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Cuadro 13-3. Principales electrólitos del organismo Cationes Símbolo mEq/L plasma Principales usos Sodio Na+ 142 Equilibrio acidobásico, presión osmótica Potasio K+ 4 Funcionamiento del corazón, músculos y nervios Calcio Ca++ 5 Formación de hueso, coagulación Magnesio Mg++ 2 Funcionamiento de huesos y músculos, activación de enzimas Hierro Fe++ Indicios Formación de hematíes Cobre Cu+ Indicios Inmunidad Total de cationes \ 153 mEq/L en plasma Aniones Símbolo mEq/L plasma Principales usos Cloro Cl− 102 Equilibrio acidobásico, formación de ClH, presión osmótica Bicarbonato HCO3 − 26 Equilibrio acidobásico, eliminación de CO2 Proteínas Pro− 17 Anabolismo Fosfato HPO4 − 2 Formación de hueso, funcionamiento de los músculos Sulfato HSO4 − 6 Equilibrio acidobásico Yodo I− Indicios Formación de hormonas tiroideas Total de aniones \ 153 mEq/L en plasma debe cumplir el principio fisiológico de que el número total de aniones y el número total de cationes en un comparti- miento deben ser iguales (Fig. 13-1). Compartimiento plasmático o intravascular. La distri- bución de electrólitos es la que se muestra en el Cuadro 13-3. La suma de aniones y cationes oscila entre 320 y 340 mEq/L. Como se puede observar, el catión más importante es el sodio (134 a 142 mEq/L). Se obtiene con la comida, se elimina por la orina y el sudor, y su principal función es intervenir en el equilibrio acidobásico y facilitar el transpor- te del CO2 en forma de bicarbonato. El potasio facilita la progresión del impulso nervioso y muscular, y también par- ticipa en la contractilidad cardíaca. Sin embargo, el potasio, como sucede con el calcio y el magnesio, se encuentra en pequeñas cantidades. Otros cationes, como el hierro y el cobre, se encuentran en cantidades casi imperceptibles (in- dicios). El calcio contribuye a la formación de hueso, inter- viene en los procesos de coagulación y modifica la permea- bilidad de las membranas. El magnesio colabora con el calcio en la contracción del músculo y en la formación de hueso, y es un activador de muchas enzimas. El hierro es un catión imprescindible para formar la hemoglobina de los glóbulos rojos. Por último, el cobre es necesario para formar determinadas células defensivas y está implicado en la in- munidad. El anión principal y más abundante es el cloro. Sus ingresos y pérdidas son similares a los del sodio, al que va unido como ClNa. Interviene en el equilibrio acidobásico y es imprescindible para la formación de ácido clorhídrico. Las proteínas están consideradas como electrólitos con car- ga negativa y tienen una importancia vital, aunque se en- cuentran en menor cantidad que el bicarbonato. Compartimiento intersticial. Los electrólitos que se en- cuentran en el intersticio suman entre 300 y 340 mEq/L y se distribuyen prácticamente igual que en el plasma. La gran diferencia reside en que en el intersticio las proteínas deben estar en una cantidad muy escasa o faltar por completo. Esta diferencia se explica por la gran dificultad que tie- nen las proteínas para abandonar los capilares y por la acción de los vasos linfáticos que discurren entre el tejido intersticial, cuya misión es recuperar y drenar las proteínas que se encuentran en el líquido intersticial (véase el Capítu- lo 16). Compartimiento intracelular. Este es el compartimien- to más importante, ya que constituye el citoplasma de todas las células. En este caso, la distribución de los electrólitos presenta dos marcadas diferencias con los compartimientos anteriores (Fig. 13-1): 1. La suma de los electrólitos intravasculares es mayor (entre 350 y 400 mEq/L). 2. La cantidad de aniones y cationes en el interior de la célula tiene una distribución muy diferente de la del exterior. El principal catión intracelular es el potasio (150 mEq/L), seguido del magnesio (40 mEq/L) y del sodio (sólo 10 mEq/L). Los aniones principales son las proteínas (85 mEq/L), seguidas de los fosfa- tos (75 mEq/L), el bicarbonato (15 mEq/L), los sulfa- tos (21 mEq/L) y el cloro (sólo 4 mEq/L). El potasio, que se obtiene de la dieta y se elimina por el riñón, es indispensable para la diástole cardíaca y la utiliza- ción de la glucosa por las células, facilita el transpor- te de oxígeno (como oxihemoglobina potásica) e in- terviene en el equilibrio acidobásico, entre otras funciones. 13.3.2. Mecanismos que intervienen en el equilibrio electrolítico El equilibrio de los electrólitos en los diferentes compar- timientos está controlado por la osmolaridad. En todo el cuerpo existen osmorreceptores que informan continuamen- Parte III. Alimentación y excreción 313
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