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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES CENTRO DE RELACIONES INTERNACIONALES APROXIMACIONES AL ENFOQUE DEL RÉGIMEN DE CONOCIMIENTO EN LAS CIENCIAS SOCIALES APLICADO A RELACIONES INTERNACIONALES TESIS QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE: LICENCIADO EN RELACIONES INTERNACIONALES PRESENTA MARCO ALEJANDRO MARTÍ MEDINA HERNÁNDEZ DIRECTOR DE TESIS Dra. Alejandra Salas–Porras Ciudad Universitaria, 2016 Lourdes Texto escrito a máquina CDMX UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. A la memoria de los bisabuelos que no conocí, a los abuelos Tiburcio, Alicia y José, sudor, carne y sangre de nuestro presente, quienes más allá del tiempo nos han dado voluntad y tierra para labrar. Agradecimientos El verdadero mérito del estudiante es honrar el trabajo de otros. Las personas que te apoyan y acompañan a lo largo de tu vida estudiantil, o a quienes de manera indirecta te permitieron seguir adelante, son la razón por la que no desistes en intentar realizar tus propósitos. Si no fuera por lo anterior, los tesistas no escribirían sin falta una sección entera de agradecimientos, que desde una perspectiva más amplia, no es sino una recopilación de deudas eternas. Antes que nadie, estoy en deuda con mis padres. Su sudor y cansancio, de una u otra manera, rinde frutos. Le debo a mi mamá el haberme dado amor e historia, un pasado para enorgullecerme y aferrarme en mi futuro, tenacidad para proteger a tus semejantes (y los no tan semejantes), y el mejor ejemplo de que haciendo éticamente tu trabajo, construyes un mundo mejor. Sin sus consuelos y su apoyo, difícilmente podría escribir estas líneas. A mi papá, le agradezco ser fuente de inspiración por su labor en favor de los desprotegidos, la férrea voluntad de no darse por vencido ni cejar ante las injusticias que padece nuestro país. La curiosidad incansable que me inculcó sobre los dominios humanos es uno de los motivos que me llevaron a estudiar y terminar esta carrera. Claro que lo que soy no habría sido posible sin mi hermanita. Maestra de corazón y escritora de vocación, le agradezco a Anita Marel haberme dado voluntad y fe en tan diversas circunstancias. Mi educación también se la debo a ella, quien me alentó y motivó en cualquiera de mis alocadas ideas, y me consoló cuando nadie más podía hacerlo. Aunque no se les reconozca lo suficiente, todo mundo sabe que las mujeres sostienen el mundo en sus espaldas. Mi abuelita Aurora es una de esas mujeres, quien en todo su amor y trabajo construyó y sostuvo una familia completa, a la que todos sus miembros le debemos nuestra fuerza y futuro. Junto a ella, mis tías abuelas Carmen, Tina y Chabelita, herederas y protectoras de un pueblo y una historia, les debo en el pasado y presente la sabiduría que día a día me enseñaron, y los esfuerzos que por su magnitud no caben en ningún libro ni en ninguna dedicatoria. Agradezco con todo mi corazón a mi tía Nena, que siempre me da fuerzas y ejemplo para seguir adelante; mi tía Lupe, quien cuida, consiente y abraza a todos sus sobrinos; y mi tía Queta, que se preocupa constantemente por nosotros. A mi tía Neri, de fortaleza incólume, le debo la ayuda incondicional en los momentos más difíciles. También a mi tía Elba, que pone tiempo y dedicación para auxiliarnos, y a mi tía Xóchitl, que nos ha apoyado en las más diversas situaciones, procurándonos y nos aconsejándonos. Quien no se queda atrás es mi prima Alejandra, cómplice de mis travesuras y malhumores, y que siempre me recibe (literalmente) con los brazos abiertos, y que me ayudó a titularme de forma bastante directa: ella fue quien hizo el diseño a computadora de las figuras que ilustran el texto de esta tesis. A quienes les debo mucho son a mis primas Bebé y Katia, por cuidarme como si fueran mis segundas mamás, y Lyssette, que nos ayuda cuando lo necesitamos. A mi prima Carolina, la más noble de las personas, que siempre tiende una mano a quien se lo pide; y a mi prima Mariana, que tiene la energía suficiente para alegrar una casa entera. No puedo agradecer suficiente a mi tío Mario, que siempre nos lleva y nos trae de todos lados, hombre curioso hasta de las cosas más mínimas, y con una gran pasión por ayudar a las personas. A mi tío Luis también por consentirnos y cumplirnos nuestros caprichos, y a mis tíos Enrique y Soco, por preocuparse por mí. Un agradecimiento extemporáneo va dirigido a mis primos Darío y Enrique, el primero por haber jugado tanto conmigo y el segundo por pasar tanto tiempo juntos de pequeños. También a Pepe por ayudarme cuando lo necesitaba y hacerme reír siempre que nos vemos. No puede faltar Mayito y Beto, con los que jugábamos a los dinosaurios y a filmar películas. No menos importantes, mis primos Carlos y Víctor, siempre dispuestos a acompañarnos y apoyarnos en lo que sea. Mi formación profesional no está completa sin las amistades que hice en la prepa y la universidad. Adrián, que sabe cómo sacar a las personas de sus abismos. Ricardo, que siempre estuvo ahí y me aguantó tantas veces. Jorge, que nos conocimos casi de casualidad, pero que se ha convertido en parte importante de mi vida. Edwin, que no se cansa de escucharme y de aconsejarme. Serrat, que siempre está conmigo y me saca de la rutina y la vida rutinaria. Yuli, que siempre cariñosa nos aleja del patriarcado opresor. Jessica, que lucha activamente por mejorar nuestro país, y que siempre está dispuesta a quererte sin condiciones. Ninoshka, que siempre está dos pasos adelante para ayudarme. Brian, que es optimista hasta de las causas perdidas, y Raymundo, que nos da vitalidad en las peores noches. También Martha, que me cubre cuando se necesita, y Daniela, consejera entrada en años. Además, le agradezco a Diana y Mauricio, quienes aun con la distancia se han preocupado por mí y han estado al pendiente de lo que me pasa. A Fernando, que siempre aparece en los mejores momentos, que me hace salir de mis esquemas de pensamiento y me obliga a pensar más allá de lo evidente. A Beto, cuyo afecto e inteligencia me han acompañado en estos años y que me reta a pensar infinitas posibilidades. Y a Nik, a quien conocí también casi por casualidad y que se ha convertido en eterna compañera de vivencias, libros, películas y cualquier locura que se nos ocurra. Mis más sinceros agradecimientos a la doctora Alejandra Salas–Porras, guía incansable y apoyo inigualable en mi formación profesional. Sin ella, no sólo no hubiera continuado esta carrera, sino que esta tesis habría tardado mucho más tiempo en aparecer. También a mis sinodales, Héctor Vera, por introducirme en el vasto campo de la sociología; a la profesora Ángeles Meneses, por su ejemplo de pasión vocacional; a la doctora Oddette Colin por su entusiasmo por la teoría; y a la doctora Camelia Tigau, por su invaluable apoyo en la revisión. Fuera de mis sinodales, pero dentro de mi formación profesional, agradezco al profesor Arturo López Vargas por sus incalculables enseñanzas. Agradezco profundamente a los profesores, trabajadoresy maestros de la UNAM que están comprometidos por un mejor país y un mejor futuro, aquellos que no olvidan su vocación social y realizan su trabajo con compromiso y responsabilidad. También doy gracias a los contribuyentes, que con su trabajo hacen posible (voluntaria o involuntariamente) el gran proyecto social que representa la UNAM. Finalmente, no hay palabras de agradecimiento para todas las personas que hoy o ayer luchan y defienden la educación pública y gratuita. Aunque esta razón existe siempre, los hombres se tornan incapaces de comprenderla, tanto antes de oírla como una vez que la han oído. En efecto, aun cuando todo sucede según esta razón, parecen inexpertos al experimentar con palabras y acciones tales como las que yo describo, cuando distingo cada una según la naturaleza y muestro cómo es; pero a los demás hombres les pasan inadvertidas cuantas cosas hacen despiertos, del mismo modo que les pasan inadvertidas cuantas hacen mientras duermen. Heráclito, en Sexto Empírico, Adv. Math. [...] la sociedad no es en absoluto el ser ilógico o alógico, incoherente y fantástico que con tanta frecuencia se quiere ver en ella. Todo lo contrario, la conciencia colectiva es la forma más elevada de la vida psíquica, porque es una conciencia de conciencias. Émile Durkheim, en Las formas elementales de la vida religiosa El estudio de los regímenes es una manera de entender las interacciones del homo politicus con la naturaleza y la cultura. Descansa en suponer que el entendimiento colectivo de nuestras elecciones políticas depende en su mayoría de cómo pensamos la naturaleza y la cultura. El estudio de los regímenes ilustra el rango de las elecciones pasadas y futuras de la colaboración internacional en un contexto de autoentendimiento cambiante. Ernst B. Haas, en Words can hurt you; Or, Who Said what to Whom about Regimes ÍNDICE INTRODUCCIÓN ...................................................................................................................... 1 I. EL CONOCIMIENTO Y LA CONSTRUCCIÓN SOCIAL DE LA REALIDAD EN LAS CIENCIAS SOCIALES ................................................................................................................................ 7 1.1. El conocimiento y el conocimiento científico: Elementos epistémicos y cognoscitivos en la investigación social .................................................................................................... 7 1.1.1. Las limitaciones del positivismo en el conocimiento científico ............................ 7 1.1.2. El conocimiento y el conocimiento científico desde un enfoque no positivista 11 1.2. ¿Cómo es que el conocimiento construye la realidad? ............................................. 16 1.2.1. Significatividades ................................................................................................. 18 1.2.3. La dialéctica social o la dialéctica de las significatividades ................................. 21 1.2.3.1. El proceso: externalización–objetivación–internalización ........................... 21 1.2.3.2. El producto: la Red–Sociedad ....................................................................... 32 1.2.3.3. Los co–productos: El habitus y la ideología.................................................. 37 1.2.4. El conocimiento construye la realidad ................................................................ 44 1.3. Primeras conclusiones ............................................................................................... 50 II. EL CONOCIMIENTO EN RELACIONES INTERNACIONALES: ACERCAMIENTOS, CRÍTICAS Y PROPUESTA. ...................................................................................................................... 53 2.1. Las teorías de Relaciones Internacionales ................................................................. 54 2.1.1. Teorías tradicionalistas: neorrealismo–neoliberalismo ...................................... 54 2.1.2. Las teorías marxistas ........................................................................................... 58 2.1.3. Las aproximaciones teóricas reflectivistas .......................................................... 62 2.2. Niveles de análisis y conocimiento en Relaciones Internacionales ........................... 71 2.3. El análisis de los regímenes en Relaciones Internacionales: el enfoque del régimen de conocimiento. .............................................................................................................. 76 2.3.1. Los regímenes internacionales y sus perspectivas teóricas. ............................... 76 2.3.2. El enfoque del régimen de conocimiento ........................................................... 80 2.4. Segundas conclusiones .............................................................................................. 90 III. FUNDAMENTOS DEL RÉGIMEN DE CONOCIMIENTO INTERNACIONAL: LAS ÉLITES Y LOS CENTROS DE PENSAMIENTO ........................................................................................ 91 3.1. Los fundamentos relacionales del régimen de conocimiento internacional: las élites .......................................................................................................................................... 91 3.1.1. Las élites como agentes históricos dominantes y el régimen de conocimiento 92 3.1.2. Las élites trasnacionales en el régimen de conocimiento internacional ............ 98 3.2. Los fundamentos cognoscitivos del régimen de conocimiento internacional: los centros de pensamiento ................................................................................................. 104 3.2.1. La legitimación desde la ciencia y los intelectuales .......................................... 105 3.2.1. Concepto, surgimiento y efectividad de los centros de pensamiento ............. 110 3.2.2. Los centros de pensamiento en el régimen de conocimiento internacional ... 121 3.3. Terceras conclusiones .............................................................................................. 133 IV. LA DINÁMICA Y TRANSFORMACIÓN DEL RÉGIMEN DE CONOCIMIENTO INTERNACIONAL ................................................................................................................. 135 4.1. El primer movimiento del régimen de conocimiento: el neoliberalismo como hegemonía y restauración .............................................................................................. 137 4.1.1. El neoliberalismo como régimen de conocimiento internacional .................... 137 4.1.2. La construcción de la estructura cognoscitiva .................................................. 150 4.2. El segundo movimiento del régimen de conocimiento internacional: conservar o transformar ..................................................................................................................... 153 4.3. Cuartas conclusiones ............................................................................................... 161 CONCLUSIONES GENERALES Y LIMITACIONES AL ENFOQUE DEL RÉGIMEN DE CONOCIMIENTO ................................................................................................................. 163 BIBLIOGRAFÍA Y HEMEROGRAFÍA. .................................................................................... 169 ~ 1 ~ INTRODUCCIÓN Si las ciencias naturales interpretan, explican y –en mayor o menor grado– modifican el funcionamiento de la naturaleza, las ciencias sociales hacen lo propio con la sociedad. De esta manera, las Relaciones Internacionales, como ciencia o disciplina social, tienen como propósito estudiar las relaciones entre los actores que actúan a nivel internacional. Desgraciadamente, el alcance teórico de esta disciplina está dominado por el debateneorrealista–neoliberal en los que el interés nacional, el individualismo metodológico y el fantasma de la maximización, son el centro y fin de la argumentación, siendo paradójicamente menos realistas (en el uso común de la palabra) que otro tipo de teorizaciones, ya que no analizan de fondo estos conceptos. Partiendo de otro tipo de fenómenos, mucho más discretos, pero quizás más influyentes, la complejidad de la realidad experimentada socialmente rebasa la capacidad de ese tipo de explicaciones y demanda nuevas interpretaciones. De esta manera es que aparece uno de los temas que más han sido subestimados (mas no ignorados) para explicar la realidad y que sin embargo cobra especial relevancia en el siglo XXI: la construcción del conocimiento. Dejando de lado la concepción positivista e idealista de la teoría del conocimiento (al que se considera como un conjunto de saberes incólumes, abstractos e independientes del sujeto o agente que los aprehende), se ha de comprender que es un tema de suma relevancia no sólo para entender, sino para transformar la configuración de los modos de vida de las personas y de los actores internacionales, ya que en la medida que se juzga al conocimiento mismo, se entiende el comportamiento de los sujetos frente a la realidad. Pero ¿cómo entender al conocimiento como elemento explicativo del desarrollo de la sociedad y de la construcción de la realidad? Cuando se entiende que el conocimiento no se encuentra desligado de las estructuras sociales, psicológicas, tecnológicas y de poder predominantes en un momento histórico, sino que de hecho su construcción responde al peso de los agentes, a la configuración específica de la sociedad y a la efectividad relativa ~ 2 ~ que tiene en lo Real, es que se puede analizar de manera más profunda la forma en que el conocimiento construye la realidad. Este tema ya ha sido explorado por la llamada sociología del conocimiento, la cual estudia “[…] los procesos por los que cualquier cuerpo de ‘conocimiento’ llega a quedar establecido socialmente como ‘realidad’ […] [por lo que] se ocupa del análisis de la construcción social de la realidad”.1 Esta rama es propia de la sociología, pero teniendo en cuenta que para estudiar lo social no existen distinciones reales entre las disciplinas de las ciencias sociales, sino énfasis en su aproximación, la sociología del conocimiento podría explicar la dinámica de las naciones y los Estados en el medio internacional. La sociología del conocimiento, sin embargo, tampoco ha puesto suficiente atención en su dimensión internacional y en los actores que predominan en él. Es por ello que la presente investigación tiene como objetivo primordial proponer el enfoque del régimen de conocimiento en las ciencias sociales aplicada a las Relaciones Internacionales, como forma de entender los fenómenos sociales en diversos niveles. El régimen de conocimiento, según esta interpretación, se encarga de determinar los lineamientos públicos y privados del desarrollo científico, económico, social y cultural de una o varias naciones, generando una concepción (voluntaria o contingente) específica del conocimiento (una estructura cognoscitiva) y de todo lo que implica (perspectivas de la realidad, acciones, actitudes, identidades, valores, etc.), lo que refuerza, desgasta o revoluciona la estructura específica de una sociedad. Dado que no existe separación real entre los fenómenos internacionales, la sociedad y el individuo, es necesario entender estos niveles para acceder a una cabal comprensión de los primeros. De esta manera, para entender el enfoque del régimen de conocimiento es necesario hacerse la siguiente pregunta: ¿cómo afecta el conocimiento en la construcción de la realidad? Para responder a la misma se propone una primera hipótesis: El conocimiento construye la realidad experimentada socialmente. Esta hipótesis se 1 Berger, Peter; Luckmann, Thomas. La construcción social de la realidad, Amorrortu, Buenos Aires, 1968, p. 15. ~ 3 ~ argumentará bajo la idea principal de que el conocimiento es el medio básico de acción del hombre con su realidad. Considerando lo anterior, podemos formular la siguiente pregunta: ¿cuál es el papel del conocimiento en Relaciones Internacionales? Como segunda hipótesis se argumenta que, aunque la mayoría de las teorías más importantes de Relaciones Internacionales no consideran al conocimiento en sus análisis (o lo hacen de forma tangencial), el conocimiento es una variable clave del comportamiento de los actores internacionales. Así, se propone un modelo teórico definido como régimen de conocimiento que explique el comportamiento de los actores internacionales. El papel del régimen de conocimiento en la construcción de la realidad internacional lleva a formular una tercera pregunta ¿cómo es que ciertos conocimientos predominan en relación a los otros en la realidad internacional? La tercera hipótesis argumenta que se debe a la configuración específica de una red de actores en los que predominan los que poseen mayor capital económico, social y cultural, lo que les permite sostener, a través de un conjunto de reglas, instituciones y organizaciones, ciertos conocimientos como verdaderos. De esta manera, se argumenta, el régimen de conocimiento internacional tiene un fundamento relacional (la configuración de las élites trasnacionales) y otro cognoscitivo, en el cual actores constituidos como Centros de Pensamiento (o think tanks) juegan un papel clave. Sin embargo, el problema principal con el que nos encontramos es que mientras no se entienda la dinámica del régimen de conocimiento, se permite el acaparamiento irrestricto de lo que se considera como verdadero por parte de diversas élites dominantes y/o hegemónicas, que son las que tienen mayor peso relativo en el régimen. De esta manera, el desciframiento de tal mecanismo nos permitiría no sólo esquematizar la estructura cognoscitiva actual, sino también frenar, modificar o crear alternativas a conocimientos dominantes, es decir, herramientas para transformar nuestra realidad. Entonces ¿cuál es el mecanismo que permite la dinámica y la transformación del régimen de conocimiento internacional? Una cuarta hipótesis plantea que la dinámica del régimen de conocimiento internacional puede entenderse a partir de la reinterpretación ~ 4 ~ del concepto de doble movimiento de Karl Polanyi: la expansión de un régimen de conocimiento hegemónico y la protección de la sociedad frente a las consecuencias de tal régimen. Aunque esta investigación tiene como objetivo proponer el enfoque del régimen de conocimiento como una forma de entender el comportamiento de los actores internacionales, sus premisas estarán constantemente referidas al pensamiento del neomarxismo, la Teoría Crítica y el constructivismo social, los cuales se utilizarán como base del marco teórico. La realización de este proyecto de investigación encuentra justificación tanto en el nivel teórico como en el práctico. En el teórico porque por un lado cuestiona las concepciones dominantes de los procesos sociales en Relaciones Internacionales, colocando en el centro de análisis el papel del conocimiento como elemento clave en la construcción de la realidad internacional. En el aspecto práctico, el proyecto es relevante porque al explicar el funcionamiento del régimen de conocimiento, se abren vías de acción posible para la transformación del régimen, y por ende, de la realidad que regula. En ese sentido delinea las formas de dominación cognoscitiva en el sistema, de modo que sea posible construir realidades alternativas a partir de la construcción de conocimientos ligados a intereses más generales que particulares. De esta manera, los objetivos generales son los siguientes: 1) Demostrar que la realidad experimentadasocialmente se construye a partir del conocimiento. 2) Incluir al conocimiento como variable clave de análisis de las relaciones internacionales a partir del enfoque del régimen de conocimiento. 3) Explicar los fundamentos relacional y cognoscitivo del régimen de conocimiento internacional. 4) Señalar la dinámica y transformación del régimen de conocimiento internacional. ~ 5 ~ Así, esta investigación estará estructurada en cuatro capítulos que corresponden a las preguntas e hipótesis planteadas. En el primer capítulo se discutirá el papel del conocimiento en las ciencias sociales, primero señalando los elementos epistémicos y cognoscitivos en la investigación social, y después, analizando el mecanismo de la construcción social de la realidad a partir de las significatividades, la dialéctica social, y el conocimiento ideológico. Así, en el segundo capítulo se comparará la incidencia del conocimiento como elemento y variable de análisis en la disciplina de Relaciones Internacionales. Para ello, se indagarán los planteamientos más importantes de esta disciplina, con el fin de señalar que el papel del conocimiento está implícito en todas ellas, pero no está presente como una forma de entender la realidad internacional. Con el fin de utilizar al conocimiento como variable explicativa de las relaciones internacionales, se propondrá el enfoque del régimen de conocimiento y se expondrán sus características principales. Con el fin de dar una explicación cabal del enfoque del régimen de conocimiento, el tercer capítulo abordará sus dos fundamentos principales (el relacional y el cognoscitivo), argumentando que la relación coordinada de las élites trasnacionales y los centros de pensamiento (o think tanks) son los que configuran el régimen de conocimiento internacional actual. Sin embargo, para dotar de coherencia al régimen de conocimiento es necesario entender las dinámicas que le permiten funcionar y concretarse en fenómenos sociales. De esta manera, el cuarto capítulo se abordará la dinámica y transformación del régimen de conocimiento internacional actual a partir de una reinterpretación del doble movimiento de Karl Polanyi. Finalmente, en la última parte estarán señaladas las conclusiones generales, así como las limitaciones al enfoque del régimen de conocimiento que se defiende en esta investigación. Aunque el enfoque del régimen de conocimiento debería en última instancia intentar explicar la realidad experimentada socialmente a través del conocimiento en todas ~ 6 ~ sus expresiones, por cuestiones de tiempo y espacio, esta investigación se enfocará en las ciencias sociales, con especial atención en las Relaciones Internacionales. Cabe señalar una aclaración. La presente investigación pretende mostrar de manera general el enfoque del régimen de conocimiento como una forma de explicar el funcionamiento de las dinámicas sociales (tanto nacionales como internacionales); sin embargo, este enfoque, aunque ambicioso en sus objetivos, no está completo en sus argumentaciones ni en evidencia empírica, por lo que debe entendérsele como una aproximación a sus planteamientos. ~ 7 ~ I. EL CONOCIMIENTO Y LA CONSTRUCCIÓN SOCIAL DE LA REALIDAD EN LAS CIENCIAS SOCIALES Uno de los temas más subestimados (aunque no ausente) en los debates teóricos en Relaciones Internacionales es el papel que el conocimiento juega en la sociedad internacional. Esta investigación argumenta que el conocimiento juega un papel clave en el comportamiento de los actores internacionales, sin embargo, para demostrarlo es necesario indagar en otras disciplinas sociales. El objetivo de este capítulo es mostrar, a partir de conceptos derivados de la filosofía, la sociología del conocimiento y el psicoanálisis, por qué el conocimiento no sólo juega un papel importante, sino que es necesario para la construcción de la realidad. Para lograr lo anterior, primero analizaremos las diferencias entre conocimiento y conocimiento científico, con el fin de desligarlo de la tradición positivista y de aclarar su papel intersubjetivo en la investigación social. Este análisis nos permitirá adentrarnos a los mecanismos de la construcción de la realidad, especialmente desde las significatividades y la dialéctica social. 1.1. El conocimiento y el conocimiento científico: Elementos epistémicos y cognoscitivos en la investigación social 1.1.1. Las limitaciones del positivismo en el conocimiento científico Las diferencias entre conocimiento y conocimiento científico son una herencia del desarrollo de la ciencia, especialmente desde la adopción del método científico en la edad moderna. La existencia o no de un conjunto de reglas de procedimiento que validen la investigación se puede remontar hasta los presocráticos en la civilización occidental, pero también en los descubrimientos de las civilizaciones chinas, indias, árabes y americanas. Sin embargo, la concepción dominante sobre conocimiento científico está ligada a una tradición de pensamiento específica que sigue la línea de las investigaciones sobre la ciencia de Augusto Comte: el positivismo. El desarrollo y evolución de este pensamiento no ~ 8 ~ sólo ha inducido el desarrollo de la ciencia, sino de un tipo específico de ciencia: la ciencia positivista. Aunque el positivismo tiene muchas vertientes, para los fines de esta investigación nos centraremos en el positivismo reduccionista, que no sólo nos permite contrastar de manera sencilla sus planteamientos (es un tipo ideal), sino que también ha penetrado de forma ideológica en los análisis neorrealista y neoliberal en Relaciones Internacionales. En adelante, a menos que se señale lo contrario, me referiré al positivismo a su corriente reduccionista. El pensamiento positivista ha sido quizás el más influyente en las ciencias naturales y de la sociedad, asegurando que sólo el conocimiento surgido del método científico es válido, por lo que desautoriza otras fuentes de conocimiento y restringe –en una serie de pasos ahistóricos– el descubrimiento científico. A lo largo de la historia de la ciencia, en análisis tales como los de Kuhn 2 , descubrimos que los descubrimientos científicos están atados a los vaivenes de la historia; que debido a los recursos tecnológicos y hasta políticos, los descubrimientos son perfectibles, están atados a resolver los problemas de su tiempo, por lo que en algún momento serán cuestionados por no resolver cuestiones básicas del entendimiento teórico. Las revoluciones científicas entonces aparecen para favorecer un nuevo paradigma y establecer un nuevo periodo de ciencia normal. Sin embargo, el positivismo y la lectura lineal de la ciencia también caen en un error mucho más profundo al pensar en la objetividad de los científicos. ¿Cómo puede pedírsele al científico ser objetivo y obviar toda una vida de subjetividades que lo constituyen a sí mismo, especialmente si hablamos de las ciencias sociales? Pareciera, bajo esta perspectiva, que el investigador fuera causa necesaria y suficiente del descubrimiento científico, actuando en solitario, sin ninguna interferencia del espacio y el tiempo que lo penetran. Al respecto, Preiswerk y Perrot, utilizando conceptos de la psicología y el psicoanálisis, hacen una invaluable aportación al señalar los elementos etnocéntricos de los científicos sociales en el estudio de las culturas diferentes. La presencia del etnocentrismo 2 Kuhn, Thomas. La Estructura de las Revoluciones Científicas, Fondo de Cultura Económica, México, 2006. ~ 9 ~ se encuentra en cuatro momentos de la investigación: 1) en la elección del objeto de estudio; 2) en la elección de los conceptos que se utilizarán para la investigación; 3) en la elección de lashipótesis que se utilizarán para guiar el trabajo y que parten de alguna teoría del funcionamiento de la realidad; y 4) en elección de los hechos que se utilizan para sustentar las hipótesis. 3 Aunque el artículo se centra en estudios antropológicos de culturas diferentes a la del investigador, en realidad puede extrapolarse a cualquier tipo de estudio, tanto en ciencias sociales como naturales, ya que la forma en que el investigador procede en su labor está impregnada de un bagaje cultural amplio. De esta manera, el científico social distorsiona la investigación de su objeto de estudio a partir de su propia cultura; utiliza parámetros que pueden o no estar presentes en él. Hay que hacer notar que incluso no se necesita que el investigador tenga a su cultura como superior para determinar la investigación, sino que su propia historia personal y educativa interferirá necesariamente con la concepción de su objeto de estudio y en la forma en que se acerque a él. Es bajo esta historia personal y social del individuo que aparecen diversos fenómenos psíquicos en estos cuatro momentos de la investigación. Uno de ellos es la proyección, en la que el investigador atribuye cualidades de su propia cultura a sus objetos de estudio. Otro de ellos, es el desplazamiento, que surge cuando un sentimiento se desplaza de un objeto a otro sin justificación. 4 Uno de los más importantes es la racionalización, en la que la persona intenta justificar o crear razones de suficiente fuerza para explicar un fenómeno. 5 Este es un elemento que aparece constantemente en la investigación social, cuando, por ejemplo, se establece que la invasión a Irak en 2003 fue una legítima defensa de la democracia en el mundo debido a las supuestas armas de destrucción masiva que poseía el régimen dictatorial de Sadam Hussein, cuando en realidad se trataba de justificar los intereses y las acciones del gobierno estadounidense y de sus aliados. 3 Preiswerk, Roy & Perrot, Dominique. Etnocentrismo e historia, Editorial Nueva Imagen, México, 1979, p. 78. 4 Ibíd. p. 81. 5 Ídem. ~ 10 ~ Otro fenómeno importante es el de la negación, en donde el investigador suprime la misma existencia de un fenómeno, evidencia, situación o explicación, ya sea debido a su incapacidad psicológica de aceptarlo (contraería la coherencia de su pensamiento o acarrearía consecuencias dañinas a su psique) o por sus intereses. 6 Es bastante indicativo el ejemplo de Robert A. Kehoe, quien negó por años el daño que producía el plomo – producido por las petroleras trasnacionales– a los humanos con el fin de mantener los intereses de tales empresas, hasta que fue refutado, después de veinte años, por Clair Patterson.7 Nuevamente, aunque este tipo de fenómenos psíquicos parecieran ser exclusivos de las ciencias sociales o presentes sólo en la utilización política del conocimiento, existen también en la investigación las ciencias exactas o naturales. Ejemplo de ello es el siguiente extracto del reconocido científico y divulgador de la ciencia Nick Lane: Termodinámica es una de esas palabras que […] es más atractiva si la vemos como lo que es: la ciencia del ‘deseo’. La existencia de átomos y moléculas está dominada por ‘atracciones’, ‘repulsiones’, ‘necesidades’ y ‘descargas’, hasta el punto de que llega a ser prácticamente imposible escribir sobre química sin caer en una especie de antropomorfismo cachondo. Las moléculas ‘quieren’ perder o ganar electrones, atraer cargas opuestas, repeler cargas iguales o cohabitar con moléculas de carácter semejante. Una reacción química tiene lugar de manera espontánea si todos los compañeros moleculares quieren participar, o acaso éstos sean presionados por una fuerza superior para reaccionar a regañadientes. Y desde luego a algunas moléculas que quieren realmente reaccionar les cuesta superar su timidez innata. Un poco de coqueteo discreto quizá origine una liberación masiva de lujuria, una descarga de pura energía.8 ¿Acaso no es esto de lo que Durkheim escribía acerca de la creación de categorías? Una de las tesis principales de Durkheim era exactamente que las representaciones conceptuales están constituidas socialmente y responden a la propia organización de la sociedad. Por ejemplo, la clasificación de las cosas a partir de jerarquías, es decir, de grupos 6 Ídem. 7 Que entre otros muchos logros descubrió la edad exacta de la Tierra. 8 Lane, Nick. Los diez grandes inventos de la evolución, Ariel, México, 2015, p. 23. ~ 11 ~ con mayor y menor influencia que otros, partió de la división de familias y clanes en sociedades primitivas, por lo que éstas sólo aplicaron su tipo de organización hacia la naturaleza. 9 (Cosa por más curiosa porque Durkheim era un autonombrado positivista). El positivismo entonces olvida que el investigador no puede acceder a la realidad sin interferencias. Interferencias no sólo traducidas en su historia personal y social, sino en la simple posición del humano en el proceso cognoscitivo. En la teoría del conocimiento tradicional se habla del sujeto y objeto como si de verdad pudieran abstraerse uno del otro; se dice que al “determinar el sujeto, el objeto se muestra independiente a él, trascendente a él”,10 de esta manera el sujeto y objeto son sólo abstracciones didácticas en las que se intenta acceder al conocimiento, pero que sin una adecuada reflexión pueden acabar llegando a conclusiones erróneas. Aunque estas interrogantes son más evidentes para las ciencias sociales que para las naturales, el sentido de la crítica siempre es el mismo: la irredenta esquematización del positivismo reduccionista. En tal sentido, si se quisiera hacer una defensa del positivismo, habría de ser desde una perspectiva no–reduccionista, en donde se integre la subjetividad del investigador, y que por tanto tratara de remediar esa subjetividad a través del método científico, porque ¿quién sino los humanos son los que llevan a cabo el método científico? Por supuesto que este trabajo de investigación no tiene como objetivo relativizar el conocimiento, sino relacionarlo con los procesos sociales de los que está determinado. Por todo lo anterior, la diferencia entre conocimiento y conocimiento científico debe estar fincada en una teoría del conocimiento no positivista. 1.1.2. El conocimiento y el conocimiento científico desde un enfoque no positivista Un enfoque no positivista sobre el conocimiento tiene como principal objetivo evitar la reificación del método científico como criterio de verdad, es decir, evitar que el método 9 Durkheim, Émile; Mauss, Marcel, “Sobre algunas formas primitivas de clasificación. Contribución al estudio de las representaciones colectivas” en Durkheim, Émile. Clasificaciones primitivas, Ariel, Barcelona, 1996, p. 98. 10 Hessen, J. Teoría del conocimiento, Espasa Calpe, México, 1983, p. 27. Las cursivas son del texto. ~ 12 ~ científico sea abstraído de las condiciones sociales que justamente son las que aseguran la validez de un conocimiento. En este apartado se argumenta que la diferencia entre el conocimiento y el conocimiento científico es la condición de intersubjetividad que permite a este último ser válido para diferentes sujetos epistémicos pertinentes. En principio, recordemos que el conocimiento es discutido comúnmente a través del análisis proposicional, es decir, “el que se refiere a un hecho o situación expresados por una proposición”,11 o, en otras palabras, en la coherencia lógica de los enunciados que denotan conocimiento; en español, a partir de los verbos saber y conocer. 12 El saber es un verbo que se utiliza de la siguiente manera: S sabe que p si y sólo si: 1) S cree que p 2) S tiene razones objetivamentesuficientes para creer que p13 Pero ¿a qué nos referimos con creencia? Villoro indica que la creencia es “un estado disposicional adquirido, que causa un conjunto coherente de respuestas y que está determinado [delimitado] por un objeto o situación objetiva aprehendidos”.14 De esta manera, la creencia es un estado, no una acción, es decir, está presente por un periodo relativamente largo de tiempo en las personas. Cuando Villoro dice que causa un conjunto coherente de respuestas, se refiere a que sólo a través de su manifestación es que se puede observar su existencia, ya que lo importante no es lo que la persona cree que cree, sino lo que “de verdad” cree y que sería en dado caso coherente con lo que haga. Finalmente, cuando menciona que la creencia está delimitada por un objeto, se refiere a que la creencia 11 Villoro, Luis. Creer, saber, conocer, Siglo XXI, México, 2013, p. 14. 12 Aunque es parte importante del análisis de Villoro, las diferencias que hace a partir del español no son exclusivas en el idioma; basta saber que, aunque en inglés el verbo to know unifica a saber y conocer en español, Bertrand Russell hace la misma diferencia hablando del knowledge by acquaintance and knowledge by descrption. Russell, Bertrand."Knowledge by acquaintance and knowledge" en Mysticism and Logic, Barnes & Noble Books, New Jersey, 1951, pp. 152–167. 13 Villoro, Luis. Op. Cit. p. 175. 14 Ibíd. p. 71. ~ 13 ~ no surge de la nada, sino que depende de procesos cognitivos tales como la percepción, la memoria o el entendimiento.15 Otro punto básico en la explicación de Villoro es que (al abordar la creencia, y por lo tanto el saber–conocimiento) podemos argüir razones, motivos y antecedentes. Estos son los motores que llevan a las personas a creer en algo. Las personas, cuando creen en algo, también justifican sus razones, y en el caso en que éstas no sean suficientes indagan sus motivos, y posteriormente sus antecedentes. Este punto es importante porque entonces Villoro ata a las creencias con los motivos, “todo aquello que mueve o induce a una persona a actuar de cierta manera para lograr un fin”. 16 Los motivos pueden ser elegidos conscientemente (entonces se les llama propósitos, intereses, etc.) o inconscientemente (pulsiones). Ahora bien, en la definición de saber, se argumenta que es una creencia con razones justificadas objetivamente. Pero ¿a qué se refiere Villoro cuando escribe “razones justificadas objetivamente”? Este punto es el giro más importante con el que Villoro rompe con el esquema tradicional de la teoría del conocimiento, ya que entonces la objetividad no recae en la división del sujeto del objeto y su aprehensión, sino en la intersubjetividad. Es decir, una razón es objetivamente suficiente “si es suficiente para cualquier sujeto de la comunidad epistémica pertinente que la considere”,17 lo que significa que depende de una comunidad y un contexto que la valore; la objetividad es intersubjetividad. En tal sentido, la teoría del conocimiento de Villoro va más allá de la supuesta pureza objetiva del investigador y la engrana con los procesos sociales en los que está envuelto. Cuando se dice que la objetividad es intersubjetividad y que ésta recae en las comunidades epistémicas, estamos diciendo que está ligada a un proceso de validación social, a un proceso que no puede ser, casi por naturaleza, perfecto ni infalible. En párrafos anteriores se mencionó que el conocimiento se analiza a partir de dos verbos: saber y conocer. El segundo verbo, conocer, al contrario que el saber, no se justifica 15 Ibíd. p. 72. 16 Ibíd. p. 103. 17 Ibíd. p. 148. ~ 14 ~ en razones objetivamente suficientes, sino en experiencias directas.18 Aunque también depende del ambiente (porque “extrae” del ambiente las experiencias), el conocer es una experiencia propia, pero también compartible, de hecho, “el conocimiento personal de un individuo puede ser fuente de descubrimiento de muchas verdades, pero éstas sólo tendrán el rango de saberes si pueden justificarse en razones comprobables por cualquiera”.19 Así, no se elimina la posibilidad de que se conozca algo desde la experiencia propia, pero se convierte en saber, es decir, en conocimiento, hasta que la sociedad o por lo menos la comunidad epistémica lo reconozca como tal. Mientras no sea mediado por la sociedad, la integración de las experiencias del sujeto sólo es una creencia, fuente, pero no constitución del conocimiento. Después de explicar lo que es el conocimiento en términos generales, se ha de reflexionar lo que es el conocimiento científico. La diferencia sustancial entre el conocimiento en general20 y el conocimiento científico simplemente es que la ciencia “sólo recoge aquellos hechos […] que sean accesibles a cualquier sujeto epistémico pertinente, expresables, por ende, en un saber objetivo”.21 El detalle está en el término de “sujeto epistémico pertinente”, ya que en la ciencia este sujeto es el científico, el intelectual acreditado por la sociedad para establecer qué es realidad y ficción, qué es verdadero y qué es falso. La estructura jerárquica de la sociedad y las asimetrías de poder están presentes en el conocimiento simplemente porque otorgan credenciales “válidas” a ciertos sujetos epistémicos. No cualquier persona está autorizada para verificar conocimientos y etiquetarlos como científicos, sino que deben pasar un gran número de filtros sociales que dependen de la misma organización social, y que los inserta en comunidades epistémicas científicas, las cuales son las que autorizan que ciertos conocimientos son acordes con la realidad. 18 Ibíd. p. 208. 19 Ibíd. p. 212. 20 Que, por cierto, existe sólo teóricamente según Villoro, Ibíd. p. 221 21 Ibíd. p. 223. ~ 15 ~ Para la acreditación del conocimiento científico, la comunidad epistémica científica considera al método científico como criterio de verdad suficiente. No obstante, en secciones anteriores de este texto se señalaron muchas de las limitaciones del método científico; limitaciones que los científicos conocen pero que intentan ignorar. Debido no sólo a los aspectos psico–sociales que impiden la perfecta ejecución del método científico, sino también a la inadaptabilidad uniforme del mismo a las diferentes disciplinas científicas; el método no es per se lo que nos indica qué conocimientos son científicos y cuáles no. En cambio, son los sujetos de las comunidades epistémicas científicas respectivas las que acreditan algo como científico, el poder que tienen como comunidad autorizada para ejercer ese papel. Por lo tanto, el método científico está atado a las condiciones sociales de la investigación, lo que paradójicamente es exactamente lo que lo dota de una validez efectiva. Con esto me refiero a que justamente el conocimiento es científico porque es intersubjetivo, porque puede ser validado por una comunidad y ser aplicable para toda ella. Esta posición podría muy bien confundirse con la postura de la escuela posmoderna, sin embargo, aunque la crítica es muy similar, muy lejos estoy de compartir sus conclusiones. El relativismo en la ciencia es perjudicial para su desarrollo, ya que imposibilita algún tipo de respuesta o conjetura que nos asiente en la realidad. Ya que no es posible ocultar la subjetividad del investigador, y es insuficiente disculparse por ello, la intersubjetividad es la condición de objetividad. Al respecto, Mannheim propone un nuevo nivel de objetividad a través del perspectivismo, en donde “diferentes observadores, inmersos en el mismo sistema, llegarán a resultados similares, sobre la base de la indentidad (sic) de su aparato conceptual y categorial y del mismo universo discursivo creadoen tal forma, y denunciarán como un error todo aquello que se aparte de esa unanimidad; […] llegar a la ‘objetividad’ de un modo más bien indirecto y de circunvalación”.22 A lo largo de esta sección se ha tratado de responder a la pregunta ¿qué es el conocimiento y el conocimiento científico? Como hemos visto, el conocimiento parte del 22 Mannheim, Karl. Ideología y utopía. Introducción a la sociología del conocimiento, Fondo de Cultura Económica, México, 1993, p. 262. ~ 16 ~ saber y el conocer, los cuales son creencias atadas al contexto en que se generan, especialmente a la validación de las comunidades científicas. Por lo tanto, el análisis social debe tener en cuenta que la diferencia entre conocimiento y conocimiento científico no parte de una diferencia propia de la realidad, sino que está atada a la sociedad y a las asimetrías de poder. De esta manera, esta atadura entre conocimiento y realidad social es una condición que permite el conocimiento, ya sea científico o no, a través de la intersubjetividad y el perspectivismo. Hasta el momento, esta “atadura” entre conocimiento y realidad pareciera unidireccional: la realidad social determina al conocimiento. En el siguiente apartado veremos que esto no es así, ya que el conocimiento también construye la realidad experimentada socialmente. 1.2. ¿Cómo es que el conocimiento construye la realidad? En principio, no hay que confundir la realidad con lo Real ni con la Verdad. Lo Real existe independientemente de nosotros como sujetos, de las interpretaciones que le demos y de nuestros modos de aprehensión. Decir lo contrario, equivaldría a pensar en lo Real como un plano no sólo antropocéntrico sino intrascendente al hombre. Que lo Real exista independientemente del sujeto implica que nosotros no podemos aprehenderla en su misma esencia. En principio, porque para aprehenderlo, necesitamos representaciones mentales y categorizaciones, es decir, necesitamos una serie de herramientas conceptuales que nos permitan introducirlas en nuestro sistema nervioso, esencialmente el cerebro. He aquí que el cerebro, dispuesto biológicamente de cierta manera, no nos permite aprehender lo Real por sí mismo (ejemplo de ello es cómo nuestro cerebro no está capacitado para observar la luz infrarroja ni la ultravioleta; el mismo cerebro tiene limitantes biológicas que nos impiden observar la realidad tal como es). De ahí que cuando hablemos de realidad –y así se le entenderá en adelante– estamos hablando de hecho, de la “realidad experimentada socialmente”, es decir, un cúmulo de consideraciones y estados mentales en los que se califica a ciertos fenómenos como reales y existentes a partir de nuestra interacción con la sociedad. ~ 17 ~ La forma en que la sociedad regula la existencia de un fenómeno se hace a partir de criterios de verdad; en tal caso, cuando los humanos interpretan la realidad no se puede afirmar, por mucho que refinemos nuestros métodos, que tal o cual interpretación es la Verdad o lo Real. Si este fuera el caso, entonces estaríamos hablando de un criterio de verdad infalible y ahistórico, lo cual nos regresa al positivismo, al idealismo, y a detener el desarrollo de la ciencia. Por ello, cuando se escriba “Verdad” se entenderá como una ilusión metodológica y conceptual que integra lo Real en un discurso. Cuando se mencione “verdad”, con minúsculas, se entenderá como el discurso que encaja temporalmente con lo que consideramos realidad, es decir, con el conocimiento. Ahora bien, ¿por qué hablar de una realidad experimentada socialmente y no de una experimentada individualmente? Esto es porque el humano siempre ha aprendido prácticas, costumbres, conductas y conocimientos a través de la sociedad, dicho de otra manera, el humano ha conocido limitadamente cómo funciona el mundo porque es un ser social. La forma en que funciona la construcción social de la realidad, fue brillantemente descrita por lo que Berger y Luckmann23 bautizaron como dialéctica social. Sin embargo, para que este mecanismo pueda ser comprendido cabalmente, es necesario señalar que la dialéctica social es también una dialéctica de las significatividades, ya que nuestra premisa básica es que las personas actúan hacia otros actantes 24 sobre la base de las significatividades que las personas tienen hacia ellos.25 23 Berger, Peter; Luckmann, Thomas. Op. cit. 24 Utilizo la palabra actante en términos de Latour, Bruno, “La tecnología es la sociedad hecha para que dure”, en Domenech, M.; Tirado, F. J. (comps.), Sociología simétrica. Ensayos de ciencia, tecnología y sociedad, Gedisa, Barcelona, 1998, pp. 109-142. Con ella me refiero tanto a los actores humanos como no– humanos y usaré el término limitadamente, tan sólo para señalar el matiz que señala. 25 Aunque modificada, la idea central proviene de Wendt, Alexander. “La anarquía es lo que los Estados hacen de ella: La construcción social de la política del poder” en Santa Cruz, Arturo (Edit.). El constructivismo y las relaciones internacionales, CIDE, México, 2009, p.130; y de Schutz, Alfred, “El ciudadano bien informado. Ensayo sobre la distribución social del conocimiento”, en Estudios sobre teoría social, Amorrortu, Buenos Aires, 1974, pp. 125–126 ~ 18 ~ 1.2.1. Significatividades Las significatividades son los significados que tenemos sobre los objetos que nos rodean y que nos permiten darles relevancia, diferenciarlos entre sí. Según Schütz26, por su origen, las significatividades pueden ser impuestas o intrínsecas, aunque como veremos, esta diferencia es difusa y ambivalente. Estas significatividades siempre han de partir de la correlación antecedentes–contexto con la práctica. Si pensamos en cómo se identifica el sujeto en su historia de vida, en su novela familiar, podemos fácilmente encontrar antecedentes biológicos 27 y especialmente un contexto específico de desarrollo. Una cierta familia, una colonia, una ciudad, un país y todo lo que conllevan, ciertamente influye, por no decir determinan, la identidad del sujeto, pero también las significatividades que éste sujeto tiene de las cosas. De esta manera, Schütz menciona que las significatividades impuestas surgen de que nosotros los sujetos en parte actuamos como “meros receptores pasivos de sucesos ajenos a nuestro control, que se producen sin nuestra intervención. Se nos imponen como significativos situaciones y sucesos que no se vinculan con intereses elegidos por nosotros, que no derivan de actos de nuestro albedrío y que debemos recibir tal como son, sin poder alguno para modificarlos mediante nuestras actividades espontáneas, excepto transformando las significatividades así impuestas en significatividades intrínsecas”.28 Para Schultz, las significatividades intrínsecas “son el resultado de nuestros intereses elegidos, establecidos por nuestra decisión espontánea de resolver un problema mediante nuestro pensamiento, de alcanzar un objetivo mediante nuestra acción o de concretar un estado de cosas proyectado”.29 No obstante, pensemos que los intereses elegidos parten de la identidad, también resultado de los antecedentes, el contexto y la práctica del sujeto, por lo que la construcción de significatividades por “decisión espontánea” o el por “alcanzar un objetivo” no son de ninguna manera intrínsecas a nosotros, sino que están determinadas o por lo menos 26 Schutz, Alfred. Op. cit. p. 125-126. 27 Para no ignorar, pero tampoco sobrestimar los descubrimientos en genética. 28 Schutz, Alfred. Op. cit. p. 126. 29 Ibíd. pp. 125–126. ~ 19 ~ delimitadas por la práctica de las significatividades impuestas. Por tanto, “intrínsecas” parece ser un nombre inadecuado que podría ser remplazadopor “dependientes”, en tanto que cambian en función de la práctica. Por tanto, las significatividades impuestas son parte de nuestra condición social, y de alguna manera u otra están en función de nuestros antecedentes y contexto. Los sucesos y problemas a los que se enfrenta el sujeto, son los que siguen moldeando las significatividades del mismo. Si los antecedentes y el contexto son la prefabricación de cubos de mármol, el hombre y su interacción con la realidad, con el mundo en general, son la forma en que éste cincela y arma estos cubos. Dicho de otra manera, las significatividades impuestas son la condición necesaria del pensamiento humano, mientras que las dependientes son la condición suficiente de ellas. En otra clasificación, ya no por el origen sino por el nivel en el que operan, las significatividades pueden ser de dos tipos: conscientes e inconscientes. Empezaremos con los primeros. Las significatividades conscientes son, en realidad, los conocimientos que tiene el sujeto, es decir, objetivaciones significativas. Las objetivaciones significativas, que comenzaron en la humanidad al crear símbolos y lenguaje con contenidos específicos entendidos por más de una persona, permitieron al hombre actuar como organización, creando las primeras prácticas colectivas posibles de transmitirse a través de la historia. Tales prácticas, habitualizadas por los actores, y tipificadas por los mismos permitieron que se generaran las instituciones.30 El desarrollo del niño en este punto es esencial, ya que el lactante, en principio, no “discierne su yo de un mundo exterior, como fuente de sensaciones que le llegan”,31 por lo que no puede objetivar. Mientras crece, el niño va objetivando su ambiente, separándose de él. Este proceso, no obstante, está encaminado por el medio social; el niño aprende palabras que designan ciertas cosas, ciertas relaciones y cierto orden social. El medio por el que lo hace es el de la vida cotidiana; así el “mundo de la vida cotidiana no solo se da por 30 Berger, Peter; Luckmann, Thomas. Op. cit., p. 72. 31 Freud, Sigmund. El malestar en la cultura, Ediciones Folio, España, 2006, p. 11 ~ 20 ~ establecido como realidad por los miembros ordinarios de la sociedad en el comportamiento subjetivamente significativo de sus vidas. Es un mundo que se origina en sus pensamientos y acciones, y que está sustentado como real por éstos”.32 Sin embargo, también se debe señalar que la obtención de conocimiento es muchas veces, si no es que la mayoría, inconscientes. Basándonos en la teoría psicoanalítica, el inconsciente guía la conducta del sujeto como resultado tanto de las pulsiones que éste posee, como de su desarrollo en la novela familiar. Cabe destacar que Freud constantemente escribió acerca de cómo el aparato psíquico del sujeto estaba ligado con su estructura social (especialmente la familiar) y no encontraba diferencia, por tanto, entre la psicología y la psicología social.33 Los significados inconscientes del sujeto no son cosa menor en esta investigación ni en la construcción social de la realidad, ya que los procesos de los que el humano es parte están siempre cargados de su subjetividad y su historia, tal como se mencionaba que intentaba ignorar el positivismo. Acaso es este pensamiento el que Bourdieu llamaba el habitus, los cuales son “formas de clasificación originarias, [que] deben su eficacia propia al hecho de que funcionan más allá de la conciencia y del discurso, luego fuera de las influencias del examen y del control voluntario: orientando prácticamente las prácticas, esconden, lo que se denominaría injustamente unos valores en los gestos más automáticos o en las técnicas del cuerpo más insignificantes en apariencia, […] y ofrecen los principios más fundamentales de la construcción y de la evaluación del mundo social […]”.34 Es decir, nuestras formas de clasificación, que no es otra cosa que la esencia del conocimiento, y por tanto de las significatividades conscientes, dependen íntimamente del esquema del habitus, de la práctica inconsciente y del entramado de relaciones primordiales que aprende el sujeto. Las significatividades inconscientes, por tanto, son el principio de la intención del sujeto para con su ambiente, sea humano o natural. 32 Berger, Peter; Luckmann, Thomas. Op. cit., p. 37. 33 Freud, Sigmund. Psicología de las masas, Alianza Editorial, España, 2010, p. 9. 34 Bourdieu, Pierre, “Clases y enclasamiento”, en La distinción. Criterios y bases sociales del gusto, Taurus, Madrid, 1998, p. 477. ~ 21 ~ Con ello, no trato de decir que alguna de las dos sea precedente a la otra o que lo consciente siempre esté subordinado a lo inconsciente, sino todo lo contrario: la relación dialéctica que aparece entre estas dos es la que moldea y crea nuestra realidad, como se verá en el siguiente apartado. Por tanto, lo que siempre hay que tener en cuenta, y que muchas veces se ignora, es que en todo proceso social existen estas significatividades inconscientes que influyen en mayor o menor medida en la construcción de la realidad. 1.2.3. La dialéctica social o la dialéctica de las significatividades La dialéctica social implica la dinámica de la sociedad y de su construcción mutuamente constitutiva. En tanto que las significatividades son parte del proceso social, la dialéctica social también es la dialéctica de las significatividades, la construcción de los esquemas que nos permiten darle relevancia o significado a nuestro mundo exterior. Ya que entendemos cómo las significatividades están presentes en la práctica, es cuando podemos entrar al propio terreno de la misma, el proceso por el cual los humanos integran y construyen su realidad. 1.2.3.1. El proceso: externalización–objetivación–internalización La dialéctica social expuesta por Berger y Luckmann es esencial para integrar las anteriores ideas; los tres momentos de tal dialéctica son: externalización–objetivación– internalización. La externalización son las prácticas del hombre en su medio, que crean la sociedad. La sociedad objetiva las prácticas del sujeto al generalizarlas con los otros sujetos. El tercer momento es cuando esta sociedad produce hombres al ser internalizada en el sujeto. 35 Una vez internalizadas las objetivaciones, todas las relaciones humanas se encontrarán mediadas por la sociedad, la cual tomará forma de, una vez y para siempre, sujeto colectivo. Es este proceso el que hace posible la construcción social de la realidad. 35 Berger, Peter; Luckmann, Thomas. Op. cit. p. 83. ~ 22 ~ La dialéctica social puede explicarse a partir de la siguiente figura: Analicemos el esquema. La externalización parte de los sujetos ya sean individuales o colectivos, que actúan o trabajan sobre la realidad. En el esquema, la acción está dirigida hacia la sociedad, ya que, como se explicó anteriormente, la realidad es experimentada socialmente a partir de las objetivaciones que en ella suceden. En Marx, la externalización está generalizada en el trabajo. Para este autor, el objeto del trabajo es la objetivación de la vida del hombre como especie, ya que se reproduce a sí mismo en su ambiente, de modo que el trabajo es su propia función activa, su actividad vital36; es, por lo tanto, su conexión práctica con el ambiente y con sí mismo. 36 Marx, Karl. “Manuscritos económico-filosóficos” en Fromm, Erich. Marx y su concepto del hombre, Fondo de Cultura Económica, México, 2011, pp. 110–112. Fuente: Elaboración propia basada principalmente en los conceptos de Berger, Peter; Luckmann, Thomas. Op. cit. ~ 23 ~ Sin embargo, la práctica también presuponeconocimiento sobre el actante. Los actantes, según Latour, es un concepto que incluye tanto a los actores humanos como no– humanos. 37 La inclusión de los actores no–humanos implica que los actores actúan (externalizan, practican) sobre lo Real, un suceso que más adelante se explicará bajo el término de confrontación con lo Real. Ahora bien, en ningún caso podemos pensar que las personas actúen sin saber consciente o inconscientemente algo sobre el actante; el que el conocimiento del sujeto sea incompleto implica que las consecuencias de su acción vayan más allá de su intención, es decir, son consecuencias no deseadas. Aunque evidentemente la externalización conlleva muchos más aspectos, volveremos a ella al final de este apartado, evidenciando así la necesidad de ver la dialéctica social como lo que es: un ciclo continuo y que se crea a sí mismo. Como se puede apreciar en la figura 1, la objetivación sucede dentro de la sociedad, pero no es bajo un mecanismo aleatorio o caótico, sino que parte de la división del trabajo. Para Marx, la división del trabajo primordial es cuando se divide la producción material de la intelectual,38 el momento en el cual se puede representar algo sin que represente algo real, sino algo cargado de diversos significados para el sujeto. Por supuesto que puede cuestionarse si este fenómeno habría podido ocurrir antes de la división del trabajo, no obstante, se debe advertir que, en el caso de objetivaciones sociales, es sólo a través de la división del trabajo en que un concepto, una idea, una significatividad, puede ser social. De la objetivación y la división de trabajo, siguiendo a Berger y Luckmann, se forma un cuerpo de conocimiento de las actividades que se trabajan, de modo que se genera una “programación institucional” de las actividades económicas.39 De ahí que comience una función clasificatoria de entes, momentos y hechos del mundo en géneros y especies, constituyendo grupos bajo relaciones que están presentes en la organización social; fenómeno que Durkheim llama sociocentrismo, que indica la tendencia a que las objetivaciones sociales, las significatividades estén siempre referidas y en función de la sociedad, el primer modelo de la conciencia: “[…] la sociedad es un todo, o más bien es el 37 Latour, Bruno. Op. cit. 38 Marx, Karl. La ideología alemana y otros escritos filosóficos, Losada, España, 2010, p. 63 39 Berger, Peter; Luckmann, Thomas. Op. cit., p. 88 ~ 24 ~ todo único al que todo es remitido. Así, la jerarquía lógica no es sino otro aspecto de la jerarquía social y la unidad de conocimiento no es otra cosa que la unidad misma de la colectividad, extendida al universo”.40 Por tanto, la posición de la objetivación dentro de la sociedad en la figura 1, no está sólo justificada porque las objetivaciones son, por defecto, sociales, sino también porque a ella están remitidas todas las significatividades; la sociedad es un ordenador y modelo del conocimiento humano, no hay relación humana que no esté mediada por la sociedad. Al acentuarse la división del trabajo y por lo tanto la objetivación de sus prácticas, comienzan a surgir los conceptos que en realidad son representaciones colectivas, lo que significa que además de ser comunes a todo grupo social, están empapadas de un saber que rebasa al individuo medio.41 Son resultado de una inmensa cooperación humana en el tiempo y en el espacio, el saber de generaciones enteras acumuladas más allá de la voluntad de los individuos.42 Por supuesto que los conceptos también tienen un matiz individual, una significancia privada que se comparte con la social, la cual nos permite vivir y actuar en sociedad. Pero en realidad sólo una parte muy pequeña de nuestro conocimiento está generado en nuestra experiencia, sino que es más bien resultado de inmensos momentos que han experimentado otros, y que, de alguna u otra manera, nos han transmitido.43 La acumulación de conocimientos a través de la división del trabajo, finalmente genera un acervo de conocimiento que está (teóricamente) disponible para todos, pero no de modo integrado, sino como una yuxtaposición de sistemas de conocimiento que más o menos son coherentes y compatibles unos con los otros.44 Este acervo de conocimientos está distribuido también a partir de la división del trabajo, ya que cada individuo u organización posee conocimientos en grados diferentes. Las objetivaciones sociales y las significatividades están, entonces, acumuladas en este acervo de conocimiento, el cual permite, a su vez, el desarrollo de la sociedad. 40 Durkheim, Émile; Mauss, Marcel. Op. cit., pp. 26, 30, 99, 110. 41 Durkheim, Émile. Las formas elementales de la vida religiosa (y otros escritos sobre religión y conocimiento), Fondo de Cultura Económica, México, 2012, p. 480. 42 Ibíd., pp. 69–70. 43 Schutz, Alfred. Op. cit. p. 130. 44 Ibíd., p. 120. ~ 25 ~ La división del trabajo también está implicada en darle a los distintos sectores sociales distintos conocimientos, distintas objetividades, las cuales no sólo implican una distribución desigual, sino incluso contradictoria. La identidad de grupo y las consecuencias que de ella emanan, son producto de la objetivación; conceptos como nación, raza, cristiano, estudiante, etc., no son conceptos cerrados ni estáticos, sino que están en constante debate dentro de la sociedad y dentro del individuo. La objetivación permite que existan definiciones de ellas medianamente limitadas y mayormente confusas, cargadas de significados similares y otras veces contradictorios, dependientes, por supuesto del contexto y los antecedentes del sujeto colectivo o individual. Así como la división del trabajo es origen de la existencia de clases sociales, la objetivación también hace posible que se integren significatividades en relación con lo que cada clase social “es o no es”, y por supuesto también con los intereses que tengan. Sin embargo, la necesidad de que las objetivaciones, las representaciones colectivas, las significatividades sean verdaderamente sociales, hace forzoso que todas ellas sean remitidas a sujetos individuales o colectivos, las cuales lo absorben a través del momento de internalización. Guiándonos nuevamente por la figura 1, la internalización es un proceso, un momento, entre la sociedad y el sujeto, de dirección contraria a la externalización, que permite que las significatividades sean aprendidas por los individuos para el funcionamiento mismo de la sociedad. Este proceso es el que funciona en el nivel más inconsciente, ya que, en el desarrollo del sujeto, la forma en que aprende y recibe de la sociedad las significatividades no están mediadas por algún filtro crítico, a menos que el contexto así lo permita. Para Bourdieu, la internalización se realiza “[…] por medio de los condicionamientos diferenciados y diferenciadores que se encuentran asociados a las diferentes condiciones de la existencia, por medio de las exclusiones y de las inclusiones, de las uniones […] y de las divisiones […] que están en el origen de la estructura social y de la eficacia estructurante que la misma ejerce; por medio también de todas las jerarquías y de todas las clasificaciones que están inscritas en los objetos […], en las instituciones […] o, simplemente, en el ~ 26 ~ lenguaje; por medio, por último de todos los juicios, veredictos, clasificaciones, llamadas al orden, que imponen las instituciones especialmente dispuestas para este fin, como la familia o el sistema escolar, o que continuamente surgen de los encuentros e interacciones de la existencia ordinara, el orden social se inscribe progresivamente en las mentes”.45 Uno de los fenómenos más frecuentes en la internalización es el de la traducción. Para que las objetividades creadasdentro de la sociedad estén dentro del sujeto, se realiza un proceso de transmisión que, sin embargo, no es perfecto. En la transmisión las objetividades y las significatividades se traducen, es decir, no son idénticas a como se encuentran en la sociedad, sino que fueron transformadas debido al contexto y los antecedentes del sujeto. Hay que tener en cuenta, que en realidad no hay una “versión social”; hay, por supuesto, una versión que es socialmente aceptada, por lo menos con los requerimientos mínimos que hacen identificable a la objetivación, pero no idéntica y común a toda la sociedad. Por ello es que la traducción es tan importante de contemplar, porque nos permite identificar los desplazamientos de significatividades que ocurren entre diversos actores. La traducción no es una falla, sino al contrario; es un fenómeno indispensable para que ocurra cualquier acción, es la garantía del desarrollo del conocimiento. De hecho, para Latour, “la operación de traducción se convierte en el principio esencial de composición, de unión, de reclutamiento o de enrolamiento”.46 La traducción nos lleva a considerar que la integración de las objetividades en el sujeto no es neutra, sino que están definitivamente inclinadas por la relativa importancia que tengan ciertos elementos o actores en su contexto y sus antecedentes. Estas inclinaciones se imponen al sujeto como necesidades objetivas, 47 que por tanto son imprescindibles de contemplar en sus acciones y en sus pensamientos; es el que mantiene el orden en las categorías del sujeto. 45 Bourdieu, Pierre. Op. cit. p. 481. No habla explícitamente de la internalización, pero intuye perfectamente cómo se constituye este momento. 46 Latour, Bruno. La esperanza de Pandora. Ensayos sobre la realidad de los estudios de la ciencia, Gedisa, Barcelona, 2001, p. 370. 47 Bourdieu, Pierre. Op. cit. p. 482. ~ 27 ~ Esto es lo que Berger y Kellner llaman el “dispositivo nómico”, en el cual “[…] al individuo se le proporcionan conjuntos específicos de tipificaciones y criterios de relevancia, predefinidos por la sociedad y puestos a su disposición para el ordenamiento de su vida cotidiana”,48 que se forma en el sujeto en la socialización–internalización y se modifica por él mismo a lo largo de su vida (lo que anteriormente llamamos las significatividades dependientes). El dispositivo nómico funciona conjuntamente con el conformismo lógico, con un límite cognitivo que está presente en el sujeto gracias a la socialización y el desarrollo psíquico del sujeto. No obstante, si el dispositivo nómico es garantía interior del orden social, la disrupción del conformismo lógico actúa en la autoridad de la sociedad al considerarlo y tratarlo, en ocasiones, fuera del intelecto humano.49 La internalización también es productora de la identidad, ya que fija los límites de quién eres y quién no, de lo que puedes y no puedes hacer; en psicoanálisis, a través de la formación del superyó y de la confrontación entre pulsiones y realidad; en sociología, por la internalización del dispositivo nómico. Pero recordemos que identidad no sólo es personalidad, sino también la forma de pensar. Brillantemente, Mannheim identificó al origen del estilo de pensamiento en los grupos a los que pertenece el sujeto. En sus palabras: “[…] un estilo de pensamiento abarca más de un campo de autoexpresión humana; abarca no sólo la política sino también el arte, la literatura, la filosofía, la historia, etc. Implica además que la fuerza dinámica que está detrás de su carácter cambiante actúa muy profundamente por debajo de la superficie concreta de los diferentes modos de autoexpresión”.50 Así como el estilo de pensamiento del sujeto está influenciado por los grupos a los que pertenece, sus acciones también se enmarcan dentro de éstos. El surgimiento de la institucionalización de la división del trabajo, y por tanto de los grupos que de él emanan, permite también que los sujetos asuman roles. Los roles son la experiencia individual de las 48 Berger, Peter; Kellner, Hansfried, “El matrimonio y la construcción de la realidad” en Revista Diógenes, Editorial Sudameticana, Buenos Aires, Núm. 46, 1964, p. 120. 49 Durkheim, Émile. Op. cit. p. 70. 50 Mannheim, Karl, “El pensamiento conservador”, en Ensayos sobre sociología y psicología social, Fondo de Cultura Económica, México, 1963, p. 88. ~ 28 ~ instituciones, de los grupos objetivados; de esta manera, al “desempeñar ‘roles’ los individuos participan en un mundo social; al internalizar dichos ‘roles’, ese mismo mundo cobra realidad para ellos subjetivamente”.51 Aquí radica la importancia de la internalización, ya que las objetivaciones sociales y las significatividades no permanecen sólo en el plano consciente, sino que se vuelven parte, a través de la práctica, de la propia subjetividad del sujeto, de modo que no es sino la sociedad la que le da sentido, dirección y coherencia a la vida humana. Es un proceso inevitable del desarrollo individual, y por lo mismo, no se puede ignorar en cada una de sus actividades, incluyendo la científica. Los roles, además de ser producto de la división del trabajo, lo mantienen y lo controlan. Al ser parte de una actividad institucionalizada, los roles se vuelven parte de la identidad del sujeto, y con ello, como mencionábamos antes, también la forma en que se manifiesta su acción. Sus acciones, por tanto, están fijadas por la institucionalización, por el rol que ejercen, por la clase social a la que pertenecen, por la historia, los antecedentes, el contexto, en fin, el habitus del sujeto. Todo este proceso de internalización forma todo tipo de significatividades, las cuales forman el principio de pertinencia de Bourdieu, quien no las menciona explícitamente. Bourdieu menciona que este principio “define el conjunto de las características de las cosas o de las personas capaces de percibirse como interesantes, positiva o negativamente, por el conjunto de los que emplean esos esquemas […], no es otra cosa que el interés que los individuos o los grupos considerados tienen en reconocer este rasgo y la pertinencia del individuo considerado al conjunto definido por el mismo: el interés por el aspecto percibido nunca es completamente independiente del interés por percibirlo”.52 En tanto el sujeto es siempre parte de un grupo (una familia, una religión, una escuela), su forma de pensar está influenciada por éstos. Aprende ciertos principios de comportamiento, ciertos tabúes, y ciertos propósitos. En términos marxistas, la clase social se impone al grupo, de modo que tiene la capacidad de ejercer influencia sobre la atribución 51 Berger, Peter; Luckmann, Thomas. Op. cit. pp. 95–96. 52 Bourdieu, Pierre. Op. cit., p. 486. ~ 29 ~ que los sujetos tengan de las cosas, de los actantes. Estas atribuciones, guiadas por el principio de pertinencia, son las que determinan gustos, pensamientos, modo de vida e intereses. El que la internalización permita la creación de intereses proviene de la división del trabajo, en que el que germina la contradicción entre el interés del individuo particular y el interés colectivo de la sociedad,53 de la institucionalización de las prácticas de su grupo, y de los roles que ejerce en la sociedad. Pero estos intereses también son los que motivan “todo nuestro pensar, proyectar, actuar, planteando así el problema que nuestro pensamiento debe resolver y los objetivos que nuestras acciones deben alcanzar. En otras palabras, “es nuestro interés el que escinde el campo no problemático de lo ya conocido en varias zonas de diversa significatividad con respecto a tal interés, cada una de las cuales exige un grado diferente de precisión del conocimiento”.54
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