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Psicologia Juridica Iberoamericana, ed 1 - Gerardo Hernandez

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Psicología
Jurídica
Iberoamericana
AMIGO LECTOR:
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Editorial El Manual Moderno (Colombia), Ltda
Carrera 12-A No. 79-03/15
Bogotá, D.C.
Psicología Jurídica
Iberoamericana
Gerardo Augusto Hernández Medina
Psicólogo y Abogado
Magíster en Derecho Penal y Criminología
Director Científico para Colombia de la 
Asociación Latinoamericana de Psicología Jurídica y Forense. 
Profesor del Centro de Investigaciones, Corporación Universitaria Iberoamericana. 
Miembro de la Sociedad Interamericana de Psicología y del 
Colegio Colombiano de Psicólogos, Bogotá, Colombia
E-mail: psicoger@gmail.com
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Psicología Jurídica Iberoamericana
D. R. ©2011 por Editorial El Manual Moderno (Colombia) 
Ltda.
ISBN: 978-958-9446-37-9
ISBN: 978-958-9446-52-2 (versión electrónica)
 
Editorial El Manual Moderno (Colombia) Ltda.
Carrera 12A No 79 - 03/05
E-mail: info.colombia@manualmoderno.com
Bogotá, D. C., Colombia
Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta pu-
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y el diseño de la portada son marcas registradas 
de Editorial El Manual Moderno, S. A. de C. V.
Hernández Medina, Gerardo Augusto
 Psicología jurídica Iberoamericana / Gerardo Hernández -- 
Bogotá: Manual Moderno, 2011.
 432 p.
 Incluye bibliografías
 ISBN 978-958-9446-37-9 
 ISBN 978-958-9446-52-2 (versiòn electrònica)
 1. Derecho - Aspectos psicológicos 2. Psicología forense I. 
Título
CDD: 614.1 ed. 20 CO-BoBN– a760502
Editor responsable:
Lic. Andrés Julián Gutiérrez E. 
MSc.
Diagramación:
Aristóbulo Rojas Ch.
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VII
Colaboradores
Ps. Ángela Cristina Tapias Saldaña
Psicóloga
Especialista en Mediación y Peritaje Psi-
cológico. Magíster en Psicología Forense
Fundadora y Directora Científica Inter-
nacional Asociación Latinoamericana de 
Psicología Jurídica y Forense. Fundadora 
y docente de la Maestría en Psicología 
Jurídica Universidad Santo Tomás, Bogotá 
Colombia. 
E-mail: angela@psicologiajuridica.org
Gerardo Augusto Hernández Medina
Psicólogo y Abogado
Magíster en Derecho Penal y Criminología
Director Científico para Colombia de la 
Asociación Latinoamericana de Psicología
Jurídica y Forense. Profesor del Centro de 
Investigaciones, Corporación Universitaria 
Iberoamericana. Miembro de la Sociedad 
Interamericana de Psicología y del Cole-
gio Colombiano de Psicólogos, Bogotá, 
Colombia
E-mail: psicoger@gmail.com
Miryam Rivas Pérez
Psicóloga, Abogada
Magister en Análisis Experimental de la 
Conducta. Magister en Derecho del Tra-
bajo, Especialista en Derecho del Trabajo,
Profesora Universidad Central de Venezue-
la. Directora Científica de la Asociación 
Latinoamericana de Psicología Jurídica y 
Forense – Venezuela. Secretaria de la Aso-
ciación Venezolana de Psicología Judicial
Luis Lugo Madriz
Psicólogo, Abogado, Juez Jubilado
Magister en Derecho Mercantil, Espe-
cialista en Derecho Privado. Especialista 
en Docencia Universitaria. Profesor de la 
Universidad Central de Venezuela. Pre-
sidente de la Asociación Venezolana de 
Psicología Judicial
Angela Espósito
Diplomado en Derechos Humanos - ONU
Tesista Pregrado de la Escuela de Psicología
Universidad Central de Venezuela
VIII • Psicología jurídica Iberoamericana
Adriana Espinosa Becerra
Psicóloga
Especialista en Psicología Jurídica Univer-
sidad Santo Tomás
E-mail: adriana.espinosa.forense@gmail.
com
Jorge Erwin Camacho Galindo, Ph.M.
Psicólogo y Abogado
Especialista en Medición y Evaluación, 
Magíster en Filosofía. Docente de funda-
mentos de derecho, Facultad de Psicología 
Pontificia Universidad Javeriana. Docente 
de constitución política y fundamentos 
de investigación Área Socio-humanística, 
Corporación Universitaria UNITEC. 
Docente de ética, Maestría en Psicología 
Jurídica y de investigación. Especialización 
en Psicología Jurídica, Universidad Santo 
Tomás. Director del área de investigacio-
nes de los Posgrados en Psicología Jurídica 
de la Universidad Santo Tomás. Bogotá, 
Colombia. 
E-mail: psi.abo.jcamacho@gmail.com
Roberto Sicard León
Psicólogo 
Universidad Nacional de Colombia. Magís-
ter en Psicología Clínica, Legal y Forense 
Universidad Complutense de Madrid. Do-
cente USTA, UNINORTE, UCATÓLICA, 
FUKL. Universidad Santo Tomas, Bogotá 
Colombia. 
E-mail: robertosicard@gmail.com.
Carlos Roberto Solórzano
Abogado
Especialista en derecho Penal y criminolo-
gía, Magister en Derecho Penal. Profesor de 
pregrado y postgrado de las universidades 
Católica de Colombia y Sergio Arboleda. 
Bogotá, Colombia. 
E-mail: carsolorzano@gmail.com
Raúl Oyuela Vargas
Psicólogo y Magíster en Filosofía
Universidad Santo Tomás. Fundación Uni-
versitaria Sanitas - República de Colombia
Carlos Velázquez
Master en Psicología Internacional en 
Forense
Psicólogo Clínico y Forense. Docente Uni-
versitario de pre y postgrado, Instituto de 
Investigaciones de Ciencias del Compor-
tamiento. Universidad Católica Boliviana 
San Pablo
Roberto Tejero Acevedo
Doctor en Psicología y Psicólogo Forense 
del Tribunal Superior de Justicia de Madrid
Profesor del Master en Psicología Clínica 
Legal y Forense de la Universidad Complu-
tense de Madrid y del Curso de Experto 
en Psicología Forense del Colegio Oficial 
de Psicólogos de Madrid.
David González Trijueque
Psicólogo Forense del Tribunal Superior 
de Justicia de Madrid. Profesor del Master 
en Psicología Clínica Legal y Forense de la 
Universidad Complutense de Madrid y del 
Master de Psicología Forense del Instituto 
Superior de Estudios Psicológicos de Bar-
celona. Tribunal Superior de Justicia de 
Madrid. España. Doctor en Psicología Clíni-
ca, Legal y Forense, énfasis en Mobbing; por 
la Universidad Complutense de Madrid. 
Miembro de la Clínica Médico Forense del 
Tribunal Superior de Justicia de Madrid.
Sabino Delgado Marina
Psicólogo del Trabajo y de las Organiza-
ciones y Jefe de los Servicios Psicológicos 
de la Plataforma de la Comunidad de 
Madrid contra los Riesgos Psicosociales y 
la Discriminación Laboral (PRIDICAM). 
Técnico Superior en Prevención de Riesgos 
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Colaboradores • IX 
Laborales (Especialidad en Psicosociología 
y Ergonomía aplicada). Auditor en Siste-
mas de Prevención.
Eric García López
Doctor en Psicología Clínica, Legal y 
Forense, énfasis en Neurociencia; por la 
Universidad Complutense de Madrid. 
Investigadorde tiempo completo y Con-
sejero de la Comisión para la Defensa de 
los Derechos Humanos. Profesor Titular 
de Neurociencia, Facultad de Derecho y 
Ciencias Sociales, Departamento de Crimi-
nología, Universidad Autónoma de Puebla.
Centro Internacional de Investigación 
en Psicopatología Criminal y Forense 
Universidad Regional del Sureste, De-
partamento de Investigación y Posgrado
E-mail: ericgarcia@psicologiajuridica.org
Dary Lucía Esperanza Nieto Súa
Psicóloga, Master en Psicología Clínica 
y de Familia
Especialista en Psicología Jurídica, Do-
cente Universitaria. 
E-mail: darynieto@usantotomas.edu.co; 
dary.lucia@gmail.com
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XI
Contenido
Prólogo ............................................................................................................... XVII
Presentación ...................................................................................................... XXIII
Capítulo 1
Psicología jurídica: una aproximación conceptual .................................................... 1
Notas ..................................................................................................................... 21
Bibliografía ............................................................................................................. 21
Capítulo 2
Víctimas desde la perspectiva de la psicología jurídica .......................................... 23
Definición de víctima y niveles de victimización .................................................... 24
El enfoque psicojurídico ......................................................................................... 27
Evaluación de la víctima y valoración del daño ....................................................... 33
Dinámicas victimológicas y criminológicas ............................................................. 37
Violencia conyugal ................................................................................................. 39
Incesto ................................................................................................................... 40
Delitos sociopolíticos ............................................................................................. 41
Secuestro ............................................................................................................... 42
Estrategias de afrontamiento en víctimas ................................................................ 43
Bibliografía ............................................................................................................. 48
Capítulo 3
Fundamentos de psicología para abogados ............................................................ 51
Ciencia y psicología ................................................................................................ 52
Conducta y comportamiento ................................................................................. 56
El organismo .......................................................................................................... 58
Escuelas psicológicas .............................................................................................. 59
La psicología moderna ............................................................................................ 68
Psicología jurídica .................................................................................................. 73
Perfil del psicólogo jurídico .................................................................................... 75
Bibliografía ............................................................................................................. 77
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XII • Psicología jurídica Iberoamericana
Capítulo 4
Fundamentos de derecho para psicólogos ............................................................. 79
Leyes jurídicas ........................................................................................................ 81
El poder legislativo ................................................................................................. 82
Las fuentes del derecho .......................................................................................... 83
Principios generales del derecho ............................................................................. 85
Derechos subjetivos y derechos objetivos ............................................................... 88
Los jueces .............................................................................................................. 89
Derecho nacional y derecho internacional .............................................................. 90
Derecho público y derecho privado ....................................................................... 91
Las ramas del derecho ............................................................................................ 92
Rama constitucional ............................................................................................... 92
Rama del derecho civil ........................................................................................... 95
Rama laboral .......................................................................................................... 96
Rama penal ............................................................................................................ 97
Conducta criminal ................................................................................................. 98
Rama administrativa del derecho ......................................................................... 101
Relación del derecho con la psicología ................................................................. 102
Bibliografía ........................................................................................................... 104
Capítulo 5
Derechos humanos y psicología jurídica .............................................................. 105
Concepto de derechos humanos ........................................................................... 106
Diferencias entre derechos humanos y 
derechos constitucionales ..................................................................................... 108
Evolución de los derechos humanos ..................................................................... 110
Los Derechos Humanos en la Edad Antigua ......................................................... 110
Derechos Humanos en la Edad Media .................................................................. 111
Derechos Humanos y siglos XVI, XVII y XVIII ................................................... 112
Las Declaraciones de Derechos Humanos del siglo XIX ...................................... 113
Las declaraciones de Derechos Humanos en el siglo XX ...................................... 113
Derechos humanos y psicología ........................................................................... 116
Psicología jurídica y derechos humanos ................................................................ 120
Propuestas, psicología jurídica y derechos humanos ............................................. 123
Bibliografía ........................................................................................................... 127
Capítulo 6
El secreto profesional en la práctica de la psicología jurídica y forense ............... 129
El secreto profesional, definición .......................................................................... 132
Importancia del secreto profesional ...................................................................... 133
Obligatoriedad del secreto profesional ................................................................. 135
La práctica forense............................................................................................... 147
Bibliografía ........................................................................................................... 151
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Contenido • XIII 
Capítulo 7
Elementos básicos de metodología aplicados a 
la investigación en psicología jurídica .................................................................. 155
Metodología, investigación y conocimiento .......................................................... 156
Lógica de la investigación en psicología jurídica ................................................... 159
Fuentes de conocimiento y esquema de trabajo .................................................... 162
Diseño, técnica o método ..................................................................................... 167
Principales técnicas de recolección de datos ......................................................... 169
Tipos de investigación .......................................................................................... 172
Investigación histórica .......................................................................................... 188
Bibliografía ........................................................................................................... 195
Capítulo 8
La psicología del testimonio ................................................................................. 197
Perspectiva jurídica de los términos: testigo y testimonio ..................................... 198
Percepción y memoria .......................................................................................... 200
Diferencias entre entrevista, valoración psicológica y 
evaluación psicológica forense .............................................................................. 202
Entrevista ............................................................................................................. 203
Valoración psicológica en contexto judicial .......................................................... 206
Evaluación psicológica forense ............................................................................. 207
Protocolos de abordaje de testimonios ................................................................. 209
Entrevista paso a paso .......................................................................................... 212
Guía de Poole y Lamb. Protocolo de Michigan ..................................................... 212
Protocolo NICHD ................................................................................................ 213
Entrevista de Corner House. SATAC-RATAC ...................................................... 213
Entrevista Cognitiva ............................................................................................. 214
Evaluación de la credibilidad y de la validez de las declaraciones ......................... 215
Técnicas psicofisiológicas ..................................................................................... 218
Indicadores no verbales o conductuales del engaño .............................................. 221
Indicadores verbales de la mentira ........................................................................ 224
El control de la realidad (RM) .............................................................................. 228
Bibliografía ........................................................................................................... 229
Capítulo 9
El perito psicólogo y la prueba pericial psicológica: 
fundamento de la eficiencia judicial en Colombia ............................................... 231
El informe psicológico como prueba pericial ........................................................ 233
El perito psicólogo ante la audiencia .................................................................... 235
El interrogatorio y el contrainterrogatorio ............................................................ 236
El psicólogo como testigo ..................................................................................... 237
El consentimiento informado en psicología forense ............................................. 242
Espacios de vinculación ........................................................................................ 244
Consideraciones del informe psicológico forense .................................................. 246
Recomendaciones sobre la prueba pericial psicológica ......................................... 250
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XIV • Psicología jurídica Iberoamericana
El informe psicológico forense ............................................................................. 251
Modelo de informe pericial .................................................................................. 253
Discusión ............................................................................................................. 259
Anexo 1 ............................................................................................................... 261
Anexo 2 ............................................................................................................... 262
Notas ................................................................................................................... 277
Bibliografía ........................................................................................................... 281
Capítulo 10
La valoración de la prueba psicológica en la jurisprudencia penal colombiana ... 283
Prueba psicológica ................................................................................................ 284
Concepto ............................................................................................................. 284
Principios que la rigen .......................................................................................... 284
Principio de pertinencia ....................................................................................... 285
Principio de publicidad ........................................................................................ 286
Principio de inmediación ...................................................................................... 287
Valoración de la prueba psicológica ...................................................................... 288
Conclusiones y recomendaciones ......................................................................... 295
Notas ................................................................................................................... 295
Bibliografía ........................................................................................................... 296
Capítulo 11
Algunos lineamientos conceptuales de las técnicas de recolección 
de información en el contexto de la psicología jurídica ....................................... 297
La entrevista ........................................................................................................ 301
El protocolo o protocolo de prueba ...................................................................... 303
La observación ..................................................................................................... 305
El test o prueba psicológica .................................................................................. 307
Bibliografía ........................................................................................................... 308
Capítulo 12
Maltratadores intrafamiliares. Rasgos y características descriptivas ..................... 309
Identificación del problema .................................................................................. 316
Perfil del maltratador ...........................................................................................316
Edad ..................................................................................................................... 316
Nivel socioeconómico .......................................................................................... 316
Nivel educativo y situación laboral ....................................................................... 316
Actividad laboral o profesional ............................................................................. 317
Estado civil y tiempo de convivencia .................................................................... 317
Tipos de agresor ................................................................................................... 322
Pit bull ................................................................................................................. 322
Cobra ................................................................................................................... 322
Consideraciones finales ........................................................................................ 323
Bibliografía ........................................................................................................... 326
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Contenido • XV 
Capítulo 13
El mobbing desde la perspectiva de la Psicología Jurídica ................................... 327
Marco legal .......................................................................................................... 330
Manifestación del mobbing ................................................................................... 330
Etiología del acoso laboral .................................................................................... 332
Tipología del acoso psicológico en el lugar de trabajo ........................................... 333
El proceso victimológico en el mobbing ................................................................ 334
Los efectos del acoso laboral ................................................................................ 335
Evaluación de la víctima de mobbing .................................................................... 337
Bibliografía ........................................................................................................... 344
Capítulo 14
Psicopatía: características clínicas y prospectivas en la legislación de México ...... 347
Aproximación al concepto psicopatía ................................................................... 348
Características clínicas de la psicopatía ................................................................. 352
Repercusiones jurídicas y forenses, consideraciones finales ................................... 354
Notas ................................................................................................................... 360
Bibliografía ........................................................................................................... 361
Capítulo 15
La valoración de la prueba psicológica en la jurisprudencia penal mexicana ....... 363
Algunos antecedentes del vínculo entre 
ley y comportamiento humano ............................................................................ 365
La prueba pericial en psicología y 
la jurisprudencia en méxico .................................................................................. 366
Consideraciones finales ........................................................................................ 369
Bibliografía ........................................................................................................... 370
Capítulo 16
Los métodos alternativos de solución de conflictos, 
una alternativa para los procesos contenciosos en América Latina ...................... 371
¿Qué son los MASC? ........................................................................................... 373
Clasificación de los MASC ................................................................................... 374
La conciliación ..................................................................................................... 376
La mediación ....................................................................................................... 379
Historia de los MASC en Latinoamérica .............................................................. 380
La justicia restaurativa y los MASC ...................................................................... 382
El psicólogo jurídico en el campo 
de la mediación y la conciliación .......................................................................... 388
Principales funciones ............................................................................................ 388
Marco jurídico de los MASC ................................................................................ 390
Consideraciones finales ........................................................................................ 395
Bibliografía ........................................................................................................... 396
Índice analítico .................................................................................................... 399
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XVII
Prólogo
El ser humano, en su proceso evolutivo pasó de la horda primitiva, caótica, salvaje 
y dominada por el más fuerte, a una sociedad organizada jurídicamente. Ese paso 
marcó un hito en la historia de la humanidad. Ya los conflictos entre los asociados 
no estaban mediados por la imposición de la voluntad del más fuerte, sino por 
reglas claras, inmutables, que posibilitaran la vida en sociedad bajo parámetros de 
coexistencia pacífica. 
No se puede determinar un momento histórico que haya marcado la ruptura 
epistemológica entre la horda primitiva, salvaje, y el nacimiento del derecho. En 
ejercicio especulativo se podría argumentar que los conflictos entre los miembros 
de estas insipientes sociedades, que posiblemente llevaron a poner en peligro la 
misma existencia del hombre, los obligó a que se propusieran reglas claras para 
la convivencia en sociedad. El ser humano no tenía ninguna otra opción: o se or-
ganizaba bajos reglas que permitieran la coexistencia, o se condenaba a una vida 
de contante conflicto. En ese sentido, el derecho se convierte en la luz que, en la 
oscuridad del caos primigenio, ilumina la posibilidad de la vida en sociedad. 
Con la invención de la escritura, el hombre logró otro paso significativo dentro 
de su proceso como ser social. Las normas, que seguramente pasaban de generación 
en generación por tradición oral, ahora ya se podían escribir, pero para que nadie 
alterara la ley, estas tendrían que ser esculpidas en piedra para que nadie, ni el rey 
de turno ni el paso del tiempo, pudieran modificarlas. Ejemplos de ello los tenemos 
en el código de Hammurabi, escultura en piedra que recogía las normas relaciona-
das con los deberes y las consecuencias de su inobservancia y la Tabla de los Diez 
Mandamientos de la Ley Judía, también esculpida en piedra por el mismo Dios y 
dada a Moisés, entre otros antiguos códigos.
Para los seres humanos fue más sencillo empezar a reconocer los deberes que 
los derechos de las personas, y ello se explica en que fue a partir de los deberes, el 
deber de respetar la vida, los bienes y la honra de las personas que se pudo transitar 
por el camino de la convivencia pacífica. Empero, el reconocimiento de los deberes 
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XVIII • Psicología jurídica Iberoamericana
llevaba implícito el reconocimiento de los derechos. En ese sentido, los deberes 
fueron explícitos y los derechos implícitos. Sin embargo, la ley tendía a favorecer al 
más fuerte, alos reyes y nobles, al fin y al cabo ellos poseían la fuerza para hacerla 
cumplir según sus propios intereses.
Fue hasta las grandes gestas revolucionarias motivadas por el avance del pen-
samiento científico, el fin del Oscurantismo y el Renacimiento que se empiezan 
a reconocer los derechos de las personas, y entre estos, los relacionados con el 
debido proceso en litigios de carácter penal. Así como fue largo el proceso para 
la tipificación de los deberes, largo ha sido el proceso para brindar garantías a las 
personas que son acusadas de faltar a los derechos sociales. De la voluntad del rey 
se pasó a los procesos inquisitivos y de estos a los adversariales. Juzgar y condenar 
a los hombres incursos en posibles delitos ya no dependía de la voluntad soberana 
ni de la divina, ahora dependía de las condiciones propias derivadas de procesos 
donde se reconstruía la verdad a partir del ejercicio probatorio. El juez solicitaba 
la prueba y con ella, impartía justicia: “Dadme la prueba que yo os daré el derecho”, 
reza la máxima jurídica.
Nace así un derecho penal que pretende rodear de garantías al procesado, em-
pero, pareciera que el derecho olvidara que a quien se juzga es a un ser humano, 
un ser con pensamientos y emociones, un ser dotado de la capacidad de razonar, 
de amar, de odiar. Un ser capaz de las más grandes gestas altruista, pero al mismo 
tiempo, un ser con la capacidad de la autodestrucción, no sólo de sí sino de sus 
congéneres. Frente a un ser así, al derecho no le quedó otra alternativa que, al 
momento de juzgar sus conductas reprochables y punibles, estas fueran vistas 
bajo las circunstancias de tiempo, modo y lugar. De alguna manera, el juez se 
quitaba la venda impuesta por Temis para mirar al ser humano en toda su dimen-
sión. Pero el juez, hombre al fin y al cabo, no cuenta con todas las herramientas 
para determinar las circunstancias de tiempo, modo y lugar de la comisión de una 
conducta catalogada como delito, por ello se tuvo que apoyar en la ciencia que se 
acerca tímidamente, como coadyuvante, y en la medida de que el juez pareciera 
no poder tomar decisiones solo, la ciencia pasa a ser un litisconsorte necesario, no 
como parte dentro del proceso, sino como factor fundamental para la toma de 
la justa decisión. 
La biología, la física, la medicina, la química, entre otras disciplinas científicas, 
hacen su aporte para el esclarecimiento de los hechos materia de Litis en sede pe-
nal, y dentro de tales disciplinas científicas está la psicología. 
La psicología, cuyo objeto de estudio es el comportamiento humano, es la cien-
cia llamada a contestar la pregunta de por qué el ser humano se comporta como 
lo hace. Y dentro de toda la gama de comportamientos del ser humano está el 
criminal. Desde ese punto de vista, la psicología llegó al derecho con el ánimo de 
ilustrarlo en las profundidades de la psiquis humana, en la génesis de su motiva-
ción, de ayudar al juez a desentrañar las motivaciones de la acción criminal, y llegó 
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Prólogo • XIX 
para quedarse. El objetivo que se ha planteado la psicología es dotar al proceso de 
las herramientas e instrumentos psicológicos que le permitan al juez la toma de de-
cisiones justas, objetivas y acordes con las variables psicológicas de los involucrados 
en el proceso judicial.
Siguiendo en sede penal, la psicología hace sus aportes en la evaluación del 
sujeto activo por posible inimputabilidad general o transitoria; en la evaluación 
del testimonio, tanto de adultos como de menores de edad, y en general, con la 
evaluación de los trastornos psicopatológicos relacionados con la conducta punible: 
También hace sus aportes en el esclarecimiento del delito emocional, así como en 
los relacionado con la cultural del sujeto activo de la acción criminal. Otro gran 
aporte de la psicología en sede penal se da en la evaluación del sujeto pasivo en de-
litos sexuales, con y sin secuelas biológicas y la evaluación de la conducta criminal 
en general.
Por otro lado, la psicología hace un aporte significativo en la preparación del 
testigo, tanto de cargo como de descargo, en la asesoría al abogado para la escogen-
cia del jurado de conciencia en los procesos donde esta figura opera; presta asesoría 
al abogado en la formulación de la teoría del caso que pretende hacer valer en jui-
cio. Adicionalmente, el psicólogo se ha constituido en testigo experto y en testigo 
de refutación, figuras sub generis en los procesos adversariales.
Una de las quejas que se le hace al derecho penal es que todas las garantías 
procesales se centran en el sujeto activo de la acción, descuidando al pasivo, a la 
víctima. En ese sentido, la psicología se está erigiendo como reivindicadora de la 
víctima. Es así como otro de los grandes aportes que hace la psicología al derecho 
es la evaluación del maltrato y del daño psicológico en la víctima y en la cuanti-
ficación dineraria de éste, y como facilitar en procesos de reconciliación y justicia 
restaurativa. También hace su aporte en la preparación de las víctimas en el inci-
dente de reparación. 
Asimismo, se ha de mencionar el gran aporte en materia de la investigación de 
las causas de muerte cuando ésta está en duda. Para los psicólogos, los cadáveres 
hablan. Es a partir de los aportes de la psicología que hoy se habla de autopsia 
psicológica.
El aporte de la psicología al derecho penal se ha irradiado a todas las demás 
áreas del derecho. Hoy es común la intervención del psicólogo en los estrados judi-
ciales civiles donde se debate sobre el régimen de incapacidades, en la interdicción 
por disipación, en la interdicción negocial por incapacidad absoluta y relativa, en 
la capacidad testamentaria, en la impugnación del testamento por incapacidad del 
testador, en el internamiento psiquiátrico voluntario e involuntario, así como en la 
asesoría en acuerdos prenupciales. 
También es significativo el aporte de la psicología en Litis sobre custodia com-
partida, régimen de visitas, en la privación de la custodia del menor por condiciones 
relacionadas con el comportamiento de quien tiene la custodia, o en la privación 
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XX • Psicología jurídica Iberoamericana
de la patria potestad relacionada con la psicología de quien la pierde, entre otros 
grandes aportes. 
En los estrados judiciales donde se debaten conflictos laborales, la psicología ha 
hecho sus aportes en lo relacionado con la valoración del daño psicológico y de la 
psicopatología relacionada con la actividad laboral, en la valoración del estrés labo-
ral (burn out), y de la enfermedad profesional. En la valoración de las incapacidades 
laborales relacionadas con el factor psicológico y del acoso laboral (mobbing), entre 
otros grandes aportes.
En los procesos relacionados donde están involucrados los menores de edad, el 
aporte de la psicología es determinante en la evaluación del comportamiento diso-
cial y del negativismo desafiante, condiciones premórbidas para un trastorno anti-
social de la personalidad, en la credibilidad de sus testimonios, en la evaluación del 
menor cuando ha sido maltratado y en general, en la evaluación y diagnóstico de 
los estados psicopatológicos de menor de edad relacionados con el ámbito forense.
Este significativo aporte de la psicología al derecho no se circunscribe solamen-
te al ámbito forense, su influencia y aportes también han impactado en las políticas 
criminales del Estado, en las políticas relacionadas con la reeducación y adaptación 
al medio normativo de los infractores a la ley penal y en las políticas relacionadas 
con la problemática de algunos sectores juveniles. Asimismo, la influencia de la psi-
cología ha llegado a los Parlamentos donde se impacta en la formulación de leyes 
relacionadas con la salud mental. En los países en conflicto, la psicología ha hecho 
sus aportes en la recuperación de la víctimay readaptación del victimario, entre 
otros muchos.
La psicología llegó al derecho y lo impactó de tal manera que, desde los jueces 
de menor jerarquía hasta las altas cortes, están solicitando la asesoría psicológica 
para la sabia y justa decisión. Empero, el impacto de la psicología al derecho no se 
dio por generación espontánea ni por accidentes casuales, se dio porque los juristas 
entendieron la importancia de la psicología y porque los psicólogos entendieron la 
importancia del derecho. Nace así una nueva subespecialización de la psicología, la 
jurídica. Los psicólogos entendieron que para poder ser un coadyuvante efectivo en 
los procesos en las diferentes sedes del derecho, tenía que acercarse a su estudio, a 
sus ritualidades y protocolos y entendieron que no basta con ser psicólogo, hay que 
ser un estudioso del derecho.
Para asumir la empresa de la formación de los psicólogos jurídicos, abogados y 
psicólogos de distintas especialidades unieron esfuerzos y nace por todo el mundo 
una nueva profesión, la del psicólogo jurídico. El mundo jurídico y psicológico 
hispano no fue ajeno a esta dinámica. En los países iberoamericanos, la psicología 
jurídica ya ha ganado un sitial propio, con una identidad que le permitió definir 
su objeto de estudio, sus teorías descriptivas y explicativas y su metodología de 
abordaje, siendo una de las subespecialidades de la psicología que mayor impacto 
ha generado en las últimas décadas. 
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Prólogo • XXI 
El trabajo que hoy se presenta al lector es una muestra de ello. Este libro, Psi-
cología Jurídica Iberoamericana muestra los aportes de esta disciplina científica a 
partir del trabajo de un grupo de connotados profesionales, psicólogos unos, aboga-
dos otros (y psicólogos y abogados otros) que han unido esfuerzos para proveer al 
mundo hispano de un texto actualizado y escrito en su idioma.
Son muchos los psicólogos y abogados que han entendido la dinámica de la 
psicología jurídica y que han entregado su vida académica, profesional y personal 
al servicio de la noble causa de impartir justicia. A ellos, muchas gracias, sus aportes 
de alguna manera se ven reflejados en esta obra.
Los autores de los diferentes capítulos de la presente obra, todos grandes y des-
tacados profesionales, que no han llegado a la psicología jurídica por accidente, al 
contrario, muchos de ellos son pioneros de la psicología jurídica en sus respectivos 
países. Son profesionales que además de estar desarrollando una labor academica, 
investigativa y docente, son además asiduos visitantes de los espacios judiciales 
como peritos, como consultores, como investigadores, como conciliadores y aboga-
dos en cualquiera de sus manifestaciones. Es decir, no sólo son reconocidos teóricos, 
sino connotados profesionales. En todos y cada uno de los autores, el lector encon-
trara un profesional que se ha destacado en su práctica profesional, lo que le permi-
te no sólo el conocimiento teórico sino práctico de la psicología jurídica, y hace que 
la nueva obra que se presenta inicie con una aproximación conceptual para ir luego 
recorriendo todos los campos de aplicación de esta fascinante subespecialización 
de la psicología: la psicología jurídica, herramienta imprescindible para psicólogos, 
abogados, fiscales, jueces y en fin, para todo operador judicial.
Gerardo Hernández
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XXIII
Presentación
La psicología jurídica ha venido ganando espacios de manera agigantada en los 
últimos años en América Latina y en España, como consecuencia y dedicación de 
muchos psicólogos y abogados que han visto la necesidad de un trabajo sistemá-
tico, válido y confiable de los psicólogos en asuntos judiciales. No es extraño para 
los abogados contar con los servicios que prestan los psicólogos en determinados 
asuntos judiciales, que van desde la acreditación y veracidad de un testigo, hasta 
determinar la capacidad jurídica de las personas para hacer negocios comerciales, 
pasando por el peritaje forense.
La descripción, explicación, predicción y control de la conducta humana en 
ambientes judiciales y con consecuencias jurídicas se ha convertido en una subes-
pecialización de la psicología de gran acogida, al punto que en menos de una dé-
cada se han creado en el mundo hispanoparlante, especializaciones y maestrías en 
esta área de la psicología. Una de las consecuencias de esta dinámica ha sido que los 
psicólogos hacen sus aportes en los ambientes judiciales sin perder su esencia como 
psicólogos, es decir, no asumen comportamientos propios de los abogados, sino que 
desde la psicología hacen aportes a las problemáticas que le surgen al derecho y a 
los abogados, y con ellos, a la justicia. La psicología, en ese sentido, es llamada por el 
derecho para que haga sus aportes en el campo jurídico, permitiéndole al operador 
judicial la toma de decisiones más justa y equitativa.
Uno de los campos de acción de la psicología jurídica que mayor fuerza ha 
tomado ha sido el forense. En los estrados judiciales penales hispanohablantes es 
común la participación del psicólogo como perito en una variedad de asuntos tales 
como la credibilidad de un testigo, el análisis de personalidad del imputado y de su 
acusador, el estudio de posibles causales eximentes de la responsabilidad penal por 
incapacidad mental permanente o transitoria, o en la determinación de causales 
psicológicas que permitan atenuar la pena. Situación similar se encuentra en los 
estrados judiciales civiles donde el concurso del psicólogo es determinante para la 
toma de decisiones tales como adopciones, interdicciones por disipación, capacidad 
de los padres para la tenencia de los hijos menores de edad, etc. En el estrado labo-
ral su concurso es concluyente para determinar acoso laboral y estrés relacionado 
con la actividad profesional del empleado, entre otros influyentes aportes.
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XXIV • Psicología jurídica Iberoamericana
 Por otro lado, la determinación y cuantificación del daño sufrido por las vícti-
mas del injusto penal, también es labor del psicólogo jurídico, de la misma manera 
que lo es para el asesoramiento en asuntos susceptibles de conciliación. Y no sólo 
es en la conciliación donde la intervención del psicólogo jurídico es determinante, 
también lo es en los demás mecanismos de solución alternativa de conflictos.
Como se puede apreciar, la actividad forense es uno de los campos de mayor 
acogida por los psicólogos jurídicos, pero no es el único. Estos profesionales tam-
bién son valorados como asesores jurisprudenciales y legislativos, lo mismo que 
como evaluadores y asesores en el campo penitenciario y en las políticas criminales 
del Estado. 
 Donde haya necesidad de describir, explicar, predecir y controlar el compor-
tamiento humano en ambientes judiciales y con consecuencias jurídicas, allí esta-
rá un profesional de la psicología. Sin embargo, no todos los psicólogos estarían 
en condiciones de desarrollar estas actividades. El psicólogo jurídico requiere de 
competencias bien definidas que le permitan el desarrollo de esta actividad con 
el máximo de eficiencia y el mínimo margen de error. De la misma forma como 
al médico se le exige una formación posgradual en medicina forense para poder 
fungir como médico forense, al psicólogo que pretenda prestar sus servicios en los 
ambientes judiciales también se le exige una estricta formación posgradual.
El presente libro, Psicología Jurídica Iberoamericana, le permite al lector in-
teresado una visión general de la psicología jurídica y de los distintos campos de 
acción donde los psicólogos jurídicos prestan sus servicios. Sabedores de que la 
psicología jurídica es tema de interés para los abogados y para los psicólogos,el 
texto empieza con una descripción conceptual de lo que es la psicología jurídica, 
sus alcances y limitaciones. El libro también le presenta al lector no psicólogo un 
capítulo donde se conceptualiza el término psicología, sus orígenes y principales 
escuelas de pensamiento, haciendo énfasis en que la psicología jurídica hunde sus 
raíces en la ciencia y no en la especulación filosófica. En complemento, al lector no 
abogado se le presenta un capítulo donde se exponen las distintas definiciones de 
derecho, sus fuentes y principios, haciendo claridad en las distintas ramas del dere-
cho. Con estos tres capítulos introductorios, el lector cuenta con las herramientas 
para el ingreso a un mundo fascinante: la psicología jurídica. 
Gerardo Hernández
Centro de Investigaciones Corporación Universitaria Iberoamericana
Bogotá, D.C., Colombia
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Psicología Jurídica: 
una aproximación conceptual1
Ángela Tapias 
Gerardo Hernández 
La psicología, entendida como la ciencia que describe, explica, predice y controla 
el comportamiento (Sinzer, 1987), se entrecruza con numerosos campos del co-
nocimiento tales como la biología, las matemáticas, la medicina, la antropología, la 
política, la economía, la sociología, y, entre ellas, el derecho. En cada una de esas 
intersecciones se genera un intrincado acervo de conocimientos, fruto del afronta-
miento de los problemas específicos que allí se debaten. A la intersección entre el 
conocimiento psicológico y el jurídico se denomina Psicología Jurídica (PJ). 
A pesar de las respuestas de algunos autores (Clemente, 1995, entre otros), 
cabe la pregunta ¿existe la Psicología Jurídica como disciplina autónoma? ¿Es sólo 
un ámbito de actuación o es realmente un área de especialización de la Psicología? 
¿Puede erigirse realmente como ciencia porque cuenta con un objeto de estudio 
particular, una metodología y un corpus teórico propio? 
Otros cuestionamientos que permiten ahondar en la reflexión: ¿qué debe saber 
el administrador de justicia acerca del comportamiento humano?, ¿los profesiona-
les de la psicología saben qué necesitan los juristas y sus usuarios?, ¿somos asesores 
para la justicia o para el Estado o para los administradores de justicia o para los 
usuarios?, ¿el profesional de la psicología jurídica y forense propende porque se 
cumpla la ley o porque se fomente la convivencia pacífica?, ¿es función de la psi-
cología apoyar la represión de los delitos?
Se plantean estos cuestionamientos porque con frecuencia se ha concebido la 
PJ como una aplicación asistencialista de la psicología en el ámbito del derecho, 
pero carente de fundamentación epistemológica y de autonomía filosófica. El ele-
mento epistemológico es el principal cuestionamiento que los psicólogos jurídicos 
deben absolver para no caer en lo predicho por Lakatos, citado por Vaquera (2006) 
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2 • Psicología jurídica Iberoamericana
quien señaló: “El científico se mueve naturalmente como pez en el agua en la cien-
cia de su especialidad, pero en lo tocante al saber sobre la ciencia, la epistemología, 
muchos científicos saben tan poco como los peces de hidrodinámica”. (§. 6) 
La psicología jurídica más que un hacer, puede constituirse como un pensar, 
como un posicionamiento social y filosófico que por supuesto se concreta en un 
actuar consecuente con esa reflexión, pues el hacer sin plantearse un fin ulterior 
resulta vacuo, así como el pensar sin actuar resulta idealista. 
Los psicólogos jurídicos como expertos en el comportamiento humano, están 
llamados a proponer soluciones viables, integrales, eficaces, y no solamente repre-
sivas, a los problemas conductuales con consecuencias jurídicas que presentan las 
personas naturales. A la psicología jurídica no le interesa el comportamiento hu-
mano por sí solo, sino aquel que tiene consecuencias jurídicas. Por otro lado, la 
psicología jurídica está llamada a cooperar con la justicia, que con frecuencia no 
tiene nada que ver con el derecho, a darle el toque humano al frío y rígido sistema 
judicial; a cuestionar las normas, sus principios y su eficacia, a fomentar la respon-
sabilidad prosocial no solamente de las personas directamente implicadas sino de 
los estamentos gubernamentales y de la sociedad en general. Sin caer en una par-
simonia vulgar, el ideal de la psicología jurídica es fomentar la justicia social y la 
humanización de lo jurídico. En ese sentido, y en sede del derecho penal, Gómez 
(2004) señaló: 
Juzgar al hombre sin comprender sus móviles, las poderosas fuerzas que se mueven 
en las profundidades de su psicología, es una grave forma de inequidad. De esta 
manera, premisa fundamental y necesaria de la justa decisión, tiene que ser el co-
nocimiento y la valoración en su justa medida, de los resortes motivacionales de la 
acción. (p. X).
Este preámbulo no pretende resolver estos cuestionamientos, asunto que ame-
rita el debate y la construcción colectiva de la comunidad latinoamericana de psi-
cólogos jurídicos, solo se plantea proponer al lector la pregunta epistemológica y 
ética como una brújula orientadora de la psicología jurídica, así como motivar al 
quehacer filosófico propio de la psicología jurídica para América Latina. 
En consecuencia, la psicología jurídica es una subespecialización de la psicolo-
gía, que como ciencia, describe, explica, predice y controla el comportamiento hu-
mano, y cuyo objeto de estudio es el comportamiento humano con consecuencias 
jurídicas. De la misma forma que al derecho solo le importa lo humano en tanto 
entidad jurídica (Baena, 2000), a la psicología jurídica le interesa, como su objeto 
epistemológico, el ser humano y su comportamiento cuando se evidencia en am-
bientes judiciales y con consecuencias en el mismo.
Los psicólogos jurídicos pueden adentrarse en el desafío filosófico, conceptual y 
metodológico partiendo de un nivel avanzado. Como se expondrá a continuación, 
en el campo internacional se ha avanzado en la construcción epistemológica de 
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Psicología Jurídica: una aproximación conceptual • 3
la psicología jurídica. En ese sentido, a los psicólogos jurídicos cabe recordarles la 
sentencia de Isaac Newton “He visto más lejos porque me he parado sobre los hom-
bros de los gigantes”. Los psicólogos jurídicos pueden, y deben, hacer una lectura 
crítica constructiva de los desarrollos históricos y conceptuales de la PJ que se han 
dado en el mundo entero, que les de herramientas teóricas, conceptuales y meto-
dológicas que les permitirá una mejor fundamentación para enfrentar las críticas y 
cuestionamientos que se le hace a los psicólogos jurídicos, tales como que su papel 
consiste en resolver aquello que se les pregunta, no en cuestionarlo. O que la PJ es 
apenas una rama auxiliar del derecho.
Las premisas teóricas, conceptuales y metodológicas de la psicología jurídica 
son foráneas a nuestras latitudes, se pueden ubicar en Italia, Estados Unidos, España 
y Alemania, no obstante todos sus frutos han fundamentado su difusión en Amé-
rica Latina, pero es necesario realizar una “inculturación” del conocimiento psico-
jurídico al contexto latinoamericano. Los aspectos psicológicos y jurídicos están 
fuertemente matizados por el elemento cultural, pues así como varía la expresión 
de emociones entre una cultura y otra, así las normas y los conflictos difieren de-
pendiendo del contexto sociocultural en el que se desarrollen; v.g. la pena de muer-
te es una sanción legal en unos países y no en otros, la infidelidad a los deberes con-
yugales es un delito en unos países y en otros no, etc. Este hecho se reafirma cuando 
recordamos que el derecho tiene, entre otras fuentes, la costumbre, la cual alcanza 
un desarrollo distinto en cada país.Aunque el derecho occidental, por sus raíces 
grecorromanas parezca similar, en cada país y en cada región existen diversidades 
históricas, culturales, étnicas y religiosas, que hacen que, a pesar de la similitud, los 
ordenamientos jurídicos no sean iguales. Ejemplo de lo anterior se da en América 
Latina con la prevalencia de numerosas etnias indígenas, que han avanzado en la 
reivindicación de sus derechos, e incluso cuentan con jurisdicciones especiales, tal 
como lo prescribe el artículo 246 de la Constitución Política de la República de 
Colombia, el cual dice que las autoridades de los pueblos indígenas podrán ejercer 
funciones jurisdiccionales dentro de su ámbito territorial, de conformidad con sus 
propias normas y procedimientos, siempre que no sean contrarios a la Constitución 
y leyes de la República. De manera que un contexto social particular demanda una 
epistemología propia, así como una crítica y aporte al sistema político que pueda 
incidir en prácticas psicojurídicas más justas. 
En el ámbito latinoamericano hay un creciente interés por la construcción de 
conocimiento propio, denotado en los esfuerzos de la Asociación Latinoamericana 
de Psicología Jurídica y Forense que además de difundir y agremiar se ha dedicado 
a descentralizar y despresencializar el conocimiento en psicología jurídica y plasma 
sus avances en el sitio web www.psicologiajuridica.org que convoca a varios miles 
de profesionales latinoamericanos en el intercambio de conocimiento. Esta asocia-
ción se destaca por realizar congresos anuales virtuales desde 2003 asequibles para 
todo aquel que pueda acceder a la red de internet, las primeras versiones contenían 
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4 • Psicología jurídica Iberoamericana
solo escritos y las últimas han incluido la versión de videoconferencias. También 
hay que mencionar los aportes de la Asociación Iberoamericana de Psicología Jurí-
dica, que con el impulso de la sección de psicología jurídica del Colegio Oficial de 
Psicológos español ha difundido y agremiado a los profesionales, especialmente a 
través del congreso bianual.
Teniendo presente esta matización del elemento cultural, que induce a argu-
mentar que la psicología jurídica y forense no es universal, sino que debe ser es-
pecífica para cada contexto social, se pueden abordar los elementos comunes y la 
relación existente entre el derecho y la psicología, partiendo del hecho de que am-
bas disciplinas tienen como objetivo el estudio del comportamiento humano, (Urrá 
y Vázquez, 1993) que les permite clasificarse como ciencias sociales y humanas. 
Ambas se proponen explicar e intervenir en la conducta, especialmente en la que 
genera consecuencias sociales. 
Siendo la psicología la ciencia que describe, explica, predice y controla el com-
portamiento (Zinser, 1986) y el derecho el conjunto de normas jurídicas que re-
gulan el comportamiento humano (Carnelutti, 1998), puede concluirse, tal como 
lo señala Clemente (1995), que ambas son mecanismos de control social, siendo 
éste, según Homans (sf) (citado por Rico 1995) “el proceso por el cual se logra la 
conformidad de los individuos al sistema mediante la aquiescencia o sumisión a la 
norma”, razón por la cual incluye según Pitts (sf) citado por Rico, (1995) la defi-
nición de lo socialmente correcto, la sanción de los comportamientos no deseados 
y el reforzamiento positivo mediante premios de las conductas socialmente acep-
tables, la modificación de patrones sociales con el fin de permitir la adaptación de 
ciertas conductas marginales, concepto que no debe entenderse como sinónimo de 
represión o instrumento de dominación. 
No obstante la sumisión a la norma es criticada, ya que es exactamente la 
manera de cometer abusos por parte de quienes detentan el poder y tienen ca-
pacidad de legislar con intereses particulares, situación constante en América La-
tina. Por tanto más que obediencia ciega a la ley se requiere construirla crítica y 
socialmente y aceptarla con un sentido altruista. Así la Psicología Jurídica, retoma 
el Pacto Social el cual nace de la necesidad de evitar el caos relacional y por ello 
da a luz una regulación de la convivencia de los seres humanos que interactúan 
en sociedad que desemboca en el Control Social. Aceptado el hecho de que el 
control social es necesario, debemos pensar quién debe ejercerlo y la respuesta 
obvia según Cunill (1997), es la propia sociedad la que debe hacerlo en prime-
ra instancia. De manera que a todos los seres humanos como profesionales del 
comportamiento o como personas naturales nos compete también esta tarea de 
coadyuvar al control social de manera formal e informal.
Por otro lado, tanto la psicología como el derecho parten del principio de que 
el ser humano elige como comportarse y es responsable de ello. La función cognos-
citiva y volitiva del hombre le permite escoger, dentro de un menú de posibilidades 
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conductuales, llevar a cabo la conducta que mejor se ajuste a las condiciones y 
necesidades motivacionales. Adicionalmente, psicología y derecho presuponen que 
el sujeto puede decidir relacionarse de una manera más prosocial o se le puede di-
suadir de una conducta contraria, partiendo de la evidencia de que el ser humano 
puede modificar sus conductas (Urrá y Vázquez, 1993).
Sin embargo, para la psicología el libre albedrío no es un asunto simple, ya que re-
conoce los múltiples condicionamientos que influyen en la elección de una respuesta 
conductual determinada. La psicología reconoce las variables biológicas, psicológicas, 
sociales y culturales en la determinación del comportamiento (Ardila, 1993). Aun 
así, comparte con el derecho la tesis de que el ser humano es responsable de sus ac-
tos, que es un organismo que aprende, que elige y que cada vez puede comportarse 
de manera más o menos prosocial. 
Además de las convergencias antes descritas, se advierte que entre la psico-
logía y el derecho existen importantes diferencias, que son las que permiten que 
cada una de estas disciplinas tenga un desarrollo independiente. El derecho por 
su lado hace énfasis en la regulación de la conducta, en tanto que la psicología se 
centra en describirla, explicarla, predecirla y controlarla, siendo las dos primeras 
la base central del conocimiento psicológico. En términos fácticos, si se captura 
a una persona que ha cometido homicidio, el objetivo del derecho será funda-
mentalmente sancionarlo una vez analizadas las circunstancias de tiempo, modo 
y lugar y determinada la responsabilidad jurídica de la acción (sin intervenir en 
las circunstancias que pudieron desencadenar el ilícito). En esa misma situación 
fáctica, el objetivo de la psicología con la misma persona que ha cometido el 
homicidio, una vez establecida su responsabilidad penal, será establecer, a partir 
de un proceso evaluativo que permita un marco explicativo de la conducta delic-
tual (un diagnóstico explicativo y con base en las causas) el inicio de un plan de 
intervención y prevención individual, micro y macro social, teniendo como base 
las variables desencadenantes de la conducta criminal, y la de mantenimiento si 
la hubiere. En ese sentido, la psicología jurídica, jurídica en tanto su intervención 
es el ambiente jurídico, propende por el “deber ser” de las personas, con miras a 
fomentar la convivencia pacífica. En ese sentido, la psicología jurídica responde 
tanto a problemas individuales como sociales, (en contextos y con implicaciones 
jurídicas). 
Una aproximación conceptual a la psicología jurídica evidencia elementos con-
vergentes y divergentes entre psicología y derecho. No podría ser de otra forma en 
tanto que psicología y derecho responden a marcos de referencia conceptuales y 
epistemológicos distintos. Lo que hace la psicología jurídica es determinar conec-
tores que indican una interrelacióne interdependencia. El derecho se nutre de los 
supuestos de las leyes naturales que regulan el comportamiento humano, de ahí la 
necesidad que tiene el derecho de la psicología. Por su parte, la psicología, por sí 
misma, no bastaría al momento de regular conductas violentas o peligrosas sin los 
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6 • Psicología jurídica Iberoamericana
presupuestos legales que le brinda el derecho. Esta recíproca relación fue descrita 
por Muñoz-Sabaté (1975) con los conectores “para”, “en”, “del”, argumentando que 
la psicología puede significar una ciencia auxiliar “para” el derecho, una disciplina 
que ofrece fundamentos psicológicos “en” el derecho y un campo de conocimiento 
y aplicación necesario para la puesta en marcha “del” derecho.
Sin embargo, el papel de la psicología jurídica vista como una auxiliadora para, 
en y del derecho, no es en modo alguno pasiva. La psicología jurídica está en contra 
de algunos de los instrumentos jurídicos que ostenta el poder político que se vale 
del derecho, como por ejemplo las leyes, para sus fines egoístas. (Es decir que la 
psicología jurídica debe ser critica y propositiva del derecho). En ese sentido no 
debe confundirse el derecho con la ley, y menos aún con la justicia. Suponer que la 
psicología jurídica podría estar en contra del derecho demuestra una supina igno-
rancia de los presupuestos filosóficos y epistemológicos del derecho al confundirlo 
con la ley. Las leyes antisemitas que caracterizaron al régimen nazi no tenían nada 
que ver con el derecho, y menos con la justicia. El derecho propende por la justicia 
teniendo como instrumento leyes justas. Sin embargo se puede expedir leyes injus-
tas amparadas por supuestos de derecho. Es en contra de estos supuestos legales, 
contrarios a la justicia, que la psicología jurídica debe anteponer su criterio. 
La psicología jurídica parte de una función social, uno de cuyos derroteros 
consiste en develar, criticar y destruir los elementos ideológicos y praxiológicos 
propios de una clase dirigente corrupta enquistada en el estado (del Estado y sus 
aparatos) con el fin de lograr las condiciones de justicia social hacia una sociedad 
justa, equitativa e incluyente. Quizás la combinación de estos conectores “de” “en” 
y “para”, daría cuenta de una excelente interrelación de la psicología en, del y para 
el derecho y en contra de los que se valen de éste, quienes ostentando el poder 
político y de la fuerza de las armas legítimas del Estado, y a partir de algunas leyes 
jurídicas buscan beneficios egoístas contrarios a derecho.
La relación entre psicología y derecho también es abordada desde modelos 
complementarios, e incluso, de subordinación, tal como lo plantean Popolo (1996) 
y de Lugo y Rivas (2004) quienes exponen dos modelos de interacción psicolo-
gía-derecho: el Modelo de Subordinación y el Modelo de Complementariedad. El 
Modelo de Subordinación, define la actividad de la psicología jurídica como una 
psicología aplicada al mejor ejercicio del derecho donde se considera que existe al 
menos un área del saber psicológico que tiene como finalidad dar respuestas a las 
necesidades del mundo jurídico, satisfaciendo sus preguntas y demandas. 
Por otro lado, el Modelo de Complementariedad, implica un riesgo y un desafío 
mayor porque implica analizar, comprender, criticar, resolver, interpretar y solu-
cionar psicológicamente los institutos del derecho, siendo tales actividades útiles, 
incluso desde tareas tan prácticas como el cotidiano quehacer pericial del mundo 
jurídico. El Modelo de Complementariedad puede inspirar la relación y la reflexión 
psicojurídica en Iberoamérica. 
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Entre los desafíos de interdependencia estaría el hecho de que la psicología 
sentaría los cimientos para que se construyeran normas jurídicas, para luego es-
tudiar su impacto y eficacia, evaluarlas y mejorarlas, tales como normas que per-
mitan determinar la capacidad jurídica de las personas a partir de sus condiciones 
psicológicas, entre otras. A nivel penal, la psicología está en condiciones de diseñar 
programas de prevención y asesoría en políticas gubernamentales y criminales que 
permitieran ir más allá de la represión de los comportamientos “desviados”, inten-
tando prevenirlos, haciendo detección e intervención temprana. Para alcanzar estos 
ideales falta un enorme trecho de madurez del conocimiento, de conciencia de la 
interdependencia de ambas áreas, así como de trabajo inter y transdisciplinario. 
En términos de su denominación, el área de la psicología que identifica su 
objeto de estudio en el comportamientos en ambientes jurídicos y con consecuen-
cias jurídicas, ha recibido diferentes denominaciones tales como psicología jurídica, 
aceptada y defendida por los autores del presente trabajo; psicología judicial (Alta-
villa, 1970), (Popolo, 1996); psicología legal o psicología y ley (Kapardis, sf); psico-
logía forense (Urrá y Vázquez, 1993) y psicología criminológica o mal denominada 
psicología criminal-criminalista-criminalística (Garrido, 1995). 
Para esclarecer este asunto se citan apartes de la discusión virtual realizada en 
el año 2003 por la Comunidad Virtual Latinoamericana convocada por lista de 
correo de la página web www.psicologiajuridica.org en la cual Villa afirmó que: 
“El uso ha hecho que llamemos Psicología Jurídica al conjunto más genérico de la 
relación entre la psicología y el derecho” a lo cual agregó Diaz: “la denominación 
psicología jurídica es más usada en Iberoamérica (Centro, Suramérica y España). 
Esto fue reforzado por Tapias quien explicó que “el término genérico de psicología 
jurídica, semánticamente es un términos más genérico porque incluye tanto la nor-
ma como los procedimientos y las personas”. 
Esta misma autora asume que:
la denominación adecuada es la de psicología jurídica por ser un término amplio que 
cubre todas las áreas de aplicación y por tener una correcta concepción etimológica 
y epistemológica. A diferencia de la psicología judicial que se centra en los procedi-
mientos, pero excluye la parte normativa que es uno de los más interesantes e inno-
vadores retos para la psicología (www.psicologiajuridica.org, 2004).
Respecto a otra denominación Díaz aclara que “Law Psychology es la denomina-
ción utilizada preferentemente por los anglosajones (Inglaterra, Australia, Canadá, 
Nueva Zelanda y Estados Unidos, entre otros)”, rótulo que ha sido equívocamente 
traducido al español como Psicología Legal. 
Respecto del concepto de psicología legal, estima Varela que:
Idiomáticamente hace estricta referencia a la práctica de la psicología conforme a 
derecho, es decir, de acuerdo con las legislaciones que regulan el ejercicio legal de 
la psicología en cada país (si lo queremos enfocar desde otra óptica, necesariamente 
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deberíamos hacer referencia a una psicología ilegal, lo cual ni siquiera podría ser 
pensada, pues sería delictiva, sería ilegal si es ejercida fuera de las habilitaciones que 
dan las normativas legales.
En cuanto al término Psicología Forense, en inglés Forensic Psychology utilizado 
con frecuencia en los países angloparlantes como sinónimo de psicología jurídica; 
Forensic, en castellano Forense, se deriva de la palabra Foro que en Roma era el sitio 
público en el cual se administraba justicia. Este término en castellano ha perdido 
este énfasis etimológico y ha preponderado el uso del término psicología forense 
para identificar el trabajo específico del perito o experto que trabaja para asesorar 
a la justicia. 
Según Díaz:
Es un área aplicada de la psicología jurídica, que hace relación a la utilización de los 
conocimientos psicológicos que son necesarios para ayudar a resolver un caso judi-
cial (penal, familiar, laboral, civil, etc). Generalmentese encamina hacia la prueba 
judicial, al experticio forense. 
De esta manera, para Díaz la psicología forense es una subespecialidad de la psi-
cología jurídica. Por su parte, Villa adiciona que “como en Colombia el instituto 
que realiza labores periciales se denomina Medicina Legal y Ciencias Forenses, la 
psicología aplicada a la labor pericial recibe el nombre de Psicología Forense”. 
Y Varela agrega otro matiz cultural: 
Algunos colegas españoles establecen la diferencia en que: la psicología forense es la 
que desarrollan los colegas que trabajan en los distintos fueros judiciales (penal, civil, 
laboral, etc.), o dependientes del cuerpo de psicólogos forenses o de las diversas ofici-
nas periciales, y la psicología jurídica, engloba en este sentido a la psicología forense, 
en cuanto abarca no sólo a los psicólogos que trabajan en el fuero, sino a aquellos 
que lo hacen en instituciones del tipo de unidades carcelarias, institutos de seguridad 
y asistencia de menores, en las diferentes policías, en organizaciones de drogas, o en 
servicios de psicología jurídica de diversos hospitales. Tal vez sea una forma muy 
práctica de establecer diferencias pero es la que tenemos. Yo creo que se podrían 
establecer diferencias más profundas, incluso desde lo epistemológico.
Respecto a los rótulos de psicología criminológica, criminalística y criminal, Tapias 
sostiene que: 
Sólo el primero es semántica y gramaticalmente correcto, ya que lo criminalístico 
tiene que ver con la técnica sobre cosas materiales, no humanas. La palabra criminal 
es adjetivo peyorativo que implica una actuación delictiva por parte del psicólogo. La 
psicología criminológica, realmente sí significa estudio de la conducta delictiva, pero 
excluye todas las otras áreas de aplicación de la piscología al derecho, como lo civil, 
lo laboral, lo disciplinario, etc. 
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Aún queda abierta la posibilidad del término psicología criminalista, que es la psi-
cología aplicada a la técnica de la investigación criminal. 
En conclusión, el término genérico y con mayor adecuación es el de psicología jurí-
dica, descartado el de psicología criminal -criminalista- criminalística y el de psicología 
legal. La psicología forense queda establecida como una subespecialidad de la psico-
logía jurídica. Los demás son términos que se pueden utilizar con validez específica. 
En cuanto a su definición, Muñoz-Sabaté (1975) concibe la psicología jurídica 
como “los conocimientos psicológicos aplicados a la ciencia jurídica” definición 
demasiado general y circular pues remite a definir cada uno de los términos que 
la componen. Por otro lado, Garrido (1982) citado por Clemente (1995) afirma 
que “es la unión entre la psicología general y la criminología”, pero esta acepción 
excluye todos los temas civiles, laborales y de otras áreas del derecho que también 
permiten la intervención psicológica. Por otro lado, Garzón (1990) citado por Cle-
mente (1995) dice que: 
La psicología jurídica es la ciencia que trata de describir y explicar los supuestos 
psicológicos del poder judicial, los procesos cognitivos (representaciones, creencias, 
actitudes) de la justicia y los proceso y fenómenos psicológicos de los actores judicia-
les, que cristaliza en el marco ideológico de los sistemas judiciales.
La anterior acepción se limita a los aspectos cognoscitivos, ignorando los aspectos 
conductuales, afectivos, de intervención y prevención. Por su parte, Teixidó (1978) 
citado por Clemente (1995), señala que “el objeto de estudio de la psicología jurí-
dica es el análisis y descripción de aquellas conductas y motivaciones que traspasan 
la propia individualidad (objeto de la psicología pura) para producir efectos jurídi-
cos”. Esta acepción dificulta diferenciar entre la psicología jurídica y la psicología 
social. Por otro lado, se limita al estudio y excluye la intervención y la asesoría.
Asimismo, Weiner (1987) citado por Urrá y Vázquez (1993) define la psico-
logía jurídica como la evolución del cuerpo de estudios encaminados a elucidar la 
relación entre comportamiento humano y procedimiento legal, como por ejemplo, 
estudios experimentales en cuanto a testimonios y memoria, toma de decisiones 
de jueces y jurados, comportamiento criminal, etc. Esta resulta una explicación 
demasiado concreta porque las situaciones citadas no permiten inferir que de esta 
disciplina se puede desprender la evaluación y modificación de la norma jurídica.
Por otro lado, Sobral, Arce y Prieto (1994) afirman que el derecho y la psico-
logía tienen como objeto común la conducta. Se trata de lenguajes distintos, del 
ser y el deber ser, el de la imposición y el descubrimiento. Esta concepción parece 
quedarse limitada a la reflexión y no evocar a la acción. Para Pérez, A. (1996), la 
psicología jurídica es toda circunstancia que interviene en la creación, enfrenta-
miento y solución de conflictos, culmina o se materializa en un comportamiento 
que es sometido a varios comportamientos. Definición que podría semejarse a la de 
sociología y que no deja explícito el papel de la norma. 
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Por su parte, Clemente (1995) señala que: 
La psicología jurídica es el estudio del comportamiento de las personas y de los 
grupos en cuanto que tienen la necesidad de desenvolverse dentro de ambientes 
regulados jurídicamente, así como de la evolución de dichas regulaciones jurídicas o 
leyes en cuanto que los grupos sociales se desenvuelven en ellos.
Esta definición resulta más amplia y comprensible.
El ya citado Popolo (1996) dice de la psicología jurídica que es el “estudio 
desde una perspectiva psicológica de conductas complejas, conductas significativas 
en forma actual o potencial para lo jurídico a los efectos de su descripción, análisis, 
comprensión, crítica y eventual actuación sobre ellas en función de lo jurídico”.
El Colegio Oficial de psicólogos de España, señala, refiriéndose a la psicología 
jurídica que: 
Comprende el estudio, explicación, promoción, evaluación, prevención y en su caso, 
asesoramiento y/o tratamiento de aquellos fenómenos psicológicos, conductuales y 
relacionales que inciden en el comportamiento legal de las personas, mediante la 
utilización de métodos propios de la psicología científica y cubriendo por lo tanto 
distintos ámbitos y niveles de estudio e intervención como la psicología aplicada a 
los tribunales, la psicología penitenciaria, la psicología de la delincuencia, psicología 
judicial (testimonio, jurado), psicología policial y de las fuerzas armadas, la victimo-
logía, la mediación.
Esta explicación resulta bastante clara, pero también bastante extensa por incluir 
explícitamente los campos de actuación.
Para Hoyos (2002) la psicología jurídica es la psicología aplicada en el campo 
del derecho que le ofrece al psicólogo un espacio de acción interdisciplinaria y le 
permite, a través de un acercamiento a dicho orden, asumir su ejercicio utilizando 
los instrumentos que le son propios como la intervención individual o grupal, el 
psicodiagnóstico, la asesoría, la docencia y en ocasiones la evaluación institucional 
en armonía con los elementos que le ofrece el campo jurídico, como son: las actua-
ciones judiciales y extrajudiciales, el medio carcelario y el conjunto de individuos 
sujeto de obligaciones y derechos que, en forma procesal mediante el litigio o ex-
traprocesal mediante la conciliación, los hacen valer.
Para Hernández (2010), la psicología jurídica es una subárea de la psicología 
que describe, explica, predice y controla la conducta de las personas, conducta ésta 
que tiene implicaciones y consecuencias jurídicas. Así como la psicología clínica, la 
organizacional, o la deportiva, etc., la psicología jurídica es un campo autónomo de 
la psicología cuyo objeto es

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