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Instituto Universitario salesiano “Padre Ojeda” Licenciatura en Educación Mención Filosofía Psicología Evolutiva URDANIBIA Mikel ORDOSGOITE Armando Primera infancia (0 – 3 años) Desarrollo físico y motor Según Morris (1987), los cambios más notorios durante la primera infancia son el crecimiento y desarrollo físico. El neonato aumenta de tamaño progresivamente, dándose cambios notables en sus dimensiones corpóreas; el cuerpo crece y la cabeza se ajusta equilibradamente al tamaño del cuerpo; peso y talla aumentan a ritmo constante durante esta etapa de desarrollo. El desarrollo motor, en la primera infancia, según De Mathia (s.f), inicialmente, los movimientos del niño son incontrolados y no coordinados. Según Morris (1987), el neonato solo realiza movimientos con reflejos sencillos; aproximadamente al cumplirse el primer mes de edad, empieza a levantar los hombros, comienzan a gatear, por lo general a partir de los 4 meses de edad, al cumplirse los 9 meses de edad se sienta sin ayuda, a partir de los 10 meses, el neonato se mantiene de pie, y camina por primera vez, al cumplirse el primer año de edad. De Mathia (s.f) afirma que el desarrollo del sistema nervioso central permite al niño ejercer control sobre su cuerpo. Respecto a ello, Morris (1987), señala que: El cerebro crece rápidamente y se torna más complejo, posibilitando la realización de nuevos comportamientos. Las capacidades motoras, entre las cuales se encuentran la marcha y la presión, están presente desde el nacimiento; pero se desarrollan de manera gradual. La marcha empieza con la acción de levantar la cabeza, sentarse, gatear y caminar con ayuda o sin ella. Gran parte del desarrollo humano es gradual y estable, aunque en ocasiones se realiza en periodos de crecimiento rápido menos ordenado (p. 347). Sobre el final de esta etapa, según De Mathia (s.f), se observa que el niño logra realizar movimientos voluntarios y coordinados; pues, hacia los dos años de edad, se observan movimientos voluntarios y coordinados que se traducen en la posibilidad del niño de alcanzar un andar y correr de forma autónoma. Desarrollo emocional y afectivo El desarrollo emocional y afectivo en esta etapa, según De Mathia (s.f) está determinado por la relación que se establece entre el neonato y sus cuidadores. El vínculo establecido entre el niño y sus cuidadores, Bowlby (s.f), citado por De Mathia (s.f) lo llama apego; pues, este es el vínculo emocional más importante en la primera infancia que el neonato establece con sus cuidadores, de modo especial con la figura materna. Según Bowlby (s.f), citado por De Mathia (s.f), el apego y la sensación de seguridad proporciona es una base imprescindible para el futuro desarrollo de las relaciones que el niño (y después como adulto) tendrá con los demás. La forma de relacionarse con los demás, primero con amigos y después formando una pareja están muy influenciadas por el tipo de apego que el niño tenga con sus cuidadores en las primeras etapas de su vida. Desarrollo cognitivo En la primera infancia, Piaget (s.f), citado por De Mathia (s.f), el neonato aprende acerca de sí mismo y de su entorno a través de su actividad sensorial y motora en desarrollo; pues, la actividad refleja y sensorial se ubica como base para el desarrollo intelectual. Si bien, el neonato, cuenta con un repertorio conductual limitado, sus posibilidades se irán diversificando y enriqueciendo como consecuencia de la interacción con el medio, dando lugar al nacimiento de la inteligencia en el niño (Morris, 1987; De Mathia, s.f). El sistema de significaciones del niño se despliega a través de señales sensorio motoras e índices perceptivos, así logra conocer, conquistar aquello que lo rodea, hasta llegar a situarse como uno más entre otros y en un universo que ha construido que es exterior a sí mismo, con ciertas reglas de causalidad y permanencia, donde su sistema de significaciones darán lugar a los símbolos por imágenes y signos lingüísticos. Este proceso se inicia a partir de las tempranas interacciones en la primera infancia, en las cuales la participación del adulto es la que otorga intencionalidad comunicativa a la conducta del neonato. Esta característica resulta ser clave para la aparición de la capacidad de representación que el niño logra al finalizar esta etapa, donde se da comienzo a una inteligencia simbólica, reflexiva basada en el dominio del lenguaje (Villa, 1999, citado por De Mathia s.f; Morris, 1987). Desarrollo social El desarrollo social en la primera infancia, según Morris (1987) y De Mathia (s.f), está determinado por el vínculo que surge entre el neonato y sus cuidadores. Respecto a ello, Morris (1987), señala que: El vínculo de apego que surge entre el lactante y la figura materna, constituye el inicio del desarrollo social. La madre satisface las necesidades alimentarias de su hijo y le favorece ternura, contacto y estimulación visual y auditiva. Más o menos a los siete meses de edad, los niños empiezan a manifestar ansiedad ente los desconocidos y emiten reacciones negativas al ser separados de la figura materna (p. 349). Sin embargo, tan pronto el lactante empieza a gatear, se comienza alejar de la figura materna para explorar su entorno y las personas que lo rodean. Esta exploración es indispensable para que el niño alcance la autonomía (Morris, 1987). Niñez temprana Desarrollo físico y motor En esta etapa, según Morris (1987), el cuerpo del niño, conforme crece, baja de peso, mientras que su masa ósea se fortalece en tamaño y volumen. Según Alván et al (2013), el niño logra aumentar de 5 a 7 cm, y entre 2 a 3 kg por año, en cuanto a estatura y peso se refiere. De igual modo, Morris (1987) y Alván et al (2013), coinciden en afirmar que la maduración procesual del sistema nervioso del niño le va a permitir grandes avances en su desarrollo motor; por lo que, en esta etapa el niño perfecciona sus movimientos, los cuales son coordinados, mejorando mucho su habilidad manual. Desarrollo psicológico Según Alván et al (2013), en esta etapa, el niño es capaz de reconocerse asimismo como persona, de esta forma puede registrar y caracterizarse frente a otras personas; además, surge la construcción de la personalidad. Esto puede ser definitorio para su adultez. Es por esta razón que durante esta etapa el niño que sufre violencia física, verbal, agresiones u otras cuestiones violetas puede incidieren su personalidad de adulto. En cuanto al desarrollo emocional y afectivo se refiere, Morris (1987), menciona que el niño puede establecer varias al mismo tiempo dado que no tiene la capacidad aún de diferenciarlas completamente. En cuanto al desarrollo cognitivo, Según Morris (1987), en esta etapa, según Piaget (s.f), el niño aprende a utilizar símbolos que representan el mundo externo. Conforme a ello, según Alván (2013), mejora su nivel de inteligencia y su capacidad de memoria. Desarrollo social https://www.caracteristicas.co/personalidad/ En cuanto al desarrollo social, según Morris (1987), en esta etapa, Los padres influyen de modo significativo en el desarrollo social de sus hijos mediante la enseñanza directa y tambien fungiendo de modelos de la conducta. De igual modo, el ambiente escolar es el primer encuentro del niño con el sistema social fuera de la familia y que le exige adquirir nuevas conductas y destrezas sociales; la escuela estimula la independencia, aunque al mismo tiempo requiere cooperacion, interaccion con los compañeros y conformidad con las reglas de la conducta social. La influencia socializadora con los compañeros durante la etapa escolar. Sin embargo, Alván (2013), esta es una etapa de alta vulnerabilidad y cualquier cosa que surja en el entorno del niño puede afectarlo (ya sean sus compañeros de escuela, padres, otros niños, familiares, etc.). https://www.caracteristicas.co/buena-escuela/ Referencias Alván, O.; Jimenez, M.; y Alvarez, L. (2013). Neurodesarrollo infantil: Niñez temprana(3 – 6 años). Universidad Cesar Vallejo. Recuperado de: https://es.calameo.com/read/002727740e72bd43fbe5a De Mahia, M. (s.f). Características específicas del desarrollo en la primera infancia. Psicología Evolutiva: Niñez (Catedra I). Recuperado de: https://www.psi.uba.ar/academica/carrerasdegrado/psicologia/sitios_catedras /obligatorias/053_ninez1/material/descargas/caracteristicas_especificas_des arrollo_primera_infancia.pdf Morris, C. (1987). Psicología moderna: Un nuevo enfoque (5ta edición). Juárez: Pretince Hall Hispanoamericana, S.A. https://es.calameo.com/read/002727740e72bd43fbe5a https://www.psi.uba.ar/academica/carrerasdegrado/psicologia/sitios_catedras/obligatorias/053_ninez1/material/descargas/caracteristicas_especificas_desarrollo_primera_infancia.pdf https://www.psi.uba.ar/academica/carrerasdegrado/psicologia/sitios_catedras/obligatorias/053_ninez1/material/descargas/caracteristicas_especificas_desarrollo_primera_infancia.pdf https://www.psi.uba.ar/academica/carrerasdegrado/psicologia/sitios_catedras/obligatorias/053_ninez1/material/descargas/caracteristicas_especificas_desarrollo_primera_infancia.pdf
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