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Capítulo 17 Aparato urinario 405 de la vejiga carece de rugosidades. Esta zona, llamada trígono, es siempre lisa. Allí la membrana de revesti miento está firmemente unida a la capa muscular, más profunda. El trígono se extiende entre los orifi cios de los dos uréteres por arriba y el punto de salida de la uretra por abajo. URETRA Para salir del cuerpo, la orina pasa desde la vejiga por la uretra y sale al exterior por su orificio externo, el meato urinario. En otras palabras, la uretra es la parte inferior del aparato urinario. La misma mucosa que recubre las pelvis renales, los uréteres y la vejiga se prolonga también por la uretra; es una característica estructural que merece destacarse porque explica el hecho de que una infección de la uretra pueda difundirse hacia arriba por el aparato urinario. La uretra es un tubo estrecho; tiene sola mente unos 4 cm de largo en la mujer, pero alcanza una dimensión de unos 20 cm en el hombre. En este, la uretra tiene dos funciones: 1) es la porción termi nal del aparato urinario, y 2 ) es la vía para el movi miento del líquido reproductor (semen) desde el cuerpo. En la mujer, la uretra solo forma parte del aparato urinario. MICCIÓN El término micción se refiere a la salida de la orina del cuerpo o al vaciamiento de la vejiga. Dos esfínteres o anillos de tejido muscular cierran el camino que viene desde la vejiga. Cuando se con traen ambos esfínteres, cierran la vejiga urinaria y permiten la acumulación de orina sin salida al exterior. El esfínter uretral interno está formado por músculo liso involuntario y está localizado, en ambos sexos, en la salida de la vejiga alrededor de la unión vesicouretral. El esfínter uretral externo es voluntario y está formado por músculo estriado. En la mujer, este esfínter rodea el tercio medio de la uretra debajo del cuello de la vejiga. En el hombre rodea la uretra justo debajo de la glándula prostática (v. fig. 17-7, A). La pared muscular de la vejiga permite a este órgano admitir una considerable cantidad de orina con un aumento muy pequeño de la presión, hasta que se alcanza un volumen de 300 a 400 mi. Enton ces, a medida que la pared vesical se tensa, se trans miten impulsos nerviosos al segundo, tercero y cuarto segmentos sacros de la médula, iniciándose un reflejo de vaciamiento. El reflejo provoca la con tracción del músculo de la pared vesical y la relaja ción del esfínter interno. Entonces, la orina penetra en la uretra. Si el esfínter externo, que está bajo control voluntario, está relajado, se produce la micción. La contracción voluntaria del esfínter externo interrum pe el reflejo de vaciado hasta que la vejiga se llena con orina hasta su capacidad y se produce la pérdida del control. La contracción de este potente esfínter termina también de forma brusca la micción volun taria. Los centros superiores del cerebro funcionan también en la micción al integrar la contracción de la vejiga y la relajación de los esfínteres interno y externo, con la contracción colaboradora de los mús culos pélvicos y abdominales. La retención urinaria es un trastorno en el que disminuye o se anula la evacuación de orina. Los riñones producen orina, pero la vejiga urinaria, por una razón u otra (v. cuadro «Aplicaciones clínicas: hipertrofia prostática», pág. 448), no puede completar el vaciado por sí misma. En estas personas, la orina residual, un buen medio de cultivo para las bacterias, a menudo provoca infecciones vesicales repetidas o cistitis. En algunos casos puede ser necesaria la cirugía, para resolver una obstrucción, o un sondaje intermitente o crónico. En esta técnica se introduce una sonda hueca en la vejiga urinaria a través de la uretra para evacuar la orina. En la supresión urinaria, los riñones El riñón que envejece Igual que les sucede a otros órganos corporales, los riñones sufren cambios estructurales por la edad y una reducción de su capacidad funcional. Los adultos mayores de 35 años sufren una pérdida gradual de nefronas funcionales y se reduce el peso renal. Hacia los 80-85 años de edad, la mayor parte de los individuos han sufrido una pérdida de un 30% en la masa renal total. A pesar de la reducción numérica de nefronas renales y la reducción de la actividad metabólica de las células tubulares que persisten, la mayor parte de estas personas siguen conser vando una función renal normal. Esto se debe a que las perso nas mayores suelen tener una menor masa magra en general y producen menos desechos que se tienen que excretar del cuerpo. Sin embargo, el «margen de seguridad» está reducido y cualquier estrés aplicado sobre las nefronas funcionantes que quedan, como una infección sistémica o una reducción del flujo renal, puede determinar síntomas de insuficiencia renal casi inmediatos. La función renal marginal en los ancia nos dificulta la excreción de fármacos, que se eliminan con facilidad de la sangre de personas más jóvenes; en consecuen cia, es obligado ajustar las dosis de muchos medicamentos en este grupo de ancianos. http://booksmedicos.org booksmedicos.org Botón40:
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