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Guia de miembro anterior de equinos

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MEDICINA IV
MIEMBRO ANTERIOR EQUINO
PROFESORA A CARGO: 
 Dra. MONICA MERCADO
Región del hombro
Breve recordatorio anatómico
La articulación del hombro es una articulación sinovial de tipo esferoidal y
está compuesta por la cavidad glenoidea de la escápula y la cabeza del
húmero. La cápsula articular está reforzada cranealmente por dos ligamentos
glenohumerales que nacen del tubérculo supraglenoideo y terminan en las
tuberosidades del húmero. El tubérculo supraglenoideo a su vez sirve de
inserción proximal al músculo bíceps braquial; y la apófisis coracoides, que es
la proyección medial de este tubérculo, da inserción al músculo
coracobraquial. 
La escápula está dividida en las fosas supra e infraespinosa por la espina de
la escápula, la cual presenta una prominencia denominada tuberosidad de la
espina. El húmero está compuesto en su extremidad proximal por el
tubérculo mayor, formado por dos partes: una caudal y otra craneal que es el
límite lateral del surco intertuberal y da inserción al músculo supraespinoso. 
La articulación escápulo-humeral se caracteriza por estar rodeada de fuertes
masas musculares que le dan la estabilidad y hacen que la luxación sea difícil
que ocurra: los músculos supra e infraespinoso en lateral, el bíceps braquial
en craneal, el tríceps en caudal y el subescapular medialmente. La región
topográfica que involucra a la articulación escápulo-humeral se la denomina
encuentro. 
Los principales movimientos de la articulación son los de flexión y extensión,
pues la aducción y la abducción se hallan restringidas por el músculo
infraespinoso y subescapular respectivamente. 
Semiología 
Los signos clínicos típicos de la región del hombro consisten en una
claudicación que se caracteriza por un acortamiento de la fase anterior del
paso, y una circunducción del miembro para evitar la flexión de la
articulación. En estación el miembro afectado puede hallarse por detrás del
miembro sano.
El grado de claudicación dependerá del tipo y severidad de la patología, así
como la presencia de signos locales agudos como deformación, calor y dolor a
la palpación.
Si bien las patologías de hombro son bastante raras, es fundamental realizar
la inspección de la región desde distintos ángulos, porque a menudo se
observa una asimetría entre ambos encuentros. Esta asimetría puede indicar
una inflamación de la región o una mayor prominencia de la parte proximal
del húmero, como consecuencia de la atrofia muscular de origen neurogénico
por daño del nervio supraescapular o por desuso de los músculos de la
espalda. Aunque generalmente la atrofia del músculo supraespinoso indica un
dolor proveniente de la región del hombro, podrá evidenciarse una discreta
atrofia en casos crónicos de patologías de la parte distal del miembro (ej.
Sindrome podotroclear).
Las pruebas semiológicas de la región del hombro consisten en la protracción
y retracción del miembro afectado, aunque estas pruebas son bastante
inespecíficas porque involucran también otras articulaciones (principalmente
el codo) y dependen en gran medida del temperamento del animal. La
abducción lenta del miembro, seguida de un trote para verificar si la
claudicación se agrava, es una prueba un poco más específica ya que no
involucra al codo y no depende de la apreciación subjetiva del dolor.
Para confirmar si la claudicación proviene de la articulación del hombro,
puede realizarse la anestesia intra-articular, aunque la técnica no es sencilla
y es útil realizarla ecoguiada, al igual que la anestesia de la bolsa bicipital. 
Fracturas de escápula
Etiología
Las fracturas de escápula no son frecuentes en el caballo, debido a la
localización proximal del hueso, a su íntima proximidad con las costillas y a
la gran masa muscular que lo recubre. 
El factor causal es el trauma directo, por ejemplo por una patada dada por
otro caballo, o al atravesar una tranquera por impacto lateral contra los
postes. Hay una mayor incidencia en potrillos por la falta de cierre de los
cartílagos de crecimiento, y en los caballos de polo, ya que hay una mayor
predisposición a los choques durante los partidos. 
Las fracturas de la escápula asientan en su mayoría en las placas de
crecimiento, inclusive en los adultos. Este hueso presenta cuatro núcleos de
osificación (1: extremo proximal, 2: cuerpo, 3: tubérculo supraglenoideo y
apófisis coracoides y 4: parte craneal de la cavidad glenoidea). El tubérculo
supraglenoideo y la apófisis coracoides se desarrollan juntos y se fusionan
primero a la parte craneal de la cavidad glenoidea, y luego el conjunto al
cuerpo de la escápula. El cierre se produce alrededor de los 12 meses, y en el
animal adulto queda marcado por una muesca en medial de la cavidad
glenoidea, siendo éste un punto común de fracturas. 
Clasificación 
Según su ubicación, se clasifican en:
- Fracturas del cuerpo
- Fracturas de la espina
- Fracturas del tubérculo supraglenoideo
- Fracturas del cuello
- Fracturas de la cavidad glenoidea
Signos clínicos
El animal presenta una claudicación repentina cuyo grado variará según la
localización de la fractura. Los signos locales consisten en inflamación de la
región del hombro y dolor a la palpación-presión y movimientos pasivos, así
como crepitación, la cual puede evidenciarse con un estetoscopio. Algunos
días después de la fractura, la tumefacción puede desplazarse distalmente y
ser más prominente a nivel del codo, debido al edema post-traumático. En
casos crónicos pueden observarse trayectos fistulosos por secuestros óseos. 
La atrofia de los músculos supra e infraespinoso será rápida en el caso de
estar afectado el nervio supraescapular o tardará varias semanas si es
consecuencia del desuso. El nervio supraescapular es más susceptible de
verse afectado en el caso de fracturas del cuello, ya que cruza por el borde
craneal de la escápula en relación al mismo.
Diagnóstico
Se realiza en función de los signos clínicos y se confirma con una radiografía
medio-lateral, la cual se obtiene llevando el miembro afectado hacia delante
para separarlo del tórax y se realiza el disparo desde el lado opuesto. Puede
intentarse también una radiografía craneo-caudal oblicua. 
Si la fractura no tiene desplazamiento puede ser difícil de visualizarla en un
primer momento, por lo cual es necesario repetir la radiografía a los 15 días,
cuando se haya producido cierto grado de desmineralización. 
Algunos caballos de mucho peso y gran masa muscular con dolor grave,
pueden requerir anestesia general para la realización de las radiografías. En
estos casos es importante estar preparado para el tratamiento de la fractura
antes de la recuperación anestésica del paciente.
En los casos de fracturas de la porción proximal de la escápula, donde las
radiografías no son posibles de realizar, puede utilizarse como medio
diagnóstico la ultrasonografía.
Tratamiento
El tratamiento conservador consiste en reposo en box por un mínimo de 6
meses y está indicado en las fracturas no articulares y sin desplazamiento
localizadas en el cuerpo o en proximal del cuello escapular. Las fracturas de
la espina no requieren en general una intervención quirúrgica, salvo aquellas
causadas por heridas perforantes que desarrollen secuestros óseos. 
El tratamiento quirúrgico puede intentarse en potrillos con fracturas de la
tuberosidad supraglenoidea, en fracturas transversales del cuerpo y
proximales del cuello, a través de la fijación mediante tornillos. En fracturas
de la tuberosidad supraglenoidea se han intentado varios abordajes
quirúrgicos, inclusive la resección total de la misma y la reinserción de los
músculos al cuerpo de la escápula, pero los resultados a largo plazo no son
alentadores por las fuerzas que ejerce el músculo bíceps braquial.
Las fracturas conminutas graves, las distalesdel cuello y las que se extienden
hacia la cavidad glenoidea, son difíciles de tratar quirúrgicamente porque la
proximidad a la articulación impide la aplicación de implantes ortopédicos.
En estos casos se recomienda la eutanasia. 
Pronóstico
Es desfavorable para las fracturas conminutas y para las presentan
compromiso articular, en las cuales inevitablemente se desarrolla una
enfermedad articular degenerativa.
Es favorable para las fracturas de la espina, con o sin cirugía para la
extracción de un secuestro. Las fracturas no desplazadas del cuerpo y parte
proximal del cuello que se presentan en adultos sometidos a un tratamiento
conservador, o en potrillos sometidos a fijación quirúrgica en general
cicatrizan de manera satisfactoria. 
Bursitis bicipital
Etiología
La bolsa bicipital es una bolsa sinovial profunda que facilita el deslizamiento
del tendón del bíceps braquial sobre el surco intertuberal del húmero. La
causa más común de bursitis bicipital es el trauma en la punta del encuentro,
si bien se describe también una caída o resbalón que flexione el hombro y
extienda el codo, aumentando la presión en la bolsa. 
La bursitis séptica puede producirse por una herida abierta contigua o por
diseminación hematógena, como en el caso de Brucella abortus.
Signos clínicos
El animal presenta una claudicación repentina, que variará de moderada
hasta severa si es séptica.
El bíceps es uno de los extensores del hombro y se inserta vía lacertus fibroso
en el extensor carporradial, formando parte del aparato suspensorio del
miembro anterior. Es por esto que el miembro puede llegar a arrastrarse y no
avanzar.
El animal no presenta signos locales de deformación, y el dolor puede
evidenciarse por la presión en el surco intertuberal y la manipulación de la
articulación.
Diagnóstico
Se realiza en base a los signos clínicos y se confirma por la anestesia de la
bolsa, que se logra casi exclusivamente si la bolsa se halla distendida.El
análisis del líquido sinovial determinará si se trata de una bursitis aséptica o
séptica. 
Actualmente la ecografía es el método de elección para el diagnóstico de
esta patología, ya que no es invasivo y pone en evidencia la presencia de
líquido y las características de éste.
Es importante obtener una radiografía del hombro para descartar la
posibilidad de fracturas, osificación del tendón del bíceps u osteoscondrosis
escápulo-humeral.
Tratamiento
El tratamiento de las bursitis asépticas consiste en reposo a box durante
aproximadamente 30 días y la inyección intrabursal de corticoides de
depósito, ácido hialurónico, o la combinación de ambos, la cual puede ser
repetida en el caso de recidivas. Esta inyección es importante realizarla
ecoguiada para asegurarse de estar dentro de la bolsa y evitar así dañar el
tendón del bíceps predisponiendo a la metaplasia ósea. 
El tratamiento de las bursitis sépticas consiste en el drenaje y lavaje de la
bolsa, junto con la aplicación de antibióticos por vía parenteral.
Pronóstico
El pronóstico es de favorable a reservado para las bursitis asépticas, y de
reservado a desfavorable en el caso de bursitis sépticas y/o crónicas.
Osteocondrosis de la articulación del hombro
Etiología
Esta enfermedad afecta, como toda osteocondrosis, a animales jóvenes con
rápido crecimiento, predispuestos genéticamente y/o expuestos a una
sobrealimentación.
La osteocondrosis de la cabeza humeral se caracteriza por una diferenciación
anormal de las células del cartílago epifisiario, lo que genera una menor
producción de hueso y una mayor producción de cartílago. El cartílago se
deforma por la falta de soporte óseo, lo que resulta en un aplanamiento de
la cabeza humeral. La forma anormal de la cabeza humeral genera
inestabilidad de la articulación con los consecuentes cambios degenerativos.
Signos clínicos
El equino presenta una claudicación intermitente, de comienzo insidioso y
severidad variable, que frecuentemente es bilateral. La presión profunda
sobre la articulación, así como la manipulación de ésta en extensión, flexión
o abducción producen dolor y aumento de la claudicación. En general se
observa atrofia de los músculos supra e infraespinoso, y en los casos muy
crónicos, el casco del miembro afectado se encuentra encastillado.
Diagnóstico
Los signos clínicos, la reseña (edad del animal y razas de rápido crecimiento),
y las maniobras semiológicas, junto a una anestesia intraarticular positiva,
orientan el diagnóstico. Sin embargo, la mejoría puesta de manifiesto con
esta anestesia puede no ser total si se trata de una osteocondrosis. 
El diagnóstico de certeza está dado por la radiografía medio-lateral, en la
cual los hallazgos son: aplanamiento de la cabeza humeral, alteraciones en el
contorno de la cavidad glenoidea y ostéolisis subcondral con esclerosis
asociada. Si la patología lleva cierto tiempo de evolución, pueden observarse
osteofitos en craneal y caudal de la cavidad glenoidea y de la cabeza
humeral, indicativos de una enfermedad articular degenerativa secundaria a
la incongruencia articular. Es fundamental obtener radiografías del otro
miembro porque con frecuencia las alteraciones son bilaterales, y además en
el caso de sospechar de aplanamiento de la cabeza humeral es importante
comparar y realizar medidas, ya que esta patología no es tan sencilla de
determinar cuando es muy leve. A diferencia de lo que ocurre en el perro, los
“chips” articulares (fragmentos libres dentro de la articulación) no son
frecuentes en el hombro del equino.
Tratamiento
El tratamiento conservador consiste en reposo relativo, ejercicios
controlados de varios meses de duración y reducción de la dieta.
El tratamiento quirúrgico consiste en el curetaje de la articulación pero el
abordaje es difícil y el éxito dependerá de la presencia de enfermedad
articular degenerativa.
Pronóstico
El pronóstico es reservado, y generalmente los caballos no pueden destinarse
a fines deportivos. Si el diagnóstico se realiza a tiempo (cuando el animal no
ha finalizado su crecimiento) y las lesiones radiográficas son leves, sin
aplanamiento de la cabeza humeral, el pronóstico mejora. La respuesta al
reposo determinará el futuro uso que se le podrá dar al animal. 
El uso reproductivo es discutido por la posible predisposición genética al
rápido crecimiento y el consecuente desarrollo de osteocondrosis. 
Enfermedad articular degenerativa del hombro
Etiología
La enfermedad articular degenerativa del hombro es consecuencia de
traumas repetidos o de cualquiera de las patologías antes descriptas
(fracturas, osteocondrosis).
Signos clínicos
El animal presenta una claudicación en frío de severidad variable y de
naturaleza intermitente al principio del proceso, con las características
típicas de la región del hombro.
Diagnóstico
Se realiza a partir de los signos clínicos y de las anestesias diagnósticas. Los
bloqueos nerviosos de la parte distal del miembro ayudan a eliminar esta
zona como origen de la claudicación, y la anestesia intraarticular produce en
general una marcada mejoría, pero no necesariamente suprime la
claudicación.
En las radiografías se observan osteofitos principalmente sobre la parte
caudal de la cabeza humeral y con menos frecuencia sobre la parte craneal
de la cavidad glenoidea.
Tratamiento
El tratamiento consiste en la administración de AINES (antiinflamatorios no
esteroides) por vía general y la inyección intraarticular de corticoides de
depósito (acetonida de triamcinolona) y de ácido hialurónico. Como terapia
de apoyo se utilizan glicosaminoglicanos polisulfatados por vía intramuscular
y ácido hialurónico también por vía endovenosa. 
Pronóstico
El pronóstico es reservado y dependerá de la severidad de los signos
radiológicos. El tratamiento es paliativoy los signos clínicos tienden a
reaparecer en un tiempo variable.
Parálisis del Nervio Supraescapular
Etiología
El nervio supraescapular es un nervio corto y grueso que se origina en el
plexo braquial a nivel de C6-C7, discurre hacia lateral para doblar
abruptamente alrededor del borde craneal de la escápula unos 6-7 cm dorsal
a la tuberosidad supraglenoidea, en donde inerva al músculo supraespinoso.
Luego pasa por encima de la escápula para inervar al músculo infraespinoso.
El daño se produce en el sitio donde el nervio cruza por delante de la
escápula y es a causa de traumatismo directos en la punta del encuentro.
También está descripto el sobreestiramiento del nervio cuando el hombro es
llevado violentamente hacia atrás en el caso de un resbalón.
Signos clínicos
El primer signo clínico que aparece es una marcada inestabilidad de la
articulación escápulo-humeral, por falta de contención lateral de los
músculos supra e infraespinoso, que se manifiesta por una neta abducción del
hombro cuando el miembro soporta peso. Luego se observa una atrofia rápida
de estos músculos en aproximadamente 7 a 10 días (mucho más rápida que la
producida por las enfermedades del hombro), que se evidencia por una
prominencia de la espina de la escápula. 
En algunos casos el trauma puede haber provocado algún otro daño adicional,
como por ejemplo una fractura, con lo cual se suman los signos locales
propios de ésta.
Diagnóstico
La inestabilidad de la articulación del hombro asociada con la atrofia rápida
de los músculos supra e infraespinoso en ausencia de signos radiológicos es
indicativo de parálisis del nervio supraescapular.
Cuando coexisten otras lesiones, siempre debe sospecharse el daño nervioso
cuando la atrofia muscular es de desarrollo rápido. La actitud del miembro
en la locomoción generalmente permite distinguir entre una claudicación de
origen doloroso o mecánico (por parálisis nerviosa).
Tratamiento
El tratamiento médico consiste en la administración de corticoides de acción
rápido (fosfato de dexametasona) a muy altas dosis por vía general asociados
a vitamina B.
El tratamiento quirúrgico se basa en la descompresión del nervio a través de
la eliminación de una pieza de hueso del borde anterior de la escápula, pero
no hay evidencia del éxito de este tratamiento.
Pronóstico
El pronóstico dependerá de la respuesta al tratamiento médico. Si en dos
semanas no se observa mejoría, el pronóstico es desfavorable, aunque se
aconseja un período de reposo de al menos 1 mes antes de sugerir la
eutanasia, ya que la inestabilidad de la articulación por la atrofia producida
perpetúa los signos clínicos.
Es útil el uso de fisioterapia, recurriendo a la electroestimulación para
contrarrestar la atrofia por denervación, sobretodo en los casos de
neurotripsia. 
Bursitis de codo
Codillera
Este término define a la inflamación aguda o crónica de la bolsa sinovial
superficial que se encuentra entre la piel y el olécranon.
Etiología
Generalmente es de origen traumático y si bien puede responder a un trauma
único y violento, en la mayoría de los casos se forman por acción de traumas
de baja intensidad pero repetidos en el tiempo, como por ejemplo la acción
de los callos de la herradura contra el codo cuando el equino se echa o en
aquellos animales que permanecen mucho tiempo en decúbito. También
pueden ocurrir por la acción de atalajes mal colocados y menos
frecuentemente por el alcance del miembro posterior a velocidad de carrera.
En algunos casos puede ulcerarse la piel y por lo tanto se originará una
bursitis séptica. Si bien no es común, no debe olvidarse la posible etiología
séptica por contigüidad a heridas o bien por diseminación hematógena,
sobretodo en potrillos con onfaloflebitis. 
Signos clínicos
En los casos agudos se observa una deformación en más, caliente, fluctuante
y dolorosa a la palpación. Esta bursitis si no es tratada y si no se elimina la
causa de base evolucionará a una forma crónica, generalmente de tipo
fibrosa de consistencia dura y fría al tacto.
En aquellos casos en que la bursitis es séptica la consistencia tiende a ser
pastosa por el contenido purulento, el calor y el dolor son mucho mayores.
Diagnóstico
Se basa en los signos clínicos. Es de suma utilidad realizar la punción
evacuadora para evaluar el contenido, el cual podrá ser seroso,
serohemorrágico o purulento.
Pronóstico
El pronóstico es bueno siempre que se pueda eliminar la causa de base y si se
evita la evolución a su cronicidad.
Tratamiento
El tratamiento varía según el curso. En el caso de una bursitis aguda, una vez
realizada una terapia antiinflamatoria inespecífica consistente en
antiinflamatorios no esteroides por vía sistémica y aplicación de frío en
forma de duchas o hielo localmente. Se realiza la punción evacuadoray sin
quitar la aguja se inyecta un corticoide de acción prolongada. Esta maniobra
debe realizarse con la máxima higiene para evitar la posible contaminación,
lo cual la transformaría en una bursitis séptica iatrogénica. Es muy común
que la colecta serosa recidive, por lo que puede repetirse la maniobra hasta
3 veces a intervalos de 7 días una de otra. 
Para evitar las adherencias y disminuir la formación de líquido se puede
realizar fisioterapia, siendo de elección el ultrasonido.
En los casos sépticos el tratamiento consiste en el avenamiento quirúrgico y
colocación de un drenaje tipo Penrose, acompañado de un tratamiento
sistémico de antibióticos previo cultivo y antibiograma. 
En los casos crónicos el tratamiento de elección siempre es el quirúrgico y
consiste en la extracción de la bolsa afectada., en los tipos serosos y
proliferativos es de gran utilidad previo a la cirugía la inyección intrabursal
de solución de lugol para indurar la bolsa y visualizar mejor los límites
durante el acto quirúrgico. 
Como tratamiento preventivo se recomienda la colocación de una arandela de
goma en la cuartilla para que cuando el equino esté en decúbito, los callos
de la herradura no contundan contra el codo. 
Carpo
Breve recordatorio anatómico
El carpo (popularmente conocido como rodilla) está conformado por tres
articulacioes. La articulación radiocarpiana, de tipo gínglimo, es la más
móvil, con un ángulo de apertura de casi 90º y está compuesta por el
extremo distal del radio y la fila proximal del carpo (huesos carporradial,
carpo intermedio, carpo ulnar y accesorio de medial a lateral). La
articulación intercarpiana también es de tipo gínglimo con un ángulo de
apertura de aproximadamente 70º y compuesta por las fila proximal
proximal antes descripta y la fila distal (huesos 1, 2, 3, 4, y 5). La
articulación carpometacarpiana, en cambio, es de tipo artrodial y no posee
ningún movimiento.
La membrana sinovial forma tres recesos para cada una de las articulaciones,
pero los recesos de las articulaciones intercarpiana y carpometacarpiana se
comunican entre sí a nivel de los huesos carpianos tercero y cuarto. La
cápsula articular fibrosa es común a las tres articulaciones y constituye en su
parte palmar la superficie dorsal del canal del carpo, que se continúa hacia
distal formando el ligamento frenador distal o infracarpiano.
Las articulaciones del carpo se mantienen unidas entre sí por dos gruesos
ligamentos colaterales, medial y lateral, y por los pequeños ligamentos
intercarpianos.
Semiología 
En el examen clínico del carpo es fundamental realizar una correcta
evaluación de los aplomos de los miembros anteriores. Cuando el carpo se
encuentra en la posición de soporte de peso, la fuerza de impacto se
concentra sobre la cara dorsal de los huesos, y este efecto se incrementa con
la fatiga, con el aumento de la velocidad y la consecuente hiperextensión delcarpo. La conformación de trascorvo, en donde los carpos se localizan por
detrás de la línea de aplomo vistos de perfil, es la más indeseable ya que
este efecto se intensifica. 
Una vez hecha la observación de los aplomos, se procede a una correcta
inspección en busca de deformaciones, principalmente en la cara dorsal, y en
relación al canal del carpo. La palpación se realiza primero con el miembro
en estación y luego en flexión, a punta de dedo. Es muy útil evaluar el grado
de flexión que presenta la articulación, ya que en casos de enfermedad
articular degenerativa es frecuente encontrar una disminución de la flexión
sin dolor a la palpación. 
El carpo es una región difícil de evaluar ya que muchas veces no presenta
claudicación, o ésta es realmente muy leve, inclusive en casos de fracturas.
Es por esto que la flexión forzada del carpo es una maniobra fundamental en
el examen clínico, y debe prestarse atención si ésta es positiva, aunque sea
levemente. Una flexión forzada de carpo positiva es indicativa de un
problema real en esta región. 
Para confirmar si el dolor proviene del carpo, pueden realizarse anestesias
de los nervios mediano y ulnar o de las articulaciones radiocarpiana e
intercarpiana (que se comunica con la carpometacarpiana). 
 
Complejo higroma del carpo
Definición
Es cualquier acúmulo de líquido sinovial en la región dorsal del carpo, que se
manifiesta como una deformación en más, fluctuante, que variará de forma
según la patología de que se trate (bursitis, tenosinovitis o sinovitis).
Etiología
Es de origen traumático, debido a golpes contra superficies duras.
Signos
El complejo higroma del carpo se caracteriza por una deformación en más,
cuya forma dependerá de la patología de la cual se trate. En el caso de la
bursitis precárpica, será en forma de media naranja. Si se trata de una
tenosinovitis del extensor carporradial o del extensor digital común, seguirá
el recorrido de las vainas tendinosas, con lo cual será alargada y sobrepasará
en parte los límites del carpo hacia proximal y distal. En cambio, si es una
sinovitis de la articulación radiocarpiana o mediocarpiana, la deformació se
limitará a las filas del carpo, seguirá una disposición transversal y no cubrirá
uniformemente toda la cara dorsal del carpo como en la bursitis.
El grado de dolor y de claudicación variarán también según la patología.. Si
se hallan involucradas las articulaciones, el dolor será severo y el equino
presentará una claudicación de grado 1 a 3, y responderá a la flexión forzada
de carpo en forma evidente. Por el contrario, la bursitis y la tenosinovitis
presentan una claudicación de grado 1 a 2 en fase aguda que tenderá a
disminuir cuando se proceso se haga crónico. En casos crónicos los animales
no presentan dolor local y si hay una leve claudicación es consecuencia de la
flexión limitada del carpo por la fibrosis en la parte dorsal de la cápsula y las
posibles adherencias entre los tendones y las vainas tendinosas.
Diagnóstico
Se realiza en base a la localización de la deformación y se confirma con una
radiografía de contraste o por ecografía. Se aplican entre 20 y 30 ml del
medio de contraste, que debe ser hidrosoluble y estéril, y es importante
tomar las mismas medidas de asepsia que en una inyección intraarticular. Si
hay proliferación de las vellosidades sinoviales, la cavidad presentará un
aspecto plegado en su superficie.
Si el equino se encuentra claudicante, está indicada la realización de
anestesias intrasinoviales para determinar si el higroma es el origen de la
claudicación.
La ecografía permitirá descartar también lesiones subyacentes de los
tendones extensores carporradial y digital común, y las radiografías simples
son útiles para evaluar el grado de daño articular.
Tratamiento
El tratamiento consiste en el drenaje por aspiración y la inyección
intrasinovial de corticoides seguida de un vendaje compresivo para evitar la
reacumulación de líquido, el cual debe realizarse adecuadamente para no
provocar escaras en el hueso accesorio. En el caso de una bursitis precárpica
este tratamiento puede repetirse hasta tres veces, y de no dar resultado
debe procederse al avenamiento quirúrgico. 
Es importante identificar si el animal presenta algún tipo de conducta que le
provoque un trauma repetido y autoperpetúe la lesión, para así de esta
manera intentar el cambio de hábito.
Pronóstico
Es favorable, aunque en los casos crónicos es frecuente que el carpo
permanezca deformado y con cierta disminución de la movilidad.
	Región del hombro
	Breve recordatorio anatómico
	Semiología
	Fracturas de escápula
	Etiología
	Clasificación
	Signos clínicos
	Diagnóstico
	Tratamiento
	Pronóstico
	Bursitis bicipital
	Etiología
	Signos clínicos
	Tratamiento
	Pronóstico
	Osteocondrosis de la articulación del hombro
	Etiología
	Signos clínicos
	Diagnóstico
	Tratamiento
	Pronóstico
	Enfermedad articular degenerativa del hombro
	Etiología
	Signos clínicos
	Diagnóstico
	Tratamiento
	Pronóstico
	Parálisis del Nervio Supraescapular
	Etiología
	Signos clínicos
	Diagnóstico
	Tratamiento
	Carpo
	Complejo higroma del carpo

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