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1 Tesistas Agustín Russo Legajo: 18251/4 DNI: 33151069 E-mail: agu_russoeq@hotmail.com Matías Sztelmak Legajo: 18288/8 DNI: 34818026 E-mail: Sztelmakm@gmail.com Sede de cursada: La Plata Programa: Comunicación, Periodismo, Medios y Política Número de Expediente: 1292 Fecha de presentación de Tesis: Diciembre 2013 Director Luis Rivera 2 Resumen La presente tesis titulada “La fabricación del pecado: las construcciones de La Nación y Clarín sobre el Milagro de Los Andes” desarrolla un análisis discursivo en base a los artículos publicados por los medios nombrados en el período comprendido entre los días 23 de diciembre de 1972 y el 29 de diciembre del mismo año. El mismo se estructura sobre ocho categorías (Milagro, Heroicidad, Situación Adversa, Alimentación, Actitud de las familias, Condición de los sobrevivientes, Religiosidad y Cobertura Mediática), a partir de las cuales se construyó el acontecimiento. Cada una de ellas, está sustentada por un marco teórico o contextual referente. El análisis se basa en los postulados propuestos por Eliseo Verón, los cuales fueron de gran utilidad para encontrar las huellas que La Nación y Clarín dejaron en cada uno de los textos y para detectar las similitudes y diferencias de las construcciones realizadas por los medios mencionados, en función de las cuales pudimos descubrir esta lógica discursiva que hemos denominado La Fabricación del pecado. 3 Agradecimientos Le agradezco a mi mamá y a mi papá, a quienes les debo todo lo que soy; a mis abuelas Ana y Rosa y a mi hermana Abril, por todo su cariño; a mi amigo Seba, mi hermano putativo; a mi novia Yamila, por su compañía inagotable en el proceso de escritura de esta tesis; y a la UNLP, a la cual estoy orgulloso de pertenecer. A.R Quisiera agradecerle a mi familia: a mi viejo por enseñarme día a día lo hermosa que es esta profesión, a mi vieja por mostrarme lo importante que es el estudio, a mis dos hermanas que amo con todo mi corazón. A mi abuela Angelita que, donde quiera que esté, sé que estará contenta por mí. M.S Por último, quisiéramos agradecer a todas las personas que nos ayudaron para que esta tesis sea hoy una realidad. 4 Capítulo I………………………………………………………………………….7 Motivaciones……………………………………………………………………………….8 Los caminos de la tesis……………………………………………………………………10 ¿Qué es noticia? …………………………………………………………………………19 Capítulo II …………………………………………………………………………………..35 El Hecho….…………………………………………………………………………………..35 Capítulo III ……………………………………………………………………..87 Contextos ………………………………………………………………………87 Introducción …………………………………………………………………..88 Contexto de Uruguay …………………………………………………………90 Contexto de Chile ……………………………………………………………103 Contexto Argentino ………………………………………………………….123 Antropofagia …………………………………………………………………141 Cuestión de Fe ………………………………………………………………147 Medios Gráficos ……………………………………………………………152 El accidente: causas, teorías y conjeturas sobre un milagro ………………154 Actitud de la familia: los padres en el milagro de los Andes………….………160 Capítulo IV……………………………………………………………………..163 Marco Teórico –Metodológico……………………………………………..163 Marco teórico ………………………………………………………………..164 5 Metodología del análisis discursivo………………………………………………169 Capítulo V……………………………………………………………………173 Análisis discursivo…………………………………………………………173 Primer apartado – Los héroes del Milagro de los Andes ………………….174 Conclusiones parciales I…………………………………………………………….234 Segundo apartado – Antropofagia: construcción de la absolución …………245 Conclusiones parciales II…………………………………………………………….295 Conclusiones finales………………………………………………………………….307 Anexo ……………………………………………………………………...312 Entrevista a Roberto Canessa……………………………………………………..313 Entrevista a Javier Methol …………………………………………………..320 Breves Relatos de la Historia………………………………………………………323 Bibliografía ……………………………………………………………………331 6 7 Capítulo I 8 Motivaciones Mateando ideas Esta tesis surgió en 2010, en el bufet original de la Facultad del bosque, a mediados del mes de agosto. Agustín Russo y Matías Sztelmak cursaban el segundo año de la carrera y aprovecharon un rato libre entre clases para sentarse a charlar. Entre mate y mate, Agustín puso el libro Viven! sobre la mesa para buscar algo en su mochila. Matías, sorprendido, le comentó que a él le interesaba mucho la historia de los rugbiers uruguayos que sobrevivieron tantos días varados en la Cordillera de los Andes en 1972 y que había leído ese libro y varios más. Más tarde, se pusieron a hablar de un tema mucho menos grato para esa etapa: la tesis, ese fantasma terrible de la facultad, que tarde o temprano tendrían que enfrentar. Ninguno tenía la menor idea acerca de qué tema abordar y sus pensamientos giraban alrededor de las penurias que les supondría articular la dura teoría comunicacional con un hecho de la realidad social. – ¡Qué embole eso de elegir un tema para la tesis! Tenés que ponerte a estudiar algo que seguro ni te interesa para relacionarlo con algo todavía más jodido y, recién ahí, ver si el jurado te la aprueba – resopló Matías, tomándose la cabeza con las dos manos. Se alisó ligeramente el pelo y agregó alzando el dedo índice: – Y si te aprueban… Agustín Russo lo escuchaba mientras raspaba una calcomanía gastada de la superficie de su termo. Tomó el mate y lo llenó con suavidad para no volcar. 9 – Tendríamos que hacer algo que sí nos interese – le contestó, alcanzándole un amargo. Matías lo tomó y chupó lentamente de la bombilla. Luego de unos segundos en silencio, preguntó: –¿Y no te va hacerla con lo de Viven!? Y así nació la idea. Más tarde, comenzamos a recabar información para ver qué investigaciones anteriores se habían hecho acerca del tema y, de esa forma, poder definir cuál sería el marco científico y metodológico que le daríamos a nuestro trabajo. A pesar de la gran repercusión mediática que tuvo el caso, descubrimos que no se había realizado ningún estudio sobre cómo había sido tratado en la Argentina. Por ello, decidimos abordarlo utilizando una de las herramientas de las disciplinas comunicacionales: el análisis discursivo, mediante el cual veremos, a lo largo de las siguientes páginas, cómo los medios masivos gráficos Clarín y La Nación construyeron la noticia, introduciendo además artículos del periódico chileno La Segunda para contrastar las lógicas de producción discursiva que se emplearon en aquel 1972. El referente empírico que será analizado está constituido por las tapas, crónicas, artículos y entrevistas de los diarios argentinos mencionados, desde el 23 de diciembre de 1972 hasta el 29 del mismo mes. 10 Los caminos de la tesis Viaje a chile La investigación comenzó unos pocos meses después. En la biblioteca del Honorable Senado de la Provincia de Buenos Aires encontramos todo el material de hemeroteca para reconstruir lo que los diarios más importantes del país habían dicho respecto al accidente. Pero, ¿qué pasaba con la prensa internacional? Habíamos leído en varios de los libros escritos por los sobrevivientes que los medios chilenos habían tenido la primicia del descubrimiento de la antropofagia. Los rescatistas habían tomado una foto en la que se veían restos esparcidos por la nieve y ésta se había filtrado. Además, leímos que un diario en particular había “levantado polvareda” al utilizar ciertos títulos controversiales. Se trataba de La Segunda. -No, diarios chilenos no manejamos- dijo un empleado de la hemeroteca de Senadores.- Pregunten en Capital; si no encuentran en la Biblioteca del Congreso o en la Nacional, no hay en la Argentina. Llamamos por teléfono: no, no había en la Argentina. Quedamos en una disyuntiva: ¿Seguíamos la investigación dejando de lado la prensainternacional o viajábamos a la fuente de los diarios chilenos? Dos meses después estábamos en Santiago, en un departamento a tres cuadras de la Biblioteca Nacional de Chile. 11 Desde la calle, la biblioteca no nos pareció gran cosa. Era un edificio alto y gris, rodeado por gruesas rejas de hierro y árboles sin flores. Pero, por dentro era todo lo contrario: los amplios arcos de las entradas lo hacían un lugar muy luminoso, donde resaltaban el piso de mármol blanco y el roble barnizado de las puertas centenarias. Ahí, conseguimos los titulares y notas de diarios chilenos, en general, y de La Segunda en particular. Como se verá, las expresiones de este medio son impresionantes, cuando menos. A pesar de la supuesta -o real, depende el caso que se vea1- inquina entre chilenos y argentinos, los empleados de la biblioteca nos trataron muy amablemente y nos brindaron toda la ayuda que estuvo a su alcance, por lo que no tenemos otra cosa que palabras de gratitud. Lo mismo corresponde para los periodistas y personas entrevistadas que nos prestaron su buena voluntad y paciencia para ayudarnos a entender las lógicas que atraviesan su país (y que serán explicadas más adelante). Los sobrevivientes Los pasajes aéreos a Chile los compramos por internet, sentados en una de las mesas de la Cervecería Alemana que está en la esquina de 57 y 10. Nos habíamos juntado a discutir algunos puntos de la tesis y a ultimar los pormenores del viaje 1 Mientras se escribían estas palabras, había trascendido un video donde, durante un entrenamiento, marinos chilenos emitían cánticos xenófobos contra otros países sudamericanos. A continuación, se transcribe parte de los mismos: “argentinos mataré, bolivianos fusilaré, peruanos degollaré…” 12 Charlando durante la sobremesa, recordamos que teníamos la dirección de e- mail de uno de los sobrevivientes, Javier Methol. Nunca se nos había ocurrido escribirle, porque pensábamos que no respondería, ya fuera por falta de interés o por falta de tiempo. Pero esa era una zoncera nuestra. Una vez finalizada la cena, Matías volvió a abrir su notebook y envió el siguiente texto: Javier: Honestamente, es muy difícil para mí escribirle a una persona sobre la cual leí tanto y a quien considero uno de los ejemplos de amor a la vida que aún hay en este mundo. Mi nombre es Matías Sztelmak, soy estudiante de Periodismo en la Universidad de La Plata y estoy finalizando mi carrera. Para poder recibirme, necesito realizar una Tesis de Investigación, con mi compañero Agustín Russo. Nuestro tema se relaciona a su historia. Estamos investigando cómo los medios gráficos de Argentina (nuestro país), en relación a otros internacionales, trataron su historia. Pero más allá de nuestro análisis discursivo, estamos convencidos de que, con el respeto que le tenemos al tema, realizaremos una investigación única en nuestra carrera. Por eso, nos sería de muchísimo agrado la opinión de los sobrevivientes. De esta manera y en vistas de que estoy por realizar un viaje a su país en los primeros días del mes de abril, quisiera saber si usted dispone de algún momento para poder concederme una breve entrevista que, en lo personal, garantizo que implicará conocer a una persona que siempre me ayudó a seguir adelante. 13 Ahora sí, no lo molesto más, estimado Javier. Espero poder recibir su respuesta en la brevedad. Desde ya muchísimas gracias por su tiempo Atte.: Matías Sztelmak Por los temores antes referidos, no queríamos crearnos falsas esperanzas acerca de conseguir la entrevista. Sin embargo, la respuesta de Methol nos llegó a los pocos días y descubrimos en ella la humildad de un hombre que aprenderíamos a conocer y apreciar: Hola, Matías: Esta Semana Santa voy a estar en Montevideo pero sí te pido que cuando llegues te pongas en comunicación conmigo porque quizás, de 16 a 18 hrs, tenga una reunión, aún no confirmada. Matías: tengo 8 hijos, 12 nietos, miles de amigos y todos me tutean. El tuteo no es una falta de respeto y según cómo se use hasta es una demostración de cariño… Fijate que al Ser que más amamos y respetamos en este mundo, a Dios, lo tuteamos: "Padre nuestro que ESTÁS en el cielo. Santificado sea TU nombre. Venga a nosotros TU reino. . .” Entonces Matías, si a Él que es infinitamente superior a mí, lo tuteas, te voy a pedir que también me tutees a mí.- Gracias.- Espero tu llamada. Un abrazo JAVIER Viaje a Uruguay Matías cruzó el río de La Plata con un cuestionario que había preparado junto a Agustín y con la emoción de saber que iba a conocer a su sobreviviente favorito. Sin 14 embargo, Javier Methol le añadió una sorpresa al encuentro: la entrevista se haría también con Roberto Canessa, en la casa de aquél. Una vez llegado al hotel, abrió su computadora y anotó en su diario de viaje: Miércoles 3 de abril de 2012 No es fácil sentarse a escribir cuando estas a horas de entrevistarte con dos sobrevivientes de la tragedia de los Andes. Hoy me comuniqué con Javier Methol por teléfono. Cuando escuché que del otro lado me decían “Hola, ¿Quién habla?”, no pude responder siquiera una palabra completa, me costaba creer que estaba teniendo mi primer contacto con un protagonista de la historia. Cuando pude decirle a Javier quién era, me preguntó si no había problema en postergar el encuentro para el día siguiente porque Roberto (Canessa) no estaba en su casa; y que él tenía varios recortes periodísticos, no sólo de diarios uruguayos, sino también del resto del mundo, que nos podían servir para la tesis.2 Durante esa noche la expectativa fue en aumento. ¿Cómo era su vida más allá de la historia que los había hecho famosos? ¿Serían como las estrellas de cine con sus autos de lujo y sus casas de película? Seguramente estarían agotados de contar su historia tantas veces. Sí, seguro que por eso querría ser lo más conciso posible. Al día siguiente, Matías llegó a la casa de Roberto Canessa, pero no se animó a tocar timbre. En cambio, decidió esperar a que llegase Methol y entrar junto a él. 2 Crónica del Viaje a Uruguay ver Anexo 15 Suponía que aquél llegaría en un Land Rover o un BMW, pero sus prejuicios se quebraron cuando lo vio descender de un taxi. Methol rompió cualquier formalismo y lo saludó con un abrazo. En seguida se disculpó diciendo: –Esperame un cachito, que tengo que llamar a mi señora para avisarle que llegué. Sacó su celular y se lo llevó a la oreja. –¡Ya llegué! Sí, estoy vivo. Cuando termino te llamo. Era su segunda esposa. La primera, Liliana, había muerto en la Cordillera de los Andes, durante un alud. Cortó la comunicación y guardó su celular en el bolsillo. Luego, posó su mano sobre el hombro de Matías, guiándolo hacia la puerta. Más tarde al preguntarle por qué había ido en taxi y no en su auto, Methol contestó que prefería disfrutar del paisaje. -Yo ya manejé bastante ahora prefiero que me saquen a pasear. Methol tocó el timbre. Los recibió Laura Surraco, la mujer de Canessa, quien los saludó con mucha simpatía y los guió hacia el quincho, donde su marido solía juntarse para contar su parte de la historia. –Roberto está jugando al tenis, pero avisó que llega en un rato –les comentó mientras acomodaba la mesa–. Ahora les traigo mate. Cualquier cosa me avisan. Yo los dejo porque tengo que terminar un par de cosas. 16 Matías, que todavía no salía de su sorpresa, miraba el lugar de reuniones donde fotos, cuadros, banderas, y regalos de distintas partes del mundo formaban parte de la decoración. Methol, que vio la reacción, le comentó que Canessa fue el arquitecto de su propia casa y que, por eso, muchos lugares tenían diferentes estilos. El resto de los sobrevivientes no se privaba de tomarleel pelo. La charla con Methol continuó sin ningún grabador de por medio. Él comentaba cómo era su vida en Carrasco y cómo, a pesar de los años, todavía tenía que rendirle cuentas a su actual mujer, quien lo llamaba para asegurarse de que estuviera bien. El mate seguía pasando entre ellos, al igual que las horas, cuando los sorprendió Canessa. –¿Será posible, Javier? – le dijo a su amigo, mientras ponía sus brazos en jarra–. Vos no cambias más: persona que te escribe, persona que ayudás. Matías estaba atónito y no se animó a hablar. Methol lo presentó con total sinceridad: –Mirá la cara de buen pibe que tiene. Al igual que su esposa, Canessa tenía cosas que hacer, así que pidió permiso y se retiró, pero antes les dijo que podían quedarse en su casa el tiempo que quisieran. Methol propuso entonces que empezaran a grabar. Canessa tendría tiempo de contestar cuando hubiese cumplido sus responsabilidades. Sin embargo la entrevista no demoró en ser interrumpida por el dueño de la casa: – ¡Vamos! Javier, Matías, a comer. 17 Si algo quedó claro, era que Matías no paraba de recibir sorpresas. Compartir un almuerzo con Canessa, su familia y Methol, Nunca había pasado por su mente. Durante la comida, Canessa no paró de gastarle bromas y le dijo que no tenía por qué ponerse incómodo, ya que muchísimas personas se habían sentado en esa mesa, para conocer la historia. –Un día mi hijo se levantó y encontró a tres personas. Ninguna hablaba español. Había un ruso, un alemán y un italiano que me querían conocer. Por lo menos, nosotros dos hablamos el mismo idioma. Luego del almuerzo, que fue muy similar a esos banquetes de película, Methol y Matías regresaron al quincho, para reanudar su entrevista y éste sintió que ésa fue la mejor parte del día. Methol contó cómo fueron los hechos, cómo sintió la caída del avión y, también, cómo fue su estadía en los Andes. Matías no paraba de pensar en el privilegio que tenía como tesista: poder presenciar el relato de un sobreviviente, sin filtros y conocer todas esas sensaciones de primera mano, son cosas que no se pueden apreciar en un texto. Una de las partes más intensas fue cuando Javier relató el momento del accidente: (…) “durante el viaje, en el avión era todo alegría y todo diversión. Y cuando tú tienes el espíritu lleno de alegría, no ves al mal, no te lo imaginas. Los chicos en el avión… era tal la felicidad que tenían, que todo era un juego para ellos – sonríe recordando la actitud de esos chicos-. Estábamos en plena tormenta, la aeronave se balanceaba por los pozos de aire y los chicos gritaban: ¡ole, ole!; tiraban la pelota de 18 rugby para un lado. Jamás pensábamos que algo iba a pasar, porque yo también estaba dentro de ese clima.”3 De esta forma, recorrimos dos países vecinos de la mano de nuestra tesis e incluso, uno de nosotros tuvo el privilegio de conocer a algunos de los protagonistas de la historia de El Milagro de los Andes. Por esas razones, esperamos que este trabajo, que tanto ha significado para nuestra formación, pueda realizar un aporte al mundo académico de la comunicación y un nuevo capítulo de la historia para todas aquellas personas que hayan sido movilizadas por esta historia máxima de supervivencia, amistad y esperanza. 3 Entrevista Javier Methol. Ver Anexo 19 ¿Qué es noticia? Ya sea en las redacciones de los diarios o en los estudios de radio y televisión, los medios reciben una gran cantidad de información por día, desde los cables de las agencias de noticias hasta datos transmitidos por los ciudadanos a través de las redes sociales. Sin embargo, no todas ellas terminan siendo noticia. Son los propios medios quienes determinan cuáles serán y cuáles no. Es cierto que son tantos los sucesos que es imposible cubrirlos todos y, mucho menos, divulgarlos. Por eso, se aplican una serie de criterios de selección y jerarquización de datos. Los medios de comunicación construyen los acontecimientos periodísticos al hacer público un hecho empírico preexistente o el resultado calculable de un acontecimiento. De esta forma, transforman en noticia a partir de tres variables, enumeradas por la Licenciada en Comunicación Social Adela Ruiz. Éstas son: -El espacio: en relación a la extensión y al orden en el que se estructurarán los artículos en función de su desarrollo material. Esto es, por ejemplo, cuántas páginas se le otorgará en el diario o el tiempo que ocupará al aire y, particularmente en la prensa gráfica, cómo se establece el cuerpo de la noticia en relación a imágenes fotográficas y de pauta publicitaria. 20 -El tiempo: en función de cuánto tiempo cuenta el periodista para investigar y desarrollar una información. -La noticiabilidad: éste es el factor a partir del cual se produce la valoración que permite a los periodistas o al medio determinar cuándo un acontecimiento es digno de ser divulgado. Es decir, de ser noticia. Es esta última noción la que trata específicamente del contenido de la noticia. Pero, ¿es posible establecer un patrón general con el cual dilucidar qué tipo de características debe tener la información para poder ser publicada? En líneas generales, las nociones pueden agruparse en dos grandes grupos: el primero, sobre el impacto que el acontecimiento tiene sobre la sociedad; y el segundo, acerca del tipo de trabajo periodístico desarrollado. Pero precisemos un poco sobre las variables comprendidas en estos grupos para ver específicamente cuáles son los criterios utilizados comúnmente en cualquier redacción o en las mesas de preproducción de los medios radiales y audiovisuales. La designación más utilizada es la establecida por Carl Warren, de la Escuela Tradicional Norteamericana (ETN), la cual cuenta con 8 principios de categorización. Éstos son: Actualidad: es el requisito fundamental para cualquier información. A medida que los datos dejan de ser novedosos disminuye su condición noticiable, por lo que el acontecimiento a divulgar debe haber ocurrido en el tiempo inmediato de su publicación 21 o bien debe estar a punto de suceder. También se considera novedosos a aquellos hechos que, si bien son antiguos, han sido descubiertos en la actualidad. Proximidad: en este caso, la cualidad noticiable del acontecimiento está basada en la cercanía que éste tenga con el público al que la información está dirigida. Hay dos tipos: la proximidad física, cuando el hecho se relaciona con personas, lugares u objetos cercanos al público; y la psicológica, que hace que un acontecimiento lejano físicamente despierte la empatía de los destinatarios del mensaje, quienes sentirán próximo dicho suceso. Prominencia o notoriedad: está basada en el carácter público de la persona, el animal o el objeto que termina definiendo la noticiabilidad de una información. Así, será noticia, por ejemplo, detalles de la vida privada de una figura del espectáculo, un hecho ocurrido en algún lugar famoso o la historia de un animal en extinción. Conflicto: se incluye en esta categoría a aquellas informaciones acerca de enfrentamientos o disputas entre particulares, grupos o países. De esta forma, serán noticia historias acerca peleas de vecinos, discusiones entre políticos de distintos partidos o la guerra entre dos países. También se considera como conflicto las catástrofes, ya sean naturales o provocadas por la acción del hombre. Suspenso: aquí la cualidad noticiable subyace en que se trata de informaciones que se desarrollan durante un período de tiempo y que requerirán de varias publicaciones o días de cobertura para arribar a una conclusión. Es esa continuidad la que atrapa la atención de los receptores del mensaje. 22 Trascendencia: en este factor, la noticiabilidad se funda en la repercusión que una información actual tiene sobrela vida de un sector social o el de la sociedad en su conjunto. En ese caso, serán noticia datos como el aumento de precios, reformas legales o constitucionales o la creación de instituciones oficiales. Rareza o Magnitud: aquí se comprenden a los acontecimientos curiosos que traspasan la cotidianidad informativa. El carácter noticiable está basado en el asombro que dichos hechos generan en el público. Emoción: cuando el elemento principal de una noticia apunta a reflejar emociones o sentimientos o aquellos que evocan situaciones emotivas. Así, serán noticiables informaciones que muestren odio, celos, envidia. Estos son los criterios que usan los medios para determinar qué es noticia. Sin embargo, dichas informaciones deben tener una serie de características para poder ser seleccionadas para su publicación. En primer lugar, que el acontecimiento sea VERDADERO, es decir que haya ocurrido efectivamente. Desde el punto de vista de la ética, publicar una información falsa implicaría caer en el mayor de los pecados periodísticos pero, como se verá, muchas veces los requerimientos del medio pueden llevar a que se utilice algún material no chequeado o llanamente falso. Uno de esos requerimientos está íntimamente relacionado con otra de las características que debe tener la investigación: que sea INÉDITO. Esto se debe a que los medios se encuentran en una competencia constante y buscan publicar noticias que 23 no hayan sido dadas a conocer por sus competidores. O sea, que están detrás de la primicia. En tercer lugar, debe ser ACTUAL, habiendo acontecido en un espacio temporal cercano a la publicación del medio o bien, que se trate de un hecho antiguo pero que haya sido descubierto o develado en la actualidad. Una cuarta característica es que sea de INTERÉS para la mayor cantidad de receptores posible. Si una información no es atractiva, el lector no tendrá ningún empacho en abandonar la página del periódico así como el televidente no dudará en cambiar de canal. Finalmente, el hecho debe ser COMUNICABLE, en el sentido en que los medios puedan darle publicidad y convertirlo en noticia. La construcción del acontecimiento para el diario Clarín Como el diario de mayor tirada de la Argentina, Clarín tiene un manual según el cual tratar los acontecimientos, tanto desde una perspectiva estilística como también desde la forma en por la cual definir contenidos. Respecto a lo último, el diario estipula que las noticias deben respetar tres parámetros: -Precisión: toda noticia debe ser fiel a la realidad y de ningún modo falsa o confusa. 24 -Integridad: la información no debe forzarse o modificarse para justificar ideología, interés o la visión del medio o del periodista. -Equidad: las noticias deben tratar con imparcialidad personas, instituciones y acontecimientos. A pesar de esto, Clarín ha recibido variadas críticas acerca de cómo sus productos periodísticos vulneran los propios principios establecidos en su manual. También estas acusaciones pesan sobre muchos otros medios que en el afán de preservar ciertos intereses o de prevalecer sobre sus rivales, abordan los acontecimientos violando preceptos éticos de manera voluntaria o involuntaria. Interés de los medios Los medios de comunicación son empresas. Por lo tanto, el objetivo principal de los dueños y acreedores es que dicha empresa genere dinero. La idea cotidiana indicaría que el medio más exitoso es el que mejor informa. Pero esto no es siempre así. Las empresas periodísticas viven principalmente de la publicidad, compuesta de pauta oficial y del auspicio de otras compañías. Por eso, muchas veces los periodistas que trabajan en ellos se ven inhibidos de publicar notas porque atentan contra los intereses de sus inversores, lo que implicaría ir en contra de los intereses del propio medio. No sólo existe este tipo de censura, sino que los medios también generan 25 productos dirigidos directamente a la protección de ciertos sectores a los que están asociados. Un caso paradigmático de esto, fue la ofensiva realizada por Mariano Grondona, desde la revista Primera Plana, contra la presidencia del presidente Arturo Humberto Ilia en 1966. Las sucesivas publicaciones de dicha revista mostraban una imagen lerda e inoperante del primer mandatario, configurando una imagen y un apodo de “tortuga” que, aún hoy, sigue siendo asociada a Ilia. Pero la crítica no estaba fundamentada únicamente en una visión política (más allá de que el propio Grondona fuera un detractor del presidente y bregara por un sistema autoritario que anulara las pujas políticas de la época). Ilia había lanzado una política que regulaba los precios de los medicamentos, a través del congelamiento de los mismos en las bases de fines de 1963, mientras que también imponía límites a la posibilidad de realizar pagos al exterior en concepto de regalías y de compra de insumos. Las mayores firmas de medicamentos eran los auspiciantes de Primera Plana, por lo que no resultó extraño que hayan publicado una sucesión de artículos destituyentes y una línea editorial dirigida a menoscabar la figura del entonces presidente. En 1966 las fuerzas armadas organizaron un golpe de estado e Ilia fue derrocado. Por otro lado, también hay noticias que conllevan violaciones involuntarias de los cánones éticos del periodismo. Estos casos se deben, generalmente, a que un medio hace una publicación sin chequear las informaciones en el afán de lograr una primicia. 26 Ante todos estos casos, es oportuno describir las distintas bases que tienen estas noticias. Según Mar de Fontcuberta, todas éstas se originan en los no-acontecimientos. El no acontecimiento periodístico En estos casos, las publicaciones mediáticas en vez de surgir de un acontecimiento se construyen desde “hechos no sucedidos o que suponen explícitamente una no-información en el sentido periodístico"4. . El no acontecimiento altera la lógica natural de los medios, ya que se realizan publicaciones basadas en un hecho que no se ha producido ni que está previsto que se produzca. Por eso, no posee las cualidades de actualidad que cualquier noticia debe tener. Sin embargo, los medios de comunicación las utilizan con frecuencia. Respecto a las características de cada una de ellas, pueden enumerarse tres tipos: *Noticias inventadas Las noticias inventadas son aquellas basadas en hechos o declaraciones inexistentes. Puede ser que la publicación de éstas informaciones sea con la intención de proteger a algún interés próximo a los del medio o criticar a otros que le son contrarios; o bien, que un chequeo deficiente de las fuentes –por el fervor de conseguir una noticia antes que la competencia- lleve a que se utilicen datos erróneos o versiones que particulares dan en provecho propio o en perjuicio de ajenos. 4 De Fontcuberta, Mar. La noticia. Pistas para percibir el mundo. Paidós, Buenos Aires, 1993 27 Si tomamos en cuenta los principios éticos del manual de estilo del diario Clarín, vemos que con las noticias inventadas se violan los conceptos de precisión (cuando la información es falsa) y de integridad (cuando se publican intencionalmente datos inexistentes o erróneos para proteger ciertos intereses). Como ejemplo de la utilización de noticias inventadas, basta recordar un caso muy conocido del periodismo argentino. En la década de 1970, Samuel “Chiche” Gelblung era el jefe de redacción de la revista Gente. A pesar de su rol, no sólo evitaba reprender a los redactores por publicar hechos no acaecidos sino que también los incentivaba. En efecto, varios de los periodistas que trabajaron con él en aquella época aseguran que en la puerta de su oficina había pegado un papel que rezaba: “No dejes que la realidad te arruine una buena nota”.Otra característica de ellas es que no reciben una rectificación posterior. *Noticias erróneas Se trata de las noticias que se construyen con datos presentados como verdaderos y que terminaron siendo falsos. A diferencia de las anteriores, en este caso los medios de comunicación reconocen su falta y se rectifican. Las causas más frecuentes por las cuales aparecen estas publicaciones erróneas son: la ausencia o insuficiencia de información y los datos incorrectos. De esta forma, la desinformación se produjo porque el periodista malinterpretó algún punto de su investigación o porque alguna fuente le suministró deliberadamente información incorrecta. 28 *Noticias basadas en la especulación En este caso, las noticias se construyen sobre hipótesis no comprobadas o rumores no confirmados. Los datos obtenidos no son corroborados antes de su publicación, por lo que se vulneran los principios de la investigación periodística. Legitimidad de los medios Los medios de comunicación han estado revestidos siempre por un halo de legitimidad a partir del cual todas las noticias tienden a considerarse como verdaderas. Si bien varias corrientes teóricas de la comunicación han remarcado que los productos mediáticos de ningún modo son “la realidad”, la opinión pública nunca había desconfiado de ellos hasta los primeros años del siglo XXI. A partir de entonces, el público ha reparado masivamente en que los medios de comunicación tienden a formar conglomerados empresariales con intereses económicos particulares. Sin embargo, la configuración histórica y social de la imagen de los medios hace que, incluso los que entienden los entramados corporativos de los mismos, tomen por ciertas informaciones repetidas por ellos a lo largo del día. Según Echebaum y Allaola, esto se debe a que “cómo unos pocos medios de comunicación, unas pocas empresas, conglomerados, podían tener acceso a gran parte de las tecnologías, podían transmitir con distintos soportes los mismos mensajes, 29 podían transmitir con distintos soportes los mismos mensajes creando de esa manera efectos de ‘verdad’ bastante importantes”. En este sentido, se puede observar cómo la noticia publicada en un medio particular de una corporación es replicada por el resto de los medios de la misma. De esta forma, se marca la agenda comunicacional de la competencia, quienes tratan la misma información aunque desde su óptica particular. En consecuencia, el hecho toma tal trascendencia que termina insertado y determina la agenda política de ese país. Esos “efectos de verdad” que logran los medios se explican a que éstos esconden ese “proceso de construcción y de representación de la noticia bajo –la- ilusión de objetividad, de la naturalidad de los hechos”, a la vez que “proponen distintos puntos de vista que tienen estos medios de comunicación”5 Visibilidad e invisibilidad Según Jesús Martín Barbero, el discurso no es solamente un arma con la que se lucha por el poder, sino que es el mismísimo lugar donde se da esa lucha. Éste forma parte constitutiva de una trama de violencia, de control y de lucha propia de la práctica de poder a cualquier nivel. Todo esto se debe a que el discurso tiene una constitución histórica, a la vez que está atravesado por una red de mitos provenientes del imaginario social. A partir de ello, moldea y oprime desde dentro de la sociedad misma. 5 Echenbaum. M y Alaolla, P. Intervención en el Taller sobre Comunicación del Tercer Foro Social Mundial. Porto Alegre, Enero 2003 30 Así, Barbero observa que en la actualidad se da un tipo de dominación basado en el monopolio de la palabra, ejercido desde los nuevos procesos de comunicación por medio de los cuales define y da forma a la “realidad”. Del otro lado, quedan todos aquellos que no pueden acceder al discurso, o sea al poder. Todos ellos viven en la Cultura del Silencio. Fue José Martí quien definió de esta manera a las masas perimidas que sufren una acallada agonía porque se saben incapaces de visibilizar sus penas. De esta forma, los grupos hegemónicos de la actualidad controlan los medios de comunicación a través de los cuales se apropian del discurso y establecen una dominación en función de esa red de mitos que Barbero designa como los justificadores naturalizados de formas de opresión desde dentro, ya que los propios oprimidos también toman como natural su sumisión. Por su parte, Pascual Calicchio retoma estos conceptos para explicar cómo, a partir de la crisis económica y política que se produjo en Argentina a fines de 2001, grupos marginales, conocidos como piqueteros, comenzaron a cortar rutas y calles con el objetivo de que los medios de comunicación se presentaran. De esa manera, sus reclamos eran visibilizados y, en consecuencia, había una respuesta política. Sin embargo, los piqueteros comenzaron a atacar también a los medios porque observaban que ellos utilizaban la producción del discurso en concordancia con el poder político. A partir de entonces, dirigieron su rebelión no sólo contra el gobierno o el Estado, sino también contra su aparato de control simbólico. “Nos mean y los medios 31 dicen que llueve” y “vos lo viste, no dejes que te sigan mintiendo” se transformaron, en frases de la lucha piquetera. Ante las manifestaciones en su contra, los medios de comunicación buscaron acallar estas protestas a partir de no cubrir las manifestaciones. De esa forma, buscaban devolver a los piqueteros a la Cultura del Silencio, es decir invisibilizarlos. Pero estos no estaban dispuestos a ser marginados nuevamente, así que organizaron medios alternativos para resquebrajar el monopolio de la palabra que poseían los grandes conglomerados de la comunicación y su capacidad unilateral de hacer visible o invisibilizar de acuerdo a sus intereses. Y el de sus aliados en el poder. De los titulares Aclaración En esta última parte del primer capítulo, se explicará la importancia de los titulares, teniendo en cuenta que éstos ocuparán un rol central en el análisis discursivo que se desarrollará posteriormente en la presente tesis, respecto al tratamiento que Clarín y La Nación le dieron al caso. El Manual de Estilo y Ética Periodística de La Nación afirma que “un buen titular debe expresar el contenido del texto al que corresponde y atraer la atención del lector hacia su tema informando sintéticamente sobre el material que encabeza, sin exagerar el énfasis con que la parte noticiosa es concebida”. 32 Aquí se ve la doble función del titular: mostrar de qué se trata la nota y servir de nexo para despertar el interés del público en leer toda la publicación. Sin embargo, es bastante difícil conseguir que éste cumpla con ambas funciones a la vez, así que la opción entre una u otra dependerá del formato redaccional elegido. Los titulares se componen por cuatro elementos: el cintillo, la volanta, el título y la bajada. El título es el elemento más importante. Es el encargado de presentar la noticia y el máximo factor de atracción. Los autores Francisco Martínez, Lucas Miguel y Cristian Vázquez, de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de la Plata6, categorizan tres tipos: -Títulos informativos: explican el sujeto de la acción, la acción misma y sus circunstancias. -Títulos expresivos: no se centran en la información sobre algún hecho, sino que apuntan a algo que se presume conocido. -Títulos temáticos: son los que sólo enuncian el tema de la información, generalmente en noticias de poco relieve y en los textos no informativos. Por su parte, la volanta sirve de antetítulo. Según el ya citado Manual de Estilo de Clarín, éste “ubica y anticipa sobre lo que informa el título, es una definición temática y puede agregar información”.6 Martínez, Francisco; Miguel, Lucas; Vázquez Cristian. La titulación en la prensa gráfica. Material de cátedra, Facultad de Periodismo y Comunicación Social, 2004 33 La bajada también complementa al título, a la vez que supone un desarrollo conciso que sirve como resumen de la noticia. Para Clarín, éste “contextualiza, ordena la información, la desagrega con datos puntuales”. Finalmente, el cintillo es una oración no verbal que se ubica por encima del resto de los titulares y se repite en todas las páginas en la que el mismo tema es desarrollado. En los casos en que la noticia continúa a lo largo del tiempo, éste se mantiene constante. 34 35 Capítulo II El Hecho 36 Introducción Antes de abordar los elementos metodológicos con los que se analizará la cobertura de los diarios Clarín y La Nación con respecto al rescate de los sobrevivientes del Fairchild Hiller FH-227 de la Fuerza Aérea uruguaya y el posterior descubrimiento de antropofagia, creemos conveniente hacer una reconstrucción de los hechos. Para ello, hemos agregado una crónica de nuestra autoría, para tener una narración de los acontecimientos centrales del caso. La razón por la cual tomamos esta decisión se debe a que consideramos que, a pesar de ser una historia famosa a nivel mundial, muchos de los lectores de esta tesis pueden no estar familiarizados con ella. Por otro lado, la crónica ampliará los conocimientos de quienes conozcan el caso es a través de la película Viven! , dado que, a nuestro criterio, ésta deja de lado hechos importantes de la tragedia sufrida por los jóvenes uruguayos. Por ello, creemos necesario que la reconstrucción cubra de manera acabada los aspectos centrales de esta historia y que garantice a los lectores la posibilidad de ver qué hechos ocurrieron realmente y cuáles constituyen parte de la mitología que se fue tejiendo en relación al caso, a lo largo de los años. Para lograr esto, la crónica se nutrirá de varios libros que presentan un gran trabajo de investigación y recopilación testimonial. La lista de los mismos es la siguiente: http://es.wikipedia.org/wiki/Fairchild_Hiller_FH-227 37 -Viven!, de Piers Paul Read: ésta es la primera novela publicada acerca del caso y está fundamentada en los testimonios de los 16 sobrevivientes y sus familiares, recogidos en 1974. -La sociedad de la nieve, de Pablo Vierci: otra novela testimonial que recopila, treinta años después del accidente, las experiencias de los 16 protagonistas. Fue publicada en 2008. - Mis 72 días en la Montaña y Mi Largo Regreso a Casa: Milagro de los Andes, de Fernando Parrado. Libro escrito por uno de los sobrevivientes, quien narra sus vivencias en la montaña, destacando que el deseo incólume de volver a ver a su padre fue el gran motor de su propia salvación. En los últimos capítulos se encarga de rebatir ciertas conclusiones que Piers Paul Read expresó en su novela ya citada. Fue publicado en 2006. - Después del día diez, de Carlitos Páez. Otra narración de la historia por parte de uno de los sobrevivientes. En este libro, el autor hace hincapié en el décimo día, porque fue cuando se decidieron a recurrir a la antropofagia para sobrevivir. Fue publicado en 2004. Además, introduciremos nuevos testimonios del sobreviviente Roberto Canessa, tomados durante dos conferencias que éste dictó en la Argentina: la primera en 2010, en el hotel Sheraton de Buenos Aires, y la segunda, en 2013, cuando visitó el colegio San Luis de La Plata. 38 También se incluirán partes de las entrevistas que le realizamos al propio Canessa y al también sobreviviente, Javier Methol, en Montevideo. Ambas serán adjuntadas de manera completa en el anexo del presente trabajo. Elegimos el formato de la crónica porque queremos integrar el estilo del género periodístico con la retórica académica propia de una tesis ya que, si bien ésta se encuentra dirigida en primer lugar a profesionales de la Comunicación Social, tenemos el profundo deseo de que también pueda ser leída por cualquier persona que, al igual que nosotros, se haya fascinado con el caso. 39 El regalo de la vida: Recuerdos de El Milagro de los Andes Cuando Pancho Delgado se sentó frente al auditorio del colegio Stella Maris, tenía perfectamente en claro qué iba a decir. Cientos de periodistas se habían ubicado en las butacas acomodadas a lo largo del salón y aguardaban con expectativa las palabras de alguno de los sobrevivientes. También lo hacían los familiares de los fallecidos en la montaña. Delgado sabía que, en realidad, el mundo entero ansiaba escucharlo. Los relatos acerca de cómo habían tenido que recurrir a la carne de sus amigos muertos se había extendido muy rápido y habían eclipsado, incluso, a la repercusión de su milagrosa supervivencia. Y, a raíz de ello, versiones desfiguradas y monstruosas habían llenado las páginas de los periódicos. Por eso él, que tan poco había podido ayudar en la montaña, sentía la profunda obligación de lograr que el mundo escuchase su verdad del asunto. Más que eso: debía lograr que los entendieran. Que entendieran el inmenso dolor, la desesperación de ver cómo los amigos morían día a día junto a ellos, mientras que sus propios cuerpos se debilitaban y la muerte se hacía cada vez más segura. Que entendieran que se sabían abandonados, solos en esa inmensidad que es la Cordillera de los Andes. Sin esperanza. O casi. 40 Porque sólo la voluntad de algunos de ellos, jóvenes de apenas veinte años, logró que no se dejasen morir. Y, por sobre todas las cosas: ¿entenderían que la carne de sus compañeros muertos significaba para ellos la muestra máxima de amistad que haya existido en ese hermoso infierno de nieve? Sus amigos les habían regalado la vida. Por ellos, Pancho Delgado tenía la posibilidad de dirigirse al mundo, desde el auditorio del colegio Stella Maris. Iba a honrar ese regalo. Se acomodó en la silla, ajustó el micrófono y comenzó a hablar. Los motivos Uruguay es un país futbolero. Cuna de equipos campeones del mundo, no es extraño que sus jóvenes se vuelquen masivamente a jugar a la pelota en todas las calles y callejones del país. Entonces, ¿por qué los muchachos que volaban en el Fairchild Hiller FH-227 de la Fuerza Aérea iban a disputar un partido de rugby a Chile, acompañados por familiares y amigos? Los jugadores provenían de familias católicas, acomodadas y conservadoras, las cuales habían confiado su formación los Hermanos Cristianos irlandeses. En este grupo primaba la disciplina por sobre todas las cosas. Sin embargo, tuvieron que dejar de lado el castigo corporal a pedido de los padres. En cambio, decidieron enseñarles el rugby: http://es.wikipedia.org/wiki/Fairchild_Hiller_FH-227 41 un deporte duro a partir del cual le inculcarían a los muchachos los principios de “sufrir en silencio y trabajar en equipo”7. El rugby caló tan hondo en los jóvenes que, luego de que la primera promoción terminase los estudios, un grupo de egresados decidió fundar una asociación deportiva en 1965. Ésta fue llamada Club Old Christians, cuyo equipo se coronó campeón nacional en 1968 y 1970. En 1971, tras haber disputado algunos amistosos con equipos argentinos que “eran mucho más poderosos”, según nos explicó Roberto Canessa en una entrevista, decidieron ir a probar suerte a Chile. Para achicar los gastos, rentaron un avión de la Fuerza Aérea Uruguaya y vendieron los asientos sobrantes a familiares y amigos, quienes aprovechaban para pasarse unas vacaciones en el extranjero. “El éxito fue tal que en cuanto llegaron a Montevideo, empezaron a planear otro viaje para el año siguiente”8. Ese viaje sería el de la tragedia. Pero la tragedia no sería absoluta, ya que a pesar de la muerte y el dolor, las cosas que quedaron fueron otras: el amor, el deseo de regresar y la entrega hacia el prójimo,como máxima forma de amistad. La partida Para octubre de 1972, el Old Christians estaba ultimando los detalles del viaje a Chile. Con alguna dificultad, lograron vender las cuarenta plazas del Fairchild tentando 7 Read, Piers Paul. Viven! El triunfo del espíritu humano. Punto de lectura, Buenos Aires, 2007, pág. 20 8 Ibíd. Pág21 42 a los amigos, con el argumento de que allí podrían vivir bien con poco dinero- y a lo “accesibles” que eran las jóvenes chilenas- y prepararon la partida para el día 12. El avión despegó del aeropuerto de Carrasco a las 8.05 de la mañana con dirección a Santiago. Además de los cuarenta pasajeros, viajaban en él cinco tripulantes. Entre ellos, el comandante del avión Coronel Julio César Ferradas y su copiloto, el teniente Dante Héctor Lagurara. “El ambiente es de jolgorio, nos pasamos la pelota de rugby de un asiento a otro, hacemos chistes, nos gastamos bromas entre nosotros”9, narró, en tiempo presente, el sobreviviente Carlitos Páez, como si tratara de revivir la experiencia. Era, para él y para sus compañeros, “el viaje del destete”, ya que suponía su primera oportunidad para hacer “cosas de mayores”. Luego de sobrevolar territorio argentino durante algo más de dos horas, el auxiliar de vuelo, Sargento Ovidio Ramírez, abandonó la cabina y anunció que deberían descender en el aeropuerto de Mendoza. Las malas condiciones climáticas hacían que el cruce de la Cordillera de los Andes fuera extremadamente peligroso. La noticia fue una gran decepción, ya que los pasajeros no querían desperdiciar uno de los cinco días de su viaje en la Argentina, donde el cambio del dólar no era tan favorable como en Chile. Por ello, presionaron a Ferradas y Lagurara para partir lo antes posible. Sin embargo, los pilotos tenían mayores preocupaciones. 9 Páez, Carlitos. Después del día diez. Editorial Linardi Risso, Montevideo, 2008 43 Mientras que el paso de Juncal estaba cerrado, los informes meteorológicos indicaban que el de Planchón se despejaría recién hacia el mediodía del día siguiente. Eso implicaba tener que partir en un horario donde sobrevolar los Andes era una empresa de alto riesgo. La otra opción era retornar a Montevideo, dado que las leyes argentinas prohibían que un avión militar extranjero permaneciese en su territorio nacional durante más de veinticuatro horas. De ser así, deberían reembolsar el dinero de los pasajeros. De pronto, aterrizó en el aeropuerto de Mendoza un viejo y destartalado avión de carga, proveniente de Santiago. Los jóvenes empezaron a protestar enérgicamente, quejándose de la excesiva cautela de los militares uruguayos. –Si éste pasó en esa “cafetera”, ¿cómo no vamos a pasar nosotros? – preguntó el estudiante de medicina Roberto Canessa –. ¿Es que ustedes son cobardes? Ferradas se acercó al piloto para preguntarle por las condiciones del cruce. Aquél le respondió que había fuertes turbulencias pero que no supondrían gran problema para el modernísimo Fairchild. Durante el día siguiente, el piloto del carguero se enteró que el avión uruguayo había desaparecido en las montañas. El accidente El Fairchild despegó del aeropuerto de Mendoza a las 14:18 horas, con los cuarenta pasajeros y sus cinco tripulantes. A las 15:32, Lagurara le comunicó al control de tránsito aéreo que divisaba Curicó. La torre tomó como correcta dicha afirmación y 44 autorizó el descenso a 3.500 metros, para que la aeronave se alineara con el aeropuerto de Pudahuel. En el descenso, el Fairchild atravesó una nube y empezó a vibrar por una serie de bolsas de aire. El ayudante de vuelo Ramírez encendió el cartel luminoso para que los pasajeros se abrocharan los cinturones de seguridad y dijo a través del alto parlante: –Hay mal tiempo afuera y el avión va a bailar un poco, pero no se preocupen. Ya estamos en contacto con Santiago y aterrizaremos enseguida.10 Pero ninguno de los jóvenes se lo tomó en serio. Con los sucesivos pozos de aire, los que estaban más cerca de la cabina empezaron a gritar “Ole, Ole, Ole”, como en las canchas de futbol cuando los jugadores de un equipo logran eludir a sus rivales. Por su parte, los que estaban más al fondo, entonaron el coro de una conga y Canessa tomó un balón de rugby y lo arrojó a la cabina como para infundir valor. Sin embargo, cuando salieron de la nube, vieron a través de las ventanillas del avión que el último pozo de aire los había hecho descender tan solo a diez metros de la cordillera y que estaban volando peligrosamente entre picos filosos. Algunos se pusieron a rezar. Otros, ya resignados, se encogieron y esperaron el choque. De pronto, los pasajeros que estaban más cerca de la cabina oyeron el grito desesperado de uno de los pilotos: –¡Dame potencia, dame potencia! 10 Read, Piers Paul. Ob. Cit. Pág. 39 45 El avión comenzó a vibrar furiosamente, mientras trataba de recuperar altura. Pero los intentos de los pilotos fueron en vano. De pronto, el ala derecha chocó con uno de los picos, partiéndose a la mitad. Los restos que se desprendieron arrancaron la cola y fueron despedidos dos miembros de la tripulación y tres de los jóvenes, con sus respectivos asientos. Luego, se quebró el ala izquierda. La muerte parecía segura y ya varios de los pasajeros habían encomendado su alma a Dios. Otro habrá esperado el milagro. Y el milagro se dio. En contra de todas las posibilidades, lo que quedaba del avión aterrizó sobre su vientre y fue desacelerando su marcha por la fricción de la nieve hasta que, finalmente, se detuvo en un valle entre las montañas. Pablo Vierci retrató en La sociedad de la nieve cómo José Luis “Coche” Inciarte vivió dicha colisión: “La aeronave ascendió bruscamente y Coche sintió cómo la espalda se le pegaba al respaldo del asiento, en el preciso momento en que el aparato comenzó a caer hasta que escuchó una explosión, seguida de un silbido estremecedor. Inmediatamente percibió una abrupta diferencia en el ambiente: del clima templado de hacía instantes, se pasó a un frío gélido, sacudido por chiflones de aire que no consiguió identificar de dónde venían, mientras diversos objetos le pegaban en el cuerpo. Como no escuchaba el rugido de los motores creyó que el avión estaba volando sin hélices, hasta que sintió otro golpe, el pedazo de avión comenzó a deslizarse y ahora ya no era el viento y el 46 aire helado sino que lo que le pegaba en el cuerpo era nieve, si, nieve. Coche bajó la cabeza y cerró los ojos para morirse”. Pero Coche sobrevivió. Cuando logró recuperarse, vio el desastre a su alrededor y escuchó los gritos de auxilio y los sollozos del resto de sus compañeros. Por su parte, Carlitos Páez continuaba rezando maquinalmente el Ave María. Los asientos habían sido arrancados de cuajo cuando el avión desaceleró abruptamente y se habían abalanzado violentamente hacia adelante, aprisionando a los pasajeros. Varios de ellos se habían quebrado las piernas. Los que se encontraban ilesos, comenzaron a liberar al resto. Mientras tanto, Gustavo Zerbino y Roberto Canessa, ambos estudiantes de medicina, trataban de auxiliar a los heridos. Sin embargo, era poco lo que podían hacer: por un lado, porque su experiencia era muy escasa y, por otro, porque no contaban con ningún tipo de insumo médico. Jirones de ropa y agua de colonia se transformarían luego en los malos suplentes de las vendas y el alcohol. En el fuselaje, encontraron a seis pasajeros muertos, entre ellos Eugenia Parrado. Su hijo, Fernando, yacía ensangrentado en la parte delantera del avión. Canessa lo revisó y, si bien descubrió que todavía estaba vivo, se convenció de que moriría muy pronto. Se había golpeado la cabeza y el coágulo de sangrehabía hecho que su rostro fuera una masa irreconocible. “Ya está muerto”, pensó Canessa. La historia terminó contradiciéndolo y Parrado recorrió a su lado la Cordillera. Por su parte, Ramón “Moncho” Sabella había salido del fuselaje. Construyó un camino con algunos almohadones para no hundirse en la nieve y se dirigió hacia la 47 parte delantera del avión, cuya trompa estaba aplastada por el choque. Dentro de la cabina, encontró a los pilotos. Ferradas había muerto. Lagurara vivía, pero tenía los instrumentos del avión incrustados en el pecho. Sabella intentó ayudarlo, pero no pudo. Tampoco pudo hacer funcionar el radio. Entonces, decidió ir a buscar a Canessa y Zerbino. Estos llegaron a la cabina y también fracasaron cuando trataron de mover a Lagurara. –“Habíamos pasado Curicó, habíamos pasado Curicó”, repetía nuestro piloto –relató Canessa en una conferencia para médicos que dictó en el hotel Sheraton de Buenos Aires en el año 2010. Los tesistas nos habíamos metido de colados, con carteles identificatorios falsos-. Después, cuando se dio cuenta de que nada podíamos hacer por él, nos pidió que le alcanzáramos su cartera. Ahí tenía un revolver. En efecto, la cartera contenía un Smith y Wesson calibre .38. Los muchachos se negaron a dárselo: eran católicos y no concebían el suicidio. Lagurara siguió pidiéndolo. –¡Qué desastre! ¡Qué desastre que hice! –se lamentó, mientras la sangre le caía profusamente de la nariz. Los improvisados doctores supieron que le quedaba poca vida. Volvieron al fuselaje. Debían acondicionar el lugar: ya oscurecía y era difícil que el rescate llegase ese día. Esperaban que fuese una noche difícil. No se imaginaron que sería la peor de sus vidas. 48 Histeria helada Roberto Canessa y Gustavo Zerbino habían acomodado a los heridos de acuerdo a la gravedad de su estado: los más leves próximos a la cabina, los intermedios en el centro del fuselaje y los más graves cerca de la salida. Era poco lo que se podía hacer por los últimos y tampoco convenía arriesgar la vida del resto. Además, así sería más fácil sacar los cuerpos. El capitán del equipo, Marcelo Pérez, había tratado de construir una barrera, junto con Roy Harley, valiéndose de los asientos y las valijas. Para frustración de ambos, el viento la tiraba constantemente. Mientras tanto, Canessa había repartido la tapicería de nylon de los almohadones para que los sobrevivientes pudieran combatir el frío. Pero, según cuenta Piers Paul Read en Viven! , “bastante peor que el frío fue el ambiente de pánico e histeria que reinó entre los restos del Fairchild”. Los quejidos de los heridos eran constantes y varios experimentaban episodios delirantes. Desde la cabina, Lagurara seguía gritando que habían pasado Curicó y exigía que le llevasen el arma. Todavía tenía los instrumentos clavados en el pecho. Alfredo “Pancho” Delgado se levantó, anunciando que iba a comprar una Coca Cola. Otros pisaban a los heridos cuando iban a buscar nieve para saciar la sed. Los pisados los insultaban a los gritos. Sin embargo, todos intentaban mantenerse lo más cerca posible. El calor corporal era prácticamente un lujo en el clima bajo cero del fuselaje. 49 La señora Graciela Mariani, no contaba con ningún conocido. No tenía nada en común con el equipo, ya que había sido parte del vuelo por mera casualidad. Su hija iba a celebrar su boda con un exiliado uruguayo en Chile y el pasaje barato del Fairchild había sido una oferta demasiado tentadora como para rechazarla. Luego del choque, fue arrastrada por los asientos arrancados, quedando aprisionada debajo de ellos. Moncho Sabella y Rafael Echevarren trataron de ayudarla, pero moverla resultó imposible. -¡Basta, por favor! – les había suplicado a los muchacho que intentaban liberarla–. ¡Van a matarme! Durante aquella gélida noche, la mujer sollozó sin parar, exasperando a algunos de los muchachos. Carlitos Páez se dirigió a ella con la suavidad de una maza paraguaya: –Cállese, o iré a partirle la cara. Al día siguiente, cuando encontraron a la señora Mariani muerta, Carlitos escondió la cara entre sus manos por la vergüenza. Una vergüenza que le dura aún hoy, cuarenta años después. La sociedad de la nieve Además de la señora Mariani, fallecieron otras dos personas. Francisco Panchito Abal, amigo entrañable de Nando Parrado, apareció muerto tratando de cubrir del frío a la hermana de aquél. Durante la madrugada, había implorado por una ayuda que nadie 50 podía darle. El otro deceso fue el del teniente Lagurara, cuyo cuerpo permanecería atado a la silla del piloto durante varios días. Susana Parrado sobrevivió la noche y tenía breves períodos de semi conciencia, en los cuales pedía por su madre. Nadie se animó a decirle que aquella había muerto en el choque. Por su parte, Nando seguía vivo e inconsciente. Fue una verdadera sorpresa para Zerbino y Canessa, quienes habían considerado que la lesión en su cabeza suponía una muerte inevitable. Sin embargo, la hinchazón encefálica había disminuido considerablemente y parecía bastante recuperado. En aquel entonces no lo sabían, pero cuando lo pusieron cerca de la salida, junto con los heridos graves, lo sometieron a un tratamiento de criogenia que le salvó la vida. Si lo hubieran recostado en una zona más cálida del avión, jamás habría despertado. Mientras tanto, el resto se preguntaba por el rescate, que todavía no llegaba. Marcelo Pérez, capitán del equipo, era optimista pero también precavido. Sabía que los helicópteros y aviones podían tener dificultades para hallarlos en el medio de la Cordillera. Era necesario organizarse. “Gran parte del mérito de haber sobrevivido en esos primeros días cruciales debe atribuirse a Marcelo Pérez, cuyo decisivo liderazgo salvó muchas vidas”, contó el propio Nando Parrado en su libro Mis 72 días en la Montaña y Mi Largo Regreso a Casa: Milagro de los Andes. En ese momento, no estaba consciente como para notarlo, pero cuando analizó la situación al despertar, notó que si no hubiera sido por el liderazgo de su capitán, habrían sucumbido al pánico absoluto. 51 Pérez estableció un sistema de racionamiento para hacer durar las pocas provisiones que tenían: chocolate, galletas, mermelada, tres botellas de vino que habían comprado los pilotos en Mendoza, una de whisky y otras de licor. Además, a sus órdenes, se limpió el fuselaje para hacer lugar y se construyó una barrera más estable para que los protegiese del helado viento nocturno. Adolfo Strauch, otro de los sobrevivientes, inventó un método para derretir la nieve, de manera que el abastecimiento de agua alcanzase para todos. Hasta ese momento, los sobrevivientes habían saciado su sed comiendo la nieve directamente y se les habían quemado las encías. El procedimiento de fusión consistía en tomar un rectángulo de aluminio obtenido del respaldo de los asientos, doblarlo de manera en que formase una bandeja combada y hacerle un orificio en el centro. El sol derretía la nieve y el agua caía a través del agujero hacia una botella. Al ser una tarea que requería poca energía, se la encargaron a los heridos que no podían moverse. De esa forma, se los hacía sentir útiles. Mientras tanto, los sobrevivientes que estaban en buen estado se encargaban del acondicionamiento del fuselaje y de la barrera protectora. Así, los muchachos se mancomunaron en una única idea: sobrevivir. Todos trabajaban por el bien común y ninguno tenía permitido rendirse. Habían formado una sociedad. Una sociedad de lucha, cuyas características fueron definidas por Carlitos Páez. La posibilidad de suicidarse no existía. Había que enfrentar aquel infierno helado que resultó ser la Cordillera de los Andes. El arma de Lagurara, que le había sido 52 negada a su propio dueño, había desaparecido y, según Carlitos, de dicha desaparición surgió la unidad yla meta en común: “El revólver lo tiene uno y las balas las tengo yo. No hay más revólver. Les dijeron a todos, no busquen el revólver porque no está disponible. No hay balas para matarse. Acá la única opción es la vida, pelear por la vida ignorando el resultado. Con esa afirmación y ese gesto comienza la Sociedad de la nieve”11 Secreto a voces Durante esos días, el racionamiento estuvo supervisado por Marcelo Pérez. Cada uno recibía en mano un poco de mermelada y una tapa de desodorante llenada con vino. Por las noches, les daban una tableta de chocolate. El resto protestaba, pero el capitán era inflexible: la comida debía durar hasta que los rescatasen. Sin embargo, el domingo 15 de octubre un hecho dividió al grupo y menoscabó el liderazgo de Marcelo Pérez. Hacia el mediodía de aquel tercer día, un avión sobrevoló la zona del choque. Los sobrevivientes comenzaron a gritar y a hacer señas para llamar la atención de los pilotos. Horas más tarde, una nave de hélices también pasó por la zona, a una altura mucho menor que el anterior. Esto hizo suponer a varios de los pasajeros que el primer avión había logrado divisarlos y que el segundo había sido enviado para confirmar la posición. Además, el 11 Paéz, Carlitos. Ob. Cit. Pág.40. 53 sargento Carlos Roque Gonzáles, mecánico del Fairchild –único sobreviviente de la tripulación-, aseguró que la nave de hélices volaba a una altura propicia para el contacto visual. Otros, más escépticos, argumentaron que el segundo avión, en caso de haberlos visto, hubiera descrito círculos en la zona para hacerles entender que los habían localizado. La discusión se paralizó cuando oyeron a un tercer aeroplano, volando más bajo que el segundo. A partir de entonces, la creencia general de que el rescate era inminente hizo que menguaran las precauciones. Roberto Canessa tomó una botella de vino para festejar, mientras que otros sobrevivientes hurtaron comida de la reserva. Marcelo Pérez enfureció al darse cuenta de la sustracción. Acusó a los ladrones de atentar contra la supervivencia de todo el grupo y casi se abalanza sobre Canessa. Pero se contuvo. Tenía que reafirmar la confianza. –Nos van a rescatar, pero tenemos que guardar la comida porque pueden llegar a tardar hasta mañana. Sin embargo, su optimismo se estrelló contra la realidad de los hechos. Ningún rescate llegó al día siguiente y los sobrevivientes se inquietaron aún más. Nando Parrado había despertado el domingo, para enterarse de que su madre había muerto y que su hermana agonizaba. Cuando estuvo en condiciones de moverse, empezó a barajar la idea de bajar la cordillera por sí mismo. 54 Pensaba en su padre; en el profundo dolor que debería estar sintiendo por la pérdida de su mujer y dos de sus hijos. Nando no podía permitir eso. Debía ir hacia él y decirle que no había perdido todo. Sí, bajaría la montaña como fuera. –Morirás de hambre, Nando –le contestó Carlitos Páez. –Entonces cortaré pedazos de carne de uno de los pilotos –sentenció Parrado–. Después de todo, ellos son los que nos han metido en este asunto. Carlitos no respondió. Se aprontó a reunirse con Roberto Canessa, Numa Turcatti y Adolfo “Fito” Strauch, ya que los cuatro integrarían una misión para hallar la cola del avión donde, según Roque, se encontraban las baterías para hacer funcionar la radio. La expedición fue un rotundo fracaso. La falta de comida nutritiva los había debilitado demasiado y una pequeña ascensión por la montaña les resultó una tarea imposible. Cuando empezaron a volver, Carlitos recordó lo que le había dicho Nando. Tal vez fuera la única manera. El día 10 El día diez cambió todo. No sólo significó una transformación sustancial de la vida en la montaña, sino que también modificó la propia existencia de los sobrevivientes. No es extraño que Carlitos Páez haya nombrado así a su libro. También fue el factor que hizo que se volcaran ríos de tinta en los periódicos del mundo. En algunos, la tinta fue más amarilla que en otros. 55 La mañana de aquel 22 de octubre encontró a los jóvenes bastante abatidos. Susana Parrado había muerto el día anterior y, a pesar de ello, Nando no se permitió llorar. Según él mismo, sabía que “las lágrimas malgastan sal”12 y que necesitaría toda su energía para salir de la montaña por sus propios medios. Pero preservar la sal del cuerpo no era suficiente ni por asomo. Los sobrevivientes estaban en pésimas condiciones físicas. “Sufrían mareos al levantarse y les era difícil mantenerse en pie. Tenían frío incluso cuando el sol estaba alto y calentaba, y la piel se les empezaba a arrugar como a los ancianos” 13 Varios lo habían pensado y algunos lo habían comentado entre ellos. Las provisiones que quedaban eran exiguas y no había rastro de los helicópteros de rescate. Roy Harley había encontrado un pequeño radiotransmisor marca Sharp y, como estudiante de ingeniería, se había encargado de manufacturar una antena con los circuitos del avión y, así, sintonizar algunas estaciones chilenas. Pero ningún programa radial había hablado de rescate alguno. Fue Roberto Canessa quien se animó a exponer abiertamente su opinión acerca del tema. En cada una de sus conferencias cuenta cómo él, en tanto estudiante de medicina, había analizado la posibilidad desde un punto de vista absolutamente científico. Así expone su idea en La Sociedad de la Nieve: 12 Parrado, Nando. Mis 72 días en la Montaña y Mi Largo Regreso a Casa: Milagro de los Andes. Editorial Planeta, Buenos Aires, 2006. 13 Read, Piers Paulpág. Ob. Cit. Pág. 99. 56 “[Yo] conocía el ciclo de Krebs, sabía que la proteína se puede transformar en azúcar y la grasa se puede convertir en proteína, y que podíamos sobrevivir con una dieta única a base de carne sin caer en la inanición. Y ahí estaban las proteínas de los cuerpos de los amigos, pero yo no tenía el permiso de tocarlos, con la desesperación agregada que no les podía pedir autorización porque yo no les podía pedir autorización porque estaban muertos”. Les explicó que era absolutamente necesario y que, si no lo hacían pronto, no tendrían fuerzas ni para cortar la carne que tenían enfrente. Pero el resto seguía reticente. La idea era demasiado horrible. –Es carne y nada más que carne – insistió Canessa. Tal vez, ayudándolos a superar el tapujo religioso podría convencerlos–. Sus almas ya han abandonado los cuerpos y están con Dios en el cielo. Lo que queda de ellos no es más que la envoltura del alma y, por lo tanto, ya no son seres humanos. Es como la carne de ternera que comemos en casa14. A pesar de haber presentado tan buenos argumentos, el resto no terminaba de convencerse. Tal como lo planteó Canessa muchos años después, no sentían tener el permiso de sus amigos muertos para comer de su carne. Fue Gustavo Zerbino quien dio por tierra con esa idea: –Yo pienso que si mi cuerpo muerto pudiera contribuir a mantenerlos vivos, quisiera que lo utilizaran sin vacilar. Y aún es más, y si me muriese y ustedes no me comieran, 14 Ibíd. Pág. 101 57 regresaría de desde donde quiera que me encontrase y le daría una patada en el culo a cada uno”15. La generosidad de sus palabras convenció al resto y todos acordaron que, si alguno moría, donaría su cuerpo para la supervivencia del grupo. A partir de ello, la opinión de alimentarse de los muertos fue apoyada incluso por los que aseguraron que no tendrían la fuerza de voluntad para hacerlo. De esta forma, Roberto Canessa salió del fuselaje dispuesto a romper el tabú. Se acercó a los cuerpos, que estaban acomodados a unos metros del fuselaje, mientras rezaba para sus adentros. Dios, ayudame. La nieve cubría casi la totalidadde los cadáveres y apenas si se divisaba su ropa. Canessa tenía un pedazo de cristal roto en su mano. Estaba decidido. Se arrodilló al lado de un cuerpo que estaba de espalda y clavó el vidrio en una de las nalgas. La carne congelada era durísima, pero con mucha fuerza de voluntad cortó cerca de veinte tiras. Ante la mirada de los que se habían animado a salir a ver la escena, se acercó al fuselaje y puso las tiras sobre el techo, para que el sol las descongelara. Regresó al interior del Fairchild y se quedó un rato en silencio. Nadie atinó a decir nada. Al rato, Canessa habló en voz alta. –La carne está en el techo secándose al sol. El que quiera puede ir y servirse. Siguió sin haber respuestas. Entonces, Canessa supo que no podría librarse del asunto. Debía ser él quien diera el primer paso. Empezó a salir. Dios, ayudame. 15 Ibíd. Pág. 102 58 Ya afuera, tomó uno de los pedazos pero no se le animó. Se quedó inmóvil, vacilando con la tira de carne en la mano. Pero no podía fallarles a sus amigos. No había otra manera. Dios, ayudame. Se metió el pedazo en la boca y aguantó el profundo asco que le vino de pronto. Luego, tomó un puñado de nieve para ayudarse a tragar. Más tarde, muchos otros lo imitarían. Habían dado el gran paso, marcando su vida para siempre. También marcaron un punto clave del viaje, porque gracias a la carne de sus amigos muertos, algunos lograron bajar con vida de la montaña. Muchos diarios harían carroña de aquel hecho, pero para esos muchachos famélicos y desesperados, el día diez supuso robarle tiempo a la muerte y darle una posibilidad a la esperanza. Ni siquiera pensaron en la tinta amarilla. Para el momento en que tuvieron que enfrentar al mundo, poco significaban un par de primeras planas escandalosas. Habían sobrevivido, por el regalo de sus amigos. Solos El fracaso de la segunda expedición fue aún más duro para los sobrevivientes. El grupo expedicionario había partido durante las primeras horas del día doce, aprovechando que la nieve era más dura. Tenían la misión de hallar la cola y, si bien suponían que iban a hallarla siguiendo el rastro del avión, no sabían a ciencia cierta su 59 ubicación. Cuando cayó la noche, con un frío tan brutal como siempre, el resto de los muchachos los dieron por muertos. Sin embargo, al día siguiente vieron a tres figuras bajar de una de las cumbres, utilizando almohadones como trineos. Cuando abandonaron el fuselaje para salir a su encuentro, los hallaron destruidos. Gustavo Zerbino, uno de los de la partida, había vuelto prácticamente ciego y se le habían aflojado los dientes. Sus compañeros Numa Turcatti y Daniel Maspons, un poco menos maltrechos, narraron la experiencia. La idea era hallar la cola, pero lo único que encontraron fueron valijas y los cuerpos de seis de los siete pasajeros desaparecidos. Además, una noche a la intemperie les había demostrado que no sólo la comida era necesaria para sobrevivir en las montañas. El frío nocturno, que rondó cerca de los treinta grados bajo cero, casi los mata. Habían logrado soportarlo dándose golpes el uno al otro para que la sangre no se les congelase en las venas. Zerbino, el único que no había llevado anteojos, se había lastimado las córneas por el reflejo del sol en la nieve y había tenido que ser guiado por los otros dos. Sí, la expedición había sido un completo desastre. Pero había un hecho que profundizaba la sensación de absoluta derrota. Hacia el amanecer del día anterior, Marcelo Pérez y Roy Harley trataban de sintonizar algo con la Sharp cuando escucharon la peor noticia: habían suspendido la búsqueda. 60 Ninguno de los dos se atrevió a entrar al fuselaje a notificar al resto. Gustavo Nicolich, quien salía del avión cuando Pérez y Harley comenzaron a llorar, se hizo cargo de tan pesada tarea. –¡Eh, muchachos! –les gritó–. Buenas noticias. Las acabamos de oír por radio. Han suspendido la búsqueda. –¿Por qué demonios son buenas noticias? –Porque eso significa que tendremos que salir por nuestros propios medios.16 Con el fracaso de la expedición, supieron que no sería tan fácil bajar por sus propios medios. Sin embargo, muchos estaban decididos. Entre ellos Nando Parrado. Y si bien deberían enfrentarse a más desgracias, las palabras de Gustavo Nicolich supieron infundirles el valor para capear lo que vendría. Aún incluso, la muerte de varios compañeros. Aún incluso, la del propio Nicolich. El alud Marcelo Pérez murió en una avalancha que destruyó la improvisada barrera de valijas y asientos, el domingo 29 de octubre. Luego de la noticia de la suspensión de la búsqueda, había abandonado su rol de líder y se preocupó por ayudar a convencer a aquellos que todavía no se habían alimentado de la carne de los muertos. 16 Diálogo extraído de Read, Piers Paul. Ob. Cit. Pág. 109 61 Había escuchado a Pedro Algorta explicar que comerse a los muertos era como comulgar. Que Cristo había entregado su cuerpo y su sangre por los hombres y que ahora Él les daba esos alimentos para sobrevivir. No debían rechazar aquel regalo divino. Pérez se apropió rápidamente de esa argumentación. –Es como la Comunión–insistía, sobre todo al matrimonio de Liliana y Javier Methol, los más reticentes a comer–. Él quiere que nos salvemos. Paulatinamente, todos se alimentaron. Liliana fue la última. Su marido logró hacerle entender que si quería volver a ver a sus cuatro hijos, no tenía otra opción que la vida, y la vida estaba en los muertos. “Dios desea que sobrevivamos”, le dijo Javier ayudándola a comer el primer bocado. La lógica de Algorta, ampliamente difundida por Pérez, había cumplido su objetivo. Para la noche del día diecisiete, ya habían decidido que otro grupo intentaría una expedición. Los seleccionados saldrían de entre los más fuertes. Pero las circunstancias cambiarían las cosas y varios candidatos serían descartados por la muerte. Hacia las cinco de la tarde, los sobrevivientes decidieron meterse al fuselaje para intentar dormir. La noche ya había caído y, además del extremo frío cotidiano, el viento soplaba con bastante fuerza. Para dormir lo más cómodamente posible, habían establecido que cada uno se ubicaría a la inversa de su inmediato consecutivo: es decir, que la altura de la cabeza de cada uno coincidiría con la de los pies del que se encontrase a su lado. Por la 62 posición en la que habían quedado los restos del avión, esto significaba que algunos deberían reposar en un ángulo descendente. Aquellos que tenían las piernas quebradas, dormían en unas improvisadas literas que se construyeron en el espacio para colocar el equipaje. A pesar de ser un lugar en el que se podía estar más cómodo que en el fuselaje, quedar apartado del resto implicaba perder un elemento fundamental para la supervivencia: el calor corporal. Ni siquiera el refuerzo de ropas y mantas podían sustituirlo. Sin embargo, aquél día les salvó la vida. Antonio “Tín Tín” Vizintín no tenía las piernas quebradas, pero esa noche le había tocado ocupar una de las literas. Cuando la nieve irrumpió abruptamente en el fuselaje, fue el primero en ayudar a los que quedaron enterrados. Todo sucedió de repente. El desprendimiento en una de las áreas superiores al valle arrastró hacia los restos del avión una cantidad masiva de nieve, la cual destruyó con facilidad la barrera protectora. El avión vibró cuando el alud se acercaba y puso en alerta a los sobrevivientes. Sin embargo, no les dio tiempo para reaccionar. En cuestión de segundos, se encontraron cubiertos. Algunos, lograron taparse los rostros con ropa o con las mantas, capturando un poco más de oxígeno. Tal vez les regalase un poco más tiempo… –Cuando me di cuenta que estaba tapado por la nieve, me sentí
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