Logo Studenta

La interpretación de los sueños. Capítulo VII. S. Freud

¡Estudia con miles de materiales!

Vista previa del material en texto

"La interpretación de los sueños"
S. Freud
CAPÍTULO VII
Sobre la psicología de los procesos oníricos.
En su obra "La interpretación de los sueños" (publicada originalmente en 1899 y revisada en
1900), Freud explora la psicología de los procesos oníricos.
Freud comienza ilustrando la función del proceso onírico como el cumplimiento de deseos y
como un producto que tiene sentido y se puede integrar en la trama de la vida psíquica del
soñante. Para ejemplificar esto, menciona el caso de un padre que sueña con que su hijo
fallecido está vivo, a raíz de un resplandor en una habitación cercana. El sueño no plantea
conflictos en su interpretación y revela claramente que se trata de un cumplimiento de deseo.
Sin embargo, Freud se cuestiona sobre el funcionamiento de lo anímico y la diferencia en la
elaboración del sueño en comparación con el pensamiento consciente. Su esperanza es que el
análisis de los sueños proporcione conocimientos sobre los procesos psíquicos.
Luego, se aborda el tema del olvido de los sueños. Freud reconoce que no conocemos los
sueños tal como fueron en realidad, y aclara que incluso los detalles más pequeños del sueño
son indispensables para su interpretación. Trata al sueño como un texto sagrado y destaca la
desfiguración que ocurre al intentar reproducirlo conscientemente. Esta desfiguración es parte
de la elaboración secundaria del sueño debido a la censura onírica.
Freud señala que muchos autores consideran arbitraria la modificación del sueño en el
recuerdo y en su versión verbal, pero él enfatiza que no hay nada arbitrario en el ámbito
psíquico. El olvido de los sueños está influenciado en gran medida por la resistencia, que es
una defensa contra la irrupción de los pensamientos oníricos en la conciencia. El olvido
también se basa en la sensación de que el trabajo del sueño estuvo activo durante toda la
noche pero solo dejó un sueño breve. Sin embargo, a través del análisis, los pensamientos
oníricos pueden ser descubiertos y recuperados.
La resistencia también juega un papel en la formación del sueño y en su posterior olvido.
Durante la vigilia, se elimina al sueño como si no hubiera ocurrido, pero durante la noche, la
resistencia pierde parte de su poder, lo cual contribuye a la formación del sueño. El estado del
dormir rebaja la censura endopsíquica y permite la formación del sueño.
Freud menciona que es posible llegar a alguna parte a partir de un elemento singular del
sueño, ya que cada representación onírica puede asociarse con otros pensamientos oníricos.
Sin embargo, a menudo se interrumpe la cadena de asociaciones, y se toma un segundo
elemento. A través de estos "pensamientos intermedios", se componen los "pensamientos
oníricos" que sustituyen al sueño en el análisis.
Se destaca que los elementos oníricos están conectados de manera sorprendente y superficial,
pero también existe un enlace más profundo sometido a la resistencia de la censura. La
censura sólo se dirige a la conexión de dos pensamientos, y su conexión real permanece
oculta. Esto genera un desplazamiento o descentramiento desde una asociación normal hacia
una superficial.
Finalmente, Freud argumenta que los sueños no se conservan fácilmente en la memoria, lo
cual para algunos puede indicar su escaso valor anímico. Sin embargo, él considera que esta
dificultad es una característica intrínseca del sueño y no es ajena a otros procesos psíquicos.
En resumen, el texto explora la función del proceso onírico como cumplimiento de deseos y
producto con sentido. Freud discute el olvido de los sueños, la desfiguración que ocurre al
intentar recordarlos y la resistencia que influye en su formación y recuerdo. También se
aborda la cadena de asociaciones en la interpretación de los sueños y cómo la censura afecta
las conexiones entre los pensamientos oníricos. En general, Freud busca obtener
conocimientos sobre los procesos psíquicos a través del análisis de los sueños.
La regresión:
En este texto, Freud introduce el concepto de regresión en relación con el proceso del sueño.
Explica que el sueño es un acto psíquico impulsado por un deseo que busca cumplirse. Sin
embargo, su apariencia desconcertante y extravagante se debe a la influencia de la censura
psíquica que actúa durante su formación.
Freud utiliza la idea de Fechner de que el escenario de los sueños es diferente al de la vida de
vigilia para desarrollar la noción de una localidad psíquica. Propone la existencia de un
aparato psíquico compuesto por diferentes sistemas o instancias que son recorridos por la
excitación en una serie temporal.
En primer lugar, Freud describe el sistema de percepción como el extremo sensorial del
aparato, encargado de recibir las percepciones del exterior. Cada percepción deja una huella
mnémica, que se registra como un recuerdo duradero en la memoria. Estas huellas se asocian
entre sí, propagando la excitación de un elemento mnémico a otro.
Freud introduce dos instancias psíquicas adicionales en el aparato psíquico: el preconsciente
(PRCC) y el inconsciente (INCC), ubicados en el extremo motor. El preconsciente tiene
acceso a la conciencia bajo ciertas condiciones, mientras que el inconsciente no puede
acceder directamente a la conciencia y debe pasar por el preconsciente para su modificación.
El inconsciente es el punto de partida para la formación del sueño y proporciona su impulso.
Durante el día, la censura impide que la excitación onírica alcance la conciencia, pero durante
la noche, cuando la resistencia disminuye, se abre el acceso a la conciencia y se experimenta
el sueño en forma de alucinaciones.
La regresión en el sueño se refiere al hecho de que las representaciones regresan a la imagen
sensorial de la que alguna vez surgieron. Esta regresión es un efecto de la resistencia que
dificulta que el pensamiento penetre en la conciencia de manera normal.
Freud identifica tres modos de regresión en el sueño: la regresión tópica, que implica un
esquema de los sistemas; la regresión temporal, que implica volver a formaciones psíquicas
más antiguas; y la regresión formal, que implica la sustitución de modos de expresión y
figuración habituales por otros más primitivos.
En resumen, en este texto, Freud introduce la noción de regresión en el sueño y explora cómo
el proceso psíquico del sueño implica una regresión hacia formaciones psíquicas antiguas y
una sustitución de modos de expresión habituales. También se discute la estructura del
aparato psíquico y la influencia de la censura en la formación del sueño.
El despertar por el sueño. La función del sueño. El sueño de angustia:
El sueño es considerado como un acto psíquico impulsado por deseos inconscientes que han
sido sometidos a la censura psíquica durante su formación. Freud propone la existencia de un
aparato psíquico compuesto por diferentes sistemas o instancias, entre los cuales se
encuentran el sistema perceptivo (encargado de recibir las percepciones del exterior) y el
sistema mnémico (que registra las huellas mnémicas).
Freud explica que el sueño implica una regresión, en la cual las representaciones oníricas
retroceden desde escenas o fantasías inconscientes hasta las percepciones sensoriales.
Además, distingue tres modos de regresión en el sueño: tópica (relacionada con la disposición
de los sistemas), temporal (que implica la regresión a formaciones psíquicas más antiguas) y
formal (en la que los modos de expresión y figuración primitivos reemplazan a los
habituales).
El autor también aborda el despertar durante el sueño y su relación con la formación del
sueño. Se menciona que los restos diurnos de la actividad de vigilia y los deseos
inconscientes pueden despertar durante el sueño, lo que afecta la formación del sueño. En la
formación del sueño, participan dos procesos psíquicos diferentes: uno crea pensamientos
oníricos correctos y similares al pensamiento normal, mientras que el otro opera de manera
extraña e incorrecta, siendo este último el "trabajo genuino del sueño".
Freud explica que el primer sistema psíquico busca el desagote libre de excitación,mientras
que el segundo sistema inhibe este desagote. El sueño tiende a alcanzar la satisfacción
anhelada a través de la alucinación o la respuesta motriz. También se menciona la
importancia del principio de displacer en los procesos psíquicos y cómo el primer sistema
psíquico está limitado a desear debido a este principio, mientras que el segundo sistema debe
inhibir las cantidades de excitación.
El autor distingue entre el proceso primario y el proceso secundario. El proceso primario
busca la descarga de excitación y la identidad perceptiva, mientras que el proceso secundario
busca la identidad de pensamiento y se relaciona con la satisfacción anhelada a través de la
respuesta motriz. Estos procesos psíquicos participan en la formación del sueño.
Freud también menciona la represión y su relación con los deseos reprimidos, que a menudo
tienen una naturaleza sexual infantil. Se establece una conexión entre la formación del sueño
y los síntomas histéricos, señalando que el mecanismo psíquico utilizado en la neurosis ya
está presente en el funcionamiento normal del aparato anímico. Freud sostiene que la
interpretación del sueño es una vía importante para comprender lo inconsciente en la vida
psíquica.
En resumen, en este texto Freud explora conceptos fundamentales relacionados con el sueño,
como la regresión, la formación del sueño, los procesos psíquicos involucrados, la represión y
la importancia de la interpretación del sueño para comprender lo inconsciente.
Lo inconsciente y la conciencia. La realidad:
Ahora Freud va a corregir la noción de “dos sistemas” y propone la de “dos procesos o
modos en el decurso de la excitación”. La noción de sistema presupone una localización. Y
desde ella que algo pueda ser “reprimido”, es decir, “desalojado”. Freud se inclina por una
versión dinámica: es la investidura energética la que se impone o retira de un producto
psíquico, no se trata de que este se mueva de un lugar a otro. Evitaremos cualquier abuso de
este modo de figuración si recordamos que representaciones, pensamientos y, en general,
productos psíquicos no pueden ser localizados dentro de elementos orgánicos del sistema
nervioso, sino por así decir, entre ellos, donde resistencias y facilitaciones constituyen su
correlato. Podemos entender este párrafo como el consejo de una desimaginarización y
deslocalización del aparato psíquico en favor de una organización de la red de productos
psíquicos en la cual es su correlato el que asigna las diferencias de valor, al modo que ocurre
con el sistema significante. Por último reclama para lo inconsciente la denominación de lo
psicológico, desmereciendo la primacía que se ha dado a lo consciente. La conciencia queda
para Freud como órgano sensorial de lo psíquico. Para acabar, Freud se pregunta por el valor
ético de los deseos que mueven los sueños. Propone la distinción entre realidad psíquica y
realidad material o fáctica. Con ello aboga por trasladar el juicio moral sobre las obras y
manifestaciones conscientes de los hombres, no sobre sus deseos inconscientes. No sin dejar
de recordar, lo dice claro, que será instructivo tomar conocimiento de tan trozado suelo sobre
el que se levantan, orgullosas, nuestras virtudes.

Continuar navegando

Otros materiales