Logo Studenta

MUGUILLO - Derecho Societario- 1ra- 2017

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

Derecho Societario 
Según leyes 19.550, 22.903, 26.994 y 27.290 
Sociedades por Acciones Simplificadas S.A.S. 
Contratos Asociativos 
ROBERTO ALFREDO MUGUILLO 
© Roberto Alfredo Muguillo, 2017 
© de esta edición, La Ley S.A.E. e I., 2017 
Tucumán 1471 (C1050AAC) Buenos Aires 
Queda hecho el depósito que previene la ley 11.723 
Todos los derechos reservados 
Ninguna parte de esta obra puede ser reproducida 
o transmitida en cualquier forma o por cualquier medio 
electrónico o mecánico, incluyendo fotocopiado, grabación 
o cualquier otro sistema de archivo y recuperación 
de información, sin el previo permiso por escrito del Editor y el autor. 
All rights reserved 
No part of this work may be reproduced 
or transmitted in any form or by any means, 
electronic or mechanical, including photocopying and recording 
or by any information storage or retrieval system, 
without permission in writing from the Publisher and the author. 
ISBN 978-987-03-3331-9 
SAP 42117935 
ARGENTINA 
Muguillo, Roberto Alfredo 
Derecho Societario / Roberto Alfredo Muguillo.- 1a ed.- Ciudad Autónoma de Buenos Aires: La Ley, 2017. 
816 p.; 24x17 cm. 
ISBN 978-987-03-3331-9 
1. Sociedades. I. Título.
CDD 346.06 
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iF776185EE7E249D29724C38C7CD3E334
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iF776185EE7E249D29724C38C7CD3E334
CAPÍTULO I - INTRODUCCIÓN. PERSONAS JURÍDICAS 
1. LAS PERSONAS JURÍDICAS
El Código Civil y Comercial —dejando de lado la concepción del 
Código Civil de Vélez Sarsfield de definir persona en general— va a 
tratar las personas jurídicas, desprovistas de existencia real, precisando 
su concepto en el art. 141 que define a la persona jurídica como a todos 
los entes a los cuales el ordenamiento jurídico les confiere aptitud para 
adquirir derechos y contraer obligaciones para el cumplimiento de su 
objeto y los fines de su creación. 
Si bien en Roma el concepto de "persona" estaba reservado a los 
individuos solamente, diversas estructuras fueron reconocidas como 
distinguiéndose de sus integrantes y los derechos y obligaciones de 
éstas no afectaban a sus partícipes. Durante el Imperio se conocieron 
algunas formas primitivas de societas, pero es desde la Edad Media en 
que comienzan a desarrollarse rudimentariamente a partir de ciertas 
organizaciones como las comendas, en donde encontramos ya un 
gestor (armador) y un capitalista (aportante de recursos o bienes para 
operaciones determinadas). El posterior desarrollo de estas formas fue 
originando los antecedentes de las actuales formas diferenciadas de 
personas jurídicas y tipos societarios. 
Así fueron un hito en el camino de la personalidad jurídica las teorías 
de Savigny y de Otto von Gierke. Estas teorías contribuyeron a 
desarrollar las relaciones entre la persona ideal o jurídica y sus 
miembros, la responsabilidad diferenciada de unos y otros, etc. 
Es por eso que en los Fundamentos del Proyecto de Código Civil y 
Comercial expresaban los autores que si bien establecían un esquema 
general aplicable a todas las personas jurídicas, dejaban a salvo —
frente a los desarrollos de la economía y el manejo empresario— la 
conveniencia de incorporar normas relativas a las asociaciones civiles, 
simples asociaciones y fundaciones, enumerando las personas 
jurídicas privadas (art. 148 CCyCN) pero dejando abierto el camino a 
otras alternativas(1), pues la personalidad jurídica es conferida por el 
legislador como un recurso técnico según las circunstancias o 
necesidades que inspiren la política legislativa y por ello otras normas 
pueden regular aspectos particulares (Ley General de Sociedades) o 
javascript:void(0)
javascript:void(0)
futuras normas incorporar nuevas figuras (como lo ha sido la Sociedad 
por Acciones Simplificada —SAS—). 
La atribución de personalidad genera así para la persona jurídica una 
esfera de capacidad operativa propia, personalidad que conlleva la 
diferenciación patrimonial entre la persona jurídica y los integrantes, 
miembros, asociados, socios, etc. 
Una economía dinámica y provechosa para la comunidad requiere de 
estructuras sanas que limiten la responsabilidad y permita expandir los 
negocios. La personalidad jurídica es así un derecho que protege no 
sólo su patrimonio, sino que hace a los legítimos intereses de quienes 
se vinculan con la persona jurídica, por lo que no puede ser utilizada en 
contra de los superiores intereses de la sociedad donde se desarrolla y 
de los terceros que contraten con ella. De allí que uno de los límites que 
estudiaremos en el presente es que el uso meramente formal de esta 
creación ideal deberá ceder ante la realidad económica y la buena fe de 
los terceros, punto este que abrió la puerta para la inoponibilidad de la 
personalidad jurídica que también analizaremos oportunamente(2). 
 
 
 
 
2. PERSONAS JURÍDICAS PRIVADAS. PRINCIPIO DE EXISTENCIA 
El Código Civil y Comercial siguiendo al Código Civil —pero con 
distinta calificación(3)— va a distinguir entre personas jurídicas públicas 
y personas jurídicas privadas(4), enumerando en los arts. 145 y 148 a 
las personas jurídicas privadas como: 
a) las sociedades; 
b) las asociaciones civiles; 
c) las simples asociaciones; 
d) las fundaciones; 
e) las iglesias, confesiones, comunidades o entidades religiosas; 
f) las mutuales; 
g) las cooperativas; 
h) el consorcio de propiedad horizontal; 
i) toda otra contemplada en disposiciones de este Código o en otras 
leyes y cuyo carácter de tal se establece o resulta de su finalidad y 
normas de funcionamiento 
Advertimos así que la sociedad es una especie dentro del campo de 
las personas jurídicas privadas. 
javascript:void(0)
javascript:void(0)
javascript:void(0)
javascript:void(0)
javascript:void(0)
javascript:void(0)
De conformidad a lo dispuesto por el art. 142 CCyCN se anota como 
principio general que la existencia de la persona jurídica privada 
comienza desde su constitución. No necesita autorización legal para 
funcionar, excepto disposición legal en contrario. En los casos en que 
se requiere autorización estatal, la persona jurídica no puede funcionar 
antes de obtenerla. La excepción al principio del comienzo de la 
existencia de la persona jurídica privada desde su constitución, está 
dado por el hecho de que esta requiera de autorización legal para 
funcionar (por ej., bancos) en cuyo caso no podrá funcionar antes de 
obtener el respectivo permiso. 
 
 
 
 
3. NOMBRE Y DOMICILIO DE LA PERSONA JURÍDICA PRIVADA 
La persona jurídica —como toda persona humana— debe tener un 
nombre para poder ser identificada sin equivocación como tal, por lo 
que la norma del art. 151 CCyCN va a requerir además de dicho nombre 
que conlleve el aditamento indicativo de la forma jurídica adoptada(5). 
El Código Civil y Comercial va a requerir que el 
nombre debe satisfacer recaudos de veracidad, novedad y aptitud 
distintiva, tanto respecto de otros nombres, como de marcas, nombres 
de fantasía u otras formas de referencia a bienes o servicios, se 
relacionen o no con el objeto de la persona jurídica. En tal sentido va a 
ser claro al imponer que el nombre no puede contener términos o 
expresiones contrarios a la ley, el orden público o las buenas 
costumbres ni inducir a error sobre la clase u objeto de la persona 
jurídica. 
En su caso, la inclusión en el nombre de la persona jurídica del 
nombre de personas humanas requiere la conformidad de éstas, 
consentimiento que se presume si esa o esas personas son miembros 
del ente. No obstante ello, en caso de fallecimiento de la persona 
humana cuyo nombre identifica a la persona jurídica privada, sus 
herederos podrán oponerse a la continuación del uso, pero para ello 
deberán acreditar perjuicios materiales o morales, ciertos y concretos. 
La persona jurídica privada también debe tener un domicilio y —de 
conformidad a lo normado por el art. 152 CCyCN— éste será el fijado 
ensus estatutos o en la autorización que se le dio para funcionar. El 
cambio de domicilio requiere modificación del estatuto. El cambio de 
sede, si no forma parte del estatuto, puede ser resuelto por el órgano 
de administración (ver al respecto Capítulo III, nro. 2 (c)). 
javascript:void(0)
javascript:void(0)
Debemos aclarar que la ley al hablar de domicilio en esta norma, 
considera domicilio al ámbito jurisdiccional del asiento de la persona 
(Capital Federal, Ciudad de Santa Fe, etc.), mientras que al referirse a 
la sede está haciendo específica referencia al lugar donde funciona la 
administración (o sea su dirección de calle, nº, piso, departamento u 
oficina, etc.). 
La sede inscripta reviste el carácter de domicilio legal en los términos 
del art. 74 del CCyCN, y por lo tanto ése será el lugar donde la ley 
presume —sin admitir prueba en contra— que la persona jurídica reside 
para el ejercicio de sus derechos y el cumplimiento de sus obligaciones. 
De allí entonces que el art. 153 CCyCN(6) presume iure et de iure como 
válidas y vinculantes las notificaciones efectuadas en dicho lugar(7), se 
encuentre o no en dicho lugar la administración de la persona, sin 
admitirse prueba en contra de tal presunción (conf. art. 74 CCyCN 
citado). 
La persona jurídica que posee muchos establecimientos o sucursales 
tiene su domicilio especial en el lugar de dichos establecimientos sólo 
para la ejecución de las obligaciones allí contraídas y este 
domicilio deberá entenderse de conformidad a las pautas del art. 75 
CCyCN(8) y no con los efectos del domicilio legal del art. 74 CCyCN 
conforme expresamos. 
 
 
 
 
4. OBJETO Y ULTRA VIRES 
La definición de persona jurídica en el Código Civil y Comercial 
expresamente indica que ellas son entes a los cuales el ordenamiento 
jurídico les confiere aptitud para adquirir derechos y contraer 
obligaciones para el cumplimiento de su objeto y los fines de su 
creación (art. 141 CCyCN). Esta definición nos enfrenta al problema 
entre el objeto y fines de la sociedad y la llamada doctrina del "ultra 
vires". 
Ultra vires es la expresión latina que significa "más allá de los 
poderes", particularmente de los representantes u órganos de las 
personas jurídicas, teoría por la cual los actos que exceden del objeto 
de una sociedad no pueden ser imputados a ésta ni obligarla. 
Esta teoría ha sido rechazada por la generalidad de los sistemas 
jurídicos, que rechazan los actos de los órganos y representantes de la 
sociedad, como atribuibles a ésta, si son manifiestamente ajenos al 
javascript:void(0)
javascript:void(0)
javascript:void(0)
javascript:void(0)
javascript:void(0)
javascript:void(0)
objeto de la persona jurídica o si la contraparte ha actuado con mala fe 
en perjuicio de ella. 
La disposición del art. 141 del nuevo Código Civil y Comercial al 
expresar que la persona jurídica tiene aptitud para adquirir derechos y 
contraer obligaciones para el cumplimiento de su objeto y los fines de 
su creación, lo que unido a la disposición del art. 156 CCyN que dispone 
que el objeto de la persona jurídica debe ser preciso y determinado, 
parecería que ambas disposiciones se alinean en entender que la 
persona jurídica tiene un límite a su capacidad, y que este límite está 
determinado por su objeto, una suerte de intra vires. 
La doctrina si bien sostiene que el objeto social delimitará el accionar 
del ente no convalidando aquellas acciones que lo excedan, no 
entiende que la norma genere una posición que ya ha sido rechazada 
en el derecho comparado, no importando un encorsetamiento de la 
capacidad del ente, la cual debe entenderse con adecuada amplitud a 
los fines de su creación y mejor desarrollo(9). 
 
 
 
 
5. PATRIMONIO COMO ATRIBUTO DE LA PERSONA JURÍDICA 
La persona jurídica (art. 154 CCyCN) necesariamente debe tener un 
patrimonio, siendo tal exigencia una respuesta a su reconocimiento 
como persona. Se produce así una clara distinción entre la persona 
jurídica privada y sus partícipes, por lo que la actuación de la persona 
jurídica comprometerá su propia responsabilidad y a su propio 
patrimonio, no al de sus integrantes. 
Este patrimonio independiente podrá ser agredido por sus acreedores 
lo que permite advertir dos tipos de relaciones: (a) las externas, en las 
que la persona jurídica se vincula con los terceros y compromete su 
propio patrimonio y (b) las internas, en donde los aportes de los 
partícipes al constituir la misma, genera el nacimiento de ese patrimonio 
que no se confundirá con el de aquéllos y que será indisponible para 
éstos, pues no se confundirá el patrimonio de la persona con el 
patrimonio de los integrantes. 
 
 
 
 
 
javascript:void(0)
javascript:void(0)
6. DURACIÓN. PLAZO. PRÓRROGA. RECONDUCCIÓN 
En principio y como pauta genérica, la duración de la persona jurídica 
es ilimitada en el tiempo (art. 155 CCyCN), excepto que la ley o el 
estatuto dispongan lo contrario. Así expresamente el art. 170 inc. e) 
CCyCN respecto del acto constitutivo de las asociaciones civiles, 
permite que las mismas sean constituidas a perpetuidad, régimen que 
también será aplicable a las simples asociaciones por la expresa 
remisión del art. 188 CCyCN. 
Sin embargo para las fundaciones conforme al art. 195 inc. e) CCyCN, 
al igual que para las sociedades según el art. 11 inc. 5) LGS 19.550, la 
ley impone la determinación del plazo de duración, lo que no habilita 
esa perpetuidad general que rige para las personas jurídicas. 
Para el supuesto de preverse un plazo de duración, el mismo puede 
ser prorrogado de conformidad a lo determinado por el art. 
165 CCyCN. En tal caso se requiere: 
a) la decisión de los miembros de la persona jurídica, adoptada de 
acuerdo con la previsión legal o estatutaria; 
b) la presentación ante la autoridad de contralor que corresponda, 
antes del vencimiento del plazo. 
A su vez, para el supuesto de que hubiera vencido el plazo de 
duración y hubiere interés en la continuidad operativa de la persona 
jurídica, el art. 166 del CCyCN habilita también la reconducción de ésta, 
disponiendo que la persona jurídica puede ser reconducida mientras no 
haya concluido su liquidación, por decisión de sus miembros adoptada 
por unanimidad o la mayoría requerida por la ley o el estatuto, siempre 
que la causa de su disolución pueda quedar removida por decisión de 
los miembros o en virtud de la ley. 
Como bien expresan los autores(10), mientras que la prórroga del 
funcionamiento de la persona jurídica determina la continuidad normal 
del ente, instrumentada para evitar la disolución del mismo, la 
reconducción es un remedio para revertir los efectos de la disolución 
operada por el vencimiento del plazo de duración. 
 
 
 
 
7. FUNCIONAMIENTO: ADMINISTRACIÓN, GOBIERNO Y FISCALIZACIÓN 
El Código Civil y Comercial impone en el art. 158 que el estatuto de 
la persona jurídica privada debe contener necesariamente 
javascript:void(0)
javascript:void(0)
disposiciones relativas al funcionamiento de la misma en cuanto a su 
gobierno, administración, representación y fiscalización. 
La norma mencionada impone así que el estatuto prevea la 
organización y funcionamiento interno del ente, de sus órganos, sin 
perjuicio de las que en particular pueda prever respecto a alguna de 
ellas o sea prevista por una norma legal (por ej., ley 19.550 para las 
sociedades). 
No obstante el Código va a determinar que en ausencia de 
previsiones especiales regirán las siguientes pautas, conforme dispone 
el art. 158: 
a) si todos los que deben participar del acto lo consienten, pueden 
participar en una asamblea o reunión del órgano de gobierno, utilizando 
medios que les permitan a los participantes comunicarse 
simultáneamente entre ellos. El acta debe ser suscripta por el 
presidente y otro administrador, indicándose la modalidad adoptada, 
debiendo guardarse las constancias, de acuerdo al medio utilizado para 
comunicarse. 
Esta disposición es propia y particular del órgano de gobierno de la 
persona jurídica privaday habilita llevar a cabo la reunión del órgano de 
gobierno por medios virtuales en la medida en que haya unanimidad de 
todos quienes deben participar del acto. 
En este supuesto, el acta respectiva deberá dejar constancia del 
medio utilizado y en su caso agregarse o respaldarse el acta con las 
constancias del medio utilizado, acta que deberá ser firmada por el 
presidente de la entidad y de un administrador como mínimo recaudo 
formal garantizando el control de legalidad de lo actuado. 
b) los miembros que deban participar en una asamblea, o los 
integrantes del consejo, pueden autoconvocarse para deliberar, sin 
necesidad de citación previa. Las decisiones que se tomen son válidas, 
si concurren todos y el temario a tratar es aprobado por unanimidad. 
Esta segunda disposición —a diferencia del anterior— involucra a 
todos los órganos de la persona jurídica, sea el de gobierno, 
administración o fiscalización. La norma habilita la autoconvocatoria sin 
necesidad de citación o publicación previa (sea edictal o publicidad 
interna), pero requiere la concurrencia de todos los partícipes o 
integrantes (asistencia unánime), pero también que el temario de la 
reunión sea aprobado por unanimidad, o sea voto por unanimidad del 
orden del día a tratarse. 
Las decisiones sin embargo no requerirán de unanimidad y podrán 
aprobarse los temas del orden del día por las mayorías que determine 
el estatuto, sea ésta simple mayoría o mayoría absoluta. 
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iF776185EE7E249D29724C38C7CD3E334
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iF776185EE7E249D29724C38C7CD3E334
En particular respecto del órgano de administración el Código Civil y 
Comercial (art. 159) va a fijar dos principios esenciales y pautas 
específicas para los administradores. 
Así el deber de lealtad como derivación del principio de buena fe (art. 
9º CCyCN) impone la fidelidad en el actuar del representante, el actuar 
honradamente en el cumplimiento del objeto y fines de la persona 
jurídica, disponiendo la norma algunos supuestos específicos como el 
de no perseguir ni favorecer intereses contrarios a los de la persona 
jurídica. Y si en una determinada operación tuvieran intereses 
contrarios por sí o por interpósita persona, deberán hacerlo saber a los 
demás miembros del órgano de administración o en su caso al órgano 
de gobierno y abstenerse de cualquier intervención relacionada con 
dicha operación. 
La otra pauta que fija la norma es el deber de actuar con 
diligencia según las circunstancia de las personas, tiempo y lugar, lo 
que les impone un mínimo de capacidad de administración en lo 
técnico, en el conocimiento de las circunstancias que rodeen el acto y 
más allá de las anteriores pautas específicas de conducta —en línea 
con la norma del art. 1710 CCyCN— la disposición del art. 159 CCyCN 
establece que a los administradores —dentro de su deber de 
diligencia— les corresponde implementar sistemas y medios 
preventivos que reduzcan el riesgo de conflictos de intereses en sus 
relaciones con la persona jurídica. 
Completando el cuadro de una actuación diligente del órgano de 
administración, el art. 161 CCyCN va a disponer específicamente que, 
si como consecuencia de la oposición u omisión sistemáticas en el 
desempeño de las funciones del administrador, o de los 
administradores si los hubiera, la persona jurídica no puede adoptar 
decisiones válidas, se deberá proceder de la siguiente forma: 
a) el presidente, o alguno de los coadministradores, si los hay, pueden 
ejecutar los actos conservatorios que fueren necesarios para el interés 
de la persona jurídica; 
b) los actos así ejecutados deberán ser puestos en conocimiento de 
la asamblea que se convoque al efecto dentro de los diez días de 
comenzada la ejecución; 
c) la asamblea puede conferir facultades extraordinarias al presidente 
o a la minoría, para realizar actos urgentes o necesarios; también puede 
remover al administrador que generara esa oposición sistemática o esa 
constante omisión en el desempeño de sus funciones impidiendo el 
obrar normal de la administración. 
 
 
8. TRANSFORMACIÓN, FUSIÓN, ESCISIÓN 
Dispone en forma muy genérica el art. 162 CCyCN que las personas 
jurídicas pueden transformarse, fusionarse o escindirse en los casos 
previstos por este Código o por la ley especial. En todos los casos es 
necesaria la conformidad unánime de los miembros de la persona o 
personas jurídicas, excepto disposición especial o estipulación en 
contrario del estatuto. 
También en este supuesto entendemos que los pasos y 
procedimiento, sea de transformación, fusión o escisión, deberán 
ajustarse a las características propias de la persona jurídica privada de 
que se trate y de aquella que resultará de estos procedimientos, 
aplicándose —más allá de aquello acordado en el contrato o estatuto— 
analógicamente las pautas que regula la ley general de sociedades 
19.550. 
La disposición citada cierra toda discusión respecto de la 
transformación de una sociedad en asociación civil o viceversa, ya que 
la norma es lo suficientemente amplia como para comprender el caso y 
la ley general de sociedades —aun cuando hable de los tipos previstos 
en la ley— no impide tal transformación. 
 
 
 
 
9. DISOLUCIÓN Y LIQUIDACIÓN 
El Código Civil y Comercial siguiendo el criterio de la ley 
19.550 incorpora causales de disolución de las personas jurídicas 
privadas que no estaban previstas por el Código Velezano, efectuando 
una estructuración de éstas más integralmente. 
Así la norma del art. 163 va a disponer que la persona jurídica se 
disuelve por: 
a) la decisión de sus miembros adoptada por unanimidad o por la 
mayoría establecida por el estatuto o disposición especial; 
b) el cumplimiento de la condición resolutoria a la que el acto 
constitutivo subordinó su existencia; 
c) la consecución del objeto para el cual la persona jurídica se formó, 
o la imposibilidad sobreviviente de cumplirlo; 
d) el vencimiento del plazo previsto en sus estatutos; 
e) la declaración de quiebra; causal no prevista en el derogado 
Código Civil, disponiendo además que la disolución quedará sin efecto 
si la quiebra concluye por avenimiento o se dispone la conversión del 
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iF776185EE7E249D29724C38C7CD3E334
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iF776185EE7E249D29724C38C7CD3E334
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iF776185EE7E249D29724C38C7CD3E334
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iF776185EE7E249D29724C38C7CD3E334
trámite en concurso preventivo, o si una ley especial prevé un régimen 
distinto; 
f) la fusión —causal tampoco prevista por el derogado Código— 
respecto de las personas jurídicas que se fusionan para generar una 
nueva persona jurídica privada, o la persona o personas jurídicas cuyo 
patrimonio es absorbido; y la escisión respecto de la persona jurídica 
que se divide y destina todo su patrimonio a la formación de otras 
personas jurídicas privadas; 
g) la reducción a uno del número de miembros, si la ley especial exige 
pluralidad de ellos y ésta no es restablecida dentro de los tres meses, 
causal también incorporada por la reforma; 
h) la denegatoria o revocación firmes de la autorización estatal para 
funcionar, cuando ésta sea requerida. En este sentido va a ampliar el 
concepto la disposición del art. 164 indicando que la revocación de la 
autorización estatal debe fundarse en la comisión de actos graves que 
importen la violación de la ley, el estatuto y el reglamento. La revocación 
debe disponerse por resolución fundada y conforme a un procedimiento 
reglado que garantice el derecho de defensa de la persona jurídica. La 
resolución es apelable,pudiendo el juez disponer la suspensión 
provisional de sus efectos. Lo novedoso de la norma —conforme 
exponen Garrido Cordobera, Borda y Alferillo(11)— radica en que la 
resolución de revocación debe tomarse previo un procedimiento que 
garantice el derecho constitucional de defensa de la persona jurídica y 
el recurso judicial. (Este supuesto sería de aplicación a las entidades 
financieras y compañías de seguro conforme leyes 21.526 y 20.091); 
i) el agotamiento de los bienes destinados a sostenerla; 
j) cualquier otra causa prevista en el estatuto o en otras disposiciones 
de este Título o de ley especial. 
Respecto del procedimiento de liquidación, estipula el Código Civil y 
Comercial en el art. 167 que, vencido el plazo de duración, resuelta la 
disolución u ocurrida otra causa y declarada en su caso por los 
miembros, la persona jurídica no puede realizar operaciones, debiendo 
en su liquidación concluir las pendientes. 
La liquidación consiste en el cumplimiento de las obligaciones 
pendientes con los bienes del activo del patrimonio de la persona 
jurídica o su producido en dinero. Previo pago de los gastos de 
liquidación y de las obligaciones fiscales, el remanente, si lo hay, se 
entrega a sus miembros o a terceros, conforme lo establece el estatuto 
o lo exige la ley. 
La disposición del Código no contiene pautas precisas como puede 
observarse, ya que una adecuada y ordenada liquidación, debe 
necesariamente comenzar con un inventario físico de todos los bienes 
javascript:void(0)
javascript:void(0)
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=i788CFC93E0202DC3777E5775C1FDA92D
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=i788CFC93E0202DC3777E5775C1FDA92D
y derechos que pertenecen e integran el patrimonio de la persona 
jurídica, para luego poder ordenar la liquidación y cancelación de las 
deudas y obligaciones pendientes que pudiera haber. 
Una vez concluida la liquidación será necesario poner a disposición 
de todos los partícipes —en su caso— del resultado final de la 
operatoria, por lo cual aprobada la misma se procederá, conforme 
establece la norma, al pago de los gastos y honorarios de la liquidación, 
las obligaciones fiscales en su caso y el saldo se repartirá —si así 
corresponde— entre los integrantes de la persona jurídica. 
A todo evento entendemos aplicables por analogía las normas sobre 
la liquidación de sociedades de conformidad a la Ley General de 
Sociedades 19.550 (conf. art. 2º, CCyCN). 
En caso de infracción a dichas pautas responden ilimitada y 
solidariamente sus administradores y aquellos miembros que, 
conociendo o debiendo conocer la situación y contando con el poder de 
decisión necesario para ponerle fin, omiten adoptar las medidas 
necesarias al efecto. 
 
 
 
 
10. INOPONIBILIDAD DE LA PERSONALIDAD JURÍDICA 
Desde larga data nuestra Corte Suprema de Justicia de la Nación 
viene sosteniendo que el régimen de la personalidad jurídica no puede 
utilizarse en contra de los superiores intereses de nuestra comunidad, 
ni de los derechos de terceros, por lo que el uso meramente 
instrumental de la personalidad jurídica debe ceder ante la 
consideración de la realidad económica y la supremacía del derecho 
objetivo(12). 
Dado que el régimen de la personalidad jurídica importa (arts. 
142/143, CCyCN) la separación patrimonial del ente y los patrimonios 
de los partícipes, el principio de la inoponibilidad de la personalidad 
jurídica lleva a la no aplicación del principio de separación patrimonial. 
Es a partir del trabajo de Rolf Serik(13) que se comienza a delinear 
este principio que es receptado legalmente por la ley 19.550 en el año 
1983 a través de la reforma introducida por la ley 22.903 y que el Código 
Civil y Comercial incorpora como principio aplicable en general a toda 
persona jurídica privada. 
Dispone así el art. 144 CCyCN que la actuación de la persona jurídica 
que esté destinada a la consecución de fines ajenos a la misma, 
constituya un recurso para violar la ley, el orden público o la buena fe o 
javascript:void(0)
javascript:void(0)
javascript:void(0)
javascript:void(0)
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iF776185EE7E249D29724C38C7CD3E334
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iF776185EE7E249D29724C38C7CD3E334
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=i9404E676D6C1FEF5BC9A92840B211790
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=i9404E676D6C1FEF5BC9A92840B211790
para frustrar derechos de cualquier persona, se imputa a quienes a título 
de socios, asociados, miembros o controlantes directos o indirectos, la 
hicieron posible, quienes responderán solidaria e ilimitadamente por los 
perjuicios causados. Lo dispuesto se aplica sin afectar los derechos de 
los terceros de buena fe y sin perjuicio de las responsabilidades 
personales de que puedan ser pasibles los participantes en los hechos 
por los perjuicios causados. 
En el caso el principio lleva a 'descorrer' el velo de su personalidad 
para 'penetrar' en la real esencia del sustrato personal-patrimonial y 
poner de manifiesto los fines —ilícitos— de los miembros cobijados tras 
la máscara de esa personalidad, responsabilizándolos de tales actos(14). 
Volveremos sobre el tema in extenso en el Capítulo IV. 
 
 
 
 
11. CONCLUSIÓN 
Con este breve panorama introductorio respecto del régimen general 
de las personas jurídicas privadas, ingresaremos en los siguientes 
capítulos al análisis y estudio del régimen general de sociedades tal 
como las ha diseñado y regulado la ley vigente —leyes 
19.550, 26.994 y el Código Civil y Comercial— encarando la tarea 
desde una doble óptica, educativa y a la vez profesional, técnica y 
práctica, en forma breve y sintética, de modo tal de permitir su 
comprensión por estudiantes avanzados y por profesionales que 
recién inician sus pasos en este campo del derecho societario o que 
necesitan de una rápida ubicación en el problema o conflicto 
societario que debieran enfrentar por vez primera, acompañando 
datos o cuadros aclaratorios, dando nuestra opinión y apoyando 
toda la exposición en las notas con las citas que consideramos más 
adecuadas de la doctrina y jurisprudencia —nacional y extranjera— 
para colaborar así con aquellos profesionales que utilicen esta obra 
como herramienta base en su diaria labor o como comienzo a 
futuros desarrollos. Esperamos lograr muestro cometido. 
 
 
 
 
 
 
 
 
javascript:void(0)
javascript:void(0)
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iF776185EE7E249D29724C38C7CD3E334
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iF776185EE7E249D29724C38C7CD3E334
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iF776185EE7E249D29724C38C7CD3E334
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iF776185EE7E249D29724C38C7CD3E334
CAPÍTULO II - LAS SOCIEDADES EN GENERAL 
 
 
 
 
1. LAS SOCIEDADES 
En general, el estudio de las sociedades nos lleva a advertir que todas 
las formas asociativas son una consecuencia del espíritu gregario del 
hombre, del deseo de obtención de fines que en soledad el hombre no 
podría lograr. A ello se agrega el apoyo normativo tendiente a facilitar 
una herramienta de actuación común por entendérsela en sus distintos 
aspectos como beneficiosa para la comunidad en general. 
Personas, capital y trabajo se integran y aúnan en objetivos, 
estructurándose en diversas formas y modos asociativos. 
La actuación y aportes de dos o más personas para llevar adelante 
una cierta actividad con el propósito de obtener un beneficio para ser 
dividido entre ellos, nos adentra enel régimen general de las 
sociedades y nos pone el acento en la finalidad de obtener un resultado 
económico positivo, una utilidad apreciable en dinero para repartirlo 
entre los partícipes. 
El contrato de sociedad se transforma así (por vía de la generación 
de un sujeto de derecho diferenciado) en herramienta, en un recurso 
técnico para la actuación colectiva de sus partícipes. 
Es que el concepto de sociedad siempre va a hacer referencia a dos 
aspectos: por un lado, el acuerdo o contrato mismo que genera 
un efecto unificador permitiendo observar un grupo de personas que 
actúan jurídicamente como si fueran una sola, y por otro lado, la 
persona, el sujeto de derecho que éste genera que conlleva 
una imputación diferenciada, pues los efectos de esa actuación se 
atribuyen a esa entidad. 
 
 
 
 
2. BREVES ANTECEDENTES NORMATIVOS. LAS SOCIEDADES 
COMERCIALES. LA REFORMA DEL 2015 
La primera regulación de las sociedades argentinas la encontramos 
en el Código de Comercio que sólo receptó las figuras de la sociedades 
colectivas y sociedades anónimas, conjunto normativo que se amplió 
con la ley 11.647 que incorporó a nuestro sistema las sociedades de 
responsabilidad limitada. 
Pero fue recién en 1972 que encontramos un nuevo régimen jurídico 
más ordenado y orgánico, actualizando la ley 19.550 el viejo sistema 
del Código de Comercio que ya se advertía como insuficiente para 
responder a las necesidades de la empresa moderna y la negociación 
mercantil. 
El texto de la ley 19.550, adaptado a las nuevas tendencias del 
momento y receptando las críticas de la doctrina al sistema anterior, se 
amoldó —con éxito— a nuestra propia realidad económica. Es justo 
reconocer que los redactores de la ley 19.550 supieron amalgamar 
innovaciones y fundamentos teóricos con requerimientos pragmáticos 
de la realidad social argentina, con nuestra tradición, logrando un 
resultado de razonable funcionamiento hasta el día de hoy. 
Modificada sustancialmente la ley 19.550 en 1983 por la ley 
22.903, se corrigieron defectos que su aplicación fue descubriendo en 
los primeros años de su vigencia, incorporándose pautas sobre 
contratos de colaboración empresaria (Agrupamientos de Colaboración 
y Uniones Transitorias de Empresas), para atender a las necesidades 
derivadas del crecimiento económico y la consiguiente necesidad de 
colaboración e integración de las unidades productoras de bienes y 
servicios. 
Más allá de la reforma producida al corpus societario por la citada ley 
22.903, no podemos olvidar otras modificaciones menores en cantidad, 
pero de gran importancia. Así podemos anotar las reformas 
incorporadas por la ley 20.468 (modificatoria de los arts. 261 y 311), la 
ley 22.686 (modificatoria de los arts. 188, 202, 234, 237), la ley 
24.467 (sobre Pequeña y Mediana Empresa y Sociedad de Garantía 
Recíproca), la ley 24.587 (Ley de Nominatividad de Títulos Valores) y la 
ley 26.005 (que incorporó los Consorcios de Cooperación), a la par que 
deben también resaltarse hacia finales del siglo XX, las distintas 
tendencias que pretendían una reforma integral al régimen de 
sociedades comerciales y aquellas otras que postulaban incorporar el 
régimen societario unificándolo a la legislación civil y comercial. 
Las distintas propuestas que podemos señalar han sido el Proyecto 
de Unificación Legislativa de 1987, el Proyecto de Reforma de 1991, el 
Anteproyecto de Reforma a la LSC y la Comisión creada por la 
Resolución MJDH 112/02 a iniciativa del ministro Dr. Jorge R. Vanosi y 
que se integrara originariamente con los Dres. Julio C. Otaegui, 
Salvador D. Bergel, Raúl A. Etcheverry y Jaime L. Anaya. 
Las tendencias reformistas se orientaban en su momento por las 
siguientes propuestas: 
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iF776185EE7E249D29724C38C7CD3E334
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iF776185EE7E249D29724C38C7CD3E334
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iF776185EE7E249D29724C38C7CD3E334
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iF776185EE7E249D29724C38C7CD3E334
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iF776185EE7E249D29724C38C7CD3E334
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iF776185EE7E249D29724C38C7CD3E334
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iF776185EE7E249D29724C38C7CD3E334
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iF776185EE7E249D29724C38C7CD3E334
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=i9404E676D6C1FEF5BC9A92840B211790
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=i9404E676D6C1FEF5BC9A92840B211790
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=i9404E676D6C1FEF5BC9A92840B211790
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=i9404E676D6C1FEF5BC9A92840B211790
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=i9404E676D6C1FEF5BC9A92840B211790
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=i9404E676D6C1FEF5BC9A92840B211790
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=i9404E676D6C1FEF5BC9A92840B211790
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=i9404E676D6C1FEF5BC9A92840B211790
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iC149357F9DB8BE45CE61B539F45723E9
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iC149357F9DB8BE45CE61B539F45723E9
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iC149357F9DB8BE45CE61B539F45723E9
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iC149357F9DB8BE45CE61B539F45723E9
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=i1456E2B5B28061CF424A6F73117F83EB
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=i1456E2B5B28061CF424A6F73117F83EB
i. La incorporación de la sociedad unipersonal, propuesta presentada 
con el expreso propósito de eludir los problemas que podría plantear la 
figura de la empresa individual de responsabilidad limitada y con ella la 
del patrimonio de afectación. Esta tendencia hacia la sociedad 
unipersonal se advierte en la XII Directiva del Consejo de la Unión 
Europea en materia de sociedades, que culminando en un proceso de 
modernización societaria reconoció a la sociedad unipersonal de 
responsabilidad limitada(1). 
ii. La incorporación de la sociedad simple o informal, carente de la 
calidad de sujeto de derecho y absorbiendo en ella la actual figura de 
las sociedades de hecho e irregulares (que dejan de tener 
personalidad), buscando eliminar así los problemas derivados del 
régimen de los arts. 17 y conc. LSC y que también incluía a las 
sociedades civiles en una posible unificación legislativa. 
iii. La incorporación de una sociedad anónima más simple, con 
menores trabas internas para responder a las necesidades de las micro 
empresas y empresas de familia. 
iv. La tendencia a la unificación regional del régimen de tratamiento 
de la sociedad extranjera (arts. 118 y ss. de la LSC) como sistema para 
limar las diferencias societarias y de contratos asociativos que existen 
entre los países que conforman el Mercosur. 
v. La propuesta a reformular los contratos de colaboración 
empresaria con la incorporación de una parte generaly permitir la 
libertad de tipos contractuales (Propuesta de la Comisión creada por 
Resolución del Ministerio de Justicia en 1998 y el nuevo Proyecto de 
Unificación Legislativa de 1998). 
vi. También entre las distintas ideas de reforma proyectadas 
encontramos la de concluir con la limitación del art. 30 que veda a las 
sociedades por acciones formar parte de otras sociedades que no sean 
del mismo tipo, viabilizar la sociedad de responsabilidad limitada y por 
acciones de tipo unipersonal y creada por acto unilateral, fijar un capital 
mínimo de mayor monto para sociedades de responsabilidad limitada y 
aumentar sensiblemente el de las sociedades anónimas, permitir la 
prohibición de transmisibilidad de las acciones por un período limitado 
de tiempo(2). 
Finalmente fue la Comisión creada por el dec. 191/2011 que presentó 
el anteproyecto y logró que mediante la ley 26.994 se sancionara el 
Código Civil y Comercial y —entre otras normas reformadas— se 
modificara la ley 19.550, pasándose a conocer la misma en razón de la 
unificación de la legislación civil y comercial, como Ley General de 
Sociedades. 
 
javascript:void(0)
javascript:void(0)
javascript:void(0)
javascript:void(0)
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iD4ADF0F1F112CA31198DB97F1AB5727E
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iD4ADF0F1F112CA31198DB97F1AB5727E
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iF776185EE7E249D29724C38C7CD3E334
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iF776185EE7E249D29724C38C7CD3E334
a) La reforma de la ley 26.994 
La reforma de la ley 26.994 importó la modificación de treinta 
artículos(3) de la ley y entre sus puntos más importantes está la creación 
de la sociedad anónima unipersonal como un subtipo de la sociedad 
anónima, la modificación de la definición de sociedad y la eliminación 
de la causal de disolución de la sociedad por reducción a uno del 
número de socios. 
Ya no interesará la naturaleza civil o comercial del objeto o las 
actividades que desarrollará la sociedad, y cualquier tipo de contrato de 
sociedad estará comprendido por la Ley General de Sociedades, por lo 
que en todas confluirá el concepto de empresa tal como lo 
desarrollamos en el presente (ver punto 5). 
También la reforma de la ley 26.994 eliminó la estrictez del principio 
de tipicidad cuya violación no generará ya la nulidad absoluta del 
acuerdo social y se reformuló íntegramente la Sección IV del Capítulo I 
sobre sociedades no constituidas regularmente. 
Otras modificaciones han sido la habilitación a los cónyuges para la 
conformación de cualquier tipo de sociedad, inclusive las no 
constituidas regularmente, los plazos para iniciar la registración 
societaria y la reestructuración del principio de conservación de la 
empresa del art. 100 de la ley. Con la conformación de la unificación 
legislativa civil y comercial, la ley 19.550 sufrió la derogación de los arts. 
361 a 366 y de todo el Capítulo III, incorporándose estas figuras como 
"contratos asociativos" al nuevo Código Civil y Comercial. 
La reforma de la ley 26.994 ha tenido la virtud de receptar muchas de 
las iniciativas reformistas que postulara la doctrina, pero a nuestro 
criterio ha desaprovechado la oportunidad para mejorar aspectos que 
aquella doctrina reclamara y ha plasmado normas que el tiempo dirá si 
han sido acertadas o desacertadas, como iremos comentando en el 
curso del presente trabajo. 
La ley 19.550 hoy, a cuarenta y cinco años de vigencia, no deja de 
ser cuestionada por la doctrina, como puede advertirse en las diversas 
modificaciones incluidas en la norma de unificación legislativa, 
habiendo pretendido la ley 26.994 lograr una herramienta más útil aun 
para este siglo XXI, como hemos brevemente reseñado(4), pero —a 
nuestro criterio— ha errado en varias de las modificaciones 
introducidas. 
Sin embargo no podemos dejar de resaltar que la ley 19.950 ha sido 
y sigue siendo una herramienta útil y efectiva, nacida en un momento 
en que era necesaria una actualización normativa en este campo, 
estructurada por mentes claras con visión de futuro, a punto tal que 
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iD4ADF0F1F112CA31198DB97F1AB5727E
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iD4ADF0F1F112CA31198DB97F1AB5727E
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iD4ADF0F1F112CA31198DB97F1AB5727E
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iD4ADF0F1F112CA31198DB97F1AB5727E
javascript:void(0)
javascript:void(0)
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iD4ADF0F1F112CA31198DB97F1AB5727E
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iD4ADF0F1F112CA31198DB97F1AB5727E
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iF776185EE7E249D29724C38C7CD3E334
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iF776185EE7E249D29724C38C7CD3E334
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iD4ADF0F1F112CA31198DB97F1AB5727E
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iD4ADF0F1F112CA31198DB97F1AB5727E
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iF776185EE7E249D29724C38C7CD3E334
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iF776185EE7E249D29724C38C7CD3E334
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iD4ADF0F1F112CA31198DB97F1AB5727E
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iD4ADF0F1F112CA31198DB97F1AB5727E
javascript:void(0)
javascript:void(0)
varias legislaciones siguieron el modelo argentino de la ley 
19.550, entre otros la República Oriental del Uruguay con su ley 16.060. 
 
 
 
 
3. EL CONCEPTO DE SOCIEDAD. NATURALEZA JURÍDICA 
Desde su origen el concepto de sociedad fue un punto de conflicto. 
Así frente a las opiniones de que lo fundamental en el contrato societario 
no es el fin perseguido por la agrupación de socios(5), sino el medio 
instrumental elegido para conseguir tal fin, esto es el formar una 
sociedad - persona de uno de los tipos previstos en la ley, la mayoría 
de los autores se mantenía en el criterio ya emergente del Código de 
Comercio (art. 397) y del Código Civil (art. 1648)(6), esto es tomar en 
cuenta el objeto a conseguir, el fin de lucro o el ánimo de partir el lucro 
que pudiere resultar, para encuadrar así a la sociedad 'comercial'. 
La definición enunciada por nuestro legislador en su Exposición de 
Motivos y consagrada en el art. 1º originario de la ley 19.550, concierne 
al ámbito del contrato. El legislador de 1972 —insistimos— fue acertado 
y coherente al formular el corpus iuris societario, partiendo de una 
posición contractualista de la sociedad, adoptando la teoría del contrato 
plurilateral de organización receptada de la doctrina y el derecho 
positivo italiano (así la doctrina de Tulio Ascarelli y el art. 1420 del CCiv. 
italiano de 1942), lo que supera las objeciones originadas en una 
concepción estrecha del contrato como negocio jurídico puramente 
bilateral y sinalagmático, concepción atada a la vieja normativa del 
Código francés (1804). 
No podemos olvidar que según muchos autores —opinión que 
compartimos— el problema así planteado ya estaba superado en 
nuestro derecho desde la amplia visión del concepto utilizado por Vélez 
Sarsfield que se reflejó en su definición de contrato como acuerdode 
varias personas. Este concepto abarca tanto el contrato bilateral, típico 
contrato de cambio, de prestaciones recíprocas (do ut des); como 
también toda otra convención negocial, entre ellas la de varias personas 
cuyas prestaciones no son simétricas o recíprocas sino convergentes a 
un fin común (como lo es el contrato plurilateral de organización), pauta 
esta receptada por el art. 957 del actualmente vigente Código Civil y 
Comercial. 
La teoría del contrato plurilateral de organización explica así 
satisfactoriamente el nacimiento, funcionamiento y extinción de la 
sociedad, tornando ociosas las fundamentaciones que llevaran a 
explicarlas mediante la teoría de la institución (Haouriu y Renard, 
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iF776185EE7E249D29724C38C7CD3E334
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iF776185EE7E249D29724C38C7CD3E334
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iF776185EE7E249D29724C38C7CD3E334
javascript:void(0)
javascript:void(0)
javascript:void(0)
javascript:void(0)
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iF776185EE7E249D29724C38C7CD3E334
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iF776185EE7E249D29724C38C7CD3E334
Spota), del acto complejo (Donati, Messineo) o acto colectivo (Von 
Gierke, Kuntze). 
El contrato plurilateral da nacimiento a la sociedad como contrato y 
como sujeto de derecho (art. 2º en concordancia con los arts. 141 y 142 
CCyCN), ente organizado según principios y pautas básicas que la 
misma ley establece en defecto —en algunos casos— del pacto de las 
partes (estatuto social o parte orgánica del contrato). Si la sociedad es 
entonces de naturaleza jurídica contractual, nace con el acuerdo de 
partes que la constituye, es decir, existe desde el momento en que 
"...varias personas se ponen de acuerdo..." (art. 957 CCyCN y salvo el 
caso de excepción de la sociedad anónima unipersonal que veremos 
luego). 
Por ello mismo —como veremos al analizar la norma del art. 7º LGS— 
la inscripción registral, concebida como un recaudo de publicidad ficta, 
extiende los efectos del contrato social a los terceros pero no da 
nacimiento a la sociedad, la que es preexistente a tal acto conforme 
advertimos hoy de los arts. 141 y 142 CCyCN(7). 
El art. 1º de la actual Ley General de Sociedades 19.550 (según ley 
26.994) define entonces a la sociedad de la siguiente forma: "Habrá 
sociedad si una o más personas en forma organizada, conforme a uno 
de los tipos previstos en esta ley, se obligan a realizar aportes para 
aplicarlos a la producción o intercambio de bienes o servicios, 
participando de los beneficios y soportando las pérdidas. 
La sociedad unipersonal solo se podrá constituir como sociedad 
anónima. La sociedad unipersonal no puede constituirse por una 
sociedad unipersonal". 
Sin perjuicio de entender que si la intención del legislador era sólo la 
de habilitar a la sociedad anónima unipersonal, no había razón alguna 
para modificar el primer párrafo del art. 1º LGS, encontramos en este 
enunciado legal, el principio general contractualista de sociedad y una 
excepción que es la sociedad anónima unipersonal (SAU) que se 
constituye por vía de un acto jurídico unilateral. 
Las características generales son entonces: 
a) Como principio general, la naturaleza contractual y el principio de 
pluralidad del acto jurídico que da origen a la sociedad y su excepción 
que será un acto jurídico unilateral pero que no impide ni prohíbe la 
eventual pluralidad a posteriori. 
b) La estructura orgánica del ente creado por ese contrato. 
c) El principio de tipicidad adoptado como básico (pero no esencial) 
por nuestra ley societaria reformada. La reforma de la ley 26.994 ha 
eliminado el principio de tipicidad como una formalidad ad 
javascript:void(0)
javascript:void(0)
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iD4ADF0F1F112CA31198DB97F1AB5727E
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iD4ADF0F1F112CA31198DB97F1AB5727E
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iD4ADF0F1F112CA31198DB97F1AB5727E
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iD4ADF0F1F112CA31198DB97F1AB5727E
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iD4ADF0F1F112CA31198DB97F1AB5727E
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iD4ADF0F1F112CA31198DB97F1AB5727E
solemnitatem estricta, como veremos al analizar el nuevo art. 17 de la 
LGS. 
d) El objeto genérico de la sociedad y a la vez el contenido de esa 
forma estructural, que es la actividad empresaria (ya veremos la 
distinción entre sociedad y empresa). 
e) La necesidad de la existencia de aportes patrimoniales como 
instrumento para el fin perseguido, recordando el principio de que sin 
aportes no hay sociedad. 
f) La participación en las utilidades y en las pérdidas. 
Concretados los elementos y características enunciados, la ley le 
reconoce a la sociedad el carácter de sujeto de derecho (art. 2º, ley 
19.550 y art. 143 CCyCN), con personalidad distinta de la de sus 
miembros, sujeto que no existe antes del acuerdo de voluntades, 
circunstancia esta que ratifica la validez de la doctrina contractualista(8), 
desechando la aplicación de la teoría de la institución, expuesta por 
Hauriou y Renard en el derecho comparado y por Spota(9) entre 
nosotros, según la cual las sociedades serían instituciones o grupos 
sociales intermedios entre el individuo y el Estado, con realidad histórica 
y existencia independiente de las personas físicas que las 
componen(10). 
El elemento sustancial e irreductible del acto jurídico contractual es 
—como principio general— el acuerdo de voluntades de los 
contrayentes, vale decir, la convención. Pero esa convención no regula 
prestaciones recíprocas (contrato conmutativo, en la cual los 
contrayentes se hallan en la situación de contrapartes). Este acuerdo 
versa sobre prestaciones convergentes y coadyuvantes a un mismo fin 
(contrato asociativo, en el cual los contrayentes reconocen 
individualidad pero no antagonismo de intereses). Esta diferencia es 
esencial pues en los primeros (contratos de cambio) existe 
contraposición de intereses y diversidad de fines entre los contratantes. 
En los segundos (contrato plurilateral de organización) hay 
convergencia de intereses y unidad de fines, materializada en el objeto 
social, para cuyo logro suman sus prestaciones (aportes) constituyendo 
el patrimonio del nuevo ente nacido del acuerdo de voluntades. 
Nuestro derecho positivo no sólo admite sino alienta la conclusión 
precedente, habiendo sido una vez más el genio jurídico de Vélez 
Sarsfield quien se anticipara a su época, se apartara de la unanimidad 
reinante en torno suyo y consagrara —como expresamos— la base de 
la buena doctrina en el derogado art. 1137 del Código Civil, 
estableciendo que hay contrato "cuando varias personas se ponen de 
acuerdo sobre una declaración de voluntad común, destinada a reglar 
sus derechos". Vélez Sarsfield abría paso a la idea del contrato 
plurilateral y delimitaba como elemento esencial del mismo la 
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=i8BEE770B9E294606A2B1366D4B0FAF0B
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=i8BEE770B9E294606A2B1366D4B0FAF0B
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iF776185EE7E249D29724C38C7CD3E334
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iF776185EE7E249D29724C38C7CD3E334https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iF776185EE7E249D29724C38C7CD3E334
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iF776185EE7E249D29724C38C7CD3E334
javascript:void(0)
javascript:void(0)
javascript:void(0)
javascript:void(0)
javascript:void(0)
javascript:void(0)
declaración de voluntad común, vale decir, la convención de la cual 
devendrán los derechos y obligaciones de las partes contratantes. En 
modo alguno se hacía referencia en la definición y en la norma 
derogada, a la reciprocidad de las prestaciones ni a la contraposición 
de intereses como elementos de la figura descripta. Esta pauta ha sido 
también receptada en las disposiciones de los arts. 957 y 977 del nuevo 
CCyCN. 
Por consiguiente, nuestro derecho positivo no se opone a la adopción 
de la tesis de Tullio Ascarelli sobre el contrato plurilateral de 
organización (conf. art. 1420 del Código Civil italiano de 1942), 
adoptada por nuestro legislador de 1972 al pronunciarse sobre la 
naturaleza de la sociedad en el art. 1º de la ley 19.550. 
Como también expresara Brunetti(11), la disciplina del contrato 
plurilateral está informada por el criterio de la convergencia de los fines 
de los contratantes en oposición con el contrato de cambio o 
sinalagmático en el que la correspondencia o intercambio de las 
prestaciones se caracterizan por la divergencia de intereses. 
La naturaleza jurídica de la sociedad (como contrato plurilateral de 
organización)(12) explica por qué el incumplimiento de las obligaciones 
asumidas por los partícipes (socios que incumplan aportes, deber de 
lealtad, etc.), no produce la extinción del contrato sino la eventual 
exclusión del miembro incumplidor, manteniendo la sociedad su 
personalidad y su continuidad operativa definida en el objeto social. 
Del mismo modo el concepto de contrato plurilateral de organización 
permite como principio que los vicios que afectan a cualquiera de las 
partes o a sus respectivas prestaciones no produzcan la nulidad del 
contrato en general, sino en todo caso la del vínculo singular entre la 
parte afectada y la sociedad (art. 16 LGS); es que la ley 19.550 en 
defensa de la continuidad de la empresa (art. 100 LGS), posibilita la 
resolución parcial del contrato, contrato este que subsiste como vigente 
respecto de los demás socios (Sección XII de la Parte General de la 
LGS). 
Resumiendo: el contrato de sociedad, como contrato plurilateral de 
organización en cuanto a su naturaleza jurídica, a nuestro criterio, 
responde con total transparencia a la pauta del art. 957 del CCyCN, 
dando satisfacción a una necesidad del hombre de generar un centro 
diferenciado de imputación de relaciones económico-jurídicas y de 
responsabilidad, ya que este acuerdo da nacimiento a un sujeto de 
derecho, de conformidad a lo expresamente determinado por el art. 2º 
de la LGS —y art. 143 CCyCN, como veremos seguidamente— sujeto 
que operará en base a precisas y determinadas pautas definidas en la 
misma normativa, pautas estructurales que pueden sintetizarse en base 
a tres características o principios básicos(13): principio o sistema 
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iF776185EE7E249D29724C38C7CD3E334
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iF776185EE7E249D29724C38C7CD3E334
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iF776185EE7E249D29724C38C7CD3E334
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iF776185EE7E249D29724C38C7CD3E334
javascript:void(0)
javascript:void(0)
javascript:void(0)
javascript:void(0)
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iF776185EE7E249D29724C38C7CD3E334
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iF776185EE7E249D29724C38C7CD3E334
javascript:void(0)
javascript:void(0)
organicista(14), principio de tipicidad atenuada (o de formalidad 
relativa ad probationem) y principio mayoritario, que analizaremos en 
este mismo capítulo. 
 
 
 
 
4. PERSONA JURÍDICA. SUJETO DE DERECHO 
Al citar a Ascarelli y Brunetti y analizar el art. 1º de la actual Ley 
General de Sociedades, dijimos que —como principio general— la 
sociedad es un contrato plurilateral de organización, una estructura 
organizada a la que la ley le reconoce personalidad jurídica, colocando 
así a la sociedad como sujeto de derecho diferenciado de sus 
integrantes, con aptitud jurídica suficiente como para adquirir derechos 
y contraer obligaciones, pauta esta ratificada por el actual art. 143 del 
CCyCN. 
De allí que cumplimentados los recaudos del art. 1º de la LGS, el art. 
2º disponga que la sociedad es un sujeto de derecho con el alcance 
fijado en la ley (pauta conforme al art. 143 CCyCN), que nace desde el 
acuerdo constitutivo (pauta conforme art. 142 CCyCN) y tiene existencia 
regular con la inscripción registral (art. 7º LGS). El sujeto de derecho 
nace como tal desde el momento del acuerdo de voluntades, aunque 
producirá recién la plenitud de sus efectos —frente a terceros— a partir 
de su registración(15)(16). 
El contrato de sociedad genera entonces una entidad organizada 
para cumplir la actividad prevista en el objeto social, entidad que para 
el orden jurídico es una persona distinta y diferenciada de los socios 
que la componen. Esta personalidad jurídica le confiere aptitud para 
adquirir derechos y contraer obligaciones per se (capacidad de 
derecho), a través de sus representantes legales (órganos). 
La personalidad jurídica reconocida a los efectos de la consecución 
de los fines sociales legítimos, opera entonces como un recurso 
técnico, como un medio instrumental a los fines del derecho, para 
generar un centro de imputación de consecuencias jurídicas, 
diferenciado de las personas que integran la misma. 
En virtud de la norma del art. 2º LGS, se produce una clara distinción 
entre la persona jurídica societaria y sus miembros partícipes o socios 
(conf. art. 143 CCyCN)(17), por lo que la actuación del sujeto de derecho 
comprometerá su propia responsabilidad y no la de sus partícipes que 
con sus actos pueden configurar la actividad de aquél(18). 
javascript:void(0)
javascript:void(0)
javascript:void(0)
javascript:void(0)
javascript:void(0)
javascript:void(0)
javascript:void(0)
javascript:void(0)
javascript:void(0)
javascript:void(0)
Nos encontramos así ante este sujeto de derecho que es diferenciado 
de sus componentes, con un patrimonio independiente el que podrá ser 
agredido por sus acreedores, permitiendo a sus partícipes oponer al 
acreedor de la sociedad los bienes que componen el patrimonio del 
ente, con carácter previo a la ejecución de sus bienes particulares o 
bien liberándolos (conf. art. 56 LGS)(19). A la sociedad se le imputa 
jurídicamente entonces todo lo actuado por su órgano de administración 
dentro de las pautas establecidas por la ley(20). 
 
 
 
 
5. SOCIEDAD Y EMPRESA 
Nuestro régimen legal no contempla la regulación de la empresa, a 
pesar de que en su momento el derogado Código de Comercio las 
mencionaba en el art. 8º, inc. 5). El concepto sin embargo ha merecido 
la atención del Código Civil italiano de 1942, indirectamente a través de 
la regulación de las relaciones de la organización empresaria y el 
empresario mismo. 
Conceptuando la empresa, advertimos que algunos como Rodríguez 
Rodríguez(21) hablan de empresa como una unidad jurídica, o de una 
universalidad de bienes o derechos. 
Garrigues(22) al hablar de la empresa, nos advierte que no 
confundamos dos cosas distintas: empresa y el patrimonio de la 
empresa. La empresa es una organización producto de un trabajo 
intelectual, una obra de arte. Alguna doctrina ha definido a la empresa 
como la organización —dirigida por un titular— o el agente o unidad 
autónomaeconómica que utiliza factores productivos, transformándolos 
en bienes o servicios(23). 
Entendemos con Etcheverry y Alegria que no podemos acceder a una 
definición jurídica de empresa, pues como dice este último la norma no 
debe definir realidades ontológicas prelegales, por lo que entiende 
innecesaria una definición de empresa si con ella se pretende abarcar 
la totalidad de lo definido(24). 
Nuestro régimen societario en similar línea, no identifica sociedad con 
empresa (con lo cual no podemos considerar a la empresa como 
persona), pero intenta a partir del art. 1º abarcar la misma, por lo que 
nos impone —a los efectos de este trabajo— efectuar una mínima 
diferencia de conceptos. En este sentido es interesante recordar que 
nuestro Superior Tribunal Nacional ha sostenido que confundir el 
principio atinente a la personalidad jurídica de la sociedad con la noción 
javascript:void(0)
javascript:void(0)
javascript:void(0)
javascript:void(0)
javascript:void(0)
javascript:void(0)
javascript:void(0)
javascript:void(0)
javascript:void(0)
javascript:void(0)
javascript:void(0)
javascript:void(0)
de empresa que constituye una unidad económica independiente, 
importa una equivocación grave y descalificadora(25). 
La sociedad —como bien nos dice Brunetti(26)— es la forma jurídica 
típica de la empresa económica y el de ésta es clásicamente un 
concepto económico (sea este un concepto como el citado de Garrigues 
o el de Rodríguez Rodríguez). 
La sociedad es así el marco o andamiaje jurídico en el que se 
desarrolla la empresa como organización o conjunto organizado y 
complejo de personas y bienes reunidos u ordenados para la 
producción de bienes y servicios. La mayor utilidad y amplitud del 
concepto de empresa se advierte en tanto puede existir ésta sin 
sociedad (empresa individual o unipersonal). 
 
 
 
 
6. PRINCIPIOS QUE CARACTERIZAN EL RÉGIMEN GENERAL DE 
SOCIEDADES 
Hemos dicho que la personalidad jurídica es conferida por el 
legislador a la sociedad como un recurso técnico según las 
circunstancias o necesidades que inspiren su régimen. La atribución de 
personalidad genera para la persona jurídica una esfera de capacidad 
operativa propia, personalidad que no sólo conlleva la diferenciación 
patrimonial entre la persona jurídica y sus integrantes, sino que le otorga 
capacidad operativa a través de una específica organización. 
La sociedad operará —en virtud de tal organización— así en base a 
precisas y determinadas pautas y en función de la competencia de sus 
órganos, lo que es definido por la misma normativa. 
Estas pautas que la Ley General de Sociedades adoptó como 
estructurales se advierten en las tres características o principios 
básicos(27): 
i. Principio o sistema organicista(28). 
ii. Principio de atipicidad o de tipicidad o formalidad relativa(29). 
iii. Principio mayoritario. 
 
 
 
 
 
javascript:void(0)
javascript:void(0)
javascript:void(0)
javascript:void(0)
javascript:void(0)
javascript:void(0)
javascript:void(0)
javascript:void(0)
javascript:void(0)
a) Principio o sistema organicista. Teoría del órgano 
Al citar a Ascarelli y la concepción de la sociedad en nuestra ley 
19.950 como "contrato plurilateral de organización", debemos entender 
que el acuerdo de voluntades que da vida a la sociedad conforma una 
estructura conformada en base a 'órganos' y en la cual cada uno de 
esos órganos cumple una función específica. 
La ley societaria como característica específica adhiere así a la teoría 
organicista, o monista, a diferencia del sistema del derogado Código de 
Comercio que adhería al sistema dualista, por el cual la relación entre 
la sociedad y sus administradores era la de un mandato entre dos 
personas: la sociedad y su administrador(30), con las limitaciones de 
actuación que ello imponía. 
Con la recepción en 1972 de la teoría del órgano por la primigenia ley 
19.550, debemos entender que es la sociedad misma quien actúa, por 
eso se la suele llamar en contraposición a la anterior, teoría monista. Se 
recepta así el carácter complejo de este sistema que expresamente nos 
permite distinguir entre el órgano y sus integrantes quienes —en su 
operatoria societaria— no expresarán su voluntad individual, sino la de 
la sociedad. 
La ley —en esta línea organicista— no acuerda jerarquía ni 
preeminencia a un órgano sobre otro, de lo que deriva, en los distintos 
tipos regulados, un esquema de atribuciones y competencias a cada 
órgano para un adecuado ordenamiento funcional, sin aislarlos en su 
particular campo. 
El contrato constitutivo de la sociedad da vida —en el mundo del 
derecho, se entiende— a un organismo integral, complejo y coherente, 
características que la sociedad constituida debe reunir necesariamente 
para lograr su reconocimiento por el ordenamiento jurídico vigente, por 
intermedio de su inscripción registral (arts. 5º y 7º, LGS 19.550). 
Esta característica de organicidad —resultante del art. 1º de la ley 
societaria y explicitado en el art. 11 reglamentando al respecto el 
contenido del instrumento constitutivo específicamente en sus incs. 6° 
a 9°— encuentra plena aplicación al reglarse los diversos tipos 
societarios; y en especial en aquel que por su complejidad y 
completividad ha escogido el legislador como paradigma: la sociedad 
anónima. 
De tal manera, las facultades y obligaciones del directorio de una 
sociedad anónima (como las del gerente de una sociedad de 
responsabilidad limitada), derivan de su condición de órgano legal de la 
sociedad y no de la existencia de mandato alguno, expreso o tácito(31). 
Es también por aplicación de este principio que la ley estructura en 
forma autónoma la representación social de la sociedad anónima, como 
javascript:void(0)
javascript:void(0)
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iF776185EE7E249D29724C38C7CD3E334
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iF776185EE7E249D29724C38C7CD3E334
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iF776185EE7E249D29724C38C7CD3E334
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iF776185EE7E249D29724C38C7CD3E334
javascript:void(0)
javascript:void(0)
una función diferenciada de la administración propiamente dicha, hasta 
el punto de asignarla específicamente al presidente del directorio (art. 
268, ley 19.550) y no al cuerpo administrador genéricamente. 
La LGS ha estructurado en forma autónoma la organización de las 
sociedades a través de diversos órganos de los que se vale el ente para 
actuar frente a los terceros y aun ante sus propios integrantes. Cada 
órgano tiene en principio facultades y competencias diferenciadas y 
éstas son: las de administración y representación, de fiscalización y de 
gobierno. Los dos primeros órganos pueden ser ejercidos por los 
partícipes de la sociedad o por terceros ajenos a ésta y —en principio— 
son revocables ad nutum. El primero es un órgano permanente y 
necesario a la sociedad, el segundo también es permanente cuando la 
ley o el contrato lo prevén. El tercero —órgano de gobierno— sólo se 
integra con los partícipes del contrato social y no son susceptibles de 
revocación aunque en algunos casos pueden llegar a ser excluidos o 
receder. 
El órgano administrador tiene a su cargo la representación de la 
sociedad por ser uno de los órganos implementados por la ley para esa 
función y el encargado de asumir la proyección externa de aquélla, esto 
es su conexión y relación con terceros. 
El órgano de gobierno por su parte compete a la reunión de socios o 
a la asamblea de accionistas como encargado de fijar las pautas 
principales de la política empresaria para la consecución del fin social. 
El órgano de fiscalización tiene el control de legalidad de la operatoria 
del órgano de administración y representación, como también la del 
funcionamiento del órgano de gobierno, cuando el estatuto prevétal 
fiscalización o según el caso, esta es impuesta por la ley. 
 
 
 
 
b) Principio de tipicidad o formalidad relativa 
Podía leerse hacia 1972 en la Exposición de Motivos de la 
originaria ley 19.550: "El artículo 1 insiste en el principio de la tipicidad, 
receptado por los proyectos anteriores, apoyado por la doctrina y 
receptado por la legislación comparada. La adopción de tipos 
legislativamente establecidos ad solemnitatem y la sanción de nulidad 
para las sociedades formadas en apartamiento a ellos (art. 17), 
responden al convencimiento de que serios trastornos sufriría la 
seguridad jurídica en caso de admitirse un sistema opuesto. No podrá 
argumentarse que la solución aceptada comporta un estancamiento 
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=i3A18EB1184C14AA9BBF827541199EDE5
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=i3A18EB1184C14AA9BBF827541199EDE5
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=i3A18EB1184C14AA9BBF827541199EDE5
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iF776185EE7E249D29724C38C7CD3E334
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iF776185EE7E249D29724C38C7CD3E334
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iF776185EE7E249D29724C38C7CD3E334
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iF776185EE7E249D29724C38C7CD3E334
para la concreción de nuevos tipos societarios, porque ello quedará 
siempre dentro de la competencia del legislador, como la experiencia 
nacional lo demostró con la leyes 11.388, 11.645, 17.318 y con el 
decreto-ley 15.349/46". 
Hemos transcripto el párrafo precedente para ilustrar acabadamente 
sobre las motivaciones del legislador societario con respecto a la 
tipicidad como principio observado en nuestro derecho positivo, 
motivaciones y explicaciones que no ha traído la reforma de la ley 
26.994 y que no nos permite juzgar cuál fue el objetivo específico de la 
reforma en este tema. 
La tipicidad operó como un elemento de conocimiento y seguridad en 
los derechos de terceros, quienes podían advertir a través de ella, los 
límites de responsabilidad del sujeto de derecho con que negociaban y 
la eventual responsabilidad de sus funcionarios y de sus integrantes. 
De allí que la adopción del principio de tipicidad como principio de 
orden público, se oponía a la inseguridad jurídica que significaba otorgar 
libertad a los socios para determinar tipo, responsabilidades, etc., del 
sujeto de derecho que crean, como también que cada uno creado 
tuviera distintas alternativas de responsabilidades de sus partícipes. 
Aun cuando no fuera unánime la legislación comparada en la 
adopción de dicho principio —por ejemplo, el derecho anglosajón no se 
ciñe a él—, era hacia 1972 indiscutiblemente la tendencia predominante 
en las legislaciones continentales, que han sido fuente de nuestra ley 
19.550, pues no podía negarse que era la solución más viable para 
nuestra idiosincrasia. 
La tipicidad se manifestaba así como una particular y específica 
formalidad o solemnidad en la instrumentación del contrato social, bajo 
pena de nulidad (anterior texto del art. 17, primer párrafo LSC), nulidad 
absoluta, pues se advertía en la imposición y existencia de un interés 
comunitario comprometido(32), por ello, la omisión de cualquier elemento 
tipificante (por ejemplo, representación del capital social en cuotas si se 
trata de una sociedad de responsabilidad limitada) producía la nulidad 
absoluta del acto constitutivo y, por ende, insusceptible de ser 
subsanado por acto complementario, no obstante alguna opinión 
adversa en la doctrina nacional como la expresada por Le Pera(33). 
La disposición del anterior del texto del art. 17, ley 19.550, distinguía 
también la eventual existencia de un defecto no tipificante, en cuyo caso 
permite la subsanación del vicio hasta antes de su impugnación judicial, 
lo que nos permitía advertir claramente la rigidez con que se había 
adoptado el principio de tipicidad y que también se advertía en otras 
normas de la ley 19.550. 
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iD4ADF0F1F112CA31198DB97F1AB5727E
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iD4ADF0F1F112CA31198DB97F1AB5727E
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iD4ADF0F1F112CA31198DB97F1AB5727E
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iD4ADF0F1F112CA31198DB97F1AB5727E
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iF776185EE7E249D29724C38C7CD3E334
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iF776185EE7E249D29724C38C7CD3E334
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iF776185EE7E249D29724C38C7CD3E334
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iF776185EE7E249D29724C38C7CD3E334
javascript:void(0)
javascript:void(0)
javascript:void(0)
javascript:void(0)
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iF64575C03734434EBE200FDE32B1ED6C
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iF64575C03734434EBE200FDE32B1ED6C
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iF776185EE7E249D29724C38C7CD3E334
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iF776185EE7E249D29724C38C7CD3E334
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iF776185EE7E249D29724C38C7CD3E334
https://informacionlegal.com.ar/maf/app/document?&src=externalLink&crumb-action=append&docguid=iF776185EE7E249D29724C38C7CD3E334
Con la reforma de la ley 26.994 el principio del art. 17 LGS bajo el 
título de "Atipicidad y omisión de requisitos esenciales" establece 
que "...las sociedades previstas en el Capítulo II de la ley no pueden 
omitir requisitos esenciales tipificantes, ni comprender elementos 
incompatibles con el tipo legal. En caso de infracción a estas reglas, la 
sociedad constituida no produce los efectos propios de su tipo y queda 
regida por lo dispuesto en la Sección IV de este Capítulo". 
La reforma incorporada da partida de nacimiento y legaliza a las 
sociedades atípicas, ya que al no sancionarlas de nulidad (ni absoluta 
ni relativa) como el anterior régimen lo hacía (nulidad absoluta en caso 
de atipicidad y nulidad relativa en caso de omisión de requisito esencial 
no tipificante), las deja vigentes y operando con la sola imposición de: 
i. no producir los efectos propios de su tipo (circunstancia que 
dudamos, como analizaremos al tratar las sociedades no constituidas 
regularmente), 
ii. las lleva a quedar regidas por lo dispuesto en la Sección IV de este 
Capítulo, o sea las trata como sociedades no constituidas regularmente, 
según los nuevos arts. 21 a 26, entre los cuales —de allí nuestra duda— 
el contrato es oponible entre los socios y es oponible a los terceros si lo 
conocían (conf. art. 22 LGS). 
Lo expuesto ya nos genera la primera contradicción: si la sanción por 
atipicidad es no producir los efectos propios de su tipo (por ejemplo, 
solidaridad, ilimitación y subsidiariedad de la responsabilidad ) y la 
remisión a la específica Sección IV, nos encontramos en esta Sección 
que la norma del art. 21 establece que la sociedad que no se constituya 
con sujeción a los tipos del Capítulo II, que omita requisitos esenciales 
o que incumpla con las formalidades exigidas por esta ley, se

Continuar navegando

Otros materiales