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1 Cuaderno de Cátedra Unidad II CONCEPTOS JURÍDICOS BÁSICOS Prof. Ana Lelia Calafat. ÍNDICE TEORÍA DE KELSEN SOBRE CONCEPTOS JURÍDICOS BÁSICOS ............................................................. 2 I.- La búsqueda de puntos de partida en el pensamiento científico. Los intentos de construcción de un lenguaje para la ciencia del derecho. .................................................................................... 2 Introducción: Doble contingencia y lenguaje. ............................................................................. 2 Acción social y lenguaje ............................................................................................................... 5 III. La tesis reconstructiva: el intento de Kelsen .............................................................................. 6 III.. Concepto de Sanción: ............................................................................................................ 9 V.- Las definiciones de acto antijurídico de Kelsen ................................................................... 13 V. b. La definición de "delito" en la dogmática penal ............................................................... 14 VI. El concepto de responsabilidad ............................................................................................... 15 VI.a Cuatro sentidos de responsabilidad ................................................................................... 16 VI.b. Clases de responsabilidad ................................................................................................. 16 VII. El concepto de deber u obligación jurídica ......................................................................... 18 VIII. El concepto de derecho subjetivo ...................................................................................... 18 Sentidos del derecho subjetivo: ................................................................................................ 19 IX. LAS TEORÍAS SOBRE LA PERSONA JURÍDICA ........................................................................ 23 CONCEPTO DE PERSONA JURÍDICA EN EL SISTEMA JURÍDICO VIGENTE ................................... 27 X. Capacidad de las personas. ....................................................................................................... 29 XI. Competencia: ........................................................................................................................... 33 XII. LA TEORÍA DE WESLEY HOHFELD SOBRE LOS CONCEPTOS JURÍDICOS FUNDAMENTALES. ........ 35 XII.a Introducción .......................................................................................................................... 35 XII.b. Conceptos jurídicos fundamentales: .................................................................................... 36 XIII. Bibliografía ................................................................................................................................. 41 2 TEORÍA DE KELSEN SOBRE CONCEPTOS JURÍDICOS BÁSICOS I.- La búsqueda de puntos de partida en el pensamiento científico. Los intentos de construcción de un lenguaje para la ciencia del derecho. Introducción: Doble contingencia y lenguaje. Como hemos analizado al estudiar el tema del lenguaje, en la vida cotidiana, usamos muchos términos vagos, ambiguos, experimentamos la textura abierta del mismo a cada paso, ello no impide que, de alguna manera, con las dificultades que pueda implicar, nos comuniquemos, aún si comprobaremos, a cada paso, la doble contingencia. Este concepto, construido en la escuela norteamericana, principalmente por Talcott Parsons (de quien Luhmann fue alumno de posgrado en Harvard por dos años) se refiere, principalmente a la acción humana y a la emergencia de lo social, como señala Sergi Pignuoli Ocampo: “El concepto parsoniano de doble contingencia indicaba que la constitución de una complementariedad (complementarity) entre expectativas es el fenómeno distintivo que surge de, y hace posible la interacción entre dos actores cuando éstos se consideran recíprocamente como objetos sociales, y no como meros objetos (Parsons y Shils, 1951: 15). Este fenómeno sólo surge cuando el interés que mueve a todo actor a satisfacer sus propias necesidades lo conduce a tratar no sólo con objetos sino con otros actores. Éstos, a diferencia de los objetos no-sociales, también se conducen según la satisfacción de sus necesidades y reaccionan sobre la base de expectativas. Existe interacción cuando el sentido de la acción de cada actor depende de las expectativas que éste se forme sobre la reacción que su acción generaría en el otro actor, y viceversa. Como lo señaló Raf Vanderstraeten (2002), Parsons entendía la dependencia como contingencia, y denominó doble contingencia a esta dinámica de doble dependencia (Pignuoli Ocampo, 2013)”. Es decir, la sociedad emerge porque los aparatos psíquicos que los seres humanos somos nos forjamos expectativas sobre el obrar de los otros, cuando tratamos a los otros como actores, no como meros objetos, y esta “construcción de expectativas” la hacemos en base a la comunicación, que, como ya vimos, no se hace sólo en base al lenguaje, pero sí fundamentalmente en base a él. Doble contingencia en este plano significa también que cuanto yo espero que alter comprenda de mi intento de comunicación pueda ser 3 comprendido como yo espero o no, y viceversa. Es decir, el lenguaje opera al mismo tiempo como el fenómeno principal de la producción de socialidad y como su dificultad. De este fenómeno, del de la construcción de lo social a partir de las recíprocas expectativas, los juristas romanos habían tenido una intuición, si bien menos elaborada, pragmáticamente correcta, decían, en el caso de los contratos innominados: "do ut des" (te doy para que me des); "do ut facias" (te doy para que me hagas); "facio ut des" (te hago para que me des), y "facio ut facias" (te hago para que me hagas). Es decir, advertían ya que lo social se constituye a partir de expectativas de reciprocidad (lo volveremos a ver en la Unidad V cuando tratemos la emergencia de los Estados Nación y del primer orden de Derecho Internacional), pero, como se puede observar rápidamente, esto constituye una “paradoja”: si yo actúo conforme espero que B actúe, y B actúa conforme espera que yo actúe, ¿quién actúa primero? ¿cómo es posible, siquiera, una “expectativa del obrar de B para A o de A para B? Agrega Pignuoli Ocampo: “Parsons dio un paso más al vincular el concepto de doble contingencia con la indeterminación paradójica del sentido de la acción social. Para llegar a la paradoja hay que seguir la definición de acción social de Max Weber (1964: 5): una acción es social si el sentido mentado por el actuante está referido a la conducta que otros actores seguirán. La paradoja surge cuando pasamos de la acción singular a la interacción. Notamos entonces que si el sentido social de la acción social de un determinado actor (A) depende de la acción recíproca de otro actor (B), y viceversa, es decir, si el sentido social de la acción de B depende de la acción recíproca de A, entonces la definición cae en un círculo de indeterminación, porque A remite a B y B remite a A, sin que ninguna remisión produzca la determinación. El concepto de "social", propio de la acción social, cae así en una falacia lógica de regresión al infinito. / Parsons encontró un uso inteligente para esta paradoja. En lugar de descartarla, la incorporó a la teoría general de la acción y a la definición de doble contingencia en particular, y allí la resolvió. La solución de Parsons tiene cuatro pasos: 1) encuadró la paradoja dentro de la teoría general de la acción y la denominó problema de la doble contingencia; 2) identificó una tendencia de los actores (A; B) a mediar la orientación recíproca conreferencias a conductas anteriores; 3) interpretó que esa mediación supone 4 un conjunto común de normas y valores de conducta culturalmente extendido, subyacente a y compartido por ambos actores; de esta manera A no remite sólo a B, ni B remite sólo a A, sino que ambos remiten simultáneamente a una tercera instancia (C): las normas subyacentes; y 4) denominó "consenso normativo" a la determinación cultural-comunal del sentido social de la acción, y declaró que la falacia lógica es analítica y no concreta (Pignuoli Ocampo, 2013)”. Parsons resolvía el problema a partir de un recurso al pasado, ego y alter, tenían un “código común”, pero esto, advirtió Luhmann, no hacía sino retrotraer el problema al pasado, y así se caía en la falacia del “regreso al infinito”. Luhmann intentó resolver el problema de este modo: en primer lugar, transformó el problema de la doble contingencia en un problema de lógica modal, es decir la contingencia es, en términos simples, aquello que es como es, y pudo ser de otra manera; en segundo lugar: “lo social y lo cultural se interrelacionan a partir de la doble contingencia, es decir a partir de cómo se resuelve en cada caso la indecisión del obrar; en tercero destaca la importancia del presente (único momento en el que actuamos y en el que se forma el problema de la doble contingencia y se resuelve mediante una selección forzada (se decide) y, por último, se trata de problemas concretos, no analíticos, son problemas concretos de sistemas concretos que producen efectos concretos, que surgen ante determinadas interrogantes o situaciones de hecho que carecen de solución definitiva y poseen la propiedad de ser funcionalmente abiertas (Luhmann, 1998: 71). Para este autor, la doble contingencia es un problema concreto, específicamente un “problema constante” (Dauerprobleme), que surge con la indeterminación del sentido de la acción social. Ahora bien, como se trata de un problema concreto los alter egos no pueden evitarlo y se producen efectos al lidiar con él. Estos efectos no pueden resolverlo definitivamente, pero ofrecen una referencia de sentido posible de ser retomada en otro momento, y producen así, ante la constancia del problema, nuevos efectos a partir de efectos anteriores que, al agregarse, adquieren valor de estructura (Luhmann, 1998: 136).” (Pignuoli Ocampo, 2013) Y agrego: uno de los problemas concretos es “autorreflexivo” y es el problema de la producción social de “sentido”, es decir, sí, como vimos, la sociedad está constituida por 5 las comunicaciones, la interpretación de los mensajes lingüísticos en los que se vehiculizan muchas de las comunicaciones, es un problema, a su vez, de doble contingencia. La Escuela Analítica de la filosofía del lenguaje creyó que el problema estaba en cómo las palabras eran usadas, que el problema estaba en la vaguedad y la ambigüedad propias del lenguaje ordinario. Conservaba aún – como también vimos – la idea del lenguaje como espejo del mundo. Los intentos que aquí veremos tienen que ver, aunque de modos diferentes con esa idea, que, de algún modo ya había trabajado Ihering en el siglo XIX. Acción social y lenguaje Como también vimos en la Unidad I, el “giro” hacia la filosofía del lenguaje, que vino a cumplirse progresivamente desde el siglo XIX hasta establecerse a mediados del siglo XX, supuso en un primer momento que autores como el “primer” Wittgenstein o Carnap, señalaran que para hacer ciencia, es decir: para desarrollar un pensamiento riguroso acerca de cualquier área de nuestro interés, era preciso construir, o podríamos decir “reconstruir”, un lenguaje “económico” semánticamente, un lenguaje que nos acostumbramos a llamar “formalizado”. Esto es que, para desarrollar un trabajo científico, se desarrolló la idea de que era preciso construir un “lenguaje apropiado” al tema objeto de nuestras investigaciones. Es decir que había que procurar establecer un acuerdo acerca del alcance y el sentido con el que utilizamos un término, para evitar las confusiones que se producen habitualmente y que dificultan la comunicación (que como ya sabemos es un hecho dificultoso per se). La posibilidad de desarrollar el conocimiento científico (también recordemos que ese “giro” comenzó por hacer notar la relación existente entre lenguaje y conocimiento), requiere un mayor grado de precisión, o, para decirlo en términos de la filosofía analítica: restringir el campo de aplicación de las palabras que usamos respecto de nuestro objeto, es decir “acotar” su significado. Hans Kelsen y Wesley N. Hohfeld, desde tradiciones diferentes, trataron de ese objetivo al interior de la Teoría General del Derecho, en la primera mitad del siglo XX. Ambos contribuyeron, como una necesidad que surgió de cada uno y probablemente sin conocerse entre sí, a dar claridad a los términos más usados en el campo 6 jurídico por sus operadores (sin olvidar que uno, Kelsen, fue un jurista del área que llamamos sistema continental europeo y Hohfeld del que llamamos sistema anglosajón o del common law), lo que puede marcar algunas de sus diferencias, pero al mismo tiempo, nos permiten observar cómo debajo de las mismas subyace aquél propósito teórico, que nos permitirá a nosotros y nosotras acercarnos a los materiales del Derecho con unas herramientas que simplifican la “maraña” en que estos se nos aparecen la primera vez que nos acercamos a ellos. Este cuaderno persigue entonces acercarnos a los conceptos jurídicos fundamentales a través de las estrategias seguidas por esos dos teóricos, sin que ello signifique que sean las únicas posibles o que sus propuestas no sean pasibles de críticas, como, de hecho, lo son. III. La tesis reconstructiva: el intento de Kelsen En la obra de Kelsen subyacen presupuestos epistemológicos derivados de su adhesión a la corriente neopositivista lógica, claramente influenciada por Kant. La Teoría del Derecho cobró vida en el ambiente social y cultural de Viena, la capital del imperio austro-húngaro. Allí se había creado un centro que se conoció como Círculo de Viena1. Hans Kelsen aunque no lo integró, tenía grandes coincidencias con las ideas del mismo y como tal, sentía la preocupación por la búsqueda de unidad de un lenguaje común a todas las ciencias que superara esas características de vaguedad y ambigüedad para luego dedicarse al abordaje propio del lenguaje técnico específico. También es propia de esa orientación epistemológica la pretensión de simplificar el estudio del orden jurídico para hacerlo inteligible, la búsqueda de un punto de partida claro y cierto, la precisión terminológica, la exactitud deductiva y la consistencia. Kelsen, siguiendo al ejemplo kantiano, se propuso construir una teoría sobre el derecho, una ciencia jurídica auténtica, recurriendo a los métodos mencionados, sin 1 El Círculo de Viena fue fundado por Moritz Schlick, filósofo austríaco, en Viena, a comienzos de la década del 20 del siglo pasado. Su denominación completa era Círculo de Viena para la concepción científica del mundo, se ocupaba principalmente de la lógica de la ciencia, considerando la filosofía como una disciplina encargada de distinguir entre lo que es ciencia y lo que no, y de la elaboración de un lenguaje común a todas las ciencias. Se caracterizó por una antimetafísica extrema y su concepción lógica de las matemáticas. 7 detenerse en el estudio de un orden jurídico específico; esto quiere decir que se proponía construir una ciencia del derecho, esto es un cuerpo teórico que diera cuenta de cómo el 6 derecho funciona en cualquier sistema político jurídico dado, y así lo decía expresamente, su teoría servía para explicar el funcionamiento del sistema jurídico en la Estados Unidos de Roosevelt o en la Unión Soviética de Stalin. También incorporó en su trabajo el método empirista del neopositivismo lógico: los problemas,en el ámbito de las ciencias, de acuerdo a lo que sostenían los científicos de las más diversas ramas que conformaban aquel círculo, como Schlick, Carnap, Hempel, entre otros, debían ser resueltos a través de la verificación empírica. La ciencia solo puede ocuparse de hechos empíricamente verificables. A partir de ese presupuesto, Kelsen sólo acepta como objeto de estudio al derecho positivo y rechaza al “derecho natural”, desde que no existía método alguno para comprobar algo más allá de la experiencia humana, como sustentan las teorías del Derecho Natural, en tanto que este sería un derecho a priori, "trascendente" al mundo empírico. Por ello no resultaba admisible que se pretendiera subordinar el derecho positivo al “natural”, que no era más que el sistema de valores en los que sus defensores creían. Esta discusión, tuvo enorme repercusión a lo largo de casi todo el siglo XX y hasta aún hoy subsiste, bajo diversos ropajes, volveremos sobre ella en varias Unidades del programa, pero, fundamentalmente en la última y octava. En suma, Kelsen, puso las bases de un modelo de ciencia jurídica que adoptó una nueva dirección en lo que a la filosofía del derecho se refiere y, se puede afirmar sin riesgo, constituyó la primera teoría general del derecho en sentido estricto. En efecto, para él, las normas morales o los mandatos que provienen de la religión, no son reconocidos como parte de esa construcción "pura" a la que aspira: «[...] si ella se califica como teoría “pura” del Derecho, es porque pretende garantizar un conocimiento dirigido solamente hacia el Derecho, y porque pretende eliminar de este conocimiento todo lo que no pertenece al objeto exactamente señalado como Derecho. Es decir: quiere librar a la ciencia jurídica de todos los elementos extraños» (Kelsen, 1941:25) Distingue así la teoría 8 del derecho, de la filosofía, de la moral, de la teología, de la psicología, de las ciencias políticas. La norma del sistema jurídico positivo es el objeto principal del estudio del derecho. Kelsen elabora una explicación normativista del derecho. En primer lugar, debe estudiarse esa expresión lingüística e indirectamente, la regulación de la conducta humana. Por ende, la comprobación empírica no se centra en los hechos sociales sino en las normas como hechos empíricamente verificables. Pero tampoco debemos deducir que para Kelsen el orden jurídico es solo un conjunto de enunciados; es un sistema social que tiene una nota característica: la coactividad (es decir que se basa sustancialmente en la amenaza del uso de la fuerza), y no es un orden “estático” (lo que se supondría que fuera si solo se tratase de un conjunto de enunciados), es también un orden dinámico “que regula su propia creación”, punto sobre el que volveremos tanto en la Unidad III (sobre las Normas precisamente), como en la IV (sobre el Sistema Jurídico): Para esta tarea, su estudio recurre a una reconstrucción racional de un concepto, en que se buscar dar precisión al lenguaje del derecho, es decir, usar los conceptos en las mismas situaciones que antes se usaban, pero definiendo con más rigor en qué sentido se usará y qué comprenden esas palabras o términos redefinidos. Claudina Orunesu y Jorge Rodríguez, (2018: 81), señalan dos etapas: "La primera consiste en la elucidación informal del concepto impreciso, que busca explicar con la mayor precisión posible sus alcances, es decir, explicitar su significado haciendo referencia a la diversidad de usos que posee. La segunda consiste en la introducción del nuevo concepto, más preciso que el anterior, que debe aspirar al máximo de fecundidad, posibilitando la formulación de la mayor cantidad de enunciados universales; debe ser similar al anterior, en el sentido de que se lo pueda usar en la mayoría de las situaciones en que se usa aquel y, por último, debe ser lo más simple posible" En este trabajo nos acercamos al estudio de los conceptos jurídicos fundamentales desarrollados por sendos autores escogidos a través, fundamentalmente de la obra "Introducción al análisis del derecho" del jurista argentino Carlos Santiago Nino. 9 III.. Concepto de Sanción: La teoría general del derecho asumió esta reconstrucción y observó que un elemento determinante de la norma es la sanción. Lo concibió como un término irreductible, al que llamó "primitivo", o "primigenio", en el sentido de que este término no deriva de otros, pero de este término derivan todos los demás términos jurídicos. Una estrategia desarrollada también en el campo de la lógica. A través de sus distintas obras, podemos observar, destaca Nino (Nino, 2003), que la palabra "sanción" contiene cuatro propiedades necesarias y suficientes: a) Es un acto coercitivo de fuerza efectiva o latente; b) Su objeto o fin: consiste en la privación de un bien; c) Agente: es quien realiza el acto coercitivo, autorizado por una norma válida y d) Se trata de la consecuencia de una conducta de algún individuo (que puede ser comisiva u omisiva). IV.a Breve análisis de los mencionados elementos: IV.a.1) Acto coercitivo: La sanción no necesariamente debe ser aplicada por la fuerza. Basta que se conozca la posibilidad de aplicarla si la persona sancionada, no colabora. Muchos juristas compartieron esta idea. Pero Joseph Raz la critica porque a su entender la coerción no siempre es un elemento necesario de toda sanción. IV.a.2) Privación de un bien: Como explica Nino (2003), la sanción consiste en la sustracción de un bien, como por ejemplo, se priva de la libertad cuando se impone la prisión efectiva o de cierta suma de dinero cuando se impone una multa, etc. El concepto de bien no es subjetivo, es decir que no se dispone considerando lo que para determinado sujeto es valioso sino que se entiende por bien lo que para la generalidad de la sociedad es valioso. IV.a.3) Ejercida por autoridad competente: No toda persona es competente para aplicar sanciones. Las normas jurídicas disponen a qué personas se les otorga esa potestad. Por ejemplo: cuando el código penal 10 dice que "la persona que matare a otra, será sancionada con ocho a veinticinco años de prisión", ese mandato se lo dan a los jueces que deben dictar la sentencia en un juicio y éstos resuelven la cantidad de años de prisión que corresponde determinar en el caso concreto que analizan. Siguiendo el ejemplo, si el condenado se resiste a cumplir la orden judicial, entonces las normas procesales y administrativas, dan autorización a determinados agentes para hacer efectiva la misma. IV.a.4) Es consecuencia de una conducta Hoy en muchos Estados, por la pandemia del coronavirus, se ha ordenado un aislamiento obligatorio y en algunos casos, se ordena una cuarentena. Pero esta pérdida provisoria de libertad tiene un fin preventivo de protección de la salud. No es consecuencia de un acto realizado por la persona. En cambio, una sanción, siempre es consecuencia de una conducta que se realizó libre y conscientemente, cuya prohibición estaba preestablecida por una norma. Estos elementos no solo determinan lo que es la sanción penal sino las sanciones que se aplican en las distintas ramas del derecho IV.b.- Críticas a la posición kelseniana: En el derecho civil, para Kelsen, la sanción característica es la "ejecución forzada de bienes". Es decir, tal como lo explica Nino (2003) que cuando un juez ordena al demandado entregar una cosa o pagar una suma de dinero y este último se resiste a hacerlo, se realiza un procedimiento llamado "ejecutivo" con el fin de desapoderar al deudor, si es necesario por la fuerza, de bienes de su propiedad. Esta concepción de que la sanción civil sea la ejecución forzada de bienes, ha despertado múltiples críticas. Por ejemplo: Kelsen no da razones de por qué es una efectiva ejecución forzada en el derecho civil y no en el penal. La mayoríade los estudiosos de las ciencias jurídicas, entiende que el pago de una indemnización, la entrega de una cosa, el desalojo de un inmueble, etc., ordenados por un juez, son ejemplos de sanciones, lo cumpla voluntariamente o por un procedimiento de ejecución forzada 11 Si tenemos en cuenta que la sanción es un elemento necesario para reconocer una norma jurídica completa, conforme el pensamiento de Kelsen, y si la única sanción civil es la ejecución forzada de bienes, resulta muy limitado el conjunto de las normas jurídicas íntegras contenidas en un texto legal como, por ejemplo, el Código Civil y Comercial. Sin embargo, Kelsen dice que los enunciados que no tienen adosados una sanción, son “partes de normas”. Que, desde el punto de vista lógico, no sería un inconveniente considerar que puedan existir enunciados sin norma en su formulación, pero a condición de que conecten con uno que sí lo tenga. Hart, como verán más adelante, también critica la posición de Kelsen, al sostener que no todas las normas jurídicas se caracterizan por imputar una sanción coactiva a un acto antijurídico. Bulygin y Alchourrón también comparten esa crítica porque, como han afirmado en su trabajo, un sistema jurídico es un conjunto de enunciados que expresan obligaciones, prohibiciones o permisiones2, como, asimismo, definiciones, reglas conceptuales, y al menos uno de esos enunciados debe contener una sanción. Kelsen revisará su teoría y la modificará. "Lo insatisfactorio de esta solución del problema motivó que en la segunda edición de la Teoría Pura del Derecho Kelsen postulara una nueva hipótesis, calificando a las normas sin sanción como normas jurídicas no independientes. Ellas resultarían jurídicas aun sin el componente de la coactividad por su ‘conexión esencial’ con otras que sí lo poseen. De este modo, una norma que prohíbe una conducta sin establecer ella misma sanción alguna, y otra norma que impone una sanción para el caso de violación de la anterior, se hallarían interrelacionadas y solo con base en su conexión con la segunda podría calificarse de jurídica a la primera. Kelsen encuadra como normas no independientes a las normas prescriptivas que no establecen sanciones, a las normas permisivas, a las normas de competencia, a las derogatorias y a aquellas destinadas a aclarar el sentido de otras normas" (Orunesu, Claudina y Rodríguez, Jorge , 2018:31) Para Alchourron y Bulygin, esta revisión es un reconocimiento de que, esas normas no independientes, devienen en jurídicas por su conexión con otras. Por ende, proponen 2 Veremos estos “operadores modales” de las normas jurídicas en la Unidad siguiente dedicada a ellas. 12 pensar el derecho desde el nivel del sistema jurídico y no desde el nivel de la norma jurídica como había propuesto el iusfilósofo austríaco. IV.c.- Distinción entre sanción civil y sanción penal Ahora bien, más allá de que Kelsen sostenga que el elemento “distintivo”, diferenciador, del derecho como técnica de motivación social, sea la sanción, esto es la amenaza del uso de la fuerza social organizada, también ha reconocido diferencias entre sanciones civiles y sanciones penales: 1) Mientras la sanción penal generalmente se reclama de oficio, o sea, que el fiscal promueve la acción; en la sanción civil, es la parte afectada, la que debe presentar la demanda. 2) Cuando se paga una multa penal, estas sumas de dinero benefician al Estado; en la sanción civil, la ejecución forzosa beneficia al demandante. 3) Mientras la sanción penal tiene una finalidad retributiva (que antiguamente se expresaba como "ojo por ojo") o una finalidad preventiva (con la convicción de que la pena impuesta va a disuadir la comisión de un nuevo delito); la sanción civil tiene el propósito de resarcir el daño producido. Estos criterios no son absolutos y hay importantes excepciones Nino destaca que hay "Un rasgo importante que no es mencionado por Kelsen y que parece distinguir las penas de las sanciones civiles y de las demás medidas coactivas estatales, es que es parte esencial de la razón por la que la pena se aplica el imponer algún sufrimiento a su destinatario. Esto es así tanto si se considera que la finalidad última de la pena es la prevención (en cuyo caso el sufrimiento es un medio para desalentar para el futuro al penado u otra gente), como si es la retribución (en cuyo caso el sufrimiento del que ha hecho un mal es un fin en sí mismo). En cambio, en el caso de las otras medidas coactivas, el sufrimiento del destinatario puede ser una consecuencia colateral inevitable, pero no es parte de la finalidad de las medidas" (Nino, 2003 pág. 173) 13 V.- Las definiciones de acto antijurídico de Kelsen V.a Distintas definiciones de acto antijurídico Kelsen fue refinando el concepto de acto antijurídico, en lo que podríamos considerar la más acabada muestra de ese intento “reconstructivo” del que hablábamos en la introducción, persiguiendo la “economía semántica” del término, en aras de despojarlo de vaguedad y facilitar que pudiera ser utilizado, precisamente, para describir “científicamente” al derecho. En lo que sigue analizaremos los tres intentos que desarrollara en pos de ese objetivo. V.a1. Su primera definición: "Acto antijurídico es la condición o el antecedente de la sanción, mencionado en una norma jurídica." El mismo Kelsen comprende rápidamente que esta definición resulta muy amplia. Porque antes de la sanción, hay varias condiciones como por ejemplo la actividad del defensor o del fiscal, la actividad del juez, que no son delito y que, en ella, quedan considerados como tales. Es una definición que lo aleja del uso habitual del lenguaje ordinario. V.a.2. Segunda definición: "Acto antijurídico es la conducta que, siendo condición de la sanción en una norma jurídica, está realizada por el individuo a quien la sanción se aplica" Esta definición restringe la amplitud criticada y delimita las condiciones de la sanción: Por lo tanto, siguiendo el ejemplo anterior, decimos que no son delitos la acusación del fiscal, la actividad del juez o la demanda del damnificado, Sin embargo, tendrá dos nuevas críticas: 1) En primer término, y esto es lo que advierte el autor de la Teoría pura, esta segunda definición no cubre los casos de responsabilidad indirecta: Cuando se sanciona a una persona por el acto antijurídico cometido por otra (por ejemplo, cuando el juez sanciona a los padres y ordena reparar la rotura del ventanal que rompieron sus hijos menores de edad). 14 2) En segundo lugar, esta definición no sirve para eliminar las conductas del propio sancionado que, son condiciones de sanción pero que nadie llamaría delito. Por ejemplo, para aplicar sanción por un fraude. Para la realización de éste, hubo varias condiciones de sanción: que se celebrara un contrato y que, en éste, se insertaran cláusulas fraudulentas. La celebración de un contrato no es un delito, pero queda incluida en la definición. Como bien señala Nino, sólo una conducta de cada par mencionado es calificada, en el uso común, de "delito"; sería absurdo y gracioso (cuando no grotesco), denominar así a las restantes. V.a.3. Tercera definición: "Acto antijurídico es la conducta de aquel hombre contra quien, o contra cuyos allegados, se dirige la sanción establecida, como consecuencia, en una norma jurídica" Esta definición trata de comprender los casos de la responsabilidad indirecta y agrega la palabra "allegado" que es muy vaga y ajena al uso común. Ninguna de estas definiciones dejó satisfecho a Hans Kelsen. Explica Nino que “[…] cuando en el lenguaje ordinario parece haber un acuerdo bastante generalizado sobre el uso de esa palabra, tal vez la respuesta venga por el lado de que es la concepción de Kelsen sobre la estructura de las normas jurídicas la que no permite un concepto de delito más cercanoal uso común” (Nino, 2003, 177). V. b. La definición de "delito" en la dogmática penal A pesar de que, el concepto de acto antijurídico es relevante para las distintas ramas del derecho, son los estudiosos del derecho penal los que se han preocupado por formular una definición precisa para la expresión "delito". El jurista alemán Ernst von Beling formuló una definición de "delito" que fue precisando en el curso del tiempo y que ha servido para las definiciones que son utilizadas hoy en nuestro sistema jurídico. Beling decía que " la acción antijurídica es una acción, típica, antijurídica, culpable, sometida a una adecuada sanción penal y que llena las condiciones objetivas de punibilidad". 15 Breve análisis de los elementos constitutivos de este concepto: 1) Acción. Es un movimiento corporal voluntario o la ausencia voluntaria de un determinado movimiento corporal que debió realizar. Por ende, puede ser tanto comisiva (por ejemplo, matar) como omisiva (por ejemplo, no auxiliar a una persona cuya vida está en riesgo) 2) Tipicidad. Para que una acción sea relevante para el derecho penal debe ser "típica". Nos aclara Nino que: “Este es un elemento propuesto en forma original por von Beling”. Una acción es típica cuando la conducta realizada se ajusta a lo descripto en la ley penal. Por ejemplo, Juan mató. Esa acción encuadra exactamente al contenido que describe el tipo legal, al decir: "el que matare a otra persona..." 3) Antijuridicidad. Una conducta puede ser típica y, sin embargo, no ser "antijurídica". Por ejemplo, matar en legítima defensa es una acción típica. Sin embargo, no es antijurídica y por lo tanto no es punible. Porque hay en el código penal, una norma que prohíbe matar, salvo que se den ciertas condiciones especiales como por ejemplo actuar en defensa propia o en defensa de terceros. 4) Culpabilidad. Para ser punible no basta que una acción sea típica y antijurídica, debe ser además "culpable". Señala Nino (2003:182), que “según Beling una acción es culpable cuando está acompañada por un componente psicológico característico, que puede ser el "dolo" (intención) o "culpa" (negligencia o imprudencia)”. Por ejemplo, un automovilista mató a una persona. No quiso matarla. Por eso decimos que no actuó con dolo. Pero debió prever que a la velocidad que circulaba, no podía frenar y si cruzaba una persona, la mataría. Actuó con negligencia. Por ende, es un homicidio culposo. 5) Punibilidad. Cuando una acción es típica, antijurídica y culpable, está sujeta a pena. Sin embargo, si un niño de 12 años comete un delito, un hurto o robo, se ha tratado de una acción típica, antijurídica, culpable, pero por razones de edad no es punible. (Algunos autores no incluyen la punibilidad en la definición de delito, entre otras razones porque la pena no es un elemento del delito sino una consecuencia) VI. El concepto de responsabilidad 16 Para Kelsen, responsable es la persona a quien se le debe aplicar una sanción de conformidad con las normas de un sistema jurídico (Kelsen 1960: 135). Hart hace un análisis más riguroso y distingue cuatro sentidos distintos de responsabilidad, desde que esta palabra presenta una clara “ambigüedad” en los usos que se le da en el lenguaje del derecho. VI.a Cuatro sentidos de responsabilidad IV.a.1) Responsabilidad como obligaciones o funciones derivadas de un cierto cargo, relación, etcétera. Cuando decimos: "el padre es responsable por sus hijos"; "el canciller tiene la responsabilidad de dirigir la política exterior", estamos refiriéndonos a la responsabilidad que se deriva de la obligación paterna o de la función del ministro de relaciones exteriores. VI.a 2) Responsabilidad en el sentido de factor causal. Cuando decimos que “el coronavirus es el responsable de gran número de enfermos" o decimos que "las bajas temperaturas son responsables del resfrío del de tal o cual persona", estamos indicando que cierto estado de cosas del mundo es consecuencia de otro u otros sucesos del mundo. VI.a.3) Responsabilidad como capacidad y como estado mental. La referencia es a un estado de capacidad mental. Así, decimos de una persona que chocó por la pérdida de los sentidos: "No era responsable de sus actos" VI.a.4) Responsable como punible o moralmente reprochable. En este caso, decimos que la persona actuó voluntaria y consciente y por ende es acreedor de un reprocho moral y/o jurídico por su conducta. Por ejemplo, "sabiendo que había contraído la enfermedad, que debía permanecer aislado, fue a visitar a su abuelo y, por lo tanto, es responsable de su contagio" VI.b. Clases de responsabilidad Kelsen clasifica a la responsabilidad en directa e indirecta (o vicaria). Directa (por actos propios) Responsabilidad Indirecta (por actos de terceros) 17 Decimos que hay Responsabilidad directa: Cuando una persona es pasible de una sanción como consecuencia por actos cometidos por sí mismo En nuestro Código Civil y Comercial, actualmente vigente, en el Art. 1749, estipula que: "Sujeto responsables: Es responsable directo quien incumple una obligación u ocasiona un daño injustificado por acción u omisión". Por ejemplo, si una persona rompe el vehículo de otra, es responsable por el daño cometido. Decimos que hay Responsabilidad indirecta cuando una persona es pasible de una sanción como consecuencia por actos cometidos por terceros. No es la regla, sino que son excepciones que están contenidas en el derecho civil. Por ejemplo, una persona es responsable por la acción de un hijo menor de edad o de una persona con discapacidad cuyo cuidado esté a su cargo. En nuestra Código Civil y Comercial, actualmente vigente, es responsable por hechos de tercero: el principal por el hecho del dependiente (Art. 1753), los padres por los hechos de los hijos (Art. 1754), los tutores o curadores por los daños causados por las personas a cargo (Art. 1756) Kelsen también clasifica a la responsabilidad en subjetiva (o por culpa) y objetiva (o por resultado). Subjetiva (Dolo o Culpa) Responsabilidad Objetiva (por resultado) Hay Responsabilidad subjetiva: Cuando se requiere, para que la sanción sea aplicable, que el sujeto haya querido o previsto el resultado de su conducta antijurídica. Ejemplos, la persona que golpeó a otro causándole una lesión (por acto intencional o doloso); o lesionó a otra persona en un accidente luego de una maniobra imprudente. No quiso causarle daño, pero es responsable por su imprudencia de la lesión sufrida por la víctima. Hay Responsabilidad objetiva: Cuando un individuo es susceptible de ser sancionado independientemente de que haya querido o previsto el acto antijurídico. Ejemplos, hay responsabilidad objetiva cuando una persona debe responder por el daño causado por el 18 riesgo de una cosa (porque lo mordió un animal de su propiedad), o por actividades que sean riesgosas, como el manejo de un automóvil (Art. 1757); o el titular de un establecimiento educativo, por la caída del techo sobre los niños (Art. 1767); o la responsabilidad del hotelero por los daños o pérdidas de los efectos introducidos en el hotel ( Art 1370 CCyC). VII. El concepto de deber u obligación jurídica Para Kelsen, deber jurídico es la conducta opuesta a aquélla respecto de la cual una norma jurídica establece un acto coactivo como sanción. Es la conducta opuesta al acto antijurídico y por ende, al leer las normas, no aparece en forma directa cuál es la obligación. A través de una técnica indirecta, el sistema indica cuál es la conducta querida. Austin y Bentham, critican el enfoque psicológico que se refleja al aludir a la creencia subjetiva de que se sufrirá un daño si no se actúa dedeterminada manera. Buscan una definición más objetiva y determinan que la obligación jurídica es la probabilidad objetiva de que una persona que no actúa de cierta manera sufrirá un mal. Kelsen ha hecho una exposición independiente de la probabilidad objetiva de que se aplique la sanción, como destaca Nino (2003:192). A partir de que, en una norma válida, esté prevista una sanción para una determinada conducta (por ejemplo, matar), de allí deriva lógicamente la conducta opuesta que pretende el orden jurídico (por ejemplo, no matar). Genaro R. Carrió ha objetado esta actitud de Kelsen de reducir el deber jurídico a la conducta opuesta a la establecida en la norma que fija la sanción. Porque no resulta operativo para detallar la multiplicidad de sentidos y comprender las connotaciones que se dan en las diversas ramas del derecho. Según Hart, sólo puede hablarse de que existe una regla social cuando se da una conducta regular y cuando se toma a esa conducta como una guía de conducta. VIII. El concepto de derecho subjetivo Los iusnaturalistas definían a los derechos subjetivos como facultades innatas que tienen todos los seres humanos por el solo hecho de serlo, y que deben ser reconocidas por el derecho positivo. De esta forma, lo expusieron en la Declaración de los derechos del 19 hombre de 1791: “Los hombres nacen y permanecen libres y con iguales derechos; el fin último de todos los Estados es la conservación de los derechos naturales e imprescriptibles de hombre: de derecho de libertad, de propiedad, de seguridad, de resistencia a la opresión”. Kelsen, entiende que estos derechos morales no son los derechos subjetivos que debemos estudiar en las ciencias jurídicas. Rudolf Ihering definió a los derechos subjetivos como intereses jurídicamente protegidos, pero Kelsen disiente con aquella definición porque el interés es un supuesto hecho psicológico que excede los límites de la teoría pura del derecho. Por ejemplo, alguien puede tener derecho de propiedad, aun cuando no tenga ningún interés sobre las cosas. La respuesta de Ihering a Kelsen, podría haber sido, usando los propios conceptos de Kelsen en su contra, que él no habla del interés psicológico “real” del titular del derecho, sino de los intereses que el legislador supone que las personas tienen y que objetiviza en la norma jurídica que instituye el derecho en cuestión. Kelsen distingue múltiples sentidos del concepto derecho subjetivo. Solo omite tomar en cuenta las categorías de Hohfled de no-derecho, inmunidad y sujeción, que veremos más tarde. Pero incluye la expresión de derecho como acción procesal, además de derechos políticos y libertades constitucionales y una distinción clara entre autorización y permisión, que no están presentes en el análisis de Hohfeld. Sentidos del derecho subjetivo: VIII.1 Derecho subjetivo como equivalente a “no prohibido”: Podemos definirlo como un permiso débil siguiendo la distinción de Von Wright. No hay norma que prohíba determinada conducta. Por ejemplo, no hay una norma que prohíba a las estudiantes vestir de una cierta forma. VIII. 2 Derecho subjetivo como equivalente a autorización: En este caso, se refiere a permisos o autorización expresos de determinados comportamientos. Son los llamados permisos fuertes de Von Wright. Por ejemplo, tiene derecho a circular en el periodo de aislamiento obligatorio. 20 VIII.3 Derecho subjetivo como correlato de una obligación activa: Como el correlato o reflejo de un deber jurídico o una obligación de hacer. “L” tiene un derecho que puede reclamar a “Ñ” porque “Ñ” tiene un deber hacia “L”. Por ejemplo, Juan tiene que pagar el alquiler a su locador. VIII.4 Derecho subjetivo como correlato de una obligación pasiva: El derecho es un correlato de una obligación de no hacer. Por ejemplo, Juan tiene derecho a descansar en las horas nocturnas. Porque las demás personas no deben hacer ruidos molestos en ese horario salvo un hecho excepcional. VIII.5 Derecho subjetivo como acción procesal: En este caso, se emplea el término derecho para referirse a la posibilidad de recurrir ante el Juez a los fines de defender un derecho. Kelsen lo llama también derecho en sentido técnico o estricto. Por ejemplo, tengo derecho a reclamar una reparación por el daño material que produjo en mi casa. VIII. 6 Derecho subjetivo como derecho político: Son los relativos a la organización política del Estado. En los sistemas democráticos, la ciudadanía está facultada para participar de distinto modo, a través de elecciones, de su libre expresión, de su participación en un partido político o en otros mecanismos de participación. Por ejemplo, el pueblo tiene derecho a mecanismos de participación directa. VIII. 7 Derecho subjetivo como derecho de propiedad en particular El derecho de propiedad se ha entendido tradicionalmente como el que surge de un vínculo entre la cosa y la persona. Nino lo relaciona con la definición de dominio. Nuestro Código Civil y Comercial estipula en el Art. 1941 que “El dominio perfecto es el derecho real que otorga todas las facultades de usar, gozar y disponer material y jurídicamente de una cosa, dentro de los límites previstos por la ley. El dominio se presume perfecto hasta que se pruebe la contrario”. Axel Hägerström sostenía, según explica su discípulo Karl Olivecrona, que la definición hace entender que, en la relación entre persona y cosa, existe un vínculo sobrenatural que pareciera incidir como si existieran fuerzas misteriosas en el trasfondo de 19 las cosas de las que podemos obtener apoyo. Ello lo vinculaba con el carácter fuertemente mágico que tenían los procedimientos romanos en un inicio, cuando para 21 “establecer” psicológica y sociológicamente un derecho, se precisaba de la realización de ritos, a menudo solemnes, para dejar grabada en la memoria de las personas que “algo había sucedido en el mundo del derecho”, por ejemplo, que Licio había vendido un inmueble a Constantino. A falta de elementos de registro, los hechos generadores de derecho había que grabarlos en la memoria, y para ello se apelaba a unas formas que hacían pensar justamente eso: que había una relación “de otro mundo” entre la persona y la cosa poseída. Sin embargo, como sabemos, no se trata de una relación fáctica de una persona con una cosa. En realidad, es una relación normativa entre una persona y las restantes personas. Si tengo un derecho de propiedad, lo que tengo es la posibilidad de acudir a las autoridades para que apliquen la fuerza social organizada, es decir sanciones, a quienes impidan de algún modo usar, gozar y disponer de “mi propiedad”. Para Kelsen, por tanto, tal derecho (el de propiedad) es el simple correlato de una obligación general de omitir ciertos actos (como el de turbarlo o impedirlo). Por ejemplo, si alguien es propietario, entonces puede disponer libremente de la cosa de la cual es propietario y nadie se lo puede impedir. Veremos sin embargo que esto pronto tendrá límites. La propiedad en el sistema interamericano: En efecto, podríamos ver cómo, en nuestro sistema jurídico (el llamado “continental europeo”) prevaleció tradicionalmente un concepto de propiedad individual, perpetuo, exclusivo e “ilimitado”. Así se recogía la idea de propiedad, por ejemplo, en el Código de Napoleón, sancionado en plena revolución francesa, en 1804. Pero luego se admitió la función social de la propiedad, por influencia del jurista francés Duguit, ya en el mismo siglo XIX, o más tarde en comienzos del siglo XX, otro francés, Josserand introdujo la teoría del “abuso del derecho” que importaba decir que los derechos deben ser usados dentro de un cierto límite; lo que llevó más tarde a que esa limitación fuera incorporada en algunas normas, como en las constituciones provinciales argentinas más recientes como la de la Provincia de RíoNegro o en las reformas ocurridas en la segunda mitad del siglo XX. 22 Además, en las últimas décadas, a partir de la reforma del Art. 75 inc. 17 en nuestra Constitución nacional, a partir de la ratificación de la Convención N° 169 de la OIT y de la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, se ha incorporado la dimensión colectiva del derecho de propiedad desde la cosmovisión indígena de la tierra, del territorio y de los recursos naturales. El Art. 75 inc. 17 establece como atribución del Congreso de la Nación: “Reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos. Garantizar el respeto a su identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural; reconocer la personería jurídica de sus comunidades, y la posesión y propiedad comunitarias de las tierras que tradicionalmente ocupan; y regular la entrega de otras aptas y suficientes para el desarrollo humano; ninguna de ellas será enajenable, transmisible ni susceptible de gravámenes o embargos…” La norma les otorga a las Comunidades Indígenas una protección jurídica integral, de rango Constitucional, con el objeto de reparar en la actualidad las pérdidas materiales y espirituales padecidas en el pasado (algunas de las cuales se perpetúan injustificadamente). El Convenio No 169 de la Organización Internacional del Trabajo “Sobre Pueblos Indígenas y Tribales de Países Independientes” en su artículo 13 establece que “los gobiernos deberán respetar la importancia especial que para las culturas y valores espirituales de los pueblos interesados reviste su relación con las tierras o territorios, o con ambos, según los casos, que ocupan o utilizan de alguna otra manera, y en particular los aspectos colectivos de esa relación”. En el artículo 14 prescribe que: “Deberá reconocerse a los pueblos interesados el derecho de propiedad y de posesión sobre las tierras que tradicionalmente ocupan” (inciso 1o) y que “Los gobiernos deberán tomar las medidas que sean necesarias para determinar las tierras que los pueblos interesados ocupan tradicionalmente y garantizar la protección efectiva de sus derechos de propiedad y posesión”. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos, ha sostenido que el respeto de los derechos colectivos y posesión de los pueblos indígenas sobre sus tierras y territorios ancestrales es una obligación de los Estados Miembros de la OEA, el incumplimiento de esta 23 21 obligación compromete la responsabilidad internacional de los Estados (CIDH, Informe Nro. 40/04). La Corte Interamericana de Derechos Humanos, ha sustentado que la protección efectiva de los territorios ancestrales, no solo implica una protección económica, sino la protección de derechos humanos de un colectivo que basa su desarrollo cultural en la relación con la tierra. El derecho de propiedad comunal indígena se fundamenta asimismo en las culturas jurídicas indígenas, y en sus sistemas ancestrales de propiedad, con independencia del reconocimiento estatal (CorteIDH, Caso del Pueblo Saramaka vs Surinam, Sentencia del 28 de noviembre de2007, pár. 96). Estas ideas, acerca del modo de concebir la relación con la tierra de los pueblos originarios y el reconocimiento dado por los órganos judiciales de estados nación o de los órganos supranacionales como la CorteIDH, lleva a matizar aún más el concepto de propiedad acuñado por la Teoría General del Derecho. Es decir, de una parte, seguirá siendo la relación entre unas personas y un bien (debemos tener en cuenta que en la cosmovisión de los pueblos originarios la tierra no es una “cosa” en el sentido que solemos atribuir a tal palabra) y las posibilidades de que “esas” personas puedan recurrir a los órganos del Estado para que “otras” personas afecten el bien protegido. Se trata de readecuar el concepto en términos jurídicos, aunque, si lo observamos más de cerca, vemos que cambian los sujetos de derecho, el modo en que estos se relacionan entre sí y adoptan decisiones, y cambian los límites de los que esos sujetos pueden hacer respecto del bien; pero sigue siendo una relación en el que unas personas pueden poner límites a las restantes personas respecto de sus intervenciones en relación a un bien. IX. LAS TEORÍAS SOBRE LA PERSONA JURÍDICA La cuestión relativa al concepto de persona jurídica ha merecido en la teoría largas discusiones, algunas de ellas podríamos calificar de “bizantinas”. Nino, detalla, entre otras, las siguientes: IX. 1. TEORÍAS "NEGATIVAS". Algunos autores sostienen que no hay más personas jurídicas que los seres humanos. Que las denominadas personas colectivas o jurídicas no existen. En todas las 24 definiciones de tal tipo de personas se hace hincapié en un contrato que une a seres humanos entre sí que, para esta teoría, son las únicas personas reales. IX. 2. TEORÍA DE LA FICCIÓN: Federico Carlos Von Savigny, el célebre jurista alemán del siglo XIX, sostuvo en su conocido Tratado de Derecho Romano Actual: “…que el derecho positivo puede modificar la idea primitiva de la persona, restringiéndola o ampliándola, de igual modo que negar a ciertos individuos la capacidad de derecho en totalidad y en parte, y además, arrancando por decirlo así, dicha capacidad del individuo a estos seres ficticios [las personas colectivas compuestas por varios individuos físicos] se les llama personas jurídicas, es decir, personas que no existen sino para fines jurídicos"" Afirma (Savigny) que las únicas personas existentes en el mundo real son las personas físicas, que, en cambio, “las personas jurídicas son creaciones del legislador justificadas por el interés social que ellas despiertan en la comunidad. Por ello, el legislador es quien tiene el derecho de someter esta clase de personas a su vigilancia y, según el caso, hasta puede quitarles su personalidad y disolverla (....) es imperioso aclarar que la teoría de las ficciones se nutre del concepto de derecho subjetivo, es decir, el derecho importa un poder de obrar atribuido a la voluntad, en consecuencia, sujeto de derecho sólo puede ser el hombre, ya que es el único dotado de ella". Por ende, las personas jurídicas son una ficción. Son una construcción del legislador. Carecen de voluntad personal. Esta teoría conocida como teoría de la ficción, se contrapone abiertamente a la idea de responsabilizar penalmente a las personas jurídicas ya que son seres ficticios creados por el legislador. Si tienen un derecho limitado y carecen de voluntad, carecen entonces de individualidad propia y, por lo tanto, no le serían imputables los actos penales cometidos por las personas físicas que constituyen su entramado ficcional. IX. 3. TEORÍA DE LA REALIDAD: Como reacción a la teoría de la ficción y contraponiéndose a ella, GIERKE elabora la teoría de realidad, en cuya base teórica acepta su existencia, como asimismo la responsabilidad penal de las personas jurídicas. Estas deben concebirse como una persona real y no simplemente “como si” fuera una persona. https://www.monografias.com/trabajos7/tain/tain.shtml https://www.monografias.com/trabajos910/comunidades-de-hombres/comunidades-de-hombres.shtml https://www.monografias.com/trabajos901/debate-multicultural-etnia-clase-nacion/debate-multicultural-etnia-clase-nacion.shtml https://www.monografias.com/trabajos14/personalidad/personalidad.shtml https://www.monografias.com/trabajos4/epistemologia/epistemologia.shtml https://www.monografias.com/trabajos10/teca/teca.shtml https://www.monografias.com/trabajos35/el-poder/el-poder.shtml https://www.monografias.com/trabajos15/fundamento-ontologico/fundamento-ontologico.shtml 25 Para esta teoría, la persona jurídica es una persona real que está formada por seres humanos reunidos y organizados para obtener determinados fines que traspasan la esfera de los intereses individuales. Cuentan con fuerza de voluntad y de acción, que no esuna simple suma de voluntades humanas, sino, por el contrario, es una voluntad nueva y superior. Se trata de una voluntad social, distinta a la de los individuos. Tienen su propio patrimonio diferente al de los miembros que conforman la persona jurídica, así como su propia organización y dirección que es del colectivo, que puede tomar determinaciones distintas de las que tomarían algunos de sus integrantes. Por ende, no podemos pensar que solo tienen voluntad y personalidad los miembros que la conforman. Una persona jurídica tiene personalidad y voluntad propia y diferente a la de sus integrantes. La teoría de la realidad admite la penalización a las personas jurídicas ya que acepta sin reparos la existencia de un ser nuevo, autónomo, independiente de las personas que lo conforman, con voluntad propia y con evidente capacidad de acción volitiva. IX. 4. TEORÍA DE KELSEN: La resumimos en las siete proposiciones que propuso Carlos Nino (2003:228): 1) No hay diferencia substancial entre la persona individual y la colectiva. 2) Tanto la persona individual como la colectiva consisten en conjuntos de normas. La diferencia reside en que, mientras en el caso de la persona individual las normas se refieren a un solo ser humano físico, en el de la persona colectiva se refieren a un grupo de ellos. 3) Los únicos que pueden ser titulares de derechos y obligaciones son los seres humanos, es decir sujetos últimos de imputaciones jurídicas. No hay otras entidades, ni reales ni ficticias que puedan ser sujetos últimos de relaciones jurídicas. 4) Sin embargo, muchas veces la ciencia jurídica por conveniencia técnica en la presentación del derecho personifica a los conjuntos normativos, imputándoles actos de ejercicio de derechos y cumplimiento o incumplimiento de deberes realizados por ciertos seres humanos. https://www.monografias.com/trabajos12/eleynewt/eleynewt.shtml https://www.monografias.com/trabajos35/categoria-accion/categoria-accion.shtml 26 5) El órgano de una persona jurídica es el individuo o grupo de individuos al cual le son imputables concretamente las consecuencias de los actos concretados en “representación” de la persona jurídica, en virtud del juego de imputaciones que el sistema jurídico crea. 6) En el caso de las personas individuales, las normas estatales establecen no solamente un conjunto de derechos y obligaciones —elemento material— sino también quiénes son sus titulares —elemento personal—. Cuando se trata de una persona colectiva, las normas estatales sólo determinan el elemento material, delegando la función de establecer quiénes son los sujetos de las relaciones jurídicas al estatuto de la sociedad. 7) Las sociedades, asociaciones, universidades, fundaciones, constituyen ordenamientos jurídicos parciales. El conjunto de las normas de un ordenamiento jurídico nacional, cuando está centralizado, configura el Estado, que también es una persona jurídica. Esto quiere decir que "Estado" y "derecho" se identifican cuando se refieren a un sistema centralizado, pues ambas expresiones hacen referencia al conjunto total de normas jurídicas nacionales. En síntesis, para Kelsen, la persona es un centro de imputación de normas. Es una construcción “normativa”. Una técnica de organización para el funcionamiento de la sociedad. Aclara Nino (2003:230) que: “para Kelsen la expresión "persona jurídica" no denota una especie de hombre fantasmal sino algo real, o sea un conjunto de normas a las cuales los juristas atribuyen los actos de los individuos que actúan de acuerdo con ellas.” La podemos vincular con la teoría de la ficción a partir de la negación de su antropomorfización. Podría, por último, abordarse como “enfoque más plausible: (el de) la persona jurídica como una construcción lógica”. Las teorías que se han mencionado tienen en común, como dice Hart, el suponer que un término no tiene función alguna en un sistema lingüístico si no hace referencia a alguna entidad (es lo que hemos analizado ya respecto de las propuestas del Círculo de Viena). Las teorías que niegan la existencia de personas jurídicas llegan a tal conclusión a partir de no poder determinar qué hechos denota la expresión "persona jurídica". La teoría de la ficción coincide con la anterior en que la expresión en cuestión no tiene denotación real, pero sostiene que los juristas le asignan 27 una fingida. Las teorías "realistas" atribuyen a "persona jurídica" una referencia a hechos no verificables empíricamente. El propio Kelsen se siente obligado a atribuir a la expresión una referencia a ciertas entidades, o sea, a sistemas normativos. No obstante, sostengo, los sistemas normativos son precisamente esos “sistemas” creados al interior de la cultura humana, y mediante los cuales los seres humanos se dan organización en el intento de proveerse de previsibilidad en sus acciones. En tal sentido “son” una entidad, tan verificable empíricamente como la existencia de un animal o un átomo. CONCEPTO DE PERSONA JURÍDICA EN EL SISTEMA JURÍDICO VIGENTE Conviene entonces analizar, desde esta perspectiva, los cambios habidos en nuestra legislación, para acercarnos a un caso concreto del derecho positivo. En efecto, en el curso de estos últimos años, hubo modificaciones sustanciales en el derecho civil y comercial y en el derecho penal que expresan una nueva concepción de persona jurídica. El viejo Código Civil redactado por Dalmacio Vélez Sarsfield, a pedido del gobierno nacional para ser presentado al Congreso (y que entrara en vigencia en 1871), derogado y sustituido por el nuevo Código Civil y Comercial de la Nación (en 2015), establecía en el Art. 30 que personas son “todos los entes susceptibles de adquirir derechos y contraer obligaciones”. En el Art. 31, distinguía entre personas “de una existencia ideal o de una existencia visible”. Recurría así al sistema “binario” que diferenciaba a las personas humanas (visibles) de las personas jurídicas (ideales). El Art. 32, a su vez, especificaba que: “Todos los entes susceptibles de adquirir derechos, o contraer obligaciones, que no son personas de existencia visible, son personas de existencia ideal, o personas jurídicas.” Aludía a la aptitud de un conjunto de entes que no podían ser comprendidos como personas de existencia visible. Es decir, que las definía, por exclusión o por defecto. Entendía por personas de existencia visible, en el Art. 51, “Todos los entes que presentasen signos característicos de humanidad, sin distinción de cualidades o accidentes, son personas de existencia visible.” Está claro que Vélez Sarsfield seguía al jurista brasileño Freitas, que, a su vez, se fundó en los estudios de Savigny. 28 El nuevo Código Civil y Comercial (CCC) regula cuándo comienza a existir la “persona humana” para el ordenamiento jurídico. Pero no precisa qué entiende por persona humana. En el art. 141 del CCC, refiere a la persona como “categoría jurídica”. “Son personas jurídicas todos los entes a los cuales el ordenamiento jurídico les confiere aptitud para adquirir derechos y contraer obligaciones para el cumplimiento de su objeto y los fines de su creación”. Ningún sistema jurídico puede limitar la capacidad de los seres humanos por debajo de ciertos mínimos. La capacidad es la regla, la incapacidad la excepción. Esto es lo que pretende decir el nuevo CCC. Pero no niega que el derecho contiene limitaciones a la capacidad. Lo grave es que los estados suelen llevarlas a un punto inaceptable, pero eso es el debate político jurídico. Lo cierto es que el sistema del derecho consagra ese juego de “posibilidad/imposibilidad”. La personalidad diferenciada se detalla en el art. 143, cuando manifiesta la regla de separación de patrimonios: el de la Persona Jurídica y el de sus miembros. Ahora bien, cuando los actos excedan el objeto, no serán imputables a la personajurídica. La responsabilidad es directa para quien los haya realizado. En el código del 2015, se incorporó la denominada “inoponibilidad de la persona jurídica”, usada para situación de violación de la ley, del orden público, la buena fe, o para frustrar derechos de terceros. En estos casos, se habilita justamente la imputación directa a los socios, asociados, miembros o controlantes directos o indirectos quienes responderán solidaria e ilimitadamente por los perjuicios causados. La desestimación de la personalidad, cuando hay un ejercicio abusivo, conocida como teoría del “desgarramiento del velo”, tuvo dos fallos ejemplares: “Swift” y “Parke Davis”, que luego fueron seguidos por los más diversos tribunales del país. En el caso “Swift”, la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en septiembre de 1973, afirmó que “El régimen de la personalidad no puede utilizarse en contra de los intereses superiores de la sociedad ni de los derechos de los terceros”. Por lo tanto, debía dar primacía a la realidad subyacente detrás de la personalidad societaria. Como el mismo Nissen enseña, el ordenamiento jurídico no puede reconocer a 29 una sociedad constituida al sólo fin de crear un instrumento técnico totalmente vaciado de contenido, pues ello se opone a los principios que configuran la personalidad jurídica. Del mismo modo, declaró la inoponibilidad de la personalidad de una sociedad en casos que, sin causa ilícita ni fraude, exhibía un fin extrasocietario, que encaja con la doctrina del abuso del derecho. Por otra parte recientemente, en 2017, se aprobó y sancionó la responsabilidad penal de las personas jurídicas por Ley Nacional N° 27401, aplicable a las personas jurídicas privadas, que cometan cohecho, tráfico de influencias, concusión, enriquecimiento ilícito de funcionarios y empleados, balances e informes falsos agravados. Las sanciones penales que pueden recaer sobre ellas, son multas, suspensión, publicación de sentencia, etcétera. Antes, no había penalización de las personas jurídicas. Esta sola lectura, nos hace reflexionar sobre cambios en la teoría de persona que subyace en el nuevo ordenamiento jurídico vigente. Hay prácticamente consenso entre los estudiosos del derecho, respecto de que la concepción de persona que primaba en el derogado Código Civil era la teoría de la ficción. Pero la nueva normativa, concuerda más con la teoría kelseniana, esto es que se trata de “un centro de imputación de normas”. Hay variados ejemplos de estas personas jurídicas: Una sociedad anónima, o de responsabilidad limitada o una cooperativa, una asociación civil o una fundación, o el Estado o la Iglesia o la Universidad. La complejidad de las personas jurídicas, se visualiza a través de los diversos marcos teóricos que surgieron. Desde lo que niegan su existencia, hasta los que piensan que es una ficción o los que proponen que no hay diferencias sustanciales entre personas jurídicas y personas humanas. X. Capacidad de las personas. Al abordar este tema, comienza Nino (2003: 217) aclarando que: “La palabra "capacidad" tiene, en el lenguaje ordinario, un significado relacionado con la posibilidad y la habilidad para actuar. Aun dentro de este marco general, en el uso común del lenguaje es posible encontrar varios sentidos diferentes, aunque ligados entre sí, de "capacidad". No 30 es lo mismo decir "Juan es un hombre capaz" que afirmar "Juan es capaz de escalar una montaña" o decir "Juan es capaz de negar los hechos más obvios".” El Código Civil y Comercial en su Art. 1 establece que los casos civiles y comerciales deben resolverse aplicando las disposiciones de este nuevo código de conformidad con la Constitución Nacional y los Tratados de Derechos Humanos. Este proceso se ha llamado proceso de constitucionalización o humanización del derecho privado y por ende, en las relaciones entre particulares, rigen los principios de no discriminación, de respeto de los derechos de la persona y su diversidad. De este nuevo enfoque, se derivan varias reformas. En el Libro Primero, dentro del Título I, sobre Persona Humana, se estudia el concepto de capacidad que significa la aptitud para ser titular de derechos y obligaciones. Es lo que llamamos capacidad de derecho. No se refiere a la capacidad como atributo, sino que implica un auténtico derecho humano. Así surge de la doctrina del Tribunal Europeo de Derechos Humanos como de la doctrina de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Por ende, no son aceptables pactos o contratos que traten de menoscabar esta capacidad. Es una cuestión de orden público, es decir que compromete el interés superior. Normas imperativas confieren esta idoneidad para ser titular de derechos y obligaciones. La capacidad de derecho determina que todas las personas son idóneas para el goce de derechos con la salvedad de las restricciones estipuladas a través de la ley, como dicen juristas franceses (entre ellos, Mazeaud y Josserand). La doctrina alemana (los juristas Larenz y Lehemann), difundió los términos de “capacidad jurídica”, como más apropiado que el uso de “capacidad de goce”. En la doctrina italiana, rescatamos las definiciones de autores como Zatti y Colussi para quienes se trata de la actitud de ser titular de derechos y obligaciones; o de Trimarchi, como la capacidad de ser sujeto de derecho y obligaciones o de Rescigno, para quien se trata de la titularidad actual o potencial de relaciones jurídicas. En suma, si despojamos los giros verbales, como lo propondría el programa de Viena, nos resta la posibilidad de que a 31 una persona le sean imputadas consecuencias jurídicas sea para imponerle deberes jurídicos, sea para otorgarles derechos subjetivos, que son su correlato lógico. Desde el momento mismo de su existencia, una persona puede reclamar alimentos o el derecho a la salud. Tendrá además derecho a un nombre, a una familia, a una nacionalidad, al nivel adecuado – al óptimo – de vida. Por lo tanto, a ninguna persona se le pueden negar todos los derechos. Las limitaciones no pueden ser totales respecto de la capacidad de derecho. Aún las personas privadas de libertad, gozan de todos sus derechos. Solo perdieron el derecho a la libertad ambulatoria (podemos ver la analogía con la situación de todos los habitantes del país en las condiciones del aislamiento físico obligatorio impuesto para contener la pandemia de coronavirus en el presente año (2020). Aunque en otras sociedades, sí hubo estas restricciones totales: la muerte civil que consistía en la privación absoluta de derechos, una pena que se imponía a los reos en ciertas legislaciones antiguas. Los esclavos no eran reconocidos como personas y por ende tampoco gozaban de capacidad (tal era el caso en el derecho romano, en el que eran considerados “res” es decir como una cosa, y como tal susceptibles de comercio, y lo fueron hasta avanzado el siglo XIX en el marco del colonialismo e imperialismo de muchas potencias mundiales). En cambio, hoy todo ser humano es considerado persona, y por ello tiene reconocida su capacidad jurídica. La capacidad de hecho o de ejercicio, es la aptitud para hacer actos con validez y efectos jurídicos. Como enseña el Profesor Douglas Price: “Es la posibilidad de realizar acciones que determinen consecuencias jurídicas”, esto es la de realizar hechos humanos que, por el entrelazamiento de condiciones y consecuencias que produce el sistema jurídico, resulta en un deber para unas personas y un derecho para otras, comprendiendo entre los deberes incluso aquél de los jueces de imponer sanciones. Es el conjunto de características psicofísicas que el sistema jurídico reconoce como relevantes para adjudicar la posibilidad de imputar consecuencias jurídicas. Un niño de un año no está por ejemplo en condiciones de promover una demanda reclamando alimentos. No tiene la 32 capacidadpara obrar. Solo podrá hacerlo mediante un representante legal, pero no puede hacerlo por sí mismo.” El Código Civil y Comercial estipula en el Artículo 23 que: “Capacidad de ejercicio. Toda persona humana puede ejercer por sí misma sus derechos, excepto las limitaciones expresamente previstas en este Código y en una sentencia judicial.” Esas excepciones están vinculadas a la edad y a la salud. Entonces, podemos concluir que el principio general es la capacidad, con las únicas excepciones que prevé el Código y las dispuestas en una sentencia judicial. En el viejo Código, se hacían muchas distinciones sobre incapacidad. Diferenciaba entre incapacidades de hecho absolutas y relativas. Las primeras, privaban en forma total la aptitud de ejercer derechos por sí mismo: aquí se incluían las personas por nacer, los menores impúberes (menores de 14 años), los “dementes” y “los sordomudos que no saben darse a entender por escrito” (art. 54 CC). La incapacidad de hecho relativa era la propia de “menores adultos” (entre 14 y 18 años). El nuevo Código incorpora la primacía de la capacidad de ejercicio. Toda persona tiene el derecho de ejercer por sí los actos jurídicos, salvo un número menor de excepciones que son las establecidas en la norma. La regla es la capacidad. La Ley Nacional N° 26.657 de Salud Mental, estableció concordantemente en sus arts. 3 y 5 la presunción de capacidad de la persona, independiente de su condición de salud mental, sus antecedentes de tratamiento hospitalario, conflictos familiares, sociales o inadecuación cultural. Este texto se ajusta a las normas de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad que fue ratificado mediante Ley Nacional 26.378. El Código establece un nuevo paradigma conocido como modelo social que tiende a asegurar la mayor autonomía posible para las personas con discapacidad cuyos problemas más frecuentes son las barreras que impone el entorno, ya sea barreras comunicacionales, edilicias, actitudinales, procesales. Toda barrera obstaculiza el ejercicio de los derechos en igualdad de condiciones con las demás. 33 Pero si limitan la capacidad jurídica, el Juez debe indicar para qué actos es necesario que tenga apoyos, medidas adoptadas tendientes a tomar decisiones. Si hay declaración de incapacidad, se designa un curador que tomará las decisiones por esa persona. Estas limitaciones no duran eternamente. La sentencia que limita la capacidad debe ser revisada periódicamente. La capacidad no solo es u término de importancia en el derecho civil. También, tiene importancia en el derecho penal. “El tema de la capacidad también es relevante en el derecho penal. Para que una pena sea aplicable a quien cometió un delito, el sujeto debe ser capaz, o "imputable"….” (Nino, 2003: 220) Hoy parece cerrado el debate sobre la baja de edad de imputabilidad que se incluyó en el proyecto de ley de responsabilidad penal juvenil. Por el momento, rige una norma sancionada en la época de la dictadura y que no recepta las garantías procesales. Hay un consenso en incluir los derechos y garantías de adolescentes. Pero la discusión se ha centrado en la edad de imputabilidad. Si se mantiene la edad de 16 años para la responsabilidad penal o si se admite la propuesta de bajar a los 15 años. Esta última propuesta modifica las recomendaciones de los organismos internacionales y nacionales de derechos humanos y en especial el principio de no regresividad. (En el orden internacional, priman principios como el de no regresividad. Los Tratados Internacionales de Derechos Humanos establecen ciertas reglas o estándares que constituyen un conjunto de derechos mínimos, en los que se acordó, en base al principio de progresividad, que no se debe retroceder). XI. Competencia: Para Nino (2003:222) es un concepto análogo al de capacidad civil. En ese sentido, puede considerarse como una autorización para crear normas o, expresado en palabras de Hohfeld (cuya propuesta analizaremos seguidamente), es la capacidad para modificar la situación jurídica de otras personas. El término capacidad, está vinculado con la autonomía. Por ejemplo, un joven puede decidir obrar en su defensa. La competencia, resalta Nino, está vinculada a la capacidad 34 para obligar a otras personas. Marca una heteronomía. Ejemplos: Un juez puede dictar una sentencia ordenando la inhabilitación para conducir a un automovilista imprudente: “[…] Se habla en algunos casos, y sobre todo en relación con la función de ciertos órganos comunitarios, especialmente, de los órganos judiciales y administrativos, de su "jurisdicción" o "competencia".” (Kelsen 1962:160). Se trata, en suma, de la facultad de producir normas jurídicas o de aplicarlas. La competencia es previamente asignada en una norma jurídica que otorga ese derecho - deber. En esta etapa democrática, se ha subrayado que no es solo una potestad sino que también es un deber. Sin duda, como advierte Nino (2003:223) “está relacionada con la organización política de una sociedad.” Está dada por normas que se extraen principalmente de normas constitucionales. Si una persona alienada dictara una norma y pretendiere erigirse como el representante legal de un país, sin respetar el procedimiento establecido legalmente, puede considerarse sin mucho inconveniente, esa supuesta norma dictada como nula a priori o como inexistente. Porque nadie le ha atribuido competencia para ejercer la función de la presidencia. Lo mismo ocurre con un funcionario que actúa fuera de su competencia. Por ejemplo, un presidente que pretende ratificar un tratado internacional sin dar ninguna participación al Congreso o Legislatura nacional, cuando la Constitución indica que es ésta la que debe ratificar los mencionados tratados. La facultad que le reconocen a la persona que le dan la competencia, no es ilimitada. Así, un presidente o un legislador o un juez resuelven dentro de las facultades delimitadas que le otorgaron. 35 XII. LA TEORÍA DE WESLEY HOHFELD SOBRE LOS CONCEPTOS JURÍDICOS FUNDAMENTALES. XII.a Introducción Wesley Hohfeld escribe, en el año 1913, la célebre teoría sobre los conceptos jurídicos fundamentales. Este artículo que adquiere tanta fama en el mundo académico, fue elaborado en un contexto de surgimiento de la filosofía analítica norteamericana. En esa investigación, parte de la observación de que uno de los mayores obstáculos en la teoría del derecho, era la ausencia de una comprensión clara, de una enunciación precisa y de la solución adecuada de los problemas jurídicos. Procura recoger el núcleo estructural de conceptos que se verifican en los usos y prácticas cotidianas de los operadores jurídicos. En general, hasta ese momento en el mundo anglosajón, el lenguaje jurídico se lo reducía en las explicaciones a dos conceptos: derechos y deberes, que, por otra parte, resultaban vagos y ambiguos. Hohfeld sustituye esa simplificación por un esquema más complejo de ocho categorías irreductibles, que están en el mismo nivel y que, a su vez, permiten definir los demás conceptos habitualmente usados por los operadores. No solo advierte la relevancia de esos ocho conceptos, sino que, además, visualiza las relaciones conceptuales entre sí. Unos y otros se definen a través de una conexión correlativa u opuesta con otro concepto del mismo esquema. Hohfeld distingue entre relaciones correlativas y relaciones opuestas. Los conceptos correlativos, presentan una conexión conceptual de manera que la definición de uno está implícita en la definición del otro. Por ende, son complementarios. Los conceptos opuestos son contradictorios. Uno es una negación de otro Lógicamente podemos decir que, un concepto “A” es correlativo de “B” si la definición de B está implícita en la definición de A, de manera que se complementan y no se contradicen. Por el
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