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Anaerobio 15 (2009) 36-43 Anaerobios veterinarios y enfermedades Fusobacterium necrophorum: Bacteria ruminal que invade el hígado y provoca abscesos en el ganado.q S. Tadepalli a,1, S.K. Narayanan aG.C. Stewart bM.M. Chengappa aT.G. Nagaraja a,* a Departamento de Medicina de Diagnóstico/Patobiología, Facultad de Medicina Veterinaria, Universidad Estatal de Kansas, Manhattan, KS 66506-5606, EE.UU. b Departamento de Patobiología Veterinaria, Bond Life Sciences Center, Universidad de Missouri, Columbia, MO 65211, EE.UU. a r t í c u l o e n f o r m a Historia del artículo: Recibido el 7 de enero de 2008 Recibido en versión revisada el 30 de abril de 2008 Aceptado el 17 de mayo de 2008 Disponible en línea el 24 de mayo de 2008 Palabras clave: Fusobacterium necrophorum Rumen Factores de virulencia Abscesos hepáticos Bovinos a b s t r a c t o Fusobacterium necrophorum, un anaerobio gramnegativo, con forma de bastoncillo y aerotolerante, es un habitante normal del rumen del ganado vacuno. El organismo se encuentra en el contenido ruminal y adherido a la pared ruminal. Su función en la fermentación ruminal es metabolizar el ácido láctico y degradar el alimento y las proteínas epiteliales. La concentración ruminal es mayor en el ganado alimentado con cereales que en el alimentado con forraje. Desde el rumen, el organismo entra en la circulación portal y queda atrapado en el hígado para causar abscesos. El organismo es un patógeno oportunista y un agente causal primario de abscesos hepáticos, una enfermedad económicamente importante del ganado alimentado con cereales. Los abscesos hepáticos suelen ser secundarios a la acidosis ruminal y la rumenitis en el ganado alimentado con cereales. Se reconocen dos subespecies de F. necrophorum, la subespecie necrophorum (biotipo A) y la subespecie funduliforme (biotipo B), que pueden diferenciarse en función de características morfológicas, bioquímicas, biológicas y moleculares. La subsp. necrophorum es más virulenta y se aísla con más frecuencia de las infecciones que la subsp. funduliforme. Varias toxinas o productos secretados han sido implicados como factores de virulencia. Los principales factores que contribuyen a la colonización ruminal y a la invasión del hígado son la hemaglutinina, la endotoxina y la leucotoxina, de la que la leucotoxina es el antígeno protector. En algunas condiciones, el organismo interactúa sinérgicamente con Arcanobacterium pyogenes, un organismo anaerobio facultativo y agente etiológico secundario, para causar abscesos hepáticos. 2009 Publicado por Elsevier Ltd. 1. Introducción Fusobacterium necrophorum es un organismo Gram negativo, anaerobio y con forma de bastoncillo. El nombre del género procede de la palabra latina "fusus", que significa huso, pero F. necrophorum no suele tener forma de huso. El nombre de la especie deriva de la frecuente asociación del organismo con lesiones necróticas en humanos y animales [1-4]. F. necrophorum es un importante patógeno humano y animal y se aísla de cavidades orales, tractos gastrointestinales y tractos genitourinarios de animales y humanos. En humanos, F. necrophorum se asocia con el síndrome de Lemierre, una enfermedad que afecta principalmente a personas jóvenes y sanas [5,6]. La afección comienza como un dolor de garganta agudo con exudado purulento, fiebre alta, linfadenopatía cervical y submandibular que rápidamente desemboca en abscesos metastásicos diseminados, con frecuencia sépticos. q Este documento es la contribución nº 08-00-j de la Kansas Agricultural Experiment Station, Manhattan, KS. * Autor correspondiente. Tel.: þ1 785 532 1214. Dirección de correo electrónico: tnagaraj@vet.k-state.edu (T.G. Nagaraja). 1 Dirección actual: Novartis Animal Health US, Inc., Larchwood, IA 51241, EE.UU. Listas de contenidos disponibles en ScienceDirect Anaerobio Página web de la revista : www.elsevier.com/locate/anaerobe Suscríbete a DeepL Pro para poder traducir archivos de mayor tamaño. Más información disponible en www.DeepL.com/pro. mailto:tnagaraj@vet.k-state.edu http://www.sciencedirect.com/science/journal/10759964 http://www.elsevier.com/locate/anaerobe https://www.deepl.com/pro?cta=edit-document&pdf=1 tromboflebitis de la vena yugular interna [5]. F. necrophorum es uno de los anaerobios más comunes aislados de abscesos abdominales e infecciones del tracto respiratorio en animales [7]. En los caballos, Los aislados de F. necrophorum, en particular del tracto respiratorio, se han asignado a una especie diferente, denominada F. equinum, basándose en las características fenotípicas, la hibridación ADN-ADN y la secuencia del gen 16s ADNr [8-10]. El organismo es también un patógeno oportunista y se asocia generalmente con abscesos y diversas infecciones necróticas, en particular infecciones orales, paraorales y del tracto respiratorio inferior en caballos [7,11-14]. En caballos de carreras, los exámenes bacteriológicos de abscesos intraabdominales y hepáticos han revelado que F. equinum es el agente etiológico en aproximadamente el 33% de los casos causados por anaerobios obligados [14]. En muchos animales domésticos y salvajes, F. necrophorum se asocia a numerosas enfermedades necróticas, generalmente denominadas "necrobacilosis", que pueden afectar a cualquier parte del cuerpo [2,3,15]. El organismo es uno de los principales patógenos del ganado bovino y los abscesos hepáticos son las infecciones fuso- bacterianas más comunes [16-18]. Además, también son frecuentes la podredumbre podal en bovinos y ovinos y la difteria en terneros, que suelen estar causadas por infecciones mixtas con otros patógenos, más comúnmente Arca- nobacterium pyogenes y Porphyromonas levii [2,3]. 1075-9964/$ - see front matter © 2009 Publicado por Elsevier Ltd. doi:10.1016/j.anaerobe.2008.05.005 S. Tadepalli et al. / Anaerobe 15 (2009) 36-43 37 2. Características de F. necrophorum F. necrophorum es una bacteria Gram negativa, no móvil, no esporulante, con forma de bastón (pleomórfica) [1]. El organismo es anaeróbico, pero aerotolerante; el potencial redox óptimo del medio de cultivo para el crecimiento se sitúa entre -230 y -280 mV [19]. En general, esta especie no fermenta los hidratos de carbono, pero algunas cepas fermenta débilmente la glucosa; su principal sustrato energético es el ácido láctico, que se convierte principalmente en acetato, butirato y pequeñas cantidades de propionato [20]. También produce una serie de proteasas [21-23]. 3. Subespecies de F. necrophorum Históricamente, F. necrophorum se ha clasificado en cuatro biotipos o biovares: A, B, AB y C [1,2,16]. El biotipo AB se aisló de abscesos podales en ovejas y tenía características algo similares a los biotipos A y B [24]. Basándose en la comparación de la secuencia del ARN ribosómico 16S, está estrechamente relacionado con los biotipos A y B [25]. La prevalencia del biotipo AB no está bien reconocida y el estatus taxonómico actual no está resuelto. El biotipo C no es patógeno y se denominó inicialmente F. pseudonecrophorum [26]. Sin embargo, el análisis de hibridación ADN-ADN [27] y las comparaciones del análisis de secuencias de la región espaciadora intergénica 16S-23S [28] indican que es idéntico a F. varium. El biotipo A se denomina F. necrophorum subespecie necrophorum y el biotipo B se denomina F. necrophorum subespecie funduliforme [29]. Estas dos subespecies difieren en la morfología celular, las características de las colonias, los patrones de crecimiento en caldo (sedimentación o no sedimentación), las enzimas extracelulares, los factores de virulencia, la virulencia en ratones y la frecuencia de aparición en infecciones [1-3,16,30]. Sin embargo, la identificación de subespecies con pruebas convencionales sueleser engañosa e incluso conflictiva. Un kit comercial, RapID ANA II (Innovative Diagnostic Systems, Atlanta, GA) ha demostrado su utilidad en la identificación y subespeciación de aislados clínicos o ruminales de F. necrophorum (Tabla 1; [23]). Para diferenciar las subespecies se han utilizado métodos filogenéticos como el polimorfismo de la longitud de los fragmentos de restricción del ADN, las secuencias del ARNr 16S, las secuencias de la región espaciadora intergénica 16S-23S o las secuencias de la subunidad B de la girasa del ADN (gyrB) [31-35]. Otros métodos moleculares para diferenciar subespecies incluyen amplificaciones por PCR del gen de la hemaglutinina (ausente en la subespecie funduli- forme, [35]) y de las regiones promotoras del operón de la leucotoxina [36]. En los animales, la subespecie necrophorum se encuentra con más frecuencia en las infecciones que la subsp. funduliforme y esta última tiende a aparecer con más frecuencia en las infecciones mixtas [1,2,16,20]. Las cepas de F. necrophorum causantes de infecciones humanas parecen ser distintas de la subespecie necrophorum de las infecciones animales y parecen parecerse más a la subespecie funduliforme [6,37]. Tadepalli et al. [38] emplearon métodos de crecimiento, morfológicos y moleculares para subespecificar cuatro cepas humanas de F. necrophorum aisladas de casos clínicos. Las cuatro cepas humanas eran bacilos cortos, formaban un sedimento floculento tras crecer durante una noche en caldo de infusión cerebro-corazón esterilizado anaeróbicamente y prerreducido, y eran negativas para la actividad de la fosfatasa alcalina (prueba RapID ANA II). Según estos resultados, cuatro cepas pertenecían a la subsp. funduliforme [21,23]. En las cuatro cepas estaba presente un gen rpoB específico de F. necrophorum [39]; sin embargo, todas fueron negativas para el gen de la hemaglutinina [38]. 4. F. necrophorum en el contenido y en la pared del rumen F. necrophorum es un habitante normal del rumen [1] y se ha aislado del contenido ruminal de bovinos alimentados con diversas dietas [40-46]. La concentración en el rumen oscila entre 105 y 106 /g de contenido ruminal, y está influenciada por la dieta y ciertos aditivos alimentarios antimicrobianos. El número de células de F. necrophorum en el rumen es al menos 10 veces mayor en el ganado alimentado con cereales que en el ganado alimentado con piensos. dieta basada en forraje (>106 /g frente a <105 /g de contenido ruminal; [44]). Dado que F. necrophorum utiliza lactato como sustrato principal y no La concentración ruminal no se ve afectada por la inclusión del ionóforo monensina, pero se reduce significativamente con la tilosina. La concentración ruminal no se ve afectada por la inclusión del ionóforo monensina, pero se reduce significativamente por la tilosina. [47] y virginiamicina [48]. En el rumen, las fusobacterias están presentes en forma de organismos libres o adheridos a partículas de alimento. Sin embargo, el ecosistema también incluye una población bacteriana específica denominada "bacterias epimurales" que está adherida a la pared epitelial. La comunidad epimural es una población bacteriana morfológicamente heterogénea y las fusobacterias fueron uno de los tipos bacterianos recuperados, pero no se identificó la especie de Fusobacterium [49]. Las fusobacterias son idóneas para este nicho por su aerotolerancia y su capacidad para crecer mejor a pH fisiológico (7,4). Es posible que la adhesión se produzca a través de proteínas de la superficie celular, denominadas hemaglutininas, que son responsables de la aglutinación de las bacterias. Cuadro 1 Características de las subespecies de Fusobacterium necrophorum de origen ruminal o de absceso hepático del ganado bovino. Características Subsp. necrophorum Subsp. funduliforme Referencia Características bioquímicasa Ureasa - - Tan et al. [19] Glicosidasas - - Aminopeptidasas - - Producción de indoles þ þ Fosfatasa þ - Virulencia en ratones, % de mortalidad 92-97 8-10 Actividades biológicasb Título de leucotoxinac 8621 997 Narayanan et al. [46] Concentración de leucotoxinad (mg/ml) 694 371 Título de hemaglutininae 15 2.5 Características molecularesf Gen RpoB þ þ Aliyu et al. [39] Gen de la hemaglutinina (haem) þ - Narongwanichgarn et al. [35] Longitud del promotor del operón lkt (pb) 548 337 Zhang et al. [36] a Determinado en el sistema RapID ANA II. 38 S. Tadepalli et al. / Anaerobe 15 (2009) 36-43 b Características de los aislados de absceso hepático únicamente. c Recíproco de la dilución del sobrenadante de cultivo que provocó una reducción del 10% de la viabilidad de las células polimorfonucleares bovinas. d Cuantificado mediante ELISA en sándwich. e Recíproco de la dilución de sobrenadante de cultivo que aglutinó una suspensión de eritrocitos de pollo al 0,5%. f Métodos de amplificación PCR. S. Tadepalli et al. / Anaerobe 15 (2009) 36-43 39 eritrocitos de varias especies [50]. Los informes sobre aislamientos de F. necrophorum de la pared ruminal son limitados y siempre están relacionados con lesiones ruminales [44]. F. necrophorum se aísla con frecuencia de paredes ruminales que presentan paraqueratosis y rumenitis y con menos frecuencia de epitelio ruminal no afectado [41,51,52]. Se desconoce si F. necrophorum es un miembro normal de la población epi- mural. Además, se carece de información sobre las concentraciones, la presencia de la subespecie y los factores que afectan a las concentraciones de F. necrophorum adherido a la pared ruminal. El papel de F. necrophorum, como parte de la comunidad bacteriana ruminal, incluye la fermentación del ácido láctico, un producto de la fermentación del almidón o de los azúcares solubles, para producir ácidos grasos volátiles (acetato, propionato y butirato) y la digestión de proteínas de los piensos o de las células epiteliales. El organismo también se ha identificado como una bacteria ruminal productora de hiperamoníaco en rumiantes alimentados con forraje en Nueva Zelanda [53]. En el rumen de bovinos se han obtenido aislados estrechamente relacionados con F. necro- phorum con diferencias en algunos rasgos fisiológicos [53] capaces de utilizar la lisina como fuente de energía, contribuyendo así a la fermentación de aminoácidos de desecho [54]. Los aislados desaminadores de la lisina también produjeron amoníaco a tasas elevadas confirmando que se trata de una de las bacterias hiperproductoras de amoníaco en el rumen. Sin embargo, la suplementación con lisina de las dietas del ganado no enriqueció la población de Fusobacterium en el rumen, posiblemente debido a la inhibición dependiente del pH por los ácidos de fermentación [55]. 5. Factores de virulencia de F. necrophorum Los factores de virulencia implicados en las infecciones por F. necrophorum son los siguientes: leucotoxina, lipopolisacárido endotóxico (LPS), hemolisina, hemaglutinina, cápsula, adhesinas o pili, factor de agregación plaquetaria, toxina dermonecrótica y varias enzimas extracelulares, como fosfatasas, proteasas y desoxirribonucleasas [2,3,17,30]. Estos factores contribuyen a la entrada, colonización, proliferación, establecimiento del organismo y al desarrollo de lesiones en la pared ruminal (abscesos ruminales o rumenitis) y abscesos en el hígado [17]. La adhesión al epitelio ruminal y la formación de abscesos en la pared ruminal y el parénquima hepático se ven favorecidas por tres factores principales: las hemaglutininas, el LPS y la leucotoxina. Además, F. necrophorum interactúa sinérgicamente con A. pyogenes, un organismo anaerobio facultativo que se asocia con frecuencia como agente etiológico secundario de abscesos hepáticos en el ganado, para causar una infección mixta [30]. 5.1. Hemaglutininas Desde hace tiempo se sabeque F. necrophorum, en particular la subespecie necrophorum, aglutina eritrocitos de pollos y otras especies animales [1]. Shinjo et al. [56] informaron de que ambas subespecies de F. necrophorum variaban en su capacidad de aglutinar eritrocitos de diferentes especies animales. La subsp. funduliforme tiene un título de hemaglutinación relativamente bajo con eritrocitos de pollo y vacuno en comparación con la subsp. necrophorum (Tabla 1; [46]). La hemaglutinina es una proteína termolábil de bajo peso molecular (19 kDa) rica en aminoácidos alanina, glutamina e histidina [57]. No se sabe si la hemaglutinina es una proteína de la membrana externa o una proteína secretada que aglutina eritrocitos. Kanoe et al. [58] demostraron que la hemaglutinina estaba presente en la superficie celular y sugirieron que podrían ser apéndices bacterianos. Los aislados animales de subsp. necrophorum con hemaglutinina eran más virulentos que los aislados animales y humanos de subsp. funduli- forme que carecían de hemaglutinina [59]. Shinjo y Kiyoyama [60] informaron de que una cepa mutante de F. necrophorum que carecía de hemaglutinina no era tan letal para los ratones como la cepa de tipo salvaje. Aumento de 40 S. Tadepalli et al. / Anaerobe 15 (2009) 36-43 virulencia de subsp. necrophorum, en comparación con subsp. funduliforme, puede deberse en parte a una mejor adherencia al epitelio ruminal [50]. La adherencia bacteriana se inhibió mediante pretratamiento con suero antihemaglutinina [50,61] o tripsina y pepsina [61]. El pretratamiento con lipasa y neuraminidasa no tuvo ningún efecto sobre la adherencia bacteriana al epitelio ruminal [61]. Por lo tanto, la hemaglutinina puede desempeñar un papel significativo en la adhesión e invasión de las células epiteliales ruminales por F. necrophorum, un paso inicial en la patogénesis de los abscesos hepáticos en el ganado. 5.2. Endotoxina Como ocurre con cualquier otra bacteria Gram negativa, la membrana externa de F. necrophorum contiene LPS endotóxicos. La composición química del LPS de F. necrophorum varía en función de la subespecie, la pureza del LPS y las técnicas analíticas empleadas en la extracción [62- 65]. En general, el LPS de F. necrophorum tiene azúcares reductores y neutros (50,5%), hexosaminas (8,5%), 2-keto-3- deoxi-octonato (KDO) (0,8%), lípido A (21,0%), proteína (2,4%), nitrógeno (2,1%) y fósforo (1,7%), muy similar al LPS "clásico" de otras bacterias Gram negativas. Inoue et al. [66] informaron de una mayor cantidad de LPS en la subsp. necrophorum (2,6%) en comparación con la subsp. funduliforme (1,2%) basándose en el peso celular seco. Además, se ha demostrado que la endotoxina de la subsp. necro- phorum es más virulenta para los embriones de pollo y más pirógena para los conejos que el LPS de la subsp. funduliforme [66]. Sin embargo, García et al. [67] informaron de que la cepa de subsp. funduli- forme utilizada por Inoue et al. [66] se identificó como una nueva especie, F. pseudonecrophorum, ahora clasificada como F. varium [26,27]. Por lo tanto, se necesitan estudios adicionales para aclarar las discrepancias en las composiciones en relación con las actividades biológicas de los LPS en las dos especies. Subespecie de F. necrophorum. Varios investigadores han estudiado el efecto del LPS en la génesis de abscesos hepáticos en animales de laboratorio. Scanlan et al. [68] evaluaron los parámetros biológicos implicados en la formación de abscesos hepáticos en ratas mediante inoculación intraportal. Los niveles plasmáticos de endo- toxina de la subsp. necrophorum se detectaron fácilmente en relación con los obtenidos con la endotoxina de la subsp. funduliforme. La patogenia de los abscesos hepáticos inducidos por F. necrophorum en ratones y la necrosis hepática aguda en conejos fueron estudiadas en detalle por Nakajima et al. [69-71]. Demostraron que la inyección de una mezcla de F. nec- rophorum y su LPS inducía necrosis hepática y formación de abscesos en ratones [69]. La naturaleza antigénica de los LPS de ambas subespecies se evaluó mediante inyecciones intraperitoneales en ratones y conejos [66]. Se determinaron los títulos de anticuerpos contra los respectivos LPS para confirmar la naturaleza antigénica de los LPS de F. necrophorum. García et al. [72] informaron de que las diferencias en la virulencia asociada a la endotoxina de diferentes subespecies de F. necrophorum se debían a los cambios en el tráfico de leucocitos y el contenido de endotoxina en ratones. La endotoxina de la subespecie necrophorum causó una neu- trofilia inicial, seguida de una monocitosis progresiva y una linfopenia grave que condujo a la formación de un absceso hepático. Con la endotoxina de subsp. funduliforme se observó una monocitosis y neutropenia sostenidas, sin desarrollo de abscesos hepáticos. Aunque ambas endotoxinas activaron la quimiotaxis de PMN, subsp. nec- La endotoxina rophorum activó los PMN a dosis mucho más bajas (1 mg). que la endotoxina de subsp. funduliforme. Se cree que la intensa neutrofilia observada con la endotoxina de subsp. necrophorum puede ser un mecanismo de defensa terminal del hospedador activado por citocinas inflamatorias. El hecho de que la endotoxina de subsp. funduliforme no produzca abscesos hepáticos puede deberse a las diferencias en las vías celulares que conducen a la eliminación de la infección. Okahashi et al. [64] estudiaron las actividades mitogénicas del LPS purificado de F. necrophorum en ratones. Se observó que el LPS parcialmente purificado era más mitógeno que el LPS purificado para las células del bazo de ratón, lo que puede deberse a la presencia de proteínas contaminantes. El LPS purificado de F. necrophorum S. Tadepalli et al. / Anaerobe 15 (2009) 36-43 41 fue capaz de activar a los macrófagos peritoneales para que sintetizaran la citocina proinflamatoria interleucina-1 (IL-1). Es necesario seguir evaluando el papel de las citocinas estimuladas por LPS en el desarrollo de abscesos hepáticos para establecer la importancia de la endotoxina como factor de virulencia de F. necrophorum. 5.3. Leucotoxina Los efectos citotóxicos de los cultivos y sobrenadantes de F. necrophorum sobre los leucocitos de conejos y ovejas fueron observados por primera vez por Roberts [73]. Se determinó que la naturaleza macromolecular de la toxina era una proteína de alto peso molecular denominada leucocidina. Roberts [73] también determinó que la leucocidina no tenía sinonimia con la hemolisina descrita anteriormente. Por lo tanto, se pensó que la leucocidina podía ser un importante factor de virulencia de F. necro- phorum. Más tarde se confirmaron in vitro los efectos citotóxicos de la leucotoxina de F. necrophorum sobre los macrófagos peritoneales de conejo [74]. La leucotoxina de F. necrophorum es una proteína secretada que es citotóxica para los neutrófilos, macrófagos, hepatocitos y posiblemente para las células epiteliales ruminales [75]. La citotoxicidad parece ser específica para los neutrófilos de rumiantes (bovinos y ovinos) y humanos, pero no para los de cerdos o conejos, y sólo es moderadamente tóxica para los neutrófilos de caballos [76-78]. La toxina induce la apoptosis a bajas concentraciones y lisa las células de leucocitos bovinos a concentraciones más altas y es más activa contra los PMN que contra los linfocitos [75,79]. Varios factores como la fase de crecimiento, la composición del medio, el pH del cultivo, la temperatura de incubación, el potencial redox y la concentración de hierro afectan a la producción de leucotoxinas [19]. Las actividades leucotóxicas máximas se observaron durante las fases de crecimiento logarítmico tardío y estacionario temprano en ambas subespecies. F. necrophorum subsp. necrophorum produce más leucotoxina que subsp.funduliforme [3,19,23,43,68,77,80]. Las diferencias en la producción de leucotoxinas observadas también pueden ser responsables de las variaciones en la virulencia asociadas a las dos subespecies [2,44,59,60] y pueden explicar por qué la subsp. necrophorum se aisló con más frecuencia de abscesos hepáticos bovinos [16,20]. Se observaron hallazgos similares entre las cepas de subsp. necrophorum aisladas del rumen y de abscesos hepáticos bovinos [23,46]. Se han descrito dos leucotoxinas distintas para F. necrophorum. Scanlan et al. [81] describieron una leucotoxina de bajo peso molecular (350-450) estable al calor y resistente a las proteasas, mientras que Tan et al. [80] describieron una toxina proteica de alto peso molecular y lábil al calor. Narayanan et al. [82] caracterizaron la leucotoxina proteica de F. necrophorum subsp. necrophorum identificando y secuenciando el gen de la leucotoxina (lktA) y expresando la leucotoxina de longitud completa en Escherichia coli. El operón de la leucotoxina consta de tres genes, lktB, lktA y lktC, de los cuales el segundo es el gen estructural de la leucotoxina (Fig. 1). La proteína LktB tiene un dominio putativo POTRA (asociado al transporte de polipéptidos) en su extremo N-terminal (residuos 86-161). El dominio POTRA se encuentra hacia el N-terminal de las proteínas de la familia ShlB (Serratia marcescens outer membrane protein) [83,84]. ShlB es importante en la secreción y activación de la hemolisina de S. marcesecens, ShlA. Se ha postulado que el dominio POTRA tiene un efecto chaperón. Fig. 1. El operón tricistrónico de la leucotoxina, lktBAC, de Fusobacterium necrophorum subsp. necrophorum y subsp. funduliforme. 42 S. Tadepalli et al. / Anaerobe 15 (2009) 36-43 como función sobre ShlA; puede plegarse en el canal beta-barril C-terminal. La presencia de este dominio plantea la posibilidad de que LktB esté implicada en la secreción de la leucotoxina LktA por F. necrophorum. No se ha determinado la función biológica de la proteína LktC. El ORF del gen de la leucotoxina lktA tiene 9726 pb y codifica una proteína de 3241 aminoácidos con un peso molecular de 336.956 Da. El peso molecular de la toxina es considerablemente mayor que el de las leucotoxinas producidas por otras bacterias como Mannheimia haemolytica (104.000 Da), Staphylococcus aureus (38.000 y 32.000 Da) y Actinobacillus actinomycetemcomitans (114.000 Da) [82]. La leucotoxina de F. necrophorum es única por carecer del aminoácido cisteína, y no tiene una similitud de secuencia significativa con ninguna otra toxina bacteriana descrita hasta ahora. La leucotoxina recombinante se expresó en E. coli y demostró ser citotóxica para los leucocitos bovinos. Recientemente, se secuenció el operón de la leucotoxina de la subespecie funduliforme y se comparó con el operón de la subespecie necro- phorum [85]. El operón lkt de la subespecie funduliforme está organizado de forma idéntica al operón de la subespecie necrophorum, y consta de tres genes, lktB, lktA y lktC (Fig. 1). Aunque la similitud general de la secuencia de las proteínas Lkt es alta entre las dos subespecies (87% y 88%, respectivamente), las proteínas LktB y LktA tienen diferencias significativas en sus secuencias N-terminales (Tabla 2; [85]). Los tres determinantes lkt parecen estar cotranscritos por un promotor aguas arriba. Zhang et al. [36] determinaron que el promotor de la leuco toxina estaba contenido en la región intergénica aguas arriba del determinante lktB. El tamaño de la secuencia intergénica difería en las dos subespecies, 548 pb en la subespecie necrophorum y 337 pb en la subespecie funduliforme, al igual que la propia secuencia. Se observó que la actividad promotora de la subsp. funduliforme era débil en comparación con la de la subsp. necrophorum mediante ensayos de b- galactosidasa en un sustrato E. coli. El análisis RT-PCR en tiempo real de la expresión de lktA en F. necrophorum reveló que las cantidades máximas de ARNm de lktA estaban presentes en la fase logarítmica media de crecimiento para ambas subespecies [85]. Los perfiles proteínicos y las actividades leucotóxicas coincidían con los perfiles de transcripción de lktA [85]. La importancia de la leucotoxina como factor de virulencia en las infecciones por F. necro- phorum viene indicada por la correlación entre la producción de toxinas y la capacidad de inducir abscesos en animales de laboratorio [86], la incapacidad de las cepas leucotoxina negativas de inducir abscesos podales en el ganado tras la inoculación intradérmica [24] y la relación entre los títulos de anticuerpos antileucotoxina y la p r o t e c c i ó n frente a la infección en estudios de provocación experimental [87]. Los polipéptidos recombinantes de la proteína LktA de F. necrophorum resultaron ser inmunogénicos e indujeron protección en ratones desafiados con F. necrophorum [88]. La capacidad de F. necrophorum subsp. necrophorum para modular el sistema inmunitario del hospedador mediante sus efectos tóxicos sobre las células efectoras inmunitarias podría desempeñar un papel importante en el proceso de la enfermedad. Se ha demostrado que el sobrenadante de cultivo libre de células de una cepa de F. necrophorum [19] muy productora de leucotoxinas, mezclado con un adyuvante adecuado, provoca un alto título de anticuerpos antileucotoxina cuando se inyecta en novillos y proporciona una protección significativa frente a abscesos hepáticos inducidos experimentalmente [87-90]. En estos estudios experimentales de provocación, la relación entre los títulos séricos de anticuerpos antileucotoxina y la protección se demostró por los títulos más altos de anticuerpos tras la vacunación en los novillos que no desarrollaron abscesos hepáticos que en los que sí los desarrollaron. Se comercializa una vacuna que contiene leucotoxoide inactivado de F. nec- rophorum combinado con una bacterina de A. pyogenes. disponibles para la prevención de los abscesos hepáticos (Centurion™; Schering-Plough Animal Health Corp., Omaha, NE). La vacuna está formulada para contener leucotoxina inactivada de F. necrophorum y piolisina de A. pyogenes en un adyuvante patentado de agua en aceite y se recomienda administrarla en el momento en que el ganado entra en los cebaderos [91]. S. Tadepalli et al. / Anaerobe 15 (2009) 36-43 43 Cuadro 2 Diferencias en los pares de bases (pb) del operón de la leucotoxina (lkt) y composición deducida de aminoácidos de las dos subespecies de Fusobacterium necrophorum. Gene Nucleótidos Subsp. necrophorum (pb)a Subsp. funduliforme (pb)b Similitud de secuenciab (%) Aminoácidos deducidos Subsp. necrophoruma Subsp. funduliformeb Similitud de secuenciab (%) lktB 1653 1650 88 550 540 87 lktA 9726 9732 90 3241 3243 88 lktC 438 438 96 145 145 96 a Narayanan et al. [32]. b Tadepalli et al. [85]. 6. Interacción sinérgica con A. pyogenes A. pyogenes (anteriormente del género Actinomyces), una bacteria grampositiva, pleomórfica, con forma de bastón y anaerobia facultativa, es el segundo patógeno más frecuente en los abscesos hepáticos del ganado de cebo [2,17,18]. En general, la presencia de A. pyogenes oscila entre el 2% y el 20% de los abscesos hepáticos [30]. Sin embargo, en algunos casos la prevalencia de A. pyogenes en los abscesos hepáticos es notablemente superior (hasta el 80%) [18]. Posiblemente, la mayor prevalencia de A. pyogenes puede estar relacionada con el grado de daño de la pared ruminal causado por la falta de forraje o la elevada acidez del rumen. A. pyogenes existe como especie comensal en las membranas mucosas, especialmente del tracto respiratorio superior y digestivo de los animales, incluida la pared ruminal del ganado [92]. Narayanan et al. [93] llevaron a cabo un estudio para aislar A. pyogenesdel contenido ruminal y de la pared ruminal, donde no se había informado previamente de su presencia. El organismo se aisló más fácilmente de la pared ruminal (55 de 59 muestras de tejido ruminal) que del contenido ruminal (17 de 59 muestras de contenido ruminal). Dado que A. pyogenes es un anaerobio facultativo, es más probable que su nicho sea la pared ruminal, donde el oxígeno que se difunde desde los capilares está presente en bajas concentraciones en el entorno por lo demás anaeróbico del rumen [93]. A. pyogenes utiliza diversos factores de virulencia. Sin embargo, la hemolisina, denominada piolisina, se considera su principal factor de virulencia [94]. La observación de que A. pyogenes en el hígado es casi siempre asociado con F. necrophorum ha llevado a sugerir una sinergia patogénica entre ambas especies [95]. El establecimiento inicial de F. necrophorum en la pared ruminal o en el parénquima hepático puede verse favorecido por A. pyogenes, que utiliza oxígeno para crear condiciones anaeróbicas. Obviamente, la leucotoxina de F. necrophorum podría a su vez ofrecer protección a A. pyogenes, al impedir la fagocitosis por leucocitos o células de kupffer. También existe una interacción nutricional entre los dos organismos, ya que el ácido láctico, un producto final de A. pyogenes, es un sustrato energético para A. pyogenes. F. necrophorum [30]. 7. F. necrophorum ruminal penetra en el hígado y provoca abscesos Los abscesos hepáticos son la infección por F. necrophorum más común y de mayor importancia económica en el ganado vacuno. Los abscesos hepáticos se producen a todas las edades y en todos los tipos de ganado, pero los abscesos de mayor impacto económico se producen en el ganado de cebo [17,18]. Los abscesos que se encuentran en el hígado en el momento del sacrificio o de las necropsias suelen estar bien encapsulados y poseen paredes fiibróticas gruesas. Histológicamente, un absceso típico es piogranulomatoso, con un centro necrótico, encapsulado y a menudo rodeado por una zona inflamatoria [20]. Los abscesos hepáticos son secundarios a los focos primarios de infección en la pared ruminal. Debido a la estrecha correlación entre la a p a r i c i ó n de patologías ruminales y abscesos hepáticos en el ganado vacuno, se suele utilizar el término "complejo rumenitis- absceso hepático". Aunque no se conoce el mecanismo exacto, se acepta que la rápida fermentación del grano por los microbios ruminales y la consiguiente acumulación de ácidos orgánicos (ácidos grasos volátiles y lactato) 44 S. Tadepalli et al. / Anaerobe 15 (2009) 36-43 dan lugar a acidosis ruminal (aguda o subaguda) [96]. La rumenitis inducida por ácido y el daño de la superficie protectora, a menudo agravado por objetos extraños (partículas afiladas de alimento, pelo, etc.) predisponen a la pared ruminal a la invasión y colonización por F. necrophorum [97]. A continuación, el organismo penetra en la sangre o provoca abscesos en la pared ruminal que, posteriormente, liberan émbolos bacterianos en la circulación portal. Las bacterias de la circulación portal son filtradas por el hígado, lo que provoca la infección y la formación de abscesos. El hígado es un órgano altamente vascularizado, por lo tanto ricamente oxigenado, y altamente defensivo debido a sus numerosas células fagocíticas (leucocitos y células de Kupffer). Por lo tanto, F. necrophorum, como anaerobio, tiene que superar tanto las altas concentraciones de oxígeno como los mecanismos fagocíticos para sobrevivir, proliferar e iniciar la f o r m a c i ó n d e abscesos. La leucotoxina y el LPS endotóxico de F. necrophorum pueden protegerlo de la fagocitosis [2,76]. Además, la liberación de productos citolíticos como enzimas lisosomales y metabolitos del oxígeno, como consecuencia de la destrucción de los fagocitos, tiene un efecto perjudicial sobre el parénquima hepático [74]. El sinergismo con bacterias facultativas, en particular A. pyogenes, la coagulación intravascular inducida por el LPS endotóxico y el factor de agregación plaquetaria; la formación de abscesos e n c a p s u l a d o s d e fibrina y la alteración del transporte de oxígeno por los eritrocitos dañados (acción de la hemolisina) pueden contribuir al establecimiento de un microambiente anaeróbico propicio para el crecimiento de F. necrophorum dentro de la pared ruminal y el hígado [2,17,18,95,98]. En la acidosis ruminal, particularmente en la forma aguda, el ácido láctico se acumula en el rumen en altas concentraciones debido al aumento de la producción a partir de carbohidratos rápidamente fermentables, como azúcares y almidón [96]. Sin embargo, en el rumen acidótico, el número de fusobacterias disminuye significativamente, a pesar de la disponibilidad de lactato. De hecho, el organismo puede no ser detectable en el contenido ruminal en el rumen acidótico [48]. El descenso probablemente esté relacionado con la disminución del pH ruminal asociada a la acumulación de ácidos grasos volátiles ruminales, predominantemente ácido acético. F. necrophorum es sensible al pH y se inhibe cuando el pH ruminal desciende por debajo de 5,0, produciéndose un crecimiento óptimo aproximadamente a pH 7,4. Russell [55] ha demostrado que la adición de acetato de sodio a un medio basal a pH 6,1 era altamente inhibidora del crecimiento de aislados de fusobacterium degradadores de lisina. Posiblemente, el pH ácido puede no tener efecto sobre los organismos que están adheridos a la pared ruminal o que ya han colonizado el epitelio ruminal porque el pH del microambiente epitelial permanece cerca de 7,4, que es el pH óptimo para el crecimiento de F. necrophorum [2]. Sin embargo, la acidez ruminal sigue siendo un factor predisponente porque la pared ruminal dañada por el ácido facilita la entrada y la colonización por F. necrophorum. Las pruebas que apoyan una relación entre las lesiones ulcerosas del rumen y los abscesos hepáticos en el ganado de cebo se basan en una alta correlación estadística entre la aparición de abscesos hepáticos y la patología ruminal [99,100]. Se obtuvieron pruebas más directas de que F. necrophorum en los abscesos hepáticos se origina en la pared ruminal mediante análisis de huellas de ADN de aislados del contenido ruminal, la pared ruminal y los abscesos hepáticos del ganado [46]. El análisis del polimorfismo de la longitud de los fragmentos de restricción de los genes ARNr 16S (ribotipado) se utilizó para comparar los aislados del rumen con los de la pared ruminal. S. Tadepalli et al. / Anaerobe 15 (2009) 36-43 45 (contenido y pared) y abscesos hepáticos del mismo animal. En el caso de F. necrophorum, los patrones de ribotipos de los aislados de absceso hepático concordaban con los de los correspondientes aislados de las paredes ruminales en ocho de nueve conjuntos de muestras. Ninguno de los seis aislados de contenido ruminal coincidía ni con los aislados de absceso hepático ni con los de pared ruminal. La falta de similitud genética entre los aislados del contenido ruminal y los del absceso hepático no es sorprendente, porque el contenido ruminal presumiblemente tiene multitud de cepas de F. necrophorum y posiblemente una sola cepa entre esta multitud de cepas penetra y coloniza la pared ruminal, que es la que tiene una mayor probabilidad de llegar al hígado [46]. Además, la cepa que produce altos niveles de leucotoxina tiene la mayor probabilidad de sobrevivir en la pared ruminal y en el hígado. La leucotoxicidad de los aislados de la pared ruminal y del absceso hepático son similares y, por lo general, superiores a los aislados del contenido ruminal [23,46]. Esto sugiere además que la leucotoxina es un importante factor de virulencia responsable de los abscesos hepáticos en el ganado. 8. Sensibilidad antimicrobianade F. necrophorum F. necrophorum es sensible a los antibióticos b-lactámicos (penicilinas y cefalosporinas); tetraciclinas (clortetraciclina y oxitetraciclina); macrólidos (eritromicina, tilosina y tilmicosina); lincomicinas (clindamicina y lincomicina) y cloranfenicol, novobiocina, ipronidazol, narasina y virginiamicina [101]. El organismo es insensible a los aminoglucósidos (gentamicina, kana- micina, neomicina y estreptomicina, que son menos activos contra los anaerobios en general); a los antibióticos ionóforos (lasalocid, monensina y salinomicina) y a los antibióticos peptídicos (avoparcina y tio- peptina). Sin embargo, F. necrophorum es inhibido por altas concentraciones (5 mM) de monensina [53,54], que son mucho más altas que las encontradas en el contenido ruminal del ganado alimentado con monensina en la dieta. El organismo es algo susceptible a la polimixina B, un antibiótico que contiene péptidos. La actividad in vitro de las penicilinas y cefalo- esporinas contra aislados de F. necrophorum es interesante teniendo en cuenta que el organismo es Gram negativo, incluso basándose en la arquitectura de la pared celular [102]. La resistencia de los aislados a la monensina no es sorprendente porque los ionóforos suelen inhibir únicamente a las bacterias Gram positivas. La resistencia de F. necrophorum a la monensina explica la falta de influencia de la monensina en la prevalencia de abscesos hepáticos [103,104]. La susceptibilidad de F. necrophorum a la virginiamicina y la tilosina no se ajusta a la generalidad, porque ambas son principalmente activas contra bacterias Gram-positivas [105-107]. Según el US Feed Additive Compendium [108], cinco antibióticos (bacitracina, disalicilato de metileno, clortetraciclina, oxitetraciclina, tilosina y virginiamicina) están aprobados para su uso en la prevención de abscesos hepáticos en ganado de engorde. La eficacia de los antibióticos aprobados por la FDA para prevenir los abscesos hepáticos varía [109-112]. La bacitracina es el menos eficaz y la tilosina es el más eficaz de los cinco antibióticos; sin embargo, los valores de CMI de estos antibióticos, excepto para la bacitracina, no se correlacionan con su eficacia. Por lo tanto, la prevalencia de abscesos hepáticos en el ganado de cebo alimentado con tilosina o clortetraciclina no era reflectiva de la actividad in vitro. El modo de acción de estos antibióticos en la prevención de los abscesos hepáticos es posiblemente por inhibición o reducción de la población de F. necrophorum en el contenido ruminal, la pared ruminal o el hígado, o ambos [47,48]. Lo más probable es que el modo de acción de la tilosina y la virginiamicina no se extienda más allá de la pared ruminal porque la absorción de los compuestos es mínima o nula [113]. La inclusión de tilosina o vir- giniamicina en la dieta evita el aumento de la población ruminal de F. necrophorum asociado a la alimentación con dietas ricas en cereales [47,48]. Sin embargo, la clortetraciclina y la oxitetraciclina también podrían ejercer sus efectos sobre F. necrophorum adherido a la pared ruminal o en el 46 S. Tadepalli et al. / Anaerobe 15 (2009) 36-43 hígado, o ambos. Además, las actividades antimicrobianas de la tilosina y la virginiamicina sobre las bacterias ruminales ejercen un efecto moderador sobre las tasas de fermentación que, a su vez, disminuyen la prevalencia de la acidosis ruminal y los abscesos hepáticos [47,48]. 9. Conclusiones F. necrophorum, miembro de la flora normal del contenido ruminal y de las bacterias adherentes a la pared ruminal, es un patógeno oportunista que constituye el principal agente etiológico de los abscesos hepáticos en el ganado vacuno. El organismo es un anaerobio aerotolerante y su nicho en el rumen es fermentar el ácido láctico y degradar las proteínas de los alimentos y de las células epiteliales. La concentración de F. necrophorum en el contenido ruminal es mayor en el ganado alimentado con grano que en el alimentado con forraje. Los abscesos hepáticos son las infecciones por fusobacterias más comunes y de mayor importancia económica en los animales. La acidosis ruminal y la consiguiente rumenitis son los factores predisponentes. La pared ruminal dañada permite la entrada desde el rumen y la colonización de la pared ruminal por F. necrophorum. A continuación, el organismo viaja a través de la sangre portal hasta el hígado para establecer la infección. El organismo utiliza diversos medios para crear anaerobiosis y eludir los mecanismos defensivos del hospedador para invadir y colonizar la pared ruminal y alcanzar el hígado para causar abscesos. Referencias [1] Langworth BF. 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