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ARQUEOLOGIA CRISTIANA EN EL DESIERTO DEL NÉGUEV Pau Figueras Beersheva, Israel Resumen En el, desierto del Néguev aparecen de tanto en tanto ruinas que los arqueó- logos, en un principio, no supieron datar. Pero pronto comprendieron que. Junto a vestigios de los siglos ixyxd. c., aquellas ruinas no podían remontarse más alia del periodo romano. Su origen no puede ser otro que el de estaciones esta- Mecidas por caravaneros nabateos. Estos semitas, que sustituyen a los edomitas en la posesión del desierto del sur, adoptaron más tarde la cultura helenística y se cristianizaron. Su ocupación de la región llega hasta la conquista árabe de Palestina. El autor de este articulo, unienuo al testimonio arqueológico el de ins- cripciones y papiros, describe los edificios eclesiásticos, el culto y el santoral, asi como la vida ae las comunidades cristianas que, a lo largo de los siglos ν-νιι, poblaron las ciudaaes de Elusa, Ruheibeh, Nessana, Sabota (hoy Shivta), Oboda (hoy Avdat) y Mampsis. Summary In Neguev desert ,ruins are found which the archaeologists could not date accurately. Soon, however, they found out that, together with past remains from IX and X centuries A. ٥٠, those ruins could not date back earlier than the Ro- man period and must be ^sts established by Nabatean caravaneers. These Se- mites, which came to substitute the Edomites in their positions in the South of the desert, adopted later on the Greek culture and become Christians. They ruled the country till the Arabs conquered Palestine. The author of this ׳article, put- ting the archaeological testimony together with that of inscriptions and papyri, makes a description of religious buildings, worship and sanctoral calendar as well a٠s everyday life in the Christian communities which ^pulated the cities of Elusa, Ruheibeh, Nessana, Sabota (nowadays Shivta), Oboda (Avdat) and Mamp- sis in the V and VII centuries. La riqueza arqueológica del pais de I'Srael alcanza mucho más que el puro־ terreno de la Biblia, la historia del pueblo Judio y los Lugares Santos de cristianos y musulmanes. Una de sus regiones más abundantes en antigüedades .no destruidas por construccio- Estudios Bíblicos 45 (1٥87 ) 207-228 ESTUDIOS BÍs1c0s-Pau Figueras208 nes posteriores es el llamado desierto del Néguev, que se extiende por todo el sur del pais, desde la ciudad de Beersheva. (la Bersabé bíblica) hasta el puerto de Eilat, a orillas del Mar Rojo. Recorrido, pocos afios atrás, sólo por las caravanas de nómadas beduinos, ha sido después y sigue siendo actualmente objeto de Importantísimas investigaciones arqueológicas. A mediados del siglo XIX, los explo- radores occidentales de aquella reglón, que Iban sobre todo en busca de las huellas de los israelitas a su salida de Egipto, tuvieron mu- cha dificultad de identificación. Pero ya hacia finales de siglo se dieron cuenta de que las ruinas de las ciudades antiguas que d٠e pronto aparecían a los ojos de los fatigados viajeros en medio del desierto no podían datar de más allá del periodo romano. Las fuen- tes escritas que hubieran podido aclarar algo el misterio de aque- llos restos eran muy poco conocidas. Sin embargo, teniendo en cuenta lo poco que pudo recogerse de historiadores y geógrafos an- tiguos, tales como Dlodoro de Sicilia y Claudio Tolomeo, y con la ayuda de la toponimia árabe local, se llegó a conclusiones bastan- te satisfactorias. Un paso 'adelante en ia Identificación de ciudades se dio como consecuencia de la publicación del feliz hallazgo del mapa mosaico de Mádaba en Transjordania, de los fragmentos epi- gráficos de edictos Imperiales descubiertos e.n las ruinas de la an- tlgua Beersheva y del documento romano llamado Notitia Digni- tatum Orientis(!)■ Además de Beersheva, que esté situada en el Néguev superior, existen en la zona llamada del Néguev central (véase mapa adjunto) seis ciudades en ruinas, asi como otras aglomeraciones de habita- cíón más reducidas. Un triángulo occidental esta formado por las ciudades de Elusa (hoy Halutza), Reheibeh, Nessana (‘Auja el-Rafir), Sobota (hoy Shivta) y Oboda (hoy ‘Avdat). Más hacia oriente, la ciudad de Mampsis (hoy Kurnub 0 Mamshit). El origen de todas estas ciudades no puede ser otro que el de estaciones camineras establecidas por los caravaneros nabateos. Fueron éstos el pueblo que sustituyó a los edomitas en su posesión del desierto del sur, probablemente a partir del siglo V 0 IV a.c. Habiéndose dedicado primero al comercio de las especias procedentes del Lejano Orien- te, de las costas del Africa occidental y del sur de Arabia, fueron luego sedentarizándose, basando entonces su economía más bien en le desarrollo de la agricultura. Qué papel desempeñaron los roma- .nos en este proceso de sedenterización de los nabateos cuando, en (1) No existe en castellano, que sepamos, ninguna obra que pueda recomen- darse acerca del tierna que nos ocupa en esta síntesis. Los datos aqul consigna- dos provienen de las publicaciones científicas o de alta divulgación en Inglés, francés, alemán y hebreo que citamos en las siguientes notas 0 son fruto de nues- tra Investigación y conocimiento directos. 209arqueología cristiana En El desierto del négüev el año 106 d.c., Trajano decidió realizar la anexión de todo su reino al imperio es una cuestión aUn no resuelta. Lo que resulte claro es que, ya mucho antes de la anexión, los nabateos hablan comenzado a establecerse de un modo permanente en los distintos lugares que luego vemos transformados en verdaderas ciudades (2). A la par que se sedentarizaban, los nabateos, que eran de ori- gen Semite, y prácticamente pueden ser considerados como una tribu árabe con costumbres típicamente nómadas, adoptaban la cultura helenística. Su estilo artístico, que puede apreciarse sobre todo en las fachadas excavadas en las paredes rocosas de Petra, su capital, es básicamente clásico y, probablemente, alejandrino. Su panteón fue asimilado en parte a los dioses griegos. De la lengua nabatea y escritura aramea para sus inscripciones se pasó a la lengua y escritura griegas. Sabemos por el elegante escritor Libante, que escribía en griego en. Antioquia de Siria hacia media- dos del siglo IV d.c., que en la ciudad de Elusa, la principal de las seis mencionadas en el Négüev central, existía una escuela de re- tórica, de la cual procedía su maestro Zenobio. Este dato es sor-- préndente cuando leemos lo que de la misma ciudad y de sus ha- hitantes nos cuenta san Jerónimo en la Vita Hárionis, reflrién- dose a aquella misma época. En efecto, a la aclamación semítica de barej (esto es, “bendice”), los semibárbaros habitantes de la ciudad acogen al venerable monje Hilarión, que este de paso por aquellos parajes. En la pluma de un escritor latino como Jerónimo, el calificativo de “semibárbaro” sólo puede entenderse como relati- vo a la lengua, esto es, que no hablaban ni griego ni latin. Sea cual fuera el porcentaje de los habiten tes de Elusa que no estaban, por decirlo asi, civilizados, lo cierto es que ninguno de ellos seria cris- tiano en aquel momento, puesto que estaban celebrando la fiesta del “lucero matutino” en el templo de Venus. Hilarión les convence de que acepten la fe en Jesucristo, poniendo esto como condición de sus ulteriores visitas al lugar. Es Ó1 quien traza entonces por si mismo e.n el suelo el plan que deberá regir la construcción del edificio de la Iglesia que ellos se comprometen a construir. A pesar de la parte de leyenda que pueda tener esa noticia, no hay duda de que ella pone de relieve el importante papel desem- pefiado por los monjes procedentes de la región de Gaza en la expansión del cristianismo por las ciudades .nabateas del Négüev. (2) Después de las exploraciones de Nelson Glueck en Transjordania y en el Négüev (resumidas en su libro Rivers in the Desert: A History of the Negev (New York 1968) ), quien más ha trabajado y publicado sobre los nabateos en la re- glOn es el profesor Abraham Negev,de la Universidad Hebrea de Jerusalén (bue- na síntesis en el n. 19 de Le Monde de la Bible, Paris 1981). ESTUDIOS BÍBLICOS —Pau Pigueras210 La cronología, afio 350 d.c. más 0 menos, corresponde bien a la época de la gran expansión monástica en Palestina, que acarrea la cristianización de gran parte de los habitantes paganos del pais. Es verdad, sin embargo, que precede en unos cien afios a los pri- meros vestiglos arqueológicos cristianos hallados en la zona, a pesar de que la investigación metódica de tales restos deja muchísimo que desear. Bien pudiera ser que futuras y mejores excavaciones que las realizadas hasta el presente .nos reserven sorpresas Insos- pechadas en cuanto a la fecha inicial de los vestigios cristianos de la zona. En cualquier caso, es indudable que el conjunto arqueo- lógico paleocristiano que se ha conservado en las ciudades muertas del desierto del Néguev merece ser más conocido y apreciado de lo que ha sido hasta ahora por parte de los estudiosos de la arqueo- logia cristiana e,n general. En las páginas que siguen trataremos de resumir brevemente los principales descubrimientos, haciendo resaltar lo que tales restos y, sobre todo, la epigrafía y los papi- ros nos ensefian en cuanto a la historia cristiana de la región, asi como los problemas que quedan por resolver respecto a parti- culares detalles. Para sistematizar algo la materia, dividiremos ésta en tres partes principales: edificios, culto y santoral, pueblo y Je- rarquia. I. EDIFICIOS ECLESIÁSTICOS En cada una de las mencionadas seis ciudades muertas del Né- guev existen restos de más de una Iglesia: tres 0 cuatro en Beer- sheva(3)> dos en Mampsis, tres en Sobota, dos en Oboda, tres (0 cuatro) en Nessana(4)> cuatro en Ruheibeh (5) y dos, como mini- mo, en Elusa, de las cuales 8610 una ha sido parcialmente exea- vada(6). La planta de todas estas iglesias es la conocida de tipo basilical, esto es, una sala rectangular 0 cuadrada, dividida en tres naves por dos filas de columnas. La nave central es generalmente más ancha que las laterales, con las cuales forma paralelo. En el extremo oriental de esta sala tripartita hay un ábside de una an- (3) Nada queda hoy de las iglesias bizantinas que existían antafio en Beers- heva fuera de algunos fragmentos de mosaico e Inscripciones. Véase nuestro es- tudio “Beersheva In the Roman.Byzantine Period”: Botetin de la Asociad Es- mola de Orientalistas 16 (1980) 13&-162. (4) A. Negev, "The Churches of the Central Negev": Revue Biblique 81 (1974) 4Μ-422, pis. XVIXXII, (5) Y. Tsafrir, “Rehovot in the Negev: Pour Seasons of Excavations”: QaA- mmiot 12 (1979) 124-132 (en hebreo). Del mismo arqueólogo está ya en prensa un volumen entero en inglés sobre el mismo lugar. (6) A. Negev, “Elusa”: جء Monde de la Bible 19 (1981) 39-43. 211ARQUEaOGÍA CRISTIANA EN EL DESIERTO DEL NÉGÜEV chura algo menor que el de la nave central. Este ábside marca la orientación general de toda la sala y del culto que en ella se prac- tica por ser el oriente símbolo de la resurrección del Sefior. A partir de este plan general, al que se acomodan todas nues- tras iglesias del Néguev(7), hay que comenzar a detallar ciertas particularidades. La primera se refiere a la cuestiOn del plan tri- absidal que se da e,n la mayoría de los casos. Esto es, a los dos lados del ábside central, y frente a las alas o naves laterales, se abre un ábside adicional, de proporciones menores que el central, tanto en anchura como en altura. SOlo en las dos iglesias de Mampsis estos ábsides laterales no existen, y aparecen en su lugar dos habitaciones que podemos llamar sacristías 0 pastoforios. Son ambientes más 0 menos cuadrados, en los que se entra por una apertura hacia la nave lateral correspondiente. E.n la iglesia occi- dental de Mampsis esta apertura es lo suficientemente estrecha como para poder ser cerrada con una puerta; en la iglesia oriental la apertura es ancha y probablemente se cerraba sdlo con una cor- tina. Debido a esta anormalidad, estas dos iglesias de Mampsis se consideraban como construidas en un periodo más antiguo que el de las demás iglesias del Néguev. Debido también al hecho de que en el mosaico que decora la iglesia oriental aparecen dos cruces, una cerca de la entrada y otra ن unto a los escalones del presbi- teri0(8). se cree que estas iglesias de Mempsis fueron construidas anteriormente al año 417, fecha en que el emperador Teodosio II prohibid la representacidn de símbolos sagrados en los pavimentos. Asi pues, la cuestidn de la tipología de las iglesias va unida al problema de su cronología. La cosa se complica por dos hechos veriflcables: en algunos casos, como en la catedral de Elusa, es indudable que de un primer plan monoabsidal de la basilica se pasd al triabsidal(9). Esto es, en un determinado momento se trans- formaron los dos pastoforios en ábsides laterales, y se rehizo, es- techándolo algo, el ábside central. El segundo hecho es que la finalidad de los dos ábsides laterales parece que no fue la misma que la de los pastoforios 0 sacristías, que podían servir, como hoy en las iglesias orientales, de prótesis y de dkcónico. El hecho de que varios de los ábsides laterales contengan en un lugar central, fijo y visible, un relicario de piedra indica probablemente que este (7) Véanse los planos de la mayoría de estas'iglesias en A. Negev, "‘The Chur- ches...”, pis. χνΐ-χνίΐ. (8) Ibid; pi. XIX, b (obsérvese que los títulos de las dos fotos de la plancha están Intercambiados). (8) En el ábside central se advierten dos fases de construccion. En la segun- da, que seguramente es contemporánea a la transformación de los pastoforios en ábsides laterales, se redujo el semicírculo del ábside central a base de revestirlo de una ca!» de piedras talladas. ESTUDIOS BÍBLICOS-Pau Figueras212 ambiente era consagrado más al culto de los santos y sus reliquias que a cualquier otro uso. A esto se afiade el hecho de que estos ábsides laterales quedan separados del resto de la basílica por un cancel, semejante al que delimita el presbiterio central(10). Trataremos luego la cuestión de este culto de los santos. Por el momento nos interesan los detalles arquitectónicos y sus res- pectivas funciones. La entrada a la basfllca era por la parte occi- dental, donde una triple puerta daba acceso al interior desde el atrio (Iglesias de Mampsis, Oboda, Ruhelbeh, catedral de Elusa, Sobota norte), un simple pórtico (Iglesias sur y centro de Sobota, sur de Nessana) 0 el bautisterio (Nessana norte). Por comparación con las ruinas de otras iglesias paleocristianas de Palestina y las descripciones de escritores cristianos de la época (como Coriquio de Gaza, s. VI d.c.) resulta evidente que el atrio era de norma si asi lo permitían las condiciones topográficas. La iglesia sur de Sobota fue construida cuando existía ya la gran piscina que se abre a su lado occidental. El pórtico de la iglesia central da directamente a una calle que existiría ya mucho antes de la constricción de la iglesia. La iglesia superior de Nessana tiene un atrio Irregular en el lado oriental, separado del Unico ábside por un muro. Bautisterios. Hasta el presente se han descubiertos bautisterios en cinco de las iglesias. Su situación con respecto al edificio cen- tral no es normativa, encontrándose ya en una capilla lateral en el lado sur (Mampsis, Sobota norte), ya Junto al pórtico (Sobota sur) o frente a la entrada principal (Nessana norte). No debe sorpren- dernos la presencia de tantos bautisterios en una región relativa- mente pequefia, pues es evidente que cada población grande tenia el suyo. Todavía no sabemos dónde estaba ubicado el de la catedral de Elusa, que es de proporciones muy superiores a las demás basl hcas (33 X 28 metros, contra un promedio de 20 X 15). Las pilas bautismales para bautismo de inmersión son de hechura muy di- versa. Las de Mampsis y Nessana están excavadas en el suelo. La de Oboda, esta construida con piedrasy estaba revestida de mármol. Las dos de Sobata son monolíticas y cruciformes. Algunos de estos bautisterios (Mampsis y Oboda, Sobota sur) tienen una pila más pequefia Junto a la de inmersión, que se supone seria para el bau- tismo de nifios. Se nos impone aqui la pregunta de por qué dos bautisterios en una sola ciudad como Sobota, que no alcanzaría los 3.000 habitantes. Aunque es difícil establecer una cronología exacta para cada una de las dos Iglesias en que están situadas, parece que debemos acep- tar el hecho de que las iglesias eran contemporáneas. La explica- (10) Negev, ibid., pis. ΧΙΧ-ΧΧΙΙ. 213ARQUEOLOGÍA CRISTIANA EN EL DESIERT-O BEL NÉGUEV cito, por tanto, debe ser de otro orden. No es improbable que se trate de dos comunidades cristianas pertenecientes a distintas con- fesiones, teniendo e,n cuenta que los siglos V y VI, en los que se debe fechar la construcción de la mayoría de las iglesias del Né- guev, vieron encarnizadas luchas por la ortodoxia en todo el Medio oriente, y en Palestina de un modo particular. No lejos del desierto de Ndguev, en la región de Gaza, el célebre monje monoflsita Pedro Ibero ganaba innumerables adeptos para su iglesia. NlngUn histo- rlador, sin embargo, nos ha dejado referencias sobre las posibles divisiones entre los cristianos de nuestra región. De la probable pre- sencia de monjes nestorlanos en el Nóguev nos ha llegado un tes- timonlo epigráfico del que luego trataremos. Capillas laterales. Además de los bautisterios se encuentran junto a muchas iglesias otras capillas y salas laterales. Algunas de ellas tendrían la función de diacónico, 0 sea, de sacristía para la con- servación de ornamentos, libros y vasos sagrados, otras, como ve- remos, estaban destinadas a la veneración de las reliquias. Todas están conectadas a la iglesia por una puerta de acceso. Tumbas. Tanto en el suelo del atrio como en el de la iglesia se encuentran a veces tumbas cubiertas con losas de piedra local 0 de mármol. Sus numerosos epitafios, como luego veremos, constituyen un precioso arsenal de información sobre el pueblo y la jerarquía de aquellas comunidades y nos permiten datar con la máxima pre- cisión la época de mayor uso de estas iglesias, aunque de ninguna podemos afirmar concretamente el afio de fundación 0 el de aban- dono. Interior de la basilica. Este no difería, en el Néguev del de las demás iglesias paleocristianas conocidas. Un cancel de piedra local (Oboda sur) 0 de mármol (Mampsis occidental) separaba el recinto del coro o presbiterio, en el centro del cual se encontraba el altar. Sólo se nos han conservado fragmentos de tales altares, de las co- lumnitas de mármol sobre las que descansaba la mesa y de su bases de piedra 0 de mármol. Nos faltan muchos detalles arquitectónicos para completar el cuadro del interior de cualquiera de estas igle- sias, pero ciertos elementos ,no eran comunes a todas ellas, sino que podían ser muy particulares. Restos de columnillas altas y del- gadas de mármol (Mampsis occidental) sostendrían una arquitrabe de madera, del cual colgarían cortinajes y lámparas que podían constituir un principio de iconostasio, como se ve e,n otras Iglesias paleocristianas. Detrás del alter y adosados al ábside central se encuentran uno 0 dos altos escalones que formaban el sintrono, donde se sentaban los concelebrantes y diáconos alrededor de la silla del oficiante prln- ESTOTIOS BÍBLICOS-Pau Figueras214 cipal. El asiento de éste era, naturalmente, más elevado que el de los demás (Mampsis). En Oboda norte el sillón del oficiante se elevaba sólo, entre el altar y el. sintrono, sobre tres escalones. Más impresionante es todavía el trono del obispo de la catedral de Elusa, que se elevaba sobre nada menos que seis escalones revestidos de mármol. La ausencia de un sintrono de piedra, tanto aqul como en la mayoría de las iglesias de Néguev, se explica por el probable uso de sillones 0 taburetes de madera. Junto a la plataforma elevada del coro, en el ángulo norte, se ven a veces restos de lo que serla la base del ambón, que era rec- tangular (Mampsis oriental) 0 hexagonal (Mampsis occidental). A lo largo de los muros internos de la iglesia, se encuentran casi siempre un banco de piedra para uso de los fieles. Es muy pro- bable que sobre las alas laterales hubiese una galería para las mujeres, un matroneo, semejante al que habría también en las si- nagogas de la época. Como restos de tales galerías pueden inter- pretarse ciertos detalles de Sobota, norte y sur. Señalemos, final- mente, que la decoración interna de estas iglesias seria general- mente suntuosa, con mosaicos sobre los ábsides (Sobota norte) y los pavimentos (Mampsis y capilla lateral de Sobota norte), pintu- ras murales (Sobota sur), suelos enlosados de mármol (Elusa) y muchos elementos escultóricos. Edificios contiguos. Ignoramos la función de la mayoría de las distintas salas que circundan a menudo las basilicas y sus atrios, pero no hay duda de que tales piezas estaban en relación con la función cultual y comunitaria de las iglesias. En algunos casos, como en la basilica norte de Nessana, se trataba de verdaderas casas parroquiales, pues asi se desprende del hallazgo de parte de su antiguo archivo. En otros, como en Sobota norte y Oboda sur, parece que debemos aceptar la presencia de monasterios, pues ade- más de la arquitectura misma tenemos el testimonio epigráfico. El complejo arquitectónico Junto a la iglesia sur de Sobota (11) puede tener la misma explicación, pero no está probado por las inscripciones. Es indudable que Junto a la gran Iglesia de Elusa, que parece seria la catedral, deben hallarse los restos del episcopio 0 casa episcopal. Pero el paro de las excavaciones hace imposible confirmar esta suposición. Monasterios. Como verdaderos complejos monásticos han sido identificadas unas ruinas en Tel MasOs, a 17 fcms. al sureste de Beersheva, por la presencia de tumbas monásticas en una sala se- (11) Véanse ،٥٤٥٠, pi. XVII, los planos de estos complejos de construcciones, probablemente monásticas, alrededor de las iglesias norte y sur de Sobota y de la Iglesia sur de Oboda. 215ARQUEOLOGÍA CRISTIANA EN EL DESIERTO DEL NÉGUEV pulcral subterránea Junto a la Iglesia. Las inscripciones siriacas ya mencionadas confirman tal identificación (12). Parecen también ser de un monasterio los vestiglos bizantinos excavados en Tel Irá, a unos 15 kms. al este de Beersheva.. Son bien visibles los restos de una capilla, en cuyo pavimento de mosaico se puede leer una Invocación a san Pedro, que serla el patrón del lugar. El tono de tal inscripción permite suponer que el lugar atraía a los peregri- nos(13). Otra ruina, muy singular por su situación topográfica y su estructura, representa probablemente otro complejo monástico, por lo menos en parte. Se trata del lugar llamado hoy Mitzpé Shivta, antes Mishrefe, a dos kms. al este de Sobota. Sobre una cabeza de cerro, una serle de lo que serian celdas monacales 0 habitado- nes para peregrinos se extiende en ancho semicírculo alrededor de una capilla central orientada hacia levante, frente a un Imponente panorama. La identificación del lugar no esté todavía aclarada, pero se trata muy probablemente del xenodoquio 0 mesón de s. Jorge, que en el siglo VI daba acogida a monjes y a peregrinos en camino hacia el Sinal, segUn la información transmitida por el anónimo Peregrino de Plasencla -Plencia—(14). Muchas cuevas del pais, en parte naturales y en parte excavadas por mano de hombre, pertenecieron a ermitaños del periodo bizan- tino. Tales son en nuestra región las de Ein. Evdat, situadas en la pared occidental del cañón natural sobre la fuente de Avdat u Oboda, a 2 kms. al norte de las ruinas de Oboda (15٠). El acceso a ellas se facilita por la escalerilla excavadas ya de antafio en la roca. Los ambientes tienen forma más o menos rectangular. Ε,η algunas paredes hay nichos que servirían de armarios. Las entra- das son espaciosas,y delante de alguna de ellas hay una especie de balcón con banquillo excavado en la roca. La identificación de las cuevas como celdas monacales es casi segura por los restos (12) p. Maiberger, nie syrischen Inschriften als Quelle sur Geschichte der Nestorianer in Peleestiua, en V. Fritz y A. Kempinskl, Ergebnisse der Ausgra- Ingen au, der Hirbet el MSaS (Tel Masos) 1972-1975 I, pp. 158-186: Π, pis. 80-83. (13) Dicha Inscripción, de la que sdlo se dio noticia hace rarios afios י parte de su descubridor, Itehak. Beit-Ariè, en Hadashot Arfeologiot 77 (octubre 1877) 34 (en hebreo), ha sido recientemente mutilada. (14) Véase texto en ل. Wilkinson, Jerusalem Before the Cmades (Jerusalem 1877) 87, 35. Un reciente estudio de exploración y los planos del lugar acaban de ser publicados por laakov Baumgarten, Mitzpé Shivta, como apéndice al libro de A. Segal, Shivta, aspecto de uwa ciudad bizantina del Néguev (Haifa 1886) 87-108 (en hebreo). En una Inscripción grafito existente in situ, y que en breve espera- mos publicar, puede leerse una oración personal en griego de un peregrino, que va dirigida al “Sefior, Dios de san Jorge...”. Es, pues, casi seguro que se trata de dicho mesón, al que se Juntaba una residencia monacal y una pequeña for- taleza militar. (15) Y. Tsafrlr, (Bet sefer sade, Sde Boqer...) (en hebreo). ESTUDIOS BÍBLICOS —Pau Figueras216 de algunas cruces pintadas, típicas de habitaciones semejantes en el desierto de Juda. Cuevas semejantes se habían encontrado ya hace muchos afios e.n la región de Qadesh Barnea, hoy al otro lado de la frontera con Egipto, en el llamado Wadi Mueileh, en la pe- ninsula sinaítica(16). II. CULTO Y SANTORAL A pesar de que no existe un acuerdo absoluto entre arqueólo- gos y liturgistas sobre la función de cada una de las partes de la basilica paleocristiana tal como se nos presentan hoy sus ruinas, es necesario esforzarse por encontrar una explicación satisfactoria a cada un٠0 de los detalles. Las basilicas del Néguev no son homo- géneas, a pesar de sus generalidades, en las que todas concuerdan. Hay anomalías, como la falta de atrio en algunas de ellas, que se explican por el hecho de que fueron construidas más tarde que los edificios circundantes. Asi, como hemos observado, el caso de las basilicas sur y central de Sobota. Algunas tienen bautisterio, otras no. Dos 0 tres parecen ser monasterios, sobre todo por las salas que rodean el atrio. Las estancias al norte y al sur de la iglesia norte de Nessana son más difíciles de explicar. ¿Se trataría de una “casa parroquial”, como hemos apuntado antes, 0 más bien de un monasterio? La respuesta no s٠e encuentra en la amplia do- cumentación que nos brindan, justamente alli, los más de doscien- tos papiros descubiertos e.n una de las salas, ni en las abundantes inscripciones locales (17). En. ambas fuentes se nos habla del hi- gimeno del lugar, pero no de los monjes ni del monasterio, ni se le atribuye el titulo de ábá Además, se ve por inscripciones y do- cumentO'S que el tal higúmeno está casado, puesto que te.nía un hijo, y este hijo pasaba a heredar de su padre el cargo de higúmeno. Santoral. La iglesia norte de Nessana estaba originariamente dedicada a san Sergio y a san Esteban, mientras que los documen- tos posteriores mencionan a los santos Sergio y Baco. Una lista de ofrendas traídas a Nessana por particulares con ocasión de la fiesta de san Sergio pone de manifiesto que existían peregrinacio- (16) M. Abel, “La grotte de Moueilleh”: Revue Biblique 3 (1906) 600-602. (17) La acrópolis de Nessana, con sus dos iglesias y una fortaleza, fue exea- vada durante los afios 1935-1937 por la misión americana Colt, que tuvo la suerte de descubrir un importantísimo lote de papiros de los siglos VI y VII d. c. Las inscripciones, junto con el demás material arqueológico, fueron publicadas por H. D. Colt (ed.). Excavations at Nessana I (Princeton 1962). El estudio y publi- cación de los papiros no literarios estuvieron a cargo de s. j. Kraemer, Excava- tions at Nessana III (Princeton 1958). 217ARQUEOLOGÍA cristiana en el desierto del neguev nes regionales en aquella zona, y tal vez a ello se deba la grandio- sidad de dicha iglesia y de sus dependencias. Es muy posible, aun- que no esta probado, que la popularidad de una particular iglesia fuera debida al hecho de que se conservaran en ella las reliquias de su santo patrón. Queda claro, sin embargo, que .no siempre era éste el caso, puesto que en Nessana habla una iglesia dedicada a los Tres jovenes de Babilonia, y en Beersheva habla otra definida por una inscripción como el topos, es decir, lugar particular, de los santos Abrahdn y Esteban. Estos dos eran los santos más popu- lares en todo el Néguev, a juzgar por la onomástica popular según las inscripciones. Es inUtll intentar reconstruir hoy todo el santoral propio de la zona, pues las fuentes escritas son demasiado escasas. Resumiendo lo que nos ofrecen las inscripciones y grafitos, además de los pa- piros de Nessana, tenemos en, total los nombres de los siguientes santos: Sergio (Nessana y tal vez Elusa), Baco (Nessana), Teodoro (Oboda), Pedro (Tel Irá), Jorge (Mizpé Shivta), Esteban (Sobota, Beersheva y Nessana), Abrahán (Beersheva), los Tres Jdvenes (Nes- sana), la Teotocos (Nessana). Una extrafia interpretación de un fragmento de columna central en el atrio de la iglesia norte de Sobota hace de esta iglesia un santuario dedicado a la memoria de un venerable estilita local. Creemos inútil refutar tal interpretación, del todo infundada (18). Capillas laterales y cwlio de los santos. Al parecer, la Iglesia sur de Oboda estaba dedicada a san Teodoro, pues un epitafio en su ala sur atestigua que el difunto en cuestión, habla sido en- terrado en el rurtyrion de dicho santo. ¿Cómo hay que entender esta palabra? ¿Se trata de una designación de toda la basilica o sólo de una supuesta capilla lateral en el ábside sur, frente a dicha, tumba? La evolución tipológica de estas iglesias es un hecho arqueológicamente probado, segUn vimos. Y tal evolución incluye la transformación de las sacristías 0 pastoforios laterales en ca- pillas, en las cuales la presencia de relicarios pone en evidencia que su función principal, aunque posiblemente no Unica, era la ve- neración de los santos. Dichas capillas estaban normalmente ce- rradas al público, lo que se indicaba con un cancel bajo, que a veces era la continuación del cancel central(19). Tal disposición de capillas laterales en vez de pastoforios es de norma en las iglesias del Néguev, como vimos, fuera de las dos basilicas de Mampsls. La transformación habría ocurrido a prlncl- (18) Negev, loe. c،،., pis. XVII, XIX y XXII. (18) R. Rosenthal-Heginbottom, Die Kirchen von Sobota und ٥í٥ Dreiapsiden- Kirchen des Nahen Ostens (Wiesbaden, s. a.) 232. ESTUDIOS BÍBLICOS-Pau Figueras218 pios del siglo VI, y esta arqueológicamente bien probada en varios lugares: Tal vez el más claro sea el de la catedral de Elusa, en la cual se aprecia el bueco boy existente entre las paredes originales que formaban los pastoforios rectangulares y los ábsides semicir- culares que más tarde vinieron, a sustituirlos. SegUn el Profesor A. Negev, el excavador de Sobota y Mampsis, quie.n ba estudiado la cuestión, dichos cambios en la estructura de los. laterales serian debidos a cambios e,n la liturgia alli celebrada, de acuerdo con su teoría, se comenzó en un cierto momento a rendir una especial ve- neracion y culto a los. santos, cuyas reliquias estaban a veces de- positadas e,n las capillas laterales dentro de relicarios (20). La explicación de Negev puede ser válida, pero nunca será de- finitiva mientras no se descubran textos que la confirmen. Es ver- dad que en las iglesias del norte de Siria(21), más que en, otras partes., existía una capilla lateral en, el ala sur con u.na función similar, que puede calificarse de verdadero martyrion! Pero, por otra parte, nada impide pensar que reliquiasde los santos podían haber estado guardadas, en los pastoforios 0, por lo me.nos, en el dkcánieo, como lo prueban algunos textos históricos. En cambio, que se diese un cambio de rumbo tan importante en la liturgia y en el punto particular del culto de los santos no está documentado en, ninguna fuente escrita. Criptas! Relacionado con la veneración de los santos es el in- teresante descubrimiento de una espaciosa cripta debajo del pavi- mento de la iglesia norte de Ruheibeb. Se puede bajar a ella por una doble escalera que la conecta con el piso superior, destinada sin duda a la cómoda circulación de los visitantes, pues-to que se trata de un lugar destinado a la veneración por parte de los fieles, que irían a orar y a celebrar la liturgia Junto a los restos de algún santo célebre, cuyo nombre boy ignoramos. El pequeño nicho en el centro del muro oriental de la cripta contenía probablemente el relicario (22). Semejantes criptas eran usuales en aquella época, y no lejos de nuestra región, para la cómoda veneración de tumbas de personajes considerados como santos; asi lo prueba la conocida biografía de Pedro Ibero(23). Doctrina y ortodoxia. Nada sabemos de la ortodoxia de los cris- tianos del Néguev bizantino. Ya mencionamos el doble baptisterio de Sobota como posible testimonio de la presencia de más de una denominación, pero estamos lejos de poder probarlo. Entre el ma- terial ma.nuscrito de Nessana se encuentran partes, de libros apó- (20) Negev, loe. cit!, 420421־. (21) j. Lassus, Sanctmires chrétiens de Syrie (Paris 1947). (22) Tsafrir, Zoc. ci،., 131. (23) Ed. Raabe, 132, 14δ. 219ARQUEOL٥GÍA CRISTIANA EN EL DESIERTO DEL NÉGUEV crifos (Carta de Abgar a Jesucristo) Junto con otros canónicos (Ev. de Juan), asi como fragmentos de homilías teológicas, de las actas de san Jorge y de doce capítulos sobre la fe. Tal variedad, junto con fragmentos de la Eneida de Virgilio (con su correspondiente léxico latino-griego) (24) indican más el nivel cultural, relativa- mente alto, de 10-s dirigentes de este centro cristiano que su per- tenencia a una u otra de las faccion.es en que estaba dividida la iglesia de Oriente. Interesantes, desde el punto de vista doctrinal y devocional, son ciertos graftto-s e inscripciones. En una de las paredes interiores de una casa bizantina de Oboda, en parte cons'truida y en parte exea- vada en la roca, hay unos grafitos que figuran a dos soldados ro- manos, con su lanza en forma de cruz(25). Una inscripción parece identificar al de más abajo con san Teodoro, que era el titular de la iglesia sur de la acrópolis, como apuntamos. El de más arriba podría ser san Sergio. Una tercera mención de sa.n Teodoro se encuentra en, una invocación finamente inscrita en una jamba de la puerta que conduce de la iglesia a una sala situada al norte de la misma (26). Una Ultima invocación a san Teodoro apareció en un fragmento de cancel de la misma iglesia(27). Esta cuádruple mención del mismo santo no puede, naturalmente, fundamentar la opinión de que tal santo hubiera sido un personaje local, pero si la gran devoción que se le tenia en Sobota (28), donde su iglesia estaba situada junto a la fortaleza. Una inscripción fragmentaria en la puerta occidental de la igle- sia superior de Sobota, hoy perdida (29), contiene una lista de per- sonajes del Antiguo Testamento, a cada uno de los cuales se atri- buye una especial virtud. Debido a que falta la primera linea, no podemos saber con certeza la finalidad de la inscripción, pero se supone que a dichos personajes era comparado un santo 0 una per- sona conocida y venerada: (en fe como Abrahán) en caridad (30) como Isaac (24) Colt (ed.). Excavations at Nessana III (Princeton 195-δ). (25) Negev, loe. eit, 43, fot. 37. Mejor reproducción en B. Bagatti, Antichi vtllaggi cristiani tí¿ Giudea e Neghev (Jerusalem 1983) 204, fig. 35 (tomada de Vincent, Revue Biblique, 1905, P. 78). (26) Negev, loe. eit., 36, núm. 26. (27) I&¿tí., 38, núm. 31. (28) Bagatti (op. eit., 204) hace notar que la representación del santo, con sus atributos militares, es una de las más antiguas que se conocen. (29) Negev, loe. di, 63. (30) Negev, loe. cit., no completa aqui la laguna del original. Sin embargo, creemos lógico suponer que el término desaparecido, que comenzaba con Φ, seria ESTUDIOS BÍBLICOS —Pau Pigueras220 en esperanza como Jacob en humildad como Moisés en gloria como David en sabiduría como Salomón en paciencia como Job". Otras inscripciones de contenido doctrinal interesante son varios de los epitafios. E.n uno perteneciente a un sacerdote de Sobota se indica su muerte con las fórmulas paulina: “habiendo terminado la ca carrera (Cf. 1 Tim 4,7)..., después de haber servido a la iglesia de Cristo”(31). De varios difuntos se dice׳ que “descansan Junto a los santos”(32). De otro se dice que “partió de esta vida hacia los inefables” (33). enX MI ΑΩy XMI KETenemos también ciertos anagramas, como Oboda (34) e ΙΧΘΥΟ en Mampsis, (35). En Tel Masós, el descubrimiento de numerosos grafitos siriacos sobre varias piedras y en fragmentos del enyesado de las paredes de la cripta sepulcral llevo a los excavadores a la conclusión de que tal monasterio albergaba una comunidad de monjes sirios per- tenecientes a la iglesia nestoriana. A pesar de que se trata casi exclusivamente de nombres propios, por el tipo de letra se puede asegurar que no se trata del dialecto llamado sirio-palestinense 0 arameo-palestinense, sino de la lengua empleada, en Siria propia- mente dicha. Y este hecho le es suficiente al editor de tales gra- fitos para afirmar que no pueden ser anteriores a la segunda mitad del siglo vil. En efecto, la presencia de nestorianos en Palestina sólo es concebible, dice él, después de la conquista musulmana, pues la ortodoxia imperial bizantina nunca la hubiera permitido (36). Ni inscripciones propiamente dichas, ni los papiros de Nessana, ni la cerámica recogida en las ciudades 'muertas del Néguev per- miten fechas la construcción de ninguno de sus edificio-s en pe- riodo tan reciente como la segunda mitad del siglo VII. Solamente puede aportarse una prueba en contra en la ciudad de Sobota, donde al muro norte del bautisterio de la iglesia inferior se adoptó el mighrab de־ lo que habría sido una mezquita musulmana de épo- ca omeya, que tal vez habría estado en uso hasta el siglo IX. ΦΙΛΙΑΝ, “caridad”, que forma, con las otras dos virtude-s, fe y esperanza, la triada de las virtudes teologales. (31) Negev, loe. cit, 58, núm. 62؛ Pigueras, op. cit, 26, núm. 18. (32) Negev, Zoc. cit, 56, nUms. 59 y 60, etc. (33) Loe. di, 55, núm. 57. (34) Loe. di, 42, nUms. 40 y 41. (35) Loe. di, 72, nUms. 90 y 91. (36) Cf. swpra, n. 12. 221ARQUEOLOGÍA cristiana en el desierto del nEguev III. LAS gentes del NEGUEV SEGÚN EL TESTIMONIO de inscripciones y papiros A falta de cualquier otra documentación histórica, la epigrafía local y los dos lotes de papiros hallados e,n Nessana forman el arsenal más completo de los datos concretos acerca de la pobla- ción de la región. Tenemos fechas, nombres y títulos civiles y ecle- siásticos en documentos que van desde la correspondencia privada hasta los epitafios, pasando por inscripciones dedicatorias y por contratos jurídicos. No podemos entretenernos aqui a analizar todo ese material, la mayor parte del cual ha sido ya publicado (37), aun- que bien merecerla la pena un estudio algo más profundo. Lo que haremos será enunciar simplemente los datos más importantes so- bre onomástica personal y sobre títulos civiles y eclesiásticos, que suplen de alguna manera la documentación histórica en el sen- tido normal de la palabra. Onomástica. Al repasar la lista de los nombres propios de la zona, nos damos cuenta al momento de que, a pesar de que los documen- tos están escritos en griego, se da un gran porcentaje de nombres semíticos entre las personas que Integran la población durante el periodo en cuestión, esto es, los siglosV, VI y VII. En efecto, desde Berosaba (la actual Beersheva) hasta Aila (la actual Eilat, ciudad puerto junto al Mar Rojo), el desierto del Néguev estaba poblado principalmente por los descendientes de los nabateos, a los que se habían juntado otras tribus árabes, como safaitas y tamudeos. Sus nombres son bien expresivos: Azonaine, Kasiseos, Abdalla, Abdeos, Toamos, Temos, Salamanos, Abdalgos, Alfeos, Zonainos, Uaelos, Ala- fallos. Amaros, Saudos, Olefos, Korebbos, Kaimus, Aretas, etc. Junto a estos nombres tenemos otros bíblicos, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, tales como: Stefanos, Abraamios, loannes. An- dreas, lacobos. Ellas, Paulos, Petros, Zacarías, Sosanna, etc. Otros, en fin, son de origen griego e incluso latino, la mayoría de los cuales eran ya tradlcionalmente llevados por cristianos en todo el bajo Imperio romano: Sergio, Anastasios, Georgios, Eirenalos, Leon- tios. Romanos, Sabina, Porfirios, Zenobios, Erasinos, Arsenios, Boe- tos, Macedonios, Nilos, Victor, etc. Creemos que es prematuro intentar sacar conclusiones exactas sobre la composición étnica de la población del Néguev durante la época bizantina basándonos exclusivamente e,n los datos onomás (37) Cf. sitpra, n. 17. ESTUDIOS BÍBLICOS-Pau Pigueras222 ticos que han llegado hasta nosotros (3δ). Las listas de nombres que hemos registrado .no pueden representar más que una pequeha parte de la población, y por lo general lo que podríamos llamar su clase aristocrática. Las familias más humildes, como de ordi- nario, no deben de estar representadas en inscripciones ni en la documentación de importantes transacciones económicas. Sin em- bargo, serian las más numerosas. Por esta misma causa, encontrar un porcentaje tan elevado de .nombres semíticos, muchos de ellos nabateos, siglos después de la anexión nabatea al imperio romano, y con una tradición cristiana ya bien asentada, causa cierta admi- ración. Dos de los poquísimos obispos seguros que conocemos de la ciudad de Blusa llevan nombres tan nabateos como Abdallas y Are- tas(39). Y si el obispo que se sentaba en el elevado trono de su catedral estaba asi identificado con sus antepasados nabateos, lo más probable es que lo estuviesen también sus feligreses. Por el texto de varias inscripciones vemos que ciertas familias combinaban nombres típicamente árabes con otros de origen griego 0 bíblico. En algunos casos, el padre lleva nombre árabe mientras que el hijo lo tiene griego. En otros se d٠a justamente lo contra- rio (40). Ε,η nuestra opinión, ello se explica más bien como varia- clones de la moda que por otras razones más profundas. Ejemplos de semejantes cambios los tenemos hoy día en el Medio Oriente, don.de las conciencias nacionales se afinan 0 se diluyen según las 'circunstancias políticas y las influencias culturales. Podemos estar seguros de que la. población ciudadana del Néguev de los siglos V, V, y VII no había perdido la conciencia de pertenecer, en su origen por lo menos y en su gran mayoría, al viejo pueblo nabateo. La jerarquía eclesiástica. Varios personajes de la jerarquía ecle- siástica están mencionados en las inscripciones. En Sobota se re- cuerdan dos obispos: Tomás (A.D. 517) y Georgios (A.D. 534). Lo más probable es que se trate del obispo de la diócesis de Elusa(41). En Ruheibeh se mencionan los presbíteros lacobos, Elias, Abdelgos y otro anónimo (42). Junto con el obispo Georgios se menciona en (38) Negev lo ha intentado (loe. cit., 84-88), pero su estudio es parcial en el sentido de que no incluye la onomástica de Beersh-eva ni de otras localidades del norte del Néguev, ni establece los necesarios paralelos con otras regiones conti- guas, como Judea y Transjordania. (39) El primero suscribe las decisiones del concilio de Efeso (A. D. 431), el segundo las del concilio de Calcedonia (A. D. 451). (40) Asi, los nombres de Stefanos hijo de Uaelos, Stefanos hijo de Zonainos, loannes hijo de Alafir, Caritos hijo de Zonainos, loannes hijo de Uaelos (sacer- dote), Kas-01e hijo de Peftos, etc. (Negev, ibid.). (41) Ibid., «1-62, núm. 68, y P. 60, nUm. 66. (42) Pronto podrán consultarse, en el libro en inglés de Y. Tsafrir sobre Ru- heibeh (cf. supra, n. 5), las inscripciones nUms. 1, 4, 5 y 9. 223ARQUEOLOGÍA CRISTIANA EN El desierto del NÉGUEV Sobota al archidiácono y ecónomo Petros. En Elusa se encontró el epitafio del diácono Alafalla, hijo de Abuz0nain0s(43). A un diá- cono de Oboda llemado Germanos fue enviada por “el anciano Teo- dosio” una Jarra de grandes proporciones descubierta entre las ruinas de aquella ciudad. La inscripción estaba hecha con tinta roja sobre la parte superior de la Jarra (44). Un lector llamado Leontios hijo de Temos tiene su epitafio en la iglesia norte de Sobota (45). Un abad llamado Kapitos fue enterrado en el atrio de la iglesia sur de Oboda en el afio 617(46). Otros monjes fueron e,nterrados Junto a la iglesia superior de Sobota, como el abad Te- mos, muerto en 643, y Arsenios, que era monje y presbítero (47). La documentación más abundante concierne a las iglesias de Nessana, cuyos papiros e inscripciones mencionan a varios obispos, entre ellos uno de Aila, Moisés hijo de Sergios, mientras que los demás, Georgios Stefanos y loannes, serian de Elusa. Los sacerdo- tes mencionados son Patricio, que es llamado, como también su hijo Sergio, higúmeno de la iglesia de san Sergio (48), Georgios, loannes, loannes hijo de Uaelos, Zacarías hijo de Georgios, Pesanes y Tomás. Hay también diáconos, como Paladios: subdiáconos, como Gadimos hijo de Zonainos, y otros clérigos, como Stefanos y Kyrinos. Algu- nos monjes son mencionados también en Nessana, como Elias y Manteas, aunque poco sabemos de su modo de vida ni del lugar donde habitaban. Uno de ellos se menciona en relación con un te- rreno contiguo al de otros terratenientes (49). En una inscripción en la iglesia occidental de Mampsis se men- ciona “al áa, hijo de Zenobios varamomrio”, en cuyo caso el tér- mino abba es considerado como nombre propio por el editor (50). Sin embargo, el articulo determinado que lo acompafia( ton abba) parece exigir la traducción normal de “abad” 0 padre, en sentido monástico. Ello es importante porque puede ser un indicio de que dicha Iglesia perteneciese a una comunidad de monjes. Administrad civil y militar. Gracias a varias menciones de títulos honoríficos y de cargos en la epigrafía local, conocemos hoy a varios personajes que ejercían sus funciones en la administra- (43) A. Alt, Die griechischen Inschriften der Palaestina Tertia westlich der 'Aré (Belin/Leipzig 1921) 28, nUm. 57. (44) Negev, loc. dt., 45, nUm. 46. .Ci،., 48, nUm. 48 لأء (45) (46) Loc. cii, 36-37, É1. 27. (47) ioc. ci،., nüm. 60. (48) Es evidente que el titulo de higúmeno, que normalmente es referido a un superior monástico, no puede tener aqul este sentido, como apuntamos más arriba. (49) Kraemer, op. ci،., 79, 89, 90 y 91. (50) Negev, loe. ci،., 70-71, nUm. 84 y pl. 27, fot. 59. ESTUDIOS BÍBLICOS —Pau Figueras224 ción civil y militar de la provincia Falaestina Tertk Ciertas ins- cripciones son de carácter puramente laico, como dedicaciones de edificios públicos y ciertas disposiciones administrativas (51) a las que no,tenemos que referirnos aqui, mientras que otras se encuen- tran en ambientes religiosos, como iglesias y cementerios. En So- bota tenemos nada menos que cinco inscripciones que mencionan al vicarto de la provincia, titulo que no se refiere al propio gober- nador de la misma, sino a un subalterno provincial del dux 0 go- bernador militar de las tres Palestinas (52). La primera inscripción es del afio 505, la segunda parece del 517 0 bien del 608, la tercera es del 612, la cuarta del 646 (diez afios después de la conquista mu- sulmana del pais)ًا la quinta es una inscripción fragmentaria sin fecha (53). En varias inscripciones tenemos el titulo honorífico de lampro- tatos, correspondiente al latin clarissimus, que tiene su historia enla administración imperial romana, y bizantina. Por dos veces se atribuye al vicario en. Sobota (54). En .Beersheva lo ostenta dos personajes, Flavios Petros y Flavios Anastasios, cuyas funciones no quedan del todo claras(55). En otra inscripción de .Sobota se aplica el mismo titulo a los prioms, cuyos nombres y funciones no se es- pecifican(56). En una inscripción hallada en las ruinas hoy desaparecidas de una iglesia de Nessana -(tal׳ vez la que estaba dedicada a los Tres Jóvenes, segUn sabemos por los papiros) se menciona a un benefac- tor llamado ,Sergios, que e٠s presentado- con la extraña combina- ción de monje y exasesor. No se sabe qué es lo que pudo atraer a un tal personaje a retirarse, con su hermana y el hijo de ésta, “diácono y curial de la ciudad metropolitana de Emesa (Siria)”(57), a nuestro desierto. Pero es muy probable que el hecho de que Nes- sana representara, para los peregrinos que iban al Sinai por la ruta más corta, el Ultimo lugar habitado antes de adentrarse en (51) Las más conocidas son los fragmentos de edictos imperiales hallados en Beersheva a principios de este siglo, concernientes a la regulación de los impues- tos que los habitantes de varias ciudades de las tres Palestinas deben pagar para el mantenimiento de las tropas imperiales (Alt, op. cit,. 10-12,- véanse txtos, tra- ducción inglesa y hebrea y bibliografía de los tres fragmentos principales en Fi- gueras, op. di, 7-11, núms. 1-3; y comentario sobre su alcance y significado en Idem, loe. cit., n. 3, pp. 140-142). ,Negev (loe. di, 90) interpreta erróneamente las palabras de Alt (op. cit (ج2) (¿3) Negev, loe. di, 90-91. (54) Negev, loe. elf., 91. (55) Figueras, op. di. .18, núm. 10; y comentario sobre esta inscripción en idem, “Three Dedicatory Inscriptions from the Beersheva Region” (inscripción núm. 3): Liber Annuus 36 (1986) (en prensa). (5-6) N^ev, loe. di, 65-66, nUm. 75, y pp. 93-94. (57) Colt, op. cif., 173-174, nUm. 94. 225ARQUEOLOGÍA CRISTIANA EN EL DESIERTO DEL NÉGUEV el desierto fomentaba la visita de muchos forasteros, algunos de los cuales optarían por quedarse. En la iglesia occidental de Mampsis se nombra a un donante. Romanos, médico de Gebalene en Transjordania (58). En Beershava se encontró una inscripción que menciona la generosidad de un tal Stefanos, que es apodado con los títulos de “muy sabio y muy ilus- tre arquiatrós (0 sea, .primer médico) del sacro palacio" (59). Tam- bién en Beersheva se conserva una inscripción dedicatoria que men- ciona a un ,‘ilustre Anastasios”, sin duda un oficial de alto rango (60). All؛ mismo se descubrió la tumba y el epitafio de un cierto loannes, que era tribuno y que habría ejercido sus funciones en el “cuartel general de soldados romanos” que había en dicha ciudad, por lo menos desde el siglo IV, según el testimonio de Eusebio de Cesa- rea(61). Un soldado perteneciente al “regimiento de los fidelísimos teodosianos" escribe, el 30 de mayo del año 512, una carta desde la ciudad de Rinocolura (El ‘Arish de hoy) e,n la costa norte del Sinai a su hermano, de aquel mismo regimiento, residente en la ciudad ed Nessana, de la que ambos eran nativos (62). Tal vez los dos hablan servido en la fortaleza de la acrópolis, cuyas ruinas se ven hoy todavía. IV. CONCLUSIÓN A esta condensada revisión de lo que la arqueología del Nóguev nos brinda sobre las antiguas comunidades cristianas que integra- ban su población le falta sólo un párrafo que trate de su postrera fase. Como ignoramos las causas reales y el desarrollo histórico concreto del proceso de total desaparición de aquella floreciente sociedad, tenemos que contentarnos leyendo entre las lineas de los documentos arqueológicos más recientes. Mencionamos ya la pre- sencia de una mezquita adosada a los muros de la iglesia inferior de Sobota, lo que seguramente sugiere una convivencia más 0 me- nos prolongada entre la población cristiana y sus conquistadores musulmanes. Estos, que penetraron e,n el Néguev por los aflos 634-636, posiblemente no encontraran resistencia armada. Los documentos de Nessana permiten - suponer que el elemento árabe de la pobla- ción habla aumentado desde el reinado de Justlniano, y que el Né- (58) Negev, loe. cit, 71, núm. 86. (58) Figueras, loe. cit. en n. 3, p. 158. (60) Hgueras, op. di, 18, núm. 11: véase comentario en idem, 20c. ci،, en n. 55, insertion núm. 2. (61) Onomasticon, ed. E. Klostermann (Leipzig 1804) 50. (62) Nessana, pap. 15 (Kraemer, op. cit, 43-44). ESTUDIOS BÍBLICOS-Pau Figueras226 guev no significaba ya un auténtico limes 0 frontera fortificada como habla sido anteriormente. El testimonio numismático lleva a A. Negev a creer que Mampsis habla quedado ya abandonada durante el siglo VI, sin que sepamos por qué. Las inscripciones de Sobota, en cambio, nos dicen que hasta los Ultimos afios cuarenta del siglo vn la vida habla continuado' alli sin grandes cambios aparentes. El monasterio de Tel Masds fue erigido posiblemente después de la conquista musulmana. Y la documentación papirológica de Nessana nos permite imaginar que el radical cambio de régimen politico no habla afectado mucho la vida de los pacíficos cristianos del Néguev. Los Ultimos documen- tos están fechados en el afio 689, a poco más de cincuenta afios de la conquista. Es significativo que en la iglesia .norte se hubiesen conservado cartas escritas a la población de Nessana por el gober- nador árabe. Lo más probable es que el Jefe de la comunidad cris- tiana fuese considerado, como tal vez siempre lo había sido, como el alcalde local. El tenor de estas cartas es singular en cuanto a su forma y contenido. Al texto árabe corresponde una traducción griega firmada por el secretario Georgias, quien habla comenzado su parte con el signo de la cruz, como era acostumbrado en la όρο- ca bizantina. En una de estas breves misivas el gobernador Abu Rashid pide a los habitantes de Nessana que provean de un experto guia a la comitiva que debe conducir a su propia esposa, que serla cristiana, al “monte santo”, esto es, el Sinai (63). Creemos que nada más apropiado hubiésemos podido citar, a guisa de conclusión, que esta visión de unas relaciones pacificas entre subditos cristianos y gobernantes musulmanes e.n una época tan tar- día. Lo trágico es, sin embargo, que no pasarían seguramente mu- chos afios antes que los Ultimos habitantes de Nessana, Ruheibeh, Oboda, Sobota, Elusa y también Beersheva abandonaran por com- pleto sus ciudades. La causa más probable fue la terrible carga de los impuestos, que no pudo sobrellevar una población que basaba su economía en una agricultura bien desarrollada, pero en condi- clones de desierto. (63) Nessana, pap. 73 (Kraemer, op. ci،., 207). ARQUEOLOGÍA CRISTIANA EN El ٥ESIRTO DEL NÉGUEŸ 22؟ El Néguev en el periodo bizantino
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