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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MEXICO 
PROGRAMA DE MAESTRÍA Y DOCTORADO EN ESTUDIOS 
MESOAMERICANOS 
FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS 
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES FILOLÓGICAS 
 
 
 
 
 
“EN LOS MÁRGENES DE MESOAMÉRICA: LA INDUSTRIA ÓSEA EN TRES ASENTAMIENTOS DEL 
VALLE DEL RÍO SÚCHIL, ZACATECAS Y DURANGO” 
 
 
TESIS 
QUE PARA OPTAR POR EL GRADO DE: 
MAESTRO EN ESTUDIOS MESOAMERICANOS 
 
 
 
PRESENTA: 
EDSEL RAFAEL ROBLES MARTÍNEZ 
 
 
 
TUTOR 
DR. GILBERTO PÉREZ ROLDÁN 
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE SAN LUÍS POTOSÍ 
 
 
 
 
 
CIUDAD UNIVERSITARIA, CIUDAD DE MÉXICO. JULIO 2018 
 
 
 
 
 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
Restricciones de uso 
 
DERECHOS RESERVADOS © 
PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL 
 
Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal 
del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). 
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fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo 
mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
 
 
 
“Declaro conocer el Código de Ética de la Universidad Nacional Autónoma de México, 
considerado en la Legislación Universitaria. Con base en las definiciones de integridad y 
honestidad ahí contenidas, manifiesto que el presente trabajo es original y enteramente de mi 
autoría. Las citas de otras obras y las referencias generales a otros autores, se consignan con 
el crédito correspondiente”. 
 
 
 
Dedicatoria 
A la familia Robles que han sido mi escuela, mi apoyo; y a mi nueva 
familia (Tania y Selene) quienes me han motivado a terminar esta tesis. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Agradecimientos de tesis 
La presente obra no hubiese sido posible sin la participación de las personas e 
instituciones que me rodearon y formaron parte del proceso de esta investigación, 
de antemano una disculpa por las omisiones, no fueron excluidos, la ausencia de 
sus nombres se debe a mi mala memoria al momento de redactar este apartado. 
En primer lugar, quiero agradecer al Posgrado en Estudios Mesoamericanos por 
haber aceptado mi proyecto de investigación, el cual se ubica en los límites de 
Mesoamérica, gracias por habernos incluido a varias personas que transitamos en 
los márgenes; y por ampliar mi enfoque, que aun cuando sigue centrándose en la 
arqueología he aprendido a valorar las áreas afines. 
Agradezco de manera especial a la UNAM y al CONACYT por las becas otorgadas 
para dedicarme de tiempo completo durante los últimos dos años que ha durado 
esta aventura académica. 
Efectuó un merecido agradecimiento al equipo que ha integrado la coordinación por 
ser facilitadores Myriam, Elvia y la doctora Mari Carmen Valverde con quienes 
iniciamos y el relevo de la coordinación tomado por la doctora Ana Bella Pérez 
Castro, quienes siempre resolvieron mis abundantes y continuas dudas en el ámbito 
administrativo. 
Maestros Estela Martínez Mora y Guillermo Córdova Tello directores de los 
proyectos arqueológicos Desarrollo del Paisaje Urbano de Tamtoc, San Luís Potosí 
y del Proyecto Arqueológico Valle del Río Súchil, gracias por haber creído en mí 
desde la licenciatura y haberme brindado la oportunidad de generar mis 
investigaciones con los materiales recuperados en sus proyectos. 
Agradezco de manera particular a Gilberto Pérez Roldán quien me ha guiado por el 
camino de la arqueozoología y en especial a Serafín quien ha fungido como un 
padre académico; al guiar mi trabajo, ayudarme a salir de las veces que me 
estanque y a explicarme con manzanas las cuestiones geológicas que influyeron en 
los materiales analizadas en esta tesis, así como a darle seguimiento a mi 
investigación y a replantearme los alcances del trabajo. 
 
 
Doy gracias de manera sincera a la Dra. Abigail Meza quien fue una de las 
investigadoras que me entrevisto y dio la bienvenida a este posgrado, ella fue testigo 
del proyecto planteado y ahora al ver finalizada la investigación, espero que el 
resultado no la haya defraudado. 
Agradezco de manera profunda al doctor Adrián Velázquez y a todos los integrantes 
del Proyecto Técnicas de Manufactura de los Objetos de Concha del México 
Prehispánico: Shiat, Adriana, Maleni, Lulu, Cesar, quienes me han brindado un 
espacio para efectuar los experimentos, parte vital del desarrollo de esta tesis, así 
mismo a la bióloga Paola quien en cada viaje que efectuaba me traía rocas o arena 
para efectuar más experimentos. Un agradecimiento en especial al ingeniero Mario 
Monroy Escamilla quien es responsable del Microscopio Electrónico de Barrido de 
la Subdirección de Laboratorios de Apoyo Académico del INAH ubicados en 
Moneda 16 y donde se tomaron todas las micrografías que fueron utilizadas para 
generar los capítulos de huellas de uso y manufactura. 
Estoy agradecido con la maestra Norma Valentín por asesorarme durante la 
identificación de la fauna en general recuperada en los tres asentamientos de 
Chalchihuites, y con Monserrat Morales quien reviso el apartado referente a la 
identificación biológica de los artefactos modificados e hizo comentarios que 
mejoraron sustancialmente esta sección. 
Quiero agradecer también a los maestros que nos dieron sus conocimientos en las 
aulas, las divertidas clases con Polo Valiñas, las clases intensivas con los doctores 
Linda Manzanilla, Lorente, Neurath, Tylor, Víctor Farreiras, Rubén Romero y Lyneth 
Lowe; la enriquecedora clase de antropología política con la Dra. Ana Luisa 
Izquierdo, así como la demandante clase tripartita con los doctores Serafín, 
Margarita y Noemí y finalmente, de manera muy especial las correcciones atinadas 
con la querida maestra Beatriz con quien iniciamos la maestría y con quien 
concluimos el ciclo. 
Doy gracias a mis compañeros de maestría con quienes he discutido mis avances, 
y han leído mis textos y ayudado a mejorarlos, a Clara, Mariana, Carlos y Ángela, 
con todos ellos compartimos inquietudes referentes a la arqueometría; y también a 
quienes trabajamos el norte a Ligia quien trabaja Comala y a Víctor quien trabaja 
 
 
Tamaulipas y con quien además coincidimos en el estudio de las modificaciones de 
restos óseos. Así como Alfa, Pilar, Alicia que nos dieron un enfoque distinto al 
arqueológico al dialogar con nosotros; reitero mi agradecimiento a todos los que 
coincidimos en este camino; arrieros somos y en el camino andamos. 
A mis amigos que en esta etapa me animaban a continuar, pero también me 
ayudaban a distraerme, para no olvidar que la vida continua mientras estas en 
maestría y que nunca hay que dejar de divertirse y sonreír gracias a Iván, Oscar, 
Carlos y a Paulina les agradezco por hacerme este camino más ameno. 
Finalmente, y no por ello de manera menos importante doy gracias a mi familia: A 
mis padres Francisco y Dominga quienes me han apoyado de manera incondicional 
y a mi hermana quien es mi mejor ejemplo. A Tania y a mi bebe Selene que además 
de soportar mis ausencias para dedicarme a la maestría han sido parte de mi 
inspiración para continuar con el desarrollo del escrito. A la familia Sánchez Fuentes 
que me recibió en su casa: a Mar, Julián, Oscar, Aymara, Luisito y Rosita así como 
Esteban, Evelin y Julio que integran a esta gran familia 
 
 
 
 
ÍNDICE 
IINTRODUCCIÓN ..................................................................................... I 
JUSTIFICACIÓN ............................................................................. IV 
OBJETIVO GENERAL ..................................................................... VI 
OBJETIVOS ESPECÍFICOS ..............................................................VI 
DELIMITACIÓN DEL OBJETO DE ESTUDIO ......................................... VI 
PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN ...................................................... VI 
HIPÓTESIS .................................................................................. VII 
DESCRIPCIÓN DEL CAPITULADO .................................................... VII 
I. ANTECEDENTES DE LA REGIÓN Y DESCRIPCIÓN DE LOS 
ASENTAMIENTOS .................................................................................1 
LA CULTURA CHALCHIHUITES ......................................................... 1 
ANTECEDENTES DE LA REGIÓN ................................................................ 3 
INTERPRETACIONES DE LA DINÁMICA SOCIAL DE LA CULTURA CHALCHIHUITES .......... 5 
EL PROYECTO ARQUEOLÓGICO VALLE DEL RÍO SÚCHIL (PAVARS) .................... 10 
DESCRIPCIÓN DE LA REGIÓN DEL VALLE DEL RÍO SÚCHIL ................................. 12 
LA ORGANIZACIÓN POLÍTICA Y SUS IMPLICACIONES EN LA ECONOMÍA DE LA REGIÓN . 16 
EL BAJÍO ....................................................................................... 19 
PAJONES ....................................................................................... 23 
MOCTEHUMA ................................................................................. 23 
II. MARCO TEÓRICO METODOLÓGICO ............................................... 38 
MARCO CONCEPTUAL ........................................................................ 38 
METODOLOGÍA ............................................................................... 51 
III. MATERIA PRIMA ........................................................................... 78 
LAS ESPECIES DISPONIBLES EN EL ÁREA ..................................................... 79 
LAS ESPECIES IDENTIFICADAS EN EL REGISTRO ARQUEOLÓGICO ......................... 87 
 
 
LA MATERIA PRIMA DE LOS ARTEFACTOS DE HUESO ...................................... 96 
DIFERENCIA ENTRE LOS HUESOS LARGOS DE ODOCOILEUS VIRGINIANUS Y 
ANTILOCAPRA AMERICANA .................................................................. 99 
IIV. TIPOLOGÍA DE LOS OBJETOS DE HUESO ..................................... 112 
DESECHOS DE MANUFACTURA ............................................................ 113 
PIEZAS EN PROCESO DE TRANSFORMACIÓN ............................................. 115 
OBJETOS TERMINADOS ..................................................................... 118 
OBJETOS DESECHADOS DESPUÉS DE USO ................................................ 125 
COMPARACIÓN DE LOS ARTEFACTOS RECUPERADOS EN CADA 
ASENTAMIENTO ......................................................................... 127 
V. TECNOLOGÍA ÓSEA Y RECONSTRUCCIÓN DE LA CADENA OPERATIVA 
EN HUESO ....................................................................................... 130 
HUELLAS DE MANUFACTURA .............................................................. 130 
RECONSTRUCCIÓN DE LA CADENA OPERATIVA EN HUESO .............................. 158 
VI. HUELLAS DE USO Y ÁREAS DE ACTIVIDAD .................................. 162 
DOCUMENTACIÓN DE HUELLAS DE USO ....................................... 163 
LA CARACTERIZACIÓN DE HUELLAS DE USO Y EL ESTABLECIMIENTO DE 
ACTIVIDADES ASOCIADAS. .......................................................... 168 
RESULTADOS DE LA EXPERIMENTACIÓN Y DE LAS PIEZAS 
ETNOGRÁFICAS ......................................................................... 173 
LAS HUELLAS DE USO EN LOS PUNZONES ARQUEOLÓGICOS .......... 195 
ÁREAS DE ACTIVIDAD ................................................................. 211 
MAPAS DE DISTRIBUCIÓN ........................................................... 226 
CONCLUSIONES ............................................................................... 231 
BIBLIOGRAFÍA .................................................................................. 240 
 
 
ÍNDICE FIGURAS 
Figura 1. Área de estudio del PAVARS modificado de Martínez (2007). ........................................... 10 
Figura 2. Ubicación de los sitios abordados en esta tesis en la carta geológica. .............................. 12 
Figura 3. Tipología de los asentamientos del Valle del Río Súchil. .................................................... 19 
Figura 4. Esquema tafonómico de la acción del agua modificado de Brugal 1994. .......................... 60 
Figura 5. Localización de marcas de corte a causa del consumo integral, esquemas modificados de 
J. G. Ferrie (2004), Archeozoo.org. .................................................................................................... 62 
Figura 6. Manera de orientar los artefactos, (tomado de Pascual 1998). ........................................ 68 
Figura 7. Cédula de hueso modificado de origen arqueológico ........................................................ 70 
Figura 8. Cédula de réplicas experimentales de hueso modificado. ................................................. 73 
Figura 9. Cédula de los artefactos de hueso etnográficos. ............................................................... 75 
Figura 10. Cédula de las huellas de uso de los artefactos experimentales. ...................................... 76 
Figura 11. Vista de la cara articular proximal, ambos huesos son de lado derecho. ........................ 99 
Figura 12. Vista de la cara dorsal en su porción proximal, la línea secundaria indica lateralidad y es 
más profunda en Odocoileus virginianus. ....................................................................................... 100 
Figura 13. A la izquierda metatarso de Antilocapra americana caracterizado por la presencia del 
foramen en su extremo distal. ........................................................................................................ 101 
Figura 14. Metacarpos cara articular proximal ............................................................................... 102 
Figura 15. Metacarpos, cara dorsal epífisis proximal ...................................................................... 103 
Figura 16. Metacarpos derechos, observando que la parte más alta queda a la izquierda y la más 
baja a la derecha por lo que se trata de metacarpos derechos. ..................................................... 104 
Figura 17. Cara dorsal en la parte superior está el metacarpo de Odocoileus virginianus. ........... 104 
Figura 18. Cara plantar en la parte superior está el metacarpo de Odocoileus virginianus. .......... 105 
Figura 19. Extremo proximal de la cara posterior, en un círculo está encerrado el elemento 
diagnóstico. ..................................................................................................................................... 106 
Figura 20. Cara articular proximal de metacarpo. .......................................................................... 107 
Figura 21. Detalle de las líneas en los metacarpos en la parte superior está el metacarpo de 
Antilocapra americana. ................................................................................................................... 107 
Figura 22. Tibias, cara ventral, extremo proximal a la izquierda Odocoileus virginianus. .............. 108 
Figura 23. A la derecha se encuentra la tibia de Antilocapra americana. ....................................... 109 
Figura 24. Silueta de la epífisis distal de las tibias derechas. .......................................................... 109 
Figura 25. Tibias epífisis proximal. .................................................................................................. 110 
Figura 26. Desecho de manufactura, sitio Moctehuma pieza 48 de inventario se elaboró en radio 
derecho de Odocoileus sp. .............................................................................................................. 113 
Figura 27. Tubo, diáfisis de hueso largo, sitio Moctehuma, bolsa 98. ............................................ 114 
Figura 28 Pieza desechada en el proceso,sitio el Bajío, bolsa 19, presenta dos perforaciones. ... 115 
Figura 29 preforma inicial sitio Bajío, inventario 25 catalogo 11, en metacarpo izquierdo de 
Odocoileus virginianus aún conserva la epífisis proximal. .............................................................. 116 
Figura 30. Varilla de hueso, sitio Bajío bolsa 256, metatarso izquierdo de Odocoileus virginianus 
aún conserva epífisis proximal. ....................................................................................................... 116 
Figura 31, esbozo de placa, sitio Bajío inventario 19 catálogo 6. ................................................... 117 
Figura 32. Esbozo de pipa, sitio Moctehuma inventario 56, asta de Odocoileus sp. ...................... 117 
Figura 33. Aguja, sitio Moctehuma inventario 55. .......................................................................... 118 
Figura 34. Cincel, sitio Moctehuma bolsa 92, asta de Odocoileus sp. ............................................ 119 
Figura 35. Espátula sitio Bajío, bolsa 120 ........................................................................................ 120 
 
 
Figura 36 estique de cerámica sitio Bajio bolsa 51. ........................................................................ 120 
Figura 37 Machete de telar sitio Moctehuma, inventario 61, hueso largo de Homo sapiens. ....... 121 
Figura 38. Omichicahauaztli, sitio Moctehuma inventario 60, tibia de Homo sapiens. ................. 121 
Figura 39. Perforador, sitio Moctehuma bolsa 77 pieza 2, en metatarso de artiodáctilo epífisis 
distal. ............................................................................................................................................... 122 
Figura 40. Placa con perforaciones Moctehuma inventario 59, en hueso largo de mamífero. ...... 123 
Figura 41. Espátula, sitio Pajones bolsa 45, en costilla de artiodáctilo. .......................................... 123 
Figura 42 punzón, sitio Moctehuma inventario 53 catalogo 15 en metatarso izquierdo de 
Antilocapra americana aún con epífisis proximal. .......................................................................... 124 
Figura 43. Retocador, sitio Pajones bolsa 8, candil de Odocoileus virginianus. ............................. 124 
Figura 44. Pendiente sin procedencia inventario 1 catalogo 1, en peto de Kinosternon sp. ......... 125 
Figura 45. Aguja o alfiler, sitio Bajío bolsa 253, hueso largo de mamífero. .................................... 126 
Figura 46. Aguja, alfiler o punzón; sitio Bajío bolsa 37, en hueso largo de mamífero. ................... 126 
Figura 47. Espátula, punzón o perforador; sitio Bajío bolsa 139, en metacarpo derecho de 
Antilocapra americana. ................................................................................................................... 127 
Figura 48. Pieza 50 sitio Moctehuma, desecho de manufactura; a la izquierda la foto de la pieza 
donde notamos se trata de la epífisis distal de un radio de venado; y a la derecha el corte visto con 
el microscopio digital a 40x. ............................................................................................................ 135 
Figura 49. Incisiones pieza 79-1, a la izquierda pieza completa a la derecha acercamiento a 20x. 136 
Figura 50. Pieza 52 corresponde a un punzón incompleto, a la derecha se muestran las incisiones 
de la cara dorsal de la pieza a 40x. .................................................................................................. 136 
Figura 51. Micrografía a 1000x donde se caracteriza el corte con pedernal. ................................. 137 
Figura 52. En la parte superior se presentan las micrografías de dos piezas del sitio Bajío, en la 
inferior a la izquierda pieza del sitio Pajones y a la derecha del sitio Moctehuma donde se notan las 
bandas de 3 propias de los cortes de pedernal. ............................................................................. 137 
Figura 53. Pieza 83-1 a la izquierda la pieza completa y a la derecha el acercamiento a 20x de la 
parte modificada. ............................................................................................................................ 138 
Figura 54. Pieza 78 a la izquierda el resto óseo recuperado y a la derecha el aumento a 20x de la 
zona modificada. ............................................................................................................................. 139 
Figura 55. Pieza 4 cara ventral a la izquierda foto de pieza completa y a la derecha aumento donde 
se aprecian las líneas de desgaste................................................................................................... 139 
Figura 56. Desgaste de riolita izquierda a 100x se notan bandas de 27 a 36μ y a la derecha 
desgaste de arenisca a 600x donde se observan bandas de 3.5 a 4.99μ. ....................................... 140 
Figura 57 desgastes de la cultura chalchihuites .............................................................................. 141 
Figura 58. Pieza 57 del inventario que presenta perforaciones en buen estado. .......................... 142 
Figura 59. Pieza 20 del inventario, perforación a 40x. .................................................................... 143 
Figura 60. Pieza 100 con una perforación inicial. ............................................................................ 143 
Figura 61. Perforación experimental con pedernal a 1000x Imagen tomada del Proyecto Huellas de 
Manufactura de los Artefactos de Hueso del México Prehispánico. .............................................. 144 
Figura 62. Perforaciones de piezas arqueológicas efectuadas con pedernal, la de la esquina 
superior izquierda es del sitio de Moctehuma, las dos siguientes corresponden al sitio Bajío y las 
dos últimas corresponden al sitio Pajones, la última corresponde a una perforación inicial. ....... 145 
Figura 63. Perforador pieza 77-2 del que se tomó el pulido, el cual se observa a 20x en la imagen 
de la derecha. .................................................................................................................................. 146 
Figura 64. Pieza 24 punzón a la izquierda el acercamiento del área con pulido ............................ 146 
Figura 65. De izquierda a derecha: resto óseo modificado, a la derecha el área pulida a 40x. ...... 147 
 
 
Figura 66. Pulido experimental con nódulo de pedernal. ............................................................... 147 
Figura 67. Micrografías de pulido de los tres asentamientos correspondientes a nódulo de 
pedernal. ......................................................................................................................................... 148 
Figura 68. Pieza 9.1 porción proximal de artefacto. ....................................................................... 149 
Figura 69. Estigmas pieza 9-1 sin procedencia izquierda corte con pedernal, derecha desgaste con 
arenisca. .......................................................................................................................................... 149 
Figura 70. Pulido de la pieza 9-2 efectuado con nódulo de pedernal, a la izquierda la pieza a 20x, a 
la derecha a micrografía a 1000x. ................................................................................................... 150 
Figura 71. Perforación del pectoral, elaborado en peto de tortuga arriba pieza completa y 
modificación a 20x; abajo a la izquierda micrografía experimental con polvo de pedernal y a la 
derecha la micrografía arqueológica............................................................................................... 150 
Figura 72. Pizcador experimental, en uso lado izquierdo y a la derecha su pulido visto a 10x. ..... 174 
Figura 73. Pizcador de maíz etnográfico a 40x con microscopio digital. ........................................ 174 
Figura 74. Micrografías del punzón experimental para deshojar maíz, el desgaste fue hecho con 
basaltoa 100, 300, 600 y 1000x. ..................................................................................................... 175 
Figura 75. A la izquierda desgranador de maíz a 10x con microscopio digital donde se ve el brillo
 ......................................................................................................................................................... 176 
Figura 76. Micrografías del desgranador de maíz experimental a 100, 300. 600 y 1000x. ............ 177 
Figura 77. Desfibrador de izote, arriba a la izquierda en uso, a la derecha pulido a 10x, inferior 
izquierda pulido a 40x e inferior derecha cara dorsal. .................................................................... 178 
Figura 78 punzón experimental para desfibrar izote efectuado con corte metálico y desgaste de 
basalto ............................................................................................................................................. 180 
Figura 79. Punzones para el trabajo de piel, arriba en uso y micrografía de 10x de punzón 
experimental y abajo micrografía de 10x de punzón etnográfico. ................................................. 181 
Figura 80 Micrografías de perforador de piel experimental a 100, 300, 600 y 1000x .................... 182 
Figura 81. Perforador de madera en uso y micrografía a 10x donde se observa resina impregnada.
 ......................................................................................................................................................... 183 
Figura 82. Alisador de madera, a la izquierda en uso a la derecha micrografía de 10x. ................. 184 
Figura 83 micrografías de polímero experimental de alisador de manera a 100, 300, 600 y 1000x.
 ......................................................................................................................................................... 185 
Figura 84. Alisador de cerámica en uso (izquierda) micrografía a 10x (derecha). .......................... 186 
Figura 85. Micrografía del alisador de cerámica a 100, 300, 600 y 100x. ....................................... 187 
Figura 86. Perforador de crisocola a la derecha en uso, a la izquierda micrografía de 10x. .......... 188 
Figura 87 micrografía de perforador de crisocola experimental a 100. 300, 600 y 1000x ............. 188 
Figura 88. Retocador de riolita a la izquierda en uso, a la derecha micrografía de 10x. ................ 189 
Figura 89 micrografía de retocador experimental de riolita a 100, 300, 600 y 1000x .................... 190 
Figura 90. Punzón de cestería enrollada en uso, micrografía de 10x, abajo micrografía 40x pieza 
etnográfica con restos de fibras. ..................................................................................................... 191 
Figura 91. micrografía de cesteria enrollada experimental a 100, 00, 600 y 1000x a 100x se notan 
bandas de 36ª 18 y a 100 bandas de 4.5 y 3.6 y finos rayones. ..................................................... 192 
Figura 92. Punzón de cestería tejida, izquierda, en uso; derecha micrografía a 10x pieza 
experimental colección UASLP. ....................................................................................................... 193 
Figura 93 micrografías de punzón experimental para cestería tejida a 100, 300, 600 y 1000x. .... 193 
Figura 94. Micrografía de los punzones experimentales empleados en desfibrar hojas de yuca a 
1000x en todos observamos finas líneas ........................................................................................ 198 
 
 
Figura 95. Micrografías arqueológicas relacionadas con desfibrar hojas verdes la de la esquina 
superior izquierda es de Moctehuma pieza 103 y los tres restantes de Bajío (piezas 35-1, 3-6 e 
inventario 24), todas a 1000x . ........................................................................................................ 199 
Figura 96. Micrografías de punzones experimentales empleados en el trabajo de piel logramos ver 
bandas definidas y finas líneas a 1000x .......................................................................................... 200 
Figura 97. Micrografías de punzones posiblemente empleados en el trabajo de piel, a la derecha 
dos de Bajío (piezas 125 e inventario 28), a la izquierda uno no determinado (pieza 9-3) y el otro 
de Moctehuma (pieza 77-2) se trata de un perforador, finalmente, la pieza 3-1 de Bajío. ........... 201 
Figura 98. Micrografías de punzones experimentales para cestería enrrollada ............................. 202 
Figura 99. Micrografías arqueológicas del sitio de Bajío (piezas 15 y 6 del inventario) que coinciden 
con la cestería enrollada, en la parte inferior la correspondiente a la pieza 68 de Moctehuma. .. 203 
Figura 100 micrografías de los punzones experimentales para el trabajo de cestería ................... 204 
Figura 101. Micrografías de los punzones 253 e inventario 8 del sitio Bajío relacionados con la 
cestería trenzada. ............................................................................................................................ 204 
Figura 102 micrografías de punzones experimentales para deshojar mazorca ............................. 205 
Figura 103. Las tres micrografías corresponden al sitio el Bajío, piezas 4, 9 y 13 del inventario. .. 205 
Figura 104 micrografía de pieza etnográfica empleada para pizcar mazorca verde ...................... 206 
Figura 105. Micrografías de punzones arqueológicos posibles deshojadores de mazorca verde, 
todas las piezas fueron tomadas del inventario la 44 de Moctehuma, la 21 de Pajones y la 22 de 
Bajío. ................................................................................................................................................ 207 
Figura 106. Micrografías que presenta una disposición reticular, a la izquierda la pieza 
experimental y a la derecha la arqueológica. ................................................................................. 208 
Figura 107. Piezas que posiblemente tuvieron más de una función, las cuatro primeras del 
inventario, en la esquina superior izquierda la pieza 34 de Bajío, las tres restantes son del sitio de 
Moctehuma (piezas 46, 47,53), finalmente del sitio de Pajones la pieza 11. ................................. 209 
Figura 108. Retícula de excavación del sitio de Pajones. ................................................................ 212 
Figura 109. Arquitectura identificada en el sitio de Pajones. ......................................................... 213 
Figura 110. Planimetría del sitio de Pajones y el perimetro de laexcvación (+) en surfer. ............. 214 
Figura 111. Distribución de los artefactos de hueso en Pajones según su tipología. ..................... 214 
Figura 112. Distribución de las piezas en proceso y desechos de manufactura de Pajones. ......... 215 
Figura 113. Localización de objetos de lítica tallada (+) y la cruz más gruesa corresponde al 
retocador recuperado. .................................................................................................................... 215 
Figura 114. Distribución de artefactos de hueso, entierros, objetos de concha y turquesa. ......... 216 
Figura 115. Planimetría del sitio Moctehuma y simbología de las áreas excavadas. ..................... 217 
Figura 116. Distribución de los objetos de hueso en relación con las áreas excavadas en 
Moctehuma. .................................................................................................................................... 218 
Figura 117. Distribución de los artefactos de acuerdo con su tipología en Moctehuma. .............. 218 
Figura 118. Acercamiento de las unidades habitacionales en relación con la tipología de los 
artefactos óseos de Moctehuma. ................................................................................................... 219 
Figura 119. Distribución de las piezas en proceso y desechos de manufactura recuperados en 
Moctehuma. ....................................................................................................................................220 
Figura 120. Distribución de artefactos óseos especiales en Moctehuma. ...................................... 220 
Figura 121. Distribución de los artefactos utilitarios en Moctehuma. ............................................ 221 
Figura 122. Distribución de los artefactos de hueso en el área noroeste de Moctehuma. ............ 221 
Figura 123. Retícula inicial excavada en Bajío correspondiente a unidades habitacionales. ......... 222 
Figura 124. Distribución de los artefactos de hueso recuperados en Bajío. ................................... 223 
 
 
Figura 125. Distribución de piezas en proceso y desecho de manufactura en el sitio el Bajío. ..... 223 
Figura 126. Distribución de piezas utilitaria de baja frecuencia en Bajío. ...................................... 224 
Figura 127. Distribución de los elementos utilitarios terminados en punta. .................................. 225 
Figura 128. Objetos utilitarios terminados en bisel. ....................................................................... 225 
Figura 129. Segundo frente de excavación de sitio el Bajío. ........................................................... 226 
Figura 130. Distribución temporal de los artefactos de hueso en Bajío. ........................................ 226 
Figura 131. Ubicación de restos óseos recuperados en grupos a la izquierda los grupos más 
numerosos y a la derecha los conjuntos con menos elementos en Bajío. ..................................... 227 
Figura 132. Distribución de las huellas de uso detectadas en Bajío. .............................................. 228 
Figura 133. Distribución de huellas de uso y conjuntos de artefactos de Pajones. ........................ 229 
Figura 134. Distribución de conjuntos de artefacto y huellas de uso en el conjunto patio de 
Moctehuma ..................................................................................................................................... 229 
Figura 135. Distribución de huellas de uso en el sitio de Moctehuma. .......................................... 230 
 
 
ÍNDICE DE TABLAS 
Tabla 1. Cronología de la Cultura Chalchihuites. .............................................................................. 16 
Tabla 2. El modelo de Costín de la especialización artesanal. .......................................................... 40 
Tabla 3. Criterios en la producción que permiten identificar artesanos dependientes o 
independientes. ................................................................................................................................ 43 
Tabla 4. Alteraciones tafonómicas en restos óseos. ......................................................................... 57 
Tabla 5. Peces, anfibios y reptiles de la Michilía. .............................................................................. 79 
Tabla 6. Mamíferos de la Michilía que coinciden con el registro arqueológico. .............................. 80 
Tabla 7. Aves de la Michilía de interés para el estudio arqueozoológico. ........................................ 81 
Tabla 8. Peces, anfibios y reptiles de la Sierra de Órganos. .............................................................. 83 
Tabla 9. Mamíferos reportados en la Sierra de Órganos. ................................................................. 84 
Tabla 10. Familias de aves reportadas en la Sierra de Órganos. ....................................................... 85 
Tabla 11. Especies faunísticas identificadas en Moctehuma. ........................................................... 89 
Tabla 12. Fauna identificada en Pajones. .......................................................................................... 90 
Tabla 13. Especies de fauna identificada en Bajío. ........................................................................... 90 
Tabla 14. comparación de la fauna del registro arqueológico y del registro actual. ........................ 91 
Tabla 15. Restos arqueozoológicos identificados solo a nivel de Clase. ........................................... 93 
Tabla 16. Restos arqueozoológicos identificados a nivel de Orden. ................................................. 94 
Tabla 17. Restos arqueozoológicos identificados a nivel de Familia. ............................................... 94 
Tabla 18. Restos arqueozoológicos identificados a nivel de Género. ............................................... 95 
Tabla 19. Estigmas ideales para la toma de polímeros. .................................................................. 132 
Tabla 20. Total de huellas de manufactura en relación con el número de estigmas ideales. ........ 133 
Tabla 21. Total de estigmas de acuerdo a su jerarquización en columnas. .................................... 133 
Tabla 22. Estigmas por sitio. ............................................................................................................ 133 
Tabla 23. Relación de materia prima recuperada en los sitios excavados por el PAVARS. ............ 151 
Tabla 24. Materias primas de cada sitio, desglosado en los artefactos producidos en cada uno. . 153 
Tabla 25. Materia prima de las herramientas empleadas para las diferentes modificaciones en 
Bajío. ................................................................................................................................................ 154 
Tabla 26. Materia prima de las herramientas empleadas para las diferentes modificaciones en 
Moctehuma. .................................................................................................................................... 155 
Tabla 27. Materia prima de las herramientas empleadas para las diferentes modificaciones en 
Pajones. ........................................................................................................................................... 156 
Tabla 28. Identificación de las herramientas para la transformación de huesos en los tres 
asentamientos. ................................................................................................................................ 157 
Tabla 29. Análisis general de las herramientas empleadas en la transformación de la materia 
prima. .............................................................................................................................................. 157 
Tabla 30. Caracterización de las huellas de uso en un pizcador experimental. .............................. 173 
Tabla 31. Huellas de uso del desgranador de maíz. ........................................................................ 176 
Tabla 32. Caracterización de huellas de uso en desfibrador de izote. ............................................ 178 
Tabla 33. Medidas de las micrografías de punzones para rasgar izote. ......................................... 179 
Tabla 34. Caracterización de las huellas de uso de los artefactos de piel. ..................................... 180 
Tabla 35. Medidas de las micrografías de punzones para trabajar piel. ......................................... 182 
Tabla 36. Caracterización de las huellas de uso de un perforador de madera. .............................. 183 
Tabla 37. Caracterización de huellas de uso de un alisador de madera. ........................................ 183 
Tabla 38. Medidas de las micrografías de elementos óseos empleados en el trabajo de madera. 184 
 
 
Tabla 39. Caracterización de las huellas de uso de restos óseos empleados en cerámica. ............ 185 
Tabla 40. Medidas de las micrografías de artefactos de hueso empleados en cerámica. .............. 186 
Tabla 41. Huellas de uso de perforador de crisocola. ..................................................................... 187 
Tabla 42. Caracterización de las huellas de uso de retocadores. ................................................... 189 
Tabla 43. Caracterización de huellas de uso en cestería enrollada. ............................................... 190 
Tabla 44. Medidas de las micrografías de punzones empleados encestería enrollada. ................ 191 
Tabla 45. Caracterización de las huellas de uso de cestería tejida. ................................................ 192 
Tabla 46. Elementos diagnósticos de las huellas de uso empleando MEB. .................................... 194 
Tabla 47. Medidas de las micrografías arqueológicas que corresponden a deshojar hojas verdes.
 ......................................................................................................................................................... 197 
Tabla 48. Medidas de las micrografías arqueológicas que corresponden a los punzones para la 
transformación de piel. ................................................................................................................... 199 
Tabla 49. Medida de las micrografías arqueológicas que coinciden con la cestería enrollada. ..... 202 
Tabla 50. Medidas de las micrografías arqueológicas que coinciden con la cestería trenzada. ..... 203 
Tabla 51. Medidas de las micrografías arqueológicas que coinciden con los experimentos para 
deshojar mazorca. ........................................................................................................................... 204 
Tabla 52. Medidas de las micrografías arqueológicas que corresponden a deshojar mazorcas 
verdes. ............................................................................................................................................. 206 
Tabla 53. Rasgos diagnósticos de las piezas arqueológicas. ........................................................... 210 
Tabla 54. Concentrado de las huellas de uso detectadas en las piezas arqueológicas. ................. 210 
 
 
i 
 
IINTRODUCCIÓN 
Titulo mi investigación En los Márgenes de Mesoamérica porque en él se concentra 
la esencia de toda la obra; obtiene su nombre al enfocarse en dos áreas poco 
atendidas por las investigaciones arqueológicas en general. 
En primer lugar, hace alusión a su ubicación geográfica: aborda sitios de 
dimensiones pequeñas que forman parte de la frontera mesoamericana (los sitios 
de la frontera más estudiados son aquellos de grandes dimensiones como Alta Vista 
o La Quemada); en este caso tres asentamientos del Valle del Río Súchil que 
constituyen el corazón de la denominada cultura Chalchihuites en sentido estricto, 
ubicados en los límites que comparten el estado de Zacatecas y Durango; y en 
segundo lugar, los artefactos de hueso que forman parte de los materiales que en 
arqueología se denominan miscelánea y que permanecen sin estudiar por largo 
tiempo, principalmente de origen faunístico. 
Se preguntará el lector por qué si los materiales de la presente investigación 
provienen de lo que denominamos área nuclear de la cultura Chalchihuites omitimos 
el término de Chalchihuites en nuestro título, la respuesta radica en que se trata de 
un concepto con distintas connotaciones; basta hacer un recorrido por sus 
principales acepciones para dar a entender que el empleo de este vocablo pudiera 
confundir al lector. 
Al emplear el vocablo Cultura Chalchihuites se evocan dos aspectos; el primero, 
referente al sitio de Alta Vista, cercano al poblado de Chalchihuites, Zacatecas y 
que se conoce mejor como Chalchihuites. Aunque dicho asentamiento está en la 
zona de estudio, los materiales que constituyen esta tesis no proceden de esta zona 
arqueológica, sino de tres sitios próximos excavados por el Proyecto Arqueológico 
Valle del Río Súchil Zacatecas y Durango (PAVARS). El segundo aspecto, la 
denominación de cultura Chalchihuites no es homogénea, existen dos opciones: 
una en sentido estricto; que se restringe al Río Súchil y Río Guadiana (Kelley 1971); 
y otra, en sentido amplio (Hers 1989) donde se incluyen sitios como el Teúl, la 
Quemada, Alta Vista y otros que por su monumentalidad son referentes y pudieran 
atraer al lector defraudándolo en un segundo momento. 
 
 
ii 
 
¿Qué es la Cultura Chalchihuites? y ¿dónde surge esta amplia confusión en la que 
un solo término puede evocar diferentes significados? 
Durante el periodo de conquista y colonización, los españoles expandieron sus 
fronteras creando asentamientos con pobladores originarios de Tlaxcala, quienes 
fueron sus aliados en la conquista militar de México Tenochtitlán. Al arribar a nuestra 
zona de interés, se asentaron en un valle y al pueblo que fundaron le dieron el 
nombre de Chalchihuites; según Melgar (2014) asignaron este nombre por la 
presencia en el Cerro Picacho de vetas de crisocola (piedra de color azul) a las 
cuales se le denominaba chalchihuites que en náhuatl hace alusión a piedras de 
coloración azul verdosa, asociadas con el agua y la fertilidad; así en un primer 
momento el término Chalchihuites puede usarse para hablar del poblado. 
En 1906, Manuel Gamio exploró la zona de Alta Vista, pero por su cercanía con el 
poblado de Chalchihuites, de manera extraoficial, empezó a recibir el nombre de 
Chalchihuites; esto aunado a los resultados de investigaciones arqueológicas como 
la identificación de minas explotadas en época prehispánica y la localización de un 
taller de turquesa, lo cual generó en el imaginario social la asociación de minas y 
turquesa en el área de Chalchihuites que se vinculaba también con el nombre de la 
zona, por lo que se asumió que en esta región se explotaba la turquesa y que de 
ahí derivaba el nombre de Chalchihuites, pasando por alto que el vocablo para 
referirse a turquesa es Xihuitl, por tanto el segundo uso de esta palabra puede estar 
vinculado con el sitio de Alta Vista. 
Posteriormente Mason (1937) definió un amplio límite de la Cultura Chalchihuites 
desde Jalisco hasta Durango; así el tercer término a Chalchihuites podría hacer 
alusión a esta área. 
Finalmente, Kelley (1983) señaló que la cultura Chalchihuites nuclear se asentaba 
en los valles del Río Súchil en su desarrollo temprano y en el valle del Río Guadiana 
en su etapa tardía; de esta manera éste sería su cuarto uso referente a un área 
base. Sin embargo, en el resto del texto solo nos referiremos al sentido estricto del 
término por ser más próximo a nuestra área de interés. 
 
 
iii 
 
El Proyecto Arqueológico Valle del Río Súchil (PAVARS) inició en 2004, fue 
planteado por los arqueólogos Guillermo Córdova y Estela Martínez, con el fin de 
entender la dinámica social de la cultura Chalchihuites a nivel regional, en busca de 
comprender mejor el proceso de la evolución de la complejidad social, desde un 
inicio el proyecto tuvo un enfoque multidisciplinario con el objetivo de entender lo 
más posible de las sociedades del pasado que se asentaron en la región de 
Chalchihuites y principalmente de los tres sitios que han sido excavados Pajones, 
Moctehuma y Bajío. 
La presente investigación se desarrolla como un producto más de los derivados del 
Proyecto Arqueológico el Valle del Río Súchil, Zacatecas y Durango. Las primeras 
obras fueron las tesis de maestría de Guillermo Córdova (2006) y Estela Martínez 
(2007), donde se plasman los resultados del recorrido de superficie de la zona, así 
como la tesis de Fiorela Fenoglio que se convirtiera en 2011 en el libro “La minería 
en la cultura Chalchihuites: un modelo para armar”, aquí la información vertida por 
el PAVARS sirvió para que la autora reformara el modelo de lo que se consideraba 
constituía la minería en Chalchihuites. 
Así como dos tesis de licenciatura: en 2011, la tesis que se presentó en la ENAH 
trata de las excavaciones en el sitio arqueológico de Bajío (García 2011) y el trabajo 
de la piedra verde donde se analizó la manufactura de crisocolas (Maldonado 2010). 
En 2014, salió a la luz un artículo sobre la presencia de tuberculosis vertebral en 
Chalchihuites, (Martínez et, al. 2014) para ser precisos en el sitio de Pajones donde 
en los entierros se detectó esta posible enfermedad y fue confirmada por estudios 
de ADN. La tuberculosis puede darse por el contacto del hombre conla naturaleza 
y con animales domésticos, este texto es derivado del trabajo en conjunto sobre 
temas de bioarqueología que desarrolla el proyecto desde sus primeras etapas 
(Hernández 2011). 
La tesis de doctorado de Melgar (2014) sobre el comercio y la transformación de 
turquesas abarcó un gran número de sitios, pero destaca la colaboración cercana 
con el PAVARS la cual se vio plasmada en un artículo sobre la manufactura y 
procedencia de las turquesas de la región en los sitios de Pajones, Moctehuma y 
 
 
iv 
 
Bajío (Melgar et, al. 2014). El PAVARS en conjunto con Langenscheidt detectaron 
la presencia de oro en bajas proporciones (Córdova et, al. 2008), esto apareció en 
una nota por parte del INAH y en un artículo de Langenscheidt (2009) sobre el oro 
en Mesoamérica. 
JJUSTIFICACIÓN 
En esta tesis damos continuidad al Proyecto Arqueológico Valle del Río Súchil, el 
cual suspendió sus actividades debido a la inestabilidad social que se vive en esta 
zona del país, producto de la violencia asociada al narcotráfico, así como a la 
asignación de un nuevo proyecto de investigación a los arqueólogos responsables; 
sin embargo, se continua con el análisis de los materiales recuperados con la 
finalidad de entender mejor a estos grupos que se establecieron en estos 
asentamientos. 
Elegí trabajar los huesos modificados de estos asentamientos debido a su 
abundancia en relación con el área excavada, siendo 207 piezas en los tres 
asentamientos y destacando el caso de Bajío que presenta 135 huesos modificados 
en 70m2 correspondiente a dos unidades habitacionales y el patio adyacente. 
Existen sitios donde tras muchas temporadas de excavación y la exploración de 
amplias áreas, los artefactos óseos recuperadas se cuentan por decenas, aquí en 
los tres asentamientos explorados en retículas de excavación de moderadas 
dimensiones, se recuperó un número considerable de huesos modificados, lo que 
nos permite suponer que su uso en época prehispánica en estos asentamientos fue 
importante en el acaecer cotidiano. 
Los estudios de artefactos de hueso son escasos debido a distintos factores: por 
ser materiales poco llamativos en comparación a los objetos de turquesa, concha o 
metales; y por el desconocimiento de toda la información contenido en ellos, en este 
trabajo se intenta demostrar la diversidad de información que podemos obtener y 
que nos son útiles para asomarnos a la vida cotidiana de las personas en esa época. 
En la región de Chalchihuites encontramos la mención de piezas modificadas en el 
Cañón de Bolaños (Cabrera 2005, 2010), en el cerro del Huixtle (Valenzuela et al 
2010), la Quemada (Martín et, al. 2004) y Alta Vista (Kelley 1978), dentro de los 
 
 
v 
 
antecedentes presentaremos el resto de obras de hueso modificado producidas en 
México. 
Los aportes de este trabajo radican en primer lugar, en el conocimiento de la 
relación hombre medio establecida en esta zona (Zacatecas y Durango); por un 
lado, en la vinculación hombre fauna reflejada en la apropiación de estos recursos, 
pero también en la transformación de los restos óseos al emplear rocas presentes 
en el medio, esto a partir de los elementos autóctonos recuperados que corresponde 
a la mayoría de los elementos analizados. 
En segundo lugar, constatar el método empleado en la identificación de huellas de 
manufactura para establecer el estilo tecnológico ampliamente usado en concha 
(Velázquez 2007, Velázquez y Zúñiga 2011), lapidaria (Melgar 2014; Maldonado 
2010) y en menor medida en los artefactos óseos; para caracterizar los materiales 
con que se transformaron los huesos, al comparar estos tres asentamientos 
podemos evaluar si se desarrolló un estilo tecnológico determinado por las 
condiciones del medio, o si existe una hegemonía en la producción acusada por la 
presencia de un grupo dominante, o si cada sitio expresa diferencias en su estilo 
tecnológico producto de las particularidades de la geología donde se encuentran 
asentados. 
En tercer lugar, caracterizar el bagaje material elaborado en elementos 
perecederos, al reconocer las huellas de uso; con las premisas que los bienes 
elaborados en elementos perecederos son difíciles de encontrar en los sitios 
arqueológicos por distintos factores de conservación, pero eran parte indispensable 
de su vida cotidiana y que les permitió establecerse en este medio durante 600 
años. 
Finalmente, evaluar si la jerarquía social determinada por la arquitectura y el tamaño 
de los asentamientos se puede apreciar en el acceso a la materia prima y en los 
objetos producidos en hueso para utilizarlos como indicadores en futuras 
investigaciones. 
 
 
vi 
 
OOBJETIVO GENERAL 
Comparar la producción y consumo de los artefactos de hueso en tres 
asentamientos del Valle del Río Súchil (Moctehuma, Pajones y Bajío), 
correspondientes a la cultura Chalchihuites, en los actuales estados de Zacatecas 
y Durango, durante el Clásico y el Epiclásico (450 a 900 d.C.). 
OBJETIVOS ESPECÍFICOS 
Definir los criterios de selección de materia prima: porción anatómica (hueso) y taxa 
(género y/o especie), para la elaboración de artefactos, en cada uno de los 
asentamientos, con relación a los recursos disponibles en el entorno y su modo de 
apropiación. 
Caracterizar el estilo tecnológico de los artefactos de hueso, reconstruyendo su 
cadena operativa, de los tres sitios, vinculados con la producción de los otros bienes 
detectados en cada uno de ellos. 
Ampliar nuestro conocimiento sobre el bagaje material con el que los habitantes de 
la región de Chalchihuites contaban para efectuar sus actividades cotidianas a 
través de la caracterización de las huellas de uso. 
DELIMITACIÓN DEL OBJETO DE ESTUDIO 
El material de estudio de nuestra tesis consiste en 207 artefactos de hueso 
recuperados en tres asentamientos ubicados en el Valle del río súchil, el cual se 
localiza en los límites de Zacatecas y Durango: los tres asentamientos son: Pajones, 
El Bajío y Moctehuma corresponden a la cultura Chalchihuites y se desarrollaron 
del 250 d.C. al 900 d.C. 
PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN 
¿Es posible a través del análisis de artefactos óseos en los asentamientos de Bajío, 
Moctehuma y Pajones caracterizar el estilo tecnológico de la Cultura Chalchihuites, 
en relación con la producción de otros bienes, y que pueda emplearse en 
investigaciones posteriores para evaluar la intervención de grupos de poder y 
discernir las particularidades entre las diversas culturas que engloban algunos 
estudiosos en la Cultura Chalchihuites o confirmar si se trata de una unidad cultural? 
 
 
vii 
 
HHIPÓTESIS 
Si la producción de los artefactos de hueso estaba fuera del control de los grupos 
de poder, por tratarse de elementos utilitarios y de poco interés para ellos, entonces 
en ellos podemos evaluar el estilo tecnológico local, el cual no estará limitado por el 
asentamiento de los sitios sobre elementos geológicos determinados; sino se tratará 
de los elementos más eficientes en la transformación de la materia a la que tienen 
acceso; una vez caracterizado el estilo tecnológico local, se pueden confirmar las 
hipótesis hechas por otros investigadores sobre cambios puntuales en el estilo 
tecnológico producto de la participación de grupos de poder en los bienes de 
prestigio. 
DESCRIPCIÓN DEL CAPITULADO 
El presente trabajo está organizado de la siguiente manera, El primer capítulo 
concierne a la cultura Chalchihuites donde se insertan los asentamientos, las 
propuestas sobre su dinámica social y su organización sociopolítica y la descripción 
breve de los tres asentamientos. 
En el siguiente capítulo se presenta el marco teórico metodológico de esta 
investigación, que desde sus distintos ejes nos permitirán cubrir los objetivos 
planteados. En el capítulo tres se aborda la identificación de la materia prima en los 
tres asentamientos partiendo del conocimiento actual del medio, despuéscomparado con el registro arqueozoológico en el cual se ven reflejados la diversidad 
y la frecuencia de las especies consumidas y de los huesos disponibles para ser 
elegidos como soporte de artefactos, se incluye un apartado de los elementos 
diagnósticos que permiten separar los restos de berrendo de los de venado. 
El cuarto capítulo aborda a la tipología vista desde una cadena operativa que incluye 
las distintas etapas de transformación de la materia prima hasta el desecho de las 
piezas, y en el caso de los objetos terminados las categorías responden a criterios 
morfofuncionales. El quinto capítulo corresponde a la identificación del estilo 
tecnológico, se analizan las etapas necesarias para la obtención de los artefactos y 
las herramientas o medios empleados en cada etapa. 
 
 
viii 
 
El sexto capítulo corresponde al uso de los objetos de hueso para ello se recurrió a 
dos enfoques: el primero, de ello corresponde a la identificación de huellas de uso; 
y el segundo, a los contextos de recuperación del material y su interacción con otros 
elementos: fogones, entierros, talleres, tiestos cerámicos, elementos líticos, objetos 
de metal, para interpretar los objetos de hueso desde hipotéticas áreas de actividad; 
de tal manera que se pueda inferir el bagaje material con el que contaron sus 
habitantes para explotar este medio que durante mucho tiempo se ha considerado 
agreste e inviable para sostener grupos altamente desarrollados y que forma la 
frontera mesoamericana. 
Finalmente se presentan las conclusiones que se derivan de este trabajo y las líneas 
de investigaciones futuras en el área y en la temática de los huesos modificados. 
 
 
 
 
1 
 
II. ANTECEDENTES DE LA REGIÓN Y DESCRIPCIÓN DE LOS 
ASENTAMIENTOS 
En este capítulo presentaré las características de la cultura Chalchihuites, las 
investigaciones previas de la región y los resultados generadas por el Proyecto 
Arqueológico Valle del Río Súchil (PAVARS), del cual recibí los materiales para 
efectuar esta investigación. Posteriormente describo las características geográficas, 
cronológicas y la organización sociopolítica del Valle del Río Súchil donde se 
insertan los tres sitios a estudiar; y finalmente, de manera breve, la descripción de 
los asentamientos y de las exploraciones arqueológicas ahí efectuadas. 
LA CULTURA CHALCHIHUITES 
La cultura Chalchihuites se desarrolló en la frontera noroeste de Mesoamérica, se 
le considera mesoamericana por su arquitectura monumental, la presencia de 
juegos de pelota, el cultivo de maíz y su desarrollo astronómico. El sitio emblemático 
de la cultura Chalchihuites es Alta Vista, ubicado en el actual estado de Zacatecas, 
el sitio destaca por la presencia de un salón de columnas, y la abundante cantidad 
de turquesas recuperadas en el asentamiento (Melgar 2014). 
El desarrollo de esta cultura inició hacia el 250 d.C., siendo una zona de 
características modestas, se consolidó hacia el 450 d.C. y alcanzó su esplendor a 
partir del año 600 al 750 d.C.; posteriormente el abandono de los principales sitios 
se generó hacia el 900 d.C. y continúo diluyéndose poco a poco hasta el año 1100 
d.C. (Kelley y Kelley 1987). 
Lo elementos diagnósticos de la cultura Chalchihuites incluyen elementos 
cerámicos, líticos, así como objetos de concha y metal (Lister y Howard 1955). Sus 
cerámicas son de excelsa manufactura, destacan algunas por sus diseños 
decorativos y otras por su técnica como en el caso de la cerámica de tipo 
pseudocloissonne. 
Los principales tipos cerámicos son seis (Lister y Howard 1955), los cuatro primeros 
corresponden a la loza de uso doméstico y los dos últimos, a las cerámicas que 
sobresalen por su gran calidad: 
 
 
2 
 
1. Cerámica café (cajetes y ollas molcajetes) 
2. Cerámica, blanco sobre rojo (vasijas trípode y cajetes) 
3. cerámica incisa 
4. cerámica roja acanalada 
5. cerámica, rojo sobre café: en la que se elaboraron pequeñas ollas, cajetes, 
cajetes con agarraderas en cuyas asas se observan diseños esgrafiados; se 
trata del tipo diseño de cerámica decorada más frecuente, en el exterior de 
los cajetes trípodes, se pueden apreciar imágenes naturalistas. 
6. cerámica de comercio, esta loza es de tipo pseudocloisonne y destaca por la 
diversidad de pigmentos utilizados en su ornamentación. 
Además de la cerámica, Lister y Howard (1955) mencionan la presencia de vasijas 
efigie, cuentas tubulares de arcilla, malacates, pipas y figurillas; en rocas 
encontramos raspadores, y hachas de garganta asociadas al trabajo de minería; así 
como ornamentos de concha y cobre (cascabeles). 
A esta lista de elementos se le han agregado otros rasgos para ampliar o limitar los 
asentamientos que se incluyen dentro de la cultura Chalchihuites, debido a que 
como se mencionó en la introducción existen dos usos del término cultura 
Chalchihuites uno amplio y otro más restringido. 
Los que emplean un concepto amplio como Hers (1989) incluyen el proto Chachmol, 
la presencia de salón de las columnas y el empleo de tzompantlis, elementos que 
heredarían a sitios como Tula, Chichen Itzá y México Tenochtitlan. Mientras que 
quienes toman un uso restringido, completan el listado con elementos 
arquitectónicos: la presencia del denominado conjunto patio (Lelgemann 1997) que 
consiste en patios hundidos con banquetas perimetrales, y un altar central, y 
alrededor del patio hundido unidades habitacionales; además de una intensa 
actividad minera (Martínez 2007). 
También la ubicación de la cultura Chalchihuites varía de acuerdo a estos criterios; 
en sentido estricto, el desarrollo temprano de esta cultura establecida por Kelley y 
Kelley (1987) se limita al Valle del Río súchil, en los dos brazos que lo componen el 
Río San Antonio y el Río Colorado, y se extiende al Valle del Río Guadiana en su 
fase tardía; mientras que el sentido amplio del término, se asocia con la definición 
 
 
3 
 
inicial de la cultura Chalchihuites efectuada por Mason (1937) quien consideraba 
que abarcaba desde la Quemada en Zacatecas hasta el Zape en Durango. Esta 
amplia definición de la cultura o tradición Chalchihuites incluye diferentes provincias 
donde destacan distintos sitios; en el Valle de Malpaso y el Cañón de Juchipila La 
Quemada; en el Valle de Tlaltenango el sitio rector es el Teúl de Jiménez; en el 
Cañón de Bolaños del Río Chapalanga sobresale el sitio el Huixtle; en el Valle del 
Río Súchil donde el sitio más importante es Alta Vista; y en el Valle del Río Guadiana 
el sitio rector es la Ferrería (Lelgemann 2009). 
La elección entre un sentido estricto o un sentido laxo depende de la escala de 
nuestro problema de investigación cómo menciona Schiavitti (1996), por tanto, en 
este caso, nos abocaremos al sentido estricto del mismo. 
AANTECEDENTES DE LA REGIÓN 
Después del auge de la zona en el Clásico tardío y el Epiclásico, el área quedó 
abandonada. Cuando llegaron los españoles, encontraron la región despoblada por 
lo que trajeron habitantes de Tlaxcala para formar los primeros pueblos y fueron los 
tlaxcaltecas quienes le asignaron el nombre de Chalchihuites. En el siglo XVI se 
estableció el Real de Minas de Chalchihuites en las estribaciones de la Sierra de 
San Francisco, perteneciente al distrito de Sta. Llerena (Córdova 2006). La 
demanda de la minería de madera y carbón resultó en la desertificación de la zona, 
además los distintos ecosistemas se transformaron en áreas de cultivo y pastoreo, 
así, los bosques de pino encino fueron desplazados por la presencia de pastizales. 
La descripción de restos arqueológicos empezó desde 1832 cuando De Berghes 
(1996) describió los vestigios arqueológicos ubicados en el Cerro de los Bueyes; 
también Guillermein Tarraire reportó en Chalchihuites una mina de la veta donde 
obtenían fluoruro de calcio; los vestigios arqueológicos de Pajones y Cerro 
Pedregoso fueron reportados por Castañeda y Genaro García quienesconsideraron 
que Cerro Pedregoso se trataba de una necrópolis (Córdova 2006). Elías Amador 
en 1892 mencionó que Don Ramón Castañeda describió algunas características de 
Cerro Moctehuma, Cerro Pedregoso y El Chapín. 
 
 
4 
 
Cerca de 1906, Gamio exploró la zona arqueológica de Alta Vista ubicada al oeste 
del poblado de Chalchihuites, fue su proximidad y asociación con este poblado que 
el sitio empezó a conocerse de manera general como Chalchihuites; posteriormente 
Alden Mason (1937) definió la cultura Chalchihuites y planteó que se trataba de una 
unidad cultural estrechamente relacionada con el centro de México. Posteriormente 
Lister y Howard (1955) trataron de caracterizar la cultura material de los grupos que 
habitaron esta zona a través de materiales obtenidos de recorrido de superficie. 
En los años sesenta, un equipo encabezado por Charles Kelley, en el cual se 
encontraba Armillas (1964,1969) efectuó un estudio más fino de esa amplia área, 
pudieron delimitar que solo el valle del Río Súchil contenía lo que se podía 
denominar cultura Chalchihuites en una etapa temprana, que posteriormente 
continuó en un desarrollo tardío en el valle del Río Guadiana, y que las áreas 
restantes correspondían a otros desarrollos culturales independientes con quienes 
Alta Vista formó una esfera de interacción pero de quienes era independiente. 
Las exploraciones de 1971 efectuadas por Kelley (1971) resaltan por haber 
excavado en el sitio de Cerro Moctehuma, al considerarlo de la misma jerarquía e 
importancia que Alta Vista y Cerro de las Víboras asignándoles una función de 
centros ceremoniales. 
La investigación de Kelley tuvo como resultado la identificación de áreas de minas 
explotadas en época prehispánica y unidas a Alta Vista a través de Calzadas, las 
cuales también se dirigían a otros asentamientos, además se localizó en este sitio 
un taller de turquesa, lo cual generó en el imaginario social la idea de que se 
efectuaba la extracción de turquesas de las minas de Chalchihuites. Weigand 
(1968), y Shiavitti (1996) realizaron estudios para conocer los materiales explotados 
en las minas y establecieron que los elementos extraídos eran: pedernal, hematita 
y arenisca. 
La propuesta de Kelley de subdividir esta región no fue aceptada por todos los 
interesados en el estudio de esta área, hubo quienes consideraron que sus 
argumentos no se encontraban bien fundamentados, y por lo tanto siguieron 
 
 
5 
 
empleando el término de Cultura Chalchihuites para un amplio número de 
asentamientos (Hers 2006). 
El Proyecto Arqueológico Valle del Río Súchil (PAVARS) inicia en 2004 y toma la 
delimitación estricta de Kelley y se aboca al análisis del Valle del Río Súchil, trata 
de entender la dinámica regional de esta área y sus implicaciones políticas y 
sociales (Córdova 2006). 
Los diferentes investigadores que han abordado la cultura Chalchihuites se han 
cuestionado, ¿cómo se estableció una sociedad tan desarrollada con características 
claramente mesoamericanas en un área tan norteña?, por lo que a continuación 
abordaremos las distintas propuestas sobre la dinámica social de la cultura 
Chalchihuites. 
IINTERPRETACIONES DE LA DINÁMICA SOCIAL DE LA CULTURA CHALCHIHUITES 
Se han planteado una diversidad de teorías sobre la dinámica sociopolítica de la 
región, para analizarlas seguiremos la propuesta de (Martínez 2007) quien las divide 
dentro de tres tipos de modelos: los ambientales, los de conquista y los de comercio. 
Los modelos ambientales 
 
El principal representante de este tipo de teorías es Armillas (1964, 1969) planteó 
que la colonización fue favorecida por cambios climáticos que permitieron un 
incremento en la producción de cultivos que propició el desarrollo de la agricultura 
alrededor del 600 d.C. Los sitios requerían de un sistema defensivo para proteger 
la producción agrícola, además esta expansión terminaría por el retroceso de las 
condiciones favorables, dicha hipótesis se basó en la ubicación de los sitios en la 
isoyeta 600mm que marca el límite de precipitación fluvial que garantiza la obtención 
de cosechas de maíz. 
Ben Brown (1992) publicó los resultados de sus investigaciones, donde trató de 
evaluar la teoría de Armillas, tomó núcleos de polen; los resultados arrojaron que 
desde el año 200 a.C. había polen de Maíz (Zea mayz), sus conclusiones son que 
la hipótesis de Armillas no puede considerarse probada. 
 
 
6 
 
Un elemento en contra de las teorías medioambientales y el deterioro climático 
como la causa del ocaso de Chalchihuites es que el desarrollo cultural no se retrajo 
hacia el sur, sino que se trasladó hacia el noroeste en el valle del Río Guadiana. 
LLos modelos de conquista 
 
Kelley (1971) planteó que el desarrollo de la región se derivó de una expansión 
Teotihuacana, dado que la producción minera era mayor a la necesidad local y en 
los fechamientos iniciales correspondientes al 350 y 550 d.C. que coincidían con el 
máximo desarrollo de la ciudad de los dioses; planteaba que esta influencia 
teotihuacana se dio en dos fases: la primera, como difusión blanda; luego una 
difusión dura que incluyó la planificación de Alta Vista. 
La segunda hipótesis que considera esta línea de conquista o colonización es 
planteada por Hers (2005); para esta autora el sitio más importante de esta cultura 
es La Quemada. Según ella, la población que dio origen a esta cultura provenía de 
Chupícuaro, esto atribuido por la similitud cerámica, los identifica como los toltecas 
chichimecas que después llegaron a Tula. 
Carot y Hers (2006) plantean que en esta área se desarrollaron cuatro migraciones 
que impactaron en su desarrollo cultural: la primera de agricultores en la fase 
Canutillo caracterizada por la cerámica rojo inciso y negro, y rojo sobre crema; la 
segunda, hacia el año 600 d.C. por parte de huacusechas provenientes de Loma 
Alta cerca de Zacapu, Michoacán que se manifiesta en la diversidad de diseños y 
motivos en la cerámica y en la pintura rupestre cerca del Huistle; el tercer 
desplazamiento fue de Chalchihuites a Durango sus argumentos se basan en la 
ausencia de una evolución local (incluye la tradición Loma San Gabriel como parte 
de la cultura chalchihuiteña); la cuarta migración se da hacia el sur e influyó en la 
fundación de Tula y la consolidación del imperio Tarasco unos más se quedaron en 
la región de Durango y mantuvieron relaciones con los Anasazi hasta el siglo XIII. 
Hers complementa su modelo de migración con el establecimiento de nexos entre 
los habitantes de Chalchihuites, y los de Arizona y Nuevo México, con quienes 
intercambiaron bienes e ideas. Los elementos intercambiados consisten en 
 
 
7 
 
representaciones de arqueros y flautistas, así como la presencia de turquesa 
química1 en los sitios chalchihuiteños, así como vasijas con pintura pseudocloissone 
entre los Hohokam (Carot y Hers 2006). 
Acerca de la primera migración, Hers coincide con Braniff (2005) quien señala que, 
en la Mesoamérica Septentrional, se pueden distinguir dos áreas: el noreste y el 
noroccidente, el origen de esta última área se puede identificar específicamente en 
la cultura Chupícuaro. Acerca de la cuarta migración que menciona Hers, Peter 
Jiménez (2005) apoya esta hipótesis al señalar que esta propuesta ya había sido 
planteada por Wigberto Jiménez Moreno (1941, 1959) basándose en datos 
etnohistóricos, y posteriormente Kelley (1961) vinculó la cerámica rojo sobre café 
(Súchil) de Chalchihuites con la cerámica Coyotlatelco y menciona que este fuera 
el lugar de origen de los toltecas-chichimecas, que hacia finales del Clásico pudo 
haber emigrado al sur y participado en la cofundación de Tula. Kelley (1983) también 
señaló como evidencias el salón de columnas, el coatepantli, las castas guerreras 
y la cerámica rojo sobre café. 
Hers (2005) señala algunas inconsistencias en relación a la propuesta económica 
de Kelleyde la expansión al norte; secundada por Weigand (1993) que se respalda 
en la intensa minería en el alto Súchil motivada por un centro en el sur normalmente 
Teotihuacán: las minas presentan más enigmas que certezas, en Teotihuacán no 
se usó turquesa, (existen más piezas de turquesa en Pajones que en Teotihuacán); 
los minerales obtenidos de las minas como hematita, pirita y pigmentos no 
representan el principal motor económico. 
LLos modelos de interacción e intercambio comercial 
 
Son abundantes las tesis que sustentan que el desarrollo del área de Chalchihuites 
tuvo un motor económico; respecto a este tipo de propuestas, Kelley menciona que 
esta región sirvió de enlace para el comercio de turquesas que venían de las minas 
de Cerrillos y llegaban a Teotihuacán. Sin embargo, existen trabajos más puntuales 
 
1 La turquesa química sólo se refiere al fosfato hidratado de cobre y aluminio (Melgar 2014) con la fórmula 
CuO 3Al2O3 2P2O5 9H2O; mientras que las turquesas culturales son aquellas piedras de tonalidades azul 
verdosas como malaquita, amazonita, crisocola entre otras. 
 
 
8 
 
sobre este modelo como el de Teresa Cabrero (1989), quien plantea que el Valle de 
Malpaso (el cañón de Bolaños) sirvió como corredor comercial entre los habitantes 
de Chalchihuites y las culturas del occidente del Lago Magdalena. Esta propuesta 
se basa en que la zona de Bolaños es muy corta y sin accidentes geográficos, al 
navegar por el río se evita cruzar la Sierra Madre Occidental para llegar al centro de 
Jalisco, Chalchihuites recibiría concha y obsidiana, y Jalisco, piedra azulada y 
hematita. 
Jiménez y Darling (1989) plantean el modelo de esferas de interacción y redes de 
intercambio; toman el modelo de intercambio planteado por Kelley donde 
Chalchihuites correspondía a un puerto de entrada del sistema mundo, dominado 
por Teotihuacán (Kelley 1961). Sin embargo, ahora la apuesta es por esferas de 
interacción con regiones cercanas: Valle de Atemajac, Altos de Jalisco y Cañón de 
Juchipila y Valle de Malpaso, para ello se sustenta en la similitud del material 
arqueológico, plaza cerrada y pirámide y la cerámica pseudo-cloisonne (Córdova 
2006). 
Los contactos comerciales también se establecen con el sur de Estados Unidos, el 
traslado de bienes e información pudo ser originado por diferentes grupos según los 
distintos autores; Hers se apoya en la repetición de determinadas representaciones 
en el arte rupestre entre ellas el llamado Kokopeli, la mujer con peinado de mariposa 
y el personaje con grandes anteojeras tipo Tláloc (Hers 2005) y argumenta que los 
encargados del comercio fueron cazadores recolectores. 
Wilcox (2002) señala que el corredor de bienes estuvo determinado por un corredor 
cultural, formado por grupos de lengua Tepima como los tepehuanes, pimas y 
tepecanos, lo que permitió una estable red de caminos al haber una afinidad cultural 
entre los implicados, esta hipótesis es apoyada por Berrojalbiz (2005). 
Otros plantean que estos contactos se dieron a través de comerciantes 
especializados pochtecas y trocadores (Kelley y Kelley 1986). En el primer caso, Di 
Peso (1974) consideró que el florecimiento de Paquime 1060-1340d.C se debía al 
expansionismo económico de Tula; en el segundo caso, Kelley y Kelley (1986) 
proponen la existencia de comerciantes itinerantes y aventureros que conformaban 
 
 
9 
 
el sistema mercantil que él denomina Aztatlán, estos trasladaban bienes preciosos 
como cascabeles de cobre, guacamayas, turquesa, mosaicos de pirita, conchas, 
algodón y tabaco; llegando a penetrar en el suroeste para interactuar con los sitios 
Hohokam, con los habitantes del Cañón de Chaco y con Paquime durante el 
Posclásico temprano. 
Estas propuestas nos permiten conocer que la región de Chalchihuites estaba 
vinculada con distintas áreas, lo que implicaba que el sitio fuera parte de una red de 
intercambio y circulación de bienes. Existen distintos planteamientos para 
determinar las rutas de intercambio, las más aceptadas son dos: la ruta de tierra 
adentro y la ruta costera; Chalchihuites formó parte de la ruta de tierra adentro. 
En la ruta de tierra adentro, Weigand (1993) incluye los asentamientos de la 
Quemada y Alta Vista, plantea que esta ruta fue empleada por los teotihuacanos 
hacia el 350, este camino recorría el Río Lerma que unía el Altiplano con el Bajío 
por la evidencia teotihuacana en varios sitios de Querétaro y Guanajuato de ahí 
continuaba por los valles y cañones de Jalisco y Zacatecas (Malpaso, Juchipila, 
Valparaíso y Bolaños) hacia la zona de Chalchihuites; incluso se ha propuesto que 
la ruta llegaba hasta la zona Hohokam debido a la similitud de diseños cerámicos 
entre sitios de Guanajuato, Zacatecas y Arizona. En consecuencia, Kelley (1983) y 
Weigand (1993) concluyen que el complejo minero de Chalchihuites se fundó por 
su posición estratégica en la ruta que vincula los yacimientos de turquesa química 
del norte con Teotihuacán. 
De acuerdo con Emiliano Melgar (2014), el auge de la ruta de tierra adentro fue 
durante el Epiclásico (600 a 900 d.C.), este incremento se expresa en el aumento 
de la cantidad de turquesas en Alta Vista, en la similitud de la decoración de la 
cerámica de Chalchihuites y Hohokam; y en la presencia en los sitios Hohokam de 
cascabeles de cobre, espejos de pirita, guacamayas y juegos de pelota. Sin 
embargo, se dejó de usar por la violencia e inestabilidad. 
Melgar analizó la distribución de la turquesa desde el formativo hasta el posclásico 
señala la presencia de turquesas en Chalchihuites desde el Clásico y en 
Teotihuacán no se han recuperado piedras azul verdosas ni cerámicas de la región 
 
 
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de Chalchihuites (Melgar 2014, et, al.). Esta ausencia contrasta con otros sitios 
relacionados con esta metrópoli como Monte Albán en Oaxaca y Teteles de Santo 
Nombre en Puebla, las piezas modificadas en el área de Chalchihuites posiblemente 
estuvieron siendo consumidas por grupos del Bajío entre Guanajuato y Jalisco. 
EEL PROYECTO ARQUEOLÓGICO VALLE DEL RÍO SÚCHIL (PAVARS) 
 
Este proyecto se inició en el año 2004 coordinado por los arqueólogos Guillermo 
Córdova Tello y Estela Martínez Mora, incluyó a investigadores de distintas 
disciplinas y a alumnos de la Escuela Nacional de Antropología e Historia se 
efectuaron temporadas de campo donde desarrollaron recorridos de superficie y la 
excavación de tres asentamientos: Pajones, Moctehuma y el Bajío; con el proyecto 
también se impartieron las asignaturas de recorrido de superficie y excavación y sus 
respectivos laboratorios de materiales, para el análisis del material recuperado y la 
formación de arqueólogos interesados en el Norte de México, las actividades del 
proyecto se suspendieron en 2012 debido a la inestabilidad social del país y la ola 
de violencia que azotaba la región. La investigación se confinó al estudio del Valle 
del Río Súchil (ver figura 1) en busca de entender el origen y desarrollo de la cultura 
chalchihuiteña. 
 
Figura 1. Área de estudio del PAVARS modificado de Martínez (2007). 
 
 
11 
 
La interpretación de la dinámica social planteada por el PAVARS difiere de los tres 
modelos mencionados anteriormente, del modelo ambiental no hace hincapié en la 
mejora climática, sino en el conocimiento del medio y su explotación al máximo 
mediante la agricultura, la caza y la minería; respecto a los modelos de conquista 
considera que la presencia de rasgos foráneos no se deriva de incursiones de 
grupos colonizadores, sino de la circulación de bienes e ideas que son adoptadas 
en la zona, pero el desarrollo de los asentamientos es producto de la evolución 
social local; finalmente, en relación a los modelos económicos no se niega la 
existencia del intercambio y circulación de bienes e ideas pero no se le considera 
como el eje principal. 
Los grupos establecidos

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