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Módulo 01 - Sagradas Escrituras (1) (1)

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Título: ANTROPOLOGÍA BÍBLICA
Autor: Benjamín Rojas Yauri
Co - autor: Abel Torres Salazar
Diseño de interior y tapa: Denise Raquel Orosco Florián
El contenido de está publicación (texto, imagenes y diseño), no podrá reproducirse total ni 
parcialmente por ningún medio mecánico, fotográfico, electrónico (escáner y/o fotocopia) sin a 
autorización escrita del autor. 
UNIVERSIDAD PERUANA UNIÓN - Facultad de Teología
Departamento de Educación Religiosa
Carretera Central km 19 - Ñaña - Lima / Tel: (01) 618 6336 / 618 - 6300 /
Anexo: 3034
www.upeu.edu.pe
5
PRESEN
TACIÓN:
Pr. Abel Torres / Pr. Jesús Hanco
La universidad Peruana Unión es una institución que viene desarrollando una serie de 
acciones con el propósito de alcanzar los más altos niveles en la gestión educativa en 
las diversas carreras que ofrece.
Dentro de este contexto, el módulo de Introducción a la Santa Biblia brinda un con-
junto de conocimientos teórico-prácticos en materia bíblica, que permite al estudiante 
tener una mejor comprensión del origen, la transmisión y la organización de los libros 
que comprende la Santa Biblia, de manera que se pueda brindar los conocimientos 
básicos previos a cualquier estudio o lectura de la Palabra de Dios.
Este módulo ha sido dividido en 4 grandes unidades y 15 sesiones de aprendizaje.
En cada unidad se hallará el resultado de aprendizaje que debe desarrollar el estudian-
te, el tema tratado, el cual será debidamente explicado y, finalmente, se encontrará 
una serie de preguntas que le permitirá al estudiante realizar una autoevaluación de 
todo lo aprendido.
El módulo es eminentemente práctico y tiene como objetivo fundamental explicar y 
brindar los conocimientos básicos para un estudio de la Biblia más alturado y serio. De 
ese modo, se aborda el tema de la revelación de Dios, enfatizando en los conceptos 
de revelación, inspiración e iluminación. Continuando con los idiomas, los materiales y 
los formatos en los cuales se escribió originalmente la Santa Biblia. Luego, se hace un 
estudio del canon bíblico tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento y, finalmen-
te, se realiza una integración de la Biblia al diario vivir del estudiante
6
TABLA 
 DE 
CONTE 
NIDO
7
ÍNDICE
SESIÓN N° 1: LA REVELACIÓN GENERAL DE DIOS
SESIÓN N° 2: LA REVELACIÓN ESPECIAL
SESIÓN N° 3: LA INSPIRACIÓN Y LA ILUMINACIÓN
SESIÓN N° 4: PREPOSICIONES, ACTITUDES Y PRINCIPIOS PARA 
INTERPRETAR DE LA BIBLIA
SESIÓN N° 5: LOS IDIOMAS Y MATERIALES ORIGINALES EN LOS 
CUALES FUE ESCRITO LA BIBLIA
SESIÓN N° 6: EL CANON BÍBLICO: DEFINICIÓN Y PRESUPOSICIONES
SESIÓN N° 7: LA ESTRUCTURA DE LA SANTA BIBLIA
SESIÓN N° 8: LOS LIBROS APÓCRIFOS Y PSEUDOEPIGRÁFICOS
SESIÓN N° 9: PAUTAS PARA INTERPRETAR LA BIBLIA
SESIÓN N° 10: ¿CÓMO INTERPRETAR UN TEXTO BÍBLICO?
SESIÓN N° 11: ¿CÓMO INTERPRETAR UN TEXTO BÍBLICO DENTRO 
DE LA PARTE POÉTICA DE LA BIBLIA?
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11
15
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25
32
36
41
48
54
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UNIDAD I
AUTORIDAD DE LA SANTA BIBLIA 
UNIDAD II
ORIGEN Y ESTRUCTURA DE LA SANTA BIBLIA 
UNIDAD III
GÉNESIS LITERARIOS DE LA BIBLIA
8
SESIÓN N° 12: ¿CÓMO INTERPRETAR UN TEXTO BÍBLICO DENTRO 
DE UNA DE LAS EPÍSTOLAS DE LA BIBLIA?
SESIÓN N° 13: ¿CÓMO INTERPRETAR UN TEXTO BÍBLICO QUE ES 
PARTE DE UNA PARÁBOLA?
SESIÓN N° 14: LOS MÉTODOS DE ESTUDIO DE LA BIBLIA 
SESIÓN N° 15: EXPERIENCIA DEL ESTUDIO DE LA BIBLIA
BIBLIOGRAFÍA
UNIDAD IV
ESTUDIO DIARIO DE LA SANTA BIBLIA
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64
70
75
87
9
Valora la Biblia, el Antiguo y Nuevo Testamento, 
como la Palabra de Dios escrita, según el principio 
de Sola Scriptura para
COMPETENCIA
SU
M
IL
LA
La asignatura Formación y Desarrollo Integral I per-
tenece al área de formación profesional básica. Es 
de naturaleza teórica. Tiene como
propósito valorar la Biblia, el Antiguo y Nuevo Tes-
tamento, como la Palabra de Dios escrita, según el 
principio de Sola Scriptura para
incorporar el mensaje bíblico a su vida personal. 
Comprende: Autoridad de la Santa Biblia; Origen y 
estructura de la Santa Biblia; Géneros literarios de 
la Biblia; Estudio diario de la Santa Biblia.
10
UNIDAD I
AUTORIDAD DE 
LA SANTA BIBLIA
11
La revelación general de Dios La revelación especial de Dios La inspiración y la iluminación
SESIÓN SESIÓN SESIÓN 
N°1 N°2 N°3
RESULTADO DE LA UNIDAD APRENDIZAJE
Identifica la autoridad de la Santa Biblia según el principio de Sola Scriptura para valorar la Biblia como 
palabra divina.
12
SESIÓN N° 1: 
LA REVELACIÓN
GENERAL DE 
DIOS
Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la 
creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen 
excusa. (Ro 1:20)
Al abordar este tema es necesario partir de la pre-
misa que el ser humano es incapaz de conocer ple-
namente a Dios por sí mismo, sino solo hasta don-
de el mismo Dios se auto-revele. Como lo dijera el 
profeta Isaías: “Como son más altos los cielos que 
la tierra, así son mis caminos más altos que vues-
tros caminos, y mis pensamientos más que vuestros 
pensamientos.” (Is 55:9). De este modo, el Señor 
descorre la cortina, abre el velo que lo mantiene es-
condido del conocimiento humano, debido a la na-
turaleza de los pecados y las iniquidades, las cuales 
“han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y 
vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su 
rostro para no oír.” (Is 59:2).
Un grupo de estudiosos considera a la comprensión 
de las verdades bíblicas como un logro alcanzado 
solo por un grupo élite de personas muy capaci-
tadas o especialmente preparadas. La propia Biblia 
declara que la revelación de Dios difiere totalmente 
de esta idea, pues la comprensión acerca de las ver-
dades divinas no es el resultado del descubrimiento 
humano sino del beneplácito de Dios de revelarse 
a sí mismo. Como lo declara Pablo “dándonos a co-
nocer el misterio de su voluntad, según su beneplá-
cito, el cual se había propuesto en sí mismo” (Ef 1:9). 
Sin embargo, otro grupo de estudiosos niega la 
existencia de un Dios que deba ser conocido, pues 
cree que la realidad última es de “naturaleza mate-
rial”. Percibiendo al mundo como la operación de 
fuerzas físicas, visualizando a la vida como el resul-
tado del trabajo de la energía material bajo la ley de 
la necesidad mecánica. De manera que de acuerdo 
a este modo de pensar, el hombre no puede cono-
cer a Dios, debido a que no hay Dios para conocer. 
El único objeto de conocimiento sería la materia, 
la cual es descubierta y entendida solo a través de 
procesos científicos. Sin embargo, aún permanece 
la pregunta: ¿qué es la revelación?
1.1. EL CONCEPTO DE 
REVELACIÓN
El acto de la revelación de Dios, significa que Dios 
mismo está descorriendo la cortina de lo que es-
taba escondido. Dios da a conocer al ser humano, 
la naturaleza de su persona y su voluntad. Así es a 
través de la revelación que Dios se da a conocer al 
hombre. 
Por lo tanto, se puede definir a la revelación como: 
¿Sabías que?: 
La palabra “revelación” proviene de la palabra 
hebrea galah, que significa “revelar secretos”, 
“descubrir” (Dan 2:22, 28, 47) y de la palabra 
griega apocapypsis, de donde proviene el 
nombre del último libro de la Biblia, y cuyo 
significado es: “revelación”, “acto de quitar el 
velo”, “acción de descorrer el velo” (Luc 2:32; 
Ro 16:25; Ga 1:12).
“El acto divino por el cual Dios se da a conocer a sí 
mismo, su voluntad y su propósito hacia la familia 
humana”. Y también se puede mencionar que re-
velación es “el contenido del mensaje comunicado 
por Dios”. 
Sin embargo, para un estudio más organizado acer-
ca de este tema tan importante como es la reve-
lación, se la puede dividir en dos categorías: (a) la 
revelación general y (b) la revelación especial.
1.2. LA REVELACIÓN 
GENERAL
Esta categoría es denominada “general” debido a 
dos motivos: 
• Es dado a todos los hombres, no siendo limitada 
a ninguna nación específica o a un grupo élite de 
personas
• Se refiere a la revelación que se manifiesta en la 
naturaleza y en el propio hombre a travésde la ra-
zón y la conciencia. 
Se puede afirmar que fue la revelación dada en la 
naturaleza la que impresionó al salmista para de-
clarar: “Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el fir-
mamento anuncia la obra de sus manos” (Sal 19:1), 
viendo que esto se realizaba de día como de noche 
(v. 2), describiendo a la naturaleza metafóricamente 
como si estuviera proclamando (v. 4), aunque tam-
bién especifica que en dicha revelación “no hay 
lenguaje, ni palabras”. 
Dicha declaración es corroborada por la declaración 
de Pablo, quien habla sobre la revelación natural en 
Romanos 1 y 2, argumentando que el hombre que 
no tiene un conocimiento de Dios a través de la Bi-
blia, también es responsable delante de Dios. Así, el 
13
Señor se ha manifestado ante todo hombre a través 
de la revelación general. 
El apóstol sostiene que las obras creadas por Dios 
ponen al descubierto su poder ilimitado, su existen-
cia eterna y su naturaleza divina: “Porque las cosas 
invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen 
claramente visibles desde la creación del mundo, 
siendo entendidas por medio de las cosas hechas, 
de modo que no tienen excusa” (Ro 1:20). Es a tra-
vés de la revelación general que el hombre conoce 
lo suficiente acerca de su responsabilidad con Dios, 
como para considerarse culpable cuando delibera-
damente desobedece y rechaza adorar a Dios. 
Toda la creación da testimonio de su creador. La 
observación reverente del universo físico, con su 
orden, designio y belleza nos habla no solo acerca 
de la existencia de Dios, sino también de la organi-
zación y la magnificencia de Dios. De esta manera, 
Dios ha dejado su huella en la creación de tal modo 
que el universo entero revela, aunque pálidamente 
a causa del pecado, el poder y la deidad de Dios a 
los hombres. 
 En Ro 2:14-25, el apóstol Pablo enseña otro ele-
mento de la revelación general, la conciencia. La 
ley moral implantada en la naturaleza humana, es 
confirmada por la facultad de la razón y la concien-
cia. Para ello, considera que los gentiles, quienes 
no tuvieron la revelación especial de la Santa Bi-
blia (Antiguo Testamento), conocen acerca de los 
requerimientos morales de Dios, debido a que Dios 
ha colocado una “ley escrita en sus corazones, dan-
do testimonio su conciencia, y acusándoles o de-
fendiéndoles sus razonamientos” (Ro 2:15). 
De este modo, la conciencia es otro medio a través 
del cual Dios se revela a la humanidad. Esto es sus-
tentado por el hecho que el ser humano fue crea-
do a “imagen y semejanza de Dios” (Gn 1:26-27). 
Y aunque la moral varía un tanto de una cultura a 
otra. Existe un acuerdo universal en que algunos ac-
tos son buenos y otros son malos. Claro está que 
sus niveles morales no eran tan específicos como la 
de los judíos, quienes recibieron la revelación espe-
cial del texto bíblico. 
Sin embargo, la naturaleza, la conciencia y la razón 
son insuficientes para revelar claramente la persona 
de Dios pues son limitadas, no pudiendo mostrar 
plenamente la santidad, el amor redentor, y los pro-
pósitos de Dios para la raza humana, haciéndose 
necesaria la revelación especial.
 
14
15
SESIÓN N° 2: 
LA REVELACIÓN
ESPECIAL
Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los 
profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, 
y por quien asimismo hizo el universo (He 1:1-2)
Dios se revela a sí mismo a través de las Sagradas 
Escrituras, siendo Jesucristo mismo, el clímax de la 
revelación de Dios. Sin embargo, como lo declara la 
misma Biblia, en He 1:1-2, esta revelación “especial” 
de Dios hacia los hombres se ha dado “muchas ve-
ces” y de “diferentes maneras”. Así, un estudio deta-
llado dentro de la Biblia, nos muestra por lo menos 
siete medios a través de los cuales Dios reveló a su 
pueblo su mensaje.
2.1. LAS TEOFANÍAS
Esta primera forma de comunicación entre Dios y el 
hombre es a través de las manifestaciones visibles 
de Dios hacia el hombre, logrando darse una comu-
nicación cara a cara. Dentro de esta categoría se ha-
lla: Abraham, quien se encontró con Jehová (Cristo 
pre-encarnado) y dos ángeles cerca de su tienda en 
las llanuras de Mamre (Gn 18:1-3). 
Por otro lado, el patriarca Jacob luchó con un va-
rón en Peniel, quien luego de la lucha se identificó 
como Dios al declararle: “No se dirá más tu nombre 
Jacob, sino Israel; porque has luchado con Dios y 
con los hombres, y has vencido.” (Gn 32:28). Esto es 
corroborado con la declaración misma de Jacob: “Vi 
a Dios cara a cara, y fue librada mi alma.” (Gn 32:30). 
Otro personaje que también tuvo una experiencia 
similar fue Moisés con quien Jehová hablaba “cara 
a cara”, como habla cualquiera a su compañero (Ex 
33:11). Cada uno de estos ejemplos muestra la ma-
nera directa como Dios se reveló a estos profetas.
Por lo tanto, se puede afirmar que tanto Jacob 
como Moisés tuvieron una teofanía, una manifesta-
ción sensible de Dios. 
2.2. LOS ÁNGELES
La segunda forma de comunicación entre Dios y 
el hombre es a través de los ángeles, espíritus mi-
nistradores enviados para el servicio a favor de los 
que serán herederos de la salvación (He 1:14). Estos 
seres se han acercado frecuentemente a diferentes 
patriarcas y profetas, trayendo mensajes de espe-
ranza y consuelo, como en el caso del profeta Elías, 
quien se hallaba hambriento y solo (1 R 19:5-7). Fue 
un ángel anunció el nacimiento de Juan el bautista 
(Lc 1:13) y el nacimiento de Jesús (Lc 1:31-32). Y del 
mismo modo fue un ángel quien fortaleció a Jesús 
cuando éste oraba en el huerto de Getsemaní (Lc 
22:43). 
Además, fueron los ángeles quienes dieron mensa-
jes de movilización, para que los creyentes se dirijan 
a otras personas para hablarles acerca del evangelio 
de Dios. Una situación así aconteció en la experien-
cia del Felipe, quien recibió la orden: “Levántate y ve 
hacia el sur, por el camino que desciende de Jerusa-
lén a Gaza, el cual es desierto.” (Hch 8:26), para que 
así pueda encontrarse con un etíope eunuco que 
volvía de Jerusalén leyendo el libro de Isaías, pero 
sin lograr comprender las Escrituras (Hch 8:30-31).
2.3. LA VOZ AUDIBLE DE 
DIOS
La tercera forma de comunicación entre Dios y el 
hombre es a través de la voz audible. A través de 
Glosario: 
El término teofanía es una palabra compues-
ta que proviene de dos voces griegas: theos 
(dios) y phanos (claro), llegando a significar: 
“manifestación o aparición sensible de Dios”.
¿Sábias que?: 
La palabra “ángel” en el idioma griego es an-
guelos. Dicha palabra puede ser traducida en 
el Nuevo Testamento como “angel” y también 
como “mensajero”.
16
17
la historia, hubo ocasiones cuando Dios habló de 
forma claramente perceptible a los oídos de todos 
los presente. Por ejemplo, en el Sinaí fueron pro-
nunciados los diez mandamientos en forma audible 
y conjunta con el Padre y el Hijo en un dúo trascen-
dente (Éx 20:1-18) que literalmente hizo temblar a 
toda la Tierra. 
Asimismo, la voz de Dios fue oída tres veces du-
rante el ministerio terrenal de nuestro Señor Cristo 
Jesús: (1) en ocasión del bautismo de Cristo, (2) en 
el monte de la transfiguración, y (3) cuando los fi-
lósofos griegos fueron a verlo en el templo durante 
la semana antes de la crucifixión. En estas ocasio-
nes se oyó a Dios llamando a los hombres a prestar 
atención al mensaje de su amado Hijo. 
2.4. MANIFESTACIONES 
VISIBLES
La cuarta forma de comunicación entre Dios y el 
hombre fue a través del pectoral del sumo sacer-
dote, en el cual se hallaban dos piedras grandes 
engastadas en la parte superior; llamadas: Urim y 
Tumim. El sumo sacerdote podía hacer preguntas, 
y Jehová le respondía a través de estas dos piedras. 
Si la respuesta era “Sí”, una piedra brillaba con un 
halo de luz y gloria. Si la respuesta era “No”, la otra 
piedra quedaba parcialmente obscurecida por una 
sombra o un vapor (El evangelismo, 447). Dicha for-
ma de comunicación fue empleada comúnmente 
dentro del pueblo de Israel paraconfirmar cuál vo-
luntad de Dios especialmente en el tema de: “ir a la 
guerra o no” (Nm 27:21; 1 S 28:6).
2.5. EL ECHAR SUERTES
La quinta forma de comunicación entre Dios y el 
hombre fue a través del acto de echar suertes. Un 
equivalente moderno quizá podría ser sacar pajitas: 
Donde todas las pajitas deberían tener la misma 
longitud con excepción de una. Luego se permite 
que cada participante elija una de las pajillas, mos-
trándosele solo los extremos de cada todas las pa-
jillas, escondiendo la diferencia de longitudes con 
la mano. Luego de que cada participante toma una 
de las pajillas es fácil determinar quién sacó la más 
corta, siendo éste el elegido. 
Dentro de la Biblia, vemos el echar suertes, sobre 
los machos cabríos (Lev 16:8-9), sobre ciudades, y 
sobre hombres. El ejemplo bíblico más conocido en 
cuanto a la elección de algún hombre, fue el ha-
llazgo de Acán por causa del hurto del lingote de 
oro, las monedas de plara y el manto babilónico, 
robo que fue causa de la humillante derrota de Is-
rael frente al pueblo de Hai (Jos 7:16-19).
En el Nuevo Testamento, existe sólo un caso en 
el que se determinó la voluntad de Dios echando 
suertes: la elección de Matías, quien ocupara el 
lugar dejado vacante por Judas Iscariote entre los 
doce apóstoles (Hch 1:26). Sin embargo, este mé-
todo cayó en desuso, motivo por el cual Elena de 
White escribió. “No tengo fe en la práctica de echar 
suertes... El echar suertes para elegir a los dirigentes 
de la iglesia no está de acuerdo con la voluntad de 
Dios. Llámese a hombres de responsabilidad para 
elegir a los dirigentes de la iglesia” (Patriarcas y pro-
fetas, 319).
2.6. LAS VISIONES 
ABIERTAS DURANTE EL 
DÍA
La sexta forma de comunicación entre Dios y el 
hombre fue a través de las visiones. El Antiguo y 
el Nuevo Testamento existen referencias profetas 
que recibían visiones del Señor (Nm 12:6; 1 S 13:1; 
18
Jl 2:28-32; Hch 16:9). 
Asimismo, cabe resaltar que una serie de fenóme-
nos físicos sobrenaturales acompañaban a los pro-
fetas quienes recibían las visiones. En el libro de 
Daniel capítulo 10 se clarifica mejor la naturaleza 
y el alcance de los fenómenos singulares que invo-
lucran tener una visión, gracias a una descripción 
del propio profeta de su experiencia al recibir una 
visión: 
• Ver cosas que los que están alrededor no pueden 
ver (vers. 7)
• Pérdida de la fuerza natural, desfallecimiento 
(vers. 8)
• Ser dotado de una fuerza sobrenatural externa a él 
(vers. 10, 11, 16, 18, 19)
• Estar completamente ajeno al ambiente inmediato 
(vers. 9) 
• No respirar (vers. 17).
Cada una de estas características halladas en la Bi-
blia es una referencia bíblica muy importante para 
reconocer una verdadera experiencia de recibir vi-
sión frente a las frecuentes experiencias engañosas 
vistas en diferentes momentos de la historia del 
pueblo de Dios.
2.7. LOS SUEÑOS 
PROFÉTICOS 
NOCTURNOS 
La séptima forma de comunicación entre Dios y el 
hombre es a través de los sueños proféticos. Los 
profetas frecuentemente recibían mensajes del Se-
ñor durante los períodos nocturnos. No hay eviden-
cia de que dichos sueños hayan estado acompaña-
dos de fenómenos físicos, ni tampoco que el tipo 
de mensajes dados durante la noche fuese diferen-
te de los transmitidos en las visiones del día. Dentro 
de la Biblia se puede encontrar el ejemplo de José, 
quien a través de un sueño recibió el mensaje de 
un ángel para tomar a María por mujer (Mt 1:20), 
bajo el mismo modo los reyes magos recibieron la 
orden de no volver a visitar a Herodes (Mt 2:12). Y a 
través de un sueño, José fue advertido para volver 
de Egipto y morar en Galilea (Mt 2:22).
En cierta ocasión se le preguntó a Elena de White 
(una profeta) si ella solía tener sueños nocturnos 
comunes, como la gente los tiene normalmente. 
Ella sonrió y contestó: “Sí”. La pregunta subsiguien-
te fue: ¿Cómo puede diferenciar Ud. los sueños 
comunes de los sueños proféticos? Siendo su res-
puesta: “El mismo ángel mensajero que está a mi 
lado dándome instrucciones en las visiones de no-
che, permanece también junto a mí dándome ins-
trucciones durante las visiones del día.” (Elena G. de 
White: mensajera de la iglesia remanente 10.)
En conclusión, durante esta sesión se ha podido es-
tudiar las siete formas cómo Dios se ha revelado. 
Siendo corroborado por la declaración del após-
tol Pablo: Dios se ha revelado “muchas veces” y de 
“muchas formas” a los padres por los profetas (He 
1:1). Sin embargo, existe una revelación más clara 
acerca de Dios, su carácter, su voluntad y su inten-
ción de salvar a la humanidad y es en la persona 
de Cristo Jesús (He 1:2), La Biblia sitúa Cristo, como 
la última y la más grande revelación de Dios hacia 
la humanidad. En su vida, se puede tener una idea 
clara de quién es Dios y cuáles son sus designios. 
De modo que “el Antiguo Testamento derrama luz 
sobre el Nuevo, y el Nuevo sobre el Antiguo. Cada 
uno es una revelación de la gloria de Dios en Jesús. 
Cristo manifestado a los patriarcas, simbolizado en 
los servicios de los sacrificios, esbozado en la ley, y 
revelado por los profetas, constituye las riquezas del 
Antiguo Testamento. Cristo en su vida, en su muerte 
y su resurrección; Cristo manifestado por el Espíritu 
Santo, es el tesoro del Nuevo. Tanto el Nuevo como 
el Antiguo Testamento presentan verdades que re-
velan continuamente nuevas profundidades de sig-
nificado al que las busca fervorosamente.” 
19
SESIÓN N° 3: 
LA INSPIRACIÓN Y 
LA ILUMINACIÓN
Toda la escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para 
instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda 
buena obra (2 Ti 3:16)
20
3.1. LA INSPIRACIÓN
La Biblia es un libro escrito por numerosos autores 
en un período de cientos de años, pero al mismo 
tiempo es la Palabra de Dios. El primer tema que 
resalta es la naturaleza humana y divina de la Santa 
Biblia.
De manera que para poder tener una idea clara de 
lo que significa que la Biblia es inspirada por Dios, 
es necesario hacer una revisión dentro de la misma 
Biblia para ver, qué es lo que ella nos declara acerca 
sí misma. Hallando en ella dos pasajes que nos dan 
una vislumbre de lo que significa “inspiración”. 
La primera base bíblica: 
“Toda la escritura es inspirada por Dios, y útil 
para enseñar, para redargüir, para corregir, para 
instruir en justicia, a fin de que el hombre de 
Dios sea perfecto, enteramente preparado para 
toda buena obra” (2 Ti 3:16)
Este texto bíblico enfatiza la idea de que cada autor 
de la Biblia es inspirado por Dios. Es decir la Escritu-
ra no tiene su origen en la mente de los diferentes 
profetas o escritores de la Biblia. La Escritura tiene 
su origen en Dios, quien exhala o insufla la Escritura 
a quienes llegaron a ser escritores de la Biblia. 
El término griego empleado para “inspirada” 
(theopneustos) enfatiza el explícito reconocimiento 
de que Dios es la fuente, el origen y la iniciativa de 
la Biblia, afirmando la inspiración total de la Santa 
Biblia. El término indica la actividad divina de gene-
rar un producto divino, el cual es la “Biblia”. Por otra 
parte, la idea de soplar tiene el sentido de comuni-
cación estrecha entre Dios y el profeta o al escritor 
bíblico (Sal 33:6). 
Por lo tanto, podemos decir con seguridad que: 
“En su Palabra, Dios comunicó a los hombres el co-
nocimiento necesario para la salvación. Las Santas 
Escrituras deben ser aceptadas como dotadas de 
autoridad absoluta y como revelación infalible de 
su voluntad. Constituyen la regla del carácter; nos 
revelan doctrinas, y son la piedra de toque de la 
experiencia religiosa” (El Conflicto de los Siglos, 11). 
Así, se puede concluir que lo que el apóstol Pablo 
está señalando es que toda la Escritura es inspirada, 
es decir es soplada por Dios. Haciendo una diferen-
cia entre la palabra revelada por Dios y los escritos 
comunes. Ya que los escritos comunes son produc-
to del esfuerzo humano, pero la SantaBiblia es el 
resultado del soplo de Dios.
Segunda base bíblica:
“Entendiendo primero esto, que ninguna profe-
cía de la Escritura es de interpretación privada, 
porque nunca la profecía fue traída por voluntad 
humana, sino que los santos hombres de Dios 
hablaron siendo inspirados por el Espíritu San-
to” (2 P 1:20-21)
Este segundo texto nos proporciona ayuda valiosa 
para la comprensión de la palabra inspiración. Don-
de una lectura detenida nos muestra que la pro-
fecía bíblica no proviene de la sabiduría humana, 
sino que los profetas (los escritores bíblicos) habla-
ron siendo “conducidos” o “movidos” por el Espíritu 
Santo. 
Como también es corroborado por la mensajera de 
Dios: “Dios se ha dignado comunicar la verdad al 
mundo por medio del instrumento humano, y él 
mismo, por su Santo Espíritu, habilitó a hombres y 
los hizo capaces de realizar esta obra. Guió la in-
teligencia de ellos en la elección de lo que debían 
decir y escribir. El tesoro fue confiado a vasos de 
barro, pero no por eso deja de ser del cielo…y el 
hijo de Dios, obediente y creyente, contempla en 
ello la gloria de un poder divino, lleno de gracia y 
¿Sábias que?: 
En 2 Ti 3:16, el término griego empleado para 
“inspirado” es la palabra: Theopneustos, un 
adjetivo compuesto de dos voces griegos: 
theos (Dios) y pneuma (Soplo, aire), siendo su 
significado: “soplado por Dios”, “insuflado por 
Dios” o “exhalado por Dios”.
¿Sábias que?: 
En 2 Ped 1:21, el término griego empleado 
para “inspirado” es la palabra: Pheromenoi, un 
adverbio cuyo significado básico es “llevar”, 
“mover”, “conducir”, siendo el significado del 
texto: los hombres hablaron siendo movidos 
(llevados, conducidos) por el Espíritu Santo.
21
de verdad” (El conflicto de los siglos, 9). 
Los profetas y apóstoles fueron movidos por inicia-
tiva divina, para hablar de parte de Dios. Así, Las Sa-
gradas Escrituras no son un impulso del sentimien-
to, de la reflexión de los hombres o de la sabiduría 
humana. La misma Biblia declara que los santos 
hombres fueron “movidos”. Así, la inspiración ga-
rantiza que la Biblia representa el punto de vista de 
Dios. No hay por lo tanto desvío de aquello que 
Dios quiso comunicar, porque Dios supervisó y con-
dujo por medio del Espíritu Santo todo el proceso 
desde la primera escritura del texto bíblico hasta su 
llegada en nuestros días.
En conclusión, la inspiración bíblica profética, “es un 
proceso por medio del cual Dios capacita a un hom-
bre o una mujer, para escribir y comunicar en forma 
precisa, competente y fidedigna los mensajes que 
ha recibido por medio de la revelación”.
3.2. SEMEJANZAS Y 
DIFERENCIAS ENTRE LA 
INSPIRACIÓN Y LA 
REVELACIÓN
Aunque existe una relación entre estos dos térmi-
nos, es importante recalcar que se trata de dos tér-
minos diferentes.
Mientras que la revelación es el acto divino a tra-
vés del cual Dios revela verdades a una persona es-
pecífica, la inspiración es el acto divino por el cual 
el profeta es conducido por Dios para que la ver-
dad recibida por medio de la revelación pueda ser 
anunciada y escrita de manera infalible.
Así, mientras que la revelación es el cuerpo de ver-
dad que Dios deseó que los hombres poseyeran, la 
inspiración es la manera en que dio este cuerpo de 
verdad a los hombres. De este modo, la inspiración 
garantiza el correcto manejo de las verdades reve-
ladas.
Todo en la Biblia es el resultado de la inspiración; 
aun cuando en la misma Biblia encontremos refe-
rencias a dichos de personas que no necesariamen-
te creían en Dios. Tal vez alguien quede confundi-
do con esta última declaración. Sin embargo, esta 
puede ser comprendida a través del ejemplo de Pa-
blo, quien cita dos veces en la Biblia a los dichos de 
Epiménides de Creta, el cual era un poeta cretense 
pagano (Hch 17:28 y Tit 1:12). Desde luego, Pablo 
conocía que esos dichos eran de un pagano. Sin 
embargo Dios inspiró al apóstol para que por me-
dio del Espíritu Santo pueda realizar dos acciones:
• Recordar esos dichos. 
• Registrarlos con exactitud dentro del contexto de 
un mensaje divino.
La revelación es la comunicación inicial del mensaje 
divino dado al recipiente original que es el profeta 
o apóstol; la inspiración es la asistencia divina por 
la cual la revelación previamente recibida, es escrita 
y es comunicada en forma apropiada y fidedigna al 
ser humano.
3.3 LOS MODELOS DE 
INSPIRACIÓN
Basados en la misma Biblia, se puede percibir dos 
modelos de inspiración: El modelo profético y el 
modelo de investigación.
22
El modelo profético
Generalmente cuando hablamos de inspiración bí-
blica nos referimos a una experiencia donde una 
persona recibe directamente un mensaje de Dios a 
través de cualquiera de los 7 medios empleados por 
Dios para dar a conocer su voluntad. 
La experiencia de del profeta Daniel (Dn 12:4), el 
profeta Jeremías (Jer 36:1-4) y el apóstol Juan (Ap 
1:11) ilustran muy bien este modelo donde el pro-
feta recibe un claro mensaje.
De este modo el modelo profético es el más común 
dentro de la Santa Biblia, donde la mayor parte de 
los escritores recibieron un mensaje directo de Dios 
para proclamar y escribir el mensaje. 
El modelo de investigación 
El Libro de Lucas es probablemente el ejemplo más 
claro de este modelo. En el prólogo de su primer 
libro (Lc 1:1- 4) explica el proceso de cómo fue es-
crito su libro, aquí lo que él dijo y lo que él no dijo 
son cosas sumamente importantes. 
Lo que él no dijo es importante por dos razones:
• Lucas no dice que para escribir su libro recibió 
sueños y visones; es decir que los sueños proféticos 
y las visiones no son las fuentes de su información 
acerca de la vida y ministerio de Jesús. Esta omisión 
es de extrema importancia, puesto que no siendo 
Lucas testigo ocular del ministerio de Jesús, él ha-
bla de otras fuentes empleadas. Y si Lucas hubiese 
recibido sueños y visiones los habría mencionado 
para dar mayor credibilidad a su evangelio; pero él 
guarda silencio en ese aspecto.
• Lucas declara que no fue testigo ocular del minis-
terio de Jesús. No se incluye en el grupo de após-
toles, entonces ¿De dónde recibió su información? 
Ante esta inquietud el médico menciona dos fuen-
tes importantes: 
A. Los testigos oculares como una de sus fuentes 
de información (apóstoles, discípulos, parientes de 
Jesús, gente que estuvo cerca de Jesús)
B. Los hupēretai (“ministros de la palabra”, “encarga-
dos”, “asistentes”, “sirvientes”), los cuales eran per-
sonas escogidas dentro de la comunidad religiosa 
judía para memorizar las historias, enseñanzas, pa-
rábolas, sermones y milagros de Jesús.
3.4 LA ILUMINACIÓN
La iluminación puede ser definida como la obra 
del mismo Espíritu Santo que inspiró el mensaje de 
Dios al profeta. Con la diferencia que ahora capacita 
al oyente o lector de la Santa Biblia para que pueda 
comprender las verdades espirituales y discernir el 
mensaje de que Dios tiene para él.
Dicha obra del Espíritu Santo fue anunciada por 
Jesús a sus discípulos, cuando el maestro hablaba 
sobre la venida del Consolador, diciendo: “Él os en-
señará todas las cosas y os recordará todo lo que 
yo os he dicho (las palabras de Jesús).” (Jn 14:26). 
De esa manera, Dios mismo en la persona del Espí-
ritu Santo está dispuesto a ayudar a comprender el 
mensaje de su propia Palabra, la Biblia, guiando al 
lector hacia toda verdad (Jn 16:13). 
Por lo tanto, se hace imprescindible que todo lector 
sincero de la Biblia necesita pedir la ayuda del Espí-
ritu Santo antes de comenzar a leer la Santa Biblia, 
para poderla comprender y no torcer las Escrituras.
Elena G. de White aconseja: “Hemos de abordar el 
estudio de la Biblia con reverencia, sintiendo que 
estamos en la presencia de Dios. Toda liviandad y 
frivolidad debe ser dejada a un lado. Aunque algu-
nas porciones de la Palabra se entienden con fa-
cilidad, el verdadero sentido de otras partes no se 
discierne con rapidez. Debe haber paciente estudio 
y meditación y ferviente oración. Todo estudioso, 
al abrir las Escrituras, debesolicitar la iluminación 
del Espíritu Santo; y la promesa segura es que será 
dado.” (Testimonio para ministros, 108).
Asimismo, esto puede hacernos reflexionar que 
quizá no estemos estudiando la Biblia de la mane-
ra correcta. Y si así fuere, el Señor nos invita para 
que seamos escudriñadores de su Palabra ya que 
“no hay ninguna cosa mejor para fortalecer la in-
teligencia que el estudio de las Santas Escrituras. 
Ningún otro libro es tan potente para elevar los 
pensamientos, para dar vigor a las facultades, como 
las grandes y ennoblecedoras verdades de la Biblia. 
Si se estudiara la Palabra de Dios como se debe, 
los hombres tendrían una grandeza de espíritu, una 
nobleza de carácter y una firmeza de propósito que 
raramente pueden verse en estos tiempos.” (El ca-
mino a Cristo, 90).
23
UNIDAD II
ORIGEN Y 
ESTRUCTURA 
DE LA 
SANTA BIBLIA
24
Presuposiciones, actitudes y 
principios para interpretar de 
la bilia
La estructura de la Santa Biblia
Los idiomas y materiales origi-
nales en los cuales fue escrito 
la Biblia
La Biblia y los libros apócrifos y 
pseudoepigráficos
El canon bíblico
SESIÓN 
SESIÓN 
SESIÓN 
SESIÓN 
SESIÓN 
N°4
N°7
N°5
N°8
N°6
RESULTADO DE LA UNIDAD APRENDIZAJE
Analiza el origen y estructura de la Santa Biblia según el método histórico a fin de familiarizarse con el 
texto bíblico.
25
SESIÓN N° 4: 
PRESUPOSICIONES, 
ACTITUDES Y 
PRINCIPIOS PARA 
INTERPRETAR DE 
LA BIBLIA
Acudiendo Felipe, le oyó que leía al profeta Isaías, y dijo: Pero ¿entiendes lo que lees? (Hch 8:30)
26
4.1. LAS PRESUPOSICIONES
Cuando una persona desea estudiar la Biblia, nece-
sita permitir que sea la propia Biblia la que deter-
mine las presuposiciones con las cuales se la debe 
estudiar. Sin embargo, es muy común ver cómo 
algunos estudiosos sinceros de la Palabra de Dios 
colocan al conocimiento humano, sea la geología, 
la historia, la física, la biología, o alguna otra ciencia 
para que sean estas las que determinen nuestras 
presuposiciones sobre las cuales se debe leer a la 
Biblia. Analizando a la Biblia en base a las ideas de 
la ciencia humana. Esto a la postre, llega a ser un 
grave error, que influye en la interpretación que se 
dará a la lectura de la Palabra de Dios. 
Así, es necesario que el sincero lector de la Biblia 
coloque a la Palabra de Dios por encima de cual-
quier ciencia o conocimiento humano. Es la propia 
Biblia la base sobre la cual toda ciencia debe ser 
construida, ya que ella es la base de todo conoci-
miento verdadero. 
La propia Biblia muestra la historia de personajes 
que oyendo la propia Palabra de Dios alcanzaron la 
comprensión de su voluntad. Dios mismo a través 
de la lectura de la Biblia iluminó la mente de estas 
personas para que pudieran creer. El Espíritu Santo 
crea en el lector sincero a través de la lectura de 
la Biblia, las presuposiciones que le guiarán hacia 
un estudio cada vez más profundo de la Palabra de 
Dios. Uno de esos caso es realizado por Pablo en la 
ciudad griega de Tesalónica, en Hch 17:2-3, donde 
el apóstol “razonó con ellos desde las Escrituras, ex-
plicando y demostrando que el Cristo tenía que su-
frir y resucitar de los muertos”. Como consecuencia 
de esta presentación de la Palabra de Dios, el texto 
bíblico en Hch 17:4 declara que “Y algunos de ellos 
fueron persuadido; y una gran multitud de griegos 
devotos, y mujeres noles no pocas se unieron a Pa-
blo y Silas” 
De manera que las presuposiciones básicas para 
una lectura de la Biblia mñas provechosa son: 
1. Dios es un ser personal que que se comunica a 
través de la Biblia 
El texto bíblico declara de manera explícita que “sin 
fe es imposible agradar a Dios, porque el que vie-
ne a Dios debe creer que él existe” (He 11:6). La fe 
en que Dios existe es fundamental para estudiar 
la Biblia. La misma Biblia desde su primer versícu-
lo da por sentado la existencia de Dios. La Biblia 
no está buscando probar la existencia de Dios. Por 
el contrario, desde su primer versículo, la Biblia da 
por sentado la existencia de Dios, declarando: “En 
el principio creó Dios los cielos y la Tierra” (Gn 1:1). 
A través de la historia, Dios siempre ha buscado 
estar en comunicación con la humanidad. Esta co-
municación se ha dado de manera directa, en voz 
audible o de manera indirecta, a través de ángeles, 
profetas y aun hasta animales. Llegando a ser las 
Escrituras, la palabra profética más segura a través 
de la cual Dios se auto-revela, se presenta a sus 
criaturas, empleando a profetas, hombres elegidos 
por Dios para presentar un mensaje a su pueblo. 
Y como lo declara la misma Biblia, esta dinámica 
aconteció “muchas veces” y de “muchas maneras” 
(He 1:1), siendo la máxima revelación del carácter 
de Dios hacia la humanidad la persona de Cristo, 
la palabra viva (He 1:2). Siendo el objetivo principal 
de la divinidad que cada ser humano pueda tener 
conocimiento de su voluntad y pueda tomar la de-
cisión de creer en Dios y su Palabra. 
Dios es eterno y todopoderoso, como tal no ne-
cesita del ser humano. Sin embargo, Él se goza en 
revelar sus secretos, su mensaje, su voluntad a los 
profetas para que estos lleven el mensaje divino a 
su pueblo (Am 3:7). De manera que las Escrituras, 
son los mensajes revelados por Dios, los cuales son 
mensajes dados para sus hijos “para siempre” (Dt 
29:29). Por lo tanto, quien lee la Biblia debe tener 
la presuposición que Dios habla a través de las Es-
crituras, no es un mensaje humano, no es sabiduría 
ancestral, es un mensaje actual que viene desde el 
propio trono celestial. La Biblia es la voz viviente de 
Dios, que habla a los seres humanos, como una rea-
lidad dinámica siempre presente. Un mensaje apro-
piado y pertinente para toda persona que atiende y 
presta oído al mensaje de Dios.
2. El ser humano fue creado para comunicarse 
con Dios 
La Biblia presenta a Adán y a Eva, como seres crea-
dos a la imagen y semejanza de Dios, capaces de 
¿Sábias que?: 
Presuposición: “suposición previa”, “aquello 
que se supone causa o motivo de algo”.
27
responder a Dios y mantener un díálogo con su 
creador. La presencia de comunicación entre Dios y 
la humanidad es una de las características del díalo-
go hallado a través de toda la Biblia. Estos mensajes 
fueron dados desde un inicio a Adán al declarár-
sele: “de todo árbol del huerto podrás comer pero 
del árbol de la ciencia del bien y del mal no come-
rás” (Gn 2:16,17). Más adelante Dios habló a Caín y 
le preguntó: “¿dónde está tu hermano, Abel?” (Gn 
4:9). Asimismo, Dios habló a Noé diciéndole: “He 
decidido el fin de todo ser, porque la tierra está lle-
na de violencia” (Gn 6:13) y a Abram le dijo: “Vete 
de tu tierra y de tu parentela… a la tierra que yo te 
mostrare” (Gn 12:1). A Jacob de aseguró: “Yo estaré 
contigo y te guardaré a dondequiera que tú vayas” 
(Gn 28:15). Siendo el último mensaje de Dios en la 
Biblia “Ciertamente vengo en breve” (Ap 22:20).
El ser humano necesita de la Palabra de Dios por-
que en ella se encuentra la vida. La metáfora de la 
Palabra de Dios como alimento para el ser humano 
se repite en diversas partes de la mismas Escritu-
ras. Así, Job en sus momentos de prueba y aflic-
ción declara: “del mandamiento de sus labios nunca 
me separé; guardé las palabras de su boca más que 
mi comida” (Job 23:12). Más adelante David en el 
salmo más largo de la Biblia añade: “¡Cuán dulces 
son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi 
boca” (Sal 119:103). Probablemente haciendo refe-
rencia a su llamado al ministerio profético Jeremías 
declaró: “Fueron halladas tus palabras y yo las comí; 
y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi 
corazón: porque tu nombre se invocó sobre mí, oh 
Jehová Dios de los ejércitos” (Jer 15:16). 
De ese modo cada una de esas citas muestran que: 
“No solo de pan vive el hombre sino de toda pa-
labra que sale de la boca de Dios” (Mt 4:4). El ser 
humano necesita de la Palabra de Dios para poder 
vivir, ya que el propio mensaje de Dios provee vita-
lidad y fortaleza al hombre. Como lo aseveróJesús 
cuando declaró: “las palabras que yo os he hablado 
son espíritu y son vida” (Jn 6:63). Es a través de la 
Palabra de Dios que la humanidad puede hallar el 
sentido a la vida y a todo lo que existe. Por lo cual, 
se puede concluir que el ser humano fue creado 
con la necesidad de estar en comunión con Dios y 
como tal se torna en necesaria la lectura de la Biblia 
para todo ser humano. 
3. El pecado corrompe la compresión del ser hu-
mano
Una tercera presuposición esencial para la lectura 
de la Biblia es reconocer poder perjudicial del pe-
cado en la mente del lector. Siendo a través de la 
desobediencia de la primera familia edénica que in-
gresó el pecado a este planeta y como tal ingresa-
ron una serie de cambios. Ya que el pecado hizo una 
separación entre Dios y los hombres. Los pecados 
han hecho ocultar el rostro de Dios (Is 59:2) y tam-
bién ha ocasionado que el ser humano no perciba 
el mensaje de Dios. En ese contexto Pablo declara: 
“el hombre natural no percibe las cosas que son del 
Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las 
puede entender, porque se han de discernir espiri-
tualmente” (1 Co 2:14). El pecado ha estropeado y 
distorsionado la imagen de Dios en un alto grado. 
Por lo cual, el razonamiento y la comprensión del 
ser humano han sido corrompidos (Ti 1:15). Por lo 
cual, el ser humano necesita la ayuda del Espíritu 
Santo, persona divina que se encarga de convencer 
a todo ser humano de: pecado, de justicia y de jui-
cio (Jn 16:8). Y que a la vez guía a todo ser humano 
haci el conocimiento de la verdad (Jn 16:13). 
La separación de Dios, causada por el pecado, ha 
afectado la naturaleza humana y ha corrompido 
cada aspecto y dimensión de la existencia del hom-
bre, incluido el raciocinio y las aptitudes de com-
prensión. Esto puede vislumbrarse en las diversas 
predisposiciones internas, las cuales son abordadas 
en las Escrituras. Lo cual permite que el ser humano 
considere al mensaje bíblico como locura ya que su 
mente está cerrada a la verdad de Dios. Entro de 
esas predisposiciones podemos enumerar:
La soberbia: Esta predisposición no permite que 
una persona pueda ver la verdad de Dios. Dentro 
de la Biblia se puede observar diversos ejemplos de 
personas que actuaron con soberbia ante el mensa-
je de Dios. Por ejemplo tenemos a Caín, quien ante 
la pregunta de Dios: “¿Dónde está tu hermano?”, 
inmediatamente respondió con soberbia: “¿Soy yo 
guarda de mi hermano?”. Otro ejemplo es la acittud 
del faraón, rey de Egipto ante la soliciud de salida 
para los israelitas, el rey respondió: “¿Quién es Je-
hová para que yo oiga su voz y deje ir a Israel?” O 
la declaración de Nabucodonosor, rey de Babilonia, 
quien luego de reciir las revelaciones de Dios de-
claró “¿no es esta la gran Babilonia que yo edifiqué 
con la fuerza de mi poder, y para gloria de mi ma-
28
jestad?”. La soberbia ante el mensaje de Dios, hace 
que el lector de la Biblia busque interpretar el libro 
sagrado racionalizando sus deseos pecaminosos 
buscando sustentarlos con un “Así dice Jehová” (2 
Ti 4:3-4). En ese error cayeron los maestro de la Ley 
y sacerdotes cuando se hallaron frente al Hijo de 
Dios buscando acusarle de comilón, bebedor (Mt 
11:19), haciendo creer al pueblo que sacaba a los 
demonio de las personas por el mismo poder que 
le había otorgado el mismo demonio (Mt 12:24), le 
acusaron de ser nacido de fornicación (Jn 8:41). Fue 
esta actitud la que no permitió que los maestros de 
la Ley pudiesen aceptar a Jesús como el Mesías y 
buscaran destruirlo. Como lo diría Pedro: “Dios re-
siste a los soberbios, y da gracia a los humildes” (1 
Pe 5:5). Como lo declaró Elena de White “El pecado 
más incurable es el orgullo y la presunción. Estos 
defectos impiden todo crecimiento” (7T 199-200).
La duda: Es definida como: “Suspensión o indeter-
minación del ánimo entre dos juicios o dos deci-
siones, o bien acerca de un hecho o una noticia”. 
Es también considerado como “vacilación ante una 
creencia”, además como: “inclinación a no creer la 
verdad de una afirmación”. Dentro de la Biblia en-
contramos diversas ocasiones cuando Jesús repren-
dió a sus discípulos su actitud de duda. Por ejemplo 
el momento cuando los discípulos estaban en la 
barca frente a la tempestad, Jesús les recriminó di-
ciendo: “¿por qué estais así amedrentados?¿Cómo 
no teneis fe?” (Mr 4:40). Así también Jesús reprendió 
a Pedro cuando se hallaba hundiendo: “¡Hombre de 
poca fe! ¿por qué dudaste?” (Mt 14:31) 
La duda se torna en un gran obstáculo para que el 
lector pueda crecer en la fe. Frente a esta predis-
posición se necesita recordar que “sin fe es imposi-
ble agradar a Dios” (He 11:6). Y si el lector se halla 
en lucha entre aceptar la verdad de la Palabra de 
Dios y el negarla necesita clamar como el padre del 
niño que estuvo atormentado por un espíritu malo: 
“Creo; ayuda mi incredulidad” (Mr 9:24).
La desobediencia: Cuando Jesús realizó el apelo y 
conclusión del Sermón del Monte, narró una pará-
bola en Mt 7:24-28, donde comparó: 
• Los que oyen mis palabras y las hacen: son como 
un “hombre prudente” 
• Los que oyen mis palabras y no las hacen: son 
como un “hombre insensato
Claramente, la diferencia entre los dos constructo-
res de la parábola se hallaba en la obediencia a la 
Palabra de Jesús. Llama la atención, el hecho que 
ambos grupos oyen la palabra de Jesús, es decir no 
son ajenos al mensaje, lo escuchan y hasta se po-
dría decir que lo oyen atentamente. Sin embargo, 
cuando el lector de la Palabra de Dios deliberada-
mente decide no actuar de acuerdo a la verdad re-
velada es como un hombre insensato. Y frente a los 
vientos de doctrinas rápidamente se descarrían de 
la verdadera doctrina o frente a los vientos de las 
pruebas y dificultades son arrastrados y “grande es 
su ruina” (Mt 7:27). 
La desobediencia es la falta de disposición para 
seguir la voluntad revelada de Dios y como tal no 
permite que el lector pueda gozar plenamente de la 
bendición del mensaje. Como diría Juan: Bienaven-
turado el quien lee, los que oyen y los que guardan 
(obedecen) las palabras de este libro. Dios llama no 
solo al aprendizaje de un conocimiento bíblico sino 
a poder obedecer a la Palabra de Dios. 
4.2. LAS ACTITUDES
En contraste con las predisposiciones que han apa-
recido en el ser humano como consecuencia del 
pecado. Tambien es necesario enumerar algunas 
actitudes que son necesarias en el lector para que 
pueda interpretar correctamente las Escrituras:
1. Apertura y honestidad: Esta llega a ser la ac-
titud fundamental para comprender la Palabra de 
Dios. Sobre esto Elena de White declaró:
En el estudio de la Palabra, dejad en la puerta de 
la investigación vuestras opiniones preconcebidas 
y vuestras ideas heredadas del ambiente y cultiva-
das individualmente. Nunca descubriréis la verdad 
si estudiáis las Escrituras para vindicar vuestras pro-
pias ideas. [...] Si al leerla, se produce la convicción 
y veis que las opiniones que habíais acariciado no 
están en armonía con la Palabra, no tratéis de ha-
cer concordar la Palabra con esas opiniones. Haced 
concordar vuestras opiniones con la Palabra. 
(Mensaje para lo jóvenes, 258).
De manera que el lector de la Biblia debe estudiar 
la Palabra de Dios con una mente abierta, con una 
disposición a abrir sus convicciones fundamentales 
al poder transformador del Espíritu Santo de Dios. 
De manera que es imperativo que el lector sincero 
se acerque con total honestidad y apertura hacia las 
verdades halladas en la Palabra de Dios.
29
2. Fe: La Biblia explícitamente declara que “sin fe 
es imposible agradar a Dios” (He 11:6). El apóstol 
Pablo ya afirmó que una verdadera comprensión de 
las Santas Escrituras es posible únicamente a tra-
vés del Espíritu Santo (1Co 2:14), quien ilumina el 
entendimiento del ser humano para que pueda en-
tender el mensaje de la Biblia (Ef 1:18). Es la fe que 
abre las verdades espirituales de la Biblia al lector 
sincero. 
El propio Jesús manifestó una completa confianza 
en las Escrituras(Juan 10: 35). Jsús aceptó el canon 
del AT (Luc. 24: 44) y reconoció que las Escrituras 
eran la norma cargada de autoridad para nuestra 
vida (Mt 4:4). Jesús no puso en duda a las Escrituras, 
sino por el contrario las tuvo como palabra fide-
digna para derrotar a Satanás (Mat. 4: 6-7). Luego 
que resucitó de los muertos, Jesús reprendió a sus 
discípulos en el camino a Emaús por su insensatez 
y por ser “tardos de corazón para creer todo lo que 
los profetas han dicho” (Lc 24:25). 
3. La humildad: Otra de las actitudes importan-
tes para el conocimiento de la verdad es la humil-
dad. Esta actitud expresa la disposición a someter 
las propias creencias a una autoridad más alta, y 
la modestia que ello conlleva. Con la humildad se 
obtiene el conocimiento más elevado y más pro-
fundo de Dios, concretamente, la conciencia de que 
se depende de Dios para obtener el conocimiento 
verdadero, y para saber que el hombre no es la me-
dida final de todo. Así, el intérprete se abre para 
ser conducido por el Espíritu Santo y para ser ense-
ñado por él. Porque «Dios resiste a los soberbios y 
da gracia a los humildes» (Sant. 4: 6). La humildad 
expresa la perspec tiva carente de pretensiones de 
que Dios y su Palabra son ma yores que nuestro ra-
ciocinio humano y mayores que nuestra compren-
sión actual. Siempre hay más luz que ha de surgir 
de la Pala bra de Dios. 
Como lo dijera Elena de White: “Hay muchas cosas 
aparentemente difíciles u obscuras que Dios hará 
claras y sencillas para los que con esa humildad 
procuren entenderlas. Mas sin la dirección del Es-
píritu Santo estaremos continuamente expuestos a 
torcer las Sagradas Escrituras o a interpretarlas mal.” 
(El Camino a Cristo 110).
Por lo tanto, todo el que quiera entender la Biblia, y, 
a través de la misma Biblia, tiene que permitir que 
las Escrituras tengan prioridad normativa sobre las 
propias experiencias y valoraciones.
4. Obediencia: Esta actitud refleja un principio bí-
blico que postula que se da más luz cuando respon-
demos a la luz que ya tenemos, como lo declarara 
David: “Yo comprendo más que los ancianos porque 
yo guardo tus preceptos” (Sal 119:100). Una actitud 
de obediencia a la Palabra de Dios permite que el 
verdadero propósito de la tarea de interpretación 
sea cumplida. La interpretación de la Biblia nunca es 
abstracta ni teórica, pues Dios busca que compren-
damos su voluntad y que a través del estudio de la 
Biblia seamos transformados más plenamente a la 
semejanza de Él. 
Por lo tanto, podemos concluir que una actitud de 
obediencia hacia las verdades y principios hallados 
en la Biblia es el objetivo final y debe ser parte de la 
actitud del lector, como lo diría Salomón, el fin de 
30
todo el discurso es este: “Teme a Dios y guarda sus 
mandamientos, porque eso es el todo del hombre” 
(Ecl 12:13). 
5. La oración: Al considerar a la Biblia como la re-
velación de Dios, toda persona que verdaderamen-
te busca entender la Palabra divina, debe orar. Para 
que sea el mismo Espíritu que inspiró a los profetas, 
quien ilumine al lector y le conduzca a interpretar 
la Biblia como se debe. La comprensión de la Biblia 
no es una habilidad que se adquiere con el uso de 
herramientas exegéticas, con el uso de técnicas de 
lectura. La correcta interpretación de la Biblia va de 
la mano con la dirección del Espíritu Santo en la 
vida del lector. 
Se torna en imperativo que el fiel lector ore antes de 
estudiar la Palaba de Dios, clame a Dios, pidiendo 
sabiduría, busque a Dios pidiendo dirección en su 
travesía de estudio de la Biblia. La Biblia es un libro 
que solamente será comprendido cuando el lector 
sincero doble sus rodillas y pida humildemente la 
dirección del Santo Espíritu en su estudio de ella. El 
mismo Daniel con su gran capacidad mental pidió 
la misericordia de Dios y pidió a sus amigos para 
que orasen a Diosen búsqueda de sabiduría y en-
tendimiento (Dan 2:18-19). En Santigo 1:5 hay una 
promesa para todo aquel que con corazón sincero 
busca comprender el mensaje de Dios en la Biblia: 
“SI alguno tiene necesidad de sabiduría pídala a 
Dios el cual abundantemente y sin reproche, y le 
será dada” (Stg 1:5) 
4.3. LOS PRINCIPIOS DE 
INTERPRETACIÓN DE LA 
BIBLIA
Sola Scriptura
La frase latina Sola Scriptura significa: “Solamente 
por la Escritura” y fue una frase empleada en el si-
glo XVI d.C. en el período de la reforma protestante. 
Esta frase tiene 5 implicaciones:
• En primer lugar, la Biblia es una revelación directa 
de Dios. Como tal, tiene la autoridad divina. Por lo 
que declara la Biblia, lo declara Dios. 
• En segundo lugar, la Biblia es suficiente, es todo 
lo que es necesario para la fe y la práctica. Significa 
que “solamente la Biblia” es la autoridad final para 
nuestra fe.
• En tercer lugar, la Biblia posee autoridad final. Es 
la última instancia de apelación en todas las cues-
tiones doctrinales y morales. De modo que por muy 
buenas que pueden ser las los consejos guías de 
los líderes eclesiásticos, pastores o juntas de iglesia 
todos son falibles. Sólo la Biblia es infalible.
• En cuarto lugar, la Biblia es clara. Esta claridad de 
la Escritura significa que las enseñanzas esenciales 
de la Biblia son perfectamente claras. De modo que 
los temas principales de la Biblia se hallan de una 
manera clase en la Escrituras y se hallan al alcance 
de cualquier persona que con corazón sincero las 
escudriña. La claridad de la Biblia muestra que no 
existe una elite de personas (como el “magisterio 
clerical”) llamadas a ser las únicas capacitadas para 
interpretar las Escrituras. Por lo tanto, las grandes 
declaraciones teológicas y cristológicas, los comen-
tarios de los líderes de la iglesia y la tradición tienen 
una importancia secundaria, muy por debajo del 
“Escrito está” de la Biblia. 
• En quinto lugar, la Escritura se interpreta a sí mis-
ma. La fuente y la norma para interpretar la Biblia 
no se halla en los comentario bíblicos, ni en la ra-
zón humana, ni en la experiencia religiosa, ni en la 
cultura, ni el veredicto de los eruditos. Solo las Es-
crituras son la llave que pueda abrir a las Escrituras. 
De manera que cuando tenemos dificultades en la 
comprensión de un texto claro de la Escritura, de-
bemos recurrir a otros textos bíblicos. Puesto que la 
Biblia es la mejor intérprete de la Biblia. 
Tota Scriptura
Esta segunda frase en latín significa: “Toda la Escri-
tura”. En la cual se muestra el concepto de la uni-
dad de las Escrituras, la unidad que existe en los 
66 libros de la Biblia. De manera que para poder 
aprender acerca de algún tema dentro de la Biblia, 
es necesario considerar TODO lo que la Biblia decla-
ra respecto a dicho tema. 
De modo que es un error tomar un texto bíblico e 
intentar construir una doctrina en base a dicha de-
claración, ignorando las otras declaraciones que la 
Biblia brinda sobre el tema en estudio. Empero, al 
comparar un texto bíblico con otro es importante 
estudiar la Biblia minuciosamente para poder veri-
ficar el contexto en el cual se está dando la decla-
ración del pasaje. Uno de los ejemplos hallados en 
la Biblia de confianza en todas las Escrituras se halla 
en los bereanos, quienes “y todos los días examina-
ban las Escrituras para ver si era verdad lo que se les 
anunciaba” (Hch 17:11). 
31
SESIÓN N° 5: 
LOS IDIOMAS Y 
MATERIALES 
ORIGINALES EN LOS
CUALES FUE 
ESCRITO LA BIBLIA
Escribió también Pilato un título, que puso sobre la cruz, el cual decía: JESÚS NAZARENO, REY DE 
LOS JUDÍOS. Y muchos de los judíos leyeron este título; porque el lugar donde Jesús fue crucifica-
do estaba cerca de la ciudad, y el título estaba escrito en hebreo, en griego y en latín. (Jn 19:19-20)
32
Al estudiar la Santa Biblia es importante considerar 
que este libro sagrado fue escrito originalmente en 
tres lenguas: el hebreo, el arameo y el griego. Estas 
lenguas son conocidas como las lenguas bíblicas. 
Hasta el año 1886 solo se hablaba de dos lenguas 
en que fue escrita la Biblia: el hebreo y el griego. 
Sin embargo, apartir de esa fecha se consideró al 
arameo como una tercera lengua bíblica.
5.1. LA LENGUA HEBREA
La mayor parte del Antiguo Testamento se escribió 
en hebreo, generalmente llamado “hebreo antiguo” 
para distinguirlo del hebreo mishnaico y del hebreo 
moderno. El hebreo mishnaico corresponde a la era 
cristiana hasta 1948. Mientras que el hebreo mo-
derno, desde 1948 es considerado el idioma oficial 
del actual estado de Israel. 
Por otro lado, cabe considerar que la expresión 
“lengua hebrea”, empleada en Jn 19:20, Hch 21: 40; 
26:14 es una referencia al “arameo” y no al hebreo 
antiguo. Ya que el arameo era el idioma común ha-
blado en los tiempos del Nuevo Testamento. 
Las características de esta lengua hebrea antigua 
eran: 
• El alefato hebreo estaba constituido de 22 conso-
nantes
• No poseía vocales sino solamente consonantes. 
• La escritura se realizaba de izquierda a derecha 
(contraria a la escritura española). 
• La pronunciación correcta de cada una de las pa-
labras era transmitida oralmente de generación en 
generación. 
De modo que un ejemplo de cómo se debió escribir 
Gn 1:1, sería de la siguiente manera (Intenta leerlo 
completando mentalmente las vocales que falta, de 
derecha a izquierda):
RRT L Y SLC SL SD RC PCNRP L N
Pocos siglos después, los masoretas entre los siglos 
VI y X d. C. introdujeron dentro del texto hebreo 
consonantal, las letras consonantes llamadas “ma-
tres lectionis” indicando así a las consonantes como 
indicadores vocálicos, las cuales en un inicio apare-
cían sólo al final de las palabras, y después también 
se emplearon en la parte media de la palabra. Todo 
ello con el fin de preservar los sonidos y la pronun-
ciación correcta cuando se leyese la Biblia hebrea. 
Explicación de la tabla:
1. Hebreo antiguo
2. Escritura hebrea cuadrada
3. Escritura hebrea cursiva moderna
4. Transliteración (valor fonético)
5. Nombre de la letra
6. Equivalencia numérica 
El presente texto es la escritura hebrea cuadrada del 
primer versículo de la Biblia hebrea:
5.2. LA LENGUA ARAMEA
La Biblia solo posee pequeñas secciones con esta 
lengua, las cuales son: unos pocos capítulos de los 
libros de Esdras (Esd 4: 8-6: 18; 7: 12-26) y Daniel 
(Dn 2: 4 - 7: 28), un versículo de Jeremías (Jer 10: 11) 
y una palabra en el Génesis (Gn 31: 47). 
Acerca de su escritura, el arameo se parece bastante 
al hebreo de la misma manera que el castellano se 
parece al portugués. 
33
La lengua aramea estaba estrechamente relaciona-
da con el hebreo. Se cree que el arameo llegó a ser 
la lengua de Palestina después del cautiverio babi-
lónico. El arameo comenzó a utilizarse en Palestina 
cuando los primeros cautivos del Exilio babilónico 
volvieron a la tierra de Palestina, muchos de los cau-
tivos habían nacido en el cautiverio, y así crecieron 
conociendo el arameo, el lenguaje que hablaban 
los babilonios, lugar donde permanecieron cautivos 
durante 70 años. Es probable que Jesús utilizara el 
arameo durante su ministerio terrenal.
Como resultado del cautiverio babilónico, los judíos 
adoptaron el arameo en lugar del hebreo durante 
los últimos siglos de la era precristiana. De manera 
que por el tiempo de Cristo, el arameo había lle-
gado a ser la lengua materna de la población de 
Palestina. Una cantidad de expresiones arameas en 
el Nuevo Testamento muestran claramente que ése 
era el idioma de Jesús. Palabras y frases como: 
• Talita cumi (Mr 5: 41) “niña levántate”
• abba (Mr 14:36) “papito”
•efata (Mr 7: 34) “ábrete”
•Eloi, Eloi, ¿lama sabactani? (Mar 15: 34) 
“Mi Dios, Mi Dios, ¿por qué me has abandonado?” 
Todas estas son algunas de las expresiones arameas 
emitidas por Cristo y registradas por los escritores 
bíblicos, mientras el maestro realizó su ministerio 
en la tierra, muestra que el idioma que habló mien-
tras estuvo en tierras hebreas fue “el arameo”.
Todavía se leía la Biblia en hebreo en los servicios 
de la sinagoga en el tiempo de Cristo, pero muchas 
personas, especialmente las mujeres, no podían en-
tenderlo. Por lo tanto, se había hecho costumbre 
que los lectores de la sinagoga tradujeran al ara-
meo los pasajes de las Escrituras. 
Posteriormente se hicieron traducciones escritas 
del Antiguo Testamento en arameo: los llamados 
Targumin. Así, el hebreo se había convertido en 
una lengua muerta en los tiempos precristianos, y 
ha experimentado reavivamientos sólo artificiales; 
pero el arameo continuamente se ha mantenido 
como una lengua viva hasta hoy, pero bajo el nom-
bre de siriaco. 
5.3. LA LENGUA GRIEGA
El Nuevo Testamento fue escrito en la lengua griega 
koiné, lengua muy difundida en el Imperio romano 
en los días de Jesús y los apóstoles. Se había exten-
dido por todo el Medio Oriente desde fines del siglo 
IV a. C. gracias a la tarea expansiva del ejército de 
Alejandro, el grande. Y luego, todos sus sucesores 
fueron gobernantes griegos que fomentaron la di-
fusión del idioma y la cultura de Grecia. Este griego 
llegó a ser tan ampliamente conocido y se arraigó 
tan profundamente, que los romanos -que crearon 
su imperio en el siglo I a. C., desde el Atlántico hasta 
Persia- no pudieron suprimir dicha lengua. 
Ya desde el año 250 a.C. se comenzó a traducir el 
Antiguo Testamento del hebreo al griego koiné, 
esta traducción es conocida como la versión de la 
Septuaginta o de los LXX. De ese modo, en Palesti-
na en los días de Jesús ya se usaba ampliamente el 
griego, y se leía frecuentemente la traducción grie-
ga del Antiguo Testamento (La Septuaginta). 
El koinẽ era la lengua de relación entre los distintos 
pueblos que bordeaban el Mediterráneo. No fue un 
invento de los apóstoles para expresar la revelación 
divina, sino que Dios se sirvió de la lengua franca, 
de la lengua más difundida para brindar su mensa-
je. Dios empleó términos diarios y comúnmente co-
34
nocidos para poder alcanzar al mundo la revelación 
de las verdades espirituales y prácticas. 
Así, en lugar de levantar una barrera lingüística, 
Dios se dirigía a todo el mundo grecorromano en 
una lengua que todos hablaban y comprendían, el 
griego koiné, un griego popular, perfecto vehículo 
para la comunicación del mensaje de salvación para 
el mundo entero. 
Explicación de la tabla:
1. Nombre de la letra.
2. Letras griegas en mayúscula (uncial)
3. Letras griegas en minúscula (cursivo)
4. Transcripción (valor fonético)
El presente texto es la escritura griega del primer 
versículo del Nuevo Testamento:
1 2 3 4
Alfa Α α A
Beta Β β b
Gamma Γ γ g (gu)
Delta Δ δ d
Epsilón Ε ε e
Zeta Ζ ζ z
Eta Η η ē
Theta Θ θ Th (z)
Iota Ι ι I
Kappa Κ κ k (c)
Lambda Λ λ L
My Μ m m
Ny Ν n n
Xi Ξ x x
Omicrón Ο Ο o
Pi Π p p
Rho Ρ r r
Sigma Σ s, ς s 
Tau Τ τ t
Ypsilón Υ υ y (u)
Fi Φ Φ ph (f)
Ji Χ Χ ch (j)
Psi Ψ Ψ ps
Omega Ω Ωō
35
5.4. LOS MATERIALES DE 
ESCRITURA DE LOS 
TIEMPOS BÍBLICOS
Los antiguos usaban diferentes clases de materiales 
de escritura, tales como arcilla, tablillas de madera, 
pedacitos de piedra caliza o fragmentos de alfare-
ría, cueros curtidos de animales, o papiros. El último 
material mencionado, precursor de nuestro papel 
moderno, se hacía de la planta del papiro que cre-
ce en pantanos. Para los documentos más largos, 
probablemente éste fue el material de escritura más 
antiguo usado en Egipto. Así, los primeros libros de 
la Biblia han sido escritos en rollos de papiro.
5.4.1 El papiro
El tallo de la planta de papiro se cortaba en tiras an-
gostas, de unos 22 a 25 cm de largo. Las tiras eran 
colocadas a lo largo, lado a lado, y una segunda 
capa era pegada transversalmente sobre ella me-
diante presión. Las hojas que así se producían eran 
martilladas y frotadas con piedra pómez para que 
quedara una superficie pareja y lisa y dejadas secar 
al sol. Las hojas, que generalmente no medían más 
de unos 65 cm2, eran pegadas entre sí formando 
una banda larga que podía enrollarse en torno a un 
cilindro. 
Los documentos en papiro que hoy conocemos se 
preservaron gracias a que fueron guardados bajo 
condiciones excepcionales; algunos rollos y frag-
mentos de papiros han sido encontrados en áreas 
muy secas, en tumbas selladas, enterrados bajo el 
suelo desértico y cálido, en la gueniza de las sina-
gogas judías y también almacenadas dentro de ja-
rras tapadas en las cuevas, como las encontradas 
en la región desértica de las orillas del Mar Muerto, 
en las cuevas de Qumrán. Este hallazgo corrobora 
la declaración del profeta Jeremías, quien da a co-
nocer en la antigüedad, eran guardados en vasijas 
(Jer 32:14). 
La longitud común de los rollos-libros hechos de 
papiro era de 6 a 10 metros de longitud, aunque 
existen casos excepcionales como el famoso papiro 
Harris, del Museo Británico, que tiene unos 50 m de 
largo. Generalmente se escribía sólo sobre la capa 
horizontal (anverso), pero ocasionalmente también 
sobre la capa vertical (reverso).
Respecto a la procedencia de este material, Egipto 
era un país que producía mucho papiro y exporta-
ba grandes cantidades de este material de escritura, 
haciendo un monopolio de su venta. Este material 
era utilizado en Egipto durante el reinado de los 
faraones de la V dinastía (2,500 – 2,350 AC.), y se 
siguió utilizando hasta la época de los árabes (siglo 
VI d. C.). Y puesto que Moisés, el autor de los prime-
ros libros de la Biblia, había recibido su educación 
en Egipto, es muy probable que los primeros libros 
de la Biblia fueran escritos en rollos de papiro. 
Durante el siglo I d. C. fue el material de escritura 
más popular. Posiblemente los autógrafos origina-
les de la Biblia se escribieron sobre papiro. A través 
de los siglos se hicieron muchas copias del Antiguo 
y Nuevo Testamento sobre papiro, de las cuales so-
breviven hasta el día de hoy. 
Dentro de los papiros bíblicos más antiguos que se 
han hallado tenemos:
• El papiro Chester Beatty siglo III d.C. 
(Textos del AT y del NT)
• El papiro Bodmer 200 d.C. 
(evangelio de Juan, I y II Pedro y Judas)
• El papiro Rylands 125 d.C. 
(Jn. 18:31-33, 37-38)
36
5.4.2. El cuero o pergamino
El cuero se usaba a veces en Egipto para llevar re-
gistros de trabajo, porque la tinta podía eliminarse 
para volver a usar la superficie. Por lo menos du-
rante el período persa en Babilonia se preparaban 
pieles para escribir porque allí no crecía el papiro. 
Este material era obtenido de las pieles de animales 
como las ovejas, cabras y antílopes que eran debi-
damente tratados. El uso del pergamino sucedió al 
del papiro. El pergamino era un material más avan-
zado que el papiro para conservar escritura. Cuando 
se escribía por un solo lado se llamaba Pergamino.
Los escritos sagrados y cartas comerciales de ori-
gen privado fueron escritos en este material. Como 
por ejemplo, los faraones de la IV y XIX dinastías 
conservaron sus anales en rollos de cuero. Proba-
blemente este material comenzó a ser empleado 
alrededor de los años 2,900 al 2,750 a. C. 
Sobre la preparación del pergamino, consistía en 
sumergir la piel del animal en un baño de cal para 
ablandarla, luego la curtían con una rascadera es-
pecial, se le quitaban las partes peludas y la grasa, 
finalmente la piel era pulida con piedra pómez.
La palabra pergamino en griego significa “Membra-
na”. Pero en realidad el nombre pergamino viene en 
alusión a la ciudad de Pérgamo ubicada en la región 
de Asia Menor.
Se cree que la utilización del pergamino como ma-
terial de escritura proviene de un desacuerdo por 
celos políticos y culturales entre los reyes Euménes 
II de Pérgamo (197–158 DC) y Ptolomeo IV de Egip-
to. Euménes necesitaba papiro para incrementar su 
biblioteca en la ciudad de Pérgamo y el único lugar 
de provisión de papiro era Egipto. Y como Ptolo-
meo se negó vender papiro al rey Euménes; dado 
el descuerdo entre ambos reyes, el rey de Pérgamo 
se vio obligado a desarrollar otro material para la 
escritura; esto dio como resultado el desarrollo del 
pergamino. 
Cabe mencionar dentro del tema de los pergaminos 
que existía una calidad de pergamino que era extre-
madamente fino y flexible, debido a que era hecho 
usando cuero de ternera. Dicho material recibía el 
nombre de vitela. Se le preparaba para la escritura 
por ambos lados y frecuentemente era coloreado 
con púrpura y sobre ella se escribía con oro o plata.
Los judíos por su parte utilizaron al pergamino 
como el principal material de escritura para la trans-
misión del Antiguo Testamento. 
5.4.3. Otros materiales de escritura de los tiem-
pos bíblicos
Respecto a otros materiales empleados para la 
transmisión del texto bíblico podemos mencionar: 
la arcilla, el tiesto, madera, la piedra y el metal. 
La arcilla 
El “adobe” empleado por el profeta Ezequiel (Ez 4:1) 
probablemente fuera de arcilla, similar a las tabli-
llas utilizadas para planos y mediciones en Babilo-
nia, aunque esta palabra podía usarse para descri-
bir cualquier teja plana. La “tabla” grande en la que 
tenía que escribir Isaías con “estilo de hombre” (por 
oposición a la tabla del escriba experto) era una lá-
mina o “superficie en blanco” de un material no es-
pecificado (Is 8:1).
¿Sábias que?: 
Con el objetivo de ahorrar en material de es-
critura, algunos escribas, emplearon una téc-
nica que consistía en raspar por completo lo 
escrito en un pergamino para luego ser nue-
vamente utilizados. Este tipo de pergamino 
era denominado “palimpsesto” (que literal-
mente significa “raspado de nuevo”).
37
La arcilla era un material abundante y barato en el 
Cercano Oriente. La utilización de la arcilla en forma 
de tablillas o tabletas que servía como material de 
escritura, fue de gran importancia en los imperios 
de Asiria y Babilonia, quienes fueron los descubri-
dores de la escritura cuneiforme. Esta utilización de 
las tabletas de arcilla o barro para la escritura se 
remonta hasta el año 3 100 a.C., en la biblioteca real 
del rey Sargón II en la ciudad de Nínive que data del 
año 650 a.C. donde se encontraron miles de estas 
tabletas. En el palacio del rey Hitita en su ciudad 
capital Hatusha se encontró 5 enormes bibliotecas 
con 30,000 mil tabletas, donde estaba registrada la 
historia del gran imperio hitita.
Como material de escritura la arcilla era trabajada 
y hecha flexible y moldeada en forma de tabletas, 
mientras la arcilla estaba húmeda, se procedía a es-
cribir en ella utilizando un punzón o estilete para 
grabar en ella las diferentes formas de escritura; 
luego las tabletas eran cocidas o secadas a la luz del 
sol, y se guardaban en las bibliotecas, asegurándo-
se de esa manera la conservación de la inscripción 
para un tiempo indefinido.
El tiesto (Los ostraca, el ostracon o tejuela)
Otro tipo de material que servía para conservar es-
critura eran los ostraca (plural de ostracón), el os-
tracón o tejuela que eran trozos rotos de cerámica. 
El nombretécnico que se les daba a esas piezas de 
cerámica rotas cuando contenían inscripciones eran 
“Ostraca (plural)”. Este material de escritura era uti-
lizado por la gente pobre o durante épocas de crisis 
en las que había apremio para encontrar material 
de escritura. Es un material resistente que ha podi-
do atravesar siglos y milenios, a diferencia del papi-
ro y del pergamino que fácilmente se deterioraron. 
Un ejemplo de ello son las correspondencias que se 
encontraron en la ciudad Palestina de Laquis, de la 
época del profeta Jeremías inscripciones que narran 
los acontecimientos finales a la caída de Jerusalén 
durante la invasión de Palestina por parte del ejér-
cito babilónico entre los años 597 y el año 587 a.C. 
La tinta utilizada para realizar las inscripciones (es-
critura) era de color negra, hecha de goma arábiga, 
carbón vegetal molido y agua.
La madera 
Este material no fue utilizado profusamente por su 
poca durabilidad, pero hay ejemplos bíblicos de su 
uso, por ejemplo. Nm 17:2; etc. Otro ejemplo lo en-
contramos en los murales egipcios de Beni-Hasan 
(Egipto) donde hay inscripciones jeroglíficas.
La piedra 
Se grababan inscripciones en la superficie de pie-
dras o rocas (Job 19:24), y los textos para monu-
mentos se inscribían en estelas, obeliscos, o superfi-
cies de acantilados preparados. Las superficies más 
blandas o rugosas podían cubrirse con una capa de 
cal, antes de su inscripción, como en Egipto, y en 
las piedras de los altares (Jos 8:32; Dt 27:2). Para 
los textos reales, conmemorativos o religiosos, y 
para las copias públicas de edictos legales, normal-
mente se usaban tablillas de piedra (El código de 
Hamurabi). Tablillas de piedra rectangulares de este 
tipo, aparentemente de no más de 45 x 30 cm., se 
usaron para los diez mandamientos (Éx 32:16). Di-
chas tablas fueron “escritas con el dedo de Dios” o 
la “escritura de Dios”, lo que generalmente se toma 
como indicación de que se trataba de una escritura 
clara bien hecha, a diferencia de las escrituras poco 
claras del hombre. La palabra “tabla” probablemen-
te describe la forma (rectangular) más bien que el 
material, y no hay ninguna certidumbre de que en 
el AT denote tablilla de arcilla, aun cuando se sabe 
del uso de ellas en Palestina en el 2º milenio a.C. 
El metal 
El uso de metales para la escritura fue reservado 
para textos y propósitos especiales. Se han encon-
trado rollos de plata en una tumba del valle de Hin-
nón y los rollos de cobre encontrados en las cuevas 
de Qumrán a orillas del Mar Muerto. 
38
SESIÓN N° 6: 
EL CANON 
BÍBLICO
Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir 
en justicia, (2 Timoteo 3:16)
39
6.1. CONSIDERACIONES 
BÁSICAS
La Biblia es la historia más antigua y más abarcan-
te que los hombres en la actualidad poseen. Vino 
directamente de la fuente de verdad eterna; y una 
mano divina ha conservado su pureza a través de los 
siglos. Ilumina el lejano pasado, donde en vano pro-
cura penetrar la investigación humana. Únicamente 
en la Palabra de Dios contemplamos el poder que 
echó los fundamentos de la tierra, y extendió los 
cielos. Sólo en ella hallamos un relato auténtico del 
origen de las naciones. Únicamente en ella se nos 
da una historia de la familia humana, no mancillada 
por el orgullo o el prejuicio del hombre. 
La cuestión del canon bíblico, es decir de los libros 
que deben considerarse como de autoridad divi-
na, ha sido muy debatida en estos últimos tiem-
pos, donde la pregunta ¿quién decidió que libros 
deberían o no ser incluidos dentro de la Biblia? ha 
levantado una seria de polémicas y discusiones 
entre estudiosos. A la vez la aparición de algunos 
manuscritos antiguos, como el caso del “evangelio 
de Judas”, han despertado el interés por conocer 
más sobre los lineamientos y estándares empleados 
para seleccionar qué libros deberían o no pertene-
cer al conjunto de libros inspirados, de manera que 
la pregunta de esta sesión será: ¿quién decidió que 
libros deberían o no ser incluidos dentro de la Bi-
blia? 
6.2. SIGNIFICADO DE LA 
PALABRA “CANON”
1. Etimología. La palabra “canon” deriva del griego 
kanon, que significa: “una caña” o “vara de medir”, 
otra acepción es: “una regla, una norma”. De aquí 
que el canon de la Biblia consiste de esos libros 
considerados dignos de ser incluidos en la Sagrada 
Escritura.
2. La historia del uso de la palabra. En la iglesia pri-
mitiva la palabra “canon” se empleaba con referen-
cia a los credos. Y fue desde mediados del siglo IV 
d.C. cuando se la llegó a emplear en relación a la 
Biblia, llegando a ser: “la lista de los libros acepta-
dos reconocidos como pertenecientes a la Biblia”. 
Además la canonización fue el resultado de un de-
sarrollo de siglos de duración por medio del cual 
los libros inspirados fueron confirmados para jugar 
un papel decisivo dentro de la vida del lector de la 
Biblia. Esto quiere decir que el canon no fue deter-
minado por un decreto rabínico o por un concilio 
de la iglesia. El canon es dado en mérito a la auto-
ridad hallada dentro de cada libro bíblico mismo. 
De modo que el rol jugado por la comunidad fue 
solamente el reconocimiento de la autenticidad que 
ya el propio libro inspirado poseía. 
Para la iglesia cristiana del s. II d.C. “canon” llegó a 
significar la verdad revelada, la regla de fe. Oríge-
nes (185- 254) fue el escritor cristiano más antiguo 
que aplicó el término a la colección de libros de la 
Biblia, reconociéndola como regla de fe y práctica. 
Él dijo: “Nadie debe usar para probar una doctrina 
libros no incluidos en las Escrituras canónicas”. Años 
más tarde, Atanasio (293?-373) confirmó a toda la 
colección de libros sagrados como el “canon”. De 
este modo, el término pasó a indicar el catálogo o 
lista de libros sagrados aceptados como inspirados, 
normativos, sagrados y con autoridad.
3. Aplicación. En realidad, la palabra “canon” tiene 
doble significación. Se refiere a la lista de los libros 
inspirados por Dios, los cuales gozaban de autori-
dad autenticada en sí mismos. Pero también signifi-
ca que la colección de libros canónicos constituyen 
la regla de nuestra vida, la Biblia.
6.3. CONSIDERACIONES 
EN LA INVESTIGACIÓN DE 
LA CANONICIDAD
1. Auto autenticación. Es esencial recordar que la 
Biblia se autentica a sí misma, puesto que sus libros 
fueron aspirados por Dios (2 Tim. 3:16). En otras 
palabras, los libros eran canónicos en el momento 
que fueron escritos. No fue necesario esperar hasta 
que los varios concilios pudiesen examinar los li-
bros para determinar si eran aceptables o no. Las 
personas y los concilios solamente reconocieron y 
declararon lo que es verdadero por la inspiración 
intrínseca de los libros tal como fueron escritos. 
Ningún libro de la Biblia fue hecho canónico por la 
acción de algún concilio de la iglesia. 
40
2. Las decisiones de los hombres. Sin embargo, los 
hombres y los concilios sí tuvieron que confirmar 
cada uno de los libros que ya formaban parte del 
círculo de libros inspirados por Dios. Se tuvieron 
que hacer algunas decisiones y elecciones, y Dios 
guió a grupos de personas a hacer las decisiones 
correctas (no sin algunas pautas) y a coleccionar 
los varios escritos en los cánones del Antiguo y del 
Nuevo Testamentos.
3. Debates sobre la canonicidad. En el proceso de 
decidir y coleccionar, era de esperarse que surgie-
ran algunas disputas en cuanto a alguno de los li-
bros. Sin embargo, estos debates no disminuyen la 
autenticidad de los libros que genuinamente canó-
nicos, ni tampoco le conceden autoridad a aquellos 
que no fueron inspirados por Dios.
4. La conclusión del canon. Desde el año 397 a. C., la 
iglesia ha considerado que el canon de la Biblia está 
completo y, si está completo y por ende cerrado. 
Por lo tanto, no podemos esperar que se descubran 
o se escriban algunos otros libros que abrirían el 
canon de nuevo para sumarse a los sesenta y seis 
libros. Aun si se descubriera una carta de Pablo, ésta

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