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Psicopatología 2016-2017 Llanos Merín 12.1. TRASTORNOS DE PERSONALIDAD PERSONALIDAD Y TRASTORNOS DE PERSONALIDAD Respecto a la personalidad, existen dos alternativas claras en la psicología contemporánea: 1) Perspectiva de Eysenck: identifica la personalidad como aquella parcela del funcionamiento personal que es resistente al cambio, se encuentra consolidada y posee una generalidad y coherencia de respuestas en distintos tiempos y contextos. 2) Perspectiva de Royce: entiende por personalidad todo aquello que identifica al ser humano individual a lo largo del ciclo vital, por lo que debe integrarse en un modelo de personalidad desde la relatividad situacional hasta el estilo de vida, las motivaciones, creencias y concepciones del mundo (posición que abarca el tema). Kraepelin (segunda mitad del siglo XIX): desde este autor, comienzan a aparecer modelos explicativos en los que se pretenden “entender” los grandes síndromes clínicos buscando antecedentes premórbidos (ej.: se nombra la “personalidad autista” como antecedente de la demencia precoz). Kretschemer: propuso un continuo racional que iba desde la esquizofrenia hasta la psicosis maniaco-depresiva con intervalos intermedios de “personalidades” más o menos patológicas en función de la cercanía a estos dos polos. Se les atribuía un sustrato hereditario, unas predisposiciones que actuaban como productores- disparadores en mayor o menor medida de problemas mentales. Jaspers afirmaba que los trastornos de personalidad no llegaban a ser entidades nosológicas como la psicosis, pero que podían dar lugar a ellas y, en todo caso, que eran indicadores de ciertas alteraciones mentales. Tradición psicoanalítica: defendía la existencia de una teoría de la personalidad y de la psicopatología, en la que la perturbación de la evolución personal sería la fuente explicativa responsable de las alteraciones. Versiones más sociales y personales de las alteraciones mentales (primer tercio del siglo XX): personalidad entendida como el conjunto de papeles que un ser humano desempeña a lo largo de su vida, y la perturbación se concibe como aquellos papeles que son perjudiciales para los demás y, por ello, los trastornos de personalidad serían concebidos como enfermedades o errores del proceso de socialización dirigidos a la producción de daños en los demás, sin que medie necesariamente ningún tipo de problema biológico. Una nota de reflexión histórica y definiciones de los trastornos de personalidad El DSM-III y posteriormente el DSM-IV intentan agrupar las distintas propuestas en un intento de lograr el mayor consenso posible, cubriendo los siguientes aspectos: 1) Definición de personalidad a partir de los rasgos, entendidos como “pautas duraderas de percibir, pensar y relacionarse con el ambiente y con uno mismo en un amplio margen de contextos personales y sociales”. 2) Propuesta de una tabla de equivalencias entre trastornos de la niñez y adolescencia, y trastornos de la personalidad en los adultos: "Las manifestaciones de los trastornos de personalidad son reconocibles generalmente en la adolescencia, o incluso más temprano, y continúan a lo largo de la vida adulta". 3) Para que los rasgos de personalidad adquieran el carácter de convertirse en trastornos de personalidad deben poseer ciertas características: que sean inflexibles y desadaptativos y que causen una perturbación funcional significativa o sufrimiento subjetivo (DSM-IV-TR). Los criterios son sufrimiento personal, problemas laborales o problemas sociales. Antecedentes DSM-IV Psicopatología 2016-2017 Llanos Merín 12.1. TRASTORNOS DE PERSONALIDAD PERSONALIDAD Y TRASTORNOS DE PERSONALIDAD Tipos diferenciados en los sistemas de clasificación más difundidos en psicopatología: en la actualidad se siguen tres grandes sistemas de clasificación para los trastornos de personalidad: el CIE-10 (principalmente utilizada por psiquiatras y psicólogos europeos), el DSM-IV-TR y la propuesta de Millon que incluye un sistema multiaxial para los trastornos de personalidad. Propone que existe un trastorno de personalidad cuando los rasgos de personalidad son inflexibles y desadaptativos. La emisión de un diagnóstico de trastorno de personalidad sólo debe hacerse cuando estos rasgos sean típicos del funcionamiento del individuo a largo plazo y no se limiten a episodios concretos de alguna enfermedad. Los trastornos de personalidad se recogen en el eje II, junto a los trastornos del desarrollo, y se divide en tres grandes bloques que engloban un total de 11 trastornos. No se establece ningún orden de gravedad. 1) Individuos raros y excéntricos: paranoide, esquizoide y esquizotípico. 2) Personalidades erráticas, emocionales y teatrales: histriónico, antisocial, narcisista y límite. 3) Individuos temerosos con marcada ansiedad: dependiente, obsesivo-compulsivo, pasivo-agresivo y trastorno por evitación. Para aquellos casos en los que las características del individuo no se acomodan bien a ninguno de estos tres grupos se proponen un cuarto núcleo denominado mixto y atípico. El DSM-IV-TR propone que se realicen diagnósticos politéticos: el clínico puede establecer diagnósticos utilizando diferentes combinaciones del conjunto de síntomas, siempre que el número de los presentados sea de la mitad más uno (excepto en la personalidad antisocial). De esta forma se establece el punto de corte a partir del cual se pasa de normalidad a la anormalidad. Sin embargo, es justamente esta forma de establecer el punto de corte en el continuo de normal-patológico uno de los puntos que está siendo más criticado por los partidarios de sistemas de clasificación dimensionales en lugar de categoriales Pág. siguiente: Trastornos de personalidad según DSM-IV-TR. Sin aportar una definición concreta de lo que son los trastornos de personalidad, los separa en: 1) Trastornos específicos de personalidad: Paranoide, esquizoide, disocial, inestabilidad emocional de la personalidad, histriónico, narcisista, ansioso, dependiente, anacástico y "sin especificar”. 2) Trastornos mixtos y otros trastornos de la personalidad. 3) Transformaciones persistentes de la personalidad: subsecuente a experiencias traumáticas, a enfermedades psiquiátricas, otras transformaciones y transformaciones sin especificar. Todos ellos tienen en común el abarcar formas de comportamientos duraderas y muy arraigadas en el ser humano, manifestándose como modalidades estables de respuesta a un amplio espectro de situaciones individuales y sociales. La diferencia entre estos tres grandes bloques radica en: 1) Entre específicos y mixtos: los específicos incluyen trastornos graves del carácter constitutivo y de las tendencias comportamentales, que afectan a diversos aspectos de la personalidad y que se acompañan de alteraciones sociales y personales considerables. Son mixtos cuando se presentan características que no le permiten ser integrado dentro de una categoría completa. 2) Entre específicos y transformaciones persistentes: los específicos tienden a presentarse en la infancia y adolescencia, persistiendo durante la vida adulta. Las transformaciones se presentan durante la vida adulta como consecuencia de catástrofes, traumatismos, situaciones estresantes, o tras haber padecido alguna enfermedad psiquiátrica grave. Tampoco en la CIE se ordenan los trastornos por gravedad. DSM-IV-TR CIE-10 Psicopatología 2016-2017 Llanos Merín 12.1. TRASTORNOS DE PERSONALIDAD Trastornos de personalidad según la propuesta del DSM-IV-TR Paranoide Desconfianza intrusiva y sospecha de los otros, interpretando sus motivos como malévolos. Se da en el inicio dela fase adulta y deben estar presentes 4 de estos contextos: 1) sospecha, sin base suficiente, de que los demás le explotan, dañan o le engañan; 2) preocupación por dudas injustificadas acerca de la lealtad o amistad de amigos y personas cercanas; 3) le repugna confiar en los demás por un miedo incontrolable de que la información sea utilizada de manera maliciosa contra él/ella; 4) percibe significaciones ocultas o amenazantes en notas o sucesos benignos; 5) guarda rencor persistentemente (ej.: no olvida insultos, injurias o desprecios); 6) perciben ataques sobre su carácter o reputación que no son aparentes para otros y reacciona con rapidez de manera colérica o de contraataque; 7) sospechas recurrentes sin justificación en cuanto a la fidelidad de la pareja. Esquizoide Pauta general de indiferencia hacia las relaciones sociales y marco restringido de experiencia y expresión emocional expresado en (al menos 4): 1) no se desea ni se disfruta de las relaciones íntimas, lo que incluye ser parte de una familia; 2) casi siempre escoge actividades solitarias; 3) escaso o nulo interés sexual hacia otra persona; 4) le producen placer pocas actividades, si le produce placer alguna; 5) carece de amistades íntimas o confidentes a menos que sean familiares en primer grado; 6) parece indiferente a los halagos o críticas de los demás; 7) muestra frialdad emocional, desapego o afectividad plana. Esquizotípico Déficit general en relaciones interpersonales y distorsiones cognitivas o perceptuales, así como conductas excéntricas presentes en al menos 5 de estos contextos: 1) ideas de referencia; 2) creencias inusuales o pensamiento mágico que influye la conducta y es inconsistente con las normas subculturales (ej.: supersticiones, creencia en la clarividencia, telepatía o en el “sexto sentido”; en niños y adolescentes, fantasías extrañas o preocupaciones); 3) experiencias perceptuales poco frecuentes, incluyendo ilusiones corporales; 4) pensamiento y habla poco usual (ej.: vago, circunstancial, metafórico, sobre elaborado o estereotipado); 5) suspicacia o ideación paranoide; 6) conducta o apariencia que es rara, excéntrica o peculiar); 7) afecto constreñido o inapropiado; 8) carencia de amigos íntimos o confidentes, que no sean familiares en primer grado; 9) ansiedad social excesiva que no disminuye con la familiaridad y tiende a estar asociada con miedos paranoides más que con enjuiciamientos negativos sobre sí mismo/a. Antisocial Patrón intrusivo de desprecio y violación de los derechos de los demás, que se inicia en la infancia o adolescencia y continúa de adulto. Al menos 3 de estas situaciones: 1) fracaso en aceptar las normas sociales respecto a conductas legales, lo que se muestra por realización reiterada de actos que son causa de detenciones; 2) falsedad, como se muestra en mentiras reiteradas, utilización de alias o engaños a los demás para su propio beneficio; 3) impulsividad o fracaso en planificar el futuro; 4) irritabilidad y agresividad, como se demuestra por reiteradas peleas o ataques con los demás; 5) desprecio temerario para su seguridad o la de los demás; 6) irresponsabilidad consistente, como se muestra por el fracaso reiterado para mantener una conducta laboral o el honor en las obligaciones financieras; 7) falta de remordimiento, como se muestra por su indiferencia a, o a racionalizar que ha hecho daño, ha maltratado o robado a otra persona. PERSONALIDAD Y TRASTORNOS DE PERSONALIDAD Psicopatología 2016-2017 Llanos Merín 12.1. TRASTORNOS DE PERSONALIDAD Trastorno límite de personalidad Pauta general de inestabilidad en las relaciones personales, imagen personal y afectos y una marcada impulsividad. Se presenta al menos en 5 de estos contextos: 1) esfuerzos intensos para evitar un abandono real o imaginado; 2) patrón inestable e intenso de relaciones interpersonales, caracterizado por alternativas extremas de idealización y devaluación; 3) trastorno de identidad: imagen del yo o sentido del sí mismo/a marcado y persistente; 4) impulsividad en, al menos, dos áreas que son potencialmente autolesivas; 5) conducta suicida recurrente, gestos o amenazas o conducta automutiladora; 6) inestabilidad afectiva debida a una reactividad marcada del estado de ánimo; 7) sentimientos crónicos de vaciedad; 8) cólera inapropiada o intensa, o dificultad en controlar la cólera; 9) ideación paranoide relacionada con el estrés que es pasajera, o síntomas disociativos graves. Histriónico Emocionalidad y búsqueda de atención exagerada, al menos en 5 de los siguientes: 1) se encuentra incómodo/a en situaciones en las que no es el centro de atención; 2) la interacción con los demás se caracteriza, frecuentemente, por una conducta provocativa o sexualmente seductora de manera inapropiada; 3) presenta una expresión de emociones superficial y con cambios muy rápidos; 4) utilización sistemática de la apariencia física para llamar la atención; 5) tiene un estilo de habla que es excesivamente impresionista y carente de detalles; 6) autodramatización, teatralidad y expresión exagerada de emociones; 7) es sugestionable, esto es, fácilmente influenciable por los demás o las circunstancias; 8) cree que las relaciones son más íntimas de lo que realmente. Narcisista Pauta de grandiosidad, necesidad de ser admirado/a y falta de empatía. Comienza al inicio de la fase adulta y en al menos 5 de éstos: 1) sentido de grandiosidad en la importancia del yo (espera ser reconocido como superior sin logros adecuados para ello); 2) preocupación con fantasías de éxito ilimitado, poder, brillo, belleza o amor ideal; 3) cree que es “especial” y único y puede ser entendido, solamente por asociarse con otras personas con estado especial o de alto nivel (o instituciones); 4) exige una admiración excesiva; 5) tiene un sentido de tener derecho, esto es, unas expectativas no razonables de recibir un trato favorable o de sumisión automática con sus expectativas; 6) es explotador en el nivel interpersonal, esto es, salta por encima de los demás para lograr sus propios fines; 7) carece de empatía: es incapaz de reconocerse o identificarse con los sentimientos y necesidades de los demás; 8) con frecuencia, envidioso de los demás o cree que los demás le envidian; 9) se muestra arrogante, conductas o actitudes de soberbia. Trastorno de la personalidad por evitación Pauta de inhibición social, sentimientos de inadecuación e hipersensibilidad a una valoración negativa por parte de los demás. Se dan al menos 4 de estos contextos: 1) evita las actividades que llevan consigo un contacto interpersonal significativo, por miedo a la crítica, desaprobación o rechazo; 2) no desea estar con personas a menos que esté seguro/a de ser aceptado/a; 3) presenta restricciones en las relaciones íntimas por el miedo a ser avergonzado/a o ridiculizado/a; 4) muestra preocupación por ser criticado/a o rechazado/a en las situaciones sociales; 5) inhibición en nuevas relaciones interpersonales por sentimientos de falta de adecuación; 6) se ve a sí mismo/como socialmente inepto/a, personalmente nada atractivo/a o inferior a los demás; 7) tiende a rechazar riesgos personales o a comprometerse en cualquier nueva actividad porque las encuentra molestas. PERSONALIDAD Y TRASTORNOS DE PERSONALIDAD Psicopatología 2016-2017 Llanos Merín 12.1. TRASTORNOS DE PERSONALIDAD Trastorno de la personalidad por dependencia Necesidad profunda y generaliza de que cuiden de él/ella, lo que lleva a conductas sumisas, quejas y miedos de separación. Presente en al menos 5 de: 1) tiene dificultad en tomar las decisiones cotidianas sin un volumen excesivo de consejo y apoyo por parte de los demás; 2) necesita que los demás asuman la responsabilidad para la mayor parte de las áreas de su vida; 3) tiene dificultad en expresar un desacuerdo con los demás por el miedo a perder su apoyo o aprobación (no incluye los miedos realistas de cobro de salario); 4) tienedificultades para iniciar proyectos o hacer cosas por sí mismo/a (por falta de confianza en sus juicios o capacidades); 5) gasta un tiempo excesivo en obtener cuidado y apoyo de los demás, hasta el punto de hacer voluntariamente cosas que le son desagradables; 6) se siente carente de confort o inerme cuando está solo/a por los miedos exagerados de ser incapaz para cuidarse de sí mismo/a; 7) buscan con urgencia otra relación como una fuente de cuidado y apoyo cuando termina una relación íntima; 8) está preocupado/a de forma no realista con los miedos de tener que ocuparse de sí mismo/a. Obsesivo-Compulsivo Preocupación con el orden, perfeccionismo y control mental e interpersonal a costa de la flexibilidad, apertura y eficiencia. En 5 de éstos: 1) preocupado/a por los detalles, reglas, listas, orden, organización u horarios hasta el punto de que se pierde el punto más importante de la actividad; 2) muestra perfeccionismo que interfiere con la terminación de las tareas; 3) es excesivamente devoto del trabajo y de la productividad hasta la exclusión de actividades placenteras y amistades (no explicado por necesidad económica manifiesta); 4) es hiperconsciente, escrupuloso/a e inflexible sobre cuestiones de moral, ética o valores (no justificado por identificación religiosa o cultural); 5) incapaz de descartar objetos inservibles o sin valor aun cuando no tengan siquiera un valor sentimental; 6) con desgana acepta trabajar con otros o delegar tareas a menos que los demás se sometan exactamente a su forma de hacer las cosas; 7) adopta un estilo miserable hacia sí mismo/a y los demás en gastar dinero; el dinero se considera como algo que debe ser guardado para futuras catástrofes; 8) presenta rigidez y terquedad. Criterios de investigación para e trastorno depresivo de la personalidad Resulta esencial un patrón generalizado de cogniciones y conductas depresivas que comienzan en la primera fase adulta y se presentan al menos en cinco contextos de los siguientes: 1) estado de ánimo usualmente dominado por desánimo, tristeza, descuidado, falta de alegría, infelicidad; 2) el concepto de sí mismo/a está centrado en creencias de inadecuación, falta de valor y baja autoestima; 3) es crítico/a, con autorreproches y despectivo de sí mismo/a; 4) siniestro/a y dado a quejarse; 5) negativista, crítico y juez de los demás; 6) pesimista; 7) tiende a sentirse culpable y con remordimiento. Criterios de investigación para el trastorno de personalidad pasivo- agresivo Presenta un patrón de actitudes negativas y resistencia pasiva a las demandas de una realización adecuada. Se presenta en cuatro al menos de los siguientes contextos: 1) se resiste pasivamente a cumplimentar las tareas rutinarias sociales y laborales; 2) se queja de ser mal comprendido/a y no apreciado por los demás; 3) es malhumorado y discutidor/a; 4) critica de manera no razonable y rechaza la autoridad; 5) expresa envidia y resentimiento hacia aquellos aparentemente más afortunados; 6) expresa de manera exagerada y persistentemente se queja de mala suerte personal; 7) presenta alternancias entre desafío hostil y pedir perdón. PERSONALIDAD Y TRASTORNOS DE PERSONALIDAD Psicopatología 2016-2017 Llanos Merín 12.1. TRASTORNOS DE PERSONALIDAD PERSONALIDAD Y TRASTORNOS DE PERSONALIDAD Propuesta multiaxial de Million Desde un punto de vista teórico de aprendizaje biosocial, la personalidad se compone de categorías o pautas de afrontamiento al medio aprendidas (teoría de aprendizaje biosocial). Son formas complejas y estables de manejarse en el entorno, que conllevan unas conductas instrumentales que producen refuerzos y evitan castigos. Por este motivo, Million organiza los trastornos de personalidad, además de por la gravedad que suponen, según la naturaleza del refuerzo, por la fuente del refuerzo y por las conductas instrumentales para conseguir los refuerzos. De esta forma obtiene ocho tipos fundamentales de personalidades anómalas y tres variantes de éstas (las que son de gravedad alta): 1) Gravedad leve-ligera: Histriónico, Dependiente, Antisocial, Narcisista. 2) Gravedad intermedia: Pasivo-agresivo, Obsesivo-compulsivo, Evitador, Esquizoide. 3) Gravedad alta: Esquizotípico (variante de evitador y esquizoide), Límite (variante de histriónico, dependiente, pasivo-agresivo y obsesivo-compulsivo), Paranoide (variante de antisocial y narcisista, y en algunos casos de pasivo-agresivo y obsesivo-compulsivo). Las once alteraciones de personalidad comparten tres características: 1) Gran inflexibilidad, que limita aprender nuevas conductas. 2) Frecuente existencia de acciones que fomentan círculos viciosos. 3) Gran fragilidad emocional ante situaciones de estrés. La taxonomía que emplea es similar a las usadas en la CIE y el DSM (colaboró en su formación), pero la información queda mejor organizada a pesar de las limitaciones que tiene. Fundamentos de la teoría de Million Características comunes a todos los trastornos propuestos por Million Posteriormente Millon y Everly aportan descripciones mucho más completas, siguiendo siempre un mismo esquema: - Conducta observable del individuo: describir cómo aparece el individuo ante los demás. - Conducta interpersonal: cómo interactúan con los demás. - Estilo cognitivo: qué proceso de pensamiento realiza el sujeto. - Expresión afectiva: cómo muestra las emociones. - Percepción de sí mismo. - Mecanismos de defensa personal. Actualmente, se acepta la existencia de diez-once trastornos de la personalidad en los sistemas de clasificación categorial, empleados tanto por psiquiatras como por psicólogos clínicos a la hora de hacer diagnósticos. Aportaciones posteriores (Million y Everly) Psicopatología 2016-2017 Llanos Merín 12.1. TRASTORNOS DE PERSONALIDAD CUESTIONES ETIOLÓGICAS Y EPIDEMIOLÓGICAS Desde el punto de vista biológico-médico, los trastornos de personalidad tendrían un fuerte componente biológico, que explicaría su aparición. Pero, desde un acercamiento más social, las interacciones interpersonales y los aprendizajes, serian responsables de su aparición. Actualmente, y en función de los sistemas de clasificación categoriales y dimensionales, sería la interacción continuada entre ambos, lo que, a lo largo de la infancia y la adolescencia, iría configurando un patrón de comportamiento que conduciría al establecimiento (alrededor de la tercera década) de un diagnóstico de personalidad. Million: propone que existen determinantes biogénicos y psicogénicos, que covarían para formar la personalidad a lo largo del tiempo, de forma que el curso de las últimas características está relacionado intrínsecamente con los eventos de la infancia. El peso de cada uno de ellos, varía en función del tiempo y de las circunstancias, y no se puede afirmar cuál fue el primer factor que influyó ni que los efectos sean tan sólo unidireccionales. Sí parece claro que, en caso de existir una fuerte determinación biológica para el nivel de activación cortical, las bases genéticas hay que buscarlas en explicaciones poligénicas y no monogénicas. Las características constitucionales tienen también alguna relación con el aprendizaje posterior: si no se tienen las estructuras adecuadas, pocas conexiones se establecerían entre ellas y poco se podría aprender. También el aprendizaje se puede ver perjudicado por aspectos ambientales, que Millon ordena alrededor de tres fuentes principales: 1) Eventos que crean ansiedades intensas porque socavan los sentimientos de seguridad. 2) Condiciones neutrales a nivel emocional o modelos de conducta que no activan conductas defensivas o protectoras, tal y comolo hacen los eventos emocionales perturbadores. 3) Insuficiencia de experiencias que requiere aprender conductas adaptativas. Sólo podemos contar con los datos obtenidos por los investigadores estadounidenses de grupos poblacionales muy específicos. Datos concretos respecto a España no hay. Algunos de los motivos que pueden explicar esta falta de datos son: 1) Falta de fiabilidad interjueces a la hora de establecer diagnósticos. 2) Existencia de diagnósticos en el eje I del DSM-III-R considerados como los importantes, de modo que no aparece el diagnóstico en el eje II. 3) El establecimiento del punto de corte propuesto por los sistemas de clasificación impide, en muchas ocasiones, que a falta de un síntoma no sea realizado un diagnóstico de trastorno de personalidad. 4) La existencia de diagnósticos múltiples de trastorno de personalidad propicia que se inflen algunas de las categorías. 5) Una gran parte de los trabajos se realiza con trastornos de personalidad concretos. 6) El tipo de sistema de clasificación utilizado para hacer los diagnósticos y el momento temporal en que se hicieron hacen que resulte muy arriesgado hacer estudios comparativos y prácticamente imposible ofrecer investigación acumulativa. 7) El tipo de pruebas utilizadas para realizar los diagnósticos que no son equiparables entre sí. 8) Grupos poblacionales estudiados y su falta de representatividad. En líneas generales, la prevalencia de los trastornos de personalidad va del 2.1 al 18%. Parece que están asociados a personas jóvenes del género masculino. Etiología Morbilidad y prevalencia Psicopatología 2016-2017 Llanos Merín 12.1. TRASTORNOS DE PERSONALIDAD ASPECTOS NO INCLUIDOS EN LAS CLASIFICACIONES Y QUE NECEISTAN ACLARACIÓN Las propuestas de clasificación planteadas se encuentran pensadas desde una óptica en al que la acepción más tradicional de salud mental ocupa el lugar central. Desde hace algunas décadas se viene planteando una preocupación en lo que la OMS denomina “salud”: pleno bienestar físico, personal y psicosocial, precedido por el descubrimiento del denominado patrón comportamental tipo A: 1) Friedman y Rossenman fueron quienes propusieron el patrón comportamental tipo A, que fue definido como “un complejo de acción- emoción que puede ser observado en cualquier persona que esté envuelta agresivamente en una lucha crónica, incesante en el logro de más y más en menos y menos tiempo, y, si se requiere, en contra de los esfuerzos opuestos por otras cosas y personas”. Entre los componentes que propusieron estos autores se encontraban la competitividad y el esfuerzo de logro, la urgencia e impaciencia temporal y la hostilidad y agresividad. 2) Glass la reconceptualizó como un estilo de afrontar situaciones estresantes y propuso un concepto que agrupaba todos los componentes: el intento por mantener un control de las situaciones, o el deseo o sensación de control. 3) Finalmente se llegó a aceptar que el patrón de tipo A era un factor de riesgo a tener en cuenta para la prevención de las enfermedades cardiovasculares. La importancia de los estudios sobre el patrón de conducta tipo A, consiste en la demostración de que la personalidad puede ser una de las variables independientes relevantes, a la hora de entender la aparición de una serie de enfermedades físicas: Tipo A, locus de control, depresión y ansiedad, son rasgos y/o dimensiones de personalidad, que desempañan un papel relevante en la aparición de la enfermedad. Han formulado una teoría sobre la relación entre la imagen de sí mismo y la susceptibilidad a la enfermedad, y en donde, tener una imagen positiva de sí mismo siempre da lugar a mejores pronósticos: en la medida en que exista congruencia entre la imagen de uno mismo y las acciones o sucesos que le sucedan a la persona, la enfermedad estará lejana. Cuando se den incongruencias, la susceptibilidad a la enfermedad se incrementará. Esta hipótesis ha encontrado un apoyo experimental en adolescentes y adultos españoles recientemente. Psicoinmunología y enfermedad: existen datos demostrativos de que el incremento en depresión y ansiedad, en situaciones de estrés, lleva aparejada una disminución en cierto tipo de linfocitos y, por ello, a una disminución en la actividad del sistema inmunológico animal y humano. Existe evidencia desde la psicología de la personalidad de que las enfermedades crónicas llevan consigo unas modificaciones y estilos de funcionamiento personal distintos que los correspondientes a las personas no enfermas. Enfermedad, estilo de vida y calidad de vida: las enfermedades crónicas obligan, en el estadio de desarrollo actual de la medicina, a tomar medicación paliativa que, a la larga, produce efectos no previstos. Los propios avances de la medicina pueden promover la aparición de fenómenos desconocidos. El cambio del estilo de vida puede "invertir" el estado enfermo del sistema circulatorio. Se ha encontrado que en una diversidad de enfermedades crónicas existe un patrón casi homogeneizador de las relaciones interpersonales que se establecen en el mundo familiar: presentan mayor inseguridad personal y ansiedad social. También existen diferencias considerables por lo que se refiere a los estilos de afrontar la enfermedad para distintos subtipos de enfermos. Estas diferencias, se estabilizan después de los 6 meses y se cronifican formando una “personalidad sobreañadida” a la premórbida del enfermo. Conducta tipo A Teoría de Brown y McGill Personalidad y enfermedad: otras consideraciones
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