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UNIVERSIDAD POLITÉCNICA DE MADRID ESCUELA SUPERIOR DE INGENIEROS AGRÓNOMOS HERBIGACION EN CÍTRICOS A TRAVÉS DE SISTEMAS DE RIEGO POR GOTEO: FACTORES QUE INFLUYEN EN EL COMPORTAMIENTO Y DISTRIBUCIÓN DE HERBICIDAS EN EL BULBO HÚMEDO TESIS DOCTORAL ANTONIO MONSERRAT DELGADO Licenciado en Ciencias Biológicas MADRID, Mayo-l.Qm DPTO. DE PRODUCCIÓN VEGETAL: BOTÁNICA Y PROTECCIÓN VEGETAL ESCUELA TÉCNICA SUPERIOR DE INGENIEROS AGRÓNOMOS UNIVERSIDAD POLITÉCNICA DE MADRID HERBIGACION EN CÍTRICOS A TRAVÉS DE SISTEMAS DE RIEGO POR GOTEO: FACTORES QUE INFLUYEN EN EL COMPORTAMIENTO Y DISTRIBUCIÓN DE HERBICIDAS EN EL BULBO HÚMEDO Autor: Antonio Monserrat Delgado Licenciado en Ciencias Biológicas Directora: M°Angeles Mendiola Ubillos Doctora en Ciencias Biológicas MADRID, Mayo-2.000 Tribunal nombrado por el Mgfco. y Excmo. Sr. Rector de la Universidad Politécnica de Madrid, el día de de 2000 Presidente D. Vocal D. Vocal D. Vocal D. Secretario D. Realizado el acto de defensa y lectura de la Tesis el día de de 2000 en Calificación; EL PRESIDENTE LOS VOCALES EL SECRETARIO A LUCÍ, a María, Antonio y Paula: "quienes más han sufrido este fascinante reto " EVDICE Agradecimientos III Resumen IV Summary VII L-INTRODUCCIÓN 1 1.1.-Antecedentes 3 1.2.- Estado actual de la citricultura 5 l3 . - Características botánicas de los cítricos 7 1.4.- Características edafoclimatológicas 8 1.5.- Técnicas de manejo del suelo 9 1.6.- Tipos de ^no-laboreó" 12 1.7.- Interacción de las hierbas con los cultivos 14 1.8.- Flora arvense de los cítricos en el sudeste español 17 1.9.- Técnicas de control de hierbas 21 1.10.- Características del riego 27 1.11.- Comportamiento de los herbicidas en el suelo 32 Características diferenciales del comportamiento de herbicidas bajo im sistema de riego localizado 38 2.-OBJETIVOS ....; 43 3.- MATERIAL Y MÉTODOS 49 3.1.- Datos de las plantaciones y suelos utilizados 51 3.2.- Datos generales de los herbicidas utilizados 59 33.- Datos de los ensayos 65 Experiencias de herbigación 65 3.3.1.-Bioensayos preliminares y de dosis/respuesta 71 3.3.2.- Ensayos distribución de herbicidas en el bulbo húmedo 76 3.3.3.-Aplicaciones "coOTerc/íí/ej" de herbigación 82 Ensayos aplicaciones tradicionales de herbicidas 85 3.3.4.- Ensayos con herbicidas remanentes 85 3.3.5.-Programas con herbicidas exclusivamente foliares 89 4.-RESULTADOS 91 4.1.- Ensayos preliminares: bioensayos Dosis/Respuesta 93 4J..- Ensayos distribución de diferentes herbicidas en el bulbo húmedo, tras la incorporación en herbigación 108 4.2.1.- Ensayos norflurazona 108 4.2.2.-Ensayos tiazopir 127 4.2.3.- Ensayos azafenidin 132 4.2.4.-Ensayos diurón 139 4.2.5.- Ensayos terbutilazina+terbumetona 143 4.2.6.-Ensayos terbacilo 148 4.2.7.-Ensayo oxifluorfen 156 4.2.8.- Mediciones diámetro de control en el bulbo húmedo 157 4.3.- Ensayos diferentes momentos de incorporación de la norflurazona a lo largo del riego 163 4.4.- Ensayo incorporación de la norflurazona en herbigación en una sola dosis y en dosis fraccionada 170 4.S.- Programa aplicaciones '^comerciales" de herbigación 172 4.6.- Ensayos aplicaciones tradicionales de herbicidas 179 4.6.1.- Ensayos herbicidas de acción remanente 179 4.6.2.- Programas con herbicidas de acción exclusivamente foliar 186 5.- DISCUSIÓN GENERAL 189 6.-CONCLUSIONES 207 Referencias bibliográficas 213 II AGRADECIMIENTOS A cuantas personas han hecho posible este trabajo, especialmente a mi Directora de Tesis, la Dra. Doña M" Ángeles Mendiola Ubillos, por su gran ayuda y dedicación y, sobre todo, por la confianza, apoyo moral y amistad que me ha demostrado durante todos estos años. Debo citar también a Don Juan Martínez Sánchez, quién me inició en este mundo de la malherbología, y a Don Diego Gómez de Barreda, cuyos trabajos y conocimientos han sido siempre una referencia para mí. A Doña Trinidad Díaz Gallego, por su valiosa colaboración en la realización de los trabajos, especialmente de laboratorio. A todos los compañeros del Servicio de Protección y Sanidad Vegetal, de la Consejería de Agricultura, Agua y Medio Ambiente de la Región de Murcia, que me han ayudado, en especial a Doña Carmen Beltrán Paredes, Don Alfonso Lucas Espadas y Don Alfonso Hermosilla Cerón. Quiero hacer una especial mención a Don Alfredo Lacasa Plasencia, por su inestimable colaboración, sus orientaciones y por haber compartido conmigo el uso de instalaciones de investigación necesarias para la realización de estos trabajos, así como a Don Luis Rincón Sánchez, por su asesoramiento en riegos. A las Empresas de Fitosanitarios que han apoyado estos trabajos, especialmente a los técnicos Don Ramón Sánchez y Don José Manuel de la Peña. A las Explotaciones Agrarias que han colaborado y me han permitido realizar los numerosos ensayos en sus plantaciones. Finca El Cruce, de Industrias Fuertes S.A. y Huerto Santo Domingo S.L. A los numerosos miembros, de mi gran familia, que han colaborado en la realización de los trabajos de campo. y en definitiva, a todas las personas e instituciones que me han ayudado, animado y hasta "presionado", para que este trabajo llegara a su fin: ¡ha merecido tápena!. III (SUMMABY) RESUMEN Existe una serie de características que diferencian malherbologicamente las plantaciones con sistemas de riego por goteo de las tradicionales. Asimismo, el comportamiento de los herbicidas en el suelo tiene unas determinadas peculiaridades inherentes al tipo de riego, que hay que tener en cuenta a la hora de utilizarlos correctamente en estos sistemas. El objetivo fundamental de este trabajo ha sido estudiar como influyen algunos factores en ese comportamiento. Para ello, se ha realizado una serie de ensayos de herbigación en campo, con diferentes productos, diferentes momentos y tiempos de incorporación a lo largo del riego, fraccionamientos de dosis, secuencias de incorporaciones o bajo diferentes intensidades de riego. Los trabajos de campo se completan en laboratorio con el análisis de las muestras de suelo, tomadas en diferentes prospecciones de los bulbos húmedos, mediante bioensayos con plantas indicadoras. Paralelamente a los trabajos de herbigación, se realizan secuencias de ensayos de herbicidas en aplicación tradicional, con productos remanentes en pulverización superficial y programas a base de herbicidas exclusivamente foliares, estudiando su evolución a lo largo de varios años. De todas estas experiencias se han podido extraer conclusiones sobre la influencia de distintos factores en el comportamiento de herbicidas en parcelas con sistemas de riego por goteo, como son las características de los productos, fraccionamiento de dosis, momento de la incorporación a lo largo del riego o la época del cmo/intensidad de riegos. Así, hay productos, como el oxifluorfén, que aplicados en herbigación, muestran una escasa movilidad en el bulbo húmedo, quedando retenidos en la parte central del mismo, mientras otros tienen un desplazamiento constante, más V o menos rápido, hacia la periferia del bulbo, como sucede con terbacilo, terbumetona+terbitilazina, norflurazona y, en menor medida, con azafenidin. En estos casos, para un determinado herbicida, la velocidad de desplazamiento, y por lo tanto su efecto en el control de hierbas, depende en gran medida, de la intensidad de riegos. La solubilidad y el coeficiente de adsorción Koc, son características de los herbicidas que, en gran medida, determinan ese comportamiento en el bulbo húmedo. Excepto para los productos muy poco móviles, la dosificación en herbigación ha de ser fraccionada, siendo la intensidad de riegos uno de los factores clave para optimizar la frecuencia de incorporaciones. Junto a esa intensidad de riegos, el momento y tiempo de la incorporación determinan también los resultados.Mientras el desplazamiento de algunos productos depende casi exclusivamente del riego de incorporación, como en el oxifluorfen y azafenidin, en otros casos se ve también muy influenciado por la intensidad dé los riegos posteriores, como sucede especialmente con los más móviles: terbacilo, la mezcla terbutilazina + terbumetona o norflurazona. En las aplicaciones tradicionales de herbicidas remanentes, puede comprobarse como los resultados obtenidos con algunos productos, en parcelas con riego por goteo, son muy diferentes a las de riego tradicional Así, terbacilo o norflurazona, reducen extraordinariamente su persistencia activa en la zona central del bulbo, especialmente en épocas con elevadas intensidades de riego, mientras la alargan fuera de esas zonas de influencia de los goteros. En base a las conclusiones de estos trabajos se apunta una serie de posibles mejoras para optimizar los programas de control de hierbas en plantaciones de cítricos con riego por goteo, que incluyen la herbigación, con combinación de productos de diferentes comportamientos en el bulbo húmedo, la aplicación tradicional de herbicidas remanentes, programas con foliares y combinaciones de estas técnicas. VI SUMMARY There are several eharaeteristies^ whieh distinguish the management of weeds between drip irrigation plantations and the traditional ones. Thereby, herbieide behaviour in the soil has some peeutiwities depending on the fype, of irrigation, which must be taken into account to use the product properly. The main aim of this work has been to^ stuífy the w<^ some faetprs influence this behaviour. This thesis comprises a series of herbigation field experimentsusingdifferentproduets,periodsofapplieatÍ€m-, additiort times, dqsis sequences and irrigation intensiíies to study herbieide behaviour in the ground. Field experiment were eompleted in the laboratory with the analysis ofsoil samples, which were taken at different times from the wet dripped bulbs and tested using gauge plañís as arh indieation of thepresenee of the producís. The experimental work also includedfield experiments with remanent and foliar herbieides spreFyingsfor several years. From these experiences some conclusions about the influence of different faetorsin^soil herbieide behaviour in drip irrigation^system were obtained. In this way there are producís such as the oxifluofen that when used in herbigation show little mobility in the wet bullh, and therefore remairt in the central orea ofthe bulb. Others, such as terbacilo, terbumetona + terbitilazina o nofflurazona, have a permanent movement, more or less fast towards the peripheral área of the bulb. This also happens with the azafenidin, but with less VH extent. In sueh cases, with an speeifie herbieide, the speed movement qnd therefore its efficiency for weed control depends mainly on irrigation dosis. The solubtiity and the adsortion eoffieient "Koe " of eaehherbieide has^ an important influence on the behaviour of the products in the wet bulb. Some aspeéis are of praetieal impor^tanee in herbigation sueh as. the irrigation intensity and time and duration of each applicatión. The mobility of some products like oxifluorfen or eaafenidin depends only of the irrigation at^ the time of apphcation while for others more mobile products, sueh terbacilo, norfíurazona o the mixture terbuilzina and terbumeíona, the freeueney qnd intensity of irrigation after applicatión has a big influence. Sprayings with remanent herbicides eonfirm thatproduet performance in drip irrigation plantations is very different in comparisun with tradicional systems. Thus^ the terbaeilo^ or norfiurazoruh reduce extraordimirily the^ active persistence in the central área ofthe wet bulb, mainly in high intensity irrigation periods, while the aetive persistence is extended otd ofthe places under the droper influence. Fr&m the conelusions reaehed irh these experiments we ceffh se^ thaf títere are several possible programs ofweed management in plantations of citrus with dpip^ irrigation systems. They inelude herbigation with products thaf follow different mobility patters in the wet bulb, the traditonal aplication of remanent herbicides, programs with foliar herbicides and combinations of these techniques. VIIL INTRODUCCIÓN 1.1.- ANTECEDENTES Desde los orígenes de la Agricultura, el control de las malas hierbas ha sido una de las mayores preocupaciones de las personas que trabajan la tierra. En sus primeras etapas, este control estaría basado en la quema de la vegetación existente de los terrenos destinados a los cultivos y posterior eliminación manual de las plantas indeseadas. Poco a poco se crearon herramientas que facilitaron las labores de preparación del terreno para la siembra y escarda del cultivo, hasta que se fueron diseñando aperos que aceleraban estas operaciones, aprovechando posteriormente la fuerza de determinados animales. En el último siglo, el desarrollo de las máquinas agricolas, con sofisticados aperos, ha provocado un gran cambio en la agricultura tradicional dominante durante eras, desplazando a los animales de tiro y, lo que es más importante, a una gran parte de la población, que hasta ese momento centraba su actividad en la agricultura. El desarrollo de esta maquinaria ha permitido la colonización de nuevas tierras para la agricultura, en las cuales, la preparación del terreno va paralela al control de la vegetación. Las labores finales se adecúan para reducir los problemas de la presencia de las hierbas indeseadas y se optimiza la escarda mecánica durante la plantación en numerosos cultivos, si bien en otros casos precisa también la mano directa del hombre. Paralelamente a esto se produce otro hecho que va a cambiar el ritmo de la agricultura: la aparición y desarrollo de los herbicidas de uso agrícola, productos capaces de controlar determinadas plantas y que iba a suplir, todavía más, la mano de obra en el campo. Esta evolución comenzó con los primeros productos inorgánicos utilizados desde finales del siglo pasado en el control selectivo de hierbas en cereales (sulfato de cobre y, posteriormente, arsenito sódico, ácido sulfiirico diluido, ...) hasta los modernos herbicidas orgánicos, que iniciaron su andadura en la década de los cuarenta con el 2,4-D y otros fenoxiácidos, que han supuesto una verdadera revolución agraria (DEL RIVERO, 1971). Sin embargo, los herbicidas precisan de una dosificación y distribución muy exacta por unidad de superficie, lo que representa una dificultad suplementaria para el agricultor (LUCAS y MONSERRAT, 1990). Además, requieren de una experiencia local en su uso, puesto que su comportamiento puede verse influido por distintas condiciones edáfícas o climatológicas, variedades o técnicas de cultivo de la zona (ARTAHO DE LUNA, 1971; MONSERRAT, 1991, 1994). Con el desarrollo de los modernos herbicidas comienza a cuestionarse, a nivel general, el papel que desempeñan las labores tradicionales en el suelo, hasta el punto, de que en las últimas décadas se han ido extendiendo las técnicas de "no-laboreo y laboreo de conservación", de las que ya había algunos pioneros a principios de siglo. Estas técnicas pueden ofi"ecer una serie de ventajas en la productividad de las plantaciones y mantenimiento de la fertilidad de los suelos agrícolas (GÓMEZ DE BARREDA, 1994). En la actualidad, una vez superado (al menos en las sociedades desarrolladas) el problema de abastecimiento de alimentos, surgen otras cuestiones que reclaman ser atendidas. En particular, muchos sectores de la opinión pública se muestran más sensibles al empleo de productos químicos en agricultura. Como respuesta a esta inquietud, han surgido nuevas tendencias dentro de la producción agraria. Una de ellas es la Producción Integrada, que intenta conseguir sistemas de producción que ofî ezcanbienes de alta calidad, con una rentabilidad económica adecuada y que sean lo más respetuosos posible con el medio ambiente. En el caso de las malas hierbas, este objetivo exige de los agricultores un empleo más cuidadoso de los herbicidas y la adopción de sistemas menos consumidores de productos químicos (FERNÁNDEZ-QUINTANILLA, y col., 1999) En las últimas décadas, la agricultura moderna apunta hacia los sistemas de aporte de agua más fi"ecuente, con caudales más reducidos, asociados a técnicas de no-cultivo (LEÓN, y col., 1987). El sistema de riego de alta fi^ecuencia, permite una dosificación del agua acorde con las necesidades de la planta en cada época y periodo de desarrollo (PIZARRO, 1989). INTRODUCCIÓN La generalización de los sistemas de riego localizado, especialmente de riego por goteo, en las zonas con escasos recursos hídricos, como son la mayor parte de las comarcas citrícolas españolas, comenzó a desarrollarse a partir de la segunda mitad de la década de los 70 (LEÓN y col., 1987). Esta situación ha cambiado sensiblemente la panorámica malherbológica, a la que hay que adaptarle nuevas soluciones, como son la aplicación de herbicidas a través de los propios sistemas de riego: herbigadón (DEL AMOR, 1981). 1.2.- ESTADO ACTUAL DE LA CITRICULTURA Los cítricos son los fixitos de mayor producción en todo el mundo, con un continuo aumento durante las últimas décadas. De hecho, la oferta mundial ha pasado de 43 a 102 millones de toneladas en tan solo 30 años, según fiíentes del M.A.P.A. (varios años) y de la FAO (1999). España constituye el cuarto país productor a nivel mundial, tras Brasil, USA y China, y el primero de la cuenca mediterránea, con una producción estimada para la campaña 1999-2000 próxima a los 5,6 millones de toneladas (según fuentes de la Conselleria D Agricultura, Pesca i Alimentació, Generahtat Valenciana). Por tanto, los cítricos representan una parte muy importante para la economía española, siendo los productos agricolas más importantes de exportación en fresco. TABLA I PRODUCCIÓN aXRÍCOLA EN EL MUNDO Estimaciones 1999-2000 (millones de Tm) N°l Brasü 24 ]SP2 USA 12,6 N°3 China 10,1 N" 4 España 5,6 N°5 Méjico 4,5 TOTAL A NIVEL AfUNDIAL 102 Fuente: FAOSTATDatábase (2000) Actualmente existen en España unas 283.350 ha de cítricos, según datos de la FAO (FAOSTAD Datábase 2000), de las que una gran parte tienen ya riego localizado. En el caso concreto de la Región de Murcia, de las 34.440 ha. censadas en 1999, 13.024 ha. disponían de esta tecnología ((ESTADÍSTICA AGRARIA DE MURCIA 1998/99, en prensa). De hecho, esto ha permitido la explotación de muchos terrenos con climas idóneos para los cítricos, pero con dificultades para obtener caudales de agua que permitieran el riego tradicional, baja calidad de las mismas o porque su orografía lo hacía antieconómico (LEÓN, y col., 1987). En estos momentos la mayoría de las nuevas plantaciones que se han venido realizando durante los 10-15 últimos años en la mayor parte de España, disponen de esta tecnología. En el caso concreto de la Región de Murcia, de las aproximadamente 95.000 ha de cultivos leñosos de regadío que tiene, mas del 35%, disponen de riego por goteo (ESTADÍSTICA AGRARIA DE MURCIA 1998/99), y podría afirmarse, sin temor a equivocarse, que más del 90% de la nuevas superficies de agrios, se implantan ya con esta técnica de riego. FIGURA 1 EVOLUCIÓN DE LOS CULTIVOS LEÑOSOS CON RIEGO LOCALIZADO EN LA REGIÓN DE MURCIA 1985-1999 35000 30000 25000 M m 20000 í o 15000 X 10000 5000 O í - f f l 1985 SiE^ 'í y' mí 1990 a i \ , h^<¿ m m m m 1995 1997 'Si- 1999 Fuente: Estadística agraria de Murcia, varios años INTRODUCCIÓN Dado que la carencia de agua es el factor más limitante del desarrollo agrario de la Región de Murcia, la modernización de sus regadíos se ha convertido en una de las tareas preferentes de la Consejería de Agricultura (SANCHEZ-ALMOALLA; 1996). La formación adecuada de los regantes en cuanto al manejo y conservación de los sistemas de riego de nuevas tecnologías y la aplicación de prácticas culturales adecuadas a las mismas es otro de los retos de los nuevos sistemas de riego (BERNAL, 1996). Todo estos aspectos justificarían, por sí solos, la importancia de los trabajos realizados en esta Tesis, relacionados con el control de hierbas en cultivos de cítricos con sistemas de goteo, debido las particularidades malherbológicas inherentes a esta técnica de riego. 1.-3 CARACTERÍSTICAS BOTÁNICAS DE LOS CÍTRICOS Los cítricos, término que designa por igual a los fiíatos comestibles y a los árboles que los producen, pertenecen a la familia de las Rutáceas, orden Geraniales. Están constituidos por seis géneros, de los que solo Citrus es al que pertenecen los finitos cítricos de mayor importancia comercial. Las especies del género Citrus que integran los frutos comerciales son: - Citrus sinensis Osbeck naranja dulce - Citrus aurantium L naranja amarga - Citrus reticulaía B lanco mandarina - Citrus limón Burmann limón - Citrus paradisi Mücfadyen pomelo - Citrus aurantifolia Swdngle lima -Citrus médica h cidro - Citrus granáis Osbeck shaddock o pummelo Además, existen variedades comerciales que son híbridos entre algunas de estas especies. Los árboles pertenecientes a este género se caracterizan por ser perennifolios, generalmente espinosos, con un solo tronco cilindrico y un ramaje denso, con dos o tres brotaciones al año. Su longevidad productiva suele superar los 50 años. El sistema radicular de los cítricos está constituido por una raíz penetrante o central, hasta llegar a una profiíndidad en que comienza a ramificarse y constituir las raíces laterales o secundarias. Estas se concentran horizontalmente al suelo, a una proñindidad variable, según el tipo de suelo y labores, que puede situarse en tomo a lo 20-40 cm. En el caso de plantaciones con riego por goteo, objeto de este estudio, el sistema radicular puede tener una distribución sensiblemente diferente al tradicional, concentrándose la cabellera radicular en el interior de los distintos "bulbos de humedad" que rodean el árbol y alcanzando, prácticamente, la superficie del suelo. De hecho un árbol con riego localizado puede dar rendimientos aceptables con el 35% del sistema radicular regado y nutrido convenientemente (AMOROS CASTAÑER, 1991). Esto supone una clara diferencia con las plantaciones tradicionales, sobre las que se han puesto a punto la mayor parte de los herbicidas utilizables en estos cultivos, pudiendo variar sensiblemente la problemática malherbológica, así como su selectividad. 1.-4 CARACTERÍSTICAS EDAFOCLEMATOLOGICAS Los cítricos, adaptados desde su origen al clima caluroso y húmedo del monzón, se han adaptado también a climas más secos y filos que los de su propia área, como son los de la región mediterránea. Los fiutos cítricos verdaderos provienen de una vasta zona asiática que se extiende desde las estribaciones del Himalaya al noroeste de la India, hasta China centroseptentrional y las islas Filipinas por el este, y hasta Birmania, Tailandia, Indonesia, y Nueva Caledonia, por el sudeste. El pomelo constituye una excepción, apareció en las Indias Occidentales (Barbados), poco antes de 1790, como mutante o, posiblemente, como híbrido de especies introducidas desde el Extremo Oriente ( C H A P O T , 1975). INTRODUCCIÓN El factor climatológico más limitante para los cítricos son las bajas temperaturas. Por debajo de O °C se suelen producir daños en frutos y brotes jóvenes, habiendo ciertas diferencias de sensibilidad entre distintas especies. Así, los pomelos y limoneros son los más sensibles al frío, las naranjas presentan mayor o menor resistencia según la variedad, mientras que los mandarinos suelen ser los más resistentes, dentro del género Citrus. Delmismo modo, las temperaturas excesivamente elevadas pueden provocar daños en los árboles y, sobre todo, reducir la calidad de los frutos. Temperaturas suaves en invierno, con medias de 10-12 °C y de 22-24 °C en verano, pueden considerarse óptimas para estos cultivos. De las características físicas del suelo depende en gran parte la nutrición hídrica y mineral de los árboles, estando determinada la respuesta de estos a diferentes tipos de suelos según los portainjertos y variedades empleadas. Los suelos óptimos para el cultivo de cítricos deben permitir una buena permeabilidad y aireación, tener un pH neutro o ligeramente ácido, con buen contenido en materia orgánica y una capacidad de retención de agua favorable para la actividad radicular. Como factor importante a considerar se encuentra la sensibilidad de los cítricos al exceso de sales, sobre todo a la acumulación de cloruros, habiendo importantes diferencias de tolerancia entre los distintos patrones. La implantación de las técnicas de riego de alta frecuencia está permitiendo la utilización de suelos y aguas de peores características que las exigidas para los sistemas tradicionales, conquistando los cítricos nuevas tierras (LEÓN y col; 1987), quedando en estos momentos la climatología, como uno de los factores más limitantes para su cultivo. 1.-5 TÉCNICAS DE MANEJO DEL SUELO Tradicionalmente, las labores al suelo en las plantaciones de cítricos del levante español se limitaban a una serie de cavas, mayoritariamente con fresadora, para eliminar las hierbas, incorporar las enmiendas orgánicas y los abonados, así como preparar el suelo para el riego. Actualmente, nuevos conceptos agronómicos, la disponibilidad de numerosos herbicidas selectivos de estos cultivos y los nuevos sistemas de riego, han venido a alterar esta monotonía, conviviendo en estos momentos las técnicas de '•^no-laboreo" con las de ^laboreo tradicionar, con una clara tendencia hacia la primera. '̂ Laboreo tradicional: Las funciones atribuidas popularmente a las labores tradicionales serían básicamente la aireación del terreno, incorporación de estiércol y abonos, facilitar el riego, incrementar la capacidad de almacenamiento de agua y, sobre todo, la eliminación de hierbas (GÓMEZ DE BARRERA, 1973; 1981; 1994). Sin embargo, estas labores producen también efectos contraproducentes para el árbol, al eliminar las raices de la zona más superficial del suelo, precisamente la más oxigenada y rica en elementos poco móviles, como el potasio, manganeso, cobre o fósforo, y lo que puede ser más importante, por la formación con el tiempo de la denominada suela de labor. Esta, consistente en una capa dura y bastante impermeable al agua y a las raíces, se forma por la acumulación de pequeñas partículas arrastradas por los riegos, procedentes de los agregados del suelo que son desmenuzados por las labores. En la formación de la suela de labor, aparte de las propias caracteristicas del suelo, influye de forma muy importante el tipo y la frecuencia de las labores realizadas. * No-laboreo: Las técnicas de no-laboreo, que consisten básicamente en no modificar la estructura del suelo, presentan una serie de ventajas, entre las que destacarian las siguientes (GÓMEZ DE BARRERA, 1973; 1981; 1994).: 1° Una mayor actividad radicular al aprovechar mayor volumen de suelo, incluida la capa más superficial que es la más oxigenada y rica en elementos poco móviles, como ya se ha comentado. Esto expUca que, en la mayoria de casos, un no- laboreo bien llevado pueda incrementar sensiblemente la productividad y calidad de frutos. 10 INTRODUCCIÓN T Las técnicas de no-laboreo permiten dejar ramas más bajas en las podas, dando un mayor volumen al árbol, lo cual contribuye también a mejorar las producciones. 3° Económicamente, el mantenimiento del no-laboreo suele ser más barato que el cultivo tradicional, sobre todo tras varios años de mantenimiento, durante los cuales las emergencias de hierbas tienden a disminuir. AI no haber incorporación, las semillas en superficie reducen su viabilidad, fi'ente a las que son enterradas por las labores tradicionales (ROBERTS y DAWKINS, 1967). 4° La posibilidad de acceso al terreno tras un riego o lluvia es más rápida que en suelos labrados, lo que permite la realización de operaciones al árbol, recolecciones o tratamientos fitosanitarios urgentes. 5° La ausencia de labores que pulvericen los agregados del suelo va a suponer el mantenimiento de su estructura, e incluso su mejora a lo largo de los años, evitando la formación de suelas de labor. Entre los inconvenientes de las técnicas de no-laboreo destacarían los siguientes: 1° En riego tradicional, posibles cambios en la fi'ecuencia o sistemas de riego, ya que sobre un suelo no labrado la infiltración de agua es más lenta, requiriendo una perfecta nivelación de las parcelas. Esto, unido a la necesidad de mantener una buena humedad superficial del suelo a lo largo del tiempo, puede requerir un incremento en la fi'ecuencia de riegos, aunque con menor volumen de agua. 2° Mayor sensibilidad del cultivo frente a sequías prolongadas como consecuencia de la distribución de raíces, con parte del sistema radicular más superficial. 3° La utilización de herbicidas conlleva también una serie de riesgos de fitotoxicidad para el cultivo, si no se realiza con las debidas precauciones. Además, la distribución del sistema radicular más superficial en no-laboreo, puede incrementar la sensibilidad de los árboles frente a algunos productos que tienen una selectividad fiindamentalmente posicional. Por otro lado, los agricultores se ven con frecuencia 11 obligados a tratar con herbicidas en condiciones adversas, con riesgos de obtener poca eficacia, causar fitotoxicidades y de contaminar el medio (AIBAR y ZARAGOZA, 1987; MURO, 1991) 4° Cambios en la problemática fitosanitaria. Las técnicas de no- laboreo pueden favorecer algunos problemas fitosanitarios como pueden ser los de gasterópodos o de aguado de los ñutos {Phytophtora sp.) de las ramas que quedan muy próximas al suelo, que con el laboreo tradicional se habrían podado. 5° Cambios de la flora arvense hacia especies más resistentes a los herbicidas. En conjunto, podría decirse que las ventajas y rentabilidad de una plantación de cítricos llevada adecuadamente en no-laboreo son muy superiores, salvo excepciones, a las técnicas tradicionales de cultivo, aunque esto depende también de las circunstancias particulares de cada huerto. De ahí que esta técnica haya pasado, por ejemplo en la Comunidad Valenciana, de pasar desapercibida en los años 50 a ocupar más del 70% de la superficie de cultivo de cítricos a inicios de los 90 (GÓMEZ DE BARREDA, 1994). 1.-6 TIPOS DE NO-LABOREO Las técnicas de no-laboreo podemos clasificarlas en varios grupos: - No-laboreo con suelo desnudo, en la cual se utilizarian herbicidas residuales para evitar la emergencia de hierbas. - No-laboreo con formación de mulching o cubierta. Este a su vez puede ser de varios tipos: 1.- Cubierta seca por control químico de las hierbas (fundamentalmente con herbicidas no-remanentes) cada vez que estas alcanzan un cierto desarrollo. 2°.- Mulching verde por cultivo de algunas plantas de tipo rastrero y poco competitivas (generalmente leguminosas o gramíneas) y que dificultan el desarrollo de otras hierbas. También podría mantenerse una cubierta verde mediante 12 INTRODUCCIÓN la aplicación de determinados herbicidas sistémicos a dosis bajas, aunque es muy difícil de mantenerlo por la selección que se suele producir hacia las especies más resistentes. 3°.- Mantenimiento de un mulching mediante siegas mecánicas, dejando los restos vegetales en superficie. 4°.- Introducción de una cubierta a base de paja, corteza de pino u otros materiales para ayudar al mantenimiento de la humedad del suelo e impedirla emergencia de hierbas. - Colocación de láminas de plástico opaco a la luz. Estas técnicas pueden ofi-ecer una serie de importantes ventajas: ahorro en el consumo de agua, a veces hasta un 40%, incrementos de producción y control eficaz de las malas hierbas (VIDAL BLASCO, 1987, 1990). Sin embargo, aunque este sistema dificulta la salida de hierba y mantiene bien la humedad del suelo, puede ser poco recomendable realizarlo a todo terreno en cultivos leñosos ya que reduce el intercambio de gases entre el suelo y el aire, incrementando los problemas de asfixia radicular a lo largo del tiempo. En algunos casos, podría favorecer incluso la incidencia de enfermedades, como Phythophtora (MONSERRAT, 1995). - Sistemas mixtos. Los sistemas mixtos de labores con no-laboreo pueden ser de dos tipos principales: 1.- No-laboreo en las bandas de cultivo, con labores en las calles. 2°.- No-laboreo temporal, que incluiría labores en una época determinada del año y no-laboreo en el resto. Como casos más interesantes, y para resumir, se podrían destacar los siguientes: - El no-laboreo con suelo desnudo, en el que se utilizarían herbicidas residuales de pre-emergencia para mantenerlo limpio de hierbas, apoyados por "párcheos o tratamientos localizados" de post-emergencia. Es uno de los métodos con 13 menores costes, pero deja al suelo totalmente desprotegido contra las pérdidas de agua por evaporación directa, si bien, en plantaciones adultas, con mucho sombraje, este problema tendría poca importancia. - El no-laboreo con formación de un mulching seco por utilización reiterada durante los primeros años de herbicidas foliares. Tiene la ventaja de que con el tiempo puede ofrecer una mejor protección del suelo contra las pérdidas de humedad, las raicillas descompuestas forman canalículos que facilitan la entrada de agua e intercambio de gases, y además, una vez formada esa cubierta seca, descompuesta, de color oscuro, puede haber una mayor adsorción de calor en el suelo con una mayor actividad biológica y una cierta protección de los árboles frente a determinados tipos de heladas. Sin embargo, también tiene una serie de inconvenientes, entre los que destacan que el método inicialmente puede requerir un gran número de intervenciones y hay un consumo extra de agua y nutrientes por parte de las hierbas en crecimiento, lo cual debe tenerse en cuenta. - Instalación o selección de cubiertas vegetales vivas con especies poco competitivas que protejan los suelos y dificulten la emergencia de otras especies más perjudiciales para el cultivo. Especies como Oxalis cerrma, Poa anima y algunas leguminosas pueden tener interés en cítricos. Ejemplos de instalaciones y manejo de cubiertas en olivar y otro cultivos leñosos, pueden encontrarse en diferentes publicaciones de SAAVEDRA (1997) o PASTOR y col. (1989, 1990, 1992). 1.-7 INTERACCIÓN DE LAS HIERBAS CON LOS CULTIVOS Existen numerosas causas que pueden afectar a la productividad de los cultivos, siendo la vegetación arvense uno de los factores con influencia, en general, más negativa. Sin embargo, la interacción positiva entre las mala hierbas y el cultivo (regulación de la pérdida de agua por evaporación del suelo, reserva de fauna benéfica para el cultivo o control de la erosión) ha sido un aspecto particularmente poco estudiado. 14 INTRODUCCIÓN Las malas hierbas pueden influir en las producciones de los cultivos por varias razones, siendo las más conocidas las relacionadas con los fenómenos de competencia por la luz, agua y elementos nutritivos. La falta de luz frena la función clorofílica, elaboración de materias orgánicas, la lignificación de las plantas, así como la formación de flores y frutos. Los niveles de esta competencia son muy variables dependiendo del tipo de cultivo y malas hierbas. En cítricos esta competencia sería prácticamente nula, a excepción de plantones, que pueden quedar cubiertos por la flora arvense, o bien por especies de malas hierbas trepadoras, como son el caso de Araujia sericífera, Polygonum convolvulus, Calystegia sp., incluso, en determinadas ocasiones, Convolvulus altheoides y C. arvensis. Durante la vegetación, las hierbas extraen agua del suelo en cantidades variables que dependen, tanto de las características específicas de las mismas, como de las condiciones ambientales dominantes (luz, temperatura, humedad relativa, viento, etc.), que van a determinar la actividad transpiradora de las plantas. En general, las hierbas, de crecimiento rápido y vigoroso, presentan un gran demanda de agua y, en consecuencia, una gran competencia por la misma. El consumo de elementos nutritivos es otro de los factores de competencia que más influencia ejerce en el éxito final del cultivo. Las malas hierbas en crecimiento extraen cantidades importantes de nutrientes, que en otro caso estarían a disposición de la planta cultivada. La repercusión final de esta competencia será particularmente importante en suelos pobres y con fertilizaciones insuficientes o desequilibradas. Al igual que en el caso anterior, la fenología del cultivo puede ser determinante en el nivel de daños de esta competencia, siendo mayor cuando esa extracción de nutrientes coincide con los momentos de máximas necesidades de la plantación. Quizás menos conocidos sean los fenómenos de competencia por el "espacio útil" del suelo. El desarrollo radicular de la planta, entendiendo como tal el volumen de suelo explorado por las raíces, disminuye cuando crece en vecindad con otra. Se conoce mal el mecanismo de esta competencia, si bien puede explicarse, al menos en parte, por la inevitable disminución de oxígeno, y consecuente aumento de anhídrido carbónico, en la "atmósfera" del suelo. 15 Además de estos fenómenos de competencia de tipo mas cuantitativo, existen otros de carácter cualitativo relacionados con la excreción de sustancias de deshecho y acumulación de raicillas muertas, que en su descomposición pueden producir algunos productos orgánicos nocivos para otras plantas. Estos productos, conocidos habitualmente como sustancias alelopáticas, presentan efectos inhibidores, en unos casos, e incluso tóxicos en otros. En SOUTO y col. (1990) pueden encontrarse algunos ejemplos del potencial alelopático de diferentes especies de malas hierbas. Quizás, el caso más llamativo sea de las raices de Eucaliptos que liberan en el suelo productos alelopáticos altamente tóxicos para la mayoría de las plantas, que difícilmente pueden desarrollarse junto a ellos. Los excesos de nutrientes, sobre todo nitrógeno que es fácilmente lixiviado de las capas mas superñciales del suelo y del que habitualmente se suele abusar, pueden ser aprovechados las hierbas. Por lo tanto, la presencia de hierbas puede suponer también para el terreno, y cultivos que en él se desarrollan, una importante fixente de nutrientes que se liberan lentamente en su descomposición, así como una ventaja ambiental al reducir el riesgo de contaminación de acuíferos. Este efecto puede ser muy beneficioso cuando las necesidades de máxima asimilación por parte del cultivo no coincide con la de absorción de las hierbas. Excepcionálmente, son capaces de enriquecer los suelos en elementos, que como el nitrógeno, son captados del aire pasándolos a formas asimilables para las plantas, como sucede con especies de la familia de las leguminosas. Muchas plantas pueden ser albergues y transmisores de seres vivos que afectan a las relaciones fitopatólogicas, agravando con frecuencia la acción de algunas plagas, como es el caso de la araña amarilla o de gasterópodos, en cítricos. En la ñora espontánea, junto a estos fitófagos, puede encontrarse también un gran número de insectos y ácaros beneficiosos, depredadores o parásitoides de los anteriores, con los que establece un cierto equilibrio que colabora a mantener las poblaciones en nivelesaceptables para el cultivo. Además de los factores descritos, existe toda una serie de interacciones entre hierbas y cultivos que pueden ser muy beneficiosas en la conservación y mejora de la fertilidad de suelos a largo plazo. Algunas de sus razones serían la protección que la vegetación y sus restos ejercen sobre los fenómenos de erosión o las mejoras que producen en la estructura de los suelos y en sus procesos de infiltración. 16 INTRODUCCIÓN 1.- 8 FLORA ARVENSE DE LOS CÍTRICOS EN EL SUDESTE ESPAÑOL Desde 1984, en que comenzamos los trabajos en malherbología, con la realización de un "''Estudio sobre la flora arvense de los cítricos de la Región de Murcicf' en el Servicio Protección y Sanidad Vegetal de Murcia, hasta estos momentos, se han llevado a cabo numerosos y variados ensayos. En aquel primer trabajo se realizó una prospección de 261 huertos de cítricos, en los que se intentaba relacionar la flora que presentaban con diferentes factores (tipo de riego, suelos, etc.). De las conclusiones de ese estudio y otros datos posteriores, se ha llegado a obtener una buena base acerca de las características de la flora arvense de los cítricos en el Sudeste español (MONSERRAT, 1990). A nivel general, se pueden establecer importantes diferencias en la flora dominante y su distribución en cítricos, en función de las distintas técnicas de cultivo utilizadas. También debemos señalar las posibles diferencias existentes entre la edad de las plantaciones o las diferentes características de los suelos, como también concluyen BOIRA y CARRETERO (1992) en su estudio "Aspectos ecológicos de la vegetación arvense de los cítricos valencianos". A grandes rasgos se podrían establecer tres grupos: a - Plantaciones con laboreo tradicional. b - Plantaciones de "No-laboreo" con riego por inundación. c - Plantaciones con riego localizado. a) En cultivo tradicional, aunque se encuentran algunas perennes como Convolvulus arvensis y, en otoño-invierno, Oxalis cermia, suelen dominar en general las plantas anuales. En verano son frecuentes especies de las familias Amarantáceas y Chenopodiáceas, y también suele encontrarse como dominante a Setaria spp., y en algunas zonas Portulaca olerácea o Diplotaxis erucoides. De presencia muy generalizada, aunque no suelen llegar a ser dominantes, tenemos Solamim nigrum y 17 Sonchus oleraceus y aparecen de forma esporádica, más o menos importante. Cardaría draba, Euphorbia helioscopia, Euphorbia chamaesyce, Galium spp., Verónica pérsica, Paspalum dilatatum, Echinochloa colonum y Dactylis glomerata, principalmente. De finales de otoño a final de primavera pueden dominar algunas gramíneas pertenecientes a lois géneros Hordeum, Bromus y Lolium, en ocasiones Poa annua, o plantas de hoja ancha como Chenopodium múrale, Urtica urens, Fumaria spp., Mercurialis annua. Caléndula arvensis o Malva spp. En menor cantidad podemos encontrar 5eto5p., Senecio vulgaris, Erodium malacoides, Sisymbrium spp., Papaver roheas, Vicia sativa, Lamium amplexicaule, Anthirrirmm orontium, Rumex crispus, Chrysanthemum coronarium., Matricaria sp. y Anagalllis arvensis, apareciendo la mayoría de ellas en primavera. b) No-laboireo con riego por inundación En régimeti de no-laboreo en cítricos, donde habitualmente se utilizan herbicidas, la flora se invierte principalmente hacia plantas perermes, en general bastante resistentes a los herbicidas, entre las que destacan de forma general Cyperus rotundus, Convolvulus arvensis, Cirsium arvense, Allium sp., Cynodon dactylon, Áster sp., Conyza spp., y, localmente, pueden ser importantes Parietaria qfficinalis, Sorghum halepensis, Equisetum spp. o Glyzyrrhiza glabra (estas dos últimas son casos muy localizados en algunas zonas de la Vega Baja del Segura). Cuscuta sp. es otra planta que aparece muy esporádicamente y que en el caso de cítricos puede ser beneficiosa, pues parásita a la mayoría de hierbas no afectando a los cítricos (Foto 1), a pesar de ser muy temida por los horticultores. Otras hierbas frecuentes son Euphorbia peplus y Malva sp. y, en ocasiones, junto a palmeras se desarrollan gran cantidad de las mismas (Phoenix spp.) que son muy resistentes a los herbicidas (Foto 2). c) Riego localizado. En cultivos leñosos con riego localizado establecido de varios años, se pueden encontrar todo tipo de hierbas. Entre las especies ya mencionadas son especialmente abundantes en algunas zonas la grama (Cynodon dactylon), Conyza spp., Amaranthus 18 INTRODUCCIÓN JÉA tó^'/^': Foto 1: Control de Cuscuta sobre el resto de la flora arvense, aparecida de manera natural. 'fnipj^ Foto 2: Desarrollo de palmeras, muy tolerantes a los tratamientos herbicidas, como "ma/a hierba'^ en cítricos en no-laboreo. 19 spp., etc. Pueden ser localmente importantes especies como son Piptatherum miliaceum, Plantago lanceolata, ínula viscosa, Asphodelus fistulosus, Heliotropium europaeum, Euphorbia spp., Sonchus oleraceus, Moricandia arvensis o Malva spp., entre otras, que conviven con otras muchas especies anuales que germinan muy superficialmente, gramíneas y algunas dicotiledóneas, así como determinadas plantas típicamente esciofilas, como Tamarix africana. En definitiva, podría decirse que el riego por goteo, a diferencia del tradicional, genera muy variados ecosistemas dentro de una misma parcela, con zonas asiduamente encharcadas y muy ricas en nutrientes, zonas continuamente húmedas, zonas fi-ecuenteménte muy salinas en la periferia de los bulbos y zonas completamente secas, salvo cuando se producen precipitaciones, lo que provoca que pueda convivir una flora extremadamente variada y cambiante a lo largo del tiempo. La evolución gradual en el banco de semillas es otro de los aspectos clave que determinan los rápidos cambios que se producen en las emergencias de la mayoria de especies anuales én la zona del bulbo. Cuando se realiza una nueva plantación con riego localizado, o se coloca este sistema en un cultivo ya establecido, los suelos suelen contar con miles de semillas por metro cuadrado de terreno. Una vez que comienzan a aportarse de manera continuada agua y fertilizantes, la mayoría de semillas que se encuentran en una posición óptima para germinar, lo van haciendo progresivamente. Si no hay movimiento del suelo dentro del bulbo, como es lo recomendable, el resto de semillas no alcanza esa posición, por lo que en poco tiempo hay menos emergencias de la mayoría de especies anuales, lo que puede llevar a un cambio en las estrategias de control, como se demostrará en el apartado correspondiente a las aplicaciones tradicionales de herbicidas. ROBERTS y DAWKINS (1967) y CHANCELLOR (il986) explican estos fenómenos de reducción de emergencias de malas hierbas en no-laboreo. Otra de las grandes diferencias que presenta la flora de un suelo con ríego localizado respecto al tradicional, es que el desarrollo de las hierbas es mucho más rápido al haber unas zonas, los bulbos de humedad, continuamente fertirrígados. Esto hace que, para determinadas estrategias de control, los márgenes de actuación puedan ser mucho más estrechos. 20 INTRODUCCIÓN 1.-9 TÉCNICAS DE CONTROL DE HIERBAS Existe toda una serie de métodos para controlar las hierbas que afectan a los cultivos, que van desde determinadas prácticas culturales a técnicas mecánicas, físicas, la escarda química mediante herbicidas e incluso al control biológico. * Prácticas culturales: Algunas prácticas culturales permiten luchar con eficacia contra determinadas especies de malas hierbas. Son prácticas que tienden a limitar la entrada de nuevas hierbas a las parcelas de cultivo, mediante la utilización de los cepellones de los plantones y estiércol exentos de órganos reproductivos de estas, así como limitar la dispersión desde los canales de riego, márgenes de las parcelas o a través de las herramientas detrabajo. * Métodos mecánicos. La escarda mecánica, mediante determinados aperos y maquinaria, continua siendo un importante método de control de hierbas en plantaciones de cítricos con riego tradicional, así como complemento a las técnicas de no-laboreo en las zonas de la parcela no-humedecida con sistemas de riego de alta fi-ecuencia. Últimamente la siega mecánica, mediante maquinaria especialmente diseñada para esta téciíica, está teniendo un importante auge (BENOIT y col., 1995), tanto por sí sola como en combinación con otras estrategias de escarda, como es la utilización de herbicidas. * Métodos físicos por altas temperaturas La energía asociada a microondas, concentrada en los primeros centímetros de suelo, puede destruir semillas, además de insectos, nemátodos y hongos, pudiendo ser un método eñcaz, del que existen algunos equipos experimentales. 21 Mas desarrollados se encuentran los métodos térmicos a base de quemadores que funcionan con gas, cuya llama incide directamente sobre las hierbas, o bien a través de infrarrojos, placas metálicas o agua caliente que desprenden el calor que destruye las plantas. Sin embargo, el coste energético en España es todavía excesivamente alto para que se introduzcan estos métodos. Previa a la plantación, la ^^solarización: aprovechamiento de la energía solar para incrementar la temperatura del suelo junto a altas humedades", es un método de desinfección de suelos que elimina también numerosas semillas de hierbas y cuyos resultados pueden ser espectacularmente buenos, según hemos podido comprobar en diferentes experiencias personales realizadas en otros cultivos. Es un método que puede ser útil en zonas con una alta irradiación en los meses de verano y con un coste relativamente asequible. * Lucha biológica. La lucha biológica contra malas hierbas mediante la utilización de parásitos o fitófagos nocivos, es un método complejo para la escarda general de un cultivo. Existen algunos proyectos de lucha biológica contra determinadas especies nocivas, en zonas en las que se ha obtenido un notable éxito mediante el empleo de insectos. En la Foto 1 puede comprobarse el control biológico ejercido por la especie parásita Cuscuta sp. sobre el resto de flora arvense. Este control biológico se repite de forma natural todos los años en determinadas plantaciones de cítricos de Murcia. Un estudio profundo sobre la utilización de esta planta para el control de hierbas en agrios podría arroj;ar interesantes resultados. Quizás, uno de los métodos de escarda biológica más importantes lo constituye la introducción de especies ganaderas, capaces de eliminar gran cantidad de plantas en algunos cultivos arbóreos, barbechos y rastrojos de cereal. Las especies avícolas son especialmente interesantes en determinadas plantaciones, en las que además de controlar las hierbas eliminan gran cantidad de insectos de suelo y mejoran la fertilidad con sus excrementos, tal y como se ve en la Foto 3, correspondiente a una explotación de cítricos de Alhama de Murcia. 22 INTRODUCCIÓN Foto 3: Mantenimiento del terreno libre de hierbas por introducción de especies avícolas. * Cubiertas La utilización de cubiertas orgánicas o con plásticos opacos a !a luz, puede ser una alternativa en algunos casos, tanto para controlar las hierbas como para un mejor mantenimiento de la humedad del suelo (VIDAL BLASCO, 1990; MONSERRAT, 1995; ROMERO y col., 1995; ZARAGOZA y col., 1995). 23 En la bibliografía podemos encontrar numerosos ejemplos sobre el uso y manejo de cubiertas vegetales {Plantago albicans, Vicia sativa o Hordeum spp. en olivar (NATERA y col. 1990; HUMANES y PASTOR, 1995; SAAVEDRA, 1997; CASTRO y col., 1997), leguminosas en melocotoneros (v^IBAR y col, 1990; PÉREZ y col., 1992), etc. Las cubiertas vegetales, bien sea con especies cultivadas o espontáneas, pueden ser el mejor medio para luchar contra la erosión (SAAVEDRA, 1997). En las condiciones de cultivo de los cítricos con riego localizado del levante español, los problemas de erosión suelen pasar desapercibidos en relación a la optimización en el consumo de agua, siendo también difícil, a nivel práctico, el manejo de estas cubiertas en los bulbos húmedos. Sin embargo, en ocasiones, hemos visto como la selección de algunas especies, Portulaca olerácea, Euphorhia chamaesyce, Oxalis cernua o leguminosas, dificulta el desarrollo de otras plantas más problemáticas para el cultivo, lo que indica que el estudio de estas estrategias puede ser también interesante con técnicas de riego localizado. Otro tipo de cubiertas descritas en la bibliografía son las basadas en materiales orgánicos, como paja o corteza de pino (LÓPEZ y GUILLEN, 1993; ZARAGOZA y col., 1995; ROMERO y col., 1995). La falta de materiales apropiados a un coste asequible para estos cultivos y su dificultad de manejo, hacen difícil esta opción en la mayoria de zonas citrícolas. En algunas plantaciones comerciales, hemos podido observar como la trituración de los restos de poda en la misma parcela contribuye a controlar las hierbas, aunque sea por rodales, lo que ayuda a reducir el consumo de herbicidas, además de otras ventajas para el terreno. Respecto a la utilización de cubiertas con materiales artificiales, hay estudios sobre el empleo de láminas de polietileno opaco a la luz, generalmente negro, con resultados muy positivos en el control de hierbas y en el mantenimiento de la humedad del suelo (Información Técnica Generalitat Valenciana, 1987; VIDAL BLASCO, 1990). 24 INTRODUCCIÓN Sin embargo, a largo plazo, con estas técnicas pueden verse favorecidos también algunos problemas fisiológicos o patológicos en los cítricos, como pueden ser los de asfixia radicular o Phytophtora (comunicación personal del Servicio de Protección y Sanidad Vegetal de Murcia. Por lo tanto, las cubiertas a utilizar en cultivos leñosos deben cumplir una serie de premisas básicas: además de que sean viables económicamente y fáciles de manejar a lo largo del tiempo, no deben limitar excesivamente el intercambio gaseoso entre el suelo y el aire y que no dificultar el manejo del riego. Con estos condicionantes, ensayamos una serie de cubiertas, de las que los mejores resultados se dieron con la colocación de dos bandas de polietileno negro de 350 galgas y 0,5 m de anchura, con una separación de unos 15-20 cm entre ellas (Fotos 4, 5 y 6). Si bien, económicamente, esta doble banda no representa ventajas en el control de hierbas respecto a otros métodos, por el coste inicial que requiere de material y colocación, si que puede suponer otra serie de mejoras adicionales. Así, la menor pérdida de agua por evaporación directa del suelo, se traduce en un incremento en el tamaño de los bulbos de humedad y consiguiente de la zona explotable por la raíces, a la vez que un mayor desplazamiento de las sales. En la práctica, todo esto puede traducirse en una reducción de las aportaciones de agua y una mayor tolerancia del cultivo hacia aguas de baja calidad o suelos salinos. Hasta ahora, en ensayos con 5 y 7 años de mantenimiento, no se ha observado ningún problema fisiológico ni patológico, y si un desarrollo de los árboles ligeramente mayor, aún sin diferencias significativas con las parcelas no acolchadas. En MONSER^T, 1995, pueden encontrase más datos sobre estos trabajos. 25 ^ ^ ^ • ¥ ' • X * » ^ .'•«u. t - -^ i — ^ - • ^ ^ • • • 3 M.#l^^^f^'tn^ái•' v̂ Fotos 4, 5 y 6: Acolchado parcial de PE negro a lo largo de varios años. 26 INTRODUCCIÓN * Métodos químicos. El empleo de herbicidas constituye en estos momentos una de las bases fundamentales del control de hierbas en cultivos como los cítricos. Actualmente hay unas 150 materias activas y mezclas autorizadas en nuestro país, de las cuales cerca de un tercio de estas combinaciones están autorizadas en cítricos, con más de 240productos comerciales registrados para este grupo de cultivos (LIÑAN, 1999). Existen en el mercado productos de muy diversos mecanismos de acción, persistencias, selectividad o momentos de aplicación. La correcta utilización de los herbicidas ofrece una de las más importantes herramientas con que ahora cuenta la agricultura. Sin embargo, podría afirmarse que no hay productos perfectos, capaces de controlar todas las hierbas que pueden afectar a una plantación y respetar al mismo tiempo totalmente el cultivo. Además, frente a esta "agresión", la flora suele evolucionar hacia las especies mejor adaptadas y, no solo eso, sino que dentro de una misma especie sensible pueden aparecer individuos resistentes o tolerantes frente a diversos herbicidas, que serán los que dominen con el tiempo, dificultando la utilización satisfactoria de este sistema. I.-IO CARACTERÍSTICAS DEL RIEGO El riego es la técnica artificial de mantener la disponibilidad de agua en la zona radicular del cultivo a un nivel óptimo, siendo el tipo de riego un factor determinante en el desarrollo radicular (MADRID y GUILLEN, 1997). Los sistemas de riego pueden clasificarse en tres grupos principales, en fiínción de como se aporten estas necesidades hídricas: - riego por inundación - riego por aspersión - riego localizado El riego por inundación, gravedad o a manta, consiste, tras una adecuada nivelación del terreno, en repartir el agua en bancadas o surcos trazados en las calles 27 de plantación. Puede considerarse la técnica de riego tradicional en cítricos, siendo el sistema más antiguo y de más amplia utilización en la mayoría de las comarcas citrícolas de todo el mundo. En el riego por aspersión el agua circula por un sistema de tuberías y surge en forma de surtidor a través de unos pulverizadores rotatorios u oscilantes. Es un sistema muy poco utilizado en los cítricos españoles. Sin embargo, desde hace unos años los sistemas tradicionales se está viendo desplazados en las nuevas plantaciones por el riego localizado, especialmente en las zonas deficitarias de agua como son el Levante y Sur Español. Incluso en plantaciones adultas se va sustituyendo el riego tradicional por las nuevas tecnologías. Dentro de los sistemas de riego localizado, pueden distinguirse tres tipos: exudación, microaspersión y goteo, habiendo quedado este último casi en exclusiva en citricultura. De ahí que los trabajos de este estudio se hayan centrado precisamente en él. En el riego por exudación se emplean cintas de material poroso a través de las cuales, y con baja presión, se va liberando humedad. Estas cintas pueden colocarse superficialmente o bien enterradas a escasos centímetros de profiíndidad. El riego suele ser continuo. Estos sistemas comenzaron a introducirse con un gran interés en plantaciones de agrios. Sin embargo, el problema que presenta su conservación en buenas condiciones de funcionamiento, ha hecho que prácticamente desaparezca del panorama citrícola. El riego por microaspersión se realiza por medio de pequeños difiísores "microaspersores" colocados directamente sobre las mangueras de riego o a escasos centímetros de altura del suelo. La distribución del agua puede ser sectorial o circular, llegando a formar manchas húmedas superiores a un metro de diámetro. Es un sistema poco utilizado en el sudeste español, si bien puede ser especialmente adecuado para terrenos muy ligeros, en donde logra un mayor tamaño de los bulbos húmedos que los conseguidos por el riego por goteo. Las técnicas de riego por goteo consisten en llevar el agua a cada planta por unas tuberías de conducción y a través de unos dispositivos, llamados "goteros o 28 INTRODUCCIÓN emisores", que proporcionan la humedad a la planta. Sus caudales varían de 2 a 8 litros la hora, aunque los de mayor uso, en cultivos leñosos, son los de 4 litros/hora. El principio básico de este tipo de riego es mantener permanentemente una zona del suelo con un óptimo de humedad, donde las raíces de los árboles toman el agua y los elementos minerales necesarios para su nutrición. En los sistemas de riego localizado el agua penetra en el suelo desde el emisor en todas direcciones, determinando una zona humedecida, el bulbo húmedo, y una zona seca, no útil al cultivo; esta característica es la que distingue básicamente al riego localizado de los sistemas de riego tradicional por inundación o los de aspersión, donde la infiltración del agua es principalmente unidireccional y la superficie del suelo se moja en su totalidad (MADRID y GUILLEN, 1997). Los componentes fundamentales de una instalación de riego por goteo son los siguientes: - Cabezal de riego, con los sistemas de impulsión, filtrado, abonado, así como los automatismos y elementos de seguridad y control. Los mecanismos de abonado permiten asociar aportaciones fraccionadas de elementos fertilizantes al riego "fertirrigación" y pueden aprovecharse para introducir otros productos como son determinados fitosanitarios "^^quimigación", entre los que pueden incluirse los herbicidas, proceso conocido como "herbigación". - Red de distribución, formado por el sistema de tuberías (principales, secundarias, portagoteros). - Goteros o emisores, en los que se produce la pérdida de carga del agua, hasta provocar un determinado caudal de goteo en el suelo, por medio del cual se forma el '''bulbo húmedo". El bulbo húmedo La distribución de la humedad en el suelo con un sistema de riego por goteo marca importantes diferencias en la flora arvense, en relación a una parcela de las mismas caracteristicas con riego tradicional. Además del movimiento del agua y la heterogeneidad de humedad entre diferentes puntos del suelo en función de su distancia al emisor, provoca un comportamiento de los herbicidas que puede ser muy 29 diferente a otras técnicas de riego, como se podrá comprobar en los estudios realizados. Hay tres factores fiíndamentales que influyen en la distribución de humedad en el riego localizado: características del suelo (textura, porosidad, nivel de la capa freática, homogeneidad y capacidad de infiltración), caudal del emisor y cantidad o tiempo de aplicación de agua. (MADRID y GUILLEN, 1997; AMORÓS, 1991). Además, la tasa evaporación y la de absorción de agua por la propia planta influye también en la forma y el tamaño del bulbo. En general, cuanto más pesados son los suelos menor poder de penetración y, por lo tanto, mayor diámetro del bulbo. Por contra, en suelos arenosos el agua percola con mayor facilidad, con bulbos más alargados en profundidad. Como se observa en la Figura 2 (AMORÓS, 1991), en el bulbo húmedo pueden distinguirse varias zonas: FIGURA 2 ESTRUCTURA DE UN BULBO HÚMEDO EMISOR O GOTERO ZONA DE ACUMULACIÓN DE SALES FRENTE HÚMEDO ZONA MUY LAVADA (BAJA SALINIDAD) FRENTE HÚMEDO ZONA DE BAJA SALINIDAD Fuente: Amorós, M., 1991 30 INTROLHICaON - Zona de encharcamiento, que es la zona más próxima al emisor, en la que suele formarse el charco durante el riego, desde donde penetra el agua en el suelo. - Zona central del bulbo, que corresponde a una zona muy lavada, de baja salinidad. - Zona de acumulación de sales, que rodea al bulbo hasta unos pocos centímetros de la superficie, reduciéndose la concentración salina con la profundidad. En el bulbo húmedo se presenta una acumulación de sales, lateral y superficial, quedando el resto del bulbo húmedo con niveles de conductividad parecidos a las del agua de riego utilizada (Figura 3) (MADRID y GUILLEN, 1997). FIGURA 3 Ejemplo variación de la conductividad eléctrica dentro del BHS en riego por goteo EMISOR O 25 50 75 100 cm. 2.950 3.000 3.400 4.500 (micromhos/cm^ extr. saturación) 75 Basado en esquema de MADRID y GUILLEN.. 1997 - Zona de baja salinidad, que se corresponde fiíndamentalmente con la parte más baja del bulbo. 31- Frente húmedo, formado por el límite de humedad del bulbo. Las características de los suelos determinan, en gran medida, el número óptimo de goteros por planta y la frecuencia y tiempos de riego, para unas determinadas condiciones de cultivo. 1.- 11 COMPORTAMIENTO DE LOS HERBICIDAS EN EL SUELO El suelo agrícola constituye un sistema complejo, heterogéneo y dinámico, en el cual tienen lugar simultáneamente numerosas reacciones químicas y procesos físicos y biológicos (DUCHAUFOUR, 1984). La interacción herbicida-suelo-planta es muy compleja y diversa. En la misma intervienen factores edáficos, climatológicos, características fisico-químicas de los herbicidas y especie vegetal en sí, tipo y régimen de riegos, etc. La mayoría de hebicidas que actúan a través del suelo son activos esencialmente sobre semillas en germinación, plántulas o, a lo sumo, hierbas jóvenes, por lo que los productos han de posicionarse en las zonas de germinación de las semillas (la mayor parte de ellas en los primeros 4-6 centímetros de suelo) o formar una barrera superficial que afecta a las plantas al atravesarla. En ocasiones, los residuos vegetales superficiales pueden afectar a la persistencia y eficacia de los herbicidas en el suelo (RONALD y SHIRLEY, 1986). En la Figura 4 pueden observarse los distintos procesos que pueden sufiir un herbicida en el suelo. Para muchos herbicidas, cuando llegan al suelo, se establece un equilibrio entre la parte que queda en la solución acuosa del suelo y la que es adsorbida por los coloides del mismo, que actúan como una superficie absorbente, reduciendo pues la concentración en la solución acuosa, además de una parte que puede quedar en la fase gaseosa. Una vez alcanzado el equilibrio, comienzan los procesos de degradación, química, fotoquímica o microbiana, en el que el grado de adsorción de los herbicidas en suelo puede influir sobre su actividad biológica, persistencia y movilidad (KRISHNA N. REDDY y col, 1992; GARCIA-VALCÁRCEL y col. 32 INTROIVAXION 1995). Estos procesos están muy influenciados por la temperatura y humedad del suelo (G. BARRERA FERRAZ, D., 1999). FIGURA 4 COMPORTAMIENTO HERBICIDAS EN SUELO VOLATILIZACIÓN APLICACIÓN %*v^ Derivas Escorrentías DEGR. MICROBLVNA DEGR. QUÍMICA ABSORCIÓN (Efic/fitot.) LIXIVIACIÓN Basado en esquema de GARCÍA TORRES y FERNANDEZ-OUINTANILLA.I991 Un esquema de dicho proceso se representa en la Figura 5, en donde la parte del herbicida que está en la solución acuosa del suelo sería biológicamente activa, dándole sus características de eficacia o fitotoxicidad en fianción de la concentración alcanzada. Esta fi-acción sería también fácilmente iixiviable con el movimiento del 33 agua y la más vulnerable a los procesos de degradación. Por contra, la adsorbida por los coloides estaría prácticamente irmiovilizada, siendo poco activa, poco lixiviable y más inaccesible a la degradación. Los procesos de adsorción-desorción son, en términos generales, reversibles, es decir, se establecería un equilibrío entre el herbicida adsorbido y el no-adsorbido. Este equilibrio dependería fundamentalmente de la naturaleza química del herbicida, más o menos ionizable, y de las características del propio suelo, especialmente de su capacidad de intercambio catiónico, que va a depender en gran medida de su contenido en arcillas y matería orgánica. Los coloides del suelo son partículas microscópicas, orgánicas o inorgánicas, cuya superficie está cargada negativamente, siendo uno de los principales responsables de los procesos de adsorción. Las posiciones de intercambio catiónico en los suelos son heterogéneas, puesto que aparecen tanto en la fi-acción mineral como en la orgánica, dependiendo la capacidad de intercambio catiónico (CIC) de la naturaleza y del tamaño de las mismas. De ahí la importancia que tiene la materia orgánica y textura del suelo en la dosificación y aplicación de herbicidas. Así, herbicidas fuertemente ionizables se adsorberían tan fiíerte a los coloides del suelo, que esta reacción sería prácticamente irreversible (por ejemplo, un paracuat en un suelo arcilloso), mientras en otros casos se establecería un equilibrio, más o menos desplazado en uno u otro sentido, como sucede con la mayoría de herbicidas remanentes. A veces, incluso productos considerados exclusivamente foliares, en determinadas circunstancias, pueden tener cierta actividad radicular, representando esto un riesgo para los cultivos (MONSERRAT, 1994). Cuanto más alta sea la capacidad de intercambio catiónico, suelos más pesados o con un mayor contenido en materia orgánica, más capacidad tendrá de adsorber el herbicida (de ahí que en este tipo de suelos se precisen dosis más altas). Otros factores como son la temperatura del suelo, la humedad e, incluso la salinidad, contribuyen también a desplazar este equilibrio en uno u otro sentido, pudiendo ser factores muy cambiantes a lo largo del tiempo y del espacio, en el suelo. 34 ¡NTROmH'CJO: FIGURA 5 ESQUEMA DE ADSORCIÓN-DESORCIÓN EN SUELO CARACTERÍSTICAS DEL SUELO CARACTERÍSTICAS DEL HERBICIDA INMOVILIZADO ADSORCIÓN DESORCi m •*V '̂ Tra. Sales Humedad (goteo) ^ ^ tEFIC/FÍTOT. ^ ^ I LIXIVIACIO> @ I DEGRADAC. -® © ® No todos los suelos se comportan igual frente a un mismo producto fitosanitario. Un herbicida puede tener en un suelo un coeficiente de adsorción "Jfíf' alto, y por tanto quedarse fijado mayoritariamente a las partículas del suelo, mientras ese mismo herbicida en un suelo distinto puede tener una Kd baja, y por lo tanto quedar principalmente disuelto en la solución de! suelo. La Kd no es una propiedad intrínseca del producto, ya que está fiaertemente influenciada por las características del absorbente, en este caso el suelo donde se aplique. En muchos casos, la adsorción de moléculas orgánicas, se puede correlacionar con el contenido en carbono orgánico del suelo y no con otras características del mismo, de ahí que el coeficiente de adsorción normalizado "Koc'\ que tiene en cuenta el contenido en materia orgánica del suelo, sea un valor más representativo de la adsorción del herbicida en el suelo (GÓMEZ DE BARREDA y col, 1998). La adsorción y lixiviación (movimiento vertical de un producto en el suelo), son dos de los más importantes factores fisico-químicos que afectan a la actividad de los herbicidas en el suelo y a sus riesgos medioambientales. Además de reducir la eficacia del herbicida, una baja adsorción y alta lixiviación de los productos en el suelo puede causar la contaminación de aguas subterráneas (CHESTER L. FOY, 1992). Para determinados herbicidas, se ha comprobado que el Fe o Al interfieren en la capacidad de adsorción en suelo. Por lo tanto, algunas prácticas que podrían 35 incrementar el contenido de Fe o Al en suelo, es probable que incrementen la lixiviación debido a que disminuye la adsorción. (ASHOD K. AL VA y MEGH SINGH, 1990). Las moléculas de herbicidas adsorbidas fiíertemente por los coloides no son accesibles a ser absorbidas por las plantas, a ser degradadas por los microorganismos (aunque la adsorción no siempre protege a un herbicida de la degradación) y tienen muy poca movilidad o lixiviación en el suelo. Los productos de media o escasa adsorción pueden ser inicialmente más activos para el control de hierbas, sin embargo pueden ser lavados mas fácilmente o degradados por microorganismos. La capacidad de ionización de las moléculas herbicidas influye en gran medida en su adsorción, cuanto más se disocian en cationes (+), con mayor fiíerza se adsorben a los coloides (-), inactivándolos. La adsorción y degradación microbiológica de pesticidas en el suelo son factores importantes para determinar el comportamiento de lixiviación de pesticidas y contaminación de aguas subterráneas, y estas propiedades pueden variar considerablemente en los diferenteshorizontes del suelo. (ASHOD K. AL VA y MEGH SINGH; 1990). Además de las características del suelo, fundamentalmente contenido en carbono orgánico, CIC y pH, la adsorción/desorción para un determinado herbicida puede depender de otras propiedades del suelo (KRISHNA N. REDDY y col., 1992; RAKESH y col, 1996). El proceso de adsorción-desorción, es un proceso dinámico en el que las moléculas se transfieren continuamente entre el Uquido y la superficie sólida. Existen diferentes fiíerzas que intervienen en este proceso (enlaces iónicos, intercambio de ligandos, interacciones ión-dipolo y dipolo-dipolo, puentes de hidrógeno, transferencia de carga, fuerzas de London-Van der Waals). El pH del suelo influye especialmente en la adsorción de herbicidas ácidos o bases débiles, o sea, parciahnente ionizados. Para los herbicidas que se disocian débihnente, la materia orgánica es el componente decisivo en la adsorción, interviniendo otros tipos de enlaces ("Van der Waals, enlaces de hidrógeno, complejos coordinados con cationes poüvalentes, etc.). 36 INTRÜDUCaON Al aumentar la temperatura aumenta la tasa de degradación de un herbicida, esta dependencia se puede expresar con la ecuación de Arrhemius (k=Ao e^^"^^). En cuanto a la humedad, es un factor esencial, ya que un adecuado valor de esta y la temperatura asegura una actividad microbiológica adecuada, pero además actúa como disolvente y agente de transporte, como medio para procesos biológicos y no biológicos. Es por tanto evidente que las constantes de degradación de los herbicidas se incrementan con las condiciones de alta humedad (GÓMEZ DE BARREDA y col, 1998), por lo que el comportamiento de los herbicidas en parcelas con sistemas de riego localizado puede alejarse mucho de las situaciones estándar. La absorción del herbicida por las plantas aumenta su tasa de degradación, siendo mayor la persistencia en un suelo desnudo. Además, la aplicación reiterada de un mismo herbicida, o productos estructuralmente similares, puede dar lugar a fenómenos de "enriquecimiento" de sus microorganismos degradadores, y por lo tanto a una disminución de su persistencia, para productos con este tipo de degradación. De todos estos factores dependen, en gran medida, la eficacia y persistencia de los herbicidas, siendo muy importante su conocimiento para su correcta utilización, consiguiendo el efecto deseado para todo el ciclo de cultivo y evitando riesgos para cultivos posteriores o para el medioambiente. Como se ha podido comprobar, la persistencia estimada de un herbicida es solo orientativa, pudiendo fluctuar enormemente en función del suelo y de las condiciones medioambientales (PÉREZ y col., 1997). Para estimar el riesgo medioambiental de un fitosanitario en el suelo, se han propuesto diferentes índices, asi GUSTAFSON (1989) simplifica su posibilidad de penetración en el suelo considerando solamente dos parámetros: la vida media y su Koc. Posteriormente, GÓMEZ DE BARREDA (1998), propone un nuevo índice, denominado PBT, en el que, además de esos datos, se valora también el coeficiente de partición octanol/agua y la toxicidad del producto. PBT: 5GUS + loe Kow log DL50 37 Sin embargo, hay que tener en cuenta que la vida media de un herbicida no es siempre la misma, varía sobre todo con la temperatura y la humedad, por tanto un herbicida aplicado en una determinada época del año puede tener diferente coeficiente GUS que si es aplicado en otra, y por consiguiente puede ser considerado Ibdviable, intermedio o no-lixiviable, dependiendo de las condiciones meteorológicas (GÓMEZ DE BARREDA y col, 1998). Características diferenciales del comportamiento de herbicidas bajo un sistema de riego localizado. Como se ha visto, hay numerosos trabajos sobre el comportamiento y distribución de herbicidas entre las diferentes fases del suelo (GERBER y EUTH., 1973; GUSTAFSON, 1989; ASHOD K. ALVA y col., 1990; KRISHNA N.REDDY y col., 1992; CHESTER, 1992; GÓMEZ DE BARREDA, 1994, 1998; RAKESH y col., 1996; CLEMENTE y col, 1998; etc.). En algunos de ellos se muestra la utilidad que tienen los diferentes coeficientes de partición entre las distintas fase del suelo, líquida, sólida y gaseosa, para explicar importantes aspectos de su comportamiento. Dentro de estos coeficientes, el más importante desde el punto de vista práctico es la Koc, en el que se tiene en cuenta la proporción de herbicida adsorbido en el suelo, respecto a la concentración de equilibrio del mismo en el agua del suelo (Kd), así como la materia orgánica presente en el suelo. Kd )j,g herbicida / g de suelo Koc = X 100; siendo la Kd = %m.o. [j-g herbicida / mi de agua Sin embargo, en un sistema de riego localizado se producen condiciones especiales en cuanto al movimiento del agua en el suelo, fi^ecuencia de aportes hídricos o diferencias de humedad y conductividad eléctrica entre distintas partes del terreno, respecto al tradicional, que explican algunas diferencias constatadas en el comportamiento de los herbicidas a nivel general. En los sistemas de riego tradicionales y de aspersión el movimiento del agua es perpendicular a la superficie del suelo en todos sus puntos, lo que contribuye a posicionar los productos de una forma homogénea en su zona de actuación. 38 INTRODUCCIÓN generalmente en la superficie o hasta unos pocos centímetros de profimdidad. Sin embargo, el movimiento del agua en un sistema de riego por goteo sigue una distribución tridimensional desde el emisor, no habiendo prácticamente incorporación, de los productos que son aplicados en la superficie del suelo, con el riego. En el caso de las apücaciones realizadas a través del sistema de riego, el movimiento de los herbicidas herbigados es paralelo, de alguna manera, al del agua, pero el movimiento total del herbicida es menor que el del agua (CHESTER L. FOY, 1992). Tanto la distribución del agua como la del herbicida en el suelo tendrá una forma semiesférica o de cono bajo los emisores. Su forma exacta está determinada por las características del suelo (un cono estrecho en suelos ligeros y más ancho cuanto más pesados), la cantidad de agua de riego y la tasa de absorción de las raices. En un sistema de riego localizado, se producen condiciones extremas en el suelo, especialmente de humedad, así como de otros aspectos (salinidad, pH, percolación, etc.), que determinan en gran medida la eficacia, persistencia, y riesgos fitotóxicos y medioambientales de un herbicida. La mayoría de herbicidas aplicados a todo terreno, en riego localizado, pierden su potencialidad en áreas secas, ya que no disponen de agua para activarse, si no se producen precipitaciones. Observando la Figura 6, en la que se ha incluido la Figura 5, podemos ver las situaciones extremas que se producen con un sistema de riego por goteo: una parte central, fi^ecuentemente encharcada, desde donde el agua se mueve en todas direcciones desplazando a cuantos productos sean susceptibles. La saturación de agua en esa zona suele ser total, por lo que los herbicidas que sufren este tipo de retención en el suelo tienden a estar desplazados, en su equilibrio de adsorción/desorción hacia la solución acuosa (ver Figura 5), lo que contribuye a favorecer su actividad inicial, que puede potenciar su eficacia o fitotoxicidad momentáneamente. Por contra, en la zona seca, no alcanzada por el riego, el equilibrio estaría desplazado hacia la parte inmovilizada, con el producto inactivo y menos vulnerable a la degradación. Un caso excepcional lo pueden constituir los herbicidas considerados de acción exclusivamente foHar, que en condiciones extremas (aplicaciones durante el riego, suelos muy ligeros, ...), pueden ser absorbidos por las raíces de las plantas desde la solución acuosa de esa zona saturada, antes de ser inmovilizados en el suelo (MONSERRAT, 1994). 39 Figura 6 DIFERENCIAS DE HUMEDAD
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