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2017Enigmas del Pasado

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Enigmas del Pasado 
Waldemar Julsrud 
Acámbaro, Gto., 
1947. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Enigmas del Pasado 
 
Waldemar Julsrud 
 
Acámbaro, Gto. 
1947. 
 
 
 
 
Portada Original del libro editado por Waldemar Julsrud 
 
Enigmas del Pasado 
 
Waldemar Julsrud 
 
 
 
 
Prefacio 
 
 
 
De las conchitas, imperceptibles al ojo humano de insignificantes infusorios, 
que al morirse aquellos, cayeron al fondo del mar, se formaron en el curso de 
inimaginables años y a consecuencia de tremendas evoluciones terrestres, 
gigantescas cordilleras. 
Tan insignificante infusorio en el Universo, es nuestra Tierra, que flota 
durante su eterna gira por el éter, sostenida según dicen, por la atracción mutua, 
magnética de los astros, - lo que nos parece nebuloso e inverosímil, - pero como 
otros lo dicen, se aceptó la explicación, no obstante que el fenómeno obedece quizá 
al Gas Helio en las entrañas de nuestro Planeta. 
¿A dónde caerá nuestro infusorio el día en que se muere? Misterio 
indescifrable. 
El origen, composición y extensión del Universo, como también la causa de la 
vida en sus múltiples formas, apariciones, transformaciones y evoluciones, son 
enigmas, son milagros que vemos, pero misterios que la inteligencia humana no 
alcanza a aclarar y resolver. 
Ante problemas así, - el vulgo, - a falta de pruebas y explicaciones razonables, 
acoge con reverencia la interpretación que mano de antiquísima sabiduría les dio 
con letras eternas, que propagan paz, amor, satisfacción y tranquilidad a la 
humanidad doliente. 
A pesar de esto, no todas las almas se conforman dócilmente con el 
mandamiento de “creer y tener fe", sino buscan la comprobación, quieren averiguar 
lo que está vedado a la comprensión humana, quieren convencerse personalmente, 
trabajan, investigan y buscan la verdad, sin hallar una solución que les satisfaga, 
tratando su escudriñadora mirada de atravesar la densa neblina que envuelve el 
pasado, que oculta los lejanos días de la creación. 
El desarrollo y progreso de la ciencia se asemeja a un gigantesco, complicado 
mosaico, cuya obra imperfecta nunca termina, lo que constituye para el serio 
investigador precisamente el mayor atractivo, quien modestamente se conforma 
con poder agregar al dibujo una piedrita, confiado en que su insignificante 
descubrimiento les sirva algún día a los, que le siguen, de escalón, para encontrar la 
verdad. 
¿Pero qué cosa es la verdad?, si todo se transforma, evoluciona y cuando se 
piensa haberla hallado, desvanece, como nubes en el horizonte, como el espejismo 
de fata morgana(1) de un verde oasis, que ve el sediento que muere de sed, perdido 
en arenoso, estéril desierto sin límites, sin salida. 
La historia de la Tierra, de la cual tenemos datos más o menos completos y 
fidedignos, comparada con la de su existencia anterior, se asemeja a un grano de 
arena en una playa de mar, - a un panorama resplandeciente de luz y de vida,- en el 
que se advierte al rato ligerísima neblina, que se condensa más y más, cubriéndose 
el horizonte de nubes, nubes cada vez más pesadas y amenazadoras, que se 
convierten, a medida que progresa el tiempo, en negra, impenetrable noche. 
Querer averiguar lo que sucedió hace millones ele años, - no es tarea fácil -, 
sobre todo si el investigador trata de atenerse a hechos estrictamente comprobados, 
fundándose para ello en hallazgos de fósiles de Flora y Fauna procedentes de tan 
lejanas épocas y observaciones geológicas hechas en capas y mantos que envuelven 
a la Tierra, en las que lee aquél, que entiende el misterioso idioma de la naturaleza, 
como si fuera en un libro abierto, interpretando correctamente lo que con precisión 
y fidelidad registró en su diario de tantos años, nuestra Madre, la Tierra. 
Proceder con fundamento y razón, tratando de aclarar dudas, es 
absolutamente necesario; - aunque debemos confesar que con datos escasos, 
insuficientes, no llega uno siempre a conclusiones satisfactorias, quedando 
resultados ligeramente obtenidos sujetos a grandes errores de interpretación, 
motivados por las constantes evoluciones de la Tierra,- por lo que se requiere talento 
de observación, espíritu analítico, empleando en muchos casos la lógica, para llegar 
a conclusiones aceptables, interpretando correctamente fenómenos, para los que 
no se haya fácilmente una explicación convincente. 
Esto seguramente no quiere decir que un autor quede facultado para forjar 
en su ingeniosa mente la solución de misterios, dando curso suelto a la fantasía. 
El pensador y serio investigador, consciente de su propia insignificancia, que 
buscando verdad, encontró detrás de un manto de púrpura un esqueleto, se 
convierte muchas veces en hombre solitario, que huyendo de la bulla, sigue 
silenciosamente su camino, eludiendo honores y sobre todo discusiones con 
personas que no pueden, ni quieren entenderlo y cuya fe, que les hace feliz, no trata 
de destruir. 
 
Algo Sobre mis Descubrimientos 
 
 
 
Hace años, un estimado amigo mío, el anciano padre Fray José María 
Martínez, hoy fallecido, entonces Cura del pueblo de Chupícuaro, Gto., me remitió 
fragmentos de cerámica de origen tarasco, encontrados allá, lo que, por haber 
gestionado yo que se hicieran excavaciones por aquellos rumbos, me convirtió en el 
hasta ahora desconocido descubridor del hoy renombrado Campo Arqueológico y en 
aficionado a semejantes estudios. 
Pero no es aquel viejo panteón tarasco de que quiero hablar, sino de otro 
descubrimiento que hice, de semejante naturaleza, pero de una importancia y 
antigüedad infinitamente mayor, cuyos restos datan de la más antigua cultura, casi 
de la cuna de la humanidad, cuyos detalles confío darán nuevas luces a la historia. 
Veo caras llenas de asombro y de duda, si les cuento que encontré entre otras 
muchas cosas de indiscutible interés, figuras hechas de barro cocido, de color 
natural, que representan una gran variedad de animales antediluvianos, muchos de 
ellos en un perfecto, artístico acabado y de una diferencia de formas asombrosa. 
Se trata, hablando de animales, de bestias de aspecto extraño, exótico, hasta 
ahora en gran parte desconocidas, de las que vivieron algunas, según la opinión de 
reconocidas autoridades en arqueología, hace millones de años, entre éstas 
diferentes peces, anfibios y reptiles del Paleozoico, de variados Dinosauros, algunos 
de ellos verdaderos gigantes del Mesozoico, víboras, serpientes, una gran variedad 
de desconocidas especies de pájaros y de mamíferos del Cenozoico, así como 
representaciones fidelísimas, a juzgar por los asombrosamente bien acabados 
detalles, de muchas diferentes razas humanas, que deben haber vivido en el curso 
de muchos miles de años, en el lugar de su descubrimiento, figurando entre ellos 
hombres bestias, desnudos, completamente primitivos, hasta en transformación del 
animal al hombre, lo que prueba que ya entonces deben haber existido razas de una 
cultura superior, que contaban con notables artistas natos, que dejaron a la 
posteridad muchas verdaderas obras maestras, llegándose así a la conclusión: 
"O el hombre en su estado primitivo vivió desde los remotos días de la 
creación al lado de temibles bestias antediluvianas, o éstas existieron todavía 
millones de años después de las épocas en que autoridades en Arqueología las 
catalogaron, constatando su aparición, como extinción y desaparición de la Tierra." 
No puede nacer ni la más ligera duda sobre la antigüedad y autenticidad de la 
cerámica encontrada, porque el estudio a base de colección de fósiles de animales 
antediluvianos y su reconstrucción, data apenas de unos cien años atrás y ¿quién 
pudiera imaginar e inventar tan diversas formas de gentes y exóticas criaturas con 
todos sus detalles, sin haberlas visto? 
Este descubrimiento desmiente lo dicho por el sabio francés Paul Rivet(2), 
quienaseguró que América es territorio de admisión y no de producción humana; 
con lo que quiso decir: que a ella vino el hombre y que no proviene de ella, lo que es 
un gran error. 
Al contrario de lo expuesto por Rivet, soy de la opinión que este Continente 
es la cuna de muchas razas diferentes, - aunque no de todas, - fundándome para ello 
en la diversidad de tipos representados, hasta en las más primitivas formas 
imaginables, entendiéndose que semejantes gentes no pueden haber sido 
descubridores de nuevos continentes, sino eran oriundos de la tierra en donde 
nacieron, vivieron y murieron. 
En vez de inmigrar, emigraron de aquí para el Asia diferentes razas 
mongólicas, habiendo guardado los chinos en su escudo un dragón, como recuerdo 
imborrable a las gigantescas bestias voladoras del país de su origen. 
Causa de la emigración en masa debe haber sido el cambio repetido de 
ubicación de los Continentes Americanos, cuyos sucesos, de los que hablamos más 
adelante, no pasaron desapercibidos para ellos, que contaban con buenos 
astrónomos. 
No se necesita ser Etnólogo, para poder distinguir entre la representación 
humana las más diversamente imaginables razas, artísticamente, en todas sus 
características posiciones, con naturaleza y decencia representadas. 
Entre tantas razas hay arcaicas, hasta hombres en transformación del animal 
al ser humano, todavía con membranas en sus extremidades y otras señas 
características de su procedencia acuática, la que es la de todos los seres vivientes. 
Hay hombres bestias, con facciones de antropófagos, de aspecto salvaje, 
ostentando tremendas dentaduras de oreja a oreja y esto no obstante se nota entre 
ellos ya diferencia de carácter y de descendencia, siendo unos chatos como monos, 
asemejándose otros a osos, algunos tienen la nariz arremangada, sin que faltaran 
entre ellos individuos con caracteres semejantes al hombre moderno, con frente 
alta, de la que carecen otros completamente, teniendo, de la parte frontal hacia 
atrás, la bóveda del cráneo completamente aplanada. 
Otros hombres tienen la cabeza redonda, como una bola, distinguiéndose las 
diferentes razas más fácilmente por la forma de sus ojos, de figura oblicua en su 
mayoría, aunque de tipos diferentes entre sí, quedando representadas todas las 
razas del mundo. 
Hay mongoles, chinos, esquimales, tibetanos, australianos, malayos, isleños 
del Pacífico y entre todos se nota gente salvaje y otra ya con cierto grado de cultura. 
Lo más interesante de este caso es, que aparte de las razas enumeradas, 
figuran las de todos los pueblos que vivían en tiempos antiguos al derredor del Mar 
Mediterráneo, lo mismo los del Norte de África, como del Asia Menor y Sur Europeo, 
de manera que hay negros, abisinios, semitas, egipcios, - hasta con una pirámide 
característica -, gentes parecidas a figuras de cerámica halladas en las excavaciones 
del pueblo de Ur, en Babilonia, griegos de raza germánica, hombres barbados del 
tipo español, vikingos o atlántides(3), entre los que creo haber hallado retratos de 
Quetzalcóatl, con uno de sus compañeros y otros individuos al estilo del hombre Cro-
Magnon. 
Nadie negará lo sensacional de este descubrimiento, lo que me obliga, para 
explicar la presencia de tan diferentes razas en México, - a distraer la atención del 
lector, dando a conocer primero el hecho de que existe cierta analogía de religiones 
y costumbres entre razas americanas y las de otros Continentes-, para explicar 
después cómo me imagino la creación de la Tierra, los acontecimientos más notables 
de su historia y la de sus seres vivientes. 
Ya hablé de una emigración de América para el Asia, por cuyo motivo ya no 
llamará la atención que existe cierta analogía en creencias y costumbres entre los 
habitantes de diferentes Continentes. 
Al recordar las hoy llamadas razas asiáticas el país de su origen, se hace 
comprensible que después de siglos, hayan querido regresar al Continente 
Americano, a cuya conclusión se llega, al comparar sus tipos antiguos, muy 
primitivos, que se encuentran junto con los de mucha más avanzada cultura, no que 
dando excluida la suposición que de semejantes visitantes hayan quedado algunos 
de nuevo en América, como por ejemplo los Pre-Incas, que sucumbieron y quedaron 
exterminados posteriormente en unión de otros nativos, durante la catástrofe del 
Diluvio Bíblico. 
Sven Hedin(4), el famoso explorador sueco, observó durante sus viajes al Tíbet, 
la curiosa costumbre de los nativos, de sacar, al ser presentados a personas extrañas, 
como demostración de alto respeto, hasta más no poder, la lengua, en cuya actitud 
figuran muchos tipos con aspecto de Lamas, en mi colección. 
Tibetanos usan argollas de plata, parecidas a pulseras, por las que meten 
vendas, para sostener y amarrar su cabellera. 
Muy parecidas argollas, aunque hechas de barro, encontré aquí. 
El monje franciscano Wilhelm Rubriquis informó, que los tibetanos comían a 
sus difuntos padres, como demostración de gran piedad, para no darles otra 
sepultura. 
Lo mismo informó Piano Carpini al Papa, quien lo mandó al Tíbet por el año 
de 1245, diciendo que los habitantes de allá tenían la horrorosa costumbre de 
reunirse para comer a sus padres, tan luego como éstos entraban en agonía. 
El Barón Alejandro de Humboldt habla de idénticas costumbres de los 
indígenas de la América del Sur. 
Los incas del Perú adoraban al Sol, pero al igual de los cristianos, creían en un 
Ser Supremo y en su Hijo Divino, humanizado, no pudiéndose negar que existió en 
ello cierta semejanza con el cristianismo, así como con emperadores asiáticos y 
soberanos europeos, que reclaman descendencia y derecho divino. 
Sven Hedin señala en sus interesantes obras costumbres muy semejantes 
entre el culto católico y el de los Lamas del Tíbet, con el budismo. 
Los aztecas creían en la inmortalidad del alma, tenían bautizos y confesiones, 
al grado que monjes católicos creyeron que Quetzalcóatl había sido Santo Tomás 
que había venido a enseñar el cristianismo, el que después había degenerado. 
Razas indígenas usaban lazos y una especie de honda de madera, en forma de 
arco, el que después de tirarlo, regresaba al cazador, semejante al boomerang de los 
salvajes de Australia. 
Pedro, Mártir de Anglería(5), hablando de la habilidad de los artesanos 
indígenas dice: "Cuanto se ofrece a sus ojos, lo saben forjar y esculpir con belleza tal, 
que emula a la misma naturaleza. 
No existe figura de ave, ni rostro o cuerpo de cuadrúpedo, de que Moctezuma 
no posea fidelísimas imágenes, que mirados de lejos, dan la sensación de estar 
vivas." 
Se decía que los Pre-Incas habían llegado a un alto grado de cultura, que 
sabían labrar y transportar blocks de más de veinte toneladas, cada uno de diferente 
tamaño, los que esto no obstante embonaban perfectamente, tanto, que entre ellos 
no cabía el filo de una navaja, constituyendo un misterio cómo habían podido labrar 
tan grandes piedras y con tanta perfección, porque desconocían el uso del fierro. 
Esto último hay que dudar, porque en contra de lo que se ha afirmado, los 
indios no conocían el secreto de endurecer el cobre y el bronce, por lo que deben 
haber conocido ya la manufactura del fierro, cuyo metal se descompone y 
desaparece completamente con el tiempo. 
Esta suposición se funda en el origen de las Américas, señalado más adelante, 
porque precisamente en el Egipto se quebraban los investigadores la cabeza por 
idéntico motivo, hasta que se halló por fin herramienta de fierro en la tumba del Rey 
Tut. 
Se dice que los Pre-Incas conocían muchas artes hoy desconocidas, que se 
perdieron y que en las razas que les siguieron no se notó un progreso lento, sino que 
éste dio repentinamente un brinco, motivado seguramente por inmigración 
extranjera. 
No se sabe cómo lograron los Incas transportar tan enormes blocks de piedra. 
Para ello no tomaron seguramente en cuenta que losindígenas conocían el 
uso de las rodajas y sabían amansar elefantes, antes de que todos ellos sucumbieran 
en el Diluvio. 
Hyatt Verrill(6) menciona haber encontrado en Centro-América la 
reproducción en barro de algo así como un pequeño elefante cargado. 
A este respecto puedo asegurar que tengo la reproducción de varios 
elefantes, entre ellos un pequeño, cargado, quedando con ello probado que la gente 
sabía aprovecharse de semejantes bestias. 
Los indígenas conocían el arte de grabar piedras, obsidiana, ágata, jade y 
joyas, teniendo mucha facilidad para ello, usando además a veces collares con 
piedritas tan pequeñas y duras, que no se explica cómo podían haberlas perforado. 
Verrill habla de restos humanos, los más antiguos de América, por haberlos 
hallado debajo de una capa de ceniza volcánica. 
Esto no prueba gran cosa, porque en San Ángel, México, sacaron debajo de 
gruesa capa de lava, vasijas y otros objetos, sabiéndose esto no obstante 
aproximadamente la época en que hizo erupción el volcán del Ajusco. 
La cerámica más antigua es de color natural de barro quemado y se encuentra 
generalmente en las partes más altas, lo que no se ha podido explicar hasta ahora 
correctamente, pero que se entiende, sabiendo que en remotos tiempos muchos 
valles eran lagos, a cuyas orillas vivían los indígenas, manteniéndose de caza y pesca 
y a medida que bajó el nivel del agua, bajó la gente con sus casuchas. 
Cerámica multicolor data de tiempos posteriores y el primer color que se usó 
fue el rojo. 
La suprema antigüedad de la cerámica se prueba, no porque la gente andaba 
desnuda, sino por lo tosco de su manufactura y los rasgos fieros y salvajes de su 
fisonomía. 
Verrill señala como prueba de regular cultura el hecho de que se hallaron en 
los Estados Unidos en diferentes lugares, flechas bien acabadas incrustadas en 
huesos de animales antediluvianos, junto con cerámica casera, aunque sin vestigios 
de huesos humanos, del tiempo Pleistoceno, lo que no se puede comparar con mi 
hallazgo de hombres y fieras, entre las que figuran bestias exterminadas según los 
arqueólogos hace 120 millones de años, cuyas imágenes están tan perfectamente 
acabadas, que los artistas de tan remotos tiempos podían haber rivalizado con 
ventaja con los de los tiempos actuales, llegándose por ello a la conclusión que el 
hombre primitivo vivió y había obtenido ya alto grado de cultura en aquellos 
remotísimos tiempos, o que las fieras vivieron todavía muchos millones de años 
después del tiempo en que se dice quedaron exterminadas. 
Con semejantes pruebas, ¿a dónde quedan los hombres de Pekín y de 
Neanderthal? 
Los Chimú, una tribu del Perú, sabían por tradición que sus antepasados 
llegaron por mar, en grandes escuadras de canoas, que no habían sido salvajes, sino 
cultos, que conocían artes e industrias. 
Indiscutiblemente trajeron los antiguos fenicios oro de un lejano país, que se 
cree fue el Perú. 
África es la cuna de muchas diferentes razas, entre ellas de las hoy llamadas 
asiáticas. 
Los mayas aseguraron haber recibido su cultura del Este, lo que es 
comprensible, como veremos más adelante. 
Tengo en mi colección de cerámica muchas figuras de gentes con cabezas de 
animales, así como una imitación de cáscara de árbol con semejanza a gentes y 
animales. 
Este punto es interesante, porque como existen egipcios entre las razas 
representadas, se recordará que ellos acostumbraban dar forma animal a sus dioses 
y que los antiguos pueblos de la Europa creían no solamente en gigantes y enanos, 
sino en que hadas, ninfas y otros seres sobrenaturales vivían en los árboles de los 
bosques. 
En vasijas hay una admirable variación de formas y dibujos, desde lo más 
primitivo y sencillo, hasta ricamente ornamentada, representando algunas imágenes 
humanas y animales, ostentando contadas piezas siluetas de animales 
antediluvianos, toscamente grabadas con la punta de alguna piedra afilada. 
Hablando en lo general, debe admirarse el exquisito gusto, talento e ingenio 
inventivo, en el acabado de la cerámica. 
Entre la última se encuentra un corto surtido de interesantes artefactos para 
artesano y otro mayor, de instrumentos de música, así como una interesantísima, 
artística colección de diferentes pipas, entre ellas algunas de cupo tan pequeño, que 
servirían quizás para algún enervante. 
Esto me recuerda que cuando estuve, hace muchos años, en el Estado de 
Guerrero, me aseguró un indio que conocía una yerba, de la que bastaba pasarla 
debajo de la nariz, para que uno quedara profundamente narcotizado, de cuyo 
estado se volvía al natural, si se daba al individuo a oler otra yerba, que según el 
informante crecía junto a la anterior, pero si no se aplicaba oportunamente, se moría 
el adormecido. 
Al notar el hombre cierta duda en mis facciones, quiso hacer conmigo una 
prueba, pero le di las expresivas gracias. 
Figuran además entre mi cerámica agujas y peinetas para el cabello, sellos, 
adornos, una especie de códices, todo hecho en barro, así como muy contados 
collares de marfil y piedritas. 
Entre los rostros humanos representados, demuestran algunos belleza, 
inteligencia y cultura y no es cierto que todas las facciones carecen de expresión, 
como ciertos autores han asegurado. 
La cabeza de un mongol ostenta signos de escritura, lo mismo que uno de los 
sellos, cuya interpretación sería interesante conocer. 
El hecho de haber encontrado en Sud-América caracteres que se asemejan al 
chino o al japonés, sin tener semejante sentido, no demuestra que dichas razas no 
son oriundas de aquí, comprendiéndose que idiomas y escrituras tuvieron que 
perfeccionarse en largos años, cambiando quizás en el curso de los tiempos 
radicalmente. 
Hasta la fecha no encontré un solo objeto hecho de metal, sino todo consiste 
de barro y muy poco de piedra. 
Entre las esculturas halladas en la ciudad de Tiahuanaco, en el Perú, había 
unas, representando hombres de narices artificialmente partidas de arriba para 
abajo, de aspecto, como dice Verrill: "bondadoso, inteligente, demostrando calma y 
franqueza." 
Interesará saber que poseo las cabezas de un hombre y una mujer, talladas 
en piedra, de rasgos asiáticos, que corresponden fielmente a la descripción indicada, 
lo que contribuirá probablemente para aclarar los viajes de los Pre-Incas, cuya raza 
elogió tanto Verrill, por haber dado muestras sorprendentes de su arte de escultura, 
único en el mundo, que no se parecía a la de ningún otro pueblo. 
Se sabe de los Pre-Incas, que ellos no usaban para sus construcciones cal, ni 
cemento, que eran excelentes ingenieros, entendían matemáticas y eran, como los 
mayas y aztecas, buenos astrónomos. 
Los Incas tenían hasta carreteras asfaltadas, caminos reales rectos, desde 
Quito hasta el Sur de Chile, de tres mil millas en una línea, atravesando montañas, 
valles y abismos, sobre los que tendían puentes de cable de pelo, haciendo túneles, 
teniendo al lado de las carreteras, piedras, marcando distancias, estaciones para 
pasajeros y almacenes del Gobierno. 
Además tenían fortalezas, estaciones de señales, de noche con luces, que 
hacían las veces del telégrafo, contaban con abastecimiento de pescado fresco y 
manufacturaban colores, que desafiaban el paso de los siglos. 
De México se pudiera decir muchas cosas semejantes y no cabe duda que los 
conquistadores encontraron en las Américas ya gente inteligente, laboriosa y culta. 
Leí una vez de un hallazgo en la América del Sur, de tabletas de barro con 
signos del antiguo hebreo, lo que es un dato sumamente interesante, que debería 
confirmarse. 
La comida de los primitivos habitantes del Continente Americano consistía en 
una gran diversidad de pescados, mariscos, maíz molido en metates, carne de 
rinoceronte, hipopótamo, trompa de elefante, patas de oso, asado de castor, carne 
de Glyptodón(7), el armadillo gigante, etc., no faltando en sus banquetesvegetales y 
frutas de diferentes clases. 
De obsidiana manufacturaban cuchillos para la cocina y para preparar pieles, 
fabricaban lanzas, puntas de flecha, - que hacían también de cuarzo-, navajas de 
rasurar, herramienta y hasta tapones de botellas, ignorándose según entiendo, de 
qué manera labraban dicho vidrio natural, aunque me inclino a creer, que lo 
cortaban en un estado blando, rebanando así las piedras. 
Aparte de lo enumerado, hacían de obsidiana, máscaras de los difuntos y 
pequeños objetos de arte. De barro fabricaban ollas de cocina, jarras, vasos, floreros, 
fruteros, tanto sencillos, como ricamente decorados, revelando ingenio y talento 
inventivo. De barro hicieron también figuras de gentes y animales, cierta clase de 
agujas para tejer, sellos, adornos y sus primitivos códices. 
Los indígenas conocían el uso de las camas y eran maestros en el arte de 
manufacturar ropa para vestidos y trabajos con plumas de pájaros, en diferentes 
colores. 
Observaciones 
 
 
 
Al profundizarme en el estudio de obras sobre la Historia de la Tierra, 
encontré grandes huecos sobre los que pasan los autores en silencio, seguramente 
porque no hallaron con qué probar, por ejemplo, las causas de las grandes 
catástrofes que asolaron a la Tierra en diferentes épocas, a cuya última señalan 
fantásticas edades, para lo cual les falta una verdadera base. 
Como prueba para esta última afirmación señalo la por demás mucho muy 
recomendable obra: "Man and the Vertebrates", en la que su autor Alfred Sherwood 
Romer, Profesor de Zoología de la Universidad de Harvard, le señala a la Tierra en 
página 6, una edad de 1,500 millones de años, mientras que su colega Edwin H. 
Colbert, del Museo Americano sobre Historia Natural, calcula ésta en su nuevo libro: 
"The Dinosaur Book", en 2,000 millones de años. 
Por éste y semejantes ejemplos, emplearé la de nominación de Eras y 
Períodos de la Tierra con su nomenclatura científica, pero sin hacerme solidario, ni 
siquiera remotamente, con el cálculo de edades, las que unos, basados en viejas 
crónicas religiosas estiman en miles y otros, tomando en consideración el 
crecimiento del grueso de capas y mantos que envuelven a la Tierra, en miles de 
millones de años, olvidando los últimos quizás que tan tremendas aglomeraciones 
de arenas, gravas, tepetates y rocas, que encierran fósiles, cubren vestigios de 
antiquísimas culturas y hasta ciudades pre-históricas, pueden haber sido causadas: 
1. Por la fuerza gigantesca del oleaje de diluvios que asolaron a la Tierra, 
arrastrando en su veloz carrera todo lo que encontraron en su camino. 
2. Por erupciones volcánicas, que con ardientes lavas y tormentas de cenizas 
cubrieron vastas regiones. 
3. Por evoluciones, levantamientos o hundimientos de la superficie de la 
Tierra, que cambiaron radicalmente su topografía. 
Por lo expuesto, me abstengo a señalar edades, limitándome a dar a conocer 
los acontecimientos, así, como yo los veo, comprendo o interpreto, tomando por 
base que cada cambio radical de clima fue ocasionado por movimientos profundos 
en la estructura de nuestro Planeta. 
No podemos averiguar el origen del Universo, ni las causas de las maravillosas 
manifestaciones de la naturaleza, que con su lento cambio y perfeccionamiento nos 
sorprende, cuyos misterios admiramos, sin que la mente humana alcance a 
comprender su manera de actuar, por lo que limito este trabajo a señalar errores de 
interpretación y comprensión, ateniéndome para ello estrictamente a la lógica. 
La Tierra, tan grande e inmensa como la vemos, no es más que un globulito 
de sangre que circula en las arterias del Universo, siendo nosotros átomos en ella y 
a la vez mundos para miríadas de microbios. 
Aquel que busca la verdad en la Creación, no la encuentra, porque todo, 
incluso nosotros, estamos sujetos a eterno cambio. Nada es estable, duradero, ni 
fijo; todo queda sujeto a las leyes de la evolución, a vida y muerte y así como 
nosotros, está la naturaleza, todo lo que nace, se desarrolla, florece, se marchita y 
muere en el olvido de los tiempos. 
Nadie podrá rehuir de su destino y "comprender verdades", no debe ser 
motivo de tristeza, ni de desesperación; hay que tomar la vida, así como está, sin 
quebrarnos la cabeza ante lo irremediable, siguiendo nuestro camino y todo lo que 
logremos hacer en provecho de futuras generaciones, dará mérito y satisfacción a 
nuestra existencia. 
Cómo me Imagino el Origen y Enfriamiento de la 
Tierra 
 
 
 
Algunos astrónomos sostienen la teoría que la creación de la Tierra, se debe 
a la condensación de nebulosas en el Universo, afirmación que no quiero discutir, 
pareciéndome semejante solución demasiado arriesgada y de difícil comprobación. 
Los pueblos más antiguos de la Tierra adoraban al Sol, comprendiendo que 
todos los que vivimos aquí, le debemos la vida y yo mismo había llegado a la 
conclusión que nuestro Planeta debía ser hija de él, antes de ver confirmada esta 
creencia por renombradas autoridades como Kant y Laplace. 
Ciertos investigadores expresaron la opinión que el Sol debe haber tenido en 
cierta época un anillo, como Saturno, el que reventando se fraccionó en planetas y 
algunos de éstos por el mismo motivo, en cometas, todos los cuales dan vuelta al 
derredor de su autor, al que tendrán que regresar algún día, porque su trayectoria 
no forma una completa elipse, sino una espiral, producida por la resistencia al éter 
del Universo. 
Ignoro si el anillo de Saturno consiste de materia unida o representa nubes de 
pequeños satélites. 
Referente al origen de los planetas, me inclino a creer que éstos deben su 
existencia a violentas explosiones en el Sol. 
Sea esto, como sea, una vez expulsados, comienzan los planetas su propia 
vida como bolas de fuego, aplanados por los polos, dando vuelta de Oeste a Este, 
teniendo idéntica composición química que el Sol y los Meteoritos, comprobado que 
el espectro solar, en unión con la óptica, enfriando al fin de incontables años, 
durante su trayecto por el Universo. 
Los componentes principales de la Tierra son el granito y el pórfido, de los que 
se formó la capa exterior, expresando el Profesor Alfred Lotario Wegener(8) la 
creencia que exista otra, que cubre el fuego volcánico, gases y vapores; llegando en 
lo demás a parecidas conclusiones que yo. 
La luz que nos alumbra, atraviesa una especie de cobertor o cielo del Sol 
consistente en ardientes vapores metálicos, según opinión del renombrado 
astrónomo Wilhelm Boelsche(9), autor del libro: "De Soles y Polvillos de Soles”. 
Atmósfera envuelve a los Planetas, entre ellos queda el vacío del Universo y 
de éste llueven no solamente Meteoros, sino polvitos de hierro hacia la Tierra. 
Nuestro propio Planeta se caracterizó en el principio por gran actividad 
volcánica, motivada por gases y vapores acumulados en su interior y falta de 
escapes. 
Se dice que si nuestro astro enfrió por la temperatura helada del Universo, sin 
duda hubiera sucedido lo mismo con el Sol; - pero para ello no tomaron en cuenta 
que éste es tantísimo mayor que la Tierra y ya por ello tardaría mucho más en enfriar. 
Al nacer la Tierra, como esfera de fuego candente, envuelta en densas capas 
de humo y vapores, duró para enfriar, según la opinión de muchos doctos 
profesores, de un mil a mil quinientos millones de años. Esto me parece del todo 
inverosímil, porque “Aire” envuelve a los Planetas y como éste al calentarse, es más 
ligero y sube, afluya el frío, iniciándose una corriente, que atrayendo humedad del 
Universo, descargaría sobre ella día por día, sin interrupción ni descanso, mangas de 
agua y chubascos, cuyo líquido, evaporando en seguida por el calor de brasa de la 
superficie, subiendo, condensándose, enfriando en altas esferas, regresaría sin 
disminuir, ni debilitarse en siempre nuevas embestidas. 
Con ello, sin duda alguna, la Tierra comenzaría por fin a enfriarse, 
formándose,al endurecer la superficie rocosa, primero charcos, luego pantanos, 
lagos y finalmente mares, mares tan extensos, que subiendo, cubrieron más y más a 
nuestro Planeta, cuya superficie, descomponiéndose y desmoronándose por el calor 
volcánico, el solar, los vientos y tempestades, se convirtió en tierra, creándose así la 
base para la naciente Flora y Fauna. 
De la manera indicada es lógico suponer, que la superficie de la Tierra 
enfriaría de una manera mucho más rápida, principiando en los mares la vida con 
infusorios, gusanos, conchas, pescados sin vértebra y otros seres, que por lo blando 
de su consistencia, no dejaron fósiles. 
Pasaron siglos y más siglos, cubriéndose la superficie terrestre de tupidos 
bosques y exuberante vegetación, hasta donde los mares que subían más y más, lo 
permitían, en que anfibios, que se habían convertido en reptiles, se vieron obligados 
a regresar a su anterior elemento, el agua. 
En este estado de la Tierra, en principios de la Era Carbonífera(10) o ya en la 
Davón(11), entraría, por motivo de una tremenda erupción volcánica, submarina, bajo 
presión de alta columna, una enorme cantidad de agua marina a las entrañas 
ardientes de la Tierra, provocando instantáneamente, - al igual de lo que sucede al 
vapor que se hunde, cuando tormentas de agua fría llegan repentinamente a las 
calderas ardientes -, una terrorífica explosión, tan gigantesca, que fracturando con 
inigualada fuerza la costra apenas endurecida de la Tierra, venciendo su poderosa 
atracción magnética, aventó a una distancia de 768,000 kilómetros, la cuarta o 
quinta parte del continente terrestre, que se convirtió en la Luna, cuyo 
acontecimiento apresuró, sin duda de una manera notable, el enfriamiento de la 
Tierra. 
A la catástrofe, que vino acompañada por el primer diluvio, le siguió la 
primera Era Glacial, cuyo último se explica, porque al perder la Tierra por la 
separación de la Luna su equilibrio, se inclinó hacia el lado más pesado, cambiando, 
como se entiende, con la ubicación de los Polos, repentinamente la zona glacial, lo 
que es lógica conclusión, porque los lugares más alejados del Sol tienen que ser los 
más fríos. 
Al diluvio le siguió, lo que se comprende también por tremenda devastación, 
una larga época de aridez y de sequedad, hasta que la Tierra restableció con presión 
interior y con la primera formación montañosa, su perdido equilibrio. 
El clima, antes súper tropical, se convirtió por el enfriamiento de la Tierra, en 
menos caluroso, más agradable, entendiéndose que Flora y Fauna, que sucumbieron 
en su mayoría durante el cataclismo, principiaron de nuevo, naciendo ahora 
generaciones más robustas, de las que se conservaron los primeros fósiles. 
La explosión, que con tan inimaginable fuerza aventó al espacio la Luna, 
agrietó las partes colindantes del apenas endurecido manto de rocas, que envuelve 
nuestro Planeta, él que se hubiera convertido en Cometas, si la fuerza magnética del 
interior de la Tierra no hubiera retenido los enormes fragmentos en su lugar, cuyo 
detalle sumamente importante, nos dará más adelante la explicación de otras 
grandes evoluciones. 
Habiendo hablado de los Polos de la Tierra, me recuerdo que Wilhelm 
Boelsche explica la Aurora Boreal de una manera muy interesante, diciendo: "Así, 
como cuando corre del Polo negativo una carga eléctrica a través de un tubo de 
vidrio con aire adelgazado, se alumbra con Luz Verde la parte opuesta, así remite el 
Sol semejantes rayos a través del tubo de vidrio del Universo, vacío de aire, a una 
distancia de veinte millones de millas, los que desviados por el inmenso magneto "la 
Tierra", producen en los Polos luces multicolores". 
 
 
 
Consecuencias y Detalles del Primer Diluvio, que Asoló a la 
Tierra 
 
 
 
Entre las Eras del Paleozoico figura la Carbonífera, famosa por su gran 
acumulación de hulla, cuya formación se explica diciendo que en grandes, extensos 
pantanos de tiempos inmemoriales, poblados con mucha vegetación, cayeron 
árboles, arbustos, palmas, etc. etc., los que al fin de incontables siglos se convirtieron 
en carbón de piedra y antracita, al estilo de la formación de turba(12)en nuestros días. 
Esta solución, a falta de otra más razonable, ha sido según parece 
universalmente aceptada, pero la que de ninguna manera me convence, porque en 
pantanos, por grandes que éstos hubieran sido, jamás, ni en miles, ni en millones de 
años se pudiera haber acumulado tanto carbón, como el que sale día por día, año 
por año, de los centros de producción, en largos, incontables trenes, cuyos furgones 
no llevan otra cosa que este combustible, de manera que debe uno buscar otra 
explicación que haga comprensible la acumulación de tanto carbón. 
Habiendo reflexionado sobre este problema, llegué a la convicción, que 
solamente el primer diluvio pudo haber causado tanta hulla, comprendiéndose que 
al separarse de la Tierra todo un Continente, como fue la Luna, un oleaje gigantesco, 
inigualado, barrería hasta las cimas más altas, llevándose y arrastrando en veloz, 
insostenible carrera, con fuerza de inenarrable potencia, como si fueran montones 
de paja, todo lo que encontraría en su camino, arrancando milenarios, tupidos y 
extensos bosques, hasta las raíces, acabando y exterminando toda vida, que puede 
haber existido, para depositar a tan inimaginablemente grandes cantidades de 
combustible, al disminuir la fuerza del empuje, por la baja de las aguas, en lugares, 
en que los troncos se atoraron, en que se detuvieron ante barreras naturales, o en 
valles que se llenaron, cubriendo el enfurecido oleaje los despojos con rocas, piedra, 
lodo, grava y arenas, en capas de a veces tremendo espesor, en cuyos larguísimos 
entierros se convirtió, lo que formó extensos bosques en la infancia de la Tierra, en 
relumbrante carbón de piedra, combustible tan benéfico para la humanidad, cuya 
cantidad parece ser inagotable. 
Creo, que por más que se buscara, no se hallaría algo que explicaría de una 
manera más razonable la formación de tanta hulla y aunque no existe crónica que 
nos relatara los detalles de aquellos acontecimientos, sobran los indicios que 
prueban que este primer diluvio, que cito, existió. 
Se entiende que a semejante cataclismo, le seguiría una larga época de 
extrema sequedad y aridez, sobreviniendo el primer tiempo glacial, lo que ha sido 
mal interpretado hasta ahora, diciendo que aquel progresaba y retrocedía, cuando 
se trataba simplemente del cambio de la Región Polar, por falta de equilibrio de 
nuestro Planeta, convirtiéndose la parte más alejada del Sol en Región Polar y la que 
fue, en tierra de clima templado o tropical, probando dicha afirmación el hecho, que 
en toda la Europa crecieron en aquella época palmas y plantas tropicales, hasta que 
la Tierra con formación montañosa restableció su equilibrio. 
Otra comprobación que este primer diluvio aconteció, la hallamos en el relato 
del Barón Alejandro de Humboldt de sus viajes a las Regiones Equinocciales, en el 
que constató primero, antes de salir de España, que el nivel del Mar Mediterráneo 
quedó en tiempos remotos a mucho mayor altura, que actualmente y estando ya, 
en lo que es hoy la República de Venezuela, encontró a una altura de 3,216 metros 
sobre el nivel del mar, en la Cueva de Maquimampa, cavada por las olas del Océano, 
"fósiles de diferentes crustáceos marinos", con lo que se llega a la conclusión que 
solamente la separación de la Tierra de un gran Continente, pudo haber causado tan 
enorme baja del nivel del mar, comparable al experimento de sacar una gran piedra 
de una cubeta llena de agua. 
La versión de algunos astrónomos que afirman que la Luna es un pequeño 
cometa captado por la Tierra, no merece crédito en concepto mío, ni la afirmación 
de otros que aseguran que una lluvia de meteoros causó las extrañas cicatrices, 
hondonadas o cuevas, -como uno quiera llamarlas-, con las que pareceestar 
sembrada la superficie de la Luna, afirmando que semejantes impactos por aerolitos 
se observaron también en los Estados Unidos del Norte. 
Estos últimos tienen un aspecto muy diferente, porque les faltan los rayos 
larguísimos lumbrosos, ni tienen una montaña en el centro, como las formaciones 
lunares y aparte de todo esto, a una distancia, como la que nos separa de la Luna, de 
seguro no serían visibles tan perfectamente. 
Tampoco se trata de cráteres volcánicos, faltándoles a las extrañas 
manifestaciones lunares, las tan características montañas cónicas con señales más o 
menos bien pronunciadas de escurrimiento de lava en sus pendientes. 
Las viruelas lunares representan una especie de ampollas o vejigas 
reventadas, como las de un pastel, en cuyo centro se levanta una montaña, cuya al 
altura por regla no sobrepasa el nivel de la superficie lunar, como el escurrido de una 
cuchara que se sacó de la masa de pan, notándose en el círculo exterior el 
relumbrante escurrido de increíble longitud, muy diferente y en nada comparable a 
corrientes de lava, de manera que su origen no se ha podido explicar hasta ahora. 
En esta particularidad, en este fenómeno de tan largas tiras relumbrantes, 
veo precisamente la comprobación de lo acertado de mi teoría sobre la separación 
de la Luna de la Tierra, debiéndose recordar que al estallar un volcán submarino, al 
penetrar tan de improviso, bajo presión de alta columna un mar de agua fría al calor 
de brasa volcánica de las entrañas de la Tierra, sobrevino la sin par explosión, cuyos 
gases, al no hallar salida, perforaron la masa candente interior, lo mismo que el 
manto rocoso apenas endurecido de nuestro Planeta, aventando al espacio todo un 
Continente, horadándolo y agujerándolo como un cedazo, enfriándose la masa 
embarrada en las perforaciones, al paso por el agua de mar y el frío del Universo. 
Al ser arrojada la Luna, filtraría todavía por las incontrolables heridas o 
perforaciones, masa candente, cerrándolas, convirtiéndose el último tapón en la 
montaña que se observa en medio de cada ampolla, representando las rayas de 
increíble longitud, el paso de los gases, cuyas salidas al lado opuesto, vedado hasta 
ahora a la vista humana, tienen probablemente el aspecto de cráteres volcánicos. 
Al verse la Luna convertida en proyectil que atraviesa el espacio, al igual que 
su madre la Tierra, principiaría con la formación de montañas y presión interior, a 
restablecer su equilibrio perdido, adquiriendo así la forma actual de globo, 
obedeciendo la circunstancia de que nos muestra siempre la misma cara, 
probablemente al hecho de que lo que vemos, representa lo que fue su altamente 
mineralizado enraizamiento en la Tierra, cuya atracción magnética impide que la hija 
evolucione como ella. 
Seres vivientes que pudieran haber existido en la Luna, sucumbirían 
probablemente durante la catástrofe, - pero no obstante que según Boelsche existe 
ahora poco aire en ella, - éstos pudieran haberse formado de nuevo, aviniéndose y 
ajustándose, como toda la demás naturaleza, a las cambiadas condiciones 
atmosféricas y climatológicas, al igual que Flora y Fauna se renovó en la Tierra, 
favorecidos por el surgimiento de magnos continentes de los mares y un clima 
menos caluroso. 
Si la teoría de los astrónomos es acertada, que los Planetas y Cometas tienen 
que regresar algún día, dado su itinerario, al Sol, - entonces se comprende también 
la afirmación de ellos que la Luna tiene que regresar algún día a la Tierra, - 
debiéndose temer que el regreso al hogar de la hija "perdida" sea tormentoso, 
causando una aun peor impresión, que en su tiempo la fuga. 
 
 
 
 
TESIS NACIDA DE LO EXPUESTO 
Cada evolución y cambio notorio en la constitución terrestre, viene 
acompañado por un diluvio, seguido por aridez y sequedad, cambio de ubicación 
polar y de clima, restableciendo la Tierra su equilibrio por presión, causando 
levantamiento de montañas y cordilleras, hundimientos y trasplantación de 
continentes. 
 
 
 
Sobre Creación 
 
 
 
Nadie, ni aproximadamente pudiera indicar cuando comenzaría de hecho la 
creación, pero se entiende que ésta principiaría con el enfriamiento de la costra 
rocosa que envuelve a la Tierra, cuando la temperatura bajó de 100°, es decir, 
cuando el vapor de agua de la atmósfera se convirtió en líquido y las peladas rocas 
de basalto comenzaron a vestirse. 
Es de creerse que no todos los seres de los que tenemos noticia, entraron a la 
vida en el mismo tiempo, ni en la forma en que conocemos hoy los descendientes 
de los que sobrevivieron, - pero creo que cada especie procede de su propia raíz de 
origen, la que en el curso de los tiempos se transformó y perfeccionó, - a veces tan 
radicalmente, que el más crédulo dudaría a primera vista de semejante parentesco 
y descendencia. 
Pensando en cómo debe y puede uno imaginarse la creación, nos recordamos 
que en el agua destilada, libre de microbios y bacterias, expuesta a los rayos solares, 
se desarrolla en poco tiempo, visto bajo microscopio, una multitud de extraños, 
exóticos seres, de los que unos se parecen a terribles bestias dentadas, 
antediluvianas, que conocemos hasta ahora solamente por la reconstrucción de sus 
fósiles. 
De manera semejante comenzaría la creación, en que bajo condiciones 
atmosféricas más propicias, los hoy microbios pudieron desarrollarse, 
convirtiéndose en animales visibles al ojo humano, de los que algunos más tarde 
pudieron transformarse en los gigantes del pasado. 
Desde entonces a la fecha, la fuerza creadora nunca ha cesado, prueba de lo 
cual son los siempre nuevos descubrimientos de seres infinitamente pequeños, 
cuyas verdaderas raíces se pierden en la noche de los tiempos. 
Las primeras criaturas que nacieron, deben haber sido primitivas, 
comenzando con plantas, como la llamada cola de caballo, de cuya especie había 
grandes árboles, así como helechos, musgos, algas, etc., todas las cuales sería 
imposible querer enumerar, siguiéndoles en aparecer animales primitivos, como 
medusas, caracoles, calamares, trilobites, graptolites, pescados, conchas, ortoceras, 
cangrejos, colaflecha y miles de otras pequeñas creaciones, que no vienen al caso, a 
los que les siguieron mucho más tarde anfibios, reptiles, dinosauros, pájaros y la gran 
familia de los mamíferos, a los que pertenece el hombre. 
Para dar a conocer la multitud de diferentes especies que existen en una sola 
familia, las que no se pueden especificar todas aquí, mencionaré la de los cangrejos, 
que se componen de muchos miles de diferente miembros, entre los que escogeré 
algunos muy interesantes, como: 
El Apus, del tamaño de la tapa de un reloj de bolsillo, el que según la creencia 
del vulgo, cae del cielo, porque repente, después de años de ausencia, aparece al 
terminar un fuerte aguacero, en que pululan en todos los charcos y hondonadas 
dejadas por las ruedas en las carreteras, los que mueren tan pronto como se seca la 
tierra, dejando sus huevos, que se quedan hasta por doce años inmóviles, hasta que 
algún día, después de un fuerte chubasco, aparecen de nuevo, sin que se hubieran 
observado en lagos o en ríos, en que peligraría su vida. Los machos son tan raros, 
que habiéndose hecho pruebas durante seis años seguidos en lugares en que 
aparecieron con cierta frecuencia, no se encontró ni un solo macho entre 8,521 
hembras, creyéndolos por consiguiente hermafroditas . 
Dichos animales respiran por las agallas de las patas. 
Entre tantas otras clases de cangrejos, hay unas que cambian, según 
conveniencia, su color, como el Camaleón, existiendo otras tan transparentes, que 
estando en el Sol, no producen sombra. Una especie expide en el agua un líquido 
azul, para escapar de sus enemigos, existiendo cangrejos de todos los tamaños 
imaginables, como el gigante Kaempfféria del Japón, que mide tres metros entre las 
tijeras de sus piernas, que tienenel grueso del brazo de un hombre, cabiendo en 
cambio hasta sesenta mil de una pequeña variación en el estómago de un arenque. 
Hay una especie que tiene un ceñidor para poder nadar arriba compuesto de 
un depósito lleno de aceite en el cuerpo, cruzando otro cangrejo, al verse 
perseguido, el aire como el pez volador. 
Según Boelsche, de quien tomé estos datos, hay una especie que hace música 
con las piernas, otra que mete su parte trasera sensible a la concha de un caracol, 
devorando su cuerpo, anidándose en la concha de otro familiar la "rosa marina", que 
lo defiende con su aparato de ortiga, mientras el protegido trata de comerla. 
La clase Lernaede perfora con su cabeza el ojo de un arenque, nutriéndose la 
ballena, que produce hasta treinta toneladas de grasa, con una especie llamada 
"piojo de ballena", que mide menos de 25 milímetros. 
Para no cansar al lector, mencionaré entre tantos miles de otras especies una 
más, el: "cangrejo de raíz", el que nos interesa, porque se afianza a otro de su especie 
llamado "de Bolsa", perforándolo con un tejido, que se asemeja a raíces de plantas, 
las que se extienden en su interior, hasta producir la muerte de la víctima. 
Con lo que antecede creo haber dado un pequeño ejemplo de la diversidad 
de especies de una misma familia de animales, deteniéndome en el cangrejo, que 
lleva en alemán el nombre de: "Krebs", pero Krebs significa en el mismo idioma 
también “cáncer”, la terrible enfermedad, azote de la humanidad, cuyo causante 
hasta ahora no se ha descubierto y aunque no pertenece esto a mi disertación, 
quisiera yo no obstante dar a conocer aquí mis pensamientos, con la vaga esperanza 
de que quizás se halle en mi relato la clave del causante y con ello la manera de 
combatir la enfermedad del cáncer. 
Hemos visto, en lo que antecede, que existen cangrejos tan trasparentes que 
casi no son visibles, otros que ponen huevos, que muchos años después se 
desarrollan, una especie que ataca los ojos, mientras que la última mencionada echa 
raíces en el cuerpo de un pariente, hasta producir su muerte. 
En la enfermedad del cáncer se forma primero un lugar duro, una bola, un 
tumor cerrado, que si se extirpa oportunamente, puede salvar al enfermo, pero si 
este llega a su madurez y revienta, se extienden raíces en el cuerpo del enfermo, 
sirviendo la amputación tardía del tumor únicamente de poda, que aumenta el 
crecimiento de las raíces, hasta producir bajo penas indecibles, la muerte del 
afectado. 
Últimamente oí de un procedimiento de curación, mediante el cual el no 
operado enfermo puede salvarse, si mediante ciertas inyecciones se consigue el 
desecamiento del tumor y con él, el del maligno tejido de estribaciones y 
ramificaciones, comparable a la papa, con cuya pudrición se consigue la de sus guías, 
las que cortadas, siguen con vida propia. 
Ahora bien, - sea que un insignificante, maligno miembro de la gran familia de 
los cangrejos sea el causante del cáncer, o que con el resecamiento del tumor se 
consiguiera el de sus ramificaciones, - confío en haber dado una nueva idea u 
orientación a los que dedican su vida en beneficio de la doliente humanidad, con la 
esperanza de ahorrarle indecibles penas. 
El cáncer, según opinión de renombrados médicos, no es enfermedad 
contagiosa. ¿Cómo se explica entonces que frecuentemente ataca éste a cónyuges, 
sin parentesco de sangre? 
 
___________________________________ 
 
Suplicándole al lector perdone la interrupción, volviendo al tema de la 
creación, se entiende el largo camino que Flora y Fauna tuvieron que atravesar, hasta 
llegar a su estado actual, siendo el desarrollo de la Fauna quizás lo más maravilloso, 
en que órganos primitivamente acuáticos, tuvieron que transformarse en terrestres. 
Escribiendo sobre la Historia de la Tierra y asuntos relacionados, se han hecho 
muchas afirmaciones, que posteriores autores copiaron, tomando por comprobada, 
por esencia de sabiduría y resultado de experimentos e investigaciones científicos, 
lo que no era otra cosa, sino suposiciones, imaginaciones u opiniones nacidas de 
errores de interpretación o de cálculo. 
Nadie duda que la Tierra es vieja, muy vieja, pero cada estimación sobre su 
edad, es una temeridad, que carece de real fundamento. 
Hace cien años la Paleontología, (enseñanza de la antigüedad), estaba en su 
infancia y aunque no se puede negar que en muchos sentidos andamos todavía a 
obscuras, en lo que se refiere a la teoría de la derivación de los seres, vemos hoy 
muy claro. 
El movimiento ondulante de las lagartijas, salamandras y lagartos, las agallas 
de las gallinas y hasta el olor de ciertas segregaciones sexuales, nos recuerdan la 
descendencia de los peces, comprendiéndose que el progreso, la evolución con 
tantísimos cambios, tomó mucho tiempo, al convertirse por ejemplo seres acuáticos 
en terrestres, en que huesos, pulmones, órganos de olfato, etc. etc., tuvieron que 
formarse, o reformarse. 
Durante la transformación de los seres, muchas criaturas tuvieron que 
desaparecer, tomando otras, más perfeccionadas, su lugar. 
Peces, reptiles, anfibios, dinosauros, etc. etc., ponían huevos, cuya costumbre 
se reformó en los mamíferos, cuyas hembras comenzaron a guardar dichos órganos 
de propagación en el vientre, evitando así su destrucción por animales de rapiña, 
constituyendo dicha innovación un gran paso hacia el progreso. 
Refiriéndose a la creación del hombre, vemos que la historia comprobada de 
él data apenas de unos cuantos miles de años atrás, cuyo tiempo nos parece y es 
efectivamente enorme; - pero comparado con el que investigadores modernos 
atribuyen a su aparición en el escenario de la vida-insignificante. 
Nadie da, ni puede dar detalles sobre la primera presentación del hombre en 
el mundo, - sino de repente está, con flechas, cerámica para cocina, etc. etc.,- 
considerándosele como una creación relativamente reciente. 
Si esto fuera cierto, ¿cómo se explica entonces que gente salvaje, que apenas 
se distinguía de las fieras, pudo representar en vil barro, en variedad asombrosa y 
ejecución maestra, tan diferentes razas humanas con todas sus características 
notables, así como a bestias, como dinosauros, que según el criterio uniforme de 
autoridades en arqueología quedaron extinguidos hace muchos millones de años? 
Hombres tan adelantados en el arte, cuyas obras sobrepasan con mucho a 
tanto que se quiere hacer aparecer hoy como obras maestras, deben haber tenido 
ya en tan remotos tiempos una muy avanzada cultura, probándose con ello grandes 
errores en la estimación del tiempo, llegándose finalmente a la conclusión que el 
hombre vivió ya hace más de cien millones de años, o los gigantes del pasado 
existieron todavía hace algunos miles de años. 
Por ello es en concepto mío, incompatible con la seriedad de la ciencia querer 
fijar edades, para cuya estimación falta toda base, siendo por consiguiente 
recomendable suprimir dudosas apreciaciones. 
Si se quiere buscar el origen del hombre, debe uno retroceder a los remotos 
tiempos de la creación, en que fue gusano, pez o una especie de rana, observando 
después de largo tiempo, su transformación del ser acuático, al animal terrestre, que 
vivía como y era igual a una bestia, evolucionando después, hasta convertirse 
finalmente en lo que es hoy, entendiéndose que generaciones enteras de gentes y 
animales sucumbirían durante las diversas catástrofes que asolaron a la Tierra, 
perdiéndose con ellas antiquísimas culturas adquiridas, principiando la humanidad 
de nuevo con los escasos sobrevivientes. 
Entre las representaciones más primitivas del hombre figuran unas con cola 
de mono, otras con la de pescado, al lado de cuya última se nota una fibrosa aleta, 
principio de futuras piernas, como las que se observan en el pez "Latiméria", de la 
costa Sud-Africana, que principia a hacer excursiones en tierra firme, existiendo 
otras muchas representacionesde nuestros antepasados con membranas en pies y 
manos, es decir, en los que no se notan dedos. 
El hombre tiene su propia raíz de origen y no desciende del mono, porque los 
dos figuran en su estado más primitivo en mi colección, teniendo el mono cuatro 
manos y un ejemplar astenia las manos y pies de los reptiles primitivos, de dos dedos, 
mientras que el hombre, ya convertido en ser terrestre, tiene una constitución muy 
diferente, notándose, hasta en el estado animalesco de aspecto feroz, con terrible 
dentadura, ya cierto grado de inteligencia, para cuyo desarrollo el mono no está 
capacitado. 
Animales acuáticos, que probablemente por sequedad se vieron obligados a 
buscar su sostén en tierra firme, tuvieron que cambiar radicalmente sus órganos 
respiratorios, aunque se sabe que cada piel delgada, mojada, puede absorber 
oxígeno, sabiéndose que algunos pequeños salamandras respiran a través de su piel, 
creyéndose que el desarrollo de los pulmones principió por la transformación de 
cinco bolsillos de carrillo, que se notan en el embrión, formándose las orejas de las 
agallas. 
Tengo en mi colección de cerámica muchos ejemplares que prueban la 
transformación de los seres, como peces con piernas, convirtiéndose unos en 
reptiles con y sin alas, en serpientes con dos y cuatro, así como sin piernas, en víboras 
con y sin piernas, en dinosauros y mamíferos, cuyos ejemplares asombrarán al 
mundo científico. 
Los seres que más tarde se convirtieron en el hombre, se procrearían durante 
su vida acuática, al igual que los peces, anfibios, reptiles, dinosauros, etc. etc., es 
decir, en que las hembras ponían huevos, de los que salían gusarapos, que se 
convirtieron en criaturas de su especie, figurando de ellos representaciones en mi 
colección. 
El hombre en el principio de su vida terrestre, llevaría, para alejarse del peligro 
de las grandes bestias, una vida arbórea, al estilo de los monos, la que cambió por la 
cavernaria, cuando había inventado el uso de la flecha y de otras armas, protegiendo 
con grandes blocks de piedra las entradas a las cuevas, comenzando otros a construir 
casas en las alturas de los árboles y sobre palos y estacas, en las orillas de los lagos, 
protegidos por el agua. 
¡Cuánto tiempo no transcurriría hasta que el hombre hiciera sus primeros 
inventos, andando parado, con ayuda de un bastón, que servía a la vez como arma, 
en que principió a vestirse con pieles de animales, hasta que logró hacer fuego, 
comenzando a desarrollar un idioma, con qué entenderse, que lograra hacer 
utensilios de barro, para el uso casero, etc. etc.! 
¿En qué época sucedería todo esto? Nadie lo sabe, pero de seguro fue mucho 
antes, de lo que los historiadores se lo imaginaron. 
En más de cincuenta diferentes lugares de los Estados Unidos del Norte 
hallaron puntas de flecha de pedernal incrustadas en huesos de animales 
antediluvianos, al lado de cerámica primitiva de barro; lo que prueba que el hombre 
existía allá, ya a fines del Cenozoico o principios de la Era Cuaternaria, ignorándose 
a qué raza pertenecieron, por no haber hallado sus huesos, explicable por la crudeza 
de aquel clima. 
Aquellos hallazgos se consideraron notables y Edwin H. Colbert, del Museo 
Americano de Historia Natural aseguró, no hace mucho, que ningún ojo humano 
había visto jamás un dinosauro; cuya aseveración queda completamente 
desmentida por mi descubrimiento el que prueba no solamente cuales razas 
existieron en el Continente Americano, sino que éstas vivieron ya con un alto grado 
de cultura durante el Mesozoico, entre gigantescas bestias y demás fieras de las 
selvas, cuyos efigies amasaron en vil barro, convirtiéndolo en estatuitas comparables 
a preciosas bujerías(13). (Nipps). 
Alfred Sherwood Romer(14) inconscientemente confirma mi teoría sobre la 
desmembración y trasplantación de fragmentos de los viejos Continentes y 
comparte mi creencia de que existen grandes errores en la estimación en que 
muchos animales antediluvianos quedaron extinguidos. 
Además dice que en el Continente Americano existieron no solamente razas 
mongólicas y las del Mediterráneo, sino antes de éstas la Australiana y la de Nueva 
Guinea, que son negroides, señalando el extraordinario parecido entre ellas y las 
africanas, fenómeno que no puede explicarse, dada la distancia que separa a dichos 
Continentes. 
Hablando de mamíferos dice que muchas variedades extintas de África y las 
Indias Orientales vivieron en "Eurasia". (Europa y Asia). 
Luego dice el mismo autor que había creído que muchos animales habían 
sucumbido durante el último tiempo glacial, teniendo ahora la convicción que no 
pocos de la Fauna anterior, la sobrevivieron. 
Romer llega muchas veces a conclusiones admirables y si no está seguro de 
algo, dice: "probablemente". 
Lo que este digno sabio no pudo explicarse, queda comprensible por las 
grandes evoluciones terrestres de las que hablo en este trabajo, probando las 
observaciones de Romer, que las conclusiones a las que llegué, fueron acertadas. 
 
Sobre la Doctrina de Darwin 
 
 
 
La teoría de la transformación de los seres, seforjó en la mente de uno de los 
más grandes pensadores de todos los tiempos, la que fue objeto, como era de 
esperarse, de los más duros ataques, desde el momento en que su autor la dio a 
conocer, porque chocaba bruscamente con viejas interpretaciones y creencias 
religiosas. 
Esto no sorprende a nadie, ya que cada cual tiene sus convicciones, y el vulgo 
piensa diferente a personas estudiadas, porque no puede formarse una idea de lo 
que significa el enorme tiempo que transcurrió desde los lejanos días de la creación 
y de los trascendentales cambios que se verificaron desde entonces. 
Queriendo uno explicar esto a impreparados oyentes, se recibe generalmente 
por contestación, que si lo que tratamos de hacerles creer fuera cierto, veríamos 
todavía hoy semejantes cosas y si nuestros antepasados hubieran tenido cola, la 
menearíamos hoy todavía. 
Con semejantes resultados obtenidos, prefiere uno callarse, comprendiendo 
que sería inútil querer discutir y convencer a personas incapacitadas para ello. 
El que quiere profundizarse en la teoría de Darwin, no debe confundir: 
semejanza de apariencia con descendencia de los seres, ni querer comparar la 
forma actual, con la que tuvieron los embriones acuáticos, los apenas convertidos 
en terrestres y formas consecutivas de su larga serie de evoluciones, en que 
cambiaron muchas veces radicalmente de aspecto. 
El mono puede haberse creado al mismo tiempo que el hombre y la rana, 
entre los que existe cierta analogía de forma, teniendo la última hasta la sangre 
parecida a la del hombre. Todo esto no se niega, pero no prueba que todos ellos 
descendieron de una misma raíz de creación. 
En mi colección figuran ejemplares sumamente interesantes, que 
representan a los tres mencionados en su forma más primitiva, notándose esto no 
obstante en ellos caracteres tan diferentes, que sin trabajo se llega a la convicción 
que Darwin erró, si él aseguró semejante descendencia, como también en su 
afirmación que "La Naturaleza obraba según la cruel Ley, que el más apto sobrevive, 
seleccionando lo mejor y matando lo demás". 
¿Quién podría haberse salvado de los efectos de los diluvios, terremotos, 
erupciones volcánicas y demás catástrofes? 
¡Cuántas veces se observa precisamente que "lo bueno" muere y "lo malo" 
prospera! 
¿Cuándo se acabarán malas yerbas, moscos, hormigas, ratas, víboras, etc. 
etc.?, observándose en cambio que las razas más selectas, más elevadas, se 
propagan escasamente, en contraposición a las corrientes que se multiplican mucho. 
Semejantes pequeños errores no le quitan al Maestro Darwin, su mérito de 
haber sido el autor de la Teoría que lleva su nombre. 
No soy partidario de la creencia que la creación se inició con una sola celdilla 
de origen y menos que el hombre desciende de un solo Adán y unasola Eva. Según 
opinión mía, Flora y Fauna se derivan de la evolución de miríadas de bacterias y 
microbios, producidos según parece por la influencia de rayos solares sobre el agua, 
cuyas unidades de origen se transforman y perfeccionan en el curso de los tiempos, 
convirtiéndose algunos en seres visibles al ojo humano, de los que muchos 
sucumbieron, sobreviviendo otros, cambiando algunos a tal grado de aspecto, que 
nadie reconocería en ellos su forma primitiva, sin conocer las intermedias. 
En el Capítulo 'Creación", hablé de los muchos ejemplares de mi colección 
que representan seres en transformación de animales antediluvianos, de los que los 
más, no existen ya y cuya exhibición llamará la atención a científicos y neófitos. 
Como prueba que la transformación existe todavía hoy, señalo el ejemplo de 
una culebra negra, que por ser muy útil para acabar con la plaga de las ratas en los 
cañaverales del Brasil, fue llevada a las Islas Martinicas, del Golfo de México, en 
donde se convirtió en sumamente venenosa, constituyendo allá ahora una plaga. 
Es un hecho conocido, que si se le corta al ganado los cuernos por algunas 
generaciones, y a los perros la cola, los descendientes nacen después sin dichos 
apéndices, en lo que puede admirarse la particularidad de la Naturaleza de avenirse 
siempre a condiciones y circunstancias cambiadas de la vida. 
Animales, incluso el hombre, no tenían en su estado primitivo orejas, ni 
respiraban por pulmones, mientras otros seres carecían de vértebra, por cuyo 
motivo no les corresponde de hecho a los embriones los nombres de los seres 
actuales. 
Interesa saber que el filósofo y poeta Goethe, fue un predecesor de Darwin, 
quien creyó en la eterna movilidad de formas, en el poder hereditario y de 
acomodación, el cambio del ser acuático al terrestre y la descendencia de seres 
actuales, de especies anteriores. 
 
Observaciones y Pensamientos, 
que se relacionan con la 
Transformación y Mejoramiento 
de las Razas 
 
 
 
En los animales se ha visto lo que significa la selección de buenos ejemplares, 
para el mejoramiento de las razas, regla que dio tan buen resultado, pero no ha sido 
observada por el hombre; - con lo que nos recordamos que Sócrates y Platón 
recomendaron ya al Estado Griego que velara por el perfeccionamiento de la raza de 
su pueblo, previniéndolo para que no se mezclara con elementos arcaicos, 
considerados como inferiores, - habiéndose en nuestros días expresado 
Schopenhauer, Nietzsche y otros filósofos, de parecida manera. 
Querer aplicar semejantes medidas por parte del Estado, sería difícil hoy, pero 
individualmente comprendido, debería observarse el consejo de mejorar su propia 
raza y queriendo contribuir los Gobiernos, deberían evitar que enfermedades 
contagiosas se extendieran, llevando a incurables a asilos y si se trata por ejemplo 
de la lepra, disponer que se remita a los afectados a islas deshabitadas, con buen 
clima y agua, con separación estricta de sexos, para exterminar azotes de la 
humanidad, con semejantes medidas radicales, alejando, hasta donde sea posible, 
el peligro de contagio. 
Sin guerras, catástrofes y epidemias, la población terrestre crecería tan 
rápidamente, que los pueblos muy pronto carecerían de lo más indispensable para 
el sostenimiento de sus familias, teniéndose que racionar los nacimientos, 
impidiendo a la vez la inmigración de elementos indeseables, con sabias medidas. 
Pido perdón si otra vez me alejé del tema de hablar exclusivamente de mis 
descubrimientos, relacionados con la Historia Terrestre, aunque creo que los 
capítulos sobre Creación y la Doctrina de Darwin, contribuirán a la mejor 
comprensión de los capítulos siguientes. 
 
Sobre Desprendimientos de los Viejos Continentes que 
Causaronel Segundo Diluvio 
 
 
 
Recordará el lector que la tremenda explosión que aventó la Luna al espacio 
y causó el Primer Diluvio, quebró a la vez el manto apenas endurecido que envolvía 
entonces a nuestro Planeta, cuyos fragmentos, profundos y superficiales, se 
detuvieron por de pronto en sus lugares por la atracción magnética de la Tierra, pero 
cuyas grietas y fracturas se ampliaron más y más por el constante movimiento 
rotatorio de ella. 
Existieron en aquella época dos grandes continentes, el norteño llamado 
"Palaearctis"(15) y el sureño "Gindwana"(16), a los que separó el mar Mediterráneo: 
Tetis. 
Al desprenderse la Luna, parte que probablemente había sido de los dos 
continentes mencionados, los restos terrestres quedaron al bordo del abismo dejado 
por aquella; sucediendo entonces, lo que pasa si se hace una profunda excavación al 
lado de un pesado edificio, sin ademarlo propiamente, es decir: se ampliaron las 
grietas, formándose otras, comenzando la tierra a hundirse, al igual de lo que se 
observa toda vía hoy en las costas de Francia y Holanda, cuya región del canal baja 
tres metros en cada siglo. 
Por fin aconteció, lo que tenía que suceder, cuando en la Era Permiana, a fines 
del Paleozoico, o a principios del Triásico, del Mesozoico, se desprendió del 
hemisferio norteño una inmensa fracción, que privada de su enraizamiento firme, 
dejó de acompañar a la Tierra con la misma rapidez en su movimiento rotatorio, 
hasta que la parte principal y los fragmentos más pequeños encallaron en bajíos, 
convirtiéndose la primera en el curso de los tiempos en la América del Norte. Esta 
última quedó compuesta de lo que es hoy el Canadá, los Estados Unidos del Norte y 
México, cuya última tierra ocupaba antes un lugar al Norte de África, lo que prueba 
que los Continentes Palaearctis y Gindwana, separados por el mar Tetis, formaban 
esto no obstante una unidad. 
En tan magno desprendimiento se convirtió la Escandinavia, en Península, de 
la que la costa del Este, embona perfectamente con las de los países del lado opuesto 
del mar Báltico, quebrándose y quedando atrás sucesivamente: Inglaterra, Irlanda, 
Islandia, Groenlandia y el archipiélago Norte-Americano. 
Algo más al sur quedó cerca del viejo continente, una faja larga y 
relativamente angosta, que principiando por lo que es hoy la Nueva Fundlandia(17), 
incluyendo a los Azores, llegaba hasta la Isla San Paúl, por el Ecuador, la que se 
convirtió en la Atlántida y prueba a la vez la unión submarina entre los antiguos 
continentes. 
Comprensible es, que las costas del Oeste de los desprendimientos, al dejar 
de acompañar con la misma velocidad a la tierra en su movimiento giratorio, 
recibieran la envestida del tremendo oleaje del mar, que la acompaña, cuyos efectos 
se observan todavía hoy. 
El desmembramiento de Palaearctis, descrito arriba, vino acompañado por 
otro, no menos gigantesco de Gindwana, del cual se desprendieron (probablemente 
del Sur), el enorme Continente Polar, así como de seguro Australia y Madagascar, la 
última fragmento de la anterior, teniendo ambos idéntica Flora y Fauna, así como 
Sumatra, Borneo, Nueva Guinea, Nueva Zelandia y demás archipiélagos vecinos, 
partiéndose en dos, de la línea ecuatorial hacia el Sur, la Gindwana, dejando de 
acompañar la parte Oeste el movimiento giratorio, quedando atrás, varando 
probablemente en algún bajío al Sur de las Islas del Cato Verde. 
Esta última enorme fracción, con distinción de las otras sureñas mencionadas, 
que llegarían desde luego al lugar que hoy ocupan, se movió probablemente como 
las fracciones de Palaearctis, con intervalos, escalonadamente, hasta convertirse 
finalmente en la América del Sur. 
Para probar lo expuesto, menciono el hecho que se distinguen en mi colección 
de cerámica, sin lugar a duda, las tan diferentes razas humanas, oriundas del mar 
Mediterráneo, las que no se confunden con otras y no es de creerse que todas éstas, 
en épocas tan remotas, con deficientes medios de comunicación, hubieran hecho 
viajes transatlánticos, hasta llegar a lo que se llama hoy el Nuevo Mundo. 
Se conjetura que la América delSur no llegaría luego al lugar que hoy ocupa, 
porque los Atlántides y los Fenicios iban según se cree, al Perú, a traer oro, lo que no 
pudieran haber hecho, por las razones arriba expuestas, si las Américas hubieran 
llegado luego al lugar que hoy ocupan. 
Raza negra se encontró no solamente en las Américas, sino también en 
Australia y adyacente archipiélago, así como fósiles de animales de origen africano, 
como hipopótamos, rinocerontes, elefantes, etc., cuyas reproducciones figuran en 
mi colección, lo mismo que tapires y familiares del canguro, que existe solamente en 
Australia. 
Lo anteriormente expuesto, robustece lo que afirmé sobre la uniformidad de 
procedencia de los desprendimientos mencionados, de los antiguos Continentes 
Palaearctis y Gindwana, no debiendo llamar la atención si algunos fragmentos 
cambiaron de orientación, se convirtieron en Islas, se torcieron en forma, o se 
hundieron, tomando en cuenta las grandes evoluciones por las que pasó la Tierra, 
comprendiéndose esto no obstante sin mucha dificultad que estos continentes 
desgarrados formaron en remotos tiempos una unidad, embonando la América del 
Sur perfectamente con el África, del Ecuador hacia el Sur, así como los demás 
continentes norteños, con lo que es hoy la Europa. 
La conmoción terrestre mencionada causó con el Segundo Diluvio, la segunda 
era glacial, seguida por aridez y sequedad, restableciendo la Tierra su perdido 
equilibrio, por un continuo levantamiento de montañas. 
Últimamente apareció en una revista un artículo, según el cual un científico 
norte-americano constató, que el Continente Americano se mueve todavía hoy, 
lentamente en dirección al Asia, noticia que de confirmarse, no solamente sería muy 
interesante, sino comprobaría mi suposición que los desprendimientos no llegaron 
desde luego al lugar que hoy ocupan, sino paulatinamente. 
 
 
Resolución del Enigma Sobre la Extinción de los Dinosauros 
 
 
 
Al bajar, después de la separación de la Luna de la Tierra, repentinamente el 
nivel de los mares, se habían formado en los vastos Continentes que surgieron, 
incontables pantanos, lagos y mares terrestres, en los que bajo un clima propicio, se 
crearon y desarrollaron una infinidad de diferentes peces, anfibios y reptiles, entre 
ellos bestias gigantescas, que por muchos siglos reinaron en la Tierra, hasta que a 
fines del Mesozoico, llamado también la edad de los reptiles, los dinosauros 
quedaron extinguidos, sin que hasta la fecha el misterio de su repentina desaparición 
de la Tierra se hubiera aclarado satisfactoriamente. 
Como probables causas de dicho fenómeno, se citan las siguientes: 
1. Cambiadas condiciones climáticas. 
2. Que cedieron su lugar a bestias más inteligentes. 
3. Que su especie degeneró por vejez, al llegar al límite de su evolución. 
4. Que sucumbieron por epizootias(18). 
5. Que ya no hallaron alimentación adecuada. 
6. Que tenían sangre fría, en vez de la caliente de los mamíferos. 
7. Que animales de rapiña comieron sus huevos, impidiendo su procreación. 
No se puede negar que todo esto pudiera haber contribuido para su 
exterminación; pero como no vivieron todos en el mismo lugar, ni separados de otros 
animales, se estima que no todos se hubieran afectado a la vez y en tan grandes 
aglomeraciones, como se hallan sus fósiles, por lo que sería más factible la versión 
número: 
8. Que como las aguas pluviales afluían a pantanos, lagos y mares terrestres, 
éstas, buscando salida, cavaron en miles de años barrancas, cada vez más hondas, 
convirtiéndose el agua salada en dulce y por fin los lechos de lagos, en fértiles valles 
con abundante vegetación, en los que a medida que los mamíferos aumentaron, los 
dinosauros desaparecieron. 
Este argumento no es correcto, porque no todos los dinosauros eran 
acuáticos, ni terrestres, siendo unos carnívoros y otros herbívoros, y como en la 
aglomeración de esqueletos se encontraron los de un sin número de diferentes 
animales, me inclino a creer que la verdadera causa de la desaparición de tantas 
fieras fueron: 
1. Los diluvios, cuyo oleaje tremendo, enfurecido, barrería no solamente a los 
dinosauros, sino todo lo que se encontraba en su camino, arrancando bosques que 
se convirtieron en carbón de piedra y la grasa de una multitud de diferentes 
animales, en petróleo, prueba de lo cual el hecho, que ambas substancias se 
encuentran frecuentemente en el mismo lugar. 
 
 
El Tercer Diluvio 
 
 
 
Sobre el tercer cataclismo sabemos relativamente poco, pero como los 
geólogos aseguran que en la Era Cenozoica, en el principio del período terciario 
ocurrieron grandes levantamientos de cordilleras, tanto en los Alpes, como en la 
región del Tíbet, seguidos por Tercera Era Glacial, interpretamos dichas 
características como prueba que en aquella época ocurrió el tercer diluvio. 
Por falta de datos precisos, históricos, sobre aquellos acontecimientos, nos 
vemos precisados a reconstruirlos a base de lógica. 
El mar Mediterráneo, antes llamado Tetis, atravesaba en tiempos antiguos 
gran parte del Continente Asiático, dejando al Sur, a la India aislada, asomándose 
entre ambos, apenas visible, según el libro de Veda, como una Flor de Loto, una 
pequeña isla, que por levantamiento continuo posterior, se convirtió en el techo del 
mundo, el Tíbet, con picos como el Dhaulagari, de 8,130 metros de altura. 
Tremenda presión interior terrestre fue la causa de este fenómeno, 
motivando el repliegue de la costra que envuelve a nuestro Planeta, que con ello 
trató de restablecer su equilibrio perdido por el desmoronamiento descrito de los 
antiguos continentes Palaearctis y Gindwana. 
Este movimiento comenzaría en el principio apenas perceptible, más tarde 
con evoluciones violentas, repitiéndose la experiencia obtenida, cuando se separó 
la Luna de la Tierra, en que al surgir de las aguas vastos continentes, cada 
hondonada, cada valle se había convertido en pantano, lago o mar terrestre, prueba 
de lo cual son todavía ahora los incontables lagos, salados en su mayoría, en el Tíbet 
y otros magnos mares terrestres en el Continente Asiático, hoy convertidos en 
desiertos. 
De estos últimos hay que mencionar el de Gobi en Mongolia, el Thar en la 
India, el Takle-Maken y el Kysyl-Kum en Tuskistan, el Ak-Kum en Kasakstan, el Descht-
i-Kewir y el Descht-i-Lut en Persia, el Badiet escht-Scham en Siria, etc. etc. 
Estos desiertos fueron causados sin duda por el tercer y cuarto diluvios, de 
cuyo último se hablará más adelante; porque sabemos por los sacerdotes de Sais, 
que el cuarto y último Diluvio Bíblico que destruyó Grecia y barrió toda la Europa; no 
tocó a Egipto. 
Por este motivo se llega a la conclusión que el tercer diluvio fue el causante 
de parte de los desiertos mencionados arriba, pero de seguro de los siguientes: el 
Sekaka de Siria, el Roba-el-Chali de Arabia, el Areg, el Erg, Areg-esch-Schesch, Iqídí, 
Waran de Libia, etc. etc., en el Norte de África, cuyas regiones tan extensas están 
convertidas en mares de arenas y campos de desolación, causados por el 
levantamiento de toda la región del Tíbet y de Persia, que causó el violento 
desbordamiento y desagüe de una infinidad de lagos y mares terrestres, que se 
habían formado de la manera indicada. 
Se entiende que tan magnos levantamientos vinieron acompañados por 
fortísimos temblores de tierra, que fácilmente fueron los causantes del hundimiento 
de zanja, que creó el Mar Rojo, en memoria de cuyo acontecimiento se labró quizás 
de mano desconocida, de una inmensa roca arenisca, arrastrada por el oleaje del 
diluvio, el monumento dedicado al dios de la luz "Sphinx". 
Este último lo mandó componer, según una inscripción al efecto, Cheops, el 
constructor de la gran Pirámide, cuyo monumento estaba desmoronándose, por su 
extrema edad. En tan remotas épocas existió ya en Egipto el Hipopótamo, uno de los 
escasos supervivientes antediluvianos, convertido

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