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Los linfocitos T cooperadores son el tipo más numeroso de linfocito T del organismo. Los linfocitos T cooperadores o auxiliares regulan casi todas las funciones inmunitarias, tarea que acometen formando una serie de proteínas media- doras llamadas linfocinas que actúan sobre otras células del sistema inmunitario y de la médula ósea. Los linfocitos T cooperadores segregan las interleucinas 2 a 6, el factor esti- mulador de las colonias de granulocitos y monocitos y el interferón-g. Cuando faltan las linfocinas producidas por los linfocitos T cooperadores, el resto del sistema inmunitario prácticamente se paraliza. El virus de la inmunodeficiencia humana (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) inactiva o destruye los linfocitos T cooperadores y deja al organismo prácticamente indefenso ante las enfermedades infecciosas. Los linfocitos T cooperadores cumplen estas funciones: . Estimulan el crecimiento y la proliferación de los linfocitos T citotóxicos y supresores a través de las acciones de las inter- leucinas 2, 4 y 5 . Estimulan el crecimiento y la diferenciación de las células B para dar células plasmáticas y anticuerpos, sobre todo por las acciones de las interleucinas 4, 5 y 6 [(Figura_1)TD$FIG] Figura 34-1. La activación de los linfocitos T exige la interacción de los receptores del linfocito T con un antígeno (proteína extraña) que es transportado a la superficie de la célula presentadora de antígeno mediante el complejo mayor de histocompatibilidad (MHC). Las proteínas de adhesión intercelular capacitan al linfocito T para unirse a la célula presentadora de antígeno durante el tiempo necesario para su activación. 276 UNIDAD VI Células sanguíneas, inmunidad y coagulación sanguínea 276.pdf
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