Logo Studenta

prima-exagia-17

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

Apoyan
Programa Gestión de Proyectos
Dirección de Acompañamiento Integral
Dirección de Bienestar
Facultad de Ciencias Humanas
Sede Bogotá
ISNN EN LÍNEA 2745-1836
4
Prima Exagia 17
Revista Prima Exagia
Número 17 / ISSN 2256-2117
ISSN en línea 2745-1836
Universidad Nacional de Colombia
Sede Bogotá
Facultad de Ciencias Humanas
Contacto Prima Exagia:
cnle_fchbog@unal.edu.co
primaexagia.blogspot.com
facebook/prima.exagia
Instagramprima.exagia
Issuu.com/prima.exagia
Las ideas y opiniones presentadas en los 
textos de la siguiente publicación son respon-
sabilidad exclusiva de sus respectivos autores 
y no reflejan necesariamente la opinión de la 
Universidad Nacional de Colombia.
Prima Exagia es una revista que recoge el trabajo 
de los estudiantes pertenecientes a los Cursos 
Nivelatorios de Lectoescritura. Esta publicación, 
de frecuencia semestral, es producto del esfuer-
zo de estudiantes, docentes, tutores y miembros 
del grupo Prima Exagia, con el apoyo de la Facul 
tad de Ciencias Humanas de la Universidad 
Nacional de Colombia.
Universidad Nacional de Colombia
Cra 45 No 26-85 Edificio Uriel Gutiérrez
Sede Bogotá
www.unal.edu.co
Contacto PGP
Proyectoug_bog@unal.edu.co
3165000 ext: 10661-10662
Facebook/gestiondeproyectosUN
Instagram: @pgp_un
issuu.com/gestiondeproyectos
RECTORA
Dolly Montoya Castaño 
VICERRECTOR
José Ismael Peña Reyes
DIRECTOR BIENESTAR SEDE BOGOTÁ
Oscar Arturo Oliveros Garay 
JEFE DE DIVISIÓN DE ACOMPAÑAMIENTO INTEGRAL
Zulma Edith Camargo Cantor
COORDINADOR PROGRAMA GESTIÓN DE PROYECTOS
William Gutiérrez Moreno
DIRECTOR DE BIENESTAR FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS
Eucaris Olaya
DECANO FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS
Carlos Guillermo Páramo Bonilla
Autores o Autoras
Yeymy Camila González Benavides
Edison Bautista Díaz
Andrés Felipe Valderrama Casallas
José Leider Rivera Cifuentes
Jairo Sthiven Moreno Valero
Laura Yojana Salazar Suárez
Alejandro Isaac Núñez Ayala
Martín Fernando Ortegón Morales
Andrés Felipe Prieto Alarcón
Bárbara Daniela Ramírez
Juana McCarter
Laura Sofía Jiménez Otálora
Brandon Stiven Mora Saldaña
Ilustraciones por
María Alejandra Garzón González
Vivian Lamilla Rodríguez
Óscar Andrés Prada Moreno
Wehinert Stahiler Rodríguez Segura
Fotografía de portada
Wehinert Stahiler Rodríguez Segura
COMITÉ EDITORIAL
Dirección
Gloria Esperanza Mora Monroy
Coordinación
Miguel Ángel Fuerte Blanco
Edición: 
Miguel Ángel Fuerte Blanco
María Alejandra Garzón González
Vivian Lamilla Rodríguez
Hogla Marín Pabón
Nelson Mateo Vergara Oll
Juan Esteban Correa Rodríguez
Lorenzo Augusto Almario Saavedra
Jefferson Javier Barrera Montañez
Valeria Castillo Castillo
Laura Córdoba Gaitán
Evi Dukaba Divaly Martínez Flórez
Carol Ximena Ramos Díaz
Yuri Andrea Rodríguez Gómez
Julián David Rodríguez Herrera
Corrección de estilo
Daniela Acosta Celis (PGP)
Diseño y Diagramación
Daniela Cano Amórtegui (PGP)
Revista Prima Exagia
Número 17 / ISSN 2256-2117
ISSN en línea 2745-1836
Universidad Nacional de Colombia
Sede Bogotá
Facultad de Ciencias Humanas
5
Contenido
Editorial ............................................................................................... 6
Carta a una víctima del conflicto armado ............................................. 9
¿DE QUÉ ME HABLAS, VIEJO? ......................................................... 10
Indiferencia estatal y líderes sociales en Colombia .............................. 13
El sistema de salud colombiano, un atentado contra
el personal médico .............................................................................. 25
¿Hay demasiados psicólogos en Colombia? ......................................... 33
SOCI-EDAD EN BOGA-TÁ .................................................................. 42
Juegos infantiles: más allá del género y más cerca de la equidad ......... 45
¡Prohibido grafitear aquí! ................................................................... 59
SIN UN RESPIRO ............................................................................... 70
Corabastos: ¿centro de abastos o centro de desperdicios? ................... 73
Las pieles teñidas con sangre: la moda que incomoda ......................... 85
6
Prima Exagia 17
Editorial
Algo está cambiando en Colombia. Lo que inició como una 
serie de manifestaciones en contra de la Reforma Tributaria se 
convirtió rápidamente en un mar de inconformidades de carácter 
político, social y económico. En cuestión de semanas, miles de 
personas, en su mayoría jóvenes, salieron de todos los rincones 
del país para manifestarse en contra del Gobierno de Iván Duque. 
Durante más de dos meses, en Colombia se presentaron cerca de 
12.478 protestas (Comisión Interamericana de Derechos Huma-
nos, 2021), un hecho nunca antes visto.
Aunque los ánimos se han calmado, muchas de las inconformi-
dades que motivaron la salida masiva de jóvenes a las calles aún 
se mantienen. El desempleo, la corrupción, la precaria atención en 
salud, el incumplimiento de los Acuerdos de Paz, la desigualdad, la 
falta de acceso a la educación superior y las afectaciones medioam-
bientales han sido consideradas por los jóvenes las principales 
problemáticas que afectan al país (Cifras y Conceptos, 2021). Ante 
estos problemas, que los jóvenes sienten como propios, las nuevas 
generaciones han planteado nuevas discusiones de cara al futuro 
de Colombia. Como mencionó en una ocasión Hogla Marín, com-
pañera y tutora de lectoescritura, “frente a un presente incierto, el 
futuro se vuelve trinchera para enfrentar los valores del pasado”.
De esta forma, no es de sorprender que, en la presente edición de 
esta revista, los temas abordados por los estudiantes de los Cursos 
María Alejandra 
Garzón González
maagarzongo@unal.edu.co
Tutora de los Cursos
Nivelatorios de Lectoescritura
Prima Exagia 17
7
Nivelatorios de Lectoescritura respondan a estas preocupaciones. Los 
ensayos que el lector podrá leer a continuación son prueba de que la 
escritura trasciende los espacios de clase para convertirse en un lugar en 
donde los escritores no solo transmiten información, sino que ponen en 
evidencia sus inquietudes y pasiones, lo que piensan y defienden. 
El primer texto con el cual se encontrará el lector se llama Carta a 
una víctima del conflicto armado, en el cual se envía un mensaje de aliento 
a todas las personas afectadas por la guerra en Colombia. Los siguien-
tes siete textos se encuentran divididos en tres secciones: “¿De qué me 
hablas, viejo?”, “Soci-edad en boga-tá” y “Sin un respiro”.
En la primera sección, los artículos Indiferencia estatal y líderes sociales 
en Colombia, El sistema de salud colombiano, un atentado contra el perso-
nal médico y ¿Hay demasiados psicólogos en Colombia? nos hablan de una 
Colombia en crisis. En la segunda sección, el lector podrá leer los artícu-
los Juegos Infantiles: más allá del género y más cerca de la equidad y ¡Prohi-
bido grafitear aquí!, en donde se discuten temas que cada día están más 
en boga en nuestra sociedad. Finalmente, los textos que cierran este 
número son Corabastos: ¿centro de abastos o centro de desperdicios? y Las 
pieles teñidas con sangre: la moda que incomoda, en los cuales se cuestiona 
el accionar del ser humano en su entorno.
Como cierre a esta editorial, quiero agradecer a todos los integran-
tes del Comité Editorial de este número: a Miguel Fuerte, Hogla Marín, 
Vivian Lamilla, Fernanda Pardo, Katherine Gil, Natalia Leiton, Alejandra 
Garzón y Paula Sandoval; a los estudiantes Mateo Vergara, Esteban 
Correa, Carlos Escobar y Brenn Romero; a la coordinadora de los CNLE, 
Gloria Mora; y a los docentes de los semestres 2020-I y 2020-II, Adriana 
Díaz, Yesenia Rincón, Jack Henríquez, Leidy Moreno y Lorena Ruiz. Este 
número no habría sido posible de no ser por el trabajo mancomunado 
entre todos los miembros del equipo de trabajo. A todos ellos muchas 
gracias por su dedicación y trabajo.
Referencias 
Cifras y Conceptos. (2021). Tercera Medición de la Gran Encuesta Nacional 
sobre Jóvenes – mayo 2021.Recuperado de: https://bit.ly/2Xbi2am
Comisión Interamericana de Derechos Humanos. (2021). Observaciones y 
recomendaciones de la visita de trabajo de la CIDH a Colombia.
[¿Dónde están los desaparecidos del Paro Nacional? (2021), Bogotá, por María Alejandra Garzón]
Prima Exagia 17
9
Carta a una víctima del 
conflicto armado
Yeymy Camila González Benavides
yegonzalezb@unal.edu.co
Biología
Adriana Patricia Díaz Cuevas, docente
Me alegra poder saber que te encuentras bien, me han comentado que 
últimamente se ha ido mermando la situación allá donde estás. Lamento 
no saber por lo que estás pasando. Lamento no inmutarme sobre tu dolor. 
Lamento no saber por lo que pasan día a día las personas que viven en comu-
nidades como la tuya. El hecho de vivir en un lugar diferente y apartado al 
tuyo no debería ser una razón para desconocer lo que te sucede, porque tu 
dolor es el mío. La sangre que se derrama en tu hogar debería doler, debe-
ría hacer enaltecer mi voz para apoyar la tuya. De hecho, debería enaltecer 
nuestras voces como pueblo para apoyar la tuya. Nosotros, quienes “vivimos 
apartados de lo que te sucede”, muchas veces hacemos oídos sordos y no 
queremos saber lo que les ocurre a los demás, incluso hemos llegado a negar 
la existencia de la violencia por la que tienes que pasar casi a diario. 
Lo mínimo que deberíamos saber es a qué se debe tu situación, no solo decir 
que la comprendemos, ¿¡quiénes somos para decir que comprendemos algo 
que no sentimos, que no sufrimos!? No estamos ahí y no tenemos el derecho 
de hablar sobre lo que es vivir de la forma en la que tú lo haces, pero sí podemos 
hablar de la violencia que vives, para dejar de silenciarla, para dejar de ignorarla. 
Debemos dejar de evitar la “incomodidad” que nos genera contar tales aberra-
ciones, porque nosotros NO somos ajenos a lo que te ocurre a ti y a los tuyos. 
Con todo esto tal vez no logre un cambio, pero créeme que, de aquellos a quie-
nes les contaré el porqué de tu situación y de los abusos que vives, al menos 
uno quedará con esto en su corazón y su mente.
Mis más sinceras disculpas y mis mejores deseos para ti y todos los que 
luchan, soportan y viven a tu alrededor.
P.D. Me impresiona la fortaleza y la alegría que aún puedes brindarle 
a los demás.
¿DE QUÉ ME HABLAS, VIEJO?
[Bloqueo (2021), Bogotá - Villavicencio, Vivian Lamilla Rodríguez]
¿DE QUÉ ME HABLAS, VIEJO?
[Bloqueo (2021), Bogotá - Villavicencio, Vivian Lamilla Rodríguez]
Prima Exagia 17
1313
Indiferencia estatal y líderes 
sociales en Colombia
Edison Bautista Diaz 
ebautistad@unal.edu.co
Filología e idiomas: francés 
Adriana Patricia Diaz, docente
Resumen
Palabras Clave
[Texto argumentativo] En el presente ensayo se mues-
tra cómo, a pesar de las evidencias sobre el alto índice 
de asesinatos de líderes sociales en Colombia luego de la 
firma del Acuerdo de Paz entre el Gobierno nacional y las 
FARC-EP, presentadas por algunas organizaciones defen-
soras de derechos humanos, el Gobierno del presidente 
Iván Duque no ha tomado las medidas necesarias para 
disminuir este flagelo; por el contrario, ha desinformado 
acerca de la realidad actual de los líderes sociales. Aunque 
el Ministerio del Interior creó un plan de acción para dis-
minuir los crímenes contra defensores de derechos huma-
nos, su implementación no ha solucionado la problemáti-
ca y las estadísticas siguen creciendo.
Líder social,
 Derechos humanos,
 Acuerdo de Paz,
 Asesinatos,
Desinformación.
14
Prima Exagia 17
En algunos medios de comunicación están siendo recurren-
tes las noticias sobre asesinatos de líderes sociales en el país, un 
flagelo que ha estado presente en Colombia durante muchos años 
debido al largo conflicto interno que se ha vivido en el territorio, 
y que aún hoy persiste. Después de la firma del Acuerdo de Paz 
entre el Estado colombiano y las Fuerzas Armadas Revoluciona-
rias de Colombia - Ejército del Pueblo (FARC-EP), los asesinatos a 
líderes sociales se han incrementado considerablemente, debido 
a que diferentes actores armados buscan quedarse con el manejo 
de las economías ilegales que existen en algunos departamentos 
como Antioquia, Cauca, Chocó, Valle del Cauca, Nariño, Norte de 
Santander, Caquetá y Córdoba. Así lo explica el Plan de Acción 
Oportuna cuando realiza el contexto de la problemática: “Desde 
el año 2016 y en lo corrido del 2018, grupos armados organi-
zados han reconfigurado situaciones violentas en sus disputas 
territoriales, que han implicado el incremento de la vulnerabili-
dad de los defensores de derechos humanos […]” (Ministerio del 
Interior, 2018, p. 6). Pero si los conflictos se dan entre grupos 
al margen de la ley con el fin de apropiarse del territorio, ¿qué 
tienen que ver los líderes sociales? 
Los líderes sociales son fundamentales en la organización y 
protección de los derechos humanos de las comunidades más 
vulnerables, ya que son ellos los que tienen un conocimiento 
más integral sobre sus problemáticas. En Colombia son muchas 
las comunidades que han visto la necesidad de agruparse con el 
fin de desarrollar procesos en beneficio de sus territorios, debido 
a que son muy pocas las ayudas que han recibido por parte del 
Estado a lo largo de la historia. Tales agrupaciones están repre-
sentadas, en su gran mayoría, por una de las 23 tipologías de 
líderes sociales y defensores de derechos humanos que reconoce 
Prima Exagia 17
15
el Gobierno nacional. De igual modo, siguiendo los linea-
mientos establecidos por la Oficina del Alto Comisionado 
de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, se 
afirma que una persona es un líder social
[…] cuando se esfuerza, en diversos contextos y situaciones, de 
manera individual o colectiva, en promover o proteger el derecho 
o los derechos civiles y políticos de un individuo o un grupo, así 
como en fomentar la garantía y disfrute de los derechos económi-
cos, sociales y culturales. (Ministerio del Interior, 2018, p. 4)
La labor llevada a cabo por los defensores de derechos 
humanos interfiere con los intereses económicos de grupos 
al margen de la ley, por lo cual los líderes se convierten en 
objetivo militar de estos grupos. Como ciudadanos colom-
bianos, los líderes sociales tienen la opción de abandonar su 
labor social o buscar el amparo del Estado ante las continuas 
amenazas. Muchos deciden continuar y, a pesar de las múlti-
ples denuncias y la cantidad de hechos fatales en su contra, 
el Gobierno nacional no ha tomado las medidas necesarias 
para protegerlos. Por lo anterior, se puede afirmar entonces 
que para el Gobierno no es prioridad la defensa de los dere-
chos humanos de los líderes sociales.
En primer lugar, es necesario aclarar que en el Gobierno 
actual se siguen presentando asesinatos sistemáticos de 
líderes sociales. Esto ha sido demostrado por algunas organi-
zaciones como el Instituto de Estudios Para el Desarrollo y la 
Paz (INDEPAZ), el Centro de Investigación y Educación Popu-
lar (CINEP) y la Oficina del Alto comisionado de las Nacio-
nes Unidas para los Derechos Humanos (ONU- ACNUDH). 
Según dichas organizaciones, en lo que lleva la presidencia 
de Iván Duque se han perpetrado alrededor de 600 asesi-
natos de defensores de derechos humanos, lo que denota 
un aumento notable de este flagelo con respecto a los años 
anteriores. Para la primera semana de noviembre de 2020, 
INDEPAZ registró 251 hechos relacionados con asesinatos a 
líderes sociales y mostró que los departamentos de Cauca y 
Antioquia son los más afectados (Ortiz y Díaz, 2020). 
Ed
is
on
 B
au
tis
ta
 D
ia
z /
eb
au
tis
ta
d@
un
al
.ed
u.
co
16
Prima Exagia 17
El panorama actual no está lejos de parecerse al del año 2019, año 
en que fueron registrados por INDEPAZ 279 asesinatos a defensores 
de derechos humanos, de los cuales el Gobierno solo reconoció 108, 
de acuerdo con el segundo informe de la Consejería Presidencial para 
los derechos humanos y asuntos internacionales, dado a conocer en 
julio del año pasado (CPDHAI,2020). Sumado a estas cifras, está el 
casi centenar de líderes que perdieron la vida en el último trimestre 
de 2018. En la siguiente gráfica se encuentran registradas las cifras 
elaboradas por INDEPAZ, que muestran el número de homicidios 
de líderes sociales y defensores de Derechos Humanos, teniendo en 
cuenta un periodo de tres años y siete meses (2016 – 2020): 
Figura 1: Homicidios personas líderes sociales y defensoras de Derechos Humanos.
Fuente: Indepaz, (2020).
En la gráfica se puede observar un crecimiento considerable 
en las cifras de asesinatos para finales del año 2017 –un año des-
pués de la firma del Acuerdo de Paz con las FARC-EP–, y luego 
una tendencia por arriba de los 200 homicidios en los tres años 
siguientes. Al considerar los datos expuestos anteriormente, se 
hace evidente una problemática a la cual se le debe dar priori-
dad por su relevancia en el contexto nacional actual: los grupos 
al margen de la ley están en constantes enfrentamientos para 
lograr el dominio del territorio en el que los defensores de dere-
chos humanos juegan un papel importante, puesto que ejercen 
labores de restitución de tierras, sustitución de cultivos ilícitos, 
protección del medio ambiente, etc. 
Prima Exagia 17
17
Ahora bien, esta clase de delitos no se ha presentado 
únicamente en el actual Gobierno. Existen registros de los 
múltiples homicidios en Colombia a causa del conflicto 
interno y de los diferentes procesos de reorganización polí-
tica llevados a cabo en el país. Un hecho histórico que nos 
muestra los antecedentes de esta problemática es el geno-
cidio perpetrado a líderes y lideresas del partido Unión 
Patriótica (UP) luego del acuerdo de paz entre el Estado 
colombiano y las FARC-EP en la década de los 80, del cual 
habla el actual senador de la República Iván Cepeda en su 
artículo Genocidio político: el caso de la Unión Patriótica en 
Colombia (2006).
 Así mismo, Carlos Duarte en su investigación ¿La violencia 
hacia los líderes sociales es despolitizada? (2020) para La Silla 
Vacía, aclara que existen evidencias del aumento de asesi-
natos a defensores de derechos humanos justo después de 
periodos de transición política, tales como el ya mencionado 
acuerdo llevado a cabo en la presidencia de Belisario Betancur 
en 1984, y el Acuerdo de Paz realizado entre el Gobierno de 
Juan Manuel Santos y las FARC-EP. Según Duarte, luego de la 
entrega de armas del grupo guerrillero, de la desintegración 
de sus comandos y del abandono del territorio ocupado a lo 
largo y ancho de Colombia hasta el 2016, diferentes grupos 
armados han visto la oportunidad de apropiarse del territorio 
abandonado y así controlar las economías ilegales que funcio-
nan en varios departamentos, con el objetivo de fortalecer sus 
estructuras. En este orden de ideas, se podría interpretar que 
no existen unas medidas acertadas por parte del Gobierno que 
se enfoquen en la reducción de asesinatos, ni una elaboración 
pertinente de estrategias que brinden las ayudas necesarias 
para la protección y prevención de las vidas de los líderes 
sociales. Esto no sucede a pesar de que, por una parte, los ase-
sinatos de líderes sociales o defensores de derechos humanos 
se siguen presentando y distintas organizaciones nacionales 
e internacionales dan cuenta de ello, y, por otra, de que sean 
hechos persistentes en la historia del país. 
Ed
is
on
 B
au
tis
ta
 D
ia
z /
eb
au
tis
ta
d@
un
al
.ed
u.
co
18
Prima Exagia 17
En segundo lugar, las respuestas rápidas propuestas por el 
Gobierno nacional no han sido cumplidas. Tanto el Pacto por la 
vida para la protección de derechos humanos –firmado por el Gobier-
no nacional y los gobernadores de Antioquia, Chocó y Córdoba–, 
como el PAO (Plan de Acción Oportuna) –establecido también 
por el Gobierno–, no han sido eficaces para lograr una disminu-
ción de los asesinatos a líderes, dando paso a una verdadera polí-
tica de protección y prevención que dé garantías a esta población 
para llevar a cabo su labor social. Según un informe publicado 
por Somos Defensores en junio del año pasado, “las acciones que 
se señalan en materia de protección están lejos de proporcio-
nar garantías para la labor de los liderazgos sociales” (Programa 
Somos Defensores, 2020, p. 75). Esta situación puede deberse al 
hecho de que el Gobierno nacional ha priorizado, como en el perio-
do del expresidente Álvaro Uribe, la militarización como principal 
plan para solucionar la problemática en las regiones más afectadas 
por este delito. Las políticas militaristas fueron impuestas por el 
presidente Iván Duque dos meses después de haber tomado pose-
sión, al ordenar el despliegue de 5.000 tropas adicionales para 
combatir a los narcotraficantes en Norte de Santander (El Heral-
do, 2018). Asimismo, para octubre de 2019, el presidente ordenó 
reforzar la seguridad en el norte del Cauca, luego de las múltiples 
masacres que se presentaron (El País, 2019). Pareciera entonces 
que el Gobierno nacional, enmarcado en las ideas militaristas del 
partido Centro Democrático como estrategia fundamental para 
garantizar la seguridad del pueblo colombiano, ha decidido volver 
a la violencia armada. 
Mientras que el Gobierno sigue con su enfoque militar, el CINEP 
en conjunto con otras organizaciones alertan sobre la falta de eva-
luación por parte de la Unidad Nacional de Protección (UNP) a las 
múltiples denuncias hechas por miles de defensores de derechos 
humanos que se han visto amenazados por actores armados. Según 
el informe coordinado por la Comisión Colombiana de Juristas, 
[…] en el año 2019 y hasta el 31 de mayo de 2020, el número 
de solicitudes de protección fue 15.810, y durante ese mismo perio-
do el número de evaluaciones de nivel de riesgo realizadas a la 
población objeto de la UNP fue 2.869. (2020, p. 312)
Prima Exagia 17
19
Lo anterior revela una falta de compromiso guberna-
mental con un seguimiento orientado en la verificación 
de las posibles amenazas a los defensores de derechos 
humanos. Esto impide trazar un panorama general de los 
posibles autores de los crímenes y así implementar medi-
das más pertinentes para la solución de la problemática en 
cada región del país. 
Por su lado, el PAO, decreto firmado por el presidente de 
la República y la actual ministra del Interior Nancy Patricia 
Gutiérrez, busca fortalecer la protección de los defensores 
de derechos humanos mediante tres ejes de trabajo entre 
los que se encuentran la reingeniería institucional, una 
estrategia de comunicaciones y la actuación estratégica en 
el territorio. Sin embargo, no existen fechas de implemen-
tación de dicha estrategia, lo que ha hecho que la propues-
ta del presidente de la República y el Ministerio del Interior 
se quede solo en el papel. A su vez, en el mismo documento 
se resalta la dificultad que se tiene para evaluar la efectivi-
dad de las medidas que se piensan adoptar: “A nivel local, 
persisten dificultades para consolidad los datos y verificar 
el impacto de las acciones territoriales” (Ministerio del 
Interior, 2018, p. 23). Además, el acceso a algunas zonas 
representa una importante dificultad. 
Entre tanto, el presidente de la República, la fiscalía y la 
ministra del Interior se esforzaron por desviar la atención 
de lo que en realidad está ocurriendo en el país, dejando a 
un lado el compromiso que tienen con los líderes sociales, 
al mostrar ante la opinión pública cifras contradictorias. 
El mismo presidente Iván Duque en una emisión televisiva 
realizada el 31 de diciembre de 2019 dijo “quiero desta-
car que en el año 2019 tuvimos una reducción del 25 por 
ciento en los asesinatos de líderes sociales” (Correa, 2019, 
párr. 2); posteriormente, diría lo mismo en su discurso del 
20 de Julio de 2020 en el congreso de la República. Por su 
parte, y en respuesta a una solicitud hecha por la Comisión 
segunda de la Cámara para un debate de control político, el 
Ministerio de Interior aseguró que
Ed
is
on
 B
au
tis
ta
 D
ia
z /
eb
au
tis
ta
d@un
al
.ed
u.
co
20
Prima Exagia 17
En el periodo comprendido entre el 1 de enero al 8 de mayo desde el 
año 2016 al 2020, donde se nota una clara disminución de homicidios 
desde el año 2019, el cual representa aproximadamente un 46% de reduc-
ción entre el 2018 y el 2020. (Ministerio del Interior, 2020, p. 9)
La Fiscalía General de la Nación, por su parte, afirma que desde 
el 7 de agosto de 2018 hasta julio de 2020 solo han sido asesi-
nados 120 líderes sociales, lo que evidencia una incoherencia de 
cifras dentro del mismo Estado. Esto podría traducirse, ante la 
sociedad colombiana, como una cortina de humo para ocultar lo 
que verdaderamente está ocurriendo con los líderes sociales en 
el país. 
En conclusión, como se evidenció en el desarrollo del ensayo, 
no existe un compromiso claro y cimentado por parte del Gobier-
no actual para la defensa de los derechos humanos de los líderes 
y lideresas en Colombia. Por un lado, hay un claro incremento 
de los asesinatos de líderes sociales durante el actual Gobierno, 
registrado por organizaciones que desarrollan una labor activa en 
la defensa de los derechos humanos; por otro lado, las medidas 
adoptadas por el presidente Iván Duque y las instituciones a su 
cargo –basadas en ideas precedentes abanderadas por la consig-
na de la violencia– muestran un claro desconocimiento de la rea-
lidad de los defensores de derechos humanos en el país, lo cual 
deja a dicha población desprotegida y en un elevado grado de 
vulnerabilidad. Los hechos demuestran una dolorosa intención 
por parte del Gobierno para tapar la absoluta negligencia e indi-
ferencia hacía este flagelo, que afecta no solo al líder social, a sus 
familiares y a las comunidades que representan, sino a toda una 
nación que se ha visto sumida por décadas en el derramamiento 
de sangre, naturalizado ya por varios sectores de la sociedad. 
Prima Exagia 17
21
Referencias
Cepeda, I. (2006). Genocidio político: El caso de la Unión Patriótica en Colom-
bia. Revista CEJIL, 1(2), 101-112. Recuperado de: https://bit.ly/3C6eq8q
Comisión Colombiana de Juristas. (2020). El riesgo de defender y liderar: 
pautas comunes y afectaciones diferenciales en las violaciones de los derechos huma-
nos de las personas defensoras en Colombia. Recuperado de: https://bit.ly/3ldU-
xFn
Consejería Presidencial para los Derechos Humanos y Asuntos Interna-
cionales (CPDHAI). (2020). Segundo Informe de Homicidios contra líderes sociales 
y defensores/as de derechos humanos en Colombia. Recuperado de: https://bit.ly/
396qZUp
Correa, M. (2019, 31 de diciembre). “En 2019 hubo una reducción del 25% 
en el asesinato de líderes sociales”: Duque. W Radio. Recuperado de: https://
bit.ly/3hpxLcC
Duarte, C. (2020, 28 de febrero). ¿La violencia hacia los líderes es despoli-
tizada? La Silla Vacía. Recuperado de: https://bit.ly/3C0YMuQ 
El Heraldo. (2018, 28 de octubre). Duque ordena desplegar 5.000 soldados 
en frontera con Venezuela. Recuperado de: https://bit.ly/2X9i9TR
El País. (2019, 30 de octubre). Con 2500 uniformados reforzarán seguridad en 
el Cauca tras masacre de indígenas. Recuperado de: https://bit.ly/2Vyyvo2
INDEPAZ. (2020). Informe especial: Registro de líderes y personas defensoras de 
DDHH asesinados desde la firma del acuerdo de paz del 24/11/2016 al 15/07/2020. 
Recuperado de: https://bit.ly/3tzVD26
Ministerio del Interior. (2018). Plan de acción oportuna de prevención y protec-
ción para los defensores de derechos Humanos, líderes sociales, comunales y periodis-
tas. Recuperado de: https://bit.ly/3hoSEV8 
Ministerio del Interior. (2020). Respuestas Actualizadas cuestionario proposi-
ción 008 de 2019 “medidas de protección a líderes, y política de protección a perso-
nas con riesgo extraordinario” – Debate de control político. Recuperado de: https://
bit.ly/3A0f86i 
Ortiz, M. y Ríos, J. (2020, 8 de noviembre). Más de 250 líderes han sido 
asesinados este año, según Indepaz. El Tiempo. Recuperado de: https://bit.ly/
2VzRPBr
Programas Somos Defensores. (2020). El Virus de la Violencia: Informe semes-
tral enero-junio 2020. Sistema de Información sobre Agresiones contra Personas Defen-
soras de Derechos Humanos en Colombia. Recuperado de: https://bit.ly/3A0faeq
FOTO: [Duelo de Estado (2021), Bogotá, Óscar Andrés Prada Moreno)]
23
¿Consideras que Historia debería ser una asignatura indepen-
diente en la educación básica y media? Bárbara Daniela Ramírez 
y Juana Mc Carter, estudiantes de Química y de Español y Filolo-
gía Clásica respectivamente, nos exponen su opinión frente a este 
tema en su video-ensayo Colombia, un país sin memoria histórica.
24
Prima Exagia 17
Prima Exagia 17
25
El sistema de salud colombiano, un 
atentado contra el personal médico
Andrés Felipe Valderrama Casallas 
anvalderramac@unal.edu.co
Ingeniería Civil
Jack David Henríquez Gómez, docente
Resumen
Palabras Clave
[Texto argumentativo] El presente ensayo busca expo-
ner la vulnerabilidad del personal médico a causa de la ter-
cerización del sector salud, tomando como medida base 
la Ley 100 del año 1993 hasta el primer trimestre del año 
2020. Con el objetivo de evaluar esta situación, el material 
de apoyo serán los resultados de una encuesta, casos de 
negligencia administrativa que repercuten en disponibili-
dad de equipos médicos y, finalmente, un análisis del acoso 
profesional ligado a la mencionada tercerización del sector.
Médico, 
Ley 100, 
Tercerización laboral, 
Pandemia, 
Personal de la salud.
26
Prima Exagia 17
Desde la aceptación de la Ley 100 en 1993 –propuesta en ese 
entonces por el senador Álvaro Uribe Vélez– hasta la actualidad, 
se ha contemplado en Colombia la contratación de servicios por 
parte del Estado, lo que derivó en el control de la administración 
privada del sector de la salud en el país. Para pasar el control a 
estas administraciones fueron creadas las Entidades Promotoras 
de Salud (EPS) y, a su vez, las Instituciones Prestadoras de Salud 
(IPS), encargadas de prestar el servicio de salud directo a quien lo 
solicite. Debido a esta tercerización en el sector, no solo se han 
visto afectados los usuarios o pacientes de la salud, sino también 
e incluso en mayor medida, el personal profesional, directo pres-
tador del servicio. Ahora bien, desde el año de aprobación de dicha 
ley hasta el día de hoy, con la actual situación pandémica, ¿nues-
tros médicos cuentan con suficientes elementos de protección 
personal? ¿este modelo de funcionamiento del sector afecta su 
estabilidad económica y laboral? Y con la tercerización de la salud, 
¿se les permite ejercer planamente como profesionales? Mientras 
buscamos respuesta a estas preguntas con diversos ejemplos y 
situaciones, demostraremos cómo el sistema de salud colombiano 
atenta contra la vida y el profesionalismo de los médicos, doctores 
y especialistas del sector en el país.
Desde la aparición del virus Síndrome Respiratorio Agudo Grave 
(SARS) 2002 –y con la evolución del mismo SARS-CoV-2 (Coro-
navirus tipo 2 del SARS)– el personal médico es la población 
más expuesta al contagio en el mundo, puesto que es el talento 
humano hospitalario quien atiende directamente a los portadores 
del virus. Una serie de protocolos de bioseguridad para prevenir el 
contagio del virus surgen a partir de 2002 desde la Organización 
Mundial de la Salud (OMS). Como primera medida, se sugiere una 
Prima Exagia 17
27
frecuencia constante en el lavado de manos e hidratación, 
el uso y suministro adecuado de elementos de protección 
personal (EPP) como guantes, tapabocas de modelos especí-
ficos y delantales. Como segunda medida, se recomienda el 
uso de detergentes y desinfectantes en aquellas zonas físicas 
en las que se puede encontrar el virus. Finalmente, se acon-
seja a los pacientes portadores un aislamiento que prevenga 
la diseminación del virus (Briceño, 2004). Aun sabiendo las 
recomendaciones derivadas de estos protocolos, el sistema 
de salud colombiano expone la vida del personal médico en 
el país, porque seenfoca en una relación enteramente admi-
nistrativa y no profesional. Eduardo Patiño, en un reportaje 
para El Heraldo, recopiló algunos casos de negligencia del 
sistema de salud en varios hospitales del país:
[…] Jaime Cuello, médico internista de la misma institución [Colegio 
Médico de Valledupar] sostuvo que el Gobierno se ha dedicado a 
pagar insumos, dejando de último al personal asistencial que es el 
que debe salir a enfrentar la situación de emergencia. “Cómo vamos a 
enfrentar esa emergencia, con las manos y las batas, si tenemos o no 
guantes. Estamos preparando un comunicado donde los internistas 
anunciamos que vamos a donar el onceavo mes de sueldo, pero que 
nos paguen los diez primeros, y ese recurso que vamos a regalar que 
se utilice para la compra de insumos […]”. (Patiño, 2020, párr. 30) 
Tal como se afirma en el reportaje, no solo en estos hospita-
les sino en todo el país la situación de médicos e instituciones 
no es muy alentadora e incluso, como algunos describen, llega 
a ser “deprimente” (Patiño, 2020), a causa de las administra-
ciones y disposición de recursos. Ahora bien, una de las medi-
das primarias mencionadas para la prevención de contagio es 
el constante lavado de manos e hidratación y, aunque Colom-
bia es uno de los países de mundo con mayor recurso hídrico 
disponible, un estudio publicado en 2016 por la revista cientí-
fica Journal of Surgical Research expone que entre el 15% y 34% 
de los hospitales en nuestro país no cuenta con una fuente 
potable de este recurso fundamental (Gozzer, 2020). 
Ahora bien, con el relato del médico Jaime Cuello, citado 
anteriormente, se evidencia un maltrato administrativo por 
An
dr
és
 F
el
ip
e 
Va
ld
er
ra
m
a 
Ca
sa
lla
s /
an
va
ld
er
ra
m
ac
@
un
al
.ed
u.
co
28
Prima Exagia 17
parte del sector en cuestión a los profesionales de la salud, en 
cuanto al pago del salario que este profesional rara vez devenga. 
En este punto es válido preguntarse: ¿la situación de este médico 
es un hecho aislado? o, muy por el contrario, ¿es la tercerización 
del sector, visible en la contratación del personal médico, la que 
dificulta la estabilidad de los ingresos económicos del talento 
médico del país? Frente a esta situación de tercerización e inestabi-
lidad laboral, la vocera de la Federación Colombiana de Sindicatos 
Médicos, Clemencia Mayorga, en un reportaje emitido por Noti-
cias Uno, afirma que: “El médico firma contratos que son renova-
dos cada dos meses y en el que sus honorarios no son pagados de 
manera oportuna y muchas veces termina solo recibiendo el 25 % 
de los ingresos pactados” (Romero, 2018, párr. 4).
Además, como soporte a las afirmaciones anteriormente men-
cionadas, una encuesta realizada por el Colegio Médico Colombia-
no (2019) a más de 8.000 profesionales del sector –entre los que 
se incluyeron médicos generales, rurales y especialistas– mues-
tra que quienes atienden nuestra salud ven a la administración 
de recursos del sistema de salud por parte de las entidades pri-
vadas como causa directa de la inestabilidad económica. Con el 
propósito de realizar un acercamiento a esta realidad en cifras, en 
relación con la inestabilidad económica que puede generar el sis-
tema de privatización impuesto, la encuesta refleja que se adeu-
dan entre 1 y 60 SMMLV (Salarios Mensuales Legales Vigentes1) 
al 97 % de médicos rurales encuestados, al 94 % de los médicos 
generales encuestados y al 64 % de los médicos especialistas. Estas 
entidades deben alrededor de 60 y 120 SMMLV al 3 % de médicos 
rurales, al 4 % de los médicos generales, y al 22 % de los médi-
cos especialistas que fueron encuestados. Estas cifras continúan 
ascendiendo de manera desalentadora hasta contemplar deudas 
mayores a 180 SMMLV, en perjuicio del profesional médico del 
país (Colegio Médico Colombia, 2019).
Cabe resaltar que una de las profesiones mejor remuneradas en 
el país corresponde a los profesionales en medicina, inherente a 
1. La cantidad reflejada de SMMLV corresponde 
al año 2019. Según el Ministerio del trabajo, esta 
cifra era de $828.116.
Prima Exagia 17
29
la inversión del año gravable por parte del Gobierno. Para el 
año 2020, el presupuesto del sector salud incrementó posi-
tivamente, pues fue uno de los sectores con mayor inversión 
del país conforme a los objetivos de la actual administración, 
pasando de 23.3 billones de pesos (2017) a 31.8 billones 
de pesos. De estos, 712 mil millones serían destinados a 
inversión y el restante a funcionamiento (Cabrera, 2020). 
Sin embargo, de nada sirven estas inyecciones de dinero si 
el sector no se encuentra bien estructurado y los ladrones de 
papel, corbata y discurso disponen del presupuesto públi-
co para sus intereses personales. Estas acciones repercuten 
de forma directa en la escasez de equipos de uso institucio-
nal, tal y como lo describe El Tiempo (2018): en un contrato 
entre las empresas Empresa Social del Estado (ESE), Solu-
ción Salud y la firma Global Environment and Health Solu-
tions, se perdieron alrededor de 13.537 millones de pesos 
en equipos de apoyo al personal médico, equipos que se 
compraron, pero que no fueron entregados.
En otras palabras, sin equipos de protección personal ni 
herramientas de trabajo, sin retribuciones monetarias fijas, 
hay un desconcierto total causado por un sistema que se cae 
por sí solo, ligado a la burocracia administrativa con la que 
los profesionales están vinculados. Tal como se menciona en 
El Tiempo (2018), y en las palabras de Jaime Arias, presi-
dente de la Asociación Colombiana de Empresas de Medicina 
Integral: “Las IPS son entidades muy serias, pero en estas 
organizaciones resultan creando entidades de papel, pacien-
tes de papel, y por ello se requieren auditorías más fuertes 
[…]” (párr. 17). Para el presidente de dicha asociación, estos 
hechos de descentralización se pueden corregir con más 
control; sin embargo, en un país donde millones de pesos en 
equipos se pierden por enriquecer o beneficiar a otros, más 
control puede significar más corrupción.
Hasta el momento hemos visto cómo el sistema de salud 
desampara en términos de pagos y equipos al personal 
médico. Ahora bien, el pregrado en medicina es una de las 
carreras profesionales del país con más semestres en curso, 
An
dr
és
 F
el
ip
e 
Va
ld
er
ra
m
a 
Ca
sa
lla
s /
an
va
ld
er
ra
m
ac
@
un
al
.ed
u.
co
30
Prima Exagia 17
con un promedio de 12 matrículas, sin contar si se efectúan espe-
cializaciones; se trata de un periodo de tiempo extenso después 
del que se espera ejercer con total plenitud. No obstante, es el 
sistema concebido desde 1993 el que limita los diagnósticos pro-
fesionales, al ligarlos a los recursos y directrices institucionales 
impuestos. Así se explica en el reportaje publicado por la revis-
ta Semana (2014): en primer lugar, como medida para mitigar su 
profesionalismo y que este no represente más gastos a la EPS, se 
asignan jefes de personal, quienes advierten medir la remisión de 
pacientes a especialistas; en segundo lugar, se encuentra la limi-
tante de presupuesto por paciente; en otras palabras, si el médico 
diagnostica exámenes, medicamentos y demás, estos se verán con-
dicionados por presupuestos sobre cada paciente. En tercer lugar, 
pueden presentarse auditorias, mensajes electrónicos frecuentes 
por cada remisión generada, estadísticas y reuniones que muestran 
cuánto dinero ha gastado cada profesional, admitiendo que esto 
puede desencadenar negativamente en ellos. 
A modo de conclusión, es importante reconocer que las carreras 
encaminadas a las ciencias de la salud son programas que se estu-
dian y ejecutan con esfuerzo y amor, dirigidas al primer derecho de 
todo ser humano: la vida. Por consiguiente, es impensable que los 
médicos sean la población más afectada por modelos enteramente 
administrativos en los que traslucen la burocracia y la corrupción. 
Ahora bien, en esta época de pandemia, en la que el personal hos-
pitalario fue y sigue siendo la primeralínea de contingencia pro-
fesional al virus, relucen todas estas falencias, falta de equipos 
hospitalarios y de seguridad, que durante años han perjudicado a 
toda la población; mientras nuestros dirigentes buscan mostrar un 
avance a través de cifras y publicidad, se presenta la misma situa-
ción precaria de interés individual sobre el común. Ahora cabe 
preguntarse, ¿de este tipo de tercerizaciones, falta de estabilidad 
laboral y limitaciones en ejercer profesionalmente es únicamente 
víctima el personal médico del país? 
Prima Exagia 17
31
Referencias
 
 Briceño, L. (2004). El SARS y a bioseguridad en Colombia. Revista Ciencias de 
la Salud, 2(1), 41-45. Recuperado de: https://bit.ly/3txM03X
Cabrera, D. (2020, 2 de enero). Dineros para la salud en 2020 llegan a $31.8 
billones, revela Minsalud. La FM. Recuperado de:https://bit.ly/3k2NHmG
Colegio Médico Colombia. (2019). Encuesta de Situación laboral para los 
profesionales de la salud 2019. EPICRISIS, 4-5. Recuperado de: https://bit.
ly/38ZvuQN
El Tiempo. (2018, 27 de enero). Por 18 vías se roban la plata de la salud de 
los colombianos. El Tiempo. Recuperado de: https://bit.ly/3tyzHnW
Gozzer, S. (2020, 27 de abril). Coronavirus: los médicos que se negaron a 
atender a pacientes de covid-19 (y lo que su caso muestra de la precaria situa-
ción de muchos sanitarios en América Latina). BBC News Mundo. Recuperado de: 
https://bbc.in/393c1id
Patiño, E. (2020, 31 de marzo). Médicos denuncian falta de elementos e 
incertidumbre laboral en medio de crisis por coronavirus. El Heraldo.co. Recupe-
rado de: https://bit.ly/392gTnA
Romero, D. (2018, 4 de diciembre). 80 % de los trabajadores de la salud 
están tercerizados. Noticias Canal 1. Recuperado de: https://bit.ly/3zZURxL
Semana. (2014, 25 de noviembre). Así controlan las instituciones y empresas 
de salud a los médicos. Semana. Recuperado de: https://bit.ly/3A6sPR9
[Lágrimas (2021), Bogotá, Wehinert Stahiler Rodríguez Segura]
Prima Exagia 17
33
¿Hay demasiados psicólogos 
en Colombia?
José Leider Rivera Cifuentes
jriveraci@unal.edu.co
Psicología
Adriana Díaz Cuevas, docente
Resumen
Palabras Clave
[Texto argumentativo] Las palabras de las distintas figuras 
públicas no pasan desapercibidas y generan distintas reaccio-
nes en la sociedad. Tal es el caso de lo dicho por la actual vice-
presidenta de Colombia respecto a los psicólogos, afirmación 
que causó descontento y diversas opiniones al respecto. 
Aunque no tenía ninguna intención negativa, una opinión 
emitida por la figura de la vicepresidenta puede llegar a ser 
bastante influyente y, de ser tergiversada dicha afirmación, 
podría traer consecuencias negativas para la profesión. Este 
texto tiene como fin explicar que, a diferencia de lo dicho por 
la funcionaria, no hay suficientes psicólogos en el país. Para 
esto se tendrán en cuenta distintos sectores de la sociedad y 
cómo la falta de psicólogos afecta en estos.
Psicología, 
Salud Mental, 
Vicepresidenta de Colombia, 
Acompañamiento psicológico, 
Reincorporación de víctimas,
Desarrollo psicológico.
34
Prima Exagia 17
A principios del año 2020, la vicepresidenta de Colombia Marta 
Lucía Ramírez, realizó la siguiente afirmación durante un conversa-
torio de mujeres en la ciudad de Medellín: 
[…] tenemos demasiadas psicólogas y sociólogas, carreras que no 
les sirven para tener mejores ingresos. Queremos ver cómo involucra-
mos a un porcentaje de niñas del departamento [de Antioquia], para 
entrar a estas carreras y vamos a promoverlas hacia las áreas del 
conocimiento donde el desarrollo profesional va a ser más importan-
te, como su ingreso económico. (El Espectador, 2020, párr. 3) 
Esta opinión desató una polémica en los medios de comuni-
cación durante semanas y fue rechazada por importantes asocia-
ciones colombianas de profesionales. El Colegio Colombiano de 
Psicólogos (COLPSIC) respondió a la funcionaria explicando que 
la psicología, además de ser una ciencia basada en la investigación 
que se encarga de estudiar los procesos de desarrollo cognoscitivo, 
emocional y social en los seres humanos, no puede ser desestima-
da por el número de graduados (La Opinión, 2020). Por su parte, la 
Asociación Colombiana de Facultades de Psicología (ASCOFAPSI) 
indicó que, primero, el valor de una profesión no puede ser medido 
a partir de los salarios asignados en los cargos que sus profesiona-
les ocupan; y segundo, “la importancia de las profesiones reside 
–entre otras–en la generación de conocimiento que permita com-
prender los fenómenos y procesos que se gestan y desarrollan al 
interior de las sociedades” (La Opinión, 2020, párr. 7).
Cabe resaltar que, en un país como Colombia, donde el panora-
ma de muchos habitantes está marcado por la pobreza, la violencia 
y la guerra, la psicología juega un papel clave para el tratamiento 
de sus víctimas. Esto debido a que dichas condiciones pueden afec-
tar la forma en la que los individuos se relacionan con su entorno y 
a su vez desarrollar graves problemas psicosociales. Según Sotelo 
Prima Exagia 17
35
(2016), la psicología es la disciplina que estudia los procesos 
psicológicos de un individuo a partir de su conducta. Sumado 
a esto, Morris y Maisto (2009) indican que los psicólogos 
estudian cómo los seres humanos perciben, sienten, recuer-
dan y aprenden, entre otros procesos psicológicos. Además, 
los psicólogos pueden concentrarse en las afecciones men-
tales y emocionales, problemas personales y sociales, la psi-
coterapia, o en mejorar la moral y las relaciones de grupo. 
A pesar de que es posible que Marta Lucía Ramírez no 
tuviera ninguna intención de carácter peyorativo o descali-
ficativo –incluso no niega la importancia de la profesión–, 
la figura de la vicepresidenta puede ser muy influyente en 
distintos sectores de la sociedad y, de ser tergiversada esta 
opinión, podría afectar negativamente a esta disciplina. Si 
bien la importancia de la psicología puede llegar a ser indis-
cutible en muchos casos, en este texto se sustentará que, 
contrario a la opinión de la funcionaria, no hay suficientes 
psicólogos en Colombia. Para ello se traerán a colación ejem-
plos de esta carencia en distintos sectores de la sociedad, lo 
que evidencia una baja cobertura de profesionales para aten-
der las posibles afecciones psicológicas y los daños que estas 
pueden causar con el tiempo. 
Para empezar, hay colegios en Colombia que carecen de 
profesionales en psicología, lo que puede afectar el desa-
rrollo psicológico de niños y adolescentes. Esta carencia es 
visible en diversos lugares del territorio colombiano, como 
el departamento del Atlántico, en el cual hay más de cien 
mil estudiantes matriculados en las instituciones educativas, 
para los cuales solo hay 113 orientadores aprobados por el 
Ministerio de Educación (Mercado, 2020). Esta situación 
también puede verse en la capital del país. En una investi-
gación realizada por Alarcón, Ramírez y Hernández (2016), 
se puede evidenciar que en tres instituciones de la ciudad 
de Bogotá hay, por cada una, más de dos mil estudiantes en 
los distintos niveles educativos, además un número de entre 
80 y 100 profesores, sin contar a los integrantes del cuerpo 
directivo, población para la cual solo hay dos orientadores. 
Jo
sé
 L
ei
de
r R
iv
er
a 
Ci
fu
en
te
s /
jri
ve
ra
ci@
un
al
.ed
u.
co
36
Prima Exagia 17
En ambos casos, el número de estudiantes y miembros de la comu-
nidad educativa de los colegios es mayor al número de orientado-
res que pueden acompañar –no solo a estudiantes– sino también a 
profesores que podrían llegar a necesitar intervención psicológica.
La presencia de un psicólogo en estas instituciones es impor-
tante, ya que dos etapas esenciales del desarrollo acontecen en 
los colegios: la niñez y la adolescencia, que van desde los 4 hasta 
los 18 años. Tal como indica Rice (1997), en estas etapas los indi-
viduos están en un proceso de desarrollo cognoscitivo, emocio-
nal y psicosocial, además de que el ambientede la infancia puede 
repercutir significativamente en el resto de la vida de una perso-
na. Por lo anterior, muchas experiencias negativas que pudiesen 
tener los niños repercutirán en su desarrollo de no ser tratadas 
adecuadamente. De acuerdo con la Organización Mundial de la 
Salud (OMS, 2020), alrededor del mundo hasta 1000 millones de 
niños entre los 2 y los 17 años fueron víctimas de abusos físicos, 
sexuales, emocionales o de abandono en el último año. En el país, 
Medicina Legal reveló que, durante la pandemia ocasionada por el 
coronavirus, más de dos mil niños han sido violentados en el país, 
víctimas de distintos tipos de violencia (Radio Nacional de Colom-
bia, 2020). Otra situación negativa que es importante resaltar es 
el acoso escolar o bullying. Según la Organización de las Naciones 
Unidas para la Educación (UNESCO), al menos uno de cada tres 
niños en el mundo es agredido de manera física, verbal y psicológi-
ca por otros (Revista Semana, 2020). 
Sumado a esto, en muchas ocasiones el acompañamiento que 
pueden brindar los profesores y los psicólogos de las institucio-
nes es poco y no garantiza una cobertura a todos los estudiantes 
que presenten algún problema. Como bien muestran en su trabajo 
Alarcón et al. (2016), los colegios presentan distintas necesidades 
que no pueden atenderse de manera adecuada por la escasez de 
psicólogos. Generalmente, se necesitan servicios de orientación, 
asesoría y acompañamiento para estudiantes con problemas fami-
liares, emocionales, de drogadicción y de convivencia, entre otros. 
Así, la carencia de profesionales en los colegios y el poco acompa-
ñamiento que reciben los niños y jóvenes hace que sean más pro-
pensos a sufrir futuros problemas psicológicos de no ser tratados 
Prima Exagia 17
37
de manera oportuna y adecuada. Si hubiera más psicólogos 
en las instituciones educativas, habría una mayor cober-
tura y una atención más pronta y eficaz para acompañar a 
los estudiantes que presenten algún problema. Después de 
todo, desde las escuelas se pueden prevenir muchos pro-
blemas sociales, que en Colombia constituyen un panorama 
preocupante (Mercado, 2020).
Por otra parte, la escasez de profesionales en el área de la 
psicología no permite la cobertura necesaria para tratar los 
daños psicológicos de las víctimas del conflicto armado. Este 
es un hecho preocupante ya que el acompañamiento psicoló-
gico es importante para la reincorporación de las victimas a 
la sociedad. El conflicto armado en Colombia es una proble-
mática de larga data que ha marcado de manera significativa 
la vida de quienes lo vivieron y por la cual se han enfrentado 
—en muchos casos— a los prejuicios de la sociedad cuando 
intentan reincorporarse. En un estudio hecho por la Pontifi-
cia Universidad Javeriana y el Ministerio de Salud se explica 
que “la guerra, la violencia, el despojo y la persecución, tras-
tocan las formas de convivencia, los recursos del pensamien-
to y simbolización, y el cuidado de sí mismo, de los demás y 
del entorno” (Martínez, 2020, párr. 11).
Aunque hoy en día han surgido diversas organizaciones y 
asociaciones destinadas al acompañamiento de víctimas de 
la violencia en el país, la falta de cobertura y de profesiona-
les enfocados en esta área hace que no todas las victimas 
tengan la posibilidad de contar con una orientación psicoló-
gica apropiada. Tal es el caso del Programa de Atención Psi-
cosocial y Salud Integral a Víctimas (PAPSIVI), un conjunto 
de estrategias que el Ministerio de Salud y Protección Social 
implementa para brindar una atención integral en salud y 
atención psicosocial a los afectados por el conflicto (Minis-
terio de Salud y Protección Social, s.f.). El PAPSIVI destina un 
total de ocho sesiones para la atención psicosocial por cada 
víctima, después de las cuales no puede volver a ser atendida 
por este programa.
Si bien el Ministerio ha destinado recursos a este pro-
Jo
sé
 L
ei
de
r R
iv
er
a 
Ci
fu
en
te
s /
jri
ve
ra
ci@
un
al
.ed
u.
co
38
Prima Exagia 17
grama, sus sesiones son pocas para lograr un acompañamiento 
óptimo, ya que las víctimas han tenido que ver y vivir hechos inena-
rrables ocurridos en Colombia. Tal como lo indica la psicóloga clí-
nica Silvia Rivera (Muñoz, 2019) las sesiones no son suficientes 
para un diagnóstico concreto y, además, no todos los que atienden 
a las víctimas tienen el perfil profesional para hacerlo. Por esto, 
la falta de psicólogos también afecta en cierta medida a muchos 
programas que tienen como fin brindar este tipo de atención a las 
víctimas, pues al no haber muchos psicólogos contratados por el 
Estado, que además tengan un perfil adecuado, no se puede dar la 
atención óptima y necesaria para esta población. Esto repercute 
en la atención a las distintas personas que padecen algún tipo de 
afectación psicológica por la violencia, como se ve reflejado en el 
número de víctimas atendidas por los programas. Según Muñoz 
(2019), el PAPSIVI, de 2014 a 2017, atendió a 444.062 víctimas 
en todo el país de las 7.626.134 que había en total. Por lo tanto, 
se puede decir que sería pertinente tanto extender el número de 
sesiones para el tratamiento óptimo, como contar con un mayor 
número de psicólogos para una mayor cobertura de víctimas a lo 
largo del país.
Por último, el panorama de la salud mental en Colombia es pre-
ocupante, ante lo cual se necesitan más psicólogos que puedan 
garantizar una mejor atención para los ciudadanos. Anualmen-
te, se presenta un número significativo de suicidios en Colom-
bia (Ministerio de Salud y Protección Social, 2020), que muchas 
veces son causados por afecciones psicológicas que perjudican 
a niños, adolescentes y adultos a lo largo del territorio nacional, 
tales como la depresión, la ansiedad, el miedo, la baja autoestima 
y la angustia. Nada más en el año 2019 la cifra de niños, niñas 
y adolescentes que cometieron suicidio es de 287, mientras que 
en los primeros cuatro meses del año 2020 la cifra alcanzó los 
79 casos (El Espectador, 2020), situación que es alarmante y que 
podría haber aumentado teniendo en cuenta los factores adicio-
nales que pueden generar la aparición de las condiciones psicoló-
gicas mencionadas anteriormente, como la cuarentena impuesta 
por motivo del coronavirus. Además, según un informe publicado 
por la OMS, Colombia está ubicado en el octavo lugar de los países 
Prima Exagia 17
39
latinoamericanos con más personas que sufren de depresión, 
alcanzando un porcentaje de 4,7 %, frente a lo cual, según 
Martínez (2020),“[…] es necesario prestarle toda la atención 
que se merece y, en lugar de estigmatizar a las personas que 
la padecen, comprender qué es y cómo puede prevenirse y 
tratarse” (párr. 3).
El campo clínico de la psicología es el encargado de cuidar 
la salud mental y de estudiar, diagnosticar, tratar y atender 
las posibles afecciones que un individuo podría sufrir a lo 
largo de su vida. Estos trastornos afectan principalmente 
a niños, adolescentes y adultos jóvenes y además repercu-
ten en distintos aspectos como el pronóstico, la producti-
vidad académica y económica de la población, así como en 
el capital global (factores personales, simbólicos, culturales 
y relacionales) (Posada, 2013). Este campo de la psicología 
también se ve afectado por la carencia de psicólogos, la cual 
se hace evidente al momento de observar la cobertura que 
existe para tratar la salud mental, situación que ha adqui-
rido nuevas dimensiones durante la pandemia ocasionada 
por el Covid-19 (Mouzo, 2021). Esto afecta de manera con-
siderable el tratamiento de condiciones psicológicas, enfer-
medades y trastornos mentales que los ciudadanos podrían 
padecer. La carencia de psicólogos y en muchos casos la poca 
importancia que se le da a la salud mental por parte de algu-
nas personas en el país impide garantizar una cobertura ade-
cuada de psicólogos que pueden atender de manera eficaz y 
apropiada estas afecciones, generadas por distintos factores 
a los que se enfrenta unapersona día a día, como el estrés, 
la carga laboral y los problemas interpersonales, entre otros.
En resumen, la escasez de profesionales en el área de la 
psicología puede repercutir de diferentes formas en el trata-
miento que necesitan las personas en relación con diferentes 
problemáticas que viven o a las que están expuestas. Se puede 
observar con preocupación que, en muchos ámbitos, no hay 
una cobertura adecuada para el tratamiento de niños, adoles-
centes y adultos que padecen de algún tipo de afección psi-
cológica y que, sumado a esto, requieren de una intervención 
Jo
sé
 L
ei
de
r R
iv
er
a 
Ci
fu
en
te
s /
jri
ve
ra
ci@
un
al
.ed
u.
co
40
Prima Exagia 17
eficaz y oportuna. Además de lo mencionado anteriormente, cabe 
resaltar que la carencia de profesionales en el área de la psicología 
no solo repercute en el tratamiento de afecciones ya presentes en 
los individuos, sino que esto también afecta el desarrollo y la pre-
vención de dichas afectaciones, al no poder garantizar un acompa-
ñamiento desde el momento cero. Aunque este texto busca visibili-
zar las consecuencias que trae consigo la falta de profesionales en 
ciertos escenarios, son más los ámbitos que se ven perjudicados y 
sobre los cuales debemos actuar desde la academia y desde la prác-
tica profesional.
Prima Exagia 17
41
Referencias
Alarcón, Y., Ramírez, A. y Hernández, D. (2016). La función del psicólogo en el 
contexto escolar (Tesis de pregrado). Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá D.C., 
Colombia. Recuperado de: https://bit.ly/3E81q3K
El Espectador. (2020, 14 de febrero). “Tenemos demasiadas psicólogas y soció-
logas”: Marta Lucía Ramírez. El Espectador. Recuperado de: https://bit.ly/3z4tuBh
El Espectador. (2020, 26 de junio). En promedio, cada 30 horas se suicida un 
niño, niña o adolescente en Colombia. El Espectador. Recuperado de: https://bit.
ly/2VxzjJO
La Opinión. (2020, 15 de febrero). Psicólogos rechazan pronunciamiento de 
la vicepresidenta Marta Lucía. La Opinión. Recuperado de: https://bit.ly/2VEX42Q
Martínez, I. (2020, 23 de febrero). Más psicólogos para un país como Colombia. 
El Universal. Recuperado de: https://bit.ly/3tAj8YN
Mercado, L. (2020, 16 de febrero). Psicólogos en las escuelas, deber del estado. 
La Libertad. Recuperado de: https://bit.ly/3A8NCnd
Ministerio de Salud y Protección Social. (2020). Minsalud avanza en acciones 
para la prevención del suicidio. Recuperado de: https://bit.ly/3A58yeS
Ministerio de Salud y Protección Social. (s.f.). Programa de atención psicosocial y 
salud integral a víctimas - PAPSIVI. Recuperado de: https://bit.ly/38YCM7c
Morris, C. G. y Maisto, A. A. (2009). Psicología (13a ed.). Prentice Hall.
Mouzo, J. (2021, 18 de marzo). “El que puede, se paga un psicólogo; el que no, 
se aguanta”. El País. Recuperado de: https://bit.ly/3hrf7Bg
Muñoz, S. (2019, 27 de diciembre). Atención psicológica a víctimas: la herida 
invisible del conflicto armado. El Espectador. Recuperado de: https://bit.ly/3k1A5Is
Organización Mundial de la Salud. (2020, 08 de junio). Violencia contra los 
niños. Recuperado de: https://bit.ly/390tzve
Posada, J. A. (2013). La salud mental en Colombia. Biomédica, 33(4), 497-498. 
Recuperado de: https://bit.ly/3yZjwB7
Radio Nacional de Colombia. (2020, 4 de junio). Durante cuarentena han sido 
violentados 2.131 niños en Colombia. Recuperado de: https://bit.ly/3nqJ0FE
Revista Semana. (2020, 2 de mayo). Acoso escolar: uno de cada tres estudian-
tes son víctimas. Revista Semana. Recuperado de: https://bit.ly/3EbnlqX
Rice, F. P. (1997). Desarrollo humano: estudio del ciclo vital. Prentice Hall.
Sotelo, V. (2016). Fundamentos de la psicología (1a ed.). Universidad Continental.
SOCI-EDAD EN BOGA-TÁ
[El opresor y los oprimidos (2021), Bogotá, María Alejandra Garzón González]
43SOCI-EDAD EN BOGA-TÁ
[El opresor y los oprimidos (2021), Bogotá, María Alejandra Garzón González]
[Vigor (2021), Bogotá, Óscar Andrés Prada Moreno]
Prima Exagia 17
45
Juegos infantiles: más allá del 
género y más cerca de la equidad
Jairo Sthiven Moreno Valero
jmorenova@unal.edu.co
Estudiante de Psicología
Adriana Diaz Cuevas, docente
Resumen
Palabras Clave
[Texto argumentativo] Las implicaciones de la estimación cognitiva de 
la mano de la psicomotricidad son factores esenciales en el desarrollo cog-
nitivo, pues la corporeidad es de las primeras herramientas con las que nos 
empezamos a relacionar con nuestro entorno. Este ensayo busca argumen-
tar, a través de estudios y evidencias, la manera en que históricamente se 
ha desfavorecido a las mujeres en su potencial desarrollo cognitivo. Esta 
inequidad reside en la falta de búsqueda de habilidades o capacidades rela-
cionadas con la psicomotricidad en los primeros años de vida, búsqueda 
intrínsecamente relacionada con los juegos infantiles que condicionan a los 
niños y las niñas de acuerdo con su rol de género a cumplir.
Juegos infantiles, 
Género, 
Psicomotricidad, 
Estimulación temprana, 
Desarrollo cognitivo.
La cultura patriarcal produce una simbolización biologizada 
de la masculinidad como dispositivo estratégico, que justifica y 
legitima la superioridad, la dominación y el privilegio del varón. 
(Palacio y Valencia, 2001, pág. 233)
46
Prima Exagia 17
Hace un par de años, cuando realizaba mi preuniversitario, 
me vine a encontrar con una cruda y real situación: al ser mujer se 
tiene casi la mitad de las posibilidades de acceder a la Universidad 
Nacional de Colombia. Los datos estadísticos son claros: el des-
empeño de las mujeres en el examen de admisión ha sido siempre 
más bajo que el de los hombres. Esta idea me dejó desconcerta-
do por completo, e inclusive provocó un eco que hasta el día de 
hoy resuena. A raíz de ello surgió en mí el deseo de reclamar por 
todas esas figuras femeninas que me han rodeado. Allí fue cuando 
me encontré con la tesis de maestría en Estudios de Género de la 
trabajadora social Cindy Caro, donde se evidencia que, aunque la 
cantidad de hombres y mujeres que se presentan es casi siempre la 
misma, las admitidas son siempre menos: el máximo porcentaje de 
admitidas fue el 2016-1 con un 37.58 % y el mínimo fue el 2014-1 
con un 29.47 % (Quintero y Caro, 2018).
Esta desigualdad porcentual me llevó a considerar que el con-
texto colombiano ha estado marcado por una diferenciación en las 
labores entre hombre y mujer, lo cual está intrínsecamente relacio-
nado con los roles sociales establecidos desde la infancia. Esto se 
ve reflejado, por ejemplo, en los juegos diferenciados por género 
que realizan las niñas y los niños en dicha etapa. Para ello, es impor-
tante destacar que los juegos infantiles son el germen que permite 
a todo hombre y mujer desarrollarse, reflejan las más profundas y 
bellas aptitudes de su ser, en primera instancia, las de su corporei-
dad (Fröebel, 2003). Además, en el caso colombiano, la elección 
de un juego o juguete se ve más influenciada por un estereotipo 
de género que por los gustos individuales, ya que las/os niñas/os 
se ven condicionadas/os a diferenciar actitudes femeninas y mas-
culinas. Esto implica que para ellas/os haya una categorización, al 
Prima Exagia 17
47
asemejar lo femenino con actividades más pasivas en fun-
ción de la maternidad, del hogar y la belleza; y lo masculino 
con actividades en función de la fuerza y habilidades corpo-
rales. Ahora bien, el salirse de la normativa implica sancio-
nes sociales sobre todo en el rol masculino, pues existe una 
inferiorización por el simple hecho de representar, por medio 
de sus juegos, lo femenino (Martinez, 2016).
Con esta diferenciación se ha predispuesto un rol de género 
a cumplir y, como consecuencia, se han configurado ciertas 
habilidades a desarrollar. Es válido destacar que esta dife-
renciación en actividades y juegos marca una predisposición 
particular a ciertas prácticas, experiencias y habilidades que 
configurarán, por ejemplo, la educación y la cognición. Extra-
polando esto, la educación es uno de los ámbitosen que la 
mujer se desenvuelve y sería solo uno de varios en donde ella 
se vería afectada por esta inequidad. Por esta razón, y las que 
expondré más adelante, considero que los juegos infantiles 
diferenciados por género son un condicionante social que 
limita el desarrollo cognitivo de las niñas en Colombia.
De esa manera, este ensayo busca aportar al debate sobre 
equidad de género, aunque sea poco tratado desde el enfo-
que cognitivo, al menos en Colombia. Mi objetivo principal es 
argumentar por qué es importante repensarnos la labor for-
mativa con las/os niñas/os, sobre todo como padres o quienes 
cumplan con esta labor. A lo largo del ensayo enfatizaré en 
tres argumentos, basados en evidencia científica, con el fin de 
fundamentar por qué existe esta inequidad que perjudicaría a 
largo plazo a las mujeres. Expondré así algunos aspectos prin-
cipales: la demarcada diferenciación de los juegos infantiles 
por las implicaciones de género; las etapas del desarrollo y su 
intrínseca relación con la importancia de la estimulación cog-
nitiva; las inteligencias relacionadas con la psicomotricidad y 
los juegos que ocasionarían un mayor desarrollo de estas; y, 
por último, evidencias científicas acerca de las consecuencias 
en la falta de estimulación en la niña a través del juego.
En primera instancia, los juegos infantiles diferenciados 
por género responden más a una delimitación social que a un 
Ja
iro
 S
th
iv
en
 M
or
en
o 
Va
le
ro
 /j
m
or
en
ov
a@
un
al
.ed
u.
co
48
Prima Exagia 17
gusto particular, predisponiendo actividades que marcarán la vida 
de la mujer y con ello las habilidades cognitivas que potenciará o no. 
Se piensa que el cerebro, al ser biológico, tiene preprogramado las 
diferencias entre los sexos, pero el cerebro es maleable y adaptativo 
a la experiencia, esta diferenciación responde más a un estereotipo 
de género impuesto por la sociedad (Eliot, citado en Siebel, 2015). 
Adicionalmente, la mercadotecnia de los videojuegos, la división 
categórica por género de los canales de distribución de juegos y los 
programas que consumen niñas/os y adultas/os se suman a la bifur-
cación y predisposición de cumplir ciertos roles de género hipermas-
culizados o hiperfeminizados (Heldman, citado en Siebel, 2015). 
Es clave resaltar que necesitamos saber a qué grupo pertenece-
mos para así saber cómo nos desempeñaremos. Además, no pode-
mos ignorar la composición genética y endocrinológica que predis-
pone diferencias concretas entre el cuerpo masculino y el femenino 
(Achucarro et al., 2017). El problema es cuando esta categoriza-
ción está tan marcada y bifurcada en etapas donde somos tan cré-
dulos que se nos impone la categorización como una obligación a 
cumplir y no una elección de ser. La cuestión realmente importante 
aquí es no caer en la polarización de actividades determinadas para 
un género específico y otras, totalmente diferentes, para el otro. 
En segunda instancia, los juegos infantiles diferenciados por 
género, que comúnmente realizan las niñas, son cognitivamente 
menos estimulantes al implicar un menor esfuerzo cognitivo en 
etapas imprescindibles para el desarrollo psicomotriz. En el desarro-
llo de las/os niñas/os es fundamental tener presente en qué etapas y 
con qué herramientas se les pueden dotar para su estimulación fruc-
tífera, esto a través de los juegos. Sus cerebros poseen una flexibi-
lidad en el desarrollo significativo que desaparecerá después de los 
seis años (al menos a tan alto nivel), sentando las bases cognitivas 
para el resto de la adultez (Doman y Doman, 2002). 
Hay una relación muy estrecha entre estímulo y respuesta, en 
donde una causa la otra, en este sentido, la poca efectividad del 
estímulo (juego) causaría una respuesta precaria (desarrollo psico-
motriz) (Valdes, 2014). Esta relación la demarcamos en momentos 
cruciales de las etapas del desarrollo cognitivo de Piaget (citado 
por Valdés, 2014):
Prima Exagia 17
49
1) Etapa sensoriomotora (0 a 2 años): se está 
en un estadio prelingüístico y el aprendizaje depen-
de de actividades motoras corporales. Es importante 
recalcar que no se debe limitar a las/os niñas/os al 
uso de su corporeidad (actividad física), de lo contra-
rio y gracias a la circularidad (proceso de reiteración 
de estímulos) estaremos predisponiéndolas/os a no 
desarrollar adecuadamente esta psicomotricidad. 
Aquí no hay operaciones lógicas y se aprenderá por 
simple emulación y repetición.
2) Etapa preoperacional (2 a 7 años): surgen 
pensamientos representativos y aparece un razo-
namiento prelógico de conceptos más complejos 
dependiendo de la circularidad de la etapa anterior y 
los estímulos que se recibieron. Es importante desta-
car que, dependiendo de las actividades, se formarán 
en gran medida los pensamientos más complejos de 
la siguiente etapa. 
3) Etapa operacional concreta (7 a 11 años): 
se da un pensamiento lógico y operaciones concretas 
como la reciprocidad. No olvidemos que la adaptabi-
lidad y la flexibilidad del cerebro disminuirá conside-
rablemente y los cambios serán más fijos, por lo que 
habrá una normalización de estas actividades y será 
difícil modificarlas en la adultez. 
De esta manera se pacta una estrecha relación entre 
varios factores: los instantes imprescindibles del desarrollo 
expuestos anteriormente; la estimulación cognitiva en esta-
dios o etapas específicas; la importancia de la corporeidad 
y la motricidad; y la tendencia a relacionar ciertos juegos, 
vinculados directamente a lo femenino, con las niñas. Por 
consiguiente, habría que preguntarse si estas actividades son 
acordes a la necesidad de cada etapa, pues si las niñas son 
excluidas de hacer actividades por el hecho de que deberían 
ser delicadas o simplemente más calmadas, ello tendrían 
consecuencias en su desarrollo cognitivo integral, especial-
mente en habilidades relacionadas con la psicomotricidad 
Ja
iro
 S
th
iv
en
 M
or
en
o 
Va
le
ro
 /j
m
or
en
ov
a@
un
al
.ed
u.
co
50
Prima Exagia 17
(Barreno y Macias, 2015). Esta estimulación llevará o no a la for-
mación fructífera de habilidades en ciertos tipos de inteligencia, 
como enfatizaré en mi siguiente argumento. 
En última instancia, la falta de estímulos cognitivos en la niñez, 
ocasionada por los juegos diferenciados por género, tiene conse-
cuencias notables en el desarrollo de la inteligencia visoespacial 
y corporal-cinestésica de la mujer. Para ello analizaré dos tipos de 
inteligencias que están muy relacionadas con la psicomotricidad:
• La inteligencia espacial, según Gardner, se carac-
teriza por la capacidad de crear, rotar y visualizar imáge-
nes mentales tridimensionales y de comprender modelos 
reales de estas. Se relaciona con juegos como: rompecabe-
zas, ajedrez, legos, videojuegos, Tetris, construcciones y la 
papiroflexia (citado en López, 2018; Mercadé, 2012).
• La inteligencia corporal-cinestésica, según Gard-
ner, se caracteriza por utilizar el cuerpo para la solución de 
problemas o la efectiva realización de actividades corpora-
les. Estas actividades requieren rapidez, coordinación ócu-
lo-manual, fuerza, flexibilidad y equilibrio. Se relaciona con 
actividades como los deportes y la danza (citado en López, 
2018; Mercadé, 2012).
Debemos destacar que, aunque no todo juego está hecho para 
desarrollar cierta inteligencia o capacidad, no realizar ciertas acti-
vidades ocasionaría una falencia cognitiva a largo plazo. Ello se 
puede evidenciar en los juegos que a gran escala no involucran la 
corporeidad (juegos estáticos) y que son mayormente ejecutados 
por las niñas (Martinez, 2016).
Estas consecuencias cognitivas a largo plazo se evidencian en 
un estudio meta-analítico publicado por la APA (por sus siglas en 
inglés, Asociación Americana de Psicología), donde se recopila 
un total de 128 estudios en los que participaron más de 30.000 
menores de edad, entre los 3 y los 18 años. Esta investigación 
permitió evidenciar científicamente que el razonamiento espacial 
tiene unaventaja de índole masculina; se tiende a poseer mayor 
habilidad en tareas de rotación mental, razonamiento espacial e 
inteligencia visoespacial. Se enfatiza en que la causa de ello está 
Prima Exagia 17
51
en factores experienciales y psicosociales que surgen de una 
ventaja masculina durante la niñez. No obstante, los factores 
endocrinológicos y fisiológicos no son excluidos como resul-
tado de esta diferencia cognitiva (Lauer et al., 2019).
Otra evidencia de estas consecuencias es el examen de 
admisión de la Universidad Nacional de Colombia, donde 
Caro (2017) evidencia estadísticamente que las mujeres, 
desde el periodo 2010-2 a 2017-1, han tenido, en relación 
con los hombres y sin excepción alguna, un desempeño 
demasiado bajo y evidente en los componentes de análisis 
de imagen y matemáticas (véase tabla 1). Componentes que 
están muy relacionados con las habilidades que se desarro-
llan en la inteligencia visoespacial, lógico-matemática y cor-
poral-cinestésica (Rubio, 2000). 
Por ejemplo, los juegos en los que son socializados los niños 
como construir, armar, conducir, permiten un desarrollo que favo-
rece ciertas habilidades, al contrario, la socialización con áreas 
del cuidado que se hace sobre niñas puede que beneficie ciertas 
habilidades sociales o de lenguaje e impida el desarrollo de otras, 
entre ellas, el pensamiento abstracto (Caro, 2017, p.188).
Tabla 12: Resultados del examen de admisión Universidad Nacional por componente.Fuente: 
Indepaz, (2020).
Ja
iro
 S
th
iv
en
 M
or
en
o 
Va
le
ro
 /j
m
or
en
ov
a@
un
al
.ed
u.
co
52
Prima Exagia 17
No quiero dar a entender que el hombre es más inteligente 
que la mujer por la estimulación que recibe en la infancia. Lo que 
argumento es que la falta de realización de ciertos tipos de acti-
vidades ocasiona un desaprovechamiento del potencial de habili-
dades específicas de las niñas, no un conjunto tan etéreo como la 
“inteligencia”. En esta medida, la mujer destacaría en otros tipos 
de inteligencias como la lingüística, la intrapersonal y la interper-
sonal, al poseer habilidades sociales y lingüísticas que la benefi-
ciarían (Baron-Cohen, citado en Esch, 2019). En ese caso, la mujer 
no sería más inteligente que el hombre, sino más capacitada y con 
más habilidades para resolver o hacer ciertas actividades especí-
ficas gracias a la estimulación cognitiva que se le precisó reforzar.
En síntesis, se ha evidenciado que los juegos infantiles diferen-
ciados por género son un condicionante social que limita el desa-
rrollo cognitivo de las niñas en Colombia. Así, estas se han supedi-
tado, por medio de los juegos a los que se exponen en su infancia, 
a ciertas habilidades y con ello su potencial cognitivo se ha desa-
rrollado de una forma específica. Es notoria, además, la importan-
cia de una apropiada estimulación en etapas imprescindibles del 
desarrollo cognitivo por medio de los juegos; sin olvidar que cierto 
tipo de actividades conllevan al desarrollo de inteligencias relacio-
nadas con la psicomotricidad. 
Por estos motivos y argumentos, me gustaría invitar a las y los 
lectores a indagar más allá, pues considero que se debe visibili-
zar que la desigualdad de género viene desde etapas tempranas y 
justamente son esas pequeñas acciones las que condicionan a la 
mujer a salir a un mundo que ya de por sí es machista. La idea de 
pensar que, por el simple hecho de haber nacido mujer, se disminu-
yen las posibilidades para acceder a la educación pública (como es 
el caso de la Universidad Nacional de Colombia), en lo personal me 
2. El punto verde hace referencia a una igualdad relativa 
entre los resultados de los varones sobre el resultado de las 
mujeres; el punto amarillo indica resultados que favorecen a 
los varones, pero no desproporcionadamente; el punto rojo 
muestra una diferencia muy evelada entre los resultados 
obtenidos por varones sobre los de las mujeres.
Prima Exagia 17
53
desconcierta de sobremanera. Puede que pensemos que esta 
inequidad no está en la crianza de las niñas, en contra-ar-
gumentación de lo que se ha evidenciado en este ensayo, 
entonces valdría la pena preguntarnos: ¿en dónde está? ¿en 
la biología misma? ¿en los factores fisiológicos y endocrino-
lógicos? Me niego rotundamente a pensar que la naturaleza 
misma ha generado esta “superioridad”.
Para finalizar, es importante recalcar que fuimos niñas/os 
crédulas/os que asimilaron percepciones, de las cuales acep-
tamos algunas nociones como propias hasta el día de hoy. 
Por ello, es válido indagar tres cosas: con qué cabalidad se 
cumple la realización de estos juegos en nuestro entorno, de 
qué manera fuimos y estamos estimulando a las/os niñas/
os, y si estamos indirecta o directamente motivando la falta 
de esta estimulación cognitiva y, por ende, favoreciendo a 
algún género. 
Debemos reconocer nuestra obligación como sociedad, 
pues estas cicatrices sociales aún están presentes. Esas acti-
vidades que se le delegaron a la mujer, en enorme medida 
por delimitación social y cultural, tienen y tendrán eco en 
las niñas, en las mujeres que reivindicarán y reclamarán su 
importancia de ser mucho más que un estereotipo de género 
a cumplir, no simplemente como mujeres, sino como perso-
nas capaces de contribuir al desarrollo integral de Colombia 
desde sus capacidades y fortalezas individuales.
Ja
iro
 S
th
iv
en
 M
or
en
o 
Va
le
ro
 /j
m
or
en
ov
a@
un
al
.ed
u.
co
54
Prima Exagia 17
Referencias
Achucarro, S., Hernández, N., y Di Domizio, D. (2017). Edu-
cación física: Teorías y prácticas para los procesos de inclusión. 
Colectiva & Monográfica, 3, 189-197. Recuperado de: https://
bit.ly/3ldWhhT
Barreno, Z., y Macias, J. (2015). Estimulación temprana 
para potenciar la inteligencia psicomotriz: importancia y rela-
ción / Importance and relationship in early stimulation to enhance 
psychomotor intelligence in infants. Ciencia Unemi, 8(15), 110 - 
118. Recuperado de: https://bit.ly/390J1HS
Caro, C. J. (2017). Posibilidades de acceso a la Universidad 
pública. Estudio interseccional con perspectiva de género sobre los 
perfiles de las personas aspirantes y admitidas a la Universidad 
Nacional de Colombia 2010-2017 (tesis de maestría). Universi-
dad Nacional de Colombia, Bogotá, Colombia. Recuperado de: 
https://bit.ly/2YJ6rQ1
Doman, G., y Doman, J. (2009). Cómo multiplicar la inteligen-
cia de su bebé. La Revolución Pacífica. Madrid: EDAF.
Esch, K. (2019). Testosterona: La fuerza motriz de los hombres 
[Documental]. DW. Recuperado de: https://bit.ly/38XOf7h
Fröebel, F. (2003). La educación del hombre. (A. Núñez, 
Trad.). Biblioteca Virtual Universal. (Obra original publicada 
en 1826). Recuperado de: https://bit.ly/2VxnLGq
Lauer, J., Yhang, E., y Lourenco, S. (2019). Supplemental 
material for the development of gender differences in spa-
tial reasoning: A meta-analytic review. Psychological Bulletin, 
145(6), 537-565. Recuperado de: https://bit.ly/3927T1L
López, M. (2018). 25 Juegos para Potenciar la Inteligencia de tu 
hij@. Recuperado de: https://bit.ly/3Abtn8E
Martinez, M. (2016). “Nos enteramos que somos”, relación 
entre la construcción de género y las prácticas que llevan a cabo las 
niñas y los niños de grado tercero, en los juegos (Tesis de maestría). 
Universidad Pedagógica Nacional, Bogotá, Colombia. Recupe-
rado de: https://bit.ly/3lePGnA
Prima Exagia 17
55
Mercadé, A. (2012). Los 8 tipos de inteligencia según Howard Gard-
ner: la teoría de las inteligencias múltiples. Recuperado de: https://bit.
ly/3Abtn8E
Palacio, M., y Valencia, A. (2001). La identidad masculina: un mundo 
de inclusiones y exclusiones. Manizales: Editorial Universidad de Caldas.
Quintero, Ó., y Caro, C. (2018). ¿Qué tan equitativo es el acceso 
a la Universidad Nacional de Colombia? Análisis comparativo de las 
poblaciones aspirantes y admitidas desde una perspectiva de género. 
Equidad-UN: Boletín Del Observatorio de Asuntos de Género Universidad 
Nacional de Colombia, 1. Recuperado de: https://bit.ly/3C98yLD

Continuar navegando

Materiales relacionados

89 pag.
gaceta-1691-ok

User badge image

Aprenda aquí

35 pag.
32 pag.
30 pag.