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AUTOR Dr. Eduardo Camacho Contreras FACS • Posgraduado del Hospital Henry Ford en Cirugía General • Master en Cirugía de la Universidad de Michigan y PHD de la Universidad de Madison en Missisipi. • Cirujano Emérito Academia Mexicana de Cirugía. • Profesor invitado cursos del sistema ABP Universidad de Mastricht, Netherlands y Montpellier, Francia. • Profesor investigador de tiempo completo y de la cátedra de propedéutica, semiología y metodología diagnóstica, • Coordinador del Laboratorio de Habilidades Clínicas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Colima. • E-mail: dr_enamorado@hotmail.com.mx. • Av. Universidad 333 Colonia Las Víboras Zip C.P. 28040 Colima, Colima, México. COLABORADORES Dr. Eduardo Caballero Naranjo. • Cirujano Ortopedista y Traumatólogo pos-graduado del Hospital Militar de México. • Maestría en investigación médica. • Profesor y coordinador de la cátedra de Semiología, Propedéutica y Diagnóstico Físico de la Facultad de Medicina de la Universidad de Guadalajara. Dr. Eduardo Caballero Quirarte. • Cirujano Ortopedista escuela de graduados Universidad de Guadalajara. • Profesor de la cátedra de Semiología, Propedéutica y Diagnóstico Físico de la Facultad de Medicina Universidad de Guadalajara. Dr. Francisco Javier Fuentes Moreno. • Cirujano del departamento de Ortopedia Hospital General de Zona Instituto Mexicano del Seguro Social Delegación Colima • Profesor de la cátedra de Semiología, Propedéutica y Metodología diagnóstica de la Facultad de Medicina Universidad de Colima. • Maestría en Educación. Dr. Enrique Pineda Larios • Médico Internista Posgraduado del Hospital de New York. • Profesor del Laboratorio de Habilidades Clínicas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Colima. • Profesor de Semiología e Historia de la Medicina. Dra. Mónica Loreli Ramos Anguiano • Médico General y Cirujano de la Facultad de Medicina Universidad de Colima. • Preceptor del Laboratorio de Habilidades Clínicas Facultad de Medicina Universidad de Colima. Dra. Alejandra Reyes Ochoa. • Médico General y Cirujano de la Facultad de Medicina Universidad de Colima. • Médico General de la Cruz Roja Mexicana Delegación Colima. • Técnico en Urgencias Médicas Nivel III de Cruz Roja Mexicana Delegación Colima. • Co-Tutor del Laboratorio de Habilidades Clínicas y Tutor de la cátedra Medicina de la Comunidad Facultad de Medicina Universidad de Colima. Dr. César Felipe Ploneda Valencia • Instructor Laboratorio de Habilidades Clínicas Facultad de Medicina Universidad de Colima. Profundo reconocimiento a los médicos por su valiosa ayuda en la revisión del manuscrito. • Silvestre III Tapia Serrano. • Roberto Carlos Morales Salazar. Dedicamos el esfuerzo de este trabajo a todos los jóvenes estudiantes de Medicina. PREFACIO Las cátedras han enseñado la Semiología mediante clases teóricas (sobre los síntomas, los signos o los síndromes) y actividades prácticas junto a un enfermo (ejercitando el arte de la anamnesis y las maniobras semiológicas). Ahora bien, dichos conocimientos son imprescindibles para la actividad médica pero no solo deberán ser suficientes, sino que además estimulan el desarrollo del saber más valioso: El Razonamiento Clínico. Lo explicamos de la manera siguiente: 1. La enseñanza, se imparte con un enfoque Personalizado y Centrado en el Enfermo; en la práctica el médico ve los tipos de pacientes que consultan por diferentes problemas. 2. Es incuestionable la necesidad de enseñar el método de estudio de los signos, síntomas y técnicas exploratorias, jerarquizarlos, por lo tanto, los alumnos aprenden y guardan por igual la información fundamental para ser utilizada en el futuro. 3. Este bagaje, meta-cognitivo, constituye la piedra angular de la formación del pensamiento reflexivo esencial en el desarrollo del razonamiento clínico y por ende fortalece la confianza en sí mismos para el abordaje de la entrevista médica La Semiología ciencia que estudia los signos y síntomas de las enfermedades, es fundamental dentro de la carrera de medicina y está agrupada como: - Semiotecnia: técnica de la búsqueda del signo. - Clínica Propedéutica: enseñanza destinada a reunir, ordenar y explicar los signos y síntomas para llegar al Diagnóstico. Entonces, podemos definirla como “La Ciencia y el Arte del Diagnóstico”. La semiología no es la “semántica” de la medicina, no es aprender un sin número de términos que constituyen la base del lenguaje médico; la Semiología es la Lógica de la Medicina. Como resultado de este enfoque los alumnos aprenden la metodología y sistemática de la propedéutica médica, las habilidades para la exploración física de los órganos, funcionalidad y su interpretación semiológica, para englobarla progresivamente en la clínica diagnóstica iniciando el proceso reflexivo del razonamiento crítico, del pensamiento científico aplicado al análisis del sufrimiento integral del paciente para llegar a la síntesis terapéutica que conduce al restablecimiento de la salud. “La salud del pueblo es la suprema ley”, fray Antonio Alcalde, llamado el fraile de la calavera, fundó el hospital de Belén en la ciudad de Guadalajara, Jalisco, actualmente llamado Hospital Civil, lugar de aprendizaje de la medicina de la Universidad de Guadalajara. PRÓLOGO El presente esfuerzo, representado en las líneas que aparecen en este denominado así pocket-book, por su autor y colaboradores, pretende llenar un hueco en el aprendizaje del diagnóstico clínico en nuestro medio, al presentar de manera sencilla y metódica, aspectos fundamentales de la historia clínica, representada en los diversos capítulos del mismo, que el estudiante de medicina enfrentará al adentrarse en el estudio de su paciente. Mención explícita se hace de los aspectos de la anamnesis vinculados directamente con la relación médico-paciente, tan importante, como en ocasiones minusvaluada en el proceso de la comunicación humana, esta piedra angular para el desarrollo de la confianza mutua del binomio médico-paciente, es enfatizada en los capítulos correspondientes, en un mensaje para el estudiante, recalcando el valor intrínseco que tiene en su carrera y desarrollo profesional. Estamos seguros que su estudio, así como la enumeración y análisis de las brechas o factores ya conocidos que interfieren en la construcción de esta relación o rapport, serán de gran ayuda para evitarlas en la práctica moderna de la medicina, corregirlas y en muchos casos superarlas en beneficio del ejercicio diagnóstico. Especial papel juegan en este aspecto las diferentes personalidades tanto del médico como del paciente, mismas que al conocerlas y reconocer los efectos que causan, deben ser corregidas; primordial es el medio en que se desarrollan cuando este es modificado por substratos de gran peso específico, como son las adicciones de diversa naturaleza; Vg., el tabaquismo, alcoholismo y otro tipo de adicciones las cuales son descritas de manera somera, pero creemos suficiente, que serán de utilidad en esta relación médico- paciente así como en el proceso de reflexión diagnóstica de manera especial en nuestra idiosincrasia mexicana tan versátil como arraigada en gran parte de la población. La historia clínica es desglosada ordenadamente, puntualizando sus partes esenciales y recalcando la importancia de desarrollarla ordenadamente para su interpretación y estudio diagnóstico, no sin antes mencionar el significado científico, humano, histórico, de investigación y normativa de la práctica legal y administrativa de la misma, tocando de manera breve pero concisa, aspectos espirituales y religiosos que pueden ser de importancia básica en el proceso de su elaboración adecuada. En la entrevista clínica se manifiesta el papel básico que juega el orden y metodología en su realización conel uso de los sistemas internacionales ya estandarizados como es el de Calgary- Cambridge y la aplicación de El esquema de Lizansky, para la obtención del capital semiológico que nos lleva hacia el conocimiento de la estructura psicológica y manifestaciones íntimas del sufrimiento del enfermo y la realización del contrato terapéutico. Énfasis especial lleva el estudio de los signos y síntomas principales tales como la fiebre, el dolor y el tumor; cuya nemotecnia es claramente establecida en beneficio del estudiante, así como del médico, al facilitar la creación del principio y evolución del padecimiento, llave de la puerta de entrada al diagnóstico clínico. Después del análisis semiotécnico, se incide en las bases fundamentales del diagnóstico físico, terrenos básicos para un examen completo y cuidadoso del paciente, haciendo hincapié de las reglas básicas para salvaguardar la integridad física y moral tanto del enfermo como del médico. La exploración física de las diferentes regiones y órganos son descritas ordenada y metodológicamente así como todas las maniobras encaminadas a descubrir la normalidad o alteraciones orgánicas y funcionales de los mismos, dejando las bases claras y precisas de dichas maniobras que consideramos básicas y que serán el punto de partida para el desarrollo y superación de las mismas a través de los años de práctica que el estudiante dedique a ganar la dexteridad y dominio de ellas, hasta llegar al grado de su desarrollo magistralmente en el transcurso de los años, aquí dejamos asentado claramente que el conocimiento de la exploración física se basa sin lugar a duda, en un estudio concienzudo de la anatomía y fisiología de los órganos y sistemas objeto de la exploración, y punto de partida para su diagnóstico físico que aunado al proceso de la anamnesis minuciosa establece el diagnóstico clínico. Finalmente se hace una relación de los exámenes paraclínicos que van de la mano con la historia clínica, su aplicación y filosofía de los mismos al formar parte complementaria importante de la historia clínica, pero siempre será la clínica aquella que marque el derrotero a seguir de estos paraclínicos de la índole que sean. Esperamos con este modesto pero sincero esfuerzo, llenar un hueco en la preparación de nuestro estudiante mexicano, y hacer un recuerdo para nuestros médicos generales, compañeros de la vida, mostrando el camino sencillo pero eficiente (comprobado con la práctica diaria) de establecer el camino hacia el cuidado y diagnóstico integral del enfermo de esta nuestra patria mexicana. CAPÍTULO 1 GENERALIDADES DEL DIAGNÓSTICO CLÍNICO Conceptos Generales y Terminología del Diagnóstico . Diagnóstico: Palabra derivada del griego diagnosis que significa conocimiento; es la clasificación exacta de una enfermedad en relación directa con el agente casual y su fisiopatología, el diagnóstico, para ser completo, deberá ser causal, fisiopatológico e integral. Figura 1 Sir William Osler, de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore reconocido como Padre de la Medicina Clínica en la Unión Americana. Diagnóstico Físico: Entendemos por diagnóstico físico, el estudio y la práctica de aquel conjunto de reglas y maniobras del interrogatorio clínico y exploración física del que se vale el médico ante el enfermo para valorar la integridad orgánica y funcional de los distintos órganos, aparatos y sistemas. Diagnóstico Causal: Es aquel en el que se encuentra la etiología del padecimiento, vg. Neumonía por neumococo, tétanos por Clostridium Tetani. Diagnóstico Fisiopatológico: Es aquel en el que se precisan las alteraciones fisiológicas ocasionadas por el proceso patológico, vg. Insuficiencia cardiaca congestiva. Clínica: Del griego kline, significa cama, e - ica, significa relativo o relativa; es el conjunto de métodos escogidos para estudiar a un enfermo, esté o no encamado, basados especialmente en los datos recogidos por nuestros sentidos, así pues, es el conjunto de datos obtenidos por medio de un interrogatorio y exploración física, la cual por medio de nuestra vista realizamos la inspección, con el tacto recogeremos los datos de la palpación, por medio de nuestras manos y oídos realizamos la percusión y, nos valemos del oído para realizar la auscultación. Este conjunto de interrogatorio y exploración física se le conoce con el nombre de Historia Clínica . Propedéutica: Del griego propos que quiere decir antes y deuteros que significa enseñanza; es un conjunto de reglas y maniobras por medio de las cuales se llegan a establecer métodos y procedimientos para el estudio de un enfermo. Semiología: Del griego semeon que significa signo y logos que significa tratado o estudio; es un apartado de la patología general que analiza los signos de las enfermedades con el objeto de establecer un diagnóstico. Signo: Palabra derivada del latín signun, que significa señal, es todo dato objetivo que presenta el enfermo y que el médico es capaz de constatar por los sentidos, vg., una tumoración, la cual palpamos, una tos la cual oímos, es decir el signo va ligado a la objetividad, como el humo es signo de fuego. Síntoma: Palabra derivada del griego simptoma cuyo significado quiere decir lesión o indicio, es todo dato subjetivo acusado por el enfermo, vg., cefalea, mareos o náuseas; lesiones que el enfermo sufre y siente pero que no hay manera de que el clínico lo pueda constatar objetivamente. El síntoma en su concepción concreta es una manifestación subjetiva esencialmente, mientras que el signo es objetivo, sin embargo, hay ocasiones en las cuales la frontera entre signo y síntoma desaparecen, se funden uno con otro y constituyen un substratum único, vg., la fiebre en la que el enfermo siente calor, manifiesta estar caliente y el médico lo constata al tocarlo, el dolor que el enfermo acusa y que el médico puede despertarlo y agravarlo con ciertas maniobras. Esto es importante, ya que, frecuentemente hablaremos indistintamente de signos y síntomas. Síndrome: Palabra derivada del griego syndrome que significa concurso o afluencia; es el conjunto de signos y síntomas, que orientan al clínico hacia un diagnóstico, pero que por sí solos son insuficientes para establecer un diagnóstico exacto en cuanto a su etiología, por ejemplo, el síndrome de Bud Chiari, síndrome de mal absorción. Salud: De acuerdo a la OMS en su Constitución de 1946, se define como el estado de completo bienestar físico, mental, espiritual, emocional y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades. La salud implica que todas las necesidades fundamentales de las personas estén cubiertas. Enfermedad: Derivada del latín infirmitas que significa alteración de la salud; es el conjunto de fenómenos que se desarrollan en un organismo, originados por una causa morbosa y la constituyen esencialmente tres requisitos; una alteración anatómica, otra funcional y un agente causal. Secuela: Es toda alteración de la salud debida a una enfermedad en donde falta la presencia del agente causal y existe solamente una alteración anatómica y fisiológica; es aquél trastorno o lesión que queda después de una enfermedad o traumatismo, y que es consecuencia de ellos Etiología: Del griego aetia que significa causa y logos estudio; es la causa o motivo de una enfermedad, existen tres grupos de causas para dar origen a una enfermedad: • Adyuvantes: aquellas que pasajeramente ocasionan un déficit de las defensas orgánicas. • Predisponentes: las cuales en forma permanente ocasionan una debilidad funcional u orgánica. • Determinantes: éstas directamente motivan una enfermedad. - Mecánicas: Traumatismos. - Físicas: Calor, electricidad, frío. - Biológicas: Microbios, hongos, virus, parásitos. - Químicas: Quemaduras por ácidos, álcalis, diversas intoxicaciones - Psicológicas: Sensaciones emotivas, miedo, angustia,ansiedad, etc. Pronóstico: Del griego prognostycon, que significa yo conozco; es el juicio probable del curso que seguirá una enfermedad basados en el conocimiento del enfermo, el tipo de enfermedad, su agresión patógena y la experiencia del médico al respecto en este sentido. El Diagnóstico Físico . Una vez que a manera de preámbulo hemos señalado aquella serie de conceptos y definiciones importantes de la terminología que emplearemos en el desarrollo de este capítulo, se impone llevar a cabo las siguientes consideraciones que son de índole general, pero no por eso de menor importancia para el desarrollo y conocimiento del diagnóstico físico, y por ende de su práctica adecuada. Nuestro objetivo en mente se divide en dos aspectos fundamentales: • La importancia del Método Propedéutico. • El papel del Médico en su relación con el Paciente. El Método Propedéutico Lógicamente se concibe que el fin de la serie de maniobras y reglas que nos llevan al diagnóstico exacto de una enfermedad debe tener un orden razonable y práctico a la vez, de esta manera el objetivo inicial es el de obtener una historia clínica completa que sea de valor absoluto para poder llegar a un diagnóstico. Las dos partes fundamentales de una historia clínica es por una parte el interrogatorio completo y bien dirigido del enfermo y por la otra, una exploración física realizada de una manera perfecta, de acuerdo a las normas que más adelante vamos a establecer. El binomio interrogatorio y exploración física constituyen así la historia clínica, que es la serie de datos obtenidos clínicamente del enfermo, coloca al médico en la posición adecuada para realizar un diagnóstico clínico basado en los datos de la misma. El diagnostico clínico puede ser único o múltiple, siendo la base fundamental para solicitar aquella serie de recursos llamados paraclínicos, a los que el médico recurre frecuentemente, con el fin de llegar al diagnóstico etiológico o causal de la enfermedad. Los paraclínicos son aquellos que como su nombre lo indica ayudan a la clínica y son proporcionados en primer lugar por estudios de laboratorio, como son los exámenes de la sangre, de la orina, del líquido cefalorraquídeo y muchos más; enseguida la información proporcionada por los exámenes de gabinete, como son los de radiología y algunos más especializados como el electrocardiograma, el electroencefalograma, la TAC y la RMN; también encontramos dentro de este capítulo las aportaciones hechas por cierto tipo de exámenes que nos dan una visión directa de ciertas cavidades como son las endoscopias. Tomando una vista panorámica de lo anteriormente dicho, vemos como el Médico hace uso inicialmente de la exploración indirecta del enfermo, como es el interrogatorio en el que obtiene una idea exacta del principio y evolución de los signos y síntomas de la enfermedad, posteriormente hace uso de todos sus sentidos, la vista, el olfato, el tacto, el oído, métodos directos, para enseguida prolongar estos sentidos al análisis por medio de instrumentos y aparatos de cada uno de los órganos, aparatos o sistemas. Es precisamente el ejercicio mental del análisis concienzudo, lo que lleva a la deducción del diagnóstico causal, fisiopatológico y finalmente integral de la enfermedad que padece el enfermo. Una vez conocida esta enfermedad servirá de base para llegar a dos fines: primero el pronóstico adecuado del enfermo y segundo implementar el tratamiento adecuado para restablecer la salud. La medicina es una ciencia, pero a la vez un arte que persigue un fin, el de conocer a la enfermedad que afecta a una persona para poder establecer un tratamiento, realizar un pronóstico o evaluar una incapacidad orgánica o funcional, ya sea pasajera o definitiva. Para alcanzar estas metas necesitamos llegar a una capacitación técnica adecuada para encontrar la diferencia entre lo normal y lo patológico; el conocimiento de la anatomía y fisiología normal es indispensable para conocer la localización de los órganos, la función y las relaciones que existen entre unos y otros, para que al encontrar una manifestación diferente de lo normal, poder y saber interpretarlo, buscar el mecanismo de origen y el daño causado en los órganos, aparatos y sistemas. Tomando como punto de partida estos enunciados, debemos comprender que para lograr nuestro aprendizaje en el difícil arte y ciencia del diagnóstico físico e interpretar en una forma perfecta a nuestros enfermos, contamos con una serie de procedimientos básicos pero fundamentales, a la vez prácticos, sencillos, accesibles e inteligentes para llegar a dichos conocimientos. El aprendizaje de estas reglas de una forma metódica y disciplinada es la única manera de llegar al conocimiento y dominio del diagnóstico físico, el Médico deberá tener un espíritu observador, organizado y disciplinado para realizar de una manera perfecta estas reglas y normas fundamentales. El papel del Médico en su relación con el Paciente Hemos definido la salud como el equilibrio físico y mental del organismo, la enfermedad es la pérdida del uno o del otro, es deber ineludible del médico cuidar este equilibrio y también restablecerlo. En suma el postulado conditio sine qua non del ejercicio de la medicina, debe ser el respeto a la integridad física y espiritual del hombre. El médico es un hombre que se asoma a la vida de otro hombre con el afán de ayudarlo y ofrecerle todo lo que tiene, ciencia, comprensión, simpatía y espíritu de servicio, es nuestra profunda obligación no dejar perder nunca este aspecto fundamental del médico humanista, que arranca ya no de nosotros, sino de raíces profundas en nuestra cultura, y nos marca un deber que responde al impulso del alma para realizar el bien ampliamente. El médico debe actuar profundamente convencido de estas cualidades humanas, más aún en los tiempos actuales, en el que parece existir una pérdida de los valores fundamentales del hombre, debe tener conciencia plena de la responsabilidad que se adquiere al aceptar un paciente, responsabilidad por una parte humana para comprenderlo y respetarlo como a un hermano y por otra parte como médico, la responsabilidad ineludible de tener la preparación científica fundamental para poder atender a dicho enfermo y consecuentemente dedicar todo el tiempo necesario y capacidad técnica y científica para resolver su caso, si estos dos postulados fundamentales se cumplen estaremos proyectando nuestra personalidad única, amalgama de lo humano y lo científico al sitio que le corresponde, una proyección espiritual que nos acerca a la consecución de los más altos ideales, a la paz espiritual y a la satisfacción personal plena y fecunda que se originan de servir no únicamente a un semejante y sino a la comunidad en que vivimos, a nuestra patria y en el mundo sin fronteras de la medicina a una proyección universal. CAPÍTULO 2 RELACIÓN MÉDICO-PACIENTE Aspectos de la Relación Médico-Paciente . “El secreto para el cuidado del paciente es interesarse por el paciente”, según la feliz expresión de Francis W. Peabody, la denominación “cuadro clínico” no es sólo la fotografía instantánea de un enfermo, sino que es un panorama que incluye al paciente con su hogar, su trabajo, sus relaciones, sus amigos, sus hábitos, sus penas y alegrías, sus esperanzas. Un buen diagnóstico y un tratamiento eficaz dependen en buena parte de una adecuada comunicación entre el médico y el paciente. Esta relación médico-paciente parece ser la piedra angular del ejercicio práctico de la medicina, cualquiera que sea el sistema de organización de la atención médica. Es posible que el arte de la medicina esté centrado alrededor de esta relación. A causa de la complejidad de la medicina moderna, en esta relación interviene no solamente el médico, si no loscomponentes del equipo de salud que tienen que hacer algo con el paciente. Esta situación complica la relación haciéndola menos individual, menos íntima. Uno de los aspectos más difíciles en la enseñanza de la medicina en el hospital es el de tratar de establecer una relación personal en una institución que es impersonal. El problema surge porque, tanto la silla del hospital como el consultorio externo son sitios bastantes distintos del ambiente que rodea al paciente en su hogar o en su trabajo. Cuando un paciente va al consultorio privado de un médico, generalmente lo hace porque de antemano confía en él. Cuando el derechohabiente va a la institución lo hace usando un beneficio al que tiene derecho y esperando ponerse en contacto con alguien que tome interés humano en él. Es evidente entonces que el estudiante de medicina se encuentra en una posición ideal para abordar los problemas que el paciente planteará. Si el estudiante aprovecha esta oportunidad, el paciente confiará en él y lo considerará como su medico de cabecera aún a sabiendas de que es estudiante. Establecida esta relación, el estudiante deberá interesarse acerca de su medio extra-hospitalario, de su familia, amigos, trabajo, hábitos, etc. y de las características de su personalidad (extrovertido, descuidado, meticuloso, agudo, etc.). Revisemos brevemente cuál debe ser la disposición anímica del alumno de medicina en sus primeros contactos con el enfermo; debe mostrar interés por la persona total como ya se ha dicho, esto significa que debe tener, como cualidad personal anterior a todo aprendizaje, un auténtico deseo de conocer y ayudar a la persona enferma, conocerla en su dimensión psicológica y social, pensar en ella cada vez que ésta le plantee sus dudas y problemas, pero no pensar como ella, sino objetiva y científicamente. Ayudar a la persona enferma significa no sólo diagnosticar y tratar la enfermedad, sino sustantivamente ofrecerle la oportunidad de adquirir seguridad y tranquilidad en el curso del diálogo alumno- paciente. Todo enfermo vive una situación problemática en el curso de su vida, vive una existencia amenazada y su primera defensa está constituida por la apertura al diálogo. Facilitar la catarsis del enfermo, es decir, el alivio de las tensiones y temores por la expresión verbal, debe ser actitud constante del alumno. Saber escuchar es una técnica que enseña a veces mucho más que imponer un interrogatorio dirigido rígido. Debe considerarse también el hecho que ciertos estados afectivos del estudiante pueden influir en la relación con el paciente, haciéndola difícil cuando no imposible: la premura, la ansiedad averiguadora por obtener pronto los datos, la excesiva pasividad o la compasión extrema. Tales sentimientos destruyen la buena relación médico-paciente. Es normal que en los primeros contactos el alumno pueda sentirse inseguro. Eso les sucede a todos, pero a medida que progresa su técnica, mejoran los resultados, tanto que el propio estudiante se sorprende. El estudiante debe aprender a preocuparse de muchos pequeños detalles que hacen más agradable la vida del enfermo y a través de los cuales ejercerá la actitud psicosomática de la medicina. De aquí que los cuidados del paciente y las sencillas técnicas de enfermería, deben aplicarla los estudiantes de medicina porque es a través de estas prácticas, que se va produciendo la integración entre el conocimiento del caso clínico y de la persona. El conocimiento del carácter único de la psiquis del paciente y el continuo respeto de su dignidad como individuo, deben inculcarse desde el comienzo en el estudio de la medicina. Un ejemplo puede ilustrar mejor lo que estamos diciendo. Supongamos que estamos estudiando un enfermo el cual hemos hecho un diagnóstico de úlcera gástrica. Tan pronto como nos enfrentamos a la prescripción del régimen alimenticio adecuado se observará que una cosa es escribir el tratamiento de la úlcera gástrica y otra muy diferente es tratar al señor Fulano de Tal por úlcera gástrica. Si debemos indicar algunas semanas de reposo en cama, una dieta especial, algunos medicamentos, surgen inmediatamente algunas preguntas que el médico debe formular: ¿Podrá el paciente hacer un reposo efectivo en la casa?, ¿Cuáles son las condiciones de vida en el hogar de este grupo familiar?, ¿Qué le sucederá al enfermo con su trabajo y que desde el punto de vista económico durante el período de reposo?, ¿Acaso no sería preferible acortar el período de reposo porque esté va a traer intranquilidad al enfermo debido a los problemas derivados de él? Estos antecedentes y otros más permiten al médico formarse una idea más real del ambiente y de los problemas que el enfermo está viviendo. Además la investigación detallada de estos, permite destacar la importancia de los factores psicodinámicos en la explicación de enfermedades no orgánicas y en su influencia en muchas orgánicas. Los primeros constituyen un grupo importante de la patología corriente. Médicamente hablando no son casos serios, por lo que se refiere a vida o muerte, pero sus vidas transcurren en forma miserable asediado por la sintomatología funcional. El médico que logra entender a estos enfermos puede hacer mucho por su curación ayudándolos a que sean más felices. No olvidemos que cada paciente se encuentra afectado, en una u otra forma, por las influencias emocionales y por las condiciones materiales que rodean su vida. En el enfermo clínico tales fuerzas pueden actuar como poderosos estimulantes o depresores. Cuando el médico tiene la oportunidad de visitar al paciente en su hogar, puede conocer directamente el ambiente que lo rodea y las circunstancias que influencian su vida y la actual enfermedad. Este conocimiento es más difícil de obtener en la sala de hospital y en el consultorio externo. En estos servicios el enfermo pierde su identificación personal y se transforma en un caso clínico. La dificultad está en que el consultante es tratado como un caso de tal o cual enfermedad y no como una persona enferma. Por lo tanto, el médico debe tratar la enfermedad e interesarse por la persona enferma. La enfermedad produce siempre un estado sensitivo emocional, y éste repercute en la enfermedad orgánica. Desde un punto de vista sociológico, la relación médico-paciente se interpreta como un sistema social en que se enfrentan dos roles: el médico y el paciente guiados por un conjunto de normas propias a la estructura social donde esta relación tiene lugar. La relación significa para cada uno de ellos un sistema de expectativas recíprocas. El paciente espera que el médico lo devuelva al estado de salud y el médico espera que el paciente entregue toda la información necesaria para su diagnóstico exacto y que luego cumpla las indicaciones. Es claro que esta relación será interpretada por cada una de las partes en forma diferente, ya que, tanto el paciente como el médico concurren a ella impregnados de los valores, actitudes, hábitos, prejuicios y opiniones que prevalecen en sus respectivos grupos y pertenencias. En la medida que este sistema provea orientaciones comunes, la relación médico-paciente será expedita; en la medida que sean divergentes, la relación se resentirá. Dos son los grupos de referencia inmediata de mayor importancia en esta relación: para el paciente es la familia; para el médico, es la profesión médica entendida como la Escuela de Medicina y la organización de la práctica profesional (gremio médico). En estos grupos de referencia en los que tanto el médico como el paciente aprenden, hacen suyos, los componentes de sus respectivos roles sociales, el médico y la persona enferma. La Escuela de Medicina es la agencia formal encargada por la sociedad de transmitir las habilidades y técnicas, así como los valores, actitudes y conducta que definen específicamente el rol social del médico en nuestra sociedad.El gremio médico organizado y la forma como está estructurada la profesión médica influencia también esta situación. ¿Cuáles son los componentes del rol médico?, ¿Cuáles son los elementos que la sociedad considera importantes en el ejercicio de este rol médico? Sociológicamente el rol es un sistema de expectativas o de patrones de conducta esperados, asociados con un status que se define en términos de deberes y derechos. Los componentes del rol médico podrían enunciarse así: 1. El rol del médico es funcionalmente específico, es decir, se espera de él la aplicación de un alto grado de habilidad y destreza técnica, adquiridos a través de la Escuela de Medicina, para solucionar los problemas de salud y enfermedad de la gente. Es, por lo tanto, un status adquirido, no adscrito. 2. Como componente de este último atributo, el rol del médico tiene algunos privilegios establecidos socialmente como derechos inherentes al rol. Por ejemplo, puede entrar a la casa de la gente, y obtener información íntima del cuerpo humano y de la vida de la gente. Este privilegio se le otorga al médico, no porque sea considerado una persona más honorable que otras, sino porque él requiere tal información, para el tratamiento de los pacientes. 3. Se espera que el médico sea, en esta relación neutral afectivamente. Es decir, que sea objetivo y emocionalmente ecléctico. Sin embargo, es necesario que el médico se interese por su paciente, que sea comprensivo y simpático con él. El médico como individuo tiene también valores personales propios y de su grupo, cuando su sistema de valores choque con el del paciente producirán situaciones conflictivas. 4. El médico debe someterse a las reglas universales o aceptadas de su profesión y no a los requerimientos de principios o relaciones particulares. Este atributo del rol, protege al médico de la tremenda tensión, derivada de la responsabilidad de producir decisiones personales cuando se trata de problemas relacionados con la vida o con la muerte de las personas. Estos son los elementos que definen el rol del médico en la sociedad y que deben de ser enseñados por la agencia formal creada por la estructura social para formar (producir) médicos: la Escuela de Medicina. Parece evidente que ésta cumple actualmente en buena forma la transmisión de los valores, actitudes, conductas propias a la definición científica del rol y que son la base de la cultura médica. Gran parte de este proceso de formación se cumple durante la práctica profesional y a través del gremio médico. ¿Cuál es el rol social del enfermo y cómo se cumple? El estar enfermo constituye una situación social muy importante para la sociedad, tanto que se ha definido la situación “de estar enfermo” como un rol social y como un modo particular de conducta. Es decir, cuando una persona enferma, esta jugando un rol social definido por la estructura social, el buen cumplimiento del nuevo rol es exigencia de la misma estructura. Por lo tanto, la estructura social debe señalar claramente las pautas o patrones así como las capacidades necesarias para el correcto desempeño de este rol. El hecho de que la enfermedad sea un tipo de desviación social o de conducta desviada no implica que el enfermo sea considerado responsable por su estado y por tanto castigado como en otros tipos de conducta desviada. La sociedad admite este estado y se responsabiliza ella de haberlo causado, pero fija explícitamente los deberes y derechos de quien enferma. Pero el rol del enfermo no es tan simple porque los individuos reaccionan en forma diferente frente a la enfermedad. Las reacciones son distintas, además, de una cultura a otra y de un grupo social a otro. De tal modo que el fenómeno social de “conducta enferma” se entiende como la forma en que los síntomas son percibidos, evaluados y modificados por los individuos que reconocen tener algún signo de alteración orgánica o funcional. Dos personas con los mismos síntomas clínicos pueden comportarse de manera distinta: por ejemplo uno puede consultar un médico y el otro no. En esto influye la subcultura, el grupo étnico, la religión, la educación, el nivel económico, entre otros, este tipo de variables psicosociales y sociológicas pueden esclarecer una serie de problemas que modifican las formas que puede adoptar la relación médico-paciente. Considerada la enfermedad como un tipo social establecido, se caracteriza por cuatro rasgos específicos: 1. El enfermo es incapaz de cumplir sus otros roles sociales y éste hecho no es de su responsabilidad 2. Esta incapacidad definida como enfermedad permite al individuo liberarse de sus otros roles y tareas en varios grados y formas y por cierto período. 3. El estado del enfermo es así un estado social legitimado cuya condición esencial es el reconocer de que ese estado es indeseable y que existe la obligación social de tratar de remediarlo. 4. La persona enferma y sus familiares o su grupo tienen la obligación de buscar ayuda competente para remediar la situación. Es el médico o la agencia médica la que legaliza el estado de enfermedad. Cuando esto ocurre, estar enfermo es más importante que cumplir con las obligaciones usuales. A la persona enferma se le releva de sus obligaciones diarias, pero se espera de ella que busque la ayuda competente y siga las indicaciones para retornar a la normalidad. El rol social de la persona enferma es un patrón para acomodar la conducta de otros a la del enfermo así como para prevenir a éste del aislamiento social y para conectarlo con las agencias médicas. Consideradas así las cosas, la relación médico-paciente es una forma de interacción social en que se encuentran dos roles sociales, el del paciente y el del médico, definidos explícitamente y legitimados por la estructura de la sociedad. La relación social que se establece entre el médico y el paciente puede ser definida como un sistema de expectativas recíprocas en que hay por ambos lados deberes y derechos inherentes a los roles que los individuos están desempeñando. El fenómeno de la percepción social determina y condiciona, en gran parte, la relación médico-paciente. Cada individuo enfrenta una situación con un bagaje distinto de experiencias y con una perspectiva diferente, lo cual conduce a definiciones también diferentes de las situaciones. La consecuencia más importante es que los individuos expresan estas diferencias en conductas distintas. Los factores que intervienen en la definición de la situación, en la percepción y en su interpretación, son múltiples y actúan conjuntamente. Con fines didácticos pueden clasificarse en: Determinantes fisiológicos como hambre, sed, impulso sexual, fatiga, constitución individual e inteligencia. Determinantes psicológicos como la necesidad de logro, de pertenencia a grupos, necesidad de autonomía o dominio, necesidad de realización, frustraciones y mecanismos defensivos, actitudes y valores. Determinantes socioculturales que existen en el medio ambiente social, roles sociales, grupos sociales, status sociales, clases sociales. Todos estos elementos actúan de alguna manera en la relación médico-paciente y con aportes distintos de parte del médico y del enfermo. Por esto es importante que el estudiante de medicina comprenda los determinantes de la conducta social, así como los determinantes de las creencias y actitudes de la población. Este conocimiento contribuirá a hacer más armónica e íntima la relación entre el médico y el paciente, para la conquista de la meta común de ambos: la salud del paciente. Enfermedad y Padecer en la Práctica Actual . “El hecho de que el médico solamente actúe como científico despersonalizando al paciente y convirtiéndolo en un objeto biológico de conocimiento, mina la base de la consulta médica, deforma su desarrollo y limita sus frutos.”La práctica médica no es un arte novedoso, ya desde el 1600 A.C. se distinguen por primera vez los elementos religiosos, mágicos y empíricos, dejando así a sacerdotes, magos y médicos, como personajes diferentes a quienes el enfermo podría acudir para aliviar el sufrimiento; de esta manera surge la profesión del médico y la relación entre éste y su paciente. Junto con la profesión médica surge el enfermo, diferenciándose por primera vez la enfermedad del padecer. Es importante entender que la enfermedad no necesariamente ocasiona sufrimiento en el paciente, que su verdadero malestar se puede encontrar en su entorno social, o que lo aquejen aspectos psicológicos. En la actualidad, la relación entre el médico y su paciente se ve alterada, a causa de que el médico, incapaz de diferenciar entre enfermedad y padecer, ve al paciente (del latín pati, sufrir) como un ente biológico, obviando las esferas psicológica y social, lo cual genera que el objetivo final del médico sea sólo el bienestar físico del enfermo. Para ilustrar de manera más clara la diferencia que existe entre enfermar y padecer, citando al Doctor Horacio Jinich; presentando el siguiente caso extraído de una clínica del IMSS: La señora Altagracia Sánchez, mujer de 39 años de edad, tiene hipertensión arterial (HAS), vive en la periferia de ciudad Nezahualcóyotl, en un tugurio en compañía de cuatro de sus hijos, dos nietos y su madre, trabaja de mesera en una lonchería. Ha estado casada dos veces, pero en ambos casos fue abandonada por el esposo; más recientemente estuvo viviendo en amasiato con Eduardo P., a quien mataron a puñaladas en una riña de cantina hace exactamente un año. Sostiene a toda su familia; la madre de 60 años es hipertensa y sufrió un accidente vascular cerebral que la dejó con hemiplejía y afasia. La hija mayor es madre soltera de dos niños, está embarazada y no trabaja, anduvo metida en drogas; otra hija, de quince, también está embarazada; un hijo de 17 está en la cárcel y otro más chico ya anda en “malas compañías”; sólo Amalia, la hija menor, “es un ángel”. Acudió Altagracia a una consulta en una clínica del IMSS y se grabó la entrevista que se transcribe a continuación: A - No me estoy sintiendo bien, doctorcito. ¡Ay, no sé! Puede que sea la presión. Me está doliendo rete harto la cabeza, no he podido dormir bien. D - ¿Ha estado tomando sus medicinas? A - A veces, pero cuando no siento la presión las dejo de tomar. D - Vaya doña Alta, pero si ya le he dicho que si no las toma puntualmente le va a pasar lo que le pasó a su mamá; las tiene que tomar todos los días sin falta; ¿y la dieta con poca sal? A - Doctorcito, cómo quiere, no puedo andar cocinando sin sal para la familia, ni modo que cocine para mí, no me da tiempo y en la lonchería todo tiene rete harta sal. D - Bueno, éste si que es un problema, a ver cómo le hace, pero la dieta con poca sal es muy importante. A - ¡Ya lo sé, doc!, quisiera hacer todo lo que me manda pero a veces se me olvida, tengo tantísimos problemas encima y todo me afecta la presión; tengo dos hijas enfermas de niño y mi madre está cada día peor y luego la preocupación por Alfonso, que lo metieron al bote y yo… D - ¿Siente falta de aire? A - Seguido me despierto en las noches. D - ¿Dolores de pecho? A - No, doc D - ¿Alguna otra molestia? A - No he podido dormir bien, doctorcito creo que es porque… D - ¿Le cuesta trabajo quedarse dormida? A - Sí, doctor, y me despierto muy temprano. He soñado mucho con Eduardo, me dejó muy solita, no sé si… D - ¿Algún otro problema? A - No, doc. Sólo cansancio, pero no es novedad, doctorcito. ¿Le puede dar a uno dolor de cabeza por las preocupaciones y por extrañar a alguien? D - Si son dolores puramente musculares, puede que sí. ¿Ha notado otros síntomas, como mareos, debilidad, fatiga? A - No le digo, siempre estoy cansada y la presión empeora. Yo le quería preguntar de mis preocupaciones, tengo hartísimas, me siento toda decaída y como que ya no puedo. D - Bueno, la voy a mandar con la trabajadora social. Ahora déjeme que la examine, a ver cómo la encuentro. A - Pues, ¡cómo me va encontrar!, pues mal, yo se lo puedo decir, doctor, tengo demasiada presión y eso me sube la presión. D - Bueno, bueno; ya veremos, anímese y tome sus medicinas Una vez terminada la consulta el doctor Flores escribió la siguiente nota de evolución: Paciente femenina de 39 años, con hipertensión arterial esencial, tratada con hidroclorotiazida 100 miligramos y alfa-metil dopa 2 gramos al día. Presión arterial 160/105. La paciente no toma sus medicinas regularmente, a pesar de las indicaciones médicas; hay signos de leve insuficiencia cardiaca, resto negativo. Diagnóstico: 1. Hipertensión esencial mal controlada, 2. Insuficiencia cardiaca grado II. Tratamiento: Insistir en dieta hiposódica. Cambio de alfa-metil dopa por captopril. Nueva consulta en un mes. Casos como éste, existen muchos, y como nos podremos dar cuenta, el médico atiende la enfermedad, olvidándose por completo del paciente, de su vida y sus fuertes presiones psicosociales con las que debe de coexistir. Pero no se le puede culpar al médico por esto, ya que, él emplea el método con que el que se le instruyo durante su preparación. Por esto es importante recalcar que las bases con las que se forma el médico son fundamentales para el trato ulterior a su paciente, que, debe aprender a tratarlo tomando en cuenta no sólo el aspecto biológico, sino también sus facetas psicológicas y su entorno social; lo que permitirá al galeno tener una visión integral del enfermo, facilitándole un mejor diagnóstico y más certero tratamiento. Pero, ¿Cómo podemos descubrir cuál es el padecer del enfermo?, la respuesta es más sencilla de lo que parece, cierto es que son necesarios y esenciales los conocimientos sobre anatomía, fisiología y las demás materias básicas de la profesión, pero, para poder integrar estos conocimientos con el padecimiento del enfermo, es necesario escucharlo y observarlo, dedicarle el tiempo suficiente para conocer su carácter, hábitos, actividades laborales y recreativas, tensiones y conflictos Inter e Intra personales, generando de esta manera empatía con el enfermo; en palabras del Dr. Carlos Tena Tamayo “la empatía es ponerse en los zapatos del otro”. Es importante señalar que el contexto general de la relación médico-paciente no suele ser azaroso. En algunas ocasiones la persona buscará ayuda profesional para encontrar la cura a su enfermedad, alivio a sus molestias, e inclusive, consuelo de sus males; otras veces, el individuo espera obtener del médico algún tipo de certificado de incapacidad laboral o simplemente busca llamar la atención del médico. Es necesario pues, que el médico identifique tempranamente las intenciones del individuo, para conocer cuales son los objetivos que éste espera de la consulta, y así, poder identificar de manera certera su padecer, obtener un diagnóstico y establecer un tratamiento adecuado para que recobre su estado de salud. De esta manera, hemos logrado que la persona acepte su nuevo rol dentro de la sociedad, el de enfermo, junto con él, la familia del individuo se ve envuelta en su padecer, claro esta, que la importancia que le den a la enfermedad y al padecer de su familiar, dependerá de la interpretación y sentido que estos le den. En todo caso, resulta evidente que el médico no sólo debe prestar atención al padecer del enfermo, sino al padecer de la familia entera. Es conocido que una enfermedad puede destruir o salvar a una familia; para ejemplificar esto, se expone un caso del Dr. Kleiman: La señora Heyst es ama de casa de 63 años de edad cuyo esposo, Samuel, tiene un linfoma maligno desde hace 12 años. Jenny Heyst, que tiene dos hijos y cuatro nietos, piensa que el tumor de su esposo ha “salvado el matrimonio, y quizás a la familia”. Dijo lo que sigue: Estábamosa punto de separarnos antes del diagnóstico. Él tenía sus intereses, yo los míos. Luego se le encontró el tumor. Fue un choque tremendo. Nos sentimos anestesiados. Lloramos y lloramos, y empezamos a conversar como no lo habíamos hecho desde los primeros días de nuestro matrimonio. Lo empecé a ver con otros ojos, y creo que a él le paso lo mismo con respecto a mí. Teníamos antes los ojos medio cerrados. Él no estará de acuerdo conmigo, pero en verdad creo que Dios hizo esto para unirnos de nuevo. Bueno, si él lo hizo o no lo hizo, el hecho es que nos volvimos a encontrar. Y no sólo Sam y yo sino también los muchachos. Tenían su vida propia. Usted sabe cómo es cuando alcanzan cierta edad. Se empiezan a aflojar los lazos familiares. Empiezas a pensar menos y menos en tu origen, y más y más hacia el futuro, hacia adonde te diriges. Estaban metidos en sus carreras y en sus nuevas familias en formación. Bueno, lo asombroso es que este tumor obró en ellos como en nosotros. Empezaron a llamarnos, a visitarnos más seguido. De repente empezaron a haber grandes reuniones familiares. ¡Y que atentos! ¡Que atentos! Bromeamos sobre eso, Sam y yo. Quizás los muchachos no estaban preparados para un tumor, quiero decir un cáncer que dura tanto tiempo. Estaban pensando que quizás sería un año o dos. Pero ya llevamos doce, casi trece años, y Sam va bien, está fuerte. Pero lo mejor, lo mejor, es que NOSOTROS VAMOS BIEN, TODOS NOSOTROS ESTAMOS EN ESTO, JUNTOS. Se puede observar que este caso en particular sirvió para unir a la familia y darle ánimo al enfermo, logrando que su condición se postergara por varios años, y lo más notable de todo, que el enfermo este contento con su nuevo estilo de vida. En el transcurso del caminar de la relación médico-paciente encontramos brechas de diferente índole, unas debido a la personalidad del Médico y otras más, quizá a la estructura psicológica del paciente y el impacto que recoge de su entorno; llevaremos a cabo una somera semblanza de este factor a sortear en la relación médico-paciente. CAPÍTULO 3 INFLUENCIA DE LOS DIFERENTES TIPOS DE PERSONALIDAD EN LA RELACIÓN MÉDICO PACIENTE La personalidad no tiene una definición concreta, más bien es un repertorio habitual de conductas psicosociales que expresan en cada individuo la integración singular de sus características cognoscitivas, afectivas y conativas, y que son reconocidas por el mismo y por los demás como una individualidad autónoma y constante. Existen tipos de personalidad que por la forma en la que éstas se desenvuelven, hacen más difícil la labor del médico para la obtención de la información, y por lo tanto, minan la relación médico-paciente; las más frecuentes se presentan a continuación Personalidad Agresiva: Conducta observable o encubierta (fantaseada) que persigue causar daño a uno mismo o a otros, por lo general como resultado de emociones y actitudes hostiles. El clásico ejemplo lo tenemos con el famoso “mocha orejas” en sus agresiones a las personas secuestradas. De acuerdo al DSM IV la agresividad es un estado emocional que consiste en sentimientos de odio y deseos de dañar a otra persona, animal u objeto, es cualquier forma de conducta que pretende herir física y/o psicológicamente a alguien, es un factor del comportamiento normal puesto en acción ante determinados estados para responder a necesidades vitales, que protegen la supervivencia de la persona y de la especie, sin que sea necesaria la destrucción del adversario. Sus características son: • Conductas impulsivas. • Escasa tolerancia a la frustración. • Tendencia a ser violentos. • Ausencia de sentimientos de culpa. • Incapacidad de aprender de la experiencia. • Incapacidad para mantener relaciones estables. • Desconsideración hacia los sentimientos de los demás. • Son motivo de gran irritación para los médicos. • Reconocen al mínimo la ayuda real que están recibiendo. • Exageran sus molestias continuas. • Obtienen logros secundarios al conservarse enfermos. • Tienen un medio para castigar a las figuras autoritarias. • Cargan la responsabilidad de su buena salud sobre los hombros del médico. • Evitan colaborar con los procedimientos terapéuticos. ¿Qué es lo que debemos de hacer con estos pacientes?, debe tomarse tiempo para reconocer y comprender el sufrimiento de estos pacientes, proporcionar información al paciente en forma de preguntas más que en afirmaciones. Por ejemplo: ¿sabe qué le pasaría sí no toma el medicamento?, debe estar al tanto de las formas sutiles de falta de adaptabilidad, no debe sentirse culpable sí el paciente no evoluciona de la forma deseada. Personalidad Impulsiva: La que manifiestan individuos clasificados como sociópatas, psicópatas, alcohólicos y víctimas de toda clase de adicciones mórbidas, debido a que tienen como común denominador la incapacidad de resistir impulsos súbitos y violentos y de ejecutar acciones sostenidas, fundadas en pensamientos racionales. En la sociedad actual existen diversos ejemplos de personajes impulsivos. Se caracterizan por sacrificar logros positivos, suelen sufrir remordimientos o sentimientos de culpa, tienen frecuentes triunfos y fracasos. De acuerdo al DSM IV presentan: • Ánimo inestable. • Incapacidad de planificación. • Respuesta agresiva o autoagresiva a la frustración. • Alteración de la imagen de sí mismo y sus deseos. • Relaciones tan intensas como inestables. Como médicos no debemos de asombrarnos frente a las interrupciones y frustraciones repetidas que aparecen en el curso de la entrevista, ni reaccionar con ira y hostilidad cada vez que seamos interrumpidos, ni prescribir medicamentos con potencial adictivo, ni aceptar con facilidad el relato de los antecedentes patológicos e involucrarnos emocionalmente en el caso. Personalidad Cínica: El término cinismo proviene del griego Kynosarge, que significa mauseo de perro, y es una referencia de la ubicación de la escuela cínica fundada por Antístenes, la cual estaba ubicada en el gimnasio de Cynosarges; y del latín cynicus, que significa perro. Oscar Wilde (1854-1900), el cinismo consiste en ver las cosas como realmente son, y no como se quiere que sean. Cínico: un hombre que sabe el precio de todo y el valor de nada. Henry-Louis Mencken (1880-1956), un cínico es un hombre que, cuando huele flores, busca un ataúd alrededor. El adjetivo cínico se utilizan para señalar a una persona que muestra alguna forma de indiferencia por el esquema de valores aceptados socialmente, y también se define como desvergüenza en practicar o defender acciones censurables, que se identifique con cierto rasgo de impudicia. Sus características son • Menosprecian los bienes materiales. • Desprecian los placeres y las pasiones. • Se burlan de las normas sociales y los lazos nacionales. • No da valor a las costumbres, creencias religiosas y leyes. • Carecen de ética, y pueden ser egocéntricos. Vg., Cuando estos pacientes se sienten incómodos por alguna pregunta del doctor, fingen desmayarse, pero curiosamente caen en un lugar acolchonado; generalmente estos pacientes llegan tarde a sus consultas, y cuando en alguna ocasión llegan primero que el doctor, se lo restriegan en su cara; son pacientes frecuentes, ya que no siguen al pie de la letra el tratamiento, y cuando el médico les pregunta ¿por qué?, se burlan y se mofan de él, mencionan que no se tomaron lo medicamentos por flojera, o que el dinero lo usaron para ir a la cantina; suelen no pagar las consultas, y abogan que fue un descuido; por sus propios problemas sociales, suelen refugiarse en adicciones como alcoholismo y drogadicción. De acuerdo al filósofo francés Michael Onfray el cinismo se clasifica: 1. Religioso, como cuando se dicen ser muy religioso ante un cierto grupo de gente, y ante otro es todo lo contrario. 2. Político, como cuando los candidatoselectorales hacen promesas en sus campañas y cuando están en el poder, mencionan nunca haber prometido nada. 3. Ético, como cuando profesionistas llegan a la cumbre de su carrera y, mencionan haberlo logrado solos, pensando que lo lograron ya que estaban destinados a ello, y menosprecian a los que alguna vez les brindaron la mano. Personalidad Perfeccionista: ¿Cómo entrevistar a un paciente Perfeccionista?, buena parte de las personas inmaduras e inseguras que tienen verdadero pánico al fracaso, aunque suelen aparecer como personas de éxito y que jamás se sienten satisfechas por nada, son perfeccionistas. Se observa la actitud del muchacho ante la cámara Para decirlo de manera más clara, el perfeccionista no soporta la idea de cometer errores, cree que todo debe hacer1o a la perfección y si un trabajo no le sale perfecto, queda sumido en un estado de tensión y de nerviosismo que le lleva a considerarse un fracasado o un inútil. La distorsión que da origen al perfeccionista tiene su origen en la falta de humildad y en interpretar los errores como un fracaso y no como una extraordinaria posibilidad para aprender y mejorar. Comprenderá el lector que cualquiera que pretenda alcanzar siempre el absoluto, necesariamente se sentirá insatisfecho y desilusionado porque nunca considera suficientes los éxitos obtenidos. Los mayores logros tienen a1gún fallo o deficiencia y difícilmente la realidad de cada día se acerca a lo que espera o imagina el perfeccionista. Es una excesiva autoexigencia que produce frustración cuando las cosas no salen con la perfección esperada; lo cual suele suceder casi siempre ya que las expectativas muchas veces incluso superan a las posibilidades reales. Los médicos necesitamos poder identificar a una persona con esta característica, pues en la medida que lo podamos hacer con la mayor rapidez posible nos va a permitir manejar la situación con mayor confianza y lograr hacer que el paciente colabore con nosotros, con el fin de que nuestro interrogatorio sea llevado con éxito y nuestra información recolectada sea de calidad. Primeramente, lo que es apropiado hacer, ante todo, es tener la capacidad de identificar a un paciente perfeccionista. Como primer punto, el cual podemos observar, es la preocupación por los detalles, las normas, las listas, el orden, la organización o los horarios, hasta el punto de perder de vista el objeto principal de la consulta. Por esto hay que establecer rapport lo más rápido posible, para que el paciente nos escuche, y sienta que está en confianza, para entonces iniciar con las preguntas de nuestra entrevista; posteriormente, durante el llenado de la ficha clínica es importante indagar sobre sus actividades y/o proyectos, y en base a lo que nos diga, interpretar la información obtenida, es decir, si el perfeccionismo le interfiere con la finalización de las tareas. En caso que el paciente trabaje, es importante preguntarle sutilmente respecto a su dedicación al trabajo, que en este paciente pudiera ser excesiva, y que a la familia y a las amistades no les atribuya las necesidades de tiempo que merecen, evidentemente sin darse cuenta el mismo. Por otro lado, durante la entrevista pudiera notarse en él su excesiva terquedad, escrupulosidad e inflexibilidad en temas de moral, ética o valores, y que no se le puede atribuir a la identificación con la cultura o la religión que pudieran ser determinantes en dado caso. Pudiéramos obtener una respuesta negativa a nuestras preguntas, por lo que hay que ser muy intuitivos y hacerlo con la mayor sutileza posible, a fin de no tener algún conflicto con él. Cuando un paciente llega a obsesionarse por hacerlo todo perfecto, se encuentra ante un problema que hay que tratar de corregir. No podemos confundir el perfeccionismo con el deseo de mejorar y de hacer bien las cosas. Sin embargo, pudiera darse el caso que en nuestro paciente el perfeccionismo pudiera ser ventajoso en algunos aspectos, ya que promueve el esfuerzo y el trabajo bien hecho. Pero, en la mayoría de las ocasiones puede llegar a ser una obsesión y provocar ansiedad, depresión y otros trastornos, además de inseguridad, insatisfacción y frustración. En el caso de que el paciente fuese un niño, se observa que la simple idea de equivocarse produce en ellos temor y angustia. No aceptan que cometer errores es algo natural, que forma parte del proceso de aprendizaje, sino que por el contrario lo viven como un error personal que no tiene porqué ocurrir. Por ello, conviene tener un trato cercano con ellos, bien sea de consulta o de convivencia, ya que sus exigencias no tienen límite. Los niños pueden exigirse perfección por distintas razones y es importante saber qué motiva ese perfeccionismo para poder ayudarlos de verdad. Estos niños se fijan estándares excepcionalmente altos a pesar de la opinión de sus maestros, padres o amigos. Los niños y adolescentes perfeccionistas suelen decirse para sí que algo terrible va a sucederles si su rendimiento no alcanza un determinado estándar elevado. Pueden pensar que están condenados al "fracaso", que no podrán ingresar en la universidad o que usted o sus maestros no estarán orgullosos de ellos. Es importante recomendar que los padres le pregunten a su hijo qué piensa que puede suceder y objetar con delicadeza sus ideas mediante interpretaciones más racionales. Es difícil para los padres comprender las presiones que su hijo se impone. Es importante ponerse en el lugar del niño para poder entender la angustia que siente ante al "fracaso". En su búsqueda de lo perfecto, rechaza ver las cosas por lo que son, pero preferiblemente insiste en vivir para alguna ilusión que no existe. Por lo que es importante hacer un plan de acción acorde con esta personalidad perfeccionista y con el modo de ser del paciente, haciendo un equilibrio que nos permita avanzar en su consulta y evitar obstáculos que nos impidan llegar a establecer un buen diagnóstico. Personalidad Histérica: Se caracteriza por: • Siente intensamente. • Es vago y contradictorio. • No omite nunca adjetivos y superlativos. • Tiende a somatizar. • Se visten de manera llamativa. • Predomina el sexo femenino. Los pacientes que tienen este tipo de personalidad se les debe de hacer un interrogatorio con preguntas abiertas para evitar que el enfermo, intuyendo lo que el médico desea oír, conteste a las preguntas cerradas de manera afirmativa o negativa según sea el caso; el paciente con personalidad histérica intenta convertir la relación medico-paciente en una relación de amistad, esto lo logra empleando múltiples métodos, entre ellos, los elementos sexuales. Elemento sexual igual a peligro. Es importante recordar que estos pacientes alimentan el ego del médico, calificándolo como “lo máximo”, “el mejor del mundo”, “lo más maravilloso”. Sus manifestaciones de admiración y afecto pueden transformarse rápidamente en sentimientos encontrados, interpretando erróneamente que el médico siente atracción hacia éste, dando pie a todo tipo de complicación. Personalidad Narcisista: El narcisismo surge con el mito griego de narciso el cual se define como un individuo arrogante y fanfarrón que rechaza el amor a los demás por el amor a si mismo deseando ser siempre el centro de atención. Una cierta medida de amor propio es normal y conveniente, pero hay un límite en que el narcisismo ya no es saludable. posibilidad de interpretar reconoce al px.histerico medico adecuadamente los datos de la historia clinica manejar con madurez los elementos de la relacion med-px Existen varios criterios para pensar que un paciente es narcisista: • Grandioso sentido de auto importancia, espera ser reconocido como superior. • Preocupado por fantasías de éxito ilimitado, poder, brillantez, belleza o amor imaginarios. • Se cree especial y único,cree que solo puede relacionarse con otras personas que él considera de su mismo status. • Es muy pretencioso. • Es interpersonalmente explotador. • Carece de empatía, no reconoce los sentimientos de los demás. • Envidia a los demás o cree que los demás lo envidian. • Presenta comportamientos arrogantes o soberbios. • Exige admiración excesiva. El paciente narcisista trata de adoptar una imagen de invencibilidad personal ante si mismo y los demás, la enfermedad pone en peligro esta ilusión. Este tipo de pacientes “exigen” ser atendidos por el mejor de los médicos, cuya visión para ellos es el que tiene el consultorio más grande, que cobra más caro, que viste mejor, etc., aun así el paciente puede tratar de denigrar al médico como mecanismo de defensa para conservar su sentido de superioridad, ya sea comparándolo con otro o tratando de buscar alguna grieta en el comportamiento del médico o del ambiente laboral. Con estos pacientes se debe generar una sensación de respeto y reconocimiento al sentido de auto-importancia para establecer una percepción coherente de si misma, evitando reforzar su grandiosidad y tratando de aumentar la confianza del paciente hacia si mismo. Podemos concluir que para tratar a un paciente narcisista se debe de utilizar un criterio inicial de apoyo, seguido por confrontación paso a paso por los puntos vulnerables del individuo lo cual le ayudará a afrontar su enfermedad. Personalidad Paranoica: Es un conjunto de trastornos delirantes que se caracterizan por delirios notables bien organizados y por ausencia relativa de alucinaciones, pensamiento y conducta desorganizada y vida afectiva normal. Este trastorno se identifica por irrupción insidiosa de ideas delirantes que se convierten en el centro de la vida del paciente. Existen múltiples subclasificaciones para este tipo de personalidad, las que se presentan con mayor frecuencia en la práctica de la profesión médica son: • Erotomanía: Ideas delirantes de que una persona, por lo general de posición más elevada, esta enamorada del sujeto. • Grandeza: Ideas delirantes de valor exagerado, poder, conocimiento, identidad especial, o relación singular con una deidad o persona famosa. • Infidelidad: Ideas delirantes de que el compañero sexual es infiel. • Persecución: Ideas delirantes de que la persona (o alguien cercano a ella) esta siendo tratada malévolamente de alguna manera. • Somático: Ideas delirantes de que la persona tiene algún defecto o enfermedad física. • Mixto: Ideas delirantes que se caracterizan por más de alguno de los tipos mencionados, pero ninguno predomina. • No especificado: Presentan delirios claros que no encajan en otras categorías. Para lograr llegar al diagnóstico de que el enfermo tenga una personalidad paranoica se requiere la presencia de delirios superficialmente admisibles y no extravagantes con un mes como mínimo de duración y la ausencia de antecedentes de síntomas psicóticos más penetrantes, recalcamos que debe distinguirse entre el trastorno psicótico relacionado con un padecimiento medico general con el trastorno psicótico inducido por sustancias. Krapelin y Kretschmer, postularon que el trastorno era resultado de estrés psicológico abrumador en una personalidad premorbida caracterizada por desconfianza e hipersensibilidad al rechazo; Freud, atribuyó el pensamiento paranoide a la proyección, mecanismo psicológico en el que se repudian las ideas inaceptables para la consciencia y se atribuyen a otros; Cameron y Salzmann, propusieron que los síntomas delirantes se desarrollan a partir de sentimientos subyacentes. Los pacientes paranoides se sienten decepcionados, por tanto se aproximan a las nuevas relaciones con reservas. Al mismo tiempo tienen deseos de establecer contacto humano y es posible que deseen encontrar a alguien en quien confiar y que pueda ayudarlos. Para aprovecharse de esto el médico debe adoptar una actitud profesional y respetuosa, la actitud paternalista es considerada como ofensa; una manera informal podría implicar que el médico no toma en serio las complicaciones del caso. Los clínicos deberán aclarar que no aceptan como cierto lo que el paciente afirma, pero que el desacuerdo no implica falta de respeto, es inútil y contraproducente utilizar argumentos lógicos o intentar convencer al paciente de que sus delirios son equivocados. De acuerdo a lo mencionado, damos una serie de recomendaciones al momento de atender al paciente paranoico, basadas en nuestra experiencia y en la investigación bibliográfica: • Es preferible el abordaje en un hospital y no en un consultorio privado, si es el caso, no cerrar la puerta del consultorio. • El paciente debe estar acompañado por alguien de confianza para él. • El médico debe de tener apoyo del personal de seguridad o docencia del hospital en caso de que el paciente se altere. • La entrevista deberá ser dirigida preferentemente al acompañante del enfermo. • Deberá ser un interrogatorio lo mas breve posible con preguntas claras y no inquisitivas. • Cuidar nuestro lenguaje no verbal (no mirar insistentemente, no señalar). • No confrontar al paciente. En caso de que el paciente se comporte agresivo: • Se debe tratar de tranquilizarlo. • Los movimientos del médico deberán ser lentos y a la vista del paciente. Siempre se deben mostrar las manos. • Tratar de ser complaciente, e incluso hacer ofrecimientos de cualquier tipo aunque sean irracionales. • Bajar la vista cuando se hable con él. • Pedir disculpas y pedir ayuda. El Paciente que sufre Agresión Sexual: El estudio del paciente que ha sufrido agresión sexual debe de ser cauteloso, siempre hablando de la manera más clara para evitar cualquier mal entendido que pudiera haber por parte del enfermo, teniendo siempre en cuenta que este tipo de enfermos tienden a ser muy introvertidos y temerosos, tomando cualquier acto de acercamiento físico por parte del médico como un posible acto de agresión. Existen ciertas características que tienen en común estos enfermos, tienden a buscar tranquilidad en distintas sustancias o acciones como fumar, abuso de diversas sustancias, actividad sexual temprana, promiscuidad, no toman anticonceptivos, evitan exámenes ginecológicos, sufren depresión y culpabilidad, y en el peor de los casos llegan al suicidio. El paciente se caracteriza por tener temor al acto sexual, y cuando lo realiza tiende a ser frígido, anorgásmico y dispareunia, ya que, no se permite sentir placer. Después del acto queda una sensación de desprecio hacia sí mismo y entran en un estado de estrés postraumático. El abordaje del paciente en su esfera sexual es muy delicado, se tiene que establecer una buena comunicación antes de empezar el interrogatorio y no se puede bromear en ningún momento porque el enfermo podría interpretarlo como burla y perder toda la confianza que se había ganado. Nosotros recalcamos que es importante iniciar el interrogatorio como comúnmente se hace, recordando la importancia de los antecedentes ginecoobstétricos en la mujer y en los hombres los síntomas relacionados con el aparato genito-urinario; recordemos que las prácticas sexuales pueden relacionarse en forma directa con los síntomas del paciente y formar parte integral del diagnóstico y tratamiento. Es trascendente preguntar por comportamientos sexuales específicos y la satisfacción de la función sexual. El interrogatorio de la esfera sexual debe de ser serio y claro, existen algunas frases orientadoras recomendadas para dar entrada al interrogatorio: “ahora quisiera hacerle algunas preguntas sobre su salud y prácticas sexuales”, “yo siempre pregunto a mis pacientes sobre su función sexual”, “para averiguar porque tiene esta secreción y que debemos hacer al respecto, necesito hacerle algunas preguntas acerca de su actividad sexual”. ¿Tiene alguna preocupación acercade la enfermedad por VIH o SIDA?; estas son algunas preguntas que se tomarán como base en el interrogatorio, sin que esto quiera decir que son las únicas o que siempre deben de preguntarse en este orden. La entrevista debe centrarse en las siguientes áreas: • Identificación del problema: es necesario obtener una descripción detallada del problema(s) resaltando los componentes de cada conducta problema, el contexto ambiental y situaciones en que ocurre. • Análisis evolutivo del problema: especificar desde su comienzo hasta la actualidad, cuando ocurrió por primera vez, circunstancias bajo las que apareció y consecuencias de la conducta problema para el paciente. Es importante determinar la historia sexual en cuanto a experiencias sexuales y al desarrollo de la sexualidad. En relación a ésta se puede investigar: ¿Qué tipo de juego realizaba de niño que tenían algún contenido sexual?, ¿Cómo fue la primera masturbación y la primera vez que tubo relaciones sexuales, fueron agradables ese tipo de experiencias?, ¿Has tenido con anterioridad otro tipo de problemas sexuales? Si logramos que el enfermo conteste verazmente las preguntas tendremos una muy buena idea de cuales son las conductas, miedos, satisfacciones y placeres de él, integrando esta información con el padecimiento actual se podrá dar un diagnóstico certero y un tratamiento eficaz, además de poder orientar al paciente en sus dudas y temores o canalizarlo con el experto en el tema. Como en toda enfermedad existen factores de riesgo o predisponentes para padecer trastornos sexuales, en nuestro caso dividiremos los factores de riesgo en determinantes biológicos y determinantes psicosociales. • Determinantes biológicos de los problemas sexuales: las respuestas de erección, eyaculación y lubricación responden a mecanismos reflejos desencadenados por la estimulación física de los genitales. La fase de excitación está bajo control del sistema nervioso parasimpático y la fase orgásmica por el sistema simpático. Así como en el caso de un hombre la ocurrencia selectiva u ocasional de una erección o un orgasmo se puede explicar si tiene un origen psicológico, mientras la ausencia total es una causa biológica. FACTORES BIOLOGICOS QUE ALTERAN LA RESPUESTA SEXUAL FACTORES NEUROLÓGICOS Lesiones del hipocampo y sistema límbico, daño de la médula, tumores, inflamaciones, esclerosis múltiple, espina bífida. ENFERMEDADES VASCULARES Trombosis locales, DM DESORDENES HORMONALES Y/O ENDÓCRINOS Hipopitituarismo, Síndrome de Cushing, tumores en los testículos u ovarios, castración, cirrosis hepática. CONSUMO DE DROGAS Y/O MEDICAMENTOS Alcohol, opiáceos y cocaína, antidepresivos, antipsicóticos. • Determinantes psicosociales: en esta área hay que determinar el funcionamiento psicológico, las actitudes sexuales (¿Qué tipo de pensamiento tiene el sujeto en relación con situaciones de carácter sexual?), relaciones afectivas (¿Le gustaría tener relación con otra persona distinta?), capacidad para dar, desarrollar y utilizar fantasías durante la masturbación y/o relación sexual, preferencias sexuales, habilidades y conocimientos sexuales, factores ambientales. . El clínico tiene que ser muy cuidadoso, debe hacer estas preguntas de manera que den tranquilidad al paciente, durante la entrevista el médico debe además de hacer sondeo sobre salud física, además de averiguar si hay trastornos psicológicos adicionales. Recordar la gran importancia de esto para la relación médico-paciente. CAPÍTULO 4 RELACIÓN MÉDICO-PACIENTE: ADICCIONES Y FARMACODEPENDENCIAS Brechas Poderosas . En el siguiente capítulo estamos obligados a enfatizar la importancia que tiene el conocer la definición y la semiología que acompaña los diversos tipos de adicciones, que además de influir en la personalidad de el enfermo y alterar la relación medico- paciente influye de manera notoria en la obtención y veracidad de los antecedentes patológicos de nuestro enfermo que son de vital importancia clínica, de los cuales veremos exclusivamente cuatro tipos: alcoholismo, tabaquismo, fármaco dependencia y drogadicción, las cuales consideramos son las más importantes y que el clínico debe de saber investigar de una manera adecuada siguiendo las normas establecidas de la relación médico- paciente, ya que estas condiciones tienen una mayor prevalencia en el mundo; y a este respecto se analizarán algunas características. Las adicciones son un síndrome constituido por un conjunto de signos y síntomas característicos. El origen de las mismas es multifactorial, podemos mencionar los factores biológicos, genéticos, psicológicos y sociales. Algunos síntomas característicos de las adicciones son: • Daño o deterioro progresivo de la calidad de vida de la persona, debido a las consecuencias negativas de la práctica de la conducta adictiva. • Pérdida de control caracterizada por la respuesta impulsiva de los enfermos. • Negación o autoengaño que se presenta como una dificultad para percibir la relación entre la conducta adictiva y el deterioro personal. • Uso a pesar del daño, lo cual se manifiesta como la práctica continua de la conducta adictiva. Este daño es tanto para la persona como para los familiares. Estudios demuestran que existen cambios neuroquímicos involucrados en las personas con desordenes adictivos y que además es posible que exista predisposición biogenética a desarrollar estas enfermedades. Puede desarrollarse adicciones tanto a sustancias psicotrópicas como a actividades y hasta relaciones. Algunas adicciones que podemos mencionar son: • Sustancias psicotrópicas, como el alcohol, la nicotina y diferentes tipos de drogas. • Juegos de azar. • Comidas o componentes comestibles. • Sexo. • Trabajo. • Relaciones interpersonales, por ejemplo una pareja. Nos ocuparemos de tratar ciertas adicciones y no todas, dada la complejidad del tema. Las dependencias a tratar serán la drogadicción, los diferentes tipos de drogas y los efectos y consecuencias de las mismas; el alcoholismo, el tabaquismo y la fármacodependencia. Drogadicción . La drogadicción es una enfermedad biopsicosocial, caracterizada por el abuso y la dependencia de sustancias químicas. Produce graves problemas físicos, familiares, laborales y sociales. Drogas La palabra droga se define como un preparado o mezcla de sustancias que generan un efecto estimulante, deprimente, narcótico o alucinógeno; en un contexto mucho más común la droga es una mezcla de sustancias, distintas a las necesarias para el mantenimiento de la vida (alimento, agua u oxígeno), que al introducirse en un organismo vivo, modifica alguna de sus funciones y a veces la propia estructura de los tejidos. Estos cambios también incluyen alteraciones en el comportamiento, las emociones, las sensaciones y los pensamientos de las personas, el cual variará de acuerdo a la droga ingerida. Se piensa comúnmente que el alcohol y el tabaco, sustancias muy consumidas en nuestra cultura, no son drogas; sin embargo estas cumplen con todos y cada uno de los puntos de la definición anteriormente citada para ser consideradas drogas, aunque su consumo les este legalmente permitido a los adultos. El consumo de alcohol y el tabaco suelen afectar severamente a la salud, e incidir negativamente en las relaciones y la comunicación de las personas, de la misma forma que las llamadas drogas ilegales o prohibidas, como la marihuana, cocaína, heroína, ice, crack entre otras. Por sus efectos las drogas se clasifican en: • Estimulantes: cocaína, anfetaminas, éxtasis y tabaco. • Depresoras: marihuana, alcohol, hipnóticos y sedantes inhalables. • Opiáceos o narcóticos: morfina, heroína, metadona y demás derivados del opio. • Alucinógenos: LSD, PCP, mezcalina y peyote. •
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