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UNIVERSIDAD MEXIQUENSE DEL BICENTENARIO Fisiopatología Lic. Enfermería La enfermedad renal aguda y crónica son dos condiciones que afectan a la función de los riñones y que tienen diferentes causas, síntomas y tratamientos. La enfermedad renal aguda (ERA) es un síndrome clínico que se caracteriza por una disminución rápida y reversible de la función renal, que se manifiesta por una elevación de los niveles de urea y creatinina en sangre y una reducción del volumen de orina . 1 La ERA puede ser causada por factores que disminuyen el flujo sanguíneo a los riñones (prerrenales), por factores que dañan directamente a los tejidos renales (intrínsecos) o por factores que obstruyen el flujo de orina desde los riñones (postrenales) Los síntomas2. de la ERA pueden incluir náuseas, vómitos, fatiga, confusión, hinchazón, dificultad para respirar o dolor en el costado3. El tratamiento de la ERA depende de la causa y la gravedad del daño renal y puede incluir medidas para restaurar el flujo sanguíneo renal, corregir el equilibrio hidroelectrolítico y ácido-base, prevenir o tratar las complicaciones e identificar y eliminar los agentes nefrotóxicos4. En algunos casos puede ser necesario recurrir a la diálisis para sustituir temporalmente la función renal hasta su recuperación5. La enfermedad renal crónica (ERC) es un trastorno progresivo e irreversible de la función renal, que se define por la presencia de daño renal estructural o funcional durante al menos tres meses o por una tasa de filtración glomerular menor de 60 ml/min/1.73 m2. La ERC puede ser causada por diversas enfermedades que afectan a los riñones como la diabetes mellitus, la hipertensión arterial, las glomerulonefritis o las enfermedades quísticas renales. Los síntomas de la ERC pueden ser inespecíficos o tardíos y pueden incluir anemia, debilidad, pérdida de apetito, náuseas, vómitos, picazón, calambres musculares, hinchazón, orina espumosa o sangrienta, presión arterial alta o baja, dificultad para respirar o dolor en el pecho. El tratamiento de la ERC tiene como objetivo retrasar el avance del daño renal mediante el control de las causas subyacentes y los factores de riesgo; prevenir o tratar las complicaciones como la anemia, la desnutrición, la acidosis metabólica, el desequilibrio electrolítico, la osteodistrofia renal o las enfermedades cardiovasculares; y proporcionar educación sanitaria al paciente sobre su autocuidado. Cuando la ERC alcanza un estado terminal donde los riñones ya no pueden mantener las funciones vitales del organismo se requiere un tratamiento sustitutivo renal mediante hemodiálisis, diálisis peritoneal o trasplante renal.
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