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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MEXICO PROGRAMA DE MAESTRÍA Y DOCTORADO EN ESTUDIOS MESOAMERICANOS FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS INSTITUTO DE INVESTIGACIONES FILOLÓGICAS “EN LOS MÁRGENES DE MESOAMÉRICA: LA INDUSTRIA ÓSEA EN TRES ASENTAMIENTOS DEL VALLE DEL RÍO SÚCHIL, ZACATECAS Y DURANGO” TESIS QUE PARA OPTAR POR EL GRADO DE: MAESTRO EN ESTUDIOS MESOAMERICANOS PRESENTA: EDSEL RAFAEL ROBLES MARTÍNEZ TUTOR DR. GILBERTO PÉREZ ROLDÁN UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE SAN LUÍS POTOSÍ CIUDAD UNIVERSITARIA, CIUDAD DE MÉXICO. JULIO 2018 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. “Declaro conocer el Código de Ética de la Universidad Nacional Autónoma de México, considerado en la Legislación Universitaria. Con base en las definiciones de integridad y honestidad ahí contenidas, manifiesto que el presente trabajo es original y enteramente de mi autoría. Las citas de otras obras y las referencias generales a otros autores, se consignan con el crédito correspondiente”. Dedicatoria A la familia Robles que han sido mi escuela, mi apoyo; y a mi nueva familia (Tania y Selene) quienes me han motivado a terminar esta tesis. Agradecimientos de tesis La presente obra no hubiese sido posible sin la participación de las personas e instituciones que me rodearon y formaron parte del proceso de esta investigación, de antemano una disculpa por las omisiones, no fueron excluidos, la ausencia de sus nombres se debe a mi mala memoria al momento de redactar este apartado. En primer lugar, quiero agradecer al Posgrado en Estudios Mesoamericanos por haber aceptado mi proyecto de investigación, el cual se ubica en los límites de Mesoamérica, gracias por habernos incluido a varias personas que transitamos en los márgenes; y por ampliar mi enfoque, que aun cuando sigue centrándose en la arqueología he aprendido a valorar las áreas afines. Agradezco de manera especial a la UNAM y al CONACYT por las becas otorgadas para dedicarme de tiempo completo durante los últimos dos años que ha durado esta aventura académica. Efectuó un merecido agradecimiento al equipo que ha integrado la coordinación por ser facilitadores Myriam, Elvia y la doctora Mari Carmen Valverde con quienes iniciamos y el relevo de la coordinación tomado por la doctora Ana Bella Pérez Castro, quienes siempre resolvieron mis abundantes y continuas dudas en el ámbito administrativo. Maestros Estela Martínez Mora y Guillermo Córdova Tello directores de los proyectos arqueológicos Desarrollo del Paisaje Urbano de Tamtoc, San Luís Potosí y del Proyecto Arqueológico Valle del Río Súchil, gracias por haber creído en mí desde la licenciatura y haberme brindado la oportunidad de generar mis investigaciones con los materiales recuperados en sus proyectos. Agradezco de manera particular a Gilberto Pérez Roldán quien me ha guiado por el camino de la arqueozoología y en especial a Serafín quien ha fungido como un padre académico; al guiar mi trabajo, ayudarme a salir de las veces que me estanque y a explicarme con manzanas las cuestiones geológicas que influyeron en los materiales analizadas en esta tesis, así como a darle seguimiento a mi investigación y a replantearme los alcances del trabajo. Doy gracias de manera sincera a la Dra. Abigail Meza quien fue una de las investigadoras que me entrevisto y dio la bienvenida a este posgrado, ella fue testigo del proyecto planteado y ahora al ver finalizada la investigación, espero que el resultado no la haya defraudado. Agradezco de manera profunda al doctor Adrián Velázquez y a todos los integrantes del Proyecto Técnicas de Manufactura de los Objetos de Concha del México Prehispánico: Shiat, Adriana, Maleni, Lulu, Cesar, quienes me han brindado un espacio para efectuar los experimentos, parte vital del desarrollo de esta tesis, así mismo a la bióloga Paola quien en cada viaje que efectuaba me traía rocas o arena para efectuar más experimentos. Un agradecimiento en especial al ingeniero Mario Monroy Escamilla quien es responsable del Microscopio Electrónico de Barrido de la Subdirección de Laboratorios de Apoyo Académico del INAH ubicados en Moneda 16 y donde se tomaron todas las micrografías que fueron utilizadas para generar los capítulos de huellas de uso y manufactura. Estoy agradecido con la maestra Norma Valentín por asesorarme durante la identificación de la fauna en general recuperada en los tres asentamientos de Chalchihuites, y con Monserrat Morales quien reviso el apartado referente a la identificación biológica de los artefactos modificados e hizo comentarios que mejoraron sustancialmente esta sección. Quiero agradecer también a los maestros que nos dieron sus conocimientos en las aulas, las divertidas clases con Polo Valiñas, las clases intensivas con los doctores Linda Manzanilla, Lorente, Neurath, Tylor, Víctor Farreiras, Rubén Romero y Lyneth Lowe; la enriquecedora clase de antropología política con la Dra. Ana Luisa Izquierdo, así como la demandante clase tripartita con los doctores Serafín, Margarita y Noemí y finalmente, de manera muy especial las correcciones atinadas con la querida maestra Beatriz con quien iniciamos la maestría y con quien concluimos el ciclo. Doy gracias a mis compañeros de maestría con quienes he discutido mis avances, y han leído mis textos y ayudado a mejorarlos, a Clara, Mariana, Carlos y Ángela, con todos ellos compartimos inquietudes referentes a la arqueometría; y también a quienes trabajamos el norte a Ligia quien trabaja Comala y a Víctor quien trabaja Tamaulipas y con quien además coincidimos en el estudio de las modificaciones de restos óseos. Así como Alfa, Pilar, Alicia que nos dieron un enfoque distinto al arqueológico al dialogar con nosotros; reitero mi agradecimiento a todos los que coincidimos en este camino; arrieros somos y en el camino andamos. A mis amigos que en esta etapa me animaban a continuar, pero también me ayudaban a distraerme, para no olvidar que la vida continua mientras estas en maestría y que nunca hay que dejar de divertirse y sonreír gracias a Iván, Oscar, Carlos y a Paulina les agradezco por hacerme este camino más ameno. Finalmente, y no por ello de manera menos importante doy gracias a mi familia: A mis padres Francisco y Dominga quienes me han apoyado de manera incondicional y a mi hermana quien es mi mejor ejemplo. A Tania y a mi bebe Selene que además de soportar mis ausencias para dedicarme a la maestría han sido parte de mi inspiración para continuar con el desarrollo del escrito. A la familia Sánchez Fuentes que me recibió en su casa: a Mar, Julián, Oscar, Aymara, Luisito y Rosita así como Esteban, Evelin y Julio que integran a esta gran familia ÍNDICE IINTRODUCCIÓN ..................................................................................... I JUSTIFICACIÓN ............................................................................. IV OBJETIVO GENERAL ..................................................................... VI OBJETIVOS ESPECÍFICOS ..............................................................VI DELIMITACIÓN DEL OBJETO DE ESTUDIO ......................................... VI PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN ...................................................... VI HIPÓTESIS .................................................................................. VII DESCRIPCIÓN DEL CAPITULADO .................................................... VII I. ANTECEDENTES DE LA REGIÓN Y DESCRIPCIÓN DE LOS ASENTAMIENTOS .................................................................................1 LA CULTURA CHALCHIHUITES ......................................................... 1 ANTECEDENTES DE LA REGIÓN ................................................................ 3 INTERPRETACIONES DE LA DINÁMICA SOCIAL DE LA CULTURA CHALCHIHUITES .......... 5 EL PROYECTO ARQUEOLÓGICO VALLE DEL RÍO SÚCHIL (PAVARS) .................... 10 DESCRIPCIÓN DE LA REGIÓN DEL VALLE DEL RÍO SÚCHIL ................................. 12 LA ORGANIZACIÓN POLÍTICA Y SUS IMPLICACIONES EN LA ECONOMÍA DE LA REGIÓN . 16 EL BAJÍO ....................................................................................... 19 PAJONES ....................................................................................... 23 MOCTEHUMA ................................................................................. 23 II. MARCO TEÓRICO METODOLÓGICO ............................................... 38 MARCO CONCEPTUAL ........................................................................ 38 METODOLOGÍA ............................................................................... 51 III. MATERIA PRIMA ........................................................................... 78 LAS ESPECIES DISPONIBLES EN EL ÁREA ..................................................... 79 LAS ESPECIES IDENTIFICADAS EN EL REGISTRO ARQUEOLÓGICO ......................... 87 LA MATERIA PRIMA DE LOS ARTEFACTOS DE HUESO ...................................... 96 DIFERENCIA ENTRE LOS HUESOS LARGOS DE ODOCOILEUS VIRGINIANUS Y ANTILOCAPRA AMERICANA .................................................................. 99 IIV. TIPOLOGÍA DE LOS OBJETOS DE HUESO ..................................... 112 DESECHOS DE MANUFACTURA ............................................................ 113 PIEZAS EN PROCESO DE TRANSFORMACIÓN ............................................. 115 OBJETOS TERMINADOS ..................................................................... 118 OBJETOS DESECHADOS DESPUÉS DE USO ................................................ 125 COMPARACIÓN DE LOS ARTEFACTOS RECUPERADOS EN CADA ASENTAMIENTO ......................................................................... 127 V. TECNOLOGÍA ÓSEA Y RECONSTRUCCIÓN DE LA CADENA OPERATIVA EN HUESO ....................................................................................... 130 HUELLAS DE MANUFACTURA .............................................................. 130 RECONSTRUCCIÓN DE LA CADENA OPERATIVA EN HUESO .............................. 158 VI. HUELLAS DE USO Y ÁREAS DE ACTIVIDAD .................................. 162 DOCUMENTACIÓN DE HUELLAS DE USO ....................................... 163 LA CARACTERIZACIÓN DE HUELLAS DE USO Y EL ESTABLECIMIENTO DE ACTIVIDADES ASOCIADAS. .......................................................... 168 RESULTADOS DE LA EXPERIMENTACIÓN Y DE LAS PIEZAS ETNOGRÁFICAS ......................................................................... 173 LAS HUELLAS DE USO EN LOS PUNZONES ARQUEOLÓGICOS .......... 195 ÁREAS DE ACTIVIDAD ................................................................. 211 MAPAS DE DISTRIBUCIÓN ........................................................... 226 CONCLUSIONES ............................................................................... 231 BIBLIOGRAFÍA .................................................................................. 240 ÍNDICE FIGURAS Figura 1. Área de estudio del PAVARS modificado de Martínez (2007). ........................................... 10 Figura 2. Ubicación de los sitios abordados en esta tesis en la carta geológica. .............................. 12 Figura 3. Tipología de los asentamientos del Valle del Río Súchil. .................................................... 19 Figura 4. Esquema tafonómico de la acción del agua modificado de Brugal 1994. .......................... 60 Figura 5. Localización de marcas de corte a causa del consumo integral, esquemas modificados de J. G. Ferrie (2004), Archeozoo.org. .................................................................................................... 62 Figura 6. Manera de orientar los artefactos, (tomado de Pascual 1998). ........................................ 68 Figura 7. Cédula de hueso modificado de origen arqueológico ........................................................ 70 Figura 8. Cédula de réplicas experimentales de hueso modificado. ................................................. 73 Figura 9. Cédula de los artefactos de hueso etnográficos. ............................................................... 75 Figura 10. Cédula de las huellas de uso de los artefactos experimentales. ...................................... 76 Figura 11. Vista de la cara articular proximal, ambos huesos son de lado derecho. ........................ 99 Figura 12. Vista de la cara dorsal en su porción proximal, la línea secundaria indica lateralidad y es más profunda en Odocoileus virginianus. ....................................................................................... 100 Figura 13. A la izquierda metatarso de Antilocapra americana caracterizado por la presencia del foramen en su extremo distal. ........................................................................................................ 101 Figura 14. Metacarpos cara articular proximal ............................................................................... 102 Figura 15. Metacarpos, cara dorsal epífisis proximal ...................................................................... 103 Figura 16. Metacarpos derechos, observando que la parte más alta queda a la izquierda y la más baja a la derecha por lo que se trata de metacarpos derechos. ..................................................... 104 Figura 17. Cara dorsal en la parte superior está el metacarpo de Odocoileus virginianus. ........... 104 Figura 18. Cara plantar en la parte superior está el metacarpo de Odocoileus virginianus. .......... 105 Figura 19. Extremo proximal de la cara posterior, en un círculo está encerrado el elemento diagnóstico. ..................................................................................................................................... 106 Figura 20. Cara articular proximal de metacarpo. .......................................................................... 107 Figura 21. Detalle de las líneas en los metacarpos en la parte superior está el metacarpo de Antilocapra americana. ................................................................................................................... 107 Figura 22. Tibias, cara ventral, extremo proximal a la izquierda Odocoileus virginianus. .............. 108 Figura 23. A la derecha se encuentra la tibia de Antilocapra americana. ....................................... 109 Figura 24. Silueta de la epífisis distal de las tibias derechas. .......................................................... 109 Figura 25. Tibias epífisis proximal. .................................................................................................. 110 Figura 26. Desecho de manufactura, sitio Moctehuma pieza 48 de inventario se elaboró en radio derecho de Odocoileus sp. .............................................................................................................. 113 Figura 27. Tubo, diáfisis de hueso largo, sitio Moctehuma, bolsa 98. ............................................ 114 Figura 28 Pieza desechada en el proceso,sitio el Bajío, bolsa 19, presenta dos perforaciones. ... 115 Figura 29 preforma inicial sitio Bajío, inventario 25 catalogo 11, en metacarpo izquierdo de Odocoileus virginianus aún conserva la epífisis proximal. .............................................................. 116 Figura 30. Varilla de hueso, sitio Bajío bolsa 256, metatarso izquierdo de Odocoileus virginianus aún conserva epífisis proximal. ....................................................................................................... 116 Figura 31, esbozo de placa, sitio Bajío inventario 19 catálogo 6. ................................................... 117 Figura 32. Esbozo de pipa, sitio Moctehuma inventario 56, asta de Odocoileus sp. ...................... 117 Figura 33. Aguja, sitio Moctehuma inventario 55. .......................................................................... 118 Figura 34. Cincel, sitio Moctehuma bolsa 92, asta de Odocoileus sp. ............................................ 119 Figura 35. Espátula sitio Bajío, bolsa 120 ........................................................................................ 120 Figura 36 estique de cerámica sitio Bajio bolsa 51. ........................................................................ 120 Figura 37 Machete de telar sitio Moctehuma, inventario 61, hueso largo de Homo sapiens. ....... 121 Figura 38. Omichicahauaztli, sitio Moctehuma inventario 60, tibia de Homo sapiens. ................. 121 Figura 39. Perforador, sitio Moctehuma bolsa 77 pieza 2, en metatarso de artiodáctilo epífisis distal. ............................................................................................................................................... 122 Figura 40. Placa con perforaciones Moctehuma inventario 59, en hueso largo de mamífero. ...... 123 Figura 41. Espátula, sitio Pajones bolsa 45, en costilla de artiodáctilo. .......................................... 123 Figura 42 punzón, sitio Moctehuma inventario 53 catalogo 15 en metatarso izquierdo de Antilocapra americana aún con epífisis proximal. .......................................................................... 124 Figura 43. Retocador, sitio Pajones bolsa 8, candil de Odocoileus virginianus. ............................. 124 Figura 44. Pendiente sin procedencia inventario 1 catalogo 1, en peto de Kinosternon sp. ......... 125 Figura 45. Aguja o alfiler, sitio Bajío bolsa 253, hueso largo de mamífero. .................................... 126 Figura 46. Aguja, alfiler o punzón; sitio Bajío bolsa 37, en hueso largo de mamífero. ................... 126 Figura 47. Espátula, punzón o perforador; sitio Bajío bolsa 139, en metacarpo derecho de Antilocapra americana. ................................................................................................................... 127 Figura 48. Pieza 50 sitio Moctehuma, desecho de manufactura; a la izquierda la foto de la pieza donde notamos se trata de la epífisis distal de un radio de venado; y a la derecha el corte visto con el microscopio digital a 40x. ............................................................................................................ 135 Figura 49. Incisiones pieza 79-1, a la izquierda pieza completa a la derecha acercamiento a 20x. 136 Figura 50. Pieza 52 corresponde a un punzón incompleto, a la derecha se muestran las incisiones de la cara dorsal de la pieza a 40x. .................................................................................................. 136 Figura 51. Micrografía a 1000x donde se caracteriza el corte con pedernal. ................................. 137 Figura 52. En la parte superior se presentan las micrografías de dos piezas del sitio Bajío, en la inferior a la izquierda pieza del sitio Pajones y a la derecha del sitio Moctehuma donde se notan las bandas de 3 propias de los cortes de pedernal. ............................................................................. 137 Figura 53. Pieza 83-1 a la izquierda la pieza completa y a la derecha el acercamiento a 20x de la parte modificada. ............................................................................................................................ 138 Figura 54. Pieza 78 a la izquierda el resto óseo recuperado y a la derecha el aumento a 20x de la zona modificada. ............................................................................................................................. 139 Figura 55. Pieza 4 cara ventral a la izquierda foto de pieza completa y a la derecha aumento donde se aprecian las líneas de desgaste................................................................................................... 139 Figura 56. Desgaste de riolita izquierda a 100x se notan bandas de 27 a 36μ y a la derecha desgaste de arenisca a 600x donde se observan bandas de 3.5 a 4.99μ. ....................................... 140 Figura 57 desgastes de la cultura chalchihuites .............................................................................. 141 Figura 58. Pieza 57 del inventario que presenta perforaciones en buen estado. .......................... 142 Figura 59. Pieza 20 del inventario, perforación a 40x. .................................................................... 143 Figura 60. Pieza 100 con una perforación inicial. ............................................................................ 143 Figura 61. Perforación experimental con pedernal a 1000x Imagen tomada del Proyecto Huellas de Manufactura de los Artefactos de Hueso del México Prehispánico. .............................................. 144 Figura 62. Perforaciones de piezas arqueológicas efectuadas con pedernal, la de la esquina superior izquierda es del sitio de Moctehuma, las dos siguientes corresponden al sitio Bajío y las dos últimas corresponden al sitio Pajones, la última corresponde a una perforación inicial. ....... 145 Figura 63. Perforador pieza 77-2 del que se tomó el pulido, el cual se observa a 20x en la imagen de la derecha. .................................................................................................................................. 146 Figura 64. Pieza 24 punzón a la izquierda el acercamiento del área con pulido ............................ 146 Figura 65. De izquierda a derecha: resto óseo modificado, a la derecha el área pulida a 40x. ...... 147 Figura 66. Pulido experimental con nódulo de pedernal. ............................................................... 147 Figura 67. Micrografías de pulido de los tres asentamientos correspondientes a nódulo de pedernal. ......................................................................................................................................... 148 Figura 68. Pieza 9.1 porción proximal de artefacto. ....................................................................... 149 Figura 69. Estigmas pieza 9-1 sin procedencia izquierda corte con pedernal, derecha desgaste con arenisca. .......................................................................................................................................... 149 Figura 70. Pulido de la pieza 9-2 efectuado con nódulo de pedernal, a la izquierda la pieza a 20x, a la derecha a micrografía a 1000x. ................................................................................................... 150 Figura 71. Perforación del pectoral, elaborado en peto de tortuga arriba pieza completa y modificación a 20x; abajo a la izquierda micrografía experimental con polvo de pedernal y a la derecha la micrografía arqueológica............................................................................................... 150 Figura 72. Pizcador experimental, en uso lado izquierdo y a la derecha su pulido visto a 10x. ..... 174 Figura 73. Pizcador de maíz etnográfico a 40x con microscopio digital. ........................................ 174 Figura 74. Micrografías del punzón experimental para deshojar maíz, el desgaste fue hecho con basaltoa 100, 300, 600 y 1000x. ..................................................................................................... 175 Figura 75. A la izquierda desgranador de maíz a 10x con microscopio digital donde se ve el brillo ......................................................................................................................................................... 176 Figura 76. Micrografías del desgranador de maíz experimental a 100, 300. 600 y 1000x. ............ 177 Figura 77. Desfibrador de izote, arriba a la izquierda en uso, a la derecha pulido a 10x, inferior izquierda pulido a 40x e inferior derecha cara dorsal. .................................................................... 178 Figura 78 punzón experimental para desfibrar izote efectuado con corte metálico y desgaste de basalto ............................................................................................................................................. 180 Figura 79. Punzones para el trabajo de piel, arriba en uso y micrografía de 10x de punzón experimental y abajo micrografía de 10x de punzón etnográfico. ................................................. 181 Figura 80 Micrografías de perforador de piel experimental a 100, 300, 600 y 1000x .................... 182 Figura 81. Perforador de madera en uso y micrografía a 10x donde se observa resina impregnada. ......................................................................................................................................................... 183 Figura 82. Alisador de madera, a la izquierda en uso a la derecha micrografía de 10x. ................. 184 Figura 83 micrografías de polímero experimental de alisador de manera a 100, 300, 600 y 1000x. ......................................................................................................................................................... 185 Figura 84. Alisador de cerámica en uso (izquierda) micrografía a 10x (derecha). .......................... 186 Figura 85. Micrografía del alisador de cerámica a 100, 300, 600 y 100x. ....................................... 187 Figura 86. Perforador de crisocola a la derecha en uso, a la izquierda micrografía de 10x. .......... 188 Figura 87 micrografía de perforador de crisocola experimental a 100. 300, 600 y 1000x ............. 188 Figura 88. Retocador de riolita a la izquierda en uso, a la derecha micrografía de 10x. ................ 189 Figura 89 micrografía de retocador experimental de riolita a 100, 300, 600 y 1000x .................... 190 Figura 90. Punzón de cestería enrollada en uso, micrografía de 10x, abajo micrografía 40x pieza etnográfica con restos de fibras. ..................................................................................................... 191 Figura 91. micrografía de cesteria enrollada experimental a 100, 00, 600 y 1000x a 100x se notan bandas de 36ª 18 y a 100 bandas de 4.5 y 3.6 y finos rayones. ..................................................... 192 Figura 92. Punzón de cestería tejida, izquierda, en uso; derecha micrografía a 10x pieza experimental colección UASLP. ....................................................................................................... 193 Figura 93 micrografías de punzón experimental para cestería tejida a 100, 300, 600 y 1000x. .... 193 Figura 94. Micrografía de los punzones experimentales empleados en desfibrar hojas de yuca a 1000x en todos observamos finas líneas ........................................................................................ 198 Figura 95. Micrografías arqueológicas relacionadas con desfibrar hojas verdes la de la esquina superior izquierda es de Moctehuma pieza 103 y los tres restantes de Bajío (piezas 35-1, 3-6 e inventario 24), todas a 1000x . ........................................................................................................ 199 Figura 96. Micrografías de punzones experimentales empleados en el trabajo de piel logramos ver bandas definidas y finas líneas a 1000x .......................................................................................... 200 Figura 97. Micrografías de punzones posiblemente empleados en el trabajo de piel, a la derecha dos de Bajío (piezas 125 e inventario 28), a la izquierda uno no determinado (pieza 9-3) y el otro de Moctehuma (pieza 77-2) se trata de un perforador, finalmente, la pieza 3-1 de Bajío. ........... 201 Figura 98. Micrografías de punzones experimentales para cestería enrrollada ............................. 202 Figura 99. Micrografías arqueológicas del sitio de Bajío (piezas 15 y 6 del inventario) que coinciden con la cestería enrollada, en la parte inferior la correspondiente a la pieza 68 de Moctehuma. .. 203 Figura 100 micrografías de los punzones experimentales para el trabajo de cestería ................... 204 Figura 101. Micrografías de los punzones 253 e inventario 8 del sitio Bajío relacionados con la cestería trenzada. ............................................................................................................................ 204 Figura 102 micrografías de punzones experimentales para deshojar mazorca ............................. 205 Figura 103. Las tres micrografías corresponden al sitio el Bajío, piezas 4, 9 y 13 del inventario. .. 205 Figura 104 micrografía de pieza etnográfica empleada para pizcar mazorca verde ...................... 206 Figura 105. Micrografías de punzones arqueológicos posibles deshojadores de mazorca verde, todas las piezas fueron tomadas del inventario la 44 de Moctehuma, la 21 de Pajones y la 22 de Bajío. ................................................................................................................................................ 207 Figura 106. Micrografías que presenta una disposición reticular, a la izquierda la pieza experimental y a la derecha la arqueológica. ................................................................................. 208 Figura 107. Piezas que posiblemente tuvieron más de una función, las cuatro primeras del inventario, en la esquina superior izquierda la pieza 34 de Bajío, las tres restantes son del sitio de Moctehuma (piezas 46, 47,53), finalmente del sitio de Pajones la pieza 11. ................................. 209 Figura 108. Retícula de excavación del sitio de Pajones. ................................................................ 212 Figura 109. Arquitectura identificada en el sitio de Pajones. ......................................................... 213 Figura 110. Planimetría del sitio de Pajones y el perimetro de laexcvación (+) en surfer. ............. 214 Figura 111. Distribución de los artefactos de hueso en Pajones según su tipología. ..................... 214 Figura 112. Distribución de las piezas en proceso y desechos de manufactura de Pajones. ......... 215 Figura 113. Localización de objetos de lítica tallada (+) y la cruz más gruesa corresponde al retocador recuperado. .................................................................................................................... 215 Figura 114. Distribución de artefactos de hueso, entierros, objetos de concha y turquesa. ......... 216 Figura 115. Planimetría del sitio Moctehuma y simbología de las áreas excavadas. ..................... 217 Figura 116. Distribución de los objetos de hueso en relación con las áreas excavadas en Moctehuma. .................................................................................................................................... 218 Figura 117. Distribución de los artefactos de acuerdo con su tipología en Moctehuma. .............. 218 Figura 118. Acercamiento de las unidades habitacionales en relación con la tipología de los artefactos óseos de Moctehuma. ................................................................................................... 219 Figura 119. Distribución de las piezas en proceso y desechos de manufactura recuperados en Moctehuma. ....................................................................................................................................220 Figura 120. Distribución de artefactos óseos especiales en Moctehuma. ...................................... 220 Figura 121. Distribución de los artefactos utilitarios en Moctehuma. ............................................ 221 Figura 122. Distribución de los artefactos de hueso en el área noroeste de Moctehuma. ............ 221 Figura 123. Retícula inicial excavada en Bajío correspondiente a unidades habitacionales. ......... 222 Figura 124. Distribución de los artefactos de hueso recuperados en Bajío. ................................... 223 Figura 125. Distribución de piezas en proceso y desecho de manufactura en el sitio el Bajío. ..... 223 Figura 126. Distribución de piezas utilitaria de baja frecuencia en Bajío. ...................................... 224 Figura 127. Distribución de los elementos utilitarios terminados en punta. .................................. 225 Figura 128. Objetos utilitarios terminados en bisel. ....................................................................... 225 Figura 129. Segundo frente de excavación de sitio el Bajío. ........................................................... 226 Figura 130. Distribución temporal de los artefactos de hueso en Bajío. ........................................ 226 Figura 131. Ubicación de restos óseos recuperados en grupos a la izquierda los grupos más numerosos y a la derecha los conjuntos con menos elementos en Bajío. ..................................... 227 Figura 132. Distribución de las huellas de uso detectadas en Bajío. .............................................. 228 Figura 133. Distribución de huellas de uso y conjuntos de artefactos de Pajones. ........................ 229 Figura 134. Distribución de conjuntos de artefacto y huellas de uso en el conjunto patio de Moctehuma ..................................................................................................................................... 229 Figura 135. Distribución de huellas de uso en el sitio de Moctehuma. .......................................... 230 ÍNDICE DE TABLAS Tabla 1. Cronología de la Cultura Chalchihuites. .............................................................................. 16 Tabla 2. El modelo de Costín de la especialización artesanal. .......................................................... 40 Tabla 3. Criterios en la producción que permiten identificar artesanos dependientes o independientes. ................................................................................................................................ 43 Tabla 4. Alteraciones tafonómicas en restos óseos. ......................................................................... 57 Tabla 5. Peces, anfibios y reptiles de la Michilía. .............................................................................. 79 Tabla 6. Mamíferos de la Michilía que coinciden con el registro arqueológico. .............................. 80 Tabla 7. Aves de la Michilía de interés para el estudio arqueozoológico. ........................................ 81 Tabla 8. Peces, anfibios y reptiles de la Sierra de Órganos. .............................................................. 83 Tabla 9. Mamíferos reportados en la Sierra de Órganos. ................................................................. 84 Tabla 10. Familias de aves reportadas en la Sierra de Órganos. ....................................................... 85 Tabla 11. Especies faunísticas identificadas en Moctehuma. ........................................................... 89 Tabla 12. Fauna identificada en Pajones. .......................................................................................... 90 Tabla 13. Especies de fauna identificada en Bajío. ........................................................................... 90 Tabla 14. comparación de la fauna del registro arqueológico y del registro actual. ........................ 91 Tabla 15. Restos arqueozoológicos identificados solo a nivel de Clase. ........................................... 93 Tabla 16. Restos arqueozoológicos identificados a nivel de Orden. ................................................. 94 Tabla 17. Restos arqueozoológicos identificados a nivel de Familia. ............................................... 94 Tabla 18. Restos arqueozoológicos identificados a nivel de Género. ............................................... 95 Tabla 19. Estigmas ideales para la toma de polímeros. .................................................................. 132 Tabla 20. Total de huellas de manufactura en relación con el número de estigmas ideales. ........ 133 Tabla 21. Total de estigmas de acuerdo a su jerarquización en columnas. .................................... 133 Tabla 22. Estigmas por sitio. ............................................................................................................ 133 Tabla 23. Relación de materia prima recuperada en los sitios excavados por el PAVARS. ............ 151 Tabla 24. Materias primas de cada sitio, desglosado en los artefactos producidos en cada uno. . 153 Tabla 25. Materia prima de las herramientas empleadas para las diferentes modificaciones en Bajío. ................................................................................................................................................ 154 Tabla 26. Materia prima de las herramientas empleadas para las diferentes modificaciones en Moctehuma. .................................................................................................................................... 155 Tabla 27. Materia prima de las herramientas empleadas para las diferentes modificaciones en Pajones. ........................................................................................................................................... 156 Tabla 28. Identificación de las herramientas para la transformación de huesos en los tres asentamientos. ................................................................................................................................ 157 Tabla 29. Análisis general de las herramientas empleadas en la transformación de la materia prima. .............................................................................................................................................. 157 Tabla 30. Caracterización de las huellas de uso en un pizcador experimental. .............................. 173 Tabla 31. Huellas de uso del desgranador de maíz. ........................................................................ 176 Tabla 32. Caracterización de huellas de uso en desfibrador de izote. ............................................ 178 Tabla 33. Medidas de las micrografías de punzones para rasgar izote. ......................................... 179 Tabla 34. Caracterización de las huellas de uso de los artefactos de piel. ..................................... 180 Tabla 35. Medidas de las micrografías de punzones para trabajar piel. ......................................... 182 Tabla 36. Caracterización de las huellas de uso de un perforador de madera. .............................. 183 Tabla 37. Caracterización de huellas de uso de un alisador de madera. ........................................ 183 Tabla 38. Medidas de las micrografías de elementos óseos empleados en el trabajo de madera. 184 Tabla 39. Caracterización de las huellas de uso de restos óseos empleados en cerámica. ............ 185 Tabla 40. Medidas de las micrografías de artefactos de hueso empleados en cerámica. .............. 186 Tabla 41. Huellas de uso de perforador de crisocola. ..................................................................... 187 Tabla 42. Caracterización de las huellas de uso de retocadores. ................................................... 189 Tabla 43. Caracterización de huellas de uso en cestería enrollada. ............................................... 190 Tabla 44. Medidas de las micrografías de punzones empleados encestería enrollada. ................ 191 Tabla 45. Caracterización de las huellas de uso de cestería tejida. ................................................ 192 Tabla 46. Elementos diagnósticos de las huellas de uso empleando MEB. .................................... 194 Tabla 47. Medidas de las micrografías arqueológicas que corresponden a deshojar hojas verdes. ......................................................................................................................................................... 197 Tabla 48. Medidas de las micrografías arqueológicas que corresponden a los punzones para la transformación de piel. ................................................................................................................... 199 Tabla 49. Medida de las micrografías arqueológicas que coinciden con la cestería enrollada. ..... 202 Tabla 50. Medidas de las micrografías arqueológicas que coinciden con la cestería trenzada. ..... 203 Tabla 51. Medidas de las micrografías arqueológicas que coinciden con los experimentos para deshojar mazorca. ........................................................................................................................... 204 Tabla 52. Medidas de las micrografías arqueológicas que corresponden a deshojar mazorcas verdes. ............................................................................................................................................. 206 Tabla 53. Rasgos diagnósticos de las piezas arqueológicas. ........................................................... 210 Tabla 54. Concentrado de las huellas de uso detectadas en las piezas arqueológicas. ................. 210 i IINTRODUCCIÓN Titulo mi investigación En los Márgenes de Mesoamérica porque en él se concentra la esencia de toda la obra; obtiene su nombre al enfocarse en dos áreas poco atendidas por las investigaciones arqueológicas en general. En primer lugar, hace alusión a su ubicación geográfica: aborda sitios de dimensiones pequeñas que forman parte de la frontera mesoamericana (los sitios de la frontera más estudiados son aquellos de grandes dimensiones como Alta Vista o La Quemada); en este caso tres asentamientos del Valle del Río Súchil que constituyen el corazón de la denominada cultura Chalchihuites en sentido estricto, ubicados en los límites que comparten el estado de Zacatecas y Durango; y en segundo lugar, los artefactos de hueso que forman parte de los materiales que en arqueología se denominan miscelánea y que permanecen sin estudiar por largo tiempo, principalmente de origen faunístico. Se preguntará el lector por qué si los materiales de la presente investigación provienen de lo que denominamos área nuclear de la cultura Chalchihuites omitimos el término de Chalchihuites en nuestro título, la respuesta radica en que se trata de un concepto con distintas connotaciones; basta hacer un recorrido por sus principales acepciones para dar a entender que el empleo de este vocablo pudiera confundir al lector. Al emplear el vocablo Cultura Chalchihuites se evocan dos aspectos; el primero, referente al sitio de Alta Vista, cercano al poblado de Chalchihuites, Zacatecas y que se conoce mejor como Chalchihuites. Aunque dicho asentamiento está en la zona de estudio, los materiales que constituyen esta tesis no proceden de esta zona arqueológica, sino de tres sitios próximos excavados por el Proyecto Arqueológico Valle del Río Súchil Zacatecas y Durango (PAVARS). El segundo aspecto, la denominación de cultura Chalchihuites no es homogénea, existen dos opciones: una en sentido estricto; que se restringe al Río Súchil y Río Guadiana (Kelley 1971); y otra, en sentido amplio (Hers 1989) donde se incluyen sitios como el Teúl, la Quemada, Alta Vista y otros que por su monumentalidad son referentes y pudieran atraer al lector defraudándolo en un segundo momento. ii ¿Qué es la Cultura Chalchihuites? y ¿dónde surge esta amplia confusión en la que un solo término puede evocar diferentes significados? Durante el periodo de conquista y colonización, los españoles expandieron sus fronteras creando asentamientos con pobladores originarios de Tlaxcala, quienes fueron sus aliados en la conquista militar de México Tenochtitlán. Al arribar a nuestra zona de interés, se asentaron en un valle y al pueblo que fundaron le dieron el nombre de Chalchihuites; según Melgar (2014) asignaron este nombre por la presencia en el Cerro Picacho de vetas de crisocola (piedra de color azul) a las cuales se le denominaba chalchihuites que en náhuatl hace alusión a piedras de coloración azul verdosa, asociadas con el agua y la fertilidad; así en un primer momento el término Chalchihuites puede usarse para hablar del poblado. En 1906, Manuel Gamio exploró la zona de Alta Vista, pero por su cercanía con el poblado de Chalchihuites, de manera extraoficial, empezó a recibir el nombre de Chalchihuites; esto aunado a los resultados de investigaciones arqueológicas como la identificación de minas explotadas en época prehispánica y la localización de un taller de turquesa, lo cual generó en el imaginario social la asociación de minas y turquesa en el área de Chalchihuites que se vinculaba también con el nombre de la zona, por lo que se asumió que en esta región se explotaba la turquesa y que de ahí derivaba el nombre de Chalchihuites, pasando por alto que el vocablo para referirse a turquesa es Xihuitl, por tanto el segundo uso de esta palabra puede estar vinculado con el sitio de Alta Vista. Posteriormente Mason (1937) definió un amplio límite de la Cultura Chalchihuites desde Jalisco hasta Durango; así el tercer término a Chalchihuites podría hacer alusión a esta área. Finalmente, Kelley (1983) señaló que la cultura Chalchihuites nuclear se asentaba en los valles del Río Súchil en su desarrollo temprano y en el valle del Río Guadiana en su etapa tardía; de esta manera éste sería su cuarto uso referente a un área base. Sin embargo, en el resto del texto solo nos referiremos al sentido estricto del término por ser más próximo a nuestra área de interés. iii El Proyecto Arqueológico Valle del Río Súchil (PAVARS) inició en 2004, fue planteado por los arqueólogos Guillermo Córdova y Estela Martínez, con el fin de entender la dinámica social de la cultura Chalchihuites a nivel regional, en busca de comprender mejor el proceso de la evolución de la complejidad social, desde un inicio el proyecto tuvo un enfoque multidisciplinario con el objetivo de entender lo más posible de las sociedades del pasado que se asentaron en la región de Chalchihuites y principalmente de los tres sitios que han sido excavados Pajones, Moctehuma y Bajío. La presente investigación se desarrolla como un producto más de los derivados del Proyecto Arqueológico el Valle del Río Súchil, Zacatecas y Durango. Las primeras obras fueron las tesis de maestría de Guillermo Córdova (2006) y Estela Martínez (2007), donde se plasman los resultados del recorrido de superficie de la zona, así como la tesis de Fiorela Fenoglio que se convirtiera en 2011 en el libro “La minería en la cultura Chalchihuites: un modelo para armar”, aquí la información vertida por el PAVARS sirvió para que la autora reformara el modelo de lo que se consideraba constituía la minería en Chalchihuites. Así como dos tesis de licenciatura: en 2011, la tesis que se presentó en la ENAH trata de las excavaciones en el sitio arqueológico de Bajío (García 2011) y el trabajo de la piedra verde donde se analizó la manufactura de crisocolas (Maldonado 2010). En 2014, salió a la luz un artículo sobre la presencia de tuberculosis vertebral en Chalchihuites, (Martínez et, al. 2014) para ser precisos en el sitio de Pajones donde en los entierros se detectó esta posible enfermedad y fue confirmada por estudios de ADN. La tuberculosis puede darse por el contacto del hombre conla naturaleza y con animales domésticos, este texto es derivado del trabajo en conjunto sobre temas de bioarqueología que desarrolla el proyecto desde sus primeras etapas (Hernández 2011). La tesis de doctorado de Melgar (2014) sobre el comercio y la transformación de turquesas abarcó un gran número de sitios, pero destaca la colaboración cercana con el PAVARS la cual se vio plasmada en un artículo sobre la manufactura y procedencia de las turquesas de la región en los sitios de Pajones, Moctehuma y iv Bajío (Melgar et, al. 2014). El PAVARS en conjunto con Langenscheidt detectaron la presencia de oro en bajas proporciones (Córdova et, al. 2008), esto apareció en una nota por parte del INAH y en un artículo de Langenscheidt (2009) sobre el oro en Mesoamérica. JJUSTIFICACIÓN En esta tesis damos continuidad al Proyecto Arqueológico Valle del Río Súchil, el cual suspendió sus actividades debido a la inestabilidad social que se vive en esta zona del país, producto de la violencia asociada al narcotráfico, así como a la asignación de un nuevo proyecto de investigación a los arqueólogos responsables; sin embargo, se continua con el análisis de los materiales recuperados con la finalidad de entender mejor a estos grupos que se establecieron en estos asentamientos. Elegí trabajar los huesos modificados de estos asentamientos debido a su abundancia en relación con el área excavada, siendo 207 piezas en los tres asentamientos y destacando el caso de Bajío que presenta 135 huesos modificados en 70m2 correspondiente a dos unidades habitacionales y el patio adyacente. Existen sitios donde tras muchas temporadas de excavación y la exploración de amplias áreas, los artefactos óseos recuperadas se cuentan por decenas, aquí en los tres asentamientos explorados en retículas de excavación de moderadas dimensiones, se recuperó un número considerable de huesos modificados, lo que nos permite suponer que su uso en época prehispánica en estos asentamientos fue importante en el acaecer cotidiano. Los estudios de artefactos de hueso son escasos debido a distintos factores: por ser materiales poco llamativos en comparación a los objetos de turquesa, concha o metales; y por el desconocimiento de toda la información contenido en ellos, en este trabajo se intenta demostrar la diversidad de información que podemos obtener y que nos son útiles para asomarnos a la vida cotidiana de las personas en esa época. En la región de Chalchihuites encontramos la mención de piezas modificadas en el Cañón de Bolaños (Cabrera 2005, 2010), en el cerro del Huixtle (Valenzuela et al 2010), la Quemada (Martín et, al. 2004) y Alta Vista (Kelley 1978), dentro de los v antecedentes presentaremos el resto de obras de hueso modificado producidas en México. Los aportes de este trabajo radican en primer lugar, en el conocimiento de la relación hombre medio establecida en esta zona (Zacatecas y Durango); por un lado, en la vinculación hombre fauna reflejada en la apropiación de estos recursos, pero también en la transformación de los restos óseos al emplear rocas presentes en el medio, esto a partir de los elementos autóctonos recuperados que corresponde a la mayoría de los elementos analizados. En segundo lugar, constatar el método empleado en la identificación de huellas de manufactura para establecer el estilo tecnológico ampliamente usado en concha (Velázquez 2007, Velázquez y Zúñiga 2011), lapidaria (Melgar 2014; Maldonado 2010) y en menor medida en los artefactos óseos; para caracterizar los materiales con que se transformaron los huesos, al comparar estos tres asentamientos podemos evaluar si se desarrolló un estilo tecnológico determinado por las condiciones del medio, o si existe una hegemonía en la producción acusada por la presencia de un grupo dominante, o si cada sitio expresa diferencias en su estilo tecnológico producto de las particularidades de la geología donde se encuentran asentados. En tercer lugar, caracterizar el bagaje material elaborado en elementos perecederos, al reconocer las huellas de uso; con las premisas que los bienes elaborados en elementos perecederos son difíciles de encontrar en los sitios arqueológicos por distintos factores de conservación, pero eran parte indispensable de su vida cotidiana y que les permitió establecerse en este medio durante 600 años. Finalmente, evaluar si la jerarquía social determinada por la arquitectura y el tamaño de los asentamientos se puede apreciar en el acceso a la materia prima y en los objetos producidos en hueso para utilizarlos como indicadores en futuras investigaciones. vi OOBJETIVO GENERAL Comparar la producción y consumo de los artefactos de hueso en tres asentamientos del Valle del Río Súchil (Moctehuma, Pajones y Bajío), correspondientes a la cultura Chalchihuites, en los actuales estados de Zacatecas y Durango, durante el Clásico y el Epiclásico (450 a 900 d.C.). OBJETIVOS ESPECÍFICOS Definir los criterios de selección de materia prima: porción anatómica (hueso) y taxa (género y/o especie), para la elaboración de artefactos, en cada uno de los asentamientos, con relación a los recursos disponibles en el entorno y su modo de apropiación. Caracterizar el estilo tecnológico de los artefactos de hueso, reconstruyendo su cadena operativa, de los tres sitios, vinculados con la producción de los otros bienes detectados en cada uno de ellos. Ampliar nuestro conocimiento sobre el bagaje material con el que los habitantes de la región de Chalchihuites contaban para efectuar sus actividades cotidianas a través de la caracterización de las huellas de uso. DELIMITACIÓN DEL OBJETO DE ESTUDIO El material de estudio de nuestra tesis consiste en 207 artefactos de hueso recuperados en tres asentamientos ubicados en el Valle del río súchil, el cual se localiza en los límites de Zacatecas y Durango: los tres asentamientos son: Pajones, El Bajío y Moctehuma corresponden a la cultura Chalchihuites y se desarrollaron del 250 d.C. al 900 d.C. PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN ¿Es posible a través del análisis de artefactos óseos en los asentamientos de Bajío, Moctehuma y Pajones caracterizar el estilo tecnológico de la Cultura Chalchihuites, en relación con la producción de otros bienes, y que pueda emplearse en investigaciones posteriores para evaluar la intervención de grupos de poder y discernir las particularidades entre las diversas culturas que engloban algunos estudiosos en la Cultura Chalchihuites o confirmar si se trata de una unidad cultural? vii HHIPÓTESIS Si la producción de los artefactos de hueso estaba fuera del control de los grupos de poder, por tratarse de elementos utilitarios y de poco interés para ellos, entonces en ellos podemos evaluar el estilo tecnológico local, el cual no estará limitado por el asentamiento de los sitios sobre elementos geológicos determinados; sino se tratará de los elementos más eficientes en la transformación de la materia a la que tienen acceso; una vez caracterizado el estilo tecnológico local, se pueden confirmar las hipótesis hechas por otros investigadores sobre cambios puntuales en el estilo tecnológico producto de la participación de grupos de poder en los bienes de prestigio. DESCRIPCIÓN DEL CAPITULADO El presente trabajo está organizado de la siguiente manera, El primer capítulo concierne a la cultura Chalchihuites donde se insertan los asentamientos, las propuestas sobre su dinámica social y su organización sociopolítica y la descripción breve de los tres asentamientos. En el siguiente capítulo se presenta el marco teórico metodológico de esta investigación, que desde sus distintos ejes nos permitirán cubrir los objetivos planteados. En el capítulo tres se aborda la identificación de la materia prima en los tres asentamientos partiendo del conocimiento actual del medio, despuéscomparado con el registro arqueozoológico en el cual se ven reflejados la diversidad y la frecuencia de las especies consumidas y de los huesos disponibles para ser elegidos como soporte de artefactos, se incluye un apartado de los elementos diagnósticos que permiten separar los restos de berrendo de los de venado. El cuarto capítulo aborda a la tipología vista desde una cadena operativa que incluye las distintas etapas de transformación de la materia prima hasta el desecho de las piezas, y en el caso de los objetos terminados las categorías responden a criterios morfofuncionales. El quinto capítulo corresponde a la identificación del estilo tecnológico, se analizan las etapas necesarias para la obtención de los artefactos y las herramientas o medios empleados en cada etapa. viii El sexto capítulo corresponde al uso de los objetos de hueso para ello se recurrió a dos enfoques: el primero, de ello corresponde a la identificación de huellas de uso; y el segundo, a los contextos de recuperación del material y su interacción con otros elementos: fogones, entierros, talleres, tiestos cerámicos, elementos líticos, objetos de metal, para interpretar los objetos de hueso desde hipotéticas áreas de actividad; de tal manera que se pueda inferir el bagaje material con el que contaron sus habitantes para explotar este medio que durante mucho tiempo se ha considerado agreste e inviable para sostener grupos altamente desarrollados y que forma la frontera mesoamericana. Finalmente se presentan las conclusiones que se derivan de este trabajo y las líneas de investigaciones futuras en el área y en la temática de los huesos modificados. 1 II. ANTECEDENTES DE LA REGIÓN Y DESCRIPCIÓN DE LOS ASENTAMIENTOS En este capítulo presentaré las características de la cultura Chalchihuites, las investigaciones previas de la región y los resultados generadas por el Proyecto Arqueológico Valle del Río Súchil (PAVARS), del cual recibí los materiales para efectuar esta investigación. Posteriormente describo las características geográficas, cronológicas y la organización sociopolítica del Valle del Río Súchil donde se insertan los tres sitios a estudiar; y finalmente, de manera breve, la descripción de los asentamientos y de las exploraciones arqueológicas ahí efectuadas. LA CULTURA CHALCHIHUITES La cultura Chalchihuites se desarrolló en la frontera noroeste de Mesoamérica, se le considera mesoamericana por su arquitectura monumental, la presencia de juegos de pelota, el cultivo de maíz y su desarrollo astronómico. El sitio emblemático de la cultura Chalchihuites es Alta Vista, ubicado en el actual estado de Zacatecas, el sitio destaca por la presencia de un salón de columnas, y la abundante cantidad de turquesas recuperadas en el asentamiento (Melgar 2014). El desarrollo de esta cultura inició hacia el 250 d.C., siendo una zona de características modestas, se consolidó hacia el 450 d.C. y alcanzó su esplendor a partir del año 600 al 750 d.C.; posteriormente el abandono de los principales sitios se generó hacia el 900 d.C. y continúo diluyéndose poco a poco hasta el año 1100 d.C. (Kelley y Kelley 1987). Lo elementos diagnósticos de la cultura Chalchihuites incluyen elementos cerámicos, líticos, así como objetos de concha y metal (Lister y Howard 1955). Sus cerámicas son de excelsa manufactura, destacan algunas por sus diseños decorativos y otras por su técnica como en el caso de la cerámica de tipo pseudocloissonne. Los principales tipos cerámicos son seis (Lister y Howard 1955), los cuatro primeros corresponden a la loza de uso doméstico y los dos últimos, a las cerámicas que sobresalen por su gran calidad: 2 1. Cerámica café (cajetes y ollas molcajetes) 2. Cerámica, blanco sobre rojo (vasijas trípode y cajetes) 3. cerámica incisa 4. cerámica roja acanalada 5. cerámica, rojo sobre café: en la que se elaboraron pequeñas ollas, cajetes, cajetes con agarraderas en cuyas asas se observan diseños esgrafiados; se trata del tipo diseño de cerámica decorada más frecuente, en el exterior de los cajetes trípodes, se pueden apreciar imágenes naturalistas. 6. cerámica de comercio, esta loza es de tipo pseudocloisonne y destaca por la diversidad de pigmentos utilizados en su ornamentación. Además de la cerámica, Lister y Howard (1955) mencionan la presencia de vasijas efigie, cuentas tubulares de arcilla, malacates, pipas y figurillas; en rocas encontramos raspadores, y hachas de garganta asociadas al trabajo de minería; así como ornamentos de concha y cobre (cascabeles). A esta lista de elementos se le han agregado otros rasgos para ampliar o limitar los asentamientos que se incluyen dentro de la cultura Chalchihuites, debido a que como se mencionó en la introducción existen dos usos del término cultura Chalchihuites uno amplio y otro más restringido. Los que emplean un concepto amplio como Hers (1989) incluyen el proto Chachmol, la presencia de salón de las columnas y el empleo de tzompantlis, elementos que heredarían a sitios como Tula, Chichen Itzá y México Tenochtitlan. Mientras que quienes toman un uso restringido, completan el listado con elementos arquitectónicos: la presencia del denominado conjunto patio (Lelgemann 1997) que consiste en patios hundidos con banquetas perimetrales, y un altar central, y alrededor del patio hundido unidades habitacionales; además de una intensa actividad minera (Martínez 2007). También la ubicación de la cultura Chalchihuites varía de acuerdo a estos criterios; en sentido estricto, el desarrollo temprano de esta cultura establecida por Kelley y Kelley (1987) se limita al Valle del Río súchil, en los dos brazos que lo componen el Río San Antonio y el Río Colorado, y se extiende al Valle del Río Guadiana en su fase tardía; mientras que el sentido amplio del término, se asocia con la definición 3 inicial de la cultura Chalchihuites efectuada por Mason (1937) quien consideraba que abarcaba desde la Quemada en Zacatecas hasta el Zape en Durango. Esta amplia definición de la cultura o tradición Chalchihuites incluye diferentes provincias donde destacan distintos sitios; en el Valle de Malpaso y el Cañón de Juchipila La Quemada; en el Valle de Tlaltenango el sitio rector es el Teúl de Jiménez; en el Cañón de Bolaños del Río Chapalanga sobresale el sitio el Huixtle; en el Valle del Río Súchil donde el sitio más importante es Alta Vista; y en el Valle del Río Guadiana el sitio rector es la Ferrería (Lelgemann 2009). La elección entre un sentido estricto o un sentido laxo depende de la escala de nuestro problema de investigación cómo menciona Schiavitti (1996), por tanto, en este caso, nos abocaremos al sentido estricto del mismo. AANTECEDENTES DE LA REGIÓN Después del auge de la zona en el Clásico tardío y el Epiclásico, el área quedó abandonada. Cuando llegaron los españoles, encontraron la región despoblada por lo que trajeron habitantes de Tlaxcala para formar los primeros pueblos y fueron los tlaxcaltecas quienes le asignaron el nombre de Chalchihuites. En el siglo XVI se estableció el Real de Minas de Chalchihuites en las estribaciones de la Sierra de San Francisco, perteneciente al distrito de Sta. Llerena (Córdova 2006). La demanda de la minería de madera y carbón resultó en la desertificación de la zona, además los distintos ecosistemas se transformaron en áreas de cultivo y pastoreo, así, los bosques de pino encino fueron desplazados por la presencia de pastizales. La descripción de restos arqueológicos empezó desde 1832 cuando De Berghes (1996) describió los vestigios arqueológicos ubicados en el Cerro de los Bueyes; también Guillermein Tarraire reportó en Chalchihuites una mina de la veta donde obtenían fluoruro de calcio; los vestigios arqueológicos de Pajones y Cerro Pedregoso fueron reportados por Castañeda y Genaro García quienesconsideraron que Cerro Pedregoso se trataba de una necrópolis (Córdova 2006). Elías Amador en 1892 mencionó que Don Ramón Castañeda describió algunas características de Cerro Moctehuma, Cerro Pedregoso y El Chapín. 4 Cerca de 1906, Gamio exploró la zona arqueológica de Alta Vista ubicada al oeste del poblado de Chalchihuites, fue su proximidad y asociación con este poblado que el sitio empezó a conocerse de manera general como Chalchihuites; posteriormente Alden Mason (1937) definió la cultura Chalchihuites y planteó que se trataba de una unidad cultural estrechamente relacionada con el centro de México. Posteriormente Lister y Howard (1955) trataron de caracterizar la cultura material de los grupos que habitaron esta zona a través de materiales obtenidos de recorrido de superficie. En los años sesenta, un equipo encabezado por Charles Kelley, en el cual se encontraba Armillas (1964,1969) efectuó un estudio más fino de esa amplia área, pudieron delimitar que solo el valle del Río Súchil contenía lo que se podía denominar cultura Chalchihuites en una etapa temprana, que posteriormente continuó en un desarrollo tardío en el valle del Río Guadiana, y que las áreas restantes correspondían a otros desarrollos culturales independientes con quienes Alta Vista formó una esfera de interacción pero de quienes era independiente. Las exploraciones de 1971 efectuadas por Kelley (1971) resaltan por haber excavado en el sitio de Cerro Moctehuma, al considerarlo de la misma jerarquía e importancia que Alta Vista y Cerro de las Víboras asignándoles una función de centros ceremoniales. La investigación de Kelley tuvo como resultado la identificación de áreas de minas explotadas en época prehispánica y unidas a Alta Vista a través de Calzadas, las cuales también se dirigían a otros asentamientos, además se localizó en este sitio un taller de turquesa, lo cual generó en el imaginario social la idea de que se efectuaba la extracción de turquesas de las minas de Chalchihuites. Weigand (1968), y Shiavitti (1996) realizaron estudios para conocer los materiales explotados en las minas y establecieron que los elementos extraídos eran: pedernal, hematita y arenisca. La propuesta de Kelley de subdividir esta región no fue aceptada por todos los interesados en el estudio de esta área, hubo quienes consideraron que sus argumentos no se encontraban bien fundamentados, y por lo tanto siguieron 5 empleando el término de Cultura Chalchihuites para un amplio número de asentamientos (Hers 2006). El Proyecto Arqueológico Valle del Río Súchil (PAVARS) inicia en 2004 y toma la delimitación estricta de Kelley y se aboca al análisis del Valle del Río Súchil, trata de entender la dinámica regional de esta área y sus implicaciones políticas y sociales (Córdova 2006). Los diferentes investigadores que han abordado la cultura Chalchihuites se han cuestionado, ¿cómo se estableció una sociedad tan desarrollada con características claramente mesoamericanas en un área tan norteña?, por lo que a continuación abordaremos las distintas propuestas sobre la dinámica social de la cultura Chalchihuites. IINTERPRETACIONES DE LA DINÁMICA SOCIAL DE LA CULTURA CHALCHIHUITES Se han planteado una diversidad de teorías sobre la dinámica sociopolítica de la región, para analizarlas seguiremos la propuesta de (Martínez 2007) quien las divide dentro de tres tipos de modelos: los ambientales, los de conquista y los de comercio. Los modelos ambientales El principal representante de este tipo de teorías es Armillas (1964, 1969) planteó que la colonización fue favorecida por cambios climáticos que permitieron un incremento en la producción de cultivos que propició el desarrollo de la agricultura alrededor del 600 d.C. Los sitios requerían de un sistema defensivo para proteger la producción agrícola, además esta expansión terminaría por el retroceso de las condiciones favorables, dicha hipótesis se basó en la ubicación de los sitios en la isoyeta 600mm que marca el límite de precipitación fluvial que garantiza la obtención de cosechas de maíz. Ben Brown (1992) publicó los resultados de sus investigaciones, donde trató de evaluar la teoría de Armillas, tomó núcleos de polen; los resultados arrojaron que desde el año 200 a.C. había polen de Maíz (Zea mayz), sus conclusiones son que la hipótesis de Armillas no puede considerarse probada. 6 Un elemento en contra de las teorías medioambientales y el deterioro climático como la causa del ocaso de Chalchihuites es que el desarrollo cultural no se retrajo hacia el sur, sino que se trasladó hacia el noroeste en el valle del Río Guadiana. LLos modelos de conquista Kelley (1971) planteó que el desarrollo de la región se derivó de una expansión Teotihuacana, dado que la producción minera era mayor a la necesidad local y en los fechamientos iniciales correspondientes al 350 y 550 d.C. que coincidían con el máximo desarrollo de la ciudad de los dioses; planteaba que esta influencia teotihuacana se dio en dos fases: la primera, como difusión blanda; luego una difusión dura que incluyó la planificación de Alta Vista. La segunda hipótesis que considera esta línea de conquista o colonización es planteada por Hers (2005); para esta autora el sitio más importante de esta cultura es La Quemada. Según ella, la población que dio origen a esta cultura provenía de Chupícuaro, esto atribuido por la similitud cerámica, los identifica como los toltecas chichimecas que después llegaron a Tula. Carot y Hers (2006) plantean que en esta área se desarrollaron cuatro migraciones que impactaron en su desarrollo cultural: la primera de agricultores en la fase Canutillo caracterizada por la cerámica rojo inciso y negro, y rojo sobre crema; la segunda, hacia el año 600 d.C. por parte de huacusechas provenientes de Loma Alta cerca de Zacapu, Michoacán que se manifiesta en la diversidad de diseños y motivos en la cerámica y en la pintura rupestre cerca del Huistle; el tercer desplazamiento fue de Chalchihuites a Durango sus argumentos se basan en la ausencia de una evolución local (incluye la tradición Loma San Gabriel como parte de la cultura chalchihuiteña); la cuarta migración se da hacia el sur e influyó en la fundación de Tula y la consolidación del imperio Tarasco unos más se quedaron en la región de Durango y mantuvieron relaciones con los Anasazi hasta el siglo XIII. Hers complementa su modelo de migración con el establecimiento de nexos entre los habitantes de Chalchihuites, y los de Arizona y Nuevo México, con quienes intercambiaron bienes e ideas. Los elementos intercambiados consisten en 7 representaciones de arqueros y flautistas, así como la presencia de turquesa química1 en los sitios chalchihuiteños, así como vasijas con pintura pseudocloissone entre los Hohokam (Carot y Hers 2006). Acerca de la primera migración, Hers coincide con Braniff (2005) quien señala que, en la Mesoamérica Septentrional, se pueden distinguir dos áreas: el noreste y el noroccidente, el origen de esta última área se puede identificar específicamente en la cultura Chupícuaro. Acerca de la cuarta migración que menciona Hers, Peter Jiménez (2005) apoya esta hipótesis al señalar que esta propuesta ya había sido planteada por Wigberto Jiménez Moreno (1941, 1959) basándose en datos etnohistóricos, y posteriormente Kelley (1961) vinculó la cerámica rojo sobre café (Súchil) de Chalchihuites con la cerámica Coyotlatelco y menciona que este fuera el lugar de origen de los toltecas-chichimecas, que hacia finales del Clásico pudo haber emigrado al sur y participado en la cofundación de Tula. Kelley (1983) también señaló como evidencias el salón de columnas, el coatepantli, las castas guerreras y la cerámica rojo sobre café. Hers (2005) señala algunas inconsistencias en relación a la propuesta económica de Kelleyde la expansión al norte; secundada por Weigand (1993) que se respalda en la intensa minería en el alto Súchil motivada por un centro en el sur normalmente Teotihuacán: las minas presentan más enigmas que certezas, en Teotihuacán no se usó turquesa, (existen más piezas de turquesa en Pajones que en Teotihuacán); los minerales obtenidos de las minas como hematita, pirita y pigmentos no representan el principal motor económico. LLos modelos de interacción e intercambio comercial Son abundantes las tesis que sustentan que el desarrollo del área de Chalchihuites tuvo un motor económico; respecto a este tipo de propuestas, Kelley menciona que esta región sirvió de enlace para el comercio de turquesas que venían de las minas de Cerrillos y llegaban a Teotihuacán. Sin embargo, existen trabajos más puntuales 1 La turquesa química sólo se refiere al fosfato hidratado de cobre y aluminio (Melgar 2014) con la fórmula CuO 3Al2O3 2P2O5 9H2O; mientras que las turquesas culturales son aquellas piedras de tonalidades azul verdosas como malaquita, amazonita, crisocola entre otras. 8 sobre este modelo como el de Teresa Cabrero (1989), quien plantea que el Valle de Malpaso (el cañón de Bolaños) sirvió como corredor comercial entre los habitantes de Chalchihuites y las culturas del occidente del Lago Magdalena. Esta propuesta se basa en que la zona de Bolaños es muy corta y sin accidentes geográficos, al navegar por el río se evita cruzar la Sierra Madre Occidental para llegar al centro de Jalisco, Chalchihuites recibiría concha y obsidiana, y Jalisco, piedra azulada y hematita. Jiménez y Darling (1989) plantean el modelo de esferas de interacción y redes de intercambio; toman el modelo de intercambio planteado por Kelley donde Chalchihuites correspondía a un puerto de entrada del sistema mundo, dominado por Teotihuacán (Kelley 1961). Sin embargo, ahora la apuesta es por esferas de interacción con regiones cercanas: Valle de Atemajac, Altos de Jalisco y Cañón de Juchipila y Valle de Malpaso, para ello se sustenta en la similitud del material arqueológico, plaza cerrada y pirámide y la cerámica pseudo-cloisonne (Córdova 2006). Los contactos comerciales también se establecen con el sur de Estados Unidos, el traslado de bienes e información pudo ser originado por diferentes grupos según los distintos autores; Hers se apoya en la repetición de determinadas representaciones en el arte rupestre entre ellas el llamado Kokopeli, la mujer con peinado de mariposa y el personaje con grandes anteojeras tipo Tláloc (Hers 2005) y argumenta que los encargados del comercio fueron cazadores recolectores. Wilcox (2002) señala que el corredor de bienes estuvo determinado por un corredor cultural, formado por grupos de lengua Tepima como los tepehuanes, pimas y tepecanos, lo que permitió una estable red de caminos al haber una afinidad cultural entre los implicados, esta hipótesis es apoyada por Berrojalbiz (2005). Otros plantean que estos contactos se dieron a través de comerciantes especializados pochtecas y trocadores (Kelley y Kelley 1986). En el primer caso, Di Peso (1974) consideró que el florecimiento de Paquime 1060-1340d.C se debía al expansionismo económico de Tula; en el segundo caso, Kelley y Kelley (1986) proponen la existencia de comerciantes itinerantes y aventureros que conformaban 9 el sistema mercantil que él denomina Aztatlán, estos trasladaban bienes preciosos como cascabeles de cobre, guacamayas, turquesa, mosaicos de pirita, conchas, algodón y tabaco; llegando a penetrar en el suroeste para interactuar con los sitios Hohokam, con los habitantes del Cañón de Chaco y con Paquime durante el Posclásico temprano. Estas propuestas nos permiten conocer que la región de Chalchihuites estaba vinculada con distintas áreas, lo que implicaba que el sitio fuera parte de una red de intercambio y circulación de bienes. Existen distintos planteamientos para determinar las rutas de intercambio, las más aceptadas son dos: la ruta de tierra adentro y la ruta costera; Chalchihuites formó parte de la ruta de tierra adentro. En la ruta de tierra adentro, Weigand (1993) incluye los asentamientos de la Quemada y Alta Vista, plantea que esta ruta fue empleada por los teotihuacanos hacia el 350, este camino recorría el Río Lerma que unía el Altiplano con el Bajío por la evidencia teotihuacana en varios sitios de Querétaro y Guanajuato de ahí continuaba por los valles y cañones de Jalisco y Zacatecas (Malpaso, Juchipila, Valparaíso y Bolaños) hacia la zona de Chalchihuites; incluso se ha propuesto que la ruta llegaba hasta la zona Hohokam debido a la similitud de diseños cerámicos entre sitios de Guanajuato, Zacatecas y Arizona. En consecuencia, Kelley (1983) y Weigand (1993) concluyen que el complejo minero de Chalchihuites se fundó por su posición estratégica en la ruta que vincula los yacimientos de turquesa química del norte con Teotihuacán. De acuerdo con Emiliano Melgar (2014), el auge de la ruta de tierra adentro fue durante el Epiclásico (600 a 900 d.C.), este incremento se expresa en el aumento de la cantidad de turquesas en Alta Vista, en la similitud de la decoración de la cerámica de Chalchihuites y Hohokam; y en la presencia en los sitios Hohokam de cascabeles de cobre, espejos de pirita, guacamayas y juegos de pelota. Sin embargo, se dejó de usar por la violencia e inestabilidad. Melgar analizó la distribución de la turquesa desde el formativo hasta el posclásico señala la presencia de turquesas en Chalchihuites desde el Clásico y en Teotihuacán no se han recuperado piedras azul verdosas ni cerámicas de la región 10 de Chalchihuites (Melgar 2014, et, al.). Esta ausencia contrasta con otros sitios relacionados con esta metrópoli como Monte Albán en Oaxaca y Teteles de Santo Nombre en Puebla, las piezas modificadas en el área de Chalchihuites posiblemente estuvieron siendo consumidas por grupos del Bajío entre Guanajuato y Jalisco. EEL PROYECTO ARQUEOLÓGICO VALLE DEL RÍO SÚCHIL (PAVARS) Este proyecto se inició en el año 2004 coordinado por los arqueólogos Guillermo Córdova Tello y Estela Martínez Mora, incluyó a investigadores de distintas disciplinas y a alumnos de la Escuela Nacional de Antropología e Historia se efectuaron temporadas de campo donde desarrollaron recorridos de superficie y la excavación de tres asentamientos: Pajones, Moctehuma y el Bajío; con el proyecto también se impartieron las asignaturas de recorrido de superficie y excavación y sus respectivos laboratorios de materiales, para el análisis del material recuperado y la formación de arqueólogos interesados en el Norte de México, las actividades del proyecto se suspendieron en 2012 debido a la inestabilidad social del país y la ola de violencia que azotaba la región. La investigación se confinó al estudio del Valle del Río Súchil (ver figura 1) en busca de entender el origen y desarrollo de la cultura chalchihuiteña. Figura 1. Área de estudio del PAVARS modificado de Martínez (2007). 11 La interpretación de la dinámica social planteada por el PAVARS difiere de los tres modelos mencionados anteriormente, del modelo ambiental no hace hincapié en la mejora climática, sino en el conocimiento del medio y su explotación al máximo mediante la agricultura, la caza y la minería; respecto a los modelos de conquista considera que la presencia de rasgos foráneos no se deriva de incursiones de grupos colonizadores, sino de la circulación de bienes e ideas que son adoptadas en la zona, pero el desarrollo de los asentamientos es producto de la evolución social local; finalmente, en relación a los modelos económicos no se niega la existencia del intercambio y circulación de bienes e ideas pero no se le considera como el eje principal. Los grupos establecidos
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