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4 Título: ANTROPOLOGÍA BÍBLICA Autor: Benjamín Rojas Yauri Co - autor: Abel Torres Salazar Diseño de interior y tapa: Denise Raquel Orosco Florián El contenido de está publicación (texto, imagenes y diseño), no podrá reproducirse total ni parcialmente por ningún medio mecánico, fotográfico, electrónico (escáner y/o fotocopia) sin a autorización escrita del autor. UNIVERSIDAD PERUANA UNIÓN - Facultad de Teología Departamento de Educación Religiosa Carretera Central km 19 - Ñaña - Lima / Tel: (01) 618 6336 / 618 - 6300 / Anexo: 3034 www.upeu.edu.pe 5 PRESEN TACIÓN: Pr. Abel Torres / Pr. Jesús Hanco La universidad Peruana Unión es una institución que viene desarrollando una serie de acciones con el propósito de alcanzar los más altos niveles en la gestión educativa en las diversas carreras que ofrece. Dentro de este contexto, el módulo de Introducción a la Santa Biblia brinda un con- junto de conocimientos teórico-prácticos en materia bíblica, que permite al estudiante tener una mejor comprensión del origen, la transmisión y la organización de los libros que comprende la Santa Biblia, de manera que se pueda brindar los conocimientos básicos previos a cualquier estudio o lectura de la Palabra de Dios. Este módulo ha sido dividido en 4 grandes unidades y 15 sesiones de aprendizaje. En cada unidad se hallará el resultado de aprendizaje que debe desarrollar el estudian- te, el tema tratado, el cual será debidamente explicado y, finalmente, se encontrará una serie de preguntas que le permitirá al estudiante realizar una autoevaluación de todo lo aprendido. El módulo es eminentemente práctico y tiene como objetivo fundamental explicar y brindar los conocimientos básicos para un estudio de la Biblia más alturado y serio. De ese modo, se aborda el tema de la revelación de Dios, enfatizando en los conceptos de revelación, inspiración e iluminación. Continuando con los idiomas, los materiales y los formatos en los cuales se escribió originalmente la Santa Biblia. Luego, se hace un estudio del canon bíblico tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento y, finalmen- te, se realiza una integración de la Biblia al diario vivir del estudiante 6 TABLA DE CONTE NIDO 7 ÍNDICE SESIÓN N° 1: LA REVELACIÓN GENERAL DE DIOS SESIÓN N° 2: LA REVELACIÓN ESPECIAL SESIÓN N° 3: LA INSPIRACIÓN Y LA ILUMINACIÓN SESIÓN N° 4: PREPOSICIONES, ACTITUDES Y PRINCIPIOS PARA INTERPRETAR DE LA BIBLIA SESIÓN N° 5: LOS IDIOMAS Y MATERIALES ORIGINALES EN LOS CUALES FUE ESCRITO LA BIBLIA SESIÓN N° 6: EL CANON BÍBLICO: DEFINICIÓN Y PRESUPOSICIONES SESIÓN N° 7: LA ESTRUCTURA DE LA SANTA BIBLIA SESIÓN N° 8: LOS LIBROS APÓCRIFOS Y PSEUDOEPIGRÁFICOS SESIÓN N° 9: PAUTAS PARA INTERPRETAR LA BIBLIA SESIÓN N° 10: ¿CÓMO INTERPRETAR UN TEXTO BÍBLICO? SESIÓN N° 11: ¿CÓMO INTERPRETAR UN TEXTO BÍBLICO DENTRO DE LA PARTE POÉTICA DE LA BIBLIA? 8 11 15 19 25 32 36 41 48 54 44 UNIDAD I AUTORIDAD DE LA SANTA BIBLIA UNIDAD II ORIGEN Y ESTRUCTURA DE LA SANTA BIBLIA UNIDAD III GÉNESIS LITERARIOS DE LA BIBLIA 8 SESIÓN N° 12: ¿CÓMO INTERPRETAR UN TEXTO BÍBLICO DENTRO DE UNA DE LAS EPÍSTOLAS DE LA BIBLIA? SESIÓN N° 13: ¿CÓMO INTERPRETAR UN TEXTO BÍBLICO QUE ES PARTE DE UNA PARÁBOLA? SESIÓN N° 14: LOS MÉTODOS DE ESTUDIO DE LA BIBLIA SESIÓN N° 15: EXPERIENCIA DEL ESTUDIO DE LA BIBLIA BIBLIOGRAFÍA UNIDAD IV ESTUDIO DIARIO DE LA SANTA BIBLIA 59 64 70 75 87 9 Valora la Biblia, el Antiguo y Nuevo Testamento, como la Palabra de Dios escrita, según el principio de Sola Scriptura para COMPETENCIA SU M IL LA La asignatura Formación y Desarrollo Integral I per- tenece al área de formación profesional básica. Es de naturaleza teórica. Tiene como propósito valorar la Biblia, el Antiguo y Nuevo Tes- tamento, como la Palabra de Dios escrita, según el principio de Sola Scriptura para incorporar el mensaje bíblico a su vida personal. Comprende: Autoridad de la Santa Biblia; Origen y estructura de la Santa Biblia; Géneros literarios de la Biblia; Estudio diario de la Santa Biblia. 10 UNIDAD I AUTORIDAD DE LA SANTA BIBLIA 11 La revelación general de Dios La revelación especial de Dios La inspiración y la iluminación SESIÓN SESIÓN SESIÓN N°1 N°2 N°3 RESULTADO DE LA UNIDAD APRENDIZAJE Identifica la autoridad de la Santa Biblia según el principio de Sola Scriptura para valorar la Biblia como palabra divina. 12 SESIÓN N° 1: LA REVELACIÓN GENERAL DE DIOS Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. (Ro 1:20) Al abordar este tema es necesario partir de la pre- misa que el ser humano es incapaz de conocer ple- namente a Dios por sí mismo, sino solo hasta don- de el mismo Dios se auto-revele. Como lo dijera el profeta Isaías: “Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vues- tros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.” (Is 55:9). De este modo, el Señor descorre la cortina, abre el velo que lo mantiene es- condido del conocimiento humano, debido a la na- turaleza de los pecados y las iniquidades, las cuales “han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír.” (Is 59:2). Un grupo de estudiosos considera a la comprensión de las verdades bíblicas como un logro alcanzado solo por un grupo élite de personas muy capaci- tadas o especialmente preparadas. La propia Biblia declara que la revelación de Dios difiere totalmente de esta idea, pues la comprensión acerca de las ver- dades divinas no es el resultado del descubrimiento humano sino del beneplácito de Dios de revelarse a sí mismo. Como lo declara Pablo “dándonos a co- nocer el misterio de su voluntad, según su beneplá- cito, el cual se había propuesto en sí mismo” (Ef 1:9). Sin embargo, otro grupo de estudiosos niega la existencia de un Dios que deba ser conocido, pues cree que la realidad última es de “naturaleza mate- rial”. Percibiendo al mundo como la operación de fuerzas físicas, visualizando a la vida como el resul- tado del trabajo de la energía material bajo la ley de la necesidad mecánica. De manera que de acuerdo a este modo de pensar, el hombre no puede cono- cer a Dios, debido a que no hay Dios para conocer. El único objeto de conocimiento sería la materia, la cual es descubierta y entendida solo a través de procesos científicos. Sin embargo, aún permanece la pregunta: ¿qué es la revelación? 1.1. EL CONCEPTO DE REVELACIÓN El acto de la revelación de Dios, significa que Dios mismo está descorriendo la cortina de lo que es- taba escondido. Dios da a conocer al ser humano, la naturaleza de su persona y su voluntad. Así es a través de la revelación que Dios se da a conocer al hombre. Por lo tanto, se puede definir a la revelación como: ¿Sabías que?: La palabra “revelación” proviene de la palabra hebrea galah, que significa “revelar secretos”, “descubrir” (Dan 2:22, 28, 47) y de la palabra griega apocapypsis, de donde proviene el nombre del último libro de la Biblia, y cuyo significado es: “revelación”, “acto de quitar el velo”, “acción de descorrer el velo” (Luc 2:32; Ro 16:25; Ga 1:12). “El acto divino por el cual Dios se da a conocer a sí mismo, su voluntad y su propósito hacia la familia humana”. Y también se puede mencionar que re- velación es “el contenido del mensaje comunicado por Dios”. Sin embargo, para un estudio más organizado acer- ca de este tema tan importante como es la reve- lación, se la puede dividir en dos categorías: (a) la revelación general y (b) la revelación especial. 1.2. LA REVELACIÓN GENERAL Esta categoría es denominada “general” debido a dos motivos: • Es dado a todos los hombres, no siendo limitada a ninguna nación específica o a un grupo élite de personas • Se refiere a la revelación que se manifiesta en la naturaleza y en el propio hombre a travésde la ra- zón y la conciencia. Se puede afirmar que fue la revelación dada en la naturaleza la que impresionó al salmista para de- clarar: “Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el fir- mamento anuncia la obra de sus manos” (Sal 19:1), viendo que esto se realizaba de día como de noche (v. 2), describiendo a la naturaleza metafóricamente como si estuviera proclamando (v. 4), aunque tam- bién especifica que en dicha revelación “no hay lenguaje, ni palabras”. Dicha declaración es corroborada por la declaración de Pablo, quien habla sobre la revelación natural en Romanos 1 y 2, argumentando que el hombre que no tiene un conocimiento de Dios a través de la Bi- blia, también es responsable delante de Dios. Así, el 13 Señor se ha manifestado ante todo hombre a través de la revelación general. El apóstol sostiene que las obras creadas por Dios ponen al descubierto su poder ilimitado, su existen- cia eterna y su naturaleza divina: “Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa” (Ro 1:20). Es a tra- vés de la revelación general que el hombre conoce lo suficiente acerca de su responsabilidad con Dios, como para considerarse culpable cuando delibera- damente desobedece y rechaza adorar a Dios. Toda la creación da testimonio de su creador. La observación reverente del universo físico, con su orden, designio y belleza nos habla no solo acerca de la existencia de Dios, sino también de la organi- zación y la magnificencia de Dios. De esta manera, Dios ha dejado su huella en la creación de tal modo que el universo entero revela, aunque pálidamente a causa del pecado, el poder y la deidad de Dios a los hombres. En Ro 2:14-25, el apóstol Pablo enseña otro ele- mento de la revelación general, la conciencia. La ley moral implantada en la naturaleza humana, es confirmada por la facultad de la razón y la concien- cia. Para ello, considera que los gentiles, quienes no tuvieron la revelación especial de la Santa Bi- blia (Antiguo Testamento), conocen acerca de los requerimientos morales de Dios, debido a que Dios ha colocado una “ley escrita en sus corazones, dan- do testimonio su conciencia, y acusándoles o de- fendiéndoles sus razonamientos” (Ro 2:15). De este modo, la conciencia es otro medio a través del cual Dios se revela a la humanidad. Esto es sus- tentado por el hecho que el ser humano fue crea- do a “imagen y semejanza de Dios” (Gn 1:26-27). Y aunque la moral varía un tanto de una cultura a otra. Existe un acuerdo universal en que algunos ac- tos son buenos y otros son malos. Claro está que sus niveles morales no eran tan específicos como la de los judíos, quienes recibieron la revelación espe- cial del texto bíblico. Sin embargo, la naturaleza, la conciencia y la razón son insuficientes para revelar claramente la persona de Dios pues son limitadas, no pudiendo mostrar plenamente la santidad, el amor redentor, y los pro- pósitos de Dios para la raza humana, haciéndose necesaria la revelación especial. 14 15 SESIÓN N° 2: LA REVELACIÓN ESPECIAL Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo (He 1:1-2) Dios se revela a sí mismo a través de las Sagradas Escrituras, siendo Jesucristo mismo, el clímax de la revelación de Dios. Sin embargo, como lo declara la misma Biblia, en He 1:1-2, esta revelación “especial” de Dios hacia los hombres se ha dado “muchas ve- ces” y de “diferentes maneras”. Así, un estudio deta- llado dentro de la Biblia, nos muestra por lo menos siete medios a través de los cuales Dios reveló a su pueblo su mensaje. 2.1. LAS TEOFANÍAS Esta primera forma de comunicación entre Dios y el hombre es a través de las manifestaciones visibles de Dios hacia el hombre, logrando darse una comu- nicación cara a cara. Dentro de esta categoría se ha- lla: Abraham, quien se encontró con Jehová (Cristo pre-encarnado) y dos ángeles cerca de su tienda en las llanuras de Mamre (Gn 18:1-3). Por otro lado, el patriarca Jacob luchó con un va- rón en Peniel, quien luego de la lucha se identificó como Dios al declararle: “No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido.” (Gn 32:28). Esto es corroborado con la declaración misma de Jacob: “Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma.” (Gn 32:30). Otro personaje que también tuvo una experiencia similar fue Moisés con quien Jehová hablaba “cara a cara”, como habla cualquiera a su compañero (Ex 33:11). Cada uno de estos ejemplos muestra la ma- nera directa como Dios se reveló a estos profetas. Por lo tanto, se puede afirmar que tanto Jacob como Moisés tuvieron una teofanía, una manifesta- ción sensible de Dios. 2.2. LOS ÁNGELES La segunda forma de comunicación entre Dios y el hombre es a través de los ángeles, espíritus mi- nistradores enviados para el servicio a favor de los que serán herederos de la salvación (He 1:14). Estos seres se han acercado frecuentemente a diferentes patriarcas y profetas, trayendo mensajes de espe- ranza y consuelo, como en el caso del profeta Elías, quien se hallaba hambriento y solo (1 R 19:5-7). Fue un ángel anunció el nacimiento de Juan el bautista (Lc 1:13) y el nacimiento de Jesús (Lc 1:31-32). Y del mismo modo fue un ángel quien fortaleció a Jesús cuando éste oraba en el huerto de Getsemaní (Lc 22:43). Además, fueron los ángeles quienes dieron mensa- jes de movilización, para que los creyentes se dirijan a otras personas para hablarles acerca del evangelio de Dios. Una situación así aconteció en la experien- cia del Felipe, quien recibió la orden: “Levántate y ve hacia el sur, por el camino que desciende de Jerusa- lén a Gaza, el cual es desierto.” (Hch 8:26), para que así pueda encontrarse con un etíope eunuco que volvía de Jerusalén leyendo el libro de Isaías, pero sin lograr comprender las Escrituras (Hch 8:30-31). 2.3. LA VOZ AUDIBLE DE DIOS La tercera forma de comunicación entre Dios y el hombre es a través de la voz audible. A través de Glosario: El término teofanía es una palabra compues- ta que proviene de dos voces griegas: theos (dios) y phanos (claro), llegando a significar: “manifestación o aparición sensible de Dios”. ¿Sábias que?: La palabra “ángel” en el idioma griego es an- guelos. Dicha palabra puede ser traducida en el Nuevo Testamento como “angel” y también como “mensajero”. 16 17 la historia, hubo ocasiones cuando Dios habló de forma claramente perceptible a los oídos de todos los presente. Por ejemplo, en el Sinaí fueron pro- nunciados los diez mandamientos en forma audible y conjunta con el Padre y el Hijo en un dúo trascen- dente (Éx 20:1-18) que literalmente hizo temblar a toda la Tierra. Asimismo, la voz de Dios fue oída tres veces du- rante el ministerio terrenal de nuestro Señor Cristo Jesús: (1) en ocasión del bautismo de Cristo, (2) en el monte de la transfiguración, y (3) cuando los fi- lósofos griegos fueron a verlo en el templo durante la semana antes de la crucifixión. En estas ocasio- nes se oyó a Dios llamando a los hombres a prestar atención al mensaje de su amado Hijo. 2.4. MANIFESTACIONES VISIBLES La cuarta forma de comunicación entre Dios y el hombre fue a través del pectoral del sumo sacer- dote, en el cual se hallaban dos piedras grandes engastadas en la parte superior; llamadas: Urim y Tumim. El sumo sacerdote podía hacer preguntas, y Jehová le respondía a través de estas dos piedras. Si la respuesta era “Sí”, una piedra brillaba con un halo de luz y gloria. Si la respuesta era “No”, la otra piedra quedaba parcialmente obscurecida por una sombra o un vapor (El evangelismo, 447). Dicha for- ma de comunicación fue empleada comúnmente dentro del pueblo de Israel paraconfirmar cuál vo- luntad de Dios especialmente en el tema de: “ir a la guerra o no” (Nm 27:21; 1 S 28:6). 2.5. EL ECHAR SUERTES La quinta forma de comunicación entre Dios y el hombre fue a través del acto de echar suertes. Un equivalente moderno quizá podría ser sacar pajitas: Donde todas las pajitas deberían tener la misma longitud con excepción de una. Luego se permite que cada participante elija una de las pajillas, mos- trándosele solo los extremos de cada todas las pa- jillas, escondiendo la diferencia de longitudes con la mano. Luego de que cada participante toma una de las pajillas es fácil determinar quién sacó la más corta, siendo éste el elegido. Dentro de la Biblia, vemos el echar suertes, sobre los machos cabríos (Lev 16:8-9), sobre ciudades, y sobre hombres. El ejemplo bíblico más conocido en cuanto a la elección de algún hombre, fue el ha- llazgo de Acán por causa del hurto del lingote de oro, las monedas de plara y el manto babilónico, robo que fue causa de la humillante derrota de Is- rael frente al pueblo de Hai (Jos 7:16-19). En el Nuevo Testamento, existe sólo un caso en el que se determinó la voluntad de Dios echando suertes: la elección de Matías, quien ocupara el lugar dejado vacante por Judas Iscariote entre los doce apóstoles (Hch 1:26). Sin embargo, este mé- todo cayó en desuso, motivo por el cual Elena de White escribió. “No tengo fe en la práctica de echar suertes... El echar suertes para elegir a los dirigentes de la iglesia no está de acuerdo con la voluntad de Dios. Llámese a hombres de responsabilidad para elegir a los dirigentes de la iglesia” (Patriarcas y pro- fetas, 319). 2.6. LAS VISIONES ABIERTAS DURANTE EL DÍA La sexta forma de comunicación entre Dios y el hombre fue a través de las visiones. El Antiguo y el Nuevo Testamento existen referencias profetas que recibían visiones del Señor (Nm 12:6; 1 S 13:1; 18 Jl 2:28-32; Hch 16:9). Asimismo, cabe resaltar que una serie de fenóme- nos físicos sobrenaturales acompañaban a los pro- fetas quienes recibían las visiones. En el libro de Daniel capítulo 10 se clarifica mejor la naturaleza y el alcance de los fenómenos singulares que invo- lucran tener una visión, gracias a una descripción del propio profeta de su experiencia al recibir una visión: • Ver cosas que los que están alrededor no pueden ver (vers. 7) • Pérdida de la fuerza natural, desfallecimiento (vers. 8) • Ser dotado de una fuerza sobrenatural externa a él (vers. 10, 11, 16, 18, 19) • Estar completamente ajeno al ambiente inmediato (vers. 9) • No respirar (vers. 17). Cada una de estas características halladas en la Bi- blia es una referencia bíblica muy importante para reconocer una verdadera experiencia de recibir vi- sión frente a las frecuentes experiencias engañosas vistas en diferentes momentos de la historia del pueblo de Dios. 2.7. LOS SUEÑOS PROFÉTICOS NOCTURNOS La séptima forma de comunicación entre Dios y el hombre es a través de los sueños proféticos. Los profetas frecuentemente recibían mensajes del Se- ñor durante los períodos nocturnos. No hay eviden- cia de que dichos sueños hayan estado acompaña- dos de fenómenos físicos, ni tampoco que el tipo de mensajes dados durante la noche fuese diferen- te de los transmitidos en las visiones del día. Dentro de la Biblia se puede encontrar el ejemplo de José, quien a través de un sueño recibió el mensaje de un ángel para tomar a María por mujer (Mt 1:20), bajo el mismo modo los reyes magos recibieron la orden de no volver a visitar a Herodes (Mt 2:12). Y a través de un sueño, José fue advertido para volver de Egipto y morar en Galilea (Mt 2:22). En cierta ocasión se le preguntó a Elena de White (una profeta) si ella solía tener sueños nocturnos comunes, como la gente los tiene normalmente. Ella sonrió y contestó: “Sí”. La pregunta subsiguien- te fue: ¿Cómo puede diferenciar Ud. los sueños comunes de los sueños proféticos? Siendo su res- puesta: “El mismo ángel mensajero que está a mi lado dándome instrucciones en las visiones de no- che, permanece también junto a mí dándome ins- trucciones durante las visiones del día.” (Elena G. de White: mensajera de la iglesia remanente 10.) En conclusión, durante esta sesión se ha podido es- tudiar las siete formas cómo Dios se ha revelado. Siendo corroborado por la declaración del após- tol Pablo: Dios se ha revelado “muchas veces” y de “muchas formas” a los padres por los profetas (He 1:1). Sin embargo, existe una revelación más clara acerca de Dios, su carácter, su voluntad y su inten- ción de salvar a la humanidad y es en la persona de Cristo Jesús (He 1:2), La Biblia sitúa Cristo, como la última y la más grande revelación de Dios hacia la humanidad. En su vida, se puede tener una idea clara de quién es Dios y cuáles son sus designios. De modo que “el Antiguo Testamento derrama luz sobre el Nuevo, y el Nuevo sobre el Antiguo. Cada uno es una revelación de la gloria de Dios en Jesús. Cristo manifestado a los patriarcas, simbolizado en los servicios de los sacrificios, esbozado en la ley, y revelado por los profetas, constituye las riquezas del Antiguo Testamento. Cristo en su vida, en su muerte y su resurrección; Cristo manifestado por el Espíritu Santo, es el tesoro del Nuevo. Tanto el Nuevo como el Antiguo Testamento presentan verdades que re- velan continuamente nuevas profundidades de sig- nificado al que las busca fervorosamente.” 19 SESIÓN N° 3: LA INSPIRACIÓN Y LA ILUMINACIÓN Toda la escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra (2 Ti 3:16) 20 3.1. LA INSPIRACIÓN La Biblia es un libro escrito por numerosos autores en un período de cientos de años, pero al mismo tiempo es la Palabra de Dios. El primer tema que resalta es la naturaleza humana y divina de la Santa Biblia. De manera que para poder tener una idea clara de lo que significa que la Biblia es inspirada por Dios, es necesario hacer una revisión dentro de la misma Biblia para ver, qué es lo que ella nos declara acerca sí misma. Hallando en ella dos pasajes que nos dan una vislumbre de lo que significa “inspiración”. La primera base bíblica: “Toda la escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2 Ti 3:16) Este texto bíblico enfatiza la idea de que cada autor de la Biblia es inspirado por Dios. Es decir la Escritu- ra no tiene su origen en la mente de los diferentes profetas o escritores de la Biblia. La Escritura tiene su origen en Dios, quien exhala o insufla la Escritura a quienes llegaron a ser escritores de la Biblia. El término griego empleado para “inspirada” (theopneustos) enfatiza el explícito reconocimiento de que Dios es la fuente, el origen y la iniciativa de la Biblia, afirmando la inspiración total de la Santa Biblia. El término indica la actividad divina de gene- rar un producto divino, el cual es la “Biblia”. Por otra parte, la idea de soplar tiene el sentido de comuni- cación estrecha entre Dios y el profeta o al escritor bíblico (Sal 33:6). Por lo tanto, podemos decir con seguridad que: “En su Palabra, Dios comunicó a los hombres el co- nocimiento necesario para la salvación. Las Santas Escrituras deben ser aceptadas como dotadas de autoridad absoluta y como revelación infalible de su voluntad. Constituyen la regla del carácter; nos revelan doctrinas, y son la piedra de toque de la experiencia religiosa” (El Conflicto de los Siglos, 11). Así, se puede concluir que lo que el apóstol Pablo está señalando es que toda la Escritura es inspirada, es decir es soplada por Dios. Haciendo una diferen- cia entre la palabra revelada por Dios y los escritos comunes. Ya que los escritos comunes son produc- to del esfuerzo humano, pero la SantaBiblia es el resultado del soplo de Dios. Segunda base bíblica: “Entendiendo primero esto, que ninguna profe- cía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu San- to” (2 P 1:20-21) Este segundo texto nos proporciona ayuda valiosa para la comprensión de la palabra inspiración. Don- de una lectura detenida nos muestra que la pro- fecía bíblica no proviene de la sabiduría humana, sino que los profetas (los escritores bíblicos) habla- ron siendo “conducidos” o “movidos” por el Espíritu Santo. Como también es corroborado por la mensajera de Dios: “Dios se ha dignado comunicar la verdad al mundo por medio del instrumento humano, y él mismo, por su Santo Espíritu, habilitó a hombres y los hizo capaces de realizar esta obra. Guió la in- teligencia de ellos en la elección de lo que debían decir y escribir. El tesoro fue confiado a vasos de barro, pero no por eso deja de ser del cielo…y el hijo de Dios, obediente y creyente, contempla en ello la gloria de un poder divino, lleno de gracia y ¿Sábias que?: En 2 Ti 3:16, el término griego empleado para “inspirado” es la palabra: Theopneustos, un adjetivo compuesto de dos voces griegos: theos (Dios) y pneuma (Soplo, aire), siendo su significado: “soplado por Dios”, “insuflado por Dios” o “exhalado por Dios”. ¿Sábias que?: En 2 Ped 1:21, el término griego empleado para “inspirado” es la palabra: Pheromenoi, un adverbio cuyo significado básico es “llevar”, “mover”, “conducir”, siendo el significado del texto: los hombres hablaron siendo movidos (llevados, conducidos) por el Espíritu Santo. 21 de verdad” (El conflicto de los siglos, 9). Los profetas y apóstoles fueron movidos por inicia- tiva divina, para hablar de parte de Dios. Así, Las Sa- gradas Escrituras no son un impulso del sentimien- to, de la reflexión de los hombres o de la sabiduría humana. La misma Biblia declara que los santos hombres fueron “movidos”. Así, la inspiración ga- rantiza que la Biblia representa el punto de vista de Dios. No hay por lo tanto desvío de aquello que Dios quiso comunicar, porque Dios supervisó y con- dujo por medio del Espíritu Santo todo el proceso desde la primera escritura del texto bíblico hasta su llegada en nuestros días. En conclusión, la inspiración bíblica profética, “es un proceso por medio del cual Dios capacita a un hom- bre o una mujer, para escribir y comunicar en forma precisa, competente y fidedigna los mensajes que ha recibido por medio de la revelación”. 3.2. SEMEJANZAS Y DIFERENCIAS ENTRE LA INSPIRACIÓN Y LA REVELACIÓN Aunque existe una relación entre estos dos térmi- nos, es importante recalcar que se trata de dos tér- minos diferentes. Mientras que la revelación es el acto divino a tra- vés del cual Dios revela verdades a una persona es- pecífica, la inspiración es el acto divino por el cual el profeta es conducido por Dios para que la ver- dad recibida por medio de la revelación pueda ser anunciada y escrita de manera infalible. Así, mientras que la revelación es el cuerpo de ver- dad que Dios deseó que los hombres poseyeran, la inspiración es la manera en que dio este cuerpo de verdad a los hombres. De este modo, la inspiración garantiza el correcto manejo de las verdades reve- ladas. Todo en la Biblia es el resultado de la inspiración; aun cuando en la misma Biblia encontremos refe- rencias a dichos de personas que no necesariamen- te creían en Dios. Tal vez alguien quede confundi- do con esta última declaración. Sin embargo, esta puede ser comprendida a través del ejemplo de Pa- blo, quien cita dos veces en la Biblia a los dichos de Epiménides de Creta, el cual era un poeta cretense pagano (Hch 17:28 y Tit 1:12). Desde luego, Pablo conocía que esos dichos eran de un pagano. Sin embargo Dios inspiró al apóstol para que por me- dio del Espíritu Santo pueda realizar dos acciones: • Recordar esos dichos. • Registrarlos con exactitud dentro del contexto de un mensaje divino. La revelación es la comunicación inicial del mensaje divino dado al recipiente original que es el profeta o apóstol; la inspiración es la asistencia divina por la cual la revelación previamente recibida, es escrita y es comunicada en forma apropiada y fidedigna al ser humano. 3.3 LOS MODELOS DE INSPIRACIÓN Basados en la misma Biblia, se puede percibir dos modelos de inspiración: El modelo profético y el modelo de investigación. 22 El modelo profético Generalmente cuando hablamos de inspiración bí- blica nos referimos a una experiencia donde una persona recibe directamente un mensaje de Dios a través de cualquiera de los 7 medios empleados por Dios para dar a conocer su voluntad. La experiencia de del profeta Daniel (Dn 12:4), el profeta Jeremías (Jer 36:1-4) y el apóstol Juan (Ap 1:11) ilustran muy bien este modelo donde el pro- feta recibe un claro mensaje. De este modo el modelo profético es el más común dentro de la Santa Biblia, donde la mayor parte de los escritores recibieron un mensaje directo de Dios para proclamar y escribir el mensaje. El modelo de investigación El Libro de Lucas es probablemente el ejemplo más claro de este modelo. En el prólogo de su primer libro (Lc 1:1- 4) explica el proceso de cómo fue es- crito su libro, aquí lo que él dijo y lo que él no dijo son cosas sumamente importantes. Lo que él no dijo es importante por dos razones: • Lucas no dice que para escribir su libro recibió sueños y visones; es decir que los sueños proféticos y las visiones no son las fuentes de su información acerca de la vida y ministerio de Jesús. Esta omisión es de extrema importancia, puesto que no siendo Lucas testigo ocular del ministerio de Jesús, él ha- bla de otras fuentes empleadas. Y si Lucas hubiese recibido sueños y visiones los habría mencionado para dar mayor credibilidad a su evangelio; pero él guarda silencio en ese aspecto. • Lucas declara que no fue testigo ocular del minis- terio de Jesús. No se incluye en el grupo de após- toles, entonces ¿De dónde recibió su información? Ante esta inquietud el médico menciona dos fuen- tes importantes: A. Los testigos oculares como una de sus fuentes de información (apóstoles, discípulos, parientes de Jesús, gente que estuvo cerca de Jesús) B. Los hupēretai (“ministros de la palabra”, “encarga- dos”, “asistentes”, “sirvientes”), los cuales eran per- sonas escogidas dentro de la comunidad religiosa judía para memorizar las historias, enseñanzas, pa- rábolas, sermones y milagros de Jesús. 3.4 LA ILUMINACIÓN La iluminación puede ser definida como la obra del mismo Espíritu Santo que inspiró el mensaje de Dios al profeta. Con la diferencia que ahora capacita al oyente o lector de la Santa Biblia para que pueda comprender las verdades espirituales y discernir el mensaje de que Dios tiene para él. Dicha obra del Espíritu Santo fue anunciada por Jesús a sus discípulos, cuando el maestro hablaba sobre la venida del Consolador, diciendo: “Él os en- señará todas las cosas y os recordará todo lo que yo os he dicho (las palabras de Jesús).” (Jn 14:26). De esa manera, Dios mismo en la persona del Espí- ritu Santo está dispuesto a ayudar a comprender el mensaje de su propia Palabra, la Biblia, guiando al lector hacia toda verdad (Jn 16:13). Por lo tanto, se hace imprescindible que todo lector sincero de la Biblia necesita pedir la ayuda del Espí- ritu Santo antes de comenzar a leer la Santa Biblia, para poderla comprender y no torcer las Escrituras. Elena G. de White aconseja: “Hemos de abordar el estudio de la Biblia con reverencia, sintiendo que estamos en la presencia de Dios. Toda liviandad y frivolidad debe ser dejada a un lado. Aunque algu- nas porciones de la Palabra se entienden con fa- cilidad, el verdadero sentido de otras partes no se discierne con rapidez. Debe haber paciente estudio y meditación y ferviente oración. Todo estudioso, al abrir las Escrituras, debesolicitar la iluminación del Espíritu Santo; y la promesa segura es que será dado.” (Testimonio para ministros, 108). Asimismo, esto puede hacernos reflexionar que quizá no estemos estudiando la Biblia de la mane- ra correcta. Y si así fuere, el Señor nos invita para que seamos escudriñadores de su Palabra ya que “no hay ninguna cosa mejor para fortalecer la in- teligencia que el estudio de las Santas Escrituras. Ningún otro libro es tan potente para elevar los pensamientos, para dar vigor a las facultades, como las grandes y ennoblecedoras verdades de la Biblia. Si se estudiara la Palabra de Dios como se debe, los hombres tendrían una grandeza de espíritu, una nobleza de carácter y una firmeza de propósito que raramente pueden verse en estos tiempos.” (El ca- mino a Cristo, 90). 23 UNIDAD II ORIGEN Y ESTRUCTURA DE LA SANTA BIBLIA 24 Presuposiciones, actitudes y principios para interpretar de la bilia La estructura de la Santa Biblia Los idiomas y materiales origi- nales en los cuales fue escrito la Biblia La Biblia y los libros apócrifos y pseudoepigráficos El canon bíblico SESIÓN SESIÓN SESIÓN SESIÓN SESIÓN N°4 N°7 N°5 N°8 N°6 RESULTADO DE LA UNIDAD APRENDIZAJE Analiza el origen y estructura de la Santa Biblia según el método histórico a fin de familiarizarse con el texto bíblico. 25 SESIÓN N° 4: PRESUPOSICIONES, ACTITUDES Y PRINCIPIOS PARA INTERPRETAR DE LA BIBLIA Acudiendo Felipe, le oyó que leía al profeta Isaías, y dijo: Pero ¿entiendes lo que lees? (Hch 8:30) 26 4.1. LAS PRESUPOSICIONES Cuando una persona desea estudiar la Biblia, nece- sita permitir que sea la propia Biblia la que deter- mine las presuposiciones con las cuales se la debe estudiar. Sin embargo, es muy común ver cómo algunos estudiosos sinceros de la Palabra de Dios colocan al conocimiento humano, sea la geología, la historia, la física, la biología, o alguna otra ciencia para que sean estas las que determinen nuestras presuposiciones sobre las cuales se debe leer a la Biblia. Analizando a la Biblia en base a las ideas de la ciencia humana. Esto a la postre, llega a ser un grave error, que influye en la interpretación que se dará a la lectura de la Palabra de Dios. Así, es necesario que el sincero lector de la Biblia coloque a la Palabra de Dios por encima de cual- quier ciencia o conocimiento humano. Es la propia Biblia la base sobre la cual toda ciencia debe ser construida, ya que ella es la base de todo conoci- miento verdadero. La propia Biblia muestra la historia de personajes que oyendo la propia Palabra de Dios alcanzaron la comprensión de su voluntad. Dios mismo a través de la lectura de la Biblia iluminó la mente de estas personas para que pudieran creer. El Espíritu Santo crea en el lector sincero a través de la lectura de la Biblia, las presuposiciones que le guiarán hacia un estudio cada vez más profundo de la Palabra de Dios. Uno de esos caso es realizado por Pablo en la ciudad griega de Tesalónica, en Hch 17:2-3, donde el apóstol “razonó con ellos desde las Escrituras, ex- plicando y demostrando que el Cristo tenía que su- frir y resucitar de los muertos”. Como consecuencia de esta presentación de la Palabra de Dios, el texto bíblico en Hch 17:4 declara que “Y algunos de ellos fueron persuadido; y una gran multitud de griegos devotos, y mujeres noles no pocas se unieron a Pa- blo y Silas” De manera que las presuposiciones básicas para una lectura de la Biblia mñas provechosa son: 1. Dios es un ser personal que que se comunica a través de la Biblia El texto bíblico declara de manera explícita que “sin fe es imposible agradar a Dios, porque el que vie- ne a Dios debe creer que él existe” (He 11:6). La fe en que Dios existe es fundamental para estudiar la Biblia. La misma Biblia desde su primer versícu- lo da por sentado la existencia de Dios. La Biblia no está buscando probar la existencia de Dios. Por el contrario, desde su primer versículo, la Biblia da por sentado la existencia de Dios, declarando: “En el principio creó Dios los cielos y la Tierra” (Gn 1:1). A través de la historia, Dios siempre ha buscado estar en comunicación con la humanidad. Esta co- municación se ha dado de manera directa, en voz audible o de manera indirecta, a través de ángeles, profetas y aun hasta animales. Llegando a ser las Escrituras, la palabra profética más segura a través de la cual Dios se auto-revela, se presenta a sus criaturas, empleando a profetas, hombres elegidos por Dios para presentar un mensaje a su pueblo. Y como lo declara la misma Biblia, esta dinámica aconteció “muchas veces” y de “muchas maneras” (He 1:1), siendo la máxima revelación del carácter de Dios hacia la humanidad la persona de Cristo, la palabra viva (He 1:2). Siendo el objetivo principal de la divinidad que cada ser humano pueda tener conocimiento de su voluntad y pueda tomar la de- cisión de creer en Dios y su Palabra. Dios es eterno y todopoderoso, como tal no ne- cesita del ser humano. Sin embargo, Él se goza en revelar sus secretos, su mensaje, su voluntad a los profetas para que estos lleven el mensaje divino a su pueblo (Am 3:7). De manera que las Escrituras, son los mensajes revelados por Dios, los cuales son mensajes dados para sus hijos “para siempre” (Dt 29:29). Por lo tanto, quien lee la Biblia debe tener la presuposición que Dios habla a través de las Es- crituras, no es un mensaje humano, no es sabiduría ancestral, es un mensaje actual que viene desde el propio trono celestial. La Biblia es la voz viviente de Dios, que habla a los seres humanos, como una rea- lidad dinámica siempre presente. Un mensaje apro- piado y pertinente para toda persona que atiende y presta oído al mensaje de Dios. 2. El ser humano fue creado para comunicarse con Dios La Biblia presenta a Adán y a Eva, como seres crea- dos a la imagen y semejanza de Dios, capaces de ¿Sábias que?: Presuposición: “suposición previa”, “aquello que se supone causa o motivo de algo”. 27 responder a Dios y mantener un díálogo con su creador. La presencia de comunicación entre Dios y la humanidad es una de las características del díalo- go hallado a través de toda la Biblia. Estos mensajes fueron dados desde un inicio a Adán al declarár- sele: “de todo árbol del huerto podrás comer pero del árbol de la ciencia del bien y del mal no come- rás” (Gn 2:16,17). Más adelante Dios habló a Caín y le preguntó: “¿dónde está tu hermano, Abel?” (Gn 4:9). Asimismo, Dios habló a Noé diciéndole: “He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está lle- na de violencia” (Gn 6:13) y a Abram le dijo: “Vete de tu tierra y de tu parentela… a la tierra que yo te mostrare” (Gn 12:1). A Jacob de aseguró: “Yo estaré contigo y te guardaré a dondequiera que tú vayas” (Gn 28:15). Siendo el último mensaje de Dios en la Biblia “Ciertamente vengo en breve” (Ap 22:20). El ser humano necesita de la Palabra de Dios por- que en ella se encuentra la vida. La metáfora de la Palabra de Dios como alimento para el ser humano se repite en diversas partes de la mismas Escritu- ras. Así, Job en sus momentos de prueba y aflic- ción declara: “del mandamiento de sus labios nunca me separé; guardé las palabras de su boca más que mi comida” (Job 23:12). Más adelante David en el salmo más largo de la Biblia añade: “¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca” (Sal 119:103). Probablemente haciendo refe- rencia a su llamado al ministerio profético Jeremías declaró: “Fueron halladas tus palabras y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón: porque tu nombre se invocó sobre mí, oh Jehová Dios de los ejércitos” (Jer 15:16). De ese modo cada una de esas citas muestran que: “No solo de pan vive el hombre sino de toda pa- labra que sale de la boca de Dios” (Mt 4:4). El ser humano necesita de la Palabra de Dios para poder vivir, ya que el propio mensaje de Dios provee vita- lidad y fortaleza al hombre. Como lo aseveróJesús cuando declaró: “las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida” (Jn 6:63). Es a través de la Palabra de Dios que la humanidad puede hallar el sentido a la vida y a todo lo que existe. Por lo cual, se puede concluir que el ser humano fue creado con la necesidad de estar en comunión con Dios y como tal se torna en necesaria la lectura de la Biblia para todo ser humano. 3. El pecado corrompe la compresión del ser hu- mano Una tercera presuposición esencial para la lectura de la Biblia es reconocer poder perjudicial del pe- cado en la mente del lector. Siendo a través de la desobediencia de la primera familia edénica que in- gresó el pecado a este planeta y como tal ingresa- ron una serie de cambios. Ya que el pecado hizo una separación entre Dios y los hombres. Los pecados han hecho ocultar el rostro de Dios (Is 59:2) y tam- bién ha ocasionado que el ser humano no perciba el mensaje de Dios. En ese contexto Pablo declara: “el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiri- tualmente” (1 Co 2:14). El pecado ha estropeado y distorsionado la imagen de Dios en un alto grado. Por lo cual, el razonamiento y la comprensión del ser humano han sido corrompidos (Ti 1:15). Por lo cual, el ser humano necesita la ayuda del Espíritu Santo, persona divina que se encarga de convencer a todo ser humano de: pecado, de justicia y de jui- cio (Jn 16:8). Y que a la vez guía a todo ser humano haci el conocimiento de la verdad (Jn 16:13). La separación de Dios, causada por el pecado, ha afectado la naturaleza humana y ha corrompido cada aspecto y dimensión de la existencia del hom- bre, incluido el raciocinio y las aptitudes de com- prensión. Esto puede vislumbrarse en las diversas predisposiciones internas, las cuales son abordadas en las Escrituras. Lo cual permite que el ser humano considere al mensaje bíblico como locura ya que su mente está cerrada a la verdad de Dios. Entro de esas predisposiciones podemos enumerar: La soberbia: Esta predisposición no permite que una persona pueda ver la verdad de Dios. Dentro de la Biblia se puede observar diversos ejemplos de personas que actuaron con soberbia ante el mensa- je de Dios. Por ejemplo tenemos a Caín, quien ante la pregunta de Dios: “¿Dónde está tu hermano?”, inmediatamente respondió con soberbia: “¿Soy yo guarda de mi hermano?”. Otro ejemplo es la acittud del faraón, rey de Egipto ante la soliciud de salida para los israelitas, el rey respondió: “¿Quién es Je- hová para que yo oiga su voz y deje ir a Israel?” O la declaración de Nabucodonosor, rey de Babilonia, quien luego de reciir las revelaciones de Dios de- claró “¿no es esta la gran Babilonia que yo edifiqué con la fuerza de mi poder, y para gloria de mi ma- 28 jestad?”. La soberbia ante el mensaje de Dios, hace que el lector de la Biblia busque interpretar el libro sagrado racionalizando sus deseos pecaminosos buscando sustentarlos con un “Así dice Jehová” (2 Ti 4:3-4). En ese error cayeron los maestro de la Ley y sacerdotes cuando se hallaron frente al Hijo de Dios buscando acusarle de comilón, bebedor (Mt 11:19), haciendo creer al pueblo que sacaba a los demonio de las personas por el mismo poder que le había otorgado el mismo demonio (Mt 12:24), le acusaron de ser nacido de fornicación (Jn 8:41). Fue esta actitud la que no permitió que los maestros de la Ley pudiesen aceptar a Jesús como el Mesías y buscaran destruirlo. Como lo diría Pedro: “Dios re- siste a los soberbios, y da gracia a los humildes” (1 Pe 5:5). Como lo declaró Elena de White “El pecado más incurable es el orgullo y la presunción. Estos defectos impiden todo crecimiento” (7T 199-200). La duda: Es definida como: “Suspensión o indeter- minación del ánimo entre dos juicios o dos deci- siones, o bien acerca de un hecho o una noticia”. Es también considerado como “vacilación ante una creencia”, además como: “inclinación a no creer la verdad de una afirmación”. Dentro de la Biblia en- contramos diversas ocasiones cuando Jesús repren- dió a sus discípulos su actitud de duda. Por ejemplo el momento cuando los discípulos estaban en la barca frente a la tempestad, Jesús les recriminó di- ciendo: “¿por qué estais así amedrentados?¿Cómo no teneis fe?” (Mr 4:40). Así también Jesús reprendió a Pedro cuando se hallaba hundiendo: “¡Hombre de poca fe! ¿por qué dudaste?” (Mt 14:31) La duda se torna en un gran obstáculo para que el lector pueda crecer en la fe. Frente a esta predis- posición se necesita recordar que “sin fe es imposi- ble agradar a Dios” (He 11:6). Y si el lector se halla en lucha entre aceptar la verdad de la Palabra de Dios y el negarla necesita clamar como el padre del niño que estuvo atormentado por un espíritu malo: “Creo; ayuda mi incredulidad” (Mr 9:24). La desobediencia: Cuando Jesús realizó el apelo y conclusión del Sermón del Monte, narró una pará- bola en Mt 7:24-28, donde comparó: • Los que oyen mis palabras y las hacen: son como un “hombre prudente” • Los que oyen mis palabras y no las hacen: son como un “hombre insensato Claramente, la diferencia entre los dos constructo- res de la parábola se hallaba en la obediencia a la Palabra de Jesús. Llama la atención, el hecho que ambos grupos oyen la palabra de Jesús, es decir no son ajenos al mensaje, lo escuchan y hasta se po- dría decir que lo oyen atentamente. Sin embargo, cuando el lector de la Palabra de Dios deliberada- mente decide no actuar de acuerdo a la verdad re- velada es como un hombre insensato. Y frente a los vientos de doctrinas rápidamente se descarrían de la verdadera doctrina o frente a los vientos de las pruebas y dificultades son arrastrados y “grande es su ruina” (Mt 7:27). La desobediencia es la falta de disposición para seguir la voluntad revelada de Dios y como tal no permite que el lector pueda gozar plenamente de la bendición del mensaje. Como diría Juan: Bienaven- turado el quien lee, los que oyen y los que guardan (obedecen) las palabras de este libro. Dios llama no solo al aprendizaje de un conocimiento bíblico sino a poder obedecer a la Palabra de Dios. 4.2. LAS ACTITUDES En contraste con las predisposiciones que han apa- recido en el ser humano como consecuencia del pecado. Tambien es necesario enumerar algunas actitudes que son necesarias en el lector para que pueda interpretar correctamente las Escrituras: 1. Apertura y honestidad: Esta llega a ser la ac- titud fundamental para comprender la Palabra de Dios. Sobre esto Elena de White declaró: En el estudio de la Palabra, dejad en la puerta de la investigación vuestras opiniones preconcebidas y vuestras ideas heredadas del ambiente y cultiva- das individualmente. Nunca descubriréis la verdad si estudiáis las Escrituras para vindicar vuestras pro- pias ideas. [...] Si al leerla, se produce la convicción y veis que las opiniones que habíais acariciado no están en armonía con la Palabra, no tratéis de ha- cer concordar la Palabra con esas opiniones. Haced concordar vuestras opiniones con la Palabra. (Mensaje para lo jóvenes, 258). De manera que el lector de la Biblia debe estudiar la Palabra de Dios con una mente abierta, con una disposición a abrir sus convicciones fundamentales al poder transformador del Espíritu Santo de Dios. De manera que es imperativo que el lector sincero se acerque con total honestidad y apertura hacia las verdades halladas en la Palabra de Dios. 29 2. Fe: La Biblia explícitamente declara que “sin fe es imposible agradar a Dios” (He 11:6). El apóstol Pablo ya afirmó que una verdadera comprensión de las Santas Escrituras es posible únicamente a tra- vés del Espíritu Santo (1Co 2:14), quien ilumina el entendimiento del ser humano para que pueda en- tender el mensaje de la Biblia (Ef 1:18). Es la fe que abre las verdades espirituales de la Biblia al lector sincero. El propio Jesús manifestó una completa confianza en las Escrituras(Juan 10: 35). Jsús aceptó el canon del AT (Luc. 24: 44) y reconoció que las Escrituras eran la norma cargada de autoridad para nuestra vida (Mt 4:4). Jesús no puso en duda a las Escrituras, sino por el contrario las tuvo como palabra fide- digna para derrotar a Satanás (Mat. 4: 6-7). Luego que resucitó de los muertos, Jesús reprendió a sus discípulos en el camino a Emaús por su insensatez y por ser “tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho” (Lc 24:25). 3. La humildad: Otra de las actitudes importan- tes para el conocimiento de la verdad es la humil- dad. Esta actitud expresa la disposición a someter las propias creencias a una autoridad más alta, y la modestia que ello conlleva. Con la humildad se obtiene el conocimiento más elevado y más pro- fundo de Dios, concretamente, la conciencia de que se depende de Dios para obtener el conocimiento verdadero, y para saber que el hombre no es la me- dida final de todo. Así, el intérprete se abre para ser conducido por el Espíritu Santo y para ser ense- ñado por él. Porque «Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes» (Sant. 4: 6). La humildad expresa la perspec tiva carente de pretensiones de que Dios y su Palabra son ma yores que nuestro ra- ciocinio humano y mayores que nuestra compren- sión actual. Siempre hay más luz que ha de surgir de la Pala bra de Dios. Como lo dijera Elena de White: “Hay muchas cosas aparentemente difíciles u obscuras que Dios hará claras y sencillas para los que con esa humildad procuren entenderlas. Mas sin la dirección del Es- píritu Santo estaremos continuamente expuestos a torcer las Sagradas Escrituras o a interpretarlas mal.” (El Camino a Cristo 110). Por lo tanto, todo el que quiera entender la Biblia, y, a través de la misma Biblia, tiene que permitir que las Escrituras tengan prioridad normativa sobre las propias experiencias y valoraciones. 4. Obediencia: Esta actitud refleja un principio bí- blico que postula que se da más luz cuando respon- demos a la luz que ya tenemos, como lo declarara David: “Yo comprendo más que los ancianos porque yo guardo tus preceptos” (Sal 119:100). Una actitud de obediencia a la Palabra de Dios permite que el verdadero propósito de la tarea de interpretación sea cumplida. La interpretación de la Biblia nunca es abstracta ni teórica, pues Dios busca que compren- damos su voluntad y que a través del estudio de la Biblia seamos transformados más plenamente a la semejanza de Él. Por lo tanto, podemos concluir que una actitud de obediencia hacia las verdades y principios hallados en la Biblia es el objetivo final y debe ser parte de la actitud del lector, como lo diría Salomón, el fin de 30 todo el discurso es este: “Teme a Dios y guarda sus mandamientos, porque eso es el todo del hombre” (Ecl 12:13). 5. La oración: Al considerar a la Biblia como la re- velación de Dios, toda persona que verdaderamen- te busca entender la Palabra divina, debe orar. Para que sea el mismo Espíritu que inspiró a los profetas, quien ilumine al lector y le conduzca a interpretar la Biblia como se debe. La comprensión de la Biblia no es una habilidad que se adquiere con el uso de herramientas exegéticas, con el uso de técnicas de lectura. La correcta interpretación de la Biblia va de la mano con la dirección del Espíritu Santo en la vida del lector. Se torna en imperativo que el fiel lector ore antes de estudiar la Palaba de Dios, clame a Dios, pidiendo sabiduría, busque a Dios pidiendo dirección en su travesía de estudio de la Biblia. La Biblia es un libro que solamente será comprendido cuando el lector sincero doble sus rodillas y pida humildemente la dirección del Santo Espíritu en su estudio de ella. El mismo Daniel con su gran capacidad mental pidió la misericordia de Dios y pidió a sus amigos para que orasen a Diosen búsqueda de sabiduría y en- tendimiento (Dan 2:18-19). En Santigo 1:5 hay una promesa para todo aquel que con corazón sincero busca comprender el mensaje de Dios en la Biblia: “SI alguno tiene necesidad de sabiduría pídala a Dios el cual abundantemente y sin reproche, y le será dada” (Stg 1:5) 4.3. LOS PRINCIPIOS DE INTERPRETACIÓN DE LA BIBLIA Sola Scriptura La frase latina Sola Scriptura significa: “Solamente por la Escritura” y fue una frase empleada en el si- glo XVI d.C. en el período de la reforma protestante. Esta frase tiene 5 implicaciones: • En primer lugar, la Biblia es una revelación directa de Dios. Como tal, tiene la autoridad divina. Por lo que declara la Biblia, lo declara Dios. • En segundo lugar, la Biblia es suficiente, es todo lo que es necesario para la fe y la práctica. Significa que “solamente la Biblia” es la autoridad final para nuestra fe. • En tercer lugar, la Biblia posee autoridad final. Es la última instancia de apelación en todas las cues- tiones doctrinales y morales. De modo que por muy buenas que pueden ser las los consejos guías de los líderes eclesiásticos, pastores o juntas de iglesia todos son falibles. Sólo la Biblia es infalible. • En cuarto lugar, la Biblia es clara. Esta claridad de la Escritura significa que las enseñanzas esenciales de la Biblia son perfectamente claras. De modo que los temas principales de la Biblia se hallan de una manera clase en la Escrituras y se hallan al alcance de cualquier persona que con corazón sincero las escudriña. La claridad de la Biblia muestra que no existe una elite de personas (como el “magisterio clerical”) llamadas a ser las únicas capacitadas para interpretar las Escrituras. Por lo tanto, las grandes declaraciones teológicas y cristológicas, los comen- tarios de los líderes de la iglesia y la tradición tienen una importancia secundaria, muy por debajo del “Escrito está” de la Biblia. • En quinto lugar, la Escritura se interpreta a sí mis- ma. La fuente y la norma para interpretar la Biblia no se halla en los comentario bíblicos, ni en la ra- zón humana, ni en la experiencia religiosa, ni en la cultura, ni el veredicto de los eruditos. Solo las Es- crituras son la llave que pueda abrir a las Escrituras. De manera que cuando tenemos dificultades en la comprensión de un texto claro de la Escritura, de- bemos recurrir a otros textos bíblicos. Puesto que la Biblia es la mejor intérprete de la Biblia. Tota Scriptura Esta segunda frase en latín significa: “Toda la Escri- tura”. En la cual se muestra el concepto de la uni- dad de las Escrituras, la unidad que existe en los 66 libros de la Biblia. De manera que para poder aprender acerca de algún tema dentro de la Biblia, es necesario considerar TODO lo que la Biblia decla- ra respecto a dicho tema. De modo que es un error tomar un texto bíblico e intentar construir una doctrina en base a dicha de- claración, ignorando las otras declaraciones que la Biblia brinda sobre el tema en estudio. Empero, al comparar un texto bíblico con otro es importante estudiar la Biblia minuciosamente para poder veri- ficar el contexto en el cual se está dando la decla- ración del pasaje. Uno de los ejemplos hallados en la Biblia de confianza en todas las Escrituras se halla en los bereanos, quienes “y todos los días examina- ban las Escrituras para ver si era verdad lo que se les anunciaba” (Hch 17:11). 31 SESIÓN N° 5: LOS IDIOMAS Y MATERIALES ORIGINALES EN LOS CUALES FUE ESCRITO LA BIBLIA Escribió también Pilato un título, que puso sobre la cruz, el cual decía: JESÚS NAZARENO, REY DE LOS JUDÍOS. Y muchos de los judíos leyeron este título; porque el lugar donde Jesús fue crucifica- do estaba cerca de la ciudad, y el título estaba escrito en hebreo, en griego y en latín. (Jn 19:19-20) 32 Al estudiar la Santa Biblia es importante considerar que este libro sagrado fue escrito originalmente en tres lenguas: el hebreo, el arameo y el griego. Estas lenguas son conocidas como las lenguas bíblicas. Hasta el año 1886 solo se hablaba de dos lenguas en que fue escrita la Biblia: el hebreo y el griego. Sin embargo, apartir de esa fecha se consideró al arameo como una tercera lengua bíblica. 5.1. LA LENGUA HEBREA La mayor parte del Antiguo Testamento se escribió en hebreo, generalmente llamado “hebreo antiguo” para distinguirlo del hebreo mishnaico y del hebreo moderno. El hebreo mishnaico corresponde a la era cristiana hasta 1948. Mientras que el hebreo mo- derno, desde 1948 es considerado el idioma oficial del actual estado de Israel. Por otro lado, cabe considerar que la expresión “lengua hebrea”, empleada en Jn 19:20, Hch 21: 40; 26:14 es una referencia al “arameo” y no al hebreo antiguo. Ya que el arameo era el idioma común ha- blado en los tiempos del Nuevo Testamento. Las características de esta lengua hebrea antigua eran: • El alefato hebreo estaba constituido de 22 conso- nantes • No poseía vocales sino solamente consonantes. • La escritura se realizaba de izquierda a derecha (contraria a la escritura española). • La pronunciación correcta de cada una de las pa- labras era transmitida oralmente de generación en generación. De modo que un ejemplo de cómo se debió escribir Gn 1:1, sería de la siguiente manera (Intenta leerlo completando mentalmente las vocales que falta, de derecha a izquierda): RRT L Y SLC SL SD RC PCNRP L N Pocos siglos después, los masoretas entre los siglos VI y X d. C. introdujeron dentro del texto hebreo consonantal, las letras consonantes llamadas “ma- tres lectionis” indicando así a las consonantes como indicadores vocálicos, las cuales en un inicio apare- cían sólo al final de las palabras, y después también se emplearon en la parte media de la palabra. Todo ello con el fin de preservar los sonidos y la pronun- ciación correcta cuando se leyese la Biblia hebrea. Explicación de la tabla: 1. Hebreo antiguo 2. Escritura hebrea cuadrada 3. Escritura hebrea cursiva moderna 4. Transliteración (valor fonético) 5. Nombre de la letra 6. Equivalencia numérica El presente texto es la escritura hebrea cuadrada del primer versículo de la Biblia hebrea: 5.2. LA LENGUA ARAMEA La Biblia solo posee pequeñas secciones con esta lengua, las cuales son: unos pocos capítulos de los libros de Esdras (Esd 4: 8-6: 18; 7: 12-26) y Daniel (Dn 2: 4 - 7: 28), un versículo de Jeremías (Jer 10: 11) y una palabra en el Génesis (Gn 31: 47). Acerca de su escritura, el arameo se parece bastante al hebreo de la misma manera que el castellano se parece al portugués. 33 La lengua aramea estaba estrechamente relaciona- da con el hebreo. Se cree que el arameo llegó a ser la lengua de Palestina después del cautiverio babi- lónico. El arameo comenzó a utilizarse en Palestina cuando los primeros cautivos del Exilio babilónico volvieron a la tierra de Palestina, muchos de los cau- tivos habían nacido en el cautiverio, y así crecieron conociendo el arameo, el lenguaje que hablaban los babilonios, lugar donde permanecieron cautivos durante 70 años. Es probable que Jesús utilizara el arameo durante su ministerio terrenal. Como resultado del cautiverio babilónico, los judíos adoptaron el arameo en lugar del hebreo durante los últimos siglos de la era precristiana. De manera que por el tiempo de Cristo, el arameo había lle- gado a ser la lengua materna de la población de Palestina. Una cantidad de expresiones arameas en el Nuevo Testamento muestran claramente que ése era el idioma de Jesús. Palabras y frases como: • Talita cumi (Mr 5: 41) “niña levántate” • abba (Mr 14:36) “papito” •efata (Mr 7: 34) “ábrete” •Eloi, Eloi, ¿lama sabactani? (Mar 15: 34) “Mi Dios, Mi Dios, ¿por qué me has abandonado?” Todas estas son algunas de las expresiones arameas emitidas por Cristo y registradas por los escritores bíblicos, mientras el maestro realizó su ministerio en la tierra, muestra que el idioma que habló mien- tras estuvo en tierras hebreas fue “el arameo”. Todavía se leía la Biblia en hebreo en los servicios de la sinagoga en el tiempo de Cristo, pero muchas personas, especialmente las mujeres, no podían en- tenderlo. Por lo tanto, se había hecho costumbre que los lectores de la sinagoga tradujeran al ara- meo los pasajes de las Escrituras. Posteriormente se hicieron traducciones escritas del Antiguo Testamento en arameo: los llamados Targumin. Así, el hebreo se había convertido en una lengua muerta en los tiempos precristianos, y ha experimentado reavivamientos sólo artificiales; pero el arameo continuamente se ha mantenido como una lengua viva hasta hoy, pero bajo el nom- bre de siriaco. 5.3. LA LENGUA GRIEGA El Nuevo Testamento fue escrito en la lengua griega koiné, lengua muy difundida en el Imperio romano en los días de Jesús y los apóstoles. Se había exten- dido por todo el Medio Oriente desde fines del siglo IV a. C. gracias a la tarea expansiva del ejército de Alejandro, el grande. Y luego, todos sus sucesores fueron gobernantes griegos que fomentaron la di- fusión del idioma y la cultura de Grecia. Este griego llegó a ser tan ampliamente conocido y se arraigó tan profundamente, que los romanos -que crearon su imperio en el siglo I a. C., desde el Atlántico hasta Persia- no pudieron suprimir dicha lengua. Ya desde el año 250 a.C. se comenzó a traducir el Antiguo Testamento del hebreo al griego koiné, esta traducción es conocida como la versión de la Septuaginta o de los LXX. De ese modo, en Palesti- na en los días de Jesús ya se usaba ampliamente el griego, y se leía frecuentemente la traducción grie- ga del Antiguo Testamento (La Septuaginta). El koinẽ era la lengua de relación entre los distintos pueblos que bordeaban el Mediterráneo. No fue un invento de los apóstoles para expresar la revelación divina, sino que Dios se sirvió de la lengua franca, de la lengua más difundida para brindar su mensa- je. Dios empleó términos diarios y comúnmente co- 34 nocidos para poder alcanzar al mundo la revelación de las verdades espirituales y prácticas. Así, en lugar de levantar una barrera lingüística, Dios se dirigía a todo el mundo grecorromano en una lengua que todos hablaban y comprendían, el griego koiné, un griego popular, perfecto vehículo para la comunicación del mensaje de salvación para el mundo entero. Explicación de la tabla: 1. Nombre de la letra. 2. Letras griegas en mayúscula (uncial) 3. Letras griegas en minúscula (cursivo) 4. Transcripción (valor fonético) El presente texto es la escritura griega del primer versículo del Nuevo Testamento: 1 2 3 4 Alfa Α α A Beta Β β b Gamma Γ γ g (gu) Delta Δ δ d Epsilón Ε ε e Zeta Ζ ζ z Eta Η η ē Theta Θ θ Th (z) Iota Ι ι I Kappa Κ κ k (c) Lambda Λ λ L My Μ m m Ny Ν n n Xi Ξ x x Omicrón Ο Ο o Pi Π p p Rho Ρ r r Sigma Σ s, ς s Tau Τ τ t Ypsilón Υ υ y (u) Fi Φ Φ ph (f) Ji Χ Χ ch (j) Psi Ψ Ψ ps Omega Ω Ωō 35 5.4. LOS MATERIALES DE ESCRITURA DE LOS TIEMPOS BÍBLICOS Los antiguos usaban diferentes clases de materiales de escritura, tales como arcilla, tablillas de madera, pedacitos de piedra caliza o fragmentos de alfare- ría, cueros curtidos de animales, o papiros. El último material mencionado, precursor de nuestro papel moderno, se hacía de la planta del papiro que cre- ce en pantanos. Para los documentos más largos, probablemente éste fue el material de escritura más antiguo usado en Egipto. Así, los primeros libros de la Biblia han sido escritos en rollos de papiro. 5.4.1 El papiro El tallo de la planta de papiro se cortaba en tiras an- gostas, de unos 22 a 25 cm de largo. Las tiras eran colocadas a lo largo, lado a lado, y una segunda capa era pegada transversalmente sobre ella me- diante presión. Las hojas que así se producían eran martilladas y frotadas con piedra pómez para que quedara una superficie pareja y lisa y dejadas secar al sol. Las hojas, que generalmente no medían más de unos 65 cm2, eran pegadas entre sí formando una banda larga que podía enrollarse en torno a un cilindro. Los documentos en papiro que hoy conocemos se preservaron gracias a que fueron guardados bajo condiciones excepcionales; algunos rollos y frag- mentos de papiros han sido encontrados en áreas muy secas, en tumbas selladas, enterrados bajo el suelo desértico y cálido, en la gueniza de las sina- gogas judías y también almacenadas dentro de ja- rras tapadas en las cuevas, como las encontradas en la región desértica de las orillas del Mar Muerto, en las cuevas de Qumrán. Este hallazgo corrobora la declaración del profeta Jeremías, quien da a co- nocer en la antigüedad, eran guardados en vasijas (Jer 32:14). La longitud común de los rollos-libros hechos de papiro era de 6 a 10 metros de longitud, aunque existen casos excepcionales como el famoso papiro Harris, del Museo Británico, que tiene unos 50 m de largo. Generalmente se escribía sólo sobre la capa horizontal (anverso), pero ocasionalmente también sobre la capa vertical (reverso). Respecto a la procedencia de este material, Egipto era un país que producía mucho papiro y exporta- ba grandes cantidades de este material de escritura, haciendo un monopolio de su venta. Este material era utilizado en Egipto durante el reinado de los faraones de la V dinastía (2,500 – 2,350 AC.), y se siguió utilizando hasta la época de los árabes (siglo VI d. C.). Y puesto que Moisés, el autor de los prime- ros libros de la Biblia, había recibido su educación en Egipto, es muy probable que los primeros libros de la Biblia fueran escritos en rollos de papiro. Durante el siglo I d. C. fue el material de escritura más popular. Posiblemente los autógrafos origina- les de la Biblia se escribieron sobre papiro. A través de los siglos se hicieron muchas copias del Antiguo y Nuevo Testamento sobre papiro, de las cuales so- breviven hasta el día de hoy. Dentro de los papiros bíblicos más antiguos que se han hallado tenemos: • El papiro Chester Beatty siglo III d.C. (Textos del AT y del NT) • El papiro Bodmer 200 d.C. (evangelio de Juan, I y II Pedro y Judas) • El papiro Rylands 125 d.C. (Jn. 18:31-33, 37-38) 36 5.4.2. El cuero o pergamino El cuero se usaba a veces en Egipto para llevar re- gistros de trabajo, porque la tinta podía eliminarse para volver a usar la superficie. Por lo menos du- rante el período persa en Babilonia se preparaban pieles para escribir porque allí no crecía el papiro. Este material era obtenido de las pieles de animales como las ovejas, cabras y antílopes que eran debi- damente tratados. El uso del pergamino sucedió al del papiro. El pergamino era un material más avan- zado que el papiro para conservar escritura. Cuando se escribía por un solo lado se llamaba Pergamino. Los escritos sagrados y cartas comerciales de ori- gen privado fueron escritos en este material. Como por ejemplo, los faraones de la IV y XIX dinastías conservaron sus anales en rollos de cuero. Proba- blemente este material comenzó a ser empleado alrededor de los años 2,900 al 2,750 a. C. Sobre la preparación del pergamino, consistía en sumergir la piel del animal en un baño de cal para ablandarla, luego la curtían con una rascadera es- pecial, se le quitaban las partes peludas y la grasa, finalmente la piel era pulida con piedra pómez. La palabra pergamino en griego significa “Membra- na”. Pero en realidad el nombre pergamino viene en alusión a la ciudad de Pérgamo ubicada en la región de Asia Menor. Se cree que la utilización del pergamino como ma- terial de escritura proviene de un desacuerdo por celos políticos y culturales entre los reyes Euménes II de Pérgamo (197–158 DC) y Ptolomeo IV de Egip- to. Euménes necesitaba papiro para incrementar su biblioteca en la ciudad de Pérgamo y el único lugar de provisión de papiro era Egipto. Y como Ptolo- meo se negó vender papiro al rey Euménes; dado el descuerdo entre ambos reyes, el rey de Pérgamo se vio obligado a desarrollar otro material para la escritura; esto dio como resultado el desarrollo del pergamino. Cabe mencionar dentro del tema de los pergaminos que existía una calidad de pergamino que era extre- madamente fino y flexible, debido a que era hecho usando cuero de ternera. Dicho material recibía el nombre de vitela. Se le preparaba para la escritura por ambos lados y frecuentemente era coloreado con púrpura y sobre ella se escribía con oro o plata. Los judíos por su parte utilizaron al pergamino como el principal material de escritura para la trans- misión del Antiguo Testamento. 5.4.3. Otros materiales de escritura de los tiem- pos bíblicos Respecto a otros materiales empleados para la transmisión del texto bíblico podemos mencionar: la arcilla, el tiesto, madera, la piedra y el metal. La arcilla El “adobe” empleado por el profeta Ezequiel (Ez 4:1) probablemente fuera de arcilla, similar a las tabli- llas utilizadas para planos y mediciones en Babilo- nia, aunque esta palabra podía usarse para descri- bir cualquier teja plana. La “tabla” grande en la que tenía que escribir Isaías con “estilo de hombre” (por oposición a la tabla del escriba experto) era una lá- mina o “superficie en blanco” de un material no es- pecificado (Is 8:1). ¿Sábias que?: Con el objetivo de ahorrar en material de es- critura, algunos escribas, emplearon una téc- nica que consistía en raspar por completo lo escrito en un pergamino para luego ser nue- vamente utilizados. Este tipo de pergamino era denominado “palimpsesto” (que literal- mente significa “raspado de nuevo”). 37 La arcilla era un material abundante y barato en el Cercano Oriente. La utilización de la arcilla en forma de tablillas o tabletas que servía como material de escritura, fue de gran importancia en los imperios de Asiria y Babilonia, quienes fueron los descubri- dores de la escritura cuneiforme. Esta utilización de las tabletas de arcilla o barro para la escritura se remonta hasta el año 3 100 a.C., en la biblioteca real del rey Sargón II en la ciudad de Nínive que data del año 650 a.C. donde se encontraron miles de estas tabletas. En el palacio del rey Hitita en su ciudad capital Hatusha se encontró 5 enormes bibliotecas con 30,000 mil tabletas, donde estaba registrada la historia del gran imperio hitita. Como material de escritura la arcilla era trabajada y hecha flexible y moldeada en forma de tabletas, mientras la arcilla estaba húmeda, se procedía a es- cribir en ella utilizando un punzón o estilete para grabar en ella las diferentes formas de escritura; luego las tabletas eran cocidas o secadas a la luz del sol, y se guardaban en las bibliotecas, asegurándo- se de esa manera la conservación de la inscripción para un tiempo indefinido. El tiesto (Los ostraca, el ostracon o tejuela) Otro tipo de material que servía para conservar es- critura eran los ostraca (plural de ostracón), el os- tracón o tejuela que eran trozos rotos de cerámica. El nombretécnico que se les daba a esas piezas de cerámica rotas cuando contenían inscripciones eran “Ostraca (plural)”. Este material de escritura era uti- lizado por la gente pobre o durante épocas de crisis en las que había apremio para encontrar material de escritura. Es un material resistente que ha podi- do atravesar siglos y milenios, a diferencia del papi- ro y del pergamino que fácilmente se deterioraron. Un ejemplo de ello son las correspondencias que se encontraron en la ciudad Palestina de Laquis, de la época del profeta Jeremías inscripciones que narran los acontecimientos finales a la caída de Jerusalén durante la invasión de Palestina por parte del ejér- cito babilónico entre los años 597 y el año 587 a.C. La tinta utilizada para realizar las inscripciones (es- critura) era de color negra, hecha de goma arábiga, carbón vegetal molido y agua. La madera Este material no fue utilizado profusamente por su poca durabilidad, pero hay ejemplos bíblicos de su uso, por ejemplo. Nm 17:2; etc. Otro ejemplo lo en- contramos en los murales egipcios de Beni-Hasan (Egipto) donde hay inscripciones jeroglíficas. La piedra Se grababan inscripciones en la superficie de pie- dras o rocas (Job 19:24), y los textos para monu- mentos se inscribían en estelas, obeliscos, o superfi- cies de acantilados preparados. Las superficies más blandas o rugosas podían cubrirse con una capa de cal, antes de su inscripción, como en Egipto, y en las piedras de los altares (Jos 8:32; Dt 27:2). Para los textos reales, conmemorativos o religiosos, y para las copias públicas de edictos legales, normal- mente se usaban tablillas de piedra (El código de Hamurabi). Tablillas de piedra rectangulares de este tipo, aparentemente de no más de 45 x 30 cm., se usaron para los diez mandamientos (Éx 32:16). Di- chas tablas fueron “escritas con el dedo de Dios” o la “escritura de Dios”, lo que generalmente se toma como indicación de que se trataba de una escritura clara bien hecha, a diferencia de las escrituras poco claras del hombre. La palabra “tabla” probablemen- te describe la forma (rectangular) más bien que el material, y no hay ninguna certidumbre de que en el AT denote tablilla de arcilla, aun cuando se sabe del uso de ellas en Palestina en el 2º milenio a.C. El metal El uso de metales para la escritura fue reservado para textos y propósitos especiales. Se han encon- trado rollos de plata en una tumba del valle de Hin- nón y los rollos de cobre encontrados en las cuevas de Qumrán a orillas del Mar Muerto. 38 SESIÓN N° 6: EL CANON BÍBLICO Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, (2 Timoteo 3:16) 39 6.1. CONSIDERACIONES BÁSICAS La Biblia es la historia más antigua y más abarcan- te que los hombres en la actualidad poseen. Vino directamente de la fuente de verdad eterna; y una mano divina ha conservado su pureza a través de los siglos. Ilumina el lejano pasado, donde en vano pro- cura penetrar la investigación humana. Únicamente en la Palabra de Dios contemplamos el poder que echó los fundamentos de la tierra, y extendió los cielos. Sólo en ella hallamos un relato auténtico del origen de las naciones. Únicamente en ella se nos da una historia de la familia humana, no mancillada por el orgullo o el prejuicio del hombre. La cuestión del canon bíblico, es decir de los libros que deben considerarse como de autoridad divi- na, ha sido muy debatida en estos últimos tiem- pos, donde la pregunta ¿quién decidió que libros deberían o no ser incluidos dentro de la Biblia? ha levantado una seria de polémicas y discusiones entre estudiosos. A la vez la aparición de algunos manuscritos antiguos, como el caso del “evangelio de Judas”, han despertado el interés por conocer más sobre los lineamientos y estándares empleados para seleccionar qué libros deberían o no pertene- cer al conjunto de libros inspirados, de manera que la pregunta de esta sesión será: ¿quién decidió que libros deberían o no ser incluidos dentro de la Bi- blia? 6.2. SIGNIFICADO DE LA PALABRA “CANON” 1. Etimología. La palabra “canon” deriva del griego kanon, que significa: “una caña” o “vara de medir”, otra acepción es: “una regla, una norma”. De aquí que el canon de la Biblia consiste de esos libros considerados dignos de ser incluidos en la Sagrada Escritura. 2. La historia del uso de la palabra. En la iglesia pri- mitiva la palabra “canon” se empleaba con referen- cia a los credos. Y fue desde mediados del siglo IV d.C. cuando se la llegó a emplear en relación a la Biblia, llegando a ser: “la lista de los libros acepta- dos reconocidos como pertenecientes a la Biblia”. Además la canonización fue el resultado de un de- sarrollo de siglos de duración por medio del cual los libros inspirados fueron confirmados para jugar un papel decisivo dentro de la vida del lector de la Biblia. Esto quiere decir que el canon no fue deter- minado por un decreto rabínico o por un concilio de la iglesia. El canon es dado en mérito a la auto- ridad hallada dentro de cada libro bíblico mismo. De modo que el rol jugado por la comunidad fue solamente el reconocimiento de la autenticidad que ya el propio libro inspirado poseía. Para la iglesia cristiana del s. II d.C. “canon” llegó a significar la verdad revelada, la regla de fe. Oríge- nes (185- 254) fue el escritor cristiano más antiguo que aplicó el término a la colección de libros de la Biblia, reconociéndola como regla de fe y práctica. Él dijo: “Nadie debe usar para probar una doctrina libros no incluidos en las Escrituras canónicas”. Años más tarde, Atanasio (293?-373) confirmó a toda la colección de libros sagrados como el “canon”. De este modo, el término pasó a indicar el catálogo o lista de libros sagrados aceptados como inspirados, normativos, sagrados y con autoridad. 3. Aplicación. En realidad, la palabra “canon” tiene doble significación. Se refiere a la lista de los libros inspirados por Dios, los cuales gozaban de autori- dad autenticada en sí mismos. Pero también signifi- ca que la colección de libros canónicos constituyen la regla de nuestra vida, la Biblia. 6.3. CONSIDERACIONES EN LA INVESTIGACIÓN DE LA CANONICIDAD 1. Auto autenticación. Es esencial recordar que la Biblia se autentica a sí misma, puesto que sus libros fueron aspirados por Dios (2 Tim. 3:16). En otras palabras, los libros eran canónicos en el momento que fueron escritos. No fue necesario esperar hasta que los varios concilios pudiesen examinar los li- bros para determinar si eran aceptables o no. Las personas y los concilios solamente reconocieron y declararon lo que es verdadero por la inspiración intrínseca de los libros tal como fueron escritos. Ningún libro de la Biblia fue hecho canónico por la acción de algún concilio de la iglesia. 40 2. Las decisiones de los hombres. Sin embargo, los hombres y los concilios sí tuvieron que confirmar cada uno de los libros que ya formaban parte del círculo de libros inspirados por Dios. Se tuvieron que hacer algunas decisiones y elecciones, y Dios guió a grupos de personas a hacer las decisiones correctas (no sin algunas pautas) y a coleccionar los varios escritos en los cánones del Antiguo y del Nuevo Testamentos. 3. Debates sobre la canonicidad. En el proceso de decidir y coleccionar, era de esperarse que surgie- ran algunas disputas en cuanto a alguno de los li- bros. Sin embargo, estos debates no disminuyen la autenticidad de los libros que genuinamente canó- nicos, ni tampoco le conceden autoridad a aquellos que no fueron inspirados por Dios. 4. La conclusión del canon. Desde el año 397 a. C., la iglesia ha considerado que el canon de la Biblia está completo y, si está completo y por ende cerrado. Por lo tanto, no podemos esperar que se descubran o se escriban algunos otros libros que abrirían el canon de nuevo para sumarse a los sesenta y seis libros. Aun si se descubriera una carta de Pablo, ésta
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