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Director de colección Pablo Bottini La maquetación de colección y el Diseño de cubierta e interior, estuvieron a cargo de Gerardo Miño Armado y composición: Laura Bono Prohibida su reproducción total o parcial, incluyendo fotocopia, sin la autorización expresa de los editores. © 2008-Miño y Dávila srl © 2008-Pedro Miño Edición actual: 1ª-edición Julio de 2008 ISBN 978-84-96571-82-2 IMPRESO EN ARGENTINA www.minoydavila.com.ar En Madrid: Miño-y-Dávila-editores Arroyo Fontarrón 113, 2º A (28030) tel-fax: (34) 91 751-1466 Madrid · España En Buenos Aires: Miño-y-Dávila-srl Pje. José M. Giuffra 339 (C1064ADC) tel-fax: (54 11) 4361-6743 e-mail producción: produccion@minoydavila.com.ar e-mail administración: administracion@minoydavila.com.ar Buenos Aires · Argentina De profesión psicomotricista Juan Mila Demarchi JUAN MILA DEMARCHI es profesor y licenciado en Psicomotricidad por la Universi- dad de la República (Uruguay). En la actualidad se desempeña como Profesor-Director de la Licenciatura de Psicomotricidad [psicomotri- cidad@hc.edu.uy; www.psicomotricidad.fmed. edu.uy], Escuela Universitaria de Tecnología Médica, Facultad de Medicina, Universidad de la República, y coordina el Equipo de Docen- cia e Investigación en Formación del Rol del psicomotricista a través del trabajo corporal Fundador y Presidente de la Red Latinoa- mericana de Universidades con Formación en Psicomotricidad (Red Fortaleza de Psicomotri- cidad) y Fundador y Co-Director de la Revista Iberoamericana de Psicomotricidad y Técnicas Corporales (Madrid) [www.iberopsicomot.net], es también delegado en Uruguay de la Organi- zación Internacional de Psicomotricidad y Rela- jación (París). Ha colaborado como Profesor Invitado en la formación de grado y postgrado de psicomotricistas en diversas instituciones y universidades de Argentina, Brasil, Chile, Ecua- dor, Panamá, México, España, Italia, Portugal y Francia. Revista de la Asociación Portuguesa de Psicomotricidad especialidad a nivel nacional e internacional. Índice 11 Prólogo 13 Agradecimientos 15 Introducción 17 PRIMERA PARTE: La formación de psicomotricistas 19 CAPÍTULO 1: La interdisciplina y los contenidos de la formación del psicomotricista 19 1. La mirada psicomotriz y la Psicomotricidad 23 2. La Psicomotricidad, los psicomotricistas y los equipos interdisciplinarios 25 3. La interdisciplina en la formación de los psicomotricistas 28 4. La interdisciplina y el trabajo corporal 30 5. Los psicomotricistas y las diferentes líneas de la Psicomotricidad 31 CAPÍTULO 2: Atención primaria de la salud 31 1. Los cambios en los paradigmas de la formación de psicomotricistas 35 2. Atención primaria de la salud: tarea docente asistencial en Psicomotricidad 39 CAPÍTULO 3: Niveles de intervención en educación psicomotriz 40 1. El modelo de formación en la Facultad de Medicina, 44 2. La Psicomotricidad en la educación: niveles de intervención 50 3. La formación del estudiante de grado de Psicomotricidad en educación psicomotriz 55 CAPÍTULO 4: La supervisión clínica en Psicomotricidad 55 1. ¿Por qué trabajar el tema de la supervisión clínica? 57 2. ¿Qué es la supervisión clínica en Psicomotricidad? 59 3. Encuadre de trabajo en la supervisión clínica en Psicomotricidad 61 4. Objetivos y metodología de trabajo en la supervisión clínica en Psicomotricidad 63 5. El marco referencial teórico en las supervisiones 65 CAPÍTULO 5: Conceptos bioéticos para la formación y la práctica psicomotriz 67 1. Aplicación de los principios morales de la bioética en el ejercicio profesional del psicomotricista 71 2. Acerca de las comisiones de ética y de los comités de ética 73 SEGUNDA PARTE: El campo de acción 75 CAPÍTULO 6: La atención temprana y la clínica de lactantes 75 1. El equipo interdisciplinario en la atención temprana 82 2. De la atención temprana a la integración escolar de niños con necesidades educativas especiales 97 CAPÍTULO 7: La atención en la clínica psicomotriz de lactantes. Su construcción como función 98 1. Contextualizando la atención dentro del desarrollo 102 2. Grandes mojones a tener en cuenta en la construcción de la atención 105 3. Conclusiones 107 CAPÍTULO 8: Experiencia de trabajo docente-asistencial en Psicomotricidad. Entre el descreimiento y una apuesta al desarrollo 108 1. Objetivos del trabajo docente-asistencial 109 2. Obstáculos encontrados 113 3. Trabajo realizado desde la Psicomotricidad 116 4. A modo de viñeta 117 5. Conclusiones 119 CAPÍTULO 9: La Psicomotricidad en el campo de la adolescencia 120 1. ¿Por qué Psicomotricidad y campo adolescente? 121 2. Integrando del equipo de salud mental en atención primaria de la salud 123 3. Integrando equipos clínicos multidisciplinarios 127 4. El trabajo en la sala de Psicomotricidad 128 5. El trabajo en el taller de Psicomotricidad 129 6. Coordinando talleres de Psicomotricidad para docentes que trabajan con adolescentes 130 7. Supervisión clínica o institucional de psicomotricistas y otros profesionales 132 8. Para concluir 133 CAPÍTULO 10: La formación de psicomotricistas en el campo del envejecimiento y la vejez: interfases necesarias 133 1. Cambio del modelo conceptual de envejecimiento y vejez 134 2. ¿Quiénes son los adultos mayores? 136 3. La geronto-Psicomotricidad 139 4. Objetivos de la geronto-Psicomotricidad 140 5. ¿Qué aspectos y cómo trabajamos desde la geronto- Psicomotricidad? 143 TERCERA PARTE: El cuerpo del psicomotricista 145 CAPÍTULO 11: Cuando la torpeza también toca al psicomotricista 147 1. Las propuestas que habilitan la ejercitación psicomotora 149 2. ¿Qué le sucede al psicomotricista? Su cuerpo y sus propias torpezas 155 CAPÍTULO 12: El valor de lo sensorial en la estructuración tónico-emocional: el sabor del chocolate 156 1. La construcción dle rol del psicomotricista a través del 161 2. Estrategias de trabajo 169 ANEXO: DECLARACIÓN DE PUNTA DEL ESTE 171 BIBLIOGRAFÍA GENERAL Prólogo Es este libro una clara muestra de la trayectoria de su autor… sus - esforzado de un recorrido que siempre busca dar cuenta del campo de la Psicomotricidad como lo que es… un campo de trabajo inacabado y, por consiguiente, en continua construcción. Sabe el autor, que esa construcción será interminable, ya que cuando se llega a sustentar algo, ya comenzó la transformación. Esta realidad nos lleva a montar nuevos andamiajes para reconstruir sobre lo hecho, rescatando la historia, integrándola, sumando voluntades. Pero esta cotidiana y ardua tarea se hace imposible sin la documen- tación de lo hecho. Una importante porción de la historia de la Psi- comotricidad en el Uruguay está presente en estas líneas… y por consiguiente de la historia mundial de la profesión. Se hace imprescindible destacar algo acerca de este autor: su incan- sable trabajo en pro del crecimiento de esta profesión a la que ama casi tanto como a su familia y a la que representa más allá de las fronteras de su pequeño gran país. Se constituyen entonces estos textos, en documentos vivos de lo cimentado, escritos acerca de la historia actual que nos permitirán lógicas y epistemológicas destinadas a ser citadas una y otra vez por estudiantes y colegas en su propio proceso de crecimiento y superación personal y profesional. Agradezco al autor haberme encomendado la tarea de prologar su obra, porque me permitió husmear antes que al resto de sus futu- corrobora una de mis creencias principales. Lo más importante no es la igualdad de pensamiento sino la mutualidad de intereses. En este caso, la creencia –ya casi certeza– de que en el campo de la Psicomotricidad o crecemos juntos con nuestras diferencias como distinción y enriquecimiento, o construimos islotes de saber destinados a desaparecer con su autor, sumergidos por el peso de la adversidad, la incordia y la desunión. Festejo y celebro junto a Juan Mila el nacimiento deeste libro, por porque al ser editado sienta un nuevo mojón en el camino del continuo crecimiento de la Psicomotricidad. Lic. Pablo Bottini psicomotricista Agradecimientos Es necesario agradecer a cada uno de mis maestros. Es necesario agradecer a todos y cada uno de los psicomotricistas y compañeros que desde otras disciplinas trabajan o han trabajado cotidianamente junto a nosotros a lo largo de todos los años que llevamos ejerciendo nuestra profesión de psicomotricistas, porque juntos en la tarea nos hemos formado, hemos desarrollado ideas, líneas de trabajo y creado conocimientos. Agradezco a cada uno y a todos los compañeros docentes con los que durante tantos años hemos compartido tareas, concebido y con- cretado proyectos –utopías–, en la Licenciatura de Psicomotricidad de la Escuela Universitaria de Tecnología Médica (Facultad de Medicina de la Universidad de la República, Uruguay). Agradezco a nuestros alumnos, futuros psicomotricistas, conoce- dores de nuestras incertidumbres del no saber, pero que en la dialéctica del proceso del aprender, se forman y nos forman. Deseo agradecer en forma muy especial a mis compañeras de formación con quienes la intensidad de lo vivido, compartido y cons- truido se ha consolidado en una marca corporal de por vida, en refe- rente perpetuo, en fuente a la que siempre volvemos y volveremos a nutrirnos. Siempre presentes, siempre. Agradezco a los compañeros psicomotricistas de la Argentina, Brasil, Chile, Ecuador, Panamá, Perú, México, España, Portugal, Italia y Francia (en especial a los compañeros de la Organización Internacio- nal de Psicomotricidad y Relajación de París), que tantas veces me han recibido en sus países, en sus casas, en sus Instituciones, en sus Salas de Psicomotricidad, con quienes espalda contra espalda hemos formado a otros psicomotricistas mientras nosotros nos seguimos formando. Agradezco especialmente a Pablo Bottini, ideólogo y responsable de este libro, y a Pedro Pablo Berruezo, compañero, consejero, amigo y hermano. Vaya mi agradecimiento a Claudia Ravera, Rosario Tuzzo, Mariela Peceli, Ionit Lamstein y Patricia Cabot, tejedores de compa- ñerismo e interdisciplina. Agradezco a los compañeros y amigos Pilar Arnaiz, de la Universidad de Murcia, a José Emilio Palomero, de la Universidad de Zaragoza, a Joaquim Serrabona, Cori Camps y Lola García, de la Universidad Rovera i Virgili de Tarragona, Barcelona, a Miguel Llorca Linares y Fina Sánchez Rodríguez, de la Universidad de la Laguna, Tenerife, a Gerárd Hemant y Alexandrine Sain-Cast, del Instituto Superior de Psicomotricidad y Relajación de París, con quienes compartimos proyectos, trabajo y entusiasmo por la Psico- motricidad. Celebro y festejo en todo momento el amor de Patricia, Matilde, Elisa y Malena, a quienes les estoy eternamente agradecido. Introducción En este libro se recogen y reelaboran trabajos, individuales y co-lectivos, publicados e inéditos, pero que pese a la dispersión en el tiempo y los espacios en que fueron elaborados, los estudiantes de Psicomotricidad y los psicomotricistas de diferentes países, se empe- ñan en referir y citar en sus escritos… No hemos hecho más que reunir lo que de alguna manera ya estaba reunido, para nuevas generaciones de estudiosos de la Psicomotrici- dad, de estudiantes de Psicomotricidad y de colegas psicomotricistas. Reunión que ha sido posible porque la línea conductora de este tra- bajo es la concepción de la Psicomotricidad como una profesión, y la concepción del psicomotricista como un profesional. Como dice nuestro pasaporte, “Profesión: psicomotricista”. Hemos organizado el libro en tres partes, basadas en ejes que creeemos fundamentales para nuestra profesión. Por supuesto, dichos ejes se entrecruzan y se vislumbran en cada uno de los capítulos del libro, pero nos permiten elaborar un recorrido que seguramente será de gran utilidad para el lector. La primera parte, titulada “La formación de psicomotricistas”, presenta el camino realizado en Uruguay en la formación de la carrera aspectos vinculados a la formación, supervisión e intervención de los estudiantes de esta profesión. La segunda parte, “El campo de acción”, da cuenta de la diversidad de espacios en que nuestra disciplina actúa, y de su vinculación con las diferentes problemáticas socio-culturales, así como con las distintas realidades según la etapa de vida de sus pacientes: lactantes, niños, adolescentes, adultos, mayores... Por último, la tercera parte del libro presta atención a la propia vivencia que realiza el psicomotricista a través del trabajo corporal, y el conocimiento de su propia expresión psicomotriz. Para ello se presentan experiencias didácticas concretas de formación y perfec- cionamiento que trabajan con la experimentación de lo sensorial y su vinculación con la estructuración tónico-emocional del propio psicomotricista. PRIMERA PARTE: La formación de psicomotricistas CAPÍTULO 1 La interdisciplina y los contenidos de la formación del psicomotricista1 “Dichosa edad y siglos aquellos a quien los antiguos pusieron nombre de dorados, y no por- que en ellos el oro, que en esta nuestra edad de hierro tanto se estima, se alcanzase en aquella venturosa sin fatiga alguna, sino porque enton- ces los que en ella vivían ignoraban estas dos palabras de tuyo y mío. Eran en aquella santa edad todas las cosas comunes…”. (Miguel de Cervantes, 2004: 97). 1. La mirada psicomotriz y la Psicomotricidad Varias veces hemos sostenido que la praxis interdisciplinaria ha enriquecido y ampliado tanto la teoría disciplinar de la Psicomo- tricidad como nuestra práctica profesional como psicomotricistas. El tema de la interdisciplina suele plantearse en forma cíclica en el pensamiento universitario. Roberto Follari ha planteado que este concepto se instala en las universidades como un “síntoma”. Junto a hay que tratar de entender en qué contexto; se debe desentrañar su - El trabajo de los psicomotricistas ha permitido que el campo dis- - dad, construidas en un ámbito de interdisciplina. Así, los aportes que 1 Elaborado a partir del trabajo publicado en la Revista Iberoamericana de Psicomo- tricidad y Técnicas Corporales, N° 20, 2006, Madrid (www.iberopsicomot.net). hemos recibido desde diferentes disciplinas han coadyuvado, permi- - les de la Psicomotricidad, es la permanente intención de concebir el desarrollo como una globalidad. Esta intención está sustentada en las conceptualizaciones que aporta nuestra disciplina para permitirnos construir la mirada psicomotriz. La Psicomotricidad como disciplina aporta una mirada diferente sobre el desarrollo del niño, una mirada psicomotriz. Los objetos complejos como para resistir las necesarias miradas de diferentes disciplinas. La nuestra, que es una disciplina nueva, se encuentra objetos de estudio. Por ello es necesario que se consolide una forma de “ver”, de entender, de aproximarse a los mismos, bajo una mirada psicomotriz que ponga el acento sobre la unidad y globalidad del desarrollo, sobre la importancia del movimiento como manifestación e instrumento de la estructuración psíquica, y sobre el movimiento y el gesto en la comunicación. Planteamos que la mirada psicomotriz, es decir, la mirada que realiza el psicomotricista desde su formación y desde su disciplina, pone el acento en concebir el desarrollo como una unidad, como una globalidad. Desde sus orígenes y desde la concepción de su nombre, la Psico- motricidad es un intento de vencer dualismos (cuerpo-mente, psiquis- cuerpo, etc.), es una intención de vencer una visión del otro dividido en partes… “lo psicológico”, “el lenguaje”, “la cognición”, “lo afectivo”, “lo neurológico”. La Psicomotricidad surge y crece pensando en vencer estas fragmentaciones, tratando de unir las visiones y terminando por Pensamos que desde sus albores, primero como concepto y luego como disciplina, la Psicomotricidad es un intento por coadyuvar pos- turasteóricas y visiones. Es por ello que trajimos la cita del acápite; el desarrollo no es “tuyo o mío”, es tema de todos aquellos que se aventuren y trabajen en pos de su entendimiento y comprensión, es decir que puede ser objeto de estudio “común”. El estudio del movimiento, la postura y el estudio de los paráme- tros psicomotores nos lleva a postular la importancia del movimiento como instrumento y como manifestación de la vida psíquica. Los aportes de la psicología genética, desde las diferentes posturas teóricas de H. Wallon, de J. Piaget y de D. Winnicott en adelante, nos permiten a los psicomotricistas valorar el movimiento, la postura y la acción. CAPÍTULO 1: H. Wallon nos acercó a la comprensión de la relación con el otro, a través de las reacciones tónico-emocionales. Nos permitió valorar, cómo, a partir de estas reacciones, en vínculo con el otro, se construye el conocimiento y se organiza el sistema emocional. Piaget nos permi- tió comprender que la inteligencia nace de la acción y las operaciones lógicas del adulto son acciones sensoriomotrices que han sufrido una serie de transformaciones. Un capítulo aparte merecen las concep- tualizaciones de Winnicott y los trabajos del psicoanálisis. Gracias a estos aportes, la mirada psicomotriz logra respetar la singularidad, la individualidad y la historicidad de la organización funcional de cada niño (Mila, 2003). Las diferentes disciplinas que se ocupan del desarrollo plantean (correctamente, según nuestro entender) un estándar de desarrollo; así se postulan una serie de características que son comunes a un determinado grupo etario. Se describen las conductas, las adquisicio- nes esperables dentro de un rango de normalidad establecido. Pero al hablar de lo esperado para un niño o niña de dos años estamos hablando de una abstracción, de una construcción conceptual, de una entelequia. En la realidad, nosotros trabajamos con un niño o niña determi- nado, con su familia, con su historia, con su cultura, con sus vivencias. - lidad, con una historicidad de su organización funcional, signada por su periplo de vínculos, signado por su estructura tónico-emocional, que debemos descubrir con los instrumentos que nos brinda nuestra formación como psicomotricistas. El estudio y el análisis del movimiento del otro habilita al psico- motricista a intervenir a nivel preventivo, pedagógico, diagnóstico y terapéutico. Debemos señalar que desde la Psicomotricidad también se tiene en cuenta el movimiento, la postura y el cuerpo del psicomotricista, y se tiene en cuenta cómo éste interviene en el campo de acción discipli- nar2. La Psicomotricidad como disciplina le ha prestado una especial atención al cuerpo del psicomotricista. Las diferentes líneas, desde formación corporal del psicomotricista. Éste ha sido un punto que nadie la discute, pero existen entre las diferentes líneas de trabajo apreciables divergencias en la conceptualización de esta formación y en la forma de llevarla adelante. ¿Qué es la Psicomotricidad? ¿Una práctica? ¿una técnica? ¿una disciplina? ¿una profesión?… 2 Se desarrollará este tema con mayor profundidad en la tercera parte del libro. 1.1. ¿Es la Psicomotricidad una técnica? Según la Real Academia Española (RAE, 2001), “técnica” es: ciencia o un arte; Acordamos también que existe una técnica psicomotriz que se pone en juego en la práctica psicomotriz. En la realidad existen diferentes técnicas y prácticas psicomotrices. 1.2. ¿Es la Psicomotricidad una práctica? “práctica” a: - raciones; tienen que hacer algunos para habilitarse y poder ejercer pública- mente su profesión, y una teoría. La práctica se puede desarrollar, llevar adelante y activar. Encon- tramos dos acepciones, según la Real Academia Española (2001), de la palabra “práctica”: en la práctica, realidad”, y llevar a la práctica, poner en práctica, como realizar ideas, planes, proyectos, etc. Bajo estas acepciones, no hay duda, podemos hablar de una práctica psicomotriz, que requiere de una formación, que requiere de “maestros”, de teorías, de formas de hacer las cosas, de adquisición de destrezas, de respeto a reglas. Pero en nuestro concepto, la Psicomotricidad es más que una “práctica”; se ha construido como una disciplina y como una profesión. CAPÍTULO 1: 1.3. ¿Es la Psicomotricidad una disciplina y una profesión? El concepto de “disciplina” implica la idea de una doctrina, ins- trucción de una persona, especialmente en lo moral; un arte, facultad o ciencia, así como también la observación de las leyes y ordenamiento por parte de una profesión o instituto. Por su parte, el vocablo “profesión” esta íntimamente vinculado al de “profesar” 2001), y “profesión” es (siempre según la RAE, 2001) la acción o efecto ejerce con derecho a retribución. La historia transcurrida desde que hace casi treinta años existe la formación profesional de psicomotricistas en la Escuela Universi- taria de Tecnología Médica (EUTM) de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República, en el Uruguay, nos hace defender en “cuerpo propio” esta postura, de entender a la Psicomotricidad como una profesión. Sabemos que en muchos países la Psicomotricidad no tiene un estatus profesional, pero también conocemos realidades en las que desde hace ya unos años empieza a consolidarse como profesión. 2. La Psicomotricidad, los psicomotricistas y los equipos interdisciplinarios Pasemos ahora a analizar la actividad disciplinar y profesional de los psicomotricistas en su inserción en equipos interdisciplinarios que trabajan en el ámbito educativo y en el ámbito terapéutico. Nuevamente la cita del acápite que abre el presente capítulo – tomado del Discurso de la Edad Dorada del Quijote– se hace perti- nente… Integrar un equipo interdisciplinario implica reconocer las limitaciones de uno y de su disciplina para comprender un hecho o fenómeno determinado (Mila, 2003). - disciplinario es un reconocimiento de nuestras carencias, de que no somos completos, de que no podemos saberlo todo, de nuestros límites y de los límites de nuestra disciplinas. De alguna manera es una herida narcisista, pero también es una búsqueda que nos permite abordar niveles de incertidumbre, estando acompañados y sostenidos. Los equipos nos sostienen y, si funcionan sanamente, nos habilitan al crecimiento disciplinar, profesional y personal. Sabemos que los equipos interdisciplinarios funcionan en forma diferente según su labor se desarrolle a nivel de la investigación, la praxis clínica y la praxis educativa, y tienden a obtener diferentes producciones según se encuentre delineado su encuadre y su campo de trabajo, llegando en algunos casos a lograr un funcionamiento interdisciplinario (Mila, 2000). Dependiendo de la trayectoria y el nivel de compromiso de los integrantes de un equipo será posible también transitar por momentos de transdisciplina. Es común que cuando los equipos despliegan labores de inves- tigación los bordes de las disciplinas se hagan más permeables, y la transdiciplina se presente. Es que el objeto de estudio, generalmente complejo, obliga a unirse para entenderlo. Trabajando a este nivel todos sienten que pueden aportar, todos son necesarios, y las discipli- nas trabajan juntas… no entran a jugar fenómenos que vienen desde la labor profesional, ideología del poder profesional, categorizaciones del saber, etc. En la investigación, la transdiciplina en equipos conso- lidados es casi permanente. En cambio, en la actividad profesional ya es más difícil pasar a niveles de transdiciplina. Aquí sí entran en juego aspectos institucio- nales, dinámicas de poder, etc. Existen muchas variables cuando uno analiza el funcionamiento de un equipo interdisciplinario. Una variable de peso y que atraviesa a todo nivel el funcionamiento del equipo es el encuadre institucional en el que se actúa. El encuadre institucional determina las acciones a desarrollar por el equipo, determina las relaciones entrelos diferentes actores, determina las producciones, orientándolas hacia la ideología peso, cuando uno se plantea investigar, educar o realizar el ejercicio profesional. No ahondaremos en el análisis de los conceptos de multi, inter y transdiciplina, pero señalaremos que generalmente los equipos de trabajo de las instituciones por donde transitamos tienen una consti- tución multidisciplinar, es decir que para abordar una temática o un problema determinado se establece la necesidad de contar con técni- cos provenientes de diferentes disciplinas. Desde las instituciones se necesita contar con un maestro especializado, con un fonoaudiólogo, con un psicólogo, con un neuropediatra, con un psiquiatra infan- til, con un psicomotricista, y es la propia institución la que busca el modo de proveerse de dichos profesionales. Entonces tendremos un equipo con una constitución multidisciplinar… la interdisciplina se CAPÍTULO 1: construirá poco a poco y posiblemente sólo se llegará a instantes de producción transdiciplinar. Los equipos tienen diferentes objetivos: la investigación produce conocimientos; la praxis clínica y la praxis educativa producen accio- nes y a veces también conocimientos.En el imaginario colectivo existe un mayor prestigio o una mayor consideración por los equipos de investigación. Generalmente se piensa que la investigación es sólo posible en las ciencias duras… aunque sabemos que no es así. Como decíamos, la investigación produce saberes, conocimientos es incuestionable y es universalmente aceptado. Lo que pocas veces se visualiza es que la praxis clínica y la praxis educativa además de producir acciones pueden producir conocimientos. Es claro que la Psicomotricidad, que como disciplina ha estado desde su inicio muy asimilada a la praxis educativa y clínica, debe hacer un gran esfuerzo por conceptualizar, por teorizar sobre su práctica e introducir metodologías de investigación aplicables a la disciplina. Indudablemente, en tanto disciplina nueva, nos cuesta despegar de un acercamiento fenomenológico a nuestra práctica. Pero es imprescindible transitar este camino. En nuestros campos disciplinares se jerarquiza poco el conocimiento producto de la acción, pero debe entenderse la relación dialéctica que genera, ya queel cono- generalmente produce conocimientos. Deberemos poner atención en estos aspectos, y crecer desde allí. En nuestra experiencia, donde mayor es la construcción de conoci- mientos desde la disciplina es en el espacio de supervisión. Y dentro de la supervisión, esta construcción encuentra su espacio en la discusión teórica y desde la posibilidad de recurrir a diferentes autores para comprender nuestra labor. Es muy claro que las referencias teóricas a utilizar en la supervisión están en primer lugar sujetas al encuadre de trabajo de la supervisión y también al material a ser supervisado. 3. La interdisciplina en la formación de los psicomotricistas Abordaremos desde este espacio nuestra experiencia de muchos años de una apuesta a la formación de los psicomotricistas en inter- disciplina, como lo proponemos desde la Licenciatura de Psicomotri- cidad de la Escuela Universitaria de Tecnología Médica. En consonancia con la ideología de nuestra institución, el cuerpo docente entiende que la formación universitaria no debe, ni puede ser entendida como la transmisión de un saber, o la transmisión de una práctica. Por el contrario, la formación universitaria debe tender a la construcción del conocimiento. También ha sido nuestra política realizar convenios con diferentes instituciones; es así que hemos conjugado esfuerzos con el Servicio de Neuropediatría del Hospital de Clínicas, Facultad de Medicina desde 1978, con el Programa docente en la Comunidad de la Facultad de Medicina desde 1989, con el Servicio de Psiquiatría Infantil de la Facultad de Medicina y el Ministerio de Salud Pública desde 1990, con la Administración Nacional de Educación Pública a través del Consejo de Educación Primaria por convenio desde 1994 y desde Municipal de Montevideo y UNICEF desde 1994, con la Fundación IPPU, Instituto Psico-Pedagógico Uruguayo desde enero de 1999, con el Instituto Nacional del Niño y del Adolescente desde el año 2001. En estos espacios de formación curricular, en donde se conju- gan objetivos y lógicas institucionales diferentes, nuestros docentes CAPÍTULO 1: y nuestros estudiantes se encuentran permanentemente actuando en equipos interdisciplinarios. La formación de grado se realiza en interdisciplina, ya sea porque dentro del cuerpo docente de la Carrera encontramos, además de psicomotricistas, a psicólogos, maestros, metodólogos, nutricionis- tas, enfermeros y médicos, ya sea porque las prácticas de formación profesional se realizan observando e interviniendo en equipos inter- disciplinarios. No es posible que el aspirante a psicomotricista adquiera conoci- mientos y habilidades solo a nivel teórico, necesita desarrollar también una práctica supervisada y orientada por sus docentes en instituciones donde la interdisciplina es imprescindible. 4. La interdisciplina y el trabajo corporal Pocos aspectos de la formación del psicomotricista tienen la sin- - tricista a través del trabajo corporal. En este espacio también nosotros consideramos imprescindible el trabajo interdisciplinario. Abordaremos algunos aspectos que nos parecen interesantes a este nivel, y plantearemos entonces cómo se encara esta formación en nuestra Licenciatura: 4.1. Ciclo de clases teóricas Entendimos necesario crear una unidad teórico-práctica con el objetivo de que los estudiantes pudieran vincular y fundamentar las experiencias propias o del grupo vividas en los talleres con los aspectos teóricos que sustentan, fundamentan y explican estas experiencias, como también las propuestas de trabajo de los talleres. de sus propias experiencias y de las propuestas de los coordinadores de los talleres de trabajo corporal en cuanto a contenidos, a objeti- vos y a asociarlos con las experiencias con los niños en la práctica psicomotriz. Este ciclo teórico debe ser impartido por un grupo interdisci- plinario que permita abordar teóricamente al cuerpo en aspectos - siones posibles. la formación con técnicas que involucren el cuerpo, y que se diferen- cien del trabajo en Psicomotricidad, tanto por su metodología como por sus objetivos. Se brinda a los estudiantes la posibilidad de confrontar los diferen- tes modos de abordaje al cuerpo y así llegar a una conceptualización Las opciones en este nivel son múltiples y variadas: talleres de música, de plástica, de gimnasia consciente, de armonización, de danza, de esgrima, objetivos de cada una de las propuestas, y en otro momento analizarlas en grupo y confrontarlas con la práctica psicomotriz. CAPÍTULO 1: 4.3. Talleres de construcción del rol de psicomotricista a través del trabajo corporal Sostenemos que la formación del psicomotricista es un proceso individual inserto en un proceso grupal; por ello pensamos que es imprescindible plantear un encuadre de trabajo que establezca la necesidad de emprender un trabajo con un grupo cerrado. Esto se fundamenta en la necesidad de vivir un proceso de formación, donde se construyen redes de sostenimiento, donde se aprende en diversidad, donde es necesario contemplar producciones diversas en un clima de trabajo de respeto y tolerancia. Todo ello es posible mediante la constitución de un grupo de trabajo estable, coordinado por una misma persona. “Muchos de los aspectos con los que vamos a trabajar en Psicomo- tricidad van a implicar la existencia previa de una relación transferen- cial: diálogo tónico, empatía tónica, disponibilidad corporal” (Camps y García, 2004: 15), niveles que deben ser considerados en el trabajo Es importante el registro escrito y fílmico del trabajo, así como la participación de al menos un observador. Todo este dispositivo permite plantearnos la continuidad en el procesode formación, nos permanente el desarrollo del trabajo. En nuestra experiencia, el tiempo de la supervisión de este trabajo es un espacio interdisciplinario de formación de los formadores. Allí - (Mila, Cherro, García Ferres, de León y Peceli, 2000: 65-76): - el cuerpo y el movimiento, - el cuerpo y el espacio, - tensión-distensión, - ritmos, - equilibrios-desequilibrios. - acuerdos, - resistencia, - oposición, - rol activo-rol pasivo. - la verbalización, - el dibujo, - la escritura. 5. Los psicomotricistas y las diferentes líneas de la Psicomotricidad No podemos eludir un problema difícil de enfrentar y que ha sido poco abordado en la literatura: las posibles articulaciones entre las diferentes líneas de teóricas y de trabajo en Psicomotricidad. En el Editorial de número 18 de la Revista Iberoamericana de Psi- comotricidad y Técnicas Corporales (mayo, 2005), junto a Pedro Pablo Berruezo escribíamos: “Hemos peleado contra molinos de intolerancia, contra los molinos de la fragmentación del saber y los molinos de la negación de un saber distinto al propio”. Nuestra trayectoria militante en este sentido lo atestigua. Necesariamente la Psicomotricidad como disciplina deberá darse espacios donde se puedan intercambiar los aportes de las diferentes líneas de trabajo, donde se pueda exponer sin restricciones el trabajo un aporte y no un enfrentamiento. Los psicomotricistas tenemos por delante el desafío de poder discutir las ideas y las prácticas despegados de personalismos, narcisismos e intereses económicos. Este paso nos terminará de consolidar como disciplina y profesión. CAPÍTULO 2 Atención primaria de la salud 1. Los cambios en los paradigmas de la formación de psicomotricistas1 La Psicomotricidad es una disciplina y una profesión de innegable origen francés, con una amplia aceptación y tradición en diversos profesora Dra. Antonieta Rebollo viajó a Francia a formarse en Neu- rología Infantil. A su regreso a Montevideo, crea una policlínica de Neurología del Hospital de Clínicas de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República. En el año 1958 viaja a París a formarse en Psicomotricidad con Madame Soubiran la Fisioterapeuta Berta Gordon, quien a su regreso se incorpora al equipo de la Dra. Rebollo. Es así que desde ese momento se pueden rastrear trabajos en Psicomotricidad en el ámbito de la Facultad de Medicina. Con los años se crea el Servicio de Neuropediatría del Instituto de Neurología, y la Facultad de Medicina crea en el año 1978 la pri- mera formación de grado en Psicomotricidad de Latinoamérica, la actual Licenciatura de Psicomotricidad, en la Escuela Universitaria de Tecnología Médica2. 1 Elaborado en base al trabajo “Curso Psicomotricidade Hospitalar e Extra-Hospi- talar. Enfoque interdisciplinar”, presentado en septiembre de 2007 en el Centro de Estudios e Pesquisa, IPREDE, Facultad de Medicina, Universidad Federal de Ceará, Brasil. 2 La historia de la Psicomotricidad en Uruguay se encuentra desarrollada con mayor detalle en el capítulo 3 de este mismo libro. En un principio, los psicomotricistas del Uruguay nos formamos con programas de estudios replicados de los franceses, por lo que - trices”, con competencia para intervenir a nivel terapéutico3 pero no a nivel diagnóstico, en los ámbitos de la “Estimulación Temprana” y trabajo técnico profesional con lactantes, con preescolares, escolares y adolescentes. Personalmente, como estudiante, pese a ser formado para trabajar escuela… nuestra formación era intrahospitalaria y enfocada al nivel remedial, vinculada a la patología. Prácticamente la totalidad de los integrantes de las dos primeras generaciones de egresados de la formación universitaria de Psicomo- tricidad (generaciones ’78 y ’80) conformamos al egresar un grupo de intercambio. Grupo que tomó contacto y buscó formación con psico- motricistas de otros países, y que los invitó a trabajar en la formación continua de los integrantes de este grupo en Uruguay. Ellos también abrieron sus horizontes formándose con nosotros, y haciéndose cargo de la formación de los psicomotricistas en el Uruguay… Como se podrá ver, los cambios en los años siguientes fueron muchos y vertiginosos. la EUTM Facultad de Medicina de la Universidad de la Repúbli- ca, formamos a nuestros estudiantes en atención primaria de la salud. diagnóstico y tratamiento psicomotor. - motricista. temática de envejecimiento y vejez. 3 En un primer momento, desde el año 1978 a 1992, la formación universitaria de los psicomotricistas del Uruguay no contemplaba el nivel del diagnóstico psicomotor. Implementar la formación en esa área fue una larga y dura lucha de formación académica dada desde la Licenciatura de Psicomotricidad EUTM CAPÍTULO 2: La ampliación del campo disciplinar y del campo de acción profe- sional ha sido enorme, en primer término, incorporando los ámbitos de la prevención y promoción de salud, determinando por ejemplo que hoy el 75% de las prácticas técnico profesionales de nuestros estu- diantes se realicen en ámbitos no hospitalarios (guarderías, jardines de infantes, escuelas, centros de salud, etc.). En segundo término, ampliando la clásica restricción a nivel de las capas etarias en las que los psicomotricistas interveníamos, ampliando el campo de acción a lo largo de todo el ciclo vital. 1.1. Cambios en los paradigmas de la formación de los psicomotricistas 1.1.1. LA FORMACIÓN EN ATENCIÓN PRIMARIA DE LA SALUD En el año 1988 la Facultad de Medicina de la Universidad de la República comienza a implementar un profundo cambio de para- digma en la formación de recursos humanos para la salud, creando formación en atención primaria de la salud de los diferentes recursos humanos que se forman en la facultad. Este cambio ideológico llevó a cuestionar una formación con eje en el estudio de la patología y una práctica centrada en las interven- ciones a nivel de dicha patología, para poder dar paso a otra donde se haga relevante la prevención y la promoción de salud, además del conocimiento de la patología. También se cuestionó la formación centrada en la actividad intra- hospitalaria, instrumentando una modalidad diferente que incluya en forma relevante actividades extrahospitalarias, desarrolladas en el ámbito comunitario. La Carrera de Psicomotricidad participó activamente de estos cambios. Tal es así que el Consejo de la Facultad de Medicina creó tres nuevos cargos docentes de psicomotricistas especializados en estimulación temprana para cumplir funciones en atención primaria de la salud en centros dependientes del Ministerio de Salud Pública. Desde ese entonces, han sido ininterrumpidas las acciones de asis- tencia y docencia que desde la Licenciatura de Psicomotricidad se realizan en ese sentido. En su momento esta opción de formación fue muy resistida por parte de varios psicomotricistas… el trabajar fuera del hospital, el tra- bajar sin una sala de Psicomotricidad, el interactuar en el extramuros con otros actores profesionales (pediatras, ginecólogos, psicólogos, maestros, enfermeras, asistentes sociales) provocaba muchas insegu- ridades y cuestionamientos. La opción de trabajar en atención primaria de la salud en sectores social y económicamente desfavorecidos también fue resistido, como fue resistido el cambio de paradigma en la formación que se trasladó del modelo médico-remedial, centrado en la enfermedad, al modelo preventivo y de promoción de salud. Ésta ha sido una constante de compromiso social de nuestra Licenciatura que lleva casi 20 años de trayectoria4. Las acciones emprendidas desde la Licenciatura de Psicomo- tricidad de la EUTM Facultad de Medicina, para la formación de psicomotricistas en atención primaria de salud, han sido pioneras a nivel mundial. De alguna manera, en el reconocimiento de nuestro contexto histórico y de nuestra realidad social nos apartamos del modelo francés, creando estrategias de intervención novedosas y, porsobre todo, útiles para nuestra población5. Desde hace pues dos décadas formamos psicomotricistas capaces de intervenir profesionalmente a nivel de la población infantil que por vivir en condiciones de pobreza tienen comprometido su desarrollo psicomotor. Todas las acciones de promoción y prevención a nivel del desa- rrollo psicomotor en Educación Psicomotriz las inscribimos dentro de las acciones de atención primaria de la salud. 4 Recordemos que la consolidación de la formación en Educación Psicomotriz en la Facultad de Medicina es también el resultado de una dura batalla por validar esta práctica. Práctica que quedó legalizada para el ejercicio profesional de los de la EUTM Facultad de Medicina Universidad de la República y la Adminis- la controversia de quién debía ser el responsable de la Práctica Psicomotriz Educativa, ya que consagró esta práctica dentro de la órbita profesional de los psicomotricistas. 5 No es casual que desde el gobierno de nuestro país se haya instrumentado un programa a nivel nacional, el Plan CAIF (Centro de Asistencia a la Infancia y a la Familia), con unos 300 centros CAIF en el país, donde varios de los progra- mas de este plan tienen como soporte el trabajo de los psicomotricistas. CAPÍTULO 2: 2. Atención primaria de la salud: tarea docente asistencial en Psicomotricidad6 Resulta pertinente dar cuenta de las variadas situaciones que se nos plantean a nivel de la asistencia y docencia en atención primaria de la salud con estudiantes de Psicomotricidad. Para ello hay que considerar, entre otros aspectos, los siguientes: 1) La integración de los psicomotricistas en el equipo de salud. 2) El diagnóstico de las características de la población a ser asistida. 3) La delimitación de las actividades a cumplir. 4) La instrumentación de estrategias en respuesta a las demandas de la comunidad. 5) La elaboración de un currículo adaptado a los estudiantes que concurren. - comotricidad, con formación hospitalaria, que han debido instru- mentar su práctica asistencial y docente en comunidad. Este hecho profesional y ha posibilitado nuestra integración en equipos de salud en inserción en atención primaria. - venio entre la Facultad de Medicina de la Universidad de la República y el Ministerio de Salud Pública a partir del cual se inicia el Programa Docente en la Comunidad de la Facultad de Medicina. Para poder llevar a cabo dicho programa, la facultad crea cargos docente-asis- tenciales a ser desempeñados en centros de salud materno-infantiles dependientes del Ministerio de Salud Pública, situados en su mayoría en zonas periféricas de la ciudad de Montevideo7. 6 El presente acápite fue elaborado en base al trabajo presentado en el “Iº Con- greso regional de atención temprana y Psicomotricidad EUTM”, en noviembre de 1994, organizado en Facultad de Medicina por la Comisión Sectorial de realizado en coautoría con Ionit Lamstein (ex profesor adjunto de la Licenciatura de Psicomotricidad. EUTM, Fac. de Medicina. Licenciada en Psicomotricidad. Médico Pediatra). 7 Desde noviembre de 1988 se trabaja en Psicomotricidad a nivel extrahospitalario en los centros de salud materno infantiles del Cerro y de Jardines del Hipódromo de la ciudad de Montevideo. Nuestro trabajo se desarrolla en el centro de salud de Jardines del Hipódromo situado aproximadamente a 15 kilómetros del centro de Montevideo. El número de controles y consultas en todas las especialidades allí realizadas durante el período de noviembre de 1991 a diciembre de 1992 alcanzaron los 105.517 pacientes; 12.203 pacientes, es decir un 12,6% del total, Desde nuestro ingreso a los centros de salud, los desafíos plan- teados fueron, en primer lugar, la integración como psicomotricistas al equipo de salud del centro, formado por docentes de la clínica pediátrica B, del área de salud mental, de la clínica ginecológica B, y de la escuela de enfermería de la facultad, en permanente coordinación con los pediatras y demás profesionales del centro. En segundo lugar, se debía establecer la delimitación de las acti- vidades a cumplir. A nuestro criterio el psicomotricista en atención primaria de la salud materno infantil tenía que cumplir las siguientes funciones:1) prevención primaria es decir, promoción y protección de la salud; 2) diagnóstico del desarrollo psicomotor, y 3) intervenciones terapéuticas breves. En relación con la prevención primaria nos orientamos hacia dos aspectos: la búsqueda de elementos de riego del desarrollo psicomo- tor, y la aplicación de instrumentos de screening del desarrollo por todos los integrantes del equipo. Tradicionalmente en recién nacidos y lactantes se evalúa y registra el crecimiento ponderal. Recién en los últimos años aparecen consignados en el carnet pediátrico algunas conductas de desarrollo. Esto, si bien es un avance en la óptica que los pediatras tienen del desarrollo, resulta a todas luces se utiliza con cierta regularidad, como instrumento de screening, la pancarta de desarrollo del Centro Latinoamericano de Perinatología (CLAP). Una vez detectada una posible alteración del desarrollo con dicho instrumento, se hace la derivación a los psicomotricistas8. 2.1. El diagnóstico del desarrollo psicomotor La evaluación del desarrollo psicomotor se realiza en base a la captación de los pacientes ya sea derivados por los pediatras, por otros profesionales y funcionarios del propio centro, o captados directa- mente de la sala de espera por los propios psicomotricistas, respetando las siguientes etapas:entrevista, observación de la relación madre hijo constituyen la población infantil asistida en la consulta pediátrica. La asistencia en Psicomotricidad fue de aproximadamente 250 niños. 8 En el año 1989, apoyando esta política de prevención, realizamos, con los estudiantes de Psicomotricidad un trabajo de screening (tamiz) del desarrollo de la población preescolar que asiste al Jardín Asistencial N° 234 próximo al centro de salud. Los resultados de dicho trabajo fueron expuestos en coautoría con Ionit Lamstein en las XVII Jornadas Uruguayas de Pediatría, organizadas por la Sociedad Uruguaya de Pediatría en septiembre de 1989 bajo el título “Evaluación del crecimiento y desarrollo de la población preescolar del Jardín Asistencial 214”. CAPÍTULO 2: y de la función materna, observación de los parámetros psicomotrices del niño, y aplicación de escalas de desarrollo estandarizadas por nuestro medio. Al efectuar la entrevista, realizada con un modelo libre o semi dirigido –según las circunstancias–, hemos constatado que: el control del desarrollo. - gida hacia el dominio tónico-postural, o hacia la hipotonía genera- lizada tanto axial como distal, o a la demora de la adquisición de la posición sentada, o la demora en la adquisición de la marcha. En otras situaciones se trataba de niños con cromosomopatía evidente (síndrome de down, etc.) o parálisis cerebral. desarrollo psicomotor de sus hijos, sin estar relacionado este as- pecto a la edad de la madre, nivel de instrucción (la mayoría tienen primaria incompleta) y presencia de más hijos. 2.2. En relación a las intervenciones terapéuticas breves Las mismas se elaboran según la exigencia de cada caso clínico. terapéuticas apuntan a fortalecer el vínculo madre-hijo y a realizar señalamientos que permitan ofrecer al niño posibilidades de experi- mentación sensorio-motriz. Asimismo, hemos puesto especial atención en estimular la más temprana escolarización, en instituciones preescolares de la zona de los niños evaluados. Esta conducta tiene como objetivo que los niños comprendidos en la capa etaria que no concurre a la consulta pediá- trica de control con la frecuencia que lo hacen los lactantes, tengan de alguna forma una asistencia institucional. - nes que surgen de nuestra tarea docente-asistencial en comunidad y que intentaremos resumir en unos pocos puntos. En primer lugar, el proceso de sensibilización por parte de docen- tes y estudiantesa una realidad que no conocían de cerca. Recordemos aquí que las características de la población a la que se asiste en el centro hecho es aún más relevante si tenemos en cuenta que según el CLAEH9, el 45% 9 Centro Latinoamericano de Economía Humana. de los niños uruguayos crecen en condiciones de vida por debajo de los límites de la pobreza. En segundo lugar, la búsqueda de nuevas formas de aproxima- ción a la población como son las actividades en la sala de espera y las actividades con los binomios madre-hijo en grupo. En tercer lugar, la conceptualización de la práctica de atención primaria desde sus aspectos preventivos. En cuarto lugar, la visión del trabajo en un equipo multidisciplinario diseñado para la asistencia pediátrica en el primer nivel de atención. El tipo de patologías observables en este primer nivel de atención, es esencialmente diferente de la que los estudiantes de Psicomotri- cidad pueden conocer en sus prácticas hospitalarias en los servicios de neuropediatría y en la clínica psiquiátrica pediátrica de nuestra facultad. Todas estas consideraciones no hacen más que apoyar nuestra convicción de que el Programa Docente en la Comunidad, aunque con los psicomotricistas, para los estudiantes de Psicomotricidad y para la población de la comunidad. CAPÍTULO 3 Niveles de intervención en educación psicomotriz1 Existen hechos que hacen que el nacimiento y el desarrollo de la Psicomotricidad como disciplina en Uruguay, tenga ciertas particularidades que de algún modo la hacen muy singular. En pri- como una réplica del trabajo disciplinar y profesional de la Francia de la época. La singularidad es que quien cobija a la Psicomotricidad (conce- bida en ese entonces sólo como una técnica) es el Instituto de Neuro- logía de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República. En dicho marco institucional, la Psicomotricidad se desarrolla, creándose a partir del año 1978 la formación universitaria de psicomotricistas, primero como técnicos en reeducación psicomotriz, y a partir del año de egreso consolidado como un profesional con un ejercicio liberal de la profesión. Los Licenciados en Psicomotricidad del Uruguay tienen hoy un título universitario habilitado por el Ministerio de Educación y Cul- tura, por el Ministerio de Salud Pública y con un ejercicio liberal de la profesión regido por ley. 1 Elaborado en base al trabajo “Niveles de Intervención en Educación Psicomotriz. 15 años de docencia en la Universidad de la República”, publicado en la Revista Iberoamericana de Psicomotricidad y Técnicas Corporales nº 22, mayo, España [www.iberopsicomot.net]. 1. El modelo de formación en la Facultad de Medicina, Como veíamos, la Psicomotricidad –y quienes la practicaron en un principio– fue resultado de una réplica de la Psicomotricidad francesa de la época. Pero su desarrollo, la realidad social, el contexto histó- rico, y hasta las características de la institución que le dio albergue, la Facultad de Medicina, coadyuvaron para que los psicomotricistas uruguayos fuésemos construyendo líneas de trabajo disciplinar y pro- fesional y niveles de formación diferentes del modelo francés. Estos aspectos determinaron, entre otras varias cosas: La enseñanza de grado de la disciplina se realizó desde siempre mediante la asistencia clínica de pacientes. Luego, al incorporarse otras áreas, se comenzó el trabajo directo con la normalidad. La enseñanza entonces parte de la asistencia clínica desarrollada en servicios de la Facultad de Medicina (servicios de neuropediatría, pediatría, psiquiatría infantil, centros de salud) donde el estudiante de Psicomotricidad primero observa la práctica psicomotriz de su docente, y luego junto a él y bajo su supervisión, a partir de la adquisición de co- nocimientos, destrezas y habilidades, va asumiendo niveles cada vez más importantes de responsabilidad asistencial. - les. Como señalamos en el punto anterior, estas prácticas siempre se realizan en pequeños grupos de estudiantes, con su docente de práctico y en diferentes servicios. En el currículum de grado actual, que tiene una estructura curricular de licenciatura, está prevista una carga global de 3.600 horas, con cuatro años de duración. Del total, 1.600 horas son de prácticas técnico-profesionales de Psicomotricidad, presenciales, distribuidas en tres años lectivos. Psicomotricidad primero tome contacto con la normalidad del ciclo vital y luego con la clínica. Hemos trabajado mucho para que en su formación de grado el estudiante primero se forme en contacto con “la normalidad” y luego con la clínica. formación de grado realizada en interdisciplina. Las prácticas téc- nico-profesionales de grado se desarrollan en una multiplicidad de áreas descriptas, como veremos más adelante, mediante convenios con varias instituciones (servicios de la Facultad de Medicina, del Ministerio de Salud Pública, de la Intendencia Municipal de CAPÍTULO 3: Montevideo, del Instituto Nacional del Niño y del Adolescente del Uruguay, de la Administración Nacional de Educación Pública), donde nuestros docentes desempeñan funciones docente asisten- ciales junto con los estudiantes de grado. Es decir que desde un comienzo toman contacto con otros profesionales y con estudian- tes de dichas profesiones en su trabajo diario. - jetivación y evaluación del proceso de aprendizaje de los estudiantes de Psicomotricidad, válidos para la institución universitaria. Éste ha sido un punto fundamental de nuestro aprendizaje como grupo docente, y por su importancia lo desarrollaremos más adelante de Psicomotricidad en la práctica psicomotriz educativa. educación, y clínica a lo largo del ciclo vital para que el egresado sea un profesional liberal que pueda tener un ejercicio en el ámbito de la educación y en el ámbito sanitario. Como respuesta a las necesida- des de nuestro país, y a diferencia de varias de las formaciones de psicomotricistas en Europa, la formación planteada desde nuestra institución, y a partir del plan de estudios vigente en el año 1990, formación que lo habilite al ejercicio profesional en el ámbito de el currículo descriptivo y temático de grado, y fundamentalmente en el currículo oculto, es decir, en la práctica diaria del estudiante de Psicomotricidad. En el currículo descriptivo y en el planteo de las prácticas técnico-profesionales se plantea un camino que co- mienza en el ciclo de formación en atención primaria de la salud, ciclo de diagnóstico y tratamiento del ciclo vital y en clínica de lactantes, camino siempre recorrido en forma interdisciplinar. En realidad, una concepción amplia de salud debe necesaria- mente incluir a la educación. La salud como sistema debe com- - ligadas, entonces, a la concepción y acciones de educación para la salud. Claro que muchas veces asimilamos sin más el concep- to de salud al modelo de servicios sanitarios o de “servicios de salud”, donde el paradigma conceptual generalmente responde al viejo modelo médico de enfermedad, en el que la clínica, la semiología, el diagnóstico, el pronóstico, la terapéutica y la cura se deben suceder. En dicho modelo queda poco espacio, a nivel de la práctica (no del discurso) para aspectos preventivos, para aspectos educacionales. Como ciudadanos, como “usuarios” estamos acostumbrados a recurrir a la Sanidad, a los servicios de salud, cuando estamos enfermos o cuando pensamos que podemos estarlo… por otro lado, estas organizaciones pueden tener otro discurso, pero en la realidad esperan que concurramos a ellas efectivamente cuando estamos enfermos. Esto sucede especialmente en países donde los factores sociales y la pobreza inciden en forma descarnadamente indecorosa en el normal desarrollo de nuestros niños, en donde deberíamos priorizar una salud pública volcada a la atención pri- maria de la salud. Obviamente, esto no se cumple. Recordemos por ejemplo que en el año 1948 la Organización Mundial de la Salud planteó ellema: “Salud para todos en el año 2000”, y en 1981 fue la meta a alcanzar por dicha organización… No son necesarios llega a ello. Hoy en el Uruguay uno de los temas más preocupantes de salud pública es el embarazo adolescente, y que 6 de cada 10 niños nazcan por debajo de la línea de pobreza teniendo, por lo tanto, comprometido su desarrollo psicomotor y lógicamente su futura escolaridad, y reproduciendo y multiplicando el círculo de la po- breza (que más que círculo se convierte en espiral). Veamos ahora de qué hablamos en Psicomotricidad cuando hablamos de educación, y de qué hablamos cuando hablamos de salud, de sanidad, y de clínica psicomotriz. Si analizamos los sistemas de salud y los sistemas educativos de los diferentes países vemos que ambos coexisten en forma paralela, pero hay pocos puntos de contacto entre ellos. La formación, el campo de prácticas y las concepciones ideológicas (en tanto cuerpo de ideas) caminan por carriles separados. Estos carriles a veces se encuentran, pero En nuestra experiencia, cuando el sistema de salud se encuen- tra con el sistema educativo es desde una enorme asimetría… los que venimos del campo de la “salud” lo hacemos desde otro lugar… generalmente desde uno de poder, desde un lugar donde existe poca escucha de lo que sucede, y fundamentalmente de lo que sucede a nivel de lo cotidiano. Es así que aún perduran las concepciones de “educación espe- cial” basadas en las viejas ideas de la atención médico-pedagógica. Es así que perduran en muchos de nuestros países, y en el Uruguay en especial, la separación de la educación “normal” y la educación CAPÍTULO 3: “especial”, desconociendo el muy largo camino transitado desde hace ya varios años en los países anglosajones y en Europa en el campo de la integración educativa y en el campo de la inclusión. Pero es común que los campos de la salud y de la educación en varios países europeos caminen por espacios separados… Ponga- mos como ejemplo lo que sucede con la formación de los psico- motricistas en Francia. Allí se forman en dos campos diferentes, o en la educación o en la sanidad. Aquel psicomotricista formado en el campo de la educación no podrá jamás trabajar en el campo de la salud. Por otro lado, el psicomotricista formado en el campo de la salud jamás podrá formarse en el campo de la educación. O se forma y se trabaja en la educación o se forma y se trabaja en la salud. No existen otras posibilidades. Desde hace casi treinta años la Facultad de Medicina de la Universidad de la República forma psicomotricistas, los actuales Licenciados en Psicomotricidad. En un comienzo, la formación de los psicomotricistas estaba concebida como una formación clínica que terminaba en un especialista en estimulación temprana y en - lógicas). Se trabajaba pura y exclusivamente a nivel hospitalario, sin contacto con las escuelas ni los liceos. En la actualidad, tenemos una concepción diferente de lo que debe ser un psicomotricista. Como venimos mencionando, la for- mación técnico profesional de los licenciados en Psicomotricidad que egresan de la Facultad de Medicina, abarca el campo de la atención primaria de la salud, el campo de la educación psicomo- triz, del diagnóstico y tratamiento psicomotriz inserto en equipos interdisciplinarios hospitalarios en servicios de psiquiatría infantil, de neuropediatría y pediatría y el campo de la clínica de bebés, con bebés internados en las clínicas pediátricas de la Facultad de Medicina. Antes no salíamos del hospital… hoy la mayoría de las prác- ticas se realizan fuera de él, en centros de enseñanza, en centros de salud, y solo el 25% se realiza en servicios hospitalarios. Cada vez es más notoria la necesidad de psicomotricistas con una formación integral, que estén capacitados para el trabajo tanto en el nivel clínico como en el nivel educativo. Esto ha sido plan- teado desde la concepción académica del currículo. Desde nuestra concepción no deben existir barreras en la formación, aunque luego sí existan barreras desde los propios sistemas de salud y de educación. Nuestros estudiantes durante su formación y nuestros profe- sores en su trabajo diario, transitan, circulan, trabajan y se com- prometen en forma simultánea con ambos sistemas. Se forman en educación, se forman en clínica, conocen y conviven en ambos sistemas. Construyen puentes entre ambas realidades, sufren las contradicciones, las desconexiones, y las diferentes lógicas y di- námicas que imperan en ambos mundos… Y luego está lo que el desarrollo del currículum explícito no recoge, el currículum oculto, el esfuerzo permanente de ir y venir entre “lo normal” y lo “patológico”, la posibilidad de tener contacto permanente con poblaciones que “cumplen con lo esperado para su edad” y el contacto con las “desviaciones del desarrollo”. Ésta es –y se debe reconocer así– una muy particular y original formación de psicomotricistas, pero es una formación que respon- de a las necesidades del país y de la región. Formamos expertos en salud mental, especialistas en desarrollo, para un país que tiene a más del 50% de su población infantil con un desarrollo normal comprometido por vivir bajo la línea de la pobreza. 2. La Psicomotricidad en la educación: Desde el año 1990 la Licenciatura de Psicomotricidad de la EUTM, Facultad de Medicina-Universidad de la República contempla en el currículum de grado de los Licenciados en Psicomotricidad la forma- ción en educación psicomotriz. Desde hace ya varios años contamos con un convenio interinstitucional con la Administración Nacional de Educación Pública del Uruguay para que desde la Universidad se realice la práctica psicomotriz educativa. Ya son muchos los Jardines - cidad y, lo que es fundamental, con psicomotricistas formados para realizar esta práctica. de la profesora Soubiran, de la profesora Desobeau y del profesor Lapierre, y de lineamientos de trabajo construidos desde nuestra propia Universidad a partir del trabajo con sectores de pobreza. Esto nos ha permitido desarrollar la educación psicomotriz en diferentes niveles: en la sala de Psicomotricidad y en la práctica en talleres de - CAPÍTULO 3: zadas adolescentes, binomio madre adolescente-hijo, intervenciones en el desarrollo temprano, etc. Plantearemos a continuación las líneas de trabajo y de construc- ción de conocimientos desarrolladas desde la Licenciatura que se enmarcan en la concepción de educación psicomotriz: - cativa; Se puede apreciar que las acciones enumeradas en esta relación son también entendidas como niveles de intervención en atención primaria de la salud, en tanto acciones de prevención. Esto es suma- mente interesante ya que existe un hilo conductor coherente entre la asignatura Psicomotricidad I. Atención Primaria de la Salud (duración un año, 440 horas presenciales de práctica técnico-profesional) y la asignatura Psicomotricidad II. Educación Psicomotriz y Formación del Rol del psicomotricista a través del trabajo corporal (duración un año, 520 horas presenciales de práctica técnico-profesional). Debemos aclarar que dichas acciones, a lo largo de estos años, se han cumplido desde el área de educación psicomotriz y desde el área de atención primaria de la salud de la Licenciatura de Psicomotrici- dad, y no siempre al mismo tiempo ni en las mismas instituciones educativas. 2.1. La práctica psicomotriz en sala de Psicomotricidad del profesor Bernard Aucouturier en la formación en este área y en la práctica diaria. Desde el año 1989 se comienza a trabajar en la Licenciatura en esa línea, primero en forma experimental, luego ya como un área integrada al currículum. Como mencionáramos, desde el año 1991 está en vigencia un convenio interinstitucional entre nuestra Licenciatura y la Adminis- tración Nacional de Educación Pública que ha permitido por un lado el desarrollo de la práctica psicomotriz educativa como un espacio de formación en Psicomotricidad,y por otro que se legalice esta práctica, ya que es la propia Administración Pública de Educación quien la el responsable de la misma. 2.2. Evaluación psicomotriz poblacional La experiencia clínica acumulada durante más de tres décadas en los diferentes servicios asistenciales de niños de la Facultad de Medicina por nuestros docentes puso de relieve la importancia de la detección precoz de alteraciones del desarrollo y especialmente de las de estandarizar, para nuestra población, instrumentos de evaluación, y en otros casos de construir instrumentos de evaluación válidos. Por razones de obvio compromiso social, las acciones desarrolladas desde nuestra Universidad siempre han estado dirigidas a la pobla- ción de riesgo social (existen varias publicaciones de investigaciones realizadas en nuestra Facultad en este campo). A partir de la interrelación de áreas de formación de la Licen- ciatura surge la inquietud de crear espacios en las escuelas comunes (de educación normal o escuelas regulares, según el país), para la Es así que desde el dispositivo asistencial de los talleres de grafo- motricidad instrumentados a nivel de la clínica psicomotriz (servicio de neuropediatría y servicio de psiquiatría pediátrica de la Facultad de Medicina y Licenciatura de Psicomotricidad, EUTM) son recrea- das las estrategias y repensados los objetivos, y así se conciben y se 2 en el ámbito educativo. En ellos los objetivos son claramente pedagógicos, de apoyo a la labor del maestro de clase y en consonancia con los académicos del grado que se cursa. 2 Puede hallarse información desarrollada al respecto en: Henig, Ingrid y Paolillo, Gabriela en el Congreso Regional de Psicomotricidad –“Desarrollo, Aprendizaje y Psicomotricidad”–, año 2000 (organizado por nuestra Licenciatura y por la Aso- ciación Uruguaya de Psicomotricidad), llamado “Talleres de educación del gesto (Jardines de Infantes N° 213 y N° 260). Licenciatura de Psicomotricidad, EUTM, Facultad de Medicina. Publicado en la Revista Iberoamericana de Psicomotricidad y Técnicas Corporales, Nº 2, mayo de 2001, España (www.iberopsicomot.net). CAPÍTULO 3: Objetivos de los Talleres: - fomotor: por la estética; - sarrollo de la habilidad manual; - organización de la actividad, con respecto a la utilización de los materiales y la secuencia de los distintos momentos que hacen a la tarea; - adecuada prensión manual; - coordinación óculo-manual; - integración de ambos hemicuerpos en la actividad; - bro-brazo) y a nivel distal (mano-dedos); - favorecer el proceso de lateralización; - exploración de las distintas direcciones y orientaciones en el - ajuste postural. especializado. Como estos talleres a lo largo del tiempo se han instrumentado en los últimos niveles del preescolar y en los primeros años del ciclo escolar, permiten realizar un trabajo de replantear los objetivos, las estos dos subsistemas educativos y tender puentes de entendimiento entre los actores de ambos. Es interesante realizar el proceso de instrumentación en forma conjunta con los maestros de clase, eso permitirá por ejemplo la dis- cusión y revisión de las estrategias y materiales utilizados hasta el para el trabajo. 2.4. Formación permanente del personal docente de las instituciones educativas El trabajo interdisciplinario depara múltiples espacios de forma- ción para todos los integrantes del equipo. El encuentro desde los diferentes enfoques disciplinares, la posibilidad de la construcción de códigos comunes a partir de miradas diversas, los conceptos y preconceptos provenientes de formaciones de base distintas, permi- ten al equipo multidisciplinario comenzar un complejo y muy rico proceso de aprendizaje. A este proceso que realiza el equipo, para posibilitar que la tarea sea profundamente creativa, hay que sumarle espacios de formación, disciplina, o mejor dicho, los psicomotricistas con capacitación para brindar formación por vía corporal, pueden aportar y mucho a la formación permanente del personal docente. Formación teórica: Es necesario que el equipo docente de la institución educativa conozca y comparta los objetivos de la práctica psicomotriz. pedagógico de cada centro educativo con sus características parti- culares. Se necesita construir un proyecto en común, un proyecto pedagógico compartido. En nuestra opinión la práctica psicomotriz educativa solo debe realizarse en un marco de coherencia pedagó- gica. No todas las instituciones educativas comparten los objetivos de esta práctica ni comparten la forma de implementarlos. interdisciplinario, acordando estrategias en común, y tentando al- canzar una tarea interdisciplinar con momentos de transdisciplina. Trabajo corporal con los educadores: propio cuerpo del educador y sus sensaciones en relación con las otras personas, los objetos, el espacio y el tiempo, permitiéndole vivenciar, pasar por el cuerpo, el conocimiento ya adquirido a nivel teórico. 2.5. Apoyo al proceso de integración/inclusión que en el Uruguay jamás se ha realizado un proceso global de inte- CAPÍTULO 3: gración, y mucho menos se ha transitado hacia el proceso de inclu- consagrado por ley, tiene en la práctica múltiples restricciones en su ejercicio, puesto que hasta ahora no ha existido una clara voluntad política de las autoridades de la Educación Pública que, a través de Tampoco han existido debates amplios sobre esta temática, que habiliten a que la discapacidad y las personas con necesidades educativas especiales sean tratadas como sujetos de derecho (y no como muchas veces sucede, mal tratadas, desde una postura asistencialista). ¿Cuál es el rol de los psicomotricistas en la integración? Tal vez esta pregunta merece varias respuestas… y seguramente serán diferentes según el país… En primer lugar, el psicomotricista que trabaja en atención temprana desde el momento mismo que recibe a la familia deberá trabajar junto a los padres y al equipo, sobre las expectativas de estos respecto del futuro del niño. Entre las preguntas que los padres de niños diferentes se formulan están las siguientes: ¿él podrá aprender?, ¿él irá a la escuela? También el psicomotricista cumple un rol muy importante en el equipo de trabajo que apoya la integración escolar, diseñando estra- tegias que hagan posible el proceso de integración, seleccionando, junto al equipo y a los padres la institución educativa abierta a la integración, haciendo señalamientos y sosteniendo al equipo peda- gógico de la institución educativa, interviniendo en las adaptaciones curriculares. El papel del psicomotricista en el proceso de inclusión está deter- minado y favorecido por su formación, que le permite conocer al niño desde la mirada psicomotriz, y desde ella, contribuir al diseño de un proyecto educativo que no solo sea pensado para el niño con necesidades educativas especiales, sino que habilite a un proyecto educativo pensado para los educadores, para los compañeros de clase y repercuta en la sociedad. 2.6. Talleres con padres Como parte de la tarea de la práctica psicomotriz educativa ya están previstas instancias de trabajo con los padres de los niños, que pueden ser espacios muy ricos para analizar aspectos generales de la crianza. Asimismo, a demanda de los padres o de otros integrantes del equipo de las instituciones educativas, nuestros docentes y también los estu- diantes de la Licenciatura han organizado talleres, charlas y dinámicas con padres sobre diferentes aspectos de los criterios de crianza. 3. La formación del estudiante de grado de Psicomotricidad en educación psicomotriz Como ya lo establecimos más arriba, el estudiante de Psicomo- tricidad participa de un proceso formativo durante su tránsito curri- cular en la Licenciatura, que lo forma para los diferentes niveles de intervención psicomotriz, tanto en el ámbito educativo como en el ámbito sanitario. tiene en forma concomitante y coordinada: El estudiante concurre en un grupo pequeño con suscompañeros de generación, a sesiones de educación psicomotriz, coordinadas por su docente psicomotricista, en un primer tiempo como observador y al poco tiempo ingresando a sala a trabajar en las sesiones con los niños. Duración: un año, 8 horas semanales. Duración: un año, 3 horas semanales. Duración: un año, 2 horas semanales. No nos extenderemos ahora en la formación corporal, pero sí pensamos que es bueno, porque es muy ilustrativo de los objetivos docentes a alcanzar, plantear aquí el instrumento de evaluación de la práctica psicomotriz educativa con que los docentes evalúan la actuación contínua del estudiante. Este instrumento fue elaborado, por el equipo docente de la Licenciatura en el año 1994, junto a los instrumentos de evaluación continua de la práctica en atención pri- maria de la salud y de la práctica en diagnóstico y tratamiento psi- comotriz3. Cada uno de estos instrumentos es diferente, y cada uno está diseñado para la evaluación de una práctica, teniendo en cuenta En el actual régimen de evaluación de nuestra Licenciatura un estudiante aprueba un curso teórico práctico si ha tenido más del 3 El equipo docente de la Licenciatura de Psicomotricidad (EUTM, Facultad de Medicina, Universidad de la República) en el año 1994 con el asesoramiento de la Lic. Cristina Contera del Departamento de Ciencias de la Educación de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad de la República diseñó los instrumentos de evaluación continua de las diferentes prác- - tro de la práctica psicomotriz ha sufrido cambios desde el año 1994 producto Gabriela Paolillo, Mariana Camacho, Ingrid Henig, Sandra Ravazzani, Magela Pizzorno, María Rosa Peceli y Juan Mila). CAPÍTULO 3: 80% de asistencia a las clases dictadas, y ha obtenido una evaluación continua satisfactoria. Exonera de examen si además ha obtenido un promedio satisfactorio en las pruebas parciales. Pero la instancia de evaluación que más pesa, a la hora de dar una evaluación global del estudiante, es la evaluación continua. Ésta es una evaluación que el docente va realizando a lo largo del año lectivo a medida que el estudiante primero observa las sesiones de educa- ción psicomotriz coordinadas por su docente de grupo, luego cuando comienza a ingresar a la sala de Psicomotricidad a participar en las En la instancia de evaluación continua se analiza la adquisición de conocimientos, habilidades, destrezas, procedimientos, y la construc- ción del rol profesional. Se deben tener en cuenta las características de la institución educativa, así como el encuadre de la práctica y la conformación del grupo de estudiantes. Este sistema de evaluación, siempre perfectible, nos ha permitido establecer criterios de objeti- vación del proceso de aprendizaje de los estudiantes. Temerosos de caer en subjetividades, o de análisis simplistas y cuasi anecdóticos de la construcción del rol profesional, primero al pensar y realizar la construcción de este instrumento, y luego en su aplicación - tándonos el proceso de aprendizaje de nuestros estudiantes. Cada uno de los ítems que debemos evaluar es el resultado pri- mero, de un largo proceso de discusión y representación del rol pro- fesional del psicomotricista, que luego de “aislado” y conceptualizado por los docentes como importante en la formación curricular, debe ser pasible de ser “aprendido” por el estudiante a partir de la función docente del psicomotricista docente. Se establece así una interesante dialéctica en el proceso de apren- dizaje, que ya no es solo un proceso individual transitado en solitario por el estudiante. Es también un proceso de aprendizaje grupal, y es un proceso de aprendizaje para el psicomotricista docente, que debe ayudar a aprender, y a adquirir conocimientos, destrezas, habilidades y procedimientos. Este instrumento de evaluación no es “llenado” como de los estudiantes. Su utilización nos ha permitido, además, el esta- blecimiento, por parte del grupo docente de criterios de evaluación compartidos, a nivel conceptual. E V ALUAC IÓN C ONT INUA E S TU D IA N TE : __________________________________ Fecha: MUY INSATISF. INSATISF. CASI SATISF. APENAS SATISF. SATISF. MUY SATISF. EXCEL. 0-16% 17-33% 34-49% 50-60% 61-79% 80-89% 90- 100% 1- OB S E R V AC IÓN E INTE R C AMB IO G R UP AL. Capacidad de observación Capacidad de construir un saber grupal Maleabilidad del proceso de interrelación teórico-práctIco 2- R O L. Actitud corporal Capacidad para hacer evolucionar situaciones Capacidad de escucha Expresividad motriz (comunicación) Manejo de voz y lenguaje Manejo de límites (ley y seguridad) Relación con el niño Relación con el docente Relación con la institución Relación con los padres 3- R E S P O N S A B ILID A D (aspectos curriculares y encuadre). Asistencia y puntualidad Responsabilidad en la entrega de trabajos Aplicación de pruebas y registro Observación de parámetros de un niño Observación de situaciones de juego Observación de psicomotricista (coordinador y ayudante) Observación de sesión completa Intervención en T.G.G. (aportes) Elaboración de informes Participación en entrevistas con padres C O M E N TA R IO : CAPÍTULO 3: Fotos 1 y 2. Trabajo en la sala de Psicomotricidad del Jardín de Infantes Enriqueta Compte y Riqué. Montevideo. Convenio ANEP – Licenciatura de Psicomotricidad, EUTM Facul- tad de Medicina. Foto 4. Sala de Psicomotricidad. Jardín de Infantes N 91 Ciudad de Paysandú. Convenio ANEP – Licenciatura de Psicomotricidad EUTM Facultad de Medicina. Foto 3. Sala de Psicomotricidad. Jardín de Infantes Euskal Erria. Montevideo. Convenio ANEP – Licenciatura de Psicomotricidad EUTM Facultad de Medicina. La supervisión clínica en Psicomotricidad1 El vocablo clínica, tuvo como acepción original denominar “aquello que se aprende al lado de la cama del enfermo”. Es por ello que el término está indisociablemente ligado a las intervenciones diagnós- ticas y a las intervenciones terapéuticas. Esta acepción, habitual en medicina, es válida también para la Psicomotricidad. - motricidad es, desde el año 1990, un título profesional habilitante con formación teórico-práctica. Por ello el psicomotricista puede actuar en estimulación, educación, reeducación y terapia psicomotriz, siendo asesoría técnica e investigación2. La profesión del psicomotricista está regulada en este país por Ley, y habilitada por el Ministerio de Salud Pública y por el Ministerio de Educación y Cultura. Hace ya varios años que actuamos en el campo de la supervisión 1 Elaborado en base a la - silera de Psicomotricidad (Fortaleza Ceará, Brasil, septiembre de 2007), y a la conferencia “El rol de la supervisión clínica en Psicomotricidad”, dictada por Juan Mila en el 26º Universidad de Verano, coloquio “Emociones y Psicomo- tricidad. Nuevas miradas sobre los trastornos del desarrollo sus tratamientos” (julio de 2007, París). 2 Programa Oficial. Licenciado en Psicomotricidad. Escuela Universitaria de Tecnología Médica, Facultad de Medicina, Universidad de la República, 1990, Montevideo. este campo de la Psicomotricidad. Primero hemos supervisando nuestro trabajo clínico con supervisores psicoanalistas y también con supervisores psicomotricistas (muchas veces supervisando entre pares). Luego, a partir de nuestra experiencia clínica, y a demanda de nuestros colegas, hemos supervisado el trabajo clínico de psicomotri- cistas de nuestro país y de grupos de psicomotricistas en el extranjero. Por ello, a partir de nuestra experiencia reconocemos en la supervi- Si bien se trata de un tema poco o nada abordado en la bibliografía un campo de actuación profesional del psicomotricista con formación clínica y con formación para realizar las supervisiones clínicas de colegas psicomotricistas clínicos. Creemos entonces necesario abrir opinión y plantear debate sobre este campo. - cistas en el Uruguay ha tenido
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