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FACULTAD DE DERECHO Seminario de Derecho Electoral “LAS CANDIDATURAS INDEPENDIENTES COMO PARTIDOS POLÍTICOS UNIPERSONALES” T E S I S QUE PARA OBTENER EL GRADO DE LICENCIADO EN DERECHO P R E S E N T A: ARTURO JACQUES RENDÓN con la asesoría de DR. JOSÉ FERNANDO OJESTO MARTÍNEZ PORCAYO Ciudad Universitaria, CD. MX. 2016 UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. VmVEIy,DAD NAc:,IONAL AvToN'MA DE MEZIc:,O LIC. IVONNE RAMíREZ WENCE DIRECTORA GENERAL DE ADMINISTRACiÓN ESCOLAR DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO A quien corresponda: SEMINARIO DE D ERECHO ElI:CfOOAL Oficio: FD/SDE/091/2016 18 de octubre de 2016 Me permito informar que la tesis para optar por el título de Licenciado en Derecho elaborada en este Seminario por el pasante en Derecho ARTURO JACQUES RENDÓN, con número de cuenta 410053579, bajo la dirección del Dr. José Fernando Ojesto Martínez Porcayo, registrada ante este Seminario como "LAS CANDIDATURAS INDEPENDIENTES COMO PARTIDOS POLÍTICOS UNIPERSONALES", satisface los requisitos reglamentarios respectivos , por lo que con fundamento en el articulo 10, punto número 8, del Reglamento para el funcionamiento de los Seminarios de la Facultad de Derecho, otorgo mi aprobación de la tesis y autorizo su presentación al jurado recepcional en los términos del Reglamento de Exámenes Profesionales y de Grado de esta Universidad. Cabe señalar que el contenido de las ideas expuestas en la investigación, asi como su defensa en el examen oral, son de la absoluta responsabilidad del autor, esto con fundamento en el articulo 21 del Reglamento General de Exámenes y la fracción 11 del articulo 2 de la Ley Orgánica de la Universidad Nacional Autónoma de México. De acuerdo con lo anterior y con fundamento en los artículos 18, 19, 20 Y 28 del Reglamento General de Exámenes Profesionales, solicito a usted ordene la realización de los trámites tendientes a la celebración del examen profesional del alumno mencionado. El interesado deberá iniciar el trámite para su titulación dentro de los seis meses siguientes, contados de dia a dia , a partir de aquél en que le sea entregado el presente oficio, en el entendido de que, transcurrido dicho plazo sin haber llevado a efecto el examen, caducará la autorización que ahora se le concede para someter su tesis a examen profesional, misma autorización que sólo podrá otorgarse nuevamente si el trabajo recepcional conserva su actualidad y, en caso contrario, hasta que haya sido actualizado, todo lo cual será calificado por la Secretaria General de esta Facultad . Sin otro particular, reciba un afectuoso saludo. A DR. JOSÉ "/lCULTAD DE !lERECHO I R· . ¡~. . . . ~::z ~ -SEMINARIo DE OER€CHO ElECTOR.6.L Director del Seminario de Electoral de la Facultad de Derecho Universidad Nacional Autónoma de México “LAS CANDIDATURAS INDEPENDIENTES COMO PARTIDOS POLÍTICOS UNIPERSONALES” ÍNDICE CAPÍTULO I. CONCEPTOS PRELIMINARES ....................................................... 1 1.1. Origen de la democracia. .............................................................................. 1 1.1.1. Grecia .................................................................................................... 2 1.1.2. Roma ..................................................................................................... 4 1.1.3. Edad Media ............................................................................................ 7 1.1.4. Renacimiento ....................................................................................... 12 1.1.5. Revolución Francesa ........................................................................... 17 1.2. El pueblo y el poder. ................................................................................... 21 1.2.1. El individuo en la democracia. ............................................................. 27 1.3. Formas de democracia. .............................................................................. 30 1.3.1. Democracia directa. ............................................................................. 31 1.3.2. Democracia representativa. ................................................................. 32 1.3.3. Democracia participativa o semidirecta................................................ 38 1.4. La democracia mexicana. ........................................................................... 40 CAPÍTULO II. DEL DERECHO ELECTORAL MEXICANO .................................. 47 2.1. Marco constitucional del Derecho Electoral Mexicano................................ 47 2.2. Derechos político-electorales de los ciudadanos. ....................................... 53 2.3. Los partidos políticos. ................................................................................. 58 2.3.1. Sistemas de partidos políticos. ............................................................ 63 2.3.2. Antecedentes del sistema partidista en México. .................................. 69 2.3.3. Los partidos políticos en el México actual. ........................................... 81 CAPÍTULO III. PRECEDENTES DE LAS CANDIDATURAS INDEPENDIENTES EN MÉXICO .......................................................................................................... 85 3.1. Los conceptos de orden público e interés público en el derecho mexicano. .......................................................................................................................... 85 3.2. El caudillismo revolucionario y las pugnas por el poder. ............................ 89 3.3. Los partidos políticos como agrupaciones de poder político. ..................... 95 CAPÍTULO IV. ANÁLISIS DE LA REFORMAS ELECTORALES DE 2012 Y 2014 ............................................................................................................................ 101 4.1. Las candidaturas independientes. ............................................................ 101 4.1.1. Concepto. ........................................................................................... 103 4.1.2. Antecedentes en México. ................................................................... 107 4.1.3. Antecedentes a nivel mundial. ........................................................... 115 4.1.4. La reforma político-electoral y las candidaturas independientes. ....... 120 4.2. Partidos políticos vs. candidaturas independientes. ................................. 125 4.3. Panorama actual....................................................................................... 129 CONCLUSIONES ............................................................................................... 139 PROPUESTAS ................................................................................................... 144 BIBLIOGRAFÍA Y HEMEROGRAFÍA ................................................................ 149 LEGISLACIONES Y OTROS DOCUMENTOS LEGALES ................................. 156 TESIS Y JURISPRUDENCIAS ........................................................................... 157 1 CAPÍTULO I.CONCEPTOS PRELIMINARES 1.1. Origen de la democracia. El término democracia surge a partir de la unión de los vocablos griegos demos y kratos, cuyas traducciones al español son “pueblo” y “poder”, respectivamente. La democracia tiene su origen en la antigua polis griega alrededor del siglo V a.C., siendo la ciudad-estado de Atenas generalmente señalada como la cuna de la democracia debido a que fue ahí donde se contempló a la democracia como una manera de dar mejores soluciones a las problemáticas políticas y sociales de la ciudad. No obstante que la etimología de la palabra democracia, en su traducción al español, alude al “gobierno del pueblo”, la palabra democracia en la antigua Grecia definía un sistema político y una forma de gobierno en donde las decisiones políticas y de gobierno eran tomadas por la mayoría del pueblo en las ciudades-estado griegas.1 En términos generales la democracia es una doctrina política y una forma de gobierno, no de Estado, en la que la soberanía reside pertenece a los ciudadanos, por lo que el pueblo es el origen, el sostén, la justificación y el ejercicio del poder público. Al analizar la concepción de la palabra democracia es necesario explorar su origen desde un plano enfocado a lo filosófico y lo social, ya que la democracia no presupone un sistema de elecciones ni de representación y tampoco refiere únicamente al poder de un pueblo para tomar decisiones, sino que representa un sistema tanto político como social donde le es otorgado a la ciudadanía el poder de resolver cómo se atenderán aquellos temas que conciernen a la población en general. 1 FERNÁNDEZ SANTILLÁN, José F., La democracia como forma de gobierno, 4ª ed., México, Instituto Federal Electoral, 2001, colección Cuadernos de Divulgación de la Cultura Democrática, núm. 3, p. 11. 2 1.1.1. Grecia Según la tradición de los autores clásicos de la literatura griega, la democracia es una de las tres posibles formas de gobierno según el diverso número de gobernantes que caracteriza a cada una de ellas; en particular, es aquella forma de gobierno en la cual el poder es ejercido por todo el pueblo o, como fue señalado en los párrafos anteriores, por la mayoría, y como tal se diferencia de la monarquía y de la aristocracia en las cuales el poder es ejercido, respectivamente, por uno solo o por pocos. Aristóteles clasificaba a las formas de gobierno no solo por el número de los gobernantes, sino también con respecto a los distintos modos de gobernar; consideraba que había formas de gobierno adecuadas cuyo propósito era lograr el bien común y formas de gobierno descaminadas cuyo fin era el beneficio de quien gobernaba. Según la clasificación aristotélica, la democracia era considerada como la manera errónea de gobernar, mientras que la politéia era la adecuada. Tras un análisis de la postura aristotélica sobre la democracia, Giovanni Sartori señala que “la democracia es la forma corrompida del gobierno de muchos: y ello porque en la democracia, los pobres gobiernan en su propio interés (en lugar de gobernar en el interés general)”.2 Algunos historiadores han señalado que la toma de decisiones mediante la democracia era de la exclusiva competencia de la asamblea de ciudadanos, conformada principalmente por artesanos y campesinos y encontrándose excluidos de dichas asambleas de ciudadanos la mayoría de los nobles y la totalidad de los niños, mujeres, esclavos y extranjeros que residiesen en dicha ciudad-estado, por lo que la democracia antigua surgió como una forma de oposición a la dominancia de la nobleza y no como una forma de gobierno completamente incluyente. Es por lo anterior que la antigua nobleza ateniense argumentaba respecto de la democracia que si bien se estaba actuando para el 2 SARTORI, Giovanni, Elementos de teoría política, Madrid, Alianza Editorial, p. 35. 3 beneficio de la mayoría de la población, no se actuaba para el beneficio de la totalidad, por lo que la politéia suponía una mejor alternativa para la toma colectiva de decisiones, pues ésta última sí era incluyente con todos los estratos sociales.3 No obstante lo anterior, el término democracia comenzó paulatinamente a ser considerado como un buen régimen de gobierno a raíz del uso del término isonomía, el cual supone ser un equivalente de la politéia, para hacer referencia a la igualdad de la población ante la ley y la igualdad de derechos de la población, lo cual fue dando un efecto positivo a la participación colectiva en la forma de gobierno y por ende al término democracia. Tal fue el efecto de la palabra isonomía que el término democracia fue adoptado como la manera indicada de gobernar mientras que los términos oclocracia y demagogia sustituyeron aquél significado negativo que se le daba a la democracia, pero resultando aun como una ficción de igualdad de derechos para la población pues la mayoría de la población neta de Grecia estaba conformada por esclavos, quienes eran estrictamente marginados de cualquier actividad política. Por lo anterior resulta incompatible que dentro de la antigua democracia griega como sistema político que otorgaba igualdad de oportunidades y derechos a la población se dieran fenómenos como la esclavitud, vocablo opuesto a la libertad e igualdad que hoy en día son requisitos indispensables de la democracia. Es tan solo sensato comprender que, al igual que muchos otros sistemas de gobierno, la democracia requirió de mucho tiempo y dedicación por parte de la sociedad para poder ser concebida de la manera en que hoy en día es contemplada. En línea con lo anterior, Robert Dahl considera erróneo presuponer que la democracia fue repentinamente instituida con plena efectividad y que desde ese momento ya era enteramente funcional tal como ocurrió con otras invenciones del hombre, pues es tan sólo irrebatible que como todo tipo de experimento social los 3 FERNÁNDEZ SANTILLÁN, José F., La democracia como forma de gobierno, 4ª ed., México, Instituto Federal Electoral, 2001, colección Cuadernos de Divulgación de la Cultura Democrática, núm. 3, p. 12. 4 resultados serían diversos y lentos, especialmente considerando que la democracia involucra de una manera constante la interacción de la sociedad.4 Si bien la democracia griega sufrió diversos periodos de crisis y adoptó numerosas figuras y denominaciones, ésta coadyuvó a reforzar la realidad de que los gobernantes y el Estado tenían como principal fin contribuir a la libertad, igualdad y justicia para el adecuado desarrollo de sus ciudadanos. Lo anterior en el entendido que, aunque lo primordial para el Estado debía ser siempre el bienestar de la ciudadanía y la población en general, la justicia y la ley debían prevalecer en todo momento para lograr un equilibrio perfecto entre el gobierno y la sociedad. De igual forma Dahl agrega que es posible que la democracia haya aparecido de manera simultánea o previa en algún o varios otros lugares del mundo con alguna denominación distinta o sin que hubiese quedado registro de ello, tal como ocurrió con el fuego, la pintura o la escritura.5 Es importante considerar que las sociedades tienden a adoptar conductas similares, aún sin tener una relación directa entre una y otra, por lo que no es irrazonable especular que la democracia pudo haber surgido simultáneamente en alguna otra nación o localidad. 1.1.2. Roma Al igual que en Grecia, Roma tuvo una evolución democrática semejante a la de las ciudades-estado griegas, pero con ciertas variantes en las instituciones políticas debido a las diferentes circunstancias en las que se desarrollaron los romanos. Es en el periodo de la República en Roma, fuera de las etapas de autocraciay dominación cesarista, en donde surge una democracia restringida y con un corte aristocrático, pues al igual que en Grecia hubo una transición política e ideológica de la monarquía a la aristocracia y posteriormente a la democracia. 4 DAHL, Robert A., La Democracia: Una guía para los ciudadanos, Madrid, Editorial Taurus, 1999, p.15. 5 DAHL, Robert A., La Democracia: Una guía para los ciudadanos, Madrid, Editorial Taurus, 1999, p.15. 5 Para poder analizar la evolución de la democracia en Roma, es importante estudiar las instituciones políticas y de gobierno romanas desde su creación, comenzando por el establecimiento de la monarquía por el rey Rómulo, quien tras haber dado muerte a su hermano Remo, reúne un cúmulo de seguidores y comienza a organizar las tierras para eventualmente fundar Roma, atrayendo grupos de hombres mediante el ofrecimiento de un derecho de asilo, y a mujeres mediante el rapto.6 La designación de los monarcas romanos, cuyo cargo era vitalicio, no fue siguiendo un sistema de orden hereditario, sino que fue por medio de los comicios, asambleas de ciudadanos en los cuales se hacía valer la representación popular; posteriormente devino el nombramiento de los sucesores de los monarcas romanos mediante la nominación directa del monarca en turno. Sin embargo en ambos casos era necesario contar con la aprobación del senado, lo cual permite ver un esbozo del uso de la democracia en Roma previo al establecimiento del sistema republicano que más adelante será detallado. Posteriormente en el año 510 a.C. se dio inicio a la fase republicana de Roma mediante la expulsión del rey Tarquino el Soberbio, lo cual provocó una serie de pugnas por el poder entre los patricios y los plebeyos, quienes eran los dos grandes grupos que integraban la población romana. Así pues, la figura del rey fue reemplazada por dos cónsules, quienes eran elegidos anualmente y que poseían la facultad de vetar las decisiones de su homólogo en caso de un desacuerdo.7 A medida que la República romana se consolidaba las facultades de los dos cónsules se fueron limitando para acotar su esfera de competencia y se crearon nuevas figuras cuyas atribuciones eran distintas y que atendían distintas 6 FLORIS MARGADANT S., Guillermo, El Derecho Privado Romano como introducción a la cultura jurídica contemporánea, 26ª ed., México, Editorial Esfinge, 2009, p. 19. 7 SIRVENT GUTIÉRREZ, Consuelo, Sistemas jurídicos contemporáneos, 12ª ed., México, Editorial Porrúa, 2010, p. 13. 6 cuestiones entre los ciudadanos romanos, tal como lo eran los pretores, los cuestores, los censores y los ediles. Adicionalmente, encontramos los tribunos de la plebe, de cuyas asambleas emanaban los plebiscitos que eran decisiones votadas por los mismos y que tenían la capacidad suficiente para vetar las decisiones tomadas por los cónsules que pudieran afectar a los plebeyos. A diferencia de Grecia, en Roma se buscó mantener un poder centralizado a efecto de mantener control sobre las provincias romanas. Con motivo del aumento en la población romana surge la necesidad de adoptar una democracia representativa para el mejor desarrollo cultural, económico y político de los pueblos romanos, pues de esa manera el pueblo expresa su voluntad mediante la designación de mandatarios que velaban por los intereses de sus respectivas localidades. A pesar de ser un sistema relativamente más controlado que el ateniense, la democracia romana logró subsistir mediante ciertas instituciones políticas que brindaban un mayor acercamiento del pueblo al poder. Floris Margadant adecuadamente señala que la democracia romana era fundamentalmente encontrada en los comicios, particularmente en los comicios por curias, ya que en ellos los “clientes” tenían la obligación de votar con sus patronos para la elección del patresfamilias que mejor representaría sus intereses; por ello generalmente prevalecían aquellos patresfamilias que hubieren atraído un mayor número de “clientes” y quienes casualmente resultaban ser aquellos patresfamilias con mayor poder económico y por lo tanto con mayor influencia política.8 A pesar de que en términos generales el concepto de democracia es considerado el mismo alrededor del mundo, el concepto de democracia ha cambiado drásticamente a través de la historia de la humanidad y la evolución de los sistemas políticos, especialmente si dicho concepto es comparado con la noción 8 FLORIS MARGADANT S., Guillermo, El Derecho Privado Romano como introducción a la cultura jurídica contemporánea, 26ª ed., México, Editorial Esfinge, 2009, p. 30. 7 en la que la democracia era entendida por los antiguos filósofos y políticos. Tanto en la democracia antigua como en la moderna el principio de legitimidad de decisión del pueblo sobre el gobierno es el mismo, sin embargo las circunstancias geopolíticas y socioeconómicas de los Estados en la actualidad han logrado, en beneficio de la población, un control determinante que limita el poder de los gobernantes y del Estado mismo tomando como base la transmisión de una representación del pueblo en el poder. La democracia es entonces la doctrina política según la cual la soberanía pertenece al conjunto de los ciudadanos y se protege el concepto de la soberanía popular, es decir, el derecho del pueblo a gobernarse por sí mismo o mediante la elección de un representante según las circunstancias que de tiempo en tiempo puedan generarse, con finalidades que representan el interés de todo gobernado. Con esto se puede llegar a la conclusión de que el término Estado se vuelve realmente importante cuando se llega a una estructura precisa del poder político y se obtiene un control verdaderamente efectivo sobre todo el territorio y sobre la población que se encuentra bajo la custodia del gobierno, es decir, de su jurisdicción. 1.1.3. Edad Media La caída y desaparición del Imperio Romano de Occidente en el año 476 d.C. y la creciente influencia del cristianismo en las instituciones de gobierno europeas imprimieron un nuevo concepto de igualdad en las distintas regiones geopolíticas europeas, las cuales basándose fundamentalmente en la semejanza e identidad de los hombres ante Dios, contribuyeron indirectamente al desarrollo de la democracia. Sin embargo aquella efímera evolución democrática a través de la religión cristiana se vio rápidamente avasallada por la subsecuente dominación de los señores feudales, quienes sesgaron todo vínculo entre el pueblo y el Estado al volver a la población en siervos de las personas detentando el poder. La monarquía, ya fuera hereditaria o electiva, fue restaurada al imponerse los pueblos 8 bárbaros como aristocracia gobernante en el continente europeo; sin embargo, poco a poco se impuso la teoría de que la soberanía política derivaba de Dios y se adquiría por herencia, lo mismo que la propiedad de la tierra y el dominio sobre los vasallos. Lo anterior resulta coherente con una visión teocrática de la sociedad durante la Edad Media, pues la designación del primer hijo varón del gobernante en turno como siguiente heredero al trono evitaba conflictos respecto de la sucesión del poder. No obstante ello, surgió un contexto de poder absolutamente relevante en el que la herencia del poder no resultaba aplicable, la Iglesia; esto debido a que el sucesor de la máxima figura dentro de la Iglesia, el Papa, no podía heredar el cargo a la persona que éste desease pese a que sí tenía facultades para designar directamente a muchos de los altos mandos de la Iglesia. Sin embargo, el Papa mismo debía ser nombrado de otra manera, y esto era mediante el voto favorable de la mayoría de los integrantes del cónclave celebrado porel Colegio cardenalicio de la Iglesia. Dicha elección mediante la reunión del conclave de ninguna manera infiere que el Colegio cardenalicio tuviere la soberanía para la designación del Papa, sino que cumplían con la función orgánica dentro de la Iglesia para la designación del nuevo dirigente, sin embargo dicha elección era realizada mediante el voto, lo cual deja ver un esbozo de un proceso democrático, aunque una vez realizada la elección del nuevo Papa, dicho colegio cardenalicio volvía a sus funciones rutinarias bajo el mando e instrucción del Papa. La aparición del cristianismo y particularmente de la Iglesia cristiana como institución equivalente al Estado para gobernar las cuestiones espirituales de la humanidad fue sin duda alguna el cambio más revolucionario de la sociedad europea en lo que respecta a la política misma, pues el cristianismo marcó la tendencia de un gobierno justo e igual para todos los hombres ante los ojos de Dios. San Ambrosio incluso llegó a afirmar que la Iglesia tenía jurisdicción y autoridad en materia espiritual sobre todos los cristianos, incluyendo al propio 9 emperador, ya que él también era considerado hijo de la Iglesia por el simple hecho de que no había nadie sobre Dios y su Iglesia.9 San Agustín expuso una teoría similar a la de San Ambrosio en cuanto a que todos los hombres eran hijos de Dios y que la Iglesia era la única institución con la competencia suficiente para juzgar los actos de los cristianos, sin embargo admitía, aunque no directamente, que la religión cristiana necesitaba del apoyo de un Estado y sus leyes para imponer su autoridad. De igual forma, San Agustín señaló que ningún Estado podía jactarse de tener un gobierno justo a menos que éste predicase los valores del cristianismo y de su Iglesia. En síntesis, tanto San Ambrosio como San Agustín coincidían en que la población debía cumplir con dos tipos de normas, las civiles impuestas por el Estado y las religiosas impuestas por la Iglesia en representación de Dios, pero sobre las normas civiles siempre prevalecerían las religiosas pues no había nadie con mayor autoridad que Dios. Esta ideología sugería que para el mantenimiento de la paz, el orden y la justicia debía existir cierta correspondencia entre el clero y el gobierno civil con un espíritu de ayuda mutua. Dicho concepto de ayuda mutua recibió el nombre de “doctrina de las dos espadas”, que no era más que un intento de conciliar la rivalidad que pudiese llegar a existir entre los papas y los emperadores para beneficio de la población y de un Estado cristiano; así pues, dicha doctrina fue aceptada y se convirtió en una tradición durante la primera parte de la Edad Media.10 Aun cuando surgió la rivalidad entre ambos dirigentes y la relación entre Iglesia y Estado se deterioró y se volvió tensa, la doctrina de las dos espadas permaneció como la mejor solución posible a una cuestión de choque político que era simplemente inevitable, pero siempre con un desenlace desafortunado para la población en general, pues 9 SABINE, George H., Historia de la teoría política, 3ª. ed. 7ª. reimp., México, Fondo de Cultura Económica, 2006, p. 162. 10 SABINE, George H., Historia de la teoría política, 3ª. ed. 7ª. reimp., México, Fondo de Cultura Económica, 2006, p. 167. 10 debían rendir tributo a dos autoridades distintas sin posibilidad alguna para hacer valer los derechos políticos de representación que en alguna ocasión llegaron a tener durante el periodo de la República romana. La relación entre la Iglesia cristiana y el Estado romano a través de la doctrina de las dos espadas no perduró pues, a partir del siglo VI y hasta el siglo XI, Europa se vio inmersa en una serie de conflictos e invasiones que ocasionaron el surgimiento de nuevas naciones comandadas principalmente por pueblos bárbaros que, a pesar de buscar orden y mantener como base el respeto a la religión cristiana, únicamente lograron cortos destellos de estabilidad política que eventualmente se volvieron largos periodos de anarquismo, lo cual por supuesto no contribuyó en mayor medida al desarrollo de la democracia en Europa. Ante esta problemática Santo Tomás de Aquino intenta conciliar ambas posturas mediante una postura más racional y social, por lo que en palabras de Remedio Sánchez Ferriz: Santo Tomás representa la transición de la filosofía teológica medieval a la filosofía política posterior porque, al construir todo un sistema de pensamiento, utiliza y reordena los elementos medievales pero lo hace con el concurso de la razón. Es la ley eterna la que preside todo el orden de la creación y, consiguientemente, la ley natural no es sino reflejo de aquélla en las cosas creadas pero ello no es óbice para la existencia de la ley humana que ha de regir la vida del hombre en sociedad. Más aún, la ley humana es necesaria para adaptar la ley divina a las características naturales de sus destinatarios de donde se derivan dos consecuencias importantes: 1.ª Que si lo que distingue al hombre es la racionalidad, y ésta implica sociabilidad, la ley no es simple y caprichosa voluntad del dirigente sino que deriva su legitimidad de la comunidad y del objeto que ha de perseguir: el logro del bien común. 2.ª Que si la razón es el distintivo de todo ser humano, la ordenación social y política no se fundamenta en la Cristiandad por lo que cabe igualmente entre los paganos la existencia de la autoridad y el deber 11 de obediencia (incluso para los cristianos respecto de un rey pagano).11 Ante tal situación, la doctrina de Santo Tomás busca enfatizar que los dirigentes deben limitar su actuar ante lo teleológico y ante la ley pues de esa manera se logra un balance entre lo divino y lo natural para con ello lograr la consecución del bien común. Inclusive indica que todo ser humano, independientemente de la religión que profese, debe atender al orden social y al bienestar común y de ese mismo modo respetar la ley y la autoridad con el mismo fervor que respetan su propia religión. A pesar de lo anterior, la situación política europea llegó a concebir cierta estabilidad hacia el siglo VIII. En oriente, el Imperio Romano de Oriente, también llamado Bizantino, era fuerte otra vez gracias a una serie de emperadores competentes. En occidente, algunos reinos aseguraban relativa estabilidad a varias regiones, como Inglaterra, España, Italia, y la Galia, éste último de vital importancia para el desarrollo político y económico de Europa Occidental debido a los esfuerzos de Carlomagno para reconstruir y armonizar el antiguo Imperio Romano de Occidente a través de la centralización del poder de los distintos feudos que comenzaron a surgir para mantener control sobre los territorios de los distintos reinos occidentales. No obstante ello, dicha estabilidad fue efímera pues las constantes pugnas por el poder europeo segregaron a los territorios occidentales, acabando con aquella estabilidad temporal y ocasionando cada vez más conflictos entre los señores feudales para extender su dominio. No obstante lo anterior, el feudalismo ofrece una amplia gama de estudio y discusión pues del feudalismo se desprende una gran variedad de instituciones que fueron manifestándose en diversas épocas y territorios, incluso se comienza a vaticinar una especie de relación contractual en la sociedad misma bajo el cual los señores feudales ofrecían protección a los vasallos en el feudo mismo a cambio 11 SÁNCHEZ FERRIZ, Remedio, El Estado Constitucional, Valencia, Tirant Lo Blanch, 2009, p. 53. 12 del trabajo de estos últimos, lo cual a su vez propiciaba el crecimiento político, económico, social y militar de los feudos. No obstante que dicha relación comenzó a establecer bases sociales para laorganización política, resultaba difícil para los reyes el ejercer su poder de mando frente a señores feudales con incluso mayores riquezas y población a su disposición, lo cual generaba una falta de legitimidad a la autoridad del rey. A diferencia de la situación en el resto del continente europeo, en Inglaterra las circunstancias fueron considerablemente distintas, pues allí el rey, quien sí contaba con un poder legítimo y concentrado, se vio obligado a consentir una Carta Magna en la cual se reconocía que sus facultades como rey no eran absolutas y que éstas se encontrarían limitadas por los derechos tradicionales. La causa del otorgamiento de dicha Carta Magna fue que los señores feudales opositores y la Iglesia se enfrentaron al rey reclamando el reconocimiento de algunos derechos que posteriormente fueron contenidos en dicha Carta Magna, constituyendo así la institución del Parlamento inglés que con el tiempo iría obteniendo mayores concesiones de poder frente al rey. Posteriormente, los excesos ocasionados por el reinado de la familia Tudor eventualmente llevarían a una revolución en el siglo XVII, con la cual el Parlamento inglés obtuvo aún mayor poder frente a la monarquía inglesa y de esa manera dejó claro el predominio del Parlamento y la victoria definitiva del régimen parlamentario sobre la monarquía. 1.1.4. Renacimiento La democracia moderna comienza a gestarse con la aparición de los Estados Modernos, los cuales mantenían estructuras institucionalizadas más eficientes para el control del poder y el establecimiento de una relación con la sociedad basada en el bienestar común. El concepto de Estado Moderno durante el Renacimiento se crea gracias a la centralización del poder político, social, económico y militar en un solo gobierno y ya no en distintas instituciones como la Iglesia y la familia. Para efectos de lo anterior es importante no confundir la noción 13 de “Estado Moderno” concebida durante el Renacimiento con el concepto de los Estados actuales, pues las características de los mismos han cambiado a la fecha. El Renacimiento representa la culminación del cambio y renovación de todos los aspectos políticos, sociales, culturales, económicos y militares que pudieron ser apreciados durante toda la Edad Media. La aparición de la burocracia consolida el concepto de Estado Moderno pues con ello se comienza a centralizar la administración de las actividades concernientes a la población y al gobierno, características que los feudos en la Edad Media carecían. Esta organización estructural centralizada del gobierno fortalece el orden jurídico del Estado y permite acentuar su soberanía sobre la población. Asimismo, el factor económico resulta fundamental para el Estado Moderno pues con la centralización de la administración se logra una mejor captación de recursos y una mejor distribución en el gasto público, lo cual repercute directamente en el beneficio social. Lo anterior, sin embargo, no se traduce en que otras instituciones dejen de tener relevancia o importancia social, cultural o política, pues la Iglesia, por ejemplo, permanece como un factor fundamental en el desenvolvimiento de la política estatal y la opinión de la población. A pesar de ello, la Iglesia incluso sufre un proceso de modernización, lo cual le permite renovarse para evitar continuar con los excesos que tanto aquejaban a la población y a los gobernantes mismos y de esa manera si disminuyen los conflictos con los distintos soberanos europeos. La ciencia y la tecnología también fueron factores fundamentales sin los cuales no se habría propagado tal revolución ideológica, pues la imprenta fue una de las herramientas de mayor importancia y utilidad que ayudaron a esparcir una ideología de renovación y culturización a las masas. Asimismo, la renovación de las políticas económicas impuestas por la Iglesia como barreras ideológicas permite el nacimiento del capitalismo, lo cual a su vez fomentaba el comercio entre naciones y, por ende, un incremento en el intercambio cultural, político y social de dichas naciones. 14 Si bien el Renacimiento y el surgimiento del Estado Moderno fue un denominador común en toda Europa, la máxima expresión en todos los ámbitos de dicha transformación fue Italia, particularmente Florencia y Venecia. Prueba de lo anterior es Maquiavelo, nacido precisamente en Florencia y quien acuña por primera ocasión el término “Estado” separando la moral de la política en su más grande e importante obra: “El Príncipe”. A través de su obra “El Príncipe”, Maquiavelo expone las características que considera hacen grande a un gobernante que quiera consolidar el poderío de su reino, las cuales distan en gran medida de los valores y la ética pero que efectivamente aportan a la consolidación y mantenimiento de un Estado como una entidad suprema de poder político. Si bien las ideas de Maquiavelo sentaron las bases del Estado Moderno, la secularización del Estado tardó en implementarse pues la religión aún tenía una gran influencia en la política y no fue hasta que Europa se vio inmersa en una serie de conflictos religiosos que dichas ideas comenzaron a madurar para dar pie a un Estado soberano. Lo anterior mediante la expansión y fortalecimiento de la monarquía, la cual comienza a consolidar los elementos básicos que constituyen la esencia del Estado, los cuales son la población, el territorio y el gobierno o poder soberano.12 Al respecto, Jean Bodin expone que el elemento fundamental del Estado es la soberanía, pues el poder soberano del Estado es capaz de dirimir conflictos entre su población e imponer la paz mediante el empleo de la autoridad que, a su vez, asiste con la preservación de la propiedad; de esa manera el Estado asume el ejercicio de los más altos poderes dentro de su territorio y asume la soberanía como el elemento más importante de su propia existencia como Estado pues la soberanía y la calidad de ser de un Estado son características intrínsecamente vinculadas que le otorgan superioridad sobre los demás desde un punto de vista jerárquico y de supra a subordinación. La soberanía es entonces aquella fuerza de 12 SÁNCHEZ FERRIZ, Remedio, El Estado Constitucional, Valencia, Tirant Lo Blanch, 2009, p. 74. 15 enlace de la comunidad política sin la cual ésta se desarticularía y que refleja el poder de mando del gobierno como Estado sobre su población para su protección y permanencia.13 A pesar de que la soberanía debe residir en el Estado como una institución política y de gobierno, durante el Renacimiento, ésta residía principalmente sobre los monarcas, quienes se consideraban investidos con dicho elemento fundamental de la existencia del Estado por el simple hecho de haber nacido con el privilegio de heredar su trono. Sin embargo, el concepto de soberanía es completamente independiente a la forma de gobierno de un Estado, pues la soberanía es perpetua, inalienable y aplicable para todo tipo de gobierno. La soberanía puede residir en democracias, aristocracias y monarquías pero siempre debe residir en una institución para que sea ésta la que funja como cabeza e imagen del gobierno del Estado, no en un individuo o en un grupo de personas, pues tales individuos o grupos de personas gobiernan en calidad de representantes del bien público, no en lo personal. La situación política, social y económica de Europa occidental contribuyó a la consolidación de los tres elementos básicos del Estado y a la consecuente aparición del Estado Moderno, con el cual se logra la congregación del poder y la soberanía en una institución o individuo para ejercitar las facultades de mando y de gobierno con las que todo Estado debería contar. Si bien tanto Maquiavelo como Bodin exponen una definición de lo que representa el EstadoModerno, éste se configura por primera vez a través del absolutismo y no a través de un régimen democrático; sin embargo es preciso enfatizar que debe haber una clara distinción en que la titularidad de la soberanía corresponde al Estado y su gobierno como instituciones, no al titular de su gobierno en lo individual, pues es menester formular la idea del Estado conceptualmente desprendido de las personas que ejercen sus poderes. 13 SÁNCHEZ FERRIZ, Remedio, El Estado Constitucional, Valencia, Tirant Lo Blanch, 2009, p. 76. 16 Respecto de la soberanía como elemento básico y fundamental del Estado y su representación frente a la población, bien indica Jean Dabin que “cuando se habla de la soberanía del Estado, se quiere significar, no que exista, en el seno del Estado, un órgano supremo de la autoridad, sino que todo órgano, supremo o no, que esté facultado para hablar en nombre del Estado, es soberano con relación a los órganos incluso supremos de los demás grupos, privados o públicos, englobados en el Estado”.14 Lo anterior tan sólo reafirma que el órgano supremo de gobierno en un Estado es el responsable de hacer valer la soberanía del Estado frente a la población, pero únicamente en cuanto a cuestiones internas del Estado mismo pues la soberanía de un Estado como elemento fundamental de su existencia únicamente puede ser relacionado de manera interna como una relación de supra a subordinación. Esto debido a que cuando se analiza la soberanía de un Estado en un plano externo ésta adquiere una interpretación distinta relacionada al reconocimiento de la calidad de un Estado frente a los demás Estados en un plano de igualdad. Como bien se ha señalado en párrafos anteriores, la soberanía es la característica fundamental del nacimiento del Estado Moderno, la cual es única, suprema, indivisible, inalienable e independiente. Para efectos de lo anterior, al componerse el Estado Moderno es inevitable relacionar las distintas formas de gobierno y la manera en la que la soberanía se ejerce en éstas; para algunos autores como Thomas Hobbes y Jean Bodin, el modelo de gobierno perfecto para hacer valer la soberanía del Estado es la monarquía, pues de esa manera la soberanía se representa en una sola persona con lo cual se vuelve invariable el cumplimiento de las características de unidad e indivisibilidad de la misma. Es a través de los cambios políticos, religiosos, económicos y sociales que fueron mencionados anteriormente que el Estado Moderno comienza a gestarse durante 14 DABIN, Jean, Doctrina general del Estado: Elementos de filosofía política, trad. de Héctor González Uribe y Jesús Toral Moreno, México, UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas, 2003, p. 116. 17 el periodo conocido como Renacimiento, sin embargo la evolución del Estado Moderno fue un proceso cuyo progreso se dio mucho tiempo después a través de las distintas revueltas sociales que fueron ocurriendo en distintas naciones europeas. A pesar de que el concepto de Estado evolucionó en cuanto a su formación y consolidación como una entidad de poder, no había aún un esquema de libertad e igualdad para la ciudadanía y es precisamente por ello que las mencionadas revueltas sociales fueron ocasionadas principalmente debido al constante hostigamiento y explotación de la monarquía hacia la clase popular, lo que generó un hartazgo general de la población hacia la monarquía, la cual, además de continuar con los abusos políticos y económicos, derrochaba aquello que era recaudado de la población como parte de la tributación del Estado en lujos desmedidos. 1.1.5. Revolución Francesa La filosofía política durante el Renacimiento tuvo dos grandes corrientes: aquella que destaca que el eje de todo buen gobierno reside y se encuentra representado por un minoría generalmente representada en la monarquía, y aquella que predica que el hombre común y corriente es capaz de determinar su propio gobierno a través de la democracia y el bienestar de la mayoría. La segunda corriente comenzó a florecer gracias a la aparición del constitucionalismo durante el Renacimiento, el cual impuso límites al ejercicio del poder de los gobernantes y comenzó a cimentar las bases para el liberalismo y la aparición de los derechos sociales. Así pues, los derechos civiles y políticos, llamados de primera generación, son aquellos que primero fueron esbozándose en la realidad política durante los siglos XVII y XVIII, los cuales quedaron plasmados en los pensamientos de Hobbes, Locke, Montesquieu y Rousseau, concretándose dichos ideales con el triunfo social de la Revolución Francesa, la cual estalló como resultado de diversos factores de carácter económico y social, entre ellos la Revolución Gloriosa de 18 1688 que consolida el régimen de partidos y establece de manera definitiva el gobierno parlamentario en Inglaterra y la Revolución o Independencia Americana de 1776 que independiza a las colonias inglesas establecidas en Nueva Inglaterra del yugo de la corona británica. El pacto social que proponen Locke, Montesquieu y Rousseau, este último de manera más concreta y optimista a través de su más conocida obra, El Contrato Social, es el núcleo que permite a la ciudadanía determinar cuál es la estructura política y social más conveniente para el desarrollo y progreso de una nación. Para Rousseau, ese pacto consiste en el reconocimiento de la soberanía del pueblo, en el que el hombre no se encuentra sujeto a las decisiones de otra persona sino a la voluntad general de la población. La ideología de ese proceso fue resumida en la Declaración Universal de los Derechos del Hombre y del Ciudadano en 1789, mediante la cual se afirmaba que los hombres nacían y permanecían libres e iguales en derechos. De esa manera, los grandes pilares de la democracia moderna serían los principios de libertad e igualdad, los cuales marcaron la pauta para establecer el sistema representativo como base de la legitimación política. La publicación de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre y del Ciudadano marcó un cambio radical en la postura de los gobiernos hacia los ciudadanos pues se otorgaron distintas garantías a la ciudadanía, tales como la libertad de expresión, la prohibición de torturas, el derecho a la vida, el acceso a la justicia, entre otras prerrogativas que eventualmente dieron paso al derecho de la participación política. La evolución de la democracia a través de los siglos XVII al XIX ha estado condicionada por la necesidad de adaptarse a las nuevas circunstancias y retos que implica el gobierno de lo que hoy es conocido como Estado-nación. 19 Las obras de Montesquieu aportan una estructura plausible al constitucionalismo moderno al proponer una teoría de la división de los poderes del Estado en la cual establecía que el poder debía ser dividido para poder lograr el mayor beneficio a la libertad individual. Dicha división de poderes propuesta por Montesquieu debe ser realizada de dos maneras: primero, estableciendo intermediarios entre el poder y los ciudadanos para que estos intermediarios sean los depositarios de ciertos segmentos de ese poder y de esa manera se controle el ejercicio del poder de supra a subordinación; y segundo, dividiendo el poder público mismo en tres segmentos que tengan a su cargo distintas funciones, sirvan de contrapeso entre uno y otro y, a su vez, no puedan existir y ejercer la totalidad de sus facultades de manera independiente y sin la existencia de los otros, siendo estos tres poderes los poderes ejecutivo, legislativo y judicial. Si bien Montesquieu abunda principalmente en la naturaleza, atribuciones y actuación de los poderes ejecutivo y legislativo por su constante interacción en lapolítica de una nación y en el funcionamiento de un Estado Constitucional, es importante hacer énfasis en que aunque Montesquieu no deja en claro cuál es el carácter del poder judicial, éste es igualmente importante que los otros dos poderes pues es el encargado de mantener la independencia entre todos los poderes y dirimir objetivamente las controversias que puedan llegar a suscitarse para que cada uno de los poderes actúe conforme a su respectivo ámbito de desarrollo y consecuentemente se respete el orden constitucional. La teoría de Montesquieu ha sido tomada como un principio fundamental en la estructura del constitucionalismo y la democracia moderna que incluso sigue vigente a la fecha en la amplia mayoría de las naciones constitucionalistas en mayor o menor medida. Esta teoría de la división del poder aborda un esquema de moderación del poder para limitar y equilibrar su ejercicio y de esa manera evitar excesos por parte de un individuo o grupo en particular y garantizar la libertad de los derechos políticos y de igualdad de la ciudadanía. Por ello, Montesquieu aborda en su pensamiento la necesidad de hacer una fórmula política para la 20 relación entre estos poderes, por lo que indica cuáles deben ser las atribuciones de cada uno de ellos y cómo es que deben quedar integrados para que cada uno de ellos actúe como contrapeso del otro. De esta manera la división de poderes, en conjunto con la defensa de la libertad, formaron los pilares esenciales del Estado Liberal. Rousseau indicaba que el gobierno es en menor escala, lo que el Estado es en mayor escala; es decir, el gobierno es una persona moral dotada de ciertas facultades y a cuya cabeza se encuentra una persona física en particular que ejerce esas facultades en representación del gobierno. Para Rousseau, el gobierno representaba un intermediario entre el pueblo y un soberano, quien era el elegido para actuar en representación del gobierno, el cual podía subdividirse y coexistir con distintas formas de gobierno, entre ellas la monarquía, la aristocracia y, finalmente, la democracia.15 No obstante lo anterior, Rousseau indicaba que cada forma de gobierno era indicada según la situación de cada Estado, siendo la democracia la forma de gobierno ideal para Estados pequeños, la aristocracia para Estados medianos y la monarquía para los grandes. Sin embargo, él mismo señalaba que era imposible indicar este principio como regla, pues hay un sinnúmero de circunstancias que pueden producir excepciones. En línea con lo anterior no ha existido ni existirá jamás un verdadero gobierno democrático si nos apegamos al verdadero concepto filosófico de la palabra, pues es contrario al orden que la mayoría gobierne a la minoría, pues es absurdo que el pueblo permanezca constantemente reunido en asamblea y es llano que al delegar su autoridad varía la forma de la administración. Es por ello que incluso Rousseau indicaba que la democracia es únicamente ideal para el gobierno de un Estado pequeño, en donde convergen diversas circunstancias que facilitan la 15 ROUSSEAU, Juan Jacobo, El pacto social o los principios de derecho político, trad. de Antonio Redondo Orriols, Madrid, Editorial Dirección y Administración, 1884, pp. 86-94. 21 reunión constante de una población pequeña para tomar las decisiones de gobierno. A manera de conclusión de la ideología expuesta por Rousseau, la democracia, a diferencia de la aristocracia y la monarquía, es un sistema complicado de sostener pues es el que conlleva la mayor cantidad de complicaciones y es el más expuesto a conflictos civiles, por lo que requiere de una mayor vigilancia para mantenerse como un sistema de gobierno eficaz y adecuado. El punto crucial de la democracia es que la riqueza y la propiedad privada no se sobrepongan al poder, pues para Rousseau la base principal de la democracia es que la igualdad sea el pilar de la misma y que la igualdad siempre se coloque sobre la voluntad de los ciudadanos al momento de tomar decisiones. 1.2. El pueblo y el poder. Para continuar con una extensa definición de la importancia de la democracia es fundamental desglosar el significado de sus dos principales elementos, pueblo y poder, mismos que otorgan a la ciudadanía la capacidad y el derecho de participar e influir activamente en la vida política de la nación. Atendiendo al significado de la palabra “pueblo” según el Diccionario de la Lengua Española, específicamente en el contexto de la democracia, se puede hacer referencia principalmente a dos conceptos: (i) al conjunto de personas de un lugar, región o país; y (ii) al país con un gobierno independiente.16 Haciendo un análisis conjunto a las dos acepciones de la palabra pueblo anteriormente referidas, podemos concluir que el pueblo es el conjunto de habitantes de una región independiente y libre que constituyen una comunidad gracias a que comparten una cultura, un territorio y una soberanía, considerándose entonces al pueblo como una asociación basada en el 16 Diccionario de la Lengua Española, 21ª. ed., Madrid, Real Academia Española, 1992, p. 1197. 22 consentimiento del derecho y en la comunidad de intereses generales donde el Estado se enriquece con la intervención de la ciudadanía y que se perfecciona en el proceso de su ejercicio. En términos políticos, el concepto “pueblo” hace referencia a quienes tienen derecho a participar en asambleas o en elecciones, aunque alguna parte de ese pueblo se encuentre marginado de algunos de esos derechos. Si en algún llegó a hablar propiamente de soberanía popular, fue cuando se logró instituir el sufragio universal.17 El pueblo es entonces el elemento humano del Estado y la base de toda organización política, siendo el beneficiario de todos los derechos civiles, políticos y demás derivados de la relación con el Estado, a quien otorgan su soberanía. Al respecto, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en su artículo 41, indica que: “Artículo 41. El pueblo ejerce su soberanía por medio de los Poderes de la Unión, en los casos de la competencia de éstos, y por los de los Estados, en lo que toca a sus regímenes interiores, en los términos respectivamente establecidos por la presente Constitución Federal y las particulares de los Estados, las que en ningún caso podrán contravenir las estipulaciones del Pacto Federal. La renovación de los poderes Legislativo y Ejecutivo se realizará mediante elecciones libres, auténticas y periódicas…”.18 Si bien la palabra “poder” tiene numerosas definiciones, las que más se apegan a lo que la democracia procura son las siguientes: (i) dominio, imperio, facultad y jurisdicción que uno tiene para mandar o ejecutar una cosa; (ii) gobierno de un 17 FERNÁNDEZ SANTILLÁN, José F., La democracia como forma de gobierno, 4ª. ed., México, Instituto Federal Electoral, 2001, colección Cuadernos de Divulgación de la Cultura Democrática, núm. 3, p. 41. 18 Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, artículo 41. 23 país; y (iii) acto o instrumento en que consta la facultad que uno da a otro para que en lugar suyo y representándole pueda ejecutar una cosa.19 En el caso de la palabra poder, y con miras a la mejor definición en el ámbito democrático, es posible indicar que el poder es aquella facultad que tienen los ciudadanos para otorgar al gobierno la representación del pueblo mediante un mandato provisional para que el gobierno atienda las necesidades de la población según sea necesario con aquella capacidad que le fue conferida. El poder es aquel elemento que otorga a una persona la facultad de ejercer su voluntad sobre otra persona y dentro de cualquier relación social,aun contra toda resistencia. El poder es una relación entre hombres que nace en función de dos conductas humanas, una conducta determinante y otra determinada en torno a una acción o acciones concretas. Eduardo Andrade señala que el poder es la capacidad de una persona o un grupo para determinar, condicionar, dirigir o inducir la conducta de otros. 20 En el caso de la democracia es justamente lo que se pretende, que el pueblo ejerza su poder para que el gobierno sea desenvuelto de la manera que el pueblo ha elegido y que el gobierno ejerza la voluntad del pueblo en todo momento y en todo su actuar. El poder se traduce en una relación bilateral donde un sujeto ocasiona una conducta determinada sobre otro sujeto y en una energía de la voluntad manifestada en aquellos que asumen el gobierno de un grupo social y que permite su imposición gracias al convencimiento. El poder público es aquella naturaleza de mando e imperio ilimitado del que goza el Estado para demostrar su autoridad y ejercer su voluntad en la población mediante el uso de las leyes, teniendo como castigo el uso coercitivo de las mismas para aquellos que no cumplan las normas sociales establecidas por la 19 Diccionario de la Lengua Española, 21ª. ed., Madrid, Real Academia Española, 1992, p. 1155. 20 ANDRADE SÁNCHEZ, Eduardo, Introducción a la Ciencia Política, 2ª. ed., México, HARLA, 1990, p. 63. 24 sociedad y por el Estado mismo. Héctor González Uribe infiere que el poder público es una exteriorización del problema de la autoridad en la vida social donde la autoridad exige a sus inferiores jerárquicos obediencia y compromiso.21 En el esquema democrático es el pueblo quien tiene el poder sobre los demás, no obstante, sería algo repetitivo decir que el pueblo tiene el poder sobre el pueblo y por lo tanto hay un movimiento ascendente de transmisión del poder que tiene el pueblo hacia el gobierno y de esa misma manera hay un movimiento descendente del poder del gobierno sobre el pueblo. Por ello se considera que el pueblo es el gobernante y es también a su vez el gobernado, pero a través de uno o varios representantes en común para que éstos ejerciten dichas acciones de gobierno y por ende, ejerciten el poder del pueblo. El poder es una noción de fuerza, pero también se puede relacionar con la acción social colectiva. El poder es aquella facultad que tiene una persona, o en este caso, el pueblo en su colectividad, de decidir el rumbo de acciones que se tomarán para dirigir a su nación, es decir, la facultad de mandar y ser obedecido. Elias Canetti hace una distinción acertada entre lo que implican la fuerza y el poder: Con fuerza se asocia la idea de algo que está próximo y presente. Es más coercitiva e inmediata que el poder. Se habla, con mayor énfasis, de fuerza física. A niveles inferiores y más animales, es mejor hablar de fuerza que de poder. Una presa es agarrada por la fuerza y llevada a la boca con fuerza. Cuando la fuerza dura más tiempo se convierte en poder. Pero en el instante crítico, que llega de pronto, en el instante de la decisión y de lo irrevocable es otra vez fuerza pura. El poder es más general y más vasto que la fuerza, contiene mucho más, y no es tan dinámico. Es más complicado e implica incluso una cierta medida de paciencia.22 21 GONZÁLEZ URIBE, Héctor, Teoría Política, 13ª. ed., México, Editorial Porrúa, 2001, p.305. 22 CANETTI, Elias, Masa y Poder, 1ª. ed. 6ª. reimp., Madrid, Alianza Editorial/Muchnik Editores, 2010, p. 331. 25 Habiendo señalado lo anterior, lo que el poder realmente significa es aquella capacidad que tiene el Estado para obligar a alguien más, ya sea un individuo o una entidad, a realizar un acto determinado a través de normas que se apeguen a la base democrática de que el pueblo tiene el poder sobre su propio destino. En el caso mexicano, la propia Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en su artículo 39, marca lo siguiente: Artículo 39. La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno.23 El poder del Estado viene acompañado de varias subespecies o formas fundamentales que sustentan su facultad de hacer valer determinada conducta sobre la colectividad, que son el mando y la autoridad, siendo que a pesar de ser palabras semejantes ambas cuentan con ciertas disimilitudes. El mando es una forma de poder sustentada esencialmente en la normatividad y que recurre a la amenaza de la imposición de distintas sanciones por quienes se encuentran legitimados para hacerlo a efecto de producir diversos efectos en la conducta de la colectividad, estando dichas sanciones normativamente reguladas por el Derecho como elemento fundamental del poder. Similarmente, la autoridad es la capacidad potencial por virtud de la cual un grupo de hombres asume una conducta determinada a causa de la conducta de una persona u órgano con mayor poder que les sirve de modelo ejemplar. En línea con lo anterior, el 19 de noviembre de 1863 en Gettysburg, Pennsylvania, Estados Unidos de América, durante la Guerra de Secesión, el expresidente estadounidense Abraham Lincoln expresó la importancia del pueblo y su poder para el establecimiento de un gobierno libre, incluyente y democrático, en el cual pronunció lo siguiente: 23 Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, artículo 39. 26 “It is rather for us to be here dedicated to the great task remaining before us (…) that this nation, under God, shall have a new birth of freedom—and that government of the people, by the people, for the people, shall not perish from the earth.”24 Dicho fragmento del discurso de Lincoln, se traduce de la siguiente manera: “Es para nosotros que estemos aquí dedicados a la gran tarea inconclusa ante nosotros (…) que esta nación, Dios mediante, tendrá un nuevo nacimiento de libertad-y que el gobierno de la gente, por la gente, para la gente, no perecerá de la tierra.”25 Es gracias al poder otorgado al pueblo que se puede considerar que es éste quien controla el actuar de una nación, sin embargo la relación entre pueblo y Estado o gobierno no siempre ha sido fácilmente asociada, razón por la cual la democracia permite ese acercamiento entre el pueblo y su gobierno. Víctor Manuel Durand indica sobre la relación entre la sociedad y la democracia que: La sociedad siempre ha tenido una relación compleja y complicada con la democracia. La complicación radica en el hecho de que la sociedad está conformada por las más diferentes desigualdades y distinciones, muchas de ellas conflictivas entre sí; en cambio la democracia presupone la igualdad de los que conforman la comunidad política en cuanto ciudadanos y de los ciudadanos ante el Estado y la ley; es decir, presupone el Estado de derecho.26 Lo anterior tan solo refuerza la idea de que una sociedad democrática requiere de un gobierno establecido por el poder de la ciudadanía, en el cual se imprima en todo momento la visión de un gobierno para el pueblo como institución política. 24 LINCOLN, Abraham. Discurso de Gettysburg. Cementerio Nacional de Soldados, Gettysburg, Pennsylvania. 18 de noviembre de 1863. 25 Traducción propia. 26 DURAND PONTE, Víctor Manuel, “Sociedad y democracia: una relación conflictiva”, en CASAS GUERRERO, Alba y CARTON DE GRAMMONT, Hubert (comp.), Democracia, conocimiento y cultura, México, Bonilla Artigas Editores-UNAM, Instituto de Investigaciones Sociales, 2012, p. 43. 27 Ese interés a que el gobierno debe servir al pueblose satisface garantizando el ejercicio de la libertad basada en el respeto y la igualdad. Las democracias, al ser sistemas de participación política abierta, están expuestas a vicisitudes imponentes. Por las propias características de la democracia, ésta permite conductas que resultan desfavorables a la democracia misma. Ninguna Constitución, ni siquiera la mexicana, establece un punto de equilibrio respecto de la libertad y la tolerancia hacia la población, pues esto corresponde indudablemente al arte de la política como ejercicio práctico del derecho. 1.2.1. El individuo en la democracia. Una democracia es un régimen de libertad, pero ¿qué quiere decir libertad?, y una vez definida ésta, ¿quién es libre? En la Grecia Clásica y en Roma los ciudadanos eran libres, ya que éstos tenían derechos políticos como lo son el votar, el poder ser electo como candidato para ocupar puestos de elección popular, y por supuesto, el poder ser votado para dichos puestos de elección popular; para estas antiguas sociedades aquello era considerado libertad, sin embargo esto no significaba que la ciudadanía y la población en general no estaban sometidas al poder del Estado. El Estado está integrado por gobernantes y gobernados, lo cual marca una notable diferencia en la relación entre uno y otro, pues los gobernantes son aquellos que detentan el poder y autoridad del Estado durante cierto tiempo a efecto de hacer valer su voluntad sobre los gobernados, quienes han tenido la oportunidad de elegir a los primeros para que realicen la voluntad de los gobernados. Si bien la relación entre ambos ha ido cambiando a lo largo de la historia, los constantes cambios de la sociedad han obligado al Estado y a los gobernantes a adaptarse a la situación que en cierto momento se encuentre atravesando la sociedad. El poder individualizado es una fase de transición, un poder de hecho que no ha 28 logrado institucionalizarse para desprender de sí aquellos elementos religiosos, económicos o inclusive morales que suelen acompañar al poder mismo. La imagen de la democracia, si es observada en lo general, es aquella de la reunión de un pueblo en masa, una reunión multitudinaria en la que la muchedumbre hace valer sus decisiones de la mejor manera posible; sin embargo, si la democracia es analizada detenidamente se puede observar que aquella multitud se compone de individuos ejerciendo su derecho político singularmente, uno por uno. El pueblo es aquel agregado humano que goza de un orden inmanente impuesto desde su propio interior y que tiene capacidad de decidir sobre su propia organización. Por consiguiente, así como en otras formas de gobierno, la democracia se encuentra formada también por sujetos determinados. En otras palabras, no es el pueblo quien toma las decisiones, sino que son los individuos que componen esa masa. El Estado, siendo una ficción jurídica y siendo sujeto y titular de la soberanía, debe ejercer sus facultades a través de determinadas personas físicas que representen los intereses del Estado mismo. En otras palabras, la soberanía del Estado sobre la población debe ser ejercida por un titular que actuará como gobernante. No obstante lo anterior, en la época contemporánea es el individuo quien realmente se impone ante el Estado y no viceversa, como lo era para algunas de las más antiguas sociedades. Aristóteles mismo señalaba que el hombre era hombre mientras viviera en la polis y mientras la polis viviera en el hombre, es decir, declaraba que era el hombre quien estaba al servicio del Estado y no al contrario como se concibe hoy en día. Es posible afirmar que cuando una sociedad democrática no cuenta con un Estado que reprima las actuaciones fuera de la ley de sus ciudadanos, la libertad de éstos claramente se incrementa, sin embargo es necesario mantener cierta cautela y que esa falta de imperio del Estado no se convierta en libertinaje. La función del 29 Estado como gobierno para poder poner fin a los excesos de libertad desmedida de los ciudadanos es necesaria y el Estado debe mantener un orden en cuanto a la libertad otorgada a los ciudadanos, sin que éstos se encuentren oprimidos por el gobierno mismo en el entendido que la capacidad de imperio del Estado es su capacidad de imperio, es decir, su capacidad de mando y de dirección de las actividades y de la manera en que los individuos deberían desarrollarse. Como se ha mencionado a lo largo del presente documento, la democracia debe contar con varios elementos esenciales para su existencia, independientemente de la existencia de un sistema electoral eficiente y adecuado para la elección de representantes, debiendo tener instituciones jurídicas que propicien la libertad, la justicia, el respeto pleno a los derechos sociales y humanos de cada individuo, y más importante, que propicien la igualdad entre los gobernados y los gobernantes; siendo la principal finalidad de la igualdad entre gobernados y gobernantes el imposibilitar que el poder público de los gobernantes sea excesivamente superior al de los gobernados. En línea con lo anterior, el Diagnóstico de Derechos Humanos del Distrito Federal elaborado por el Comité Coordinador para la elaboración del Diagnóstico y Programa de Derechos Humanos del Distrito Federal indica que: La Democracia debe resguardar los derechos no únicamente en la esfera de lo político, sino también en los ámbitos de lo civil y de lo social, donde están en juego derechos como el de la igualdad ante la ley, la no discriminación, la vida libre de violencia, y el derecho a la paz. Asimismo, una democracia auténtica y estable necesita construir mecanismos formales e informales para impulsar la libertad de asociación y ampliar la libertad de expresión responsablemente.27 La democracia moderna es una democracia de ciudadanos, tanto de manera individual como en conjunto, porque son los ciudadanos los verdaderos 27 Comité Coordinador para la elaboración del Diagnóstico y Programa de Derechos Humanos del Distrito Federal, Diagnóstico de derechos humanos del Distrito Federal, México, Solar Servicios Editoriales, 2008, p. 315. 30 depositarios de los principales derechos políticos, que son el de seleccionar a las personas que los representarán y gobernarán, así como el postularse para ser aquellos representantes. La democracia moderna surge de una concepción individualista de la sociedad y los derechos que a ella atañen. El hecho de que la democracia moderna se base principalmente en la individualidad de su población, no implica que los individuos no se puedan organizar en asociaciones, partidos y agrupaciones para hacerse presentes en la vida pública de sus naciones. En línea con ello, las palabras pueblo y nación se vuelven sinónimos al referirse ambas a un Estado formado por individuos con derechos políticos que persiguen el bienestar común a través de la agrupación de sus intereses ideológicos. La democracia es entonces la manera que tiene la ciudadanía para hacer valer su interés, entendiéndose por interés aquel conjunto de pretensiones relacionadas con las necesidades colectivas de los individuos en una sociedad; es por lo anterior que el individuo en sociedad debe ser considerado como el centro de toda democracia, haciendo valer su opinión para que el interés colectivo de su familia y su comunidad sea respetado y apoyado por el Estado. 1.3. Formas de democracia. Como bien se ha señalado con anterioridad, la democracia se desenvuelve y se ejercita de distintas maneras alrededor del mundo, dependiendo principalmente del contexto histórico e ideológico de cada nación o sociedad en particular. El concepto de democracia no tiene condiciones de aplicación específicas, sino sólo ciertas condiciones formales que son comunes a las distintasconcepciones de la democracia, ya que ésta puede ser construida de diferentes maneras. La principal y más eficiente manera de clasificar a la democracia es según la forma en la que la sociedad toma una decisión, siendo las siguientes formas las más importantes: Democracia directa o pura; 31 Democracia indirecta o representativa; y Democracia participativa, semidirecta o mixta. La principal diferencia entre las clasificaciones previamente mencionadas radica en la manera en que se toma la opinión de la sociedad y la manera en que ésta se hace valer, pues es importante recalcar que no solo es de óptima importancia la expresión de la opinión de la ciudadanía, sino también su implementación por los gobernantes o los órganos e instituciones de gobierno enfocadas a ello. 1.3.1. Democracia directa. La democracia directa, también denominada democracia pura, supone aquel sistema de gobierno a través del cual el pueblo o la sociedad se gobierna directamente; es decir, sin intermediario o representante alguno. Es por lo tanto, la negación o rechazo a la representación per se, pues toda decisión es consultada a través de la celebración de asambleas populares sin la necesidad de recurrir a mandatarios o representantes. La democracia directa tuvo sus orígenes en Grecia y fue extendiéndose por el resto del mundo y adaptándose a las circunstancias particulares de cada país. Como es claro, el sistema de democracia directa no resulta del todo efectivo en sociedades modernas ya que para la implementación de este sistema se requiere de poblaciones reducidas, lo cual no ocurre en los tiempos modernos frente a las concentraciones masivas de población. Si bien la aplicación de este sistema podría darse únicamente respecto de ciertas políticas o decisiones básicas que sólo involucren a un pequeño sector de la población, el mecanismo de gobierno sería lento e incluso deficiente. No obstante lo anterior, la democracia directa sí fue utilizada en cierta medida en las antiguas ciudades-estado, aunque aún en dichas poblaciones la democracia directa fue sustituida por un sistema de gobierno indirecto o representativo. El 32 éxito que en algún momento llegó a tener la democracia directa se debió principalmente al uso de excelentes oradores que convencían a las poblaciones de adoptar determinadas decisiones que resultaban convenientes para ciertos grupos de poder. A pesar de resultar como el sistema de democracia más sencillo y ágil, el modelo de la democracia directa fue cayendo en desuso desde que las sociedades comenzaron a crecer desmedidamente, pues resultaba imposible tomar en cuenta la opinión de toda una población al momento de tomar decisiones y por ende, la representación se volvió crucial para poder evolucionar el sistema político. A pesar de las dificultades para implementar un sistema democrático directo en la mayoría de las sociedades modernas, la democracia directa aún es utilizada en lugares con densidad demográfica reducida pues resulta mucho más eficiente para una sociedad con escasa población el tomar decisiones a través de dicho sistema. 1.3.2. Democracia representativa. El Estado se encuentra integrado por gobernantes y gobernados, con lo cual existe una única pero primordial diferencia, los primeros son elegidos por los gobernados para detentar el poder mediante el uso de las facultades de una autoridad, con la característica de que el Estado mismo puede tener una sucesión de gobiernos distintos sin que la esencia del Estado sea modificada. La subsistencia de la democracia sólo ha sido posible mediante el mecanismo de la representación, a través de la transición de la democracia directa a la democracia indirecta. El régimen representativo, en su momento, no estuvo exento de debates respecto al carácter democrático del mismo, sin embargo dicha etapa fue eventualmente superada. El sistema de democracia indirecta o representativa es ejercido a través de la representación. La ciudadanía le otorga su confianza a un representante para que 33 éste tome las decisiones dentro del ámbito de su competencia y bajo su discreción, en el entendido que debe representar adecuadamente las peticiones de sus representados. A través de la democracia indirecta, la ciudadanía faculta al representante para llevar a cabo la voluntad general y éste, a su vez, tiene el deber de rendir cuentas a la ciudadanía que lo eligió sobre las decisiones tomadas durante su mandato. Por democracia representativa se ha logrado entender un régimen político creado por un conjunto de instituciones y procedimientos que han hecho posible que los ciudadanos elijan a sus representantes, estando facultados para decidir en temas concernientes a su gobierno. La representación política se basa en aquel poder que se le otorga al representante para realizar actos de gobierno en beneficio de toda la sociedad, de esa manera se resuelve el problema de la toma de decisiones mediante votaciones de grandes masas.28 Es fundamental la existencia de un régimen democrático en el cual la ciudadanía participe activamente en los procesos electorales, pues la democracia es, como ha sido vertido en este documento, el régimen a través del cual la ciudadanía hace notar su opinión y hace valer su decisión. Existen profundas diferencias entre la democracia antigua y la moderna, la primera con la intervención directa del pueblo y la última mediante un sistema representativo. El Estado democrático moderno se basa en principios políticos de un Estado liberal. Hoy en día la democracia social es un concepto elevado y noble; es un régimen que no excluye a nadie y por consiguiente entrega a la sociedad la responsabilidad de conducir su propio destino, reconociendo los valores de otros grupos minoritarios como bien refiere Remedio Sánchez: 28 NÚÑEZ JIMÉNEZ, Arturo, “Democracia y representación”, en Tendencias contemporáneas del derecho electoral en el mundo: Memoria del II Congreso Internacional de Derecho Electoral, LÓPEZ RUIZ, Miguel y MÁRQUEZ ROMERO, Raúl (comp.), México, UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas, 1993, pp. 123-124. 34 El Estado Liberal es un Estado Constitucional en un doble sentido: porque se somete a normas y se estructura en torno a la división de poderes. Pero también, porque formalmente surge contemporáneamente al constitucionalismo escrito de suerte que inicialmente constituyen una misma realidad. El Estado Liberal surge (tanto en América como en Europa) con una idea de estructuración de los órganos y las funciones estatales formalizada en un texto escrito que contiene el compromiso social.29 Actualmente, nadie discute que los sistemas democráticos requieren mecanismos de representación. Los sistemas electorales y la influencia de los medios en los procesos electorales, entre otros, son factores que influyen en el funcionamiento de los sistemas representativos. Los sistemas representativos se desarrollan buscando un equilibrio entre los diferentes poderes públicos, creados para elaborar normas jurídicas que la comunidad requiere para su organización y evolución, para administrar los asuntos públicos y para juzgar los actos del pueblo. Un gobierno representativo es aquel en el que, bajo diversas formas y métodos, concurre una nación por medio de sus representantes a la formación de las leyes y a su posterior aplicación y ejecución. En otras palabras, un gobierno representativo es aquel en que el titular del poder político no lo ejerce por sí mismo, sino por medio de representantes, quienes a su vez, elaboran los ordenamientos jurídicos, los hacen cumplir y solucionan los problemas públicos. En consecuencia, cuando el pueblo siendo titular del poder político, designa representes para la integración de los órganos que ejercen los
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