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ESTRUCTURA Y FUNCIÓN DEL CUERPO HUMANO (332)

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Cuadro 13-3. Principales electrólitos del organismo
Cationes Símbolo mEq/L plasma Principales usos
Sodio Na+ 142 Equilibrio acidobásico, presión osmótica
Potasio K+ 4 Funcionamiento del corazón, músculos y nervios
Calcio Ca++ 5 Formación de hueso, coagulación
Magnesio Mg++ 2 Funcionamiento de huesos y músculos,
activación de enzimas
Hierro Fe++ Indicios Formación de hematíes
Cobre Cu+ Indicios Inmunidad
Total de cationes \ 153 mEq/L en plasma
Aniones Símbolo mEq/L plasma Principales usos
Cloro Cl− 102 Equilibrio acidobásico, formación de ClH,
presión osmótica
Bicarbonato HCO3
− 26 Equilibrio acidobásico, eliminación de CO2
Proteínas Pro− 17 Anabolismo
Fosfato HPO4
− 2 Formación de hueso, funcionamiento de los músculos
Sulfato HSO4
− 6 Equilibrio acidobásico
Yodo I− Indicios Formación de hormonas tiroideas
Total de aniones \ 153 mEq/L en plasma
debe cumplir el principio fisiológico de que el número total
de aniones y el número total de cationes en un comparti-
miento deben ser iguales (Fig. 13-1).
Compartimiento plasmático o intravascular. La distri-
bución de electrólitos es la que se muestra en el Cuadro
13-3. La suma de aniones y cationes oscila entre 320 y 340
mEq/L.
Como se puede observar, el catión más importante es el
sodio (134 a 142 mEq/L). Se obtiene con la comida, se
elimina por la orina y el sudor, y su principal función es
intervenir en el equilibrio acidobásico y facilitar el transpor-
te del CO2 en forma de bicarbonato. El potasio facilita la
progresión del impulso nervioso y muscular, y también par-
ticipa en la contractilidad cardíaca. Sin embargo, el potasio,
como sucede con el calcio y el magnesio, se encuentra en
pequeñas cantidades. Otros cationes, como el hierro y el
cobre, se encuentran en cantidades casi imperceptibles (in-
dicios). El calcio contribuye a la formación de hueso, inter-
viene en los procesos de coagulación y modifica la permea-
bilidad de las membranas. El magnesio colabora con el
calcio en la contracción del músculo y en la formación de
hueso, y es un activador de muchas enzimas. El hierro es un
catión imprescindible para formar la hemoglobina de los
glóbulos rojos. Por último, el cobre es necesario para formar
determinadas células defensivas y está implicado en la in-
munidad.
El anión principal y más abundante es el cloro. Sus
ingresos y pérdidas son similares a los del sodio, al que va
unido como ClNa. Interviene en el equilibrio acidobásico y
es imprescindible para la formación de ácido clorhídrico.
Las proteínas están consideradas como electrólitos con car-
ga negativa y tienen una importancia vital, aunque se en-
cuentran en menor cantidad que el bicarbonato.
Compartimiento intersticial. Los electrólitos que se en-
cuentran en el intersticio suman entre 300 y 340 mEq/L y se
distribuyen prácticamente igual que en el plasma. La gran
diferencia reside en que en el intersticio las proteínas deben
estar en una cantidad muy escasa o faltar por completo.
Esta diferencia se explica por la gran dificultad que tie-
nen las proteínas para abandonar los capilares y por la
acción de los vasos linfáticos que discurren entre el tejido
intersticial, cuya misión es recuperar y drenar las proteínas
que se encuentran en el líquido intersticial (véase el Capítu-
lo 16).
Compartimiento intracelular. Este es el compartimien-
to más importante, ya que constituye el citoplasma de todas
las células. En este caso, la distribución de los electrólitos
presenta dos marcadas diferencias con los compartimientos
anteriores (Fig. 13-1):
1. La suma de los electrólitos intravasculares es mayor
(entre 350 y 400 mEq/L).
2. La cantidad de aniones y cationes en el interior de la
célula tiene una distribución muy diferente de la del
exterior. El principal catión intracelular es el potasio
(150 mEq/L), seguido del magnesio (40 mEq/L) y
del sodio (sólo 10 mEq/L). Los aniones principales
son las proteínas (85 mEq/L), seguidas de los fosfa-
tos (75 mEq/L), el bicarbonato (15 mEq/L), los sulfa-
tos (21 mEq/L) y el cloro (sólo 4 mEq/L). El potasio,
que se obtiene de la dieta y se elimina por el riñón, es
indispensable para la diástole cardíaca y la utiliza-
ción de la glucosa por las células, facilita el transpor-
te de oxígeno (como oxihemoglobina potásica) e in-
terviene en el equilibrio acidobásico, entre otras
funciones.
13.3.2. Mecanismos que intervienen
en el equilibrio electrolítico
El equilibrio de los electrólitos en los diferentes compar-
timientos está controlado por la osmolaridad. En todo el
cuerpo existen osmorreceptores que informan continuamen-
Parte III. Alimentación y excreción 313

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