- mente se informe y, a partir de ahí, profundice si lo tiene a bien. b) Trabajos didácticos. Su objetivo es la enseñanza, la docencia y la instrucción básica al receptor en un determinado tema. Es preciso tener en cuenta los elementos y condicionantes pedagógicos que concurran en el caso. c) Trabajos científi cos. Son resultado de una investigación según la metodología propia de una determinada ciencia. Pueden dividirse en varios subtipos: - Manuales: compendian lo más sustancial o esencial de una materia. - Los estados de la cuestión: recogen la situación científi ca de una determinada materia en un determinado momento. - Los artículos de diccionario: exponen los puntos esenciales de un tema en el contexto de una obra de referencia general sobre el saber en general, o un saber en particular. - Las recensiones: en ellas se ofrece una noticia crítica sobre el contenido de una obra científi ca o literaria, de manera que resultan más expositivas que la simple reseña. Isabel Villaseñor Rodríguez y Juan Antonio
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