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CLAVE DE INCORPORACIÓN UNAM 8794 PLAN: 25 AÑO: 08 EL ÁMBITO FAMILIAR INFLUYE EN LA ADQUISICIÓN DE CONDUCTAS DELICTIVAS. REALIZANDO UN ESTUDIO ESTADÍSTICO EN PERSONAS DE 20 A 30 AÑOS DE EDAD, DENTRO DEL RECLUSORIO PREVENTIVO VARONIL NORTE, CON EL DELITO DE ROBO, SIENDO PRIMO DELINCUENTES. TESIS QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE: LICENCIADA EN PSICOLOGÍA P R E S E N T A ANGÉLICA VALERIA CALDERÓN JHWESTS ECATEPEC DE MORELOS, MÉXICO, 2015 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. Dedicatoria A mi padre Quien siempre está a mi lado en todo momento, apoyándome en todas las decisiones tomadas. Por el valor y el coraje que has tenido para levantarte ante cualquier adversidad, por las enseñanzas que me has dado y por darme ánimos siempre…..¡GRACIAS PADRE, ETERNAMENTE AGRADECIDA! A mi madre Por siempre brindarme tu apoyo incondicional, por ser mi amiga, por tener siempre la fortaleza de salir adelante sin importar los obstáculos, por haberme formado una mujer de bien….¡GRACIAS MADRE, POR LA VIDA QUE ME DISTE! A mis hermanos Gracias por todos aquellos momentos que me motivaron a seguir adelante, por mostrar apoyo incondicional para llegar a concluir una meta más en mi vida. A todas aquellas personas que contribuyeron en mi formación académica, a mis profesores que compartieron conmigo sus conocimientos a lo largo de mi educación universitaria….¡MUCHAS GRACIAS! ÍNDICE Dedicatoria Índice Introducción CAPÍTULO 1.- FAMILIA………..……………………………………………………..10 1.1 Tipos de familia…………………………………………………………………... 15 1.2 Familia funcional…………………………………………………………………. 19 1.3 Interacción: aprendizaje de actitudes psicológicas para la vida……………. 22 1.4 Familia disfuncional………………………………………………………………. 27 1.5 Abuso del alcohol y otras drogas en la familia………………………………… 31 1.6 Valores…………………………………………………………………………..... . 32 1.7 Rol del padre …………………………………………………………………… 39 1.8 Rol de la madre ..………………………………………………………………... 43 CAPÍTULO 2.-CONDUCTA ANTISOCIAL………………………………………… 50 2.1 Adolescencia……………………………………………………………………… 53 2.1.1 Características psicológicas del adolescente…….…………………. 54 2.1.2 Las características de una adolescencia normal…………………… 56 2.2 Adultez emergente o temprana………………………………………………… 58 2.3 El adolescente y el adulto temprano con conducta antisocial……………… 60 2.3.1 Ámbito psicológico……………………………………………………. 61 2.3.2 Ámbito social………..……………………………………….………... 61 2.4 Variedades de conducta antisocial……………………………………………... 63 CAPÍTULO 3.- DELITO..………………………………………………………….. 66 3.1 Breve reseña histórica universal del delito………………………………….. 67 3.2 Breve reseña histórica nacional del delito………………………………….. 68 3.3 Concepto de “robo”…………………………………………………………… 70 3.4 Estudio dogmático del delito de robo……………………………………….. 72 3.5 Robo con fuerza y/u ordinario………………………………………………. 85 3.6 Robo con violencia o intimidación……………………………………….….. 86 3.7 Cómo se visualiza el robo desde lo psicológico………………………….... 88 3.8 Reclusorio Preventivo Varonil Norte………………………………………… 89 3.9 Trabajo social………………………………………………………………….. 91 3.10 Psicología…………………………………………………………………….. 92 3.11 Criminología…………………………………………………………….…….. 94 CAPÍTULO 4.- METODOLOGÍA..………………………………………….…….. 97 ESTADÍSTICA GENERAL DE FAMILIA DISFUNCIONAL, BASADO EN RESULTADOS DEL INSTRUMENTO APLICADO EN EL RECLUSORIO NORTE………………………………………………………………101 CONCLUSIONES……………………………………………………………………. 115 BIBLIOGRAFÍA………………………………………………………………….…… 122 ANEXOS……………………………………………………………………………… 125 INTRODUCCIÓN En la presenta investigación se conocerá la importancia que tiene la familia en la adquisición de conductas delictivas, tomando en cuenta que la mayoría de los internos entran por el delito robo. Este tiene una repercusión social muy amplia, ya que hay un daño moral, físico y psicológico. Existe también la repercusión al interno a nivel biopsicosocial, que genera muchas contradicciones ya que el robar le produce placer por la adrenalina que sienten, pero después tienen el sentimiento de culpa, pues saben que es un daño a terceras personas. Esto me impulsó a realizar mi servicio social (6 meses) y ser apoyo (5 meses) en el Reclusorio Preventivo Varonil Norte, donde me pude percatar que, al realizar la integración del estudio psicológico existen variables dentro de la dinámica familiar que afectan el desarrollo biopsicosocial del sujeto; ya que la mayoría dice no haber tenido una buena relación familiar y que, conjuntamente con el núcleo social donde se desenvuelve, va adquiriendo estas conductas aprendidas. Por consiguiente, nos enfocaremos específicamente en cómo influye la relación familiar en la adquisición de conductas delictivas, como el robo en sujetos del Reclusorio Preventivo Varonil Norte cuyo rango de edad va de los 20 a los 30 años de edad, siendo primodelincuentes. Esto es porque existe un gran número de internos con este delito, los cuales se muestran colaborativos y aún tienen una relación de apego con la familia primaria. Esto nos lleva a determinar que si los sujetos se desenvuelven en un núcleo familiar disfuncional, desarrollarán conductas delictivas como el robo; convirtiéndose en internos del Reclusorio Preventivo Varonil Norte y primodelincuentes. Por lo tanto, se iniciará retomando el concepto de “familia”, según Maxler y Mishler (cit. en Gimeno, A. ,1999). Se define como un grupo primario con relaciones de parentesco y con una experiencia de intimidad que se extiende en el tiempo. Se deben tomar en cuenta la historia pasada y lasexpectativas del futuro, la cual hará diferencias entre grupos primarios, dándole identidad. En el primer capítulo se describirá el concepto de la familia y sus tipos, tomando en cuenta que la familia es un sistema que no puede funcionar de manera aislada porque cada elemento experimenta que modifican todo el sistem. Por ejemplo si varía la cantidad de hijos ya no pueden tener las mismas costumbres o ritos establecidos pues hay una modificación en esta unidad, a la que denominaremos “cohesión”, y se refiere al nivel de proximidad que guardan los miembros de la familia entre sí. Las tareas básicas de la familia no solo se quedan en la crianza de los hijos, en la alimentación y vestimenta, sino deben hacer todo un desarrollo de la personalidad de cada uno de los integrantes y su integración al ámbito social. De acuerdo a cómo se desarrollen las primeras etapas, se van configurando diferentes dimensiones de la personalidad. Desde que el niño nace se le van inculcando valores como la lealtad, cortesía, honestidad, autocontrol, consideración, etc; Haciendo hincapié en que existen dos grupos. El primero es “grupo-nosotros”, siempre existirá todo lo bueno y positivo. El segundo es “grupo-ellos”, todo lo malo: es decir, lo que no acepta la sociedad o transgrede normas sociales (González, G., E., 1982). El segundo capítulo nos habla sobre el comportamiento delictivo. Este se explica a partir de enfoques que van desde la genética conductual y la delincuencia. Son aquellos actos delictivos realizados con la intención de explotar a otras personas sacando provecho de sus pertenencias y reduciendo su capacidad de adaptación al entorno, según Rowe (cit. en Frías, A., M. y Corral, V., V., 2009). Por eso se menciona que toda persona, dentro de un penal o un tutelar (en caso de menores), son personas que tienden a presentar inicios de conductas antisociales. En la niñez, el ámbito familiar es el responsable de cómo se va desarrollar la personalidad del niño y, de acuerdo al tipo de familia se pueden ir presentando conductas de esta índole. También influyen otros factores, como lo es la influencia del medio ambiente. Este es muy importante porque de acuerdo como sea el lugar donde el niño interactúe será relevante para la adopción o formación de esta conductas delictivas. Las personas empiezan a delinquir desde la adolescencia y, en ocasiones, desde la niñez; ocurren primero en casa, con su madre, o demás miembros de la familia. De aquí va a depender todo lo demás por que algunas personas han cometido este acto pero existe una gran diferencia; los valores y el tipo de castigo establecido en el momento. Si al niño no se le corrigió y se le inculcó que eso no era correcto, seguirá en la escuela. Lo considerablemente grave es que va a reforzar o a formar una conducta antisocial y cuando el niño se encuentre en la adolescencia realizara un delito mayor. Así se irá formando su patología. Causando un exceso de frustración, dolor y odio pueden provocar un serio prejuicio para su desarrollo saludable. Es normal que el sujeto sienta frustración, y cierta desilusión; incluso es necesaria para que pueda desarrollar la tolerancia a la frustración, así como su capacidad de demora y el control de impulsos. Estos puntos van muy ligados porque llevaran al niño a que no todo se puede tener en el momento que él lo pida. La mayoría de los adolescentes y adultos que delinquen informan que han tenido experiencias de malos tratos; obteniendo problemas emocionales, sociales y de conducta. Han experimentado graves abusos físicos, sexuales o desatención por parte de los progenitores. Los abusos físicos y la desatención por parte de los progenitores es un factor de riesgo de posterior conducta antisocial. La mayoría de los principales riesgos se derivan de la mala calidad de la relación entre padres e hijos. Éstos se van generando por algunos patrones de crianza hostiles y coercitivos, permanentes. Rutter (cit. en Rutter, M., Giller, H., y Hagell A, 2000) argumenta que las relaciones entre padres e hijos pueden ser importantes en las razones, por las que establecen el escenario para el desarrollo de un posterior funcionamiento social y de unas relaciones sociales. De acuerdo a lo que menciona Rutter, las relaciones entre padres e hijos son como un reflejo de cómo se va a desarrollar en el ambiente social y qué tan saludable serán sus relaciones. El tercer capítulo está enfocado al delito de robo, desde la historia universal; haciendo referencia en cómo algunos países, de acuerdo a su derecho penal, distinguió el robo. En la edad media se castigó el hurto agravado con penas como la imputación de nariz, orejas, la pérdida de un trozo de carne, el estigma o alguna otra. En la historia nacional del delito se mencionan varias culturas, como el derecho azteca. Lo más importante era la restitución al ofendido; sus leyes eran demasiado estricticas y esta situación provocó que fuera necesario el encarcelamiento como pena. Únicamente se introducía en una jaula al presunto delincuente, para ulteriormente ser juzgado. El Código Penal Federal es muy importante para este capítulo, pues es aplicado a nivel general. En éste nos explica a qué se le considera robo de acuerdo su artículo. El Código Penal para el Distrito Federal ayudará a mostrar las penalizaciones de acuerdo al artículo y su gravedad, debido a que el trabajo se realizó en un reclusorio ubicado en el Distrito Federal y a sabiendas que cambian algunos artículos en el Código Penal para el Estado de México. Se hizo la aplicación del cuestionario dentro del Reclusorio Preventivo Varonil Norte, donde se realizó una breve descripción del proceso del interno, desde que ingresa al penal. De la misma manera, como se le considera según las veces que ha ingresado a algún penal. En el cuarto capítulo se describe la metodología; es decir, el por qué quise realizar este trabajo en el Reclusorio o cual fue el fin de hacerlo ahí. Es una forma de observar muy a fondo cómo los sujetos expresan aquello que sienten y su transformación de actitud entre la relación de interno-interno; interno-licenciado o interno-familia. También se explican los objetivos específicos que nos ayudarán a llevar la investigación un poco más a fondo. Comprobar la hipótesis, de acuerdo a como los sujetos se desenvuelven, es la forma en cómo te lo expresan; es decir, el cómo ellos te van redactando o contando su niñez y su primera socialización. Su forma de responder, en primera estancia, suena muy fantasiosa. Su vida fue una catástrofe para el sujeto, pues existía la agresión y comunicación nula. En ocasiones vivían en la calle. Crecen con frustraciones. En el capitulo cinco se explican los resultados obtenidos en el cuestionario, así como una descripción del grupo al que se le hizo la aplicación. Además de correlacionar la información que plasmaron en él, se realizó una entrevista a cada uno de ellos, para constatar la información dada. Lo anterior demuestra ampliamente los elementos que tuvieron más puntaje y que lo reforzaban en la entrevista realizada para determinar que la gran mayoría de internos tienen una relación disfuncional con la familia y, por lo mismos adquieren una conducta delictiva. CAPÍTULO 111 CAPÍTULO 1 FAMILIA La familia es el primer grupo importante para socializar con el mundo exterior. Está es el ámbito por excelencia, donde se nos quiere por lo que somos. El afecto familiar no se mide por intereses o aportaciones de unos miembros hacia otros, ni tiene en cuenta las cualidades o defectos para querer más o menos. Cuando un niño no está adaptado socialmente, encuentra la raíz del problema en carencias familiares. La familia es el lugar más adecuado para empezar a explorar la vida; por eso ha de existir confianza para comentar, preguntar o simplemente hablar. Definir este concepto resulta complejo por la diversidad de características que giran a su alrededor. No obstante, trataremos de dar una aproximación que nos acerque lo más posible a entenderlo. Podemos decir que la familia es la más antigua de las instituciones sociales humanas, un vínculo que sobrevivirá, en una forma u otra, mientras exista nuestra especie. Sin embargo, algunos aspectos por los que ha atravesado en el curso de su desarrollo, hasta llegar a la multiplicidad de formas, no están muy claros y seguirán siendo objeto de estudio. Burges (cit. en Gimeno, A. ,1999) define a la familia como una unidad de personas en interacción. El término de unidad hace referencia a una suprapersonalidad que va creciendo y evolucionando a través del tiempo, en donde el individuo se va a ir desarrollando con la interacción adquirida. Debemos tomar en cuenta que al hacer mención de unidad estamos diciendo que las personas que constituyen el sistema no pueden funcionar de manera aislada porque si hay cambios en un elemento los hay en todo el sistema, como ya se menciono en la introducción. 12 La familia tiene características de una época y cultura concretadas. Adopta aspectos nuevos en relación a determinados cambios. En cualquiera de sus etapas el término “familia” encierra conceptos muy diferentes. Así que, clasificarlas sería difícil. No obstante, en general e independientemente de su origen y composición podemos decir que una unión surgida de la necesidad social intrínseca que tiene el ser de agruparse para reproducirse, poder subsistir y satisfacer sus necesidades. Esta constituye un grupo en permanente evolución que depende de las características de sus componentes, relacionados con otros grupos y factores que existen dentro de un contexto específico; tales como el económico, político, social y cultural. Este grupo se modela de manera muy distinta, según el caso. Las características psicológicas de sus integrantes, valores, creencias, costumbres, objetivos, posición social y el tipo de interacciones que estos establecen. Minuchin (1986) dice que es quien comienza a establecer una relación con los demás, en un momento y un contexto determinado. De cualquier manera podemos advertir que no puede dejar de existir una interacción constante entre el individuo, la familia y la sociedad, ya que, aunque cada una de estas está dotada en cierta autonomía, la relación de una con otra resulta inevitable. Se le caracteriza a veces como un organismo. Sugieren instantáneamente al núcleo biológico de la familia que posee una historia natural propia de su vida, un periodo de germinación, nacimiento, crecimiento y desarrollo; una capacidad para adaptarse al cambio y a la crisis. Una lenta declinación y, finalmente, la disolución de la familia vieja en la nueva (Ackerman, 1994, pág. 37). El individuo nunca deja de estar sumergido en una familia. En la actualidad la familia no solo se conforma si existe algún parentesco; la misma sociedad te hace pertenecer a una familia. Cada hombre tiene varias familias, tiene la de su infancia, la familia de matrimonio, la familia de la paternidad. En cada uno de estos 13 periodos en la vida de la familia, el individuo debe integrar sus disposiciones emocionales en los roles familiares adecuados. Entonces a la familia como el punto de partida del desarrollo y experiencia; como la estructura fundamental de la sociedad, porque en ella pueden realizarse los más altos valores de la convivencia humana. Es el primer y más importante socializador debido a que su influencia temprana, en la formación del individuo, determinará el desarrollo de su personalidad y, en gran parte, su destino mental. En consecuencia, la familia es del individuo, es el punto de partida para su desarrollo y experiencia; para su realización o fracaso y también puede dar origen a la enfermedad o salud mental. En la actualidad, la familia se define convencionalmente como una agrupación social de personas que se hallan unidos por lazos consanguíneos, bajo la autoridad de alguno de ellos. Los lazos familiares constituyen el compromiso social más firme; el pacto más resistente de apoyo mutuo, de protección y de supervivencia que existe entre un grupo de personas (Rojas, 2003). Podemos hacer una diferenciación entre la familia nuclear y la familia extensa. La primera está conformada por dos adultos y su descendencia; en tanto, la segunda sería el conglomerado de familias derivadas de una familia nuclear; esto es: tíos, abuelos, primos, etc. Aún cuando la vida de una familia nuclear nueva tenga relativa independencia de las familias de donde se deriva, los nexos de relación entre éstas, difícilmente se rompan. En términos un poco más profundos, para que una unión de personas pueda ser considerada una familia debe ser capaz de cumplir con una serie de funciones básicas que beneficien a sus integrantes, como: educación, satisfacción de necesidades afectivas y materiales, socialización de individuo, etcétera. 14 Como requisito indispensable para el buen cumplimiento de estos deberes será importante que sus miembros no solo estén unidos por la sangre, sino también por los afectos. La familia ha evolucionado de acuerdo a los cambios en las costumbres, normas sociales y valores culturales del lugar y época (Rojas, 2003). Como ya fue explicada, la familia está inmersa en la sociedad del momento. Su esencia y estructura están impregnadas y moldeadas por valores culturales de la época. Hoy vivimos en un mundo que está experimentando un proceso de urbanización progresiva, donde la arquitectura, el asfalto y el cemento conviven en la ecología urbana junto a las emociones, las ideas y los rituales. La familia es una de las instituciones que han permanecido a través de siglos, a pesar de cambios drásticos en las estructuras sociales; a los cuales ha respondido por medio de ajustes pertinentes, pero conservando su esencia como institución. Ackerman (1978) habla de las funciones básicas de la familia, las cuales están comprendidas en los señalado por Epstein, pero quizá la separación que Ackerman hace permita comprender más claramente los objetivos y funcionalidad de la institución familiar en la actualidad: 1. Provisión de alimento, abrigo y otras necesidades materiales que mantienen la vida y proveen protección ante los peligros externos. 2. Provisión de unión social, que es la matriz de los lazos afectivos de las relaciones familiares. 3. Oportunidad para desplegar las identidades personales ligadas a la identidad familiar, ya que este vinculo de identidad, proporciona la integridad y fuerza psíquica para enfrentar experiencias nuevas. 4. Moldeamiento de los roles sexuales, lo que prepara el camino para la madurez y la realización sexualmente adecuada, siendo equilibrados en su pensar, su sentir y actuar. 15 5. La ejercitación para integrarse en roles sociales y aceptar la responsabilidad social 6. El fomento del aprendizaje y el apoyo de la creatividad e iniciativa individual. Sin embargo, en un alto porcentaje de casos, esto no se logra, careciendo tanto la estructura como sus integrantes de dicho equilibrio; generándose mas conflictos y confusiones de las que puede manejar la misma organización familiar.Esto puede tener varias causas, alguna de orden individual, de alguno o algunos de los integrantes, y otras del orden de la relación humana en sí. De alguna manera, en ambos casos la consecuencia será la misma: una familia enferma en su relación genera individuos con pocas alternativas para alcanzar y mantener la salud mental, entendida esta, en los términos de Fromnt, como la capacidad de amar, crear y producir. 1.1 Tipos de familia Steele y Raider (cit. en Abengozar, Cerda y Meléndez, 1998), acudieron a una tipología familiar, la cual distinguía tres tipos de familia con características diferenciales: sistema familiar cerrado, abierto y azaroso. Sistema familiar cerrado: persigue como meta la estabilidad. En cuanto al aspecto afectivo, la fidelidad familiar que está por encima de la fidelidad entre amigos y sinceridad, constituyen los ideales, fomentando el sentido de pertenencia. Este tipo de familia mantiene una identidad estable, ofreciendo a los distintos miembros una serie de valores y creencias que les ayudan a entender el mundo con un elevado grado de certidumbre. Basa su toma de decisiones en un sistema ideológico tradicional. Sistema familiar abierto: persigue como meta la flexibilidad del sistema de manera que permita la adaptación a las necesidades de cada uno de los 16 individuos, así como de la familia en conjunto, permitiéndose la expresión espontanea y honesta de sentimientos. Afronta positivamente las situaciones de crisis, superando tanto el sistema familiar cerrado, como al azaroso. Sistema familiar azaroso: persiguen como meta la exploración, por lo que acepta respuestas no universales. Se fomenta la espontaneidad, novedad, humor, creatividad y ambigüedad. Cada uno elige lo que desea como norma, por ello a nivel de poder predomina la individualidad, normas relajadas y relaciones informales. Lavee y Olson (cit. en Abengozar, Cerda y Meléndez, 1998), sobre las tres dimensiones del modelo circumplejo de Olson dice que en cada dimensión hallaremos cuatro familias distintas, según su grado de intensidad: cohesión, se hallan las familias desvinculadas, separadas, conectadas y enredadas; adaptabilidad, se hallan las familias rígidas, estructuradas, flexibles y caóticas. Cohesión familiar: Olson define este concepto como “el vínculo emocional que los miembros de la familia tienen entre sí”. Los elementos portadores de información, en esta dimensión, son los vínculos emocionales, límites, espacio, tiempo, amigos, coaliciones, toma de decisiones, intereses y recreo. Adaptabilidad: la cual es defina por el autor como “la habilidad de un sistema marital o familiar para cambiar su estructura de poder, roles y reglas en respuesta al estrés situacional y al propio del desarrollo”. Los elementos adecuados para medir el nivel de adaptabilidad de un sistema familiar están definidos por el poder familiar (asertividad, control y disciplina), estilos de negociación, reparto de roles y estructuración de las reglas. Lavee y Olson solo emplearon las cuatro, con mayor nivel de equilibrio adecuado en las dos dimensiones: Familia flexible-separada: con una alta adaptabilidad y baja cohesión. Familia flexible-conectada: con una alta adaptabilidad y cohesión. 17 Familia estructura-separada: con bajo nivel de adaptabilidad y cohesión. Familia estructurada-conectada: con baja adaptabilidad y alta cohesión. Otro tipo de familia más utilizada ha sido elaborada por Beavers y Hampson (cit. en Abengozar, Cerda y Meléndez, 1998); ésta consta de nueve tipos de familias, con mayor o menor nivel de adaptabilidad, que se describirán a continuación. Grupo 1: familias optimas, posee un nivel elevado de adaptación, suelen disfrutar de intimidad puesto que la regla es “un alto nivel de respeto hacia la individualización y la perspectiva individual”, la comunicación es cara y se valen de la negociación. Posee la suficiente flexibilidad como para adaptarse a las diferentes transiciones por las que pasan los individuos a lo largo de su ciclo vital. Grupo 2: familias adecuadas, no poseen habilidades de negociación tan efectivas, utilizando mecanismos de control y llegando incluso a la intimidación o a la fuerza directa en caso de conflicto. Estas familias pueden tener un funcionamiento bueno a pesar de que sus miembros puedan sentir más soledad, dolor e incomprensión por parte de los otros. Grupo 3: familias centripedas medias; estos miembros se someten a la autoridad y a las normas, mostrando un gran respeto hacia la corrección. No se tolera la expresión de sentimientos de frustración o conflicto; rechazan la ira y la agresividad dentro de la dinámica familiar y tolerando la expresión de amor. Los estereotipos de género se suelen mantener muy marcados, encontrando hombres fuertes y autoritarios, con mujeres dependientes y emocionales. Grupo 4: familias centrifugas medias, se suelen utilizar como mecanismos de control la autoridad y la intimidación, aunque a través del tiempo se den cuenta de que no siempre conseguirán sus objetivos con tales mecanismos de control. La diada parental se caracteriza por un alto grado de conflictividad, lucha de poder, hostilidad; pasando poco tiempo en el hogar. La lección que adquieren los hijos consiste en que para sobrevivir hay que manipular y culpar a otros, lanzándose precozmente a la calle y en algunos casos entrando en el mundo de la 18 drogadicción, relaciones sexuales tempranas, vandalismo y trastornos de conducta. Grupo 5: familias mixtas medias, se caracterizan con una conducta competitiva a caballo entre las familias centrípeta y centrifugas, aumentando la flexibilidad por partes, pero incrementando la inconsistencia e inseguridad. Se pretende controlar, pero los efectos de este control varían, según el momento o según los hijos, dependiendo de patrones internos de victimización. Grupo 6: familias centrípetas limítrofes, suelen manifestar el caos y la incomodidad a través de verbalizaciones y no tanto a través de su conducta. Los individuos encubren, interiorizan o somatizan las luchas por el control; suelen ser confusos los límites generacionales, siendo frecuentes las coaliciones entre hijos y padres. Grupo 7: familias centrífugas limítrofes, si se expresan abiertamente como la ira, derivan en disputas conyugales muy frecuentes, por lo que lo hijos se hallan en tierra de nada; es decir, sin protección ni apoyo. Se cometen acciones imprudentes cuando se intenta llamar la atención o manipula, dado que uno no encuentra refugio en ningún miembro de la familia. La depresión se puede enmascarar en ataques frecuentes y desafíos. Grupo 8: familias centrípetas con disfunción grave, se encuentran cerradas al contacto con el exterior, siendo sus límites prácticamente impermeables. No se permite la independencia o autonomía de los miembros, obstaculizando el desarrollo normal de los hijos. En estas familias se puede hallar un individuo esquizofrénico, con trabajos de duelo no finalizados, alcoholismo o separación de los miembros por explosiones de cólera. Grupo 9: familias centrifugas con disfunción grave, no se conoce realmente quien pertenece a la familia, puesto que se producen frecuentes deserciones, huídas o ausencias. Su mecanismo de expresión de la hostilidad o ira consiste en la acción y no tanto en las palabras. Se desprecian y se burlan por los errores cometidos de 19 manera constante, por lo que la calidez y expresión de amor o ternura no tiene cabida. Se suele desarrollar un carácter de naturaleza antisocial, siendo insensibles al dolor ajeno. La culpabilizacion es tan frecuente que pierde eficacia controladora. 1.2 Familia funcional Cada familia es una mini sociedad, aunque no menos compleja que la sociedad en la que vivimos. La familia funcional es un tipo más pues es una forma de respetar las diferencias de cada integrantede la familia que fomenta la autonomía, el desarrollo y el bienestar de cada uno de sus miembros, sin importar la edad. La familia funcional se alcanza cuando los objetivos familiares o funciones básicas se cumplen plenamente (seguridad económica, afectiva, social y de modelos sexuales) y cuando se obtiene la finalidad (generar nuevos individuos a la sociedad) en una homeostasis sin tensión, mediante una comunicación apropiada y basada en el respeto de las relaciones intrafamiliares. El cuerpo es lo que el cuerpo es alimentado, así mismo, la mente es lo que la mente es alimentada. El alimento de la mente es lo que la rodea, todas las innumerables cosas que influyen el pensamiento consciente e inconsciente, todas las innumerables cosas que como primera estancia, se adquieren del grupo familiar. La clase de alimento que nuestra mente consume dentro de éste, determinará nuestros hábitos, actitudes y personalidad. Cada uno de nosotros hereda una cierta capacidad de desarrollo, pero cuando desarrollamos esta capacidad depende de la clase de alimento mental con que somos suministrados en el periodo de tiempo que pasamos con nuestro grupo familiar. La mente entonces refleja lo que la familia la nutre, tan seguramente como el cuerpo refleja el alimento que consume. El ambiente familiar nos moldea (nos hace sanos o enfermos), nos hace trazar la vía que seguiremos. Podemos nombrar solamente 20 un habito que en primera instancia no se haya aprendido dentro de nuestro ámbito familiar; todo se origina en gran parte de nuestro vínculo con este. Así, podemos pensar que si la familia está provista de elementos que le ayuden a permanecer psicológicamente saludable reflejará dicha salud a cada uno de sus miembros, considerándose que este hecho propiciará el buen desenvolvimiento de éstos ante cualquier situación a la que lleguen a enfrentarse. Más importante, las características de nuestros pensamientos, metas, actitudes y estructuras de personalidad se forman en nuestro ambiente familiar. Es decir, que cada integrante de la familia tiene una característica similar de los pensamientos, actitudes y estructura de personalidad que, de acuerdo a esto, es conforme se relacionan e interaccionan con los demás; a pesar que también generan pensamientos diferentes y es una forma de explicar porqué algunos hijos se desenvuelven con conductas antisociales y otros no. Diversos estudios, incluídos los iniciados en Chicago por Grinker (1962) y continuados por Ofer (1969), demuestran que los adolescentes y adultos jóvenes sanos, felices y seguros de sí mismos, son el producto de hogares estables en los que ambos padres dedican gran cantidad de tiempo y atención a los hijos, cita Rowthy (1989). Para Minuchin (1986), la familia es un sistema dotado de una estructura que él define como el conjunto invisible de demandas funcionales que organizan los modos en que interactúan los miembros de ésta. Este sistema familiar, al mismo tiempo, está dividido por subsistemas que operan a través de lo que él llama, pautas transaccionales. Las cuales surgen de las repetidas operaciones de interacción entre sus miembros. Ésta regula la conducta de sus componentes, de acuerdo al subsistema al que pertenece, el cual pudo haberse formado por características generacionales, sexo, interés o función. De esta manera, cada individuo dentro de un grupo familiar pertenece a diferentes subsistemas en los 21 que posee diferentes niveles de poder y en los que aprende habilidades diferenciadas. Para entender mejor a qué se refiere que la familia se diferencie y desempeñe sus funciones a través de sus subsistemas, tenemos que explicar qué es un subsistema. Pueden ser formados por generación, sexo, interés o función. Es decir, lo podemos entender como es aquellos diminutos grupos formados dentro de la familia que se van construyendo de acuerdo al rol, sexo, interés, actividades a desempeñar. La organización en subsistemas en una familia proporciona un entrenamiento adecuado en el proceso de mantenimiento del diferenciado “yo soy”; al mismo tiempo que ayudará al individuo a ejercer sus habilidades personales en diferentes niveles. Dentro de estos subsistemas, existen límites constituidos por las reglas que definen quienes participan y de qué manera. La función de estos reside en proteger la diferenciación de sistema. Todo subsistema, posee funciones específicas y plantea demandas específicas a sus miembros. De las habilidades personales que logran dentro de éste, las cuales son afirmadas en la libertad de acción existente entre los diferentes subsistemas. Para que el funcionamiento familiar sea adecuado, los límites de los subsistemas deben ser claros. Deben definirse con la precisión suficiente para permitir a los miembros el desarrollo de sus funciones sin interferencias indebidas, pero también deben permitir el contacto entre los miembros del subsistema al que pertenece y otros subsistemas. Así, para que las condiciones de un desarrollo adecuado de todos los miembros de una familia se den, es indispensable el equilibrio funcional, el cual depende de que los integrantes de la pareja formen una identidad común que empieza a funcionar como familia; en el momento en que nace el primer hijo y estos son capaces de realizar ajustes necesarios a las nuevas pautas de comportamiento, a 22 los roles, a los límites y a las normas que la pareja adopta con el fin de facilitar el buen desenvolvimiento dentro de lo que será su medio familiar. Es importante mencionar que la disposición personal y las limitantes en la capacidad de juicio lógico, así como el grado de madurez de cada individuo, determinarán las actitudes que tengan ante este proceso de adaptación. El cual, si es bien logrado, permitirá el buen funcionamiento y la satisfacción de las necesidades de los miembros del grupo. Sabemos que muchas familias funcionan adecuadamente y satisfacen las necesidades de sus miembros a pesar de los problemas a los que se enfrentan, esto significa que hay una buena disposición y existe claridad en los roles de cada individuo y el interés real por el desarrollo integro del grupo familiar; lo que determina, en un momento dado, la calidad del apoyo con quien un sujeto cuenta para desarrollarse plenamente (S.E.P., 1994). Encontramos entonces que existen familias que logran mantener un equilibrio funcional, debido a que cada uno de los involucrados es capaz de estar conscientes de sus roles y lo que implica asumirlos; donde los niveles de comunicación son adecuados, fluidos, respetados y escuchados por todos, donde la relación de la pareja inicial se basa en el entendimiento de la condición humana de ambos y, como consecuencia lógica de esto, podemos hablar de una familia con una relación sana, integrada por individuos que manifiestan salud mental adecuada, reflejándose en su pensar, en su sentir y su actuar. 1.3 Interacción: aprendizaje de actitudes psicológicas para la vida Sabemos que a lo largo de la historia de la humanidad el grupo familiar ha existido como una entidad de la cual no se puede prescindir; sin embrago, este grupo tiene diferentes formas de acuerdo a la época y lugar en el que se establece. Por 23 consiguiente, los intereses de los diferentes grupos familiares no siempre son los mismos. Esto depende de las características que la compone y de la forma en que aprenden a desenvolverse con el fin de adaptarse a un determinado contexto social. Partiendo de que el ambiente familiar debiera ser lo más adecuado posible a modo de que los individuos que se desarrollan dentro de éste logren incorporarse elementos que favorezcan su desenvolvimiento social, podemos pensar que debido a que existe una gran diversidad de grupos familiares, compuestos por sujetos que llegan a ser muy distintos, hemos de darnos cuenta, que no todoslos vínculos, en ese sentido, necesariamente persiguen el mismo fin. Habrá gente que considere que el más alto valor del ser humano es la vida (según Fromm biofilos); esta gente tenderá a actuar en pro de ésta, tratando de conservarla por medio de una serie de pautas conductuales que tendrán como fin la conservación de la especie, pero puede existir gente para la cual la vida humana no tenga un valor primordial y tenga entonces tendencia a destruirla. Por consiguiente, para estos individuos la familia tampoco tendrá importancia primordial. La vida de este tipo de gente girará en torno a una forma de interpretar su realidad, basada en intereses ajenos al crecimiento y desarrollo humanos. Podemos decir entonces que los intereses de los diferentes grupos familiares no siempre son los mismos y que de la familia depende, en gran medida, el tipo de línea conductual que el individuo ha de seguir. Así que debemos pensar en lo siguiente: siempre que exista una pareja de sujetos físicamente sanos, se ha de esperar que, como consecuencia lógica, se tengan hijos físicamente sanos. Pero si psicológicamente los padres muestran alteraciones, tanto el niño como el ambiente estarán sometidos a estas influencias que, en un momento dado, pueden modificar en forma negativa la personalidad de éste; así como la estructura y características generales del grupo familiar. Este tipo de 24 manifestaciones siempre traerán consigo consecuencias que repercutirán en su vida conductual. Es decir, el sujeto incorporará, en función de esto, elementos que pueden influir de manera no favorable su adaptación al entorno, su estado psicológico y las actitudes que aprenda a manifestar ante la vida. La relación temprana con los padres y, principalmente con la madre, será el sustento de toda estructura de personalidad. Así pues, si la conducta y la personalidad del niño se integran, básicamente por la internalización de relaciones, conductas y actitudes de los padres; la madurez que se alcance depende de los estímulos que el medio le brinde durante su permanencia dentro del seno familiar. Podemos afirmar que la salud emocional del niño dependerá en su totalidad de las actitudes de los padres hacia él, y el tipo de relaciones que logran establecer con éste; principalmente la madre, debido que a su cargo están las experiencias más tempranas del pequeño. Un aspecto de suma importancia es el afecto y la aceptación del hijo por parte de los padres; aunque ésta dependerá de las condiciones psicológicas en las que se encuentren los padres en el momento en que deciden, o no, tener un hijo. El afecto constituye uno de los aspectos más importantes en la vida de cualquier ser humano, reconociéndose, por este término, un impulso natural que se genera desde dentro del individuo como respuesta a un individuo determinado, capaz de producir la aceptación y actitudes que lo evidencian. Sin embrago, si los padres se muestran ansiosos, inestables, con actitudes de fracaso y negativas hacia la vida; insatisfechos con su papel, que experimentan a los hijos como una limitante a su propio desarrollo y que crean barreras respecto a su sexualidad, en función de su relación de pareja, tratarán de compensar su frialdad y rechazo con un actitud sobreprotectora y envolvente, o frustrado abiertamente, para descargar su propia frustración. 25 La segunda opción puede originar cosas negativas a través de la interacción cotidiana que existe entre padres e hijos. Múltiples autores han señalado que la interacción es de suma importancia en el desarrollo del niño. Por ejemplo, Macoby (1992) señala que la interacción padres e hijos desempeña un papel importante en la socialización del niño. Delgado (1992), señala que el proceso de socialización influye en el niño de dos formas principales: A) a través de la estructura familiar, la cual determinará la naturaleza de las primeras experiencias interpersonales del niño. B) a través de la mediación de los padres quienes deben proporcionar el entrenamiento para la adaptación exitosa del niño en sus intercambios sociales. Además, la literatura sobre desarrollo, proporciona una lista de tipos de conducta de los padres requeridas para el manejo de los niños, incluyendo respuestas sensitivas y contingentes para promover el lenguaje, el desarrollo social, emocional, provisión de la nutrición adecuada y cuidados de salud para proporcionar el óptimo desarrollo físico. Se ha encontrado que al mejorar la interacción entre padres e hijos, propiciando el juego y la comunicación entre ellos, contribuye a la disminución de ciclos coercitivos dentro de la familia (Gardner, 1987). Muchos incidentes pueden ser el resultado de malas interacciones, producida por déficits en las habilidades y conocimientos de los padres. Cuando los padres e hijos acumulan una larga historia de interacción, una con otro, cada uno adquiere un conjunto de expectativas concernientes a la conducta del otro; lo que les permite interpretar las relaciones establecidas a partir del intercambio (Macoby, 1992). De tal manera que cuando se está acostumbrado a una interacción negativa, aún cuando la situación no requiera, la respuesta tenderá a ser negativa (Gardner, 1987). 26 Ammerman (1990) señala que un patrón coercitivo es más propicio para desarrollar problemas de conducta en los niños, cuando los padres presentan pobres estrategias de control. Lynton (1979) realizó un estudio donde observó los patrones de conducta de los padres para lograr la obediencia de sus hijos. Este autor encontró que la acción negativa, por parte de los padres, facilita la desobediencia y rebeldía de los niños. De igual forma, Gardner (1989) menciona que los problemas de conducta de los niños, mucho tienen que ver con la inconsistencia de los padres en sus estilos de interacción. Generalmente, cuando se observa la calidad de la interacción en familias disfuncionales, no solo los padres presentan un patrón de interacción “anormal”, también los niños observan ciertas características negativas (Conaway y Hansen, 1989). Gardner señala que la obediencia se desarrollará en cualquier ambiente normal. Sin embargo, ciertas conductas de los padres son más propicias para el desarrollo de ésta; por ejemplo la sensibilidad, la cooperación, la consistencia y las frases de aprobación, entre otras cosas. En función de lo anterior que el estado psicológico de los padres, así como el nivel de satisfacción que éstos logren obtener dentro de su grupo familiar, determinará la manifestación de conductas y actitudes orientadas positiva o negativamente, hacia lo que suceda dentro de éste. Si estos no se encuentran preparados, la probabilidad de generarse una dinámica “disfuncional” se incrementará, repercutiendo en el desarrollo de los miembros integrantes de su familia. Para Adler (1975), el carácter es la actitud, la manera como una persona se sitúa con respecto a su mundo circundante. Los rasgos del carácter no son de modo alguno, como muchos suponen, innatos, sino que son, aunque muy tempranamente adquiridos con el objeto de poder mantener una conducta. La razón de ello es que existen rasgos del carácter que son comunes a toda una 27 familia, a un pueblo o a una raza y estriba simplemente en que cada individuo desenvuelve rasgos copiados de los demás. “Así, con respecto a las tendencias criminales, el argumento de tales rasgos se presentan en familias de delincuentes, debemos oponer el hecho de que como la tradición, el modo de ver la vida y el mal ejemplo van mano a mano orientadas en el sentido del delito, ésta llega a parecerle al niño una posibilidad más natural de vivir”. A la afirmación de que los hijos se suelen parecer en el carácter a sus padres, hemos de responder que los rasgos adquiridos por personas que ya poseen la importancia a que aspira el niño atraen y orientanel afán de éste. Se trata, pues, de un proceso imitativo. Cada generación aprende así de sus antepasados y conserva lo aprendido hasta en los momentos más difíciles. En general, las actitudes más comunes existentes se dan hacia cómo el individuo percibe e interpreta las cosas que le suceden; por ejemplo, algunos tendrán actitudes que oscilan entre un rechazo abierto, la indiferencia, o la aceptación hacia aspectos como el matrimonio, la feminidad, masculinidad, maternidad, paternidad, hacia su misma vida, la sexualidad y consecuentemente hacia los hijos. 1.4 Familia disfuncional La familia disfuncional se puede definir con un patrón de conductas desadaptativas e indeterminadas que presenta de manera permanente a uno o varios integrantes de la familia y que, al relacionarse con su membresía, se genera un clima propicio para el surgimiento de patologías específicas o inespecíficas. A nivel comunicacional, la disfuncionalidad puede estar dada en la perturbación severa del tipo de intercambios establecidos (dobles mensajes, bloqueos, desplazamientos, doble vínculo). 28 Autores como Ackerman (1978) y Mc.Cord (1966), desde una perspectiva psiquiátrica, hablan de la relación que existe entre la familia disfuncional y la conducta delincuente (antisocial) de los hijos. Para Ackerman, la familia es la unidad de desarrollo y experiencia, de realización y fracaso, de enfermedad y salud: Las relaciones familiares regulan la corriente emocional, facilitan algunos canales de desarrollo emocional e inhiben otro. La interacción familiar moldea los alcances del impacto entre fantasía y realidad, afectando así el desarrollo de la percepción y la realidad. El individuo busca aquellas cualidades de la experiencia familiar que congenian con sus propios impulsos personales. Para Mc.Cord (1966), la estabilidad familiar depende de un factor sutil de equilibrio en el intercambio emocional, donde cada miembro influye en la conducta de los otros, por lo que la mala relación, entre dos personas de la familia, afecta los procesos de interacción del resto de los miembros de ésta. El niño obtiene su super yo a partir de sus padres, mediante un proceso que se llama identificación. El super yo se deriva del contenido de la cultura que los padres representan, por lo que la cultura se interioriza a través de la identificación de los padres y se establece dentro de la personalidad del niño, el super ego juega el papel de agente socializador y moral (cit. New Comb, 1964). Por otro lado, la psicología clínica continuó interesándose por la relación entre hogares desechos y la delincuencia juvenil. Autores como Glueck y Glueck (1959), Gibbons (1969) y Hurlock (1970), se dedicaron a demostrar que muchos adolescentes, que pasan tiempos difíciles, provienen de un medio familiar desfavorable; hogares destruidos donde algunos de los padres o los dos, no les brindaron afecto o los rechazaron de forma activa. 29 Mc.Cord (1959) mostró que la delincuencia juvenil está más relacionada con niños de hogares no separados ( o divorciados), donde hay descuido y riñas que con aquellos que viven en hogares separados. Desde el punto de vista de Minuchin (1986), existen dos tipos de relación que provocan problemas familiares cuando se ponen en marcha mecanismos adaptativos, los cuales tienen una relación directa con la claridad de los límites en el interior de una familia. Estos dos extremos del funcionamiento de los límites son designados como aglutinamiento y desligamiento. Constituidos por límites difusos, por un lado; y por límites sumamente rígidos, por el otro. De alguna manera determinarán el funcionamiento del grupo familiar. Para el autor estos conceptos se refieren a un estilo de interacción (estilo transaccional) y no a una diferencia cualitativa entre lo funcional y lo disfuncional; sin embargo, pueden ser un ejemplo para poder percibir cómo los límites que se dan, entre lo que el llama “subsistemas”, pueden, inclusive, dejar de existir. Al respecto nos dice: algunas familias se vuelcan hacia sí mismas para desarrollar su propio microcosmos, con un incremento consecuente de comunicación y de preocupación entre los miembros. Como producto de ello, la distancia disminuye y los límites se esfuman. La diferenciación del sistema familiar se hace difusa. Un sistema de ese tipo puede sobrecargarse y carecer de los recursos necesarios para adaptarse y cambiar bajo circunstancias de estrés. Otras familias se desarrollan con limites muy rígidos. La comunicación entre los subsistemas es difícil y las funciones protectoras de la familia pueden verse así perjudicadas. Glueck y Glueck (1959) hablan de seis factores que provocan la delincuencia en menores: a) Hogar destruido b) Relación no satisfactoria entre padres c) Insuficiente interacción madre-hijo d) Insuficiente interacción padre-hijo 30 e) Hogar sobrepoblado f) Grupo de amigos De acuerdo con Gibbons (1969), la mayoría de los padres de hijos infractores han sufrido abandono familiar, tratando cada cónyuge de resolver en el matrimonio sus conflictos personales. Como no es posible, trae consigo una frustración que manifiesta cada uno de diferente forma, repercutiendo en la familia y en los hijos, creando así una familia desorganizada con carácter agresivo, donde hay ausencia de figuras adecuadas de identificación. Los conflictos de la delincuencia juvenil marcan su origen en hogares conflictivos con padres severos, autoritarios y/o ausentes que no proporcionan las experiencias adecuadas para el manejo de la autoridad, creando desconfianza hacia todo lo que la simboliza. De acuerdo a este autor, la figura idealizada paterna no es congruente con la realidad, puesto que el padre no cumple con sus roles establecidos, ocasionando que el hijo busque un sustituto a dicha figura paterna. Respecto a la madre se establece una liga dependiente que el menor trata de romper a través de “su devaluación”. La relación con los hermanos también se halla deteriorada y este caos familiar da como consecuencia una personalidad mal estructurada, que puede desembocar, en algunos casos, en la actividad delictiva del joven. Por último, Hurlock (1970) dice que el ambiente familiar y los procesos de interacción que supone constituyen una perspectiva fundamental para tipificar a los transgresores. La estructura familiar y las actividades desplegadas por ella contribuyen esencialmente para determinar la naturaleza específica de la conducta delictiva. Podríamos decir entonces que si la relación familiar es tensa, insegura, agresiva, represora, “disfuncional”, las condiciones de desarrollo no serán óptimas para el niño, pudiendo este tornarse inestable, agresivo, tenso y medroso; no solo dentro del seno familiar, sino en todo el contexto social donde se desenvuelve, donde 31 debido a sus características estará expuesto al rechazo y la agresión de sus profesores y compañeros, agudizándose su incapacidad para socializar de forma adecuada, lo cual por supuesto, traerá consigo primeras manifestaciones de antisocialidad como una respuesta a la frustración generada por su situación. En la familia existe una forma inadecuada de los valores, pues de acuerdo a la relación de familia se van olvidando de inculcarlos para poder tener una socialización óptima de individuo; por lo que es necesario enfocarnos en si fueron inculcados o interiorizados; tomando en cuenta que el niño aprende de acuerdo a la imitación de los padres y va comprendiendo el concepto de los valores, conforme a su edad y cómo los padres los llevan a cabo. 1.5 El abuso de alcohol y drogas en la familia De acuerdo al tipo de familia disfuncional, el adolescente recurre a tener un subsistema social; es decir, se unen a un grupo de adolescentes donde todos los miembros tienen algún consumo de sustancias toxicas (alcohol,tabaco o alguna droga). Por lo que se sienten identificados, entendidos y aceptados, contrario a lo que ocurre en su. El consumo de sustancias cada vez es más frecuente entre las mujeres; en los hombres sigue de la misma manera que desde hace tiempo. El consumo de drogas suele iniciarse en la adolescencia y está vinculado con el proceso propio de crecimiento: la exploración de experiencias nuevas, la autoafirmación, el contacto con personas fuera del ámbito familiar. El consumo de drogas de un adolescente puede ser visto como un fenómeno familiar, ya que los jovenes lo ven como una forma de escapar de aquellas situaciones de su familia; es decir, el abandono, agresión física, moral o psicológica, falta de comunicación y atención. También, el seguir a un grupo de amigos esta planteado para socializar más rápido con los demás o pertenecer a un grupo de personas. Algunos siguen patrones de conducta de familiares como el padre, los hermanos, la madre o los abuelos, según sea el caso. 32 1.6 Valores Estamos viviendo una crisis de valores que nos lleva a admitir como bueno aquello que no lo es. Los padres son los responsables de la transmisión de valores, junto con los educadores. Los padres tienen que preocuparse en principio por crecer personalmente, de vivir con los valores; solo así lograrán transmitirlos. La familia debe ser escuela de valores aprendidos con las vivencias diarias. No se aprende lo que se enseña, se aprende lo que se vive y lo que se ve vivir. Todos los valores se pueden practicar: en la familia se comparte, se es sincero, se ayuda, se vive con alegría, se cultiva orden y se forma voluntad. Hasta el siglo pasado y principios de éste, el dominio del estudio de los valores estaba en la filosofía, de donde derivó la axiología, disciplina filosófica que tiene como tarea la identificación y la clasificación de los valores que manifiesta el individuo dentro de una sociedad. Existen fundamentalmente dos tipos de interpretaciones en el marco filosófico: La subjetiva: ésta es de acuerdo a la percepción del individuo; es decir, el valor depende en forma exclusiva del individuo. La objetiva: en ésta los objetos o eventos tiene un valor propio, el cual solo es expresado por el individuo al ser percibido; es decir, el valor como resultado del objeto o evento Encontramos como propulsor y primer exponente de los valores, aunque perteneciente a la tradición filosófica. A Lesch (cit. en Ávila, 1998), director del Instituto de Psicología de Munich, quien ubicó su propuesta axiológica dentro de la estructura de la personalidad del individuo, trayendo con ello la concepción total del hombre y de su finalidad dentro del mundo. 33 Lesch no aprecia tener más aspiraciones que los valores de existencia vital, siendo la existencia percibida como vida pura, y de existencia individual, donde la conservación del yo es esencial. Incorpora un tercer grupo en donde éste va más allá del bienestar del hombre. En este grupo se ubican los valores tales como: sociales, asistenciales, de saber e interés, de amor, normativos. Los estudios psicológicos respecto a los valores comienzan a proliferar en la década de los cincuentas; en la psicología social es donde toma fuerza el constructo de valor y comienzan a proponer diferentes aproximaciones de definición de valores. Para Williams (cit. en Ávila, 1998), los valores son estructuras conceptuales afectivamente cargadas que forman parte de la comprensión del self. Por su parte, Smith (cit. en Ávila, 1998) define valor como algo libremente elegido de entre alternativas, después de considerar las consecuencias de cada alternativa. Por otra parte, Rockeach (cit. en Ávila, 1998), establece que un valor es una creencia duradera que, de una manera particular de conducta o estado de existencia, es personal o socialmente preferible a otra conducta o estado de existencia opuestos. Características de los valores: Son cualidades que están adheridas a un objeto o bien, pero no tienen existencia concreta, sino virtual. Los valores antes de incorporarse al respectivo portador, depositario o bien, son meras “posibilidades”. Son absolutos y universales. No cambian. Lo que cambia es su apreciación. Todo valor tiene su polaridad, su contravalor y ambos parten de un punto cero, de donde resultan jerarquías de los mismos o escalas de valores. 34 En la actualidad, la psicología sigue siendo una disciplina en construcción y desarrollo en la que cada una de las propuestas de estudio y explicación aportan importantes significaciones que no es posible soslayar. Los valores se adquieren en el transcurso de la niñez y la adolescencia; éstos no se adquieren por capacitación o reforzamiento. Dicha adquisición puede ocurrir, en cambio, a partir de algún comentario fortuito emitido por alguna persona que tiene autoridad o importancia para aquel que está en el proceso de adquisición de valores. Se puede considerar a la familia como una especie de unidad de intercambio. Los valores que se intercambian son amor y bienes materiales. Estos valores fluyen en todas direcciones dentro de la esfera familiar. Si la esfera familiar está llena de cambios y desvíos bruscos pueden surgir profundos sentimientos de frustración, acompañados de resentimiento y hostilidad. Se han ido perdiendo los valores debido a la violencia, drogas, la desorientación, alcoholismo, sexualidad temprana, vagancia, pérdida del sentido de la vida, desintegración. Los medios de comunicación contribuyen en la pérdida de valores porque en las caricaturas de mayor popularidad manejan todos estos puntos antes mencionados. Según Herrera (2003), los valores se clasifican de la siguiente manera: a) Morales: perfección al ser humano en sí mismo, en su esencia como persona. Por ejemplo justicia, templanza, fortaleza y prudencia. b) Sociales: perfeccionan al hombre en su relación con los demás. Por ejemplo amabilidad, honestidad, servicio, solidaridad y patriotismo. c) Intelectuales: perfeccionan al individuo en su aspecto, razón, intelecto, memoria. Por ejemplo ciencia, conocimiento y sabiduría. d) Técnicos: perfeccionan al sujeto ayudándolo a tener mejores condiciones de vida. Por ejemplo estudio, organización, trabajo y creatividad. 35 e) Vitales: perfeccionan al hombre en su aspecto físico-biológico. Por ejemplo agilidad, fuerza, salud, deporte, placer y ejercicio. De acuerdo a esta clasificación, la importancia de cada cosa se realizará y conformará su pirámide de valores. Clasificación de los valores según Llopis, con agregados de Ortega y Gasset y S. Shwartz, con respecto a: La Salud: El respeto por la vida, el cuerpo, la energía, el cuidado y la prevención. La Persona: La identidad, el optimismo, la seguridad, la gratitud, la realización, la ambición, el autoconcepto positivo, la capacidad, la congruencia, la autonomía personal, el éxito, la inteligencia, la confianza en sí mismo, la humildad, la responsabilidad, la integridad, la dignidad, la empatía, la intuición, la aceptación, la fortaleza, el elegir las propias metas, la alegría existencial, la felicidad y la aceptación de lo que la vida nos da. El Intelecto: La cultura, el conocimiento, las creencias y las tradiciones, el amor a la verdad, la curiosidad, la capacidad de comprensión, el sentido crítico, el desarrollo intelectual, lo exacto, lo evidente, el método y la demostración. La socialización: La dignidad de la persona, la sinceridad, el diálogo, la comunicación, la confianza, la libertad de expresión, la igualdad, la colaboración, el agradecimiento, la convivencia democrática, la generosidad, el amor maduro, la tolerancia, la amistad, la comprensión, la familia, la simpatía, el servicio mutuo, etcétera. La política: la participación política, la imagen pública, la identificación política, la autoridad,la pluralidad, la democracia, el poder social, entre otros. La economía: El trabajo, la capacidad, la productividad, la riqueza, la rentabilidad, la austeridad, lo barato, la ganancia, el liderazgo, la competitividad, el dinero y la mercancía, por mencionar algunos. 36 La ética: La bondad, la honestidad, la benevolencia, la sinceridad, la justicia, el perdón, la igualdad, la lealtad, la amistad sincera, la solidaridad, el compromiso, la paz, la concordia, y otros. La religión: Las creencias religiosas, lo santo o sagrado, lo divino, lo supremo, lo milagroso, lo virtuoso, lo puro, la espiritualidad, el sentido religioso de la vida, el sentimiento de unidad con el todo, las cosmovisiones salvadoras, la fé, la devoción, etcétera. El hedonismo: El placer, el disfrute de la vida, la diversión, el gozo y el riesgo. La seguridad: La seguridad personal y familiar, la seguridad nacional, el sentido de pertenencia, la devolución de favores, la higiene, la salud, y otros. La conformidad: La obediencia, la moderación, la autodisciplina, la esperanza y el respeto a la tradición, por mencionar algunos. La universalidad: La paz mundial, la convivencia pacífica, la justicia social, la fraternidad, la sabiduría, la belleza, la tolerancia, la armonía interna, la protección del medio ambiente, la igualdad, la preservación del equilibrio, la unidad con la naturaleza, la amplitud de criterios, entre otros. En los valores que nos centraremos más son los valores morales, pues son los que nos ayudarán a determinar un poco la relación entre individuo y sociedad. Hablamos de los valores morales que han sido más apreciados en todos los tiempos de la historia humana y en todos los lugares; es decir, en todas las culturas. Ese resultado de un trabajo paciente de depuración, por parte de la humanidad entera, tiene que ser siempre nuestro referente para no caer en el relativismo de la moda o del capricho individual. Esos valores universales y permanentes son: La libertad, contra toda forma de esclavitud y de manipulación. No debemos ser esclavos de nadie, ni podemos dejarnos manipular por la propaganda, comercial ni política. La libertad es un gran valor, pero muchas veces le 37 tenemos miedo porque preferimos estar dentro del grupo, aunque éste sea un rebaño (E. Fromm, 2008) El amor y su forma más noble, la amistad, que consiste en comunicación, enriquecimiento mutuo, encuentro. Si en la pareja sólo hay atracción física y no hay amistad, esa pareja no es estable. El amor es lo contrario al odio, a la envidia y, sobre todo, a la indiferencia. La solidaridad, que es amor al débil que está amenazado en sus derechos o en su dignidad. Está relacionado con la generosidad y con la compasión. Es contrario al egocentrismo y a la despreocupación. El perdón está relacionado con la generosidad y es la capacidad de comprender a quienes nos hayan ofendido y olvidar la ofensa. Puede tener un mérito sobrehumano. Se opone al rencor y al odio. La fidelidad o lealtad en la pareja, entre amigos, en el grupo, es lo opuesto a la traición y al olvido. La responsabilidad es saber cumplir los compromisos que uno ha aceptado. No puede haber verdadera libertad sin responsabilidad, ni se merecen ser libres quienes no sean responsables. La paz en la familia, entre grupos, entre naciones. No es sólo la ausencia de conflicto armado, sino respeto mutuo y capacidad de convivir y cooperar con quienes piensan de otro modo. Es lo contrario a la guerra, a las peleas, al conflicto. La coherencia o autenticidad es la coincidencia entre lo que vivimos, lo que decimos y lo que pensamos. Es lo contrario a la hipocresía o fariseísmo Por último, la justicia, que consiste en dar a cada uno lo que le pertenece y es anterior a la compasión. Por su importancia existe en todos los países y desde el comienzo de la historia humana aunque organismos encargados de impartir justicia han sido y son injustos. Es la base de todos los otros valores morales, sin justicia ninguno de esos valores tiene sentido. Estos valores son los más sobresalientes ante la sociedad. Ahora se mencionará los valores básicos dentro de la familia. 38 Laboriosidad: se le debe enseñar al pequeño la importancia y el valor del trabajo. El trabajo exige unos motivos lo suficientemente importantes como para superar las dificultades que puedan surgir al realizarlo. Orden: Consiste en la realización armónica de la actividad para que logre su finalidad, aprovechando el tiempo al máximo y utilizando bien los recursos disponibles. Responsabilidad: Consiste en cumplir las obligaciones y compromisos adquiridos. Ser responsable es también saber asumir las consecuencias de los propios actos (los buenos y los malos); así aprende a tomar en serio lo que hace. Esta tiene conexión directa con la libertad porque, si depende de nosotros, no podemos asumir nada que no hayamos decidido previamente. Respeto: Tener conciencia del valor propio, reconocer el de los demás. Es el valor principal para la convivencia entre personas, pero se extiende a la naturaleza y las reglas sociales. Se ve amenazado por corrientes modernas que promulgan la igualdad entre padres e hijos, obviando la relación jerárquica existente y necesaria. Como el respeto implica valorar a los demás, supone primero una auto-valoración (auto-estima) Sinceridad: Consiste en decir y actuar siempre con la verdad. También implica también manifestar los sentimientos con autenticidad. La sinceridad va unida a la humildad porque conocerse objetivamente debe conducir a aceptarse tal como uno es. Generosidad: Significa dar lo mejor de sí mismos a los demás en tareas por el bien común y de manera desinteresada. Es el valor antepuesto al egoísmo e individualismo. Supone también madurez porque exige de nosotros decisión libre de dar lo que tenemos. Estos valores se tienen que ir transmitiendo desde la infancia a los hijos ya que de esto dependerá que ellos, de acuerdo a su desarrollo, podrán seguir esos valores. Su enseñanza será de acuerdo a la relación que lleven los padres e hijos, por eso es necesario revisar el rol que juegan los padres, para así esclarecer los valores que pondrán en práctica. 39 1.7 Rol del padre La literatura de investigación sobre el papel del padre en el desarrollo infantil guarda una proporción mínima e insignificante, si la comparamos con la que se ha enfocado a actuación e influencia de la madre. En nuestro país se cuenta con datos escasos acerca de la actuación del padre, no obstante se encuentran documentadas algunas caracterizaciones del padre mexicano como una figura ausente (González, 1977) que, cuando se relaciona con sus hijos, tiende a ser defectuosa y distante en un porcentaje importante de casos (Sánchez, Sosa y Hernández, 1992). Por este motivo resulta de vital importancia determinar qué tan relevante es la figura paterna para el desarrollo psicológico sano de nuestra niñez. La prolongada infancia del ser humano, su extrema indefensión y la falta de integración que se advierte en los años iniciales de la vida, exigen un largo proceso de protección que la madre no puede cumplir satisfactoriamente por sí sola. Por consiguiente, resulta imprescindible la colaboración del padre. En funciones parentales humanas debe considerarse la necesidad de satisfacer las demandas de adaptación planteadas por la socialización exogámica del niño. Acerca de esta relación, se ha estudiado la importancia de la participación del padre como agente socializador, como modelo de imitación de pautas de conducta social (Santrock, 1975; Badaines, 1976). Asimismo es una figura importante para la adquisición de la identidad de género, tanto en niñas como en niños. Pietro y Macoby, 1984), favoreciendo el desarrollo cognoscitivo del niño (Santrock, 1972);,su juicio moral (Phelps, 1970), su personalidad (Biller, 1970) y su ajuste psicológico en general (Lamb, 1980; Amato, 1987). Hetherington (cit. por Parke, 1986) sugiere que la ausencia del padre, previa a los cinco años de edad del hijo promueve mayor dependencia e inseguridad. 40 Biller y Bahm (1971) se ubicaron antes de los cinco años, la edad crítica durante la cual la ausencia del padre promueve los mayores estragos. A partir de los cinco o seis años de edad, la ausencia del padre se asocia con menos problemas que la ausencia antes de esas edades. Así vemos que la colaboración del padre en las funciones de identificación, nutrición, proteccion y de adaptación se ha convertido en el transcurso de la evolución de la especie en un factor cada vez más importante para la estructura definitiva del hijo. Para asumir su función, el padre debe experimentar un cambio mediante la identificación con la actitud maternal de su mujer. Pese a sus escasas aptitudes innatas, el padre cuenta con circunstancias históricas que lo hacen apto para su función. La más importante es la tendencia a repetir con su hijo el tratamiento pasivo recibido de sus padres y la compulsión a reparar los aspectos negativos de dicho tratamiento. Pero aún así, los antecedentes hereditarios e históricos parecen requerir un considerable esfuerzo y actualización mediante la identificación con la conducta de mujer-madre (Rascovsky, 1981). Para comprender el proceso de identificación con el padre hay que insistir en que, durante nueve meses de gestación, la madre experimenta una progresiva retracción libidinosa con respecto a su compañero, a medida que aumenta su relación materno-filial y ésta pérdida de objeto sexual provoca su identificación con él mismo. Se ha comenzado a admitir, en fecha reciente, que el padre no solo es importante por las influencias directas que ejerce sobre su hijo, sino también a través de efectos indirectos sobre las interacciones tempranas del lactante con otras personas (Parke, 1986). Dentro del contexto familiar, el padre influye con frecuencia de forma indirecta sobre sus hijos, al afectar el comportamiento de la madre. 41 Así como la relación marital adecuada en algunos casos contribuye a un relación positiva entre el padre y el hijo, una relación marital hostil entre los padres influye negativamente en la misma. Una relación marital con poca comunicación y apoyo, según Lamb (1989), puede ser más dañina para el desarrollo de la personalidad del niño que la misma ausencia del padre. Los padres, al igual que las madres, son afectados por la calidad de las relaciones marido-mujer. Es más probable que las parejas que discuten entre si y se critican mutuamente, actúen del mismo modo con sus hijos. Para comprender la relación entre el progenitor e hijo debemos considerar a los padres parte de un sistema familiar y tener en cuenta todas las relaciones existentes entre los miembros de la familia. Hemos de recordar, además, que las familias no están aisladas de los sectores sociales, sino que están incluidas en una amplia red de sistemas sociales, entre los que se cuentan el vecindario, la comunidad y la cultura. A fin de comprender la función del padre, hemos de tener en cuenta la influencia de los vínculos entre las familias, y esos otros sistemas sociales. Al reconocer que el padre está afectado por las influencias sociales exteriores a la familia lograremos una comprensión más clara de los motivos por los que la paternidad puede asumir diversas formas. El ser padre puede afectar al varón, puede cambiar los modos de pensar de los hombres acerca de sí mismos y ayudarles con frecuencia a revelar sus propios valores y a establecer prioridades. Puede acentuar la autoestima si saben abordar bien las exigencias y las responsabilidades que plantean; o bien pueden desequilibrar o deprimir al revelarse las propias limitaciones y flaquezas. De acuerdo con algunos autores, el padre es tan capaz como la madre para capturar y responder adecuadamente a las señales de su hijo. Sin embargo, son factores socioculturales los que pueden obstaculizar el desarrollo pleno de estas 42 habilidades. En nuestro país, según algunos autores, la madre es la encargada principal del cuidado, atención, educación e integración de los hijos y de la familia. El padre en estos términos, ha sido el proveedor económico, representando a la figura de aparente autoridad cuando está presente físicamente (Cárdenas, Cornejo y Murillo, 1987; Díaz Guerrero, 1982). Algunas investigaciones comparativas han logrado resultados que permiten afirmar que la ausencia paterna se refleja en el comportamiento agresivo. Eliot (1981) realizó observaciones directas de la interacción familiar de niños sin padre por medio de escala codificada, encontrando niveles mayores en conducta hostil y destructiva. En un intento por explicar estos resultados, Thygensen (1971) y Carlsmith (cit. por Biller, 1970) propusieron que los hijos de familias sin padre tienden a presentar conductas compensatorias, mostrando agresividad. Shinn (1979) y Biller (1970) concuerdan con esta interpretación y añaden que estos niños sobreactúan las características masculinas para compensar la carencia de un modelo masculino adecuado. La agresividad observada, en algunos estudios, va acompañada de transgresión de reglas, ausentismo escolar y conductas desordenadas. De esta manera, la ausencia del padre, parece repercutir sobre el comportamiento moral. Hoffman (1971) estudió el desarrollo moral en cuanto a la ausencia del padre; evaluó los siete atributos morales propuestos por Kohlberg: intensidad de la culpa por transgredir una regla, emisión de juicios morales acerca de otros, tendencia a aceptar la responsabilidad por faltas colectivas, demostraciones de consideración hacia otros, conformidad con las reglas, aceptación verbal de valores morales, y agresividad. 43 Judd (1980) aplicó la entrevista de enjuiciamiento moral de Kohlberg a 80 mujeres adolescentes, clasificadas en cuatro grupos: delincuentes con padre, delincuentes sin padre, no delincuentes con padre, no delincuentes sin padre. Encontró en los de padre presente más principios morales, en contraste con las de padre ausente, y las no delincuentes superaron a los delincuentes. El padre juega un papel muy importante en el comportamiento, adquisición de valores morales y adaptación de sus hijos a su entorno social. El padre representa una figura que tendrá que considerarse con más cuidado en el estudio del comportamiento humano. No solamente es necesaria su presencia, sino su participación adecuada en la crianza. El padre influye sobre la salud psicológica de sus hijos cuando participa con interés en el cuidado y educación de éstos; al mismo tiempo influye su presencia si ofrece apoyo y seguridad a la madre. No obstante, en muchos casos en los que el padre está presente, no garantiza la seguridad ni condiciones necesarias para que el niño crezca de forma saludable; pues si las manifestaciones sentimentales y/o emocionales dentro de una familia no se dan en un canal adecuado, puede terminar propiciando disfuncionalidad y confusión en los roles de cada miembro del grupo, sobre todo cuando el padre es un sujeto con tendencias psicológicas, ajenas a un adecuado desarrollo familiar. 1.8 Rol de la madre La madre, según Rascovsky (1981), debe considerarse parte del propio yo del individuo (niño); siendo la intermediación con el mundo exterior una de las funciones del yo, la madre como “yo auxiliar” reemplaza las capacidades aun no desarrolladas en el niño para expresarse y vincularse con la realidad. Cumple así una doble función de: 44 a) “yo auxiliar del niño” b) Mundo exterior inmediato En esta última función, la madre actúa como depositaria de todas las tendencias del recién nacido
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