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1. D. Wolton en La otra mundialización afirma que la movilidad y la identidad son las dos caras de la Modernidad. Explicar las contradicciones que derivan de la tensión entre ambas. Ejemplificar. La movilidad y la identidad surgen inicialmente como contradictorias. La movilidad, impone una serie de tendencias, conductas y acciones que derriban lo preestablecido, como consecuencia inevitable del incremento del intercambio, la interacción y la comunicación. Barre con las identidades existentes para imponer las propias, bajo la aparente necesidad de “modernización” y “progreso”. La modernidad, a veces confundida con “movilidad”, está compuesta tanto por ésta como por las identidades, ya que ambas deben coexistir y no estar en constante tensión entre sí. Estos conceptos tienen un peso distinto en las potencias del que tienen en los que están en vías de desarrollo. Los primeros son quienes imponen sus identidades y lejos están de sentirse inquietos ante los cambios dado que sus culturas no corren riesgo alguno. Los otros países son quienes se sienten evidentemente amenazados (y lo están) por el avance de las culturas occidentales. Esto genera un evidente rechazo, dado que de una u otra forma, las identidades de los pueblos está grabada en ellos, y por más modernidad que los invada, subterráneamente éstas hacen fuerza por volver a tener peso, aún cuando se trate de gente habitualmente no ligada a lo patriótico. Los países menos desarrollados, mientras tengan mantengan su historia, van a recibir los mensajes de Occidente según la codificación que sus valores les dicten, se imponen sus condiciones culturales sin importar la intencionalidad con que fueron efectuados. Uno de los casos más evidentes es el de la Internet, una de las usinas donde los países dominantes buscan llegar a formar redes y “unir” distintos tipos de culturas e ideologías, claro que sin permitir que otra prevalezca por sobre las propias. De hecho aún se impone el “.com” en las direcciones web, cuya autoridad remite a EE.UU, que se arroga el derecho de decidir sobre éstos. Esto se puede advertir también en muchas series o películas norteamericanas, en donde se muestra el estilo de vida que tienen, sus costumbres, formas de vestir o incluso modismos. Así se pretende influir en otras culturas, básicamente buscando que éstas adopten lo propio y tomando poco y nada de ellas. Otro caso emblemático es el de los festejos del 12 de Octubre. Aquí se festeja el “Dia de la Raza” (o se intenta lograr que se festeje) , que es más bien una forma elegante que festejar sometimiento e imperialismo. Esa, es una celebración que viene desde la potencia conquistadora, que a su vez festeja “La fiesta de la Hispanidad”. La modernidad no es repudiable en sí, siempre y cuando permita conservar la identidad y no genere el conflicto que la pérdida de ésta ocasiona. Tiene que complementarse con las culturas y las identidades. Hay que advertir también el carácter contradictorio de la naturaleza humana, que se encarga de repudiar y aclamar en iguales dosis tanto lo moderno como las identidades tradicionales. Es por eso que una identidad cultural en épocas modernas es plural, y por ende, contradictoria, ya que oscila entre la aprobación y el rechazo. Hoy, en épocas donde la modernidad ya se impuso, lo tradicional sólo aparece en forma de recuerdo y como espejo donde la vanguardia elije mirarse.
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