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Introducción - ARQUEOLOGIA CRISTIANA

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ARQUEOLOGIA CRISTIANA EN EL DESIERTO DEL NÉGUEV
Pau Figueras 
Beersheva, Israel
Resumen
En el, desierto del Néguev aparecen de tanto en tanto ruinas que los arqueó- 
logos, en un principio, no supieron datar. Pero pronto comprendieron que. Junto 
a vestigios de los siglos ixyxd. c., aquellas ruinas no podían remontarse más 
alia del periodo romano. Su origen no puede ser otro que el de estaciones esta- 
Mecidas por caravaneros nabateos. Estos semitas, que sustituyen a los edomitas 
en la posesión del desierto del sur, adoptaron más tarde la cultura helenística y 
se cristianizaron. Su ocupación de la región llega hasta la conquista árabe de 
Palestina. El autor de este articulo, unienuo al testimonio arqueológico el de ins- 
cripciones y papiros, describe los edificios eclesiásticos, el culto y el santoral, asi 
como la vida ae las comunidades cristianas que, a lo largo de los siglos ν-νιι, 
poblaron las ciudaaes de Elusa, Ruheibeh, Nessana, Sabota (hoy Shivta), Oboda 
(hoy Avdat) y Mampsis.
Summary
In Neguev desert ,ruins are found which the archaeologists could not date 
accurately. Soon, however, they found out that, together with past remains from 
IX and X centuries A. ٥٠, those ruins could not date back earlier than the Ro- 
man period and must be ^sts established by Nabatean caravaneers. These Se- 
mites, which came to substitute the Edomites in their positions in the South of 
the desert, adopted later on the Greek culture and become Christians. They ruled 
the country till the Arabs conquered Palestine. The author of this ׳article, put- 
ting the archaeological testimony together with that of inscriptions and papyri, 
makes a description of religious buildings, worship and sanctoral calendar as 
well a٠s everyday life in the Christian communities which ^pulated the cities of 
Elusa, Ruheibeh, Nessana, Sabota (nowadays Shivta), Oboda (Avdat) and Mamp- 
sis in the V and VII centuries.
La riqueza arqueológica del pais de I'Srael alcanza mucho más 
que el puro־ terreno de la Biblia, la historia del pueblo Judio y los 
Lugares Santos de cristianos y musulmanes. Una de sus regiones 
más abundantes en antigüedades .no destruidas por construccio-
Estudios Bíblicos 45 (1٥87 ) 207-228
ESTUDIOS BÍs1c0s-Pau Figueras208
nes posteriores es el llamado desierto del Néguev, que se extiende 
por todo el sur del pais, desde la ciudad de Beersheva. (la Bersabé 
bíblica) hasta el puerto de Eilat, a orillas del Mar Rojo. Recorrido, 
pocos afios atrás, sólo por las caravanas de nómadas beduinos, ha 
sido después y sigue siendo actualmente objeto de Importantísimas 
investigaciones arqueológicas. A mediados del siglo XIX, los explo- 
radores occidentales de aquella reglón, que Iban sobre todo en busca 
de las huellas de los israelitas a su salida de Egipto, tuvieron mu- 
cha dificultad de identificación. Pero ya hacia finales de siglo se 
dieron cuenta de que las ruinas de las ciudades antiguas que d٠e 
pronto aparecían a los ojos de los fatigados viajeros en medio del 
desierto no podían datar de más allá del periodo romano. Las fuen- 
tes escritas que hubieran podido aclarar algo el misterio de aque- 
llos restos eran muy poco conocidas. Sin embargo, teniendo en 
cuenta lo poco que pudo recogerse de historiadores y geógrafos an- 
tiguos, tales como Dlodoro de Sicilia y Claudio Tolomeo, y con la 
ayuda de la toponimia árabe local, se llegó a conclusiones bastan- 
te satisfactorias. Un paso 'adelante en ia Identificación de ciudades 
se dio como consecuencia de la publicación del feliz hallazgo del 
mapa mosaico de Mádaba en Transjordania, de los fragmentos epi- 
gráficos de edictos Imperiales descubiertos e.n las ruinas de la an- 
tlgua Beersheva y del documento romano llamado Notitia Digni- 
tatum Orientis(!)■
Además de Beersheva, que esté situada en el Néguev superior, 
existen en la zona llamada del Néguev central (véase mapa adjunto) 
seis ciudades en ruinas, asi como otras aglomeraciones de habita- 
cíón más reducidas. Un triángulo occidental esta formado por las 
ciudades de Elusa (hoy Halutza), Reheibeh, Nessana (‘Auja el-Rafir), 
Sobota (hoy Shivta) y Oboda (hoy ‘Avdat). Más hacia oriente, la 
ciudad de Mampsis (hoy Kurnub 0 Mamshit). El origen de todas 
estas ciudades no puede ser otro que el de estaciones camineras 
establecidas por los caravaneros nabateos. Fueron éstos el pueblo 
que sustituyó a los edomitas en su posesión del desierto del sur, 
probablemente a partir del siglo V 0 IV a.c. Habiéndose dedicado 
primero al comercio de las especias procedentes del Lejano Orien- 
te, de las costas del Africa occidental y del sur de Arabia, fueron 
luego sedentarizándose, basando entonces su economía más bien en 
le desarrollo de la agricultura. Qué papel desempeñaron los roma- 
.nos en este proceso de sedenterización de los nabateos cuando, en
(1) No existe en castellano, que sepamos, ninguna obra que pueda recomen- 
darse acerca del tierna que nos ocupa en esta síntesis. Los datos aqul consigna- 
dos provienen de las publicaciones científicas o de alta divulgación en Inglés, 
francés, alemán y hebreo que citamos en las siguientes notas 0 son fruto de nues- 
tra Investigación y conocimiento directos.
209arqueología cristiana En El desierto del négüev
el año 106 d.c., Trajano decidió realizar la anexión de todo su 
reino al imperio es una cuestión aUn no resuelta. Lo que resulte 
claro es que, ya mucho antes de la anexión, los nabateos hablan 
comenzado a establecerse de un modo permanente en los distintos 
lugares que luego vemos transformados en verdaderas ciudades (2).
A la par que se sedentarizaban, los nabateos, que eran de ori- 
gen Semite, y prácticamente pueden ser considerados como una tribu 
árabe con costumbres típicamente nómadas, adoptaban la cultura 
helenística. Su estilo artístico, que puede apreciarse sobre todo en 
las fachadas excavadas en las paredes rocosas de Petra, su capital, 
es básicamente clásico y, probablemente, alejandrino.
Su panteón fue asimilado en parte a los dioses griegos. De la 
lengua nabatea y escritura aramea para sus inscripciones se pasó 
a la lengua y escritura griegas. Sabemos por el elegante escritor 
Libante, que escribía en griego en. Antioquia de Siria hacia media- 
dos del siglo IV d.c., que en la ciudad de Elusa, la principal de las 
seis mencionadas en el Négüev central, existía una escuela de re- 
tórica, de la cual procedía su maestro Zenobio. Este dato es sor-- 
préndente cuando leemos lo que de la misma ciudad y de sus ha- 
hitantes nos cuenta san Jerónimo en la Vita Hárionis, reflrién- 
dose a aquella misma época. En efecto, a la aclamación semítica 
de barej (esto es, “bendice”), los semibárbaros habitantes de la 
ciudad acogen al venerable monje Hilarión, que este de paso por 
aquellos parajes. En la pluma de un escritor latino como Jerónimo, 
el calificativo de “semibárbaro” sólo puede entenderse como relati- 
vo a la lengua, esto es, que no hablaban ni griego ni latin. Sea cual 
fuera el porcentaje de los habiten tes de Elusa que no estaban, por 
decirlo asi, civilizados, lo cierto es que ninguno de ellos seria cris- 
tiano en aquel momento, puesto que estaban celebrando la fiesta 
del “lucero matutino” en el templo de Venus. Hilarión les convence 
de que acepten la fe en Jesucristo, poniendo esto como condición 
de sus ulteriores visitas al lugar. Es Ó1 quien traza entonces por 
si mismo e.n el suelo el plan que deberá regir la construcción del 
edificio de la Iglesia que ellos se comprometen a construir.
A pesar de la parte de leyenda que pueda tener esa noticia, no 
hay duda de que ella pone de relieve el importante papel desem- 
pefiado por los monjes procedentes de la región de Gaza en la 
expansión del cristianismo por las ciudades .nabateas del Négüev.
(2) Después de las exploraciones de Nelson Glueck en Transjordania y en el 
Négüev (resumidas en su libro Rivers in the Desert: A History of the Negev (New 
York 1968) ), quien más ha trabajado y publicado sobre los nabateos en la re- 
glOn es el profesor Abraham Negev,de la Universidad Hebrea de Jerusalén (bue- 
na síntesis en el n. 19 de Le Monde de la Bible, Paris 1981).
ESTUDIOS BÍBLICOS —Pau Pigueras210
La cronología, afio 350 d.c. más 0 menos, corresponde bien a la 
época de la gran expansión monástica en Palestina, que acarrea 
la cristianización de gran parte de los habitantes paganos del pais. 
Es verdad, sin embargo, que precede en unos cien afios a los pri- 
meros vestiglos arqueológicos cristianos hallados en la zona, a pesar 
de que la investigación metódica de tales restos deja muchísimo 
que desear. Bien pudiera ser que futuras y mejores excavaciones 
que las realizadas hasta el presente .nos reserven sorpresas Insos- 
pechadas en cuanto a la fecha inicial de los vestigios cristianos 
de la zona. En cualquier caso, es indudable que el conjunto arqueo- 
lógico paleocristiano que se ha conservado en las ciudades muertas 
del desierto del Néguev merece ser más conocido y apreciado de lo 
que ha sido hasta ahora por parte de los estudiosos de la arqueo- 
logia cristiana e,n general. En las páginas que siguen trataremos 
de resumir brevemente los principales descubrimientos, haciendo 
resaltar lo que tales restos y, sobre todo, la epigrafía y los papi- 
ros nos ensefian en cuanto a la historia cristiana de la región, 
asi como los problemas que quedan por resolver respecto a parti- 
culares detalles. Para sistematizar algo la materia, dividiremos ésta 
en tres partes principales: edificios, culto y santoral, pueblo y Je- 
rarquia.
I. EDIFICIOS ECLESIÁSTICOS
En cada una de las mencionadas seis ciudades muertas del Né- 
guev existen restos de más de una Iglesia: tres 0 cuatro en Beer- 
sheva(3)> dos en Mampsis, tres en Sobota, dos en Oboda, tres (0 
cuatro) en Nessana(4)> cuatro en Ruheibeh (5) y dos, como mini- 
mo, en Elusa, de las cuales 8610 una ha sido parcialmente exea- 
vada(6). La planta de todas estas iglesias es la conocida de tipo 
basilical, esto es, una sala rectangular 0 cuadrada, dividida en tres 
naves por dos filas de columnas. La nave central es generalmente 
más ancha que las laterales, con las cuales forma paralelo. En el 
extremo oriental de esta sala tripartita hay un ábside de una an-
(3) Nada queda hoy de las iglesias bizantinas que existían antafio en Beers- 
heva fuera de algunos fragmentos de mosaico e Inscripciones. Véase nuestro es- 
tudio “Beersheva In the Roman.Byzantine Period”: Botetin de la Asociad Es- 
mola de Orientalistas 16 (1980) 13&-162.
(4) A. Negev, "The Churches of the Central Negev": Revue Biblique 81 (1974) 
4Μ-422, pis. XVIXXII,
(5) Y. Tsafrir, “Rehovot in the Negev: Pour Seasons of Excavations”: QaA- 
mmiot 12 (1979) 124-132 (en hebreo). Del mismo arqueólogo está ya en prensa 
un volumen entero en inglés sobre el mismo lugar.
(6) A. Negev, “Elusa”: جء Monde de la Bible 19 (1981) 39-43.
211ARQUEaOGÍA CRISTIANA EN EL DESIERTO DEL NÉGÜEV
chura algo menor que el de la nave central. Este ábside marca la 
orientación general de toda la sala y del culto que en ella se prac- 
tica por ser el oriente símbolo de la resurrección del Sefior.
A partir de este plan general, al que se acomodan todas nues- 
tras iglesias del Néguev(7), hay que comenzar a detallar ciertas 
particularidades. La primera se refiere a la cuestiOn del plan tri- 
absidal que se da e,n la mayoría de los casos. Esto es, a los dos 
lados del ábside central, y frente a las alas o naves laterales, se 
abre un ábside adicional, de proporciones menores que el central, 
tanto en anchura como en altura. SOlo en las dos iglesias de 
Mampsis estos ábsides laterales no existen, y aparecen en su lugar 
dos habitaciones que podemos llamar sacristías 0 pastoforios. Son 
ambientes más 0 menos cuadrados, en los que se entra por una 
apertura hacia la nave lateral correspondiente. E.n la iglesia occi- 
dental de Mampsis esta apertura es lo suficientemente estrecha 
como para poder ser cerrada con una puerta; en la iglesia oriental 
la apertura es ancha y probablemente se cerraba sdlo con una cor- 
tina. Debido a esta anormalidad, estas dos iglesias de Mampsis se 
consideraban como construidas en un periodo más antiguo que el 
de las demás iglesias del Néguev. Debido también al hecho de que 
en el mosaico que decora la iglesia oriental aparecen dos cruces, 
una cerca de la entrada y otra ن unto a los escalones del presbi- 
teri0(8). se cree que estas iglesias de Mempsis fueron construidas 
anteriormente al año 417, fecha en que el emperador Teodosio II 
prohibid la representacidn de símbolos sagrados en los pavimentos.
Asi pues, la cuestidn de la tipología de las iglesias va unida al 
problema de su cronología. La cosa se complica por dos hechos 
veriflcables: en algunos casos, como en la catedral de Elusa, es 
indudable que de un primer plan monoabsidal de la basilica se 
pasd al triabsidal(9). Esto es, en un determinado momento se trans- 
formaron los dos pastoforios en ábsides laterales, y se rehizo, es- 
techándolo algo, el ábside central. El segundo hecho es que la 
finalidad de los dos ábsides laterales parece que no fue la misma 
que la de los pastoforios 0 sacristías, que podían servir, como hoy 
en las iglesias orientales, de prótesis y de dkcónico. El hecho de que 
varios de los ábsides laterales contengan en un lugar central, fijo 
y visible, un relicario de piedra indica probablemente que este
(7) Véanse los planos de la mayoría de estas'iglesias en A. Negev, "‘The Chur- 
ches...”, pis. χνΐ-χνίΐ.
(8) Ibid; pi. XIX, b (obsérvese que los títulos de las dos fotos de la plancha 
están Intercambiados).
(8) En el ábside central se advierten dos fases de construccion. En la segun- 
da, que seguramente es contemporánea a la transformación de los pastoforios en 
ábsides laterales, se redujo el semicírculo del ábside central a base de revestirlo 
de una ca!» de piedras talladas.
ESTUDIOS BÍBLICOS-Pau Figueras212
ambiente era consagrado más al culto de los santos y sus reliquias 
que a cualquier otro uso. A esto se afiade el hecho de que estos 
ábsides laterales quedan separados del resto de la basílica por un 
cancel, semejante al que delimita el presbiterio central(10).
Trataremos luego la cuestión de este culto de los santos. Por 
el momento nos interesan los detalles arquitectónicos y sus res- 
pectivas funciones. La entrada a la basfllca era por la parte occi- 
dental, donde una triple puerta daba acceso al interior desde el 
atrio (Iglesias de Mampsis, Oboda, Ruhelbeh, catedral de Elusa, 
Sobota norte), un simple pórtico (Iglesias sur y centro de Sobota, 
sur de Nessana) 0 el bautisterio (Nessana norte). Por comparación 
con las ruinas de otras iglesias paleocristianas de Palestina y las 
descripciones de escritores cristianos de la época (como Coriquio de 
Gaza, s. VI d.c.) resulta evidente que el atrio era de norma si asi 
lo permitían las condiciones topográficas. La iglesia sur de Sobota 
fue construida cuando existía ya la gran piscina que se abre a 
su lado occidental. El pórtico de la iglesia central da directamente 
a una calle que existiría ya mucho antes de la constricción de 
la iglesia. La iglesia superior de Nessana tiene un atrio Irregular 
en el lado oriental, separado del Unico ábside por un muro.
Bautisterios. Hasta el presente se han descubiertos bautisterios 
en cinco de las iglesias. Su situación con respecto al edificio cen- 
tral no es normativa, encontrándose ya en una capilla lateral en el 
lado sur (Mampsis, Sobota norte), ya Junto al pórtico (Sobota sur) 
o frente a la entrada principal (Nessana norte). No debe sorpren- 
dernos la presencia de tantos bautisterios en una región relativa- 
mente pequefia, pues es evidente que cada población grande tenia 
el suyo. Todavía no sabemos dónde estaba ubicado el de la catedral 
de Elusa, que es de proporciones muy superiores a las demás basl 
hcas (33 X 28 metros, contra un promedio de 20 X 15). Las pilas 
bautismales para bautismo de inmersión son de hechura muy di- 
versa. Las de Mampsis y Nessana están excavadas en el suelo. La 
de Oboda, esta construida con piedrasy estaba revestida de mármol. 
Las dos de Sobata son monolíticas y cruciformes. Algunos de estos 
bautisterios (Mampsis y Oboda, Sobota sur) tienen una pila más 
pequefia Junto a la de inmersión, que se supone seria para el bau- 
tismo de nifios.
Se nos impone aqui la pregunta de por qué dos bautisterios en 
una sola ciudad como Sobota, que no alcanzaría los 3.000 habitantes. 
Aunque es difícil establecer una cronología exacta para cada una 
de las dos Iglesias en que están situadas, parece que debemos acep- 
tar el hecho de que las iglesias eran contemporáneas. La explica-
(10) Negev, ibid., pis. ΧΙΧ-ΧΧΙΙ.
213ARQUEOLOGÍA CRISTIANA EN EL DESIERT-O BEL NÉGUEV
cito, por tanto, debe ser de otro orden. No es improbable que se 
trate de dos comunidades cristianas pertenecientes a distintas con- 
fesiones, teniendo e,n cuenta que los siglos V y VI, en los que se 
debe fechar la construcción de la mayoría de las iglesias del Né- 
guev, vieron encarnizadas luchas por la ortodoxia en todo el Medio 
oriente, y en Palestina de un modo particular. No lejos del desierto 
de Ndguev, en la región de Gaza, el célebre monje monoflsita Pedro 
Ibero ganaba innumerables adeptos para su iglesia. NlngUn histo- 
rlador, sin embargo, nos ha dejado referencias sobre las posibles 
divisiones entre los cristianos de nuestra región. De la probable pre- 
sencia de monjes nestorlanos en el Nóguev nos ha llegado un tes- 
timonlo epigráfico del que luego trataremos.
Capillas laterales. Además de los bautisterios se encuentran junto 
a muchas iglesias otras capillas y salas laterales. Algunas de ellas 
tendrían la función de diacónico, 0 sea, de sacristía para la con- 
servación de ornamentos, libros y vasos sagrados, otras, como ve- 
remos, estaban destinadas a la veneración de las reliquias. Todas 
están conectadas a la iglesia por una puerta de acceso.
Tumbas. Tanto en el suelo del atrio como en el de la iglesia se 
encuentran a veces tumbas cubiertas con losas de piedra local 0 de 
mármol. Sus numerosos epitafios, como luego veremos, constituyen 
un precioso arsenal de información sobre el pueblo y la jerarquía 
de aquellas comunidades y nos permiten datar con la máxima pre- 
cisión la época de mayor uso de estas iglesias, aunque de ninguna 
podemos afirmar concretamente el afio de fundación 0 el de aban- 
dono.
Interior de la basilica. Este no difería, en el Néguev del de las 
demás iglesias paleocristianas conocidas. Un cancel de piedra local 
(Oboda sur) 0 de mármol (Mampsis occidental) separaba el recinto 
del coro o presbiterio, en el centro del cual se encontraba el altar. 
Sólo se nos han conservado fragmentos de tales altares, de las co- 
lumnitas de mármol sobre las que descansaba la mesa y de su bases 
de piedra 0 de mármol. Nos faltan muchos detalles arquitectónicos 
para completar el cuadro del interior de cualquiera de estas igle- 
sias, pero ciertos elementos ,no eran comunes a todas ellas, sino 
que podían ser muy particulares. Restos de columnillas altas y del- 
gadas de mármol (Mampsis occidental) sostendrían una arquitrabe 
de madera, del cual colgarían cortinajes y lámparas que podían 
constituir un principio de iconostasio, como se ve e,n otras Iglesias 
paleocristianas.
Detrás del alter y adosados al ábside central se encuentran uno 
0 dos altos escalones que formaban el sintrono, donde se sentaban 
los concelebrantes y diáconos alrededor de la silla del oficiante prln-
ESTOTIOS BÍBLICOS-Pau Figueras214
cipal. El asiento de éste era, naturalmente, más elevado que el de 
los demás (Mampsis). En Oboda norte el sillón del oficiante se 
elevaba sólo, entre el altar y el. sintrono, sobre tres escalones. Más 
impresionante es todavía el trono del obispo de la catedral de Elusa, 
que se elevaba sobre nada menos que seis escalones revestidos de 
mármol. La ausencia de un sintrono de piedra, tanto aqul como 
en la mayoría de las iglesias de Néguev, se explica por el probable 
uso de sillones 0 taburetes de madera.
Junto a la plataforma elevada del coro, en el ángulo norte, se 
ven a veces restos de lo que serla la base del ambón, que era rec- 
tangular (Mampsis oriental) 0 hexagonal (Mampsis occidental). A 
lo largo de los muros internos de la iglesia, se encuentran casi 
siempre un banco de piedra para uso de los fieles. Es muy pro- 
bable que sobre las alas laterales hubiese una galería para las 
mujeres, un matroneo, semejante al que habría también en las si- 
nagogas de la época. Como restos de tales galerías pueden inter- 
pretarse ciertos detalles de Sobota, norte y sur. Señalemos, final- 
mente, que la decoración interna de estas iglesias seria general- 
mente suntuosa, con mosaicos sobre los ábsides (Sobota norte) y 
los pavimentos (Mampsis y capilla lateral de Sobota norte), pintu- 
ras murales (Sobota sur), suelos enlosados de mármol (Elusa) y 
muchos elementos escultóricos.
Edificios contiguos. Ignoramos la función de la mayoría de las 
distintas salas que circundan a menudo las basilicas y sus atrios, 
pero no hay duda de que tales piezas estaban en relación con la 
función cultual y comunitaria de las iglesias. En algunos casos, 
como en la basilica norte de Nessana, se trataba de verdaderas 
casas parroquiales, pues asi se desprende del hallazgo de parte de 
su antiguo archivo. En otros, como en Sobota norte y Oboda sur, 
parece que debemos aceptar la presencia de monasterios, pues ade- 
más de la arquitectura misma tenemos el testimonio epigráfico. 
El complejo arquitectónico Junto a la iglesia sur de Sobota (11) 
puede tener la misma explicación, pero no está probado por las 
inscripciones. Es indudable que Junto a la gran Iglesia de Elusa, 
que parece seria la catedral, deben hallarse los restos del episcopio 
0 casa episcopal. Pero el paro de las excavaciones hace imposible 
confirmar esta suposición.
Monasterios. Como verdaderos complejos monásticos han sido 
identificadas unas ruinas en Tel MasOs, a 17 fcms. al sureste de 
Beersheva, por la presencia de tumbas monásticas en una sala se-
(11) Véanse ،٥٤٥٠, pi. XVII, los planos de estos complejos de construcciones, 
probablemente monásticas, alrededor de las iglesias norte y sur de Sobota y de 
la Iglesia sur de Oboda.
215ARQUEOLOGÍA CRISTIANA EN EL DESIERTO DEL NÉGUEV
pulcral subterránea Junto a la Iglesia. Las inscripciones siriacas 
ya mencionadas confirman tal identificación (12). Parecen también 
ser de un monasterio los vestiglos bizantinos excavados en Tel Irá, 
a unos 15 kms. al este de Beersheva.. Son bien visibles los restos 
de una capilla, en cuyo pavimento de mosaico se puede leer una 
Invocación a san Pedro, que serla el patrón del lugar. El tono de 
tal inscripción permite suponer que el lugar atraía a los peregri- 
nos(13). Otra ruina, muy singular por su situación topográfica y 
su estructura, representa probablemente otro complejo monástico, 
por lo menos en parte. Se trata del lugar llamado hoy Mitzpé Shivta, 
antes Mishrefe, a dos kms. al este de Sobota. Sobre una cabeza 
de cerro, una serle de lo que serian celdas monacales 0 habitado- 
nes para peregrinos se extiende en ancho semicírculo alrededor de 
una capilla central orientada hacia levante, frente a un Imponente 
panorama. La identificación del lugar no esté todavía aclarada, pero 
se trata muy probablemente del xenodoquio 0 mesón de s. Jorge, 
que en el siglo VI daba acogida a monjes y a peregrinos en camino 
hacia el Sinal, segUn la información transmitida por el anónimo 
Peregrino de Plasencla -Plencia—(14).
Muchas cuevas del pais, en parte naturales y en parte excavadas 
por mano de hombre, pertenecieron a ermitaños del periodo bizan- 
tino. Tales son en nuestra región las de Ein. Evdat, situadas en 
la pared occidental del cañón natural sobre la fuente de Avdat u 
Oboda, a 2 kms. al norte de las ruinas de Oboda (15٠). El acceso 
a ellas se facilita por la escalerilla excavadas ya de antafio en la 
roca. Los ambientes tienen forma más o menos rectangular. Ε,η 
algunas paredes hay nichos que servirían de armarios. Las entra- 
das son espaciosas,y delante de alguna de ellas hay una especie 
de balcón con banquillo excavado en la roca. La identificación de 
las cuevas como celdas monacales es casi segura por los restos
(12) p. Maiberger, nie syrischen Inschriften als Quelle sur Geschichte der 
Nestorianer in Peleestiua, en V. Fritz y A. Kempinskl, Ergebnisse der Ausgra- 
Ingen au, der Hirbet el MSaS (Tel Masos) 1972-1975 I, pp. 158-186: Π, pis. 80-83.
(13) Dicha Inscripción, de la que sdlo se dio noticia hace rarios afios י 
parte de su descubridor, Itehak. Beit-Ariè, en Hadashot Arfeologiot 77 (octubre 
1877) 34 (en hebreo), ha sido recientemente mutilada.
(14) Véase texto en ل. Wilkinson, Jerusalem Before the Cmades (Jerusalem 
1877) 87, 35. Un reciente estudio de exploración y los planos del lugar acaban de 
ser publicados por laakov Baumgarten, Mitzpé Shivta, como apéndice al libro de 
A. Segal, Shivta, aspecto de uwa ciudad bizantina del Néguev (Haifa 1886) 87-108 
(en hebreo). En una Inscripción grafito existente in situ, y que en breve espera- 
mos publicar, puede leerse una oración personal en griego de un peregrino, que 
va dirigida al “Sefior, Dios de san Jorge...”. Es, pues, casi seguro que se trata 
de dicho mesón, al que se Juntaba una residencia monacal y una pequeña for- 
taleza militar.
(15) Y. Tsafrlr, (Bet sefer sade, Sde Boqer...) (en hebreo).
ESTUDIOS BÍBLICOS —Pau Figueras216
de algunas cruces pintadas, típicas de habitaciones semejantes en 
el desierto de Juda. Cuevas semejantes se habían encontrado ya 
hace muchos afios e.n la región de Qadesh Barnea, hoy al otro lado 
de la frontera con Egipto, en el llamado Wadi Mueileh, en la pe- 
ninsula sinaítica(16).
II. CULTO Y SANTORAL
A pesar de que no existe un acuerdo absoluto entre arqueólo- 
gos y liturgistas sobre la función de cada una de las partes de la 
basilica paleocristiana tal como se nos presentan hoy sus ruinas, 
es necesario esforzarse por encontrar una explicación satisfactoria 
a cada un٠0 de los detalles. Las basilicas del Néguev no son homo- 
géneas, a pesar de sus generalidades, en las que todas concuerdan. 
Hay anomalías, como la falta de atrio en algunas de ellas, que 
se explican por el hecho de que fueron construidas más tarde que 
los edificios circundantes. Asi, como hemos observado, el caso de 
las basilicas sur y central de Sobota. Algunas tienen bautisterio, 
otras no. Dos 0 tres parecen ser monasterios, sobre todo por las 
salas que rodean el atrio. Las estancias al norte y al sur de la 
iglesia norte de Nessana son más difíciles de explicar. ¿Se trataría 
de una “casa parroquial”, como hemos apuntado antes, 0 más bien 
de un monasterio? La respuesta no s٠e encuentra en la amplia do- 
cumentación que nos brindan, justamente alli, los más de doscien- 
tos papiros descubiertos e.n una de las salas, ni en las abundantes 
inscripciones locales (17). En. ambas fuentes se nos habla del hi- 
gimeno del lugar, pero no de los monjes ni del monasterio, ni se 
le atribuye el titulo de ábá Además, se ve por inscripciones y do- 
cumentO'S que el tal higúmeno está casado, puesto que te.nía un hijo, 
y este hijo pasaba a heredar de su padre el cargo de higúmeno.
Santoral. La iglesia norte de Nessana estaba originariamente 
dedicada a san Sergio y a san Esteban, mientras que los documen- 
tos posteriores mencionan a los santos Sergio y Baco. Una lista 
de ofrendas traídas a Nessana por particulares con ocasión de la 
fiesta de san Sergio pone de manifiesto que existían peregrinacio-
(16) M. Abel, “La grotte de Moueilleh”: Revue Biblique 3 (1906) 600-602.
(17) La acrópolis de Nessana, con sus dos iglesias y una fortaleza, fue exea- 
vada durante los afios 1935-1937 por la misión americana Colt, que tuvo la suerte 
de descubrir un importantísimo lote de papiros de los siglos VI y VII d. c. Las 
inscripciones, junto con el demás material arqueológico, fueron publicadas por 
H. D. Colt (ed.). Excavations at Nessana I (Princeton 1962). El estudio y publi- 
cación de los papiros no literarios estuvieron a cargo de s. j. Kraemer, Excava- 
tions at Nessana III (Princeton 1958).
217ARQUEOLOGÍA cristiana en el desierto del neguev
nes regionales en aquella zona, y tal vez a ello se deba la grandio- 
sidad de dicha iglesia y de sus dependencias. Es muy posible, aun- 
que no esta probado, que la popularidad de una particular iglesia 
fuera debida al hecho de que se conservaran en ella las reliquias 
de su santo patrón. Queda claro, sin embargo, que .no siempre era 
éste el caso, puesto que en Nessana habla una iglesia dedicada a 
los Tres jovenes de Babilonia, y en Beersheva habla otra definida 
por una inscripción como el topos, es decir, lugar particular, de los 
santos Abrahdn y Esteban. Estos dos eran los santos más popu- 
lares en todo el Néguev, a juzgar por la onomástica popular según 
las inscripciones.
Es inUtll intentar reconstruir hoy todo el santoral propio de la 
zona, pues las fuentes escritas son demasiado escasas. Resumiendo 
lo que nos ofrecen las inscripciones y grafitos, además de los pa- 
piros de Nessana, tenemos en, total los nombres de los siguientes 
santos: Sergio (Nessana y tal vez Elusa), Baco (Nessana), Teodoro 
(Oboda), Pedro (Tel Irá), Jorge (Mizpé Shivta), Esteban (Sobota, 
Beersheva y Nessana), Abrahán (Beersheva), los Tres Jdvenes (Nes- 
sana), la Teotocos (Nessana).
Una extrafia interpretación de un fragmento de columna central 
en el atrio de la iglesia norte de Sobota hace de esta iglesia un 
santuario dedicado a la memoria de un venerable estilita local. 
Creemos inútil refutar tal interpretación, del todo infundada (18).
Capillas laterales y cwlio de los santos. Al parecer, la Iglesia 
sur de Oboda estaba dedicada a san Teodoro, pues un epitafio 
en su ala sur atestigua que el difunto en cuestión, habla sido en- 
terrado en el rurtyrion de dicho santo. ¿Cómo hay que entender 
esta palabra? ¿Se trata de una designación de toda la basilica o 
sólo de una supuesta capilla lateral en el ábside sur, frente a 
dicha, tumba? La evolución tipológica de estas iglesias es un hecho 
arqueológicamente probado, segUn vimos. Y tal evolución incluye 
la transformación de las sacristías 0 pastoforios laterales en ca- 
pillas, en las cuales la presencia de relicarios pone en evidencia 
que su función principal, aunque posiblemente no Unica, era la ve- 
neración de los santos. Dichas capillas estaban normalmente ce- 
rradas al público, lo que se indicaba con un cancel bajo, que a veces 
era la continuación del cancel central(19).
Tal disposición de capillas laterales en vez de pastoforios es 
de norma en las iglesias del Néguev, como vimos, fuera de las dos 
basilicas de Mampsls. La transformación habría ocurrido a prlncl-
(18) Negev, loe. c،،., pis. XVII, XIX y XXII.
(18) R. Rosenthal-Heginbottom, Die Kirchen von Sobota und ٥í٥ Dreiapsiden- 
Kirchen des Nahen Ostens (Wiesbaden, s. a.) 232.
ESTUDIOS BÍBLICOS-Pau Figueras218
pios del siglo VI, y esta arqueológicamente bien probada en varios 
lugares: Tal vez el más claro sea el de la catedral de Elusa, en la 
cual se aprecia el bueco boy existente entre las paredes originales 
que formaban los pastoforios rectangulares y los ábsides semicir- 
culares que más tarde vinieron, a sustituirlos. SegUn el Profesor 
A. Negev, el excavador de Sobota y Mampsis, quie.n ba estudiado la 
cuestión, dichos cambios en la estructura de los. laterales serian 
debidos a cambios e,n la liturgia alli celebrada, de acuerdo con su 
teoría, se comenzó en un cierto momento a rendir una especial ve- 
neracion y culto a los. santos, cuyas reliquias estaban a veces de- 
positadas e,n las capillas laterales dentro de relicarios (20).
La explicación de Negev puede ser válida, pero nunca será de- 
finitiva mientras no se descubran textos que la confirmen. Es ver- 
dad que en las iglesias del norte de Siria(21), más que en, otras 
partes., existía una capilla lateral en, el ala sur con u.na función 
similar, que puede calificarse de verdadero martyrion! Pero, por 
otra parte, nada impide pensar que reliquiasde los santos podían 
haber estado guardadas, en los pastoforios 0, por lo me.nos, en el 
dkcánieo, como lo prueban algunos textos históricos. En cambio, 
que se diese un cambio de rumbo tan importante en la liturgia y 
en el punto particular del culto de los santos no está documentado 
en, ninguna fuente escrita.
Criptas! Relacionado con la veneración de los santos es el in- 
teresante descubrimiento de una espaciosa cripta debajo del pavi- 
mento de la iglesia norte de Ruheibeb. Se puede bajar a ella por 
una doble escalera que la conecta con el piso superior, destinada 
sin duda a la cómoda circulación de los visitantes, pues-to que se 
trata de un lugar destinado a la veneración por parte de los fieles, 
que irían a orar y a celebrar la liturgia Junto a los restos de algún 
santo célebre, cuyo nombre boy ignoramos. El pequeño nicho en 
el centro del muro oriental de la cripta contenía probablemente el 
relicario (22). Semejantes criptas eran usuales en aquella época, y 
no lejos de nuestra región, para la cómoda veneración de tumbas 
de personajes considerados como santos; asi lo prueba la conocida 
biografía de Pedro Ibero(23).
Doctrina y ortodoxia. Nada sabemos de la ortodoxia de los cris- 
tianos del Néguev bizantino. Ya mencionamos el doble baptisterio 
de Sobota como posible testimonio de la presencia de más de una 
denominación, pero estamos lejos de poder probarlo. Entre el ma- 
terial ma.nuscrito de Nessana se encuentran partes, de libros apó-
(20) Negev, loe. cit!, 420421־.
(21) j. Lassus, Sanctmires chrétiens de Syrie (Paris 1947).
(22) Tsafrir, Zoc. ci،., 131.
(23) Ed. Raabe, 132, 14δ.
219ARQUEOL٥GÍA CRISTIANA EN EL DESIERTO DEL NÉGUEV
crifos (Carta de Abgar a Jesucristo) Junto con otros canónicos (Ev. 
de Juan), asi como fragmentos de homilías teológicas, de las actas 
de san Jorge y de doce capítulos sobre la fe. Tal variedad, junto 
con fragmentos de la Eneida de Virgilio (con su correspondiente 
léxico latino-griego) (24) indican más el nivel cultural, relativa- 
mente alto, de 10-s dirigentes de este centro cristiano que su per- 
tenencia a una u otra de las faccion.es en que estaba dividida la 
iglesia de Oriente.
Interesantes, desde el punto de vista doctrinal y devocional, son 
ciertos graftto-s e inscripciones. En una de las paredes interiores de 
una casa bizantina de Oboda, en parte cons'truida y en parte exea- 
vada en la roca, hay unos grafitos que figuran a dos soldados ro- 
manos, con su lanza en forma de cruz(25). Una inscripción parece 
identificar al de más abajo con san Teodoro, que era el titular de 
la iglesia sur de la acrópolis, como apuntamos. El de más arriba 
podría ser san Sergio. Una tercera mención de sa.n Teodoro se 
encuentra en, una invocación finamente inscrita en una jamba de 
la puerta que conduce de la iglesia a una sala situada al norte de 
la misma (26). Una Ultima invocación a san Teodoro apareció en 
un fragmento de cancel de la misma iglesia(27). Esta cuádruple 
mención del mismo santo no puede, naturalmente, fundamentar 
la opinión de que tal santo hubiera sido un personaje local, pero 
si la gran devoción que se le tenia en Sobota (28), donde su iglesia 
estaba situada junto a la fortaleza.
Una inscripción fragmentaria en la puerta occidental de la igle- 
sia superior de Sobota, hoy perdida (29), contiene una lista de per- 
sonajes del Antiguo Testamento, a cada uno de los cuales se atri- 
buye una especial virtud. Debido a que falta la primera linea, no 
podemos saber con certeza la finalidad de la inscripción, pero se 
supone que a dichos personajes era comparado un santo 0 una per- 
sona conocida y venerada:
(en fe como Abrahán) 
en caridad (30) como Isaac
(24) Colt (ed.). Excavations at Nessana III (Princeton 195-δ).
(25) Negev, loe. eit, 43, fot. 37. Mejor reproducción en B. Bagatti, Antichi 
vtllaggi cristiani tí¿ Giudea e Neghev (Jerusalem 1983) 204, fig. 35 (tomada de 
Vincent, Revue Biblique, 1905, P. 78).
(26) Negev, loe. eit., 36, núm. 26.
(27) I&¿tí., 38, núm. 31.
(28) Bagatti (op. eit., 204) hace notar que la representación del santo, con 
sus atributos militares, es una de las más antiguas que se conocen.
(29) Negev, loe. di, 63.
(30) Negev, loe. cit., no completa aqui la laguna del original. Sin embargo, 
creemos lógico suponer que el término desaparecido, que comenzaba con Φ, seria
ESTUDIOS BÍBLICOS —Pau Pigueras220
en esperanza como Jacob 
en humildad como Moisés 
en gloria como David 
en sabiduría como Salomón 
en paciencia como Job".
Otras inscripciones de contenido doctrinal interesante son varios 
de los epitafios. E.n uno perteneciente a un sacerdote de Sobota se 
indica su muerte con las fórmulas paulina: “habiendo terminado la 
ca carrera (Cf. 1 Tim 4,7)..., después de haber servido a la iglesia 
de Cristo”(31). De varios difuntos se dice׳ que “descansan Junto a 
los santos”(32). De otro se dice que “partió de esta vida hacia los 
inefables” (33).
enX MI 
ΑΩy
XMI
KETenemos también ciertos anagramas, como 
Oboda (34) e ΙΧΘΥΟ en Mampsis, (35).
En Tel Masós, el descubrimiento de numerosos grafitos siriacos 
sobre varias piedras y en fragmentos del enyesado de las paredes 
de la cripta sepulcral llevo a los excavadores a la conclusión de 
que tal monasterio albergaba una comunidad de monjes sirios per- 
tenecientes a la iglesia nestoriana. A pesar de que se trata casi 
exclusivamente de nombres propios, por el tipo de letra se puede 
asegurar que no se trata del dialecto llamado sirio-palestinense 0 
arameo-palestinense, sino de la lengua empleada, en Siria propia- 
mente dicha. Y este hecho le es suficiente al editor de tales gra- 
fitos para afirmar que no pueden ser anteriores a la segunda mitad 
del siglo vil. En efecto, la presencia de nestorianos en Palestina 
sólo es concebible, dice él, después de la conquista musulmana, pues 
la ortodoxia imperial bizantina nunca la hubiera permitido (36).
Ni inscripciones propiamente dichas, ni los papiros de Nessana, 
ni la cerámica recogida en las ciudades 'muertas del Néguev per- 
miten fechas la construcción de ninguno de sus edificio-s en pe- 
riodo tan reciente como la segunda mitad del siglo VII. Solamente 
puede aportarse una prueba en contra en la ciudad de Sobota, 
donde al muro norte del bautisterio de la iglesia inferior se adoptó 
el mighrab de־ lo que habría sido una mezquita musulmana de épo- 
ca omeya, que tal vez habría estado en uso hasta el siglo IX.
ΦΙΛΙΑΝ, “caridad”, que forma, con las otras dos virtude-s, fe y esperanza, la 
triada de las virtudes teologales.
(31) Negev, loe. cit, 58, núm. 62؛ Pigueras, op. cit, 26, núm. 18.
(32) Negev, Zoc. cit, 56, nUms. 59 y 60, etc.
(33) Loe. di, 55, núm. 57.
(34) Loe. di, 42, nUms. 40 y 41.
(35) Loe. di, 72, nUms. 90 y 91.
(36) Cf. swpra, n. 12.
221ARQUEOLOGÍA cristiana en el desierto del nEguev
III. LAS gentes del NEGUEV 
SEGÚN EL TESTIMONIO de inscripciones y papiros
A falta de cualquier otra documentación histórica, la epigrafía 
local y los dos lotes de papiros hallados e,n Nessana forman el 
arsenal más completo de los datos concretos acerca de la pobla- 
ción de la región. Tenemos fechas, nombres y títulos civiles y ecle- 
siásticos en documentos que van desde la correspondencia privada 
hasta los epitafios, pasando por inscripciones dedicatorias y por 
contratos jurídicos. No podemos entretenernos aqui a analizar todo 
ese material, la mayor parte del cual ha sido ya publicado (37), aun- 
que bien merecerla la pena un estudio algo más profundo. Lo que 
haremos será enunciar simplemente los datos más importantes so- 
bre onomástica personal y sobre títulos civiles y eclesiásticos, que 
suplen de alguna manera la documentación histórica en el sen- 
tido normal de la palabra.
Onomástica. Al repasar la lista de los nombres propios de la zona, 
nos damos cuenta al momento de que, a pesar de que los documen- 
tos están escritos en griego, se da un gran porcentaje de nombres 
semíticos entre las personas que Integran la población durante el 
periodo en cuestión, esto es, los siglosV, VI y VII. En efecto, desde 
Berosaba (la actual Beersheva) hasta Aila (la actual Eilat, ciudad 
puerto junto al Mar Rojo), el desierto del Néguev estaba poblado 
principalmente por los descendientes de los nabateos, a los que se 
habían juntado otras tribus árabes, como safaitas y tamudeos. Sus 
nombres son bien expresivos: Azonaine, Kasiseos, Abdalla, Abdeos, 
Toamos, Temos, Salamanos, Abdalgos, Alfeos, Zonainos, Uaelos, Ala- 
fallos. Amaros, Saudos, Olefos, Korebbos, Kaimus, Aretas, etc. Junto 
a estos nombres tenemos otros bíblicos, tanto del Antiguo como del 
Nuevo Testamento, tales como: Stefanos, Abraamios, loannes. An- 
dreas, lacobos. Ellas, Paulos, Petros, Zacarías, Sosanna, etc. Otros, 
en fin, son de origen griego e incluso latino, la mayoría de los 
cuales eran ya tradlcionalmente llevados por cristianos en todo el 
bajo Imperio romano: Sergio, Anastasios, Georgios, Eirenalos, Leon- 
tios. Romanos, Sabina, Porfirios, Zenobios, Erasinos, Arsenios, Boe- 
tos, Macedonios, Nilos, Victor, etc.
Creemos que es prematuro intentar sacar conclusiones exactas 
sobre la composición étnica de la población del Néguev durante la 
época bizantina basándonos exclusivamente e,n los datos onomás­
(37) Cf. sitpra, n. 17.
ESTUDIOS BÍBLICOS-Pau Pigueras222
ticos que han llegado hasta nosotros (3δ). Las listas de nombres que 
hemos registrado .no pueden representar más que una pequeha 
parte de la población, y por lo general lo que podríamos llamar 
su clase aristocrática. Las familias más humildes, como de ordi- 
nario, no deben de estar representadas en inscripciones ni en la 
documentación de importantes transacciones económicas. Sin em- 
bargo, serian las más numerosas. Por esta misma causa, encontrar 
un porcentaje tan elevado de .nombres semíticos, muchos de ellos 
nabateos, siglos después de la anexión nabatea al imperio romano, 
y con una tradición cristiana ya bien asentada, causa cierta admi- 
ración. Dos de los poquísimos obispos seguros que conocemos de la 
ciudad de Blusa llevan nombres tan nabateos como Abdallas y Are- 
tas(39). Y si el obispo que se sentaba en el elevado trono de su 
catedral estaba asi identificado con sus antepasados nabateos, lo 
más probable es que lo estuviesen también sus feligreses.
Por el texto de varias inscripciones vemos que ciertas familias 
combinaban nombres típicamente árabes con otros de origen griego 
0 bíblico. En algunos casos, el padre lleva nombre árabe mientras 
que el hijo lo tiene griego. En otros se d٠a justamente lo contra- 
rio (40). Ε,η nuestra opinión, ello se explica más bien como varia- 
clones de la moda que por otras razones más profundas. Ejemplos 
de semejantes cambios los tenemos hoy día en el Medio Oriente, 
don.de las conciencias nacionales se afinan 0 se diluyen según las 
'circunstancias políticas y las influencias culturales. Podemos estar 
seguros de que la. población ciudadana del Néguev de los siglos V, 
V, y VII no había perdido la conciencia de pertenecer, en su origen 
por lo menos y en su gran mayoría, al viejo pueblo nabateo.
La jerarquía eclesiástica. Varios personajes de la jerarquía ecle- 
siástica están mencionados en las inscripciones. En Sobota se re- 
cuerdan dos obispos: Tomás (A.D. 517) y Georgios (A.D. 534). Lo 
más probable es que se trate del obispo de la diócesis de Elusa(41). 
En Ruheibeh se mencionan los presbíteros lacobos, Elias, Abdelgos 
y otro anónimo (42). Junto con el obispo Georgios se menciona en
(38) Negev lo ha intentado (loe. cit., 84-88), pero su estudio es parcial en el 
sentido de que no incluye la onomástica de Beersh-eva ni de otras localidades del 
norte del Néguev, ni establece los necesarios paralelos con otras regiones conti- 
guas, como Judea y Transjordania.
(39) El primero suscribe las decisiones del concilio de Efeso (A. D. 431), el 
segundo las del concilio de Calcedonia (A. D. 451).
(40) Asi, los nombres de Stefanos hijo de Uaelos, Stefanos hijo de Zonainos, 
loannes hijo de Alafir, Caritos hijo de Zonainos, loannes hijo de Uaelos (sacer- 
dote), Kas-01e hijo de Peftos, etc. (Negev, ibid.).
(41) Ibid., «1-62, núm. 68, y P. 60, nUm. 66.
(42) Pronto podrán consultarse, en el libro en inglés de Y. Tsafrir sobre Ru- 
heibeh (cf. supra, n. 5), las inscripciones nUms. 1, 4, 5 y 9.
223ARQUEOLOGÍA CRISTIANA EN El desierto del NÉGUEV
Sobota al archidiácono y ecónomo Petros. En Elusa se encontró 
el epitafio del diácono Alafalla, hijo de Abuz0nain0s(43). A un diá- 
cono de Oboda llemado Germanos fue enviada por “el anciano Teo- 
dosio” una Jarra de grandes proporciones descubierta entre las 
ruinas de aquella ciudad. La inscripción estaba hecha con tinta 
roja sobre la parte superior de la Jarra (44). Un lector llamado 
Leontios hijo de Temos tiene su epitafio en la iglesia norte de 
Sobota (45). Un abad llamado Kapitos fue enterrado en el atrio de 
la iglesia sur de Oboda en el afio 617(46). Otros monjes fueron 
e,nterrados Junto a la iglesia superior de Sobota, como el abad Te- 
mos, muerto en 643, y Arsenios, que era monje y presbítero (47).
La documentación más abundante concierne a las iglesias de 
Nessana, cuyos papiros e inscripciones mencionan a varios obispos, 
entre ellos uno de Aila, Moisés hijo de Sergios, mientras que los 
demás, Georgios Stefanos y loannes, serian de Elusa. Los sacerdo- 
tes mencionados son Patricio, que es llamado, como también su hijo 
Sergio, higúmeno de la iglesia de san Sergio (48), Georgios, loannes, 
loannes hijo de Uaelos, Zacarías hijo de Georgios, Pesanes y Tomás. 
Hay también diáconos, como Paladios: subdiáconos, como Gadimos 
hijo de Zonainos, y otros clérigos, como Stefanos y Kyrinos. Algu- 
nos monjes son mencionados también en Nessana, como Elias y 
Manteas, aunque poco sabemos de su modo de vida ni del lugar 
donde habitaban. Uno de ellos se menciona en relación con un te- 
rreno contiguo al de otros terratenientes (49).
En una inscripción en la iglesia occidental de Mampsis se men- 
ciona “al áa, hijo de Zenobios varamomrio”, en cuyo caso el tér- 
mino abba es considerado como nombre propio por el editor (50). 
Sin embargo, el articulo determinado que lo acompafia( ton abba) 
parece exigir la traducción normal de “abad” 0 padre, en sentido 
monástico. Ello es importante porque puede ser un indicio de que 
dicha Iglesia perteneciese a una comunidad de monjes.
Administrad civil y militar. Gracias a varias menciones de 
títulos honoríficos y de cargos en la epigrafía local, conocemos hoy 
a varios personajes que ejercían sus funciones en la administra-
(43) A. Alt, Die griechischen Inschriften der Palaestina Tertia westlich der 
'Aré (Belin/Leipzig 1921) 28, nUm. 57.
(44) Negev, loc. dt., 45, nUm. 46.
.Ci،., 48, nUm. 48 لأء (45)
(46) Loc. cii, 36-37, É1. 27.
(47) ioc. ci،., nüm. 60.
(48) Es evidente que el titulo de higúmeno, que normalmente es referido a 
un superior monástico, no puede tener aqul este sentido, como apuntamos más 
arriba.
(49) Kraemer, op. ci،., 79, 89, 90 y 91.
(50) Negev, loe. ci،., 70-71, nUm. 84 y pl. 27, fot. 59.
ESTUDIOS BÍBLICOS —Pau Figueras224
ción civil y militar de la provincia Falaestina Tertk Ciertas ins- 
cripciones son de carácter puramente laico, como dedicaciones de 
edificios públicos y ciertas disposiciones administrativas (51) a las 
que no,tenemos que referirnos aqui, mientras que otras se encuen- 
tran en ambientes religiosos, como iglesias y cementerios. En So- 
bota tenemos nada menos que cinco inscripciones que mencionan 
al vicarto de la provincia, titulo que no se refiere al propio gober- 
nador de la misma, sino a un subalterno provincial del dux 0 go- 
bernador militar de las tres Palestinas (52). La primera inscripción 
es del afio 505, la segunda parece del 517 0 bien del 608, la tercera 
es del 612, la cuarta del 646 (diez afios después de la conquista mu- 
sulmana del pais)ًا la quinta es una inscripción fragmentaria sin 
fecha (53).
En varias inscripciones tenemos el titulo honorífico de lampro- 
tatos, correspondiente al latin clarissimus, que tiene su historia 
enla administración imperial romana, y bizantina. Por dos veces 
se atribuye al vicario en. Sobota (54). En .Beersheva lo ostenta dos 
personajes, Flavios Petros y Flavios Anastasios, cuyas funciones no 
quedan del todo claras(55). En otra inscripción de .Sobota se aplica 
el mismo titulo a los prioms, cuyos nombres y funciones no se es- 
pecifican(56).
En una inscripción hallada en las ruinas hoy desaparecidas de 
una iglesia de Nessana -(tal׳ vez la que estaba dedicada a los Tres 
Jóvenes, segUn sabemos por los papiros) se menciona a un benefac- 
tor llamado ,Sergios, que e٠s presentado- con la extraña combina- 
ción de monje y exasesor. No se sabe qué es lo que pudo atraer a 
un tal personaje a retirarse, con su hermana y el hijo de ésta, 
“diácono y curial de la ciudad metropolitana de Emesa (Siria)”(57), 
a nuestro desierto. Pero es muy probable que el hecho de que Nes- 
sana representara, para los peregrinos que iban al Sinai por la 
ruta más corta, el Ultimo lugar habitado antes de adentrarse en
(51) Las más conocidas son los fragmentos de edictos imperiales hallados en 
Beersheva a principios de este siglo, concernientes a la regulación de los impues- 
tos que los habitantes de varias ciudades de las tres Palestinas deben pagar para 
el mantenimiento de las tropas imperiales (Alt, op. cit,. 10-12,- véanse txtos, tra- 
ducción inglesa y hebrea y bibliografía de los tres fragmentos principales en Fi- 
gueras, op. di, 7-11, núms. 1-3; y comentario sobre su alcance y significado en 
Idem, loe. cit., n. 3, pp. 140-142).
,Negev (loe. di, 90) interpreta erróneamente las palabras de Alt (op. cit (ج2)
(¿3) Negev, loe. di, 90-91.
(54) Negev, loe. elf., 91.
(55) Figueras, op. di. .18, núm. 10; y comentario sobre esta inscripción en 
idem, “Three Dedicatory Inscriptions from the Beersheva Region” (inscripción 
núm. 3): Liber Annuus 36 (1986) (en prensa).
(5-6) N^ev, loe. di, 65-66, nUm. 75, y pp. 93-94.
(57) Colt, op. cif., 173-174, nUm. 94.
225ARQUEOLOGÍA CRISTIANA EN EL DESIERTO DEL NÉGUEV
el desierto fomentaba la visita de muchos forasteros, algunos de 
los cuales optarían por quedarse.
En la iglesia occidental de Mampsis se nombra a un donante. 
Romanos, médico de Gebalene en Transjordania (58). En Beershava 
se encontró una inscripción que menciona la generosidad de un tal 
Stefanos, que es apodado con los títulos de “muy sabio y muy ilus- 
tre arquiatrós (0 sea, .primer médico) del sacro palacio" (59). Tam- 
bién en Beersheva se conserva una inscripción dedicatoria que men- 
ciona a un ,‘ilustre Anastasios”, sin duda un oficial de alto rango (60). 
All؛ mismo se descubrió la tumba y el epitafio de un cierto loannes, 
que era tribuno y que habría ejercido sus funciones en el “cuartel 
general de soldados romanos” que había en dicha ciudad, por lo 
menos desde el siglo IV, según el testimonio de Eusebio de Cesa- 
rea(61). Un soldado perteneciente al “regimiento de los fidelísimos 
teodosianos" escribe, el 30 de mayo del año 512, una carta desde la 
ciudad de Rinocolura (El ‘Arish de hoy) e,n la costa norte del Sinai 
a su hermano, de aquel mismo regimiento, residente en la ciudad 
ed Nessana, de la que ambos eran nativos (62). Tal vez los dos 
hablan servido en la fortaleza de la acrópolis, cuyas ruinas se ven 
hoy todavía.
IV. CONCLUSIÓN
A esta condensada revisión de lo que la arqueología del Nóguev 
nos brinda sobre las antiguas comunidades cristianas que integra- 
ban su población le falta sólo un párrafo que trate de su postrera 
fase. Como ignoramos las causas reales y el desarrollo histórico 
concreto del proceso de total desaparición de aquella floreciente 
sociedad, tenemos que contentarnos leyendo entre las lineas de los 
documentos arqueológicos más recientes. Mencionamos ya la pre- 
sencia de una mezquita adosada a los muros de la iglesia inferior 
de Sobota, lo que seguramente sugiere una convivencia más 0 me- 
nos prolongada entre la población cristiana y sus conquistadores 
musulmanes. Estos, que penetraron e,n el Néguev por los aflos 634-636, 
posiblemente no encontraran resistencia armada. Los documentos 
de Nessana permiten - suponer que el elemento árabe de la pobla- 
ción habla aumentado desde el reinado de Justlniano, y que el Né-
(58) Negev, loe. cit, 71, núm. 86.
(58) Figueras, loe. cit. en n. 3, p. 158.
(60) Hgueras, op. di, 18, núm. 11: véase comentario en idem, 20c. ci،, en 
n. 55, insertion núm. 2.
(61) Onomasticon, ed. E. Klostermann (Leipzig 1804) 50.
(62) Nessana, pap. 15 (Kraemer, op. cit, 43-44).
ESTUDIOS BÍBLICOS-Pau Figueras226
guev no significaba ya un auténtico limes 0 frontera fortificada 
como habla sido anteriormente.
El testimonio numismático lleva a A. Negev a creer que Mampsis 
habla quedado ya abandonada durante el siglo VI, sin que sepamos 
por qué. Las inscripciones de Sobota, en cambio, nos dicen que hasta 
los Ultimos afios cuarenta del siglo vn la vida habla continuado' 
alli sin grandes cambios aparentes. El monasterio de Tel Masds 
fue erigido posiblemente después de la conquista musulmana. Y la 
documentación papirológica de Nessana nos permite imaginar que 
el radical cambio de régimen politico no habla afectado mucho la 
vida de los pacíficos cristianos del Néguev. Los Ultimos documen- 
tos están fechados en el afio 689, a poco más de cincuenta afios 
de la conquista. Es significativo que en la iglesia .norte se hubiesen 
conservado cartas escritas a la población de Nessana por el gober- 
nador árabe. Lo más probable es que el Jefe de la comunidad cris- 
tiana fuese considerado, como tal vez siempre lo había sido, como 
el alcalde local. El tenor de estas cartas es singular en cuanto a 
su forma y contenido. Al texto árabe corresponde una traducción 
griega firmada por el secretario Georgias, quien habla comenzado 
su parte con el signo de la cruz, como era acostumbrado en la όρο- 
ca bizantina. En una de estas breves misivas el gobernador Abu 
Rashid pide a los habitantes de Nessana que provean de un experto 
guia a la comitiva que debe conducir a su propia esposa, que serla 
cristiana, al “monte santo”, esto es, el Sinai (63).
Creemos que nada más apropiado hubiésemos podido citar, a guisa 
de conclusión, que esta visión de unas relaciones pacificas entre 
subditos cristianos y gobernantes musulmanes e.n una época tan tar- 
día. Lo trágico es, sin embargo, que no pasarían seguramente mu- 
chos afios antes que los Ultimos habitantes de Nessana, Ruheibeh, 
Oboda, Sobota, Elusa y también Beersheva abandonaran por com- 
pleto sus ciudades. La causa más probable fue la terrible carga de 
los impuestos, que no pudo sobrellevar una población que basaba 
su economía en una agricultura bien desarrollada, pero en condi- 
clones de desierto.
(63) Nessana, pap. 73 (Kraemer, op. ci،., 207).
ARQUEOLOGÍA CRISTIANA EN El ٥ESIRTO DEL NÉGUEŸ 22؟
El Néguev en el periodo bizantino

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