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Cuadernos_de_Citopatología_Mama_Rodriguez_Costa_Agustin_Vásquez - Carlos Dávalos

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7
Mercedes Santamaría Martínez
Julio Rodríguez Costa
Domingo de Agustín Vázquez
9 7 8 8 4 7 9 7 8 9 6 3 3
ISBN 978-84-7978-963-3
PORTADA 07:PORTADA 07 12/3/10 14:59 Página 1
http://booksmedicos.org
CUADERNOS 
DE
CITOPATOLOGÍA
J. RODRÍGUEZ COSTA – D. DE AGUSTÍN VÁZQUEZ
CITOPATOLOGÍA DE LA MAMA
Javier Sáez de Santamaría
7
00 Principios 07:00 Principios 07 12/3/10 13:56 Página iii
 
 
 
 
 
 
 
© Cuadernos de Citopatología (Colección).J. Rodríguez Costa y D. de Agustín Vázquez. 2010 
© Cuadernos de Citopatología-7: Mercedes Santamaría Martínez, Julio Rodríguez Costa, Domingo de 
Agustín Vázquez, 2010 
 
Ediciones Díaz de Santos 
Internet: http://ediciones.diazdesantos.es 
E-Mail: ediciones@diazdesantos.es
 
Reservados todos los derechos.«No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni su 
tratamiento informático, ni la transmisión de ninguna forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, 
mecánico por fotocopia, por registro u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito de los titulares 
del Copyright». 
 
ISBN: 978-84-7978-963-3 Versión papel 
ISBN: 978-84-9969-016-2 Versión electrónica 
! PREFACIO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . IX
! PREFACIO DEL AUTOR . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . XI
! INTRODUCCIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
! GENERALIDADES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
! ANATOMÍA E HISTOLOGÍA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
! LA MAMA NORMAL EN LA PAAF . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8
! ENFERMEDADES Y CAMBIOS NO TUMORALES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
! TUMORES BENIGNOS DE LA MAMA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20
! TUMORES MALIGNOS EPITELIALES DE LA MAMA . . . . . . . . . . . . . . . . . 27
! TUMORES MALIGNOS NO EPITELIALES DE LA MAMA . . . . . . . . . . . . . . 42
! TUMORES METASTÁSICOS EN LA MAMA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44
! APLICACIONES DE LA CITOLOGÍA EN LA VALORACIÓN DE LAS 
LESIONES MALIGNAS DE LA MAMA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44
! LA «ZONA GRIS» EN LA PAAF DE MAMA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45
! ERRORES DE DIAGNÓSTICO EN LA PAAF DE MAMA . . . . . . . . . . . . . . . . 49
! LAVADO DUCTAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50
! PROGRAMAS DE DETECCIÓN PRECOZ DEL CÁNCER DE MAMA . . . . . 51
! CITOLOGÍA DE LA MAMA MASCULINA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 52
! ICONOGRAFÍA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57
! BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 137
! ÍNDICE ANALÍTICO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 145
CONTENIDO
00 Principios 07:00 Principios 07 12/3/10 13:56 Página vii
PREFACIO
La colección «Cuadernos de Citopatología» va
cumpliendo paulatinamente los objetivos perse-
guidos. Sin embargo, a lo largo del tiempo, han
ido surgiendo algunas circunstancias que han
variado discretamente el devenir de la obra.
Inicialmente, comenzamos con citopatología
de líquidos orgánicos; el volumen 1 referido a
líquido ascítico, pleural y pericárdico: el volu-
men 2 referido a orina y líquido cefalorraquí-
deo; se continuó con aparato respiratorio, el volu-
men 3 referido a técnicas, celularidad normal y
lavado bronquioloalveolar, y el volumen 4 de
patología inflamatoria, patología tumoral y
PAAF. El volumen 5 de la colección lo constitu-
yó la citología en medio líquido, el 6 la PAAF de
órganos abdominales (hígado, páncreas, riñón,
glándula suprerrenal, retroperitoneo, bazo,
mesenterio y vísceras huecas) y el 7, el actual, a
la patología de la mama.
El propósito de la obra, que era presentar en
fascículos independientes una vasta información
de toda la citopatología, se va cumpliendo, fiján-
donos como reto inexorable el acabar la misma
con los siguientes volúmenes: en breve espacio
de tiempo aparecerá la PAAF de tumores de par-
tes blandas, continuará con la PAAF de prósta-
ta, testículo y ovario; en otro capítulo la citolo-
gía de la patología del sistema nervioso central;
la citología de los tumores pediátricos; la PAAF
de patología cervical (tiroides, paratiroides, glán-
dula salival y ganglio linfático) y un volumen
más de citología del aparato digestivo. La obra
concluirá con uno o varios volumenes de
Citopatología y otro sobre Telecitopatología.
Esperamos que la obra esté concluida en el
menor plazo posible y que sea de la máxima uti-
lidad para todos aquellos profesionales y estu-
diantes relacionados con la citología.
00 Principios 07:00 Principios 07 12/3/10 13:56 Página ix
PREFACIO DE LOS AUTORES
Este volumen de la colección va dedicado de
forma muy particular a nuestro amigo y maestro,
Profesor Don José María Rivera Pomar, uno de
los principales impulsores de la citopatología de
la mama en nuestro país.
Los autores nos sentimos especialmente
«ilustrados» por sus conocimientos, y le dedica-
mos con todo nuestro cariño lo expuesto en este
volumen.
Deseamos que, a pesar de su jubilación, nues-
tros contactos profesionales y afectivos conti-
núen plasmándose en futuros encuentros científi-
cos.
00 Principios 07:00 Principios 07 12/3/10 13:56 Página xi
CITOPATOLOGÍA 
DE LA MAMA
PARTE I
01 Parte I(texto) 07:01 Parte I(texto) 07 10/2/10 09:37 Página 1
Citopatología de la mama 3
identifica la mama como un órgano sexual, que
cuando se amputa, transforma la fisonomía de la
mujer, lo que puede llegar a ser considerado como
una pérdida de su imagen sexual. Para combatirlo
se han realizado muchos esfuerzos en todos los
ámbitos y particularmente en los relativos a la
detección precoz y a los protocolos de tratamien-
to. Al mismo tiempo se han estudiado y determi-
nado todos los posibles predictores del pronóstico
para elegir la terapia adecuada a cada mujer.
Muchas lesiones de mama son benignas y el
abordaje quirúrgico para su valoración es costoso.
Como consecuencia se desarrolló mucho la cito-
logía de punción aspiración con aguja fina (PAAF),
que es la técnica de elección para el diagnóstico
inicial en las lesiones palpables. No obstante, los
resultados finales en el diagnóstico dependen de
la comunicación entre los especialistas implica-
dos, así como de la experiencia de clínicos, radió-
logos y patólogos.
Con los métodos actuales se detectan cánce-
res muy pequeños, mínimamente invasivos y car-
cinomas in situ, además de diferentes tipos de
lesiones proliferativas con o sin atipia. Para los
citopatólogos hay un campo de estudio muy
amplio, que no solo consiste en tratar de dife-
renciar entre lo benigno y lo maligno, sino que
deben conocer el amplio espectro de lesiones pro-
liferativas y su complejidad. Conocer las diferen-
tes variantes de los tumores permitirá una mayor
aproximación diagnóstica. Pero no hay que olvi-
dar que la citología tiene una «zona gris» que
limita la efectividad del método y, en estos casos,
el diagnóstico definitivo será más efectivo con
una biopsia.
El abordaje diagnóstico comprende métodos
clínicos, radiológicos y citohistológicos, en una
triple evaluación («triple test») que siempre debe
mantenerse. La clínica comprende la propia sin-
tomatología y la palpación o autopalpación. Los
métodos radiológicos son, fundamentalmente,
mamografía y ecografía. Los medios citohisto-
lógicos incluyen la citología por PAAF, la biopsia
y sus variantes. En los casos en los que exista tri-
! INTRODUCCIÓN
En el estudio de la patología mamaria intervie-nen diferentes especialistas en relación muy
directa para elaborar un diagnóstico correcto con
sus implicaciones en el tratamiento, seguimien-
to y control del paciente. Los médicos radiólo-
gos, patólogos, cirujanos, oncólogos y ginecólo-
gos son los más relacionados con la atención de
esta enfermedad, cada uno de ellos con una labor
muy específica. Este trabajo está enfocado a los
médicos patólogos que se dedican a la citopato-
logía, que son quienes harán el diagnóstico defi-
nitivo de una lesión sospechosa o colaborarán en
una orientación diagnóstica.
El principal problema en la práctica diaria es el
diagnóstico del cáncer de mama, pero también es
necesario conocer las lesiones benignas que pue-
den presentar atipias o tener morfología parecida
a las lesiones malignas, para evitar el diagnóstico
de falsos positivos. El presente trabajo pretende,
de manera general, que pueda utilizarse como con-
sulta y guía para todos los que no son expertos o
no se dedican exclusivamente a la citología de la
mama. Para ello indicamos los conceptos básicos
de la patología mamaria desde el punto de vista de
la citología, sin sustituir la base esencial del citó-
logo que es la enseñanza, el ejercicio continuo de
la profesión, la asesoría personalizada de los exper-
tos y los libros de consulta, más exhaustivos, que
tenemos a nuestro alcance.
! GENERALIDADES
El cáncer de mama es una enfermedad muy fre-
cuente y constituye un grave problema médico y
social. Aún en nuestros días, se conoce poco de su
etiología, biología y cambios moleculares. Su his-
toria natural es muy compleja porque en el
momento del diagnóstico hay tumores presu-
miblemente curables y otros que, por el contra-
rio, tienen una evolución rápida con progresión a
metástasis y que no responden al tratamiento. El
cáncer de mama, además de causar problemas físi-
cos, causa problemas psicológicos debido a que se
01 Parte I(texto) 07:01 Parte I(texto) 07 10/2/10 09:37 Página 3
ple evidencia de malignidad: clínica, mamográ-
fica y citológica, se considera que puede reali-
zarse directamente un tratamiento quirúrgico defi-
nitivo. Sin embargo, la mayor parte de los autores
recomiendan la realización de una biopsia intra-
operatoria de confirmación. Es evidente que en
el estudio intraoperatorio, la citología por impron-
ta o por raspado de la lesión es casi de tanta uti-
lidad como los cortes por congelación, aunque la
eficacia es mayor cuando se combina el estudio
citológico intraoperatorio junto con la biopsia
preoperatoria.
• Recogida y preparación de muestras
Secreción. Puede ser uni o bilateral y, a su vez, por
uno o varios poros. El color es blanquecino, seroso
o serosanguinolento. Cuando es bilateral, se aso-
cia con frecuencia a la ingesta de determinados
fármacos (p. ej. haloperidol y otros antidepresi-
vos). Si es unilateral, sanguinolenta o no, puede
asociarse a patología de conductos galactóforos
terminales o de gran tamaño, o a lesiones relacio-
nadas con patología subareolar. La recogida será
por expresión u ordeño de la mama, recogiendo el
material de manera que se evite la contaminación
por células epidérmicas. Una vez la secreción aflo-
ra, se recoge con un porta limpio debidamente
identificado y se extiende con ayuda de otro porta.
Hay que anotar si la secreción es por uno o más
poros.
Punción-aspiración con aguja fina (PAAF).
Por lo que se refiere exclusivamente a lesiones
palpables, una vez localizada la lesión por pal-
pación, se limpia la zona a puncionar con alco-
hol o solución de yodo. Una mano (la menos
dominante) inmoviliza la lesión mientras con la
otra se punciona el nódulo. Se utilizan agujas de
21-G o menor calibre, con jeringa de 10 o 20 cc.
Una vez introducida la aguja, se hace el vacío en
la jeringa y se mueve suavemente hacia atrás y
adelante varias veces, cambiando de dirección
para obtener una muestra celular lo más repre-
sentativa posible de las diferentes áreas de la
lesión. Cuando observamos que llega material al
cono de la jeringa interrumpimos la presión nega-
tiva. Se elimina el vacío antes de retirar la aguja
para evitar en lo posible la hemorragia. Una vez
terminado el procedimiento puede presionarse la
zona de la punción con una torunda para mini-
mizar el sangrado.
Solamente si el material es líquido y alcanza
con rapidez el cuerpo de la jeringa, mantenemos la
presión negativa con la intención de vaciar la tota-
lidad del líquido (p. ej. en la punción de quistes).
Una vez que el conjunto del dispositivo de
punción se ha retirado de la mama, se separa la
aguja de la jeringa, se llena la jeringa de aire, se
vuelve a colocar la aguja y, colocando la punta
de la aguja sobre un portaobjetos limpio e iden-
tificado, expulsamos su contenido. Se sitúa otro
porta sobre el primero dejando el material obte-
nido entre ambos y desplazamos un porta sobre
el otro para obtener una extensión fina del mate-
rial de la punción.
Cuando ya se ha extendido el material, parte de
los frotis se deja secar al aire para tinciones como
Diff-Quick o Wright-Giemsa, que pueden ser pro-
cesados para su estudio inmediato. Otros frotis se
fijan con alcohol para tinción de Papanicolaou
(PAP) u otras técnicas, y también pueden ser fija-
dos con acetona como paso previo a técnicas de
inmunohistoquímica (IHQ). Otra posibilidad es la
de realizar con el material sobrante un bloque celu-
lar para ser incluido en parafina.
En masas no palpables se ha aplicado duran-
te años con éxito la PAAF por estereotaxia, que
está indicada cuando existen sospechas radioló-
gicas de distorsión o malignidad, en caso de cal-
cificaciones, asimetrías focales de la densidad o
en alteraciones de la estructura de la mama. La
técnica de PAAF es la misma que en las lesiones
palpables pero bajo control mamográfico, aña-
diendo a la jeringa un prolongador flexible hasta
la aguja, que permite maniobrabilidad. Con cier-
ta frecuencia la celularidad es escasa por lo que
requiere gran experiencia para su interpretación
y es necesario hacer correlación con los hallaz-
gos mamográficos antes de tomar una decisión
4 Cuadernos de citopatología-7
01 Parte I(texto) 07:01 Parte I(texto) 07 10/2/10 09:37 Página 4
quirúrgica. Actualmente, y especialmente en lesio-
nes con alta sospecha de malignidad, se emplea
menos por la introducción masiva del trucut
(biopsia con aguja gruesa, BAG). 
Algunos patólogos prefieren el estudio de cor-
tes histológicos para el estudio de la patología
mamaria, porque tienen mayor experiencia y por-
que pueden valorar el patrón arquitectural y de
crecimiento, así como el componente estromal.
Sin embargo, la PAAF es una técnica bien tole-
rada, con alta sensibilidad y especificidad y con
pocas complicaciones.
Las indicaciones incluyen todo el espectro de
la patología mamaria y las ventajas se resumen
en fiabilidad, rapidez y bajo costo (Tabla 1).
Además, la rentabilidad mejora sustancialmente
cuando se hace una selección cuidadosa de las
lesiones susceptibles de ser puncionadas, es rea-
lizada por personas expertas y es estudiada por
citopatólogos experimentados.
Sin embargo, también existen una serie de
complicaciones que conviene conocer, y que, en
general, disminuyen si se explica correctamente
el procedimiento a la paciente (Tabla 2):
– Dolor: la complicación más frecuente es el
dolor, que suele ser tolerable y puede ser
minimizado mediante la explicación deta-
llada del procedimiento, el uso de aneste-
sia local (raramente se necesita) y admi-
nistrando medicación analgésica y/o
ansiolítica previamente. Hay que tener pre-
sente que la punción en la zona de la areo-
la mamaria es especialmente dolorosa.
– Un pequeño hinchazón o hematoma es
habitual y es difícil de evitar por comple-
to, especialmente en mujeres mayores. 
– Hemorragia: poco frecuente. El riesgo aumen-
ta con el empleo de anticoagulantes o antia-
gregantes plaquetarios (aspirina). Se redu-
Citopatología de la mama 5
– Sencilla
– No molesta
– Barata. Valoración del coste/efectividad: poco
coste
– Rápida
– Eficaz
– Repetible (incruenta). Mínimo trauma físicoy
psicológico para las pacientes
– Disponibilidad de los resultados en unas
horas 
– Complicaciones mínimas
– Buena aceptación por la paciente
– Posibilidad de estudios complementarios
– Evita la cirugía en muchos casos 
– Orientación al clínico. Ayuda a planificar la
cirugía o el tratamiento
Tabla 1. Ventajas de la PAAF.
A. Por parte del médico que la hace:
– Objetivo de la prueba 
– Cómo y por quién va a ser realizada 
– Cuánto tiempo durará 
– Preguntarle por posibles condiciones clínicas
que puedan aconsejar tomar especiales
condiciones al hacerla, o no hacerla: alergias,
uso de medicación anticoagulante
– Grado de dolor o molestias que puedan
producirse 
– Complicaciones potenciales, como
hematomas 
– Costo de la prueba (si no fuese cubierta por el
Sistema de Salud)
– Proceso del consentimiento informado
B. por parte del clínico que lleva a la paciente:
– Cómo se van a interpretar los resultados en el
contexto del «triple test». Limitaciones de la
precisión del «test»
– Explicarle que el «test», por sí mismo, no
produce un diagnóstico definitivo y que
pueden ser necesarias otras pruebas 
– Cómo van a influir los resultados en el manejo
de la lesión
– Cómo se le van a comunicar los resultados a
la paciente
Tabla 2. Información a la paciente sobre la PAAF.
01 Parte I(texto) 07:01 Parte I(texto) 07 10/2/10 09:37 Página 5
ce comprimiendo la zona de la punción des-
pués de la extracción de la aguja.
– Infección: rara. Es aconsejable una lim-
pieza cuidadosa de la piel y el uso de mate-
rial estéril y desechable. 
– Desvanecimiento: no es frecuente. Puede
ser más serio si se está haciendo una pun-
ción estereotáxica con la paciente de pie.
Puede evitarse previniendo la ansiedad con
explicación completa del procedimiento,
administrando analgesia o anestesia si fuese
precisa y realizando la punción con la
paciente acostada.
– Neumotórax: una complicación rara, pero
tal vez la más seria. El riesgo es mayor en
mujeres muy delgadas, y si la lesión está
muy cerca de la pared costal o en los cua-
drantes superointerno y superoexterno,
junto a la axila. En estos casos hay que
tener cuidado de que el ángulo de penetra-
ción de la aguja esté lo más oblicuo posi-
ble a la pared torácica y no perpendicular.
El neumotórax también puede ser evitado
si se controla la posición de la aguja bajo
técnicas de imagen.
Tomas por impronta o raspado. Se limpia la
zona erosionada y se rasca la lesión directamen-
te con un porta. Se hace una fina extensión con
otro porta. Aunque en las extensiones haya res-
tos epidérmicos se pueden observar otros tipos
celulares que permiten el diagnóstico.
Citología intraoperatoria. Se utiliza como
método complementario al estudio de la biopsia
intraoperatoria. El valor de la citología intraope-
ratoria es indudable en muchas lesiones, sean o no
de la mama, especialmente cuando la examinan
personas experimentadas. El examen citológico
intraoperatorio de la pieza quirúrgica, efectuado
mediante impronta o raspado de la superficie del
tumor con un bisturí o un portaobjetos y posterior
extendido, cuando se efectúa simultáneamente con
el estudio histológico de los cortes por congela-
ción, mejora considerablemente los resultados del
diagnóstico histológico intraoperatorio. LA Guarda
(1990) estudió 370 casos consecutivos de citolo-
gías intraoperatorias comparadas con estudio simul-
táneo en cortes por congelación. Los frotis citoló-
gicos fueron erróneamente interpretados en un
1,6% y los cortes por congelación en un 0,8% de
los casos. A pesar de todo, estos autores indican
que una causa de esta diferencia es la inexperien-
cia en la interpretación de los frotis intraopera-
torios e indican que éstos ofrecen una mejor pre-
servación y detalle celular que los cortes por
congelación. G De Rosa et al. (1993) hace un aná-
lisis de dos series, cada una realizada con uno de
los dos métodos (citología y corte por congelación),
comparándolos con el diagnóstico histológico final.
El número de casos fue de 510 para los cortes por
congelación y de 407 para la citología intraopera-
toria. La eficacia diagnóstica total fue de 93,13%
de los cortes por congelación contra un 95,33%
para la citología, que no tuvo ningún falso positi-
vo. Comparando los datos estos autores afirman
que la citología intraoperatoria es de un enorme
valor, simplemente combinándola con el examen
macroscópico de las lesiones. Hay que tener pre-
sente que las células no están desprendidas ni
extendidas como en el material de PAAF, por lo
que es necesaria una buena experiencia. Los pro-
blemas diagnósticos van a ser en muchos casos
superponibles a los que se encuentran en la inter-
pretación de una biopsia intraoperatoria, o a los
que observamos dentro de las limitaciones de la
interpretación de la citología de PAAF.
Impronta de la biopsia por cilindro (BAG).
La valoración es semejante a lo expuesto en las
citologías intraoperatorias.
Lavado ductal. Véase posteriormente el apar-
tado correspondiente.
• El informe citológico
El informe citológico debe contener tanto datos
administrativos de identificación como descrip-
tivos sobre el material obtenido, así como una
valoración diagnóstica que permita al médico
conocer el estado clínico de la paciente y adop-
tar una actitud terapéutica lo más precisa posible.
6 Cuadernos de citopatología-7
01 Parte I(texto) 07:01 Parte I(texto) 07 10/2/10 09:37 Página 6
Los apartados que debe incluir un informe se
exponen en la Tabla 3, y las categorías diagnós-
ticas que actualmente están reconocidas de forma
más consensuada en el material obtenido por
PAAF en la Tabla 4.
• Eficacia de la citología de la mama
Los resultados de la citología de la mama son muy
buenos, con altas eficacia y efectividad, escasos
falsos positivos y negativos, y, en suma, una alta
rentabilidad. No obstante, existen unos condicio-
nantes necesarios para que la técnica alcance la
excelencia deseada. Es imprescindible que la toma,
la extensión y la técnica citológica sean las ade-
cuadas. Es igualmente necesaria una interpreta-
ción correcta, tras la adecuada preparación de cito-
técnico y citopatólogo. Aun así, la eficacia es
diferente si se trata de una masa palpable o sola-
mente localizable por ecografía o estereotaxia, y
baja mucho cuando se trata de estudiar con este
método las «microcalcificaciones».
! ANATOMÍA E HISTOLOGÍA 
La mama en reposo consta de entre seis y diez
sistemas principales de conductos. Cada siste-
ma ductal drena a través de una vía excretora
independiente o seno lactífero. Las sucesivas
ramificaciones de los conductos galactóforos en
dirección distal, terminan en los conductos ter-
minales. Antes de la pubertad, el complejo sistema
de conductos ramificados termina en fondos cie-
gos, pero al comienzo de la menarquia, prolifera
distalmente formando unos treinta conductillos
o acinos revestidos de epitelio. Cada conducto
terminal y su conductillo componen las unidades
Citopatología de la mama 7
– Si la aspiración la hace el patólogo, se
recomienda hacer una breve descripción de la
textura de la lesión y del material aspirado 
– Hallazgos específicos: descripción del aspecto
microscópico de los frotis y de su idoneidad.
Hacer mención específica de la celularidad,
patrón, apariencia citológica y fondo 
– Categoría diagnóstica (Tabla 4)
– Diagnóstico descriptivo, incluyendo
afirmaciones no-especificas tales como
«células ductales benignas» o «reacción
macrofágica», y diagnósticos específicos tales
como «fibroadenoma» o «carcinoma
mamario» 
– La codificación numérica puede incluirse
como dato adjunto
– Incluir comentarios o recomendaciones, si
fuesen pertinentes 
– Nombre del citopatólogo que informa
– Fecha del informe 
Tabla 3. Apartados que debe tener un informe
de citología de la mama.
– Insuficiente
– Hallazgos no significativos Categoría 1
– Aspectos benignos* Categoría 2
– Lesión indeterminada/equívoca** Categoría 3
– Hallazgos sospechosos de malignidad** Categoría 4
– Hallazgos claramente malignos Categoría 5
Tabla 4. Categorías diagnósticas dela PAAF.
Insuficiente: significa que la cantidad de material es mínimo o no se encuentra, que hay artefactos, sangre, células
inflamatorias, necrosis o artefactos de técnica.
* Benigno: especificar el tipo de lesión, como pueden ser fibroadenoma, lesiones inflamatorias, cambios fibroquísticos, etc.
** Los frotis no concluyentes o sospechosos, deben indicar la necesidad de biopsia.
01 Parte I(texto) 07:01 Parte I(texto) 07 10/2/10 09:37 Página 7
lobulillares ductales terminales, que son las uni-
dades funcionales del parénquima mamario.
La areola, el pezón y las desembocaduras de
los conductos galactóforos principales están reves-
tidos de epitelio escamoso estratificado. El reves-
timiento de los conductos mamarios principales se
convierte en un epitelio columnar pseudoestratifi-
cado y después en un epitelio cuboideo de dos
capas. Por debajo del epitelio de revestimiento
puede verse una capa baja de células aplanadas
que son las células mioepiteliales. Las células mio-
epiteliales contienen miofilamentos orientados
paralelamente al eje largo del conducto. Siguiendo
exactamente el contorno de los conductos y con-
ductillos, existe una membrana basal. Los lobuli-
llos están incluidos en un tejido conectivo intralo-
bulillar laxo, mixoide, que contiene linfocitos
dispersos, y a su vez, cada uno de los lobulillos
está incluido en un estroma interlobulillar más
denso, colágeno y fibroso. 
Cambios durante el ciclo menstrual. En cada
ciclo menstrual la mama reacciona hormonalmen-
te, como el resto de los órganos sexuales. En la pri-
mera fase del ciclo, los estrógenos provocan 
la proliferación de las células ductales. En la fase
secretora, y debido a la progesterona, aumenta la
proliferación de los conductos terminales con vacuo-
lización y aumento de la actividad mitótica de las
células epiteliales basales. Las células del estroma
también proliferan y se desarrolla un edema estro-
mal que es la causa de la sensación de tumefacción
que experimentan las mujeres en la fase premens-
trual del ciclo. Coincidiendo con la fase menstrual
se produce una disminución de los niveles de estró-
genos y progesterona que provocan una descama-
ción de las células epiteliales, atrofia del tejido
conectivo intralobulillar, desaparición del edema
del estroma y disminución del tamaño de los con-
ductos y de las glándulas.
! LA MAMA NORMAL EN LA PAAF
Los componentes normales de la mama, desde el
punto de vista de la citología, pueden ser epite-
liales y estromales. Cuando se obtiene material
de PAAF de mama normal, la celularidad es esca-
sa o moderada y corresponden a células epitelia-
les dispuestas en pequeños grupos, algunas célu-
las mioepiteliales y fragmentos de tejido adiposo
(Tabla 5; Figuras 1-9).
Células epiteliales de los conductos. Aparecen
en placas o grupos cohesivos con núcleos mono-
morfos ordenados y sin atipias. Los núcleos son
redondos, bien delimitados, con cromatina muy
fina y nucléolo casi imperceptible.
Células apocrinas. Las células hidrosadenoi-
des o apocrinas se presentan en placas o grupos
e incluso aisladas. Son células de mayor tamaño
que las anteriores con núcleo redondo y con
nucléolo central eosinófilo. El citoplasma es
amplio y con finas granulaciones eosinófilas.
Células inflamatorias. Pueden verse linfoci-
tos, células plasmáticas, polimorfonucleares e
histiocitos.
Células conjuntivas. Son fibroblastos y fibro-
citos, que con frecuencia las vemos como núcleos
desnudos, desprovistos de citoplasma.
Células adiposas. Se observan desprendidas en
pequeños fragmentos con frecuentes estructuras
capilares en su interior, en donde se aprecian cla-
ramente los núcleos de las células endoteliales.
Estroma conectivo. Descama en pequeños
fragmentos tisulares de límites imprecisos con
algunos núcleos elongados en su interior. Son
grupos metacromáticos con la tinción de May-
Grünwald-Giemsa (MGG). 
8 Cuadernos de citopatología-7
– Células epiteliales (ductales o galactofóricas)
– Células apocrinas
– Células espumosas
– Núcleos desnudos (células mioepiteliales y
estromales)
– Células adiposas y fragmentos de tejido
adiposo
– Estroma conectivo y vasos
Tabla 5. Componentes celulares e intersticiales.
01 Parte I(texto) 07:01 Parte I(texto) 07 10/2/10 09:37 Página 8
! ENFERMEDADES Y CAMBIOS 
NO TUMORALES
1. LESIONES INFLAMATORIAS 
Y RELACIONADAS (Tabla 6)
Absceso mamario. Suele ser consecuencia de
la obstrucción de los conductos galactóforos aso-
ciada a la lactancia, infección o traumatismo.
Comienza como una mastitis estéril que poste-
riormente se infecta. Las bacterias aisladas con
más frecuencia son estreptococo, estafilococo
aureus y estafilococo coagulasa-negativo. 
PAAF (Figura 10): el material obtenido suele
ser líquido o viscoso. En los frotis se encuentran
abundantes detritus celulares, gran cantidad de
polimorfonucleares y macrófagos con frecuentes
imágenes de fagocitosis. Las células epiteliales,
si están presentes, pueden mostrar o no atipia,
resultante de fenómenos de reparación y regene-
ración, que se manifiesta por aumento del tama-
ño nuclear y un nucléolo visible. A pesar de los
cambios celulares atípicos, se mantiene la rela-
ción núcleo-citoplasmática. A veces, las atipias
celulares debidas a la inflamación pueden ser muy
pronunciadas y semejantes a las que se ven en
malignidad. Ocasionalmente se ven células apo-
crinas aisladas.
En estos casos, cuando los cambios epitelia-
les reactivos sean muy marcados puede plantear-
se el diagnóstico diferencial con un carcinoma
que tenga un componente inflamatorio. Quizás la
clave del diagnóstico en estos casos está en la sus-
tancia de fondo, que aquí suele ser purulenta, y
además de restos celulares y de polimorfonuclea-
res existe fibrina formando filamentos irregulares.
Podemos ver también células histiocitarias mul-
tinucleadas, cuerpos calcificados y eritrocitos.
También cabe incluir en el diagnóstico diferen-
cial la necrosis grasa y el hematoma organizado,
pero en la necrosis grasa abundan los macrófa-
gos que presentan fagocitosis de restos adiposos.
• Mastitis subagudas y crónicas
inespecíficas
La mastitis aguda evoluciona hacia la cronicidad
o hacia la curación, y durante los estadios evolu-
tivos el proceso muestra un cuadro citológico
considerablemente diferente. Puede presentarse
Citopatología de la mama 9
– Mastitis aguda. Abscesos mamarios
– Mastitis subaguda y crónica, inespecíficas
– Mastitis crónicas específicas (granulomas:
TBC, sarcoidosis, etc.) 
– Ectasia ductal y mastitis de células
plasmáticas 
– Necrosis grasa 
– Hematoma organizado 
– Absceso retroareolar
– Mucocele-like
– Lesiones asociadas a cirugía estética
– Efectos secundarios del tratamiento del
cáncer
Tabla 6. Lesiones inflamatorias y relacionadas.
• Mastitis aguda. Abscesos mamarios
Macro y microscópicamente, los procesos infla-
matorios agudos de la glándula mamaria son idén-
ticos a los de cualquier órgano en el que exista
abundante tejido adiposo, sin olvidar los compo-
nentes epiteliales y sus alteraciones (degenerati-
vas o reparativas) en la inflamación.
Mastitis aguda. Generalmente se dan durante
el embarazo y la lactancia, en el 1 al 3% de las
mujeres lactantes, más frecuentemente entre la
segunda y tercera semana de lactación. La acumu-
lación de leche en los ductos facilita el crecimien-
to de bacterias como estafilococo y estreptococo.
Cuando la inflamación queda localizada se produ-
ce un absceso que generalmente cede con la admi-
nistración de antibióticos. La fibrosis y la reacción
inflamatoria asociada a un absceso crónico produ-
cen una distorsión de los conductos adyacentes e
incluso puede llevar a la formación de una masa
que puede simular una neoplasia.
01 Parte I(texto) 07:01 Parte I(texto) 07 10/2/10 09:37 Página 9
como una inflamación periductal con ectasia duc-
tal, con formación de quistes y fibrosis.
PAAF (Figura 11): se pueden encontrar placas
de células epiteliales con cambios regenerativos, de
amplio citoplasma basófilo con anisocariosis (núcle-
os generalmente grandes y nucléolosmúltiples y
llamativos). Se acompañan de células inflamato-
rias: leucocitos polimorfonucleares, linfocitos,
células plasmáticas, fibroblastos, macrófagos y
células gigantes histiocitarias multinucleadas. Los
histiocitos tienen citoplasma amplio, pálido, gra-
nular y de bordes mal definidos.
• Mastitis crónicas específicas 
Son lesiones poco frecuentes en la glándula
mamaria. Generalmente se dan en edad repro-
ductiva y cursan clínicamente con una masa de
crecimiento rápido, semejante al carcinoma. Las
más habituales son la tuberculosis y la sarcoido-
sis, así como algunas reacciones a cuerpo extra-
ño que se presentan asociadas a necrosis grasa
tras intervenciones de cirugía plástica, micosis,
etc. Pueden semejar clínica y macroscópicamen-
te a carcinomas. 
PAAF (Figura 12): el cuadro citológico es
similar al de los procesos granulomatosos en otros
órganos. Se obtienen en general frotis muy celu-
lares, sobre diátesis fibrinosa con abundantes
detritus, compuestos por células epitelioides, célu-
las gigantes multinucleadas, linfocitos y células
plasmáticas. Puede haber además otros compo-
nentes citológicos semejantes a los de la necrosis
grasa, así como fragmentos de epitelio ductal con
atipias reactivas. Además, el amplio abanico de
entidades que puede provocar una lesión granu-
lomatosa (Tabla 7) puede tener ciertas caracte-
rísticas particulares que ayudan al diagnóstico
diferencial entre ellas (ver las diferentes entida-
des que se exponen a continuación). En ocasio-
nes es difícil el diagnóstico diferencial entre los
histiocitos de tipo epitelioide y las células malig-
nas. En estos casos hay que tener presente la diá-
tesis de tipo inflamatorio para evitar falsos posi-
tivos. La IHQ permite diferenciar los histiocitos
que reaccionan positivamente con &-antitripsi-
na, &-antiquimotripsina y lisozima, mientras que
muestran negatividad para marcadores epitelia-
les.
Tuberculosis: parece tener predilección por
la mama lactante pero puede ocurrir a cualquier
edad. En las mujeres jóvenes el cuadro clínico
semeja al de un absceso y en las mujeres de más
edad simula a un carcinoma. Generalmente es uni-
lateral. Se pueden afectar los ganglios ipsilaterales
axilares. Aunque la infección puede ser primaria,
generalmente es secundaria. Se puede presentar
de tres formas: como mastitis nodular, mastitis tu-
berculosa difusa o como variedad esclerosante.
Macroscópicamente el espécimen es nodular, in-
durado, gris o bronceado con focos amarillos -
blancos que corresponden a la necrosis caseosa.
Microscópicamente el rasgo característico es el
granuloma con necrosis caseosa central. Los gra-
nulomas se asocian más a los conductos que a los
lóbulos. El examen citológico es inespecífico mos-
trando histiocitos espumosos, neutrófilos y restos
celulares de necrosis. Pero el material es de as-
pecto purulento y puede hacerse la técnica de
Ziehl-Nielsen que permite mostrar los bacilos
ácido-alcohol resistentes.
Sarcoidosis: se puede presentar como un tumor
primario acompañado de cre cimiento de gan-
glios linfáticos pero generalmente se presenta
después de haber hecho el diagnóstico sistémico
10 Cuadernos de citopatología-7
– Ectasia ductal
– Necrosis grasa 
– Sarcoidosis 
– TBC 
– Infecciones por hongos 
– Infecciones parasitarias
– Quiste de inclusión epidérmica 
– Cuerpos extraños como hilos de sutura 
– Silicona o parafina por implantes
Tabla 7. Diagnóstico diferencial de las lesiones
granulomatosas de la mama.
01 Parte I(texto) 07:01 Parte I(texto) 07 10/2/10 09:37 Página 10
de la enfermedad. Ocurre entre los 20 y 30 años.
La masa es dura y firme y puede confundirse con
un carcinoma. Macroscópicamente el espécimen
es de color café, oscuro, sin calcificaciones ni
zonas de necrosis, de dimensiones generalmente
menores a 5 cm. Microscópicamente se observan
granulomas epiteliales formando nódulos entre los
lóbulos y los conductos. Los frotis no presentan
necrosis y las células gigantes que acompañan a
los granulomas pueden presentar los cuerpos aste-
roides de Schaumann.
Infecciones micóticas: son poco comunes. La
actinomicosis se adquiere por vía canalicular a tra-
vés del pezón. El diagnóstico se realiza al obser-
var organismos gram-positivos como filamentos
o colonias en cortes de tejido. La aspergillosis
puede asociarse a implantes bilaterales de silico-
na. Puede ser primaria o secundaria a una infec-
ción torácica. El mayor problema es que puede
confundirse con un carcinoma inflamatorio. El
diagnóstico consiste en un infiltrado inflamatorio
rodeado de los característicos «gránulos de sulfu-
ro» compuestos por proyecciones filamentosas en
torno a un centro denso. La histoplasmosis se
puede presentar como una gran masa unilateral.
También se han descrito casos de blastomicosis y
criptococosis.
Infecciones parasitarias. La filariasis gene-
ralmente se da en zonas endémicas, pero se puede
presentar hasta seis años después del contacto. Las
microfilarias han sido encontradas en la secreción
por pezón. La mayoría de los tumores miden de 1
a 3 cm. Microscópicamente se ven formas adultas
de filarias; la reacción inflamatoria es granuloma-
tosa con formación de abscesos eosinofílicos.
Otros parásitos encontrados y descritos como
infecciones parasitarias son el Schistosoma japo-
nicum y la cisticercosis por Tenia solium.
En la mastitis tifoidea también se observa his-
tológicamente una reacción granulomatosa no
necrotizante. La enfermedad por arañazo de gato
también puede afectar a la mama como un nódu-
lo blando y bien delimitado que contiene linfo-
citos pequeños, histiocitos, restos leucocitoclás-
ticos y algunas células epiteliales.
• Ectasia ductal y mastitis de células
plasmáticas
Son entidades que en la práctica diaria no vemos
en material de PAAF aunque ambas estén referi-
das.
Ectasia ductal. La etiología es desconocida.
Algunos autores creen que es debido a una atrofia
glandular y otros a una obstrucción ductal. La ecta-
sia ductal, la galactorrea y la mastitis lipogranulo-
matosa se han asociado a tratamientos largos con
fenotiazinas. La forma de presentarse es con secre-
ción intermitente por pezón. Generalmente, la
lesión no es palpable pero en casos avanzados
puede presentarse como una masa y simular un
carcinoma. El dolor está presente como síntoma
principal en las mujeres jóvenes y la inversión del
pezón es más frecuente en las mujeres de más
edad. La edad de presentación varía entre los 30 y
80 años. Macroscópicamente se observan los con-
ductos dilatados con una secreción pastosa o gra-
nular, ocasionalmente con algunas calcificaciones
y en casos avanzados con zonas de necrosis.
Microscópicamente en los conductos hay conte-
nido granular eosinofílico o un material amorfo
proteináceo (Fig. 13). En la citología de secreción
del pezón hay una mezcla de células espumosas
lipídicas, células ductales epiteliales descamadas
e histiocitos.
Mastitis de células plasmáticas. Algunos con-
sideran que es una variante de una mastitis periductal
o de una ectasia ductal mamaria. Se presenta entre
la tercera y quinta décadas, con dolor, congestión y
secreción del pezón, generalmente espesa. Es una
lesión infrecuente de los ductos mamarios, más
común en multíparas que han lactado. Después de
desaparecer los síntomas de inflamación puede per-
sistir una masa firme y dura de varios centímetros.
La secreción por el pezón es continua y puede haber
retracción de éste. Los ganglios axilares están ge-
neralmente aumentados de tamaño. Macros-
cópicamente, el área afectada está indurada, tiene
conductos dilatados conteniendo una secreción cre-
mosa espesa a modo de comedones, a veces con
aspecto caseoso, y algunos pueden ser quísticos.
Citopatología de la mama 11
01 Parte I(texto) 07:01 Parte I(texto) 07 10/2/10 09:37 Página 11
Microscópicamente son dos los rasgos que la dis-
tinguen de otras formas de mastitis: la hiperplasia
del epitelio ductal y una marcada infiltración difu-
sa de células plasmáticas alrededor de los conductos
y de los lóbulos. Los conductos se encuentran dila-
tados, rellenosde un material eosinófilo, granular,
con detritus celulares. El tejido conectivo periduc-
tal es denso, colagenizado. El epitelio ductal suele
faltar en muchas zonas y alrededor de muchos de
los ductos existe una densa infiltración celular por
linfocitos y células plasmáticas. En la mayoría de
los casos existe ectasia, sin cambios inflamatorios.
La fibrosis puede provocar retracción del pezón y
de la piel suprayacente. Este es uno de los caracte-
res que obligan a hacer un diagnóstico clínico
diferencial con el carcinoma. El material intraduc-
tal puede calcificarse y entonces aparecen trazos
tubulares, anulares o lineares en la mamografía.
PAAF: el material de la punción suele ser poco
abundante, a veces líquido y otras veces denso.
Se trata de una inflamación crónica en la que se
encuentran numerosos linfocitos y células plas-
máticas junto a células epiteliales y células espu-
mosas. Hay escasos macrófagos y fibroblastos.
Los hallazgos citológicos dependen del estadio
de la lesión. No tenemos experiencia en la cito-
logía de la mastitis de células plasmáticas ni en
la ectasia ductal.
• Necrosis grasa
Es una entidad poco frecuente, que también plan-
tea en ciertos casos el diagnóstico diferencial con
el cáncer mamario. A pesar de que se considera
que tiene origen traumático, el antecedente de trau-
matismo sólo se refiere en la mitad de los casos.
Es posible que jueguen algún papel ciertas alte-
raciones vasculares, y se ha achacado también a
la rotura de quistes en la enfermedad fibroquísti-
ca. Es más frecuente en mujeres obesas, con mamas
péndulas. Por autopalpación o durante el examen
clínico la lesión se aprecia como una zona indu-
rada. Macroscópicamente se aprecia un área
irregular, a veces estrellada y dura, especialmen-
te en las fases tardías, que presenta al corte una co-
loración blanquecina con zonas amarillentas de
color ocre. Microscópicamente, en una primera
fase se produce destrucción de los adipocitos, que
liberan la grasa. Como consecuencia de ello, ocu-
rre una reacción inflamatoria con presencia de
polimorfonucleares e histiocitos, que fagocitan el
material graso. Los histiocitos aparecen espumo-
sos y puede haber células multinucleadas de tipo
Touton. Posteriormente, a partir de la periferia de
la lesión se forma un tejido cicatricial que se en-
tremezcla con los histiocitos espumosos. Termina
predominando el tejido cicatricial. Esta cicatriz
puede llegar a presentar calcificaciones, que son
visibles en la mamografía. La presencia de estas
calcificaciones obliga casi siempre a plantear el
diagnóstico diferencial con el carcinoma ante una
posible intervención quirúrgica.
PAAF (Figuras14-18): en los frotis, la sustan-
cia de fondo es habitualmente sucia, con restos
celulares, fibrina y grasa degenerada. Las células
inflamatorias incluyen polimorfonucleares, célu-
las plasmáticas, linfocitos y numerosos macrófa-
gos cargados de gotitas de lípidos (lipófagos) con
abundante citoplasma microvacuolado, células
gigantes multinucleadas y células epitelioides.
También se pueden observar fibroblastos, frag-
mentos de tejido fibroso y pequeños capilares. La
celularidad epitelial es escasa o nula. Cuando hay
atipia epitelial existe el riesgo de hacer un falso
positivo. La clave del diagnóstico está en que las
células reactivas se presentan en grupos más cohe-
sivos, con menos pleomorfismo y en menor núme-
ro que las células tumorales. La posibilidad de
sobrediagnóstico de carcinoma debe evitarse estu-
diando el frotis en su conjunto: la presencia de
abundantes lipófagos, histiocitos y componente
inflamatorio, así como de las estructuras capila-
res, apoyan el diagnóstico de necrosis grasa. 
• Hematoma organizado
Tiene lugar después de un traumatismo intenso
en la mama y se presenta como masas irregula-
12 Cuadernos de citopatología-7
01 Parte I(texto) 07:01 Parte I(texto) 07 10/2/10 09:37 Página 12
res. La citología es similar a la de la necrosis grasa
pero, además, los macrófagos pueden contener
hemosiderina (siderófagos).
• Absceso retroareolar (o subareolar)
recidivante
Es una entidad clinicopatológica bien conocida
por los cirujanos. La patogénesis es incierta. Fue
descrita por primera vez por JJ Zuska et al. en
1951, quienes consideraron esta entidad como
una comedomastitis. DV Habif et al. (1970)
sugieren que el origen es debido a una metapla-
sia escamosa que puede ocurrir en el epitelio
columnar de los conductos galactóforos grandes
o a anomalías congénitas de los ductos. También
se origina como consecuencia de una mastitis
bacteriana intraductal del ducto lactífero o del
sinus, causada posiblemente por gérmenes de
escasa virulencia. Aparece siempre en localiza-
ción subareolar. Los conductos aparecen dilata-
dos y rodeados por células inflamatorias. Cuando
se cronifica, el epitelio del ducto puede sufrir una
metaplasia escamosa. Se produce inicialmente un
absceso seguido de la ruptura de la pared del
ducto y extensión de la inflamación al parénqui-
ma mamario que lo rodea. Se desarrolla una
infección crónica y recidivante y se puede for-
mar una fístula desde el absceso subareolar hasta
la base del pezón. La lesión, mezcla de absceso
y quiste epidermoide de los ductos grandes, plan-
tea ciertos problemas terapéuticos, puesto que
tiene tendencia a recidivar, siendo la única solu-
ción una extirpación quirúrgica amplia que inclu-
ya la totalidad de la pared de la lesión. Cuando
se presenta clínicamente con retracción de pezón
y masa palpable puede ser confundida bien con
un tumor benigno (adenoma de pezón) o con un
carcinoma. El aspecto macroscópico es similar a
un quiste, con un contenido pastoso, purulento y
con pared gruesa. Microscópicamente la forma-
ción quística conserva parcialmente un tapiza-
miento epitelial escamoso y contiene detritus
celulares, escamas córneas anucleadas, células
escamosas entremezcladas con polimorfonucle-
ares neutrófilos y una reacción inflamatoria cró-
nica a cuerpo extraño a su alrededor.
PAAF (Figuras 19-23): en el material de pun-
ción, la sustancia de fondo de los frotis es sucia,
con abundantes detritus y fibrina. Destaca un gran
componente inflamatorio de linfocitos, células
plasmáticas y polimorfonucleares, entre el que
aparecen escamas celulares anucleadas, células
de epitelio escamoso, queratinizadas o no, y cris-
tales de colesterol. Debido a la reacción contra la
queratina hay abundantes histiocitos mono o mul-
tinucleados y células gigantes de cuerpo extraño.
También los grupos de células epiteliales presen-
tes pueden tener un cierto grado de atipia reparativa,
como en otros procesos inflamatorios.
El diagnóstico diferencial puede establecer-
se con ectasia ductal, que no es frecuente en esta
localización, con carcinoma ductal con diferen-
ciación escamosa y con metástasis de carcinoma
escamoso y carcinoma metaplásico. En estos
casos la valoración de las atipias celulares debe
hacerse en células bien conservadas para evitar
falsos positivos.
Los quistes de inclusión epidérmica pueden
romperse y producir cambios secundarios en la
mama que recuerdan incluso a un carcinoma. En
los aspirados se ven abundantes células inflama-
torias, células escamosas y queratina. No suelen
tener localización subareolar, por lo que puede
hacerse el diagnóstico diferencial fácilmente con
el absceso retroareolar.
• Mucocele-like
Es una patología infrecuente que se presenta
como lesión quística. Puede asociarse a la EFQ
de la mama y, en este caso, su origen puede ser
debido a la ruptura de un quiste dentro del estro-
ma. 
PAAF: diátesis con abundante material muci-
noso más o menos denso en el que quedan con-
tenidas células en escaso número, que corres-
ponden a macrófagos espumosos y células cargadas
de material mucoide. Pueden observarse algunos
Citopatología de la mama 13
01 Parte I(texto) 07:01 Parte I(texto) 07 10/2/10 09:37 Página 13
núcleos desnudos e incluso pequeños fragmen-
tos de epitelio sin atipias. Los hallazgos en la PAAF
pueden ser fuente de error con un carcinoma con
diferenciación coloide o mucinoso. La faltade
atipias en las células epiteliales es lo que le dife-
rencia de la variante maligna de esta lesión que
es el propio carcinoma mucinoso. La dificultad
está presente en lesiones borderline debido a que
estas lesiones mucinosas presentan un espectro
continuo.
• Lesiones asociadas a cirugía estética 
Para aumentar el volumen de las mamas, se han
utilizado diferentes agentes: silicona, ceras de
parafina, poliuretano y cristaloides, entre otros.
En algunos casos el material inyectado, como por
ejemplo la silicona, junto con ácidos grasos o
vegetales, da lugar a la formación de granulomas
que clínicamente se manifiestan como masas
duras y frecuentemente dolorosas. Este material
también induce fibrosis. Debido a estas reaccio-
nes secundarias hoy en día este material ya no se
utiliza. Cuando se utilizan bolsas de gel de sili-
cona con contenido líquido, es habitual que se
forme alrededor del implante una envoltura fibro-
sa o cápsula. Si se inyecta cera de parafina pueden
formarse oleogranulomas. Microscópicamente se
observan artefactos redondeados y refringentes
(estructuras cristalinas y gránulos de pigmento),
que están rodeados de macrófagos. Los implan-
tes de poliuretano también producen fibrosis en
el tejido adyacente. Se observan también crista-
les refringentes fagocitados por células gigantes
multinucleadas de tipo cuerpo extraño. Al mismo
tiempo, y en asociación con estos implantes, en
algunas ocasiones pueden identificarse linfoade-
nopatías reactivas.
PAAF: si se realiza PAAF de estos nódulos,
encontramos cristales refringentes, macrófagos y
células multinucleadas de tipo cuerpo extraño en
proporciones variables. Es necesario conocer el
antecedente para evitar el diagnóstico de otros pro-
cesos que cursan con abundantes histiocitos y con
la presencia de células gigantes multinucleadas.
• Efectos secundarios del tratamiento
del cáncer. Modificaciones citológicas
por tratamiento quimio y radioterápico
Tanto la radio como la quimioterapia provocan
modificaciones celulares en las neoplasias mama-
rias que dependen del tipo, de la duración y de la
intensidad de la terapia. Es necesario que el clíni-
co advierta al citopatólogo del tratamiento reali-
zado. Muchos de los cambios ocurren también en
las células normales y en ciertos casos llegan a
simular un proceso maligno: aumento de tamaño
de núcleo y citoplasma, cromatina grosera, nucléo-
los marcados e incluso mitosis atípicas. Suele haber
vacuolización nuclear y citoplasmática.
Radiación. Las lesiones por radiación no son
muy diferentes de las que se ven en otros órganos.
Los cambios mayores ocurren en la unidad con-
ducto-lobular terminal e incluyen una colageniza-
ción del estroma intralobular, engrosamiento de la
membrana basal periacinar y periductal, atrofia
severa del epitelio acinar y ductal y atipia de las
células epiteliales y mioepiteliales residuales. Los
efectos de la radiación en los conductos grandes
son menos pronunciados. En los vasos se observa
atipia del endotelio y esclerosis.
Quimioterapia. Aun cuando clínicamente no
exista evidencia de tumor residual, tras la quimio-
terapia proporcionada en exclusiva, hasta un 60%
de las pacientes tienen restos neoplásicos cuando
se estudia el tejido con el microscopio. Cuando el
tumor persiste, se observa una disminución de la
celularidad maligna entre zonas de infarto y necro-
sis; y si el tumor ha desaparecido por completo, en
el sitio donde estuvo el tumor se observa fibrosis,
edema del estroma, incremento de la vasculariza-
ción e infiltrado inflamatorio de tipo crónico. Los
citostáticos, en general, provocan cambios citoló-
gicos importantes derivados de su actuación sobre
la división celular, que dan origen a la aparición de
células poliploides con núcleo grande e irregular y
alteraciones en la distribución de la cromatina
(aumento de su densidad y grumos groseros). La
quimioterapia hormonal no provoca cambios cito-
lógicos significativos.
14 Cuadernos de citopatología-7
01 Parte I(texto) 07:01 Parte I(texto) 07 10/2/10 09:37 Página 14
PAAF: la macrocitosis es un rasgo caracterís-
tico de la celularidad sometida a quimio y/o radio-
terapia. Suelen encontrarse células multinuclea-
das, aumento considerable del tamaño nuclear y
formas bizarras, así como mitosis anómalas.
Aunque las células son de gran tamaño, también
los son los núcleos, por lo que hay una relación
núcleo/citoplasmática conservada. También es
posible apreciar fenómenos de cariorrexis y cario-
lisis. La distribución en grumos regulares de la
cromatina puede ser la base para descartar malig-
nidad. Además, encontramos macrófagos o lipó-
fagos de manera parecida a lo que se observa en
la necrosis grasa en ausencia de células tumora-
les. En cualquier caso, la citología en estas lesio-
nes residuales ha de interpretarse con gran cui-
dado para evitar tanto falsos positivos como falsos
negativos.
2. ENFERMEDAD FIBROQUÍSTICA 
DE LA MAMA (EFQ)
La EFQ es la entidad más común de la patología
mamaria femenina. A lo largo de los tiempos se
han utilizado para denominarla diversos sinóni-
mos, de los cuales el más adecuado es el de enfer-
medad fibroquística o cambios fibroquísticos. Su
etiopatogenia no es conocida. Es muy probable
que en su génesis jueguen un papel importante
las hormonas femeninas, aunque no hay eviden-
cia de que su incidencia varíe con los estrógenos
exógenos. Se presenta entre los 30 y los 50 años.
Suele ser bilateral, aunque más marcada en una
de las mamas. Se manifiesta por tensión mama-
ria, a veces con dolor e induraciones nodulares,
en muchos casos de manera más pronunciada en
torno al período premenstrual. Las imágenes
radiológicas pueden ser muy complejas (Figura
24). El aspecto macroscópico del tejido mama-
rio es muy variable. Llama la atención la pre-
sencia de quistes de tamaños muy diversos, desde
menos de un milímetro (microquistes) a varios
centímetros (macroquistes), que contienen líqui-
do. La mayor parte de las veces este líquido es
turbio, quizás como consecuencia de pequeñas
hemorragias intraquísticas o de alteraciones en
la secreción del epitelio de revestimiento. El resto
del tejido mamario aparece indurado y de color
blanquecino grisáceo, causado por el incremen-
to del tejido fibroso. Las lesiones muestran un
amplio espectro microscópico de tipo prolifera-
tivo sobre el epitelio, que abarca desde aspectos
fisiológicos hasta alteraciones atípicas difíciles
de distinguir del carcinoma in situ (Tabla 8). Se
ha clasificado la enfermedad según su pronósti-
co, dependiendo de si existen o no atipias que
influyan sobre el riesgo de desarrollar un cáncer.
Sin embargo existe una «zona gris» en la que los
rasgos citológicos, y con frecuencia también his-
tológicos, no son concluyentes, especialmente en
lesiones hiperplásicas con atipias.
PAAF: el material obtenido por PAAF puede
variar considerablemente en cantidad y calidad,
desde muy escaso a muy abundante. Podemos
diferenciar dos tipos de componentes, el epitelial
y el intersticial. Generalmente, el componente
Citopatología de la mama 15
1) Quistes
2) Fibrosis del estroma
3) Infiltrados inflamatorios crónicos
4) Metaplasia apocrina del epitelio
5) Microcalcificaciones
6) Hiperplasia epitelial:
I - Lobulillar (adenosis):
Simple
Esclerosante (nodular)
Microglandular 
Adenomioepitelial
Apocrina
Con atipia celular
II - De ductos terminales
III - De grandes ductos (epiteliosis):
Papilar (papilomatosis)
Sólida (florida)
Con atipia celular
7) Proliferación fibroadenomatoide
Tabla 8. Cambios microscópicos en la EFQ.
01 Parte I(texto) 07:01 Parte I(texto) 07 10/2/10 09:37 Página 15
epitelial ductal se dispone en laminillas o grupos
con buena cohesión. Las células tienen un núcleo
redondo u oval con cromatina finamente granu-
lar bien distribuida y un pequeño nucléolo. Las
células apocrinas se disponen aisladas o en peque-
ñas placas o grupos papilares. Son frecuentes las
células espumosas y ocasionalmente los frag-
mentos de estroma. La presencia de núcleos des-
nudos en forma diseminada puede considerarse
en generalcomo un indicador de benignidad y
por lo tanto es un criterio general importante para
descartar malignidad. Estos núcleos son hiper-
cromáticos, homogéneos y no se les aprecia nuclé-
olo. Algunas veces se encuentra elevada celula-
ridad o atipia epitelial de grado leve o moderado.
En estos casos, la existencia de núcleos bipola-
res en el extendido ayuda a descartar malignidad.
Sin embargo, dada la complejidad de los cambios
microscópicos en la EFQ, los hallazgos citológi-
cos pueden ser muy variados. Es necesario cono-
cer que, aunque se describan diferentes aspectos
citológicos de la EFQ, en la mayoría de los casos
los hallazgos se solapan porque las lesiones están
entremezcladas. Podemos encontrar material que
representa desde la celularidad correspondiente
a un quiste hasta hiperplasia epitelial con atipia
o cualquier otra lesión del complejo de la EFQ. 
• Quistes
Se originan por dilatación de los ductos mama-
rios. El epitelio que reviste los quistes puede ser
cilíndrico, cúbico, aplanado o bien puede faltar
en parte o en su totalidad. Suele aparecer apla-
nado cuando los quistes son grandes, debido a la
presión del líquido que contienen sobre las célu-
las de la pared. En quistes pequeños no es infre-
cuente ver que el epitelio ha sufrido una metapla-
sia apocrina, formando proliferaciones papilares
hacia el interior de la luz. Las pequeñas proyec-
ciones papilares suelen estar constituidas exclusi-
vamente por epitelio, aunque las de mayor tamaño
pueden presentar un delicado eje conectivo-vas-
cular. El material contenido en la luz de los quis-
tes suele ser homogéneo, discretamente eosinófi-
lo o mostrar algunos detritus celulares. Es frecuente
la presencia de células espumosas. En ocasiones,
especialmente cuando falta el revestimiento epi-
telial, se observa una infiltración celular inflama-
toria periquística. Tras la aspiración completa de
un quiste debe realizarse siempre una nueva pal-
pación para determinar si queda otra lesión o una
masa residual que anteriormente no se palpaba. De
existir, deberá efectuarse una segunda PAAF.
PAAF (Figuras 25-33): el volumen de líqui-
do aspirado de un quiste puede oscilar desde unas
gotas hasta 20 cc o más. Su aspecto puede ser claro,
opaco o turbio y puede tener diferente coloración,
desde amarillo o verde a marrón o hemorrágico.
Si el fluido es claro suele tener poca celularidad.
La sustancia de fondo es serosa y limpia. Cuando
la apariencia es turbia, contiene abundantes detri-
tus celulares y células con cambios degenerati-
vos. Pueden verse cristales de ácidos grasos en
algunos quistes antiguos y más raramente for-
maciones anulares semejantes a los cristales de
Liesegan (Liesengang-like). Los tipos celulares
del líquido de los quistes y de la EFQ son:
– células espumosas: probablemente proce-
den de las células epiteliales modificadas
que recubren la pared del quiste. Con fre-
cuencia presentan signos degenerativos. La
cantidad de células suele ser inversamente
proporcional al tamaño del quiste. 
– células epiteliales de los conductos: apare-
cen en placas, grupos cohesivos o forman-
do micropapilas. 
– células apocrinas (hidrosadenoideas): se
desprenden formando placas o grupos, ais-
ladas o en disposiciones papilares. 
– células inflamatorias: pueden verse linfo-
citos, células plasmáticas, polimorfonu-
cleares e histiocitos.
– células de la pared del quiste: se trata de
grandes células de morfología fusiforme o
poligonal, con amplio citoplasma, ligera-
mente basófilo, de límites imprecisos, que
contienen granulaciones eosinófilas. Los
16 Cuadernos de citopatología-7
01 Parte I(texto) 07:01 Parte I(texto) 07 10/2/10 09:37 Página 16
núcleos, en general de gran tamaño, son
redondos u ovoides, vesiculosos, ligera-
mente irregulares y sin hipercromasia.
Algunos autores señalan que se originan
como resultado de una metaplasia pavi-
mentosa y parecen más evidentes en algu-
nos quistes antiguos. 
– células conjuntivas (fibroblastos y fibroci-
tos): proceden probablemente de la cápsu-
la de los quistes.
• Fibrosis del estroma. Enfermedad
fibrosa. Fibrosis mamaria focal
La fibrosis está siempre presente en la EFQ, aun-
que su proporción es muy variable. Diversos auto-
res han considerado a la fibrosis circunscrita, que
suele cursar con dolor (mastodinia), como una enti-
dad aparte de la EFQ. Se presenta en la segunda
década de la vida, con una edad media similar a la
del fibroadenoma. Esta fibrosis focal («pastilla
fibrosa» para los clínicos) se caracteriza histoló-
gicamente por un incremento del tejido conectivo
intra e interlobulillar, que se hace progresivamen-
te más denso comprimiendo al componente epite-
lial (ductal), que llega a desaparecer en buena parte
y hace que en muchos casos no sea posible reco-
nocer los lobulillos como tales. En las fases ini-
ciales se aprecia una infiltración linfoide del estro-
ma intralobulillar. En la fase final, el tejido conectivo
adquiere una apariencia homogénea, casi hialina,
y sólo se aprecia tejido fibroso en el que se reco-
nocen unas «sombras» de acinos, con capilares
evidentes y algunos linfocitos.
PAAF (Figura 34): en las fibrosis, tanto de la
EFQ como en la circunscrita juvenil, nos encon-
tramos una gran resistencia al puncionar. La aguja
entra con dificultad y por lo general se obtiene
muy poco material. En los extendidos, la sustan-
cia de fondo es limpia o albuminosa. Predominan
los núcleos desnudos. Puede haber algunos lin-
focitos y las células epiteliales son muy escasas
o prácticamente ausentes. Pueden obtenerse algu-
nos fragmentos de tejido conectivo o adiposo. 
• Cambios inflamatorios en la EFQ
Existe siempre un cierto grado de inflamación lin-
focitaria, de tipo crónico inespecífico, en el tejido
intersticial de la glándula. Lo más habitual es que
esté presente alrededor de los quistes, especialmente
cuando éstos carecen de revestimiento epitelial.
También pueden formar parte del infiltrado algunos
histiocitos espumosos, células plasmáticas y, en raras
ocasiones, células gigantes multinucleadas. En la
aspiración de los quistes también pueden aparecer
histiocitos y polimorfonucleares.
• Alteraciones en el epitelio/ 
hiperplasias epiteliales
La adenosis consiste en un aumento o alarga-
miento de los conductos terminales de los lóbu-
los mamarios. Lo más frecuente es una prolife-
ración circunscrita ductal que abarca a las células
epiteliales y mioepiteliales y que se asocia a fibro-
sis de intensidad variable. Cuando la fibrosis es
mínima hablamos de adenosis florida y cuando
la fibrosis interductal es predominante le llama-
mos adenosis esclerosante. Desde el punto de
vista histológico comprenden un amplio espec-
tro de alteraciones caracterizadas por la prolife-
ración epitelial, como son:
– adenosis simple: hiperplasia de los lobuli-
llos, sin alteración básica de su arquitectu-
ra. Presentan un mayor tamaño del habitual.
– adenosis esclerosante: proliferación en la que
los lobulillos muestran formas irregulares.
Hay proliferación de células epiteliales y
mioepiteliales entremezclada. Puede apare-
cer en focos aislados, combinada con otros
cambios de la EFQ, o ser la alteración pre-
dominante. La adenosis esclerosante cir-
cunscrita puede presentarse clínicamente
como una zona indurada, palpable, que simu-
la macroscópicamente a un carcinoma. 
– adenosis microglandular o hiperplasia micro-
glandular: abundantes formaciones glan-
dulares de pequeño tamaño, regulares, en
un estroma fibroso con elastosis. 
Citopatología de la mama 17
01 Parte I(texto) 07:01 Parte I(texto) 07 10/2/10 09:37 Página 17
– adenosis adenomioepitelial y adenosis apo-
crina: proliferación de células mioepitelia-
les o de metaplasia apocrina de las células
epiteliales. En la adenosis con predominio
apocrino, las células y los núcleos son gran-
des y los nucléolos evidentes, junto con cito-
plasma claro, eosinofílico y granular. Puede
simular un carcinoma.
– adenosis tubular: hiperplasia de túbulos,
uniformes y pequeños, tapizados por una
sola capa de células epiteliales y otrade
células mioepiteliales. El estroma es esca-
so. Las microcalcificaciones son frecuen-
tes. En ocasiones se asocia a fibroadeno-
ma. Es más frecuente en jóvenes.
– lesión esclerosante radial: lesión estrella-
da de límites mal definidos y no encapsu-
lada que consiste en una zona central de
tejido fibroso con bandas de tejido conec-
tivo que rodean a lobulillos con adenosis y
a ductos hiperplásicos con papilomatosis
intraductal papilar. Clínicamente suele ser
una lesión no palpable, pero puede ser con-
fundida radiológicamente con carcinoma
cuando es de gran tamaño. Existe debate
acerca de si esta lesión puede ser precur-
sora del carcinoma tubular.
La hiperplasia epitelial en ductos terminales
afecta a los conductos de la porción intralobuli-
llar y en muchas ocasiones llega afectar a los pro-
pios acinos. Las células proliferadas ocupan la
totalidad del ducto y ocluyen la luz.
La hiperplasia epitelial en ductos de mayor
calibre (epiteliosis y papilomatosis) es más fre-
cuente. Cuando la proliferación epitelial ocurre
en ductos de gran calibre suele hacerlo en forma
papilar (papilomatosis). Las papilas son delga-
das y suelen presentar un eje conectivo-vascular
delicado (papilas verdaderas). En el revestimiento
de las papilas pueden observarse con facilidad
dos poblaciones celulares diferenciadas: células
ductales y mioepiteliales. En muchas de estas pro-
liferaciones papilares puede existir metaplasia
apocrina del epitelio. La presencia de papilas sin
ejes conectivos, con epitelio alto, con células de
límites bien definidos y formas en arco o puente
romano hacen sospechar un cambio proliferativo
maligno. Cuando el patrón cribiforme se acom-
paña de necrosis y de signos de atipia citológica,
es probable que haya ocurrido una transformación
maligna. En conductos de menor calibre provo-
ca ocupación de la luz (epiteliosis).
PAAF (Figuras 35-38): aunque las lesiones
epiteliales de la EFQ están muy entremezcladas,
debemos intentar hacer una valoración citológi-
ca del material obtenido por PAAF entre lesiones
no proliferativas y proliferativas, y entre lesiones
con y sin atipia. Esto nos lleva a una «categori-
zación de las lesiones en la EFQ»:
– Lesiones no proliferativas. Los aspirados
suelen ser poco celulares. Los grupos epi-
teliales tienen buena cohesión y elementos
de aspecto uniforme. Se acompañan de
células espumosas, apocrinas, mioepitelia-
les y de fragmentos de estroma.
– Lesiones proliferativas sin atipia. La celu-
laridad es más abundante, pero depende del
grado de proliferación epitelial. Las célu-
las epiteliales tienen menor cohesión y se
entremezclan con células mioepiteliales.
Hay tendencia a la superposición nuclear
con ligera variabilidad en el tamaño nuclear.
Ocasionalmente pueden verse micronuclé-
olos. También pueden observarse células
apocrinas, histiocitos, algunos núcleos des-
nudos y microcalcificaciones. El diagnós-
tico diferencial es especialmente difícil con
el fibroadenoma cuando éste tiene rasgos
de actividad nuclear y con lesiones papila-
res. Para hacer el diagnóstico diferencial
con el fibroadenoma, es útil buscar frag-
mentos de estroma con células fusiformes
y un número abundante de núcleos desnu-
dos, que favorecen el que se trate de un
fibroadenoma. La presencia de células altas
columnares con tendencia a formar papi-
las y de macrófagos con hemosiderina, son
indicativas de neoplasia papilar más que de
lesión proliferativa.
18 Cuadernos de citopatología-7
01 Parte I(texto) 07:01 Parte I(texto) 07 10/2/10 09:37 Página 18
– Lesiones proliferativas con atipia o hiper-
plasia atípica. Observamos con frecuen-
cia abundante celularidad. Las células epi-
teliales se disponen en grupos con mode-
rada pérdida de la polaridad y superposi-
ción nuclear. Los núcleos presentan un
patrón de cromatina en grumos algo grue-
sos e irregulares y pueden verse nucléolos.
Hay un cierto grado de pleomorfismo. Las
células mioepiteliales de morfología alar-
gada se encuentran entre los grupos de
células epiteliales. La presencia de macró-
fagos y de células apocrinas es poco fre-
cuente. Cuando existe una proliferación
hiperplásica papilar del epitelio de los duc-
tos encontramos placas o laminillas de
células epiteliales que se disponen en
forma tridimensional o papilar. A veces
estas agrupaciones pueden ser de células
apocrinas, con discreta anisocariosis y
nucléolos llamativos. Con frecuencia se
encuentran cambios degenerativos y
vacuolización citoplasmática en las célu-
las epiteliales. En la EFQ aparecen con fre-
cuencia macrófagos espumosos y micro-
calcificaciones en la luz de los ductos, pero
no verdaderos cuerpos de psammoma, que
generalmente están incluidos dentro del
propio epitelio; la presencia de estos últi-
mos hace sospechar un cambio maligno.
En la papilomatosis y en las hiperplasias
ductales, tanto típicas como atípicas, si
existe un marcado aumento de la celulari-
dad, con anisonucleosis y grandes nuclé-
olos, se plantea siempre el diagnóstico
diferencial con un proceso maligno bien
diferenciado. Las células ductales en
ambos casos, papilomatosis e hiperplasia,
pueden mostrar superposición nuclear e
incluso pérdida de la polaridad de los
núcleos.
Hiperplasia atípica VS neoplasia. El diag-
nóstico de hiperplasia atípica es complicado para
el citólogo por su significado clínico. Se trata de
una lesión no infiltrante, con atipias nucleares
pero que no cumple de forma estricta los crite-
rios de malignidad. Representa además una lesión
borderline entre lo benigno y lo maligno. La difi-
cultad diagnóstica se demuestra en la práctica por
las diferencias entre observadores debido al gran
componente de subjetividad. Este problema, que
ya ocurre con las muestras histológicas, obvia-
mente se multiplica en la citología. Se han apli-
cado muchos criterios en diferentes publicacio-
nes para tratar de diferenciar entre hiperplasia
atípica y malignidad pero son difícilmente repro-
ducibles y dudosamente objetivos. Además hay
que recordar que una misma lesión mamaria
puede tener áreas de carcinoma in situ y de hiper-
plasia epitelial. Esta última se encuentra gene-
ralmente en las áreas más periféricas de la lesión,
y las células que obtenemos en la PAAF depen-
den del lugar del muestreo de la misma, habi-
tualmente del centro de la lesión. Otra dificultad
en el diagnóstico diferencial, la encontramos en
el carcinoma lobular in situ porque las células son
marcadamente monomorfas. En resumen: con
frecuencia podemos encontrar que, a pesar de
aplicar los criterios morfológicos de una manera
estricta, e incluso técnicas auxiliares, no es posi-
ble diferenciar entre benignidad y malignidad.
En estos casos deberá aconsejarse la escisión de
la lesión, seguida de estudio histológico. Aunque
la PAAF de mama tiene un alto valor predictivo
para separar benignidad de malignidad, las lesio-
nes proliferativas con atipia suponen en la prác-
tica una limitación inherente a la técnica.
• Proliferación fibroadenomatoide
En la EFQ pueden aparecer con cierta frecuencia
pequeños focos con patrones histológicos que
semejan a un fibroadenoma. La presencia de estos
focos parece apoyar la hipótesis de que el fibro-
adenoma no es un verdadero tumor sino el resul-
tado de una respuesta focal hiperplásica de simi-
lar etiología a la EFQ. En el cuadro citológico
correspondiente a estas lesiones podrían sumar-
se aspectos citológicos típicos de un fibroadeno-
ma (véase más adelante) a los de la EFQ.
Citopatología de la mama 19
01 Parte I(texto) 07:01 Parte I(texto) 07 10/2/10 09:37 Página 19
! TUMORES BENIGNOS DE LA MAMA
(Tabla 9)
tos. Los focos de proliferación del tejido conec-
tivo empujan a los ductos, que se elongan y apa-
recen como verdaderas cavidades virtuales hacia
cuyo interior hacen protrusión múltiples mame-
lones conjuntivos revestidos por el epitelio, que
suele estar aplanado. Existen numerosas varian-
tes dependiendo de cambios en el estroma, que
van desde una apariencia mixoide hasta la hiali-
nizada, a veces con calcificaciones más o menos
extensas. Es precisoexaminar cuidadosamente
estos tumores puesto que en muchas ocasiones
muestran marcada proliferación epitelial, a veces
con atipias. Se han descrito casos aislados de car-
cinoma, sobre fibroadenoma y cuando ocurren,
lo más frecuente es el desarrollo de un carcino-
ma lobular, in situ o invasor.
PAAF (Figuras 39-42): se obtiene en general
abundante material, de apariencia viscosa. La sus-
tancia de fondo es albuminoide y poco aparente.
El frotis es muy rico en células, con patrón bifá-
sico. Llama la atención el gran número de núcleos
desnudos, que pueden verse tanto libres en la diá-
tesis como superpuestos sobre las laminillas
celulares epiteliales. El origen de los núcleos es
controvertido, pero expresan actina muscular es-
pecífica. La segunda característica citológica típica
es la presencia de grandes placas o laminillas de
células epiteliales poligonales, regulares, con una
marcada cohesión y a veces plegadas, desprendi-
das por la aguja de los espacios ductales elongados.
Las células epiteliales son muy monomorfas, con
núcleo redondo, a veces pequeño nucléolo y uno
o dos cromocentros. A veces, las placas o lamini-
llas celulares muestran proyecciones digitiformes
periféricas. Suelen obtenerse también algunos
fragmentos de estroma, a veces con cambios mi-
xoides, que se ven mejor en los preparados teñidos
con MGG. En ocasiones estos fragmentos de es-
troma son abundantes y muy celulares. Pueden
verse algunos histiocitos e incluso células apo-
crinas y células gigantes multinucleadas. Cuando
los grupos celulares muestran atipias (fibroade-
noma con atipias, Figura 43), la citología puede
sobreestimarse e interpretarse como un falso po-
sitivo. Probablemente la atipia es el resultado de
20 Cuadernos de citopatología-7
– Fibroadenoma
– Fibroadenoma juvenil
– Tumor fillodes (benigno)
– Hamartoma
– Adenoma tubular
– Adenoma de la lactancia
– Papiloma intraductal/papilomatosis intraductal
– Adenoma del pezón (papilomatosis florida)
– Adenoma pleomorfo/tumor mixto
– Tumores mioepiteliales
– Tumor de células granulares
– Otros (piel, anejos, partes blandas)
Tabla 9. Tumores benignos de la mama.
• Fibroadenoma
Constituye, con la fibrosis mamaria focal, la
lesión más frecuente de la mama juvenil. Tiene
su mayor incidencia entre los 20 y los 35 años.
Son tumores de crecimiento lento. Se presentan
habitualmente como nódulos bien delimitados, no
dolorosos y unilaterales. Pueden ser múltiples en
un 20% de casos. Son pueden ser el resultado de
una acción estrogénica desmedida sobre un tejido
mamario susceptible de proliferar. Radiológi-
camente son lesiones bien definidas, en general,
con un diámetro no superior a 3 cm. La apariencia
macroscópica es característica: nódulos bien deli-
mitados, esféricos u ovoides, de consistencia
media, pero desprovistos de verdadera cápsula.
Se describen clásicamente dos patrones micros-
cópicos: pericanalicular e intracanalicular. El peri-
canalicular se caracteriza por una proliferación
de ductos con epitelio de revestimiento similar a
los ductos mamarios normales, alrededor de los
cuales hay una proliferación concéntrica de teji-
do conectivo. El patrón intracanalicular consiste
en un crecimiento del tejido conectivo que tiene
lugar en forma focal y no concéntrica a los duc-
01 Parte I(texto) 07:01 Parte I(texto) 07 10/2/10 09:37 Página 20
varios factores como excesiva respuesta a la esti-
mulación hormonal, actividad secretora, metaplasia
apocrina o escamosa e inflamación. De hecho, los
cambios gestacionales pueden aumentar la celu-
laridad del aspirado y las atipias. Hay pérdida de
la cohesión de los grupos celulares, formaciones
de tipo papilar, anisonucleosis y nucléolo paten-
te. La presencia de núcleos desnudos, de fragmentos
de estroma, así como la diátesis limpia, favore-
cen el diagnóstico de fibroadenoma. Cuando,
acompañando a un cuadro citológico de fibroa-
denoma, exista discreta o moderada atipia de las
células epiteliales, deberá adoptarse la misma con-
ducta que la expresada para las lesiones pro-
liferativas epiteliales de la EFQ. Además, debido
a que el fibroadenoma tiene diferentes patrones
arquitecturales, puede haber diferentes cuadros
citológicos.
El diagnóstico diferencial abarca todo el
amplio espectro de la EFQ, incluyendo las hiper-
plasias con y sin atipias y las lesiones papilares.
Quizás la presencia de fragmentos de estroma con
células fusiformes puede apoyar más al diagnós-
tico de fibroadenoma. El adenoma ductal que es
muy poco frecuente tiene el mismo patrón citoló-
gico bifásico que el fibroadenoma, pero en el ade-
noma ambos tipos de células se encuentran juntos
y el estroma no está presente. Otra posibilidad de
mala interpretación se da en el caso de degenera-
ción mucinosa del fibroadenoma y conviene
excluir un carcinoma mucinoso. La falta de célu-
las secretoras y el hallazgo de estroma y núcleos
desnudos ayudan al diagnóstico diferencial de
fibroadenoma. Cuando hay mucho estroma y laxo,
deberá plantearse el diagnóstico diferencial con
un tumor fillodes benigno. Los fibroadenomas con
atipia también pueden plantear problemas de diag-
nóstico diferencial con el carcinoma lobular cuan-
do se presentan en estructuras cordonales. El car-
cinoma de bajo grado y el carcinoma tubular
pueden tener una citología semejante al fibroade-
noma con atipias. Estos tumores presentan grupos
celulares muy cohesivos y atipia mínima. El patrón
celular es muy monomorfo y no hay células mio-
epiteliales.
• Fibroadenoma juvenil 
Algunos fibroadenomas muestran una elevada
densidad celular del estroma, y en estos casos,
como hemos visto, es preciso plantearse el diag-
nóstico diferencial con otras entidades. Una de
ellas es el fibroadenoma juvenil, que es un tumor
de crecimiento rápido y que suele alcanzar un
tamaño mucho mayor que el del fibroadenoma
clásico. Las diferencias estriban, por una parte,
en la edad de presentación, ya que ocurren en
mujeres más jóvenes que el fibroadenoma típico,
en general en la segunda década. Por otra parte
difieren en el gran tamaño que adquieren, ya que
el fibroadenoma juvenil puede alcanzar varios
centímetros.
PAAF (Figura 44): en la citología se encuen-
tran laminillas de células en monocapa y forma-
ciones papilares de células columnares de apa-
riencia benigna junto con algunas células
espumosas o histiocitos. Lo más llamativo es la
abundancia de fragmentos de estroma.
• Tumor fillodes (Tumor phyllodes,
tumor filodes)
En estos tumores hay un amplio espectro morfo-
lógico, desde formas benignas hasta malignas,
pasando por casos borderline. La antigua deno-
minación de «cistosarcoma» debe ser desechada,
porque engloba a entidades muy diversas en cuan-
to a su comportamiento clínico. La forma benigna
de tumor fillodes ofrece una estructura micros-
cópica similar a la del fibroadenoma intra-
canalicular. Suele presentarse en mujeres de mayor
edad que el fibroadenoma (alrededor de los 50
años). Al igual que el fibroadenoma juvenil, tam-
bién el tumor fillodes presenta un tamaño superior
al del fibroadenoma, con una media de unos 5 cm
y una mayor densidad de células en el estroma,
que adopta una apariencia fibroblástica. Estos
tumores recidivan en un 15-20% de los casos des-
pués de su escisión.
PAAF (Figuras 45-47): al igual que en el fibroa-
denoma, la celularidad es abundante y el patrón
Citopatología de la mama 21
01 Parte I(texto) 07:01 Parte I(texto) 07 10/2/10 09:37 Página 21
bifásico. Además de las placas de epitelio ductal
típicas del fibroadenoma, en estos tumores tam-
bién se encuentran abundantes núcleos desnudos
bipolares y células mioepiteliales que conservan
parcial o totalmente su citoplasma. En el tumor
fillodes benigno o borderline y también en el
fibroadenoma juvenil pueden observarse asimis-
mo células fusiformes dentro de una sustancia
rosada metacromática densa en las tinciones de
MGG (apariencia mixoide). La distinción cito-
lógica entre las formas benignas y borderline es
extraordinariamente difícil.
El amplio espectro morfológico reseñado con-
lleva un amplio abanico de diagnóstico

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