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CPM-Rus-m-Tdig-pdf---14262

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1 
 
Tesistas 
Agustín Russo 
Legajo: 18251/4 
DNI: 33151069 
E-mail: agu_russoeq@hotmail.com 
 
Matías Sztelmak 
Legajo: 18288/8 
DNI: 34818026 
E-mail: Sztelmakm@gmail.com 
 
Sede de cursada: La Plata 
Programa: Comunicación, Periodismo, Medios y Política 
Número de Expediente: 1292 
Fecha de presentación de Tesis: Diciembre 2013 
 
Director 
Luis Rivera 
 
2 
 
 
 
Resumen 
La presente tesis titulada “La fabricación del pecado: las construcciones de La 
Nación y Clarín sobre el Milagro de Los Andes” desarrolla un análisis discursivo en 
base a los artículos publicados por los medios nombrados en el período comprendido 
entre los días 23 de diciembre de 1972 y el 29 de diciembre del mismo año. 
El mismo se estructura sobre ocho categorías (Milagro, Heroicidad, Situación 
Adversa, Alimentación, Actitud de las familias, Condición de los sobrevivientes, 
Religiosidad y Cobertura Mediática), a partir de las cuales se construyó el 
acontecimiento. Cada una de ellas, está sustentada por un marco teórico o contextual 
referente. 
El análisis se basa en los postulados propuestos por Eliseo Verón, los cuales 
fueron de gran utilidad para encontrar las huellas que La Nación y Clarín dejaron en 
cada uno de los textos y para detectar las similitudes y diferencias de las 
construcciones realizadas por los medios mencionados, en función de las cuales 
pudimos descubrir esta lógica discursiva que hemos denominado La Fabricación del 
pecado. 
 
 
 
3 
 
Agradecimientos 
 
Le agradezco a mi mamá y a mi papá, a quienes les debo todo lo que soy; a mis 
abuelas Ana y Rosa y a mi hermana Abril, por todo su cariño; a mi amigo Seba, mi 
hermano putativo; a mi novia Yamila, por su compañía inagotable en el proceso de 
escritura de esta tesis; y a la UNLP, a la cual estoy orgulloso de pertenecer. 
 
A.R 
 
Quisiera agradecerle a mi familia: a mi viejo por enseñarme día a día lo hermosa que es 
esta profesión, a mi vieja por mostrarme lo importante que es el estudio, a mis dos 
hermanas que amo con todo mi corazón. A mi abuela Angelita que, donde quiera que 
esté, sé que estará contenta por mí. 
 
 M.S 
 
Por último, quisiéramos agradecer a todas las personas que nos ayudaron para que 
esta tesis sea hoy una realidad. 
 
4 
 
Capítulo I………………………………………………………………………….7 
 Motivaciones……………………………………………………………………………….8 
 Los caminos de la tesis……………………………………………………………………10 
 ¿Qué es noticia? …………………………………………………………………………19 
 
Capítulo II …………………………………………………………………………………..35 
El Hecho….…………………………………………………………………………………..35 
 
Capítulo III ……………………………………………………………………..87 
Contextos ………………………………………………………………………87 
 Introducción …………………………………………………………………..88 
 Contexto de Uruguay …………………………………………………………90 
 Contexto de Chile ……………………………………………………………103 
 Contexto Argentino ………………………………………………………….123 
 Antropofagia …………………………………………………………………141 
 Cuestión de Fe ………………………………………………………………147 
 Medios Gráficos ……………………………………………………………152 
 El accidente: causas, teorías y conjeturas sobre un milagro ………………154 
 Actitud de la familia: los padres en el milagro de los Andes………….………160 
 
Capítulo IV……………………………………………………………………..163 
Marco Teórico –Metodológico……………………………………………..163 
 Marco teórico ………………………………………………………………..164 
5 
 
 Metodología del análisis discursivo………………………………………………169 
 
Capítulo V……………………………………………………………………173 
Análisis discursivo…………………………………………………………173 
 Primer apartado – Los héroes del Milagro de los Andes ………………….174 
 Conclusiones parciales I…………………………………………………………….234 
 Segundo apartado – Antropofagia: construcción de la absolución …………245 
 Conclusiones parciales II…………………………………………………………….295 
 Conclusiones finales………………………………………………………………….307 
 
Anexo ……………………………………………………………………...312 
 Entrevista a Roberto Canessa……………………………………………………..313 
 Entrevista a Javier Methol …………………………………………………..320 
 Breves Relatos de la Historia………………………………………………………323 
 
Bibliografía ……………………………………………………………………331 
 
6 
 
7 
 
Capítulo I 
8 
 
Motivaciones 
 Mateando ideas 
Esta tesis surgió en 2010, en el bufet original de la Facultad del bosque, a 
mediados del mes de agosto. Agustín Russo y Matías Sztelmak cursaban el segundo 
año de la carrera y aprovecharon un rato libre entre clases para sentarse a charlar. 
Entre mate y mate, Agustín puso el libro Viven! sobre la mesa para buscar algo en su 
mochila. Matías, sorprendido, le comentó que a él le interesaba mucho la historia de los 
rugbiers uruguayos que sobrevivieron tantos días varados en la Cordillera de los Andes 
en 1972 y que había leído ese libro y varios más. 
Más tarde, se pusieron a hablar de un tema mucho menos grato para esa etapa: la 
tesis, ese fantasma terrible de la facultad, que tarde o temprano tendrían que enfrentar. 
Ninguno tenía la menor idea acerca de qué tema abordar y sus pensamientos giraban 
alrededor de las penurias que les supondría articular la dura teoría comunicacional con 
un hecho de la realidad social. 
– ¡Qué embole eso de elegir un tema para la tesis! Tenés que ponerte a estudiar algo 
que seguro ni te interesa para relacionarlo con algo todavía más jodido y, recién ahí, ver 
si el jurado te la aprueba – resopló Matías, tomándose la cabeza con las dos manos. Se 
alisó ligeramente el pelo y agregó alzando el dedo índice: – Y si te aprueban… 
Agustín Russo lo escuchaba mientras raspaba una calcomanía gastada de la 
superficie de su termo. Tomó el mate y lo llenó con suavidad para no volcar. 
9 
 
– Tendríamos que hacer algo que sí nos interese – le contestó, alcanzándole un 
amargo. 
Matías lo tomó y chupó lentamente de la bombilla. Luego de unos segundos en 
silencio, preguntó: 
–¿Y no te va hacerla con lo de Viven!? 
Y así nació la idea. Más tarde, comenzamos a recabar información para ver qué 
investigaciones anteriores se habían hecho acerca del tema y, de esa forma, poder 
definir cuál sería el marco científico y metodológico que le daríamos a nuestro trabajo. A 
pesar de la gran repercusión mediática que tuvo el caso, descubrimos que no se había 
realizado ningún estudio sobre cómo había sido tratado en la Argentina. 
Por ello, decidimos abordarlo utilizando una de las herramientas de las disciplinas 
comunicacionales: el análisis discursivo, mediante el cual veremos, a lo largo de las 
siguientes páginas, cómo los medios masivos gráficos Clarín y La Nación construyeron 
la noticia, introduciendo además artículos del periódico chileno La Segunda para 
contrastar las lógicas de producción discursiva que se emplearon en aquel 1972. 
El referente empírico que será analizado está constituido por las tapas, crónicas, 
artículos y entrevistas de los diarios argentinos mencionados, desde el 23 de diciembre 
de 1972 hasta el 29 del mismo mes. 
10 
 
 
 
Los caminos de la tesis 
Viaje a chile 
La investigación comenzó unos pocos meses después. En la biblioteca del 
Honorable Senado de la Provincia de Buenos Aires encontramos todo el material de 
hemeroteca para reconstruir lo que los diarios más importantes del país habían dicho 
respecto al accidente. Pero, ¿qué pasaba con la prensa internacional? 
Habíamos leído en varios de los libros escritos por los sobrevivientes que los 
medios chilenos habían tenido la primicia del descubrimiento de la antropofagia. Los 
rescatistas habían tomado una foto en la que se veían restos esparcidos por la nieve y 
ésta se había filtrado. Además, leímos que un diario en particular había “levantado 
polvareda” al utilizar ciertos títulos controversiales. Se trataba de La Segunda. 
-No, diarios chilenos no manejamos- dijo un empleado de la hemeroteca de 
Senadores.- Pregunten en Capital; si no encuentran en la Biblioteca del Congreso o en 
la Nacional, no hay en la Argentina. 
Llamamos por teléfono: no, no había en la Argentina. Quedamos en una 
disyuntiva: ¿Seguíamos la investigación dejando de lado la prensainternacional o 
viajábamos a la fuente de los diarios chilenos? Dos meses después estábamos en 
Santiago, en un departamento a tres cuadras de la Biblioteca Nacional de Chile. 
11 
 
Desde la calle, la biblioteca no nos pareció gran cosa. Era un edificio alto y gris, 
rodeado por gruesas rejas de hierro y árboles sin flores. Pero, por dentro era todo lo 
contrario: los amplios arcos de las entradas lo hacían un lugar muy luminoso, donde 
resaltaban el piso de mármol blanco y el roble barnizado de las puertas centenarias. 
Ahí, conseguimos los titulares y notas de diarios chilenos, en general, y de La 
Segunda en particular. Como se verá, las expresiones de este medio son 
impresionantes, cuando menos. 
 A pesar de la supuesta -o real, depende el caso que se vea1- inquina entre 
chilenos y argentinos, los empleados de la biblioteca nos trataron muy amablemente y 
nos brindaron toda la ayuda que estuvo a su alcance, por lo que no tenemos otra cosa 
que palabras de gratitud. 
Lo mismo corresponde para los periodistas y personas entrevistadas que nos 
prestaron su buena voluntad y paciencia para ayudarnos a entender las lógicas que 
atraviesan su país (y que serán explicadas más adelante). 
 
Los sobrevivientes 
Los pasajes aéreos a Chile los compramos por internet, sentados en una de las 
mesas de la Cervecería Alemana que está en la esquina de 57 y 10. Nos habíamos 
juntado a discutir algunos puntos de la tesis y a ultimar los pormenores del viaje 
 
1
 Mientras se escribían estas palabras, había trascendido un video donde, durante un entrenamiento, marinos 
chilenos emitían cánticos xenófobos contra otros países sudamericanos. A continuación, se transcribe parte de los 
mismos: “argentinos mataré, bolivianos fusilaré, peruanos degollaré…” 
12 
 
 Charlando durante la sobremesa, recordamos que teníamos la dirección de e-
mail de uno de los sobrevivientes, Javier Methol. Nunca se nos había ocurrido escribirle, 
porque pensábamos que no respondería, ya fuera por falta de interés o por falta de 
tiempo. Pero esa era una zoncera nuestra. 
 Una vez finalizada la cena, Matías volvió a abrir su notebook y envió el siguiente 
texto: 
Javier: 
Honestamente, es muy difícil para mí escribirle a una persona sobre la 
cual leí tanto y a quien considero uno de los ejemplos de amor a la vida que 
aún hay en este mundo. 
Mi nombre es Matías Sztelmak, soy estudiante de Periodismo en la 
Universidad de La Plata y estoy finalizando mi carrera. Para poder recibirme, 
necesito realizar una Tesis de Investigación, con mi compañero Agustín Russo. 
Nuestro tema se relaciona a su historia. Estamos investigando cómo los medios 
gráficos de Argentina (nuestro país), en relación a otros internacionales, 
trataron su historia. 
Pero más allá de nuestro análisis discursivo, estamos convencidos de que, 
con el respeto que le tenemos al tema, realizaremos una investigación única en 
nuestra carrera. Por eso, nos sería de muchísimo agrado la opinión de los 
sobrevivientes. 
De esta manera y en vistas de que estoy por realizar un viaje a su país 
en los primeros días del mes de abril, quisiera saber si usted dispone de 
algún momento para poder concederme una breve entrevista que, en lo personal, 
garantizo que implicará conocer a una persona que siempre me ayudó a seguir 
adelante. 
13 
 
Ahora sí, no lo molesto más, estimado Javier. 
Espero poder recibir su respuesta en la brevedad. 
Desde ya muchísimas gracias por su tiempo 
Atte.: 
Matías Sztelmak 
 Por los temores antes referidos, no queríamos crearnos falsas esperanzas acerca 
de conseguir la entrevista. Sin embargo, la respuesta de Methol nos llegó a los pocos 
días y descubrimos en ella la humildad de un hombre que aprenderíamos a conocer y 
apreciar: 
 Hola, Matías: Esta Semana Santa voy a estar en Montevideo pero sí te pido que cuando llegues te 
pongas en comunicación conmigo porque quizás, de 16 a 18 hrs, tenga una reunión, aún no confirmada. 
Matías: tengo 8 hijos, 12 nietos, miles de amigos y todos me tutean. 
El tuteo no es una falta de respeto y según cómo se use hasta es una demostración de cariño… Fijate 
que al Ser que más amamos y respetamos en este mundo, a Dios, lo tuteamos: 
"Padre nuestro que ESTÁS en el cielo. Santificado sea TU nombre. Venga a nosotros TU reino. . .” 
Entonces Matías, si a Él que es infinitamente superior a mí, lo tuteas, te voy a pedir que también me 
tutees a mí.- Gracias.- 
 
Espero tu llamada. 
Un abrazo 
JAVIER 
 
Viaje a Uruguay 
Matías cruzó el río de La Plata con un cuestionario que había preparado junto a 
Agustín y con la emoción de saber que iba a conocer a su sobreviviente favorito. Sin 
14 
 
embargo, Javier Methol le añadió una sorpresa al encuentro: la entrevista se haría 
también con Roberto Canessa, en la casa de aquél. Una vez llegado al hotel, abrió su 
computadora y anotó en su diario de viaje: 
Miércoles 3 de abril de 2012 
 No es fácil sentarse a escribir cuando estas a horas de entrevistarte con dos 
sobrevivientes de la tragedia de los Andes. Hoy me comuniqué con Javier Methol por 
teléfono. Cuando escuché que del otro lado me decían “Hola, ¿Quién habla?”, no pude 
responder siquiera una palabra completa, me costaba creer que estaba teniendo mi 
primer contacto con un protagonista de la historia. Cuando pude decirle a Javier quién 
era, me preguntó si no había problema en postergar el encuentro para el día siguiente 
porque Roberto (Canessa) no estaba en su casa; y que él tenía varios recortes 
periodísticos, no sólo de diarios uruguayos, sino también del resto del mundo, que nos 
podían servir para la tesis.2 
Durante esa noche la expectativa fue en aumento. ¿Cómo era su vida más allá de 
la historia que los había hecho famosos? ¿Serían como las estrellas de cine con sus 
autos de lujo y sus casas de película? Seguramente estarían agotados de contar su 
historia tantas veces. Sí, seguro que por eso querría ser lo más conciso posible. 
Al día siguiente, Matías llegó a la casa de Roberto Canessa, pero no se animó a 
tocar timbre. En cambio, decidió esperar a que llegase Methol y entrar junto a él. 
 
2 
 Crónica del Viaje a Uruguay ver Anexo 
15 
 
Suponía que aquél llegaría en un Land Rover o un BMW, pero sus prejuicios se 
quebraron cuando lo vio descender de un taxi. 
 Methol rompió cualquier formalismo y lo saludó con un abrazo. En seguida se 
disculpó diciendo: 
–Esperame un cachito, que tengo que llamar a mi señora para avisarle que llegué. 
Sacó su celular y se lo llevó a la oreja. 
–¡Ya llegué! Sí, estoy vivo. Cuando termino te llamo. 
Era su segunda esposa. La primera, Liliana, había muerto en la Cordillera de los 
Andes, durante un alud. Cortó la comunicación y guardó su celular en el bolsillo. Luego, 
posó su mano sobre el hombro de Matías, guiándolo hacia la puerta. 
Más tarde al preguntarle por qué había ido en taxi y no en su auto, Methol 
contestó que prefería disfrutar del paisaje. 
-Yo ya manejé bastante ahora prefiero que me saquen a pasear. 
Methol tocó el timbre. Los recibió Laura Surraco, la mujer de Canessa, quien los 
saludó con mucha simpatía y los guió hacia el quincho, donde su marido solía juntarse 
para contar su parte de la historia. 
–Roberto está jugando al tenis, pero avisó que llega en un rato –les comentó mientras 
acomodaba la mesa–. Ahora les traigo mate. Cualquier cosa me avisan. Yo los dejo 
porque tengo que terminar un par de cosas. 
16 
 
Matías, que todavía no salía de su sorpresa, miraba el lugar de reuniones donde 
fotos, cuadros, banderas, y regalos de distintas partes del mundo formaban parte de la 
decoración. Methol, que vio la reacción, le comentó que Canessa fue el arquitecto de su 
propia casa y que, por eso, muchos lugares tenían diferentes estilos. El resto de los 
sobrevivientes no se privaba de tomarleel pelo. 
La charla con Methol continuó sin ningún grabador de por medio. Él comentaba 
cómo era su vida en Carrasco y cómo, a pesar de los años, todavía tenía que rendirle 
cuentas a su actual mujer, quien lo llamaba para asegurarse de que estuviera bien. 
El mate seguía pasando entre ellos, al igual que las horas, cuando los sorprendió 
Canessa. 
–¿Será posible, Javier? – le dijo a su amigo, mientras ponía sus brazos en jarra–. Vos 
no cambias más: persona que te escribe, persona que ayudás. 
 Matías estaba atónito y no se animó a hablar. Methol lo presentó con total 
sinceridad: 
–Mirá la cara de buen pibe que tiene. 
Al igual que su esposa, Canessa tenía cosas que hacer, así que pidió permiso y 
se retiró, pero antes les dijo que podían quedarse en su casa el tiempo que quisieran. 
Methol propuso entonces que empezaran a grabar. Canessa tendría tiempo de 
contestar cuando hubiese cumplido sus responsabilidades. 
Sin embargo la entrevista no demoró en ser interrumpida por el dueño de la casa: 
– ¡Vamos! Javier, Matías, a comer. 
17 
 
Si algo quedó claro, era que Matías no paraba de recibir sorpresas. Compartir un 
almuerzo con Canessa, su familia y Methol, Nunca había pasado por su mente. Durante 
la comida, Canessa no paró de gastarle bromas y le dijo que no tenía por qué ponerse 
incómodo, ya que muchísimas personas se habían sentado en esa mesa, para conocer 
la historia. 
–Un día mi hijo se levantó y encontró a tres personas. Ninguna hablaba español. Había 
un ruso, un alemán y un italiano que me querían conocer. Por lo menos, nosotros dos 
hablamos el mismo idioma. 
Luego del almuerzo, que fue muy similar a esos banquetes de película, Methol y 
Matías regresaron al quincho, para reanudar su entrevista y éste sintió que ésa fue la 
mejor parte del día. 
Methol contó cómo fueron los hechos, cómo sintió la caída del avión y, también, 
cómo fue su estadía en los Andes. Matías no paraba de pensar en el privilegio que 
tenía como tesista: poder presenciar el relato de un sobreviviente, sin filtros y conocer 
todas esas sensaciones de primera mano, son cosas que no se pueden apreciar en un 
texto. Una de las partes más intensas fue cuando Javier relató el momento del 
accidente: 
(…) “durante el viaje, en el avión era todo alegría y todo diversión. Y cuando tú 
tienes el espíritu lleno de alegría, no ves al mal, no te lo imaginas. Los chicos en el 
avión… era tal la felicidad que tenían, que todo era un juego para ellos – sonríe 
recordando la actitud de esos chicos-. Estábamos en plena tormenta, la aeronave se 
balanceaba por los pozos de aire y los chicos gritaban: ¡ole, ole!; tiraban la pelota de 
18 
 
rugby para un lado. Jamás pensábamos que algo iba a pasar, porque yo también 
estaba dentro de ese clima.”3 
De esta forma, recorrimos dos países vecinos de la mano de nuestra tesis e 
incluso, uno de nosotros tuvo el privilegio de conocer a algunos de los protagonistas de 
la historia de El Milagro de los Andes. Por esas razones, esperamos que este trabajo, 
que tanto ha significado para nuestra formación, pueda realizar un aporte al mundo 
académico de la comunicación y un nuevo capítulo de la historia para todas aquellas 
personas que hayan sido movilizadas por esta historia máxima de supervivencia, 
amistad y esperanza. 
 
 
3
 Entrevista Javier Methol. Ver Anexo 
19 
 
 
¿Qué es noticia? 
 
 Ya sea en las redacciones de los diarios o en los estudios de radio y televisión, 
los medios reciben una gran cantidad de información por día, desde los cables de las 
agencias de noticias hasta datos transmitidos por los ciudadanos a través de las redes 
sociales. Sin embargo, no todas ellas terminan siendo noticia. 
 Son los propios medios quienes determinan cuáles serán y cuáles no. Es cierto 
que son tantos los sucesos que es imposible cubrirlos todos y, mucho menos, 
divulgarlos. Por eso, se aplican una serie de criterios de selección y jerarquización de 
datos. 
 Los medios de comunicación construyen los acontecimientos periodísticos al 
hacer público un hecho empírico preexistente o el resultado calculable de un 
acontecimiento. De esta forma, transforman en noticia a partir de tres variables, 
enumeradas por la Licenciada en Comunicación Social Adela Ruiz. Éstas son: 
-El espacio: en relación a la extensión y al orden en el que se estructurarán los 
artículos en función de su desarrollo material. Esto es, por ejemplo, cuántas páginas se 
le otorgará en el diario o el tiempo que ocupará al aire y, particularmente en la prensa 
gráfica, cómo se establece el cuerpo de la noticia en relación a imágenes fotográficas y 
de pauta publicitaria. 
20 
 
-El tiempo: en función de cuánto tiempo cuenta el periodista para investigar y 
desarrollar una información. 
-La noticiabilidad: éste es el factor a partir del cual se produce la valoración que 
permite a los periodistas o al medio determinar cuándo un acontecimiento es digno de 
ser divulgado. Es decir, de ser noticia. 
 Es esta última noción la que trata específicamente del contenido de la noticia. 
Pero, ¿es posible establecer un patrón general con el cual dilucidar qué tipo de 
características debe tener la información para poder ser publicada? 
 En líneas generales, las nociones pueden agruparse en dos grandes grupos: el 
primero, sobre el impacto que el acontecimiento tiene sobre la sociedad; y el segundo, 
acerca del tipo de trabajo periodístico desarrollado. 
Pero precisemos un poco sobre las variables comprendidas en estos grupos para 
ver específicamente cuáles son los criterios utilizados comúnmente en cualquier 
redacción o en las mesas de preproducción de los medios radiales y audiovisuales. 
La designación más utilizada es la establecida por Carl Warren, de la Escuela 
Tradicional Norteamericana (ETN), la cual cuenta con 8 principios de categorización. 
Éstos son: 
Actualidad: es el requisito fundamental para cualquier información. A medida que 
los datos dejan de ser novedosos disminuye su condición noticiable, por lo que el 
acontecimiento a divulgar debe haber ocurrido en el tiempo inmediato de su publicación 
21 
 
o bien debe estar a punto de suceder. También se considera novedosos a aquellos 
hechos que, si bien son antiguos, han sido descubiertos en la actualidad. 
Proximidad: en este caso, la cualidad noticiable del acontecimiento está basada 
en la cercanía que éste tenga con el público al que la información está dirigida. Hay dos 
tipos: la proximidad física, cuando el hecho se relaciona con personas, lugares u 
objetos cercanos al público; y la psicológica, que hace que un acontecimiento lejano 
físicamente despierte la empatía de los destinatarios del mensaje, quienes sentirán 
próximo dicho suceso. 
Prominencia o notoriedad: está basada en el carácter público de la persona, el 
animal o el objeto que termina definiendo la noticiabilidad de una información. Así, será 
noticia, por ejemplo, detalles de la vida privada de una figura del espectáculo, un hecho 
ocurrido en algún lugar famoso o la historia de un animal en extinción. 
Conflicto: se incluye en esta categoría a aquellas informaciones acerca de 
enfrentamientos o disputas entre particulares, grupos o países. De esta forma, serán 
noticia historias acerca peleas de vecinos, discusiones entre políticos de distintos 
partidos o la guerra entre dos países. También se considera como conflicto las 
catástrofes, ya sean naturales o provocadas por la acción del hombre. 
Suspenso: aquí la cualidad noticiable subyace en que se trata de informaciones 
que se desarrollan durante un período de tiempo y que requerirán de varias 
publicaciones o días de cobertura para arribar a una conclusión. Es esa continuidad la 
que atrapa la atención de los receptores del mensaje. 
22 
 
Trascendencia: en este factor, la noticiabilidad se funda en la repercusión que 
una información actual tiene sobrela vida de un sector social o el de la sociedad en su 
conjunto. En ese caso, serán noticia datos como el aumento de precios, reformas 
legales o constitucionales o la creación de instituciones oficiales. 
Rareza o Magnitud: aquí se comprenden a los acontecimientos curiosos que 
traspasan la cotidianidad informativa. El carácter noticiable está basado en el asombro 
que dichos hechos generan en el público. 
Emoción: cuando el elemento principal de una noticia apunta a reflejar emociones 
o sentimientos o aquellos que evocan situaciones emotivas. Así, serán noticiables 
informaciones que muestren odio, celos, envidia. 
Estos son los criterios que usan los medios para determinar qué es noticia. Sin 
embargo, dichas informaciones deben tener una serie de características para poder ser 
seleccionadas para su publicación. 
 En primer lugar, que el acontecimiento sea VERDADERO, es decir que haya 
ocurrido efectivamente. Desde el punto de vista de la ética, publicar una información 
falsa implicaría caer en el mayor de los pecados periodísticos pero, como se verá, 
muchas veces los requerimientos del medio pueden llevar a que se utilice algún 
material no chequeado o llanamente falso. 
 Uno de esos requerimientos está íntimamente relacionado con otra de las 
características que debe tener la investigación: que sea INÉDITO. Esto se debe a que 
los medios se encuentran en una competencia constante y buscan publicar noticias que 
23 
 
no hayan sido dadas a conocer por sus competidores. O sea, que están detrás de la 
primicia. 
En tercer lugar, debe ser ACTUAL, habiendo acontecido en un espacio temporal 
cercano a la publicación del medio o bien, que se trate de un hecho antiguo pero que 
haya sido descubierto o develado en la actualidad. 
 Una cuarta característica es que sea de INTERÉS para la mayor cantidad de 
receptores posible. Si una información no es atractiva, el lector no tendrá ningún 
empacho en abandonar la página del periódico así como el televidente no dudará en 
cambiar de canal. 
 Finalmente, el hecho debe ser COMUNICABLE, en el sentido en que los medios 
puedan darle publicidad y convertirlo en noticia. 
 
La construcción del acontecimiento para el diario Clarín 
 Como el diario de mayor tirada de la Argentina, Clarín tiene un manual según el 
cual tratar los acontecimientos, tanto desde una perspectiva estilística como también 
desde la forma en por la cual definir contenidos. 
 Respecto a lo último, el diario estipula que las noticias deben respetar tres 
parámetros: 
-Precisión: toda noticia debe ser fiel a la realidad y de ningún modo falsa o 
confusa. 
24 
 
-Integridad: la información no debe forzarse o modificarse para justificar ideología, 
interés o la visión del medio o del periodista. 
-Equidad: las noticias deben tratar con imparcialidad personas, instituciones y 
acontecimientos. 
 A pesar de esto, Clarín ha recibido variadas críticas acerca de cómo sus 
productos periodísticos vulneran los propios principios establecidos en su manual. 
También estas acusaciones pesan sobre muchos otros medios que en el afán de 
preservar ciertos intereses o de prevalecer sobre sus rivales, abordan los 
acontecimientos violando preceptos éticos de manera voluntaria o involuntaria. 
 
Interés de los medios 
Los medios de comunicación son empresas. Por lo tanto, el objetivo principal de 
los dueños y acreedores es que dicha empresa genere dinero. La idea cotidiana 
indicaría que el medio más exitoso es el que mejor informa. Pero esto no es siempre 
así. 
 Las empresas periodísticas viven principalmente de la publicidad, compuesta de 
pauta oficial y del auspicio de otras compañías. Por eso, muchas veces los periodistas 
que trabajan en ellos se ven inhibidos de publicar notas porque atentan contra los 
intereses de sus inversores, lo que implicaría ir en contra de los intereses del propio 
medio. No sólo existe este tipo de censura, sino que los medios también generan 
25 
 
productos dirigidos directamente a la protección de ciertos sectores a los que están 
asociados. 
 Un caso paradigmático de esto, fue la ofensiva realizada por Mariano Grondona, 
desde la revista Primera Plana, contra la presidencia del presidente Arturo Humberto Ilia 
en 1966. Las sucesivas publicaciones de dicha revista mostraban una imagen lerda e 
inoperante del primer mandatario, configurando una imagen y un apodo de “tortuga” 
que, aún hoy, sigue siendo asociada a Ilia. 
 Pero la crítica no estaba fundamentada únicamente en una visión política (más 
allá de que el propio Grondona fuera un detractor del presidente y bregara por un 
sistema autoritario que anulara las pujas políticas de la época). 
Ilia había lanzado una política que regulaba los precios de los medicamentos, a 
través del congelamiento de los mismos en las bases de fines de 1963, mientras que 
también imponía límites a la posibilidad de realizar pagos al exterior en concepto de 
regalías y de compra de insumos. 
 Las mayores firmas de medicamentos eran los auspiciantes de Primera Plana, 
por lo que no resultó extraño que hayan publicado una sucesión de artículos 
destituyentes y una línea editorial dirigida a menoscabar la figura del entonces 
presidente. En 1966 las fuerzas armadas organizaron un golpe de estado e Ilia fue 
derrocado. 
 Por otro lado, también hay noticias que conllevan violaciones involuntarias de los 
cánones éticos del periodismo. Estos casos se deben, generalmente, a que un medio 
hace una publicación sin chequear las informaciones en el afán de lograr una primicia. 
26 
 
 Ante todos estos casos, es oportuno describir las distintas bases que tienen estas 
noticias. Según Mar de Fontcuberta, todas éstas se originan en los no-acontecimientos. 
 
El no acontecimiento periodístico 
En estos casos, las publicaciones mediáticas en vez de surgir de un 
acontecimiento se construyen desde “hechos no sucedidos o que suponen 
explícitamente una no-información en el sentido periodístico"4. 
. El no acontecimiento altera la lógica natural de los medios, ya que se realizan 
publicaciones basadas en un hecho que no se ha producido ni que está previsto que se 
produzca. Por eso, no posee las cualidades de actualidad que cualquier noticia debe 
tener. 
 Sin embargo, los medios de comunicación las utilizan con frecuencia. Respecto a 
las características de cada una de ellas, pueden enumerarse tres tipos: 
*Noticias inventadas 
 Las noticias inventadas son aquellas basadas en hechos o declaraciones 
inexistentes. Puede ser que la publicación de éstas informaciones sea con la intención 
de proteger a algún interés próximo a los del medio o criticar a otros que le son 
contrarios; o bien, que un chequeo deficiente de las fuentes –por el fervor de conseguir 
una noticia antes que la competencia- lleve a que se utilicen datos erróneos o versiones 
que particulares dan en provecho propio o en perjuicio de ajenos. 
 
4
 De Fontcuberta, Mar. La noticia. Pistas para percibir el mundo. Paidós, Buenos Aires, 1993 
27 
 
 Si tomamos en cuenta los principios éticos del manual de estilo del diario Clarín, 
vemos que con las noticias inventadas se violan los conceptos de precisión (cuando la 
información es falsa) y de integridad (cuando se publican intencionalmente datos 
inexistentes o erróneos para proteger ciertos intereses). 
Como ejemplo de la utilización de noticias inventadas, basta recordar un caso muy 
conocido del periodismo argentino. En la década de 1970, Samuel “Chiche” Gelblung 
era el jefe de redacción de la revista Gente. A pesar de su rol, no sólo evitaba reprender 
a los redactores por publicar hechos no acaecidos sino que también los incentivaba. En 
efecto, varios de los periodistas que trabajaron con él en aquella época aseguran que 
en la puerta de su oficina había pegado un papel que rezaba: “No dejes que la realidad 
te arruine una buena nota”.Otra característica de ellas es que no reciben una rectificación posterior. 
*Noticias erróneas 
Se trata de las noticias que se construyen con datos presentados como 
verdaderos y que terminaron siendo falsos. A diferencia de las anteriores, en este caso 
los medios de comunicación reconocen su falta y se rectifican. 
Las causas más frecuentes por las cuales aparecen estas publicaciones erróneas 
son: la ausencia o insuficiencia de información y los datos incorrectos. De esta forma, la 
desinformación se produjo porque el periodista malinterpretó algún punto de su 
investigación o porque alguna fuente le suministró deliberadamente información 
incorrecta. 
28 
 
 
*Noticias basadas en la especulación 
 En este caso, las noticias se construyen sobre hipótesis no comprobadas o 
rumores no confirmados. Los datos obtenidos no son corroborados antes de su 
publicación, por lo que se vulneran los principios de la investigación periodística. 
 
Legitimidad de los medios 
Los medios de comunicación han estado revestidos siempre por un halo de 
legitimidad a partir del cual todas las noticias tienden a considerarse como verdaderas. 
Si bien varias corrientes teóricas de la comunicación han remarcado que los productos 
mediáticos de ningún modo son “la realidad”, la opinión pública nunca había 
desconfiado de ellos hasta los primeros años del siglo XXI. 
 A partir de entonces, el público ha reparado masivamente en que los medios de 
comunicación tienden a formar conglomerados empresariales con intereses económicos 
particulares. 
 Sin embargo, la configuración histórica y social de la imagen de los medios hace 
que, incluso los que entienden los entramados corporativos de los mismos, tomen por 
ciertas informaciones repetidas por ellos a lo largo del día. 
 Según Echebaum y Allaola, esto se debe a que “cómo unos pocos medios de 
comunicación, unas pocas empresas, conglomerados, podían tener acceso a gran parte 
de las tecnologías, podían transmitir con distintos soportes los mismos mensajes, 
29 
 
podían transmitir con distintos soportes los mismos mensajes creando de esa manera 
efectos de ‘verdad’ bastante importantes”. 
 En este sentido, se puede observar cómo la noticia publicada en un medio 
particular de una corporación es replicada por el resto de los medios de la misma. De 
esta forma, se marca la agenda comunicacional de la competencia, quienes tratan la 
misma información aunque desde su óptica particular. En consecuencia, el hecho toma 
tal trascendencia que termina insertado y determina la agenda política de ese país. 
Esos “efectos de verdad” que logran los medios se explican a que éstos esconden 
ese “proceso de construcción y de representación de la noticia bajo –la- ilusión de 
objetividad, de la naturalidad de los hechos”, a la vez que “proponen distintos puntos de 
vista que tienen estos medios de comunicación”5 
 
Visibilidad e invisibilidad 
Según Jesús Martín Barbero, el discurso no es solamente un arma con la que se 
lucha por el poder, sino que es el mismísimo lugar donde se da esa lucha. Éste forma 
parte constitutiva de una trama de violencia, de control y de lucha propia de la práctica 
de poder a cualquier nivel. Todo esto se debe a que el discurso tiene una constitución 
histórica, a la vez que está atravesado por una red de mitos provenientes del imaginario 
social. A partir de ello, moldea y oprime desde dentro de la sociedad misma. 
 
5
 Echenbaum. M y Alaolla, P. Intervención en el Taller sobre Comunicación del Tercer Foro Social Mundial. Porto 
Alegre, Enero 2003 
30 
 
 Así, Barbero observa que en la actualidad se da un tipo de dominación basado en 
el monopolio de la palabra, ejercido desde los nuevos procesos de comunicación por 
medio de los cuales define y da forma a la “realidad”. Del otro lado, quedan todos 
aquellos que no pueden acceder al discurso, o sea al poder. Todos ellos viven en la 
Cultura del Silencio. Fue José Martí quien definió de esta manera a las masas 
perimidas que sufren una acallada agonía porque se saben incapaces de visibilizar 
sus penas. 
 De esta forma, los grupos hegemónicos de la actualidad controlan los medios de 
comunicación a través de los cuales se apropian del discurso y establecen una 
dominación en función de esa red de mitos que Barbero designa como los justificadores 
naturalizados de formas de opresión desde dentro, ya que los propios oprimidos 
también toman como natural su sumisión. 
 Por su parte, Pascual Calicchio retoma estos conceptos para explicar cómo, a 
partir de la crisis económica y política que se produjo en Argentina a fines de 2001, 
grupos marginales, conocidos como piqueteros, comenzaron a cortar rutas y calles con 
el objetivo de que los medios de comunicación se presentaran. De esa manera, sus 
reclamos eran visibilizados y, en consecuencia, había una respuesta política. 
Sin embargo, los piqueteros comenzaron a atacar también a los medios porque 
observaban que ellos utilizaban la producción del discurso en concordancia con el 
poder político. A partir de entonces, dirigieron su rebelión no sólo contra el gobierno o el 
Estado, sino también contra su aparato de control simbólico. “Nos mean y los medios 
31 
 
dicen que llueve” y “vos lo viste, no dejes que te sigan mintiendo” se transformaron, en 
frases de la lucha piquetera. 
Ante las manifestaciones en su contra, los medios de comunicación buscaron 
acallar estas protestas a partir de no cubrir las manifestaciones. De esa forma, 
buscaban devolver a los piqueteros a la Cultura del Silencio, es decir invisibilizarlos. 
 Pero estos no estaban dispuestos a ser marginados nuevamente, así que 
organizaron medios alternativos para resquebrajar el monopolio de la palabra que 
poseían los grandes conglomerados de la comunicación y su capacidad unilateral de 
hacer visible o invisibilizar de acuerdo a sus intereses. Y el de sus aliados en el poder. 
 
De los titulares 
Aclaración 
En esta última parte del primer capítulo, se explicará la importancia de los titulares, 
teniendo en cuenta que éstos ocuparán un rol central en el análisis discursivo que se 
desarrollará posteriormente en la presente tesis, respecto al tratamiento que Clarín y La 
Nación le dieron al caso. 
El Manual de Estilo y Ética Periodística de La Nación afirma que “un buen titular 
debe expresar el contenido del texto al que corresponde y atraer la atención del lector 
hacia su tema informando sintéticamente sobre el material que encabeza, sin exagerar 
el énfasis con que la parte noticiosa es concebida”. 
32 
 
 Aquí se ve la doble función del titular: mostrar de qué se trata la nota y servir de 
nexo para despertar el interés del público en leer toda la publicación. Sin embargo, es 
bastante difícil conseguir que éste cumpla con ambas funciones a la vez, así que la 
opción entre una u otra dependerá del formato redaccional elegido. 
 Los titulares se componen por cuatro elementos: el cintillo, la volanta, el título y 
la bajada. 
 El título es el elemento más importante. Es el encargado de presentar la noticia y 
el máximo factor de atracción. Los autores Francisco Martínez, Lucas Miguel y Cristian 
Vázquez, de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad 
Nacional de la Plata6, categorizan tres tipos: 
-Títulos informativos: explican el sujeto de la acción, la acción misma y sus 
circunstancias. 
-Títulos expresivos: no se centran en la información sobre algún hecho, sino que 
apuntan a algo que se presume conocido. 
-Títulos temáticos: son los que sólo enuncian el tema de la información, 
generalmente en noticias de poco relieve y en los textos no informativos. 
 Por su parte, la volanta sirve de antetítulo. Según el ya citado Manual de 
Estilo de Clarín, éste “ubica y anticipa sobre lo que informa el título, es una definición 
temática y puede agregar información”.6
 Martínez, Francisco; Miguel, Lucas; Vázquez Cristian. La titulación en la prensa gráfica. Material de cátedra, 
Facultad de Periodismo y Comunicación Social, 2004 
33 
 
 La bajada también complementa al título, a la vez que supone un desarrollo 
conciso que sirve como resumen de la noticia. Para Clarín, éste “contextualiza, ordena 
la información, la desagrega con datos puntuales”. 
 Finalmente, el cintillo es una oración no verbal que se ubica por encima del resto 
de los titulares y se repite en todas las páginas en la que el mismo tema es 
desarrollado. En los casos en que la noticia continúa a lo largo del tiempo, éste se 
mantiene constante. 
34 
 
35 
 
Capítulo II 
El Hecho 
36 
 
 
Introducción 
Antes de abordar los elementos metodológicos con los que se analizará la 
cobertura de los diarios Clarín y La Nación con respecto al rescate de los sobrevivientes 
del Fairchild Hiller FH-227 de la Fuerza Aérea uruguaya y el posterior descubrimiento 
de antropofagia, creemos conveniente hacer una reconstrucción de los hechos. 
Para ello, hemos agregado una crónica de nuestra autoría, para tener una 
narración de los acontecimientos centrales del caso. La razón por la cual tomamos esta 
decisión se debe a que consideramos que, a pesar de ser una historia famosa a nivel 
mundial, muchos de los lectores de esta tesis pueden no estar familiarizados con ella. 
Por otro lado, la crónica ampliará los conocimientos de quienes conozcan el caso 
es a través de la película Viven! , dado que, a nuestro criterio, ésta deja de lado hechos 
importantes de la tragedia sufrida por los jóvenes uruguayos. 
Por ello, creemos necesario que la reconstrucción cubra de manera acabada los 
aspectos centrales de esta historia y que garantice a los lectores la posibilidad de ver 
qué hechos ocurrieron realmente y cuáles constituyen parte de la mitología que se fue 
tejiendo en relación al caso, a lo largo de los años. Para lograr esto, la crónica se nutrirá 
de varios libros que presentan un gran trabajo de investigación y recopilación 
testimonial. La lista de los mismos es la siguiente: 
http://es.wikipedia.org/wiki/Fairchild_Hiller_FH-227
37 
 
 -Viven!, de Piers Paul Read: ésta es la primera novela publicada acerca del caso 
y está fundamentada en los testimonios de los 16 sobrevivientes y sus familiares, 
recogidos en 1974. 
-La sociedad de la nieve, de Pablo Vierci: otra novela testimonial que recopila, 
treinta años después del accidente, las experiencias de los 16 protagonistas. Fue 
publicada en 2008. 
- Mis 72 días en la Montaña y Mi Largo Regreso a Casa: Milagro de los Andes, de 
Fernando Parrado. Libro escrito por uno de los sobrevivientes, quien narra sus 
vivencias en la montaña, destacando que el deseo incólume de volver a ver a su padre 
fue el gran motor de su propia salvación. En los últimos capítulos se encarga de rebatir 
ciertas conclusiones que Piers Paul Read expresó en su novela ya citada. Fue 
publicado en 2006. 
- Después del día diez, de Carlitos Páez. Otra narración de la historia por parte de 
uno de los sobrevivientes. En este libro, el autor hace hincapié en el décimo día, porque 
fue cuando se decidieron a recurrir a la antropofagia para sobrevivir. Fue publicado en 
2004. 
Además, introduciremos nuevos testimonios del sobreviviente Roberto Canessa, 
tomados durante dos conferencias que éste dictó en la Argentina: la primera en 2010, 
en el hotel Sheraton de Buenos Aires, y la segunda, en 2013, cuando visitó el colegio 
San Luis de La Plata. 
38 
 
También se incluirán partes de las entrevistas que le realizamos al propio Canessa 
y al también sobreviviente, Javier Methol, en Montevideo. Ambas serán adjuntadas de 
manera completa en el anexo del presente trabajo. 
Elegimos el formato de la crónica porque queremos integrar el estilo del género 
periodístico con la retórica académica propia de una tesis ya que, si bien ésta se 
encuentra dirigida en primer lugar a profesionales de la Comunicación Social, tenemos 
el profundo deseo de que también pueda ser leída por cualquier persona que, al igual 
que nosotros, se haya fascinado con el caso. 
 
39 
 
 
El regalo de la vida: Recuerdos de El Milagro de los 
Andes 
 
Cuando Pancho Delgado se sentó frente al auditorio del colegio Stella Maris, tenía 
perfectamente en claro qué iba a decir. Cientos de periodistas se habían ubicado en las 
butacas acomodadas a lo largo del salón y aguardaban con expectativa las palabras de 
alguno de los sobrevivientes. También lo hacían los familiares de los fallecidos en la 
montaña. 
Delgado sabía que, en realidad, el mundo entero ansiaba escucharlo. Los relatos 
acerca de cómo habían tenido que recurrir a la carne de sus amigos muertos se había 
extendido muy rápido y habían eclipsado, incluso, a la repercusión de su milagrosa 
supervivencia. Y, a raíz de ello, versiones desfiguradas y monstruosas habían llenado 
las páginas de los periódicos. 
Por eso él, que tan poco había podido ayudar en la montaña, sentía la profunda 
obligación de lograr que el mundo escuchase su verdad del asunto. Más que eso: debía 
lograr que los entendieran. 
 Que entendieran el inmenso dolor, la desesperación de ver cómo los amigos 
morían día a día junto a ellos, mientras que sus propios cuerpos se debilitaban y la 
muerte se hacía cada vez más segura. Que entendieran que se sabían abandonados, 
solos en esa inmensidad que es la Cordillera de los Andes. Sin esperanza. O casi. 
40 
 
Porque sólo la voluntad de algunos de ellos, jóvenes de apenas veinte años, logró que 
no se dejasen morir. 
 Y, por sobre todas las cosas: ¿entenderían que la carne de sus compañeros 
muertos significaba para ellos la muestra máxima de amistad que haya existido en ese 
hermoso infierno de nieve? Sus amigos les habían regalado la vida. Por ellos, Pancho 
Delgado tenía la posibilidad de dirigirse al mundo, desde el auditorio del colegio Stella 
Maris. Iba a honrar ese regalo. 
Se acomodó en la silla, ajustó el micrófono y comenzó a hablar. 
 
Los motivos 
Uruguay es un país futbolero. Cuna de equipos campeones del mundo, no es 
extraño que sus jóvenes se vuelquen masivamente a jugar a la pelota en todas las 
calles y callejones del país. 
 Entonces, ¿por qué los muchachos que volaban en el Fairchild Hiller FH-227 de la 
Fuerza Aérea iban a disputar un partido de rugby a Chile, acompañados por familiares y 
amigos? 
Los jugadores provenían de familias católicas, acomodadas y conservadoras, las 
cuales habían confiado su formación los Hermanos Cristianos irlandeses. En este grupo 
primaba la disciplina por sobre todas las cosas. Sin embargo, tuvieron que dejar de lado 
el castigo corporal a pedido de los padres. En cambio, decidieron enseñarles el rugby: 
http://es.wikipedia.org/wiki/Fairchild_Hiller_FH-227
41 
 
un deporte duro a partir del cual le inculcarían a los muchachos los principios de “sufrir 
en silencio y trabajar en equipo”7. 
El rugby caló tan hondo en los jóvenes que, luego de que la primera promoción 
terminase los estudios, un grupo de egresados decidió fundar una asociación deportiva 
en 1965. Ésta fue llamada Club Old Christians, cuyo equipo se coronó campeón 
nacional en 1968 y 1970. 
En 1971, tras haber disputado algunos amistosos con equipos argentinos que 
“eran mucho más poderosos”, según nos explicó Roberto Canessa en una entrevista, 
decidieron ir a probar suerte a Chile. Para achicar los gastos, rentaron un avión de la 
Fuerza Aérea Uruguaya y vendieron los asientos sobrantes a familiares y amigos, 
quienes aprovechaban para pasarse unas vacaciones en el extranjero. “El éxito fue tal 
que en cuanto llegaron a Montevideo, empezaron a planear otro viaje para el año 
siguiente”8. Ese viaje sería el de la tragedia. 
Pero la tragedia no sería absoluta, ya que a pesar de la muerte y el dolor, las 
cosas que quedaron fueron otras: el amor, el deseo de regresar y la entrega hacia el 
prójimo,como máxima forma de amistad. 
La partida 
Para octubre de 1972, el Old Christians estaba ultimando los detalles del viaje a 
Chile. Con alguna dificultad, lograron vender las cuarenta plazas del Fairchild tentando 
 
7
 Read, Piers Paul. Viven! El triunfo del espíritu humano. Punto de lectura, Buenos Aires, 2007, pág. 20 
8
 Ibíd. Pág21 
42 
 
a los amigos, con el argumento de que allí podrían vivir bien con poco dinero- y a lo 
“accesibles” que eran las jóvenes chilenas- y prepararon la partida para el día 12. 
El avión despegó del aeropuerto de Carrasco a las 8.05 de la mañana con 
dirección a Santiago. Además de los cuarenta pasajeros, viajaban en él cinco 
tripulantes. Entre ellos, el comandante del avión Coronel Julio César Ferradas y su 
copiloto, el teniente Dante Héctor Lagurara. 
“El ambiente es de jolgorio, nos pasamos la pelota de rugby de un asiento a otro, 
hacemos chistes, nos gastamos bromas entre nosotros”9, narró, en tiempo presente, el 
sobreviviente Carlitos Páez, como si tratara de revivir la experiencia. Era, para él y para 
sus compañeros, “el viaje del destete”, ya que suponía su primera oportunidad para 
hacer “cosas de mayores”. 
Luego de sobrevolar territorio argentino durante algo más de dos horas, el auxiliar 
de vuelo, Sargento Ovidio Ramírez, abandonó la cabina y anunció que deberían 
descender en el aeropuerto de Mendoza. Las malas condiciones climáticas hacían que 
el cruce de la Cordillera de los Andes fuera extremadamente peligroso. 
La noticia fue una gran decepción, ya que los pasajeros no querían desperdiciar 
uno de los cinco días de su viaje en la Argentina, donde el cambio del dólar no era tan 
favorable como en Chile. Por ello, presionaron a Ferradas y Lagurara para partir lo 
antes posible. Sin embargo, los pilotos tenían mayores preocupaciones. 
 
9
 Páez, Carlitos. Después del día diez. Editorial Linardi Risso, Montevideo, 2008 
43 
 
Mientras que el paso de Juncal estaba cerrado, los informes meteorológicos 
indicaban que el de Planchón se despejaría recién hacia el mediodía del día siguiente. 
Eso implicaba tener que partir en un horario donde sobrevolar los Andes era una 
empresa de alto riesgo. 
La otra opción era retornar a Montevideo, dado que las leyes argentinas prohibían 
que un avión militar extranjero permaneciese en su territorio nacional durante más de 
veinticuatro horas. De ser así, deberían reembolsar el dinero de los pasajeros. 
De pronto, aterrizó en el aeropuerto de Mendoza un viejo y destartalado avión de 
carga, proveniente de Santiago. Los jóvenes empezaron a protestar enérgicamente, 
quejándose de la excesiva cautela de los militares uruguayos. 
–Si éste pasó en esa “cafetera”, ¿cómo no vamos a pasar nosotros? – preguntó el 
estudiante de medicina Roberto Canessa –. ¿Es que ustedes son cobardes? 
Ferradas se acercó al piloto para preguntarle por las condiciones del cruce. Aquél 
le respondió que había fuertes turbulencias pero que no supondrían gran problema para 
el modernísimo Fairchild. Durante el día siguiente, el piloto del carguero se enteró que 
el avión uruguayo había desaparecido en las montañas. 
El accidente 
El Fairchild despegó del aeropuerto de Mendoza a las 14:18 horas, con los 
cuarenta pasajeros y sus cinco tripulantes. A las 15:32, Lagurara le comunicó al control 
de tránsito aéreo que divisaba Curicó. La torre tomó como correcta dicha afirmación y 
44 
 
autorizó el descenso a 3.500 metros, para que la aeronave se alineara con el 
aeropuerto de Pudahuel. 
En el descenso, el Fairchild atravesó una nube y empezó a vibrar por una serie de 
bolsas de aire. El ayudante de vuelo Ramírez encendió el cartel luminoso para que los 
pasajeros se abrocharan los cinturones de seguridad y dijo a través del alto parlante: 
–Hay mal tiempo afuera y el avión va a bailar un poco, pero no se preocupen. Ya 
estamos en contacto con Santiago y aterrizaremos enseguida.10 
Pero ninguno de los jóvenes se lo tomó en serio. Con los sucesivos pozos de aire, 
los que estaban más cerca de la cabina empezaron a gritar “Ole, Ole, Ole”, como en las 
canchas de futbol cuando los jugadores de un equipo logran eludir a sus rivales. Por su 
parte, los que estaban más al fondo, entonaron el coro de una conga y Canessa tomó 
un balón de rugby y lo arrojó a la cabina como para infundir valor. 
Sin embargo, cuando salieron de la nube, vieron a través de las ventanillas del 
avión que el último pozo de aire los había hecho descender tan solo a diez metros de la 
cordillera y que estaban volando peligrosamente entre picos filosos. 
Algunos se pusieron a rezar. Otros, ya resignados, se encogieron y esperaron el 
choque. De pronto, los pasajeros que estaban más cerca de la cabina oyeron el grito 
desesperado de uno de los pilotos: 
–¡Dame potencia, dame potencia! 
 
10
Read, Piers Paul. Ob. Cit. Pág. 39 
45 
 
El avión comenzó a vibrar furiosamente, mientras trataba de recuperar altura. Pero 
los intentos de los pilotos fueron en vano. 
De pronto, el ala derecha chocó con uno de los picos, partiéndose a la mitad. Los 
restos que se desprendieron arrancaron la cola y fueron despedidos dos miembros de 
la tripulación y tres de los jóvenes, con sus respectivos asientos. 
Luego, se quebró el ala izquierda. La muerte parecía segura y ya varios de los 
pasajeros habían encomendado su alma a Dios. Otro habrá esperado el milagro. Y el 
milagro se dio. 
En contra de todas las posibilidades, lo que quedaba del avión aterrizó sobre su 
vientre y fue desacelerando su marcha por la fricción de la nieve hasta que, finalmente, 
se detuvo en un valle entre las montañas. 
Pablo Vierci retrató en La sociedad de la nieve cómo José Luis “Coche” Inciarte 
vivió dicha colisión: 
 “La aeronave ascendió bruscamente y Coche sintió cómo la espalda se le pegaba 
al respaldo del asiento, en el preciso momento en que el aparato comenzó a caer hasta 
que escuchó una explosión, seguida de un silbido estremecedor. Inmediatamente 
percibió una abrupta diferencia en el ambiente: del clima templado de hacía instantes, 
se pasó a un frío gélido, sacudido por chiflones de aire que no consiguió identificar de 
dónde venían, mientras diversos objetos le pegaban en el cuerpo. Como no escuchaba 
el rugido de los motores creyó que el avión estaba volando sin hélices, hasta que sintió 
otro golpe, el pedazo de avión comenzó a deslizarse y ahora ya no era el viento y el 
46 
 
aire helado sino que lo que le pegaba en el cuerpo era nieve, si, nieve. Coche bajó la 
cabeza y cerró los ojos para morirse”. 
 Pero Coche sobrevivió. Cuando logró recuperarse, vio el desastre a su alrededor 
y escuchó los gritos de auxilio y los sollozos del resto de sus compañeros. Por su parte, 
Carlitos Páez continuaba rezando maquinalmente el Ave María. 
Los asientos habían sido arrancados de cuajo cuando el avión desaceleró 
abruptamente y se habían abalanzado violentamente hacia adelante, aprisionando a los 
pasajeros. Varios de ellos se habían quebrado las piernas. 
Los que se encontraban ilesos, comenzaron a liberar al resto. Mientras tanto, 
Gustavo Zerbino y Roberto Canessa, ambos estudiantes de medicina, trataban de 
auxiliar a los heridos. Sin embargo, era poco lo que podían hacer: por un lado, porque 
su experiencia era muy escasa y, por otro, porque no contaban con ningún tipo de 
insumo médico. Jirones de ropa y agua de colonia se transformarían luego en los malos 
suplentes de las vendas y el alcohol. 
En el fuselaje, encontraron a seis pasajeros muertos, entre ellos Eugenia Parrado. 
Su hijo, Fernando, yacía ensangrentado en la parte delantera del avión. Canessa lo 
revisó y, si bien descubrió que todavía estaba vivo, se convenció de que moriría muy 
pronto. Se había golpeado la cabeza y el coágulo de sangrehabía hecho que su rostro 
fuera una masa irreconocible. “Ya está muerto”, pensó Canessa. La historia terminó 
contradiciéndolo y Parrado recorrió a su lado la Cordillera. 
Por su parte, Ramón “Moncho” Sabella había salido del fuselaje. Construyó un 
camino con algunos almohadones para no hundirse en la nieve y se dirigió hacia la 
47 
 
parte delantera del avión, cuya trompa estaba aplastada por el choque. Dentro de la 
cabina, encontró a los pilotos. 
Ferradas había muerto. Lagurara vivía, pero tenía los instrumentos del avión 
incrustados en el pecho. Sabella intentó ayudarlo, pero no pudo. Tampoco pudo hacer 
funcionar el radio. Entonces, decidió ir a buscar a Canessa y Zerbino. Estos llegaron a 
la cabina y también fracasaron cuando trataron de mover a Lagurara. 
–“Habíamos pasado Curicó, habíamos pasado Curicó”, repetía nuestro piloto –relató 
Canessa en una conferencia para médicos que dictó en el hotel Sheraton de Buenos 
Aires en el año 2010. Los tesistas nos habíamos metido de colados, con carteles 
identificatorios falsos-. Después, cuando se dio cuenta de que nada podíamos hacer 
por él, nos pidió que le alcanzáramos su cartera. Ahí tenía un revolver. 
En efecto, la cartera contenía un Smith y Wesson calibre .38. Los muchachos se 
negaron a dárselo: eran católicos y no concebían el suicidio. Lagurara siguió pidiéndolo. 
–¡Qué desastre! ¡Qué desastre que hice! –se lamentó, mientras la sangre le caía 
profusamente de la nariz. 
Los improvisados doctores supieron que le quedaba poca vida. Volvieron al 
fuselaje. Debían acondicionar el lugar: ya oscurecía y era difícil que el rescate llegase 
ese día. Esperaban que fuese una noche difícil. No se imaginaron que sería la peor de 
sus vidas. 
 
48 
 
 
Histeria helada 
Roberto Canessa y Gustavo Zerbino habían acomodado a los heridos de acuerdo 
a la gravedad de su estado: los más leves próximos a la cabina, los intermedios en el 
centro del fuselaje y los más graves cerca de la salida. Era poco lo que se podía hacer 
por los últimos y tampoco convenía arriesgar la vida del resto. Además, así sería más 
fácil sacar los cuerpos. 
El capitán del equipo, Marcelo Pérez, había tratado de construir una barrera, junto 
con Roy Harley, valiéndose de los asientos y las valijas. Para frustración de ambos, el 
viento la tiraba constantemente. Mientras tanto, Canessa había repartido la tapicería de 
nylon de los almohadones para que los sobrevivientes pudieran combatir el frío. 
Pero, según cuenta Piers Paul Read en Viven! , “bastante peor que el frío fue el 
ambiente de pánico e histeria que reinó entre los restos del Fairchild”. 
Los quejidos de los heridos eran constantes y varios experimentaban episodios 
delirantes. Desde la cabina, Lagurara seguía gritando que habían pasado Curicó y 
exigía que le llevasen el arma. Todavía tenía los instrumentos clavados en el pecho. 
Alfredo “Pancho” Delgado se levantó, anunciando que iba a comprar una Coca 
Cola. Otros pisaban a los heridos cuando iban a buscar nieve para saciar la sed. Los 
pisados los insultaban a los gritos. Sin embargo, todos intentaban mantenerse lo más 
cerca posible. El calor corporal era prácticamente un lujo en el clima bajo cero del 
fuselaje. 
49 
 
La señora Graciela Mariani, no contaba con ningún conocido. No tenía nada en 
común con el equipo, ya que había sido parte del vuelo por mera casualidad. Su hija iba 
a celebrar su boda con un exiliado uruguayo en Chile y el pasaje barato del Fairchild 
había sido una oferta demasiado tentadora como para rechazarla. 
Luego del choque, fue arrastrada por los asientos arrancados, quedando 
aprisionada debajo de ellos. Moncho Sabella y Rafael Echevarren trataron de ayudarla, 
pero moverla resultó imposible. 
-¡Basta, por favor! – les había suplicado a los muchacho que intentaban liberarla–. ¡Van 
a matarme! 
Durante aquella gélida noche, la mujer sollozó sin parar, exasperando a algunos 
de los muchachos. Carlitos Páez se dirigió a ella con la suavidad de una maza 
paraguaya: 
–Cállese, o iré a partirle la cara. 
Al día siguiente, cuando encontraron a la señora Mariani muerta, Carlitos escondió 
la cara entre sus manos por la vergüenza. Una vergüenza que le dura aún hoy, 
cuarenta años después. 
 
La sociedad de la nieve 
Además de la señora Mariani, fallecieron otras dos personas. Francisco Panchito 
Abal, amigo entrañable de Nando Parrado, apareció muerto tratando de cubrir del frío a 
la hermana de aquél. Durante la madrugada, había implorado por una ayuda que nadie 
50 
 
podía darle. El otro deceso fue el del teniente Lagurara, cuyo cuerpo permanecería 
atado a la silla del piloto durante varios días. 
Susana Parrado sobrevivió la noche y tenía breves períodos de semi conciencia, 
en los cuales pedía por su madre. Nadie se animó a decirle que aquella había muerto 
en el choque. 
Por su parte, Nando seguía vivo e inconsciente. Fue una verdadera sorpresa para 
Zerbino y Canessa, quienes habían considerado que la lesión en su cabeza suponía 
una muerte inevitable. Sin embargo, la hinchazón encefálica había disminuido 
considerablemente y parecía bastante recuperado. 
En aquel entonces no lo sabían, pero cuando lo pusieron cerca de la salida, junto 
con los heridos graves, lo sometieron a un tratamiento de criogenia que le salvó la vida. 
Si lo hubieran recostado en una zona más cálida del avión, jamás habría despertado. 
Mientras tanto, el resto se preguntaba por el rescate, que todavía no llegaba. 
Marcelo Pérez, capitán del equipo, era optimista pero también precavido. Sabía que los 
helicópteros y aviones podían tener dificultades para hallarlos en el medio de la 
Cordillera. Era necesario organizarse. 
“Gran parte del mérito de haber sobrevivido en esos primeros días cruciales debe 
atribuirse a Marcelo Pérez, cuyo decisivo liderazgo salvó muchas vidas”, contó el propio 
Nando Parrado en su libro Mis 72 días en la Montaña y Mi Largo Regreso a Casa: 
Milagro de los Andes. En ese momento, no estaba consciente como para notarlo, pero 
cuando analizó la situación al despertar, notó que si no hubiera sido por el liderazgo de 
su capitán, habrían sucumbido al pánico absoluto. 
51 
 
Pérez estableció un sistema de racionamiento para hacer durar las pocas 
provisiones que tenían: chocolate, galletas, mermelada, tres botellas de vino que 
habían comprado los pilotos en Mendoza, una de whisky y otras de licor. Además, a sus 
órdenes, se limpió el fuselaje para hacer lugar y se construyó una barrera más estable 
para que los protegiese del helado viento nocturno. 
Adolfo Strauch, otro de los sobrevivientes, inventó un método para derretir la 
nieve, de manera que el abastecimiento de agua alcanzase para todos. Hasta ese 
momento, los sobrevivientes habían saciado su sed comiendo la nieve directamente y 
se les habían quemado las encías. 
El procedimiento de fusión consistía en tomar un rectángulo de aluminio obtenido 
del respaldo de los asientos, doblarlo de manera en que formase una bandeja combada 
y hacerle un orificio en el centro. El sol derretía la nieve y el agua caía a través del 
agujero hacia una botella. Al ser una tarea que requería poca energía, se la encargaron 
a los heridos que no podían moverse. De esa forma, se los hacía sentir útiles. Mientras 
tanto, los sobrevivientes que estaban en buen estado se encargaban del 
acondicionamiento del fuselaje y de la barrera protectora. 
Así, los muchachos se mancomunaron en una única idea: sobrevivir. Todos 
trabajaban por el bien común y ninguno tenía permitido rendirse. Habían formado una 
sociedad. Una sociedad de lucha, cuyas características fueron definidas por Carlitos 
Páez. La posibilidad de suicidarse no existía. Había que enfrentar aquel infierno helado 
que resultó ser la Cordillera de los Andes. El arma de Lagurara, que le había sido 
52 
 
negada a su propio dueño, había desaparecido y, según Carlitos, de dicha desaparición 
surgió la unidad yla meta en común: 
“El revólver lo tiene uno y las balas las tengo yo. No hay más revólver. Les dijeron 
a todos, no busquen el revólver porque no está disponible. No hay balas para matarse. 
Acá la única opción es la vida, pelear por la vida ignorando el resultado. Con esa 
afirmación y ese gesto comienza la Sociedad de la nieve”11 
 
Secreto a voces 
Durante esos días, el racionamiento estuvo supervisado por Marcelo Pérez. Cada 
uno recibía en mano un poco de mermelada y una tapa de desodorante llenada con 
vino. Por las noches, les daban una tableta de chocolate. El resto protestaba, pero el 
capitán era inflexible: la comida debía durar hasta que los rescatasen. 
Sin embargo, el domingo 15 de octubre un hecho dividió al grupo y menoscabó el 
liderazgo de Marcelo Pérez. Hacia el mediodía de aquel tercer día, un avión sobrevoló 
la zona del choque. Los sobrevivientes comenzaron a gritar y a hacer señas para llamar 
la atención de los pilotos. Horas más tarde, una nave de hélices también pasó por la 
zona, a una altura mucho menor que el anterior. 
Esto hizo suponer a varios de los pasajeros que el primer avión había logrado 
divisarlos y que el segundo había sido enviado para confirmar la posición. Además, el 
 
11
 Paéz, Carlitos. Ob. Cit. Pág.40. 
 
53 
 
sargento Carlos Roque Gonzáles, mecánico del Fairchild –único sobreviviente de la 
tripulación-, aseguró que la nave de hélices volaba a una altura propicia para el 
contacto visual. 
Otros, más escépticos, argumentaron que el segundo avión, en caso de haberlos 
visto, hubiera descrito círculos en la zona para hacerles entender que los habían 
localizado. 
La discusión se paralizó cuando oyeron a un tercer aeroplano, volando más bajo 
que el segundo. A partir de entonces, la creencia general de que el rescate era 
inminente hizo que menguaran las precauciones. Roberto Canessa tomó una botella de 
vino para festejar, mientras que otros sobrevivientes hurtaron comida de la reserva. 
Marcelo Pérez enfureció al darse cuenta de la sustracción. Acusó a los ladrones 
de atentar contra la supervivencia de todo el grupo y casi se abalanza sobre Canessa. 
Pero se contuvo. Tenía que reafirmar la confianza. 
–Nos van a rescatar, pero tenemos que guardar la comida porque pueden llegar a 
tardar hasta mañana. 
Sin embargo, su optimismo se estrelló contra la realidad de los hechos. Ningún 
rescate llegó al día siguiente y los sobrevivientes se inquietaron aún más. Nando 
Parrado había despertado el domingo, para enterarse de que su madre había muerto y 
que su hermana agonizaba. Cuando estuvo en condiciones de moverse, empezó a 
barajar la idea de bajar la cordillera por sí mismo. 
54 
 
Pensaba en su padre; en el profundo dolor que debería estar sintiendo por la 
pérdida de su mujer y dos de sus hijos. Nando no podía permitir eso. Debía ir hacia él y 
decirle que no había perdido todo. Sí, bajaría la montaña como fuera. 
–Morirás de hambre, Nando –le contestó Carlitos Páez. 
–Entonces cortaré pedazos de carne de uno de los pilotos –sentenció Parrado–. 
Después de todo, ellos son los que nos han metido en este asunto. 
Carlitos no respondió. Se aprontó a reunirse con Roberto Canessa, Numa Turcatti 
y Adolfo “Fito” Strauch, ya que los cuatro integrarían una misión para hallar la cola del 
avión donde, según Roque, se encontraban las baterías para hacer funcionar la radio. 
La expedición fue un rotundo fracaso. La falta de comida nutritiva los había 
debilitado demasiado y una pequeña ascensión por la montaña les resultó una tarea 
imposible. Cuando empezaron a volver, Carlitos recordó lo que le había dicho Nando. 
Tal vez fuera la única manera. 
 
El día 10 
El día diez cambió todo. No sólo significó una transformación sustancial de la vida 
en la montaña, sino que también modificó la propia existencia de los sobrevivientes. No 
es extraño que Carlitos Páez haya nombrado así a su libro. También fue el factor que 
hizo que se volcaran ríos de tinta en los periódicos del mundo. En algunos, la tinta fue 
más amarilla que en otros. 
55 
 
La mañana de aquel 22 de octubre encontró a los jóvenes bastante abatidos. 
Susana Parrado había muerto el día anterior y, a pesar de ello, Nando no se permitió 
llorar. Según él mismo, sabía que “las lágrimas malgastan sal”12 y que necesitaría toda 
su energía para salir de la montaña por sus propios medios. 
Pero preservar la sal del cuerpo no era suficiente ni por asomo. Los sobrevivientes 
estaban en pésimas condiciones físicas. “Sufrían mareos al levantarse y les era difícil 
mantenerse en pie. Tenían frío incluso cuando el sol estaba alto y calentaba, y la piel se 
les empezaba a arrugar como a los ancianos” 13 
Varios lo habían pensado y algunos lo habían comentado entre ellos. Las 
provisiones que quedaban eran exiguas y no había rastro de los helicópteros de 
rescate. Roy Harley había encontrado un pequeño radiotransmisor marca Sharp y, 
como estudiante de ingeniería, se había encargado de manufacturar una antena con los 
circuitos del avión y, así, sintonizar algunas estaciones chilenas. Pero ningún programa 
radial había hablado de rescate alguno. 
Fue Roberto Canessa quien se animó a exponer abiertamente su opinión acerca 
del tema. En cada una de sus conferencias cuenta cómo él, en tanto estudiante de 
medicina, había analizado la posibilidad desde un punto de vista absolutamente 
científico. Así expone su idea en La Sociedad de la Nieve: 
 
12
Parrado, Nando. Mis 72 días en la Montaña y Mi Largo Regreso a Casa: Milagro de los Andes. Editorial Planeta, 
Buenos Aires, 2006. 
13
 Read, Piers Paulpág. Ob. Cit. Pág. 99. 
 
56 
 
 “[Yo] conocía el ciclo de Krebs, sabía que la proteína se puede transformar en 
azúcar y la grasa se puede convertir en proteína, y que podíamos sobrevivir con una 
dieta única a base de carne sin caer en la inanición. Y ahí estaban las proteínas de los 
cuerpos de los amigos, pero yo no tenía el permiso de tocarlos, con la desesperación 
agregada que no les podía pedir autorización porque yo no les podía pedir autorización 
porque estaban muertos”. 
Les explicó que era absolutamente necesario y que, si no lo hacían pronto, no 
tendrían fuerzas ni para cortar la carne que tenían enfrente. Pero el resto seguía 
reticente. La idea era demasiado horrible. 
–Es carne y nada más que carne – insistió Canessa. Tal vez, ayudándolos a superar el 
tapujo religioso podría convencerlos–. Sus almas ya han abandonado los cuerpos y 
están con Dios en el cielo. Lo que queda de ellos no es más que la envoltura del alma 
y, por lo tanto, ya no son seres humanos. Es como la carne de ternera que comemos en 
casa14. 
A pesar de haber presentado tan buenos argumentos, el resto no terminaba de 
convencerse. Tal como lo planteó Canessa muchos años después, no sentían tener el 
permiso de sus amigos muertos para comer de su carne. Fue Gustavo Zerbino quien 
dio por tierra con esa idea: 
–Yo pienso que si mi cuerpo muerto pudiera contribuir a mantenerlos vivos, quisiera 
que lo utilizaran sin vacilar. Y aún es más, y si me muriese y ustedes no me comieran, 
 
14
Ibíd. Pág. 101 
57 
 
regresaría de desde donde quiera que me encontrase y le daría una patada en el culo a 
cada uno”15. 
La generosidad de sus palabras convenció al resto y todos acordaron que, si 
alguno moría, donaría su cuerpo para la supervivencia del grupo. A partir de ello, la 
opinión de alimentarse de los muertos fue apoyada incluso por los que aseguraron que 
no tendrían la fuerza de voluntad para hacerlo. 
De esta forma, Roberto Canessa salió del fuselaje dispuesto a romper el tabú. Se 
acercó a los cuerpos, que estaban acomodados a unos metros del fuselaje, mientras 
rezaba para sus adentros. Dios, ayudame. 
La nieve cubría casi la totalidadde los cadáveres y apenas si se divisaba su ropa. 
Canessa tenía un pedazo de cristal roto en su mano. Estaba decidido. Se arrodilló al 
lado de un cuerpo que estaba de espalda y clavó el vidrio en una de las nalgas. 
La carne congelada era durísima, pero con mucha fuerza de voluntad cortó cerca 
de veinte tiras. Ante la mirada de los que se habían animado a salir a ver la escena, se 
acercó al fuselaje y puso las tiras sobre el techo, para que el sol las descongelara. 
Regresó al interior del Fairchild y se quedó un rato en silencio. Nadie atinó a decir 
nada. Al rato, Canessa habló en voz alta. 
–La carne está en el techo secándose al sol. El que quiera puede ir y servirse. 
Siguió sin haber respuestas. Entonces, Canessa supo que no podría librarse del 
asunto. Debía ser él quien diera el primer paso. Empezó a salir. Dios, ayudame. 
 
15
 Ibíd. Pág. 102 
58 
 
Ya afuera, tomó uno de los pedazos pero no se le animó. Se quedó inmóvil, 
vacilando con la tira de carne en la mano. Pero no podía fallarles a sus amigos. No 
había otra manera. Dios, ayudame. 
Se metió el pedazo en la boca y aguantó el profundo asco que le vino de pronto. 
Luego, tomó un puñado de nieve para ayudarse a tragar. Más tarde, muchos otros lo 
imitarían. 
Habían dado el gran paso, marcando su vida para siempre. También marcaron un 
punto clave del viaje, porque gracias a la carne de sus amigos muertos, algunos 
lograron bajar con vida de la montaña. Muchos diarios harían carroña de aquel hecho, 
pero para esos muchachos famélicos y desesperados, el día diez supuso robarle 
tiempo a la muerte y darle una posibilidad a la esperanza. 
Ni siquiera pensaron en la tinta amarilla. Para el momento en que tuvieron que 
enfrentar al mundo, poco significaban un par de primeras planas escandalosas. Habían 
sobrevivido, por el regalo de sus amigos. 
 
Solos 
El fracaso de la segunda expedición fue aún más duro para los sobrevivientes. El 
grupo expedicionario había partido durante las primeras horas del día doce, 
aprovechando que la nieve era más dura. Tenían la misión de hallar la cola y, si bien 
suponían que iban a hallarla siguiendo el rastro del avión, no sabían a ciencia cierta su 
59 
 
ubicación. Cuando cayó la noche, con un frío tan brutal como siempre, el resto de los 
muchachos los dieron por muertos. 
Sin embargo, al día siguiente vieron a tres figuras bajar de una de las cumbres, 
utilizando almohadones como trineos. Cuando abandonaron el fuselaje para salir a su 
encuentro, los hallaron destruidos. 
Gustavo Zerbino, uno de los de la partida, había vuelto prácticamente ciego y se le 
habían aflojado los dientes. Sus compañeros Numa Turcatti y Daniel Maspons, un poco 
menos maltrechos, narraron la experiencia. 
La idea era hallar la cola, pero lo único que encontraron fueron valijas y los 
cuerpos de seis de los siete pasajeros desaparecidos. Además, una noche a la 
intemperie les había demostrado que no sólo la comida era necesaria para sobrevivir en 
las montañas. 
El frío nocturno, que rondó cerca de los treinta grados bajo cero, casi los mata. 
Habían logrado soportarlo dándose golpes el uno al otro para que la sangre no se les 
congelase en las venas. Zerbino, el único que no había llevado anteojos, se había 
lastimado las córneas por el reflejo del sol en la nieve y había tenido que ser guiado por 
los otros dos. Sí, la expedición había sido un completo desastre. 
Pero había un hecho que profundizaba la sensación de absoluta derrota. Hacia el 
amanecer del día anterior, Marcelo Pérez y Roy Harley trataban de sintonizar algo con 
la Sharp cuando escucharon la peor noticia: habían suspendido la búsqueda. 
60 
 
Ninguno de los dos se atrevió a entrar al fuselaje a notificar al resto. Gustavo 
Nicolich, quien salía del avión cuando Pérez y Harley comenzaron a llorar, se hizo cargo 
de tan pesada tarea. 
 –¡Eh, muchachos! –les gritó–. Buenas noticias. Las acabamos de oír por radio. Han 
suspendido la búsqueda. 
–¿Por qué demonios son buenas noticias? 
–Porque eso significa que tendremos que salir por nuestros propios medios.16 
Con el fracaso de la expedición, supieron que no sería tan fácil bajar por sus 
propios medios. Sin embargo, muchos estaban decididos. Entre ellos Nando Parrado. Y 
si bien deberían enfrentarse a más desgracias, las palabras de Gustavo Nicolich 
supieron infundirles el valor para capear lo que vendría. 
Aún incluso, la muerte de varios compañeros. Aún incluso, la del propio Nicolich. 
 
El alud 
Marcelo Pérez murió en una avalancha que destruyó la improvisada barrera de 
valijas y asientos, el domingo 29 de octubre. Luego de la noticia de la suspensión de la 
búsqueda, había abandonado su rol de líder y se preocupó por ayudar a convencer a 
aquellos que todavía no se habían alimentado de la carne de los muertos. 
 
16
 Diálogo extraído de Read, Piers Paul. Ob. Cit. Pág. 109 
61 
 
Había escuchado a Pedro Algorta explicar que comerse a los muertos era como 
comulgar. Que Cristo había entregado su cuerpo y su sangre por los hombres y que 
ahora Él les daba esos alimentos para sobrevivir. No debían rechazar aquel regalo 
divino. Pérez se apropió rápidamente de esa argumentación. 
–Es como la Comunión–insistía, sobre todo al matrimonio de Liliana y Javier Methol, los 
más reticentes a comer–. Él quiere que nos salvemos. 
Paulatinamente, todos se alimentaron. Liliana fue la última. Su marido logró 
hacerle entender que si quería volver a ver a sus cuatro hijos, no tenía otra opción que 
la vida, y la vida estaba en los muertos. “Dios desea que sobrevivamos”, le dijo Javier 
ayudándola a comer el primer bocado. La lógica de Algorta, ampliamente difundida por 
Pérez, había cumplido su objetivo. 
Para la noche del día diecisiete, ya habían decidido que otro grupo intentaría una 
expedición. Los seleccionados saldrían de entre los más fuertes. Pero las 
circunstancias cambiarían las cosas y varios candidatos serían descartados por la 
muerte. 
Hacia las cinco de la tarde, los sobrevivientes decidieron meterse al fuselaje para 
intentar dormir. La noche ya había caído y, además del extremo frío cotidiano, el viento 
soplaba con bastante fuerza. 
Para dormir lo más cómodamente posible, habían establecido que cada uno se 
ubicaría a la inversa de su inmediato consecutivo: es decir, que la altura de la cabeza 
de cada uno coincidiría con la de los pies del que se encontrase a su lado. Por la 
62 
 
posición en la que habían quedado los restos del avión, esto significaba que algunos 
deberían reposar en un ángulo descendente. 
Aquellos que tenían las piernas quebradas, dormían en unas improvisadas literas 
que se construyeron en el espacio para colocar el equipaje. A pesar de ser un lugar en 
el que se podía estar más cómodo que en el fuselaje, quedar apartado del resto 
implicaba perder un elemento fundamental para la supervivencia: el calor corporal. Ni 
siquiera el refuerzo de ropas y mantas podían sustituirlo. Sin embargo, aquél día les 
salvó la vida. 
Antonio “Tín Tín” Vizintín no tenía las piernas quebradas, pero esa noche le había 
tocado ocupar una de las literas. Cuando la nieve irrumpió abruptamente en el fuselaje, 
fue el primero en ayudar a los que quedaron enterrados. 
Todo sucedió de repente. El desprendimiento en una de las áreas superiores al 
valle arrastró hacia los restos del avión una cantidad masiva de nieve, la cual destruyó 
con facilidad la barrera protectora. 
El avión vibró cuando el alud se acercaba y puso en alerta a los sobrevivientes. 
Sin embargo, no les dio tiempo para reaccionar. En cuestión de segundos, se 
encontraron cubiertos. Algunos, lograron taparse los rostros con ropa o con las mantas, 
capturando un poco más de oxígeno. Tal vez les regalase un poco más tiempo… 
–Cuando me di cuenta que estaba tapado por la nieve, me sentí

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