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0 UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE MEDICINA DIVISIÓN DE ESTUDIOS DE POSGRADO E INVESTIGACIÓN SECRETARÍA DE SALUD HOSPITAL DE LA MUJER “CORRELACIÓN CLÍNICA-ULTRASONOGRÁFICA-PATOLÓGICA DE ACRETISMO PLACENTARIO EN PACIENTES TRATADAS EN EL HOSPITAL DE LA MUJER DEL AÑO 2010 AL 2014” TESIS QUE PARA OBTENER EL GRADO ACADÉMICO DE ESPECIALISTA EN GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA P R E S E N T A ROSA KARINA MUÑOZ VELAZCO ASESORES: DRA. MADAI FARIAS BARAJAS DRA. MA ADELITA VIZCAINO VILLALOBOS MTRO. NILSON AGUSTIN CONTRERAS CARRETO MÉXICO, D.F. 2015 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. 1 ______________________________________________ DRA. MARIA DE LOURDES MARTÍNEZ ZÚÑIGA DIRECTORA ______________________________________________ DR. JOSE DE JESUS PRADO ALCAZAR JEFE DE DIVISIÓN DE ENSEÑANZA E INVESTIGACIÓN _____________________________________________ DR. ESTEBAN GARCÍA RODRÍGUEZ PROFESOR TITULAR DEL CURSO _____________________________________________ DRA. MADAI FARIAS BARAJAS ASESOR ____________________________________________ DRA MA ADELITA VIZCAINO VILLALOBOS ASESOR _________________________________________________ MTRO. NILSON AGUSTÍN CONTRERAS CARRETO ASESOR 2 DEDICATORIA A mis padres sin su fortaleza, sus ánimos, sus deseos, su gran apoyo no sería nada. Mamá, sin ti nunca hubiera llegado hasta aquí, GRACIAS por las alas aunque vuelen, siempre regresarán a ti. A mis hermanas las cómplices de toda mi vida. Al Hospital de la Mujer, sus pacientes y mis maestros por ellos soy lo que soy. A mis amigos de guardia que desde el primer día nunca me abandonaron. A dios, sin él no estaría aquí. GRACIAS. 3 INDICE I. Marco Teórico. 4 1. Introducción. 4 2. La placenta 4 3. Anatomía 4 4. Histología 6 5. Fisiología 7 6. Patologías placentarias 9 7. Placenta acreta 10 8. Diagnóstico 12 9. Diagnóstico diferencial 14 10. Reacción exagerada de lecho placentario 14 11. Tratamiento 16 II. Pregunta de investigación. 18 III. Justificación 19 IV. Planteamiento de problema 20 V. Objetivos. 21 VI. Hipótesis 22 VII. Material y métodos 23 VIII. Resultados 25 IX. Discusión 28 X. Conclusiones 33 XI. Incide de Gráficas 35-42 XII. Bibliografía 43 4 I. MARCO TEÓRICO I.I INTRODUCCIÓN El acretismo placentario es una afección adherencial de la placenta asociada con elevada morbilidad y mortalidad materna por lo que el diagnóstico anteparto es fundamental para planear el tratamiento óptimo y reducir complicaciones graves. Los principales factores de riesgo son: antecedente de cesárea u otras cicatrices uterinas o placenta previa. En estos casos, el ultrasonido de segundo nivel puede detectar el acretismo placentario con sensibilidad y especificidad elevadas. A pesar de que el diagnóstico definitivo de acretismo placentario consiste en la confirmación histopatológica de la invasión trofoblástica al miometrio después del nacimiento, existen bases para su sospecha en la etapa antenatal, utilizando criterios primordialmente clínicos y hallazgos sugerentes en los estudios ecográficos. 3 La placenta humana, aún un enigma en muchos aspectos, ha sido motivo de estudio en las últimas décadas. Si bien, aún escapan a nuestra comprensión muchos aspectos de la inmunología y genética de este complejo órgano, con los conocimientos actuales podemos crear un concepto práctico y global de sus aspectos más importantes que nos permitan comprender y vincular las patologías que afectan el crecimiento del feto y su interacción con el matroambiente .4. II.- LA PLACENTA. 2.1. ANATOMÍA La placenta humana es un órgano discoide que a término tiene, en condiciones normales, un tamaño de 15 a 20 cm con espesor de 2 a 3 cm, y un peso promedio junto con el cordón umbilical, y las membranas contiguas, de 600 gramos. La placenta presenta dos superficies la fetal y la materna. La superficie fetal o placa corial es lisa, traslúcida, de color azul acerado y se encuentra revestida por el amnios, mientras que la materna tiene 5 superficie irregular debido a la presencia de una serie de elevaciones denominadas cotiledones (15-20) cubiertos por una delgada capa de decidua basal y separados por surcos que se forman a partir de los tabiques deciduales. A la cara fetal se le estudian las membranas y el cordón umbilical. 14 Membranas ovulares El amnios es la membrana interna más delgada (0.2 a 0.5 mm de espesor) y transparente, que tiene cinco capas: epitelio, membrana basal, capa compacta, capa fibroblástica y capa esponjosa. Esta última posee una estructura mucoide distensible que permite al amnios deslizarse a lo largo del corion fijo. El corion es más grueso, vascular y opaco que el amnios; contiene vellosidades “fantasma” y con poca decidua en su margen más externo y tiene cuatro capas: celular, reticular, pseudomembrana basal y el trofoblasto. Las venas fetales se disponen en abanico sobre la superficie fetal de la placenta convergiendo desde la inserción del cordón umbilical. 14 Cordón umbilical Es la estructura que une al feto con la placenta en su interior y contiene dos arterias y una vena rodeadas por tejido conjuntivo especializado rico en miofibroblastos y con distintos tipos de colágenos y de proteoglicanos llamado gelatina de Wharton. Inicialmente tiene dos arterias y dos venas, pero una vena normalmente involuciona y ocasionalmente también lo hace una arteria. La arteria umbilical, única se presenta en el 0.22 al 1.1% de los cordones y se asocia en un 15 a 30% con malformaciones fetales. Tiene una longitud media de 50 cm., al término del embarazo y se inserta en la superficie fetal de la placenta. La inserción umbilical habitual es central o excéntrica, su diámetro es variable según la edad gestacional siendo en promedio de 1.5 cm al término, su aspecto externo es blanquecino nacarado, sinuoso y en ocasiones espiralado. 14 Las arterias umbilicales tienen una capa media muscular muy gruesa, carecen de una lámina elástica interna y no tienen vasa vasorum. 6 La nutrición de estas arterias umbilicales se realiza a través de la gelatina de Wharton, la cual presenta un reticulado estromal que delimita pequeñas grietas o cavidades de menor densidad. Este tejido posee fibras colágenas de los tipos I,III,IV,VI. La colágena IV en el cordón umbilical forma parte difusa de la matriz extracelular. 14 La superficie materna está divida por depresiones de profundidad variable, los cotiledones, que corresponden a unidades vasculares maternas mayores y estos crecen durante todo el embarazo, pero el número total sigue siendo el mismo hasta el final de la gestación. Los cotiledones representan la unidad funcional de la placenta y corresponden a la multi ramificación que proveniente de cada rama de las arterias umbilicales que atraviesan la placa corial y penetran en el espacio intervelloso lo que da origen alas vellosidades coriónicas, existen más de 20 cotiledones de diversos tamaños. En circunstancias normales, la placenta ocupa alrededor de una quinta parte de la superficie del saco coriónico. La forma y el tamaño de la placenta dependerá del número y de la disposición de las vellosidades primordiales en el polo de implantación. La superficie fetal es lisa, está cubierta por amnios a través del cual se visualizan las ramificaciones de los vasos coriónicos que convergen hacia el cordón umbilical, en esta cara se inserta el cordón umbilical algo excéntrico. 12,14 2.2 HISTOLOGÍA Las vellosidades coriónicas terminales están compuestas por capilares fetales, rodeadas por un estroma laxo mesenquimatoso y cubiertas por citotrofoblasto por dentro y por sinciciotrofoblasto por fuera. Las células del citotrofoblasto o capa de Langhans constituyen la capa germinativa de las vellosidades. A lo largo del embarazo las vellosidades se modifican pero mantienen ciertas características generales; el diámetro disminuye de 170 micras en el primer trimestre a menos de 40 micras en las placentas de término. La cantidad de células de citotrofoblasto disminuye gradualmente, los capilares se desplazan del centro hacia la periferia y proporcionalmente el área que ocupan es cada vez mayor. El estroma cambia de laxo y mixoide rico en células de Hofbauer de tipo histiocitario a escaso y denso, con algunos pericitos y fibroblastos. 7 El sinciciotrofoblasto se adelgaza bruscamente después de las 10 semanas, y sus núcleos en las vellosidades maduras, se distribuyen de forma irregular. 13,14 Posteriormente se forman las membranas sinciciovasculares, que son áreas donde el sincicio adelgazado y la pared capilar establecen íntimo contacto, de tal forma que el grosor de los tejidos que separan la sangre materna y la sangre fetal, llega a ser inferior a 2 micras, constituyendo áreas de gran difusión entre ambas circulaciones. Las vellosidades de la placenta de término tienen un diámetro promedio entre 35 y 40 micrones, son curvas y pequeñas y al corte histológico están tapizadas por sinciciotrofoblasto, presentan nudos sinciciales y membranas sinciciovasculares, con uno a seis vasos capilares. Estos vasos ocupan más del 50% del área de sección de la vellosidad y se disponen en la periferia en estrecha relación con el trofoblasto. Ultraestructuralmente, el sinciciotrofoblasto refleja su actividad metabólica, ya que la presencia de vesículas pinocíticas tiene que ver con la transferencia de fluidos y proteínas y las microvellosidades que cubren la superficie del sinciciotrofoblasto realizan la función de absorción y excreción. El sincicio tiene abundante retículo endoplásmico rugoso, debido a su intensa síntesis proteica ya que posee gránulos de secreción que contienen hormona gonadotrofina coriónica humana, muy abundante en el primer trimestre y que va disminuyendo hasta finalmente desaparecer al término de la gestación. La ultraestructura del citotrofoblasto es más simple ya que no produce hormonas, pero sintetiza laminina. El trofoblasto intermedio o extravelloso sintetiza lactógeno placentario humano (HPL). 14 Los criterios histológicos de madurez placentaria son: reducción del diámetro de las vellosidades, transformación sinusoidal de los capilares, desarrollo de membranas metabólicas y formación de puentes intervellosos. 12,14 2.3. FISIOLOGÍA PLACENTARIA Las funciones de la placenta son esencialmente dos: 1) crecimiento y desarrollo fetal, 2) funciones endocrinas. Asimismo transporta de forma selectiva diversos nutrientes como glucosa, lactato, aminoácidos, acido grasos libres, metales, vitaminas, inmunoglobulinas (Ig´s), agua, aniones, cationes y oxígeno desde la madre al feto y CO2, urea y bilirrubina, desde el feto a la madre. Los mecanismos utilizados para el transporte de sustancias son: difusión facilitada y transporte activo. 13 8 La glucosa se transporta por difusión facilitada y al término de la gestación sólo el 28% de la glucosa que entra a la placenta es transferida al feto. El transporte del lactato es llevado a cabo por difusión facilitada producida a partir de la glucosa. Las Ig’s son transportadas por endocitosis; todas las subclases de Ig’s cruzan la placenta, pero no las otras inmunoglobulinas. La placenta excluye moléculas como la ACTH, insulina y polietilenglicol, mientras que péptidos pequeños como TRH la atraviesan. Las hormonas peptídicas sintetizadas por el trofoblasto (hCG, lactógeno placentario) son secretadas hacia la circulación materna, proteínas como las IgM de alto peso molecular no se detectan el líquido amniótico. Los ácidos grasos libres pasan a través de la placenta por difusión simple. El calcio y el fósforo son transportados activamente y tanto la concentración de calcio libre como de fosfato son más altas en el feto que en la madre. El transporte de gases, el oxígeno y el anhídrido carbónico pasa a través de la placenta por difusión simple, sin embargo el transporte de O2 y de C02 está influido por la combinación de estos gases con la hemoglobina y por el flujo sanguíneo uterino y umbilical. 13 Endocrinología La placenta es un órgano endocrino activo. Produce prácticamente todas las hormonas hipotalámicas, hipofisarias, y esteroideas, y participa en la inactivación de otras hormonas. Esta actividad está dirigida principalmente hacia la madre y en menor proporción hacia el feto. El lactógeno placentario humano, polipéptido de 191 aminoácidos, es producido por las células del sinciciotrofoblasto y no se detecta en el citotrofoblasto; la velocidad de secreción es de 0 .3 a 1g/ día al final de la gestación siendo el producto más secretado por la placenta y a las 3 semanas se detecta en el plasma materno. Esta hormona regula el metabolismo intermediario materno produciendo un antagonismo con la insulina, que resultaría en mantener la glucosa relativamente elevada y en el aumento de la movilización de lípidos. 13 La gonadotrofína coriónica es la hormona producida más precozmente por el embrión detectándose antes de la implantación. Es una glucoproteína formada por dos subunidades: alfa y beta. 9 La subunidad alfa es la misma que contiene las hormonas hipofisarias lúteoestimulantes, mientras que la beta es la misma en composición de los aminoácidos y de los carbohidratos y que confiere la actividad biológica característica a cada una de estas hormonas. Aumenta rápidamente en el plasma materno hasta la octava semana de embarazo, permaneciendo constante entre las ocho y doce semanas para luego declinar, manteniéndose en un nivel bajo durante el resto de la gestación. La hGC tiene regulación paracrina en la placenta de la síntesis de estrógenos y progesterona, en el feto estimula la producción de testosterona por el testículo y la proliferación de células de Leydig, además tiene una acción tirotrófica intrínseca, siendo capaz de unirse a las membranas de las células foliculares tiroideas, estimulando la producción de AMPc. 12,13 La placenta humana produce estrógenos y progesterona en grandes cantidades a través de todo el embarazo, la producción de estrógenos quizás comienza antes de la implantación y es posible que sea una de las señales utilizadas por el embrión para inducir la implantación. La placenta como el ovario tienen la capacidad de aromatizar a los andrógenos para convertirlos en estrógenos, la enzima que cataliza este proceso es la P450 presente en los microsomas de la placenta y del ovario. La formación de estrógenos y progesterona durante el embarazo requiere una colaboración continua entre el feto, la placenta y la madre (unidad feto placentaria). Para producir estrógenos la placenta utiliza como precursores a los andrógenos que provienen principalmente del feto, mientras que para producir progesterona utiliza colesterol.La placenta tiene gran capacidad de aromatización utilizando precursores fetales y maternos para formar los estrógenos, el estrógeno más abundante (90%) del total de estrógenos durante el embarazo es el estriol.13 III.- PATOLOGIAS PLACENTARIAS La placenta es un órgano mixto, materno-fetal. Hay una placenta fetal, que es la que nosotros clínicamente vemos, y una placenta materna o decidual, funcionalmente ligada a aquélla, pero que depende de la madre. Genéticamente, la primera es tejido fetal, la segunda tejido materno; y entre ambas hay una zona de implantación que establece una barrera inmunológica, ambas placentas tienen como dato común y original lo breve de su vida. 10 Este ciclo vital tan corto del tejido placentario de ambas partes, condiciona en gran medida su patología, todos los procesos patológicos placentarios son de evolución mucho más rápida que los del resto del organismo y la placenta puede desarrollar, como todos los tejidos, neoplasias propias y también lesiones inflamatorias y degenerativas. 8,13 Las afecciones de la placenta, se pueden dividir, en intrínsecas y extrínsecas. Las primeras, llamadas también primarias, son aquellas que dependen de afecciones propias de la placenta, mientras que las segundas, que se pueden llamar también secundarias, son las alteraciones que se producen en la placenta como consecuencia de alteraciones de la mujer gestante, por ejemplo, en las toxemias , diabetes u otras menos comunes. La patología intrínseca es la más numerosa, y en algunos casos, como en el aborto o en la enfermedad trofoblástica, está causada por alteraciones genéticas hoy día bien demostradas. Estas afecciones se manifiestan por una patología vascular precoz, la avascularidad de las vellosidades coriales, y forman una primera categoría que se podría clasificar como trastorno vasculares. También alteraciones vasculares, pero de otro signo diferente, constituyen la senescencia placentaria precoz o hipermaduración de la placenta. 9,13 3.1. PLACENTA ACRETA El acretismo placentario es la inserción anormal de una parte o toda la placenta en el miometrio, con grados variables de invasión; su característica histopatológica es la ausencia total o parcial de decidua basal. El acretismo placentario es un problema de salud pública debido a su notable aumento en las últimas décadas, que ha sido de cinco a diez veces, de acuerdo con los informes de diferentes países y localidades, y está estrechamente vinculado con el incremento en la tasa de cesáreas. Esta anomalía placentaria se presenta en aproximadamente uno de cada 2500 partos; estas formas anormalmente adherentes de la placentación son raras en embarazos normales, pero suceden en el 5% de las pacientes con placenta previa. Con base en los datos de la Organización Mundial de la Salud, se prevé que seguirá en aumento cuanto más cesáreas se practiquen. 10,3 El acretismo placentario se clasifica según la invasión trofoblástica al miometrio y existen tres grados: 11 1) placenta acreta, la adherencia anormal de una parte o de la totalidad de la placenta a la pared uterina, sin que las vellosidades coriales penetren el miometrio. 2) placenta increta; las vellosidades coriales penetran el miometrio. 3) placenta percreta es la penetración de los elementos coriales hasta sobrepasar la serosa del útero; en ocasiones alcanzan los órganos vecinos. También se clasifica por su extensión en: focal, parcial y completa, según si es uno, varios o todos los cotiledones los implicados en el padecimiento. 5 Entre los principales factores de riesgo se encuentran: antecedente de cirugía uterina (cesárea), placenta previa, multiparidad, miomas submucosos, legrados reiterados, Síndrome de Asherman, malformaciones uterinas, gestaciones múltiples, endometritis y edad materna avanzada. 5 Se establece una relación entre cesárea previa y el riesgo de presentar acretismo placentario. Hay un 2% de riesgo en pacientes que tienen el antecedente de una cesárea, que alcanza el 50% de riesgo en pacientes con cinco cesáreas previas. 10 El probable fenómeno causal está vinculado con la cicatrización en el útero: a mayor número de lesiones, mayor probabilidad del evento; esto debido a falla en la señalización bioquímica en la cicatriz para las células del trofoectodermo del blastocisto, que se adhieren y liberan a las proteasas que se encargarán de la penetración e implantación, que dan como resultado la superinvasión del trofoblasto, es decir, la ausencia de continuidad de la capa de Nitabuch. Esta fisiopatología ha sido bien descrita de manera microscópica (escasa decidualización con infiltración de tejido velloso en el miometrio) y macroscópica (neovascularización útero-placentaria prominente en el área afectada); sin embargo, pocas veces se ha estudiado el mecanismo molecular del trastorno. El desarrollo de la placenta requiere un fenómeno sinérgico entre factores de crecimiento angiogénico y sus receptores; entre ellos, el Tie 1 y el Tie 2 se consideran los marcadores específicos de este efecto. Está demostrado que el Tie 2 tiene mayor expresión en el citotrofoblasto, y sus ligandos en el sincitiotrofoblasto. Los ligandos con papel importante en la implantación de la placenta son: la angiopoyetina 1, 2 y 4, que tienen mayor relevancia en el fenómeno de liberación de sustancias para la implantación (óxido nítrico) y migración. 12 En estudios in vitro se ha demostrado la falta de expresión de Tie 2 en los casos de acretismo, y el aumento de expresión de su ligando Ang 2 en el sincitiotrofoblasto; clínicamente, esto demostraría la proliferación vascular en los casos de acretismo placentario. 2, 4,12 3.1.1. DIAGNÓSTICO El diagnóstico prenatal es un aspecto básico en el tratamiento del acretismo placentario. Ante la sospecha, es necesario que expertos en ecografía busquen indicios o, bien, que se realice una resonancia magnética nuclear. En cuanto al diagnóstico en el primer trimestre e inicios del segundo, el hallazgo de un saco gestacional ubicado muy cerca de una cicatriz en el segmento uterino debe hacer sospechar acretismo placentario, pero no es diagnóstico .10 El ultrasonido generalmente es útil en el segundo y tercer trimestre; los datos a revisar son: Pérdida del espacio claro retroplacentario: la sensibilidad y el valor predictivo positivo de este signo como hallazgo aislado son muy inferiores (7 y 6%, respectivamente) en comparación con cualquier otro criterio. Si bien representa la ausencia de la decidua basal (entre miometrio y placenta), que es característica en casos de acretismo, también se ha observado en inserciones placentarias normales, particularmente en las anteriores. Se observó que cuando se combinaron todos los signos ecográficos y los provenientes del doppler color en un sistema de puntuación y encontraron que la pérdida del “espacio claro” retroplacentario, en combinación con el cruce de vasos en la interface placenta/miometrio, alcanzó la mejor precisión diagnóstica, con sensibilidad de 89% y especificidad de 98%. El adelgazamiento o la pérdida de la zona hipoecogénica retroplacentaria (menos de 1mm) corresponde al grosor del contorno del miometrio. 13 Constituye uno de los criterios más constantes en casos con acretismo placentario y por lo general, ocurre en asociación con otros, por lo que su utilidad en el diagnóstico de acretismo placentario no se reporta en forma aislada.5 Lagunas placentarias. En la bibliografía se describen como espacios (vasculares intraplacentarios) anecoicos que dan la apariencia de “queso gruyere”. Tienen un origen desconocido y se manifiestan con diferentes tamaños y formas en el interior del parénquima placentario. De acuerdo con la experiencia publicada, la existencia aislada de este signo es el más constante a partir de la semana15, el que cuenta con mayor valor predictivo positivo y con sensibilidad de 79% y especificidad de 92%.5 El doppler color tiene el potencial de caracterizar los patrones del flujo retroplacentario. Con la aplicación de esta técnica complementaria al ultrasonido en escala de grises, se ha reportado aumento de la sensibilidad y especificidad en el diagnóstico antenatal de acretismo placentario de 82.4-100%, y de 92-96.8%, respectivamente. Entre los signos que se encuentran con mayor frecuencia en pacientes con placenta previa y acretismo están: Cruce perpendicular de vasos en la interface placenta miometrio (con pérdida de su recorrido en paralelo), que incrementa la especificidad al 100% sin resultados falsos positivos, así como el flujo turbulento en las lagunas intraplacentarias. 5,6 Adelgazamiento o interrupción con aumento de la vascularidad en la interface hiperecogenica entre la pared uterina y la vejiga: puede alcanzarse una sensibilidad y especificidad de 100 y 96.8%, respectivamente. 5,6 Lesiones exofíticas. 5,6 Con estos criterios estimaron una sensibilidad de 82%, especificidad de 97%, valor predictivo positivo de 87% y valor predictivo negativo de 95%. 5,6. También se describe el uso del Doppler en la identificación de las primeras sospechas diagnósticas de acretismo placentario en el primer trimestre, por medio de la detección de un reclutamiento anormal de los vasos subplacentarios que se encuentran por debajo del segmento uterino a las 8 y a las 15 semanas, y la existencia de lagos placentarios con flujo que se extienden hacia el miometrio. 6 14 Chen y colaboradores publicaron un estudio semejante, pero con Doppler angio a las nueve semanas, en el que observaron también los lagos sanguíneos con flujo y la pérdida de la zona hipoecoica, que diagnosticaron como acretismo placentario a las 10 semanas de edad gestacional y que corroboraron mediante histopatología. La resonancia magnética nuclear y el Doppler color son herramientas adicionales que pueden servir para complementar el diagnóstico; sin embargo, su uso de manera aislada no mejora los valores de sensibilidad del ultrasonido convencional con escala de grises, mostrando así una sensibilidad de 82%, especificidad de 97%, valor predictivo positivo de 88% y valor predictivo negativo de 95% para la resonancia magnética. De aquí se desprende que en eficacia y costos no tiene mayor utilidad que el ultrasonido convencional en escala de grises, cuya sensibilidad y especificidad es de 93 y 79%, respectivamente. La visualización de lagos placentarios tiene la más alta sensibilidad (79%) y la interrupción de la interfase la sensibilidad más baja, con 21%. Dueñas y colaboradores refirieron que existe poca validación científica para diagnosticar acretismo por resonancia magnética nuclear; los estudios que existen son circunstanciales y retrospectivos, y muy pocos tienen un protocolo prospectivo. Se describe también que cuando hay dudas diagnósticas por el método de sonografía, la inyección en bolo de gadolinio en la resonancia magnética puede auxiliar con la diferenciación del grado de invasión del trofoblasto. 3,6 3.2 DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL REACCIÓN EXAGERADA DEL LECHO PLACENTARIO. Se sabe desde hace años que las células trofoblásticas del lecho placentario pueden estar aumentadas en número y presentar rasgos de atipia infiltrando el miometrio de forma extensa. Este proceso se denominó en el pasado «endometritis sincitial» o «invasión coriónica benigna» y en la actualidad recibe el nombre de reacción trofoblástica exagerada de implantación (RTE). 15 La importancia de esta lesión, por lo demás benigna, radica en su diagnóstico diferencial, a veces difícil, con entidades malignas. 15 La RTE es consecuencia de la exageración de un proceso fisiológico y suele ocurrir en asociación a una gestación en curso normal, a un aborto o con más frecuencia a una gestación molar, siendo en este último caso la reacción más marcada pero nunca neoplásica. Como este proceso es benigno y es un hallazgo casual, no requiere tratamiento específico, pero es importante llegar al diagnóstico correcto ayudados de la histología y la inmunohistoquímica.15 Histológicamente, la RTE se caracteriza por la presencia de células del trofoblasto intermedio mononucleadas y algunas multinucleadas, grandes, con núcleos pleomórficos y abundante citoplasma eosinófilo, que infiltran difusamente el endometrio y miometrio subyacentes. En ocasiones invaden las arterias espirales tal como lo haría el trofoblasto normal. Sin embargo, a pesar de la infiltración, la arquitectura del tejido no está alterada y no se observa la destrucción de glándulas endometriales ni de músculo liso miometrial. Este trofoblasto intermedio lo podemos poner de manifiesto inmunohistoquímicamente por la expresión del lactógeno placentario humano (hPL) y de las citoqueratinas. El antígeno epitelial de membrana (EMA), así como en una minoría de casos la hCG también pueden ser positivos. 16 Deberemos diferenciar la RTE de otras lesiones benignas como los nódulos y placas del lecho placentario donde la histología nos será de gran ayuda. Ya que la RTE infiltra miometrio y vasos sanguíneos, la distinción histológica podría verse muy dificultada. Sin embargo, un alto índice mitótico y la presencia de marcadores de proliferación celular puestos de manifiesto inmunohistoquímicamente, como el Ki-67 en el material del legrado, nos harán sospechar la malignidad. En ocasiones, no se puede realizar un diagnóstico definitivo. 15 Por tanto, podemos decir, que la RTE es un hallazgo casual en un legrado o pieza de histerectomía obtenidos por diversos motivos, que nos obliga a realizar un cuidadoso estudio anatomopatológico para llegar a un diagnóstico correcto, diferenciándolo de otras lesiones trofoblásticas, que evitará posibles sobretratamientos y costosos seguimientos innecesarios. 16 16 3.3 TRATAMIENTO Existen dos alternativas de tratamiento del acretismo placentario: la radical mediante cirugía o la conservadora, ambas con sus diferentes complicaciones y ventajas. El manejo quirúrgico es el más conocido y utilizado; está enfocado a dos objetivos: salvar la vida de la paciente y provocar el menor grado de morbilidad secundaria. Para ello, es indispensable hacer previamente el diagnóstico; de lo contrario, el procedimiento se efectuaría como urgencia, con la paciente con hemorragia 7,10 Actualmente el tratamiento del acretismo placentario incluye lo siguiente: a) Tener el diagnóstico de probabilidad (con apoyo de ultrasonido y resonancia magnética). b) Coordinar con el banco de sangre la disponibilidad de hemoderivados. c) Inducir la maduración pulmonar desde la semana 24. d) Planear la cesárea tan pronto se corrobore la madurez pulmonar a través de amniocentesis dirigida por guía sonográfica y con base en el panel de fosfolípidos. e) Contar con equipo médico multidisciplinario. f) Obviar el alumbramiento y evitar la histerotomía sobre el lecho lacunar placentario y g) Contar siempre con elementos que favorezcan la inmediata contracción del músculo uterino, oxitócicos, prostanoides, carbetocina y factor 7, disponer de medios electrofísicos, como plasmacinéticos 7,11 La histerectomía total abdominal es el procedimiento que se ha descrito de elección tan pronto como se haya establecido el diagnóstico. En caso de que la inserción este a nivel del cuerpo uterino y la paciente se encuentre en malas condiciones generales, deberá efectuarse la histerectomía total. Si la pericia médica no es suficiente, está justificada la realización de histerectomía subtotal. 17 En caso de inserción en el segmento o cérvix se debe realizar histerectomía total abdominal, estando contraindicada la histerectomía subtotal. Si las condiciones de la pacientelo permiten y el cirujano tiene el conocimiento y destreza para efectuar la ligadura de las arterias hipogástricas, esta técnica quirúrgica deberá realizarse. 7 Recientemente, Angstmann y colaboradores publicaron la serie más grande de tratamiento que podría definirse como la tercera vía de abordaje del acretismo: cateterización femoral, histerotomía clásica y embolización uterina y placentaria antes de la histerectomía. Ésta maniobra puede conformarse como una vía conservadora de tratamiento, con isquemia gracias a la embolización, disminución de hemorragia y un segundo tiempo quirúrgico para la histerectomía 10 Si se identifica percretismo (invasión a órganos vecinos) se deberá realizar histerotomía corporal, dejando placenta en sitio de inserción con ligadura del cordón y realizar histerectomía en bloque. De detectar invasión masiva o dificultad técnica, se recomienda cerrar histerorrafia, embolizar vasos uterinos y/o empaquetamiento con compresas y posteriormente manejo farmacológico con metotrexate. El metotrexate es un medicamento quimioterápico el cual se encuentra catalogado dentro del grupo de los antagonistas de los folatos. Su empleo en el acretismo placentario tiene como fundamento la efectividad en contra del trofoblasto proliferativo. Sin embargo, de forma más reciente se ha argumentado que después del nacimiento del feto la placenta detiene su división y por lo tanto pierde su utilidad. Primero Arulkumaran y colaboradores en 1986 y posteriormente Mussalli y colaboradores, reportaron 3 casos de acretismo placentario y uso de metotrexate. En cada uno de los estudios, en dos de los tres casos fue posible conservar el útero, sin embargo, el metotrexate no fue útil para detener la hemorragia. Hasta el momento no existen estudios con una cohorte lo suficientemente amplia para valorar el empleo del metotrexate en el manejo conservador del acretismo placentario. 10,11 18 II.PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN ¿Cuál es la correlación que existe entre los aspectos clínicos, ultrasonográfícos y anatomopatológicos en las pacientes con acretismo placentario en el Hospital de la Mujer del año 2010 al 2014? 19 III.JUSTIFICACIÓN Las anomalías de la inserción placentaria se asocian con complicaciones maternas severas y resultados perinatales adversos. Desde el punto de vista materno, se asocia con un riesgo significativo de hemorragias, transfusiones, alta frecuencia de cesárea, histerectomía poscesárea, septicemia, tromboflebitis hospitalización y muerte; puede alcanzar una tasa de mortalidad cuando coexiste con placenta acreta hasta de un 7%. Desde el punto de vista del recién nacido, alrededor del 40% de los casos se complican con parto pretérmino y la mortalidad perinatal se incrementa hasta cuatro veces. 2 Es por esto que debería de dársele la importancia que merece realizándose el diagnóstico temprano y un adecuado manejo de las causas de la misma, la prevención de las complicaciones se basa en el reconocimiento de los factores de riesgo y la realización del diagnóstico preparto por esto resulta importante conocer si existe correlación entre la clínica, los resultados ultrasonográficos y anatomopatológicos de las pacientes tratadas en el Hospital de la Mujer con placenta acreta, con el fin de determinar el grado de concordancia y en su caso ayuden a implementar las medidas necesarias que mejoren el manejo y sobre todo el pronóstico de estas pacientes. 20 IV.PLATEAMIENTO DEL PROBLEMA En México la inserción placentaria anormal constituye un grupo de entidades clínicas, que en los últimos años ha tomado gran relevancia puesto que es una de las causas principales de hemorragia obstétrica. El abordaje de las anomalías placentarias se ha llevado a cabo principalmente mediante la descripción de la localización anómala de la placenta en el tercer trimestre; es decir, haciendo referencia a la inserción placentaria, esta tiene gran probabilidad de que se asocie con un trastorno de la invasión entidad descrita como acretismo ya que su presencia, implica un incremento importante en la morbilidad y mortalidad materna. 4,11 Así pues, la presencia de anomalías de la localización e invasión placentaria constituye una condición de gran severidad y alto riesgo durante el embarazo, su abordaje clínico debería llevarse a cabo mediante una serie de acciones consecutivas, con un enfoque integral. Por primera vez en 20 años, en el 2010 la hemorragia obstétrica supero a los trastornos hipertensivos del embarazo y alcanzo el primer lugar como causa de mortalidad en nuestro país. 11 21 V. OBJETIVOS a) Objetivo general. Determinar si existe correlación entre el diagnóstico clínico, ultrasonográfico y anatomopatológico en las pacientes con acretismo placentario del año 2010 al 2014 en el Hospital de la Mujer. b) Objetivos específico. I. Determinar la frecuencia de acretismo placentario en el Hospital de la Mujer del año 2010 al 2014 II. Determinar el diagnóstico prenatal clínico y ultrasonográfico de las pacientes con placenta acreta. III. Evaluar los resultados anatomopatológicos en las pacientes en quienes se realizó histerectomía obstétrica por acretismo placentario. 22 VI. HIPÓTESIS Debe existir correlación entre la clínica, los resultados de ultrasonido y posteriormente anatomopatológicos en las pacientes con placenta acreta, para que exista una mejor diagnóstico tratamiento y pronóstico de las mismas. 23 VII. MATERIAL Y METODOS Tipo de Investigación: No experimental observacional. Características: Transversal, retrospectivo, descriptivo. Lugar de realización: Hospital de la Mujer, servicio de archivo. Población estudiada: Pacientes que fueron atendidas en el Hospital de la Mujer en el servicio de urgencias, embarazo de alto riesgo, y que tienen resultados anatomopatológicos de acretismo placentario. Selección de pacientes: Incluirá pacientes con diagnósticos de acretismo placentario desde el primero de enero del 2010 al 31 de diciembre del 2014 Criterios de Inclusión: Pacientes con diagnóstico clínico y/o quirúrgico, ultrasonográfico y anatomopatológico de acretismo placentario Criterios de exclusión: Pacientes sin expedientes completos Pacientes con ausencia de resultado anatomopatológico Paciente sin ningún tipo de ultrasonido Criterios de eliminación: No cumplir con criterios de exclusión. 24 Variables estudiadas: Variables sociodemográficas: edad, toxicomanías. Variables Ginecoobstétricas: gestas, edad gestacional, características clínicas a su revisión (sangrado, actividad uterina y/o clínica al momento de realizar cirugía), control prenatal, antecedente de cirugías uterinas previas, antecedente de alteración placentaria en embarazo previo. Ultrasonográficas: si se realiza o no el diagnóstico de acretismo por ultrasonografía, realización de doppler color, número de ultrasonidos en el embarazo, ubicación placentaria en los ultrasonidos, lugar donde se realizaron los ultrasonidos, criterios ultrasonográficos para acretismo encontrados. Anatomopatológicas: tipo de acretismo (acreta, increta, percreta), localización del acretismo (anterior, posterior, fúndica), frecuencia del acretismo, asociada a otra patología propia del útero (cesáreas, miomas). Método: Se realizará búsqueda de todos los expedientes con diagnóstico de acretismo placentario y se estudiará la correlación que existe entre las variables clínicas a su sospecha de primera instancia, posteriormente se estudiarán las variablesencontradas en cada ultrasonido con lo que se realizó diagnóstico de acretismo y finalmente con el estudio anatomopatológico y las variables encontradas en cada placenta. Análisis estadístico: Para el análisis se emplearán medidas de tendencia central y diserción acorde con la escala de medición de las variables estudiadas. 25 VIII. RESULTADOS Se obtuvo una muestra de 43 pacientes. La media de edad fue 31.11± 6.38 años, con un intervalo de 20-52 años. De éstas el 7% tenían el antecedente de tabaquismo. La media de gestaciones fue 3.65±1.52 gestas, con un rango de 1-8 gestaciones, primigestas de 4.7% (n= 2), multigestas de 95.3% (n=41). La media de parto fue 0.372± 0.756 partos con un rango de 0.0-3.0, sin antecedentes de parto 76.7% (n=33), antecedente de 1 parto 11.6% (n= 5), antecedente de ≥2 partos 11.7% (n= 5). La media de abortos fue 0.860±0.833 abortos con un rango de 0.0-3.0, sin antecedentes de abortos 37.2% (n= 16), antecedente de un aborto 44.2% (n= 19), antecedente de ≥ 2 abortos 18.6%( n= 8). La media de cesáreas fue 2.37±0.926 con un rango de 1.0-6.0 cesáreas, sin antecedentes de cesáreas 14.0% (n= 6), antecedente de 1 cesárea 44.2% (n= 19), antecedente de ≥2 cesáreas 41.8% (n= 18). La media de embarazos ectópicos fue 0.23±0.15 rango de 0.0-1.0, sin antecedente de ectópicos 97.7% (n= 42), con antecedente de ≥1 embarazos ectópicos 2.3% (n= 1). Las pacientes que tuvieron antecedentes de alteraciones placentarias en las gestaciones previas fue de 0.047±0.21 con un rango de 0.0-1.0. Ninguna paciente revisada en este estudio tuvo antecedente de cirugía uterina previa. El 86% (n=37) de las pacientes tuvieron control prenatal en el embarazo ≥ 5 consultas. Las características clínicas observadas con más frecuencia en las pacientes con diagnóstico de acretismo placentario fueron: actividad uterina y/o trabajo de parto 20.9% (n=9), sangrado transvaginal 39.5% (n=17), clínica solo observada en el tiempo quirúrgico 39.5% (n=17). La media de la edad gestacional en la que se encontraron los signos clínicos y/o la interrupción de la gestación fue de 31.55±6.17 semanas de gestación con un intervalo de 16.7-40.0 semanas de gestación. 26 Del total de las pacientes revisadas el 55.8% (n= 24) se realizó diagnóstico de acretismo placentario por ultrasonido y el 44.2% (n= 19) no se realizó diagnostico por ultrasonido. En estos ultrasonidos se utilizó el modo doppler color en el 48.8% (n= 21) de los ultrasonidos y el 51.2% (n= 22) no se utilizó. El número de ultrasonidos que se realizaron las pacientes fueron: 1 ultrasonido 9.3% (n=4), 2 ultrasonidos 14% (n=6), 3 ultrasonidos 30.2% (n=13), 4 ultrasonidos 18.6% (n=8), 5 ultrasonidos 14% (n=6), 6 ultrasonidos 7% (n=7), 7 ultrasonidos 2.3% (n=1) y >8 ultrasonidos 4.7% (n=2). De todos los ultrasonidos que se revisaron en el primer ultrasonido se encontró que la inserción placentaria más frecuente fue la corporal anterior con 39.5% (n=17), en el segundo ultrasonido que se realizaron la más frecuente fue placenta previa total con 34.9% (n=15), en el tercer ultrasonido se encontró también placenta previa total con 25.6%( n= 11), cuarto ultrasonido se vio de igual manera placenta previa total con 23.3% (n=10), quinto ultrasonido inserción placentaria previa total con 16.3% (n=7), sexto ultrasonido placenta previa total con 9.3% (n=4), séptimo y octavo ultrasonido con 4.7% (n=2) y 2.3% (n=1) respectivamente. Concluyendo que el 87.5% ( n= 38) tuvieron como inserción placentaria más frecuente la placenta previa total en todos los ultrasonidos realizados en la gestación. Los criterios utilizados para hacer el diagnóstico de placenta acreta fueron: con un 44.2% (n=19) en todos los ultrasonidos no se encontró algún criterio; posteriormente con un 18.6% (n=8) se encontraron lagunas (espacios lacunares) intraplacentarios “imagen de queso gruyere”, le sigue con un 14% (n=6) adelgazamiento o interrupción, con aumento de vascularidad en la interfase hiperecogénica entre la pared uterina y la vejiga, después con un 11.6% (n=5) se observó pérdida del espacio claro (o línea hipoecoica) retroplacentaria en la interface placenta-miometrio (ausencia de la decidua basal), posterior se observó con un 7% (n=3) sólo la descripción en los ultrasonidos como “ datos de acretismo” y con 2.3% (n= 1) tanto aumento del flujo en la interface placenta- miometrio como masas exofíticas. Del total de los ultrasonidos realizados a las 43 pacientes fueron un total de 152 el lugar donde se realizaron más estudios fue en el servicio de embarazo de alto riesgo con un 35.52%, posteriormente ultrasonidos externos con 34.86%, y por último con 29.60% en el servicio de Imagenología del Hospital de la Mujer. 27 El tipo de acretismo encontrado con más frecuencia al estudio anatomopatológico fue la placenta acreta con un 62.8% (n= 27), seguida de la placenta increta con un 20.9% (n= 9), con un 4.7% (n= 2) placenta percreta. Por otro lado, se encontró como diagnóstico diferencial reacción exagerada de lecho placentaria con un 7% (n= 3) y el 4.6% (n=2) no hubo ninguna alteración en la inserción placentaria. La localización uterina del acretismo placentario más frecuentemente encontrada en los estudios anatomopatológicos fue con 44.2% (n=14) en el segmento uterino anterior, con 30.2% (n=13), segmento y endocérvix, posteriormente con 9.3% (n=4) istmo y cuerpo uterino, con 7% (n=3) segmento y cuerpo anterior, con 4.7% (n=2) en cuerno izquierdo o derecho y con 2.3% (n=1) de igual manera segmento posterior y sin datos anatomopatológicos de acretismo. Por ultimo al resultado anatomopatológico se encontró como asociación uterina o placentaria a la placenta acreta con un 48.8% (n= 21) placenta previa, un 39.5% (n= 17) no se encontró ninguna asociación, con un 9.3% (n= 4) se encontró asociado con miomatosis uterina y con 2.3% (n= 1) otras. 28 XI. DISCUSION Los mejores resultados en embarazos con trastornos de la adherencia placentaria se han obtenido con estrategias que insisten en la importancia del diagnóstico antenatal porque el diagnóstico durante el embarazo facilitó la preparación anticipada de los recursos para una probable urgencia obstétrica, y la integración de un grupo multidisciplinario de profesionales para coordinar el tratamiento óptimo con base en la gravedad del caso. El primer paso hacia el diagnóstico antenatal de acretismo placentario es plantear la sospecha del mismo, y para esto se necesita un adecuado control prenatal el cual nos dice la norma oficial mexicana que deben ser por lo menos cinco consultas en la gestación en embarazos de bajo riesgo. En nuestro análisis, el 86% de las pacientes sí tuvieron control prenatal; sin embargo, el 14% no contaron con ello. Por lo tanto, en estas últimas no se tuvo sospecha de alguna anormalidad placentaria y, por ende, no se realizó diagnóstico prenatal, lo que aumenta el riesgo de que la resolución de la gestación pueda llegar a ser catastrófica. La incidencia de placenta acreta está en aumento principalmente por factores de riesgo como antecedente de cirugías uterinas previas. En esta revisión, encontramos que la paridad tuvo el papel preponderante como factor de riesgo siendo el 95.3% multigestas y sólo el 4.7% primigestas, también se corroboró lo reportado sobre el aumento en la iteratividad de las cesáreas la literatura nos reporta que hay un 2% de riesgo en pacientes que tienen el antecedente de una cesárea, alcanzando el 50% de riesgo en pacientes con cinco cesáreas previas en nuestro estudio se encontró con antecedente de una cesárea el 44.2% y con dos o más el 41.8% así como antecedentes de abortos previos con un 44.2% y de dos o más abortos con 18.6%. No obstante, no encontramos algún antecedente con otro tipode cirugía uterina previa. De acuerdo con la literatura, la placenta previa es un factor de riesgo mayor asociado con acretismo placentario, lo cual se reflejó en nuestro estudio, ya que del total de estudios ultrasonográficos que se realizaron (n=152) en las pacientes estudiadas, la inserción placentaria más frecuentemente enunciada en los ultrasonidos fue placenta previa total con un 87.5%. 29 De igual manera se confirmó con el estudio anatomopatológico, ya que se revisó la asociación que tuviese ésta con alguna otra anomalía uterina o placentaria resultando la placenta previa con 48.8% del total de las pacientes revisadas. Respecto a su forma de presentación, no existe un síndrome clínico para el acretismo placentario. Gran parte de los casos se presentan de forma asintomática y debe sospecharse siempre que existan factores de riesgo. Cuando es sintomática, la principal manifestación es la hemorragia, que puede ser anteparto o durante el parto. En esta revisión se encontró con igual porcentaje (39.5%) tanto el sangrado transvaginal como el diagnóstico macroscópico durante el procedimiento quirúrgico; como tercer signo clínico pacientes con actividad uterina con 20.9% con una media para la edad gestacional al encontrar estos signos clínicos de 31.5 semas de gestación. El ultrasonido antenatal es el método de imagen de primera elección, el más económico y también el más empleado para establecer el diagnóstico de acretismo placentario y orientar el tratamiento clínico de estos casos. En nuestro estudio se observó que del total de las pacientes, al 55.8% se le realizó diagnóstico prenatal por ultrasonido y el otro 44.2% aun teniendo ultrasonidos realizados en el control del embarazo no se realizó el diagnóstico de acretismo placentario, traduciendo mientras que a cerca de la mitad de las pacientes se les realizó diagnóstico prenatal, no se realizó en el resto. De las pacientes vistas en este estudio la mayoría de los ultrasonidos realizados en las gestaciones fue en el servicio de embarazo de alto riesgo con un 35.52%, seguido de ultrasonidos externos con un 34.86%, lo que nos traduce que en dichos lugares se tiene que hacer más hincapié en buscar anomalías en la inserción placentaria en pacientes con factores de riesgo para acretismo placentario ya que como vimos en resultados anteriores casi la mitad de las pacientes no se realizó diagnóstico antenatal de acretismo placentario. El doppler color tiene el potencial de caracterizar los patrones del flujo retroplacentario. La literatura muestra que con la aplicación de esta técnica complementaria al ultrasonido en escala de grises, se ha reportado aumento de la sensibilidad y especificidad en el diagnóstico, sin embargo en nuestra muestra el 48.8% se utilizó esta técnica, el 51.2% no se usó con lo que se puede decir que disminuyó la sensibilidad del diagnóstico de 30 acretismo aun realizándose los ultrasonidos adecuados durante la gestación que según la norma oficial mexicana de control prenatal deben ser por lo menos tres y en nuestra revisión el 9.3% sólo se realizó un ultrasonido en el transcurso del embarazo. Desde esta perspectiva, se recomienda el ultrasonido como un método necesario y suficiente para establecer el diagnóstico antenatal confiable de acretismo placentario. Existen criterios ultrasonográficos utilizados para realizar un probable diagnóstico de acretismo placentario el 44.2% de las pacientes revisadas que se realizaron control prenatal con ultrasonidos no se encontró ningún criterio para sospechar de acretismo en los mismos, sin embargo el criterio más frecuentemente encontrado en los ultrasonidos fue el de lagunas ( espacios lacunares) intraplacentarios “imagen de queso gruyere” con un 18.6% y de acuerdo con la experiencia publicada, la existencia aislada de este signo es el más constante a partir de la semana 15, el que cuenta con mayor valor predictivo positivo y con sensibilidad de 79% y especificidad de 92%. En segundo lugar se encontró adelgazamiento o interrupción con aumento de vascularidad en la interface hiperecogénica entre la pared uterina y la vejiga y en tercer lugar con 11.6% perdida del espacio claro o línea hipoecoica retroplacentaria en la interface placenta-miometrio (ausencia de la decidua basal). 31 CRITERIOS UTILIZADOS EN EL ULTRASONIDO PARA DIAGNÓSTICO DE ACRETISMO PLACENTARIO CRITERIO PORCENTAJE No se encuentran criterios de acretismo placentario 44.2% Lagunas (espacios lacunares) intraplacentarios “imagen de queso gruyere” 18.6% Adelgazamiento o interrupción, con aumento de la vascularidad en la interface hiperecogénica entre la pared uterina y la vejiga. 14% Pérdida del espacio claro retroplacentario en la interface placenta- miometrio (ausencia de la decidua basal). 11.6% Descripción en los ultrasonidos como datos de “acretismo placentarios” 7% Aumento de la interface placenta-miometrio 2.3% Masa exofíticas 2.3% En general, con la combinación de estos signos ecográficos se reporta una sensibilidad de 77 a 89% (según se apliquen todos o ciertos criterios), especificidad de 96 a 99%, valor predictivo positivo de 65 a 95% y negativo de 99%. El grado mayor de invasión trofoblástica, expresada en el incretismo (infiltración parcial o total del miometrio) y el percretismo (afectación de la serosa e, incluso, de órganos vecinos), concentra los resultados más devastadores por el aumento significativo de la morbilidad y mortalidad materna. 32 En este contexto, la distinción prenatal entre acretismo y percretismo podría permitir establecer conductas, abordajes y previsiones tendientes a minimizar la pérdida hemática para prevenir resultados maternos catastróficos, es por eso que siempre es importante saber el porcentaje de los diferentes grados de acretismo placentario, los encontrados en esta revisión fueron: en el 62.8% de las pacientes tuvieron acretismo placentario, el 20.9% con placenta increta y el 4.7% placenta percreta. Cabe mencionar que en la revisión se encontró como diagnóstico diferencial de acretismo la reacción exagerada de lecho placentaria con un 7% de los casos revisados, en donde observamos que en el procedimiento quirúrgico mencionan un probable acretismo placentario, además de por lo menos un ultrasonido que mencionaba un criterio ultrasonográfico de acretismo placentario y su diagnóstico final anatomopatológico fue la reacción exagerada de lecho placentario el cual no tiene una clínica o una forma de diagnóstico con estudios de gabinete prenatales y se observó que por el contrario en el ultrasonido se observan criterios ultrasonográficos de acretismo placentario y clínica quirúrgica como sangrado transvaginal o dificultad para el alumbramiento y por lo tanto se tiene un sobretratamiento antenatal o medidas quirúrgicas innecesarias hacia la paciente. Se tienen que realizar más estudios en pacientes con reacción exagerada de lecho placentario para poder obtener un diagnóstico prenatal y no ser confundidos con acretismo placentario. 33 X. CONCLUSIONES La literatura nos reporta que no existe un cuadro clínico característico de acretismo placentario, y en caso de presentarse, se describe como sangrado transvaginal antes de la resolución de la gestación o en la observación en la interrupción quirúrgica que es lo que se observó con más frecuencia en este estudio. No se determinó que fuera frecuente la edad materna avanzada de esta entidad en este estudio ya que nuestra media fue de menor de 35 años. Las cirugías uterinas previas en cuanto a antecedentes obstétricos (cesáreas y abortos) fue un factor de riesgo que se encontró de manera muy importante en este estudio de acuerdo a lo reportado en la literatura,ya que del total de las pacientes el 44.2% tenía por lo menos una cesárea y el 41.8% dos o más cesáreas. De igual manera el 44.2% de las pacientes tenia antecedente de por lo menos un aborto. El acretismo placentario no tiene una entidad clínica específica, la sospecha clínica es lo principal, las pacientes tienen que tener control prenatal para que los médicos tengan alguna sospecha clínica, y de ahí mandar a un hospital que tenga todos los recursos necesarios para atender la interrupción de la gestación, con personal integral. Sin embargo vimos en nuestro estudio que el 15% no tuvieron este control, la meta es que el 100% de las pacientes que se atiendan en los hospitales tengan adecuado control prenatal. El estándar de oro para realizar diagnóstico antenatal de acretismo placentario es el ultrasonido. Nosotros encontramos que el 55.8% tuvieron diagnóstico antenatal por ultrasonido de acretismo placentario, sin embargo el 44.2% no lo tuvieron es decir, casi la mitad de las pacientes no tuvieron diagnóstico, esto va relacionado ya que los mayores porcentajes de ultrasonidos que se realizaron las pacientes eran del servicio de embarazo de alto riesgo y en servicios externos lo que nos hace concluir que se tiene que tener más sospecha clínica para poder realizar un mejor examen ultrasonográfico con más atención hacia la inserción placentaria así como un mejor seguimiento. Encontramos que un 88.4% existía una correlación entre la clínica o la ultrasonografía con el resultado final es decir el anatomopatológico, el resto 11.6% no hubo correlación, ya 34 que el 7% tenían un resultado anatomopatológico de reacción exagerada de lecho placentario el cual nos dice la literatura que es una alteración en la inserción placentaria sin embargo no tiene repercusiones tan graves como el acretismo aunque vimos en el estudio que estas tres pacientes tenían clínica quirúrgica como ultrasonográfica sin embargo no anatomopatológica de acretismo. Las tres pacientes tuvieron diagnóstico antenatal con criterios ultrasonográficos de placenta acreta; sin embargo, con resultado final anatomopatológico de reacción exagerada de lecho placentario, y sólo una de igual manera tuvo diagnóstico antenatal de acretismo y finalmente no tenía ningún tipo de patología de inserción placentaria en el resultado final patológico. Lo que nos hace concluir que en estas pacientes se tuvo el 39% de correlación clínica y/o quirúrgica, ya que del total de pacientes solo este porcentaje tuvieron ya sea sangrado transvaginal que es el síntoma más comúnmente relacionado con el acretismo y/o al momento de la resolución quirúrgica observando la inserción placentaria. El 55% obtuvieron correlación ultrasonográfica, este porcentaje tuvo diagnostico antenatal y el 88.4% de las pacientes que tenían uno de los dos criterios anteriores (clínica o ultrasonográfica) obtuvo una correlación final anatomopatológica, sin embargo es muy importante señalar que el 7% se obtuvo el resultado de reacción exagerada de lecho placentario. También concluimos que tenemos forzosamente que tener una sospecha clínica de pacientes con probable acretismo placentario iniciando con el control prenatal, para posteriormente ser manejadas en hospitales que se tengan los recursos para poder realizar un buen diagnóstico ultrasonográfíco observando y siendo más acuciosos al realizar ultrasonidos para entonces tener un porcentaje alto del diagnóstico y realizar el tratamiento adecuado a la paciente adecuada, y que al final se tenga correlación anatomopatológica, así obteniendo un buen pronóstico en la vida obstétrica de cada paciente. 35 XI. GRÁFICAS GRÁFICA 1. DISTRIBUCIÓN DE PACIENTES POR EDAD 0 10 20 30 40 50 60 EDAD 36 GRÁFICA 2. NÚMERO DE GESTACIONES 5% 16% 33%21% 14% 7% 2% 2% gesta 1 gesta 2 gesta 3 gesta 4 gesta 5 gesta 6 gesta 7 gesta 8 GRÁFICA 3. ANTECEDENTES OBSTÉTRICOS 0 20 40 60 80 100 0 1 2 3 4 5 6 partos abortos partos cesareas abortos ectopicos 37 GRÁFICA 4. CARACTERÍSTICAS CLÍNICAS 20.9 39.5 39.5 0 5 10 15 20 25 30 35 40 actividad uterina y/o trabajo de parto sangrado transvaginal evidencia en cirugía caracteristicas clinicas GRÁFICA 5. DIAGNÓSTICO ANTENATAL CON ULTRASONIDO 44.2 55.8% si se realiza dx por USG NO se realiza dx por USG 38 GRÁFICA 6. PORCENTAJE DE ULTRASONIDOS 0 10 20 30 40 1 USG 2 USG 3 USG 4 USG 5 USG 6 USG 7 USG 8 USG USG USG GRÁFICA 7. INSERCIÓN PLACENTARIA DE ULTRASONIDOS 40% 60% corporal anterior previa total 39 GRÁFICA 8. CRITERIOS UTILIZADOS PARA REALIZAR DIAGNÓSTICO DE ACRETISMO PLACENTARIO POR ULTRASONOGRAFÍA , 44.2 18.6 14 11.6 7 2.3 2.3 0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 ningun criterio en usg lagunas intraplacentarias "imagen de queso gruyere" adelgazamiento o interrupcion en la interfase entre la pared uterina y la vejiga perdida del esapcio claro en la interfase placenta-miometrio datos de acretismo aumento de flujo en la interfase placenta-miometrio masas exofiticas 40 GRÁFICA 9. SITIO DONDE SE REALIZARON LOS ULTRASONIDOS 35.52 34.88 29.6 0 10 20 30 40 EAR EXTERNOS INSTITUCIONAL LUGAR GRÁFICA 10. TIPO DE ACRETISMO (ESTUDIO ANATOMOPATOLÓGICO). 62.8 20.9 4.7 7 4.6 0 20 40 60 80 Placenta acreta placenta increta placenta percreta reacción exagerada de lecho placentario ninguna alteración placentaria Tipo de acretismo 41 GRÁFICA 11. LOCALIZACIÓN DE ACRETISMO PLACENTARIO (ESTUDIO ANATOMOPATOLÓGICO). 20.4 44.2 30.2 9.3 7 4.7 2.3 0 20 40 60 Segmento uterino anterior segmento y endocervix istmo y cuerpo segmento y cuerpo anterior cuerno izquierdo o derecho segmento posterior localizacion placentaria 42 GRÁFICA 12. ASOCIACIÓN ENCONTRADA CON ACRETISMO PLACENTARIO. 48.8 39.5 9.3 2.3 placenta previa ninguna asociacion miomatosis uterina otras 43 XII. BIBLIOGRAFIA 1.- Aguilar-Hernández OF, Renan-Rivero y Coronado C, Sánchez- García JF, Bolio-Bolio MA. Rotura uterina por acretismo placentario. Ginecol Obstet Mex 2010;78(4):250-253. 2.- Tseng JJ, Hsu SL, Shih CES, Hsieh YT, et al. Differential expression of angiopoietin-1, angiopoietin-2, and Tie receptors in placentas from pregnancies complicated by placenta accreta. Am J Obstet Gynecol 2011;194:564-571. 3.- Haghenbeck-Altamirano FJ, Leis-Márquez T, Ayala-Yáñez R, Juárez-García LC, García-Moreno C. Diagnóstico antenatal de acretismo-percretismo placentario. Ginecol Obstet Mex 2013;81:259-271. 4.-Hernández-Valencia M, Valencia-Ortega J, Ríos-Castillo B, Cruz-Cruz PR, Vélez- Sánchez D. Elementos de la implantación y placentación, aspectos clínicos y moleculares. Reproducción (México) 2014;7:102-116. 5.-Noguera-Sánchez MF, Karchmer- Krivitzky S, Rabadán-Martínez CE, Antonio-Sánchez P. Acretismo placentario, un problema en aumento. El diagnóstico oportuno como éxito del tratamiento. Ginecol Obstet Mex 2013;81:99-104. 6.- Hafner E, Metzenbauer M, Hofinger D, et al. 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