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Universidad Nacional Autónoma de México Escuela Nacional de Artes Plásticas “Introducción a la historia del libro infantil ilustrado en Occidente. De los manuscritos medievales a la industria editorial” Tesina que para obtener el título de Licenciada en Diseño y Comunicación Visual presenta Mariana Villanueva Segovia Director de tesina: Bogart Arturo Olvera Martínez México, D.F., 2008 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. †5¢ Agradecimientos Gracias a la Universidad Nacional Autónoma de México y en particu- lar a la Escuela Nacional de Artes Plásticas por la oportunidad que me dieron. Agradezco mucho a mi familia: a mis papás, a mi hermana, a mi tía Maru y al Juancho por apoyarme en todo lo que tuvo que ver con esta tesina y en todo lo que no. Gracias a mis amigos: Óscar, Mariela y Mariana por compartir conmigo lo apasionante del quehacer editorial y de paso un cachito de sus vidas. A Isabel Leñero por ayudarme a realizar este proyecto. Agradezco también a mi director de tesina, Bogart, por su apoyo y orientación. A mis sinodales: Enriqueta, Geraldine, Gerardo y Antonio por sus comentarios y su tiempo. A la gente que hizo esto posible, en especial a Gerardo García-Lu- na y Susana Carrillo. Y por último a Giambattista Bodoni ¡Qué bonitos tipos! †7¢ Índice Introducción i Antecedentes del libro infanil ilustrado 1.1 Edad Media i.2 La Imprenta ii Principios del libro infantil ilustrado 2.1 Revolución Industrial 2.2 Época victoriana iii El libro infantil ilustrado moderno 3.1 La actualidad 3.2 Dos de los libros infantiles ilustrados modernos que marcaron a la cultura occidental 3.3 Otras industrias culturales relacionadas con la edición Conclusiones Bibliografía 9 13 15 25 35 37 41 55 57 77 83 85 91 †9¢ Introducción Estamos en un momento en el que no sabemos con certeza cuál será el destino del libro, pero independientemente de cuál sea, la mejor herramienta para saberlo es su propia historia. No contamos con mu- cha información, quizá porque “La industria editorial no suele ser tema de interés de la industria editorial. Aunque cada vez hay más, los libros acerca de la edición de libros siguen siendo escasos y, salvo un par de excepciones en el ámbito de lengua española, están disper- sos entre los catálogos de diversos editores.”1 Si este es el caso de los libros que hablan sobre libros en general, nos podemos imaginar cuál es la situación en la que se encuentran los libros que se ocupan de sólo una parcela del campo editorial, en el caso que nos ocupa, del libro infantil ilustrado. Es claro que parte de esta incertidumbre sobre el camino que ten- drá la edición está relacionado con las funciones que desempeña Inter- net y que evidentemente comparte con el mundo del libro. Este solapa- miento queda de manifiesto, por ejemplo, en las fuentes en las que se sustentan la mayoría de los ensayos hoy en día: Editorial x y www… Son muchos los fenómenos que pueblan Internet y que están destina- dos a cambiar el mundo editorial. El libro electrónico es, tal vez, el más significativo, debido al hecho de carecer de soporte, o mejor dicho, de disponer de muchos: digital, impreso, sonoro… Librerías especializa- das como Fahrenheit 451, bibliotecas virtuales como la Miguel de Cer- vantes o autores como Lorenzo Silva y Manuel Hidalgo son las piezas que mueven este juego.2 1 http://www.librossobrelibros.com/ (consultado el 9 de octubre de 2008). 2 Véase http://www.elmundo.es/elmundolibro/2003/01/01/anticuario/1041607948. html (consultado el 11 de octubre de 2008). †10¢ Internet puede representar un cambio para la industria editorial muy importante, aunque del total de las ventas que se hacen por este medio sólo el 1% es de libros, 20% de los lectores lee o consulta libros por la Internet y cerca de 5% los compra por este medio. Existen va- rias teorías sobre lo que puede suceder, pero todas ellas de una u otra forma se basan en la historia.3 El presente trabajo es una investigación acerca del libro infantil ilustrado, es, pues, una aproximación a la historia de la ilustración en los libros. Este trabajo empieza con los manuscritos iluminados medievales, porque es a partir de esta época en que el libro se presen- ta como lo conocemos en la actualidad y muy diferente con respecto al pergamino que se utilizaba anteriormente. En la época medieval los libros los hacían los monjes europeos y el conocimiento estaba cir- cunscrito a los monasterios y palacios, la ilustración era generalmen- te ornamental y consistía en el diseño de las letras capitulares. Con la invención de la imprenta en el año de 1449 se desarrolla la industria editorial y se comienzan a elaborar libros, democratizándo- se el saber, sin embargo, todavía el trabajo de las ilustraciones era ar- tesanal. Los grabados empiezan a tener presencia en los libros, prime- ro elaborados en bloques de madera y finalmente en cobre. La imagen se vuelve fundamental para la explicación de esquemas en estudios de anatomía como los que aparecen en De Humani Corporis Fabrica y para la difusión de todo tipo de conocimientos positivistas. Durante la Revolución Industrial, gracias a la imprenta de vapor, se optimizan los recursos para producir libros de manera masiva. Se desarrolla la litografía como técnica de impresión y poco después la cromolitografía pondría imágenes a color al alcance del pueblo. Es en el siglo xix, durante la época victoriana, que aparece el libro infantil ilustrado, en medio de una sociedad moralista el niño pasa de ser con- cebido como un receptáculo de conocimientos y de moralejas a sujeto activo de su propio desarrollo por medio de actividades lúdicas. En este contexto la ilustración es considerada un medio para la educa- ción y la diversión del niño. Pero no es sino hasta el siglo xx que este sector de la industria empieza a cobrar importancia en el mercado editorial: se inauguran un sinnúmero de ferias, se organizan concur- sos y se otorgan premios, se establecen organizaciones en pro del fo- 3 Ibidem. †11¢ mento a la lectura, etcétera. Este ambiente redundará en más y mejo- res ofertas de libros infantiles que, en última instancia, son el abono más rentable para la industria editorial en su conjunto, sin embargo, se prende un foco rojo, es también hacia finales del siglo xx cuando la Internet, un medio de difusión del conocimiento distinto a los impre- sos, aparece para cuestionar el futuro de la industria editorial. Hasta ahora el libro infantil ilustrado ha tenido una relación di- recta con factores que condicionan y determinan la existencia cultu- ral de las sociedades. El libro siempre ha sido una guía para entender el desarrollo de las sociedades porque es al mismo tiempo un hecho y un espacio cultural, por lo que entender la historia del libro es enten- dernos a nosotros mismos. i. Antecedentes del libro infAntil ilustrAdo †15¢ 1.1 Edad Media El antecedente más claro del libro ilustrado en Occidente lo encon- tramos en los manuscritos que por muchos siglos fueron el único medio de difusión de las tradiciones religiosas y del conocimiento. Los manuscritos ilustrados medievales se elaboraron en los monas- terios y se caracterizan por incluir láminas de oro y plata lo que les daba un peculiar resplandor al entrar en contacto con la luz.Debido a este efecto luminoso en la actualidad se les conoce como manuscritos iluminados La Iglesia se encargó de conservar la cultura latina por medio de los libros que reproducía y almacenaba. Este importante trabajo de hechura y recopilación se consiguió gracias a los monjes de las dis- tintas órdenes monásticas que dedicaban gran parte de su jornada a hacer copias de los textos que sus superiores les encargaban. La mayoría de los libros eran producidos por los monjes en el scripturium monástico, dirigido por un scrittori que organizaba la composición del libro, indicando dónde iban las ilustraciones con pequeñas notas al margen o valiéndose de algún boceto, y con la ayu- da de un copistti, que transcribía los textos de grandes escritores, en ocasiones el copistti o escribano también hacía las ilustraciones. El libro era un artículo de lujo al que únicamente tenían acceso los monjes y la nobleza. “La producción de los manuscritos era muy costosa y lenta. Preparar los pergaminos o vitelas tomaba muchas horas, y un libro extenso podía requerir la piel de 300 borregos”.4 4 Philip B. Meggs, Historia del diseño gráfico¸ México, McGraw-Hill, 2000, p. 39. †16¢ Los escribanos profesionales podían tardar hasta cuatro o cinco me- ses en copiar un texto de 200 páginas.5 Estos libros tenían un contenido de carácter religioso, muchos de ellos se ocupaban de los evangelios, y estaban escritos por obispos, por ejemplo los Evangelios de Lindisfarne, por Eadfrith, en el año 698 También existen manuscritos iluminados que no tienen un con- tenido religioso como Virgilio del Vaticano que fue creado a finales del siglo iv. Este libro nos muestra dos poemas de Plublius Virgilius Maro y es el primer ejemplo de manuscrito iluminado del que tene- mos conocimiento. La especialización del trabajo en la elaboración de un libro fue creando distintas disciplinas que contribuyeron a la consecución de diseños exquisitos. El trabajo se dividió entre varios participantes: los que unían las páginas de los códices; los que se ocupaban de pro- ducir los colores; los encargados de la composición, el diseño y dibujo de las ilustraciones; aquellos que pintaban las figuras; otros más ha- cían la filigrana y el ornamento decorativos, y también los que daban un acabado lustroso a las miniaturas. Las ilustraciones en los manuscritos cobraron gran importancia ya que los monjes ponderaron la imagen no sólo por su valor estético, sino que también encontraron en ella un apoyo en la función educati- va gracias al carácter representativo que tiene la imagen por sí misma. Los celtas destacaron por sus diseños geométricos entrelazados y por la utilización de colores puros, ellos crearon ilustraciones más bien de tipo abstracto. El Libro de Du- rrow es el primer manuscrito total- mente diseñado y ornamentado por esta cultura. En general, los diseños celtas eran meramente decorativos: iniciales adornadas, marcos orna- 5 Véase la página electrónica del Institut Universitari de l’Audiovisual, http://www.iua. upf.es/~berenguer/recursos/fig_calc/_3_/estampes/4_3.htm (consultado el 9 de noviem- bre de 2008). 1. Virgilio del Vaticano, Plublius Virgilius Maro, 698 d. C. †17¢ mentales, páginas de alfom bra,6 pero también trabajaron manuscri- tos de otra índole, como el Libro de Kells, considerada la obra maestra de la época, la obra cumbre de la escuela de manuscritos iluminados celta, creada en el monasterio de la isla Iona (Escocia), hacia al año 800. Contiene gran cantidad de ilustraciones a toda página, y letras capitulares muy elaboradas en más de 390 hojas.7 Este libro contiene la armonía de los cuatro evangelistas buscada por Jerónimo, con diferentes ilustraciones casi en cada página que se dis- tinguen por variados colores. Aquí podéis ver el rostro de majestad, divinamente dibujado, aquí los símbolos místicos de los evangelistas, cada uno con sus alas, a veces seis, a veces cuatro, a veces dos; aquí el águila, allí el toro, allá el hombre y acullá el león, y otras formas casi in- finitas. Observadlas superficialmente con una mirada ordinaria, y pen- saréis que no son más que esbozos, y no un trabajo cuidadoso. La más refinada habilidad está toda ella al- rededor vuestro, pero podríais no percibirla. Mirad con más atención y penetraréis en el corazón mismo del arte. Discerniréis complejida- des tan delicadas y sutiles, tan lle- nas de nudos y de vínculos, con co- lores tan frescos y vivaces, que po- dríais deducir que todo esto es obra de un ángel, y no de un hombre.8 Antes de que terminaran el Libro de Kells la escuela celta se vio trun- cada por las invasiones de norman- dos y vikingos en el siglo ix, pero no 6 “Se incluían en los manuscritos celtas, eran páginas completas de dibujos decorativos […] recibían este nombre debido a la semejanza de sus dibujos con los densos y atestados que caracterizan a las alfombras orientales”. Philip B. Meggs, op. cit., pp. 41 y 42. 7 Ibid., p. 43. 8 John O’Meara Giraldus, The History and Topography of Ireland, Londres, Penguin Classics, 1982, p.75. 2. Libro de Kells, 800 d.C. †18¢ 3. Libro de Kells, 800 d.C. †19¢ desapareció totalmente su arte, su influencia se refleja en los diseños posteriores del imperio romano. A finales del siglo viii Europa central se une bajo el Sacro Imperio Romano de Carlomagno que pretende unificar su imperio e impul- sar las artes. El encargado del emperador en el ámbito de la cultura y las artes fue el monje Alcuino de York, Cuya primera tarea consistió en reformar los métodos educativos. Carlomagno, para profundizar estas reformas y darles mayor alcance promulgó un edicto real por el que se harán copias de calidad impecable sobre escritos religiosos: biblias y evangelarios. También establece controles de calidad para evitar la pérdida de manuscritos --que conllevaba la pérdida de cono- cimientos--, cosa muy común en la primera mitad de la Edad Media. La empresa fue da tal magnitud que podemos decir que la mayoría de la literatura clásica que conocemos deriva de copias hechas por man- dato de Carlos el Grande. Durante su imperio buscaron unificar la composición de las pági- nas, la decoración y la escritura –se creó una caligrafía de letras peque- ñas, redondeadas y separadas entre sí, que facilitaba enormemente la copia, difusión y lectura de los libros, caligrafía que se conoce como minúscula carolingia–; en el terreno de la ilustración se retoman las perspectivas de ventana panorámica que a través de la utilización de un paisaje como fondo crea ilusión de espacio. Para la conformación de estas imágenes se inspiraron en la antigüedad clásica y en las obras bizantinas. Con el mismo antecedente se hace la recreación de las fi- guras distribuyéndolas en varios planos lo que permitía jerarquizar las escenas. Retoman la tradición de los primitivos manuscritos de la cultura bizantina en los que muchas veces las ilustraciones fueron copiadas de manera casi idéntica a como aparecían en los manuscritos de la era antigua. Las imágenes figurativas y ornamentales que se entremez- claban en los diseños de principios de la Edad Media se separaron. Más tarde apareció la innovación de la época carolingia, cuan- do la profundidad en las imágenes perdió importancia y los dibujos lineales eran puestos en primer plano y fondeados con patrones de figuras geométricas entrelazadas que terminaban por crear textu- ras. Este diseño se unificó porque, gracias a las peregrinaciones, las nuevas ideas eran diseminadas rápidamente; el arte se convierte en un medio de propaganda y, por tanto, su finalidad será fundamental- †20¢ mente didáctica. Una de las obras más conocidas de esta época es la primera Biblia de Carlos el Calvo, que data de 1851.9 Sin embargo hubo diferencias de una región a otra dentro del te- rritorio del Sacro Imperio Roma- no, por ejemplo, los manuscritos españoles muestran en las colo- ridas y vivas ilustraciones planas una clara influencia mora, como en elMoralia in lob de Florentius. Los más representativos de los manuscritos hebreos ilumina- dos son los Haggadot, que se dis- tinguen por la presencia de una densa caligrafía negra y grandes iniciales decoradas que se convier- ten en el punto focal de las pági- nas. Los dibujos que reproducen de figuras naturalistas fueron eje- cutados con gran sensibilidad. Ejemplo de esta escuela es el Hagadá de Washington, uno de los 11 manuscritos iluminados creados por Joel ben Simeon, artista y escriba quien a finales del siglo xv trabajó al norte de Italia y en Alemania. Alrededor del 1265 d.C. la obra Douce Apocalypse, pintada para Eduardo, hijo de Enrique III, marca el camino que seguirán, en el ám- bito del diseño, los futuros libros ilustrados. El Douce Apocalypse es la obra maestra del estilo gótico que consigue representar de manera realista el Apocalipsis a lo largo de sus cien ilustraciones. La sobrie- dad con que aborda el tema se desmarca por completo de la tendencia española de exaltar sentimientos como el temor y la angustia10 En la tradición medieval los libros se circunscribían principal- mente a los monasterios donde únicamente tenían acceso los mon- 9 Véase http://www.historiadelarte.us/prerromanico/las-artes-suntuarias-1.html (consultado el 2 de septiembre de 2008.) 10 Véase Philip B. Meggs, op.cit., p. 50. 4. Moralia in lob, Florentius. †21¢ jes, sacerdotes y misioneros. Sin embargo, en el transcurrir del s. xiii empezó a extenderse el uso del libro entre los emperadores, aristócratas, coleccionistas ricos; también los estudiantes los podían consultar en las bibliotecas de las universidades; así, el saber empe- zó a trasladarse de los monasterios a las ciudades, y la demanda de li- bros se incrementaba día con día. En el periodo medieval tardío la producción de manuscritos ilu- minados para uso particular creció exponencialmente y a principios de 1400 el Libro de horas –libro de textos religiosos para cada hora del día–, tuvo mucha demanda. Con- tenían textos de rezos, salmos, así como abundantes imágenes, algu- nas de ellas ilustraban la página completa. Tanto su contenido tex- tual como las ilustraciones que lo acompañaban estaban inspirados en la devoción cristiana y tenían como fin divulgarla. El manuscrito iluminado europeo llega a la cúspide con Las tres ricas horas del duque de Berry, libro de horas realizado en el scriptu- rium privado del duque de Berry por los hermanos Limbourg, que se encargaron de revolucionar la ilustración llevándola por el camino de un realismo persuasivo, haciendo uso de profundidad, perspectivas atmosféricas, perspectiva lineal y minuciosos detalles. Las tres ricas horas del duque de Berry dedica sus primeras páginas al calendario del que se presenta una ilustración a doble página por cada mes del año y en ellas se encuentra un calendario astronómico encabezando los dibujos de las actividades más representativas del mes correspon- diente. En este libro, básicamente pictórico, las ilustraciones domi- nan por completo los diseños de página y el texto queda relegado en ocasiones a unas cuantas líneas en la parte inferior de la página. Mientras los hermanos Limbourg realizaban esta maravillo- sa obra, gracias a las cruzadas llega a Europa la impresión en blo- 5. Douce Apocalypse 1265 d.C. †22¢ 6. Las tres ricas horas del duque de Berry, ilustrado por los hermanos Limbourg. †23¢ que y el papel. Las primeras impresiones que se hacen con este me- dio son de barajas y de imágenes religiosas, que son el antecedente directo de lo que hoy llamamos libro de bloque, libros que se hacían grabando página por página ilustraciones y textos cortos en un blo- que de madera que era entintado y usado, en un principio como sello de mano y más tarde con ayuda de un prensa, para imprimir varias copias del mismo. Los libros de bloque eran usados para la enseñan- za religiosa y las ilustraciones también predominaban sobre el texto. Las imágenes eran sencillas y lineales, su composición era parecida a la de los actuales comics. Estas ilustraciones asumían su función como comunicadoras de información y conocimiento sin dejar de lado la función estética que les resulta inherente, estas imágenes cumplían con su función comu- nicadora a través de un código de signos visuales que sólo tomaba al texto como apoyo para reafirmar lo que se está diciendo a través de la imagen. Así, la ilustración fue el código preferido por aquellos que se encargaban de la enseñanza, en este caso religiosa, de analfabetas. Otro ejemplo de estos libros lo encontramos en el Ars Morendi per Figuras Evangelistarum, de 1470, en el que las xilografías fueron in- tervenidas a mano con acuarelas que le daban color a cada una de las imágenes, esto seguía implicando muchas horas de trabajo así que incluso en algunos libros de bloque se llegaron a usar esténciles para aplicar plastas de color. Con la llegada de la xilografía se abrieron las puertas para la re- producción de textos e imágenes a una tinta lo que modificó tanto las técnicas de producción del libro, como los usos culturales de la época. De este modo el libro de bloque formó parte del contexto de cambios en el que se vislumbraba una sociedad con mayor acceso a la cultura; visto en su contexto puede decirse que el libro de bloque es el antecedente directo de la imprenta. Aun cuando los libros de bloque optimizaron el proceso de fabri- cación tanto en costo como en tiempo, las técnicas de aplicación de color para las imágenes y ornamentos no tuvieron el mismo alcance; este elemento no se mecanizó, la aplicación de color seguía siendo meramente artesanal y tenía que hacerse ilustración por ilustración. No puede hablarse de la producción de libros en serie, pues las ilus- traciones coloreadas seguían siendo piezas únicas, provocando un desfase entre imagen y texto en cuanto a producción se refiere, lo que †24¢ no ocurría anteriormente cuando todo el proceso era elaborado por los amanuenses. El libro de bloque tuvo escaso éxito, no tuvo tanta demanda por- que la calidad de estos libros, en comparación con los manuscritos, era pobre y no tuvo tiempo para perfeccionar sus técnicas, pues la aparición del sistema de impresión por tipos móviles en Europa no se hizo esperar. †25¢ 1.2 La imprenta A través de las imágenes grabadas e impresas se tra- ta de fijar en el espacio y en el tiempo la manifestación contingente del mundo y de las ideas. Juan Martínez Moro Se considera que la invención de la imprenta fue en 1449,11 momen- to en el que la demanda de ejemplares aunada a los avances técnicos hicieron posible pensar en el uso de caracteres individuales, de tipos móviles, que reprodujeran los signos del alfabeto. La producción de libros por medios, tales como el del tipo movible, era codiciada por impresores en Alemania, los Países Bajos, Francia e Ita- lia. En Avignon, Francia, el orfebre Procopius Walfoghel se involucró en la producción de “alfabetos de acero” por el año de 1444, pero se desco- nocen los resultados que obtuvo. El holandés Laurens Janszoon Coster de Haarlem supuestamente exploró el concepto de tipo movible recor- tando letras o palabras de sus bloques de madera para reutilizarlas. El juicio de la historia, sin embargo, establece que Johannes Gensfleisch zum Gutenberg (quien nació a finales del siglo xiv y murió en 1468) en 11 Si bien es cierto que en China se documenta el uso de tipos móviles desde 1030, era tal la cantidad de signos que manejaban (cerca de 80 000) que el proceso de impresión no resultaba muy funcional. †26¢ Maguncia, Alemania, fue el primero que agrupó los sistemas y subsiste- mas complejos necesarios para imprimir un libro tipográfico alrededor de 1450.12 No es raro que los primeros caracteres móviles se hicieran de ma- dera ya que era el material que había dado forma a los libros de bloque, pero para esta técnica resultaban frágiles, se rompían fácilmente por lo que se buscaron materiales más durablesy se trabajó con algunos metales que si bien eran más resistentes al someterlos a procesos de calentamiento y enfriamiento se deformaban. Además, la tinta usa- da para los libros de bloque era muy delgada ya que la madera absorbe gran parte de la misma y los metales al no ser porosos provocan que esta tinta se corra. Finalmente Gutenberg dio en el clavo al encontrar la aleación exacta de metales: 80 por ciento de plomo, 15 de antimonio y 5 de estaño. Esta aleación da al metal resultante la posibilidad de sufrir cambios de temperatura sin deformarse. El procedimiento para la formación de caracteres móviles era el siguiente: Para cada tipo o signo tipográfico es necesario primero fabricar un punzón en metal duro en cuyo extremo se graba en relieve el carácter o signo. El punzón sirve para obtener una matriz en un metal menos duro, con el cual la imagen se imprime en hueco. Esta matriz, colocada en un molde, permite fundir tantos ejemplares como sean necesarios para realizar la impresión deseada.13 Solucionado el problema de los signos, el inventor alemán creó una tinta más espesa que funciona a la perfección sobre sus tipos me- tálicos. Por si fuera poco, adaptó los diseños de las prensas de que- sos y vinos para impregnar la tinta sobre el papel, lo que le permitía prescindir del antiguo procedimiento del bruñidor, preferido por los talleres xilografistas. Sus primeras impresiones fueron cartas de indulgencias fecha- das en 1454, y el primer libro tipográfico fue La Biblia de las cuarenta 12 Ibid., p. 61. 13 Lucien Febvre y Henri-Jean Martin, La aparición del libro, México, Fondo de Cultura Económica, 2005, p. 31. †27¢ y dos líneas que se terminó de imprimir el 24 de agosto de 1456 con un tiraje de 300 ejemplares.14 Por algunos años la impresión se centró en Maguncia, al igual que Fust y Schoeffer, Gutenberg y algunos otros aprendices que habían estable- cido sus propias firmas estaban localizados allí. Irónicamente, la rápi- da propagación de la impresión se aceleró por un conflicto sangriento. Príncipes y lores alemanes se involucraron en peleas por el poder que dieron como resultado una guerra de grandes proporciones.15 Hacia 1500 las imprentas se habían establecido en más de 250 lu- gares de Europa: 80 en Italia, 52 en Alemania y 43 en Francia. En total produjeron alrededor de 1500 ediciones, con una tirada media aproxi- mada de 500 ejemplares por edición.16 Sin embargo, con la llegada de la imprenta el diseño no cambió mucho, difícilmente se puede distinguir uno de los primeros libros impresos de un manuscrito. Los conceptos básicos: cajas, columnas, formatos, principios geométricos, compaginación y bases de la ti- pografía eran los mismos e incluso muchos de ellos persisten en la actualidad. El libro impreso sigue siendo el heredero directo del ma- nuscrito. El libro no se modificó por la invención de Gutenberg. Hasta cerca de 1500 el libro impreso sigue dependiendo en gran medida del manuscri- to: imita de él su compaginación, su escritura, su apariencia y, sobre todo, se considera algo que debe terminarse a mano: la mano del ilu- minador que pinta iniciales adornadas o historiadas y miniaturas; la mano del corrector que añade signos de puntuación, rúbricas y títulos; la mano del lector que inscribe sobre la página notas e indicaciones marginales. Por otra parte, y de modo más fundamental, tanto antes como después de Gutenberg el libro es un objeto compuesto de hojas dobladas y reunidas en cuadernos que se amarran unos con otros. En 14 Véase Philip B. Meggs, op.cit., 2000, p. 67. 15 Ibid., p. 69. 16 Véase Asa Briggs y Peter Burke, De Gutenberg a internet, México, Taurus, 2006, p 28. †28¢ ese sentido la revolución de la imprenta no es en nada una “aparición del libro”.17 La imprenta inició la democratización de la información por me- dio de la lectura del texto, gracias a ella, en poco tiempo, se “produje- ron alrededor de 27 mil ediciones, lo que significa que en Europa de unos cien millones de habitantes, circulaban 13 millones de libros”.18 Pero el proceso para la difusión del conocimiento a través de imágenes seguía en desventaja, hasta que surge la impresión de grabado en cobre que abre las puertas a un libro tipográfico ilustrado de producción en masa, sin embargo, el uso de este metal resulta muy costoso por lo que se siguen usando la xilografía. La iluminación de los primeros incunables19 fue hecha a mano la mayor parte de las veces. En muchas ocasiones las ilustraciones fue- ron elaboradas en bloques de madera a una tinta, y aunque la impren- ta suplantó a los copistas en la elaboración del texto corrido la divi- sión de trabajos siguió siendo la misma que había en los scriptorium. De cualquier forma, estos medios de producción fueron los que acercaron la imagen y con ella un código visual al pueblo proponien- do y reflejando la forma en que la sociedad veía, o debía ver, su univer- so. “Todas estas primeras imágenes que llevan al hombre occidental a otra manera de mirar, entender y pensar el mundo, o los mundos que le rodean, fueron difundidas mediante el lenguaje de los medios gráficos de reproducción de la imagen”.20 Las primeras innovaciones en el libro tipográfico surgieron con los diseños de libros alemanes ilustrados donde los ilustradores y los impresores se pusieron de acuerdo para crear diseños pensados en conjunto. El primer libro tipográfico ilustrado con bloques de made- ra se realizó hacia 1460. Fue un impresor de Bamerg, Alemania, de nombre Albrecht Pfister quien incorporó cinco ilustraciones en blo- que de madera en la obra tipográfica Der Ackerman aus Böhmen. Con 17 Roger Chartier, Sociedad y escritura en la edad moderna, México, Instituto Mora, 1995 p. 251 18 Asa Briggs y Peter Burke, op cit., p. 28. 19 Nombre para los libros impresos con la invensión de la tipografía de Gutenberg hasta el final del siglo xv. Philip B. Meggs, op cit., p. 71. 20 Juan Martínez Moro, La ilustración como categoría, Asturias, Editorial Trea, 2004, p.54 †29¢ el tiempo la ilustración en bloque para libros tipográficos se popula- rizó y la demanda de artistas gra- badores iba en ascenso. Ausburgo y Ulm se convirtieron en lugares donde la producción de impresio- nes xilográficas fue relevante, rá- pidamente se reconocerían como “centros” de creación de libros ilustrados. Otro buen ejemplo de esta tradición de libros ilustrados lo constituye el De Mulieribus cla- ris, de Boccaccio, impreso por Johann Zainer, para el cual se usaron 80 ilustraciones grabadas en madera,21 estas imágenes eran sencillas, líneas de trazo firme sin intención de generar medios tonos. El grabado en madera evo- lucionó de manera trascendental y llegó a tener representantes importantes en el ámbito artístico de la talla de Durero, quien en 1498 imprime Los cuatro jinetes del Apocalipsis, en latín y alemán con 15 grabados de impecable técnica y fascinantes acabados que rompían con lo que se había hecho an- teriormente.22 Durero era un grabador que en sus viajes a Venecia había aprendido la filosofía humanista y las teorías y técnicas de pin- tura; en el grabado acentuó los efectos de luz y sombra y matizó las intensidades de color con superficies rayadas. Durero fue una de las figuras que sirvió de puente para la difusión del pensamiento rena- centista. El Renacimiento tuvo sus orígenes en Italia, en cuanto a la lite- ratura se retoman a los clásicos griegos y latinos, el humanismo fo- mentado por las imprentas de Aldo Manucio en Venecia, modificó el pensamiento social, poniendo al hombre y su manera de entender el 21 Véase Philip B. Meggs, op. cit., pp. 72 y 74. 22 Ibid., 79. 7. Los cuatro jinetes de la Apocalipsis, Durero, 1498. †30¢ mundo en primer plano con lo que las ciencias, las humanidades y las artes recobraron importancia. La religión y la Iglesia perdieron el poder hegemónico que tuvieron en la Edad Media. Surgen libros bellamente ilustrados como el De Symmetria Par- tium HumanorumCorporum, impreso en 1532, y un tratado sobre las proporciones de la figura humana en el que Durero revela a los alema- nes los conocimientos que ya se tenían en Italia respecto al dibujo del cuerpo humano. Es un hecho que para esta clase de conocimientos anatómicos la ilustración es muy importante, ya que es el mejor me- dio para su consignación y difusión; ahí donde una descripción sería muy complicada y probablemente insuficiente, la imagen, en cam- bio, resulta un medio directo y sencillo para transmitir esta informa- ción. Con las ideas humanistas guiando el movimiento renacentista la ilustración se pone al servicio de la epistemología. La ilustración gráfica ha sido la salida natural del pensamiento en su manifestación visual, no solo en tanto le ofrecía un medio técnico de difusión, sino también por encontrarse determinado por códigos vi- suales de naturaleza semejante al objeto mismo de la representación: el mundo de las ideas tras su paso por la fábrica de la imaginación y el almacén de la memoria.23 En el Renacimiento se vuelven a analizar los conceptos básicos de diseño en el ámbito editorial, esto va desde el diseño de caracteres hasta las ilustraciones, pasando por la composición de la página. Se generan nuevos diseños de tipos, muchos de los cuales se si- guen usando actualmente. Aparecen los tipos de Garamond, y más tarde los de Caslon, Baskerville y Bodoni que a pesar de seguirse basando en la caligrafía ya tienen en cuenta ciertas proporciones geométricas. En el terreno de los ornamentos las flores silvestres y parras salpi- can gran parte de los diseños reflejando el amor por la naturaleza pro- pio de la época. Estos diseños ornamentales no tardaron en empezar a ser fundidos como tipos móviles y tomaron el nombre de florones. El Ars Morendi, de 1478, fue el primer libro en el que se usaron estas flores de imprenta para decorar la portada y como elementos de ayu- 23 Juan Martínez Moro, op. cit., p. 28. †31¢ da para obtener cierta compo- sición en la página ya que se emplearon para rellenar los espacios que quedan en un bloque de texto no justificado y obtener así una mancha de texto que produce la ilusión de abarcar toda la caja. Los motivos de las ilustra- ciones recuperaron el interés por el mundo natural y hubo una clara influencia de la an- tigüedad clásica en la que se estudiaron los modelos de perspectiva, las técnicas de claroscuro y la anatomía hu- mana. Los estudios de anatomía que se hicieron por primera vez con cuerpos disecados se reproducen en De Humani Corporis Fabrica escrito en 1543 por Andreas Vesalius, pa- dre de la anatomía moderna. Este libro muestra en sus cerca de setecientas páginas un estudio a detalle la estructura completa del cuerpo humano con ayuda de ilus- traciones a toda la página hechas a partir de impresiones xilográficas de muy alta calidad. Las ilustraciones contextualizaban las figuras anatómicas en impresionantes paisajes. Algunas de las imágenes de ilustración en que se ha presentado el co- nocimiento han traído consigo nuevas maneras de ver el mundo y, con ello, un efecto de retroalimentación en el que nuestra imaginación se dilata hacia nuevos esquemas cognitivos. Así ocurrió cuando la medi- cina formalizó visualmente el cuerpo humano a través de las primeras imágenes de disecciones.24 24 Ibid., p. 21. 8. Ars morendi, 1478. †32¢ Y en efecto, De Humani Corporis Fabrica trajo con- sigo una nueva forma de ver el cuerpo humano, desmin- tió teorías como la de Gale- no que afirmaban que los vasos sanguíneos nacían en el hígado. La ilustración ha ayudado a que las socieda- des se sigan replanteando su universo cultural y vi- sual. A principios del siglo xvii el grabado en cobre em- pieza a popularizarse debi- do a que los adelantos téc- nicos abrieron un abanico de posibilidades en lo que a tonos, texturas y detalles se refiere, pronto la nueva téc- nica remplazó a la xilografía y se establecieron estudios de grabado al aguafuerte en los que además de producirse grabados para ser usados como ilus- traciones dentro de los libros, se realizaron impresos para colgarse como cuadros en las paredes de las casas. Estos grabados abrieron las puertas para que la gente que no podía pagar los elevados costos de las pinturas al óleo tuviera acceso al mundo de la imagen con lo que empezó a formarse un imaginario colectivo que abarca estratos socia- les más amplios. Los grabados en cobre pudieron explotar todas sus posibilidades con la llegada del Rococó, un movimiento artístico francés que abar- ca los años de 1730 a 1760, en los que el diseño es profuso y exagerado, se retoman fuentes medievales y recargan las páginas con ornamen- tos de formas curvilíneas. La obra cúspide de este movimiento es Contes et Nouvelles en Vers, en la que colaboraron el especialista en colofones ornamentales Philippe Choffard, y Charles Eisen quien se ocupó especialmente de 9. De Humani Corporis Fabrica, Andreas Vesalius, 1543. †33¢ las ilustraciones en grabados de placa en cobre; Fournier le June fue el encargado de la edición que se terminó de imprimir en 1762, En esta obra se aprovecharon los más novedosos recursos del grabado y se experimentó con el imaginario de la época. Las industrias seguían especializándose cada vez más y el trabajo de los amanuenses se iba sustituyendo por el trabajo mecánico, esto llegó a su clímax con la llegada de la Revolución Industrial. ii. PrinciPios del libro infantil ilustrado †37¢ 2.1 Revolución Industrial La Revolución Industrial inicia en la segunda mitad del siglo xviii en el Reino Unido y en poco tiempo se expande por toda Europa; es un periodo que se caracterizó por sus grandes avances tecnológicos que de la mano de la máquina de vapor se tradujeron en la mecanización de la industria lo que a su vez tuvo repercusiones sociales importantísi- mas. La sociedad pasó de ser agrícola a ser industrial y, las leyes de la oferta y la demanda empezaron a tomar el control sobre el mercado. En la industria editorial, con la invención de la imprenta de va- por en 1831, la relación costo-producción tuvo cambios significativos: aumentó el tiraje y disminuyó el costo por libro. Es a partir de este suceso que la prensa se presenta como el eje de los medios de comuni- cación masivos. La industria siguió su carrera de especialización y el diseño se separó de los medios de producción. Thomas Bewick, en Inglaterra alrededor de 1770, puso en prácti- ca la xilografía como técnica para ilustrar libros. Lo novedoso de su método consistía en emplear bloques de madera que se insertaban en los tipos de metal para imprimir. Esta técnica requería de mucha de- dicación porque para obtener ilustraciones grandes debían cortarse varios bloques de madera y unirse para la impresión final. Esta téc- nica funcionaba en ilustraciones a una tinta, si se quería darles color éste debía de ser incorporado de modo manual. La tarea del coloreado fue una actividad muchas veces realizada por niños y mujeres que eran instruidos para esta labor con anteriori- dad. No obstante que estos avances, el grabado en bloque de madera seguía presentando problemas o inconvenientes, por ejemplo el que resultaba de que las ilustraciones estaban hechas en papel y se reque- †38¢ ría de un burilador para que las trazara en un bloque de madera, pero en la mayoría de los casos la fidelidad del grabado dejaba mucho que desear. El artista alemán Aloys Senefelder descubrió la litografía en 1798, este invento se basó en la observación de la particular relación de rechazo que existe entre el agua y el aceite. Senefelder, con el fin de dar salida impresa a sus obras de arte dramático, dibujó con un lá- piz graso sobre una piedra caliza, que posteriormente mojaba, con el resultado de que el agua era expulsada hacia las zonas blancas de la piedra, y finalmente empleó una tinta de base grasa que sólo queda impregnada en los lugares por los que el lápiz graso había marcadosu huella. Esta piedra al ser presionada contra un papel deja en él tinta y agua, el agua al final se evapora y el dibujo es lo único que per- manece. Este nuevo proceso tenía varias ventajas; era más barato y daba una mayor libertad creativa a los artistas, gracias a esta técnica se abrieron las puertas a una nueva gama de medios tonos y los ilustra- dores acostumbrados al pincel pudieron dibujar directamente sobre dichas piedras. La litografía tuvo mucho éxito, sobre todo en el ámbito publicita- rio, y se expandió rápidamente ejerciendo importante presión sobre los impresores tipográficos. También conquistó los periódicos de la época en los que la sátira social dio cabida a las primeras caricaturas. En estas ilustraciones los rasgos de los personajes se exageraban, con humor, ironía o sarcasmo, y el resultado generalmente eran imáge- nes grotescas o ridiculizaciones de carácter político o religioso. Este tipo de ilustración crítica hace uso de alegorías dentro del lenguaje visual en las que por medio de ciertos atributos y características de la imagen se dan a conocer ideas más abstractas. A principios del siglo xix Charles Hullmandel en Londres reali- zó las primeras investigaciones acerca de la impresión a color que se perfeccionaron en Francia por Engelman que, con base en los estu- dios de Newton acerca del color, desarrolló la cromolitografía a cua- tro tintas de la que obtuvo una patente en 1837.25 Gracias a la cromolitografía las ilustraciones a color llegaron a 25 Véase Gerardo Kloss, Entre el diseño y la edición, México, Universidad Autónoma Metropolitana, 2002 , p. 57. †39¢ formar parte importante del imaginario colectivo. Anteriormente, con la xilografía el común de la gente tuvo acceso a grabados a una sola tinta, con la llegada de la litografía esas mismas personas empe- zaron a consumir arte a color Además, con el auge del cartel las ca- lles se vieron colmadas de coloridas imágenes que hacían partícipe al pueblo del proceso de resignificación y desarrollo de nuevos signos en el lenguaje visual. Por fin la impresión mecánica de imágenes pone el recurso del color al alcance de los ilustradores, y los resultados a la vista de todos. Con base en la teoría mecánica se desarrollan nuevas prensas de impresión que culminan con la prensa que en 1827 William Cowper realizó, por encargo, para el periódico Times de Londres. Esta pren- sa mecánica, que funcionaba a partir de vapor, imprimía 4 000 hojas por ambos lados cada hora, tan sólo 30 años antes las impresiones eran de 250 hojas por hora.26 Además de las innovaciones en las prensas de impresión se desa- rrollaron sistemas de rodillos para entintar y llegaron las máquinas de linotipo o agrupación de tipos, que facilitaron el trabajo poniendo a disposición del tipógrafo un teclado de oficina para la composición tipográfica que sustituyó el trabajo de miles de cajistas. Después de haber trabajado muchos años de la mano con Niepce, Daguerre, en 1839, presenta la primera imagen fotográfica a la Aca- demia de Ciencias Francesa. La fotografía, al dibujar a través de la luz fieles copias de la realidad cambió de manera radical el camino de las artes y la ilustración, estas disciplinas dejaron de estar atadas a la forma original de los objetos. La fotografía implicó una nueva forma de resignificar el mundo icónico-visual a la sociedad, transformó la ilustración científica poniendo a disposición del conocimiento hu- mano imágenes que cambiarían la forma de entender el mundo como en 1543 lo hizo la ilustración anatómica de Andreas Vesalius. La invención de la fotografía trajo consigo un crecimiento exponencial en la creación de imágenes de ilustración, así como la universalización del código o paradigma de registro visual de la información y el cono- cimiento. La fotografía permitió abrir nuevos horizontes visuales con 26 Véase Philip B. Meggs, op. cit., p. 133. †40¢ la captación y revelación de imágenes tan inéditas como inaccesibles para la retina humana.27 En 1880, después de muchos estudios, el New York Daily Graphic imprime la primera reproducción fotográfica dándole a las imágenes periodísticas la objetividad que antes no tenían, creando imágenes que han servido para darnos identidad a través de una memoria vi- sual colectiva.28 No somos sino memoria. La fotografía, pues, es una actividad funda- mental para definirnos que abre una doble vía de ascesis hacia la au- toafirmación y el conocimiento.29 Todos estos adelantos tecnológicos dieron lugar a un importan- te aumento en la producción de material gráfico que también se veía beneficiado de un importante ahorro. “El precio de tres centavos de un periódico en 1880, demasiado caro para el ciudadano común, se desplomó uno o dos centavos, mientras que el número de páginas se multiplicaba”30 y cada vez eran más, muchos más, los ejemplares en circulación. La impresión de libros no era para nada ajena a este desarrollo y sus títulos y tirajes también aumentaron con rapidez. Gracias a programas educacionales masivos y a los avances que he- mos citado en el terreno editorial el número de analfabetas bajó de manera drástica. Mientras la fotografía empezó a acaparar un sector importante de la producción de imágenes dentro del mundo editorial, la cromoli- tografía se perfeccionó de manera asombrosa para producir diseños de impecables resultados en los que quedaron implícitos los valores de la época victoriana. 27 Juan Martínez Moro, op. cit., p. 89. 28 Philip B. Meggs, op. cit., p. 141. 29 Joan Fontcuberta, El beso de Judas. Fotografía y verdad, Barcelona, Gustavo Gili, 1997, p. 56. 30 Philip B. Meggs, op. cit., 2000, p 134. †41¢ 2.2 Época victoriana El surgimiento del libro infantil ilustrado El auge de la Revolución Industrial tiene lugar en el Reino Unido du- rante la última mitad del siglo decimonónico, es ahí donde los avan- ces tecnológicos implican cambios en las estructuras sociales, que pasaran de tres estamentos bien definidos: el clero y la aristocracia, la clase media y la clase trabajadora; a una nueva organización, más relacionada con los medios de producción, en la que también se pue- des distinguir tres clases: la nobleza, burguesía y el proletariado. En esta época, si bien es cierto que la reina Victoria no gobierna, tam- bién lo es que los puestos gubernamentales estaban reservados para la nobleza y que la influencia de la reina era decisiva. En el siglo xix Inglaterra destacó por el largo reinado de la reina Victo- ria, que inició en 1837 (a los 18 años edad) y se prolongaría hasta 1901. Durante ese periodo la monarquía inglesa ocuparía el estatus de símbo- lo de autoridad moral que mantiene hasta la actualidad, deslindándose del gobierno […] Durante la época victoriana vería el desarrollo de la economía inglesa, arquetipo del sistema capitalista e identificado ple- namente con las ideas de Adam Smith.31 Para el imperio británico, lleno de cambios y avances tecnológi- cos, resulta indispensable conformar una ideología capaz de hacer 31 José Luis Gómez Navarro, Historia universal, México, Pearson Educación, 7ª ed., 2004, p. 86. †42¢ partícipe a la sociedad los múltiples descubrimientos científicos y técnicos y al mismo tiempo que sierva de asidero a su fe en Dios. El pensamiento victoriano se basó en un ideal de progreso y un espíritu didáctico y moralista que enaltecía las buenas costumbres, y exaltaba los valores que las perpetuaban. La gráfica de la época denotaba la gran importancia que tenían el nacionalismo, la familia, el hogar y la religión. En la producción de imágenes acordes con esta visión del mundo los motivos florales y la representación de niños, cachorros y doncellas, fue de los más socorrido, y gracias a la cromolitografía tuvieron amplia difusión. Los textos para niños habían surgido en el siglo xvii, estos libros tenían fines meramente educativos, religiosos y moralizadores don- de lo más importante era el contenido, el lado estético no era relevan- te.A fines de ese siglo los libros pensados para niños no dejaron de lado sus fines moralistas, pero empezó a valorarse el lado estético de las obras; la belleza empezó a considerarse un elemento importante y con esta consideración la ilustración para este tipo de libros empezó su verdadero desarrollo. En 1658 aparece en la República Checa el primer libro infantil ilustrado, El mundo sensible en imágenes, bajo la autoría de Juan Amos Comenius, considerado padre de la pedagogía. Esta obra pre- tendía que los infantes aprendieran latín utilizando como recurso la ilustración y mecanismos móviles para hacer más divertido el apren- dizaje. Esta nueva concepción y práctica de la enseñanza sirvió como modelo para los actuales libros de texto. El pedagogo y filósofo checo estaba convencido de que la educación era de vital importancia para la formación del individuo dentro de la sociedad y trató de motivar a la gente a que adquiriera conocimiento de una manera alegre y divertida. “Enseñar bien es permitir que el alumno aprenda de manera rápida, agradable y completa”,32también creía que la educación no sólo debía concentrarse en el conocimien- to, sino que debía formar personas íntegras lo que implicaba ense- ñanzas de índole moral y espiritual. Sin embargo, no fue sino hasta la época victoriana, en el mun- do occidental, cuando el niño dejó de ser tratado como un adulto 32 Juan Amos Comenio, Didáctica Magna. México, Porrúa. Colección Sepan Cuántos, 1988. p. 167. †43¢ pequeño, A partir de ese momento los niños fueron tratados cordialmente, con más sim- patía, lo cual puede apreciarse en el cambio de orientación de las gráficas dirigidas a este público. Un mundo “de juegos” influenciaba el carácter de las imágenes. La recreación tuvo un lugar importante en la época victoriana en la que surgieron muchos juegos, se inventa- ron desde el backgammon (el primer juego de mesa) hasta el tenis, y los espectáculos recrea- tivos como los carnavales y el circo se volvie- ron muy populares. Un antecedente directo de los textos infan- tiles ilustrados de la época victoriana lo encon- tramos en el libro de Heinric Hoffmann, Pedro Melenas, publicado en 1845 Se trata de una compilación de poemas donde los protagonistas son niños. El autor e ilustrador era un psiquiatra alemán que creía fir- memente en que las imágenes podían llegar a ser más afines a la me- moria que las palabras, así que decidió hacer uso de ciertas alegorías visuales que al exaltar algunos rasgos de la imagen producían efectos humorísticos muy parecidos a los que se obtienen con la caricatura política de la que hablamos en el capítulo anterior. “Pedro Melenas presenta en la portada un personaje desgreñado, con las uñas inmen- samente largas, una figura desaliñada que contrastaba con los cáno- nes del niño burgués de la época”.33 Este tipo de ilustraciones, llenas de enseñanzas morales y de moralejas, mostraban con humor las consecuencias de una mala conducta. “El efecto humorístico de Der Struwwelpeter, [Pedro Melenas] el guiño cómplice de humor negro se intensifica en el juego que el texto establece con la ilustración”.34 33 http://www.revistadeartes.com.ar/revistadeartes%207/libroinfantililustrado.html (consultado el 8 de noviembre de 2008). 34 Marcela Carranza, “Tres clásicos entre la obediencia y la desobediencia”, Imagina- ria, núm. 209, Buenos Aires, 20 de junio de 2007. Para consulta por Internet: http://images. google.com/imgres?imgurl=http://www.imaginaria.com.ar/20/9/lecturas-15-Struwwel- peter-Tapa.jpg&imgrefurl=http://www.imaginaria.com.ar/20/9/entre-la-obediencia-y- la-desobediencia.htm&h=136&w=100&sz=22&hl=en&start=16&um=1&usg=__SMkUQQ UKeHvCXA5tVYO8ET2u2FI=&tbnid=JWXFoKisZ3MuGM:&tbnh=92&tbnw=68&prev=/ images%3Fq%3Dhoffman%2Bpedro%2Bmelenas%26um%3D1%26hl%3Den%26client%3 Dsafari%26rls%3Den-us%26sa%3DN (consultado el 8 de noviembre del 2008). 10. Pedro Melenas, Heinric Hoffmann, 1845. †44¢ No se sabe con certeza quién fue el primer ilustrador de libros infantiles durante la época vic- toriana, puesto que no fueron fechados, pero podemos aseve- rar que George Cruickshank fue uno de los pioneros en abordar el tema en cuestión y uno de los pre- cursores en la ilustración de lite- ratura para niños en Inglaterra. Cruickshank ilustró libros como Historias populares alemanas de los hermanos Grimm, lo mismo que Sketches de Boz (1836) y Oli- ver Twist (1838) ambos de Char- les Dickens. Ilustrar esos cuentos infantiles además de ayudar a que la imaginación de los pequeños se desarrolle, siempre fue el mejor medio para definir arquetipos de lo irreal. Cruickshank fue uno de los pocos ilustradores que se especializó en el grabado de imágenes al aguafuerte en este periodo. La mayor parte de los ilustradores preferían trabajar el grabado en bloques de madera, siguiendo la tradición que el xilógrafo inglés Thomas Bewick legó desde el siglo xviii. Entre las obras más importantes de Cruicks- hank encontramos una edición ilustrada de las Fábulas de Esopo pu- blicada en 1818. Otro de los iniciadores de la ilustración infantil en la época victo- riana en Inglaterra fue Walter Crane, quien en su juventud aprendió la técnica del grabado en madera y miniaturas gracias a las enseñan- zas de William Linton. Su estilo muestra claras influencias del arte prerrafaelista y de los grabados japoneses. En 1862 empieza a ilustrar colecciones económicas de libros infantiles para Edmund Evans, es- tas colecciones tenían una reducida paleta de color restringida a tres tintas para no encarecer los costos de producción de estas obras. Pos- teriormente Evans le dio más libertad creativa a Crane quien pudo usar una paleta de color sin restricciones para la creación de coleccio- nes más costosas. 11. The Young Giant and the Tailor, George Cruickshank, 1826. †45¢ En esta línea, la primera obra de Crane es Railroad Alphabet;35 impresa en 1865; en 1874 inicia una nueva serie llamada El prín- cipe rana, y, veinte años después, su obra maestra, La reina de las hadas (1894-1896). Estos libros infantiles tienen la innovación de plantearse como objetivo casi exclusivo entretener al menor familiarizándolo con la belleza que se transforma en la esencia de sus obras. En estas últimas es evidente la in- fluencia recibida por los grabados japoneses que compró a un marinero británico tiem- po atrás. El éxito de estas colecciones logró romper con el esquema que se tenía del libro infantil en Inglaterra. Mérito indudable de Crane fue romper con el molde editorial de su época que concebía a los libros infantiles como didácticos y moralizadores. Su obra no sólo supone la publica- ción de libros novedosos sino que lleva implícita una relación muy diferente con la niñez, niños que ahora son vistos como sujetos de la sociedad inglesa. Por lo que toca al libro en sí, Crane lo entendió como un todo en el que cada una de las partes (tipografía, blancos, ilustraciones, etc.) interactuaban para crear una Gesamtkunstwerk36 en el terreno editorial. Crane perteneció al movimiento Arts and Crafts dirigido por Wi- lliam Morris, este movimiento pretendía volver a darle a los oficios el valor que tuvieron en la Edad Media y reivindicar el papel del ser humano sobre el de la máquina. Los fundamentos de la propuesta editorial de este grupo eran muy claros: Empecé a imprimir libros con la esperanza de llegar a producir algo que tuviera legítimo derecho a ser considerado bello siendo al mismo tiem- po fácil de leer sin deslumbrar la vista ni distraer el intelecto del lec- 35 Véase Philip B. Meggs, op. cit., p.153. 36 El concepto Gesamtkunstwerk hace referencia a una obra de arte total, a un conjun- to artístico planificado de forma global. Término utilizado por Richard wagner para definir obra de arte total. 12. Railroad Alphabet, Walter Crane, 1865. †46¢ tor por lo singular de las formas de sus letras. Siempre he sido un gran admirador de la caligrafía de la Edad Media y por los primeros libros impresosque los reemplazaron. Así los libros del siglo xv, hermosos simplemente con la tipografía sin el añadido de ornamentos, posibili- taba que muchos de ellos fueran reproducidos de forma abundante. Y esa fue la esencia de mi idea, producir libros que fueran un placer para la vista más que simples piezas impresas. Mirando mi aventura desde este punto de vista, encontré que era necesario considerar principal- mente las siguientes cosas: El papel, la forma de los tipos, el espaciado de las letras, las palabras y las líneas y por último la imposición de la «mancha» en la página.37 De este modo, los niños y adolescentes pudieron disfrutar libros con composiciones e imágenes maravillosas que fueron pensadas específicamente para ellos y pronto se popularizaron dejándoles un mundo de imágenes que pasó a formar parte del imaginario colectivo de la época. Randolph Caldecott fue otro ilustrador inglés de la época, aman- te del buen humor trataba de transmitirlo a través de personajes ani- mados que creaban mundos fantásticos. En su trabajo se reconoce la influencia de las obras de Crane y de Greenaway (de esta última ha- blaremos más adelante) que conocía bastante bien, y también por la de los caricaturitas ingleses George Cruickshank, William Hogarth y Thomas Rowlandson. Sus ilustraciones eran mucho menos rígidas que las de Crane y ponían el énfasis en el sentido del humor en mayor medida de como lo hacían Greenaway. Crane rompió con los cánones establecidos proponiendo un diseño de libro para niños unificado de primera a cuarta de forros en lo que a composición se refiere, Calde- cott unificó el contenido, se puede decir que fue el primer ilustrador que mostró lo que no decía el texto a través de imágenes y amplió lo que decían las imágenes a través del texto, novedosa y sugerente rela- ción entre ambos (letra y figura) que le deba a la narración un ritmo característico. 37 William Morris, “Aims in founding the Kelmscott House”, Upper Mall, Hammer- smith, 11 de noviembre de 1895. Tomado de http://www.unostiposduros.com/paginas/ sobretex2.html (consultado el 8 de septiembre de 2008). †47¢ La relación entre el tex- to e imagen marca el rit- mo narrativo: da claves de cuánto hay que de- tenerse para observar, cuánto hay que apurar el paso porque varias acciones se suceden en forma veloz en una sola página. El ritmo narrativo en el álbum involucra la dimensión física del libro, ya que el tiempo que lleva pasar la página también afec- ta la velocidad de la na- rración. En efecto, los creadores de álbumes toman en cuenta este tiempo para marcar el ritmo narrativo y utilizan cantidad de recursos y “anzuelos” para invi- tar al lector a detenerse o a dar vuelta a la página.38 Esta manera de concebir los libros ilustrados sigue vigente y la re- lación entre texto e imagen, a la que algunos eruditos como Lawrence R. Sipe llaman sinergia, es estudiada actualmente por varios teóricos de la ilustración. Caldecott fue requerido por Evans en 1878 para ilustrar dos co- lecciones navideñas de libros infantiles cuando Crane dejó de ser su ilustrador de cabecera.39Estas dos colecciones fueron: The House that Jack Built y The Diverting History of John Gilpin, mismas que 38 María Cecilia Silva-Díaz, “Las imágenes cuentan: los álbumes y las nuevas formas de leer”. Tomado de http://209.85.173.104/search?q=cache:KyBKJlE2Ob0J:www.fundacion- vallecastodocultura.org/ACTIVIDADES/2007/Documentos2007/Imagenhistorias.doc+re lación+texto+imagen+sinergia&hl=en&ct=clnk&cd=1&lr=lang_es&client=safari (consulta- do el 9 de septiembre de 2008). 39 Véase http://www.randolphcaldecott.org.uk/who.htm (consultado el 2 de septiem- bre de 2008). 13. Farmer’s Boy, Randolph Caldecott, 1881. †48¢ tuvieron gran éxito y posicionaron a Caldecott como uno de los mejores ilustradores del mo- mento. A partir de entonces Caldecott y Evans comenzaron una fructífera relación gracias a la cual cada navidad por un periodo de ocho años imprimieron dos libros infantiles ilus- trados a color. Evans aceptó que Caldecott se desarrollara artísticamente de forma libre y lo dejó tomar decisiones importantes no sólo en el terreno de la ilustración, sino que también en el del texto. Las ilustraciones de Caldecott en un mismo libro iban desde espontáneos bocetos en sepia hasta elaboradas imágenes a doble página lle- nas de color en las que el ojo del lector siempre podía detenerse en busca de nuevos detalles. A través de estos drásticos cambios de estilo y la relación simbiótica que proponía entre texto e imagen marcaba el ritmo narrativo. En 1879 Edmund Evans imprime la prime- ra obra de la acuarelista británica Kate Gree- naway (1846), intitulada Under the Window. Se trata de una compilación de versos infan- tiles que implicó un costoso proceso de pro- ducción en el que con ayuda de la fotografía se transfirieron las acuarelas de esta ilustradora a bloques de madera, utilizando nuevas técnicas de impresión. En contra de todas las recomen- daciones de los expertos en el medio, Evans de- cidió tirar 20 mil ejemplares de esta obra, que de inmediato se agotaron.40 Las ilustraciones de Greenaway presenta- ba a dulces niños sonrientes y de conducta in- tachable. La ilustradora, además de estar cons- ciente de encontrarse en un contexto en el que 40 Véase http://www.iupui.edu/~engwft/greenaway.htm, sitio electrónico de la India- na University-Purdue University Indianapolis (consultado el 8 de septiembre de 2008). 14. Under the Window, Kate Greenaway, 1846. †49¢ los niños empezaban a verse de otro modo, prefirió, a diferencia de Crane y Caldecott, llevar el espíritu de la época victoriana a su máxi- ma expresión resaltando en sus ilustraciones el valor de la familia, el de la buena conducta y el del hogar a través de imágenes que a pri- mera vista pudieran parecer simplemente cursis, pero que poniendo atención revelan matices nostálgicos. In fact these charming children dancing in the countryside seem strangely dispirited, almost melancholy. Like china dolls, they are always well behaved, smile only occasionally, and never laugh or cry. Their dreamy figures seem disembodied in time and space. . . 41 Greenaway no era una gran dibujante y no tenía grandes conoci- mientos anatómicos de la figura humana, pero esto la llevó a crear in- creíbles vestuarios para sus personajes que lejos de quedarse en papel y tinta fueron llevados al mundo real imponiendo una moda en la ves- timenta para niños de la época victoriana. Éste es un ejemplo claro de cómo la ilustración forma parte del conjunto de signos que determi- na nuestro imaginario cultural. El imaginario cultural prevaleciente en el contexto histórico del que formó parte Greenaway determinó la experiencia visual de la ar- tista, experiencia visual que dio lugar a sus innovadoras ilustracio- nes que a su vez trascendieron a la forma de vestir de los niños de su época y ahora forman parte de nuestra memoria cultural occidental. También destacan sus adaptaciones de las rimas de la tradición oral (Mother Goose, 1881 y Dame Wiggins of Lee, 1885). Greenaway estaba apenas por involucrarse en el mundo de la ilus- tración cuando el matemático y escritor Charles Lutwidge Dodgson, mejor conocido como Lewis Carroll, escribe e ilustra a mano el pri- mer ejemplar Alice’s Adventures Under Ground para regalárselo a su pequeña amiga, Alice Pleasance Liddell, en la navidad de 1864.42 41 Susan E. Meyer, A Treasury of the Great Children’s Book Illustrators, Nueva York, Harry N. Abrams, 1983. p. 109. “De hecho estos encantadores niños bailando a las afueras del pueblo parecen extrañamente desanimados, casi melancólicos. Como muñecas chinas, siempre bienportados, sonríen sólo ocasionalmente, y nunca gritan o lloran. Sus soñadas figuras parecen incorpóreas en tiempo y espacio…” [T. del A.] 42 Véase http://mural.uv.es/jorgon/tenniel.htm (consultado el 2 de septiembre de 2008). †50¢ Carroll recibió bue- nos comentarios de su trabajo y gentecomo Henry Kingsley, her- mano de Charles Kings- ley, autor de The Water Babies, le recomendó publicarlo, esto emo- cionó al artista y con el apoyo de George Mac- Donald decidió hacer- lo. MacDonald revisó, corrigió e incorporó al- gunas historias al texto, también él recomendó a John Tenniel para que realizara las ilustraciones. Carroll y Tenniel trabajaron juntos arduamente y, a pesar de haber llevado una relación más bien difícil, la primera edición del libro resultó fascinante. Edi- tada por MacMillan, aparece a mediados de 1865, bajo el título Alice’s Adventures in Wonderland, pero al llegar a manos de Tenniel, éste se negó a aceptar impresiones de tan baja calidad y la edición fue retira- da del mercado para volver a editarse en la navidad del mismo año.43 Después del éxito obtenido Carroll decide publicar la segunda parte de la obra Through the Looking-Glass, and what Alice found there. Tenniel, que se ve tenía su carácter, se negó a seguir colaboran- do con el escritor, pero después de mucho insistir y con su buen trato Carroll logró convencerlo y Tenniel realizó 50 fantásticas ilustracio- nes para esta obra que sería publicada en 1872.44 Edmund Evans no podía quedar fuera de este proyecto y en 1890 es el encargado de la publicación de The Nursery “Alice”, una versión resumida por el autor para niños de hasta cinco años de edad. Para esta edición se usaron 20 ilustraciones a color del original, realizadas por Tenniel.45 43 Véase http://www.revistadeartes.com.ar/revistadeartes%207/libroinfantililustra- do.html (consultado el 2 de septiembre de 2008). 44 Véase http://mural.uv.es/jorgon/tenniel.htm (consultado el 2 de septiembre de 2008). 45 Ibidem. 15. Alice’s Adventures Under Ground, Lewis Carroll, 1864. †51¢ 16. Alice’s Adventures in Wonderland, John Tenniel, 1865. †52¢ Carroll tenía claro que los libros para niños tenían que ser ilustrados, no concebía estos li- bros sin ilustraciones, argumentaba que el uso del texto como único medio de comunicación no era suficiente y no podía cumplir plenamen- te su función. Es por eso que decidió hacer uso de ambos lenguajes para Alice’s Adventures in Wonderland. Carroll vio en el libro un soporte bimedia que resulta perfecto para crear modelos de lo imaginario. Las primeras palabras del per- sonaje de Alice en la obra tienen mucho que ver con esto: Alice was beginning to get very tired of sitting by her sister on the bank, and of having nothing to do: once or twice she had peeped into the book her sister was readig, but it had no pictures or conversations in it, “and what is the use of a book,” thought Alice, “wi- thout pictures or conversations?”46 Alice’s Adventures in Wonderland es un hito dentro de los libros ilustrados que ha tenido varias interpretaciones, en las que encuen- tran desde vínculos entre el autor y el uso de estupefacientes hasta rasgos pedófilos en su obra. Pero en lo que a este trabajo concierne lo más relevante es la relación de la obra con la época en la que se publi- ca, en ella encontramos plasmada toda clase de signos referentes al contexto histórico-social victoriano. Por un lado, el juego, tan importante para esta sociedad, es lleva- do a sus últimas consecuencias dentro de la obra; que narra pequeñas historias en las que los juegos de cartas, ajedrez y críquet son de vital importancia, y qué decir de los juegos de palabras tan recurrentes a lo largo de la historia. Por otro lado, el mundo imaginario que crearon Carroll y Tenniel es el mundo de Alice y sólo pudo ser posible gracias 46 Carroll Lewis, Alice in Wonderland, Nueva York, Digital Scanning Inc, 2007 pp. 1 y 2. “Alicia empezaba a cansarse de estar sentada en la banca con su hermana, y de no tener nada que hacer: un par de veces Alicia se asomó al libro que estaba leyendo su hermana, pero no tenía ni ilustraciones ni diálogos —y ¿de qué sirve un libro —pensó Alicia— que no tiene ni diálogos ni ilustraciones?” [T. del A.] 16. The Nursery “Alice, John Tenniel, 1895. †53¢ al concepto de niño que se hilvanaba en ese entonces y con el que aho- ra vivimos. Alice’s Adventures in Wonderland, es tal vez, el libro más represen- tativo de la época victoriana y un clásico en la literatura de la cultura occidental. El fascinante mundo que propone esta obra no hubiera marcado de manera tan trascendental nuestra cultura si careciera de ilustraciones, la imagen que tenemos de Alice es la que Tenniel nos dejó. Alice forma parte de nuestra memoria visual occidental y sus signos ahora son parte de nuestra identidad cultural. Como hemos visto, Edmund Evans fue la columna vertebral de la industria editorial dirigida a los niños en Gran Bretaña –región que mantenía la hegemonía en la producción de libros–, y su técnica se extendió hasta 1905 cuando la xilografía fue remplazada por los pro- cesos fotográficos de reproducción.47 El fotograbado permitió una fiel reproducción del original y, con este proceso de reproducción los hermanos Dalziel, que eran los grabadores encargados de trasladar a bloques de madera las ilustraciones de Tenniel perdieron su trabajo para dar paso a grabados en metal hechos a partir de fotografías que no modificaban de ninguna manera los originales. La época victoriana dejó sentados muchos de los principios que serán básicos en la creación de libros infantiles, tal vez el más impor- tante fue el principio de sinergia que descubría un mundo de posibi- lidades en la relación entre imágenes y texto. 47 Véase http://www.library.ucla.edu/libraries/special/childhood/pictur.htm, sitio electrónico de la Universidad de California. (consultado el 10 de septiembre de 2008) . iii. El libro infantil ilustrado modErno †57¢ 3.1 La actualidad El libro infantil ilustrado moderno Si tuviéramos que definir en pocas palabras qué fue el siglo xx en la in- dustria editorial, podríamos decir –usando la jerga política– que fue el siglo de la consolidación renovada: las bases teóricas y los distintos andamiajes propuestos por los diseñadores son ya lo bastante sólidos como para trazar una dirección que le permita a esta industria tran- sitar sin titubeos en el camino de las nuevas tecnologías y aprovechar los nuevos destinos que se abren para la edición en general y en par- ticular para el sector que nos ocupa. Pero para llegar aquí hubo que transitar por un largo camino. A comienzos de 1920 varios factores ayudaron a que el libro in- fantil ilustrado dejara de ser un objeto de lujo, los libros infantiles ilustrados empezaron a ser más una regla que una excepción en la vida de la gente. Estos factores, diversos y complejos, se relacionan y retroalimentan entre sí. A continuación se enuncian tres de los más relevantes: # La revaloración de la educación y del aprendizaje de los niños. # Reducción de los costos en impresiones y creación de nuevas técnicas gracias al desarrollo tecnológico. # La gran difusión que se le da al libro infantil ilustrado. Estos tres factores no surgen en un momento preciso de la histo- ria, sino que van evolucionando gradualmente durante este periodo formando un ciclo del cual seguimos siendo parte, es por eso que vale †58¢ la pena hablar de la evolución de cada uno de ellos, sin olvidar que es- tos factores son como pequeños engranes de una gran maquinaria. La revaloración de la educación y del aprendizaje de los niños Aunque desde la época victoriana los niños ya eran tomados en cuen- ta, en este periodo los niños se consolidan como parte fundamental de la sociedad, lo cual se ve reflejado en los múltiples estudios rea- lizados sobre pedagogía y psicología infantil, el decreto de los dere- chos de los niños y la preocupación de muchos Estados por la alfabe- tización. Los cimientos de la psicología infantil adquieren mayor solidez con el test de inteligencia elaborado por Lewis Terman en 1916.48 Esta prueba llevó a los psicólogos a realizar estudios sobre el desarrollo intelectual de los más pequeños. Con estas pruebas es evidenteque la manera de ver a los niños en la época victoriana dejó libre un cam- po de estudio que comenzó a explorarse y sus frutos han sido de gran ayuda para entender las motivaciones, los temores, las capacidades, etc. de los niños y por ende –en lo que a nosotros nos ocupa– para rea- lizar libros apegados a sus gustos y necesidades. Entre los estudios que se realizaron destacan los de John Broadus Watson (1878–1958), padre del conductismo, quien sostenía que la psicología debía enfocarse únicamente al estudio de la conducta, la cual se regía por estímulos y respuestas, en particular el niño era visto como una hoja en blanco que aprende con base en experiencias previas de estímulo-respuesta (premio-castigo). Más importantes y de mayor amplitud son estudios realizados por el psicólogo Jean Piaget (1896–1980) quien se opuso a las teorías conductistas. Piaget basa su teoría en el supuesto de que el hombre aprende constantemente, desde el momento en el que nace, incluso sin necesidad de estímulos. El aprendizaje, según Piaget, es un pro- ceso en el cual el individuo participa, es decir tiene un papel activo, formando así parte esencial de este proceso. Piaget realizó varios trabajos sobre psicología infantil en los que 48 Véase http://www.ideasapiens.com/psicologia/infantil/ (consultado en 14 de sep- tiembre de 2008). †59¢ destacó la interacción del infante con su medio, en especial el socio- cultural; es en esta reinterpretación del medio según las sucesivas es- tructuras que se presentan en la etapa de crecimiento que se va con- formando el desarrollo integral del individuo. Las investigaciones de Piaget y las conclusiones que proponía llevaban de la mano una nue- va teoría del aprendizaje. Estos estudios llamaron la atención de sectores dedicados a la educación que al reconocer que el individuo se encuentra inherente- mente ligado al proceso de aprendizaje tomaron cartas en el asunto y consideraron a la psicología como una ciencia aliada. El siglo xx constituye un verdadero movimiento reformador de la peda- gogía, cuya tendencia consiste en darle a la educación un carácter acti- vo. La educación innovadora adquiere la profundidad de su significado y, además, se desarrolla en forma de tendencias generales […] Para al- gunos esta educación se basa fundamentalmente, en la psicología del niño; pero, cabe recordar que la educación anterior no ignoró sistemá- ticamente los caracteres propios de la mentalidad del mismo, es decir, la psicología de éste, aunque en general era empírica y sin pretender el nombre de ciencia; más aún, no se llegaba a establecer que la mentali- dad del niño difiere de la del adulto.49 El camino hacia la democratización del conocimiento que se ha recorrido desde el Renacimiento, encuentra en el siglo xx muchas he- rramientas tecnológicas y de difusión a su favor, además de un apoyo del Estado proveniente de una serie de presiones y necesidades socia- les que hacen de la educación y de la especialización un tema priori- tario. Todo esto se traduce en grandes esfuerzos para llevar adelante campañas de alfabetización y en la exaltación de la educación como un derecho y una obligación. Durante la primera mitad del siglo actual [el xx] se han realizado con- siderables reformas a la educación, aumentadas después para darle a la misma caracteres fundamentales basados en los valores científicos y sociales. Otra característica es la universalización de la educación 49 http://presencias.net/indpdm.html?http://presencias.net/educar/ht1066.html (consultado en 17 de septiembre de 2008). †60¢ pública, conservando el sentido nacional. Pero, una edu- cación universal no es solamente la que extiende sus be- neficios a todos, sino fundamentalmente la que conviene o satisface la gran variedad de las necesidades sociales, las capacidades e intereses individuales. Es conocida la preocupación por la educación en el siglo actual y, espe- cialmente, en las últimas décadas.50 Para abordar este problema la Liga de Naciones promulgó, en la Declaración de Ginebra de 1924, la Declaración de los Derechos del Niño en la que se es- tablece la educación como un derecho de todos los niños. Esta declaración logró que cada vez más ni- ños fueran alfabetizados y con esto que la demanda de libros infantiles creciera y los editores pusieran las miradas en ese mercado. A la cultura del libro infantil ilustrado ya se le había dado un lugar especial en Inglaterra, pero no tardó en atravesar el Atlántico y llegar a Estados Uni- dos. El artículo del escritor y periodista estadouni- dense John Richard Hersey (1914–1993), “Why Do Students Bog Down on First R? A Local Committee Sheds Light on a National Problem: Reading” publi- cado en la revista Life en 1954, hacía un llamado a la publicación de libros infantiles con ilustraciones de la talla de las de Tenniel para fomentar la cultura de la lectura en dicho país.51 Theodor Seuss Geisel (1904–1991), mejor conoci- do como Dr. Seuss, un caricaturista y escritor esta- dounidense leyó el artículo e hizo suyo el reto y en 1957 publicó The Cat in the Hat. Para esta obra Geisel disminuyó casi a la mitad una lista de 400 palabras que su editor le había dado, esta lista contenía palabras que los niños aprenderían a usar en sus primeros años esco- lares y basándose en ese vocabulario creó una historia que utilizaría 50 Ibidem. 51 Véase Philip Nel, Dr. Seuss: American Icon, Nueva York, Continuum International Publishing Group, 2004, p. 29 17. The Cat in the Hat, a) portada del libro, b) caricatura política, c) cartel de la película. †61¢ 263 palabras maravillosamente rimadas consolidando el género de libros para principiantes. The Cat in the Hat une la literatura con el aprendizaje de una manera casi invisible proponiendo una método para aprender a leer divertido en el que es difícil darse cuenta de lo instructivo que resulta. Hasta este momento la brecha entre libros ilustrados a merced de la educación y libros literarios ilustrados era muy marcada. Esta nueva idea de la literatura infantil en la que se toman en cuenta los procesos de aprendizaje de los niños revolucionó los mé- todos de enseñanza que empezaron a buscar formas de hacer llegar el conocimiento a los más pequeños fomentando el gusto por el apren- dizaje a través de materiales, entre ellos los libros infantiles, que estu- vieran a su alcance. En ese momento las dudas sobre los medios por los cuales el conocimiento es adquirido asaltaban no sólo a la indus- tria editorial, sino que todos los que tenían que ver con la infancia parecían compartir esa preocupación. En el campo pedagógico el tra- bajo de Benjamín Bloom (1913–1999), Taxonomy of Education Objec- tives (1965), codificó los procesos de aprendizaje. Teorías como esta revolucionaron los sistemas de educación que empezaron estudiar las maneras a partir de las cuales conseguimos aprender. Tomar en cuenta el mundo de los niños no sólo dejó grandes li- bros infantiles ilustrados, llevó a la ciencia a explorar áreas vírgenes, exploración que a su vez impulsarían el desarrollo de la industria edi- torial dirigida a los niños. Dr. Seuss hoy en día es un icono importante para la sociedad es- tadounidense, su obra es un modelo en el que, según libros como Dr. Seuss: American Icon, esta sociedad se ve reflejada, y no es difícil pensarlo ya que ha sido citado por George W. Bush, en un discurso el 21 de octubre de 2002 en la American Academy of Pediatrics, para subrayar la importancia de la lectura;52 sus ilustraciones han sido la base de alegóricas caricaturas políticas que circulan en publicacio- nes como Mad;53 la película The Cat In The Hat producida en 2003 por Universal Studios, DreamWorks Pictures e Imagine Entretain- 52 Véase http://www.whitehouse.gov/news/releases/2002/10/20021021-11.html (con- sultado el 9 de septiembre de 2008). 53 Véase http://www.uni.uiuc.edu/library/blog/blog_images/MadSeuss.jpg (consul- tado el 9 de septiembre de 2008). †62¢ ment gozó de
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