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8.1 Farmacología de las Hormonas Tiroideas y Farmacos Antitiroideos. 2014

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FARMACOLOGIA I 
 
FARMACOLOGIA DE LAS 
HORMONAS TIROIDEAS Y 
FARMACOS ANTITIROIDEOS 
 
 
GRUPO DE FARMACOLOÍA ENDOCRINOLÓGICA 
 
COORDINADOR: Dr. Alexis Mejías Delamano 
Colaborador: Dr. Santiago Andrés Frid 
 
 
TERCERA CATEDRA DE FARMACOLOGÍA 
FACULTAD DE MEDICINA 
UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES (U.B.A.) 
 
 AÑO 2014 
2 
 
Farmacología de las Hormonas Tiroideas y Fármacos Antitiroideos. Terapia 
del Cáncer de Tiroides 
Tercera Edición. Año 2014 
 
Autores 
Mejías Delamano, Alexis 
Médico (U.B.A.) 
Médico Residente de Psiquiatría, Hospital Zonal General de Agudos “Manuel Belgrano”, Partido de General 
San Martin, Provincia de Buenos Aires 
Médico Especialista en Medicina de la Industria Farmacéutica (U.B.A.) 
Jefe de Trabajos Prácticos, Tercera Cátedra del Departamento de Farmacología, Facultad de Medicina, 
Universidad de Buenos Aires (U.B.A.) 
 
Frid, Santiago Andrés 
Médico (U.B.A.) 
Médico Residente de Endocrinología, Unidad Asistencial por + Salud Dr. Cesar Milstein, Ciudad Autónoma de 
Buenos Aires 
Ayudante de Primera, Tercera Cátedra del Departamento de Farmacología, Facultad de Medicina, 
Universidad de Buenos Aires (U.B.A.) 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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INDICE TEMATICO 
 Página 
 
Introducción............................................................................................................... 4 
 
Glándula Tiroides y Hormonas Tiroideas………………………………..………..….. 4 
 
Síntesis de las Hormonas Tiroideas.......................................................................... 6 
 
Conversión de tiroxina (T4) a triyodotironina (T3) en los tejidos periféricos…..….. 9 
 
Transporte plasmático de las Hormonas Tiroideas……………………………..…… 10 
 
Mecanismo de acción de las Hormonas Tiroideas……………………………...…… 11 
 
Acciones Farmacológicas de las Hormonas Tiroideas.............................................. 11 
 
Farmacocinética de las Hormonas Tiroideas…......................................................... 15 
 
Indicaciones terapéuticas……………………………………………………….……… 16 
 
Patologías de las Hormonas Tiroideas………………………………………….......... 17 
 
Hipotiroidismo............................................................................................................ 17 
 
Hipertiroidismo........................................................................................................... 19 
 
Drogas antitiroideas…............................................................................................... 20 
 
Drogas que disminuyen la síntesis de hormonas tiroideas....................................... 21 
 
Drogas que disminuyen la liberación de hormonas tiroideas................................... 24 
 
Drogas que inhiben la conversión periférica de T4 a T3............................................ 27 
 
Drogas que inhiben las acciones periféricas de las hormonas 
tiroideas..................................................................................................................... 28 
Bibliografía consultada…………………………………………………………………. 28 
 
 
4 
 
FARMACOLOGÍA DE LAS HORMONAS 
TIROIDEAS Y FARMACOS ANTITIROIDEOS. 
 
Introducción 
 
La glándula tiroides, como otros órganos endocrinos, puede secretar hormonas en menor 
o mayor cantidad, de acuerdo a las distintas condiciones fisiológicas o patológicas. En 
relación a los primeros indicios de utilidad de las hormonas tiroideas en la práctica clínica, 
Murray en el año 1891 advirtió que Betancourt y Serrano de Lisbon habían informado la 
mejoría de un paciente mixedematoso luego del transplante de una glándula tiroides de 
oveja bajo su mama. Murray encontró razonable creer que una mejoría similar podría 
producirse mediante la inyección de un extracto de glándula tiroidea. Murray remojó los 
cortes de tiroides de oveja en glicerina fenolizada durante 24 horas, los filtró a través de 
un pañuelo esterilizado y los inyectó en una mujer mixedematosa. Las inyecciones 
repetidas trajeron una mejoría clínica evidente. Luego se administraron estas 
preparaciones por boca. Estos preparados han sido reemplazados a través de la síntesis 
química por las hormonas tiroideas puras: T3 (triyodotironina) y T4 (tiroxina). 
 
Glándula Tiroides y Hormonas Tiroideas 
 
La glándula tiroides de un adulto pesa 15-20 gramos, contiene 2 lóbulos unidos por un 
istmo que envuelven las caras anterolaterales derecha e izquierda de la tráquea. La 
gandula tiroides se sitúa inmediatamente por debajo y por delante de los cartílagos 
laríngeos. Se encuentra a medio camino de la escotadura yugular y el cartílago tiroides. 
Histológicamente, está formada por 2 tipos de células con función endocrina: las células C 
o parafoliculares que segregan calcitonina, un polipéptido que interviene en el 
metabolismo del calcio y fosforo y por las células foliculares (también llamadas tirocitos) 
que producen las hormonas fenólicas de bajo peso molecular, derivadas de la tirosina: la 
tiroxina (T4) y la triyodotironina (T3), denominadas hormonas tiroideas. Las hormonas 
tiroideas son esenciales para el crecimiento y el desarrollo normal de diferentes tejidos y 
órganos cumpliendo un rol importante en el metabolismo energético. (Ver figura 1) 
 
 Figura 1 – Glándula tiroides y sus relaciones anatómicas 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
5 
 
La glándula tiroides se encuentra regulada por el eje hipotálamo-hipofiso-glandular. El 
hipotálamo segrega la hormona liberadora de tirotrofina (TRH) o protirrelina, un tripéptido 
cíclico que actúa sobre los receptores adenohipofisarios estimulando la liberación de 
tirotrofina (TSH) y la prolactina. La hormona liberadora de tirotrofina (TRH) se une a los 
receptores en la membrana plasmática de las células tirotropas de la adenohipófisis, 
acoplados a la proteína G estimulando la hidrólisis del fosfatidilinositol (PI) con el 
consecuente aumento del calcio intracelular y la activación de la proteinquinasa C. Esto 
genera el aumento de la liberación y síntesis de la TSH. Asimismo, la TRH presenta 
diversos efectos sobre la conducta, la termorregulación, el tono del sistema nervioso 
autónomo (SNA), la función cardiovascular y la presión arterial. 
 
La tirotrofina (TSH), una glucoproteína de 2 cadenas α y β, es sintetizada por las células 
tirotropas de la adenohipófisis. La tirotrofina interacciona con los receptores en la glándula 
tiroides acoplados a la adenililciclasa (AC) desencadenando la formación local de AMPc. 
Como resultado de esta interacción, se estimula la síntesis y liberación de hormonas 
tiroideas, como así también, el tropismo (aumento del número y tamaño de las células 
foliculares) y la vascularización de la glándula tiroides. Además, la tirotrofina estimula la 
captación de yodo por la gandula tiroides y su utilización en la síntesis de las hormonas 
tiroideas, favorece la proteólisis de la tiroglobulina y la liberación de T3 y T4 a la sangre. 
(Ver Figura 2) 
 
 Figura 2 –Regulación del eje hipotálamo-hipofisario-tiroideo 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
TRH: hormona liberadora de tirotrofina, IL-1: interleukina 1, NA: noradrenalina, TSH: tirotrofina 
 
6 
 
Síntesis de Hormonas Tiroideas 
 
Las hormonas tiroideas se sintetizan y almacenan como residuos de aminoácidos de 
tiroglobulina, una glucoproteína que constituye la mayor parte del coloide folicular de la 
glándula tiroides. Los principales pasos en la síntesis, almacenamiento, liberación e 
interconversión de las hormonas tiroideas son los siguientes (Ver Figuras 3 y 4): 
 
A) Captación de yodo 
 
El yodo ingerido en la dieta alcanza la circulación en forma de ion yoduro.La cantidad 
mínima de yodo en la dieta para no producir trastornos en la glándula tiroides (bocio y 
cretinismo) es de 50 µg/día. El yodo es un nutriente esencial que se encuentra 
predominantemente en forma de yoduro y su biodisponibilidad es muy alta, pero su 
contenido puede variar de una zona geográfica a otra. La yodación universal de la sal de 
mesa, es decir, la fortificación de toda la sal para consumo humano y animal, incluyendo 
la sal utilizada por la industria de la alimentación, es una forma eficaz para evitar el déficit 
de yodo. 
 
La captación de yoduro por la glándula tiroides es mediada por un transporte activo ya 
que éste ingresa a la glándula en contra de un gradiente de concentración (el cociente 
yodo en tiroides / yodo libre en plasma es de aproximadamente 30). Para dicho transporte 
activo, la glándula tiroides utiliza una bomba ligada a la ATPasa Na+ K+ dependiente, 
ubicada en la membrana basal de las células tiroideas, que es estimulada por la tirotrofina 
y controlado, también, por un mecanismo autorregulador. Las reservas disminuidas de 
yoduro en la glándula tiroides aumentan la captación de este último y el aporte excesivo la 
disminuye. La glándula puede alcanzar concentraciones de yoduro tan elevadas como 
200 veces la concentración plasmática. 
 
Una vez dentro del citoplasma de la célula folicular, el yoduro atraviesa la membrana 
apical para llegar al coloide, sustancia que se encuentra en la luz folicular y que contiene 
la tiroglobulina, una proteína fundamental para la síntesis de las hormonas tiroideas. 
 
B) Oxidación del yoduro (organificación) 
 
La oxidación del yoduro (I-) hacia su forma activa (yodo orgánico I2) se lleva a cabo 
mediante la acción de la enzima peroxidasa tiroidea ubicada en la membrana apical. Esta 
enzima contiene un grupo hem que utiliza como oxidante al peróxido de hidrógeno (H2O2). 
 
C) Yodación 
 
Como se mencionó anteriormente, la tiroglobulina es el principal componente del coloide y 
es el precursor del cual se forman las hormonas tiroideas. Una vez organificado el yodo, 
por acción de la enzima peroxidasa tiroidea, se produce la yodinación de los residuos de 
7 
 
tirosina de la tiroglobulina. Como resultado de este proceso, se obtendrán 
monoyodotirosinas (MIT) y diyodotirosinas (DIT), en ambos casos el residuo de tirosina 
permanece unido a la molécula de tiroglobulina. 
 
D) Acoplamiento 
 
Este paso es también catalizado por la enzima peroxidasa tiroidea. De esta manera, 
algunos de estos residuos yodotirosilos transfieren su anillo fenólico y lo acoplan a otras 
moléculas de yodotirosina en la tiroglobulina para formar diyodotironina (T2), 
triyodotironina (T3) o tetrayodotironina (T4). El acoplamiento de dos residuos de DIT 
forma la T4, mientras que la unión de un residuo de MIT y otro de DIT formara la T3. La 
proporción de T3 y T4 sintetizadas depende de la disponibilidad de yodo. Por lo tanto, en el 
caso de déficit de yodo, se produce más T3 que es más activa que la T4 y contiene menos 
yodo en su molécula. 
 
E) Proteólisis de la tiroglobulina y liberación de hormonas 
 
La tiroglobulina yodinada es almacenada en el coloide folicular aguardando el quinto paso 
en el cual se hidroliza la tiroglobulina. Una vez sintetizadas las hormonas, la tiroglubulina 
que las contiene junto con el coloide son endocitadas por un proceso de pinocitosis por la 
membrana apical de la célula folicular. Este mecanismo es estimulado por la TSH. De 
esta manera, la tiroglobulina aparece en el citoplasma de dicha célula como gotas de 
coloide intracelular que se fusionan con lisosomas que contiene enzimas proteolíticas que 
hidrolizan a la tiroglobulina. 
 
Producida la proteólisis de la tiroglobulina se obtendrán: T4, T3, DIT, MIT, fragmentos 
peptídicos y aminoácidos. Cabe destacar que cierta parte de la T3 que será liberada por la 
glándula tiroides deriva de la conversión a partir de la T4 por acción de la enzima 
desyodasa. Las hormonas tiroideas se liberan por la membrana basal de la célula, dicho 
paso es estimulado por la TSH. Los MIT y DIT que han escapado al paso de acoplamiento 
no son desechados. Una enzima llamada deshalogenasa (yodotirosil deshalogenasa) 
presente en la glándula tiroides remueve sus átomos de yoduro liberándolo junto con 
tirosina los cuales son reutilizados para la síntesis de nueva hormona. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
8 
 
Figura 3 – Esquema de los diferentes pasos de la síntesis de las hormonas tiroideas 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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 Figura 4 – Hormonas tiroideas (T4, T3, T3 reversa) 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
La inhibición de la 5´monodesyodinasa reduce la producción de T3 y el metabolismo de la T3r. 
En resumen, las acciones que dependen de la hormona tirotrofina (TSH) son las 
siguientes: 
 
 ingreso de yoduro a la glándula. 
 pinocitosis del coloide. 
 crecimiento y vascularización de la glándula 
 
Asimismo, dependen de la enzima peroxidasa tiroidea las siguientes acciones durante el 
proceso de síntesis de hormonas tiroideas: 
 
 oxidación del yoduro. 
 yodación de los residuos de tirosina de la tiroglobulina. 
 Acoplamiento de los residuos 
 
Conversión de tiroxina (T4) en triyodotironina (T3) en los tejidos 
periféricos 
 
Diariamente, se producen 70 a 90 µg de tiroxina (T4) y 15 a 30 µg de triyodotironina (T3). 
Si bien la glándula tiroidea secreta una cierta cantidad de T3, el 80 % de ésta deriva de la 
conversión periférica a partir de T4. Esto es muy importante ya que, si bien la glándula 
tiroides produce principalmente T4, la hormona metabólicamente activa es la T3. El paso 
metabólico para la transformación de T4 en T3 es catalizado por la enzima desyodinasa 
tipo I que produce la eliminación del yodo de la posición 5´ del anillo externo de la tirosina. 
Esta enzima también puede formar T3 reversa (una sustancia inactiva) por medio de la 5-
deyonidación del anillo más interno. La deyonidación de T3 producirá T2, también inactiva. 
El principal sitio de conversión fuera de la tiroides es el hígado, Por lo tanto, la principal 
10 
 
fuente de T3 en el plasma no es la hormona liberada desde la glándula tiroides, sino la T3 
que se origina de la deyonidación de la T4 en los tejidos periféricos. Esto es importante 
porque al administrar a un paciente hipotiroideo T4 también le estamos aportando 
indirectamente T3. Este hecho no ocurre si al paciente solamente se le indica la 
administración de T3. 
 
Casi todos los tejidos periféricos utilizan la T3 que deriva de la conversión de la T4 
circulante. En el cerebro y la hipófisis existe una producción local de T3 a partir de T4 por 
acción de la enzima desyodinasa tipo II. El yoduro liberado durante la deyonidación de las 
hormonas en los tejidos periféricos retorna en su mayoría al plasma y es recaptado 
nuevamente por la glándula tiroides, formando parte del pool de yodo junto con el que es 
ingerido con el agua y los alimentos. La desyodinasa tipo I puede ser inhibida por las 
siguientes sustancias: propiltiouracilo (PTU), propranolol, amiodarona, glucocorticoides 
(principalmente la dexametasona), el ácido yopanoico y el carbonato de litio. 
 
 
 
Transporte plasmático de las Hormonas Tiroideas 
 
Las hormonas tiroideas se encuentran en circulación unidas a proteínas plasmáticas, sin 
embargo, como el resto de los fármacos las moléculas que tienen actividad biológica son 
aquellas que están libres. El principal transportador de las hormonas tiroideas es la 
globulina ligadora de tiroxina (TBG – tiroxin binding globulin ), una glucoproteína que se 
une con gran afinidad a la T4 y con menor avidez a la T3. Otra proteína transportadora es 
la transtiretina (prealbúmina ligadora de T4, TBPA), que se une exclusivamente a la T4. 
Finalmente, la albúmina se une a ambas hormonas tiroideas con gran capacidad. La 
hipoalbuminemia se asocia avalores de T3 y T4 totales bajos, pero las concentraciones de 
hormona libre son normales. 
 
Cuando existe alguna alteración en las concentraciones de la TBG pueden existir 
alteraciones en la cantidad total de hormona tiroidea, pero la concentración de hormona 
libre se mantendrá intacta y los niveles de TSH normal. Las situaciones que generan un 
incremento de la cantidad de globulina ligadora de tiroxina (TBG) son las siguientes: 
hiperestrogenismo (embarazo, recién nacido, tratamiento con anticonceptivos orales), 
tratamiento con tamoxifeno, aumento de la síntesis hepática o disminución del clearance 
(hepatitis crónica activa, cirrosis biliar, porfiria) y, por último, causas hereditarias. Dentro 
de las causas de disminución de TBG se incluyen el hiperandrogenismo, la disminución 
de la síntesis hepática, el síndrome nefrótico, la acromegalia, la administración de 
glucocorticoides a dosis altas y causas hereditarias. 
 
 
 
11 
 
Mecanismo de acción de las Hormonas Tiroideas 
 
Las hormonas tiroideas son lipofílicas lo que facilita su entrada a las células a través de 
difusión pasiva. También ingresan a las células a través de transportadores específicos 
(MCY8 - monocarboxylate transporter 8). Las hormonas tiroideas se unen a los receptores 
que son miembros de la superfamilia de los receptores nucleares, que regulan la 
expresión de los genes que responden a las hormonas tiroideas. Estos receptores tienen 
una afinidad 10 veces menor por la T4 por lo que estos receptores se encuentran 
ocupados casi exclusivamente por la T3. Las isoformas de los receptores de las hormonas 
tiroideas (α1, β1 y β2) se unen a una secuencia oligonucleotídica hexamérica especifica 
de la región de regulación de la transcripción de los genes que responden a las hormonas 
tiroideas (ERHT - elementos de respuesta a las hormonas tiroideas) y modifican la 
expresión de estos genes (en forma positiva o negativa). 
 
Dentro de los genes regulados en forma positiva por las hormonas tiroideas se destacan 
la cadena pesada a de la miosina, el receptor adrenérgico β1, la proteína básica de la 
mielina, la bomba APTasa Na+/K+, el factor de crecimiento epidérmico, el factor de 
crecimiento de los nervios, la endotelina, fibronectina, los transportadores de glucosa 
(GLUT), el receptor de la lipoproteína de baja densidad (LDL), la enzima HMG-CoA 
reductasa, entre otros. Los genes que son regulados en forma negativa por las hormonas 
tiroideas son las siguientes: la subunidad α de la tirotrofina (TSH), la subunidad β de la 
TSH, la hormona liberadora de tirotropina (TRH), el receptor del factor de crecimiento 
epidérmico, la cadena pesada β de la miosina, el receptor β2 de la T3 y la molécula de 
adhesión de las células nerviosas. 
 
La hormonas tiroideas aumentan el consumo de oxigeno, la termogénesis y la expresión 
del receptor de las lipoproteínas de baja densidad (LDL), lo que conlleva una aceleración 
de la degradación del colesterol LDL. En el miocardio, la T3 aumenta la contractibilidad y 
la relajación de los miocitos al alterar la cadena pesada de la miosina y la enzima 
adenosin trifosfatasa (ATPasa) del retículo sarcoplásmico (ATPasa). En el sistema de 
conducción cardiaca, la T3 aumenta la frecuencia cardiaca al alterar la despolarización y 
repolarización del nodo sinoauricular. 
 
Acciones Farmacológicas de las Hormonas Tiroideas 
 
1. Desarrollo fetal 
 
Las acciones se inician en la primera mitad del embarazo (alrededor de la semana 11) y 
consisten en la estimulación del desarrollo cerebral y maduración del esqueleto. El déficit 
de hormonas tiroideas en esta etapa produce cretinismo, caracterizado por retardo mental 
y enanismo. Este cuadro clínico puede evitarse con el tratamiento precoz con hormonas 
tiroideas. 
12 
 
 
2. Acción calorígena 
 
Las hormonas tiroideas aumentan la actividad metabólica, el consumo de oxígeno y la 
producción de calor, principalmente a nivel de corazón, músculo esquelético, hígado y 
riñones. También incrementan el numero, tamaño y actividad de las mitocondrias con la 
consiguiente producción de ATP, como así también, la actividad de la bomba Na+/K+ 
ATPasa que potencia el transporte de dichos iones a través de la membrana plasmática 
de las células. Se estima que el 30% al 40% del consumo de oxigeno tiene origen en la 
estimulación de la contractilidad cardíaca. Esto se lleva a cabo mediante 2 mecanismos: 
 
1) aumento de la síntesis de ATPasa NA+/K+: al clivarse el ATP, parte de la energía se 
libera como calor 
2) aumento de la actividad de enzimas preexistentes en la mitocondria 
 
Cabe destacar que las acciones anteriormente descriptas no ocurren a nivel de cerebro, 
gónadas y bazo. 
 
Las hormonas tiroideas estimulan el metabolismo de los hidratos de carbono (absorción 
en el tubo digestivo, captación de glucosa por parte de las células, glucolisis, 
gluconeogénesis y secreción de insulina). Asimismo, estimulan el metabolismo de los 
lípidos mediante el incremento de la respuesta lipolítica de los adipocitos a las 
catecolaminas (adrenalina, noradrenalina) con la consecuente movilización de las grasas 
desde el tejido adiposo con un aumento de los niveles de ácidos grasos plasmáticos y una 
mayor oxidación de estos. Además, se observa una reducción de la concentración de 
colesterol plasmático por una mayor captación del colesterol LDL por el hígado y 
metabolización del colesterol a ácidos biliares. 
 
3. Acciones sobre el aparato cardiovascular 
 
A este nivel, las hormonas tiroideas tienen un efecto directo al aumentar la síntesis de la 
cadena pesada alfa y disminuir la de la cadena beta de la miosina, con lo cual mejora la 
contractilidad cardíaca. También produce un aumento de la transcripción de la enzima 
ATPasa de calcio; el efecto indirecto se da por inducir el aumento de los receptores 
adrenérgicos β1 por up regulation heterólogo de los mismos. Este aumento de la densidad 
de los receptores β1 (sensibilización a las catecolaminas) genera un aumento de la 
frecuencia cardiaca (taquicardia y palpitaciones). 
 
El incremento del metabolismo basal produce vasodilatación generalizada, especialmente 
en la piel, para poder eliminar el calor. La presión arterial media permanece normal, 
observándose una elevación de la presión arterial diferencial como consecuencia al 
aumento del flujo tisular entre los latidos cardiacos. 
 
13 
 
4. Acciones sobre el sistema nervioso central (SNC) 
 
La T4 y T3 penetran en el cerebro a través de transportadores específicos. La T4 se 
convierte en T3
 en las células de la glía, astrocitos y los tanicitos, aunque las principales 
células dianas son las neuronas y los oligodendrocitos en desarrollo. Las hormonas 
tiroideas actúan en el desarrollo y la maduración nerviosa. Las hormonas tiroideas 
estimulan la mielinización del sistema nervioso mediante la regulación de la expresión de 
la proteína básica de la mielina, participan en la histogénesis de las neuronas, la 
proliferación de los capilares axónicos y la sinapsis. 
 
Se ha observado que la falta de hormonas tiroideas durante el periodo de neurogénesis 
activa (hasta los 6 meses postparto) genera un retraso mental irreversible (cretinismo), 
que se acompaña de diversas alteraciones morfológicas del cerebro (anomalías de la 
migración neuronal, alteraciones de los axones y disminución de la sinaptogénesis). 
 
5. Acciones endocrinas 
 
Normalización de las funciones suprarrenales y de las alteraciones menstruales 
producidas en el hipotiroidismo, determinando un normal desarrollo de los caracteres 
sexuales secundarios. 
 
6. Acciones gastrointestinales 
 
Las hormonas tiroideas estimulan la motilidad intestinal y la secreción de fluidos 
digestivos. 
 
7. Acciones metabólicas 
 
 Metabolismo de proteínas: a dosis bajas y fisiológicas, las hormonas tiroideas 
estimulan la síntesis de proteínas, mientras que a dosis altas predomina elefecto 
catabólico con un balance de nitrógeno negativo y pérdida de masa muscular. 
 Metabolismo de hidratos de carbono: estimulan la síntesis de glucosa 
(gluconeogénesis), potencian la acción glucogenolítica e hiperglucemiante de la 
adrenalina y aumentan la absorción de glúcidos en el tubo digestivo. 
 Metabolismo lipídico: acción lipolítica mediante la estimulación de la adenilato ciclasa 
a nivel de la célula adiposa; estimulan el catabolismo del colesterol debido a un 
aumento de los receptores para LDL en las células (especialmente en el hígado). 
 
8. Acciones hematopoyéticas 
 
Aumentan el contenido de 2,3-difosfoglicerato en los eritrocitos, esto posibilita un aumento 
de la disociación de O2 de la hemoglobina y, de esta manera, aumenta su disponibilidad 
en los tejidos. 
14 
 
 
9. Acciones simpaticomiméticas 
 
Como ha sido mencionado, las hormonas tiroideas producen un up regulation heterólogo 
de los receptores adrenérgicos β1. Esto hace que todas las funciones simpáticas estén 
exacerbadas, sobre todo a nivel cardiovascular, muscular y del tejido adiposo. 
 
10. Acciones en el sistema esquelético 
 
Estimulan el recambio óseo, la reabsorción ósea y la formación de hueso. A su vez, 
estimulan el crecimiento lineal de los huesos y la erupción dentaria en el infante. 
 
11. Acciones neuromusculares 
 
El exceso de hormonas tiroideas produce un aumento en el recambio de proteínas y 
pérdida de tejido muscular que produce distintos tipos de miopatías. También existe 
aumento de la velocidad de contracción y relajación muscular. 
 
12. Función sexual 
 
Tanto el exceso como el déficit de hormonas tiroideas alteran la función sexual generando 
impotencia sexual, disminución de la libido, menorragia, polimenorrea o amenorrea. 
 
13. Glándula tiroidea y reproducción 
 
El exceso de hormonas tiroideas antes de la pubertad, da como resultado un retraso en la 
maduración sexual y, en la mujer, retrasa la aparición de la menarca. 
 
14. Glándula tiroides y embarazo 
 
Durante el embarazo hay un aumento de la captación de yodo por la tiroides, como así 
también, un incremento del tamaño de la glándula a causa de la hiperplasia y del aumento 
de la vascularización (bocio). Esto se debe a que la placenta segrega sustancias con 
actividad estimulante sobre la glándula tiroides. Estas sustancias son: la tirotrofina 
coriónica y la gonadotrofina coriónica humana (HCG). El aumento de la actividad tiroidea 
es compensado por un incremento en la producción de la globulina ligadora de tiroxina 
(TBG) gracias a los estrógenos. Cabe aclarar que si bien en el embarazo la T3 y T4 totales 
se encuentran aumentadas, la cantidad de hormona libre no se modifica. 
 
 
 
 
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FARMACOCINÉTICA DE LAS HORMONAS TIROIDEAS 
 
Absorción 
 
Las hormonas tiroideas se emplean principalmente por vía oral; existen también (para 
situaciones de emergencia) preparados de administración intravenosa. La T3 se absorbe 
casi totalmente en intestino delgado, mientras que T4 se absorbe del 50% al 70% y su 
absorción disminuye en presencia de alimentos. El comienzo de los efectos metabólicos 
clínicamente observables, como el aumento de la temperatura corporal o la frecuencia 
cardíaca es lento y se desarrolla en el transcurso de varios días. 
 
Distribución 
 
Es generalizada y le permiten cumplir con todas las funciones fisiológicas/farmacológicas. 
La T3 y T4 se unen a la globulina ligadora de tiroxina (TBG), y en menor medida, a una 
prealbúmina ligadora de tiroxina (TBPA o transtiretina) y a la albumina. La T3 tiene menos 
afinidad que la T4 por las proteínas plasmáticas, aunque es más activa que la T4, se 
metaboliza antes y su acción farmacológica es más fugaz. 
 
Metabolismo y excreción 
 
La eliminación de yodo del anillo externo de la T4 es el paso clave para la formación de la 
mayor parte de T3 circulante (hormona metabólicamente activa), este paso es 
extratiroideo y está regulado por la enzima 5´- desyodinasa tipo I. Esta enzima está 
presente en el hígado, riñón y la glándula tiroidea Este paso metabólico es inhibido por 
diversas sustancias: agentes oxidantes, un fármaco antitiroideo llamado propiltiouracilo 
(PTU), propranolol (antagonista no selectivo de los adrenorreceptores β), amiodarona 
(fármaco antiarrítmico), los glucocorticoides y el yopodato de Na+ (fármaco antitiroideo). 
 
La T4 también puede transformarse en 3, 5, 5’ triyodotironina (T3 reversa) que es 
metabólicamente inactiva. Este proceso se efectúa principalmente por medio de la 
deshalogenación. La producción de T3 o de T3 reversa dependerá de las necesidades 
hormonales del organismo, la dieta y de diversas enfermedades. Durante la vida fetal 
predomina la conversión de T4 en T3 reversa, lo que rápidamente cambia luego del 
nacimiento. Tanto T3 como T3 reversa pueden desyodinarse, a través de la desyodinasa 
tipo I a 3, 3’ diiodotironina (T2), un metabolito inactivo constituyente normal del plasma. La 
biotransformación continúa por medio de desaminación y descarboxilación de la cadena 
lateral y los procesos de conjugación del grupo fenólico. Algunos metabolitos conservan 
actividad (ácido tiroacético). La enzima desyodinasa tipo II, mucho más activa que la tipo 
I, se encuentra presente en el sistema nervioso central (SNC), tejido adiposo, musculo 
estriado, corazón, mama, placenta e hipófisis para mantener niveles adecuados de T3 en 
estos tejidos, amortiguando los cambios de la T3 intracelular en dichos tejidos, ya que 
16 
 
aumenta su concentración en el hipotiroidismo y disminuye en el hipertiroidismo. Cabe 
aclarar que esta enzima es resistente al propiltiouracilo (PTU). 
 
La tiroxina se elimina lentamente del organismo con una vida media de 6 a 7 días. En 
presencia de hipertiroidismo, la vida media se reduce a 3 o 4 días; en el caso del 
hipotiroidismo, la vida media se prolonga a 9 o 10 días. En el caso del embarazo, donde 
está aumentada la unión a proteínas plasmáticas, hay retraso de la depuración. La vida 
media de la T3 es tan solo de 1 día ya que ésta se une con menor avidez a las proteínas 
plasmáticas. 
 
El hígado es el sitio principal de depuración de las hormonas tiroideas sin deyodación de 
las mismas. Las T3 y T4 se conjugan con ácido glucurónico y sulfúrico por medio del grupo 
hidroxilo fenólico y se excretan en la bilis. Existe circulación enterohepática de las 
hormonas tiroideas, estas se liberan por hidrólisis de los conjugados en el intestino y se 
reabsorben. Una parte del material conjugado llega al colon sin cambios, se hidroliza ahí y 
se elimina en heces como compuestos libres. Alrededor del 20% de la tiroxina se elimina 
por heces. 
 
 
 
Indicaciones Terapéuticas 
 
Las hormonas tiroideas se utilizan como tratamiento de reemplazo en los pacientes con 
hipotiroidismo o cretinismo, para suprimir la liberación de TSH en los pacientes con bocio 
no tóxico, como terapia farmacológica de la tiroiditis de Hashimoto o el carcinoma de 
tiroides. También se administran hormonas tiroideas en determinados pacientes con 
hipotiroidismo subclínico (aumento de los niveles de TSH con leves síntomas de déficit de 
hormonas tiroideas), especialmente si presentan bocio, una patología tiroidea 
autoinmune, hipercolesterolemia, trastornos psiquiátricos, están embarazadas o 
presentan síntomas de hipotiroidismo. 
 
En resumen, las indicaciones terapéuticas de las diferentes preparaciones farmacéuticas 
de las hormonas tiroideas son: 
 
 Hipotiroidismo primario del adulto, del anciano y el embarazo 
 Hipotiroidismo primario subclínico 
 Hipotiroidismo neonatal 
 Hipotiroidismo de origen hipotalámico o hipofisario 
 Hipotiroidismo transitorio 
 Coma mixedematoso 
 Bocio simple 
 Nódulo tiroideo solitario 
 Bocio multinodular 
17 
 
 Prevención de la recurrencia del bocio tras tiroidectomía 
 Tratamiento del carcinoma tiroideo diferenciado de origen folicular Síndrome eutiroideo del paciente 
 Prevención del desarrollo de un hipotiroidismo subclínico durante el tratamiento de la 
tirotoxicosis con carbimazol (administración en forma de coadyuvante) 
 
Dosificación y posología 
 
La dosis de mantenimiento de la tiroxina es de 100-125 µg por día administrado por vía 
oral (1.6-2 µg/kg/día). En los adultos mayores se debe iniciar el tratamiento con dosis 
bajas. Siempre se debe tomar la tiroxina en ayunas, por lo menos 1 hora antes del 
desayuno. 
 
 
PATOLOGIAS DE LAS HORMONAS TIROIDEAS 
 
Existen 2 principales enfermedades que involucran al normal funcionamiento de las 
hormonas tiroideas: el hipotiroidismo y el hipertiroidismo. A continuación de resumirán las 
principales características de ambas patologías. 
 
 
HIPOTIROIDISMO 
 
Las hormonas tiroideas se utilizan en forma terapéutica, profiláctica y diagnóstica. Con 
indicación terapéutica, las hormonas tiroideas se utilizan para el tratamiento del 
hipotiroidismo. El hipotiroidismo es la situación clínica que se caracteriza por la falta de 
hormonas tiroideas en el organismo humano. La deficiencia de yodo continua siendo la 
causa más frecuente de hipotiroidismo en el mundo. En las áreas con suficiente yodo, en 
cuanto a la etiología, las causas tiroideas primarias constituyen un 95 % de los casos de 
hipotiroidismo, siendo la patología más frecuente la Tiroiditis de Hashimoto. Esta es una 
enfermedad autoinmunitaria que se caracteriza por la presencia de fibrosis de la glándula 
tiroides, la cual se encuentra retraída, con poca o ninguna función fisiológica. Es más 
frecuente en mujeres que en varones. Otra causa de importancia de hipotiroidismo es la 
ablación quirúrgica (tiroidectomía) o con yodo radiactivo de la glándula tiroides para tratar 
a los pacientes con hipertiroidismo, que como una consecuencia indeseada provoca un 
déficit de la hormona, la cual debe ser reemplazada. 
 
En cuanto a la falta de yodo en la ingesta, esta situación disminuye la hormonogénesis 
tiroidea lo que provocará la liberación de tirotrofina (TSH) que, a su vez, aumentará de 
tamaño la glándula (bocio) y promoverá captar con más avidez el yodo y sintetizar más 
hormonas tiroideas. De este modo, intentará mantener al paciente eutiroideo, pero si la 
baja ingesta de yodo persiste, el paciente se convierte en hipotiroideo. Actualmente, esta 
18 
 
causa de hipotiroidismo es poco observada gracias al agregado de yodo a la sal de mesa 
que permite que las cantidades del ion en la ingesta sean adecuadas. 
 
Los síntomas iniciales del hipotiroidismo suelen ser poco específicos como fatiga, letargia, 
debilidad, estreñimiento, intolerancia al frío y frialdad de las extremidades (manos y pies), 
rigidez muscular, disnea, trastornos menstruales (oligomenorrea, amenorrea, menorragia, 
galactorrea), disminución de la libido en ambos sexos, reducción del pulso arterial. Se 
observa una disminución de la actividad intelectual (dificultad para concentrarse y mala 
memoria), enlentecimiento motor, depresión, pérdida de apetito y aumento de peso 
(debido a la retención de líquidos en los tejidos mixedematosos). La piel se vuelve seca y 
áspera, se puede evidenciar edema en las extremidades sin fóvea, la voz se hace ronca y 
el pelo se cae. Si el cuadro evoluciona aparecerá amimia (falta de movimientos de la 
cara), palidez (debido a la presencia de anemia), edema periorbitario, macroglosia 
(aumento del tamaño de la lengua), enlentecimiento de los reflejos profundos, íleo 
adinámico (reducción de la intensidad y frecuencia de los movimientos del intestino) y/o 
obstrucción intestinal. Es frecuente la aparición de síndrome del túnel carpiano en los 
pacientes hipotiroideos. 
 
El paciente con un hipotiroidismo grave puede presentar el llamado coma mixedematoso, 
un cuadro clínico grave que pone en peligro su vida. Se caracteriza por la presencia de 
hipotermia extrema (24-33°C), reducción del nivel de conciencia, convulsiones, arreflexia, 
depresión respiratoria (con retención de CO2) y coma. Se desencadena por la exposición 
al frío, infecciones, realización de cirugía en un paciente hipotiroideo no tratado, 
suspensión brusca de la medicación en paciente hipotiroideo y por la administración de 
determinados fármacos (sedantes, antidepresivos, anestésicos). 
 
El objetivo de la terapia de sustitución hormonal es sencillo: reemplazar la producción 
endógena de hormonas tiroideas, evitar la tirotoxicosis iatrogénica en raras ocasiones y 
tratar las complicaciones sistémicas del hipotiroidismo grave. La tiroxina es un fármaco 
con un índice terapéutico estrecho. El tratamiento debe ser iniciado con dosis bajas de 
hormona tiroidea para evitar el desencadenamiento de angor (dolor precordial) sobre todo 
en pacientes ancianos y cardiópatas. Se comenzará con dosis de 25 µg de levotiroxina 
sódica (tiroxina o T4) por vía oral una vez al día y se irá incrementando la dosis cada 3-4 
semanas en 25 µg hasta lograr una dosis de mantenimiento. Una vez que el paciente se 
encuentre eutiroideo, la dosis se podrá incrementar si fuera necesario ya que entre los 
muchos procesos metabólicos que incrementa, se incluye aquellos que controlan su 
propia absorción y biotransformación. Este tratamiento de reposición generalmente es de 
por vida. Existe 2 situaciones clínicas en las que el tratamiento debe ser enérgico desde el 
comienzo y no progresivo: el hipotiroidismo congénito y el coma mixedematoso. En este 
último la terapia farmacológica se realizará en forma intravenosa en bolo (dosis única de 
500 picogramos). 
 
 
19 
 
HIPERTIROIDISMO 
 
Se define al hipertiroidismo como el aumento en la síntesis y liberación de hormonas 
tiroideas por la glándula tiroides. Como resultado de esto, los órganos se ven expuestos a 
grandes cantidades de hormona por lo que se producen cambios metabólicos específicos 
y alteraciones en sus funciones. Entre las principales causas de hipertiroidismo se 
encuentran: la enfermedad de Graves (la causa más frecuente de hipertiroidismo), el 
tumor hipofisario productor de TSH, el adenoma tóxico, el bocio tóxico multinodular y el 
carcinoma folicular de tiroides. La enfermedad e Graves tiene una prevalencia variable de 
acuerdo a las zonas geográficas por el nivel de ingesta de yodo. Afecta aproximadamente 
al 2% de las mujeres, siendo su frecuencia 10 veces menor en varones. Suele comenzar 
entre los 20 y 50 años. 
El cuadro clínico de un paciente con hipertiroidismo se caracteriza por los siguientes 
signos y síntomas: 
 
 Estado general: nerviosismo, intolerancia, irritabilidad, astenia, adinamia o 
hiperactividad, insomnio, alteración de la capacidad para concentrarse, temblor fino. 
 Piel y anexos: piel húmeda, caliente, textura aterciopelada y suave, transpiración 
excesiva, intolerancia al calor, eritema palmar, onicólisis (ruptura de las uñas), pelo 
delgado que al peinarse se pierde en grandes cantidades. 
 Aparato cardiovascular: palpitaciones, taquicardia sinusal, aumento de la tensión 
arterial sistólica, pulso saltón, aumento de la presión diferencial, atrofia y debilidad del 
músculo cardíaco. Puede producir arritmias como fibrilación auricular. 
 Metabolismo: intolerancia al calor y pérdida de peso con aumento del apetito (debido 
al incremento de la tasa metabólica). 
 Hueso: aumento del recambio óseo, menor densidad ósea (osteopenia) e 
hipercalcemia. 
 Músculo: debilidad muscular proximal, atrofia muscular, temblor fino en extremidades 
e hiperreflexia. 
 Aparato gastrointestinal: aumento de la motilidad, evacuaciones frecuentes, diarrea. 
 Función sexual: oligomenorrea y amenorrea en la mujer, ginecomastia, deterioro de la 
función sexual y aumento de la síntesis de estrógenos en el hombre. 
 Endocrinología: Aumento del tamaño difuso de la glándula tiroides (consistencia 
firme), con frémito o soplo (como consecuencia del incremento de la vascularización 
de la glándulay la circulación hiperdinámica). 
 Facies: retracción palpebral (“mirada de asombro”) debido a la hiperactividad del 
sistema simpático (exoftalmos). 
 
Estas manifestaciones pueden encontrarse en el contexto de un hipertiroidismo por 
cualquiera de las etiologías previamente mencionadas. Sin embargo, cada una de estas 
entidades clínicas posee características clínicas propias. 
 
 
20 
 
DROGAS ANTITIROIDEAS 
 
Existen diversas sustancias químicas que poseen la capacidad para interferir, de manera 
directa o indirecta, en la síntesis, liberación o el efecto clínico de las hormonas tiroideas. A 
continuación se detalla una clasificación de los fármacos antitiroideos según su 
mecanismo de acción. 
 
1. Drogas que disminuyen la síntesis de hormonas tiroideas 
 
- Inhibición de la bomba de yodo: perclorato 
- Inhibición de la enzima peroxidasa tiroidea: tioureas (propiltiouracilo, metimazol, 
carbimazol, tiamazol) 
 
 
 
2. Drogas que disminuyen la liberación de hormonas tiroideas 
 
- Yoduros y derivados 
- Litio 
 
3. Drogas que inhiben la conversión periférica de T4 a T3 
 
- Propiltiouracilo (PTU) 
- Amiodarona 
- Yopodato de sodio 
- Propranolol 
- Glucocorticoides 
 
4. Drogas que inhiben las acciones periféricas de las hormonas tiroideas 
 
- Propranolol 
 
 
DROGAS QUE DISMINUYEN LA SINTESIS DE HORMONAS TIROIDEAS 
 
A. DROGAS QUE INHIBEN A LA BOMBA DE YODO 
 
Tiocianatos y Percloratos 
 
21 
 
El yoduro plasmático es atrapado por la glándula tiroides que lo concentra contra su 
gradiente (20-50 veces) por medio de una bomba vinculada a una ATPasa NA+ /K+. 
Actualmente, el perclorato es el único fármaco utilizado pero, como es muy tóxico, se lo 
utiliza en pocas oportunidades para inhibir la recaptación y la consiguiente reutilización del 
yodo liberado poco antes. Su uso está limitado por su toxicidad (anemia aplásica). Posee 
a su vez un efecto bociógeno, dado que al no producirse la síntesis de hormonas aumenta 
la secreción de TSH con el consecuente aumento de su trofismo y vascularización. 
 
 
B. DROGAS QUE INHIBEN LA ENZIMA PEROXIDASA TIROIDEA 
 
TIOUREAS 
 
Son los fármacos antitiroideos propiamente dichos. También se las denomina tionamidas. 
Las tioureas impiden la formación de las hormonas tiroideas a través de la inhibición de la 
enzima peroxidasa tiroidea y, de esta manera, disminuyen la síntesis de hormonas 
tiroideas. Por esta razón, su efecto tarda cierto tiempo en manifestarse clínicamente, dado 
que deben desaparecer de circulación las hormonas previamente sintetizadas. El 
eutiroidismo se logra aproximadamente en 1 mes. La inhibición de la enzima peroxidasa 
tiroidea evita la oxidación del yoduro y en consecuencia su incorporación a los residuos 
de tirosina de la tiroglobulina. Además, bloquea el acoplamiento de los residuos de 
yodotirosina para formar T3 y T4. El efecto farmacológico de las tioureas es reversible, por 
lo que desaparece al suspender su administración. 
 
Las tioureas que más se utilizan en la práctica clinica son el metilmercaptoimidazol, 
metimazol o también conocido como tiamazol (MMI), el propiltiouracilo (PTU) y el 
carbimazol. El primer antitiroideo de uso extendido fue el tiouracilo, pero dada su elevada 
toxicidad se llevó a cabo la síntesis del propiltiouracilo, que actualmente es uno de los 
fármacos más usados. El metilmercaptoimidazol (metimazol - MMI) es uno de los 
derivados más potentes (es 10 veces más potente que el propiltiouracilo). (Ver Figura 5) 
 
Acciones farmacológicas 
 
Las tioureas (MMI y PTU) inhiben la síntesis de hormonas tiroideas por inhibición 
competitiva de la enzima peroxidasa tiroidea, por lo tanto, bloquean los pasos de 
organificación del yodo, la yodación de la tirosina y del acoplamiento para formar 
tironinas. Las tioureas no ejercen ningún efecto sobre la captación del yodo ni en la 
degradación de la tiroglobulina. Las hormonas preformadas y acumuladas no se afectan, 
sólo se aprecia el efecto cuando se agota el depósito de las mismas. 
 
Al desaparecer la hormona circulante la hipófisis queda sin regulación negativa, 
segregando grandes cantidades de tirotrofina (TSH) que genera una hiperplasia de la 
glándula tiroidea y aumenta su vascularización, generando bocio (de ahí que a estos 
22 
 
compuestos se les da la denominación de drogas bociógenas). Para evitar el 
agrandamiento de la glándula se emplean yoduros como fármacos coadyuvantes, pero su 
administración sólo debe iniciarse una vez conseguido el bloqueo eficaz de la síntesis de 
las hormonas tiroideas. El propiltiouracilo (PTU), a su vez, actúa a nivel periférico 
inhibiendo la conversión de T4 a T3, por lo tanto su efecto se manifiesta más rápido que el 
del metimazol. Esto lo hace el fármaco antitiroidea de elección en los casos de crisis 
tirotóxicas. 
 
 
Figura 5 - Estructura química de las tioureas 
 
 
 
 
Farmacocinética 
 
Las tioureas presentan buena absorción por vía oral, tienen una biodisponibilidad del 50-
80% por el amplio efecto del primer paso hepático. Atraviesan la barrera placentaria y se 
eliminan por la leche materna (el PTU lo hace en menor medida, por lo que sería el 
fármaco se elección en el caso de las pacientes gestantes o que se encuentran 
amamantando). La vida media del propiltiouracilo es de 2 horas y la del metimazol es de 6 
horas. Los efectos clínicos aparecen entre las 12-18 horas luego de la administración oral 
y se extienden hasta 36-72 horas. Se metabolizan por biotransformación hepática, 
encontrándose los fármacos y los metabolitos, en gran parte, en orina. También sufren un 
proceso de sulfoxidación en la glándula tiroides. 
 
Efectos adversos 
 
La incidencia de efectos adversos es relativamente baja (3-12% de los pacientes 
tratados). Dentro de los principales efectos adversos durante el tratamiento con tioureas 
se destacan los siguientes: 
 
a. Agranulocitosis 
Se define a la agranulocitosis como el recuento de neutrófilos menor de 500 células 
por mm3 de sangre. Su incidencia es menor al 2% (0.1-1.5%) de los pacientes 
tratados. Se observa cuando se utilizan las tioureas en dosis elevadas. La aparición 
 Propiltiouracilo Metimazol Carbimazol 
23 
 
de este efecto adverso producido por el metimazol puede relacionarse con la dosis 
administrada, pero no existe este vínculo con el propiltiouracilo. Además, es más 
frecuente en pacientes añosos. Casi siempre la agranulocitosis sobreviene durante las 
primeras semanas o meses de tratamiento y se revierte al discontinuar la 
administración del fármaco en 1-2 semanas. A todo paciente hipertiroideo con 
síndrome gripal (fiebre, dolor de garganta, escalofríos) hay que realizarle recuento de 
glóbulos blancos, y si este es menor de 2.000 células/mm3, se debe suspender 
inmediatamente la administración de metimazol. 
 
b. Anemia aplásica 
Menos frecuente que el anterior. Se detecta cuando las dosis del metimazol superan 
los 50 mg/día. La punción-aspiración de la médula ósea muestra una franca 
hipocelularidad. El retiro del fármaco produce la regeneración de las series celulares 
en 5 semanas. 
 
c. Hipersensibilidad 
Es la respuesta adversa más habitual. Se suele observar en los pacientes un 
exantema papular urticariforme leve, en ocasiones purpúrico. Suele desaparecer solo, 
sin interrumpir el tratamiento (o en ocasiones la rotación a otro fármaco antitiroideo es 
suficiente), pero a veces se necesita la administración de un antihistamínico. 
 
d. Gastrointestinales: náuseas, intolerancia gástrica y alteraciones del gusto. Estos 
efectos adversos suelen evidenciarse al comienzo del tratamiento. 
 
e. Artralgias 
 
f. Hepatotoxicidad: desarrollo de ictericia colestática, más frecuente con metimazol. 
También se puede observar una elevación asintomática de las transaminasas 
hepáticas. 
 
g. Bocio 
 La administración prolongada de tioureas puede genera bocio debido al aumento de lasecreción de TSH como consecuencia del bloqueo de la síntesis de T3 y T4. 
 
h. Teratogenicidad: debe evitarse el uso de estas drogas durante el embarazo (categoría 
D de la FDA – Food and Drug Administration), ya que se han evidenciado casos de 
malformaciones congénitas (anomalías del cuero cabelludo, retraso del desarrollo, 
hipoacusia, atresia de coanas, atresia esofágica, atelia/hipotelia y características 
faciales dismórficas) en recién nacidos de madres que recibieron metimazol durante el 
embarazo. El propiltiouracilo (PTU) es la mejor opción en las mujeres gestantes, 
especialmente durante el primer trimestre del embarazo, porque tiene una mayor 
unión a proteínas y le es más dificultoso pasar a través de la barrera placentaria. 
 
24 
 
Indicaciones terapéuticas 
 
Las tioureas están indicadas para el tratamiento del hipertiroidismo (enfermedad de 
Graves, bocio nodular toxico). Las tioureas son el tratamiento de elección de la 
enfermedad de Graves como: 1) tratamiento definitivo, 2) asociado con yodo radioactivo 
para acelerar la recuperación de los pacientes hasta la aparición de los efectos de la 
radiación, 3) para preparar al paciente para una tiroidectomía (extirpación quirúrgica de la 
glándula tiroides) y 4) en las crisis tirotóxicas (también llamadas “tormentas tiroideas”). 
 
Las tioureas suelen asociarse a fármacos betabloqueantes sin actividad simpática 
intrínseca (propranolol, atenolol, metoprolol) o antagonistas de los canales de calcio 
(verapamilo o diltiazem) para tratar los síntomas cardiovasculares que generalmente 
están presentes en los pacientes hipertiroideos (palpitaciones, taquicardia, temblor) como 
consecuencia del efecto facilitador a la acción de las catecolaminas (por up regulation 
heterólogo de los receptores adrenérgicos β1). 
 
Dosis y posología 
Las dosis habitual de metimazol y carbimazol es de 30 mg/día, administrados por vía oral 
en una o dos dosis. Esta dosis de metimazol puede generar un efecto antitiroideo por más 
de 24 horas. La dosis habitual de propiltiouracilo es de 100 mg cada 8 horas o 150 mg 
cada 12 horas (la dosis de 100 mg de PTU puede inhibir la organificación en un 60% 
durante 7 horas). Una vez que se alcanza el estado eutiroideo, se suele requerir un 
mínimo de 12 semanas para reducir la dosis del fármaco antitiroideo. En la republica 
Argentina no se encuentra en el comercio, por lo tanto debe importarse (empleo 
terapéutico denominado uso compasivo). 
 
DROGAS QUE DISMINUYEN LA LIBERACION DE HORMONAS 
TIROIDEAS 
 
A. YODUROS Y DERIVADOS 
 
Constituyen el tratamiento más antiguo de las patologías de la glándula tiroides. Antes de 
la aparición de los fármacos antitiroideos, el yoduro era la única sustancia disponible para 
controlar los signos y síntomas del hipertiroidismo. Si bien la ingesta de unos 150 µg de 
yoduros es esencial para un normal funcionamiento de la glándula tiroides, su empleo en 
grandes dosis es capaz de inhibir el funcionamiento tiroideo por un mecanismo de 
autorregulación, produciéndose una inhibición aguda de la síntesis de yodotirosinas y 
yodotironinas (el llamado efecto de Wolf- Chaikoff). 
 
25 
 
Antiguamente, se utilizaba yoduro de potasio en solución (solución de Lugol), pero 
actualmente se prefiere el yopodato de sodio, dado que este fármaco además posee una 
acción adicional al bloquear la conversión periférica de T4 a T3. El mecanismo de acción 
de los yoduros parece consistir en bloquear o inhibir las acciones de la tirotrofina 
hipofisaria (TSH) al alterar la respuesta de la adenililciclasa de la glándula tiroides a la 
TSH. La consecuencia es la alteración del transporte de yoduro, la hidrólisis de la 
tiroglobulina, los mecanismos de endocitosis del coloide y el crecimiento de la glándula 
tiroides y, a dosis altas del fármaco, inhiben la liberación de las hormonas tiroideas. Los 
yoduros impiden la hiperplasia (aumento del tamaño de las células) y el aumento de la 
vascularización de la glándula tiroides inducido por las drogas bociógenas (la glándula se 
endurece y disminuye la vascularización). 
 
Los yoduros representan el tratamiento de elección para los pacientes que van a ser 
sometidos a una tiroidectomía (extirpación quirúrgica de la glándula tiroides), 10 días 
antes de la operación, habiéndose iniciado previamente el tratamiento con tioureas. La 
acciones de los yoduros son de rápida aparición y, a su vez, los efectos son transitorios 
(fenómeno de escape). Este fenómeno de escape le resta eficacia del fármaco y obliga a 
tomar otras medidas. Después de 15 días retornan los síntomas de hipertiroidismo 
pudiendo aparecer crisis tiroideas (“tormenta tiroidea”). A su vez, hay que recordar que, 
en áreas con déficit de yoduro el aumento del aporte incrementa la síntesis de las 
hormonas tiroideas, pudiéndose generar cuadros de hipertiroidismo (fenómeno de Jod-
Basedow o hipertiroidismo inducido por yoduros). 
 
Las reacciones adversas de los yoduros incluyen reacciones de hipersensibilidad que 
pueden aparecer en forma inmediata o varias horas después de haber sido administrado 
el fármaco. También puede aparecer angioedema, edema de glotis, enfermedad del 
suero, hemorragias cutáneas, periarteritis nodosa y purpura trombótica trombocitopénica 
(PTT). La intoxicación crónica, denominada yodismo, consiste en la aparición de sabor 
metálico, ardor en la boca y la garganta, molestias en los dientes y las encías, coriza, 
cefalea, agrandamiento de las glándulas parótida y submaxilar, inflamación de la faringe, 
laringe y amígdalas. Los síntomas desaparecen espontáneamente. 
 
Iopodato de Sodio o Ácido Yopanoico 
 
Se utiliza actualmente como agente para radiocontraste, tiene la capacidad de impedir la 
conversión de T4 a T3 al inhibir a la enzima desyodinasa. Se indica como terapéutica 
adyuvante en el hipertiroidismo y en la crisis tirotóxica. 
 
Yodo Radiactivo 
 
En 1942 se conocieron los resultados sobre la efectividad en el tratamiento de la 
enfermedad de Graves-Basedow, siendo este compuesto preparado por primera vez en 
1934 por Fermi. Son varios los isótopos radiactivos del yodo, pero el isotopo más utilizado 
26 
 
es el I 131. Se administra por vía oral y tiene una vida media de 8 días. Más del 99% de su 
radiación se termina a los 56 días. Las emisiones radiactivas incluyen partículas gamma y 
beta. Las emisiones beta son las de mayor proporción alcanzando el 90%, las que siendo 
poco penetrantes (no más de 2 mm), destruyen parte del parénquima tiroideo, 
normalizando los cuadros de tirotoxicosis. Las partículas gamma (10%) tienen un alto 
poder de penetración, permitiendo registrar o cuantificar la captación por la glándula 
empleando detectores externos de la radiación. Se absorbe en el tracto gastrointestinal en 
3 horas. El 85-90% de la droga administrada se distribuye entre la glándula tiroides y el 
riñón (el sudor y la materia fecal contienen escasa cantidad). El 25-55% del yodo 
radiactivo es captado por la glándula tiroides donde permanece un tiempo suficiente como 
para volcar en ella una buena dosis de radiación y al ser en un 90% partículas beta hay 
muy poco riesgo de afectar estructuras vecinas. 
 
La dosis recomendada de I131 varía entre los 80 y 150 µCi por gramo de peso calculado 
de la glándula tiroides, pero en ocasiones puede ser necesaria una dosis mayor como en 
los casos de bocio multinodular o adenomas tóxicos. Mientras no se consiga la acción 
antitiroidea, se deben controlar los síntomas de los pacientes por medio de la 
administración de propranolol y/o fármacos antitiroideos. Aunque sus riesgos son 
escasos, sólo se utiliza yodo radiactivo en los pacientes mayores de 30 años y está 
contraindicado en mujeres embarazadas. El riesgo más frecuentemente ocasionado es el 
de producir un daño exagerado en la glándula tiroides generando así un hipotiroidismo. El 
hipotiroidismo es relativamente frecuente y puede aparecer a laspocas semanas o varios 
meses posteriores del tratamiento, por lo que se debe efectuar vigilancia durante un 
tiempo suficientemente prolongado. El yodo radiactivo también es empleado en los casos 
de carcinoma tiroideo con metástasis y ya que la captación por parte del tumor depende 
del grado de diferenciación, en tumores poco diferenciados puede administrarse 
previamente TSH. Los efectos generados en la glándula tiroides son los citotóxicos 
característicos de la radiación ionizante. La picnosis y necrosis de las células foliculares 
van seguidas por desaparición del coloide y la fibrosis de la glándula. 
 
B. CARBONATO DE LITIO 
 
Es otro compuesto que inhibe la liberación de las hormonas tiroideas a dosis de 600 y 900 
mg/día sin afectar la captación de yodo, pero debido a que posee mayores efectos 
adversos, sólo se utiliza en caso de existir alergia al yodo. Se la utiliza en forma de 
coadyuvante en el tratamiento del hipertiroidismo vigilando estrechamente los niveles 
plasmáticos de litio y asegurando que se mantengan dentro del intervalo terapéutico (0.5-
1,2 mEq/L), ya que los valores elevados de litemia pueden ocasionar reacciones adversas 
serias. 
 
 
 
 
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DROGAS QUE INHIBEN LA CONVERSION PERIFERICA DE T4 A T3 
 
Los fármacos que inhiben la conversión periférica de T4 a T3 se caracterizan por actuar en 
forma rápida, disminuyendo la producción de T3, que es la hormona biológicamente activa 
y, de esta manera, disminuyen sus efectos farmacológicos. Dentro de este grupo de 
drogas se puede encontrar a: 
 
 Propranolol 
 Glucocorticoides 
 Propiltiouracilo (PTU) 
 Yopodato de Sodio 
 
Los fármacos betabloqueantes (antagonistas de los adrenorreceptores β), como es el 
caso del propranolol, ayudan a aliviar las manifestaciones simpaticomiméticas de la 
tirotoxicosis (palpitaciones, taquicardia, temblor, retracción palpebral, sudoración 
excesiva, hipertensión arterial, debilidad muscular, ansiedad) más allá de la causa 
subyacente. Además, el propranolol inhibe la conversión periférica extratiroidea de T4 a 
T3, resultando una ventaja significativa en los pacientes con una tirotoxicosis grave. En los 
pacientes con taquicardia sinusal marcada o fibrilación auricular con una respuesta 
ventricular rápida, los betabloqueantes pueden ser utilizados como fármacos para 
controlar la frecuencia cardiaca. 
 
Se recomienda administrar betabloqueantes a los pacientes de edad avanzada con un 
hipertiroidismo sintomático, pacientes con una frecuencia cardiaca de reposo mayor de 90 
latidos por minuto y pacientes con enfermedad cardiovascular. Los betabloqueantes 
tienen la ventaja de tener una acción rápida, aunque es un tipo de fármacos estrictamente 
sintomática y parcial. Se los utilizan en las etapas iniciales del tratamiento del 
hipertiroidismo hasta que las tioureas (metimazol, carbimazol, propiltiouracilo) hagan su 
efecto. El tratamiento con propranolol se puede iniciar con una dosis de 20 a 40 mg cada 
8 horas y se incrementa hasta una dosis de 240 mg/día en función del nivel de control de 
los síntomas de los pacientes. También se puede utilizar el propranolol de liberación lenta 
o los fármacos betabloqueantes de acción prolongada (nadolol a dosis única de 80 mg/día 
y atenolol a dosis de 50-100 mg/día en una sola toma). 
 
Los glucocorticoides tienen un efecto inhibidor sobre la conversión periférica de las 
hormonas tiroideas. La dexametasona es útil para generar un rápido alivio de la crisis 
tiroidea a dosis de 2 mg cada 6 horas al inhibir la secreción glandular de T4 e inhibir la 
conversión periférica de T4 a T3. La administración continua de dexametasona, yoduros y 
propiltiouracilo en un paciente con tirotoxicosis grave produce una reducción muy rápida 
de la concentración plasmática de T3, normalizándola en 24-48 horas. 
 
El propiltiouracilo y el yopodato de sodio ya fueron desarrollados anteriormente. 
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Es importante aclarar que la amiodarona es un fármaco antiarrítmico que bloquea la 
conversión periférica de la T4 a T3 y altera las pruebas de la función tiroidea, pudiendo 
provocar alteraciones tiroideas como efecto adverso. La amiodarona, además, antagoniza 
los efectos de la T3 a nivel nuclear. 
 
 
DROGAS QUE INHIBEN LAS ACCIONES PERIFÉRICAS DE LAS 
HORMONAS TIROIDEAS 
 
En la actualidad, no existe ningún fármaco que antagonice en forma competitiva a los 
receptores de las hormonas tiroideas, pero sí se puede antagonizar los efectos 
facilitadores de la acción catecolaminérgica con la administración de fármacos 
betabloqueantes (propranolol, atenolol, metoprolol). El fármaco betabloqueante más 
comúnmente empleado es el propranolol, porque además, es un inhibidor de la 
conversión periférica de T4 a T3. Se utiliza en dosis más altas que las habituales, dado 
que en el hipertiroidismo está acelerada su biotransformación (lo que reduce sus niveles 
plasmáticos). 
 
 
Bibliografía consultada 
 
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edición. Editorial El Manual Moderno. 2007. Capítulo: Enfermedad tiroidea, páginas 567-588. 
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