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CURSO DE DIBUJO Y PINTURA ACUARELA EDITORIAL DE VECCHI © GORG BLANC, S. L., obra original colectiva-2000. Idea y dirección de la obra: Jordi Vigué. Redacción: Ramón de Jesús Rodríguez. Realización de los ejercicios: Vicenç B. Ballestar. Fotografías: Estudi Enric Berenguer. Colaboraciones fotográficas: Archivo Gorg Blanc. Diseño gráfico: Paloma Nestares. Maquetación: Paloma Nestares y Noemí Blanco. Documentación gráfica: Margret Mcpherson. Coordinación editorial: Miquel Ridola. Modelo: Verónica Blanchet. © Editorial De Vecchi, S. A. 2016 © [2016] Confidential Concepts International Ltd., Ireland Subsidiary company of Confidential Concepts Inc, USA ISBN: 978-1-68325-335-8 El Código Penal vigente dispone: «Será castigado con la pena de prisión de seis meses a dos años o de multa de seis a veinticuatro meses quien, con ánimo de lucro y en perjuicio de tercero, reproduzca, plagie, distribuya o comunique públicamente, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica, o su transformación, interpretación o ejecución artística fijada en cualquier tipo de soporte o comunicada a través de cualquier medio, sin la autorización de los titulares de los correspondientes derechos de propiedad intelectual o de sus cesionarios. La misma pena se impondrá a quien intencionadamente importe, exporte o almacene ejemplares de dichas obras o producciones o ejecuciones sin la referida autorización». (Artículo 270) A pesar de haber puesto el máximo cuidado en la redacción de esta obra, el autor o el editor no pueden en modo alguno responsabilizarse por las informaciones (fórmulas, recetas, técnicas, etc.) vertidas en el texto. Se aconseja, en el caso de problemas específicos —a menudo únicos— de cada lector en particular, que se consulte con una persona cualificada para obtener las informaciones más completas, más exactas y lo más actualizadas posible. EDITORIAL DE VECCHI, S. A. U. ÍNDICE 1 Acuarela sobre húmedo Tratamiento de la aguada sobre el papel mojado Trazos que se hinchan El tiempo del secado Galería de grandes maestros Alberto Durero (Nuremberg, 1471 - 1528) Flores con trazos elementales 2 Acuarela sobre seco Perfilado de las sombras La acuarela sobre seco El rastro del pincel Trazos secos Galería de grandes maestros Claude Lorrain (Chamagne, 1600 - Roma, 1682) Paisaje con trazos secos 3 Oscuros y claros Los tonos claros son reservas Uso de las reservas y brillos Capas para poner en realce Galería de grandes maestros Giambattista Tiepolo (Venecia, 1696 - Madrid, 1770) Marina con brillos en el agua 4 Efectos con acuarela Goma de reserva y sal (1) Goma de reserva y sal (2) Recursos que alteran la acuarela Recursos que alteran el color Galería de grandes maestros Joseph Mallord William Turner (Londres, 1775 - Chelsea, 1851) Naturaleza muerta 5 Colorismo Los contrastes fuertes El blanco del papel produce luminosidad Las mezclas Contrastes tonales y cromáticos Galería de grandes maestros Eugène Delacroix (Charenton, Saint-Maurice, 1798 - París, 1863) Rama de albaricoque 6 Modelado y valoración Estudio de los tonos Textura y valoración Apertura de claros Las sombras y los contrastes tonales Galería de grandes maestros Paul Cézanne (Aix-en-Provence, 1839 - 1906) Torso femenino 1 Acuarela sobre húmedo Para aquellos aficionados que tengan escasos conocimientos de lo que es la técnica de la acuarela diremos que, de entre los diferentes procedimientos de dibujo y pintura existentes, es uno de los más ricos en recursos. Todo su secreto se limita a utilizar la pintura muy aguada para que así sea más transparente y se expanda fácilmente sobre un papel previamente humedecido. Conforme se aprende a manejar el color en sus diferentes estados de humedad se ve que la acuarela no conoce límite alguno en lo que a representación se refiere. Este primer capítulo va dedicado a la pintura sobre húmedo, es decir, precisamente a la base técnica de la acuarela. El soporte natural de la pintura a la acuarela es el papel. Este se debe colocar sobre un tablero al cual se fijará con cinta adhesiva de pintor, para que permanezca plano, aunque en el transcurso del trabajo el papel absorba mucha humedad. Con el pincel mojado en agua se carga color, evitando que quede excesivamente impregnado, y se empieza a trazar; se verá que el trazo se hincha y carece de precisión. Para evitar los encharcamientos sobre el papel es preciso trabajar con el soporte vertical. La humectación del papel es una cuestión muy importante: cuando se realiza con pincel es indispensable que no queden zonas secas. En esta ocasión se va a realizar un paisaje. Interesa que la base de color que servirá de fondo sea muy homogénea. Desde la zona superior, con trazos verticales que cubran toda la anchura del papel, se moja toda la superficie. Antes de coger color de la paleta, el pincel se tiene que humedecer para que el mechón tenga más adherencia. Al aplicar el color desde la zona superior del papel, se comprueba cómo aquel va descendiendo sobre la hoja mojada. Se realizan nuevas aportaciones de color hasta cubrir toda la superficie del papel. Con ello la base ya está resuelta. Tratamiento de la aguada sobre el papel mojado Durante el proceso de pintura, después de terminar una fase, es imprescindible dejar secar toda la pintura aplicada hasta el momento antes de pintar de nuevo sobre la superficie del papel, lo cual llevará unos minutos. Si no se hace así, cualquier aportación de color sobre una zona húmeda se expandirá y el trazo quedará mucho más difuso. 1. Con un poco de rojo se realizan algunas manchas y trazos horizontales. Se puede apreciar cómo el color que ahora se aplica, además de fundirse con el amarillo, se mezcla dando lugar a tonalidades anaranjadas. 2. Este paisaje resultará muy sencillo de pintar si se ha mantenido el grado de humedad adecuado en el papel. La zona destinada al terreno se ha pintado sobre el fondo anterior, al ser estos tonos más oscuros se puede trabajar con toda tranquilidad. Se pinta con tonos tierra muy oscuros la zona destinada al paisaje. Antes de hacerlo, el fondo amarillento tiene que estar un poco seco; de lo contrario el color que se aplique se mezclará con los anteriores y se cubrirá la zona destinada al canal. 3. En este detalle se puede apreciar cómo también las zonas del terreno se han pintado sobre húmedo. La humedad del color afecta tan sólo a las zonas mojadas, pues el color oscuro se ha expandido sobre ellas; en cambio, sobre el amarillo del fondo ha sido posible pintar estas ramas perfectamente definidas. Trazos que se hinchan La técnica de la acuarela sobre húmedo brinda una infinita gama de posibilidades que se van descubriendo a medida que se profundiza en el procedimiento. Aquí se va a analizar el curioso efecto de expansión que tiene el color. En temas sucesivos se verá cómo el efecto de la acuarela húmeda se combina a la perfección con otros recursos. 1. Con un pincel se moja toda la superficie del papel, pero sin empaparla totalmente. Interesa que adquiera el grado justo de humedad para que el trazo se hinche, pero sin que se expanda por completo. Basta un punto de humedad para que cualquier mancha se hinche ligeramente sin que llegue a perder su forma. Primero se manchan los tonos más claros de estas flores. Antes de que las manchas se sequen, se aplican nuevas tonalidades azuladas y violáceas. 2. Si se presta atención al tiempo de secado, se puede controlar perfectamente el grado de expansión del color. La zona más oscura se ha pintado sobre la más clara sin que esta se cubriera completamente. 3. Se aplican nuevos tonos en los pétalos de las flores evitando que se cubran todas las partes claras. Si fuera necesario, se puede retirar parte del color con un pincel limpio, enjuagando cada vez que se recoge color. Cuando la pintura se ha secado, con verde muy luminoso se pinta el fondo a la vez que se va perfilando la forma de las flores. Si en este ejercicio los colores no sehan mezclado es porque, al pintar, el fondo estaba seco. El tiempo del secado El trabajo con acuarela sobre húmedo permite diferentes tipos de fusión entre las manchas de aguada, desde la que mezcla totalmente un color con otro, hasta la que se logra mediante sucesivas etapas de humectación, es decir, un trabajo sobre húmedo que se deja secar para volver a insistir de nuevo con la técnica. 1. En esta zona, el fondo se trabajó en dos fases, ambas sobre húmedo. Primero se manchó un tono general muy transparente, después una aguada de color muy ligero sirvió de base para nuevas fusiones. 2. Los colores húmedos se funden entre sí; las manchas que se producen permiten la creación de interesantes texturas. 3. Sobre una zona trabajada sobre húmedo se realizan diferentes intervenciones. Los nuevos colores no se funden con los anteriores porque el fondo se ha secado. 4. El fondo se humedeció antes de intervenir con un color muy aguado; con el pincel se ayudó en el reparto del color. Galería de grandes maestros Alberto Durero (Nuremberg, 1471 - 1528) Paisaje alpino del Tirol meridional, acuarela y gutiámbar. Ashmolean Museum, Oxford. Durero ha sido uno de los más grandes artistas que ha dado la historia. Sus dibujos y grabados son numerosos y sus acuarelas, muy adelantadas a su época, muestran un gran interés por la naturaleza y el análisis de la misma. Es curiosa la manera como soluciona los diferentes términos de este paisaje, centrando la atención en el más distante y representando, tal cual ve el ojo humano, el primero con un cierto desenfoque. El trabajo de esta acuarela combina una gran soltura en la mancha con un delicado estudio del trazo, sobre todo en el fondo. La liebre, acuarela. Graphische Sammlung Albertina, Viena. He aquí una de las más conocidas obras de Durero. La liebre está representada con un alto grado de realismo. Para ello el artista tuvo que combinar diversas técnicas, desde un primer estudio de transparencia hasta el trabajo con realces claros para representar la textura del pelaje. El terruño grande, acuarela. Graphische Sammlung Albertina, Viena. Durero mostraba un gran interés por todo cuanto le rodeaba. Este estudio botánico es uno de los más bellos que se pueden encontrar. En él se representa con gran fidelidad cada brizna de hierba. Para ello realizó un estudio de todos los tonos claros y después de los contrastes oscuros de las sombras. Flores con trazos elementales La base de todo trabajo con acuarela es el buen conocimiento y dominio de los grados de humedad que deben emplearse. Por ello el ejercicio que aquí se propone es sobre húmedo y va destinado a practicar sobre esta técnica. Se trata de realizar un trabajo sencillo, sin grandes complicaciones, si bien exige tener un especial cuidado en la aplicación del color, el cual debe ser siempre el necesario y no estar demasiado cargado de agua para que la mancha que resulte no se expanda en exceso sobre el papel mojado. Material necesario 1. Acuarelas 2. Papel de acuarela 3. Lápiz 4. Pinceles 5. Bote con agua Cuando el papel está casi seco, es perfectamente posible pintar encima con otro color sin que se produzca una mezcla excesiva. En este caso, no obstante, debe tenerse la precaución de evitar que el pincel esté demasiado cargado de agua. 1 • Como primer paso, se realiza un dibujo esquemático de las flores a pintar. Este dibujo debe ser correcto en cuanto a volúmenes y perfiles, pero debe prescindir de los detalles, puesto que su función es sólo ser el soporte y la guía para el color que se va a aplicar, pero de ninguna manera el fin de la obra. • Se humedece el papel con un pincel y agua limpia, pero sin que se empape totalmente; se debe trabajar con cierta agilidad, ya que el secado del papel produciría un efecto muy diferente. 2 • Con el pincel mojado se restriega sobre el carmín y se empiezan a manchar las flores de los claveles. • Una vez aplicada la pintura se verá que, tras la primera aguada, los trazos se hinchan y tienden a expandirse. • Sobre el color fundido se pinta con un color más denso que lo satura en algunas zonas. 3 • Tras una breve espera para que lo que se ha pintado se seque, la humedad del papel será mínima. Como se puede apreciar, los contornos de los colores que se han aplicado en el paso anterior se han difuminado. • Con el pincel mojado en un verde muy luminoso se pintan los tallos de los claveles. • Mientras se encuentra todavía húmedo, sobre este mismo color se pinta con otro verde y también con amarillo. 4 • Aprovechando que el papel está seco, se pinta ahora sobre las flores con tonalidades densas de carmín y rojo, pero no se cubre totalmente el fundido de los tonos; se deja que las capas anteriores respiren en algunas zonas para que así el trabajo adquiera más dinamismo, volumen y detalle. • Sobre los verdes de los tallos, se traza con tonos más densos, rodeando con estos las partes más luminosas. 5 • Aunque el fondo se esté secando, la humedad de los colores recién pintados servirá para expandir en ellos nuevas tonalidades. • Con colores más densos se pinta en el interior de los claveles, incluyendo tonos rojos y carmines. • En la parte inferior de los tallos, el verde se hace más intenso y contrasta fuertemente con los colores de los pétalos. 6 • Al trabajar sobre la pintura húmeda es inevitable que algunas partes se mezclen y den lugar a tonalidades nuevas. A este respecto, se puede constatar que en la parte inferior de los tallos parte del carmín se ha fundido con los tonos verdes. • Se espera a que se seque algo más el color de base en los tallos y se pintan algunos nuevos contrastes. Paso final • Para finalizar este ejercicio se subrayan los oscuros de las flores con tonalidades intensas de carmín mezclado con un poco de rojo y violeta. • Se contrastan también los tallos en la zona de sombra; en este caso la base de color estará casi seca, por lo que los colores apenas se fundirán. Resumen del ejercicio a. El fondo se humedece completamente para manchar la forma de las flores. b. Los tonos más oscuros dan lugar al volumen de las flores. c. Al pintar sobre el fondo mojado se deja que los colores se fundan. d. Los tonos rosados se funden en torno a las flores creando una atmósfera rica y plástica. e. Los contrastes se pintan con colores más densos, que no se funden tan fácilmente sobre el fondo f. En la zona central de los tallos, algunas zonas de las flores se funden con estos. g. Los tallos se realizan en primer lugar con un tono muy transparente. Este color permite la superposición de otros más oscuros. h. Los tonos más oscuros de los tallos hacen que las zonas luminosas se aprecien mucho más transparentes. i. Los tonos amarillentos se llegan a mezclar con los verdes. j. La zona inferior de los tallos se deja sin terminar. Recuerde... 1. La acuarela es un procedimiento que tiene al agua como elemento primordial, puesto que esta es el medio a través del cual la pintura se expande sobre el papel. 2. Si se pinta sobre una base húmeda, el color tiende a expandirse. 3. Un color fresco al contacto con otro se funde y da lugar a un color nuevo. 4. Los colores densos nunca llegan a perder totalmente su huella sobre una base húmeda. 5. A la hora de pintar siempre debe empezarse por los tonos más luminosos. 6. Para evitar que se arrugue, el papel sobre el que se va a pintar debe fijarse bien al tablero con cinta de pintor que recorra todo su perímetro. 2 Acuarela sobre seco Una vez visto el comportamiento de la acuarela sobre una base húmeda, este capítulo se dedica al trabajo del color con el papel seco. El carácter de la pintura será muy diferente puesto que el trazo que resultará será un gesto muy controlado y sin que el perfil se expanda. Una de las principales cuestiones a tener en cuenta es la reserva sobre el papel. A diferencia de la pintura sobre húmedo, la acuarela seca no se puede corregir tan fácilmente, por lo que es necesario prever desde un principio qué zonasson las destinadas a albergar un color o una forma luminosa. Con este recurso, en combinación con el anterior, ya se podrá realizar cualquier pintura. Ahora es cuestión de practicar. 1. Se esquematizan las formas de estas hierbas acuáticas: el dibujo previo, que ayudará a organizar las diferentes zonas de reserva, debe ser elemental. Con amarillo y con el dibujo realizado como referencia, se mancha el interior de las hierbas; este será el color de base sobre el que se va a trabajar posteriormente. Una vez que se haya secado, se pinta el entorno con un tono verde. Como se puede comprobar, los colores no se funden entre sí. 2. La diferencia entre este tipo de trabajo y el realizado sobre húmedo estriba en que cada mancha puede ser tratada de manera independiente, sin que se mezcle o funda con el fondo por el efecto de la humedad. 3. Sobre la base de color completamente seca se pintan nuevos trazos de verde. En este caso no se aplica demasiada pintura, por lo que se puede apreciar perfectamente la textura del papel aun después del trabajo del pincel. Al coger pintura de la paleta se escurre ligeramente el mechón o se apoya sobre un trapo o un papel absorbente. Perfilado de las sombras Cada uno de los trazos que se realizan sobre el fondo seco son, por decirlo de alguna manera, manchas definitivas. Estas pinceladas solamente se pueden manipular sin que se produzcan cortes mientras permanecen húmedas. Las formas que se habían pintado en principio como algo imprecisas, con el perfilado y la aplicación de los contrastes, se vuelven cada vez más exactas y precisas. La acuarela sobre seco La pintura sobre seco es absolutamente compatible con el procedimiento sobre húmedo; de hecho en la mayoría de las ocasiones se trabajará con los dos métodos al mismo tiempo. No obstante, si se quiere lograr un buen trabajo, se deben tener en cuenta ciertas normas que es preciso no olvidar: • Si se pretende pintar con un color muy luminoso, tanto el agua como el pincel tienen que estar limpios. • Aunque es difícil, una mancha seca se puede corregir. Para ello se insiste sobre ella con sucesivas pinceladas limpias hasta lograr que el color se ablande. • Si la acuarela se seca demasiado rápido, deberán añadirse en el agua unas gotas de glicerina. 1. Los trazos sobre el fondo seco son ahora mucho más precisos y se pueden realizar con mayor contraste. Con estas pinceladas los juncos cada vez serán más nítidos, y las zonas destinadas a albergar los colores más claros quedarán definidas por estas tonalidades oscuras. Para aumentar el contraste con respecto al fondo, este se oscurece ligeramente en la zona superior derecha. De la misma manera que se ha trazado el perfil de las hierbas, sin que se haya expandido el color, se manchan las flores con pinceladas muy directas. 2. Al igual que en este detalle, una vez que el fondo se encuentra completamente seco, se trazan nuevas hierbas y contrastes que diferencian los puntos de luz de los de sombra. Ya que la acuarela es opaca, siempre debe empezarse por pintar los colores claros y, sobre ellos, los oscuros. El rastro del pincel Cada acuarelista, a lo largo de su actividad va definiendo unos gustos determinados por la mancha y el acabado de su trabajo. Estas características de la pintura las aporta el pincel con el que se trabaja, aunque también influye la cantidad de agua empleada y el tacto sobre el papel. Con este sencillo ejercicio se practicará la pincelada y la mancha sobre el fondo seco. Se debe tener cuidado de controlar la humedad de las diferentes masas de color. 1. Se manchan las zonas verdes del paisaje, dejando en blanco las áreas destinadas a los puntos de mayor luminosidad. Aquí ya se pueden practicar diferentes trazados con el pincel. Como se puede ver, el fondo se ha realizado como una gran mancha verde oscura, aunque sin mantener un tono homogéneo. En esta zona, una vez pintada, se retira parte del color con el pincel escurrido y se dan algunos tonos más oscuros. La parte intermedia se realiza con pinceladas muy sueltas, dejando que se forme una masa luminosa y monocroma. Se pinta en el primer término con trazos muy cortos y poco cargados de color. 2. Una vez que las manchas verdes se han secado, se inicia la pintura de las flores. En el fondo, se emplea un rojo muy transparente, y sobre este algunas pinceladas más densas y opacas. En el primer término las pinceladas son más grandes; no se debe arrastrar el mechón sino aplicarlo con la presión suficiente como para lograr manchas concretas. 3. Cuando el rojo anterior se encuentra totalmente seco, se pinta de nuevo con verde, procurando respetar la forma de las flores. Esta vez se realiza un tipo de pincelada cubriente, primero muy luminosa y sobre este color otras pequeñas manchas de verde más oscuro. Trazos secos El tratamiento del color sobre el fondo seco puede ser realmente espectacular. La luminosidad del color, unida a la gran variedad de contrastes que se pueden crear, brinda un gran abanico de posibilidades. Este tipo de trabajo está especialmente indicado para la realización de formatos más grandes de los habituales, ya que no existe el peligro de que las diferentes capas de color se corten o se superpongan. 1. Las hojas de los árboles se pintaron con trazos muy precisos de tonos verdes y azulados. Para que no se mezclaran los colores, las diferentes capas tenían que estar completamente secas. 2. El cielo se ha pintado en primer lugar con un trazado rápido; aquí se abrieron algunos claros en la zona correspondiente a los árboles. 3. Una vez que se secó el cielo, se mancharon los troncos del eucalipto, primero un tono luminoso, y sobre este la gran variedad de manchas de carmín, siena y verde. 4. En la zona inferior, bajo los árboles, se pintó con verde muy luminoso. Una vez seco, se realizaron numerosos trazos de verde oscuro. 5. Las hierbas de la base son trazos sueltos realizados en último lugar, cuando el fondo se encontraba completamente seco. Galería de grandes maestros Claude Lorrain (Chamagne, 1600 - Roma, 1682) Camino en el bosque, aguada oscura. British Museum, Londres. Una de las grandes cualidades de Lorrain como paisajista es la capacidad gráfica de su gesto. En este caso bastaron unas manchas para representar la profunda frondosidad del bosque. En el primer término los claros son muy importantes, y se han solucionado con unos simples trazos. El Tiber visto desde el Monte Mario, aguada. British Museum, Londres. Lorrain es un paisajista con un gran sentido de la síntesis, lo cual se puede constatar perfectamente en esta obra realizada al aire libre: los términos distantes se hacen cada vez más suaves y transparentes, hasta tal punto que los más alejados casi se llegan a fundir con el horizonte. La técnica empleada en esta obra fue forzosamente la aguada sobre seco, para poder superponer los tonos sin que se fundieran entre sí. Un aspecto importante que hay que resaltar es el tratamiento de los claros, como el agua del río. La reserva del fondo es total, por lo que el blanco corresponde al propio papel. Calvero en un bosque, aguada. British Museum, Londres. Si se compara esta obra con las anteriores se puede apreciar un trabajo mucho más elaborado, hasta el punto de que el artista trabaja notablemente el detalle. Sin embargo no se puede considerar que exista mayor calidad, simplemente un mayor entretenimiento en las formas. Los contrastes entre los diferentes términos se hacen evidentes por el cambio tonal, si bien el efecto de profundidad no es aquí tan atmosférico, probablemente por el excesivo detalle al que ya se ha aludido. Paisaje con trazos secos El tratamiento de la pintura sobre seco permite una clara diferencia entre los tonos y colores que se emplean; por este motivo se hace especialmente idóneo cuando existen planos que se tienen que diferenciar de otros. El tema que ahora se propone es un paisaje con arquitectura. Gracias al tratamiento de la acuarela será posible que los diferentes términosno se lleguen a mezclar entre sí. Se debe prestar atención a las diversas manchas de color y a cómo se solucionan los espacios alternando entre ellos zonas completamente secas. Material necesario 1. Acuarelas 2. Papel de acuarela 3. Lápiz 4. Pinceles 5. Bote con agua El dibujo previo debe ser la base de toda pintura. Insistir hasta dejarlo bien resuelto siempre será una garantía de éxito en el posterior trabajo con el color. Cada una de las grandes zonas que se pinten debe quedar perfectamente definida por el color, pero si se quiere trabajar sobre seco, cada masa tendrá que pintarse por separado y deberá dejarse secar antes de intervenir de nuevo. 1 • El tema se dibuja de la manera más aproximada posible, respetando sobre todo los volúmenes de cada uno de los términos del paisaje. • Se debe prestar una especial atención a la estructura. • Este dibujo debe ser esquemático pero bien construido, es decir: no se deben realizar más líneas de las estrictamente necesarias ni tampoco hay que pensar que los posibles defectos o errores ya se corregirán cuando se aplique la pintura. 2 • Se manchan las zonas que serán más luminosas, en este caso el cielo y la base de color del río. • Se espera a que se seque y se pinta la zona que corresponde a las montañas, recortando con el color las edificaciones del fondo. • En el primer término se mancha con un luminoso color turquesa, que será la base de los posteriores colores en esta zona. • En las montañas del fondo se efectúan algunas variaciones de tono incrementando los azules oscuros en las zonas de sombra. 3 • Los colores que se pintaron en el paso anterior se tienen que haber secado totalmente antes de esta intervención. • En la zona del río se pintan por separado los reflejos con tonos oscuros de color verde y siena. • En el árbol se empieza a manchar con tonalidades algo más oscuras, con trazos cortos y densos, pero sin llegar a cubrir totalmente el color inferior. • En la parte superior del puente se pinta una aguada de tonalidades grises y azuladas, dejando en reserva las fachadas de los edificios. 4 • En la zona del río se intensifican los oscuros en los reflejos de la orilla y en los que produce el puente; en esta parte interesa que el color funda sobre el inferior, lo cual se puede realizar con sucesivas pasadas de pincel. • En el puente se pintan las partes iluminadas con una tonalidad ocre anaranjada muy transparente. • Se pintan también las zonas sombreadas de las fachadas, con lo que las caras luminosas quedan mejor definidas. 5 • En el primer término, se mancha con una aguada muy transparente de color verde. • Cuando se ha secado, se pintan los trazos que definen las hierbas y las manchas con las que se completa el árbol. • Con un tono agrisado obtenido con un poco de pardo y azul, se pinta sobre las fachadas de los edificios, oscureciendo los tonos anteriores y suavizando los cortes demasiado bruscos con sucesivas pasadas de pincel. Paso final • Para concluir este ejercicio tan sólo hay que oscurecer ligeramente los tonos del primer término y matizar en general los tonos del fondo. • Como todo el trabajo realizado hasta este momento estará ya seco, será fácil superponer los últimos tonos. Resumen del ejercicio a. El cielo se pinta en primer lugar con una tonalidad muy transparente. b. Las montañas del fondo se pintan recortando los edificios del pueblo. c. En los edificios los primeros colores que se pintan son los que definen las caras sombreadas. d. La cara interna de los arcos del puente se mancha en primer lugar con un tono muy transparente. e. El árbol del primer término se pinta con un verde muy luminoso y sobre este se añaden diferentes tonalidades con trazos suaves y cortos. f. En el río, los reflejos del puente se pintan evitando que los tonos tierra y los verdes se mezclen entre sí. g. Las ramas del árbol se pintan al final, así como los contrastes más intensos. h. En el río, las diferentes tonalidades se superponen siempre sobre seco arrastrando los colores inferiores e insistiendo con el trazo. i. Las hierbas del primer término se realizan sobre un tono seco muy luminoso. Recuerde... 1. Para que los colores no se mezclen, la base debe estar completamente seca. 2. Sobre un color luminoso se podrán pintar otros más oscuros, nunca al revés. 3. Si bien un color seco se puede corregir si se repasa con un pincel húmedo, lo más aconsejable es realizar una reserva. 4. Cuando se pinten colores sobre seco, se deben dejar en reserva las zonas destinadas a los claros. 5. Un color se puede pintar sobre otro; el resultado es la mezcla de ambos si el último es transparente. 3 Oscuros y claros Por lo que se lleva estudiado hasta este momento, el aficionado ya sabe que los procedimientos elementales permiten combinar la acuarela sobre fondo seco y sobre fondo húmedo. Cada una de estas técnicas da lugar a resultados completamente diferentes. Otra de las cuestiones a tener en cuenta es el tratamiento del color, cuestión que en acuarela es muy diferente a cualquier otra técnica pictórica. Así, por ejemplo, en acuarela el blanco no existe, al menos como pintura; cada vez que se necesita un blanco, este debe preverse ya desde el principio y obtenerlo mediante reserva. Los colores y los tonos oscuros deben resolverse una vez que los luminosos se han decidido. 1. Sobre el fondo seco se pinta el cielo que rodea a esta gran nube blanca. El blanco se deberá prever ya desde el inicio y los tonos luminosos se obtendrán a base de enmascarar poco a poco el color original del papel. 2. Una vez que se ha pintado el azul del cielo, se trabaja el perfil de la nube para que no sea tan duro; para ello con el pincel húmedo se repasa el contorno hasta degradar y suavizar la forma. Cuanta más agua se añada, el degradado se adentrará más en la nube. 3. Suavizado el perfil, el blanco del papel quedará integrado en el azul del cielo. En el interior de la nube se inicia la pintura de los grises desde la zona inferior. Con un tono muy transparente de azul cobalto mezclado con una pequeña cantidad de sombra se pinta la zona oscura de las nubes comenzando por la parte inferior; así se puede reservar la parte de blanco que interesa mantener intacta. En la zona en que el azul-agrisado entra en contacto con el blanco se vuelve a suavizar con el pincel húmedo, dando forma a la nube; de esta manera el blanco parecerá pintado. Cuando se prepara el color en la paleta no se debe hacer en grandes cantidades; una pequeña pincelada de acuarela puede tener un gran rendimiento si se trabaja humedeciéndola sobre la superficie del papel. Los tonos claros son reservas Tal como su nombre indica, una reserva es un apartado, una zona que se ha preservado del color. ¿Qué ocurre cuando una zona no tiene color? Pues que deja ver el blanco del papel o bien aquellos colores o tonos que, ya desde el principio, se ha pretendido que fueran más brillantes o luminosos. Con este ejercicio se va a practicar el tema de las reservas y a estudiar cómo se aplica correctamente el color. 1. Este primer paso es sencillo y elemental. Después de esbozar con el lápiz la forma de los girasoles, se pinta por separado cada una de las partes del cuadro evitando que los colores se mezclen entre sí. A partir de este momento, los colores que se acaban de pintar serán las tonalidades más claras; por tanto, los colores que se superpongan a estos nunca deberán ser más claros. 2. Se deja secar todo el proceso anterior y se reinicia la pintura en el girasol central. Con rojo mezclado con siena se mancha la parte sombreada de los pétalos, dejando en reserva sus zonas iluminadas; en el centro del girasol se pinta con siena, sombra y rojo, aislando también los puntos de máxima luminosidad. Los otros dos girasoles y los verdes oscuros de las hojas se pintan de la misma manera. Las zonas más claras han quedado reservadas por las tonalidades oscuras. Uso de las reservas y brillos Como se ha visto en el apartado anterior, lasreservas no son difíciles de interpretar. La acuarela basa la mayor parte de su técnica en la superposición de capas. Gracias a esta opción se pueden conseguir transparencias y brillos de una gran luminosidad. En este ejercicio se muestran algunas de las posibilidades técnicas que se pueden lograr mediante la superposición de capas, entre ellas la de lograr en el agua brillos de gran luminosidad. 1. Este ejercicio puede resultar muy sencillo si se realiza atentamente. Lo primero es establecer el punto de máxima luminosidad en la superficie del agua. Se pinta una aguada azul muy transparente dejando únicamente en reserva la zona de la barca y el brillo que hay bajo la misma. 2. En la parte inferior se deja sin pintar la zona más luminosa del agua, que será el punto de luz más acentuado de la superficie. En la parte superior del cuadro se empieza a pintar una aguada muy transparente de azul cobalto y ultramar. Una vez que se desciende con el pincel se inicia un trazado horizontal muy suave, dejando que el color inferior quede en reserva; de este modo se representan las suaves ondulaciones del agua. 3. En la zona inferior se trabaja con un azul ultramar más intenso; los contrastes son a su vez mucho más fuertes y los tonos inferiores se muestran mucho más brillantes y luminosos. La reserva del brillo ahora se aprecia como un blanco refulgente. Capas para poner en realce A lo largo del capítulo se ha visto cómo el color actúa por superposición y reserva cuando se pretende resaltar una zona concreta; esta será la base de la acuarela. En cualquier trabajo que se realice, serán de suma importancia la transparencia y el orden de los colores a la hora de conseguir las reservas de los tonos. 1. En este caso el tono reservado no atiende al blanco del papel, sino que se realizaron veladuras transparentes y sobre estas se trabajaron nuevas reservas. 2. Este punto se reservó desde el inicio; en torno al mismo se realizaron sucesivas aportaciones de tonos. 3. Estos tonos de gran contraste no se pintaron hasta el final del cuadro; de esta manera se potenciaron los oscuros más intensos. 4. En esta zona se puede apreciar cómo un tono medio se integra suavemente en uno más luminoso. 5. A partir de los tonos más claros, los trazos y las manchas oscuros se integran y resaltan los puntos de mayor luminosidad. Galería de grandes maestros Giambattista Tiepolo (Venecia, 1696 - Madrid, 1770) El hombre con colback, acuarela sepia. Graphische Sammlung Albertina, Viena. En este trabajo, el tratamiento técnico es completamente dibujístico. El trazo casi seco permite destacar la textura del papel y lograr una gran variedad de tonos medios. Es de destacar el tratamiento que Tiepolo hace de los contrastes, creando con ello un efecto casi fotográfico y de una gran síntesis; sólo hay que observar el rostro del personaje, apenas resuelto con unas pocas manchas; sin embargo los rasgos quedan perfectamente descritos. El reencuentro de Antonio y Cleopatra, aguada. The Metropolitan Museum of Art, Nueva York. En su abundante obra gráfica, este artista abordó diferentes estilos de representación. En esta obra muestra una escena histórica aunque fuera de su contexto temporal, pues muestra a Cleopatra con un vestido del siglo XVII. La técnica que utilizó fue la aguada, que se encuentra entre el dibujo y la acuarela. Los trazos principales muestran los contrastes más intensos y permiten reconocer la anatomía y los pliegues de la ropa; por otro lado hace uso de un solo tono para mostrar las zonas oscuras y los tonos medios con los que da volumen a las figuras. Pareja de ancianos, aguada. The Metropolitan Museum of Art, Nueva York. Desde el siglo XVII la visión satírica de la sociedad ha sido una constante en muchos artistas, sobre todo en dibujantes e ilustradores. El gesto, la postura y el ademán de las dos figuras, además del gracioso estudio de los rasgos, confieren a esta escena un aspecto casi teatral. Técnicamente se aprecia un perfecto conocimiento de la anatomía y de la aguada: el trazo delicadamente combinado con la mancha hace de los personajes de este cuadro un virtuoso ejemplo. Marina con brillos en el agua Las reservas y la superposición de tonos son unos de los aspectos más importantes que se pueden desarrollar con la acuarela. Conviene insistir mucho en el tema ya que, si no quedan claros estos conceptos, no se podrá entender la técnica. Como ejemplo para practicar la reserva y la superposición de capas se propone esta marina, que no será muy compleja de realizar si se han practicado los ejercicios que se han propuesto en este capítulo. Se debe prestar una especial atención a los puntos de mayor luminosidad, que tienen que preverse y conservarse desde el principio. Material necesario 1. Acuarelas 2. Papel de acuarela 3. Lápiz 4. Pinceles 5. Bote con agua Aun en los primeros pasos de cualquier ejercicio, uno no se debe conformar con el uso de una paleta restringida; un buen colorido de base será un punto de partida importante para lograr un buen dominio de las gamas cromáticas. 1 • Un dibujo previo resultará imprescindible en cualquiera de los trabajos que se realicen, aun en casos como este en que no existen demasiados referentes. • Se dibuja con precisión la forma de las rocas teniendo en cuenta tanto el espacio del papel como el del encuadre de la imagen que sirve de modelo. 2 • Se humedece el papel dejando en reserva la zona de las rocas. • Se realiza una aguada de diversas tonalidades azules y verdes que se funden por el efecto de la humedad. La parte correspondiente a las rocas ha quedado preservada de la fluidez del color sobre la base húmeda. 3 • Se trabaja sobre las rocas que se habían dejado, pero antes se debe esperar a que el fondo anteriormente pintado se seque totalmente. • Para pintar las rocas más grandes, se da una aguada transparente de color siena y sobre ella se pinta con algo más de color, dejando que este se expanda sobre el anterior todavía fresco. • En la parte más iluminada de las rocas se retira el color hasta dejar la zona blanca. Las pequeñas rocas del primer término se pintan sobre el fondo seco; la reserva del blanco aquí resulta mucho más precisa. • Con este mismo color se trazan los reflejos en el agua. 4 • En la misma paleta se realiza una mezcla suave de verde luminoso y una pequeña cantidad de ocre. • Con este color se pinta sobre la parte superior de las rocas. Si estas no están completamente secas el color tenderá a fundirse con el anterior. • Con sombra tostada se inicia la pintura de las sombras en los escollos. Se debe tener en cuenta que el color de base será ahora el punto de máxima luminosidad. 5 • En esta fase se empiezan a superponer nuevas tonalidades sobre las rocas. • Con un verde óxido mezclado con verde luminoso se pintan los oscuros de la zona superior de las piedras; el color anterior queda ahora como el más claro. • Con el verde que se está utilizando se pintan también los oscuros del agua; el color se funde ligeramente sobre los azules de base. • En todo el primer término se efectúa una aguada verdosa, sobre la cual, una vez seca, se podrán trazar algunos oscuros. Paso final • Se completan los contrastes de las rocas manteniendo en todo momento el brillo de las reservas. • En todo el primer término del mar se inicia un trazado intenso con tonalidades verdes y azules. La aguada que se pintó anteriormente sirve ahora de base luminosa para los nuevos colores. Resumen del ejercicio a. En el fondo se pinta una aguada transparente que servirá de base para todos los tonos posteriores. b. Las rocas se dejaron ya desde el principio en completa reserva. c. El primer color que se pintó en las rocas era un siena transparente que sirvió de base para los posteriores. d. Los verdes superpuestos en los escollos permiten que los inferiores actúen como puntos de máxima luminosidad. e. Bajo las rocas se mancha el agua con verde, oscureciéndose esta zona. f. En el agua, en elprimer término, se pinta con una aguada turquesa transparente que se suma al color anterior. g. Los oscuros de las rocas resaltan sus tonos más luminosos. h. Los reflejos de las rocas pequeñas combinan los azules con los tonos tierra. i. Los reflejos azules terminan por completar el rico cromatismo en el agua. j. Las pinceladas oscuras del primer término son gruesas pero dejan entrever la aguada inferior. Recuerde... 1. En acuarela, el color del papel sobre el cual se pinta es el que actúa como blanco. 2. Un tono reservado es aquel que no se pinta. 3. Los brillos se tienen que mantener intactos desde el principio del cuadro. 4. Sobre un tono medio se pueden realizar nuevas reservas siempre con tonos más oscuros. 5. Cualquier color que se encuentre rodeado por otro puede ser interpretado como un brillo. 6. Debido a la transparencia de la acuarela, la suma de dos colores da lugar a un tercero, siempre más oscuro que ambos por separado. 4 Efectos con acuarela La acuarela es un procedimiento que requiere ser tratado con cierto cuidado. Cualquier accidente puede provocar que el color varíe y dé lugar a una textura no deseada. Así, por ejemplo, si se toca el papel de acuarela con los dedos, es posible que estos dejen una ligera película de grasa; al pintar sobre ella, la acuarela será repelida. Pero si este percance se utiliza adecuadamente, en vez de suponer un contratiempo, se puede convertir en un recurso. Como esta, existen una gran cantidad de posibilidades que permiten crear efectos variados y de gran interés plástico. Goma de reserva y sal (1) 1. Uno de los recursos más sencillos de utilizar con la acuarela es la llamada goma líquida o goma de reserva. Consiste en un líquido que, al contacto con el aire, se seca formando una película elástica y fácil de eliminar con los dedos. Se aplica mediante pincel en aquellas zonas en las que no se desea que la acuarela manche. Después de dibujar este sencillo bosque, se pintan con goma de reserva las zonas que tienen que quedar preservadas del color. 2. Se deja secar la goma de reserva aplicada. Se pinta una aguada con tonalidades verdes y azules. El fondo sobre húmedo se puede tratar de la misma manera que se hizo en el capítulo 1. La verticalidad del papel hará que los colores se fundan fácilmente, pero la película de goma impedirá que el color pueda impregnar el papel. Mientras el fondo está todavía húmedo se salpica con unos granos de sal, que se adherirán a la superficie del papel y provocarán diferentes condensaciones de agua y color. Goma de reserva y sal (2) Si bien los efectos que se pueden conseguir con la alteración de la acuarela pueden ser muy variados, se debe procurar que la pintura no se quede únicamente en ellos. Los recursos tienen que ser soluciones puntuales para lograr un determinado efecto y no el objetivo prioritario de una pintura. En este ejemplo se puede estudiar con detenimiento la verdadera finalidad de estos recursos. El paisaje no sorprende por los «trucos»; es más, en la medida de lo posible estos deben pasar inadvertidos. 1. Una vez que se ha pintado el fondo y las partes más problemáticas entre las ramas, se espera a que el trabajo se seque del todo y luego se retira la goma de reserva. Bastará frotar un poco para retirar la película, pero, si se desea, también se puede pasar una goma de borrar. 2. He aquí el resultado de la reserva después de eliminar completamente la goma. Las zonas que antes estaban ocupadas por la goma ahora han quedado totalmente blancas. De hecho es el blanco del papel el que se muestra. De no ser por la reserva, difícilmente se podría haber pintado el fondo sin manchar las zonas que ahora están blancas. 3. Sobre el blanco reservado del papel, se puede intervenir nuevamente. El trabajo es mucho más seguro y el proceso es el tradicional. Unas zonas como los troncos más gruesos se han pintado a partir de diversas aguadas. En las ramas y los puntos de color rosado el trabajo es directo y se ha realizado sobre el fondo completamente seco. Recursos que alteran la acuarela Además de la goma de reserva existe una gran gama de opciones con las que obtener resultados plásticos divertidos y sorprendentes. Para realizar estos ejercicios se necesita muy poco: una pequeña cantidad de aguarrás, un trozo de cera (incluso un cabo de vela) y cualquier herramienta punzante, como puede ser un cuchillo o la parte posterior del pincel. Esencia de trementina o aguarrás puro. Es otro material incompatible con la acuarela. Para lograr este efecto se utiliza un pincel ligeramente impregnado de esencia de trementina. Se mancha en el papel la zona que se pretende texturar. Sobre esta zona manchada (será invisible) se pinta con acuarela; esta será igualmente rechazada aunque el efecto plástico será muy diferente al que se produce con la cera. La cera. Es un repelente perfecto de cualquier pintura al agua. En el caso de la acuarela es ideal para lograr reservas definitivas desde el principio del trabajo. Directamente sobre el papel se trazan unas manchas con cera. Cuanto más se presione la cera, más cubierto quedará el poro. Sobre esta mancha se pinta directamente con acuarela. En las zonas enceradas, la acuarela es repelida. Este efecto se puede realizar con cera blanca o con cera transparente si se quieren realizar reservas sobre superficies coloreadas. Objetos punzantes. Muy válidos para lograr trazos claros de gran intensidad. Se pueden hacer pruebas con algunos de ellos. Se debe utilizar un papel de cierto grosor ya que de otra manera con el trabajo podría llegar a perforarse. Se pinta una mancha similar a esta. Se debe trabajar siempre sobre el color húmedo, de este modo apenas se tendrá que arrastrar el filo para lograr todo tipo de trazos. Recursos que alteran el color Como se ha podido comprobar en este capítulo, son muchas las posibilidades que permite la acuarela para conseguir determinadas texturas sobre el papel. No es que la utilización de estos recursos sea indispensable, pero lo que no se puede negar es que su correcta utilización puede dar lugar a acabados de gran impacto. 1. Para lograr zonas muy atmosféricas y trabajos sobre el fondo completamente seco, se realizaron combinaciones técnicas de diversa índole, con lo cual se consiguió el perfilado de algunas formas. 2. Otro recurso que se puede lograr cuando la acuarela se encuentra todavía fresca, es este punteado. Para realizarlo se salpicó con un cepillo de dientes. Las pequeñas gotas de agua limpia produjeron el efecto de un lavado puntual. 3. En este fragmento se puso un poco de sal sobre la acuarela todavía fresca. La acumulación del color resulta muy texturada. 4. Para conseguir esta textura, se manchó el cuadro con un pincel impregnado en esencia de trementina. Las capas posteriores encontraron una textura grasa que rechazaba el color. Galería de grandes maestros Joseph Mallord William Turner (Londres, 1775 - Chelsea, 1851) Venecia, vista desde la Giudecca, salida del sol, acuarela. British Museum, Londres. El tratamiento del color y de las formas que Turner aplica en muchos de sus paisajes, lo ha convertido en uno de los máximos precursores del impresionismo. El interés por captar un instante de luz, la densidad de la bruma o efectos tan sutiles como la humedad en el ambiente, hacen que su pintura trascienda la figuración y desemboque en el puro impacto visual. En muchas de sus obras es sorprendente la sencillez con que llega a tratar los paisajes, como en este ejemplo, en el cual ha resuelto un gran espacio con una aguada muy transparente y con tan sólo unos pocos referentes visuales. Estructura coloreada, acuarela sobre cartón. British Museum, Londres. A medida que Turner maduraba como pintor, investigaba más a fondo en la abstracción del color, como es este el caso. La acuarela es la herramienta perfecta para lograr estas nebulosas casi abstractas. El tratamiento de la acuarela, rápido como el propio gesto, hizo que Turner se sintiera cómodo a la hora deexpresar su arte. En esta obra, muy avanzada a su época, juega con la composición y el contraste entre los colores fríos y cálidos. Glaciar en Chamonix, acuarela. British Museum, Londres. En esta obra se aprecia el interés del artista por el análisis de la naturaleza desde un punto de vista romántico. Muestra el glaciar y las montañas como una gran fuerza que sobrecoge al espectador. El juego entre los contrastes y los diferentes términos de profundidad hacen que se produzca este vértigo. Naturaleza muerta El tema que se ha elegido para este ejercicio es bastante sencillo, pero encierra una gran variedad de posibilidades técnicas que lo hacen especialmente adecuado para poner en práctica cuanto se ha explicado en este capítulo. Si bien los recursos que se van a emplear no serán complejos, requieren una especial atención y mesura a la hora de aplicarlos para evitar abusar de ellos. Material necesario 1. Acuarelas 2. Papel de acuarela 3. Lápiz 4. Pinceles 5. Aguarrás 6. Goma de reserva 7. Sal 8. Bote con agua El esquema inicial tiene que aproximar progresivamente la forma general a la de los dos objetos del modelo. Uno no se debe confiar, pues a menudo las cuestiones aparentemente sencillas encierran dificultades de composición o de proporciones. 1 • En primer lugar se dibujan estas hojas, dejando bien resueltas sus formas generales, pero sin entrar en detalle alguno. • Se utiliza la goma de reserva para aquellas zonas que, una vez aplicado el color, tengan que quedar en blanco. Al hacer estas reservas el trazo debe ser suave; en este caso se ha utilizado la reserva en los nervios de las hojas. 2 • Se empieza a pintar la hoja de la izquierda con tonalidades ocres y verdes, tratando el color húmedo. • Antes de que se seque se espolvorea un poco de sal. Se puede observar el efecto que se consigue. Al pintar sobre la reserva esta no se manchará con la acuarela, pues permanecerá impermeable y visible. 3 • Se continúa trabajando sobre húmedo, aunque se tiene que esperar a que el trabajo hecho en el paso anterior se seque para que los tonos de una hoja no se mezclen con los de la otra. • Los colores que se utilizan son ricos y luminosos: siena, ocre, sombra, verde luminoso, rojo y amarillo. • Sobre la superficie húmeda se realizan algunas incisiones con el extremo del mango del pincel; estos trazos completan los nervios de la hoja con un carácter muy gráfico. 4 • Cuando el color se ha secado totalmente se vuelven a dar algunos tonos, esta vez mucho más definitivos y contrastados. • Se espera nuevamente a que el color se seque y se empieza a retirar la película de goma. Se frota suavemente con el dedo y la máscara se levantará hasta dejar a la vista toda la superficie reservada. 5 • Una vez que la zona reservada ha quedado al descubierto se inicia el acabado del interior de las hojas. Por un lado se incorporan los contrastes definitivos; los tonos sombra y siena son ideales para completar la textura de la hoja. • En algunas zonas se mancha con una pequeña cantidad de aguarrás. Los colores que se pinten reaccionarán de una manera extraña dejando a su paso una curiosa textura. • En la zona reservada se pintan los nervios dejando visibles las partes más luminosas. • Con gris azulado se resuelve la sombra de la hoja; con este sencillo recurso se consigue un interesante efecto de realismo. Paso final • Con tonalidades oscuras se completan los contrastes de las dos hojas, pero sin llegar a cubrir totalmente los colores inferiores y dejando respirar las zonas luminosas. • Para equilibrar el intenso contraste de las hojas, se da en el fondo una aguada azul muy transparente; así se rompe el intenso blanco del papel y la sombra se integra mucho más. Resumen del ejercicio a. Los nervios de las hojas se reservaron con goma de reserva. b. Parte de la textura de los primeros pasos se realizó salpicando sal sobre el fondo húmedo. c. Los contrastes oscuros hacen que las zonas luminosas se aprecien más brillantes. d. Para descubrir la reserva es necesario retirarla con los dedos, frotando suavemente sobre la superficie. e. La textura adquiere realismo con los pequeños contrastes de siena y sombra sobre el fondo verdoso. f. La textura definitiva se obtiene con tonalidades oscuras y transparentes. g. Con la parte posterior del mango del pincel se han abierto algunos nuevos nervios muy luminosos sobre el color fresco. h. Con una aguada azulada se rompe el blanco del papel. i. Es necesario el perfilado de algunas zonas como las puntas agudas de las hojas. j. Una vez resueltas las hojas se pinta la sombra con un tono azulado. Recuerde... 1. Los recursos que se pueden aplicar con acuarela son ricos y variados. 2. Se puede echar mano de cualquier herramienta que altere la humedad del color. 3. La goma de reserva permite enmascarar zonas que tienen que quedar blancas. 4. La goma de reserva se puede retirar muy fácilmente con los dedos. 5. Sobre la acuarela fresca se puede incidir con cualquier objeto punzante. 5 Colorismo La acuarela es un procedimiento luminoso que permite crear una gran variedad de colores y de tonalidades cromáticas. Para potenciar la intensidad de los colores, uno de los recursos técnicos más importantes que brinda la acuarela es la aplicación de los contrastes simultáneos. Esta técnica colorista de hecho se puede aplicar en cualquier procedimiento pictórico, si bien cada uno de ellos exige determinados requisitos específicos. En el presente capítulo se estudian los de la acuarela. 1. Cuando el rojo se pinta junto al verde se consigue que la luminosidad de ambos colores se potencie mutuamente. La diferencia entre los tonos se basa en el juego que se da entre los colores complementarios. Así, un color frío como el entorno verde del gallo hará que los rojos y los tierra se aprecien mucho más fuertes. En este paso, los tonos apenas están apuntados; el blanco del papel poco a poco va quedando sustituido por los colores definitivos. 2. Si se compara esta imagen con la anterior, se observa que el color rojo del gallo ha anulado casi totalmente al color blanco, del cual únicamente el fondo mantiene algunas pequeñas reservas. Si este fondo no se hubiera pintado de verde, los puntos luminosos de la cara del gallo no habrían sido tan impactantes. 3. Una vez que los tonos de base son lo suficientemente descriptivos, se pueden atacar los contrastes definitivos, pero antes de hacerlo es preciso que las tonalidades del fondo estén totalmente secas. Los contrastes fuertes Los contrastes no se logran únicamente mediante la correcta utilización de los tonos. En el colorismo, la simple presencia de un color junto a otro puede hacer que ambos vibren, es decir, creen visualmente una distorsión. Los tonos se deberán estudiar una vez que se haya observado el comportamiento de un color junto al otro. 1. Al esbozar esta parra y situar las primeras manchas, no solamente se ha establecido una importante diferencia tonal entre los amarillos de las hojas y el rojo. La presencia de la mancha azul de las uvas permite que los tonos claros resalten todavía con más fuerza. 2. Los colores que se incorporan sobre el papel deben crear reservas sobre las tonalidades más luminosas. En este caso, los verdes del fondo definen la forma de las hojas, pero también sirven para compensar la presencia de las hojas rojas. Con estos contrastes los primeros tonos oscuros ahora tienen una mayor luminosidad. 3. Los colores que por sí mismos representan diferentes valores tonales en pintura, se tienen que ir corrigiendo con otros tonos a medida que se van definiendo las formas. Los contrastes definitivos harán que los puntos de luz se vean todavía más luminosos. El blanco del papel produce luminosidad El color del papel sobre el cual se pinta condicionará en todo momento los colores que se utilizarán. Los últimos colores dependerán totalmente de las primeras capas, así como de las reservas que se puedan haber dejado desde el principio deltrabajo. En el ejercicio de esta página se puede apreciar cómo la luminosidad del papel, unida a los contrastes entre tonos y colores, permite obtener resultados de un gran impacto cromático. Las mezclas Se debe prestar una gran atención a las mezclas que se producen fortuitamente sobre el papel; tanto si se trabaja sobre seco como sobre húmedo, los colores superpuestos siempre dan lugar a tonalidades y colores nuevos: • Un color rojo sobre otro amarillo da lugar a tonalidades anaranjadas. • Azul sobre rojo se convierte en violáceo. • Azul sobre amarillo da lugar a verde. 1. Los colores más luminosos siempre deben pintarse en primer lugar. En este caso, antes de pintar las nubes, se mancha el cielo con una aguada muy transparente de azul; se pinta el amarillo del horizonte evitando que se mezclen las dos zonas para que no se cree un verde. Sobre esta base ya seca, se empiezan a pintar las nubes y el cielo; el contraste entre rojos y azules logra una gran fuerza cromática. 2. Al aplicar otras tonalidades, el color del fondo adquiere presencia únicamente cuando los colores nuevos son transparentes; aquí eso se puede apreciar en la parte inferior, donde los tonos rojizos se vuelven anaranjados. Para jugar con el efecto que producen los contrastes complementarios, se pintan algunas tonalidades violáceas, con lo cual estos contrastes aún resultan mucho más brillantes y luminosos. Contrastes tonales y cromáticos El colorismo parte de la integración de los diferentes contrastes cromáticos y los tonales. Aquí se pueden estudiar con detenimiento algunos de los efectos que se logran a partir de un correcto trabajo con el color. La luminosidad del color en sus diferentes tratamientos e intensidades permite potenciar el contraste de los colores empleados. 1. El contraste entre colores fríos y cálidos permite un efecto colorista de gran impacto. Los primeros tonos muy luminosos en las manzanas sirven para albergar tonalidades frías (verdes transparentes) y cálidas, con lo que se crean rotundos contrastes cromáticos. 2. Por un lado existe un juego entre los tonos cálidos de las manzanas; por otro, los tonos fríos del tibor contrastan y compensan la presencia de aquellos. 3. Este punto de luminosidad se realiza sobre la base de color previamente humedecida; el color que se pinta encima tiende a expandirse, con lo cual se logra un efecto de gran espontaneidad. 4. El tratamiento del color combina las técnicas básicas de la acuarela. Para evitar que los colores se mezclen, las diferentes zonas tienen que encontrarse completamente secas. Galería de grandes maestros Eugène Delacroix (Charenton, Saint-Maurice, 1798 - París, 1863) Estudio de mujeres árabes, acuarela sobre trazos de grafito. Musée du Louvre, París. Delacroix fue uno de los primeros artistas que utilizaron la acuarela como medio de expresión artística y no sólo como trabajo preliminar de la obra definitiva. La espontaneidad del trazado de la acuarela y la mancha directa sobre el papel facilitaban al artista la capacidad de síntesis tanto del color como de la luz, cuestiones indispensables en las corrientes pictóricas del siglo XX. En esta obra, el dibujo, caracterizado por una línea sinuosa, encierra manchas de color de gran sencillez. La transparencia de la acuarela es suficiente para diferenciar los planos de cada una de las partes de estas mujeres vestidas. Una plaza en Sevilla, acuarela sobre trazos de grafito. Musée du Louvre, París. Probablemente es a través de la acuarela que los grandes precursores de la pintura moderna pusieron en marcha lo que más tarde sería la esencia de todas las corrientes actuales. Cuestiones que en obras más elaboradas pueden llegar a perderse, al ser mucho más insistidas con procedimientos matéricos como el óleo. Este paisaje urbano podría haber sido realizado por cualquiera de los pintores contemporáneos más vanguardistas: el dibujo muy gestual y la rápida solución con la acuarela imprimen a esta obra un carácter gráfico muy audaz. Caballo atacado por una pantera, acuarela sobre papel. Musée du Louvre, París. La importancia de Delacroix reside en su alejamiento de la pintura académica y en ser precursor del realismo, lo cual se evidencia en sus apuntes rápidos. A través del trazo consiguió recrear el dramatismo de acciones como esta en una época todavía alejada de la aparición de la fotografía. Con un juego de contrastes de gran intensidad captó magistralmente esta acción de acoso: los trazos, de una gran soltura, son muy sencillos; apenas utilizó el degradado; el carácter gráfico de la escena se logra a través de una sutil diferencia entre los densos oscuros y la reserva en blanco de los tonos más luminosos. Rama de albaricoque A menudo la naturaleza presenta contrastes y colores de gran luminosidad, como este modelo que se ha elegido para realizar el presente ejercicio. En este caso los tonos anaranjados de los albaricoques contrastan fuertemente con los verdes y azules del fondo. Con acuarela la luz en estas frutas se resuelve a partir de diferentes niveles de transparencia que se alternan, desde la reserva casi absoluta del blanco del papel hasta cotas de gran opacidad. Con este efecto de contrastes simultáneos se consigue que los colores luminosos todavía lo sean más y que los más densos adquieran la presencia que necesitan. Material necesario 1. Acuarelas 2. Papel de acuarela 3. Pinceles 4. Bote con agua 5. Lápiz El contraste entre los colores tiene que ser progresivo; de otra manera, los tonos estarían descompensados, sobre todo cuando se trate de una pintura colorista. 1 • Se dibuja con un trazo limpio, sin insistir excesivamente en las formas. Antes de empezar a aplicar el color, el dibujo tiene que estar perfectamente realizado, por cuanto de él depende el resultado final del trabajo. • La composición es una de las cuestiones más importantes que se deben considerar; la aplicación del color en cada una de las zonas representará pesos visuales. • Se debe observar con atención el modelo: las formas más perfectas suelen ser también las más complejas de realizar. 2 • En esta primera fase de la pintura se trata de reservar las zonas más luminosas; esto se consigue con una tonalidad azul bastante densa, en torno a las ramas y a las frutas. • Una vez que se ha secado el fondo se comienza a pintar el interior de la reserva; como base del albaricoque se utiliza un tono naranja muy luminoso, sobre el cual se trabaja la forma con un tono más denso. • Con un verde luminoso se inicia el trabajo de las hojas; de momento no se perfila ninguna. 3 • El juego de los contrastes es muy importante. Sobre el fondo seco se traza una pincelada directa de color rojo. • La forma del trazo insinúa el volumen del albaricoque. 4 • Cada una de las frutas se trabaja por separado: Para que no se produzca ninguna mezcla entre los tonos que se aplican, se debe esperar a que las pinceladas anteriores se encuentren totalmente secas. • Los tonos de base tienen que ser en todo momento puntos de referencia de la máxima luminosidad de las frutas. • Mientras el tono más oscuro esté fresco, se puede retirar parte del color con un pincel limpio. No se debe perder de vista el contraste entre los colores; el azul del fondo condiciona la luminosidad de los tonos anaranjados. • Se aplican otras tonalidades verdosas en la hoja, esta vez más densas, definiendo algo más las formas. 5 • Para que no se mezclen los colores es preciso trabajar sobre seco; la superposición de los trazos debe aprovechar los tonos de base ya secos. Paso final • Se enriquece el fondo con tonalidades verdes que saturen los azules. • El trazado de los colores tiene que recortar perfectamente las formas de las hojas. • Para que no se produzca un corte demasiado rotundo se repasa varias veces con el pincel, con el fin de reblandecer y fundir el contorno. • Al situar los oscuros en las hojas, se debe tener cuidado de no invadir las partes destinadas a los brillos. • En la realizaciónde las ramas se incluyen diferentes tonalidades tierra y otras rojizas para las zonas más iluminadas. Resumen del ejercicio a. El color azul del fondo recorta las principales formas de las frutas y la rama. b. Unos trazos de rojo luminoso permiten insinuar la forma con un estudio muy aproximado de la luz. c. En los albaricoques se pinta en primer lugar un tono muy luminoso, y sobre este se pintan otros más oscuros buscando la forma redondeada. d. La diferencia entre los colores fríos y cálidos se potencia mutuamente en las zonas de unión entre ambos tonos. e. Los verdes más luminosos resultan puntos de gran brillo en contraste con las zonas más densas. f. Los diferentes contrastes en las ramas se diferencian de los tonos luminosos de las hojas. g. Para romper el excesivo perfilado de algunas zonas se repasa repetidamente con el pincel limpio, pero sin llegar a abrir claros. h. La diferencia de los oscuros con los claros hace que existan espacios luminosos como este hueco creado entre las hojas oscuras. Recuerde... 1. Los colores fríos complementan los cálidos y viceversa. 2. La diferencia de los tonos se incrementa cuando uno de ellos es muy luminoso. 3. Los brillos se tienen que mantener desde el principio, compensando los colores generales según el entorno. 4. Dos colores complementarios juntos, por ejemplo el violeta y el naranja, dan lugar a contrastes muy potentes. 5. En un trabajo colorista es necesario mantener una limpieza entre los colores. 6. En el colorismo, las sombras se deben interpretar con colores puros. 6 Modelado y valoración Si en el colorismo se trataba de obtener las formas a partir de los contrastes entre los colores, en el modelado se parte de la fusión entre los tonos y de la valoración de estos. En el modelado las sombras no son manchas directas de un determinado color, sino contrastes que se funden suavemente del oscuro al claro. Esta técnica no es sencilla ya que en acuarela es fácil que se produzcan cortes entre los diferentes tiempos de secado. Las formas que se logran mediante el modelado de los tonos pueden ser de un gran realismo si se trabajan a partir de un exhaustivo estudio de las luces; por este motivo es aconsejable partir de modelos reales o al menos de modelos fotográficos. En este tema se van a estudiar algunas aplicaciones del modelado y de la valoración tonal, tanto en figura como en frutas. Es muy conveniente partir de un correcto estudio de las luces. Los tonos más claros y luminosos se tienen que dejar bien especificados ya desde el inicio del trabajo. En este caso, a partir de un dibujo perfectamente descrito por el lápiz, se ha dado una primera aguada para plantear el tono de color carne en su máxima luminosidad. Sobre este se aportaron progresivamente las zonas de sombra, buscando la fusión gradual sobre las capas inferiores. El paso de un tono a otro debe ser muy suave; para ello es fundamental que el pincel sea de calidad y que su arrastre no sea brusco. Un tono se puede fundir sobre otro que ya esté seco. La valoración es especialmente útil en los trabajos de desnudo, aunque no se trata de una opción precisamente sencilla. Se debe tener en cuenta el volumen de cada una de las partes del cuerpo y cómo la luz incide en ellas. Una de las ventajas que tiene la acuarela es la posibilidad de efectuar aperturas de blancos; este efecto facilita además la fusión entre los tonos. Estudio de los tonos La acuarela no sólo tiene la posibilidad de degradarse en tono mediante la aportación gradual de un color sobre otro; también es posible tratar un solo color como un degradado tonal, haciendo únicamente uso de la transparencia. Con estos dos principios es posible lograr cualquier volumen o forma sin olvidar el tratamiento del color. En este ejemplo se estudia también el efecto que se produce en el modelado cuando existen contrastes complementarios. 1. Es necesario insistir en el dibujo, puesto que es siempre un requisito indispensable. Por mucho que se domine el color, si no se parte de un buen dibujo, el tema no quedará bien resuelto. No debe tenerse prisa por empezar a pintar. Se debe dedicar el tiempo necesario al dibujo; no basta con decir «no está mal». 2. Se pinta primero con los tonos más luminosos; una aguada anaranjada servirá de base para el melocotón. Sobre esta todavía húmeda se pintan tonalidades rojizas, acariciando suavemente con el pincel para lograr un degradado del rojo sobre el fondo. Con el pincel húmedo se pueden lograr numerosos efectos en el modelado, desde la simple fusión mediante el continuo repaso del pincel, hasta la apertura de tonos luminosos. 3. Para compensar la luminosidad de los colores y hacer que se vuelvan todavía más brillantes, se puede hacer uso de un recurso ya utilizado con anterioridad, consistente en crear un fuerte contraste entre claros y oscuros. Se puede observar el efecto que se produce cuando se pinta el fondo con un color oscuro y denso: los anaranjados adquieren un nuevo valor, incluso los verdes más oscuros parecen haber cobrado vida. Para evitar el corte excesivo entre el fondo y el melocotón se funde el perfil con sucesivas pasadas de pincel. Textura y valoración La textura de los diferentes objetos se logra a partir del estudio de la luz, de los brillos y del color. La valoración debe entenderse como un análisis de los tonos, precisamente lo que se pretende conseguir con este ejemplo de unas ciruelas. Por el hecho de trabajar su volumen y su modelado no se deja de lado su textura. 1. Se debe partir siempre de las tonalidades más luminosas y procurar mantener en todo momento las reservas de los puntos de máxima luminosidad. Este primer paso se repetirá siempre en todo el proceso; se trata de buscar la valoración en los diferentes tonos que se obtienen de un color. El fondo se ha pintado con una tonalidad bastante transparente con lo que se rompe la presencia del blanco, que queda relegado únicamente a las zonas de luz. 2. Conforme va avanzando el ejercicio, los colores que se emplean son cada vez más densos. Se deben tener en cuenta las diferentes valoraciones tonales de cada color (por ejemplo, los tonos morados como valoración tonal oscura de la intervención anterior) y también la transparencia de los colores como valor sobre las capas anteriores (las veladuras transparentes de color morado en la ciruela abierta). Aquí ya se pueden empezar a plantear las sombras. La ciruela central es perfecta; en este caso se soluciona con un tono azulado. En el fondo también se pinta con una veladura azul; así, los amarillos y los claros aún se aprecian más brillantes. 3. Es a partir de los contrastes definitivos que el volumen adquiere su verdadero sentido, pero para ello es preciso que los pasos anteriores se hayan seguido atentamente. Los tonos más oscuros permiten el perfilado de las formas, pero también indican los volúmenes más acentuados. Apertura de claros Las aperturas de claros se pueden efectuar de diferentes maneras con tal de potenciar el efecto del modelado y la fusión entre los tonos. El volumen de los objetos depende totalmente de la luz que llegue a los mismos, y esto en acuarela se traduce por zonas en las que el fondo se hace más o menos evidente. He aquí unas normas a seguir: • Sobre una zona seca se puede abrir un claro mediante la insistencia con un pincel limpio y húmedo. • Sobre una zona húmeda, el claro se puede abrir mediante la absorción del color con un pincel seco y después lavando la zona con el pincel algo húmedo. • Un color demasiado denso y seco se puede «abrir» con agua y lejía; basta una solución del 10 % para lograr blancos de una gran pureza. Las sombras y los contrastes tonales Hasta ahora se ha insistido en el procedimiento que se tiene que aplicar con la acuarela, siempre de claro a oscuro, y aprovechando en todo momento la luminosidad de las capas anteriores. En el modelado esto es importante, pues el estudio de las sombras en las formas es muy delicado si se pretende obtener un volumen correcto. Aquíse puede estudiar cómo actúan entre sí los diferentes contrastes tonales en la obtención del volumen y en las sombras. 1. Para lograr este volumen los tonos empleados se han fundido sobre los anteriores con sucesivas pasadas para no crear cortes demasiado bruscos. 2. Los brillos se logran a partir de las reservas iniciales. Los tonos más claros se estudiaron en primer lugar, teniendo en cuenta que otros tonos y colores se superpondrían a ellos. 3. Para conseguir el volumen redondeado se deben buscar en las sombras los puntos de luz que las compensan. Al lado de una sombra siempre hay un perfil algo más luminoso. 4. Las zonas más claras se logran con una simple transparencia que separa esta forma del blanco del papel. Galería de grandes maestros Paul Cézanne (Aix-en-Provence, 1839 - 1906) La montaña Sainte-Victoire vista desde las Lauves, acuarela. Tate Gallery, Londres. Posiblemente este es el tema que más veces representó Cézanne a lo largo de su dilatada carrera. Esta montaña tratada con sutiles aguadas azules contrasta con los tonos terrosos de la zona inferior. Es interesante el estudio que hace del trazo y cómo interpreta las manchas casi transparentes como pequeñas zonas de sombra que contrastan con el blanco del papel. El puente de los Trois Sautets, acuarela. Art Museum, Cincinatti. Cézanne es uno de los precursores del cubismo. La síntesis con la que este pintor estudiaba la naturaleza le llevó a conclusiones que poco después Picasso elaboró, como la teoría cubista. Entre los postimpresionistas Cézanne era considerado como «el sabio», no solamente por su capacidad de expresión sino también por su gran conocimiento de la pintura. El tema que presenta este cuadro es un rincón boscoso. La pincelada aparece fuerte y directa y no busca la fusión en los tonos sino la superposición de la transparencia. El muchacho del chaleco rojo, acuarela. Filechenfeldt Collection, Zurich. El gesto es una de las características más importantes de la obra de este pintor. La acuarela le proporcionó la posibilidad de un trabajo rápido e inmediato que le sirviera al mismo tiempo como material de estudio. En este caso realizó un dibujo muy suelto y manchó los contrastes más intensos dejando a la vista el blanco del papel. Torso femenino El desnudo es uno de los retos más grandes a los que se puede enfrentar un artista. En otra temática es posible pasar por alto errores que en esta serían poco menos que imperdonables. Para este ejercicio se ha buscado un desnudo sencillo, sin pose compleja ni siquiera de cuerpo entero, para que sea más fácil centrarse en los conceptos desarrollados en el tema. La valoración, el modelado de los tonos, la transición entre luces y sombras y el color adecuado son algunos de los puntos que se deben tener en cuenta en la realización de este desnudo. Antes de iniciar el paso a paso, se debe estudiar atentamente la luz y cómo se generan las diferentes zonas de sombra. Material necesario 1. Acuarelas 2. Papel de acuarela 3. Lápiz 4. Pinceles 5. Bote con agua 1 • En cualquier trabajo de acuarela es conveniente partir de un dibujo perfectamente realizado. En este ejercicio, en que se trata de una figura humana, este primer paso es especialmente necesario. • En primer lugar se esquematiza la forma general, sin entrar en detalles. • A partir de este primer encaje, se continúan depurando las formas y se busca la proporción entre las diversas partes del cuerpo. A medida que se logra encajar la figura se pueden afinar más las formas. • Se tiene que dibujar con una presión progresiva: los primeros trazos suaves, los últimos más intensos. 2 • Se pinta con una aguada muy transparente lo que será la base del cuerpo. Este tono es en primer lugar muy plano pero permite establecer un punto de partida diferente al blanco del papel. • Antes de proseguir con los tonos más oscuros y antes de que se seque totalmente el color, con el pincel limpio se abren un par de brillos suaves en la zona del pecho. • Con ocre y siena se empiezan a manchar las zonas de sombra en la figura, conservando en todo momento los puntos de luz. Las sombras más suaves se realizan con tonos transparentes de ocre. 3 • Para romper el blanco absoluto y tener un punto de referencia correcto se pinta el fondo con una tonalidad quebrada; esto hará que los tonos que se pinten en la figura no se descompensen por la excesiva luminosidad. • Se espera a que el fondo se seque y se prosigue con el trabajo de la figura, esta vez con una veladura de sombra, aislando a la vez las partes que tienen que ser más transparentes. 4 • Los tonos de sombra se intensifican con una nueva aportación de color pardo. • En el pecho y en los brazos se pinta una sombra muy transparente de verde; con este tono la figura se integra en el color de la atmósfera. 5 • Se intensifican los oscuros y con estos nuevos tonos de sombra, los volúmenes quedan perfectamente definidos. • Con un tono siena se remarca la sombra del brazo, dejando una zona más luminosa; de esta manera el volumen obtenido es mucho más acentuado y realista. • Con la misma tonalidad verdosa anterior, se oscurecen ligeramente las sombras de la izquierda. Paso final • Con cuidado se pintan las partes redondeadas de la figura a partir de sus sombras. • Como se puede apreciar en el pecho, la sombra no se desarrolla completamente esférica, sino que deja una apertura más brillante como reflejo de las zonas iluminadas. • Los contrastes definitivos terminan por dar forma a esta figura. Resumen del ejercicio a. Las partes más luminosas se realizaron en primer lugar a partir de una aguada muy transparente. b. En el fondo se pintó una aguada que anuló la presencia del blanco. c. En el pecho, después de la primera aguada se abrió un brillo luminoso. d. Al pintar las sombras en el pecho se ha dejado un contorno luminoso que acentúa el volumen. e. Los tonos de sombra se iniciaron en el costado izquierdo, marcando con ello un punto de partida en el estudio de los tonos. f. En el antebrazo se pintó con tonalidades verdosas valorándose de este modo el color y la intensidad de la atmósfera. g. En el abdomen los tonos oscuros se han incrementado en compensación con el resto. h. En el lado izquierdo del vientre una zona sutilmente más luminosa permite explicar el volumen y el modelado. i. Los oscuros de la pierna se suavizaron con sucesivas pasadas de pincel. Recuerde... 1. El trabajo de valoración consiste en la obtención de las sombras a partir de la fusión de los tonos. 2. Los primeros tonos a trabajar siempre tienen que ser los más luminosos; se puede trabajar sobre estos tanto en húmedo como en seco. 3. Cuando se pinta un oscuro que se quiere fundir sobre un claro, en el límite se tiene que estirar el color y a ser posible mezclarlo con el inferior mediante un degradado. 4. Los volúmenes se obtienen gracias al modelado de las sombras. 5. Los puntos de luz más intensos indican la dirección del foco y el color del mismo. Cover Page CURSO DE DIBUJO Y PINTURA ACUARELA 1 Acuarela sobre húmedo Tratamiento de la aguada sobre el papel mojado Trazos que se hinchan El tiempo del secado Galería de grandes maestros Alberto Durero (Nuremberg, 1471 - 1528) Flores con trazos elementales 2 Acuarela sobre seco Perfilado de las sombras El rastro del pincel Trazos secos Galería de grandes maestros Claude Lorrain (Chamagne, 1600 - Roma, 1682) Paisaje con trazos secos 3 Oscuros y claros Los tonos claros son reservas Uso de las reservas y brillos Capas para poner en realce Galería de grandes maestros Giambattista Tiepolo (Venecia, 1696 - Madrid, 1770) Marina con brillos en el agua 4 Efectos con acuarela Goma de reserva y sal (1) Goma de reserva y sal (2) Recursos que alteran la acuarela Recursos que alteran el color Galería de grandes maestros Joseph Mallord William Turner (Londres, 1775 - Chelsea, 1851) Naturaleza muerta 5 Colorismo Los contrastes fuertes El blanco del papel produce luminosidad Contrastes tonales
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