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PENSAMIENTOS EN LA NARRACIÓN

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PENSAMIENTOS EN LA NARRACIÓN 
 
Cómo señalar cuándo piensa un personaje 
Hace un tiempo hablamos en el blog sobre cómo escribir y puntuar diálogos correctamente, así que la parte referente al habla de los 
personajes ya está cubierta, pero ¿qué ocurre cuándo piensan? 
Sois muchos los que nos habéis escrito planteándonos esta duda, así que vamos a intentar resolverla con esta entrada. Esperamos que os 
sirva de ayuda. 
Estilo directo vs. Estilo indirecto 
Antes de explicaros cómo se representan gráficamente los pensamientos de los personajes, me gustaría hacer una pequeña diferenciación 
entre los dos estilos posibles para hacerlo: el directo y el indirecto. 
El estilo directo es aquel que muestra las palabras del personaje tal cual éste las ha pronunciado, ya sea verbalmente, ya sea en su cabeza. 
En el estilo indirecto, en cambio, es el narrador el que nos dice qué ha pensado el personaje. 
Estilo directo: Estuvieron caminando más de dos horas y todos comenzaban a inquietarse. «El pueblo está más lejos de lo que habíamos 
previsto», pensó Maite. 
Estilo indirecto: Estuvieron caminando más de dos horas y todos comenzaban a inquietarse. Maite comenzó a pensar que el pueblo estaba 
más lejos de lo que habían previsto. 
Estilo directo. Siempre entre comillas 
Al contrario que el diálogo normal (que puede ir con rayas — o comillas «»), el pensamiento del personaje, cuando va en estilo directo, lleva 
siempre comillas, preferiblemente latinas: 
MAL: Todas las luces de la mansión estaban apagadas. —¿No estarán en casa?—, se preguntó Jaime. 
BIEN: Todas las luces de la mansión estaban apagadas. « », se preguntó Jaime. 
Como veis, la puntuación en este caso es la misma que para los diálogos normales. Se cierran las comillas, se coloca la coma después y el 
texto del narrador (se preguntó Jaime) va fuera de las comillas. 
Estilo indirecto 
En el estilo indirecto, al ser el narrador el que habla, no es necesario añadir comillas ni ninguna otra diferenciación. 
MAL: Todas las luces de la mansión estaban apagadas. Jaime pensó «que no parecía haber nadie en casa». 
BIEN: Todas las luces de la mansión estaban apagadas. Jaime pensó que no parecía haber nadie en casa. 
Pensamientos dentro de diálogos 
Por último, aunque no es lo más habitual, podemos encontrarnos el caso de un pensamiento que se ha de mostrar dentro de un diálogo. Por 
ejemplo, si un personaje está contando un cuento a otro. ¿Cómo representarlo en este caso? 
Si la conversación está escrita con rayas de diálogo, el pensamiento se escribe entre comillas: 
—¿Y qué pasó después, abuelo? —preguntó el niño. 
—Después, los tres chicos se acercaron sigilosamente a la mansión, pero vieron que las luces estaban apagadas. «No debe de haber nadie 
en casa», pensó Jaime, pero no se atrevió a decirlo en voz alta. 
En cambio, para los diálogos que ya están escritos con comillas latinas, hemos de usar otro recurso, que consiste en emplear las comillas 
anglosajonas: 
«¿Y qué pasó después, abuelo?», preguntó el niño. 
«Después, los tres chicos se acercaron sigilosamente a la mansión, pero vieron que las luces estaban apagadas. “No debe de haber nadie en 
casa”, pensó Jaime, pero no se atrevió a decirlo en voz alta». 
https://www.literautas.com/es/blog/post-10363/como-representar-un-dialogo-graficamente/
Estas son las normas básicas para la representación de pensamientos de los personajes. ¿Qué os ha parecido? ¿Hemos conseguido 
aclararos las dudas? Si no es así o tenéis alguna duda adicional, podéis comentárnosla a continuación e intentaremos resolverla. 
¡Feliz escritura! 
 
Los símbolos que abren y cierran los diálogos directos 
Al contrario de lo que mucha gente cree, es incorrecto usar el guión corto (-) para abrir un diálogo. En su lugar, hay que emplear la raya o 
guión largo (—) o bien las comillas latinas (« »). El problema es que la mayoría de los teclados no nos muestran estos símbolos por defecto, 
pero no os preocupéis, se pueden conseguir de otras formas: Cómo se escriben el guión largo y las comillas latinas. 
Diferencias entre diálogo directo y diálogo indirecto 
Se llama diálogo directo a aquel en el que los personajes hablan directamente, sin intervención del narrador. Es decir, el típico diálogo que 
nos encontramos en una novela o un relato y que tiene esta forma: 
—Hola —dijo Pedro. 
—¿Cómo te encuentras? —preguntó María. 
En cambio, en el diálogo indirecto es el narrador el que habla por los personajes, tal que así: 
Pedro dijo hola a María y ella le preguntó cómo se encontraba. 
Representación gráfica del diálogo directo tradicional 
Como hemos visto en el punto anterior, el diálogo directo suele representarse con las rayas o guiones largos en la forma tradicional española 
y la manera correcta es la siguiente: 
1. Cada intervención en un párrafo. Es decir, cada vez que un personaje habla, se hace un punto y aparte de comienzo y de final: 
FORMA INCORRECTA: 
Los niños se encontraron por la calle y comenzaron a hablar: —Me gustaría que vinieses a jugar a mi casa —comentó Martín. —Vale, pero 
tengo que preguntarle a mi madre si me deja —dijo Ana. 
FORMA CORRECTA: 
Los niños se encontraron por la calle y comenzaron a hablar: 
—Me gustaría que vinieses a jugar a mi casa —comentó Martín—. ¿Te apetece? 
—Vale, pero tengo que preguntarle a mi madre si me deja —dijo Ana. 
2. Los espacios donde tocan. Al comenzar el diálogo, no hay separación entre la raya y el comienzo de la frase. Además, los incisos o 
intervenciones del narrador van siempre entre rayas y sin espacios, ya que funcionan como si fueran paréntesis. Es decir: 
FORMA INCORRECTA: 
— Me gustaría que vinieses a jugar a mi casa— comentó Martín—. ¿Te apetece? 
— Vale, pero tengo que preguntarle a mi madre si me deja— dijo Ana. 
FORMA CORRECTA: 
—Me gustaría que vinieses a jugar a mi casa —comentó Martín—. ¿Te apetece? 
—Vale, pero tengo que preguntarle a mi madre si me deja —dijo Ana. 
Fijaos en que al final de una línea de diálogo que termina con el narrador (dijo Ana) no se coloca raya de cierre. Basta con el punto. 
3. Los signos de puntuación con los verbos dicendi. Por norma general, los signos de puntuación se colocan siempre después del inciso, 
cuando el verbo principal de la frase es un verbo dicendi o verbo del habla (dijo, comentó, susurró, preguntó, exclamó…): 
—Me gustaría que vinieses a jugar a mi casa —comentó Martín—. ¿Te apetece? 
—Vale, pero tengo que preguntarle a mi madre si me deja —dijo Ana. 
Tomando de nuevo el ejemplo anterior, fijaos en que tanto en la intervención de Martín como en la de Ana el inciso comienza en minúscula y 
sin puntos ni comas. El signo se pone al final del inciso. Ocurriría lo mismo para otros signos de puntuación: 
https://www.literautas.com/es/blog/post-4003/recursos-para-escritores-el-guion-largo-y-las-comillas/
—Me gustaría que vinieses a jugar a mi casa. ¿Te apetece? —dijo Martín. 
—Vale —respondió Ana—, pero tengo que preguntarle a mi madre si me deja. 
4. Los signos de puntuación cuando el verbo NO es dicendi. Cuando nos encontramos un verbo distinto a los comentados en el punto 
anterior (es decir, un verbo que no sea de habla), la representación se realiza de otra forma. En este caso, el punto se coloca antes del inciso 
y este comenzará con mayúscula o minúscula según corresponda, como en el caso de los siguientes ejemplos: 
—Déjame verlo. —Abrió la caja. 
—Déjame verlo. —Abrió la caja—. No lo romperé. 
—¿Puedo verlo? —Abrió la caja—. No lo romperé. 
—Déjame verlo —abrió la caja— o me pondré a gritar. 
Representación gráfica del diálogo directo con comillas 
Además de la forma anterior, el diálogo directo también puede representarse con comillas latinas, ya sea en su forma mixta o en la forma 
anglosajona. Veamos cómo funciona la puntuación en estos casos: 
FORMA MIXTA. Extraído del libro “Santuario”, de William Faulkner: 
«No lo saque —respondió Popeye—. Dígame qué es». 
«Es un libro». 
«¿Qué libro?» —dijo Popeye. 
FORMA MIXTA con comillas latinas: 
«Nolo saque», respondió Popeye. «Dígame qué es». 
«Es un libro». 
«¿Qué libro?», dijo Popeye. 
FORMA MIXTA con comillas inglesas: 
“No lo saque”, respondió Popeye. “Dígame qué es”. 
“Es un libro”. 
“¿Qué libro?”, dijo Popeye. 
FORMA MIXTA con comillas simples: 
‘No lo saque’, respondió Popeye. ‘Dígame qué es’. 
‘Es un libro’. 
‘¿Qué libro?’, dijo Popeye. 
Representación del diálogo dentro del diálogo 
Otra duda frecuente es cómo escribir un diálogo dentro de un diálogo. Es decir, ¿qué pasa si un personaje imita la voz de otro? Pues algo tal 
que así: 
Extraído del libro “Pedro Páramo”, de Juan Rulfo: 
—Estás segura de que él fue, ¿verdad? 
—Segura no, tío. No le vi la cara. Me agarró de noche y en lo oscuro. 
—¿Entonces cómo supiste que era Miguel Páramo? 
—Porque él me lo dijo: «Soy Miguel Páramo, Ana. No te asustes». Eso me dijo. 
Representación de pensamientos 
A veces, las voces de un personaje en la historia no son habladas, sino pensadas. En este caso, la representación correcta es siempre con 
comillas (latinas preferiblemente), nunca entre rayas: 
«Qué sueño tengo», pensó Lucas. «Debería irme a la cama». 
Hasta aquí esta introducción a cómo escribir diálogos. ¿Qué os ha parecido? Recordad también que encontraréis mucha información más 
sobre cómo manejar la escritura de diálogos en nuestro libro Cómo escribir diálogos. ¡Feliz escritura!. 
 
 
 
https://www.literautas.com/es/editorial/como-escribir-dialogos/
https://celiaariasfernandez.com/pensamientos-de-un-personaje/ 
	PENSAMIENTOS EN LA NARRACIÓN
	Cómo señalar cuándo piensa un personaje
	Estilo directo vs. Estilo indirecto
	Estilo directo. Siempre entre comillas
	Estilo indirecto
	Pensamientos dentro de diálogos
	Los símbolos que abren y cierran los diálogos directos
	Diferencias entre diálogo directo y diálogo indirecto
	Representación gráfica del diálogo directo tradicional
	Representación gráfica del diálogo directo con comillas
	Representación del diálogo dentro del diálogo
	Representación de pensamientos

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