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AUXILIAR DE ENFERERÍA 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
El Auxiliar de Enfermería está 
formado para colaborar en el 
cuidado de enfermos, 
la promoción de la salud y 
también para la prevención de 
enfermedades bajo 
la supervisión de profesionales 
en enfermería o médicos 
 
 
 
ERGONOMÍA 
 
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C O N T E N I D O 
 
 
ERGONOMÍA 
 
Necesidades de movimiento y 
ejercicio: beneficios del 
movimiento, tipos de movimientos, 
las articulaciones, habilidades 
motoras y valoración en enfermería. 
Mecánica corporal. Manejo del 
paciente incapacitado o 
semiincapacitado. Movilización. 
 
Necesidades de higiene: el lavado 
de manos, intervenciones de 
enfermería. Baño en cama. Fuentes 
de infección. 
 
Necesidades de seguridad: 
factores que afectan la capacidad de 
una persona para protegerse, 
intervenciones especiales de 
enfermería, programas de seguridad. 
 
Necesidades del enfermo 
terminal: etapas de la agonía, 
necesidades físicas, la muerte. 
 
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ERGONOMÍA 
 
NECESIDADES DE MOVIMIENTO Y EJERCICIO 
El movimiento es un componente esencial de la vida de un ser humano, tal es 
así que la pérdida permanente de la capacidad para mover alguna parte del 
cuerpo es una de las peores tragedias que pueden ocurrirle a una persona. 
La pérdida de movilidad: 
• Afecta la autoestima. 
• Hace peligrar la independencia de una persona. 
• Afecta la oportunidad de comunicarse con los demás. 
• La pérdida sensorial dificulta la interacción con el entorno. 
• Causa rápidamente la pérdida de la función del miembro (se estima que 
la fuerza y el tono de músculos inmovilizados puede disminuir hasta un 
5% cada día cuando no hay contracción alguna). 
 
 
Efectos adversos del reposo en cama 
Todos los sistemas del cuerpo funcionan con mayor eficiencia cuando están 
activos, por lo que el restablecimiento de la fuerza y el tono muscular después de 
una enfermedad o intervención quirúrgica es un proceso lento que puede tardar 
meses o incluso años. 
Las enfermeras/os que cuidan pacientes 
durante la etapa aguda de enfermedades 
(que requieren más de unos días en cama) 
deben hacer todo lo posible por evitar la 
degeneración de los músculos inactivos y el 
desarrollo de complicaciones que limitarán 
la movilidad de la persona o retardarán su 
recuperación y el restablecimiento 
completo de la salud. 
 
 
El reposo prolongado en cama en pacientes operados, después del parto y de 
enfermedades agudas, conlleva un importante riesgo de complicaciones: retraso 
del índice metabólico basal y disminución de la fuerza, el tono y el tamaño 
 
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muscular, cambios posturales, estreñimiento, mayor vulnerabilidad a 
infecciones pulmonares y de vías urinarias, y problemas circulatorios, como 
trombosis y embolias. El proceso degenerativo también puede afectar los huesos 
y la piel. 
Cuando el individuo está acostado aumenta la frecuencia del pulso a medida que 
el corazón trabaja más para hacer frente a la cantidad adicional de sangre que 
regresa de las piernas a la circulación general. La excreción de calcio, nitrógeno 
y fósforo es mayor y puede haber depleción de estos elementos. El paciente 
suele desarrollar sensaciones de angustia y con frecuencia experimenta 
hostilidad, a causa de la alteración del funcionamiento de las actividades físicas 
y mentales y de sus patrones del sueño. 
 
 
Beneficios del ejercicio 
Los beneficios fisiológico, psicológico y 
social del ejercicio han recibido atención 
creciente en los últimos años. 
La vida predominantemente sedentaria de 
tantos individuos se ha considerado como 
un factor importante en la génesis de 
muchas enfermedades que los aquejan, 
como coronariopatías, hipertensión, 
diabetes y obesidad. 
 
 
Entre los cambios fisiológicos que resultan del ejercicio regular, numerosos 
estudios han demostrado que son, entre otros: el incremento de la fuerza, el 
tono y el tamaño muscular, una mayor eficiencia del corazón, aumento de la 
tolerancia al trabajo, mejor eficiencia pulmonar, de la digestión y la agudeza 
mental, mejores patrones de sueño, incremento de los valores de hemoglobina 
en sangre; disminución de la presión arterial, reducción de los depósitos de 
tejido adiposo y disminución de los valores de colesterol en sangre. 
Se ha comprobado que también mejoran sus posibilidades de supervivencia 
después de un ataque cardiaco. Suelen recuperarse de infartos con mayor 
rapidez que quienes no son aptos físicamente. A menos que se considere 
necesario someterse a un programa deportivo enérgico para obtener estos 
beneficios, se ha comprobado que con tres sesiones semanales de media hora 
durante seis semanas de actividades como natación, trote corto, ciclismo o 
 
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calistenia, seguidas de un plan de conservación una o dos veces a la semana, 
mejorará en forma importante la aptitud en todos los aspectos de la función 
fisiológica comentados anteriormente. 
 
 
El reposo forzoso 
Para la recuperación de muchas enfermedades se necesita el reposo e 
inmovilidad forzosa para que la región lesionada del cuerpo no sufra mayores 
daños. 
• Después de un ataque cardíaco es importante evitar al corazón el 
mayor trabajo posible, sobre todo las primeras 24 a 48 horas, de tal 
forma que el proceso de reparación tisular se lleve a cabo sin un 
esfuerzo mayor que el absolutamente necesario. 
• Es necesario inmovilizar huesos rotos y ligamentos desgarrados, 
a fin de que los tejidos óseos o las fibras de aquéllos se unan lo 
suficiente para soportar su deterioro natural durante las actividades 
diarias. 
• Algunos trastornos causan pérdida parcial o total de la movilidad; por 
ejemplo, artritis (inflamación de las articulaciones que con frecuencia 
limita la movilidad) y parálisis, que puede ocasionar inmovilidad de la 
mitad o más del cuerpo. 
 
En la mayor parte de las enfermedades los pacientes inician el ejercicio casi 
inmediatamente después de la etapa de crisis. Incluso algunos pacientes 
sometidos a cirugía se levantan y caminan (con ayuda) por el pasillo unas horas 
después de la operación. 
Las personas que no pueden dejar la cama deben hacer sus ejercicios en ella en 
forma de movimientos activos o pasivos en todos sus arcos de movimiento, 
según los toleren. 
 
 
TIPOS DE MOVIMIENTO 
El cuerpo tiene seis grandes partes que son móviles: cabeza, tronco, los dos 
brazos y las dos piernas. También se mueven otras más pequeñas, como manos, 
pies y dedos, que forman parte de una porción mayor, pero pueden moverse 
independientemente. 
 
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Los diferentes tipos de movimientos son: 
Abducción: movimiento que separa el eje central (línea media) del cuerpo. 
 
 
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• Aducción: 
movimiento hacia 
el eje central 
(línea media) del 
cuerpo. 
• Flexión: acto de 
doblarse; 
disminuye el 
ángulo entre las 
dos partes que se 
mueven. 
• Extensión: 
consiste en 
estirar; aumenta 
el ángulo entre las 
dos partes que se 
mueven. 
• Hiperextensión: extensión más allá del arco de movilidad; por 
ejemplo, echar la cabeza para atrás, hacia el raquis. 
• Deslizamiento: movimiento en un plano, como resbalar. 
• Rotación: movimiento circular alrededor de un eje fijo. 
• Circunducción: movimiento circular de un miembro o una región 
cuando forma parte de un cono, como al dar al brazo un movimiento 
circular. 
• Pronación: voltear para abajo, hacia el suelo. 
• Supinación: voltear para arriba (opuesto a pronación). 
• Inversión: girar para adentro, hacia el cuerpo. 
• Eversión: girar hacia fuera, separándose del cuerpo. 
 
 
LAS ARTICULACIONES 
Son la unión entre las partes blandas y duras de dos o más huesos. 
 
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Tipos de articulaciones 
• Inmóviles, suturas o fibrosas 
Por ejemplo: frontoparietal, biparietal, occipitoparietal, 
temporoparietal, etc. 
• Semimóviles,cartilaginosas 
Por ejemplo: sínfisis pubis, sacro ilíaca. 
• Móviles o sinoviales 
Por ejemplo: enartrosis: escapulohumeral (hombro), coxofemoral 
(cadera) 
 
Cómo funcionan las articulaciones 
Los diversos 
movimientos son 
posibles gracias a las 
articulaciones, cuyo 
principal propósito 
es hacer de 
“bisagras”. 
Cada articulación 
móvil se “proyecta” 
para hacer posible 
cierto tipo de 
movimiento y 
tiene un límite 
definido. 
 
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Planos del cuerpo 
Los movimientos del cuerpo suelen describirse en relación con planos, un 
término tomado de la física. Según esto, cuando el cuerpo está en posición 
vertical, se divide en tres secciones: 
• Plano sagital: derecha e 
izquierda. 
• Plano frontal: dorsal y 
ventral. 
• Plano transverso: superior e 
inferior. 
 
 
El centro del peso (centro de 
masa o gravedad) del cuerpo se 
localiza en la pelvis a nivel de la 
segunda vértebra sacra. La línea 
de gravedad es una recta 
imaginaria que pasa desde la 
parte superior de un objeto a 
través de su centro de gravedad, 
para formar un ángulo recto con 
el suelo. 
Cuando el cuerpo está erecto, en 
buena posición anatómica, la línea de gravedad cae en el plano frontal hacia 
abajo, adelante de la oreja, a través del centro de gravedad en la pelvis y 
ligeramente enfrente de las articulaciones de la rodilla y el tobillo, hasta la parte 
media de la base de apoyo del cuerpo, de tal forma que es perpendicular al piso. 
El cuerpo es más estable en esta posición porque su eje de gravedad se 
encuentra en línea directa con la fuerza gravitacional de la Tierra. 
 
 
HABILIDADES MOTORAS Y LA VALORACIÓN EN ENFERMERÍA 
La habilidad para mover las partes del cuerpo y controlar estos movimientos 
permite que el individuo desarrolle las capacidades motoras necesarias para las 
actividades de la vida diaria. 
Las habilidades motoras básicas necesarias para las actividades de la vida diaria 
son las que se aprenden desde el inicio de la vida. 
 
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1. Levantar la cabeza estando acostado de espalda. 
2. Asir un objeto en la mano. 
3. Llevarse un objeto a la boca. 
4. Girar hacia un lado o el otro estando boca arriba. 
5. Voltearse boca arriba y boca abajo. 
6. Sentarse desde la posición de espalda. 
7. Ponerse de pie y sentarse. 
8. Trasladar de un sitio a otro. 
9. Caminar. 
 
 
Al valorar el estado motor de un paciente cuando se prepara un plan de 
asistencia, la enfermera/o necesita información sobre sus habilidades motoras 
ordinarias y su estado actual al respecto. También debe conocer cualquier 
problema de salud reciente que haya padecido, además de los actuales. Si la 
persona tiene un problema de salud reciente, o lo ha tenido, la enfermera/o 
debe enterarse de los planes diagnósticos y terapéuticos del médico. Por 
ejemplo, necesita saber si en la atención del enfermo también participan otros 
miembros del personal de salud, como el fisioterapeuta o el terapeuta 
ocupacional. Debe enterarse si hay algunas restricciones de movilidad, como 
reposo en cama o que no haga ejercicio. 
Asimismo, debe conocer el 
posible pronóstico del 
enfermo. Sin embargo, cabe 
señalar que suele ser difícil 
pronosticar si recuperará la 
función motora que se ha 
deteriorado por 
enfermedades como apoplejía 
o lesión raquídea. Con 
frecuencia la recuperación es 
lenta, y en algunos casos 
quizá necesite años en 
lograrse. No hay que renunciar tan solo porque un pronóstico tentativo no dé 
esperanzas. 
 
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Gran parte de la información necesaria se encuentra en el expediente del 
enfermo, la historia de enfermería, la valoración clínica inicial, las notas del 
médico en el expediente y los informes de valoraciones hechas por otros 
miembros del personal de salud. Si se ha llamado a un fisioterapeuta, suele 
hacer una valoración completa de las capacidades funcionales motoras. Cuando 
un paciente tiene trastornos de este tipo, el médico a cargo consulta con 
frecuencia a médicos especialistas, como el neurólogo o el fisiatra, cuyos 
informes también deben encontrarse en el expediente del enfermo. Además, los 
familiares suelen ofrecer información muy útil sobre sus capacidades 
funcionales motoras. 
La función sensorial y la motora suelen estar muy relacionadas, y con frecuencia 
el primer signo de recuperación de la capacidad funcional en un miembro es la 
sensación de presión. Es posible que el paciente, el personal de enfermería o un 
familiar sean quienes lo observen por primera vez. La enfermera/o debe estar 
pendiente de los signos de aumento de la tensión muscular, o del movimiento de 
músculos fláccidos cuando haga los ejercicios pasivos en el límite de la 
movilidad, y anotarlo en el expediente. 
 
 
El cuidado de pacientes con problemas de la función motora 
Los principios importantes en el cuidado de pacientes con problemas de la 
función motora pueden dividirse en dos categorías: 
• Los relacionados con las necesidades de ejercicio para evitar 
degeneración muscular o mejorar la fuerza y el tono. 
• Los que se refieren a ayudar a las personas incapacitadas a moverse 
solas. 
 
Las intervenciones específicas que toma en cuenta la enfermera/o cuando 
elabora un plan de asistencia para sujetos con estos problemas también pueden 
dividirse en dos grupos de actividades. En consecuencia, se considerará cada 
grupo de principios en cuanto se relacionan con las intervenciones específicas 
de enfermería. 
Los objetivos de la acción de enfermería en pacientes con problemas reales o 
posibles de la función motora son: 
1. Conservar la fuerza y el tono de los músculos que no se utilizan y cuyo 
movimiento no está contraindicado por la naturaleza del problema de 
salud que puedan tener. 
 
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2. Prevenir la degeneración de estos músculos. 
3. Evitar contracturas que pudieran impedir la movilidad de las 
articulaciones. 
4. Restablecer, cuanto sea posible, la fuerza y el tono de los músculos 
dañados. 
5. Promover la fuerza y el tono óptimos de los músculos. 
6. Prevenir el deterioro de otras capacidades funcionales del enfermo, por 
la limitación de la movilidad. 
7. Conservar o recuperar la independencia de las actividades de la vida 
diaria en cuanto sea posible. 
 
 
TIPOS DE EJERCICIO 
Básicamente hay tres tipos de ejercicio: 
• Pasivos. En estos ejercicios la región del cuerpo es movida por otras 
personas; los músculos no se contraen activamente. Este tipo de 
ejercicio ayuda a evitar contracturas, pero no aumentan la fuerza ni el tono 
muscular. 
• Isométricos. Son una forma de ejercicios activos en que el paciente 
aumenta conscientemente la tensión de los músculos, pero sin mover la 
articulación ni cambiar la longitud del músculo. Este tipo de ejercicio, en 
ocasiones llamado de “calistenia muscular”, puede ayudar considerablemente 
a conservar o mejorar la fuerza y el tono muscular. 
• Isotónicos. También son una forma de ejercicio activo. En ésta el 
paciente suministra la energía para ejercitar activamente los músculos y 
mover el miembro u otra parte del cuerpo. En los ejercicios isotónicos el 
músculo se contrae o acorta activamente, haciendo que el miembro se 
mueva. Aumentan la fuerza y el tono muscular y mejora la movilidad 
articular. 
 
Los ejercicios se planean como parte regular de las actividades de enfermería. Se 
estimula al paciente a que ejercite en forma activa los músculos que puede 
utilizar, y la enfermera/o ejercita pasivamente los que el individuo no puede 
mover. 
Los pacientes pueden aprender a hacer ejercicios isométricos sin ayuda cuando 
 
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están inactivos en cama, y en esta forma pueden completar los programas de 
ejercicios isotónicos. 
Los ejercicios pueden ser individuales o grupales. Estos últimos son útiles desde 
el punto de vista social (aumentan la estimulación sensorial), y también tienen 
beneficiosfisioterapéuticos. Es común que se hagan en algunas unidades de 
obstetricia para que las pacientes recuperen el tono muscular perdido por el 
embarazo y el parto. 
Con frecuencia se utiliza terapéutica ocupacional para complementar la 
fisioterapia, a fin de ayudar a que los pacientes recuperen o conserven la fuerza 
muscular y eviten la pérdida de la movilidad articular. 
El grado de tolerancia al ejercicio varía mucho según la persona. Se debe evitar 
la fatiga y el dolor cuando se hace ejercicio. Y si bien es necesario que las 
articulaciones se ejerciten en todos sus arcos, pero la enfermera/o no debe 
forzar el movimiento cuando cause dolor o haya resistencia. 
Los ejercicios se planean según las necesidades y capacidades motoras de cada 
persona, considerando edad, sexo, grado de movilidad y limitaciones impuestas 
por problemas de salud actuales o crónicos (en la cama, o con la ayuda de un 
andador o muletas), y sus intereses. 
 
Principios básicos de la mecánica corporal 
La aplicación de esos principios facilitará su interacción física con el paciente y 
reducirá la posibilidad de que se lesione. 
1) Los músculos grandes se fatigan con menor rapidez que los pequeños. 
2) Los músculos siempre ·están en ligera contracción. 
3) La estabilidad de un objeto siempre es mayor cuando tiene una base 
amplia de apoyo, un centro de gravedad bajo, y la línea de gravedad es 
perpendicular al suelo y cae dentro de la base de apoyo. 
4) El grado de esfuerzo necesario para mover un cuerpo depende de su 
resistencia y de la fuerza de gravedad. 
5) La fuerza necesaria para conservar el equilibrio del cuerpo es máxima 
cuando la línea de gravedad está más alejada del centro de la base de 
apoyo. 
6) Los cambios de actividad y posición ayudan a conservar el tono 
muscular y evitan la fatiga. 
 
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7) La fricción entre un objeto y la superficie en que se mueve influye en la 
cantidad de trabajo necesaria para moverlo. 
8) Tirar o deslizar un objeto requiere menor esfuerzo que levantarlo, 
porque para ello es necesario moverlo contra la fuerza de gravedad. 
9) Utilizando el peso propio para contrarrestar el de un paciente se 
requiere menos energía en el movimiento. 
10) Se debe estar consciente de las propias limitaciones y capacidades, y las 
del paciente, antes de moverlo. 
 
 
1) Los músculos grandes se fatigan con menor rapidez que los 
pequeños. Si se utiliza un grupo de músculos grandes, se hace menos tensión 
en el cuerpo que cuando se emplean grupos musculares más pequeños o uno 
aislado. Por ejemplo, se hace menos esfuerzo cuando se levanta un objeto 
pesado flexionando las rodillas en vez de doblar la cintura. En el primer 
movimiento se utilizan los músculos glúteos y femorales grandes, en tanto que 
en el último se aplican músculos más pequeños, como los sacroespinales de la 
espalda. 
 
2) Los músculos siempre están en ligera contracción. Este estado se 
llama “tono muscular”. Si la enfermera/o los prepara antes, protegerá sus 
ligamentos y músculos de distensiones y lesiones. Por ejemplo, podrá levantar 
mejor un objeto pesado si contrae primero los músculos del abdomen, la pelvis y 
los glúteos. 
 
3) La estabilidad de un objeto siempre es mayor cuando tiene una 
base amplia de apoyo, un centro de gravedad bajo y la línea de 
gravedad es perpendicular al suelo y cae dentro de la base de 
apoyo. En los movimientos es preferible separar más los pies y doblar las 
rodillas, en lugar de la cintura. De esta forma se conserva la línea vertical del 
centro de gravedad dentro de su base de apoyo, obteniendo mayor estabilidad. 
Por ejemplo, al ayudar a un paciente a moverse, la posición de la enfermera/o es 
más estable, y en consecuencia puede conservar mejor su equilibrio si se para 
con los pies separados y dobla las rodillas en vez de la cintura. 
 
4) El grado de esfuerzo necesario para mover un cuerpo depende de 
su resistencia y de la fuerza de gravedad. Si se utiliza la gravedad, en vez 
 
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de actuar contra ella, la enfermera/o puede reducir el esfuerzo necesario en el 
movimiento. Por ejemplo, es más fácil levantar un paciente en la cama cuando 
está acostado plano y su centro de gravedad ha pasado hacia los pies de la cama 
que cuando se encuentra sentado y la resistencia de su cuerpo al movimiento es 
mucho mayor. 
 
5) La fuerza necesaria para conservar el equilibrio del cuerpo es 
máxima cuando la línea de gravedad está más alejada del centro de 
la base de apoyo. En consecuencia, la persona que sostiene un peso cerca de 
su cuerpo hace menos esfuerzo que si lo soporta con los brazos extendidos. Por 
ejemplo, cuando se pasa a un paciente de la cama a una camilla, es más fácil 
para quien lo levanta si conserva el cuerpo del enfermo cerca del suyo. 
 
6) Los cambios de actividad y posición ayudan a conservar el tono 
muscular y evitan la fatiga. Si una persona cambia de posición, así sea 
ligeramente, cuando lleva a cabo alguna tarea y varía su actividad de cuando en 
cuando, conservará un mejor tono muscular y evitará la fatiga indebida. 
 
7) La fricción entre un objeto y la superficie en que se mueve influye 
en la cantidad de trabajo necesaria para moverlo. La fricción es una 
fuerza que se opone al movimiento. Las superficies muy lisas producen el 
mínimo de fricción; en consecuencia, se necesita menos energía para mover 
objetos en estas superficies. La enfermera/o puede aplicar este principio cuando 
cambia la posición de un paciente en la cama asegurando una base lisa en que 
pueda moverlo. 
 
8) Tirar o deslizar un objeto requiere menor esfuerzo que 
levantar/o, porque para ello es necesario moverlo contra la fuerza 
de gravedad. Por ejemplo, si la enfermera/o baja la cabecera antes de ayudar 
al paciente a moverse, necesita menos esfuerzo que cuando está levantada. 
 
9) Al usar el propio peso para contrarrestar el del paciente se 
requiere menos energía para moverlo. Si una enfermera/o utiliza su peso 
para tirar o empujar a un paciente, aumenta la fuerza que se aplica al 
movimiento. 
 
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Métodos para movilizar a los pacientes 
Levantar al paciente y ayudarlo a moverse a un lado de la cama 
1. La enfermera/o se coloca de pie 
frente al paciente, del lado de la cama 
hacia el que desea moverlo. 
2. Separa los pies, una pierna adelante 
de la otra y las rodillas y caderas 
flexionadas, para colocar sus brazos 
al nivel de la cama. 
3. La enfermera/o pone una mano en 
cada una de las caderas del paciente a 
la altura de los trocánteres. 
4. Desplaza su peso sobre el pie delantero y pasa su peso corporal del pie 
delantero al trasero a medida que se inclina hacia atrás (como 
balanceándose), llevando al paciente hacia ella hasta el lado de la cama. 
A medida que se inclina hacia atrás desciende sus caderas. En este 
procedimiento hay que tirar del paciente en vez de levantarlo, por lo 
que, en caso de que el enfermo no pueda doblar las piernas, es 
importante que por lo menos las tenga cruzadas para disminuir al 
máximo la resistencia al movimiento. 
5. Después de desplazar las caderas, solo hay que acompañar los hombros, 
la columna y las piernas al extremo de la cama. 
 
 
Levantar los hombros de un paciente incapacitado 
1. Se pone de pie a un lado de la cama, de frente hacia la cabeza del 
enfermo. Se coloca en una posición amplia con el pie cercano a la cama 
 
 
 
 
 
 
 
10) Debe estarse consciente de las 
propias limitaciones y capacidades, y las 
del paciente, antes de moverlo. Si la 
enfermera/o no se considera capaz de hacerlo 
sola/o, debe solicitar siempre apoyo o utilizar 
ayuda mecánica, como elevadores hidráulicos 
(grúas). 
 
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atrás del otro y con las piernas flexionadas, de tal forma que sus brazos 
queden a nivel de la cama. 
2. Invita al paciente a cruzar sus brazos sobre su tórax. 
3. Pasa su brazo más próximo al paciente bajo su cuello,hasta que la fosa 
cubital quede a la altura de la nuca, y apoya la otra mano en la cama, a la 
altura de la cintura del paciente. 
4. Para levantarlo, la enfermera/o se desplaza hacia adelante, pasando su 
peso del pie delantero al trasero, elevándose y apoyándose en la mano 
que tenía a la altura de la cintura del enfermo para equilibrarse. Una 
vez más, el peso de la enfermera/o debe contrarrestar el del paciente. 
 
 
Levantar los hombros de un paciente semiincapacitado 
1. La enfermera/o se coloca cerca de la cabecera, en el lado derecho de la 
cama. Su pie cercano a la cama está atrás y el otro adelante. Esta 
posición le proporciona una base de apoyo amplia. 
2. La enfermera/o realiza esta movilización de manera uniforme. Toma la 
mano izquierda del paciente en su mano izquierda y le invita con la voz 
de “vamos”. 
3. Al mismo tiempo que lo invita, la enfermera/o se balancea hacia su lado 
derecho utilizando como punto de apoyo la mano derecha que tenía 
libre y desplazando su peso del pie izquierdo al derecho, hasta que el 
paciente quede sentado en la cama. 
 
Mover a un paciente hacia arriba de la cama 
1. Se coloca una enfermera/o a cada lado 
de la cama mirando hacia el enfermo, y 
una le invita a flexionar las piernas si le 
es posible. 
2. Las enfermeras/os colocan un 
almohadón en la cabecera, para evitar en 
todo lo posible el riesgo de lesión, y 
pasan la mano que tienen más próxima 
al enfermo bajo su omóplato, en tanto 
que con la otra se sujetan al cabezal de la 
cama. 
 
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3. Flexionan la rodilla más próxima a la cama y la apoyan en el borde de 
esta. Ambas tiran hacia adelante con la mano que sujeta el cabezal y 
descargan su peso sobre la rodilla que tienen sobre la cama. 
 
 
Método para mover hacia arriba de la cama a un paciente 
incapacitado 
1. El paciente flexiona las rodillas, llevando sus talones hacia los glúteos. 
2. La enfermera/o se coloca de pie a un lado de la cama, volteada 
ligeramente hacia la cabeza del paciente. Un pie está un paso adelante 
del otro, quedando atrás el que está pegado a la cama; sus pies apuntan 
hacia la cabecera. 
3. La enfermera/o coloca un brazo debajo de los hombros del paciente y 
otro bajo sus glúteos. También puede ser cómodo para la enfermera/o 
apoyar sobre la cama la rodilla que tiene más próxima a ella y sujetarse 
con la mano del cabezal de la cama, en vez de pasar la mano bajo los 
hombros. 
4. El paciente coloca su barbilla sobre el pecho y se empuja con los pies 
mientras la enfermera/o pasa su peso del pie posterior al anterior. El 
paciente puede ayudar a tirar hacia arriba su peso sujetándose de los 
barrotes de la cabecera o de un trapecio si lo hay colocado. 
 
 
Método para ayudar al paciente a voltearse de lado 
1. La enfermera/o se coloca de pie del lado de la cama hacia el que se 
volteará al paciente. El enfermo coloca su brazo más alejado sobre el 
pecho y la pierna de este mismo lado sobre la que está más cerca. La 
enfermera revisa que el brazo más cercano del paciente esté a un 
costado y separado del cuerpo, de tal forma que no gire sobre él. 
2. La enfermera/o se coloca de pie frente a la cintura del paciente, mirando 
hacia el lado de la cama, con un pie un paso adelante del otro. 
3. Coloca una mano bajo el pliegue de la rodilla y con la otra invita al 
paciente a que le dé la mano. 
4. A medida que la enfermera/o pasa su peso de la pierna delantera a la 
trasera, gira al paciente hacia sí y baja las caderas. 
 
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Método para ayudar a un paciente semiincapacitado a levantar los 
glúteos 
1. El paciente flexiona las rodillas y lleva sus talones hacia los glúteos. De 
esta manera queda listo para ayudar a empujar cuando la enfermera le 
pida que lo haga. 
2. La enfermera/o va hacia el lado de la cama y se coloca de pie frente a los 
glúteos del paciente, con los pies separados. 
3. Con sus rodillas flexionadas para llevar los brazos hasta el nivel de la 
cama, la enfermera/o coloca su brazo más próximo sobre las rodillas del 
paciente, para ayudarlo a levantar los glúteos haciendo palanca. 
4. Pide al enfermo que levante las caderas. 
5. Cuando lo hace, el brazo de la enfermera/o actúa como palanca y, entre 
tanto, puede usar su mano libre para colocar un cómodo debajo del 
paciente o dar masaje al área sacra. 
 
 
Ayudar al paciente a sentarse a un lado de la cama 
1. El enfermo gira sobre su costado hacia el borde de la cama en que desea 
sentarse. 
2. Una vez que comprueba que el paciente no caerá de la cama, la 
enfermera/o levanta la cabecera. 
3. Mirando hacia la esquina inferior más alejada de la cama, la 
enfermera/o apoya los hombros del paciente con un brazo, en tanto que 
con el otro lo ayuda a extender las piernas sobre el lado de la cama. Se 
coloca con los pies separados; el que se encuentra hacia los pies de la 
cama atrás del otro. 
4. El paciente queda sentado en 
posición natural en el borde de la 
cama cuando la enfermera/o, 
apoyando aún sus hombros y piernas, 
gira en tal forma que lleva hacia abajo 
las piernas del enfermo. El peso de la 
enfermera/o pasa de la pierna 
delantera a la trasera. 
 
20 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Ayudar al paciente a levantarse de la cama y sentarse en una silla 
1. El paciente se sienta en el borde de la cama y se coloca los zapatos y la 
bata. 
2. Se coloca una silla a un lado de la cama con el respaldo hacia los pies. 
3. La enfermera/o se coloca de frente al paciente; pone su pie cercano a la 
silla un paso adelante del otro, para tener una base de apoyo amplia. 
4. El paciente coloca sus manos en los hombros del personal de 
enfermería y este lo toma de las muñecas. 
5. El paciente se pone de pie en el piso y la enfermera/o flexiona las 
rodillas de tal forma que la de adelante quede contra la rodilla del 
enfermo. Así evita que el paciente la doble en forma involuntaria. 
6. La enfermera/o gira con el paciente, conservando su base de apoyo 
amplia. Dobla sus rodillas a medida que el enfermo se sienta en la silla. 
 
Método para pasar al paciente de la cama a una camilla 
1. Las tres personas que moverán al paciente se colocan dando frente a un 
lado de la cama. Todos se paran con una base amplia, con el pie que da a 
la camilla adelante. 
2. Al contar “uno”, los tres doblan sus rodillas y colocan sus brazos debajo 
del paciente. La primera persona pone un brazo debajo del cuello y los 
hombros, y la otra en la parte inferior de la espalda. La persona del 
medio coloca un brazo en el mismo sitio y el otro debajo de las 
caderas. La que se encuentra en los pies de la cama pone un brazo 
debajo de las caderas y el otro debajo de las piernas. 
3. Al contar “dos” el paciente se gira hacia quienes lo levantan. Ello se logra 
rodándolo hacia los tres. Los brazos del enfermo no deben colgar. Las 
tres personas que lo levantan lo sostienen cerca de su cuerpo para evitar 
esfuerzo en la espalda. 
4. Al contar “tres” se levanta, dan un paso hacia atrás (con el pie delantero) 
y caminan todos juntos hasta la camilla. 
5. Al contar “cuatro” doblan sus rodillas y apoyan los codos en la camilla. 
6. Al contar “cinco” cada uno extiende sus brazos de tal forma que el 
paciente gire hacia su espalda en el centro de la camilla. Es necesario 
proteger el lado alejado de la camilla para evitar que el paciente caiga. 
 
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7. Al contar “seis”, las tres personas sacan los brazos. 
 
 
Úlceras por decúbito 
Un problema muy común que 
requiere la atención de enfermería 
es la aparición de úlceras por 
decúbito. 
Las úlceras son lesiones que 
producen una necrosis isquémica de 
los tejidos que revisten las 
prominencias óseas y han estado 
sometidos a presión prolongada 
contra un objeto externo (cama, silla 
de ruedas, etc.). 
Este tipo de úlceras se producen 
principalmente en pacientes con alteraciones sensitivas, debilitados, 
paralizados (en sillade ruedas), o postrados por mucho tiempo. 
Factores de riesgo de úlceras por decúbito: inmovilidad, trastornos de 
sensibilidad, diabetes, déficit nutricional, alteraciones circulatorias, 
disminución de la conciencia, incontinencia de esfínteres, edad avanzada. 
 
 
Proceso de formación de úlcera: 
1. Presión prolongada 
2. Dificultad circulatoria 
3. Isquemia 
4. Enrojecimiento de piel 
5. Ruptura de la piel 
6. Formación de la úlcera 
7. Destrucción de tejidos 
8. Infección 
 
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Cuidados especiales 
Es muy importante como enfermeros identificar algunos factores de riesgo que 
pueden predisponer la formación de úlceras: 
• Vigilar puntos de presión con prominencias óseas. 
• Identificar zonas húmedas (por transpiración, áreas húmedas por 
presencia de pañal, etc.). 
• Cuidar y curar cualquier alteración de la piel, para prevenir el 
progreso a úlcera. 
 
 
Cuidados para prevenir úlceras por decúbito 
• Mantener la piel del paciente limpia y seca. 
• Realizar cambios posturales frecuentes. 
• En pacientes con reposo prolongado: 
- Rotación cada dos horas. 
- Protección local de zonas de presión. 
- Realizar masajes para favorecer la circulación. 
 
 
Complicaciones de las úlceras 
Los signos iniciales de una 
úlcera por decúbito son 
enrojecimiento e 
hipersensibilidad de una 
región (el paciente suele 
quejarse de sensación de 
ardor) y la presencia de un 
edema. A menos que se 
tomen medidas especiales 
en ese momento para 
aliviar la presión y aumentar 
la nutrición tisular local, suele formarse una grieta en la piel. 
Las úlceras por decúbito son difíciles de curar, si no se tratan, aumentan 
rápidamente de tamaño, causan dolor y pueden llegar a infectarse con bacterias, 
 
23 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
en ocasiones, se necesita aplicar un injerto cutáneo, por ello, el mejor cuidado 
de enfermería es su prevención. 
 
 
Clasificación de las úlceras 
 
 
Tratamiento de las úlceras según sus características: 
 
Grado 1: 
 
• Aliviar la presión en la zona 
• Realizar masajes 
• Utilizar ácidos grasos hiperoxigenados 
 
Grado 2, 3, 4: 
 
• Debridamiento del tejido 
necrótico (tratamiento 
médico-quirúrgico) 
 
• Limpieza y curación frecuente 
de la herida 
 
• Tratamiento antibacteriano si 
existe infección 
 
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Indicadores de infección 
 
• Mal olor en la herida. 
• Presencia de pus espeso, amarillo o verde. 
• Enrojecimiento y calor alrededor de la úlcera. 
• Dolor alrededor de la herida. 
• Si la infección se encuentra avanzada se puede observar fiebre o 
escalofríos, confusión mental, taquicardia. 
 
Cuando la úlcera presenta signos de infección se debe consultar al médico para 
recibir indicación de antibiótico local o sistémico, si fuera necesario. 
 
 
TRATAR UNA ÚLCERA POR PRESIÓN 
ES MUCHO MÁS DIFÍCIL QUE PREVENIRLA. 
 
 
NECESIDADES DE HIGIENE 
Higiene es la ciencia de la salud y su conservación. El término también se refiere 
a las prácticas que conducen a una buena salud. 
Las costumbres higiénicas varían mucho en los individuos. Estas diferencias se 
explican por patrones culturales, educación familiar e idiosincrasias 
individuales. Son las medidas que toma una persona para conservar su piel y 
apéndices, pelo, uñas, dientes y la boca, limpios y en buen estado. 
La piel sana, sin alteraciones, es la primera línea de defensa del cuerpo contra 
infecciones y lesiones de los tejidos subyacentes. También es importante para la 
regulación de la temperatura del organismo; 
además, es un medio para la excreción de 
sus desechos. 
La buena salud de dientes y encías resulta 
esencial para una buena nutrición. Las caries 
dentales y el mal estado de la cavidad bucal 
son fuentes posibles de infección, molestias y 
dolor para el individuo. 
 
25 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Cuidar la higiene personal es realmente importante, sin embargo, cuando una 
persona está enferma suele necesitar la ayuda de otras para realizar las labores 
de higiene que ya no puede llevar a cabo por sí sola, algo que a la mayoría le 
resulta molesto. Con frecuencia, los pacientes vacilan en pedir ayuda, y su 
angustia mental al tener que hacerlo agrava su incomodidad física. 
En personas enfermas está disminuida la resistencia a las infecciones. En 
consecuencia, la presencia de bacterias patógenas en el ambiente implica una 
amenaza constante de infección. Hay que ayudarlos a conservarse limpios 
eliminando sus excreciones, la suciedad y las secreciones se suprimen muchas 
sustancias en que proliferan estos gérmenes. Además, las medidas de higiene 
ayudan a que los pacientes se sientan más cómodos y relajados. La mayoría de 
las personas se encuentran mejor cuando están frescas y limpias, y aquellas que 
tienen dificultades para descansar duermen mejor después de un baño 
relajante. 
Otra razón por la que es aconsejable una buena higiene personal en los 
enfermos consiste en que sentirse limpios y frescos les levanta el ánimo. En 
general, un buen aspecto indica buena salud mental. De igual forma, una 
paciente que ha comenzado a mejorar tal vez solicite sus cosméticos. Estas 
peticiones por lo general indican que el individuo ya se siente mejor y es 
consciente de su ambiente inmediato. 
Algunos pacientes quizá necesiten ayuda para adquirir buenos hábitos de 
higiene. A este respecto, la enfermera/o hace de modelo y maestra/o. 
Si se lava con cuidado las manos antes y después de atender al paciente, 
conserva buenas costumbres personales sobre su propio aseo, evita infecciones 
y es un ejemplo excelente para el paciente. Los enfermos observan todos estos 
aspectos, y sus opiniones de los cuidados que reciben con frecuencia se basan en 
estos criterios. 
 
 
INTERVENCIONES DE ENFERMERÍA 
Las metas de la acción de enfermería en cuanto a la higiene del paciente son, 
básicamente, las siguientes: 
1) Conservar una buena higiene en lo que respecta al baño y al aseo de la 
boca, las uñas y el pelo. 
2) Conservar la integridad de la piel. 
3) Conservar bien los tejidos cutáneos. 
 
26 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
4) Conservar en buen estado los dientes y los tejidos de la cavidad bucal. 
 
 
En la mayor parte de las unidades de enfermería de los hospitales se establece 
un programa regular de medidas básicas de higiene para todos los enfermos. 
Suelen incluir cuidados por la mañana y por la tarde, así como el baño diario. 
En pacientes que requieren atención adicional a piel y boca se planean en forma 
individual, como parte del plan global de asistencia. 
 
 
CUIDADOS DE ENFERMERÍA 
Higiene del paciente 
Conjunto de actividades dirigidas a proporcionar el aseo corporal y comodidad 
del paciente. Incluye los procedimientos de higiene y limpieza de la superficie 
corporal y mucosas externas. 
 
Principios: 
• Respetar la individualidad del paciente. 
• Mantener las funciones fisiológicas en equilibrio 
• Proteger al paciente de causas externas a su enfermedad 
• Ayudar al paciente al retorno a su vida útil fuera del hospital. 
 
 
Objetivos: 
• Satisfacer las necesidades de higiene y confort del paciente. 
• Reducir la colonización bacteriana y prevenir lesiones de piel y 
mucosas. 
• Determinar capacidad de autocuidado. 
• Fomentar la comunicación del paciente y mejorar su autoimagen. 
 
 
Normas para el aseo del paciente 
• Conocer la anatomía y fisiología de la piel. 
• Conservar la piel y mucosa sanas e integras. 
 
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• Evitar la acumulación de secreciones y desarrollo de gérmenes. 
• Estimular la circulación sanguínea. 
• Orientar sobre hábitos higiénicos relativos a la limpieza. 
• Suministrar alimentos, agua y oxígeno en cantidad y calidad suficiente. 
• Proteger la piel contra lesiones producidas por sequedad, humedad 
excesiva, calor, frío, sustancias químicas, microorganismos y 
traumatismo. 
• Prevenir ulceras por presión. 
• Mejorar el confort y bienestar del paciente. 
 
 
Procedimientos• Lavado de manos y de cara 
Son las maniobras mediante las cuales se hacen la limpieza de la cara y de las 
manos. 
Objetivo: Mantener limpio al paciente y rodearlo de un ambiente agradable, 
para su bienestar y salud. 
 
 
• Aseo bucal 
Asear con técnicas correctas la zona de manera que no se propaguen 
enfermedades periodontales. 
Objetivos: Eliminar las partículas de alimentos, eliminar la placa dental, 
fomentar la sensación de bienestar del paciente, evitar las llagas y la infección 
del tejido bucal. 
 
 
• Aseo nasal 
Asear con técnicas correctas la zona nasal para eliminar las secreciones. 
Objetivos: Mantener la integridad de la piel y mucosa de la nariz, evitar la 
infección en boca y estoma, lograr la autonomía del paciente en la limpieza y 
colocación de la cánula, aceptar el cambio en su imagen corporal. 
 
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• Aseo ótico 
Asear correctamente el área auricular con técnicas correctas para evitar la 
acumulación de cerumen en pacientes. 
Objetivos: Evitar infecciones auditivas Mantener el buen funcionamiento de la 
prótesis auditiva (sea el caso). 
 
 
Baño del paciente 
El baño tiene varios fines: asear, promover la comodidad, estimular la 
circulación sanguínea y dar oportunidad para el ejercicio. 
Cuando el personal de enfermería ayuda al paciente a bañarse tiene la 
oportunidad de enseñarle las medidas higiénicas aconsejables, así como otras 
prácticas necesarias para la salud. 
Además, puede valorar la piel y sus apéndices, el estado motor y nutricional, y el 
circulatorio y respiratorio. Asimismo, le es posible observar al enfermo en 
relación con su comodidad, reposo y sueño. 
 
 
• Baño en cama 
Esta técnica es utilizada en pacientes postrados, incapacitados o 
semiincapacitados que no pueden ser trasladados al baño para su aseo corporal. 
Procedimiento: 
1. Llena dos recipientes con agua caliente. Uno de ellos servirá para 
el lavado y el otro para el enjuague. La temperatura del agua debe estar 
a 46 °C (115 °F) o menos. Deberá sentirse agradable al tacto, pero no 
demasiado caliente. 
2. Elegir un jabón que sea fácil de enjuagar. La mayoría de los jabones 
en barra son adecuados. Los jabones líquidos también son aceptables 
siempre y cuando no dejen ningún residuo. Podrías agregar jabón a uno 
de los recipientes para crear agua jabonosa y caliente o dejarlo aparte y 
aplicarlo directamente sobre la piel del paciente. 
Los jabones sin enjuague están disponibles en las farmacias. Son una 
solución práctica para una limpieza más rápida, pero dejan un residuo, 
por lo que aún necesitas enjuagar el cuerpo del paciente de vez en 
cuando. 
 
29 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
3. Preparar el champú. Si planeas aplicar champú en el cabello del 
paciente, necesitarás uno que sea fácil de enjuagar (como los de bebé) y 
un recipiente especial diseñado para lavar el cabello en la cama. Si no 
tienes este tipo de elementos, puedes hacer uno al colocar una o dos 
toallas extras debajo de la cabeza del paciente para impedir que la cama 
se moje. 
4. Prepara un equipo de toallas y paños limpios. Por lo menos 
necesitarás tres toallas grandes y dos paños, pero se aconseja tener más 
en caso de que se derrame agua o los materiales se ensucien. Procurar 
tener todo el equipo necesario a mano. 
5. Coloca dos toallas debajo del paciente. Esto evitará que la cama se 
moje y mantendrá al paciente cómodo durante el baño. Para colocar las 
toallas debajo del paciente, debes levantarlo y ponerlo de lado y deslizar 
la toalla por debajo, luego bájalo y haz lo mismo por el otro lado. 
6. Cubre al paciente con una sábana o una toalla limpia. Hacerlo 
ayudará a que permanezca caliente durante el baño y además le 
brindará un poco de privacidad. La sábana o la toalla deberán 
permanecer sobre el cuerpo del paciente en todo momento. 
7. Quítale la ropa al paciente. Dobla la sábana o la toalla hacia abajo 
descubriendo la parte superior del cuerpo y quítale su camisa. Vuelve a 
colocar la sábana a su posición original para luego doblarla nuevamente 
en la zona de sus piernas y quitarle el pantalón junto con la ropa 
interior. Finalmente, vuelve a cubrirlo. 
Trata de mantener cubierta la mayor área del cuerpo posible mientras le 
quitas la ropa al paciente. Ten en cuenta que este proceso puede ser 
vergonzoso para algunas personas, así que hazlo rápidamente y con una 
actitud decidida. 
 
 
Lavar la cabeza, el pecho y las piernas 
Utiliza el mismo método de limpieza y enjuague para todo el cuerpo. Primero 
aplica jabón o agua jabonosa sobre la piel del paciente. Con la ayuda de un paño, 
frótalo con suavidad para eliminar la suciedad y las bacterias, y luego coloca el 
paño en el agua jabonosa. Remoja un segundo paño en el recipiente del 
enjuague y úsalo para enjuagar el jabón del cuerpo. Seca el área aplicando 
toques suaves con una toalla. 
 
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No olvides rotar ambos paños: usa uno para frotar la solución jabonosa y el otro 
para enjuagar. Si ambos se ensucian, cámbialos por otros nuevos. 
Reemplaza el agua del recipiente según sea necesario. 
1. Comienza con el rostro del paciente. Lava suavemente el rostro, las 
orejas y el cuello del paciente utilizando agua jabonosa. Enjuaga el 
jabón con otro paño. Seca el área con una toalla. 
2. Lava el cabello del paciente. Levanta su cabeza con suavidad y 
colócala en el cuenco para aplicarle el champú. Moja el cabello 
vertiendo agua sobre la cabeza y teniendo cuidado de que no caiga en 
los ojos. Aplica el champú y luego enjuágalo. Utiliza una toalla para 
secarle el cabello con toques suaves. 
3. Lava el brazo y el hombro izquierdo del paciente. Dobla la sábana 
por el lado izquierdo del cuerpo hasta la cadera. Coloca una toalla 
debajo del brazo expuesto. Lava y enjuaga el hombro, la axila, el brazo y 
la mano del paciente. Seca toda el área con una toalla. 
Seca muy bien las zonas que lavaste, sobre todo la zona de la axila, para 
evitar que se irrite y que crezcan bacterias. 
Vuelve a cubrir el cuerpo del paciente con la sábana para mantenerlo 
caliente. 
4. Lava el brazo y el hombro derecho del paciente. Dobla la sábana 
para exponer el lado derecho. Coloca la toalla debajo del otro brazo y 
repite el proceso de lavado, enjuague y secado del hombro, la axila, el 
brazo y la mano del lado derecho. 
Seca completamente las zonas que lavaste, sobre todo la zona de la 
axila, para evitar que se irrite y que crezcan bacterias. 
Vuelve a cubrir el cuerpo del paciente con la sábana para mantenerlo 
caliente. 
5. Lava el torso del paciente. Dobla la sábana hasta la altura de la 
cintura, lava con cuidado y enjuaga el pecho, el estómago y los costados. 
Asegúrate de lavar con cuidado entre los pliegues de la piel, ya que las 
bacterias tienden a quedarse atrapadas ahí. Seca la zona con cuidado, 
sobre todo entre los pliegues. 
Vuelve a cubrir el cuerpo del paciente con la sábana para mantenerlo 
caliente. 
 
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6. Lava las piernas del paciente. Descubre la pierna derecha del paciente 
hasta la altura de la cintura y lava, enjuaga y seca tanto la pierna como 
el pie. Vuelve a cubrirla y luego descubre la pierna izquierda, repitiendo 
el mismo proceso de lavado, enjuague y secado. Vuelve a cubrir la mitad 
inferior el cuerpo. 
 
 
Lavar la espalda y las partes privadas 
Vacía los recipientes de agua y vuelve a llenarlos con agua limpia. Ahora que 
casi la mitad del cuerpo del paciente está limpia, es un buen momento para 
cambiar el agua. 
1. Pídele al paciente que gire hacia un lado en caso de que pueda 
hacerlo. Es posible que tengas que ayudarlo. Asegúrate de que no quede 
demasiado cerca del borde de la cama. 
2. Lava la espalda y las nalgas del paciente. Dobla la sábana para 
exponer todo el lado posterior del paciente. Lava, enjuaga y seca la 
espalda, el cuello, las nalgas así como la parte posterior de las piernas 
que quizás te falte. 
3. Lava la zonade los genitales y el ano. Colócate unos guantes de látex 
si lo deseas. Levanta la pierna del paciente y lava desde adelante hacia 
atrás. Utiliza un paño limpio para enjuagar el área. Asegúrate de limpiar 
bien entre los pliegues y de secar completamente el área. 
En el caso de los hombres, debes lavar bien detrás de los testículos. En 
el caso de las mujeres, lava los labios de la vulva, aunque no es necesario 
limpiar la vagina. Debes lavar esta parte a diario, aun cuando no bañes 
todo el cuerpo. 
4. Vuelve a vestir al paciente. Al terminar, viste al paciente con ropa 
limpia o con una bata. Primero vuélvele a colocar la camisa, 
manteniendo la sábana sobre sus piernas. Luego quita esta última y 
vuelve a colocarle la ropa interior y el pantalón. 
La piel de las personas ancianas tiende a resecarse, así que es posible 
que debas aplicar una loción en los brazos y las piernas antes de volver a 
ponerle la ropa al paciente. 
5. Peina el cabello del paciente y aplica algún cosmético u otros 
productos corporales de acuerdo a sus preferencias. 
 
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LAVADO DE MANOS 
Normas para el lavado de manos 
La higiene de las manos, las técnicas de barrera y los agentes de desinfección 
son herramientas fundamentales para la prevención y un control de infecciones. 
El objetivo es evitar y/o disminuir la transmisión de microorganismos a través 
de las manos del personal, pacientes y familiares. 
La Organización Mundial de la Salud, enuncia seis momentos en los que el 
profesional debe realizarse el lavado de manos: 
• Antes del contacto con el paciente. 
• Antes de realizar una tarea aséptica. 
• Después del riesgo de exposición a fluidos corporales. 
• Después del riesgo de exposición a fluidos corporales. 
• Después del contacto con el paciente. 
• Después del contacto con el entorno de paciente. 
 
 
El lavado de manos puede ser: 
• Lavado de manos social. 
• Lavado de manos quirúrgico. 
• Lavado de manos seco. 
 
 
Para realizar un lavado de manos correcto 
con cualquiera de estas técnicas las manos 
deben estar libres de anillos, pulseras y 
relojes, y las uñas deben estar cortas y sin 
esmaltar. 
Alcance: Todo el personal de salud, 
personal administrativo, personal de 
mantenimiento, gerencia, pacientes y 
familiares. 
 
33 
 
 
 
 
FUENTES DE INFECCIÓN 
El reservorio más importante de microorganismos en una institución de salud 
tal vez sean los pacientes mismos. Por lo general, en todo enfermo que llega a 
un centro de salud se buscan signos de infección; se informa si hay furúnculos, 
fiebre, heridas sépticas y similares, para realizar estudios adicionales y 
procedimientos de prevención. 
Además, el personal que trabajan en instituciones de salud también puede ser 
reservorio de infecciones. Quienes padecen fiebre, diarrea, náusea y, con mayor 
seguridad, un resfrío, pueden estar diseminando microorganismos infectantes. 
Este hecho es de particular importancia en quirófanos, salas de recién nacidos, y 
unidades de terapia intensiva y coronaria, donde las infecciones representan 
una amenaza grave para la seguridad de los pacientes y la frecuencia de 
transmisión es elevada. 
Los visitantes también pueden transmitir infecciones, aunque normalmente el 
periodo de contacto es mínimo en comparación con el del personal. Asimismo, 
los alimentos, las alimañas y la basura transmiten enfermedades, pero no 
son fuentes probables en una institución moderna. El polvo del hospital puede 
 
34 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
estar muy cargado de microorganismos patógenos. Sin embargo, la sequedad 
inhibe su multiplicación y en la mayor parte de los hospitales se siguen normas 
domésticas para eliminar la humedad innecesaria y conservar un estándar alto 
de limpieza. 
 
Ciclo de la infección 
Entre los focos comunes 
de infección se 
encuentran: 
1) Las secreciones 
nasales y de la 
garganta, y el 
aire espirado de 
personas con 
infecciones 
respiratorias. 
2) El vómito y las 
heces. 
3) La orina de 
enfermos con 
infecciones 
genitourinarias. 
4) Eliminaciones de orificios corporales. 
5) Exudados de heridas infectadas o lesiones de la piel. 
6) Equipo utilizado en la atención de pacientes con infecciones. 
7) Ropas de cama y personales usadas por pacientes con infecciones. 
 
 
Objetivos de la acción de enfermería 
Los objetivos básicos de la acción de enfermería en el tratamiento de infecciones: 
• Prevenirlas. 
• Controlarlas. 
• Procurar comodidad, seguridad y bienestar psicológico al paciente 
cuando se le aísla como medida de precaución. 
 
35 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Normas básicas de prevención de infecciones 
Por último, además del lavado de manos antes descripto, es fundamental aplicar 
otras normas básicas de cuidado: 
• El uso la mascarilla, guantes, bata y demás elementos de barrera que 
ayudan a evitar la transmisión de infecciones. 
• La utilización de material desechable. 
• La desinfección, esterilización y cuidado del equipo y los suministros 
médicos (tijeras, pinzas, 
• El tratamiento correcto de la ropa de cama. 
• El tratamiento rápido y efectivo del material desechable. 
 
Vehículos comunes de la transmisión 
Los medios más comunes por los que se diseminan las infecciones en 
instituciones de salud son: 
 
• Contacto personal. Por ejemplo, un niño con sarampión puede 
contagiar a toda una sala de cuna o al personal de enfermería. 
• Vías aéreas. El 
taphylococcus aureus, que ha 
sido la causa de tantas 
infecciones en el hospital, es 
transmitido por el aire. Los 
microorganismos con 
frecuencia son llevados por 
gotitas infecciosas de la nariz 
y la garganta de portadores; 
también pueden viajar 
rápidamente de un sitio a otro 
fijándose a partículas de 
polvo en el aire. 
Estos microorganismos se han encontrado en la ropa de cama de los 
pacientes, en consecuencia, el personal debe tener particular cuidado y 
no sacudir las sábanas y los cobertores cuando los cambie. Las sábanas 
usadas deben colocarse en un cesto (de preferencia cerrado) tan pronto 
como sea posible después de quitadas de la cama. 
 
36 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
• Animales e insectos. Ratas y ratones pueden ser un problema en 
algunas instituciones; diseminan salmonella y shigella, entre otros 
microorganismos. Las pulgas también son portadoras bien conocidas de 
microorganismos. Las ventanas de los hospitales siempre deben estar 
protegidas. En las instalaciones actuales no suele ser un problema, pero 
sí en los centros de salud del vecindario o en puestos de enfermería 
remotos. 
• Fómites. Los objetos inanimados, como agujas y jeringas, son fuentes 
posibles de infección en las instituciones de salud. Por ejemplo, la 
hepatitis infecciosa puede transmitirse por agujas o equipo intravenoso 
contaminado que no se ha esterilizado adecuadamente. 
El uso de equipo desechable ha reducido este peligro, pero en 
instituciones en las que se emplean varias veces agujas, jeringas, o 
equipos para venoclisis o drenaje es necesario vigilar escrupulosamente 
los métodos de aseo y esterilización. 
• Alimentos y bebidas. Se sabe que el agua impura y los alimentos 
contaminados causan brotes de enfermedades como cólera, fiebre 
tifoidea y hepatitis infecciosa. La contaminación de alimentos por 
portadores de enfermedades es otro problema en instituciones, hoteles, 
restaurantes y otros sitios en que se preparan comidas. 
• Diseminación endógena. También 
es común la diseminación de 
microorganismos de una región del 
cuerpo a otra, como de la piel a una 
herida abierta. Es importante seguir 
una técnica aséptica rígida para evitar 
la diseminación endógena de 
microorganismos. 
 
 
NECESIDADES DE SEGURIDAD 
La Asociación Internacional de Enfermería ha impulsado firmemente a sus 
agremiados para que participen en acciones destinadas a salvaguardar el 
ambiente humano. 
El Council of National Representatives of the International Council of Nurses,que se reunió en agosto de 1975, adoptó una política que indica el papel que 
 
37 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
pueden tener las enfermeras/os para proteger y mejorar el ambiente y 
contribuir así a incrementar la salud de todas las personas. 
La siguiente declaración es importante para todo el personal de enfermería: 
“La conservación y mejoría del entorno se ha constituido en una meta 
principal de las acciones del ser humano para su supervivencia y 
bienestar. La vastedad y urgencia de la labor impone en cada individuo, 
y en todo grupo profesional, la responsabilidad de participar en los 
esfuerzos para salvaguardar el ambiente del ser humano, conservar los 
recursos del mundo, estudiar cómo le afecta su uso y cómo es posible 
evitar los efectos adversos. 
La función de las enfermeras consiste en: 
• Ayudar a descubrir los efectos perjudiciales del entorno en la salud 
del ser humano, y viceversa. 
• Informarse y aplicar su conocimiento en el trabajo diario con 
individuos, familias, grupos de la comunidad, o todos ellos, sobre los 
datos disponibles de productos químicos potencialmente peligrosos, 
problemas de desechos radiactivos, los últimos peligros para la 
salud y los medios de prevenirlos o reducirlos. 
• Informarse y enseñar las medidas preventivas sobre peligros para 
la salud ocasionados por factores ambientales, y la conservación de 
los recursos ambientales para el individuo, la familia y los grupos 
de la comunidad. 
• Trabajar con las autoridades sanitarias señalando los aspectos del 
cuidado de la salud y los peligros para la misma en los 
asentamientos humanos que existen y en la planeación de los 
nuevos. 
• Ayudar a las comunidades en su acción sobre los problemas de 
salud ambientales. 
• Participar en la investigación, proporcionando datos para advertir 
y prevenir en etapa temprana los efectos perjudiciales de diversos 
agentes ambientales a los que se expone el ser humano cada vez 
más, y en la investigación que conduzca al descubrimiento de 
formas y medios para mejorar las condiciones de vida y trabajo”. 
 
38 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
FACTORES QUE AFECTAN LA CAPACIDAD DE UNA PERSONA 
PARA PROTEGERSE 
Los receptores sensoriales proporcionan al ser humano información sobre el 
ambiente externo. Por su capacidad para ver, escuchar, oler, gustar y sentir a 
través del tacto, el ser humano advierte los peligros del entorno. El deterioro de 
cualquiera de los receptores sensoriales, de las vías nerviosas que transportan 
esos impulsos al sistema nervioso central o que provienen de este, o de la 
capacidad para interpretar estos impulsos, disminuye la aptitud para sentir los 
factores perjudiciales o potencialmente peligrosos del entorno. 
Veamos cuáles pueden ser esos factores que hacen a un paciente más propenso 
a accidentes y lesiones y requieren la vigilancia adicional del personal de 
enfermería: 
 
• Si las facultades mentales están alteradas o deterioradas por 
cualquier razón, disminuye su percepción sensorial y su capacidad para 
interpretar estímulos. 
• Las personas con una visión limitada corren el riego de tropezarse o 
caerse. 
• Las personas con problemas auditivos probablemente no escuchen 
las advertencias e indicaciones de alerta. 
• Las personas aturdidas, desorientadas o con estados alterados 
de conciencia pueden ponerse en peligro. 
• Las personas de edad avanzada o movilidad restringida. 
• La ansiedad y otros estados emocionales pueden afectar la percepción 
de los estímulos 
• El paciente paralizado y con lesiones cerebrales o problemas 
mentales. 
• Un individuo preocupado, inquieto o angustiado es menos capaz 
de hacer juicios en interés de su salud física o mental. 
 
 
Valoración 
La valoración del personal de enfermería sobre los problemas para proteger a 
los pacientes, los visitantes y el personal de los peligros ambientales incluye dos 
grupos de actividades: 
 
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1) Estudio de los factores que alteran la 
capacidad del enfermo para tomar 
las precauciones adecuadas a fin de 
protegerse. 
2) Análisis de los posibles peligros del 
entorno 
que pudieran ser perjudiciales para 
los enfermos, los visitantes o el 
personal. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
En su valoración, la enfermera/o debe conocer la edad del enfermo y la 
integridad de sus facultades sensoriales. 
Asimismo, debe informarse del estado general, la naturaleza de cualquier 
problema de salud que tenga y el plan de cuidados, diagnóstico y terapéutica 
indicada por el médico. 
Debe saber si el paciente está incapacitado, semiincapacitado o si la naturaleza 
de su enfermedad puede causar pérdida de la fuerza, deterioro de las funciones 
sensoriales o motoras, o periodos cortos o prolongados de alteración del estado 
de la conciencia. 
Es posible que gran parte de la información que se necesita respecto a las 
facultades sensoriales y motoras, estado de comodidad, reposo, sueño, y 
situación emocional y mental del paciente se obtenga de la historia clínica y de 
la valoración sobre el estado ordinario y actual del paciente al momento de 
ingresar. Sin embargo, el estado de los pacientes cambia constantemente y es 
necesario que la enfermera confíe en sus observaciones y su criterio sobre las 
precauciones de seguridad que deben tomarse. 
 
INTERVENCIONES ESPECIALES DE ENFERMERÍA 
El objetivo de la acción de enfermería respecto a la seguridad del paciente es la 
prevención de lesiones accidentales al enfermo. 
Los principales causantes de accidentes en las instituciones de salud son: 
1) Accidentes de naturaleza mecánica. 
2) Accidentes causados por sustancias químicas. 
3) Accidentes térmicos. 
 
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1) Accidentes de naturaleza mecánicos 
Las enfermeras pueden evitar muchos accidentes de este tipo si están 
pendientes de las posibles situaciones peligrosas y las evitan. 
Estos accidentes causan mayormente caídas (al caminar, subir o bajar de la 
cama, al sentarse en la silla de ruedas, al ingresar o salir de la ducha, inclinarse 
de la cama para alcanzar algo de la mesa de luz, pisos resbalosos, sustancias 
derramadas, el desorden, los elementos en las áreas de tránsito, etc.). 
Para la seguridad de los pacientes, la 
enfermera/o puede utilizar 
dispositivos específicos. Sin embargo, 
el uso de algunos de ellos implica 
ciertos peligros. Por ejemplo, los 
sujetos desorientados pueden 
enredarse peligrosamente en sus 
medios de sujeción o quizás un 
dispositivo de seguridad les impida 
desplazarse en caso de incendio. 
Por ejemplo, las barandillas de la cama, los chalecos y cinturones de seguridad 
para que los pacientes no se caigan de la cama, mitones para evitar que el 
paciente se retire vendas, apósitos o sondas, etc. 
 
2) Accidentes causados por sustancias químicas 
Los accidentes con sustancias químicas suelen deberse al uso incorrecto de 
preparados farmacéuticos. 
La mayor parte de las farmacias de los hospitales tratan de proporcionar a las 
enfermeras la dosis exacta ordenada por el médico, a fin de evitar cálculos 
matemáticos y la división de medicamentos preparados. Hoy en día, en muchos 
hospitales los medicamentos se aplican en dosis individuales. Esta costumbre 
permite que su administración sea más sencilla y segura, y hay menos 
posibilidades de error. 
 
3) Accidentes térmicos 
Los accidentes térmicos se deben a grados peligrosos de calor o frío. Las causas 
más comunes de lesiones térmicas son incendios, dispositivos para calor. En los 
hospitales es normal revisar con regularidad todos los dispositivos eléctricos y 
 
41 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
conservarlos en forma adecuada a fin de evitar lesiones. 
Para que se inicie un incendio debe haber tres elementos: un material 
combustible, calor y oxígeno. 
El material combustible es cualquiera elemento que se queme. Entre los más 
comunes en incendios en hospitales están: papel, en los cestos para basura o los 
ductos para desperdicios;telas, como las ropas de cama o los trapos aceitosos; 
líquidos inflamables, como éter, otros gases líquidos (por ejemplo, los que se 
emplean como anestésicos), y equipo eléctrico. El calor suficiente para inflamar 
el material combustible puede provenir de fuentes como un fósforo o un 
cigarrillo, una chispa o fricción. 
Algunas medidas: 
• Regulaciones respecto a 
fumar. 
• Aseo escrupuloso. 
• Almacenamiento y 
distribución adecuada de 
líquidos volátiles y gases. 
• Prevención y extinción de 
incendios. 
 
 
PROGRAMAS DE SEGURIDAD 
 
Los programas de seguridad pretenden controlar el ambiente físico en forma 
tal que sea factible prevenir accidentes. Para que sea eficaz, debe incluir a todo 
el personal que labora en la institución. Muchos hospitales tienen comités cuya 
función es planear un programa de seguridad para la institución. 
Con frecuencia, las enfermeras forman parte de ellos. 
Es importante valorar en forma constante las actividades del hospital y educar 
de manera permanente a los empleados. Otra parte del programa de seguridad 
es la inspección regular de las instalaciones; por ejemplo, los extinguidores se 
revisan con la frecuencia recomendada por el fabricante. 
Para que sea eficaz, un programa de seguridad debe motivar a todos los 
empleados a cumplir su propósito, ya que solo a través de la cooperación 
activa de todo el personal de la institución pueden prevenirse los accidentes. 
 
42 
 
 
 
NECESIDADES DEL ENFERMO TERMINAL 
La conservación de la vida, el alivio del sufrimiento y el restablecimiento de la 
salud están íntimamente relacionados con la enfermería. 
La sociedad occidental exalta la salud, la vida y la juventud. La muerte es un 
tema que suele evitarse; incluso cuando es inminente, suele negarse. 
El cuidado de pacientes con enfermedades terminales, y el comportamiento y el 
consuelo de sus familiares, sea por 
muerte repentina o después de una 
enfermedad prolongada, 
constituyen una de las situaciones 
más difíciles en la práctica de la 
enfermería. Por lo tanto, es útil 
comprender la naturaleza del 
proceso de aflicción, a fin de estar 
mejor capacitados para manejar las 
reacciones comunes y ayudar a los 
pacientes y sus familiares a 
satisfacer sus necesidades. 
 
ETAPAS DE LA AGONÍA 
Las cinco etapas de la agonía son típicas del ajuste individual o de grupo a 
cualquier contratiempo: 
1) NEGACIÓN: Con frecuencia, el paciente busca que el personal de 
enfermería le restituya la confianza y hace preguntas sobre lo que ha 
dicho el médico. Si bien la decisión de lo que debe decirse al enfermo 
corresponde al médico, y la enfermera/o acepta su guía en este aspecto, 
debe saber lo que se ha dicho al paciente y sus familiares para que 
pueda proporcionarles apoyo. 
Durante toda la etapa de negación, el personal de enfermería debe 
aceptar que el paciente aún no está preparado para reconocer lo grave 
de su enfermedad. Algunos conservan esta negación hasta el momento 
de la muerte inminente y continúan hablando en forma optimista de 
planes futuros y de lo que harán cuando mejoren. 
Para estos enfermos suele ser un alivio dejar esa actitud ante alguien 
que comprende por lo que están pasando. Sin embargo, cabe notar que 
 
43 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
al parecer la mayoría prefiere conservar cierta esperanza, que pueda 
encontrarse una cura o que suceda un milagro, aunque racionalmente 
no lo esperan. 
 
2) ENOJO Y HOSTILIDAD: Una vez que la persona ha pasado la etapa 
de negación, suele presentarse un periodo comprensible de enojo y 
hostilidad. 
“¿Por qué me sucede esto?” “¿Qué hice para merecer este castigo?” En 
este punto, es frecuente que quiera vengarse con quienes tenga más 
cerca: médicos, enfermeras/os, hospital, familiares. 
Los familiares también suelen atravesar esta etapa de enojo y hostilidad, 
y quizá manifiesten sentimientos con el personal. Es útil recordar que es 
una reacción normal y los enfermeros no deben afrontarla con una 
actitud defensiva u hostil. 
 
3) REGATEO: Es posible que al paciente se le escuche decir que haría 
cualquier cosa, como arrepentirse de sus pecados, rectificar errores 
anteriores, si pudiera vivir un poco más, o quizá pasar un día sin dolor. 
 
4) DEPRESIÓN: Cuando el paciente se da cuenta de que sus esfuerzos 
de arrepentimiento son inútiles, suele entrar en una fase de depresión, 
que también es una reacción normal, ya que el individuo contempla 
todo lo que ha amado en la vida y lamenta perderlo. 
Durante esta etapa, es posible que esté muy preocupado sobre la forma 
en que sus familiares vivirán cuando él se haya ido, y quizá sienta la 
ansiedad de “poner en orden sus asuntos”. Durante esta etapa de 
depresión, quizás el paciente no desee hablar mucho. Tal vez solo quiera 
ver a los más cercanos y queridos para él. 
 
5) AGONÍA: La etapa final del proceso de la agonía se presenta cuando el 
paciente ha aceptado que pronto va a morir y se prepara para ello. Para 
entonces, suele estar cansando pero tranquilo. 
En esta etapa, los familiares requieren el mayor apoyo. Reaccionan a la 
muerte y al moribundo en diversas formas. Pasan las mismas etapas del 
paciente, pero no siempre al mismo tiempo. 
 
44 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Cuando los familiares se encuentran con un moribundo, a menudo no 
saben qué decir ni cómo actuar. 
El personal de enfermería 
puede ayudarlos 
procurándoles intimidad, 
permitiéndoles el acceso al 
paciente y mostrándoles un 
poco de amabilidad al 
consolarlos, igual que al 
paciente. Ayudarlo a morir 
con dignidad y paz es quizá 
una de las contribuciones más 
valiosas que puede hacer la enfermera a la tranquilidad del paciente y 
sus familiares. 
 
Los derechos de las personas moribundas 
La Asamblea General de las Naciones Unidas, en la Declaración Universal de los 
Derechos Humanos, menciona a los moribundos dentro del Artículo 25. 
 
 
Tengo derecho a ser tratado como ser humano hasta que muera. 
Tengo derecho a conservar un sentido de esperanza, cualquiera que 
sea el enfoque que pueda dársele. 
Tengo derecho a ser atendido por quienes pueden conservar una 
esperanza, cualquiera que sea el cambio que pueda haber. 
Tengo derecho a expresar a mi modo mis sentimientos y emociones 
sobre la proximidad de mi muerte. 
Tengo derecho a no ser engañado. 
Tengo derecho a recibir ayuda de mi familia y para ella, en lo 
referente a aceptar mi muerte. 
Tengo derecho a morir en paz y con dignidad. 
Tengo derecho a conservar mi individualidad y a que no se juzguen 
mis decisiones que pudieran ir contra las creencias de otros. 
Tengo derecho a participar en las decisiones sobre mis cuidados. 
Tengo derecho a esperar atención médica y de enfermería continua, 
 
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aunque las metas de “curación” deban cambiarse a las de “consuelo”. 
Tengo derecho a no morir solo. 
Tengo derecho a no padecer dolor. 
Tengo derecho a que mis preguntas se respondan honestamente. 
Tengo derecho a comentar y aumentar mis experiencias religiosas, 
espirituales, o ambas, sin importar lo que ello signifique a otros. 
Tengo derecho a esperar que se respete la santidad del cuerpo humano 
después de la muerte. 
Tengo derecho de ser atendido por personas atentas, sensibles, 
capaces, que intenten comprender mis necesidades y puedan obtener 
cierta satisfacción de ayudarme a afrontar mi muerte. 
 
NECESIDADES FÍSICAS 
Las necesidades físicas del moribundo son similares a las de cualquier 
paciente muy grave. A menos que la muerte sea repentina, suele haber una 
falla progresiva de los mecanismos de homeostasia del cuerpo, a medida que 
el individuo se torna más débil. 
Se producen los siguientes cambios: 
• Pérdida de tono muscular: Falta de control de defecación y 
micción, dificultad para conservar la posición en la cama, incapacidad 
para deglutir, acumulación de secreciones en la garganta. 
 
• Cese progresivo del peristaltismo: Disminución del apetito,deshidratación, febrícula, distención de abdomen, náuseas. 
 
• Lentitud de la circulación sanguínea: Extremidades frías y 
moteadas, disminución de la eficacia de los analgésicos. 
 
• Deterioro respiratorio: Necesidad de aspiración y administración 
de oxígeno. 
 
• Pérdida de los sentidos: Visión borrosa. Se considera que la 
audición es el último sentido que desaparece; en consecuencia, aunque 
el paciente no pueda responder, suele comprender lo que dicen las 
 
46 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
personas. Cuando se habla a un moribundo, debe hacerse con claridad 
y en tono normal. 
 
 
LA MUERTE 
Históricamente, los intentos por definir el momento preciso de la muerte han 
sido problemáticos. Antiguamente se definía la muerte como el momento en 
que cesan los latidos del corazón y la respiración, pero el desarrollo de la 
ciencia ha permitido establecer que realmente la muerte es un proceso, el cual 
en un determinado momento, se torna irreversible. 
Hoy en día, cuando se precisa una definición del momento de la muerte, se 
considera que este corresponde al momento en que se produce la 
irreversibilidad de este proceso. Existen en medicina protocolos clínicos que 
permiten establecer con certeza el momento de la muerte, es decir, que se ha 
cumplido una condición suficiente y necesaria para la irreversibilidad del 
proceso de muerte. 
La muerte va precedida de 
diversos grados de conciencia: la 
somnolencia es un estado de 
sueño, el estupor es una 
inconciencia de la cual es posible 
despertar, y el coma es una 
inconsciencia de la que no se 
despierta. Es posible que el 
paciente siga consciente y 
racional hasta el momento de su 
muerte, o quizá pierda el 
conocimiento y tenga confusión 
varios días y hasta semanas 
antes de morir. 
Algunos pacientes presentar un intenso dolor cuando están muy enfermos. En 
estos casos el médico suele prescribir analgésicos para evitar la molestia. Por lo 
general, se considera que son más eficaces si se administran con regularidad 
cada 3 o 4 horas, en vez de solo cuando el dolor se torne intolerable y el 
paciente los solicite. Algunos analgésicos tienen el inconveniente de nublar la 
conciencia. En consecuencia, es posible que el paciente pida que se le 
suspendan poco antes de la muerte para poder pensar y hablar con claridad. 
 
47 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
El personal de enfermería debe guiarse por las órdenes del médico, pero en la 
mayor parte de los casos ambos siguen los deseos del paciente a este respecto. 
Se considera que la muerte ha ocurrido cuando las respiraciones y la función 
cardíaca cesan por varios minutos. Por lo general, primero se detiene la 
respiración y el corazón deja de latir unos minutos después. 
El personal debe anotar en el expediente la hora exacta en que cesan las 
respiraciones y deja de latir el corazón, y luego el médico debe certificar la 
muerte del paciente. 
 
La muerte cerebral 
Gracias al avance tecnológico de la medicina, hoy es posible mantener la 
actividad cardíaca y ventiladora artificial en cuidados intensivos, en una 
persona cuyo corazón ha dejado de latir y no es capaz de respirar por sí mismo, 
por lo cual, esto demuestra que no es está muerto. 
El protocolo utilizado para el diagnóstico de la muerte, en este caso, es 
diferente y debe ser aplicado por especialistas en ciencias neurológicas, 
hablándose entonces de “muerte cerebral” o “muerte encefálica”. En el pasado, 
algunos consideraban que era suficiente con el cese de actividad eléctrica en la 
corteza cerebral (lo que implica el fin de la consciencia) para determinar la 
muerte encefálica, porque el cese definitivo de la conciencia equivaldría a estar 
muerto. Pero hoy se considera, en casi todo el mundo, que una persona muere 
(aun si permanece con actividad cardíaca y ventiladora gracias al soporte 
artificial en una unidad de cuidados intensivos), tras el cese irreversible de la 
actividad vital de todo el cerebro, incluido el tallo cerebral (estructura más 
baja del encéfalo encargada de la gran mayoría de las funciones vitales), 
comprobada mediante protocolos clínicos neurológicos bien definidos y por 
pruebas especializadas. 
En algunos casos, la determinación de la muerte puede ser dificultosa. 
Un electroencefalograma, que es la prueba más utilizada para determinar la 
actividad eléctrica cerebral, puede no detectar algunas señales eléctricas 
cerebrales muy débiles o pueden aparecer en él señales producidas fuera del 
cerebro y ser interpretadas erróneamente como cerebrales. Debido a esto, se 
han desarrollado otras pruebas más confiables y específicas para evaluar la 
vitalidad cerebral como la Tomografía por Emisión de Fotón Único (SPECT 
cerebral), la Panangiografía cerebral y el Ultrasonido transcraneal. 
https://es.wikipedia.org/wiki/Muerte_cerebral
https://es.wikipedia.org/wiki/Muerte_encef%C3%A1lica
https://es.wikipedia.org/wiki/Consciencia
https://es.wikipedia.org/wiki/Tronco_del_enc%C3%A9falo
https://es.wikipedia.org/wiki/Electroencefalograma
 
48 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Asistencia después de la muerte 
Cualquiera que sea el procedimiento que se utilice para atender el cuerpo del 
paciente después de su muerte, debe llevarse a cabo con dignidad y respeto. 
Es posible que el médico pida a los familiares que firmen una autorización para 
necropsia (examen post mortem). En algunas circunstancias se necesita por ley, 
por ejemplo, cuando un paciente muere en el transcurso de 24 horas de su 
ingreso a un hospital o por lesiones en un accidente; en algunos países y 
estados se exige la necropsia. 
No suele ser responsabilidad de la enfermera obtener esta autorización. Sin 
embargo, quizá se le llame para que explique a los familiares la razón del 
procedimiento. 
El certificado de muerte debe estar firmado por el médico y ser enviado después 
a la autoridad local de salubridad. Si la persona que murió tenía una 
enfermedad contagiosa, se observan reglas especiales sobre los cuidados y 
disposición del cuerpo. 
 
Cuidados postmortem 
Son aquellas atenciones que se le dan al cuerpo del paciente una vez producido 
y certificado el fallecimiento. Deben basarse, ante todo, en el respeto hacia la 
persona fallecida y los familiares. 
La utilización de medidas protectoras de barrera es fundamental (guantes, 
bata y mascarilla). 
Los pasos son: 
1) Retirar y desconectar todos los dispositivos. En algunos casos, 
dependiendo de las normas del establecimiento, las sondas y 
catéteres se cortan y se dejan fijados al cuerpo. 
2) Alinear el cuerpo (decúbito supino), con los brazos alrededor del 
cuerpo y las palmas hacia abajo o cruzadas sobre el abdomen. 
3) Se elevarán levemente cabeza y hombros para evitar que la sangre se 
acumule en la cabeza y produzca decoloración. 
4) Cerrar los párpados presionando levemente o colocando algodón 
húmedo sobre los párpados durante unos minutos. 
5) Mantener la mandíbula cerrada, si es necesario fijándola con una 
toalla debajo de la mandíbula. 
 
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6) En el caso de utilizar dentadura postiza, cerciorarse de que esté 
colocada para que el rostro conserve una apariencia natural. 
7) Higienizar el cuerpo y se taparán con gaza y algodón todos los orificios 
naturales. Colocar apósitos nuevos en heridas sangrantes o sucias. 
8) Colocar un pañal absorbente porque luego del fallecimiento suelen 
relajarse los esfínteres. Colocar ropa limpia, pijama ocamisón. 
9) Cepillar el cabello. 
10) Retirar objetos y adornos personales y se los anotarlos en la hoja de 
registro de enfermería. 
11) Identificar el cuerpo con una o dos etiquetas (muñeca y tobillo, por 
ejemplo). 
 
Una vez que los familiares hayan tenido un tiempo a solas con el difunto, si así 
lo desean, se procede a cubrirlo con una sábana y se pasa a una camilla para 
que sea trasladado de la manera más discreta posible. 
 
 
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