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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS COLEGIO DE HISTORIA EL PARTIDO LIBERAL MEXICANO Y LA REVOLUCIÓN EN CHIHUAHUA, 1908-1911 TESIS QUE PARA OBTENER EL GRADO DE LICENCIADO EN HISTORIA PRESENTA MIGUEL ÁNGEL RAMÍREZ JAHUEY ASESOR: DR. PEDRO AGUSTÍN SALMERÓN SANGINÉS MÉXICO, CIUDAD UNIVERSITARIA. ABRIL DE 2012 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. - 3 - Este trabajo está dedicado a mis padres, Miguel y Adalberta, por todo el amor, el cariño, la abnegación, el apoyo y la paciencia que un hijo podría esperar. Esto es por y para ustedes. - 5 - AGRADECIMIENTOS A la Universidad Nacional Autónoma de México, que en su seno ha permitido que me desarrolle como ser humano a lo largo de diez arduos años. A mi profesor de Historia de México y Revolución Mexicana en la preparatoria, Héctor Hernández Romero; sus enseñanzas fueron de gran valor, e indirectamente contribuyeron a que me decidiera por esta hermosa carrera. A Margarita Carbó Darnaculleta, por sus valiosas correcciones para este trabajo; por enseñarme que la Historia puede ser una herramienta crítica para comprender el mundo que nos rodea; y por ser una gran persona y una inspiración para la vida. Dice Umberto Eco que es de mal gusto agradecer al asesor, pero si a alguien le debo gratitud es a Pedro Salmerón Sanginés, por la confianza y el apoyo brindado para que este trabajo saliera adelante y se llevara a buen término; también por demostrar que desde la academia se puede ser un feroz crítico del sistema; y por sacar, junto a Paco Taibo II, la Historia a la calle, donde hace falta. El ejemplo de ambos es estimulante. Tengo una deuda de gratitud especial con Jesús Vargas Valdés por su inmensa generosidad y sus palabras, que fueron de enorme ayuda para esta tesis; una fortuna y un honor haberlo conocido. A Alejandro de la Torre por sus oportunas observaciones en la recta final del trabajo. A Ricardo Gamboa por la ayuda, y por todo lo aprendido en clase, parte de mi formación también se la debo a él. A Rubén Trejo por la solidaridad, espero contribuir de la misma forma. A los camaradas que directa e indirectamente han contribuido a que haya podido llegar hasta aquí: Eduardo Ayala Tafoya por el privilegio de su amistad y por estar allí, en las buenas, en las malas y en todas –¡finalmente lo logramos!–; Víctor Manuel Guerra García, “hermano de raza”, por el camino andado, y por el que falta; Eduardo Orozco del Rosario por su generosidad y apreciable amistad; Jamid Gómez Anaya; Tonalli López Venegas; Gabriel Isaac Espinoza; Laura García; Juan Eleazar Cruz, por las experiencias vitales; Dalia Aidee Guevara, gran ser humana e imprescindible amiga; Iván Pineda Rocha, el wens, por los buenos ratos, cotorreos y solidaridades. Espero seguir topándolos en el camino… - 7 - Aunque a algunos nos guste escarbar en el pasado, no es para quedar en él como en un sarcófago, sino para mirar más y mejor el porvenir. Diego Abad de Santillán Yo soy anarquista; no lucho por odio a un gobierno, sino por amor a una humanidad libre. Práxedis G. Guerrero Menos mal que queda la historia. Menos mal que queda la memoria. Paco Ignacio Taibo II - 9 - ÍNDICE Introducción 11 Capítulo I. Preludio a la Revolución 17 I.1. Organización para un nuevo intento revolucionario 18 I.2. El maderismo 27 I.3. La revolución ha estallado 33 Capítulo II. Comienza la revolución libertaria 41 II.1. Guerrero encabeza el contingente libertario 41 II.2. El PLM es descabezado 47 II.3. La Revolución debe continuar 52 II.4. Prisciliano G. Silva y los liberales 55 Capítulo III. Madero se integra a la Revolución 58 III.1. Madero contra los liberales, primer asalto 58 III.2. Madero encabeza la Revolución 61 III.3. Las fuerzas liberales se dividen 64 III.4. Madero contra los liberales, segundo asalto 70 III.5. Una nueva esperanza 73 Capítulo IV. El PLM prosigue la revolución 76 IV.1. Nuevo régimen, misma revolución 78 IV.2. La revolución contra Madero 86 IV.3. La Junta y la nueva revolución 89 IV.4. Orozco y el magonismo 92 IV.5. La última acción 95 Conclusiones 97 Fuentes consultadas 103 Mapas 109 - 11 - INTRODUCCIÓN La historia del Partido Liberal Mexicano (PLM) generalmente ha sido asociada al campo de los precursores de la Revolución Mexicana, y sus integrantes identificados como los intelectuales que sentaron las bases de la ideología revolucionaria. Muchas veces criticados por asumir una postura anarquista a ultranza, otras más acusados falsamente de filibusteros por la campaña de Baja California en 1911, la historia estatal ha encasillado a los liberales liderados por Ricardo Flores Magón a permanecer en el baúl de los predecesores de la Revolución de 1910, restando sus méritos y cancelando su participación en ella; éstos “existen solamente hasta 1906 y nada más en su calidad de precursores […], en la medida en que contribuyeron a fortalecer la conciencia social y política de las clases explotadas”1, que luego “se eclipsaron muy oportuna y prudentemente”; preferible es tener héroes que lucharon contra la dictadura bajo una ideología decimonónica y que aportaron avanzados conceptos al ideario justiciero de la revolución, que enemigos ácratas que atacaron toda forma de gobierno y propusieron con las armas en la mano una nueva forma de organización social, anticapitalista y de mucho mayor profundidad que el Estado creado por los vencedores de la Revolución. Hoy sabemos que el PLM aportó a la historia nacional mucho más que meros teóricos e intelectuales y que su vínculo con la revolución iniciada en 1910 por Francisco I. Madero era mucho más profundo que un simple desarrollo predecesor de ideas fundamentadas en la justicia, la igualdad y la libertad para los mexicanos. Pero, ¿cuál fue la contribución tangible del PLM a la Revolución Mexicana? Este trabajo tiene la finalidad de estudiar la participación del PLM en la primera etapa de la insurrección armada iniciada en 1910 para tratar de dar respuesta a dicha interrogante. Si bien es cierto que existen varios e importantes estudios sobre el PLM en sus múltiples aspectos (políticos, ideológicos, periodísticos, 1 Carbó Darnaculleta, Margarita. “¡Viva Tierra y Libertad! La utopía magonista”, en XVIII Jornadas de Historia de Occidente : Las utopías. 18-19 de octubre de 1996. México, Centro de Estudios de la Revolución Mexicana Lázaro Cárdenas, A.C. 1997. p. 68. - 12 - etc.), son pocos los que se han enfocado en su aspecto armado en la época fuera del episodio bajacaliforniano, y, como señala Rubén Trejo, es una tarea pendiente que está por hacerse2, por la cual hemos iniciado esta investigación con el propósito de contribuir con un pequeño grano de arena al edificio del conocimiento dedicado a la Revolución Mexicana. No se pretende hacer un estudio del PLMo de sus principales integrantes, tampoco de su proyecto teórico-político e ideología o de sus actividades militares desplegadas entre 1906 y 1908 pues esta labor ya ha sido realizada por varios autores en diferentes trabajos.3 Lo que se busca hacer es un análisis de los hechos de armas a partir de los militantes que llevaron a cabo desde el terreno de la acción, los planes para la revolución social señalados en los programas y manifiestos del núcleo central libertario, rescatando su participación en la insurrección de 1910. Por tal motivo, hemos situado el punto de partida de la investigación en el año de 1908, inmediatamente después de los fracasados levantamientos promovidos por el PLM en distintos puntos del norte del país; nuestro propósito es comprobar si existe una línea continua entre las insurrecciones liberales previas hasta la gran Revolución de 1910 y establecer cuál fue su contribución en ella. Hemos centrado nuestra atención en la campaña de Chihuahua llevada a cabo por los liberales entre 1910 y 1911, porque creemos que, dentro de la historiografía existente sobre el tema, ésta particularmente ha sido estudiada de manera fragmentada, muchas veces ignorada; otras más diluida y oscurecida por el movimiento antirreeleccionista que alcanzó una mayor trascendencia. Creemos que en este territorio norteño, donde por años los liberales estuvieron trabajando y cultivando el terrero para recoger los frutos de una revolución social, el PLM se jugó su destino; había mucho que ganar y todo que perder si fracasaban en su proyecto libertario en la entidad, de allí que rescatemos 2 Rubén Trejo. Magonismo: Utopía y Revolución, 1910-1913. México, Cultura Libre, 2005. p. 16. 3 Para un acercamiento completo de este periodo remitimos a las obras de: Ricardo Esparza. El fenómeno magonista en México y Estados Unidos, 1905-1908. México, Universidad Autónoma de Zacatecas, 2000; Salvador Hernández Padilla. El Magonismo: Historia de una pasión libertaria 1900-1922. 2ª Ed. México, Ediciones Era, 1988; Dirk Raat. Los revoltosos : Rebeldes mexicanos en los Estados Unidos, 1903-1923. México, Fondo de Cultura Económica, 1988; James D. Cockcroft. Precursores intelectuales de la revolución mexicana, 1900-1913. 7ª Ed. México, Siglo XXI Editores, 1981. - 13 - la importancia que el estado de Chihuahua, y particularmente su franja fronteriza, tiene para la historia que aquí se va a tratar. Se ha dedicado una primera parte de la investigación al estudio de Práxedis G. Guerrero, ya que consideramos que el personaje es fundamental para entender la actuación del PLM antes y durante la Revolución, pues como Segundo Secretario, y en ausencia de la dirección, tuvo la responsabilidad de llevar a cabo los preparativos para continuar la tarea revolucionaria iniciada en 1906. Su aportación a la historia tampoco ha sido considerada ampliamente, por cuyo motivo nos parece importante acercarnos al personaje y rescatar parte de su legado, muy rico en aspectos de carácter intelectual y humanista. Enseguida nos ocupamos de la campaña liberal en Chihuahua para analizar su desenvolvimiento dentro de la insurrección antirreeleccionista, así como los factores que llevaron al rompimiento de PLM con Madero y su consecuente exclusión de la revolución. Finalmente se examinan la postura y las acciones de los liberales frente al triunfo de Madero sobre la dictadura, así como las causas de su derrota en el campo de batalla. Este recorrido en su conjunto nos permite estudiar los aportes, así como los aciertos y los errores, de la Junta Organizadora del PLM en la Revolución Mexicana, para probar cuál fue su participación y sus alcances reales en ella, y si su actuación fue mucho más profunda de lo que generalmente se piensa. Esta investigación se ha realizado a partir de una perspectiva liberal, no como producto de una concepción subjetiva, sino buscando penetrar en la lógica propia del PLM y con ello, encontrar una explicación profunda de su proceder frente a ciertos aspectos críticos que definieron su rumbo y su destino. Desde luego, se ha confrontado la línea liberal con las distintas fuentes que tratan sobre la Revolución para proponer una visión amplia del tema, aunque en algunos momentos se ha cargado a propósito la balanza, buscando ver desde el espejo del magonismo el reflejo de su realidad y tratar de analizar el por qué de su actuación. - 14 - Hemos tomado prestado el término “pelemistas” de la obra de Rubén Trejo4, para referirnos a los integrantes y militantes que lucharon bajo la bandera roja del PLM, pues consideramos que éste se adecua mejor a nuestros propósitos: estudiar la actuación de los revolucionarios en el terreno de la acción; y también para respetar la memoria histórica del hombre que buscó a toda costa que su organización no fuera identificada como un movimiento político personalista encabezado por un falso ídolo. Ricardo Flores Magón repudió que se señalara como “magonistas” a los hombres y mujeres que luchaban por la emancipación social, por la abolición del poder y por un proyecto colectivista basado en el autogobierno, así que, bajo esta premisa, procuraré utilizar lo menos posible dicho apelativo. Los pelemistas fueron el primer grupo revolucionario derrotado materialmente en la insurrección iniciada en 1910, así que ésta es una historia de los vencidos, de la cual creemos que es necesario recuperar parte de su importante legado. El PLM fue minimizado durante años por no pertenecer al campo de los revolucionarios vencedores, maderistas en una primera etapa, y por desafiar por igual tanto al viejo sistema porfirista como al nuevo orden derivado de la insurrección popular. Fuera de la discusión sobre si su postura ideológica era o no la correcta, pensamos que hacer un rescate de su participación en la Revolución Mexicana es una tarea importante en la actualidad, hay mucho que aprender de aquellos hombres que concibieron un mundo mejor basado en la justicia, la igualdad y la solidaridad. Hoy vivimos en un estado donde la miseria humana, tanto económica como social, política y moral, se ha impuesto en la realidad, “cosas que se han visto simples y triviales en un mundo que parece acostumbrarse cada vez más a la locura”5. Es tarea de la Historia, y de las disciplinas propias del campo de las humanidades, buscar no sólo entender su realidad inmediata, sino intentar mejorarla 4 Trejo, Op. cit., pp. 17-18. 5 José Revueltas. Los motivos de Caín. México, Ediciones Era, 1979. p. 9. - 15 - para procurar un futuro mejor. Personalmente creo que nuestra disciplina debe ayudar a construir ese porvenir, pues si ésta no sirve para comprender y transformar la realidad y sólo está destinada a una producción intelectual reservada a un cerrado circulo académico o a un estante de biblioteca, en el peor de los casos, entonces habremos sido absorbidos por esa realidad, mezquina y egoísta, y fracasado como seres humanos. Comparto las palabras de Josep Fontana cuando señala que “el trabajo del historiador debe servir fundamentalmente para combatir todo aquello que atenta contra el derecho que cada hombre y cada mujer tiene a su vida, a su libertad y a su dignidad” y “que aunque hemos perdido muchas batallas, y seguiremos perdiendo otras muchas, nunca seremos definitivamente derrotados.”6 6 Josep Fontana. Historia: análisis del pasado y proyecto social. Barcelona, España, Crítica, 1999. p. 8. - 17 - CAPÍTULO I. PRELUDIO A LA REVOLUCIÓN Luego de las infructuosas jornadas de 1906 y 1908 por desatar la tan anhelada revolución contra el régimen de Porfirio Díaz, la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano no perdía las esperanzas de derrocar alanciano dictador y emprender las transformaciones económico-sociales que se habían planteado en su programa de 19067. A pesar de los constantes golpes, de las persecuciones, los encarcelamientos y las derrotas en el campo de batalla, los integrantes de la Junta tenían perfectamente clara una idea: la de que la única posibilidad de obtener un cabio real sólo se la darían las armas y la convicción de combatir hasta la muerte al aparato porfirista. Todos los esfuerzos estaban encaminados a dicho fin, no obstante las penurias y tragedias, la cárcel y la falta de recursos. En el otoño de 1908, cuando todo parecía estar acabado para el PLM, las esperanzas revolucionarias seguían vivas gracias a los esfuerzos de los únicos miembros de la Junta Organizadora que estaban libres: Práxedis Gilberto Guerrero y Enrique Flores Magón, segundo secretario y tesorero de la Junta respectivamente. Después de sobrevivir a las penosas jornadas en el desierto que siguieron al fallido ataque a la aduana de Palomas, Chihuahua, a principios de julio, los dos camaradas evadieron la persecución de que eran objeto y lograron cruzar la frontera de regreso a los Estados Unidos para establecerse temporalmente en Albuquerque, Nuevo México, y finalmente dirigirse hacia el estado de California desde donde intentarían reestructurar las debilitadas filas del PLM y ponerse en contacto con Ricardo Flores Magón, Librado Rivera y Antonio Ireneo Villarreal, los otros integrantes centrales de la Junta en ese entonces presos en la penitenciaría de California. Agentes consulares mexicanos vigilaban estrechamente los pasos de los liberales, particularmente de Práxedis, pero –a pesar de tener plenamente identificado al “sedicioso” Guerrero– se declaraban 7 Cabe recordar que en estos años el Partido Liberal Mexicano llevó a cabo una serie de levantamientos armados organizados en varias localidades fronterizas de México y Estados Unidos con el objetivo de iniciar una insurrección generalizada contra el gobierno mexicano, siendo Ciudad Juárez, Chihuahua, uno de los objetivos más importantes para la revolución liberal. - 18 - impotentes para capturarlo8. Motivados por el acoso de los agentes de Díaz, los camaradas tomaron la decisión de separarse, Enrique se quedaría en la zona de San Francisco mientras que Práxedis se dirigiría hacia el sur de Arizona y Texas para reorganizar a los dispersos militantes y activar nuevas redes clandestinas para la revolución. 9 La franja sur que comprendía los estados de Arizona, Nuevo México y Texas se convirtió en un sector estratégico para el PLM, pues en la región la agrupación contaba con un importante número de simpatizantes, migrantes mexicanos que laboraban en las minas de carbón, en los aserraderos o en los ranchos locales, y que fueron los primeros receptores de la propaganda revolucionaria de los liberales. En la población de Morenci, Arizona, Práxedis logró consolidar un importante foco de apoyo liberal desde 1906 al constituir la Junta Auxiliar “Obreros Libres” que se adhirió a los principios y objetivos de la Junta Organizadora del PLM para “trabajar por la regeneración de la patria”, por lo que la zona se volvió nuevamente uno de los centros de operaciónes del segundo secretario para buscar reiniciar un futuro levantamiento revolucionario.10 Iniciaba el año de 1909, no habían pasado más de 6 meses desde los últimos intentos insurreccionales y el PLM se resistía a morir sin dar pelea a la dictadura. I.1. Organización para un nuevo intento revolucionario 8 Secretaría de Relaciones Exteriores, Archivo Histórico Genaro Estrada (en adelante AHGE), LE-943, ff. 38-42. Informe del cónsul de Los Ángeles Antonio Lozano al Secretario de Relaciones Exteriores (SdRE), 9 de septiembre de 1908: “Dadas las innumerables dificultades con que he tropezado y seguiré tropezando, me permito sugerir la conveniencia de que se ordene al agente Furlong, quien, según sé, está trabajando en Texas, que venga á esta ciudad con sus ayudantes para cooperar al arresto de Praxedis G. Guerrero y otros cabecillas, ya que se ha ratificado su permanencia aquí. […] Tal resultado no extrañará a Ud. cuando le consta la sutileza y la larga práctica de los revoltosos acrecentada por cada fracaso ó defección de que han sido víctimas”. 9 Enrique Flores Magón y Samuel Kaplan. Peleamos contra la injusticia. ed. corregida y aum. México, Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Radiodifusión, Televisión, Similares y Conexos de la República Mexicana, 2006. Tomo II, p. 52. 10 “Constitución de la Junta Auxiliar Obreros Libres” en Práxedis G. Guerrero. Artículos de combate. México, Antorcha, 1977. p. 33; Javier Torres Parés. La revolución sin fronteras. México, Universidad Nacional Autónoma de México - Facultad de Filosofía y Letras, 1990. p. 47. - 19 - En el mes de octubre de 1908 Prisciliano González Silva y Leocadio Treviño fueron condenados a dos años de prisión en El Paso, acusados de violar las leyes de neutralidad; mientras que en septiembre fue arrestado en Waco, Texas, Antonio de Pío Araujo y posteriormente sentenciado a dos años y medio de cárcel por igual delito11; casi un año después caía preso y condenado a 18 meses Jesús María Rangel por su participación en el levantamiento de Las Vacas. Estas detenciones significaron un duro golpe para la Junta pues Silva era uno de los cuadros más destacados del PLM en el campo de batalla, quien desde 1906 venía sumando esfuerzos y recursos destinados a la organización de militantes armados en el sur de Texas; Araujo por su parte, estaba encargado de organizar grupos guerrilleros en la frontera de Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas y fungía además como editor del periódico Reforma, Libertad y Justicia, órgano difusor del PLM en ausencia de Regeneración y del extinto Revolución; en el momento de su arresto “se le recogieron papeles de todos ó la mayor parte de los malos mexicanos que andan por allá escandalisando [sic.]”12; mientras que la detención de Rangel implicó el aseguramiento de un importante arsenal13 así como archivos de la Junta y listas de simpatizantes en el territorio estadounidense, pues como “delegado especial” estaba encargado de organizar grupos clandestinos en la frontera de México y la zona sur de Texas. Parecía que los esfuerzos de la dictadura por acabar con los “revoltosos” del PLM al otro lado de la frontera habían obtenido los resultados deseados pues lograron infiltrar con éxito sus grupos y derrotarlos en la confrontación armada, su aparato de inteligencia nuevamente resultó ser el arma más eficaz contra la disidencia radical14. No obstante, los pocos cuadros que quedaban en libertad 11 AHGE, LE-942, f. 147. Oficio del Cónsul de San Antonio Enrique Ornelas al SdRE, 22 de enero de 1909: “este resultado pone fuera de acción, por lo menos por el tiempo de su prisión, á uno de los más peligrosos y principales cabecillas del llamado partido liberal mexicano”. 12 AHGE, LE-941, f. 222. Oficio de Ramón Corral al SdRE, 1 de octubre de 1908. 13 Más de quinientos rifles y “muchas pistolas” de acuerdo con Ethel Duffy Turner. Ricardo Flores Magón y el Partido Liberal Mexicano. ed. facsimilar. México, Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana, 2003. p. 182. 14 Basta hojear alguno de los 38 legajos destinados a los magonistas, con 250 fojas en promedio cada uno, existentes en el AHGE para darse una idea de lo bien enteradas que estaban las autoridades porfiristas de los movimientos efectuados por los liberales desde que cruzaron la frontera: agentes infiltrados, detectives privados pagados por los - 20 - comenzaron a reestructurarse para entrar en acción nuevamente. ¿De dónde sacaban fuerzas estos militantes para reponerse delos ataques de la dictadura y seguir activando nuevamente núcleos armados? La necesidad de cambio en las estructuras sociales y económicas y la convicción de la causa revolucionaria seguían siendo la principal fuerza que mantenía en pie su trabajo por la revolución. Sin ningún tipo de recursos financieros y viviendo al día de su trabajo asalariado, los militantes libres no perdían un segundo, la prioridad era no dejar que la dictadura se perpetuara en el poder por más tiempo. Antes del arresto de Rangel, durante los primeros días de enero de 1909, Práxedis se reunió con éste en El Paso para encomendarle la misión de organizar nuevos núcleos revolucionarios en Texas y preparar una futura insurrección liberal contra la dictadura, la cual consistía en aplicar la eterna estrategia guerrillera de corte bakuninista: crear grupos clandestinos que se encargarían de impulsar fuerzas armadas en el territorio mexicano, las cuales atacarían simultáneamente los poblados cercanos para finalmente avanzar hacia la capital del país una vez que la Junta diera la orden de levantarse, confiando en que la espontaneidad de las masas generalizarían la revolución; pero la tarea principal en ese momento consistiría en obtener pertrechos y recursos suficientes con los cuales buscarían llevar a cabo la lucha15. Para mantener en aviso y coordinar a los grupos del interior de la República sobre el próximo levantamiento, Práxedis se vio obligado a abandonar sus actividades en Estados Unidos e internarse en varios estados del territorio mexicano durante el mes de febrero. Según Ethel Duffy Turner, Guerrero era consulados para la vigilancia de sus actividades, intercepción y violación del correo (a pesar de las artimañas de las que se valían los integrantes presos de la Junta para hacer llegar instrucciones a los delegados libres, como contrabandear su correspondencia en el resorte de sus calzoncillos, usar nombres falsos o cifrar las cartas), todo era del conocimiento de los diferentes consulados que rendían informes detallados al Secretario de Relaciones Exteriores. 15 Armando Bartra. La oveja negra. México, Para Leer en Libertad - Partido de la Revolución Democrática, 2011. p. 28; Eugenio Martínez Núñez. Perfiles revolucionarios : la vida heroica de Práxedis G. Guerrero. México, Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana, 1960. p. 173; José C. Valadés. Jesús María Rangel: el brazo armado del magonismo fronterizo. México, Para Leer en Libertad - Partido de la Revolución Democrática, 2010. p. 36. - 21 - un verdadero transformista, tan presto era burgués como peón; árabe como arriero, o un ranchero que iba a vender sus caballos; y algunas veces mercero, que proponía sus peines, alfileres, pañuelos y agujas. Repitió estas personificaciones entre 1909 y 1910.16 No podía haber sido de otra forma pues desde mediados de 1908 “Prax”, como le llamaban sus camaradas, tenía dos órdenes de búsqueda y captura por parte del gobierno estadounidense, que lo acusaba de conspiración y violación de las leyes de neutralidad, además pendía sobre su cabeza una recompensa de diez mil dólares ofrecida por la dictadura, por lo que también era perseguido incansablemente por los detectives privados de Furlong y agentes mexicanos al servicio de los diferentes consulados fronterizos, así que era vital recurrir a todas las artimañas posibles para mantenerse libre y, sobre todo, vivo para la lucha futura.17 Para los liberales, la revolución debía estar encaminada a trasformar el estado de miseria que sojuzgaba a la población mexicana para satisfacer sus necesidades más básicas y garantizar una vida próspera, justa e igualitaria. Más que una prioridad, era obligación de la revolución planteada por ellos cumplir con estos objetivos de manera efectiva y sin intermediarios políticos que obstaculizaran su marcha; la dictadura los había obligado a tomar el camino de la acción directa y violenta como único medio para alcanzar los propósitos esgrimidos en su amplio programa de 1906. Pero esta tarea era imposible para ellos realizarla solos, así que apelaban a la solidaridad de los trabajadores de todo el mundo para apoyar al PLM en su sincero esfuerzo: La Revolución Mexicana no es un fenómeno puramente político; es un problema social que nos concierne directamente. Nos vemos obligados por la voluntad del tirano Díaz a un enfrentamiento violento. Nosotros no hemos provocado la lucha, hemos sido arrastrados a ella. Hemos aprendido la lección tan hábilmente expresada por un gran pensador: “Es mejor un puñado de fuerza que un costal de derechos”. 16 Turner, Ricardo Flores Magón…, p. 136. 17 AHGE, LE-943, f. 327. Informe del cónsul de El Paso Antonio Lomelí al SdRE, 27 de octubre de 1908; Turner, Op. cit., p. 185; Martínez, Perfiles revolucionarios…, p. 184. - 22 - Nuestro programa es simple; no pretendemos hacerlo todo en un día, y por lo mismo empezaremos a desatar la cuerda que nos tiene sujetos para poder iniciar nuestra marcha hacia el progreso: libertad de imprenta, de palabra y de enseñanza, derecho de reunión; y la restitución al pueblo de las grandes propiedades de tierra no cultivada […] Todas estas reformas están incluidas en el programa del Partido Liberal. La jornada de ocho horas, el establecimiento del salario mínimo y el derecho de los ciudadanos de la República a participar en todos los asuntos públicos forman también parte de nuestro programa. De esa forma la Revolución Mexicana abrirá una brecha en la que se edificará un organismo social más justo, más en armonía con los sentimientos de amor y de solidaridad que algún día presidirán la marcha del mundo. Es axiomático que quienes luchan por la liberación del individuo y la emancipación de un pueblo acortan los días de la esclavitud del mundo entero. […] Compañeros de todo el mundo: leed con atención nuestro manifiesto, y después adoptad la actitud que mejor pueda ayudar a la causa de la libertad.18 Guerrero también procuró buscar alianzas con organizaciones socialistas norteamericanas, para ampliar el apoyo y el respaldo a la futura revolución, por cuya tarea realizó una gira por los Estados de Kansas, Missouri e Illinois19. A mediados de 1909 ya existían algunos grupos organizados en el sur de Texas dispuestos a entrar en acción, producto de la labor previa de Rangel20, lo que alentaba la confianza de Guerrero, quien, además de organizador y trabajador, se había empeñando en editar un nuevo periódico llamado Punto Rojo21, con circulación en los centros obreros de la frontera entre Sonora, Chihuahua y Coahuila, consciente de lo que significaba para el movimiento pelemista, mantener un órgano difusor y de propaganda que funcionara como “agitador y organizador 18 Práxedis G. Guerrero y Enrique Flores Magón, “Manifiesto a los Trabajadores de todos los Países” [trad. del inglés por Proudhon Carbó], San Antonio, Texas, 10 de mayo de 1909, en Guerrero, Artículos de combate, pp. 70-75. 19 Valadés, Jesús María Rangel…, p. 38. 20 Martínez, Perfiles revolucionarios…, p. 176, proporciona una lista de los grupos y los hombres al mando de éste. Destaca Lázaro Alanís, veterano del asalto a Las Vacas en 1908 y futuro expedicionario liberal; Cfr. Valadés, Jesús María Rangel…, p. 39. 21 El primer número está fechado el 15 de agosto de 1909, con Práxedis G. Guerrero como único redactor, se trata de una pequeña publicación impresa en una hoja carta doblada por la mitad con cuatro páginas. “Este periódico lo había empezado a editar Guerrero a costa de grandes sacrificios, en una pequeña prensa que él mismo manejabasecretamente en la casa de uno de sus amigos y compañeros de lucha, el líder socialista y americano William Lowe, […] y sin contar con otros recursos que los que le proporcionaba su trabajo en los cortes de madera.”, Martínez, Perfiles revolucionarios…, p. 180. - 23 - colectivo”22, con el cual expandir su voz de lucha a todos los rincones posibles. Los parágrafos con los que abre su publicación resultan provocadores, como toda consigna libertaria: No soy una mercancía, soy una idea; y las ideas no se compran, se sostienen. Dadme un mundo, dadme cien, dadme mil universos, y los trastornaré apoyándome en el punto rojo. Pero la detención en el mes de agosto de Rangel debilitó la estructura organizativa en el sur de Texas, al quedar ésta sin enlaces y obligó a Guerrero a parar las tareas insurreccionales y a esperar tiempos mejores. Los agentes consulares, por su lado, mantenían una estrecha vigilancia de los “revoltosos”, ubicando su centro de operaciones en la casa de Benjamín G. Silva, hijo de Prisciliano, en donde vivían Práxedis, José Inés Salazar y Manuel Orozco23. El Paso se había convertido nuevamente en la base de operaciones de los revolucionarios liberales pues “parece que en esta ciudad está la dirección de los trabajos de los revoltosos, y a su frente parece estar Práxedis G. Guerrero”24. A mediados de octubre, cuando se llevaban a cabo los preparativos para la entrevista Díaz-Taft en El Paso, la policía local, apoyada por el consulado mexicano, dispuso un operativo de seguridad para mantener a raya a los revoltosos ante un posible atentado contra las distinguidas personalidades, que se reunirían en dicha localidad. Entre los días 14 y 15 las fuerzas de seguridad llevaron a cabo una redada para arrestar a todos los “sediciosos” anarquistas, o sospechosos de serlo, como medida precautoria; pero el consulado no estaba satisfecho con los resultados pues aún no se había logrado el 22 Armando Bartra (pról., selecc. y notas). Regeneración 1900-1918 : La corriente más radical de la revolución mexicana de 1910 a través de su periódico de combate. 4ª ed. México, Ediciones Era, 1982. p. 18. 23 AHGE, LE-946, f. 394. Informe del cónsul de El Paso Antonio Lomelí al SdRE, 19 de mayo de 1909. Es probable que se trate de la misma casa que funcionaba como cuartel operativo en 1908, desde la cual partirían los elementos encargados de tomar la guarnición de Ciudad Juárez junto a los conspiradores de Casas Grandes. La casa fue asaltada por la policía la víspera de la marcha y arrestado Prisciliano G. Silva junto a su hijo y Leocadio Treviño. En aquella ocasión Práxedis y Enrique Flores Magón lograron huir del lugar para llevar a cabo posteriormente el ataque a Palomas. Benjamín G. Silva fue puesto en libertad por ser menor de edad y suponerse que actuó en obediencia a su padre. 24 AHGE, LE-947, f. 264. Informe del cónsul de El Paso Antonio Lomelí al SdRE, 26 de julio de 1909. - 24 - arresto de Práxedis G. Guerrero, principal instigador de los revolucionarios y probable responsable de una conspiración para asesinar al presidente Díaz de acuerdo a sus informes.25 Para el otoño de 1909 un importante número de militantes del PLM estaban presos, muertos o desmovilizados; varios integrantes de la dirección central (Flores Magón, Rivera, Villarreal y Sarabia) e importantes “delegados especiales” habían sido encarcelados; Francisco Manrique, el otro destacado organizador libertario que venía acompañando a Práxedis en sus aventuras desde la niñez, había muerto en el combate de Palomas un año antes y diversos cuadros del interior de la República mexicana, a pesar del esfuerzo del segundo secretario, se encontraban dispersos e incomunicados de la Junta. Aún así, los pocos elementos que se mantenían en libertad seguían aportando sus esfuerzos para mantener viva la causa revolucionaria como Fernando Palomares, Lázaro Gutiérrez de Lara, Enrique Flores Magón y Práxedis G. Guerrero, este último se había convertido en el cuadro operativo más importante del PLM en ese momento, a pesar de las constantes persecuciones y hostigamiento de que era objeto por parte de los agentes de la dictadura. Es de destacarse que de toda la Junta del PLM Guerrero fue el único miembro que no pisó la cárcel, pese a que las autoridades consulares lo tenían prácticamente cercado, gracias a su habilidad para evadir la vigilancia26; esto permitió que los esfuerzos organizativos del segundo secretario del PLM se mantuvieran en pie y con ello seguir conectando enlaces para la obtención de armas, la mayor prioridad en ese momento, como lo hacía manifiesto en su correspondencia a sus cuadros del interior: “Compañero, urge el arreglo de 25 AHGE, LE-949, ff. 18 y 49. Oficios reservados de [?] al SdRE, 27 y 29 de septiembre de 1909. 26 AHGE, LE-949, f. 18. A pesar de que estaba identificado bajo el seudónimo de “Jacobo” y se sabía que vivía en casa de los Silva, los agentes no podían llevar a cabo su arresto debido a que ninguna persona del consulado lo conocía físicamente por no tener registros fotográficos de su persona ni testigos que lo reconocieran plenamente para hacer la acusación penal en su contra, requeridos por la ley de los Estados Unidos para proceder. Un agente encargado de la vigilancia de Guerrero elaboró para el consulado su filiación: 35 años, 5 pies 6 pulgadas de estatura, moreno, 154 libras de peso, delgado, pelo y bigote negro, “viste con cierta pulcritud y tiene preferencia por los trajes claros. Peligroso.” en AHGE, LE-950, f. 21. En realidad, para esas fechas Práxedis contaba con 26 años de edad. - 25 - ciertas cosas en Sonora no encontramos á P. Feliciano y nos convendría fuera usted. Hay que recoger unas armas (ya usted sabe) la lucha se acerca, esperamos que ustedes estarán listos.”27 El primero de enero de 1910 circuló una hoja, probablemente escrita por Práxedis, en la que el PLM saludaba a todos sus correligionarios y los invitaba a no desistir ni escatimar esfuerzos por la revolución, anunciando una próxima lucha por las aspiraciones sociales de las clases trabajadoras que convulsionarían al país: Compañeros. Feliz año nuevo para todos aquellos hijos de México que fieles á nuestros principios de defensa, nos abriga la esperanza de luchar sin descanso hasta morir ó vencer por la redención de la patria amada […] Este año es de vida ó muerte, así quedó ya escrito en el corazón rebelde de los hijos de la libertad que no admiten cadenas al cuello ni grilletes al pie bajo la bandera roja que empuñamos con la sangre vertida de nuestros hermanos de lucha y mil sacrificios más obtenidos en la azarosa lucha de redención por el pueblo esclavo de México.28 Con este fin, en los primeros días de 1910 Práxedis convocó en El Paso a todos los jefes liberales, tanto del interior de México como de la frontera estadounidense que habían tomado las armas o estaban involucrado en la organización clandestina29, para analizar los aciertos y errores cometidos durante las pasadas revueltas de 1908, pero sobre todo para discutir ampliamente los factores que llevaron al fracaso de la revolución y no repetirlos en la lucha futura. En los siguientes meses, Guerrero estuvo viajando y ocultándose en varias localidades de Texas, entre El Paso, Houston, Bridgeport, Dervy y San Antonio, para tratar de reestructurar las golpeadas filas del movimiento pelemista a la vez que evadía a sus incansables perseguidores. Su principal objetivo en ese momento era orientar a los diferentes cuadros que se encargarían de dirigir el estallido social próximo.30 Guerrero conjugaba sus actividades revolucionarias con el trabajo en minas de carbón, cuestión por la cual no podía ocuparse de lleno en la organización de la lucha venidera y en la prensa27 AHGE, LE-951, f. 269. Carta de Práxedis G. Guerrero a Tomás Espinoza, El Paso, 12 de noviembre de 1909. 28 AHGE, LE-952, f. 68. Manifiesto del PLM, [s.l], 1 de enero de 1910. 29 AHGE, LE-952, ff. 14 y 24. Cartas de Práxedis G. Guerrero a [?], [s.l. y s.f.]. 30 Martínez, Perfiles revolucionarios…, p. 186; Rubén Trejo. Magonismo: Utopía y Revolución, 1910-1913. México, Cultura Libre, 2005. p. 49. - 26 - libertaria, sin contar con la persecución que sufría por parte de los agentes al servicio de la dictadura, motivos por los cuales en el mes de abril vio suprimir con gran pesar su periódico Punto Rojo. Uno de los problemas con los que siempre tuvieron que lidiar los liberales fue la falta de recursos económicos, que tenían que resolver dedicando sus esfuerzos al trabajo asalariado para poder subsistir al mismo tiempo que destinar recursos a la obtención de pertrechos de guerra, así como papel para la propaganda escrita, su arma más poderosa. En dicha situación, difícilmente se podría desatar una revolución en todo el territorio, como la concebían los pelemistas; no obstante, persistía en ellos la convicción de que sus esfuerzos, al final, tendrían que rendir frutos. Guerrero particularmente estaba empeñado en llevar a cabo la tarea insurreccional, y como segundo secretario de la Junta se sentía en la obligación de apoyar todos los trabajos liberales en cualquier punto del territorio mexicano, ya fuera en la frontera de Chihuahua y Sonora, zonas de importante tradición liberal, o las montañas de Veracruz, donde la guerrilla del pelemista Cándido Donato Padua y de Santana Rodríguez Palafox “Santanón”, había comenzado a operar en el mes de julio de 1910 y solicitaba armas a la Junta en el exilio, las cuales Práxedis se había comprometido a conseguir y enviar desde Nueva York o Nueva Orleáns hacia las costas del golfo o contrabandeadas por tierra vía Tamaulipas.31 A principios de agosto, fueron liberados de la penitenciaría de Florence, Arizona, los integrantes centrales de la Junta Organizadora del PLM Ricardo Flores Magón, Librado Rivera y Antonio I. Villarreal y se establecieron en Los Ángeles para asumir nuevamente la tarea pospuesta de la revolución social. Guerrero, ocupado en ese momento de conseguir y traficar armas para la futura insurrección, se trasladó desde San Antonio hasta Los Ángeles para unirse a sus camaradas.32 Una vez reunida toda la Junta, Práxedis puso a discusión la necesidad de emprender inmediatamente la insurrección armada, pero el resto de la Junta consideró que aún no era tiempo de encender la llama 31 Martínez, Perfiles revolucionarios…, pp. 201-202. 32 Piero Ferrua. Gli anarchi nella rivoluzione messicana : Praxedis G. Guerrero. Ragusa, La Fiaccola, 1976. p. 87. - 27 - revolucionaria y había que esperar para organizar mejor los grupos y estar preparados para los agitados tiempos venideros para no arriesgarse a ser derrotados como en los anteriores levantamientos. De esas fechas data una foto en la que aparecen juntos por primera vez los miembros declaradamente anarquistas de la Junta: Ricardo y Enrique Flores Magón, Librado Rivera, Anselmo L. Figueroa y Práxedis G. Guerrero33. Mientras tanto, los liberales le volverían a dar vida a su arma más eficaz: la prensa. Después de cuatro años de ausencia, Regeneración se comenzó a imprimir nuevamente en su cuarta época el 3 de septiembre. Guerrero, puntilloso hombre de acción, no estaba del todo conforme en que se pospusiera la insurrección liberal por más tiempo y así se lo hacía saber a su camarada Manuel Sarabia: Creo usted convendrá conmigo en que la palabra es un medio excelente, cuya eficacia está bien reconocida, pero no se debe hacer de ella el “arma crónica para derribar la tiranía”. La frase revolucionaria cuando no la acompañan los hechos, o no la siguen, va adquiriendo insensiblemente la monotonía soporífica de los rezos cristianos.34 Paralelamente, el maderismo ingresaba al escenario de la historia con un renovador discurso democrático que acaparó los reflectores en el país, y que finalmente llevó a desatar el huracán revolucionario contra la dictadura. I.2. El maderismo Cuando Francisco I. Madero saltó al terreno político en 1909 luego de la entrevista Díaz-Creelman, donde el dictador declaró que aceptaría la formación de partidos de oposición para la contienda 33 De Práxedis, al parecer, dicha imagen y otra en la que aparece sentado de perfil son las únicas fotografías conocidas de su persona en la época. Incluso los agentes al servicio de los diferentes consulados no pudieron hacerse de una sola imagen del revolucionario: “Todo género de recursos he tratado por hacerme de una fotografía de Praxedis Guerrero, pero parece imposible porque este individuo no se ha retratado según parece”, AHGE, LE-945, f.39. Informe del cónsul de Phoenix Arturo M. Elías al SdRE, 21 de diciembre de 1908. 34 Carta de Práxedis G. Guerrero a Manuel Sarabia, [s.l.], 4 de agosto de 1910, en Práxedis G. Guerrero, Artículos de combate, p. 51. - 28 - electoral de 1910, no imaginó que un año después se convertiría en el dirigente de una revolución social deseada y cultivada ampliamente por los liberales a lo largo de cinco años. Pero en ese momento sus fines eran otros y su discurso logró ganar adeptos en el terreno político gracias a que la dictadura no vio una amenaza real en él, por lo que pudo organizar sus clubes y propagar en todo el país su propuesta democrática. La diferencia original entre el movimiento maderista y el PLM consistió inicialmente en una cuestión táctica, pues Madero consideraba la lucha pacífica, electoral, nacional, abierta y legal una forma efectiva para enfrentarse a la dictadura, mientras que la Junta abogaba desde 1906, por un llamado a conformar clubes secretos en todo el país, que se prepararan clandestinamente para enfrentar violentamente a la dictadura. La posición radical de un sector de liberales había provocado una primera ruptura con el núcleo original de exiliados en Estados Unidos en 1904; los moderados, entre los que se encontraba Madero, siguieron respaldando a Camilo Arriaga y su proyecto reformista, mientras que socialistas y anarquistas se agruparon en torno a Ricardo Flores Magón, los cuales sentaron las bases del PLM a finales de 1905. Las diferencias ideológicas y de clase definirían las posiciones centrales de maderistas y pelemistas, pues para los liberales radicales, Madero era la representación por excelencia de la burguesía, mientras que ellos buscaban reivindicar las aspiraciones de la clase trabajadora mediante una revolución social y anticapitalista35. Esta situación llevó al rompimiento de dichas tendencias desde muy temprano, pues a pesar de que Madero simpatizaba con los liberales y los llegó a apoyar monetariamente en sus inicios, acabó por condenarlos y darles la espalda por considerar que la revolución que propagaban era “antipatriótica” al no haber ningún pretexto plausible para tal proceder, luego de que Prisciliano G. Silva en nombre del PLM le pidiera armas y recursos para la 35 Trejo, Magonismo…, pp. 36-38. - 29 - insurrección que preparaban en 190636. Cada una de dichas tendencias decidió mantener su posición de lucha y condenar a la otra por ineficaz o incorrecta. Ciertamente los porfiristas consideraban menos peligrosa la causa antirreeleccionista de Madero, al cual calificaban de “individuo iluso, ofuscado e inepto […] Y es que estaban tan seguros de la perennidad del régimen y tan ciertos de su ciencia política que ni siquiera se tomaban la molestia de investigar cuáles eran las verdaderas características del maderismo y qué consecuencias podían traer a la República”37; no es casual que la dictadura persiguieratan duramente a los magonistas aún al otro lado de la frontera por una parte y dejara actuar con relativa libertad a los militantes del Partido Antirreeleccionista, dado que las aspiraciones de estos últimos se limitaban a buscar la obtención del poder, desde el cual llevarían a cabo la democratización del régimen, así como la defensa y aplicación de los principios constitucionales para garantizar la justicia y felicidad de los mexicanos38, y que de ninguna manera planteaba la eliminación del gobierno y la destrucción del sistema económico como el discurso radical de los liberales proponía desde 1908. Madero pudo actuar políticamente y sus amplios recursos financieros le permitieron crear todo un aparato de propaganda de mayor eficacia y extensión que el de los liberales, que por necesidad y seguridad tenían que actuar desde la clandestinidad. De esta manera, por medio de las maniobras políticas, Madero esperaba lograr un arreglo político con el régimen de Díaz, que gradualmente fuera quitándole poder a los porfiristas. Madero sabía que 36 Carta de Madero a Crescencio Villarreal, San Pedro, Coahuila, 17 de agosto de 1906, en Isidro Fabela. Documentos históricos de la Revolución Mexicana [Tomo X Actividades políticas y Revolucionarias de los hermanos Flores Magón]. México, Editorial Jus, 1966. p. 75; “en 1906, cuando el compañero Prisciliano G. Silva fue a ver á Madero en su casa de San Pedro de las Colonias para que le facilitase armas con qué tomar á Torreón, Madero se espantó y habló acerca de Díaz en términos encomiásticos, diciendo además que le repugnaban los derramamientos de sangre, Es que, todavía entonces, abrigaba la esperanza de que Díaz diera un puntapié a los "científicos."”, Ricardo Flores Magón, “A los inconscientes” en Regeneración, 15 de abril de 1911, núm. 33. (Todos los artículos de dicha publicación citados a lo largo del presente trabajo corresponden a su 4ª época y han sido consultados a través de la página del Archivo Electrónico Ricardo Flores Magón, por lo cual las referencias sobre Regeneración sólo incluyen el número y fecha de su publicación, mismos que se pueden descargar de la dirección: http://www.archivomagon.net/Periodico/Regeneracion/CuartaEpoca/CuartaEpoca.html). 37 José C. Valadés. Imaginación y realidad de Francisco I. Madero. México, Antigua Librería Robredo, 1960. Tomo II, p. 27. 38 Ibid. pp. 30-31. - 30 - una revolución del PLM sería destructiva para los intereses creados de índole económica, incluyendo los suyos propios. Por eso, no sólo tuvo que oponerse a Díaz sino también a la izquierda magonista.39 Los liberales por su parte, tenían claro que la dictadura jamás podría derrumbarse por medio de la acción legal y que todos los esfuerzos desde esta posición serían inútiles, por lo que en las páginas de Regeneración hicieron de Madero blanco de severas críticas por propagar la prudencia y el pacifismo; Práxedis hizo un duro juicio de dichos principios en su artículo “El Argumento de Filogonio”, en el periódico Regeneración el 8 de octubre de 1910, y un año atrás había escrito: Hay que armarse, pero no de un voto inútil, que siempre valdrá tanto como el tirano quiere, sino de armas efectivas y menos candorosas cuyo uso nos traiga la evolución ascendente y no la regresiva que preconizan los luchadores “pacifistas”. ¡Pasividad, nunca! Rebeldía ahora y siempre.40 Como los maderistas en general no tuvieron una ideología de clase definida por su dirigente, como inicialmente podría creerse –Madero era un hombre rico pero “socialmente aceptado”–, sus cuadros procedían de un amplio sector de la clase media en ascenso urbana y rural, cuya aspiración era lograr una auténtica trasformación democrática del sistema impuesto por los llamados “científicos” y participar en las estructuras del poder para garantizar las libertades públicas coartadas por la dictadura41, lo que permitió crear bases de apoyo de diferentes matices que se vieron identificadas con sus dirigentes en distintos puntos del país, principalmente en la zona norte, donde un gran número de simpatizantes apoyó decididamente a Don Francisco. El éxito de Madero, de familia respetable, bien educado, de tendencias liberales pero con lazos con los grupos conservadores 39 Dirk Raat. Los revoltosos : Rebeldes mexicanos en los Estados Unidos, 1903-1923. México, Fondo de Cultura Económica, 1988. p. 200. 40 Práxedis G. Guerrero “Pasividad y rebeldía”, 29 de agosto de 1909, en Guerrero, Artículos de combate, p. 76. 41 Valadés, Imaginación y realidad…, T. II, p. 50. “Los maderistas no eran revolucionarios burgueses en el sentido histórico de intentar montar sobre un sistema socioeconómico feudal anacrónico una economía capitalista modernista. Los maderistas buscaban, más bien, liberar, estimular y aumentar la capacidad productiva de un sistema capitalista ya establecido en México, pero obstruido por el monopolio y el receso bajo Porfirio Díaz y también amenazado por los de abajo”. James D. Cockcroft. Precursores intelectuales de la revolución mexicana, 1900-1913. 7ª Ed. México, Siglo XXI Editores, 1981. p. 162. - 31 - y de “valor y color suficientes para estimular la imaginación popular”42, se debía además a que su movimiento político había podido vincularse a un sector la élite provinciana y de la burguesía inconforme con Díaz, especialmente de algunos reyistas que no dudaron en sumarse al antirreeleccionismo luego de que el anciano dictador decidiera hacer a un lado a Bernardo Reyes, y porque, al mismo tiempo, a éstos el reformismo moderado de Madero les parecía la opción más atractiva ante el radical discurso de la oposición liberal, amenazante natural a sus intereses.43 Pero cuando la vieja máquina porfirista vio en los antirreeleccionistas un peligro latente contra su estructura debido al fervor popular que éstos habían levantado, comenzó a actuar. Primero fue el encierro preventivo de Madero en San Luis Potosí y la represión selectiva de los antirreeleccionistas, y finalmente el golpe maestro que asegurara el poder: el fraude electoral. “La aprehensión de Francisco I. Madero demostraba claramente que el cambio pacífico, por el voto, no era posible, por lo que no había otro recurso que la violencia”44. Nada nuevo. Desde 1904 muchos liberales que se habían visto obligados a exiliarse en Estados Unidos lo venían señalando persistentemente; más aún, los elementos más radicales que se agruparon en torno a la Junta Organizadora del PLM se atrevieron desafiar al sistema de la única manera en la que podía ser, con la violencia misma, con una línea de acción bien definida “orientada a organizar la lucha por la transformación del Estado mexicano”45. Aquel hombre que condenó los intentos insurreccionales del PLM en 1906 y que “desde el comienzo de su carrera política había denunciado persistentemente los males de la revolución, advirtiendo a sus compatriotas de la repugnancia que le inspiraba el uso de la fuerza”46, luego de vivir en carne propia la represión del sistema y de agotar 42 Charles C. Cumberland. Madero y la Revolución Mexicana. 8ª Ed. Trad. Stella Mastrangelo. México, Siglo XXI, 1999. p. 40. 43 John M. Hart. El México revolucionario : gestación y proceso de la Revolución Mexicana. Trad. Manuel Arboli. México, Alianza, 1990. p. 139. 44 Santiago Portilla. Una sociedad en armas : insurrección antirreeleccionista en México, 1910-1911. México, El Colegio de México, 1995. p. 293. 45 Bartra, Regeneración..., p. 24. 46 Cumberland, Madero…, p. 140. - 32 - toda posibilidad de lucha legal, no tuvo más elección que escapar de su cautiverio para exiliarse en Estados Unidos y convocar desde allí a la lucha armada contra la dictadura, viéndose obligado a abandonar su rechazo al derramamientode sangre y tomar dicha resolución presionado por las circunstancias, aceptando de sus partidarios el cargo de presidente de la “Junta Revolucionaria” encargada de dirigir la próxima insurrección contra la dictadura. 47 Para dotar a su movimiento de una bandera política legal y una justificación de la sublevación, Madero escribió el famoso Plan de San Luis Potosí, cuya redacción concluyó a finales de octubre pero que fechó el día 5 del mismo, para evitarse problemas con las autoridades norteamericanas por violar las leyes de neutralidad. Cumberland señala que “El plan revolucionario no era, como documento político, impresionante ni intentaba serlo, […] no pretendía ser un programa de reforma a poner en práctica después del triunfo de la insurrección, sino sólo una guía para los insurgentes en las campañas que seguirían”48; en el documento se declaraban invalidadas las elecciones de 1910 y Madero se nombraba “presidente provisional”, su demanda principal se reducía a la no reelección del presidente y los funcionarios, así como elecciones libres y libertad de prensa. Finalmente bastó la inserción en el plan de un solo párrafo de contenido social, cuyas líneas hacían una “referencia fugaz” a la restitución de tierras, para sumar a su causa a un importante número de campesinos, rancheros, comuneros, peones y jornaleros que en conjunto alimentarían masivamente las filas de la revolución. Madero logró desatar la revolución social que los pelemistas venían cultivando por mucho tiempo, pero que no pudieron cristalizar en parte debido a que su movimiento no logró vincularse orgánicamente a un amplio frente de lucha, como consecuencia de la represión y persecución sufrida por parte de la dictadura, que los llevó a quedar aislados al otro lado de la frontera. A la postre, la concepción de los magonistas sobre la violencia como único método posible para acabar con la 47 Ibid. p. 141. 48 Ibid. p. 143. - 33 - dictadura se impondría de manera lógica, frente a la lucha pacífica impulsada por el maderismo, pero las tácticas y las estrategias de los primeros no resultaron ser las más eficaces, a pesar de contar con una serie de experiencias previas adquiridas en combate; la lucha armada se inclinaría ideológicamente hacia el antirreleccionismo, gracias a que Madero pudo ganarse la simpatía de amplios sectores sociales, populares y burgueses, y su discurso democrático terminó convenciendo a un importante número de personas que no estaban dispuestas a seguir tolerando una nueva imposición del régimen. Pero además, se debe considerar que el antirreleccionismo logró crear un aparato revolucionario mucho más eficiente que el de los magonistas, debido a que Madero contaba con recursos financieros que le permitieron sobrevivir sin mayores consecuencias en el exilio y organizar su movimiento armado de manera expedita con base en el trabajo político realizado por sus clubes a lo largo de su campaña como candidato presidencial, lo que hizo que la revolución emplazada por él se pusiera en marcha a menos de un mes de haberse dado a conocer la convocatoria: El Plan de San Luis conmueve al país y atrae a jóvenes y viejos; pues no obstante la recomendación para que el documento no fuese divulgado antes del 15 de noviembre, el impreso ha pasado de mano a mano a través de la República; los partidarios de la revolución dejan a sus madres, esposas e hijos, ora para ir en busca del señor Madero, ora para remontarse en grupos preparatorios, ora para conspirar en las faldas de las sierras o en el fondo de algún valle.49 I.3. La revolución ha estallado Los miembros de la Junta, conscientes de la oportunidad que se les presentaba al conocer la convocatoria de Madero, esperaron que sus simpatizantes se sumaran a la revuelta aprovechando las circunstancias, mas su participación no podía ser orgánica pues los ideales que impulsaban al maderismo eran totalmente ajenos a la revolución libertaria que los pelemistas habían planteado, no 49 Valadés, Imaginación y realidad…, T. II, p. 80. - 34 - obstante la invitación de Madero a luchar en alianza contra la dictadura desde el mes de septiembre, ofrecimiento que los liberales condicionaron a ser ellos los directores de la insurrección50, que don Panchito desde luego rechazó. Ricardo Flores Magón les señaló a sus camaradas: A nuestros partidarios les enviaremos una circular explicando por qué nos levantamos con Madero, pero advirtiéndoles que esto no quiere decir que hacemos causa común con él. La nuestra, es conquistar la tierra para el pueblo, suprimir a los grandes terratenientes, devolverles a los campesinos la tierra robada.51 A raíz de la circulación de algunos volantes de dudoso origen en el que se hablaba de una alianza con Madero, donde éste figuraba como “presidente provisional” y Flores Magón como “vicepresidente”, el 16 de noviembre la Junta dirigió un comunicado firmado por la plana mayor de la dirección en la que conminaba a los adherentes del PLM a estar preparados para el levantamiento maderista y ponerse en acción contra el ejército de la dictadura aprovechando la agitación, pero recomendando no hacer causa común con ellos; aclaraban que la Junta no había celebrado ningún pacto de unidad con los antirreeleccionistas por ser distintos los principios que los animaban, e invitaban a los liberales a que convencieran a los maderistas de sumarse a sus filas revolucionarias.52 Esta circular difícilmente pudo llegar a todos los elementos liberales al otro lado de la frontera, pero no evitó que muchos se sumaran a la revuelta en sus respectivas regiones para luchar por los ideales liberales. Y finalmente llegó el día. El 19 de noviembre Madero intentó cruzar la frontera por Ciudad Porfirio Díaz, procedente de San Antonio, con la esperanza de ser recibido por un ejército que se pondría bajo sus órdenes para iniciar la revolución estipulada en el Plan de San Luis Potosí, pero al percatarse de que el comité de bienvenida estaba compuesto únicamente de diez hombres 50 Ibid. pp. 69-70. 51 Enrique Flores Magón, Peleamos…, T. II, p. 57 (el subrayado es del autor). 52 Salvador Hernández Padilla. El Magonismo: Historia de una pasión libertaria 1900-1922. 2ª Ed. México, Ediciones Era, 1988. pp. 183-184; Diego Abad de Santillán. Ricardo Flores Magón el apóstol de la revolución social mexicana. México, Centro de Estudios Históricos del Movimiento Obrero Mexicano, 1978. pp. 82-83. - 35 - pobremente armados53, decidió regresar por donde había llegado decepcionado de tan mala recepción; sin disparar un solo tiro, Madero retornó con el sentimiento amargo de la derrota cuando la guerra aún no comenzaba, tal vez pensando que aquella revolución había llegado a su fin, “las cosas se ponían negras de verdad para el hombrecito de los grandes sueños personalistas”54. Pero la insurrección había tenido su epicentro en otro punto, fuera del mapa militar ideado por la dirección maderista, y sin importar que Madero estuviera presente o no, para muchos había llegado la hora de cobrarle la factura a la dictadura. Varios levantamientos de grupos antirreeleccionistas, organizados por el maderista Abraham González, se sucedieron en diferentes Distritos del estado de Chihuahua: Pascual Orozco, Toribio Ortega, Francisco Villa y José de la Luz Blanco se levantaron en armas encabezando a los pobladores de sus respectivas regiones. Estas partidas “no llegan a ser precisamente unidades perfectamente organizadas y bien pertrechas. Constituyen grupos más o menos numerosos de hombres que siguen a sus líderes, bien sea por sus ideales, por amistad o el paisanaje”55. Dichos elementos se identificaban con el antirreeleccionismo, eran hombres que habían decidido tomar lasarmas con la convicción de luchar no sólo contra la dictadura, el sistema antidemocrático y la pérdida de autonomía municipal por la centralización del poder; la revolución que iniciaban no era meramente política, aspiraban a cambiar el estado de miseria en que estaba sumada la mayor parte de la población y terminar con la injusticia de los latifundistas y el sistema que los respaldaba. Pero los antirreeleccionistas no fueron los únicos; el 20 de noviembre muchos simpatizantes pelemistas que seguían las consignas de Regeneración se levantaron en armas, tal fue el caso de Luis A. García y Heliodoro Olea quienes tomaron el pueblo de Bachíniva56, mientras que Antonio Rojas y Blas Orpinel hicieron lo propio en Batopilas. 53 Portilla, Una sociedad en armas…, p. 243. 54 Turner, Ricardo Flores Magón…, p. 211. 55 Reidezel Mendoza Soriano. Los jinetes rebeldes : Historia militar de la Revolución en Chihuahua. Chihuahua, Instituto Chihuahuense de la Cultura, 2010. p. 23. 56 Francisco Almada. La Revolución en el Estado de Chihuahua. México, Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana, 1964. Tomo I, p. 176. De acuerdo a las memorias de Heliodoro Olea, éste estaba en contacto con - 36 - Desde las páginas de Regeneración se daban a conocer los acontecimientos de los levantamientos armados en el país, destacando que el maderismo había fracasado como proyecto político, no así la chispa de la rebelión que era alimentado por varios contingentes guerrilleros en todo el territorio mexicano y en particular de los que operaban en las montañas de Chihuahua.57 Para los liberales no había tiempo que perder, pero los hechos se adelantaron a sus planes; no había grupos lo suficientemente preparados para entrar en acción, principalmente por la falta de armas y recursos. Aún así, Práxedis G. Guerrero tomó la iniciativa de entrar en operaciones lo antes posible, ante el fastidio que le provocaba la inacción de la Junta, que ya desde agosto se lo venía indicando a Manuel Sarabia al expresarle su deseo de incorporarse a la lucha: “Nadie me manda y voy contra la opinión de algunos compañeros, que sin duda quieren verme morir de fastidio en este país embustero.”58 Práxedis era el hombre que había estado más activo luego de la prisión de Ricardo Flores Magón en 1907. Desde que llegó a los Estados Unidos logró adquirir una formación ideológica sólida producto del contacto con la clase trabajadora de las regiones en que laboraba, ya fuera como leñador en los aserraderos de Texas, como carbonero en las minas de Arizona, o como agitador en los muelles y en las secciones ferrocarrileras59; las fallidas revueltas de 1908 le permitieron experimentar en carne propia como organizador y guerrillero, el largo e intenso trabajo que Ricardo Flores Magón y Juan Sarabia desde 1904 y suscrito al periódico Regeneración en 1905. Como muchos chihuahuenses, era partidario de la lucha contra el centralismo político de los Terrazas del cual había sido víctima, y pronto las ideas esgrimidas por los liberales lo convencieron de actuar de manera decidida en la lucha revolucionaria que desde el exilio preparaban los integrantes de la Junta Organizadora del PLM en 1906. Por sus actividades fue encarcelado en San Juan de Ulúa junto a Juan Sarabia y otros militantes capturados ese mismo año. Al estallar la revolución, Olea se levantó en armas al lado Luis A. García adhiriéndose a la convocatoria de Madero. Vid. Heliodoro Olea Arias. De Bachíniva a Ciudad Juárez : Apuntes históricos de la revolución de 1910-1911. Chihuahua, Doble Hélice Ediciones, 2009. pp. 12-20, 38. 57 Vid. Regeneración, 4ª Época: Ricardo Flores Magón “La Revolucion en Mexico. Cronica Pormenorizada de los Ultimos Acontecimientos” [sic.], 3 de diciembre de 1910, núm. 14; Antonio I. Villarreal “La agitacion revolucionaria”, 10 de diciembre de 1910, núm. 15; Ricardo Flores Magón, “El movimiento revolucionario”, 17 de diciembre de 1910, núm. 16; Ricardo Flores Magón “La Revolucion en marcha”, 24 de diciembre de 1910, núm. 17. 58 Carta de Práxedis Guerrero a Manuel Sarabia, San Antonio, Texas, 16 de agosto de 1910, en Guerrero, Artículos de combate, p. 52. 59 Biblioteca Nacional de Antropología e Historia, Colección Ethel Duffy Turner (en adelante CEDT), Doc. 64. “Praxedis Gilberto Guerrero”. - 37 - significaba llevar a cabo una revolución, con la amargura de la derrota de por medio. Con esta serie de experiencias a cuestas, Práxedis tenía claro que era necesario ponerse a la cabeza del contingente libertario para orientar la revolución hacia los objetivos sociales y económicos esgrimidos por el PLM. Incluso, Guerrero sabía que era el idóneo para incorporarse a la lucha armada, pues estaba capacitado militarmente para la tarea, ya que en su juventud, antes de abrazar las causas libertarias, había alcanzado en 1901 el grado de subteniente de caballería en la “Segunda Reserva del Ejército” organiza por Bernardo Reyes60. Por estos motivos, el segundo secretario estaba convencido de su capacidad para llevar a cabo la revolución pelemista. Enrique Flores Magón dejó un retrato que describe mejor que nadie la personalidad de Guerrero: revolucionario de clara inteligencia y voluntad de acero, audaz, discreto, perseverante y optimista; en suma dotado de todas las cualidades que debe tener un precursor de grandes cataclismos sociales […] poseía la bella cualidad de no tener ambiciones personales, que son otras prendas morales que debe tener todo luchador honrado.61 Ricardo completa la descripción: Trabajador incansable era Práxedis. Nunca oí de sus labios una queja ocasionada por la fatiga de sus pesadas labores. Siempre se le veía inclinado ante su mesa de trabajo escribiendo, escribiendo, escribiendo aquellos artículos luminosos con que se honra la literatura revolucionaria de México; […] Hombre abnegado y modestísimo, nada quería para sí. Varias veces le instamos a que se comprase un vestido. Nunca lo admitió. Todo para la causa, decía sonriendo. Una vez, viendo que adelgazaba rápidamente, le aconsejé que se alimentase mejor, pues se mantenía con un poco de legumbres: no podría soportar, me dijo, que yo me regalase con platillos mejores cuando millones de seres humanos no tienen en este momento un pedazo de pan que llevar a la boca.62 60 Martínez, Perfiles revolucionarios…, p. 32. 61 Enrique Flores Magón “Los últimos veinte años” en El Gráfico, 14 de enero de 1931. El recorte de la nota en CEDT, Doc. 1237. 62 Ricardo Flores Magón, “Práxedis G. Guerrero ha muerto” en Regeneración, 14 de enero de 1911, núm. 20. - 38 - A mediados de noviembre Práxedis salió de Los Ángeles para recorrer los poblados fronterizos de Arizona y Texas con el objetivo de conectar enlaces y compañeros y organizar con ellos la futura expedición armada, nuevamente con miras a iniciar operaciones en territorio chihuahuense, donde comenzaban a consolidarse varios núcleos guerrilleros antirreeleccionistas; el motivo principal de su elección es que en dicha región, particularmente en el poblado de Casas Grandes, Distrito de Galeana, se había establecido desde 1908 un número importante de simpatizantes y seguidores gracias al contacto constante con trabajadores de Chihuahua, pues Los liberales del Distrito de Galeana conocían las ideas del Partido Liberal Mexicano que se difundían a través del periódico Regeneración; pero además esta región formaba parte de un corredor geográfico de trabajadores migratorios que transitaban periódicamente hacia las minas de Arizona y Nuevo México, donde el Partido Liberal había logrado enraizar desarrollandouna extensa base social que influía en varias poblaciones fronterizas de México.63 De esta manera, muchos trabajadores de Morenci, Arizona, provenientes de Galeana, pudieron conocer y comprometerse con la organización del PLM y su segundo secretario64, y en El Paso, en casa de los Silva, Práxedis había organizado su centro de operaciones en los últimos dos años, a lo largo de los cuales se llegaron a recopilar y almacenar armas y pertrechos de guerra65, por lo que la táctica lógica a seguir era marchar desde allí e internarse a territorio chihuahuense para abrir el primer frente libertario, como se lo hizo saber días después en carta a Cándido Donato Padua: Hay que obrar con rapidez y energía. Nuestros amigos de la sierra de Chihuahua y algunos grupos maderistas del mismo punto están causando serias derrotas a la tiranía. Pronto abriré la 63 Jesús Vargas Valdés. Máximo Castillo y la Revolución en Chihuahua. Pról. Friederich Katz. Chihuahua, Nueva Vizcaya Editores, 2003. p. 54. 64 Cabe recordar que en el verano de 1908 varios habitantes de Casas Grandes decidieron tomar las armas por la causa de los liberales cuando éstos plantearon el asalto a la guarnición de Ciudad Juárez, pero la conspiración había sido infiltrada y una semana antes de que Práxedis Guerrero diera la orden de ataque 34 de los involucrados fueron arrestados por órdenes de Enrique C. Creel, lo que obligó a los liberales, también golpeados por los agentes de Estados Unidos, a cambiar de estrategia y llevar a cabo un improvisado asalto a la aduana de Palomas. Entre las personas arrestadas en Casas Grandes se encontraban Silvestre Quevedo, Demetrio Ponce y José Parra, todos ellos militantes del PLM y posteriormente seguidores del Orozquismo. Vid. Arturo Quevedo Rivero. Los colorados. México, Diana, 2000. pp. 236, 260-261; AHGE, LE-935, ff. 2-7. Varios telegramas sobre la conspiración de Casas Grandes y la aprehensión de revoltosos. 65 AHGE, LE-950, f. 35. Nóminas y filiaciones de magonistas, Ciudad Juárez, [s.f.]. - 39 - campaña en el norte, tal vez cuando usted reciba esta carta ya esté yo en el campo de la acción.66 A finales de noviembre “un grupo de aproximadamente 60 mexicanos identificados con el Partido Liberal, a cuya cabeza va Antonio I. Villarreal, sale de Los Ángeles en el tren que va para El Paso”67; en esas fechas también llegaron a dicha localidad varios individuos procedentes de Arizona, con el objetivo de incorporarse a la revuelta armada convocada por Madero, pero con la convicción de luchar bajo la bandera del PLM, como lo consignaba la circular del 16 de noviembre pasado. Según Enrique Flores Magón, olvidando las lecciones del pasado y “sin consultarnos, Prax se metió en una aventura tan arriesgada como la de Palomas”68, pero finalmente la Junta acabaría por aceptar con mucho conflicto y gran pesar suyo la férrea posición de Guerrero, otorgándole el nombramiento de “Jefe de Operaciones del Ejército Libertario Mexicano en la República Mexicana”69. Práxedis se incorporó el 10 de diciembre para encabezar a los militantes que lo acompañarían en esta faceta revolucionaria70, entre los cuales destacaban Prisciliano G. Silva –recientemente puesto en libertad–, Lázaro Alanís y José Inés Salazar, veteranos de armas en 1908, así como Lázaro Gutiérrez de Lara, uno de los cuadros del ala socialista y destacado agitador que optó por sumarse a la lucha junto a Guerrero. Según informaba el Cónsul mexicano de El Paso: 66 Carta de Práxedis G. Guerrero a Padua, 13 de diciembre de 1910, citado por Martínez, Perfiles Revolucionarios…, p. 222. 67 Portilla, Una sociedad en armas…, p. 280. El autor usa como fuente de información los telegramas enviados por el cónsul mexicano de Los Ángeles al cónsul de El Paso citados en el Diario Oficial. Portilla infiere, haciendo una lectura de acontecimientos a posteriori, que este grupo pudiera ser una escisión temprana de la Junta central en Los Ángeles, pero no parece el caso pues Villarreal rompería violentamente con el PLM hasta finales de febrero (Vid. Infra., Cap. III, pp. 64-65), y para esas fechas participaba activamente con la Junta escribiendo artículos para Regeneración; inclusive durante el mes de diciembre estuvo colaborando en la organización de los llamados “Grupos Regeneración” en California (ver “En pro de Regeneracion”[sic.], 17 de diciembre de 1910, núm. 16), dando pláticas y conferencias a sus miembros, dedicados a apoyar a la Junta del PLM en sus esfuerzos por impulsar la revolución a través de su órgano difusor. Es probable que dichos movimientos de militantes fueran producto de una labor conjunta con Práxedis G. Guerrero, ya que, como se ha señalado, desde el mes de noviembre éste había sumado todos sus esfuerzos por armar rápidamente un contingente libertario que fuera a combatir aprovechando las circunstancias de la revuelta maderista, en contra de la opinión de sus camaradas. 68 Enrique Flores Magón, Peleamos..., T. II, p. 58; “los últimos veinte años” en El gráfico, 18 de enero 1931. El recorte de la nota en CEDT, Doc. 1240. 69 CEDT, Doc. 64. 70 Fabela, Documentos…, p. 107; Portilla, Una sociedad en armas…, p. 297. - 40 - Guerrero es un activo organizador y propagandista peligroso. Su venida en combinación con la de Villarreal y otros jefecillos magonistas significa, en mi concepto, que Magón se dispone a recoger la herencia de Madero, aprovechando los elementos sembrados por este soñador.71 No se equivocaba, ¿por qué no hacer manifiesta la fuerza de los liberales para reclamar esa herencia que se habían ganado por derecho propio a base de sudor y lágrimas durante tantos años? Días después, el mismo cónsul informó al subjefe de la policía de El Paso de la presencia de Práxedis en los alrededores y que “en un cercano rancho de Texas se encontraba reunido un gran número de hombres armados con el fin de lanzar un ataque contra México”72. 71 Telegrama del cónsul de El Paso Antonio Lomelí al SdRE, en Fabela, Documentos…, p. 107. 72 Telegrama de Antonio Lomelí a Hillebrand, 24 de diciembre de 1910, citado por Cumberland. Madero…, p. 149. Cumberland señala que los informes eran resultado de la confusión imperante del lado de la frontera mexicana a causa de las acciones de los revolucionarios antirreeleccionistas durante el mes y da por falso el dato por considerar que Guerrero había muerto a principios de diciembre, según su interpretación. A nuestro parecer la información es verídica considerando la vigilancia especial que el cónsul había dispuesto desde años atrás para seguir las actividades los liberales de El Paso, en particular de Práxedis G. Guerrero. - 41 - CAPÍTULO II. COMIENZA LA REVOLUCIÓN LIBERTARIA II.1. Guerrero encabeza el contingente libertario Mientras la lucha revolucionaria en Chihuahua seguía su marcha gracias a los esfuerzos de los guerrilleros antirreeleccionistas, el segundo secretario del PLM decidió que era hora de actuar para darle la dirección requerida al estallido social. La noche del 19 de diciembre, Práxedis Gilberto Guerrero y los hombres que lo acompañaban cruzaron el Río Bravo en algún punto cercano a Ciudad Juárez, con la intención de inaugurar oficialmente la primera campaña libertaria en territorio mexicano. Desde 1908 pequeñas guerrillas aisladas del PLM habían estado actuando en la Sierra del Burro en Coahuila y en las montañas de Veracruz pero ninguna de ellas había logrado establecer un núcleo guerrillero lo suficientemente fuerte como para implantar el programa revolucionario del Partido Liberal; ahora el paladín más activo de las filas libertarias buscaba consolidar en Chihuahua la avanzada armada del PLM en la Revolución Mexicana, estableciendo de hecho el inicio de las
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