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ATLAS DE MICROBIOLOGIA

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ATLAS DE MICROBIOLOGIA 
NO. ENFERMEDAD CONCEPTO ETIOLOGIA MANIFESTACIONES CLINICAS DIAGNOSTICO TRATAMIENTO TRATAMIENTO DE PRIMERA Y SEGUNDA 
LINEA CON DOSIFICACION/ IMAGEN 
1 Dacriocistitis Es la inflamación del saco lagrimal debida 
a la obstrucción aguda o crónica del 
conducto naso lagrimal. 
 
 
Los agentes infecciosos más frecuentes son: 
• Staphylococcus aureus 
• Streptococcus pneumoniae 
• Haemophilus influenzae. 
• Pseudomonas aeruginosa 
• Staphylococcus epidermidis. 
Dacriocistitis aguda: 
• Enrojecimiento 
• Inflamación en el canto medial y en la zona 
inferomedial de la órbita 
• Sensibilidad por debajo del canto medial del ojo 
• Secreción purulenta del punto lagrimal 
• Materia: desechos y células epiteliales superficiales 
del ojo 
• Epífora: lagrimeo excesivo 
Los síntomas de la dacriocistitis crónica incluyen: 
• Epifora: síntoma más común 
• Agudeza visual fluctuante: el aumento de la 
película lagrimal refracta la luz de forma anormal 
• Mucocele 
• También llamado dacriocele o dacriocistocele 
• Masa palpable (formada a partir de líquido atrapado) 
en el canto medial 
El diagnóstico de la dacriocistitis implica 
una evaluación integral de los síntomas 
clínicos y los hallazgos de la exploración 
física, respaldados por el cultivo de la 
secreción para la identificación precisa del 
agente etiológico, lo que permite un manejo 
terapéutico individualizado y eficaz 
La forma aguda de estas infecciones 
también se trata con calor local y 
antibióticos tópicos o sistémicos, o ambos 
a la vez. La obstrucción crónica consiste en 
lavado mecánico con soluciones de 
antibióticos; el tratamiento quirúrgico 
consiste en realizar una 
dacriocistorrinotomía. 
Tratamiento de primera línea: 
Antibióticos: Se suelen prescribir antibióticos 
de amplio espectro. Las dosis típicas son: 
 
Amoxicilina-clavulanato: 
 
Niños: 45 mg/kg/día de amoxicilina divididos en 
dos o tres dosis, generalmente durante 7-10 
días. 
Adultos: 500 mg a 875 mg de amoxicilina-
clavulanato cada 8 horas, generalmente durante 
7-10 días. 
Cefalexina: 
 
Niños: 25-50 mg/kg/día divididos en dos o tres 
dosis, generalmente durante 7-10 días. 
Adultos: 500 mg a 1000 mg de cefalexina cada 
6-12 horas, generalmente durante 7-10 días. 
Ciprofloxacino: 
 
Niños: La seguridad y eficacia de ciprofloxacino 
en niños no está bien establecida, por lo tanto, 
su uso se reserva a situaciones específicas bajo 
supervisión médica. 
Adultos: 500 mg a 750 mg de ciprofloxacino 
cada 12 horas, generalmente durante 7-10 días. 
 
Tratamiento de segunda línea: 
Dacriocistorrinostomía, un procedimiento 
quirúrgico para crear una nueva vía de drenaje 
del saco lagrimal. 
2 Celulitis Es una infección que afecta piel y tejido 
celular subcutáneo, que fácilmente se 
disemina por vía linfática o hematógena. 
Aunque puede afectarse cualquier zona 
anatómica, existen algunas diferencias 
clínicas y microbiológicas de la celulitis 
que afecta cara y cuello, con la que afecta 
las extremidades. 
 
Celulitis de cara y cuello: en este grupo 
se incluye la celulitis preseptal o 
periorbitaria. Aunque es más común en 
menores de cinco años, puede 
presentarse en todas las edades. 
Celulitis de tronco y extremidades: 
Se presenta más frecuente entre los 
escolares y adolescentes. 
 
Celulitis de cara y cuello: 
Los agentes etiológicos más importantes son: 
• Haemophilus influenzae tipo b 
• Streptococcus pneumoniae 
• Staphylococcus aureus 
 
Celulitis de tronco y extremidades 
Los agentes etiológicos más frecuentes son: 
• Staphylococcus aureus 
• Streptococcus pyogenes 
• Enterobacterias 
(microorganismos menos 
frecuentes y ocurren en 
circunstancias especiales) 
• Erysipelothrix rhusiopathie y 
especies de Vibrio (en 
pescadores o manejadores de 
alimentos de origen marino) 
Generalmente existe el antecedente de traumatismo previo 
(laceración, herida punzante) o lesión cutánea (furúnculo, úlcera, 
escoriación) e infrecuentemente es consecuencia de diseminación 
hematógena. 
Las manifestaciones predominantes son edema, dolor y eritema 
local, fiebre y afectación del estado general. El área afectada está 
eritematosa, caliente y edematosa; puede acompañarse de 
linfadenopatía regional, de abscesos locales o de áreas de 
necrosis de la piel afectada. Las bacteremias son frecuentes y en 
los niños una tercera parte de los casos cursa con complicaciones 
infecciosas en otros sitios. La celulitis por H. influenzae en niños 
menores de 3 años a menudo afecta la cara en regiones 
periorbitarias o peribucales, puede observarse aspecto rojo-
violáceo, a pesar de que no hay antecedente de traumatismo local. 
Pueden ocurrir episodios recurrentes de celulitis de extremidades 
inferiores en individuos que se han sometido a safenectomía. 
La celulitis por E. rhusiopathie se caracteriza por una zona 
dolorosa de color violáceo con el centro claro. La celulitis asociada 
Se basa en las manifestaciones clínicas y 
en el antecedente de lesión en piel. Las 
circunstancias en que ocurre la 
contaminación pueden sugerir el agente 
etiológico. Debe distinguirse de los casos 
de erisipela en que únicamente está 
afectada la piel, donde los bordes de la 
lesión son elevados y muy bien definidos. El 
diagnóstico etiológico puede lograrse en 
50% de los casos realizando cultivo de 
tejido aspirado por punción en la zona de 
máxima inflamación y 
por hemocultivo. 
Se debe iniciar tratamiento antibiótico 
empírico temprano una vez establecido el 
diagnóstico, ya que puede existir el riesgo 
de una rápida progresión de la lesión y 
diseminarse a través del tejido linfático y de 
la sangre. Posteriormente la 
respuesta clínica y el aislamiento del 
microorganismo causal orientarán a un 
tratamiento terapéutico definitivo. 
Se recomienda iniciar tratamiento con la 
combinación de amoxacilina más 
clavulanato. Sin embargo, en los niños 
menores de dos años, aun cuando 
estafilococo y estreptococo son los 
agentes más frecuentes, en un porcentaje 
importante pueden tener como agente 
etiológico enterobacterias, por lo que ante 
una mala evolución a pesar del 
Primera línea: 
Combinación de amoxicilina más clavulanato: 
Adultos: Por lo general, se prescribe 
amoxicilina-clavulanato 500 mg/125 mg cada 8 
horas o 875 mg/125 mg cada 12 horas, 
dependiendo de la gravedad de la infección. 
Niños: La dosis se ajusta según el peso 
corporal y la gravedad de la infección. Una dosis 
común podría ser de 25-45 mg/kg/día de 
amoxicilina dividida en tres dosis. 
 
Segunda línea: 
Clindamicina: 
Adultos: La dosis típica es de 300-450 mg cada 
6 horas, dependiendo de la gravedad de la 
infección. 
Niños: La dosis se ajusta según el peso 
corporal y la gravedad de la infección. La dosis 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
• Aeromonas hydrophila (en 
nadadores de agua dulce) 
• Pseudomona aeruginosa (heridas 
penetrantes de pies) 
• Streptococcus pneumoniae 
 
a especies de Vibrio puede progresar a necrosis extensa. La 
celulitis de extremidades puede iniciarse con una laceración o 
abrasión pequeña o por picadura de insectos y rápidamente 
progresar a infecciones de tejidos más profundos y causar 
bacteremia. Los casos de celulitis perineal suelen tener en la mitad 
de los casos una evolución rápidamente progresiva, incluso con 
gran afectación sistémica. La pérdida de tejidos es una 
complicación que puede observarse secundario a necrosis. 
tratamiento, es recomendable el cambio a 
una cefalosporina de tercera 
generación más un am inoglucósido. Si la 
celulitis se encuentra localizada en cara o 
cuello puede iniciarse con una 
cefalosporina de primera o segunda 
generación, la cual cubre adecuadam ente 
H aem ophilus influenzae, Streptococcus 
pneumoniae y la mayoría de las cepas de 
S.aureus. 
Cuando se sospecha S. aureus resistente 
a dicloxacilina, se trata con clindamicina,linezolid o vancomicina, Aeromonas 
hydrophila con gentamicina o 
cloranfenicol, Pseudomonas aeruginosa 
con una combinación de carbapenemico 
amikacina, especies de Vibrio con 
tetraciclinas o cloramfenicol. 
En los casos de celulitis perineal siempre 
debe administrarse terapia mixta, dosis 
altas de penicilina sódica más un 
aminoglucósido o en huésped 
inmunocomprometido una cefalosporina 
de tercera generación más un 
aminoglucósido más metronidazol, una 
alternativa es el uso de imipenem más un 
aminoglucósido. 
pediátrica típica es de 8-25 mg/kg/día dividida 
en tres o cuatro dosis. 
 
Linezolid: 
Adultos: La dosis habitual es de 600 mg cada 
12 horas. 
Niños: La dosis se ajusta según el peso 
corporal y la gravedad de la infección. La dosis 
pediátrica típica es de 10-20 mg/kg/día dividida 
en dos dosis. 
 
Vancomicina: 
Adultos: La dosis inicial común es de 15-20 
mg/kg cada 8-12 horas, ajustada según los 
niveles séricos. 
Niños: La dosis se ajusta según el peso 
corporal y la gravedad de la infección. La dosis 
pediátrica típica es de 10-15 mg/kg cada 6-8 
horas. 
3 Conjuntivitis Es probablemente la infección ocular más 
frecuente; se caracteriza por inflamación 
de la mucosa conjuntival, congestión y 
secreción, así como sensación de cuerpo 
extraño. La conjuntivitis se clasifica de 
acuerdo con su causa, tiempo de 
evolución y manifestación clínica 
predominante. Bacterias, virus, 
Chlamydia, hongos y parásitos pueden 
provocar conjuntivitis. 
 
Bacteriana: 
• Staphylococcus aureus 
• Streptococcus pneumoniae 
• Haemophilus influenzae 
• Moraxella catarrhalis 
• Neisseria gonorrhoeae 
• Neisseria meningitidis 
• Serratia marcescens 
• Pseudomonas aeruginosa 
Viral: 
• Adenovirus 
• Enterovirus 
• Herpes simple 
• Varicela 
• Sarampión 
Clamidial 
• Chlamydia trachomatis 
Micótica 
• Cándida 
• Blastomyces 
• Sporothrix schenckii 
Parasítica 
Trichinella spiralis 
Taenia solium 
Se acompaña de dilatación de los vasos dentro de la membrana, 
haciendo que la esclerótica blanca se vea roja. Además del 
enrojecimiento, hay formación de pus en la conjuntivitis. La 
secreción purulenta suele relacionarse con inflamación de los 
párpados, dolor y comezón. Al despertar en la mañana, el paciente 
puede observar que el exudado seco se ha pegado en el párpado. 
Por lo general, no se altera la visión y la córnea y la pupila se 
muestran normales. 
Las reacciones alérgicas y las sustancias tóxicas también pueden 
producir inflamación de la conjuntiva. Los hallazgos específicos en 
el examen ocular pueden variar dependiendo de la causa 
particular: 
1. Bacteriana. La conjuntivitis bacteriana es muy contagiosa, 
sobre todo entre niños. Por lo general, exudan cantidades 
copiosas de pus del ojo y cuando se remueve el pus, se reemplaza 
de manera rápida con un nuevo exudado. La secreción suele ser 
espesa y globular. 
2. Viral. 
El exudado en la infección viral es menos purulento y más seroso 
en naturaleza. En la conjuntivitis, viral, clamidial y tóxica, el tejido 
linfático en la conjuntiva puede hipertrofiarse, formando pequeños 
bultos suaves llamados folículos. La conjuntivitis viral es 
demasiado contagiosa; por lo general hay una afectación del 
segundo ojo en 24 a 48 horas. Sin embargo, la afectación unilateral 
no excluye el diagnóstico. La infección es autolimitante, y se 
resuelve en un período de 1 a 3 semanas. 
Por lo general, no se obtienen cultivos en 
los casos rutinarios de conjuntivitis. En los 
casos más graves, se obtienen 
raspados de la conjuntiva para cultivo y 
tinción de Gram. Se encuentran leucocitos 
polimorfonucleares (PMN) en abundancia 
en la conjuntivitis bacteriana y clamidial. La 
conjuntivitis viral suele tener como 
resultado exudado celular mononuclear, y 
la conjuntivitis alérgica se relaciona con un 
predominio de eosinófilos. La inflamación 
folicular combinada con un exudado que 
contiene PMN sugiere fuertemente una 
infección clamidial. 
En la conjuntivitis bacteriana y clamidial, se 
recomienda el tratamiento sistémico. Para 
las formas más leves, los agentes 
antimicrobianos tópicos suelen ser 
suficientes. Se prefieren las preparaciones 
de gotas de fluoroquinolona para ojos 
debido a que tratan patógenos 
grampositivos y gramnegativos. 
Los agentes tópicos alternativos 
incluyen gentamicina o tobramicina para 
las infecciones 
gramnegativas y polimixina B/bacitracina, 
neomicina/polimixina, polimixina B-
trimetoprim, o eritromicina para las 
infecciones grampositivas. 
Primera línea: 
Fluoroquinolona oftálmica (gotas) 
Dosificación 
Adultos y niños: Aplicar 1-2 gotas en el ojo 
afectado cada 2-4 horas, durante 7 a 10 días o 
según lo indique el médico. 
 
Segunda línea 
Antibióticos tópicos alternativos: 
Gentamicina o tobramicina para infecciones 
gramnegativas.Polimixina B/bacitracina, 
neomicina/polimixina, polimixina B-trimetoprim o 
eritromicina para infecciones grampositivas. 
Schistosoma haematobium Onchocerca 
volvulus 
Filariasis loa loa 
 
 
3. Clamidial. Otra forma de infección con C. trachomatis, es la 
conjuntivitis por inclusión, la cual se transmite a adultos por medio 
de secreciones genitales de un compañero sexual infectado. 
4. Alérgica y tóxica. El polen puede inducir conjuntivitis alérgica 
la cual suele afectar ambos ojos y se acompaña de comezón. Casi 
cualquier solución típica aplicada al ojo puede también producir 
conjuntivitis alérgica. Los lentes de contacto suaves y duros, y los 
cosméticos también son agresores frecuentes. Esta forma de 
conjuntivitis suele estar acompañada de comezón. 
5. Otras. Otras enfermedades clínicas en las que la conjuntivitis es 
un componente de la enfermedad incluyen el síndrome de Reiter, 
la queratoconjuntivitis seca, la enfermedad del injerto contra el 
anfitrión y el penfigoide. 
4 Síndrome de piel 
escaldada 
También es conocido como enfermedad 
de Ritter, es una infección cutánea aguda 
y diseminada en la que la piel se 
desprende corno si se hubiese quemado. 
Exotoxinas del S. aureus fago 71 grupo II tipo: 
3a, 3b, 3c, 55 o 71 y en menor frecuencia de 
grupo I y III. 
Las manifestaciones clínicas se inician después de alguna 
infección menor como el impétigo, infecciones nasofaríngeas, 
conjuntivales, urinarias o umbilicales. La diseminación 
hematógena de la exfoliatina produce fiebre y eritema, seguido de 
la formación de bulas de pared delgada que contienen líquido. La 
fricción leve sobre la piel produce el signo de Nikolsy, un 
desprendimiento de las capas superficiales de la piel. La bula típica 
se rompe, deja un área denudada, dejando una superficie húmeda 
y finalmente ocurrirá descamación. 
 
 
Es la manifestación más grave de la infección por S. aureus 
productor de toxina exfoliativa, que ocasiona eritema y separación 
de la epidermis a nivel de la capa granulosa. Las manifestaciones 
clínicas varían con la edad del paciente y con el estado inmunitario 
previo contra esta toxina de S. aureus. 
En el recién nacido, produce un síndrome denominado 
enfermedad de Ritter, consistente en eritrodermia generalizada 
con el desprendimiento de la piel con presión digital que semeja la 
imagen del niño quemado. Puede ocurrir en forma de brotes 
epidémicos en cuneros. 
En los lactantes se describe el clásico síndrome de piel escaldada, 
con fiebre, eritema escarlatiniforme y formación de bulas que se 
rompen, con separación de capas de la piel y signo de Nikolsky. 
Cada dos o tres días aparecen nuevos brotes de lesiones bulosas 
y cesan en un término aproximado de dos semanas. Debe 
diferenciarse de un cuadro semejante producido por 
hipersensibilidad a drogas, la toxina exfoliativa no afecta las 
mucosas y la biopsia de piel muestra en los casos por drogas, una 
separación más profunda de la epidennis, a nivel de la capa basal. 
En niños mayores y con inmunidad antitóxica parcial,produce el 
síndrome escarlatiniforme estafilocócico que es semejante al 
descrito por estreptococo, con la diferencia que el producido por S. 
aureus no lesiona la mucosa bucal y no se presenta lengua de 
frambuesa. 
El diagnóstico se efectúa con los datos 
clínicos o por cultivo de S. aureus, 
demostrando que la bacteria produce la 
toxina o identificando el gene que la 
codifica. La evaluación histológica de la piel 
revela la 
separación de la capa granular de la 
epidermis, contrario a lo que se ve en la 
necrólisis epidérmica tóxica con separación 
entre dermis y epidermis, que se observa en 
los casos no producidos por S. aureus. La 
toxina exfoliativa también puede producir 
enfermedad clínica que se parece a la 
escarlatina, aunque no hay faringitis. El 
exantema se presenta sin progresión a 
bulas. La bacteremia no es un dato 
constante. En 2 a 5 días aparecen estrías 
cerca de ojos y boca, con descamación. No 
hay signo 
de Nikolsky 
En los casos de síndrome de piel 
escaldada y enfermedad de Ritter, debe 
proporcionarse tratamiento con suficiente 
aporte de líquidos endovenosos, ya que 
las pérdidas por la piel denudada son muy 
importantes. Por la gravedad de esta forma 
clínica se recomienda administrar 
antibióticos por vía parenteral como 
clindamicina o linezolid y penicilinas de 
amplio espectro o en combinación fija con 
un inhibidor de betalactamasa. 
Tratamiento de primera línea: 
Clindamicina: 
 
Dosis en adultos: 600 mg a 900 mg por vía 
intravenosa cada 6 horas. 
Dosis en niños: La dosis pediátrica se basa en 
el peso del niño y se ajusta en consecuencia. 
Por lo general, se administra en una dosis de 10-
13 mg/kg/dosis cada 6 horas. 
Penicilinas de amplio espectro o en 
combinación fija con un inhibidor de 
betalactamasa: 
 
Ejemplos incluyen ampicilina/sulbactam o 
amoxicilina/ácido clavulánico. 
Las dosis específicas dependerán del agente y 
de la gravedad del caso, y se ajustarán según la 
edad y el peso del paciente. 
 
Tratamiento de segunda línea: 
 
Linezolid: 
 
Dosis en adultos: 600 mg por vía intravenosa 
u oral cada 12 horas. 
Dosis en niños: La dosis pediátrica de linezolid 
se basa en el peso del niño y se ajusta en 
consecuencia. Las dosis pueden variar, pero se 
administran generalmente a 10-20 mg/kg/día en 
dos dosis divididas cada 12 horas. 
5 Síndrome de shock tóxico Síndrome multiorgánico producido por 
staphylococcus aureus y 
excepcionalmente streptococcus del 
grupo A. 
Staphylococcus aureus 
Streptococcus pyogenes 
El síndrome de choque tóxico puede manifestarse con signos y 
síntomas leves hasta una enfermedad fatal rápidamente 
progresiva, su presentación puede acompañarse del inicio súbito 
de exantema difuso, fiebre alta, vómito, diarrea, cefalea, faringitis, 
mialgias, hipotensión, falla multiorgánica, renal, hepática, cerebral 
• Evaluación clínica 
• Cultivos 
El diagnóstico del síndrome de shock tóxico 
(SST) se establece desde la clínica y por el 
aislamiento del microorganismo en 
La intervención temprana es esencial para 
el tratamiento exitoso del choque y de la 
falla multiorgánica. La vigilancia en un 
servicio de terapia intensiva será necesaria 
para reponer en forma adecuada el 
Tratamiento de primera línea 
Dicloxacilina: Por lo general, se administra a 
una dosis de 25 a 50 mg/kg/día dividida en dosis 
cada 6 horas en niños, mientras que en adultos 
se puede administrar a una dosis de 250 a 500 
y hematológica. El exantema suele ser difuso, escalatiniforme, de 
inicio en tronco que se extiende a extremidades. Es más evidente 
en sitios de flexión y rara vez se acompaña de petequias, bulas o 
vesículas, en muchos casos asociado a edema de palmas y 
plantas. Se ha descrito también un exantema tardío de 9 a 13 días 
después, que es maculopapular, generalizado. La lengua suele 
observarse muy enrojecida (aspecto de lengua en fresa). Los 
cambios hemodinámicos incluyen disminución en el tono 
vasomotor y fuga no hidrostática de líquido del espacio 
intravascular al intersticial. La afección multiorgánica (renal, 
hepática, de sistema nervioso central, hematológica) es una 
característica adicional que resulta de pobre perfusión tisular y 
daño directo de los mediadores. Las complicaciones que pueden 
llevar a la muerte son choque refractario, falla renal oligúrica, 
arritmia ventricular, coagulación intravascular diseminada y 
pulmón de choque. Aquellos pacientes que sobrepasan la fase de 
gravedad, después de 10 a 21 días de evolución presentan 
descamación 
generalizada. Se ha descrito también un exantema tardío de 9 a 
13 días después, que es maculopapular, generalizado. Otros 
hallazgos son caída del cabello y desprendimiento de las uñas. 
En los niños los datos clínicos no son diferentes a los encontrados 
en adolescentes y adultos, con excepción de la afección 
respiratoria, ya que un número mayor de pacientes requirió de 
asistencia mecánica ventilatoria. En los niños las infecciones 
cutáneas inocuas podrían llevar al TSS, pero la condición previa 
más específica es la traqueítis bacteriana. Tomando en cuenta el 
número de infecciones por estafilococo que se presentan en niños, 
el número de casos de TSS es pequeño. Parece claro que la 
existencia de cepas toxigénicas y de hospederos que son 
susceptibles es necesaria pero no una condición suficiente para 
producir el síndrome. 
hemocultivos (para Streptococcus) o en 
muestras del sitio infectado. 
Criterios de diagnóstico 
Staphylococcus aureus 
Hipotensión, afección multiorgánica, 
trombocitopenia, fiebre, exantema, 
escalatiniforme que predomina en sitios de 
flexión eritema de mucosas, lengua en 
fresa, hiperemia conjuntival, 
trombocitopenia, bacteremia poco 
frecuente, descamación tardía en dedos y 
manos, alopecia, desprendimiento de uñas. 
 
Streptococcus pyogenes 
Hipotensión, dolor, exantema poco 
frecuente, falla renal, bacteremia en 60% de 
los casos, trombocitopenia, necrosis de 
tejidos. 
 
El diagnóstico diferencial debe establecerse 
con síndrome de piel escaldada, síndrome 
de choque tóxico por Streptococcus 
pyogenes, leptospirosis, enfermedad de 
Kawasaki, eritema multiforme, rubéola y 
exantemas por enterovirus 
volumen intravascular. El apoyo 
cardiovascular con inotrópicos y 
antiarrítmicos, así como la asistencia 
mecánica ventilatoria, medidas para 
disminuir la presión intracraneana, la 
diálisis renal para mejorar la acidosis 
metabólica, hipocalcemia, hipofosfatemia 
son algunos puntos que serán parte del 
tratamiento en estos pacientes, ya que, sin 
ellos, aún con el tratamiento 
antimicrobiano adecuado, la mortalidad es 
elevada. Si existen dispositivos médicos 
infectados deberán retirarse y efectuar 
drenaje de infecciones localizadas. El 
tratamiento antimicrobiano será con 
antibióticos resistentes a penicilinasa, para 
erradicar el microorganismo productor de 
toxinas. Dadas las condiciones de 
gravedad el uso de combinaciones de 
antibióticos es necesario, se han 
recomendado dicloxacilina más 
minoglucósidos, cefalotina más 
aminoglucósidos, amimnoglucósidos más 
glicopéptidos (amikacina - vancomicina), 
linezolid. Se han utilizado los esteroides 
para pacientes severamente afectados. 
 
mg cada 6 horas, dependiendo de la gravedad 
de la infección. 
 
Aminoglucósidos (como amikacina): La dosis 
habitual en niños es de 15 a 20 mg/kg/día 
dividida en dosis cada 8 horas, mientras que en 
adultos puede variar de 15 a 30 mg/kg/día 
administrada en una o dos dosis, dependiendo 
de la función renal y la gravedad de la infección. 
 
Vancomicina: En niños, la dosis puede variar 
de 40 a 60 mg/kg/día dividida en dosis cada 6 
horas, mientras que en adultos se puede 
administrar a una dosis de 15 a 20 mg/kg/dosis 
cada 8 a 12 horas, con un límite máximo de 2 g 
por dosis. 
 
Linezolid: En niños, la dosis habitual es de 10 a 
20 mg/kg/día divididaen dosis cada 8 horas, 
mientras que en adultos se administra a una 
dosis de 600 mg cada 12 horas. 
 
Segunda línea: 
En cuanto al tratamiento de segunda línea, 
suele implicar el ajuste de los antibióticos según 
los resultados del cultivo y la sensibilidad del 
microorganismo causante de la infección. 
6 Impétigo ampolloso El impétigo ampolloso es una infección 
bacteriana de la piel que se caracteriza 
por la presencia de ampollas llenas de 
líquido claro que se forman en áreas 
específicas de la piel. Estas ampollas 
tienden a ser más grandes que las 
observadas en otras formas de impétigo y 
tienen un aspecto más frágil. Cuando las 
ampollas se rompen, pueden dejar 
costras doradas o mieláceas en la piel. 
El impétigo ampolloso puede ser causado 
principalmente por dos agentes bacterianos: 
 
Staphylococcus aureus: Es la causa más 
común de impétigo ampolloso. Esta bacteria 
produce toxinas que dañan la piel y causan la 
formación de ampollas. 
 
Streptococcus pyogenes: Aunque menos 
frecuente que Staphylococcus aureus en el 
impétigo ampolloso, Streptococcus pyogenes 
también puede ser un agente etiológico en 
algunos casos. 
El impétigo ampolloso se caracteriza por manifestaciones clínicas 
distintivas que incluyen: 
 
Ampollas: La característica principal del impétigo ampolloso son 
las ampollas llenas de líquido claro. Estas ampollas suelen ser 
grandes y pueden aparecer en áreas específicas de la piel, como 
la cara, las extremidades o el tronco. 
 
Ruptura de las ampollas: Con el tiempo, las ampollas tienden a 
romperse, dejando áreas de piel expuesta y húmeda. 
 
Costras: Después de la ruptura de las ampollas, se forman costras 
doradas o mieláceas en las áreas afectadas de la piel. Estas 
costras suelen ser características del impétigo y pueden ser un 
signo distintivo de la infección. 
 
Prurito (picazón): Las lesiones pueden estar asociadas con 
picazón o molestias leves. 
El diagnóstico es clínico y sólo se realiza 
cultivo en agar-sangre cuando haya dudas 
del agente etiológico, en que se observarán 
cocos Gram positivos en racimo. El 
diagnóstico diferencial se hará 
principalmente con aquellas lesiones que 
presenten elevación circunscrita de la piel 
 Tratamiento de primera línea: 
 
Lavado de la zona afectada con agua y jabón, o 
clorhexidina. 
Antibióticos tópicos: clorohidroxiquinoleína, 
mupirocina, ácido fusídico y bacitracina. 
Tratamiento de segunda línea (en caso de 
lesiones extensas o infección por S. aureus 
resistente a la meticilina): 
 
Antibióticos sistémicos: 
Dicloxacilina: Dosis en niños: 100 mg/kg/día. 
La dosis típica en adultos es de 500 mg a 1000 
mg cada 6 horas por vía oral. 
Eritromicina: Dosis en niños: 30 mg/kg/día. 
La dosis típica en adultos es de 250 mg a 500 
mg cada 6 horas por vía oral. 
Cefalexina: Dosis en niños: 25-50 mg/kg/día. 
La dosis típica en adultos es de 500 mg a 1000 
mg cada 6 horas por vía oral. 
Trimetoprim-sulfametoxazol en combinación 
con rifampicina, clindamicina, doxiciclina o 
vancomicina (si hay intolerancia a la vía oral): 
Vancomicina: Dosis en niños: 40 mg/kg/día 
dividido en 4 dosis IV. 
La dosis típica en adultos es de 1000 mg cada 
12 horas por vía oral o intravenosa. 
7 Impétigo pustuloso El impétigo pustuloso es una forma de 
impétigo, una infección bacteriana de la 
piel, que se caracteriza por la presencia 
de pústulas, que son lesiones llenas de 
pus, en la piel. Las pústulas son 
pequeñas protuberancias que contienen 
un líquido amarillento o blanco, que 
consiste principalmente en glóbulos 
blancos muertos y bacterias. 
El impétigo pustuloso es causado 
principalmente por bacterias, siendo 
Staphylococcus aureus y, en ocasiones, 
Streptococcus pyogenes, las más comunes. 
• Pústulas: Presencia de lesiones cutáneas 
caracterizadas por pápulas inflamatorias llenas de 
pus. 
 
• Costras melicéricas: Formación de costras 
amarillentas o melicéricas sobre las áreas afectadas, 
resultado de la ruptura de las pústulas. 
 
• Eritema perilesional: Enrojecimiento de la piel 
circundante a las pústulas debido a la inflamación y 
la respuesta inmune local. 
 
• Prurito localizado: Sensación de picazón en las 
zonas afectadas que puede causar molestias. 
 
• Malestar general: Sensación de malestar, fatiga y 
posible fiebre, indicativos de una respuesta sistémica 
a la infección. 
El diagnóstico del impétigo pustuloso se 
realiza principalmente mediante la 
observación clínica de signos 
característicos como pústulas llenas de pus 
y costras en la piel, acompañados de 
enrojecimiento y picazón. Además, se 
puede realizar un cultivo de la lesión para 
identificar la bacteria responsable de la 
infección. 
El tratamiento del impétigo pustuloso 
implica generalmente: 
 
Limpieza suave de la piel afectada. 
Uso de antibióticos tópicos como la 
mupirocina. 
En casos más graves, pueden ser 
necesarios antibióticos orales como 
dicloxacilina o cefalexina. 
Tratamiento de primera línea 
Antibióticos tópicos: 
Mupirocina al 2% en crema: 
Niños: Aplicar una pequeña cantidad tres veces 
al día sobre las lesiones durante 5-7 días. 
Adultos: Aplicar una pequeña cantidad tres 
veces al día sobre las lesiones durante 5-7 días. 
Antibióticos orales: 
Dicloxacilina: 
 
Niños: 12.5-25 mg/kg por vía oral, cada 6 horas, 
hasta un máximo de 4 g al día. 
Adultos: 12.5-25 mg/kg por vía oral, cada 6 
horas, hasta un máximo de 4 g al día. 
Cefalexina: 
 
Niños: 25-50 mg/kg por vía oral, dividido en 3-4 
dosis diarias, hasta un máximo de 4 g al día. 
Adultos: 25-50 mg/kg por vía oral, dividido en 3-
4 dosis diarias, hasta un máximo de 4 g al día. 
Amoxicilina-clavulanato: 
 
Niños: La dosis varía según el peso y la edad. 
Generalmente, se prescribe 25-45 mg/kg por vía 
oral dos veces al día. 
Adultos: La dosis varía según la formulación y la 
gravedad de la infección. Por lo general, se 
prescribe 500-875 mg dos veces al día. 
Tratamiento de segunda línea 
Antibióticos orales alternativos: 
Clindamicina: 
 
Niños: 10-30 mg/kg por vía oral, dividido en 3-4 
dosis diarias. 
Adultos: 10-30 mg/kg por vía oral, dividido en 3-
4 dosis diarias. 
Trimetoprim-sulfametoxazol (TMP-SMX): 
 
Niños: La dosis varía según el peso. Por lo 
general, se prescribe 8-12 mg/kg de trimetoprim 
y 40-60 mg/kg de sulfametoxazol por día, 
dividido en dos dosis. 
Adultos: La dosis varía según la formulación. 
Por lo general, se prescribe una dosis estándar 
de 160/800 mg dos veces al día. 
8 Ántrax por estafilococos Es una infección de la piel que a menudo 
compromete un grupo de folículos 
pilosos. El material infectado forma una 
protuberancia, la cual se presenta en lo 
profundo de la piel y generalmente 
contiene pus. La masa infectada esta 
llena de líquido, pus y tejido muerto. El 
líquido puede escapar de la lesión de 
ántrax, pero algunas veces la masa está 
tan profunda que no vaciarse por si sola. 
La mayoría de las lesiones de ántrax son 
causadas por la bacteria Staphylococcus 
aureus 
Un ántrax es una protuberancia o masa inflamada debajo de la piel, 
que puede ser del tamaño de una arveja o tan grande como una 
pelota de golf. El ántrax puede estar rojo e irritado y podría doler al 
tocarlo. Un ántrax generalmente, se desarrolla en varios días, tiene 
un centro blanco o amarillo (contiene pus). Forma costra, se 
disemina a otras áreas de la piel. Algunas veces, se pueden 
presentar otros síntomas que pueden abarcar: fatiga, fiebre, 
malestar general o indisposición, prurito en la piel antes de la 
aparición del antráx. 
El diagnóstico del ántrax o forunculosis por 
Staphylococcus aureus se basa en el 
cultivo del microorganismo, bien de la zona 
afectada o bien de hemocultivos en caso de 
cuadros sistémicos. 
El tratamiento será con antibióticos 
betalactámicos, salvo en casos de 
resistencia a meticilina, en que se 
emplearán otros grupos como 
aminoglucósidoso glucopéptidos, entre 
otros. 
Tratamiento de primera línea: 
 
Para niños: 
 
Antibióticos betalactámicos, como la oxacilina o 
la cefalexina. 
Dosis típica de oxacilina: 25-50 mg/kg/dosis 
cada 6 horas. 
Dosis típica de cefalexina: 25-50 mg/kg/dosis 
cada 6-8 horas. 
Para adultos: 
 
Antibióticos betalactámicos, como la 
oxacilina o la cefazolina. 
Dosis típica de oxacilina: 500 mg - 1 g cada 4-6 
horas. 
Dosis típica de cefazolina: 1-2 g cada 6-8 
horas. 
Tratamiento de segunda línea: 
 
Para niños y adultos: 
 
Si hay resistencia a los betalactámicos (por 
ejemplo, resistencia a meticilina), se pueden 
emplear otros grupos de antibióticos como los 
aminoglucósidos (por ejemplo, gentamicina) o 
los glucopéptidos (por ejemplo, vancomicina). 
Las dosis de estos antibióticos de segunda línea 
varían según la edad, peso y gravedad de la 
infección, y deben ser determinadas por un 
médico. 
9 Otitis Otitis media 
Es una inflamación del oído medio, la 
parte del oído que se encuentra detrás del 
tímpano. Puede ser aguda o crónica y 
suele estar asociada con infecciones 
bacterianas o virales, acumulación de 
líquido en el oído medio o bloqueo de la 
trompa de Eustaquio. 
Las causas más comunes son Streptococcus 
pneumoniae, Haemophilus influenzae y 
Moraxella catarrhalis. 
Las manifestaciones clínicas de la otitis media aguda pueden 
clasificarse en sistémicas y localizadas. Las primeras suelen ir 
asociadas a las de un episodio gripal o de cualquier otra infección 
de las vías respiratorias superiores. La más frecuente es la fiebre; 
sin embargo, puede no presentarse y es posible que también 
ocurra anorexia, irritabilidad, letargía 
y, en raras ocasiones, diarrea. Las manifestaciones clínicas 
localizadas son: la otalgia y en ocasiones la otorrea, de uno o de 
ambos oídos; la primera 
es de gran valor clínico y frecuentemente de aparición nocturna, 
pero difícil de identificar en los niños pequeños (que en ocasiones 
sólo se frotan un oído); la otorrea característica puede ser 
purulenta o de tipo seroso, dependiendo del agente causal. La 
exploración del oído con el otoneumatoscopio permite establecer 
el diagnóstico al visualizar una membrana timpánica eritematosa, 
abombada y con disminución de la movilidad (lo que confirma la 
presencia de líquido en oído medio), pudiendo visualizarse 
además una pequeña perforación de la misma con otorrea. Es 
importante mencionar que la sola colocación del otoscopio 
produce un reflejo de vasodilatación en el conducto auditivo y en 
la porción marginal de la membrana timpánica que no debe ser 
confundido con hiperemia timpánica secundaria a OMA. En estos 
El diagnóstico es clínico y se establece por 
medio de la exploración física del oído. El 
instrumento más comúnmente utilizado es 
el otoscopio simple (sin bombilla 
neumática), el cual sólo permite visualizar el 
conducto auditivo externo y el tímpano que 
puede mostrar eritema y abombamiento, sin 
poder confirmar la presencia o ausencia de 
líquido en el 
oído medio (que es lo que establece el 
diagnóstico de certeza). Para lograr la 
correcta visualización de dicha membrana 
es necesario que el conducto esté libre de 
secreciones por lo que en ocasiones es 
necesario realizar su limpieza cuidadosa 
sólo si se tiene experiencia y el instrumental 
apropiado (de lo contrario debe hacerlo 
únicamente el otorrinolaringólogo) para 
evitar un posible 
daño de la membrana timpánica o causar 
traumatismo en la cadena osicular. La 
exploración con el otoscopio neumático 
 Primera linea 
 
Amoxicilina: 
 
Adultos: 500 mg a 1 g por vía oral cada 8 horas. 
Niños: La dosis de amoxicilina en niños varía 
según el peso y la gravedad de la infección. Por 
lo general, se prescribe entre 20 mg/kg a 40 
mg/kg al día, divididos en tres dosis iguales cada 
8 horas. 
Amoxicilina-clavulanato: 
 
875/125 mg por vía oral cada 12 horas en 
adultos. 
Para niños, la dosis de amoxicilina-clavulanato 
depende del peso y la gravedad de la infección. 
Se suele prescribir entre 25 mg/kg a 45 mg/kg al 
día, divididos en dos dosis iguales cada 12 
horas. 
Cefalosporinas de 2ª generación: 
 
casos es primordial la valoración del movimiento de la membrana 
timpánica (movimiento rápido) con otoneumatoscopio que 
descarta la presencia de líquido en el oído medio. 
De acuerdo con la evolución clínica se identifican tres tipos 
de otitis media: 
• Otitis media aguda. 
• Otitis media aguda recurrente. 
• Otitis media crónica. 
 
permite visualizar tanto las características 
de la membrana timpánica como su 
movilidad, logrando establecer el 
diagnóstico de certeza ya que su 
sensibilidad y especificidad es muy cercana 
a la de un estudio de timpanometría o 
reflectometría acústica. Su uso debe ser del 
dominio tanto del médico general y familiar 
como del especialista. Debido a que es 
predecible la bacteriología del oído medio 
en casos de OMA y su patrón de 
susceptibilidad, la realización de la 
timpanocentesis para el estudio del líquido 
del oído medio sólo está indicada en los 
siguientes casos: 
• Síntomas generales que sugieran 
enfermedad grave (septicemia). 
• Presencia de complicaciones tales como 
mastoiditis, meningitis o absceso cerebral. 
• Paciente con inmunodeficiencia. 
• Fracaso terapéutico después (72 horas) 
de la utilización de un esquema antibiótico 
empírico apropiado. 
• Recién nacidos. 
Cefuroxima: 500 mg por vía oral cada 12 horas 
en adultos. 
Cefpodoxima: 400 mg por vía oral cada 12 horas 
en adultos. 
Cefprozilo: 500 mg por vía oral cada 12 horas en 
adultos. 
 
Fluoroquinolonas: 
 
Levofloxacino: 500 mg por vía oral una vez al 
día. 
Moxifloxacino: 400 mg por vía oral una vez al 
día. 
Ciprofloxacino: 500 a 750 mg por vía oral dos 
veces al día. 
Macrólidos: 
 
Azitromicina: 500 mg por vía oral una vez al día 
durante 3 días, o 500 mg el primer día seguido 
de 250 mg una vez al día durante 4 días. 
Claritromicina: 500 mg por vía oral dos veces al 
día. 
Eritromicina: 500 mg por vía oral cuatro veces al 
día. 
Para niños, las dosis de estos medicamentos se 
calculan en base al peso corporal y la gravedad 
de la infección, y generalmente son diferentes a 
las dosis para adultos. 
 
10 Osteomielitis La osteomielitis es un proceso infeccioso 
progresivo que puede afectar uno o 
múltiples componentes del hueso, 
incluidos el periostio, la cavidad medular 
y el hueso cortical. La enfermedad se 
caracteriza por una destrucción 
inflamatoria progresiva del hueso, por 
medio de la necrosis y de la formación de 
nuevo hueso. 
Clasificación 
1. La osteomielitis aguda se desarrolla a 
lo largo de días a semanas. 
2. La osteomielitis crónica se desarrolla 
en semanas a meses y puede persistir por 
años. 
3. La osteomielitis hematogenosa se 
presenta en niños e individuos mayores 
Las bacterias responsables de la osteomielitis 
hematogenosa reflejan en esencia su incidencia 
bacterémica como 
una función de la edad del huésped, por lo que 
los microorganismos que se encuentran con 
mayor frecuencia en neonatos incluyen 
Escherichia coli, estreptococos grupo B y 
Staphylococcus aureus. Más adelante en la vida 
predomina 
S. aureus. 
En las personas mayores, quienes con 
frecuencia están sujetas a bacteremias 
gramnegativas, se encuentra una mayor 
incidencia de osteomielitis vertebral atribuible a 
bastoncillos gramnegativos. La osteomielitis 
micótica es una complicación de las infecciones 
por dispositivos intravenosos, neutropenia o 
una deficiencia inmune profunda. La 
osteomielitis hematogenosa por Pseudomonas 
aeruginosa con frecuencia se observa en 
personas que abusan de drogas intravenosas y 
este microorganismo tiene una predilección por 
las vértebras cervicales 
Los elementos clínicos de la osteomielitis hematogenosa en los 
huesos largos incluyen escalofríos, fiebre y malestar, reflejando lapropagación bacterémica de microorganismos. Después se 
desarrolla dolor e inflamación local en el sitio de infección local. 
Los pacientes con osteomielitis vertebral se quejan de dolor y 
sensibilidad localizados en la espalda que pueden asemejarse a 
una herniación temprana de disco, pero la presencia de fiebre 
siempre debe hacer surgir la posibilidad de infección. El ESR suele 
estar elevado y en un paciente con dolor en espalda y un ESR o 
una proteína C reactiva (CRP) elevadas, se debe considerar 
osteomielitis vertebral. 
El diagnóstico de la enfermedad se 
establece con base en los antecedentes, 
cuadro clínico, exploración física y estudios 
de imagen. En casos de osteom ielitis 
aguda hematógena los cultivos de sangre 
son positivos en 50-60% de los casos. El 
diagnóstico etiológico requiere del cultivo 
de una muestra adecuada de hueso, tejido 
aponeurótico y músculo si es posible. La 
cuenta de leucocitos totales, la velocidad de 
sedimentación globular (VSG) y la proteína 
C reactiva (PCR) se encuentran elevados 
en la osteomielitis aguda. La velocidad de 
sedimentación globular permanece 
elevada por más tiempo y el alcanzar un 
valor normal se interpreta como respuesta 
al tratamiento 
El tratamiento ideal de las infecciones 
óseas incluye la combinación de drenaje 
quirúrgico del tejido desvitalizado y del 
material purulento, así como el esquema 
antimicrobiano adecuado. En todos los 
casos la terapia empírica inicial debe 
incluir antibiótico contra S. aureus que es 
el agente más común a cualquier edad. El 
diagnóstico microbiológico es esencial 
para administrar el fármaco específico.Los 
antibióticos con probada eficacia contra S. 
aureus incluyen penicilina 
antiestafilocócica, clindamicina, 
cefalosporinas de primera generación y 
vancomicina. En la actualidad están 
incrementando las infecciones por S. 
aureusmeticilino-resistente adquirido en la 
comunidad (SAMR-AC) siendo la mayoría 
de estos susceptibles a clindamicina. 
La vancomicina es de primera elección en 
casos de resistencia a clindamicina, otra 
alternativa es linezolid, aunque su 
efectividad en osteomielitis no ha sido 
evaluad 
Primera elección 
 
• Dicloxacilina 2g IV c/6h 
• Vancomicina 1g IV c/12h 
• Penicilina G 5 millones Ul c/6h IV 
• Penicilina G 5 millones Ul c/6h IV 
• Ampicilina 2g IV c/4h 
• Ceftriaxona 1g IV c/12h 
• Cefotaxima 1g IV c/8h 
• Cefotaxima 1g IV c/8h 
• Ceftazidima 1g IV c/8h o 
ciprofloxacina 400 mg IV c/12h 
• Ceftriaxona 1g IV c/12h 
• Cefotaxima 1g IV c/8h 
 
Segunda elección 
 
• Cefalotina, clindamicina, 
vancomicina 
 
• Trimetoprim-sulfametoxazol más 
rifampicina 
• En sospecha de resistencia 
ceftriaxona 1g c/24h o 
vancomicina 1g c/12h Cefazolina, 
vancomicina, clindamicina 
 
• En caso de resistencia 
vancomicina 
 
• Cloranfenicol 
• Ciprofloxacina, imipenem en caso 
de resistencia 
• Ciprofloxacina, ceftriaxona, 
imipenem 
• Piperacilina más aminoglucosido 
• Imipenem, trimetoprim-
sulfametoxazol, ciprofloxacina 
• Imipenem, metronidazol 
 
11 Artritis séptica La artritis séptica surge principalmente 
con la propagación hematogenosa de 
bacterias hacia la membrana sinovial que 
recubre la articulación. Una reacción 
inflamatoria aguda tiene como resultado 
la infiltración por parte de PMN. Las 
bacterias y las células inflamatorias se 
extienden con rapidez hacia el líquido 
sinovial, provocando una inflamación y 
eritema en la articulación. Las citocinas y 
proteasas se liberan hacia el líquido 
sinovial y, si no se trata rápidamente, 
provocan daño en el cartílago y, con el 
tiempo, hacen más estrecho el espacio de 
la articulación. 
Se presentan por siembras durante bacteremia. 
Además de S. aureus, Streptococcus del grupo 
A, Neisseria meningitidis, S. pneumoniae, H. 
influenzae tipo b, deben considerarse como 
agentes etiológicos; y en el grupo de recién 
nacidos estreptococos del grupo b y 
enterobacterias. Los adolescentes pueden 
cursar con artritis por N. gonorrhoeae. Artritis 
por Mycobacterium tuberculosis se presenta en 
ausencia de enfermedad pulmonar. 
Las principales manifestaciones de la artritis séptica son la 
inflamación y el dolor en una sola articulación, acompañado de 
fiebre. Los pacientes de edad avanzada pueden estar afebriles al 
momento de la presentación. Las enfermedades de tejido 
conjuntivo suelen manifestarse con afectación bilateral de 
articulaciones; por tanto, debe considerarse que cualquier paciente 
con artritis monoarticular tiene una artritis séptica hasta que se 
demuestre lo contrario. Además de la inflamación, la articulación 
infectada suele estar caliente al contacto y cualquier movimiento 
de la articulación se acompaña de un dolor agudo. Las 
articulaciones que se ven afectadas con más frecuencia en los 
adultos son la rodilla (40 a 50%) y la cadera (15 a 20%) seguidas 
por el hombro, la muñeca, el tobillo y el codo. En niños, la 
articulación de la cadera es la que se ve afectada con más 
frecuencia (60%), seguida por la articulación de la rodilla (35%). 
Casi la mitad de los pacientes que desarrollan artritis séptica tiene 
una enfermedad crónica subyacente en articulaciones tal como la 
artritis reumatoide o la osteoartritis. Tal vez el daño a la membrana 
sinovial aumenta la probabilidad de invasión bacteriana 
El diagnóstico se sospecha con los datos 
clínicos, que en ocasiones pueden ser muy 
sutiles, por lo que la exploración debe ser 
muy minuciosa. La evaluación del paciente 
debe incluir hemocultivo y punción articular 
para obtener material para cultivo. Es 
importante hacer el diagnóstico diferencial 
con artritis no sépticas, como fiebre 
reumática, o artritis reumatoide. La 
evaluación del líquido sinovial debe incluir 
cultivo, tinción de Gram, cuenta celular, 
glucosa y proteínas. En infección los 
leucocitos son mayores de 30 x 109/L, el 
75% polimorfonucleares, la concentración 
de glucosa dos tercios de la sérica. La VSG 
y PCR generalmente se elevan. Las 
radiografías muestran la presencia de 
líquido articular. El ultrasonido puede ser 
útil para guiar la aspiración de este líquido. 
La gamagrafía agrega pocos datos al 
proceso de evaluación 
El tratamiento es el drenaje y los 
antimicrobianos. El drenaje puede hacerse 
mediante una o varias aspiraciones hasta 
que el acúmulo de material sea mínimo. Si 
no mejora se efectúa drenaje abierto. En 
articulación de rodilla u hombro el 
tratamiento inicial es drenaje abierto. El 
tratamiento inicial debe incluir los 
gérmenes más frecuentes 
de acuerdo a la edad, en todos los casos 
debe administrarse tratamiento para S. 
aureus. La duración del tratamiento es 
habitualmente de tres semanas. 
Tratamiento de primera línea: 
 
Antibióticos intravenosos: 
Ceftriaxona: Niños: 50-75 mg/kg/día una vez al 
día o dividido en dos dosis. Adultos: 1-2 g una 
vez al día. 
Vancomicina: Dosis pediátrica basada en el 
peso. En adultos, la dosis usual es de 15-20 
mg/kg cada 8-12 horas. 
Clindamicina: Niños: 10-40 mg/kg/día dividido 
en tres o cuatro dosis. Adultos: 150-300 mg 
cada 6 horas. 
Oxacilina o nafcillina: Niños: 100-200 mg/kg/día 
dividido en cuatro dosis. Adultos: 1-2 g cada 4-6 
horas. 
 
Tratamiento de segunda línea: 
Puede ser necesario en casos en los que la 
respuesta al tratamiento inicial no sea adecuada 
o cuando se sospeche resistencia a los 
antibióticos. En estos casos, pueden 
considerarse otros antibióticos más específicos 
o combinaciones de antibióticos. Además, el 
drenaje quirúrgico de la articulación infectada 
puede ser necesario para eliminar el líquido 
infectado y reducir la carga bacteriana. 
12 Faringitis Es el dolor, inflamación y enrojecimiento 
de la garganta o faringe y su causa es 
principalmente infecciones virales. 
Los virus son la más común: rinovirus y 
coronavirus (común en los virus del resfriado), 
adenovirus, herpes simple,virus de 
parainfluenza, virus de gripe, coxsackievirus A, 
virus Epstein-Barr, citomegalovirus y VIH. La 
causa bacteriana más común son los 
estreptococos del grupo A (GAS), también 
llamado Streptococcus pyogenes. Los GAS son 
responsables de más de 50% de todos los 
Las manifestaciones clínicas de la faringitis pueden variar según la 
causa subyacente y la gravedad de la inflamación. Sin embargo, 
aquí hay algunos síntomas comunes que pueden presentarse en 
la faringitis: 
 
Problemas para respirar, cambios en la voz, ocasionalmente 
ronquidos. 
Sensación de dolor y cansancio. 
Amígdalas agrandadas y enrojecidas 
El diagnóstico de la faringitis aguda se 
fundamenta en la historia clínica y en la 
exploración del paciente. 
En muchas ocasiones es útil realizar 
algunas pruebas de laboratorio como 
hemograma, velocidad de sedimentación 
globular, o determinación del nivel de 
antiestreptolisinas (ASLO). 
El tratamiento de la faringitis depende de la 
causa subyacente. 
Tratamiento de Primera Línea: 
Adultos: Penicilina V potásica oral: 500 mg cada 
6 horas durante 10 días. 
Niños: Amoxicilina oral: 25 mg/kg/día divididos 
en 2 dosis durante 10 días. 
 
Tratamiento de Segunda Línea 
Eritromicina: 
Adultos: 
casos de faringitis en niños, pero sólo son 
responsables de 10% de los casos en adultos. 
Otras formas de estreptococos, grupos B y G, 
también se relacionan con la faringitis en 
adultos. La flora anaeróbica mixta puede 
producir una forma grave de faringitis llamada 
angina de Vincent la cual se extiende por debajo 
de la lengua hacia el cuello. 
En décadas recientes, Corynebacterium 
diphtheriae se ha vuelto una causa ocasional de 
faringitis en Estados Unidos. 
Con la inmunidad decadente de la población de 
personas mayores, el recrudecimiento de esta 
peligrosa infección es ahora un riesgo en 
aumento. Lo común es que se desarrolle una 
seudomembrana grisácea que se adhiere 
fuertemente a la pared faríngea. Este hallazgo 
debe alertar al clínico ante la posibilidad de 
difteria. Neisseria gonorrhoeae y Treponema 
pallidum son dos causas poco comunes de 
faringitis que necesitan incluirse como parte del 
diagnóstico diferencial en los pacientes 
sexualmente promiscuos. Y cuando la faringitis 
se acompaña de neumonía, Mycoplasma y 
Chlamydia son las causas más probables 
Garganta inflamada y/o roja. Ocasionalmente la garganta y las 
amígdalas pueden tener una secreción blanquizca. 
Cuando se sospechan determinados 
agentes infecciosos, se debe realizar un 
frotis faríngeo para cultivar el exudado de la 
faringe. Esta prueba permite determinar los 
gérmenes que están causando la infección. 
Si además se realiza un antibiograma, se 
podrá conocer la sensibilidad de dichos 
gérmenes al tratamiento antibiótico. 
250 mg a 500 mg cada 6 horas, durante 10 días. 
Niños: 
30 a 50 mg/kg al día, divididos en 4 dosis, 
durante 10 días. 
Azitromicina: 
Adultos: 
500 mg una vez al día, durante 3 días. 
Niños: 
 
La dosificación varía según el peso del niño, 
pero una pauta común es 10 mg/kg en el primer 
día (dosis única), seguido de 5 mg/kg/día 
durante los próximos 4 días. 
13 Pioderma Se refiere a una infección bacteriana de la 
piel que produce pus. Esta condición 
puede afectar diferentes áreas de la piel y 
puede ser causada por diferentes tipos de 
bacterias, siendo Staphylococcus aureus 
una de las más comunes. 
Staphylococcus aureus: Es la bacteria más 
comúnmente asociada con el pioderma. Puede 
causar una variedad de infecciones cutáneas, 
incluidos abscesos, forúnculos, foliculitis y 
celulitis. 
 
Streptococcus pyogenes: También conocido 
como estreptococo del grupo A, puede causar 
infecciones cutáneas como impétigo y celulitis, 
así como otras condiciones más graves como la 
fascitis necrosante. 
Algunas de las manifestaciones clínicas comunes incluyen: 
 
Lesiones cutáneas: Pueden aparecer diversas lesiones en la piel, 
como pápulas, pústulas, vesículas (ampollas llenas de líquido), 
costras y erosiones. 
 
Eritema: Enrojecimiento de la piel alrededor de las lesiones, que 
puede ser difuso o localizado. 
 
Dolor: Las lesiones pueden ser dolorosas, especialmente si están 
inflamadas o infectadas. 
 
Prurito: Picazón en la piel que puede ser leve o severa, 
dependiendo de la extensión y la gravedad de la infección. 
 
Supuración: Algunas lesiones pueden supurar pus, que es una 
señal de infección bacteriana. 
 
Fiebre: En casos más graves o extensos, puede desarrollarse 
fiebre como respuesta del cuerpo a la infección. 
 
Adenopatía regional: A veces, los ganglios linfáticos cercanos a las 
áreas infectadas pueden inflamarse y volverse sensibles. 
 
Es importante tener en cuenta que el pioderma puede presentarse 
en diferentes formas clínicas, que incluyen impétigo, foliculitis, 
forunculosis, celulitis, entre otras. 
El diagnóstico del pioderma se basa en la 
historia clínica, el examen físico y, en 
algunos casos, pruebas de laboratorio. 
Pruebas de laboratorio: En algunos casos, 
el médico puede ordenar pruebas de 
laboratorio para confirmar el diagnóstico y 
determinar la causa subyacente de la 
infección. Estas pruebas pueden incluir: 
 
Cultivo bacteriano: Se toma una muestra de 
la lesión para identificar el tipo específico de 
bacteria involucrada en la infección y para 
determinar su sensibilidad a los antibióticos. 
Gram: Se realiza un frotis de la lesión y se 
tiñe con tinción de Gram para visualizar las 
bacterias presentes y su morfología, lo que 
puede ayudar a guiar el tratamiento. 
Pruebas de sensibilidad a los antibióticos: 
Se realiza para determinar qué antibióticos 
son más efectivos contra la bacteria 
identificada en el cultivo. 
El tratamiento del pioderma implica el uso 
de antibióticos tópicos o sistémicos, 
dependiendo de la gravedad de la 
infección. 
Tratamiento de primera línea: 
Antibiótico tópico: 
Mupirocina: Crema al 2% aplicada sobre las 
lesiones afectadas 2-3 veces al día durante 5-10 
días en adultos y niños. 
Antibiótico oral: 
Cefalexina: 500 mg por vía oral cada 6 horas 
durante 7-10 días en adultos. 
Cefadroxilo: 30 mg/kg/día (hasta un máximo de 
1 g) dividido en 2-4 dosis por vía oral durante 7-
10 días en niños. 
 
Tratamiento de segunda línea (para 
infecciones más graves o resistencia a la 
primera línea): 
Antibiótico oral: 
Dicloxacilina: 500 mg por vía oral cada 6 horas 
durante 7-10 días en adultos. 
Ceftriaxona: 50-100 mg/kg/día (hasta un 
máximo de 4 g) una vez al día por vía 
intravenosa o intramuscular durante 7-10 días 
en niños. 
14 Erisipela Las erisipelas son una forma distinta de 
celulitis superficial. Se relacionan con una 
inflamación notable del integumento, con 
una demarcación aguda entre los tejidos 
implicados y los normales, y a menudo 
con afectación linfática prominente. Las 
erisipelas casi siempre son provocadas 
por GAS (en ocasiones por el grupo C, G 
o B). Es más común en niños pequeños y 
adultos mayores. 
La causa más frecuente de erisipela son los 
estreptococos beta-hemolíticos del grupo A 
(con menos frecuencia, de los grupos G y C). 
Otras causas incluyen Staphylococcus aureus 
(incluso S. aureus [SARM] resistente a la 
meticilina), Klebsiella pneumoniae, 
Haemophilus influenzae, Escherichia coli, 
Staphylococcus warneri, Streptococcus 
pneumoniae, Streptococcus pyogenes, y 
Moraxella spp. 
Más frecuente en cara y piernas o dorso de los pies 
Constituida por una placa eritematoedematosa con piel roja, 
caliente, brillante y dolorosa, de varios centímetros de diámetro, 
aspecto de piel de naranja, y con límites más o menos precisos, 
pero bien demarcados. 
Puede haber vesículas y ampollas se abren y dejan ulceraciones 
y costras melicéricas que al desaparecer queda descamación. 
Inician su involución a los 10-12 días. 
Síntomas generales: fiebre de hasta 40 °C, escalofríos, malestar 
general, astenia, adinamiay cefalea, además de náuseas y vómito 
• Evaluación clínica 
• Hemocultivo 
El diagnóstico de las erisipelas se basa en 
el aspecto de las lesiones; el hemocultivo se 
solicita en pacientes con aspecto tóxico. 
Antibióticos orales o parenterales El tratamiento de primera línea para la erisipela, 
ya sea en adultos o niños, consiste en 
antibióticos orales. Estas son las opciones y 
dosis recomendadas: 
 
Penicilina V: 500 mg cada 6 horas. 
Amoxicilina: 875 mg cada 12 horas. 
Cefalexina: 500 mg cada 6 horas. 
Cefadroxilo: 500 mg cada 12 horas, o 1 g una 
vez al día. 
Para los casos graves de erisipela que requieran 
tratamiento parenteral, la penicilina G cristalina 
acuosa es el antibiótico de primera elección. La 
dosis recomendada es de 4 millones de 
unidades intravenosas (IV) cada 4 horas. 
 
En caso de no poder administrar penicilina, se 
pueden utilizar otros antibióticos parenterales. 
Las opciones son: 
 
Ceftriaxona: 1 a 2 g IV una vez al día. 
Cefazolina: 1 a 2 g IV cada 8 horas. 
15 Fascitis Necrotizante La fascitis necrosante es una infección de 
tejido blando poco común, y con 
frecuencia fatal que afecta las capas 
fasciales superficiales de las 
extremidades, el abdomen y el perineo. 
Esta infección profunda del tejido 
subcutáneo tiene como resultado la 
destrucción progresiva de la fascia y la 
grasa, pero puede omitir la piel. 
La fascitis necrosante se ha clasificado en dos 
grupos, con base en la bacteriología y las 
manifestaciones clínicas. El tipo I es una 
infección polimicrobiana con diversas bacterias 
grampositivas y gramnegativas, aeróbicas y 
anaeróbicas; generalmente se aíslan de cuatro 
a cinco bacterias patógenas. Entre los 
microorganismos infecciosos se incluyen S. 
aureus, GAS, Escherichia coli, 
Peptostreptococcus, Clostridium, Prevotella, 
Porphyromonas y especies de Bacteroides. 
Esta infección se relaciona con mayor 
frecuencia con la diabetes mellitus. El tipo II es 
provocado 
por un solo microorganismo, generalmente 
GAS (Streptococcus pyogenes). A la fascitis 
necrosante provocada por GAS se le llamaba 
“gangrena estreptocócica” o “síndrome de 
choque tóxico estreptocócico”. En años 
recientes, las infecciones invasivas provocadas 
por GAS, como la fascitis necrosante, han 
aumentado en cantidad, de manera importante 
El dolor agudo con frecuencia es el síntoma más temprano; la 
apariencia séptica y la taquicardia también son sugerentes. 
Se requiere la exploración quirúrgica o una 
biopsia en sacabocados para el diagnóstico 
El tratamiento debe incluir 
a) desbridamiento quirúrgico agresivo y 
con frecuencia repetido; b) antibióticos 
sistémicos (estreptococo grupo A: 
penicilina y clindamicina; infección mixta: 
ticarcilina-clavulanato, piperacilina-
tazobactam o un carbapenem; CA-MRSA: 
vancomicina) y c) reemplazo de volumen y 
vasopresores. d) En el caso de los 
pacientes gravemente enfermos, se debe 
considerar la administración intravenosa 
de inmunoglobulinas 
Primera línea 
Penicilina G, más clindamicina 
4 × 106 U IV c/4 h 
600 a 900 mg IV c/8 h 
Dosis de penicilina para adultos que pesan más 
de 60 kg y tienen una función renal normal. 
Alterna 
Piperacilina-tazobactam 3/0.375 g IV c/6 h 
Ticarcilina-clavulanato 3.1 g IV c/4 a 6 h 
Imipenem 500 mg IV c/6 h 
Meropenem 1 g IV c/8 h 
Ertapenem 1 g IV c/24 h 
16 Fiebre reumática La fiebre reumática es una enfermedad 
inflamatoria que se puede presentar 
después de una infección con las 
bacterias estreptococos del grupo A 
(como la faringitis estreptocócica o la 
escarlatina). Puede causar una 
enfermedad grave en el corazón, las 
articulaciones, la piel y el cerebro. 
La fiebre reumática se presenta después de 
infecciones con un germen o bacteria llamado 
Estreptococo pyogenes o estreptococo del 
grupo A. 
La fiebre reumática presenta una variedad de manifestaciones 
clínicas que pueden afectar diferentes sistemas del cuerpo. Estos 
incluyen: 
 
Articulaciones: Se manifiesta con poliartritis migratoria, que afecta 
principalmente a tobillos, rodillas, codos y muñecas. Los síntomas 
incluyen dolor e inflamación articular, que pueden migrar de una 
articulación a otra. 
 
• Criterios de Jones 
modificados (para el 
diagnóstico inicial) 
• Investigación de EGA (cultivo, 
prueba rápida de antígeno 
estreptocócico, o títulos de 
antiestreptolisina O o anti-
DNasa) 
• ECG 
Los objetivos principales del tratamiento de 
la fiebre reumática son la erradicación de 
la infección por el estreptococo grupo A, el 
alivio de los síntomas agudos, la supresión 
de la inflamación y la profilaxis contra la 
infección futura a fin de prevenir una 
cardiopatía recurrente. 
Tratamientos de primera línea: 
 
Antibióticos: 
 
Penicilina G benzatínica: 1,2 millones de 
unidades IM cada 3–4 semanas en adultos y 
600.000 unidades IM cada 3–4 semanas en 
niños menores de 27 kg. 
Corazón: Puede causar carditis, que incluye inflamación del 
corazón y sus membranas. Esto puede manifestarse como fiebre 
alta, dolor torácico, soplos cardíacos y taquicardia. La lesión 
valvular es una característica importante, con la presencia de 
soplos cardíacos y posible insuficiencia cardíaca. 
 
Piel: Las manifestaciones cutáneas incluyen nódulos subcutáneos, 
que suelen estar asociados con artritis y carditis, y eritema 
marginado, un exantema serpiginoso que puede aparecer en el 
tronco y los miembros. 
 
Sistema nervioso central: La corea de Sydenham afecta alrededor 
del 10-30% de los niños con fiebre reumática. Se caracteriza por 
movimientos involuntarios rápidos, especialmente en manos, pies 
y cara, junto con otros síntomas como cambios de comportamiento 
y síntomas obsesivo-compulsivos. 
 
Además, la fiebre reumática puede presentar otros síntomas 
sistémicos como fiebre, malestar general y dolor abdominal. Los 
episodios recurrentes pueden imitar el episodio inicial en su 
presentación clínica. 
 
 
 
 
 
 
• Ecocardiografía Doppler 
• Eritrosedimentación y 
concentración de proteína C 
reactiva (CPR) 
Penicilina V: 250 mg por vía oral dos veces al 
día. 
Sulfadiazina: ≤ 27 kg: 500 mg por vía oral una 
vez al día; > 27 kg: 1 g por vía oral una vez al 
día. 
Sulfisoxazol: Mismas dosis que la sulfadiazina. 
Eritromicina: 250 mg por vía oral dos veces al 
día. 
Azitromicina: 250 mg por vía oral una vez al día. 
Aspirina: 
 
Niños y adolescentes: 15 a 25 mg/kg por vía oral 
cada 4 horas durante 2 a 4 semanas. 
Adultos: Dosis usual de 650 a 1000 mg cada 4 a 
6 horas, con un límite máximo de 4 g al día. 
Tratamientos de segunda línea: 
 
Corticosteroides: 
Prednisona: 1 mg/kg dos veces al día (hasta 60 
mg/día) en niños y adultos, especialmente en 
casos de carditis moderada a grave. 
Methylprednisolona (en casos graves): 30 mg/kg 
IV una vez al día, máximo 1 g/día, durante 3 días 
consecutivos. 
17 Endometritis posparto La endometritis posparto es una infección 
uterina, típicamente causada por 
bacterias que ascienden desde el tracto 
genital inferior o gastrointestinal. 
Las infecciones tienden a ser polimicrobianas; 
los patógenos más comunes incluyen las 
siguientes: 
 
Cocos grampositivos (predominantemente, 
estreptococos del grupo B streptococci, 
Staphylococcus epidermidis y especies de 
Enterococcus) 
 
Anaerobios (predominantemente, 
peptostreptococos, especies de Bacteroides y 
de Prevotella) 
 
Bacterias gramnegativas (predominantemente, 
Gardnerella vaginalis, Escherichia coli, 
Klebsiella pneumoniae, y Proteus mirabilis). 
n general, los primeros síntomas de la endometritis posparto son 
dolor hipogástrico y dolor a la movilización uterina, seguidos de 
fiebre–con mayor frecuencia dentro de las primeras 24 a 72 h 
posparto. Los escalofríos, las cefaleas, el malestar general y la 
anorexia son comunes. A veces, el único síntoma es fiebre leve. 
 
Con frecuencia, también hay palidez, taquicardia y leucocitosis,y 
el útero es blando, grande y doloroso. El flujo puede ser escaso o 
profuso y maloliente, con o sin sangre. Cuando se ven afectados 
los parametrios, el dolor y la fiebre son intensos; el útero, grande y 
doloroso, está indurado en la base de los ligamentos anchos, y la 
inflamación se extiende hasta las paredes pelvianas o el fondo de 
saco posterior. 
 
El absceso pelviano puede manifestarse con una masa palpable 
separada del útero pero adyacente a él o con fiebre y dolor 
abdominal que persiste a pesar de la terapia antibiótica tradicional. 
Evaluación clínica 
En general, estudios para excluir otras 
causas (p. ej., análisis y cultivo de orina) 
 
La evaluación clínica de la fiebre posparto 
se divide en varias etapas, dependiendo del 
momento del diagnóstico. En las primeras 
24 horas después del parto, el diagnóstico 
se basa en el dolor espontáneo y la 
temperatura mayor a 38°C. Después de 
este período, se presume endometritis 
posparto si la fiebre persiste por dos días 
consecutivos sin otras causas evidentes, 
como infecciones uterinas o de la herida. 
Los análisis y cultivos de orina son comunes 
para descartar infecciones urinarias. Los 
cultivos endometriales son raramente 
indicados debido a la contaminación de las 
muestras, mientras que los cultivos de 
sangre son poco frecuentes y se reservan 
para casos de endometritis refractaria o 
septicemia sospechada. Si persiste la fiebre 
a pesar del tratamiento de endometritis, se 
consideran otras causas como abscesos o 
tromboflebitis pelviana. Las imágenes 
abdominales y pelvianas, como la TC, son 
Clindamicina más gentamicina, con o sin 
ampicilina 
El tratamiento de la endometritis posparto 
es un régimen de antibióticos de amplio 
espectro que se administra por vía 
intravenosa hasta que las mujeres estén 
afebriles durante 48 horas. 
La elección de primera línea es la clindamicina 
900 mg IV cada 8 h más gentamicina 1,5 mg/kg 
IV cada 8 h o 5 mg/kg 1 vez al día (1); se agrega 
1 g cada 6 h si se sospecha una infección por 
enterococos o si no se produce una mejoría 
dentro de las 48 h. No es necesario un 
tratamiento continuo con antibióticos orales. 
sensibles para detectar abscesos y 
tromboflebitis. La respuesta al tratamiento 
con heparina puede confirmar el 
diagnóstico de tromboflebitis pelviana. 
 
 
 
 
 
 
18 Neumonía adquirida en la 
comunidad 
La neumonía adquirida en la comunidad 
(NAC) se define como la infección del 
parénquima pulmonar que, originada en 
el ámbito extrahospitalario, cursa con 
fiebre, clínica respiratoria variable e 
infiltrados radiológicos pulmonares 
La neumonía adquirida en la comunidad (NAC) 
puede ser causada por bacterias, virus, hongos 
o parásitos, con Streptococcus pneumoniae 
siendo el más común en adultos sanos. Otros 
agentes incluyen Haemophilus influenzae, 
Mycoplasma pneumoniae, Chlamydia 
pneumoniae, Legionella pneumophila y 
Staphylococcus aureus. En bebés y niños, el 
virus sincitial respiratorio (VSR) y otros virus son 
más frecuentes. En pacientes 
inmunocomprometidos, las causas pueden ser 
diferentes, incluyendo organismos oportunistas 
como Pneumocystis jirovecii o citomegalovirus 
(CMV). 
Las manifestaciones clínicas de la neumonía adquirida en la 
comunidad pueden variar según la causa específica, la gravedad 
de la enfermedad y las características individuales del paciente. 
Sin embargo, algunos síntomas comunes incluyen: 
 
Tos, que puede producir esputo que puede ser mucoso, purulento 
o sanguinolento. 
Dificultad para respirar, que puede ir desde leve a grave. 
Dolor en el pecho al respirar o toser, que a menudo empeora con 
la respiración profunda. 
Fiebre, que puede ser alta en algunos casos. 
Escalofríos y sudoración. 
Fatiga y debilidad generalizada. 
Dolor de cabeza. 
Dolores musculares. 
Pérdida del apetito. 
Confusión (especialmente en personas mayores). 
El diagnóstico de neumonía adquirida en la 
comunidad (NAC) se basa en la historia 
clínica, examen físico y pruebas 
diagnósticas como radiografía de tórax para 
detectar opacidades pulmonares, análisis 
de sangre para evaluar glóbulos blancos y 
pruebas microbiológicas como cultivos de 
esputo para identificar el agente infeccioso. 
Otras pruebas pueden incluir detección de 
antígenos virales o pruebas serológicas. 
El tratamiento de la neumonía adquirida en 
la comunidad (NAC) depende de varios 
factores, como la gravedad de la 
enfermedad, la edad del paciente, la 
presencia de comorbilidades y el agente 
causal identificado. 
Para adultos: 
 
Amoxicilina: 500 mg a 1 g por vía oral cada 8 
horas durante 7 a 10 días, dependiendo de la 
gravedad y la respuesta al tratamiento. 
Amoxicilina-clavulánico: 500/125 mg a 875/125 
mg por vía oral cada 8 horas durante 7 a 10 días. 
Para niños: 
 
Amoxicilina: La dosis habitual es de 40 a 90 
mg/kg/día dividida en 2 o 3 dosis durante 7 a 10 
días. 
Amoxicilina-clavulánico: La dosis habitual es de 
45 mg/kg/día de amoxicilina, combinada con 6.4 
mg/kg/día de ácido clavulánico, dividida en 2 o 3 
dosis durante 7 a 10 días. 
Si hay factores de riesgo o si la neumonía es 
más grave, se puede considerar el uso de 
antibióticos de segunda línea, como 
cefalosporinas de tercera generación (por 
ejemplo, ceftriaxona) o fluoroquinolonas (por 
ejemplo, levofloxacino) en adultos. 
19 Sinusitis Una sinusitis es una inflamación de la 
mucosa que recubre los senos 
paranasales (senos maxilares, 
etmoidales, frontales y esfenoidal). Su 
origen es casi siempre un foco 
inflamatorio en la nariz por lo que se 
denomina habitualmente como 
rinosinusitis. 
 
La sinusitis puede ser aguda cuando el 
tiempo de evolución es menor de tres 
semanas; subaguda, cuando los 
síntomas persisten entre tres semanas y 
tres meses; y crónica, cuando la duración 
de la enfermedad es mayor de tres 
meses. 
Streptococcus pneumoniae y Haemophilus 
influenzae son los más comunes. Los 
anaerobios se observan en adultos y en 
enfermedades crónicas. Staphylococcus 
aureus es más frecuente en la enfermedad 
esfenoides. 
 
Los siguientes son los principales patógenos 
que se relacionan con la sinusitis bacteriana: 
1. S. pneumoniae y H. influenzae (50 a 70% en 
la sinusitis maxilar). 
2. Otra flora oral aeróbica grampositiva (S. 
pyogenes, S. viridans). 
3. En ocasiones, otra flora oral aeróbica 
gramnegativa (Moraxella catarrhalis). 
4. S. aureus con más frecuencia en la 
enfermedad etmoides y esfenoides. 
5. Flora oral anaeróbica (Bacteroides 
melaninogenicus y estreptococos anaeróbicos) 
más frecuente en adultos 
y en pacientes con sinusitis crónica. 
Los principales síntomas son una sensación de presión y cefalea. 
2. La cefalea retroorbital y hemicraneal sugiere una sinusitis 
esfenoides. 
3. El drenado de la infección es purulento, de mal olor y de mal 
sabor. 
4. La fiebre es poco común en adultos. 
5. Se puede incitar sensibilidad en el seno, en la sinusitis maxilar 
y frontal, pero no en la esfenoides. 
6. La transiluminación puede ser útil en la sinusitis maxilar y frontal; 
se necesita mucha experiencia. 
7. Búsquese drenado purulento proveniente de la abertura y la 
nasofaringe posterior. 
8. Se encuentra hipo o hiperestesia de las ramificaciones oftálmica 
y maxilar del quinto nervio craneal en la enfermedad maxilar, 
etmoides y esfenoides. 
Los cultivos nasofaríngeos no son útiles. 
2. Es preferible una tomografía 
computadorizada limitada de los senos más 
que radiografías rutinarias de los senos en 
la sinusitis esfenoides, etmoides y frontal. 
3. Una tomografía computadorizada 
permite la valoración de erosiones óseas y 
la extensión de la infección 
más allá de los senos 
1. Tal vez la amoxicilina más ácido 
clavulánico sea el medicamento a elegir. 
Cubre S. pneumoniae, H. influenzae 
(incluidas las cepas resistentes a la 
ampicilina), Moraxella catarrhalis y S. 
aureus. 
2. La cefalosporinade segunda generación 
cefuroxima acetil tiene un espectro de 
actividad similar al de la amoxicilina-
clavulanato. También se han 
recomendado muchas cefalosporinas 
orales de tercera generación. 
3. Las fluoroquinolonas (levofloxacino, 
gatifloxacino o moxifloxacino) cubren todos 
los principales patógenos que producen la 
sinusitis bacteriana aguda. El desarrollo de 
S. pneumoniae resistente a la 
fluoroquinolona es una de las principales 
preocupaciones. Por tanto, estos 
antibióticos deben reservarse para el 
paciente alérgico a la penicilina. 
Sinusitis (paciente externo) 
Primera línea 
Amoxicilina- clavulanato 875/125 mg POc/12 
h 
Cefuroxima 400 mg PO c/12 
Segunda línea 
Gatifloxacino 400 mg PO c/12 
Levofloxacino 500 mg PO c/12 
Moxifl oxacino 400 mg PO c/12 
Sinusitis (paciente interno) 
Ceftriaxona o 1 g IV o IM c/24 h 
Cefotaxima + 1 g IV c/8 h 
metronidazol + 500 mg IV c/8 h 
nafcilina u oxacilina 2 g IV c/4 h 
 
Viral 
• Rhinovirus 
• Influenza 
• Parainfluenza 
• Adenovirus 
Bacterias 
• S. pneumoniae 
• H. influenzae (no tipificable) 
• Moxarella catarrhalis 
• Anaerobios (Bacteroides, 
peptoestreptococcus, 
fusobacterium sp) 
Micotica 
• Aspergillus 
4. La amoxicilina es una alternativa más 
barata, pero tiene un espectro más 
estrecho. Este antibiótico antes se 
consideraba el medicamento a elegir para 
la terapia inicial, pero estudios 
bacteriológicos más recientes han 
revelado un alto porcentaje de 
microorganismos que producen β-
lactamasa capaces de degradar la 
amoxicilina. 
5. La azitromicina no es más eficaz que la 
amoxicilina, pero es más costosa. 
20 Meningitis La meningitis es la inflamación de los 
tejidos que rodean el cerebro y la médula 
espinal. 
Meningitis bacteriana: 
• Streptpcoccis pneumoniae: 
En primer lugar, S. pneumoniae produce una 
infección en el oído, los senos o los pulmones y 
después se propaga hacia el flujo sanguíneo 
donde se implanta en las meninges 
• Neisseria meningitidis: 
Primero infecta la nasofaringe, produciendo 
irritación en la garganta. En los individuos a los 
que les faltan anticuerpos antimeningocócicos, 
el transporte nasofaríngeo puede ser seguido 
por una bacteremia y la invasión de las 
meninges. 
• Listeria monocytogenes: 
Cuando Listeria entra en el tracto 
gastrointestinal, es capaz de invadir de manera 
silenciosa el recubrimiento gastrointestinal, 
entrar en el flujo sanguíneo e infectar las 
meninges. 
4. Haemophilus influenzae 
 
Meningitis viral 
Es provocada por: 
Enterovirus no polio 
Ecovirus 
Coxsackievirus 
 
Meningitis tuberculosa 
Suele desarrollarse durante la tuberculosis 
miliar 
Meningitis bacteriana: 
Infección respiratoria superior o del oído interrumpida por el 
surgimiento abrupto de síntomas meníngeos: 
a) Cefalea generalizada grave 
b) Rigidez en el cuello 
c) Vómito 
d) Depresión del estado mental 
Meningitis viral 
Las principales manifestaciones clínicas incluyen 
a) cefalea y fotofobia, rigidez en cuello; 
b) no hay pérdida de la conciencia, y 
c) conjuntivitis, erupción maculopapular y ocasionalmente con el 
ecovirus, erupción petequial. 
d) Virus Epstein-Barr y citomegalovirus (poco común). 
Meningitis bacteriana: 
La prueba crítica para la realización del 
diagnóstico de la meningitis es la punción 
lumbar. 
 
Meningitis bacteriana: 
Los antibióticos deben darse en 30 
minutos si se sospecha de meningitis 
bacteriana. 
Terapia empírica para 
a) la enfermedad adquirida en la 
comunidad, para el paciente entre los 3 
meses y los 60 años, es ceftriaxona o 
cefotaxima. Si se encuentra gravemente 
enfermo, se añade vancomicina. Si es 
mayor de 60 años o tiene deficiencias 
inmunitarias, úsese ceftriaxona o 
cefotaxima, más ampicilina y vancomicina. 
b) la enfermedad nosocómica, es la 
vancomicina y la ceftazidima o cefepima. 
5. Adminístrese dexametasona 30 minutos 
antes de los antibióticos en 
a) niños (se muestra eficaz en 
Haemophilus influenzae). 
b) adultos (eficaz en Streptococcus 
pneumoniae con un puntaje de coma de 
Glasgow de 8 a 11). 
 
Meningitis viral 
El tratamiento consiste principalmente en 
la observación, con antibióticos si el CSF 
contiene PMN; la enfermedad 
autolimitante dura 7 a 10 días. 
 
Meningitis tuberculosa 
Tratamiento con isoniazida, rifampicina y 
pirazinamida; agréguense 
corticoesteroides para la hidrocefalia. 
Se recomienda un régimen de tres 
medicamentos que consiste en isoniazida, 
rifampicina y pirazinamida. Se puede 
añadir etambutol o estreptomicina si se 
sospecha una infección con un 
Meningitis Bacteriana: 
 
Tratamiento de primera línea: 
Adultos: Ceftriaxona o cefotaxima: 100 mg/kg al 
día, divididos en dos dosis cada 12 horas. 
Niños: Ceftriaxona o cefotaxima: 100 mg/kg al 
día, divididos en dos dosis cada 12 horas. 
Tratamiento de segunda línea (para mayores de 
60 años o con deficiencias inmunitarias): 
Adultos: Ceftriaxona o cefotaxima más 
ampicilina y vancomicina (dosis según criterio 
médico). 
Niños: Ceftriaxona o cefotaxima más ampicilina 
y vancomicina (dosis según criterio médico). 
Dexametasona: 
Adultos: 10 mg intravenosos cada 6 horas. 
Niños: 0.4 mg/kg intravenosos diarios, divididos 
en cuatro dosis cada 6 horas. 
Meningitis Viral: 
 
Tratamiento: 
Observación principal, antibióticos solo si el LCR 
contiene neutrófilos. 
Meningitis Tuberculosa: 
 
Tratamiento: 
Regimen de tres medicamentos: Isoniazida, 
rifampicina y pirazinamida. 
Adultos: Prednisona 60 mg al día o 
dexametasona 10 mg intravenosos cada 6 
horas. 
Niños: Prednisona 2-4 mg/kg al día o 
dexametasona 0.4 mg/kg intravenosos diarios, 
divididos en cuatro dosis cada 6 horas. 
microorganismo resistente. Además de los 
agentes antituberculosos, se recomienda 
un glucocorticoide (adultos: 60 mg de 
prednisona diarios; niños: 2 a 4 mg/kg 
diarios) o dexametasona (adultos: 10 mg 
intravenosos cada 6 horas; niños: 0.4 
mg/kg intravenosos diarios cada 6 horas) 
en pacientes con hidrocefalia para reducir 
la inflamación en la base del cráneo.

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