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Imperialismo y mercado mundial

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Imperialismo y mercado mundial
De todos los conceptos incluidos en la teoria marxista del imperialismo, es éste quizás el utilizado de une forma más ecléctica y con un mayor descuido hacia la base teórica que lo sustenta. El uso más común del término es su estrecha relierencia a la relación económica y politica entre paises capitalistas avanzados paises atrasados. Además, desde la Segunda Guerra Mundial, la palabra dimperialismo» se ha convertido en sinónimo de sopresión» y «explotación» de los países débiles y empobrecidos por parte de los más po- derosos. Muchos de los autores que presentan al interpretación del impe- rialismo citan a Lenin como autoridad teórica, aunque éste criticó ampliamente a Kautsky por definir el imperialismo de esa forma.
El imperialismo hace referencia al proceso de acumulación capitalista a escala mundial en la era del capitalismo monopolista, y la teoria del imperialismo es la investigación de la acumulación en el contexto de un mercado mundial credo por dicha acumulación. La teori consta de tres elementos:
1) el análisis de la acumulación capitalista, 2) la periodización del capitalis- mo en épocas, y 3) la situación del fenómeno en el contexto de la división politica del mundo en «paises». Desde el momento en que el primero lleva implícito el segundo quedan sólo dos elemento: discretos que se combi- nan para producir lineas próximas, pero diferentes, de investigación: 1) las relaciones entre países capitalistas avanzados («rival dad imperialista»), 2) el impacto del capitalismo sobre las formaciones sociales no capitalistas (articu lación de modos de producción), y 3) la opresión de pueblos subyu ados por el poder del capital (la «cuestión nacional», m nación). Dentro de la teoria marxista ortodoxa, la obra de Lenin constituye la base de la teoria del imperialismo. Su obra más famosa sobre este tema es un folleto del mismo nombre, pero seria un error tomarlo como la contribución teórica de Lenin al análisis del desarrollo del capitalismo a escala mund al. Las bases teóricas de lo que Lenin llamó «una explicación popular» han de ser buscadas dos déca- das más tarde, en Sobre la llamada cuestión del mercado y en Una caracteri zación del romanticismo económico. El propósito de estos dos ensayos era el de defender la teoria de la acumulación de Marx contra los argumento sub- consumistas, desarrollando asi ma teoria del mercado capitalista mundial y demostrando la naturaleza progresista del capitalismo, para de este modo cri- ticar el socialismo utópico (- Proudhon).
En este folleto sobre el imperialismo Lenin dio una enumeración, ahora famosa, de las caracteristicas de tal fenómeno: 1) la «exportación de capitale adquiere una importancia fundamental, además de la exportacion de mercancías; 2) la producción y la distribución quedan centralizadas en gran- des trusts y cartels; 3) el capital bancario y el capital industrial se fusion an: 4) los poderes capitalistas dividen el mundo en esferas de influencia, y 5) esa di- visión se ultima, lo cual supone una futura lucha intercapitalista para volver a repartirse el mundo. La primera de estas caracteristicas, la «exportación de capital», se suele considerar como el simple factor de identidad de la época imperialista. Sin embargo, el término es ambiguo, como ya señaló Lenin en sus dos ensayos teóricos. Dicha ambigüedad lo es parque las mercancias son capital, una de las formas que él asume en su circuito, D-C...P... C'-D' (capital-dinero capital productivo capital-mercancía, y, por último,
capital-dinero nuevamente). Antes de considerar por qué el imperialismo se caracteriza por la exporta- ción de dinero y capital productivo, hay que detenerse en el empleo de la pa- labra «exportación». El imperialismo no se caracteriza en los estudios por el término «movimiento de capitals, sino por la palabra especifica «<exporta- ción», que introduce explicitamente una división er tre movimientos de capi- tal nacionales o internacionales. Como no hay transformación alguns en el capital por el mero hecho de pasar una frontera o un control aduanero, tal di- visión analítica debe ser justificada con una explicación de lo que implican las ronteras politicas en el movimiento de capital. En otras palabras, hay que explicar por qué se necesitan conceptos adicionals (como el propio impe- rialismo) para moverse de una sociedad capitalista abstracta hacia una for- mulación más concreta que considera la división del mundo a tenor de los propios paise. El tratamiento explicito de las divisiones politicas es lo que distingue el concepto de imperialismo en Lenin del que tenia Kautsky. En la formulación leninista, la exportución de capital se da en el contexto de un mundo dividido en diferentes clases gobernantes, cuyo poder está representa- do por el Estado de cada país. Asi, la exportación de capital implica el pa- pel mediador de los Estados y : conflicto potencial de intereses entre las cla- ses gobernantes. Este conflicto potencial puede darse entre Estados capitalis- tas (rivalidad intercapitalista) o entre un Estado capitalista y una clase domi- nante o un Estado precapitalista (articulación de los modos de producción y cuestión nacional). Lenin concedió un interès particular a la rivalidad inter- capitalista, desarrollando su conclusión politica central de que la acumula- ción en el imperialismo genera una tendencia hacia las guerras intercapitalis- tas. Dentro de este esquema incluyó la Primera Guerra Mundial com o guerra imperialista, esquema en el cual la Komintern identificó de forma similar la Segunda Guerra Mundial hasta la invasión nazi de la URSS.
Kautsky, por su parte, definia el imperialismo como la relación entre los paises capitalistas avanzades y los países subdesarrollados («zonas agrarias), argumentando explicitamente que los conflictos entre las clases dominantes en los paises capitalistas avanzados se inclinaban a desaparecer durante la poca imperialista Estas dos piedras angulares de la teoria de Kautsky ha tendido a caracterizar la literatura sobre el imperialistno desde finales de la Segunda Guerra Mundial y, más claramente, en la teoria de la dependencia. Tal literatura ha puesto todo su énfasis en la dominación de los paises atrasados por parte de la dominación imperialista, con la idea explicita o implicita de que la clase capitalista de los Estados Unidos ha sido lo sufi- cientemente fuerte desde la Segunda Guerra Mundial como para reducir a to- das las demás clases capitalistas a la condición de clientes.
El hecho de saber cuál de estas interpretaciones del imperialismo es correcta constituye al mismo tiempo una cuestión empírica y teorica. La teoria del imperialismo desarrollada por Lenin se deriva de la teoria de la acu- mulación en Marx. El capitalismo representa una forma particular de so- ciedad de clase, y sus leyes particulares de desarrollo reflejan la forma en que se extrac la plusvalia de los productos directos. Esta extracción de producto extra se da en la producción, y en la sociedad capitalista se debe a la compra y venta de la fuerza de trabajo. Esta compra y venta de la fuerza de trabajo es lo que refleja la naturaleza esencial del capitalismo y, a la par, la determi- na. Refleja la separación de los trabajadores de los medios de producción (acumulación primitiva). Y, una vez consumada la separación, el status de mercancía de la fuerza de trabajo dieta la forma en que la propia sociedad capitalista se reproduce. Tal reproducción se consigue a través de la circula- ción de mercancias: los trabajadores desposeídos deben recibir un sueldo que les permita comprar las mercancias que ya no pueden producir por si mismos; el capitalista debe comprar la mercancías para obtener el capital-dinero que le permite comprar la fuerza de trabajo y los medios de producción con que reiniciar asi el proceso de producción.
De este modo, la sociedad capitalista se reproduce mediante un ciclo constantem ente repetido de intercambio, producción y realización (el circuito del capital), y ésta es la razón por la que Marx describeel capital como un valor autoexpansivo. El capital inicia el proceso de reproducción inter- cambiando una cantidad de valor en forma de dinero por fuerza de tra- bajo y medios de producción, y de la producción emerge una masa de mercancías de un valor expansivo, que debe ser entendido como capital-dinero. Este proceso de autoexpansión, en el contexto de la competencia, procede en una escala creciente, conforma la teorin de la expansión del capt tal. Dicha tecría es completamente general y hace bstracción de un contexto espacial determinado. Una vez considerada la division politica del mundo, no se necesita ninguna teoria especial de expansión del capital. Esta teoria, de- sarrollada por Marx en El Capital, contrasta con el análisis de los subconsu mistas, espec almente de Rosa Luxemburg, quien rechazaba la conclusión de que el capitalismo se autorreproduce y por ello cre: necesario especificar una teoría especial del movimiento del capital entre diversas zonas geográficas.
El plantes miento de Marx conduce a una periodización explicita del capi- talismo con el fin de explicar el movimiento internacional del capita en sus diferentes formas (capital-dinero, capital productivo y capital-mercancia). Como se observa, el capital es expansivo por naturaleza. En la etapa primiti- va de desarrollo capitalista, el alcance del movimiento de dinero y del capital productivo está limitado a causa del subdesarrollo de las relaciones sociales de producción. Durante lo que Marx llamaba «etapa manufacturera», las instituciones capitalistas de crédito están relativamente subdesarrolladas, lo cual dificulta el movimiento de capital-dinero dentro de las formaciones so- ciales capitalistas y entre éstas y las formaciones precapitalistas. Es más, en esta etapa primitiva de desarrollo capitalista, gran parte del mundo era preca- pitalista y el papel del dinero es aba extremadamente limitado, por lo que el movimiento ce dinero y de capital productivo se hallaba limitado por las rela- ciones sociales exteriores a las formaciones sociales capitalistas. En conse cuencia, el movimiento internacional de capital en este período era principal- mente del tipo mercancia-capital (comercio), y este comercio desarrolló progresivamente un mercado raundial para la producción capitalista. En dicho comercio las mercancias manufacturadas de origen capitalista tienden a ser cambiadas por materias primas y productos alimenticios elaborados ba- jo relaciones sociales precapitalistas (como la esclavitud en el Nuevo Mundo).
Las consecuencias de este cornercio para las formaciones sociales precapi- talistas son una cuestión de considerable controversia, fundamental para la teoria del imperialismo, concretamente en lo que respecta al análisis cela ar- ticulación de los modos de producción. Algunos autores sostienen que el co- mercio por si solo es suficiente para transformar en una naturaleza predomi nantemente capitalista las formaciones sociales precapitalistas (Sweezy y otros, 1967), y que, durante el siglo XIX, las zonas subdesarrolladas del mun- do fueron as transformadas (- modos de producción no capitalistas). Sin embargo, Marx sostiene que el comercio por si solo, dominado por el 1 ca- pital-mercanca, tiende a hacer rígidas las relaciones precapitalis as. Si- guiendo esta linea argumental, hay que concluir que el desarrollo inicial del mercado mundial tendía a bloquear el desarrollo del capitalismo en lo que Lenin llamaba paises atrasados» o zonas coloniales y semicoloniales. De tal modo, en este periodo manufacturero, la expansión del capitalismo transfor- mó las relaciones sociales y desarrolló las fuerzas productivas en los paises ca- pitalistas, bloqueando, no obstante, la misma transformación y desarrollo en otros lugares.
Sin embargo, a mediados del siglo XIX el capitalismo había entrado en la etapa que Marx llamaba «de la industria moderna» (El Capital, 1, especialmente cap 13-14.), caracterizada por la producción de plusvalia relativa, y acompañada por la centralización del capital y el desarrollo de instituciones de crédito para facilitar su centralización. Asi da comienzo la época conocida como de capitalismo monopolista, en la que la producción a escala ere- cientemente amplia (concentración) generó una tendencia hacia la monopoli- zación a escala nacional e internacional. En la formulación teórica de Marx, y más tarde en la de Lenin, el proceso de monopolización iba acompañado por una competencia intensif cada. También éste es un punto controvertido. Como ya ha señalado, Kautsky interpretaba literalmente la monopoliza- ción como algo opuesto a la competencia, y lo que señalaria el final de la riva- lidad intercapitalista. Bujarin y Preobrayenski adoptaron una posición inter- media, argumentando que en la etapa del capitalismo monopolista la compe tencia queda eliminada dentro de los países capitalistas, pero continúa entre ellos.
Siguiendo el argumento de Marx y Lenin, la combinación de monopolización y competencia intensificada nos anuncia la época del imperialismo. Ello introduce en los paises capitalistas una tendencia hacia la guerra intercapita- lista, conflicto que en la esfera económica asum: la forma de exportación de capital. El desarrollo del sistema de crédito facilita la fusión del capital finan- ciero e industrial (- capital financiero), lo que hace posible la exportación de capital-dinero a gran escala. En toda la época imperialista, la exportación de capital-dinero (y capital productivo, como luego veremos) estaba y está ampliamente difundida en los países capitalistas, y lo mismo ocurre con el movimiento del capital-mercancia. Todo esto refleja a un tiempo el subde- sarrollo de las relaciones sociales y de las fuerzas productivas de los paises atrasados. Los dos debates principales en los estudios sobre el imperialismo consisten eu saber si la rivalidad intercapitalista es lo caracteristico de tal épo- ca, y en conocer las repercusiones de la exportación de capital-dinero y espe cialmente capital productivo las zonas subdesarrolladas. La segunda cues- tión, desde una perspectiva marxista, es la de si la exportación de capital en estas formas tiende a transformar los países subdesarrollados y a desarrollar en ellos el capitalismo. Si es asi, habrá que considerar el capitalismo, en la época del imperialismo, come una fuerza progresista, en tanto en cuanto que la tendencia del capitalismo a reproducirse en los paises subdesarrollados conllevará el desarrollo progresivo de las fuerzas productivas y la aparición del proletariado como una fuerza importante en la lucha de clase,
Es en este punto de la teoría del imperialismo donde se hace necesaria la consideración explicita de la división politica del mundo. Si, como Marx ar- gumentaba el comercio por: solo no acarrea el desarrollo del capitalismo, entonces es necesaria la fuerz: para romper las relaciones sociales precapita- listas que bloquean el desarro lo hacia una libre 'uerza obrera asalariada, y el uso de la fuerza requiere el control del Estado. Volviendo a Lenin, una es- cuela de pensamiento marxista ha señalado que la clase dominante de los países capitalistas avanzados tiende a aliarse cor la clase dominante precapi- talista de los países atrasados, y que dicha alianza impide que la burguesia lo- cal de tale: paises pueda llevar adelante con éx to una revolución burguesa que les diese el poder del Estado (- burguesía nacional), sin el que la burguesía local sigue siendo débil y subdesarrollado el capitalismo.
En este análisis, el capitalismo se considera en si mismo progresista, pero la dominación imperialista del mundo por parte de las clases dominantes ca- pitalistas bloquea su desarrollo en el mundo subdesarrollado. La burguesia local es considerada una fuerza potencialmente antiimperialista a causa de sus contradicciones con la burguesia imperialista. Ciertos autores, especial- mente Mao Zedong, deducen, de este fenómeno que la lucha revolucionaria en los países subdesarrollados tiene dos etapas, una inicial antiimperialista para derribar elgobierno combinado de clases precapitalista e imperialista, seguida de otra etapa de revolución socialista. La primera, llamada por Mao Zedong «Nueva Democracias, implica una alianza del proletariado, el cam- pesinado y la burguesia local o, al menos, los elementos de esta última que tiene unas contradicciones más profundas con el capital imperialista.
La proposición general de que es necesaria una primera lucha antiimpe- rialista como condición previa a la revolución socialista en los países domina- dos por una clase gobernante precapitalista es relativamente aceptada. Sin embargo, sigue en pie la controversia sobre cómo analizar el imperialismo cuando un pais subdesarrollado es predominantemente capitalista. Algunos señalan que, una vez que los patses se hacen predominantemente capitalistas. puede esperarse que se desarrollen hasta un nivel y unas estructuras similares a las de los paises capitalistas entonces avanzados, como era el caso, realmen te, de Brasil, México, etc. (Warren, 1973). Los teóricos de la dependencia, por otra parte, rechazan tal posibilidad, y utilizan el término «desarrollo ca- pitalista dependiente» (o desarrollo capitalista «distorsionado) para descri- bir las formaciones sociales predominantemente capitalistas en el mundo sub- desarrollado. Aunque el término es interesante, normalmente se utiliza de una forma bastante subjetiva, y, asi, las caracteristicas que la teoria de la dependencia atribuye al capitalismo dependiente» eran, en general. caracteristicas de los actuales países capitalistas desarrollados en sus etapas primitivas de transformación capitalista. Caracteristica diferente es que los actuales países subdesarrollados deben experimentar transformaciones capi- talistas en una época en que el mundo ya está dominado por los poderes capi- talistas. Los teóricos de la dependencia basan todo su análisis en este hecho, es decir, en que la dinámica total de los palces suhdesarrollados se convierte en una mera respuesta a la dominación externa, y el término «imperialismo>> se emplea en el sentido extremadamente limitado de relaciones entre capita- lismo avanzado y paises atrasados. Y, aún más, el desarrollo capitalista de- pendiente, postulado por los teóricos de la dependencia, lo es, lógicamente, por el hecho de que dentro de los países capitalistas avanzados y entre ellos- ha sido eliminada la competencia. La ausencia declarada de compe- tenein hace que el capital imperialista se interese en limitar el desarrollo capi- talista en los países subdesarrollados, para asi proteger sus posiciones monopolisticas. Esta visión del capitalismo monopolista ha sufrido numero- sos ataques en los últimos años (Clifton, 1976; Weeks, 1981a).
No es exagerado decir que, desde la época de Lenin hasta la década de 1970, la teoría de Lenin se habla estancado grandemente, adquiriendo, con las contribuciones hechas tras la Segunda Guerra Mundial, una naturaleza empirica. Sin embargo, en los últimos años ha renacido el debate teórico, in- citado por condiciones objetivas como el desarrollo del capitalismo en los paises subdesarrollados. Este desarrollo reduce a la condición de parcial, en el mejor de los casos, el análisis del subdesa rollo basado en una alianza precapitalista-imperialista que bloquease el desarrollo del capitalismo. En el otro extremo, la visión «dependentista» de que el capitalismo está generaliza- do en el mundo subdesarrollado, pero de una forma «dependiente» o «<dis- torsionadas, requiere un inaceptablemente amplio número de argumentos ad hoc para incorporar la acumulación capitalista obviamente triunfante en muchos países subdesarrollados. El resultado es una excelente inquietud teo- rica entre los autores marxistas y un renovado interés en la rivalidad interca- pitalista como posible explicación de la dinámica de acumulación en la época del capitalismo monopolista.
Trotskismo
Como cualquier otra importante escuela de pensamiento, el trotskismo se ha visto sometido a diferentes interpretaciones, destacándose ciertos aspectos segin diversas circunstancias históricas. La clave del trotskismo ha sido y es la teoria de la revolución permanente, formulada originalmente por Marx y que Trotski reformuló en 1906, aplicándola a Rusia, y claboró luego en 1928. Tronski consideraba to transicon socialismo como sacudidas sociales, politicas y económicas, interconexas e interdependientes, acaecidas en diferentes niveles y en diversas estructuras sociales-feudal, subde- sarrollada, preindustrial y capitalista-y que tienen lugar en distintas coyun- turas históricas. Este desarrollo combinado y desiguale seria impulsado por las circunstancias y por su propia dinámica a partir de su fase burguesa anti- feudal hasta su fase socialista anticapitalista. En el proceso trascendería los limites geográficos y artificiales y pasaría de su etapa nacional a la interna Conal, terminando por constituir una sociedad sin clases y sin Estado a escala mundial. Aunque la revolución debe empezar sobre una base nacional (y has- ta puede condenar al Estado revolucionario a un periodo de aislamiento), es- ta fase constituirá sólo el primer acto del drama seguido por el siguiente representado en otra parte del escenario internacional. De esta forma, el in- ternacionalismo -segundo aspecto de la permanencia de la revolución- constituye el sello indeleble del trotskismo.
Ean tearin chocs frontalmente en su pals de ongen con ja teoria de Stalin del socialismo en un solo pais-que para el trotskismo es una contradicción en sus términos-, siendo condenada como la mayor de las herejías por aquella parte del mundo donde prevalecia el modelo soviético de socialismo. Sin embargo, se mantuvo pujante fuera de esa zona y, aunque hubo de enfrentarse al desarrollo del nacionalismo intrinsecamente hostil a ella, se convirtió en un destacado componente de la renaciente conciencia socialista, en especial desde 1960.
La Cuarta internacional (- Internacionales), convocada por Trotski en 1938, no resultó eficaz como instrumento para promocionar la revolución, pero desempeñó un papel importante como estimulo de un debate interna- cional sobre los principios básicos del trotskismo y para la creación de nume- rosos grupos trotskistas estudiosos de la correcta estrategia revolucionaria para los tiempos actuales. El estancamiento en la lucha de clases (-conflicto de clases) en el Occidente moderno y el resurgimiento de la conciencia na- cional y social entre los pueblos de Asia & Antica pueden interpretarse como una confirmación de la permanencia de la revolución. Los movimientos de li- beración en los paises «retrasados» plantean de nuevo la cuestión sobre a quien se deberia considerar como el agente principal y decisivo de la revolu- ción: al proletariado industrial, como postula el marxismo clásico (y el trots- kismo), o al campesinado, que, como se ha visto en China entre 1948 y 1949,
llevó la revolución desde el campo a la ciudad (- Mao Zedong). La creación de una sociedad socialista sin clases, según el trotskismo, no puede llevarse a efecto sino mediante una ruptura revolucionaria con el orden existent. El trotskismo rechaza la via parlamentaria de las urnas como iluso- ris: da for supuesto que les clases explotada no podrán tomar el poder sin una lucha contra las clases que poseen la propiedad y defiender su dominio económico. La victoria del proletariado en esa lucha de clases deberá salva- guardare en el esquema trotskista de la realidad por medio del establecimien to de un dictadura proletarias. Para Trotski (asi como para Marx y Engels), este concepto, al que la experiencia de los regimene totalitarios total tarismo) ha añadido ciertos tintes repulsivos, no significó una forma de gobierno, sino el dominio socio-politico de una clase. Asi, describió las de- mocracias parlamentarias de Occidente como dictaduras burguesas, es decir, regimenes que aseguraban el dominio a las clases propietarias.
La dictadura del proletariado se estableció mediante la tora del poder por el portido politico del poletariado al queTrotski asignó el papel dirigen- te en la revolución. Pero advirtió que tal partido debia guardarse de sustituir al proletariado a de subyugarlo una vez que la tarea hubiese sido cumplida Bajo la dictadura del proletariado la democracia proletaria quedará asegura- da merced al control eficaz del gobierno por parte de los soviets ( consejos) constituidos por representantes de los partidos soviéticos legales, libremente elegidos por todos los obreros. Los partidos soviéticos, que incluyen elemen- 10s prob irgueses, son aquellos que respetan la constitución del Estado obre- To basada en la organización socialista de producción y distribución, y que no intervienen en tentativas violentas para derrocarla. Además, se preservará la soberanis del proletariado situando la industria bajo control y gestión de los obreros en los centros de producción por mecijo de comités de fabrica. Esta asociación de productores se complementará con la asociación de consumi- dores que controlarán la distribución y precio de los bienes de consumo.
La concepción de Trotski sobre un partido revolucionario no fue cohe- rente y varió a tenor de los distintos periodos históricos. Entre los trotskistas actuales, algunos grupos su scriben plenamente las criticas del jeven Trotski (antes de 1917) contra los rigidos principios centralistas de Lenin y conside- ran el partido como una organización amplia y holgada. Otros, aunque no rechazan por entero el centralismo de Lenin, subrayan más 1. forma de- mocrática del partido, haciendo referencia a los escritos de Troiski redacta- dos desprès de 1923 y durante su lucha posterior contra la dictadura burocrá- tica del partido soviético estalinizado. Hay además otros, una minoria, que se adhieren estrictamente al centralismo leninista, haciendo referencia a la fase más centralista de Trotski, de 1917-1923.
El principio del socialismo pluralista y la creencia en la necesidad del control corero son nota común de la mayor parte de los grupos que se sienten vinculados al trotskismo; otro elemento comé a todos ellos es so negativa a considerar a la URSS como una sociedad soc alista, aunque estan divididos en su definición de la naturaleza de este pais. Existen dos corrientes principa- les de pensamiento: la printera sostiene que la URSS es todavia un Estado obrero, si bien, como señale Trotski, está sufriendo un proceso ce degenera- ción; la otra afirma que en la URSS no queda nada del Estado obrero y que su régimen es el de capitalismo estatal; la tercera, menos extendida, considera al bloque soviético como una formación sui generis de nuevo tipo. Estas con- cepciones teóricas determinan en gran medica el carácter de la oposición trotskista a la URSS. Se plantea la alternativa siguiente: o la URSS se desprende de sus vestigios de estalinismo y entra en la vía del socialismo me- diante la implantación de reformas graduales desde arriba, urgidas por el pueblo, o será necesaria una sacudida violenta desde abajo para lograr lo que Lenin, Trotski y los bolcheviques se propusieron alcanzar en 1917. Existe también una diferencia de opiniones en torno al grado y formas de presión -económica, politica y moral- que podrian y deberian ejercer los gobiernos occidentales y la opinión pública occidental sobre el gobierno soviético a fin de promover la democratización de aquella sociedad. Este hecho tiene que ver con la evaluación de las relaciones existentes entre los dos bloques de po- der y, consecuentemente, con las actividades politicas de los que actualmente representan el trotskismo.
El trotskismo se basa en el marxismo clásico y, al igual que éste, se en- cuentra acosado por una situación dificil: la discrepancia entre la visión del desarrollo revolucionario y el curso real de la lucha de clases. Siempre que és- ta se inten afique y las clases dominantes se veau perseguidas por el espectro de la revolución, uno de los nombres que ellas dan a este último es el de trotskismo» y tratan de exorcizarlo. En la URSS y su esfera de influencia, al igual que en China, se mantiene a raya a este respecto.

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