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Isabel Villaseñor Rodríguez, Juan Antonio Gómez García - Investigación y documentación jurídica (2 ed

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INVESTIGACIÓN Y
DOCUMENTACIÓN JURÍDICAS
ISABEL VILLASEÑOR RODRÍGUEZ
JUAN ANTONIO GÓMEZ GARCÍA
2.ª edición
ISABEL VILLASEÑOR RODRÍGUEZ 
JUAN ANTONIO GÓMEZ GARCÍA
INVESTIGACIÓN Y 
DOCUMENTACIÓN JURÍDICAS
(2ª EDICIÓN)
ISABEL VILLASEÑOR RODRÍGUEZ 
JUAN ANTONIO GÓMEZ GARCÍA
INVESTIGACIÓN Y 
DOCUMENTACIÓN JURÍDICAS
(2ª EDICIÓN)
D
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ISBN: 978-84-9031-762-4
Depósito Legal: M-35167-2013
Maquetación:
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Impresión:
SAFEKAT, S. L. - www.safekat.com
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ÍNDICE
PRÓLOGO A LA SEGUNDA EDICIÓN ...........................................11
INTRODUCCIÓN ................................................................................13
PRIMERA PARTE
LA INVESTIGACIÓN JURÍDICA
CAPÍTULO 1: LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA. LA INVES-
TIGACIÓN EN CIENCIAS JURÍDICAS
1.1. Investigación e investigación científi ca ..................................19
1.2. Conocimiento y ciencia ..........................................................20
1.3. Método, método científi co y metodología científi ca ..............23
1.4. Objeto y condiciones objetivas de la investigación cientí-
fi ca ...........................................................................................26
1.5. Sujeto de la investigación científi ca: el investigador cien-
tífi co ........................................................................................28
1.6. Clases de investigaciones científi cas 
1.6.1. Investigación pura y aplicada .......................................29
1.6.2. Investigación exploratoria y descriptiva
1.6.3.Investigación experimental 
1.6.4. Investigación analítica y sintética ..................................30
Índice8
1.6.5. Investigación documental y de campo ..........................30
1.6.6. Investigación primaria y secundaria 
1.7. La investigación en Ciencias jurídicas ....................................31
CAPÍTULO 2: METODOLOGÍA DE INVESTIGACIÓN CIEN-
TÍFICA EN DERECHO
2.1. El plan de trabajo investigador ...............................................35
2.1.1. Determinación del objeto de la investigación ...............36
2.1.2. Propuesta general del plan de trabajo y sus fases ..........37
2.1.3. Calendario
2.2. Fases del trabajo de investigación
2.2.1. Primera fase: elección del tema y diseño del índice 
provisional .....................................................................39
2.2.2. Segunda fase: documentación y búsqueda del material. 
Las fuentes de información en Derecho ........................42
2.2.3. Tercera fase: la interpretación y crítica del material. 
Las fi chas de investigación
2.2.4. Cuarta fase: redacción del trabajo .................................45
2.2.5. Quinta fase: presentación fi nal ......................................46
2.3. Tipos de trabajos de investigación en Derecho. La tesis 
doctoral ...................................................................................47
CAPÍTULO 3: EL DERECHO EN LA LLAMADA SOCIEDAD 
DE LA INFORMACIÓN
3.1. Concepto de sociedad de la información ................................53
3.2. Sociedad de la información y sociedad del conocimiento ......55
3.3. El papel del Derecho en el contexto de la sociedad de la 
información .............................................................................56
3.4. La incidencia del Derecho en la sociedad de la informa-
ción: el Derecho de las Tecnologías de la Información y las 
Comunicaciones (TIC) ............................................................58
3.5. La informática jurídica 
3.6. Principales instrumentos y acciones jurídicas internaciona-
les al socaire de la sociedad de la información ......................60
Índice 9
SEGUNDA PARTE
LA DOCUMENTACIÓN JURÍDICA
CAPÍTULO 4: LA DOCUMENTACIÓN JURÍDICA .......................65
4.1. La Documentación y las fuentes de información ....................65
4.2. Concepto y caracterización de la Documentación Jurídica ....70
4.3. Una tipología de Documentación jurídica ..............................72
CAPÍTULO 5: METODOLOGÍA DEL REPERTORIO BIBLIO-
GRÁFICO ..............................................................................................75
5.1. Etapas del método bibliográfi co .............................................75
5.2. Algunos modelos de descripción bibliográfi ca .......................78
CAPÍTULO 6: FUENTES DE INFORMACIÓN JURÍDICA 
DOCUMENTALES...............................................................................81
6.1. Guías de fuentes de información o fuentes documentales 
terciarias ..................................................................................82
6.2. Fuentes documentales primarias .............................................88
6.3. Fuentes documentales secundarias .........................................90
6.3.1. Diccionarios y enciclopedias ........................................94
6.3.2. Fuentes de información biográfi ca 
6.3.3. Directorios ....................................................................96
6.3.4. Fuentes de información bibliográfi ca ............................99
CAPÍTULO 7: FUENTES DE INFORMACIÓN JURÍDICA 
PERSONALES E INSTITUCIONALES
7.1. Fuentes personales ................................................................107
7.2. Fuentes institucionales ..........................................................109
BIBLIOGRAFÍA .................................................................................119
ANEXO LEGAL .................................................................................123
PRÓLOGO A LA SEGUNDA EDICIÓN
Cuatro años después de la publicación del presente libro, allá por finales de 
2009, se impone una segunda edición por diversas razones. En primer lugar, 
la necesidad de actualizar las fuentes de información reseñadas en la primera 
edición y de recoger otras nuevas que han venido apareciendo desde entonces; 
esta circunstancia no puede ser obviada en una obra con vocación práctica como 
es ésta. En segundo lugar, la legislación que regula los estudios de doctorado 
también ha cambiado desde entonces. En tercer lugar, se han incorporado a la 
bibliografía los más importantes trabajos que han ido apareciendo sobre la temá-
tica tratada. Y finalmente, en cuarto lugar, se ha creído oportuno revisar el texto 
que, si bien se ha mantenido sustancialmente invariado, ha sido modificado en 
algunos pasajes que, creemos, han mejorado su redacción.
Confiamos en que el texto, ya actualizado y revisado, mantenga el mismo 
interés que ha venido suscitando desde el momento en que apareció, y que siga 
resultando útil, tanto para los estudiosos como para los estudiantes en el ámbito 
de las disciplinas jurídicas, con la esperanza de que, dentro de sus modestas 
posibilidades, pueda contribuir a mejorar metodológicamente sus trabajos de 
investigación.
LOS AUTORES
Madrid, noviembre de 2013
INTRODUCCIÓN
El libro que el lector tiene en sus manos es un manual que aborda todos los 
problemasfundamentales que atañen a la investigación y su metodología en el 
ámbito del Derecho, y al acceso a la información y documentación jurídicas, 
tanto desde un punto de vista teórico como práctico. Todo ello se enfoca desde 
una perspectiva metódica integral, en el sentido de considerar ambos aspectos 
(metodología de la investigación y documentación) como realidades estrecha-
mente relacionadas.
Creemos muy importante hoy una obra de esta naturaleza, teniendo en 
cuenta las exigencias y las dinámicas educativas y pedagógicas actuales, en el 
contexto de la profunda reforma llevada a cabo hace algunos años de los planes 
de estudio universitarios, de acuerdo con los principios y los procedimientos 
impuestos por el Espacio Europeo de Educación Superior, en los cuales se 
requiere obligatoriamente la realización de un trabajo de investigación para 
obtener el título universitario de Grado (no digamos ya los Posgrados y el Doc-
torado, donde el estudiante ejerce plenamente una actividad investigadora). A 
pesar de esto, y de una cierta proliferación, cada vez mayor, de obras de este 
tipo, consideramos que todavía este es un campo específico en el que existe 
una bibliografía muy escasa y poco actualizada.
En su primera parte, se pretende ofrecer una orientación didáctica básica en 
lo relativo a los criterios científicos-técnicos para la elaboración y desarrollo 
de procesos y trabajos de investigación en el ámbito del Derecho, con el fin, 
naturalmente, de que satisfagan las exigencias y condiciones conceptuales y 
metodológicas que les otorguen la validez científica y social de los trabajos 
Introducción14
de investigación jurídica. Partiendo de un planteamiento general en torno a 
la naturaleza conceptual y epistemológica de la investigación científica, su 
método y sus clases, incidiendo especialmente en la investigación en el ámbito 
jurídico, se pasa a abordar después cuestiones puramente metodológicas para 
el desarrollo concreto de una investigación en general y en el campo jurídico en 
particular (planteamiento riguroso de un trabajo de investigación, sus fases de 
desarrollo, sus condicionantes en cada fase, etc…), con el propósito de que el 
lector adquiera un conocimiento fundamental sobre las técnicas específicas para 
llevarla a cabo con ciertas garantías iniciales de éxito. Se ha incidido además 
en el quizá sea el trabajo académico de investigación por excelencia, la tesis 
doctoral, de forma que el lector interesado en su realización tenga elementos 
de juicio para ello.
Por último, esta primera parte del libro se cierra con una reflexión relativa 
al contexto en que han de realizarse tales investigaciones: el marco actual de la 
llamada sociedad de la información. De esta manera, se persigue que el inves-
tigador tome una conciencia mucho más ajustada y realista de su quehacer, ya 
que este nuevo contexto ha significado un cambio de una enorme magnitud en 
lo que afecta a una actividad como la investigadora. Asimismo, en tanto que 
se trata aquí específicamente de la investigación en el ámbito del Derecho, se 
plantea una sucinta toma en consideración de la naturaleza y del papel de lo 
jurídico en el nuevo entorno.
Así pues, este libro desarrolla detalladamente en su primera parte los 
contenidos mínimos necesarios en un proyecto de investigación en Derecho, 
describiendo con brevedad, precisión y claridad aquello que debe tenerse en 
cuenta e incluirse en cada apartado de cada uno de esos proyectos, sin olvidar la 
permanente referencia al actual contexto socio-cultural en que tal investigación 
se lleva a cabo.
En su segunda parte se trata sobre todas aquellas cuestiones y problemas que 
tienen que ver directamente con la Documentación jurídica. El investigador no 
puede iniciar su trabajo sin el conocimiento previo de las fuentes que le van a 
proporcionar la información necesaria para conseguir su propósito; su trabajo 
de investigación le llevará a la búsqueda y localización de la información que 
le interesa y necesita. En todo proceso de investigación, cualquiera que sea 
su nivel (trabajo de curso, tesis doctoral, redacción de libros, etc.), se hace 
imprescindible el uso de determinados instrumentos de trabajo para alcanzar 
la información necesaria al investigador. Los distintos métodos ofrecidos por 
estudiosos del tema para guiar al investigador hacia su objetivo, incluyen (como 
se indica en la primera parte de este libro) una fase inicial que, denominada de 
Investigación y documentación jurídicas 15
una forma u otra, se refiere a la necesidad que tiene el investigador de conocer 
en qué estado se encuentra el tema que va a ser objeto de estudio. Para ello inicia 
la fase de investigación bibliográfica y documental, también llamada fase de 
documentación, con el fin de obtener la información que precisa, buscando el 
material y compilándolo. El investigador inicia su trabajo manejando aquellas 
fuentes que sabe que le servirán para conocer el estado de la cuestión. Pero 
además de serles útiles en esta fase inicial, las fuentes le servirán, a lo largo 
de la investigación, para controlar y aprovechar las aportaciones que vayan 
produciéndose, y para completar y profundizar más en sus progresos. Y, en 
algunas ocasiones, las fuentes pueden ser ellas mismas el objeto de estudio del 
investigador.
Se estudian también los diversos tipos de fuentes de información que 
puede utilizar el investigador (personales, institucionales, documentales) y las 
formas en que puede acceder a tales fuentes poniendo el acento, sobre todo, 
en los procesos de búsqueda documental, ya que resulta de gran importancia 
que el investigador tome conciencia, desde el principio, del problema de la 
accesibilidad a las fuentes, determinando si son fácilmente accesibles, dónde 
son accesibles y si está capacitado para manejarlas. Y todo ello se considera 
desde la perspectiva de la Documentación, al ser la disciplina que nos va a pro-
porcionar los conocimientos necesarios para poder, no sólo identificar aquellos 
recursos informativos de interés para el trabajo propuesto, sino también para 
saber valorarlos cuando haya que seleccionar los que más nos convengan y 
saber describirlos a la hora de elaborar la bibliografía final. 
De esta manera, en la segunda parte del presente libro se afronta, pues, 
cuatro asuntos esenciales relacionados con lo dicho hasta el momento: qué se 
entiende por Documentación y cuál es su objeto de estudio, qué caracteriza a la 
Documentación jurídica y qué tipos existen, cuáles son las fuentes de informa-
ción de mayor interés para los que deseen iniciarse en la investigación jurídica 
y cómo se hace una bibliografía.
En consecuencia, el libro constituye una contribución didáctica al desarrollo 
de los procesos generales propios de la investigación científico-jurídica. Aspira 
a llegar a ser una referencia básica para toda persona que desee introducirse y 
profundizar en el vasto ámbito de la investigación científica en relación con lo 
jurídico, y que pretenda conocer las más significativas fuentes de información al 
respecto, así como adiestrarse en su manejo. El público destinatario de esta obra 
sería, así, toda persona interesada en estos temas, y específicamente, estudiantes 
de Ciencias de la Documentación, de Derecho y, en general, profesionales tanto 
de un campo como del otro. Su aspiración principal es que los lectores estén en 
Introducción16
condiciones óptimas para preparar trabajos de investigación en estas ramas por 
sí mismos y para valorar suficientemente los ajenos. En este sentido, sería un 
libro de uso especialmente recomendado en el contexto de los estudios de Grado 
y Posgrado (Master y Doctorado) en Biblioteconomía y Documentación y en 
Derecho, y en cualesquiera otros estudios relacionados con estas materias.
LOS AUTORES
PRIMERA PARTE
LA INVESTIGACIÓN JURÍDICA
CAPÍTULO 1: LA INVESTIGACIÓN 
CIENTÍFICA. LA INVESTIGACIÓN EN 
CIENCIAS JURÍDICAS
1.1. INVESTIGACIÓN E INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA
De manera general, elconocimiento está íntimamente ligado al descubri-
miento, al hallazgo de algo. A tal descubrimiento que genera conocimiento se 
llega mediante la ejecución de una determinada actividad: la investigación.
El Diccionario de la Real Academia de la Lengua define el término investigar
como “hacer diligencias para descubrir una cosa”. Más concretamente, inves-
tigar tiene que ver, en el plano teórico, con el anhelo de conocer (desiderium
sciendi, en terminología escolástica) y, en el práctico, con la resolución de un 
problema particular cuyo éxito va a procurar un mayor bienestar para quien lo 
resuelve y/o para la sociedad en general. En consecuencia, investigar comporta 
una profundización, un desarrollo y, en el fondo, una búsqueda de algo nuevo, 
que va a implicar como resultado un nuevo conocimiento o un replanteamiento 
del ya existente.
Sin embargo, no toda actividad investigadora es igual; existen diversos tipos 
de investigación en función del sujeto, el objeto, los medios, los procedimien-
tos aplicados y los objetivos perseguidos, y que, por lo tanto, van a dar lugar a 
distintos resultados. Aquí nos interesa un tipo de investigación en particular, el 
más complejo y sofisticado: la investigación científica.
La investigación científica es la investigación por excelencia y consiste en 
un proceso intelectual, reflexivo, sistemático, controlado y crítico que, mediante 
la aplicación de métodos científicos, pretende obtener, bien un conocimiento 
nuevo, verdadero, relevante y neutral, bien la ampliación, verificación, correc-
Isabel Villaseñor Rodríguez y Juan Antonio Gómez García 20
ción y aplicación de un conocimiento ya existente. La actividad investigadora 
tiene una dimensión individual, subjetiva, con relevancia para un sujeto inves-
tigador en particular y, asimismo, una dimensión social, objetiva, en tanto que 
sus resultados se presentan, contrastan y validan en el seno de la comunidad 
científica como útil y productiva en relación con el estado del conocimiento, ya 
que la investigación científica está relacionada con la existencia de un corpus
de conocimiento consolidado que determina los problemas, la naturaleza y los 
objetivos actuales de la actividad investigadora en ese ámbito.
Toda aproximación a la temática de la investigación científica exige plan-
tearse, como cuestión previa, qué se entiende por Ciencia. Ciertamente, si no se 
dejan claros la naturaleza conceptual y el alcance del ámbito en el que se aspira 
a desarrollar una actividad investigadora en verdad científica, difícilmente se 
puede entender con justeza el status epistemológico de esta actividad.
1.2. CONOCIMIENTO Y CIENCIA
La investigación científica, hemos dicho, aspira a obtener conocimiento 
científico. Qué se entienda por conocimiento científico está predeterminado por 
lo que se entienda por conocimiento en general, y por ciencia en particular.
Una primera aproximación al concepto de conocimiento nos la ofrece, de 
nuevo, la definición convencional del Diccionario de la Real Academia Es-
pañola de la Lengua: “acción y efecto de conocer”, entendiendo por conocer,
“averiguar por el ejercicio de las facultades intelectuales la naturaleza, cuali-
dades y relaciones de las cosas”. En consecuencia, el conocimiento en general 
está relacionado con la puesta en práctica de las facultades intelectuales de los 
sujetos sobre el mundo.
El problema del conocimiento es uno de los más importantes en la reflexión 
filosófica occidental desde sus inicios en la Grecia clásica, hasta el punto de 
que, actualmente, sigue siendo un problema fundamental, no resuelto de manera 
pacífica, constituyendo el eje en torno al cual se articula toda una disciplina 
filosófica autónoma (para algunos filósofos, la única verdaderamente legítima): 
la Teoría del conocimiento o Epistemología. Hoy día, toda la complejidad del 
problema se puede reducir a las siguientes tematizaciones:
a) El problema de la posibilidad del conocimiento. La cuestión central 
es si es posible conocer o no. Su respuesta oscila entre posiciones 
contrapuestas: aquellas que afi rman la plena posibilidad de conocer 
(optimismo gnoseológico) y las que la niegan (pesimismo gnoseoló-
Investigación y documentación jurídicas 21
gico). Esta tensión se resuelve actualmente en una postura ecléctica: 
ciertamente sí es posible conocer, aunque se trata de una actividad no 
exenta de condicionantes y difi cultades, especialmente en relación con 
la cuestión de a partir de qué o cuándo se puede hablar de auténtico 
conocimiento.
b) El tema del sujeto del conocimiento. Se analiza aquí la naturaleza del 
sujeto-agente de conocimiento, sus características, las condiciones de 
su actividad cognoscente, etc…
c) El tema del objeto del conocimiento. Se hace referencia a las cosas, al 
mundo, al objeto de conocimiento, a la realidad (sensible, inteligible) 
que es posible ser conocida: a su naturaleza, sus especifi cidades, su 
relación con el sujeto cognoscente, etc…
d) La cuestión de las formas del conocimiento. Se atiende a los modos en 
que pueden conocerse las cosas en función de múltiples factores: de 
los medios para el conocimiento, de la mayor o menor implicación o 
distancia existente entre el sujeto y el objeto de conocimiento (cono-
cimiento inmediato, mediato), etc…
e) El tema de las causas y fi nes del conocimiento. Se indaga aquí en los 
motivos y objetivos del conocimiento: sobre el llamado desiderium
sciendi (anhelo de conocer) como motivo fundamental del conocimien-
to, sobre si se pretende obtener un determinado progreso (individual y/o 
social) o la consecución de determinados valores (bienestar individual 
y/o social, desarrollo de capacidad humana, ...), etc…
f) Finalmente, el problema de la descripción o fenomenología del cono-
cimiento. Lo que interesa aquí es la mera descripción del acto de apre-
hender el objeto de conocimiento por parte del sujeto cognoscente. En 
esta acción de aprehender se plantean diversas cuestiones: el signifi cado 
de esta acción, la naturaleza del objeto en tanto que es aprehendido y la 
proporción de elementos sensibles, intelectuales, emotivos, etc... que 
intervienen en este acto.
En función de estas aproximaciones al problema del conocimiento y de 
los resultados por mor de ellas obtenidos, cabe afirmar la existencia de dos 
grandes tipos de conocimiento: el conocimiento llamado vulgar (doxa) y el co-
nocimiento científico (episteme). El primero hace referencia a un conocimiento 
de carácter subjetivo, coyuntural, falible, opinable y asistemático; mientras 
que el segundo es un conocimiento objetivo, permanente, infalible, riguroso y 
sistemático.
Isabel Villaseñor Rodríguez y Juan Antonio Gómez García 22
La investigación está vinculada al conocimiento en general, mientras que 
la investigación científica se encuentra ligada al conocimiento científico. Para 
definir lo que quepa entenderse por éste, debemos plantearnos, como cuestión 
previa, como hemos dicho, qué deba entenderse por ciencia. Nuevamente el 
Diccionario de la RAE nos ilustra al respecto: ciencia es “conocimiento cierto 
de las cosas por sus principios y causas. Cuerpo de doctrina metódicamente 
formado y ordenado, que constituye una rama particular del humano saber”. 
En esta definición se especifica la naturaleza del conocimiento científico frente 
al conocimiento en general.
Ahora bien, el concepto de ciencia es un concepto equívoco, puesto que 
ha sido formulado de muy diversas formas y desde perspectivas ideológicas 
muy distintas. Un intento esclarecedor de dar cuenta de todos los significados 
posibles del término es el ofrecido por el filósofo Gustavo Bueno en su tipología 
de sentidos a que cabe referirse bajo ese rótulo:
1. Ciencia como saber hacer, esto es, como arte o técnica especial. Ejem-
plos de esta acepción es la ciencia puesta en práctica por el abogado, 
el médico, el artesano o el arquitecto.
2. Ciencia como sistema de proposiciones derivadas de principios. Así se 
entendía en la Antigüedad y en la Edad Media(el propio de la episte-
me y la scientia) y es el que ejercía el fi lósofo escolástico o el teólogo 
cristiano.
3. Ciencia en el sentido moderno, o ciencia en sentido propio. El para-
digma es la ciencia experimental (las llamadas Ciencias naturales: la 
Biología, la Física, la Química, etc…), ejemplifi cado por los científi cos 
que trabajan en laboratorios.
4. Ciencia en el sentido contemporáneo (impropio) de ‘ciencias’ humanas, 
‘ciencias’ sociales, ‘ciencias’ culturales, etc… Incluiría disciplinas tales 
como las llamadas Ciencias de la Educación, las Ciencias Económicas,
las Ciencias de la Información, etc…, y ejemplos de científi cos en es-
tos campos serían los pedagogos, los economistas, los sociólogos, los 
profesionales de la información, etc…
Así pues, existen diversos modos de concebir el término ciencia, que, en 
tanto que diversos, responden a distintos criterios epistemológicos que justifican 
cada uno de ellos. En el primer sentido de los apuntados, se trata de un criterio 
de utilidad inmediata: la resolución de problemas prácticos. En el segundo sen-
tido sería una necesidad de carácter sistemático en un intento de reducir todo a 
un concreto formato lógico mediante principios, derivando unos conocimientos 
de otros y vinculándolos a postulados comunes. En el tercer sentido, el criterio 
Investigación y documentación jurídicas 23
viene dado por la aplicación de un modelo de conocimiento específico, el expe-
rimental con base matemática, a la totalidad de los ámbitos del conocimiento. 
Finalmente, el cuarto sentido es producto de las clasificaciones académico-
administrativas que han organizado el conocimiento, sobre todo desde el siglo 
XX hasta hoy, en razón de las necesidades ordenadoras impuestas por el Estado, 
empleando así el término ciencia en un sentido claramente ideológico.
De las cuatro, la acepción más, valga la expresión, fuerte, es la tercera, ya 
que es la que ha tenido mayor influencia en la epistemología contemporánea 
desde Kant, constituyéndose así en el patrón metodológico desde el cual se 
ha enjuiciado y valorado toda forma de conocimiento. De ahí que, desde una 
valoración rígida, las llamadas ciencias humanas no puedan ser entendidas en 
puridad como ciencias.
1.3. MÉTODO, MÉTODO CIENTÍFICO Y 
METODOLOGÍA CIENTÍFICA
Como ya se dijo, la actitud y predisposición del sujeto para conocer son 
algo común, tanto para el conocimiento científico como para el conocimiento 
vulgar. La diferencia entre ambos radica en el modo en que se opera para ob-
tener uno u otro. La investigación científica está condicionada principalmente 
por la aplicación de un método científico, es decir, de un método que garantiza 
la consecución de soluciones científicas.
Ciertamente, toda actividad intelectual se sustenta y desarrolla (no puede ser 
de otro modo) sobre la base de un criterio concreto que actúa como referencia or-
denadora de tal actividad. En este sentido, hablamos de método en general; como 
dice el Diccionario de la RAE, se alude aquí a un “modo de decir o hacer con orden 
una cosa”. Se trata de la concepción genérica de método, cuya especificación en 
el ámbito científico se entiende –prosigue el Diccionario– como “procedimiento 
que se sigue en las ciencias para hallar la verdad y enseñarla”. Por lo tanto, la 
investigación en general precisa de la aplicación de un método, mientras que la 
investigación científica tiene lugar cuando se aplica un método científico.
El término método procede de los vocablos griegos metha (más allá de) y 
odos (camino) y significa etimológicamente camino para ir más lejos. Con ello 
se quiere hacer referencia a la idea de medio, de instrumento para llegar a un 
fin o lugar determinados. Ello exige un plan prefijado y unas reglas concretas y 
adecuadas para lograr el fin propuesto inicialmente. En consecuencia, el método 
científico es el camino que ha de seguirse hacia el conocimiento científico.
Isabel Villaseñor Rodríguez y Juan Antonio Gómez García 24
El llamado problema del método constituye el tema central de la reflexión 
metodológica moderna y contemporánea. Sobre la naturaleza y diversidad de 
métodos a la hora de abordar y elaborar una investigación científica existen 
múltiples concepciones, en principio todas ellas aceptables en la medida en 
que son coherentes con la perspectiva filosófica que, de fondo, las inspira y 
articula, y se adecuan al objeto de estudio al que se aplican. En el fondo, no 
son otra cosa que diferentes ideas de orden para regir la actividad investiga-
dora científica. Caben, así, métodos empírico-analíticos, métodos dialécticos, 
métodos hermenéuticos, métodos lógicos, métodos fenomenológicos, métodos 
sistémicos, métodos analógicos, etc…; todos ellos con el mismo grado de le-
gitimidad epistemológica en la medida en que son adecuados para lograr el fin 
que se propone ab initio todo método de investigación científica: la consecución 
de conocimiento científico válido. Tal condición de validez del conocimiento 
para ser auténticamente científico se funda en que haya sido obtenido mediante 
procedimientos e instrumentos fiables para ser considerado como tal, tanto 
desde la propia naturaleza de la disciplina en cuestión, como por parte de la 
comunidad académica y científica en que se hace público.
En consecuencia, el método científico presenta las siguientes características 
particulares:
a) No depende del azar, aunque en determinados casos pueda infl uir 
(recuérdese, por ejemplo, el hallazgo casual de la tumba del faraón 
Tutankhamon por parte del arqueólogo Howard Carter, que signifi có 
un extraordinario avance en los estudios de Egiptología).
b) Es posible que, como decimos, por la aplicación de distintos métodos, 
se logren los mismos resultados (pluralismo metódico). Ello depende 
de que el método aplicado a la realidad que se estudia, sea adecuado al 
objeto de investigación.
c) Carácter falible y no autosufi ciente del método. El método está sometido 
a reconsideración y crítica permanentes en función de los resultados 
obtenidos por su ejercicio.
d) Existe un ámbito (como se ha dicho, para algunas tendencias fi losófi cas, 
el único) de refl exión en la fi losofía que se ocupa del método científi -
co: la metodología, la cual se incardina dentro de la epistemología o 
teoría del conocimiento científi co1. La metodología proporciona los 
1 Haciéndonos eco de la concepción tradicional al respecto, aquí distinguimos Epistemolo-
gía, entendida en el sentido apuntado (como Teoría del conocimiento científi co) de la Gnoseo-
logía, que tiene un signifi cado más genérico, puesto que se ocupa de la teoría del conocimiento
Investigación y documentación jurídicas 25
fundamentos y las reglas para la articulación técnica de los distintos 
métodos en aras de su mejor puesta en práctica para la realización de 
una investigación concreta. Se suele distinguir, así, entre método, regla
y técnica: la regla es el criterio, la guía para la ejecución del método
general, y la técnica es el instrumento concreto para resolver un proble-
ma específi co en el contexto de una rama del saber. Estos son los tres 
grandes ejes sobre los que se articula la metodología científi ca.
Toda investigación científica responde, de manera general, a la aplicación 
del siguiente procedimiento metodológico:
1) Enunciado de preguntas bien formuladas y previsiblemente fecundas 
con respecto al objeto de la investigación que se pretende tratar.
2) Planteamiento de conjeturas fundadas y contrastables con la experiencia 
investigadora en torno al objeto considerado para resolver inicialmente 
las preguntas.
3) Derivación de consecuencias lógicas de las conjeturas iniciales.
4) Aplicación de técnicas para contrastar las conjeturas, sometiendo 
también estas técnicas a contraste para verifi car su importancia y fi a-
bilidad.
5) Contraste e interpretación de los resultados obtenidos por los procedi-
mientos anteriores.
6) Valoración de la utilidad y de la pretensión de veracidad de las conjeturas 
yde las técnicas empleadas.
7) Determinación de los ámbitos en los que son científi camente válidas y 
se confi rman, tanto las conjeturas como las técnicas.
8) Formulación de los nuevos problemas originados por la investigación 
llevada a cabo.
Hemos hablado de la posibilidad de aplicar múltiples métodos a un objeto 
de investigación determinado, en función de la predisposición del investigador, 
del modo de acercamiento al objeto, de los medios disponibles y de los fines 
que se persigan. Este pluralismo metódico puede reducirse fundamentalmente 
a los siguientes tipos de métodos, los cuales, a su vez, no se excluyen entre sí, 
sino que pueden combinarse en razón del tipo de investigación científica que 
se lleve a cabo:
en general. Ambos términos se emplean con frecuencia como sinónimos, en un sentido o en 
otro, incurriendo, a nuestro juicio, en una imprecisión conceptual.
Isabel Villaseñor Rodríguez y Juan Antonio Gómez García 26
- Método espontáneo: cuando el investigador no es consciente de su modo 
de proceder. Es el propio de una investigación no científi ca.
- Método empírico: cuando el procedimiento se basa solamente en la 
experiencia.
- Método racional: cuando el procedimiento se rige por principios cien-
tífi cos, sistemáticos.
- Método sintético: cuando se llega a lo complejo partiendo de los ele-
mentos constitutivos, de lo más simple.
- Método analítico: al contrario que el sintético, cuando se parte de lo 
complejo y se llega a lo más simple, a los distintos elementos que lo 
conforman.
Sea cual sea el que apliquemos, el correcto ejercicio de un método científico
da como resultado, como hemos dicho, un conocimiento científico; un cono-
cimiento metodológicamente caracterizado por su objetividad, reflexividad, 
sistematicidad, su precisión en cuanto a la delimitación de su objeto, su carácter 
crítico, su cualificación específica en cuanto a sus instrumentos y resultados, 
y su trascendencia social en el ámbito de la comunidad de científicos (forma
mentis científica); en definitiva, un conocimiento metódico. El método cientí-
fico, pues, como criterio metodológico que condiciona y delimita la noción de 
conocimiento científico.
1.4. OBJETO Y CONDICIONES OBJETIVAS DE LA 
INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA
Una vez establecido el marco teórico en que se da la investigación científi-
ca, profundizamos ahora propiamente en el aspecto práctico de esta actividad 
con el fin de fijar con precisión las características del objeto y de los medios 
objetivos sobre los que se sustenta.
La actividad investigadora nunca parte de la nada, sino desde un determina-
do punto de partida o estado de la cuestión. Ello se debe a que toda investigación 
científica responde a una tradición, a un legado acumulado de conocimientos 
científicos que no puede obviarse. Complementariamente, es necesaria la 
delimitación lo más precisa posible del objeto a investigar para evitar divaga-
ciones disolventes de la actividad; y desde el punto de vista subjetivo (como 
luego veremos), una actitud abierta de curiosidad, de búsqueda; un anhelo de 
conseguir auténtico conocimiento científico desde una rigurosa autoexigencia 
de orden, objetividad y crítica permanentes.
Investigación y documentación jurídicas 27
La investigación científica reviste una intensa proyección social, en la medi-
da en que es una actividad que está cada vez más institucionalizada, producién-
dose una constante e intensa interacción recíproca entre ciencia y sociedad. El 
investigador cumple un papel social de gran relevancia y, por ello, los poderes 
públicos han comenzado a promover y a responsabilizarse de la investigación, 
a través de políticas específicas y medidas legislativas dirigidas a su fomento 
y respaldo, al considerarla un elemento dinamizador social y de progreso de 
primera magnitud. En efecto, los avances científicos tienen una aplicación 
práctica cada vez más inmediata en la sociedad, y el investigador posee, por la 
propia naturaleza de su actividad, una importante responsabilidad educativa y 
social como formador de investigadores.
Teniendo en cuenta estos factores, desde un punto de vista logístico, la 
investigación científica plantea las siguientes condiciones y exigencias obje-
tivas:
a) La necesidad, en muchos casos, de instrumentos técnicos costosos y 
muy sofi sticados, especialmente en el ámbito de las ciencias exactas, 
físicas y experimentales.
b) Una buena organización y una rigurosa división del trabajo investiga-
dor en institutos y equipos, debido a la complejidad que actualmente 
caracteriza a cualquier proyecto de investigación serio. Es importante 
realizar una subdivisión y un reparto de la temática en especialidades 
muy bien fi jadas y en grupos de trabajo diferenciados, con el consi-
guiente aumento de la especialización y de la concreción en la tarea 
investigadora, con el fi n de avanzar en el conocimiento científi co con 
mayor base.
c) En relación estrecha con los puntos anteriores, dependencia con respecto 
a las fuentes de fi nanciación, derivada de la profesionalización y de la 
dedicación que exige la investigación científi ca.
d) Una situación de fuerte competencia por la prioridad en la publicación 
de los conocimientos y por la innovación tecnológica.
e) Existencia de una normativa específi ca al respecto (actualmente, en 
España, el Programa I+D+i por ejemplo) que regule con detalle las 
condiciones institucionales en que debe garantizarse una efi caz actividad 
investigadora.
f) La investigación ha de fundamentarse en el conocimiento heredado, en 
la integración de otras aportaciones y en la interacción entre el científi co 
y la comunidad científi ca en aras de la universalidad del saber científi co 
(dimensión académica de la investigación científi ca).
Isabel Villaseñor Rodríguez y Juan Antonio Gómez García 28
1.5. SUJETO DE LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA: EL 
INVESTIGADOR CIENTÍFICO
Una vez fijado el objeto de la investigación científica, el aspecto práctico 
de ésta se completa con la toma en consideración del sujeto de la actividad 
investigadora. Las condiciones subjetivas de la investigación científica vienen 
expresadas en la figura del investigador, esto es, en la persona, en el intelectual, 
que obtiene conocimiento científico a partir de su actividad investigadora, y 
se integra así en la tradición acumulativa de conocimientos propia de su dis-
ciplina.
En tanto que la investigación es una actividad muy particular, que exige 
una formación, una dedicación y un esfuerzo notables, reviste un carácter vo-
cacional muy acusado. Se requiere así, como predisposición inicial, una actitud 
de curiosidad, de permanente ansia de conocimiento y de respeto a la verdad 
que no puede responder a otra causa, como decimos, que a un impulso emi-
nentemente vocacional, aun cuando, a medida que se desarrolla la formación 
del investigador y va adquiriendo experiencia, su ejercicio se vaya perfilando 
técnicamente.
La tarea de investigación científica presenta los siguientes aspectos sub-
jetivos relevantes, los cuales, en conjunto, conforman el perfil general del 
investigador:
a) El investigador es, ante todo, un científi co, ya que su actividad se desa-
rrolla en un concreto ámbito científi co y consiste en ofrecer soluciones 
a problemas previamente planteados en ese ámbito.
b) También es un metodólogo, ya que fi ja y emplea un método particular 
para su trabajo.
c) Asimismo, es un usuario de la documentación, puesto que la búsque-
da, el análisis y el procesamiento de la documentación existente en 
su materia constituye un instrumento fundamental para desarrollar su 
trabajo.
d) El investigador es un documentalista, al poner a disposición de la co-
munidad de investigadores de su campo, con su trabajo, un repertorio 
documental selectivo y especializado.
e) Finalmente, también es maestro y formador de nuevos investigadores,
porque, a medida que adquiere experiencia, conocimientos y prestigio 
como científi co, está llamado a iniciar y formar a futuros investigadoresque continúen la senda por él fi jada.
Investigación y documentación jurídicas 29
1.6. CLASES DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS
Como ocurre siempre, las tipologías y clasificaciones tienen un carácter 
eminentemente convencional, de ahí que puedan resultar en muchas ocasiones 
imprecisas, superficiales, incluso arbitrarias. Sin embargo, cumplen una función 
teórica muy importante como medios para reflejar el modo de ser, los fines, las 
funciones, los procedimientos y los resultados de las definiciones iniciales.
En el ámbito de la teoría y metodología de la investigación científica existen 
múltiples clasificaciones. Aquí nos vamos a hacer eco de la ofrecida por Ario 
Garza Mercado, una de las más comunes y operativas que se han aportado. 
Según este autor, en razón de distintos criterios, puede distinguirse entre:
1.6.1. Investigación pura y aplicada
La investigación pura se da cuando el investigador realiza su actividad sin 
preocuparse por la aplicación directa o inmediata de los resultados. La aplica-
da ocurre cuando el investigador tiene como objetivo fundamental aplicar el 
conocimiento a la resolución de problemas de importancia para el bienestar y 
beneficio de individuos y/o comunidades.
De manera general, la investigación pura suele identificarse con la investi-
gación en Ciencias formales (Matemática, Lógica), Ciencias naturales (Biolo-
gía, Botánica,…) y Humanidades (Estudios Clásicos, Filologías,…); mientras 
que la aplicada se entiende como propia de las Ciencias sociales (Sociología, 
Derecho,…) y Tecnológicas (Ingenierías, Arquitectura,….). No obstante, esta 
identificación no es cerrada ni concluyente, puesto que investigaciones en 
disciplinas científicas, a priori puras, pueden realizarse con una intención bá-
sicamente práctica (una investigación teórica en torno al concepto de derecho 
subjetivo para elaborar normativas sobre los derechos humanos, por ejemplo), 
y viceversa (una investigación en Matemática para mejorar el rendimiento de 
los ordenadores).
Los objetivos de la investigación no siempre coinciden con sus resultados: 
es frecuente que una investigación pura concluya como aplicada, y viceversa. 
Además, es probable que, en ocasiones, no se pueda discernir realmente el tipo 
de investigación que, en este sentido, se está realizando por el propio desarrollo 
del trabajo en sí mismo.
Isabel Villaseñor Rodríguez y Juan Antonio Gómez García 30
1.6.2. Investigación exploratoria y descriptiva
La investigación exploratoria pretende familiarizar al investigador con el 
objeto de estudio, preparando, seleccionando, adecuando o perfeccionando los 
medios materiales y los procedimientos para una investigación posterior. La 
descriptiva tiene por objeto la exposición de los caracteres del objeto estudiado. 
La exploratoria sirve, pues, como base para la descriptiva.
1.6.3.Investigación experimental
Es un tipo de investigación que se basa en procedimientos metodológicos 
de carácter empírico para contrastar y validar sus resultados. Entendemos aquí 
procedimiento empírico en el sentido más amplio que quepa entenderse, esto 
es, no sólo aquel que se articula desde la experiencia sensible (por ejemplo, la 
percepción sensitiva), sino también aquel que se sustenta en bases inteligibles 
(por ejemplo, la verificación –a través de su manipulación– de hipótesis cuyas 
variables expresan una relación causal).
1.6.4. Investigación analítica y sintética
El procedimiento analítico consiste en estudiar un objeto descomponiéndolo 
en los elementos que lo constituyen, con el fin de tomarlos en consideración de 
manera separada. El sintético es el procedimiento contrario: establece relaciones 
entre distintos elementos, componiéndolos en una unidad más compleja.
En función de tales procedimientos metodológicos, la investigación analí-
tica emplea, pues, el método deductivo, consistente en formular proposiciones 
particulares a partir de proposiciones generales. La sintética se sirve, tanto del 
método deductivo como del inductivo, y consiste, al contrario que la anterior, 
en establecer proposiciones generales a partir de proposiciones particulares.
1.6.5. Investigación documental y de campo
La investigación documental es aquella que utiliza principalmente docu-
mentos (registros gráficos, visuales y sonoros) como fuentes de información 
científica. La investigación de campo emplea las formas de observación y 
exploración (encuestas, experimentos, etc…) del ámbito a estudiar para la 
obtención de resultados científicos.
Investigación y documentación jurídicas 31
1.6.6. Investigación primaria y secundaria
Fuente de información primaria es el objeto de estudio propiamente dicho 
y, a falta de éste, el primer registro derivado de él; mientras que fuente de in-
formación secundaria es todo registro derivado de la primaria.
Así pues, la investigación primaria es aquella que se basa fundamentalmen-
te en fuentes primarias, aunque pueda servirse de secundarias para el plantea-
miento de la misma y la interpretación de aquéllas. La secundaria se refiere al 
resto de los casos posibles.
1.7. LA INVESTIGACIÓN EN CIENCIAS JURÍDICAS
Si hay un problema complejo, no resuelto aún en el contexto de la Metodolo-
gía jurídica, ya que depende en última instancia de la concepción jurídica (como 
se sabe, múltiples y muy diversas a lo largo de toda la historia del pensamiento 
jurídico) que se sostenga de base, es el del carácter propiamente científico de 
la llamada Ciencia jurídica. Es una cuestión que surge con fuerza en el siglo 
XIX, con la irrupción de los positivismos en el ámbito de los estudios jurídicos, 
y que sigue latiendo actualmente en el marco de la reflexión epistemológica en 
torno al Derecho sin que se haya llegado a soluciones pacíficamente aceptadas 
por todo el mundo.
No vamos a entrar aquí en los procelosos debates doctrinales en torno a la 
naturaleza epistemológica de la Ciencia jurídica (si es propiamente una ciencia, 
una técnica, un saber, una doxa, un arte, etc…), y apoyándonos en mayoritarias 
razones doctrinales y académicas que atesoran una opinión favorable a su cien-
tificidad específica, partimos aquí de la tesis de que el Derecho (en cualquiera 
de los sentidos en que quepa pensarse) es un objeto susceptible de ser conoci-
do científicamente y que, por lo tanto, la Ciencia jurídica es eso, ciencia; más 
en concreto, Ciencia social, en tanto que el Derecho es un producto humano 
eminentemente social. Y es que, desde la tipología que consideramos arriba 
cuando hablamos de las diversas concepciones existentes en torno a la ciencia, 
es posible sostener esta afirmación:
1. El primero de los sentidos de ciencia (ciencia como saber hacer, como 
arte) viene expresado en la clásica iurisprudentia romana, ya que se 
trataba de una actividad sometida a reglas, de un saber hacer con el fi n 
de resolver problemas prácticos concretos.
Isabel Villaseñor Rodríguez y Juan Antonio Gómez García 32
2. El segundo sentido (ciencia como sistema de proposiciones derivadas 
de principios) es el característico del iusnaturalismo racionalista moder-
no, puesto que se sustenta sobre un conjunto de deducciones derivadas 
a partir de principios (las distintas concepciones sobre la naturaleza 
humana) no sometibles a discusión.
3. El tercer sentido (ciencia en sentido propio) está ejemplifi cado en el 
modelo de ciencia característico de la concepción de Ciencia del De-
recho de la Dogmática jurídica alemana del siglo XIX, o también en la 
llamada Teoría pura del Derecho de Hans Kelsen. Ambos son intentos 
de trasladar los modelos científi cos de las Ciencias naturales al ámbito 
jurídico.
4. El cuarto sentido (ciencia en sentido impropio, académico-ideológico)
corresponde a los diferentes contenidos que se imparten en el ámbito 
académico de las Facultades de Derecho, y son científi cos porque la 
autoridad académico-administrativa los defi ne como tales.
En consecuencia, como ciencia en general y como ciencia social en par-
ticular, la Ciencia jurídica posee una metodologíaespecífica, deudora genéri-
camente de los principios y reglas expuestos a lo largo de todo este capítulo, 
cuyo ejercicio garantiza y avala el rigor de la actividad investigadora llevada a 
cabo en su ámbito disciplinar.
Esto se demuestra en el hecho de que, en el ámbito de las distintas Ciencias 
jurídicas, puede darse la totalidad de tipos generales de investigaciones rese-
ñadas anteriormente: 
a) Cabe una investigación pura en el ámbito de los conceptos, de la Teoría 
y la Filosofía del Derecho, y una investigación aplicada en el contexto 
de las disciplinas que estudian el Derecho positivo para llevar a cabo 
aplicaciones prácticas, por ejemplo, en el marco de la interpretación de 
las normas jurídicas.
b) Cabe una investigación exploratoria cuando se plantea la viabilidad 
de un determinado trabajo de investigación con carácter previo (si, por 
ejemplo, es posible un estudio de una institución jurídica concreta desde 
una perspectiva disciplinar cualquiera), y una investigación descriptiva
cuando, por ejemplo, se expone la estructura conceptual de cualquier 
rama del Derecho positivo.
c) Cabe una investigación experimental en el marco de las disciplinas 
jurídicas más marcadamente empíricas, como por ejemplo la Historia 
y la Sociología jurídicas.
Investigación y documentación jurídicas 33
d) Cabe una investigación analítica en el contexto de la refl exión teórica 
en torno al Derecho, como por ejemplo la Teoría y Filosofía el Derecho, 
y sintética en la Teoría general del Derecho y en las Partes Especiales
de las distintas Dogmáticas jurídicas, o en la Historia y la Sociología 
jurídicas.
e) Cabe una investigación documental y/o de campo, según nos aproxi-
memos al Derecho desde una perspectiva más o menos empírica, o ba-
sándonos más o menos en documentos para nuestras investigaciones.
f) Cabe, fi nalmente, una investigación primaria y/o secundaria, según se 
manejen fuentes jurídicas (o de conocimiento jurídico) directamente (las 
normas jurídicas, por ejemplo), o bien indirectamente, como cuando se 
estudia el Derecho a través de la doctrina jurídica.
Dicho esto, vamos a considerar ahora cómo se investiga en concreto en el 
ámbito de las Ciencias jurídicas.
CAPÍTULO 2: METODOLOGÍA DE 
INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA EN DERECHO
Ya adelantamos antes que toda investigación científica en el ámbito de la 
Ciencia jurídica (y en cualquiera de los ámbitos de la ciencia en general) ha de 
responder a las exigencias de un método científico si aspira a ser verdadera-
mente rigurosa desde un punto de vista epistemológico, de forma que ciencia
y metodología son dos conceptos estrechamente vinculados.
Teniendo en cuenta esto, resulta cierto que, de manera general, desde un 
punto de vista metodológico existe un proceso técnico-metódico al que obedece 
toda investigación que se quiera científica en cualquier ámbito de la ciencia. 
Éste se concreta en la elaboración inicial de un plan de trabajo de investigación 
que sirva como punto de partida y en la fijación de una serie de secuencias 
articuladas cronológicamente para llevarlo a efecto. La comprensión de estos 
procesos nos llevará a entender aún mejor el carácter de nuestra labor y el tipo 
de trabajo de investigación que estaremos realizando y que más se ajusta a nues-
tros intereses como investigadores dentro de nuestra disciplina. Examinemos 
ahora todo esto con detalle.
2.1. EL PLAN DE TRABAJO INVESTIGADOR
Esta primera secuencia en la elaboración de todo trabajo de investigación 
es un proceso complejo y dependiente de múltiples variables derivadas de la 
misma naturaleza de la disciplina científica en que se incardine y del tema o 
problema científico que está llamado a clarificar o resolver. No obstante, en aras 
de la operatividad, tal complejidad se puede reducir desde el siguiente esquema 
metodológico general que concreta los momentos y las tareas a realizarse: en 
Isabel Villaseñor Rodríguez y Juan Antonio Gómez García 36
primer lugar corresponde determinar con la mayor precisión posible el objeto 
de la investigación, en segundo lugar ha de proponerse genéricamente la es-
trategia de trabajo y sus fases, y en tercer lugar debe elaborarse un calendario 
cronológico para llevarla a cabo.
2.1.1. Determinación del objeto de la investigación
Resulta absolutamente necesario realizar esta tarea previa para delimitar 
los perfiles y los contornos de la actividad investigadora concreta a emprender. 
Si no se plantea como cuestión previa qué o sobre qué se va a investigar, ma-
lamente se puede llevar a efecto nada con sentido.
En este momento surge un problema metodológico fundamental: qué se 
entiende por objeto de la investigación. Por tal se concibe todo tema, problema 
o conjunto de temas y problemas científicos que pueden ser materia de cono-
cimiento por parte del investigador. Se trata, pues, de un objeto especialmente 
complejo y difícil de conocer, de ahí que requiera unas exigencias epistemo-
lógicas y metodológicas específicas para llegar a ser captado con precisión, y 
que se concretan de manera general en la necesidad de lo que denominamos 
actividad investigadora.
Debe resaltarse que, en numerosas ocasiones, no está claro desde el prin-
cipio cuál sea el objeto particular de la investigación a emprenderse; existe un 
primer indicio o planteamiento inicial que permite arrancar con la actividad 
investigadora y que pone en marcha la tarea, y a partir de ahí, se va configuran-
do simultáneamente al propio desarrollo de la investigación. Otras veces, sin 
embargo, se puede precisar con mayor exactitud desde el inicio. Son factores 
que dependen, en definitiva, del carácter y de la magnitud de la investigación 
que vaya a realizarse.
El acceso al objeto de conocimiento a través de la actividad investigadora 
depende de múltiples elementos, que fundamentalmente pueden reducirse a 
dos categorías:
a) Elementos extrínsecos. Son elementos que le vienen dados al investiga-
dor desde fuera para realizar su actividad, como por ejemplo las fuentes 
documentales (archivos, bibliotecas, etc...), instrumentos de laboratorio 
e informáticos, mobiliario, ambiente científi co, etc... Son medios de 
gran importancia para llevar a buen fi n su trabajo de investigación.
Investigación y documentación jurídicas 37
b) Elementos intrínsecos. Constituyen los condicionantes intelectuales 
del investigador y los metodológicos del trabajo de investigación que 
intervienen en la actividad investigadora.
2.1.2. Propuesta general del plan de trabajo y sus fases
Esta fase demuestra hasta qué punto debe concebirse la investigación como 
actividad, más que como el cumplimiento estricto de unas normas establecidas a 
priori. El plan de trabajo consiste en la ordenación cronológica y en la sistemati-
zación conceptual concreta de la actividad investigadora. Sin un plan de trabajo 
más o menos detallado no es posible desarrollar la actividad investigadora.
El plan de trabajo presenta las siguientes características:
A) Es la base y referencia iniciales de la actividad investigadora. En tal 
tarea, es necesario, en su caso, el concurso del director de investigación 
en su formulación.
B) Constituye la ordenación sucesiva y temporal de la actividad, de modo 
que cada fase del plan condiciona a la siguiente, son interdependien-
tes.
C) Contiene el ciclo completo de la investigación. Este ciclo se articula, a 
su vez, sobre los siguientes puntos: 
1. Elección del tema y título del trabajo, según las condiciones objetivas 
de éste: según su naturaleza (tesis doctoral, tesina de licenciatura, 
etc....), según los medios de que se disponen, el dominio o no de 
idiomas por parte del investigador, etc..., y según las condiciones 
subjetivas, las aptitudes, la formación, la disponibilidad y los inte-
reses del investigador.
 En este momento resulta muy recomendable (si se trata del caso) 
el concurso del director de investigación, puesto que su experiencia 
como investigador permite aquilatar con mayor precisión esta difícil 
fase.
 Asimismo,el título otorgado al trabajo debe refl ejar inicial-
mente, de la manera más fi el y precisa posible, el objeto de la 
investigación. Con ello se obtiene un marco temático referencial 
muy útil para encauzar la actividad investigadora.
2. Diseño del índice provisional, el cual ha de refl ejar las cuestiones 
que van a ser estudiadas y, en la medida de lo posible, debe ser lo 
más aproximado al índice fi nal del trabajo de investigación.
Isabel Villaseñor Rodríguez y Juan Antonio Gómez García 38
3. Documentación. Su fi n es conocer el estado de la cuestión del pro-
blema objeto de estudio para evitar reiteraciones o duplicidad en 
el esfuerzo investigador. Se concreta en la recopilación exhaustiva 
de los documentos científi cos sobre el tema. En caso de tratarse 
de un trabajo de investigación dirigido por otro investigador, en 
esta fase son esenciales las primeras orientaciones que puedan ser 
proporcionadas por el director del mismo.
4. Diseño de la metodología a emplear, con el objetivo de fi jar la es-
trategia investigadora mediante la cual se va a abordar el tema. La 
importancia de esta fase es enorme, ya que sin este planteamiento 
metodológico previo, es muy probable que el trabajo de investiga-
ción carezca del rigor sufi ciente y, en consecuencia, resulte inade-
cuado para la consecución de los fi nes que se propone.
5. Producción de nuevas ideas. Constituye la fase nuclear del trabajo 
de investigación en la que el investigador, con el apoyo de los ma-
teriales de trabajo, obtiene nuevas ideas científi cas. A partir de ahí, 
elaborará el mensaje científi co fi nal. Aun cuando exista un director 
que supervise la investigación, se trata de una fase netamente indi-
vidual donde se expresa el talento, el rigor y la creatividad científi ca 
del investigador.
6. Redacción del trabajo y elaboración de las conclusiones. Esta fase 
consiste en la conversión del mensaje científi co obtenido en un 
documento científi co apto para su comunicación. Es fundamental 
aquí utilizar con rigor y correctamente el lenguaje científi co en razón 
del tema que se trate.
 Las conclusiones son las respuestas obtenidas por el investigador 
al problema científi co planteado. Vienen a ser el punto de llegada 
resultante de toda la actividad investigadora, de ahí su gran impor-
tancia de cara a la resolución del tema o problema planteado y a 
emprender investigaciones futuras sobre los mismos.
7. Presentación y defensa del trabajo de investigación ante un tribunal 
(si se trata de una tesis doctoral o de cualquier otro trabajo de inves-
tigación evaluable académicamente) o ante la comunidad científi ca. 
Hablamos aquí de la publicación del trabajo en cualquier medio 
académico-científi co con el fi n de contrastar las nuevas ideas y los 
resultados obtenidos con la comunidad científi ca.
Investigación y documentación jurídicas 39
2.1.3. Calendario
Representa la referencia principal para el desarrollo temporal del trabajo, 
ya que es la concreción de la exigencia cronológica que, de suyo, acompaña a 
toda actividad investigadora. La ausencia de un calendario, o una descuidada 
atención al mismo, pueden redundar en una pérdida de referentes y hábitos para 
el trabajo investigador, llegando incluso a significar su anacronismo si no se 
concluye en el tiempo adecuado. Ni que decir tiene que, partiendo de las exigen-
cias temporales y de los plazos académicos a que está sometida la realización de 
una tesis doctoral u otros trabajos de investigación académicos, la confección 
de un buen calendario resulta de primera necesidad para estos casos.
2.2. FASES DEL TRABAJO DE INVESTIGACIÓN
Ya hemos comprobado la gran importancia que tiene lo que hemos denomi-
nado como fases del trabajo de investigación para el planteamiento y desarrollo 
de una investigación concreta. Así pues, vamos a detenernos a estudiar con 
profundidad cada una de estas fases para tomar conciencia de la diversidad de 
situaciones y características que atañen a cada una de ellas por separado y que 
pueden presentársenos durante su ejecución.
2.2.1. Primera fase: elección del tema y diseño del índice provisional
Como hemos indicado arriba, surge aquí la necesidad de plantearnos la 
noción de problema científico, ya que subyace siempre a la elección del propio 
tema de investigación científica. Ello se debe (como cabe intuirse según lo di-
cho) a que no todo problema es científico. Para que un problema sea susceptible 
de ser calificado así, debe presentar las siguientes características:
a) Carácter objetivo. Ello signifi ca que su resolución no se conoce ini-
cialmente por parte de nadie. Los diferenciamos de los subjetivos, ya 
que estos últimos son problemas para un/os determinado/s individuo/s, 
pero están ya resueltos por otro/s, de tal modo que su problematicidad 
es indubitada.
b) Factibilidad en su resolución. Un problema es científi co porque su re-
solución es, en principio, factible según los medios y las condiciones 
de que se parte para ello.
Isabel Villaseñor Rodríguez y Juan Antonio Gómez García 40
c) Facilitador de la solución de otros problemas en su ámbito de conoci-
miento.
d) Su planteamiento ha sido realizado por un científi co de ese ámbito. Así, 
se toma conciencia de la situación, se inserta en un determinado corpus
de conocimiento y se intenta resolver con el máximo rigor científi co 
posible.
e) Carácter implícitamente novedoso de la respuesta al problema planteado. 
Si la respuesta es la misma o análoga a las aportadas, pierde en gran 
medida su carácter científi co. La novedad de una investigación estriba, 
en gran medida, en que el problema esté bien concebido, planteado y 
formulado, desde el principio y en su desarrollo, hasta su resolución 
fi nal.
La elección de un tema o problema de investigación también está condi-
cionado por múltiples requisitos; no obstante, de manera general, se pueden 
agrupar en dos tipos:
a) Requisitos subjetivos, tales como la personalidad y la formación del 
investigador, los cuales determinan la adecuación del tema a las mismas, 
como el manejo de idiomas para utilizar las fuentes, las motivaciones 
personales; y para el caso de investigaciones supervisadas, la orientación 
científi ca del director de las mismas.
b) Requisitos objetivos: son los que se derivan del propio objeto de inves-
tigación. Entre éstos pueden enumerarse los siguientes:
- Selección de un ámbito en un determinado área de conocimiento, 
sondeando la situación actual mediante lecturas del campo disci-
plinar nuclear y de los campos colindantes, y a través de consultas 
a especialistas.
- Uso de criterios de relevancia científi ca con el fi n de constatar la 
existencia de un problema científi co cuya resolución es oportuna y 
posible con los medios disponibles.
- Constatación de la existencia de material bibliográfi co y documental, 
y de medios en general para realizar la investigación deseada.
- Comprobación fehaciente de que el problema no ha sido resuelto o 
que exige en su caso un replanteamiento.
- Ubicación del tema de investigación en un programa o línea de 
investigación de una institución.
- Enunciado correcto del tema, distinguiendo entre tema principal y 
temas colaterales. Es de resaltar la gran importancia de este aspecto, 
Investigación y documentación jurídicas 41
ya que de ello depende en grandísima medida el éxito fi nal de la 
investigación.
Ya hemos indicado al hablar de la elección del tema, la enorme relevancia 
de poner un título desde el principio al trabajo de investigación. Ciertamente, 
así se puede conocer en todo momento el rumbo general y el marco del objeto 
de la investigación. Constituye la carta de presentación de un trabajo y de su 
buena elección depende en gran medida el interés que pueda suscitar. En este 
sentido, debe procurarse que ponga de manifiesto el tema de investigación y, 
por ello, debe estar bien enunciado, ser concreto y estar bien delimitado. Es 
interesante, pues, que sea conciso, breve, expresivo e inteligible porlos inves-
tigadores del campo, con el fin de fijar bien el camino correcto a seguir. No hay 
que descartar el uso de un subtítulo que permita la acotación total y definitiva 
del ámbito de investigación.
Como apoyo del título inicial debe realizarse el diseño de un índice provi-
sional, el cual plasme las presuntas cuestiones que van a ser objeto de investi-
gación. Se obtiene así un guión inicial que marcará las pautas del trabajo, y que 
se irá modificando con el propio desarrollo del mismo. De forma más concreta, 
el índice provisional cumple las siguientes funciones metodológicas:
a) Constituye una aproximación inicial hacia el objeto de investigación.
b) Representa una guía o plantilla del trabajo, un marco conceptual y 
epistémico de la sucesión lógica de las cuestiones a tratar en el trabajo 
y un medio de ordenación de los materiales que van a ser empleados 
en cada parte, capítulo, etc...
c) Es un medio de autocontrol del trabajo por el investigador y, en su caso, 
de control por parte del supervisor de la investigación sobre la calidad 
del mismo.
Es aconsejable que el índice provisional tenga las siguientes partes, de ma-
yor a menor extensión: partes, capítulos, epígrafes, subepígrafes y apéndices.
La titulación de cada uno de ellos se hará según las pautas dadas para la titu-
lación general del trabajo. No obstante, a continuación realizamos la siguiente 
propuesta de índice-standard, válido, en principio, para cualquier trabajo de 
investigación:
- Título del trabajo según lo expuesto.
- Capítulo I: introducción al tema de investigación. Ha de contener la 
exposición del objeto del trabajo, el cual se plasma en la defi nición del 
problema científi co central y colaterales a tratar y resolver, en la justifi -
cación del tratamiento y en la necesidad de tratar ese objeto, en mostrar 
las consecuencias de su exitosa resolución y en una breve explicación 
Isabel Villaseñor Rodríguez y Juan Antonio Gómez García 42
de la estructura general del trabajo exponiendo los objetivos a cubrir 
en cada capítulo.
 Asimismo, este primer capítulo puede incluir la exposición del méto-
do de trabajo utilizado (connatural al trabajo de investigación), de las 
fuentes y de la bibliografía valorando la importancia de las mismas, y 
las vicisitudes seguidas para su conocimiento y obtención; así como 
la formulación de hipótesis y de las posibles soluciones que podrán 
elevarse a defi nitivas después.
- Capítulo II: temática general a abordar en los sucesivos capítulos, es 
decir, la aproximación al núcleo concreto de problemas a tratar con el 
fi n de situarlos en su contexto o ámbito de investigación.
- Capítulos siguientes: tratamiento del núcleo temático de la investiga-
ción desde la base del capítulo anterior de apoyo, y en los cuales se 
van desarrollando las demostraciones de las diversas hipótesis para 
convertirlas en tesis.
- Conclusiones: último capítulo, el cual contiene las respuestas a los 
problemas planteados en la investigación y las aportaciones al mismo, 
esto es, la tesis científi ca del trabajo propiamente dicha.
- Apéndices para apoyar la demostración y las tesis del trabajo. Los más 
comunes en el ámbito jurídico son los siguientes: repertorio bibliográ-
fi co (referencias de los trabajos utilizados y punto de partida para otro 
investigador que desee continuar o profundizar en la investigación), 
documentos inéditos o de difícil consulta que se desee aportar para 
fundamentar las tesis (correspondencia personal, etc...), legislación, 
en su caso, e índices de cuadros estadísticos, gráfi cos, ilustraciones, 
etc...
2.2.2. Segunda fase: documentación y búsqueda del material. Las 
fuentes de información en Derecho
Estamos ante una fase fundamental de la elaboración de un trabajo de in-
vestigación, puesto que las ideas no surgen de la nada, sino que hay que seguir 
las huellas y trabajos dejados por otros científicos para establecer el estado de 
la cuestión relativo al tema. Por lo tanto, hay que considerar al investigador 
también como un documentalista, como un usuario de la documentación que 
realiza un trabajo de búsqueda, recopilación y evaluación de documentos con 
el fin de establecer el repertorio documental final.
Investigación y documentación jurídicas 43
La información documental obtenida debe estructurarse en un fichero bi-
bliográfico manual o en una base de datos bibliográfica, para después llevar a 
cabo una selección de los documentos tras su examen y lectura, y una crítica y 
evaluación de los mismos.
En todos estos procesos, debemos plantearnos un concepto de extrema im-
portancia: el concepto de fuentes de información; es decir, corresponde ahora 
preguntarse sobre qué y cuáles son los instrumentos que permiten el hallazgo 
y la recuperación de la información que nos interesa.
Según Isabel Villaseñor, fuentes de información son “... todos aquellos 
instrumentos y recursos que sirven para satisfacer las necesidades informativas 
de cualquier persona, se hayan creado o no con ese fin y sean utilizados directa-
mente o no por un profesional de la información como intermediario”; esto es, 
precisa la autora, “... los recursos necesarios para poder acceder a la información 
y al conocimiento en general”2. En la medida en que cabe una diversidad enorme 
de fuentes de información, pueden plantearse distintas tipologías para abarcarlas 
conceptualmente; no obstante, la tipología más significativa es aquella que, 
basándose en el criterio de su origen y procedencia, las divide en personales,
institucionales y documentales:
a) Personales. Hacen referencia a personas, o grupos de personas, entre 
las que hay una relación generalmente profesional, que ofrecen in-
formación en torno a sí mismas y originariamente de forma oral, aun 
cuando posteriormente puedan transformarse en documento. Ejemplos 
de este tipo de fuentes son los llamados colegios invisibles (foros de 
discusión, relaciones epistolares, telefónicas, etc... entre un conjunto de 
científi cos y estudiosos con temas y objetivos de investigación afi nes, 
etc...), las asociaciones profesionales, la ponencia de un congreso leída 
y no publicada después por escrito, información oral o por cualquier 
tipo de correo de, por ejemplo, un director de tesis a su doctorando en 
torno a la materia de su trabajo, etc...
b) Institucionales. Ofrecen información sobre una institución que tiene 
interés informativo y que, además, es ella misma la que proporciona la 
información que se precisa. En este grupo las más importantes e inte-
resantes para el ámbito que nos ocupa son los archivos, las bibliotecas 
y los centros de documentación. Éstas tienen la ventaja añadida de que 
2 VILLASEÑOR RODRÍGUEZ, Isabel: “Los instrumentos para la recuperación de la 
información: las fuentes”. En: Las Fuentes de Información. Estudios Teórico-prácticos, bajo 
la dirección de la Profra. Dra. Dña. Isabel de Torres Ramírez. Madrid, Síntesis, 1998, p. 31.
Isabel Villaseñor Rodríguez y Juan Antonio Gómez García 44
pueden ofrecer información, no sólo sobre sí mismas, sino también sobre 
otras instituciones, hasta tal punto que muchas de ellas se constituyen 
en redes institucionales agrupadas por intereses comunes, como por 
ejemplo, en España, la Red de Bibliotecas Universitarias (REBIUN), 
la red de bibliotecas públicas de titularidad estatal, etc...
c) Documentales. Dan información a partir de, o sobre, un documento, es 
decir, el origen y el medio a través del cual se transmite la información 
es el documento, o bien proporcionan información sobre un documen-
to. Éstas se clasifi carían, a su vez, en tres grupos, teniendo en cuenta 
su contenido, es decir, su grado de originalidad o de remisión a otras 
fuentes:
c1) Primarias. Transmiten una información original y en su estado ori-
ginario. En este grupo se incluyen las monografías, las publicaciones 
periódicas y en serie y la denominada literatura gris (informes 
científi cos y técnicos, tesis doctorales no publicadas, programas 
de investigación, actas, memorias,etc...). En relación con las pri-
meras, en nuestra disciplina podrían citarse, en general, todo tipo 
de tratados y monografías que tuviesen como objeto de tratamiento 
fundamental algún o algunos temas propios de ella. Como puede 
fácilmente colegirse, sería una tarea casi titánica intentar ofrecer 
aquí una relación completa de las mismas.
c2) Secundarias. Contienen información y datos referentes a las pri-
marias. Constituyen el grupo de las llamadas obras de referencia,
en el sentido de que remiten a la consulta de otros documentos. 
Entre ellas cabe destacarse los diccionarios, las enciclopedias, los 
catálogos, las bibliografías, los repertorios legislativos, etc...
c3) Terciarias. Albergan datos e información referentes a las secunda-
rias. En este tercer grupo se incluirían las bibliografías de biblio-
grafías, las guías de obras de referencia y los manuales de fuentes 
de información.
El repertorio documental final constituye el resultado último de todo el 
proceso documental sobre el que se sustenta materialmente la investigación. En 
este repertorio caben diversas posibilidades de ordenación de las referencias: 
cronológicamente, alfabéticamente, según importancia para la investigación, 
etc...; sin embargo, el criterio más usual, en el ámbito jurídico, suele ser el citar 
las fuentes de información por orden alfabético.
Investigación y documentación jurídicas 45
2.2.3. Tercera fase: la interpretación y crítica del material. Las fi chas 
de investigación
Todo trabajo de investigación precisa, lo acabamos de decir, de la lectura y 
evaluación crítica de las fuentes de información, de ahí la importancia de ma-
nejar preferiblemente las fuentes originales por su veracidad y autenticidad. Si 
ello no fuera posible, pueden emplearse fuentes secundarias que sean fiables.
En esta fase se pretende, ante todo, conocer las ideas de otros investigadores 
y valorarlas críticamente, es decir, enjuiciar sus aciertos o deficiencias en las 
conclusiones y evaluar su utilidad para nuestro trabajo.
El elemento en que se plasman todas las valoraciones anteriores es la lla-
mada ficha de investigación. Ésta constituye propiamente la elaboración del 
mensaje científico. La redacción de una ficha de investigación ha de reunir los 
siguientes puntos fundamentales:
a) Formulación de descriptores o palabras-clave para la identifi cación 
inmediata del mensaje científi co en ella contenido. Ha de tratarse de 
que estos descriptores se adecuen a los del índice o subíndices para 
facilitar la ordenación y la búsqueda informativas.
b) Diferenciación clara entre las ideas tomadas fi elmente de otro investi-
gador y las obtenidas mediante comentarios o paráfrasis.
Tales aspectos se materializan estructuralmente en las partes que se rela-
cionan a continuación:
1ª) Referencia al documento leído con mención expresa de las páginas y 
del contexto global en que se inserta.
2ª) Extracto de las ideas obtenidas en el texto, bien literal, bien resumi-
damente, indicando siempre con total precisión el lugar en que se 
encuentran dichas ideas (las páginas, las notas, etc...)
3ª) Mención de las ideas propias en relación con el material examinado.
4ª) Consignación de las palabras-clave para identifi car la materia a la que 
se refi eren.
2.2.4. Cuarta fase: redacción del trabajo
La redacción representa la fase posterior a la elaboración material del tra-
bajo científico. Permite su conversión en documento científico apto para ser 
valorado públicamente y, por lo tanto, la transmisión de nuevas ideas.
Isabel Villaseñor Rodríguez y Juan Antonio Gómez García 46
Exigencia general de un correcto proceso de redacción es que sea escalo-
nado, esto es, por capítulos, epígrafes, etc.... En consecuencia, la redacción se 
compone de las siguientes fases: uso de las fichas de investigación clasificadas, 
primera redacción según criterios de presentación del tema, del estado de la 
cuestión, crítica y argumentación personal y propuesta de conclusiones; lectura 
detenida del texto para corregir el estilo y la solidez de las argumentaciones y 
versión final.
El estilo lingüístico en la redacción de un trabajo de investigación es un 
tipo de estilo que se denomina científico. Se caracteriza por la importancia 
del lenguaje científico como vehículo a través del cual se transmiten las ideas 
científicas, de ahí que sea un lenguaje especializado con las siguientes carac-
terísticas:
a. Economía expresiva. Sólo importa la transmisión rigurosa de las ideas 
científi cas. Ha de buscarse, pues, la precisión y la concisión en el len-
guaje.
b. Claridad en la expresión, lo cual implica que el lenguaje científi co sea 
un lenguaje no literario.
c. Sencillez en el estilo, el cual debe basarse en la estructura sintáctica 
sujeto-verbo-complemento, ha de ajustarse a una exposición lógica de 
los conceptos, debe contener frases no excesivamente largas con predo-
minio de la yuxtaposición y la coordinación, uso del plural mayestático, 
etc...
Junto al texto principal, es muy recomendable incluir el aparato crítico 
sobre el que se sustenta materialmente la investigación. Se entiende por tal, 
el conjunto de datos anexos al texto o cuerpo principal de cada capítulo. Las 
funciones del aparato crítico son las de indicar el lugar de donde se ha extraído 
un dato o idea (en el texto remitiendo al repertorio bibliográfico final, o a pie de 
página) para que pueda comprobarse la fuente –esto constituye un deber ético 
del investigador–; y completar el contenido del texto principal con elementos 
que se consideran no esenciales en el mismo y que se estima que lo enrique-
cen. Conviene, asimismo, evitar toda cita inútil para el correcto desarrollo del 
mensaje científico.
2.2.5. Quinta fase: presentación fi nal
Constituye la carta de presentación formal del trabajo hacia el exterior. Ha 
de procurarse la máxima calidad tipográfica y de diseño para la buena presenta-
Investigación y documentación jurídicas 47
ción del trabajo. Tal circunstancia facilita la transmisión del mensaje científico 
y lo hace viable para su puesta en conocimiento general a través, bien de su 
valoración por un tribunal si es tesis doctoral o tesina, bien para su lectura y 
valoración por la comunidad científica si se publica como trabajo científico.
2.3. TIPOS DE TRABAJOS DE INVESTIGACIÓN EN 
DERECHO. LA TESIS DOCTORAL
En el ámbito jurídico, atendiendo a un criterio estrictamente metodológi-
co, los principales tipos de trabajos de investigación pueden resumirse en los 
siguientes:
1. Trabajos de síntesis. Tratan de poner de manifi esto la totalidad del 
contenido de una materia o tema exponiendo sus partes principales y 
esenciales. A su vez se dividen en:
a) Trabajos de divulgación. Persiguen poner al alcance del gran público 
un tema determinado. Han de caracterizarse por su claridad, más 
que por su vocación de profundidad o exhaustividad. Para ello es 
necesario que plasmen los puntos básicos para que el lector simple-
mente se informe y, a partir de ahí, profundice si lo tiene a bien.
b) Trabajos didácticos. Su objetivo es la enseñanza, la docencia y la 
instrucción básica al receptor en un determinado tema. Es preciso 
tener en cuenta los elementos y condicionantes pedagógicos que 
concurran en el caso.
c) Trabajos científi cos. Son resultado de una investigación según la 
metodología propia de una determinada ciencia. Pueden dividirse 
en varios subtipos:
- Manuales: compendian lo más sustancial o esencial de una 
materia.
- Los estados de la cuestión: recogen la situación científi ca de 
una determinada materia en un determinado momento.
- Los artículos de diccionario: exponen los puntos esenciales de 
un tema en el contexto de una obra de referencia general sobre 
el saber en general, o un saber en particular.
- Las recensiones: en ellas se ofrece una noticia crítica sobre 
el contenido de una obra científi ca o literaria, de manera que 
resultan más expositivas que la simple reseña.
Isabel Villaseñor Rodríguez y Juan Antonio

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