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Apoyan Programa Gestión de Proyectos Dirección de Acompañamiento Integral Dirección de Bienestar Facultad de Ciencias Humanas Sede Bogotá ISNN EN LÍNEA 2745-1836 4 Prima Exagia 17 Revista Prima Exagia Número 17 / ISSN 2256-2117 ISSN en línea 2745-1836 Universidad Nacional de Colombia Sede Bogotá Facultad de Ciencias Humanas Contacto Prima Exagia: cnle_fchbog@unal.edu.co primaexagia.blogspot.com facebook/prima.exagia Instagramprima.exagia Issuu.com/prima.exagia Las ideas y opiniones presentadas en los textos de la siguiente publicación son respon- sabilidad exclusiva de sus respectivos autores y no reflejan necesariamente la opinión de la Universidad Nacional de Colombia. Prima Exagia es una revista que recoge el trabajo de los estudiantes pertenecientes a los Cursos Nivelatorios de Lectoescritura. Esta publicación, de frecuencia semestral, es producto del esfuer- zo de estudiantes, docentes, tutores y miembros del grupo Prima Exagia, con el apoyo de la Facul tad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de Colombia. Universidad Nacional de Colombia Cra 45 No 26-85 Edificio Uriel Gutiérrez Sede Bogotá www.unal.edu.co Contacto PGP Proyectoug_bog@unal.edu.co 3165000 ext: 10661-10662 Facebook/gestiondeproyectosUN Instagram: @pgp_un issuu.com/gestiondeproyectos RECTORA Dolly Montoya Castaño VICERRECTOR José Ismael Peña Reyes DIRECTOR BIENESTAR SEDE BOGOTÁ Oscar Arturo Oliveros Garay JEFE DE DIVISIÓN DE ACOMPAÑAMIENTO INTEGRAL Zulma Edith Camargo Cantor COORDINADOR PROGRAMA GESTIÓN DE PROYECTOS William Gutiérrez Moreno DIRECTOR DE BIENESTAR FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS Eucaris Olaya DECANO FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS Carlos Guillermo Páramo Bonilla Autores o Autoras Yeymy Camila González Benavides Edison Bautista Díaz Andrés Felipe Valderrama Casallas José Leider Rivera Cifuentes Jairo Sthiven Moreno Valero Laura Yojana Salazar Suárez Alejandro Isaac Núñez Ayala Martín Fernando Ortegón Morales Andrés Felipe Prieto Alarcón Bárbara Daniela Ramírez Juana McCarter Laura Sofía Jiménez Otálora Brandon Stiven Mora Saldaña Ilustraciones por María Alejandra Garzón González Vivian Lamilla Rodríguez Óscar Andrés Prada Moreno Wehinert Stahiler Rodríguez Segura Fotografía de portada Wehinert Stahiler Rodríguez Segura COMITÉ EDITORIAL Dirección Gloria Esperanza Mora Monroy Coordinación Miguel Ángel Fuerte Blanco Edición: Miguel Ángel Fuerte Blanco María Alejandra Garzón González Vivian Lamilla Rodríguez Hogla Marín Pabón Nelson Mateo Vergara Oll Juan Esteban Correa Rodríguez Lorenzo Augusto Almario Saavedra Jefferson Javier Barrera Montañez Valeria Castillo Castillo Laura Córdoba Gaitán Evi Dukaba Divaly Martínez Flórez Carol Ximena Ramos Díaz Yuri Andrea Rodríguez Gómez Julián David Rodríguez Herrera Corrección de estilo Daniela Acosta Celis (PGP) Diseño y Diagramación Daniela Cano Amórtegui (PGP) Revista Prima Exagia Número 17 / ISSN 2256-2117 ISSN en línea 2745-1836 Universidad Nacional de Colombia Sede Bogotá Facultad de Ciencias Humanas 5 Contenido Editorial ............................................................................................... 6 Carta a una víctima del conflicto armado ............................................. 9 ¿DE QUÉ ME HABLAS, VIEJO? ......................................................... 10 Indiferencia estatal y líderes sociales en Colombia .............................. 13 El sistema de salud colombiano, un atentado contra el personal médico .............................................................................. 25 ¿Hay demasiados psicólogos en Colombia? ......................................... 33 SOCI-EDAD EN BOGA-TÁ .................................................................. 42 Juegos infantiles: más allá del género y más cerca de la equidad ......... 45 ¡Prohibido grafitear aquí! ................................................................... 59 SIN UN RESPIRO ............................................................................... 70 Corabastos: ¿centro de abastos o centro de desperdicios? ................... 73 Las pieles teñidas con sangre: la moda que incomoda ......................... 85 6 Prima Exagia 17 Editorial Algo está cambiando en Colombia. Lo que inició como una serie de manifestaciones en contra de la Reforma Tributaria se convirtió rápidamente en un mar de inconformidades de carácter político, social y económico. En cuestión de semanas, miles de personas, en su mayoría jóvenes, salieron de todos los rincones del país para manifestarse en contra del Gobierno de Iván Duque. Durante más de dos meses, en Colombia se presentaron cerca de 12.478 protestas (Comisión Interamericana de Derechos Huma- nos, 2021), un hecho nunca antes visto. Aunque los ánimos se han calmado, muchas de las inconformi- dades que motivaron la salida masiva de jóvenes a las calles aún se mantienen. El desempleo, la corrupción, la precaria atención en salud, el incumplimiento de los Acuerdos de Paz, la desigualdad, la falta de acceso a la educación superior y las afectaciones medioam- bientales han sido consideradas por los jóvenes las principales problemáticas que afectan al país (Cifras y Conceptos, 2021). Ante estos problemas, que los jóvenes sienten como propios, las nuevas generaciones han planteado nuevas discusiones de cara al futuro de Colombia. Como mencionó en una ocasión Hogla Marín, com- pañera y tutora de lectoescritura, “frente a un presente incierto, el futuro se vuelve trinchera para enfrentar los valores del pasado”. De esta forma, no es de sorprender que, en la presente edición de esta revista, los temas abordados por los estudiantes de los Cursos María Alejandra Garzón González maagarzongo@unal.edu.co Tutora de los Cursos Nivelatorios de Lectoescritura Prima Exagia 17 7 Nivelatorios de Lectoescritura respondan a estas preocupaciones. Los ensayos que el lector podrá leer a continuación son prueba de que la escritura trasciende los espacios de clase para convertirse en un lugar en donde los escritores no solo transmiten información, sino que ponen en evidencia sus inquietudes y pasiones, lo que piensan y defienden. El primer texto con el cual se encontrará el lector se llama Carta a una víctima del conflicto armado, en el cual se envía un mensaje de aliento a todas las personas afectadas por la guerra en Colombia. Los siguien- tes siete textos se encuentran divididos en tres secciones: “¿De qué me hablas, viejo?”, “Soci-edad en boga-tá” y “Sin un respiro”. En la primera sección, los artículos Indiferencia estatal y líderes sociales en Colombia, El sistema de salud colombiano, un atentado contra el perso- nal médico y ¿Hay demasiados psicólogos en Colombia? nos hablan de una Colombia en crisis. En la segunda sección, el lector podrá leer los artícu- los Juegos Infantiles: más allá del género y más cerca de la equidad y ¡Prohi- bido grafitear aquí!, en donde se discuten temas que cada día están más en boga en nuestra sociedad. Finalmente, los textos que cierran este número son Corabastos: ¿centro de abastos o centro de desperdicios? y Las pieles teñidas con sangre: la moda que incomoda, en los cuales se cuestiona el accionar del ser humano en su entorno. Como cierre a esta editorial, quiero agradecer a todos los integran- tes del Comité Editorial de este número: a Miguel Fuerte, Hogla Marín, Vivian Lamilla, Fernanda Pardo, Katherine Gil, Natalia Leiton, Alejandra Garzón y Paula Sandoval; a los estudiantes Mateo Vergara, Esteban Correa, Carlos Escobar y Brenn Romero; a la coordinadora de los CNLE, Gloria Mora; y a los docentes de los semestres 2020-I y 2020-II, Adriana Díaz, Yesenia Rincón, Jack Henríquez, Leidy Moreno y Lorena Ruiz. Este número no habría sido posible de no ser por el trabajo mancomunado entre todos los miembros del equipo de trabajo. A todos ellos muchas gracias por su dedicación y trabajo. Referencias Cifras y Conceptos. (2021). Tercera Medición de la Gran Encuesta Nacional sobre Jóvenes – mayo 2021.Recuperado de: https://bit.ly/2Xbi2am Comisión Interamericana de Derechos Humanos. (2021). Observaciones y recomendaciones de la visita de trabajo de la CIDH a Colombia. [¿Dónde están los desaparecidos del Paro Nacional? (2021), Bogotá, por María Alejandra Garzón] Prima Exagia 17 9 Carta a una víctima del conflicto armado Yeymy Camila González Benavides yegonzalezb@unal.edu.co Biología Adriana Patricia Díaz Cuevas, docente Me alegra poder saber que te encuentras bien, me han comentado que últimamente se ha ido mermando la situación allá donde estás. Lamento no saber por lo que estás pasando. Lamento no inmutarme sobre tu dolor. Lamento no saber por lo que pasan día a día las personas que viven en comu- nidades como la tuya. El hecho de vivir en un lugar diferente y apartado al tuyo no debería ser una razón para desconocer lo que te sucede, porque tu dolor es el mío. La sangre que se derrama en tu hogar debería doler, debe- ría hacer enaltecer mi voz para apoyar la tuya. De hecho, debería enaltecer nuestras voces como pueblo para apoyar la tuya. Nosotros, quienes “vivimos apartados de lo que te sucede”, muchas veces hacemos oídos sordos y no queremos saber lo que les ocurre a los demás, incluso hemos llegado a negar la existencia de la violencia por la que tienes que pasar casi a diario. Lo mínimo que deberíamos saber es a qué se debe tu situación, no solo decir que la comprendemos, ¿¡quiénes somos para decir que comprendemos algo que no sentimos, que no sufrimos!? No estamos ahí y no tenemos el derecho de hablar sobre lo que es vivir de la forma en la que tú lo haces, pero sí podemos hablar de la violencia que vives, para dejar de silenciarla, para dejar de ignorarla. Debemos dejar de evitar la “incomodidad” que nos genera contar tales aberra- ciones, porque nosotros NO somos ajenos a lo que te ocurre a ti y a los tuyos. Con todo esto tal vez no logre un cambio, pero créeme que, de aquellos a quie- nes les contaré el porqué de tu situación y de los abusos que vives, al menos uno quedará con esto en su corazón y su mente. Mis más sinceras disculpas y mis mejores deseos para ti y todos los que luchan, soportan y viven a tu alrededor. P.D. Me impresiona la fortaleza y la alegría que aún puedes brindarle a los demás. ¿DE QUÉ ME HABLAS, VIEJO? [Bloqueo (2021), Bogotá - Villavicencio, Vivian Lamilla Rodríguez] ¿DE QUÉ ME HABLAS, VIEJO? [Bloqueo (2021), Bogotá - Villavicencio, Vivian Lamilla Rodríguez] Prima Exagia 17 1313 Indiferencia estatal y líderes sociales en Colombia Edison Bautista Diaz ebautistad@unal.edu.co Filología e idiomas: francés Adriana Patricia Diaz, docente Resumen Palabras Clave [Texto argumentativo] En el presente ensayo se mues- tra cómo, a pesar de las evidencias sobre el alto índice de asesinatos de líderes sociales en Colombia luego de la firma del Acuerdo de Paz entre el Gobierno nacional y las FARC-EP, presentadas por algunas organizaciones defen- soras de derechos humanos, el Gobierno del presidente Iván Duque no ha tomado las medidas necesarias para disminuir este flagelo; por el contrario, ha desinformado acerca de la realidad actual de los líderes sociales. Aunque el Ministerio del Interior creó un plan de acción para dis- minuir los crímenes contra defensores de derechos huma- nos, su implementación no ha solucionado la problemáti- ca y las estadísticas siguen creciendo. Líder social, Derechos humanos, Acuerdo de Paz, Asesinatos, Desinformación. 14 Prima Exagia 17 En algunos medios de comunicación están siendo recurren- tes las noticias sobre asesinatos de líderes sociales en el país, un flagelo que ha estado presente en Colombia durante muchos años debido al largo conflicto interno que se ha vivido en el territorio, y que aún hoy persiste. Después de la firma del Acuerdo de Paz entre el Estado colombiano y las Fuerzas Armadas Revoluciona- rias de Colombia - Ejército del Pueblo (FARC-EP), los asesinatos a líderes sociales se han incrementado considerablemente, debido a que diferentes actores armados buscan quedarse con el manejo de las economías ilegales que existen en algunos departamentos como Antioquia, Cauca, Chocó, Valle del Cauca, Nariño, Norte de Santander, Caquetá y Córdoba. Así lo explica el Plan de Acción Oportuna cuando realiza el contexto de la problemática: “Desde el año 2016 y en lo corrido del 2018, grupos armados organi- zados han reconfigurado situaciones violentas en sus disputas territoriales, que han implicado el incremento de la vulnerabili- dad de los defensores de derechos humanos […]” (Ministerio del Interior, 2018, p. 6). Pero si los conflictos se dan entre grupos al margen de la ley con el fin de apropiarse del territorio, ¿qué tienen que ver los líderes sociales? Los líderes sociales son fundamentales en la organización y protección de los derechos humanos de las comunidades más vulnerables, ya que son ellos los que tienen un conocimiento más integral sobre sus problemáticas. En Colombia son muchas las comunidades que han visto la necesidad de agruparse con el fin de desarrollar procesos en beneficio de sus territorios, debido a que son muy pocas las ayudas que han recibido por parte del Estado a lo largo de la historia. Tales agrupaciones están repre- sentadas, en su gran mayoría, por una de las 23 tipologías de líderes sociales y defensores de derechos humanos que reconoce Prima Exagia 17 15 el Gobierno nacional. De igual modo, siguiendo los linea- mientos establecidos por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, se afirma que una persona es un líder social […] cuando se esfuerza, en diversos contextos y situaciones, de manera individual o colectiva, en promover o proteger el derecho o los derechos civiles y políticos de un individuo o un grupo, así como en fomentar la garantía y disfrute de los derechos económi- cos, sociales y culturales. (Ministerio del Interior, 2018, p. 4) La labor llevada a cabo por los defensores de derechos humanos interfiere con los intereses económicos de grupos al margen de la ley, por lo cual los líderes se convierten en objetivo militar de estos grupos. Como ciudadanos colom- bianos, los líderes sociales tienen la opción de abandonar su labor social o buscar el amparo del Estado ante las continuas amenazas. Muchos deciden continuar y, a pesar de las múlti- ples denuncias y la cantidad de hechos fatales en su contra, el Gobierno nacional no ha tomado las medidas necesarias para protegerlos. Por lo anterior, se puede afirmar entonces que para el Gobierno no es prioridad la defensa de los dere- chos humanos de los líderes sociales. En primer lugar, es necesario aclarar que en el Gobierno actual se siguen presentando asesinatos sistemáticos de líderes sociales. Esto ha sido demostrado por algunas organi- zaciones como el Instituto de Estudios Para el Desarrollo y la Paz (INDEPAZ), el Centro de Investigación y Educación Popu- lar (CINEP) y la Oficina del Alto comisionado de las Nacio- nes Unidas para los Derechos Humanos (ONU- ACNUDH). Según dichas organizaciones, en lo que lleva la presidencia de Iván Duque se han perpetrado alrededor de 600 asesi- natos de defensores de derechos humanos, lo que denota un aumento notable de este flagelo con respecto a los años anteriores. Para la primera semana de noviembre de 2020, INDEPAZ registró 251 hechos relacionados con asesinatos a líderes sociales y mostró que los departamentos de Cauca y Antioquia son los más afectados (Ortiz y Díaz, 2020). Ed is on B au tis ta D ia z / eb au tis ta d@ un al .ed u. co 16 Prima Exagia 17 El panorama actual no está lejos de parecerse al del año 2019, año en que fueron registrados por INDEPAZ 279 asesinatos a defensores de derechos humanos, de los cuales el Gobierno solo reconoció 108, de acuerdo con el segundo informe de la Consejería Presidencial para los derechos humanos y asuntos internacionales, dado a conocer en julio del año pasado (CPDHAI,2020). Sumado a estas cifras, está el casi centenar de líderes que perdieron la vida en el último trimestre de 2018. En la siguiente gráfica se encuentran registradas las cifras elaboradas por INDEPAZ, que muestran el número de homicidios de líderes sociales y defensores de Derechos Humanos, teniendo en cuenta un periodo de tres años y siete meses (2016 – 2020): Figura 1: Homicidios personas líderes sociales y defensoras de Derechos Humanos. Fuente: Indepaz, (2020). En la gráfica se puede observar un crecimiento considerable en las cifras de asesinatos para finales del año 2017 –un año des- pués de la firma del Acuerdo de Paz con las FARC-EP–, y luego una tendencia por arriba de los 200 homicidios en los tres años siguientes. Al considerar los datos expuestos anteriormente, se hace evidente una problemática a la cual se le debe dar priori- dad por su relevancia en el contexto nacional actual: los grupos al margen de la ley están en constantes enfrentamientos para lograr el dominio del territorio en el que los defensores de dere- chos humanos juegan un papel importante, puesto que ejercen labores de restitución de tierras, sustitución de cultivos ilícitos, protección del medio ambiente, etc. Prima Exagia 17 17 Ahora bien, esta clase de delitos no se ha presentado únicamente en el actual Gobierno. Existen registros de los múltiples homicidios en Colombia a causa del conflicto interno y de los diferentes procesos de reorganización polí- tica llevados a cabo en el país. Un hecho histórico que nos muestra los antecedentes de esta problemática es el geno- cidio perpetrado a líderes y lideresas del partido Unión Patriótica (UP) luego del acuerdo de paz entre el Estado colombiano y las FARC-EP en la década de los 80, del cual habla el actual senador de la República Iván Cepeda en su artículo Genocidio político: el caso de la Unión Patriótica en Colombia (2006). Así mismo, Carlos Duarte en su investigación ¿La violencia hacia los líderes sociales es despolitizada? (2020) para La Silla Vacía, aclara que existen evidencias del aumento de asesi- natos a defensores de derechos humanos justo después de periodos de transición política, tales como el ya mencionado acuerdo llevado a cabo en la presidencia de Belisario Betancur en 1984, y el Acuerdo de Paz realizado entre el Gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC-EP. Según Duarte, luego de la entrega de armas del grupo guerrillero, de la desintegración de sus comandos y del abandono del territorio ocupado a lo largo y ancho de Colombia hasta el 2016, diferentes grupos armados han visto la oportunidad de apropiarse del territorio abandonado y así controlar las economías ilegales que funcio- nan en varios departamentos, con el objetivo de fortalecer sus estructuras. En este orden de ideas, se podría interpretar que no existen unas medidas acertadas por parte del Gobierno que se enfoquen en la reducción de asesinatos, ni una elaboración pertinente de estrategias que brinden las ayudas necesarias para la protección y prevención de las vidas de los líderes sociales. Esto no sucede a pesar de que, por una parte, los ase- sinatos de líderes sociales o defensores de derechos humanos se siguen presentando y distintas organizaciones nacionales e internacionales dan cuenta de ello, y, por otra, de que sean hechos persistentes en la historia del país. Ed is on B au tis ta D ia z / eb au tis ta d@ un al .ed u. co 18 Prima Exagia 17 En segundo lugar, las respuestas rápidas propuestas por el Gobierno nacional no han sido cumplidas. Tanto el Pacto por la vida para la protección de derechos humanos –firmado por el Gobier- no nacional y los gobernadores de Antioquia, Chocó y Córdoba–, como el PAO (Plan de Acción Oportuna) –establecido también por el Gobierno–, no han sido eficaces para lograr una disminu- ción de los asesinatos a líderes, dando paso a una verdadera polí- tica de protección y prevención que dé garantías a esta población para llevar a cabo su labor social. Según un informe publicado por Somos Defensores en junio del año pasado, “las acciones que se señalan en materia de protección están lejos de proporcio- nar garantías para la labor de los liderazgos sociales” (Programa Somos Defensores, 2020, p. 75). Esta situación puede deberse al hecho de que el Gobierno nacional ha priorizado, como en el perio- do del expresidente Álvaro Uribe, la militarización como principal plan para solucionar la problemática en las regiones más afectadas por este delito. Las políticas militaristas fueron impuestas por el presidente Iván Duque dos meses después de haber tomado pose- sión, al ordenar el despliegue de 5.000 tropas adicionales para combatir a los narcotraficantes en Norte de Santander (El Heral- do, 2018). Asimismo, para octubre de 2019, el presidente ordenó reforzar la seguridad en el norte del Cauca, luego de las múltiples masacres que se presentaron (El País, 2019). Pareciera entonces que el Gobierno nacional, enmarcado en las ideas militaristas del partido Centro Democrático como estrategia fundamental para garantizar la seguridad del pueblo colombiano, ha decidido volver a la violencia armada. Mientras que el Gobierno sigue con su enfoque militar, el CINEP en conjunto con otras organizaciones alertan sobre la falta de eva- luación por parte de la Unidad Nacional de Protección (UNP) a las múltiples denuncias hechas por miles de defensores de derechos humanos que se han visto amenazados por actores armados. Según el informe coordinado por la Comisión Colombiana de Juristas, […] en el año 2019 y hasta el 31 de mayo de 2020, el número de solicitudes de protección fue 15.810, y durante ese mismo perio- do el número de evaluaciones de nivel de riesgo realizadas a la población objeto de la UNP fue 2.869. (2020, p. 312) Prima Exagia 17 19 Lo anterior revela una falta de compromiso guberna- mental con un seguimiento orientado en la verificación de las posibles amenazas a los defensores de derechos humanos. Esto impide trazar un panorama general de los posibles autores de los crímenes y así implementar medi- das más pertinentes para la solución de la problemática en cada región del país. Por su lado, el PAO, decreto firmado por el presidente de la República y la actual ministra del Interior Nancy Patricia Gutiérrez, busca fortalecer la protección de los defensores de derechos humanos mediante tres ejes de trabajo entre los que se encuentran la reingeniería institucional, una estrategia de comunicaciones y la actuación estratégica en el territorio. Sin embargo, no existen fechas de implemen- tación de dicha estrategia, lo que ha hecho que la propues- ta del presidente de la República y el Ministerio del Interior se quede solo en el papel. A su vez, en el mismo documento se resalta la dificultad que se tiene para evaluar la efectivi- dad de las medidas que se piensan adoptar: “A nivel local, persisten dificultades para consolidad los datos y verificar el impacto de las acciones territoriales” (Ministerio del Interior, 2018, p. 23). Además, el acceso a algunas zonas representa una importante dificultad. Entre tanto, el presidente de la República, la fiscalía y la ministra del Interior se esforzaron por desviar la atención de lo que en realidad está ocurriendo en el país, dejando a un lado el compromiso que tienen con los líderes sociales, al mostrar ante la opinión pública cifras contradictorias. El mismo presidente Iván Duque en una emisión televisiva realizada el 31 de diciembre de 2019 dijo “quiero desta- car que en el año 2019 tuvimos una reducción del 25 por ciento en los asesinatos de líderes sociales” (Correa, 2019, párr. 2); posteriormente, diría lo mismo en su discurso del 20 de Julio de 2020 en el congreso de la República. Por su parte, y en respuesta a una solicitud hecha por la Comisión segunda de la Cámara para un debate de control político, el Ministerio de Interior aseguró que Ed is on B au tis ta D ia z / eb au tis ta d@un al .ed u. co 20 Prima Exagia 17 En el periodo comprendido entre el 1 de enero al 8 de mayo desde el año 2016 al 2020, donde se nota una clara disminución de homicidios desde el año 2019, el cual representa aproximadamente un 46% de reduc- ción entre el 2018 y el 2020. (Ministerio del Interior, 2020, p. 9) La Fiscalía General de la Nación, por su parte, afirma que desde el 7 de agosto de 2018 hasta julio de 2020 solo han sido asesi- nados 120 líderes sociales, lo que evidencia una incoherencia de cifras dentro del mismo Estado. Esto podría traducirse, ante la sociedad colombiana, como una cortina de humo para ocultar lo que verdaderamente está ocurriendo con los líderes sociales en el país. En conclusión, como se evidenció en el desarrollo del ensayo, no existe un compromiso claro y cimentado por parte del Gobier- no actual para la defensa de los derechos humanos de los líderes y lideresas en Colombia. Por un lado, hay un claro incremento de los asesinatos de líderes sociales durante el actual Gobierno, registrado por organizaciones que desarrollan una labor activa en la defensa de los derechos humanos; por otro lado, las medidas adoptadas por el presidente Iván Duque y las instituciones a su cargo –basadas en ideas precedentes abanderadas por la consig- na de la violencia– muestran un claro desconocimiento de la rea- lidad de los defensores de derechos humanos en el país, lo cual deja a dicha población desprotegida y en un elevado grado de vulnerabilidad. Los hechos demuestran una dolorosa intención por parte del Gobierno para tapar la absoluta negligencia e indi- ferencia hacía este flagelo, que afecta no solo al líder social, a sus familiares y a las comunidades que representan, sino a toda una nación que se ha visto sumida por décadas en el derramamiento de sangre, naturalizado ya por varios sectores de la sociedad. Prima Exagia 17 21 Referencias Cepeda, I. (2006). Genocidio político: El caso de la Unión Patriótica en Colom- bia. Revista CEJIL, 1(2), 101-112. Recuperado de: https://bit.ly/3C6eq8q Comisión Colombiana de Juristas. (2020). El riesgo de defender y liderar: pautas comunes y afectaciones diferenciales en las violaciones de los derechos huma- nos de las personas defensoras en Colombia. Recuperado de: https://bit.ly/3ldU- xFn Consejería Presidencial para los Derechos Humanos y Asuntos Interna- cionales (CPDHAI). (2020). Segundo Informe de Homicidios contra líderes sociales y defensores/as de derechos humanos en Colombia. Recuperado de: https://bit.ly/ 396qZUp Correa, M. (2019, 31 de diciembre). “En 2019 hubo una reducción del 25% en el asesinato de líderes sociales”: Duque. W Radio. Recuperado de: https:// bit.ly/3hpxLcC Duarte, C. (2020, 28 de febrero). ¿La violencia hacia los líderes es despoli- tizada? La Silla Vacía. Recuperado de: https://bit.ly/3C0YMuQ El Heraldo. (2018, 28 de octubre). Duque ordena desplegar 5.000 soldados en frontera con Venezuela. Recuperado de: https://bit.ly/2X9i9TR El País. (2019, 30 de octubre). Con 2500 uniformados reforzarán seguridad en el Cauca tras masacre de indígenas. Recuperado de: https://bit.ly/2Vyyvo2 INDEPAZ. (2020). Informe especial: Registro de líderes y personas defensoras de DDHH asesinados desde la firma del acuerdo de paz del 24/11/2016 al 15/07/2020. Recuperado de: https://bit.ly/3tzVD26 Ministerio del Interior. (2018). Plan de acción oportuna de prevención y protec- ción para los defensores de derechos Humanos, líderes sociales, comunales y periodis- tas. Recuperado de: https://bit.ly/3hoSEV8 Ministerio del Interior. (2020). Respuestas Actualizadas cuestionario proposi- ción 008 de 2019 “medidas de protección a líderes, y política de protección a perso- nas con riesgo extraordinario” – Debate de control político. Recuperado de: https:// bit.ly/3A0f86i Ortiz, M. y Ríos, J. (2020, 8 de noviembre). Más de 250 líderes han sido asesinados este año, según Indepaz. El Tiempo. Recuperado de: https://bit.ly/ 2VzRPBr Programas Somos Defensores. (2020). El Virus de la Violencia: Informe semes- tral enero-junio 2020. Sistema de Información sobre Agresiones contra Personas Defen- soras de Derechos Humanos en Colombia. Recuperado de: https://bit.ly/3A0faeq FOTO: [Duelo de Estado (2021), Bogotá, Óscar Andrés Prada Moreno)] 23 ¿Consideras que Historia debería ser una asignatura indepen- diente en la educación básica y media? Bárbara Daniela Ramírez y Juana Mc Carter, estudiantes de Química y de Español y Filolo- gía Clásica respectivamente, nos exponen su opinión frente a este tema en su video-ensayo Colombia, un país sin memoria histórica. 24 Prima Exagia 17 Prima Exagia 17 25 El sistema de salud colombiano, un atentado contra el personal médico Andrés Felipe Valderrama Casallas anvalderramac@unal.edu.co Ingeniería Civil Jack David Henríquez Gómez, docente Resumen Palabras Clave [Texto argumentativo] El presente ensayo busca expo- ner la vulnerabilidad del personal médico a causa de la ter- cerización del sector salud, tomando como medida base la Ley 100 del año 1993 hasta el primer trimestre del año 2020. Con el objetivo de evaluar esta situación, el material de apoyo serán los resultados de una encuesta, casos de negligencia administrativa que repercuten en disponibili- dad de equipos médicos y, finalmente, un análisis del acoso profesional ligado a la mencionada tercerización del sector. Médico, Ley 100, Tercerización laboral, Pandemia, Personal de la salud. 26 Prima Exagia 17 Desde la aceptación de la Ley 100 en 1993 –propuesta en ese entonces por el senador Álvaro Uribe Vélez– hasta la actualidad, se ha contemplado en Colombia la contratación de servicios por parte del Estado, lo que derivó en el control de la administración privada del sector de la salud en el país. Para pasar el control a estas administraciones fueron creadas las Entidades Promotoras de Salud (EPS) y, a su vez, las Instituciones Prestadoras de Salud (IPS), encargadas de prestar el servicio de salud directo a quien lo solicite. Debido a esta tercerización en el sector, no solo se han visto afectados los usuarios o pacientes de la salud, sino también e incluso en mayor medida, el personal profesional, directo pres- tador del servicio. Ahora bien, desde el año de aprobación de dicha ley hasta el día de hoy, con la actual situación pandémica, ¿nues- tros médicos cuentan con suficientes elementos de protección personal? ¿este modelo de funcionamiento del sector afecta su estabilidad económica y laboral? Y con la tercerización de la salud, ¿se les permite ejercer planamente como profesionales? Mientras buscamos respuesta a estas preguntas con diversos ejemplos y situaciones, demostraremos cómo el sistema de salud colombiano atenta contra la vida y el profesionalismo de los médicos, doctores y especialistas del sector en el país. Desde la aparición del virus Síndrome Respiratorio Agudo Grave (SARS) 2002 –y con la evolución del mismo SARS-CoV-2 (Coro- navirus tipo 2 del SARS)– el personal médico es la población más expuesta al contagio en el mundo, puesto que es el talento humano hospitalario quien atiende directamente a los portadores del virus. Una serie de protocolos de bioseguridad para prevenir el contagio del virus surgen a partir de 2002 desde la Organización Mundial de la Salud (OMS). Como primera medida, se sugiere una Prima Exagia 17 27 frecuencia constante en el lavado de manos e hidratación, el uso y suministro adecuado de elementos de protección personal (EPP) como guantes, tapabocas de modelos especí- ficos y delantales. Como segunda medida, se recomienda el uso de detergentes y desinfectantes en aquellas zonas físicas en las que se puede encontrar el virus. Finalmente, se acon- seja a los pacientes portadores un aislamiento que prevenga la diseminación del virus (Briceño, 2004). Aun sabiendo las recomendaciones derivadas de estos protocolos, el sistema de salud colombiano expone la vida del personal médico en el país, porque seenfoca en una relación enteramente admi- nistrativa y no profesional. Eduardo Patiño, en un reportaje para El Heraldo, recopiló algunos casos de negligencia del sistema de salud en varios hospitales del país: […] Jaime Cuello, médico internista de la misma institución [Colegio Médico de Valledupar] sostuvo que el Gobierno se ha dedicado a pagar insumos, dejando de último al personal asistencial que es el que debe salir a enfrentar la situación de emergencia. “Cómo vamos a enfrentar esa emergencia, con las manos y las batas, si tenemos o no guantes. Estamos preparando un comunicado donde los internistas anunciamos que vamos a donar el onceavo mes de sueldo, pero que nos paguen los diez primeros, y ese recurso que vamos a regalar que se utilice para la compra de insumos […]”. (Patiño, 2020, párr. 30) Tal como se afirma en el reportaje, no solo en estos hospita- les sino en todo el país la situación de médicos e instituciones no es muy alentadora e incluso, como algunos describen, llega a ser “deprimente” (Patiño, 2020), a causa de las administra- ciones y disposición de recursos. Ahora bien, una de las medi- das primarias mencionadas para la prevención de contagio es el constante lavado de manos e hidratación y, aunque Colom- bia es uno de los países de mundo con mayor recurso hídrico disponible, un estudio publicado en 2016 por la revista cientí- fica Journal of Surgical Research expone que entre el 15% y 34% de los hospitales en nuestro país no cuenta con una fuente potable de este recurso fundamental (Gozzer, 2020). Ahora bien, con el relato del médico Jaime Cuello, citado anteriormente, se evidencia un maltrato administrativo por An dr és F el ip e Va ld er ra m a Ca sa lla s / an va ld er ra m ac @ un al .ed u. co 28 Prima Exagia 17 parte del sector en cuestión a los profesionales de la salud, en cuanto al pago del salario que este profesional rara vez devenga. En este punto es válido preguntarse: ¿la situación de este médico es un hecho aislado? o, muy por el contrario, ¿es la tercerización del sector, visible en la contratación del personal médico, la que dificulta la estabilidad de los ingresos económicos del talento médico del país? Frente a esta situación de tercerización e inestabi- lidad laboral, la vocera de la Federación Colombiana de Sindicatos Médicos, Clemencia Mayorga, en un reportaje emitido por Noti- cias Uno, afirma que: “El médico firma contratos que son renova- dos cada dos meses y en el que sus honorarios no son pagados de manera oportuna y muchas veces termina solo recibiendo el 25 % de los ingresos pactados” (Romero, 2018, párr. 4). Además, como soporte a las afirmaciones anteriormente men- cionadas, una encuesta realizada por el Colegio Médico Colombia- no (2019) a más de 8.000 profesionales del sector –entre los que se incluyeron médicos generales, rurales y especialistas– mues- tra que quienes atienden nuestra salud ven a la administración de recursos del sistema de salud por parte de las entidades pri- vadas como causa directa de la inestabilidad económica. Con el propósito de realizar un acercamiento a esta realidad en cifras, en relación con la inestabilidad económica que puede generar el sis- tema de privatización impuesto, la encuesta refleja que se adeu- dan entre 1 y 60 SMMLV (Salarios Mensuales Legales Vigentes1) al 97 % de médicos rurales encuestados, al 94 % de los médicos generales encuestados y al 64 % de los médicos especialistas. Estas entidades deben alrededor de 60 y 120 SMMLV al 3 % de médicos rurales, al 4 % de los médicos generales, y al 22 % de los médi- cos especialistas que fueron encuestados. Estas cifras continúan ascendiendo de manera desalentadora hasta contemplar deudas mayores a 180 SMMLV, en perjuicio del profesional médico del país (Colegio Médico Colombia, 2019). Cabe resaltar que una de las profesiones mejor remuneradas en el país corresponde a los profesionales en medicina, inherente a 1. La cantidad reflejada de SMMLV corresponde al año 2019. Según el Ministerio del trabajo, esta cifra era de $828.116. Prima Exagia 17 29 la inversión del año gravable por parte del Gobierno. Para el año 2020, el presupuesto del sector salud incrementó posi- tivamente, pues fue uno de los sectores con mayor inversión del país conforme a los objetivos de la actual administración, pasando de 23.3 billones de pesos (2017) a 31.8 billones de pesos. De estos, 712 mil millones serían destinados a inversión y el restante a funcionamiento (Cabrera, 2020). Sin embargo, de nada sirven estas inyecciones de dinero si el sector no se encuentra bien estructurado y los ladrones de papel, corbata y discurso disponen del presupuesto públi- co para sus intereses personales. Estas acciones repercuten de forma directa en la escasez de equipos de uso institucio- nal, tal y como lo describe El Tiempo (2018): en un contrato entre las empresas Empresa Social del Estado (ESE), Solu- ción Salud y la firma Global Environment and Health Solu- tions, se perdieron alrededor de 13.537 millones de pesos en equipos de apoyo al personal médico, equipos que se compraron, pero que no fueron entregados. En otras palabras, sin equipos de protección personal ni herramientas de trabajo, sin retribuciones monetarias fijas, hay un desconcierto total causado por un sistema que se cae por sí solo, ligado a la burocracia administrativa con la que los profesionales están vinculados. Tal como se menciona en El Tiempo (2018), y en las palabras de Jaime Arias, presi- dente de la Asociación Colombiana de Empresas de Medicina Integral: “Las IPS son entidades muy serias, pero en estas organizaciones resultan creando entidades de papel, pacien- tes de papel, y por ello se requieren auditorías más fuertes […]” (párr. 17). Para el presidente de dicha asociación, estos hechos de descentralización se pueden corregir con más control; sin embargo, en un país donde millones de pesos en equipos se pierden por enriquecer o beneficiar a otros, más control puede significar más corrupción. Hasta el momento hemos visto cómo el sistema de salud desampara en términos de pagos y equipos al personal médico. Ahora bien, el pregrado en medicina es una de las carreras profesionales del país con más semestres en curso, An dr és F el ip e Va ld er ra m a Ca sa lla s / an va ld er ra m ac @ un al .ed u. co 30 Prima Exagia 17 con un promedio de 12 matrículas, sin contar si se efectúan espe- cializaciones; se trata de un periodo de tiempo extenso después del que se espera ejercer con total plenitud. No obstante, es el sistema concebido desde 1993 el que limita los diagnósticos pro- fesionales, al ligarlos a los recursos y directrices institucionales impuestos. Así se explica en el reportaje publicado por la revis- ta Semana (2014): en primer lugar, como medida para mitigar su profesionalismo y que este no represente más gastos a la EPS, se asignan jefes de personal, quienes advierten medir la remisión de pacientes a especialistas; en segundo lugar, se encuentra la limi- tante de presupuesto por paciente; en otras palabras, si el médico diagnostica exámenes, medicamentos y demás, estos se verán con- dicionados por presupuestos sobre cada paciente. En tercer lugar, pueden presentarse auditorias, mensajes electrónicos frecuentes por cada remisión generada, estadísticas y reuniones que muestran cuánto dinero ha gastado cada profesional, admitiendo que esto puede desencadenar negativamente en ellos. A modo de conclusión, es importante reconocer que las carreras encaminadas a las ciencias de la salud son programas que se estu- dian y ejecutan con esfuerzo y amor, dirigidas al primer derecho de todo ser humano: la vida. Por consiguiente, es impensable que los médicos sean la población más afectada por modelos enteramente administrativos en los que traslucen la burocracia y la corrupción. Ahora bien, en esta época de pandemia, en la que el personal hos- pitalario fue y sigue siendo la primeralínea de contingencia pro- fesional al virus, relucen todas estas falencias, falta de equipos hospitalarios y de seguridad, que durante años han perjudicado a toda la población; mientras nuestros dirigentes buscan mostrar un avance a través de cifras y publicidad, se presenta la misma situa- ción precaria de interés individual sobre el común. Ahora cabe preguntarse, ¿de este tipo de tercerizaciones, falta de estabilidad laboral y limitaciones en ejercer profesionalmente es únicamente víctima el personal médico del país? Prima Exagia 17 31 Referencias Briceño, L. (2004). El SARS y a bioseguridad en Colombia. Revista Ciencias de la Salud, 2(1), 41-45. Recuperado de: https://bit.ly/3txM03X Cabrera, D. 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Recuperado de: https://bit.ly/3zZURxL Semana. (2014, 25 de noviembre). Así controlan las instituciones y empresas de salud a los médicos. Semana. Recuperado de: https://bit.ly/3A6sPR9 [Lágrimas (2021), Bogotá, Wehinert Stahiler Rodríguez Segura] Prima Exagia 17 33 ¿Hay demasiados psicólogos en Colombia? José Leider Rivera Cifuentes jriveraci@unal.edu.co Psicología Adriana Díaz Cuevas, docente Resumen Palabras Clave [Texto argumentativo] Las palabras de las distintas figuras públicas no pasan desapercibidas y generan distintas reaccio- nes en la sociedad. Tal es el caso de lo dicho por la actual vice- presidenta de Colombia respecto a los psicólogos, afirmación que causó descontento y diversas opiniones al respecto. Aunque no tenía ninguna intención negativa, una opinión emitida por la figura de la vicepresidenta puede llegar a ser bastante influyente y, de ser tergiversada dicha afirmación, podría traer consecuencias negativas para la profesión. Este texto tiene como fin explicar que, a diferencia de lo dicho por la funcionaria, no hay suficientes psicólogos en el país. Para esto se tendrán en cuenta distintos sectores de la sociedad y cómo la falta de psicólogos afecta en estos. Psicología, Salud Mental, Vicepresidenta de Colombia, Acompañamiento psicológico, Reincorporación de víctimas, Desarrollo psicológico. 34 Prima Exagia 17 A principios del año 2020, la vicepresidenta de Colombia Marta Lucía Ramírez, realizó la siguiente afirmación durante un conversa- torio de mujeres en la ciudad de Medellín: […] tenemos demasiadas psicólogas y sociólogas, carreras que no les sirven para tener mejores ingresos. Queremos ver cómo involucra- mos a un porcentaje de niñas del departamento [de Antioquia], para entrar a estas carreras y vamos a promoverlas hacia las áreas del conocimiento donde el desarrollo profesional va a ser más importan- te, como su ingreso económico. (El Espectador, 2020, párr. 3) Esta opinión desató una polémica en los medios de comuni- cación durante semanas y fue rechazada por importantes asocia- ciones colombianas de profesionales. El Colegio Colombiano de Psicólogos (COLPSIC) respondió a la funcionaria explicando que la psicología, además de ser una ciencia basada en la investigación que se encarga de estudiar los procesos de desarrollo cognoscitivo, emocional y social en los seres humanos, no puede ser desestima- da por el número de graduados (La Opinión, 2020). Por su parte, la Asociación Colombiana de Facultades de Psicología (ASCOFAPSI) indicó que, primero, el valor de una profesión no puede ser medido a partir de los salarios asignados en los cargos que sus profesiona- les ocupan; y segundo, “la importancia de las profesiones reside –entre otras–en la generación de conocimiento que permita com- prender los fenómenos y procesos que se gestan y desarrollan al interior de las sociedades” (La Opinión, 2020, párr. 7). Cabe resaltar que, en un país como Colombia, donde el panora- ma de muchos habitantes está marcado por la pobreza, la violencia y la guerra, la psicología juega un papel clave para el tratamiento de sus víctimas. Esto debido a que dichas condiciones pueden afec- tar la forma en la que los individuos se relacionan con su entorno y a su vez desarrollar graves problemas psicosociales. Según Sotelo Prima Exagia 17 35 (2016), la psicología es la disciplina que estudia los procesos psicológicos de un individuo a partir de su conducta. Sumado a esto, Morris y Maisto (2009) indican que los psicólogos estudian cómo los seres humanos perciben, sienten, recuer- dan y aprenden, entre otros procesos psicológicos. Además, los psicólogos pueden concentrarse en las afecciones men- tales y emocionales, problemas personales y sociales, la psi- coterapia, o en mejorar la moral y las relaciones de grupo. A pesar de que es posible que Marta Lucía Ramírez no tuviera ninguna intención de carácter peyorativo o descali- ficativo –incluso no niega la importancia de la profesión–, la figura de la vicepresidenta puede ser muy influyente en distintos sectores de la sociedad y, de ser tergiversada esta opinión, podría afectar negativamente a esta disciplina. Si bien la importancia de la psicología puede llegar a ser indis- cutible en muchos casos, en este texto se sustentará que, contrario a la opinión de la funcionaria, no hay suficientes psicólogos en Colombia. Para ello se traerán a colación ejem- plos de esta carencia en distintos sectores de la sociedad, lo que evidencia una baja cobertura de profesionales para aten- der las posibles afecciones psicológicas y los daños que estas pueden causar con el tiempo. Para empezar, hay colegios en Colombia que carecen de profesionales en psicología, lo que puede afectar el desa- rrollo psicológico de niños y adolescentes. Esta carencia es visible en diversos lugares del territorio colombiano, como el departamento del Atlántico, en el cual hay más de cien mil estudiantes matriculados en las instituciones educativas, para los cuales solo hay 113 orientadores aprobados por el Ministerio de Educación (Mercado, 2020). Esta situación también puede verse en la capital del país. En una investi- gación realizada por Alarcón, Ramírez y Hernández (2016), se puede evidenciar que en tres instituciones de la ciudad de Bogotá hay, por cada una, más de dos mil estudiantes en los distintos niveles educativos, además un número de entre 80 y 100 profesores, sin contar a los integrantes del cuerpo directivo, población para la cual solo hay dos orientadores. Jo sé L ei de r R iv er a Ci fu en te s / jri ve ra ci@ un al .ed u. co 36 Prima Exagia 17 En ambos casos, el número de estudiantes y miembros de la comu- nidad educativa de los colegios es mayor al número de orientado- res que pueden acompañar –no solo a estudiantes– sino también a profesores que podrían llegar a necesitar intervención psicológica. La presencia de un psicólogo en estas instituciones es impor- tante, ya que dos etapas esenciales del desarrollo acontecen en los colegios: la niñez y la adolescencia, que van desde los 4 hasta los 18 años. Tal como indica Rice (1997), en estas etapas los indi- viduos están en un proceso de desarrollo cognoscitivo, emocio- nal y psicosocial, además de que el ambientede la infancia puede repercutir significativamente en el resto de la vida de una perso- na. Por lo anterior, muchas experiencias negativas que pudiesen tener los niños repercutirán en su desarrollo de no ser tratadas adecuadamente. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2020), alrededor del mundo hasta 1000 millones de niños entre los 2 y los 17 años fueron víctimas de abusos físicos, sexuales, emocionales o de abandono en el último año. En el país, Medicina Legal reveló que, durante la pandemia ocasionada por el coronavirus, más de dos mil niños han sido violentados en el país, víctimas de distintos tipos de violencia (Radio Nacional de Colom- bia, 2020). Otra situación negativa que es importante resaltar es el acoso escolar o bullying. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación (UNESCO), al menos uno de cada tres niños en el mundo es agredido de manera física, verbal y psicológi- ca por otros (Revista Semana, 2020). Sumado a esto, en muchas ocasiones el acompañamiento que pueden brindar los profesores y los psicólogos de las institucio- nes es poco y no garantiza una cobertura a todos los estudiantes que presenten algún problema. Como bien muestran en su trabajo Alarcón et al. (2016), los colegios presentan distintas necesidades que no pueden atenderse de manera adecuada por la escasez de psicólogos. Generalmente, se necesitan servicios de orientación, asesoría y acompañamiento para estudiantes con problemas fami- liares, emocionales, de drogadicción y de convivencia, entre otros. Así, la carencia de profesionales en los colegios y el poco acompa- ñamiento que reciben los niños y jóvenes hace que sean más pro- pensos a sufrir futuros problemas psicológicos de no ser tratados Prima Exagia 17 37 de manera oportuna y adecuada. Si hubiera más psicólogos en las instituciones educativas, habría una mayor cober- tura y una atención más pronta y eficaz para acompañar a los estudiantes que presenten algún problema. Después de todo, desde las escuelas se pueden prevenir muchos pro- blemas sociales, que en Colombia constituyen un panorama preocupante (Mercado, 2020). Por otra parte, la escasez de profesionales en el área de la psicología no permite la cobertura necesaria para tratar los daños psicológicos de las víctimas del conflicto armado. Este es un hecho preocupante ya que el acompañamiento psicoló- gico es importante para la reincorporación de las victimas a la sociedad. El conflicto armado en Colombia es una proble- mática de larga data que ha marcado de manera significativa la vida de quienes lo vivieron y por la cual se han enfrentado —en muchos casos— a los prejuicios de la sociedad cuando intentan reincorporarse. En un estudio hecho por la Pontifi- cia Universidad Javeriana y el Ministerio de Salud se explica que “la guerra, la violencia, el despojo y la persecución, tras- tocan las formas de convivencia, los recursos del pensamien- to y simbolización, y el cuidado de sí mismo, de los demás y del entorno” (Martínez, 2020, párr. 11). Aunque hoy en día han surgido diversas organizaciones y asociaciones destinadas al acompañamiento de víctimas de la violencia en el país, la falta de cobertura y de profesiona- les enfocados en esta área hace que no todas las victimas tengan la posibilidad de contar con una orientación psicoló- gica apropiada. Tal es el caso del Programa de Atención Psi- cosocial y Salud Integral a Víctimas (PAPSIVI), un conjunto de estrategias que el Ministerio de Salud y Protección Social implementa para brindar una atención integral en salud y atención psicosocial a los afectados por el conflicto (Minis- terio de Salud y Protección Social, s.f.). El PAPSIVI destina un total de ocho sesiones para la atención psicosocial por cada víctima, después de las cuales no puede volver a ser atendida por este programa. Si bien el Ministerio ha destinado recursos a este pro- Jo sé L ei de r R iv er a Ci fu en te s / jri ve ra ci@ un al .ed u. co 38 Prima Exagia 17 grama, sus sesiones son pocas para lograr un acompañamiento óptimo, ya que las víctimas han tenido que ver y vivir hechos inena- rrables ocurridos en Colombia. Tal como lo indica la psicóloga clí- nica Silvia Rivera (Muñoz, 2019) las sesiones no son suficientes para un diagnóstico concreto y, además, no todos los que atienden a las víctimas tienen el perfil profesional para hacerlo. Por esto, la falta de psicólogos también afecta en cierta medida a muchos programas que tienen como fin brindar este tipo de atención a las víctimas, pues al no haber muchos psicólogos contratados por el Estado, que además tengan un perfil adecuado, no se puede dar la atención óptima y necesaria para esta población. Esto repercute en la atención a las distintas personas que padecen algún tipo de afectación psicológica por la violencia, como se ve reflejado en el número de víctimas atendidas por los programas. Según Muñoz (2019), el PAPSIVI, de 2014 a 2017, atendió a 444.062 víctimas en todo el país de las 7.626.134 que había en total. Por lo tanto, se puede decir que sería pertinente tanto extender el número de sesiones para el tratamiento óptimo, como contar con un mayor número de psicólogos para una mayor cobertura de víctimas a lo largo del país. Por último, el panorama de la salud mental en Colombia es pre- ocupante, ante lo cual se necesitan más psicólogos que puedan garantizar una mejor atención para los ciudadanos. Anualmen- te, se presenta un número significativo de suicidios en Colom- bia (Ministerio de Salud y Protección Social, 2020), que muchas veces son causados por afecciones psicológicas que perjudican a niños, adolescentes y adultos a lo largo del territorio nacional, tales como la depresión, la ansiedad, el miedo, la baja autoestima y la angustia. Nada más en el año 2019 la cifra de niños, niñas y adolescentes que cometieron suicidio es de 287, mientras que en los primeros cuatro meses del año 2020 la cifra alcanzó los 79 casos (El Espectador, 2020), situación que es alarmante y que podría haber aumentado teniendo en cuenta los factores adicio- nales que pueden generar la aparición de las condiciones psicoló- gicas mencionadas anteriormente, como la cuarentena impuesta por motivo del coronavirus. Además, según un informe publicado por la OMS, Colombia está ubicado en el octavo lugar de los países Prima Exagia 17 39 latinoamericanos con más personas que sufren de depresión, alcanzando un porcentaje de 4,7 %, frente a lo cual, según Martínez (2020),“[…] es necesario prestarle toda la atención que se merece y, en lugar de estigmatizar a las personas que la padecen, comprender qué es y cómo puede prevenirse y tratarse” (párr. 3). El campo clínico de la psicología es el encargado de cuidar la salud mental y de estudiar, diagnosticar, tratar y atender las posibles afecciones que un individuo podría sufrir a lo largo de su vida. Estos trastornos afectan principalmente a niños, adolescentes y adultos jóvenes y además repercu- ten en distintos aspectos como el pronóstico, la producti- vidad académica y económica de la población, así como en el capital global (factores personales, simbólicos, culturales y relacionales) (Posada, 2013). Este campo de la psicología también se ve afectado por la carencia de psicólogos, la cual se hace evidente al momento de observar la cobertura que existe para tratar la salud mental, situación que ha adqui- rido nuevas dimensiones durante la pandemia ocasionada por el Covid-19 (Mouzo, 2021). Esto afecta de manera con- siderable el tratamiento de condiciones psicológicas, enfer- medades y trastornos mentales que los ciudadanos podrían padecer. La carencia de psicólogos y en muchos casos la poca importancia que se le da a la salud mental por parte de algu- nas personas en el país impide garantizar una cobertura ade- cuada de psicólogos que pueden atender de manera eficaz y apropiada estas afecciones, generadas por distintos factores a los que se enfrenta unapersona día a día, como el estrés, la carga laboral y los problemas interpersonales, entre otros. En resumen, la escasez de profesionales en el área de la psicología puede repercutir de diferentes formas en el trata- miento que necesitan las personas en relación con diferentes problemáticas que viven o a las que están expuestas. Se puede observar con preocupación que, en muchos ámbitos, no hay una cobertura adecuada para el tratamiento de niños, adoles- centes y adultos que padecen de algún tipo de afección psi- cológica y que, sumado a esto, requieren de una intervención Jo sé L ei de r R iv er a Ci fu en te s / jri ve ra ci@ un al .ed u. co 40 Prima Exagia 17 eficaz y oportuna. Además de lo mencionado anteriormente, cabe resaltar que la carencia de profesionales en el área de la psicología no solo repercute en el tratamiento de afecciones ya presentes en los individuos, sino que esto también afecta el desarrollo y la pre- vención de dichas afectaciones, al no poder garantizar un acompa- ñamiento desde el momento cero. Aunque este texto busca visibili- zar las consecuencias que trae consigo la falta de profesionales en ciertos escenarios, son más los ámbitos que se ven perjudicados y sobre los cuales debemos actuar desde la academia y desde la prác- tica profesional. Prima Exagia 17 41 Referencias Alarcón, Y., Ramírez, A. y Hernández, D. (2016). La función del psicólogo en el contexto escolar (Tesis de pregrado). Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá D.C., Colombia. Recuperado de: https://bit.ly/3E81q3K El Espectador. (2020, 14 de febrero). “Tenemos demasiadas psicólogas y soció- logas”: Marta Lucía Ramírez. El Espectador. Recuperado de: https://bit.ly/3z4tuBh El Espectador. (2020, 26 de junio). En promedio, cada 30 horas se suicida un niño, niña o adolescente en Colombia. El Espectador. Recuperado de: https://bit. ly/2VxzjJO La Opinión. (2020, 15 de febrero). Psicólogos rechazan pronunciamiento de la vicepresidenta Marta Lucía. La Opinión. Recuperado de: https://bit.ly/2VEX42Q Martínez, I. 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SOCI-EDAD EN BOGA-TÁ [El opresor y los oprimidos (2021), Bogotá, María Alejandra Garzón González] 43SOCI-EDAD EN BOGA-TÁ [El opresor y los oprimidos (2021), Bogotá, María Alejandra Garzón González] [Vigor (2021), Bogotá, Óscar Andrés Prada Moreno] Prima Exagia 17 45 Juegos infantiles: más allá del género y más cerca de la equidad Jairo Sthiven Moreno Valero jmorenova@unal.edu.co Estudiante de Psicología Adriana Diaz Cuevas, docente Resumen Palabras Clave [Texto argumentativo] Las implicaciones de la estimación cognitiva de la mano de la psicomotricidad son factores esenciales en el desarrollo cog- nitivo, pues la corporeidad es de las primeras herramientas con las que nos empezamos a relacionar con nuestro entorno. Este ensayo busca argumen- tar, a través de estudios y evidencias, la manera en que históricamente se ha desfavorecido a las mujeres en su potencial desarrollo cognitivo. Esta inequidad reside en la falta de búsqueda de habilidades o capacidades rela- cionadas con la psicomotricidad en los primeros años de vida, búsqueda intrínsecamente relacionada con los juegos infantiles que condicionan a los niños y las niñas de acuerdo con su rol de género a cumplir. Juegos infantiles, Género, Psicomotricidad, Estimulación temprana, Desarrollo cognitivo. La cultura patriarcal produce una simbolización biologizada de la masculinidad como dispositivo estratégico, que justifica y legitima la superioridad, la dominación y el privilegio del varón. (Palacio y Valencia, 2001, pág. 233) 46 Prima Exagia 17 Hace un par de años, cuando realizaba mi preuniversitario, me vine a encontrar con una cruda y real situación: al ser mujer se tiene casi la mitad de las posibilidades de acceder a la Universidad Nacional de Colombia. Los datos estadísticos son claros: el des- empeño de las mujeres en el examen de admisión ha sido siempre más bajo que el de los hombres. Esta idea me dejó desconcerta- do por completo, e inclusive provocó un eco que hasta el día de hoy resuena. A raíz de ello surgió en mí el deseo de reclamar por todas esas figuras femeninas que me han rodeado. Allí fue cuando me encontré con la tesis de maestría en Estudios de Género de la trabajadora social Cindy Caro, donde se evidencia que, aunque la cantidad de hombres y mujeres que se presentan es casi siempre la misma, las admitidas son siempre menos: el máximo porcentaje de admitidas fue el 2016-1 con un 37.58 % y el mínimo fue el 2014-1 con un 29.47 % (Quintero y Caro, 2018). Esta desigualdad porcentual me llevó a considerar que el con- texto colombiano ha estado marcado por una diferenciación en las labores entre hombre y mujer, lo cual está intrínsecamente relacio- nado con los roles sociales establecidos desde la infancia. Esto se ve reflejado, por ejemplo, en los juegos diferenciados por género que realizan las niñas y los niños en dicha etapa. Para ello, es impor- tante destacar que los juegos infantiles son el germen que permite a todo hombre y mujer desarrollarse, reflejan las más profundas y bellas aptitudes de su ser, en primera instancia, las de su corporei- dad (Fröebel, 2003). Además, en el caso colombiano, la elección de un juego o juguete se ve más influenciada por un estereotipo de género que por los gustos individuales, ya que las/os niñas/os se ven condicionadas/os a diferenciar actitudes femeninas y mas- culinas. Esto implica que para ellas/os haya una categorización, al Prima Exagia 17 47 asemejar lo femenino con actividades más pasivas en fun- ción de la maternidad, del hogar y la belleza; y lo masculino con actividades en función de la fuerza y habilidades corpo- rales. Ahora bien, el salirse de la normativa implica sancio- nes sociales sobre todo en el rol masculino, pues existe una inferiorización por el simple hecho de representar, por medio de sus juegos, lo femenino (Martinez, 2016). Con esta diferenciación se ha predispuesto un rol de género a cumplir y, como consecuencia, se han configurado ciertas habilidades a desarrollar. Es válido destacar que esta dife- renciación en actividades y juegos marca una predisposición particular a ciertas prácticas, experiencias y habilidades que configurarán, por ejemplo, la educación y la cognición. Extra- polando esto, la educación es uno de los ámbitosen que la mujer se desenvuelve y sería solo uno de varios en donde ella se vería afectada por esta inequidad. Por esta razón, y las que expondré más adelante, considero que los juegos infantiles diferenciados por género son un condicionante social que limita el desarrollo cognitivo de las niñas en Colombia. De esa manera, este ensayo busca aportar al debate sobre equidad de género, aunque sea poco tratado desde el enfo- que cognitivo, al menos en Colombia. Mi objetivo principal es argumentar por qué es importante repensarnos la labor for- mativa con las/os niñas/os, sobre todo como padres o quienes cumplan con esta labor. A lo largo del ensayo enfatizaré en tres argumentos, basados en evidencia científica, con el fin de fundamentar por qué existe esta inequidad que perjudicaría a largo plazo a las mujeres. Expondré así algunos aspectos prin- cipales: la demarcada diferenciación de los juegos infantiles por las implicaciones de género; las etapas del desarrollo y su intrínseca relación con la importancia de la estimulación cog- nitiva; las inteligencias relacionadas con la psicomotricidad y los juegos que ocasionarían un mayor desarrollo de estas; y, por último, evidencias científicas acerca de las consecuencias en la falta de estimulación en la niña a través del juego. En primera instancia, los juegos infantiles diferenciados por género responden más a una delimitación social que a un Ja iro S th iv en M or en o Va le ro /j m or en ov a@ un al .ed u. co 48 Prima Exagia 17 gusto particular, predisponiendo actividades que marcarán la vida de la mujer y con ello las habilidades cognitivas que potenciará o no. Se piensa que el cerebro, al ser biológico, tiene preprogramado las diferencias entre los sexos, pero el cerebro es maleable y adaptativo a la experiencia, esta diferenciación responde más a un estereotipo de género impuesto por la sociedad (Eliot, citado en Siebel, 2015). Adicionalmente, la mercadotecnia de los videojuegos, la división categórica por género de los canales de distribución de juegos y los programas que consumen niñas/os y adultas/os se suman a la bifur- cación y predisposición de cumplir ciertos roles de género hipermas- culizados o hiperfeminizados (Heldman, citado en Siebel, 2015). Es clave resaltar que necesitamos saber a qué grupo pertenece- mos para así saber cómo nos desempeñaremos. Además, no pode- mos ignorar la composición genética y endocrinológica que predis- pone diferencias concretas entre el cuerpo masculino y el femenino (Achucarro et al., 2017). El problema es cuando esta categoriza- ción está tan marcada y bifurcada en etapas donde somos tan cré- dulos que se nos impone la categorización como una obligación a cumplir y no una elección de ser. La cuestión realmente importante aquí es no caer en la polarización de actividades determinadas para un género específico y otras, totalmente diferentes, para el otro. En segunda instancia, los juegos infantiles diferenciados por género, que comúnmente realizan las niñas, son cognitivamente menos estimulantes al implicar un menor esfuerzo cognitivo en etapas imprescindibles para el desarrollo psicomotriz. En el desarro- llo de las/os niñas/os es fundamental tener presente en qué etapas y con qué herramientas se les pueden dotar para su estimulación fruc- tífera, esto a través de los juegos. Sus cerebros poseen una flexibi- lidad en el desarrollo significativo que desaparecerá después de los seis años (al menos a tan alto nivel), sentando las bases cognitivas para el resto de la adultez (Doman y Doman, 2002). Hay una relación muy estrecha entre estímulo y respuesta, en donde una causa la otra, en este sentido, la poca efectividad del estímulo (juego) causaría una respuesta precaria (desarrollo psico- motriz) (Valdes, 2014). Esta relación la demarcamos en momentos cruciales de las etapas del desarrollo cognitivo de Piaget (citado por Valdés, 2014): Prima Exagia 17 49 1) Etapa sensoriomotora (0 a 2 años): se está en un estadio prelingüístico y el aprendizaje depen- de de actividades motoras corporales. Es importante recalcar que no se debe limitar a las/os niñas/os al uso de su corporeidad (actividad física), de lo contra- rio y gracias a la circularidad (proceso de reiteración de estímulos) estaremos predisponiéndolas/os a no desarrollar adecuadamente esta psicomotricidad. Aquí no hay operaciones lógicas y se aprenderá por simple emulación y repetición. 2) Etapa preoperacional (2 a 7 años): surgen pensamientos representativos y aparece un razo- namiento prelógico de conceptos más complejos dependiendo de la circularidad de la etapa anterior y los estímulos que se recibieron. Es importante desta- car que, dependiendo de las actividades, se formarán en gran medida los pensamientos más complejos de la siguiente etapa. 3) Etapa operacional concreta (7 a 11 años): se da un pensamiento lógico y operaciones concretas como la reciprocidad. No olvidemos que la adaptabi- lidad y la flexibilidad del cerebro disminuirá conside- rablemente y los cambios serán más fijos, por lo que habrá una normalización de estas actividades y será difícil modificarlas en la adultez. De esta manera se pacta una estrecha relación entre varios factores: los instantes imprescindibles del desarrollo expuestos anteriormente; la estimulación cognitiva en esta- dios o etapas específicas; la importancia de la corporeidad y la motricidad; y la tendencia a relacionar ciertos juegos, vinculados directamente a lo femenino, con las niñas. Por consiguiente, habría que preguntarse si estas actividades son acordes a la necesidad de cada etapa, pues si las niñas son excluidas de hacer actividades por el hecho de que deberían ser delicadas o simplemente más calmadas, ello tendrían consecuencias en su desarrollo cognitivo integral, especial- mente en habilidades relacionadas con la psicomotricidad Ja iro S th iv en M or en o Va le ro /j m or en ov a@ un al .ed u. co 50 Prima Exagia 17 (Barreno y Macias, 2015). Esta estimulación llevará o no a la for- mación fructífera de habilidades en ciertos tipos de inteligencia, como enfatizaré en mi siguiente argumento. En última instancia, la falta de estímulos cognitivos en la niñez, ocasionada por los juegos diferenciados por género, tiene conse- cuencias notables en el desarrollo de la inteligencia visoespacial y corporal-cinestésica de la mujer. Para ello analizaré dos tipos de inteligencias que están muy relacionadas con la psicomotricidad: • La inteligencia espacial, según Gardner, se carac- teriza por la capacidad de crear, rotar y visualizar imáge- nes mentales tridimensionales y de comprender modelos reales de estas. Se relaciona con juegos como: rompecabe- zas, ajedrez, legos, videojuegos, Tetris, construcciones y la papiroflexia (citado en López, 2018; Mercadé, 2012). • La inteligencia corporal-cinestésica, según Gard- ner, se caracteriza por utilizar el cuerpo para la solución de problemas o la efectiva realización de actividades corpora- les. Estas actividades requieren rapidez, coordinación ócu- lo-manual, fuerza, flexibilidad y equilibrio. Se relaciona con actividades como los deportes y la danza (citado en López, 2018; Mercadé, 2012). Debemos destacar que, aunque no todo juego está hecho para desarrollar cierta inteligencia o capacidad, no realizar ciertas acti- vidades ocasionaría una falencia cognitiva a largo plazo. Ello se puede evidenciar en los juegos que a gran escala no involucran la corporeidad (juegos estáticos) y que son mayormente ejecutados por las niñas (Martinez, 2016). Estas consecuencias cognitivas a largo plazo se evidencian en un estudio meta-analítico publicado por la APA (por sus siglas en inglés, Asociación Americana de Psicología), donde se recopila un total de 128 estudios en los que participaron más de 30.000 menores de edad, entre los 3 y los 18 años. Esta investigación permitió evidenciar científicamente que el razonamiento espacial tiene unaventaja de índole masculina; se tiende a poseer mayor habilidad en tareas de rotación mental, razonamiento espacial e inteligencia visoespacial. Se enfatiza en que la causa de ello está Prima Exagia 17 51 en factores experienciales y psicosociales que surgen de una ventaja masculina durante la niñez. No obstante, los factores endocrinológicos y fisiológicos no son excluidos como resul- tado de esta diferencia cognitiva (Lauer et al., 2019). Otra evidencia de estas consecuencias es el examen de admisión de la Universidad Nacional de Colombia, donde Caro (2017) evidencia estadísticamente que las mujeres, desde el periodo 2010-2 a 2017-1, han tenido, en relación con los hombres y sin excepción alguna, un desempeño demasiado bajo y evidente en los componentes de análisis de imagen y matemáticas (véase tabla 1). Componentes que están muy relacionados con las habilidades que se desarro- llan en la inteligencia visoespacial, lógico-matemática y cor- poral-cinestésica (Rubio, 2000). Por ejemplo, los juegos en los que son socializados los niños como construir, armar, conducir, permiten un desarrollo que favo- rece ciertas habilidades, al contrario, la socialización con áreas del cuidado que se hace sobre niñas puede que beneficie ciertas habilidades sociales o de lenguaje e impida el desarrollo de otras, entre ellas, el pensamiento abstracto (Caro, 2017, p.188). Tabla 12: Resultados del examen de admisión Universidad Nacional por componente.Fuente: Indepaz, (2020). Ja iro S th iv en M or en o Va le ro /j m or en ov a@ un al .ed u. co 52 Prima Exagia 17 No quiero dar a entender que el hombre es más inteligente que la mujer por la estimulación que recibe en la infancia. Lo que argumento es que la falta de realización de ciertos tipos de acti- vidades ocasiona un desaprovechamiento del potencial de habili- dades específicas de las niñas, no un conjunto tan etéreo como la “inteligencia”. En esta medida, la mujer destacaría en otros tipos de inteligencias como la lingüística, la intrapersonal y la interper- sonal, al poseer habilidades sociales y lingüísticas que la benefi- ciarían (Baron-Cohen, citado en Esch, 2019). En ese caso, la mujer no sería más inteligente que el hombre, sino más capacitada y con más habilidades para resolver o hacer ciertas actividades especí- ficas gracias a la estimulación cognitiva que se le precisó reforzar. En síntesis, se ha evidenciado que los juegos infantiles diferen- ciados por género son un condicionante social que limita el desa- rrollo cognitivo de las niñas en Colombia. Así, estas se han supedi- tado, por medio de los juegos a los que se exponen en su infancia, a ciertas habilidades y con ello su potencial cognitivo se ha desa- rrollado de una forma específica. Es notoria, además, la importan- cia de una apropiada estimulación en etapas imprescindibles del desarrollo cognitivo por medio de los juegos; sin olvidar que cierto tipo de actividades conllevan al desarrollo de inteligencias relacio- nadas con la psicomotricidad. Por estos motivos y argumentos, me gustaría invitar a las y los lectores a indagar más allá, pues considero que se debe visibili- zar que la desigualdad de género viene desde etapas tempranas y justamente son esas pequeñas acciones las que condicionan a la mujer a salir a un mundo que ya de por sí es machista. La idea de pensar que, por el simple hecho de haber nacido mujer, se disminu- yen las posibilidades para acceder a la educación pública (como es el caso de la Universidad Nacional de Colombia), en lo personal me 2. El punto verde hace referencia a una igualdad relativa entre los resultados de los varones sobre el resultado de las mujeres; el punto amarillo indica resultados que favorecen a los varones, pero no desproporcionadamente; el punto rojo muestra una diferencia muy evelada entre los resultados obtenidos por varones sobre los de las mujeres. Prima Exagia 17 53 desconcierta de sobremanera. Puede que pensemos que esta inequidad no está en la crianza de las niñas, en contra-ar- gumentación de lo que se ha evidenciado en este ensayo, entonces valdría la pena preguntarnos: ¿en dónde está? ¿en la biología misma? ¿en los factores fisiológicos y endocrino- lógicos? Me niego rotundamente a pensar que la naturaleza misma ha generado esta “superioridad”. Para finalizar, es importante recalcar que fuimos niñas/os crédulas/os que asimilaron percepciones, de las cuales acep- tamos algunas nociones como propias hasta el día de hoy. Por ello, es válido indagar tres cosas: con qué cabalidad se cumple la realización de estos juegos en nuestro entorno, de qué manera fuimos y estamos estimulando a las/os niñas/ os, y si estamos indirecta o directamente motivando la falta de esta estimulación cognitiva y, por ende, favoreciendo a algún género. Debemos reconocer nuestra obligación como sociedad, pues estas cicatrices sociales aún están presentes. Esas acti- vidades que se le delegaron a la mujer, en enorme medida por delimitación social y cultural, tienen y tendrán eco en las niñas, en las mujeres que reivindicarán y reclamarán su importancia de ser mucho más que un estereotipo de género a cumplir, no simplemente como mujeres, sino como perso- nas capaces de contribuir al desarrollo integral de Colombia desde sus capacidades y fortalezas individuales. Ja iro S th iv en M or en o Va le ro /j m or en ov a@ un al .ed u. co 54 Prima Exagia 17 Referencias Achucarro, S., Hernández, N., y Di Domizio, D. (2017). 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