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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA
DE MEXICO
FACULTAD DE PSICOLOGIA
LA OTRA CARA DE LA AYUDA A LOS NIÑOS DE
LA CALLE
T E S 1 S
PARA OBTENER EL TITULO DE:
LICENCIADA EN PSICOLOGIA
P R E S E N T A
LAURA MONDRAGON SANCHEZ
DIRECTORA DE TESIS: MTRA. MARIA DE LA LUZ JAVIEDES ROMERO
COMITE: LIC. PATRICIA JOSEFINA BEDOllA MIRANDA
DRA. NORMA PATRICIA CORRES AYALA
L1C. MIRIAM CAMACHO VALLADARES
L1C. RAFAEL LUNA SANCHEZ
MEXICO, O. F. JULIO DEL 2005
Neevia docConverter 5.1
AGRADECIMIENTOS
.Agradezco profundamente a mi segunda casa, la Universidad Nacional Autónoma
de México por permitirme formarme como profesional y como persona, por
brindarme la oportunidad de crecer de manera autónoma y por motivarme a
buscar y a pensar.
Quiero expresar mi agradecimiento a los miembros que conforman el jurado.
Gracias por brindarme su tiempo, su conocimiento y su experiencia:
Mtra. María de la Luz Javiedes Romero
Dra. Norma Patricia Corres Ayala
Lic. Patricia Josefina Bedolla Miranda
Lic. Miriam Camacho Valladares
Lic. Rafael Luna Sánchez
Especialmente quiero manifestar mi agradecimiento a la Mtra. María de la Luz:
gracias por tu apoyo y cariño durante todo el recorrido, nadie hubiera dirigido
mejor este proyecto.
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AGRADECIMIENTOS
A los pequeños grandes guerreros.
A mi mamá: Tu sensibilidad y sentido de la justicia me enseñan día a día a ser
una mejor persona. Gracias por creer en mi, por procurarme lo mejor y sobre todo
por todo tu amor. Te quiero mucho.
A mi papá: Gracias por desear tanto mi felicidad, me basta con tu confianza. Sin
tu apoyo esto no hubiera sido un logro tan significativo. Te quiero mucho.
A Arlette: Tu presencia sólida y tierna equilibra mi vida. Gracias por acompañarme,
por compartir, y sobre todo por entenderme como nadie más puede hacerlo.
A Claudia: Gracias por tu compañía y solidaridad (y las confidencias de
madrugada), gracias por enseñarme a ser tolerante. Mi mey nunca dejaremos de
ser familia.
A Iván: Gracias por cuidarme con tanto cariño y por conocerme tan bien. No
cualquiera se atreve, así que soy muy afortunada de tenerte en mi vida.
A Danu: Por enseñarme a reír de la vida y de mi misma. Me alegra saber que aún
estás para recordármelo .
A Perla: Mi amiga impecable, te admiro y te quiero por tu compromiso y gran amor
a la vida. Gracias por compartirlo con todos .
A Juan Carlos: Por escuchar y confrontar con paciencia. Eres un regalo de la vida.
¡Gran curandero!
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A Vara: Adoro la ironia de tu sabidurla. Gracias por ser tan buena amiga y tan
noble mujer.
A Leslie: La mas joven de las Grandes Mujeres que iluminan mi vida . Gracias por
crear nuevos colores; hace falta mas gente como tú.
A Sere: Por ser tan fuerte y tan tierna. Gracias por transmitir esperanza.
A Proniños: Gracias por la lucha de todos. Gracias por enseñarme una misión,
comienzo a descubrir el camino. Gracias Javier por creer.
A Nery: ...usted sabe que puede contar conmigo. Gracias por compartirme tu
sensibilidad, tu curiosidad y tu vehemente amor a la Mujer.
A Naye y Nacho: Por la alegria, las risas y los bailes.
A Raúl: Aprendl contigo a aprovechar los recursos.
A Cheche: Gracias, por siempre gracias.
y a las coincidencias que de manera ilógica me hacen creer.
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INDICE
RESUMEN .
INTRODUCCiÓN.... ...... ........................... ............................................................ 2
CAPITULO 1. INFANCIA CALLEJERA. EL PROBLEMA
1.1 ¿Quiénes son los niños y las niñas que viven en la calle?.. .......................... 4
1.1.1 Denominaciones generalizadas........ 4
1.1.2 Categorias para situaciones específicas.... ...... ........ ................... ......... 7
1.1.3 Muchos números................................. 10
1.1.3.1 ¿Qué hay de las niñas?.. ..................................................... ..... 11
1.1.3.2 Niños y niñas entre Oy 5 años ................................................ .. 12
1.1.3.3 Niños y niñas que trabajan .............................................. .......... 12
1.1.3.4 Niños y niñas que viven en las calles.... .... 13
1.1.4 Las caracteristicas.................................................................... ............ 14
1.2 Rumbo a la calle.... ........... 16
1.2.1 ¿Por qué se van? 16
1.2.2 Riesgo en la comun idad................................................................. 17
1.2.3 Las familias 19
1.2.4 Maltrato infantiL .................... ........... 22
1.2.4.1 Violencia ñsica, psicológ ica y sexual.. 24
1.3 Dignos representantes de la crisis........ 27
1.3.1 Marginación y pobreza.. ........................................................ ............ ... 28
CAPITULO 2. VIVIENDO LA CALLE
2.1 Proceso de callejerización.......................... 33
2.1.1 En el movimiento de la calle ........... 33
2.1.1.1 Y, ¿cómo se vive, entonces, la calle?.... .................. ............... 34
2.1.2 Factores que facilitan la inserción en la calle ..... ................................. 36
2.1.3 Autonomia que se descubre.. 37
2.1.3 .1 ¿independientes y autónomos?........ 37
2.1.3.2 El valor de la organ ización .......................................... ....... .... .. 38
2.2 Cómo se vive en la calle ................... ........... ............. ........ ............. ................ 40
2.2.1 Refugios............... ......... ........................................................................ 40
2.2.2 Alimentación.......................... 42
2.2.3 Enfermedades... ....... ...................... 43
2.2.4 Sexualidad. ............................. 44
2.2.5 Drogas.... ............ 45
2.2.5.1 Solventes en la cotidianidad.... ........................................ ...... .. 47
2.2.6 Diversión..... . 48
2.2.6.1 Las maquinitas.. 49
2.2.6.2 El baile y la música.. ...... 49
2.2.6.3 La lucha libre y el circo.... ....... ........ 49
2.3 Estrategias para sobrevivir.... ....................................................................... 50
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2.3.1 Elegir la zona........ .......... 50
2.3.2 Detalles del trabajo........... ................................................................... 51
2.3.2.1 Los más chicos................ ........................ ............................ ... 53
2.3 .2.2 Las niñas.. ......... ............................................. ............. 53
2.3.2.3 Las actitudes......................... ......................... ..................... .... 53
2.3.2.4 Las ganancias........... ............................ ................................. 54
2.3.3 Los pequeños actores.................. 55
2.3.3.1 Los payasitos............... ........ 55
2.3.3 .2 Los fakires. 55
2.3.3.4 Los cantantes.... ............... ........................... ... 56
2.3.4 El trabajo de "charolear' 56
2.3.5 Los delitos....... ........... ..................... ................................. ................. 57
2.3.5 .1 Robo..... ......... ....... 58
2.3.5.2 Narcotráfico al menudeo....................................... 59
2.3.6 Prostitución.................. 60
2.3.7 La asistencia.......................... ............... .......................... ................... 61
2.4 Algunas conclusiones acerca de la calle................. 62
CAPITULO 3. AL RESCATE LOS PROGRAMAS DE ATENCiÓN
3.1 Antecedentes de la asistencia sociaL.. .................. .......... ......................... 63
3.1.1 Infancia callejera y sus movimientos.............. ............... 65
3.2 Organizaciones sociales..... ................ 67
3.2.1 Organizaciones no gubernamentales.... ......... 67
3.2.2 Asociaciones civiles............. .................................................. ........... 68
3.2.3 Instituciones de asistencia priv3da......... .................. ........................ 69
3.3 Asistencia a la infancia callejera............... ....................................... .......... 69
3.4 Las instituciones................................. ......................................... 75
3.4.1 Paradigmas alternativos.Investigación Participativa..... ............ ....... 79
3.5 Las prácticas y sus efectos.......................... ....... 83
3.5.1 Dos modelos institucionales.................. ................. ................. ........ . 84
3.5.1.1 Fundación Pro niños de la Calle, IAP................ ............ ...... 85
3.5.1.2 Fundación Casa Alianza México, IAP.............................. .... 89
3.5.2 El Educador de Calle........................................ ............................... 94
3.5.3 Estrategias, acercamiento y vínculo.... 97
3.5.3.1 ¿Cómo trabaja el educador de calle?.. ................ ............... 97
3.5.3.2 Mitosen el actuar........... ..... ..................................... ............ 99
3.5.4 Los efectos (no deseados) de las prácticas.... ................................ 100
3.6 "niño de la calle", todos sus rostros...... ........................ ....... .................... . 103
3.6.1 Etiquetas... 103
3.6.2 Mirada institucionaL................. ..... 104
3.6.2.1 El asistencialismo.................. 108
3.6.3 Moral reflexiva.................. .................................................... ........... 111
CONSIDERACIONES FINALES....... ........ ........................................ ........ ..... 114
. '
BIBLIOGRAFfA..... 129
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A Carlos
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RESUMEN
El propósito de la presente investigación tuvo como objetivo
describir la existencia de efectos no deseados que surgen a
partir de las acciones, sociales e institucionales, a favor de
la infancia callejera; y en qué medida estas favorecen su
permanencia en la calle. Para llevar a cabo este estudio se
recopilaron y analizaron documentos relativos a la infancia
callejera, mostrando las estrategias de sobrevivencia
utilizadas por niños 'f nif.as. También se describen los
modelos de atención de dos instituciones, así como el papel
que desempeña el educador de calle. En una primera
aproximación a este tipo de investigación se encontró que
ciertamente en el proceso de interacción niño-institución y
niño-educador la atención institucional no ha sabido
dimensionar los alcances de una practica que ha sido
explotada por la infancia callejera en función de obtener
beneficios sin modificar su situación.
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INTRODUCCiÓN
La existencia de los nlños y niñas que viven en y de la calle es un reflejo de la
desigualdad social que crece cada dia más en la Ciudad de México. Diariamente
nos topámos con ellos: en las estaciones del metro, en las terminales de
autobuses y viviendo debajo de puentes o en coladeras. Estos menores
sobreviven realizando actividades económicamente marginales y de alto riesgo.
Un gran número de organizaciones se han dado a la tarea de atender a este
sector. Desgraciadamente los resultados no son muy alentadores. En los últimos
años la población infantil callejera ha aumentado y una de las razones es que el
arraigo a la calle se ha visto fortalecido cada vez más.
El interés y la importancia de realizar el presente estudio se debe a que no se
tiene registro de una investigación en México que describa los efectos no
deseados que aparecen en la atención institucional hacia los niños y niñas que
viven en la calle. El estudio pretende describir los aspectos más relevantes sobre
el tema.
En una primera parte se analiza el contexto que detona la salida del niño a la calle,
coincidiendo varios factores en un proceso a través del cual el niño vive
experiencias que lo alejan de su familia y lo acercan a la calle.
A partir de su estanc ia en la calle, ésta regula el aprendizaje de mecanismos de
sobrevivencia, mismos que irá perfeccionando y adaptando según el contexto en
el que se encuentre, como se describe en la segunda parte del estudio.
Una de las características que predominan en los grupos callejeros es su identidad
con el espacio soctal, que ocurre en la medida en que se va prolongando el tiempo
de estancia en la calle. Una de las causas que originan este evento es el hecho de
2
Neevia docConverter 5.1
poder acceder fácilmente a elementos de subsistencia básicos, mismos que le
ofrece su entorno.
La presencia institucional, como se muestra en el tercer capitulo, resulta
especialmente interesante cuando se descubre que los efectos de su práctica, es
decir. la dinámica del educador de calle junto con los servicios que ofrece cada
institución, también contribuyen en el arraigo de los niños a la calle. La asistencia
hacia la infancia callejera también ha encontrado un lugar en la red social de
sobreviviencia de los niños
Esta investigación intenta reflejar un tipo de relación construida entre el niño y las
instituciones. Relación muchas veces matizada por una imagen exacerbada pero
todavia incierta de la infancia que vive y transita en las calles.
3
Neevia docConverter 5.1
CAPITULO 1 INFANCIA CALLEJERA. EL PROBLEMA
¿Quiénes son los niños y las nlñas que viven en la calle?
Denominaciones generalizadas
Al introducirnos al tema encontraremos, en un primer momento, que ya muchas
personas, tales como expertos, investigadores, estudiosos, e incluso aquellos que
dedican su trabajo, tiempo y vida a la infancia callejera, se han encargado de crear
las clasificaciones y categorías necesarias y también una amplia terminología con
el fin de dar atención específica a cada segmento de esta población . Es preciso
advertir que pese a los diversos conceptos que se han utilizado para
denominarlos, ya sean con fines institucionales, sociales o jurídicos, antes que
nada habría que consíderarlos efectivamente como niños y niñas, y que vivir en y
de la calle es solo una condlción, la cual puede ser transitoria .
El término "niño callejero" es bastante ambiguo, pero sirve para denominar la
problemática global de los menores que viven o permanecen la mayor parte del
dia en la vía pública realizando actividades que van de las mercantiles a las
delictivas. Sin embargo, adentrándonos en el fenómeno se percibe con claridad
que éste presenta diversas características dependiendo de su complejidad
(Gutiérrez, 1992).
Las niñas y los niños callejeros son personas menores de edad que, en situación
de marginación estructural, dependen de sus actividades en la calle para la
subsistencia diaria. Son niños y niñas en condiciones de pobreza , en toda su
gama de variaciones que incluyen la pobreza extrema o indigencia. Se encuentran
en las calles de las principales ciudades latinoamericanas trabajando, o buscando
cubrir sus necesidades básicas de formas diversas (Rodríguez, 1993).
4
Neevia docConverter 5.1
La población infantil callejera se ha subdividido en las siguientes definiciones de
uso más común:
~ Niños y niñas en la Calle. En donde encontramos a aquellos que mantienen un
vinculo familiar, suelen estudiar y salen a la calle a realizar actividades marginales
de la economla callejera para el propio sustento o para ayudar a su familia. Los
principales riesgos presentes son las agresiones del medio ambiente y la
posibilidad de abandonar sus estudios (Comisión para el Estudio de los Niños
Callejeros, 1992).
Si bien la mayoría acude a la escuela, lo hacen de manera irregular y con bajo
rendimiento y aprovechamiento; generalmente no terminan la educación primaria.
Su familia -con carencias y crisis derivadas de la pobreza- será el motivo esencial
que lo lleve a trabajar.
No es de sorprender que estos menores trabajen en el sector informal de la
economía, también llamada paralela o subterránea: sin registro o legitimación
oficial, sin derechos ni prestaciones: legales, laborales o institucionales; más bien
en contra de prohibiciones legales existentes para el trabajo infantil (Rodríguez,
1993).
De igual forma los daños y riesgos que enfrentan son muchos, algunos van del
maltrato y abuso, incluyendo sexual, hasta la desnutrición, enfermedades, e
incluso accidentes.
Un dato importante acerca del niño y niña en la calle es que conserva todavía
como eje principal su vida familiar, su escuelay comunidad, que el proporcionan
un sentido de pertenencia que reconoce y preserva (Rodríguez, 1993).
~ Niños y niñas de la Calle. Aquí se encuentran los que habiendo roto el vínculo
familiar temporal o permanentemente duermen en la vía pública y sobreviven
5
Neevia docConverter 5.1
realizando actividades marginales dentro de la economla informal callejera
(Comisión para el Estudio de los Niños Callejeros, 1992)
El niño y niña de la calle percibe la calle como su hogar y como su hábitat. Esto da
lugar a que minimice e incluso pierda completamente los vinculas con su familia,
escuela, trabajo y comunidad de origen. Vive en y del medio callejero por
completo.
Los riesgos y daños son más graves y más frecuentes que los que implican para
el niño y niña en la calle. Este último, aún cuando no ha roto el vínculo familiar, se
encuentra con frecuencia en un alto riesgo de convertirse en niño o niña de la calle
(Rodriguez, 1993).
» Nií'los y niñas indigenas en situación de calle. Según lo dice el 11 Censo de los
niños y las niñas en situación de calle (1995), estos menores pertenecen a
diversas etnias indigenas cuyas familias, generalmente de origen rural, han
inmigrado a la ciudad en busca de mejores condiciones de vida. Los niños y niñas
indigenas se caracterizan por mantener un estrecho vinculo con sus familias. Aqui
se desprenden dos subgrupos:
1. Niños y niñas indigenas cuyas familias viven en las calles. A este grupo se
le denomina indigenas de la calle y se caracteriza por carecer de vivienda,
por lo que sus integrantes duermen en terrenos abandonados, deportivos o
directamente en la calle.
2. Nií'los indigenas cuyas familias trabajan en la calle. Este grupo es
denominado indigenas en la calle, se trata de un grupo de menores cuyas
familias utilizan la via pública o las áreas públicas cerradas como espacios
de trabajo, desempeñando generalmente actividades propias de la
econom ia informal
6
Neevia docConverter 5.1
» Niños y niñas en riesgo. Comprende a todos aquellos que viven entre los
sectores de población con niveles económicos muy precarios, que forman parte de
familias desintegradas o altamente conflictivas, son aquellos que reciben maltrato
y se desenvuelven en condiciones familiares y sociales totalmente adversas. Estos
menores no realizan actividades de subempleo pero son candidatos idóneos para
integrarse a cualquiera de las categorías antes mencionadas. Esto es, son
menores que corren el riesgo de ser expulsados a la calle (Gutiérrez, 1992)
Los grupos antes mencionados forman parte de un mismo proceso no deseado y
gradual generado por la miseria y la marginación en que se encuentran
(Rodríguez, 1993).
De acuerdo con Gabarrón y Landa (citados por Rodríguez, 1993) el concepto del
niño de y en la calle se ha centrado en su contexto de carácter urbano,
diferenciando así la infancia rural o indígena, que vive en y del campo. Esta última
es infancia trabajadora, en su mayoría, pero en un contexto distinto, tanto en lo
ecológico como en lo cultural y socioeconómico. Sin embargo los estudios y el
conocimiento que se tiene del sector infantil campesino es tan precario
actualmente como el propio sector rural. Las jomadas son excesivas, en
ocasiones de 12 horas y en edades de seis u ocho años, y lesionan el desarrollo
general. También les excluyen de las posibilidades educativas, recreativas, y
nutricionales. Por lo tanto la niñez campesina trabaja en condiciones que a veces
son más criticas que las de la infancia trabajadora en las ciudades, puesto que la
pobreza en el campo es generalmente más aguda (Rodríguez, 1993).
Categorías para situaciones especificas
Como lo menciona Delgado (citado en 11 Simposium Internacional El Niño de la
Calle, 1995), los niños y las niñas, expuestos a condiciones de difícil
sobrevívencia, a menudo son clasificados por las actividades que cumplen: así
encontramos que cuando trabajan son menores trabajadores, si han roto con sus
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Neevia docConverter 5.1
familias son menores abandonados, si tienen conflicto con la ley son menores
infractores y si residen temporal o por largo tiempo en casas de internamiento son
menores institucionalizados.
Con la finalidad de crear estrategias de trabajo especificas, Griesbach y Sauri
(1997) crearon las siguientes categorlas:
A. De origen étnico. Fundamental para comprender la situación en la que se
encuentran los niños y niñas indígenas que viven y/o trabajan en la calle. Las
características, expectativas, valores, formas de relación y, por lo tanto,
alternativas, son diferentes cuandc se dirigen a la población de origen
indígena.
B. Con vínculo familiar. Contra lo que comúnmente se cree, este vínculo existe en
una amplia población de niños, niñas y jóvenes callejeros, lo cual los hace muy
diferentes a los huérfanos. El grado de daño en la relación familiar determinará
en gran medida las posibilidades de reintegración posterior.
Dentro de esta categoría encontramos distintos tipos de vínculos con la familia :
• Nulo. Es común en aquellos casos en donde el menor decidió romper
cualquier contacto con la familia, pero también en los que por algún motivo
después de haber dejado el núcleo familiar, los niños no cuentan con
información para reubicarlo.
• Ocasional. Se trata de aquellos que mantienen contacto con su grupo
familiar de entre 1 y 10 veces por año.
• Permanente. Aquellos que tienen contacto de entre 1 y 8 veces por mes.
• Cotidiano. Se trata de aquellos que viven con su familia, aunque pasen la
mayor parte del tiempo en la calle. También es el caso de niños, niñas y
jóvenes que conviven de manera continua con el resto del grupo callejero,
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Neevia docConverter 5.1
consumen drogas junto con ellos y realizan las mismas actividades de
sobrevivencia, pero retornan al grupo familiar casi todas las noches.
C. Tipo de trabajo. En esta categoría los menores realizan actividades como pedir
dinero, robar, cargar bultos o cuidar automóviles. Ahora bien, el tipo de trabajo
influye en el tipo y calidad de los ambientes en que se relacionan los niños,
niñas y jóvenes y afecta tanto su conducta como su calidad de vida.
D. Tipo y tiempo de estancia en la calle. El tiempo que los niños y niñas viven y
trabajan en la calle determina su grado de arraigo y afecta las posibilidades
reales de desvincularse de ella. Igualmente incide si sólo trabajan en ella.
Cabría agregar dos variantes más en esta clasificación: la primera referente a las
familias que viven en la calle, a las cuales pertenecen algunos niños, niñas y
jóvenes. Este hecho no es tan fácil de observar, y esto es porque algunas familias
transitan entre hoteles, albergues y la calle. Esto depende del éxito económico que
les dejan las actividades que realizan, que son mas o menos definidas: cuidado de
automóviles, limpieza de parabrisas, venta de mercancías en los cruceros,
etcétera. En el camino , algunos miembros de estas familias se van desprendiendo
hasta que el grupo familiar termina por disgregarse.
La segunda variante es la de las adolescentes y jóvenes de la calle que tienen
hijos en la dinámica callejera, dando origen a una generación distinta de niños y
niñas, de la que se sabe poco. Los pequeños conviven con sus madres mientras
viven en la calle, aún cuando éstas se ven involucradas en adicciones y
accidentes. Desgraciadamente estos niños y niñas tienen pocas esperanzas de
vida (Griesbach y Sauri 1997).
Finalmente Lucchini (1996) nos recuerda que el estatus social del niño callejero no
es un estatus claramente definido. Los indicadores varian y en especial las
fronteras entre las diferentes categorias de niños que se encuentran en la calle, a
9
Neevia docConverter 5.1
veces no es posible separarlas de un modo claro. Esto probablemente se deba a
que todos los niños comparten un rn'srno espacio -la calle-. Por otra parte. un
mismo niño puede pasar de una categoría a otra cuando ciertos indicadores de su
situación se modifican. Así, puede ser detenido. o perdersu trabajo. o no poder
regresar a su casa. Por un tiempo, un niño puede trabajar para una banda de
traficantes de droga y volver después a su hogar y después nuevamente a la calle.
Esta es una realidad móvil y compleja y de dificil definición.
Muchos números
Bárcena en 1990 (citado en Rodrlquez, 1993) aclara que aún más grave que la
miseria en la infancia callejera lo son sus dimensiones demográficas. Se calcula
aproximadamente una cantidad de 100 millones de niñas y niños callejeros. 40
millones sólo en América Latina. donde México y Brasil son los países que
contribuyen con un mayor número. Estas cifras son especialmente dificiles de
obtener. No entran en los censos oficiales y cuando lo hacen es en forma parcial.
Esto se debe en parte a la gran movilidad que se da en la población callejera. ya
sea por su itinerancia en diversas instituciones -cabe decir que en ocasiones
utilizan nombres falsos-, por transitar de la calle a su casa y viceversa o
simplemente por cambio de lugar de pernocta.
Comencemos por explicar el uso del término "niños". según Griesbach y Sauri
(1997) éste está relacionado con la Convención Internacional de los Derechos de
la Infancia que considera como tales a todo menor de 18 años. Sin embargo,
desde un primer momento tendriamos que acostumbrarnos a hablar de niños,
adolescentes y jóvenes callejeros ya que las alternativas que debemos
proponerles serán diferentes de acuerdo a la edad especifica de cada uno de ellos
Asi, tenemos el estudio de una comisión de las Naciones Unidas que en 1981
estimaba en 145 millones la población mundial infanta-laboral, aunque consideró
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Neevia docConverter 5.1
sólo edades entre 10 y 14 años. Por otra parte algunos datos gubernamentales se
encuentran distorsionados, para atenuar o exagerar el problema, según
coyunturas pollticas (Rodrlquez, 1993).
En la ciudad de México se han realizado tres estudios a cargo de los gobiernos en
función y con el apoyo del UNICEF-México. A continuación aparecen algunos de
los resultados más relevantes de estos estudios.
El primer estudio fue realizado en la administración de Manuel Camacho Salís, en
1992. El segundo estudio se realizó en 1995 durante la administración de Oscar
Espinosa Viilareal. Dicho estudio registró un incremento de un 20% de niños que
trabajan, o viven y trabajan en la calle entre 1992 y 1995 (Ednica, 2001).
Según este segundo estudio, que el 11 Censo de los niños y las niñas en situación
de calle registró en 1995, vivían y trabajaban un total de 13,373 menores, de los
cuales 4,212 correspondían al sexo femenino y 9,161 al masculino, tal cifra
representaba 6 veces más el número de menores de que se tenia cuenta en la
ciudad de Guadalajara el mismo año.
En las 16 delegaciones politicas del Distrito Federal se encontró una
concentración del 71.45% en la categoría menor en la calle. Los menores
indlqenas en la calle representaron 14.65% y la categoría menor de la calle
13.68%. La categoría de menores que obtuvo el porcentaje más bajo con relación
al total, fue la de los menores indígenas de la calle con un 0.16%. Se observó
también que la categorra menores de la calle fue la que tuvo la mayor proporción
de varones con respecto a su total, 85.4%.
¿Qué hay de las niñas?
Del total de niñas observadas (4,212), 70% pertenecieron al grupo que trabajaba
en la calle y mantenía una relación con su familia; 23.2% formaron al grupo de
origen indígena que vino a radicar en la ciudad de México y que vivía o trabajaba
11
Neevia docConverter 5.1
en la calle, generalmente en compañía de sus familias . Las niñas que vivían en la
calle representaron 6.3% del total de las menores contabilizadas por el censo. La
presencia de las niñas registró un incremento global en tan solo tres años del
orden de 3.5%, pasando del 28% en 1992 al 31.5% a finales de 1995; mientras
que para el caso de los niños se detectó una disminución de 3.5% (11 Censo de los
nlños y niñas en situación de calle, 1995).
Niños y niñas entre Oy 5 años
En 1995 las calles de la ciudad de México acogían a 6,323 niños entre O y 11
años, lo que representó 47.2% del total de la población de menores en situación
de calle registrada en la investigación censal.
Del total de niños y niñas contabilizados, 2,395 tenían menos de 6 años, mismos
que, debido a circunstancias de diversa índole, tenian como espacio cotidiano de
desarrollo la calle. Estos menores representaron el 18% del total de la población
infantil observada. Este es el grupo infantil que se ubica en el primer nivel de
prioridad, debido a su situación de vulnerabilidad ya que ha sido el grupo menos
reconocido en su condición de calle.
No se puede afirmar que los niños pequeños de O a 5 años trabajan, pero es
importante reconocer que su presencia en las calles está íntimamente relacionada
con la búsqueda que emprenden sus familias para obtener ingresos,
especialmente sus madres , lo que en consecuencia evidencia la insuficiencia de
politicas públicas a favor de las mujeres y los niños pequeños (11 Censo de los
niños y niñas en situación de calle, 1995)
Niños y niñas que trabajan
Del total de niños en situación de calle , 86.1% son menores que experimentan el
duro aprendizaje de trabajar en la vía pública. Para 1995 un total de 11,514 niños
12
Neevia docConverter 5.1
se encontraba en esta categorla, de ellos 1,959 son indlgenas.
Niños y niñas que viven en las cal/es
De un total de 1,850 niños que tomaron las calles como espacio de vida
permanente, únicamente 21 fueron registrados como indigenas "de" la calle. En lo
relativo al sexo, se registraron 277 mujeres (15%) Y 1,573 varones (85%) (11 Censo
de los niños y niñas en situación de calle, 1995)
La calle ha llegado a ser para ellos su medio habitual. Con frecuencia los
encontramos en las estaciones de autobuses, mercados, cruceros, bajo los
puentes, parques, etcétera (11 Simposium Internacional El Niño de la Calle, 1995).
Es importante resaltar que esta categoría infantil sufrió un incremento de 81% con
respecto a 1992 (11 Censo de los niños y niñas en situación de calle, 1995)
El tercer estudio de que se tiene registro oficial, se realizó durante la
administración de Cuauhtemoc Cárdenas, en 1998, por parte del Gobierno de la
ciudad. En éste se registraron 900 puntos de encuentro incluyendo cruceros,
avenidas, baldios, tiraderos de basura, plazas, parques, terminales de transporte,
mercados, tianguis y centros comerciales.
Se ubicaron en estos puntos a 14 mil 322 niñas, niños y jóvenes de hasta 17 años,
de los cuales 60% son del sexo masculino; el 11% del total se encuentra entre los
Oy 5 años de edad, el 17% entre 6 y 11 años y el 72% entre 12 y 17 años de edad
(Estudio de las 100 principales ciudades de la República Mexicana, México, DIF -
UNICEF, 1998).
El planteamiento de estadisticas demográficas permite una aproximación a la
dimensión cuantitativa del fenómeno y su relevancia social. Además presionan
para la toma de conciencia sobre la magnitud y complejidad del problema, como
de los sistemas -presentes y futuros- para la atención de los niños/as callejeros
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por parte de una sociedad que con su presencia están denunciando (Rodríguez,
1993),
Estadísticas Demográficas
Censos oficiales 1992* 1995** 1998***
Niñas y niños callejeros
registrados 11,171 13,373 14,322
Se observa un incremento anual aproximado del 6.6%.
* Comisión para el Estudio de los Niños Callejeros. México. DIF - UNICEF
** 11 Censo de los Niños y Niñas en Situación de Calle. México. DIF - UNICEF
***Estudio de las 100 principales ciudades de la República Mexicana. México,
DIF - UNICEF
Las características
Diaz y Sauri (citados en Griesbach y Saurio 1997) recopilaron algunas de las
principales características que diversos estudiosos del tema han encontrado en la
población infantil callejera:
• Su ambiente gira alrededor de la calle y en diversos grados dependen de la
calle para sobrevivir.
• Adoptan. generalmente, una actituddefensiva frente a las personas, como
respuesta al maltrato físico de que son objeto por parte del medio social que
los rodea.
• Desarrollan habilidades especiales que les permiten sobrevivir.
• Se ubican en un contexto predominantemente urbano.
• Provienen de zonas urbano-marginales de la ciudad de donde están asentados
o de otras ciudades de la República (incluso, en menor número, de países
centroamericános en calidad de inmigrantes hacia los Estados Unidos).
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Neevia docConverter 5.1
• Tienen paupérrimas condiciones de alimentación, recreación y salubridad en
sus zonas de origen y pocas posibilidades de acceso a la educación y al
mercado de trabajo.
• Presentan baja escolaridad o carecen de ella, ya sea por falta de medio
económicos o porque han desertado de un sistema educacional que no
responde a sus necesidades y capacidades.
• Sobreviven gracias a una red social callejera.
• Un contir.gente considerable no ha podido conseguir un trabajo estable que les
permita por lo menos obtener un salario mínimo con el cual ayudar a su familia.
• Trabajan principalmente en el comercio ambulante.
• Realizan sus actividades' en sitios de concentración urbana: plazas, zonas de
tolerancia, terminales de autobuses, sitios turísticos, muelles y áreas
fronterizas.
• Generalmente son sometidos a constantes presiones y persecuciones por
parte de la policía.
• Se relacionan muchas veces con las drogas y con actividades llamadas
delictivas.
• Su vida se encuentra en condición de alto riesgo por estar desnutridos, al
margen de cualquier atención y porque utilizan drogas. En ocasiones practican
la prostitución y se ven sometidos a violencia.
• No se trata de una población homogénea, asi encontramos a niños, niñas,
adolescentes y menores de origen indígena.
• La mayor parte vive y trabaja en la calle dentro de un grupo compuesto por
menores de edad de entre los 4 y los 18 años y por jóvenes de hasta 33 años
de edad
A estas caracteristicas se podría añadir una más considerada también como
relevante. La situación del niño desarraigado que emigra por si solo, tiene más
dificultades debido a la falta de entorno familiar, y por lo tanto no tiene apoyo de
un grupo o de otros. Además no tiene ninguna experiencia de la ciudad ni
contactos con ella. Sin embargo ellos han preferido la inseguridad que ofrece un
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lugar desconocido a cambio de la "independencia" que representa y por haber
escapado de las circunstancias opresivas de su casa (11 Simposium Internacional
El Niño de la Calle, 1995)
Rumbo a la calle
i Por qué se van?
El fenómeno de la niñez callejera forma parte de la dinámica estructural de países
como el nuestro, inscrito dentro del modelo neoliberal, cuyo valor fundamental es
la globalización de las economías y el fortalecimiento .de los capitales
especulativos. Las políticas de desarrollo nacional y local son determinadas por
unas cuantas instancias internacionales que representan principalmente a los
intereses de empresas transnacionales y de un reducido grupo de grandes
inversionistas. A lo largo de varias décadas estas políticas han demostrado la
incapacidad de promover el desarrollo sustentable, de frenar la pobreza o de
activar el aparato productivo de la mayoría de los países que forman esta
dinámica (Ednlca, 2001).
América Latina, que ha sido un subcontinente desgarrado a través de su historia.
presenta hoy en día un panorama desolador: crisis económica, deuda externa
asfixiante, crisis en el campo, crisis política. pérdida del poder adquisitivo de
amplios grupos de la población. protestas campesinas y urbano-populares,
epidemias, hambre, etc.
México, lamentablemente, no escapa a este contexto global latinoamericano y la
crisis económica por la que atraviesa ha afectado principalmente a los sectores
más desprotegidos de la sociedad y las clases trabajadoras del campo y de la
ciudad han visto disminuir significativamente sus ingresos (Gutiérrez, 1992).
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Dado loanterior la dinámica interna de sus habitantes, aún las formas familiares,
se subordinan al tipo de producción do bienes y servicios del que dependen sus
!"1iembros. Los casos de maltrato, de falta de comunicación y de otros elementos
anómalos de relación, son producto de las condiciones a las que las familias se
ven sometidas dentro y fuera de la comunidad en la que habitan (Griesbach y
Sauri, 1997).
Por lo tanto, no es posible explicar la presencia de menores en la calle de manera
independiente o aislada del entorno económico y social en el que este fenómeno
se manifiesta . Los niños callejeros son un problema social al ser producto de las
estructuras que determinan toda la sociedad (Gutiérrez, 1992).
Ahora bien, como causas circunstanciales que generan este problema Griesbach y
Sauri (1997) señalan :
• El ambiente de creciente pobreza que expone a los niños y niñas, de sectores
rurales y urbano marginales, a un crecimiento débil en todos los aspectos, con
consecuencias graves en la salud, la nutrición y el desarrollo intelectual.
• Los procesos de urbanización acelerada, que en muchas ciudades conforman
los cinturones de miseria y el incremento del trabajo informal callejero.
• La pobreza crítica, el desempleo y el deterioro de las condiciones de vida.
Riesgo en la comunidad
Entendemos como factores de riesgo en una comunidad aquellos que, conjugados
entre si, impulsan la salida de los niños a la calle, ya sea de manera gradual o
violenta (Griesbach y Sauri, 1997).
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Ante todo encontramos factores externos como la estructura familiar y de
parentesco, asi como el sistema de ayuda entre la vecindad, las bandas de barrio,
los grupos de niños en la calle, los programas de asistencia y el espacio
construido (la calle). Hay además elementos internos que inciden en las
referencias y en las representaciones del niño. Entre estos elementos internos
está el balance que hace el niño de su experiencia familiar y de su grado de
conocimiento de la calle. Las referencias y la experiencia familia-calle constituyen
el núcleo de la identidad psicosocial del niño (Lucchini, 1996).
Griesbach y Sauri (1997) sugieren que en lo que respecta a la huida del hogar los
niños no salen a la calle por un solo factor; aún cuando este predomine entre los
demás, un niño llega a la calle porque convergen en su proceso varios factores .
Un niño finaliza viviendo en la calle no sólo porque al interior de la familia no
existieron las condiciones para que permaneciera en ella, sino por que también en
su comunidad existieron poces elementos de retención que facilitaran su
permanencia dentro de la familia .
Entre ellos encontramos:
La escuela. Como uno de los espacios de mayor socialización del niño ésta
presenta serias deficiencias sobre todo porque en su mayoría los programas y
métodos de estudio no corresponden a las capacidades y necesidades de los
niños que se encuentran en riesgo de salir a la calle. Los sistemas escolares
sustentados en la disciplina y el orden con sus normas empujan a la deserc ión.
En este sentido la escuela se convierte en expulsora
Las instituciones públicas o privadas. Principalmente las que ofrecen una
amplia gama de servicios a la comunidad (religiosos, asistenciales, deportivos,
recreativos, culturales, etcétera). Estas instituciones son escasas , pero cuando
las hay, generalmente, prestan servicios de mala calidad o se limitan a
solucionar aspectos básicos de una manera puramente asistencial
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Mercado formal e informal de trabajo. Tanto la mala calidad como el tipo o
ausencia de trabajos dentro de comunidades particulares provoca que la
búsqueda de un empleo se constituya en un factor que pone en riesgo a los
niños de vivir y/atrabajar en la calle
Las familias
En cada familia las condiciones socioeconómicas y culturales se conjugan de
manera totalmente diferente, por lo que provocan formas también diferentes de
comportamiento.Lo cual explica por qué no en todas las familias de las clases
populares existe maltrato, o que muchas de ellas pueden retener a sus miembros
a fin de que no salgan a la calle, mientras otros no logran hacerlo (Griesbach y
Sauri, 1997).
No hay que olvidar que la estructura farnlllar es la catalizadora social de las
causas subyacentes y estructurales que empujan el trabajo de los niños y niñas y
su proceso de callejerización. (11 Simposium Internacional El Niño de la Calle,
1995)
Griesbach y Sauri (1997) encuentran que los factores familiares que intervienen en
todo este proceso son múltiples:
• Las características socioculturales del grupo familiar influyen en la forma como
se integran y tratan sus miembros
• La integración o aceptación aue la familia tiene dentro de la comunidad en la
que habita y el número de miembros de la familia que tienen contacto con la
misma comunidad
• El tipo de actividad laboral que realizan
• El grado de escolaridad que tienen
• El tipo y calidad de instituciones a las que pertenece o asiste
• El tipo de casa que habitan y número de integrantes
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Vale la pena agregar un comentario respecto a este último punto y es que la gran
limitación del espacio vivencial y la precariedad de la vivienda con que la mayoria
de estas familias cuenta, dificulta enormemente aspectos materiales del quehacer
diario. Es muy dificil que las personas puedan mantenerse limpias y además
mantener limpia la casa, los alrededores, la ropa, los alimentos, los útiles del
hogar; es muy dificil en esas condiciones, cuidar la salud y prevenir el contagio y
la propagación de enfermedades. La limitación del espacio afecta también otros
aspectos vitales como el juego de los niños, el descanso y el sueño de los
miembros de la familia, las relaciones de pareja incluyendo las sexuales, el trabajo
en casa, el estudio y los deberes escolares (UNICEF, 1987).
La familia es la transmisora más efectiva de actitudes y valores. Es por medio de
la socialización que el individuo adquiere patrones de conducta, hábitos, actitudes
e ideas de la sociedad en que ha nacido, por eso para que exista el orden en la
sociedad se debe condicionar al individuo, para que sus valores estén en armonía
con los valores o normas básicas de la sociedad; ésta es la función de la familia ,
que es el agente más efectivo para el control social, pues tiene contacto casi
exclusivo con el niño durante el periodo de mayor plasticidad (Peralta y de la
Parra, 1984).
Ackerman (citado en Ballesteros y González, 2003), plantea los fines psicológicos
de la familia:
1. Provisión de alimento, abrigo y otras necesidades materiales que
mantienen la vida y proveen protección ante los peligros externos,
función que se realiza mejor bajo condiciones de unidad y cooperación
social
2. Provislón de unión social, que es la matriz de los lazos afectivos de las
relaciones familiares
3. Oportuniciad para desp!egar la identidad personal, ligada a la identidad
familiar; este vinculo de identidad proporciona la integridad y la fuerza
psiquica para enfrentar experiencias nuevas
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4. Ejercitación para integrarse en roles sociales y aceptar la
responsabilidad social
5. Fomento del aprendizaje, apoyo de la creatividad e iniciativa individual.
6. Moldeamiento de los roles sexuales, lo que prepara el camino para la
maduración y realización sexual
Hay características similares entre las familias de niños callejeros y en riesgo de
serlo; la mayoría viven el aquí y el ahora y durante muchas generaciones han
estado inmersas en el dificil contexto de la pobreza y la sobrevivencia (Ednica,
2001).
Ahora bien, estos niños y niñas responden a una tipología de familia muy
concreta: es hijo de familias pobres, de madres prostitutas, de parejas fugaces o
relaciones desintegradas, de familias ínestables acosadas por toda clase de
problemas, por lo general económicos, o familias en las que impera la violencia.
Situaciones todas que resultan del subdesarrollo humano que acarrea la miseria.
En otras palabras, es hijo de familias afectadas por las condiciones de vida
deterioradas a causa de la violencia física, psicológica y material, y del proceso de
desintegración del núcleo familiar (Rodriguez, 1993)
Dentro de los factores de expulsión de la fam!lia, en uno de. los reportes de
UNICEF (1987), encontramos:
El deterioro de las condiciones económicas de la familia (desempleo creciente,
disminución del ingreso y del poder adquisitivo) que obliga al menor a
permanecer más horas en la calle y menos horas en su casa
Problemas con determinados miembros del grupo familiar (por ejemplo con el
padrastro)
Las angustias , las tensiones, controversias y la violencia en el hogar, productos
de un desequilibrio permanente de los miembros de la familia a raíz de la
precariedad de la base de subsistencia
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La distancia entre la casa donde vive el menor y su lugar de trabajo. Al
incrementarse el costo del pasaje y consumirse ahi sus ganancias, puede que
el menor no regrese cada dla a su casa
El trabajo en altas horas de la noche que a veces imposibilita el retorno por
falta de transporte público
La incapacidad del menor de responder al papel de adulto que desempeña. Su
fracaso: por no trabajar bien, por no saber administrar el dinero, el tiempo, por
haber tenido ganas de jugar (tal vez juegue sus ganancias) o por alguna otra
circunstancia irresponsable - como si se tratara de una persona que tuvo la
oportunidad de aprender lo necesario como para ser responsable-o Esta
situación se agrava cuando el menor no solo fracasa, sino es amenazado y
castigado por su familia por ese fracaso
Maltrato infantil
Ya en datos anteriores se ha mencionado que la pobreza está inseparablemente
ligada al fenómeno de los niños y niñas de la calle, sin embargo el abuso físico,
emocional y sexual por parte de sus padres (o padrastros), es la razón más común
por la cual los niños dejan sus hogares.
El fenómeno de la violencia y el maltrato dentro del ámbíto familiar no es un
problema reciente. Los análisis históricos revelan que ha sido una característica
de la vida familiar tolerada y aceptada desde tiempos remotos. Igualmente, el
abuso hacia los niños es un hecho milenario, pero sólo recientemente ha recibido
una definición y un nombre. Es un nuevo término para un viejo problema.
Corsi (1994) puntualiza que el factor común que subyace en todas las formas de
maltrate es el abuso de poder o autoridad. El abuso ocurre cuando una persona
más fuerte o poderosa (padre, madre, otros adultos) aprovecha la ventaja que
tiene sobre otro menos fuerte o poderoso (niños-niñas). El grado de abuso puede
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variar desde humillarlos con frecuencia hasta negarles el alimento; desde el
zarandeo hasta la violación.
Por otro lado Craig (1997) sitúa tres explicaciones teóricas principales sobre el
maltrato infantil:
El modelo psiquiátrico se concentra en la personalidad y en los antecedentes
familiares. Supone que los padres abusivos están enfermos y requieren
tratamiento psiquiátrico. Se ha descubierto que muchos padres abusivos,
fueron a su vez maltratados de niños. Los niños asimilan conductas a edades
muy tempranas y posteriormente, como padres, aplican a sus hijos lo que
aprendieron
La explicación sociológica acredita un mayor índice de maltrato infantil debido
a la influencia de los medios de comunicación; a la agresión fisica entre
esposos; a la pobreza; la falta de trabajo; y el aislamiento social
La explicación situacional ubica las causas en los factores ambientales,
concentrándose en los patrones de interacción entre los miembros de la familia
y reconoce a los niños como activos participantes. En algunos casos hay un
desajuste entre las expectativas de los padres y las características del niño
Loredo (citado en Ballesteros y González, 2003) señala que el menor posee
algunos rasgos muy especiales que lo conviertenpara los padres en una persona
que no llena todas sus expectativas. Estas pueden ser el color de piel o del
cabello, la existencia de algún tipo de malformación, daño neurológico de
gravedad variable, no corresponder al sexo esperado, ser demasiado irritable y
desobediente, etc., por sólo mencionar algunas de dichas expectativas.
Un dato interesante a agregar es que el nivel de riesgo aumenta, dependiendo del
lugar que ocupe el niño o la niña en el núcleo familiar; los niños que han salido a la
calle son, en su mayoria, hijos intermedios. Estos son los menos atendidos, no
tienen una función ni responsabilidad sobresaliente dentro de la organización y
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dinámica familiar, son los "problemáticos" (FINCA. Casa Alianza. Programa Niños
de la Calle. Ednica y Hogares Providencia, 2000).
Violencia fisica, psicológica y sexual
Corsi (1994) define el maltrato físico como cualquier acción, no accidental por
parte de los padres o cuidadores. que provoque daño fisico o enfermedad en el
niño. Puede incluir hematomas, cortaduras, quemaduras, fracturas y/o lesiones
internas. Puede ser el resultado de uno o dos incidentes relativamente aislados, o
bien constituir una situación crónica de abuso.
Los signos de abuso físico en un niño pueden ser algunos de los siguientes:
Hematomas y contusiones inexplicables
Un número considerable de cicatrices
Marcas de quemaduras
Fracturas inexplicables o antiguas fracturas ya soldadas
Marcas de mordeduras de la medida de un adulto
Estos son sólo algunos de los signos más evidentes, pero existen otros menos
visibles.
De acuerdo con Hart (citado en Craig, 1997) la violencia psicológica. que implica el
abuso de poder sobre un niño, suele tomar seis formas diferentes:
Rechazo. Que consiste en desestimar las peticiones y necesidades del niño de
un modo que implica gran aversión
Negación de respuestas emocionales. Esta negación pasiva de afecto consiste
en comportamientos como la frialdad o el no responder a los intentos de
comunicación
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Degradación. El humillar al niño en público o llamarlo por tonto. Su autoestima
baja con los frecuentes ataques a su dignidad o inteligencia
Aterrorización. El estar obligado a atestiguar el maltrato de un ser amado o
recibir amenazas de violencia son experiencias aterradoras para el niño. Una
forma sutil de aterrorizar lo incluye el que sus padres lo abandonen en la calle,
desamparado ante los peligros
- Aislamiento. Una forma de abuso psicológico puede ser el negar al niño el
permiso de jugar o tomar parte en actividades familiares. También incluye el
encierro en habitaciones o armarios
Explotación. Tomar ventaja de la inocencia o debilidad del niño. Por ejemplo el
abuso sexual
De todas las formas de abuso tal vez la más difícil de aceptar y reconocer sea el
abuso sexual hacia los niños. Este tipo de abuso puede definlrse como: contactos
o interacciones entre un menor y un adulto, en los que el menor está siendo usado
para la gratificación sexual del adulto. Puede incluir una serie de actividades:
desde la exposición de los genitales por parte del adulto, hasta la violación del
menor.
Los signos de abuso sexual en niños o adolescentes (citados en Corsi, 1994)
pueden ser:
Llanto fácil por poco o ningún motivo aparente
Cambios bruscos en la conducta escolar
Llegar temprano a la escuela y retirarse tarde
Ausentismo escolar
Conducta agresiva, destructiva
Depresión crónica, retraimiento
Conocimiento sexual y conducta inapropiada para la edad
Conducta excesivamente sumisa
Irritación, dolor o lesión en la zona genital
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Neevia docConverter 5.1
Temor al contacto fisico
Aún cuando no sean indicadores decisivos de abuso sexual, la presencia de varios
de ellos es signo de que el niño/a necesita ayuda .
Un estudio realizado en 1991 (citado en 11 Simposium Internacional El Niño de la
Calle, 1995) por el Centro de Orientación, Diagnóstico y Tratamiento de
Enfermedades de Transmisión Sexual de Casa Alianza a 143 niños de la calle, en
Ciudad Guatemala, reportó que, entre ellos , más del 53% reportaron haber sido
abusados sexualmente por miembros de su familia: 64.1% de las niñas reportaron
haber sido victimas de incesto, en 10.2% de los casos el perpetrador fue el tío o
tia, en 10.2% lo fue el hermano o hermana, en 2.6% fue un amigo, 5.1% novio o
novia, 7.7% otros .
La mayoria de ellos huyeron de sus casas para escapar del abuso. y una vez en
las calles, frecuentemente deben someterse además, a la explotación y abuso
para sobrevivir. Rápidamente aprenden que, nuevamente, la gente que se supone
los protege son a los que más de':>en temer, (11 Simposium Internacional El Niño de
la Calle, 1995).
Finalmente toda sociedad tiene una escala de valores a partir de la cual se definen
las prioridades, y también las necesidades individuales y colectivas. La
satisfacción de esas necesidades condiciona muy de cerca el desarrollo
armonioso de la personalidad. Siendo esto cierto, entonces, podemos afirmar que
mientras más importante es una necesidad para la realización de la persona, más
violento es el hecho que impide que ésta se realice (Lucchlnl , 1996).
Dado esto parece necesario distinguir diferentes tipos de necesidades, en función
de la urgencia de su satisfacción para el bienestar de la persona . Vittachi (citado
en Lucchini, 1996), que se inspira en la tipologia de A. Maslow, distingue cinco
categorias:
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1. Necesidades ligadas a la supervivencia y mantenimiento de la vida (aire, agua.
alimento. calor, ternura, seguridad moral 'i material)
2. Necesidades ligadas a la protección de la vida (abrigo. seguridad. higiene,
cuidados preventivos de salud)
3. Necesidades ligadas al enriquecimiento de la vida (educación, respeto de si
mismo, conciencia de su identidad, sentimiento de pertenencia)
4. Necesidades de diversión (música. juegos. cuentos, imágenes. imaginario)
5. Necesidades ligadas a la realización (desarrollo de dones innatos, formación
profesional adecuada)
En lo que se refiere a los niños y las niñas que viven en la calle, la satisfacción de
esas necesidades es precaria y no los toca a cada uno de forma uniforme. Por
tanto, es evidente que están confrontados a todos los niveles de violencia
existentes en una sociedad. De manera inversa, toda violencia contra ellos, tiene
consecuencias negativas para otros sectores sociales (Lucchini, 1996).
Dignos representantes de la crisis
Es cierto que el trabajo infantil y la existencia de los niños de la calle, no puede ser
entendido fuera de la familia, pero también es cierto que resulta erróneo hacer
recaer sobre los padres toda la culpabilidad. En efecto, la dinámica familiar interna
no es autónoma en relación al contexto socio económico. Los pobres no son
naturalmente más violentos, machistas, autoritarios. descuidados con sus hijos,
irresponsables y alcohólicos que los de clases media y alta. Es precisamente la
situación de vida. de penuria. de fatiga, de sufrimiento. a veces de desesperación,
las que originan tales fenómenos comportamentales (Delgado, citado en 11
Simposium Internacional El Niño de la Calle. 1995).
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Es por eso que parece necesario este apartado a manera de contextualizar más
claramente en dónde estamos situando la problemática que nos ocupa en el
presente análisis.
Marginación y pobroza
Gutiérrez (1992) nos dice que a través de la historia de la humanidad, en todos los
tiempos y lugares se pueden encontrar grupos sociales marginados de los logros y
las conquistas alcanzadas por el ser humano. Quizás con la excepción del periodo
histórico conocido como "comunidad primitiva", las páginas de la historia siempre
han registrado sectores humanos que subsisten en la marginalidad y en la
pobreza: esclavos, siervos, plebeyos, campesinos, indígenas, obreros, etc.
Algunos investigadores definen la marginalidad como un fenómeno transcultural
propio de una etapa transitoria deldesarrollo económico. Adler (1975) distingue
entre la categoría de marginalidad, definida estructuralmente por la ausencia de un
rol económico articulado con el sistema de producción industrial, y la pobreza que
implica más bien una situación de escasos ingresos. Adams (citado por Adler,
1975) incluye en el concepto de marginalidad a ciertos grupos sociales excluidos
de las fuentes de poder, aún cuando el Estado se hace cargo de su supervivencia
fisica. La idea de Adams pone de relieve la diferencia entre un concepto
estructural -la marginalidad- y uno cuantitativo -la pobreza-o Un estado puede
acabar con la miseria a través de un subsidio mínimo a todos los ciudadanos, pero
tales medidas no eliminan la marginalidad ya que subsisten importantes sectores
que la economia no ha sido capaz de integrar funcionalmente a su esquema de
producción. Estos sectores tienden a encontrarse al margen de los procesos
económicos y políticos oficiales.
Sin embargo los marginados de América Latina no solamente carecen de acceso
al poder de decisiones sobre su propio destino social y económico, sino que sufren
además de una pobreza mucho más intensa que la existente en países
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industrializados. Según un grupo de economistas mexicanos, la sociedad de este
pais se enfrenta a un grave problema: la enorme disparidad que existe entre sus
miembros, respecto a la participación en la producción, el ingreso, el consumo y
las decisiones económicas. Esta disparidad se manifiesta no sólo en una
distribución de la propiedad y del ingreso muy sesgada hacia los estratos
superiores, sino también en una marcada diferencia entre los que tienen empleo
remunerado que les permite un acceso a un nivel de vida relativamente suficiente
y los que, por el contrario, vfctimas del desempleo y el subempleo, no pueden
integrarse en forma humana a la economía y además, carecen de lo mínimo
indispensable (Bazdresh, citado en Adler, 1975).
El gobierno y sus instituciones presentan al exterior la imagen de México como un
país de primer mundo, como una nación moderna capaz de competir en los
mercados internacionales con las grandes potencias. Se asume que todos los
mexicanos comparten los valores, objetivos y deseos que enfatizan el crecimiento
económico de unos cuantos, sin tomar en cuenta que en ese proceso se genera
una exclusión de las mayorías. La política económica durante estos años ha
llevado a nuestro pais a un retroceso que nos coloca en los niveles de pobreza de
hace 30 años (Corona y Pérez, 2001).
En la declaración final del Encuentro Internacional de Latinoamericanistas:
América Latina a fines del siglo XX, Pablo González Casanova (citado en
Rodriguez, 1993) menciona en relación al supuesto triunfo del capitalismo sobre el
socialismo, que lo que hasta ahora ha fracasado como fórmula de bienestar y de
desarrollo es el capitalismo. Nuestra región atraviesa por una severa crisis
agobiada por la carga de la deuda externa, que todos reconocen como imposible
de pagar, pero cuyo cumplimiento se exige. Por lo tanto es imprescindible una
cultura polltica que modifique pautas del poder y dé cabida plena a los
participantes y a los intereses reales de los pueblos latinoamericanos .
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Neevia docConverter 5.1
Grant (citado en Rodrlguez, 1993), expone que el proceso de industrialización, de
urbanización y marginación, se hace más critico en la década de los ochenta al
entrar en escena la recesión económica internacional. Ésta golpea con mayor
fuerza a los pobres que han tenido que reducir sus satisfactores a necesidades
básicas y verse recortados en los subsidios públicos.
Los niños y niñas - que son más pobres entre los pobres- pagan con el único valor
del que disponen. En los paises supuestamente en vías de desarrollo mueren
cada año 14 millones antes del quinto cumplea/'los. De los cuales, 10 millones de
defunciones son por diarrea, paludismo, sarampión, infecciones respiratorias y
tétanos. Son causas que pueden ser tratadas con medidas de bajo costo, e
incluso por parte de los propios padres informados debidamente, si no se dieran
esas causas dentro de una cultura de la pobreza.
Ahora bien, la transmisión generacional de la pobreza extrema impide al mismo
tiempo que los hijos de familias de escasos recursos tengan la posibilidad de
mejorar su situación económica. Arciniega (citada en FINCA, Casa Alianza,
Programa Niños de la Calle, Ednica y Hogares Providencia, 2000), en su estudio
sobre dimensiones psico-sociales de la pobreza, señala que existen factores
internos y externos que la explican:
Los factores internos son circunstancias personales y de retroalimentación en
su entorno, que intervienen para favorecer o perjudicar la interacción de la
persona cons.qo misma y con sus semejantes; estas condiciones son factores
protectores que lo previenen contra el dolor y el sufrimiento , surgen como
coraza que defiende al individuo ante los factores externos reconocidos como
causantes de la pobreza.
Los factores externos afectan al individuo de manera determinante y lo ponen
en situación de carencia; en ausencia de elementos como trabajo y dinero se
incrementa la amenaza de que exista y persista la pobreza.
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Así en lo que respecta a la satisfacción de las necesidades afectivas. los disturbios
emotivos repercuten y se reproducen en toda la estructura, y los desequilibrios
psíquicos de uno de sus miembros, repercuten y se reproducen en toda la famil ia.
Si a estos desequilibrios sumamos una condición de pobreza. tenemos familias
doblemente vulnerables debido a los factores de riesgo social que la rodean.
siendo una de las causas principales de que surjan los niños y niñas que viven en
la calle (FINCA, Casa Alianza, Programa Niños de la Calle, Ednica y Hogares
Providencia, 2000).
Si no es fácil. dice G. Shibotto, (citado en 11 Simposium Internacional El Niño de la
Calle, 1995), ser buenos padres en una casa cómoda, con un trabajo estable y
bien remunerado, con un justo tiempo de descanso, o con una doméstica que
lava. cocina y barre los cuartos. Mucho más problemático resulta ser padre
cuando la miseria filtra como una pesadilla, cuando uno duerme pensando en qué
comerá mañana, cuando la diaria lucha para la supervivencia agota toda energía
física, psíquica y también afectiva.
De igual manera acota Delgado (citado en el 11 Simposium Internacional El Niño
de la Calle, 1995), no podemos perder de vista, los barrios en donde viven las
familias de estos niños que tienen. también, características particulares. El telón
de fondo de estos barrios es la pobreza. Las duras situaciones que tienen que vivir
los niños en su barrio, se ubican en un contexto socioeconómico de indigencia, de
falta de oportunidades, de empobrecimiento, de exclusión social. Sólo así se
entiende que casi la totalidad de los niños y niñas de la calle, en los países del
tercer mundo. provengan de barrios marginales.
Se trata, dicen Roze, Pratesl, Benítez y Mobilio (1999), de lo que se ha dado en
denominar "la pobreza urbana", consecuencia como bien se sabe, no de la poca
voluntad de trabajo de los individuos en esa situación. sino de un orden social que
no puede brindar bienestar a un grupo de la sociedad sin excluir a la mayoría.
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Entendido esto, no se puede individualizar el problema hablando solamente de
niñas y niños en riesgo, porque el problema no es único de ellos, sino de las
familias en riesgo, comunidades en riesgo, pueblos en riesgo, sociedades en
riesgo. Los niños y las niñas son, en última instancia, el resultado de una situación
socioeconómica que genera pobreza a nivel masivo para garantizar el privilegio de
unos pocos. Y mientras no tengamos conciencia clara de esta realidad y nos
quedemos cada quien con nuestros pobres o con nuestros programitas para
pobres, solo seremos cómplices del sistema que genera marginalidad y riesgo. Es
la problemática social, económica y política, nacionale internacional, las que
generan estos barrios, estas familias y estos niños (11 Simposium Internacional El
Niño de la Calle, 1995).
La rápida urbanización, guerra civil, deuda externa, todo ello unido al
desmantelamiento de las redes de la seguridad social, ausencia de políticas de
reforma agraria, desintegración familiar y pobreza, son algunas de las fuerzas que
empujan a los niños y las niñas hacia las calles.
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CAPITULO 2. VIVIENDO LA CALLE
Proceso de Callejerlzaclón
En el movimiento de la calle
"La gente tomó la ciudad en sus manos de una manera precisa: la tomó por la
calle. Las calles y plazas, que se hablan acostumbrado a ser sitios transitorios e
indiferentes , un poco turísticos, se tornaron en lugares habitables, solidarios,
interesantes, disputables, festivos, apasionados y razonables" (Fernández, 1991,
pag ).
La palabra calle no suele tener siempre el mismo referente. Para unos, la calle se
convierte en un medio natural de vida, para otros se presenta como favorable para
el anonimato y la permisividad. Esta se ubica alternativamente como un espacio
complementario él la socialización familiar, una prolongación del espacio
doméstico, o bien contrariamente como un lugar que pone en duda los valores
adquiridos en el seno de la familia. Para unos, la calle sugiere un aprendizaje de
vida, para otros es un obstáculo en la formación del sentido moral del niño
(Lucchini, 1996).
Fernández, (1991) presenta a la calle como un espacio público el cual tiene
trazadas dos zonas: la privada y la pública: La primera es aquella que se
encuentra cuando el trayecto ya establecido se olvida y se vuelve un simple
deambuleo sin ton ni son, deja de medir el tiempo y borra por un momento la idea
que se tiene de llegar a alguna parte: es entonces cuando se ha llegado a la calle.
Aquí está la zona oculta del esplritu urbano porque visto desde cualquier otra
perspectiva, no pasa nada, es el terreno de lo incidental, lo accidental , lo diario, lo
inmemorable. Está llena de gente, sin nombre y sin biografía sino solo con ires y
venires, ropas, colores, prisas.
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En cambio, a la zona pública pertenecen todas las plazas y avenidas principales
que puedan servir de escenario a movimientos sociales, a expresiones públicas.
En la calle las palabras y las imágenes se vuelven cosas llenas de imágenes y
palabras. Asi nos topamos con un lenguaje escrito en periódicos, revistas, libros,
graffiti, el cual se muestra como un lenguaje literario en el sentido más variado. Y
éste se ve descubierto en las fachadas de toda la ciudad, ya en forma de dibujos,
pintas sobre paredes, o tal vez sea el trazado de las calles, los ruidos y la gente,
anuncios, parques, etc. Con todo esto salir a la calle es entrar a un espacio que se
mueve autónomamente con su propia lógica y estética (Fernández, 1991)
y ¿cómo se vive, entonces, la calle?
Por lo general, dice Lucchini (1996), para todos los que viven y trabajan en ella o
en sus inmediaciones, la calle forma parte de la realidad cotidiana. Como mercado
social, la calle es a menudo un elemento importante de la cultura de las capas
sociales a las que pertenecen los niños de la calle.
Es necesario comenzar con la idea de que en el abandono del hogar, el niño, no
pasa a ser un habitante de la calle de la noche a la mañana. Generalmente el
abandono no coincide con una ruptura brutal y radical entre el niño y sus padres.
Atribuirlo únicamente a la existencia de violencia por parte de los padres,
abandono, desorganización familiar, pobreza o aún basado en la existencia de
alguna patologia del niño (como problemas de personalidad o de carácter), reduce
sustancialmente la complejidad de la partida del niño hacia la calle. La mayoría de
las partidas obedecen a una mezcla de dificultades y a iniciativas tomadas por el
mismo niño (Lucchini, 1996).
El camino a la calle, entonces, se vislumbra como una desidentificación progresiva
del niño de su familia y comunidad y al mismo tiempo con una identificación hacia
la calle y sus integrantes.
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Asl el proceso de callejerización, nombrado de esta forma por Griesbach y Sauri
(1997), y entendido como el proceso en el cual el niño va haciendo suyo el
espacio nombrado calle, se dirige hacia una transferencia de la identidad que se
tiene con su comunidad a una identidad callejera y también hacia el deterioro de
las condiciones de vida del niño o niña. Ambos caminos guardan una estrecha
relación.
Finalmente el deterioro en las condiciones de vida individuales, en su salud y su
grado de higiene, actúan como elementos que fortalecen la identidad con la vida y
los personajes callejeros y deterioran la relación familiar o comunitaria.
Entonces, la calle se presenta como un espectro amplio de estímulos para el niño,
ésta puede ofrecer respuestas para satisfacer sus necesidades básicas, encuentra
grupos secundarios de referencia y de identificación; y es, también, una aventura y
el contexto de una autonomía deseada (11 Simposium Internacional El Niño de la
Calle, 1995).
En este sentido un factor importante en la salida de un menor a la calle es el peso
que ésta cobra en su vida como espacio de desarrollo cara lo que le ofrece su
familia y comunidad. El niño en riesgo de ser callejero carece, por un lado, de
espacio de identidad familiar y comunitaria, y por el otro ya está familiarizado con
la calle y con las diferentes formas de sobrevivir en ella (Griesbach y Sauri, 1997).
Es importante mencionar en esta parte que los niños han tenido varias salidas de
su casa entes de integrarse de forma permanente a un grupo callejero y que en
cada una de ellas, se van quedando más tiempo fuera y geográficamente se van
alejando cada vez más. Por lo tanto, cuando salen definitivamente a la calle, ésta
ya no representa un espacio desconocido o ajeno. La calle se convierte en un
espacio más familiar y más suyo que su propia casa (Griesbach y Sauri, 1997).
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Por ello, la calle, aunque con todos los riesgos que la caracterizan, puede
presentarse como alternativa a una grave situación de violencia social y familiar.
Para los niños empobrecidos, la calle es la mejor alternativa que ofrece un sistema
social discriminatorio y excluyente (11 Simposiurn Internacional El Nií'lo de la Calle,
1995).
Factores que facilitan la inserción en la calle
A continuación se presentan algunos de los factores que facilitan la instalación del
niño en la calle (UNICEF, 1987):
Presencia de personas adultas o menores en el contexto callejero en donde el
niño deambula o trabaja, que podrían sustituir aunque sea parcialmente, el
afecto y la seguridad que su familia le debería brindar
La posibilidad de dormir en su lugar de trabajo -como locales o bodegas-, en
sus cercanías o en casa de otros menores compañeros de trabajo, así como la
disponibilidad de refugios o lugares donde se acoge a los menores para que
pasen la noche
La creciente familiaridad que siente el menor con la calle y el aprendizaje
progresivo de las estrategias necesarias para sobrevivir
La condición de niño, que hace que no perciba sus actos con todas las
consecuencias. En este sentido, el hecho de quedarse en la calle puede ser
simplemente algo nuevo, que le agrada. Puede ser que experimente con cierto
placer y curiosidad la posibilidad de ser independiente, de poder cumplir, o no,
las exigencias de una vida más formal y ordenada, de acuerdo a su
conveniencia y comodidad, y sin que el castigo en caso de incumplimiento sea
demasiado fuerte. Poco a poco, lo que comienza como búsqueda experimental
de alcances y limites personales entre libertad y castigo, se puede volver un
hábito
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Las condiciones de vida (donde duerme, cómo se alimenta) no difieren mucho
de las condiciones que tiene en su hogar. En algunos refugios incluso son
mejores
Autonomía gue se descubre
¿independientes y autónomos?
Los menoresque trabajan y/o viven en la calle son los que más asombran por su
seguridad y dominio de las estrategias de supervivencia; conocen el medio en el
cual se desenvuelven, tienen sus alianzas y disponen de múltiples mecanismos de
defensa; a pesar de su edad, aparentan ser adultos ya encaminados en la vida,
con un alto grado de independencia y autonomía.
Se trata de una independencia, sin embargo, no buscada ni conquistada por ellos.
Es una independencia que es contraparte de una carencia profunda; es impuesta
y asumida a la fuerza.
Se trata de una autonomía que nace del dominio de este medio cuyas mañas han
ido aprendiendo a fondo, pero que se limita exclusivamente a la vida en la calle.
En otro ambiente, en una situación nueva y desconocida, estos menores se
vuelven dependientes y necesitados de acompañamiento. La calle solamente les
enseña a sobrevivir en la calle; no les enseña cómo se aprende a sobrevivir en
otras etapas y situaciones de la vida (UNICEF, 19B?).
El valor de la organización
La calle, en estas circunstancias, se vuelve instancia de autoformación
espontánea. Los conocimientos necesarios para manejarse sin problemas
ejerciendo un oficio en la calle, es una formación "en el trabajo", y los que
intervienen en ella en el papel de maestros y monitores que acompañan, corrigen
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y castigan los errores son las mismas personas del medio: compañeros, "clientes",
patrones, otros adultos, policías, etc.
El menor va formando nuevos conceptos y valores a través de vivencias tan
dispares como la de la violencia, que las personas diariamente reciben e imparten,
de los engaños y la desconfianza; armas en esta lucha de "todos contra todos"; de
la pequeña solidaridad momentánea que repentinamente se da, justamente en los
momentos diflciles . Aprende de las experiencias del robo, de la mentira, del juego,
del contrabando .
En medio de su inestabilidad y en constante movimiento, va adquiriendo
empíricamente valores más útiles, pero muchas veces contradictorios a los
recibidos en la casa o la escuela (UNICEF, 1987).
No valoran un horizonte a largo plazo, viven el ahora, el presente (Vara, 2001).
Crean su propio lenguaje y tienen sus propios valores. Tienen conciencia
fragmentada de la realidad. Practican una sexualidad muy prematuramente y con
frecuencia reproducen en sus nuevas relaciones las relaciones opresoras que
vivieron.
Viviendo en la calle el niño llena el vacío que le ha dejado la ausencia de la familia
con el afecto de relaciones de "sustituto" que encuentra en su camino, pero
evidentemente estas no pueden en realidad sustituir a su familia y no llegan a
cubrir la carencia afectiva mas que superficialmente .
Pero el menor aprende a vivir con el escaso afecto que recibe, adquiere una
supuesta seguridad, y aparentemente, no necesita más. Recién al enfrentarse a
algún problema demasiado grande, o al ser tocado en alguna fibra vital de su ser,
su seguridad, que en realidad era una forma de defenderse, se derrumba y da
lugar a la sensibilidad y vulnerabilidad de un niño herido y necesitado (UNICEF,
1987).
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Como bien se sabe la vida en la calle no se detiene y ahora le demanda a los
menores encontrar la manera de satisfacer sus necesidades fisicas, de vestido,
alimento, protección y salud, y emocionales. Es decir, la estructura organizativa
prevé la satisfacción de necesidades de afecto, recreación y pertenencia. El grupo
de callejeros, entonces, vendrá a reemplazar no sólo a la familia sino a los amigos,
la escuela y demás espacios y contactos que el niño idealmente encontraría en su
comunidad (Griesbach y Sauri, 1997).
Dentro de este grupo de callejeros del que se habla se ha encontrado que existen
diversos líderes especializados. Entre ellos ubicamos a los mayores del grupo y a
las niñas, que cumplen con funciones específicas que les otorgan autoridad frente
a la toma de decisiones.
Es común observar que las niñas dentro del grupo generalmente gozan de cierta
autoridad con respecto a las decisiones a tomar, en especial sobre los más
pequeños, como puede ser ir a una casa hogar, visitar a la familia, etc. Por otro
lado, a veces, encontramos a un chico cuya función es la protección del grupo.
Éste cuenta con la fuerza física para cumplir dicha función y es además de los
mayores del grupo. Otra de las funciones de estos miembros con mayor autoridad
es la de fungir como "representantes" ante la presencia de vendedores, policías,
educadores. etc., esto quiere decir que a menos que se convenza al líder ningún
actor externo podrá acceder a tener algún tipo de trato con el grupo (Griesbach y
Sauri, 1997).
Entre los valores que les conducen en la vida y que ellos mismos proponen como
ideales se encuentra, en un primer iugar, el de la sobrevivencia. A este valor se
subordinan todos los demás, como por ejemplo la sobre valorización del dinero,
como la fuente de vida. Le sigue en importancia el valor de la solidaridad grupal en
el conflicto. Se oponen rotundamente a la conducta que más condenan: la de
"chivatear", la de la denuncia y la no solidaridad. La fuerza fisica, la agilidad en el
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albur, la experiencia en cuestiones sexuales y el tipo de drogas de consumo
cobran, ahora cobran un mayor valor dentro del grupo.
La libertad, entendida y vivida como rechazo a cualquier tipo de coerción externa
(fuera de su grupo de pares) es, pues, otro de sus valores más profundos . Si algo
han aprendido los niños de la calle es que pueden vivir sin obedecer a nada ni a
nadie, sino sólo a sus propios impulsos (Fernández, 1993).
Cómo se vive en la calle
Refugios
Ante cualquier transeúnte la calle aparece, como ya se mencionó al principio de
este capitulo, como un espacio de encuentro: con gente, con caminos, con
imágenes y palabras o simplemente como un lugar para transitar, sin embargo, los
chicos de los qU9 en este análisis se habla nos han descubierto rincones de lo
mas diversos e inesperados que con algo de creatividad se han vuelto refugios de
la noche.
Bien se puede ver que la mayoría de los niños pasan todo el día en la calle, pero
ya entrada la madrugada, estos reqresan a sus refugios. Por mencionar algunos:
están las covachas, las casas abandonadas, les parques, los descansos de los
puentes, las entradas de los metros, fuera de las centrales camioneras, ilos techos
de los puestos de periódico! y, terriblemente, una que otra coladera fuera de
servicio, entre otros.
Tanto en los espacios cerrados como en los refugios que ellos mismos construyen
(tipo campamento) se pueden encontrar diferentes tipos de grupos. Por un lado
están aquellos que se han abastecido de colchones , cobijas, utensilios de cocina e
incluso aparatos para su entretenimiento como televisión y/o grabadora (en estos
casos es probable que estos chicos ya presenten un arraigo muy fuerte a la calle y
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un lugar de pernocta mas bien fijo), su refugio se convierte en un lugar lo
suficientemente cómodo como para no preocuparse por buscar otro espacio.
En otros casos se pueden encontrar aquellos que constantemente cambian de
zona y entonces sus condiciones se vuelven más precarias que el grupo antes
mencionado. En su mayoria los grupos callejeros cuentan únicamente con cobijas
o cartones para resguardarse.
Los refugios varian asi como también la movilidad de los chicos. Pero algo que
siempre está presente es la insalubridad en que viven. Así encontramos cobijas,
sofás o colchones rotos y sucios, restos de- alimentos en descomposición, la
presencia de perros que suelen dormir o echarse junto con ellos y latas de "activo"
(solvente) vacias o cualquier otro resto de droga. Además es común que defequen
aliado o cerca de su zona de pernocta (11 Simposium Internacional, 1995).
Y, aún cuando se crea que las decisiones de los niños son mas bien azarosas, en
realidad muchos de ellos se preocupan por elegir lugares que ofrezcan
condiciones

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