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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE 
MÉXICO 
 
 FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES 
CENTRO DE RELACIONES INTERNACIONALES 
 
 
 
 
APROXIMACIONES AL ENFOQUE DEL RÉGIMEN DE 
CONOCIMIENTO EN LAS CIENCIAS SOCIALES APLICADO 
A RELACIONES INTERNACIONALES 
 
 
 
 
TESIS 
QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE: 
 
 
 
 LICENCIADO EN RELACIONES INTERNACIONALES 
 
 
 
 PRESENTA 
 MARCO ALEJANDRO MARTÍ 
MEDINA HERNÁNDEZ 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
DIRECTOR DE TESIS 
Dra. Alejandra Salas–Porras 
 
 
 
 Ciudad Universitaria, 2016 
 
Lourdes
Texto escrito a máquina
CDMX
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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DERECHOS RESERVADOS © 
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respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
A la memoria de los bisabuelos que no conocí, 
a los abuelos Tiburcio, Alicia y José, 
sudor, carne y sangre de nuestro presente, 
quienes más allá del tiempo 
nos han dado voluntad y tierra para labrar. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Agradecimientos 
 
El verdadero mérito del estudiante es honrar el trabajo de otros. Las personas que te apoyan y 
acompañan a lo largo de tu vida estudiantil, o a quienes de manera indirecta te permitieron seguir 
adelante, son la razón por la que no desistes en intentar realizar tus propósitos. Si no fuera por lo 
anterior, los tesistas no escribirían sin falta una sección entera de agradecimientos, que desde una 
perspectiva más amplia, no es sino una recopilación de deudas eternas. 
 Antes que nadie, estoy en deuda con mis padres. Su sudor y cansancio, de una u otra manera, 
rinde frutos. Le debo a mi mamá el haberme dado amor e historia, un pasado para enorgullecerme 
y aferrarme en mi futuro, tenacidad para proteger a tus semejantes (y los no tan semejantes), y el 
mejor ejemplo de que haciendo éticamente tu trabajo, construyes un mundo mejor. Sin sus 
consuelos y su apoyo, difícilmente podría escribir estas líneas. 
 A mi papá, le agradezco ser fuente de inspiración por su labor en favor de los desprotegidos, 
la férrea voluntad de no darse por vencido ni cejar ante las injusticias que padece nuestro país. La 
curiosidad incansable que me inculcó sobre los dominios humanos es uno de los motivos que me 
llevaron a estudiar y terminar esta carrera. 
 Claro que lo que soy no habría sido posible sin mi hermanita. Maestra de corazón y escritora 
de vocación, le agradezco a Anita Marel haberme dado voluntad y fe en tan diversas circunstancias. 
Mi educación también se la debo a ella, quien me alentó y motivó en cualquiera de mis alocadas 
ideas, y me consoló cuando nadie más podía hacerlo. 
 Aunque no se les reconozca lo suficiente, todo mundo sabe que las mujeres sostienen el 
mundo en sus espaldas. Mi abuelita Aurora es una de esas mujeres, quien en todo su amor y trabajo 
construyó y sostuvo una familia completa, a la que todos sus miembros le debemos nuestra fuerza 
y futuro. Junto a ella, mis tías abuelas Carmen, Tina y Chabelita, herederas y protectoras de un 
pueblo y una historia, les debo en el pasado y presente la sabiduría que día a día me enseñaron, y 
los esfuerzos que por su magnitud no caben en ningún libro ni en ninguna dedicatoria. 
 Agradezco con todo mi corazón a mi tía Nena, que siempre me da fuerzas y ejemplo para 
seguir adelante; mi tía Lupe, quien cuida, consiente y abraza a todos sus sobrinos; y mi tía Queta, 
que se preocupa constantemente por nosotros. 
 A mi tía Neri, de fortaleza incólume, le debo la ayuda incondicional en los momentos más 
difíciles. También a mi tía Elba, que pone tiempo y dedicación para auxiliarnos, y a mi tía Xóchitl, 
que nos ha apoyado en las más diversas situaciones, procurándonos y nos aconsejándonos. 
 Quien no se queda atrás es mi prima Alejandra, cómplice de mis travesuras y malhumores, 
y que siempre me recibe (literalmente) con los brazos abiertos, y que me ayudó a titularme de forma 
bastante directa: ella fue quien hizo el diseño a computadora de las figuras que ilustran el texto de 
esta tesis. 
 A quienes les debo mucho son a mis primas Bebé y Katia, por cuidarme como si fueran mis 
segundas mamás, y Lyssette, que nos ayuda cuando lo necesitamos. A mi prima Carolina, la más 
noble de las personas, que siempre tiende una mano a quien se lo pide; y a mi prima Mariana, que 
tiene la energía suficiente para alegrar una casa entera. 
 No puedo agradecer suficiente a mi tío Mario, que siempre nos lleva y nos trae de todos 
lados, hombre curioso hasta de las cosas más mínimas, y con una gran pasión por ayudar a las 
personas. A mi tío Luis también por consentirnos y cumplirnos nuestros caprichos, y a mis tíos 
Enrique y Soco, por preocuparse por mí. 
 Un agradecimiento extemporáneo va dirigido a mis primos Darío y Enrique, el primero por 
haber jugado tanto conmigo y el segundo por pasar tanto tiempo juntos de pequeños. También a 
Pepe por ayudarme cuando lo necesitaba y hacerme reír siempre que nos vemos. No puede faltar 
Mayito y Beto, con los que jugábamos a los dinosaurios y a filmar películas. No menos importantes, 
mis primos Carlos y Víctor, siempre dispuestos a acompañarnos y apoyarnos en lo que sea. 
 Mi formación profesional no está completa sin las amistades que hice en la prepa y la 
universidad. Adrián, que sabe cómo sacar a las personas de sus abismos. Ricardo, que siempre 
estuvo ahí y me aguantó tantas veces. Jorge, que nos conocimos casi de casualidad, pero que se ha 
convertido en parte importante de mi vida. Edwin, que no se cansa de escucharme y de aconsejarme. 
Serrat, que siempre está conmigo y me saca de la rutina y la vida rutinaria. Yuli, que siempre cariñosa 
nos aleja del patriarcado opresor. Jessica, que lucha activamente por mejorar nuestro país, y que 
siempre está dispuesta a quererte sin condiciones. Ninoshka, que siempre está dos pasos adelante 
para ayudarme. Brian, que es optimista hasta de las causas perdidas, y Raymundo, que nos da 
vitalidad en las peores noches. También Martha, que me cubre cuando se necesita, y Daniela, 
consejera entrada en años. 
 Además, le agradezco a Diana y Mauricio, quienes aun con la distancia se han preocupado 
por mí y han estado al pendiente de lo que me pasa. A Fernando, que siempre aparece en los 
mejores momentos, que me hace salir de mis esquemas de pensamiento y me obliga a pensar más 
allá de lo evidente. A Beto, cuyo afecto e inteligencia me han acompañado en estos años y que me 
reta a pensar infinitas posibilidades. Y a Nik, a quien conocí también casi por casualidad y que se ha 
convertido en eterna compañera de vivencias, libros, películas y cualquier locura que se nos ocurra. 
 Mis más sinceros agradecimientos a la doctora Alejandra Salas–Porras, guía incansable y 
apoyo inigualable en mi formación profesional. Sin ella, no sólo no hubiera continuado esta carrera, 
sino que esta tesis habría tardado mucho más tiempo en aparecer. También a mis sinodales, Héctor 
Vera, por introducirme en el vasto campo de la sociología; a la profesora Ángeles Meneses, por su 
ejemplo de pasión vocacional; a la doctora Oddette Colin por su entusiasmo por la teoría; y a la 
doctora Camelia Tigau, por su invaluable apoyo en la revisión. Fuera de mis sinodales, pero dentro 
de mi formación profesional, agradezco al profesor Arturo López Vargas por sus incalculables 
enseñanzas. 
 Agradezco profundamente a los profesores, trabajadoresy maestros de la UNAM que están 
comprometidos por un mejor país y un mejor futuro, aquellos que no olvidan su vocación social y 
realizan su trabajo con compromiso y responsabilidad. También doy gracias a los contribuyentes, 
que con su trabajo hacen posible (voluntaria o involuntariamente) el gran proyecto social que 
representa la UNAM. Finalmente, no hay palabras de agradecimiento para todas las personas que 
hoy o ayer luchan y defienden la educación pública y gratuita. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Aunque esta razón existe siempre, los hombres se 
tornan incapaces de comprenderla, tanto antes de oírla 
como una vez que la han oído. En efecto, aun cuando 
todo sucede según esta razón, parecen inexpertos al 
experimentar con palabras y acciones tales como las que 
yo describo, cuando distingo cada una según la 
naturaleza y muestro cómo es; pero a los demás 
hombres les pasan inadvertidas cuantas cosas hacen 
despiertos, del mismo modo que les pasan inadvertidas 
cuantas hacen mientras duermen. 
 Heráclito, en Sexto Empírico, Adv. Math. 
 
[...] la sociedad no es en absoluto el ser ilógico o alógico, 
incoherente y fantástico que con tanta frecuencia se 
quiere ver en ella. Todo lo contrario, la conciencia 
colectiva es la forma más elevada de la vida psíquica, 
porque es una conciencia de conciencias. 
 Émile Durkheim, en Las formas elementales de la 
vida religiosa 
 
El estudio de los regímenes es una manera de entender 
las interacciones del homo politicus con la naturaleza y 
la cultura. Descansa en suponer que el entendimiento 
colectivo de nuestras elecciones políticas depende en su 
mayoría de cómo pensamos la naturaleza y la cultura. El 
estudio de los regímenes ilustra el rango de las 
elecciones pasadas y futuras de la colaboración 
internacional en un contexto de autoentendimiento 
cambiante. 
Ernst B. Haas, en Words can hurt you; Or, Who Said 
what to Whom about Regimes 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
ÍNDICE 
 
 
INTRODUCCIÓN ...................................................................................................................... 1 
I. EL CONOCIMIENTO Y LA CONSTRUCCIÓN SOCIAL DE LA REALIDAD EN LAS CIENCIAS 
SOCIALES ................................................................................................................................ 7 
1.1. El conocimiento y el conocimiento científico: Elementos epistémicos y cognoscitivos 
en la investigación social .................................................................................................... 7 
1.1.1. Las limitaciones del positivismo en el conocimiento científico ............................ 7 
1.1.2. El conocimiento y el conocimiento científico desde un enfoque no positivista 11 
1.2. ¿Cómo es que el conocimiento construye la realidad? ............................................. 16 
1.2.1. Significatividades ................................................................................................. 18 
1.2.3. La dialéctica social o la dialéctica de las significatividades ................................. 21 
1.2.3.1. El proceso: externalización–objetivación–internalización ........................... 21 
1.2.3.2. El producto: la Red–Sociedad ....................................................................... 32 
1.2.3.3. Los co–productos: El habitus y la ideología.................................................. 37 
1.2.4. El conocimiento construye la realidad ................................................................ 44 
1.3. Primeras conclusiones ............................................................................................... 50 
II. EL CONOCIMIENTO EN RELACIONES INTERNACIONALES: ACERCAMIENTOS, CRÍTICAS 
Y PROPUESTA. ...................................................................................................................... 53 
2.1. Las teorías de Relaciones Internacionales ................................................................. 54 
2.1.1. Teorías tradicionalistas: neorrealismo–neoliberalismo ...................................... 54 
2.1.2. Las teorías marxistas ........................................................................................... 58 
2.1.3. Las aproximaciones teóricas reflectivistas .......................................................... 62 
2.2. Niveles de análisis y conocimiento en Relaciones Internacionales ........................... 71 
2.3. El análisis de los regímenes en Relaciones Internacionales: el enfoque del régimen 
de conocimiento. .............................................................................................................. 76 
2.3.1. Los regímenes internacionales y sus perspectivas teóricas. ............................... 76 
2.3.2. El enfoque del régimen de conocimiento ........................................................... 80 
2.4. Segundas conclusiones .............................................................................................. 90 
III. FUNDAMENTOS DEL RÉGIMEN DE CONOCIMIENTO INTERNACIONAL: LAS ÉLITES Y 
LOS CENTROS DE PENSAMIENTO ........................................................................................ 91 
3.1. Los fundamentos relacionales del régimen de conocimiento internacional: las élites
 .......................................................................................................................................... 91 
3.1.1. Las élites como agentes históricos dominantes y el régimen de conocimiento 92 
3.1.2. Las élites trasnacionales en el régimen de conocimiento internacional ............ 98 
3.2. Los fundamentos cognoscitivos del régimen de conocimiento internacional: los 
centros de pensamiento ................................................................................................. 104 
3.2.1. La legitimación desde la ciencia y los intelectuales .......................................... 105 
3.2.1. Concepto, surgimiento y efectividad de los centros de pensamiento ............. 110 
3.2.2. Los centros de pensamiento en el régimen de conocimiento internacional ... 121 
3.3. Terceras conclusiones .............................................................................................. 133 
IV. LA DINÁMICA Y TRANSFORMACIÓN DEL RÉGIMEN DE CONOCIMIENTO 
INTERNACIONAL ................................................................................................................. 135 
4.1. El primer movimiento del régimen de conocimiento: el neoliberalismo como 
hegemonía y restauración .............................................................................................. 137 
4.1.1. El neoliberalismo como régimen de conocimiento internacional .................... 137 
4.1.2. La construcción de la estructura cognoscitiva .................................................. 150 
4.2. El segundo movimiento del régimen de conocimiento internacional: conservar o 
transformar ..................................................................................................................... 153 
4.3. Cuartas conclusiones ............................................................................................... 161 
CONCLUSIONES GENERALES Y LIMITACIONES AL ENFOQUE DEL RÉGIMEN DE 
CONOCIMIENTO ................................................................................................................. 163 
BIBLIOGRAFÍA Y HEMEROGRAFÍA. .................................................................................... 169 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
~ 1 ~ 
 
INTRODUCCIÓN 
 
Si las ciencias naturales interpretan, explican y –en mayor o menor grado– modifican el 
funcionamiento de la naturaleza, las ciencias sociales hacen lo propio con la sociedad. De 
esta manera, las Relaciones Internacionales, como ciencia o disciplina social, tienen como 
propósito estudiar las relaciones entre los actores que actúan a nivel internacional. 
Desgraciadamente, el alcance teórico de esta disciplina está dominado por el debateneorrealista–neoliberal en los que el interés nacional, el individualismo metodológico y el 
fantasma de la maximización, son el centro y fin de la argumentación, siendo 
paradójicamente menos realistas (en el uso común de la palabra) que otro tipo de 
teorizaciones, ya que no analizan de fondo estos conceptos. Partiendo de otro tipo de 
fenómenos, mucho más discretos, pero quizás más influyentes, la complejidad de la 
realidad experimentada socialmente rebasa la capacidad de ese tipo de explicaciones y 
demanda nuevas interpretaciones. 
 De esta manera es que aparece uno de los temas que más han sido subestimados 
(mas no ignorados) para explicar la realidad y que sin embargo cobra especial relevancia en 
el siglo XXI: la construcción del conocimiento. Dejando de lado la concepción positivista e 
idealista de la teoría del conocimiento (al que se considera como un conjunto de saberes 
incólumes, abstractos e independientes del sujeto o agente que los aprehende), se ha de 
comprender que es un tema de suma relevancia no sólo para entender, sino para 
transformar la configuración de los modos de vida de las personas y de los actores 
internacionales, ya que en la medida que se juzga al conocimiento mismo, se entiende el 
comportamiento de los sujetos frente a la realidad. 
 Pero ¿cómo entender al conocimiento como elemento explicativo del desarrollo de 
la sociedad y de la construcción de la realidad? Cuando se entiende que el conocimiento no 
se encuentra desligado de las estructuras sociales, psicológicas, tecnológicas y de poder 
predominantes en un momento histórico, sino que de hecho su construcción responde al 
peso de los agentes, a la configuración específica de la sociedad y a la efectividad relativa 
~ 2 ~ 
 
que tiene en lo Real, es que se puede analizar de manera más profunda la forma en que el 
conocimiento construye la realidad. 
Este tema ya ha sido explorado por la llamada sociología del conocimiento, la cual 
estudia “[…] los procesos por los que cualquier cuerpo de ‘conocimiento’ llega a quedar 
establecido socialmente como ‘realidad’ […] [por lo que] se ocupa del análisis de la 
construcción social de la realidad”.1 Esta rama es propia de la sociología, pero teniendo en 
cuenta que para estudiar lo social no existen distinciones reales entre las disciplinas de las 
ciencias sociales, sino énfasis en su aproximación, la sociología del conocimiento podría 
explicar la dinámica de las naciones y los Estados en el medio internacional. La sociología 
del conocimiento, sin embargo, tampoco ha puesto suficiente atención en su dimensión 
internacional y en los actores que predominan en él. 
Es por ello que la presente investigación tiene como objetivo primordial proponer el 
enfoque del régimen de conocimiento en las ciencias sociales aplicada a las Relaciones 
Internacionales, como forma de entender los fenómenos sociales en diversos niveles. El 
régimen de conocimiento, según esta interpretación, se encarga de determinar los 
lineamientos públicos y privados del desarrollo científico, económico, social y cultural de 
una o varias naciones, generando una concepción (voluntaria o contingente) específica del 
conocimiento (una estructura cognoscitiva) y de todo lo que implica (perspectivas de la 
realidad, acciones, actitudes, identidades, valores, etc.), lo que refuerza, desgasta o 
revoluciona la estructura específica de una sociedad. 
 Dado que no existe separación real entre los fenómenos internacionales, la sociedad 
y el individuo, es necesario entender estos niveles para acceder a una cabal comprensión 
de los primeros. De esta manera, para entender el enfoque del régimen de conocimiento 
es necesario hacerse la siguiente pregunta: ¿cómo afecta el conocimiento en la 
construcción de la realidad? Para responder a la misma se propone una primera hipótesis: 
El conocimiento construye la realidad experimentada socialmente. Esta hipótesis se 
 
1 Berger, Peter; Luckmann, Thomas. La construcción social de la realidad, Amorrortu, Buenos Aires, 1968, p. 
15. 
~ 3 ~ 
 
argumentará bajo la idea principal de que el conocimiento es el medio básico de acción del 
hombre con su realidad. 
Considerando lo anterior, podemos formular la siguiente pregunta: ¿cuál es el papel 
del conocimiento en Relaciones Internacionales? Como segunda hipótesis se argumenta 
que, aunque la mayoría de las teorías más importantes de Relaciones Internacionales no 
consideran al conocimiento en sus análisis (o lo hacen de forma tangencial), el conocimiento 
es una variable clave del comportamiento de los actores internacionales. Así, se propone 
un modelo teórico definido como régimen de conocimiento que explique el 
comportamiento de los actores internacionales. 
El papel del régimen de conocimiento en la construcción de la realidad internacional 
lleva a formular una tercera pregunta ¿cómo es que ciertos conocimientos predominan en 
relación a los otros en la realidad internacional? La tercera hipótesis argumenta que se debe 
a la configuración específica de una red de actores en los que predominan los que poseen 
mayor capital económico, social y cultural, lo que les permite sostener, a través de un 
conjunto de reglas, instituciones y organizaciones, ciertos conocimientos como verdaderos. 
De esta manera, se argumenta, el régimen de conocimiento internacional tiene un 
fundamento relacional (la configuración de las élites trasnacionales) y otro cognoscitivo, en 
el cual actores constituidos como Centros de Pensamiento (o think tanks) juegan un papel 
clave. 
Sin embargo, el problema principal con el que nos encontramos es que mientras no 
se entienda la dinámica del régimen de conocimiento, se permite el acaparamiento 
irrestricto de lo que se considera como verdadero por parte de diversas élites dominantes 
y/o hegemónicas, que son las que tienen mayor peso relativo en el régimen. De esta 
manera, el desciframiento de tal mecanismo nos permitiría no sólo esquematizar la 
estructura cognoscitiva actual, sino también frenar, modificar o crear alternativas a 
conocimientos dominantes, es decir, herramientas para transformar nuestra realidad. 
Entonces ¿cuál es el mecanismo que permite la dinámica y la transformación del 
régimen de conocimiento internacional? Una cuarta hipótesis plantea que la dinámica del 
régimen de conocimiento internacional puede entenderse a partir de la reinterpretación 
~ 4 ~ 
 
del concepto de doble movimiento de Karl Polanyi: la expansión de un régimen de 
conocimiento hegemónico y la protección de la sociedad frente a las consecuencias de tal 
régimen. 
Aunque esta investigación tiene como objetivo proponer el enfoque del régimen de 
conocimiento como una forma de entender el comportamiento de los actores 
internacionales, sus premisas estarán constantemente referidas al pensamiento del 
neomarxismo, la Teoría Crítica y el constructivismo social, los cuales se utilizarán como base 
del marco teórico. 
La realización de este proyecto de investigación encuentra justificación tanto en el 
nivel teórico como en el práctico. En el teórico porque por un lado cuestiona las 
concepciones dominantes de los procesos sociales en Relaciones Internacionales, 
colocando en el centro de análisis el papel del conocimiento como elemento clave en la 
construcción de la realidad internacional. 
En el aspecto práctico, el proyecto es relevante porque al explicar el funcionamiento 
del régimen de conocimiento, se abren vías de acción posible para la transformación del 
régimen, y por ende, de la realidad que regula. En ese sentido delinea las formas de 
dominación cognoscitiva en el sistema, de modo que sea posible construir realidades 
alternativas a partir de la construcción de conocimientos ligados a intereses más generales 
que particulares. 
De esta manera, los objetivos generales son los siguientes: 
 
1) Demostrar que la realidad experimentadasocialmente se construye a partir 
del conocimiento. 
2) Incluir al conocimiento como variable clave de análisis de las relaciones 
internacionales a partir del enfoque del régimen de conocimiento. 
3) Explicar los fundamentos relacional y cognoscitivo del régimen de 
conocimiento internacional. 
4) Señalar la dinámica y transformación del régimen de conocimiento 
internacional. 
~ 5 ~ 
 
 
Así, esta investigación estará estructurada en cuatro capítulos que corresponden a 
las preguntas e hipótesis planteadas. En el primer capítulo se discutirá el papel del 
conocimiento en las ciencias sociales, primero señalando los elementos epistémicos y 
cognoscitivos en la investigación social, y después, analizando el mecanismo de la 
construcción social de la realidad a partir de las significatividades, la dialéctica social, y el 
conocimiento ideológico. 
Así, en el segundo capítulo se comparará la incidencia del conocimiento como 
elemento y variable de análisis en la disciplina de Relaciones Internacionales. Para ello, se 
indagarán los planteamientos más importantes de esta disciplina, con el fin de señalar que 
el papel del conocimiento está implícito en todas ellas, pero no está presente como una 
forma de entender la realidad internacional. Con el fin de utilizar al conocimiento como 
variable explicativa de las relaciones internacionales, se propondrá el enfoque del régimen 
de conocimiento y se expondrán sus características principales. 
Con el fin de dar una explicación cabal del enfoque del régimen de conocimiento, el 
tercer capítulo abordará sus dos fundamentos principales (el relacional y el cognoscitivo), 
argumentando que la relación coordinada de las élites trasnacionales y los centros de 
pensamiento (o think tanks) son los que configuran el régimen de conocimiento 
internacional actual. 
Sin embargo, para dotar de coherencia al régimen de conocimiento es necesario 
entender las dinámicas que le permiten funcionar y concretarse en fenómenos sociales. De 
esta manera, el cuarto capítulo se abordará la dinámica y transformación del régimen de 
conocimiento internacional actual a partir de una reinterpretación del doble movimiento 
de Karl Polanyi. 
Finalmente, en la última parte estarán señaladas las conclusiones generales, así 
como las limitaciones al enfoque del régimen de conocimiento que se defiende en esta 
investigación. 
Aunque el enfoque del régimen de conocimiento debería en última instancia 
intentar explicar la realidad experimentada socialmente a través del conocimiento en todas 
~ 6 ~ 
 
sus expresiones, por cuestiones de tiempo y espacio, esta investigación se enfocará en las 
ciencias sociales, con especial atención en las Relaciones Internacionales. 
Cabe señalar una aclaración. La presente investigación pretende mostrar de manera 
general el enfoque del régimen de conocimiento como una forma de explicar el 
funcionamiento de las dinámicas sociales (tanto nacionales como internacionales); sin 
embargo, este enfoque, aunque ambicioso en sus objetivos, no está completo en sus 
argumentaciones ni en evidencia empírica, por lo que debe entendérsele como una 
aproximación a sus planteamientos. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
~ 7 ~ 
 
I. EL CONOCIMIENTO Y LA CONSTRUCCIÓN SOCIAL DE LA REALIDAD EN LAS CIENCIAS 
SOCIALES 
 
Uno de los temas más subestimados (aunque no ausente) en los debates teóricos en 
Relaciones Internacionales es el papel que el conocimiento juega en la sociedad 
internacional. Esta investigación argumenta que el conocimiento juega un papel clave en el 
comportamiento de los actores internacionales, sin embargo, para demostrarlo es 
necesario indagar en otras disciplinas sociales. 
El objetivo de este capítulo es mostrar, a partir de conceptos derivados de la 
filosofía, la sociología del conocimiento y el psicoanálisis, por qué el conocimiento no sólo 
juega un papel importante, sino que es necesario para la construcción de la realidad. 
Para lograr lo anterior, primero analizaremos las diferencias entre conocimiento y 
conocimiento científico, con el fin de desligarlo de la tradición positivista y de aclarar su 
papel intersubjetivo en la investigación social. Este análisis nos permitirá adentrarnos a los 
mecanismos de la construcción de la realidad, especialmente desde las significatividades y 
la dialéctica social. 
 
1.1. El conocimiento y el conocimiento científico: Elementos epistémicos y cognoscitivos en 
la investigación social 
 
1.1.1. Las limitaciones del positivismo en el conocimiento científico 
 
Las diferencias entre conocimiento y conocimiento científico son una herencia del 
desarrollo de la ciencia, especialmente desde la adopción del método científico en la edad 
moderna. La existencia o no de un conjunto de reglas de procedimiento que validen la 
investigación se puede remontar hasta los presocráticos en la civilización occidental, pero 
también en los descubrimientos de las civilizaciones chinas, indias, árabes y americanas. 
 Sin embargo, la concepción dominante sobre conocimiento científico está ligada a 
una tradición de pensamiento específica que sigue la línea de las investigaciones sobre la 
ciencia de Augusto Comte: el positivismo. El desarrollo y evolución de este pensamiento no 
~ 8 ~ 
 
sólo ha inducido el desarrollo de la ciencia, sino de un tipo específico de ciencia: la ciencia 
positivista. 
Aunque el positivismo tiene muchas vertientes, para los fines de esta investigación 
nos centraremos en el positivismo reduccionista, que no sólo nos permite contrastar de 
manera sencilla sus planteamientos (es un tipo ideal), sino que también ha penetrado de 
forma ideológica en los análisis neorrealista y neoliberal en Relaciones Internacionales. En 
adelante, a menos que se señale lo contrario, me referiré al positivismo a su corriente 
reduccionista. 
El pensamiento positivista ha sido quizás el más influyente en las ciencias naturales 
y de la sociedad, asegurando que sólo el conocimiento surgido del método científico es 
válido, por lo que desautoriza otras fuentes de conocimiento y restringe –en una serie de 
pasos ahistóricos– el descubrimiento científico. 
A lo largo de la historia de la ciencia, en análisis tales como los de Kuhn 2 , 
descubrimos que los descubrimientos científicos están atados a los vaivenes de la historia; 
que debido a los recursos tecnológicos y hasta políticos, los descubrimientos son 
perfectibles, están atados a resolver los problemas de su tiempo, por lo que en algún 
momento serán cuestionados por no resolver cuestiones básicas del entendimiento teórico. 
Las revoluciones científicas entonces aparecen para favorecer un nuevo paradigma y 
establecer un nuevo periodo de ciencia normal. 
Sin embargo, el positivismo y la lectura lineal de la ciencia también caen en un error 
mucho más profundo al pensar en la objetividad de los científicos. ¿Cómo puede pedírsele 
al científico ser objetivo y obviar toda una vida de subjetividades que lo constituyen a sí 
mismo, especialmente si hablamos de las ciencias sociales? Pareciera, bajo esta perspectiva, 
que el investigador fuera causa necesaria y suficiente del descubrimiento científico, 
actuando en solitario, sin ninguna interferencia del espacio y el tiempo que lo penetran. 
Al respecto, Preiswerk y Perrot, utilizando conceptos de la psicología y el 
psicoanálisis, hacen una invaluable aportación al señalar los elementos etnocéntricos de los 
científicos sociales en el estudio de las culturas diferentes. La presencia del etnocentrismo 
 
2 Kuhn, Thomas. La Estructura de las Revoluciones Científicas, Fondo de Cultura Económica, México, 2006. 
~ 9 ~ 
 
se encuentra en cuatro momentos de la investigación: 1) en la elección del objeto de 
estudio; 2) en la elección de los conceptos que se utilizarán para la investigación; 3) en la 
elección de lashipótesis que se utilizarán para guiar el trabajo y que parten de alguna teoría 
del funcionamiento de la realidad; y 4) en elección de los hechos que se utilizan para 
sustentar las hipótesis. 3 Aunque el artículo se centra en estudios antropológicos de culturas 
diferentes a la del investigador, en realidad puede extrapolarse a cualquier tipo de estudio, 
tanto en ciencias sociales como naturales, ya que la forma en que el investigador procede 
en su labor está impregnada de un bagaje cultural amplio. 
De esta manera, el científico social distorsiona la investigación de su objeto de 
estudio a partir de su propia cultura; utiliza parámetros que pueden o no estar presentes 
en él. Hay que hacer notar que incluso no se necesita que el investigador tenga a su cultura 
como superior para determinar la investigación, sino que su propia historia personal y 
educativa interferirá necesariamente con la concepción de su objeto de estudio y en la 
forma en que se acerque a él. 
Es bajo esta historia personal y social del individuo que aparecen diversos 
fenómenos psíquicos en estos cuatro momentos de la investigación. Uno de ellos es la 
proyección, en la que el investigador atribuye cualidades de su propia cultura a sus objetos 
de estudio. Otro de ellos, es el desplazamiento, que surge cuando un sentimiento se 
desplaza de un objeto a otro sin justificación. 4 
Uno de los más importantes es la racionalización, en la que la persona intenta 
justificar o crear razones de suficiente fuerza para explicar un fenómeno. 5 Este es un 
elemento que aparece constantemente en la investigación social, cuando, por ejemplo, se 
establece que la invasión a Irak en 2003 fue una legítima defensa de la democracia en el 
mundo debido a las supuestas armas de destrucción masiva que poseía el régimen 
dictatorial de Sadam Hussein, cuando en realidad se trataba de justificar los intereses y las 
acciones del gobierno estadounidense y de sus aliados. 
 
3 Preiswerk, Roy & Perrot, Dominique. Etnocentrismo e historia, Editorial Nueva Imagen, México, 1979, p. 78. 
4 Ibíd. p. 81. 
5 Ídem. 
~ 10 ~ 
 
Otro fenómeno importante es el de la negación, en donde el investigador suprime 
la misma existencia de un fenómeno, evidencia, situación o explicación, ya sea debido a su 
incapacidad psicológica de aceptarlo (contraería la coherencia de su pensamiento o 
acarrearía consecuencias dañinas a su psique) o por sus intereses. 6 Es bastante indicativo 
el ejemplo de Robert A. Kehoe, quien negó por años el daño que producía el plomo –
producido por las petroleras trasnacionales– a los humanos con el fin de mantener los 
intereses de tales empresas, hasta que fue refutado, después de veinte años, por Clair 
Patterson.7 
Nuevamente, aunque este tipo de fenómenos psíquicos parecieran ser exclusivos de 
las ciencias sociales o presentes sólo en la utilización política del conocimiento, existen 
también en la investigación las ciencias exactas o naturales. Ejemplo de ello es el siguiente 
extracto del reconocido científico y divulgador de la ciencia Nick Lane: 
 
Termodinámica es una de esas palabras que […] es más atractiva si la vemos como lo que es: 
la ciencia del ‘deseo’. La existencia de átomos y moléculas está dominada por ‘atracciones’, 
‘repulsiones’, ‘necesidades’ y ‘descargas’, hasta el punto de que llega a ser prácticamente 
imposible escribir sobre química sin caer en una especie de antropomorfismo cachondo. Las 
moléculas ‘quieren’ perder o ganar electrones, atraer cargas opuestas, repeler cargas iguales 
o cohabitar con moléculas de carácter semejante. Una reacción química tiene lugar de manera 
espontánea si todos los compañeros moleculares quieren participar, o acaso éstos sean 
presionados por una fuerza superior para reaccionar a regañadientes. Y desde luego a algunas 
moléculas que quieren realmente reaccionar les cuesta superar su timidez innata. Un poco de 
coqueteo discreto quizá origine una liberación masiva de lujuria, una descarga de pura 
energía.8 
 
¿Acaso no es esto de lo que Durkheim escribía acerca de la creación de categorías? 
Una de las tesis principales de Durkheim era exactamente que las representaciones 
conceptuales están constituidas socialmente y responden a la propia organización de la 
sociedad. Por ejemplo, la clasificación de las cosas a partir de jerarquías, es decir, de grupos 
 
6 Ídem. 
7 Que entre otros muchos logros descubrió la edad exacta de la Tierra. 
8 Lane, Nick. Los diez grandes inventos de la evolución, Ariel, México, 2015, p. 23. 
~ 11 ~ 
 
con mayor y menor influencia que otros, partió de la división de familias y clanes en 
sociedades primitivas, por lo que éstas sólo aplicaron su tipo de organización hacia la 
naturaleza. 9 (Cosa por más curiosa porque Durkheim era un autonombrado positivista). 
El positivismo entonces olvida que el investigador no puede acceder a la realidad sin 
interferencias. Interferencias no sólo traducidas en su historia personal y social, sino en la 
simple posición del humano en el proceso cognoscitivo. En la teoría del conocimiento 
tradicional se habla del sujeto y objeto como si de verdad pudieran abstraerse uno del otro; 
se dice que al “determinar el sujeto, el objeto se muestra independiente a él, trascendente 
a él”,10 de esta manera el sujeto y objeto son sólo abstracciones didácticas en las que se 
intenta acceder al conocimiento, pero que sin una adecuada reflexión pueden acabar 
llegando a conclusiones erróneas. Aunque estas interrogantes son más evidentes para las 
ciencias sociales que para las naturales, el sentido de la crítica siempre es el mismo: la 
irredenta esquematización del positivismo reduccionista. 
En tal sentido, si se quisiera hacer una defensa del positivismo, habría de ser desde 
una perspectiva no–reduccionista, en donde se integre la subjetividad del investigador, y 
que por tanto tratara de remediar esa subjetividad a través del método científico, porque 
¿quién sino los humanos son los que llevan a cabo el método científico? 
Por supuesto que este trabajo de investigación no tiene como objetivo relativizar el 
conocimiento, sino relacionarlo con los procesos sociales de los que está determinado. Por 
todo lo anterior, la diferencia entre conocimiento y conocimiento científico debe estar 
fincada en una teoría del conocimiento no positivista. 
 
1.1.2. El conocimiento y el conocimiento científico desde un enfoque no positivista 
 
Un enfoque no positivista sobre el conocimiento tiene como principal objetivo evitar la 
reificación del método científico como criterio de verdad, es decir, evitar que el método 
 
9 Durkheim, Émile; Mauss, Marcel, “Sobre algunas formas primitivas de clasificación. Contribución al estudio 
de las representaciones colectivas” en Durkheim, Émile. Clasificaciones primitivas, Ariel, Barcelona, 1996, p. 
98. 
10 Hessen, J. Teoría del conocimiento, Espasa Calpe, México, 1983, p. 27. Las cursivas son del texto. 
~ 12 ~ 
 
científico sea abstraído de las condiciones sociales que justamente son las que aseguran la 
validez de un conocimiento. En este apartado se argumenta que la diferencia entre el 
conocimiento y el conocimiento científico es la condición de intersubjetividad que permite 
a este último ser válido para diferentes sujetos epistémicos pertinentes. 
En principio, recordemos que el conocimiento es discutido comúnmente a través del 
análisis proposicional, es decir, “el que se refiere a un hecho o situación expresados por una 
proposición”,11 o, en otras palabras, en la coherencia lógica de los enunciados que denotan 
conocimiento; en español, a partir de los verbos saber y conocer. 12 El saber es un verbo que 
se utiliza de la siguiente manera: 
 
S sabe que p si y sólo si: 
1) S cree que p 
2) S tiene razones objetivamentesuficientes para creer que p13 
 
Pero ¿a qué nos referimos con creencia? Villoro indica que la creencia es “un estado 
disposicional adquirido, que causa un conjunto coherente de respuestas y que está 
determinado [delimitado] por un objeto o situación objetiva aprehendidos”.14 De esta 
manera, la creencia es un estado, no una acción, es decir, está presente por un periodo 
relativamente largo de tiempo en las personas. Cuando Villoro dice que causa un conjunto 
coherente de respuestas, se refiere a que sólo a través de su manifestación es que se puede 
observar su existencia, ya que lo importante no es lo que la persona cree que cree, sino lo 
que “de verdad” cree y que sería en dado caso coherente con lo que haga. Finalmente, 
cuando menciona que la creencia está delimitada por un objeto, se refiere a que la creencia 
 
11 Villoro, Luis. Creer, saber, conocer, Siglo XXI, México, 2013, p. 14. 
12 Aunque es parte importante del análisis de Villoro, las diferencias que hace a partir del español no son 
exclusivas en el idioma; basta saber que, aunque en inglés el verbo to know unifica a saber y conocer en 
español, Bertrand Russell hace la misma diferencia hablando del knowledge by acquaintance and knowledge 
by descrption. Russell, Bertrand."Knowledge by acquaintance and knowledge" en Mysticism and Logic, 
Barnes & Noble Books, New Jersey, 1951, pp. 152–167. 
13 Villoro, Luis. Op. Cit. p. 175. 
14 Ibíd. p. 71. 
~ 13 ~ 
 
no surge de la nada, sino que depende de procesos cognitivos tales como la percepción, la 
memoria o el entendimiento.15 
Otro punto básico en la explicación de Villoro es que (al abordar la creencia, y por lo 
tanto el saber–conocimiento) podemos argüir razones, motivos y antecedentes. Estos son 
los motores que llevan a las personas a creer en algo. Las personas, cuando creen en algo, 
también justifican sus razones, y en el caso en que éstas no sean suficientes indagan sus 
motivos, y posteriormente sus antecedentes. Este punto es importante porque entonces 
Villoro ata a las creencias con los motivos, “todo aquello que mueve o induce a una persona 
a actuar de cierta manera para lograr un fin”. 16 Los motivos pueden ser elegidos 
conscientemente (entonces se les llama propósitos, intereses, etc.) o inconscientemente 
(pulsiones). 
Ahora bien, en la definición de saber, se argumenta que es una creencia con razones 
justificadas objetivamente. Pero ¿a qué se refiere Villoro cuando escribe “razones 
justificadas objetivamente”? Este punto es el giro más importante con el que Villoro rompe 
con el esquema tradicional de la teoría del conocimiento, ya que entonces la objetividad no 
recae en la división del sujeto del objeto y su aprehensión, sino en la intersubjetividad. Es 
decir, una razón es objetivamente suficiente “si es suficiente para cualquier sujeto de la 
comunidad epistémica pertinente que la considere”,17 lo que significa que depende de una 
comunidad y un contexto que la valore; la objetividad es intersubjetividad. 
En tal sentido, la teoría del conocimiento de Villoro va más allá de la supuesta pureza 
objetiva del investigador y la engrana con los procesos sociales en los que está envuelto. 
Cuando se dice que la objetividad es intersubjetividad y que ésta recae en las comunidades 
epistémicas, estamos diciendo que está ligada a un proceso de validación social, a un 
proceso que no puede ser, casi por naturaleza, perfecto ni infalible. 
En párrafos anteriores se mencionó que el conocimiento se analiza a partir de dos 
verbos: saber y conocer. El segundo verbo, conocer, al contrario que el saber, no se justifica 
 
15 Ibíd. p. 72. 
16 Ibíd. p. 103. 
17 Ibíd. p. 148. 
~ 14 ~ 
 
en razones objetivamente suficientes, sino en experiencias directas.18 Aunque también 
depende del ambiente (porque “extrae” del ambiente las experiencias), el conocer es una 
experiencia propia, pero también compartible, de hecho, “el conocimiento personal de un 
individuo puede ser fuente de descubrimiento de muchas verdades, pero éstas sólo tendrán 
el rango de saberes si pueden justificarse en razones comprobables por cualquiera”.19 
Así, no se elimina la posibilidad de que se conozca algo desde la experiencia propia, 
pero se convierte en saber, es decir, en conocimiento, hasta que la sociedad o por lo menos 
la comunidad epistémica lo reconozca como tal. Mientras no sea mediado por la sociedad, 
la integración de las experiencias del sujeto sólo es una creencia, fuente, pero no 
constitución del conocimiento. 
Después de explicar lo que es el conocimiento en términos generales, se ha de 
reflexionar lo que es el conocimiento científico. La diferencia sustancial entre el 
conocimiento en general20 y el conocimiento científico simplemente es que la ciencia “sólo 
recoge aquellos hechos […] que sean accesibles a cualquier sujeto epistémico pertinente, 
expresables, por ende, en un saber objetivo”.21 El detalle está en el término de “sujeto 
epistémico pertinente”, ya que en la ciencia este sujeto es el científico, el intelectual 
acreditado por la sociedad para establecer qué es realidad y ficción, qué es verdadero y qué 
es falso. 
La estructura jerárquica de la sociedad y las asimetrías de poder están presentes en 
el conocimiento simplemente porque otorgan credenciales “válidas” a ciertos sujetos 
epistémicos. No cualquier persona está autorizada para verificar conocimientos y 
etiquetarlos como científicos, sino que deben pasar un gran número de filtros sociales que 
dependen de la misma organización social, y que los inserta en comunidades epistémicas 
científicas, las cuales son las que autorizan que ciertos conocimientos son acordes con la 
realidad. 
 
18 Ibíd. p. 208. 
19 Ibíd. p. 212. 
20 Que, por cierto, existe sólo teóricamente según Villoro, Ibíd. p. 221 
21 Ibíd. p. 223. 
~ 15 ~ 
 
Para la acreditación del conocimiento científico, la comunidad epistémica científica 
considera al método científico como criterio de verdad suficiente. No obstante, en 
secciones anteriores de este texto se señalaron muchas de las limitaciones del método 
científico; limitaciones que los científicos conocen pero que intentan ignorar. Debido no 
sólo a los aspectos psico–sociales que impiden la perfecta ejecución del método científico, 
sino también a la inadaptabilidad uniforme del mismo a las diferentes disciplinas científicas; 
el método no es per se lo que nos indica qué conocimientos son científicos y cuáles no. 
En cambio, son los sujetos de las comunidades epistémicas científicas respectivas las 
que acreditan algo como científico, el poder que tienen como comunidad autorizada para 
ejercer ese papel. Por lo tanto, el método científico está atado a las condiciones sociales de 
la investigación, lo que paradójicamente es exactamente lo que lo dota de una validez 
efectiva. Con esto me refiero a que justamente el conocimiento es científico porque es 
intersubjetivo, porque puede ser validado por una comunidad y ser aplicable para toda ella. 
Esta posición podría muy bien confundirse con la postura de la escuela posmoderna, 
sin embargo, aunque la crítica es muy similar, muy lejos estoy de compartir sus 
conclusiones. El relativismo en la ciencia es perjudicial para su desarrollo, ya que 
imposibilita algún tipo de respuesta o conjetura que nos asiente en la realidad. Ya que no 
es posible ocultar la subjetividad del investigador, y es insuficiente disculparse por ello, la 
intersubjetividad es la condición de objetividad. 
Al respecto, Mannheim propone un nuevo nivel de objetividad a través del 
perspectivismo, en donde “diferentes observadores, inmersos en el mismo sistema, 
llegarán a resultados similares, sobre la base de la indentidad (sic) de su aparato conceptual 
y categorial y del mismo universo discursivo creadoen tal forma, y denunciarán como un 
error todo aquello que se aparte de esa unanimidad; […] llegar a la ‘objetividad’ de un modo 
más bien indirecto y de circunvalación”.22 
A lo largo de esta sección se ha tratado de responder a la pregunta ¿qué es el 
conocimiento y el conocimiento científico? Como hemos visto, el conocimiento parte del 
 
22 Mannheim, Karl. Ideología y utopía. Introducción a la sociología del conocimiento, Fondo de Cultura 
Económica, México, 1993, p. 262. 
~ 16 ~ 
 
saber y el conocer, los cuales son creencias atadas al contexto en que se generan, 
especialmente a la validación de las comunidades científicas. Por lo tanto, el análisis social 
debe tener en cuenta que la diferencia entre conocimiento y conocimiento científico no 
parte de una diferencia propia de la realidad, sino que está atada a la sociedad y a las 
asimetrías de poder. 
De esta manera, esta atadura entre conocimiento y realidad social es una condición 
que permite el conocimiento, ya sea científico o no, a través de la intersubjetividad y el 
perspectivismo. Hasta el momento, esta “atadura” entre conocimiento y realidad pareciera 
unidireccional: la realidad social determina al conocimiento. En el siguiente apartado 
veremos que esto no es así, ya que el conocimiento también construye la realidad 
experimentada socialmente. 
 
1.2. ¿Cómo es que el conocimiento construye la realidad? 
 
En principio, no hay que confundir la realidad con lo Real ni con la Verdad. Lo Real existe 
independientemente de nosotros como sujetos, de las interpretaciones que le demos y de 
nuestros modos de aprehensión. Decir lo contrario, equivaldría a pensar en lo Real como 
un plano no sólo antropocéntrico sino intrascendente al hombre. 
Que lo Real exista independientemente del sujeto implica que nosotros no podemos 
aprehenderla en su misma esencia. En principio, porque para aprehenderlo, necesitamos 
representaciones mentales y categorizaciones, es decir, necesitamos una serie de 
herramientas conceptuales que nos permitan introducirlas en nuestro sistema nervioso, 
esencialmente el cerebro. He aquí que el cerebro, dispuesto biológicamente de cierta 
manera, no nos permite aprehender lo Real por sí mismo (ejemplo de ello es cómo nuestro 
cerebro no está capacitado para observar la luz infrarroja ni la ultravioleta; el mismo 
cerebro tiene limitantes biológicas que nos impiden observar la realidad tal como es). 
De ahí que cuando hablemos de realidad –y así se le entenderá en adelante– 
estamos hablando de hecho, de la “realidad experimentada socialmente”, es decir, un 
cúmulo de consideraciones y estados mentales en los que se califica a ciertos fenómenos 
como reales y existentes a partir de nuestra interacción con la sociedad. 
~ 17 ~ 
 
La forma en que la sociedad regula la existencia de un fenómeno se hace a partir de 
criterios de verdad; en tal caso, cuando los humanos interpretan la realidad no se puede 
afirmar, por mucho que refinemos nuestros métodos, que tal o cual interpretación es la 
Verdad o lo Real. Si este fuera el caso, entonces estaríamos hablando de un criterio de 
verdad infalible y ahistórico, lo cual nos regresa al positivismo, al idealismo, y a detener el 
desarrollo de la ciencia. 
Por ello, cuando se escriba “Verdad” se entenderá como una ilusión metodológica y 
conceptual que integra lo Real en un discurso. Cuando se mencione “verdad”, con 
minúsculas, se entenderá como el discurso que encaja temporalmente con lo que 
consideramos realidad, es decir, con el conocimiento. 
Ahora bien, ¿por qué hablar de una realidad experimentada socialmente y no de una 
experimentada individualmente? Esto es porque el humano siempre ha aprendido 
prácticas, costumbres, conductas y conocimientos a través de la sociedad, dicho de otra 
manera, el humano ha conocido limitadamente cómo funciona el mundo porque es un ser 
social. 
La forma en que funciona la construcción social de la realidad, fue brillantemente 
descrita por lo que Berger y Luckmann23 bautizaron como dialéctica social. Sin embargo, 
para que este mecanismo pueda ser comprendido cabalmente, es necesario señalar que la 
dialéctica social es también una dialéctica de las significatividades, ya que nuestra premisa 
básica es que las personas actúan hacia otros actantes 24 sobre la base de las 
significatividades que las personas tienen hacia ellos.25 
 
 
23 Berger, Peter; Luckmann, Thomas. Op. cit. 
24 Utilizo la palabra actante en términos de Latour, Bruno, “La tecnología es la sociedad hecha para que 
dure”, en Domenech, M.; Tirado, F. J. (comps.), Sociología simétrica. Ensayos de ciencia, tecnología y 
sociedad, Gedisa, Barcelona, 1998, pp. 109-142. Con ella me refiero tanto a los actores humanos como no–
humanos y usaré el término limitadamente, tan sólo para señalar el matiz que señala. 
25 Aunque modificada, la idea central proviene de Wendt, Alexander. “La anarquía es lo que los Estados 
hacen de ella: La construcción social de la política del poder” en Santa Cruz, Arturo (Edit.). El constructivismo 
y las relaciones internacionales, CIDE, México, 2009, p.130; y de Schutz, Alfred, “El ciudadano bien 
informado. Ensayo sobre la distribución social del conocimiento”, en Estudios sobre teoría social, Amorrortu, 
Buenos Aires, 1974, pp. 125–126 
~ 18 ~ 
 
1.2.1. Significatividades 
 
Las significatividades son los significados que tenemos sobre los objetos que nos rodean y 
que nos permiten darles relevancia, diferenciarlos entre sí. Según Schütz26, por su origen, 
las significatividades pueden ser impuestas o intrínsecas, aunque como veremos, esta 
diferencia es difusa y ambivalente. Estas significatividades siempre han de partir de la 
correlación antecedentes–contexto con la práctica. 
Si pensamos en cómo se identifica el sujeto en su historia de vida, en su novela 
familiar, podemos fácilmente encontrar antecedentes biológicos 27 y especialmente un 
contexto específico de desarrollo. Una cierta familia, una colonia, una ciudad, un país y todo 
lo que conllevan, ciertamente influye, por no decir determinan, la identidad del sujeto, pero 
también las significatividades que éste sujeto tiene de las cosas. 
De esta manera, Schütz menciona que las significatividades impuestas surgen de que 
nosotros los sujetos en parte actuamos como “meros receptores pasivos de sucesos ajenos 
a nuestro control, que se producen sin nuestra intervención. Se nos imponen como 
significativos situaciones y sucesos que no se vinculan con intereses elegidos por nosotros, 
que no derivan de actos de nuestro albedrío y que debemos recibir tal como son, sin poder 
alguno para modificarlos mediante nuestras actividades espontáneas, excepto 
transformando las significatividades así impuestas en significatividades intrínsecas”.28 
Para Schultz, las significatividades intrínsecas “son el resultado de nuestros intereses 
elegidos, establecidos por nuestra decisión espontánea de resolver un problema mediante 
nuestro pensamiento, de alcanzar un objetivo mediante nuestra acción o de concretar un 
estado de cosas proyectado”.29 
No obstante, pensemos que los intereses elegidos parten de la identidad, también 
resultado de los antecedentes, el contexto y la práctica del sujeto, por lo que la construcción 
de significatividades por “decisión espontánea” o el por “alcanzar un objetivo” no son de 
ninguna manera intrínsecas a nosotros, sino que están determinadas o por lo menos 
 
26 Schutz, Alfred. Op. cit. p. 125-126. 
27 Para no ignorar, pero tampoco sobrestimar los descubrimientos en genética. 
28 Schutz, Alfred. Op. cit. p. 126. 
29 Ibíd. pp. 125–126. 
~ 19 ~ 
 
delimitadas por la práctica de las significatividades impuestas. Por tanto, “intrínsecas” 
parece ser un nombre inadecuado que podría ser remplazadopor “dependientes”, en tanto 
que cambian en función de la práctica. 
Por tanto, las significatividades impuestas son parte de nuestra condición social, y 
de alguna manera u otra están en función de nuestros antecedentes y contexto. Los sucesos 
y problemas a los que se enfrenta el sujeto, son los que siguen moldeando las 
significatividades del mismo. Si los antecedentes y el contexto son la prefabricación de 
cubos de mármol, el hombre y su interacción con la realidad, con el mundo en general, son 
la forma en que éste cincela y arma estos cubos. Dicho de otra manera, las significatividades 
impuestas son la condición necesaria del pensamiento humano, mientras que las 
dependientes son la condición suficiente de ellas. 
En otra clasificación, ya no por el origen sino por el nivel en el que operan, las 
significatividades pueden ser de dos tipos: conscientes e inconscientes. Empezaremos con 
los primeros. 
Las significatividades conscientes son, en realidad, los conocimientos que tiene el 
sujeto, es decir, objetivaciones significativas. Las objetivaciones significativas, que 
comenzaron en la humanidad al crear símbolos y lenguaje con contenidos específicos 
entendidos por más de una persona, permitieron al hombre actuar como organización, 
creando las primeras prácticas colectivas posibles de transmitirse a través de la historia. 
Tales prácticas, habitualizadas por los actores, y tipificadas por los mismos permitieron que 
se generaran las instituciones.30 
 El desarrollo del niño en este punto es esencial, ya que el lactante, en principio, no 
“discierne su yo de un mundo exterior, como fuente de sensaciones que le llegan”,31 por lo 
que no puede objetivar. Mientras crece, el niño va objetivando su ambiente, separándose 
de él. Este proceso, no obstante, está encaminado por el medio social; el niño aprende 
palabras que designan ciertas cosas, ciertas relaciones y cierto orden social. El medio por el 
que lo hace es el de la vida cotidiana; así el “mundo de la vida cotidiana no solo se da por 
 
30 Berger, Peter; Luckmann, Thomas. Op. cit., p. 72. 
31 Freud, Sigmund. El malestar en la cultura, Ediciones Folio, España, 2006, p. 11 
~ 20 ~ 
 
establecido como realidad por los miembros ordinarios de la sociedad en el 
comportamiento subjetivamente significativo de sus vidas. Es un mundo que se origina en 
sus pensamientos y acciones, y que está sustentado como real por éstos”.32 
Sin embargo, también se debe señalar que la obtención de conocimiento es muchas 
veces, si no es que la mayoría, inconscientes. Basándonos en la teoría psicoanalítica, el 
inconsciente guía la conducta del sujeto como resultado tanto de las pulsiones que éste 
posee, como de su desarrollo en la novela familiar. Cabe destacar que Freud 
constantemente escribió acerca de cómo el aparato psíquico del sujeto estaba ligado con 
su estructura social (especialmente la familiar) y no encontraba diferencia, por tanto, entre 
la psicología y la psicología social.33 Los significados inconscientes del sujeto no son cosa 
menor en esta investigación ni en la construcción social de la realidad, ya que los procesos 
de los que el humano es parte están siempre cargados de su subjetividad y su historia, tal 
como se mencionaba que intentaba ignorar el positivismo. 
Acaso es este pensamiento el que Bourdieu llamaba el habitus, los cuales son 
“formas de clasificación originarias, [que] deben su eficacia propia al hecho de que 
funcionan más allá de la conciencia y del discurso, luego fuera de las influencias del examen 
y del control voluntario: orientando prácticamente las prácticas, esconden, lo que se 
denominaría injustamente unos valores en los gestos más automáticos o en las técnicas del 
cuerpo más insignificantes en apariencia, […] y ofrecen los principios más fundamentales 
de la construcción y de la evaluación del mundo social […]”.34 
Es decir, nuestras formas de clasificación, que no es otra cosa que la esencia del 
conocimiento, y por tanto de las significatividades conscientes, dependen íntimamente del 
esquema del habitus, de la práctica inconsciente y del entramado de relaciones 
primordiales que aprende el sujeto. Las significatividades inconscientes, por tanto, son el 
principio de la intención del sujeto para con su ambiente, sea humano o natural. 
 
32 Berger, Peter; Luckmann, Thomas. Op. cit., p. 37. 
33 Freud, Sigmund. Psicología de las masas, Alianza Editorial, España, 2010, p. 9. 
34 Bourdieu, Pierre, “Clases y enclasamiento”, en La distinción. Criterios y bases sociales del gusto, Taurus, 
Madrid, 1998, p. 477. 
~ 21 ~ 
 
Con ello, no trato de decir que alguna de las dos sea precedente a la otra o que lo 
consciente siempre esté subordinado a lo inconsciente, sino todo lo contrario: la relación 
dialéctica que aparece entre estas dos es la que moldea y crea nuestra realidad, como se 
verá en el siguiente apartado. 
Por tanto, lo que siempre hay que tener en cuenta, y que muchas veces se ignora, 
es que en todo proceso social existen estas significatividades inconscientes que influyen en 
mayor o menor medida en la construcción de la realidad. 
 
1.2.3. La dialéctica social o la dialéctica de las significatividades 
 
La dialéctica social implica la dinámica de la sociedad y de su construcción mutuamente 
constitutiva. En tanto que las significatividades son parte del proceso social, la dialéctica 
social también es la dialéctica de las significatividades, la construcción de los esquemas que 
nos permiten darle relevancia o significado a nuestro mundo exterior. Ya que entendemos 
cómo las significatividades están presentes en la práctica, es cuando podemos entrar al 
propio terreno de la misma, el proceso por el cual los humanos integran y construyen su 
realidad. 
 
1.2.3.1. El proceso: externalización–objetivación–internalización 
 
La dialéctica social expuesta por Berger y Luckmann es esencial para integrar las anteriores 
ideas; los tres momentos de tal dialéctica son: externalización–objetivación–
internalización. La externalización son las prácticas del hombre en su medio, que crean la 
sociedad. La sociedad objetiva las prácticas del sujeto al generalizarlas con los otros sujetos. 
El tercer momento es cuando esta sociedad produce hombres al ser internalizada en el 
sujeto. 35 Una vez internalizadas las objetivaciones, todas las relaciones humanas se 
encontrarán mediadas por la sociedad, la cual tomará forma de, una vez y para siempre, 
sujeto colectivo. Es este proceso el que hace posible la construcción social de la realidad. 
 
35 Berger, Peter; Luckmann, Thomas. Op. cit. p. 83. 
~ 22 ~ 
 
 La dialéctica social puede explicarse a partir de la siguiente figura: 
 
 
 
 Analicemos el esquema. La externalización parte de los sujetos ya sean individuales 
o colectivos, que actúan o trabajan sobre la realidad. En el esquema, la acción está dirigida 
hacia la sociedad, ya que, como se explicó anteriormente, la realidad es experimentada 
socialmente a partir de las objetivaciones que en ella suceden. En Marx, la externalización 
está generalizada en el trabajo. Para este autor, el objeto del trabajo es la objetivación de 
la vida del hombre como especie, ya que se reproduce a sí mismo en su ambiente, de modo 
que el trabajo es su propia función activa, su actividad vital36; es, por lo tanto, su conexión 
práctica con el ambiente y con sí mismo. 
 
36 Marx, Karl. “Manuscritos económico-filosóficos” en Fromm, Erich. Marx y su concepto del hombre, Fondo 
de Cultura Económica, México, 2011, pp. 110–112. 
Fuente: Elaboración propia basada principalmente en los conceptos de Berger, Peter; 
Luckmann, Thomas. Op. cit. 
~ 23 ~ 
 
 Sin embargo, la práctica también presuponeconocimiento sobre el actante. Los 
actantes, según Latour, es un concepto que incluye tanto a los actores humanos como no–
humanos. 37 La inclusión de los actores no–humanos implica que los actores actúan 
(externalizan, practican) sobre lo Real, un suceso que más adelante se explicará bajo el 
término de confrontación con lo Real. Ahora bien, en ningún caso podemos pensar que las 
personas actúen sin saber consciente o inconscientemente algo sobre el actante; el que el 
conocimiento del sujeto sea incompleto implica que las consecuencias de su acción vayan 
más allá de su intención, es decir, son consecuencias no deseadas. 
Aunque evidentemente la externalización conlleva muchos más aspectos, 
volveremos a ella al final de este apartado, evidenciando así la necesidad de ver la dialéctica 
social como lo que es: un ciclo continuo y que se crea a sí mismo. 
Como se puede apreciar en la figura 1, la objetivación sucede dentro de la sociedad, 
pero no es bajo un mecanismo aleatorio o caótico, sino que parte de la división del trabajo. 
Para Marx, la división del trabajo primordial es cuando se divide la producción material de 
la intelectual,38 el momento en el cual se puede representar algo sin que represente algo 
real, sino algo cargado de diversos significados para el sujeto. Por supuesto que puede 
cuestionarse si este fenómeno habría podido ocurrir antes de la división del trabajo, no 
obstante, se debe advertir que, en el caso de objetivaciones sociales, es sólo a través de la 
división del trabajo en que un concepto, una idea, una significatividad, puede ser social. 
De la objetivación y la división de trabajo, siguiendo a Berger y Luckmann, se forma 
un cuerpo de conocimiento de las actividades que se trabajan, de modo que se genera una 
“programación institucional” de las actividades económicas.39 De ahí que comience una 
función clasificatoria de entes, momentos y hechos del mundo en géneros y especies, 
constituyendo grupos bajo relaciones que están presentes en la organización social; 
fenómeno que Durkheim llama sociocentrismo, que indica la tendencia a que las 
objetivaciones sociales, las significatividades estén siempre referidas y en función de la 
sociedad, el primer modelo de la conciencia: “[…] la sociedad es un todo, o más bien es el 
 
37 Latour, Bruno. Op. cit. 
38 Marx, Karl. La ideología alemana y otros escritos filosóficos, Losada, España, 2010, p. 63 
39 Berger, Peter; Luckmann, Thomas. Op. cit., p. 88 
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todo único al que todo es remitido. Así, la jerarquía lógica no es sino otro aspecto de la 
jerarquía social y la unidad de conocimiento no es otra cosa que la unidad misma de la 
colectividad, extendida al universo”.40 
Por tanto, la posición de la objetivación dentro de la sociedad en la figura 1, no está 
sólo justificada porque las objetivaciones son, por defecto, sociales, sino también porque a 
ella están remitidas todas las significatividades; la sociedad es un ordenador y modelo del 
conocimiento humano, no hay relación humana que no esté mediada por la sociedad. 
Al acentuarse la división del trabajo y por lo tanto la objetivación de sus prácticas, 
comienzan a surgir los conceptos que en realidad son representaciones colectivas, lo que 
significa que además de ser comunes a todo grupo social, están empapadas de un saber 
que rebasa al individuo medio.41 Son resultado de una inmensa cooperación humana en el 
tiempo y en el espacio, el saber de generaciones enteras acumuladas más allá de la voluntad 
de los individuos.42 Por supuesto que los conceptos también tienen un matiz individual, una 
significancia privada que se comparte con la social, la cual nos permite vivir y actuar en 
sociedad. Pero en realidad sólo una parte muy pequeña de nuestro conocimiento está 
generado en nuestra experiencia, sino que es más bien resultado de inmensos momentos 
que han experimentado otros, y que, de alguna u otra manera, nos han transmitido.43 
La acumulación de conocimientos a través de la división del trabajo, finalmente 
genera un acervo de conocimiento que está (teóricamente) disponible para todos, pero no 
de modo integrado, sino como una yuxtaposición de sistemas de conocimiento que más o 
menos son coherentes y compatibles unos con los otros.44 Este acervo de conocimientos 
está distribuido también a partir de la división del trabajo, ya que cada individuo u 
organización posee conocimientos en grados diferentes. Las objetivaciones sociales y las 
significatividades están, entonces, acumuladas en este acervo de conocimiento, el cual 
permite, a su vez, el desarrollo de la sociedad. 
 
40 Durkheim, Émile; Mauss, Marcel. Op. cit., pp. 26, 30, 99, 110. 
41 Durkheim, Émile. Las formas elementales de la vida religiosa (y otros escritos sobre religión y 
conocimiento), Fondo de Cultura Económica, México, 2012, p. 480. 
42 Ibíd., pp. 69–70. 
43 Schutz, Alfred. Op. cit. p. 130. 
44 Ibíd., p. 120. 
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La división del trabajo también está implicada en darle a los distintos sectores 
sociales distintos conocimientos, distintas objetividades, las cuales no sólo implican una 
distribución desigual, sino incluso contradictoria. La identidad de grupo y las consecuencias 
que de ella emanan, son producto de la objetivación; conceptos como nación, raza, 
cristiano, estudiante, etc., no son conceptos cerrados ni estáticos, sino que están en 
constante debate dentro de la sociedad y dentro del individuo. La objetivación permite que 
existan definiciones de ellas medianamente limitadas y mayormente confusas, cargadas de 
significados similares y otras veces contradictorios, dependientes, por supuesto del 
contexto y los antecedentes del sujeto colectivo o individual. 
Así como la división del trabajo es origen de la existencia de clases sociales, la 
objetivación también hace posible que se integren significatividades en relación con lo que 
cada clase social “es o no es”, y por supuesto también con los intereses que tengan. Sin 
embargo, la necesidad de que las objetivaciones, las representaciones colectivas, las 
significatividades sean verdaderamente sociales, hace forzoso que todas ellas sean 
remitidas a sujetos individuales o colectivos, las cuales lo absorben a través del momento 
de internalización. 
Guiándonos nuevamente por la figura 1, la internalización es un proceso, un 
momento, entre la sociedad y el sujeto, de dirección contraria a la externalización, que 
permite que las significatividades sean aprendidas por los individuos para el 
funcionamiento mismo de la sociedad. Este proceso es el que funciona en el nivel más 
inconsciente, ya que, en el desarrollo del sujeto, la forma en que aprende y recibe de la 
sociedad las significatividades no están mediadas por algún filtro crítico, a menos que el 
contexto así lo permita. 
Para Bourdieu, la internalización se realiza “[…] por medio de los condicionamientos 
diferenciados y diferenciadores que se encuentran asociados a las diferentes condiciones 
de la existencia, por medio de las exclusiones y de las inclusiones, de las uniones […] y de 
las divisiones […] que están en el origen de la estructura social y de la eficacia estructurante 
que la misma ejerce; por medio también de todas las jerarquías y de todas las clasificaciones 
que están inscritas en los objetos […], en las instituciones […] o, simplemente, en el 
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lenguaje; por medio, por último de todos los juicios, veredictos, clasificaciones, llamadas al 
orden, que imponen las instituciones especialmente dispuestas para este fin, como la 
familia o el sistema escolar, o que continuamente surgen de los encuentros e interacciones 
de la existencia ordinara, el orden social se inscribe progresivamente en las mentes”.45 
Uno de los fenómenos más frecuentes en la internalización es el de la traducción. 
Para que las objetividades creadasdentro de la sociedad estén dentro del sujeto, se realiza 
un proceso de transmisión que, sin embargo, no es perfecto. En la transmisión las 
objetividades y las significatividades se traducen, es decir, no son idénticas a como se 
encuentran en la sociedad, sino que fueron transformadas debido al contexto y los 
antecedentes del sujeto. 
Hay que tener en cuenta, que en realidad no hay una “versión social”; hay, por 
supuesto, una versión que es socialmente aceptada, por lo menos con los requerimientos 
mínimos que hacen identificable a la objetivación, pero no idéntica y común a toda la 
sociedad. Por ello es que la traducción es tan importante de contemplar, porque nos 
permite identificar los desplazamientos de significatividades que ocurren entre diversos 
actores. La traducción no es una falla, sino al contrario; es un fenómeno indispensable para 
que ocurra cualquier acción, es la garantía del desarrollo del conocimiento. De hecho, para 
Latour, “la operación de traducción se convierte en el principio esencial de composición, de 
unión, de reclutamiento o de enrolamiento”.46 
La traducción nos lleva a considerar que la integración de las objetividades en el 
sujeto no es neutra, sino que están definitivamente inclinadas por la relativa importancia 
que tengan ciertos elementos o actores en su contexto y sus antecedentes. Estas 
inclinaciones se imponen al sujeto como necesidades objetivas, 47 que por tanto son 
imprescindibles de contemplar en sus acciones y en sus pensamientos; es el que mantiene 
el orden en las categorías del sujeto. 
 
45 Bourdieu, Pierre. Op. cit. p. 481. No habla explícitamente de la internalización, pero intuye perfectamente 
cómo se constituye este momento. 
46 Latour, Bruno. La esperanza de Pandora. Ensayos sobre la realidad de los estudios de la ciencia, Gedisa, 
Barcelona, 2001, p. 370. 
47 Bourdieu, Pierre. Op. cit. p. 482. 
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Esto es lo que Berger y Kellner llaman el “dispositivo nómico”, en el cual “[…] al 
individuo se le proporcionan conjuntos específicos de tipificaciones y criterios de relevancia, 
predefinidos por la sociedad y puestos a su disposición para el ordenamiento de su vida 
cotidiana”,48 que se forma en el sujeto en la socialización–internalización y se modifica por 
él mismo a lo largo de su vida (lo que anteriormente llamamos las significatividades 
dependientes). 
El dispositivo nómico funciona conjuntamente con el conformismo lógico, con un 
límite cognitivo que está presente en el sujeto gracias a la socialización y el desarrollo 
psíquico del sujeto. No obstante, si el dispositivo nómico es garantía interior del orden 
social, la disrupción del conformismo lógico actúa en la autoridad de la sociedad al 
considerarlo y tratarlo, en ocasiones, fuera del intelecto humano.49 
La internalización también es productora de la identidad, ya que fija los límites de 
quién eres y quién no, de lo que puedes y no puedes hacer; en psicoanálisis, a través de la 
formación del superyó y de la confrontación entre pulsiones y realidad; en sociología, por 
la internalización del dispositivo nómico. Pero recordemos que identidad no sólo es 
personalidad, sino también la forma de pensar. 
Brillantemente, Mannheim identificó al origen del estilo de pensamiento en los 
grupos a los que pertenece el sujeto. En sus palabras: “[…] un estilo de pensamiento abarca 
más de un campo de autoexpresión humana; abarca no sólo la política sino también el arte, 
la literatura, la filosofía, la historia, etc. Implica además que la fuerza dinámica que está 
detrás de su carácter cambiante actúa muy profundamente por debajo de la superficie 
concreta de los diferentes modos de autoexpresión”.50 
Así como el estilo de pensamiento del sujeto está influenciado por los grupos a los 
que pertenece, sus acciones también se enmarcan dentro de éstos. El surgimiento de la 
institucionalización de la división del trabajo, y por tanto de los grupos que de él emanan, 
permite también que los sujetos asuman roles. Los roles son la experiencia individual de las 
 
48 Berger, Peter; Kellner, Hansfried, “El matrimonio y la construcción de la realidad” en Revista Diógenes, 
Editorial Sudameticana, Buenos Aires, Núm. 46, 1964, p. 120. 
49 Durkheim, Émile. Op. cit. p. 70. 
50 Mannheim, Karl, “El pensamiento conservador”, en Ensayos sobre sociología y psicología social, Fondo de 
Cultura Económica, México, 1963, p. 88. 
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instituciones, de los grupos objetivados; de esta manera, al “desempeñar ‘roles’ los 
individuos participan en un mundo social; al internalizar dichos ‘roles’, ese mismo mundo 
cobra realidad para ellos subjetivamente”.51 
Aquí radica la importancia de la internalización, ya que las objetivaciones sociales y 
las significatividades no permanecen sólo en el plano consciente, sino que se vuelven parte, 
a través de la práctica, de la propia subjetividad del sujeto, de modo que no es sino la 
sociedad la que le da sentido, dirección y coherencia a la vida humana. Es un proceso 
inevitable del desarrollo individual, y por lo mismo, no se puede ignorar en cada una de sus 
actividades, incluyendo la científica. 
Los roles, además de ser producto de la división del trabajo, lo mantienen y lo 
controlan. Al ser parte de una actividad institucionalizada, los roles se vuelven parte de la 
identidad del sujeto, y con ello, como mencionábamos antes, también la forma en que se 
manifiesta su acción. Sus acciones, por tanto, están fijadas por la institucionalización, por el 
rol que ejercen, por la clase social a la que pertenecen, por la historia, los antecedentes, el 
contexto, en fin, el habitus del sujeto. 
Todo este proceso de internalización forma todo tipo de significatividades, las cuales 
forman el principio de pertinencia de Bourdieu, quien no las menciona explícitamente. 
Bourdieu menciona que este principio “define el conjunto de las características de las cosas 
o de las personas capaces de percibirse como interesantes, positiva o negativamente, por 
el conjunto de los que emplean esos esquemas […], no es otra cosa que el interés que los 
individuos o los grupos considerados tienen en reconocer este rasgo y la pertinencia del 
individuo considerado al conjunto definido por el mismo: el interés por el aspecto percibido 
nunca es completamente independiente del interés por percibirlo”.52 
En tanto el sujeto es siempre parte de un grupo (una familia, una religión, una 
escuela), su forma de pensar está influenciada por éstos. Aprende ciertos principios de 
comportamiento, ciertos tabúes, y ciertos propósitos. En términos marxistas, la clase social 
se impone al grupo, de modo que tiene la capacidad de ejercer influencia sobre la atribución 
 
51 Berger, Peter; Luckmann, Thomas. Op. cit. pp. 95–96. 
52 Bourdieu, Pierre. Op. cit., p. 486. 
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que los sujetos tengan de las cosas, de los actantes. Estas atribuciones, guiadas por el 
principio de pertinencia, son las que determinan gustos, pensamientos, modo de vida e 
intereses. 
El que la internalización permita la creación de intereses proviene de la división del 
trabajo, en que el que germina la contradicción entre el interés del individuo particular y el 
interés colectivo de la sociedad,53 de la institucionalización de las prácticas de su grupo, y 
de los roles que ejerce en la sociedad. Pero estos intereses también son los que motivan 
“todo nuestro pensar, proyectar, actuar, planteando así el problema que nuestro 
pensamiento debe resolver y los objetivos que nuestras acciones deben alcanzar. En otras 
palabras, “es nuestro interés el que escinde el campo no problemático de lo ya conocido en 
varias zonas de diversa significatividad con respecto a tal interés, cada una de las cuales 
exige un grado diferente de precisión del conocimiento”.54

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